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HISTORIA DEL MOVIMIENTO DE LA MEXICANIDAD 1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS HISTORIA DEL MOVIMIENTO DE LA MEXICANIDAD T E S I S Que para obetener el título de: Licenciada en Historia P R E S E N T A Susana Torres Ortíz Director de Tesis Dra. Yolotl González Torres 2006 http://images.google.com.mx/imgres?imgurl=http://www.ciap.com.mx/images/filosof.jpg&imgrefurl=http://www.ciap.com.mx/cartel_congreso.htm&h=143&w=130&sz=5&tbnid=-02Z979hDNTSLM:&tbnh=88&tbnw=80&hl=es&start=55&prev=/images%3Fq%3Dfacultad%2Bde%2Bfilosofia%2By%2Bletras%2Bunam%26start%3D40%26svnum%3D10%26hl%3Des%26lr%3D%26sa%3DN UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. HISTORIA DEL MOVIMIENTO DE LA MEXICANIDAD 2 Con cariño para mis hermanos: María de los Ángeles Viviana Andrea Violeta Beatriz Patricia Raquel Miguel de Jesús Todos, ejemplo de amor a la vida. HISTORIA DEL MOVIMIENTO DE LA MEXICANIDAD 3 Agradecimientos El transcurso de este trabajo se convirtió en un largo camino que en ocasiones parecía no tener fin, por eso quiero agradecer a las personas que confiaron en mi y me ayudaron a concluirlo. A mis papas, Victoria y Miguel, que me dieron siempre cariño y apoyo y son ejemplo de constancia, fuerza y lucha. A Rosalía y Elena por su disposición, consejos y ayuda profesional y fraternal. A mis nuevos amigos de la Mexicanidad Leticia Macías, Tania Cadena, Noe Campos y Luis Alfaro, de quienes recibí además de información, una afectuosa orientación para andar un camino desconocido, misterioso y maravilloso. Muy especialmente a la Dra. Yolotl González Torres, de quien aprendí no sólo valiosas lecciones académicas, sino invaluables lecciones de vida; gracias por su paciencia, por disculpar siempre mis errores y creer en mí. . Gracias a los asesores de quienes recibí rauda ayuda a pesar de la distancia y me apoyaron para que fuera pronta la culminación de este trabajo: Dra. Rosa María del Carmen Martínez Ascobereta, Mtro. Jesús Antonio Machuca Ramírez, Dra. María del Carmen Valverde Valdés y Dra. Silvia González Marín. A Pablo, mi compañero de vida, por Ser, estar y ayudarme a seguir adelante. I N D I C E INTRODUCCIÓN CAPITULO I ACERCAMIENTO A LA NACIONALIDAD MEXICANA 1. ACERCAMIENTO A LOS CONCEPTOS NACIÓN NACIONALISMO 2. FORMACIÓN DE LA NACIONALIDAD MEXICANA LOS MEXICAS LA COLONIA LA NACIONALIDAD EN EL MÉXICO NACIENTE SIGLO XIX REDEFINICIÓN DE LA NACIONALIDAD A PARTIR DE LA REVOLUCIÓN 3. LA CUESTIÓN DE LA IDENTIDAD ACERCAMIENTO AL CONCEPTO IDENTIDAD SEGÚN EL ESTADO MEXICANO REFERENTES DE LA CUESTIÓN INDÍGENA CAPITULO II EL MOVIMIENTO DE LA MEXICANIDAD 1. CARACTERÍSTICAS DE ANÁLISIS DE UN MOVIMIENTO SOCIAL ACERCAMIENTO AL CONCEPTO EL NACIONALISMO EN UN MOVIMIENTO SOCIAL LO IDENTITARIO EN UN MOVIMIENTO SOCIAL LA RELIGIOSIDAD EN UN MOVIMIENTO SOCIAL MOVIMIENTO NATIVISTA-REVIVALISTA EL MOVIMIENTO DE LA MEXICANIDAD COMO UN MOVIMIENTO SOCIAL 2. RECONSTRUCCIÓN HISTORICA DEL MOVIMIENTO DE LA MEXICANIDAD ANTECEDENTES MOVIMIENTO CONFEDERADO RESTAURADOR DEL ANÁHUAC EL MOVIMIENTO MEXICAYOTL LA NUEVA MEXICANIDAD 3. GRUPOS DEL MOVIMIENTO DE LA MEXICANIDAD LOS CALPULLIS LOS TRABAJADORES DE LA LUZ LOS GRUPOS DE DANZA CAPITULO III LA TRADICION ORAL 1. LOS TESTIMONIOS METODO LAS ENTREVISTAS 2. MOVIMIENTO MEXICAYOTL INTEGRACIÓN TLAKAELEL. Un pilar en la Mexicanidad. RESCATE DE LA IDENTIDAD NACIONAL RE-INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA 3. LA NUEVA MEXICANIDAD INTEGRACIÓN EL TESTIGO. Antonio Velasco Piña. RENACER DEL MEXICANO. LA IDENTIDAD MESTIZA REINTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA. CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA INTRODUCCIÓN I La presente investigación es el resultado de la reconstrucción histórica de un movimiento social contemporáneo recién bautizado como de la Mexicanidad o Mexicanista; para llegar a ello fue necesario echar mano de la fuente oral, de la participación activa y de los documentos que estuvieron al alcance. Fueron varios años los que llevó el concluir el presente documento, pues el acercamiento que se tiene con el Movimiento se remonta al año de1999 y es hasta el 2001 en que se comenzó a escribir, momento en el que finalmente se entabla de alguna forma la confianza de integrantes para que se pueda acceder a la información, sobre todo oral, ritual, y ceremonial que es parte fundamental del presente. Si bien el movimiento tiene células a nivel nacional e internacional se realizó la delimitación del estudio circunscribiéndose en el Distrito Federal y parte del Estado de México, sobre todo porque es aquí donde se inicia y se concentran los líderes principales. En el desarrollo del trabajo se buscó dar respuesta a la hipótesis principal, en la que se maneja que el Movimiento está en desarrollo y crecimiento, recreando su propia historia y es a partir de ello que se plantearon diversos objetivos: • Determinar las características del Movimiento de la Mexicanidad • Ubicar sus antecedentes históricos • Describir las diferentes etapas del Movimiento • Establecer las vertientes que prevalecen • Identificar la estructura de los grupos mexicanistas • Reconocer las formas de integración y crecimiento poblacional de los grupos que lo integran • Exponer los contrastes entre la Historia imparcial y la Historia mítica que se maneja en el Movimiento Para lograr estos objetivos fue necesario apoyarse de diversas fuentes que se clasificaron en primarias, secundarias y orales. En las fuentes primarias consideramos las investigaciones que hablan sobre el tema, observando que todas ellas han sido escritas sólo desde perspectivas sociológicas y/o antropológicas; además de que los investigadores únicamente se enfocan a documentar ciertas características del Movimiento. Así mismo, consideramos en estas fuentes la investigación hemerográfica, aunque obtuvimos un resultado lacónico. Como fuentes secundarias consideramos los documentos que nacen y se reproducen en el propio movimiento, tales como libros, artículos netgráficos, novelas, folletos y reglamentos escritos desde su perspectiva y para sus propios fines. La Fuente Oral, se obtuvo a partir de las entrevistas con líderes e integrantes, así como en la participación de rituales y ceremonias de éste fenómeno social. En la metodología del trabajo el primer paso fue la construcción del marco teórico que respalda las características de este peculiar movimiento y lo ubica en el tiempo y el espacio, luego viene la exposición de la investigación documental y oral, con todas las herramientas que la teoría sobre el estudio microhistórico nos pudo proveer, siempre pensando en obtener resultados satisfactorios y útiles a otros colegas. II El Movimiento de la Mexicanidad representa un pensamiento renovador socio-religioso, una nueva forma de conceptualizar la identidad nacional, con un tinte milenarista, profético y neotradicionalista; reinventa el pasado y afirma lo autóctono y al mismo tiempo intenta globalizar su proyecto. Tiene un carácter renovadory es ejemplo de transformación cultural; ha pasado por diversas etapas y se encuentra en constante cambio con tendencias diversas, desde el sectarismo hasta la universalidad, a todo esto pertenece el mexicanista, y son estas características representadas de manera simple y llamativa (desde la danza en una plaza pública hasta la congregación de miles en zonas arqueológicas) lo que resulta atractivo para, cada vez, un mayor número de adeptos al movimiento. Es precisamente el crecimiento de este Movimiento y la forma en que se está dando lo que invitó a realizar un análisis histórico que da cuenta de un fenómeno que reinterpreta la historia y la identidad nacional. Este movimiento no ha merecido la atención de muchos investigadores dado que su presencia parece no ser trascendente, además de que pertenece a ese grupo de fenómenos sociales que no representan a las masas, que no tienen trascendencia en los grupos de poder, que no cuentan con grandes recursos económicos, que es integrado en su mayoría por individuos comunes y que por todas estas características pareciera que no tiene mucho que hacer en las páginas de la historia nacional, lo que conlleva a pensar que esta investigación queda fuera de la creación de una historia critica, monumental o biográfica; sin embargo, su cometido es mucho más humilde y sencillo, que da cuenta de un fenómeno social que por sus características permite que nos aventuremos a presentarla como un análisis microhistórico. Al respecto Luis González y González decía: La historia local no desdeña el hecho menudo. Mientras las otras especies del género seleccionan los sucesos trascendentes e influyentes y en menor escala los típicos, la microhistoria se inclina por la tipicidad; gusta de lo cotidiano. Hechos que no levantan polvareda; hechos de la vida diaria; nacimientos, matrimonios, muertes, enfermedades, tareas agrícolas, artesanías, comercio al menudeo , solaces, ferias, delitos del orden común, alcoholismo, creencias y prácticas religiosas, supersticiones, folclor en suma. Conductas, ideas, creencias y actitudes que caracterizan a una comunidad pequeña, que permiten emparentarla o distinguirla, que ayudan a establecer su originalidad, su individualidad, su misión y destino singulares y al mismo tiempo su parecido con otras comunidades o con la sociedad que la engloba. (...) Los protagonistas de la pequeña historia son generalmente individuos del pueblo raso, o si se quiere de la élite local, que difiere muy poco de la masa local. La microhistoria es el relato individualizado de los humildes de los vecinos que rara vez aparecen en la sección social de los periódicos y quizá nunca en la sección política o económica1. En este trabajo se realizó el método aprendido en aulas, pero no fue suficiente, pues aquí no existía un camino recorrido sino en plena construcción, al que tratamos de contribuir. No existían modelos de estudio, esquemas o hipótesis de trabajo, sólo una idea y bajo ella se fueron desarrollando las demás, no se contó con diversas investigaciones previas con diferentes puntos 1 González y González Luis, Invitación a la microhistoria, México, Clio, 197, p.51 de vista, sino una reciente visión antropológica que hace unos años volvió la mirada a los distintos aspectos del Movimiento, por lo tanto la bibliografía es escasa y los apuntes hemerográficos también. Nos dimos a la tarea de recopilar documentos como folletos, volantes, instructivos que nos dieran huellas de camino, y por ultimo recurrimos a la herramienta oral, que sabemos es tomada con mucha cautela por la academia. No es el objetivo principal de esta investigación dar una explicación sobre el grupo de personas que van a las pirámides y hacen rituales, o de los danzantes del zócalo vestidos de blanco que se distinguen de los danzantes semi-desvestidos, o de la ploriferación de temascales en la ciudad o el éxito de sitios mexicanistas en la internet, y aunque en el transcurso de la investigación se van dilucidando algunas+ respuestas, las motivaciones para internarnos en su estudio fueron distintas. El Movimiento de la Mexicanidad es producto de las situaciones contemporáneas, de los requerimientos económicos, políticos, sociales e intelectuales de nuestra comunidad, está ligado al pasado y al futuro a través de sus acciones y sus preocupaciones; y si bien reconocemos que hoy no resulta sobresaliente para la generalidad de la sociedad mexicana , nuestra hipótesis sostiene que seguirá creciendo y trascendiendo en la capital, en los Estados y fuera del país, por eso intentamos ser una fuente confiable como estudio histórico para entender este Movimiento. Cumpliendo en todo lo posible con la objetividad histórica investigamos y presentamos el proceso de creación y desarrollo de éste movimiento. Por último, y conscientes de que este tema ha sido circunscrito al ámbito antropológico y relegado del de la Historia es necesario aclarar que el resultado es producto de la metodología de diversas disciplinas que van de la investigación en archivos y bibliotecas a la fuente oral y la observación cercana que nos permitió reconstruir y esquematizar un entramado de personas, grupos, afirmaciones e ideologías logrando que la relación entre esta dimensión microscópica y la dimensión contextual sean el producto de nuestro trabajo, además es conveniente recordar que si bien un fenómeno social puede disolverse y desaparecer, también puede evolucionar en un fenómeno digno de ser considerado para la historia monumental. III El presente escrito se expone en los siguientes temas divididos en tres capítulos. El capitulo denominado Acercamiento a la Nacionalidad Mexicana, esclarece los conceptos claves que enmarcan el estudio: Nación, Nacionalismo e Identidad Mexicana y un breve recorrido histórico de la nacionalidad mexicana. Esta primera parte nos da la base y el fundamento del resto de la investigación, por lo que es importante aclarar que no es nuestro interés polemizar sobre los conceptos, y dado las propias características del Movimiento, nos concentramos en una visión centralista, incluso oficial, que nos da una base firme para ubicar nuestro objeto de estudio. En el siguiente capítulo llamado El Movimiento de la Mexicanidad, se aborda de lleno el tema principal, definiéndolo como Movimiento Social poseedor de signos y rasgos nacionalistas, identitarios, religiosos, revivalistas y nativistas. Una vez caracterizado se pasa a la reconstrucción histórica del Movimiento que comienza con el siglo XX y lo dividimos en lo que son los antecedentes y en la distinción de las dos vertientes mexicanistas, una llamada Mexicayotl y otra Nueva Mexicanidad. Así mismo, en este capítulo distinguimos y hacemos mención de los grupos de danza relacionados con la mexicanidad que forman parte importante del Movimiento. El capitulo tres nombrado La Tradición Oral, está documentado sobretodo con la información de campo y de observación. Se menciona la metodología de la Historia Oral, la integración de un sector de la población al Movimiento Mexicayotl y a la Nueva Mexicanidad. Y por último, la versión propia de la re-interpretación de la historia que hace cada quien desde su punto de vista. Se incluyen las referencias consultadas tanto bibliográfica como hemerográfica y netgráfica; en los testimonio orales omitimos los datos personales a excepción de los líderes entrevistados, por así preferirlo los informantes. Se reconoce de antemano que el tema no está agotado sin embargo, esperamos que el resultado de este trabajo como estudio histórico sirva de referencia a investigaciones que aborden la Mexicanidad desde sus diferentes aristas. CAPITULO I ACERCAMIENTO A LA NACIONALIDAD MEXICANA 1. ACERCAMIENTO A LOS CONCEPTOS Sipartimos de la idea de que el Movimiento de la Mexicanidad es un movimiento nacionalista, entonces debemos aclarar los conceptos que utilizaremos para poder explicar sus características. Definir lo que es un “movimiento nacional” en nuestras circunstancias sociales resulta casi imposible, ya que el concepto se encuentra en constante cambio según la interpretación en la que se incluya, por eso nos detendremos en dos definiciones que pueden orientarnos sobre nuestro objeto de estudio: Nación y Nacionalismo. NACIÓN Definición “La palabra “nación” procede del verbo latino nasci, nacer, y originalmente se refería a un grupo de población nacido en el mismo lugar, con independencia de la extensión de éste o del número de sus habitantes.1 “Nación es un grupo que quiere perdurar como comunidad”2 La nación es “una población que ha experimentado por varias generaciones una comunidad de territorio, de vida económica, de cultura, de lengua, de acontecimientos históricos, al punto de que la mayor parte de los individuos que la componen se han formado una idea precisa de esa comunidad y ha desarrollado hacia ella un elevado apego afectivo”3 Rustow reseña que en las universidades europeas de la baja Edad Media, las “Naciones” eran grupos de estudiantes que procedían de la misma región o país. Algo más tarde, se desarrolló un significado primario y otro secundario, el primero de los cuales se incorporó al uso político y el segundo al jurídico. Los dos sentidos fueron al principio bastante diferentes. Cuando los 1 Dankwart A. Rustow, “Nación” en Enciclopedia Internacional de la Ciencias Sociales. Dirigida por David L. Sill, Madrid, España, Editorial Aguilar, 1976, No.6 p.301 2 Renan, Ernest, ¿Qué es nación?, 1ª. ed.1945, Recopilación de Emile Bure. México, Alianza Editorial, 1988. p.12 3 Galindo, Luciano, Conceptos de Sociología, México, Siglo XXI, 1978, p.624 oradores de finales del siglo XVIII invocaban a la nación se referían al pueblo como sostén de un gobierno popular, en un Estado soberano o en alguna de sus subdivisiones. Por el contrario, para los juristas y diplomáticos, una Nación era cualquier Estado soberano con independencia de su forma de gobierno.4 Para los escritores radicales franceses del siglo XVIII, una nación estaba constituida por el pueblo de un país determinado, sin distinción de jerarquías y, a menudo, como contraposición al monarca reinante. En 1789-1793 los tres estamentos franceses5 que se fundieron en la Asamblea Nacional, abolieron las prerrogativas económicas y políticas de la nobleza y del clero, transformaron la Monarquía en una República y establecieron una serie de departamentos arbitrariamente trazados, sustituyendo a las provincias y las regiones. La nación era la palabra predilecta de los constitucionalistas, así como secularización, igualdad y centralización para quienes querían modernizar la sociedad y nacionalizar su estructura administrativa6. Con independencia de lo que el término nación hubiera significado para las generaciones anteriores, su sentido futuro se vio profundamente afectado por estas tendencias políticas revolucionarias. En 1920, la Sociedad de Naciones,7 que incluía a países como China, Tailandia, Etiopía, Liberia, la URSS e Irak, extendió oficialmente el término “nación” a todos los Estados soberanos de dentro y fuera de Europa, con independencia de su forma de gobierno o del carácter de su desarrollo social. Al mismo tiempo, los teóricos comunistas y los líderes políticos de los países no europeos estaban contribuyendo a la misma expansión de su uso. La fundación del Congreso Nacional en la India, en 1855 y la proclamación del “Pacto Nacional” en Turquía, en 1929 y del Partido Nacional Revolucionario en México, en 1929, fueron otros tantos tramos en el desarrollo del ideal nacional en Asia, África e Iberoamérica. Rustow señala, que los ideales nacionales deben su universalidad a dos movimientos históricos. Primero, la Revolución Francesa y las guerras 4 Ibidem. 5 Nobleza, Clero y el Tercer Estado compuesto por la burguesía y las clases populares, el 98% de la población. 6 Rustow, ibid, p.302 7 Organismo de cooperación internacional creado el 24 de abril de 1919 por la Conferencia de Paris e incorporado al Tratado de paz de Versalles. La Sociedad de Naciones agrupó en sus comienzos a 45 Estados, llegando a un máximo de 60 miembros en 1930. El fin perseguido era garantizar la observancia de los tratados internacionales y preservar la paz mundial. napoleónicas, que desde Francia difundieron este ideal a otros países europeos, especialmente Alemania, Italia, España y Rusia. Segundo, al movimiento anticolonialista del siglo XX, que se ha extendido a Asia, África y otros continentes.8 A causa de la gran propagación del término “nación”, su sentido se ha hecho confuso. La mayor parte de los escritores han dado por establecido el ideal nacional, buscando la “verdadera” definición de la nación o el significado “real” de nacionalismo. En resumen, la nación no sólo se ha convertido en un concepto clave de la teoría política, sino también en el arma favorita de la polémica política. Elementos de la nacionalidad El diccionario, de la manera más sencilla, define a la Nación como sociedad natural de hombres a los que la unidad de territorio, de origen, de historia, de lengua y de cultura, inclina a la comunidad de vida y crea la conciencia de un destino común.9 Para caracterizar a una Nación, deben tomarse en cuenta elementos objetivos, como historia, geografía, estructura económica; y elementos subjetivos tales como la conciencia, lealtad, voluntad, etc. De hecho, las llamadas formulaciones subjetivas son de ordinario intentos genuinos de definición, mientras que definiciones objetivas constituyen generalmente intentos más o menos adecuados de explicación.10 La lengua común, la historia común, el autogobierno prolongado y otras circunstancias promoverían probablemente el sentimiento nacional, pero no figuran entre las características definitorias de la nación. Los suizos son una nación, aunque hablen tres o cuatro lenguas diferentes; Israel forma una nación a pesar de que las comunidades judías hayan tenido historias muy diferentes en los 2000 años de la Diáspora, y los polacos siguen siendo una nación a pesar de su división durante siglo y medio. La nacionalidad como variable. 8 Rustow, ibid, p.302-303 9 Diccionario Larousse, México, 2000, p.714 10 Rustow, ibid, p.302-303 Incluso, una vez que se han separado la definición y la explicación, persisten varias dificultades. Una es que la nacionalidad es una cuestión de “grado”, es decir, un pueblo determinado en un tiempo determinado puede ser más o menos una nación, aunque ninguno se aproxime por completo al tipo ideal. Además, los límites de un Estado pueden no coincidir con los límites de la autoconciencia nacional: el Estado puede incluir minorías étnicas que no sientan la misma vinculación a la nación y excluir, en cambio, a ciertos grupos nacionales que quedan más allá de las fronteras y que experimentan esa vinculación. A partir de aquí es posible esbozar algunas mediciones, cuya exactitud dependerá del nivel de nuestro conocimiento previo. Una vez que se ha reconocido que la nacionalidad es una cuestión de grado, se gana muy poco con el establecimiento de una rígida línea de separación y con la insistencia en que todos los pueblos que estén por encima de esta línea son naciones y todos los que estén por abajo no. Los líderes de una nueva nación tienden naturalmente a asignar a su pueblo un lugar más alto del que en realidad merecen, en dicha escala de nacionalidad. Incluso dan por supuesta, con frecuencia, la existencia de una nación quetodavía hay que crear. Rustow aclara que el nacionalismo --es decir, el deseo de formar o sostener un Estado nacional-- ha sido así anterior, muchas veces, al surgimiento de la nación, o más bien, a su ascensión hasta una nacionalidad perfecta. No obstante, los primeros nacionalistas habrán de reconocer con toda sinceridad que su programa es un efecto, más que una causa de la existencia de su nación.11 Como cualquier tipo de lealtad, la lealtad nacional, una vez formada, puede cambiar su punto de apoyo o puede disiparse, y diversas lealtades pueden entrar en conflicto en un momento dado. Identidad territorial El moderno Estado nacional, es una forma particular del Estado territorial. El tamaño del territorio debe reconciliar los imperativos de la unidad, 11 Rustow, ibid, p.303 que imponen los límites más altos, con las exigencias modernas de una división del trabajo, que imponen demarcaciones inferiores. Incluso en esta zona media, existen innumerables procedimientos para establecer las fronteras, y es precisamente en este contexto donde hay que examinar los factores invocados por los políticos como garantías de nacionalidad, o por los estudiosos como características objetivas de una nación: geografía, historia, lengua, voluntad popular. Respecto a éstas, el mismo Rustow explica lo siguiente de cada una. Historia: La historia no es menos equívoca, existen muchas zonas donde a lo largo de los siglos y del cambio del control político, se les atribuye “reivindicaciones históricas”, por esto las actitudes nacionalistas ante la historia no deben considerarse por su valor a primera vista. La historia sirve, con frecuencia, como un repertorio de símbolos entre los que los nacionalistas seleccionan instintivamente aquellos que sirven a su propósito particular. Todo su romanticismo histórico les hace luchar casi siempre por una ruptura con el pasado inmediato de su sociedad presidido por la fragmentación dinástica o la sujeción al extranjero. De aquí que las glorias de un pasado remoto (real o mítico), se conviertan en aliados suyos en lucha contra el pasado reciente y en la búsqueda de un futuro mejor. Como Ernest Renan dijo: “olvidar y, me atreveré a decirlo, interpretar erróneamente la propia historia, son factores esenciales en la formación de una nación”12 Así los nacionalistas, generalmente encontrarán sus símbolos más adecuados entre aquellos que son respetados por las naciones modernas, que integran más que dividir a su nación dentro de los límites propuestos y que sus seguidores, pueden reivindicar con mejores títulos que sus rivales. Geografía: La “frontera natural” es, claramente, un concepto polémico más que científico. No son los valles o las islas las que constituyen naciones, sino sus moradores humanos. Recordemos que lo que estudia la geografía política es “los fenómenos políticos en el contexto de su área”. Noción que se amplía cuando lo que estudiamos son las semejanzas o diferencias regionales y nos 12 Renan, Ernest, ¿Qué es nación?, Op. cit. p.32 . interesamos por las dimensiones y las estructuras de las áreas, donde intervienen los términos de localización, distancia, espacio, distribución, configuración. Además, lo que define la relación de un grupo humano con la tierra, no es el sentido de la propiedad sino la profunda vinculación existencial que se construye a lo largo del tiempo. La noción de territorialidad no es sólo espacial, sino también temporal. Idioma: Toynbee ha denunciado el intento de “encontrar el criterio de la nacionalidad en el santo y seña de la lengua”,13 y sin embargo, en el mediodía del nacionalismo europeo, el idioma fue invocado con mayor frecuencia que cualquier otro criterio. A diferencia de la geografía, el idioma es un fenómeno humano, y a diferencia de la historia, que es continua y puede decir muchas cosas a muchos hombres, el lenguaje divide a los seres humanos en grupos distintos. Además, está estrechamente vinculado a la modernización: modernidad quiere decir interdependencia y globalización, y en las sociedades modernas hay más gente que escribe y habla a otras gentes, que en cualquier otro momento anterior. Rustow afirma que el idioma no es un criterio adecuado para la nacionalidad por diversas razones. El idioma no es una realidad fija, y la política configura al idioma de la misma forma que éste a la política. La divisiones lingüísticas europeas por ejemplo, reflejan en gran medida las fronteras dinásticas desde los siglo X al XV. En muchas otras regiones del mundo, las áreas lingüísticas son o bien demasiado pequeñas o grandes como para proporcionar un criterio utilizable por los estados nacionales modernos. Si el mapa lingüístico del mundo fuera comparado con los límites políticos en el decenio de 1960, podría mostrarse que ambos (lengua y división política), coinciden con cierta exactitud en solo dos docenas de países, la mayor parte europeos. En cerca de la mitad de los países del mundo, menos del 70 por ciento de la población habla la misma lengua y en uno de cada cuatro no existe una mayoría lingüística.14 En la mayor parte del mundo, si los presentes Estados han de convertirse en naciones, la identidad lingüística 13 Toynbee, Arnold J. “Language” A Study of History. USA, Oxford University Press. vol.6, 1954, p.536 14 Dankwart A. Rustow. “Idioma” en Enciclopedia de las Ciencias Sociales. Dirigida por David L. Sill, Madrid, España, Editorial Aguilar, 1976, No.5 . p. 304 tendrá que ser conscientemente creada o bien habrá que encontrar otros criterios diferentes de nacionalidad. Más adelante enfatizaremos en este rasgo, pues el Movimiento objeto de este estudio toma a la lengua como elemento de identidad nacional. Voluntad popular. Este es el último determinante tradicional de la nacionalidad, y es llamado “el principio plebiscitario”; Pero como solución práctica los plebiscitos sólo pueden determinar los límites nacionales en situaciones marginales e, incluso en este caso, la elección necesita ser definida y los resultados sancionados o bien por los Estados vecinos preexistentes o bien por un concierto de los poderes exteriores predominantes. Como algunos autores lo manejan, parece muy razonable que el pueblo decida, aunque el pueblo no puede decidir hasta que alguien ha decidido quiénes constituyen el pueblo. Crecimiento de las naciones La búsqueda convencional de determinantes de la nacionalidad en la historia: la geografía, la lengua y la voluntad popular; ha planteado, por lo menos, tantos problemas lógicos como ha resuelto. Un enfoque con mejores perspectivas, dice Rustow, “es el que representan las teorías recientes que conectan el fenómeno de la nación con procesos tales como la modernización y la comunicación social”15 Sólo dentro de una estructura deseable de identidad geográfica pueden reunirse los restantes elementos de un estado nacional moderno. Entre estos figuran el desarrollo de un cuerpo de funcionarios reclutados entre (y en correspondencia con) todos los grupos sociales y regionales más importantes, el desarrollo de una pauta de organización política, tal como los partidos políticos y las asociaciones funcionales, como los sindicatos y las asociaciones profesionales; y una difundida costumbre de participación política a través del voto electoral, la lectura de los periódicos, etc. Estas realizaciones políticas están, a su vez, estrechamente vinculadas a otros aspectos de la modernización, tales como una creciente igualdad social, la movilidad geográfica y social, el desarrollo de un sistema público y secularizado de 15 Ibid, p.304 educación, un incremento de la productividad económica y, bajo ciertascondiciones, la formación de una lengua nacional. NACIONALISMO Definición Para Hans Kohn “el nacionalismo es un credo político que constituye el principal apoyo para la cohesión de las sociedades modernas y legitima su pretensión de autoridad”16 Por otra parte, John Stuart Mill define el concepto de nacionalidad, como “el grupo humano vinculado por la solidaridad común, un grupo cuyos miembros colocan la lealtad al grupo como totalidad, por encima de cualesquiera otras lealtades. El nacionalismo, concentra la lealtad suprema de la abrumadora mayoría del pueblo en el Estado nacional, realmente existente o deseado”17 El Estado nacional es considerado como la infraestructura indispensable de todas las actividades sociales, culturales y económicas, que pueden expresarse en las más opuestas y variadas ideologías, en la democracia, en el fascismo y el comunismo, así como en la búsqueda de una ideología. Aunque ciertas características son comunes a todas las formas de nacionalismo, cada una de ellas está condicionada por la estructura social, las tradiciones intelectuales y la historia cultural, así como por la localización geográfica de la sociedad en la que el nacionalismo tenga su asiento. Integración del nacionalismo y la comunicación social De acuerdo con Rustow comunicación social es un término que ha sido elaborado originalmente por Karl W. Deutsch, quien explica que la nacionalidad no es una característica innata, sino el resultado de un proceso de aprendizaje 16 Kohn, Hans “Nacionalismo” en Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales Dirigida por David L. Sill, Madrid, España, Editorial Aguilar, 1976, No.6 p.306 17 Mill, John Stuart Consideraciones sobre el gobierno representativo Mexico, Herrero, 1966 p.17 social y de formación de hábitos.18 Tal aprendizaje ha surgido, típicamente, en Europa y América del Norte a través del crecimiento intenso y permanente de una estructura de comunicación social (es decir, del comercio, de los viajes, de la correspondencia y fenómenos similares), una red que vinculaba a cierto número de ciudades vecinas separadas por su hinterland rural.19 Un desafío exterior a esta nueva forma de vida y el advenimiento de una nueva generación pudieron actuar, sobre estas bases, como catalizadores en la configuración de la conciencia política de nacionalidad. El proceso de integración política, según Deutsch, se inicia de ordinario en la época prenacionalista o nacionalista con la aparición de un área medular, un área en que las capacidades administrativas y económicas son superiores al peso de las necesidades políticas. Si un estado nacional duradero se forma en torno a esta área medular, debe haber un flujo compensatorio de ventajas y de sacrificios, y los planes de integración divergentes deben ser eliminados. La formación de coaliciones políticas por encima de las clases y de las regiones y la expectativa de ventajas económicas recíprocas son buenos apoyos para asegurar el resultado final.20 La difusión del nacionalismo. Hans Kohn explica que la difusión del nacionalismo a escala global es resultado de la europeización y la modernización de las “sociedades premodernas no occidentales”. Como fenómeno de la historia moderna europea, la ascensión del nacionalismo está íntimamente vinculada con los orígenes de la soberanía popular, la teoría del gobierno por el consentimiento activo de los gobernados, el crecimiento de la secularización, el debilitamiento de las antiguas lealtades tribales, clánicas o feudales, y la difusión de la urbanización, la industrialización y los progresos en las comunicaciones.21 La primera gran revolución nacionalista, que revistió igualmente un aspecto socialista revolucionario, fue la Revolución Mexicana, que estableció la pauta para el desarrollo del nacionalismo en muchos países subdesarrollados y para su lucha contra la intervención política extranjera y la 18 Rustow, op.cit. p. 304 19 interior de un país Ibidem. 20 Deutsch, Karl W Nationalism and social communications : An inquiry into the foundations of nationality, Cambridge,1953 21 Kohn, Hans, Ibid. p.307 penetración y la explotación económicas. Una integración semejante de las revoluciones socialista y nacionalista no fue, y no podía ser, alcanzada en el siglo XIX. Características del nacionalismo El nacionalismo, a pesar de su historia relativamente breve, ha sufrido diversas transformaciones, pero lo que ha permanecido constante es la exigencia popular de un gobierno de la misma composición étnica que la mayoría. Cada pueblo que despierta al nacionalismo considera que su meta es la autodeterminación política. Estar separados, ser distintos e independientes de otras naciones, pero igual a ellas, es la aspiración fundamental de los nacionalistas para sus pueblos. El “individualismo “ y la “igualdad democrática”, de las revoluciones del siglo XVIII se expresaban en estas aspiraciones. En el siglo XIX estas aspiraciones fueron transferidas desde los individuos al grupo colectivo. Sólo de esta forma, decían los nacionalistas, podían los pueblos convertirse en sujetos autónomos y en un fin en sí mismos, en lugar de ser un medio para la política de los otros. Al respecto, Hans Khon separa diversos aspectos, explicándolos de la siguiente manera. Autodeterminación cultural La autodeterminación política es sólo una parte de las exigencias inherentes al nacionalismo; un papel casi similar corresponde a las exigencias de autodeterminación cultural. En las nacionalidades que están luchando por la creación de un Estado nacional, la aspiración a la autodeterminación cultural precede incluso a la aspiración a la autodeterminación política, y le prepara el terreno. El nacionalismo, desde principios del siglo XIX hasta nuestros días, lleva en su seno la exigencia de un fundamento nacional o popular, para toda vida cultural e intelectual. Este proceso se inicia con el declive de los elementos culturales supranacionales teóricamente universales tales como la fundamentación de toda la educación occidental en una completa formación de lenguas clásicas, etcétera; éstos elementos fueron sustituidos por una insistencia, completamente nueva, sobre lo vernáculo, sobre el prestigio político del lenguaje nacional, sobre el folklore y las tradiciones populares y sobre la accesibilidad de la cultura para las clases no instruidas. Se habla de dos direcciones fundamentales y opuestas del nacionalismo: una de la sociedad “abierta” y la otra “cerrada”. Ninguno de los nacionalismos, ni ninguna fase del nacionalismo muestra una de estas direcciones en toda su pureza, es siempre una cuestión de acercamiento. El nacionalismo abierto se inclina hacia la comunicación y su base generalmente es una organización territorial y una sociedad política al margen de la raza o del origen étnico. El nacionalismo cerrado acentúa el carácter autóctono de la nación, los orígenes comunes (raza, sangre) y el enraizamiento en el suelo ancestral. Todos estos factores determinan la “pureza” del carácter nacional y le protegen de influencias ajenas. El nacionalismo abierto acentúa la libre autodeterminación de los individuos; el nacionalismo cerrado, acentúa el determinismo histórico o biológico. 22 Raza social. El término de “pureza racial” ha constituido, con frecuencia, la base teórica de la nacionalidad a lo largo de la historia, pero hoy sabemos que al menos biológicamente esto es erróneo, puesto que todos los hombres son genotípicamente híbridos. Marvin Harris habla del término “raza social”, como contraparte de “raza biológica”, término de más peso en la formación de diversas naciones. Podemos hablar del término raza social como “grupos de significación subjetiva, sin las limitacionesque imponen los criterios de edad y sexo; la pertenencia a estos grupos es sociocéntrica y viene determinada desde el nacimiento, se mantiene durante toda la vida y confiere obligaciones o prerrogativas especiales. Las razas sociales difieren de otros grupos estratificados (como las “clases sociales”), en cuanto a los métodos que emplea para mantener su composición y la identidad de grupo, objetivos que logran mediante un instrumento ideológico especial, la idea de descendencia”23 Aunque los miembros de una raza social cambian en el curso de cada generación, el grupo conserva su identidad mediante diversas aplicaciones de 22 Ibid. p.308 23 Harris, Marvin “Raza” en Enciclopedia Internacional de la Ciencias Sociales Dirigida por David L. Sill, Madrid, España, Editorial Aguilar, 1976, No.9 p.97 las reglas de descendencia. Esta importancia de la descendencia en la ideología racial, se fue acrecentando conforme era más extensa la genealogía de un país, o un estado. Supremacía nacional Las raíces de la supremacía nacional se encuentran en las disputas de los nuevos Estados nacionales de los siglos XIX y XX, controversias sobre los territorios fronterizos, ya que cada nación hablaba de derechos “históricos” coincidentes con el momento de su máxima extensión en el pasado. Muchos de los nuevos Estados, aunque fueran producto de una mezcla étnica, se consideraban como instrumentos de poder de la nacionalidad dominante o estatal, de todas las que habitaba el territorio y negaban la igualdad a las restantes nacionalidades en “su” Estado.24 El nacionalismo ha solucionado muchas tensiones; pero al mismo tiempo, ha creado otras, en las que las aspiraciones modernas y las inmemoriales están a menudo inextricablemente confundidas. Los Movimientos Nacionalistas Es difícil prever el futuro del nacionalismo, ya que tiene elementos que le convierten en una fuerza fragmentadora dentro de un mundo de interdependencia creciente, una fuerza capaz de producir amargas tensiones y juicios unilaterales e interesados que amenacen la solución pacífica de los conflictos internacionales, por ejemplo el caso de los neo-nazis y la purificación de la raza Aria en Alemania. Por otra parte, los movimientos nacionalistas pueden ser un factor importante para impedir que una o dos de las más poderosas potencias establezcan su hegemonía sobre la totalidad del planeta o en una parte importante del mismo. En este sentido, el nacionalismo sería una fuerza de resistencia frente a la uniformidad impuesta, un baluarte de la benéfica diversidad, individualidad y libertad de los grupos colectivos. 24 Kohn, Hans, Ibid. p.309 2. FORMACIÓN DE LA NACIONALIDAD MEXICANA Una vez definidos los dos conceptos claves de nuestro estudio, podemos iniciar un sencillo análisis sobre la historia de la nacionalidad mexicana, ya que para entender un movimiento nacionalista como éste de la Mexicanidad, resulta necesario comprender el proceso que vivió México. Considerando el apartado anterior, entendemos que la ideología grupal de las naciones hace que éstas tiendan a formar gobiernos soberanos, o en otras palabras, que las naciones tienden a formar Estados nacionales. John Stuart Mill definió la nacionalidad de la siguiente forma: “puede decirse que una parte de la humanidad constituye una nacionalidad si sus miembros están unidos entre sí por simpatías comunes, que no existen entre ellos y los demás, lo que los lleva a cooperar entre sí de mejor manera que con cualquier otro pueblo, a desear estar bajo el mismo gobierno y a desear que haya un gobierno integrado exclusivamente por ellos o por una parte de ellos”25 Sabemos que el Estado-Nación es una creación de la Ilustración que toma forma concreta hasta la Revolución Francesa, por 1789. Antes de ésta, los países de Europa se gobernaban por dinastías que no se identificaban étnicamente con los diversos pueblos que gobernaban. Este concepto de nacionalidad, se funda principalmente en la idea de que el pueblo26 es partícipe de un “pacto social” –entre ellos y el gobierno-, mediante el cual ejerce la soberanía27 sobre su propio devenir dentro de un territorio (Republicanismo) y este ejercicio de soberanía se realiza a través de la participación electoral de todo aquel que es considerado ciudadano28 (democracia).29 25 Mill, John Stuart Consideraciones sobre el gobierno representativo Mexico, Herrero, 1966 26 Conjunto de habitantes de un lugar, región o país 27 Que es el poder supremo que posee el Estado. La Soberanía Nacional es la que corresponde al pueblo, de quien emanan todos los poderes. 28 Individuo que goza de ciertos derechos políticos que le permiten tomar parte en el gobierno de un país. 29 En este marco general, la pertenencia al pueblo francés era determinada por el nacimiento y la residencia de un territorio, Francia y la pertenencia a una “cultura francesa” común. Esta cultura se medía por factores como el manejo del idioma. Se dedicaron enormes esfuerzos para crear esa cultura compartida. Se imagina o trata de hablar del pueblo, como un conjunto de personas que participaban en una serie de experiencias comunes. Esta misma forma de concebir la pertenencia a la comunidad nacional se repitió en el enorme empeño que hubo en torno a la educación publica: en el esquema francés la educación pública es un instrumento de la nacionalidad, no sólo porque en ella se imparte una serie de conocimiento sobre la patria, sino de manera más sutil y también más importante--, porque representa una experiencia común para todos los franceses. Es también por esto que buena parte de los organismos Teniendo lo anterior en cuenta, un análisis de la nacionalidad mexicana, bien puede partir de la influencia de la ilustración en la formación del Estado- Nación que es hoy día México. Sin embargo, para comprender ampliamente el desarrollo de las ideas y sentimientos nacionales mexicanos, y para fines prácticos de este trabajo, necesitamos revisar las ideas de nacionalidad que no corresponden plenamente a la de Estado-Nación y que tuvieron un papel importante en el desarrollo de esta idea, aún durante y después de la Independencia, cuando oficialmente ya se había abrazado una ideología de nacionalidad que correspondía, en sus trazas generales, al republicanismo francés y norteamericano. Nos referimos a la importancia de comprender la naturaleza de ideas sobre “nacionalidad” o sus equivalentes, tanto en la era prehispánica como en la época colonial. No se puede dejar de lado la revisión de algunas ideas españolas, porque es sobre la base institucional del Estado Español que se funda la nacionalidad mexicana; así mismo y de manera más general, veremos diversos tipos de ideologías comunitarias que han servido o que han obstaculizado la formación del sentimiento de nacionalidad mexicana. LOS MEXICAS Emprendemos nuestro análisis con los mexicas porque conocer las formas en que se daba la idea de comunidad en esa época, nos ayuda a concebir la diversidad del concepto de nacionalidad en la historia relativamente reciente de México (los últimos 500 años) y aún en la actual, ya que algunos aspectos de estas ideologías comunitarias han persistido; también porque las nociones de los antiguos nahuas corresponden en muchos puntos a las de otros grupos mesoamericanos y porque el Movimiento de nuestro interés, ha pretendido retomar algunas de las formas políticas del México Antiguo. Retomando a Lomnitz, sabemos que en esa época, los dominios de los Estados indígenas no correspondían a los límites de una sola comunidad culturales y burocráticos franceses funcionande manera centralizada y perfectamente “racionalizada”, es decir, estandarizada. A través de sistemas de exámenes y de acreditaciones: pertenecer a la cultura francesa significaba tener acceso a los mismos mecanismos de evaluación que todos los demás franceses. (Lomnitz: 344-345) lingüística territorial,30 así mismo, entendemos que la noción de comunidad se desarrolló de manera muy importante en la institución del calpulli, piedra angular del sentimiento de comunidad en la era mexica. En el momento de la conquista, el término calpulli tenía varios significados, pero el substancial trata de “una unidad económico-administrativa, que estaba formada por un grupo de personas relacionadas a través de un linaje (aparentemente familias nucleares y un jefe administrativo), real o mítico, dedicados a la misma ocupación, las cuales, al establecerse en determinado lugar, se apropiaban de cierta extensión de tierra”31 González Torres define al calpulli como “institución mesoamericana muy importante, originalmente gentilicia, que reconocían una ascendencia mítica común, que generalmente habitaba un territorio definido. Los especialistas en cierto oficio también solían ser miembros de un calpulli. Posteriormente y sobre todo en Tenochtitlan, el calpulli se convirtió en una especie de barrio y una forma administrativo organizativa de división de la tierra por los gobernantes”32 Los mexicas, una vez establecidos practicaron la agricultura temporal y de riego, pueblo de antigua tradición agrícola donde la tierra se convirtió en el medio más importante de producción. 33 En este sentido, la cuestión “nacional” en la era precolombina no dependía de lo “étnico” tal y como nosotros lo entendemos, como la pertenencia a un mismo grupo lingüístico, racial o cultural, sino de la pertenencia a un conjunto de comunidades que compartían aquellas características objetivas antes mencionadas: un territorio, una lengua, una autoridad y una identidad común respaldada en la historia y el gobierno. Los estudiosos opinan que son de igual importancia, dos aspectos del sentido identitario de la vida humana característico de los mexicas, expresados en las particularidades de la ideología del sacrificio y la esclavitud. Sin embargo 30 “Las grandes ciudades, como Tenochtitlan, Texcoco o Azcapotzalco, albergaban migrantes de muchas zonas, incluyendo hablantes de varias leguas distintas, es decir que eran ciudades cosmopolitas. El gran Tlatoani de Tenochtitlán era señor no sólo de los nahualtlatos de Tenochtitlan, sino también de los otomís, mazahuas, etc. Aparte de los esclavos que podían vivir en la ciudad sin ser originarios de ella”. Lomnitz p.347 31 Ibid p.73 32 González Torres, Yolotl Diccionario de mitología y religión de Mesoamérica México, Ed. Larousse, 1999 p. 33 33 Para información detallada sobre esto se puede consultar el articulo de González Torres, Yolotl “Formas de propiedad de la tierra entre los mexicas” en Relaciones de producción y tenencia de la tierra en el México Antiguo, México, INAH, 1981. para nuestro estudio consideramos que no es necesario adentrarnos en ellos, dado que en la ideología del Movimiento que estudiamos, son ajenos y aún más, negados como parte del México antiguo. LA COLONIA En esta etapa nos encontramos con una nueva complejidad debido al sistema de castas que prevalecía, ya que se reconoce la existencia de diversas relaciones jerárquicas establecidas por las diferencias raciales. Muchas de las comunidades indígenas mantuvieron de forma parcial varios de los atributos comunales del calpulli: en parte una relación estrecha con la tierra que se reflejaba de manera ritual y religiosa; en parte por una organización política parecida que respondía a las demandas de los españoles, como el tributo, el culto cristiano y los trabajadores. Buena parte de la organización territorial, política y religiosa de éstas, tendía a coincidir también, al modo del calpulli: , con unidades de parentesco; algunos de los barrios y las comunidades indígenas de la Colonia eran incluso continuaciones directas de los calpultin,34 sin embargo, mucho de esta coincidencia se fue quebrantando con la enorme mortandad que hubo ente los indígenas a lo largo del siglo XVI y con los movimientos de población que respondieron a las nuevas demandas económicas de los españoles. Además, para resolver las dificultades que se derivaban de controlar a las poblaciones indígenas dispersas, los españoles las “concentraban” en poblados más grandes.. Recordemos que en el plano ritual, cada pueblo adoptó uno o varios santos, que junto con el adoctrinamiento cristiano, permitieron mantener el estrecho vínculo que tenían con los dioses. De esta suerte, el espíritu comunitario indígena mantuvo, aunque de manera transformada, vínculos permanentes con la tierra, la familia y los dioses. Además, las comunidades indígenas coloniales se encontraban bajo un nuevo concepto racial, la categoría de indio era ante todo una categoría racial que a su vez también tenía implicaciones de Estado: “los indios (definidos racialmente) eran aquellos que podían aspirar a pertenecer a estas 34 Plural de calpulli comunidades, e indios eran aquellos que tenían la obligación de rendir tributo, trabajo y obediencia a los españoles”35 De acuerdo con Lomnitz, los grupos mestizados comenzaron a pensar dos factores nuevos en el proceso de identificación social: el dinero y la aculturación hacia lo hispano.36 Estos dos factores están interrelacionados en la construcción de ideas de comunidad y por ello se tratarán en conjunto. Los españoles de la era colonial tenían un concepto genealógico de Nación. Los miembros de una nación descendían de una misma sangre, recordemos que el papel ideológico de la “sangre” en España es sutil y a la vez es crucial para comprender el proceso mediante el cual se conforma la nacionalidad mexicana. Lomnitz nos relata: “La importancia de la sangre en el régimen español data de la Reconquista, en el periodo inmediatamente anterior al descubrimiento de América. En esas épocas hubo movimientos para separar y distinguir entre los “viejos cristianos”y los judíos y moros conversos. Este movimiento es parte de una tendencia más amplia que se registró en España de nacionalizar a la Iglesia católica, y de hacer de los españoles los caballeros defensores de la fe (y también los beneficiarios principales de la expansión de la fe.) Así, en la España medieval comenzaron a expedirse “certificados de limpieza de sangre”, sin los cuales un individuo descendía de muchas generaciones de cristianos. El concepto tiene especial interés antropológico porque liga dos aspectos importantes del honor: por una parte la confiabilidad del individuo y por otra la castidad de las mujeres del grupo. Como la honra se medía a través de la sangre, importaba mucho en esta ideología la paternidad y la maternidad biológicas, reforzando así los lazos entre el honor y el control sobre la virginidad, y después del matrimonio, sobre la fidelidad sexual en las mujeres.37 Todo esto es importante porque esta noción española de sangre como algo que predice y que refleja el honor y la confiabilidad del individuo se convierte en la base de la idea española de nación, que era entendida como un grupo que mana de la misma sangre, por esto los españoles en el Nuevo Mundo reconocían la existencia de tres naciones: la nación española de viejos cristianos, la India y la africana. Sin embargo, el concepto de nación no era el único que operaba en la organización cultural del mundo de los españoles en América, porque de acuerdo al autor, encontramos al menos otros dos elementos de la nacionalidad: la patria y la aculturación. 35 Lomnitz op.cit. p.352 36 Entiéndasecomo el proceso de adaptación a lo hispano p.352 37 Lomnitz op.cit. p.353-354 La idea de patria reconocía la importancia del lugar donde se nacía y se criaba,38 nacer y crecer en cierta localidad influía en el desarrollo del individuo. La importancia que se le daba a la tierra es interesante porque complica el esquema puro de sangre; así, por ejemplo, había españoles que pensaban en el proceso de degeneración de la herencia que se daba en tierra americana: “un pimiento después de dos generaciones se convertía en chile, y un español trabajador tenía hijos criollos que se convertían en holgazanes”39o respecto a la aparición de castas por criollos decían: “se unen con la mulatas, de quienes han mamado, juntamente con la leche, las malas costumbres”40 Esta influencia de la tierra era pensada sobre todo en términos de los influjos físicos provenientes de las cualidades climáticas y químicas de los diversos lugares: la humedad, el calor, el frío, todo eso influía en el desarrollo de las cualidades humanas, aunque variaban las apreciaciones sobre la naturaleza o los efectos de tal o cual tierra en particular. En resumen, la tierra y la herencia eran componentes centrales de las personas y, por extensión, de la nación en la ideología española. El tercer factor importante en la concepción del grupo social era el de la aculturación a través del aprendizaje. Entendamos aculturación como el contacto de culturas,41 que en el caso de México se trata de una interacción indo-española. Armados de estos datos, volvamos al caso del indígena que se separó de su comunidad, pues habíamos dicho que estos individuos podían aspirar a un lugar dentro de la nueva estructura a través del dinero y de la aculturación, incluyendo en algunas ocasiones el status quo anterior otorgándoles ventajas a los indígenas de origen noble. Se tienen ahora nuevos conceptos como el del 38 “Este es el sentido original de la palabra criollo. Cuando un esclavo negro había nacido en Veracruz se decía que era criollo de Veracruz. Por eso la gente de la nación española que nacía en México era conocida como criollo de México y los indios eran criollos de las indias” (Lomnitz:354). En adelante llamaremos criollos a las personas cuyos padres son europeos de cualquier nacionalidad, mestizo es casi cualquier mexicano con porcentajes variables de sangre india y europea o asiática. Criollos y mestizos generalmente comparten una cultura mexicana, la cual tiene sus variaciones dependiendo de la clase social y de la región del país. 39 Lomnitz op.cit. p.354 40 Lafaye, Jacques Quetzalcóatl y Guadalupe, México, F.C.E. 2002, p.49. 41 “Aculturación es el proceso de cambio que emerge del contacto de grupos que participan de culturas distintas. Se caracteriza por el desarrollo continuado de un conflicto de fuerzas, entre forma de vida de sentido opuesto, que tienden a su total identificación y se manifiesta, objetivamente, en su existencia a niveles variados de contradicción” Aguirre Beltrán Gonzalo. El proceso de aculturación en México, México, Editorial Comunidad--Instituto de Ciencias Sociales, 1970 p.36 libre albedrío y el de patria y es a través de éstos que se entienden mejor las alternativas de los indios. Esto significó oportunidad de participación en la economía, integración a la neo-sociedad y asimilación a una organización más grande, en la que algunos podían aspirar a cierto progreso de su vida. Ahora nos acercaremos a los criollos; este grupo se distinguía de los peninsulares no por su cuna, sino por la autoridad española, que servía para discriminar en los terrenos del comercio, de la religión, del ejército y de la burocracia. Debido a esto no se puede hablar de un nacionalismo criollo (frente a los españoles), tal vez es más correcto el uso del término “patriotismo criollo”, es decir, de una conciencia colectiva fundada en la territorialidad, que avanzaba en el mismo sentido de lo que después crearía (o inventaría) a la nación mexicana. En los criollos “se observa una perfecta continuidad con un pasado, a lo largo del cual ha germinado lentamente la conciencia nacional mexicana”42 Por otra parte, es evidente que ese patriotismo criollo podía también encontrar apoyos fuera de ellos mismos, entre todos aquellos individuos mestizados que no pertenecían ya a una comunidad indígena y para quienes la pertenencia a una patria bien valorada podía ser importante. Por último, es interesante notar la posición de los esclavos africanos frente a estas cuestiones de patria, nacionalidad y comunidad. A diferencia de los indios, para los españoles los esclavos no tenían ninguna pertenencia cultural (heredada o propia), y además, la legitimación misma de la esclavitud43 por la que a éstos se les obligaba a recibir una instrucción cristiana, bajo la supuesta esperanza de que después de sufrir todas las penas de una vida dedicada al servicio incondicional, pasarían a mejor vida. A diferencia de los indios, los esclavos no eran redimibles como comunidad, sino únicamente como individuos y eso sólo después de la amargura de la esclavitud. Debido a esto, siempre se intentó evitar la construcción de comunidades negras: se prohibió la asociación de más de dos negros y de todas las, con la excepción de las cofradías religiosas, y aun éstas tuvieron épocas de ilegalidad por su potencial subversivo.44 42 Lafaye Op.cit. p.125. 43 Que era la de deshacer a pueblos que se resistían a la evangelización: en principio, los esclavos eran cautivos de “guerras justas”, es decir, de guerras contra infieles que se negaban siquiera a oír a los evangelizadores 44 Aguirre Beltrán G. La población negra en México, México, 1946 Las consideraciones anteriores nos parecen fundamentales para comprender el desarrollo de la nacionalidad mexicana propiamente dicha, pero antes de pasar a ese tema, es importante mencionar además un efecto político del régimen colonial. El sistema mismo, por sus características, ayudó a delinear el Estado–Nación, pues la figura del Virrey, como responsable último de todas las ramas de gobierno –no sólo las administrativas sino también la eclesiástica y la militar--, ayudó a los criollos y sus diversos aliados a imaginar un nuevo Estado que se quiso construir con la Guerra de Independencia. Un Estado centralizado en la Ciudad de México, regido por patriotas mexicanos y no por peninsulares. Ejemplo de esto lo encontramos en el complot de Guillén Lampart, del que Lafaye resume: “Su programa, por utópico que pueda parecer desde ciertos aspectos, era entonces perfectamente coherente: respondía a las aspiraciones de los sectores más insatisfechos de la sociedad: los monjes, la aristocracia criolla y los esclavos, accesoriamente los caciques indios. La nación mexicana estaba ya allí, y el programa de la Independencia quedaba esbozado con todo lo que implicaría de referencia al pasado mucho más que al futuro”45 LA NACIONALIDAD EN EL MÉXICO NACIENTE Cuestión central durante la Revolución de Independencia fue ¿cómo transformar al patriotismo criollo en un nuevo nacionalismo? Pues se trataba de incluir a los grupos sociales nacidos en México, pero que, en los términos hispanos del siglo XVIII, no pertenecieran a la “nación” europea. Lomnitz nos dice que éste problema se presentó como una cuestión práctica antes que como un problema teórico, ya que se necesitaba saber cómo hacer que la “patria” inspirara y movilizara a sujetos que no pertenecían a la comunidad privilegiada de los criollos y además fuera tan relevante que opacara la cuestión de las clases y de las castas.46 Las respuestas sencillas fueron dos. En primer lugar se podía redefinir la idea de nación y de nacionalidad, de tal forma que la pertenencia a una patria común determinara y definiera la pertenencia a una nación. Ensegundo lugar se podía mantener el sistema multicultural con una élite europea, pero en un 45 Lafaye Op.cit. p.65-66. 46 Lomnitz op.cit p.357 contexto en el que todos se beneficiaran porque todos, indios, negros, etcétera, amaban a la misma patria.47 A nivel práctico, desde luego existen diversas formas de mezclar estas dos opciones, y de hecho ambas fueron combinadas completamente. Lo importante es ver que cualquier ideología independentista tiene un fondo patriota común, es mucho más sencillo compartir un amor por la patria que ponerse de acuerdo respecto a cuáles eran las características de la Nación. De igual forma, encontrar símbolos que la representen: “el suelo sagrado de la patria, el águila azteca, los volcanes, la plata que se extraía, el cielo del Altiplano y también las pirámides y las grandezas de la cultura indígena prehispánica, cuyos restos materiales formaban ya parte de la tierra y cuyos restos simbólicos dotaba al paisaje de un nombre propio: México, no Nueva España”48 Este conjunto de símbolos que se pueden llamar propiamente patrios (y no estrictamente nacionales) se habían ido desarrollando desde los inicios del patriotismo criollo, a fines del siglo XVI, y para la época de la Independencia ya se habían constituido en un repertorio bien conocido: las obras artísticas que ensalzaban los productos y paisajes del Nuevo Mundo, la presentación de las civilizaciones precolombinas como paralelas a las de la antigüedad clásica de Grecia y Roma, y la afirmación de la legitimidad y de la autonomía del cristianismo mexicano a través del culto guadalupano y la búsqueda de un cristianismo prehispánico en figuras tales como Quetzalcóatl, la cruz de Palenque etcétera; éste proceso de mexicanización o “re-mexicanización” -dice Lafaye-, ya había ganado todas las capas de población, “era imposible de otra forma ante este panorama”49 La novedad del patriotismo independiente a esta tradición criolla fue que, establecido el Estado mexicano, se pudo proceder a darle estatuto oficial a estos símbolos. Así, Hidalgo enarboló el estandarte de la Virgen de Guadalupe, José María Morelos usaba una bandera con el águila en el nopal y la inscripción Viva la Virgen María; Iturbide también adoptó el águila azteca y en 1821 formó la Orden de Guadalupe para soldados, insurgentes, profesores y 47 Ibidem 48 Lomnitz op.cit p.358 49 Lafaye op.cit. p.108 eclesiásticos destacados. Se imprimieron las primeras monedas con la figura del águila azteca. Desde 1821 a 1853 se compusieron varios himnos nacionales, hasta que se adoptó la canción patriótica de González Bocanegra en 1854. Sin embargo, esta formulación de signos y objetos sacros de la patria, no tuvo una contrapartida tan simple en la definición de la nación, y podemos decir que la cuestión propiamente nacional ha sido polémica desde entonces. Las formas en que se identificó la patria con la nación fueron evolucionando de maneras interesantes que nosotros sólo veremos muy esquemáticamente. SIGLO XIX Liberales y conservadores Con la proclama de defender la Independencia, liberales y conservadores entablaron enconadas luchas por las diferencias ideológicas, ambos perseguían la paz y el progreso de la nación recién independizada, pero diferían notablemente en la forma de conseguir ese propósito, lo que los llevó a constantes conflictos sobre la organización política de México. Los liberales eran firmes partidarios de instaurar una República Federal; los conservadores propusieron el modelo de República Unitaria o Centralista, sin excluir a la monarquía. Los conservadores defendían el mismo antiguo orden social de la Colonia que se basaba en privilegios y favores en beneficio de ciertos grupos, sostenían que el ejército, la Iglesia y las minorías acaudaladas (y educadas), debían conservar su poder. Brading nos dice que “ignoraban la historia azteca como un fenómeno irrelevante y buscaban hacer de la Colonia, Nueva España, el verdadero y único pasado mejicano aceptable. El hispanismo surgía de una nueva reacción contra el indigenismo presente”; a esto, se sumaba el voto al catolicismo, se quería proteger a la iglesia contra cualquier interferencia secular y proteger su propiedad y privilegios ya que en esta veían el lazo común que ligaba a todos los mexicanos, cuando todos los demás habían sido rotos.50 50Bradin, David “La reacción” Los orígenes del nacionalismo mexicano. México, ERA, 2000, p.109-115 Los liberales creían en la libertad y en la soberanía de la voluntad general, en la educación, la reforma, el progreso y el futuro. Los ideólogos liberales contemplaban una república federal democrática, gobernada por instituciones representativas, una sociedad secular libre de la influencia clerical, una nación de pequeños propietarios, campesinos y maestros artesanos, con el libre juego del interés individual liberado de las leyes restrictivas y del privilegio artificial. Irrevocablemente individualistas, asumían la doctrina económica clásica de la mano invisible que armonizaba los intereses del individuo, con los de la sociedad. Una vez que hubieran desaparecido los obstáculos que impedían el desarrollo de la libre empresa, la actividad del Estado quedaba reducida a la defensa nacional, la educación y la seguridad interna. Pensaban que la libertad traería el progreso y la prosperidad. Como verdaderos herederos de la Ilustración, los liberales mexicanos juzgaban que la Iglesia católica representaba el principal obstáculo al progreso y al desarrollo de una sociedad moderna porque en tres áreas vitales la Iglesia bloqueaba las aspiraciones liberales: la acumulación de propiedades, los privilegios legales y el control de la educación. Otro obstáculo al progreso era la supervivencia del indio como entidad legal; más un estorbo que un desafío, el indio manifestaba muchos de los defectos de la Iglesia, la solución fue la Reforma, cuando los pueblos de indios así como las instituciones eclesiásticas y los ayuntamientos fueron clasificados como corporaciones y legalmente descalificados como sujetos de propiedad de la tierra, obligados a distribuir sus bienes entre individuos habitantes de los pueblos, en una generación muchas comunidades perdieron su tierra y su identidad indígena. 51 Si bien las dos facciones, liberales y centralistas, tenían una fuerte posición en el gobierno, el credo dominante de la nación política era el liberalismo y la verdadera división de la política mexicana residía entre las diferentes facciones de esta ideología. El liberalismo abarcó casi cuatro décadas, atravesó diversas fases y obtuvo el apoyo de un amplio grupo de intereses. La nueva nación 51Bradin, David op.cit. p.101-109 Durante el siglo XIX, en general hubo un movimiento más o menos uniforme por hacer de la Patria el criterio definitorio de nación, como mencionamos antes, las formas en que se identificó la patria con la nación fueron evolucionando. En los primeros años de la vida independiente, uno de los legados que se le atribuyó uniformemente a la nación fue la religión católica.52 La Iglesia se considera un legado fundamental e innato de la nación mexicana en la era independiente temprana, este lazo de la nación con la religión no se rompe sino hasta la Constitución de 1857 y el proceso de desnacionalizar a la religión (que nunca fue logrado en su totalidad) y la sustitución de esa fe por la democracia liberal y universalista, es una parte central de la historia de la nacionalidad mexicana. Por otra parte, independientemente del apoyo que la nacionalidad pudo encontrar en la religión, la dificultad que se tenía para definir a la nación se reflejaba en losvaivenes que hubo en los modos y maneras que en ésta se sentía y se representaba.53 Por un lado, se trató de hacer de la patria, el criterio definitorio de la nación, con el principio de que todo aquel nacido en México era considerado mexicano, pues una de las diferencias centrales entre México y Nueva España, era que la pertenencia supuesta a una nación común (definida a través de la patria común) hacía posible que los pueblos campesinos y otros contingentes pobres hicieran sus reclamaciones políticas en términos de derechos ciudadanos y no en los términos de pertenencia a una casta subordinada. Sin embargo, esta transformación también podía significar la pérdida de ciertas prebendas para grupos subalternos, sobre todo para los indios. Desde los primeros años de la Independencia comenzó el asalto ideológico y real a las tierras comunales de los pueblos, y a otras instituciones de la comunidad 52 Recordemos que en 1808 se dieron las tres garantías: religión única, unión de todos los grupos sociales e independencia de México. Ya en 1821 por el Tratado de Córdoba queda consumada la Independencia y se retoman las garantías. La Iglesia se considera un legado fundamental de la nación mexicana en todos los principales actos y documentos de la era independiente temprana, empezando por la apropiación de la Virgen de Guadalupe por el Cura Hidalgo y pasado por los planes políticos de Morelos e Iturbide y por la Constitución de 1824. En las Siete Leyes de 1836 se estipulaba que los mexicanos tenían la obligación de profesar la religión católica, y ni siquiera las leyes anticlericales promovidas por José María Luis Mora en 1833 minaron el estatus oficial del catolicismo. 53 Lomnitz op.cit. p.359 indígena tales como los hospitales, los puestos públicos, las escuelas, los manejos de cajas de comunidad y por supuesto su propia percepción como individuo. Este asalto tenía como contrapartida los movimientos indigenistas que buscaban identificar a la nación con la raza indígena54 y se expresaron en las esferas políticas y en conflictos regionales;55 sin embargo, esta posición política iba en contra del precepto central del liberalismo, que era la ideología dominante del movimiento independiente, según la cual una República está compuesta por una patria aunada a una Nación soberana. Para 1850 era ampliamente aceptado que sólo la mitad de la población de México era india, el resto, clasificado durante la colonia como españoles americanos, mestizos y mulatos, compartían una cultura radicalmente diferente que la española de origen, había adquirido suficientes características locales como para ser mejor definida como simplemente mexicana.56 El mestizo era el nuevo mexicano, era la nueva raza nacional; esta idea en un principio se limitaba al reconocimiento de la grandeza de sus predecesores, tanto indígenas como españoles, pero fue Juárez quien le dio forma. Mientras que por un lado se buscaba mantener los espacios de comunidad indígena dentro de un marco nacional pluralista, Juárez buscaba darle un nuevo lugar, se puede decir “ascender” al indio al nivel cultural de los europeos, dándole la oportunidad y los recursos. Así, el liberalismo de Juárez buscaba redimir al indio a través del acceso a los bienes de la ciudadanía: educación, derechos universales, igualdad. Por eso la visión nacional de Juárez fue la primera y tal vez la única que manó verdaderamente de los ideales nacionales, democráticos y universalistas de la Revolución Francesa.57 Juárez buscaba formar una nacionalidad compuesta por una ciudadanía, definida a través del nacimiento común en una patria, que tenía una verdadera igualdad de acceso a la protección y a la representación en el Estado. Rompió 54 Ibidem 55. “Los conflictos regionales fueron llamados “guerras de castas”, pero deben ser entendidos también como movimientos nacionales, porque se reconocieron como conflictos entre indígenas, criollos y ladinos, (definidas en general en un lenguaje de “sangre”), por el manejo de territorio y apropiación de la religión. Estallaron hacia fines de la década de 1830 y en los años que van de 1840 a 1869”. Florescano, Enrique Etnia, Estado y Nación, México, Aguilar, 1998, p.474. 56 Brading op. cit.. p.129 57 Lomnitz op.cit p.364 el lazo privilegiado que había mantenido hasta entonces la Iglesia con la nacionalidad mexicana, ya no se necesitaba una Iglesia nacional para legitimar el país, bastaba la libertad e igualdad de los mexicanos bajo el manto de la ley y el marco de la patria.58 Sin embargo fue más fácil desnacionalizar la Iglesia que construir una ciudadanía nacional. Las Leyes promovidas por Juárez contribuyeron a erosionar a las comunidades indígenas que habían mantenido la herencia comunitaria del calpulli, desmembramiento que aumentó con el desarrollo capitalista y con la “paz y orden” porfiriana, incluso en el siglo XIX el término indio cobró una nueva acepción, fusionando factores de raza con factores de clase significaba pobre, inculto, moreno, sucio, etcétera. En realidad la mayoría de los pobres de México seguían excluidos de los derechos nacionales (igualdad ciudadana, educación pública, derecho de representación en el Estado), pues los recursos de la burocracia nacional eran escasos y su control era utilizado primordialmente para el desarrollo de las clases sociales en el poder durante esa época. La lucha por el poder y la lucha de clases en este periodo, se convirtió también, en algunos sectores, en una lucha nacional, pues el progreso logrado durante el porfiriato, se fundó en buena medida en concesiones a capitales extranjeros, y los sectores sociales que quedaban afectados negativamente por ellos, se aliaron con los grupos políticos excluidos del monopolio que el grupo de Don Porfirio ejercía sobre el aparato burocrático. Estas alianzas dieron inicio a la Revolución.59 REDEFINICIÓN DE LA NACIONALIDAD A PARTIR DE LA REVOLUCIÓN El nacionalismo revolucionario se basó en dos puntos básicos: la doctrina de la igualdad entre las razas y en la idea de que el mexicano era un descendiente por partes iguales de lo español y lo indígena. Durante la década de los veinte, estalló una efervescencia nacionalista que redescubrió y recreó la cultura india, así como la tradición popular. La construcción de un nacionalismo que reconocía sus raíces indias y la existencia 58 La figura misma de Juárez, y de muchos de los hombre de su generación, eran una prueba viviente de que estos ideales eran alcanzables. 59 Lomnitz op.cit p.365 de una rica tradición popular (ambas ignoradas durante el porfiriato), parecía un inmenso proyecto destinado a construir un nuevo país. El mestizo era imaginado como hijo de un padre español y de una madre indígena. Lomnitz nos explica: “La importancia de esta formula es doble: por una parte ubica a la conquista española como el punto de origen de la raza y de la cultura nacional, y permite así que se desarrolle o se fortalezca toda una mitología nacional a partir de este hecho, por otra parte, y esto es quizás aún más importante que lo anterior, la identificación de lo europeo con lo macho y la feminización de lo indígena permitió la formulación de un nacionalismo que fue a la vez modernizante y proteccionista”60 A través de la postulación del mestizo como protagonista de la nacionalidad, se conforma un nacionalismo que era a la vez modernizador y proteccionista, popular y autoritario. Ramos en su obra El perfil del hombre y la cultura en México, nos habla de dos mundos: “uno es primitivo y pertenece al indio, el otro civilizado y es del dominio del hombre blanco”61 el mestizo proviene de este mundo “primitivo”, y al igual que su padre europeo, tenía una propensión hacia la acción, hacia
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