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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ARAGÓN “LA COMUNICACIÓN COMO DESESTRUCTURAMIENTO DEL MUNDO Y EL LENGUAJE COMO SURGIMIENTO DEL SER” T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN COMUNICACIÓN Y PERIODISMO P R E S E N T A: OSCAR MARINO CASTRO JIMENEZ ASESOR: LIC. LUIS ALFREDO GONZALEZ MORALES MÉXICO, SAN JUAN DE ARAGÓN. DICIEMBRE 2008 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A DIOS POR LA GRACIA DE LA VIDA, EL AMOR DE LOS SERES HUMANOS, LA OPORTUNIDAD DE RECTIFICAR. POR ALCANZAR UN LÍMITE AL QUE NUNCA PENSÉ LLEGAR A MIS PADRES MAMÁ: TU AMOR, PACIENCIA, TOLERANCIA, COMPRENSIÓN, TERNURA, SACRIFICIO… PAPÁ: TU AMOR, CARÁCTER, FORTALEZA, DISCIPLINA, HONESTIDAD, RECTITUD… POR GUIARME EN LA VIDA, AMARME Y RESPETARME; POR ENSEÑARME EL AMOR, LA VERDAD Y LA BELLEZA. MIS HERMANOS POR SU EJEMPLO, COMPAÑÍA Y SOSTÉN DÍA A DÍA. UNAM POR DEJARME CRISTALIZAR MIS SUEÑOS, ESTUDIOS Y MEDITACIONES; EL ANHELO DE SER UN MEJOR CIUDADANO. MAESTROS PO R SU DEDICACIÓN, ENTREGA Y AMOR AL CONOCIMIENTO. A LA COMUNIDAD DE ANÓNIMOS POR RECUPERARME. A TI HERMOSA VALLERIA POR SER EL SUEÑO CRISTALIZADO, LA NOCHE ESTRELLADA, EL FULGOR EN LA OSCURIDAD, TU APOYO Y ENTREGA DESINTERESADO. POR SER MI COMPAÑERA. G R A C I A S INDICE Introducción. l Capítulo 1: El lenguaje 1.1 Surgimiento del ser 1 1.2 El lenguaje como necesidad del hombre 5 1.3 El poeta: Arturo Rimbaud 10 1.4 Lenguaje. La poesía como esencia de la palabra 15 Capítulo 2: La comunicación 2.1 El descubrimiento del mundo 21 2.2 El ser en situación 24 2.3 La aparición del Otro 31 2.4 El mundo recortado en el lenguaje 34 Capítulo 3: El fracaso de la comunicación o la era de la religión 3.1 Lenguaje y comunicación 37 3.2 El lenguaje actual ¿es comunicación? 45 3.3 Comunicación y Religión 48 3.4 La comunicación es imperfecta 54 Capítulo 4: La libertad de elegir: “La democracia” 4.1 El hombre: ser en soledad, ser en comunión 56 4.2 La libertad del significado 59 4.3 ¿Qué es libertad en la comunicación? 63 Conclusiones 66 Fuentes 69 INTRODUCCIÓN El presente trabajo es un esfuerzo para delinear una propuesta sobre el lenguaje y la comunicación, para ello nos basaremos sobre el modelo de comunicación Quién dice qué a quién con qué fin y con qué medio. Este paradigma comunicativo escogido es funcionalista, la causa de su elección es su practicidad, pues sus elementos son muy claros y permiten su explicación por separado de forma sencilla y fácil, además de contener el fin de la comunicación, ya que muestra la intencionalidad de los participantes en el momento del diálogo, como punto medular del acto comunicativo. Creemos, además, que un modelo más completo (como el de Berlo) sería idóneo pero para una tesis de maestría o doctorado. De este modo hemos dividido en cuatro capítulos esta investigación. En el primer capítulo explicaremos la primer parte de dicho paradigma: Quién dice; a este respecto describiremos cómo fue la evolución que tuvo el cuerpo humano para lograr el desarrollo del cerebro hasta lograr la invención del lenguaje en concomitancia con el trabajo, y cómo ambos elementos provocaron lo humano del hombre: su conciencia. De este modo el lenguaje se convierte en su motor para hacer surgir su ser y manifestar su experiencia: su acaecimiento en el mundo. Haremos coincidir la teoría del signo lingüístico de Ferdinand de Saussure (estrictamente la unidad conceptual) con la conciencia de algo de Edmundo Husserl , y la unidad fónica con el acceso que tiene el hombre en su discurso, develando así su modo de ser, su punto de vista y su sentido. Tomaremos como ejemplo de un punto de vista sobre la realidad el sentir del poeta Jean Arthur Rimbaud, de un ser que acaece en el mundo y se manifiesta a partir de esta experiencia, pues al cubrirse y llenarse el hombre de él a sí mismo, en una conducta comprometida con el mundo, se destaca que el lenguaje poético produce conciencia al descubrir el ser y encontrar su esencia. Al poeta lo consideraremos como la esencia del ser del hombre en su existencia, ya que le proporciona el significado a las palabras porque él es libre; así la poesía es la expresión pura del lenguaje, siendo instauración del ser. En el segundo capítulo contestaremos esa parte de la pregunta que interroga por el dice qué, es decir por aquello de lo que habla el hombre: las cosas del mundo y sus acciones en el mundo; por lo tanto haremos un análisis sobre el concepto mundo, nos apoyaremos en filósofos como Husserl, Martín Heidegger y Jean Paul Sartre para lograr una comprensión del lugar donde hay cosas, acaece el hombre, vive su experiencia y se ubica en una situación para, así, captarse como su propio protagonista. Asimismo explicaremos cómo es que la comprensión del mundo se convierte en la situación del hombre al darse un sentido a su existencia y por qué ello devela su proyecto; discurriremos ora Heidegger, ora Sartre para entender al hombre como un ser del porvenir, de futuro, y de qué manera la libertad es el medio para el descubrimiento de sus posibilidades de convertirse en... I De este modo, ya ubicado el hombre en medio del mundo, describiremos esa experiencia peculiar que es el encuentro con el prójimo, el a quién de la pregunta inicial, sobre ese ser necesario con quien dialogaremos, para ello utilizaremos un elemento de la teoría sartreriana: la mirada, como el medio para descubrir al otro y, a través de esta acción, oscilar entre concebirme objeto o sujeto; y es esta peculiar forma de sentirse en que los hombres se relacionaran: ya sintiéndose objetos, ya siendo sujetos ¿cómo acontece esta experiencia? Lo veremos. Para terminar este capítulo discutiremos el final de la pregunta con qué medio y con qué fin. El lenguaje verbal y escrito será el medio para comunicarnos, es en esta cuestión donde centraremos nuestras meditaciones ¿realmente nos comunicamos? Asimismo distinguiremos cuál esel fin del hombre al comunicarse, y es aquí, en el fin de la comunicación, que distinguiremos esa diferencia que impele a los hombres a comunicarse. El tercer capítulo manifestará esa imposibilidad de la comunicación a partir del ambiente que determina la sociedad. Para lo cual advertiremos cómo lenguaje y comunicación manifiestan lo humano del hombre: detallaremos la forma en que el lenguaje es pensamiento materializado, así como, al comunicarnos, comprendemos e interpretamos el mundo según el recorrer del hombre. Expondremos por qué el problema de la comunicación no es la comprensión del mundo, sino su interpretación, siendo la frase el medio de expresión. Explicaremos por qué la soledad del hombre surge de la necesidad que tiene para comunicarse; así la comunicación, además de interpretar el mundo, también es la comprensión del hombre. Igualmente expondremos que la comunicación es una relación sujeto-objeto y objeto-sujeto matizada de libertad, por ende la comunicación existirá para evadir la soledad del hombre en el mundo. Mostraremos si la comunicación actual es lenguaje por medio de una exégesis del diálogo, en ésta mostraremos que la comunicación es tal cuando expresa la esencia del ser del hombre: su libertad; pero actualmente la comunicación presenta un elemento de autoridad, analizaremos esto. Asimismo expondremos cómo la sociedad interviene tajantemente en la libertad del hombre mancillando su libertad e influyendo en su comunicación, comparando sociedad con religión como aquella que controla, sujeta y manipula; igualmente el esfuerzo que hacen los hombres, individualmente, por desembarazarse de esta influencia. Por eso sostendremos que la comunicación es imperfecta, no sólo por la sociedad-religión sino porque el hombre, al comprender e interpretar, toma conciencia de sí y del mundo de manera diferente, individual, por ende su sentido y situación serán distintos, y remiten a cada quién a sí mismo. En el cuarto y último capítulo analizaremos la idea del hombre como ser en soledad y ser en comunión para comprender las necesidades del hombre cuando se ubica en sociedad para comunicarse; para ello haremos una exégesis de la conciencia humana para desentrañar los orígenes de su soledad y, por ende, su separación de lo Divino, y el ineludible requerimiento de acercarse, si no a Dios, al hombre para ser en comunión con sus semejantes. En este punto nos encontraremos con una cuestión: ¿quién proporciona significado a cosas y hechos? La sociedad o la persona ¿qué elementos intervienen? para responder haremos un razonamiento al respecto. Finalmente II consideraremos tanto al lenguaje y al acto comunicativo como expresiones individuales de libertad por su evento creador, por lo que consideramos la instauración de la palabra como donación libre para la construcción, consolidación y confirmación del ser del hombre, por y en ese hecho concreto del hombre que es su experiencia-vivencia. Esta tesis pretende mostrar una inquietud: el lenguaje es la conciencia del hombre que fundamento su existencia, y la comunicación como la he aprendido no es tal debido a un error de apreciación, el de creer que el otro me comprende como yo mismo lo hago, es pues una comunicación imperfecta. Así se desprende ese bastión en el acto comunicativo: el de ser libre de proporcionar significado a objetos y actos, ello remite, irremediablemente, a cada quién para sí mismo. De esta manera la comunicación será un desestructuramiento que hace el hombre del mundo, pues él es el protagonista de una parcela de esta realidad e intenta mostrársela a los otros, y el lenguaje expresará su surgimiento como ser que se ha captado en un mundo y delinea el modo de su existencia. Así lenguaje y comunicación representan el esfuerzo del ser humano para manifestar su existencia, como acaecimiento mundano de sus experiencias-vivencias, en esta aventura él se reconoce un lugar, vislumbra sus posibilidades y halla el sentido de su existencia, pero nunca logrará ser-con, pues su existencia es individual y absoluta, los otros sólo nos acompañarán en este recorrido de construcción humana y sólo tendremos un esbozo de ellos en nosotros y viceversa. Para llevar a cabo esta investigación me apoyaré especialmente en las obras filosóficas de Martin Heidegger, Jean Paul Sartre y María Zambrano; aunque sus teorías llegan a ser incluso contradictorias, encuentro una similitud que sirve a mis fines: la existencia del hombre. Asimismo retomo algunos otros teóricos pero sólo como base auxiliar. Las lecturas de Sartre (La nausea y El ser y la nada), de Heidegger (Arte y poesía y Ser y tiempo) y de Zambrano (El hombre y lo Divino, Persona y Democracia y Filosofía y Poesía) detonaron algo que me impulsó a reflexionar al respecto. Profesores como Joel Paredes, que me presentó a Herbert Marcuse, Theodor Adorno y Jürgen Habermas entre muchos, e Isabel Luis Juárez, quien me dio a conocer a Hans Georg Gadamer, Michel Foucault..., inspiraron una mente crítica y reflexiva, así como innovadora de propuestas; es a ellos y a más profesores que motivaron mi espíritu para no quedarme estancado en lecturas y meditaciones, a esas clases que se hicieron tertulias, a la apertura de una ventana donde aparecía lo evidente, pero que tan sólo habría que asomarse, además de tantas charlas con mis compañeros de aula. Este esfuerzo no podría haber sido posible si la Universidad no me hubiera aceptado en ella, el contexto educativo y todo ese ambiente cultural que impactó en una mente virgen. A esta gran institución que me albergó y me dio tanto, a la carrera de Comunicación y periodismo, que me incitó a buscar mi verdad, a profesores y amigos, especialmente a la Universidad Nacional III IV Autónoma de México, Campus Facultad de Estudios Profesionales Aragón, gracias por permitirme ser su alumno, sinceramente muchas gracias. CAPITULO 1 EL LENGUAJE 1.1 SURGIMIENTO DEL SER En este capítulo dilucidaremos sobre el ser hablante, el quién dice, asimismo cómo el lenguaje hace ser humano al hombre y, a su vez, provoca el surgimiento de su ser en el habla. Utilizaremos las herramientas que nos proporcionan la Antropología y el Materialismo Histórico. El legado de Darwin es que descendemos del mono, no de cualquier mono, de un primate llamado homínido, este primate homínido inicia una experiencia única. La antropología ubica al australopitecos (el hombre mono del sur) como el primer homínido, localizado en la África sudoriental -en la zona austral, de ahí su nombre-, con rasgos similares a los monos (cerebro pequeño y un cuerpo de proporciones simiescas) y caracteres humanos (postura erguida y marcha bípeda así como caninos menores y molares recubiertos por una capa de esmalte más gruesa) crea instrumentos de piedra muy burdos, su bipedismo como causa y origen de la humanización provocó adaptaciones anatómicas decisivas para su desarrollo “..., situándose el centro de gravedad al nivel de la pelvis -grande y más ancha, debido a los nuevos requerimientos mecánicos-, lo que obliga a la modificación de la columna vertebral, que presenta ahora cuatro curvaturas. Por su parte el agujero occipital ocupa una posición más inferior; los dedos de los pies son más cortos y el pulgar se sitúa en abducción. El pie, sobre el que recae ahora todo el peso del organismo, desarrolla un arco plantar, mientras que, proporcionalmente, los miembros superiores son más cortos que los inferiores. Por su parte, al quedar la mano liberada de la locomoción, el dedo pulgar, largo, es oponible a los restantes, lo que incrementa notablemente las capacidades para la destreza manual.”1 Estas adaptaciones son decisivas para que el ancestro del hombre conquistara el mundo físico, pues el desarrollo de la mano trajo el concomitante desarrollo del cerebro, esto sucedió con el homo habilis (hombre hábil) capaz de fabricar útiles o herramientas talladosmediante percutores con la intencionalidad de crear una serie de útiles rudimentarios apuntados o con filos por una sola cara, empleados para cortar, perforar o raer, ubicado al norte de Tanzania, y continuó con el homo erectus (hombre erecto o erguido) con una existencia más compleja, localizado en Kenia, Java, Indonesia, Europa y China; ellos tallaron piedras por ambas caras resultando ser instrumentos prácticos y eficientes que multiplicó sus actividades productivas. Al liberarse las manos, porque adopta una forma erguida, y no apoyarse ya en ellas para moverse deja de presionar las mandíbulas y permite el crecimiento del cráneo y, por lo tanto, el perfeccionamiento del cerebro “... Si el ser del cual surge el hombre no hubiera sido bípedo –escribe Pierre Teilhard de Chardin- sus manos no se hubieran encontrado libres a tiempo de descargar sus mandíbulas de su función prehensible, y por consiguiente la espesa banda de músculos maxilares 1.- Historia Universal. Editorial Salvat 2005 Lima, Perú Tomo 1. 128p. 1 que aprisionaba el cráneo no se hubieran aflojado. Fue gracias a la condición bípeda que el ser humano logró liberar sus manos; el cerebro del hombre pudo crecer, y así, al mismo tiempo, gracias a ella fue que los ojos, aproximándose sobre la faz disminuida, pudieron converger y fijar lo que las manos tomaban, juntaban, y en todo sentido presentaban; ¡el gesto mismo, exteriorizado, de la reflexión!...”2 Además, el desarrollo del cráneo y el crecimiento y perfeccionamiento del cerebro es provocado por la ingesta de carne, quiere decir esto que el antecesor del hombre actual había diversificado sus actividades para satisfacer su necesidad alimenticia, la cacería demuestra su manifiesta habilidad adquirida, y su despegue del mundo animal. En un principio nuestro antepasado comía lo que la naturaleza producía, era recolector de flores, insectos, larvas, frutos y raíces, pero luego él buscó nuevas formas para alimentarse como las trampas, la pesca y la cacería, es decir, creó herramientas para facilitarse su sobrevivencia inventando el trabajo, y esto está íntimamente relacionado con la invención del lenguaje. Así, al liberarse las manos los hombres son capaces de utilizar objetos y esta manipulación conlleva un esfuerzo intelectual: el nombramiento de dichos objetos. El nombramiento de los objetos exigió requerimientos fisiológicos necesarios para el desarrollo de la capacidad del habla, lo que apareció como consecuencia de la adquisición de la postura erguida, que permitió la ubicación adecuada de las cuerdas vocales, y de la utilización más compleja de las manos. La destreza de las manos tuvo que ver recíprocamente con el perfeccionamiento del cerebro y el correspondiente desarrollo del lenguaje. Al cohabitar el hombre prehistórico en grupo por autoprotección, para lograr su sobrevivencia, tiene la necesidad comunicarse para transmitirse experiencias que le permitan subsistir (el tallado de la piedra, provocar el fuego y su conservación, tipos de plantas comestibles...), de modo que el lenguaje es el resultado de la convivencia del hombre en el grupo social, de sus actividades de trabajo en grupo. De igual forma Federico Engels sostiene que la posición erecta “Fue el paso decisivo para el tránsito del mono al hombre.”3 provocando que la mano se liberara y ella fuera “...perfeccionada por el trabajo durante centenares de miles de años.”4 y pudiera el hombre primitivo transformar la naturaleza. Así, el desarrollo de la mano, a partir del trabajo en equipo, beneficiaba a todo el cuerpo y provocó la “...necesidad de decirse algo los unos a los otros.”5 esta necesidad desarrolló la laringe hasta que logró emitir un sonido articulado tras otro; de modo que en un ser social tuvo que suceder un evento trascendental: la invención del lenguaje. Cuando el hombre trabaja para satisfacer sus necesidades toma conciencia de sí mismo y del mundo que lo rodea, he aquí, pues, la aparición de la conciencia necesaria para la creación del lenguaje. El Materialismo Histórico marca una etapa remota del género humano, después de la manada (fase animal) sigue un periodo llamado salvajismo 2.- Historia Universal. Carl Grimberg. Editorial Santiago, 1991 México D.F. Tomo 1. 5p. 3.- Engels, Federico. El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Distr. Fontarama 5p. 4.- Ibidem. 5.- Ibidem. 2 (comunismo primitivo), en su primer estadio el hombre vivía en árboles y baja a la superficie de la tierra, su primer y principal progreso es el lenguaje, es decir, la capacidad que tiene este ser de comunicarse. Así, Engels afirma que el hombre es producto del trabajo y la palabra oral, pues trabajo y lenguaje son concomitantes, pero ¿cómo logró tanto el trabajo como la palabra articulada? ¿por qué estos dos elementos son los fundamentos de su ser humano? En primer lugar no podemos entender al hombre sino es por sus necesidades, la sociedad, la cultura, sus conocimientos... son el resultado de sus menesteres, y esto sólo fue (y es) posible gracias a su característica gregaria, pues se agrega, se junta, se une en grupo para satisfacer sus necesidades materiales: alimento, vestido y vivienda lográndolo por medio del trabajo (así como sexuales –la reproducción-). Estas acciones son intencionales pues manifiestan primitivamente ya una conciencia que lo separa de la condición animal ¿Por qué el hombre se separa del mundo animal para ser humano? ¿cómo se da esta extraordinaria experiencia? ¿qué hecho fue el que lo provocó? Igual que cualquier otro animal, el hombre al tratar de sobrevivir tuvo necesidades que lo enfrentaron al mundo vía el trabajo (– llámese naturaleza-) y éste se le manifiesta en forma de lluvia, día, noche, frío, fuego..., pero, a diferencia del resto de los animales, en él se “despertó” una primitiva conciencia refleja, y éste es un paso determinante que separa a los animales del hombre “Si la estructura anatómica del hombre es el resultado de una larga evolución, el nacimiento de su inteligencia fue sin embargo brusco. Todo sugiere que el umbral que dio acceso al pensamiento fue franqueado de un sólo paso.”6 ¿Cómo se logró semejante hecho tan sorprendente? Al situarse el hombre en medio del mundo, y al tomar conciencia de sus necesidades y desear satisfacerlas, la naturaleza se le descubre como es, por ejemplo el volcán al hacer erupción y lanzar bocanadas de humo y lava provoca en el hombre lo que en cualquier animal: miedo, sorpresa y curiosidad, pero a diferencia de los animales en él nace una inquietante pregunta y una necesidad imperiosa de contestarse ¿qué es? ¿qué es el sol, qué de la luna, del fuego, del agua, qué de todo? ¿Por qué el hombre como animal débil que es ha logrado hasta el día de hoy dominar a la naturaleza y darse una explicación de ella? en él se ha desarrollado el cerebro y, como consecuencia, una conciencia. Las preguntas originales ¿por qué existe algo? El mundo y ¿por qué existe alguien? es decir yo, manifiestan admiración y temor y develan la capacidad cognoscitiva del género humano. Su inteligencia es su característica fundamental y es ella la que lo hace ser humano. Esta facultad de dudar, interrogar, reflexionar, analizar y, principalmente, de contestarse le permite recrear su realidad y darse sentido. En la asociación del trabajo, el grupo social tuvo que nombrar los objetos, llamarlos de una determinada forma y el colectivo social en su acción productiva asimiló tácitamente dichas nominaciones. Así, el lenguaje y los instrumentos de trabajo constituyen un reflejo de esta realidad captada, y en esta captación ya hay una conciencia (así sea muy primitiva) resultando de la relación entre los hombres y de éstos con la naturaleza. Trabajo y lenguaje 6.- Op. Cit. Historia Universal. Carl Grimberg. Editorial Santiago. 1991 México D.F. Tomo 1. 5-6p. 3 manifiestan lo humano del hombreporque su conciencia es el medio necesario del pensar, el pensamiento se expresa por medio del lenguaje, y el trabajo representa materialmente los objetos del pensar, por ende el pensamiento es una representación de su experiencia vivencial y de la realidad. El ser del hombre es su conciencia, por medio de la conciencia el ser se capta a sí mismo y capta los objetos del mundo; al captarse a sí mismo hace conciencia de sus necesidades y al captar el mundo lo comprende como el medio de satisfacer dichas necesidades, de modo que en su fecunda actividad se percata ya del mundo y su necesidad cognitiva, al preguntar por los objetos intramundanos se provoca una respuesta: la utilidad de éstos. El lenguaje nace como producto del pensamiento humano, el pensamiento es fruto de la existencia humana: de su acaecimiento mundano. A partir de la conciencia el hombre interroga a la naturaleza y a sí mismo, he aquí el primer aspecto del ser del hombre: la interrogación. Esta es la característica más humana que tenemos. La posibilidad de conocer y conocerse, a partir de la interrogación y la facultad de reflexionar. Así, la primera pregunta interroga por el origen u orden del mundo, ¿los objetos que habitan mi mundo de dónde vienen? ¿quién o qué los creó?, enseguida se vislumbra la siguiente interrogante: ¿quién soy yo? ¿de dónde vengo? ¿cuál es mi destino?, las cuestiones se centran sobre el ser del hombre y su sentido en la vida, encontrar una solución a este problema: el hombre. Igualmente hay que considerarle al hombre un elemento imprescindible para conocer y reflexionar: la razón, pues el ser del hombre posee ideas, así mismo el hombre conoce a través de sus experiencias, de sus cinco sentidos, a partir de sus sensaciones; el intelecto humano reflexiona sobre los datos que las sensaciones captan en los objetos concretos. Así, encontramos las peculiaridades inteligibles del ser humano: la razón y la experiencia como fundamentos del conocer. De tal modo que la carrera intelectual del hombre es manifiesta. Hablar es un acto constitutivo del hombre; el hablar, mas que un describir el mundo, es un develamiento espacio-temporal de su trascender. En tanto que habla narra, palabra a palabra, los actos donde se contempla como protagonista de este mundo, describe su paso por la vida, su existencia, su devenir y su porvenir, su historia; percibe el mundo porque él se capta en el mundo, vive su mundo contándolo; de tal forma que si el hombre se expresa por medio del lenguaje es porque acontece en él una vivencia que pone en evidencia al mundo, y se capta a sí mismo en y por esa precisa acción; esta experiencia es la que nos entregará su ser estructurado en un lenguaje, y nos servirá de llave para poder acercarnos al hombre y su mundo. El lenguaje es, pues, la expresión existenciaria del ser humano. El lenguaje ha instaurado, por ende, el ser en el hombre. No existió primero el ser humano pensante y luego éste inventó un lenguaje para comunicarse, sino que el lenguaje prácticamente funda al hombre, el lenguaje es un espacio de construcción de la conciencia, así, al nominar los objetos provoca lo humano del hombre. El lenguaje es una necesidad del hombre, es aún más: es el fundamento ontológico del ser del hombre. A partir del lenguaje surge el ser del hombre, la manera en que hable será su peculiar modo de ser. Así el lenguaje es el hilo conductor de esta tesis. 4 1.2 EL LENGUAJE COMO NECESIDAD DEL HOMBRE La necesidad crea al hombre, inmerso en la realidad busca satisfacerse y, en esta experiencia, reflexiona sobre sí mismo y su mundo desarrollando una conciencia, un pensamiento que, a través del trabajo y el lenguaje, manifiestan lo humano del hombre. De este modo encontraremos el ser del hombre en el lenguaje, en su habla. Pero ¿Qué es el lenguaje?, ¿por qué es una necesidad para el hombre?, esto es lo que trataremos de dilucidar. Cuando el ser humano pretende producir las primeras condiciones materiales de vida le surgió otra necesidad concomitante: la de comunicarse con sus semejantes, es decir, que el grupo social nombrara el mundo que lo rodea para la producción de dichos bienes materiales. Para asimilar el mundo circundante es menester nombrarlo, sólo así el hombre puede comprenderlo, nombrándolo y comprenderse a sí mismo, éstas dos características son esenciales; dicha cuestión requiere, obviamente, de la intervención de otro ser humano. El lenguaje, al parecer, surge como la primera manifestación de sorpresa y miedo que experimenta el hombre ante el impacto de situarse frente al mundo, en el mundo y este mundo organizado a su alrededor y él ahí. Creemos que el habla se dio con la aparición del hombre, es inherente y constitutiva de él, pues es la condición de su ser-conciencia, de que sea como es. A medida que la pre-comprensión del hombre de sí mismo, de su entorno y de sus semejantes, se practicó una serie de movimientos para satisfacer dichas necesidades y en la cual se realizaban tareas específicas, al trabajar hay una interacción del hombre con el mundo: le proporciona un nombre a los objetos, de modo que al hacer efectivo el hecho sonoro con una representación, se ponía de manifiesto al hombre mismo y su relación con los objetos del mundo, y el modo de captar al otro, el prójimo. El invento del lenguaje por el hombre demuestra su carácter simbólico, su conciencia refleja. El hombre para hablar del mundo tiene que hablar de su recorrer en el mismo mundo, un acaecimiento mundano, de tal modo que los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo. Por medio del mundo el hombre se hace anunciar a sí mismo su propia interpretación, se devuelve su propia imagen, una subjetividad, una realidad humana concreta, una experiencia plena y total. EL contacto que surge entre los hombres y su relación con el mundo supone la nominación de las cosas; los objetos por sí mismos no poseen un nombre, ello es establecido por el ser humano, lo que es arbitrario y sólo tiene validez para él mismo en una comunidad. Las cosas existen independientemente de que tengan o no nombre, las palabras y las cosas son elementos diferentes entre sí, las palabras son signos elaborados, articulados por el hombre y que sólo él las entiende, más exactamente las comprende. La forma en que nombramos o denominamos a las cosas mundanas, las palabras, Ferdinard de Saussure1 las llamó signo lingüístico, para él la 1.- Saussure, Ferdinard. Curso de lingüística general. Editorial Fontarama 317p. 5 lengua es un sistema de signos, y las unidades que lo componen son signos lingüísticos, dichos signos están compuestos a su vez por dos unidades, uno es el significante, y el otro el significado o imagen conceptual. El significante es el sonido, es decir, la operación gutural inteligible perceptible para el sentido del oído; el significado es la visión conceptual de la conciencia, la idea, lo que aparece impreso en la conciencia del hombre, que es estimulada al escuchar el significante. El signo lingüístico, la palabra, es tal en la medida en que es significante que conlleva un significado, en tanto que significado y significante son dos unidades que resultan indivisibles, no se concibe una sin la otra. El significante nace para nombrar algo que le preexiste. Sin embargo, ese algo que el significante va a nombrar no es el significado, es la cosa, el objeto, el mundo, lo que aparece ante la conciencia, el fenómeno. El objeto mundano no debe confundirse con la idea impresa en nuestra conciencia y que nos hemos formado de él por medio del lenguaje, a sea por el significado. El significado es la imagen conceptual del objeto, y la imagen conceptual nunca será el objeto, tan sólo su imagen, es el objeto “simbólicamente”; aquí el hombre hace un desdoble de la realidad: el objeto mundano está fuera de mi conciencia, está en el mundo concreto, pero yo lo poseo de forma interna impreso enmi conciencia. Razón por la cual Saussure define al significado como la imagen conceptual del objeto, y usa estos dos términos como sinónimos. Así, soy aquel ante quien el mundo devela sus formas y éstas aparecen ante mi conciencia, de tal modo llegamos a la idea de fenómeno: lo que aparece ante los ojos. Todo lo que observa mi ojo, lo que siente mi piel, lo que escucho con mis oídos, lo que al probarlo con la boca lo degusto, aquello que olfateo; todo el acontecer que tiene lugar en el mundo lo percibo a través de mis sentidos, al aparecer ante mi conciencia provoca curiosidad y me interrogo ¿por qué existe algo?, ¿qué es eso?, y lo que piense de ello designa al ser mismo ¿por qué existe alguien?, ¿quién soy yo?, ¿por qué pienso así?, de tal forma escapo a la condición mundana, fundo el conocimiento y me topo conmigo mismo, a la vez provoca un punto de vista con respecto al mundo, Jean Paul Sartre dice “...-que algo no existe sino en cuanto se revela-; y que, en consecuencia, desborda y funda el conocimiento que de él se tiene...”2, lo represento, diferenciándome como sujeto del objeto; de esta manera el sujeto captará subjetivamente al objeto como cualidad del mundo fijándolo en conceptos, y a la vez como quien posee dicho conocimiento, pero el conocimiento no es el sujeto, va más allá: “...lo conocido al conocimiento, y éste al ser cognoscente en tanto que es, no en tanto que es conocido; es decir, a la conciencia.”3 es decir que el mundo me conforma en una especie de aprendizaje. La ley de ser del sujeto cognoscente es ser-consciente y esta es la necesidad del hombre en el lenguaje: ser consciente de sí mismo y tener conciencia del mundo. Concluye que “La conciencia no es un modo particular de conocimiento, llamado sentido interno o conocimiento de sí: es la dimensión de ser transfenoménica del sujeto.”4 aquí es patente el alto grado de 2.- Sartre, Jean Paul. El ser y la nada. Editorial Altaya 20p. 3.- Ibidem p. 20 4.- Ibidem p. 21 6 abstracción que ha logrado el hombre para guiar los actos intencionados que realiza. El ser humano tiene conciencia de sí, tanto para captarse a sí mismo, a los otros y a los objetos intramundanos, y este es el único modo posible de existencia. Así la conciencia del hombre es intencional, pues su ser lleva siempre en sí un ser otro, toda conciencia es, en realidad, conciencia de algo. Ese algo son los objetos del mundo (Heidegger los llama intramundanos). De este modo llegamos a la descripción de la conciencia del hombre, Edmund Husserl dice que la conciencia para ser conciencia debe ser conciencia de “algo”*, así la conciencia es una captación sin distancias del hombre por sí mismo: yo, pero que dicha conciencia va en pos del mundo porque no tiene contenido, está vacía. Si observo una silla su imagen se posa en mi conciencia, la veo, la capto, está impresa en mi conciencia, pero no soy yo, está en mi conciencia, mi conciencia cognoscente es conocimiento de su propio objeto, posee al mundo en una relación inmediata y no cogitiva de ella consigo misma, es decir, no la pienso, sino que simplemente la vivo. Lo mismo sucede con olores, sonidos, sabores y el tacto pues siempre los relaciono con un objeto, Así llegamos a la conclusión de que toda existencia consciente existe como conciencia de existir, se identifica con la conciencia de la que es conciencia (yo soy), considerándola como el único modo de existencia para una conciencia de algo y surge en el seno del ser: la conciencia como fundamento del ser. Los objetos mundanos existen independientemente de mí, allá en el mundo; su imagen se plasma en mi conciencia, me interrogo preguntándoles, estoy en cuestión conmigo mismo en tanto que lo que me pregunto no es con respecto a mí, sino del mundo; existo y trato de comprender, esta necesidad que tiene la conciencia de ser conciencia de algo, en efecto, sólo por aquello que es conciencia, ella se distingue a sus propios ojos y puede ser conciencia de sí, al reconocerse la conciencia como tal vislumbra al objeto y evita confundirse con él, lo nombro y conceptualizo. Nace la palabra o nombre de las cosas, líneas arriba mencionamos que Ferdinard de Saussure lo llama signo lingüístico. En vista de lo anterior, apreciamos lo que Saussure nombra como significado o imagen conceptual es similar a la toma de conciencia de Husserl, desarrollada luego por Sartre. Tener conciencia de algo es precisamente tener la imagen mundana plasmada en la conciencia; el significante o imagen acústica revela la trascendencia del sujeto, nombra con un sonido gutural inteligible aquello que está en su conciencia, su mundo; al hacer externo su sentir en el habla estructura su ser y lo brinda, es decir su experiencia vivencial, y ese preciso nombramiento nos entrega el sitio del hombre, la manera en que él se capta a sí mismo en una situación dada. La traslucides de la conciencia se manifiesta cuando ésta, la conciencia se describe “como es” en un pensamiento estructurado en un lenguaje. El lenguaje es, pues, el * Husserl, Edmund. Investigaciones Lógicas. Fundador del método fenomenológico 7 procedimiento de nombrar el mundo en tanto que yo me capto en dicho mundo. El hombre trasciende el mundo en cuanto lo nombra, puesto que lo ha comprendido y él se ubica en una situación dada. Así, cuando el hombre habla del mundo lo hace de tal manera que él mismo se descubre como protagonista de esa historia, de ese mundo descubierto. Saussure menciona en el hombre una doble actividad de asociación: asocia una imagen acústica o significante con una imagen mental o significado, de tal forma que la imagen mental surge en la conciencia y la imagen acústica es la relación de reconocimiento de mi conciencia con lo que digo. Pero lo que digo no es un nombramiento espontáneo, sui generis e individual, sino que al contrario es una repetición de la forma en que la sociedad ha enseñado al sujeto a nombrar los objetos del mundo. El lenguaje es un invento de la colectividad humana, es un convencionalismo social. En la manifestación sonora, propiamente el habla, hablo lo que entiendo, y a partir de aquí, de lo que hablo, encuentro mi mundo; esta primera experiencia es la de situarnos frente al mundo, captarlo y nombrarlo. Lo que pensamos, lo pensamos de tal modo que para comprenderlo realizamos una operación y ésta consiste, efectivamente, en estructurar con palabras nuestro pensar y sentir; para comprender lo que yo pienso y siento es menester que lo hagamos inteligible, es decir, que lo nombremos racional y lógicamente, así existimos nuestro ser. Dice Heidegger que el ser existe al comprender, que al comprender existe su ser. Partimos del ser humano, él es un absoluto de existencia y es el ser del cognoscente, él es quien habla nombrando al mundo porque se reconoce para sí un lugar en el mundo. He aquí la comprensión manifiesta que hace del mundo, cuando se ubica comprende el mundo y lo nombra, esta es la más concreta de las experiencias, la manera en que lo haga será individual y definitiva, esta interpretación descubre su modo de ser, la interpretación emerge cuando él toma conciencia de este hecho y lo asimila en su muy particular punto de vista. Propiamente es su sentido. Al considerarle una conciencia al hombre y él al tomar conciencia de su realidad la nombra, lo que hace es tomar posesión de su realidad, tiene conciencia del mundo, así el lenguaje es siempre conciente, el lenguaje es conciencia posesional del mundo, además nada es causa de la conciencia y ella es causa de su propia manera de ser, esta precisa manera de ser es la que trataremos de descubrir. Este absoluto de existencia que soy hace que me capte y me trascienda, estructuro mi idea, hablo y comunico; al expresarme sobre algo, esto es, cuando manifiesto mi modo de ser a través de mi discurso, emito juicios, doy mi punto de vista, opino;en tanto que somos nosotros mismos, el lenguaje es el modo de nuestras reflexiones y de nuestras experiencias de mi recorrer en el mundo. El lenguaje implica que yo sea ese lenguaje, puesto que lo que expreso soy yo, no puedo expresar mi ser si primero no acepto que la 8 realidad me impregna de ella, dado que lo que expreso es para mí la posibilidad de ser. El hombre es un narrador nato de sus historias, y si no fuera así moriría por inanición en una soledad absoluta. Somos por inercia contadores de la historia del hombre. Mi conciencia al darse cuenta del mundo, refleja su condición “en el mundo”, emito juicios, me enorgullezco o avergüenzo, sólo así existimos. En el siguiente subcapítulo (1.3) expondremos, a manera de ejemplo, esa necesidad apremiante que tiene el hombre del lenguaje para expresar su sentir, su ser más íntimo. El poeta Jean Arthur Rimbaud será nuestro guía en las sucesivas reflexiones. 9 1.3 EL POETA: ARTHUR RIMBAUD Francia en la segunda mitad del siglo XIX. El segundo imperio (Napoleón III) propicia un clima de desarrollo económico: un rápido crecimiento industrial: la red ferroviaria, instituciones bancarias con su sistema crediticio, tratados comerciales con Gran Bretaña y otros países, se mejoró la infraestructura de las ciudades y los puertos, amplias avenidas, planificación de parques y construcción de edificios públicos, dando un panorama más urbano que rural. En repetidas ocasiones hubo enfrentamientos entre republicanos y monarquistas por el poder político, pero la suerte de la monarquía estaba ya echada: una naciente y poderosa clase burguesa y republicana había tomado ya el control económico. La reacción contra el clasicismo racionalista llega a su clímax, la moral judeo-cristiana-burguesa está en su apogeo, las buenas costumbres y el gusto refinado prevalecen, ensanchándose cada vez más; el comportamiento social exige conductas delicadas y correctas; de individuos educados, bien peinados y con una alta cultura; las artes y las ciencias, así como la tecnología en franco desarrollo optimista; con una idea de exacerbado patriotismo (debido a la guerra con Alemania), pero sobre todo la exquisita moral del gusto por la apariencia y la moda parisina dictando los cánones del orbe. En este mundo de orden y control, de decencia y reglas urbanas, de extremo raciocinio, donde la imagen, el prejuicio y el “qué dirán” marcan el comportamiento social, así sea grotescamente falso, nace, vive y se desarrolla Arthur Rimbaud. Es precisamente en este mundo el que lo afecta e infecta, es este ambiente el que contamina su inocencia. Aquí, donde al parecer es toda perfecta armonía, gusto por la belleza, la tranquilidad y el orden, Rimbaud descubre-encuentra el mundo que él llama el infierno... ¿por qué? Nacido de 1854, llamado el joven-poeta, es precursor del simbolismo así como del surrealismo, creador del verso libre; vivió una existencia excesivamente intensa, torturada que él describió en Una temporada en el infierno. Hijo de un capitán del ejército que abandonó a su familia cuando él tenía seis años, fue un estudiante brillante en una escuela provincial en Charleville, al noreste de Francia. Cuando la guerra Franco-Prusiana, en 1870, huyó del hogar a los 16 años y convitióse en rebelde. Mantuvo contacto con Paul Verlaine, quien lo invitó ir a París; cuatro años de prodigiosa producción literaria tuvieron su fin de forma abrupta antes de que llegase a los veinte años de edad, murió en Marsella el 10 de noviembre de 1891 sin haber vuelto a escribir más. De la misma forma que Gustave Flaubert se topa con la hipocresía en Madam Bobary, y Guy de Maupassant con una doble moral en Bola de sebo, Arthur detecta el mismo ambiente social. Sociedad urbana que ha dejado ya los rasgos rurales, apareciendo en el horizonte un mundo moderno y tecnificado, Rimbaud llega a él puro, transparente, inocente. Describir y descubrir las características de la sociedad francesa que la hacen ser para él agresiva, hostil, sucia, ignominiosa y vil (su moral, religión, patriotismo, estructura social, provocan su sufrimiento pasivo, una aceptación 10 de los males) todo encaminado para ser feliz, aunque sea una felicidad estúpida, infame, innoble. El lenguaje de Rimbaud es agresivo, su poesía, llena de simbolismo y surrealismo, expresa nítidamente su dolor interno, ¿qué quería exteriorizar?, ¿qué decirnos?, ¿qué le afectaba y qué quería hacernos sentir? ¿Cómo accede a su discurso?, ¿cómo encuentra al mundo?, ¿cómo es su lenguaje?, ¿cómo se capta a sí mismo en el mundo?, su experiencia en el mundo, Rimbaud es por excelencia el típico acaecimiento mundano, de ello sufre. Rimbaud surge en el mundo, su aparición es conmovedora, el develamiento mundano es para él una experiencia desgarradora... “Ayer, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde se abrían todos los corazones, donde corrían todos los vinos.”1 Educado en un hogar católico marcado por su moral cristiana, protegido del mundo exterior, no conoció maldad alguna. Pero ahí donde, al parecer, nada malo acontece surge lo agrio de la vida “...estoy harto...”2 Luego de apreciar la bondad de las personas que lo educan, la sencillez de sus vecinos pueblerinos, de conocer la literatura de su tiempo, reconoce un dejo de rutina asfixiante. Algo del limpio panorama no coincide, un aspecto predomina en el ambiente que daña su espíritu puro, algo que execra su ánimo “Ahora estoy maldito; la patria me horroriza.”3 La propia idiosincrasia francesa lo torna irritable y lo vuelve agresivo; para él los conceptos de nación, orden, ciencia, progreso son sinónimos de superficialidad, de un perenne maquillaje superfluo. Pareciera que su esencia es la injuria, su anhelo es desquitarse sin miramientos de nosotros, él nos ha descubierto, sabe de nuestras debilidades, de nuestros sueños y esperanzas, tanto sabe de nosotros que más se aleja del rebaño humano, se ha convertido en un ser solitario, él nos comprende tanto como nosotros ignoramos todo de su esencia. “Curas, profesores, amos, se equivocan entregándome a la justicia; yo no he pertenecido nunca a este pueblo; no he sido nunca cristiano, soy de la raza que cantaba en el suplicio; no comprendo las leyes; no tengo sentido moral, soy un bruto: se equivocan...”4 Rimbaud algo nos ha descubierto, algo vislumbra que todos adolecemos y que a él lo hace sufrir. 1.-Rimbaud Arthur. Una temporada en el infierno. Ediciones Coyoacán. 13p. 2.- Ibidem 15p. 3.- Ibidem 21p. 4.- Ibidem 25p. 11 “¡Farsa continua! Mi inocencia me hará que llore. La vida es la farsa que todos debemos representar.”5 Observa a una sociedad que gustosa se da mutuamente la razón, son felices compartiendo la misma opinión y esta representación lo hace tomar distancia con respecto a nosotros. La conducta humana es como una obra de teatro donde representamos a un personaje y llevamos a cabo todos sus roles, escena tras escena cambiamos de careta para dar la mejor impresión y arrancar al público la aceptación necesaria para continuar viviendo, así sea en detrimento de nuestra esencia. Entrevemos la característica primordial de Rimbaud...Mi inocencia... esa modalidad que la mayoría de las personas han perdido en el poeta se mantiene intacta, es su don más preciado, es su fragancia. “Apreciemos sin vértigo la extensión de mi inocencia.”6 Un ser de tal naturaleza se siente mal ante la ignominiosa y abyecta sociedad, es el infierno. “Soy esclavo de mi bautismo.”7 Sin embargo, lo que para Rimbaud es ignominioso y abyecto no lo es para el resto de las personas. “...me di cuenta que todos los seres tienen una fatalidad de felicidad...”8 Es su sensibilidad extrema que lo hace lanzarse hacia nosotros, que lo hace sufrir, no logra comprender por qué nosconformamos con miserias, que soportamos todo esperando al final una pizca de alegría, alegría efímera y fugaz para estar dispuestos enseguida a sufrir esperando un poco más de bálsamo, aceptamos el engaño, la maldad, la hipocresía, el dominio y sometimiento, la vanagloria y la adulación. “Los conozco a todos: nos reconocemos siempre; nos repugnamos. Desconocemos la caridad. Pero somos educados, y nuestras relaciones con el mundo son las más convenientes”9 Este es el suplicio del niño poeta, vivir su inocencia en medio de un mundo perverso que goza con su propio infortunio y sufrimiento, como si nada pasara. Es por medio del lenguaje poético donde Jean Arthur Rimbaud emite su punto de vista, devela su ser y encuentra su esencia. Tratemos ahora de dilucidar el ser de Rimbaud a través de su lenguaje. 5.- Ibidem 31p. 6.-.Ibidem 29p. 7.-Ibidem 33p. 8.- Ibidem 73p. 9.- Ibidem 77p. 12 ¿Por qué le irrita tanto nuestra presencia? ¿Qué le encoleriza del mundo? El poema de Una temporada en el infierno no es más que la sensación que experimenta el poeta aquí, el infierno no es aquel ente metafísico, no está más allá, no en el inframundo, el infierno está aquí, es este mundo, somos nosotros, nuestras costumbres, sistema político, clases sociales, modos de vida, prácticas cotidianas, nuestra religión, cultura, moral, miedos, sueños, ensueños... toda actividad y comportamiento humano le parece execrable. No tolera nuestra presencia ni nuestras conductas, las considera penosamente artificial, estúpidamente falsas, simplemente no puede aceptar tal condición de ignominia humana. Que la humanidad esté dispuesta a soportar o hacer cualquier bajeza para conseguir la felicidad material (sexo, poder y dinero) sin que importe dignidad alguna; prestos a creer la idea que más convenga, aunque sepamos de su quimera, es lo que no puede asimilar. Una sociedad presa de sus debilidades y cómplice de las mismas, resuelta a renunciar a lo sublime del ser que enaltece su espíritu purificándolo, volviéndolo digno de sí, es esa pérdida del objetivo de pulcritud que reclama y lo enfurece hacia nosotros. Su extrema hipersensibilidad no le permite comprender semejante comportamiento, no soporta nuestra conducta, no puede vivir entre nosotros, de ello sufre, he aquí su infierno: la realidad humana. Este es el ser de Rimbaud: su extrema hipersensibilidad; Jacques Riviére la llama inocencia “El alma en todo caso que vivía en ese cuerpo era virgen.”10 una existencia que no logró comunicarse, imposibilitado de comprender al otro, o por lo menos de justificar las debilidades de la sociedad; su espíritu es limpio, inocente y puro “Ha sido construido para seguir siendo niño a través de la vida; un niño con su corazón intacto y maligno, con su inocencia y su tiranía.”11 Un ser así no soporta la conducta humana, simplemente no la tolera, no puede estar aquí, por eso es su suplicio. Acertadamente Riviére acota no tildarlo de incomprendido, simplemente el mundo con sus defectos no concuerda con la perfección del alma del poeta “...; las dos piezas no han sido hechas una para otra”12 . Por lo tanto, de su inusitada inocencia nace su tormento y la imposibilidad de estar en el mundo, asimismo, su agresividad e intolerancia hacia nosotros. Rimbaud busca dignificar su espíritu, su objetivo es la felicidad. Todos buscamos la felicidad y esta es precisamente la diferencia entre él y los demás “..., nuestra actitud para la miseria, nuestra amistad con el dolor, esa especie de baja felicidad de vivir, de aceptación anticipada de lo mismo que nos desolará? Alegría o desdicha, somos los seres para quienes eso funciona bien. La felicidad, después de todo, sólo es suplementaria para nosotros, sólo para cumplir con nuestra conciencias nos quejamos de no obtenerla;...”13 Palabra a palabra Rimbaud nos devela su ser, frase tras frase define las fibras más íntimas del alma descubierta a cada línea escrita, su lenguaje esculpe su espíritu, su poesía representa la captación de su esencia, se asume 10.-Riviére Jacques. Rimbaud. Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud. Cuadernos de la orquesta.36 p. 1988 11 Ibidem 37p. 12 Ibidem 38p. 13 Ibidem 39p. 13 como tal, se embriaga de su sabor, se saborea a sí mismo, surge en medio del mundo, ésta es su opinión, es él, es su punto de vista, es, pues, su propuesta. Con el lenguaje poético se llena al empastarse de sí a sí mismo: su esencia virginal torturada por la grosera vida humana. Rimbaud se define como poeta y entiende esta actividad como una conducta comprometida con el mundo, pues el lenguaje poético produce conciencia. Por qué no la figura de Julio Cortazar, Federico Hölderlin u Octavio Paz, por qué la pertinencia de tomar a Rimbaud como modelo del poeta que nombra y da significado, la respuesta puede tener tantas justificaciones como simplezas. Rimbaud siente como nadie su ser en medio del mundo, similar al alma platónica que cae al encarnar en un cuerpo, como si cayera en el agua y ésta lo contaminara, lo corrosiona, de la misma forma la experiencia del niño poeta de enfrentarse al mundo es conmovedora, reveladora de un alma inocente que se confronta a algo que no coincide con su ser –el mundo ,las personas, la moral...– y ello lo motiva a nombrar algo nuevo que se esboza, clamor que surge del fondo de su ser; por eso en el siguiente subcapítulo lo retomaremos en una carta que escribe para puntualizar a la poesía como la esencia de la palabra, en lo que él llama la quintaesencia para ser el supremo sabio. 14 1.4 LENGUAJE. LA POESIA COMO ESENCIA DE LA PALABRA Partimos del ser humano al considerarle una conciencia como único modo posible de existencia, y él al tomar conciencia de su realidad la nombra, lo que hace es tomar posesión y posición de su realidad, tiene conciencia del mundo teniendo conciencia de sí, luego entonces el lenguaje es siempre conciente, el lenguaje es conciencia poseedora del mundo. Así, este absoluto de existencia que soy hace que me capte y me trascienda, estructuro mi idea, hablo y comunico. El hombre es quien habla porque se reconoce para sí un lugar en dicho espacio, cuando se ubica comprende el mundo y lo nombra, ésta es la más concreta de las experiencias, la manera en que lo haga será individual y definitiva, esta comprensión es una interpretación que descubre y muestra su modo de ser, la interpretación emerge cuando él toma conciencia de este hecho y lo asimila en su experiencia y provoca su muy particular punto de vista. Propiamente es su sentido, es decir la dirección en que orienta su existencia. El lenguaje es el modo de nuestras experiencias y reflexiones de mi recorrer en el mundo. Soy mi propio lenguaje. Soy lo que expreso, no puedo expresar mi ser si primero no acepto que la realidad me impregna de ella, dado que lo que expreso es mí posibilidad de ser. Mi conciencia al darse cuenta del mundo, refleja su condición “en el mundo”, emito juicios, me enorgullezco o avergüenzo, acepto o, como Rimbaud, rechazo y vocifero. Describir el paisaje que observo, el árbol, un lago; estudiar la naturaleza en una ciencia, sus leyes, etc. Es fácil, pero esta actividad aparece en mi conciencia como una propiedad del mundo, es mi proyección hablando del mundo, surgiendo mi perfil como hablante, develando mi modo de ser. Así nosotros construimos la realidad al formar parte de ella como centro unificador, la valoramos, investigamos lo ocurrido, observamos actitudes, nos recreamos la realidad en nuestras mentes, la apreciamos, la interpretamos según nuestro marco de referencia para analizar, reflexionar y criticar sobre nuestras experiencias. Es una recuperación conciente de un mundo simbólico por un intérprete que se coloca en el mismo campo semántico de aquello que él comprende. Así, la contemplacióndel mundo provoca su comprensión, para asimilarlo y luego conocerlo, el mundo me devela sus formas y éstas aparecen ante mi conciencia, el sujeto captará subjetivamente al objeto como cualidad del mundo fijándolo en conceptos. En la manifestación sonora hablo lo que conozco y entiendo descubriendo mi lugar en el mundo; hago uso del raciocinio, pero ¿y la sensibilidad? la magia interior de emociones, mi sentir, lo llevo al pensamiento y para comprenderlo realizamos una operación y ésta consiste, efectivamente, en estructurar con palabras nuestro sentir; para comprender lo que sentimos es menester hacerlo inteligible, es decir, que lo nombremos, así existimos nuestro ser y al mundo. Lo diáfano de la conciencia se manifiesta cuando se describe “como es” en el lenguaje. El lenguaje es, pues, el procedimiento de nombrar el ser del hombre en su experiencia, conocer y sentir en el mundo. El hombre trasciende el mundo en cuanto lo nomina, pues ya ha comprendido su ser y el mundo en una situación. El lenguaje como invento de la colectividad humana es un hecho social, a través del cual podemos abstraer la realidad objetiva en conceptos, la sociedad es quien le proporciona el significado a las palabras; de modo que la 15 lengua es un acuerdo común, inconsciente y colectivo, quedando el significado y el significante relacionados de manera convencional y aceptados por la comunidad hablante. Así, el lenguaje, como un código de signos que conllevan un significado y un significante, nos dice algo de algo (del mundo), es una representación de los objetos (en mi conciencia), un desdoble de la realidad que descubre algo. Cuando el hombre habla le da una identidad a los objetos y los anima a existir, provocando un advenimiento de la realidad material por su sola presencia. A la vez que nombra conocimientos, emociones y sentimientos, por una parte observa al mundo, por la otra hace una introspección de su interior; es lo que el individuo experimenta y desea exteriorizar –comunicar- creando su discurso, así, simbólicamente se da a entender para sí y para los demás. Entonces el significado de una palabra está ya aceptado convencionalmente por la comunidad hablante. El significado se da en razón a la utilidad que le damos al objeto si es una cosa, pero también si es un concepto abstracto, por ejemplo: amor, honradez, responsabilidad, etc. La utilidad se muestra de acuerdo al fin que disponga la comunidad, ¿qué es una silla? La respuesta, su significado, será la utilidad para la que sirva: objeto para sentarse. Es, también, para calificar una cualidad del hombre, que a su vez pueda ver como peculiaridad del mundo, ¿qué es honestidad? Un atributo del actuar del individuo. Por lo tanto, el significado de las palabras es la dirección o el sentido que la comunidad hablante le da, es ya manifiesto y así se le enseña a los niños tácitamente. Así cuando escuchamos una palabra, su significado es la imagen conceptual que se plasma en la conciencia, pero ésta no tendría sentido si no la enmarcamos en la funcionalidad del objeto pensado, de otro modo no puede ser. ¿Pero el significado de las palabras es siempre el mismo, es eterno? Evidentemente no, la sociedad no es estática y según los cambios sociales, la invención de nuevos artefactos, el desarrollo de la ciencia, descubrimientos... y a la par el desuso de actividades, tecnología obsoleta, modas, etc. irán determinando y adecuando el significado de las palabras, siempre de acuerdo a la utilidad que éstas le presten al hombre en su actividad cotidiana, es decir que la colectividad desechará, adecuará o instaurará lo que necesite. ¿El significado es la esencia de la palabra? ¿significado y esencia son lo mismo? La esencia, essence, essentia, indica, señala, anuncia, revela, muestra la naturaleza del ente, manifiesta su ser, esse, y su existencia, sum; es el qué, el para qué y el cómo. Es un concepto filosófico que designa aquello que hace que una cosa sea tal cosa y no otra, para Platón la esencia de la realidad era su idea, por su parte Aristóteles acuñó el concepto de ‘ousía’ para designar la esencia de un objeto y que es la naturaleza de esa cosa o entidad. Posteriormente unos retomaron Platón y otros a Aristóteles, durante la escolástica ambas propuestas fueron matizadas con la idea de Dios, incluso hasta muy avanzada la era moderna. Dios como el creador es el aval o justificación del mundo, de lo creado, él es la verdad y, por lo tanto, su esencia, es la causa y fin de las cosas, incluido, obviamente, el hombre. Esta tendencia ha ido disminuyendo con las teorías materialistas, aún más con el existencialismo. Edmund Husserl propone la fenomenología como una “ciencia de las esencias”. Considera que la esencia es aquello que hace que una cosa 16 sea, necesariamente, lo que es, así cada cosa tiene su propia esencia sin intervención alguna de la mente divina; quien participa de ello es sólo el hombre y su conciencia en la reducción fenoménica, pues es así como el hombre descubre a los objetos del mundo. Entonces la esencia ha sido una búsqueda filosófica y el significado es un problema estrictamente del campo lingüístico. Rigurosamente, consideramos, quien le proporciona el significado a las palabras, sean objetos abstractos o concretos, son los poetas. Ni siquiera la ciencia, la religión o, incluso, la filosofía. La ciencia como actividad inventora y descubridora tiene que someterse, para su actividad, a un método; crea un metalenguaje, neologismos que son producto de la severidad del concepto metodológico, y por ello nulificada su libertad. La religión se basa en dogmas, verdades eternas sin posibilidad de cambio y tiene su fundamento en un ser creador, quien es la causa de todo, es una repetición de ideologías, por lo que no hay espacio para la libertad del hombre. Los filósofos hacen un esfuerzo tremendo en lograr nombrar exactamente cómo el hombre piensa, actúa y existe para explicar su ser, siempre alejados del sentimiento social, sus términos para nominar son obtusos y confusos, se requiere de gran preparación para asimilarlos, amén de que entre ellos muchas veces hay discrepancias y controversias, sin embargo la teoría existencialista sostiene que la esencia del hombre es su existencia, su existencia le es gratuita tanto como su libertad, condición de su elección individual. Los poetas, por su parte, son libres de expresar su ser y su existencia, lo que sienten, perciben, utilizan, comprenden, interpretan... son ellos quienes, a la par de observar hacia fuera y ver las cosas y personas como objetos, inspeccionan en su interior y denominan lo que perciben, esto cualquiera lo hace, así si digo -tengo miedo- es un miedo que cualquiera ha experimentado, que hemos sentido y conocido, cualquiera lo comprende, en la creación poética las palabras son producto estrictamente de la relación íntima entre sonidos e imágenes, semánticamente el poeta juega con el significado de la palabra. En la actividad poética se expresa la esencia del espíritu humano-su existencia-, cualquier persona que lea o escuche poesía se identifica de inmediato1, la poesía traslada al lenguaje una experiencia humana emocional y sensualmente significativa, hace uso de imágenes y de un fuerte componente emotivo, así la poesía se basa en la respuesta libre e individual y, con ella, en el papel cada vez más relevante del interlocutor, que habrá de tener una actitud participativa, capaz de leer entrelíneas y de extraer sus propias conclusiones. El significado es una proyección poética de la experiencia humana. Pero el significado, más allá de las palabras, es el significado de la existencia humana, soy yo como persona que siente y piensa, que tengo vivencias al actuar en el mundo y es ésta experiencia la que le proporciona sentido al significado de las palabras. El hombre encuentra su significado porque para reflexionar, comprender e interpretar, es menester que organice supensamiento con base en palabras, en una frase, y dicha frase manifiesta la esencia del hombre, la coincidencia de su ser con su habla, pues expresa su existencia y libertad, su pensamiento, en un acto creador libre y pleno. 1.- Poesía en el más amplio sentido, tanto vulgo como docto, expresa el espíritu de las personas 17 ¿Cómo la experiencia humana puede provocar el significado de las palabras que se devela en la estructura de mi discurso? Mi discurso es acorde al acontecimiento pleno y subjetivo que es el descubrir el mundo y yo como vaciadero absorbente sin fin del mundo, mi discurso es congruente a ese encuentro; su ensamblaje, palabra, gesto, comportamiento, concepto, todo trasciende hacia el ser, hacia el sentido preciso de la captación del mundo, y yo como descubridor en el mundo. Pero no es un círculo que se cierra a sí mismo como algo dado y estacionado allí, sino que lo desborda en mil palabras y frases nuevas, es un acto de libertad que se trasciende a sí mismo en tanto que trasciende al objeto cualificado por él. El ser del hombre trasciende al mundo en cuanto lo nombra, por este hecho, el hombre se trasciende en y por esta comprensión, al emitir un punto de vista devela su aventura y se reconoce para sí un lugar en este mundo, lugar que es descubierto por su propia interpretación, al cuestionarse por el mundo y al provocarse una respuesta se auto-interpreta, sólo así existe. El hombre existe en tanto que se interpreta al interpretar los signos, se descubre por exégesis de su vida, al interpretar se asume como tal, como un existente en tanto que es esa interpretación, como un ser contingente que se elige de tal o cual forma, que es su modo de ser, la estructura de significación se funde con el ser en el significado. Yo elijo interpretarme con los objetos de allá afuera, objetos mundanos, mi lenguaje surge cuando desestructuro el mundo y lo reestructuro con palabras, esta reestructuración con palabras hace surgir mi discurso, lo que yo soy, y esto es en tanto que la realidad me impregna de ella. Hablas lo que ves, lo observas y opinas, modelas y creas nuevas expectativas sobre lo observado; referirse al mundo y apreciarlo. Luego haces hincapié en ello y reflexionas, realizas la encarnación nuevamente de lo sucedido, lo revives recreándolo de mil formas y mil conceptos diferentes, tintes nuevos y novedosos matices especiales sobre lo señalado, algo así como desplegar una pintura...y narrarla, es el lenguaje. Mi lenguaje no ofrece la versión de la realidad, sino una determinada concepción de la misma, la mía, codificadas a lo largo de mi historia, las cuales recogen mi experiencia. El hombre no puede vivir en medio de las cosas sin formularse ideas, provocadas por su conducta, dichas ideas son sustitutas de las cosas, conformándose como mediadoras entre hombre y realidad, entendido como la capacidad de simbolizar y representar los elementos de la realidad como algo que comunica ideas por medio de signos. El lenguaje es para comunicar, yo expreso verbalmente lo que pienso lo que siento, lo que conozco y reflexiono, mis palabras manifiestan mi ser y existencia, soy lo que digo. De igual forma todos los seres humanos realizamos esta actividad: expresar verbalmente nuestro sentir, asimismo utilizamos las mismas palabras, es decir los signos lingüísticos y es aquí donde radica su importancia, guturalmente hacemos uso común del significante (la unidad fónica), pero qué sucede con la imagen conceptual, es decir con el significado que cada uno de nosotros la da al significante, para todos es exactamente lo mismo, o sólo aproximadamente. Trataremos de dilucidar este problema ¿existe un significado común de las palabras para toda la comunidad de hablantes? ¿hay variantes en el significado para un significante? ¿de acuerdo al hablante es el significado?, veamos. 18 Retomemos una carta escrita por el poeta Arthur Rimbaud llamada “El vidente”2 donde el hombre se torna poeta cuando “...es su propio conocimiento total; escudriña su alma, la inspecciona, la toca, la comprende. Desde que la conoce, debe cultivarla.”3 es decir, cuando se descubre en su preciso modo de ser y, por ende, lo que dice (el significante) se funde con su esencia (significado). Quiero decir que el hombre al convertirse en poeta le proporciona a las palabras su verdadero significado: su existencia es el fundamento de su significado, su ser sostiene su dicho, su experiencia en el mundo le proporciona su autenticidad. Así la poesía es la expresión plena, pura y total del lenguaje porque le proporciona su significado a las palabras. Pero ¿cómo la persona se vuelve poeta? Porque él realiza una introspección de sí “Digo que es preciso ser vidente, hacerse vidente. El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos. Todas las formas de amor, de sufrimiento, de locura; él busca por sí mismo, agota en él todos los venenos para conservar sólo las quintaesencias. Inefable tortura en la que hay necesidad de toda la fe, de toda la fuerza sobrehumana, en la que él llega a ser entre todos el gran enfermo, el gran criminal, el gran maldito -¡y el supremo Sabio! Porque él llega a lo desconocido: ¡Puesto que él ha cultivado su alma, ya rica, más que ningún otro! Llega a lo desconocido, y cuando, loco, termina por perder la inteligencia de sus visiones, ¡él las ha visto! ¡Qué reviente en su salto por las cosas inauditas e innombrables...”4 El hombre debe buscar y luego observar en su interior lo bello, digno, sublime, sea espantoso u horrendo... y escribir, proyectará los contornos de su ser, los recovecos de sus miedos, el hiriente frío de la soledad, la punzada cortante del odio, la magia de sus amores sobrerelieve, la fresca brisa de la alegría, los colores musicales de la fantasía, esculpirá su acaecimiento mundano con frases de verdadera realidad, al fin, al fin existirá, pues su esencia es su existencia afirmada en la palabra. En el mismo sentido Heidegger afirma que “...lo permanente lo instauran los poetas”5 y un poco más adelante “La poesía es instauración por la palabra y en la palabra”6 es decir le proporciona su real significado a las cosas cuando las nombra haciéndolas advenir al mundo, además ”... el poeta, al decir la palabra esencial, nombra con esta denominación, por primera vez, al ente por lo que es y así es conocido como ente. La poesía es la instauración del ser con la palabra.”7 En efecto, el ser humano no creó los objetos del universo, él fue arrojado a este mundo y tuvo la necesidad de asimilarlos por su función, utilidad, conveniencia, comodidad, cualidad, calidad, etc. “...puesto que el ser y la esencia de las cosas no pueden ser calculados ni derivados de lo existente, deben ser libremente creados, puestos y donados. Esta libre donación es instauración.”8 sólo así fue posible su validez como existente y su nominación “Lo que dicen los poetas es instauración, no sólo en sentido de donación libre, sino a la vez en sentido de firme fundamentación de la existencia humana en 2.-Rimbaud Arthur. Una temporada en el infierno. Ediciones Coyoacán. P. 101 – 103 carta escrita el 15 de mayo de 1871 a Paul Demény 3.- Ibidem 102-103p. 4.- Ibidem 103p. 5.- Heidegger, Martín. Arte y poesía. Editorial Fondo de Cultura Económica. 137p. 6.- Ibidem 137p. 7.- Ibidem 137p. 8.- Ibidem 138p. 19 20 su razón de ser.”9 La relación entre el hombre y su mundo a través del lenguaje es la evidencia de que “Esa esencia de la poesía como instauración del ser con la palabra.”10 es el hecho más determinante de la realidad humana porque la esencia de la poesía es dar libremente un nombre a las cosas haciéndolas existir, y sólo así existe el hombre. La esencia del hombre es su existencia y su libertad dadas gratuitamente, por eso tiene que elegirse y esta elección conlleva la nominación de los objetos mundanos, tanto para comprendercomo para interpretar su ser y el mundo en una situación enmarcadas en un proyecto original. Si el lenguaje es el ser, y manifiesta su ser a través del lenguaje ello afirma ya una toma de conciencia, así sea primitiva, y ella, la conciencia, representa ya una intencionalidad que se ve reflejada en y por el trabajo y el lenguaje. El lenguaje manifiesta su pensamiento, es decir su ser conciente de sí y de la realidad, en su actividad de nombrar da significado a los objetos, por lo que surge la cuestión de quién da el significado a las palabras, si, efectivamente el conglomerado social, pero nosotros vamos más allá, es decir quién es ese que nombra y restaura las palabras, consideramos que es el poeta, pues él le da la esencia a las palabras, él las sostiene con su ser porque las existe en este mundo de manera individual, original y libre. El significado es una proyección poética de la experiencia humana en un acto creador, el poeta es el significado, lo que supone que se ha elegido como tal o cual, al fin es. Así trasciende el mundo en cuanto lo nombra, en esto o aquello, que es esto o aquello que nombra; qué es ese algo que nombra, el qué del decir, el mundo. De este modo en el siguiente capítulo habremos de reflexionar sobre el mundo, los objetos mundanos y la aventura del hombre en el mundo, es decir, el dice qué de nuestro modelo comunicativo. 9.- Ibidem 138p. 10.- Ibidem 138p. CAPITULO 2 LA COMUNICACIÓN 2.1 EL DESCUBRIMIENTO DEL MUNDO Sobre la pregunta de quien dice qué a quien con qué fin y con qué medio, en el primer capítulo elucidamos sobre ese quien dice, ahora trataremos de precisar el dice qué, es decir de lo que habla el hombre. En el subcapítulo 1.1 hicimos mención de las dos preguntas fundamentales en Filosofía, una interroga por el hombre (¿por qué existe alguien?), la otra por el mundo (¿por qué existe algo?), estas cuestiones son equivalentes, no tiene preponderancia una sobre la otra, ambas se corresponden mutuamente, sin una la otra se desvanecería, precisamente porque quien pregunta es el hombre, asimismo este preguntar exige una respuesta y ésta será mi aventura en el mundo. Al comprenderme puedo comprender mi mundo, y ello sólo es posible a partir de palabras: para comprenderme necesito nombrar lo que siento y pienso, para comprender el mundo necesito nominarlo. Así, este quién dice qué dice algo de algo. Este qué o algo, es decir la parcela de realidad que hablo, son, por una parte, objetos del mundo, por otra, el lugar donde actúo, en síntesis el mundo, mi ser en el mundo. Si lo que hay que comunicar es mi recorrer en el mundo entonces ¿cómo aparece el mundo? ¿de qué forma surge? ¿cuál su modo de develarse? ¿qué es el mundo? Para Husserl el mundo es tal como se presenta en la percepción donde encontramos cosas, animales, hombres y a uno mismo. Es el mundo-de-la- vida1 donde el hombre está instalado como cuerpo (objeto) y lo habita como sujeto, este habitar del hombre le da sentido a los objetos a través de la “...reflexión fenomenológica, cuyo elemento esencial es la reducción trascendental, mediante la cual aparece la correlación trascendental entre conciencia-de-mundo y mundo.”2 El punto importante es la percepción de la conciencia del hombre, quien ilumina los objetos desde su proyecto original, porque actúa en el mundo y a través de dicha actuación les da utilidad y sentido, así el objeto depende de la manera en que el sujeto se dirija hacía él. La toma de conciencia del ser de acuerdo a sus actos hace que los objetos sean lo que son cuando los nombra, por tanto la palabra es fiel representante de la idea de la conciencia del hombre con la mundanidad de las cosas. Finalmente Husserl acota que “..., la percepción es el acto de una conciencia inmersa en el-mundo-de-la-vida...”3 es decir, lo que la conciencia percibe es una cosa del mundo, no el mundo, el mundo es la totalidad donde están las cosas existentes y estas son individuales. Por su parte, Heidegger considera al mundo de manera diferente, no 1.- Bengoa Ruiz de Azúa, Javier. De Heidegger a Habermas. Editorial Herder. p.47 2.- Ibidem 47p. 3.- Ibidem 48p. 21 como una totalidad donde hay cosas, sino el lugar y la condición “...para que los entes intramundanos nos salgan-al encuentro.” Y esto es correlativo a “...las diferentes formas de dirigirnos-a...”4 del hombre, no sólo contemplativa sino también en la acción del ocuparse-de, aquí Heidegger nos da una descripción bastante elaborada del modo en que el sujeto se dirige a los objetos, donde lo a la mano-a la vista en una relación de utilidad (el ser-para es un utensilio), el mundo se descubre como útil-funcional en-favor-de, manifestando al ser-ahí como ser-en–el-mundo, entendiendo al mundo como la totalidad de funcionalidades del ente intramundano que nos sale al encuentro con su significatividad5, y desde el cual el hombre se comprende como tal. ¿Qué es aquello a lo que llaman mundo? La pregunta la hace el ser humano y no tiene sentido salvo si se plantea en un mundo, ya que la presencia del ser hace que haya un mundo. La conciencia del hombre le devela-descubre-encuentra el mundo. El surgimiento de la conciencia del hombre hace que las cosas del mundo se develen con sus cualidades6. Por tanto el hombre no es el mundo, habiendo una relación de negatividad: yo no soy el mundo-el mundo no soy yo, pero hago que exista el mundo, de tal modo que mi surgimiento en medio del mundo provoca el surgimiento del mundo, por mí advienen las cosas mundanas del mundo. La mundanidad me impregna de ella, pero yo no soy la cosa en medio del mundo, soy sujeto y su ordenamiento es producido por mi propia existencia: la pluma está a mi derecha, el libro sobre la mesa al fondo del cuarto, a mi izquierda la puerta, todo en un orden sintético con respecto a mí y yo dándole dicho orden como presencia de fondo de las cosas del mundo, y las trascenderé en cuanto les proporcioné un nombre para diferenciarlas unas de otras, soy el ser para nombrar y no ser nombrado, dándoles un significado, soy una copresencia al todo, yo cito a las cosas –las nombro y hago que vengan a mí-, no en su totalidad sino una a la vez, porque así nombramos a las cosas. La relación sujeto-objeto es una relación originaria, es el acaecimiento del hombre en el mundo, es el lugar donde ocurre su aventura, la de encontrarse consigo mismo a través de sus actos (me gusta y juego fútbol, mi equipo preferido es cruz azul, voy a la Universidad, leo un libro, escribo en la computadora, soy de izquierda...); internamente mi conciencia hace que me capte sin distancias de mí a mí, afuera está el mundo que se me descubre, todo me es dado, toda la realidad me es presente, las cosas del mundo me asedian, están en torno a mí, contra mí, pesan sobre mí. El mundo es aquello a partir de lo cual la realidad humana se hace anunciar lo que es: mis libros en el estante, ropa regada en el cuarto, películas, La Jornada y El Universal amontonados en un rincón, el morral de cuero, un sin fin de notas y apuntes, los zapatos de fútbol, etc. Estos objetos reflejan y proyectan mi imagen; mi esencia y mi libertad están en los objetos, soy ser en el mundo, yo he convocado las cosas en torno a mí constituyéndome como tal, como Oscar, bosquejando mejor: como la historicidad de Oscar, como el acontecer íntimo del ser, como el existir y comprender mi ser en medio del mundo. 4.- Ibidem 49 p. 5.- Ibidem 51 p. 6.- Sartre, Jean Paul. El ser y la nada. Editorial Altaya. 216 p. y siguientes 22 Entonces, ¿qué es el mundo? Primero es el lugar donde ocurre la aventura del ser del hombre, su acontecer, segundo es el lugar donde hay objetos y éstos se descubren en su funcionalidad de acuerdo a mi proyecto de vida. El mundo se me descubre como la posibilidad de ser, de hacerme. Así, este qué o algo de lo que se habla es la experiencia vivencial
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