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La-neoeugenesia--implicaciones-etico-juridicas

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE DERECHO
LA NEOEUGENESIA: IMPLICACIONES ÉTICO JURÍDICAS
TE S IS QU E P A R A O B T E N E R E L 
T Í T U L O D E L IC E N C I A D A E N D E R E C H O 
P R E S E N T A :
ERÉNDIRA CALDERÓN SUÁREZ
ASESOR: MTRA. MA. DEL P ILAR LEÓN 
URIBE.
C I U D A D U N I V E R S I T A R I A , 2 0 0 6 .
 
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A mis padres, Sr. Gonzalo Calderón y 
Sra. Silvia Suárez, porque les debo el 
haberme fomentado una educación 
cimentada en convicciones, así como por 
su inquebrantable apoyo y permanente 
amor.
A Gabriela por alentarme siempre en el
camino y ser elemental en mi vida,
entrañable hermana.
A toda mi familia, mis abuelos Sres. Juan, 
Melesio, Dolores y Thelma, mis tíos y 
primos por ser siempre el cauce que 
orienta la trayectoria de mi sendero.
A mis amistades universitarias, 
incondicionales compañeros en la vida.
GRACIAS a la Universidad Nacional 
Autónoma de México, máxima institución 
educativa del país, por acogerme y 
abrirme las puertas del estudio y del 
conocimiento, y darme la gran oportunidad 
de asumir con orgullo, el nombre y lema 
de mi Alma Máter.
De manera especial, manifiesto mi 
agradecimiento a la Mtra. Ma. del Pilar León 
Uribe, por la amable atención y dedicación 
brindada a mi persona, al otorgarme un 
espacio de su tiempo para asesorarme y 
llegar así, al logro de esta investigación. 
““LLAA NNEEOOEEUUGGEENNEESSIIAA:: IIMMPPLLIICCAACCIIOONNEESS ÉÉTTIICCOO JJUURRÍÍDDIICCAASS””
1. ANTECEDENTES, CONCEPTUALIZACIÓN, Y TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN 
ARTIFICIAL: LA NEOEUGENESIA.
1.1. Antecedentes Históricos.
1.1.1 Desarrollo histórico de las prácticas eugenésicas en el ámbito internacional.
1
1.1.2.Precedentes históricos en México y América Latina. 12
1.2. Conceptualización.
1.2.1. Concepto de Manipulación Genética. 16
1.2.2. Eugenesia. 18
1.2.3. Eugenesia Positiva y Negativa. 19
1.2.4. Neoeugenesia. 20
1.3. Técnicas de Reproducción Artificiales: la neoeugenesia.
1.3.1. Inseminación Artificial. 22
1.3.2. Fecundación In Vitro. 25
1.3.3. Procreaciones con manipulación genética. 27
1.3.3.1. La nueva eugenesia. 27
2. LA FIGURA DE LA EUGENESIA EN LAS DIVERSAS LEGISLACIONES.
2.1. Legislación Nacional.
2.1.1. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 29
2.1.2. Ley General de Salud. 35
2.1.3. Código Civil para el Distrito Federal. 37
2.1.4. Código Penal para el Distrito Federal. 38
2.1.5. Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la 
Salud. 41
2.2. Legislación Extranjera.
2.2.1. Francia. 45
2.2.2. Inglaterra. 48
2.2.3. Alemania . 50
2.2.4. España. 53
2.2.5. Latinoamérica. 57
3. IMPLICACIONES ÉTICO-FILOSÓFICAS DE LA NEOEUGENESIA
3.1. Naturaleza humana. 63
3.1.2. La irrepetibilidad del ser humano. 68
3.1.3. La indivisibilidad e individualidad del ser humano. 70
3.1.4. La inalterabilidad del patrimonio genético o “carga hereditaria”. 71
3.1.5 Dignidad de la persona. 73
3.2. Derecho Natural. 75
3.3. Filosofía Antigua. 76
3.4. Ontología. 80
3.5. Axiología. 83
3.5.1. Bienes; Vida y Salud. 84
3.5.2. Bienes; Integridad física y Derecho de procreación. 87
3.5.3. Interés Privado e Interés del desprotegido. 88
3.5.4. Interés Científico e Interés de la humanidad. 90
4. IMPLICACIONES JURÍDICAS DE LAS MODERNAS TÉCNICAS DE
REPRODUCCIÓN NEOEUGENÉSICAS. 
4.1. Persona física o individual y estatuto del nascituro. 91
4.2. Personalidad Jurídica del nascituro. 94
4.3. Razones y fundamentos por las que el nascituro es titular de Derechos 
Subjetivos. 100
4.4. Derecho a la Vida. 105
4.5. Derecho a la Identidad Genética Personal. 115
4.6. Derechos humanos y discriminación genética. 120
4.7. Derecho a la Investigación Científica en el ámbito de estudio de la Ciencia 
Genética. 124
4.7.1. Desde el punto de vista científico. 126
4.7.2. Desde el punto de vista de la biomédica. 127
4.7.3. Desde el punto de vista del Derecho. 128
CONCLUSIONES
OBRAS CONSULTADAS
 Bibliografía
 Hemerografía
 Legislación
 Sitios en la red
INTRODUCCIÓN
El proyecto de investigación que se presenta se denomina “La 
Neoeugenesia: Implicaciones Ético-Jurídicas”, siendo nuestro objetivo 
analizar con la luz natural de la razón, las repercusiones ético-jurídicas y 
filosóficas que parten de esta nueva figura, como lo son; la concretización 
de las consecuencias en el estatuto jurídico y personalidad del nascituro, su 
capacidad legal, su dignidad e integridad como ser humano, sus derechos 
subjetivos, los límites jurídicos de la investigación científica, entre otras. 
Asimismo, de manera particular, pretendemos plantear el papel que 
desempeñan algunos de los principios ético-filosóficos más importantes, 
que tienen relación con nuestro tópico, tales como; los principios de 
irrepetibilidad, unicidad e indivisibilidad del ser humano, como base y 
fundamento ético para apoyar no sólo el desarrollo de nuestro trabajo sino 
también nuestras conclusiones.
En lo personal, me gustaría manifestar que el tema que a continuación se propone 
es apasionante porque a través del análisis, nos permite reflexionar acerca de lo 
que somos en esencia, lo que queremos y anhelamos llegar a ser, y nos remite 
también, al estudio de conceptos y planteamientos trascendentes relativos a 
nuestra existencia, como el de la vida, que en sí, y paradójicamente, encierra el 
presupuesto de nuestra propia muerte. 
En la vida fáctica nos percatamos que en el amplio mundo de la ciencia, en 
particular de la biomédica, están aconteciendo diversos fenómenos de gran 
trascendencia para la humanidad; uno de ellos es que se ha dejado atrás la 
pretérita noción de la eugenesia, disciplina del bien engendrar, para dar paso a la 
ahora designada neoeugenesia. Al respecto, Carlos María Romeo Casabona, 
quien es un experto en el tema, nos dice en su libro “El derecho ante el genoma 
humano”, que “por neoeugenesia se entiende, los análisis genéticos 
preconceptivos, preimplantatorios y prenatales tendientes al mejoramiento de la 
raza, o dirigidos hacia la prevención de ciertas enfermedades o disfunciones 
genéticas.”
Aunque el empleo de las técnicas neoeugenésicas todavía no se encuentra 
regulado expresamente en nuestra legislación, de la lectura del artículo 154, del 
Nuevo Código Penal para el Distrito Federal, se desprende que aunque las 
manipulaciones genéticas no están permitidas se puede hacer una excepción con 
finalidades terapéuticas, pues se establece pena de prisión e inhabilitación a quien 
manipule genes humanos de manera que se altere el genotipo con finalidad 
distinta a la eliminación de enfermedades graves y fecunden óvulos humanos con 
cualquier fin distinto al de la procreación humana. De ahí nuestra preocupación 
por plantear las consecuencias no sólo jurídicas, sino también ético-filosóficas de 
dicha problemática. 
Por la trascendencia de lo anterior, desde el principio de la investigación 
afirmamos que dentro del ámbito científico, como en todos los demás, siempre 
debe prevalecer el criterio de respeto a la dignidad humana del nascituro 
como principio general del derecho.
Es oportuno mencionar que para fundamentar jurídicamente lo que expresamos, 
hemos tomado como referencia el artículo 22, del Código Civil para el Distrito 
Federal, que a la letra dice ”La capacidadjurídica de las personas físicas se 
adquiere por el nacimiento y se pierde por la muerte; pero desde el momento en 
que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le tiene por 
nacido para los efectos declarados en el presente código”, pues a través de este 
precepto legal se le otorga protección jurídica al nascituro. En este tenor de ideas, 
vamos a considerarle ser humano, independientemente de la etapa de gestación 
en que éste se encuentre. 
Debido a que las prácticas neoeugenésicas repercuten indiscutiblemente en el 
concebido no nacido, creemos que deben establecerse los lineamientos jurídicos 
que lo protejan de posibles agresiones o negligencias, y para ello nos apoyaremos 
en la Ética, ciencia del deber ser, porque así estaremos en aptitud de difundir los 
principios racionales que tiendan al respeto del bien individual y al 
perfeccionamiento integral de la persona. 
Por otra parte, es menester señalar la relación que tiene la Ciencia Jurídica con el 
tema propuesto, pues como sabemos, la realidad siempre supera al Derecho, 
debido a que en la praxis, primero se crea el fenómeno social, y como resultado se 
hace necesaria la formulación de una hipótesis normativa, que en un caso 
concreto, se adecue a la conducta prescrita y determinada, para que 
posteriormente sea observada de manera general o aplicada a través de un juicio 
normativo, de ahí la importancia de la Ciencia Jurídica. El tópico en cuestión tiene 
relación con el Derecho, porque se refiere a técnicas de reproducción artificiales, 
que son conductas externas del hombre, y surgen en el seno de la sociedad, y 
como el Derecho es una Ciencia Social, nos corresponde entonces a nosotros el 
análisis jurídico de dicha problemática. 
Pero si el Derecho es necesario para el estudio integral del tema, lo es igual o más 
aún la Filosofía, pues pretender reducir nuestro estudio a las prácticas 
neoeugénesicas como una simple conducta externa del hombre, derivaría en un 
relato de legislación y ese no es nuestro objetivo. Como la Filosofía es una Ciencia 
humana que se considera parte de las humanidades sapienciales, deberemos 
remitirnos a sus primeros principios, para así, poder hacer uso de ellos como 
herramientas y soporte para encauzar los motivos y consecuencias de la 
neoeugenesia, de tal manera que sus resultados no afecten el desenvolvimiento 
integral de las personas, ni de la humanidad y mucho menos, degraden la vida 
humana. 
Así, la Filosofía del Derecho nos ayudará a descubrir la validez y 
fundamentos éticos de los postulados jurídicos que tienen relación con 
nuestro tema y nos va a permitir dar un fundamento ético y objetivo 
sustentado en la razón al contenido sustancial de nuestro estudio. 
Respecto al cuerpo del trabajo, primeramente desarrollaremos un capítulo de 
contenido histórico y conceptual, con la finalidad de ubicar el tema en un espacio 
geográfico a través de los tiempos. En la última parte de este primer capítulo 
hacemos uso del método deductivo, pues primero exponemos y explicamos las 
diversas técnicas de reproducción artificiales que existen en la actualidad, y a 
partir de este contexto, llegamos a la Neoeugenesia. 
En el capítulo segundo realizamos un estudio legislativo acerca de los diferentes 
ordenamientos jurídicos existentes a nivel nacional e internacional, que regulan el 
tema en cuestión; dicho capítulo se designa “La figura de la Eugenesia en las 
diversas legislaciones”. Cabe destacar, que en algunos países, como en España 
por ejemplo, ya se cuenta con instrumentos legales que constituyen intentos por 
regular la problemática planteada, y es preciso que en nuestro país también se 
fomente el conocimiento y estudio de la misma. 
En el subsecuente capítulo que lleva por nombre “Implicaciones ético-filosóficas 
de la neoeugenesia”, explicamos los principios éticos afectados por la figura de la 
neoeugenesia, como lo son; la dignidad e integridad humana, los principios de 
irrepetibilidad, unicidad e indivisibilidad del ser humano, inalterabilidad del 
patrimonio genético y los fundamentos ontológicos y axiológicos de nuestro 
estudio. 
En el cuarto y último capítulo, designado “Implicaciones jurídicas de las modernas 
técnicas de reproducción eugenésicas”, pretendemos dar respuesta a los 
cuestionamientos jurídicos que parten de la figura de la eugenesia, como son: ¿el 
nascituro es titular de derechos subjetivos? ¿tiene personalidad y capacidad 
jurídica? ¿cuál es su identidad? ¿qué papel desempeñan los derechos humanos 
en este caso particular? y ¿qué limitantes y prerrogativas tienen los investigadores 
de la ciencia genética?, etc. 
Y para culminar el proceso de elaboración de tesis, encontramos las conclusiones, 
en las que de manera objetiva, exponemos diversos razonamientos, entre los 
cuales, podemos destacar; que la neoeugenesia constituye un peligro para la 
supervivencia y continuidad de la especie humana, pues si no se sustenta en 
principios éticos puede ser motivo de abusos, como por ejemplo, la 
discriminación racial, y también que el nascituro, como ser independiente, 
que se autoconfigura y autoconforma como tal, es sujeto de protección 
legal, y por lo tanto, es titular de derechos inherentes a su calidad de ser 
humano, y apoyándonos también en la tesis jurisprudencial 13/2002 de la 
Suprema Corte de Justicia de la Nación, podemos reafirmar que él es titular 
de derechos subjetivos como cualquier otra persona. Dichos planteamientos 
serán argumentados en el transcurso de la investigación y en términos generales, 
plantearemos posibles soluciones que den respuesta a las controversias que se 
suscitan con la irrupción de la neoeugenesia en la práctica biomédica. 
LA NEOEUGENESIA: IMPLICACIONES ÉTICO JURÍDICAS
1. ANTECEDENTES, CONCEPTUALIZACIÓN, Y TÉCNICAS DE 
REPRODUCCIÓN ARTIFICIAL: LA NEOEUGENESIA 
1.1. Antecedentes históricos
La importancia de la historia radica en que partiendo del estudio de 
acontecimientos humanos pasados, nos permite llegar al análisis de la realidad 
presente. Respecto al tema que nos ocupa, la historia ha jugado un papel decisivo 
en la evolución de las ideas eugenésicas pues el origen de éstas, se remonta a la 
Antigüedad y no como muchos piensan, a partir de la ascensión del gobierno Nazi 
en Alemania. Podemos encontrar vestigios del pensamiento neoeugenésico en 
diferentes culturas en el transcurso de los tiempos, como la civilización indú, china, 
celta, y la griega, las cuales, esgrimieron estrategias estatales con vista a la 
diferenciación de estirpes fundadas primordialmente en la búsqueda de caracteres 
supra raciales.
En la primera parte del presente capítulo, retomaremos los aspectos históricos 
más trascendentes que dieron lugar al fenómeno de la “Eugenesia”, en el marco 
internacional y también, en el ámbito específico de América Latina, con la finalidad 
de exponer los principios y las causas que sirvieron como punto de partida, para lo 
que en la actualidad se denomina en la práctica de la biogenética, y en la doctrina, 
“Neoeugenesia”. 
1.1.1. Desarrollo histórico de las prácticas eugenésicas en el ámbito 
internacional 
Mucho tiempo antes de que se escuchara hablar de la eugenesia, como 
la ciencia del bien nacer, ya habían surgido en la historia diversos acontecimientos 
que podemos considerar precedentes directos de las prácticas eugenésicas 
actuales. Primeramente, podemos esbozar que desde que el hombre empezó a 
vivir en sociedad, a relacionarse con otros hombres semejantes y reproducirse, se
percató que de entre las variadas uniones que se daban en el seno de la 
comunidad, algunas de ellas, daban como resultado, la procreación de personas 
distintas a la generalidad. 
Así, encontramos que en muchos núcleos humanos del pasado, se acostumbraba 
a segregar o eliminar a aquellos individuos que no cumplieran con las 
características de fortaleza física y desarrollo psico-mentalcomparable al de la 
media de la población. Como consecuencia de lo anterior, se hizo frecuente en 
algunas sociedades, el aniquilamiento de aquellos individuos que tuvieran alguna 
deformación en su cuerpo, les faltara algún miembro externo, o sufrieran alguna 
enfermedad contagiosa o crónica. 
Con el paso del tiempo, surgió la idea de evitar tales nacimientos, y para ello se 
establecieron algunas medidas tendentes a evitar la unión sexual de aquellas 
parejas que potencialmente fueran susceptibles de concebir hijos con 
características indeseables, pues no sólo eran considerados como una carga para 
la familia, sino también para el Estado.
Así, lo que al principio fueron simples lineamientos para rehuir la mala 
procreación, con el paso de los años, se convirtieron en una especie de manuales 
para el mejoramiento de la raza, en los cuales se plasmaban consejos para tener 
hijos saludables y fuertes. Asimismo, el hecho de que nacieran humanos más 
capaces e inteligentes que otros, siempre fue motivo de anhelo y preocupación, no 
sólo de los integrantes de las diferentes sociedades que han poblado la tierra, sino 
también del poder público, que poco a poco fue tomando injerencia en el asunto, 
como lo veremos más adelante, hasta llegar al punto del establecimiento de 
verdaderas políticas eugenésicas, que en su gran mayoría, terminaron 
convirtiéndose en leyes de observancia general.
Podemos empezar nuestro estudio denotando los antecedentes más remotos que 
tenemos de la eugenesia, éstos los encontramos en la India con los brahamanes, 
que como nos comenta Luis Jiménez de Asúa1 solían matar o abandonar en la 
selva a los niños que después de transcurridos dos meses de su nacimiento, no se 
les considerara viables, también se tiene noticia de que en la comunidad celta, 
(ancestros de los sajones), se acostumbraba abandonar a los recién nacidos con 
alguna deformidad. 
En la historia de la eugenesia también sobresalen las Leyes de Manú, pues según 
Roberto Mac-Lean Estenós2, a través de ellas se prohibía el matrimonio con 
mujeres que fueran enfermizas, así como las pertenecientes a familias atacadas 
por epilepsia o lepra blanca. También dice que en las Leyes de Licurgo se hace 
referencia a costumbres que tenían como finalidad el perfeccionamiento físico y 
moral de los consortes, para lograr un perfeccionamiento óptimo de la 
descendencia.
El mismo autor nos comenta, que Pitágoras aconsejaba no procrear en estado de 
embriaguez y siguiendo la misma línea, Plutarco agregó que los niños concebidos 
de esta manera, estaban propensos a sufrir alucinaciones mentales. La élite 
intelectual griega no estaba de acuerdo con los matrimonios “por interés”, y en 
cambio, deseaba que se demandara la excelencia física y moral de los cónyuges. 
En cuanto a los griegos, podemos afirmar que el más importante precedente de la 
eugenesia que se tiene registrado, es el mismo Platón, que en “La República” 
planteó algunos principios de esterilización. Una muestra del pensamiento de 
Platón, en cuanto a la selección de individuos, la encontramos en el siguiente 
fragmento extraído de la obra de Jiménez de Asúa:
“... La patria griega tiene como vértice la doctrina de Platón, que llega a comparar 
el género humano con los animales irracionales, pues del mismo modo que para 
tener buenas crías o buenos ejemplares se seleccionan aquellos, para dar hijos 
robustos y útiles al Estado … deben procurar los magistrados seleccionar los 
1 JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis. Libertad de Amar y Derecho a Morir, Ed. Depalma, España, 1984, 
pp. 5.
2 MAC-LEAN ESTENÓS, Roberto. La eugenesia en América Latina, Ed. Instituto de 
Investigaciones Sociales de la U.N.A.M, México, 1952, pp. 7, 8.
hombres y mujeres, procurando (sic) que los enlaces de los mejores sujetos de 
uno y otro sexo sean más frecuentes y, al contrario, los de los peores, muy 
escasos.”3
En esta cita del maestro Jiménez de Asúa, podemos observar que Platón, desde 
la época de oro de la Filosofía Antigua, daba gran importancia al hecho de cuidar 
que la descendencia de la prole griega fuera saludable, por el bien de la polis, y 
para ello, pugna por la intervención de la autoridad estatal. Platón afirmaba que los 
consortes antes de pensar en sí mismos, debían buscar la utilidad colectiva, el 
bien del Estado griego. Es en este punto de la historia cuando podemos 
considerar que las ideas eugenésicas surgieron formalmente con el 
propósito de establecerse como parte de un régimen sanitario público.
Siguiendo con el transcurso de los años, es importante apuntar que durante casi 
toda la Edad Media no se registra un gran desarrollo del pensamiento eugenista, 
debido a que en este periodo, la sociedad estaba más preocupada en asuntos 
religiosos que en cualquier otro tema. De hecho, se valoraba a las prácticas 
eugenésicas como algo inherente a la cultura pagana, como una cuestión ya 
superada por el Cristianismo.
Es del conocimiento general, que durante aquella etapa de oscurantismo, era acto 
consuetudinario que los miembros de la nobleza se casaran con integrantes de la 
misma familia, lo que dio como resultado que nacieran muchos herederos al trono, 
con gran cantidad de enfermedades congénitas. Fue hasta que se hicieron 
evidentes las repercusiones genéticas del incesto y de dichas relaciones 
consanguíneas, cuando se reconsideró dicha conducta.
Una vez terminada la Edad Media, y en los albores del Renacimiento, entre las 
clases más acomodadas empezaban a perder popularidad las antiguas creencias 
de que lo más apropiado eran los enlaces matrimoniales “acordados por interés y 
desde un punto de vista puramente económico” y en cambio, se empezó a hablar 
3 Op. Cit. JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis. pp. 6
de matrimonio entre personas sanas, para que de esta manera, la descendencia 
saludable de las incipientes naciones estuviera asegurada. Cabe puntualizar que 
esta nueva tendencia no surge de la nada: lo que en realidad estaba sucediendo, 
era que con motivo de los numerosos matrimonios que se dieron entre los mismos 
integrantes de las monarquías europeas, resultó que muchos nobles padecían 
enfermedades congénitas, como la hemofilia y el prognatismo. A esta 
preocupación se sumaban las terribles epidemias que amenazaban toda Europa, y 
que en ocasiones causaban la desaparición de comunidades enteras. Así fue 
como algunas voces se levantaron para propugnar no por vínculos “arreglados” en 
pos de acrecentar o proteger la riqueza y las herencias, sino más bien enlaces 
pensados en la búsqueda de la salud de la futura progenie.
De alguna forma, una nueva luz del pensamiento empezó a florecer en distintos 
ámbitos del conocimiento; en las artes plásticas, la pintura, la literatura, la filosofía, 
etc. y todas esas nuevas ideas influyeron para que emergiera una nueva sociedad 
más revolucionaria, que poco a poco se fue alejando de las pretéritas y 
tradicionales concepciones religiosas que prevalecieron en el mundo occidental 
durante casi un milenio.
Subsecuentemente, algunos integrantes de las clases ilustradas de Europa, 
aquellos que en lugar de dedicarse a los negocios familiares, dirigieron sus 
esfuerzos al estudio y búsqueda del conocimiento, se concentraron en las 
universidades más prestigiadas para desarrollar su saber. En Francia, Inglaterra y 
Alemania, entre otros países europeos, se dio lugar a un inminente desarrollo de 
la ciencia, las artes, y la enseñanza, que desarraigados de los tabúes religiosos, 
permitieron la evolución de las ideas. Producto del emergimiento de universidades, 
las ciudades se convirtieron en verdaderas cosmopólitas, en las cuales, estos 
nuevos intelectuales que no pertenecían al clero, se congregaban para deliberar, 
discutir y analizar los fenómenos que les interesaban, como ejemplo tenemos 
París, Cambridge, Florencia, Padua, entre otras. 
Sin embargo, fue hasta finales del siglo XVIII, cuando los científicos se 
preocuparon más ampliamentede la herencia humana y empezaron a aplicar 
conocimientos menos empíricos y más experimentativos. 
Ya entrado el siglo XIX, Gregorio Mendel, un sacerdote y botánico austriaco, 
efectúa una serie de experimentos, que como resultado, dieron origen a la ciencia 
genética. Dichos experimentos comprobaban que existe una relación directa 
entre los caracteres que tienen los padres y los que se transmiten a los 
descendientes.
Estos nuevos descubrimientos coincidían con las teorías evolucionistas de Charles 
Darwin, y poco a poco fueron difundidas en amplios sectores de la sociedad.
Como sabemos, Darwin es el creador del principio de selección natural y es quien 
estableció la “Teoría de la Evolución de las Especies Biológicas”. En su obra más 
importante, “El Origen de las Especies por la Selección Natural”, expone la 
aparición y extinción de especies como resultado de la evolución y de la selección 
natural, la cual, se basa en la desaparición de los seres menos fuertes y la 
permanencia de los más adaptados.
No obstante lo anterior, fue otro destacado científico, el inglés Francis Galton, 
quien realiza la primera teoría de mejoramiento del linaje humano, y lo más 
importante para nosotros, es que de manera unánime, se le ha proclamado 
como el padre de la Eugenesia, porque es a partir de él que se le da a aquella 
el rango de ciencia, además de que es el creador del término. A partir de este 
periodo podemos hablar científica y técnicamente de Eugenesia, porque es hasta 
entonces cuando toman un valor metodológico todos los mecanismos que desde 
antaño habían venido practicándose con el objetivo de mejorar la raza de los 
pueblos. Con Galton, las costumbres eugénicas, pasan a ser parte de “prácticas 
científicas”. En otras palabras, con dicho personaje termina el empirismo y surge 
la era científica de la eugenesia.
Francis Galton, quien por cierto, era primo de Charles Darwin, elaboró la teoría 
eugenésica y le proporcionó una denominación a la nueva ciencia retomando la 
etimología griega eu (bien), y gene (engendrar), es decir, la ciencia del bien 
engendrar o “eugenesia”. Definiéndola así por primera vez en el año de 1883, 
Galton estructura no sólo un nuevo ámbito del conocimiento, sino también una 
doctrina basada en probabilidades estadísticas.
Por principio, Francis Galton pugna por la intervención directa del hombre, en la 
búsqueda del mejoramiento de la raza, pero también expresaba que el Estado 
debía promover la unión matrimonial entre los individuos pertenecientes a la mejor 
clase, pues al reproducirse y tener hijos, se perfeccionaría la composición de la 
sociedad. 
En esos tiempos, en los Estados Unidos de Norteamérica, las ideas biológicas del 
evolucionismo de Darwin estaban en pleno apogeo, y surgió la idea de que con las 
numerosas inmigraciones, se estaba degenerando la raza, y es cuando comienza 
la preocupación por la depuración de la sociedad en dicho país; las ideas 
eugenésicas habían empezado a difundirse en todo el territorio angloamericano.
No obstante lo anterior, es en Alemania, bajo el régimen Nazi, cuando la historia 
de la eugenesia toma un tinte verdaderamente escalofriante. Adolfo Hitler propuso 
la “purificación de la sociedad”, basándose en la supuesta superioridad de la raza 
aria.
En Alemania sucedieron los acontecimientos más estremecedores en relación a la 
eugenesia, pues con el nacional socialismo de Hitler, pasa de ser una disciplina 
incipiente, a una política de salubridad estatal impuesta con la finalidad de 
aniquilar por completo algunos sectores de la sociedad.
Consideramos pertinente una nota que oportunamente realiza Glenn McGee, 
quien es un escritor reconocido en el campo de la bioética y además es profesor 
del Centro de Bioética de la Universidad de Pennsylvania:
“En Alemania, sin embargo, la eugenesia floreció desde 1904, hasta el final de la 
Segunda Guerra Mundial. El Dr. Alfred Ploetz creó los Archivos de la Teoría Racial 
y la Biología Social en 1904, y la Sociedad Alemana de Higiene Racial en 1905. 
El Instituto de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia Emperador Guillermo 
se fundó en 1927. Las leyes alemanas de esterilización se proclamaron en 1933 y 
exigían la esterilización obligatoria “para la prevención de la descendencia con 
defectos hereditarios en los casos de “defectos mentales congénitos, 
esquizofrenia, psicosis maniacodepresiva, epilepsia hereditaria (...) y alcoholismo 
severo”4
Al respecto podemos decir que el fenómeno ocurrido en Alemania, fue el resultado 
de un largo proceso en el cual, paulatinamente se fueron estableciendo 
lineamientos e instituciones capaces de imponer coactivamente la doctrina 
eugenésica.
Cabe mencionar que la Ley de 1933, a que se refiere la cita textual, fue 
denominada como la “Eugenic Sterelization Law” y fue muy trascendental no sólo 
en el ámbito médico, sino también, político de la Alemania nazi, pues en ella se 
oficializaron de una forma brutal y primitiva las prácticas eugenésicas. Sin un 
sustento ético y mucho menos filosófico, se implantaron reglas que denigraban la 
especie humana, por supuesto, exceptuando a los pertenecientes a la raza aria, 
que supuestamente era la minoría destinada a gobernar al mundo. Gracias a esta 
Ley, no sólo se exterminaron a cientos de miles de personas (ancianos, dementes, 
retardados, discapacitados, opositores políticos, gitanos y judíos), también 
autorizó que se llevaran a cabo experimentos de selección de raza, escogiendo 
premeditadamente a determinadas mujeres blancas para soldados o personas de 
sexo masculino de la raza aria. 
Glenn McGee5 nos informa que durante el régimen nazi las personas que eran 
consideradas como incapaces, eran enviadas por los médicos a los Tribunales de 
4 McGEE, Glenn. El bebé perfecto, Ed. Gedisa, Barcelona, España, 2003, pp. 28.
5IBIDEM. 
Salud Hereditaria, que eran instituciones especialmente creadas para determinar 
qué personas no eran aptas para la labor de procreación. Se dice también, que las 
decisiones del Tribunal Supremo de Eugenesia podían apelarse, pero el fallo que 
de él emanaba, era definitivo e incluso se hacía ejecutar a la fuerza, como 
consecuencia, en tan sólo tres años se esterilizaron a trescientas veinticinco mil 
personas.
De lo anterior, se desprende que los indebidamente llamados “incapaces” y todos 
aquellos que encuadraran en los supuestos de la ley nazi, se encontraban en un 
verdadero estado de indefensión ante todo el sistema jurídico establecido. Todos 
sabemos que el régimen nazi ascendió al poder de manera legítima, debido a que 
el pueblo alemán apoyó desde sus inicios al Reich, sin embargo, nos permitimos 
hacer aquí un paréntesis para preguntarnos, cómo fue que una nación y el resto 
del mundo permitieron que se suscitaran tales acontecimientos. De ahí que no 
todo sistema jurídico-político establecido legítimamente, sea justo y equitativo para 
todos los gobernados.
El poder público alemán cimentó toda su estructura, en un sistema jurídico carente 
de principios éticos. Por ello se dice que en la Alemania de los treintas y 
cuarentas, lo que era considerado legal, no siempre tenía que ver con la justicia y 
los fines fundamentales del Derecho. Hitler logró despertar en el pueblo alemán 
sentimientos no sólo de supremacía racial, sino también, de melancolía por el 
pasado glorioso de su gente y de odio hacia los extranjeros (particularmente hacia 
los judíos, que en ese tiempo eran dueños de gran parte del comercio). 
Las políticas eugenistas de Adolfo Hitler llevaron a la detención de millones de 
judíos y gitanos, (sin contar los miles de alemanes ciegos, mancos, locos, cojos, y 
retardados mentales), y culminaron con los exterminios en los campos de 
concentración, deportaciones masivas y en los laboratorios médicos, en los 
cuales, se llevaban a cabo experimentos infrahumanos con los detenidos. 
Cabe señalar que en otras culturas occidentales también se aplicaronpolíticas 
eugenésicas con el fin de control de los defectuosos por medio de la esterilización, 
como en el caso de los países escandinavos, pero llevadas a cabo con mayor 
discreción. El tema es inacabado y sólo para mostrar algunos datos estadísticos, 
según Ascensión Cambrón,6 en los Estados Unidos de Norteamérica, anualmente 
se realizaban en los años noventa 800, 000 esterilizaciones voluntarias y en 
Inglaterra 46,000. Además de que según el autor en mención, se tienen datos de 
que hasta 1950 se habían efectuado 3.4 millones de esterilizaciones en todo el 
mundo y desde 1950 a 1977 se contaba ya con 80 millones en todo el mundo.
Como consecuencia de la experiencia nazi, durante medio siglo el mundo prefirió 
olvidarse de la eugenesia y ningún gobierno se atrevió a tocar el tema 
abiertamente. Sin embargo, la historia de las prácticas eugenésicas no terminaría 
ahí, y a finales de la década de los setenta y principios de los ochentas cuando 
resurgen nuevamente estas ideas, y es precisamente en los Estados Unidos 
donde este fenómeno toma lugar.
Una fecha que marcó una nueva etapa en la historia de la biogenética, fue el día 
25 de julio de 1978, cuando los periódicos anunciaron el nacimiento de una niña 
de nombre Louise Brown, concebida “in vitro”. A partir de este acontecimiento 
histórico nacieron en todo el mundo niños probeta (concebidos en un recipiente de 
laboratorio por medios artificiales), y el uso de las técnicas de reproducción 
artificial, también se generalizó a lo largo y ancho de todo el planeta. 
Por supuesto que los primeros en llevar a cabo estos procedimientos fueron los 
países industrializados, pues primeramente se necesitaba un equipo con 
tecnología de punta, y médicos altamente especializados. Todo lo anterior, 
resultaba muy caro, y en pocos hospitales se practicaba, sin embargo esta 
situación duró poco tiempo, pues con la gran difusión que hubo en todos los 
medios de comunicación, dio como resultado que en miles de clínicas se fuera 
perfeccionando la técnica original. 
6 CAMBRÓN, Ascensión. Acerca de la esterilización de deficientes, Revista Derechos y 
Libertades, Madrid, España, 1995, Año II, Nº 5, pp. 414.
De esta manera, hoy sabemos que existen en el mundo muchísimas personas que 
fueron concebidas de esta manera y el éxito obtenido en cuanto a la aplicación de 
la ciencia en el ámbito reproductivo es evidente.
Con la utilización de nueva tecnología de punta y los descubrimientos sobre la 
composición del material genético humano, se experimentó un gran auge en los 
métodos de reproducción artificial, los que se diversificaron para la satisfacción de 
millones de parejas que querían procrear y la demanda de estos servicios también 
fue en aumento, de tal manera que con el tiempo se fue convirtiendo en una 
práctica habitual en muchos países.
En medio de este contexto, la eugenesia sufrió una importante transformación, la 
cual radica en lo siguiente: de ser considerada como una política pública de 
salubridad, como fue apreciada a principios de siglo en Europa y en Estados 
Unidos de América, pasó a encuadrarse en el ámbito particular, en el cual, los 
individuos deciden por sí mismos lo que quieren hacer con su material genético-
reproductivo, y para ello escogen a un médico o clínica que les auxilian para lograr 
sus fines. Tal vez por ello, ya no se piensa en la eugenesia como una amenaza 
para la sociedad, sino como un paso más al desarrollo de la ciencia médica. 
Únicamente nos resta adicionar que la neoeugenesia que se plantea en el ámbito 
mundial responde a la evolución de todo un pensamiento que ha sido 
caracterizado en sus diversas etapas como políticas de sanidad o condiciones 
prenupciales, en fin, en el mundo occidental, los griegos y posteriormente los 
romanos encontraron en la eugenesia no solo la respuesta al mejoramiento de la 
estirpe, sino también fue considerada como una vía conducente a la búsqueda de 
la perfección humana. Asimismo, en la Edad Media, el pensamiento eugenista se 
vio desplazado por las creencias religiosas, y una gran cantidad de tabúes 
impidieron el desarrollo del conocimiento científico y es hasta el Renacimiento 
cuando nuevamente se escucha hablar de medidas eugenésicas, y de ahí hasta el 
presente no se había hablado públicamente de esta problemática, y cabe 
mencionar que es en la década de los setentas y ochentas cuando en los medios 
de comunicación se empiezan a difundir éstas prácticas. De alguna manera, ahora 
hay una gran apertura en cuanto a la información y a la manifestación de ideas, 
por ello es tiempo de debatir la pertinencia de los diferentes métodos de 
reproducción, entre ellos, la neoeugenesia. 
Así es como la eugenesia ha evolucionado y sufrido transformaciones, de modo 
que en ocasiones ya no sabemos si esta figura conserva coincidencias con las 
prácticas masivas que de antaño se realizaron sobre todo en Alemania y Estados 
Unidos o si estamos en presencia de un concepto nuevo. Nuestra tarea será 
desentrañar el verdadero sentido de estas prácticas científicas, para poder 
analizar su conveniencia o no, en el ámbito humano.
Este capítulo nos ha permitido conocer los antecedentes de la neoeugenesia, y lo 
hemos abordado como un fenómeno que ha evolucionado, y por lo tanto, ha 
cambiado a lo largo del tiempo. Tal es el motivo que en lo particular, estimamos 
que no estamos tratando un tema que se haya originado recientemente, por el 
contrario en este trabajo vamos a considerar a la neoeugenesia como inevitable 
consecuencia del desarrollo de las técnicas eugenésicas primigenias, porque 
como veremos más adelante, ambas figuras tienen el mismo fundamento y 
sustento en el cual se basa todo su pensamiento. A continuación estudiaremos 
los antecedentes del tema que nos ocupa, en el ámbito regional. 
1.1.2. Precedentes históricos en México y América Latina 
Hemos visto la manera en que la eugenesia evolucionó y se desarrolló en 
diferentes culturas a lo largo de los siglos, ahora nos corresponde el estudio de la 
misma, pero en el contexto latinoamericano. Podemos empezar señalando que 
aunque la experiencia en América Latina no ha sido tan abrumadora como en las 
naciones abordadas con antelación, sí contamos con antecedentes significativos 
que nos permiten analizar la concepción que se ha tenido de la misma en los 
últimos tiempos, así como también, cómo ha sido la aplicación de manera regional 
de las prácticas eugenésicas. 
De la etapa precolombina únicamente podemos citar una antigua referencia que 
hallamos en la cultura Inca. Conocemos que existían estrategias eugenésicas 
llevadas a la práctica entre los incas, en lo tocante podemos citar lo que nos 
comenta Roberto Mac-Lean Estenós:
“Bajo el esplendor del Incanato, determinadas prácticas deportivas, que 
engalanaban su premio a los triunfadores, permitiéndoles escoger por esposas 
entre las acllas.”7
Observamos que este pensamiento tiene un significado muy similar a las antiguas 
creencias griegas de la Época Clásica, en la cual, a los mejores atletas, se les 
premiaba con las mujeres más bellas y más sanas, con la finalidad de que la prole 
que entre ellos surgiera, fuera de la mejor estirpe. 
En realidad, el pensamiento eugenista científico se desarrolló tardíamente en 
Latinoamérica, y pasó mucho tiempo para que por primera vez, las obras de 
Francis Galton y sus seguidores europeos, se dieran a conocer. El auge 
eugenésico en Latinoamérica, surge a principios de siglo XX, para lograr gran 
repercusión social a mediados de los años treinta. En este periodo es cuando 
florecieron diferentes corrientes y agrupaciones eugenésicas en algunos países de 
América Latina, entre los cuales podemos mencionar a Argentina, Brasil, México y 
Perú, entre otros.
En México dicho pensamiento se originó desde tiempos del Porfiriato, en el cual, 
los científicos positivistas se encargaron de difundir las máximas eugenésicas que 
estabande moda en Europa, principalmente en Francia. Algunos de los 
intelectuales que participaron activamente en el desarrollo de dichas ideas fueron 
Emilio Rabasa y Justo Sierra, el primero sostenía que la sociedad se componía de 
integrantes capaces e incapaces, y que éstos eran los pertenecientes a la raza 
indígena, el segundo decía que era necesaria la estratificación de la sociedad 
7 MAC-LEAN ESTENÓS, Roberto. La eugenesia en América Latina, Ed. Instituto de 
Investigaciones Sociales de la U.N.A.M, México, pp. 19.
pues los no aptos demostraban ser los indígenas por haber sido vencidos por los 
españoles. 
Muchos intelectuales positivistas exclamaban que debían implementarse medidas 
eugenésicas para evitar que la estirpe indígena débil, proliferara sobre la criolla y 
mestiza. Una vez que triunfó el constitucionalismo, como nos relata la Dra. Laura 
Suárez8 catedrática de la clase de Filosofía de la Biología, en la Facultad de 
Ciencias de la U.N.A.M, el nacionalismo se implantó y se trató de enaltecer el 
mestizaje planificado, en dicha tarea participaron grandes intelectuales como José 
Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Gabino Barreda y Antonio 
Caso. 
Así como en Argentina se fundó una asociación eugenésica, en México se 
constituyó la Sociedad Mexicana de Eugenesia, que entre otras cosas, organizaba 
labores de divulgación y organizaba las Semanas Mexicanas de Eugenesia, 
ambas asociaciones realizaban tareas similares y tenían fines comunes, como el 
de difundir entre los miembros de la sociedad, las ventajas de las políticas 
eugenésicas en pos del bienestar de la comunidad. En México no se llevaban a 
cabo grandes investigaciones, solamente se escribía acerca del tema para darlo a 
conocer. Un aspecto importante es la publicación de la revista “La eugenesia en 
México”, que logró captar la atención de estudiosos de la materia.
El surgimiento de sociedades y asociaciones eugenésicas, nos da una idea clara 
del gran interés que empezó a despertar el tema entre diferentes sectores de la 
sociedad en los países latinoamericanos. 
Poco a poco se empezaron a difundir gran cantidad de libros y artículos que 
buscaban el convencimiento de los grupos conservadores en pro de la eugenesia 
aplicada en México. 
8 SUÁREZ Y LÓPEZ GUANZO, Laura. Eugenesia y racismo en México, Ed, Dirección de 
estudios de posgrado de la U.N.A.M, México D,F, 2005, pp. 94.
En esta época es cuando, algunos extremistas pensaron que las comunidades 
indígenas, significaban no sólo una carga económica para el Estado, sino también 
un retraso para el desarrollo social del país. Como no se podía aniquilar a toda la 
gran cantidad de indígenas existentes en nuestro país, se pensó que la mejor 
opción era el mestizaje con la raza blanca (lo cual, en sí, resultaba bastante difícil 
pues la gran cantidad de mexicanos eran y somos en su mayoría mestizos). 
En la década de los treintas, la Sociedad Mexicana de Eugenesia para el 
Mejoramiento de la Raza, había ya ganado gran cantidad de adeptos en el ámbito 
científico y político, se llevaron a cabo una gran cantidad de campañas dedicadas 
no sólo a la educación sexual y control de natalidad, sino también a difundir 
información en la cual se consideraba a la raza indígena como inferior. 
Sin embargo, el ideario nacionalista de los estudiosos mexicanos, era 
completamente contrario al pensamiento eugenista europeo, pues mientras ellos 
proclamaban la pureza de la raza, los mexicanos estaban de acuerdo en la 
heterogeneidad y en la hibridación de razas en busca de una mezcla mejor. De 
ahí, que la eugenesia mexicana, encontraba en sí misma, una gran contradicción, 
que tarde o temprano la llevaría a desaparecer.
Un aspecto esencial que vale la pena señalar, es que a mediados de la década de 
los veintes, no sólo en México, sino también en gran parte de países en desarrollo, 
se cuestionaba la posibilidad de establecer un sistema de exámenes prenupciales 
que previnieran el contagio de enfermedades entre los cónyuges, o el nacimiento 
de seres con enfermedades crónicas o malformaciones. Así fue como se incluyó la 
obligatoriedad del certificado médico prenupcial en el Código Civil de 1928. 
En el contexto específico de México, el Código Civil señaló como impedimento 
para la celebración del matrimonio, que alguno de los cónyuges sufriera de alguna 
enfermedad crónica, incurable o contagiosa registrada en el certificado. La validez 
del certificado puede ser visto desde diferentes enfoques, en realidad podemos 
afirmar que si bien surgió como propuesta de sociedades eugénicas como 
instrumento para mejorar la estirpe de la prole, también ha sido empleado como 
un mecanismo eficiente para la prevención de enfermedades hereditarias y 
contagiosas. Después de todo, el fin que se persigue es garantizar la 
concientización de los consortes en cuanto al bienestar integral de la familia que 
están por constituir. 
A manera de conclusión, nos gustaría agregar, que curiosamente la paradójica 
experiencia mexicana con la eugenesia, consistió en retomar el aspecto que 
de manera intrínseca negaba el pensamiento eugenésico europeo: el 
mestizaje de la clase indeseable con la dominante. Es decir, mientras en los 
antecedentes mundiales encontramos una aversión clara respecto a la mezcla de 
razas (las estimadas inferiores y superiores), en nuestro contexto geográfico la 
eugenesia se ubicó como factor determinante para la optimización del mestizaje, 
buscando que la raza blanca europea sobresaliera en la conformación de la 
sociedad y tratando de diluir a la indígena.
Con certeza podemos afirmar que el fracaso de la Sociedad Mexicana de 
Eugenesia y de todo el pensamiento eugenista mexicano, se debió a la 
imposibilidad de blanquear al grueso de la población. Pues finalmente se 
reconoció que la cantidad de gente blanca era mínima, insuficiente para lograr 
uniones con los mestizos e indígenas. 
Como vemos, la historia de la eugenesia, tuvo matices diferentes dependiendo de 
la zona geográfica en la que se estableció. Asimismo, el principio de mejoramiento 
de la estirpe, fue el factor constante en todas las directrices tendentes a la causa 
señalada.
Verificamos finalmente, que la evolución de la eugenesia no ha concluido, pues 
desde la idea primigenia de supervivencia y preservación de la estirpe, hasta la 
neoeugenesia, ha persistido en la historia como mecanismo innovador en la 
búsqueda permanente del perfeccionamiento humano.
1.2. Conceptualización
En la segunda parte del presente capítulo, expondremos brevemente 
los conceptos biocientíficos esenciales que nos son necesarios para abordar el 
tema de la neoeugenesia, nuestro propósito es introducir dichos términos de la 
técnica médica porque los emplearemos recurrentemente a lo largo del trabajo de 
investigación. 
1.2.1. Manipulación genética
Analizar el concepto de manipulación genética es importante debido a 
que la neoeugenesia implica una forma de intervención génica, a contrario sensu, 
de lo que podría considerarse una concepción natural. Dentro del ámbito de la 
biogenética, el objeto de manipulación es el material genético de seres humanos, 
dicha transformación afecta la esencia más significativa de un individuo, y se 
justifica con motivos de mejoramiento de la raza, o de prevención de ciertos males 
o enfermedades. Aquí hacemos una respetuosa reserva, únicamente para 
remarcar que el hombre es un todo, no la suma de sus partes, y debe tratarse con 
cautela todo lo relacionados con estas manipulaciones, en el sentido de que se 
degenera la estructura original del ser.
Primeramente, por el término de manipulación ordinariamente entendemos que se 
refiere a todo aquello que puede ser maleable o corrompido por las manos del 
hombre.
En materia de bioética, J. A. Calabuig Gisbert, dilucida que dicho vocablo tiene un 
sentido peyorativo en el sentido de su valor semántico, y lo analoga con el de 
ingenieríagenética, que no es más que “el conjunto de técnicas capaces de actuar 
directamente sobre el material genético y sobre las estructuras y mecanismos 
moleculares responsables de transmitir los caracteres hereditarios”.9
El citado autor menciona además que gracias a estas técnicas es posible la 
introducción de un gen para que la célula sea capaz de corregir su anomalía, y la 
9 CALABUIG GISBERT, J.A. et al. Revista Mexicana de Justicia, Nueva época, Número 10, 
P.G.R., México, 2000, pp. 213.
modificación o sustitución del gen mismo. Nosotros no estimamos que sea más 
oportuno el término de ingeniería genética, pues finalmente el de manipulación es 
el que mejor describe la conducta que se realiza cuando se llevan a cabo 
cualquier tipo de terapias genéticas.
También hallamos la aportación de L. Gracia Martin, quien realiza una 
estructuración de la manipulación genética partiendo de la idea de que está 
constituída “por una gran variedad de complejas técnicas y procedimientos que 
permiten la manipulación de células humanas; somáticas o germinales, de 
embriones humanos, y de individuos a través de la eugenesia positiva y negativa”.
10 Esta postura va acorde con el sentido que se plasma en la presente 
investigación en tanto que estima a las manipulaciones genéticas como 
instrumento directo en la modificación del código genético de las personas 
particularmente, solamente estimamos oportuna la manipulación genética cuando 
se trata de eugenesia positiva en algunos aspectos, como lo veremos más 
adelante.
Finalmente, podemos sugerir a manera personal, que manipulación genética es 
toda intervención que afecte el material genético de las células, las cuales 
pueden ser; germinales, totipotentes, somáticas, o el producto de la 
concepción, con el objetivo de modificar la herencia biológica de un ser 
humano.
1.2.2. Eugenesia
La eugenesia es el antecedente directo de la neoeugenesia, 
etimológicamente proviene de las voces griegas: eu, que quiere decir “bueno” y 
10 GRACIA MARTÍN, Luis. Et al. Comentarios al código penal, parte especial, Tomo I, Ed. Tirant 
lo blanch, Valencia, España, 1997, pp. 665. 
genesia, que deriva de genes, y en su conjunto significa bien engendrar, o bien 
concebir.
De su etimología podemos desentrañar el objetivo de las prácticas eugenésicas, y 
este tiene que ver con la preocupación por la calidad y características que deben 
reunir los individuos, para ello se proponen medidas de prevención tendentes al 
mejoramiento de las aptitudes que estos puedan desarrollar y de eliminación de 
caracteres indeseables.
Como lo señalamos en el capítulo anterior, el término eugenesia fue acuñado por 
Francis Galton, quien la definió como “la ciencia que trata de todos los factores 
que mejoran las cualidades propias de la raza humana, incluídas las que se 
desarrollan de forma óptima”. Esta última parte no es más que la afirmación de las 
conclusiones de sus trabajos; la identificación de características favorables con 
aquellas relativas a la raza predominante inglesa.
Cabe recordar que en diversos pueblos la eugenesia siempre fue vista como un 
asunto de salubridad y como mencionábamos con anterioridad, constituía un 
asunto de carácter público a diferencia de lo que es en la actualidad. En nuestros 
días hay muchas personas que todavía relacionan a la eugenesia con las toscas y 
brutales técnicas del Nazismo, pues las viejas doctrinas eugenésicas se identifican 
más con dicho régimen, que con la nueva eugenesia. Lo actual, hoy en día, es la 
neoeugenesia, que es aquella eugenesia modernizada que con el uso de 
técnicas especializadas, tecnología de punta y laboratorios altamente 
calificados, puede lograr lo que hace unas décadas se consideraba 
imposible; la selección de seres humanos, desde antes, o después de su 
concepción. 
1.2.3. Eugenesia positiva y negativa
Con el tiempo la eugenesia se dividió en dos grandes ramas: la 
eugenesia negativa y la positiva. Ambas guardan una importante vinculación entre 
sí.
En pocas palabras, la eugenesia negativa estriba en la supresión de los 
individuos incapaces y la segunda en la maximización de potencialidades y 
aptitudes de los mismos. 
La eugenesia negativa tiene como finalidad evitar una descendencia que sufra de 
enfermedades. Uno de los supuestos en que se concretiza la eugenesia negativa, 
se da cuando se esteriliza a personas, que por su condición racial, económica, 
cultural, o por padecer enfermedades físicas o psíquicas, se estima como no 
recomendable su reproducción. La eugenesia negativa también radica en evitar el 
nacimiento de hombres y mujeres con aspectos raciales o genéticos 
determinados.
En el lado opuesto, la eugenesia positiva, está destinada a la selección de 
características genéticas deseadas. Tal es el caso de los llamados, bebés por 
catálogo, ello implica que los padres puedan predeterminar las características 
físicas y psicológicas que tendrán sus hijos. Por ejemplo, una madre puede 
escoger tener un hijo o una hija, rubio o moreno, inteligente y astuto, por medio de 
estas técnicas.
Un dato importante al respecto, es un comunicado de la Unión Europea en 
relación al tema, que quedó plasmado en la nota informativa N°.12/2000 de la 
Dirección General de Investigación del Parlamento Europeo, que dice que “la 
eugenesia negativa pretende prevenir ciertas enfermedades graves (aunque con 
frecuencia no está claro qué es una enfermedad grave), puede acabar siendo sólo 
un paso hacia la eugenesia positiva, que tiene como objetivo la expresión de 
ciertos caracteres aparentemente deseables como la inteligencia o el color de piel, 
etc.”11
Como observamos, la línea divisoria entre la eugenesia positiva y la negativa, es 
muy delgada, pues podemos pasar de una a otra, sin darnos cuenta. La eugenesia 
negativa que previene el nacimiento de niños con deficiencias mentales, 
enfermedades crónicas o con deformaciones, es a nuestro particular punto de 
vista, la antesala de la eugenesia positiva, que pugna por la concepción y 
alumbramiento de seres humanos perfectos con características fisiológicas 
consideradas como propias de la mejor estirpe. Los principios eugenésicos no se 
contraponen en una y otra rama de la eugenesia, únicamente se ordenan y 
clasifican, conservando así el mismo fundamento para ambas: el mejoramiento de 
la raza. 
1.2.4. Neoeugenesia
La eugenesia tradicional, con el paso del tiempo sufrió diferentes 
transformaciones debido en gran parte, al avance tecnológico y los nuevos 
instrumentos científicos al alcance de los biogenetistas. Desatada la lucha en la 
carrera de las innovaciones en la biotecnología poco a poco se verificaron 
avances significativos hasta llegar al día de hoy, en que no sólo tenemos miles o 
tal vez millones de bebés probeta, a lo largo y ancho de todo el mundo, sino que 
además contamos con un gran número de técnicas de reproducción artificial que 
sustituyen todo el proceso natural de procreación.
Ahora es posible científicamente (aunque ética y jurídicamente sea 
cuestionable), determinar y escoger las características que puede tener la 
descendencia; los concebidos ya son susceptibles de ser sujetos de 
manipulaciones genéticas in vitro con la finalidad de sustraer o adicionar 
información genética determinada. 
11 Boletín del Parlamento Europeo, Sección Dirección General, Unión Europea, 2000, pp. 5.
La nueva eugenesia o neoeugenesia, es la manifestación última del pensamiento 
eugenista original evolucionado con la ayuda de diversos mecanismos 
tecnológicos y se vincula con el progreso científico y en el mejoramiento de la 
calidad de vida.
El concepto más completo que encontramos en la doctrina consultada, pertenece 
a un especialista en la materia, que por cierto acaba de visitar nuestro país, para 
dar una serie de conferencias en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la 
U.N.A.M., Carlos M. Romeo Casabona. Este autor, como nosotros en lopersonal,
estima que las intervenciones genéticas son instrumento eugenésico, exterioriza 
su postura de cautela, en tanto que todavía no se conocen los efectos que se 
derivan de la neoeugenesia y nos explica que “por neoeugenesia se entiende, los 
análisis genéticos preconceptivos, preimplantatorios y prenatales tendientes al 
mejoramiento de la raza, o dirigidos hacia la prevención de ciertas enfermedades 
o disfunciones genéticas”12. El concepto es claro y para su análisis, podemos 
desmembrarlo de la siguiente manera;
 Análisis genéticos preconceptivos: se refiere a todos aquellos estudios que 
se realizan en los gametos humanos con la finalidad de modificar la 
información genética que éstos contengan para después lograr la 
concepción humana.
 Preimplantatorios: los análisis que se efectúan pueden ser efectuados 
sobre embriones concebidos in vitro, de esta manera, se pueden hacer 
modificaciones a su código genético, hasta antes de su implantación en el 
seno materno.
 Prenatal: a través de una terapia de esta naturaleza se trataría de evitar
que el concebido in útero, no desarrolle ciertas enfermedades o 
deficiencias físicas o mentales. 
 Tendientes al mejoramiento de la raza: finalidad primordial de la 
eugenesia, y ahora de la neoeugenesia, siempre ha sido el mejorar la 
12 ROMEO CASABONA, Carlos M. Del gen al Derecho, Ed. Universidad Externado de Colombia, 
Colombia, 1996, pp. 236.
estirpe de la prole, por lo que no nos asombra que esta finalidad sea una 
constante en la historia de la eugenesia. Este es el principio de la 
eugenesia positiva.
 Dirigidos hacia la prevención de ciertas enfermedades o disfunciones 
genéticas: aquí vemos plasmado el principio de la eugenesia negativa y se 
refiere a que como seres libres podemos determinar la aplicación de 
prácticas dirigidas a la prevención de posibles enfermedades y 
disfunciones genéticas que pudieran afectar a los seres que están por 
nacer.
Todo lo anterior, encuadra perfectamente en el amplio contexto eugenésico, y 
podemos aseverar que esta nueva tendencia es el resultado de la preocupación 
por evitar el nacimiento de individuos que no cumplan con ciertos cánones para 
ser aceptados en la sociedad, y por otra parte, es consecuencia de la búsqueda 
constante del hombre para implementar acciones que se dirijan al mejoramiento 
de la calidad de vida de las personas. 
Lo que es objeto de meditación no es el hecho de que sea posible la 
neoeugenesia, sino los motivos y los fundamentos éticos de esta figura, 
pues, como reza el principio biogenético “no todo lo que se puede realizar, 
es éticamente aceptable”.
1.3. Técnicas de reproducción artificiales: La Nueva Eugenesia
Consideramos significativo ubicar a la neoeugenesia dentro del marco 
científico general al cual pertenece, porque para su implementación se requiere de 
diversos mecanismos que necesitamos revelar. Por tal motivo, utilizaremos el 
método deductivo, empezando por el razonamiento de temas referentes a los 
dispositivos empleados más comunes para posteriormente llegar a lo particular, 
que en este caso es lo referente a selección de gametos y embriones por su 
composición genética.
1.3.1. Inseminación artificial
La inseminación artificial en el ámbito humano, es un conjunto de 
técnicas llevadas a cabo con la finalidad de lograr la concepción de un ser humano 
pero excluyendo la cópula entre el varón y la mujer, es decir, con medios 
artificiales se logra que un espermatozoide consiga fecundar al óvulo. 
El tema de la inseminación artificial es sumamente delicado en el ámbito de la 
neoeugenesia, pues es presupuesto para su implementación, sobre todo cuando 
se plantea el uso del método preconceptivo, ya que se requiere del análisis previo 
de los gametos, ello hace necesario que en ocasiones la procreación no natural se 
lleve a cabo por ésta vía.
Efectivamente, la neoeugenesia tiene una relación directa con la inseminación 
artificial porque para poner en práctica los métodos preconceptivos y
preimplantatorios, se necesita estudiar los gametos femenino y masculino, para 
fecundarlos de manera que con la ayuda de la técnica se consiga el efecto 
programado. Como ya lo expusimos con anterioridad, una manera de efectuar las 
técnicas neoeugenésicas, es seleccionando la información genética de las células 
germinales, para después efectuar la I.A o inseminación artificial. 
Sin embargo, en este supuesto, no todos los fines son de selección, pues los 
métodos de reproducción artificial o también llamados técnicas de reproducción 
asistida, algunas veces surgen como consecuencia de problemas particulares de 
esterilidad. La incapacidad procreativa masculina o femenina, ha sido una 
preocupación por todos aquellos que sin poder lograrlo, desean perpetuar su 
estirpe. De tal forma que algunas sociedades han considerado a la imposibilidad 
de reproducción como un problema de salubridad social. 
Ahora, esta figura ha cambiado la historia de la bioética, practicándose en todo el
orbe, por ello convendría que en México se efectuaran foros en los cuales se 
trataran los aspectos médicos, científicos y filosóficos del tópico, y en los que 
participaran especialistas capacitados para exponer sus ponencias. Con ello se 
evitaría que el problema se politizara, como generalmente ocurre 
Para profundizar en el tema, podemos remitirnos al libro de Ramón Lucas13, quien 
al respecto nos dice que se entiende por inseminación artificial “el conjunto de 
técnicas dirigidas a conseguir una concepción humana fuera de su proceso natural 
en la unión sexual del hombre y la mujer”. Respecto a esta definición podemos 
advertir que como nosotros, el autor considera que evidentemente hay una
diferencia entre la concepción de un ser humano, como consecuencia de una 
unión sexual entre un hombre y una mujer, y aquella que se realiza a través del 
uso de mecanismos e instrumentos artificiales.
Por otra parte, el renombrado autor Ernesto Gutiérrez y González,14 nos expone 
su concepción acerca de la inseminación artificial, y transcribimos a continuación 
su idea: “el encuentro del espermatozoo y el óvulo, en el genital adecuado de la 
hembra -útero- por la introducción del esperma del macho. Con el empleo de 
medios mecánicos, esto es, sin necesidad de coito”. A primera vista la definición 
anterior me pareció generalista, pero posteriormente me percaté que es un 
supuesto, en el cual, encuadran perfectamente los casos de inseminación en 
todos los seres, animales y humanos. En ella, el citado jurista nos expresa que la 
inseminación artificial es aquella en la cual se utilizan medios mecánicos, 
excluyéndose el acceso carnal para la fecundación. 
Una perspectiva más es la que tiene la autora María Cárcaba15, que establece que 
la inseminación artificial “es aquella que se produce al margen de la cohabitación 
sexual; se pretende con ella conseguir la fecundación sin la existencia de relación 
sexual, o sea la unión entre el espermatozoide y el óvulo fuera del coito”.
13 LUCAS LUCAS, Ramón. Bioética para todos, Ed. Trillas, México, 2003, pp. 47.
14 GUTIÉRREZ y GONZÁLEZ, Ernesto. Derecho Civil para la Familia, Ed. Porrúa, México, 2004, 
pp. 553.
15 CÁRCABA FERNÁNDEZ, María. Los problemas planteados con las nuevas técnicas de 
reproducción humana, Ed. Bosh, España, pp. 15.
La especialista citada manifiesta también que para que se pueda hablar de 
inseminación artificial, debe presuponerse la no existencia de unión sexual entre 
la pareja y la fecundación por medios extracorpóreos. 
Aquí cabe mencionar que disentimos con la idea que tiene esta autora, de que la 
fecundación siempre es natural, independientemente de que la inseminación sea 
natural (convencional), o por medios artificiales. Ella señala que hay un problema 
de término porque únicamente será artificial la inseminación, más no así la 
fecundación. Sustentando lo anterior extraemos de su libro lo siguiente:
“... Espor ello que la inseminación artificial no tiene de artificial más que la manera 
en que es realizada, puesto que son unos espermatozoides completamente 
naturales a los que la técnica ayuda a fecundar conforme a la naturaleza de unos 
óvulos no menos naturales”.16
Por principio, estando en el supuesto de que el proceso de procreación va a ser 
iniciado de manera no convencional, obviamente habrá repercusiones directas en 
todo el proceso. Con lo anterior, quiero mostrar que con la realización de una 
inseminación artificial, tenemos el primer elemento de anormalidad en la 
concepción, como resultado, nos da una fecundación también artificial, puesto que 
se está atendiendo a la manera en cómo se lleva a cabo, no a la cualidad de los 
gametos que en ella intervienen. Consecuentemente, concluimos que si se lleva a 
cabo una inseminación artificialmente, también será artificial la fecundación.
Así pues, como la mayoría de los autores consideran la importancia que tiene la 
procreación, y la necesidad de preservarla cuando se presentan obstáculos como 
el de la esterilidad u otras disfunciones, así como cuando se requiere el empleo de 
mecanismos artificiales para evitar el surgimiento de enfermedades en el producto.
1.3.2. Fecundación In Vitro
16 IBIDEM. CÁRCABA FERNÁNDEZ, María.
La fecundación in vitro, consiste en la fecundación de un óvulo por el 
espermatozoide en un recipiente de laboratorio, para que posteriormente sea 
implantado el producto de la concepción en el útero materno. 
La diferencia entre la inseminación artificial y la fecundación in vitro, es que 
mientras en la inseminación artificial (I.A.), la fecundación del óvulo por el 
espermatozoide se puede realizar dentro del cuerpo de la mujer, en la fecundación 
in vitro siempre ocurre fuera de él, es decir, en un laboratorio.
Retrocediendo un poco en el tiempo, se sabe que desde el siglo XIX se conocía la 
fertilización artificial, pero es hasta la década de los cuarentas cuando se practicó 
la fecundación in vitro, como ahora la conocemos. Es también en la década de los 
cincuentas cuando se tiene registro de una fecundación lograda con éxito de 
manera artificial, aunque no se consiguió que se implantara en el seno materno.
Se dice que la mayoría de los experimentos realizados se llevaron a cabo en 
Inglaterra y en Estados Unidos. Como verificamos, los resultados de las 
investigaciones finalmente logran su punto culminante con el nacimiento de la 
Louise Brown, el primer ser humano concebido in vitro. Según Xavier Hurtado 
Oliver,17 los doctores que se encargaron del caso Brown, fueron los investigadores 
Edwards y Steptoe, quienes mucho tiempo después declararon que el sobrante de 
embriones fue una constante en el proceso de fertilización y aunque actualmente 
el porcentaje y probabilidades de que no se logre el embarazo son menores, 
todavía se pierden un gran número de embriones en el intento por lograr su 
implantación en el útero. 
En general, los procedimientos que se siguen para la implantación del embrión en 
el claustro materno no son fáciles, pues primeramente es fecundado el óvulo por 
el espermatozoide, se prosigue a congelarlo en un recipiente idóneo que le 
permite sobrevivir en lo que tarda en realizarse su anidación. Después se realiza 
su inserción en la cavidad uterina de la mujer, se calcula que varios óvulos deben 
17 HURTADO OLIVER, Xavier. El derecho a la vida ¿y a la muerte? Ed. Porrúa, México, D.F., 
2000, pp. 31.
ser fecundados, pues como hemos apuntado con anterioridad, no todos logran 
implantarse.
Esta técnica es riesgosa para el embrión, pues primeramente se extrae el óvulo y 
el espermatozoide, posteriormente se practica la fecundación, pasa un periodo 
entre este momento y aquel en el que se inserta, para finalmente ser implantado 
en el útero.
Personalmente, estos procedimientos me parecen radicales, pues a veces para su 
realización se desperdician embriones, y dónde queda la dignidad y el respeto que 
todos aseguramos a la vida humana?
1.3.3.1. Procreación con manipulación genética
Podemos señalar que dentro de las procreaciones con manipulación 
genética, se encuentra la neoeugenesia, pues para su realización se modifica el 
contenido genético de gametos, embriones o cigotos. Con estos mecanismos no 
sólo se consigue la fecundación, o implantación de un nuevo ser, sino que además 
se cambia el código genético con finalidades que pueden ser de diferente índole.
En el contexto propio de la neoeugenesia, la procreación con manipulación 
genética puede ser de tinte positivo, tendente a la búsqueda del mejoramiento de 
la estirpe, o negativo, con la finalidad de eliminar caracteres que impliquen el 
desarrollo de enfermedades congénitas o consideradas como graves. 
1.3.3.2. La Nueva Eugenesia
Se debe denotar que los nuevos procedimientos de procreación 
eugenésicos son una modalidad de las denominadas técnicas de reproducción no 
naturales, pues los nacimientos obtenidos por medio de estos procedimientos, no 
se pueden dar espontáneamente de otra manera, sino que se requiere 
forzosamente del empleo de alguno de los análisis artificiales citados. Como parte 
del amplio contexto de las intervenciones genéticas van a desmembrase aquellas 
que tienen como finalidad tintes eugenésicos en lo particular, de ahí proviene
justamente la neoeugenesia como mecanismo de manipulación genética
reproductiva.
María Cruz Díaz de Terán, especialista en el tema nos señala que la 
neoeugenesia, como todas las inseminaciones artificiales, se enfoca 
principalmente a la selección de gametos y de embriones, presuponiendo la 
eliminación de aquellos que no posean las cualidades solicitadas.18 También 
explica que la selección de embriones se lleva a cabo a través del diagnóstico o 
análisis preimplantatorio, y la de gametos se realiza vía el análisis preconceptivo. 
Observamos que en cualquiera de las hipótesis anteriores, se está transformando 
el fenotipo del individuo que será transferido al seno materno de acuerdo a los 
intereses de terceros, dependiendo también de la concepción que éstos últimos 
tengan de lo que es normal y anormal, y sujetando la existencia a cuestiones 
contingentes extrañas a sí. 
Es cierto que por principio supremo, la neoeugenesia enaltece las características 
genéticas consideradas positivas, pero también encontramos el aspecto negativo, 
que consiste en la supresión de aquellos que no cumplen con esos cánones, tal 
como lo señala en su definición citada Romeo Casabona.19 Por lo anterior, 
debemos detenernos a analizar las consecuencias que puede tener su realización 
y proponer soluciones ético-jurídicas a esta realidad que nos rebasa.
18 DÍAZ DE TERÁN, María Cruz, Derecho y la nueva eugenesia, Ed. Eunsa, Pamplona, España, 
2005, pp. 66.
19 ROMEO CASABONA, Carlos María. Del gen al Derecho, Ed. Universidad Externado de 
Colombia, Bogotá, Colombia, 1996, pp. 242.
2. LA FIGURA DE LA EUGENESIA EN LAS DIVERSAS LEGISLACIONES
En el siguiente capítulo se expondrá la manera en que se regulan 
todos aquellos aspectos relacionados con la neoeugenesia en México, así como 
también, en el derecho comparado, con la finalidad de presentar un marco 
legislativo global. 
Primeramente, abordaremos lo concerniente a la legislación mexicana, y cabe 
mencionar que aunque en México todavía no contamos con una ley especial, que 
regule de manera determinada la neoeugenesia, podemos remitirnos a algunos 
lineamientos establecidos en nuestro derecho positivo, que nos asisten para 
circunscribir la práctica de dichas manipulaciones en supuestos hipotéticos de 
derecho. Por otro lado, para el desarrollo de la segunda parte del presente 
capítulo, en la cual hacemos alusión a las leyes extranjeras, hemos acudido a 
diversas fuentes que nos dan la oportunidad de conocer la manera en que la figura 
en cuestión se contempla en otras regiones del planeta, y la forma en que esto se 
ha plasmado en códigosy leyes de observancia general. 
2.1. Legislación Nacional
Comenzaremos el análisis correspondiente partiendo de la 
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para después tratar lo 
relativo a la Ley General de Salud, su Reglamento, el Código Civil, y el Código 
Penal para el Distrito Federal, que son los ordenamientos legislativos en los que 
vamos a encontrar algunos aspectos relacionados con la neoeugenesia.
2.1.1. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Para nosotros es indispensable iniciar con el análisis de los principios 
constitucionales referentes a nuestro tema, porque la Constitución es la Ley 
Suprema del Estado Mexicano, y en ella descansa no sólo la máxima 
manifestación de los derechos individuales de todos los mexicanos, sino también, 
de ella emana toda la estructura del sistema jurídico-político de nuestra sociedad. 
De la Constitución, se desprende una gran cantidad de principios que son 
reglamentados en leyes ordinarias jerárquicamente inferiores, de ahí la valía de 
estudiar lo que en ella se establece. Como sabemos, el Principio de Supremacía 
Constitucional, a que hacemos referencia, lo encontramos contemplado en el 
artículo 133 de la Ley Suprema, en el cual, se dice: “Esta Constitución, las leyes 
del Congreso de la Unión que emanen de ella, y todos los tratados que estén de 
acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la 
República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. 
Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes, tratados, a 
pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las constituciones o 
leyes de los Estados”. 
Del artículo citado se desprende que la Constitución Federal es el máximo 
ordenamiento jurídico del Estado mexicano, y por lo tanto, ninguna de las demás 
legislaciones, sean éstas federales o locales, podrán contraponerse a lo que en 
ella se encuentra establecido. 
Dicho en otras palabras, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 
es la Ley Suprema del país, y la norma fundamental se encuentra por encima de 
las demás disposiciones, por lo que todas éstas deben sujetarse a lo ordenado a 
través de los preceptos constitucionales. Explicado lo anterior, ahora proseguimos 
al estudio de los preceptos constitucionales relacionados con el tema de la 
neoeugenesia. 
En primer lugar, el artículo 1° de la Constitución declara lo siguiente, “En los 
Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta 
Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y 
con las condiciones que ella misma establece”.
Con lo anterior, lo que se dice es que cualquier persona, sea ciudadana o no, 
tendrá derecho a las garantías proclamadas en la Constitución, exceptuándose 
únicamente en aquellos supuestos que en ella se determinan.
La protección constitucional se extiende a toda la población que conforma a la 
nación mexicana. Sin embargo, dichas prerrogativas no son exclusivas de los 
mexicanos, (a excepción de las garantías políticas), pues con el simple hecho de 
que un extranjero se encuentre en la República Mexicana, basta para convertirse 
en un ente sujeto de derechos (tanto en la legislación nacional, como en el 
derecho internacional), y como cualquier ser humano, es objeto de protección 
constitucional.
Relacionado con nuestro tema, el artículo 1° establece que todo individuo tiene 
derechos consagrados constitucionalmente, y ahí radica el derecho de igualdad 
constitucional. Por lo anterior, los sujetos que intervienen en las prácticas 
eugenésicas serán titulares de los derechos y obligaciones que de la Constitución 
se puedan desprender, y que tengan alguna clase de vínculo con la figura de la 
manipulación genética y por lo tanto, de la neoeugenesia. Los sujetos que 
intervienen en la neoeugenesia, son entes de derecho, y en el caso particular que 
nos ocupa, no sólo los padres, progenitores y donantes tienen garantías 
constitucionales, sino también el sujeto pasivo en quienes se realizan las prácticas 
neoeugenésicas, es decir, el nascituro.
Por otra parte, el artículo 4º constitucional, en su párrafo tercero, establece que 
“Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada 
sobre el número y espaciamiento de sus hijos”.
Este principio es muy importante para nosotros porque declara que todas las 
personas podrán decidir de manera individual, cuántos hijos van a tener, y sin 
ninguna restricción, se les da la oportunidad de planear el número con el cual van 
a conformar una familia. La garantía constitucional plasmada en este precepto no 
es un derecho universalmente reconocido, pues en algunos países orientales este 
tipo de disposiciones las reglamenta el Estado de manera restringida, y es éste 
quien decide el número de hijos y espaciamiento que debe haber entre ellos, por 
lo tanto dicha prerrogativa se encuentra condicionada a determinados factores, 
generalmente económicos.
A través de este artículo, la Constitución da la potestad a los gobernados de 
decidir sobre el número y la descendencia que deseen procrear. Es necesario 
abrir aquí un paréntesis para mencionar que algunos autores en la doctrina 
internacional, han debatido y comparado este principio con el denominado 
Derecho a tener hijos. Se ha planteado en numerosos foros si es una opción 
viable que el Estado proclame o nó un derecho a tener hijos consanguíneos para 
aquellos que de manera natural no pueden procrearlos.
Las personas a las cuales se les ha diagnosticado esterilidad permanente o 
padecimiento de enfermedad crónica, se dicen titulares del Derecho a tener hijos, 
y postulan que debido a las diversas causas que ocasionan su imposibilidad para 
gestar, el Estado tiene la obligación de destinar recursos humanos y económicos 
que permitan el desarrollo de las técnicas de reproducción artificial y 
consecuentemente se dé alivio a la enfermedad (se analoga dicha esterilidad 
como una enfermedad que debe ser tratada y curada como las de carácter 
ordinario). 
En relación a esto, Mary Warnock1, quien es filósofa de la Universidad de Oxford, 
plantea en uno de sus libros la duda de si realmente existe un derecho universal a 
tener hijos. La autora se cuestiona si los métodos de reproducción asistida, o 
artificial, deberían estar al alcance de todos e incluso si deberían ser gratuitos 
como parte de una prerrogativa reconocida por el poder público. 
Analizando el fondo de la controversia, la autora en cuestión, plantea la pregunta 
de si la procreación es una necesidad básica, como por ejemplo la nutrición, y 
llega a la conclusión de que no lo es, puesto que una persona puede sobrevivir sin 
tener descendencia y por lo tanto, no existe obligación alguna para que se 
satisfaga su necesidad de tener hijos, pues para ella es diferente querer tenerlos a 
necesitarlos. 
1 WARNOCK, Mary. Fabricando bebés, ¿Existe un derecho a tener hijos?. Ed. Gedisa, España.
2004, pp. 35.
En efecto, puede darse el caso de que una persona enferma quiera tener hijos y 
no pueda, no significa que pueda hacer invocar el derecho a tenerlos, ni 
asemejarlo a la garantía individual reconocida, por la cual se permite que los 
individuos decidan sobre su paternidad. 
La relación que guarda este precepto constitucional con nuestro tema, es que 
algunos lo invocan para la realización de técnicas de reproducción artificial, 
cuando no se puede llevar a cabo una concepción natural. El papel que 
desempeña la neoeugenesia en este caso, es que cuando ésta se realiza, se lleva 
a cabo un juicio valorativo de los padres, o progenitores, a través del cual, deciden 
si desean que se efectúe una inseminación artificial con la extracción únicamente 
de gametos saludables.
Por otra parte, el derecho natural y legal de tener hijos lo encontramos en el 
Código Civil para el Distrito Federal, en su

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