Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES RELACIONES INTERNACIONALES LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO HACIA CUBA EN EL GOBIERNO DE VICENTE FOX QUESADA: 2000-2002 DIRECTORA DE TESIS: MARYCELY H. CÓRDOVA SOLÍS EDGAR BORJA VALLE No. CUENTA: 9502184-3 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A Dios, Por prestarme vida para realizar este proyecto... A mi Familia, Porque gracias a su cariño y apoyo he llegado a realizar uno de los anhelos más grandes de mi vida... A mis Padres, Sabiendo que no existirá una forma de agradecer una vida de sacrificio y esfuerzo, quiero que sientan que el objetivo logrado también es de ustedes y que el impulso que me ayudó a conseguirlo fue su apoyo incondicional a lo largo de mi vida. Gracias por creer en mi y por darme un ejemplo de superación incansable. Con cariño y admiración... A mi Madre, Por la vida y el amor de tu ser al ayudarme a crecer. Por enseñarme de la vida la verdad y por educarme a luchar con razón. Por el esfuerzo que no he agradecido y la confianza que en mi depositaste. Gracias a tus lecciones de vida pude terminar este proyecto... A mi Padre, Porque me hizo aprender que el amor, el trabajo y el conocimiento deben de ser parte de mi existencia. Me enseñó con sus hechos y convicciones que existir es cambiar y cambiar es madurar y madurar es crearse uno a si mismo, Gracias por darme tanto de todo... A mi hermana Yadira, Quien siempre creyó en mi, porque tu apoyo significó mucho ... A mi hermano Alexander, Por su gran ayuda y porque me convenció que nada es imposible si se desea seguir adelante... A mi directora de tesis Marycely Córdova, Porque sin su apoyo, sus conocimientos, su ayuda y su excelente asesoría no hubiera podido concretar este proyecto... A mi gran amigo Fabián Sánchez L., Porque aunque te hayas marchado de este mundo a mitad de la carrera esta tesis también es tuya donde quiera que te encuentres. Tiene el conde su abolengo: Tiene la aurora el mendigo, Tiene ala el ave ¡yo tengo Allá en México un amigo!... José Martí La política exterior de México hacia Cuba en el gobierno de Vicente Fox Quesada: 2000-2002 Introducción................................................................................................ 1 1. Antecedentes del cambio de la política exterior de México.................... 11 1.1 Bases y principios de la política exterior mexicana......................... 11 1.2 La política exterior mexicana de 1986-2000................................... 16 1.2.1 Miguel de la Madrid Hurtado................................................. 16 1.2.2 Carlos Salinas de Gortari...................................................... 19 1.2.3 Ernesto Zedillo Ponce de León............................................. 24 2. El ascenso de Vicente Fox Quesada a la Presidencia........................... 30 2.1 La transición política en México a partir del 2000....................... 30 2.2 La política exterior del gobierno de Vicente Fox: la formulación de la nueva política exterior en el Plan Nacional de Desarrollo 2000-2006 .................................................................................. 33 2.3 Agenda de la política exterior de México: objetivos y prioridades.. 41 2.4 Nuevos temas en la agenda de política exterior de México........... 46 3. La política exterior de México hacia Cuba.............................................. 56 3.1 La Revolución Cubana y política exterior de México hacia Cuba en los años sesenta y setenta............................................... 57 3.2 De una política exterior en Centroamérica a una política exterior económica........................................................................... 63 3.3 La caída del bloque socialista y el panorama internacional para Cuba....................................................................................... 66 3.3.1 La economía de Cuba en la década de los noventa........ 67 3.3.2 Cuba ante la Ley Torricelli y la Ley Helms- Burton.......... 73 3.4 Relación de México con Cuba en la década de los noventa......... 75 3.5 Búsqueda y necesidad de la diversificación de la política exterior mexicana hacia Cuba......................................................... 82 4. La nueva política exterior de México hacia Cuba.................................. 86 4.1 Cambios en la relación bilateral: la administración de Jorge G. Castañeda como Canciller de México....................................... 86 4.2 La Cumbre de Monterrey............................................................... 96 4.3 El voto en contra: un golpe duro para Cuba................................. 103 Consideraciones Finales.......................................................................... 114 Bibliografía................................................................................................ 122 1 INTRODUCCIÓN El sistema internacional experimentó cambios significativos durante el decenio pasado. El deshielo bipolar ha tenido un impacto en el equilibrio del poder mundial y en los intereses de las naciones, así como en la manera en que éstas se relacionan entre sí. Todos los países y todas las naciones del mundo han tenido que enfrentar los efectos políticos, económicos y sociales derivados de estas transformaciones. Dichos cambios en el sistema internacional, resultado de la caída del muro de Berlín y el colapso de la Unión Soviética, han generado un reacomodo de fuerzas a causa del fin de la confrontación Este-Oeste y cuyos resultados más claros han sido la consolidación como potencia de los Estados Unidos, la globalización del sistema capitalista, el auge de temas como: la democracia, los derechos humanos, el medio ambiente y, del terrorismo, entre otros, en la agenda internacional. El sistema internacional que ha ido cambiando desde el fin de la Guerra Fría, está plenamente globalizado; exige diseñar nuevas estrategias y enfoques para insertar de manera provechosa a nuestro país en la dinámica internacional, para así enfrentar los retos que encierra la nueva agenda internacional y asegurar condiciones de desarrollo y de bienestar para la sociedad. Se acabó el viejo orden internacional, y, se dice, aparece uno nuevo. La transición internacional no tiene reglas claras: hay un vacío de poder que genera un desequilibrio global, hay inestabilidad, inseguridad e incertidumbre. En esta transición, ninguno de los actores internacionales tiene idea clara de cuáles son sus nuevosobjetivos y ni de cómo alcanzarlos. Lo internacional se vuelve más complejo y, por ende, para los Estados es cada vez más difícil defender sus intereses en este terreno. Se configura una nueva agenda internacional. Termina el conflicto Este- Oeste y deja al descubierto el conflicto Norte-Sur. El enfrentamiento ya no es entre el socialismo y el capitalismo, sino entre desarrollo y subdesarrollo. El dilema ya no se plantea entre “buenos y malos”, sino entre ricos y pobres. 2 Regiones como América Latina no están exentas de este cúmulo de cambios, también experimenta una serie de transformaciones traducidas en un periodo de transición democrática surgido en los años ochenta y noventa, dando paso al triunfo de las democracias, a la manera occidental, en la zona como parte de lo que llamó Huntington “la tercera ola”. Pero la democracia en la región, luego de los procesos de transición, enfrenta algunos riesgos que impiden una consolidación final. Tal vez lo más importante no sea seguir puntualmente las etapas del proceso de democratización, sino asumir la perspectiva que las desigualdades y limitaciones del proceso democrático convierten a los sistemas políticos latinoamericanos estructuralmente inestables. Entre los riesgos que enfrenta la democratización, se encuentran lo relacionado a las demandas sociales insatisfechas; la falta de eficacia en el logro de las metas de gobierno provocando descontentos e incredulidad hacia este proceso; el incremento de la corrupción pública y privada, que socava las bases de legitimación del sistema político y su clase dirigente. A ello debe sumarse la impunidad en los delitos que dejan sin sanción a delincuentes de cuello blanco, militares y políticos por un lado, pero, por otro lado, deja al margen lo relacionado con los derechos humanos. Una demanda aún no cumplida por los gobiernos de la región. Por último, otro obstáculo para la democratización en América Latina está referido a la ausencia de un discurso y una propuesta de comunidad nacional por parte de los partidos o clase política. Frente a los viejos discursos basados en el nacionalismo que se apoyaba en el Estado burocrático, y frente a los discursos globalizadores, hay una carencia de discurso que ofrezca integración social, identidad y certidumbre frente al futuro. En este contexto, la idea de llevar a cabo una investigación acerca de la política exterior de México se debe, en principio, a las nuevas transformaciones que el país experimenta como parte del proceso de globalización y la adecuación de sus posturas frente a la realidad internacional. Dichas transformaciones, nos guste o no, inciden en la capacidad y en la toma de decisiones de un Estado a nivel exterior. En segundo lugar, y de manera específica, nuestro interés es 3 observar cómo dichos cambios han alterado las relaciones de México con la mayor de las Antillas, lo cual obedece, en una primera parte, a que nuestro país, obviamente, al no se ha mantenido al margen de las transformaciones internacionales; obedece, asimismo, a su posición geoestratégica, sus intereses, su tradición diplomática y sus necesidades de desarrollo que lo orillan a desempeñar un papel más activo en la conformación de la nueva arquitectura internacional. Es evidente que el mundo se transforma rápidamente, la relación de México con éste también se modifica y México cambia. Ciertamente el país no ha quedado exento de todo esto. Las elecciones presidenciales del año 2000, que le dieron el triunfo a Vicente Fox, por primera vez de un partido de oposición, expresaron la necesidad de una transición democrática en el territorio mexicano. Estas elecciones dieron la imagen de un México democrático, reflejó la transparencia y pluralidad de los procesos políticos y la idea de cambio hacia el exterior, cuando antes, con administraciones priístas, la imagen era de un México autoritario, corrupto e inseguro. La transición política mexicana despertó un interés internacional, pues le dio legitimidad y sirvió como vehículo para promocionar al mundo la idea de un México renovado. Lo importante de esto fue que con Fox en la presidencia se rompió la continuidad del régimen político emanado del PRI que desde hacía más de 70 años había tenido el poder. La transición de la democracia mexicana no ha sido, sin embargo, un proceso exento de dificultades o de opositores. En un país que ha conocido de manera fugaz la democracia, se debe reconocer, los procesos de diálogo público e institucional adecuado para la consolidación de una democracia moderna, aún en desarrollo. En este ámbito, el gobierno de Vicente Fox está incursionando en territorios relativamente inexplorados. Para empezar, haber puesto fin a un régimen autoritario significó entrar a la democracia y a las responsabilidades de un gobierno sujeto a la opinión pública, aunque es necesario mencionar que no empezó desde cero ya que habían avances considerables en materia institucional 4 antes de que Fox tomara el poder. No obstante, dichos avances estaban limitados por las propias contradicciones del régimen político imperante. El complejo legado político de México es uno de los aspectos más interesantes para estudiar; en el México actual, tanto el cambio democrático que permite repensar y recrear los vínculos con el exterior como el fortalecimiento de nuestras instituciones democráticas, se complementan. De igual modo, el surgimiento de un sistema internacional basado en normas de alcance universal orillan a México a revisar sus prácticas en esos ámbitos. El triunfo de Fox representó una oportunidad para desterrar las prácticas que, en el pasado, sirvieron para ocultar del escrutinio internacional las violaciones frecuentes a los derechos humanos y las libertades políticas. Por ello, la diplomacia mexicana del nuevo gobierno intentó ser no sólo un instrumento central de preservación de la soberanía y de la seguridad nacionales, sino que sirvió como palanca para promover y apuntalar el desarrollo y presencia de México en el exterior; participando en aquellos temas fundamentales de la agenda internacional. La Cancillería mexicana, consciente de sus obligaciones con el programa del gobierno de Fox, adoptó una actitud más abierta y receptiva para fortalecer los intereses de México en el exterior, legitimando la nueva vida democrática de nuestro país. En esta coyuntura de cambio, el gobierno foxista planteó modificaciones en los lineamientos políticos “tradicionales” en materia de política exterior dando paso a innovaciones que fuesen coherentes con la nueva realidad interna y externa que México atravesaba. Fue en este esquema de cambio y de renovación donde vino un viraje de la política exterior de México y, particularmente, con el nuevo accionar de nuestro país con Cuba, fue tal que la dinámica de la relación bilateral y las circunstancias que la condicionan se afectaron al grado de ya no ser las mismas reciprocidades de antaño. La relación bilateral que había sido solidaria, se vio afectada tanto por los sucesos al interior como por los nuevos intereses mexicanos al exterior. Así, en el marco de una nueva dinámica internacional, el acuerdo no implícito de 40 años de no injerencia ni crítica al régimen de Fidel Castro se 5 resquebrajó. Los supuestos básicos de la política exterior mexicana que estaban en los cimientos de la relación con Cuba se transformaron debido, entre otras cosas, a la presión indirecta por parte de los Estados Unidos: el especial interés de México con el vecino del norte en temas como la cuestión migratoria hicieron que su relación con Cuba dejara de ser prioritaria; además surgió el interés de una nueva participación de México en el exterior traducida en una amplia promoción de los derechos humanos y de la democracia. Para el nuevo gobierno las circunstanciaseran propicias: lo importante era inyectar a la nueva política exterior una visión más pragmática y crítica a los acontecimientos internacionales y, para ello, era requisito coordinar esta postura con los principios tradicionales de política exterior. Situación que, obviamente, influyó en la relación tradicional que se tenía con Cuba. Este nuevo escenario provocó un choque entre el sistema cubano y mexicano que desembocó en la aparición de una relación bilateral conflictiva y poco cooperativa. La antigua visión de ambos países se resquebrajó. El cambio de la política exterior mexicana frente a Cuba se traduce en una severa, nunca antes vista crisis en la relación, acentuada durante el año 2002 a partir de incidentes como: el apoyo de México al voto que censura a Cuba en materia de derechos humanos; la Cumbre de Monterrey para el desarrollo; la transmisión de la conversación entre Fox y Castro; el cambio de Pascoe como embajador de México en Cuba; las distintas opiniones, por parte de legisladores al interior del país ante dichos cambios y el reaccionar de la sociedad civil mexicana. Así, los lineamientos de la política exterior mexicana hacia Cuba a partir del gobierno de Fox se modificaron como producto de lo acontecido en el año 2000, y derivado de la evolución del Estado mexicano y de su entorno internacional, cambios que trajeron consigo claras divergencias que han hecho de la relación bilateral diferente, conflictiva y muy dañada, sin olvidar el papel de los Estados Unidos como factor influyente en dicho proceso debido a sus intereses en la isla pero sobre todo, por el intento de México por tener un mayor acercamiento con su vecino del norte con el objetivo de discutir temas de la agenda bilateral. Realizar un proyecto dedicado al estudio de la política exterior del gobierno foxista no ha sido nada fácil, y más aún de un tema lleno de pasiones encontradas 6 como el de la relación México-Cuba. Así pues, esta investigación parte del supuesto de que los lineamientos de la política exterior mexicana hacia Cuba, a partir del gobierno de Vicente Fox, se han modificado como producto de los cambios que han acontecido dentro del país, derivados de la evolución del Estado mexicano y de su entorno internacional, cambios que traen consigo abiertas y claras divergencias que han hecho de la relación con Cuba diferente y conflictiva, sin olvidar el papel de los Estados Unidos como factor influyente para los dos países en diferentes escenarios. No obstante, lo importante es que dentro de esta nueva dinámica se ha puesto en cuestionamiento la relación “especial” emanada de los gobiernos priístas con Cuba, país con el que recientemente se cumplieron 100 años de relaciones sin interrupciones. Dichos acontecimientos hacen necesaria la elaboración de una investigación que observe, identifique, analice y explique los verdaderos cambios en la relación bilateral a causa de la nueva política exterior de la administración foxista. Para ello es necesario explicar cómo el nuevo escenario de la política internacional ha influido en la transformación de la política exterior mexicana y con base en esto analizar los lineamientos de la política exterior mexicana durante los primeros dos años de la administración de Fox para identificar los cambios de la política exterior mexicana “pasada” con respecto a la actual hacia Cuba. Sin olvidar que es imperante detectar los instrumentos de política exterior que ha empleado el gobierno mexicano con Cuba; identificar los cambios que han surgido en la relación bilateral; entender los nuevos objetivos, intereses y beneficios que tiene la política actual exterior con respecto a la isla y revisar analíticamente el verdadero papel que ha jugado Cuba en la política exterior de México. Asimismo, nos interesa observar la manera en que la influencia de Estados Unidos ha restringido o condicionado la acción y aplicación de la política exterior mexicana en Cuba, con esto podremos analizar sí los cambios en la relación bilateral con la isla son resultado de una “norteamericanización" de la política exterior mexicana o bien, es producto del nuevo contexto internacional en el que México ha querido ser parte. 7 Quizás cabría preguntarse, a partir de esto, sí ambos países serán capaces de solucionar sus diferencias políticas -que incluso hay hasta personales- o, por el contrario, dejarán atrás su antiguo discurso de “ayuda mutua” que ha legitimado a ambos gobiernos y cada uno entrará a una dinámica propia y hasta distante. Estas y otras interrogantes más serán parte de este análisis. Dicha investigación surge en una coyuntura crítica para las relaciones bilaterales entre México y Cuba. Por lo anterior, y siendo que la disciplina de las Relaciones Internacionales se ocupan de estudiar la realidad, los procesos y los fenómenos internacionales, no podía dejarse de lado un tema como el aquí expresado: la transformación de la relación entre México y Cuba durante los dos primeros años del gobierno panista de Vicente Fox. Un tema no sólo de gran interés académico sino también para la sociedad mexicana y, por qué no, para la comunidad internacional en general. Los cuatros capítulos que aquí se presentan son de una valiosa contribución para ayudarnos a realizar dicho análisis y son oportunos para entender los últimos momentos en que ha atravesado la relación bilateral entre estos dos países desde un punto de vista sistémico y empírico-teórico. En el presente proyecto se utiliza la teoría del enfoque sistémico para comprender de una forma más completa el sistema internacional y la relación entre México y Cuba. Esta teoría nos proporciona los elementos del sistema necesarios para poder abordar la problemática que se está abordando pues se toma en cuenta un conjunto de elementos que nos dan una perspectiva global y completa para realizar un análisis. Concentra su atención en el conjunto de interacciones políticas, sociales, culturales y económicas que se dan en la sociedad, éstas, al mismo tiempo, reflejan situaciones de desigualdad y a menudo de tensión entre los diferentes actores, provocando desacuerdos entre los actores; este entorno antes descrito y el sistema político se hace mediante demandas y apoyos que se denominan estímulos y reacciones. Dicho conjunto de estímulos es procesado por el sistema hasta producir una reacción elaborada dentro de un espacio abierto (llamada "caja negra") la cual cada analista debe completar dependiendo del papel que otorgue a cada uno de 8 los actores dentro del sistema y los mecanismos de funcionamiento. El resultado del impacto obtenido de los estímulos y reacciones en el entorno se le conoce como retroalimentación. De manera que los resultados obtenidos en este proceso generan una nueva situación de estímulos, los cuales reclaman nuevas reacciones; de esta forma el proceso vuelve a comenzar. Por lo tanto, el sistema internacional está constituido por un conjunto de actores, cuyas relaciones generan una configuración del poder (estructura) dentro del cual se produce una red compleja de interacciones (proceso) de acuerdo a determinadas reglas. Así, actores, estructura y proceso constituyen puntos de referencia básicos para nuestro análisis. Los actores internacionales son aquellas unidades del sistema internacional que gozan de habilidades para alcanzar sus objetivos, teniendo capacidad para ejercer influencia sobre otros actores del sistema. El poder de un Estado está, según la teoría del enfoque sistémico de Esther Barbé, en la medida en que éste es capaz de ejercer su influencia sobre otros Estados y establecer las reglas del juego. El proceso designa las redes de actores de un sistema. Estos procesos de intercambio se sitúan en un continuo conflicto y cooperación. El conflicto dentro de esta teoría, es una situación en laque los actores tienen intereses incompatibles que los llevan a oponerse; la crisis constituye una etapa del conflicto caracterizada por la explosión repentina de acontecimientos inesperados. Para una mejor comprensión del lector para el análisis del problema utilizando el enfoque sistémico de Joseph Valles y Esther Barbe, se deben entender los siguientes conceptos: 1. Entorno: describe el conjunto de interacciones sociales, económicas, políticas y culturales que se dan en la sociedad internacional destacándose las de conflicto y cooperación; las cuales reflejan situaciones de desigualdad y de tensión dentro de la misma. Nos referimos a la situación en relación bilateral entre México y Cuba. 9 2. Sistema: organización compleja que recoge y transmite información, genera actividades y controla resultados; compuesto por el entorno, los estímulos y reacciones que generan los actores y la retroalimentación. Se refleja igualdad (solidaridad) y desigualdad (conflicto) entre los actores. Esto se relaciona en la presente investigación a la nueva política exterior implementada por el gobierno de Vicente Fox hacia la isla. 3. Subsistema: el sistema se divide en subsistemas que se originan dentro del mismo, se refiere entonces a los cambios generados por la nueva política exterior mexicana hacia la isla. 4. Actores: toda unidad u organismo, grupo o individuo capaz de desempeñar una función en el sistema, capaces de ejercer influencia y movilizar recursos. Se entiende como actores a México y Cuba, sin olvidarse de otros como los Estados Unidos. 5. Estímulos: son todas aquellas propuestas o demandas del entorno que proceden de los autores, que tienen que ser conectados al núcleo político, dentro del enfoque sistémico se le conoce como INPUTS. Se entiende por estímulos a los dimes y diretes que se han dado en la relación bilateral 6. Reacciones: son aquellas respuestas al entorno que consisten en decisiones políticas (respuestas que produce el sistema a los estímulos recibidos del entorno) dentro del enfoque sistémico se le conoce como OUTPUTS. Se entiende entonces a las medidas adoptadas por ambos gobiernos en su relación. 7. Proceso: método mediante el cual se analizan los INPUTS y el entorno del sistema por etapas o de forma sistemática para dar una respuesta al sistema. Este se le conoce como "caja negra" puesto que las decisiones son tomadas a partir de la posición de conflicto o de cooperación de cada uno de los actores. 8. Retroalimentación: resultado del impacto generado por las respuestas (OUTPUTS) dentro del entorno. Dentro de la teoría sistémica se le conoce como FEEDBACK. Se entiende por retroalimentación a las situaciones 10 generadas como resultado de las medidas llevadas a cabo por los gobiernos de México y Cuba dentro de la relación bilateral. De acuerdo a lo antes mencionado, en el primer capítulo se hace una explicación breve de los antecedentes de la política exterior mexicana y de sus principios generales que la rigen, haciendo un rápido análisis de las tres últimas administraciones para entender las mutaciones y/o continuidades que se han manifestado en la relación, hasta el triunfo de Vicente Fox. El segundo capítulo se aborda de una forma minuciosa el proceso de transición democrática que se vivió en México y cómo éste influyó para que la política exterior del país sea diferente. En el tercer capítulo se hace referencia propiamente a la relación bilateral entre México y Cuba, estudiando y analizando acontecimientos que marcaron el fortalecimiento y dirección del vínculo histórico entre ambas naciones desde la década de los sesenta, desembocando en la explicación de la búsqueda de diversificación de la relación y por lo tanto de la política exterior mexicana hacia la isla. En el cuarto se lleva a cabo un estudio detallado de la nueva política exterior de México a Cuba diseñada y aplicada por el gobierno de Vicente Fox sin dejar de lado las causas y consecuencias que han traído los cambios a la política exterior para la relación bilateral, para México y también para Cuba. Conceptualmente, a lo largo de este análisis veremos términos como política exterior, nación, nacionalismo, Estado, poder, relación bilateral, globalización, democracia, derechos humanos, agenda tanto internacional como bilateral, entre otros. Esperamos que esta investigación sea una pequeña contribución a la política exterior de nuestro país, a los estudios en Relaciones Internacionales y un aporte a la FCPyS de la UNAM y sí esto provoca debates, mucho mejor. 11 CAPÍTULO 1 Antecedentes del cambio de la política exterior de México. 1.1. Bases y principios de la política exterior mexicana. La política exterior es una variable externa del proyecto que toda Nación define en determinado momento de su devenir histórico, como parte integral del proyecto nacional. En el caso de México, la política exterior debe responder, en primer término, a las aspiraciones de paz y seguridad y a las necesidades de desarrollo político, económico y social del país.1 Para ser eficaz, la política exterior de un Estado debe basarse en un profundo conocimiento de la realidad interna y externa en la que se desenvuelve y sobre la que pretende influir. Dicha política es una de las manifestaciones de las funciones que tiene el Estado. Como primera parte de este trabajo, es necesario establecer una definición del término de política exterior para evitar caer en confusiones de cualquier tipo. A continuación se mencionan una serie de definiciones posibles para el concepto de política exterior con el fin de construir aquella que nos parezca la más correcta para efectos de este trabajo. Una primera definición se refiere a la política exterior como “el conjunto de decisiones y acciones por las que cada sujeto de la sociedad internacional define su conducta y establece metas y cursos de acción en todos los campos que trascienden sus fronteras, así como las medidas y acciones en su relación”.2 Por su parte, Silviu Brucan apunta que las metas que una nación persigue más allá de sus fronteras representan la extensión de los intereses nacionales en la escena internacional.3 Asimismo, John Stoessinger señala que “la política 1 Andrés Rozental, La política exterior de México en la era de la modernidad. México, FCE, 1993, p. 9. 2 Edmundo Hernández- Vela, Diccionario de política internacional, México, FCPyS-UNAM, 1983, p.128. 3 Silviu Brucan, La disolución del poder, México, Siglo XXI, 1978, p. 129. 12 exterior de una nación es la expresión de su interés nacional frente a otras naciones”.4 De la misma manera, J. W. Burton establece que la política exterior es para promover y proteger los intereses nacionales.5 Morgenthau, por su parte, afirma que “la política es una lucha por el poder. Cualquiera que sea el fin último de la política internacional, el poder es siempre el fin inmediato”.6 De las definiciones anteriores, es posible señalar que algunos de los autores citados coinciden en afirmar que la política exterior está fundamentada por el interés nacional. Sin embargo, el interés nacional que mueve a toda política exterior no siempre consiste en la búsqueda del poder, puesto que países débiles que no cuentan con los recursos necesarios para hacerlo, inclinan su política exterior a defenderse de los intereses de otros Estados. En este sentido, autores como Mario Ojeda señalan que la política exterior de países débiles es diseñada para la defensa de los intereses nacionales.7 Mabel Laredo entiende por política exterior al curso de la acción que un Estado emprende en persecución de sus objetivos nacionales más allá de su jurisdicción.8 Tomás Peñaloza parte del concepto de que la política exterior debiera concebirse como un instrumento efectivo que coadyuveal logro de los objetivos de la nación.9 Por lo tanto, la elaboración e implantación de objetivos que respondan a las necesidades internas es un factor esencial en la estrategia de política exterior. A su vez, Alejandro Chanona apunta que una política exterior es parte integral del proyecto nacional de un Estado.10 Mientras que Graciela Arroyo 4 John Stoessinger, El poderío de la naciones, México, Guernica, 1986, p. 39. 5 J. W. Burton, Teoría general de las relaciones internacionales, México, UNAM, 1987, p.43. 6 H. J. Morgenthau, La lucha del poder y la paz, Argentina, GEL, 1986, p.43. 7 Mario Ojeda, Alcances y límites de la política exterior de México, México, El Colegio de México, 1984, p.3. 8 Mabel Laredo, “Incidencia de los grupos de presión en la formulación y control de la política internacional”, en Foro Internacional, Vol. VI, núm. 1, México, El Colegio de México, 1965, p. 158. 9 Tomás Peñaloza, “La formulación de la política exterior en los Estados Unidos de América y su impacto sobre México”, en Continuidad y cambio en la política exterior de México: 1977, México, El Colegio de México , 1977, p.7. 10 Alejandro Chanona, “La naturaleza del Estado mexicano y su política exterior”, en Relaciones Internacionales, núm. 32, México, FCPyS-UNAM, 1984, p.43. 13 sostiene que la política exterior de un Estado es parte de la política general del mismo Estado.11 En efecto, toda política exterior tiene que tener como fundamento un proyecto interno que, al mismo tiempo, establezca las tácticas y estrategias para conseguir la realización de los objetivos externos. Finalmente, dos autores apuntan que la política exterior es “una estrategia o programa planeado de actividades, desarrollo por los creadores de decisiones de un Estado frente a otros Estados o entidades internacionales, y encaminado a alcanzar metas específicas definidas en términos de los intereses nacionales. La política exterior comprende un proceso dinámico de aplicación de interpretaciones relativamente fijas de los intereses nacionales, a los factores de situación”.12 Sobre esta definición, Rafael Calduch define la política exterior como “aquella parte de la política general formada por el conjunto de decisiones y actuaciones mediante las cuales se definen los objetivos y se utilizan los medios de un Estado para generar, modificar o suspender sus relaciones con otros actores de la sociedad internacional “.13 Es decir, que es un vínculo entre la vida nacional y la realidad internacional. Por su parte, Modesto Seara coincide al señalar que la dirección de la política exterior está influida por numerosos factores, unos de carácter endógeno y otros de características exógenas.14 En otras palabras, que tanto la situación interna como la internacional son dos elementos que influyen en la instrumentación de una política exterior. Entendida la política exterior como un proceso en el que ocurren decisiones y actuaciones, el mismo Rafael Calduch menciona que “una política exterior debe contar con tres pasos para su debida formulación”.15 11 Graciela Arroyo, “La política internacional y nacionalista de Lázaro Cárdenas”, en Relaciones Internacionales, ibid, p.80. 12 Jack C. Plano y Roy Dilton, Diccionario de relaciones internacionales, México, Limusa, 1985, p.199. 13 Rafael Calduch Cervera, “La política exterior de los Estados”, en Dinámica de la sociedad internacional, Madrid, Ed. Centro de Estudios Ramón Areces, 1993, p. 4. 14 Modesto Seara, La política exterior de México, México, Harla, 1985, p. 7. 15 Rafael Calduch Cevera, op. cit, p. 5. 14 En primer lugar, la elaboración, que corresponde al proceso de toma de decisiones e interacciones entre los órganos político administrativos y los grupos sociales de un Estado, mediante los cuales se definen los objetivos y se eligen los medios necesarios para llevar a cabo la política exterior. Dicho proceso decisorio tiene varias fases: definición de la situación, determinación de los objetivos y medios con relación al contexto concreto, búsqueda de alternativas, elección de una de las posibles opciones y su aplicación. En segundo lugar, la ejecución de la política exterior, que se desarrolla a través de un conjunto de acciones sucesivas mediante las cuales los Estados intentan realizar la política exterior previamente elaborada, y el tercer paso consiste en el control de la política exterior, que no es más que una evaluación de los resultados obtenidos.16 Para efectos de este trabajo, tomando en cuenta los anteriores conceptos de política exterior, hemos querido conceptualizar una definición, obviamente sin apartarnos de los anteriores, por eso nuestro concepto sería que: la política exterior está conformada por todas aquellas posiciones, actitudes, decisiones y acciones que tiene un Estado más allá de sus fronteras, fundamentadas en el interés nacional y en objetivos concretos; delimitadas por un proyecto específico; basadas en la capacidad de negociación internacional, y determinadas por los factores de situación tanto internos como externos. Ahora bien, al margen de las circunstancias de un contexto internacional siempre sujeto a cambios, México cuenta con un marco conceptual a partir del cual despliega y construye su política exterior; obviamente no es la excepción, ya que su marco lo constituyen los principios plasmados en la fracción X del artículo 89 de la Constitución Política, donde dice: “dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, sometiéndolos a la aprobación del Senado. En la conducción de tal política, el titular del poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacifica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la 16 Ibidem, pp. 6- 23. 15 cooperación internacional para el desarrollo; y la lucha por la paz y la seguridad internacionales”.17 Estos principios generales de política exterior no pueden ejercerse en abstracto, sino que deben enfocarse a la defensa y promoción de los intereses nacionales fundamentales. La política exterior mexicana ha respondido, en su momento y bajo ciertas circunstancias, al criterio de los principios. Si bien, tanto los principios como los intereses son esenciales ya que constituyen las líneas de una política de Estado, su interpretación y aplicación también deben de reflejar las necesidades económicas, políticas y sociales específicas a las que responden cada uno de los gobiernos en momentos históricos determinados, los cuales analizaremos más adelante. Cabe mencionar que la política exterior de México ha demostrado cierta congruencia frente a las necesidades históricas de la nación y ha desempeñado un papel muy importante en la definición de alternativas nacionales. Obviamente la política exterior de México no se puede construir sin bases es por ello que los principios son los ejes rectores de la política exterior, son de esencial importancia en el momento de su elaboración. Este enfoque principista en la política exterior mexicana se debe a su pasado histórico pues desde su independencia México buscó la conformación de un Estado independiente y autónomo, capaz de llevar a cabo una política exterior propia libre de influencias externas. Las circunstancias históricas del país: intervenciones estadounidenses y francesas en el siglo XIX y la Revolución a principios del siglo XX marcaron el camino para la creación de los principios rectores de la política exterior, contenidos en la Constitución; aunque es necesario resaltar que la política exterior es una extensión de la política interna de un país;es decir, la política exterior de México se encuentra ligada a los objetivos internos además de que se ve obligada a reaccionar ante los retos que en la política internacional ocurren; así pues, dicha política se tiene que manifestarse como una mediación real entre intereses internos y externos de la nación para que ésta puede funcionar de manera viable. 17 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, México, Porrúa, 2000, p. 77. 16 La reorientación de la política exterior mexicana se ha venido gestando a partir de su pasado independiente y revolucionario. Sin embargo, lo importante es observar sus cambios, específicamente a partir de la administración de Miguel de la Madrid hasta Vicente Fox ya que la política exterior mexicana ha experimentado virajes distintos ocasionando que la relación histórica con Cuba se vea resquebrajada. 1.2. La política exterior mexicana de 1986-2000. 1.2.1 Miguel de la Madrid Hurtado El estudio de la política exterior de México es punto vital para entender las posiciones y decisiones que tome nuestro país en el escenario internacional y específicamente para el estudioso de las relaciones internacionales de México. Sin embargo, no se pretende agotar todos los momentos históricos de México para explorar este tema. El objetivo de este apartado se reduce al estudio de las tres administraciones que antecedieron a Vicente Fox Quesada para poder así observar las líneas, los cambios y las transformaciones de un periodo gubernamental a otro y con esto entender mejor la política exterior del actual gobierno. Miguel de la Madrid Hurtado toma el poder en medio de una crisis económica interna e internacional, en un momento en que la situación en la región de Centroamérica se volvía delicada. Durante su administración, siguiendo las líneas de su antecesor, se propuso buscar alternativas reales a raíz del conflicto centroamericano; como base a esta propuesta planteó adjuntar el tema de política exterior en el Plan Nacional de Desarrollo18 y buscó e intentó conformar una diplomacia que ayudara a la realización de los objetivos del gobierno para diversificar los contactos internacionales, la exaltación de la solidaridad y la concertación latinoamericanas para resolver problemas comunes. Aunque de 18 Bernardo Sepúlveda Amor, Política exterior de México: 175 años de historia, Vol. 1, México, Archivo Histórico Diplomático Mexicano, 1985, pp. 326-327. 17 manera más amplia, temas como el desarme, el no alineamiento, la no aceptación de hegemonía y la cooperación internacional cobraron mayor importancia para el Presidente. Debido en gran parte al conflicto en Centroamérica, hizo necesaria una orientación adecuada de la política exterior mexicana frente a esta situación. América Latina se convierte en un asunto prioritario en esta administración, insistiendo en que era necesario conformar con estos países una comunidad de intereses y aspiraciones para enfrentar conjuntamente los retos del contexto internacional. En el tema del desarme, de la Madrid suscribe a México junto con Argentina, Grecia, Suecia y Tanzania en la Cumbre de Nueva Delhi, que entre otras cosas, buscarían una solución del conflicto en Centroamérica.19 Otro de los temas a enfrentar fue el de los problemas estructurales que tenía el país en el ámbito económico. México atravesaba por un desequilibrio en el aparato productivo, insuficiencia del ahorro interno, escasez de divisas, niveles bajos de competitividad, notable dependencia de las importaciones y de los recursos obtenidos por la exportación del petróleo, tasas de desempleo altas, niveles de inflación graves, alto déficit público y decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).20 López Portillo le dejó a de la Madrid una seria crisis económica, producto del agotamiento del modelo sustitutivo de importaciones y del llamado “boom petrolero”, que petrolizó la economía nacional -la llamada “promesa del petróleo”21,- pero al bajar los precios internacionales del hidrocarburo provocó desequilibrios en la balanza de pagos y en la finanzas públicas, traducida en una devaluación del peso, la disminución en la tasa de crecimiento del PIB y la concertación de un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Dicha promesa se traducía en la posibilidad de contar con una nueva e importante fuente de poder nacional que pudiera otorgar un sustento real a una actividad internacional intensa por parte del gobierno de Miguel de la Madrid. Mientras tanto, en el ámbito internacional, aparte de la crisis económica global imperante también hubo tensiones por parte de las grandes potencias que 19 Reunión de Jefes de Estado o de Gobierno de Nueva Delhi, India, fechado el 22 de mayo de 1984. 20 Rafael Velázquez Flores, op. cit , pp. 107-108. 21 Ibidem, p. 265. 18 agudizaron conflictos como el de Centroamérica: el apoyo al sandinismo, a la guerrilla salvadoreña y los conflictos en Guatemala, entre otros. Ante esta situación de la Madrid se planteó “mantener y reforzar la independencia de la Nación, para la construcción de una sociedad que bajo los principios del Estado de derecho, garantice libertades individuales y colectivas en un sistema integral de democracia y en condiciones de justicia social”.22 En este contexto, el interés de México quedaba enmarcado en un fortalecimiento interno y, para lograrlo, planteó algunas objetivos en materia de política exterior:23 • Preservar la soberanía de la nación y fortalecer la independencia política y económica. • Apoyar los esfuerzos internos de desarrollo, a través de una vinculación con la comunidad de las naciones. • Defender la paz mundial. • Practicar la solidaridad entre los países y coadyuvar a la conformación de un orden internacional. • Reordenar y modernizar la economía. • Apertura económica de México en las finanzas y el comercio mundiales. Con de la Madrid, el interés de México giró en conseguir la pacificación del conflicto centroamericano para que los efectos no alcanzaran el interior del país, riesgos que iban desde la generación de inestabilidad en la frontera sur hasta una intervención abierta por los Estados Unidos.24 Incluso la actuación del país fue pragmática llegando a ser calificada como intervensionista, ejemplo de ello fue apoyo mostrado al sandinismo y la declaración emitida en forma conjunta con el gobierno de Francia respecto a la guerrilla salvadoreña. 22 Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988, México, Poder Ejecutivo Federal, 1983, p. 107. 23 Ibidem, p. 108. 24 Alma Rosa Cruz “Tendencias históricas de la Política Exterior de México” en Cuadernos de Política Exterior Mexicana, México, p. 273. 19 México promovió la creación del Grupo Contadora25 reavivando el activismo del país con el fin de demostrar que México estaba dispuesto a fungir como mediador del conflicto, haciendo a la par un llamado a la serenidad a favor de la solución pacífica para que Estados Unidos no interviniera militarmente. Sin embargo, este activismo provocó tensión en la relación bilateral México-Estados Unidos. En el ámbito económico, de la Madrid inició un cambio estructural para modernizar la planta productiva interna y superar la crisis económica del país. Decisión que coadyuvó a la ampliación de la política exterior traducida en un cambio de estilo en la diplomacia discreta “tradicional”. No cabe duda de que la política exterior activa e independiente permitió al gobierno mexicano la oportunidad de poder actuar positivamente pese a la crisis económica que lo sacudía. Tanto en el periodo López Portillo como en el de Miguel de la Madrid, la política exterior se multilateralizó y se puso especialatención al interactuar diplomático con otros actores internacionales, una explicación que es comprobada con la creación del Grupo Contadora y los intentos de paz para la zona centroamericana. Mientras que, en lo económico, México apostó por liberar su comercio exterior mediante la entrada al GATT en 1986, la renegociación de su deuda externa por medio del Plan Brady y la firma un acuerdo marco con los Estados Unidos en 1988; con esto la política exterior mexicana dejó de ser dinámica y adoptó otra vez una posición pasiva, reflejo de la necesidad por salir de la crisis económica. 1.2.2 Carlos Salinas de Gortari Con Carlos Salinas de Gortari en la presidencia, la política exterior buscó ser un reflejo de las aspiraciones de seguridad y bienestar de la nación mexicana frente a la nueva dinámica mundial, basada en lineamientos de corte económico. Su 25 Compuesto por México, Colombia, Panamá y Venezuela, cuyo objetivo era evitar la propagación de los conflictos y enfrentamientos de la región centroamericana véase René Herrera y Manuel Chavarría, “México en Contadora: una búsqueda de límites a su compromiso en Centroamérica”, en Foro Internacional, XXVI, núm. 4, México, abril-junio, 1984, pp. 458-483. 20 administración aplicó una estrategia novedosa en la que la defensa de los principios generales de política exterior se conjugaban con la promoción de objetivos que coincidieran tanto con las formas del sistemas internacional como con la situación interna de México; es decir, se requería de una política exterior que promoviera con oportunidad los intereses económicos nacionales para que se dieran a conocer las transformaciones impulsadas por su gobierno. El discurso y las acciones de política exterior se caracterizaron por un cambio notable que pasó de la “tradición” en la actuación internacional de México26 a una política exterior pragmática y activa con tendencias de alejamiento del nacionalismo,27 que desde de la Revolución había sido un estandarte de la política exterior de México. El objetivo era colocar a México en el nuevo escenario mundial y la política exterior sería el puente para fortalecer ese papel, primero, mediante un acercamiento con los Estados Unidos y después el diseño de un proceso de negociación con éste para la firma de un Acuerdo de Libre Comercio, con el propósito de integrar la economía de México a la norteamericana. Salinas entendió la política exterior como parte de un proyecto cuyo fin era terminar con las “desviaciones” y “errores” de sus antecesores que no permitieron el desarrollo pleno del país. Su objetivo era construir la imagen de un México en transición a la modernidad. El discurso y las acciones del gobierno iban encaminadas hacia un solo propósito: demostrar al mundo la viabilidad de un proyecto gubernamental innovador que superaría los atrasos económicos y políticos de la nación mexicana28 y una de las acciones, como eje rector del discurso salinista, fue el cambio que se presentó en el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, en el que se estipuló que 26 Gloria Abella, “La política exterior de México en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari: una nueva concepción”, en Revista Mexicana de Ciencias Política y Sociales, núm. 148, México, FCPyS-UNAM, abril- junio de 1992, p. 63. 27 Gloria Abella Armengol, “La política exterior en la administración de Carlos Salinas de Gortari: la propuesta del cambio estructural”, en Relaciones Internacionales, núm. 62, México, FCPyS-UNAM, abril- junio 1994, p. 53. 28 Ibídem. p. 55. 21 ”se partía de la premisa de que había que conducir el cambio a través de instituciones que los mexicanos con fidelidad a las tradiciones constituyeron para... promover las transformaciones en el Estado y en la sociedad que le permitiesen a la Nación transitar el siglo XXI”29 El cambio sugerido por el Presidente consistió en dos propósitos: la reforma del Estado y la modernización. El Estado dejaría de ser el eje motor de la economía a causa de la crisis económica y política y la implementación de un proyecto de modernización social: la instauración del Programa Nacional de Solidaridad, mismo que dio una mayor credibilidad a Salinas, quien contaba con poca legitimidad, pues asumió el poder en las elecciones de 1988, calificadas como las más fraudulentas en la historia del México moderno. Con la modernización pretendía “insertar el potencial nacional en la economía mundial y utilizar dicho concepto como una vía para superar la crisis económica, fortalecer el Estado y ubicar su actividad como el regulador de la vida económica, para consolidar la democracia, garantizar las libertades individuales y defender el interés nacional y soberano”.30 El rasgo distintivo de la política exterior de Salinas fue “la utilización consciente y deliberada de los vínculos del país con el exterior para el fortalecimiento económico y social interno, lo que gradualmente se reflejaría en un aumento del prestigio, la influencia y la capacidad negociadora de México en el ámbito internacional”,31 pese a que los principios tradicionales de la política exterior mexicana fueron aplicados de manera diferente con una interpretación peculiar. El propio Presidente dijo que “modernizar a México es hacer frente a las nuevas realidades económicas y sociales”.32 Fue así como se identificaron los objetivos de política exterior en el Plan Nacional de Desarrollo:33 29 Carlos Salinas de Gortari, Plan Nacional de Desarrollo 1989- 1994, presentación. 30 Gloria Abella Armengol, “La política exterior en la administración de Carlos Salinas de Gortari: la propuesta..., op. cit., p.56. 31 Andrés Rozental, La política exterior de México ...,op. cit., p. 12. 32 Carlos Salinas de Gortari, Plan Nacional de Desarrollo 1988-1994 ...,op. cit. 33 Ibidem. 22 1. Replantear las relaciones con los Estados Unidos. 2. Promover una diversificación de los vínculos con otras regiones. 3. Intensificar los contactos con países que cuentan con peso especifico en el escenario internacional. 4. Participar activamente en foros multilaterales. El propósito de la Cancillería fue reafirmar la posición internacional de México en asuntos como: la decisión de negociar un Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá; la decisión de convocar a la Primera Cumbre Iberoamericana; el acercamiento a la OCDE; el ingreso al Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD); la construcción del Grupo de los Tres con Colombia y Venezuela, la decisión de convocar a una Cumbre Mundial a favor de la Infancia; la participación en las instancias de cooperación económica de la Cuenca del Pacífico; y la insistencia de reformar y encontrar un nuevo equilibrio entre los principales órganos de Naciones Unidas y la demanda de reestructurar al Consejo de Seguridad para hacerlo más representativo. Bajo este esquema, la diplomacia mexicana se centró en proyectar dinámicamente los intereses internacionales del país y sembrar las tesis del Estado mexicano en esta fase de reactivación económica y nueva inserción en los asuntos mundiales. La política exterior participó dentro de un diseño de convergencia para abatir la crisis y renovar la confianza nacional, lo cual dio pie a “una diplomacia de realizaciones concretas y de impacto directo sobre la realidad internacional”.34 Éste sería uno de los rasgos más definitorios de la política exterior del salinismo y uno de los signos distintivos con los que México hizo frente a los cambios radicales registrados en el mundo. Es evidente que la política exterior fue concebida en una doble perspectiva, como lo dice Gloria Abella “por una parte, mantener una presencia internacional apegada a la actuación tradicional de Méxicoen lo que se consideró no prioritario para el proyecto modernizador y, por otra parte, 34 Andrés Rozental, La política exterior de México ..., op. cit., p.47. 23 sentar las bases para una nueva vinculación de la economía mexicana con los centro del poder mundial”.35 Empero, evidentemente los objetivos del gobierno de Salinas a través de una reforma del Estado y de una modernización no se cumplieron. Ya que a partir del cambio estructural de corte modernizador que inició con de la Madrid y que se intensificó con Salinas, la política exterior sufrió resquebrajamientos y retrocesos, ya que adoptó líneas de tipo económico que se encaminaron a fortalecer una centralización de las relaciones hacia el vecino del norte pese a los esfuerzos por diversificar los contactos con el resto del mundo. Se advierte un cambio en la política exterior durante el gobierno de Salinas con respecto a la tradicional actitud internacional de México, la política exterior pasó de progresista e independiente a conservadora y pasiva, se enfocó a difundir el proyecto económico del gobierno en el mundo. Salinas basó su política exterior en insertar a México en la economía internacional, mediante la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN); acuerdo que fue negociado por la Secretaría de Comercio y Hacienda dejando de lado en sus discusiones a la misma Secretaría de Relaciones Exteriores. Lo anterior originó nuevas condiciones internas y externas, se elaboraron tácticas y estrategias, como fue el reformar algunos artículos de la Constitución Mexicana y leyes específicas para que tanto el TLCAN como los principios de política exterior estuvieran en sintonía mutua (la Ley de Inversión Extranjera, la Ley de Comercio Exterior, entre otras). Los objetivos de la nueva estrategia económica eran: garantizar el acceso de las exportaciones mexicanas al mercado estadounidense y promover el ingreso masivo de capitales del exterior. La pérdida de capacidad para amortiguar los efectos adversos de la interdependencia económica sobre la estabilidad político-económica interna, lejos de resolverse introdujeron interrogantes con respecto a la viabilidad y sustentabilidad de la política exterior imperante y, aunado a esto, durante en el último año del gobierno de Salinas se suscitaron una serie de problemas internos 35 Gloria Abella Armengol, “La política exterior de la administración de Carlos Salinas de Gortari..., op.. cit., p. 68. 24 que dañaron la imagen del país en el exterior: el asesinato del cardenal Posadas en 1993, los asesinatos del candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio y del secretario general del PRI, Ruiz Massieu, ambos en 1994, la emergencia del EZLN el 1 de enero en contra del TLCAN y del propio gobierno. Dicha coyuntura política trajo la necesidad de reorientar por un lado la política interna y, por otro lado, la política exterior para intentar limpiar la imagen del país en el mundo; para ello, Ernesto Zedillo se convirtió en la figura central para llevarlos a cabo y mejorar las condiciones internas de México. Es cierto que hubo temas como el TLCAN que predominaron en el gobierno de Salinas aunque esto no significó que desaparecieran otros de la agenda de política exterior, como el narcotráfico y la migración, que siguieron siendo un problema, pese a que se puso mayor atención a cuestiones económicas. Aunque, México haya utilizado el ámbito multilateral para participar en temas polémicos como: desarme, medio ambiente, derechos humanos, asuntos humanitarios, narcotráfico y la migración. 1.2.3 Ernesto Zedillo Ponce de León Durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo continuó la misma estrategia de Salinas en política exterior: una ardua actividad diplomática y una intensa relación bilateral con Estados Unidos. Al parecer, el discurso era la inserción de México en el mundo, aunque la realidad fue otra: seguir con los Estados Unidos. La política exterior de México sufrió cambios de matices sin que se afectaron los intereses económicos en la relación con el vecino del norte. Situación que se explica por dos razones: la falta de oportunidades reales para diversificar los vínculos con el resto del mundo y la ausencia de una estrategia de largo plazo.36 La única relación de importancia era con los Estados Unidos pese a que se insistió en el discurso de que el país era de “pertenencias múltiples”.37 36 Humberto Garza Elizondo, “Crisis de la política exterior mexicana”, en Foro internacional, México, abril- septiembre 1998. p. 4. 37 Ibidem. 25 A pesar de que Zedillo no estructuró una nueva propuesta de política exterior hubo avances significativos en materia de narcotráfico, migración y extradición. Los cambios de fondo se iniciaron durante el gobierno de Salinas de Gortari, puesto que surgió un vínculo estrecho entre la política interna, sobre todo la económica, y la exterior. Esto sirvió para apoyar los cambios internos en el ámbito exterior. En este sentido, México continuó con la apertura y la liberalización económica para tener presencia en el mundo. La política de Zedillo continuó siendo de carácter liberal, abierta, pragmática, de derecha y otorgando prioridad a la dependencia con la relación estadounidense, pero, pese al intento por diversificar los vínculos con el resto del mundo y participar en foros internacionales además de firmar acuerdos como el TLCUE38 para dar contrapeso a dicha dependencia, no logró el objetivo. Este acuerdo resultaría favorable para México, ya que los beneficios no vendrían solamente del lado comercial sino de los apoyos políticos y tecnológicos que Europa pudiera brindar también. La firma de éste representó un éxito en la estrategia de política exterior zedillista aunque no ha sido bien aprovechado porque la relación con la Unión Europea, en intercambios comerciales, es de alrededor del 0.6%.39 En el Plan Nacional de Desarrollo se establecieron dos estrategias para ampliar el papel de México en el escenario mundial: 40 a) Incrementar la capacidad de respuesta de las representaciones de México en el exterior. b) Establecer alianzas estratégicas sobre temas en común con el grupo de potencias medias, para que México pudiera generar respuestas internacionales a los desafíos de la globalización. La diversificación, concepto clave en el discurso de Zedillo en política exterior, se entendió como "una estrategia necesaria frente a la intensidad de las 38 Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea firmado el 1996 entre México y la Unión Europea, en www.sre.com.mx. 39 Véase en Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 61, México, FCPyS-UNAM, octubre de 2000, p. 365. 40 Ernesto Zedillo Ponce de León, Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000, presentación. 26 relaciones con nuestros principales socios comerciales teniendo como fin que México amplíe su margen de maniobra y consolide su capacidad de negociación internacional".41 En los hechos el país no tuvo ni la capacidad ni la oportunidad de lograr la diversificación anhelada, en parte porque a tan sólo 19 días de haber tomado el poder Ernesto Zediilo, se desató una grave crisis económica en el marco de una frágil situación política interna, representando la primera crisis financiera dentro del marco de la llamada globalización. Sería posible afirmar que no existieron contrapesos aunque ni a la creciente dependencia de México con Estados Unidos, ni los cambios estructurales en el escenario internacional, ni las circunstancias internas del país facilitaron la diversificación de sus relaciones para consolidar nuevos apoyos. Una de las razones internas que impidieron el diseño de una políticaexterior fue la gravedad de los problemas políticos y económicos que obligaron al gobierno de Zedillo a concentrar sus esfuerzos en estos, restringiendo sus capacidades para realizar acciones diversificadoras en el plano internacional. Además de que con la reforma del Estado y el crecimiento económico, la política exterior se descuidó llegando a ser de perfil pasivo y discreto, aunado a que la estrecha relación con el vecino del norte no dio a México un buen margen de acción y de actuación. La problema de la política exterior tuvo implicaciones con las causas internas, puesto que no existieron estrategias concretas para que el país se desempeñara de manera diferente. Lo que sí se mantuvo fue mucha diplomacia, un discurso insistente en la necesidad de diversificar sus vínculos y una enorme voluntad de firmar acuerdos comerciales, aunque la prioridad siguió siendo Estados Unidos y el TLCAN. Tal parece que de las acciones más significativas del gobierno mexicano en esa administración fue su participación en las Cumbres Iberoamericanas,42 y su adhesión al asunto de la condena a la ley Helms-Burton43 el demostrar una 41 Ibidem. 42 V, VI y VII Cumbre Iberoamericanas celebradas en octubre de 1995 en Argentina, en Chile y en Venezuela. 43 Ley Helms-Burton promulgada por el gobierno de los Estados Unidos y cuyo objetivo era el sancionar empresas de cualquier tipo de fueran e invirtiesen en Cuba. 27 posición contundente, más allá del ámbito de las declaraciones y las buenas intenciones, en lo relativo a la controvertida ley Helms-Burton.44 Sobre este tema, México adoptó una actitud menos condescendiente con Washington, pues, además de manifestar su oposición a la aplicación de legislaciones extraterritoriales, prometió defender los intereses de las empresas y ciudadanos mexicanos ante la posible entrada en vigor de la citada ley, cosa que en el caso del grupo regiomontano Domos no sucedió.45 Aunque hubo temas que se les prestó poca atención, como la migración que ha sido uno de los tópicos más complejos en la relación bilateral, ante esto Zedillo propuso una serie de lineamientos46 para entender el problema de manera estructural y de cooperación bilateral. Prueba de ello es que se firmaron diferentes acuerdos que giraron alrededor del tema de migración.47 Con el narcotráfico el gobierno mexicano actuó acordando alianzas como la Cumbre del G-Río.48 Lo que logró fueron acciones multilaterales para tratar del problema de manera integral y consiguió que tanto en la ONU como en la OEA se adoptara un Mecanismo de Evaluación Multilateral en la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas. También diseñó estrategias contempladas en iniciativas de cooperación internacional y contenidas en el Programa Nacional para el Control de la Drogas.49 44 Ley Helms-Burton..., op. cit. 45 El grupo empresarial mexicano Domos, S. A. de C. V., señalado como objeto de posibles sanciones por parte del gobierno estadounidense, con base en la ley Helms-Burton, decidió reducir su participación en Cuba. El 26 de agosto de 1996 la Secretaría de Comercio, por medio de la embajada de México en Washington, informó sobre la decisión del gobierno de ese país de no otorgar visas para ingresar en Estados Unidos a los directivos de este consorcio y sus familiares. Finalmente, la empresa de Monterrey cedió a las presiones sin que se hubiera hecho nada concreto por parte del gobierno de México. 46 Entre los que estaban la coherencia entre política interior y la exterior en materia migratoria; congruencia entre el trabajo bilateral, las posiciones multilaterales y los programas de cooperación de México; la integración de los aspectos estructurales y los de coyuntura del fenómeno migratorio y la elevación de las capacidades de respuesta de ambos gobiernos a los problemas migratorios bilaterales. Véase en Juan Rebolledo Gout, “En búsqueda de un entendimiento con Estados Unidos” en Revista Mexicana de Política Exterior, no. 61, FCPyS-UNAM, México, octubre de 2000, p. 19. 47 La firma de una Declaración Conjunta sobre Migración entre los mandatarios de México y Estados Unidos el 6 de mayo de 1997; se inauguró la Conferencia Regional sobre Migración en 1996 iniciativa de México; entre otros. 48 Cumbre del G-Río realizada en Quito, Ecuador en septiembre de 1995. 49 El Programa Nacional para el Control de las Drogas 1995-2000, incluyó siete componentes principales: 1) Enfoque integral, para aplicar soluciones a todos los aspectos del problema del narcotráfico, contemplando tanto la oferta como la demanda de drogas ilícitas; 2) el desarrollo de inteligencia para combatir las organizaciones criminales; 3) corresponsabilidad y participación social para involucrar a todos los grupos 28 Con los Estados Unidos, el problema adquirió tintes más pragmáticos, sobre todo cuando se convirtió en tema de campaña del presidente Clinton tuvo que decidir en 1996 especialmente en torno a la certificación anual al gobierno mexicano sobre su cooperación en los programas antinarcóticos estadounidenses. Las autoridades mexicanas, conscientes de las presiones internas que tenía el presidente Clinton en un año electoral, arrestaron al capo Juan García Ábrego y lo extraditaron a Estados Unidos. Decisión que animó a los senadores Alphonse D’Amato (republicano por Nueva York) y Diane Feinstein (demócrata por California) a plantear una legislación para bloquear la ayuda económica adicional a México si éste no hacía más esfuerzos. Al final, el Congreso apoyó al presidente estadounidense y otorgó la certificación, aunque su victoria fue temporal. Cuando México debió someterse de nuevo a la certificación en 1997, la oposición tuvo una postura más fuerte porque en 1996 hubo evidencias de que funcionarios mexicanos tenían que ver con los cárteles como fue el caso de Mario Ruiz Massieu, ex coordinador de las iniciativas mexicanas para combatir el narcotráfico, quien se encontraba en custodia judicial en Estados Unidos o los indicios de que Raúl Salinas había utilizado su poder e influencias para proteger a narcotraficantes y embarques de droga. Sin embargo, el golpe más fuerte a los argumentos del gobierno de Clinton a favor de la certificación fue el arresto en febrero de 1997 de Jesús Gutiérrez Rebollo, general del ejército mexicano designado para combatir las operaciones de narcotráfico en México. Dicha detención dejó en vergüenza a Barry McCaffery, su homólogo estadounidense, pues, en diciembre de 1996, él mismo había elogiado a Rebollo resaltando su “intachable integridad”.50 El arresto de Rebollo demostraba el compromiso de México en el combate a los narcotraficantes. Poco antes de para otorgar la certificación, Washington presentó a México una lista de puntos respecto a los cuales México debía sociales en la solución del problema; 4) fortalecimiento de los programas de prevención del consumo de drogas; 5) especialización de las estructuras del Estado para lograr mejores resultados en las tareas asignadas a cada dependencia; 6) desarrollo tecnológico para dotar de equipos y tecnologías modernas a las unidades encargadas del combate en contra del narcotráfico; 7) adecuación del marco jurídico para adaptarlo a las nuevas necesidades para el combate contra las organizaciones criminales. 50 Gloria Abella Armegol, “La política exterior en el primer año de gobierno de Ernesto Zedillo”, en Relaciones Internacionales, núm. 69, México, FCPyS-UNAM, enero-marzo de 1996, p. 121-142. 29 demostrar que había emprendido alguna acción, entre ellos, la extradición de narcotraficantes y más juicios en materia de lavado de dinero y crimen organizado. En este contexto,como resultado de la estrategia del gobierno de México, el país se suscribió a 32 convenios de cooperación bilateral con países interesados en fortalecer la cooperación en la materia. Aunque también se rescataron otros temas: promoción cultural, cooperación internacional y derechos humanos. Mientras que la relación con Cuba tenía sus roces debido a los dimes y diretes tanto de Ernesto Zedillo como de Castro, cuestiones que se verán de manera detallada más adelante. 30 CAPÍTULO 2 El ascenso de Vicente Fox Quesada a la Presidencia. 2.1. La transición política en México a partir del 2000. Antes de continuar es necesario mencionar que la palabra “transición” expresa la idea de “acción y efecto de pasar de un modo de ser o de estar a otro distinto”.1 Según este significado, la idea implica que a partir de un régimen no democrático se intenta lograr un sistema democrático. Entonces, una eventual transición en el país supone el colapso o ruptura del régimen político que, en crisis desde algunos años, sin embargo mantiene su vigencia. La permanencia del régimen, y en ciertos momentos hasta su aparente recuperación y fortalecimiento, se debe en gran medida a actitudes y posiciones de los partidos políticos, grupos u organizaciones de ciudadanos que se ubican, principalmente, en la oposición, sin restarle responsabilidad al gobierno. El 2 de julio de 2000 no sólo marcó el comienzo del gobierno de Vicente Fox, sino también el inicio de la transición democrática en México. Fox ganó las elecciones presidenciales debido, entre otros factores, a su facultad para encauzar el enojo y el desencanto de muchos ciudadanos con el sistema político priísta señalado como un régimen corrupto e incompetente, incapaz para reorientarse a sí mismo y no poder ofrecer opciones hacia el futuro descuidando la conexión con la sociedad mexicana y sus necesidades. Sin embargo, ya concluido el proceso electoral, el gran reto de Vicente Fox sería el de demostrar que no sólo podía ser un buen candidato, sino también que sería un buen gobernante y probar con hechos que el cambio que proponía no sería “un salto al vacío”, como lo caracterizaron sus adversarios políticos en campaña, sino que debía convertirse en el personaje que guiaría la transición de México hacia la democracia. México atraviesa por un periodo de cambios profundos. Las elecciones demostraron la voluntad ciudadana para lograr una transición democrática, cuestión que empezó a ser explotada para lograr legitimidad y un “bono” 1 Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, vigésima edición, t.II, p. 1330. 31 democrático, como lo expresó el presidente Fox,2 y tener mayor fuerza en sus posturas en el ámbito internacional. En este contexto, Vicente Fox, en sus primeros años, diseñó una política exterior con un carácter más dinámico y activo con base en una nueva agenda internacional. Desde un principio se comenzó a promover en el mundo la imagen de un México democrático, transparente y plural en los procesos políticos, económicos, sociales y culturales en contraposición con administraciones priístas que reflejaban la idea de un México autoritario, antidemocrático, pobre, corrupto, inseguro y amenazado por el narcotráfico y la desigualdad social. El interés internacional que despertó la transición política mexicana, así como el nuevo proceso democrático que se disfrutó, sirvió como vehículo para llevar al exterior una visión de un México renovado. Aunque es necesario mencionar que la democracia no es sólo un resultado electoral sino un resultado político-social producto de la evolución y desarrollo del sistema político mexicano; el triunfo fue reflejo de esa evolución y su importancia fue que vino a romper con el régimen político del PRI que desde hacia 72 años se había construido. En esta coyuntura de cambio, el gobierno foxista planeó llevar a cabo modificaciones en los lineamientos políticos “tradicionales” para dar paso a reformas estructurales coherentes con la nueva realidad interna e internacional por la que México atraviesa. El cambio producido a partir del derrocamiento del PRI en un movimiento sin revolución y con un alto grado de legitimidad para Fox, vino acompañado en materia externa de un renovado impulso por penetrar en temas de la agenda internacional como: seguridad, cooperación, derechos humanos y procesos democráticos, entre otros, cuando en otros tiempos no eran ni siquiera considerados. Es decir, que el gobierno foxista ha buscado poner al día las relaciones de México con el exterior a fin de promover los intereses del país en el extranjero y contribuir a la construcción del sistema internacional de nuevos tiempos y así replantear la política exterior mexicana para que responda a nuevas 2 Ana Alicia Solis de Alba, El primer año del gobierno foxista, México, ITACA, 2002, p. 123. 32 realidades tanto dentro como fuera del país,3 siendo más activa y multilateral en temas universales que conciernen a la comunidad internacional. El proceso de cambio al interior afectó en este sentido a la política exterior, ya que Fox la quiso hacer más activa y dinámica. De ahí que haya designado como Secretario de Relaciones Exteriores al intelectual Jorge G. Castañeda. Con él, académico de carrera, conocedor de la dinámica del ámbito internacional, se estipuló que la política exterior ya no se basaría únicamente en los principios tradicionales, mismos que ya no podían ejercerse en abstracto, sino que encontrarían su base en la defensa, promoción y desarrollo de los intereses nacionales más fundamentales. En efecto, el México actual se presentaría al mundo como un país en profunda transformación. Los cambios registrados al interior de la sociedad, el sistema político y la estructura productiva ofrecerían nuevas herramientas en el exterior. El país sería visto por el resto del mundo como más democrático, haciendo que sus posturas en el ámbito internacional tuvieran mayor fuerza con base en dichas realidades, dando un alto grado de legitimidad al gobierno de Vicente Fox. Asimismo, externamente, esta postura conllevaría a la adopción de compromisos fundados en relaciones equitativas con los demás países sin violar los derechos de autodeterminación soberana. Consecuentemente, el objetivo del nuevo gobierno sería la difusión de la imagen de un México democrático, tolerante y seguro, capaz de responder los retos que el sistema internacional presenta, ya que, a raíz de los procesos democráticos, la política exterior debía desempeñar un papel crucial en la consolidación de una nueva cultura política en la nación. No se trata de un mero ejercicio de relaciones públicas, sino de un esfuerzo por reflejar con fidelidad la realidad nacional y modificarla en aspectos como la defensa y promoción de los derechos humanos,4 que requieren ciertas transformaciones en la perspectiva mexicana. 3 Jorge G. Castañeda, “Política exterior y cambio democrático” en La Jornada, 12 de julio de 2002, p. 23. 4 Ibidem 33 2.2. La política exterior del gobierno de Vicente Fox. la formulación de la nueva política exterior en el Plan Nacional de Desarrollo En el contexto de un gobierno en proceso de transformación, la política exterior es quizá el rubro donde se advirtieron cambios de fondo. La política exterior de México, como es bien sabido, se ha basado en los principios plasmados en la Constitución Política,5 producto de la experiencia histórica de la nación. Sin embargo, estos principios generales de política exterior no pueden ejercerse en abstracto -como ya señalamos-, sino que deben enfocarse a la defensa y promoción de intereses nacionales.6 La actual política exterior mexicana sería no sólo un reflejo
Compartir