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Del-populismo-al-neoliberalismo--la-experiencia-mexicana

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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ECONOMIA 
DEL POPULlSMO AL NEOLlBERALlSMO: 
LA EXPERIENCIA MEXICANA 
TE 515 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: 
LICENCIADO EN ECONOMíA 
PRESENTA: 
ERICK GONZÁLEZ PAZ 
ASESOR: MTRO. LEONARDO LOMELI VANEGAS 
CIUDAD UNIVERSITARIA 2006 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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A mi abuelo Guadalupe Paz Chávez (q.d.p) y mi abuelita Jovita Ruiz Munguía quienes 
siempre estuvieron presentes para ayudarme en todo momento………………………… 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A mi madre Yolanda Paz Ruiz y mi hermano Oscar Javier Vera Paz quienes con su 
valioso entusiasmo han sabido alentarme como nadie……………………………… 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A toda mi familia con mucho cariño y al Maestro y amigo Leonardo Lomelí Vanegas de 
quien solo he recibido apoyo incondicional…………………………………………... 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INDICE Página 
 
INTRODUCCIÒN…………………………………………………………………………………………4 
 
CAPITULO I LA POLÍTICA ECONÓMICA Y SUS REFERENTES IDEOLGICOS 
 
1.1 El populismo según Ianni (Una visión latinoamericana)………………………………………. 7 
 
1.2 El populismo según Dornbusch (Una visión neoliberal)......……………………………………43 
 
 
CAPITULO II LA IMPORTANCIA DE LA VISIÓN Y EL ANÁLISIS EN LA ECONOMÍA 
 
2.1 La crisis de visión en el pensamiento económico moderno……………………………………66 
 
2.2 Corrientes peligrosas: el estado de la ciencia económica……………………………………113 
 
 
CAPÍTULO III LAS PRINCIPALES CORRIENTES DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO Y SU 
IMPACTO EN EL POPULISMO 
 
3.1 La investigación macroeconómica reciente……………………………………………………173 
 
3.2 La teoría y la política macroeconómica en Latinoamérica…………………………………...192 
 
3.3 La filosofía política del liberalismo……………………………………………………………...225 
 
3.4 La economía de la oferta…………………………………………………………………………243 
 
 
CAPÍTULO IV LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS POPULISTAS 
 
4.1 El gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez…………………………………………..252 
 
4.2 El gobierno del presidente José López Portillo………………………………………………...335 
 
 
CAPITULO V 
5.1 Conclusiones………………………………………………………………………………………376 
 
CAPITULO VI 
6.1 Bibliografía…………………………………………………………………………………404 
 
 
JUSTIFICACIÓN 
El populismo ha sido una las experiencias más polémicas, criticadas y desprestigiadas no sólo 
en México sino en gran parte de Latinoamérica. México vivió dos episodios “populistas”: el de 
los años treinta y el populismo de los setenta, ambos, por su puesto, severamente golpeados 
y denigrados. No obstante, si bien es difícil negar que las dos experiencias fracasaron, 
considero que existen importantes aspectos que no se deben olvidar. Es decir, no porque el 
populismo haya fracasado quiere decir que todo su contenido sea erróneo o dañino como 
mucha gente piensa. 
 
Un primer problema al que nos enfrentamos a la hora de hablar de populismo es en sí el 
término mismo: existen dos tipos de populismos: el “social” de los años treinta y el “económico” 
de los setenta. En efecto, considero que existen profundas diferencias entre ambos periodos 
populistas a tal grado que los contrastes parecen ser más intensos que las igualdades. 
 
Por lo demás, el populismo ha sido unificado y siempre utilizado como algo maléfico. En esta 
tesis se demostrará, sin embargo, que la escisión que existe entre ambos periodos populistas 
dista mucho de ser por su carácter perjudicial ya que las dos eras, en general, tenían un rasgo 
en común: la activa intervención del Estado en la economía o “visión”. Es de reconocer que 
durante el populismo esa visión sufrió adecuaciones en función de los intereses principalmente 
de los políticos pero lo que es un hecho es que existió. En efecto, no porque la visión fue 
utilizada deficientemente por los gobiernos populistas quiere decir que ésta deba ser olvidada. 
De esta forma se deberán analizar esos errores cometidos pero no vistos desde el ángulo del 
desprestigio sino desde un perspectiva reflexiva porque la visión es precisamente lo que 
necesita el pensamiento económico moderno y otros modelos como el neoliberal, por ejemplo, 
para superar la fase depresiva en la que se encuentran 
 
Lo anterior quiere decir, por lo tanto, que el populismo, tanto económico como social, tiene una 
estructura ideológica o de visión que se puede rescatar. En esta investigación el populismo 
será analizado destacando la visión pero también su analítica para observar las fisuras que 
fomentaron su colapso. No obstante, el punto medular a estudiar no será el teórico, sino en el 
político, donde se toman las decisiones y donde considero ocurrieron los mayores desaciertos. 
La política, al igual que la cualquier disciplina social, empero, es muy delicada y no se puede 
responsabilizar a nadie solo porque sí. De esta forma, deberemos recordar los momentos 
históricos en que surgieron, se desarrollaron y concluyeron estos episodios populistas, 
periodos decisivos con importantes retos para la nación, escenarios muchas veces 
desconocidos en lo que se tomaron medidas, desafiantes, tajantes o desesperadas. 
 
El objetivo, en realidad, es reflexionar en torno al populismo y no verlo como una propuesta 
dañina porque no lo es. Así el populismo podrá aportar a otras propuestas de política 
económica y complementarse para lograr una estructura económica política y social diferente, 
quizás más ecléctica y menos radical como el neoliberalismo actual. 
 
OBJETIVO GENERAL 
 
Conocer los orígenes, desarrollo, aciertos y deficiencias de las políticas populistas en México. 
 
OBJETIVOS PARTICULARES 
 
Conocer la estructura económica, política, social e ideológica del populismo 
Evaluar el populismo en los aspectos antes mencionados. 
Señalar sus logros, avances, retrocesos y fracasos 
Reflexionar frente los errores y aciertos cometidos 
Estudiar las principales corrientes del pensamiento económico 
 
HIPÓTESIS 
 
El populismo ha sido criticado y desprestigiado a tal grado que se ha olvidado los aportes 
ideológicos, visionarios, económicos, políticos y sociales queriéndolo empaquetar como algo 
maléfico en beneficio de una propuesta: el neoliberalismo 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
El populismo en nuestros días se ha convertido en un tema recurrente y rápidamente 
condenado sin saber realmente qué significa y eso es peligroso para nuestra disciplina y otras 
ciencias sociales. La equivocación y la confusión con la que se ha manejado el término desde 
hace ya mucho tiempo es el tema de esta tesis. El problema medular es que existen dos 
conceptos de populismo: el social y el económico, que se confunden y mezclan en función de 
intereses políticos, sociales, económicos y hasta académicos 
 
 El populismo, desde mi punto de vista sociológico, fue un fenómeno principalmente social que 
brilló desde principios del siglo pasado hasta los años cincuenta no solo enMéxico sino en 
gran parte de Latinoamérica y se caracterizó por la traición que sufrieron las masas porque sus 
aliados- la clase dominante- no quiso o no pudo romper con las estructuras del sistema 
capitalista hegemónico. En efecto se trata de todo un periodo en el que el populismo tiene 
cimientos y paredes de carácter social y político 
 
Este populismo social tiene muy poco que ver con lo acontecido con el otro populismo que se 
dio en los años setenta y principios de los ochenta durante los gobiernos de los presidentes 
Echeverría y López Portillo y que yo llamo la visión neoliberal del populismo. En efecto, este 
concepto neoliberal del populismo tiene una función muy clara: desprestigiar todo lo que haya 
ocurrido de 1970 a 1982 excusándose en que los problemas inflacionarios fueron los que 
produjeron todos los infiernos de la época fomentados por las equivocaciones de los 
presidentes y principalmente por la intervención del Estado en la Economía. Sí, el término 
populista de la noche a la mañana adquiere rasgos más bien económicos y se convierte en el 
populismo económico que define Dornbusch. 
 
Esta visión neoliberal del populismo, sin embargo, ha funcionado en defensa del modelo 
neoliberal que difunde las doctrinas de la teoría neoclásica. En efecto el contenido económico, 
político, social e ideológico del populismo neoliberal se ha satanizado para que se crea que no 
existe mejor camino que la eliminación del Estado en la Economía por que de lo contrario éste 
solo generará problemas como lo ocurrido de 1978 a 1982. Y así con esta concepción simplista 
pero letal cada vez que se hable de populismo no se estará hablando de traiciones sociales o 
políticas sino fracasos económicos, dirigidos a eliminar la intervención del Estado en la 
Economía 
 
Finalmente, si bien se acepta que el populismo tanto económico como social fracasó porque se 
cometieron errores importantes también es verdad que no se puede empaquetar todo el 
concepto de populismo como algo maléfico. Considero que existen algunos elementos 
rescatables que pueden aportar a construir una política económica y social que ayude a 
disminuir los problemas del mundo actual 
 
En el primer capítulo se abordarán los dos tipos de populismo que México ha vivido: el de los 
treinta y el de los setenta. No obstante estos dos periodos populistas serán divididos para 
observar las características propias de cada uno de ellos. Octavio Ianni nos hablará primero del 
“populismo social” de los 30´s. Aquí se verá el nacimiento, desarrollo y colapso del populismo 
social que, como se demostrará, muy poco tiene que ver con el otro populismo, el de los años 
setenta. Precisamente este populismo económico que emergió en 1970 será expuesto por 
Dornbusch y Edwards y por un conjunto de lecturas puestas solamente para demostrar que es 
muy difícil empaquetar los dos populismos. La clave de la unión de ambas eras populistas, 
como se demostrará en esta tesis, se encontrará en algo muy distante a lo maléfico y lo 
dañino con la que se ha querido ver el populismo: la activa intervención del Estado en la 
Economía, característica que ha sido denigrada y desprestigiada simplemente porque no fue 
aplicado correctamente por los gobiernos populistas. En efecto ese activismo estatal es lo que 
molesta a los creyentes de la economía de libre mercado. 
 
El segundo capítulo habla de la importancia de la intervención del Estado en la economía que 
los autores llaman “visión”. Robert Heilbroner y William Wilberg sostienen que en el 
pensamiento económico moderno existe, desde hace tiempo, una crisis de visión que debe ser 
modificada si se quiere reducir los problemas que aquejan a nuestras sociedades. La 
intervención del Estado en la economía en el terreno económico, político, social e ideológico 
será fundamental porque se demostrará que el populismo, tanto social como económico, 
contenía precisamente esa visión que tanto se necesita en la actualidad pero que se ha 
olvidado y hasta desprestigiado. El problema principal del populismo con la activa intervención 
del estado en la economía se encontrará en la forma en que los políticos aplicaron la teoría a la 
realidad. 
 
En efecto, las cuestiones analíticas siguen siendo necesarias, pero no suficientes para explicar 
las dificultades contemporáneas. Esto lo reafirmará Lester Thurow quien realizará un profundo 
estudio de los elementos analíticos que estructuran la política económica dominante: el 
neoliberalismo. En realidad el objetivo de revisar los cimientos teóricos analíticos del 
neoliberalismo es para mostrar que no existen escuelas ni corrientes económicas que tengan 
una verdad absoluta a la hora de construir una política económica abriendo la posibilidad de 
reconstruir o construir otra. 
 
El tercer capítulo profundiza sobre las escuelas del pensamiento económico y su impacto en la 
política económica de México y Latinoamérica. Aquí Mankiw demostrará que, a pesar de la 
crisis de visión, la academia continua aportando a la materia. Aunque difiero con Mankiw 
porque considero que algunos economistas han tenido mucha responsabilidad de que la 
disciplina esté estancada, coincido en que la economía se ha enfrentado a un gran problema: 
la forma en que los políticos interpretan la teoría económica y la trasforman en política 
económica. Krugman es un autor más que nos ayudará explicar lo anterior con el Reaganismo. 
Es de recordar que los defensores de la economía de la oferta construyeron toda una teoría y 
política económica en unas horas, sin fundamento de ningún tipo logrando dominar Estados 
Unidos, el país más poderoso del mundo. Si bien la interpretación que le dieron los políticos 
mexicanos a la teoría económica para construir una política económica, es decir, la populista, 
no fue la idónea, no se puede ni siquiera comparar con lo que ocurrió con Reagan. En efecto el 
populismo tiene cimientos teóricos e ideológicos tomados de diferentes corrientes del 
pensamiento económico como lo demostrarán Ros y Puyana Ferreira. La ultima parte de este 
capítulo es dedicada a dos grandes filósofos liberales: Hayek y Popper. La intención es revisar 
que, también desde una perspectiva filosófica, diferentes corrientes o políticas económicas 
puede ser viables para complementar las políticas liberales siempre y cuando se sepa proteger 
al capitalismo, es decir, se tenga la visión, y no dejarlo solo como en la actualidad. 
 
El capítulo cuarto estudia detalladamente las tan denigradas políticas económicas populistas. A 
partir del análisis de Carlos Tello de la política económica del gobierno del presidente Luis 
Echeverría Álvarez y un conjunto de lecturas presentes en el libro “El auge petrolero: de la 
euforia al desencanto” el gobierno del presidente José López Portillo. Por lo que toca al 
gobierno del presidente Echeverría se analizarán las condiciones económicas, políticas, 
sociales e ideológicas que existían en el momento de su mandato. Aquí se verán las 
adversidades a las que se enfrentó y las decisiones que tomó para solucionar los problemas. 
En realidad se mostrará que existen ciertas creencias que continúan desprestigiando a ese 
periodo a pesar de que carecen de fundamentos. El gobierno del presidente López Portillo 
también será analizado pero por diferentes autores. El objetivo primordial será identificar los 
errores de política económica de este periodo sin olvidar los acontecimientos externos 
principalmente. En otras palabras estamos hablando de la trascendencia de un boom petrolero 
que debió ser benéfico pero terminó siendo perjudicial para el país. Se trata también de 
analizar las opciones y sugerencias tanto de los empresarios como de los partidos de izquierda 
a la hora de tomar las decisiones, es decir, ver qué se recomendó en ese momento para 
mejorar las condiciones del país. Desafortunadamente se verá que prácticamente al gobierno 
lo dejaronsolo, con cálculos erróneos, no solo de éste sino de organismos internacionales en 
cuanto al precio del petróleo que terminaron por sacudir la economía mexicana. 
 
 
 
CAPÍTULO I LA POLÍTICA ECONÓMICA Y SUS REFERENTES IDEOLÓGICOS 
 
1.1 El populismo según Ianni (Una visión latinoamericana) 
 
El problema principal que identifico en la actualidad a la hora de hablar de “populismo” es la 
confusión que se tiene del mismo. Este desorden se debe a que no solo los políticos sino las 
esferas académicas lo han utilizado a su antojo. El punto central en este capitulo será conocer 
que han existido dos periodos populistas: el de los años treinta y el de los setenta ambos muy 
distintos uno del otro. El populismo social es estudiado por Ianni. El otro periodo populista es 
expuesto por Dornbusch y otros autores más. En el primero son las cuestiones sociales lo que 
rige, en el segundo se estructura todo para desprestigiar intentos de cambio de política 
económica. Así ambos se confunden y esto solo crea más desorden. 
 
Una de las experiencias políticas más importantes en la historia de los países 
Latinoamericanos ha sido el populismo. Este fenómeno generalmente ha fracasado u ofrecido 
pobres resultados pero continua significando un referente decisivo en el acontecer político de 
gran parte de América Latina. 1. 
 
Ejemplos de la trascendencia populista es lo que ocurrió con el peronismo argentino que sigue 
siendo un aspecto fundamental en la vida política de aquel país. En México, nuevas 
investigaciones indican que gobiernos sucesores al cardenismo han resucitado al populismo 
de los años treinta. La experiencia ecuatoriana con Velasco Ibarra y su derrocamiento en 1972 
no significa que el velasquismo se haya olvidado. También en Bolivia se han manifestado 
movimientos políticos decisivos posteriores a los años de la revolución de 1952 –1964. El 
mandato de Velasco Alvarado en el Perú parece adquirir características de un populismo 
militar. El caso boliviano es uno más en donde los movimientos del MNR, Paz Estenssoro y 
algunos sobrevivientes de la revolución de 1952 – 1964 tratan de sentir su presencia en la vida 
política de aquel país Brasil es un caso populista más que se intensifica por los partidos y 
líderes populistas quienes son beneficiados por las estructuras legales de aquella nación. En la 
isla cubana también existieron matices populistas dirigidas por Castro antes de emprender el 
gobierno socialista. Y así en distintos países de América Latina cuentan con una importante 
historia de experiencias populistas, que son indispensables para comprender el presente de 
cada nación. 
 
En este contexto, debido a que el populismo es uno de los fenómenos políticos más 
representativos en América Latina, ha exigido un profundo y dedicado estudio por politólogos, 
economistas, sociólogos e historiadores de las diferentes naciones. Ante tal situación existen 
 
1
 Ianni Octavio. La formación del Estado Populista en América Latina. Serie Popular Era. México 1975 
Págs.177 
diversas investigaciones que pueden llegar a ser diferentes o contradictorias entre sí. Empero, 
la mayoría de los análisis llegan a coincidir en aspectos fundamentales del populismo 
 
De esta forma, Ianni señala que existen análisis que enfocan el populismo desde diferentes 
vertientes: puede se visto como un fenómeno clásico que refleja la transición de una sociedad 
tradicional, arcaica o rural en una sociedad moderna, urbana o industrial, enfocándose en las 
contradicciones de clases, movimientos sociales, políticos o modernizadores. En otras 
investigaciones más el populismo se relaciona con las dicotomías elite masa, crisma – 
demagogia, democracia – autoritarismo, populismo fascismo. Los escenarios populistas 
también se definen como formas subdesarrolladas o degradadas de las actividades políticas. 
Así cuando al populismo se le relaciona con los modelos de la democracia representativa, 
algunos autores señalan que las clases populares o masas disponibles son engañadas por 
demagogias civiles o militares, lo que da origen a que movimientos partidos y gobiernos 
generen algún tipo de inestabilidad política como un golpe de Estado. Una mayor parte de las 
investigaciones acerca del populismo en América Latina tienen como base el supuesto de que 
los movimientos de masas, los partidos políticos y los gobernantes populistas son fenómenos 
políticos generados dentro de un proceso mas extenso modernizador o escenarios políticos 
generados ante la falta de capacidad de los países Latinoamericanos en busca de una 
democracia representativa en concordancia con el modelo europeo o norteamericano. Las 
investigaciones de diversos autores también relacionan a la sociedad moderna como una 
sociedad democrática capitalista. 
 
Sin embargo, más allá de estas posturas todas válidas, se debe destacar que la investigación 
del autor se centra en lo que éste considera de mayor trascendencia: se trata de examinar los 
aspectos del populismo que expresan dimensiones importantes de las estructuras de poder, de 
las relaciones de clases y de los encadenamientos entre relaciones económicas y relaciones 
políticas. Esto es realizado por Ianni para lograr así su objetivo principal: “contribuir a la 
explicación del populismo como un fenómeno que revela antagonismos de clases, en una 
situación en que, precisamente, las relaciones antagónicas parecen apagadas”2 De esta forma 
el autor trata de estudiar en qué medida el fracaso del experimento populista no es más que 
una manifestación real y clara del desarrollo de las clases que precisamente estructuraban la 
alianza populista o Estado populista. 
 
Dada esta situación, Ianni afirma que es necesario analizar diversos aspectos de gran 
importancia para comprender el populismo Latinoamericano: 
 
• Uno de éstos son los acontecimientos históricos que fomentaron el surgimiento y desarrollo 
de los movimientos populistas o de masas, partidos políticos y gobiernos populistas en los 
países Latinoamericanos. El populismo, por lo tanto, puede ser visto en un contexto del 
 
2
 Ibíd.10 
proceso de desarrollo de las relaciones de producción capitalista en la región de América 
Latina. Así se tratará de explicar el origen y desarrollo de las relaciones populistas, sus 
manifestaciones más características y las transformaciones estructurales de dichas 
sociedades. En especial se intenta conocer el significado de la experiencia populista en la 
formación política del proletariado urbano. . 
 
• De muchas formas, el populismo Latinoamericano se centra en un momento donde la 
sociedad nacional y la economía dependiente entran en conflicto, por lo que el gobierno, 
máxima referencia populista, busca una nueva adecuación entre las tendencias de la 
clase social y la dependencia económica. En este sentido las masas populistas son 
manipuladas y se convierten en un elemento político decisivo que posibilita la 
reestructuración y la modificación de las atribuciones al Estado. De acuerdo a las 
relaciones sociales y económicas en los países Latinoamericanos, una vez que los 
escenarios populistas surgen, el estado se enfrenta ante una nueva situación que relaciona 
diferentes grupos y clase sociales tanto en el ámbito nacional como en las relaciones 
externas y aunado al derrumbe de las oligarquías liberales autoritarias surgidas en el siglo 
XIX y la crisis tanto del imperialismo europeo y norteamericano, surge el camino para la 
reorganización del estado como una sociedad nacional. 
 
• El populismo Latinoamericano también tiene la característica de enfatizarse en la ruptura 
existente entre los trabajadores y los medios de producción. En este periodo el mercado de 
la fuerza de trabajo se enfrenta a formas productivas capitalistas más avanzadas. La clasetrabajadora se aleja de los patrones sociales y culturales iniciadas y desarrolladas en las 
oligarquías. Los valores culturales religiosos políticos, económicos de las comunidades son 
desplazados y sustituidos gradualmente por un entorno urbano e industrial. El trabajador 
deja atrás los vínculos comunitarios y se somete a grupos donde las relaciones son más 
formalizadas y es donde por medio de contratos, el trabajador, los medios de producción y 
el producto de la fuerza de trabajo son ampliamente exigidos para satisfacer las demandas 
encomendadas. El populismo es entonces un proceso político y sociocultural que fomenta 
las relaciones de clases en Latinoamérica 
 
• Una aspecto más que se tiene que destacar es que la naturaleza de las relaciones de clase 
que conforman los movimientos de masas deben ser vistos desde dos perspectivas 
radicalmente distintas; 
 
1) El enfoque populista integrada por los gobernantes, los políticos burgueses 
profesionales, burguesía nacional, burócratas políticos, falsos líderes obreros, 
demagogos. Esta es la perspectiva desde lo alto, de quienes utilizan las masas 
obreras y sectores más pobres de la sociedad y logran controlar sus movimientos 
reaccionarios brindándoles apoyo político con el objetivo de satisfacer sus intereses. 
Aquellos populistas que en ocasiones extremas desconocen a la clase trabajadora sin 
que logren avances políticos significativos. 
 
2) La perspectiva populista desde las masas integrantes; los obreros, grupos 
pertenecientes a la clase media baja, estudiantes universitarios radicales, intelectuales 
y partidos políticos de izquierda. El populismo de las masas y el populismo de la 
burguesía parecen vivir en un entorno pacífico, no obstante el populismo de masas 
suele encaminarse a formas revolucionarias principalmente cuando emergen y se 
intensifican las dificultades políticas y económicas, por lo que los movimientos de 
masas se transforman en lucha de clases. Esta perspectiva de análisis se basa en el 
presupuesto de que el populismo corresponde a una modalidad particular de 
organización y de desarrollo de las relaciones y contradicciones de las clases sociales 
en América Latina. 
 
En este contexto, los escenarios que conforman algunas de las características esenciales 
relacionadas con el populismo y empleadas por Ianni en su investigación se muestran 
principalmente en el cardenismo mexicano, el peronismo argentino y el varguismo brasileño. 
Los rasgos populistas más representativos de acuerdo al autor son los siguientes: 
 
• En estos tres países existieron movimientos de masas y partidos políticos policlasistas que 
desembocaron finalmente en gobiernos populistas 
 
• Los gobiernos de los países en México, Argentina y Brasil emprendieron diferentes 
reformas políticas y económicas. Es decir, las situaciones vinculadas con los movimientos 
de capital nacional y extranjero así como relaciones de producción, además emergieron 
cambios en torno a la Estado y su relación con la sociedad 
 
• En estos tres gobiernos se llevaron a cabo políticas económicas con el objetivo de impulsar 
el desarrollo económico mediante la industrialización o la sustitución de importaciones. Las 
relaciones entre el Estado y economía fomentaron los sistemas económicos más 
diferenciados y dirigidos al mercado interno intensificando la importancia de los sectores 
secundarios y terciarios 
 
• La formación y funcionamiento de las estructuras de poder en el cardenismo peronismo y 
varguismo reflejan la principal problemática de la alianza y el antagonismo clasista 
 
• La sucesión de Cárdenas y el derrocamiento del poder de Perón y Vargas son escenarios 
que hacen patente el dinamismo de los gobiernos populistas en torno al desarrollo del 
capitalismo dependiente 
 
• Otros gobiernos partidos o movimientos de carácter populista se ejemplifican también con 
el velasquismo de José María Ibarra en Ecuador ya que también existieron luchas sociales 
y políticas intensas, así como los movimientos bolivianos, es decir, a los tres gobiernos del 
movimiento Nacional Revolucionario (MNR), Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo 
 
El Estado Oligárquico 
 
Los fenómenos populistas emergen justamente cuando el estado Oligárquico entra en su 
colapso final por lo que es importante destacar la estructura del régimen oligárquico, sus 
características y funciones para comprender la situación en las que las masas sociales urbanas 
nacieron así como los impactos que provocaron la crisis del capitalismo mundial en aquellas 
épocas. 
 
Los orígenes del populismo se manifiestan después de movimientos reaccionarios de la clase 
media que simbolizan los inicios de los enfrentamientos de las clases sociales contra los 
regímenes oligárquicos tal es el caso del batallismo en Uruguay, el tenentismo en Brasil y el 
yrigoyenismo argentino a finales del siglo XIX y continuaron en las sociedades de mayor 
urbanización y desarrollo político económico. 
 
El estado oligárquico tenía a su cargo las principales actividades políticas y económicas 
internas de los países Latinoamericanos por lo que se le adjudicaba el dominio patrimonial de 
la nación. El estado oligárquico representó y dominó en conjunto a las oligarquías locales y 
regionales manifestadas en el caciquismo, caudillismo, coronelismo y el gamonalismo. La 
estructura oligárquica es representada por un gobernante, un presidente, dictador o emperador 
quien gobernaría en función de las condiciones y exigencias que se generaran principalmente 
en las actividades productivas dominantes. La política de gobierno oligárquico era autoritaria 
con tendencias inclinadas al dominio patrimonial. El régimen mandaba principalmente en las 
relaciones económicas predominantes a cada región Latinoamericana ya sea la explotación 
minera, petrolera, agrícola, etc. 
 
De esta forma, una vez que los países Latinoamericanos lograron su independencia de los 
países europeos, España y Portugal principalmente, aparecieron intensos conflictos civiles que 
finalmente terminarían por imponer un Estado nacional cuya nueva estructura de poder 
combinaría a un conjunto importante de oligarquías que conformaran el Estado oligárquico. No 
obstante , debido a que las sociedades Latinoamericanas del siglo XIX estaban organizadas 
de acuerdo al perfil de sociedad de castas, los bancos y blancos mestizos continuaban 
conformando el poder dominante, mientras que los esclavos, peones, mestizos, indios negros y 
mulatos y mulatos pobres acataban ordenes. 
 
“A despecho de sus relaciones fundamentales con los sistemas capitalistas dominantes, las 
sociedades Latinoamericanas no se organizan planamente en términos de relaciones de 
clases. A pesar de ser sociedades organizadas para producir mercancías para el mercado 
capitalista externo (petróleo, hierro, cobre, estaño, salitre, hule, carne, trigo, café, plátanos, 
azúcar, etc.) las relaciones de producción internas no se configuran como relaciones entre 
clases sociales claramente delineadas como tales. Es que la forma por la cual esas sociedades 
se vinculan externamente exige un alto índice de explotación de la mano de obra nacional, lo 
que implica mantener a los trabajadores en las condiciones peculiares de la sustitución de 
acumulación originaria. En este contexto, persisten formas que no son propiamente capitalistas 
de utilización de la fuerza de trabajo, esto es, formas combinadas de organización de las 
relaciones de producción. “3 
 
 Las formas de organización existentes eran combinadas porque existía la explotación de la 
fuerza de trabajo capitalista y a la par continuaban las formas de trabajo patrimonial de finales 
del siglo XX, es decir, formas de trabajo forzado, ocultas en la esclavización de indios, 
mestizos, negros y mulatos en minas, en las principales industrias y actividades económicas 
Latinoamericanas. Las cimas dominantesy la clase trabajadora se distinguían en términos 
económicos, políticos, sociales, culturales, religiosos, e inclusive físicos. De esta forma 
mientras unos dominaban el poder, otros eran desplazados. 
 
El poder político de la oligarquía hegemónica pertenecía a las burguesías ligadas 
principalmente a la agricultura, ganadería y minería y en segundo plano estaban las burguesías 
financieras e importadoras. Los intereses de este régimen también eran influenciados por los 
principales grupos que ostentaban el poder económico predominante en cada región llámese 
café, petróleo, cobre etc. En conjunto, estos sectores representaron los cimientos 
económicos que fundamentaron el poder político del gobierno oligárquico y de acuerdo a las 
épocas históricas de los diferentes países Latinoamericanos, estos sectores sirvieron como 
“enclaves” de países como Inglaterra del siglo XIX y Estados Unidos en el siglo XX. 
 
Esta situación fomentó la dependencia al imperialismo ya que una vez que el enclave se 
desarrollaba, la presencia imperialista se hacía más presente y fortificaba el régimen 
oligárquico. La dictadura en México bajo el porfiriato, el gobierno de Leguía en Perú y el de 
Gómez en Venezuela son ejemplos de que la existencia de un régimen oligárquico, aunado 
con la ayuda del clero, fuerzas armadas y la burocracia pública pudieron tener una vida 
duradera en el poder. Se debe destacar que el desarrollo del régimen oligárquico eliminaba el 
desarrollo partidista y sindicatos que representaban los intereses de grupos y clases sociales 
no protegidos por el gobierno por lo que la oligarquía reprimía dichas organizaciones de forma 
violenta y autoritaria 
 
 
3
 Ibíd.71 
En este sentido, el poder político autoritario de la oligarquía Latinoamericana se fundamentó en 
la defensa de las tendencias divergentes en la sociedad de reciente urbanización quienes 
desafiaron la economía dependiente, estructurándose así oligarquías civiles y militares que 
intentaron legitimar su política de dominación fundamentada en la violencia con el objetivo 
principal de mantener las relaciones de dependencia y controlar a las sociedades urbanas 
crecientes. El imperialismo que la oligarquía hegemónica manifestó generó efectos directos 
como el desarrollo de los sectores enclave pero su vez emergieron movimientos de las clases 
sociales cada vez más difíciles de contener por lo que las técnicas de violencia se 
generalizaron. 
 
Los gobiernos de Porfirio Díaz en México y Juan Vicente Gómez en Venezuela representan la 
conjugación de la violencia política y el fomento de la actividad económica de acuerdo a las 
exigencias imperialistas: el crecimiento económico obtenido no se dirigía a las sociedades 
nacionales, las actividades económicas impulsadas por el imperialismo no generaban cambios 
políticos que mejoraran las condiciones de los sectores asalariados y además las relaciones 
estrechas de las oligarquías con el imperialismo fortalecían sus estructuras de poder 
 
Las oligarquías se encargaban de utilizar violentas estrategias de represión contra las clases 
sociales asalariadas que protestaban ante la explotación a la que eran sometidas en las 
ciudades, en el campo, en las minas etc. Las estructuras oligopólicas de poder por lo tanto 
unían las condiciones internas de experiencia colonial y esclavista junto con las relaciones de 
dependencia. Estas estructuras nacionales de poder como el caciquismo, el coronelismo ó el 
caudillismo son comprendidos en el contexto político y económico peculiar debido a que 
combinan la dependencia económica con formas independientes de organización social. Son 
liberales en su carácter de oligarquías civiles y militares porque surgen como estructuras de 
poder o liderazgo ante las tensiones sociales y mientras tanto son nacionales porque esa 
soberanía estaba representada por los dueños de las compañías petrolíferas, mineras o de 
transporte donde las mercancías producidas se destinaban a los mercados externos 
dominadas por empresas extranjeras. Así, el régimen hegemónico tenían estructuras 
económicas dependientes organizadas de acuerdo a los objetivos e intereses provenientes del 
exterior representados por las empresas extranjeras por lo que las oligarquías obtenían sus 
rentas y lucros del imperialismo. 
 
“En síntesis, en el régimen oligárquico el poder es ejercido sin el consentimiento libremente 
expresado por el pueblo. Esto es, el pueblo asiente, por medios “no legales” tales como la 
tradición, la violencia, la expectativa de favores o la reasignación al statu quo, visto como 
estado natural. Así el poder político y económico es ejercido por el mismo grupo y personas 
interpuestas en nombre o beneficio de una clase social bastante reducida y solidaria en el 
control del poder. Las clases y los grupos sociales que se hallan fuera del poder son 
despreciados e incluso tratados como inferiores” 4 
 
La oligarquía Latinoamericana mezclaba conceptos de inspiración liberal, como la división de 
los tres poderes, elecciones etc., con las prácticas y valores de tipo patrimonial polarizados en 
torno al cacique, patrón, gamonal, coronel, caudillo. El sistema casiquista es el que rige el 
poder: el gran cacique nacional es quién se encuentra en lo más alto de la pirámide llámese 
Díaz, Gómez u otro. La estructura de poder estaba integrada por los funcionarios (la 
burocracia pública federal estatal o municipal) los cuales se recluían entre los miembros del 
partido del gobierno, es decir, ascendían solo aquellos que eran solidarios política o 
económicamente con los gobernantes. En los niveles inferiores del aparato estatal, ya sea por 
infiltración o arribismo, se encontraban comúnmente los mestizos y mulatos más que los indios 
y negros. 
 
El régimen oligárquico asumía decisiones políticas y económicas pero sólo en conformidad 
con las relaciones con el imperialismo. Lo que ocurría es que el imperialismo es precisamente 
un elemento fundamental de las estructuras oligárquicas. De hecho la oligarquía era solo un 
eslabón más de la siguiente cadena: sociedad nacional – economía dependiente – oligarquía – 
imperialismo. El Estado oligárquico, por lo tanto, no fue más que una forma particular de 
Estado capitalista donde se combinan elementos patrimoniales con las exigencias racionales 
del capitalismo. 
 
Un aspecto que se debe subrayar es que dada la combinación de intereses y fuerzas que 
integraban el régimen, no existían reglas de resolución de controversias políticas. En otras 
palabras las tensiones surgidas entre las relaciones de los grupos que conformaban la 
oligarquía con las clases que no estaban en el poder simplemente no tenían lugar porque 
cualquier oposición al régimen oligárquico era considerado como enemigo. Inclusive, la 
oligarquía no formalizó tampoco las reglas de sucesión de los gobiernos. El cambio de 
gobernantes se llevaba a cabo por medio de revoluciones palaciegas, golpes de Estado, 
cuartelazos, fugas, asesinatos etc. 
 
A pesar de que existieron diferentes concepciones del liberalismo por parte de los dirigentes de 
la clase gobernante, como el expresado por Juárez y Sarmiento en contraste con la postura de 
Díaz y Washington Luiz, en la mayoría de los casos el liberalismo de los gobernante no 
correspondió más que a los compromisos inevitables entre las polarizaciones presentes en la 
región Latinoamericana: la sociedad nacional y la economía dependiente. De hecho, esta es la 
causa por la cual el autoritarismo se impuso siempre en América Latina. 
 
 
4
 Ibíd.78 
“No hay duda de que el liberalismo generalizado en los países Latinoamericanos- en la 
segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas de éste -, corresponde a un “compromiso” 
entre las capas dominantes nacionales yla cultura de los países hegemónicos. Bajo varios 
aspectos, la difusión de la doctrina liberal, en cuanto a la comprensión del poder político y las 
relaciones económicas, están directamente relacionadas con la participación de Inglaterra en 
las luchas de independencia de los países de América Latina y en la consolidación de sus 
Estados nacionales. Las influencias políticas, económicas y culturales de aquella nación sobre 
las capas dominantes de los países Latinoamericanos se cristalizaron en el liberalismo político 
y económico, principalmente para su uso externo. Pero ese es probablemente el aspecto más 
externo o visible del liberalismo. En la práctica expresa también una situación interna real. 
Expresa las exigencias concretas de las clases sociales en formación en cuanto a la 
transformación de las relaciones políticas, económicas, sociales y culturales”5. Los principios 
liberales influyeron para la creación de partidos políticos, asambleas, congresos, compromisos 
electorales, prensa más o menos libre, escuelas de enseñanza superior. De hecho, el 
pensamiento liberal actuó también en el desarrollo de la lucha por la emancipación de los 
esclavos negros, indios, mestizos y mulatos, en la separación entre la iglesia y el Estado, en la 
democratización de la enseñanza etc. Las luchas de Juárez, Sarmiento y Joaquim Nabuco en 
el siglo XIX representan precisamente esa ideología liberal. Su objetivo era cambiar la 
anarquía por el orden, sustituir la barbarie por la civilización: remplazar la oligarquía por el 
Estado liberal. 
 
Estos movimientos, aunque no lograron muchos éxitos porque sólo llegaron a las esferas 
secundarias del poder, sí representaron influencias decisivas en las propias capas dominantes 
y en especial en las clases medias en expansión (bachilleres, políticos, profesionales liberales, 
burócratas civiles y militares, profesores periodistas etc.). Su objetivo era claro: tenían un 
compromiso con la idea del progreso económico, reforma institucional, democratización, 
libertad, civilismo Ejemplos de estos movimientos de la clase media son el yrigoyenismo y el 
tenentismo. 
 
No obstante, mientras las clases medias avanzaban, las clases obreras de recién nacimiento 
continuaban desplazadas y en condiciones peores se encontraban los trabajadores rurales. 
Aquí se debe subrayar que es un hacho que la oligarquía se colapsaría por la formación de 
clases sociales surgida de la intensa urbanización y la incipiente urbanización. Pero no serían 
las clases medias las que dieran el certero golpe final al régimen oligárquico. El turno sería 
para las fuerzas políticas emergentes, en especial para la nueva burguesía industrial, el 
proletariado, los grupos militares, los sectores de intelectuales y a partes de la juventud 
universitaria. 
 
 
 
5
 Ibíd.81 
Rupturas estructurales 
 
Los países Latinoamericanos luchaban por dos objetivos decisivos: separar sus relaciones 
económicas y crear nuevas estructuras de poder. La política de desarrollo económico surgiría 
de la nacionalización de los sectores productivos más importantes así como la creación de 
nuevas instituciones con el objetivo primordial de edificar una sociedad nacional que eliminara 
la dependencia económica. Las estrategias de las fuerzas políticas y sociales de las algunas 
sociedades nacientes se enfocaban en fomentar el debilitamiento estructural tanto interno 
como externo para así modificar las relaciones políticas y económicas. De hecho, desde la 
primera guerra mundial, las estrategias políticas de desarrollo económico nacional con moldes 
capitalistas han sido los que más se han experimentado en la región. Tal es el caso de 
Argentina, Brasil, México y Bolivia bajo los gobierno de Perón, Vargas, Cárdenas y Paz 
Estenssoro junto con Siles Zuazo respectivamente. 
 
Pero el experimento y desarrollo fallido del capitalismo nacionalista emprendido por los 
anteriores regímenes ocurre en momentos decisivos históricos para Latinoamérica porque es 
precisamente el momento en que el capitalismo mundial sufre su más profunda crisis. Es decir, 
esas crisis señalan la declinación de las oligarquías y la aparición de movimientos políticos 
innovadores encaminados a reorientar el excedente económico, modificar las estructuras 
políticas y fomentar la participación de clases sociales de la sociedad urbana. De esta forma 
los nuevos acontecimientos políticos económicos y culturales se vincularon definitivamente con 
la crisis del capitalismo mundial y las luchas internas Latinoamericanas. 
 
Los acontecimientos internacionales de la época fueron esencialmente las dos guerras 
mundiales y el crack de la bolsa de Nueva York que desencadenó importantes depresiones 
económicas, hechos históricos que frenaron los intereses y pretensiones de los países 
europeos como Inglaterra, Alemania, Francia en Latinoamérica. 
 
De hecho, los gobernantes de las oligarquías hegemónicas se debilitaron considerablemente 
para inicios de los años treinta cuando estaba ya en franca decadencia la estructura del 
régimen y las relaciones de dependencia. Uno de los ejemplos más notables es México ya que 
durante la caída del porfiriato, el gobierno se desgastó por la crisis del sistema económico 
mundial aunado a las pugnas políticas y sociales en el interior del país. EL gobierno de Díaz se 
derrumbó por los acontecimientos del sistema económico mundial aunado a las tensiones 
sociales y políticas internas. En 1907 y 1908, la contracción de la demanda externa y la caída 
de los precios internacionales de las mercancías de exportación, afectaron la balanza de pagos 
y provocaron graves problemas económicos. La crisis política se derivó de la crisis económica 
ante el malestar social principalmente de las masas, ya que se les bajó el ingreso real y 
experimentaron la violencia dictatorial al ser reprimidas las primeras huelgas y los primeros 
movimientos sociales de inconformidad. Incluso estos acontecimientos similares ocurrieron 
también en Argentina, Chile, Perú y Brasil aunque en menor intensidad. La gran depresión 
económica de los treinta continuó afectando al sector exportador de los países 
Latinoamericanos provocando el debilitamiento y caída final de las oligarquías hegemónicas. 
Los efectos de la primera guerra mundial afectaron las relaciones internacionales en crisis y 
los conflictos internos de la región favoreciendo la influencia y expansión estadounidense. La 
crisis internacional benefició los negocios de Estados Unidos en Latinoamérica debido al 
debilitamiento de las potencias europeas creciendo así la importancia de las relaciones y 
estructuras imperialistas estadounidenses 
 
Las economías dependientes sufrieron por lo tanto fuertes impactos continuos del exterior 
provocados por las crisis capitalistas de las naciones dominantes o relacionadas con el 
comercio internacional que afectaban la productividad y las relaciones económicas en el 
interior de los países Latinoamericanos. Las rupturas externas intensificaron también el 
crecimiento del sector secundario. 
 
Pero los acontecimientos mundiales, como la primera guerra mundial, la depresión de los años 
treinta y la segunda guerra mundial, de hecho terminarían por provocar también rupturas 
estructurales internas Las formas políticas que estaban bajo control o en segundo plano 
durante la oligarquía se liberarían. México, Brasil, Argentina y Chile fueron países en donde 
existieron desarrollos políticos, sociales, económicos y culturales a raíz de tales rupturas. Lo 
que ocurrió en realidad fue que se expandieron los núcleos urbanos y se crearon pequeñas 
fábricas de productos alimenticios, ropa, calzado, sombreros, bebidas etc. En otras palabras la 
demanda real se dirigió hacia los productos locales y esto estimuló tanto a las empresas 
preexistentes como a la instalación de nuevas fábricas.Así, de poco en poco los ahorros 
obtenidos en el sector comercial y también en la economía primaria exportadora como la 
extractiva, agrícola pecuaria y minera, propiciaron inversiones en el naciente sector fabril y 
artesanal. Con las rupturas estructurales se dieron también importantes reorientaciones de los 
flujos de capital así como de las decisiones y actividades económicas favoreciendo la 
dinamización y creación de sectores económicos. El crecimiento industrial y brotes de 
actividades manufactureras fueron consecuencias de las condiciones en las que se 
encontraban los países Latinoamericanos 
 
En resumen, “para los países de América Latina las crisis mundiales significaron a) regresión 
económica, b) estancamiento económico; c) industrialización; d) expansión del sector terciario; 
e) establecimiento o fortalecimiento de la primacía de las empresas norteamericanas en las 
relaciones económicas externas de cada país f) expansión de la hegemonía de los estados 
Unidos sobre la economía de América Latina como un todo.”6 
 
 
6
 Ibíd.91 
Además de los factores económicos decisivos existieron también cambios en las relaciones 
políticas de diversos grupos y clases sociales; luchas por el poder estatal, huelgas, 
movimientos de la clase media y de grupos empresariales de orientación en el mercado interno 
que presionaban régimen 
 
La crisis de las estructuras de dependencia por lo tanto estaban fuertemente relacionadas con 
el colapso del régimen oligárquico. Las estructuras de dependencia oligárquica cedieron ante 
factores internos y externos. Los primeros se relaciona con el proceso de industrialización que 
se debió imponer a las masas sociales de recién urbanización y políticamente más influyentes; 
mientras que los segundos se definen a la hora de estudiar los efectos negativos de la 
depresión o recesión que experimentaron los países industriales hegemónicos. 
 
En este contexto, la estructura de poder se convertía en una de las principales necesidades y 
urgencias, no solo por el inminente colapso del régimen oligárquico sino también por los 
movimientos de las clases sociales nacientes que intensificaban su participación en decisiones 
políticas y económicas como resultado de los procesos de urbanización, industrialización y 
expansión de la economía terciaria. En otras palabras estaba en curso una diferenciación 
interna y amplia del sistema socioeconómico. Este fue el hecho que precisamente no pudo 
soportar la oligarquía: se hizo más agudo el antagonismo entre la sociedad industrial y la 
economía dependiente. 
 
Las clases sociales urbanas 
 
El populismo inicia una vez que la oligarquía se colapsa, ambos fenómenos vinculados con la 
crisis de las relaciones de dependencia y los cambios sociales en los países Latinoamericanos. 
Las oligarquías se intentaban mantener a través de estructuras que finalmente serían 
destruidas por las nuevas fuerzas políticas y sociales generadas por la urbanización, la 
industrialización y el crecimiento del sector terciario proponiendo nuevas formas de 
organización en el poder 
 
El derrumbe del poder oligárquico se intensificó por la importancia naciente de la ciudad sobre 
el campo. Esto sin olvidar los centros urbanos en el régimen oligárquico ya que la ciudad era 
en ese entonces, una de las regiones más significativas en donde se desarrollaban las 
principales actividades políticas, administrativas, financieras, represivas y culturales del 
régimen. La ciudad estaba determinada de acuerdo a las necesidades de la economía primaria 
exportadora ya que se convertía en el centro del sistema nacional de transportes que 
trasladaba sus principales productos. El centro del desarrollo hacia fuera o de la economía 
primaria exportadora iniciaba en las ciudades que trazaban ejes decisivos como el de México – 
Veracruz, Santiago- Valparaíso, Lima – Callao, San Paulo- Rió de Janeiro o Santos 
 
Sin embargo, el poder hegemónico de la ciudad sobre el campo intensificó la crisis final del la 
oligarquía y el nacimiento del populismo debido que la ciudad sufrieron transformaciones 
económicas políticas y sociales que rechazaron el poder dominante del régimen oligárquico, 
desconociendo sus exigencias de dependencia económica y las de la sociedad nacional. La 
estructura oligárquica de la ciudad modificó sus estructuras sociales y perspectivas políticas 
ante la naciente urbanización. Las condiciones urbanas no eran las mismas en las que la 
oligarquía se estructuraba su desarrollo hacia fuera fomentando el crecimiento y diferenciando 
así mismo a la propia la sociedad urbana. 
 
En esta nueva sociedad urbana se rechazó la oligarquía hegemónica y a la par se iniciaron 
también las bases sociales de la estructura de poder nacientes. La burguesía industrial tenía el 
objetivo de proteger el mercado interno por medio de la industrialización sustitutiva de 
importaciones. Los militares deseaban la nacionalización de los recursos naturales y la 
creación de empresas estatales en sectores estratégicos de la economía. Los intelectuales y 
estudiantes se enfocaban en los modelos de desarrollo económico en torno al nacionalismo o 
en contra del imperialismo. La clase media se esmeraba por implantar la democracia 
representativa, el consumo y el desarrollo económico. Los obreros se interesaban en conseguir 
empleos que les permitiera salir de la pobreza, este conjunto de clases asalariadas en especial 
es de origen rural o proveniente de pequeñas ciudades y forman los barrios más pobres de 
México, Buenos Aires, Río de Janeiro, Lima, La Paz, viviendo diversas modalidades de 
organización social del proletariado como favelas, barriadas, callampas, villas miseria. 
 
La urbanización de diferentes países Latinoamericanos se intensificó debido a que en muchos 
casos la migración superó al crecimiento natural como en Venezuela, Colombia, República 
Dominicana, Nicaragua, Paraguay, El Salvador o en otros como en Brasil, Chile y México 
donde el crecimiento natural fue más intenso. 
 
Así, en países como Argentina, Chile Venezuela, Colombia, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay 
y Perú, durante los años cuarenta y cincuenta, los índices de urbanización e industrialización 
registraban incrementos importantes. Sin embargo, a pesar de que la urbanización se 
relaciona con la industrialización en varios países Latinoamericanos ya que han existido brotes 
de industrialización derivadas por las decisiones nacionalistas de los nuevos gobiernos o por el 
capitalismo internacional principalmente estadounidense realizando inversiones industriales en 
países como México, Argentina y Brasil entre otros, no se puede olvidar que la urbanización 
desarrolló otros escenarios más intensos en la región. 
 
Estos cambios sociales se reflejan en el crecimiento del sector terciario aunado a los cambios 
en la administración pública, en los sistemas público y privado de enseñanza etc. Por lo tanto 
las estructuras de clases sociales de las nuevas ciudades deben estudiarse de acuerdo a todos 
los sectores económicos y los niveles de organización social. Lo que ocurre es que estos 
escenarios se relacionan unos con otros generando efectos multiplicadores. Este análisis 
también nos muestra el decrecimiento de las sociedades de producción agropecuaria ya que 
fueron las que resintieron el éxodo de trabajadores y capitales a los núcleos urbanos. 
 
En este sentido, la composición de la población económicamente activa de los diferentes 
sectores y subsectores de la economía Latinoamericana definen los principales cambios en la 
región. La población activa en el sector agrícola Latinoamericano cayó entre 1945 y 1960 del 
55.9 al 47 por ciento, mientras que la población económicamente activa del sector no agrícola y 
servicios aumentó de 44.1 al 53por ciento en el mimo periodo. En ésta, la poblacióndel sector 
de los productos básicos y servicios aumentó del 21.9 al 25.7 por ciento, mientras que la del 
comercio, gobierno y otros servicios creció de 22.2 a 27.3 por ciento 
 
La estructura económica de los países Latinoamericanos de esta forma se estaba 
transformando, la importancia de los sectores y subsectores situados en las ciudades se 
intensificó en comparación con los agrícolas. La diferenciación interna del sistema económico 
se profundizó principalmente en las regiones urbanas provocando mayor intensificación de la 
división social del trabajo y el crecimiento y surgimiento de nuevos grupos sociales. Los 
trabajadores asalariados urbanos se incrementaron a la par de su diferenciación interna. Los 
sectores secundario y terciario relacionados con las bases económicas de la burguesía 
también experimentaron incrementos importantes ya que en este sentido, la productividad del 
obrero urbano fue más intensa que la del trabajador rural. 
 
En este contexto, debido a que las clases sociales que no estaban vinculadas a las actividades 
agrícolas, pecuaria y minera fueron las que se intensificaron, se puede decir que el proceso de 
urbanización fue el que generó la diferenciación estructural de clases en Latinoamérica. Así 
los trabajadores de la construcción, obreros industriales y empleados en transportes se 
volvieron importantes ante las relaciones de producción y políticas. De hecho este grupo 
clasista se distanciaba cada vez más de las estructuras de dominación dedicadas a la 
economía primaria exportadora. “En otras palabras, el mundo urbano se vuelve cada vez más 
“complejo” e “inestable”, desafiando tanto a la ciencia como al sentido estético de los 
sociólogos, economistas, urbanistas y politólogos, entre otros estudiosos de los problemas 
urbanos. La verdad es que esa “nueva” realidad urbana pone en evidencia las contradicciones 
económicas y socioculturales en que viven amplios sectores de trabajadores. 7 
 
Lo que es un hecho es que a partir de este momento surgieron diversas polarizaciones 
políticas derivadas de las actividades de los grupos y clase sociales integrantes. Es de 
destacar que estas estrategias y tendencias políticas formaron parte de la crisis que acompañó 
el colapso o debilitamiento de las oligarquías y de sus estructuras inmediatas. Además que 
todas esas estrategias y tendencias no tenían otro objetivo que reformular o resolver las 
 
7
 Ibíd.104 
contradicciones inherentes al funcionamiento de las sociedades nacionales con economías 
dependientes. Las principales polarizaciones políticas son las siguientes: 
 
1. La oligarquía hegemónica trató de reestructurar las relaciones de dependencia que la 
economía primaria exportadora le había generado a través del apoyo imperialista 
reprimiendo a las fuerzas políticas emergentes en la lucha por mantener el poder. Un 
ejemplo de reacción política oligárquica se dio en la dictadura de Porfirio Díaz en México, 
quien se resistió al movimiento armado de Madero en 1910 – 1911 Otro caso es el de la 
Revolución Constitucionalista en el Brasil a cargo de grupos dominantes del Estado de Sao 
Paulo quienes reaccionaron ante la pérdida de instrumentos de manado por la lucha 
antioligárquica de 1930 
2. La consolidación y expansión de los Estados Unidos en Latinoamericana fomentó la 
reestructuración de los convenios económicos, tratados principalmente bilaterales que 
tenían el objetivo de aislar a los países entre sí. Estas relaciones bilaterales crearon 
también que las capas dominantes de los países de la región obtuvieran ventajas y favores 
económicos, políticos y militares provenientes del país estadounidense. Así mismo, en los 
países Latinoamericanos se creaban desacuerdos importantes entre Argentina y Brasil o tal 
es el caso de Chile y Perú que facilitaron la influencia extranjera 
 
3. Las nacientes burguesías industriales y la clase media, en particular la burocracia civil y 
militar, llegaron a tener intereses políticos y económicos muy similares, tendencia que creó 
movimientos políticos con el objetivo de emancipar y diversificar las economías 
dependientes principalmente. Estos grupos también tenían intereses de menor intensidad 
como reformar las instituciones políticas y económicas. Las luchas políticas llevaron el 
estandarte de la política de masas y el nacionalismo desarrollista. Este es el caso de los 
gobiernos de Lázaro Cárdenas en México de 1934 a 1940, Getulio Vargas en Brasil de 
1930 – 1945 y de 1951 – 1954) y de Juan Domingo Perón en Argentina de 1946 a 1955. El 
carácter nacionalista se manifestó en cada uno de los escenarios anteriores combinados 
con la política de masas ya sea a través de una democracia o dictadura populista 
 
4. Algunos sectores de la clase media, el proletariado y grupos de intelectuales organizaron 
movimientos en busca de reformar las instituciones políticas y las relaciones económicas 
internas como externas. Este grupo social tenía tendencias de políticas de masas y 
nacionalistas. El socialismo reformista también generó gran influencia ya que se empleó la 
política de alianzas con el objetivo de unir a los partidos comunistas, socialistas y algunos 
de la burguesía nacional. 
 
5. Surgieron nuevas condiciones políticas en las relaciones de clases principalmente en las 
clases subyacentes a las políticas de masas, las cuales se transformaron en antagonismos 
y luchas abiertas La victoria de la revolución socialista en Cuba desde el año 1959, el 
triunfo de Salvador Allende en Chile como candidato del partido Unidad Popular en 1970 
así como algunos movimientos guerrilleros en la región Latinoamericana ante la caída del 
populismo son ejemplos de esta situación. 
 
Alianzas y contradicciones de clase 
 
El colapso final de las oligarquías hegemónicas en gran parte de los países Latinoamericanos 
surgió cuando los movimientos de masas populistas compuestos por la burguesía industrial y 
las clases asalariadas se convirtieron en una fuerza política muy importante adquiriendo 
dimensiones decisivas que la estructura oligárquica no resistió 
 
Los movimientos populistas suceden a movimientos civiles y liberales dirigidos por la clase 
media como el yrigoyenismo en Argentina y el tenentismo en Brasil, reacciones de fuerzas 
políticas que no llegaron a nunca sumir el poder y se fueron diluyendo en otras tendencias de 
izquierda o derecha o incluso se incorporaron posteriormente al populismo. Sin embargo a la 
par se gestaban los primeros partidos políticos y organizaciones obreras. El movimiento obrero 
Latinoamericano en conjunto tenía las siguientes tendencias: anarcosindicalistas, socialistas, 
comunistas, católicos, democráticos y apolíticos. 
 
No obstante, se debe destacar que en realidad el carácter propiamente político estuvo siempre 
presente en el sindicalismo obrero. Es decir, a pesar de que las reivindicaciones de carácter 
predominaban generalmente sobre las reivindicaciones estrictamente políticas, esto de 
ninguna manera eliminaba o reducía la importancia política del sindicalismo. De hecho el 
sindicalismo nació como órgano de clase: los movimientos políticos del proletariado 
significaban la búsqueda de su propia identidad clasista ante la burguesía industrial y los 
grupos dominantes. Debido a que el proletariado se encontraba en plena transformando 
urbana es innegable que los patrones impuestos por la oligarquía hegemónica debían ser 
contrarrestados por lo que se emprendieron nuevas formas de resistencia y autodefinición. 
Así la corriente política que dominaría finalmente sería el populismo. 
 
“Solamente en cierto nivel el populismo representa una ruptura con el pasado político de la 
clase obrera. El populismo surge en una época determinada del movimiento político obrero, 
cuando ganan preeminencia los procesos de urbanización, industrializacióny crecimiento del 
sector terciario de la economía, trasformando de modo profundo la composición interna de la 
sociedad y las relaciones entre las clases sociales. La verdad es que esos procesos recrearon 
la estructura de clases de las sociedades Latinoamericanas. En la nueva configuración del 
sistema de clases no existían las condiciones sociales y políticas indispensables para el 
florecimiento de las posiciones radicales ensayadas anteriormente. En las condiciones en que 
se encuentra la clase obrera en formación en las ciudades, la conciencia de movilidad social 
supera a la de clase. Además, en la época política de masas, la burguesía industrial emergente 
asume el liderazgo discreto u ostentoso de las luchas reivindicativas y reformistas de las 
clases obreras y de amplios sectores de las clases media. A final de cuentas, esa burguesía, 
aliada o no con grupos de clase media, militares, intelectuales y otros, era la clase victoriosa en 
la lucha contra la oligarquía. En la nueva configuración del sistema de clases, por lo tanto, las 
organizaciones, técnicas, liderazgos e interpretaciones políticas preexistentes fueron 
redefinidas o abandonadas por otras. Había puntos de los programas anarcosindicalistas, 
socialistas y comunistas que carecían de adecuación histórica, necesitando ser reelaborados o 
abandonados, según las condiciones y posibilidades específicas de las sociedades de clases 
en formación en los países Latinoamericanos 8 
 
De hecho, las transformaciones sociales, económicas, políticas, demográficas, derivadas de la 
urbanización naciente crearon las condiciones para que las nuevas estructuras de poder y 
movimientos políticos se desarrollaran en solo dos o tres décadas, desapareciendo así las 
ideologías anarcosindicalistas, socialistas, comunistas etc. antes mencionadas. 
 
La urbanización se desarrolló rápidamente debido a que el éxodo de las familias rurales a las 
principales ciudades se intensificó y se generaron las villas miseria, callampas, ranchos y 
favelas en las ciudades de México, Lima, Bogotá, Buenos Aires, Río de Janeiro, entre otras. 
 
Esta expansión urbana, con o sin industrialización, significó también transformaciones 
importantes en la estructura del empleo. Lo que ocurrió fue que la división social del trabajo se 
modificó en los sectores económicos urbanos, por lo que los cambios en la estructura 
económica como la expansión del sector terciario y secundario crearon mayor movilidad social 
y nuevas condiciones de empleo. Así la expansión del sistema económico que se conformaba 
iba desde el desarrollo industrial hasta beneficios sociales para los nuevos ciudadanos y se 
acrecentaba conforme la urbanización se intensificaba. Esto originó, sin embargo, la 
acumularon mayores reservas de fuerza de trabajo, lo que llamaron masas disponibles, 
marginadas o clases populares. Este ejército industrial de reserva vivían en condiciones 
económicas y sociales que significaban un costo muy reducido en la apropiación de su fuerza 
de trabajo con relación a las actividades económicas e industriales que se desarrollaban. 
 
Los nuevos trabajadores de las ciudades se tuvieron que adecuar a las condiciones 
económicas, políticas y sociales que les exigía la urbanización e industrialización existente, es 
decir, se encontraban en un proceso de resocialización intenso. Algunos de estos sectores 
poco a poco debieron incorporarse tiempo después a alguna alianza sindical a pesar de que la 
gran mayoría de los trabajadores estaban alejados de la vida política nacional. En realidad, las 
actividades políticas que desempeñaban solo aparecían en tiempos electorales por el voto 
obligado que tenían que ejercer. De hecho, los trabajadores que efectivamente fueron 
sindicalizados mantuvieron escasa participación. Los nuevos asalariados no tenían una vida 
 
8
 Ibíd.112 
política activa debido al impacto que sufrieron con la llegada a los centros urbanos. En este 
contexto, las condiciones socioculturales jugaron un factor importante: lo que ocurre es que 
sus valores están definidos por comportamientos de trabajador rural ya sea como labradores, 
aparceros, rancheros, braceros. Así estos valores están en transformación y adecuación ante 
las nuevas condiciones de urbanización, principalmente en las relaciones que rigen la 
economía de libre mercado, situación a la que también el propio centro urbano se debía de 
adaptar en esta transición política económica y social dominante 
 
A pesar de estos acontecimientos se de señalar que las clases sociales asalariadas, 
especialmente el proletariado, sí formaban parte del acontecer político porque al ser utilizadas 
como masas de maniobra por organizaciones y lideres políticos, obtenían cierta relevancia 
política entre ellas mismas y ante los otros grupos por ser integrantes de la toma de posición. 
El poder populista se basó, por lo tanto, en el poder electoral que propiciaron precisamente en 
un momento en el que el voto resultaba cada vez menos manipulable y se intensificaba la 
lucha contra las decisiones electorales. Aquí se debe agregar que quizás el verdadero poder 
del trabajador no radicaba en cuestiones electorales sino en la capacidad de detener la 
producción, paralizar los servicios urbanos como el transporte y para desencadenar el 
desorden público “En realidad, a pesar de periódicas oleadas de agitación, sabotaje, huelgas e 
insurrecciones, la señal característica de la clase obrera Latinoamericana no ha sido su 
militancia, sino su pasividad ante los grandes despojos y la prolongada explotación. El 
radicalismo y el activismo político entre los trabajadores son un producto secundario de la vida 
urbana, pero no es en absoluto una característica de todos o la mayor parte de los trabajadores 
de las ciudades. No obstante, a diferencia del impulso por obtener mejores salarios y niveles de 
consumo o más educación que empuja al trabajador hacia la ciudad, la conciencia de la 
necesidad, oportunidad y gusto por la política es originaria de la ciudad. Con pocas y en su 
mayor parte recientes excepciones, la organización laboral ha sido generada y está ligada a la 
ciudad. “9. 
 
Debido a que las estructuras industriales sufrieron transformaciones importantes durante el 
populismo, se generaron también nuevas subdivisiones en el proletariado de acuerdo a sus a 
diversas características ya sean, analfabetas y alfabetizados, peones y calificados, de origen 
natural de la ciudad y rural, sindicalizados y no sindicalizados etc. en diferentes gobiernos de 
Latinoamérica como el cardenista, peronista, varguista y velasquista entre otros. 
 
Una de las características más importantes en que se subdividieron los trabajadores fue de 
acuerdo a su participación en actividades sindicales. Por lo tanto la situación obrero – sindicato 
puede proporcionar una perspectiva de la situación de la clase obrera durante el populismo. La 
subdivisión fue de la siguiente manera: 
 
 
9
 Ibíd.119 
• Sectores populares sindicalizados. Este grupo estaba integrado por obreros que tenían 
puestos virtualmente estables en empresas grandes y medianas con grados de calificación 
mínimos y con un nivel de vida por encima de los niveles de subconsumo 
 
• Sectores populares no sindicalizados. Este sector lo componían obreros que laboraban en 
pequeñas empresas industriales con niveles de calificación inferiores a la clase 
sindicalizada, el nivel de vida de estos trabajadores estaba por debajo de los niveles de 
subconsumo 
 
• Sectores populares en condiciones de marginalidad. Este grupo estaba constituido por los 
obreros que no estaban sindicalizados, con escasa calificación y con niveles de 
subconsumo muy por debajo de los niveles de vida 
 
Esta división de los grupos obreros según a su participaciónsindical muestra las condiciones 
económicas, políticas y socioculturales del proletariado durante el proceso de proletización y 
expansión urbana intensa Estas eran entonces las condiciones en las que el proletariado se 
asociaba con la burguesía nacional. En estas circunstancias, la clase obrera acepta el 
nacionalismo, desarrollismo e industrialización. En este momento es cuando, bajo las 
condiciones impuestas y determinadas por la burguesía industrial, surgen movimientos, 
partidos, gobiernos populistas con estrategias de organización diferentes, donde la demagogia 
y el carisma dominaban ante las masas salariales imponiéndose un consenso o pacto social 
con el intento de diluir las diferencias clasistas. Así las clases populistas, la burguesía y 
sectores intelectuales acuerdan emprender la ideología nacionalista con el desarrollismo y 
reformas institucionales que reivindiquen el carácter de la nación por un lado, e incrementen el 
daño político económico y social que finalmente colapsó las estructuras oligárquicas e 
imperialistas En este sentido, para unos, la ideología significaba bienestar económico y social, 
para otros, representaba imponer un capitalismo nacional o la libertad ante el régimen 
imperialista, para unos y otros no representaba más que la emancipación del país del latifundio 
y el imperialismo. En realidad, el desarrollo nacionalista, definido por el pacto de clases, tiene 
un trasfondo estratégico, tiene el carácter urgente y necesario para el progreso 
Latinoamericano 
 
Mientras tanto, el movimiento sindical en Latinoamérica se fue incrementando en cuanto a su 
militancia como en la participación de la clase asalariada en las actividades políticas, es decir, 
la politización de la clase obrera se intensificó. No obstante esta politización representó 
también una gran contradicción del populismo en la región porque las clases sociales se 
alejaron más de la política precisamente al politizar la alianza y la armonía de clases. 
A pesar de esta situación, es de destacar que el proceso de sindicalización obrera no fue muy 
intenso. Los obreros sindicalizados para el año 1961 eran muy escasos y la clase media 
tampoco había registrado incorporaciones sindicales importantes con respecto a la mano de 
obra activa. Los asalariados sindicalizados en conjunto, solo representaban apenas el diez por 
ciento del total de la clase trabajadora 
 
Lo anterior se debe a que los sistemas de participación política de las clases asalariadas eran 
diversos, pero los más importantes fueron dos: el sindicalismo y el partido político. Por lo tanto 
se puede asegurar que la estructura populista se basó principalmente en el sindicalismo, el 
partido político y la burocracia estatal. Estas organizaciones políticas populistas de México, 
Argentina y Brasil llevaron acabo sus estrategias tomando en cuenta o no a las organizaciones 
ya sean de izquierda o derecha, por lo que se crearon estrategias políticas propias como la 
utilización de un liderazgo demagógico que ejercieron un mayor proceso de politización en las 
masas a través de luchas y enfrentamientos obteniendo así a la postre resultados inesperados. 
En este sentido el populismo se manifestaba en organizaciones que desarrollaron nuevas 
técnicas políticas que rompieron con las antecesoras de izquierda o derecha pero siempre 
protegidos por el sindicalismo 
 
Se debe señalar que las masas populistas no se interesaban por reivindicaciones democráticas 
en esencia, lo importante era el bienestar económico y social. La educación elemental y la 
democratización de las organizaciones y sus relaciones sociales eran de importancia inferior, 
mientras que la clase media y la opuesta a la dominante eran los más interesados en aspectos 
democráticos. Los movimientos populistas se dirigían contra la oligarquía y el imperialismo 
utilizando el desarrollo nacionalista como estandarte lo que proporcionó mayor fuerza al 
gobierno, generando mayor expansión del poder presidencial o llegando a escenarios 
autoritarismos como en el cardenismo varguismo, peronismo y velasquismo principalmente. 
Las estructuras de poder debían modificarse ante la estrategia política de desarrollo 
nacionalista emprendida, por lo que la relación estado - sociedad se intensificó naciendo el 
pacto populista en el que la burguesía en general se impuso a las fuerzas políticas integrantes 
que conformaron la coalición. La burguesía dominante controló las fuerzas de las masas y 
cuestionó entonces tanto el desarrollo capitalista como el socialista. La izquierda populista, el 
sector más radical de la coalición tuvo movimientos reaccionarios los cuales fueron reprimidos 
con medidas autoritarias y violentas. En algunos países como Argentina Bolivia Ecuador y 
Brasil, las alianzas populistas se intensificaban también entre los sectores burgueses 
industriales que a la postre generarían golpes de Estado 
 
Las izquierdas se encontraban tanto fuera como dentro de las organizaciones populistas ya 
sean partidos y sindicatos socialistas o comunistas e influyeron en la política de las masas 
como en el cardenismo, varguismo y velasquismo. Las izquierdas mantuvieron una posición 
relativamente crítica dentro de estos movimientos ya que compartían las mismas luchas en 
torno a la reivindicación económica política y social que el populismo. Una característica está 
relacionada con el intervencionismo estatal económico indispensable para la transición al 
socialismo. Las izquierdas se aliaban a las organizaciones y estrategias populistas la mayoría 
de las ocasiones. De hecho, en los tiempos difíciles, las izquierdas no propusieron estrategias 
distintas a las populistas. Con el tiempo, la ideología izquierdista fue absorbida por el 
populismo para emprender la estrategia de política de masas 
 
La política de masas significó para la clase obrera en especial una lucha contra los enemigos 
de sus enemigos. La lucha inicial se emprendió contra las oligarquías y el imperialismo, 
conflicto en el que la burguesía era principalmente la más interesada en el mercado interno y 
que incorporó a las masas a sus pugnas hegemónicas. Y una vez que la burguesía se dirige en 
contra del proletariado, las masas obreras desconocen la forma de actuar en torno a su 
situación de clase por lo que se encuentran confundidas, es decir, la confusión entre los 
diferentes enemigos. En otras palabras a las masas le sorprende la alianza entre su aliado de 
ayer y los enemigos de su enemigo. Lo que ocurre en realidad es el proletariado no se da ha 
dado cuenta de la paulatina transformación de una alianza táctica en un compromiso 
estratégico. 
 
El Estado populista. 
 
Los gobiernos populistas Latinoamericanos han conquistado el poder de diversas formas: 
existió la vía electoral empleada por Cárdenas en 1934 y Perón en 1946 y 195. Getulio 
Vargas llegó al gobierno primero mediante un golpe de estado en 1937 y después en 1951 a 
través de métodos democráticos. Otro caso fue el de Goulart quien accedió al poder después 
de contrarrestar un golpe de Estado con intereses contrarios al populista. Lo que ocurrió fue 
que intentaron derrocarlo precisamente cuando éste se perfilaba a ser el máximo mandatario 
en su calidad de vicepresidente ante la renuncia del entonces presidente Quadros. Víctor Paz 
Estenssoro accedió al poder boliviano en 1952 después de la revolución organizada el 
Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Velasco Ibarra por su parte llagó al poder 
mediante movimientos democráticos como por golpes de Estado durante las cinco veces que 
gobernó entre 1934 y 1972. 
 
Ante esa situación, los gobiernos populistas están en ocasiones forzados a desempeñarse de 
acuerdo a las normas institucionales ya existentes por lo que se encuentran limitados para 
alterar las estructuras políticas económicas y sociales en función de su proyecto por imponer. 
Otras veces en cambio,

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