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Economia-y-politica-del-agua-en-Mexico-sector-agricola-19262000

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
 FACULTAD DE ECONOMÍA 
 
 
 
 
 
ECONOMÍA Y POLÍTICA DEL AGUA 
EN MÉXICO SECTOR AGRÍCOLA 
1926-2000 
 
 
 
 
 
T E S I S 
Q U E P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E : 
 
L I C E N C I A D O E N E C O N O M Í A 
 
P R E S E N T A : 
 
Á L V A R O M E N D O Z A R O D R Í G U E Z 
 
 
 
ASESOR: M. EN C. JOSÉ GUILLERMO DOMÍNGUEZ YÁÑEZ 
 
 
 
M É X I C O , D . F . A G O S T O 2 0 0 8 
 
 
 
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ÍNDICE 
 
 
 
 
RESUMEN..........................................................................................................................5 
 
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................6 
 
 
CAPÍTULO 1 
 
UNA VISIÓN CONCEPTUAL 
DE UNA POLÍTICA DE IRRIGACIÓN 
 
1.1. Una visión conceptual de la política de irrigación……………………………………11 
 1.1.1. El problema…………………………………………………………………… 11 
 1.1.2. Modelo de acumulación y la irrigación………………………………………..12 
1.2. Corrientes teóricas que han influido en la política económica en México…………...15 
 1.2.1. La escuela neoclásica…………………………………………………………..15 
 1.2.2. La corriente keynesiana………………………………………………………..18 
 1.2.3. Escuela de la CEPAL……………………...………………………………….. 18 
1.3. Interacción entre economía y naturaleza……………………………………………. 20 
1.4. Surgimiento de nuevos paradigmas…………………………………………………. 22 
1.5. Enfoque de la economía clásica……………………………………………………... 23 
1.6. Enfoque neoclásico………………………………………………………………….. 24 
 1.6.1. La economía del bienestar………………………..……….…………………... 24 
 1.6.2. El costo social…………………………………...……….……………………. 25 
 1.6.3. El óptimo de Pareto…………………………………………………………….26 
 1.6.4. Enfoque de la teoría económica de gestión de los recursos no renovables…….26 
 1.6.5. La regla de H. Hotelling…………………………………………………...….. 26 
 1.6.6. La regla de extracción de Gray………………………….…………………...... 27 
 1.6.7. Consideraciones de la visión neoclásica………………….………………...…. 27 
1.7. Enfoque ecológico…………………………………………………………………… 30 
1.8. Enfoque crítico ecológico de la economía política………………………………….. 34 
 1.8.1. Mercancía y naturaleza……………………………………………………….. 34 
1.9. La teoría a utilizar…………………………………………………………………… 36 
 1.9.1. El modelo de acumulación y las políticas públicas………...…….…………... 36 
 1.9.2. La interrelación de la economía y la naturaleza……………………………… 37 
 1.9.3. Modelo de acumulación y la irrigación……………………………………….. 38 
 
 
 
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3 
 
CAPÍTULO 2 
 
RECURSOS HIDRÍCOS E 
INFRAESTRUCTURA HIDROAGRÍCOLA 
 
 
2.1. El agua……………………………………………………….……………………… 42 
 2.1.1 Tipo de climas……………………………………………………………….. 42 
2.2. Sistema hidrológico………………………………………….……………………… 43 
 2.2.1. Regiones hidrológico-administrativas………………………………………. 43 
 2.2.2. Disponibilidad natural media de agua………………………………………. 44 
 2.2.3. Precipitación pluvial……………………………….………………………… 45 
 2.2.4. Aguas superficiales………………………………..………………………… 46 
 2.2.5. Aguas subterráneas………………………………..………………………… 50 
 2.2.6. Aguas salobres, estuarinas y costeras……………..………………………… 52 
2.3. Usos del agua………………..…………………………………………………….. 53 
 2.3.1 Uso agrícola………….…………………………….……………………….. 54 
2.4. Infraestructura hidráulica……..…………………………………………………… 54 
 2.4.1. Principales presas de México………………………..…………………….. 55 
 2.4.2. Infraestructura hidroagrícola………………………..……………………… 58 
 2.4.2.1 Distritos de riego……………………………….…..……………………… 59 
 2.4.2.2 Unidades de riego…………………………………..…………………….. 61 
2.5. El uso del agua en la agricultura……….……………….………………………… 62 
2.6. Infraestructura hidroagrícola………………………….………………………….. 63 
 
 
CAPÍTULO 3 
 
EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS 
HIDROAGRÍCOLA EN MÉXICO 
 
 
3.1. Modelo de acumulación y política hidroagrícola…………………..………………… 65 
3.2. El riego durante el porfiriato……………………………………….……………….. 66 
3.3 La formación del Estado-nación y su espacio económico………….……………….. 67 
3.4. Las clases sociales y la Reforma Agraria…………………………………………… 69 
 3.4.1. Las clases sociales en el campo……………………………………………. .. 71 
 3.4.1.1 Ejidatarios……………………………………………………………………. 71 
 3.4.1.2. Minifundistas privados……………………………………………………… 72 
 3.4.1.3. Propietarios medianos………………………………………………………. 72 
 3.4.1.4. Grandes terratenientes………………………………………………………. 73 
 3.4.1.5. Jornaleros agrícolas…………………………………………………………. 73 
 3.4.1.6. Una visión de conjunto……………………………………………………… 74 
3.5. Reforma agraria……………………………………………………………………… 76 
3.6. Planeación del desarrollo nacional………………..………….…………………… 78 
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4 
 
3.7. Fase preparatoria de la expansión económica………………..………………….. 79 
3.8. Las primeras acciones de irrigación. 1920-35……..……………………………. 80 
3.9. El Cardenismo……………………………………...……………………………. 83 
3.10. La obra de irrigación en el periodo 1940-1970………………………………….. 85 
 3.10.1. Creación de las comisiones por cuenca…………..….…….…………….. 88 
 3.10.2. Los problemas de la vejez………………………....…………………….. 90 
 3.10.3. La crisis agrícola y la irrigación…………………....……………………. 90 
 3.10.4. El capitalismo en la agricultura y la irrigación…....…………………….. 93 
 3.10.5. Un recuento………………………………………....……………………. 94 
3.11. Crisis del modelo de acumulación sustitutivo de importaciones y la irrigación…... 97 
3.12. Del milagro mexicano al desencanto generalizado…………………………….. . 101 
3.13 El modelo de acumulación neoliberal y la irrigación………………………….… 103 
3.14. Balance de las diversas políticas hidroagrícolas en México………………….…. 105 
3.15. Política de tarifas del agua y la crisis de la política hidroagrícola………...….… 107 
3.16. El neoliberalismo y la política hidroagrícola…………………………………… 110 
 3.16.1. Las reformas neoliberales en el sector hidráulico……………………… 112 
 3.16.2. La visión tecnócrata de las reformas en el sector hidroagrícola…...….. 113 
 3.17. Desarrollo de la política hidroagrícola actual……..…………………………… 116 
3.18. Saldo de la primera fase del sector hidroagrícola, 1926-47……………………. 119 
3.19. Saldo de la segunda fase del sector hidroagrícola, 1947-75……...……………. 120 
3.20. Saldo de la tercera fase del sector, 1975-1982/88………………...……………. 121 
3.21. Los saldos de la cuarta fase neoliberal, 1982/88- 2000…………..……………. 122 
 3.21.1. La inversión (privada y pública)………………………………..……... 123 
 3.21.2. Superficie incorporada al riego………………………………..……… 125 
 3.21.3. Transferencia de los distritos de riego a los usuarios…….….……….. 126 
 3.21.4. La inversión para la conservación……………………….….………… 127 
 3.21.5. La producción agrícola………………………………….….…………. 129 
 3.21.6. Uso sustentable del agua en la agricultura………………..…………… 130 
 
 
 
CONCLUSIONES....................................................................................................... 132 
 
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………….. 143 
 
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5 
 
RESUMENLa presente investigación tiene como objeto analizar la naturaleza y características 
de las diversas políticas de irrigación que ha experimentado el país desde 1926 en que se 
constituyó la Comisión Nacional de Irrigación, hasta la actual política de orientación 
neoliberal, para esto se hizo el análisis a partir del modelo de acumulación, tratando de 
establecer el tipo y forma de nexos de estos dos aspectos. 
 Una parte central del trabajo es analizar la forma de cómo han afectado a los 
distritos de riego (DR) y la unidades de riego (UR), las medidas que comprende el modelo 
de acumulación de corte neoliberal que desde la década de los ochenta se viene aplicando, 
así como tratar de acercarnos a las posibles perspectivas que se presentan en el mediano 
plazo para este sector. 
 
Es de interés especial en el trabajo analizar la actual situación de la irrigación en el 
país, sobre todo cuando se enfrentan dos situaciones que podrían generar un cada vez peor 
futuro para el país en cuanto a su capacidad de producción agrícola, me refiero a la 
dificultad para reactivar la capacidad de producción agrícola ante una cada vez mayor 
población, lo que nos lleva aún a una mayor vulnerabilidad económica ante las 
fluctuaciones del comercio internacional, pues por otro lado están las reformas estructurales 
que reducen la participación del Estado en la promoción activa del desarrollo económico 
sectorial, misma que nos orilla a una mayor dependencia económica y alimentaría con 
países desarrollados sobre todo con los Estados Unidos de Norteamérica. 
 
En el análisis del impacto real que ha generado el modelo de acumulación neoliberal 
en la actual política de irrigación se abordan en la parte final de esta investigación los 
siguientes aspectos, mismos que nos dan una mejor idea de la situación y sus perspectivas; 
a) la superficie bajo riego, b) la inversión, c) los distritos de riego, y d) la producción en el 
sistema de riego. 
En este trabajo, como queda establecido más arriba, el hilo conductor que se 
pretende desarrollar a largo de la tesis es la naturaleza que adoptan los diversos nexos entre 
el modelo de acumulación y las políticas de irrigación, de tal forma que al final se 
establecen algunos elementos propositivos que creo bien podrían mejorar la situación del 
sector agrícola en el país en relación con la irrigación nacional. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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6 
 
INTRODUCCIÓN 
 
De unos años para acá, se viene hablando insistentemente de los graves problemas 
acerca del agua, como son: la sobreexplotación de los acuíferos, contaminación del agua, 
baja calidad de las aguas subterráneas y superficiales, un limitado y deficiente tratamiento 
de las aguas residuales, baja eficiencia de las obras de riego, y una cada vez mayor escasez 
de este recurso natural. 
Todos estos problemas se vienen agudizando en tanto más uso se hace de este 
recurso, al grado de que se considera por algunos sectores de la sociedad como un 
obstáculo para el desarrollo económico del país, sin embargo, contradictoriamente también 
se manejó hasta antes de expresarse claramente el agotamiento del modelo de acumulación 
basado en la sustitución de importaciones en 1982, presuntamente lo grande que era nuestra 
obra hidráulica construida lo largo de los últimos 60 años, e incluso el lugar privilegiado de 
este sector a nivel mundial. 
 
De esta referencia contradictoria me surgió el interés por estudiar más de cerca 
sobre lo que ha sido la política de irrigación en el país, su impacto en el desarrollo 
económico, sus características, y sobre todo su real estado en que hoy se encuentra el 
subsector hidroagrícola. Para esto a continuación hago un breve y somero recuento de 
algunos aspectos relacionados con la problemática, a fin de contextualizar la investigación. 
 
Terminada la Revolución Mexicana, la agricultura y las obras hidráulicas están 
prácticamente rezagadas y destruidas, si comparamos los niveles alcanzados antes de ese 
movimiento social, por lo cual se emprendieron diversas acciones en el terreno organizativo 
y de la infraestructura por el Estado, impulsándose la Reforma Agraria y la creación de la 
Comisión Nacional de Irrigación en 1926, con la cual oficialmente y desde el poder público 
se da inicio a la construcción de los distritos de riego. 
 
A partir de los años cuarenta el desarrollo económico del país se basó en el impulso 
de la industrialización, misma que fue apoyada por el Estado a través de la creación de la 
infraestructura y la producción de algunos insumos estratégicos, generalmente a precios 
subsidiados. Y es también, cuando se constituye la Secretaria de Recursos Hidráulicos en 
1947, dependencia a la que se le encomienda no sólo el apoyo a la agricultura, sino además 
en un orden prioritario el impulso de la industrialización y la creciente urbanización del 
país. 
 
Las tres primeras décadas de la posguerra se caracterizaron por un elevado y 
sostenido crecimiento de la producción del país, con una tasa anual en promedio del PIB de 
6.3%, basado en el dinamismo industrial. El crecimiento de este sector, casi exclusivamente 
orientado a los mercados de consumo final, hizo que se polarizara hacia unas cuantas 
regiones, propiciando un acelerado proceso de urbanización que, aunado a una elevada tasa 
de crecimiento poblacional generó un desarrollo regional desigual. 
 
A partir de 1940 la producción agrícola comenzó a acelerarse rápidamente, con una 
tasa de crecimiento de 5.7% por año en promedio, y de ese modo durante los siguientes 25 
años continuó. Sobresaliendo en esa expansión la producción de cultivos básicos como el 
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7 
 
maíz y el fríjol ante la creciente demanda de la población, representando en ese momento el 
80% del área bajo cultivo. 
La producción agrícola en las áreas de riego creció a un ritmo mayor, la superficie 
irrigada pasó de 1.2 millones de hectáreas en 1959 a poco más de 5 millones de hectáreas 
en 1982, aportando el 54% de la producción agrícola nacional.1 
 
Para 1982, en las áreas de temporal, dedicadas principalmente al cultivo de granos 
básicos se registró una expansión menor. En 1982 participaron con el 73.4% de la 
superficie total cosechada y aportaron el 46% de la producción agrícola. 
 
Entre las décadas de los cincuentas y sesenta la rápida expansión de la economía, 
multiplica los requerimientos de agua, ante lo cual se trató de cubrir con la construcción de 
nuevas obras hidráulicas sin que se definieran las normas para aprovechar el recurso y al 
mismo tiempo proteger los acuíferos del país, lo cual con el paso del tiempo desembocó en 
problemas de escasez, desperdicio y creciente contaminación. 
 
A mediados de los setentas el modelo de desarrollo económico seguido hasta 
entonces, empieza a dejar de responder a la realidad nacional e internacional. Las 
condiciones favorables del mercado petrolero mundial se revierten, y al agudizarse la 
vulnerabilidad externa de la economía mexicana, desencadenan en 1982 una crisis 
caracterizada por una excesiva y onerosa deuda externa, elevados déficit fiscal y de balanza 
de pagos, además de fuertes presiones inflacionarias como reflejo de profundos 
desequilibrios macroeconómicos estructurales. 
 
Con los efectos de la crisis, los recursos financieros se fueron haciendo cada vez 
más insuficientes, que aunados a la política de reducción del déficit fiscal, los programas de 
ampliación de la infraestructura hidráulica fueron afectados notablemente, la política en 
este sector tomaba un giro drástico cuando a partir de 1982 empezó a enfocarse 
principalmente al mantenimiento y conservación de la obras existentes y a promover un uso 
más eficiente del agua. Es decir, se iniciaba el retiro de las políticas de fomento económico 
del Estado.2 
En los años ochenta se inicia una serie de cambios en el modelo económico del país, 
con los cuales también se inicia una serie de reformas en el rumbo de la política hidráulica, 
en particularla orientada a la agricultura, destacando entre otros la reducción notable de 
tareas de construcción estratégica, situación que motiva esta investigación, toda vez que 
según estimaciones del ingeniero Adolfo Orive Alba, a inicios de los de los años setenta del 
100% de la superficie posible de convertir el superficie con riego en el país, sólo el 30% se 
había logrado construir, significando entonces que el otro 70% quedaría a la deriva o en 
manos de la iniciativa privada, situación que nos expondría en un futuro no muy lejano a 
mayores dificultades en el sector agrícola del país.3 
 
1 SARH, “Programa Nacional de Aprovechamiento del agua 1991-1994”, Diario Oficial de la Federación, 
México, 5 de diciembre de 1991, pp. 21-22. 
2 SARH, Op. cit., p. 22. 
3 Orive Alba, Adolfo. La irrigación en México. México, Grijalbo, 1970, p. 235. 
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8 
 
Esto último contrasta con opiniones como las del mismo Banco Mundial (BM), 
cuando éste alerta sobre el debilitamiento de la infraestructura básica nacional, con la 
reducción del gasto público.4 
 
En síntesis, el planteamiento anterior contiene dos aspectos que en la investigación 
pretendo explorar, por un lado el impacto que la nueva política hidráulica de orientación 
neoliberal está generando en la agricultura del país, y en segundo lugar contar con los 
elementos que permita llegar a caracterizar las diversas políticas hidráulicas. 
 
La revisión de las políticas hidroagrícolas, que planeo realizar en el periodo que va 
de 1926 al 2000, para encontrar los vasos comunicantes entre el desarrollo económico y 
social con las políticas hidroagrícolas en el país, considerando que es en 1926 cuando se 
inicia institucionalmente los trabajos de estudio, planeación, organización y ejecución de 
las obras hidráulicas más importantes del siglo XX. 
 
Este estudio considera a la política hidroagrícola seguida en el país, como resultado 
del proyecto nacional surgido de la Constitución de 1917, pero además en íntima relación 
con las diversas etapas del desarrollo capitalista del país. 
 
En la década de los ochenta, en plena reforma del modelo de acumulación 
keynesiano, el sector hidráulico queda en manos de un organismo desconcentrado 
denominado Comisión Nacional del Agua (CNA) desapareciendo así la Secretaria de 
Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), con lo que se inicia con esta reforma 
administrativa una nueva etapa de la política de irrigación, de la que resalta entre otros 
aspectos la reducción de la inversión en obras en este sector, y como ejemplo está el hecho 
de que en 1991 la inversión estuvo en un nivel de 878.9 millones de pesos, y para el 2000 
se redujo a 339.8 millones de pesos.5 
 
El agotamiento del modelo de acumulación seguido hasta los ochenta, y la 
transición a un nuevo modelo de corte neoliberal, viene generando un giro en la política 
hidroagrícola, concentrada en el impulso de la descentralización, desregulación y 
privatización, aspectos que son de mi interés conocer más de cerca y motivo de esta 
investigación, pues son cada vez más insistentes los comentarios en el sentido de que esas 
nuevas orientaciones neoliberales están empujando a una riesgosa situación de 
debilitamiento y vulnerabilidad del subsector hidroagrícola. 
 
El estudio que a continuación expongo está planteado a fin de ubicar las distintas 
fases históricas en las que se ha desenvuelto la irrigación en el país, conocer su dinámica y 
su interrelación con el modelo de acumulación, sus etapas, sus características sus avances y 
obstáculos. 
 
Un segundo elemento que manejo en este trabajo, tiene la clara intención de retomar 
la parte política de la economía, al considerar que el desarrollo nacional no es una 
 
4 La Jornada, 3 de febrero de 2001, p. 18. 
5 Sexto Informe del Gobierno Federal, México, 2000, p. 163. 
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aspiración general y absoluta, una aspiración abstracta, sino que obedece a la aspiración de 
los hombres y mujeres de un periodo histórico, por lo cual admitiendo la existencia de la 
lucha de clases como una realidad vigente, entonces implícitamente considero el espacio en 
que se da el uso y la gestión del agua en la actividad agrícola como un espacio de conflicto 
y lucha por su aprovechamiento y control. Es decir, esta investigación intenta pensar la 
economía como economía política, volviendo a las preguntas básicas como son ¿qué se 
produce?, ¿cómo se produce? y ¿para quién se produce? Y en este sentido, el análisis que 
hago del periodo de esta investigación, contiene algunas referencias a los conflictos 
sociales que en el espacio del uso y la gestión de agua se han presentado. 
 
Objetivos: 
 
Sobre la base de las anteriores consideraciones, esta investigación contiene los siguientes 
objetivos: 
 
1.- Estudiar las diferentes políticas hidroagrícolas, que se han llevado cabo desde 1926 al 
2000 en México, sus características, sus fines, resultados y obstáculos. 
 
2.- Conocer las características del sector hidráulico en el período neoliberal y sus 
perspectivas. 
 
3.- Identificar los elementos o los factores a través de los cuales un modelo de acumulación 
se interrelaciona con una política de irrigación. 
 
4.- Analizar la viabilidad de que la superficie posible de convertir en área con riego, que es 
algo parecido a 6 millones de hectáreas, se logre mediante el actual modelo neoliberal. 
 
5.- Estudiar el impacto económico del sector hidroagrícola neoliberal en país. 
 
6.- Indagar los resultados de la transferencia de los distritos de riego. 
 
 
La hipótesis que se plantea en el trabajo, es que las diversas políticas hidroagrícolas 
impulsadas por el Estado mexicano entre 1926 y el 2000 han generado diferentes 
resultados, por un lado, un crecimiento vertiginoso de la agricultura nacional entre los años 
treinta y los sesenta, pero por otro ha ocasionado en forma acumulativa diversos problemas 
que han dado lugar a una crisis crónica de la agricultura a partir de mediados de los sesenta, 
así como una crisis en el subsector hidroagrícola, con un déficit en la construcción de la 
infraestructura en el sector, un severo deterioro de lo construido, subutilización de muchas 
otras obras, desigual distribución de las obras de riego en la geografía nacional, un excesivo 
gasto estatal en la administración y operación de las obras de riego; todo causado por tres 
factores fundamentales aunque posiblemente con un peso específico diverso: a) en primer 
lugar, por la característica que asumió el desarrollo del capitalismo en nuestro país, como 
tardío y dependiente; b) en segundo lugar por las características de los modelos de 
acumulación seguidos desde los años veinte, las que considero han influido para que las 
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políticas públicas como son las de irrigación adopten una orientación y dinámicas 
específicas. 
En tercer lugar, por la presión política y económica de algunos grupos sociales, que al 
actuar a favor o en contra de ciertas políticas de irrigación, éstas se desenvuelven 
discrecionalmente. 
 
El presente trabajo comprende tres capítulos y un apartado de conclusiones, los 
cuales pretenden aportar los elementos que ayuden a alcanzar los objetivos establecidos, en 
el primer capítulo titulado “Una visión conceptual de una política de irrigación”, se 
pretende lograr una base teórica que permita abordar el estudio de una política pública 
específica, así como del modelo de desarrollo o acumulación, así también, en este capítulo 
intento una aproximación a un enfoque conceptual que me permita establecer con claridad 
los nexos o vasos comunicantes entre la esfera de la economía y la naturaleza , aspecto que 
por cierto, fue lo que más tiempo me llevó desarrollar. 
En el segundo capítulo, se integran una serie de datos acerca de los recursos hídricos 
y de la infraestructura hidroagrícola con los que cuenta el país.En el tercer capítulo hago una revisión histórica de la irrigación, desde la etapa 
porfirista hasta el año 2000. En este capítulo intento resolver cada una de las interrogantes 
que motivaron la investigación, así por ejemplo trato de establecer la interrelación entre el 
modelo de desarrollo primario exportador y las políticas de irrigación en 1926, de igual 
forma para el caso del modelo de acumulación basado en la sustitución de importaciones 
(1940-1982)y el neoliberal. 
En el mismo capítulo presento las fases que considero se han dado en el sector 
hidroagrícola, así como los criterios para establecer estas fases. 
Un elemento adicional en el capítulo es la forma en que se ha desenvuelto el 
modelo de acumulación neoliberal, así como los saldos de este en el sector hidroagrícola. 
 
Finalmente, en el último apartado se sintetizan las principales conclusiones y 
resultados del estudio, al mismo tiempo que presento algunas opiniones y propuestas que 
considero serían validas para el sector hidroagrícola y para el país. 
 
 
 
 
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CAPÍTULO 1 
 
UNA VISIÓN CONCEPTUAL DE UNA 
POLÍTICA DE IRRIGACIÓN 
 
1.1. Una visión conceptual de la irrigación 
 
Intentar presentar un marco teórico y conceptual para fundamentar un análisis de la 
política hidroagrícola seguida en el país, presenta una serie de dificultades, principalmente 
porque el objeto de estudio es un fenómeno que en los últimos años interrelaciona dos 
sistemas, el económico y el ecológico, y este tipo de fenómenos son de reciente integración 
para su análisis en el campo de la ciencia económica, lo cual implica escaso y diferenciado 
desarrollo teórico para abordar este tipo de problemas. Por esta razón, antes de presentar 
una aproximación de marco teórico, expondré en forma resumida el problema que motivó 
esta investigación, a fin de esclarecer lo más posible, la naturaleza del marco teórico 
necesario, para abordar este tipo de fenómenos. 
 
1.1.1. El problema 
 
En los años ochenta se inicia un cambio en el modelo de acumulación en México, 
con el cual se inauguran también una serie de reformas en la política hidráulica, en 
particular la orientada al sector agrícola, destacando entre otros la reducción notable de la 
inversión pública en infraestructura y la privatización del sistema de riego nacional, 
situación que contrasta con el hecho de que del 100% de la superficie posible de ser de 
riego en el país, sólo el 40% se había logrado irrigar para fines de los años noventa, 
significando entonces que el otro 60% quedaría a la deriva o en manos de la iniciativa 
privada, situación que nos expone en un futuro inmediato a mayores dificultades en el 
sector agrícola y un gran impacto negativo para lograr el desarrollo nacional. 
 
Planteado así el problema, implica dos planos teóricos para poder abordar este tema, 
por un lado, el relativo a la relación, modelo de acumulación y el Estado, y por otro la 
relación entre economía y recursos naturales. Estos dos planos están presentes en la medida 
en que el objeto de este estudio compromete el análisis de la interrelación de la forma del 
uso y gestión del agua en la agricultura en un contexto de un modelo de acumulación 
específico. 
El presente trabajo se realizó para poder conocer la dinámica y las características de 
la política hidroagrícola que en el país ha aplicado, sobre todo la que se viene desarrollando 
actualmente. Para esto, se realizó una revisión histórica de la política hidroagrícola pasada, 
pues muchos de los cambios que se llevaron a cabo en la década de los años ochenta, 
fueron resultado del estado en que se encontraba todo lo realizado con anterioridad. 
Como puede observarse entonces, analizar la política hidroagrícola o la forma del 
uso y la gestión del agua en el sector agrícola, nos lleva sobre todo actualmente a un punto 
en que el recurso natural (el agua) es asumido como un recurso cada vez más escaso y 
contaminado, por lo cual el problema adopta un perfil en que la política hidroagrícola debe 
verse en un perspectiva de sustentabilidad, entendiendo con esto como la ruta del progreso 
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humano que satisfacen las necesidades y aspiraciones de la generación presente sin 
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades6, por 
esto, el marco teórico entonces no sólo deberá sostener un estudio de simple desarrollo sin 
adjetivos sino de desarrollo sustentable. Por esto, el problema central de este trabajo obliga 
a integrar los planos teóricos, por un lado el referido a la teoría que dan cuenta de la 
dinámica del modelo de acumulación y de las teorías que han influido en las políticas 
económicas y por otro las teorías que intentan explicar la relación metabólica entre la 
economía y los recursos naturales. 
México, como casi todos los países latinoamericanos, ha vivido la influencia del 
pensamiento económico de corte neoclásico. 
Así, en la década de los treinta y cuarenta del siglo XX se disponía sólo del 
neoclasicismo y el keynesianismo para fundamentar la política económica. Siendo hasta 
finales de los cuarenta que surgió la corriente económica impulsada por la Comisión 
Económica para América Latina (CEPAL), que se propuso desarrollar una teoría acorde a 
la realidad latinoamericana para superar el subdesarrollo. 
Así, para la década de los ochenta, un nuevo conjunto de teorías que tienen en 
común el rechazo a la intervención estatal en la economía, la idea del hombre racional y la 
confianza en el carácter asignador del mercado, nuevamente se imponen como la corriente 
principal, a fin de superar los obstáculos que a la acumulación de capital se le presentan, es 
decir, el neoliberalismo cuyo eje teórico, el monetarismo, es quien está conduciendo la 
política económica en países como el nuestro. 
 
1.1.2. Modelo de acumulación y la irrigación 
 
Al inicio de esta investigación, me propuse analizar las políticas hidroagrícolas en 
México, partiendo de éstas mismas, pero al ir avanzando me saltaba a cada rato la 
imperiosa necesidad de analizar y con ello aclararme lo relativo a las políticas públicas, 
como es el caso de las políticas de irrigación, lo cual implicaba contextualizar su existencia, 
y esto al final me llevó al concepto de modelo de acumulación, es decir, para abordar el 
fenómeno de la irrigación en un momento y lugar especifico, si es que quiero apropiarme 
de mi objeto de estudio, necesariamente implica ampliar el estudio a un nivel que 
contemple el modelo de acumulación, pues solo a partir de este sería posible aclararme el 
marco en que se da la génesis y evolución de las políticas de irrigación. Así entonces en las 
siguientes líneas presento una visión conceptual del modelo de acumulación, y su relación 
orgánica con las políticas de irrigación que de aquel se desprenden. 
Por principio, parto de una visión mas totalizadora, una visión del sistema mundo, 
en tanto que como dice el investigador Héctor Guillén Romo en su libro Orígenes de la 
crisis en México 1940-1982. 
 
Existe un proceso productivo mundial del cual las economías nacionales forman parte. Este proceso 
estructurado y jerarquizado, resultado de la acumulación de capital a escala mundial, implica la 
evolución de dos polos y realiza dos tipos de desarrollo: uno en el centro dominante y otro en la 
periferia dominada. 
 
6 Gómez, Carlos Mario. Desarrollo sostenible y Gestión eficiente de los Recursos Naturales en Análisis 
económico y Gestión de Recursos Naturales. España, Alianza Economía, 1994, p. 73 
Neevia docConverter 5.1
 13
No nos cansaremos de repetir que la génesis del subdesarrollo se explica por la integración de las 
economías precapitalistas al proceso de desarrollo capitalista a escala mundial. El subdesarrollo de 
estas economías sólo es el resultado de esta integración. Luego entonces, todo intento de explicar el 
subdesarrollo por sí mismo, separándolo dela evolución de la economía mundial y de las 
necesidades de los centros dominantes, no llegará nunca a captar su génesis.7 
 
Con este enfoque, hablar del modelo de acumulación capitalista, en tanto motor de 
la economía en un nivel de totalidad, nos permite llegar a comprender la naturaleza de sus 
dos lógicas o dos articulaciones, por un lado la articulación interna, en la que se 
interrelacionan las diferentes franjas que dan su naturaleza a la economía nacional, me 
refiero a las franjas capitalistas y las no capitalistas, y por otro, a la articulación global 
mundial, esto es, a la interrelación de países del centro dominante y a los países periféricos 
dominados en el sistema mundial.8 
Con esta visión conceptual del modelo de acumulación que reflexiona José C. 
Valenzuela Feijóo, ubicamos que entonces un patrón o modelo de acumulación es: 
 
… una forma históricamente delimitada de la reproducción capitalista, lo que supone una unidad 
específica entre formas específicas de acumulación, producción y realización de la plusvalía y (en 
América Latina) una articulación específica del polo dominante interno con las formas precapitalistas 
(y capitalistas) subordinadas, y también una articulación determinada con los centros capitalistas 
dominantes. 9 
 
Con esto no sólo estaríamos tratando de ubicar un modelo de acumulación en un 
proceso histórico sino demás espacial o geográfico. Véase el siguiente modelo: 
 
 
 Modelo 1 
 
 Articulación de sus componentes. 
 Modelo de 
 acumulación 
 Articulación global, centro-periferia. 
 
 
 
 
Fuente: Valenzuela Feijóo, José. ¿Qué es un patrón de acumulación?, México, UNAM, 1990, pp. 64-65. 
 
Bajo esta concepción, el modelo de acumulación nos lleva entonces a una mayor 
especificidad con la actuación de esos dos niveles, mismos que vamos a encontrar 
articulados bajo la dinámica de la acumulación del capital, el cual podemos muy bien 
representar por el ciclo del capital dinero, desarrollado por Marx en el tomo II de El 
Capital, y que podemos ver de la siguiente forma: 
 
7 Guillén Romo, Héctor. Orígenes de la Crisis en México 1940-1982. México, ERA, 1985, p. 83 
8 Valenzuela Feijóo, José ¿Qué es un patrón de acumulación?, México, UNAM, Facultad de Economía, 1990 
p. 65 
9 Valenzuela Feijóo, José. ¿Qué es…Op. cit., p.65. 
Neevia docConverter 5.1
 14
 
 
Modelo 2 
 
 FT 
 D-M- …P…-M’-D’ 
 MP 
 
 
 
Este nivel de representación de la dinámica de la acumulación nos haría llegar a la 
forma más concreta en que se da la producción, cuando la misma teoría marxista nos da las 
claves para apropiarnos de los componentes sectoriales de la producción misma e incluso 
de aquello componentes adicionales necesarios para realizar la acumulación de capital, me 
refiero al sector improductivo, como se puede observar en el siguiente modelo: 
 
Modelo 3 
 
 
 Departamento I 
 Sectores productivos medios de producción 
 Departamento II 
 Modelo de Bienes de consumo 
 acumulación comercio 
 Sectores improductivos financiero 
 Estatal 
 
 
 
Fuente: Valenzuela Feijóo, José. ¿Qué es un patrón de acumulación?, México, UNAM, 1990, p. 70 
 
Uno de los meritos de la corriente del pensamiento económico de la CEPAL, como 
más arriba lo vimos, es el hecho de intentar desarrollar líneas de reflexión sobre el 
desarrollo de los países de América Latina a partir de las particularidades que encierran 
estos países, pues para estos el desarrollo capitalista clásico es imposible, cuando el 
momento de la inserción de los mencionados países a la orbita del capitalismo mundial se 
da cuando los países más desarrollados están transitando la fase monopolista e imperialista, 
de tal forma que a unos le va tocar ser parte del centro dominantes y a otros la periferia 
dominada. 
Por todo esto, vamos a asumir que países como México, han transitado por tres 
modelos de acumulación, en primer lugar está el primario-exportador (1870-1935/40), en 
segundo lugar el modelo basado en la sustitución de importaciones (1940 -1982). Y por 
último el modelo secundario exportador en su variante neoliberal (que inicia en 1982).10 
 
 
10 Valenzuela Feijóo, José. El Capitalismo mexicano en los ochenta. México, ERA, 1986, p. 28. 
Neevia docConverter 5.1
 15
Con la anterior visión conceptual establezco entonces que en cada uno de los 
modelos acumulación que el país ha experimentado, se ha presentado una forma específica 
de política hidroagrícola, así es el caso en que, cuando el modelo de acumulación es el 
primario exportador, el periodo 1870-1920 en que el desarrollo económico es asumido 
como un proceso espontáneo y por tanto al que no se debe prestar atención, dada la 
concepción de que el mercado es el instrumento ordenador y el que da equilibrio al sistema 
económico. De ahí que durante el porfiriato, la gestión del agua en la agricultura se dejó en 
manos de los particulares, los hacendados latifundistas, y de igual forma cuando en los 
primeros intentos posrevolucionarios de llevar a cabo las políticas de irrigación, estas se 
orientan en continuar apoyando la producción agrícola para reactivar el modelo de 
acumulación primario exportador, aunque más claramente tendiente a la industrialización 
con la CNI (1926). En este momento al agua se le concibe como un bien comunal. 
 
Fue la crisis económica del 29, y los desequilibrios que generó posteriormente junto 
con la II Guerra Mundial, que el modelo anterior se colapsa y deja su lugar para el arribo de 
un nuevo modelo de acumulación, cuya dirección claramente de industrialización se fue 
articulando en una dinámica de sustitución de importaciones y amplia participación del 
Estado, tanto en la conducción como en la participación en diversos sectores de la 
economía nacional, para esto, la CNI se transforma en la Secretaria de Recursos 
Hidráulicos (1947) aspecto no casual, pues al final la industrialización obligaba que la 
política hidráulica estuviese en concordancia con ello. 
En la fase final del agotamiento de modelo de acumulación basado en la sustitución 
de importaciones, el sector agrícola está en profunda crisis desde mediados de la década de 
los sesenta, por lo cual, una a una de las funciones que venia jugando este sector, se van 
colapsando, así por ejemplo, el sector deja de proveer de alimentos e insumos a las urbes e 
industrias, por lo que se inicia una creciente importación de esto productos, y con ello, la 
generación de divisas también entra en una tendencia a reducirse. 
En este contexto los grupos de poder en un intento por reactivar al sector agrícola y 
con ello a la economía en su conjunto, para 1977 la (SRH) se transforma en la Secretaria de 
Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) teniendo como antecedente diversos intentos 
por desarrollar planes hidráulicos regionales y nacionales. De alguna forma este será el 
último intento por llevar a cabo medidas estatistas para reactivar y recomponer el rumbo de 
la política hidroagrícola, que en mucho fue la causa de la profunda crisis del sector agrícola 
del país. 
La crisis del modelo de acumulación basadoen la sustitución de importaciones 
(1976-82), paulatinamente va dejando su lugar a uno nuevo que es caracterizado como 
secundario exportador en su variante neoliberal y, como se señaló más arriba, con este 
nuevo modelo también se produce una nueva política de irrigación, ahora conducida por 
una nueva institución, la Comisión Nacional del Agua (CNA). 
 
1.2. Corrientes teóricas que han influido en la política económica en México 
 
1.2.1. La Escuela neoclásica 
 
El nacimiento de la Escuela Neoclásica se da en el último tercio del siglo XIX. 
Siendo tres los teóricos más importantes de esta Escuela, León Walras (1834-1910), 
Neevia docConverter 5.1
 16
Stanley Jevons (1835-1882), Alfred Marshall ( y Carl Menger (1840-1921), estos autores 
aparecen como los fundadores de la corriente neoclásica, mismos que rompen con la 
escuela clásica, representada por Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1823), 
mientras estos ponían el acento en los problemas de la acumulación de capital, el 
crecimiento y el porvenir general del sistema económico, los neoclásicos, por el contrario 
partían a menudo del supuesto de una oferta dada de factores de producción, estudian 
cómo los agentes económicos pueden proceder a la mejor utilización posible de tal factor 
de producción disponible en cantidad fija. Así, el objetivo esencial del estudio es la 
asignación óptima a usos alternativos de un factor determinado. 
 
La teoría clásica es remplazada por un razonamiento en términos de equilibrio general dentro de un 
cuadro esencialmente estático donde el problema es encontrar modalidades de asignación de los 
factores raros. La escasez se vuelve el concepto económico fundamental y se viene abajo la hipótesis 
de reproducción de un sistema propia del análisis clásico, que se situaba en una perspectiva temporal 
diferente.11 
 
Es decir, definen a la economía como la ciencia de la asignación óptima de recursos 
escasos, mismos que había que expresar en precios. Además, esta ciencia debería ser libre 
de valores normativos, para ello la economía debería ser deductiva, partir de axiomas (por 
ejemplo, el concepto de hombre racional) deducir teoremas y ser aplicadas a la realidad, 
pero no para verificar sino para decir a los hombres las deficiencias de su acción no 
racional. En esta lógica, parten del supuesto del actor racional, del supuesto de que los 
hombres buscan siempre maximizar sus beneficios, para lo cual deben contar con la 
información completa del mercado, y de las intenciones de los otros agentes. 
 
Otra diferencia que vale la pena traer a este espacio es en cuanto a la concepción 
del valor. Para los clásicos, el valor de un bien deriva de sus características intrínsecas, 
objetivas (teoría objetiva del valor). Para los neoclásicos, el valor de un bien se fundamenta 
en la aptitud que tiene éste para satisfacer las necesidades de los individuos (teoría subjetiva 
del valor). 
Con el marginalismo, se negó al trabajo como única fuente del valor, pasando a 
considerar a ese valor como utilidad en primera instancia, utilidad subjetiva por parte de los 
valores de uso, vinculados a un precio según su capacidad de satisfacer necesidades 
subjetivas cuyo reflejo se daría en el mercado según la oferta y la demanda. Es decir, el 
objeto de la economía pasó del proceso de producción a centrarse en el mercado. 
Esto de alguna manera es explicado por la poca importancia que la economía 
política le había dado al valor de uso y al mercado, sin embargo, esta corriente por su 
concepción se paso al otro extremo, a la exclusión del campo de la producción. 
En esta escuela se constituyeron tres variantes que desarrollaron diversos aspectos 
de la teoría, así la escuela de Viena representada por Menger, desarrolla la teoría de la 
unidad marginal, entendida como el suplemento de utilidad o satisfacción que aporta a un 
individuo dado una unidad suplementaria del bien que consume. 
La escuela de Lausana representada por León Walras y Wilfredo Pareto, desarrolla 
la teoría del equilibrio general, en la cual se analiza cómo en un sistema económico 
complejo con diversos agentes, factores y mercados de diferentes bienes, puede haber una 
 
11 Guillén Romo, Héctor. Orígenes de la Crisis en México 1940-1982, México, ERA, 1985, pp. 19-23. 
Neevia docConverter 5.1
 17
determinación simultánea de las diferentes variables económicas, tanto de precios como de 
cantidades. Y por otro lado, la escuela de Cambridge, representada por Alfredo Marshall, 
quien desarrolla la teoría del equilibrio parcial, en la cual se analiza cómo una perturbación 
inicial se difunde al resto de la economía, suponiendo que los efectos de retroalimentación 
son débiles y pueden ser ignorados.12 
Todos estos son fervientes promotores del liberalismo y, en general defensores del 
capitalismo, pero fue F. A. Hayek, perteneciente a la escuela de Viena, quien fue el 
principal enemigo intelectual de Keynes. 
Después de la Segunda Guerra Mundial y en base a la concepción de Hayek se 
desarrolla una nueva corriente que va ser conocida después como monetarista, cuyas 
elaboraciones van a estar en contra de la proposiciones centrales del análisis 
neokeynesiano. 
Esta corriente monetarista, critica el segundo lugar que a la moneda le dan los 
modelos neokeynesianos. Según los monetaristas, en los modelos keynesianos la moneda 
no tiene importancia, lo cual rechazan, pues éstos consideran que la moneda tiene 
importancia extrema y más particularmente, cuando para los monetaristas la inflación es un 
fenómeno esencialmente monetario que tiene su origen en el crecimiento de la masa 
monetaria. Para ellos hay una relación directa entre la variación del stock de moneda y la 
variación del nivel general de precios. A partir de ello la moneda se vuelve la variable 
estratégica de la coyuntura. Las fluctuaciones cíclicas de la producción son una resultante 
de la modificación de la cantidad de moneda. Los monetaristas cuestionan la eficacia de la 
política presupuestal, piensan que conduce únicamente a efectos que se compensan entre el 
sector público y el sector privado. Dicho de otra manera, piensan que el aumento de gastos 
públicos será acompañado de una disminución de la demanda privada. Por el contrario, la 
política monetaria considerada como la modificación del stock de moneda es un 
instrumento extremadamente poderoso para actuar sobre la coyuntura. A este respecto, hay 
que señalar que Milton Friedman, principal teórico de la escuela monetarista, es hostil a 
cualquier intervención política sobre la coyuntura. 
El profesor de Chicago preconiza que la tasa de crecimiento de la cantidad de 
moneda debe ser tan próxima como sea posible a la tasa de crecimiento prevista del 
producto nacional bruto real, con el fin de evitar todo cambio artificial de los precios y, por 
lo tanto, toda inflación y toda deflación. Anotándose aquí un argumento de imprecisión. 
Otro punto de diferencia entre monetaristas y keynesianos es sobre la inestabilidad o 
estabilidad de la economía capitalista, pues los monetaristas rechazan la tesis de la 
inestabilidad de la economía capitalista. Piensan, por el contrario, que el sistema es muy 
estable y capaz de absorber bien los choques exógenos que tendrían tendencia a alejarlo de 
su posición de equilibrio de pleno empleo. Los monetaristas afirman que si el 
funcionamiento del sistema no es contrariado, tiene tendencia a regresar espontáneamente 
al equilibrio de pleno empleo a más o menos largo plazo, es decir, el sistema regresa a la 
situación de equilibrio general, definido como el equilibrio simultáneo en todos los 
mercados, sin excluir el mercado del empleo. 
Los monetaristas niegan la capacidad del Estado para regular la coyuntura. Por el 
contrario, piensan que la acción del Estado sobre la coyuntura está el origen de numerosos 
desequilibrios. 
 
12 Guillén Romo, Héctor. Orígenes… Op. Cit.,pp. 20-21. 
Neevia docConverter 5.1
 18
Conviene recordar que el monetarismo de Friedman ha conocido dos etapas, en la 
primera, predicó la política monetaria contra la presupuestal. En la segunda etapa, los 
monetaristas asumieron una mayor actitud hostil a la intervención del Estado, para ellos, el 
arma monetaria es demasiado poderosa y hay el riesgo de que se vuelva desequilibrante. La 
política de regulación en sí misma es concebida no sólo como inútil sino como peligrosa y 
contraria a las reglas más elementales de una economía liberal. Según Friedman la acción 
del Estado debe reducirse a definir una norma de progresión del stock de moneda 
compatible con el crecimiento de la producción y respetarla siempre. La economía privada, 
cuando se desenvuelve sola, es fundamentalmente estable. 
 
 
1.2.2. La corriente keynesiana 
 
La crisis de los años treinta del siglo XX fue violenta, caracterizándose por ser de 
sobreproducción, pues ante un desarrollo rápido de la productividad del trabajo después de 
la Primera Guerra Mundial, el modo de vida de los asalariados no cambiaba con relación al 
siglo XIX, se hablaba de un exceso de producción con respecto a la demanda solvente. 
 
Se había generado un exceso de producción en un contexto de compresión de la demanda y de 
propensión a consumir cuyo resultado fue un desequilibrio importante que afectó a la inversión neta. 
Del diagnóstico se deducía directamente el remedio; aumentar la propensión a consumir gracias a 
una reactivación de la demanda global. Esta fue una de las más importantes proposiciones de John 
Maynard Keynes (1883-1946), quien dota al Estado de una función de regulación macroeconómica, 
es decir, de una función de regulación global.13 
 
Keynes admite e impulsa la intervención del Estado, ya que reconoce una falla de 
los mecanismos del mercado para la regulación global, la determinación del nivel de 
inversión y del empleo. Pero limita el papel del Estado a la regulación global, ya que 
supone que los mecanismos del mercado no fracasan para resolver el problema de la 
asignación de los recursos. Para Keynes, la intervención del Estado es una excepción 
necesaria al buen funcionamiento de la economía, cuya iniciativa privada es aún la regla 
directriz. El Estado debe suplir la deficiencia de la iniciativa privada, incapaz de asegurar 
un nivel de inversión global que conduzca al pleno empleo. Sin embargo, una vez que, 
gracias a una generalización bastante completa de las inversiones, se llegue al pleno empleo 
o casi, la teoría neoclásica recuperará todos sus derechos. 
El enfoque keynesiano, que supone que la economía capitalista tiende a la 
inestabilidad, es decir, a un exceso o a una insuficiencia de demanda global según el caso, 
el Estado debe intervenir practicando políticas presupuestales de estabilización para intentar 
alcanzar el nivel de demanda compatible con el pleno empleo sin inflación, enfoque contra 
el cual siempre se ha manifestado la ortodoxia neoclásica. 
 
1.2.3. Escuela de la CEPAL 
 
En los momentos en que se desarrolla el keynesianismo, en América Latina se 
constituye una corriente de pensamiento económico cuya intención es intentar analizar la 
 
13 Guillén Romo, Héctor. Orígenes…Op. cit., p. 17. 
Neevia docConverter 5.1
 19
causa de la inflación en los países latinoamericanos, pues por principio esta corriente 
rechaza la tesis de que la inflación latinoamericana es resultado de un desorden financiero y 
monetario (déficit fiscal, déficit de la balanza de pagos, expansión monetaria), los cuales 
son considerados como faltas o vicios de la conducta económica y financiera del gobierno. 
Para los economistas de la CEPAL la causa de la inflación no debe buscarse en el dinero 
que sale del Banco Central ni en las decisiones tomadas por el ministerio de finanzas, sino a 
factores estructurales. 
 
Si es verdad que la inflación para materializarse y propagarse requiere la implementación de una 
cierta política económica, esto no quiere decir que en esta última se encuentren todas las causas que 
explican por qué los gastos del gobierno superan a su ingreso, por qué la demanda de divisas supera 
la oferta y cuál es la razón de los diferentes desequilibrios que están en el origen de la inflación.14 
 
 Raúl Prebisch, uno de los más importantes representantes de la CEPAL, señala que 
en la realidad latinoamericana hay factores estructurales muy poderosos que conducen a la 
inflación y para luchar contra estos factores la política monetaria (disminución del ingreso 
global, disminución del ritmo de crecimiento) es completamente impotente. Pues considera 
que esas políticas ortodoxas de estabilización dejan de lado los fenómenos de 
vulnerabilidad estructural que caracteriza a las economías latinoamericanas. 
Juan F. Loyola, padre del estructuralismo latinoamericano, al igual que Raúl 
Prebich, considera que la inflación no es un fenómeno monetario, sino un desequilibrio de 
carácter real del funcionamiento de la economía, un problema de origen estructural, pues 
para Loyola la inflación 
 
…es un problema específico y diferente en cada país latinoamericano, incluso si se pueden encontrar 
rasgos comunes en todos los países. Para analizarla, hay que tomar en consideración todos los 
elementos que sea capaces de originar desequilibrios en el sistema económico. Estos elementos 
pueden ser de naturaleza estructural (distribución de la población por ocupación y diferencias de 
productividad entre sectores de la economía), dinámica (diferentes ritmos de crecimiento entre los 
sectores productivos) e institucional (comportamiento del sector público y privado). Noyola combina 
estos elementos en un pequeño esquema en el cual distingue dos hechos diferentes: las presiones 
inflacionistas fundamentales y los mecanismos de propagación. Las presiones inflacionistas 
fundamentales tienen su origen a menudo en desequilibrios de crecimiento situados casi siempre en 
dos sectores: el comercio exterior y la agricultura. Los mecanismos de propagación pueden ser 
variados pero de costumbre se reduce a tres tipos: el mecanismo fiscal, el mecanismo de crédito y el 
mecanismo de reajuste de precios e ingresos.15 
 
Esta corriente económica asume su posición respecto a la inflación así: 
 
1. Si la alternativa a la inflación es el estancamiento o el desempleo, hay que escoger la 
primera, es decir, la inflación. 
2. Lo más grave de la inflación no es el aumento de precios en sí mismo, sino sus 
consecuencias sobre la distribución del ingreso y las distorsiones que origina entre la 
estructura productiva y la estructura de la demanda. 
 
14 Guillén Romo, Héctor. Orígenes… Op. cit., p. 24. 
15 Guillén Romo, Héctor. Orígenes… Op. cit., P. 25. 
Neevia docConverter 5.1
 20
3. Se debe luchar contra la inflación gracias a diferentes instrumentos de política económica 
(política fiscal progresiva, control de precios, aprovisionamiento, etcétera) más bien que 
con la política monetaria.16 
Un merito importante de esta Escuela es el hecho de que buscó desarrollar una 
teoría a partir de la realidad latinoamericana, evitando seguir con el enfoque de “importar” 
los modelos sobre la inflación. 
 
1.3. Interacción entre economía y naturaleza 
 
El problema económico que se presenta al observar la interacción entre la economía 
y el medio ambiente, asume el escenario de la posibilidad de que al continuar el desarrollo 
económico (en este caso agrícola) haciendo un uso y gestión del agua para ello, como se ha 
venido haciendo hasta ahora, puede hacer llegar a un punto en que ya no sólo la escasez 
sino la ausencia del recurso natural (el agua) limite el desarrollo económico, por tal razón 
este problema que al final asume una dimensión mundial, ha generado una nueva situación 
que en los últimos años ha adoptado la intencionalidad de lograr un desarrollo sustentable, 
es decir, un desarrollo económico que haciendouso de los recursos naturales, asimismo 
asegure que las generaciones futuras también gocen de sus beneficios. 
 
Ahora bien este problema, en nivel y ámbito que en este trabajo interesa, que es el 
relativo al uso y gestión del agua en la agricultura, a continuación presento los elementos 
básicos del diagnóstico que de este asunto tienen los círculos oficiales en el país. Para que 
de ahí, podamos ir con más claridad a las referencias teóricas posibles u existentes. 
 
Como parte de los cambios estructurales que se vienen llevando desde los años 
ochenta, me refiero a la aplicación del modelo de desarrollo de corte neoliberal, Fernando 
Sánchez Ugarte miembro de los grupos que en el país vienen diseñando las reformas 
neoliberales en los distintos sectores y áreas, presenta un diagnostico del problema 
económico que desde su punto de vista tiene el uso y la gestión de las aguas nacionales. El 
cual señala que contiene tres aspectos: 
1. El relativo a la escasez del agua y su asignación al uso más eficiente, 
2. El asociado al financiamiento de las obras de infraestructura, y 
3. El de la contaminación. 
El mencionado autor, desde un inicio dice que los problemas señalados son porque en 
México todo el sistema institucional está mal orientado: 
 
No existen mecanismos institucionales que asignen eficientemente los derechos de propiedad del 
agua, así como tampoco un sistema de precios que garanticen la explotación eficiente de este recurso 
y que dé los incentivos suficientes para que se invierta óptimamente en la explotación, la distribución 
y la conservación del agua.17 
 
Como se puede observar, para este autor y representante de la corriente neoliberal, 
estos problemas se podrían resolver mediante la privatización del recurso natural, la 
 
16 Guillén Romo, Héctor. Orígenes…Op. cit., pp. 25-26. 
17 Sánchez Ugarte, Fernando. La utilización eficiente del agua y los derechos de propiedad. México, 
Trimestre Económico, Lecturas No. 70, México, Fondo de Cultura Económica, 1991, p. 96. 
Neevia docConverter 5.1
 21
conformación de un sistema de precios y con ello un mercado del agua, de tal forma que 
con esto el que contamina paga y, el que quiera agua debe pagar. 
Planteado así el problema, veamos algunas referencias teóricas, que nos aclaren el 
panorama de la interacción economía y medio ambiente. 
 
De unos años para acá se viene hablando insistentemente de los graves problemas 
que encierra el uso y la gestión del agua, sobre todo en su relación con el desarrollo 
económico como es, la sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación del agua, la 
baja calidad de las aguas subterráneas y superficiales, limitado y deficiente tratamiento de 
las aguas residuales, baja eficiencia de las obras de riego y en cuanto al financiamiento de 
las obras de infraestructura hidráulica, la nula recuperación de la inversión pública. 
Ahora bien, las referencias teóricas para abordar este tipo de problemas, después de 
una búsqueda, me encontré con dos perspectivas teóricas, por un lado, si mi interés era 
sólo analizar la participación del Estado en cuanto la construcción de la obra de 
infraestructura hidráulica, entonces sólo debería asumir el análisis del modelo de desarrollo 
o desarrollo a secas, lo cual me llevaría a la rediscusión sobre el papel que debería jugar el 
Estado en un modelo alternativo de desarrollo. Pero como el problema ahora integra la 
interacción de la economía y naturaleza, esto me obliga a un acercamiento a lo que se le ha 
llamado desarrollo sustentable. Para esto, considero que las referencias teóricas generales 
las ubico en dos grandes campos; 
1. La concepción ortodoxa de la racionalidad económica, con su método 
tradicional para la toma de decisiones como el análisis de costo beneficio, que como señala 
José Manuel Naredo en su trabajo Hacia una ciencia de los recursos naturales; 
 
…la economía se afana en extender una y otra vez la vara de medir del dinero sobre este o aquel 
elemento de un medio ambiente que se presupone azaroso y desordenado para someterlo a su lógica 
decisional del costo-beneficio. Se trata así de implantar la propiedad y el mercado sobre los bienes 
medioambientales en litigio. O bien de simular dicho mercado mediante la imputación de valores 
teóricos a estos bienes, a partir de cálculos de costos de oportunidad, precios sombra, valores de 
contingencia, etc., que sirvan de guía para la gestión.18 
 
En este campo podemos ubicar a algunos teóricos que en la intención de resolver las 
dificultades que presentan para la gestión de los recursos naturales, la presencia de lo que 
se les ha llamado externalidades, como son el libre acceso, el descuento del futuro, la 
incertidumbre, la irreversibilidad, me refiero a economistas que están inscritos en las 
diversas escuelas de la teoría neoclásica, como Cecil Arthur Pigou (1877-1959), Ronald H. 
Coase (1960) , asimismo Vilfredo Pareto (1848-1923) entre otros. 
 
2. La concepción ampliada del análisis económico que en su afán de avanzar por 
resolver la interacción economía y naturaleza, están en un proceso de construcción teórica y 
conceptual, que con la ayuda de los principios de la termodinámica, sobre todo de la 
entropía, están tratando de integrar diversos campos de la ciencia, como es la ecología, la 
economía, la termodinámica y las ciencias empíricas según la gestión de cada recurso 
natural. 
 
18 Naredo, José Manuel. Hacia una ciencia de los recursos naturales. España, Siglo XXI, 1993, p. XII. 
Neevia docConverter 5.1
 22
En este campo podemos considerar a los que vienen desarrollando las diversas 
escuelas de economía ecológica, la crítica ecológica de la economía política, y esfuerzos 
por integrar una nueva ciencia. 
 
 
1.4. Surgimiento de nuevos paradigmas 
 
En los años sesenta surgió la preocupación entre biólogos y otros científicos, así 
como entre algunos sectores de la población y gobiernos, acerca de los fenómenos 
económicos en su relación con el medio ambiente global. En la perspectiva de que podía la 
naturaleza cobrarse el excesivo deterioro que la industrialización le ha ocasionado, 
limitando el crecimiento económico y sobretodo con la creciente duda de que aún y la 
capacidad tecnológica y social se pudiera enfrentar este fenómeno. 
Se sabía que siempre había existido la contaminación de los recursos naturales; se 
percibía que con la Revolución industrial la contaminación se había incrementado, pero es 
hasta mediados de los sesenta en que se intuía que nos acercábamos al punto en que esa 
contaminación entrañaría peligro para la humanidad. 
En algunos países se toma conciencia del fenómeno y de ello empiezan a surgir 
propuestas más o menos estructuradas de conservacionismo, que con su presión logran que 
algunos países sobre todo desarrollados lleven a cabo las primeras reuniones 
intergubernamentales para conocer y proponer medidas a los problemas ambientales. Tal es 
el caso de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre el medio 
ambiente Humano que se llevó a cabo en Estocolmo en agosto de 1972. 
 
Un poco antes, en 1968, organizaciones no gubernamentales de distintos países 
hacen lo propio llevando a cabo una reunión conocida como el Club de Roma, la cual se 
ocupa en considerar las dimensiones y naturaleza de lo que llamaría “problemática global”. 
De esta reunión surgen los primeros informes técnicos en los cuales dejan claro que si las 
tendencias del uso de los recursos naturales y de la producción siguen como hasta ahora, se 
generaría un riesgo de escasez de los recursos naturales, mismos que frenarían el 
crecimiento económico. 
Este proceso de atención inicial a la problemática ambiental, paulatinamente generó 
los primeros programas internacionales para revertir algunos aspectos contaminantes, como 
es el caso del Programa de la Naciones Unidas para el medio ambiente (PNUMA) de 1972, 
y el protocolode Montreal de 1990, con lo cual los países firmantes se comprometían a 
suspender de inmediato la producción de los clorofluorocarbonos (CFC), sustancia utilizada 
en los aerosoles, refrigeradores y otros procesos, que con su presencia adelgazan la capa de 
ozono del planeta misma que controla el paso de los rayos ultravioleta. 
El PNUMA es de los primeros programas en adoptar conceptos nuevos que intentan 
caracterizar la problemática ambiental, como es la del ecodesarrollo, y el concepto del 
desarrollo sustentable. 
Las catástrofes naturales así como la presión social, empujó a los gobiernos a hacer 
un mayor esfuerzo por conocer y tomar medidas para enfrentar la problemática ambiental, 
de tal forma que para 1992, se convoca, a partir de diversos estudios que dieron lugar al 
informe conocido como Nuestro Futuro Común, a la Conferencia de la Naciones sobre el 
medio ambiente y desarrollo (conocida como la cumbre de Río), en la cual se presenta el 
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concepto de desarrollo sustentable mismo que es incorporado a la Declaración de Río y 
adoptado como un nuevo paradigma para encausar los esfuerzos nacionales, en lo 
económico y lo social, para asegurar a las generaciones futuras, por medio de la protección 
ambiental y la equidad, el acceso a los recursos naturales y a mejorar las condiciones de 
vida que hasta ahora sólo ha disfrutado una pequeña parte de la humanidad. 
Víctor L. Urquidi, hace un breve repaso del origen de este nuevo paradigma, del 
desarrollo sustentable, sobre todo en su concepción ortodoxa de la racionalidad económica, 
cuando indica puntualmente el contenido de la concepción de la cumbre de Río, al 
mencionar que la llamada agenda 21 contiene un capítulo referente al empleo de 
instrumentos económicos como precios reales, impuestos ecológicos, incentivos financieros 
y fiscales, mecanismos de emisión de permisos comerciales y otras medidas como 
complemento de la reglamentación en que se habían basado desde los años setenta las 
políticas ambientales en la mayoría de los países. El modelo imperante se aferra a un 
supuesto principio de que quien contamina paga, para lo cual se ha implantado sistemas 
administrativos de normas y castigos que fijan los límites de contaminación por empresa 
productiva que deberán observarse, so pena de pagar multas y someterse en su caso, a la 
clausura de la actividad económica respectiva.19 
 
La problemática ambiental en interrelación con la economía, vista bajo la idea de la 
sustentabilidad, es relativamente reciente, sin embargo, en razón del tema que aquí abordo, 
es pertinente hacer una breve exposición de los distintos enfoques y teorías. 
 
1.5. Enfoque de la economía clásica 
 
El nacimiento de la economía como ciencia se da en un contexto en que la realidad 
exigía, conocer las leyes que regían al modo de producción capitalista, confrontándose para 
esto con las concepciones mercantilistas y fisiócratas, pues un aspecto central a la se 
dedicaron los primeros teóricos como A. Smith y David Ricardo fue en descubrir el origen 
o la generación de la riqueza, llegando a la conclusión de que es en el proceso de 
producción en donde se genera el valor, por lo que entonces refutan que sea en la esfera de 
la circulación como decían los mercantilistas, ni en la agricultura como decían los 
fisiócratas, de ahí que el concepto central de la economía política clásica haya sido el de 
valor trabajo, concebido sintéticamente como cantidad de trabajo incorporado a las 
mercancías. El valor de uso o la utilidad de la mercancía aparece de manera marginal en la 
teorización, de igual forma el efecto de la oferta y la demanda sobre los precios es 
considerada, pero no como aspecto esencial en la determinación del valor. 
 
La economía política clásica dejaba fuera de su análisis el mundo físico, pues al 
final el problema de la contaminación y la escasez, aún estaba lejos de ser un problema para 
el modo de producción capitalista. 
 
 
 
 
19 Urquidi, Víctor L. Economía ambiental una aproximación. México, Comercio Exterior. Vol. 48, No. 12, 12 
de diciembre de 1998, p. 952. 
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1.6. Enfoque neoclásico 
 
La corriente neoclásica nace a finales del siglo XIX, rompiendo con el enfoque de los clásicos, por 
principio escindiéndose de las otras ciencias sociales, al plantear su objeto de estudio independiente 
de las otras y escoger la perspectiva del individualismo metodológico.20 
 
Esta corriente adoptó el modelo del consumidor racional y consideró como criterio 
de cientificidad la capacidad de formalizar matemáticamente sus proposiciones y 
cuantificar sus conceptos. Esta línea que condujo primero a los neoclásicos, después a los 
neoliberales de primera generación, luego los monetaristas. 
En esta corriente el objetivo principal es el crecimiento económico, más que la 
sustentabilidad, pues al igual que los clásicos, estos se encerraron en los márgenes de un 
sistema de valores mercantiles, este enfoque asume la economía como un circuito cerrado 
entre productores y consumidores, donde las empresas venden bienes de producción final, y 
con esto remuneran los factores de producción (tierra, trabajo y capital). 
La teoría neoclásica en el momento de su aparición, considera a la naturaleza como 
un cúmulo de recursos ilimitados y sustituibles debido al progreso tecnológico, por otro 
lado, a los consumidores los consideran como las figuras centrales, ya que su concepción 
subjetivista se reduce a la visión básica de los gustos y preferencias de éstos, de tal forma 
que no se ocupan ni preocupan en un inicio por la relación entre la economía y los recursos 
naturales. 
Sin embargo, una vez que el capitalismo desencadena las fuerzas productivas, al 
desarrollar la industrialización, generándose la crisis ambiental mundial en la década de los 
sesenta del pasado siglo XX, la economía neoclásica tuvo que reconocer la importancia de 
estudiar la relación metabólica de la economía con la naturaleza. Para esto, concibió el 
discurso de la economía ambiental cuyo tema central es la asignación de precio a los 
recursos naturales, asimismo analiza también el control de la contaminación, la gestión de 
los residuos sólidos y el impacto de la actividad económica y humana sobre la calidad de 
los recursos ambientales.21 
 
1.6.1. La economía del bienestar 
 
Arthur Cecil Pigou, economista británico, es entre otros quien desarrolla la 
economía del bienestar, cuyo objetivo era la asignación eficiente de los recursos en la 
sociedad, a lo que llamó bienestar social. 
Pigou es quien, en el funcionamiento del mercado, detectó que había una serie de 
situaciones (externalidades; cuando las empresas o los individuos imponen costos o 
beneficios a otros sin que éstos reciban el pago apropiado o paguen los costos apropiados) 
que no permitían alcanzar el óptimo social, por lo que era conveniente la intervención del 
Estado, toda vez que éste tenía la capacidad de impulsar o restringir de manera importante 
las actividades generadoras de externalidades. 
A esta externalidad la definió como un accidente en el normal funcionamiento del 
sistema de mercado competitivo. Por tanto, las externalidades negativas o deseconomías 
 
20 De la Garza Toledo, Enrique. El Concepto de economía y su transformación. en Ciencia Económica 
(Transformación de conceptos). México, Siglo XXI-UNAM, 1998, p. 8. 
21 Urquidi, Víctor L. Economía ambiental una aproximación, Op. cit., p. 952. 
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externas eran producto de la actividad económica desarrollada por individuos o empresas 
que generan un efecto perjudicial no deseado sobre terceros, por lo que estos últimos no son 
compensados y por tanto, los costos privados de dicha actividad serán menores que los 
costos sociales. 
Algunas formas de corregir la falla del mercado consistían en establecer acuerdos 
voluntarios entre laspartes afectadas, las subvenciones por parte del Estado y el pago de 
primas o impuestos por parte de las empresas contaminantes. De esta manera, existía un 
claro perjudicado y un responsable de la externalidad, por ejemplo, si una fábrica realizaba 
emisiones dañinas que afectaban a los habitantes de su entorno, existían un claro 
responsable: la empresa contaminante, causante del efecto externo que debe hacer frente 
unilateralmente a algún tipo de penalización.22 
Cuando los costos de arreglo son excesivamente altos como normalmente ocurre en 
el caso de las externalidades ambientales y el número de personas involucradas es muy 
elevado, se cierra el camino de la negociación y por tanto, resulta imposible alcanzar por 
esa vía la combinación óptima de derechos que permitiría corregir el efecto externo. Por 
tanto, a la hora de tomar decisiones los tribunales intentan valorar lo que se ganaría y lo que 
se perdería por evitar acciones perjudiciales. 
El teorema fundamental de la economía del bienestar dice que, el bienestar 
individual conduce de manera natural al bienestar colectivo. En una economía sin 
externalidades el óptimo paretiano es casi natural. En cambio cuando existen externalidades 
se viola una parte fundamental de la economía del bienestar, es decir, que no está 
cumpliendo con el óptimo y para restaurarlo se realiza a través de los mecanismos de 
mercado para cotizar las externalidades negativas sobre los bienes ambientales y naturales, 
por lo tanto, el óptimo de Pareto existiría cuando resulte imposible aumentar los excedentes 
de algunas personas sin disminuir o afectar los de otros, es decir, cuando los precios se 
igualan al costo marginal y en competencia perfecta esta condición maximiza los beneficios 
de las empresas. 
 
1.6.2. El costo social 
 
Ronald H. Coase plantea el problema de que la externalidad debe abordarse 
tomando en cuenta al causante como al receptor de la contaminación y no únicamente al 
primero ya que en realidad la externalidad es bidireccional y no unidireccional como lo 
establece Pigou. 
Este autor plantea que el papel otorgado a la intervención estatal debía dejar de ser 
considerada como última alternativa directa e incuestionable cuando el mercado actuaba de 
forma defectuosa. Esta crítica no iba contra la intervención pública en la corrección de la 
externalidad, sino contra la forma de concebir el problema, es decir, a través de un modelo 
a-institucional. 
El teorema de Coase afirma que bajo competencia perfecta los costos privados y 
sociales son iguales. 
Las críticas al planteamiento de Coase se centran en enfatizar la difícil variabilidad 
de la solución de mercado para corregir problemas de externalidades ambientales. La 
 
22 Azqueta, Diego. La Problemática de la gestión óptima de los recursos naturales, aspectos institucionales 
en Análisis económico y gestión de recursos naturales. Madrid, Alianza económica, 1994, p. 54. 
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propuesta de Coase de los acuerdos voluntarios solo sería válida para impactos 
medioambientales localizados y reversibles, sin embargo, esta lejos de adecuarse a las 
grandes catástrofes medioambientales, cuyos efectos son difusos. Por ejemplo, la 
contaminación del agua de un pequeño río es generado por múltiples fuentes. Por tanto, 
resulta demasiado caro identificar por separado a los agentes contaminantes y establecer 
relaciones causa-efecto. Otro problema es quién (organismo, grupo de interés, etc.) tiene la 
capacidad para determinar el contenido, los criterios y los objetivos del marco institucional. 
La diferencia entre Coase y Pigou es de carácter conceptual. Y reside en la forma de 
enfocar el problema, el primero es institucional y el segundo a-institucional. Es 
precisamente el enfoque institucional lo que permite a Coase abordar con flexibilidad la 
cuestión de las externalidades, ya que el autor menciona que antes de pasar a la acción hay 
que comparar acuerdos sociales alternativos. En vez del tratamiento de forma a-
institucional y rígido propio de Pigou. 
 
1.6.3. El óptimo de Pareto 
 
Wilfredo Pareto (1848-1923) economista y sociólogo, describe el óptimo de Pareto 
así; como el medio ambiente es fuente de recursos naturales y receptáculo de los residuos 
producidos durante el proceso de producción y de consumo es necesario incorporar los 
costos del medio ambiente en los costos del proceso productivo a través de algunos 
instrumentos como los impuestos ambientales y los permisos de emisión negociable, es 
decir, que el agente contaminador pague un costo social equivalente a la deseconomía 
externa que éste genere. Estas externalidades constituyen la principal amenaza al medio 
ambiente a la calidad de vida. 
 
 
1.6.4. Enfoque de la teoría económica de gestión de los recursos no renovables 
 
El tema central de este enfoque es el estudio de la naturaleza como proveedora de 
materias primas. Un recurso natural le viene dado al hombre por la naturaleza, es un activo 
de cuya existencia y disfrute se derivan rendimientos y servicios en forma de ingreso o de 
utilidad. La biosfera es un sistema complejo de sustentación de toda las manifestaciones del 
la vida humana, animal y vegetal. Los sistemas y procesos que operan en el ambiente físico 
proporcionan a la sociedad una gama de servicios. 
 
 
 
1.6.5. La regla de H. Hotelling 
 
 
La tesis central de este enfoque (contenida en la regla de Hotelling), formula que, a 
la hora de jugarse la toma de decisiones en torno al manejo de los recursos naturales, la 
pauta óptima de su explotación y comercialización se caracteriza porque, en el curso del 
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tiempo, éstas generen beneficios marginales que se acrecienten a la par y con el mismo 
ritmo que la tasa de interés.23 
 
 
1.6.6. La regla de extracción de Gray 
 
 
Este autor propuso una regla que establecía que el propietario de un recurso no 
renovable va a mantener una renta actualizada como diferencia entre el precio y el costo 
marginal de cada periodo, es decir, el propietario de un recurso no renovable tiene que 
cubrir el costo de oportunidad debido a la reducción del stock existente de su activo. En 
equilibrio, este costo de oportunidad indicará que el valor de extraer una unidad más de 
recurso es igual al valor que tiene dejarla en la tierra. El modelo de Gray se construye sobre 
un conjunto de supuestos iniciales bastante restrictivos. A continuación se enumeran estos 
supuestos: 
 
1. Los costos marginales de extracción crecen con la cantidad extraída en cada 
periodo, a la vez que el precio de mercado del mineral en términos reales se mantiene 
constante. 
 
2. El propietario del recurso reconoce exactamente sus reservas, y a su vez, todas 
estas son de la misma calidad. 
 
Para que se cumpla la regla las cantidades extraídas deben disminuir con el tiempo, 
de manera que el costo marginal de cada periodo sea menor y el beneficio marginal 
nominal crezca a la tasa adecuada. Dadas las condiciones iniciales cuando no se cumple 
algunos de los supuestos el modelo no se puede aplicar. 
 
 
1.6.7. Consideraciones de la visión neoclásica 
 
 
Como señalé más arriba, la economía neoclásica en su primer momento de 
existencia, al no tener enfrente la problemática del medio ambiente, como factor limitante 
al desarrollo económico, esta corriente asumió a este medio físico como un cúmulo de 
bienes susceptibles de ser usados en la producción y el consumo, pero estos bienes, la gran 
mayoría de ellos de libre acceso y por lo tanto ajenos al pensamiento económico, sobre todo 
por que esos bienes naturales, que se dan en condiciones que no son susceptibles de 
apropiación, de valoración, de intercambio o de circulación comercial. Por eso, cuando 
algunos teóricos del pensamiento neoclásico, se muestran interesados en su estudio, 
utilizando su enfoque y arsenal teórico, se dan cuenta que existe una serie de obstáculos que 
dificultan su integración, siendo esas dificultades

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