Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLAN EL DERECHO CIUDADANO DE LAS MUJERES EN EL DISTRITO FEDERAL TRABAJO PROFESIONAL QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: LICENCIADO EN SOCIOLOGIA PRESENTA: OMAR CARDENAS MONTOYA ASESOR: Maestro Said Israel Vázquez Salinas Diciembre 2008 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A VICTOR, ALICIA, MONICA, JAVIER Y CAMILA Por su apreciable tiempo a: Maestro Said I. Vázquez Salinas Lic. Wendi Nicolasa Vega Lic. Edgar Ávila Ríos Maestro Juan Carlos Campuzano Maestro Jorge Alberto Esparza INDICE INTRODUCCIÓN I.- EL MOVIMIENTO FEMINISTA.…………………………………………… 8 • El Sufragio Femenino…………………………………………………. 8 • La condición de la mujer……………………………………………… 14 • De la ideología a la academia……………………………………….. 19 II. EL GÉNERO COMO PARTE DE LOS PROGRAMAS GUBERNAMENTALES.……………………………………………… 24 • Relaciones de poder y género……………………………………….. 24 • La apropiación de los roles sociales………………………………… 29 • Perspectiva de género………………………………………………… 36 • Política pública…………………………………………………………… 8 • Políticas públicas dirigidas a mujeres (con perspectiva de género) 41 III. INMUJER: CENTRO INTEGRAL DE APOYO A LA MUJER. (SURGIMIENTO)………………………………………………………… 44 • Fundamentos Jurídicos……………………………………………… 46 • Estructura de los Centros Integrales de Apoyo a la Mujer……… 48 • AJOY: ATENCIÓN JURÍDICA Y ORIENTACIÓN………………… 50 • DPC: DESARROLLO PERSONAL Y COLECTIVO……………….. 50 • DET: DESARROLLO ECONÓMICO Y TRABAJO………………… 50 • CCC: CONSTRUCCIÓN DE CULTURA CIUDADANA………….... 50 • AD: ÁREA DE DIFUSIÓN……………………………………………. 50 • CI: CIRCULO INFANTIL……………………………………………… 51 • JEFATURA DE ÁREA………………………………………………… 51 IV. ANÁLISIS DE LAS FUNCIONES DESARROLLADAS DENTRO DEL CIAM................................................................................................. 54 • Análisis del área construcción de cultura ciudadana…………….. 58 V. LA NECESIDAD DE INTEGRAR A LAS ÁREAS A UN SÓLO OBJETIVO: LA PROMOTORÍA DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES........................................................................................ 63 • Estrategias……………………………………………………………… 63 • Fundamentación de la importancia de la actividad desarrollada… 64 • Proceso……………………………………………………………........ 64 • Autoestima……………………………………………………...……… 66 • Género y derechos humanos………………………………………… 67 • Mujer y trabajo…………………………………………….…………… 68 • Derechos sexuales y reproductivos…………………………………. 70 • Violencia hacia las mujeres…………………………………………… 71 • Ciudadanía……………………………………………………………… 71 CONCLUSIONES....................................................................................... 73 Anexo 1.- Argumentos en torno al Sufragio Femenino……………………… 81 Anexo.2.- Distribución de diversos indicadores de participación sociopolítica y toma de decisiones por sexo…………………………………………… 83 Anexo 3.- Epístola de Melchor Ocampo……............................................. 84 Anexo 4.- Satisfactores en tres tipos de necesidad……………………….. 85 Anexo 5.- Estadísticas sobre el tipo de atención registrada en el Distrito Federal…………………………………………………………………………. 86 Anexo 6.- Distribución de la población de 12 años y más por sexo según tipo de actividades que realiza…………………………………………… 87 Anexo 7.- Programa de Formación de Promotoras con Perspectiva de Género………………………………………………………………………...... 88 Anexo 8.- Derechos de las mujeres………………………………………… 95 Anexo 9.- Mapa de Azcapotzalco……………………………………………. 97 BIBLIOGRAFÍA......................................................................................... 98 3 INTRODUCCIÓN El presente trabajo es un informe escrito, resultado de la experiencia profesional, en el cual se demuestra el aprendizaje de capacidades y competencias en el campo laboral; así como la aptitud para reflexionar críticamente y fortalecer la importancia de la ejecución de políticas públicas con perspectiva de género. En primer lugar haremos un apartado que contiene la contextualización de la práctica profesional, seguido de una descripción y evaluación de las actividades realizadas y por último un análisis crítico de las funciones desarrolladas. Todo en el marco del objetivo del Instituto de la Mujer del Distrito Federal. Sobre todo, se pretende mostrar las características del programa de promotoras de los Derechos de las Mujer, fundamentando la importancia de la actividad desarrollada La labor profesional comprende desde la planeación de talleres y eventos dirigidos a mujeres, con apoyo de materiales y documentos empleados, hasta la organización comunitaria con su respectiva metodología. De estos dos momentos, destaca cómo se planteó y dirigió el trabajo para formar promotoras desde el área en la que participe y cuya planeación contempla el trabajo en conjunto de todas las áreas que conforman al instituto. Mi trabajo en esta dependencia, inició en marzo del año 2000, dentro del área de Construcción de Cultura Ciudadana del todavía Centro Integral de Apoyo a la Mujer (CIAM) Azcapotzalco. Perteneciente al Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y éste a su vez sigue dependiendo como un área operativa de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal. Hoy en día los CIAM dejaron de existir para convertirse en Institutos de la Mujer con sede en cada una de las dieciséis delegaciones que conforman a la Ciudad de México. Cada uno de los Institutos con características diferentes en su población, se puede determinar por el contraste que existe en la Delegación Milpa Alta que se caracteriza por la actividad agrícola además de ser un lugar donde se manifiestan tradiciones más arraigadas; aunque también existe actividad industrial y zonas marginadas urbanizadas. En cambio en la Delegación Coyoacán que se ubica en la zona urbana de la ciudad y que si 4 bien dentro de su población se pueden encontrar altos índices de actividades culturales e intelectuales, también existen zonas marginadas y de los más altos grados de drogadicción de la ciudad; o Azcapotzalco, en donde la mayoría de su población deriva de la clase obrera que ocupo al rededor del año de 1960 junto con la industria esos territorios. Estas pueden ser características que a cada uno de los Institutos les permite insertarse en la comunidad de variadas formas, aunque como veremos más adelante la situación de violencia de género nos parece similar en cualquier área de esta ciudad. Como base administrativa de todo el trabajo de los dieciséis centros de operación, queda el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, se ubica en Tacuba 76, en el primer cuadro de la Ciudad. Lugar en donde todos y todas las trabajadoras de los INMUJERES Delegacionales están adscritas laboralmente. También es en ese espacio central, en donde se atienden las necesidades administrativas, se crean programas con particularidades según las temáticas que tienen que ver con la violencia de género, se calendarizan un número significativo de cursos decapacitación hacia los que efectúan el trabajo directo con las mujeres, sobresalen la asesoría jurídica, el apoyo psicológico, de proyectos económicos y ciudadanos. Estás capacitaciones van desde considerar diferentes formas de inserción en la comunidad hasta la sensibilización del personal, esto es que cada integrante del Instituto pase por nuevos aprendizajes a través de la propia experiencia, revisando aspectos sobre todo de violencia, género y sexualidad. Este aprendizaje que enriquece el conocimiento de los facilitadores del instituto, se multiplicará a la comunidad por medio de promotoras, con un trato directo y participativo con niñas niños, mujeres y hombres de la demarcación como se mostrará en el último capitulo. La labor como asesor del INMUJERES en Azcapotzalco finalizó en septiembre del 2003. El interés por realizar esta presentación escrita, surgió después de laborar en otras dos instituciones encargadas de promover o proteger los Derechos Humanos, en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y en la Dirección de Desarrollo Social en la Delegación Azcapotzalco del año dos mil tres al dos mil seis. En ninguna de estas dos, se trabajo de 5 manera participativa en la prevención de la violencia o en la discriminación con la comunidad. Anterior al trabajo del Instituto de la Mujer, existía el Programa de la Mujer (Pro Mujer), organizado en 1998 durante el periodo del Ingeniero Cuauhtemoc Cárdenas Solórzano, como Jefe del Distrito Federal, fue parte de los procesos políticos, sociales y culturales. Uno de estos cambios previamente discutidos en la entonces Asamblea de Representantes del Distrito Federal (ARDF) fue lo que se conoció como “los procesos democráticos”, algo en particular fue la formación de comités vecinales para fomentar la participación ciudadana. Estos ejercicios democráticos ya se venían gestando desde hace tres décadas, así que para el feminismo, el trabajo con la ciudadanía paso de ser movimiento civil a trabajo institucional. En la política cultural se abrieron caminos hacia el apoyo de la “cultura propia” y no solamente a una supuestamente cultura general o universal, entendiendo a esta última como el patrimonio material acumulado de la humanidad en su totalidad o de grupos humanos determinados, incluyendo monumentos y artefactos (Stavenhagen, 2000: 12) de acuerdo con esta opinión el derecho a la cultura significaría el derecho a toda persona a tener acceso en condiciones de igualdad, la UNESCO es un mecanismo de vigilancia de esta condición1. Esto no significa “más cultura” y un mejor acceso a la misma, esto comúnmente se interpreta como más de todo, más libros, más museos o cobertura televisiva. Los cambios que se dieron tienen que ver con el apoyo a propuestas de alternativas artísticas a sumar actividades y productos materiales diversos, y más aún, se estimulaba al público a conocer otras formas de expresión creando espacios para la preparación y presentación como es el caso del Zócalo capitalino, paralelamente se crearon colectivos como el Faro de Oriente, con una gama de enseñanza de artes y oficios o el Colectivo Pirámide con propuestas de enseñanza artística. Parte de la población se incorporo a nuevos proyectos culturales para todas las edades en 1 Véanse el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 27), así como varios artículos del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Ambos aprobados por la Asamblea General de la ONU en 1966). 6 especial para jóvenes. La cultura no sólo abarcaría un cuerpo de conocimientos o de obras artísticas universales sino de reconocimiento de otras expresiones y sociedades. Pero en la anterior definición parece referirse solamente al espectáculo, entretenimiento y conocimiento. Hubo proyectos que profundizaban el sentir de las personas, sus valores, costumbres y comportamientos, a la propia cultura entendiéndola como el obrar, conocer o creer de una manera aceptable en una sociedad. Kluckhohn se las ingenia para definir la cultura como: el modo total de vida de un pueblo; 1) El legado social que el individuo adquiere de su grupo; 2) una manera de pensar, sentir y creer; 3) una abstracción de la conducta; 4) una teoría sobre la manera en que se conduce un grupo de personas, 5) un depósito de saber almacenado; 6) una serie de orientaciones estandarizadas frente a problemas reiterados; 7) conducta aprendida; 8) un mecanismo de regulación normativo de la conducta, 9) una serie de técnicas para adaptarse tanto al ambiente exterior como a otros hombres, y; 10) un precipitado de historia.(Geertz, 1973: 20) De aquí que, la expansiva propuesta de la equidad y género llegaba de los movimientos sociales, reforzado por la reflexión y cabildeo de algunos centros académicos, como una propuesta nueva para comprender, prevenir y combatir a la violencia hacia la mujer. La violencia deja de ser vista por algunos sectores del Gobierno del D.F. como un problema psicológico del individuo, ahora que proviene de un sistema cultural de ejercicio de poder, no es un problema personal, por el contrario, tiene su carácter social. Esta visión surge en la academia en los años sesenta y es hasta finales de los años setenta donde institucionalmente se puede pretender erradicarla. La violencia, el tema de salud reproductiva o el aborto, eran algunos temas que ya varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG) respaldaban. Estas organizaciones existieron al menos cinco años atrás, influyeron en mujeres que vieron la posibilidad de implementar políticas públicas en los diferentes ámbitos gubernamentales. PROMUJER es parte de 7 esto, comenzó por atender y sensibilizar a una significante población de la Delegación Milpa Alta y poco después mujeres de la Delegación Tlalpan, se afianza la propuesta, convirtiéndose en partida presupuestal de Desarrollo Social del GDF, llegando a ser lo que conocemos hoy en día como INMUJERES. 8 I.- EL MOVIMIENTO FEMINISTA. De vez en cuando no esta mal que el cronista se suba a la maquina del tiempo, mueva las palabras adecuadas y se instale en el pasado, ya sabemos todos que el futuro está ahí, a la vuelta de la esquina y trae mucho que contar. José Saramago Desde luego haré referencia a ciertas fases del movimiento feminista con el fin de proporcionar un acercamiento al contexto en el cual se desarrolla el Instituto de las Mujeres con un fin específico, en el sentido de fomentar herramientas que sirven para construir diálogos, discursos o bien mecanismos de defensa ante una sociedad patriarcal. Comenzando con una reseña del movimiento sufragista que desemboca en el derecho al voto en 1953, parte del escenario que da lugar al enunciado “condición de la mujer” como bandera del movimiento en los años setentas el cual abrió paso a la construcción del concepto de género y por último cuando en los años noventa crece la lucha y se fusionan actos en contra de la violencia hacia la mujer, que van desde cambios en materia legal hasta cambios en actitudes individuales y culturales. El Sufragio Femenino La importancia de este acercamiento es para entender que las mujeres mexicanas y sus acciones colectivas son ya manifiestas en el quehacer de la historia, cerca de 100 años exigieron el respeto de los derechos individuales y colectivos como nunca antes, Parte de esta historia es proporcionada a las usuarias del instituto de la mujer como estrategia de concientización. La lucha femenina por el derecho al voto en el mundo inicia a fines de 1700 con la inglesa Mary Wollstone Craft, y más tarde la retoma en 1789, en Francia, Olympe Gouges; ella exigió la eliminación de esta forma de discriminación, recibiendo como respuesta que las mujeresdebían hacer honor a su verdadera naturaleza: la maternidad, 9 argumentando que ellas no tenían la lógica y la fuerza suficientes para asumir la responsabilidad de elegir. En América, el movimiento en favor del voto femenino comenzó en 1848 durante la Convención de los Derechos de la Mujer, efectuada en Séneca Falls, New York, que se originó por la exclusión del voto a las mujeres en la décima quinta enmienda Constitucional de 1870, en la que se amplió el voto a los negros varones. La lucha femenina en México da sus primeras manifestaciones importantes durante los años 1884 y 1887, cuando por primera vez una publicación, la revista femenina Violetas del Anáhuac, fundada y dirigida por Laureana Wright González y escrita solamente por mujeres, demandó el sufragio femenino. (Romero, 2004: 23) En México las mujeres no tenían acceso a la educación escolar, tanto por el rezago educativo como por su condición femenina. Desde principios del siglo XX y finales del XIX, algunas mujeres fueron a la escuela, sobre todo se incorporaron a la educación a través de la escuela Normal o bien a carreras comerciales, existían también centros de artes y oficios. Así acceden a la creación de expresiones artísticas, posteriormente al estudio de la medicina o también se crean las escuelas municipales para obreras. Aún así, tan sólo en el año de 1900 cuando se realizaba el censo de población en el Valle de México, sólo se contaban a los hombres ya que eran parte de la vida pública.1 Las mujeres sólo tenían presencia en su hogar, se dedicaban al trabajo doméstico, cuidado de los hijos e hijas, a coser, bordar, eran parte de la vida privada, no tenían voz ni voto para incidir en el destino de la comunidad. La falta de acceso a oportunidades da como resultado expresiones de inconformidad, como en el contexto revolucionario de 1910, cuando diversas asociaciones se unen a Madero, entre ellas el club femenil antirreeleccionista conocidas popularmente como “Las Hijas de Cuauhtémoc”. Poco tiempo después, las integrantes del club protestan por el fraude en las elecciones y demandan la participación política de las mujeres mexicanas. Posteriormente, 1 Un conteo se puede apreciar por ejemplo en un mapa que como objeto antiguo representa al Valle de México y su crecimiento urbano, este contiene cifras de población en donde sólo se refieren a los hombres, es decir contaban al jefe de familia o en todo caso a un suplente. Museo Casa de Madera, Tenango del Aire, Juchitepec, Estado de México. 10 en 1916, se realizó el primer Congreso Feminista2, específicamente el 13 de enero, impulsado por el general Salvador Alvarado como Gobernador de Yucatán y en el cual uno de los principales acuerdos a los que se llegó fue demandar al propio gobernador que se otorgara el voto ciudadano a las mujeres, sin obtener respuesta. Luego de la promulgación de la Constitución Política de 1917, era inminente que no se negaba la ciudadanía a las mujeres ni su oportunidad de votar, pero expresamente o por escrito no aparecía ese derecho en algún papel y esto era comprobado en las urnas cuando el nivel de participación era bajo. Aunque en abril del mismo año, se expidió la Ley de Relaciones Familiares, según la cual los hombres y las mujeres tienen derecho a considerarse iguales en el seno del hogar. Ley que sin duda fue producto de la incidencia de grupos de mujeres. Del 20 al 30 de mayo de 1923, la Sección Mexicana de la Liga Panamericana de Mujeres convocó al Primer Congreso Nacional Feminista, con la asistencia de 100 delegadas en la Ciudad de México. Sus principales demandas fueron la igualdad civil para que la mujer pudiera ser elegible en los cargos administrativos, el decreto de la igualdad política y la representación parlamentaria por parte de agrupaciones sociales. A efecto del citado encuentro, el 13 de julio de ese mismo año, el gobernador de San Luís Potosí, Aurelio Manrique, expidió un decreto en el que se concedía a las mujeres potosinas el derecho a votar y a ser elegidas en elecciones municipales. En Yucatán, unos meses antes, Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche de Ponce y Raquel Dzib Cicero, figuraban como candidatas a diputadas al Congreso del estado de Yucatán. Elvia Carrillo Puerto resultó la primera mexicana electa diputada al Congreso Local por el V Distrito, el 18 de noviembre de 1923. Sin embargo, después de desempeñar su cargo por dos años renunció, debido a las amenazas de muerte que recibió. Más tarde cambió su residencia a San Luís Potosí, donde fue electa al obtener la mayoría de votos, pero el Colegio 2 Las referencias históricas que se mencionan en este capitulo se obtuvieron del documento logrado por la Comisión Especial para Conmemorar el 50 aniversario del voto de las mujeres en México. Senado de la Republica, Avances en la Lucha política de las mujeres a 50 años del Sufragio Femenino. México, 2004. 11 Electoral no reconoció su triunfo. Hacia 1935 por primera vez las mujeres participaron en las votaciones internas del Partido Nacional Revolucionario (PNR), creado seis años antes. Entre 1935 y 1936, mujeres del partido oficial conforman el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDN), junto con militantes cercanas al Partido Comunista. Ellas encaminaron sus demandas de clase y reivindicaciones de género, demandas que contenían intereses diferentes. Cuando proliferaban los frentes amplios a nivel mundial. Este llegó a contar entre sus filas a más de 50.000 afiliadas de 25 organismos obreros y regionales de todo el país. Esta instancia fue limitando su acción en torno a la demanda del sufragio femenino, con la consiguiente protesta de las feministas que aspiraban a una lucha más amplia por la igualdad entre los géneros. Esto llevó a un quiebre del Frente, el que desapareció antes de la obtención del voto femenino. (Lovera, 1999: 37) Dejando un legado ante su desaparición, el FUPDN profundizó en ciertas áreas del trabajo popular como la creación del Departamento Autónomo de la Mujer en la Confederación Campesina Mexicana (CCM); quien luchó por el cumplimiento de la Ley Federal del Trabajo y la sindicalización de las obreras y empleadas gubernamentales, así como por la instalación de salas de asistencia infantil anexas a los mercados. Sucedía que la lucha al implicarse con las alianzas con sectores y grupos dominantes en el ámbito nacional repercutió en detrimento de la organización amplia del movimiento de mujeres. Sin embargo, existía la actividad febril entre otras actividades que eran resultado del trabajo de varias mujeres, y que vendrían a desencadenar la demanda del voto. En 1937 el presidente Lázaro Cárdenas envió a la Cámara de Senadores la iniciativa para reformar el Artículo 34 constitucional, como primer paso para que las mujeres obtuvieran la ciudadanía. En 1938 la Reforma se aprobó y ese mismo año lo fue en la mayoría de los Estados. Para el 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa enviada por el presidente Miguel Alemán, en la que se adicionó el 12 Artículo 115 Constitucional, que entró en vigor el 12 de febrero del siguiente año. Esta iniciativa establecía que en las elecciones municipales participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones, con el derecho a votar y ser elegidas. No fue hasta que en 1952 siendo candidato a la presidencia de la República, Adolfo Ruiz Cortines prometió, ante 20 mil mujeres asistentes a un mitin de campaña, la ciudadanía sin restricciones para las mujeres. Hay que tomar en cuenta los cambios que existían en la sociedad Mexicana como el ingreso de la mujer a la educación, el establecimiento de los medios de comunicación masiva, la inserción de la mujer al juego del consumo y al detrimento delsalario de los hombres. Ya para el 17 de octubre de 1953 se publicó la enmienda del artículo 34 constitucional3 como hasta ahora permanece. No es de extrañar, pero en contra del voto se pudieron crear estrategias como la implementación del día de la madre como para recordar a la mujer que su papel es el hogar o toda una serie de cuentos tele novelescos que impulsan los roles clásicos del hombre y la mujer y los cuales se difunden masivamente. No es impensable ya que algunos argumentos que se dieron durante los debates sobre la existencia del derecho al sufragio femenino eran severamente reaccionarios4. En las elecciones del 3 de julio de 1955 las mujeres acuden por primera vez a las urnas a emitir su voto, sin embargo, con el derecho consagrado en la constitución, el ejercicio del sufragio electoral tardó mucho más en gestarse, sobre todo porque la tradición imperaba ya que muchas mujeres sufrían un 3 Lo marca la Constitución Política de los Estados Mexicanos, en el Capitulo IV, De los Ciudadanos Mexicanos, Artículo 34: “Son ciudadanos de la república los varones y mujeres que teniendo la calidad de mexicanos, reúnan además los siguientes requisitos: a. Haber cumplido 18 años, siendo casados, 21 si no lo son, y b. Tener un modo honesto de vivir”. 4 Anexo 1: Argumentos en Torno al Sufragio Femenino. Son parte del debate que antes de 1953 se percibía en el ambiente político. Obtenido de: - Apuntes de Derecho Electoral, Tribunal Electoral del Estado de Michoacán de Ocampo, 2003. - Comisión Especial para la Conmemorar el 50 aniversario del voto de las mujeres en México. Senado de la Republica, Avances en la Lucha política de las mujeres a 50 años del Sufragio Femenino. México, 2004. - Una síntesis de la irrupción femenina en el México del siglo XX aparece en la Agenda Mujeres 2000 del Instituto de la Mujer del Distrito Federal, que cuenta cada mes la historia de la mitad de la población y perfila desde a Sor Juana Inés de la Cruz, quien filosofó y escribió en el siglo XVII, hasta Ramona, comandante tzotzil que hoy sostiene que es mejor morir luchando que morir de hambre. 13 severo nivel de represión familiar que les impedía acudir a las urnas u otras simplemente reproducían los designios que los hombres de la casa les sugerían que debían manifestar. No es hasta los años setenta cuando más mujeres empezaron a ejercer su derecho, en el mundo se daba una revolución ideológica y política, como consecuencia de la filosofía de la liberación sexual, indudablemente repercutió en México. Para el movimiento feminista y para la sociedad en general el derecho al voto de la mujer es la garantía de plena igualdad ciudadana, se asegura la posibilidad de ingresar al mundo de la vida pública, al espacio de lo político. Por un lado este alcance posibilita la autodeterminación, es decir la autonomía individual: la capacidad de tomar decisiones, de expresar opiniones y el reconocimiento de la participación de la mujer en los cambios sociales. Por otro lado genera capacidad de representación de intereses y demandas, al formular políticas públicas, las necesidades de las mujeres son consideradas y defendidas para que los gobernantes pretendan programas que posibiliten el acceso equitativo de las mujeres a la educación, trabajo, salud, política y al esparcimiento, garantizando el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos jurídicamente reconocidos. El sufragismo aparece como una forma de encuadramiento de mujeres de todas las clases sociales, a pesar de sus distintas ideologías y objetivos, pero coincidentes en reclamar el derecho a la participación política, uno de cuyos requisitos es el voto, para reformar la legislación y la costumbre y en consecuencia a la sociedad. (Franco, 1983: 16) Cabe señalar que varias mujeres abandonaron a las organizaciones de feministas de la primera mitad de este siglo, de ahí que las propias organizaciones dejaron de existir como tales en la década de los cincuenta y muchas de estas mujeres o intereses que éstas defendían fueron integrados, de alguna manera, en instituciones sociales y políticas, tales como partidos, sindicatos, organismos de gobierno e instituciones de educación, dentro de sus líneas o políticas internas la participación de la mujer fortalecía procesos. 14 Hoy en día faltan muchos eslabones por superar, como el hecho de que los partidos políticos cumplan con el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales en su Artículo 22 Transitorio que indica que las candidaturas no deben exceder de un 70 por ciento para un mismo género, esto queda reflejado en el numero de cargos políticos que las mujeres ocupan a nivel federal5. La condición de la mujer Después de la década de los cincuenta, cuando empeora la crisis del agro, gracias a la incorporación de niños y mujeres al campo laboral por necesidad económica, la educación básica como política de Estado para niñas y niños y la creciente urbanización, van incorporando poco a poco a la mujer al ámbito público. Por otro lado la formación de organizaciones como la Alianza Nacional de Mujeres, que después vendría a preparar el terreno para el nuevo movimiento feminista. Teniendo en cuenta que las mujeres mexicanas ya acompañaban las luchas de obreros y campesinos, movimientos como los cristeros o la propia Revolución Mexicana, las mujeres ahora acompañarían en gran número a la lucha por la tierra de los años 60, de igual forma a los trabajadores insurrectos de 1958 y finalmente se emparentaron con el Movimiento Estudiantil Popular de 1968. El movimiento feminista de los años setenta estuvo muy emparentado con la desobediencia civil, al igual que el movimiento estudiantil de 1968. No era un movimiento estructurado, con declaraciones de principios, ni tácticas ni estrategias de lucha cuidadosamente reflexionadas. Era una revuelta que se iba dando de manera improvisada y espontánea. Sin embargo, muy pronto aparecieron discrepancias sobre las distintas posibilidades que se abrían en cuanto a formas de proceder o de cómo seguir luchando. (Bartra, 1999: 4) 5 Anexo 2: Distribución de diversos indicadores de participación sociopolítica y toma de decisiones por sexo. 15 Las mujeres que integraban el movimiento, en general, no habían sufrido lo más brutal de la opresión machista, no habían sido víctimas de violación o golpes del marido y no peligraba su vida en abortos clandestinos mal practicados; si ellas tenían la posibilidad de abortar si bien clandestinamente, las condiciones de higiene eran aceptables. Entendido el sufragio femenino como un acto democrático, no había otra forma de cuestionar la baja participación social y política de la mujer, se abordaba el querer conocer la situación que vivían las mujeres, principiando por sus propios escenarios. En el contexto de los sucesos de 1968, que culminaron trágicamente con la matanza de cientos de jóvenes en la plaza Tlatelolco, y que significaron la exigencia por parte de la ciudadanía de una apertura en el sistema político y mayores canales de participación, resurgió un nuevo feminismo, característico de los años setenta. Este reunió a mujeres de clase media, con estudios universitarios y cercanas a posturas de izquierda. La realización en México de la Primera Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre la Mujer, bajo el lema "Igualdad, desarrollo y paz", fortaleció este movimiento de mujeres. (Lovera, 1999: 53) Lo importante de este momento es la identificación con la causa de la mayoría de las mujeres en lucha y que se multiplicaría en nuevas generaciones, medios y formas. No importando clase, raza ni lugar, sino la condición de la mujer. Se dieron las condiciones para que la década de los ochenta se caracterizarapor la multiplicación de los grupos, por el acercamiento del feminismo a otras clases sociales, actividades y a diversas profesiones. Lo primordial en los años setenta era el descubrimiento de la existencia de algo que se llamó “la condición de la mujer”; el hecho de que las mujeres se percataran de su inferioridad social y surgiera la imperiosa necesidad de comunicar a la mayor cantidad de gente posible esa “noticia”, marcaron la década. Las mujeres se dieron cuenta de que la subalternidad no era, pues, personal, individual, sino colectiva. Antes, cada una pensaba que sus problemas eran 16 estrictamente personales, pero al comunicarse con otras mujeres descubrió su carácter social (Bartra, 1999: 7) Influenciado por el movimiento mundial sobre la “liberación sexual” durante el período de los setenta se vivió el mayor auge del movimiento feminista, traducido en numerosas iniciativas, entre las que se cuenta la presentación del primer proyecto de ley sobre maternidad voluntaria, el inicio de la primera cátedra sobre la condición de las mujeres, las primeras publicaciones y programas radiales feministas, fortaleciendo el interés por las temáticas de la sexualidad y género, así como por la creación de espacios propios de las mujeres. Tan sólo en los 70 abrirían las demandas por la despenalización del aborto; nombrarían a los derechos reproductivos y perfilarían el análisis de la violencia hacia las mujeres. Fue una época en la que se puso el acento en cuestiones de la sexualidad y de sexualidad de las mujeres en particular, y ese tema es siempre candente, sobre todo cuando se trata en público y se abordan aspectos que son o parecen nuevos. De ahí también el impacto de esos primeros años (Bartra, 1999: 13) A lo largo de los últimos veinte años, en México se han impartido numerosos cursos sobre la mujer. Cabe señalar que tan sólo en los Estados Unidos de América, en 1982, según la Fundación Ford se impartieron 30 mil cursos oficiales y había 350 programas completos sobre la mujer.6 Las feministas de la clase media se vuelcan a trabajar con mujeres obreras y campesinas. Se crea el feminismo popular vinculado al movimiento amplio de mujeres y ello domina durante toda la década. En 1988 se llevó a cabo el IV Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Taxco, México, que se vio sellado por el enfrentamiento entre el movimiento amplio de mujeres y las pocas feministas autónomas conocidas como “las de hueso colorado”, que no trabajaban con los sectores populares. En esta década, el feminismo pierde la capacidad de respuesta rápida y de impugnación 6 Ver Mercedes Blanco, Yolanda Corona, Mary Goldsmith et al. “La docencia universitaria sobre la problemática femenina: facilidades y obstáculos”, UNAM, México, 1989. 17 constante, mengua bastante su papel de conciencia crítica. La respuesta espontánea y rebelde ante las manifestaciones más aberrantes del machismo se adormeció y en cambio, las energías se invirtieron en ayudar a las mujeres de los sectores populares. El feminismo se convirtió así en asistencialista, impartida sobre todo por mujeres que conformaban al movimiento desde hace dos décadas atrás, es decir, la mayoría no era menor de treinta años. Primero el terremoto (1985) y después la crisis económica, la situación política del país y la disminución del gasto público producto de las políticas neoliberales implementadas obligaron a las mujeres a desarrollar estrategias de sobre vivencia (Lovera, 1999: 57) El trabajo fundamental que seguía existiendo estuvo encaminado a apoyar a las mujeres víctimas de violación o de maltrato y a las que necesitaban un aborto clandestino; se proporcionaba información, asesoría legal, médica y psicológica. Después del sismo de 1985, también se vincula a las obreras, quienes organizaron el Sindicato de Costureras 19 de Septiembre. De igual forma en esta década es cuando se inicia el proceso de “oenegeización” y de institucionalización del feminismo, que es lo que va a caracterizar a la década siguiente. Sin embargo, aún se mantenía la resistencia ante la inminencia de este proceso, se manifestaba en los diversos encuentros feministas latinoamericanos y del Caribe. A la vez que la lucha por la despenalización del aborto quedó congelada junto con la Propuesta de Ley de Maternidad Voluntaria que se entregó a la coalición de diputados de izquierda en 1979 y que fue presentada en la Cámara de Diputados. Ahí permaneció en algún cajón hasta que se despenalizo en el año 2007 sólo en el Distrito Federal. No obstante, se avanzó muchísimo en el terreno de la legislación para aumentar la condena a los violadores. La violación se persigue de oficio y los violadores, en la letra, no pueden salir libres bajo fianza. La violación representa, no hay que olvidarlo, un atentado a la propiedad privada de algún hombre y eso hay que castigarlo. Las diputadas lograron también que el hostigamiento sexual fuera considerado un delito. (Bartra, 1999: 11) 18 A partir de 1988 y previo a las elecciones presidenciales, se sumó a la lucha por reivindicaciones económico-sociales de las mujeres, la búsqueda de reivindicaciones ciudadanas, concretamente por la democracia y, en lo inmediato, por la transparencia en elecciones. Ya desde el sufragio femenino, el movimiento de mujeres ha ligado en el debate los temas sobre la condición de la mujer y la democracia. El peso social del movimiento ha permitido influir en la perspectiva estatal sobre la mujer, lo que se ha concretado especialmente en el área referida al tema de la violencia hacia la mujer, sugiriendo el diseño y puesta en práctica de servicios de apoyo legal, médico y psicológico para las víctimas de violencia. En enero de 1994, la explosión de la insurrección y el malestar campesino e indígena en Chiapas, cuya población sufre aguda pobreza, marginalidad y la sistemática violación de sus derechos humanos, no ha dejado indiferentes a las mujeres organizadas. Así como mujeres indígenas se incorporan al ejército zapatista en busca de dignidad y esperanza, cientos de defensoras de los derechos humanos, feministas, intelectuales, militantes de organizaciones populares participaron en el llamado de paz, alimentos y un gobierno más justo e igualitario, menos racista y sexista. De la ideología a la academia En la década de los noventas, el feminismo se institucionaliza plenamente en organismos gubernamentales, no gubernamentales e instituciones académicas. Había entrado en la academia en años anteriores, pero es en esta época cuando cobra un cierto poder y se puede decir que en alguna medida, se legitima. Esto significa, al mismo tiempo, que se produce el fenómeno de la profesionalización del feminismo, se trabajan para el feminismo y se vive de él. La sociología feminista es relativamente reciente, su punto relevante no coincide con la época de los más destacados de la profesión (Spencer, Weber, Durkheim y hasta Parsons), quienes dieron respuestas básicamente conservadoras a los argumentos feministas que se les planteaban. Mujeres que contribuyeron a la creación de la 19 sociología como Harriet Martineau, Clotilde de Vaux, Gertrude Simmel y Mariane Weber, no constan en los anales de la disciplina como resultado del sexismo institucionalizado implícito en la educación superior que permanecía vedada para las mujeres. (Ritzer, 1993: 353) Al final del siglo XX, se puede percibir un repunte en la combatividad de las feministas. También se observa un incremento en el interés de las jóvenes por cuestiones relacionadas con las mujeres. La institucionalización lleva además, un proceso de burocratización. Aparte, las ONGs tienen sus empleadas que toman los recados, hacen las citas, contestan el teléfono y generalmente no saben nada de feminismopara después aprender, esto se dará también a nivel gobierno. Se ha creado una élite de crítica feminista, estas son buscadas para que participen en cuanto se necesita la voz del feminismo: prensa, radio, televisión, conferencias, mesas redondas. Tanto en las ONGs como en los grupos gubernamentales y en la academia se ha establecido una jerarquía entre las feministas cada vez más acentuada, pero consta de reconocimiento. El feminismo desde finales de milenio, es una corriente de opinión que se expresa en los medios masivos de comunicación, en libros y revistas, en las aulas de las universidades de casi todo el país, en el cine, en las artes plásticas o en la literatura. Es también un movimiento convertido en decenas de ONGs, asociaciones políticas y es en ese contexto cuando nace INMUJERES. Desde que nacieron en México los estudios de la mujer se han llamado de muchas maneras, por ejemplo sociología de las minorías, sociología de la mujer, antropología de la mujer, educación de las mujeres, historia de las mujeres, estudios de la mujer y recientemente, estudios de género. Hay que señalar que nunca se han llamado estudios feministas.7 A mi modo de ver, estos estudios se deben llamar, por ahora, estudios de la mujer y no de género; es así por razones de carácter fundamentalmente político más que teórico o académico. Pienso que apenas estamos creando estos estudios en México, no los hemos 7 Una de las primeras reflexiones sobre estudios de la mujer, viene en el texto de Adrienne Rich. “Hay que tomar en serio los estudios de la mujer”, en Sobre mentiras, secretos y silencios. Icaria, Barcelona, 1983, pp. 278-287. 20 todavía legitimado del todo en la academia y ya se quiere que nos borremos nuevamente, que hagamos invisibles a las mujeres y las escondamos detrás del concepto de género. (Bartra, 1999: 14) El feminismo surge como una necesidad ante un hecho que se hace asombrosamente evidente: las mujeres como grupo social son oprimidas, marginadas, discriminadas. En distintos momentos históricos se ha observado que a pesar de todas las diferencias particulares entre las mujeres del planeta, era posible hablar de una condición similar de opresión histórica genérica, claro, es con excepciones. En ese sentido es que se habla de la condición de la mujer o de los estudios de la mujer, a sabiendas de que la realidad de cada una presenta sus particularidades, así como es distinta también la realidad de cada grupo de mujeres que comparten una época o una misma situación político- geográfica, una clase, una etnia, una preferencia sexual, una “normalidad” o “anormalidad” física o psíquica. Al hablar de estudios de género se pretenden evitar los problemas de las etiquetas anteriores. Se quiere, de esta manera, abrir el conocimiento al género masculino también y se trata de centrar el estudio, sobre todo, en las relaciones de poder entre los géneros. La entrada en la academia ha sido lenta y difícil. Se han manifestado sobretodo dos grandes obstáculos: por un lado, la debilidad teórica y el poco compromiso político de las feministas dentro de las universidades y por el otro, la ya mencionada cerrazón de las autoridades académicas y burocráticas. Sin embargo, al paso de los años, las feministas se fortalecen, creándose nuevas formas jerárquicas. La entrada del feminismo en la academia al principio se dio en la mayoría de las veces, por la vía informal. Se crearon grupos de investigación no reconocidos y se impartieron numerosos cursos sin valor curricular. Actualmente puede decirse que lo que existe en términos de docencia en este campo es bastante raquítico en comparación por ejemplo, con el desarrollo de la investigación que se lleva a cabo sobre el tema electoral. Además de que hay un desfase entre la docencia y la investigación feministas. Podemos encontrar, centros de estudio como el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) ubicado en la Torre de Ciencias de la UNAM, a grupos de estudio del Colegio de México, de la UAM y varias propuestas de 21 talleres e investigaciones en diferentas facultades y a nivel individual, pero encontramos escasa docencia al respecto en el sentido de que esta al alcance de pocos. Algunos hombres por su lado comienzan a investigar sobre género vista desde la condición de hombre, muchos de ellos primero se inclinaban por los estudios clásicos de género por el alcance de estas reflexiones. Los espacios en donde se ha discutido y recreado el feminismo son en la academia y escasas dependencias de gobierno y paralelamente, es innegable que se da un cierto proceso de burocratización. Por un lado, se tiene que trabajar de acuerdo con ciertos lineamientos de una determinada administración y de las políticas educativas; por el otro, es inevitable que surja una burocracia en el interior de los propios programas, todo lo cual condiciona el quehacer cotidiano. Esto significa, una pérdida de libertad, de espontaneidad, de creatividad incluso y, por supuesto, de combatividad. El feminismo ha sido, como movimiento social, una de las manifestaciones históricas más significativas de la lucha emprendida por las mujeres para conseguir sus derechos. Aunque la movilización a favor del voto, es decir, el sufragismo, haya sido uno de sus ejes más importantes, no puede equipararse sufragismo y feminismo. Este último tiene una base reivindicativa muy amplia que, a veces, contempla el voto, pero que, en otras ocasiones, también exige demandas sociales como la eliminación de la discriminación civil para las mujeres casadas o el acceso a la educación y el trabajo remunerado. (Nash, 1995: 132) De alguna manera el trabajo desde la academia cuenta con demandas claramente definidas, destacan la aceptación de la práctica del aborto aún con la despenalización, la lucha contra la violencia, alcanzar puestos de toma de decisiones, empoderamiento y guarderías. Con tres agrupaciones políticas nacionales de mujeres y feministas: primero Diversa, en segundo lugar Mujeres y Punto y como tercera se encuentra Mujeres en Lucha por la Democracia. Así como una apretada agenda que busca la democracia y el respeto a los derechos humanos. 22 La construcción de la ciudadanía plena de las mujeres se encuentra íntimamente vinculada a la perspectiva de género, a la situación y condición de las mujeres en la sociedad, a sus diferencias y a la construcción de un sujeto femenino que exprese su ciudadanía con postura democrática en el espacio de la política con propuestas, concepciones y creaciones. Es decir, se apunta a una ciudadanía activa, que no se restrinja sólo al conocimiento de los derechos, sino que atraiga la atención hacia las responsabilidades implicadas en los derechos y en la participación democrática. (Vélez, 2006: 383) En los siguientes capítulos se comprende la importancia de una política pública con perspectiva de género dirigida a la ciudadanía en su mayoría mujeres y niñas. En el sentido de que la ciudadanía plena de las mujeres es un proceso que requiere ser atendido desde una perspectiva estructural, la ciudadanía activa merece ser fomentada desde lo cultural y lo subjetivo. Tener en el escritorio la Agenda Mujeres Año 2000, del Instituto de la Mujer del gobierno del Distrito Federal, sería una de las primeras acciones del nuevo milenio para continuar en la lucha por el avance de la mitad de la población. Y no sólo de las mujeres ya que el género masculino de manera muy lenta cada vez se asocia más al movimiento por la igualdad de género. Pero también es importante observar los obstáculos que van surgiendo en la sociedad, por ejemplo en el Instituto están vislumbrando casos. 24 II. EL GÉNERO COMO PARTE DE LOS PROGRAMAS GUBERNAMENTALES. … y si a través de los tiempos seterminó por ver en la educación el tajo sobre el cual se decapitaban ciertas creencias se “desgarraban las tinieblas de la ignorancia”, es por que no se comprendió que una concepción intuitiva del mundo era suplantada por una cosmovisión anclada en una metafísica de la esencia humana y de las relaciones de poder. Alberto Meroni Como se pudo apreciar el derecho de la mujer a ejercer el sufragio es un claro ejemplo de equidad, pero es sólo una parte de las demandas o necesidades que las mujeres activas buscan cubrir. Ahora se da apertura a varios temas específicos, pero se encuentran con los clásicos obstáculos para ejercer los derechos. Esta lucha abarca temas que tienen que ver con la violencia hacia la mujer, con lo que son los estudios de género, la participación política y laboral o la ley que permite la interrupción voluntaria del embarazo, la reproducción, la sexualidad, la diversidad, la solidaridad y cualquier tema que abarque la situación de la mujer. La alianza feminista con instituciones, que vendría a mejorar la vida de algunas mujeres, dio pie a que el discurso feminista llegue a permear las oraciones de la mayoría de los partidos políticos, pero también es común observar el tema sobre la situación de la mujer en el arte y en los espectáculos, incluso en el entretenimiento popular. Relaciones de poder y género. Para entender cómo se fueron estructurando los derechos humanos de las mujeres es necesario remitirnos más a fondo a la relación de poder entre hombres y mujeres. Esta comprensión es importante para una verdadera implementación de política pública con perspectiva de género. 25 Se parte de que el poder es una relación, Weber consideraba que “la lucha entre las clases y los individuos por el poder le parecía la esencia o el dato constante de la política” (Aron, 1967: 643) El poder es efectivamente el enfrentamiento entre las diferentes partes de un grupo, comunidad o sociedad, el ejercicio de poder se encuentra en ámbitos de la vida social, como la familia, la pareja, en el compañerismo, dentro del trabajo, partido político u organización social, en cualquier espacio de interacción social dentro de la propia estructura social, en este sentido, nos referimos al estudio de la diacronía social. Este tipo de interacciones deriva en la política como mecanismo de acuerdo o imposición y es justamente en el espacio público donde el ejercicio de poder se nota más. El deseo de poder lleva al ejercicio de la política y el ejercicio de esta implica la capacidad para imponerse sobre la voluntad de un grupo o individuo a pesar de que este se deba ejercer a la fuerza y contra la voluntad de quien o quienes lo resisten. (Weber, 1979: 37) La política decimos anteriormente, es el mecanismo de acción para el acuerdo, su importancia en las relaciones interpersonales y grupales radica en que el poder está distribuido en forma desigual en toda la sociedad, no existiría sin dos o más individuos, puede ser reciproco, es decir, la dirección del ejercicio de poder puede variar según la posición de los participantes, de pronto la fuerza física puede obligar o la cantidad de dinero en un individuo puede aniquilar a esa primera fuerza. Si la finalidad de la política es mantener el poder, la familia y las relaciones de pareja pueden ser un sistema de control a favor de un miembro. Para Minello “el poder se da entre los individuos, en una relación de dos o más de ellos, en donde la esfera privilegiada de ese poder es la política”. (Minello; 1986: 62) Dahl propuso un esquema del poder que puede estar medida por diversos recursos como el dinero, la información, la posición social, el trabajo, la fuerza. Su idea va más allá del poder en ciertas elites, está disperso en ciertos círculos 26 y puede variar la forma según la esfera en donde se tomen decisiones al fin y al cabo políticas. “Mi idea intuitiva de poder es la siguiente: ( A ) tiene poder sobre ( B ) en la medida en que logre que ( B ) haga algo que no hubiere hecho sin la intervención de ( A ). (Dahl, 1976: 38) Desde la economía, Marx señala que para que sea posible mantener una relación de explotación de una clase sobre otra es necesaria la organización política y la fuerza. Para una parte de los estudios de género es importante vincular esta forma de control económico e ideológico, con una política a favor de una estructura patriarcal. Poulantzas desde una perspectiva dialéctica fundamenta esta especie de control. El poder es la capacidad que tiene una clase social para realizar y defender sus intereses específicos, en el sistema capitalista el poder fundamental es el político – concentrado en el Estado – e incide más que el económico y el ideológico. (Poulantzas, 1976: 63) Pero la ruptura que establece Foucault en tanto señala que el poder se genera en los espacios públicos, fue fundamental para entender las relaciones entre las personas, estas no son estáticas y son determinadas por el poder. Según Nancy Piedra Guillén (Piedra, 2004: 123) quien revisa a Foucault desde la perspectiva de género, varios son los aspectos de este filósofo para considerarlos dentro de los estudios de género, teniendo en cuenta que el filósofo en sus estudios no consideró las teorías feministas. El poder está en todas partes, en toda la relación humana, en la medida en que existen contextos históricos específicos que se definen a través de los discursos, instituciones, normas o valores. Se construyen verdades que deben ser incorporadas en la sociedad. El sujeto es subjetivizado a través de varios instrumentos, como la disciplina o por medio del discurso dominante de poder y saber. (Foucault, 1978: 57) 27 Y a partir de que somos parte constitutiva de la arqueología1, en el sentido de que la cultura es lo público, todos estamos traspasados por el poder, ejercemos poder y a su vez se ejerce poder sobre nosotros. Pero en las relaciones de pareja o de familia, así como en otros ámbitos de convivencia, las cuestiones de género justifican socialmente la acción de poder sobre las mujeres. En este sentido, el porqué y cómo son las relaciones de poder que se dan entre las personas, específicamente entre el hombre y la mujer es el objeto de los estudios de género. Para entender género como concepto cabe citar lo siguiente. El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen a los sexos tanto en los aspectos simbólicos, normativos, institucionales y subjetivos y en tanto; una forma primaria de relaciones significantes de poder. (Scoot, 1996: 22) Tanto en el Instituto en cuestión, como en los estudios sobre la situación de la mujer y se podría decir que básicamente cualquier persona identificada con el movimiento feminista, entiende por género al conjunto de creencias, valores y actividades diferenciadas entre hombres y mujeres a partir de las diferencias biológicas o papel reproductivo. En español la definición clásica, de diccionario, es la siguiente: "Género es la clase, especie o tipo a la que pertenecen las personas o las cosas". El Diccionario del uso del español, de María Moliner consigna cinco acepciones de género y apenas la última es la relativa al género gramatical o sea, a la definición gramatical por la cual los sustantivos, adjetivos, artículos o pronombres pueden ser femeninos, masculinos o –sólo los artículos y pronombres– neutros. Según María Moliner, tal división responde a la naturaleza de las cosas sólo cuando esas palabras se aplican a animales, pero a los demás se les asigna género masculino o femenino de manera arbitraria. Esta arbitrariedad en la asignación de género a las cosas se hace evidente 1 La arqueología es sobre todo una metodología, en la cual se trata derastrear desde el espacio y lugar que sea necesario el objeto a estudiar. Va de la mano con la genealogía que busca las constituciones sociales. 28 muy fácilmente, por ejemplo, cuando el género atribuido cambia al pasar a otra lengua. En alemán, el sol es femenino, "la sol" y la luna masculino, "el luna". Además, en alemán el neutro sirve para referirse a gran cantidad de cosas, inclusive a personas. Al hablar de niñas y niños en su conjunto, en vez de englobarlos bajo el masculino "los niños", se utiliza un neutro que los abarca sin priorizar lo femenino o lo masculino, algo así como "les niñez". Para los angloparlantes, que no atribuyen género a los objetos, resulta sorprendente oír decir "la silla" o "el espejo"; ¿de dónde acá la silla es femenina y el espejo masculino? Como la anatomía ha sido una de las bases más importantes para la clasificación de las personas, a los machos y a las hembras de la especie se les designa como los géneros masculino y femenino. En castellano la connotación de género como cuestión relativa a la construcción de lo masculino y lo femenino sólo se comprende en función del género gramatical, y sólo las personas que ya están en antecedentes del debate teórico al respecto lo comprenden como la simbolización o construcción cultural que alude a la relación entre los sexos. (Lamas, 1997: 27) La construcción social de género es un fenómeno histórico y cultural, que ocurre dentro de cualquier relación pública y privada, cómo lo es en el mercado de trabajo, la escuela, los medios masivos de comunicación, las leyes, la familia, las relaciones interpersonales y en el propio Estado. A lo largo de la historia y en diferentes culturas no han sido iguales esas relaciones, por lo tanto, son cambiantes y por supuesto modificables. Comúnmente se considera que la diferencia entre géneros es natural. Es decir, en lo masculino y lo femenino se asocian y se confunden los aspectos sociales a los biológicos, dado que en realidad la diferencia principal es que el sexo es biológico y el género es una construcción social, es decir cultural. Tampoco se trata de separar la masculinidad de la femineidad, de separar la parte asociativa entre el hombre y la mujer, sino se trata de comprender las relaciones de poder, de jerarquías y de control basados en la diferencia sexual. Lo natural no determina lo que las personas pueden ser, pensar y hacer, de ahí que el comprender el género permita la oportunidad de descubrir las 29 capacidades individuales dentro de la gran variedad de opciones de desarrollo personal y social. La apropiación de los roles sociales. Es tan común que desde el nacimiento médicos y familiares, al percatarse de la apariencia de los genitales del recién nacido, se proporciona vestido de determinado color, más adelante se le habla de determinada manera según sea niño o niña y se le empiezan a formular ciertas expectativas al nuevo ser de acuerdo con su sexo. El rol se adquiere casi al mismo tiempo en que el infante comienza a procesar el lenguaje y los símbolos. La experiencia vital en esa etapa hace identificarse en todas sus manifestaciones, sentimientos y actitudes, con el comportamiento, juegos, lenguaje, que socialmente le corresponden por su sexo. Estas manifestaciones son para Durkheim hechos sociales como objeto de estudio de la sociología. Tenemos, entonces, un orden de hechos que presentan características muy especiales: consisten en maneras de actuar, de pensar y de sentir, exteriores al individuo y dotadas de un poder coercitivo en virtud del cual se le imponen. Por consiguiente no podría confundírselos con los fenómenos orgánicos, ya que consisten en representaciones; ni con los fenómenos psíquicos, que sólo tienen existencia en la conciencia individual. (Durkheim, 1999: 24) Los individuos incorporan cohercitivamente a través de procesos sociales las formas de ver, sentir y pensar. Los roles se forman conforme a las normas y prescripciones que dictan la sociedad y la cultura, la clase social o el grupo étnico. El ejemplo más claro es que esta determinado que la mujer cuide de las y los hijos y el hombre mantenga económicamente el hogar. Esta separación históricamente determinada condiciona los papeles y limita las potencialidades humanas, al estimular o reprimir los comportamientos de mujeres y hombres. La formación de los individuos se refuerza por medio de las instituciones sociales; estas promueven, enseñan y refuerzan los roles de género. Por 30 ejemplo, social, cultural, política y económicamente la familia ha sido definida como el espacio en donde los hijos e hijas subsisten. Su estructura y organización cambia según las diversas sociedades2. El mismo Durkheim explica que “cuando cumplo mis deberes de hermano, de esposo o de ciudadano, cuando cumplo con mis compromisos, cumplo con deberes definidos fuera de mi mismo, en el derecho y en las costumbres. Aunque estén de acuerdo con mis propios sentimientos y yo sienta interiormente su realidad, esta no deja de ser objetiva, ya que no soy quien los ha creado, sino que los recibí por educación”. (Durkheim, 1999: 23). Sin embargo, son instituciones jerárquicas, ya que su organización interna se basa en la autoridad y el poder, por lo general en manos del hombre sin describirlo autoritario3. La familia es la primera instancia encargada de transmitir valores y costumbres, y es la principal vía que otorga los papeles y los roles. Estos tipos de conducta o de pensamiento no sólo son exteriores al individuo, sino que están dotados de un poder imperativo y coercitivo. En virtud del cual se le imponen, quiéranlo o no (Durkheim, 1999: 24) En la familia se confronta la influencia exterior de las otras instituciones sociales, con las formas concretas de relación que en ella se dan. Del padre y de la madre se aprende la dinámica de relación de una pareja, la forma de tratar a niños y niñas, la forma de ejercer el poder económico y la autoridad, las reglas y normas diferenciadas para los dos sexos, el trato entre integrantes. La 2 La familia es una institución pedagógica que podríamos señalar como universal, sin embargo cada familia construye de manera particular, en este sentido para los antropólogos y sociólogos, es universal por que contienen características comunes como reproducción o convivencia. 3 Magister dixit! ipse dixit! Estas palabras sacramentales de los escolásticos de la edad media, con las que reafirmaban la autoridad de Aristóteles frente a los discípulos de Pitágoras, son hoy por hoy coletilla obligada para estigmatizar y ridiculizar el rigorismo conservador y autoritario en educación. Representan el sayo de la ignorancia autocrática y recuerdan insidiosamente a maestros y profesores los oscuros orígenes de su profesión. Cuando a un esclavo al que se concedían pequeños poderes se lo designaba preceptor, para que cumpliera con la odiosa tarea de meter en la cabeza de los niños verdades que su amo y amo de sus discípulos: el paterfamilias, estimaba justas y necesarias. En Meroni, Alberto. “Educación y Relaciones de Poder”. Colección Pedagógica. Ed. Grijalbo, 1980, pp. 5. 31 familia tiene cuatro funciones diferentes: La regulación de la actividad sexual, la reproducción de las generaciones, la socialización de los descendientes o la responsabilidad primaria de satisfacer lo necesario para el desarrollo de sus miembros. En la escuela, la educación se refiere a la transmisión de conocimientos y habilidades, es la escuela la que más permite la socialización. Los valores, las normas, los conocimientos y habilidades que se adquieren son transmitidos por adultos directa o indirectamente. A través de métodos como materiales educativos, se transmiten maneras específicas de ver al mundo, estas formas por lo general coincidencon la visión dominante de cada sociedad. La escuela es una forma de acercamiento con la vida pública, en la cual las relaciones interpersonales se refuerzan. La autoridad y el dogmatismo cuestionados desde Pestalozzi, la estructura autocrática de la escuela y de la universidad, finalmente han cedido, atacadas por la piqueta de las nuevas pedagogías. Ya no podemos hablar de enseñanza impuesta directamente, de haber recibido pasivamente. El estudiante es motivado, llevado a inquirir, impulsado al dialogo y dejado inclusive en libertad de aprender o no, o más precisamente de aprender preferentemente aquello que capta su interés. (Meroni, 1980: 16) Si bien, las formas de transmitir el conocimiento en el aula han cambiado en el transcurso de casi dos siglos, la manera diferencial de tratar a niños y niñas, lo permitido y lo prohibido, los roles establecidos que ya se tenían en familia se convirtieron en elementos importantes de educación formal durante mucho tiempo. En estos días, la matricula pareciera ser balanceada, pero la posibilidad de continuar estudiando no contiene en varias ocasiones las mismas oportunidades4. 4 De acuerdo con datos del libro Presencia de mujeres y hombres en la UNAM: una radiografía. UNAM, México, 2006, esta casa de estudios contaba con 304 mil 230 estudiantes, 153 mil 263 mujeres (50.4 %) y 150 mil 967 hombres (49.6%) lo que refleja una participación equitativa por sexo. Ya en postgrado, de 20 mil 747 inscritos, 9 mil 498 son mujeres (45.8%) abriéndose la brecha. Asimismo, de las diez carreras con mayor número de alumnos, cuatro son de mayor población femenina (contaduría, médico cirujano, psicología y medicina veterinaria zootecnia), dos aumentaron la presencia 32 Pero todavía la enseñanza del siglo XIX, muy influenciada aún por la Iglesia católica a todos los niveles, seguía contemplando a la mujer en un papel secundario. La Iglesia católica tenía un concepto funcional de la mujer, obedecía a su papel cohesionador al interior de la familia. Por eso la iglesia es otra de las instituciones sociales cuya función es fundamental en el mantenimiento y reproducción de la socialización del género. Proporciona proyectos de conducta social basados en un orden divino, sobrenatural o trascendental. El prototipo más frecuente fue el de perfecta casada, reina del hogar, piadosa, buena madre y buena esposa. Este concepto correspondía a un discurso ideológico sobre lo doméstico, la Iglesia católica era su más agresivo portavoz. La incorporación de la mujer al sistema educativo, según la Iglesia, era una forma de moldear en principios y valores cristianos al elemento cohesionador de la familia y el hogar. El acceso de la mujer al sistema educativo no buscaba, de ninguna manera, alterar la función social de la misma; buscaba fundamentalmente alfabetizarla y adiestrarla en algunos quehaceres domésticos para el mejor funcionamiento del hogar y de la familia. Su educación, en caso de haberla, debía ir orientada a su misión en la vida (Ballarín, 1998: 69) La iglesia católica transmite comportamientos rígidos y estáticos, con distinciones entre papeles atribuidos tanto al hombre como a la mujer. Se apoyan en la difusión de valores que sancionan o premian ciertos comportamientos, algunas debilitan la capacidad de acción y de pensamiento de las personas, fomentando y privilegiando una posición privilegiada de otras. Los valores y roles llegan a ser evidentes en el acto legal del matrimonio, en la Epístola de Melchor Ocampo5 que se supone en las palabras deben ser más de mujeres (economía y arquitectura) mientras que en otras bajó la población (derecho, administración, cirujano dentista y química farmacéutica biológica). En ese sentido se considera necesario hacer un fuerte trabajo en las escuelas, pero también en las familias, la inequidad en las actividades domésticas ocasiona que las mujeres casi de manera exclusiva asuman esas responsabilidades. 5 Anexo 3: Epístola de Melchor Ocampo. 33 igualitarios los compromisos de los conyugues. Esta epístola escrita al interior de los muros del edificio Delegacional de Coyoacán, precisamente en la sala de celebraciones nupciales, está rodeada de ángeles. Por ejemplo los Cánones Irlandeses hacia cerca de 675 d.c. incluyen la penitencia por el aborto, entre otros pecados sexuales, aquí se habla de “hominización retardada” en la cual la penitencia es menor que la propia relación sexual. En cambio todavía está en debate el tema del aborto en estos tiempos, pero prestando más atención al tema de la muerte: La penitencia de una mujer que ha tenido relaciones sexuales con una mujer será de siete años a pan y agua. La penitencia por destruir el embrión en el vientre de su madre: tres años y medio a pan y agua. La penitencia por destruir carne y espíritu, siete años y medio. Por matar a la propia criatura 12 años a pan y agua. (McNeil, 1979: 119) También los medios masivos de comunicación tienen su papel como una de las formas más fuertes y globales de preservación del sistema social, ya que reafirma los valores de forma individual y masiva, una acción de desigualdad se puede transmitir en el mundo entero en cuestión de horas. Generalmente difunden y mantienen estereotipos sobre la forma de cómo deben comportarse, pensar y sentir los hombres y las mujeres, además muestran las formas de premios o castigos asociados a la obediencia o trasgresión de dichos estereotipos. Así, sigue siendo un lugar en donde comúnmente el hombre aparece como dueño del espacio público, ejemplo fiel el caso mexicano, los varones son sujetos importantes, exitosos, lideres competitivos, violentos, intrépidos, libres, fuertes y conquistadores. Mientras que las mujeres son representadas bajo dos estereotipos principales: el de madres y amas de casa abnegadas, buenas, dulces, indefensas, inseguras, dependientes y confinadas al espacio privado o bien, como seductoras, ambiciosas o eróticamente utilizadas. 34 La anomia “el estado de falta de regulación jurídica y moral en que se encuentra actualmente la vida económica”6 será uno de los grandes problemas por resolverse, un ejemplo de anomia es cuando ser ama de casa en una sociedad preindustrial es un rol, pero en una post industrial genera un trauma, ya que el acto de la comunicación le da una gratificación al rol de ama de casa por medio de las telenovelas o comerciales, haciendo notar que en la mayoría de los casos ese papel es algo sagrado. De igual forma sucede con los hombres, se reafirma la masculinidad. Tenemos pues que en casi toda la propaganda comercial, la mujer tiene que ver con limpieza y el hombre con la vida pública. Quien transgrede ciertos tipos de comportamiento, es persona estigmatizada. Para el masculino se fomenta en publicidad y propaganda el éxito, la camaradería y el erotismo. En el género femenino los valores son totalmente diferentes, se fomenta la competitividad entre ellas: la más guapa, la más arreglada. En el hombre hay una motivación secundaria, el apego al narcisismo, el culto al ego que se reconoce en sus objetos. La diferencia social de género conlleva a un tercer nivel de diferencia, al de las clases sociales El poder no solamente se conoce por sus grandes estructuras de ejecución, sino por los procesos más íntimos en la vida cotidiana, en la socialización el poder se encuentra como control social alojado en la conciencia. Es decir el individuo se forma en la familia, se refuerza en instituciones y se identifica o no con el contenido de los medios masivos. Termina siendo el control sobre la mujer un acto natural que corresponde a la esencia animal de los seres humanos.Es natural aprender a vivir en desigualdad, en nuestra sociedad las normas y valores son entendidos cómo justos para el bienestar, son vitales para la estabilidad del sistema y son reforzados por las instituciones sociales, por lo mismo, la creencia de ser mujer y de ser hombre esta fuertemente 6 Si la anomia es un mal, lo es, ante todo, porque la sociedad la sufre, no pudiendo prescindir, para vivir, de cohesión y regularidad. Una reglamentación moral o jurídica expresa, pues, esencialmente, necesidades sociales que sólo la sociedad puede conocer; descansa sobre un estado de opinión y toda opinión es cosa colectiva, producto de una elaboración colectiva. Para que la anomia termine es preciso, pues, que exista, que se forme un grupo en el cual pueda constituirse el sistema de reglas que por el momento falta. Durkheim Emilio “La División del Trabajo Social”.Editorial Colofón, 5ª edición. México 2002. Prefacio de la segunda Edición 35 arraigada. Lo que esta cambiando es el enfoque sobre la situación de la mujer, gracias a la ciudadanía de ellas. Sin embargo, resulta que muy a menudo se imparten cursos y se hace investigación sobre mujeres, pero se dice que son de género. Se ha sustituido la incómoda y devaluada palabra mujer, por la nueva y elegante de género. Pero mujer no es sinónimo de género, de la misma manera que “perspectiva de género” no es lo mismo que feminismo. Por otro lado, el manejo del concepto de género en todos los campos del conocimiento ha mostrado ser tanto o más importante que la consideración de clase social. Y obsérvese que se da la misma necesidad de definición y redefinición permanente que se dio durante más de un siglo con respecto al concepto de clase. Las clases sociales se han estudiado, caracterizado, definido y redefinido infinidad de veces desde mediados del siglo pasado con el surgimiento del marxismo y, en particular, desde principios de este siglo con el leninismo. El concepto de género se ha renovado, ha sufrido transformaciones y es como si se tratara de un recién nacido que todavía ni siquiera entra, con las nuevas acepciones, en los diccionarios castellanos, a menos de que se trate de diccionarios feministas. Independientemente del membrete que se adopte, otra cuestión que se sigue debatiendo es el carácter de estos estudios. ¿En qué consiste lo feminista al enseñar o investigar sobre la mujer? Sabemos que los trabajos sobre o por mujeres no son necesariamente feministas; lo son, creo, los estudios que parten del hecho de la división genérica jerárquica de la sociedad, que toman en consideración las condiciones de opresión de las mujeres y las teorías desarrolladas para entender y transformar su subordinación. (Bartra, 1999: 75) Tenemos pues que cuando hablamos de género nos referimos al conjunto de ideas, creencias, expectativas, prohibiciones, deseos, imágenes y características que cada sociedad desde su cultura atribuye a las personas según el tipo de órganos genitales con que nacen. Este proceso se despliega en la estructura social, en la económica y en la política. Ahora bien, ¿Qué consecuencias tiene la desigualdad social? No solamente es un freno a las capacidades que tengan los sexos femenino y masculino, a la dificultad de 36 ejercer los derechos y actitudes. No es una omisión, se traduce también en violencia de género, en inequidad y desigualdad. Entendiendo a la violencia como la acción ejercida por una o varias personas en donde se somete de manera intencional al maltrato, presión sufrimiento, manipulación u otra acción que atente contra la integridad tanto física como psicológica y moral de cualquier persona o grupo de personas. Es en la actualidad un tema prioritario de salud y de protección de derechos humanos. Constituye un atentado contra los derechos fundamentales como el de la vida, seguridad, libertad, dignidad, a la integridad física y psíquica de la víctima, por tanto representa un delito. La violencia de género debe ser vista como una expresión más de la discriminación y exclusión hacia las mujeres, no sólo son los casos de asesinadas, como es el de Ciudad Juárez muy sonado por los asesinatos de mujeres y que cada vez es comparable con otras entidades como Guerrero o el Estado de México. También es el hecho de vivir con la inseguridad, con creencias y mitos que pugnan por el control sobre la mujer en todas las clases sociales y territorios del país. Otras formas de vivir en desigualdad se hacen notar en el maltrato a los niños, a homosexuales, a adultos mayores, también por cuestiones religiosas o de raza; en el acceso a oportunidades como la educación o la política. Perspectiva de género. La perspectiva de género implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual. Actuar con perspectiva de género desde la educación implica varios ámbitos, desde el diseño de libros de texto y programas no sexistas hasta desarrollo de políticas de igualdad de trato y oportunidades entre docentes. Como acciones, en el ámbito laboral es importante suprimir la discriminación que afecta al desarrollo de la población femenina, en el terreno educativo es crucial eliminar las representaciones, imágenes y discursos que reafirman los estereotipos de género. 37 El actuar con perspectiva de género, es utilizar a la propia actitud individual o colectiva enmarcadas de acciones afirmativas, entendiendo a estas acciones como las estrategias públicas concretas ante situaciones de discriminación específicas (Massolo, 2003: 17). Las acciones afirmativas surgen en la sociedad occidental ante el reconocimiento por parte de las autoridades públicas, de la existencia de una desigualdad real persistente entre hombres y mujeres o en cualquier relación interpersonal y de una mayor dificultad específica de las mujeres para acceder a todos los ámbitos de la vida social, cultural, económica y política. Aceptan que es necesario aplicar algún tipo de prevención. Para alcanzar un desarrollo equilibrado y productivo del país urge establecer condiciones de igualdad de trato entre hombres y mujeres, desarrollar políticas de igualdad de oportunidades y sobre todo, impulsar una educación igualitaria. Esto requiere comprender las razones y los orígenes de la discriminación femenina. Cualquier propuesta antidiscriminatoria, entendida como el conjunto de programas y soluciones normativas, jurídicas, educativas y comunicativas destinadas a subsanar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres, y a prevenir su aparición en el futuro, debe comenzar explicando el marco desde el cual se piensa el "problema" de las mujeres. Esto supone desarrollar una visión sobre los problemas de la relación hombre/mujer con una perspectiva de género capaz de distinguir correctamente el origen cultural de muchos de éstos, y plantear alternativas sociales – como la educación – para su resolución (Lamas, 1998: 47) La utilización de la perspectiva de género en la vida cotidiana, puede influir tanto en los estilos de vida particulares, como en las formas de organización de cualquier grupo humano, derivando en relaciones equitativas, reduciendo el ejercicio de poder vertical. Un desarrollo más equitativo y democrático del conjunto de la sociedad requiere la eliminación de los tratos discriminatorios contra 38 cualquier grupo. En el caso específico de las mujeres, la mitad de la población, se ha vuelto una necesidad impostergable de los gobiernos (federal, estatal y municipal) el diseño de políticas que tomen en cuenta las condicionantes culturales, económicas y sociopolíticas que favorecen la discriminación femenina. (Lamas, 1998: 50) Política pública.
Compartir