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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN “REFLEXIONES SOBRE LA RADIO Y TELEVISIÓN ESTATAL: EL CASO DE RADIO Y TELEVISIÓN MEXIQUENSE” MEMORIA DE DESEMPEÑO PROFESIONAL QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN PERIODISMO Y COMUNICACIÓN COLECTIVA PRESENTA: ADRIÁN GILBERTO CHAVARRÍA ESPINOSA ASESORA: LIC. VERÓNICA ARREDONDO LEAL NAUCALPAN, ESTADO DE MÉXICO, NOVIEMBRE DE 2006. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 Índice Memoria de Experiencia Laboral Reflexiones sobre la radio y televisión estatal: El caso del SRTVM Introducción 2 I. Evolución de los medios del gobierno en México 5 A. El Estado y la radiodifusión 5 B. El Estado y la televisión 9 C. Origen y desarrollo de los Sistemas Estatales 17 II. El marco legal de la radio y televisión en México 24 A. Antecedentes del marco legal 24 B. Análisis al marco legal vigente 31 C. Comentarios y análisis sobre la LFRTV y los medios permisionados 35 D. La nueva Ley Federal de Radio y televisión 39 III. Antecedentes y evolución del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense 44 A. Contexto histórico y político 44 B. Situación económica 47 C. Características demográficas y políticas del Estado de México 48 D. La identidad mexiquense 53 E. Desarrollo legal del SRTVM 55 F. Evolución de las señales del SRTVM 58 G. Políticas de Comunicación de SRTVM 61 1. Condiciones técnicas de sus emisiones 62 2. Emisiones de Radio. 66 3. Emisiones de Televisión 68 IV. Desarrollo de la Dirección de Noticias. 74 A. Características informativas 75 1. Áreas de cobertura 75 2. Programación 76 B. Estructura operativa 77 C. Descripción operativa 82 V. Líneas editoriales informativas. 92 A. Con Raúl Vargas Herrera (1999-2003) 93 B. Con Jorge Rebing Carmona (2001-2002) 98 C. Con Mónica Mondragón (2003) 105 D. Con Carlos González Rodríguez (2003-2005) 107 VI. Propuestas de mejoras informativas del SRTVM 117 A. Noticiario matutino de televisión 117 B. Noticiarios de radio 118 C. Información deportiva 119 D. Atención a municipios pequeños 120 E. Propuesta para incluirla en plan de estudios 122 Conclusiones 124 Fuentes documentales 139 Anexo: Desglose de programación del SRTVM de enero de 2004 144 2 Introducción A lo largo de mi experiencia profesional, he tenido la oportunidad de participar en diversas actividades que respondieron a lo que fue mi preparación académica en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán, actualmente Facultad de Estudios Superiores. Al enfrentar el reto de cubrir un puesto o una responsabilidad laboral, pude reconocer las habilidades y técnicas específicas que adquirí en mi paso por la licenciatura, sin embargo pude reconocer que faltó una herramienta importante y que no puede ser recibida en la Universidad, que es la experiencia laboral concreta. Este factor es el que cada persona acumula a lo largo de sus actividades y que, además, enriquece con vivencias de jefes y compañeros de trabajo, lo que nos ayudará a ser más integrales y profesionales en el quehacer cotidiano. Por otro lado, cada quien debe estar dispuesto a continuar aprendiendo, no ya como una materia obligatoria, sino como una manera de estar al día, máxime en los tiempos actuales en que la actual tecnología tiene como célula a la computadora, que además de agilizar el trabajo informativo diario, ha abierto nuevas opciones laborales. Personalmente, he laborado en actividades muy variadas, donde he utilizado desde la máquina de escribir y el teletipo hasta la computadora y el internet. Una primera y anticipada conclusión es que quien no está dispuesto a aceptar, incorporar y utilizar las nuevas herramientas que la tecnología ofrece, tiene mayores probabilidades de estancarse. Entre los diferentes sitios donde he prestado mis servicios, a uno de ellos le tengo una particular predilección, sin demeritar a los otros. Se trata del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense (SRTVM). ¿Las razones? La primera, es que fui uno de los integrantes del equipo original cuando salió al aire la señal de Televisión en 1984, primero como redactor y después como reportero en la Dirección de Noticias. Esa fue una gran experiencia personal referida a mi profesión, ya que incursionaba en un nuevo medio informativo y ante un medio social que esperaba conocer una forma diferente de comunicación electrónica. La segunda, es que tras haber incursionado en varias áreas de la comunicación social en el Gobierno del Estado de México, en agosto del 2000 regresé al SRTVM, primero como Jefe de Información y unos meses más tarde como Jefe de Redacción, en un nuevo momento, ya que 3 iniciaba la expansión de la señal de televisión más allá de las fronteras naturales, geográficas y políticas del Estado de México. Es en base a esta experiencia que realizo el presente trabajo, como una forma de exponer los retos a los que se enfrenta un sistema de radio y televisión de propiedad de una administración gubernamental, en especial en el área de noticias, donde su auditorio natural se localiza en la entidad con más población en el país y territorialmente, de manera literal, encierra al Distrito Federal, sede de los poderes nacionales y corazón político económico y social del país, área que ambos comparten para constituir la zona urbana más grande del mundo. Para ello, en la primera parte del trabajo presento la forma en que el gobierno federal ha intervenido en actividades dentro la radio y televisión, en ocasiones como una forma de desarrollar actividades políticas, en otras como propietario o bien al responder a determinadas condiciones políticas y sociales de ciertas etapas de la vida del país. En la segunda describo el desarrollo del marco legal que ha regido sobre estos medios electrónicos de comunicación, hasta el reciente debate sobre la llamada Ley Televisa, donde incluyo comentarios sobre la forma en que las instituciones permisionadas han sido ignoradas o legalmente marginadas para poder desarrollarse y crecer. En el tercer capítulo ya entro al caso específico del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense, donde se consideran desde las razones de su surgimiento, su evolución y cómo sus señales han crecido y rebasado sus fronteras naturales. En esta parte se consideran las formas en que se han desarrollado tanto sus señales en radio como en televisión, incluyéndose sus políticas informativas y condiciones técnicas. Posteriormente analizo la forma en que ha evolucionado la Dirección de Noticias del Sistema, con sus correspondientes características particulares y la descripción de su estructura y descripción operativa. En la quinta parte analizó la forma en que dirigieron el área cuatro directores de área, con los cuales colaboré entre agosto de 2000 y octubre de 2005, donde se registraron varias y hasta encontradas políticas informativas y laborales, ya que existieron diferentes concepciones y sistemas de trabajopara el desarrollo diario de los servicios informativos del SRTVM. En el sexto capítulo, de acuerdo a mi experiencia y conocimiento del área de noticias presenta una serie de propuestas –todas factibles, si existen el correspondiente respaldo en recursos humanos, técnicos y económicos-, a fin de mejorar los noticiarios cotidianos. 4 Por último, en las conclusiones presento una serie reflexiones acerca de las condiciones en que se trabaja dentro de la Dirección de Noticias del SRTVM, así como sería el ideal a cumplir como una Televisión Pública, figura que legal y prácticamente no existe en nuestro país, pero que sería adecuado aplicarlo no solo para el sistema mexiquense sino para las emisoras que son propiedad de alguna autoridad ya sea federal, estatal, municipal o legislativa e, incluso, para emisoras indígenas. Se debe destacar que en los últimos años el SRTVM ha registrado un constante crecimiento y expansión de sus señales, en especial de televisión, siendo la expansión más reciente la que sucedió en agosto de 2005, cuando en un trabajo conjunto las televisoras estatales de Jalisco, Nuevo León, Michoacán, Guanajuato, Guerrero y San Luis Potosí, junto con las empresas Cablecom, Crawford, Castalia y Satmex, se lanzó en sistemas de cable y DirecTV de Estados Unidos la señal de Mexicanal, con el propósito de atender las necesidades de entretenimiento e información de los mayores grupos de migrantes mexicanos radicados en el vecino país del norte. En esta nueva señal los programas regionales se concentran en San Luis Potosí, desde donde dicha señal se emite a través de Satmex hacia Atlanta, en Estados Unidos, para su difusión por DirecTV Norteamérica. En esta nueva frecuencia se incluyen los servicios informativos del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense, entre otros de sus programas. Asimismo, dentro del ámbito de los sistemas estatales de radio y televisión en México, se señala al SRTVM como uno de los que cuenta con más recursos técnicos y humanos, identificándose como uno de los mayores sistemas estatales. Y, sí como se establece que es uno de los más grandes en el país y registra una serie de obstáculos y carencias, entonces vale la pena reflexionar cómo subsisten otros en condiciones más difíciles. Pero ya dentro de mi trabajo debo destacar que participar en la fundación y expansión de un proyecto de esta naturaleza, resulta siempre una gran experiencia personal y profesional, misma que pretendo expresar de la manera más objetiva y veraz posible. Considero que estos sistemas, con el debido respaldo, pueden ofrecer una verdadera alternativa de comunicación frente a los medios comerciales para que la sociedad, en general, conozca otras formas de entretenimiento, educación y, por supuesto, de información. Espero que el presente trabajo sirva como un punto de reflexión para análisis más profundos sobre este tipo de emisoras que pueden ofrecer un gran servicio social. 5 I. Evolución de los Medios del Gobierno en México A lo largo de la historia de la radio y televisión en México, el gobierno federal ha registrado una variedad de incursiones en estos medios, ya sea de manera experimental o como su propietario, donde los fines fueron didácticos, culturales, recreativos y hasta políticos, los cuales fueron los más adecuados para el momento en que se aplicaban. A partir de la década de los años 80 del siglo pasado aparecieron los medios de comunicación regionales, impulsados por los gobiernos estatales, como una segunda versión de las experiencias federales. Sin embargo, los resultados y conclusiones de ambas experiencias no podrían calificarse como totalmente positivos, en especial para la sociedad a la que se debería brindar el servicio. A. El Estado y la radiodifusión La historia de la radio en México inicia en septiembre de 1921, donde la disputa por la paternidad de este medio es entre Adolfo Enrique Gómez Fernández y Constantino de Tarnava, pioneros de un medio cuyos inicios fueron más experimentales que profesionales. Entre los experimentos se deben considerar los realizados en 1923 por Alberto J. Pani, entonces secretario de Relaciones Exteriores, y la emisora JH, instalada bajo los auspicios de la Secretaría de Guerra y Marina. La primera empresa radiofónica formal surgió en mayo de 1923, cuando con un transmisor de 50 watts de potencia inició operaciones El Universal-La Casa del Radio, que se le identificó con las siglas CYL; en septiembre de ese año estrenó una planta transmisora de 500 watts, con la cual transmitió hasta 1928 cuando desapareció. El 15 de septiembre de 1923 se inauguró la estación de El Buen Tono, patrocinada por la cigarrera del mismo nombre y a la que en 1929 se le asignó el indicativo XEB, para ser la decana de las radiodifusoras en operación. La primera estación formal estatal fue la CZE -primer antecedente de la actual Radio Educación-, que salió al aire el 30 de noviembre de 1923, operada por la Secretaría de Educación Pública. Su primera transmisión fue la protesta del general Plutarco Elías Calles como presidente de la República. En 1929 dejó de transmitir para reaparecer en los primeros años de la década de los años treinta bajo las siglas XFX. 6 En el régimen cardenista, la XFX vivió una época de gran actividad al apoyar el proyecto de Educación Socialista impulsado por el gobierno, pero en 1940 volvió a salir del aire. En el régimen avilacamachista, reanudó sus transmisiones por un corto periodo, pero se interrumpieron en la administración de Miguel Alemán Valdés. En 1960, durante el gobierno de Adolfo López Mateos, se creó la Unidad de Grabación de la SEP, que sería el germen para en 1967 intentara resurgir Radio Educación en condiciones muy difíciles y con las siglas XEEP. Sus emisiones surgieron en 1968 en condiciones adversas, con equipo deficiente, escasez de personal, serias dificultades de sintonía y en horario discontinuo. Aunque su programación inicial consistía en documentos transcritos de los libros de texto gratuito en voz del maestro, lentamente varió para difundir géneros musicales no incluidos en estaciones comerciales, para satisfacer a un tipo de público de nivel social medio, junto con programas didácticos que fueran amenos procurando humanizar la radio. El 22 de noviembre de 1978, la SEP expidió un documento llamado Acuerdo 21 que definió a Radio Educación como un organismo desconcentrado de esa Secretaría, lo que le otorgó el mismo rango y misma situación jurídica que otros Institutos como Bellas Artes o el Politécnico Nacional. Así pasó a ser un organismo público entre cuyos objetivos se encuentra la operación de la frecuencia denominada XEEP, pero que podrá operar otras frecuencias y ayudar al cumplimiento de los objetivos que en materia de radio fijan a la SEP diversos ordenamientos legales. Ése fue el primer esfuerzo dentro del terreno de radiodifusión cultural en medios estatales en épocas recientes. Antes hubo otras emisoras oficiales, ya fueran de propiedad estatal o de institución política que cumplieron los propósitos institucionales para las que fueron creadas. El 1° de enero de 1931 se inauguraron oficialmente las transmisiones de la radiodifusora XEFO, inicialmente llamada XEPNR, propiedad del Partido Nacional Revolucionario. De acuerdo al diputado Manuel Jasso, secretario de Propaganda y Cultura del PNR, los objetivos de la nueva emisora eran: “La difusión de la doctrina del partido, la información diaria de su gestión y la de los gobernantes; la incorporación espiritual de las masas proletarias por medio del arte, de la 7 literatura y la música; la comprensión y solidaridad entre todos los habitantes del país; en suma el registro minucioso de las palpitaciones cotidianas de la vida nacional...”.1 Durante más de 15 años, en especial en el gobierno cardenista, la XEFO cumplió con elobjetivo de difundir y promover las políticas gubernamentales, pero en octubre de 1947, el gobierno del presidente Miguel Alemán Valdés vendió esta emisora y su filial de onda corta, la XEUZ, al industrial radiofónico Francisco Aguirre. El 1° de enero de 1937, bajo la Presidencia de Lázaro Cárdenas, inició sus operaciones el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad (DAPP), organismo que tenía bajo su cargo el diseño y ejecución de la política de comunicación social del gobierno mexicano. Entre sus facultades estaban la de “dirigir y administrar las estaciones radiodifusoras pertenecientes al Ejecutivo -con excepción de las que dependen de la Secretaría de Guerra y Marina”- y la de “supervisar y reglamentar la propaganda y publicidad hecha por medio de radiodifusoras comerciales y culturales establecidas en la República”. En ese año el DAPP instaló dos radiodifusoras, la XEDP, de amplitud modulada, y la XEXA, de onda corta, que transmitieron diariamente, de las 7:30 a las 23:00 horas, una programación integrada en su mayor parte por emisiones producidas por Secretarías y Departamentos de Estado. Junto con las emisoras del PNR y la XFX, el DAPP apoyó la difusión de las políticas gubernamentales durante el régimen cardenista, pero ese departamento desapareció por disposición presidencial en diciembre de 1939. Sus emisoras quedaron adscritas a la Secretaría de Gobernación, en donde funcionaron con escaso apoyo económico hasta que desaparecieron al iniciarse el régimen de Miguel Alemán Valdés. El 14 de junio de 1937 inició sus transmisiones XEUN, Radio UNAM, primera radiodifusora universitaria de México. Sus operaciones se limitaron a una programación de cuatro horas diarias. Después, el 28 de junio de 1938, salió al aire la radiodifusora de la Universidad de San Luis Potosí, también transmitiendo cuatro horas al día. La siguiente participación directa del estado mexicano en la actividad radiofónica se inició en 1976, cuando el Grupo Radio Fórmula entró en dificultades financieras y fiscales y para cubrir 1 Mejía Barquera, Fernando, Historia mínima de la radio mexicana (1920-1996), tomado de: Sánchez de Armas, Miguel Ángel (Coordinador.) Apuntes para una historia de la radio mexicana, en proceso de edición, Seminario Mexicano de Historia de los Medios, 35 págs. 8 sus adeudos decidió vender sus siete emisoras. Finalmente, en diciembre de 1978, tres de ellas, XEMP, XERPM y XEB, pasaron a ser propiedad del Gobierno Federal. En febrero de 1979, se hace público el acuerdo suscrito por las Secretarías de Comunicaciones y Transportes y de Hacienda y Crédito Público, para que las tres emisoras fueran adscritas a la Secretaría de Gobernación, para ser operadas por la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía. Estas emisoras serían la base sobre la que en 1983 se constituiría el Instituto Mexicano de la Radio (Imer) En marzo de 1983 la Secretaría de Gobernación anunció “la decisión gubernamental de reestructurar los recursos de comunicación social del Estado” mediante la creación de un “dispositivo de coordinación” denominado Sistema de Comunicación Social del Gobierno Federal, constituido por tres institutos: uno de radio, uno de televisión y otro de cinematografía. El objetivo era agrupar los recursos estatales de la comunicación social en entidades con el estatuto de “organismos públicos descentralizados, con personalidad jurídica y patrimonio propios”. Así surgieron el Instituto Mexicano de la Radio (Imer), el Instituto Mexicano de Televisión (Imevisión) y el Instituto Mexicano de Cinematografía, (Imcine) creados mediante decretos expedidos el 23 de marzo de 1983 y publicados en el Diario Oficial de la Federación dos días después. Además de las emisoras mencionadas al Imer se sumaron la estación de onda corta de la Productora Nacional de Radio (Pronar), la XHOF-FM, que operaba el Departamento del Distrito Federal, y la XELAC de Lázaro Cárdenas, Michoacán. Con el tiempo se sumarían otras estaciones en diferentes puntos del país. Pero tanto con las emisoras originales del IMER como las otras que se agregaron después, se canceló la idea de que las radiodifusoras estatales tuvieran un perfil cultural o educativo, y se optó por mantener el carácter y la programación comercial. La excepción podría ser la XEQK, conocida por proporcionar la hora exacta, que se transformó en una radio ciudadana, donde por un tiempo se abrieron espacios para que diversos sectores sociales tuvieran un foro donde exponer sus inquietudes organizadamente. A partir de 1994 la Secretaría de Comunicaciones y Transportes autorizó la creación de estaciones de radio denominadas combo, consistentes en emitir la misma señal en amplitud modulada y frecuencia modulada. Sin embargo, esta medida se aplicó a las grandes cadenas con 9 estaciones en ambas frecuencias pero ante la caída de auditorio en A. M., concesionarios también reclamaron inútilmente el mismo trato. En mayo de 2006, Pedro Cerisola, secretario de Comunicaciones y Transportes, anunció en la convención nacional del Consejo Consultivo de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión que en este mismo año se establecería la política para la radio digital en México, para ser la primera nación en América Latina en cumplir con esta especificación. En ese mismo acto, Cerisola informaba que en el sexenio se habían refrendado 764 concesiones de radio y que en el 2006 se sumarían otras 41 más. En el caso de la televisión la política para la televisión digital se emitió oficialmente desde julio de 2004 y que para 2006 ya habría 34 señales de este tipo en varios puntos del país, especialmente en el valle de México y la zona norte y fronteriza. En el caso del refrendo de concesiones para televisión, esta medida se aplicó en 437 de las 461 estaciones concesionadas. B. El Estado y la televisión En el caso de la televisión los trabajos experimentales los iniciaron desde 1928, con los ingenieros Francisco Javier Stavoli y Guillermo González Camarena, ambos profesores de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica y del Instituto Técnico Industrial. Stavoli también era encargado técnico de la XEFO del Partido Nacional Revolucionario, por lo que esa organización política le patrocinó un viaje a Estados Unidos para adquirir un equipo completo de televisión, integrado por dos cámaras de exploración mecánica a base del disco Nikov, un transmisor y varios receptores, así como equipo adicional para realizar transmisiones experimentales. En 1931, el equipo traído a México por el ingeniero Stavoli se instaló en el edificio de la ESIME, en el centro de la ciudad de México, donde tras varias pruebas, se realizó la primera transmisión inicial: el rostro de Amelia Fonseca, esposa del ingeniero Stavoli. González Camarena inició los experimentos televisivos en 1934. Por disposición del presidente Lázaro Cárdenas, se le facilitaron los estudios de la XEFO del PNR para ahí continuar sus experimentos en materia televisiva. Asimismo, la emisora se encargaóde traer un equipo de 10 televisión a México para integrarlo a su proyecto de “propaganda y difusión cultural”, el cual es mostrado públicamente el 16 de mayo de 1935.2 En 1940 González Camarena realizó la primera demostración de una emisión a color y patentó su inventó en México y dos años después en Estados Unidos. En 1946 inauguró su estación experimental XEHGC en el canal 5, la cual se transformaría en concesión formal en 1952 con las siglas XHGC. En 1950 se inauguró el primer canal de televisión comercial XHTV canal 4, en la ciudad de México, y su primera transmisión fue el Informe Presidencial desde la Cámara de Diputados; un año después entró en operación la primera repetidora en Paso de Cortés y se realizó la primera transmisión del Canal 2 XEWTV.Para 1954 se fusionaron los canales 2 y 5 en una sola empresa; el canal 4 lo haría un año después para integrar Telesistema Mexicano S. A. En 1959 empezó a transmitir el Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional, con programas educativos. En 1965 se inició formalmente la televisión educativa en México al poner en práctica la Secretaría de Educación Pública un plan piloto de alfabetización, a través de circuito cerrado. En 1967 se empieza a utilizar la televisión abierta como medio de educación a distancia. La Telesecundaria se inició en 1968 con la transmisión en circuito cerrado de la serie “Yo puedo hacerlo”, que constaba de 82 programas. Después, Telesecundaria se difundió de manera abierta a través del Canal 5, llegando a ocho entidades de la República. En octubre de ese año salen al aire los canales 8 y 13 de la ciudad de México, propiedad de inversionistas de Monterrey y de Francisco Aguirre, dueño de Radio Centro, respectivamente. Además, ese año la federación concluyó la Red Nacional de Telecomunicaciones iniciada desde 1963, que incluía la Red Federal de Microondas, la Estación Terrestre para Comunicaciones Espaciales de Tulancingo, conectada a los satélites Intelsat II y III, y la Torre de Telecomunicaciones en la Ciudad de México. Aunque en 1969 la empresa Cablevisión S.A., filial de Telesistema Mexicano, obtuvo la concesión para la televisión por cable en la ciudad de México, este servicio empezó a funcionar un año después. Ese sistema funcionaba de manera limitada desde 1954 en Nogales, Sonora; en Piedras Negras, desde 1963; y en Ciudad Acuña desde 1964 -ambas en Coahuila-, y en 2 Mejía Barquera, Fernando, Historia mínima de la televisión mexicana (1928-1996), tomado de Sánchez de Armas, Miguel Ángel (Coordinador.) Apuntes para una historia de la televisión mexicana. México, D. F. 1998, Seminario Mexicano de Historia de los Medios, 44 págs, versión difundida por internet. 11 Monterrey, Nuevo León, también desde 1964, pero es con Cablevisión cuando se inició el desarrollo industrial de esta modalidad en el país. El 1° de julio de 1969, después de seis meses de negociaciones entre representantes de la Cámara Nacional de la Industria de la Radiodifusión y la Secretaría de Hacienda, el presidente Gustavo Díaz Ordaz emitió un decreto para que las empresas concesionarias de radio y televisión pagaran el impuesto sobre el importe de los pagos por servicios prestados por empresas con concesiones federales, al poner a disposición del Estado el 12.5% de su tiempo diario de transmisión para utilizarlo de acuerdo con sus propios fines. Por este gravamen en agosto de 1969 se constituyó la Comisión de Radiodifusión, integrada por las Secretarías de Gobernación, Hacienda y Crédito Público, de Comunicaciones y Transportes, de Educación Pública y de Salubridad y Asistencia. También se publicó el acuerdo para integrar la Red Federal de Estaciones Oficiales de Televisión, mediante la asignación de 37 canales distribuidos en todo el país para usos culturales, educativos y de información. En 1970 se estableció la Subsecretaría de Radiodifusión, dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Tras casi cuatro años de operación, Francisco Aguirre fracasó en su intento de trasplantar el sistema operativo aplicado a Radio Centro al Canal 13, por lo cual mediante una operación ejecutada por la financiera estatal Sociedad Mexicana de Crédito Industrial (Somex), el 15 de marzo de 1972, esta televisora pasó a ser propiedad del gobierno federal. La adquisición del Canal 13 fue la primera de varias acciones del gobierno de Luis Echeverría para fortalecer al papel del estado como emisor directo, a través de los medios de comunicación. También se destacó, en abril de 1972, la creación de la red de cobertura nacional denominada Sistema de Televisión Rural de México -que en 1980 se rebautizaría como Televisión de la República Mexicana-, a la que se le asignaron las concesiones de los 37 canales reservados desde 1969 para usos culturales. A los canales 11 y 13 se les designó como los responsables de producir el material necesario, apoyándose también en programas elaborados por las empresas comerciales. Debido a carencias técnicas, parte de la programación resultaba diferida ya que la distribución de programas se efectuaba mediante videocasetes grabados. En noviembre de 1972 y tras un periodo de competencia de cuatro años, Telesistema Mexicano, operadora de los canales 2, 4 y 5, y Televisión Independiente de México, accionista 12 mayoritaria del Canal 8, se fusionaron en una sola empresa para operar a esas emisoras y sus repetidoras en el país. Así surgió el consorcio Televisión Vía Satélite S.A., Televisa, que inició oficialmente sus actividades el 8 de enero de 1973. En esa época se presupone la existencia de un acuerdo tácito entre Televisa y las autoridades del Canal 13, donde la primera se dedicaría a actividades comerciales y de recreación y la segunda, junto con el Canal 11 y Televisión de la República Mexicana, se dedicarían a la difusión de temas culturales, educativos y de orientación social. Es decir, no habría competencia sino actividades complementarias, lo cual facilitó el desarrollo de la empresa privada al carecer de un rival en el mercado televisivo. Mediante decreto publicado en el Diario Oficial el 7 de julio de 1977, se creó la Dirección General de Radio Televisión y Cinematografía, más conocida como RTC, dependiente de la Secretaría de Gobernación, cuya tarea fundamental sería la de vigilar la normatividad aplicable a los medios electrónicos y el cine dentro de su ámbito legal. El 15 de abril de 1982 inició sus transmisiones en la frecuencia de UHF el Canal 22 del Distrito Federal, bajo la administración del organismo estatal Televisión de la República Mexicana. El 23 de marzo de 1983 el Gobierno Federal anunció la creación de un organismo denominado Instituto Mexicano de Televisión, bajo cuya responsabilidad quedaban el Canal 13 y su red nacional, los canales 22 del Distrito Federal, 8 de Monterrey, 2 de Chihuahua y 11 de Ciudad Juárez, la Productora Nacional de Radio y Televisión (Pronarte) y la red Televisión de la República Mexicana (TRM). El 29 de abril de 1985 el gobierno de la República informó que el Instituto Mexicano de Televisión asumiría para fines de identificación institucional y comercial el nombre de Imevisión, y anunció la apertura de una nueva frecuencia en la Ciudad de México, el Canal 7, que salió al aire el 18 de mayo de 1985 con las siglas XHIMT y como cabeza de una red nacional integrada por las 99 emisoras que hasta ese momento operaban como Televisión de la República Mexicana, organismo que desapareció. Las señales de Imevisión funcionaron de igual manera que las radiodifusoras del Instituto Mexicano de la Radio: sus programaciones eran de corte comercial, minimizando temas culturales, educativos y políticos. En la administración de Carlos Salinas de Gortari y como parte de una campaña privatizadora de empresas paraestatales, se anunció la puesta en venta de Imevisión. Ante ello el 13 26 de enero de 1991 un grupo de 800 intelectuales solicitó al presidente que el Canal 22 se transformara en televisora cultural, lo que se aprobó el 21 de febrero. El 23 de junio de 1993 salió al aire la nueva televisora cultural: el Canal 22, XEIMT. A diferencia del Canal 11, que opera bajo el régimen de permiso, el 22 opera como una concesión de la empresa estatal Televisión Metropolitana S. A. de C. V. El 18 de julio de 1993 y después de permanecer más de veinte años bajo la administración del Estado, el Canal 13 de televisión pasó nuevamente al sector privado. Junto con el 13 y su red nacional de 90 canales, se desincorporaron el Canal 7 con sus 78 repetidoras y el Canal 2 de Chihuahua, bajo la razón socialde Televisión Azteca. Esta privatización concluyó tras un largo y complicado proceso de licitación pública donde participaron cuatro sociedades empresariales y el ganador fue el grupo Radio Televisora del Centro, encabezado por el empresario Ricardo Salinas Pliego, propietario de la cadena de tiendas Elektra, que pagó alrededor de 650 millones de dólares por un paquete de medios que incluía la cadena de salas cinematográficas Compañía Operadora de Teatros y los Estudios América. En adelante, el sistema de canales conocido como Imevisión recibió el nombre de Televisión Azteca. El 15 de diciembre de 1997 se publicó el título de concesión a favor de Televisión del Valle de México (TVM), para que explote el Canal 40 de Televisión; en julio del año siguiente se inicia un acercamiento con Televisión Azteca para establecer un convenio de intención, mismo que se firma el 10 de diciembre de 1988. Sin embargo, existen diferencias entre ambas empresas lo que provoca que en julio del 2000, Javier Moreno Valle accionista mayor de TVM, iniciándose un conflicto legal con Televisión Azteca llegando a los tribunales; una de las primeras medidas fue que el Canal 40 emitiera su propia programación sin incluir programas de Azteca. Un año después, se emite la sentencia legal, por la cuan se condenó a TVM a pagar 35 millones de dólares a la televisora del Ajusco, motivo por el cual prosiguió la disputa legal en varias instancias legales donde cada parte obtiene triunfos y sin que nadie ceda en sus pretensiones. Pero en diciembre de 2002, personal de Televisión Azteca ocupa la planta transmisora del Canal 40 en el cerro del Chiquihuite para emitir su señal, lo que generó mayores enfrentamientos. Es hasta el 24 de enero de 2003 cuando una jueza dictamina que se restablezca la señal original del Canal 40, lo que sucede 4 días después. 14 A partir de entonces Televisión del Valle de México empezó a sufrir problemas en su funcionamiento interno e, incluso, se hablo de que Moreno Valle estaba dispuesto a vender su empresa, lo que nunca se logró concretar. Por ejemplo en marzo del 2004 la Secretaría de la Función Pública de la Federación ordena que tanto el gobierno federal como los 32 gobiernos estatales firmen nuevos contratos por espacio de nueve meses por presuntas irregularidades administrativas y fiscales. Debido a los problemas de comercialización, el canal 40 sufrió por falta de ingresos y, en consecuencia, retrasó el pago de sus trabajadores hasta que el 20 de mayo de 2005 estalló en huelga la televisora; el adeudo de salarios era aproximadamente de 40 millones de pesos. Este paro laboral es aprovechado por Televisión Azteca para reintentar difundir programación a través del canal 40, situación que se concretaría el 22 de febrero de 2006 gracias a una serie de recovecos legales y a pesar de las protestas de los concesionarios originales. El primero de octubre del 2001, la empresa Multivisión de MVS anunció el lanzamiento del canal 52 como su emisora base, con una programación durante las 24 horas del día, con la promesa de que a partir de enero del 2002 su señal sería abierta en esa misma frecuencia en la televisión abierta, promesa que hasta el momento no se ha cumplido. Al año siguiente, MVS lanzó al aire el sistema MásTV inicialmente en la zona metropolitana de la ciudad de México, para después extenderse a varias ciudades del interior del país como Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez, Guadalajara, Mérida, León, Toluca, Monterrey, Pachuca, Querétaro y San Luis Potosí. Su señal es de televisión restringida con 15 canales. Inicialmente incluía varios de Televisa, motivo por el cual se generó un conflicto de presunta piratería, ya que aparentemente no existía el permiso para retransmitir esas señales. El asunto se arregló cuando se cambió la señal por otras programaciones extranjeras. A finales de enero del 2005 el presidente Vicente Fox inauguró el canal de televisión Aprende, mismo que se difunde en los 650 concesionarios de cable de todo el país, entre ellos Cablevisión en la ciudad de México. Este canal funciona gracias a un convenio entre la Secretaría de Educación Pública y la Cámara Nacional de la Industria de la Televisión por Cable. De acuerdo a sus propósitos, el canal trataría temas sobre educación, cultura, salud, economía, educación cívica y gobierno, además de capacitación laboral, aprendizaje de idiomas y clases del nivel bachillerato. 15 Después de tres años de pruebas, finalmente en agosto del año 2000 inició sus transmisiones oficiales el Canal del Congreso al difundirse su señal en los sistemas de cable y a través de Sky. En este canal se difunden las sesiones del pleno de los legisladores federales, así como sus reuniones de comisiones y entrevistas diversas. Asimismo, el 30 de mayo de 2006 inició sus transmisiones el canal del Poder Judicial de la Federación, a través de sistemas de cable, con una programación desde las once de la mañana hasta las 24 horas. Además de las sesiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el nuevo canal transmite las del Tribunal Electoral del Poder Judicial, así como algunas de tribunales colegiados de circuito. Todo ello como parte de las acciones de transparencia al interior de este poder. Por su parte Presidencia de la República reveló en junio de 2005 sus intenciones para crear un canal de televisión, que se difundiría a través de los sistemas de cable con el propósito de difundir acciones de gobierno, sus programas y los esquemas oficiales para elevar el nivel de vida de los mexicanos. Sin embargo, en diciembre se anunció la cancelación del proyecto ya que según Rubén Aguilar Valenzuela, vocero presidencial, se quería evitar que se responsabilizara al Jefe del Ejecutivo Federal de realizar proselitismo durante la etapa electoral del 2006. En octubre de 2005, las empresas que san el servicio de televisión por cable solicitaron a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal el permiso para ofrecer telefonía a través de sus redes; posteriormente incluirían la petición también de Internet para lo que se denominaría el triple play. A esta petición se opuso Teléfonos de México, ya que por su título de concesión se vería imposibilitado de participar en este grupo de servicios. En noviembre, la Comisión Federal de Competencia emitió su recomendación para que se eliminaran las barreras regulatorias para aplicar el “triple play” en México. El 25 de octubre de 2005 inicia sus emisiones, a través de diversos sistemas de cable en el país, el canal de la Universidad Nacional Autónoma de México, acto donde el recetor Juan Ramón de la Fuente reiteró que se continuará insistiendo ante las autoridades federales para contar con una señal de televisión abierta. Como antecedentes debe señalarse que TVUNAM se creó en 1985 y tres años después se inauguraron sus instalaciones propias. Sus programas son difundidos en el canal Edusat, el 22, por canales estatales y 23 sistemas de cable. 16 El mes de enero del 2006 se registraron diversas situaciones que repercutirán en la televisión mexicana. Una de ellas es que el Canal 28 del valle de México, propiedad de Raúl Aréchiga –también dueño de Aerocalifornia-, anuncia una alianza con PCTV, productora de televisión por cable para ofrecer espacios y difundir varios de sus programas. Como antecedente, se debe mencionar que en 1964 Aréchiga recibió la concesión para explotar el canal 16 por un espacio de 25 años, hasta el 21 de noviembre de 1989, lapso en el cual no tuvo ninguna emisión pero ello no obstó para que se autorizara un refrendo por otros diez años. (En 1993, de acuerdo a las nuevas normas de operación en Ultra Alta Frecuencia -UHF, por sus siglas en inglés-, se le reubicó en el canal 28). Antes de obtener el refrendo y debido a que no había sido utilizada la frecuencia, Comunicaciones yTransportes inició el procedimiento para recuperar la frecuencia. Para evitar su pérdida Aréchiga armó una programación a base de videoclips, que no requerían una gran inversión. De esa manera inició un conflicto legal que se prolongó hasta enero de 1995, cuando finalmente salió victorioso y se ordenó el refrendo legal de la concesión. Gracias a ese resultado, Aréchiga reactiva el canal con apoyo de PCTV, pero el 18 de julio, el grupo Imagen anunció la compra del Canal 28, por una cifra no precisada pero que se ubica entre los 80 y poco más de 100 millones de dólares. De esa cantidad Aréchiga debería compensar a PCTV por su frustrada incursión en la televisión abierta. El grupo Imagen, encabezado por Olegario Vázquez Raña y su hijo Olegario Vázquez Aldir también es propietario del Grupo Hospitalario Ángeles, de la cadena hotelera Camino Real, del grupo financiero Multivalores y de un grupo radiodifusor integrado por 20 emisoras propias y 50 afiliadas en todo el país. Ese mismo grupo anunció en el mes de enero la adquisición de la hasta entonces cooperativa que editaba el periódico Excélsior, por 586 millones de pesos y que, en un lapso de dos meses reestructuró la forma y fondo de ese añejo medio de comunicación que había vivido en una crisis interna por casi tres décadas. En marzo de 2006 la Secretaría de Comunicaciones y Transportes anunciaba que se autorizaba la salida al aire del Canal 46 de Cablevisión dentro de la ciudad de México, concesión que sería vigente por diez años; sin embargo, tal señal no había sido difundida varios meses después. 17 Dentro de la campaña político electoral del 2006 destacó la propuesta de Marcelo Ebrard, para que la ciudad de México contará con señal de radio y televisión propias a partir de 2007. En abril de 2006 se anunció que el grupo financiero mexicano Xtra y Telemundo –filial de General Electric-, creaban las empresas Estudios Mexicanos Telemundo para producir programas en español para toda América Latina, y Palmas 26, para intentar competir en el mercado mexicano de televisión abierta, motivo por el cual bucarán obtener alguna concesión. Según se aclaró se solicitaba el permiso para la participación de la empresa extranjera bajo el rubro de inversión neutra y socio minoritario, anuencia oficial alcanzada hasta el mes de mayo. En junio, Televisa fracasó en su intento por ser el socio mayoritario en la empresa estadounidense Univisión, siendo el nuevo propietario el consorcio encabezado por Haim Saban, empresario egipcio avecindado en Estados Unidos. Desde finales del 2005 arrancó la emisión de señales de televisión digitales en México, donde se emiten las señales de canales analógicos. Así, en el Distrito Federal funcionan los canales 48,49 y 50, como espejos de los canales 2, 4 y 5 de Televisa. De acuerdo a la política oficial, esta transición será gradual y funcionará primero en ciudades con mayor población. Por ejemplo, poblaciones con un millón de habitantes deberán tener la señal digital a más tardar en el 2015. Esta reconversión deberá concluir en el 2021, cuando terminen de emitir sus señales las emisoras analógicas. Una de las primeras consecuencias es que a finales del 2006 dejarán las empresa fabricantes de televisiones dejarán de producir aparatos con cinescopio para dedicarse a los receptores de pantalla plana y acondicionados para recibir la señal digital. C. Origen y desarrollo de los sistemas estatales En 1982, al iniciar el sexenio de Miguel de la Madrid, se promueven nuevos lineamientos políticos, económicos y sociales, donde destacó la llamada “consulta popular”, que se oficializó en 1983 con el Sistema Nacional de Planeación Democrática mediante el cual se convocó a 18 distintos foros para celebrar reuniones públicas adicionales con relación a la formulación del Plan Nacional de Desarrollo. En estos foros se empezó a relacionar a los medios de comunicación con la descentralización de la vida nacional con el propósito de fortalecer los valores culturales de las distintas regiones del país, pero no existía una clara definición y delimitación sobre diferentes temas y puntos que se abordaban, tales como “regiones” y “valores culturales”. 18 Dentro del ambiente motivado por la “planeación democrática”, se consideró como imperiosa la necesidad de que los estados de la república contaran con sus propias radiodifusoras y televisoras, a pesar de la severa crisis presupuestal prevaleciente. Para respaldar la presencia de estos nuevos medios de comunicación se manejaron dos vertientes. Una, de nivel local, donde se argumentaba que era una forma de debilitar a los consorcios privados y asegurar el acceso de la sociedad civil a los procesos masivos de comunicación y, dos, a nivel federal, cuando se decía que la diseminación de los sistemas de radio y televisión en los estados no significaba destruir los diques que contenían la expresión ciudadana, sino poner en práctica su peculiar concepto de regionalizar la comunicación. En consecuencia, no puede considerarse el surgimiento de las televisoras estatales como producto de un reclamo popular. Jorge Muñoz Estrada, primer director del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense, señaló en 1989 que “aunque en teoría las emisoras de radio y televisión de los estados deberían ser consecuencia de las necesidades sentidas de la población, la realidad es que se trata de decisiones unilaterales de los gobernadores respectivos. Unos sí tienen claro por qué se requiere contar con medios de comunicación y expresión regionales, y otros simplemente deciden hacerlo porque es la moda, porque en otros estados ya lo hicieron. No es demasiada coincidencia que en el sexenio que termina se hayan abierto espacios de radio y/o televisión en más de catorce entidades federativas. Salvo en dos casos, no conocí ningún documento más o menos serio que justificara realmente un proyecto de esta magnitud”.3 Jaime Cornelio Chaparro, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma del Estado de México, consideró que si bien la creación de los sistemas regionales respondían más a un proyecto de gobierno que al resultado de una consulta popular, la intención de invertir grandes sumas de recursos en infraestructura televisiva a pesar de la crisis económica existente, respondía a alcanzar una de las siete tesis fundamentales de la administración de De la Madrid: el federalismo, así consignado en el Plan Nacional de Desarrollo: “La política de descentralización de la vida nacional que ha emprendido el Gobierno de la República fortalece el pacto federal. Con una nueva presencia de los estados y 3 Los graves riesgos de la televisión regional, Muñoz Estrada, Jorge Eduardo, Revista Mexicana de Comunicación, Seminario Mexicano de Historia de los Medios, marzo-abril 1989, versión difundida por internet página 1. 19 municipios en la vida nacional se impulsa el proceso de democratización integral mediante la promoción permanente hacia la participación mediante la consulta popular”.4 Ante las facilidades otorgadas por las autoridades federales surgen los diferentes sistemas de radio y televisión: Veracruz, Michoacán, Quintana Roo, Estado de México, etcétera, hasta conformar en una década 23 sistemas que el 29 de octubre de 1994 se constituyeron en Pachuca, Hidalgo, como la Red Nacional de Radiodifusoras y Televisoras de Servicio Público Culturales y Educativas. Poco tiempo pasó para que el panorama cambiara radicalmente. Ciro Gómez Leyva describió así la situación en 1992: “Los signos ominosos se volvieron realidad y arrastraron en unos días el Sistema Michoacano de Radio y Televisión (...) El desmantelamiento se inició el 16 de septiembre de 1986, el primer día de gobierno de Luis Martínez Villicaña (...) De la Comisión de Radioy Televisión de Tabasco se sabe que atraviesa por serios problemas financieros y que su esquema de producción se ha extraviado (...) El Sistema Quintanarroense de Radio y Televisión vivió en carne propia la fragilidad de los medios regionales frente a los sexenales (...) En Radio Querétaro, una de las estaciones más prometedoras de esta, podríamos decir, clásica generación, el burocratismo y la estrechez presupuestaria acaban derrotando al espíritu creativo y democratizador (...) Depauperizada, abandonada y vituperada por su propio gobierno, el de Adolfo Lugo Verduzco, los programas de la televisora de Hidalgo se convierten en quintaesencia de cómo motivar al espectador a cambiar de canal (...) Radio y Televisión Mexiquense recorrió el periplo siniestro: del esfuerzo aperturista a la gestión autoritaria, irresponsable, inquisitoria. El proyecto se convirtió en botín de funcionarios. Había que poner en charola de plata a Mario Ramón Beteta, de paso, acabar con esa extraña política informativa que daba voz a los grupos marginales y a las corrientes opositoras, en vivo y en plenas situaciones de conflicto. Abonado el terreno, la inercia autoritaria ‘betetista’ no encontró mayor resistencia para barrer los residuos de un proyecto que gustaba presentarse a sí mismo como participativo, plural, de opciones múltiples, y que se hablaba de tú con los mexiquenses”.5 4 Plan Nacional de Desarrollo, Informe de Ejecución 1983, Encuadernaciones Culturales S. A. 1984, citado por Cornelio Chaparro, Jaime, en El fenómeno regionalizador de los medios de comunicación en México y el caso de Televisión Mexiquense, en De la región al Mundo, Durán King, José Luis y Pi Orozco, Luis Ernesto, coordinadores, REPROSCAN, abril de 2005, pág. 44. 5 Gómez Leyva, Ciro, De la primavera a la sin razón, en Comunicación y democracia, CONEICC, México 1992, citado por Cornelio Chaparro, ibid., pág. 45. 20 Cornelio Chaparro explicó que aparentemente en la primera mitad de la década de los 80, los gobiernos locales adoptaron al pie de la letra la política asentada en el Plan Nacional de Desarrollo en materia de comunicación, aceptando con agrado los permisos y facilidades técnicas para una inmediata salida al aire de sus emisoras. Pero “para la segunda mitad de la década, la política dio un viraje de 360 grados. Las presiones ejercidas por el FMI, el Banco Mundial, el gobierno estadounidense y los bancos nacionales hicieron que el gobierno de Miguel de la Madrid perdiera terreno en la soberanía nacional sostenida desde los años treinta y abandonara paulatinamente las políticas populistas emanadas de la revolución. En ese orden, el abandono de la televisión regional corresponde con los cambios en la política de desarrollo. Cuando la ‘planeación democrática’ queda sólo en el discurso, la televisión regional pierde su sentido original”.6 Así empezaron a desaparecer los sistemas estatales. Tan solo en 1995 los organismos de Quintana Roo, Tlaxcala y Morelos pasaron a la iniciativa privada y, además, los organismos no lucrativos que siguieron operando en desventajosas condiciones financieras, con una muy limitada autosuficiencia. Las condiciones para este tipo de emisoras no han sido sencillas. A poco más de una década de instituida la Red Nacional de Televisoras y Radiodifusoras Culturales cuenta con 47 miembros, pero se deben hacer varias aclaraciones sobre sus socios. Una es que varios miembros no son propiamente emisores de radio o televisión, como el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE), la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas y la Dirección General de Televisión Educativa de la Secretaría de Educación Pública. Otra es que otros no tienen señal al aire de manera abierta como el Canal del Congreso o Televisión UNAM. Una tercera observación es que no están afiliadas todas las emisoras estatales o universitarias. Por ejemplo, no aparecen las emisoras del Instituto Estatal de Radio y Televisión de Baja California Sur y las radiodifusoras de la Universidad Autónoma de Chapingo, en Texcoco -XEUACH en el 1610 de A. M.-, y de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional –XHUPC en el 95.7 de F. M.-, aunque las dos últimas difunden con muy baja potencia, por lo cual tienen un muy limitado alcance. 6 Cornelio Chaparro, Jaime, El fenómeno regionalizador de los medios de comunicación en México y el caso de Televisión Mexiquense, en De la región al mundo, coordinado por Durán King, José Luis y Pi Orozco, Luis Ernesto, editorial REPROSCAN, 2005, pag. 47. 21 Una última observación es que aparecen varias emisoras que son propiedad privada, es decir, no son de algún gobierno estatal o de institución educativa, como Telemax de Sonora o el Sistema Teleyucatán Trece TV. Incluso existe un caso especial en Morelos, donde la radio estatal es administrada por el Congreso Local En la sección de comunicación social de la página electrónica del gobierno federal directorio.gob.mx se consideran tres tipos de emisoras: comerciales, culturales indígenas y sistemas estatales de radio y/o televisión. En estas últimas se incluye a un total de 30 emisoras de radio y televisión, pero únicamente de 27 entidades de la República. Y es que en Campeche y Colima, además de considerar al Sistema de Televisión local, también se incluyen estaciones afiliadas al IMER. En esa lista no se incluyen emisoras de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Distrito Federal, Durango, Puebla y Sinaloa, aunque en varios estados existe al menos una estación. Un ejemplo sería Coahuila, donde operan el Sistema Estatal de Radio de Coahuila y Radio Torreón, ambas integrantes de la citada Red Nacional. Otro caso es el Distrito Federal donde son ampliamente conocidos Radio Educación y los canales 11 y 22, emisoras incluidas dentro del directorio de medios comerciales y privados. Entonces ese listado resulta incorrecto. Pero existen entidades donde presuntamente no funciona alguna radio o televisión pública: Baja California, Chihuahua y Sinaloa. En este trabajo no se mencionan a las radiodifusoras indígenas que cumplen un papel muy diferente al de las estatales o públicas, ya que están dirigidas a un auditorio muy específico, con temas que involucran a sectores sociales muy particulares, con un alcance que en ocasiones no respeta fronteras políticas, porque los grupos étnicos pueden ubicarse en dos o más entidades. Un ejemplo es la XEANT La Voz de las Huastecas, que transmite en el 1070 de amplitud modulada, de las de 6:00 a 19:00 horas con una cobertura que alcanza los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Querétaro y Veracruz, con programas en lenguas Náhuatl, Pame y Huasteco, además del español. Definir cuál es el futuro de las radiodifusoras y televisoras estatales resulta difícil de establecer, si consideramos que tan sólo a unos años de haberse generado este tipo de emisoras, muchas de ellas entraron en crisis, la cual aún persiste en nuestro sistema económico y, aunado a 22 ello, las nuevas condiciones legales determinadas por la recién reformada Ley Federal de Radio y Televisión. Listado de Sistemas de Radio y Televisión Estatales, Culturales y Universitarias Aguascalientes Radio y Televisión de Aguascalientes * Baja California Baja California Sur Instituto Estatal de Radio y Televisión de Baja California Sur Campeche Sistema de Televisión y Radio de Campeche * XETEB IMER Chiapas Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión * XTTTH Canal 10 Chihuahua Coahuila Sistema Estatal de Radio de Coahuila * Radio Torreón * Colima Televisión de Colima Canal 11 * XEBCO La Poderosa Voz de Colima Instituto de la Radio Colimense * Canal Once del IPN* Instituto Mexicano de la Radio * Canal 22 * Instituto Latinoamericano deComunicación Educativa (ILCE) * Dirección General de Televisión Educativa de la SEP * Radio Educación* Ibero 90.2 Radio * Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas * Canal del Congreso * Distrito Federal Radio UNAM * TV UNAM * Radio ESIME del IPN Durango Sistema Lobo de Radio y Televisión Universidad Autónoma de Durango * Estado de México Sistema de Radio y Televisión Mexiquense * Guanajuato Unidad de Televisión de Guanajuato * Guerrero Dirección de Radio y Televisión de Guerrero * Hidalgo Radio y Televisión de Hidalgo * Radio Universidad Autónoma de Hidalgo * Jalisco Sistema Jalisciense de Radio y Televisión * Michoacán Sistema Michoacano de Radio y Televisión * Morelos Radio de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos * Dirección de Radio, Televisión y Comunicación del H. Congreso de Morelos * Nayarit Sistema de Radio y TV de Nayarit * Nuevo León Sistema de Radio y Televisión de la Universidad Autónoma de Nuevo León * Dirección de Televisión de Nuevo León * Radio Nuevo León de la UANL * Oaxaca Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión * Puebla Sistema de Información y Comunicación (SICOM) * Querétaro Sistema Estatal de Comunicación Cultural y Educativa del Gobierno del Estado Radio Querétaro * Universidad Autónoma de Querétaro * Quintana Roo Sistema Quintanarroense de Comunicación Social * San Luis Potosí Unidad de Televisión de San Luis Potosí Canal 9 * Sinaloa Sonora Radio Sonora * Televisora de Hermosillo S. A. de C. V. Telemax Televisión de Sonora * 23 Tabasco Comisión de Radio y Televisión de Tabasco * Tamaulipas Sistema Estatal de Radio Tamaulipas * Tlaxcala Coordinación de Radio, Cine y Televisión de Tlaxcala * Asociación Tlaxcalteca de Televisión Radio Calpulualpan, Radio Tlaxcala y Radio Altiplano Veracruz Radiotelevisión de Veracruz * Radio Universidad Veracruzana * Yucatán Sistema Teleyucatán Trece TV * Zacatecas Coordinación de Comunicación Social de Zacatecas Radio Zacatecas * Con asterisco se señalan a las instituciones que integran la Red de Televisoras y Radiodifusoras Culturales de la República Mexicana. Logotipos que han identificada al SRTVM a lo largo de su historia 24 II. El marco legal de la radio y la televisión Es indiscutible que vivimos en un estado de derecho, de otra forma existiría una anarquía que impediría el desarrollo ordenado de la sociedad. Dentro de este régimen legal los medios electrónicos tienen como su mayor marco a la Ley Federal de Radio y Televisión. Lamentablemente este ordenamiento, al igual que otros que le antecedieron, no han sido lo eficaces y equilibrados para responder a las necesidades de los diferentes tipos de emisoras. Incluso, en varias ocasiones los ordenamientos han sido rápidamente superados porque no han sido considerados o anticipados los avances tecnológicos. En este capítulo, primero veremos los antecedentes legales aplicados a la radio y televisión después las condiciones en que surge y se aplica la Ley Federal de 1960 y, por último, comentarios y análisis de varios funcionarios y directivos de medios que consideran necesaria la reforma y actualización del marco legal y la forma en que finalmente fueron aprobadas las reformas en los primeros meses del 2006. A. Antecedentes del marco legal Para intercambiar experiencias, programar seminarios y conferencias a fin de constituir un gremio estable, los aficionados a la radio se reunieron el 6 de julio de 1922 en la Ciudad de México, para fundar la Liga Nacional de Radio, cuyo nombre después cambiaría al de Liga Nacional de Radio, donde el ingeniero Salvador F. Domenzáin fue electo presidente. El 6 de julio de 1924 el diario El Universal informa que la Conferencia Internacional de Telecomunicaciones, celebrada en Berna, Suiza, asignó a los diversos países las siglas que deben utilizar para identificar a las estaciones que prestan el servicio de radiodifusión. Aunque México no envió una delegación a dicha conferencia, le son asignadas las siglas CYA a CZZ, para que las estaciones existentes en ese momento adaptaran sus indicativos de llamada a esa nomenclatura. Así, la estación de El Universal-La Casa del Radio se transforma en CYL, la de El Buen Tono en CYB y la emisora del diario Excélsior en la CYX. En abril de 1926, el gobierno del presidente general Plutarco Elías Calles expidió la Ley de Comunicaciones Eléctricas, con la cual se reglamentaron diversas actividades, entre ellas la radiodifusión. En su artículo 12 la ley establecía que las transmisiones radiofónicas “no deben atentar contra la seguridad del Estado” ni atacar en forma alguna “al gobierno constituido”. 25 La Conferencia Internacional de Telecomunicaciones celebrada en Washington, en 1929, determinó nuevos indicativos de llamada para las emisoras. A México, que en esta ocasión sí envió representantes, le asignaron las siglas XAA hasta XPZ. La Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas distribuyó así los indicativos: XA, para servicios de radiocomunicación para aeronaves; XB, para servicios generales; XD y XF, en servicios telegráficos; XC, para servicios marítimos; y XE, radiodifusión. En 1931 y ante el constante crecimiento de la radiodifusión –en ese año ya funcionaban 31 estaciones en todo el país y se preveía un crecimiento explosivo para el futuro cercano-, el Gobierno de la República emitió diversas disposiciones legales para regular su funcionamiento. Ese año se sustituyó el régimen de permisos por el de concesiones, que operaba desde los años veinte, más acorde con una actividad comercial que utiliza el espacio aéreo considerado como un bien del dominio de la nación. Las concesiones para explotar comercialmente una frecuencia radiofónica se otorgaban hasta por cincuenta años, medida con la que se esperaba estimular el crecimiento de la radiodifusión al suponerse que los empresarios tendrían mayores seguridades para invertir en esta actividad. En septiembre de 1931 se promulgó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto que establece el servicio de anuncios comerciales por radiodifusión en conexión con la red telegráfica nacional, cuyo objetivo fue incrementar la inserción de anuncios comerciales en la industria radiofónica. En 1933 se publicó la Ley de Impuestos a las Estaciones Radiodifusoras, que establecía un gravamen del 5% sobre los ingresos brutos de las estaciones comerciales. El Diario Oficial del 10 de julio de 1933 publicó el Reglamento del Capítulo VI del Libro V de la Ley de Vías Generales de Comunicación, donde entre otros puntos establecía que las radiodifusoras podían dedicar el 10% de su tiempo de transmisión a difundir “propaganda comercial”. También se establecía que el Estado tenía la facultad de transmitir en las estaciones comerciales, de manera gratuita y con prioridad, todos los mensajes que el Ejecutivo o las Secretarías de Estado consideraran necesario difundir. Esta disposición subsistió en el Reglamento de Estaciones Radiodifusoras Comerciales, de Experimentación Científica y de Aficionados de 1942 y permaneció en la Ley Federal de Radio y 26 Televisión, promulgada en 1960, cuyo artículo 59 establecía que las estaciones de radio y televisión deberían efectuar transmisiones gratuitas diarias, con duración hasta de 30 minutos para difundir temas educativos, culturales y de orientación social, con material proporcionado por dependencias del Ejecutivo Federal. En enero de 1937, el Diario Oficial publicó un decreto presidencial que disponía la creación de un programa radiofónico semanal de nombre La Hora Nacional, con cobertura nacional, que transmitiera en cadena por todas las estaciones del país, para que el gobierno federal informara a la población de sus actividades. Este programa con el paso del tiempo ha cambiado de nombre, formato y producción. En sus inicios fue responsabilidaddel Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad, a través de la XEDP, con una cadena nacional constituida entonces por 93 estaciones. El primer programa se difundió la noche del 25 de julio de 1937. En 1977, al crearse la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía, la producción de la llamada La Hora de México quedó bajo su responsabilidad, hasta 1983 cuando el programa, de nuevo llamado La Hora Nacional, se reasignó al Instituto Mexicano de la Radio. Con el objetivo de “defender los intereses comunes de los radiodifusores y hacer frente común en todos los casos en que puedan resultar afectadas sus actividades”, en febrero de 1937 se constituyó la Asociación Mexicana de Estaciones Radiodifusoras (AMER), organización que agrupó a radiodifusores de varios puntos de la República. En junio esta organización se transformó en Asociación Mexicana de Radiodifusoras Comerciales (AMERC), con miembros de 20 estaciones del país: 10 del Distrito Federal, 2 de Veracruz, 2 de Tamaulipas y una por los estados de Puebla, Durango, Nuevo León, Guanajuato, Jalisco y San Luis Potosí. En 1939 y para cumplir con lo dispuesto por el Gobierno Federal desde 1936, a través de la Ley de Cámaras de Comercio e Industria, para que todos los industriales queden adscritos a una cámara empresarial, la AMERC ingresó a la Cámara de Transportes y Comunicaciones en donde constituye la Sección Radio. Tras la promulgación de una nueva Ley de Cámaras de Comercio e Industria, que autorizaba la creación de cámaras especializadas, en diciembre de 1941 la Secretaría de Economía Nacional aprobó la constitución de la Cámara Nacional de la Industria de la Radiodifusión (CIR), 27 la cual quedó formalmente integrada en enero de 1942, siendo Emilio Azcárraga Vidaurreta, propietario de la XEW y XEQ, su primer presidente. En 1942 se promulgó el Reglamento de Estaciones Radiodifusoras Comerciales, de Experimentación Científica y de Aficionados que, entre otras disposiciones, establecía que cada anuncio comercial debería durar un máximo de dos minutos y que por cada anuncio difundido debía intercalarse un número musical o de otra índole; asimismo, se reiteraba la prohibición de difundir “franca o veladamente” asuntos de carácter político o religioso, así como ataques de “cualquier tipo” al gobierno. El reglamento también autorizaba la publicidad grabada y permitía las transmisiones en idiomas extranjeros, con el permiso de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. En 1947 el presidente Miguel Alemán Valdés solicitó al músico Carlos Chávez, director del Instituto Nacional de Bellas Artes, designar una comisión que analizará cuál de los dos sistemas de televisión predominantes en el mundo -el estadounidense, bajo el formato comercial- privado, o el británico, como un monopolio estatal-, podría ser el más conveniente para aplicarlo en México. La llamada Comisión del INBA se integró por el escritor Salvador Novo y el ingeniero Guillermo González Camarena, quienes durante octubre viajaron por Estados Unidos y Europa para cumplir con la instrucción presidencial. Un año después, la Comisión del INBA entregó al presidente Alemán sus conclusiones en un texto que constaba de dos partes. La primera, escrita por Salvador Novo, se refería a los aspectos administrativos, de organización, financiamiento y contenido programático de ambos sistemas. Aunque no recomendaba explícitamente la adopción de alguno en especial, vertía elogios a la televisión británica, operada por la British Broadcasting Corporation (BBC). La segunda parte, elaborada por el ingeniero González Camarena, recomendaba formalmente que México adoptara el sistema estadounidense por razones técnicas y económicas: argumentaba que los experimentos hechos en México se habían realizado de acuerdo con las especificaciones técnicas vigentes en ese país; que los aparatos fabricados en México funcionaban con esas especificaciones y, por último, para poner a funcionar la televisión en el país sería necesario importar gran cantidad de aparatos receptores y resultaba más fácil traerlos de Estados Unidos que de Europa. 28 Posteriormente, en 1949, González Camarena fue nombrado por el presidente como asesor de la comisión encargada de elaborar el “Decreto que fija las normas que deberán observar para su instalación y funcionamiento las estaciones radiodifusoras de televisión”, publicado en el Diario Oficial de la Federación en febrero de 1950, primera disposición legal específica. Una década después, el Diario Oficial de la Federación publicó en enero de 1960 la Ley Federal de Radio y Televisión, ordenamiento jurídico específico para estos dos medios, hasta ese entonces regidos por la Ley de Vías Generales de Comunicación y sus reglamentos. Destacan entre otros aspectos la definición de la radio y la televisión como medios de interés público y el establecimiento del régimen de concesiones y permisos al que se sujetan ambos medios. Según la ley pueden existir estaciones concesionadas, facultadas para transmitir anuncios comerciales, y estaciones permisionadas cuya administración se encomienda a entidades no lucrativas. En diciembre de 1961 se publicó en el Diario Oficial la Ley del Impuesto a las Empresas que Explotan Estaciones de Radio y Televisión, que establecía un gravamen de 5% sobre ingresos brutos de las empresas de radio y televisión; sin embargo, éstas, a través de su cámara industrial, negociaron con la Secretaría de Hacienda una reducción al impuesto para quedar en una tasa de 1.25% sobre ingresos brutos. El impuesto fue aplicado hasta 1978, ya que no fue incluido en la iniciativa de Ley de Ingresos que el Ejecutivo envió al Congreso de la Unión en diciembre de 1979, sin que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público explicara esta situación. Como se señaló anteriormente, el 1° de julio de 1969 el presidente Díaz Ordaz emitió un decreto para que las empresas concesionarias de radio y televisión pusieran a disposición del Estado el 12.5% de su tiempo diario de transmisión para utilizarlo de acuerdo con sus propios fines. En 1970 la Cámara Nacional de la Industria de Radiodifusión transformó su estructura interna y denominación. Se formaliza la pertenencia a esa organización de los concesionarios de canales de televisión que, aunque en los hechos participaban en sus actividades, no habían ingresado de manera oficial. En consecuencia, la organización cambió su nombre a Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT). 29 En abril de 1973, el Diario Oficial de la Federación publicó el Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión, que precisaba atribuciones de la Secretaría de Gobernación para vigilar que los contenidos de las transmisiones de ambos medios se ajustaran a lo estipulado por la legislación y que las estaciones de radio pudieran dedicar el 40% de su tiempo total de programación a la emisión de anuncios publicitarios. Mediante el decreto del Diario Oficial de julio de 1977 se creó la Dirección General de Radio Televisión y Cinematografía, más conocida como RTC, dependiente de la Secretaría de Gobernación, para vigilar el cumplimiento de la normatividad de esos medios dentro del ámbito correspondiente a esa dependencia. En octubre de 1994 el Diario Oficial difundió que la empresa Radiotelevisora de México Norte, S. A. de C. V., filial de Televisa, obtenía la concesión para operar una red de 62 canales de televisión en 28 estados del país, la que había sido otorgada desde marzo de 1994, pero hecho público y oficial siete meses después de consumado. Entre las características de la concesión de este paquete de canales televisivos se encuentran que tendrá una vigencia de 16 años, contados a partir del 8 de marzo de 1994, fecha de su inicio, y hasta el 7 de marzo de 2010, en que concluirá; los términos de la concesiónserían revisados por Televisa y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes cada cinco años; Televisa, a través de su filial Radiotelevisora de México Norte, tendría que pagar 295 millones 198 mil 776 nuevos pesos “por concepto de participación al gobierno federal”, basándose en una disposición del artículo 110 de la Ley de Vías Generales de Comunicación. Su aplicación resultaba significativa, pues no se conocen antecedentes de que el gobierno cobrara por el otorgamiento de concesiones para la explotación de canales de televisión. Con esos nuevos canales se extendería la cobertura del Canal 9, convirtiéndose en red nacional. Bajo la administración de Vicente Fox Quesada, entre los años 2002 y 2003, la Subsecretaría de Comunicación Social de Gobernación promovió varias mesas de discusión y análisis entre representantes de los legisladores, empresarios y estudiosos para proponer una nueva Ley Federal de Radio y Televisión, como parte de una legislación general de Telecomunicaciones más actualizada. En esas mesas, el renglón sobre la situación legal o actualización de las instituciones permisionadas no estaba considerado como uno de los puntos de mayor importancia, aunque otros temas sí, como el uso más optimizado del 12.5% de impuesto en especie a medios 30 electrónicos, el manejo de la agencia informativa Notimex y la ciudadanización del premio nacional de periodismo. De acuerdo con el documento “La nueva política de comunicación social del gobierno federal”, dado a conocer por José Luis Durán Reveles, entonces Subsecretario de Comunicación Social de Gobernación, se reconocía que la Ley Federal de Radio y Televisión resultaba obsoleta, por lo cual era necesario “establecer una ley de medios electrónicos moderna, clara y eficiente”, donde se establezcan derechos y obligaciones y se logre que la programación se sujete a normas y criterios que busquen promover el bien común y forjar una sociedad democrática dentro de la libertad de expresión y de programación.7 El senador Javier Corral Jurado, en su calidad de presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, señaló en varias entrevistas periodísticas que una de sus principales preocupaciones era terminar con el duopolio televisivo integrado por Televisa y Televisión Azteca, pero sin considerar para ello la problemática de las televisoras permisionadas.8 Para documentar el tamaño del duopolio, Fernando Mejía Barquera cita el informe financiero 2004 de Televisa que señala la existencia en México de 464 estaciones de televisión concesionadas, 259 repiten señales de Televisa y 176 de Televisión Azteca; en total controlan 435 emisoras para el 93.75% del universo total, mientras que el 6.25% restante son 12 estaciones privadas de grupos regionales y 17 estaciones independientes. Mejía Barquera también retoma estadísticas del Centro de Información de Mercadotecnia Mexicana quien en su reporte de 2004 informa que la inversión publicitaria total fue de 28 mil 790 millones de pesos, de los cuales el 80% fue captado por la televisión abierta, del cual el 69% 7 El documento titulado La nueva política de comunicación social del gobierno federal, fue presentado en dos ocasiones por José Luis Durán Reveles. La primera el 27 de mayo de 2002 en la Cámara de Diputados en la Quinta Conferencia Internacional donde se abordó el tema de los medios electrónicos en el marco de la Reforma del Estado en México y la segunda, en una conferencia magistral dictada en el Salón Paraninfo del Edificio Carolino de la Universidad de Puebla. 8 Por ejemplo, se pueden citar informaciones aparecidas el 3 de abril de 2002 en la primera plana del Unomásuno, con pase a la página 6 –Nueva Ley de Radio y TV; Coto a Televisa y TV Azteca-, la Contra Cultural de Unomásuno del 4 de mayo de 2002 –Evitar la concentración, problema de fondo; Urge reformar la Ley Federal de Radio y Televisión-, y la página A-4, de la 1ª sección de El Universal, del 28 de mayo de 2002 –Revisar concesiones de TV, exige senador de AN-. En esta última en un recuadro aparecen las propuestas en materia de medios electrónicos emitidos por la 5ª Conferencia Internacional, donde de once puntos el último solamente señala “modificar de fondo el régimen de concesiones y permisos”, pero sin abundar más en la problemática que se analiza en este trabajo. 31 es para Televisa y el 28% para Televisión Azteca para un 97%, con lo cual es indiscutible que estas empresas son las que se llevan la mayor tajada del pastel publicitario.9 Lo poco o muy avanzado para actualizar la ley, se truncó en octubre de 2002 cuando el Presidente Vicente Fox anunció cambios al marco impositivo: mediante un decreto presidencial se anulaba el impuesto en especie del 12.5% en medios electrónicos. Esta medida fue cuestionada hasta por legisladores federales panistas por varias razones, entre ellas ignorar la mesa de discusión para analizar toda la legislación y no un solo renglón. También se acusaba al presidente de actuar sin considerar a otros poderes y autoridades –como el Instituto Electoral Federal-, que habían recurrido al tiempo oficial para divulgar sus campañas. El decreto, emitido en un número vespertino y extraordinario del Diario Oficial, fue cuestionado por abogados y especialistas como Miguel Ángel Granados Chapa, quien argumentó que esta edición infirió “lesiones a la certidumbre jurídica” al no estar considerada dentro del marco legal del órgano oficial del gobierno federal.10 II. B. Análisis al marco legal vigente No es necesario acudir a realizar un detallado análisis de contenido para determinar las razones por las cuales la Ley Federal de Radio y Televisión es una legislación obsoleta. Sencillamente se deben comparar las situaciones existentes en el país cuando se promulgó la legislación en 1960, con unas condiciones económicas, políticas, sociales y tecnológicas muy diferentes a las existentes en el arranque del siglo XXI. Las características del México de 1960 eran las de un país sin crisis económica, donde el esquema conocido como desarrollo estabilizador propiciaba un crecimiento económico para que las clases populares registraran aumentos salariales reales. Los pocos conflictos político sociales se resolvían mediante acciones de fuerza, respaldas por las leyes vigentes; en materia tecnológica hasta antes de 1960 uno de los mayores avances tecnológicos fue la introducción del videotape. El investigador Javier Esteinou Madrid resume que en los años 60, operaban en el país 357 estaciones de radio y 20 canales de televisión, atendiendo a una población de 16 millones de habitantes, mientras que cuatro décadas después existen 636 canales de televisión y mil 434 9 Columna Cambio de frecuencia, de Fernando Mejía Barquera, Canal 40 ¿nueva red nacional?, secc. Tendencias, periódico Milenio, 30 julio 2005, pág., 33. 10 Columna Plaza Pública, de Miguel Ángel Granados Chapa, TV: La otra Operación Triunfo, periódico Reforma, primera sección, pág. 17-A, domingo 13 de octubre de 2002. 32 emisoras de radio con modificaciones cualitativas en contenidos y tecnologías para atender a una población de más de 110 millones de habitantes “con fuertes necesidades de información, educación cultura y entretenimiento”.11 Respecto a la situación de las televisoras, en marzo de 1955 se había integrado Telesistema Mexicano, empresa que agrupó las concesiones otorgadas para el funcionamiento de los canales 2, 4 y 5, colocándose como la más fuerte a nivel nacional, sin competencia y sin cadenas nacionales, ya que sólo funcionaba una mínima cantidad de repetidoras en puntos estratégicos del país. El Canal 11, frecuencia permisionada otorgada al Instituto Politécnico Nacional, funciona desde marzo de 1959 en condiciones precarias, alcanzando su señal algunas áreas
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