Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA División de Estudios de Posgrado e Investigación SECRETARÍA DE SALUD Hospital Juárez de México LITIASIS VESICULAR EN PACIENTE EMBARAZADA MANEJO DE LA MISMA EN EL HOSPITAL JUAREZ DE MEXICO. TESIS PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN CIRUGÍA GENERAL PRESENTA DR. JULIO CESAR MEZA SANCHEZ DIRECTOR Y ASESOR DE TESIS: DR. PABLO MIRANDA FRAGA MEXICO, D.F. 15 AGOSTO 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. SECRETARIA DE SALUD HOSPITAL JUAREZ MÉXICO DIRECCION DE INVESTIGACIÓN Y ENSEÑANZA DR. ROBERTO PEREZ GARCIA JEFE DEL CURSO UNIVERSITARIO DR. ALEJANDRO TREVIÑO BECERRA DIRECTOR DE ENSEÑANZA E INVESTIGACION DR LUIS DELGADO REYES JEFE DE DIVISION DE ENSEÑANZA DR PABLO MIRANDA FRAGA DIRECTOR DE TESÍS DR JUAN GIRON MARQUEZ ASESOR DE TESIS FOLIO HJM-1205/06.02.21 DEDICADA A: A MIS PADRES, QUE ME ENSEÑARON LA PERSEVERANCIA, LA RESPONSABILIDAD, EL AMOR AL PROJIMO Y SOBRE TODO: A NUNCA DARME POR VENCIDO. A AIVLE, MI AMIGA, COMPAÑERA Y CONFIDENTE, QUE SIEMPRE ME IMPULSO CON SU AMOR EN TIEMPOS DIFICILES. A MI MAESTRO DR. ROBERTO PEREZ GARCIA. A TRAVES DE SU SABIDURIA SIGUE FORJANDO MEDICOS DE EXCELENCIA POR LOS CAMINOS DE LA CIRUGIA GENERAL. A EL TODA MI ADMIRACION Y RESPETO AL DR. PABLO MIRANDA FRAGA, AL DR. SALOMON HERNANDEZ, AL DR. ONESIMO ZALDIVAR Y DR. JUAN GIRON MARQUEZ, GRANDES HUMANISTAS Y GRANDES MAESTROS. NO IMAGINO MI TRAYECTORIA SIN SU APOYO. A MIS COMPAÑEROS, EN ESPECIAL A ALEJANDRO, EDUARDO, JUAN MANUEL Y VANESSA APOYANDOME EN TODO MOMENTO Y DEMOSTRANDOME SU AMISTAD A TODA PRUEBA. A MIS PACIENTES, DE LOS CUALES APRENDI, REI Y SUFRI A SU LADO. ÍNDICE Págs. 1.- Marco Teórico 4 1.1.- Anatomía 4 1.2.- Fisiología 8 1.3.- Cambios durante el embarazo 11 1.4.- Introducción 12 2.- Hipótesis 23 2.1- Material y métodos 23 2.2- Criterios de inclusión 24 2.3- Criterios de eliminación 24 2.4- Criterios de exclusión 24 2.5- Variables 25 3.- Resultados 25 3.1-Grupo 1: Pacientes con colecistitis aguda sin ictericia 27 3.2-Grupo 2: Pacientes con coledocolitiasis 31 3.3-Grupo 3: Pacientes con Pancreatitis Aguda 36 4.- Conclusiones 40 5.- Bibliografía 45 1.1 Marco Teórico. ANATOMIA La vesícula biliar esta adherida a su fosa en la cara inferior del hígado por tejido conectivo y vasos, y se encuentra entre el lóbulo derecho y el izquierdo del mismo. Tiene entre 7 y 10 cm. de longitud, su fondo es de 2.5 a 3 cm. de ancho, y su volumen llega a los 30 ml. Una vesícula con distensión moderada puede alojar entre 50 y 60 ml. de bilis, en distensión marcada puede contener hasta 300 ml. Se identifican en la misma 4 zonas: fondo, cuerpo, infundíbulo y cuello. El fondo de la vesícula comienza en el borde anterior del hígado, y se extiende hacia delante y hacia abajo. En general se apoya sobre el duodeno o el colon transverso. Se encuentra en contacto con la pared abdominal anterior, cerca del borde externo del recto anterior, pero presenta variaciones en cuanto a su posición en relación con la pared abdominal y el borde costal. El cuello termina en el conducto cístico. El cuello ocupa la zona mas profunda de la fosa vesicular y se encuentra en la porción libre del ligamento hepatoduodenal. El conducto cístico contiene los restos de la válvula espiral embrionaria o de Heister, y su musculatura forma un esfínter: Esfínter de Lutkens. Entre el cuerpo y el cuello se encuentra el infundíbulo. Fig. 1: Porciones del colédoco y se desembocadura en la segunda porción del duodeno La vesícula biliar esta formada por tres túnicas: una túnica mucosa plegada que presenta criptas glandulares, otra capa submucosa y la túnica muscular lisa con refuerzos circulares.2 El conducto hepático común esta formado por la unión de los conductos hepático derecho e izquierdo. Mide entre 1 y 2.5 cm. de largo y un diámetro de cerca de 4 mm. Se dirige hacia abajo por la parte superior del ligamento hepatoduodenal, y se encuentra por delante de la vena porta y a la derecha de la arteria hepática, y se une con el conducto cístico para formar el conducto colédoco. El conducto cístico mide entre .5 y 4 cm. de largo, comenzando en el cuello de la vesícula y corre en el ligamento hepatoduodenal uniéndose al conducto hepático común en un ángulo recto. El conducto colédoco mide cerca de 7.5 cm. de largo, su diámetro mide de 4 a 8 mm. , pero cuando se obstruye puede dilatarse; se divide en cuatro porciones: la porción supraduodenal que se dirige hacia abajo y atrás del ligamento hepatoduodenal, frente al hiato de Winslow; la porción retroduodenal que cruza la cara dorsal de la parte superior de la porción fija del duodeno, oculta el borde inferior del triangulo interportocoledocal, porción pancreática donde el colédoco esta rodeado de tejido pancreático y la porción intramural se encuentra dentro de la pared del duodeno, en un trayecto de 2 cm. donde forma una papila en la mucosa duodenal. (1) Las arterias de la vesícula biliar provienen de rama cística, rama de la arteria hepática. Esta nace de la arteria hepática derecha, pero puede provenir de la arteria hepática izquierda, la arteria hepática común, arteria gastroduodenal o mesentérica superior. El trayecto de la arteria cística ofrece muchas variaciones. Desde su origen este vaso cruza por detrás del conducto hepático común para alcanzar el cuello de la vesícula biliar donde se divide en una rama anterior y otra posterior, que irriga las correspondientes áreas vesiculares. Cuando nace de la arteria hepática derecha, sigue un curso paralelo a la vesícula, adyacente a la misma y por dentro del conducto cístico, aunque esta variación no es constante. La irrigación del sistema biliar extrahepático esta dada por las arterias gastroduodenal, retroduodenal y pancreaticoduodenal superior posterior, así como las arterias hepática derecha y cística. La irrigación es a través de las arterias longitudinales que corren a lo largo del colédoco en las posiciones de las 3 y 9 hrs., haciendo de la misma irrigación frágil a las agresiones externas. Fig. 2.-Relaciones anatómicas de la vesícula biliar. Las venas císticas presentan dos vías de drenaje: una, proveniente de la pared vesicular yuxtahepática, atraviesa el lecho vesicular para llegar a la circulación venosa hepática (venas porta accesorias), y otra formada por dos venas císticas que van a la rama derecha de la vena porta a lo largo superior del triángulo de Calot, o bien a la arcada parabiliar. Las venas de la vía biliar principal son tributarias de la vena Porta. Esta red parabiliar es importante si se requiere de derivación en caso de trombosis portal.2 Los linfáticos drenan en los ganglios del cuello de la vesícula. Fig. 3.-Irrigación del hígado y las vías biliares. Los nervios de la vesícula biliar son ramas del vago y delsimpático, que atraviesan el plexo celiaco. La ampolla de Vater es una dilatación ubicada en la entrada duodenal de los conductos colédoco y pancreático. El conducto de Wirsung y el colédoco pueden ingresar al duodeno a través de aberturas separadas y en una papila común, o pueden comunicarse entre si antes de ingresar. El esfínter de Oddi representa una serie de capas musculares desarrolladas a nivel de la unión pancreaticobiliar. Esta estructura muscular controla la salida de las secreciones biliares y pancreáticas. Fue detallada en 1957 por Boyden. Durante la colecistectomia se expone y diseca retirando hacia fuera el cuerpo y el cuello de la vesícula, exponiendo el triángulo de Calot, descrito originalmente en 1891, teniendo como limites el conducto cístico, conducto hepático común y la arteria cística. Actualmente se asigna como limite superior la cara inferior del hígado. Delante de este triángulo pasa la arteria cística. Por delante del cuello de la vesícula se encuentra el ganglio linfático cístico de Mascagni. 2 El llenado de la vesícula biliar se facilita por la contracción del esfínter, que mantiene una presión constante en el colédoco (10 a 15 mmHg). Los periodos de llenado se intercalan con breves lapsos de vaciamiento parcial (15% de su volumen total). Después de la comida, la vesícula biliar requiere de una respuesta motora coordinada de contracción de la misma y relajación del esfínter, dado principalmente por la hormona colecistoquinina, liberada de la mucosa duodenal; posterior a esto la vesícula biliar se vacía en un lapso de 30 minutos 50 a 70% de su contenido.(3) FISIOLOGIA La vesícula recibe bilis del hígado, la concentra y la almacena, y luego la expulsa en respuesta a ciertos estímulos (comida). Entre la ingesta de alimentos la bilis ingresa a la vesícula como resultado del aumento de la resistencia en el esfínter de Oddi. La presión basal en el colédoco es de 5 a 10 cm. de agua. Si la presión dentro del colédoco excede los 30 cm. de agua, el flujo biliar hepático se interrumpe. La bilis se concentra debido a la rápida extracción de agua, cloruro y bicarbonato de sodio. Esta rápida absorción de agua impide la acumulación de la misma dentro de la vesícula biliar. Los lípidos, sales biliares y colesterol se acumulan cerca de 10 veces dentro de la misma. El principal estimulante para la excreción es la colecistoquinina (CCK) liberada por el duodeno como respuesta de alimentos grasos, así como presencia de ácidos gástricos y proteínas. (4) El hígado segrega de 500 a 1500 ml. de bilis al día. El transporte de agua y solutos en los canalículos biliares está sujeto a dos principales procesos: Uno dependiente de las sales biliares, y el otro no dependiente de las mismas. El primero se relaciona con la velocidad de retorno de las sales biliares hacia el hígado así como de la síntesis hepática de esas sales. El agua y los solutos pequeños siguen el transporte activo de las sales biliares en los canalículos. El hígado sintetiza a través del colesterol las principales sales biliares: quenodeoxicolatos (quenatos o quenodiol) y los colatos. Todas las sales biliares son luego conjugadas, sea con taurina o glicina. Algunas bacterias anaerobias hidrolizan estas dos sales biliares, formando ácidos biliares secundarios: Deoxicolico y litocolico. Los deoxicolatos son absorbidos en el intestino, transportados al hígado, conjugados y de nuevo secretados por la bilis. Los litocolatos se absorben en menor proporción. Son detoxificados por el hígado mediante su sulfatación y luego son conjugados. La forma sulfato es poco soluble y se elimina por las heces. Estas sales ayudan en la digestión y absorción de las grasas, y son reabsorbidas en el ileon distal para volver luego al hígado a través del sistema venoso portal. La bilirrubina se forma como resultado de la destrucción de glóbulos rojos, transformándose primero en tres fracciones, grupo heme, hierro y globina. En general el hígado puede conjugar y excretar bilirrubina y manteniendo su valor por debajo de 1.5 mg/100 ml. Los tres componentes sólidos importantes de la bilis que participan en la formación de cálculos son las sales biliares, los fosfolipidos (lecitina) y el colesterol. La alteración en la relación normal entre estos tres componentes puede determinar la saturación del colesterol y la formación de cálculos. Si el colesterol constituye más del 10% de esos tres componentes la bilis se satura. Las sales biliares son detergentes y tienen terminaciones tanto hidrofílicas como lipofílicas. Para formar una micela se necesitan de ocho a diez moléculas de sales biliares. Estas micelas son responsables de hacer soluble el colesterol en soluciones acuosas. Las terminaciones lipofílicas se orientan en el centro, en donde el colesterol se hace soluble, y las terminaciones hidrofílicas se orientan hacia la solución acuosa. La lecitina, que es un fosfolípido, aumenta la capacidad de contener colesterol de la micela. Estos tres componentes en solución acuosa son los responsables de formación de cálculos de colesterol. Si existen micelas suficientes para disolver todo el colesterol, esta solución se denomina no saturada (no litogénica), si está se encuentra saturada se forman precipitaciones de cristales de este material. En general para la formación de cálculos de colesterol se necesita una depleción de sales biliares o un aumento en el colesterol. En trastornos como la resección ileal hay una perdida significativa de estas sales, mientras que diversos factores contribuyen a la elevación del colesterol. Estos factores influyen el metabolismo y el pH. Los ácidos biliares son moléculas anfipáticas que son producto del catabolismo enzimático del colesterol dentro del hepatocito, que está regulado dependiendo la ingesta de colesterol y la disponibilidad de los ácidos biliares. A través de la misma se excretan sustancias tóxicas como colesterol, bilirrubinas y xenobióticos. Durante su formación, la bilis presenta carga osmótica, por lo que se excreta agua y solutos hidrofilitos. Las sales biliares son los solutos predominantes, concentrados hasta 1000 veces dentro de la bilis, con la necesidad de un transporte activo contra este gradiente. Los elementos necesarios para la realización biliar son tomados en la membrana basolateral del hepatocito, la misma que se encuentra en contacto con el espacio de Disse (espacio perisinusoidal) y por consiguiente con la sangre sinusoidal, mediante un canal sodio-dependiente. La excreción canalicular es un proceso dependiente de ATP, mediado por transportadores que pertenecen a una familia de proteínas dobladoras de ATP (ABC). (5) CAMBIOS DURANTE EL EMBARAZO Los cambios fisiológicos ocurren en todos los órganos de la economía durante el embarazo, cursando con alteraciones en los valores de laboratorio, en especial aquellos asociados con la función hepática. El daño a las células hepáticas se traduce en elevación de la aminotransferasa (AST) y alanino aminotransferasa (ALT). Los niveles de albúmina sérica disminuyen durante el embarazo como respuesta al aumento del volumen materno de plasma de cerca de 50% de volumen circulante. Durante el embarazo el hígado experimenta cambios fisiológicos para satisfacer las necesidades del organismo. La fosfatasa alcalina aumenta gradualmente durante los primeros meses de embarazo, obteniendo su pico máximo de dos a cuatro veces los valores normales, así como un decremento en la albúmina sérica. También se puede presentar eritema palmar y telangiectasias en un 60% de las pacientes embarazadas, que desaparecen posterior al parto. Un aumento de la fosfatasa alcalina secundario a la producción por parte de la placenta y del feto es observado, por lo que su medición no es concluyente para diagnosticar colestasis durante el tercer trimestre deembarazo. La elevación de aminotransferasas o de glutamil transpeptidasa siempre es patológica y debe investigarse la causa, debido a que sus valores no se elevan durante el embarazo. (6,7) INTRODUCCIÓN El embarazo es uno de los estados clínicos que demanda mayor atención en cualquier hospital. A pesar de que la enfermedad hepática es rara durante el embarazo, su atención implica un problema serio para el gineco-obstetra y el cirujano. La colelitiasis es una patología que se presenta más frecuentemente dentro de la práctica quirúrgica habitual, sigue siendo más común en las mujeres. Las alteraciones propias del embarazo pueden desencadenar agudización de la enfermedad lo que puede condicionar una cirugía previa al término del embarazo. La función de la vesícula biliar esta alterada durante el embarazo debido a los efectos de la progesterona. Después del primer trimestre, la frecuencia mediante el cual la vesícula se vacía es más lenta. La saturación de colesterol biliar aumenta, y los niveles de ácido quenodesoxicolico disminuyen. Esto cambia la composición de la bilis, aumentando la formación de cristales de colesterol y aunado al vaciamiento incompleto de la vesícula, los cristales son retenidos y la formación de litos como consecuencia. (6) Durante el embarazo las concentraciones séricas de muchas proteínas aumentan, incluyendo concentraciones elevadas de fibrinogeno, ceruloplasmina, transferrina así como corticoesteroides, hormonas tiroideas y vitamina D. (8,9) El embarazo altera la función vesicular. Los estudios de ultrasonido que son realizados después de 14 semanas de gestación muestran el volumen de la vesícula biliar aumentado a casi lo doble de lo normal, así como disminución en el vaciamiento. Parece que el estrógeno y la progesterona hacen que estas contracciones sean menos efectivas, llevando a un volumen residual incrementado. Otras teorías discuten la mayor reserva de ácidos biliares en el embarazo, disminución de la circulación enterohepática, menor porcentaje de ácido quenodesoxicólico con mayor porcentaje de ácido cólico e incremento en la secreción de colesterol. Se ha observado que los triglicéridos aumentan hasta tres veces su valor normal durante el embarazo (8) La incidencia de las enfermedades del tracto biliar durante el embarazo abarca desde .05% al 3% en los estados gestantes. A pesar de su rareza, representa la segunda causa que requiere cirugía durante la gestación de origen no ginecológico, realizándose colecistectomia en 8 de cada 10,000 embarazos. (6,9) El embarazo predispone a la formación de litos debido a la disminución de la contractilidad de la vesícula biliar causado por los efectos del estrógeno, sin embargo también se piensa que las cifras elevadas de estrógeno durante el embarazo aumentan la litogenicidad de la bilis. La secreción de colesterol aumenta, y los niveles de acido quenodesoxicólico disminuyen con respecto a los niveles séricos de ácido cólico. Todas estas condiciones favorecen un ambiente adecuado para la formación de litos.(10) La litogénesis ocurre aproximadamente en el 3% de las pacientes embarazadas, sin embargo la mayoría de las pacientes permanecen asintomáticas. Los síntomas son similares a las de las pacientes no embarazadas, usualmente causados por la obstrucción intermitente del conducto cístico. Algunos de los síntomas incluyen nausea, vomito y anorexia, así como dolor en cuadrante abdominal superior derecho que usualmente es precipitada por los alimentos ricos en grasas. Es común que el dolor se irradie en hemicinturón hacia región infraescapular derecha. El cólico aparece de manera abrupta, con duración de 15 minutos a varias horas. Los signos más importantes encontrados en las pacientes incluyen signo de Murphy (Interrupción brusca de la respiración al realizar presión sobre el hipocondrio derecho en el punto vesicular, con presencia de dolor) e hiperestesia con hiperbaralgesia en cuadrante abdominal superior derecho (6,11,18). La fosfatasa alcalina usualmente está elevada. La ictericia y transaminasas elevadas hacen sospechar en coledocolitiasis. La amilasa elevada indica pancreatitis aguda. Los diagnósticos diferenciales incluyen otras causas de dolor abdominal de tipo inflamatorio como apendicitis, pancreatitis, ulcera péptica, ruptura hepática espontánea, síndrome de HELLP y pielonefritis (9). La coledocolitiasis es rara durante el embarazo, sin embargo es una complicación seria que puede poner en peligro la vida de la paciente y del producto, evolucionando a una colangitis o a una pancreatitis con una mortalidad que varia de 15% y 60% respectivamente. (6) La CPRE con esfinterotomía endoscópica puede usarse para la extracción de los litos o la inserción de una prótesis. Las pacientes que tengan una adecuada extracción pueden retrasarse el tratamiento quirúrgico hasta el posparto. Aún hay controversia con respecto a si se debe realizar la colecistectomia durante el primer y tercer trimestre de embarazo. Se prefiere agotar el tratamiento médico antes de requerirse cirugía, y en caso de realizarse se debe realizar durante en segundo trimestre. Las guías recomendadas por la Society for American Gastrointestinal Endoscopic Surgeons mencionan que se debe tener un control obstétrico preoperatorio, se debe retrasar la intervención en casos electivos hasta el segundo trimestre, se deben usar compresión neumática de extremidades inferiores debido a que el embarazo y el neumoperitoneo induce la hipercoagulabilidad, monitorizar al producto y a la madre, realizar protección mediante delantales de plomo si se contempla la realización de colangiografía transoperatoria, uso de técnica abierta en la colocación de aguja de Veres para la realización de neumoperitoneo, colocación en decúbito lateral izquierdo para evitar compresión del útero grávido de la vena cava inferior y minimizar el neumoperitoneo de 8 a 12 mmHg.(6,12,13) El ultrasonido de cuadrante superior derecho debe realizarse cuando se sospecha de esta entidad. La eficacia de la endoscopía gastrointestinal en pacientes embarazadas aun no esta bien estudiada. El feto es particularmente sensible a la hipoxia materna e hipotensión, pudiendo llegar a la perdida del mismo. La sedación materna excesiva, con hipoventilación o hipotensión o bien la posición materna que pueda comprimir la vena cava inferior con el útero grávido puede desencadenar hipoxia fetal y muerte. Otros riesgos potenciales incluyen teratogénesis (por medicamentos o por radiación) y parto prematuro. La gran mayoría de los fármacos utilizados esta basado en estudios animales. (10) Los medicamentos que pueden ser usados durante el embarazo están catalogados por la US FDA Risk Classification Category (14), que se encuentra dividida en 6 incisos, dependiendo el riesgo de presentar efectos nocivos al feto, referido a continuación: Categoría asignada por la FDA A Medicamentos que no han demostrado riesgo al producto en gestación B Estudios en animales no muestran teratogénesis, pero no hay estudios en humanos. C Estudios en animales han demostrado riesgo al producto, pero no hay estudios en humanos. D Estudios en humanos han demostrado riesgo en el producto, pero los beneficios potenciales a la madre son aceptables a pesar de los riesgos potenciales. X La evidencia demuestra riesgo en el producto en Gestación, y el riesgo claramente sobrepasa el beneficio potencial. N.A. Clasificación de riesgo no disponible. Usualmente significa que la FDA aprobó el fármaco previo a la clasificación A-D. Los fármacos que se pueden administrar durante los procedimientos endoscópicos son la meperidina (categoría B), Naloxona (categoría B) usado para contrarrestar los efectos opiáceos como la depresión respiratoria y la hipotensión, Propofol (CategoríaB) aunque no se ha estudiado la seguridad en el primer trimestre, Glucágon (categoría B), anestésicos tópicos como la lidocaina (categoría B) usada para evitar el reflejo nauseoso no han demostrado daño a los fetos durante el primer trimestre. Los anestésicos teratogénicos que se definen como daño potencial al cromosoma y carcinogénesis en el feto, prácticamente son mínimos. Los estudios realizados de estos efectos en el feto han concluido que la morbilidad resulta de la enfermedad, no del agente anestésico. La gran mayoría de los agentes se encuentran en categoría C, sin embargo no se ha probado que sean causa de malformaciones en el producto. (4,10,13) La colangiopancreatografia endoscópica solo debe ser usada cuando se va a realizar una intervención terapéutica. La seguridad del uso de radiación en la CPRE se ha derivado de series pequeñas y reportes de caso. La radiación ionizante es medida en unidades especiales Rad (dosis de radiación absorbida, por sus siglas en inglés) y las unidades internacionales Gray, y Sievert (1 rad equivale a 1 rem, este equivale a .01 Gray que a su vez equivale a .01 Sievert). Una persona recibe cerca de 360 mrem anualmente de radiación, procedentes del medio ambiente, como la radiación cósmica, que está relacionada con la altura: sobre el nivel del mar se pueden recibir hasta 35 mrem/año; alrededor de los 2,000 metros sobre el nivel del mar se reciben 100 mrem/año, en las zonas de 5,000 metros, 300 mrem/año, y en viajes aéreos transatlanticos se reciben 2 mrems. Otra fuente de radiación ambiental externa al cuerpo es el conjunto de elementos radioactivos en minerales. Los emisores más importantes son el uranio, el torio y el potasio(40K) que se encuentran distribuidos en toda la corteza terrestre, con una exposición que varia de estos minerales de 30 a 100 mrem/año. Un dato interesante es que las paredes de concreto o de tabique emiten el doble de radiación que las de madera. El alimento que se ingiere contiene sustancias radioactivas en pequeñas cantidades, construyendo una dosis interna variable según el régimen de alimentación, la edad y la capacidad de eliminar sustancias, por lo que representa alrededor del 20% de la dosis ambiental. Un fumador que consume una cajetilla y media al día recibe en los pulmones 8,000 mrem/año, esto debido al polonio que contiene el tabaco. Sesenta mrem provienen de fuentes creadas por el hombre, debido a los usos médicos de la radiación. La radiación fetal puede tener consecuencias sobre el mismo, traducidas en anormalidades en el desarrollo, por lo que no es recomendable que se exponga al producto a más de 100 mrem durante el primer trimestre. Diversos estudios han demostrado que la CPRE es efectivo para el tratamiento de las enfermedades de la vía biliar en el embarazo, sin embargo aún se tiene la desventaja de las consecuencias en el producto, que pueden variar desde el retraso en el crecimiento, microcefalia, óbito, y cáncer a temprana edad. Los efectos adversos más notables se han observado durante el periodo de proliferación celular rápida, que va de la primera semana hasta la 25. Las consecuencias de la radiación ionizante se han estudiado en animales de experimentación y en las victimas de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, observando que las alteraciones durante la implantación del óvulo ya fecundado se pueden presentar con exposiciones de 50 a 100 mrem, mientras que durante la semana 8ª a la 15va, periodo en la cual ocurre la organogénesis, es la más sensible a la radiación, y durante toda la gestación la dosis máxima permisible es de 500 mrem. Durante las semanas 2 y 3, las células blancas aún no están especializadas, por lo que la radiación en ésta etapa causaría falla en la implantación y muerte indetectable del embrión. Semanas posteriores causarían daño al órgano que se esté desarrollando: durante la semana 8 a la 25 se observaría daño al sistema nervioso central (decremento en el IQ o retraso mental severo). Entre la semana 16 hasta el nacimiento, los efectos provocados por la radiación además del cáncer son poco factibles, a menos que el bebe reciba una dosis extremadamente grande de radiación; después de la semana 26 la sensibilidad del bebe en gestación es parecida a la de un recién nacido, es decir, que no presentara defectos del nacimiento, incrementando de manera leve el riesgo de desarrollar cáncer durante su vida. Las recomendaciones a la exposición de radiación durante el embarazo son las siguientes: (American Collage of Radiology): “Un procedimiento único no emite radiación suficiente que pueda interferir en el bienestar del embrión y feto”, (Nacional Council on Radiation Protection) “El riesgo fetal es considerado mínimo a 5 rads o menos en comparación con otros riesgos del embarazo, y el riesgo de malformaciones aumenta significativamente con dosis mayores a 15 rads”, (Internacional Commission on Radiological Protection), ”Las dosis prenatales de un estudio diagnóstico con adecuada técnica no presenta un riesgo mayor de muerte prenatal, malformaciones, o daño al desarrollo mental. Dosis mayores que involucran procedimientos terapéuticos, pueden dañar seriamente al feto”. (13) Para la realización de diversos estudios, las dosis son como se muestra a continuación: Estudio dosis (rads) Serie espinal completa 37 Radiografía de tórax <.001 Serie abdominal .245 Radiografía de pelvis .04 Mamografía .01 TAC cráneo <.05 TAC tórax .01-.2 TAC abdomen .8-3 TAC pelvis 2.5-7.9 Con respecto a la resonancia magnética, los expertos aconsejan que no se use durante el primer trimestre, aunque no se cuenta con datos que apoyen lo anterior. El estudio realizado con Resonancia Magnética no emite radiación, sin embargo puede emitir ondas de radio dentro del campo magnético al paciente, por lo que la etiología de la teratogenicidad debe ser diferente que la radiación. El American Collage of Radiology menciona que toda paciente puede someterse a estudio de resonancia magnética siempre y cuando: 1.-Se hable de los posibles riesgos del estudio, 2.-El estudio sea indispensable y no se pueda esperar al nacimiento y 3.- La información no se pueda obtener con estudios diagnósticos no ionizantes, por ejemplo, ultrasonografia. (4,13) En manos expertas, con una protección adecuada, con ayuda de radiólogos y técnicas especiales para minimizar el tiempo de fluoroscopia, se puede decir que la colangiopancreatografia endoscópica retrograda es segura tanto para la madre como para el producto. Otra serie de casos han demostrado una exposición promedio de 4 minutos para el producto, usando protección abdominal con una exposición de 310 mrads. Actualmente algunos investigadores usan una canalización directa de la vía biliar con esfinterotomia y aspiración biliar antes de realizar la radiación para verificar su adecuada canalización, así como el uso de grabaciones del procedimiento, que se realizan para capturar las imágenes radiológicas para posterior estudio. Simmons D.C. et al realizaron un estudio en el cual se incluía a 6 pacientes a las cuales se realizó canalización del conducto biliar, usando únicamente control videoendoscópico, aspiración de liquido biliar con la finalidad de confirmar la localización del catéter procediendo al barrido con canastilla y esfinterotomia sin el uso de radiación, obteniéndose resultados prometedores. En caso de requerirse la localización del catéter, podría realizarse el rastreo del mismo por ultrasonografia. Siempre debe apoyarse en el gineco-obstetra para la realización de CPRE, así como dosimetría durante el estudio. (15) La pancreatitis biliar, colangitis o bien coledocolitiasis son las principales indicaciones del procedimiento, y pueden traer como consecuencia pérdida del producto si no son tratadasde manera adecuada. Muchos estudios han comprobado la seguridad de este estudio en el embarazo, donde se debe proteger al feto de la radiación ionizante. Los protectores de plomo deben ser colocados debajo de la pelvis y abdomen inferior. Se debe considerar medir la cantidad de radiación en el útero. Se deben usar disparos breves del fluoroscopio para confirmar la posición de la cánula y para observar cálculos en el colédoco. Solo deben realizar este procedimiento endoscopistas experimentados. Se debe tomar en cuenta que el líquido amniótico puede conducir la electricidad a través del feto, por lo que la placa del electrocoagulador debe colocarse de tal forma que el útero se encuentre fuera del área comprendida entre el coagulador y el conector de tierra. (4) Posterior al diagnóstico de colecistitis aguda, esta debe ser tratada de manera sintomática durante la gestación. El ultrasonido de la vesícula biliar debe ayudar en la evaluación y el diagnóstico de estos pacientes. El primer paso es la realización de hidratación intravenosa, antiespasmodicos, analgésicos, succión nasogástrica y antibióticos. Los estados asociados con el embarazo, como la hipertensión y la hiperglicemia deben corregirse antes de la cirugía. La monitorización fetal debe realizarse con apoyo del médico gineco-obstetra. El uso de tocoliticos (como los agonistas β-adrenergicos: Ritodrina, terbutalina e isoxsuprina, fármacos que suprimen la transmisión nerviosa al músculo liso como el Sulfato de magnesio, fármacos que inhiben las prostaglandinas como la indometacina y fármacos bloqueadores de canales de calcio como la nifedipina) depende de la patología de base. No se recomienda el uso profiláctico de los mismos. (6) La cirugía laparoscópica puede realizarse durante el embarazo con disminución de la morbilidad, contraindicada durante el tercer trimestre por la presencia del útero gestante que se encuentra ocupando gran parte de la cavidad abdominal, aumentando el riesgo de lesiones al mismo. Históricamente las operaciones abdominales que se realizan con anestesia general aumentan el riesgo de aborto o parto prematuro, que es menor durante el segundo trimestre, por lo que los procedimientos deben posponerse hasta el mismo. Por reportes en la literatura se sabe que la teratogenicidad derivada de procedimientos gastrointestinales (entre los mas comunes: traumatismos, litiasis vesicular y apendicitis) son mínimos. (6,9) La pancreatitis aguda durante el embarazo es una entidad rara, que se presenta usualmente durante el tercer trimestre, con una morbimortalidad actual baja, que puede complicar el estado gestacional produciendo óbito o aborto, así como mortalidad materna. No se ha comprobado que el embarazo tenga un efecto directo al páncreas, en contraste con la litiasis vesicular, pero si esta se presenta es usualmente causada por litiasis vesicular en la mayoría de los casos. El dolor puede presentarse en región epigástrica, irradiación en hemicinturón acompañado de hiperamilasemia. Cuando se presenta pancreatitis complicada o se sospecha, se debe realizar Tomografía axial computarizada. No se debe realizar la misma en pacientes no complicados. Aun no hay consenso general del tratamiento ideal, optando algunos autores por el tratamiento medico conservador, y otros por tratamiento quirúrgico, pero lo que se ha comprobado es una disminución importante el la mortalidad materna con el manejo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) (6,8) Cuando nos enfrentamos con una paciente con enfermedad del tracto biliar, se debe considerar el tratamiento medico y quirúrgico. Existe un consenso general que la cirugía está indicada en la ictericia de origen obstructivo, colecistitis aguda refractaria a manejo médico, pancreatitis biliar o peritonitis (16). El manejo apropiado de la enfermedad biliar durante el embarazo sigue siendo controversial. Algunos autores optan por evadir el tratamiento quirúrgico, sin embargo estudios más recientes están a favor de un tratamiento agresivo. El tratamiento inicial de la enfermedad biliar inicial es discontinuar la ingesta de alimentos, reemplazo de líquidos intravenosos, analgésicos y antibióticos en caso de presentarse datos de infección, donde las cefalosporinas (como la cefalozina) tienen un amplio espectro y son seguros durante el embarazo. Los pacientes que no responden al tratamiento médico deben someterse a tratamiento quirúrgico. Si se requiere de realización de colecistectomía en el tercer trimestre del embarazo, el tratamiento más prudente es la realización de cirugía abierta. La técnica mediante laparoscopía puede utilizarse sin peligro durante los dos primeros trimestres, sin embargo la insuflación y la colocación de puertos puede resultar peligrosa ante un útero gestante, principalmente después de la semana 26, en los cuales el tamaño del útero interfiere en la vista laparoscópica, por lo que la cirugía abierta está indicada. La paciente debe ser advertida acerca de la perdida del producto posterior al procedimiento anestésico o quirúrgico, aunque se ha reportado que el uso de técnicas modernas de cirugía y anestesiología han disminuido el riesgo de fallecimiento materno, y no ha demostrado realmente que aumente el riesgo de un aborto, ni incrementan el riesgo de malformaciones en el producto, por lo que si es necesario se debe realizar el tratamiento quirúrgico de urgencia, y por ultimo se ha observado que el trabajo de parto en los embarazos en los cuales se realizó el tratamiento quirúrgico se presentan de igual manera que en la población general. (6,9,16,17) HIPOTESIS El tratamiento médico-quirúrgico de pacientes embarazadas con enfermedad aguda biliar es seguro para la madre y para el producto, independientemente del estado y edad gestacional, y la CPRE no alberga daño al producto en el último trimestre de embarazo. MATERIAL Y MÉTODOS. Se trata de un estudio de tipo longitudinal, retrospectivo, transversal, no experimental, clínico y replicativo, en donde se revisaron todos los expedientes de los pacientes con diagnóstico confirmado por ultrasonografia, pruebas de laboratorio y cuadro clínico de colecistitis crónica litiasica agudizada, coledocolitiasis, colangitis o pancreatitis de origen biliar, siendo estos pacientes hospitalizados el servicio de Cirugía General del Hospital Juárez de México durante el periodo del 1 de enero de 2000 al 31 de diciembre del 2005, a las cuales se les evaluaron las características epidemiológicas, clínicas, de tratamiento y de su evolución , así como estudios radiológicos diagnósticos necesarios antes del tratamiento quirúrgico para su correcta solución. Todas las pacientes fueron tratadas en forma médica o quirúrgica dependiendo del tipo de complicación, con vigilancia de su evolución en el área de consulta externa, siendo esta vigilancia de manera clínica debido a que no son necesarios estudios paraclínicos confirmatorios posteriores para determinar la adecuada evolución de los mismos. CRITERIOS DE INCLUSION. - Enfermos de sexo femenino - Mayores de 15 años y menores de 45 años. - Estudio imagenológico de soporte para el diagnóstico de enfermedad de las vías biliares - Periodo de gestación, sea cual fuere la edad gestacional. CRITERIOS DE ELIMINACION - Expedientes de pacientes no presentes en archivo al momento de la revisión de datos para la presentación de resultados - Expedientes incompletos CRITERIOS DE EXCLUSION - Pacientes menores de 15 años y mayores de 45 años - Sin métodos de diagnóstico imagenológico que soporten el diagnóstico de enfermedad de la vía biliar - Diagnóstico de enfermedad de vías biliares no embarazada VARIABLES. - Cualitativas: Género, sitio anatómico de la lesión, tipo de lesión específica, estudios radiológicos diagnósticos, tipo de tratamiento, evolución- Cuantitativas: edad, número de pacientes por año, número total de pacientes, tiempo de evolución de la patología. RESULTADOS. Durante el periodo comprendido entre enero del 2000 a diciembre del 2005, se revisaron los censos del servicio de Cirugía General del Hospital Juárez de México, encontrando 30 expedientes correspondientes a pacientes que se encontraban embarazadas al momento de presentar enfermedad biliar aguda, de los cuales únicamente 24 expedientes se encontraban con ficha de identificación completa, exámenes de laboratorio y gabinete diagnósticos y recibieron tratamiento en nuestro servicio, presentando edades que variaban de 17 a 40 años, con un promedio de edad del 27 años, cursando embarazo al momento de su hospitalización con un promedio de 24 semanas de gestación. Se dividieron en tres grupos: pacientes que presentaban colecistitis aguda, pacientes que presentaron síndrome ictérico de origen biliar, cuantificándose 13 pacientes con colecistitis crónica litiasica agudizada (54%), 7 pacientes que presentaban coledocolitiasis (30%) y 4 pacientes con pancreatitis aguda (16.4%) (Fig. 4) tomándose como criterios de inclusión datos clínicos referidos en el expediente, así como sustento con aumento de la amilasa sérica. Pacientes Colecistitis aguda, 54% Sindrome icterico, 30% Pancreatitis aguda, 16% Fig. 4: División de los pacientes de acuerdo a su patología Los estudios de laboratorio mostraron una leucocitosis importante (>15,000 leucocitos/ml.) en 4 pacientes, no presentando ictericia, coluria, acolia o triada de Charcot o pentada de Reynolds; en veinte pacientes se encontraron leucocitos menores de 15,000, considerado como valores normales por el estado de gestación. El síntoma predominante fue el dolor tipo cólico ubicado en hipocondrio derecho, posterior a la ingesta de alimentos colecistoquineticos, refiriéndose no ser el primer episodio de dolor sino haber presentado el mismo días o meses previos al internamiento actual en las 24 pacientes, acompañándose de nausea y vomito en veinte; ictericia, coluria y acolia en siete, y febricula en una paciente, tal como lo demuestra la tabla numero 1. Tabla 1: Sintomatología más frecuente signo/síntoma numero de pacientes Dolor postprandial 24 Vomito 20 Nausea 20 Ictericia 8 Coluria 8 Acolia 8 Signo de Murphy 6 Taquicardia 3 Taquipnea 2 Diarrea 1 Fiebre 1 Tabla 1: Sintomatología más frecuente referida por los pacientes. GRUPO 1: PACIENTES CON COLECISTITIS AGUDA SIN ICTERICIA Se registraron trece pacientes del primer grupo (pacientes con colecistitis aguda sin ictericia), la edad promedio al momento de presentación del cuadro agudo fue de 27 años, cursando un rango de semanas de gestación que varío desde las 11 SDG hasta las 30 SDG (promedio 25.06 SDG) (Fig. 5). Fig. 5: edad gestacional de las pacientes con colecistitis crónica litiasica Edad Gestacional 0 5 10 15 20 25 30 35 40 Semanas En la figura número 6 se observa los valores de leucocitos al momento de su ingreso. Dos pacientes tuvieron valores leucocitarios por arriba de 15,000 leucocitos/mm3 (tabla 3), únicamente refiriendo dolor postprandial inmediato, comenzando la sintomatología 90 días y tres meses previos a su ingreso, con exacerbaciones y remisiones, no refiriendo fiebre ni otro dato que hiciera sospechar de complicaciones, tratada con antibioticoterapia (cefalotina y ampicilina, respectivamente) remitiendo la sintomatología, con disminución gradual de leucocitos (10,310 y 11,400) sin actividad uterina, y posteriormente dados de alta. Sus exámenes de laboratorio eran normales, sin aumento de bilirrubinas. Del concentrado de los trece pacientes sin datos de ictericia, en ocho pacientes no se realizó tratamiento quirúrgico de urgencia. Presentaban edad materna que variaban desde los 19 años hasta 38 años, cursando con un promedio de 24 semanas de gestación. Ninguna presentaba datos de irritación peritoneal a la exploración física, por lo que se ingresaron a piso de Cirugía general, y se indicó ayuno en el 100% de las pacientes, se colocó sonda nasogástrica a cinco pacientes (62%) remitiéndo la sintomatología en cuatro pacientes, operándose una paciente. Se indicó butilhioscina en seis (46.15%), cefalotina en dos (15%), indometacina en supositorios como inhibidor de trabajo de parto en dos pacientes (15.3%), metamizol en una paciente (7.5%), remitiendo la sintomatología en un promedio de 4 días, y dándose de alta posteriormente sin referir los expedientes nuevas agudizaciones del cuadro. En las pacientes que se aplicaron medidas médicas conservadoras sin la colocación de sonda nasogástrica (8 pacientes) remitió la sintomatología en siete, durando su estancia intrahospitalaria de 3 a 5 días, con un promedio de hospitalización de 3 días por paciente. Se realizó tratamiento quirúrgico en cinco pacientes, dos durante su estancia intrahospitalaria debido a la persistencia de la sintomatología (cursando con 24.4 y 19.5 semanas de gestación), y las otras tres pacientes en el puerperio inmediato. El tiempo entre el ingreso a piso de cirugía general y la resolución quirúrgica fue de 24 horas. Se reporta en hojas quirúrgicas en una paciente múltiples adherencias de colon a vesícula, colon a hígado y epiplón emplastronado, colédoco 5 mm vesícula distendida de 3x5x7 cm. (hidrocoloecisto) con litos en su interior con múltiples adherencias, cistico de 3 mm. . En una paciente se encuentran múltiples adherencias con vesícula biliar intrahepática con dimensiones de 16x9x7 cm., a tensión, con 2 litos en su interior. No se realizó colangiografia transoperatoria en ninguna de los procedimientos, ni se exploró vía biliar y no se dejó sonda en T. No se reportan alteraciones durante el trans ni post quirúrgico. El anestésico usado fue midazolam con bupivacaina. Los dos partos fueron atendidos posteriormente en la unidad de Gineco-obstetricia de nuestro hospital, sin incidentes ni complicaciones (ver tabla 2). Capurro 40.3 38 APGAR 8-9 8-9 PESO 3040 mg. 2830 mg. Malformaciones Ninguna Ninguna Lapso entre el tratamiento quirúrgico y el parto 12 semanas 16 semanas Tabla 2: Parámetros de los recién nacido de las pacientes sometidas a tratamiento quirúrgico. Leucocitos 0 5,000 10,000 15,000 20,000 25,000 30,000 1 2 3 4 5 6 7 8 Paciente le uc oc ito s po r m m 3 Figura 6: valores leucocitarios de las pacientes con tratamiento medico conservador. Hb 13 13.7 Hto 38 28 Plaquetas 344,00 240,000 Leucocitos 17,700 24,190 TGO 42 23 TGP 25 17 Amilasa 53 41 GGT 89 50 Tp 29 13.3 Tpt 13 29 BT 1.25 1.7 BD 0.81 0.6 Glucosa 83 93 Urea 16 18 Creatinina 0.6 0.7 Sodio 139 133 Potasio 4 3.4 LDH 237 350 Tabla 3: Valores de laboratorio de dos pacientes que cursaron con leucocitosis. Se tienen registrados tres pacientes operadas posteriores al parto (23%), refiriendo en el dictado quirúrgico: Paciente 1: Vesícula biliar de dimensiones de 10x5 cm. Con microlitiasis. Conducto cístico de 3 mm. y conducto colédoco 9 mm., realizándose colecistectomia abierta, sin exploración de vía biliar; Paciente 2: Vesícula biliar de 12x4x4 cm., con 2 litos en su interior, conducto cístico 4 mm, conducto colédoco 7 mm, y Paciente 3: Vesícula biliar de 12 cm., con conducto colédoco de 5 mm. obtenida mediante colecistectomia laparoscópica, no se reportan incidentes ni complicaciones durante el trans ni posquirúrgico. GRUPO 2: PACIENTES CON COLEDOCOLITIASIS Siete pacientes (29%) presentaron datos de coledocolitiasis (ictericia, coluria y acolia) y reporte por estudio de ultrasonografia con dilatación del conducto colédoco mayor de 8 mm., cuyos resultados se encuentran en la grafica numero 7; cinco pacientes se encontraban en el segundo trimestre de embarazo, y dos en el tercer trimestre (Grafica8) Diametro de coledoco 11 17 23 8 12 15 7 0 5 10 15 20 25 1 2 3 4 5 6 7 Paciente D ia m et ro (e n m m ) Grafica 7: llama la atención el paciente número 4 y la paciente numero 7, cuyo ultrasonido reporto colédoco de 8 y 7 mm respectivamente, con ictericia corroborada clínicamente y por exámenes de laboratorio. Estado gestacional 31.4 26 31.5 18 22 26 28 0 5 10 15 20 25 30 35 0 1 2 3 4 5 6 7 Paciente Se m an as d e ge st ac io n 8 Grafica 8: Relación entre las pacientes con coledocolitiasis y trimestre gestacional Los valores de bilirrubinas variaron en las cifras, siendo los valores de la bilirrubina directa de 2.9 mg/dl hasta 12.76 mg/dl, con un promedio de 7.59 mg/dl de bilirrubina directa en los siete pacientes, y representados en la grafica 9. RELACION BILIRRUBINAS 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 1 2 3 4 5 6 7 PACIENTE VA LO R T O TA L bilirrubina indirecta bilirrubina directa Grafica 9: valores de bilirrubinas en las siete pacientes. Las siete pacientes fueron tratadas en principio con manejo médico conservador mediante ayuno, a cuatro pacientes se les colocó sonda nasogástrica así como con medicamentos (paciente 3,4,6 y 7), con hidralazina (paciente 3), indometacina (paciente 4), meropenem, ceftriaxona, metronidazol (paciente 6) por preeclampsia o datos de colangitis. Se sometieron a tratamiento mediante colangiopancreatografia endoscópica dos pacientes, operándose posteriormente una por presencia de litiasis gigante y salida de material purulento a través del colédoco, comentando el caso posteriormente; se solicita tratamiento quirúrgico de urgencia en seis pacientes, una de ellas posterior a la CPRE(ver párrafo anterior) y otra no operándose debido a que solicita alta voluntaria. Se revisaron los dictados quirúrgicos, comentando los siguientes hallazgos: Paciente 1.- Se realizó incisión tipo Kocher con vesícula biliar midiendo 10x3x2 cm con litos palpables, conducto colédoco 2 cm, conducto cistico .5 mm , se realizó colecistectomía y exploración de vías biliares, encontrándose bilis oscura, espesa y purulenta, se realiza turbulencia sin obtener litos, se introdujo cateter Fogarti con paso completo hacia duodeno y ambos conductos hepáticos. Se realiza coledocorrafia y se colocó sonda en T; se realizó colangiografia trans sonda con buen paso hacia duodeno, se coloca drenaje Penrose y cierre de herida quirúrgica. Paciente 2.-Durante su estancia intrahospitalaria presentó preeclampsia leve al quinto día de internamiento, por lo que se decide cesárea de urgencia, posteriormente es intervenida al décimo día de estancia intrahospitalaria previo control de tensión arterial, reportando como hallazgos quirúrgicos posterior a incisión tipo Kocher vesícula biliar de 7x6 cm, con abundantes litos en su interior, conducto cístico 10 mm, colédoco 20 mm, con múltiples litos en el interior del mismo y material purulento, realizando exploración de vías biliares con extracción de litos y adecuado paso de dilatadores de Bakes a duodeno, colocando posteriormente sonda en T. Paciente 3.- Se realizó incisión tipo Kocher se encontró vesícula biliar de 6x2cm con múltiples litos en su interior, conducto cístico de .2 cm, conducto colédoco 9 mm, con 2 litos en su interior de aproximadamente .5 cm. Se realizó exploración de vías biliares con adecuado paso de catéter Fogarty, por lo que se realizó coledocorrafia y colocación de sonda en T. Paciente 4.- Mediante incisión tipo Kocher se encontró vesícula biliar escleroatrófica con mediciones de 4x3x3 cm con múltiples adherencias a epiplón, colon transverso y colédoco, encontrando el mismo dilatado de 25mm. Se realiza coledocotomía longitudinal y como hallazgo 3 litos en el mismo, el mayor 7 mm y material purulento fetido, (aproximadamente 80 ml), se realizó maniobra de turbulencia y extracción de litos, se colocando sonda en T 16 fr y se da por terminado acto quirúrgico. Paciente 5.- Paciente que se realizó de primera intención colangiopancreatografia endoscópica, y posteriormente colecistectomía abierta. Se comentara en el inciso correspondiente. Posteriormente cuatro de las cinco pacientes tuvieron evolución clínica adecuada, tolerando dieta normal y control en consulta externa de Cirugía general y Gineco-obstetricia, con embarazo normoevolutivo y con parto eutocico. Se solicitó estudio mediante colangiopancreatografia endoscópica en cinco de las siete pacientes, realizándose únicamente en dos casos debido a cuestiones técnicas (descompostura del aparato en dos casos) y bradicardia fetal en un caso. Se reportó en los dos estudios realizados 1.-papila sin salida de bilis, se canuló selectivamente vía biliar extrahepática observándose conducto colédoco con diámetro de 8 mm y lito en su tercio medio, realizándose esfinterotomia 10 mm, y extracción de lito 2.-Papila mayor con salida abundante de liquido purulento, conducto colédoco 32 mm y lito gigante de 25 mm de diámetro en colédoco medio, vía biliar intrahepática dilatada. No se opacificó vesícula biliar. Debido a que los tiempos de coagulación se encuentran alargados no se realizaron maniobras de extracción del cálculo. Se realiza colocación de prótesis biliar 10 fr. De 15 cm. Durante el procedimiento se cubrió al paciente con mandil de plomo. No se presentó sufrimiento fetal. Se decide tratamiento quirúrgico debido a la imposibilidad de extracción del lito en la segunda paciente y salida de material purulento al canalizar selectivamente la vía biliar, encontrándose 1.-Plastrón importante de vesícula biliar, con adherencias laxas y firmes de epiplón a lecho vesicular, involucrando al duodeno, se realiza disección roma, encontrando fondo de vesícula biliar y se decide apertura de fondo para extracción de litos, encontrándose múltiples fragmentos de 5 mm. hasta 1 cm., se localiza colédoco, explorando la vía biliar y se encuentra un lito de 1 cm., el cual es extraído. Al incidir se obtuvo material purulento. Se coloco sonda en T y se realizó coledocorrafía. Se observó lesión incidental de duodeno, realizándose cierre primario del mismo. Su evolución fue insidiosa, presentando posteriormente a las 48 horas trabajo de parto, realizado sin incidentes ni complicaciones, obteniendo producto único vivo de 37 semanas de gestación por escala de Capurro, con un APGAR de 8/9, 2,560 mg. Posteriormente la paciente fue remitiendo en su sintomatología, tolerando dieta normal y dada de alta con posterior realización de colangiografia trans sonda en T y posterior extracción de la misma. GRUPO 3: PACIENTES CON PANCREATITIS AGUDA Se encontraron cuatro pacientes que presentaban datos de pancreatitis aguda, con valores de amilasa mayores a 4 veces los valores normales de laboratorio, así como signos clínicos que sustentaban el diagnóstico. Dos pacientes presentaron ictericia clínica, con coluria, acolia, nausea y vomito, y corroborados mediante bilirrubinas en sangre. Los valores de amilasa y bilirrubinas están reportados en la s graficas No 10 y 11. Amilasa serica 1381 2535 977 3054 0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 1 2 3 4 Paciente u/ l Grafica 10: amilasa serica y bilirrubina Valores de bilirrubina 1.4 1.4 0.6 0.1 3.2 5.4 0.7 0.20 1 2 3 4 5 6 7 8 1 2 3 4 paciente U /l BD BI Grafica 11: bilirrubinas séricas Se encontraron dos pacientes que presentaban síndrome ictérico más pancreatitis, con edades de 33 y 26 años respectivamente, cursando con 20 y 29 semanas de gestación. La primer paciente Ingreso con un APACHE II de 5 puntos que posteriormente disminuye a 3 puntos y Ranson de 1 punto al ingreso y de 0 puntos a las 48 hrs, realizándose en medio privado días previos a su ingreso colecistectomia, y con inicio de dolor abdominal ictericia, coluria y acolia, con fiebre de 38 grados y valores de amilasa de1381 u/l, tratada mediante ayuno, antibiótico y se realizó colangiografia endoscópica nueve días posterior al ingreso y una vez remitido el cuadro, reportándose colédoco 12 mm. diámetro sin litos en su interior. Se realizó esfinterotomia 15mm longitud y no se extraen litos ni fragmentos. Colédoco fibroso, como impresión diagnostica probable fibrosis de esfínter de Oddi sin evidencia de coledocolitiasis, gastritis erosiva de cuerpo y antro, dándose de alta a los 20 días sin incidentes ni complicaciones. La segunda paciente acude a urgencias por presentar dolor abdominal tipo cólico, acompañado de nausea de contenido gastroalimentario, realizándose exámenes de laboratorio, encontrándose amilasa sérica con valor de 2535 u/l, con un Ranson total de 1 punto con APACHE II de 1 punto disminuyendo a al tercer día a 0 puntos, e ingresando con diagnóstico de pancreatitis aguda leve, tratándose mediante manejo médico conservador, con analgésico, antibiótico y ayuno, remitiendo la sintomatología y dándose de alta posteriormente cinco días mas tarde. Ambos embarazos se resolvieron en nuestra unidad, sin incidentes ni complicaciones por vía vaginal (ver tabla 4) APGAR 8/9 8/9 CAPURRO 38 SDG 39 SDG PESO 2840 4,030 MALFORMACIONES NINGUNA NINGUNA Lapso entre el tratamiento quirúrgico y el parto 20 semanas 9 semanas Tabla 4: tabla de los parámetros de los recién nacidos de pacientes con pancreatitis remitida Se revisaron los expedientes de dos pacientes que presentaban clínicamente pancreatitis aguda con colecistitis crónica litiasica sin ictericia, con valores de amilasa de 3054 y 977 u/l, con 11 y 11.3 semanas de gestación, ambas pacientes cursando su tercera década de la vida (24 y 29 años) y clínicamente presentando dolor tipo cólico en hipocondrio derecho irradiado en hemicinturón, vómito de contenido gastroalimentario, al igual que dolor a la palpación de región periumbilical. Una de las pacientes se maneja de manera conservadora mediante ayuno, sonda nasogástrica, analgésicos ingresando con un APACHE II de 3 puntos, disminuyendo a 0 puntos y remite la sintomatología. Se decide pase a tratamiento quirúrgico electivo al 7º día de estancia intrahospitalaria, encontrándose como hallazgos quirúrgicos vesícula biliar de 8x3 cm., con litos en su interior de aprox. 3 mm de diámetro, conducto cístico 1.5 mm, conducto colédoco 6 mm, realizándose colecistectomia abierta sin incidentes ni complicaciones. No se realizó colangiografia transoperatoria, ni se realizó exploración de vías biliares, egresó posteriormente con control a consulta externa. La segunda paciente se manejó mediante tratamiento medico conservador mediante ayuno, sonda nasogástrica, analgésico y antibiótico (cefalexina), con APACHE II a su ingreso de 1 punto, disminuyendo a 0 puntos, remitiendo la sintomatología y dándose de alta al cuarto día de estancia intrahospitalaria. Ambos partos se atendieron en nuestra unidad posteriormente, obteniéndose recién nacidos de termino, sanos (tabla 5) CAPURRO 37 39 APGAR 8/9 9/9 PESO 2580 2920 MALFORMACIONES NINGUNA NINGUNA Lapso entre el tratamiento quirúrgico y el parto 26 SDG 28 SDG Tabla 5: tabla de los parámetros de los recién nacidos de pacientes con pancreatitis remitida sin ictericia CONCLUSIONES La enfermedad de la vía biliar durante el embarazo es una entidad rara, y después de la apendicitis aguda es la entidad clínica quirúrgica no obstétrica que puede poner en peligro el estado de salud del binomio. Posterior al análisis de los resultados, el síntoma predominante fue el dolor abdominal de tipo cólico, localizado en hipocondrio derecho, que está relacionado en la mayoría de los casos con la ingesta de grasas (12) que corresponde con lo descrito en la literatura, presentándose en el 100% de los pacientes, seguido de náusea y vómito de contenido gástrico. Se encontraron tres entidades derivadas de la litiasis vesicular: colecistitis aguda, coledocolitiasis y pancreatitis. Aun está en controversia el mejor tratamiento para esta entidad, sin embargo todas las series revisadas concuerdan en que se debe dar tratamiento medico mediante ayuno, reemplazo hídrico, analgésicos y antibióticos en caso de requerirlos, y el tratamiento quirúrgico debe posponerse hasta el segundo y tercer trimestre, si lo anterior no fuera posible entonces se valora el tratamiento que consiste en la colecistectomía, que dependiendo el tiempo de gestación se puede realizar abierta o laparoscopica, y en los pacientes con coledocolitiasis esta indicada la colangiopancreatografia endoscópica con la protección mediante delantal de plomo o la realización descrita en la literatura de canulación selectiva de colédoco sin el uso de radiación. Cuando no se tiene a la mano el recurso endoscópico, entonces se realiza exploración de vías biliares con coledocorrafia y colocación de sonda en T. En nuestra serie de casos se aprecia que en pacientes con colecistitis aguda corroborada por ultrasonografia y clínicamente sintomáticas el mejor tratamiento es el médico, con una remisión en once pacientes (84.6%), llevándose a cabo el acto quirúrgico abierto en dos pacientes encontrándose hidrocolecisto en ambas, (23%), y posteriormente egresada y evolucionando con partos eutocicos. Con respecto al tratamiento quirúrgico, aun no se cuenta con experiencia con respecto al tratamiento laparoscópico en nuestro hospital. La coledocolitiasis es una entidad que se puede presentar, complicando y poniendo en peligro el binomio materno-fetal, que puede evolucionar hacia una colangitis o pancreatitis, con una alta mortalidad. En nuestra serie de casos se encuentran siete pacientes que presentaron síndrome ictérico, así como dilatación del conducto colédoco por ultrasonografia de hígado y vías biliares, cursando su segundo y tercer trimestre de gestación. Los siete pacientes fueron tratadas con ayuno y analgésicos, operándose mediante colecistectomia abierta cinco pacientes a las cuales no se les realizo CPRE y solicitando alta voluntaria una paciente. En las cuatro pacientes se realizó exploración de vías biliares, encontrándose litos en todas las pacientes, y liquido purulento en 2 pacientes (50%), sin embargo no presentaban datos de sepsis. No se reportaron complicaciones trans ni postquirurgicas en cuatro pacientes, Por las series reportadas anteriormente, se menciona que la colangiopancreatografia endoscópica es un método ideal, que no es solo diagnóstico sino también terapéutico. Debido al uso de radiación para este método terapéutico, no se recomienda su uso en embarazos de una a veinticinco semanas de gestación, debido a la probabilidad de daño al producto. Se acepta que una exposición de 310 mrads con tiempo promedio de 4 minutos y protegiendo al producto con mandiles de plomo. En este estudio se solicito colangiopancreatografia endoscópica en cinco de los siete pacientes, sin embargo solo se realizó el mismo en dos pacientes por diferentes causas (descompostura del aparato) y en un caso por bradicardia fetal detectada al inicio del estudio. En los dos estudios se protege al producto de acuerdo con las guías internacionales, se logra canular el colédoco y en un caso se extrae el lito y se decidió tratamiento quirúrgico el segundo caso debido a la incapacidad para la extracción del lito, y salida de material purulento, realizó colecistectomia abierta y exploración de vías biliares, con resolución de la coledocolitiasis, cursando el postoperatorio de manera tórpida, que desencadena el trabajo de parto, con un producto único vivo de 37 semanas de gestación por índice de Capurro, posterior a este evento la paciente presenta mejoría y se decide su alta con control a consulta externa de cirugía general. Se señala que ninguno de los dos productos de las pacientes a los cuales se les realiza CPRE presentaron malformaciones,y hasta el momento se consideran sanos. Con respecto a las pacientes que se realiza colecistectomía abierta debido a coledocolitiasis, tres de las cuatro pacientes ya presentaban material purulento fétido al momento de la exploración de vías biliares, drenándose mediante colocación de sonda en T y evolucionando de manera adecuada. Se presentaron cuatro pacientes con pancreatitis aguda leve, de acuerdo a sus valores de Ranson y APACHE II, dos se encontraban con ictericia y dos no la presentaban. Solo a una paciente con cuadro de colecistitis litiasica con pancreatitis se realiza tratamiento quirúrgico posterior a los siete días a la remisión del cuadro agudo, sin incidentes ni complicaciones. Como conclusión se puede afirmar que en nuestro Hospital se realiza un adecuado manejo de la paciente embarazada con enfermedad biliar en todas sus variantes, realizándose un diagnóstico preciso y un seguimiento requerido para su correcta evolución. El tratamiento de elección para pacientes sin complicaciones fue el medico conservador, con la finalidad de no alterar el estado gestacional y hubo remisión de la sintomatología en 16 pacientes (67%) y posteriormente se indica tratamiento quirúrgico posterior al parto. Si es necesario un procedimiento invasivo, la colangiopancreatografia endoscópica y la cirugía abierta están indicados, que se realizó en 8 pacientes (33%) reportando nula mortalidad en nuestras pacientes, con pocas repercusiones en el feto y con solo una paciente (4%) que tuvo como complicación trans quirúrgica lesión a duodeno, reparándose el mismo y con trabajo de parto, que dio como resultado un producto a término. La gran mayoría se encontraba en el segundo o tercer trimestre gestacional, por lo que aun no se tiene experiencia durante el primer trimestre gestacional. BIBLIOGRAFIA. 1.-Zuidema, G. “Shackelford: Cirugía del aparato digestivo” 3ra Edición Editorial Medica Panamericana Tomo III pag 161-166 2.-Bouchet Y “Anatomie des voies billaires extrahépatiques” Encycl. Med. Chir. Editorial Elsevier Paris-France, Techniques Chirurgicales, Appareil Digestif 40-900, 1990 Pag 16 3.-Townsend C “Sabiston Tratado de Patología quirurgica” 16ª Edición, Editorial McGrawHill Tomo II pag1234-1237 4.-Kahaleh Michel et al “Safety and efficacy of ERCP in pregnancy” Gastrointestinal endoscopy volume 60 No. 2, 2004 287-292 5.- Gitit et al “Disorders of bile formation and biliary transport” Gastroenterology Clinics of North America 32(2003) 839-855 6.- Malagoni Mark et al “Gastrointestinal surgery and pregnancy” Gastroenterology clinics of North America 32(2003)181-200 7.-Saketh R. Et al “Hepatic disease and pregnancy: an overview of diagnosis and management” Critical care medicine 2005 vol. 33 No. 10 332-339 8.-Diaz-Pizarro, Ignacio et al “Prevalencia de la pancreatitis aguda durante el embarazo y puerperio” Cirujano General Vol 25 Num 2 2003 pag 152-157 9.-Cohen-Kerem Raanan et al “Pregnancy outcome following non-obstetric surgical intervention” The American Journal of Surgery 190 (2005) 467-473 10.-Cappel Mitchell Et al “A study of eight medical centers of the safety and clinical efficacy of esophagogastroduodenoscopy in 83 pregnant females with follow-up of fetal outcome with comparision to control groups” Amercian Journal of Gastroenterology Vol. 91 Number 2 February 1998 pag 348-353 11.-Koch et al “Nausea and vomiting during pregnancy” Gastroenterology Clinics of North America 32(2003) 201-234 12.-Adler D et al “ASGE guideline: the role of ERCP in diseases of the biliary tract and the pancreas” Gastrointestinal endoscopy volume 62 No.1:2005 13.-Melnick et al “Management of general surgical problems in the pregnant patient” The American Journal of Surgery 187 (2004) 170-180 14.- Andrade, Sandra et al “Prescription drug use in pregnancy” American Journal of Obstetrics and Gynecology (2004) 191, 398-407 15.-Simmons D.C. et al “Endoscopic retrograde cholangiopancreatography (ERCP) in pregnancy without the use of radiation” American Journal of Obstetrics and Gynecology (2004) 190, 1467-9 16.-Erika J. Lu et al “Medical versus surgical management of biliary tract disease in pregnancy” American Journal of Surgery Vol 188 No. 6 Dec 2004 17.- F. Bellows et al “Management of Gallstones” American Family Physician Vol 72 No.4 Aug 2005 18.-Suros J “Semiología Medica y Técnica Exploratoria” 7ª Edición Editorial Masson pag 438-439 1 Portada Índice Marco Teórico Hipótesis Resultados Conclusiones Bibliografía
Compartir