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Localizacion-anatomica-de-neoplasias-intracraneales-y-su-asociacion-con-sintomas-neuropsiquiatricos

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE MEDICINA 
 
“LOCALIZACIÓN ANATOMICA DE NEOPLASIAS 
INTRACRANEALES Y SU ASOCIACIÓN CON 
SÍNTOMAS NEUROPSIQUIÁTRICOS” 
 
TESIS 
 
QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALIZACIÓN EN PSIQUIATRIA 
 
 
P R E S E N T A : 
 
 
LUIS EDUARDO JUÁREZ NOGUEIRA 
 
COLABORADORES: 
Dra. Maria Francisca Tristan Agundis. Jefe del departamento de Anatomía 
Patológica del Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” 
 
Jesús Daniel Rembao Bojorquez. Jefe del departamento de Neuropatología del 
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” 
 
Dr. Jesús Ramírez Bermúdez. Jefe de Investigación Clínica del Instituto Nacional 
de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” 
 
 
TUTOR TEÓRICO: TUTOR METODOLÓGICO: 
 
 
DRA. DIANA MOLINA VALDESPINO DRA. CLAUDIA FOUILLOUX MORALES 
 
 
MEXICO, D.F. 
ENERO 2007 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
COLABORADORES: 
 
Dra. Maria Francisca Tristan Agundis. Jefe del departamento de Anatomía 
Patológica del Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” 
 
Jesús Daniel Rembao Bojorquez. Jefe del departamento de Neuropatología del 
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” 
 
Dr. Jesús Ramírez Bermúdez. Jefe de Investigación Clínica del Instituto Nacional 
de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 A mi esposa Cecilia y a mis hijas Paula, Fernanda y Mariana. 
 
 
 
 A mis Padres 
 
 
 
 A la comunidad rarámuri de la sierra de Chihuahua. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INDICE 
 
 
 
RESUMEN…………………………………………………………………3 
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA…………………………………..5 
MARCO TEORICO………………………………………………………..6 
ANATOMIA PATOLOGICA……………………………………………...6 
SINTOMAS NEUROPSIQUIATRICOS………………………………….10 
MANIFESTACIONES CLINICAS………………………………………..11 
ANTECEDENTES………………………………………………………...15 
EPIDEMIOLOGIA………………………………………………………...23 
OBJETIVO GENERAL…………………………………………………....25 
OBJETIVOS PARTICULARES.......………………………………….…...25 
HIPOTESIS…………………………………………………………….…..26 
VARIABLE INDEPENDIENTE…………………………………………..26 
VARIABLE DEPENDIENTE………………………………………….….26 
CRITERIOS DE INCLUSION………………………………………….…26 
CRITERIOS DE EXCLUSION…………………………………………....26 
CRITERIOS DE ELIMINACION………………………………………....26 
DISEÑO METODOLOGICO………………………………………….…..28 
PROCEDIMIENTO……………………………………………………..….29 
ANALISIS ESTADISTICO……………………………………….…….…29 
RESULTADOS………………………………………………………..…...30 
DISCUSION……………………………………………………….….……39 
CONCLUSION………………………………………………………….…42 
BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………...44 
AGRADECIMIENTOS………………………………………….………... 49 
INDICE………………………………………………………………….… 50 
 
RESUMEN 
Las neoplasias intracraneales pueden presentar sintomatología muy diversa, 
dependiendo de la localización, tipo y tamaño del tumor. Las manifestaciones 
neuropsiquiátricas al inicio o durante el proceso neoplásico son frecuentes, y es 
importante hacer un diagnóstico diferencial oportunamente entre un problema 
psiquiátrico funcional idiopático y la presencia de una neoplasia intracraneal. El 
propósito de este estudio es identificar cuales fueron los síntomas 
neuropsiquiátricos de presentación más frecuente en los casos de neoplasias 
intracraneales. Se realizó un estudio retrospectivo de casos comprendidos del año 
1987 al año 2005 en los cuales se realizó autopsia y se identificó una neoplasia 
intracraneal. Se recolectaron datos demográficos, localización del tumor, tipo 
histológico de la neoplasia, síntomas clínicos en general y presencia o no de 
manifestaciones neuropsiquiátricas. Con base en los datos recabados, se realizó 
análisis de frecuencias. Para la comparación de características clínicas y 
anatomopatológicas se realizo análisis de Chi cuadrada y se realizó estadística 
inferencial (prueba exacta de Fisher) para la búsqueda de asociación entre 
variables. Los resultados obtenidos fueron los siguientes: Del total de la muestra 
(93 casos), el 87.1% correspondieron a neoplasias primarias del Sistema Nervioso 
Central, y el 12.9% correspondieron a tumores metastásicos. 36 casos del total de 
la muestra presentaron algún tipo de alteración neuropsiquiátrica. En cuanto a la 
correlación existente entre la localización del tumor y la presencia de síntomas 
neuropsiquiátricos se encontró que los tumores localizados en el lóbulo frontal 
derecho tienen una correlación estadísticamente significativa con la presencia de 
sintomatología psiquiátrica en general (p=0.031), y específicamente con la 
presencia de desinhibición (p=0.008) y verborrea (p=0.020). De igual manera los 
tumores bifrontales se correlacionaron de manera significativa con la presencia de 
sintomatología psiquiátrica en general (p=0.020) y específicamente con la 
presencia de errores de juicio y conducta (p=0.040), agitación psicomotora 
(p=0.015), alucinaciones complejas (p=0.027) y la presencia de ideas delirantes 
(p=0.000) El lóbulo parietal izquierdo se correlacionó con alteraciones del 
sensorio (p=0.005), somnolencia (p=0.032), ideas delirantes (p=0.005) y 
alucinaciones complejas (p=0.005). 
Con estos resultados concluimos que la valoración integral del paciente 
independientemente del servicio al que acuda, es indispensable para un 
diagnóstico correcto y oportuno en el caso de la presencia de una neoplasia 
intracraneal. La presencia de sintomatología neuropsiquiátrica no se debe 
únicamente a la localización anatómica de la neoplasia, sino que también hay 
factores que pueden coadyuvar en la aparición de síntomas. La detección de 
neoplasias intracraneales en estadios tempranos tiene relevancia en la evolución y 
pronóstico del paciente, es por eso importante identificar los casos probables de 
padecer una neoplasia intracraneal. 
 
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
Las neoplasias intracraneales pueden presentar sintomatología muy diversa, 
dependiendo de la localización, tipo y tamaño del tumor. Las manifestaciones 
neuropsiquiátricas al inicio o durante el proceso neoplásico son frecuentes, y es 
importante hacer un diagnóstico diferencial oportunamente entre un problema 
psiquiátrico funcional idiopático y la presencia de una neoplasia intracraneal. Por 
esto, cabe preguntarse: ¿Cuáles son las manifestaciones clínicas más frecuentes en 
las neoplasias intracraneales? 
 
MARCO TEORICO 
Anatomía Patológica 
 Las neoplasias cerebrales pueden definirse como lesiones expansivas 
benignas o cancerosas cuyas células se multiplican de manera irrestricta y forman 
una masa dentro de la cavidad craneal o raquídea. Se conocen dos tipos 
principales: 1) tumores primarios compuestos de astrocitos, oligodendrocitos, 
ependimocitos (juntos se conocen como gliomas), fibroblastos aracnoideos 
especiales (meningiomas), neuroblastomas-meduloblastomas y pinealocitos y 2) 
tumores secundarios, es decir, metástasis de carcinomas de pulmón, seno y otros 
órganos y linfomas. Todos estos tumores causan síntomas mediante infiltración, 
desplazamiento y compresión del tejido cerebral, y provocan convulsiones. 
 La incidencia de los tumores del SNC oscilaentre 10 y 17 por cada 
100.000 habitantes para los tumores intracraneales. Aproximadamente la mitad 
son tumores primarios y el resto son metastáticos. Los tumores del SNC suponen 
hasta un 20% del total de cánceres de la infancia, disminuyendo este porcentaje 
considerablemente en la edad adulta. En los niños, el 70% de los tumores 
primarios aparecen en la fosa posterior, mientras que en los adultos, este 
porcentaje corresponde a los tumores que tienen su origen por encima del 
tentorium (2). 
 Los tumores del sistema nervioso tienen varias características especiales 
que les diferencian de los otros procesos neoplásicos de otros lugares del cuerpo. 
En primer lugar, la distinción entre lesiones benignas y malignas no es tan clara 
como en otras zonas. Algunos tumores gliales que tienen las características 
histológicas de una neoplasia benigna, con un índice mitótico bajo, uniformidad 
celular y crecimiento lento, pueden infiltrar regiones enteras del cerebro, dando 
lugar a un comportamiento clínicamente maligno. Además, la posibilidad de 
extirpar quirúrgicamente la neoplasia se ve limitada por consideraciones 
anatómicas funcionales. Hay lesiones inequívocamente benignas que pueden tener 
consecuencias mortales a causa de su localización. En patrón de diseminación de 
las neoplasias primarias del SNC tiene también aspectos poco comunes. Incluso 
con los gliomas más manifiestamente malignos (glioblastoma multiforme) es 
excepcional que se produzca metástasis fuera del SNC, excepto en el contexto de 
una intervención quirúrgica. 
 En los pacientes de hospitales generales, las lesiones metastásicas, en su 
mayor parte de carcinomas, suponen, aproximadamente, la mitad de los tumores 
intracraneales. Las cinco localizaciones primarias más frecuentes son los 
pulmones, las mamas, la piel (melanoma), los riñones y el aparato digestivo, que 
son el origen de alrededor del 80% del total de metástasis (3). 
 Las neoplasias intracraneales corresponden al 9% del total de las 
neoplasias que se presentan en los adultos. Estas neoplasias son mas frecuentes en 
la infancia, en donde llegan a ser el 20% del total de cánceres (3). 
 Los meningiomas son los tumores cerebrales benignos más frecuentes en 
los adultos. La prevalencia de meningiomas varía de 2.3 casos por 100 000 
durante la vida para la población general, a 5.5 por 100 000 si datos de autopsia 
son incluidos. La tasa de incidencia de los meningiomas es de 1.5 y 3.1 por 100 
000 para hombres y mujeres, respectivamente, y las tasas aumentan cuando 
aumenta la edad (4). 
 Los meningiomas suelen causar síntomas focales al comprimir una región 
limitada de la corteza, mientras que los gliomas suelen causar síntomas difusos. El 
delirium Suele ser un componente de tumores de crecimiento rápido, grandes o de 
metástasis cerebrales. 
 Hecaen & Ajuriaguerra reportaron una alta frecuencia de anormalidades 
mentales en pacientes con gliomas (60%) comparados con meningiomas (42%) y 
otras lesiones ocupativas, y esto es probablemente por la gran velocidad de 
crecimiento y destructividad de los tumores malignos (10). De igual manera 
Hyland (9) reporta que los trastornos mentales son más importantes, en general, 
en aquellos pacientes con los tumores de mayor tasa de crecimiento, y aquellos 
que presentaban convulsiones. Es invariablemente severo en aquellos casos en los 
que el tumor invade el cuerpo calloso. 
 Keschner en una serie de 530 casos verificados de tumores cerebrales 
encontró Trastornos del sensorio en el 61%, las alucinaciones fueron observadas 
más frecuentemente en pacientes con tumores supratentoriales. De igual manera 
los cambios en el intelecto y en las funciones mentales superiores fueron más 
frecuentes en pacientes con tumores supratentoriales (8). 
 Hay además reportes de casos y estudios en los cuales se intenta asociar el 
edema peritumoral con la gravedad de los síntomas psiquiátricos (31). 
 
 La importancia del correcto diagnóstico de estas entidades patológicas 
reside en el pronóstico y calidad de vida del paciente. La diferenciación entre una 
alteración funcional idiopática y un problema neoplásico, no siempre es fácil. Sin 
embargo, el primer paso para un diagnóstico correcto es un adecuado examen 
clínico y una historia clínica completa 
 
 
 
 
 
Síntomas Neuropsiquiátricos 
 Los síntomas neuropsiquiátricos se refieren a aquellos síntomas que tienen 
una manifestación psiquiátrica, y en los cuales es posible identificar una alteración 
anatómica o funcional como causante de dicho síntoma. La división entre los 
síntomas psiquiátricos y neuropsiquiátricos cada vez es más estrecha, debido a 
que conforme avanzan los métodos diagnósticos, y los estudios médicos se 
vuelven más sofisticados, es posible encontrar una alteración como causa de la 
manifestación clínica. Así, sintomatología que era considerada anteriormente 
como “idiopática”, actualmente se considera como síntoma neuropsiquiátrico al 
encontrar una causa anatomofuncional. Los primeros síntomas considerados como 
neuropsiquiátricos fueron la afasia en sus distintas modalidades, el deterioro 
cognitivo, la agitación psicomotriz. Actualmente sintomatología ansiosa, 
depresiva, psicótica, maniaca, puede ser considerada de igual manera 
neuropsiquiátrica, debido a que se tienen identificadas regiones cerebrales 
implicadas en los procesos de pensamiento, percepción, afecto y control de 
impulsos (33). Es conveniente pues, mantener la visión neuropsiquiátrica en 
cuanto a la posibilidad de identificar las causas anatomo-funcionales de los 
síntomas “puramente psiquiátricos”. 
 
 
Manifestaciones clínicas. 
Cuadro clínico general. 
 En general, los tumores intracraneales producen síntomas por los 
siguientes mecanismos: 
• Compresión, distorsión o destrucción del parénquima o meninges 
adyacentes. 
• Irritación cortical. 
• Hipertensión intracraneal. Los síntomas derivados de estos mecanismos 
pueden agruparse en cuatro categorías: 
• Cefalea con o sin evidencia de hipertensión intracraneal (papiledema, etc.), 
• Deterioro progresivo de las capacidades mentales (cognitivas) o de 
funciones específicas como la memoria, marcha, lenguaje. 
• Actividad epiléptica de inicio en la edad adulta, con sin convulsiones, o 
bien, incremento o cambio en el patrón previo de las crisis. 
• Síntomas o signos neurológicos focales que dependerán de la localización 
del tumor, dando a veces cuadros clínicos muy característicos, como la 
hemianopsia bitemporal de los tumores pituitarios, los meningiomas del 
bulbo olfatorio, los neurinomas (schwanomas) del nervio acústico, etc. 
 Las manifestaciones clínicas de los tumores intracraneales están 
determinadas por el daño o distorsión que éstos causan a las estructuras vecinas, y 
por los efectos generales originados del aumento de la presión intracraneana, 
además del tipo histológico del tumor y su localización (30) 
 Los trastornos mentales pueden ser divididos en tres grandes categorías, y 
la descripción que a continuación sigue es tomada de la clásica monografía de 
Hecaen y Ajuriaguerra (1956) (10) 
 
 Aproximadamente un tercio de los pacientes experimentan estados 
confusionales o deterioro intelectual progresivo. La desorientación con 
alteraciones variables del estado de conciencia, indiferencia hacia el mundo 
externo, euforia, conducta pueril, pérdida del “insight” son prominentes en 
aquellos con estados confusionales, mientras que las alteraciones en la memoria, 
pérdida de iniciativa, bradifrenia y bradicinecia, están presentes en aquellos con 
deterioro intelectual progresivo. Papiledema y otros signos de aumento depresión 
intracraneana, son particularmente comunes en este grupo y el síndrome es más 
frecuente en tumores que involucran ambos hemisferios. Alrededor del 20% 
experimentan trastornos de la conducta o del afecto. La irritabilidad y la euforia 
con anormalidadespsicomotoras moderadas son los síntomas más comunes. 
Depresión, síntomas conversivos e ideas paranoides son menos frecuentes. Un 
pequeño porcentaje presenta alteraciones paroxísticas, como alucinaciones 
simples y automatismos, los cuales probablemente indican la afectación de los 
lóbulos temporales. La fluctuación en la severidad de los trastornos mentales es 
comúnmente observada dentro de un curso deteriorante y progresivo, y en muchos 
casos síntomas de estas tres categorías coexisten en el mismo paciente. En este 
mismo estudio también se reportó la alta frecuencia de anormalidades mentales en 
pacientes con gliomas (60%) comparados con los meningiomas (42%). 
 Según otras fuentes, en aproximadamente el 80% de estos pacientes con 
síntomas neuropsiquiátricos, los tumores se localizan en las regiones cerebrales 
frontales o límbicas, más que en las regiones parietales o temporales (8). Los 
tumores frontales y temporales de crecimiento lento son los que más se asocian a 
síntomas afectivos, apatía y depresión. Si la historia y el paciente revelan 
incontinencia urinaria o fecal, se debe sospechar de un tumor de lóbulo frontal; si 
la historia y el examen revelan anormalidades en la memoria y el discurso, se debe 
de sospechar de un tumor del lóbulo temporal. 
 Generalmente se observan alteraciones en la cognición, el lenguaje, la 
memoria, la percepción, el afecto, la personalidad, y en estadios avanzados se 
observan alteraciones de la conciencia. 
 En 1937, Hyland y Cols. Realizaron un estudio de neoplasias localizadas 
en el lóbulo frontal En una serie de 30 casos con presencia de algún tipo de 
neoplasia intracraneal identificada por autopsia o cirugía, encontró que los 
cambios en la personalidad y en la mentalidad se habían establecido de manera 
temprana en 10 casos (33%). Los síntomas que aparecían tempranamente incluían 
defectos en la concentración y en la memoria para eventos recientes, pobre juicio 
en cuestiones de negocios, irritabilidad, apatía, depresión desorientación y 
deterioro de los estándares morales. En la valoración en el hospital, 18 de los 30 
pacientes mostraban trastornos psiquiátricos gruesos. Uno estaba semiconsciente 
y siete estaban afásicos. (9) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Antecedentes 
 La relación entre las neoplasias intracraneales y síntomas 
neuropsiquiátricos se remonta a 40 años a.C., cuando según la tradición 
Talmúdica, el Emperador Titus decía que un mosquito había entrado por su nariz, 
de ahí a su cerebro, y que le había golpeado el cerebro por siete años. El dolor lo 
llevó al borde de la locura. A su muerte, los médicos abrieron su cráneo y 
encontraron algo a lo que llamaron “un gorrión de dos selas de peso” (1) Esta 
parece ser la primera descripción de un tumor asociado a sintomatología 
neuropsiquiátrica. Morgagni, profesor en Jefe del servicio de Anatomía en Padua, 
Italia, fue probablemente el primer observador moderno en describir el hallazgo 
de una masa tumoral en una persona que había sufrido de sintomatología 
psiquiátrica asociada (5). 
En 1869, Camillo Golgi (1843-1926) tuvo una paciente a la cual describía 
como una mujer de 48 años activa, de clase alta, que ha comenzado a tornarse 
pueril y caprichosa, irreverente y malhablada, incapaz de mantener su atención 
en la ejecución de tareas simples, incapaz de tener un pensamiento abstracto, 
desprovisto de preocupación e interés” La paciente cayó de un balcón y murió. 
En la autopsia se encontró: una masa fungoide del tamaño de una naranja 
naciendo de la aracnoides y comprimiendo de manera severa el lóbulo frontal 
izquierdo (5) 
 A finales del siglo XVII la orientación de los científicos a buscar la 
relación anatómica con los padecimientos, como el caso de Pierre Broca (1824-
1880), Hughlings Jackson (1835-1911), Eduard Hitzig (1838-1907), junto con el 
desarrollo de la anestesiología, y la posterior posibilidad de realizar 
intervenciones quirúrgicas ayudó para encontrar la relación de algunos síntomas 
neuropsiquiátricos con la presencia de una neoplasia. 
 Las primeras descripciones de esta asociación en libros remontan a 1888, 
en el libro Tumores Intracraneales de Sir Byron Bramwells. Comenta al respecto: 
En aquellos casos raros en los cuales se desarrollan síntomas maníacos… a 
menos de que haya historia previa y de que el curso de estos síntomas sean bien 
conocidos por un médico... La presencia de un tumor debe de ser considerada. (5) 
El primer libro dedicado al tema de tumores cerebrales y sus manifestaciones 
psiquiátricas fue escrito por I.W. Blackburn, patólogo del Hospital Gubernamental 
para el insano, Washington D.C: “intracraneal Tumors Among The Insane, 
publicado en 1903. (5) 
 
 En 1933, Moses Keschner colaboró en un artículo en donde se describían 
los síntomas psiquiátricos en pacientes con tumores del lóbulo frontal (6). 
Posteriormente encabezó un estudio de pacientes con tumores en el lóbulo 
temporal y su asociación con síntomas mentales así como otro entre la presencia 
de tumores infratentoriales y la presencia de síntomas mentales. En 1938 publicó 
en un solo artículo los hallazgos encontrados en sus series anteriores. (7,8). Los 
datos clínicos fueron analizados desde el punto de vista de trastornos del sensorio, 
trastornos en el afecto (incluyendo tristeza y euforia), trastornos en la memoria, 
trastornos en la orientación, en el intelecto, funciones mentales superiores, 
alucinaciones, y alteraciones del esfínter. Cada ítem analizaba varios síntomas 
dentro de la misma categoría, así, en las alteraciones del sensorio se consideraban 
estados alterados de la conciencia, como la somnolencia, así como la apatía y las 
fluctuaciones del estado de alerta, además de incluir las alucinaciones. Dentro de 
sus conclusiones, comentan que no hay un síntoma mental característico o 
patognomónico de la presencia de un tumor intracraneal, además de que la 
sintomatología psiquiátrica y en particular las alteraciones de la memoria son más 
frecuente en los tumores supratentoriales que en los infratentoriales, las 
alucinaciones complejas auditivas y visuales son más frecuentes en pacientes con 
tumores en el lóbulo temporal, las alucinaciones táctiles localizadas indican que el 
lóbulo parietal opuesto a el lado con las alucinaciones presentes, es el sitio del 
tumor. Se observó de igual manera que los casos en los cuales los síntomas 
psiquiátricos eran mas variados eran de pacientes con tumores que involucraban 
ambos lados del cerebro, y que las reacciones psicógenas eran determinadas más 
frecuentemente por las características de personalidad previa del paciente, que por 
la localización del tumor. Entre los factores patogénicos en la producción de 
síntomas mentales en orden de importancia, comentan que son: a) ambos 
hemisferios afectados por la neoplasia, b) aumento en la tasa de desarrollo de los 
síntomas del tumor cerebral en general, c) la rapidez del crecimiento tumoral, d) 
aparición súbita y rápido desarrollo de hipertensión intracraneana, y e) 
localización supratentorial del tumor (8). 
 
En 1937, H.H. Hyland y E.H. Botterell realizaron un estudio con 30 
pacientes que tenían tumores intracraneales que involucraban a uno o ambos 
lóbulos frontales. En cada caso el tumor se corroboró por medio de la cirugía o la 
autopsia. La muestra consistió en 20 hombres y 10 mujeres. En este estudio se 
valoró la presencia de síntomas neurológicos y psiquiátricos, encontrando que la 
cefalea y las crisis epilépticas fueron los síntomas neurológicos más 
frecuentemente encontrados, y los trastornos en las funciones mentales superiores 
se presentaron en el 33% de los casos. Los signos más frecuentes fueron el 
papiledema y a paresia facial. Entre los síntomas mencionados está el retardo del 
pensamiento, fallas en la percepción y en la atención, indiferencia y somnolencia. 
Los trastornos mentales fueron mayores en general,en aquellos pacientes con los 
tipos de tumores de más rápido crecimiento, y en aquellos que tenían 
convulsiones. Finalmente realizan una comparación entre sus hallazgos y los 
estudios previos en monos acerca de las funciones de cada región cerebral. 
Concluyen que los tumores que se localizan en un plano profundo del lóbulo 
frontal y que envuelven al cuerpo calloso, son más propensos a desarrollar 
síntomas psiquiátricos severos, que aquellos que se localizan en un plano 
superficial. Otras de las conclusiones fueron que los trastornos del afecto y los 
trastornos mentales fueron síntomas comunes pero no tienen un valor de 
localización del tumor per se. (9) 
 
En 1956, Hecaen & Ajuriaguerra realizaron un estudio con pacientes con 
tumores intracraneales, y dividieron las anormalidades mentales en tres grandes 
categorías: 1) Estados confusionales o deterioro intelectual progresivo. La 
desorientación con grados variables de deterioro de la conciencia, indiferencia al 
mundo externo, euforia, conducta pueril, y pérdida de insight son comunes en 
aquellos con estados confusionales, mientras que los trastornos de la memoria, 
pérdida de iniciativa, bradifrenia, y bradicinecia está presente en aquellos con 
deterioro intelectual progresivo. El papiledema, y otros signos de aumento en la 
presión intracraneana son particularmente frecuentes en este grupo de pacientes, y 
el síndrome es más frecuente en tumores que involucran a ambos hemisferios. 2) 
trastornos de conducta y del afecto. La irritabilidad y la euforia con 
anormalidades psicomotoras moderadas son los síntomas más frecuentes. 
Depresión, conversión histérica e ideas delirantes fueron menos frecuentes. 3) 
trastornos paroxísticos. Generalmente se presenta como automatismos o 
alucinaciones, lo que probablemente indique que los lóbulos temporales están 
afectados. Las fluctuaciones en la severidad de las anormalidades mentales son 
comúnmente observadas con un curso progresivo hacia el deterioro, y en muchos 
casos síntomas de estas tres categorías coexisten en el mismo paciente (10). 
 
En 1956, Naomi Raskin publicó un estudio de 2,430 autopsias realizadas 
en un hospital psiquiátrico durante el período de 1930 a 1950, concluyendo que 
hay más meningiomas, más tumores hipofisiarios y tumores metastásicos que en 
un hospital general. Concluye de igual manera que la mayoría de los tumores 
intracraneales no diagnosticados fueron en pacientes mayores con aterosclerosis 
cerebral severa (11). 
 
Posteriormente, en 1967, Nathan Malamud, realiza un estudio de 
sintomatología psiquiátrica en los tumores intracraneales del sistema límbico. 
Describe el caso clínico de 18 pacientes que presentaron sintomatología 
psiquiátrica con un tumor localizado en el lóbulo temporal. En esta serie, todos los 
pacientes presentaron crisis epilépticas. En el total de los casos, la presencia de un 
tumor no fue sospechada, debido a que los síntomas psiquiátricos predominaban 
el cuadro, lo que confirma la importancia que tiene el sistema límbico en la 
expresión de emociones. Hace hincapié el autor en la posibilidad de que exista 
una relación causal directa entre la localización anatómica de la lesión y la 
sintomatología psiquiátrica (12). 
 
Se han publicado una serie de reportes de casos, como el de T.L. Avery en 
1971, acerca de una serie de 7 casos de pacientes con neoplasias en el lóbulo 
frontal con presentación psiquiátrica. Concluye en su estudio que: 1) los 
meningiomas son más frecuentemente encontrados en las autopsias de un hospital 
mental (24-36%) que en hospital general (6-18%), 2) los meningiomas son cuatro 
veces más frecuentes en pacientes psiquiátricos que en pacientes de hospital 
general, 3) los meningiomas son los tumores que más frecuentemente producen 
síntomas mentales, 4) Los meningiomas de localización frontal producen 
principalmente síntomas psiquiátricos, por lo que los pacientes acuden 
primeramente a los servicios psiquiátricos. Reporta además que los síntomas 
mentales estuvieron presentes en todos los casos. El ánimo deprimido fue el 
síntoma más frecuente. En los siete casos hubo presencia de síntomas físicos: 
cefalea y alteraciones visuales estuvieron presentes en 6 de los 7 casos. El método 
más eficaz para el diagnóstico fueron la historia clínica completa, examen mental 
completo y exploración neurológica. Se comentan como estudios auxiliares útiles 
para el diagnóstico la radiografía de cráneo y la arteriografía. (13). En resumen: 
los síntomas más frecuentemente asociados a la presencia de neoplasias del lóbulo 
frontal fueron cambios en la personalidad, alteraciones en la habilidad del trabajo, 
amnesia, desorientación, y alteración de las actividades motoras. 
 
 M. A. Ron realiza una revisión en 1989 acerca de la sintomatología 
psiquiátrica en los tumores del lóbulo frontal. Hace énfasis en la necesidad de un 
diagnóstico correcto, y en las consecuencias que resulta de la falta de éste, y un 
tratamiento quirúrgico temprano conlleva un mejor pronóstico. De igual manera, 
hace hincapié en la necesidad de una historia clínica completa, en una extensa 
exploración física y neurológica para obtener datos acerca de la posible presencia 
de una neoplasia intracraneal. (14) 
 
Se han reportado posteriormente series de casos en donde se reporta la presencia 
de sintomatología o síndromes psiquiátricos relacionados con la presencia de una 
neoplasia intracraneal (15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24). 
 
 
 
 
Epidemiología 
 Los datos epidemiológicos acerca de la prevalencia de síntomas 
neuropsiquiátricos en pacientes con tumores intracraneales se remontan al libro de 
Blackburn, publicado en 1903 (5). En el hospital gubernamental para el insano el 
porcentaje de autopsias en dicha institución fue de 58.5%. En estos, la prevalencia 
de tumores psiquiátricos era del 1.76%. Estos números pueden ser comparados 
con series posteriores, como la del Hospital Mental de Boston Massachussets. Fue 
una muestra de 2430 autopsias realizadas de 1930 a 1950, en donde al 100% se le 
realizó revisión de cerebro. Su prevalencia de tumores cerebrales fue de 3.5% (86 
tumores) (11). En uno de los estudios mas comprensivos muestreando varios 
hospitales psiquiátricos norteamericanos (25) la prevalencia de tumores 
intracraneales (un tercio de los cuales eran frontales) fue entre 1.3 y 2.6%. En esta 
misma serie, el deterioro intelectual y las alteraciones de la conciencia fueron las 
características principales en aquellos casos en los cuales la neoplasia parecía ser 
la causa de los trastornos mentales. R.K Gupta en una serie de 79 pacientes con 
diagnóstico de una neoplasia benigna intracraneal, demostró que 21% debutaron 
con sintomatología psiquiátrica en ausencia de síntomas neurológicos (26) 
 Las manifestaciones psiquiátricas de las neoplasias intracraneales pueden 
ser la primera presentación en un 20% de los tumores cerebrales supratentoriales, 
y en un 5% de los infratentoriales (27). Sin embargo El 50% de los pacientes con 
un tumor cerebral experimentan síntomas mentales en algún momento del curso 
de la enfermedad. (14). Parry (28) reportó que 1 de cada 200 pacientes admitidos 
en una unidad psiquiátrica tenían un tumor cerebral. La serie más grande fue 
reportada por Keschner y cols. (8) quienes encontraron síntomas mentales en el 
94% de los casos con tumores del lóbulo temporal, 90% de los casos con tumores 
en el lóbulo frontal y 47% de los casos de tumores infratentoriales. En una 
población de pacientes psiquiátricos hospitalizados, Kocher y cols (29) 
encontraron tumores primarios de cerebro en 1 de cada 1000 pacientes, 20 veces 
más que en la población general. Keschner Encontró que el 23% de su muestra 
había presentado síntomas neuropsiquiátricos de manera temprana, y entre los 
más frecuentes refiere defectos en la memoria, irritabilidad, somnolencia, 
inestabilidad emocional,ansiedad, estados depresivos (8). Law mencionó en uno 
de sus estudios una incidencia anual para los síntomas psiquiátricos de 6.6 casos 
por cada 100 000 casos de tumores primarios del sistema nervioso central en el 
Reino Unido. (30) Esta alta incidencia nos hace pensar en la posibilidad de que 
algunos casos existe comorbilidad psiquiátrica independientemente de la 
presencia de la neoplasia. Cabe mencionar que sólo el 3% de los pacientes 
psiquiátricos institucionalizados tienen tumores intracraneales. 
 
OBJETIVO GENERAL 
 
• Conocer la relación entre la localización anatómica de los tumores 
intracraneales con la presencia de síntomas neuropsiquiátricos. 
 
OBJETIVOS ESPECIFICOS 
 
• Describir los síntomas neuropsiquiátricos encontrados a lo largo de la 
evolución de los tumores intracraneales. 
 
• Describir los tipos histológicos de tumores intracraneales más 
frecuentemente asociados con las alteraciones neuropsiquiátricas 
 
• Conocer la frecuencia de presentación de las neoplasias intracraneales que 
tienen manifestaciones neuropsiquiátricas. 
 
 
 
 
 
HIPOTESIS 
 
Las manifestaciones neuropsiquiátricas son frecuentes en los pacientes con 
neoplasias intracraneales 
 
 
VARIABLE INDEPENDIENTE 
 
Neoplasias intracraneales 
 
VARIABLE DEPENDIENTE 
 
Manifestaciones neuropsiquiátricas 
 
 
 
 
 
 
 
 
CRITERIOS DE INCLUSION 
• Expedientes de casos con diagnóstico de Neoplasia Intracraneal de 
cualquier edad y sexo, en los cuales se haya realizado un estudio de 
autopsia en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía en el 
período de Julio de 1987 a Diciembre del 2005. 
 
CRITERIOS DE EXCLUSION 
 
• Haber sido sometido a resección quirúrgica del tumor a lo largo del 
tratamiento. 
• HIV (+) 
• Antecedentes de trastorno psiquiátrico previo al diagnóstico de neoplasia 
intracraneal. 
 
CRITERIOS DE ELIMINACION. 
 
Expedientes que no reunieron en el expediente con la información necesaria 
para llenar la hoja de captura de datos. 
 
DISEÑO METODOLÓGICO 
 
TIPO DE ESTUDIO 
Descriptivo, clínico, retrospectivo, no experimental. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PROCEDIMIENTO 
 
• Se seleccionaron del registro de autopsias realizadas en el Instituto 
Nacional de Neurología y Neurocirugía, durante el período 
comprendido entre 1987 y 2005, los casos en los cuales se haya tenido 
como principal diagnóstico la presencia de una neoplasia intracraneal. 
Un residente de 4to año revisó cada uno de los expedientes de los 
casos seleccionados en las instalaciones del Archivo del Instituto 
Nacional de Neurología y Neurocirugía. 
• En caso de requerirse, se tomó información histopatológica de los 
datos de necropsias de pacientes con diagnóstico de tumor 
intracraneano. 
• Se vació la información a un sistema de captura de datos donde se 
incluirán tanto los datos sociodemográficos, como las características 
clínicas del padecimiento y los hallazgos anatomopatológicos. 
 
 
 
 
 
ANALISIS ESTADISTICO. 
 
Se realizó análisis de frecuencias, tendencia central y dispersión. Para la 
comparación de características clínicas y anatomopatológicas se realizaron 
análisis de Chi cuadrada y se realizó estadística inferencial (prueba exacta de 
Fisher) para la búsqueda de asociación entre variables. 
RESULTADOS 
 La muestra consistió en 93 casos, de los cuales 44 (47.3%) eran del sexo 
femenino, y 49 (52.7%) eran del sexo masculino. El grupo de edad fue de los 16 a 
los 84 años (media de 46.01, SD 16.9). Los lugares de origen más frecuentes entre 
la muestra fueron el Distrito Federal (29%) y el Estado de México (17.2%) 
(Cuadro 1). 
 Del total de los casos, 36 presentaron algún tipo de alteración 
neuropsiquiátrica (38.7%), de los cuales 15 eran del sexo femenino, y 21 del sexo 
masculino (Cuadro 2). No se encontró correlación significativa entre el sexo y la 
presencia de sintomatología neuropsiquiátrica. 
 Por subgrupos, encontramos 6 casos de alteraciones en el afecto (6.5%), 7 
casos de alteraciones en el sensorio (7.5%), 12 casos de alteraciones en la 
personalidad (12.9%) y 22 casos de alteraciones en la conducta (23.7%). Algunos 
casos presentaron cambios en uno o más subgrupos. (Cuadro 3) 
 Los tipos histológicos y su frecuencia se muestran en el cuadro 4. 
 85 de los casos (87.1%) correspondieron a tumores primarios del SNC, y 
12 de los casos correspondieron a tumores metastásicos. 
 No hubo correlación estadísticamente significativa para una relación entre 
el tipo histológico de la neoplasia intracraneal y la presencia de sintomatología 
neuropsiquiátrica. 
 Los síntomas neurológicos mas frecuentes se mencionan en el cuadro 5. 
 Los síntomas neuropsiquiátricos de presentación más frecuentes se 
enumeran en el cuadro 6. 
 
 En cuanto a la correlación existente entre la localización del tumor y la 
presencia de síntomas neuropsiquiátricos, se encontró que los tumores localizados 
en el lóbulo frontal derecho tienen una correlación estadísticamente significativa 
con la presencia de sintomatología psiquiátrica (p= 0.031). Igualmente los 
tumores bifrontales presentaron correlación estadísticamente significativa con la 
presencia de sintomatología psiquiátrica (p=0.020). Se encontró también 
correlación estadísticamente significativa entre la presencia de desinhibición y 
neoplasias del lóbulo frontal derecho (p=0.008). 
 Se encontró correlación estadísticamente significativa entre la presencia de 
neoplasias del lóbulo parietal izquierdo y la presencia de alteraciones en el 
sensorio (p=0.005), así como entre la correlación entre la presencia de errores de 
juicio y conducta y la presencia de tumor de localización bifrontal (p= 0.040). 
Se encontró de igual manera correlación estadísticamente significativa entre la 
presencia de agitación psicomotriz y neoplasias localizadas en el lóbulo frontal 
derecho. (p= 0.015). Las neoplasias localizadas en el lóbulo parietal izquierdo 
tuvieron una correlación estadísticamente significativa con la presencia de 
somnolencia (p=0.032) Se observo una correlación estadísticamente significativa 
entre las neoplasias del lóbulo frontal derecho y la presencia de verborrea 
(p=0.020). Se observó una correlación estadísticamente significativa entre las 
lesiones neoplásicas bifrontales y la presencia de ideas delirantes (p=0.000). De 
igual manera, se encontró una correlación entre la presencia de ideas delirantes y 
las neoplasias localizadas en el lóbulo parietal izquierdo (p=0.005). Además se 
encontró correlación estadísticamente significativa entre las neoplasias localizadas 
en ganglios basales y ventrículos laterales con la presencia de pensamiento 
desorganizado (p=0.022). 
 Se observaron correlaciones estadísticamente significativas entre 
alucinaciones complejas y la presencia de neoplasias bifrontales. (p=0.027), de 
igual manera, la correlación entre alucinaciones complejas y la presencia de 
neoplasias de localización parietal izquierdo tuvo significancia estadística 
(p=0.005). Otros síntomas neuropsiquiátricos que presentaron correlación 
estadísticamente significativa fueron: 
Frontal izquierdo y afasia motora (p=0.000) 
Frontotemporal izquierdo y afasia mixta (p=0.007) 
Cerebelo y trastornos de la marcha (p=0.002) 
 
 
 
 
 
Los síntomas neurológicos en los cuales se encontró correlación estadísticamente 
significativa con la localización de la neoplasia fueron las siguientes: 
Tercer y cuarto ventrículo y trastornos de la marcha (p=0.038) 
Bifrontal y pérdida de control de esfínteres (p=0.022) 
Hipófisis y trastornos de la visión (p=0.000) 
Cerebelo y trastornos de la visión ((p=0.047) Ganglios basales y ventrículos 
laterales y síndrome de hipertensión endocraneana (p=0.038) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuadro 1.Datos Epidemiológicos 
 
 
 
Cuadro 2. Presencia de alteraciones psiquiátricas.Alteraciones psiquiátricas Total 
 Ausente Presente 
sexo femenino 29 15 44 
 masculino 28 21 49 
Total 57 36 93 
LUGAR DE ORIGEN NO. DE CASOS PORCENTAJE 
Distrito Federal 27 29% 
Estado de México 16 17.2% 
Guerrero 8 8.6% 
Guanajuato 8 8.6% 
Oaxaca 6 6.5% 
Michoacán 4 4.3% 
Chiapas 4 4.3% 
Hidalgo 4 4.3% 
Otras entidades 23 24.7% 
TOTAL 93 100% 
 
 
 
 
Cuadro 3. Tipo de alteración psiquiátrica. 
 
 
 N= 36 
 
Tipo de alteración 
psiquiátrica 
Número de casos Porcentaje 
Alteraciones en el afecto 6 6.5% 
Alteraciones en el 
sensorio 
7 7.5% 
Cambios de la 
personalidad 
12 12.9% 
Alteraciones en la 
conducta 
22 23.7% 
 
 
NOTA: Algunos casos presentaron cambios en uno o más subgrupos. 
 
 
 
 
 
Cuadro 4. Tipo Histológico del Tumor 
TIPO HISTOLOGICO DEL 
TUMOR 
No. CASOS PORCENTAJE 
MENINGIOMA 17 18.3% 
ADENOMA DE HIPOFISIS 16 17.2% 
GLIOBLASTOMA MULTIFORME 14 15.1% 
ASTROCITOMA ANAPLASICO 10 10.8% 
HEMANGIOBLASTOMA 5 5.4% 
CRANEOFARINGIOMA 4 4.3% 
GLIOMA 3 3.2% 
LINFOMA PRIMARIO 3 3.2% 
LINFOMA NO HODGKIN 3 3.2% 
CARCINOMATOSIS MENINGEA 2 2.2% 
GERMINOMA 2 2.2% 
SCHWANOMA 2 2.2% 
METASTASIS DE MELANOMA 2 2.2% 
METS. CA CANALICULAR 2 2.2% 
PINEALOMA 1 1.1% 
PAPILOMA 1 1.1% 
EPENDIMOMA 1 1.1% 
ADENOCARCINOMA DE HIPOF. 1 1.1% 
MEDULOBLASTOMA 1 1.1% 
METS CA PULMON 1 1.1% 
METS CACU 1 1.1% 
CA VESICAL 1 1.1% 
 
Cuadro 5. Sintomatología Neurológica 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SINTOMA NO. CASOS PORCENTAJE 
Cefalea 61 65% 
Síndrome Hipertensión Endocraneana 51 54.8% 
Déficit Motor 42 45.2% 
Vómito 38 40.9% 
Trastornos de la visión 32 34.4% 
Trastornos de la Marcha 32 34.4% 
Pérdida de control de esfínteres 18 19.4% 
Déficit Sensitivo 20 21.5% 
 
 
 
 
Cuadro 6. Sintomatología Neuropsiquiátrica. 
Síntoma No. Casos Porcentaje 
inatención 32 34.4% 
Fallas en la comprensión 30 32.2% 
Fallas en la memoria 28 30.1% 
Pensamiento 
desorganizado 
18 19.4% 
Deterioro Cognitivo 15 16.1% 
Pobre respuesta a 
estímulos 
11 11.8% 
Agitación Psicomotora 10 10.8% 
Desinhibición 8 8.6% 
Risas sin condicionante 7 7.5% 
Alucinaciones complejas 7 7.5% 
Ideas delirantes 5 5.4% 
Verborrea 4 4.3% 
 
 
 
 
 
DISCUSION 
 La presentación de una neoplasia intracraneal es frecuentemente con una 
mezcla de sintomatología neurológica y neuropsiquiátrica, en donde predominan 
los datos de hipertensión endocraneana y la cefalea. En el estudio de Malamud 
(12) se reportan 11 casos de pacientes hospitalizados en un centro psiquiátrico con 
diagnósticos de esquizofrenia, depresión y ansiedad, y que al momento de la 
autopsia, se descubrió la presencia de un tumor en el sistema límbico. En el 100% 
de estos casos, se reporta historia de epilepsia. En nuestro estudio no se observó 
tal tendencia, pero si observamos que las manifestaciones neurológicas son más 
frecuentes que los síntomas neuropsiquiátricos, como la cefalea (65%) y el 
síndrome de hipertensión endocraneana (54.8%) 
 En nuestro estudio, 38.7% de los casos presentaron algún tipo de 
alteración neuropsiquiátrica. Los estudios previos reportan una incidencia de 
síntomas neuropsiquiátricos en casos de neoplasias intracraneales muy variable, 
que va desde un 21% reportado por Gupta (26) hasta un 94% reportado por 
Keschner (8). Esta variabilidad es debida a los criterios usados para considerar los 
síntomas neuropsiquiátricos, y a los métodos de medición utilizados. 
 En el presente estudio encontramos que la localización de la neoplasia 
intracraneal se relacionó con síntomas neurológicos y neuropsiquiátricos 
específicos. Sin embargo, fue más evidente la relación entre localización y la 
presencia de síntomas neurológicos. En el caso de los síntomas 
neuropsiquiátricos, parece haber otros factores que favorecen su presencia, como 
el edema peritumoral, reportado en estudios previos (31), o la lateralidad del 
tumor (32, 33), incluso la secreción de sustancias endógenas con actividad en 
sistema nervioso central (citocinas, factores de crecimiento, factor de necrosis 
tumoral –α etc.) (34, 35). Otros factores distintos al tumor, como el tratamiento 
(quimioterapia, radioterapia), cirugía, son causa frecuente de aparición de 
síntomas psiquiátricos. 
 Encontramos una relación significativa de lesiones en lóbulo frontal 
derecho o bifrontales con la presencia de sintomatología neuropsiquiátrica. La 
revisión de M. A. Ron reporta previamente estos hallazgos (14), además del 
estudio de Cummings (33), en donde resalta la localización en el hemisferio 
derecho como factor importante en la presencia de síntomas neuropsiquiátricos, 
principalmente cambios afectivos (manía, depresión), psicosis, alucinaciones, 
cambios en la personalidad, ansiedad, estados disociativos y conducta sexual 
alterada. En el estudio de Mainio (32) se encontraron niveles de ansiedad mayores 
en pacientes con tumores en el hemisferio derecho, en comparación con los 
pacientes con tumores en el hemisferio izquierdo. De igual manera en el estudio 
de Salo (36) se concluye que los pacientes con tumores en el hemisferio derecho 
tienen una percepción en relación a su calidad de vida menor en relación a 
pacientes con tumores en el hemisferio izquierdo. Sokolski (24) reporta un caso 
de exacerbación de manía previamente estabilizado con valproato secundario a un 
tumor en el temporal derecho. Sin embargo, hay estudios que no encuentran 
relación con la presencia de síntomas neuropsiquiátricos y la lateralidad el tumor 
(8, 26) 
 La neuropsicología se convierte en una herramienta valiosa al 
momento de localizar con exactitud lesiones que ocasionan alteraciones en la 
cognición. Se deben de realizar pruebas neuropsicológicas para poder determinar 
con exactitud las regiones alteradas por las neoplasias. 
 La valoración inicial a la que fueron sometidos los pacientes en el servicio 
de urgencias del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, fue llevada a 
cabo por médicos residentes de diferentes especialidades (neurología, 
neurocirugía, psiquiatría), en donde fue evidente su tendencia a resaltar la 
sintomatología perteneciente a su rama de especialidad, lo que ocasiona que la 
información recabada lleve un sesgo. Los casos valorados por residentes de 
psiquiatría, tenían un informe detallado del estado mental al momento de la 
evaluación inicial, mientras que los síntomas neurológicos eran mencionados de 
manera vaga y poco concisa. Inversamente, los pacientes valorados por residentes 
en neurología y neurocirugía, llevaban a cabo una amplia descripción de la 
sintomatología neurológica, mientras que omitían el estado mental del paciente, o 
era mínima la descripción de la sintomatología. Al tomar esta valoración inicial 
como base primaria de información, no podemos dejar de ver un sesgo importante 
que le resta validez al presente estudio. 
 La asociación anatomo-clínica es mas evidente en los síntomas 
neurológicos que en los síntomas neuropsiquiátricos, esto debido, primero, a el 
conocimiento más exacto de regiones cerebrales y su función neurológica que en 
su contraparte neuropsiquiátrica; segundo, a la complicada interacción en las vías 
cerebrales encargadas de los procesos cognitivos y conductuales. 
 
CONCLUSIONES 
1. el 38.7% del total de la muestra presentaron sintomatología 
neuropsiquiátrica 
2. Las manifestaciones neurológicas más frecuentes fueron la cefalea (65%) 
y el síndrome de hipertensión endocraneana (54.8%) 
3. Las manifestaciones neuropsiquiátricas más frecuentes fueron la 
inatención (34.4%) y fallas en la comprensión (32.2%) 
4. Las asociaciones mas significativas entre la localización anatómica de la 
neoplasia y la presencia de síntomas neuropsiquiátricos fueron: 
 *Lóbulo frontal derecho: desinhibición (p=0.008), verborrea (p=0.020); 
 *Localización bifrontal: ideas delirantes (p=0.000), Errores dejuicio y 
 conducta (p=0.40), Alucinaciones audiovisuales (p=0.027), agitación 
 psicomotora (p=0.015), pérdida del control de esfínteres (p=0.022) 
 *lóbulo parietal izquierdo: Alucinaciones audiovisuales (p=0.005), 
 Somnolencia (p=0.032), Ideas delirantes (p=0.005), afasia motora 
 (p=0.000), 
 *Frontotemporal izquierdo: Afasia mixta (p=0.022) 
5. Los síntomas neurológicos en los cuales se encontró asociación con la 
 localización de la neoplasia fueron: 
 *Cerebelo: trastornos de la marcha (p=0.002) 
 *Hipófisis y trastornos de la visión (p=0.000) 
6. No se encontró asociación entre la estirpe histológica del tumor y la 
presencia de sintomatología neuropsiquiátrica. 
7. La localización anatómica de las neoplasias intracraneales no explica en su 
totalidad la presencia de síntomas neuropsiquiátricos, por lo que otros factores 
deben de ser considerados, entre ellos la secreción de sustancias por parte de 
las neoplasias con acción sobre el Sistema Nervioso Central. 
8. El presente estudio concluye que la localización anatómica del tumor 
explica algunos de los casos la presencia de sintomatología neuropsiquiátrica. 
Sin embargo, hay que tomar en cuenta otros factores como causantes o 
coadyuvantes de la sintomatología. Estudios posteriores deberán incluir en las 
variables las sustancias endógenas producidas por las neoplasias con 
influencia en el Sistema Nervioso Central. 
 
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	Portada
	Índice
	Resumen
	Planteamiento del Problema
	Marco Teórico
	Síntomas Neuropsiquiátricos
	Antecedentes
	Epidemiología
	Objetivos
	Hipótesis Variable Independiente Variable Dependiente
	Criterios de Inclusión Criterios de Exclusión Criterios de Eliminación
	Diseño Metodológico
	Procedimiento
	Análisis Estadístico
	Resultados
	Discusión
	Conclusiones
	Bibliografía

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