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Concepto-de-sexualidad-en-la-vejez-desde-la-perspectiva-de-genero

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
 
 CONCEPTO DE “SEXUALIDAD EN LA VEJEZ” 
 DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO 
 
 
T E S I S 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA PRESENTAN: 
 
 HERNÁNDEZ ESCORCIA LUCELY BERENICE 
 ZARIÑANA GÓMEZ MARISOL 
 
 
 
 
 
 
DIRECTORA : LIC. PATRICIA BEDOLLA MIRANDA 
REVISORA: LIC. PATRICIA PIÑONES VÁZQUEZ 
 
 
 
 
 MÉXICO 2007 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
A MIS PADRES: 
ALBERTO Y MARÍA 
 
Con gran amor por el cariño, la comprensión y el apoyo incondicional. 
Gracias por darme la oportunidad de existir, por las sabias enseñanzas 
y los valores que me transmitieron que hoy me llevan a culminar 
este logro; y gracias también por ser orgullosamente mis padres. 
 
 
 
 
A MIS HERMANOS: 
ALBERTO, FERNANDO Y ALEJANDRO 
 
Que han hecho mi vida afortunada por ser mis compañeros, 
amigos, confidentes y mi gran soporte en momentos difíciles. 
Sin duda, son mi mayor ejemplo a seguir y contar con ustedes 
me llena de una enorme satisfacción. 
 
 
 
 
A NOÉ: 
 
Por el inmenso amor que nos tenemos y porque a lo largo del tiempo 
compartido hemos vivido momentos importantes, que nos han 
permitido madurar intelectual, profesional y emocionalmente. 
Gracias por estar siempre a mi lado motivándome. 
 
 
 
 
A MIS SOBRINOS(AS): 
MÓNICA, MANUEL, YASSEFTH, 
ALEXA, DANNA Y AL BEBÉ 
 
Con especial cariño, por ser parte de mi felicidad, ya que 
sus demostraciones de afecto, sonrisas, inocencia, 
espontaneidad y logros llenan de alegría mi existir. 
 
 
 
 
A MIS CUÑADAS: 
MIRTA Y FRANCIS 
 
Que siempre me han acompañado y tendido la mano 
 en situaciones adversas. Crucial en mi vida son 
la confianza y el cariño que me inspiran. 
 
 
A MIS TÍOS: 
TERESA, FRANCISCO Y ALICIA 
 
Por ser parte de mi familia y por el cariño 
que siempre me han demostrado. 
 
 
 
 
A MI ABUELA: 
OFELIA 
 
Que a pesar de no estar físicamente, ha sido una 
 gran inspiración para la realización de este trabajo. 
 
 
 
 
A MIS AMIGAS: 
YESSICA, NORMA, SOFÍA, TONY, 
CINTHYA Y MARISOL 
 
Quienes han sido compañeras de la infancia, 
adolescencia y colegas; brindándome 
confianza, cariño y apoyo. 
 
 
 
 
A LAS PROFESORAS: 
LIC. PATRICIA BEDOLLA MIRANDA 
LIC. PATRICIA PIÑONES VÁZQUEZ 
 
Por el tiempo dedicado a la elaboración de este 
proyecto y por sus conocimientos compartidos. 
 
 
 
 
A LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO: 
 
Por permitirme ser parte de ella, por los 
conocimientos adquiridos y por la maravillosa 
oportunidad que me dio de disfrutar Ciudad Universitaria. 
 
Muy especialmente para la Facultad de Psicología, 
sus profesores y para todos(as) los(as) viejitos(as) 
que hicieron posible esta investigación. 
 
 
 
LUCELY 
 
 
 
 
En primer lugar quiero agradecer a mis papás por todo el amor y el apoyo brindado a lo largo 
de toda mi vida, también por saber esperar la llegada de este día. 
 
A ti papá Javier Zariñana Merchant porque el cumplir con mi meta es también un logro tuyo, 
gracias por todo tu esfuerzo y empeño, pero sobretodo, gracias por demostrarme que se puede ser 
una mejor persona. 
 
A ti mamá, Celina Gómez Lovera, las palabras sobran para poder expresarte todo mi 
agradecimiento, sólo puedo decir que sin ti yo no sería la mujer que ahora soy, gracias por ser 
ejemplo de fortaleza y lucha constante y por ser la mujer que más admiro y quiero. 
 
A mis hermanos Javier y Roberto gracias por todas sus muestras de cariño, por darle un toque 
especial y diferente a cada uno de mis días, espero que este pequeño paso que hoy doy los aliente a 
seguir adelante. 
 
 A ti Edher, gracias por ayudarme a crecer, a madurar, por estar a mi lado en situaciones 
difíciles y por compartir conmigo éste momento. 
 
A ti mamá Gelipa, porque tú eres el más fiel ejemplo de lucha, de fe inquebrantable, por ser 
una de las más grandes manifestaciones de amor. Gracias por creer en mí. 
 
A ti tía Angelina, por demostrarme lo que es ser una verdadera amiga. Gracias por 
escucharme, entenderme y apoyarme siempre. 
 
A mis primos Ricardo y Frida, porque con su existencia alegran mi vida. Gracias por 
recordarme la importancia de una sonrisa. 
 
A ti papá Ramón, aunque ya no estas físicamente, gracias por demostrarme de mil maneras 
todo tu cariño, por enseñarme que se puede ser joven aun con la piel arrugada y el cuerpo cansado. 
Gracias por resaltar la sencillez y la humildad en mi vida. 
 
La Lic. Patricia Bedolla Miranda, gracias porque desde que te conocí mi vida ya no fue igual, 
aprendí el verdadero significado y la importancia de ser mujer. 
 
A la Universidad Nacional Autónoma de México, por abrirme sus puertas. 
 
A todos (as) los (as) que hicieron posible la realización de este trabajo, mil gracias por su 
tiempo brindado, por su comprensión y su paciencia. 
 
Un agradecimiento especial al grupo “La Alegría de vivir”, por contagiarme de toda esa energía 
y de esa alegría por vivir. 
 
 
 
 
MARISOL 
 
 
 
ÍNDICE 
 
 
CAPÍTULO 1 
EL ENVEJECIMIENTO 
 
 
1.1 Concepto y Características del Envejecimiento ..................................................2 
 
1.2 Teorías Biológicas del Envejecimiento ..............................................................6 
1.2.1 Teoría del envejecimiento programado ....................................................7 
1.2.2 Teoría del envejecimiento del deterioro al azar ........................................8 
1.2.3 Teorías genéticas ...................................................................................9 
1.2.4 Teorías fisiológicas ...............................................................................10 
 
1.3 Teorías Sociales ...........................................................................................10 
 1.3.1 Teoría de la desvinculación ..................................................................12 
 1.3.2 Teoría de los roles ...............................................................................13 
 1.3.3 Teoría de la estratificación por edades ..................................................13 
 1.3.4 Teoría de la continuidad ......................................................................13 
 1.3.5 Teoría de la subcultura ........................................................................14 
 1.3.6 Teoría del etiquetado ..........................................................................15 
 1.3.7 Teoría de la actividad ..........................................................................15 
 
1.4 La Situación del Envejecimiento en México .....................................................17 
 
 
 
CAPÍTULO 2 
LA VEJEZ 
 
 
2.1 Aspectos Generales de la Vejez .....................................................................22 
 2.1.1 Concepto de vejez ...............................................................................23 
 
2.2 Cambios en la Vejez .....................................................................................242.2.1 Físicos .................................................................................................24 
2.2.2 Capacidades sensoriales .......................................................................25 
2.2.3 Funciones vitales ..................................................................................29 
2.2.4 Músculos, huesos y articulaciones .........................................................30 
2.2.5 Otros cambios ......................................................................................31 
2.2.6 Alteraciones de sueño ..........................................................................31 
2.2.7 Cognitivos ...........................................................................................32 
2.2.8 Cambios emocionales ...........................................................................33 
 
 
 
 
CAPÍTULO 3 
SEXUALIDAD Y VEJEZ DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO 
 
 
3.1 Concepto y Características de la Sexualidad ....................................................38 
3.1.1 Dimensiones y fines de la sexualidad .....................................................41 
 
3.2 Diferenciación Biológica y Social con Respecto a la 
sexualidad ...................................................................................................42 
 
3.3 Perspectiva de Género y Sexualidad en la Vejez ..............................................43 
 
3.4 La Sexualidad en los Ancianos .......................................................................46 
 3.4.1 Sexualidad en las mujeres viejas .... ......................................................50 
 3.4.2 Sexualidad en los hombres viejos ..........................................................51 
 
 
 
CAPÍTULO 4 
LAS REDES SEMÁNTICAS NATURALES: HERRAMIENTA 
PARA INDAGAR EL CONCEPTO DE “SEXUALIDAD EN LA VEJEZ” 
 
 
4.1 Antecedentes de las Redes Semánticas ..........................................................52 
 
4.2 Psicología Cognitiva ......................................................................................53 
 
4.3 Memoria ......................................................................................................55 
 
4.4 Memoria Semántica ......................................................................................57 
 
4.5 La Técnica de las Redes Semánticas Naturales ...............................................59 
 
 
 
CAPÍTULO 5 
EN BÚSQUEDA DEL CONCEPTO 
“SEXUALIDAD EN LA VEJEZ”: METODOLOGÍA 
 
 
5.1 Planteamiento del Problema ..........................................................................60 
 
5.2 Objetivo General ..........................................................................................60 
 
5.3 Objetivos Específicos ....................................................................................60 
 
5.4 Definición de Indicadores ..............................................................................61 
 
 
5.5 Tipo de Estudio ............................................................................................61 
 
5.6 Diseño de Investigación ................................................................................62 
 
5.7 Muestra .......................................................................................................62 
 
5.8 Sujetos ........................................................................................................62 
 
5.9 Técnica de Investigación y Formato ...............................................................63 
 
5.10 Escenario .....................................................................................................66 
 
5.11 Procedimiento ..............................................................................................66 
 
5.12 Análisis y Representación de los Datos ...........................................................67 
 
 
 
CAPÍTULO 6 
CONCEPTO DE “SEXUALIDAD EN LA VEJEZ” DESDE 
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO: RESULTADOS 
 
 
 6.1 Perfil de la Muestra ........................................................................................70 
 
 6.2 Valores J y JC .................................................................................................76 
 
 6.3 Categorías Semánticas ....................................................................................77 
 
 6.4 Conjunto SAM, Valor M Total (VMT) y Valor FMG ..............................................83 
 
 6.5 Comparación de las Definidoras .......................................................................91 
 
 
 
CAPÍTULO 7 
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES, 
LIMITACIONES Y SUGERENCIAS 
 
 7.1 Perfil de la Muestra .......................................................................................102 
 
 7.2 Adultez Madura ............................................................................................105 
 
 7.3 Tercera Edad ................................................................................................106 
 
 7.4 Ancianidad ...................................................................................................107 
 
 
 7.5 Conclusiones ................................................................................................108 
 
 7.6 Limitaciones .................................................................................................110 
 
 7.7 Sugerencias .................................................................................................110 
 
 7.8 Anécdotas ....................................................................................................111 
 
 
 Bibliografía ........................................................................................................112 
 
 
ANEXO 1 ...........................................................................................................115 
 
 
ANEXO 2 ...........................................................................................................116 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 1 
EL ENVEJECIMIENTO 
 
 
Para poder entender todo lo que rodea la vida sexual del(a) anciano(a) y como conceptualiza 
esta vivencia, es necesario comenzar con la presentación de lo que sucede en el proceso de 
envejecimiento, ya que partir de este conocimiento nos permitirá adentrarnos en lo que 
ocurre en él, cómo ha sido mirado por la sociedad, y que implicaciones tiene en la sexualidad 
del(a) viejo(a). 
 
A lo largo de este capítulo se abordará el tema del envejecimiento, describiendo sus 
características principales y enumerando las teorías tanto biológicas como sociales que se han 
desarrollado para explicar el por qué de la ocurrencia de este hecho de la vida. 
 
En este trabajo se ha considerado pertinente dedicar un capítulo para el 
envejecimiento y otro para la vejez, debido a que consideramos que ambos términos se 
refieren a algo diferente. 
 
Por un lado, el envejecimiento es mejor entendido como un proceso de deterioro que 
se da con el paso del tiempo; mientras que la vejez, es considerada como una etapa del 
desarrollo humano. Esta diferencia, no implica la inexistencia de relación entre ambos 
sucesos; por el contrario, el envejecimiento forma parte de la vejez al caracterizarse esta 
etapa por la presencia del deterioro físico, biológico y psicológico. 
 
 
 
1.1 Concepto y Características del Envejecimiento 
 
El envejecimiento es percibido como un evento negativo que tenemos que atravesar 
inevitablemente, y a su vez, es asociado con sentimientos de pérdida de capacidades y un 
decreciente funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, pocas personas miran este 
proceso como una experiencia única e enriquecedora, en la cual se vive de una forma 
diferente y con un cuerpo que refleja el paso del tiempo, impidiéndose a sí mismos disfrutar 
de todo aquello que conlleva este proceso. 
 
 Aunque es importante destacar, que percibir este procesocomo enriquecedor es difícil 
de asimilar, debido a que vivimos en una sociedad que venera la juventud y que lucha 
constantemente por preservarla; rechazando las evidencias físicas y psicoemocionales que 
van quedando con el transcurrir de la vida. 
 
Asimismo, encontramos que no toda la gente tiene claro lo que significa envejecer, y 
por tanto, no tienen una visión que les permita comprender el proceso de envejecimiento 
como un acontecimiento natural, en donde el individuo experimenta cambios a nivel interno 
y externo. 
 
 
 
Incluso, al revisar algunos estudios y bibliografía sobre el envejecimiento en cualquiera 
de sus tópicos, encontramos un predominio de los aspectos problemáticos, ya que 
finalmente, sus características ocupan y preocupan, otorgándole importancia en algunos 
casos, sólo a los temas de la pérdida de autonomía y el regreso a la dependencia. 
 
Afortunadamente, hoy día, podemos observar que el nuevo material dedicado al tema 
está también orientado al aspecto emocional y toma de conciencia para sensibilizar al lector 
sobre la vivencia que se experimenta durante este proceso. 
 
Una vez reflexionados algunos aspectos que se encuentran alrededor del tema, es 
importante comenzar entendiendo el concepto de envejecimiento, para posteriormente ir 
adentrándonos más en el tema. 
 
Al respecto, Tortosa (2002) proporciona una definición que lo describe de forma 
sencilla, mencionando, que el envejecimiento es un proceso natural y gradual en el que se 
suscitan una diversidad de cambios y transformaciones que se producen a nivel biológico, 
psicológico y social. 
Estos cambios en el orden morfológico, psicológico, funcional y bioquímico, se 
caracterizan por una pérdida progresiva en el tiempo de la capacidad de adaptación y la 
capacidad de reserva del organismo, produciendo un aumento constante de la vulnerabilidad 
ante situaciones de estrés. 
Dado que existe un déficit en las capacidades, se da por consecuencia, una afectación 
en el funcionamiento; y la capacidad de rendir al máximo se deteriora físicamente; por 
fortuna, la mayoría de nuestros sistemas tiene una capacidad de reserva sustancial, que es 
un extra integrado en los órganos y sistemas, y se utiliza sólo en determinadas situaciones en 
donde se requiere un esfuerzo hasta el límite (Belsky, 2001). 
Al conocer este declive en nuestra capacidad de reserva, podemos comprender el por 
qué los(as) ancianos(as) son más vulnerables a una situación estresante, o a cualquier 
actividad que demande un mayor esfuerzo. Y por tanto, es más probable que las pérdidas 
fisiológicas relacionadas con la edad causen problemas en cualquier momento que se 
requiera un alto nivel de rendimiento físico en donde se desee disponer de las reservas 
necesarias para afrontar el desafío. 
Existen tres características básicas dentro de este proceso, las cuales son (Belsky, 
2001): 
 
1. Envejecimiento primario y secundario. Buse (en Fernández-Ballesteros,2000)describió 
en 1969 que el envejecimiento primario son aquellos cambios inherentes al proceso; 
mientras que el secundario apuntó, implica el deterioro corporal causado por la 
enfermedad, o que en sí mismo no es consecuencia de la edad. 
2. El aumento de la probabilidad de desarrollar enfermedades. Si los cambios 
experimentados son moderados se denominan normales; por el contrario, si estos 
tienen un grado extremo se llaman enfermedad crónica, la cual es una afección 
progresiva, de largo plazo y normalmente incurable. 
 
3. Tiene un fin fijo. Implica que como seres humanos tenemos una duración específica 
de vida, independientemente de que unos sean más longevos que otros. 
Tanto Mishara (2000) como Cristófalo (en Vega, 1996), agregan otras características 
que consideran importantes tomar en cuenta al momento de hablar de envejecimiento, 
haciendo énfasis en las diferencias individuales que existen entre los seres humanos: 
• Los individuos envejecen a un ritmo distinto y de forma diferente. 
• Muchas personas de edad avanzada tienen mejor salud que otras más jóvenes. 
• No todos los cambios que se dan en este periodo son malos; según Mishara, los 
resfriados, alergias y dolores de cabeza crónicos tienden a disminuir o desaparecer a 
medida que envejecemos. 
• Se dan cambios en la composición química del cuerpo que incluyen un decremento en 
la masa muscular del cuerpo y un aumento de grasas. 
• Existen modificaciones en el ritmo cardíaco y en otras capacidades, las cuales 
disminuyen linealmente a partir de los 30 años. 
• Se da una reducción de la capacidad de respuesta adaptativa a las variaciones 
ambientales. 
• La tasa de mortalidad aumenta. 
Debido a este decremento en las capacidades y otros cambios fisioanatómicos que se 
suscitan, el proceso de envejecimiento no siempre sigue un curso lineal y óptimo; dando 
como resultado el origen de dos tipos de envejecimiento: envejecimiento normal y el 
patológico. 
 El envejecimiento normal esta relacionado con los cambios naturales que se dan en el 
organismo producto del paso del tiempo, y se ve influido por el envejecimiento patológico; 
este último, se refiere a un envejecer acelerado por la presencia de alteraciones patológicas 
secundarias a enfermedades, o por influencias medioambientales en donde los factores de 
riesgo y de enfermedades modulan este proceso a lo largo de la vida. 
Respecto a los cambios ocurridos en el envejecimiento normal, existe un estudio 
llamado “Estudio Longitudinal de Baltimore” que empezó en 1959 y fue patrocinado por el 
Instituto Nacional de Envejecimiento, cuyo objetivo fue describir nuestra forma de cambiar 
fisiológicamente a lo largo de los años. 
En este estudio participaron varias personas en el Centro Gerontológico de Baltimore 
una vez al año o cada dos años, y se encontrándose dos principios básicos del envejecimiento 
normal referentes a (Belsky, 2001): 
1. Ritmo de envejecimiento variable. El ritmo del envejecimiento en cada individuo varía 
mucho; por tanto, no todas las personas de una edad específica tienen características 
físicas ni de salud similares. Esto se debe, a nuestras diferencias individuales y al tipo 
de vida que hayamos llevado años antes; es decir, si nos dedicamos al deporte, 
comemos saludable y alimentamos nuestra vida interior, es probable que conservemos 
nuestras capacidades más íntegramente que otra persona que llevó una vida más 
ligera y descuidada en su salud. 
 
2. Patrones de envejecimiento distintos. El estudio demostró que este proceso sigue 
caminos distintos, en donde algunas funciones se deterioran en forma regular a lo 
largo del tiempo; y otras, se mantienen estables, ya sea porque no cambian o porque 
se deterioran sólo en la fase terminal de la vida. 
Según el modelo anterior, se produce una pérdida fisiológica, sólo cuando la persona 
desarrolla una enfermedad relacionada con la edad; tal acontecimiento se observó en los 
voluntarios del estudio, en donde un porcentaje elevado mostraba signos de afecciones 
cardiacas, disminuyendo con la edad la capacidad de bombeo del corazón. 
Otro descubrimiento que se dio, fue que una pérdida en una función estable puede ser 
una señal de muerte inminente. Esto sucedió, cuando los investigadores observaron que 
aquellos pacientes en donde el número de linfocitos (células blancas) no disminuía, 
regresaban al cabo de dos año. Mientras que una minoría que sí presentaba un descenso de 
las células blancas, mencionaban sentirse bien y las pruebas físicas no revelaban enfermedad 
en la siguiente sesión de seguimiento era más probable que este grupo hubiera fallecido. 
En otros casos, aunque se produce una pérdida, el cuerpo es capaz de compensar 
fisiológicamente el cambio; tal como ocurre con el cerebro, en el cual, a pesar de la muerte 
de neuronas que se da con el paso de los años, se genera una respuesta, en donde se 
añaden y se establecen dendritas y conexiones nuevas, que ayudan a conservar el 
pensamiento y la memoria en las mejores condicionesposibles. 
 Debido a la preocupación que genera la forma de envejecer, varios autores se han 
interesado por las estrategias que se pudieran llevar a cabo para tener un buen 
envejecimiento; algunos argumentan que vivenciar este proceso de manera óptima implica el 
ser selectivo con los esfuerzos que uno hace y realizar actividades alternativas que 
compensen las pérdidas. 
 
 Otros autores por su parte, especifican de forma detallada más variables que se 
consideran favorecen esta transición, como lo hace Warnes (2003), al enlistar los siguientes 
puntos: 
 
• Tener satisfechas las necesidades económicas y de salud. 
• Mantener las redes sociales que brinden apoyo. 
• Evitar el aislamiento y la soledad mediante la sustitución de las pérdidas por la muerte 
de la pareja o amigos con nuevas relaciones. 
• Mantener un estilo de vida sano: buena alimentación, realización de ejercicio y 
actividades que ejerciten la mente. 
• Preservar la autoestima manteniendo la capacidad de evaluar su propio rendimiento en 
relación con sus niveles restantes de capacidad física y mental. 
 
Por su parte, Ham (2003) considera que para contribuir a que la creciente población 
de edades avanzadas en nuestro país tenga los mejores niveles de bienestar posibles, 
mitigando y retrasando los efectos negativos del envejecimiento se debería cumplir con 
ciertas características que él denomina “Las cualidades del buen envejecimiento” y son: 
 
 
- Tener una baja incidencia y prevalencia de enfermedades crónicas e incapacidades. 
- Contar con altas tasas de funcionalidad física y mental. 
- Disponer de recursos materiales e independencia. 
- Integrar al(a) anciano(a) a la sociedad y a la familia, para que le permita establecer 
contactos que le brinden ayuda material y emocional. 
- Realizar de actividades productivas y satisfactorias. 
 
Aunque, tras analizar estas características nos damos cuenta que no para todos(as) 
los(as) ancianos(as) de México parecen realizables, debido a que para llevarlas a cabo, se 
requiere de recursos económicos para la atención médica si la persona no cuenta con 
seguridad social; de educación; y de poder concientizar a la sociedad para no aislar a los(as) 
adultos(as) mayores; y dado que estas características se encuentran relacionadas entre sí, al 
no presentarse la primera se anula automáticamente la existencia de las siguientes. 
 
 Las características generales del envejecimiento ya han sido revisadas, sin embargo, 
falta conocer que explicaciones han encontrado los investigadores sobre la ocurrencia de este 
proceso; ya que un tema, que precisamente ha intrigado a la ciencia respecto al 
envejecimiento lo constituyen las causas que lo originan. 
 
Es por ello, que en las siguientes líneas se hace una revisión de las teorías biológicas 
que tratan de cumplir este cometido. Cabe destacar, que de acuerdo a cada autor existe una 
clasificación y un enlistado específico de ellas; en donde, algunos omiten unas, mientras que 
otros hace más extensa su lista. Dentro de las teorías biológicas abordadas en este apartado 
se encuentran las siguientes: 
 
• Teoría del envejecimiento programado. 
• Teoría del envejecimiento del deterioro al azar. 
• Teorías genéticas. 
• Teorías fisiológicas. 
 
 
 
1.2 Teorías Biológicas del Envejecimiento 
 
Todas las teorías biológicas del envejecimiento tienen una base genética y mantienen 
que la vida de un individuo está determinada por los procesos que se dan en la célula o por 
un programa que reside en los genes de la especie (Vega, 1996). 
 
Por su parte Fernández-Ballesteros (2000), menciona que hay que considerar algunos 
aspectos que se encuentran alrededor de estas teorías. Primeramente, el organismo 
individual experimenta tres etapas básicas: 
 
1) Crecimiento y desarrollo 
2) Madurez 
3) Involución y declive 
 
 
 
Estas etapas, ocurren inevitablemente a menos que el sujeto experimente una muerte 
por accidente o algo similar. En segundo lugar, encontramos lo que se ha venido explicando: 
la presencia del declive fisiológico y la mayor frecuencia de enfermedades. 
 
Dado lo anterior, los biólogos han tenido la necesidad de averiguar cuáles son los 
procesos que mantienen vivo al organismo y lo protegen de las enfermedades. Yates (1996, 
Ibidem) señala que existen una serie de procesos básicos que logran la continuidad de la 
existencia del organismo: 
 
a) Protección del ADN y ARN. 
b) Garantía de transcripción y traducción del ADN y ARN. 
c) Asegurar la integridad cromosómica. 
d) Mantener la actividad de genes implicados en la diferenciación y especialización celular 
e inhibición de la actividad de aquellos que dificultan, interfieren o bloquean la 
diferenciación y especialización. 
e) Degradar el material proteínico aberrante. 
f) Eliminar los radicales libres generados por procesos celulares. 
g) Desintoxicar. 
h) Producir mecanismos inmunológicos. 
i) Inducir mecanismos contra para proteger al organismo contra choques ambientales 
j) Defender el medio interno. 
 
 
 
1.2.1 Teoría del envejecimiento programado 
 
Este modelo teórico, sugiere que en el proceso de envejecer está involucrada una 
programación genética, que se activa en un momento determinado y se podría localizar en el 
ADN de las células o en algún órgano que actúe como responsable de la coordinación de 
muchas funciones corporales. 
 
De acuerdo a esta teoría, es posible que en la parte interna de cada célula exista un 
cronómetro del envejecimiento y la muerte, y que las células estén programadas para 
producir, en un momento dado, una proteína que inhibe la síntesis del ADN, provocando la 
autodestrucción de las células; o probablemente sea un reloj centralizado, en un sistema 
responsable de coordinar muchas funciones corporales. Al respecto, dos pueden ser los 
órganos candidatos para cumplir tal función: el hipotálamo y el sistema inmunológico 
(Belsky,1996). 
 
El hipotálamo es una diminuta estructura localizada en el cerebro y es la responsable 
de coordinar funciones esenciales: ingestión de alimentos, conducta sexual, regulación de la 
temperatura, expresión emocional, regulación del crecimiento físico, desarrollo sexual y 
reproducción, entre otras. Al ser sus efectos de gran alcance en muchos otros órganos, los 
científicos consideran que ahí podría albergarse el “reloj” que programa el envejecimiento. 
 
 
 
 
Por su parte, el sistema inmune se encarga de reaccionar ante cualquier sustancia 
ajena al cuerpo con la finalidad de conservar la homeostasis existente. Y como respuesta a 
las sustancias extrañas, produce células asesinas y moléculas llamadas anticuerpos para 
matar a los invasores. 
 
De acuerdo con algunos autores, a medida que aumenta la edad, el sistema inmune se 
debilita, perdiendo eficacia en su funcionamiento y haciendo al individuo más susceptible a 
padecer enfermedades infecciosas e incluso orillándolo a la autoagresión acelerando el ritmo 
normal de muerte celular (Belsky, 2001). 
 
Existe una glándula denominada timo, que se involucra en la respuesta inmunológica, 
ésta desaparece gradualmente durante la madurez; por lo que el biólogo Walford (1969, en 
Belsky, 1996) sugirió que el timo podría representar un marcapasos del envejecimiento, ya 
que su desaparición señala un debilitamiento del sistema inmune produciendo grandes 
efectos, y teniendo como resultado que a medida que el sistema se debilita, se desarrollan las 
deficiencias en el reconocimiento de sustancias extrañas y la tolerancia a nuestras propias 
células. 
 
 
 
1.2.2 Teoría del envejecimiento del deterioro al azar 
 
Esta teoría argumenta que los errores acumulados en la capacidad de nuestras células 
para producir proteínas constituyen la causa principal del envejecimiento, considerando que 
estas son de gran importancia al constituir la base de todas las reacciones y funciones 
celulares (Belsky, 2001). 
 
El ADN es el material genético localizado en el núcleo de las células, programa cómo 
se desarrollan los cuerposy marca el camino en la producción de éstas moléculas. Durante su 
duplicación se presentan cambios en la estructura, denominados mutaciones, y a pesar de 
que las células poseen mecanismos que reparan tales alteraciones, con el paso del tiempo 
dicho mecanismo ya no funciona de forma eficiente, trayendo como consecuencia que a 
medida que se acelera el deterioro del ADN, se produce un número mayor de proteínas 
defectuosas, y por consiguiente, se incrementa el número de células que muere. 
 
De acuerdo a esta teoría, el envejecimiento físico y la muerte son los daños visibles del 
ADN, en donde a mayores errores acumulados de él más serán las proteínas defectuosas que 
se producirán, y por tanto, más las células que funcionen mal y mueran provocando la 
muerte del cuerpo al perder células indispensables (Belsky, 1996). 
 
Se ha encontrado, que las células bajo condiciones positivas, no se duplican 
eternamente, es decir, que tienen una capacidad limitada de replicación; hecho que fue 
observado desde 1950 por Leonard Hayflick cuando en sus cultivos de células in vitro, vio que 
estas sólo se dividían un número fijo de veces y morían; encontrando también que las células 
al proceder de personas mayores, se dividían menos antes de morir (Vega, 1996). 
 
 
 La teoría de los radicales libres es otro supuesto del daño aleatorio, y señala que estas 
moléculas que se segregan durante el metabolismo celular, dañan el funcionamiento de las 
células y pueden afectar también el ADN al impregnarse y cubrir la membrana de otras 
células, contribuyendo al envejecimiento y la muerte. 
 
 
 
 1.2.3 Teorías genéticas 
 
 De acuerdo a las teorías genéticas, las células están programadas para morir, su 
capacidad de replicación es limitada y la herencia es un factor que afecta la longevidad que 
existe en cada familia. 
 
Según Vega (1996), existen las siguientes teorías que se ubican en este rubro: 
 
1. Acumulación de errores. Supone que con el transcurso de la vida, se puede tener 
información inexacta o distorsionada de los mecanismos genéticos de las células; que 
pueden afectar las moléculas de ADN originando mutaciones, o bien, pueden existir 
errores en las transcripciones del ADN al ARN, e incluso en la traslación de este último 
a las proteínas. 
 
Entre los factores que pueden ocasionar estos errores se encuentran las radiaciones, el 
calor, productos químicos como el alcohol, o incluso se pueden dar en el propio 
proceso de reparación del ADN. 
 
2. Teoría de las interconexiones. Sostiene que la acumulación de los lazos o conexiones 
entre moléculas de las células es la causa principal del proceso de envejecimiento, 
debido a que se da una alteración de las propiedades físicas y químicas de las células 
cuando las macromoléculas establecen lazos o conexiones con sus partes 
componentes o entre las partes componentes de otras moléculas. 
 
Lo anterior se explica, debido a que las proteínas extracelulares, como el colágeno y la 
elastina, que componen el tejido conectivo de la piel y de otras partes del cuerpo como 
músculos, corazón y pulmones; pierden elasticidad en el tejido del cuerpo con la 
formación de estas conexiones, afectando la eficacia de los órganos antes 
mencionados. 
 
3. Teoría del uso y del desgaste. Mantiene que el organismo es como una máquina que 
sufre un deterioro normal por el uso constante, que culmina con el envejecimiento. Sin 
embargo, el ejercicio y la actividad pueden influir en la salud y en la longevidad, 
debido a que ejercen un efecto sobre la duración de las partes de nuestro cuerpo al 
fortalecerlas (Mishara, 2000). 
 
 
 
 
 
 
1.2.4 Teorías Fisiológicas 
 
Para las teorías fisiológicas, la principal causa del envejecimiento se encuentra fuera de 
la célula, y se basan en los cambios que ocurren en los órganos, estructuras y sistemas. 
Dentro de estas teorías, se encuentra la teoría inmunológica que fue abordada en la teoría 
del envejecimiento programado, y la teoría del sistema endocrino. 
 
El sistema endocrino controla la actividad del cuerpo a través de las hormonas como 
los niveles de azúcar en la sangre, mantiene la temperatura corporal, actividades del riñón y 
la función de los ovarios en las mujeres, etc. Y según esta teoría, el envejecimiento podría ser 
resultado de una modificación de la producción o de la liberación de los cuerpos químicos en 
el organismo (Vega, 1996). 
 
 No sólo se han originado teorías biológicas sobre el envejecimiento, también 
existen las teorías sociales, las cuales, más que brindar una explicación sobre las causas del 
mismo, nos proporcionan información que describe y predice los cambios que se dan con el 
tiempo en la esfera psicológica de los individuos (Fernández-Ballesteros, 2000). 
 
Las teorías sociales del envejecimiento que se revisarán son: 
 
• Teoría de la desvinculación. 
• Teoría de los roles. 
• Teoría de la estratificación por edades. 
• Teoría de la continuidad. 
• Teoría de la subcultura. 
• Teoría del etiquetado. 
• Teoría de la actividad. 
 
 
 
1.3 Teorías Sociales del Envejecimiento 
 
Fernández-Ballesteros (2000) señala, que es importante considerar tres supuestos 
dentro de las teorías sociales que nos permitirán tener una mayor comprensión: 
 
1. El objetivo de estas teorías es establecer los cambios que ocurren en el 
funcionamiento psicológico con el paso del tiempo y la edad. 
2. No todos los cambios que se producen en la psique del hombre se ajustan al patrón 
del funcionamiento biológico. Esto es, mientras que en el funcionamiento biológico 
existe un periodo de desarrollo (crecimiento), otro de madurez (estabilidad) y uno final 
de declive (involución); en el psicológico existen aspectos que se incrementan a lo 
largo de la vida , otros que tras un periodo de desarrollo permanecen constantes, y 
finalmente, otras condiciones que se ajustan un poco al patrón biológico. 
3. Diferenciar entre declive y deterioro, en donde el primero, se refiere a un decremento 
que experimenta una función psicológica en la mayor parte de los seres humanos; 
mientras que el deterioro alude a que este decremento varía significativamente de la 
media del grupo. 
 
Sumado a los puntos anteriores, resulta de gran interés destacar la importancia de las 
teorías sociales, ya que, si bien es fundamental comprender los cambios que ocurren a nivel 
interno del ser humano durante el envejecimiento, también es primordial conocer y entender 
la naturaleza social del mismo, sobre todo si consideramos que las personas vivencian el 
periodo del envejecimiento, en relación con el mundo en el que habitan y en relación a los 
demás. 
 
Los seres humanos vivimos inmersos en una sociedad la cual nos dota e influye en 
nuestras actitudes, conocimientos, creencias, pensamientos y conducta; por lo que 
constantemente estamos en interacción con otros individuos que de la misma forma buscan 
adaptarse a las exigencias del medio y los cambios que experimentan en cada etapa del ciclo 
de la vida. 
 
La imagen que tienen de sí mismos(as) los(as) adultos (as) mayores, su 
autoconcepto, su identidad personal, su sexualidad, así como los diferentes roles sociales que 
ejercen, están influenciadas por la construcción social que hemos hecho sobre la vejez; en 
donde este sistema de creencias, sentimientos y actitudes respecto a la vejez y al 
envejecimiento, regulan las expectativas, actitudes y conductas, de los grupos y de los(as) 
mismos(as) viejos(as)( Buendía, 1994). 
 
 La representación social se alimenta con aquellos aspectos negativos que se generan 
alrededor de la idea del envejecimiento, en donde los sujetos se apropian de todos los 
conocimientos generados, y de esta forma, esta representación, además de definir lo qué es 
vejez y envejecimiento, establece cómo debe ser, y qué es ser viejo(a). 
 
 De esta manera, vamos estereotipando a los(as) ancianos(as), adquiriendo un 
aprendizaje sobre la manera en que deben de comportarse e incluso muchas veces 
limitándolosa realizar ciertas actividades que creemos son incapaces de llevarlas a cabo. 
Todo esto comienza desde las denominaciones que utilizamos al nombrarlos, las cuales 
pueden llevar una carga peyorativa, hasta el desinterés total por ellos(as). 
 
 Es cierto que cuando llegamos a esta etapa decrecen muchas de nuestras funciones, 
sin embargo, esto no quiere decir que un(a) anciano(a) ha llegado a un estado de inutilidad; 
por el contrario, sigue siendo funcional, solo que a una menor velocidad. Aunque no 
podemos ignorar, que existen casos en donde las personas quedan incapacitadas debido a 
alguna enfermedad, y no pueden ejercer su independencia. 
 
 De cualquier forma, la idea fundamental implica que la vejez como etapa y el 
envejecimiento como proceso son realidades socialmente construidas, y el origen de estas 
teorías está orientado a la intervención en donde se trata de dar respuesta a la pregunta de 
qué se requiere para envejecer con éxito (Buendía, 1994). 
 
 
 
 
 
 
 
1.3.1 Teoría de la desvinculación 
 
Esta teoría fue elaborada por Cumming y Henry en 1961, y se desarrolló mediante un 
estudio realizado en las ciudades de Kansas y Missouri; en donde se contó con 275 personas 
de edades entre los 50 y 90 años que gozaban de buena salud y sin problemas económicos. 
 
Los participantes eran sometidos a pruebas cada seis años respecto a sus 
interacciones sociales y la variedad de ellas; además de ser estudiadas variables 
sociodemográficas para determinar la relación que existía entre la edad cronológica de los 
individuos y su bienestar. 
 
Los resultados indicaron que los individuos presentaban buen estado emocional entre 
los cuarenta y los cincuenta años, apreciándose un periodo de crisis entre los 60 y 65 años; 
finalmente, seguía una etapa de satisfacción relativa hasta los 70 años, y posteriormente se 
observó una restauración del estado positivo en una edad muy avanzada (Tortosa, 2002). 
 
Con lo anterior, se concluyó que el(a) anciano(a) se va alejando de las conductas más 
activas como la competitividad y la productividad, reduciendo la intensidad y la frecuencia de 
las interacciones sociales; es decir, tanto el individuo como la sociedad tienen el objetivo de 
desvincular al anciano preparándolo para la muerte (Buendía, 1994). 
 
Tortosa (2002) menciona, que los autores de la teoría concluyen que esta 
desvinculación está asociada a un buen estado emocional y a un envejecimiento satisfactorio, 
ya que es recíproca y universal, al darse tanto por parte de la persona mayor como de la 
sociedad. Además, de permitirle al individuo una adaptación de su nueva condición, al iniciar 
el retiro tras la percepción de la disminución de sus energías y la imposibilidad de continuar 
con los roles que llevaba. 
 
De acuerdo a esta teoría, conservarán su autodefinición positiva las personas que 
sustituyan progresivamente los roles de mayor actividad, por unos más tranquilos, alejándose 
de las responsabilidades, centrándose en la familia y la amistad. Esta positividad seguirá si 
sus actividades corresponden con las expectativas de la sociedad (Buendía, 1994). 
 
Dentro de la principal crítica que recibe, se encuentra el hecho de que este estudio 
tomó en cuenta solo a las personas de la clase media asalariada, sin explicar lo que ocurría 
en otros sectores. Debido a esto, el autor introdujo la variable temperamento, distinguiendo 
dos tipos de sujetos: los activos y afirmativos, y los pasivos y limitados. 
 
Los primeros invierten toda su energía para lograr una adaptación, aceptando el 
proceso; mientras que los pasivos y limitados ocupan poca energía . Se debe tomar en 
cuenta también, la personalidad y la posición que ocupa el individuo para entender la 
desvinculación. 
 
 
 
 
 
 
1.3.2 Teoría de los roles 
 
La teoría de los roles se basa en los papeles que desempeñamos a lo largo de nuestra 
vida en las distintas etapas, y se ven involucradas las expectativas que tiene el entorno sobre 
la ejecución de los mismos; además estos roles, están en función de la edad cronológica. 
 
Esto es, durante todo nuestro desarrollo vamos desempeñando diferentes papeles, de 
los cuales van a depender nuestro autoconcepto y nuestra estima. Y conforme pasa el 
tiempo, no sólo cambian los roles, sino también, se modifica la forma en que debemos 
desempeñarlos y cumplirlos (Buendía, 1994). 
 
Por tanto, se espera que el individuo que atraviese por el envejecimiento encuentre un 
grado de adaptación al realizar los cambios pertinentes en sus roles, modificándolos por 
aquellos que de acuerdo a las creencias sociales corresponden a su edad. 
 
 
 
1.3.3 Teoría de la estratificación por edades 
 
Riley y Foner se apoyaron en la teoría de los roles y consideraron en su momento, que 
para analizar a la sociedad debía tenerse en cuenta la estratificación de los roles que se 
asocian a las edades (Ibidem). 
 
Esta teoría asume que la sociedad se compone de generaciones sucesivas de 
individuos que envejecen de forma distinta; por tanto, se considera que las personas que 
nacen en fechas cercanas viven el proceso de envejecimiento de forma similar y afrontan los 
cambios y acontecimientos de acuerdo a su momento histórico-cultural al que pertenecen. 
 
 
 
1.3.4 Teoría de la continuidad 
 
Fue desarrollada por Neugarten en 1964, y postula que conforme el individuo va 
creciendo desarrolla nuevas actitudes, valores y metas que posteriormente en la vejez se 
mantienen; y por tanto, esta etapa no trae consigo cambios bruscos porque persigue una 
adaptación de acuerdo a su estilo de vida y conductas anteriores. Según Hetú (en Tortosa, 
2000) ésta teoría se puede resumir en siete postulados: 
 
1. La evolución psicológica de hombres y mujeres es distinta en cada individuo. 
2. La identidad del individuo es la misma desde el nacimiento hasta la muerte y su 
evolución depende de lo vivido anteriormente. 
3. Al final de la evolución del hombre y la mujer, se integra la experiencia y la imagen 
que pueden hacerse de sí mismos(as) en su personalidad, la que determinará sus 
repuestas ante las nuevas situaciones. 
4. El individuo construye su entorno a través de la coherencia y funcionamiento interno. 
5. La personalidad del sujeto es el mejor predictor de su actitud y adaptación a la vejez. 
6. El envejecimiento acentúa la estructura de la personalidad. 
 
7. La personalidad continúa evolucionando durante toda la vida integrando los 
acontecimientos que el sujeto afronta. 
 
A medida que envejecemos se van acentuando más los rasgos y características de la 
personalidad, con la diferencia de que se van sustituyendo los roles perdidos por nuevos, 
permitiendo mantener una continuidad psicológica conductual. 
 
Esta continuidad interna, es una persistencia en el tiempo del temperamento, afecto, 
experiencias, preferencias, habilidades, disposiciones, actividades, valores y creencias; y 
específicamente se refiere, a una evolución gradual en la que se unen y se crean direcciones 
nuevas de la identidad ya existente del(a) viejo(a)(Bazo, 1999). 
 
En este continuo desarrollo por el que pasa el(a) anciano(a), muestra esta consistencia 
a través del tiempo en sus patrones de pensamiento y en actividades; independientemente 
de todos los cambios significativos que ocurren en la salud, en el funcionamiento, y en sus 
circunstancias sociales. Y sirve como base al proceso de adaptación, en donde el deseo de 
seguir, motiva a las personas a prepararse para los cambios, como la jubilación, viudez o 
incapacidad(Fernández-Ballesteros, 2000). 
 
Dentro de las críticas, Tortosa (2002) menciona las siguientes: el hecho de 
considerarla como una teoría compleja, sobre todo en cuanto a su verificación empírica; 
debido a que las reacciones que tiene el individuo a lo largo del envejecimiento se explican 
con una interacción entre los cambios biológicos y físicos, así como, por la continuidad de 
patrones de comportamientoque fueron adoptados en épocas anteriores. 
 
El autor, tampoco proporciona información de cómo las condiciones sociales, físicas o 
afectivas se integran en la dinámica de la persona para explicar la continuidad; no toma en 
cuenta la diversidad de historias personales que el individuo ha vivido, y no explica cómo la 
necesidad de continuidad puede influir negativamente en la autoestima del sujeto. 
 
 
 
1.3.5 Teoría de la subcultura 
 
La teoría de la subcultura, fue propuesta por Rose en 1968, quien toma como punto 
de partida la observación que realizó, acerca de que existe mayor probabilidad de sufrir las 
pérdidas de nuestros allegados en edades mayores que en la juventud, trayendo como 
consecuencia este evento, el aislamiento y la soledad en la vejez (Fernández- Ballesteros, 
2000). 
 
Tras esta reflexión, ella consideró que el sector de los(as) adultos(as) mayores poseía 
rasgos característicos de un grupo aislado; y propuso, que las personas ancianas tendían a 
interactuar más con sus semejantes para validar juicios y establecer un nivel de 
aspiraciones, al realizar comparaciones con sus iguales. 
 
 
 
 
Estas comparaciones entre ellos(as) mismos(as), proporcionaban un buen parámetro, 
ya que evitaban la construcción de una imagen negativa al compararse con personas más 
jóvenes; y de esta manera, la formación de la subcultura les ayudaba a mantener su 
identidad y una autoestima positiva (Buendía, 1994). 
 
 
 
1.3.6 Teoría del etiquetado 
 
De acuerdo a esta teoría, la etiqueta que la sociedad nos pone es determinante en la 
forma en que nosotros(as) mismos(as) nos vamos a percibir y a comportar; ya que nuestra 
forma de actuar, está basado en cómo percibimos a los demás y que comportamiento evoca 
hacia nosotros(as)(Ibidem). 
 
Dentro de esta teoría, se consideran fundamentales, la construcción social del término 
vejez, las teorías de la continuidad y de la subcultura en el deterioro de la estima de los(as) 
ancianos(as), por ser componentes una de la otra; explicando con esto, que las personas de 
la tercera edad continúan su actividad solo que con sus deficiencias, se involucran con 
personas de su misma edad y además influye en ellos(as) la manera en que son vistos(as) 
por las demás personas. 
 
 
 
1.3.7 Teoría de la actividad 
 
Desarrollada por Havighurst y Albrecht, quienes argumentaron que entre más 
actividades se tienen en la vida existen mayores posibilidades de estar satisfechos con la 
misma. Esta teoría, considera que los seres humanos desarrollan valores, significados y 
conductas a partir de un proceso de comunicación social, en donde nuestra forma de pensar 
se basa en las actividades que desempeñamos(Bazo, 1999). 
 
La teoría de la actividad alienta a las personas que atraviesan el proceso de 
envejecimiento, a que continúen realizando las mismas actividades y a tratar de ignorar 
aquellas restricciones que la sociedad les imprime, para tener una mejor calidad de vida que 
alimente el entusiasmo por vivir, fortalezca su autoestima, y logren una mayor adaptación a 
la nueva etapa; con un mejor conocimiento y entendimiento de ella. 
 
Tortosa (2002) menciona que la teoría solo es válida para los viejos jóvenes con 
medios económicos suficientes, por tanto, él considera que es más un planteamiento para los 
jubilados más que para el envejecimiento. 
 
Dentro de este trabajo de investigación consideramos que los(as) ancianos(as) en 
nuestro país, no necesariamente se van alejando de las actividades más competitivas y 
productivas como lo marca la teoría la desvinculación; ya que como lo vimos anteriormente, 
existen personas de edades avanzadas que continúan trabajando para subsistir y a su vez, 
siguen alimentando la esfera social. 
 
 
Por otro lado, estamos de acuerdo en que los(as) viejos(as) pueden seguir realizando 
actividades que en otras etapas de la vida llevaban a cabo; disminuyendo obviamente la 
velocidad, en la que las realizaban y cuidando su integridad física y emocional; hecho que 
favorecerá su calidad de vida y su autopercepción, tal como lo manejan las teorías de la 
continuidad y la actividad. 
 
Otra situación que ocurre, es la formación de grupos de la tercera edad, como lo 
menciona la teoría de la subcultura; en donde se reúnen para desempeñar actividades de 
interés común para ellos (lúdicas o deportivas); influyendo en la aceptación por sus iguales y 
en el fomento de las relaciones sociales. 
 
Una vez concluido el recorrido en los aspectos generales y particulares del 
envejecimiento, hemos visto, que la ciencia ha mostrado un interés por conocer a cerca de 
las particularidades de este proceso, y sobre los cambios psicológicos que se dan en los(as) 
viejos(as). 
 
Independientemente de esta información, es innegable, y no por ello negativo, que el 
envejecimiento es un proceso continuo de cada hombre y mujer, en el cual hay cambios, 
déficits y un declive en todo el organismo, a los que tendrán que adaptarse para poder llevar 
una vida plena. 
 
También es importante reconocer, que este deterioro funcional y físico, así como la 
disminución de capacidades, repercutirán en el desempeño de la sexualidad del(as) 
anciano(as), pero no sólo a nivel biológico; sino el aspecto psicológico inevitablemente se 
verá afectado al percibirse como personas viejas, poco atractivas y sin derecho a ejercer su 
sexualidad. 
 
Todo ello implica, que el(a) adulto(a) mayor, requiere tener una percepción y una 
actitud optimista de los cambios que experimenta para permitirse expresarse libremente en 
todos los aspectos, lo cual se verá favorecido si cuenta con la información necesaria que le 
brinde la oportunidad de conocer los elementos tanto negativos como positivos del proceso. 
 
A su vez, resulta fundamental considerar que dado el crecimiento del sector de los(as) 
adultos(as) mayores se tendrían que dar nuevos cambios sociales en favor de una mayor 
aceptación de este grupo, para tratar de eliminar los estereotipos que se han ido dando 
alrededor de los hombres y las mujeres envejecidas, tales como: la perdida de autonomía y el 
regreso a la dependencia, la inexistencia de sexualidad; así como una serie de atribuciones 
que expresan que éstas personas han dejado de ser útiles y valiosas. 
 
Conocer solo lo relacionado al envejecimiento, no es suficiente para lograr una 
comprensión de los(as) ancianos(as) y de su sexualidad; se requiere también abordar el tema 
de la vejez, desde el punto de vista de todos los cambios físicos y psicológicos específicos que 
se dan en hombres y mujeres. 
 
 
 
 
 
1.4 La Situación del Envejecimiento en México 
 
En México y en todo el mundo el proceso de envejecimiento ha ido en constante 
incremento, teniendo este fenómeno un potencial que lo convierte para este siglo en la taza 
demográfica de mayor importancia. 
 
La disminución de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida de las personas, 
son las causas principales de la ocurrencia del aumento en los sectores de edades avanzadas. 
Tan sólo, la natalidad de la población mundial de los años entre 1950 y 2000 disminuyó de 
37.6 a 22.7 nacimientos por cada mil habitantes; mientras que, la mortalidad pasó de 19.6 
defunciones por cada mil habitantes a 9.2, en el mismo periodo (Zúñiga,2004). 
 
De acuerdo, al Estudio Económico y Social Mundial (WESS)(ONU, 2007), a medida que 
la proporción de ancianos(as) siga incrementándose, el porcentaje de la población en la edad 
laboral y la propia fuerza de trabajo irá envejeciendo, provocando severos conflictos a nivel 
económico y social. 
 
Por lo que, el WESS, señala los conflictos específicos que se generarán con el 
envejecimiento, y dentro de los cuales se encuentran: la afectación en los propios ingresos de 
lo(as) viejos(as), la viabilidad financiera de los sistemas de pensiones y los costos de los 
sistemas de atención de la salud; considerando que el 80 por ciento de la población mundial 
no tienen una protección en materia de salud, discapacidady riesgos relacionados con los 
ingresos en su edad avanzada. 
 
Cabe destacar, que en este informe, también se subraya que a pesar de la grandeza 
de los problemas planteados, estos pueden ser superados mediante políticas bien elaboradas 
y sin una excesiva presión sobre los recursos disponibles. 
 
Tan sólo en México, de acuerdo a la ONU (2005), en este año existían cuatro niños por 
cada persona mayor, siendo que para el 2050 se proyecta que tendrá casi dos personas 
ancianas por niño. A su vez, en el año 2005 nuestro país contaba con 16 personas en edad 
de trabajar por cada 10 niños o personas mayores, cifra que se estima que a partir del 2035 
el número de personas en edad de trabajar por persona dependiente empezará a decrecer 
mientras que el crecimiento del número de personas mayores se acelera. 
 
Por tanto, en nuestro país, así como en otros que se encuentran en una situación 
similar respecto al crecimiento poblacional de los(as) viejos(as) tienen unos cuantos años 
para rediseñar sus políticas y estructurar un sistema que funcione con efectos positivos ante 
tal acontecimiento. 
 
 Aunque, de acuerdo a la ONU (ibidem), existe evidencia de que países como México 
pueden verse beneficiados con este aumento en la proporción de la población en edad de 
trabajar, ayudando a acelerar la tasa de crecimiento económico, mejorando los niveles de 
vida, siempre y cuando se creen suficientes empleos decorosos para la creciente fuerza de 
trabajo. 
 
 
 
Por otro lado, respecto a esta transición demográfica del país, y tal como lo señala 
Ham (2003), se ha observado en diferentes fases; así, en el inicio de los años 30 se dio un 
descenso en la mortalidad y altos niveles de natalidad, lo que contribuyó a que este periodo 
se caracterizara por un elevado crecimiento de población. 
 
En 1960, los índices de natalidad se ubicaron en 46 nacimientos por cada mil 
habitantes; mientras que en el 2000 se tuvieron 21 nacimientos por cada mil habitantes; y se 
espera que en el año 2050 se alcancen solo 11 nacimientos por cada mil habitantes. 
 
 Por tanto, el incremento en el número de adultos mayores en el mundo es cada vez 
más alto; teniendo que en la década de 1950-1960 se integraron a este sector más de cuatro 
millones de personas al año, cifra que tendrá un aumento para la década de 20030 
elevándose a 32.6 millones anuales. 
 
 En 1930 México contaba con 18 millones de habitantes, que pasó a 100 millones en el 
2000; dicho aumento de la población en nuestro país continuará hasta llegar a poco más de 
130 millones de habitantes en el año 2050. 
 
Respecto a la población envejecida en el país, en el 2000 la proporción de adultos(as) 
mayores fue de alrededor de 7 por ciento, estimándose que este porcentaje se incremente a 
12.5% en el 2020 y a 28% en el 2050. 
 
Es decir, en México en el año 2000 residían 6.9 millones de personas de 60 años y 
más, en el 2030 serán 22.2 millones y se espera que para la mitad del siglo se alcancen 36.2 
millones. El 72 por ciento de este crecimiento ocurrirá a partir del 2020, brindándole al país 
menos de dos décadas para preparar las condiciones que permitan enfrentar adecuadamente 
este proceso. 
 
Como ya se sabe, los hombres mueren más que las mujeres en todas las edades, 
propiciando una mayor presencia femenina en las edades avanzadas, es por ello, que de los 
6.9 millones de adultos(as) mayores que tenía el país en el año 2000, 3.2 millones eran 
hombres y 3.7 millones mujeres. 
 
Sin embargo, y tal como lo apunta Ham (2003), esta aparente ventaja de 
sobrevivencia femenina, se convierte en una desventaja ante las deficiencias con las que 
llegan a la vejez, repercutiendo en su calidad de vida, debido a que sus condiciones de salud 
y sociales son adversas a estas generaciones de mujeres mayores; ya que se observa que en 
las próximas generaciones de mujeres envejecidas se darán las mayores tasas de 
analfabetismo y menores grados de escolaridad. 
 
Tal ha sido la preocupación del aumento de la población envejecida, que la División de 
Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, en 
colaboración con el Consejo Nacional de Población de México (CONAPO) y con el apoyo del 
Instituto sobre el Envejecimiento de los Estados Unidos organizó una reunión en el 2005 en 
donde se trataron las implicaciones del envejecimiento para la seguridad social y los sistemas 
de pensiones, el impacto del mismo en los sistemas de salud y la importancia de las 
 
transferencias intergeneracionales para el sustento de las personas adultas mayores (ONU, 
2005). 
 
En cuanto a los problemas que se pudieran dar en los sistemas médicos de nuestro 
país, el primer punto a considerar sería la asignación de mayores recursos al tratamiento de 
las personas, y en segundo lugar, tendríamos un mayor porcentaje de personal especializado 
en los temas de los(as) ancianos(as); situación que se dificulta más en México, si tomamos 
en cuenta que la Geriatría es una ciencia relativamente nueva en nuestro país, que necesita 
madurar para encargarse de tales encomiendas. 
 
La Geriatría es un subespecialidad de la medicina interna, que surgió en Gran Bretaña 
y fue iniciada formalmente a mediados de los años 40 por Ian L. Nascher y la Doctora 
Marjory Warren. 
 
Aunque cabe mencionar, que fue en 1907 con el profesor Ilia Metchnikoff (Premio 
Nobel en 1908) que surgió la Gerontología (del griego geronto=anciano y logos=estudio) 
como una nueva disciplina dirigida al estudio de los problemas del envejecimiento; e Ian L. 
Nascher fue el personaje que acuñó la palabra Geriatría (del griego geros=viejo y 
iatrikos=médico), y a su vez, fue quien se encargó de proponerla como una especialidad 
médica dedicada al cuidado y tratamiento de los ancianos. 
 
Por su parte, la Dra. Marjory fue la que creó las unidades de evaluación geriátrica para 
enfermos crónicos en el Hospital West Middlesex en Reino Unido en 1930 (Leal, 2006). 
 
Hoy día, la Geriatría se ha ido extendiendo por todo el mundo, y los países 
industrializados son en donde esta ciencia ha tenido más historia, reconocimiento, desarrollo 
y auge; en cambio, en los países latinoamericanos la Geriatría tiene como parte de su 
herencia cultural histórica, el antecedente de los asilos y hospitales religiosos coloniales; 
donde el motivo y objetivo central de los religiosos era entendido en términos de caridad 
hacia los(as) viejos(as); siendo que actualmente, los servicios están basados en conceptos de 
justicia social, derechos humanos y necesidades sanitarias prioritarias (www.aafeliz.org). 
 
De acuerdo al Consejo de Geriatría, en México, un antecedente relevante sobre el 
envejecimiento recae sobre el Dr. Manuel Paynó quien en 1957 promovió y representó al 
Gobierno de nuestro país en el Primer Congreso Panamericano de Gerontología en la Ciudad 
de México; sin embargo, fue hasta la década de los 70 cuando se constituyó la Sociedad de 
Geriatría y Gerontología de México, A.C. (GEMAC),destacando en esta época los doctores 
Samuel Bravo Williams y Joaquín González Aragón. 
 
Leal (2005) aborda la historia de la Geriatría en México y al respecto, menciona que el 
22 de agosto de 1984 inició sus actividades la Asociación Mexicana de Gerontología y 
Geriatría (AMGG), impulsada por el Dr. Lozano Cardoso. En estos años la atención de los(as) 
ancianos(as) continuaba limitada a residencias públicas y privadas como asilos, los cuales 
sólo proporcionaban servicios básicos de alimentación y alojamiento, sin una infraestructura, 
programas y recursos humanos profesionales para una verdadera atención geronto-geriátrica, 
proporcionada por médicos de diversas especialidades. 
 
 
En 1985, se cuenta con la primera maestría en ciencias con orientación en Geriatría en 
la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del Instituto Politécnico Nacional. Pero fue 
hasta 1993 que el Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de 
México(UNAM) aprobó el planacadémico propuesto por el Dr. Luis Miguel Gutiérrez Robledo, 
iniciándose formalmente el Curso de Geriatría, como subespecialidad de la Medicina Interna; 
ya en el año del 2002, en la Universidad de Guadalajara se incluyeron temas de Geriatría, 
siendo que en otros programas de especialidad ya era materia obligada. 
 
Respecto a los servicios de Geriatría, la mayoría se concentran en la ciudad de México, 
y dentro del sector salud se encuentran, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición 
“Salvador Zubirán”, el Hospital General de México, el hospital de Petróleos Mexicanos, el 
Hospital General Baz Prada, el Hospital Fray Bernardino Álvarez y el Hospital Adolfo López 
Mateos; en el sector privado se encuentran el Hospital ABC y el Hospital de la Beneficencia 
Español. 
 
Por su parte, se tiene que en el 2004 había en el país 280 geriatras certificados, de los 
cuales 100 no contaban con estudios formales de la especialidad, lo que da cuenta de la 
ausencia del dominio en esta área. 
 
Como se ha observado a lo largo de este recorrido, encontramos que a México le falta 
mayor dedicación y adquisición de experiencia en el área del envejecimiento y sus cuidados, 
que le permita en un futuro cercano salir adelante de las predicciones demográficas sobre 
este sector de la población. 
 
Cabe destacar que la información especifica de nuestro país sobre el tema no es 
abundante; es decir, los aspectos del envejecimiento y la preocupación sobre la manera en 
que afrontará nuestro país este acontecimiento ocupan mayor atención que otros temas 
relacionados al envejecimiento; es por ello que el tema de la sexualidad en la vejez arroja 
mucha menos información, por lo que resulta importante mencionar que la mayoría de las 
investigaciones sobre sexualidad están orientadas a los jóvenes y a los niños. 
 
Tan sólo, en el Centro de Información de las Naciones Unidas (CINU), se encuentran 
investigaciones de la sexualidad referentes a embarazos no deseados, erotismo en jóvenes y 
sexualidad infantil. Mientras que, respecto a la vejez y al envejecimiento localizamos temas 
relacionados a los mitos, pobreza, viudez, situación económica, desempleo, invalidez y las 
implicaciones económicas y sociales del proceso de envejecimiento. 
 
Otro aspecto importante a considerar es el relacionado, a las investigaciones 
localizadas en la base de datos de tesis del UNAM, donde encontramos de igual forma 
escasos títulos dedicados a la sexualidad en la vejez; y dentro de los cuales están los 
siguientes: 
 
- Actitudes y conocimientos sobre sexualidad en un grupo de hombres ancianos 
comparado con un grupo de mujeres ancianas. Fac. de Psicología, 1989. 
- La sexualidad humana en la tercera edad y los factores socioculturales psicológicos 
y biológicos que influyen en ella. Fac. de Medicina, 1993. 
 
- Características de personalidad y vida sexual activa en senectos. Fac. de Psicología, 
1996. 
- Acercamiento al significado de conceptos claves en torno a la sexualidad por 
mujeres y hombres del servicio de geriatría del hospital de PEMEX. 
- La sexualidad en la vejez. Pedagogía, FES Aragón, 2002. 
- La sexualidad y sus formas de expresión en el adulto mayor. Fac. de Medicina, 
2005. 
- Sexualidad en el adulto en plenitud: comparación de factores culturales que 
intervienen en la sexualidad. Fac. de Medicina, 2006 
 
Como se ha visto, el tema de la sexualidad en la vejez es complejo, pero muy 
importante, si consideramos el crecimiento acelerado del sector de los(as) adultos(as) 
mayores; aumento que sin duda nos debe ocupar para planear y establecer unas mejores 
condiciones de vida para la vejez, que le brinden mayor seguridad y mejor calidad de vida. 
 
Este interés es el que nos motiva a investigar sobre este aspecto de la vida del(a) 
anciano(a), que en muchas ocasiones se deja de lado, tanto por la población en general 
como por los(as) propios(as) viejos(as). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 2 
LA VEJEZ 
 
 
Una vez considerado lo anterior, se hace necesario abordar los conceptos y aspectos 
principales de la vejez, así como, la descripción de los cambios físicos, psicológicos y sociales 
que ocurren en esta etapa, con la finalidad de mostrar un panorama que permita dar a 
conocer las realidades sobre el tema y su influencia en la sexualidad. 
 
 
 
 2.1 Aspectos Generales de la Vejez 
 
La edad en la cual se considera que ya se es viejo(a) está llena de condicionantes, 
consideraciones y convenciones que dependen de la cultura, los medios sociales y las épocas 
en las que vivimos; de tal forma, que una vez instalados en la etapa de la vejez, difícilmente 
podemos evitar ser clasificados como individuos no productivos y poco atractivos. 
 
En las últimas etapas de la historia de vida, como ya se ha puntualizado, las 
características principales son pérdidas en las capacidades físicas y mentales, menoscabo de 
papeles familiares y/o sociales, retiro de la actividad y del trabajo, así como, deterioros en la 
salud consecuencias permanentes que disminuyen la autonomía y la adaptabilidad. 
 
La vejez se considera así, un regreso a la dependencia sobre la familia en particular y 
la sociedad en general, con formas propias en los problemas que generan, la manera de 
manejarlos y la posibilidad de solucionarlos. 
 
Esta nueva dependencia es involuntaria, generalmente no prevista y mucho menos 
deseada, ni por el ser envejecido ni por quienes se hacen cargo de la persona; y es de 
naturaleza psíquica, social y económica, absolutamente distinta a la de la dependencia en las 
primeras etapas de la vida, que la hacen aparecer como consumo y gasto sin mayor beneficio 
material, pero cumpliendo con el afecto familiar, el deber moral y la solidaridad entre 
generaciones (Ham, 2003). 
 
Respecto a los cambios sucedidos, Robert Haighurst (1972; en Warnes, 2003) formuló 
seis tareas principales a las que nos debemos enfrentar en la vejez: 
 
1. Adaptarse a la disminución de la fuerza y salud física. 
2. Adaptarse a la jubilación y la reducción de los ingresos. 
3. Adaptarse a la muerte del cónyuge, sin dejar de lado la relevancia que tiene para el(a) 
anciano(a) el fallecimiento de otros seres queridos (amigos o familiares). 
4. Unirse a una asociación que sea explícitamente de un grupo de la misma edad. 
5. Adoptar y adaptarse a los roles sociales de forma flexible. 
6. Encontrar un lugar para vivir que sea satisfactorio. 
 
 
Básicamente estas seis tareas puntualizadas por el autor, describen los cambios 
psicológicos que se experimentan en esta etapa, y a su vez, reflejan el impacto emocional 
que puede causar en las personas si no van aceptando gradualmente su nueva condición. 
 
Esto es, el(a) adulto(a) mayor requiere de realizar los ajustes necesarios para encajar 
dentro de su mundo social, aceptando los cambios en su persona y en su vida, para lograr 
una mejor adaptación a su medio, permitiéndole vivir de forma satisfactoria esta etapa. 
 
El criterio mayormente usado para definir una edad de ingreso a la vejez, es la edad 
de retiro de la actividad económica para pasar a la jubilación. De ahí parte el parámetro 
estadístico de que la población en edad avanzada es la de 60 años o más, pues es la edad 
que se adoptó desde los inicios de la seguridad social para adquirir el derecho a una pensión 
por vejez; sin embargo, este hecho no puede ser usado para todas las personas, ya que cabe 
destacar los casos en los que no existe una jubilación, como por ejemplo en las amas de 
casa, los vendedores informales o quienes poseen un negocio propio. 
 
Este cohorte en la edad, con mucho de arbitrario para separar lo viejo de lo que 
todavía no lo es, parte de la importancia que se le atribuye a la pérdida de capacidad para el 
trabajo como criterio para calificar a una persona como vieja. 
 
En un sentido estricto, la vejez se especifica no sólo por el paso del tiempo y la edad 
cronológica alcanzada,sino que las determinantes reales son las condiciones físicas y 
sociales, las que su vez son producto de la vida y las oportunidades pasadas. 
 
 
 
2.1.1 Concepto de vejez 
 
A lo largo de la historia de nuestro país y con la idea de acomodar los conceptos de 
edad avanzada dentro de los contextos demográficos, sociales, culturales y económicos; se 
han generado un sin fin de denominaciones para referirnos a la etapa de la vejez o a quienes 
integran dicho estadío, ejemplos de ellas son: senectud, tercera edad, adulto(a) en plenitud o 
adultos(as) mayores. 
 
 Muchos de estos conceptos han estado regulados de acuerdo a los cambios dados en 
el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) y a la preocupación que fue 
surgiendo por atender y por evitar denominarlos peyorativamente. 
 
El INAPAM es una institución se dedica a proteger, ayudar y orientar a este sector de 
la población; así como y analizar su problemática para encontrar soluciones adecuadas. 
 
 Cuando fue creado en 1979 se llamó el Instituto Nacional de la Senectud (INSEN); 
posteriormente, el 17 de enero del 2002 al pasar a forma parte de la Secretaría de Desarrollo 
Social modificó su nombre por Instituto Nacional de Adultos en Plenitud (INAPLEN); y 
finalmente, el 25 de junio del 2002 al publicarse la Ley de las Personas Adultas Mayores; se 
creó lo que hoy conocemos como INAPAM. 
 
 
Por lo tanto, consideramos importante establecer una definición de ella para tener una 
comprensión colectiva del tema; Craig (1992) define a la vejez como una etapa del desarrollo 
del ser humano que comienza al inicio de los sesenta años y en algunos casos puede abarcar 
hasta 40 años. Habría que agregar a esta definición, que la vejez se caracteriza por el 
deterioro biológico, físico y psicológico, y a lo cual llamamos envejecimiento. 
 
Es indudable que todos en cualquier momento con el correr de los años llegaremos a 
esta etapa del ciclo de la vida, en la que finalmente, experimentaremos una serie de cambios 
a los cuales habremos de adaptarnos. 
 
Ante la necesidad de agrupaciones y generalizaciones que la estimen estadísticamente 
para el caso específico de la población de México y sin pretender reducir esta etapa a una 
clasificación numérica, y rígida, Ham (2003) propone una clasificación con criterios que están 
influidos no sólo por las prácticas y clasificaciones existentes, sino también basados en 
información de los organismos de seguridad social, las estadísticas de salud y las limitadas 
encuestas que existen sobre el envejecimiento en México. Esta categorización se realiza en 
tres rangos de edades: 
 
• Adultez Madura. Periodo comprendido entre los 60-64 años y se toma como la 
transición hacia la vejez. Estas son las edades en las que existen ambigüedades entre 
adultez madura y comienzos de la vejez; lo común es que, sin poder calificarse como 
joven, se funcione con capacidad y autonomía. 
• Tercera Edad. Va de los 65-74 años, y es en este periodo cuando se considera que se 
ha entrado en las edades mayores en cuanto a mermas en las condiciones físicas, 
papeles sociales y actividad económica. A pesar de ello, se piensa que aún existen 
oportunidades significativas para una vida en condiciones aceptables de funcionalidad 
y salud. 
• Ancianidad. De los 75 o más años, y es la edad donde la gran generalidad de las 
personas sufren pérdidas de capacidad, y lo común es que los asalten problemas 
severos de enfermedades crónicas, degenerativas e incapacidades y se recaiga en 
dependencias crecientes para el sostenimiento y el cuidado. 
 
 
 
2.2 Cambios en la Vejez 
 
2.2.1 Físicos 
 
Durante esta etapa se dan una serie de cambios físicos, en muchas de las capacidades 
del individuo y en sus funciones. 
 
Dentro de los primeros y los más evidentes, se encuentran las modificaciones que se 
dan en la piel con la llegada de las arrugas, las cuales son todos los pliegues y surcos que se 
forman en ella con aspecto rugoso y áspero; aparecen debido a la pérdida de elasticidad y 
flexibilidad de la propia piel. Esto ocurre al disminuir la producción de células y el ritmo del 
cambio de la epidermis; además de sumar la ausencia de las propiedades de los 
constituyentes principales de la capa media o dermis (colágeno y elastina). 
 
La disminución de las glándulas cebáceas da como resultado la resequedad que 
presenta la piel en esta edad, volviéndola más vulnerable al viento, y a la radiación solar; a 
su vez, la pérdida de red de vasos sanguíneos localizados en la dermis provoca que las 
personas mayores tengan menos tolerancia al frío o calor intensos. (Belsky, 1996). 
 
El paso natural de los años y la exposición continua al sol, también son elementos 
claves para la aparición de las arrugas; contribuyendo al adelgazamiento y a la generación de 
esta piel rugosa, además, al adquirir esta característica quebradiza impide que desempeñe 
correctamente sus funciones, ofreciendo menos protección contra las enfermedades e 
infecciones y provocando una mayor facilidad para las lesiones en este órgano. 
 
Las canas también son un signo que evidencia la entrada a una etapa madura de la 
vida, y durante la vejez, el cambio de coloración del cabello al tono grisáceo o plateado en 
los individuos es total o casi total; y se debe principalmente a que las células que se 
encuentran en la base del folículo del pelo mueren provocando la pérdida o disminución de la 
melanina, (sustancia que da la tintura del cabello), además la producción de queratina 
disminuye, volviendo el cabello más frágil (Craig, 1992). 
 
 
 
2.2.2 Capacidades sensoriales 
 
A) Visión. 
 
En cuanto a los cambios que se dan en los sentidos, podemos mencionar que los más 
afectados resultan ser la vista y el oído. En el caso del primero, los principales problemas 
que se dan son los siguientes (Belsky, 2001): 
 
• Modificación en la agudeza visual, es decir, se presenta una incapacidad para ver con 
precisión los detalles. De acuerdo a Vega (1996), los estudios indican que esta 
capacidad aumenta hasta la juventud, estabilizándose a los 40 años para ir en declive 
paulatino a partir de los 50. 
• Presencia de presbiopía (dificultad para ver de cerca). 
• Mayor problema para ver en condiciones de poca luz. 
• Problemas para distinguir colores concretos, especialmente al diferenciar el azul del 
verde. 
• Se experimenta mayor molestia en los deslumbramientos. 
• El campo de visión es más estrecho. Este campo se mantiene estable hasta los 35 
años y comienza a disminuir a partir de los 50 años, de tal forma que a los 70, se ve 
reducido a 140 grados, en comparación con los 170 grados de lo jóvenes (Vega, 
1996). 
• Incapacidad para seguir objetos en movimiento. 
 
 
 
 
 
 
Todos los cambios anteriores, se suscitan por las modificaciones que existen en las 
estructuras componentes del ojo. La córnea (capa exterior que cubre y protege al iris y 
pupila) al hacerse más rígida, desarrollar una banda gris y al disminuir su sensibilidad a la 
estimulación mecánica, reduce el campo visual, limitando la capacidad de ver por el extremo 
del ojo (Ibidem). 
 
Por su parte, los cambios presentados en la cantidad, viscosidad y claridad del humor 
acuoso (sustancia que nutre a las lentes) y vítreo (fluido viscoso que mantiene la forma 
esférica del ojo) se pueden producir por la retinopatía (complicación a largo plazo de la 
diabetes, en la que los vasos sanguíneos de la retina pierden fluido o revientan) o el 
glaucoma, afecciones de gran importancia en edades avanzadas. 
 
 En cuanto a los cambios que se dan en el iris (estructura circular pigmentada) y pupila 
(pequeña apertura ubicada en el centro del iris), afectan la capacidad para ver en la 
oscuridad, debido a que el primero es menos capaz de contraerse y pierde pigmentación, 
dando como resultado que la pupila de los(as) ancianos(as) sea más pequeña que en la 
juventud, tanto en ambiente con mucha o poca luz; siendo que en la oscuridad se necesita 
una

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