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FFAACCUULLTTAADD DDEE OODDOONNTTOOLLOOGGÍÍAA DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE INFECCIONES DE ORIGEN ODONTOGÉNICO. INDICACIONES DE LA APLICACIÓN DE OXÍGENO HIPERBÁRICO. T E S I N A QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE C I R U J A N A D E N T I S T A P R E S E N T A : ROSALÍA VICTORIA CRUZ SOTELO DIRECTOR: C.D. GUILLERMO ZARZA CADENA. ASESORA: MTRA. ROCÍO GLORIA FERNÁNDEZ LÓPEZ. MÉXICO D. F. 2006. UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ENRIQUE B. LÓPEZ HERNÁNDEZ MA. LUISA SOTELO MARTÍNEZ HUGO CÉSAR LÓPEZ CRUZ DIEGO ENRIQUE LÓPEZ CRUZ ALEJANDRO LÓPEZ CRUZ A mi Madre por transmitirme la vida, por formarme, por la fuerza, por el carácter que siempre inspiro en mi persona, porque a pesar de la dura vida que le tocó vivir siempre estuvo ahí con fe y esperanza. Y aún sigue al pie, con su apoyo sin límites. A mi esposo por la confianza, el apoyo, la comprensión y por animarme en cada momento de esta larga carrera. Por el hogar y la familia que hemos formado y mantenido. A mis hijos por valorar el esfuerzo realizado, por comprender mi falta de atención en algunos momentos. Los amo, son lo que más me importa. A mis hermanos y su familia por el apoyo que me han brindado en todo momento. A mis tíos, tías y primos por darme palabras de aliento cuando sentía desfallecer. A la Universidad Nacional Autónoma de México así como a los profesores que compartieron sus conocimientos y experiencias para formarme como profesional. A mi Director y Asesora de Tesina C.D. Guillermo Zarza Cadena y Maestra Rocío Gloria Fernández López. ÍNDICE INTRODUCCIÓN. 5 1. INFECCIONES ODONTOGÉNICAS. 7 1.1 Concepto 7 1.2 Etiología. 8 1.2.1 Causas Pulpares. 8 1.2.2 Causas Periodontales 9 1.2.3 Causas Traumáticas 9 1.2.4 Causas Infecciosas por Vía Retrógrada 10 1.2.5 Causas Iatrogénicas. 10 1.3 Microorganismos comúnmente asociados 10 1.3.1 Cocos Gram Positivo Anaerobios Facultativos 13 1.3.2 Cocos Gram Positivos Anaerobios Estrictos 14 1.3.3 Cocos Gram Negativos Anaerobios Estrictos 15 1.3.4 Bacilos Gram Positivos Anaerobios Facultativos 15 1.3.5 Bacilos Gram Positivos Esporulados Anaerobios 15 Estrictos 1.3.6 Bacilos Gram Negativos Anaerobios Facultativos 16 1.3.7 Bacilos Gram Negativos Estrictos 16 1.3.8 Espiroquetas 17 1.4 Predisposición a la infección 18 1.5 Infecciones circunscritas y diseminadas 19 1.5.1 Circunscritas 20 1.5.2 Diseminadas 23 2. DIAGNÓSTICO 32 2.1 Diagnóstico clínico 33 2.2 Diagnóstico radiográfico 38 3. TRATAMIENTO 40 3.1 Termoterapia 42 3.2 Drenaje 43 3.3 Antibiótico 47 3.3.1 Antibióticos de Primera Elección 48 3.3.2 Antibióticos de Segunda Elección 54 3.3.3 Antibióticos de Tercera Elección 56 4. COMPLICACIONES DE LA INFECCIÓN 64 ODONTOGENICA. 4.1 Angina de Ludwig 64 4.2 Sinusitis 66 4.3 Absceso Orbitario 67 4.4 Obstrucción de la vía aérea 67 4.5 Trombosis del seno cavernoso 68 4.6 Septicemia 70 4.7 Fascitis necrosante 71 4.8 Mediastinitis 72 4.9 Osteomielitis 73 4.10 Osteorradionecrosis 75 5. OXÍGENO HIPERBÁRICO 76 5.1 Antecedentes históricos 77 5.2 Concepto de oxigenación hiperbárica 80 5.3 Efectos fisiológicos del oxígeno hiperbárico 81 5.4 Efectos secundarios de OHB 84 5.5 Indicaciones 85 5.6 Contraindicaciones 86 5.7 Aplicaciones 87 CONCLUSIONES 91 FUENTES DE INFORMACIÓN 93 INTRODUCCIÓN. El objetivo de haber realizado el presente trabajo es tener una herramienta básica en teoría para diagnosticar y dar tratamiento a las infecciones de origen odontogénico en sus diferentes fases. Sabemos que el paquete vasculonervioso que inerva a los órganos dentarios llega a ellos a través del ápice y no cuenta con otro sistema accesorio de nutrición. Por lo que al verse afectado principalmente por caries u otras etiologías, tiende a sufrir infecciones que pueden ser circunscritas o diseminadas. En las infecciones presentadas hay microorganismos comúnmente asociados, que regularmente son microorganismos de la flora bucal normal, pero que debido al ambiente que a sufrido alteraciones, ya que sea por la predisposición del huésped, por las relaciones que mantienen los microorganismos de comensalismo, simbiosis o sinergismo, este se ve afectado. Cuando el organismo o una parte de él se ven dañado, en su afán de defensa va buscando la misma. Encontrando resistencia o invadiendo otros espacios lejanos al sitio de inicial, desencadenando así posibles complicaciones. Las complicaciones suelen presentarse en pacientes inmunodeprimidos o con algún compromiso sistémico. Por último se considera la aplicación de oxígeno hiperbárico como tratamiento complementario de algunas complicaciones. El oxígeno hiperbárico es poco conocido por lo que es poco utilizado, algunos artículos mencionan que el costo es mínimo en comparación de los beneficios recibidos. 1. INFECCIONES ODONTOGÉNICAS. 1.1 Concepto Infección. Invasión del organismo por microorganismos patógenos y la reacción tisular a su presencia y a las toxinas producidas por ellos. Presencia de microorganismos dentro de los tejidos, sin que necesariamente, existan manifestaciones clínicas.1 Se entiende por infección de origen odontogénico aquellas que tienen su origen en las estructuras que forman al diente y el periodonto. Su evolución natural busca la salida hacia la cavidad bucal, para lo cual perfora la cortical, habitualmente la cortical vestibular y el periostio de los maxilares. Todos estos fenómenos por lo general ocurren en zonas cercanas al diente responsable, aunque a veces debido a la musculatura que se inserta en los maxilares puede observarse una propagación hacia regiones anatómicas ya más alejadas de la región periápical afectada en un principio.2 La infección odontogénica es de fácil control pero en algunos casos dependiendo de ciertas circunstancias puede surgir una serie de complicaciones que hacen que este proceso morboso adquiera una gravedad importante hasta llegar a ser letal.2 Las infecciones odontogénicas pueden presentarse en forma aguda o crónica así como circunscritas o difusas. Hay que tener presente que en la cavidad bucal pueden concurrir otras infecciones que no tienen relación con la infección odontogénica pero que son remitidas de inicio odontólogo para su diagnóstico y tratamiento.2 Serían las infecciones secundarias a heridas cutáneas o mucosas, fracturas abiertas, inclusión de cuerpos extraños, hematomas, procesos salivales, estomatitis de causa general o afecciones cutáneas.3 1.2 Etiología. 1.2.1 Causas Pulpares. Todos los principios de la inflamación aplicados a cualquier otro órgano del cuerpo también son válidos para anormalidadesde la pulpa dental. La cual tiene características peculiares como: 1. Se encuentra encerrada en un tejido duro. 2. No tiene circulación colateral para mantener la vitalidad cuando el riego sanguíneo primario está comprometido. 3. La biopsia y aplicación directa de medicamentos es imposible sin causar necrosis de todo el órgano. 4. El dolor es el único signo que puede usarse para definir la gravedad de la inflamación pulpar.4 La caries es la forma de lesión que provoca pulpitis con mayor frecuencia.4 Según Saltzer y Faber la pulpitis no necesariamente debe tener una exposición pulpar, sino que basta una caries profunda para que los gérmenes patógenos pasen a través de los túbulos dentinarios hacia la pulpa. La propagación de los gérmenes hacia la región periápical siguen la vía de los conductos radiculares llegando así al peri ápice.2 Se reconocen así los siguientes tipos de pulpitis: � Pulpitis focal reversible. � Pulpitis aguda. � Pulpitis hiperplasia crónica. � Pulpitis crónica. Si no se resuelve de modo adecuado la pulpitis, la infección periápical se cronificará en forma de granuloma o quiste radicular reactivándose episódicamente. Según Wayman y cols. Los gérmenes también pueden residir en la propia lesión periápical así como en la superficie externa del cono apical.2 1.2.2 Causas Periodontales. La enfermedad periodontal avanzada en ocasiones presenta bolsas periodontales profundas con exudado inflamatorio en su interior con interrupción del drenaje hacia el exterior lo que facilita la propagación microbiana hacia la región periápical.2 En el niño y el joven la infección odontogénica esta relacionada con accidentes de erupción en forma de pericoronaritis del tercer molar inferior o del primer molar inferior en niños asociados a una autoclisis y una higiene deficientes.2 Las enfermedades periodontales son: Agudas. Periodontitis apical aguda. Absceso alveolar agudo. Absceso fénix (agudización de periodontitis apical crónica). Crónicas. Periodontitis apical crónica. (quiste o granuloma). Periodontitis apical supurativa. Osteítis condensante apical.5 1.2.3 Causas Traumáticas. Un microtraumatismo repetido, sea por un mal hábito o una maloclusión puede conducir a una necrosis pulpa. Lo usual es que el desencadenante sea un traumatismo agudo de mayor o menor importancia. En algunos casos el traumatismo lo recibe el mentón y no hay síntomas al instante si no a través del tiempo se manifiestan.2 1.2.4 Causas Infecciosas por Vía Retrógrada. Se han descrito la afección periápical retrograda por contigüidad del ápice de un molar superior con el seno maxilar infectado. Así como por su íntima relación con un quiste radicular cuyo origen reside en otro diente.2 1.2.5 Causas Iatrogénicas. Considerando que en la cavidad bucal existe flora bacteriana normal al efectuar algún tratamiento, el Cirujano Dentista participa de forma directa en esta etiología. Por ejemplo al realizar un tratamiento endodóntico se pueden introducir microorganismos propios de la superficie hacia la profundidad del conducto; también al introducir la aguja de anestesia estamos introduciendo microorganismos.2 Y así podemos mencionar otros como los procedimientos operatorios en la caries y preparaciones de la corona que con el calor, fricción o sustancias químicas o materiales de relleno relacionados se puede desencadenar una respuesta inflamatoria de la pulpa dental.4 1.3 Microorganismos comúnmente asociados. La boca es estéril al nacer pero a las pocas horas se contamina y el número de bacterias aumenta rápidamente. La composición de la flora bucal varia a los largo de la vida según el tipo de alimentación. La presencia de dientes y la existencia de procesos patológicos. Al comienzo, la flora bucal es fundamentalmente aerobia o anaerobia facultativa y está compuesta por lactobacilos y diversas especies de estreptococos alfa hemolíticos. S. salivarius coloniza la mucosa de la boca y lengua posteriormente con la dentición aparece S. sanguis, que coloniza la superficie libre de los dientes y más tarde se observan S. mutans en la fisuras y cavidades del diente. Simultáneamente aparecen otras bacterias anaerobias facultativas que al reducir la tensión de oxígeno y el potencial de óxido-reducción, facilita la aparición de una flora anaerobia especialmente en los dientes y en el surco gingival. En la lengua y partes blandas predominan S. salivarius. En la saliva la flora es muy escasa pues solo recoge bacterias de la lengua y partes blandas, además contiene sustancias antibacterianas como lisozima y lactoperoxidasas.6 En los dientes la flora es más abundante y se concentra en la placa dental y el surco gingival. La placa forma microcolonias en una sustancia matriz compuesta por glucoproteínas de origen salival. Las glucoproteínas de la saliva forman rápidamente una fina película en el diente, que facilita la adherencia de estreptococos mutans y sanguis y bacilos grampositivos. Estos estreptococos presentan la propiedad de desdoblar la sacarosa y polimerizar la glucosa, formando glúcanos polisacáridos insolubles que facilitan la adherencia bacteriana. Produciendo el crecimiento de la placa que cada vez engloba un mayor número de bacterias y al disminuir el potencial de óxido-reducción, facilita el desarrollo de las anaerobios(veillonella, peptoestreptococcus, bacteroides, fusubacterium) vibriones y espiroquetas, a la vez se reduce la flora estreptocócica.6 En el surco gingival existe una mayor proporción de anaerobios. La placa dental se relaciona con la aparición de caries cuando existe un predominio de S mutans o con la gingivitis y la enfermedad periodontal cuando predominan los anaerobios en especial veillonella alcalescens.6 Los microorganismos establecen entre sí y con el huésped sano relaciones de comensalismos, simbiosis o sinergismo. El parásito se vuelve patógeno cuando se rompe el equilibrio existente sea por parte del huésped, sea por parte del medio, sea por parte de la propia flora. Todo ello conduce a un tipo de infección denominada endógena. La mayoría de las infecciones bacterianas de la cavidad bucal serán infecciones endógenas apartir de la flora propia del individuo. Esta aseveración no ha de tomarse en términos absolutos ya que ocasionalmente pueden adquirirse gérmenes procedentes de la flora bucal de otros individuos o debidas a gérmenes de ecosistemas vecinos (cutáneas, amigdalinas o faríngeas).2 Tal como se mencionó anteriormente la cavidad bucal es la residencia de una gran número y variedad de microorganismos. Esta microbiota esta compuesta por más de 500 especies bacterianas.7 Y su composición varía de zona a zona. Los microorganismos que habitan en una superficie mucosa requieren un ambiente aerobio estricto mientras que los que están en espacios más profundos pueden ser microaerófilos, necesitan oxígeno pero a concentraciones interiores, los anaerobios facultativos no precisan oxígeno para su desarrollo aunque pueden aprovecharlo si esta presente. Anaerobios aerotolerantes, son incapaces de aprovecharlo, los anaerobios estrictos no lo requieren, a determinadas concentraciones provocan su inhibición o su lisis.2 La infección odontogénica es una infección polimicrobiana. Algunos microorganismos aislados en las muestras no tienen por si ninguna acción patógenos mientras que otros la tienen incierta pero su presencia hace suponer que desempeñan un papel simbiótico suministrando nutrientes o creando un pH adecuado proporcionando factores de crecimiento o inhibiendo cepas antagonistas.2, 7 El inicio de la infección corre a cargo de las bacterias aerobias que en su multiplicación consumen el oxígeno tisular logrando la progresiva disminución del potencial de óxido-reducción. Esto se ve reforzado por el consumode hidratos de carbono por parte de bacterias anaerobias facultativas con capacidad sacarolítica.2 El cambio del medio y la escasez de nutrientes obliga a la toma del relevo por parte de los anaerobios estrictos que serán quienes mantengan la infección en etapas avanzadas. La infección odontogénica se describe como “endógena, biológicamente dinámica, polimicrobiana y mixta con predominio de flora anaerobia”.2, 7 A continuación se describen las principales bacterias de interés odontológico. 1.3.1 Cocos Gram Positivo Anaerobios Facultativos. Dentro de estos destacan los Staphylococcus y Streptococcus. Staphylococcus. Son cocos grampositivos, aerobios y anaerobios facultativos, producen catalasa y descomponen los azúcares por fermentación. Forma parte de la flora normal de la piel y mucosas intervienen en infecciones supuradas e intoxicaciones alimentarías. Los Staphylococcus más representativos son S. aureus y S. epidermidis. S. aureus produce beta-lactamasas.2, 6 Streptococcus. Se clasifican en diferentes categorías: Según su actividad hemolítica (Brown): alfa, beta, gamma y sin actividad hemolítica. Según sus características inmunológicas (Lancefield):13 grupos serologicos que van de A a O. Del grupo A los que interesan son estreptococos pyogenes que es beta-hemolítico y el grupo D donde se incluyen los enterococos (Enterococcus faecalis y Enterococcus faecium).2 Según su actividad fisiológica (Sherman) distinguió 4 grupos: piogénico, viridans, Enterocócico y láctico.2 Así pues, nuestro interés debe centrarse en el grupo viridans, que es realmente heterogéneo, con mayoría de alfa-hemolíticos y que a su vez está constituido por los siguientes grupos: Grupo mutans: S.mutans, S. sobrinus y otros. Se ven implicados como iniciadores de la caries pero también pueden actuar como patógenos oportunistas en la infecciones odontogénica y en menos ocasiones como causantes de endocarditis bacteriana subaguda. Grupo oralis. Incluye S. sanguis, S mitis, S. oralis todos ellos causantes de endocarditis bacteriana subaguda, pero también a S pneumoniae este último mas resistente a antibióticos habituales.2 Grupo salivarius. Representado por S. Salivarius, de baja patogenicidad con acción oportunista.2 Grupo milleri: formado por S.constellatus, S. angionusus y S. intermedius. Importante en la producción de la infección odontogénica tiene más interés en la producción de abscesos a distancia (cervicofaciales, cerebrales) pero un papel irrelevante en la producción de la endocarditis bacteriana.2 1.3.2 Cocos Gram Positivos Anaerobios Estrictos. Grupo formado por los géneros Peptococcus y Peptostreptoccus de los cuales los últimos merecen interés.2 Género Peptoestreptococcus. Anaerobios estrictos presentes en la infección simple o complicada- osteomielitis, formas gangrenosas, las especies más notorias en este sentido son el Peptostreptococcus anaerobias y el Peptotresptococcus micros.2 1.3.3 Cocos Gram Negativos Anaerobios Estrictos. El género Veillonella presenta interés como causal de la infección odontogénica, habita en la cavidad bucal y en el tracto intestinal genitourinario y respiratorio. La especie que más se aísla es la Veillonella párvula.2 1.3.4 Bacilos Gram Positivos Anaerobios Facultativos. Grupo Formado por los géneros Lactobacilus, Propionibaterium, Corynebacterium y Actinomyces. Los lactobacilos no se consideran patógenos pero los restantes tienen suma importancia sobre todo el género actinomyces.2 Actinomyces. Tiene características intermedias entre bacteria y hongos que ven estimulado su crecimiento en atmósferas aerobias con un 5-10% de CO2; en el ser humano tiene importancia el Actimomyces israelli causante de la actinomicosis cervicofacial mientras que Actimomyces naeslundii, odontolyticus y viscosus esencialmente consideradas como no patógenas, se han considerado en ciertos casos como acompañantes o causantes por sí solas de patología infecciosa bucal.2 1.3.5 Bacilos Gram Positivos Esporulados Anaerobios Estrictos. Género Clostridium. Habitantes del tracto digestivo, los Clostruduim ramosum, histolyticum y sporogenes forman parte de la placa subgingival; de interés como agentes infectantes de heridas y como productores de gangrena gaseosa.2 1.3.6 Bacilos Gram Negativos Anaerobios Facultativos. Grupo formado por los géneros Acinobacillus, Eikenella, Capnocytophaga, Campylobacter y Haemophilus con especial relevancia como productores de infecciones periodontales. Todos ven favorecido su crecimiento en una atmósfera en la que haya presencia de CO2 entre un 5-10%. El género Eikenella-representado por la especie Eiklenella corrodens-ofrece el mayor numero de resistencias a los antibióticos habituales. El género Campylobacter cuya especie más frecuente es el Camplobacter rectus presenta todo lo contrario en cuanto susceptibilidad. El género Capnocytophaga, constituido por las especies Capnocytophaga ochracea, gingivalis y sputigena, tiene un papel secundario pero son resistentes al metronidazol.2 Género Actinobacillus. El único que habita en la cavidad bucal es el Actinobacillus actinobacillus actinomycetemcomitans suele acompañar al Actinomyces israelii. Juega un papel importante en la etiopatogenia de la periodontitis juvenil y de la periodontitis del adulto con destrucción rápida, también tiene una escasa participación en la endocarditis bacteriana.2 Género Haemophilus. Afinidad en el tracto respiratorio. Haemophlus influenzae productor de patología infecciosa en los límites de pericoronaritis del cordal, sinusitis maxilar y sobre todo el Haemophilus aphrophillus por su participación en las periodontitis juveniles y en el síndrome de Papillon- Lefevre.2 1.3.7 Bacilos Gram Negativos Estrictos. Junto Con los estreptococos se definen como los más importantes en la infección odontogénica. En este grupo destacan los géneros Bacteroides, Prevotellay Porphyromona-escindidos actualmente del género Bacteroides- fusubacterium y Selemona como los más representativos.2 Género Prevotella. Sus especies más representativas tienen un índice alta de resistencia como son: Prevotella mellamimogenica, intermedia, denticola, loescheii- todas ellas negro-pigmentadas a diferencia de las no pigmentadas oralis, oris, buccae. Género Porphyromna. Son negro-pigmentadas habitan básicamente en la cavidad bucal y en trato digestivo sus especies más representativas son las Porphyromona gingivalis, asacharolytica y endodontalis.2 Género Bacteroides. De máximo interés la especie Bacteroides forsythus en periodontitis refractaria; la especie Bacteroides fragilis no pigmentada no es recidente de la cavidad bucal actúa como forma ocasional ya que su hábitat natural es el tracto intestinal. Género Fusobacterium. Residentes naturales de la cavidad bucal, adquiere poder patógeno ocasionando infecciones bucales y del aparato respiratorio, la especie más conocida en la Fusubacterium nucleatum implicada en la angina de Ludwig conjuntamente con el espirilo Borrelia vincentii.2 1.3.8 Espiroquetas. Dentro de la familia Spirochaetaceae nos interesa el género Treponema del cual nos incumbe especialmente Treponema denticola, aerobio estricto habita generalmente en la placa subgingival. Se observa en determinadas periodontopatias acompañada del Bacillus fusiformis y con la Prevotella intermedia así como en la periodontitis rápida progresiva y en la asociación a enfermedades sistémicas. Sin embargo su papel en la infección odontogénica parece irrelevante.2 1.4 Predisposición a la infección. El estado inmunitario del huésped influye demasiado en la predisposición a la infección así como la virulencia del microorganismo para que se instale una infección. En lo que incumbe al huésped hay que considerarel estado de malnutrición, la hipoproteínemia, hipovitaminosis, en especial la B y C y por la carencia de oligoelementos. También hay que tener en cuenta la raza, la edad, el sexo, el clima, la fatiga.2 Muchas enfermedades están asociadas con anomalías de la inmunidad que dan lugar a repercusiones leves o moderadas; así se sabe que en la diabetes la actividad fagocitaria esta disminuida, en la tuberculosis hay un déficit de la repuesta de los linfocitos T, y en otras enfermedades también se ve alterado el sistema de complemento como en el lupus eritematoso diseminado, glomérulonefritis, vasculitis, etc.2 En cuanto a la capacidad del agente microbiano tiene gran interés la consideración de los numerosos microorganismos que habitan en la mucosa bucal constituyendo habitats o ecosistemas abiertos con poblaciones residentes y transeúntes, que crean comunidades con un mecanismo de homeostasia que es la clave para la estabilidad biológica. Dentro de la relación bacteria-huésped existen relaciones con la higiene bucal y alimentarios. La cantidad, la asociación y la virulencia microbiana desempeñan un importante papel en la aparición de la infección, al influir en su capacidad de invasión, adherencia, cohesión y agregación, producción de enzimas destructoras con lesión tisular directa o indirecta, interferencia con los mecanismos de defensa individuales.3 Ante la proliferación de agentes patógenos el organismo reacciona poniendo en marcha los mecanismos de resistencia innata y luego los de inmunidad adquirida.2 La primera línea de resistencia innata la representan las barreras físicas y químicas. A nível bucal los componentes de la saliva, ayudados por la propia flora, ejercen una actividad inhibitoria para muchos microorganismos.2 La segunda línea de resistencia corre a cargo de la reacción inflamatoria y de la actividad fagocitaría. En la reacción inflamatoria se produce, en una fase precoz la migración de los leucocitos desde el torrente circulatorio hacia la zona infectada. Primeramente aparecen los leucocitos neutrófilos polimorfonucleares y posteriormente los fagocitos mononucleares como son los monocitos y los macrófagos todas estas células de defensa se ven atraídas hacia el foco de infección por las substancias quimiotáxicas. Las células que forman parte del sistema fagocitario actúan eficazmente cuando el elemento a fagocitar es puesto en contacto con una partícula llamada opsonina como puede ser C3 del sistema de complemento. Una proliferación patológica en su etapa inicial, será controlada por la inmunidad humoral, si no es controlada por esta entrará en una situación crónica donde será combatida por la inmunidad celular.2 1.5 Infecciones circunscritas y diseminadas. Existen factores locales que influyen en la propagación de la infección dentro de los cuales se pueden considerar los siguientes: � Situación de los alvéolos, espesor cortical y del periostio. � Longitud de las raíces y fibromucosa gingival. � Inserciones musculares. � Movimientos de la región y acción de la gravedad. � Espacios celulares y planos aponeuróticos. � Regiones anatómicas.3 1.5.1 Circunscritas. Es la localización primaria de la infección odontogénica, fase evolutiva que ha traspasado el periostio y que queda situada en este y la fibromucosa, primero en forma de flemón y luego de absceso, queda circunscrita a la vecindad del diente responsable. Hay que considerar que la presencia de algún músculo con inserción en el maxilar impida que el exudado purulento siga el camino más corto hacia la mucosa, y entonces se afecta algún espacio anatómico cercano que será perimaxilar en este caso la presentación clínica de la localización primaria será extrabucal estando algo más alejada del diente responsable.2 Localizaciones primarias a partir de los dientes superiores. Incisivos superiores. Los ápices de los incisivos centrales superiores están cerca de la cortical externa, los ápices quedan por debajo de la inserción del vestíbulo, la presencia del músculo orbicular de los labios y el denso tejido celular subcutáneo de la base de la nariz suponen una barrera para la expansión de la infección. La propagación primaria se hace por encima de la inserción vestibular, infección del tejido celular adiposo del labio superior y puede afectar las fosas nasales. La infección procedente del incisivo lateral sigue casi el mismo trayecto pero un 50% de estas se propaga hacia palatino, la fibromucosa palatina esta muy bien insertada y limita la propagación pues la presencia del rafe impide que sobrepase la línea media. Canino superior. El ápice del canino esta relacionado con la cortical externa por lo que la infección tiene salida hacia vestibular. La inserción del músculo canino hace posible dos eventualidades, la primera es que la infección se abra por debajo de esta inserción y entonces quede localizada en el vestíbulo y la segunda implica una propagación, esta relacionada con la longitud de la raíz y quede por arriba en este caso la infección se situara en el espacio canino. Premolares superiores. La localización primaria suele verse por vestíbulo, ya que las inserciones musculares de esta zona se encuentran más arriba de los ápices, en caso de que estos presenten una raíces muy largas podría haber una propagación hacia el espacio canino. Hay que tener en cuenta que la raíz palatina del primer premolar puede dar lugar a una localización primaria palatina. Molares superiores. En las raíces vestibulares la localización primaria será por vestibular mientras que apartir de la raíz palatina afectara el paladar. En caso de que la infección se propague por encima de la inserción del músculo buccinador, se observará afectación del espacio geniano. Una propagación hacia apical dará lugar a patología del seno maxilar. La posición del cordal superior propicia localizaciones primarias muy atípicas, como la afectación de los espacios pterigomaxilar y temporal.2 Localizaciones primarias a partir de los dientes inferiores. Incisivos inferiores. La localización primaria es siempre por vestibular ya que los ápices están más cerca de la cortical externa y por encima de la inserción del músculo de la barba , existe la posibilidad de la participación del labio inferior, puede propagarse por debajo de esta y llegar al espacio mentoniano. Canino inferior. El ápice del canino suele estar alejado de inserciones musculares y su localización primaria suele estar en el vestíbulo. Premolares inferiores. Se presenta igual al del canino en algunas ocasiones puede haber propagación hacia lingual apartir del segundo premolar en este caso la infección se da por encima de la inserción del músculo milohioideo, con afectación del espacio sublingual. Primer molar inferior. Lo más frecuente es que la localización primaria se de por vestibular, pero hay que considerar que puede haber una propagación por debajo del músculo buccinador dando lugar a la ocupación del espacio geniano, en este caso se constituye una celulitis paramandibular pegada a la cara externa de la mandíbula. En segundo lugar, que lo haga hacia lingual, afectando entonces al espacio sublingual puesto que los ápices del primer molar quedan por encima de la inserción del músculo milohioideo. Tercer molar inferior. Considerando la anatomía de esta zona, se puede decir que la localización primaria más frecuente será en teoría submandibular, pero hay que recordar que la patología más frecuente originada por el cordal es la pericoronaritis con salida de exudado coronal en la que no hay participación pulpar por lo que la región apical queda indemne. Otras posibilidades dependerán de la posición del tercer molar, si esta en una posición mesioangular u horizontal la infección sigue el músculo pterigoideo internopara afectar el espacio pterigomaxilar, si esta en linguoversión los ápices quedan más cerca del vestíbulo lo que afectaría a los espacios geniano o maseterino.2 1.5.2 Diseminadas La infección odontogénica puede propagarse de dos formas: propagación por continuidad y propagación a distancia. Propagación por continuidad. A partir de la localización primaria puede seguir el trayecto de los músculos y aponeurosis hasta llegar a establecerse lejos de su origen, esta puede observarse en espacios de cara y cuello superficiales y profundos en caso extremo en el mediastino.2 Propagación a distancia. Esta se da por vía linfática los gérmenes viajan por los vasos linfáticos y suelen producir una reacción inflamatoria en la primera estación linfática, por ejemplo en los ganglios de la celda submaxilar y allí queda detenida la diseminación es muy raro que esta progresión vaya más allá. Para que un proceso dentario de lugar a una diseminación linfática debe existir una afectación de la mucosa, caso típico de la pericoronaritis, o del tejido celular vecino, caso de la celulitis y del absceso odontogénico ya que dichas estructuras poseen una red linfática bien desarrollada.2 La otra propagación a distancia es la vía hemática , la vehiculación suele hacerse por vía venosa, básicamente por la vena yugular interna, siguiendo la dirección del flujo sanguíneo pero también puede seguir una propagación retrógrada, hacia los senos cavernosos del cráneo ocasionando una septicemia o tromboflebitis. El sistema venoso facial tiene dos redes perfectamente definidas, sistemas venosos faciales superficial y profundo. El sistema venoso superficial está constituido por la vena facial que, proviene de la vena angular, atraviesa la región geniana para acabar a nível de la región submaxilar, y desemboca directa o indirectamente, a través del tronco venoso tirolinguofacial, en la vena yugular interna, Es de suma importancia saber que este sistema superficial esta conectado con el seno cavernoso a través de la vena angular, que es una de las anastomosis de la vena oftálmica superior y que las venas oftálmicas tienen una estructura y morfología particulares como son la ausencia de válvulas intralumínales: esto permite, en sentido retrógrado, que se establezca cuando hay una situación patológica como la tromboflebitis. El sistema venoso profundo está constituido por los plexos parotídeo, lingual y alveolar, y terminan en la vena yugular interna; este sistema también puede comunicar directamente con el sistema venoso del cráneo gracias a las venas de agujero oval, del agujero redondo mayor, del agujero Vesalio y del agujero rasgado anterior.2 Por ultimo puede que los gérmenes sigan el camino de la vía digestiva inactivando el pH gástrico o una vía respiratoria cuya consecuencia puede ser una neumonía por aspiración. Espacios bucales. Vestíbulo bucal. Espacio virtual situado entre labios y mejillas por fuera y los procesos alveolares con sus dientes por dentro. Revestido por mucosa y tejido conjuntivo laxo, esta mucosa, desde su pared externa, profundiza hasta formar el surco o fórmix superior e inferior, y luego se refleja hacia adentro sobre el periostio de las corticales externas hasta confundirse con la encía adherente de la región periodontal. Debido a las inserciones musculares vecinas3 (frenillos)2, posee una gran movilidad y favorece la difusión de la infecciones. En su parte anterior constituye las regiones labial superior y labiomentoniana y en la posterior, las regiones genianas, alta y baja.3 Espacio palatino. Forma la pared superior y posterior de la cavidad bucal. Por fuera limita con las arcadas dentarias y hacia atrás con la región amigdalina y el velo palatino. Tiene un plano óseo en relación con las fosas nasales y los senos maxilares; un plano glandular y uno mucoso con una fibromucosa muy espesa, resistente y fuertemente adherida al periostio. No existe tejido celular a este nivel, por lo que los procesos inflamatorios serán abscesos subperiosticos y no celulitis. Son producidos por las raíces de los incisivos laterales o las raíces palatinas de los premolares y molares. Hacia la parte posterior, en los límites laterales del velo palatino, existe tejido celular entre la úvula y los pilares. Las arterias que tienen un interés quirúrgico a este nivel son las palatinas descendentes y la esfenopalatina. Las venas y los linfáticos drenan hacia los amigdalinos, la base de la lengua y la yugular interna. Los nervios corresponden a los palatinos anterior, medio, posterior y nasopalatino.2 Espacio sublingual. Parte anterior del suelo de la boca, cubierto por la mucosa bucal y tapada por la lengua. Limita por delante y por los lados con las arcadas dentarias y la cara interna del cuerpo mandibular; por detrás con la parte posteroinferior de la lengua; por dentro con los músculos geniogloso, genihioideo y hiogloso y por debajo con el músculo milohioideo, que se inserta en la línea oblicua interna y la separa de la región suprahioidea. Contiene la glándula sublingual, la prolongación de la glándula submaxilar y el conducto de Wharton, vasos como la arteria sublingual y su vena, el nervio lingual y abundante tejido celular muy laxo. La inserción del músculo milohioideo sobre la línea oblicua interna corta las áreas de proyección de los alvéolos molares, llevando la infección bien hacia el compartimiento sublingual o bien hacia la región suprahioidea. Los premolares comunican con el espacio sublingual. El tejido celular, situado entre el cuerpo mandibular, la mucosa, el músculo milohioideo y los músculos geniogloso y genihioideo, comunican con el del lado opuesto por detrás de la sínfisis, hacia atrás con la región pterigomandibular y paraamigdalina, con la región suprahioidea a través del hiato con los espacios celulares linguales, con los parafaríngeos y con los perilaríngeos.3 Espacios cervicofaciales superficiales. Espacio canino. Queda limitado en su zona profunda por la fosa canina del maxilar superior, internamente por el músculo elevador del labio superior y externamente por el músculo cigomático menor; también es mencionado como espacio nasogeniano. En su interior encontramos la ramificación final del nervio infraorbitario, el músculo canino y, los vasos faciales.2 Espacio geniano. Es de forma cuadrilátera, de diámetro mayor vertical, limita por arriba con la región palpebral, por delante con las regiones nasal, labial y mentoniana, hacia atrás con la maseterina y hacia abajo con la submaxilar. Forma parte lateral de la cavidad bucal. Comprende un plano cutáneo, muy vascular y glandular, uno subcutáneo con abundante tejido celular graso y la bola adiposa de Bichat, desde donde va a comunicar con las regiones temporal y cigomática; un plano muscular con músculos cutáneos (orbicular de los párpados, elevador del ala de la nariz y del labio, canino, cigomático mayor, risorio de Santorini y algunos fascículos del cutáneo del cuello), el músculo buccinador y el conducto de Stenón; otro mucoso, adherido íntimamente a la cara profunda del buccinador y que se refleja arriba y abajo para revestir el proceso alveolar de los maxilares. En el plano subcutáneo se encuentra la mayoría de los vasos y nervios de la mejilla. Son fundamentalmente la arteria, la vena y el nervio faciales. Los linfáticos desembocan en los ganglios submaxilares. En algunas ocasiones existen ganglios linfáticos en la propia región geniana. Esta en relación con el área molar –premolar. Son importantes las inserciones del músculo buccinador lo cual explica la localización y difusión de los procesos infecciosos originados en los molares. Se describen dos regiones la región geniana alta y la región geniana baja. Región geniana alta. En la parte posterosuperior, el músculo se inserta a1cm. Del reborde alveolar, en la apófisis alveolar y en la tuberosidad del maxilar superior. Frente a los tres últimos molares. La mucosa se desprende del músculo y crea, con la cortical, un espacio vestibular de sección triangular relleno de tejido celular laxo. Por encima de las inserciones musculares, las raíces de los molares, cuando son largas, se relacionan con el tejido celular que tapiza la cara externa del buccinador y que se continúa con el existente a nivel de la mandíbula. Si las raíces son cortas, el proceso infeccioso se acumula a nivel vestibular en el tejido celular allí existente. Las raíces palatinas pueden propagar su infección hacia palatino. Los premolares localizan sus procesos infecciosos a nivel vestibular, ya que las inserciones de los músculos cigomáticos y elevador propio de labio superior están más altas que los ápices correspondientes. Todos estos dientes están en relación con el seno maxilar a donde puede propagarse la infección. Región geniana baja. En la parte posteroinferior, el limite corresponde a la inserción del músculo triangular de los labios, a la altura de los premolares no hay inserciones musculares. Hacia atrás y a lo largo de la línea oblicua externa se encuentran las fibras inferiores del buccinador. Hacia fuera y por debajo del buccinador se continúa con el tejido celular propiamente geniano o yugal. Por detrás se encuentran las fibras posteriores del buccinador y las inferiores del temporal a la altura de la cresta temporobuccinatoria. Entre los músculos triangular de los labios buccinador y masetero y el borde de la mandíbula hay un espacio que se deja distender por los procesos inflamatorios y se denomina cuadrilátero de menor resistencia de Chomprest.3 Espacio mentoniano. Espacio impar medio situado inferiormente la labio inferior y sus limites externos son los músculos triangulares de los labios Su cara profunda es la sínfisis mandibular, su plano superficial es marcado por los músculos borla y cuadrado del mentón. Está vascularizado por las arterias mentonianas e inervadas por el nervio mentoniano y forma plexos con las arterias submentoniana y coronaria labial inferior.2 Espacio temporal superficial. Espacio virtual limitado por fuera por la aponeurosis temporal, que va desde el arco cigomático hasta el hueso temporal, y por dentro por el propio músculo temporal. Inferiormente comunica con los espacios maseterinos superficial y cigomático.2 Espacios cervicofaciales profundos. Espacio paramandibular. “Espacio de la mandíbula”, formado por la cara externa del cuerpo de la mandíbula interna y externamente por la lámina que supone la prolongación facial de la aponeurosis cervical superficial y su límite superior es el músculo buccinador. Posteriormente comunica con el espacio pterigomandibular. Espacio virtual que no contiene estructuras pero se debe considerar que por encima pasan vasos faciales y la rama mandibular del nervio facial.2 Espacio temporal profundo. Espacio virtual, limitado externamente por el músculo temporal e internamente por el hueso temporal y el ala mayor del esfenoides. Inferiormente comunica con el espacio temporal superficial a través del espacio cigomático contiene nervios temporales profundos.2 Espacio cigomático. (infratemporal)1. Limita hacia arriba con la región temporal y la base del cráneo, hacia delante con el maxilar superior, hacia atrás con la parótida; hacia abajo se corresponde con el espacio pterigomandibular, entre el pterigoideo interno y la rama ascendente de la mandíbula; hacia fuera, con dicha rama mandibular, hacia adentro, con la apófisis pterigoides y la faringe. Contiene músculos pterigoideos, el nervio maxilar inferior y el ganglio ótico de Arnold, la arteria maxilar interna y sus ramas colaterales, los plexos venosos alveolar y pterigoideo, los vasos linfáticos que drenan en los ganglios carotideos y tejido celular graso.2 Espacio maseterino. Situado en la parte lateral y posterior de la cara, se corresponde con el músculo masetero y la rama ascendente de la mandíbula. Limita hacia abajo con la región suprahioidea y hacia atrás con la parótida. Contiene tejido celular, al músculo masetero, la prolongación anterior de la parótida, el conducto de Stenón, la arteria transversal de la cara y el nervio facial, los linfáticos desembocan en los ganglios submaxilares. Entre los fascículos inferiores del músculo existe un espacio submaseterino relleno de tejido celular. Las celulitis a este nivel proceden de un tercer molar.3 Espacio pterigomandibular. Limitado por la cara medial de la rama ascendente de la mandíbula e internamente por el músculo pterigoideo interno. Sus límites superiores son la porción infratemporal del ala mayor del esfenoides y el agujero cigomático externo con el cual establece una relación al espacio temporal profundo. Hacia atrás se comunica con la fosa retromandíbular que aloja la parte anterior de al parótida, arriba y medialmente se relaciona con la fosa pterigomaxilar. El tejido celular contiene los nervios linguales y dentario inferior y sus vasos acompañantes.2 Espacio submentoniano. Medio e impar. Está limitado superiormente por la sínfisis mandibular y los músculos milohioideos, lateralmente por los vientres anteriores de los músculos digástricos, y superficialmente por la aponeurosis cervical superficial, el límite inferior teórico es el hioides. Se considera una “zona quirúrgica neutra”.2 Espacio submaxilar. Parece un prisma con tres paredes, que son: superior la cara interna del cuerpo de la mandíbula, externa la aponeurosis cervical superficial, e interna las músculos milohioideo e hiogloso. Establece relación por delante con el espacio sublingual, por detrás con el espacio parotídeo, por arriba con el espacio geniano y por abajo y detrás con el espacio carotídeo del cuello. Contiene la glándula submaxilar, que esta rodeada por grupos ganglionares, se encuentran los nervios lingual e hipogloso así como los vasos faciales y linguales. Espacio parotídeo. Limita hacia arriba con el conducto auditivo externo, parte de arco cigomático y la articulación temporomandíbular, hacia atrás lo hace con los músculos estenocleidomastoideo y digástrico; hacia delante con los músculos masetero y pteriogoideo interno; hacia abajo se relaciona con la región submaxilar, hacia adentro comunica con el espacio parafaríngeo a través de un canal profundo, hacia fuera contacta con los tejidos blandos de la piel y aponeurosis superficial. Toda la región está recubierta por una aponeurosis que rodea todos los músculos de la región y uniéndose a los huesos correspondientes, conforma una autentica celda aponeurótica que se comunica con la pared lateral de la faringe. Contiene la glándula parótida, vasos como la carótida externa y la yugular externa, el nervio facial y ganglios linfáticos intraparotídeos . En su profundidad está en relación a través de la aleta faríngea con el espacio retroestiloideo, por donde discurren la carótida interna y la yugular interna, los nervios hipogloso, vago, accesorio y glosofaríngeo así como ganglios linfáticos. Un escaso tejido celular rellena toda la celda por lo que la difusión de las infecciones a esta zona es difícil, más bien se produciría por vía hemática o retrograda a través del conducto de Stenón. Espacios celulares de la lengua. Entre los numerosos músculos intrínsecos y extrínsecos de la lengua existen unos espacios celulares estrechos que pueden ser asiento de abscesos. Se consideran: una espacio medio lingual entre ambos genioglosos que comunican hacia atrás, situados entre el geniogloso por dentro y el hiogloso por fuera; por ellos camina la arteria lingual, otros espacios más laterales, entre el hiogloso por dentro y los músculos palatogloso y estilogloso lateralmente. Se describen tambiénun plano celular, infralingual, mediano, horizontal e impar que corre el suelo bucal, entre los genioglosos y los genihioideos. El esqueleto osteofibroso está constituido por el hueso hioides, la membrana hioglosa, el tabique central y la fascia lingual superior. La membrana hioglosa , permite la difusión de los procesos infecciosos a la celda hiotrioepiglótica. Los vasos de la lengua son la arteria y las vena linguales y la ramas que de ellos parten, así como la arteria palatina ascendente y la faríngea. Los vasos linfáticos van a los ganglios cervicales profundos o a través de los submaxilares y submentales. Los linfáticos centrales drenan bilateralmente en ambas cadenas yugulares. Los nervios corresponden al hipogloso, lingual, glosofaríngeo, laríngeo externo y cuerda del tímpano.3 Espacios faríngeos. Comprenden el espacio faríngeo lateral, parafaríngeo o paraamigdalino, y el retrofaríngeo, ambos se afectan en un difusión de celulitis de origen dentario. El espacio faríngeo lateral se encuentra entre la pared lateral de la faringe por dentro y el pterigoideo interno por fuera. Por atrás comunica con la vaina carotídea y los músculos estilohioideos. Hacia arriba se extiende a la base del cráneo y hacia abajo hasta el hueso hioides. Desde este espacio, la difusión puede seguir al interior del cráneo causando trombosis del seno cavernoso, meningitis y abscesos cerebrales; puede continuar hacia atrás, al espacio retrofaríngeo o descender por la vaina carótida. El espacio retrofaríngeo se encuentra entre la faringe y el esófago por delante y la columna vertebral por detrás. Sube hasta la base craneal y desciende hasta el mediastino. Por fuera se comunica con los espacios laterofaríngeos y con los canales carotídeos desde donde teóricamente podría llegar a las regiones supraclaviculares. Los peligros mayores, además de la mediastinitis, serían parálisis respiratoria por edema agudo de laringe, trombosis de la yugular interna y erosión de la carótida interna con hemorragia letal. 3 2. DIAGNÓSTICO. Los procesos más frecuentes y que requieren mayor atención son las pulpitis y periodontitis como consecuencia de la evolución progresiva de una caries no tratada. Su componente más importante y manifiesto es el dolor y el profesional está habituado a su diagnóstico utilizando un hábil interrogatorio. El tipo de dolor: agudo, intermitente o crónico; la aparición espontánea o provocada; la exacerbación o desaparición con agentes fríos o caliente, y la sensación de diente “crecido”orienta hacia el diagnóstico de pulpitis o periodontitis. Una exploración simple, con la inspección o percusión, es igualmente una ayuda inestimable para realizar el diagnóstico diferencial. La existencia de caries o no, la demostración de una causa traumática, los cambios de la coloración del diente, las pruebas de vitalidad negativas, la percusión horizontal y vertical positiva, la movilidad, etc., son signos que orientan hacia el diagnóstico de periodontitis. El complemento obligado es la práctica de una radiografía intrabucal para comprobar o descartar los datos obtenidos clínicamente. Se observarán caries insospechadas, ensanchamiento periodontal, aumento del espacio periápical, rizoclisis o desaparición de la lámina dura. Si el cuadro se acompaña de molestias generales e incluso de aumento de la temperatura, se está ante una periodontitis supurada o un absceso periodontal.2 Se distinguen tres periodos en la evolución natural de una infección odontogénica. � Periodo de inoculación o de contaminación. En esta fase el tratamiento de conductos o la extracción dentaria consigue la remisión de la infección. � Periodo clínico. Se manifiesta por una periodontitis apical aguda o absceso periápical. � Periodo de resolución. Cese de la actividad inflamatorio y formación de tejido de reparación. Esta fase se acelera si se abre espontáneamente (fistulización) o terapéuticamente (desbridamiento quirúrgico).2 2.1. Diagnóstico clínico. � Pulpitis focal reversible. El dolor habitual es de leve a moderado e intermitente, cuando se elimina la causa desaparece. Al microscopio se observa dilatación y congestión de los vasos sanguíneos (hiperemia). También hay exudado de proteínas plasmáticas. � Pulpitis aguda. Dolor constante e intenso, el dolor aumenta con al aplicación de calor o frío. Cuando existe licuefacción de la pulpa el frío puede aliviar los síntomas. A la percusión puede no haber respuesta dolorosa. Al microscopio se observa dilatación vascular, exudación y quimiotaxis de neutrófilos hasta necrosis focal con licuefacción (absceso pulpar) y necrosis supurativa pulpar total.4 � Pulpitis crónica. Los síntomas son leves y a menudo intermitentes y se prolongan durante un periodo bastante largo. La primera queja puede ser un dolor sordo o a veces el paciente no padece síntomas. Al microscopio se observan linfocitos, células plasmáticas y fibrosis. Los neutrófilos están ausentes, salvo cuando hay una exarcebación aguda del proceso crónico. Suele ser una secuela de pulpitis reversible.4 � Pulpitis hiperplásica. Los síntomas son raros debido a la ausencia de exudado bajo presión y por lo general no hay tejido nervioso proliferante con el tejido de granulación. Después de la aplicación de frío o calor puede presentar dolor espontáneo y continuo.8periodontitis apical aguda.4, 11 � Periodontitis apical aguda. Dolor espontáneo, ligero a grave, dolor al contacto con el diente opuesto. Si la periodontitis apical aguda es una extensión de la pulpitis, los signos clínicos y síntomas serán de respuesta al frío, calor y electricidad. Al golpeteo con un instrumento (mango del espejo bucal), puede causar dolor agudo marcado. Es la primera extensión de inflamación pulpar dentro de los tejidos periápicales.11, 12 � Periodontitis apical crónica. Consecuencia de necrosis pulpar y secuela de periodontitis apical aguda. Asintomático o se presenta una molestia mínima. Puede haber una leve sensibilidad a la palpación, es un indicio de alteración de hueso cortical.11 � Osteítis condensante. Variantes de periodontitis apical crónica, y representa un aumento difuso en el hueso trabecular como respuesta un irritante continúo . Puede ser asintomático o presenta un dolor leve. El tejido pulpar, puede o no responder a los estímulos térmicos y eléctricos, pueden estar o no sensibles a la percusión o palpación. � Absceso apical agudo. Según Richard F. Walton. Es una destrucción localizada de tejido. Existe dolor de agudo a moderado y/o aumento de volumen. Estos pacientes a veces manifiestan aumento de temperatura malestar y leucocitosis. A la estimulación térmica o eléctrica no hay respuesta. Son casi siempre dolorosos a la percusión y palpación � Periodontitis apical supurativa. (absceso apical crónico). Resulta de necrosis pulpar, asociada a periodontitis apical crónica que ha formado un absceso. Puede formarse a partir de un absceso agudo o puede desarrollarse sin pasar por la etapa aguda, esto se da por la resistencia del huésped, manteniendo así un equilibrio de la enfermedad. Puede ser asintomático o el paciente puede comentar que el diente necesitaba tratamiento de restauración desde hace tiempo pero que apenas a sufrido dolores e hinchazón en esa zona. El absceso a perforado a través de un” estroma sinusal” (fístula) a la mucosa o en ocasiones a la piel, también puede drenar a través del periodonto dentro del surco y semejar una bolsa.9, 11 � El absceso fénix. Es una agudización de periodontitis apical crónica. Una vez descritos los síntomas clínicos de los estados “leves” de la infección odontogénica en donde el tratamiento es prácticamente “conservador” (endodoncia o extracción) pasamos a las de una importancia más considerable. Partiendo del absceso periápicalagudo y la periodontitis apical supurativa (absceso apical crónico), que son el punto de partida de la mayoría de los procesos infecciosos bucales y maxilofaciales.2 La forma aguda supurada (absceso periápical agudo) constituye, la más ruidosa y mayor tendencia a propagarse a los tejidos vecinos. Hemos visto que una de las formas más corrientes es la búsqueda de una vía de evacuación para el exudado purulento del absceso. Esta puede hacerse: � A través del conducto radicular, espontáneamente, lo que no es común, o por el drenaje establecido por el profesional. � Por la vía periodontal, a través del periodonto marginal, lo que no es habitual. � Por vía transalveolar, la más común. Esta por debajo del periostio, que le opone una barrera transitoria (absceso subperióstico); vencida la misma, la colección se hace submucosa (absceso submucoso), abriéndose luego en el interior de la boca, ya sea por drenaje quirúrgico o espontáneo. Este último determina la constitución de una fístula mucosa, cuyo trayecto finaliza en la mucosa bucal.5 Precedido por los episodios conocidos de pulpitis que llevan a la necrosis y gangrena y generalmente luego de un lapso variable de silencio, se hacen presentes los signos característicos de la periodontitis aguda. El dolor, lejos de ceder se hace más intenso y pulsátil; los signos de inflamación se hacen más ostensibles en las vecindades del diente afectado, hay tumefacción dolorosa localizada o más o menos difusa que comienza a borrar el surco vestibular, se observa con frecuencia acentuada la movilidad del diente, sobre todo si es unirradicular. La reacción inflamatoria alcanza a los tejidos laxos de la cara y se instala una celulitis.5 Celulitis. Consiste en la inflamación del tejido celular subcutáneo5 existente en las regiones de la boca, cara y el cuello. La infección, que parte del órgano dentario, atraviesa la barrera ósea e invade el tejido celular perimaxilar bien sea de una manera circunscrita o difusa. La infección se a propagado a los tejidos laxos de la cara , revelándose por los signos clásicos de la inflamación (tumor, rubor, dolor y calor)4. El dolor es agudo, pulsátil, lancinante pero no tan bien localizado. El rubor indica el ligero enrojecimiento del tegumento afecto- piel o mucosa- según precisa calor, está caliente. Por ultimo tumor manifestándose como una tumefacción mal delimitada, dura o de consistencia pastosa que borra pliegues o surcos de la piel.2 En un principio la celulitis aparece en la vecindad de las corticales, en el vestíbulo bucal, en la región inmediata del diente responsable, los tejidos se edematizan y están duros a la palpación o tienen una consistencia pastosa; la infección no se localiza, sus limites anatómicos no están definidos con nitidez, no hay destrucción de tejidos y no existe supuración, aunque puede presentarse posteriormente, a medida que transcurren las horas y por acción de la gravedad , el edema tiende a acumularse en los sectores más declives3 para dar al absceso.2 La facie del enfermo resulta muy típica, existe ligera palidez, escaso dolor y tumefacción blanda.5 Los cuadros clínicos pueden ser celulitis agudas (serosas o supuradas) y crónicas, circunscritas, diseminadas o difusas.3 La perdida de la función es un mecanismo de defensa del organismo ante el dolor, el diente elongado y doloroso dificulta la masticación, y el trismo es un ejemplo típico de esta limitación de defensa. Suele existir fiebre por encima de 38° junto con escalofríos, taquicardia con pulsaciones débiles e irregulares y sensación de malestar general. Otros parámetros alterados son: elevación del número de glóbulos blancos por encima de 8.000 y desviación izquierda, esto es, predominio de formas inmaduras como los neutrófilos.2 Absceso. Es la acumulación delimitada en un tejido orgánico. Se produce la formación localizada de un exudado purulento. Se detecta a la palpación tiene una sensación de renitencia o fluctuación. Estas características pueden ser difíciles de apreciar en abscesos de zonas profundas. El dolor que se ha vuelto profundo, sordo y continuo es más soportable que en la fase de celulitis. A la larga el absceso acaba por abrirse al exterior (fistulizar) y se observa la típica afectación de la piel.2 Indica la localización de la infección. Se puede localizar en el vestíbulo bucal en las regiones superficiales de la cara o buscar el camino hacia espacios profundos y distantes. La clínica es mucho más acentuada; el dolor es lancinante, la tumefacción es rojiza con fluctuación a la palpación y signo de la huella de dedo. Existen alteraciones generales y funcionales. Corresponde a la celulitis supurativa.2 2.2 Diagnóstico radiográfico. La radiografía desempeña un papel preponderante en la investigación de las regiones del periápice dentario y todo tejido óseo que lo circunda, detectando las lesiones que allí puedan localizarse, principalmente cuando estas están ausentes de sintomatología clínica. Es por lo tanto un medio de diagnóstico imprescindible es a través de ella, además de que visualizamos las lesiones existentes, se puede determinar sus relaciones, tamaño y posibles orígenes. Las lesiones inflamatorias que envuelven los ápices de los elementos dentarios tienen la capacidad de promover lisis o destrucción del tejido óseo en la región. Al examinar una radiografía se debe tener cuidado de investigar inicialmente la forma, contorno u periferia y estructura interna de la lesión. Cuando al analizar el contorno y periferia, debe analizarse o verificarse si la misma posee limites difusos o definidos, lisos festoneados o irregulares y aún, constatar la presencia de osteogénesis reaccional. En el análisis de la estructura interna de la lesión, se debe procurar observar la presencia o no de trabeculado óseo en el interior de la misma, formación de puntos de mineralización, zonas de mineralización, tejido óseo desordenado y presencia de trabéculas óseas.13 Si los microorganismos infecciosos o sus productos de degradación pasan de la pulpa infectada al tejido conjuntivo periápical. Se puede formar una lesión en el hueso. Si llegan a los tejidos periápicales en cantidades tan pequeñas que pueden ser neutralizados eficazmente por las defensas del huésped no producirán síntomas clínica ni cambios radiológicos. 12 El estudio radiográfico de los procesos inflamatorios debe ser analizado bajo dos puntos de vista.13, 14 1° Procesos inflamatorios asociados al ápice del elemento dentario (absceso, granuloma, quiste).10 Se observan con frecuencia en las radiografías y no se pueden diagnosticar solo por sus aspectos radiográficos, sino que el diagnóstico se basa en las características clínicas, el aspecto radiográfico y microscópico. Por lo imposible que es distinguirlos en base a su aspecto radiográfico, se debe referir a estas lesiones como “zonas radiolúcidas.13, 14 2° Procesos Inflamatorios que envuelven el periápice del elemento dentario y pueden afectar todo el hueso (osteomielitis).13, 14 � Pulpitis focal reversible. Solo se detecta el espacio producido por la caries sin daño periápical. � Pulpitis aguda. Presenta el área invadida por la caries, puede haber o no un ligero ensanchamiento del espacio del ligamento periodontal. � Pulpitis crónica. Área radiolúcida que abarca la caries, así como lesión periápical. � Pulpitis hiperplasica. Es básicamente clínica. Las periodontitis generalmente se presentan como absceso granuloma o quiste. � Absceso agudo. Las características radiográficas pueden ir desde un ligero engrosamiento del espacio del ligamento periodontal, infrecuentemente hasta la presencia de una franca lesión periápical (usual).8 � Absceso crónico. El aspecto es variable. Inicialmente pueden observarse un ensanchamiento del espacio del ligamento periodontal. En otroscasos pueden observarse una lesión radiolúcida con limites poco definidos, que no pueden distinguirse de un granuloma periápical o un quiste radicular.9 Alrededor del espacio radiolúcido pueden aparecer una banda del trabéculas escleróticas radiopacas como respuesta a las sustancias irritantes, esta respuesta es signo de cronicidad.10 y es denominada como osteítis condensante.13 � Granuloma. Presenta una zona radiolúcida de extensión variable, pero nunca amplia, con perdida de la lámina dura. Si presenta más de 2 cm. de diámetro es probable que presente lugar a un quiste radicular. Sus limites están delimitados pero no corticados.11 No se observa la lamina dura entre el ápice y la lesión periápical.14 � Quiste radicular. Fase que sigue a la del granuloma. El desarrollo del quiste radicular comienza con la proliferación de restos epiteliales en el granuloma.9 Lesión radiolúcida, circunscrita de forma esférica, bien delimitada posee normalmente un diámetro superior a 10mm y en la observación de la estructura interna de la lesión, es totalmente radiolúcida por ser una lesión de mayor diámetro.12, 14 3. TRATAMIENTO. Después de establecer el diagnóstico es preciso iniciar el tratamiento, el retraso disminuye las posibilidades del éxito. Con fines de análisis conviene dividir el tratamiento en medidas generales y locales.10 Medida Locales. Las infecciones odontológicas que cursan sin inflamación intrabucal o extrabucal pueden tratarse con medidas locales dentro estas está la pulpectomía o curetaje de bolsas periodontales y la terapéutica médica con antibióticos, antiimflamatorios y analgésicos bucales. La extracción del diente causal puede estar indicada cuando los hallazgos clínicos y radiográficos indiquen que no pueden ser reconstruidos o bien exista afección ósea.9, 10 Medidas Generales. El movimiento de una parte facilita la diseminación de la infección, por lo que el descanso de la zona afectada es una forma lógica de combatirla; si bien es difícil poner en reposo los tejidos bucales, sin duda el paciente que tiene infección dental grave obtiene beneficios del periodo de descanso que combina con una dieta adecuada. La infección odontogénica dificulta la masticación y hace dolorosa la deglución por lo que es necesario recomendar una dienta nutritiva pero suave en la cual debe ingerir suficiente agua para prevenir deshidratación.2 El tratamiento que se realice dependerá de la fase de la infección, topografía de la localización intra o extrabucal, localización primaria; de si hay o no una diseminación secundaria y de la importancia del espacio comprometido y finalmente de las condiciones inmunitarias y de respuesta del paciente al tratamiento.2 Principios del tratamiento. Determinación de la severidad de la infección. Con una historia clínica y una exploración detallada. La mayoría de las infecciones odontogénicas tienen una gravedad de leve a moderada y pueden tratarse de forma ambulatoria con terapéutica inicial antibiótica bucal que puede ser resolutiva en muchos casos pero que en otros habrá de ser complementado con la realización de drenajes y en algunos otros casos será necesario la hospitalización del paciente.2 3 9 La hospitalización del paciente se considera necesaria cuando se sospecha que la infección se ha extendido a los distintos espacios faciales y la salud general del paciente se ve comprometida. 10 Determinación del estado del paciente. Las condiciones médicas que comprometen los mecanismos de defensas del paciente son: diabetes, alcoholismo, malnutrición, leucemias, linfomas, tumores malignos y tratamientos con fármacos inmunosupresores. En los pacientes inmunocomprometidos la infección odontógena puede estar implicadas bacterias gramnegativas, tipo Pseudomonas ssp, Proteus ssp o levaduras tipo cándida ssp con poca inflamación y exudado purulento sin fiebre ni aumento del recuento leucocitario.9 3.1 Termoterapia. Es la aplicación con fines terapéuticos de calor sobre los tejidos afectados por la infección odontogénica por medio de agentes de temperatura elevada, por encima de los niveles fisiológicos. El calor se propaga desde el agente térmico hasta el organismo, produciendo en principio una elevación de la temperatura y, como consecuencia de esta elevación, surgen los efectos terapéuticos. Para que un agente térmico se considere caliente debe estar entre los 34 y 36° C como mínimo y el imite superior está fijado con respecto a la sensibilidad cutánea y no debe de sobrepasar los 58° C.15 Sus efectos son: antiinflamtorio pudiendo utilizarse en inflamaciones excepto cuando están en fase aguda. Ya que el mismo calor diseminaría la infección. Analgesia se obtiene a los pocos minutos. La intensidad depende del grado de temperatura, el tiempo de aplicación y de las condiciones del paciente. Efecto revulsivo, la termoterapia intensa local puede producir un aumento de la circulación sanguínea.15 En cuanto al ámbito odontológico es conveniente la aplicación de calor para mejorar el aporte sanguíneo local y por lo tanto la llegada de defensas naturales y del antibiótico administrado. Este calor local que consigue alivio de la sintomatología, puede favorecer el aspecto edematoso de la inflamación, sobre todo donde abunda el tejido celular subcutáneo. En caso de celulitis cervicofacial, este calor puede aplicarse mediante compresas de calor húmedo o radicación infrarroja cada 20 minutos. Ante la existencia de un absceso bucal se recomienda realizar enjuagues una vez cada hora, con suero fisiológico templado manteniéndolo cerca de la zona afectada.2 Cuando el exudado purulento está profundo en los tejidos es necesario localizar la infección antes de instruir el drenaje, lo que en la mayor parte de los casos se puede hacer utilizando enjuagues bucales de solución salina caliente, tan caliente como sea posible sin incurrir en el riesgo de causar quemaduras, la solución se debe conservar sobre la zona inflamada el mayor tiempo posible. Lo mismo se hace para localizar una infección extrabucal.10 3.2 Drenaje. Es la evacuación quirúrgica del exudado purulento, que va a reducir la absorción de productos tóxicos. Permitiendo así que el paciente se recupere. Va a impedir el avance del exudado purulento. El drenaje debe ser apropiado y cuando sea práctico por gravedad. Si ocurre la fluctuación en los tejidos blandos la sola eliminación del diente, o el inicio del drenaje a través de su conducto pulpar nunca proporciona el drenaje adecuado, incluso el exudado purulento baja por el alvéolo o conducto. Esta indicado hacer la incisión apropiada de los tejidos blandos. Cuando se intenta salvar a los dientes necróticos que presentan abscesos es indispensable hacer una incisión intrabucal en el fondo del saco labial, siempre que existan la fluctuación, induración o sensibilidad en el sitio.10 El desbridamiento quirúrgico está indicado cuando existen signos claros de formación de exudado purulento (absceso organizado o maduro). Ante celulitis difusas graves como por ejemplo la angina de Ludwig hay que anticiparse a la maduración.2, 10 La incisión, en una celulitis no localizada, en una búsqueda equivocada de exudado purulento puede romper las barreras fisiológicas y provocar difusión y la extensión de la infección.2, 9 El drenaje quirúrgico de los espacios aponeuróticos profundos generalmente se hacen en el hospital con el paciente bajo anestesia general.16 A la fase de absceso ya que el compromiso vital es patente, esta indicado un desbridamiento profiláctico gracias al cual con el cambio de la tensión de oxígeno y del potencial redox que se obtiene se logra en la mayoría la remisión clínica en unas 24 horas.2 El tratamiento quirúrgico de la infección esta indicado cuando: Diagnosticode celulitis o absceso en uno o más de los espacios faciales de cabeza y cuello. Signos clínicos significativos de infección: fiebre, postración, deshidratación, y escalofríos. Infecciones en espacios que puedan comprometer la vía aérea o sean susceptibles de complicación. Principios de tratamiento quirúrgico. La incisión debe cumplir 3 requisitos: suficiente, práctico y estética. La incisión debe situarse en tejidos sanos de piel o mucosa. En la piel deben respetarse los pliegues naturales de la cara y cuello. La incisión debe situarse en lugares estéticos y funcionalmente aceptables. Deben respetarse estructuras anatómicas. La incisión inicial en la piel o mucosa debe hacerse con hoja de bisturí. La exploración y el desbridamiento del espacio debe realizarse completamente con disección roma o digital. En todos los casos hay que colocar un drenaje de goma para permitir la salida del exudado purulento, y fijarlo con puntos de sutura.2 Instrumental. Material para anestesia local. Material para separar, abrebocas, separador lingual, separador de Minnesota, etc. Bisturí con hojas de los números 15 u 11 Tijeras de disección curva de punta roma. Pinzas hemostáticas rectas o curvas de diferentes longitudes tipo Kocher y tipo mosquito. Jeringa de 5 cc para la obtención de material para cultivo microbiológico. Bandeja para recoger la salida del exudado purulento. Material de drenaje Instrumental de sutura Gasas estériles.2, 16 Pasos quirúrgicos. Anestesia. El uso de anestesia infiltrativa queda reducido a abscesos muy superficiales como son las intrabucales, tanto el vestibular como el palatino. Otra posibilidad, según la topografía del absceso, será practicar una anestesia troncular, queda restringida a las formas que requieran una apertura endobucal. Para los abscesos que hay de desbridarse por vía extrabucal, no se obtiene una analgesia satisfactoria con las técnicas de anestesia local, y hay que pasar a efectuar alguna técnica de sedación de cortísima duración. Esto ya implica la necesidad de tener un quirófano equipado, porque existen riesgos propios de la técnica anestésica y peligro de que se produzcan una aspiración bronquial de material purulento.2, 3 En procesos infecciosos localizados en el fondo de vestíbulo de la región anterior del maxilar es frecuente anestesiar el nervio infraorbitario extrabucalmente. En la región mandibular , cuando las colecciones purulentas están situadas vestibularmente, cabe utilizar las técnicas alternativas Gow-Gates y Akinos. En el caso de un absceso con trascendencia vital, la anestesia de elección será la general con intubación traqueal o nasotraqueal si así lo requiere.2, 3 Desbridamiento de los tejidos. Después de la incisión realizada, se introduce una pinza hemostática curva sin dientes tipo mosquito, Kocher o tijeras de punta roma, se penetra cerrada y se dirige en todas direcciones abriéndola para liberar el exudado purulento y. Este método garantiza que no se lesione ningún vaso o nervio (técnica de Hilton). Esta técnica va rompiendo los septos que constituyen las diferentes estructuras anatómicas, básicamente aponeurosis. La dirección de la pinza va siempre paralela a los elementos anatómicos a respetar.1, 3, 10 Colocación de un drenaje. Cuando el exudado purulento tiene que atravesar dos o más planos tisulares, es necesario colocar una sonda para asegurar que se conserve el drenaje, al mismo tiempo que se mantiene la oxigenación de la zona. Las incisiones y los desbridamientos intrabucales no suelen necesitar la colocación de drenajes. Los materiales utilizados son: goma de guante , gasa , drenaje tubular, tejadilla, etc. El material del drenaje se sitúa en la parte declive de la incisión. En los abscesos voluminosos su indicación es obvia y en tales casos pueden ser necesarios más de un drenaje. El drenaje debe quedar fijado a un borde de la herida mediante un punto doble con seda 3/0 para no permitir que se escape o se desplace hacia el espacio profundo. El drenaje debe cubrirse con un ápostio formado por gasas, sujetado con un vendaje.2, 3, 10, 16 3.3 Antibiótico La selección de un antibiótico se basa en los siguientes puntos: Determinar la etiología de la infección y sensibilidad del microorganismo Espectro de actividad del antibiótico (bactericida, bacteriostática, de espectro reducido, mediano o amplio). Resistencia bacteriana a los antibióticos Concentración mínima inhibitoria Factores del paciente; hipersensibilidad, enfermedades asociadas e inmunosupresión, embarazo, edad, afecciones de hígado y riñón. Factores farmacológicos; vía de administración, dosis, distribución a tejido infectados, toxicidad y costo. El tratamiento debe ser continuamente revisado y evaluado. No debe haber inactivación por Beta-lactamasas o pH gástrico, enzimas, proteínas plasmáticas o líquido tisular. No alterar la flora normal que puede generar superinfecciones.3, 8, 17, 18, 19, 21, 22 La duración de la antibióticoterapia dependerá del cuadro clínico, los antibióticos se administraran como mínimo durante 4 días, siendo el intervalo más frecuente entre 4 y 8 días. 5 Según Goeffrey G.L. el tratamiento con antibióticos debe durar por lo menos 3 días. Los antibióticos disminuyen su llegada al foco infeccioso y por lo tanto su eficacia a medida que el proceso infeccioso inflamatorio aumenta, por lo que en situaciones en los que produce necrosis tisular o microabscesos, como sucede en las alteraciones ostiomielíticas la antibióticoterapia se incrementará en dosis y duración. 3, 21, 22 Solo debe recetarse un antibiótico después que las pruebas in vitro muestre que el microorganismo infectante es sensible a él, sin embargo a veces la situación del paciente hacen necesario iniciar la terapéutica antibiótica antes, lo que se conoce como tratamiento empírico.3 Una vez recetado un antibiótico, solo debe cambiarse por otro si , en presencia de un drenaje quirúrgico adecuado el tratamiento carece de efecto luego de 72 hrs.; no obstante si el estado de un paciente muy grave no muestra signos de mejoría después de 48 hrs., de terapéutica antibiótica será necesario considerar la posibilidad de cambiar el régimen del tratamiento. El Cirujano Dentista debe guiarse por la respuesta del paciente hasta ese momento es cuando decide si modifica o altera la terapéutica antibiótica, pues la sensibilidad in vivo de los microorganismos a los antibióticos difiere de la que ocurre en vitro.9, 18, 19 3.3.1 Antibióticos de Primera Elección. Penicilinas naturales. Inhiben la síntesis de enzimas que interrumpen la formación de la pared celular bacteriana, abarca microorganismos anaerobios, Grampositivos como algunas cepas de bacteroides, fusubacterium y veillonella y B. Fragilis, Actinomyces, Eubacterium, Peptocuccus y Peptoestreptococcus, N. Meningitis y N. Gonorihaea.15 Se eliminan en el plasma a través de los riñones. Atraviesan la barrera placentaria, en condiciones normales no atraviesa la barrera hematoencefalica.17, 20 Puede se utilizada por vía oral solo si se toma 1 hora antes o dos horas después de las comidas para prevenir su destrucción por ácidos gástrico. Las penicilinas son inactivadas por beta lactamasa por tal razón es ineficaz contra Staphylococcus aureus.17, 20 Indicada su utilización en infecciones bucales leves, moderada y moderadamente graves.20 Su utilización es eficaz en profilaxis de pacientes con antecedentes de fiebre reumática antes de extracción o cirugía.19 Su utilidad clínica en el ámbito de infecciones de origen odontológico es baja debido a que los microorganismos causantes son productores de beta- lactamasas.20 Penicilina G .sódica o potásica. Alcanza la concentración plasmática máxima entre 15 y30 minutos, su vida
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