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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA “EL SINDROME PREMENSTRUAL EN UNA MUESTRA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIAS” T E S I S Q U E P A R A O B T E N E R E L T ÍT U L O D E L I C E N C I A D O E N P S I C O L O G Í A P R E S E N T A L O R E N Z O T R U J I L L O M O N T ES A N O DIRECTOR DE TESIS: DR. JÓSE ANTONIO TALAYERO URIARTE ASESOR ESTADISTICO: LIC. MARCOS E. VERDEJO MANZANO Neevia docConverter 5.1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Índice Resumen. 1 Introducción. 2 Capítulo 1 1.1. Investigaciones. 5 Capítulo 2 2.1. Ciclo Menstrual. 16 2.2. Etiología. 19 2.3. Estrógenos. 20 2.4. Progesterona. 22 2.5. Desequilibrio Estrógenos-Progesterona. 24 2.6. Andrógenos. 26 2.7. Mineralocorticoides. 26 2.8. Aldosterona. 26 Capítulo 3 3.1 Fisiología del ciclo menstrual. 29 3.2 Cambios asociados al ciclo menstrual. 30 3.3. Endorfinas. 32 3.4. Neurotransmisores. 33 3.5. Prostaglandinas. 35 3.6. Vitaminas. 36 3.7. Hipoglucemia. 37 3.8. Infección Ovárica. 38 3.9. Reacciones Ováricas. 38 Capítulo 4 4.1 Neurotransmisores. 40 4.2 Prolactina. 41 4.3 Desequilibrio Homeostático. 42 4.5 Teorías Psicosociales. 44 Neevia docConverter 5.1 Capítulo 5 5.1 Sintomatología. 51 5.2 Cambios Físicos. 51 5.3 Cambios Psicológicos. 52 5.4 Afección del estado emocional y afectivo. 52 5.5 Cambios en el comportamiento. 53 5.6 Alteraciones en el área cognoscitiva. 53 5.7 Alteraciones somáticas. 53 5.8 Síntomas neurovegetativos. 53 5.9 Alteración del apetito. 53 5.10 Alteraciones del área motora. 53 5.11 Clasificación de los investigadores. 55 5.12 Sintomatología a investigar. 55 5.13 Conducta aprendida en cuanto al Síndrome Premenstrual. 57 5.14 Diagnostico para el S.P.M. 58 5.15 Medidas para el manejo no farmacológico del S.P.M. 58 5.16 Manejo farmacológico del S.P.M. 59 5.17 El estrés y el S.P.M. 63 METODOLOGÍA 6.1 Planteamiento del problema. 64 6.2 Hipótesis. 64 6.3 Variables. 64 6.4 Definición conceptual variables. 65 6.5 Definición operacional variables. 65 6.6 Población. 65 6.7 Muestreo. 65 6.8 Tipo de estudio. 66 6.9 Diseño. 66 6.10 Instrumento y Materiales. 66 6.11 Procedimiento. 67 Neevia docConverter 5.1 RESULTADOS 69 DISCUSIÓN 85 CONCLUSIONES 87 SUGERENCIAS Y LIMITACIONES 88 REFERENCIAS. 92 ANEXO 1 Neevia docConverter 5.1 1 Resumen El objetivo de la presente tesis consiste, en determinar si el Síndrome Premenstrual afecta en forma significativa, las actividades escolares de un grupo de doscientas setenta estudiantes universitarias. Para lo cual se utilizo un cuestionario de auto-monitoreo durante un periodo de ciento cinco días a partir del inicio de su ciclo menstrual, en donde por medio de una escala de uno a tres se determina la periodicidad y grado de los síntomas que son frecuentes e incapacitantes. Estadísticamente se encuentra que solo tres síntomas tienen diferencias significativas, pero no afectan significativamente sus actividades escolares. Neevia docConverter 5.1 2 Introducción Desde tiempos remotos el hombre se ha interesado por los cambios conductuales de sus semejantes, atribuyéndolos a las entidades esotéricas, demonios, ángeles etc., esto se puede apreciar mejor en el caso de la mujer en etapa reproductiva con la menstruación ya que de esta han surgido mitos en todas las culturas como en la antigua Roma y Grecia que se creía que el contacto con una mujer en periodo menstrual convertía el vino en vinagre, volvía agria la leche, quitaba el filo a los cuchillos, enmohecía el bronce, hacia el marfil opaco e impedía el crecimiento de frutos en los árboles, también se pensaba que una mujer menstruante podía romper un espejo y hacer abortar a los animales. En cuanto a la sangre menstrual se creía que si la lamía un perro este se volvía loco y su mordedura era mortal. En algunas partes de Europa existe la creencia de que una mujer que se encuentre en periodo menstrual no debe de hacer confitura ni mayonesa. En Carolina del Norte las mujeres evitan elaborar pasteles porque piensan que se les estropearía durante su periodo menstrual. La creencia de que todo lo relacionado con la menstruación es sucio, incluso pecaminoso es una idea que permanece hasta nuestros días muy arraigada entre algunas culturas, religiones etc. Pero no todo se aboca en efectos negativos, porque en algunas culturas primitivas se cree que la sangre menstrual trae buena suerte en la caza y augura riqueza, también esta comprobado que en la edad media la sangre menstrual se utilizaba como medicina para el tratamiento de los leprosos, y por ultimo Luís XIV de Francia la tomo en consideración como afrodisíaco. Esto ha llevado a través de los años a la investigación científica sobre la menstruación en disciplinas como la ciencia médica, psicológica, social etc. Cada uno de estos investigadores ha aportado datos Neevia docConverter 5.1 3 interesantes y trascendentes sobre el tema, haciendo descubrimientos importantes en lo que se refiere a la conducta que el sexo femenino adopta cuando se llega al ciclo menstrual. En cuanto a este ciclo menstrual la presente investigación se enfoca a estudiar al Síndrome Premenstrual, ya que en la actualidad continúa siendo un enigma para la ciencia médica y psicológica, un tópico para los legos y una inspiración para bromas sin fundamento. El Síndrome Premenstrual, es un problema clínico importante para muchas mujeres. En 1931 Frank acuño el nombre y ha sido el tema de muchos estudios. Empero aun no se conoce bien su fisiopatología y su tratamiento en esencia es empírico. El mismo Frank define al S.P.M. Como la aparición episódica de un complejo sintomático que muestra relación temporal en la fase Premenstrual. En casi todos los estudios que se han realizado desde 1931 hasta la fecha se estima que la prevalecía es de 30% a 40%. Sin embargo, el S.P.M intenso quizá ocurre en menos de 10% de las mujeres. Si bien la literaturasobre la edad de las enfermas con S.P.M es algo contradictoria, los síntomas probablemente ocurren en mujeres de 20 a 40 años de edad que en las más jóvenes. En un estudio los datos de concordancia en gemelas monocigóticas y de ausencia de concordancia en gemelas dicigóticas y testigos apoyan la idea de que puede haber un elemento genético. La paridad alta, toxemia, alcoholismo y trabajo fuera de casa se han relacionado con S.P.M, en el mismo estudio se hace hincapié que el S.P.M no parece tener correlación con el estado marital, nivel educacional, raza y cultura (Shahla N. 1990). La Asociación Psiquiátrica Americana (A.P.A) desde 1987 intenta incorporar los componentes psicológicos del S.P.M en su Manual Estadístico y Diagnostico (DSM-IV-R) generando gran controversia acerca de etiquetar a las mujeres con molestias premenstruales como portadoras de Neevia docConverter 5.1 4 un “desorden menstrual”. Al final, el término “trastorno terminal de la fase lútea” (TTFL), se relegó a un apéndice del DSM-IV-R pero la designación psicológica se retuvo para estimular la investigación y calificar la naturaleza ambigua del S.P.M. Posteriormente la A.P.A logra incorporar el diagnostico del D.S.M-IV-R bajo el encabezado de trastornos del ánimo. Las designaciones TTFL se reemplazan con el termino “trastornos disfóricos premenstruales” (TDP), Las cuales se incluye dentro de la categoría “depresión no especificada en otros apartados. (DSM IV-R 1995). La definición del S.P.M es la recurrencia cíclica en la fase lútea del ciclo menstrual de una combinación de alteraciones físicas, Psicológicas o cambios conductuales de suficiente gravedad, que producen deterioro en las relaciones interpersonales que interfieren con las actividades normales (Reíd RL y Yen SS 1999). En otros estudios de la misma rama médica se encontró que durante la fase premenstrual se presentan o exacerban una gran variedad de situaciones, las que también pueden surgir en mujeres que han sido sometidas a cirugía como la histerectomía sin ooforectomía, haciendo del término “premenstrual” algo insignificante. Neevia docConverter 5.1 Capítulo 1 Marco Teórico. 1.1. Investigaciones. En el ramo de las ciencias de la salud se han hecho innumerables investigaciones sobre el Síndrome Premenstrual en las áreas sociales, medicas, psicológicas y laborales, en el presente trabajo se hace un resumen sobre estas investigaciones que motivaron a la presente tesis. Durante mucho tiempo los estudios hechos sobre el ciclo hormonal femenino fueron enfocados únicamente a cuestiones endocrinas, se pensaba en la época de los 60s que los cambios hormonales solo traían alteraciones fisiológicas. En la actualidad existen estudios tanto conductuales como encefalográficos, que han demostrado que las hormonas ováricas (estrógenos y progesteronas) no actúan exclusivamente en el endometrio, sino que tienen efectos estimulantes sobre el sistema nervioso y sobre la conducta. Se ha encontrado que las fluctuaciones cíclicas de las hormonas gonodales femeninas se asocian con la vida emocional de la mujer. La mayoría experimentan una serie de alteraciones psicológicas y somáticas menores, durante 10 a 14 días antes de iniciarse la menstruación. Una vez que se produce la menstruación, estas alteraciones suelen desaparecer por completo en algunas mujeres, mientras que en otras, los síntomas pueden persistir hasta finalizar la menstruación e incluso, uno o dos días después. Cuando estas modificaciones son lo suficientemente importantes como para alterar el estado normal de la mujer, pueden tener un impacto social importante en ella misma, en sus relaciones, trabajos y actividades diarias, dichas modificaciones constituyen el Síndrome de Tensión Neevia docConverter 5.1 Premenstrual (STPM), así se denominaba en estudios anteriores y ya para estudios recientes se le denomina Síndrome Premenstrual (SPM). El primer registro que se tiene del padecimiento del Síndrome Premenstrual (SPM) es en el año de 1931 en donde los investigadores de esa época lo designaron como Síndrome de Tensión Premenstrual (STPM), por que en las mujeres investigadas se generaba cierto tipo de tensión emocional asociada con la sintomatología característica de aquella época (Dalton K. 1971). Durante muchos años se ha estudiado al Síndrome Premenstrual, pero hasta la fecha no se ha podido establecer con exactitud las causas que lo determinan. Desde 1847 Dewees, W, dijo que la menstruación “excepcionalmente deja de ser anunciada por una variedad de síntomas, de mayor o menor gravedad y peligro”. Este hecho no se advirtió hasta 1931, cuando Frank, R. Hizo notar estos trastornos y los denominó Tensión Premenstrual. Laws, en 1983 indica que las actitudes hacia este síndrome parecen haber cambiado, ya que en el año de 1938 se les trataba de ninfomanías (fuera de uso) a las pacientes que con Síndrome de Tensión Premenstrual, ideal que actualmente nadie sostiene. Posteriormente, entre los años 40s y 50s cuando el término ya formaba parte del vocabulario médico pero no se le prestaba mucha atención, se manifestó un interés general para estudiar al Síndrome de Tensión Premenstrual en relación con mujeres encarceladas o en tratamiento psiquiátrico. Probablemente este hecho coincidió con el periodo de expansión de la industria farmacéutica, por lo que la idea de que el Síndrome de Tensión Premenstrual, se pudiera tratar con fármacos pudo resultar atractiva (Dalton K. 1976). Sin embargo, es en 1954 cuando Green, R., y Dalton, K., inauguran el comienzo de la era moderna del Síndrome de Tensión Premenstrual. Desde ese entonces Dalton ha publicado numerosos artículos y libros de divulgación que Neevia docConverter 5.1 contienen sus teorías sobre el Síndrome de Tensión Premenstrual, en las cuales se atribuyen innumerables problemas que incluyen el suicidio. Así mismo, Dalton se convirtió en la primera defensora del tratamiento del Síndrome de tensión Premenstrual con progesterona o progestágenos sintéticos. En los años 70s proliferaron todo tipo de publicaciones sobre el tema y se difundieron, principalmente los trabajos de Dalton. Pero ha sido apenas en los últimos años cuando el padecimiento ha llamado la atención de gran parte de la población y cuando se ha desarrollado una verdadera polémica entre los distintos planteamientos del problema. Quizás gran parte del auge que se le ha dado a la investigación se debe a su incidencia, puesto que a través de diversos estudios se ha encontrado que un buen número de mujeres padecen este síndrome en distintas proporciones. En un estudio que hizo en 1934 Sweeney, J., encontró una incidencia del 30% en mujeres sanas. Israel, S., en 1938 menciona que los síntomas del Síndrome de Tensión Premenstrual afectaron al 40% de las mujeres que poseían buena salud. Fluhmann. F., en 1945 calculo una incidencia de 60%. Stineglitz. E., en 1949 encontró una prevalencia del 68% en 67 mujeres estudiadas. Morton, J., en 1950 menciona que las molestias premenstruales leves las sufren casi un 50% de las mujeres, en cambio en síndrome de Tensión Premenstrual severo se presentan en un 5 a 10% y suele causar un deterioro en el bienestar físico y psíquico de las mujeres que lo padecen. En 1951, Bickers, B., Estudio el síndrome y dedujo que lo padecían el 36% de las mujeres que trabajaban en la Fábrica Richmon en Virginia. Rees, L., en 1958 encontró una incidencia del 79% entre 51 mujeres normales (Dalton K. 1976). Anteriormente los datos del Síndrome de Tensión Premenstrual eran muy variados. En 1977 Sampsom, G., realizo un estudio control en donde el 71% de su muestra informó tener síntomas premenstruales. En 1981 Van Keep, P., indica que en el Síndrome de Tensión Premenstrual es un trastorno que afecta al 25-50% de las mujeres que están Neevia docConverter 5.1 en edad reproductiva; también indican que el 85% de las mujeres hanpadecido alguno de los síntomas del síndrome en alguna ocasión. Pedersen, C., en el mismo año encontró que el 97% de las mujeres estudiadas informaron que al menos padecían un síntoma en el periodo premenstrual; mientras que solo el 19% solicitó tratamiento para esos síntomas. Por su parte Hargrove, J., indica que la mitad de las mujeres en edad reproductiva padecen alguno de los síntomas del síndrome y que el 10% de estas están severamente incapacitadas por estos síntomas. En 1983 el New York Times publico un artículo en el que se dice que entre el 20 y el 95% de las mujeres están afectadas por el síndrome. En 1984 Ylostano, P., en un estudio realizado indico que la incidencia media de este síndrome es del 40% pero debido a que incluyen una gran variedad de síntomas, hay grandes diferencias entre la incidencia de estos, así como en su severidad. Rauch, J., en 1982 estima que del 70 al 90% de las mujeres que menstrúan, experimentan algunas molestias premenstruales, mientras que del 20 al 40% sufren síntomas más graves (Corydon D. 1985). Se han efectuado pocos estudios fuera de las naciones industrializadas de occidente, o en países no industrializados. En una entrevista realizada a una pequeña muestra de mujeres israelíes Most, A., encontró que sólo el 30% de las mujeres tenían síntomas premenstruales; concluyeron que esos resultados apoyaban la idea de que las expectativas culturales afectan la manifestación de los síntomas. No obstante, señala que el idioma hebreo no registra un equivalente de Síndrome de Tensión Premenstrual y que esto puede afectar la manera como las mujeres informan los síntomas o incluso determinar que no lo hagan. Janiger, O., en un estudio piloto de culturas muy divergentes, incluyeron mujeres turcas, nigerianas, estadounidenses, indias apaches, griegas, y japonesas. Las mujeres de todos los grupos informaron cambios premenstruales típicos como irritabilidad, fatiga, depresión, y retención de líquidos. Los síntomas individuales variaron en frecuencia e Neevia docConverter 5.1 intensidad entre los grupos; las turcas y las nigerianas, señalaron la frecuencia más alta y las japonesas la más baja. El autor concluyo que los síntomas del Síndrome de Tensión Premenstrual si bien variables son universales (Gallo M. 1982). Así mismo, ha habido estudios sobre diferencias raciales en relación con las molestias premenstruales. Ferguson, J., comparo los síntomas físicos y emocionales de 75 mujeres blancas y 75 mujeres negras empleadas de un hospital; un alto porcentaje de ambos grupos (blancas =92% y negras=91%) presentaron síntomas del síndrome. Stoul A., en noviembre de 1986, evaluó los síntomas premenstruales en una muestra representativa de mujeres blancas y negras para observar si hay diferencias entre ellas. No encontró diferencia en la prevalencía o severidad de los síntomas premenstruales reportados por las mujeres blancas o negras, excepto por un mayor deseo de comida entre negras. Al resumir los estudios anteriores podemos llegar a la conclusión que la proporción de mujeres menstruantes, identificadas con cambios premenstruales, lo suficientemente severos como para que sean consideradas con Síndrome de Tensión Premenstrual, continua cayendo pues se creía que era del 70% y ahora se ha encontrado que es de 2 a 8% (Gallo M. 1982). Aún después de 50 años de estudio se han puesto diferentes nombres al Síndrome Premenstrual, como Síndrome de Tensión Premenstrual, Cambio Premenstrual, Síndrome Cíclico, Estado de Tensión Cíclica. Los diferentes términos se han usado para describir los síntomas físicos y psicológicos que han sido observados a lo largo de los años. El termino “Síndrome Cíclico” lo propone Sutherland, H., en 1965 cuando más de dos molominas que es un trastorno que acompaña al flujo sanguíneo menstrual, ocurren cíclicamente. El término “Estado de Tensión Cíclica” fue Neevia docConverter 5.1 sugerido por la condición irregular, cuyos rasgos dominantes incluyen los de la Tensión Cíclica, física y emocional. Ambos términos nunca ganaron aceptación (Gallo M. 1982). “Síndrome Premenstrual” y “Tensión Premenstrual”. Por un lado el término “Premenstrual” tiende a ignorar los síntomas similares que parecen tener la misma etiología y que se dan durante la menstruación y la ovulación. Por otro lado el termino “Tensión Premenstrual” enfatiza la tensión, siendo que es solo un síntoma del síndrome y su empleo hace confuso el diagnostico cuando no existe o no es tan intensa y es opacada por los síntomas más evidentes. Además, cuando se subrayan los síntomas psicológicos resulta fácil insinuar una etiología psicológica. Sin embargo, Llord. T., considera que el nombre de “Síndrome de Tensión Premenstrual” era altamente descriptivo pues define tanto la tensión emocional como la tisular (el edema intracelular) en la fase Premenstrual (Gallo M. 1982). En 1950 Morton. J., hace una diferenciación entre el “Síndrome Premenstrual” o “Síndrome de Tensión Premenstrual” y los casi omnipresentes cambios premenstruales más leves. El término “Cambio Premenstrual” se ha usado genéricamente para referirse a síntomas físicos o emocionales recurrentes, característicos de la fase progestecional, los cambios premenstruales específicos pueden ser positivos o negativos. Los positivos suelen pasar inadvertidos, por ejemplo algunas mujeres experimentan un incremento de energía, que origina mejor productividad laboral. Los síntomas premenstruales se han descrito como parte de los ciclos ovulatorios normales y se han denominado “molominas”, en la mayoría de las mujeres son leves y breves, y sólo son un aviso que va a empezar la menstruación. Todas las formas de incomodidad relacionadas con la fase Premenstrual no son necesariamente consideradas como síntomas de enfermedad Neevia docConverter 5.1 que deben ser tratados. La mayoría de las mujeres experimentan los cambios en el ánimo como naturales. Los cambios premenstruales no deben catalogarse como Síndrome De Tensión Premenstrual a menos que sean lo suficientemente intensos. Dicha intensidad puede valorarse al conocer que tanto afectan los síntomas la vida diaria de la mujer. Son cambios premenstruales importantes los que afectan la eficiencia laboral o las interacciones en la familia, intentos suicidas, uso de alcohol o droga, aislamiento social y otras conductas disfuncionales, así como antecedentes de búsqueda de tratamiento (Kuipers C. 1967). Entre los años 80s y 90s existió una gran controversia para definir este síndrome ya que en esa época no había un consenso entre investigadores y clínicos con relación al número, duración, combinación y/o variedad de los síntomas. Se hicieron esfuerzos para delinear las diferentes dimensiones del cambio premenstrual y para estudiar la correlación de sus diversos tipos y modelos. Todo aquello provocaba la falta de consenso ante la determinación de la existencia de diferentes tipos de Síndrome Premenstrual. En este sentido Moos. R., identifica ocho grupos de síntomas: dolor, concentración, cambios en el comportamiento, reacciones automáticas, retención de agua, afectividad negativa, estimulación. Halbreich. U., utilizando el Premenstrual Assesment Form (PAF), indicando la siguiente clasificación que incluye: síndromes depresivos mayores y menores, ansiedad, impulsividad, estado mental “orgánico”, retención de agua, dolor general, reacciones automáticas, fatiga, funcionamiento social deteriorado, y bienestar disminuido (Landeros J. 1990). Neevia docConverter 5.1 Por su parte Abraham. G., en junio de 1987 considera que el Síndrome de Tensión Premenstrual se puede dividir en cuatro subgrupos: TMP-A TMP-B TMP-C TMP-D El primero que es el más común comprende ansiedad premenstrual, irritabilidad y tensión nerviosa que en ocasiones se expresa en patrones de conducta que van en detrimento de la propia mujer, de su familia, y de la sociedad. El segundogrupo está asociado a la retención de agua, y de sal, hinchazón abdominal, dolor de mamas y aumento de peso. El tercer grupo está caracterizado por el deseo de comer dulces, aumento del apetito, y una ingestión desenfrenada de azúcar que provoca palpitaciones, fatiga, debilidad, dolor de cabeza y a veces temblores. Por último el cuarto grupo que es el menos común pero el más peligroso por que el suicidio es el más frecuente en este grupo, comprende síntomas de depresión, abandono, insomnio, falta de memoria y confusión (Fluhman C. 1958). Por último Van Keep. P., en 1987 hizo un intento de subcaracterización, identificó y clasifico tres categorías mutuamente excluyentes: grupo A: síntomas primarios por retención de líquidos y secundarios, que incluye malestar general y fatiga; grupo B: los síntomas primarios fueron “nerviosos” y los secundarios incluyen retención de líquidos y dolor, grupo C: los síntomas primarios de dolores con síntomas “nerviosos” mucho menos importantes. A pesar de que la tendencia estaba en la línea de considerar al Síndrome Premenstrual como diversos síndromes, no estaba claro como lo indica Bancroft, j., como deben de categorizarse: o bien reflejen tipos diferentes de un proceso cíclico o diferentes Neevia docConverter 5.1 sensibilidades o reacciones psicológicas al mismo patrón cíclico básico o unitario. Además, ninguno de los procedimientos utilizados tenían criterios específicos de inclusión y exclusión con puntos separados que ayuden en la diferenciación de los subtipos de cambios en el humor, en el comportamiento o en las condiciones físicas (Fluhman C. 1958). A pesar de que se reconoce la diversidad de los aspectos premenstruales ha habido esfuerzos para derivar definiciones más específicas de un Síndrome Premenstrual único que combine las diversas definiciones del cambio premenstrual. Por ejemplo Morton, J., en 1950 define a la Tensión Premenstrual como un complejo sintomático que empieza de 10 a 14 días antes de la menstruación, alcanza su máximo poco antes de la misma y desaparece con gran rapidez después de iniciado el flujo menstrual. Graber, E., en 1963 propone que la Tensión Premenstrual es un conjunto de disturbios emocionales que se ponen de manifiesto de 10 a 14 días antes del comienzo de la menstruación. Los síntomas parecen empeorar progresivamente en la semana que se precede inmediatamente a la menstruación y son aliviados con el comienzo del flujo menstrual. En 1965 Sutherland, H., definió al Síndrome como cualquier combinación de características físicas o emocionales que ocurren cíclicamente en una mujer antes de la menstruación y que regresa o desaparece durante ésta (Landeros J. 1990). En 1975 Smith, S., definió el Síndrome Premenstrual como una recurrencia episódica del ánimo irritable, ansiedad, tristeza, dolores, enfermedades y retención de líquidos, todos los síntomas complejos son delimitados a cinco días antes o precediendo inmediatamente a la menstruación o mínimamente después de ella. (No especifica cuantos días después de la menstruación se pueden presentar los síntomas). Psycherembel, W., en 1977 define al síndrome como determinadas molestias con características generales y locales que aparecen durante la segunda mitad del Neevia docConverter 5.1 ciclo, generalmente durante los 10 días antes de presentarse la hemorragia menstrual, esto es desde el décimo octavo hasta el vigésimo octavo día del ciclo. Dalton, K., entre julio, agosto, y octubre de 1980 define al síndrome como la presencia de síntomas recurrentes en la ovulación o después de ella, que se incrementan durante el premenstruó y persisten en la menstruación, con compleja ausencia de síntomas en la fase postmenstrual, por un lapso mínimo de siete días o hasta la ovulación. Sampson, G., definió al síndrome como cualquier combinación de características emocionales o físicas, que toman lugar clínicamente en las mujeres antes de la menstruación y que sufren una regresión o desaparición hasta el final de la menstruación. En el Instituto Nacional para la Higiene Mental (INHM) en Rockville en 1983, un grupo de investigadores definió operacionalmente al Síndrome Premenstrual como cambios marcados en intensidad de síntomas medibles diariamente de un ciclo de 5 a 10 días, que se intensifican durante los 6 días anteriores a la menstruación en dos ciclos anteriores consecutivos. Freinhar, J., en 1984 define al síndrome como un desorden psicológico que aflige a la mujer por 4 o 5 días antes de iniciarse la menstruación y que continúa durante 2 o 3 días después de terminado ésta. Stout, A., en 1986 lo define como una constelación de cambios premenstruales, incluyendo los síntomas cognitivos, afectivos, de comportamiento, y somáticos que regularmente ocurren durante la fase lútea (aproximadamente 14 días antes de la llegada de la menstruación) del ciclo menstrual. Rubinow, D., en 1984 define al síndrome como la ocurrencia cíclica de síntomas que son tan severos que interfieren con algunos aspectos en la vida de quien los presenta, los cuales aparecen en forma consciente, prediciendo la menstruación. Price, W., en 1986 define al síndrome como una colección compleja de síntomas conductuales, psicológicos y físicos que ocurren en forma repetida, aproximadamente cada 28 días, durante el periodo menstrual (cuatro días antes de la menstruación). Strickler, R., en 1987 por su parte señala que los Neevia docConverter 5.1 síntomas de Síndrome Premenstrual ocurren en la fase progestacional del ciclo, con un aumento premenstrual libre de síntomas, que dura más de 7 días. Mientras las definiciones varían ampliamente, el Síndrome Premenstrual es típicamente caracterizado por: a.Una agrupación específica o agrupaciones de síntomas. b.La severidad de la experiencia. c.La naturaleza del tiempo limitado. d.La repetida ocurrencia de estos síntomas debilitantes durante ciclos. Casi todas las definiciones del Síndrome Premenstrual subrayan que los síntomas encontrados en la fase progestacional deben estar ausentes en la semana siguiente a la menstruación. No obstante, debe recordarse que el Síndrome Premenstrual puede superponer a otros trastornos, tanto físicos como mentales. Por consiguiente para la presente investigación se usara la siguiente definición: “Recurrencia cíclica en la fase lútea del ciclo menstrual de una combinación de alteraciones físicas, psicológicas o cambios conductuales de suficiente gravedad que producen deterioro en las relaciones interpersonales que interfieren en las actividades normales” (Reíd RL. 1999). Neevia docConverter 5.1 Capítulo 2 CICLO MENSTRUAL. 2.1 Ciclo Menstrual. En la actualidad las mujeres tienen muchos más periodos que sus tatarabuelas. Una chica que empieza a tener periodos aproximadamente a los trece años puede esperar tener cuatrocientos periodos antes de llegar a la menopausia. En la época victoriana, de acuerdo con el Dr. Alan Riley, experto británico en medicina sexual, las mujeres tenían tan sólo cuarenta periodos en toda su vida. Las principales razones de este incremento son: Las niñas del mundo occidental maduran antes que en otras épocas, de modo que sus periodos se inician a una edad más temprana. En la actualidad las mujeres tienen menos hijos que en el pasado, cuando tener bebes cada 12-18 meses era común. Las mujeres no amamantan tanto como sus abuelas. El amamantamiento es un supresor natural del ciclo menstrual normal. Hoy en día las mujeres amamantan durante unos cuantos meses, en comparación con los dos años o más que lo hacían en el pasado. Las mujeres viven más que antiguamente. Sobreviven más mujeres a la menopausia que antes (Bellot L. 1984). Contar los días entre el inicio de cada periodo es la mejor forma de comenzar, de modo que pueda saber más sobre la duración del ciclo menstrual. Desde niñas se les enseña que un ciclo menstrual normal es de 28 días; es decir, 28 días a partirdel inicio de un ciclo menstrual y hasta el comienzo de otro. Pero esta Neevia docConverter 5.1 cantidad sólo es un promedio. De hecho, sólo una mujer de cada ocho presenta este ciclo estándar. Los ciclos pueden variar desde 24 hasta 35 días, y es normal que una mujer tenga un ciclo de 24 días un mes y 35 días el siguiente. El ciclo menstrual es muy sensible a los cambios. Algunas mujeres se dan cuenta de que las vacaciones pueden retrasar su periodo, o bien el estrés por desempeñar un trabajo nuevo puede hacer que este se adelante. No se sabe mucho acerca de los factores que cambian la duración del ciclo menstrual. Si algunas mujeres les ocurren que su ciclo se retrase o adelanta es normal, no importa qué tan largo sea su ciclo, aunque hay algo que permanece constante. La ovulación, la liberación de un huevo fértil del ovario, siempre ocurre 14 días antes del inicio de su siguiente periodo (Bellot L. 1984). El ciclo menstrual está controlado por cuatro hormonas: Estrógeno. Progesterona. Hormona estimulante del folículo (HEF). Hormona luteinizante (HL). El Estrógeno y la Progesterona son los responsables de provocar la ovulación y la construcción del recubrimiento del útero como preparación para el embarazo. La HEF y la HL son dos hormonas conocidas como gonadotropinas. Son producidas por la glándula pituitaria en el cerebro y controlan la producción de estrógeno y progesterona. La glándula pituitaria está controlada por una glándula en el cerebro llamada hipotálamo. Esta produce la hormona que libera las gonadotropinas que estimula la producción de HEF y HL de la pituitaria. El ciclo menstrual se divide en tres etapas: Menstruación. Neevia docConverter 5.1 Etapa folicular (o proliferativa). Etapa lútea (o secretoria). Menstruación (días 1-6). Un periodo normal dura de uno a ocho días, aunque el promedio es de cinco. Durante la menstruación los niveles de estrógeno y progesterona se encuentran en el mínimo. Esto da lugar a que el huevo sin fertilizar y el recubrimiento de la matriz se descamen, dando como resultado el sangrado. Etapa folicular (días 7-14). La glándula pituitaria produce la hormona estimulante del folículo y pequeñas cantidades de la hormona luteinizante. Esto hace que los ovarios desarrollen varios compartimentos pequeños llenos de liquido (conocidos como folículos primarios) que contiene huevos. Al madurar, los folículos producen cantidades mayores de estrógeno. Los niveles de estrógeno llegan a su máximo justo antes de la ovulación y dan lugar a que la pituitaria produzca HL. El huevo que está más maduro en el momento que se produce la HL se libera del ovario. Por lo general, la ovulación ocurre 36 horas después de la liberación de HL. Una vez que se libera un huevo maduro, los demás folículos degeneran. Mientras tanto, el útero también está activo: su recubrimiento se hace más grueso y esponjoso como preparación del embarazo. Etapa lútea (días 15-28). El folículo que contenía el huevo se llama ahora Cuerpo lúteo. La HL hace que el cuerpo lúteo produzca progesterona que provoca el crecimiento de los vasos sanguíneos del útero necesarios para el embarazo. El cuerpo lúteo permanece alrededor de 14 días después de la ovulación y posteriormente se consume y muere. Los niveles de progesterona se reducen a partir del día 22 del ciclo. Los niveles de estrógeno también disminuyen durante esta etapa y, al reducirse estas hormonas, el recubrimiento del útero degenera, completando así el Neevia docConverter 5.1 ciclo. El Síndrome Premenstrual ocurre durante la etapa lútea del ciclo, después de la ovulación. El estrógeno y la progesterona no solo participan en el ciclo menstrual. Casi cualquier sistema del organismo se ve afectado de alguna manera por una de estas hormonas (Bellot L. 1984). 2.2. Etiología. La compleja interacción entre factores culturales, biológicos, y psicológicos, que se relacionan con el ciclo menstrual, por años han intrigado y confundido aquellos estudios sobre el fenómeno ocurren mensualmente; exhibe variaciones hormonales en un modelo regular que tiene diferencias entre mujeres y aún dentro de ciclos individuales; y han penetrado creencias culturales asociadas con el ciclo. Existe una gran preocupación por que mientras conocemos un gran tratado sobre variación hormonal y creencias culturales, no sabemos que tan extensos sean estos factores para influir a cada mujer en su experiencia menstrual. No se han puesto de acuerdo en cuanto a lo que la etiología del Síndrome Premenstrual se refiere anteriormente han ofrecido una amplia variedad de explicaciones etimológicas pero al tratar de confirmarlas mediante estudios de laboratorio y tratamiento éstas han fracasado. La etiología del Síndrome Premenstrual no se puede explicar únicamente como factores orgánicos o psicológicos aun incluso entre ambos factores se discute si los cambios cíclicos son psicológicos o hormonalmente determinados. Es necesario buscar la relación entre muchos otros factores Neevia docConverter 5.1 tales como antropológicos, culturales, sociales, religiosos, ya que es influido por el medio ambiente, aprendizaje social, condiciones hormonales, constitución y personalidad de cada mujer. Las numerosas teorías etiológicas que han surgido para explicar las causas del Síndrome Premenstrual son variadas y extensas pero contradictorias en muchos aspectos. Estas pueden ser ampliamente clasificadas en dos grandes categorías: biológicas y psicosociales. El hecho de clasificar las teorías etiológicas no quiere decir que la división sea tajante y no haya relación alguna ante ellas, por el contrario están estrechamente interrelacionadas (Cevallos S. 1996). Teorías Biológicas. Dentro de estas teorías las que han tenido mayor auge, difusión y aceptación, son las hormonales. Hormonales. Puesto que el ciclo menstrual depende del flujo de hormonas gonadotrópinas, es lógico que se relacionen con el Síndrome Premenstrual y se crea que lo originan. En la etiología del Síndrome se ha implicado un desbalance entre la progesterona y el estrógeno o una producción excesiva o deficiente de una o ambas hormonas, pero los resultados de diferentes investigaciones son contradictorios (Cevallos S. 1996). 2.3. Estrógenos. Frank R., en 1931 fue el primero que descubrió al Síndrome Premenstrual, postulo que era causado por un elevado nivel de estrógenos en la sangre, a consecuencia de una defectuosa eliminación renal de esta hormona. Afirmó que la sangre de la paciente tenia el doble de la proporción normal de la hormona ovárica y después del alivio de los Neevia docConverter 5.1 síntomas por irradiación de los ovarios, el nivel de las hormonas ováricas volvía a su proporción normal. Morton, J., en 1946 respaldo dicha hipótesis al demostrar que el dolor de los senos se debe a un elevado nivel de estrógenos. Más tarde en 1950, pudo provocar artificialmente el síndrome, administrando grandes dosis de estrógenos. Sin embargo, los efectos de los estrógenos son comprobados posteriormente por informes de casos y estudios que sugieren que tienen efectos antidepresivos. El estrógeno induce un incremento en la biodisponobilidad de la norepinefrina del Sistema Nervioso Central e induce cambios en receptores noradrenérgicos, serotonérgicos, y dopaminérgicos. Durante el ciclo menstrual normal, el nivel de estrógenos llega a su máximo en la ovulación, luego cae abruptamente justo antes de la menstruación. Los niveles bajos de estrógenos son conocidos por coincidir con los niveles altos de monoaminoxidasa, la cual puede transformarse en depleción de catecolaminas. De acuerdo con la hipótesis de Schildkraut, J., en 1971 tal depleción puede precipitar un episodio de depresión para personas predispuestas. Ahora bien, si tomamos en cuenta que el Síndrome Premenstrual se presenta desde la ovulación hasta aproximadamente dos días después de la menstruación, estateoría que señala como etiología el exceso de estrógenos queda desechada. No existe casi ninguna parte del cuerpo que no se vea afectada por el estrógeno. Los médicos que estudian la menopausia han descubierto que participa en: La conservación de los niveles de colesterol bajos a fin de proteger contra las enfermedades cardíacas. La conservación de los huesos fuertes. La conservación de la piel y el cabello fuertes y sanos. El desarrollo de los senos. Neevia docConverter 5.1 El control del estado de ánimo y las emociones; se sabe que el estrógeno tiene 50 acciones en el cerebro. Ayuda a la función de la memoria, es un tranquilizante y antidepresivo natural y con frecuencia se describe como la “hormona feliz”. El impulso sexual también esta relacionado con el estrógeno (Dalton K. 1976). 2.4. Progesterona. Israel, S., encontró un elevado umbral renal para los estrógenos, en menos de la mitad de sus pacientes, esto lo llevó a sugerir que la causa de Síndrome Premenstrual no era tanto el alto nivel de estrógenos en la sangre como la falta de progesterona, que actúa como antagonista. La concentración de suero de progesterona varía durante las diferentes fases del ciclo menstrual. Algunos investigadores hallaron baja concentración premenstrual de progesterona en suero en algunas de sus pacientes con Síndrome Premenstrual. Dalton, K., en 1982 considera que el Síndrome Premenstrual es causado por una deficiencia de progesterona, debido a que los síntomas están presentes en la fase lútea (desde la ovulación hasta la menstruación), cuando la progesterona también está ausente en la sangre periférica. Además, las pacientes que padecen Síndrome Premenstrual están libres de síntomas durante el embarazo, cuando la progesterona alcanza niveles muy altos. Esto junto con la observación de que el tratamiento de progesterona elimina los síntomas del Síndrome Premenstrual, sugiere que ésta juega un papel muy importante en la etiología de este síndrome. Sin embargo, no se conoce con exactitud sí el problema se genera en los ovarios, en la hipófisis, en los centros que controlan la menstruación, en el hipotálamo o en la producción anormal de las hormonas ováricas o hipofisiarias. Los síntomas emocionales han sido relacionados al decremento de los niveles de progesterona en los que los síntomas afectivos negativos parecen comenzar en la fase lútea y aumentan en Neevia docConverter 5.1 intensidad, mientras la progesterona desciende desde su pico lúteo hasta su nivel más bajo premenstrual. Algunos estudios han encontrado que las pacientes aquejadas del Síndrome Premenstrual no siempre tienen niveles bajos de progesterona y que algunas mujeres que al parecer tienen niveles relativamente bajos de progesterona no padecen en absoluto de síntomas del Síndrome Premenstrual. Por lo que sugieren que los síntomas afectivos premenstruales no en términos de deficiencia absoluta de progesterona sino en la absorción de la hormona. En 1979 O´Brien informo de niveles significativos altos de progesterona 10 días antes de la menstruación en mujeres sintomáticas, comparadas con su grupo control. Lauersen, N., en 1983 comenta que la progesterona puede cambiar en la mujer la tolerancia al azúcar, de manera que el nivel de ésta en la sangre es tal que le puede producir un fuerte apetito. Estos cambios de apetito pueden estar inducidos por el Sistema Nervioso Central (SNC) y producen cambios metabólicos de una ingesta anormal de carbohidratos. Se ha postulado que estos cambios centrales pueden reflejar una relación psicológica con los cambios de humor negativo, motivo por el cual las mujeres comen para controlarse, lo que produce una disminución aún mayor de su autoestima. La progesterona también tiene otros efectos además de regular la menstruación. Participa en: Los mecanismos del sueño; voluntarias sanas a las que séles inyecto progesterona se quedaron dormidos. El control de los niveles de azúcar en la sangre; la falta de progesterona produce el deseo de consumir alimentos dulces, que es la forma que tiene el organismo de decir que el nivel de azúcar en la sangre es muy bajo. El control del estado de ánimo y las emociones; en algunos estudios la progesterona sintética ha causado Neevia docConverter 5.1 depresión a personas sanas, pocas horas después de ser administrada. Aunque los médicos no saben todo acerca del funcionamiento de las hormonas, existen muchas evidencias de que estas se encuentran en la raíz del Síndrome Premenstrual (Corydon D. 1985). 2.5. Desequilibrio Estrógenos-Progesterona. Green, R., señala una marcada relación estrógenos progesterona. Afirma que la hipótesis no depende de la demostración de un nivel de estrógenos constantemente elevado, ni de niveles bajos de progesterona, sino de la relación entre ambos. Diversos autores han encontrado un desbalance entre la progesterona y los estrógenos en mujeres con síndrome Premenstrual. Sánchez, C., en 1986 pensó que el desequilibrio hormonal podría ser causa del síndrome, dado que mientras el estrógeno ayuda al cuerpo a retener agua, la progesterona le ayuda a eliminarla. O´Brien y Sampson, en 1980 por el contrario no han encontrado en sus investigaciones, anormalidades en los niveles de progesterona y estrógenos. Por ejemplo Backstrom, T., en 1981 no encontró diferencias entre la concentración de progesterona en la fase progestacional entre mujeres del grupo control y mujeres con Síndrome. De hecho, afirman que quienes padecen Síndrome Premenstrual intenso bien comprobado pueden tener concentraciones relativamente altas de progesterona y normales de estrógenos. Las opiniones actuales basadas en las mediciones efectuadas por muchos investigadores, van en contra de una anormalidad en la concentración de esteroides sexuales en plasma, como origen de los síntomas del Síndrome Premenstrual. Si bien, observaciones bioquímicas y estudios de tratamientos plantean fuertes controversias respecto a la base de hormonas sexuales para el Síndrome Premenstrual y todas las mujeres experimentan “hormona no opuesta” y Neevia docConverter 5.1 “supresión hormonal” resulta atractiva la idea de una etiología hormonal ovárica, por las razones siguientes: A. Las concentraciones periféricas de hormonas pueden no reflejar con exactitud las concentraciones en el SNC. B. Hay receptores para estrógenos y progesterona en el cerebro. C. Hay hormonas sexuales medibles en el líquido cefalorraquídeo. D. El cerebro metaboliza las hormonas sexuales. E. Los estrógenos y la progesterona modifican la actividad eléctrica, enzimas (como monoamino oxidas) y neurotransmisores (serotonina), del SNC. F. Exacerbaciones de síntomas depresivos y trastornos afectivos se relacionan con el ciclo menstrual. G. El tratamiento restitutivo con estrógenos / progesterona y los anticonceptivos orales pueden desenmascarar o exagerar síntomas parecidos al síndrome Premenstrual (Boyle C. 1987). Al mismo tiempo, las propiedades farmacológicas de la progesterona parecen adecuadas para tratar la agitación, ansiedad, insomnio, ira y retención de líquidos; entre sus propiedades benéficas están un efecto sedante/anestésico, retardado del Electroencefalograma, mayor tiempo de ensueño al dormir, incremento del umbral de convulsiones, retraso del despertar y mayor excreción de sodio. Hoy investigadores conceptúan a los esteroides sexuales no como agentes causales sino permisivos, que deben acoplarse con otros factores agravantes para desencadenar al síndrome Premenstrual. Neevia docConverter 5.1 2.6. Andrógenos. Las manifestaciones del Síndrome Premenstrual pueden ser relacionadas a las fluctuaciones de andrógenos. Persiste un gran interés porque se sugirió la asociación entre andrógenos, conducta sexual y agresión, aunque las bases son difíciles de establecer. No han reportado diferencias en los niveles de andrógenos entre mujeres con diferentes grados decambios cíclicos en el ánimo, aunque hay alguna evidencia de que mujeres con marcado cambio en el ánimo, informan un patrón cíclico asociado con sentimientos sexuales. La manifestación común de acné que ocurre en algunas mujeres que presentan otros signos del Síndrome Premenstrual, también sugiere un posible papel casual para los esteroides androgénicos (Corydon D. 1985). 2.7. Mineralocorticoides. Geiringier E., en 1951 observo que las hormonas que fluctúan con periodicidad durante el ciclo menstrual regular no sólo ováricas, sino también las de la corteza renal exhiben una actividad cíclica que aumenta a la semana anterior a la menstruación. Sugirió que una ruptura en el equilibrio entre los mineralocorticoides por una parte y la progesterona y los glucocorticoides por la otra, explica muchas cosas con respecto a la totalidad del síndrome. Pellanda, E., en 1954 encontró que el síndrome aparece cuando hay aumento de los mineralocorticoides y glucocorticoides en relación con esteroides ováricos. 2.8. Aldosterona. La aldosterona fue aislada por primera vez por Simpson, T., en 1952 y desde entonces se ha visto que es el Neevia docConverter 5.1 principal esteroide que influye sobre el metabolismo de los electrolitos. Regulan el volumen del fluido extravascular y del intravascular por medio de la segregación renal de sodio, para lo cual actúa sobre los segmentos dístales de los tubos renales, aumentando la reabsorción del sodio y también en forma concomitante, la eliminación de potasio. En mujeres normales se ha reportado una pequeña excreción de aldosterona urinaria en mitad del ciclo seguida por un incremento lúteo que alcanza su punto máximo durante la fase premenstrual y cae justamente antes o tan pronto como comienza la menstruación. Dalton K., en 1967, se refiere a la etiología del Síndrome Premenstrual comentando la posibilidad de que si durante el premenstruó el ovario produce insuficiente progesterona para las necesidades del útero, ésta se obtiene de otra forma de suministro, las glándulas suprarrenales, dejándolas entonces con insuficiente material básico para la producción de corticoesteroides. El equilibrio de los corticoesteroides se altera temporalmente y puede originar retención de agua, alteración del balance de sodio y potasio, incapacidad para controlar reacciones alérgicas, alteraciones de nivel de glucosa en sangre y disminución de la resistencia contra la infección. Todos estos mecanismos podrían ser la causa de distintos síntomas premenstruales y también justificaría la aparición del síndrome. Sí los tejidos del cerebro se encuentran saturados de agua, pueden presentarse migrañas, cambios de humor y depresión. Lauersen, N., en 1983 indica en estudios que se realizaron, relacionaron a la aldosterona con el Síndrome Premenstrual. Una elevada tasa de estrógenos aumenta el nivel de las hormonas suprarrenales presentes en la sangre y el aumento de la aldosterona inhibe la excreción normal de sodio a través de los riñones, con lo cual se produce una retención híbrida. Por el contrario, la progesterona disminuye estas hormonas acelerando de este modo el proceso de eliminación de sodio, por lo que actúa como diurético. Si las tasas de estrógeno y de progesterona están equilibradas, la mujer Neevia docConverter 5.1 no sufre la retención de líquidos ni del Síndrome Premenstrual. Ocasionalmente, se ha descubierto que las mujeres afectadas por el Síndrome Premenstrual tienen una tasa elevada de aldosterona en la orina, pero el nivel de aldosterona en la sangre no es elevado. No está completamente claro porque la aldosterona sude en la fase lútea, pero han sugerido el efecto del desgaste de sodio ejercido por la progesterona, podría ser el estimulo. Se descubrió que tiene efectos en la actividad central colinérgica y endonérgica, que en periodos puede afectar la conducta (Dalton K. 1976). Neevia docConverter 5.1 Capítulo 3 3.1 Fisiología del Ciclo Menstrual. La actividad reproductora de las hembras en casi todos los animales es cíclica. En las mujeres, el ciclo ovárico tiene una duración aproximada de 28 días y por ello recibe el nombre de ciclo menstrual. El ciclo menstrual está regulado por la actividad pulsátil de producción de hormonas del hipotálamo. El hipotálamo al final de la menstruación estimula en la hipófisis (o glándula pituitaria) la liberación de las gonadotropinas hipofisarias que inducirán una producción de la hormona folículoestimulante (FSH) y de la hormona luteínica (LH). Al alcanzar el ovario, la hormona folículoestimulante FSH promueve la maduración y crecimiento de uno de los miles de folículos del ovario y éste la secreción progresiva de estrógenos (principalmente estradiol). Esta fase postmenstrual o folicular está dominada por los estrógenos. El folículo, que ha ido creciendo, sobre el día 14 revienta dejando libre al óvulo a depositarse en el oviducto o Trompas de Falopio. Este acontecimiento es denominado ovulación. Por otra parte, la alta concentración de estrógenos es percibida por la hipófisis que fomenta la producción de la hormona luteinizante LH de modo que la concentración de LH y FSH tendrán un pico máximos en el momento de la ovulación, alrededor del día 14. A partir de la ovulación comienza la fase lútea. Por estimulación hipotalámica la hipófisis aumenta la segregación de hormona luteínica LH a la vez que disminuye la hormona folículoestimulante FSH, hormona que a partir del día 14 decae rápidamente. La LH promueve la formación en el cuerpo lúteo, la secreción de progesterona y consecuentemente, la concentración de progesterona aumenta y la concentración de estradiol disminuye, invirtiendo las Neevia docConverter 5.1 proporciones de estas hormonas en el organismo durante esta segunda fase del ciclo. La progesterona tiene la función de preparar al útero para recibir al embrión en caso de gestación (Boyle C. 1987). Por otro lado, el óvulo maduro que ha empezado su camino hacia el útero empujado por numerosos cilios que tapizan las paredes de la Trompa de Falopio, puede seguir 2 alternativas: Si es fecundado por uno o varios espermatozoides seguirá bajando por el oviducto hasta entrar en la cavidad uterina, donde permanece por 1 o 2 días implantándose en el endometrio uterino: es el principio del embarazo. En este caso, los niveles de estrógenos y progesterona se mantendrán altos y se desarrollará la placenta reemplazando al cuerpo lúteo. Si el óvulo no es fecundado por un espermatozoide morirá al cabo de pocas horas, desaparecerá el cuerpo lúteo y la progesterona ya no será secretada. Al final de la fase lútea, la disminución de progesterona y de estrógenos determina que el endometrio se deshidrate y se desprenda produciendo una ligera hemorragia: la menstruación. Con ella se inicia otra vez la fase menstrual y de nuevo el ciclo ovárico en la mujer. Considerando el día 1 como el primer día de la menstruación, el ciclo menstrual puede dividirse en las siguientes fases: fase menstrual (días 1 - 5), fase folicular (días 6 - 12), fase ovulatoria (días 13 - 15), fase lútea (días 16 - 23) y fase premenstrual (días 24 - 28) (Brooks J. 1996). 3.2. Cambios Asociados al Ciclo Menstrual. Las hembras de los mamíferos son receptivas sexualmente sólo durante un período limitado de tiempo alrededor de la ovulación, el cual suele ser advertido por señales visuales (en algunos primates por hinchazón de la región del perineo), conductuales u olfativas. El Periodo en el Neevia docConverter 5.1 cual se manifiestan estas señales de receptividad sexual de las hembras se conoce como premenstruó. Ello constituye una clara ventaja evolutiva ya que hace coincidir la aparición de la conducta sexual con el momento en que la posibilidad de que la hembra resulte fecundada es mayor. La mayor parte de los primates muestran un aumento en la actividad sexual en el momento de la ovulación. De este modo, los mecanismos hormonalespreparan el cuerpo femenino para que pueda ser fecundado por una parte, y por la otra, actuando a nivel del sistema nervioso central y periférico, incrementando la posibilidad de que se produzca actividad sexual. Sin embargo, las hembras humanas presentan un ciclo de receptividad sexual continuo y no muestran ninguna señal de su fertilidad. Esto es lo que se conoce como “ovulación encubierta” u “ovulación oculta”. A pesar de que las hembras humanas no muestren ningún signo de fertilidad es posible que los cambios hormonales que se producen durante el ciclo menstrual tengan algún efecto sobre su conducta de forma que favorezca la reproducción durante este período fértil, al igual que ocurre en otras especies se puede afectar la conducta, reportaron alteraciones en la excreción de sodio y potasio durante el premenstruó. Sugirieron que los síntomas afectivos premenstruales podrían estar más relacionados ala variación cíclica de los electrolitos y de los fluidos que a cambios en estrógenos y progesterona. A partir de este descubrimiento se ha teorizado que una tasa alta de aldosterona en la orina puede estar relacionada con fluctuaciones de las hormonas femeninas estrógenos y progesterona o puede ser el resultado de una situación de estrés debido a la interrelación que existe entre el sistema nervioso y el sistema endocrino. Pero hasta la fecha no se ha encontrado una relación clara entre los niveles de aldosterona en circulación y los síntomas de S.P.M (Brooks J. 1996). Neevia docConverter 5.1 3.3. Endorfinas. El descubrimiento de los opiáceos endogenos endorfina encefálica y la similitud de sus efectos con los de la morfina ha provocado un aumento del interés en su posible papel como estimulantes. Se ha identificado una variedad de efectos fisiológicos de los opiáceos. Incluyendo un aumento de la sed asociado con un efecto antidiurético, un aumento en el apetito asociado a una alteración del metabolismo de los carbohidratos el cual con uso clicónico conduce a hiperinsulinismo reactivo e hipoglucemia, y la inhibición de la Prostaglandina. Por consiguiente no es sorprendente que los cambios en los opiáceos endógenos se hallan postulado como una causa del S.P.M. Independientemente un modelo bifásico del efecto opiáceo combina el efecto inhibitorio del aumento de opiáceos en la fase lútea media. Produciendo ciertos síntomas, seguido por el depresor que acompaña a la caída de los opiáceos la fase premenstrual. También han sugerido que la opiáceos y otros pépticos como la Q-MSH y la vasopresina, pueden ser el estimulo desencadenante del cuadro clínico que conduce a una causa periférica que produce la gran variedad de síntomas premenstruales. Varios fragmentos de información construyeron un fundamento para apoyar la idea de que el de opiáceos endogenos era el causante. Se parecían al S.P.M los síntomas de aumento de endorfinas, agitación y ansiedad, así como las características de supresión de opiáceos, disforia, labilidad emocional, letargo actividad motora reducida y aumento de la libido. La concentración plasmática de estrógenos endorfinas presenta covarianza. Las endorfinas se relacionan con dopamina, noradrenalina y serótina, neurotransmisores cuya actividad declinaba antes de la menstruación. Los opiáceos tenían un efecto inhibitorio crónico sobre la secreción de gonadotropina hipofisiária y en antagonista de los opiáceos, la naloxona luteinizante en la fase progestacional más que en la folicular. Neevia docConverter 5.1 Algunos opiacidos de la hormona adrenocorticotropina, regulaban las gonadotropinas, hormona del crecimiento, prolactina, vasopresina, insulina y glucagón, han encontrado variaciones en los niveles de endorfinas a través del ciclo menstrual con mayores niveles en la fase premenstrual en mujeres que sufrían de S.P.M, midieron las concentraciones de endorfinas en plasma en los días siete y veinticinco del ciclo, en mujeres asintomáticas y mujeres afectadas por S.P.M. El aumento de endorfina en la fase progestacional que ocurrió en el grupo control, fue significativamente distinto de la disminución pronunciada en las concentraciones medidas, en mujeres con S.P.M, afirman haber identificado un marcador bioquímico para el S.P.M. Hoy se cree que las endorfinas son causantes endocrinos en la etiología del S.P.M. Las repercusiones bioquímicas y sus efectos sobre las emociones y la conducta agrupan muchos de los diversos componentes del síndrome (Landeros J. 1990). 3.4. Neurotransmisores. Las hormonas de SNC se han relacionado con el S.P.M por su similitud de síntomas o relación con otros síndromes emocionales., quienes postularon que la acetilcolina regula la depresión y el estrés, entendieron fácilmente su teoría hasta el S.P.M. La serotonina es un contendiente, puesto que su recambio reducido se ha relacionado con efectos agresivos, propusieron la hormona estimulante de los melanocitos alfa que origina somnolencia y estado de alerta; y el desequilibrio de endorfina como mecanismo que modifica la actividad de las células dopaminergicas. Los cambios en la actividad de dopamina mediaron los síntomas conductuales informados en el S.P.M. Otras neuro-hormonas implicadas en el síndrome incluyen insulina melatonina ha sido reportada una relación inversa entre insulina, melanocitos y estradiol, progesterona y Neevia docConverter 5.1 hidrooxiprogesterona, indicando que los esteroides sexuales pueden jugar un papel en el control de los receptores de insulina, sugieren que esto puede ser una explicación, en parte, de la tolerancia a la glucosa en la segunda mitad del ciclo menstrual. Dado que la ansiedad e irritabilidad son síntomas que se asocian a la hipoglucemia pasajera, se ha sugerido que ya que estos síntomas ocurren en el premenstruó pueden en parte ser provocados por cambios en el fijamiento de insulina y tolerancia a la glucosa durante esta fase. La hormona pineal, melatonina, la cual ejerce efectos en las funciones gonadales y el sueño, y que incrementa la síntesis de progesterona en el cuerpo lúteo, varia con las fases del ciclo menstrual y alcanza el nivel más alto en las fases premenstrual y menstrual, se han encontrado niveles altos de noradrenalina y adrenalina en la orina y en el plasma. Durante la fase lútea. La secreción de noradrenalina y adrenalina en la orina, durante situaciones de estrés mental varían como función del ciclo ovulatorio, con menores niveles durante la fase reticular y media del ciclo y mayores en la fase lútea cuando los esteroides sexuales están altos. El principal metabolismo del sistema nervioso central norepinefrina se incrementa significativamente durante la fase lútea del ciclo menstrual, declina rápidamente dos días antes de la menstruación y se incrementa durante la menstruación. Se ha encontrado que en algunos casos el MHPG puede sufrir una elevación durante estados de manía y un descenso durante la depresión, se estudio a una mujer joven, quien manifestó “bochornos” como síntomas del S.P.M, Pudo medirse un aumento súbito en la HL en plasma periférico inmediatamente antes de los "bochornos" que coincidían con aumento de 5 a 10 °C en la temperatura del dorso del dedo. Estos datos son idénticos a los observados en menopáusicas cuya inestabilidad vasomotora se cree originada por secreción de noradrenalina en el hipotálamo. El argumento de Casper de que el S.P.M se origina por trastornos en el metabolismo de las catecolaminas es congruente con el tratamiento satisfactorio de dos pacientes con S.P.M Neevia docConverter 5.1 mediante el agonista central alfaz-clorhidrato de clonidina (Patiño R.A. 1990). 3.5. Prostaglandinas. Entre las últimas teorías puede citarse la que afirma que el síndrome resulta de niveles altos de prostaglandinas que son substancias del tipo de las hormonas, presentes en casi todas las células y que ayudan a regular la retención de agua. La coagulación de sangre la presióny el tono del músculo liso. Durante la generación pasada se han redescubierto las prostaglandinas. Estudios sobre las prostaglandinas producidas en el aparato reproductor femenino han demostrado que la dismenorrea funcional se origina por concentraciones locales excesivas. La hemorragia uterina funcional se produce por aumento en la producción de prostaciclina por el endometrio. Por tanto parece lógico para muchos autores atribuir la causa del S.P.M a las prostaglandinas puesto que los síntomas de S.P.M se originan en muchos sistemas. Los efectos de las prostaglandina que simulan síntomas constantes en órganos no reproductores crean un "delito por complicidad". En la mama la prolactina es mediada por las prostaglandinas que causan vaso dilatación, hiperalgesia y mastalgia. Las prostaglandinas del SNC actúan como neurotransmisores para modificar: sed. Apetito temperatura, estado de ánimo, tono muscular, umbral de convulsiones y hormonas como la vasopresina. En el riñón están sujetos a los efectos de las prostaglandinas. El flujo sanguíneo, la filtración glandular los efectos diuréticos, antidiuréticos y la liberación de renina. Las prostaglandinas influyen en la motilidad intestinal, las secreciones gástricas y la regulación del transporte de iones y líquidos. Un tercer argumento para la hipótesis de las prostaglandinas es la formulación defectuosa de PGE, a partir de los ácidos grasos esenciales. La PGE se sintetiza a partir del ácido linoléico de la dieta, por que los ácidos grasos intermediarios, gammalinoléico y Neevia docConverter 5.1 dihomogammalinoléico son deficientes en la alimentación del ser humano. Más aún la vía sintética e inhibida por dietas ricas en grasas saturadas, alcohol y catecolamina, requiere como cofactores piridoxina, niacina, Vitamina C, cinc, magnesio e insulina. Las bases experimentales para esta teoría son ensayos clínicos en los que se usó aceite de vellorita de ácido linoléico para aliviar los síntomas la inhibición de las prostaglandinas que mejora los síntomas de S.P.M se ha configurado como prueba de la etiología de este síndrome. Sin embargo, la prueba que relaciona las prostaglandinas con el S.P.M, es circunstancial ya que las prostaglandinas se producen localmente en casi todos los tejidos y parece más lógico explicar los síntomas de S.P.M en muchos sistemas como mediados por estas hormonas locales, que como, manifestación única de disfunción de las prostaglandinas (Lyon K. 1984). 3.6. Vitaminas. Actualmente muchas mujeres tienen una carencia de vitaminas del grupo E, debido al consumo de productos refinados, esta carencia parece que puede afectar a la regulación de producción de estrógenos, dando como resultado un circulo vicioso, debido a que el exceso de estrógenos intensifica la carencia de vitamina E, que a su vez hace que se produzcan más estrógenos. Este desequilibrio hormonal afecta a la aparición del S.P.M, que se reduce con un tratamiento de la vitamina E, también denominada piridoxina, la cual produce una disminución de la producción de dopamina y serotonina, neurotransmisores estabilizadores del humor, lo cual explicaría los estados de tensión, depresión e irritabilidad o la agitación que caracteriza al S.P.M. Si se suple esta carencia se consigue normalizar el organismo. En ausencia de una deficiencia medible de la vitamina E, es más lógico considerar a la piridoxina como contribuyente más que como agente causal de los síntomas Neevia docConverter 5.1 de S.P.M. Así mismo, se comenta la posibilidad de que las mujeres afectadas por el S.P.M tengan carencia de vitamina "A", pero hasta el momento no se han realizado estudios que demuestren la acción directa o indirecta del S.P.M. El L-Triptofano un precursor de la serotonina requiere pirodoxina como coenzima para su conversión a serotonina. Algunos estudios han sugerido que la depresión asociada con contraceptivos orales altamente estrógenicos podría resultar de la estimulación hormonal de Triptofano Oxigenasa, desviando de este modo el metabolismo del Triptofano que a su vez de la serotonina y con la piridoxina podría revertirse este efecto. Los autores hipotetizaron que una forma efectiva del S.P.M podría tener una etiología similar (Obrien D. 1987). 3.7. Hipoglucemia. Algunos síntomas premenstruales (fatiga, antojos alimenticios, irritabilidad) se parecen, a los de la hipoglucemia. Durante los últimos 50 años se ha sugerido que hay menos tolerancia a la glucosa después de la ovulación y se ha hecho una asociación entre el S.P.M y la hipoglucemia menstrual. Strickler. R. 1987 observa esta hipótesis por la eficacia de los alimentos y las dietas en donde se evita el azúcar libre para que no haya hipoglucemia recurrente y se recomiendan comidas pequeñas y frecuentes para uniformar la absorción de glucosa, sistemáticamente la respuesta de glucosa plasmática, insulina y glucagon en una prueba bucal de tolerancia a la glucosa, en diferentes fases del ciclo menstrual. Los resultados fueron indistinguibles entre mujeres con "hipoglucemia premenstrual" y aquellas que no la tenían y no hubo diferencias significativas en el metabolismo de la glucosa reactiva. Así mismo, la naloxona no alteró la respuesta a la glucosa, insulina o glucagón. Fue muy interesante que cuatro de seis mujeres informaron síntomas congruentes con la hipoglucemia, es un indicio, no una causa. La glucosa es la fuente de energía del cerebro pero Neevia docConverter 5.1 se informan síntomas cuando la glucemia es "normal". La etiología dice que no es ni la disponibilidad de glucosa, ni el trastorno de la glucorregulación por opioides sensibles a la naloxona. Los síntomas de tipo de hipoglucemia son desencadenados por una gran cantidad de catecolaminas. 3.8. Infección Ovárica. Las bacterias poseen sistemas enzimáticos para transformar hormonas esteroides, iniciar la síntesis de prostaglandinas y catabolizan hormonas proteicas, sé informó una mejoría de los síntomas del S.P.M en mujeres tratadas con doxiciclina por infección asintomático del cuello uterino que se creía relacionada con su infertilidad. No se midieron diferencias en la concentración de estradiol y progesterona plasmáticas en los ciclos de control y de tratamiento. La hipótesis de que la colonización bacteriana asintomática modifica el medio hormonal y por lo tanto causa S.P.M es novedosa.(Obrien D.1987). 3.9. Reacciones Ováricas. El surgimiento de los síntomas con una relación de tiempo respecto del ciclo menstrual sugiere que los órganos vinculados con la menstruación y con las glándulas que controlan a ésta. Podrían ser la sede de la enfermedad. Pero los síntomas cíclicos continúan después de la histerectomía y/o la ooferectomia bilateral, hecho que sugiere que la sede etiológica no se encuentra en el útero, la hipófisis o las adrenales. La ruptura del equilibrio de los corticoides puede explicar la presentación del S.P.M, de manera mensual y recurrente en aquellas mujeres a quienes les han sido extirpados los ovarios o el útero ya que estas alteraciones suceden en las glándulas suprarrenales. Neevia docConverter 5.1 Si los síntomas tuvieran relación directa con la menstruación o con los productos de ésta, seria de esperar que mejorasen a medida que la pérdida menstrual comienza a ser más escasa. Pero no sucede así pues con frecuencia se produce un aumento de los síntomas durante la menopausia y los síntomas cíclicos pueden persistir algunos años luego de la cesación de la menstruación. En la menopausia disminuye la secreción ovárica, pero por otra parte la actividad de la corteza adrenal aumenta en ese momento y al cabo de unos años disminuye. Dalton en 1986 valoró a ocho mujeres en un estudio transversal. Eliminó los ciclos ováricos mediante regulación descendente de la secreción de gonadotropina por medio de la hipófisis, debido a esto se atenuaron mucho los síntomas físicos y conductuales del S.P.M. Sibien es tentador considerar a los esteroides ováricos como mediadores de los síntomas de S.P.M, el antagonista de la GnRH actúa a través del SNC. Hay neuronas en RH más allá de la parte anterior del hipotálamo y puede no comprenderse la función completa de este cerebral. Así el estudio apoya el origen bioquímica del S.P.M pero no delinea la clase de sustancias químicas o el sistema que están en una norma primaria (Reíd RL. 1999). Neevia docConverter 5.1 Capítulo 4 4.1 Neurotransmisores. Las hormonas de SNC se han relacionado con el S.P.M por su similitud de síntomas o relación con otros síndromes emocionales. Strickler, en 1985 quien postulo que la acetilcolina regula la depresión y el estrés, extendieron fácilmente su teoría hasta el S.P.M. La serótina es un contendiente, puesto que su recambio reducido se ha relacionado con efectos agresivos. Strickler, en 1987 propuso que la hormona estimulante de los melanocitos alfa que origina somnolencia y estado de alerta; y el desequilibrio de endorfina como mecanismo que modifica la actividad de las células dopaminergicas. Los cambios en la actividad de dopamina mediaron los síntomas conductuales informados en el S.P.M. Otras neurohormonas implicadas en el síndrome incluyen insulina, melatonina; ha sido reportada una relación inversa entre insulina. Melanocitos y estradiol. Progesterona y hidrooxiprogesterona. Indicando que los esteroides sexuales pueden jugar un papel en el control de los receptores de insulina. Claree. A., en 1985 y Rausch, 1982 Sugieren que esto puede ser una explicación, en parte de la tolerancia a la glucosa en la segunda mitad del ciclo menstrual. Dado que la ansiedad e irritabilidad son síntomas que se asocian a la hipoglucemia pasajera. Se ha sugerido que ya que estos síntomas ocurren en el premenstruó pueden en parte ser provocados por cambios en el fijamiento de insulina y tolerancia a la glucosa durante esta fase. La hormona pineal. Melatonina, la cual ejerce efectos en las funciones gonadales y el suero, y que incrementa la síntesis de progesterona en el cuerpo lúteo, varía con las fases del ciclo menstrual y alcanza el nivel más alto en las fases premenstrual y menstrual. Algunos autores. Collins, 1985; Feichtinger. F., Goldstein. G. y Wasilewska. W. Collins. A. 1985, y Nilsson. L. en 1985 han Neevia docConverter 5.1 encontrado niveles altos de noradrenalina y adrenalina en la orina y en el plasma durante la fase lútea. La secreción de noradrenalina y adrenalina en la orina, durante situaciones de estrés mental varían como función del ciclo ovulatorio, con menores niveles durante la fase folicular y media del ciclo y mayores en la fase lútea, cuando los esteroides sexuales están altos. La excreción de MHPG (3-metoxy-4-hidroreniglicol) el principal metabolismo del sistema nervioso central norepinerrina, e incrementa significativamente durante la fase lútea del ciclo menstrual, declina rápidamente dos días antes de la menstruación y se incrementa durante la menstruación. Se ha encontrado que en algunos casos el MHPG puede sufrir una elevación durante estados de manía y un descenso durante la depresión. El argumento de Casper de que el S.P.M se origina por trastornos en el metabolismo de las catecolaminas es congruente con el tratamiento satisfactorio de dos pacientes con S.P.M mediante el agonista central alfa- clorhidrato de clonidina (Kuipers C. 1967). 4.2. Prolactina. La prolactina hormona segregada por la hipófisis que tiene como función principal estimular la producción de leche de las glándulas mamarias para alimentar a los lactantes regula el equilibrio hídrico y mineral en muchos animales. Este hecho indujo a plantear la hipótesis de que esta hormona podía jugar un papel importante en los cambios asociados al S.P.M causando retención de agua y tensión mamaria. En los años 70s se descubrió que la prolactina podía influir en el S.P.M. Se descubrió que esta hormona oscila de un día a otro pero que se eleva notablemente durante la ovulación y después durante toda la segunda mitad del ciclo menstrual permanece mas elevada que en la Neevia docConverter 5.1 primera mitad. La prolactina estimula a las mamas tiene ritmo circadiano con un máximo durante el sueño, es regulada dopamina hipotalámica y quizá por otros neurotransmisores y se secreta por reacción al estrés (Strickler. R. .1980) Se han hecho numerosos intentos para demostrar que la prolactina es responsable de la retención hídrica, pero los resultados obtenidos hasta la fecha son muy confusos. Al parecer la prolactina contribuye solo ocasionalmente al S.P.M, aunque de acuerdo con Kingston en 1984 muchas mujeres que padecen S.P.M tienen un alto nivel de prolactina. Sin embargo no se ha podido demostrar que las mujeres que padecen el S.P.M tengan niveles más elevados de prolactina que el resto de las mujeres (Iglesias G. 1987). 4.3. Desequilibrio Homeostático. Esta hipótesis postula que existen múltiples interacciones entre todos los sistemas anteriormente mencionados y probablemente algunos otros, los cuales interactúan y se influencian entre si. Semejante a una interacción, puede ser un desequilibrio durante el periodo premenstrual. El desequilibrio puede ser señalado por una sucesión de eventos los cuales tienen lugar para y durante el periodo premenstrual. Este periodo puede ser definido como un periodo de cambio. Desde luego un cambio premenstrual en niveles de plasma o actividades, puede ser el único denominador común para las numerosas substancias las cuales han sido involucradas en el S.P.M hipotéticamente. En lados los casos premenstruales hay cambios normales en niveles de hormonas y otras substancias, pero la magnitud y el lugar de cambio varían substancialmente entre mujeres. Uno puede asumir que cuando los niveles de distintas hormonas y otras substancias cambian simultáneamente pero en diferentes lugares y magnitudes la homeostasis entre hormonas moduladoras y neurotransmisoras puede ser Neevia docConverter 5.1 impedida temporalmente. Como una consecuencia de este impedimento homeostático, la vulnerabilidad ante estímulos externos e internos se incrementa y pueden sobrevenir mayores desequilibrios. El sistema desbalanceado provoca fluctuaciones amplias las cuales pueden ser causadas por cambios menores o severos de estos componentes. En el origen de los cambios cíclicos en el Animo, funcionamiento cíclico y comportamiento. No hay una diferencia detectable y consistente de anormalidades hormonales en aquellas mujeres que sufren de varios síntomas premenstruales ni de aquellas que tienen alteraciones detectables en las proporciones hormonales, mientras la consistencia con la cual las mujeres reportan cambios cíclicos en el estado de Animo en los estudios prospectivos y bien conducidos es fuertemente sugestivo el papel de las hormonas. Realmente cuales hormonas están envueltas y en qué forma permanece sin aclarar. Desde que Frank. R. en 1931 proporcionó una descripción del síndrome las investigaciones biológicas sólo han servido para revelar que tan complicada es la estructura fundamental neuroendocrinología del ciclo menstrual. En consecuencia las teorías basadas en una simple anormalidad hormonal se debilitan. Esta poco clara la participación precisa de hormonas y, substancias químicas relacionadas en la etiología del S.P.M Hay pocos datos experimentales convincentes en tanto que existe mucha información anecdótica sobre casi todas las hormonas. La hipótesis de una disfunción neurotransmisora es la mas difícil de probar y la mas fácil de defender. Hay muchas hormonas que pueden mediar una disfunción neuroendocrina y así explicar diversos síntomas; muchas pueden ejercer retroalimentación sobre el neurotransmisor y así actuar como contribuyentes permisivos del síndrome. Los estreses ambientales e internos que pueden actuar a través del sistema neuroenendocrino apoyan las hipótesis de química patológica
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