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TRATAMIENTO DEL SINDROME DE SUPRESION POR 
BENZODIAZEPINAS: ENFASIS EN DOXEPINA Y 
ANTIDEPRESIVOS TRCICLICOS 
 
 
 
 
 
 
Tesina que presenta el 
Dr. Héctor José Castro Macias 
Para obtener el grado de especialista en psiquiatría por la Universidad Nacional 
Autónoma de México 
Departamento de Psicología médica, psiquiatría y salud mental, Facultad de Medicina, 
UNAM 
 
 
 
 
 
 
Asesor Metodologico: Dra. Claudia Follieux Morales 
 
 
 
 
 
Febrero 2001 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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Página 
 
Introducción 2 
 
Farmacología de las benzodiacepinas 3 
 
Síndrome de abstinencia de benzodiacepinas 6 
 
Tratamiento del síndrome de supresión de benzodiacepinas 12 
 
Neurobiología de la adicción y utilidad de doxepina en la abstinencia 26 
 
Neurobiología de la dependencia y supresión de benzodiacepinas 28 
 
Cuestiones destacadas 32 
 
Uso de doxepina en la supresión por otras sustancias 33 
 
Papel de histamina en funciones las cerebrales y ansiedad 34 
 
Monografía de doxepina 36 
 
Conclusión 43 
 
Referencias 43 
 
 
Introducción 
 
En conjunto, las benzodiazepinas constituyen uno de los medicamentos prescritos con mayor 
frecuencia en todo el mundo. El primer contacto con estos fármacos es generalmente por 
prescripción médica. En general las benzodiazepinas suelen presentar pocas interacciones con 
otros fármacos y los efectos secundarios son poco frecuentes, generalmente leves y pueden 
corregirse fácilmente ajustando la dosis. Sin embargo, se ha demostrado que las 
benzodiazepinas pueden dar lugar a problemas de abuso y dependencia. 
 
Se utilizan principalmente como parte del tratamiento de los trastornos por ansiedad e 
insomnio. La historia de los tratamientos de la ansiedad ha pasado por varias etapas. En la 
actualidad se ha hecho patente que los trastornos por ansiedad suelen ser crónicos o 
recurrentes y se acepta que en general son cada vez mas frecuentes. Aunque durante algún 
tiempo se pensaba que las benzodiazepinas podrían caer en desuso por el advenimiento de 
nuevos medicamentos antidepresivos y otros ansiolíticos en realidad siguen ocupando un lugar 
primordial en la psicofarmacología. En consecuencia la dependencia a BZD continua siendo un 
tema de gran importancia clínica. 1 
 
Las BZD son más usadas por su mayor índice terapéutico (menor riesgo de intoxicación) y su 
menor riesgo de tolerancia y dependencia que los barbitúricos. Sin embargo, la dependencia 
fisiológica es posible y ocurre en administraciones prolongadas, incluso a dosis terapéuticas. 
 
Epidemiología de la dependencia a benzodiazepinas 
 
En México, el síndrome de Intoxicación por psicotrópicos depresores, es decir, sedantes, 
hipnóticos o ansiolíticos excluyendo al etanol, más observado en los ámbitos clínicos y salas de 
urgencias, es causado por la ingestión de benzodiazepínicos. En cambio, la intoxicación por 
barbitúricos es poco frecuente, debido a que actualmente estos medicamentos sólo se utilizan 
en forma aislada como antiepilépticos en una muy pequeña proporción, ya que la disponibilidad 
de nuevos fármacos anticonvulsivos presentan un menor poder adictivo. La prevalencia del 
consumo de benzodiazepinas estimada en la población general presenta grandes variaciones 
entre los países y en función de la pauta, pero en general se mantiene en tasas elevadas Esto 
hace que el problema del abuso y dependencia a dosis altas y bajas de benzodiazepinas 
continúe siendo un importante problema de salud pública sobre todo en mujeres. Entre el 10 y 
el 20% de la población de los países occidentales reconoce el consumo de benzodiazepinas en 
el último año, y entre el 1 y el 3% las ha consumido diariamente durante más de un año. En 
general se observa un mayor consumo en mujeres, en personas de 50 a 65 años y una 
utilización de benzodiazepinas hipnóticas más elevada que la de las ansiolíticas. De acuerdo a 
la a la encuesta nacional de adicciones en México la prevalencia de uso de tranquilizantes en 
nuestro país es de 1.77 para la pregunta de si alguna vez los han utilizdo y de 1.07 con la 
pregunta de si ha utilizado tranquilizantes en el último año y en el último mes de 0.61. Según el 
ruebr o “alguna vez en la vida” el consumo global de psicofármacos de usos médico (en dónde 
se clasifican las benzodiazepinas) fue de 15.4%. De este total, el 83% se consume bajo 
prescripción y el 17% lo hace fuera de control médico. Respecto a su distribución por sexo, el 
63% son mujeres, lo cuál indica que por cada aconsumidor varón, existen casi dos mujeres que 
utilizan estas sustancias. Es en la región norte-centro del país en la que se observa mayor 
consumo con un 18.4%. La tasa específica de síndrome de supresión por benzodiazepinas en 
nuetros país se desconoce. Las indicaciones principales de estos medicamentos son el 
tratamiento de la ansiedad y del insomnio. También son los medicamentos de elección en el 
tratamiento del síndrome de abstinencia del alcohol y, cuando se administran de forma 
intravenosa, se emplean en el control del estado epiléptico y como sedantes preoperatorios. 
 
A pesar de su elevada prevalencia no existe un consenso claro sobre el manejo óptimo de la 
dependencia a benzodiazepinas y muy en especial el manejo médico del síndrome de 
supresión por estas sustancias. A pesar de la gran cantidad de estudios tanto básicos como 
clínicos, todavía hay mucha controversia al respecto de la duración e intensidad de uso de las 
benzodiazepinas para tratar los trastornos por ansiedad y otros similares así como del manejo 
óptimo del síndrome de supresión . La razón principal para este debate es la preocupación que 
tienen los clínicos, autoridades y población en general sobre el riesgo de dependencia y abuso 
a las benzodiazepinas. En un consenso de 73 expertos en la farmacoterapia de la ansiedad y 
trastornos depresivos de diversos países se consideró que las benzodiazepinas tienen un alto 
riesgo de producir dependencia y abuso. Por otro lado, también hay gran heterogeneidad 
respecto del riesgo comparativo de dependencia y abuso entre un tipo de benzodiazepinas y 
otro. Las diferencias entre las benzodiazepinas de acción corta y larga para inducir síntomas de 
supresión es mucho menos clara durante el retiro gradual o del medicamento que cuando se 
suspende en forma brusca. Tampoco existe consenso en torno a los factores quecontribuyen 
en mayor medida a la aparición de síntomas de supresión e intento fallido de retirar la 
administración de BZD. Las propiedades farmacológicas de los medicamentos administrados 
son quizás uno de los factores mas importantes en la aparición de síntoma de abstinencia. Por 
otro lado, las características clínicas del paciente quizás sean de mayor importancia para el 
fracaso del intento de retirar el fármaco. Los expertos parecen coincidir en la utilidad de estos 
medicamentos para tratar la ansiedad aun por periodos prolongados. En general, la 
dependencia y abuso a BZD es considerada como una situación grave pero remediable cuando 
se detecta y trata a tiempo. Sin embargo también quedó claro que no existe un consenso sobre 
la mejor manera de tratar los pacientes con síndrome de abstinencia ya instalado. Aunque la 
terapia de sustitución es la mas conocida existen otras modalidades terapéuticas cuya validez 
no ha sido establecida por completo pero que han sido una respuesta parcial a la falta de 
eficacia del primer modelo terapéutico mencionado.5 
 
Existen diversas tecnicas de amnejo de la supresion de BZD que seran comentadas. Otra 
evidencia de la falta de consenso a este respecto es la falta de guías o criterios uniformes de 
tratamiento del síndrome de supresión por benzodiazepinas publicadas por los organismos 
académicos correspondientes. Baste citar a manera de ejemplo las Practice guidelines for the 
treatment of patients with substance use disorders: alcohol, cocaine, opioids de la American 
Psychiatric Association (APA) publicadas en 1995 (6) las que está ausente un consenso 
respecto al manejo de la dependencia a benzodiazepinas. 
 
 
Farmacología de las benzodiazepinas: 
 
 
Farmacocinética 
 
Cuando se ingieren las benzodiacepinas tienen una biodisponibilidad de 70-100%, aunque la 
presencia de alimento o de antiácidos, retarda su absorción. Por vía oral las concentraciones 
plasmáticas más elevadas se obtienen en el transcurso de las siguientes 4 hs. Por vía 
intramuscular la biodisponibilidad del diazepam y del clordiacepóxido es irregular, lenta y 
errática. Por esas vías las concentraciones plasmáticas más altas se logran entre las 10-12 hs. 
Así por ejemplo 78% de las benzodiacepinas circulantes en sangre se fijan a la albúmina 
sérica, con lo que se alarga el tiempo del efecto terapéutico. Los barbitúricos por su parte, al 
ser débilmente ácidos, liposolubles y encontrarse en el estómago en forma no ionizada, se 
absorben con rapidez. Sin embargo, la rapidez de absorción es mayor en los que tienen acción 
corta que en los que tienen acción prolongada, posiblemente en proporción directa a los 
efectos que muestran. 
 
La biotransformación de la mayor parte de las benzodiacepinas, produce desmetildiazepam y 
oxacepam que son metabolitos activos de vida media prolongada. Los metabolitos 
hidrosolubles de las benzodiacepinas son excretados principalmente por el riñón. Los cambios 
en la función renal no tienen en la mayoría de las personas, un efecto notable en la eliminación 
de los medicamentos originales. Las vías metabólicas principales de los barbitúricos consisten 
en la oxidación por enzimas hepáticas y la glucorización, como única variante de actividad 
metabólica. 
 
Vías de Administración 
 
La forma de sumistro a la que con mayor frecuencia se recurre para fines de abuso de 
psicotrópicos es la bucal. Si bien algunos de ellos como el diazepam y el flunitrazepam se 
pueden administrar parenteralmente, el clordiacepóxido combinado con clidinio (Librax) sólo 
puede administrarse oralmente. 
 
Farmacodinamia 
 
El efecto más importante de las benzodiacepinas se ejerce en el sistema límbico y 
específicamente en el hipocampo del lóbulo temporal. El efecto ansiolítico está quizá 
relacionado con la disminución en el recambio de la serotonina. La capacidad anticonvulsiva se 
relaciona con la potenciación de la actividad GABAérgica, mientras que la relajación muscular 
podría deberse al efecto de estos medicamentos sobre la glicina. Se han identificado 
receptores específicos para el diazepam localizados básicamente en la corteza frontal y 
occipital y en menor cantidad en el hipotálamo, cerebelo, cuerpo estriado y tallo cerebral. 
 
Las benzodiazepinas ejercen sus efectos fisiológicos mediante su unión a una subunidad del 
receptor GABA. El receptor GABA consta de un canal iónico y varias subunidades que se fijan 
a diferentes sustancias: una subunidad se fija al alcohol, otra a las benzodiazepinas y otra a los 
barbitúricos. La subunidad que se fija a las benzodiazepinas se ha denominado: receptor 
benzodiazepínico. Las benzodiazepinas que aumentan el efecto del GABA se denominan 
agonistas. El GABA es el neurotransmisor inhibidor mayor del SNC, y las sinapsis GABA, 
distribuidas a través del cerebro y la médula espinal, constituyen alrededor del 40% de todas 
las sinápsis. La función fisiológica de las sinapsis gabérgicas es modular la polarización de las 
neuronas. El receptor GABA lo consigue mediante la apertura o el cierre de los canales de 
cloro. La apertura de los canales de cloro permite que entren más iones cloro al interior de la 
célula. El flujo de iones cloro cargados negativamente aumenta el gradiente eléctrico a través 
de la membrana celular y convierte a la neurona en menos excitable. El cierre de los canales 
disminuye la polarización eléctrica y convierte a la célula en más excitable. La unión de un 
agonista al receptor benzodiazepínico facilita el efecto del GABA (abre el canal de cloro). Los 
efectos clínicos son la reducción de la ansiedad, la sedación y el aumento del umbral 
anticonvulsivante. 
 
Las sustancias que se unen al receptor y cierran el canal del cloro producen un efecto opuesto: 
son ansiogénicas y disminuyen el umbral anticonvulsivante. Algunos componentes como las 
betacarbolinas, que producen los efectos opuestos a los de los agonistas benzodiazepínicos se 
denominan agonistas inversos . 
 
Algunos componentes se unen al receptor benzodiazepínico pero no aumentan ni disminuyen 
el efecto del GABA. En ausencia de agonistas benzodiazepínicos o agonistas inversos, son 
ligandos neutros (se unen al receptor y bloquean los efectos tanto de los agonistas como de los 
agonistas inversos). En consecuencia, los agonistas neutros se suelen denominar 
antagonistas. Si el receptor es ocupado a continuación por un agonista o un agonista inverso, 
el agonista neutro desplazará al agonista o agonista inverso. El desplazamiento del agonista 
benzodiazepínico tiene utilidad clínica. Por ejemplo, el antagonista benzodiazepínico flumazenil 
revierte la sedación producida por la sobredosis de benzodiazepinas. La interacción de los 
receptores benzodiazepínicos con sus ligandos son muy complejas. La unión de los ligandos 
pueden alterar la farmacología del receptor (por ejemplo alterar el número de receptores o 
cambiar la afinidad del ligando por el receptor). 
 
 
Efectos neuroquímicos. 
 
Desde que hace 15 años se identificaron los lugares de fijación de las benzodiazepinas, se han 
realizado múltiples estudios sobre el efecto de la administración crónica de benzodiazepinas en 
experimentación animal. En general los datos indican que la tolerancia a las benzodiazepinas y 
los efectos de su retiro correlacionan con alteraciones en la función del receptor 
benzodiazepínico y del receptor GABAa, aunque las bases moleculares de estos cambios 
permanecen por definir. 
 
Farmacología conductual. 
 
En general los resultados de los estudios de farmacología conductual de las benzodiazepinas 
indican que los síndromes de supresión de benzodiazepinas probablemente: 1)- se relacionan 
con el desarrollo de tolerancia y probablemente ocurren sólo cuando hay un cierto grado de 
tolerancia; 2)- dependen de la configuración del receptor benzodiazepina/GABAa; 3) implican a 
múltiples sistemas de neurotransmisión más allá del sistema GABAa. Este último aspecto 
resulta de gran trascendencia para la discusión que se plantea en este trabajo todavez que la 
falta de un sustrato anatómico y neurobiológico específico hace difícil que agentes con 
mecanismos de acción también muy específicos candidatos idóneos para el manejo de estos 
pacientes. 
 
Efectos fisiológicos 
 
Las benzodiacepinas actúan en el SNC tanto a nivel encefálico como medular. Las 
benzodiacepinas disminuyen el estado I del sueño acortando su latencia, incrementan los 
estados II, III y IV, disminuyendo el que corresponde a la fase de Movimientos Oculares 
Rápidos, MOR. Estos fármacos reducen la amplitud de los potenciales somatosensoriales 
evocados, acortando la latencia del primer pico graficado, con prolongación de su pico tardío. 
Las benzodiacepinas por su parte, causan de manera global menos problemas de depresión 
respiratoria que los barbitúricos; sin embargo, a dosis de preparación para la endoscopía, el 
diazepam (Valium) puede deprimir la respiración. Las benzodiacepinas a dosis terapéuticas, 
tienen poco o ningún efecto sobre esos parámetros fisiológicos. El diazepam (Valium) inhibe la 
secreción nocturna de ácido gástrico hasta en 50% Los oxibarbitúricos por su parte, 
disminuyen el tono de la musculatura gastrointestinal y la amplitud de las contracciones 
rítmicas al igual que las secreciones gástricas. 
 
Abuso y dependencia de las benzodiazepinas. 
 
La mayoría de los individuos que no son ansiosos no encuentran que los efectos de las 
benzodiazepinas sean reforzadores o placenteros y por consiguiente, las benzodiazepinas no 
suelen utilizarse con fines recreativos. Las investigaciones sobre la dependencia de las 
benzodiazepinas pueden diferenciarse entre las que se focalizan en el abuso de dosis altas y 
las que se focalizan en el desarrollo de dependencia tras el uso crónico a dosis terapéuticas. 
 
En general podemos clasificar los pacientes que desarrollan dependencia de benzodiazepinas 
en: 
 
1. Politoxicómanos que también consumen benzodiazepinas. 
 
2.Alcohólicos y pacientes que abusan de las benzodiazepinas que se les ha prescrito para el 
tratamiento de la ansiedad crónica o el insomnio. 
 
3.Pacientes con depresión o trastornos de pánico a los que se les ha prescrito dosis altas de 
benzodiazepinas durante períodos de tiempo prolongados. 
 
a. Los politoxicómanos pueden tomar benzodiazepinas para mejorar los efectos adversos de la 
cocaína, como automedicación del síndrome de abstinencia de la heroína o del alcohol, para 
aumentar los efectos de la metadona, para "colocarse" cuando no disponen de otras drogas. 
Rara vez las benzodiazepinas son sus drogas preferidas. Incluso aunque el uso que realizan 
de las benzodiazepinas no pueda calificarse como "abuso" desde el punto de vista de los 
criterios del DSM-IV, suele decirse que estos individuos abusan de las benzodiazepinas 
puesto que su consumo se realiza fuera del contexto del tratamiento médico y es parte del 
patrón de policonsumo de drogas. Además, las benzodiazepinas suelen obtenerse en el 
mercado ilegal. 
 
b. Los alcohólicos y los pacientes abusadores que reciben tratamiento por ansiedad crónica o 
por insomnio, son los candidatos más importantes a desarrollar dependencia de 
benzodiazepinas. Pueden recibir benzodiazepinas por períodos de tiempo prolongados y 
pueden estar biológicamente predispuestos a desarrollar dependencia de las benzodiazepinas, 
puesto que en estos sujetos los efectos subjetivos de las benzodiazepinas pueden ser 
diferentes. 
 
c. Los pacientes con depresión o trastornos de pánico pueden seguir tratamiento con 
benzodiazepinas a dosis altas durante períodos de tiempo prolongados. Algunos de estos 
pacientes desarrollaran dependencia de las benzodiazepinas que, en este contexto, no es 
exactamente lo mismo que el trastorno por abuso/dependencia de benzodiazepinas. 
 
Características clínicas 
 
Las benzodiazepinas provocan un enlentecimiento de las funciones cognitivas y psicomotoras, 
principalmente con las de vida media larga, en tanto que las de vida media corta se han 
asociado más a trastornos de memoria de tipo amnesia anterógrada. Se ha reportado 
depresión, agitación, desinhibición y delirium por su uso y, si bien esto es raro, es más 
frecuente en los ancianos. Estas sustancias con frecuencia favorecen tolerancia en su uso 
crónico. La suspensión brusca puede facilitar la presencia de síndrome de supresión que irá 
desde insomnio, inquietud y ansiedad, hasta convulsiones (ver cuadro 1)2. Para evitarlo es 
importante el destete gradual, de tal manera que si se han consumido las de vida media corta, 
se puede prevenir usando las de vida más larga para que decaiga el nivel sérico lentamente. 
 
 
Síndromes de abstinencia de benzodiazepinas. 
 
Los primeros trabajos sobre los síndromes de abstinencia de las benzodiazepinas sugerían que 
estos efectos ocurrían a dosis altas, y que estos síndromes eran muy poco frecuentes en los 
pacientes que estaban recibiendo dosis terapéuticas. Sin embargo estudios posteriores 
indicaron que también podían ocurrir en pacientes que estaban recibiendo dosis terapéuticas 
de algunas benzodiazepinas y que la incidencia de éstos varía entre el 5% y el 35% en 
pacientes en tratamiento con benzodiazepinas por lo menos durante un mes. Así pues 
actualmente se acepta que el consumo crónico de benzodiazepinas puede producir 
dependencia física y aparición de un síndrome de abstinencia, tanto tras el uso a dosis 
superiores a las terapéuticas, como tras el uso a dosis terapéuticas durante un tiempo 
prolongado. 
En los pacientes que han estado crónicamente intoxicados, el Síndrome de Abstinencia puede 
ser disparado por una reducción en la dosis diaria, así como por la descontinuación abrupta de 
ésta, ya que no se requiere de suspensión brusca. También hay evidencia de que la exposición 
periódica a las benzodiacepinas, puede sensibilizar a los pacientes y precipitar el síndrome. 
 
 
Características del síndrome por abstinencia a benzodiazepinas 
 
Los síntomas de abstinencia de benzodiacepinas inician a los pocos días de interrumpir 
bruscamente la ingestión de esos fármacos, pero pueden presentarse de manera tardía 2-3 
semanas después de la descontinuación del medicamento. 
La supresion de BZD es un cuadro clinico severo, prolongado, con graves complicaciones, que 
por el malestar subjetivo que produce, ocasiona refuerzamiento del consumo de la sustancia, 
dando oportunidad a que empeore el cuadro en forma progresiva. A menudo requiere 
hospitalización. Se presenta ante la suspensión súbita de las BZD con signos y síntomas 
opuestos a los efectos agudos observados por primera vez con la droga como delirium 
tremens, o más común, un síndrome caracterizado por ansiedad, irritabilidad, hiperactividad 
autonómica (temblor, palpitaciones, sudoración), contracciones musculares, vértigo, 
hipersensibilidad a la luz o al sonido, algias, síndrome de despersonalización, gusto metálico, 
parestesias, depresión, confusión, nauseas, vómitos, insomnio, alucinaciones y convulsiones. 
Aparece al cabo de 12-72 horas con BZD de acción corta, entre 4-10 días con BZD de acción 
prolongada y entre 12 horas y 10 días con barbitúricos. Desaparece al cabo de unas 5 
semanas sin tratamiento o incluso persiste por varios meses en el caso de drogas de vida 
media larga (Sellers, 1988). 
 
La dosificación a la cual se venía consumiendo la droga es importante para determinar la 
magnitud de la abstinencia, pero con dosis tan bajas como 15 mg de Diazepam, o su 
equivalente con otras BZD, pueden presentarse cuando la ingesta ha sido prolongada (más de 
3 a 6 meses). Dosis de 40 mg de la misma sustancia pueden conducir a efectos severos y 
dosis mayores a 100 mg pueden llevar a convulsiones o delirium (American Psychiatric 
Association, 1994; Córdoba, 1991). 
El manejo de la abstinencia requiere la reinstauración de una BZD y luego su disminución 
progresiva (2.5 - 5 mg / día de Diazepam o 0.25 mg /día de Alprazolam cada 15 días). También 
se utiliza la Hidroxicina, 50 mg V.O. en caso de agitación y ansiedad. Recientemente, la 
Carbamazepinaha sido usada efectivamente en la abstinencia por benzodiacepinas, en 
especial por Alprazolam (Dagadakis, 1993). 
 
El abuso de benzodiacepinas por su parte, puede cursar con malestar general consistente en: 
debilidad, cefalea, mareos, ataxia, dolor precordial y disfunciones sexuales; las reacciones de 
hipersensibilidad, la leucopenia y la agranulocitosis, así como las erupciones cutáneas, son 
más bien raras. 
 
El glaucoma de ángulo cerrado (estrecho) también se ha reportado por ingestión de 
benzodiacepínicos. El uso crónico de benzodiacepinas -especialmente las de vida media o 
larga- promueve su acumulación por lo que habrá que valorar la evolución del paciente y en 
caso necesario corregir la dosis. 
 
El diagnóstico nosológico de los trastornos físicos coexistentes se hace tanto por medio de la 
historia clínica, como a través de estudios clínicos acordes con la patología presente. Los 
casos de granulocitopenia cursan con fiebre, malestar general, ulceraciones de la mucosa 
bucal y odinofagia, estos datos deben alertar sobre la presencia de este síndrome, en cuyo 
caso la medicación debe ser suspendida de inmediato y solicitada la interconsulta a un servicio 
de medicina interna y hematología. 
 
Las reacciones urticarianas son también poco frecuentes, y aunque se pueden presentar en 
cualquier momento del tratamiento, aparecen con más frecuencia en las primeras etapas. Los 
datos incluyen desde reacciones menores como urticaria, hasta graves cuadros anafilácticos 
con edema de glotis y compromiso cardiovascular por estado de choque. 
 
Al tener importantes capacidades como relajantes musculares, las benzodiacepinas pueden 
agravar cuadros preexistentes de Miastenia Gravis; igualmente, incrementan la ataxia en 
aquellos pacientes que padecen ese síndrome en cualquiera de sus formas. 
 
La evolución de los trastornos asociados al consumo de hipnóticos y sedantes, dependerá de 
factores múltiples, entre ellos el grado de cronicidad de consumo de sustancias, o la gravedad 
de las alteraciones preexistentes. 
 
Las alteraciones pulmonares de tipo infeccioso responden a la antibioticoterapia convencional. 
Los problemas alérgicos requieren de antihistamínicos y broncodilatadores; y en el caso del 
enfisema pulmonar, se indica terapia respiratoria, expectorantes y antibióticos. 
 
La cirrosis y la hepatitis deben ser tratadas de forma habitual, suspendiendo lo más pronto 
posible, tanto las benzodiacepinas como los barbitúricos, ya que estos fármacos pueden 
precipitar el coma hepático. 
 
Cuando la administración de sedantes, hipnóticos y ansiolíticos produce reacciones 
idiosincráticas del tipo del estado de choque, el tratamiento debe incluir la administración de 
líquidos y expansores del plasma junto con corticoides o adrenalina, de acuerdo con los 
criterios generales de tratamiento de los síndromes de intoxicación y abstinencia. 
 
Los criterios de canalización incluyen síntomas que no puedan ser tratados con los recursos 
existentes; el agravamiento de todos aquellos estados previos, por ejemplo, enfermedad 
pulmonar o la aparición de cualquier complicación grave o que ponga en riesgo la vida de la 
persona. 
 
Trastornos Psiquiátricos Coexistentes (Comorbilidad psiquiátrica) 
 
La excitación paradójica que va de la inquietud a la agitación, el insomnio y la desorientación, 
puede desencadenarse mediante el uso de diazepam (Valium) y clordiacepóxido combinado 
(Librax). Este síndrome se observa con más frecuencia en las personas ancianas y en los 
niños, o en sujetos con personalidad sociopática, o con antecedentes criminales, o aquellos en 
que se sospecha cierto grado de organicidad. Aparece durante la primera semana de la 
ingestión del medicamento y consiste en temblor, contracciones musculares, mareos, vértigo e 
hipotensión ortostática. Los efectos colaterales de las benzodiacepinas representan una 
extensión de sus propiedades terapéuticas; entre ellos se encuentran: Somnolencia, flacidez 
muscular, mareo, dificultad para la concentración. 
 
Las benzodiacepinas pueden alterar de manera importante la memoria, especialmente cuando 
se administran endovenosamente o a dosis altas. Dicho efecto amnésico se relaciona 
clínicamente con las circunstancias en que utilizó el medicamento. Cuando la administración es 
por vía oral, se pueden generar alteraciones cognitivas pasajeras. 
 
Todos los hipnóticos y sedantes pueden exacerbar los cuadros depresivos y en algunos casos 
las psicosis. Por ello, es importante racionar la prescripción de estos medicamentos en los 
pacientes con trastornos afectivos; sobre todo cuando la depresión aún no ha recibido el 
manejo apropiado. En esas personas es más conveniente la prescripción de un medicamento 
antidepresivo con propiedades sedantes como la amitriptilina (Tryptanol) o el tetracíclico 
maprotilina (Ludiomil). 
 
Las reacciones paradójicas requieren observación del paciente mientras dure el periodo de 
agitación; el uso de haloperidol (Haldol) en dosis bajas (1-3 mg) constituye un fármaco de 
elección. 
 
 
SÍNDROME DE ABSTINENCIA A DOSIS BAJAS DE LAS BENZODIAZEPINAS. 
 
También se le denomina síndrome de abstinencia a dosis terapéuticas, síndrome de 
abstinencia a dosis normales o síndrome de retirada de las benzodiazepinas. 
 
Factores de riesgo. 
 
En terapéutica disponemos de más de 40 benzodiazepinas diferentes. De las 15 de 
mayor utilización (alprazolam, bromazepam, clordiazepóxido, clobazam, clonazepam, 
diazepam, flunitrazepam, flurazepam, lorazepam, lormetazepam, midazolam, 
nitrazepam, oxazepam, temazepam, triazolam), se han descrito efectos tras la retirada 
de su uso crónico en todas ellas, excepto con el midazolam que suele usarse sólo de 
forma aguda o subaguda. En la actualidad no está claro cuales son los componentes 
individuales que se asocian más con los efectos de retirada. Probablemente las 
benzodiazepinas de vida media corta se asocian más con estos efectos debido a sus 
características farmacocinéticas: en una pauta de una dosis diaria, los niveles de estos 
componentes es más probable que disminuyan hasta concentraciones indetectables. 
Por el contrario las benzodiazepinas de vida media larga como el diazepam y el 
flurazepam se asocian con menos probabilidad con efectos de retirada debido a sus 
niveles prolongados del fármaco primario o sus metabolitos activos. Muchos estudios 
sugieren que el alprazolam es la benzodiazepina que presenta más síndromes de 
retirada, aunque los estudios de correlación farmacocinética/farmacodinámica apoyan 
que tales efectos se deben más a la dosis y la duración que a efectos específicos del 
alprazolam. Por otra parte algunos investigadores han sugerido que las 
benzodiazepinas de elevada potencia se asocian con mayor probabilidad con efectos 
de retirada probablemente debido a una elevada afinidad del receptor, aunque las 
evidencias neuroquímicas no apoyan esta hipótesis. 
 
Dosis. 
 
Aunque en general se asume que la probabilidad de aparición de los efectos de 
retirada aumentan con la dosis, las evidencias que apoyan esta asociación son 
limitadas. Los estudios recientes de los pacientes recibiendo tratamiento crónico con 
alprazolam indican que los efectos de retirada aumentan a dosis altas y además 
sugieren que hay un umbral a partir del cual los efectos de retirada son mucho menos 
probables. 
 
Duración. 
 
En general se admite que la mayor duración del tratamiento con benzodiazepinas 
predispone a la aparición de efectos de retirada. 
 
Personalidad. 
 
No está clara la existencia de factores de personalidad predisponentes a la aparición 
de síndrome de abstinencia de las benzodiazepinas a dosis bajas. 
 
Clínica. 
 
El síndrome de retirada o abstinencia tras el uso de benzodiazepinas es variable según 
su naturaleza, gravedad y duración. En general tras la retirada de benzodiazepinas 
pueden ocurrir cuatro situaciones: 
 
� Ausencia de efectos. 
 
� Síntomas de rebote. 
 
� Síntomas de abstinencia. 
 
� Recaída. 
 
Síntomas de rebote. 
 
Generalmentecaracterizado por síntomas parecidos a los síntomas premórbidos 
pero más intensos. 
 
Suelen aparecer 1-2 días después el cese de la administración de una benzodiazepina 
de vida media corta o 3-8 días después del de una de vida media larga. Presenta una 
duración de 7-14 días. 
 
Síntomas de abstinencia. 
 
Generalmente caracterizados por síntomas de descarga simpática y síntomas 
premórbidos asociados: ansiedad, agitación, taquicardia, palpitaciones, anorexia, visión 
borrosa, calambres musculares, insomnio, pesadillas, confusión, espasmos 
musculares, psicosis, hipersensibilidad a la luz y los ruidos y parestesias. 
 
Los signos y síntomas suelen aparecer 1-7 días tras la ultima administración de la 
benzodiazepina o tras la reducción importante de la dosis. 
 
Recaída. 
 
Implica la reaparición de los síntomas premórbidos. Los síntomas emergen cuando 
cesa la administración de la benzodiazepina y no mejoran con el tiempo. 
 
SÍNDROME DE ABSTINENCIA A DOSIS ALTAS DE LAS BENZODIAZEPINAS. 
 
Los estudios en humanos establecieron que las dosis altas de clordiazepóxido y diazepam 
tomadas durante un mes o más producían un síndrome de abstinencia clínicamente similar al 
síndrome de abstinencia producido por las dosis altas de barbitúricos. 
Los signos y síntomas de la abstinencia de benzodiazepinas incluyen: ansiedad, temblores, 
insomnio, pesadillas, anorexia, nauseas, vómitos, hipotensión postural, convulsiones, síndrome 
confusional, hiperpirexia y muerte. El cuadro suele aparecer a las 24-48 horas del cese de 
administración de una benzodiazepina de vida media corta o a los 3-8 días de una de vida 
media larga. 
 
Cuadro 1. Síntomas del síndrome de supresión por benzodiazepinas 
 
Después del uso de dosis de bajas a moderadas (terapéuticas) 
• Ansiedad, agitación 
• Hipersensbilidad a la luz o los sonidos 
• Parestesias, disestesias 
• Calambres 
• Mioclonías (contracciones musculares dolorosas e 
involuntarias) 
• Trastornos del patrón de sueño 
• Mareo 
 
Después de dosis altas 
• Crisis convulsivas 
• Delirio 
 
 
Cuadro 2. Criterios de dioagnóstico de abstinencia por sedantes, hipnóticos o 
ansiolíticos de acuerdo al sistema DSM-IV (APA, 1994) 
 
Cesación o reducción en el uso marcado y prolongado de sedantes, hinópticos o 
ansiolíticos. 
Dos o más de los siguientes, desarrollados en horas a pocos días después del criterio 
A: 
hiperactividad autonómica (p.ej: sudación o pulso mayor de 100 LPM) 
temblor de manos 
naúseas y vómitos 
alucinaciones o ilusiones visuales, táctiles o auditivas transitorias 
agitación psicomotora 
ansiedad 
convulsiones generalizadas 
crisis convulsivas generalizadas 
Los síntomas en el criterio B causan alteración en la socialización, ocupacional o de 
otro tipo clínicamente significativa 
Los síntomas no son atribuibles a ninguna otra enfermedad o trastorno mental asociado 
Especificar si se acompaña de trastornos de la percepción 
 
Características de la tolerancia a benzodiazepinas: 
 
Se trata de una condicion fisiológica definida en terminos de adaptación del organismo a la 
presencia e interacción constante-mientras duren los efectos de su administración- de uno o 
varios psicotropicos. Este fenómeno se caracteriza por la instauración relativamente forzada de 
mecanismos compensatorios que permiten el funcionamiento relativamente normal de los 
órganos y sistemas corporales aun en presencia de altas concentraciones plasmáticas de una 
o varias sustancias . La tolerancia se expresa a nivel clínico como una disminución de los 
síntomas producidos por la intoxicación que demanda el incremento de las dosis para producir 
semejantes efectos 
 
 
 
Cuadro 3. Escala de valoración de síndrome de supresión a benzodiazepinas de la 
Addiction Research Foundation de Toronto, Canadá (Busto, 1989). 4 
Encierre con un círculo el número de la opción que describa de la mejor manera la 
gravedad de los signos o síntomas mencionados en cada pregunta. 
1. Observar conductas de inquietud y agitación. 
0 
ausente 
actividad normal 
1 2 
inquieto 
3 4 
movimientos de 
balanceo, 
incpacidad para 
sentarse o 
sostenerse 
tranquilo 
2. Pedir al paciente que extienda los brazos con los dedos estirados, observar la 
presencia de temblor: 
0 
ausencia de 
temblor 
1 
temblor 
indistinguible a 
simple vista sólo 
se percibe al tacto 
de los dedos 
2 
visible pero leve 
3 
de moderada 
intensidad 
con los 
brazos 
extendidos 
4 
grave, aun sin 
extender los 
brazos 
3. Observar la presencia de sudación tocando las palmas: 
0 
ausente 
1 
indistinguible a 
simple vista sólo 
se percibe al tacto 
de los dedos 
2 
visible pero leve 3 
moderada 
intensidad 
4 
de gran 
intensidad 
Para cada uno de los siguientes apartados, trate de calcular el número que mejor 
corresponda a la gravedad de su problema de acuerdo a la siguiente escala: 
4. ¿Se siente irritable? 
0 
en absoluto 
1 2 3 4 
mucho 
5. ¿Se siente fatigado? 
0 
en absoluto 
1 2 3 4 
mucho 
6. ¿Se siente tenso? 
0 
en absoluto 
1 2 3 4 
mucho 
7. ¿Siente dificultad para concentrar su pensamiento? 
0 
sin dificultad 
1 2 3 4 
no me puedo concentrar 
8. ¿Siente que ha perdido el apetito? 
0 
no 
1 2 3 4 
ausencia de apetito, no 
come nada 
9. ¿Siente entumecimiento o ardor en cara, manos o pies? 
0 
sin 
entumecimiento 
1 2 3 4 
intensa sensación de 
entumecimiento o ardor 
10. ¿Siente palpitaciones? 
0 
no ninguna vez 
1 2 3 4 
cada vez más 
11. ¿Siente como una “banda que le comprime la cabeza”? 
0 
no en absoluto 
1 2 3 4 
intenso dolor de cabeza 
12. ¿Siente dolor o rigidez muscular? 
0 
no en absoluto 
1 2 3 4 
dolor o rigidez intensa 
13. ¿Siente ansiedad o nerviosismo? 
0 
no en absoluto 
1 2 3 4 
mucho 
14. ¿Se siente enjoado(a)? 
0 
no en absoluto 
1 2 3 4 
mucho 
15. ¿Qué tan bien descansa después de dormir por la noche? 
0 
muy bien 
1 2 3 4 
absolutamente nada 
16. ¿Se siente débil? 
0 
no en absoluto 
1 2 3 4 
mucho 
17.¿Siente que durmió suficiente la noche anterior?= 
0 
Si muy bien 
1 2 3 4 
nada 
18. ¿Ha presentado alteraciones de la vista (sensibilidad a la luz, visión borrosa? 
0 
no en absoluto 
1 2 3 4 
intensa sensibilidad a la 
luz o visión borrosa 
19. ¿Se siente preocupado? 
0 
no 
1 2 3 4 
mucho 
20. ¿Se siente preocupado por el futuro? 
0 
no 
1 2 3 4 
mucho 
21. ¿Cuántas horas considera que durmió anoche?________ 
22. ¿Cuántos minutos recuerda haber tratado en conciliar el sueño la última noche? 
________ 
 
 
TRATAMIENTO 
 
 
Toxicología y desintoxicación. 
 
Las situaciones clínicas en las que está indicada la desintoxicación pueden agruparse en tres 
categorías: 
 
� Pacientes que han seguido mantenimiento a dosis terapéuticas durante largos períodos 
de tiempo. 
� Pacientes que toman dosis supraterapéuticas. 
� Pacientes politoxicómanos que entre otras drogas toman también benzodiazepinas. 
 
 
La toxicidad, tanto de las benzodiacepinas, tiene relación directa con la dosis ingerida, la 
producción de metabolitos activos, la vida media de éstos y las características individuales de 
los sujetos que ingieren los fármacos. 
 
La dosis de benzodiacepinas capaces de producir síntomas de intoxicación varían de un 
individuo a otro. En el caso del diazepam (Valium) puede ser de 10-20 mg o su equivalente, 
tratándose de otras benzodiacepinas. El margen de seguridad de los benzodiacepínicos es en 
general muy amplio, aunque dosis mayores a 700 mg -dosis superlativa- pueden causar la 
muerte. 
 
Cuadro 4. Nivel Sanguíneo de Sedantes, Hipnóticos y Ansiolíticos.* 
NIVEL SANGUÍNEO 
Mg./100 Ml 
 
TERAPÉUTICO 
 
TÓXICO 
 
LETAL 
Barbitúricos 
Acción corta 0.1-0.8 0.7-1.4 3-4 
Acción intermedia 0.1-0.5 1-3 3 
Fenobarbital 1.0 4-6 8-15 
Barbital 1.0 6-8 10-20 
Benzodiacepinas 
Clorodiacepoxido 0.1- 0.2 0.55 2.0 
Diazepam 0.05-0.25 0.5-2.0 2.0 
Oxacepam 0.1 
Otros Sedantes e Hipnóticos 
Metacualona 0.5 1-3 3 
Hidrato de Cloral 1.0 10 25 
Glutetimida 0.02 1-9 3-10 
Meprobamato 1 8-12 20 
Etanol0.15 0-35 
Paraldehído 5.0 20-40 50 
Modificado de Ellenhorn MJ.; Barceloux DG. Medical Toxicology. Elsevier. New York. 1988: 
579. 
 
Las situaciones clínicas en las que está indicada la desintoxicación pueden agruparse en tres 
categorías: 
 
� Pacientes que han seguido mantenimiento a dosis terapéuticas durante largos períodos 
de tiempo. 
� Pacientes que toman dosis supraterapéuticas. 
� Pacientes politoxicómanos que entre otras drogas toman también benzodiazepinas. 
 
Cuadro 5. Diagnóstico de la intoxicación por sedantes, hipnóticos o ansiolíticos en la 
CIE-10, OMS se hace a partir de los siguientes criterios: 
A. Debe haber presencia clara de consumo reciente de uno o varios sedantes, 
hipnóticos o ansiolíticos en dosis suficientemente elevadas como para poder dar lugar 
a una intoxicación 
Debe haber síntomas o signos de intoxicación compatibles con el efecto de la sustancia 
o sustancias, tal como se especifica más adelante y de la suficiente gravedad como 
para producir alteraciones en el nivel de conciencia, estado cognitivo, percepción, 
afectividad o comportamiento, de relevancia clínica. 
Los síntomas y signos no pueden ser explicados por ninguna enfermedad médica no 
relacionada con el consumo de la sustancia ni por otro trastorno mental o del 
comportamiento 
La intoxicación ocurre frecuentemente en personas que presentan además otros 
problemas relacionados con el consumo de psicotrópicos. Se deben tener en cuenta 
los problemas como el consumo perjudicial, el síndrome de dependencia y el trastorno 
psicótico. 
B. Debe existir un comportamiento alterado como se evidencia en alguno de los 
siguientes: 
Euforia y desinhibición 
Apatía y sedación 
Agresividad 
Labilidad afectiva o inestabilidad del humor 
Deterioro de la atención 
Amnesia anterógrada 
Rendimiento psicomotor alterado 
Interferencia con el funcionamiento personal 
C. Al menos uno de los siguientes signos deben estar presentes: 
Marcha inestable 
Dificultad para mantenerse en pie 
Disartria 
Nistagmo 
Nivel de conciencia disminuído (P.ej. estupor/estado de coma) 
Ampollas o lesiones eritematosas en la piel 
 
Además, la intoxicación aguda puede acompañarse de hipotensión, hipotermia y depresión de 
los reflejos osteotendinosos ROT. 
La determinación del síndrome de intoxicación requiere de una evaluación cuidadosa del 
estado de conciencia, así como del posible agravamiento de los síntomas durante las primeras 
horas. Las intoxicaciones moderadas usualmente no progresan a la pérdida de conciencia, ni 
producen depresión de los centros respiratorios, sin embargo, pueden existir otros signos de 
depresión del SNC que desaparecen dentro de las siguientes 4-6 hs. La intoxicación severa se 
caracteriza por la pérdida de la conciencia, alteración de los reflejos y alteraciones 
cardiovasculares tales como: hipotensión y variaciones en la frecuencia cardiaca, entre otros. 
Habitualmente existe disartria, ataxia, nistagmo vertical y horizontal sostenido, tiempo de 
reacción lentificado, letargo, pérdida de respuesta a estímulos físicos, disminución de la 
temperatura y depresión respiratoria 
progresiva caracterizada por respiración superficial e irregular, así como deterioro del estado 
de conciencia que puede llegar al estado de coma. 
 
 
Si la ingestión de benzodiacepinas se descubre rápidamente y de instaurarse las medidas 
terapéuticas adecuadas, estos episodios pocas veces terminan en la muerte. De lo contrario el 
pronóstico suele ser malo. El tratamiento varía de acuerdo con la gravedad de la intoxicación. 
Cuando es moderada, se lleva a cabo en el hogar o en la consulta ambulatoria, después de 
haber efectuado una cuidadosa evaluación integral de la persona. 
El tratamiento ambulatorio en una unidad de consulta externa requiere apoyo de la familia para 
evitar intercurrencias durante la fase aguda de la intoxicación. Como regla general, un paciente 
debe permanecer bajo observación varias horas, antes de decidir si se trata en la consulta 
ambulatoria y una vez que se está seguro que la intoxicación no progresa; ya que, si bien el 
deterioro del estado de conciencia puede no ser aparente en algunos pacientes que han 
ingerido dosis altas de sedantes, hipnóticos y ansiolíticos, el estado de coma y las alteraciones 
respiratorias, pueden sobrevenir con sorprendente rapidez, antes de que se pueda actuar en el 
sentido de su revertimiento. En esos casos se debe inducir el vómito, manteniendo al paciente 
vigilado y explicando a la familia los signos y síntomas que pueden ocurrir durante la 
intoxicación, proporcionándo la información que les pueda ser útil, a fin de reconocer signos 
tempranos de empeoramiento; en estos casos, la medicación debe ser evitada y suplida por la 
observación y monitoreo constante. 
 
La intoxicación más grave y la sobredosis requieren de un tratamiento en una sala de 
emergencia hospitalaria. Si el paciente ha ingerido una sobredosis pero se encuentra despierto, 
el vómito deberá ser inducido, recogiendo las muestras de material para su análisis 
toxicológico. La canalización de una vena siempre es una buena medida preventiva y 
terapéutica y suele hacerse al ingresar el paciente a la unidad. El flumazenil (Lanexat) es 
efectivo como agente antagonista de las benzodiacepinas. Este medicamento bloquea 
selectivamente la acción de las benzodiacepinas en el sitio de union de estas sustancias con el 
receptor GABAérgico, sin ejercer, por sí mismo, un efecto farmacológico. La dosis i.v. de este 
antagonista (Lanexat) es de 0.2 mg administrados en 15 segundos; en caso de no obtenerse el 
grado de conciencia deseado, dentro de los próximos 60 segundos puede aplicarse otra 
segunda dosis de 0.1 de mg. pudiendo repetirse, de ser necesario, a intervalos de 60 
segundos, hasta llegar a una dosis máxima total de 1 mg. 
 
Si la condición del paciente es estable, sólo se requerirá de observación durante las siguientes 
horas, monitoreando las funciones respiratorias, cardiovasculares y su estado de conciencia. El 
uso de carbón activado (100 mg vía bucal) se indica especialmente en las intoxicaciones por 
barbitúricos y glutetimida, pudiendo ser administrado varias veces al día. Una vez que el 
paciente recupera totalmente la conciencia, debe efectuarse una evaluación amplia e insistir en 
que se continúe un tratamiento y respectiva rehabilitación psicosocial de su dependencia en la 
consulta externa. 
Si el paciente se encuentra semicomatoso y no puede tolerar una cánula endotraqueal, las vías 
respiratorias deben ser permeabilizadas evitando la inducción del vómito. En este caso se 
indica el lavado gástrico. 
 
Otras medidas a ser efectuadas incluyen la canalización de una vena periférica, el monitoreo 
de las funciones cardiovasculares y respiratorias. Si el paciente inicia el estado de coma y 
desarrolla depresión respiratoria dentro de las primeras horas de haber ingerido las sustancias, 
es probable esperar periodos largos de inconsciencia que requieran de un tratamiento de 
sostén prolongado. 
La hipotensión arterial es un problema frecuentemente observado en estos pacientes; la 
intubación endotraqueal y la ventilación adecuada pueden, por sí solas, incrementar la tensión 
arterial. La hipotensión persistente puede responder a la aplicación de solución salina 
endovenosa; este es un procedimiento razonablemente seguro en pacientes jóvenes con 
adecuada función renal. De acuerdo con la evaluación clínica, si se espera un estado de coma 
que persista más allá de las 48 horas, la hemodiálisis puede estar indicada y por tanto habrá de 
ser valorada. Aunque vale la pena señalar, que si bien son los pacientes jóvenes los que más a 
menudo se intoxican con sedantes, la farmacodependencia en general no puede ni debe 
considerarse como un fenómeno exclusivo de personas en edad juvenil. En este mismo sentido 
cabe mencionar, que la edad como factor participante, no ejerce restricción ninguna en el 
consumo indiscriminado y múltiple de pscicotrópicos. 
Una hipotensión persistente puede requerirdel uso de vasopresores en pacientes que 
presenten estado IV de coma en los que la mortalidad se incrementa notoriamente; tales 
pacientes también pueden recibir los beneficios de la hemodiálisis. Antes de efectuar el 
procedimiento de diálisis, es necesario tener en mente que los depresores dialisables incluyen: 
barbitúricos, hidrato de cloral, glutetimida, metacualona, paraldehído y dextropropoxifeno. En 
cambio el clordiacepóxido combinado (Librax) y el diazepam (Valium) son pobremente 
removidos por la diálisis. 
 
En todos los casos deben colectarse muestras de orina, de sangre y de vómito para efectuar 
un análisis toxicológico de esos materiales. Si la condición del paciente empeora, el tratamiento 
debe continuarse en una unidad de terapia intensiva, proporcionando un manejo conservador y 
buenos cuidados de enfermería; en este último caso, las medidas de sostén son los recursos a 
ser empleados mientras persista el estado de coma. Sin embargo, en estos pacientes las tasas 
de fatalidad de los casos son muy altas. 
 
Los estimulantes del SNC no son recomendados por la mayoría de los expertos, por lo que 
debe evitarse la administración de estos productos ya que no eliminan ni neutralizan la acción 
farmacológica existente. Es decir no son verdaderos agentes ametísticos. 
 
SÍNDROME DE SUPRESIÓN A BENZODIAZEPINAS 
 
Principios generales: 
 
Los protocolos de tratamiento tienen como finalidad enfrentar los problemas clínicos 
mencionados. Para cada esquema terapéutico se deben tomar en cuenta algunos criterios 
tales como el metabolismo propio de las benzodiazepinas (es decir si se trata de 
medicamentos de corta o larga acción), la dosis y tiempo de uso de los medicamentos, 
comorbilidad o enfermedades asociadas (es decir la presencia o no de padecimientos 
psiquiátricos activos), tiempo transcurrido desde la suspensión del medicamento (es decir 
inicio, clímax y duración de los síntomas de abstinencia), y tolerancia cruzada a otras 
sustancias (p.e. etanol) (Albeck 1987). También es de importancia la edad del paciente para el 
éxito o fracaso del tratamiento (Schweizer 1989). Los autores concluyen que el retiro paulatino 
de benzodiazepinas en los ancianos no conlleva mayores riesgo comparado con otros grupos 
de edad. 
 
En realidad, cualquier medicamento depresor puede ser usado para tratar el Síndrome de 
Abstinencia, sin embargo se prefieren medicamentos de acción prolongada como las 
benzodiacepinas, para el manejo de la abstinencia del alcohol y las benzodiacepinas y el 
fenobarbital -cada vez menos usado- para la abstinencia de barbitúricos. Los medicamentos de 
acción prolongada producen fluctuaciones menores en sus niveles sanguíneos con una 
excreción más lenta, lo cual induce un periodo de abstinencia mucho más suave. De modo que 
el tratamiento del Síndrome de Abstinencia de sedantes, hipnóticos o ansiolíticos incluye tres 
fases: 
 
Interrupción o disminución de la abstinencia 
Estabilización por medio del uso de medicación sustitutiva 
Reducción programada de la medicación sustitutiva 
 
A continuación se describe el manejo de la abstinencia de benzodiacepinas y barbitúricos de 
acuerdo con las fases mencionadas. 
 
El tratamiento del Síndrome de Abstinencia de benzodiacepinas incluye la determinación del 
medicamento benzodiacepínico causante de la abstinencia y la dosis previamente usada por el 
paciente, así como su potencia equivalente en relación con el medicamento sustitutivo. 
Después se selecciona una benzodiacepina de acción prolongada del tipo del clordiacepóxido 
combinado (Librax), cloracepato dipotásico (Tranxene), diazepam (Valium) o el alprazolam 
(Tafil) para ser usada como fármaco de sustitución. El clordiacepóxido se administra en dosis 
v.o. de 10-15 mg 3 veces al día. El cloracepato dipotásico se prescribe en dosis v.o. de 20-50 
mg hasta controlar el cuadro. La dosis oral de diazepam (Valium) es de 0.5-1 mg/Kg dividida en 
2 tomas. Los casos más severos pueden requerir dosis i.v. de 10-20 mg de diazepam (Valium) 
cada 2 hrs. hasta que los síntomas desaparezcan. En el caso del alprazolam dosis de 0.50-1.0 
mg tres veces al día son suficientes en la mayoría de los casos. 
 
En ocasiones, los síntomas de abstinencia no responden al cambio a un benzodiacepínico de 
larga duración. Esta situación ocurre con más frecuencia con la suspensión de las 
triazolobenzodiacepinas. Los pacientes deben ser tratados con la sustancia causante del 
síndrome de abstinencia o con dosis de diazepam (Valium) suficientemente altas para logar 
sedación, las cuales deben dividirse en 3-4 tomas al día, monitorizando en todo momento la 
presencia de síntomas que refieran al Síndrome de Intoxicación o de Abstinencia que como 
son distintos, bien pueden calificarse por separado. 
 
Posteriormente se determinará si el paciente requiere aún del medicamento de mantenimiento; 
esto se hace por medio de la prueba de tolerancia. Esta prueba se realiza administrando 20 mg 
v.o de diazepam (Valium) sin que el paciente haya ingerido alimento, excepto jugos u otros 
líquidos previamente a la toma del medicamento. Si la persona exhibe signos de intoxicación 
como ataxia, disfasia, nistagmo, signo de Romberg positivo o somnolencia, debe considerarse 
que el sujeto no es tolerante y que no se requiere continuar la medicación. 
 
Si el paciente se encuentra totalmente alerta, deben administrársele dosis adicionales de 20 
mg de diazepam (Valium) cada 2 hrs., hasta que muestre los signos de intoxicación. Esta 
prueba de tolerancia es negativa cuando el paciente se intoxica con 1-2 dosis de 20-40 mg de 
diazepam (Valium) y positiva si se requieren 3 o más dosis de 60 mg de diazepam (Valium). En 
este último caso se continuará administrando el medicamento a la dosis en la que el paciente 
mostró datos compatibles con la intoxicación en el marco de los lineamientos comentados 
previamente. 
 
Más adelante el medicamento de sustitución deberá ser paulatinamente disminuído, 
decrementando 10 mg de diazepam (Valium) o su equivalente diariamente hasta su 
interrupción total. No se trata en ningún caso de continuar el manejo a largo plazo con 
tranquilizantes o equivalentes. 
 
 
El tratamiento del síndrome de supresión por benzodiazepinas se clasifica en el destinado al 
tratamiento de supresión a bajas y altas dosis de benzodiazepinas. Se debe tomar en cuenta 
que en todo paciente con antecedente de ansiedad dicha manifestación puede constituir una 
variable de confusión más porque no se puede diferenciar una recurrencia del estado ansioso o 
debido al síndrome de supresión. 
 
Criterios de hospitalización 
 
Para decidir si un paciente ha de tratarse en un hospital en la consulta externa, o en la unidad 
hospitalaria, es necesario evaluar el estado físico y mental de la persona, especialmente la 
existencia de complicaciones médicas; la intensidad del Síndrome de Abstinencia y las 
complicaciones psiquiátricas, las cuales, en caso de la depresión mayor con riesgo suicida, 
requieren un cuidado cauteloso, en cuyo caso, la canalización a un hospital esta indicada. 
 
Cuadro 6. Técnicas de desintoxicación y manejo del síndrome de supresión por 
benzodiazepinas 
 
• Reducción progresiva de dosis. 
• Otras tratamientos 
Antidepresivos tricíclicos, combinados con reducción gradual de dosis 
de BZD o solos 
Inhibidores de la recaptura de serotinina (ISRS) 
Anticonvulsivantes 
Propanolol. 
Otros 
 
 
 
TRATAMIENTO DEL SÍNDROME DE SUPRESIÓN A BAJAS DOSIS DE 
BENZODIAZEPINAS 
 
Métodos de retiro de las benzodiazepinas. Es muy dudosa la utilidad de retirar en forma 
paulatina la administración de benzodiazepinas después del uso de dosis terapéuticas diarias 
durante un mes o menos. Sin embargo algunos autores demasiado cautelosos recomiendan 
retirar en forma paulatina el medicamento aún en estos casos durante un periodo de una a dos 
semanas. 
 
Dosis terapéuticas. 
 
Los pacientes pueden seguir tratamiento a largo plazo de benzodiazepinas por un problema 
agudo y que una vez resuelto nose ha retirado el tratamiento de benzodiazepinas, por razones 
de enfermedad, o por diagnóstico de trastorno de ansiedad. En este grupo los pacientes han 
recibido benzodiazepinas a dosis terapéuticas, de forma estable, las han obtenido de forma 
legal y pueden estar todavía bajo los beneficios clínicos de la medicación. La determinación de 
si continúan siendo beneficiosas puede ser difícil y puede requerir la disminución periódica o la 
supresión del tratamiento. Si al disminuir la dosis reaparecen síntomas puede justificar el que 
se siga con el tratamiento, pero también debe considerarse la posibilidad de que se trate de un 
síndrome de supresión. 
 
La desintoxicación suele realizarse utilizando la misma benzodiazepina que el paciente está 
tomando. El cambio de una benzodiazepina de vida media corta a una de vida media larga no 
es necesario si el programa de disminución de dosis es suficientemente largo. Si hay 
dificultades en seguir disminuyendo la misma benzodiazepina, entonces puede sustituirse por 
otra de vida media larga (cuadro 7). 
 
Cuadro 7. Equivalencia de dosis de benzodiazepinas aproximadas. 
 
Nombre genérico dosis (mg) 
Clordiazepóxido 25 
Diazepam 10 
Lorazepam 2 
Alprazolam 1 
Triazolam 0.25 
Clonazepam 0.5 
Oxazepam 30 
Temazepam 20 
Clorazepato 15 
Flurazepam 30 
Prazepam 10 
 
En general la dosis debe disminuirse de la siguiente forma, el primer 50% de forma 
relativamente rápida, el siguiente 25% de forma más lenta y el último 25% de forma muy lenta. 
Esta pauta debe ajustarse de forma individual. Cuando es difícil suprimir las dosis muy bajas, 
pueden utilizarse otras benzodiazepinas diferentes (ejemplo el alprazolam a 1 mg puede ser 
difícil de suprimir y puede cambiarse por clonazepam o carbamazepina). 
 
Se recomienda evitar la suspensión aguda del medicamento en los pacientes que hayan 
estado recibiendo dosis diarias de BZD dentro del rango terapéutico durante un mes 
(Petursson 1981, Laughren 1982, Tyrer 1983, Harrison 1984, Fontaine 1984). Dado que los 
mas probable es que no se presente ningún síndrome de abstinencia el retiro paulatino del 
medicamento se puede hacer con el paciente ambulatorio. No debe olvidarse que los síntomas 
de abstinencia mas intensos suelen presentarse cuando ya se han alcanzado dosis mas bajas 
por lo que algunos casos no terminan el proceso de retiro paulatino del medicamento en forma 
ambulatoria haciendo necesario hospitalizarlos. Si el paciente no está recibiendo BZD de 
acción prolongada (véase Cuadro 7), el paciente puede seguir recibiendo el mismo 
medicamento. La frecuencia por semana a la que se debe disminuir la dosis estará definida por 
la dosis total diaria dividida entre un factor de cinco (5) procediendo a redondear el número que 
se ajuste a las presentaciones disponibles del medicamento. La dosis se irá disminuyendo 
cada semana de acuerdo a la regla anterior. De esta manera el pacientes que haya estado 
recibiendo 20 mg/d de diazepam deberá ser sometido a un esquema de retiro de dosis de 16 
mg/d la primera semana, de 12 mg/d durante la segunda semana, 8 mg/d durante la tercera 
semana y 4 mg/d durante la cuarta. Este protocolo de retiro de dosis abarca el periodo en el 
que por lo general aparecen los síntomas de abstinencia (Busto, 1986). En caso necesario, el 
esquema de retiro puede hacerse en más tiempo de acuerdo a las necesidades del paciente. 
 
Si el paciente estaba recibiendo una BZD de acción corta, es aconsejable implementar un 
esquema de retiro mas lento con la misma BZD de la misma manera como ya se mencionó 
antes o bien sustituir con una BZD de acción prolongada a la que tengan tolerancia cruzada. La 
razón para ello es la observación de que los síntoma de supresión son menos intensos en caso 
de BZD de acción prolongada. Aunque se cuenta con algunos estudios que apoyan la utilidad 
de esta estrategia terapéutica sobre todo en el caso de BZD de acción corta, no se tienen 
estudios suficientes en número y calidad que lo avalen como el tratamiento estándar (Perry 
1981, Harrison 1984, Busto 1986, Albeck 1987). Para hacer el cambio de una BZD de acción 
corta a una de acción prolongada se deben utilizar dosis equivalentes (Smith 1983, Busto 
1986) (Véase Cuadro 7). Sin embargo, la falta de precisión en cuanto ala equivalencia de dosis 
entre las diferentes BZD puede comprometer la utilidad de esta recomendación. Aunque en 
teoría se puede utilizar cualquier benzodiazepinas de acción prolongada el medicamento más 
utilizado y estudiado es el diazepam (Perry 1981, Harrison 1984, Busto 1986). En fecha 
reciente se han tenido informes sobre la utilidad del clonazepam. Herman y colaboradores 
(1987) substituyeron en promedio 1 mg de clonazepam por cada 2 mg de alprazolam en 48 
pacientes con trastorno por pánico. Un total de 39 (82%) pacientes manifestaron preferencia 
por el clonazepam en lugar de alprazolam debido a que produce menor ansiedad entre una 
dosis y otra y porque se requieren menos dosis por día, es decir se administra dos veces al día 
en lugar de cuatro tomas al día. 
 
 
TRATAMIENTO DEL SÍNDROME DE SUPRESIÓN POR ALTAS DOSIS DE BZD SIN 
PRUEBA DE TOLERANCIA 
 
Los pacientes que requieren desintoxicación de benzodiazepinas a dosis elevadas o 
supraterapéuticas constituyen un grupo pequeño de pacientes, pero tienen un riesgo elevado 
de sufrir síntomas de retirada que pueden ser graves como convulsiones, cuadro confusional y 
psicosis. Habitualmente la desintoxicación debe realizarse en régimen de ingreso y sólo en 
condiciones de gran garantía de soporte externo y contención puede intentarse en régimen 
ambulatorio y en este caso no debe disminuirse más del 5% de la dosis semanalmente. 
 
Por lo general se sustituye la dosis de la benzodiazepina de abuso por dosis equivalentes de 
una benzodiazepina de vida media larga (diazepam es la más utilizada) administrada en dosis 
fraccionadas durante el primer día. Al segundo día la dosis total administrada se disminuye en 
un 30% y posteriormente un 5% en los siguientes días. Si durante la disminución de dosis 
aparece sudoración, temblor o aumento de los signos vitales, deberá enlentecerse la 
disminución. 
 
Muchos de los casos de supresión a altas dosis de BZD se presentan en pacientes con 
antecedente e abuso de diversas sustancias. De manera característica, estos pacientes son 
dificiles de tartar por la duda que suele existir respecto a la dosis y tiempo de uso del 
medicamento o la situación nada rara de que utilizan en forma simultánea otros medicamentos 
de tipo ansiolítico o hipnótico. En los siguientes párrafos se describen diversas modalidades 
terapéuticas para el retiro del consumo de BZD. Casi todas estas medidas se basan en la 
premisa de que se conoce con razonable precision los antecedents de consumo de la BZD. El 
uso de una BZD conlleva un menor riesgo de aparición de efectos indeseados en caso de que 
la dosis adminisrada sea mucho mayor de la que estaba consumiendo la persona si se 
compara con los barbitúricos usados de la misma manera. La administración de una dosis 
demasiado alta por lo general producirá ligeros signos y síntomas de intoxicación después de 
haber administrado una a tres dosis. Este fenómeno de sobresedación puede ser revertido con 
rapidez mediante la suspension y/ disminución de la cantidad adminisrada en dosis sucesiva. 
El uso de dosis demasiado bajas puede ocasionar signos y síntomas leves de abstinencia lo 
cual debe ser interpretado como indicio de la necesidad de aumentar la dosis. 
 
Benzodiazepinas de acción corta. Los pacientes que estuviesen ingiriendo dosis altas de 
algfuna BZD de acción cortadeben ser manejados con la administración del mismo 
medicamento (Albeck 1987). El medicamento mas utilizado para tratar la supresión a BZD de 
acción corta es el alprazolam. Aunque el fabricante recomienda que los pacientes reciban una 
dosis progresivamente menor a razón de 1 mg cada 3 días, un estudio informó que 14 de 18 
pacientes tratados con lñas dosis recomendada >12 senanas nopudieron cumplir 
adecuadamente este protocolo (Fyer 1987). Este mismo fenómeno se observó en otros tres 
casos reportados con suspensión de alprazolam (Browne 1986). En la actualidad se 
recomienda retirar en forma progresiva el medicamento a una velocidad máxima de 0.5 mg 
cada tercer día. No se tienen informes de éxito con esta recomendación, en especial cuando se 
trata de dosis elevadas. Dicha medida no es útil para retirar en forma gradual el medicamento 
en pacientes hopsitalziados que están recibiendo dosis altas de alprazolam por el tiempo tan 
prolongado que se necesitaría para lograr la abstinencia total. 
 
Harrison y colaboradores (1984) lograron retirar en 16 de 23 pacientes hospitalizados que 
estaban recibiendo dosis altas de BZD en el rango equivalente de diazepam a dosis de 40 a 
500 mg (mediana = 150 mg/d) sin ninguna complicación. De los restantes 7 pacientes, 6 
presentaron síntomas leves y sólo uno presentó síntomas graves como paranoia y confusión. 
El diazepam fue sustutuido a razón de 40% de la dosis diaria reportada y disminuida en una 
proporción de 10% por día. La ventaja de utilizar diazepam radica en que tiene una vida 
nmedia de eliminación larga al igual que su principal metabolito, el desmetildiazepam. La dosis 
de diazepam debe ser dividida y adminisrada cada 6 horas. 
 
Se piensa que las triazolobenzodiazepinas, alprazolam y triazolam, no presentan tolerancia 
cruzada con potras benzodiazepinas. En dos casos, la sustitución con diazepam no consiguió 
mejorar wel síndrome de abstinencia por alprazolam una vez establecido(Browne 1986). Sin 
embargo, las dosis utilizadas en estos pacientes quizas fueron demasiado bajas. Se tiene un 
informe de un caso de psicosis por supresión de triazolam que respondió a lorazepam (Heritch 
1987) mientras que otro paciente que estaba utilizando triazolam a 10 mg/d todav´ñia tenía 
crisis convulslivas 13 horas después de suspendido el medicamento a pesar de estar 
recibiendo 600 mg VO de clordiazepóxido y 75 mg IV de diazepam antes de iniciar las crisis 
(Schneider 1987). 
 
Benzodiazepinas de acción prolongada. Los pacientes que utilizan BZD de acción 
prolongada antes der ser internados pueden tratarse mediante la administración de una BZD 
de sustitución de la misma manera descrita antes con las BZD de acción corta (P.ej, iniciar con 
40% de la dosis total diaria en el primer día e ir disminuyendo un 10% por día utilizando 
diazepam). También puede ser útil la carbamazepina de acuerdo al esquema ya mencionado 
antes. 
 
SUSPENSION DEL CONSUMO CON PRUEBA DE TOLERANCIA 
 
Antecedentes. Aunque no hay discusión sobre la necesidad de identificar y tratar a la persona 
con dependencia a benzodiazepinas evitando la aparición de síntomas de supresión en 
ocasiones resulta imposible establecer con precision la cantidad de medicamento queestaba 
consumiendo el paciente. Si consideramos que también es possible que haya abuso 
simultáneo de ansiolíticos/hipnóticos entonces está indicado llevar a cabo una prueba de 
tolerancia para establecer la dosis total de tolerancia a BZD. 
 
Desde el punto de vista histórico, la primera prueba de este tipo se utilizaba en el caso de el 
pentobarbital en pacientes dependientes a barbitúricos (Fraser 1958, Ewing 1967). Conforme 
fue aumentando el consumo de benzodiazepinas se hizo necesario establecer los lineamientos 
para realizar prueba de tolerancia a este grupo de medicamentos (Perry 1981). Aunque los 
barbitúricos y las benzodiazepinas tienen cierta tolerancia cruzada, el diazepam es el 
medicamento preferido para las pruebas de tolerancia. El diazepam se puede administrar a 
dosis de 20 mg VO cada 2 horas hasta alcanzar el nivel tóxico, en tanto que el pentobarbital se 
utiliza a dosis máxima de 1000 mg para evitar el riesgo de depression respiratoria, aun en 
pacientes con tolerancia a los efectos hiponóticos de esta dosis tan grande (Perry 1981). 
 
Las pruebas de tolerancia a las benzodiacepinas deben efectuarse en un medio hospitalario 
por personas que se encuentren familiarizadas con el manejo de estas sustancias. 
La duración total del tratamiento de los estados de abstinencia de sedantes, hipnóticos y 
ansiolíticos, es de aproximadamente 10 días, pero en algunos casos puede ser más 
prolongado. 
Es poca la experiencia que se tiene con prueba de tolerancia en pacientes que consumen 
alprazolam. Un caso reportado fue el de un paciente masculine quien estuvo recibiendo 
alprazolam a dosis de 4 mg/d durante 18 meses, el cual incrementó la dosia hasta 10 mg/d 
durante dos semanas previas a que se le realizara una prueba de tolerancia con diazepam 
(Votalato 1987). Dicho pacientes toleró la dosis de diazepam mas de 2.5 veces lo esperado de 
acuerdo a la dosis equivalente (ver cuadro 7). No fue sino hasta que recibió una dosis de 260 
mg/d que el paciente presentó ligera ataxia. Se pudoretirar el medicamento en forma exitosa 
después de un periodo no especificado, después de haber presentado ligero insomnio durante 
los primeros 5 días de iniciado el protocolo de retiro. 
Estabilización. Un paciente podrá ser sometido a una prueba de tolerancia hasta que ya no 
tenga ningun signos ni síntoma de supresión ni intoxicación. Debido a que los pacientes suelen 
ser internados durante la tarde o en la noche, la prueba de tolerancia no suele poderse 
implementar sino hasta el día siguiente. Por lo tanto, if a patient is lucid with signs of neither 
withdrawal nor intoxication when initially seen, an order for diazepam 20 mg orally at bedtime 
may be given and the test begun at 8 a.m. the following morning. If the patient exhibits signs of 
withdrawal when initially seen, he should be given diazepam 20 mg every two hours until asleep 
and then no medication until the test commences at 8 a.m. the following morning. If the patient 
shows signs of intoxication (e.g., lateral gaze nystagmus, minimal ataxia, slurred speech, 
positive Romberg sign) when initially seen, then no medication is necessary until the test dose 
begins at 8 a.m. the following morning. While the patient is being tested, he should be NPO 
except for fruit juices. 
Prueba de tolerancia. Consiste en la administración de dosis repetidas de 20 mg de diazepam 
porvía oral a paciwentes sin manifestaciones clínicas de intoxicación en ayuno excepto por la 
administración de líquidos claros o jugos de frutas durante dos horas. 
En condiciones normales la dosis inicial de diazepam se administra a las 8 a.m. si el paciente 
llegara a presentar cualquier signo de intoxicación como ataxia, disartria, nistagmous, o sueño 
entre las 8 a.m. 10 a.m., se considera que presenta intolerancia por lo que no es necesarilo 
administrar más medicamento. Si está alerta, se le administrarán dosis adicionales de 20 mg 
cada dos horas hasta que aparezcan signos de intoxicación en cualquier momento después 
de las dos horas que transcurren entre una dosis y otra. Los pacientes que presenten 
intoxicación con una o dos dosis (p.ej. hasta 40 mg de diazepam) se consideran sin mayor 
riesgo de presentar síntomas graves de supresión y por lo tanto quizás no requieran ser 
hospitalziados para lo cual debe tom,arse en cuenta también el criterio clínico del médico 
tratante. En tèrminos conservadores, el paciente puede ser incluido en un protocolo de manejo 
a dependencia a bajas dosis. 
Protocolo de retiro. Cuando la prueba de tolerancia es positiva, se debe proceder al protocolo 
de retiro mediante la administración de diazepam. La dosis diaria administrada del 
medicamento se debe disminuir en forma paulatina un 10% por día partiendo de una dosis 
equivalente similar a la de la dosis de intoxicación. El esquema de retiro gradual (p.ej, Día 1) 
comenzará a la medianoche delñ día siguiente de haber realizado la prueba de tolerancia. La 
dosis total al día 1 deberá ser 10% menor que la dosis utilizada en la prueba de tolerancia. 
Se recomienda indica4r el medicamento cada 6 horas en lugar 4 veces al día. Las 
adminmistración cada 6 hioras significa que unoo dos dosis ser´ña administradas en los 
momentos en que el paciente esperaría estar dormido. Un paciente que presente síntomas 
característicos de supresión no suele tener sueño. Por lo tanto, si la persona estuviera 
durmiendo dicha dosis seráin suspendidas. Esta es la parte de autoajuste de la dosis que 
caracteriza a este protocolo. 
Procedimientos de monitoreo. El equipo de salud debe observar la presencia de náusea, 
diaforesis y temblores además de estar tomando la prsión arterial, temperatura y pulso antes 
de cada dosis. El personal de enfermería también será responsible de registrar el número de 
horas que el paciente duerme durante las noche y cualquier otro sígno o síntoma observado o 
referido. Estasanotaciones de enfermería se utilizarán para ajustar la dosis de retiro 
dependiendo de si el paciente presente manifestaciones clínicas de abstinencia o intoxicación. 
Los signos vitales son indicadores de síndrome de abstinencia cuando hay hipetrermia y mala 
respuesta cardiovascular a la ortostasis. La hipertermia o fiebre se define como una 
temperatura corporal mayor de 37.5 C. La mala respuesta cardiovascular a la ortostasis se 
considera cuando hay aumento de las frecuencia cardiaca en 20 latidos por minutio o una caida 
en la presión sistólica de 20 mmHg. Además, el esquema de retiro de la BZD se puede hacer 
mas o menos lento de acuerdo a la presencia de síntomas (p.ej. tembhlores, náusea y 
diaforesis) o si el paciente presenta sueño de menos de cuatro horas por noche. En caso de 
importantes síntomas de abstinencia entre las dosis por vía oral de diazepam, se pueden 
administrar dosis adicionales de 10 mg de diazepam o 2 mg de lorazepam por vía IV cada 20 
minutos cvonforme sea necesario para eliminar los signos y síntomas de abstinencia. Dicha 
cantidad deberá ser agregada a la dosis de BZD del esquema procediéndo a reajustar el 
esquema de retiro. Si los síntoma no son muy intensos y el paciente puede seguir tomando 
medioamentos por vía oral, se deber´`a seguir administradno diazepam a dosis de 20 mg 
cada dos horas hasta la desdaparición de los síntomas. De nuevo, dichas dosis se deben 
agregar a la dosis claculada por día y reajustar el esquema de retiro del medicamento. 
 
Los pacientes también pueden ser monitorizados mediante la búsuqueda intencionada de 
alguns signos y síntomas tales como datos de falta de precisión de la prueba de tolerancia 
(p.ej, pruebas falsas positivas o sobreestimación de la tolerancia). Si antes de que el paciente 
reciba medicamento alguno ya presenta ataxia, disartria, nistagmus, Romber positivo o mareo 
persistente, se deberán suspender toda dosis hasta aclafrar la situación y disminuir la dosis 
diaria requerida por el paciente. 
 
Busto y cols. Desarrollaron una escala de 22 preguntas para evaluar la intensidad del 
syndrome de abstinencia a benzodiazepinas que puede ser utilizada para evaluar y vigilar el 
syndrome de supresiónn por este tipo de medicanmentos y otros semejantes. Los 
investigadores utilizaron una base de datos de 23 pacientes con dependencia a muy altas dosis 
de BZD (dosis equivalente promedio de diazepam = 150 mg/d, rango 40-500 mg/d) y 40 casos 
con depdencia a dosis bajas de BDZ (dosis equivalente promedio de diazepam = 15 mg/d, 
rango 5-40 mg/d, uso promedio = 72 meses, rango = 6-240 meses). Los autores de este trabajo 
estudiaron 104 síntomas identificando 22 que son útiles para diferenciar el syndrome de 
abstinencia del los síntomas previos que ayudan al médico a controlar la velcoidad con la cual 
se debe retirar en forma gradual el medicamento ansiolítico. En el cuadro 3 puede consultar 
dicha escala de valoración. 
 
 
TRATAMIENTO CON OTROS MEDICAMENTOS DISTINTOS A LAS BENZODIAZEPINAS. 
 
Diversos autores han utilizado medicamentos distintos a las benzodiazepinas mismas para el 
manejo del síndrome de abstinencia por esta causa. El objetivo propuesto es evitar el efecto de 
reforzamiento de la dependencia que acompaña al consumo de benzodiazepinas utilizando 
otros medicamentos que tenga también propiedades ansiolíticas, terapéuticas e inclusive 
anticonvulsivantes propios de las benzodiazepinas que paradójicamente se presentan durante 
el síndrome de abstinencia por estos medicamentos. Ninguno de estos tratamiento ha sido 
suficientemente estudiado con protocolos controlados y comparativos en una muestra 
suficiente de pacientes. Se necesitan mas estudios para definir la utilidad de este grupo 
heterogéneo de medicamentos en el síndrome de abstinencia por BZD. 
 
Anticonvulsivantes, no son eficaces ansiolíticos ni inductores del sueno. Su uso es 
complementario a otras estrategias. Las crisis convulsivas son uno de los efectos adversos 
más graves. Su uso se basa en la necesidad de contar con medicamentos útiles para controlar 
la abstinencia que además no produzcan crisis convulsivas. En los síndrome de abstinencia 
son también una manifestación frecuentesobre todoen casos graves. Trataándose de4 
benzodiazepinas dicha manifestación es común en pacientes, dependientes a dosis altas deñl 
medicamento pero esto no es exclusivo. Se tioene informes de casos que opresentan esta 
manifeastación aun cuando se consideraba que eran dependientes a dosis bajas. Las 
evidencias disponibles señelan que la molindona, flufenazina y haloperidol son algunos de los 
medicamentos que más crisis convulsivas desencadenan mientras que la doxepina y los 
inhibidores de la monoaminaoxidasa son mucho mas seguros en pacientes con depresión 
(Markowitz y cols). 
 
Inclusive algunos autores preconizan el efecvto antiepiléptico de la doxepina de acuerio a un 
revisión hecha por Ojemann y cols en 1983 de la cual concluyen que doxepinma mejoróa las 
crisis cionvulsivas de 15 pacientes, no tuvo efecto en otros dos casos y sólo eumantarons en 
dos pacientes. Quizás el efecto se debió a mejoría del estado afectivo, efecto 
anticonvulsicvante directo o interacción medicamentosa favorable. 
Algunos investigadores proponen el uso de carbamazepina como parte del tratamiento del 
síndrome de abstinencia a benzodiazepinas tanto a nivel empírico (anecdótico) (Klein 1986) 
como en algunos estudios de tipo abierto (Ries 1989). Schweizer (1991) estudió el efecto de la 
carbamazepina sobre la gravedad y evolución de los síntomas de supresión a dosis bajas de 
BZD (diazepam a 15-25 mg/d o una dosis equivalente) en un estudio controlado que incluyó a 
40 pacientes con antecedente de haber suspendido en forma brusca la BZD después de 
haberla utilizado por tiempo prolongado. Un total de cuarenta pacientes fueron asignados al 
azar para recibir o carbamazepina a dosis de 200-800 mg/d (promedio = 432 mg/d, 6.1 µg/ml) o 
bien placebo durante el retiro gradual de la benzodiazepina (25% por semana). Cinco semanas 
después de terminado el periodo de retiro de la benzodiazepinas, un mayor número de 
pacientes (95%) que recibieron carbamazepina se mantuvieron libres de la necesidad de 
administrar BZD en comparación con aquellos en el grupo placebo (62%). Esto se observó 
sobre todo en los pacientes que estaban tomando más de 20 mg/d de diazepam o su 
equivalente. Cinco semanas después de terminado el periodo de retiro de la BZD, 5 (63%) de 
los 8 pacientes que estaban tomando mas de 20 mg de diazepam o su equivalente fueron 
incapaces de continuar haciéndolo sin necesidad de tomar benzodiazepinas en comparación 
con sólo tres de los 13 pacientes que estaban tomando menos de 20 mg/d (23%) en el grupo 
que recibió carbamazepina. Sin embargo esta diferencia desaparición a las 12 semanas. El 
estudio solo permitió corroborar una ligera tendencia en favor del uso de carbamazepina para 
disminuir la gravedad de los síntomas de supresión. Los autores concluyen que la 
carbamazepina es mas útil para facilitar el proceso de síndrome de supresión en pacientes que 
estuviesen tomando más de 20 mg/d de diazepam, grupo con un peor pronóstico. 
 
 
Propanolol. Bloqueo de los síntomas neurovegetativos, sin incidir sobre el resto del cuadro 
(insomnio, ansiedad,

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