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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO. 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA. 
 
 
 
“EL PSICÓLOGO COMO EDUCADOR SEXUAL EN EL 
NIVEL DE EDUCACIÓN BÁSICA.” 
 
 
 
T E S I N A 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: 
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA 
P R E S E N T A: 
LUZ EDITH DELGADO ALVARADO 
 
 
 
DIRECTOR: LIC. ÁNGEL ENRIQUE ROJAS SERVIN 
LIC. JOSÉ ESTEBAN VAQUERO CAZARES 
LIC. EDY ÁVILA RAMOS 
 
 
 
 
 
TLALNEPANTLA, EDO. DE MÉXICO. 2005 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
DEDICATORIAS 
 
 
 
A mis padres por solo el hecho de serlo 
por enseñarme a luchar por lo que soy 
y quiero. 
 
 
 
A mis hermanos (as) por el orgullo 
 que siento de que lo sean, por ser 
 como son. 
 
 
 
 
A mi esposo y mis hijos que son mi vida, 
y mi orgullo. 
 
 
 
 A mis sobrinos y sobrinas, a quienes 
 quiero y respeto. 
 
 
 
A mis cuñados (as) solo por serlo. 
 
 
 
 A Lety por lo que no fue. 
 
 
 
A los ausentes físicamente pero 
Presentes en el alma. 
 
 
 Al Lic. A. Enrique Rojas Servin y demás 
 Sinodales por su ayuda. 
 
 
 
A mis amigos donde quiera que 
se encuentren. 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
 
 
Resumen…………………………………...…………………………………………1 
 
Introducción……..………………………………………………………………..….2 
 
 Capítulo 1. Principios básicos de la educación de la sexualidad………...10 
 1.1. El fenómeno educativo…………………..………………………..11 
 1.2. Sexo y sexualidad…………………..……………………………..12 
 1.3. La educación de la sexualidad humana………………….……..12 
 1.4. Objetivos y fundamentos de la educación de la sexualidad..…19
 
 Capítulo 2. Educadores primarios de la sexualidad……………………….....20 
 2.1. Los padres………………..………………………………………....21 
 2.2. Los profesores de educación básica……..……………………....22 
 2.3. Función de la escuela en la educación de la sexualidad……....25
 
 Capítulo 3. El psicólogo como educador sexual……..…………………….….26 
 
 Capítulo 4. Desarrollo psicosexual del niño……………………………....……30 
 4.1. Del nacimiento a los 18 meses……………………….……….......32 
 4.2. De los 18 meses a los 3 años……………………………….…….32 
 4.3. De los 3 a los 6 años………………….……………...……...…......33 
 4.4. De los 6 años hasta antes de la pubertad…………….…………..36 
 4.5. Pubertad y adolescencia…………….……………………………...38 
 
 Conclusiones……..………………………..…………………………………...….…43 
 
 Referencias…………………………………………………….………………………47 
 
 1 
RESUMEN 
 
 
La educación de la sexualidad es un proceso que se inicia desde los primeros meses 
de vida a través de un aprendizaje indirecto obtenido de los adultos, y, por lo tanto, 
los padres son los primeros responsables de ella. Esta educación debe ser 
complementada y en muchos casos orientada, supervisada y hasta corregida por el 
maestro de grupo. Es aquí donde la participación del psicólogo como educador 
sexual se hace necesaria, para coadyuvar tan delicada labor que han de desarrollar 
de manera conjunta los padres y los profesores. 
 
En el presente trabajo, se hace una recopilación de la información respecto del tema, 
empezando con los principios básicos de la educación sexual, los educadores 
primarios de la sexualidad, el papel del psicólogo como educador sexual y el proceso 
de desarrollo psicosexual del niño. 
 
El objetivo del presente trabajo, es realizar una investigación teórica acerca del papel 
que juegan los padres, maestros de educación básica y muy particularmente el 
psicólogo como educadores de la sexualidad, destacando fundamentalmente la 
información, actitudes y habilidades con que ha de contar este último para 
desempeñarse eficazmente en dicha labor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 2 
INTRODUCCIÓN 
 
Vivimos en una época en la que el tema del sexo se discute abiertamente y a la luz 
del día. Las estadísticas recientes nos ponen sobre aviso acerca de las fallas que se 
han tenido en algunos aspectos del sistema escolar de nuestro país. 
 
Existe un alto índice demográfico, aproximadamente un millón de abortos ilegales al 
año, una gran cantidad de embarazos fuera de matrimonio, matrimonios prematuros, 
el 40% de las madres mexicanas son madres soleteras, el 17.2% de las madres 
tienen entre los 12 y 20 años de edad, muchos casos de disfunciones sexuales, 
machismo y una gran cantidad de adultos que no han podido lograr una vida feliz 
desde el punto de vista sexual (INEGI, 2004). 
 
Los expertos en el campo de la educación de la sexualidad dicen que éstos y otros 
problemas pudieron haber sido prevenidos desde la niñez, al educar la sexualidad de 
los individuos en forma oportuna y adecuada. Por otra parte, se evidencia que el tipo 
de información sexual que se ha venido proporcionando hasta el momento, en la 
actualidad es completamente inoperante, pues, hoy en día los niños reciben 
información indiscriminada acerca del sexo más tempranamente, a través de 
múltiples medios, entre los que se cuentan las pláticas que escuchan en diferentes 
partes, por medio de las revistas y periódicos, las películas cinematográficas, la 
radio, la televisión, las páginas de internet, etc. (Valabrégue, 2003). 
 
Además, los diversos avances para la anticoncepción, los métodos preventivos y 
curativos de las enfermedades venéreas, así también como los métodos de 
protección contra el VIH etc., están eliminando el miedo a las consecuencias en las 
que se apoyaban la castidad y la abstinencia sexual hasta el matrimonio. Así mismo, 
los cambios sociales y el desarrollo tecnológico cuestionan patrones de conducta 
que habían perdurado por mucho tiempo. La función social de ambos géneros se 
está modificando. La instrucción de las mujeres les ha permitido que puedan 
sostenerse económicamente a sí mismas y les ha abierto oportunidades en los 
 3 
negocios y en el mundo profesional. Esto está haciendo también que su función 
dentro de la familia requiera ajustes. 
 
Costumbres que desaparecen, situaciones nuevas y otros hechos, ponen a la vista 
la necesidad de preparar a los jóvenes para que puedan conducirse solos más 
tempranamente, de manera sensata, inteligente y responsable. 
 
Así como se trata de estar al día en la educación de otros aspectos de la 
personalidad del niño y del adolescente, el aspecto sexual no debe ser descuidado ni 
en el hogar ni en la escuela. 
 
Se quiera o no hablar del sexo al niño, se le están enviando mensajes diariamente a 
través de las actitudes, las reacciones y los sentimientos de los adultos. El proceso 
de la educación de la sexualidad humana es paulatino y continuo cuya parte de 
información intencionada es mínima con relación a la información no intencionada 
que a cada momento estamos proporcionando y que está determinando las 
conductas sexuales de los niños y jóvenes. Es el adulto y su escala de valores, el 
agente responsable del desarrollo e integración de la sexualidad del niño y del 
adolescente o su rechazo de ésta. 
 
No es posibleesperar a que los niños y jóvenes sigan recibiendo una información 
fragmentaria, y, en muchos casos, hasta deformada. Padres, maestros y psicólogos, 
entre otros tenemos la obligación de cuidar nuestras actitudes ante ellos, así como 
resolver sus dudas y curiosidades, proveyéndolos de la información adecuada 
durante su desarrollo. 
 
La educación correcta de la sexualidad humana debe iniciarse desde la más 
temprana edad e ir haciéndola progresiva, continua y completa hasta que el individuo 
alcance la madurez de la vida adulta; lo cual implica, desde luego que es privilegio y 
responsabilidad de los padres comenzarla en el hogar, de los maestros el 
continuarla en la escuela y de ambos, hacerla armónica, simultánea y sin 
 4 
contradicciones. Para lograr mejores frutos en tan delicada misión, padres, maestros 
y psicólogos han de prepararse con esmero y colaborar de manera conjunta y bien 
planeada. Hay que romper el círculo vicioso que se genera por una educación 
equivocada ocasionada por la mala preparación de los adultos. 
 
La mayoría de las personas están acostumbradas a pensar que el sexo es algo 
meramente relacionado con los órganos genitales o le ven como una simple 
expresión física, para evitar una estrecha y limitada concepción del sexo, 
actualmente se emplea la palabra “sexualidad”. La sexualidad es considerada como 
un fenómeno bio-psico-social que forma parte del crecimiento y de la personalidad 
del ser humano. Es la manifestación del sexo biológico en la conducta de relación del 
individuo con otros del mismo o de diferente sexo. Las expresiones de la sexualidad 
van mucho más allá de las respuestas genitales y están sujetas a modificaciones en 
forma constante como consecuencia de la experiencia y del aprendizaje. Fuerzas 
fisiológicas, emocionales, sociales y culturales condicionan a la sexualidad de 
manera muy importante, especialmente durante la infancia y la niñez. Estas 
influencias tienen por resultado una amplia gama de posibles actitudes y conductas 
en la vida adulta (Angeles, 1991; Kilander, 1998; Monroy de Velasco, 1998; Becerril y 
Landa, 1997). 
 
El sexo biológico del ser humano se define desde su concepción y su sexualidad se 
inicia desde su más temprana edad. Las influencias internas y externas van 
definiendo, moldeando, educando dicha sexualidad y el resultado de todo ello será 
una serie de actitudes y conductas sexuales en su vida adulta (Valabregué, 2003; 
Martín y Madrid, 1995; Chávez, 1997; Masters,Johnson y Kolodny, 1997). 
 
Si las influencias del medio ambiente son positivas, su sexualidad logrará integrarse 
adecuadamente a su personalidad total. Si, por el contrario vive experiencias 
traumáticas o recibe influencias inadecuadas, su sexualidad será reprimida y las 
consecuencias futuras pueden ser negativas. 
 5 
Los padres y maestros, a menudo caen en el dilema de si proporcionar o no, 
educación sexual a los niños y jóvenes. Esto lo hacen sin darse cuenta de que 
deseen o no educar su sexualidad, lo están haciendo día a día a través de sus 
reacciones, actitudes y otras conductas cotidianas (Monroy de velasco, 1998). 
 
En la educación integral del niño es preciso marcarse metas, las cuales respeten su 
propia personalidad y lo ayuden a realizarse en plenitud como ser humano sexual. 
 
La educación de la sexualidad tiene metas concretas en las que se procura 
aprovechar la curiosidad innata del niño y del adolescente para que: conozca los 
procesos físicos, mentales y emocionales relacionados con el sexo, comprenda las 
relaciones y responsabilidades entre el sexo femenino y el masculino, sepa que tiene 
la posibilidad de usar su propia sexualidad de una manera positiva, acepte su propio 
sexo y se sienta libre de ansiedades y temores; esté consciente de que la sociedad 
podrá funcionar mejor sin tabúes, sin explotación; cultive los valores morales y los 
patrones de conducta para estar en capacidad de planear su propia vida, de tomar 
decisiones racionales para el presente y el futuro, en las que ni él ni los demás 
resulten perjudicados. Así mismo, la educación sexual debe tender a alcanzar una 
maternidad y una paternidad responsables al desarrollar la capacidad de amar y 
prevenir desajustes psicosexuales (CONAPO, 1982). 
 
En resumen, su finalidad es educar para obtener el ejercicio de una sexualidad 
responsable tanto en su aspecto reproductor como en el de fuente de placer. 
 
De acuerdo a Monroy de Velasco(1998) la educación de la sexualidad debe 
fundamentarse en las siguientes premisas: 
 
ψ La sexualidad es una parte integral de la personalidad total y el individuo tiene 
derecho a tener una información completa y objetiva acerca de ello. 
 6 
ψ Las personas tienen el derecho de tener sus propias creencias, pensamientos 
y sentimientos. Sin embargo, son responsables de los efectos de su conducta 
en ellos mismos y en quienes los rodean. 
ψ La conducta sexual varía en un rango aceptable de una persona a otra y de 
un grupo a otro. Puntos de vista divergentes deben ser respetados si ellos 
están basados en principios de honestidad y consideración mutua. 
ψ Todo individuo sea cual fuere su sexo, edad, posición, etc., tiene derecho a 
que se le respete su privacía. 
 
La familia constituye el primer grupo social en el que el niño vive y es en donde 
comprende su papel sexual en la vida y sus relaciones con el otro sexo. También es 
donde aprende a colaborar para el beneficio de su núcleo social, así como a recibir y 
dar cariño, respetar los derechos de los demás, ser responsable, honesto, a estar 
satisfecho de su identidad sexual, a identificarse con el padre (o alguna figura 
masculina) si es varón, o con la madre (o alguna figura femenina) si es mujer. Y, lo 
que es muy importante, las pautas de comportamiento para su vida familiar futura. El 
impulso sexual del ser humano no se despierta repentinamente en la pubertad sino 
que va desarrollándose a lo largo de la vida cambiando gradualmente de una forma 
a otra, progresando de un nivel a otro, hasta llegar a la vida sexual adulta que es el 
resultad final de ese largo proceso de desarrollo. 
 
La educación de la sexualidad es un proceso que se inicia desde los primeros meses 
de vida a través de un aprendizaje indirecto obtenido de los adultos, y, por lo tanto, 
los padres son los primeros responsables de la educación de la sexualidad. Por 
ejemplo, sus reacciones hacia sí mismos y del uno con el otro, sus sentimientos 
hacia la exploración corporal de su niño, sus actitudes al establecer el control de 
esfínteres, sus respuestas (y actitudes que las acompañan) a las preguntas y 
tentativas del niño a saber más acerca de sí mismo y del medio que lo rodea, su 
habilidad de dar y expresar amor entre ellos mismos y hacia él, son algunas de las 
maneras en las que influyen en la integración de la sexualidad de su hijo (Chávez, 
1997). 
 7 
 
Los padres no pueden escoger entre proporcionar o no, educación sexual, sólo les 
queda la alternativa entre sí hacen algo positivo o algo negativo con respecto a ella. 
 
 Si los padres se preparan con cuidado y dedicación para cumplir correctamente esta 
misión en la vida y colaboran con la escuela en esta tarea se lograrán mejores 
resultados en la educación de los aspectos sexuales Schulz y Williams (1975). 
 
La educación de la sexualidad iniciada en el hogar, debe ser complementada y en 
muchos casos orientada, supervisada y hasta corregida por el maestro de grupo. La 
comunidad necesita de la escuela y la escuela está formada, en parte por maestros, 
los cuales tienen la obligación de estar al día en sus conocimientos, tener la mente 
abierta para las nuevas ideas, adoptarlas o criticarlas en forma constructiva de 
manera que se logre un punto medio que beneficie al educando y a su comunidad. 
Los maestros deben pensar que se vive en un mundo cambiante, en constante 
evolución. 
 
Para el niño que ingresaa la escuela, su maestro es una figura muy importante, lo 
idealiza y ve en él un ejemplo a seguir. La personalidad del educador se ve 
reproducida en su alumno y es cuando el niño ratifica o rectifica los elementos 
positivos o negativos que le inculcaron en su hogar. Un buen maestro ha ayudado a 
más de un alumno en sus conflictos personales y un maestro negativo ha sido causa 
de desajustes emocionales en otros (Monroy de Velasco, 1998). 
 
Los maestros deben tener una mejor preparación que muchos padres de familia. 
Además, tienen a su alcance medios como son las experiencias diarias del niño, 
libros y material didáctico en general, que les permite realizar una valiosa labor en 
cuanto a la educación de los aspectos sexuales de la personalidad del educando. Lo 
ideal es que la labor del maestro esté apoyada por la de los padres, el psicólogo, el 
médico, y la comunidad en general. 
 
 8 
Las necesidades actuales se irán modificando, Sin embargo, ahora y siempre el 
maestro de grupo en general deberá prepararse para poder guiar diariamente a sus 
alumnos de manera correcta, así como para servir mejor a la comunidad. 
 
La función de la escuela en la educación de la sexualidad es primordial, ya que en 
los casos en los que los educandos posean una buena educación sexual brindada 
por sus padres, la función de la escuela será la de complementarla y ratificarla; en 
los casos en los que el educando haya recibido una educación sexual negativa, la 
escuela deberá reorientarla para bien del alumno y de la comunidad en la que vive. 
Es más, en algunos sitios como son las comunidades rurales, semiurbanas y 
marginadas de las grandes ciudades, una forma efectiva de hacer llegar ciertos 
conocimientos, actitudes y valores a miles de hogares es a través del niño que asiste 
a la escuela y que le transmite a su familia lo que en ella aprende. Un problema con 
el que se enfrenta la escuela es que los maestros, en la mayoría de los casos, no 
saben impartir educación sexual adecuada y hasta desconocen su significado, sus 
objetivos, su metodología, por lo que se han alarmado y rechazan incluirla en su 
temario. Esto se resuelve a través de pláticas individuales, conferencias dadas por 
especialistas (por ejemplo, psicólogos) y proveyéndolos de lecturas al respecto y 
haciéndoles ver lo importante que es el proporcionar una educación integral y 
práctica al educando, así como lo es el que ellos estén al día en su preparación para 
resolver las necesidades actuales de la comunidad escolar (Monroy de Velasco, 
1998). 
 
La educación escolarizada cuenta con un programa de instrucción sexual para los 
diferentes grados escolares, en el cual están basados los libros de texto gratuitos. 
Este programa toma en cuenta que todos los niños requieren de formación e 
información sexual a lo largo de su vida pero que, sin embargo sus necesidades 
varían según su edad, interés, experiencias, desarrollo físico, psicológico y nivel 
socioeconómico en el que se desenvuelven (Becerril y Landa, 1997). 
 
 9 
En resumen, si se quiere que la educación de la sexualidad en las escuelas sea 
relevante y posea un verdadero significado, ha de integrarse a los programas 
generales, cuidando que sea paralela a la maduración física, emocional e intelectual 
de los educandos, cubriendo tanto el aspecto de información como de formación; 
vigilando la preparación apropiada de sus maestros, estrechando los lazos de unión 
entre el hogar y la escuela, los maestros y los padres. 
 
Hasta aquí se ha destacado la importancia de los padres y los maestros como 
educadores de la sexualidad humana, sin embargo, en muchos casos, ni unos ni los 
otros cuentan con la información adecuada o con las habilidades para transmitirla 
correcta y pertinentemente a sus hijos o alumnos, es importante considerar que el 
psicólogo es un profesional que bien puede participar, como ya se señaló 
anteriormente, en varias actividades relacionadas con la educación sexual, ya sea de 
manera directa con los niños, o con los padres de familia y con los profesores. Sin 
embargo, parece ser que hasta el momento se ha dado por hecho que el psicólogo 
cuenta con la información, actitudes y habilidades que le permitan participar de 
manera efectiva en dicha empresa (educador de la sexualidad) y la realidad parece 
evidenciar lo contrario, pues al revisar los contenidos de los programas de 
educación sexual, que los psicólogos en formación elaboran en sus prácticas, se 
puede observar que éstos se enfocan principalmente a los aspectos relacionados a 
las características anatómicas y fisiológicas de los órganos genitales y de la 
respuesta sexual humana, dejando de lado el aspecto comportamental, (encubierto y 
manifiesto) que a fin de cuentas es la razón de ser de la participación del psicólogo 
en dicho ámbito. 
 
El presente trabajo tiene por objetivo, realizar una investigación teórica acerca del 
papel que juegan los padres, los maestros de educación básica y muy 
particularmente del psicólogo como educadores de la sexualidad, destacando 
fundamentalmente la información, actitudes y habilidades con que ha de contar este 
último para desempeñarse eficazmente en dicha labor. 
 
 10 
CAPÍTULO 1 
PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA EDUCACIÓN DE LA 
SEXUALIDAD. 
 
1.1. El fenómeno educativo 
 
El fenómeno educativo consiste en la transmisión de las pautas culturales, de los 
hábitos, de las ideas, etc. De un determinado grupo social, Este proceso inevitable 
se lleva a cabo de manera reciproca entre sus integrantes, los cuales se encuentran 
vinculados por la convivencia. Todo individuo, por tanto, recibe educación y ayuda en 
el proceso de educar a otros. 
 
El proceso de educación está determinado por niveles de trasmisión verbal y no 
verbales (ejemplo de acciones, actitudes, reacciones) los cuales estampan en el 
individuo las características del grupo al que pertenecen. El individuo aprende de 
manera espontánea y natural en la vida y, así, incorpora y asimila datos, respuestas, 
actitudes, conductas y valores. El aprendizaje puede llevarse a cabo mediante una 
enseñanza directa o indirecta en todos los ámbitos posibles: en el hogar, en la calle, 
en la escuela. 
 
El proceso enseñanza-aprendizaje se realiza efectivamente en las aulas, si dicha 
enseñanza corresponde a la necesidad e intereses de los alumnos. Por eso se dice 
que el aprendizaje es más significativo y positivo si se lleva a cabo a través del 
interés y esfuerzos personales, llena las necesidades propias, resuelve dudas y 
curiosidades, y brinda una aplicación práctica en la vida de los educandos (Monroy 
de Velasco, 1998). 
 
 
 
 
 11 
1.2. Sexo y sexualidad. 
 
La mayoría de las personas están acostumbradas a pensar que el sexo es algo 
meramente relacionado con los órganos genitales o lo ven como simple expresión 
física. Para evitar una estrecha y limitada concepción del sexo, actualmente se 
emplea la palabra “sexualidad”. La sexualidad es considerada como un fenómeno 
bio-psico-social que forma parte del crecimiento y de la personalidad del ser humano. 
Es la manifestación del sexo biológico en la conducta de relación del individuo con 
otros del mismo o diferente sexo. Las expresiones de la sexualidad van mucho mas 
allá de las respuestas genitales y están sujetas a modificaciones en forma constante 
como secuencia de la experiencia y del aprendizaje. Fuerzas psicológicas, 
emocionales, sociales, y culturales condicionan a la sexualidad de manera muy 
importante, especialmente durante la infancia y la niñez. Estas influencias tienen por 
resultado una amplia gama de posibles actividades y conductas en la vida adulta 
(Barragán, (1999). 
 
1.3. La educación de la sexualidad humana. 
 
El sexo biológico del ser humano se define desde su concepción y su sexualidad se 
inicia desde la más temprana edad. Las influencias internas y externas van 
definiendo, moldeando,educando dicha sexualidad y el resultado de todo ello será 
una serie de actitudes y conductas sexuales en su vida adulta. 
 
Si las influencias del medio ambiente son positivas, su sexualidad lograra integrarse 
adecuadamente a su personalidad total. Si, por el contrario, vive experiencias 
traumáticas o recibe influencias inadecuadas, su sexualidad será reprimida y las 
consecuencias futuras pueden ser negativas. 
 
Todo ser humano esta recibiendo desde que nace, una educación de los aspectos 
sexuales de su personalidad en un proceso paulatino y continuo. 
 
 12 
Los padres y los maestros a menudo caen en el dilema de sí proporcionar o no, 
educación sexual a los niños y jóvenes. Esto lo hacen sin darse cuenta de que 
deseen o no educar su sexualidad, lo están haciendo día, a día, a través de sus 
reacciones, actitudes y otras conductas cotidianas (Berge, 1996). 
 
A fin de estar en capacidad de tomar conciencia al respecto, es conveniente hacer 
un breve análisis de algunos de los principales problemas, que hasta hoy se han 
presentado en nuestro país, debidos en su mayor parte, a una educación 
inadecuada (INEGI, 2004): 
 
a) El 40% de las madres mexicanas son madres solteras y existe un alarmante 
numero de madres que, aunque casadas legalmente, son abandonadas por 
sus esposos al poco tiempo de haber contraído nupcias, en la época de la 
crianza de sus hijos. 
 
b) Hay, aproximadamente, un millón de abortos ilegales al año, que se realizan 
en verdaderas condiciones antihigiénicas y que ponen en peligro la fertilidad 
futura o la vida misma de la madre que se somete a ellos. 
 
c) En los casos en los que los padres no han planeado tener un hijo pero que no 
se deciden a abortar por diversas causas, toman la decisión de traer al 
mundo a un hijo al que no han deseado o, para él que tal vez, no tengan 
recursos suficientes para que crezca sano y feliz. Esta última decisión, 
desgraciadamente también es muy común y provoca que en los hogares haya 
miembros que sufren la indiferencia o el rechazo de sus progenitores, y, en las 
clases más necesitadas, hasta tiene que salir, desde su más tierna edad, a 
ganar su propio sustento, careciendo de oportunidades escolares, recreativas, 
etc. 
 
d) Existen más de 250,000 madres entre los 12 y los 17 años de edad y los 
estudios que se están llevan a cabo actualmente, dentro de la población de 
 13 
madres adolescentes de este y de otros países, están arrojando datos como 
el de que los hijos de estas madres nacen con muchos más problemas físicos 
que los de las madres de mayor edad y que, además, crecen con problemas 
psicosociales muy fuertes. Asimismo, que los riesgos que corre una joven 
menor de 18 años, durante el embarazo y el parto son mayores que después 
de haber rebasado esa edad. 
 
Si a todo lo anterior se le agrega el hecho de que, la mayoría de estas madres 
adolescentes son madres solteras, podemos imaginar la cantidad de 
problemas económicos, psicológicos, educativos y sociales que se crean en 
tres generaciones: la de la madre, la de sus padres y la de su hijo. 
 
e) Los embarazos no planeados entre adolescentes, llevan con cierta frecuencia 
al matrimonio. Este desde luego, se lleva a cabo por presiones sociales pero 
no contiene bases sólidas emocionales, sociales y económicas, por lo que 
está condenado al fracaso, en la mayoría de los casos. Los hijos de este tipo 
de matrimonios prematuros, crecen, con fuertes carencias de todo tipo. 
 
f) Todo lo mencionado anteriormente nos ha llevando de la mano hacia un 
problema del que se sufren las consecuencias diariamente: la explosión 
demográfica, los niños de la calle, el desempleo, etc. En nuestro país la tasa 
de crecimiento es de 3.5 anual, nuestra población se duplica cada 20 años. 
 
g) Una actitud negativa ante la sexualidad por parte de uno o de ambos 
cónyuges, propicia divorcios y relaciones extramaritales. Este problema 
afecta, desde luego a todo el núcleo familiar y, en especial, a los hijos. 
 
h) El número creciente día con día de personas infectadas de VIH, que tiene que 
ver con el desconocimiento y la negativa de la utilización de los métodos de 
protección. 
 
 14 
Existe además la circunstancia de que la persona infectada no sabe que hacer, tiene 
pena de recurrir a alguien por consejo o simplemente, se auto receta 
inadecuadamente, no presta atención debida y se convierte en foco de contagio para 
quienes conviven íntimamente con ella o él. Posteriormente, en el caso de ellas el 
hijo que llega a engendrar tiene que padecer las graves consecuencias que implica 
el nacer ya infectado por el virus. 
 
i) Las pautas de “machismo” y de su correlación con los sentimientos de 
inferioridad del sexo femenino (de abnegación y sufrimiento) también tienen 
sus orígenes en una educación inadecuada durante los primeros años de la 
niñez. Las enseñanzas diarias de padres a hijos, acerca de que “la mujer 
nació para obedecer, aguantar y rendirle al hombre”, “el hombre no debe 
cooperar en las tareas hogareñas pues va en menoscabo de su 
masculinidad”; “el hombre puede hacer uso de la mujer”, etc., van formando, 
(o más bien deformando) la personalidad del individuo. 
 
j) La formación de roles sexuales rígidos y estereotipados, es otro de los 
problemas que se originan desde los más tiernos años de la vida de un ser 
humano, debido a las influencias socioculturales. La sociedad ha decidido, 
arbitrariamente, que ciertas cualidades, conductas y actividades sean 
características del sexo femenino y, otras mas, exclusivas del masculino; por 
lo que si algún individuo no se apega a estos convencionalismos, es señalado 
por los otros miembros del grupo social. 
 
Así, vemos como un niño que desea jugar a las muñecas es objeto de la burla de 
quienes lo rodean y del castigo de sus padres; a una niña que es activa, deportista, 
agresiva es inmediatamente reprimida, o, a un niño que tiene tendencias artísticas y 
que carece de agresividad o de afición por el deporte, es continuamente presionado 
a pelearse con sus amiguitos y hermanos, a tomar clases de defensa personal o 
fútbol y bloqueado para desarrollar sus habilidades reales. 
 
 15 
Esto también se puede observar en el mundo de los adultos: existen ciertas 
profesiones y actividades exclusivas del gremio femenino o masculino y quienes 
traspasan sus limites acusados de “homosexuales”, “marimachas”, “poco femeninas”, 
“poco hombres”, etcétera. 
 
k) Un hecho al que indebidamente se presta poca atención, es el de que al no 
poderse tratar en el hogar temas tan íntimos y necesarios como son todos 
aquellos relacionados con la sexualidad, se provoca que se pierda la 
confianza entre padres e hijos, adultos y jóvenes. Ello acarrea una carencia de 
información y formación sexual adecuada en las edades en las que más se 
necesita. 
 
l) La falta de conocimiento o la distorsión de éste, trae consigo que no se 
establezca confianza y respeto entre los sexos. Asimismo, que la ignorancia 
perdure, al grado de que cuando se tiene que educar a un hijo del sexo 
opuesto, los padres no posean las bases suficientes y los conocimientos 
adecuados para entenderlo, guiarlo y formarlo apropiadamente. 
 
m) El desarrollo de la sexualidad conlleva, sentimientos, pensamientos y 
conductas sexuales. Si el individuo ha sido condicionado a pensar (y sentir) 
que el sexo es malo, sucio, pecaminoso, empezara a sufrir fuertes 
sentimientos de culpabilidad que, en la mayoría de los casos, no lo preservara 
de experimentar alrededor de su sexualidad, pero que sí hará que padezca 
ansiedad, y tal vez, desarrolle inhibiciones, represiones, fobias o temores. 
 
n) Las inhibiciones, represiones, miedos y temores son los orígenes de las 
disfunciones sexuales en la vida adulta, Como ejemplos se puede mencionar: 
la incapacidad de sentir deseo sexual, de llegar al orgasmo o de permitir la 
penetración vaginal, por partede la mujer o, incapacidad de obtener erección, 
mantenerla lo suficiente como para efectuar la penetración vaginal, o lograr 
llegar al orgasmo, por parte del varón. 
 16 
 
 
ñ) El desarrollo “normal“ de la sexualidad dentro de la personalidad supone una 
heterosexualidad adulta, dentro de ciertos limites y pautas establecidas por la 
sociedad. Sin embargo, es menester mencionar que cada pareja, 
independientemente de su orientación personal, define como disfrutar de su 
sexualidad y cada día existe mucha más información (programas de televisión, 
libros películas, etc.) de muchas variantes que en otro momento no hubiesen sido 
catalogadas como “normales” e incluso, podrían haberse considerado como 
perversiones y/o desviaciones. 
 
Quienes se han salido de los patrones esperados, han sido fuertemente rechazados 
por sus congéneres, al grado e habérseles llegado a llamar “pervertidos sexuales” 
“enajenados” etc, por mucho tiempo se pensó que estos casos se debían a causas 
biológicas. Actualmente, la evidencia esta demostrando que los orígenes de estas 
variaciones de conducta sexual son psicológicas, causadas por una educación 
negativa. 
 
Entre la variaciones de la conducta sexual podemos mencionar las siguientes: 
 
Ψ La homosexualidad 
 
Ψ Exhibicionismo 
 
Ψ Sodomía. 
 
Ψ Pedofilia 
 
Ψ Coprofilia o bascosimanía. 
 
Ψ Voyerismo o escoptofilia. 
 17 
 
Ψ Sadismo-masoquismo o algolagnía. 
 
Ψ Transvestismo. 
 
Ψ Necrofilia. 
 
Ψ Fetichismo 
 
Ψ Incesto 
 
Ψ Transexualismo, etc 
 
 
o) La sexualidad lleva por lógica, sentimientos, pensamientos y conductas 
sexuales. Si este desarrollo es interferido, puede ocasionar por lo tanto, 
sentimientos, pensamientos y conductas sexuales desviadas de su causa 
normal y que, repercutirán, no tan solo en e individuo sino en la comunidad en 
el que este vive.(creo q este parrafo ya está repetido) 
 
La sexualidad humana, desde el punto de vista biológico, tiene dos finalidades: 
 
1. La conservación de la especie. 
 
2. La satisfacción y el placer sexual. 
 
Así, la educación de la sexualidad debe tender a crear responsabilidad humana para 
que el individuo desarrolle al máximo sus capacidades y logre salud y bienestar, la 
educación de la sexualidad debe de orientarse y canalizarla adecuadamente; es 
decir, proveer información para desarrollar el entendimiento de las relaciones 
humanas en sus aspectos físico, mental, emocional, social, económico y psicológico. 
 18 
La educación de la sexualidad debe formar parte de la educación integral del 
individuo e incluir más que una información anatómica y fisiológica pues debe de 
enfatizar el desarrollo de las actividades positivas y servir de guía entre las 
relaciones de las personas (Aller, 1998). 
 
La educación sexual debe ser científica y racionalmente planeada; formativa e 
informativa y con base en el desarrollo psicosexual del individuo. Como proceso de 
asimilación de significados y de valores socioculturales, debe ser progresiva, llevada 
a cabo en acción conjunta por padres y maestros. 
 
1.4. Objetivos y fundamentos de la educación de la sexualidad. 
 
La educación de la sexualidad tiene metas concretas en las que se procura 
aprovechar la curiosidad innata del niño y del adolescente para que: conozca los 
procesos físicos, mentales y emocionales relacionados con el sexo, comprenda las 
relaciones y responsabilidades entre el sexo femenino y el masculino, sepa que tiene 
la probabilidad de usar su propia sexualidad de una manera positiva, acepte su 
propio sexo y se sienta libre de ansiedades y temores; esté consiente de que la 
sociedad podrá funcionar mejor sin tabúes, sin explotación; cultive los valores 
morales y los patrones de conducta para estar en capacidad de planear su propia 
vida, de tomar decisiones racionales para el presente y el futuro, en las que ni él ni 
los demás resulten perjudicados. Asimismo, la educación sexual debe tender a 
alcanzar una maternidad y una paternidad responsable, a desarrollar la capacidad de 
amar y prevenir disfunciones psicosexuales (Chávez, 1997). 
 
La educación de la sexualidad debe de fundamentarse en las siguientes premisas 
(Beck, 1999; Barragán, 1999; Burt, 1997, Schulz,y Williams 1975). 
 
 
 19 
Ψ La sexualidad es una parte integrativa de la personalidad total y el 
individuo tiene derecho a tener una información completa y objetiva del 
tema. 
 
Ψ Las personas tienen el derecho de tener sus propias creencias, 
pensamientos y sentimientos. Sin embargo, son responsables de los 
efectos de su conducta en ellos mismos y en quienes los rodean. 
 
Ψ La conducta sexual varía en un rango aceptable de una persona a otra y 
de un grupo a otro. Puntos de vista divergentes deben ser responsables si 
ellos están basados en principios de honestidad y consideración mutua. 
 
Ψ Todo individuo sea cual fuere su sexo, edad, posición, etc., tiene 
derecho a que se le respete su privacía. 
 
Después de haber presentado una panorámica de los principios básicos de la 
educación de la sexualidad, en el siguiente capítulo, se describen las características 
y la importancia de los educadores primarios de la sexualidad: los padres y los 
profesores de educación básica. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 20 
CAPÍTULO 2 
 EDUCADORES PRIMARIOS DE LA SEXUALIDAD 
 
2.1. Los padres 
 
La familia constituye el primer grupo social en el que el niño vive y es en donde 
se determina, principalmente, su papel sexual en la vida y sus relaciones con el 
otro sexo. También es donde aprende a colaborar para el beneficio de su 
núcleo social, así como a recibir y dar cariño, respetar los derechos de los 
demás, ser responsable, honesto, a estar satisfecho de su identidad sexual, a 
identificarse con el padre (o alguna figura masculina) si es varón, o con la 
madre (o alguna figura femenina) si es niña. Y, lo que es muy importante, las 
pautas de comportamiento para su vida familiar futura. Como ya se dijo, el 
impulso sexual del hombre no se despierta repentinamente en la pubertad sino 
que va desarrollándose a lo largo de la vida, cambiando gradualmente de una 
forma a otra, progresando de un nivel a otro nivel, hasta llegar a la vida sexual 
adulta que es el resultado final de este largo proceso de desarrollo (Angeles, 
Maldonado y Silverio, 1991). 
 
La educación de la sexualidad es un proceso que se inicia desde los primeros 
meses de vida a través de un aprendizaje indirecto obtenido de los adultos, y, 
por lo tanto, los padres son los primeros responsables de la educación de la 
sexualidad. Por ejemplo, sus reacciones hacia sí mismos y del uno con el otro, 
sus sentimientos hacia la exploración corporal de su niño, sus actividades al 
establecer el control de esfínteres, sus respuestas (y actitudes que los 
acompañan) a las preguntas y tentativas del niño a saber más acerca de sí 
mismo y del medio que lo rodea, su habilidad de dar y expresar amor entre 
ellos mismos y hacia él, son algunas de las maneras en las que influyen en la 
integración de la sexualidad de su hijo (Arias y Melesio, 1999; Becerril y Landa, 
1997). 
 
 21 
Los padres no pueden escoger entre proporcionar o no educación sexual, sólo 
les queda la alternativa entre si hacen algo positivo o algo negativo con 
respecto a ella. 
 
Si los padres se preparan con cuidado y dedicación para cumplir correctamente 
esta misión en la vida y colaboran con la escuela en esta tarea, logran mejores 
resultados en la educación sexual de sus hijos. 
 
2.2. Los profesores de educación básica. 
 
No existe un buen sistema educativo, una buena escuela o un buen programa 
si no lo lleva a cabo un buen maestro. 
 
La educación de la sexualidad iniciada en el hogar, debe ser complementada y 
en muchos casos orientada, supervisada y hasta corregida por el maestro de 
grupo. La comunidad necesita de la escuela y la escuela está formada, en 
partepor maestros, los cuales tienen la obligación de estar al día en sus 
conocimientos, tener la mente abierta para las nuevas ideas, adoptarlas o 
criticarlas en forma constructiva de manera que se logre un punto medio que 
beneficie al educando y a su comunidad. Los maestros deben pensar que se 
vive en un mundo cambiante, en constante evolución (Kilander, 1998). 
 
Para el niño que ingresa a la escuela, su maestro es una figura muy 
importante, lo idealiza y ve en él un ejemplo a seguir. La personalidad del 
educador se ve reproducida en su alumno y es cuando el niño ratifica o rectifica 
los elementos positivos o negativos que le inculcaron en su hogar. Un buen 
maestro ha ayudado a más de un alumno en sus conflictos personales y un 
maestro negativo ha sido causa de desajustes emocionales en otros (Arias y 
Melesio, 1999). 
 
Los maestros deben tener una mejor preparación que muchos padres de 
familia. Además, tienen a su alcance medios como son las experiencias diarias 
del niño, libros y material didáctico en general, que les permite realizar una 
valiosa labor en cuanto a la educación de los aspectos sexuales de la 
 22 
personalidad del educando. Desde luego, lo ideal es que la labor del maestro 
esté apoyada por la de los padres, el psicólogo, el médico, y la comunidad en 
general. 
 
Las necesidades actuales se irán modificando, Sin embargo, ahora y siempre 
el maestro de grupo en general deberá prepararse para poder guiar 
diariamente a sus alumnos de manera correcta, así como para servir mejor a la 
comunidad. 
 
La función de todo maestro se puede sintetizar de la siguiente manera (Monroy 
de Velasco, 1998): 
 
Ψ Preparar a los educandos para que, por sí solos, tomen sus decisiones 
futuras basadas en el conocimiento real e imparcial de los hechos, dentro de un 
marco de autenticidad y responsabilidad personal y social, amor, honestidad, 
respeto a sí mismos y a los demás; evitando todo lo que caiga dentro de la 
explotación, de la violación de los derechos de otros, del odio, de la crueldad, 
de la irresponsabilidad y del engaño. 
 
Ψ Inculcar a sus alumnos el respeto a la verdad y a la inteligencia crítica, a la 
igualdad y a la individualidad, a la autodeterminación y al esfuerzo cooperativo 
por el bien general. 
 
Ψ Acostumbrar a los educandos a interesarse en conocer y comprender, a 
comprobar, a resolver sus dudas en fuentes confiables, a sopesar las 
consecuencias de sus actos y de los demás. 
 
Ψ Hablar siempre de la sexualidad de acuerdo al nivel biopsicosocial de sus 
alumnos, utilizando los términos científicos apropiados; en forma seria, 
afectuosa, natural y respetando la personalidad masculina o femenina de cada 
uno de los educandos. 
 
 23 
Ψ Inculcar confianza a sus alumnos por si desean hacer más preguntas o tratar 
algún problema personal. Sus respuestas deben de ser sinceras y siempre 
basadas en la verdad. Si desconoce algo, debe reconocerlo ante sus alumnos 
e invitarlos a investigar juntos y no dejar de hacerlo por ningún motivo. 
 
Ψ Recordar que las palabras no son tan efectivas como los hechos y la 
información clara, precisa, concreta, evidente, aunada al afecto, al respeto y al 
ejemplo diario. 
 
Ψ Conocer y adaptarse al nivel de normas y vida sexual de la comunidad y 
recordar que sus alumnos ya han formado algunas metas y patrones desde 
muy temprana edad, a través de su vida diaria. 
 
Ψ Informar también, de otras normas y vida sexual diferentes a las propias, 
vigentes en otras comunidades. 
 
Ψ Orientar a los padres de familia acerca de cómo educar al niño en el hogar. 
Estar conciente, que tiene la obligación y la responsabilidad de dar un buen 
consejo y prestar tanta ayuda como este a su alcance y, en aquellos casos que 
sea necesario, evitar a los interesados a instituciones o personal especializado 
para una ayuda más eficaz. 
 
Ψ Desplegar todas sus habilidades en relaciones públicas y humanas pues el 
maestro es el único vínculo que une a la familia con la escuela, a los padres 
con los niños, a la dirección de la escuela con los padres y niños y, por lo tanto, 
quien podrá llevar a cabo programas especiales para “escuelas para adultos” 
que son tan necesarias en nuestro país. 
 
Ψ La educación de la sexualidad tiene que brindarse a todos los niveles, la 
tarea es difícil pero el maestro debe de llevar a cabo la parte que le 
corresponde y la debe de hacer bien. Para ello debe prepararse, acabar con 
sus inhibiciones y hasta mejorar sus relaciones familiares; también, obtener 
mayor confianza personal al expresarse sobre el sexo. 
 24 
 
La carencia de conocimiento específicos en este tema provoca dos acciones 
urgentes: una es que el maestro en servicio busque dicha preparación de 
manera autodidacta o sea, interesándose en leer e investigar, por sí mismo, 
tomar cursos autorizados sobre el tema, etc. La otra es que se integren 
urgentemente estos temas dentro de los programas en las escuelas para 
educadores y maestros de todos los niveles. 
 
2.3. Función de la escuela en la educación de la sexualidad. 
 
La escuela en todos sus niveles, debe proveer al niño de conocimientos y 
actividades positivas hacia su sexualidad y la de los demás, así como de bases 
firmes que permitan tomar sus propias decisiones y planear su vida futura en 
forma inteligente, sensata y personal. 
 
En los casos en que los educandos posean una buena educación sexual 
brindada por sus padres, la función de la escuela será la de complementarla y 
ratificarla; en los casos en que el educando haya recibido una educación sexual 
negativa y/o deficiente, la escuela deberá de reorientarla para bien del alumno 
y de la comunidad en la que vive. Es más, en algunos sitios como son las 
comunidades rurales, semiurbanas y marginadas de las grandes ciudades, una 
forma efectiva de hacer llegar ciertos conocimientos, actitudes y valores a miles 
de hogares, es a través del niño que asiste a la escuela y que le transmite a su 
familia lo que en ella aprende (Aller, 1998). 
 
Afortunadamente, ya se cuenta con un programa de instrucción sexual para los 
diferentes grados escolares, en el cual están basados los libros de texto 
gratuitos. Este programa toma en cuenta que todos los niños requieren de 
formación e información sexual a lo largo de su vida, pero que, sin embargo, 
sus necesidades varían según su edad, interés, experiencias, desarrollo físico, 
psicológico y nivel socioeconómico en el que se desenvuelven. 
 
Las pláticas, libros, material didáctico, etc., sólo cubren la parte informativa de 
la educación de la sexualidad, por lo que para complementarla, es necesario 
 25 
que cada maestro de grupo, diariamente, vaya moldeando las actividades de 
sus alumnos hacia la sexualidad humana responsable, así como aprovechando 
los acontecimientos que se sucedan a lo largo del año lectivo, para explicar al 
alumno todo aquello que le interese o le intrigue y que sea una educación para 
su futura vida familiar. Al aplicar este programa, no se deben de perder de vista 
las metas y objetivos de la educación de la sexualidad. Ha de ser impartido con 
respeto, afectuosamente, con naturalidad en el momento oportuno, de manera 
adecuada, en un ambiente propicio y rodeado de sentimientos positivos como 
son el amor y la responsabilidad (Amstein, 1993). 
 
Si queremos que la educación de la sexualidad en las escuelas sea relevante y 
posea un verdadero significado, ha de integrarse a los programas generales, 
cuidando que sea paralela a la maduración física, emocional e intelectual de los 
educandos, cubriendo tanto el aspecto informativo como el formativo; vigilando 
la preparación apropiada de sus maestros, estrechando los lazos de unión 
entre el hogar y la escuela, los maestros y los padres (Martín y Madrid, 1995). 
 
La misión de la escuela en el mundo moderno sobrepasa ampliamente la 
función de información, pues tiene que cumplir congrandes exigencias y 
responsabilidades que se proyectan hacia la comunidad y muy especialmente 
a las áreas suburbanas y rurales. Esta difícil laborar sólo se podrá llevar a 
cabo, con un buen programa, la acción armónica de todo el personal escolar y 
paraescolar y la cooperación que pueda proporcionar el esfuerzo de los 
maestros aunado al de los padres de familia. 
 
 26 
CAPÍTULO 3 
EL PSICÓLOGO COMO EDUCADOR SEXUAL 
En los programas de educación de la sexualidad. el educador no es alguien a 
quien por su posición se espere cumpla dicha función, por ejemplo, como 
ocurre con los padres de familia y maestros, de ellos sí se espera sean 
educadores sexuales; sin embargo, el educador sexual es alguien que decide y 
se capacita para educar en la sexualidad. 
 
Para lo cual, va a tener unas funciones por cumplir y además características 
personales y profesionales por cubrir. De las primeras se pueden señalar, que 
es principalmente la de coordinar el trabajo de participantes como el suyo 
propio. 
 
El educador únicamente puede proveer condiciones de aprendizaje favorables 
tendientes a fomentar el desarrollo y el cambio de los participantes, no puede 
cambiar a los individuos con los que trabaja. El psicólogo proporciona 
información y entrena habilidades. Por lo que tienen que evaluar usos 
costumbres, reglas, ideología, etc. de los participantes, así como su ambiente, 
para guiarlos a que ellos mismos logren el análisis y los cambios que 
consideren pertinentes de su sexualidad (Angeles, Maldonado y Silverio, 1991). 
Valabregue (2003) considera que debe ser alguien que llegue a conseguir la 
confianza del grupo, que proceda del mismo medio y que se encuentre dentro 
de la educación integral. 
 
Corona, (1988) y Monroy de Velasco (1995) consideran que el coordinador de 
un taller, asume un papel de líder en lo que se refiere a la forma en cómo será 
llevada la sesión, distribuyendo tareas entre los participantes, sistematizando e 
integrando las aportaciones del grupo dentro del tema y los objetivos de la 
sesión para lograr al final una integración, síntesis y conclusiones. No puede 
ser únicamente un instructor que enseñe la anatomía y la fisiología del aparato 
sexual reproductor, sino alguien que esté capacitado para comprender y 
manejar sentimientos, valores, actitudes y creencias. Además de tener 
 27 
conocimiento y experiencia en la aplicación de técnicas grupales, ya que hay 
que recordar que el taller en mucho se sustenta en ellas. El Concejo Nacional 
de Población (CONAPO. 1982) resume las funciones del educador en las 
siguientes: 
 
1. Difundir información científica. 
2. Ser objetivo al difundir la información. 
3. Ser claro y preciso. 
4. Conocer a la población a la que va dirigida la función. 
5. Evitar dar permisos o consejos. 
6. Dar alternativas en forma de la autodeterminación. 
7. Orientar y no involucrarse en la problemática sexual de los miembros del 
taller. 
8. Mostrar una actitud abierta y amigable. 
A estas agregaríamos las de coordinar la participación del grupo, promover el 
cambio, así como el logro de los objetivos. 
Por otro lado de las características que se pide tengan los que pretendan 
coordinar un programa de educación de la sexualidad, se puede mencionar que 
las listas son largas, como la que presenta Monroy de Velasco (1998) : 
Ψ Tener interés sincero y verdadero por otros seres humanos. 
 
Ψ Aceptar la propia sexualidad y la de las otras personas. 
 
Ψ Aplicar la discreción acerca de cualquier información que obtenga. 
 
Ψ Gustarle este aspecto de la educación. 
 
Ψ Conocer bien las metas y objetivos de la educación de la sexualidad. 
 
 28 
Ψ Tener conocimientos de psicología infantil y adolescente, de sexualidad, 
higiene, anatomía y fisiología sexuales. 
 
Ψ Estar informado de la situación socio- antropológica y de la comunidad 
donde se imparta el taller. 
 
Ψ Ser una persona centrada, con metas propias, valores definidos y 
actualizados. 
 
Ψ Saber proporcionar información imparcial, objetiva, adaptada a la edad. así 
como a la experiencia, con afecto y respeto. 
 
Ψ Inspirar respeto, franqueza y libertad de expresión. Que sepa escuchar. 
 
Ψ Dar respuestas sinceras, basadas siempre en la verdad. 
 
Ψ Saber imponer una disciplina positiva. 
 
Ψ Guiar pláticas, discusiones, dinámicas de grupo, debates y otras actividades, 
sin tratar de imponer sus propios puntos de vista. 
 
Ψ Evitar cualquier forma de explotación. 
 
Ψ Saber estrechar los lazos de unión entre la institución y la comunidad. 
Ψ Hablar en términos científicos apropiados y conocer los que son de uso 
común en el grupo. 
Para cubrir tanto las características como las funciones, el educador de la 
sexualidad debe ser una persona entrenada formalmente, que esté involucrado 
en el área, como pueden ser los maestros, las enfermeras, los médicos, los 
pedagogos y los psicólogos. Además puede realizarse una 
desprofesionalización con otras personas que pertenezcan a la comunidad, 
como pueden ser los lideres juveniles, e incluso como sugiere Braun (1997) un 
 29 
grupo que puede ser entrenado en educación de la sexualidad, son los padres, 
para que reconozcan sus propios sentimientos, valores y actitudes y cómo 
influyen a los niños, y finalmente por que a pesar de todo, educan sexualmente 
a sus hijos, y es necesario que reconozcan su función, limitaciones, 
capacidades para realizar lo mejor posible su tarea. 
El psicólogo como educador de la sexualidad, finalmente tiene la oportunidad 
de poner en práctica las habilidades genéricas para las que fue entrenado 
durante su formación escolar: detección, planeación y programación, 
desarrollo, intervención, investigación y prevención. 
Sin embargo, para poder realizar exitosamente su quehacer, ha de tener en 
cuenta que tiene que ampliar su criterio, su propia información y formación al 
respecto, y tener claro que el mero hecho de ser psicólogo no le garantiza tener 
éxito. 
 
 
 
 
 30 
CAPÍTULO 4 
DESARROLLO PSICOSEXUAL DEL NIÑO 
 
El ser humano es la combinación de sus factores hereditarios en juego con las 
influencias de su medio ambiente. Si estas influencias son positivas, se 
traducirán, igualmente, de manera positiva en su personalidad, en cambio si 
éstas son negativas, se tendrán muy probablemente, problemas de 
personalidad. 
 
Durante la infancia, son muy importantes las experiencias vividas en dos 
contextos: el hogar y la escuela. 
 
El medio ambiente de un niño es el hogar, sus familiares, parientes y amigos, y 
este ambiente y los estímulos que lo componen, son aprovechados para 
formarlo e informarlo de las actitudes y del conocimiento que carece. Este 
tiempo puede ser maravilloso para influir en él y para proyectar esa influencia 
en su hogar y en su comunidad. 
 
En el caso particular del desarrollo de la sexualidad, participan, en cada sujeto, 
factores biológicos individuales como son la maduración de los sistemas 
nervioso y endocrino, la experiencia personal y la transmisión cultural. 
 
A continuación se habla del desarrollo psicosexual del niño y del adolescente 
temprano y se establecen límites cronológicos, a fin de ubicar a un individuo 
con respecto a otros. Asimismo, sólo se toma la curva del desarrollo en sus 
inicios o sea que no se hablará ni de la segunda fase de la adolescencia ni de 
la vida adulta. 
 
Los límites establecidos deben ser considerados flexibles pues ellos varían 
según el individuo. 
 
4.1. Del nacimiento a los 18 meses. 
 
 31 
Un niño al nacer, no tiene una clara conciencia de sí mismo, es decir, aún no 
posee una diferenciación ni una integración de su yo. No sabe hasta dónde es 
él y hasta dónde empieza su mundo exterior. Poco a poco, a través de sus 
sensaciones físicas y percepciones del medio ambiente, va aprendiendo a 
conocer sus límites corporales. Junto con estas nociones de individualidad,el 
niño va captando sus primeras nociones de seguridad, a través del amor y la 
aceptación de la madre o de la persona de quien depende totalmente. Esta 
primera relación es básica en la formación de la personalidad del individuo. 
 
La aceptación paterna del sexo biológico de su hijo es de suma importancia en 
su identidad sexual ya que, desde esta edad, él se irá ubicando dentro del 
grupo femenino o masculino y adquirirá satisfacción o insatisfacción hacia su 
sexo. 
También, el empleo por parte de los adultos, de un vocabulario apropiado para 
todas partes y funciones del cuerpo es necesario, pues así es como el niño 
aprende que sin distinción, todas ellas son buenas y necesarias y que cada una 
merece respeto y cuidados necesarios. 
 
A lo largo de esta etapa, el niño va descubriendo, paulatinamente su esquema 
corporal: así como un día descubre su pie o su mano, otro, descubre sus 
genitales. De la reacción que tengan los adultos ante este hecho, dependerá el 
valor subjetivo que el niño otorgue a determinadas partes de su cuerpo 
(Monroy, 1998). 
 
4.2. De los 18 meses a los 3 años. 
 
En esta etapa se logra una mejor diferencia del yo con respecto al mundo 
exterior. El niño y su conducta se caracterizan por un marcado egocentrismo. 
Empieza a hacer algunas cosas por sí mismo. Su imaginación esta 
completamente libre su inteligencia es práctica, su pensamiento es intuitivo. La 
aparición del lenguaje constituye su desarrollo mental y social. A través de sus 
“nos”, da una muestra de diferenciación personal. Esta autonomía es un paso 
importante dentro del desarrollo de su personalidad. 
 32 
 
El ambiente familiar constituye el mundo del pequeño. Las relaciones sociales 
se amplían al padre, a los hermanos, a los abuelos y a otras personas asiduas 
al hogar. El niño aprende, a través de las actitudes de quienes lo rodean, si 
todas las partes y funciones de su cuerpo son buenas y necesarias o si por el 
contrario, algunas son "sucias" o "vergonzosas". Por esto es crucial que el 
entrenamiento del control de esfínteres sea tranquilizante y que desde un 
principio se le enseñen las palabras correctas para todas las partes y funciones 
de su cuerpo. El niño de esta edad manifiesta gran curiosidad acerca de las 
diferencias anatómicas entre niños, niñas, hombres y mujeres. Le intrigan los 
senos maternos, la constitución femenina y masculina, el tamaño de los 
órganos de los adultos en relación con el de los propios y el vello corporal. En 
ocasiones, surge en las niñas la idea de que han perdido su pene y en los 
niños la de que lo pueden perder "como seguramente les pasó a las niñas". 
Alrededor de los dos años se determina la identidad sexual y el "rol de género" 
o sea el aprendizaje del papel que juega el propio, sexo dentro de la sociedad 
en donde vive (Aller, 1998). 
 
Las actividades de los niños y niñas de esta edad no están diferenciadas, son 
actividades comunes a ambos sexos. 
 
4.3. De los 3 a los 6 años. 
La diferenciación del yo se hace completamente clara. El niño busca un poco 
de independencia en sus actividades diarias. Su egocentrismo se hace 
aparente en sus juegos, su pensamiento y su lenguaje. El niño se vuelve 
imperativo. Es la edad de los juegos simbólicos en los que transforma 
(deforma) la realidad de acuerdo a su propia actividad. Dota de vida a las cosas 
y no diferencia entre el sueño y la realidad. Posee la idea de "artificialismo", es 
decir, que todas las cosas han sido hechas por el hombre. Su percepción es 
global y sincrética o sea que capta las grandes líneas de un objeto pero no sus 
particularidades, lo cual le impide sintetizar y analizar. La lógica de esta edad 
 33 
es la intuición, por lo que se dice que el pensamiento del niño, hasta los siete 
años aproximadamente, es prelógico (Arias y Melesio, 1999).. 
El mundo del niño en edad preescolar se amplía a su vecindario, a sus amigos 
y, en muchos casos, a la guardería o al jardín de niños. Dentro de la familia, la 
figura de ambos padres es muy importante pues en ella se basa su seguridad 
personal que lo animará a dar los primeros pasos fuera de su casa, con gentes 
que no había conocido antes. El niño de esta edad empieza a ser capaz de ser 
cooperativo y de imitar sus prototipos ideales (padres, maestra). Es el momento 
apropiado para el desarrollo de la propia iniciativa que, agregada a la 
autonomía, lo mantendrá activo y en movimiento. Él está dispuesto a aprender 
con avidez y en forma rápida, así como a compartir la obligación y la actividad 
(Aller, 1998). 
Por otra parte, debido a la influencia cultural, las actividades de los niños y de 
las niñas comienzan a diferenciarse. 
La curiosidad sexual del niño se manifiesta continuamente: espía, pregunta, 
copia actitudes del sexo contrario, muestra gran interés hacia su propio cuerpo 
y el de los demás. 
 
La exploración de su cuerpo, lleva al niño a descubrir que ciertas partes de él le 
producen sensaciones placenteras. Así, aparece la "masturbación infantil". En 
el varón es un hecho más notorio debido a su constitución física, sin embargo, 
también se presenta en las niñas. Esta auto manipulación de los genitales es 
parte normal del desarrollo psicosexual del niño y desaparece en forma 
espontánea, de la misma manera en la que se inició. Estudios serios nos 
informan que la masturbación no causa ningún mal como se pensaba, pero si 
el niño es reprendido por ella, sí le puede originar la idea de que determinadas 
partes de su cuerpo, así como ciertas sensaciones del mismo, son malas y, por 
lo tanto, se le crean sentimientos de culpa y predisposición en sus futuras 
relaciones sexuales. 
 34 
El aburrimiento por falta de actividad, pantalones apretados, enviar al chico a la 
cama demasiado temprano, la falta de aseo, una infección o un conflicto 
emocional, pueden ser motivos para que el niño se masturbe continuamente. 
En contados casos el niño deja de hacer otras cosas de su interés por estarse 
masturbando. Esto debe verse como un signo y no como la causa de ansiedad. 
Lo conveniente es consultar a un psicólogo especialista, pero de ninguna 
manera reprenderlo. 
En estos años, al niño le es más difícil que nunca, aceptar el hecho de la 
llegada de un nuevo hermano a su hogar. Es común que en esta situación, él 
presente conductas de regresión a etapas más tempranas de su vida, se 
vuelva rebelde, no controle sus esfínteres, etc. Por ello, es recomendable que 
los padres planeen cada cuándo van a tener a sus hijos para que, al 
espaciarlos, estén en capacidad de prestar mayor cuidado y atención a cada 
uno, en estos primeros años que son básicos en la vida de todo individuo. 
Entre los tres y seis años, aparece un periodo en el que los niños sienten 
rivalidad con el padre del mismo sexo y muestran especial preferencia ("desean 
casarse") con el otro. Esto debe ser entendido desde el punto de vista infantil y 
no desde el adulto. La actividad paterna es la base para que el niño se ubique 
en la realidad con respecto a sus progenitores. En esta etapa de su vida, el 
niño se va identificando con su padre (o figura substitutiva) del mismo sexo, es 
decir, incorpora pautas de conducta, características, motivos e intereses. Lo 
que se inicia como una simple imitación del modelo paterno, se va convirtiendo 
en rasgos de personalidad del pequeño. De este modo aprende su papel 
sexual y siente la satisfacción de su identidad femenina o masculina. 
Este es el momento oportuno de modificar las pautas existentes en nuestro 
ámbito cultural de "machismo" y de despertar en el niño la idea de que ambos 
sexos tienen los mismos derechos y oportunidades dentro del seno de la 
familia y de la comunidad. 
4.4. De los 6 años, hasta antes de la pubertad. 
 35 
A partir de los seis años la integración del yo es mucho mejor. Esta incluye las 
herramientas que el niño ha empezado a manejar (lápiz, tijeras, cubiertos,etc.) 
. 
La independencia del núcleo familiar es mayor y el niño se basta a sí mismo 
para un sinnúmero de actividades. Comienza a ser un trabajador potencial y 
obtiene reconocimiento mediante la producción de cosas. Su imaginación es 
domesticada. 
A partir de los siete años, aproximadamente, su pensamiento comienza a ser 
lógico, su lenguaje socializado, distingue su propio punto de vista del de los 
demás; se unifica a las reglas de juego, inicia la reflexión; adquiere nuevos 
sentimientos morales y posee un ajuste más eficaz en su vida afectiva. Ya 
logra una concentración individual y una colaboración efectiva. 
Es el mejor momento para iniciar la parte de información planeada, dirigida y 
consciente de la educación de la sexualidad. El niño de esta edad hace una 
clara diferenciación entre niños y niñas. Los primeros discriminan a las 
segundas y viceversa. Se forman grupos de amigos del mismo sexo y no se 
admite que alguien del sexo contrario irrumpa en ellos. Sus amigos son muy 
importantes y disfrutan de estar juntos todo el día. La identificación con los 
niños forma una idea clara de su identidad sexual. Adopta claramente su papel, 
ya sea femenino o masculino, y, quienes lo rodean, favorecen este desarrollo 
pues el niño, al participar en un grupo, acepta las normas que los demás 
establecen y actúa de acuerdo a lo que se espera de él (Cohen, Kahn-Nathan, 
Tordjman y Verdoux, 1990). 
Es muy importante recalcar que el trato que los demás le dan al niño, 
determina la forma en la que él se percibe a sí mismo. Por ejemplo, si los 
demás consideran al niño masculino, varonil, inteligente, hacendoso, etc., él se 
sentirá así y se acentuarán estas características. 
Los grupos de los niños están encabezados por uno o varios líderes y los de 
las niñas son más pequeños y no requieren forzosamente uno. Debido a 
influencias culturales entre los primeros sobresale la ambición y la lucha por el 
 36 
poder; hay una actitud competitiva; sus juegos demuestran gran actividad 
física. Ellos consideran que las niñas están en un plano inferior a ellos. Valoran 
a los demás por su fuerza y rendimiento físico. Les es difícil concentrarse en 
aquellos temas que no les llaman la atención (Berge, 1996). 
Entre las niñas, en cambio, lo importante es el grado de simpatía que existe 
entre los miembros del grupo, sus actividades tienden al desarrollo de las 
habilidades rítmicas. Pueden poner atención a los temas que no les interesan 
si, en cambio, el profesor les inspira simpatía. Se preocupan fundamentalmente 
por lo social. Su interés va dirigido hacia lo estético y no hacia lo mecánico 
como les sucede generalmente a los niños. Ante la actitud de los niños, ellas se 
retraen y se molestan. 
El niño de esta edad empieza a "dominar al mundo". Al empezar a ser capaz 
de abstraer, va empezando a tener la capacidad de formar juicios que le 
permiten tomar una actitud crítica ante sus mayores. Los adultos, que antes 
eran sus seres ideales, ahora son percibidos como justos o injustos. Va 
perdiendo la espontaneidad en sus relaciones con los adultos y otros niños. 
El niño muestra, en forma paulatina, curiosidades específicas acerca del 
crecimiento y desarrollo, del origen y nacimiento de los niños, el desarrollo 
intrauterino, las diferencias anatómicas y fisiológicas entre niñas y niños, 
hombres y mujeres, el papel de los padres en la reproducción, el por qué de los 
nacimientos múltiples. 
4.5. Pubertad y adolescencia. 
 La adolescencia es la transición de la niñez a la vida adulta y constituye 
sólo una fase del crecimiento total del individuo; no se debe de olvidar su 
continuidad con otras fases. Este proceso tarda algunos años y se presenta a 
diferentes edades, de acuerdo al sexo, al clima, a la cultura, a la herencia, etc. 
La adolescencia es en realidad, un acontecimiento sociopsicológico que está 
determinado por la cultura: sociológico porque el individuo evoluciona de ser un 
niño dependiente a ser un adulto autosuficiente; psicólogo porque tiene que 
hacer nuevos ajustes que distingan su conducta infantil de su conducta adulta. 
 37 
La adolescencia tiene un inicio biológico y un fin psicosocial, lo cual implica que 
sea muy fácil determinar cuando se inicia y muy difícil el determinar cuando 
termina (Cohen, Kahn-Nathan, Tordjman y Verdoux, 1990). 
La pubertad es el desarrollo físico de la adolescencia y varios autores han 
convenido en marcar su principio con la aparición de vello pigmentado en la 
región púbica. Se caracteriza por el comienzo de la actividad hormonal que 
está bajo la influencia del sistema nervioso central, especialmente el 
hipotálamo y la hipófisis. Esto implica la intensificación de la producción de 
hormonas, de óvulos y de espermatozoides. 
Las características de los cambios corporales que se experimentan durante la 
adolescencia han sido divididas en dos grupos: características primarias y 
secundarias del sexo. Entre las primeras contamos el desarrollo que se sucede 
en los órganos internos y externos y que hacen posible la unión sexual y la 
reproducción (menstruación en la mujer, eyaculación en el hombre, crecimiento 
de los órganos genitales en ambos). Entre las segundas, a los rasgos físicos 
que distinguen a un hombre maduro de una mujer madura: en el varón el 
cambio de voz y el crecimiento de la barba, aumento de la musculatura, 
aparición del vello público, axiliar; y, en la mujer, el desarrollo mamario, 
redistribución de la grasa corporal, la aparición del vello publico y axiliar 
(Monroy de Velasco, 1998). 
Además de estos cambios obvios existen otros intertos que son menos 
notorios: aumento de la presión sanguínea, de los latidos cardiacos, del peso 
del corazón, y activación de las glándulas sudoríparas. 
Como el individuo humano es una entidad biopsicosocial, todos estos cambios 
biológicos van a repercutir en cambios psicológicos y sociales. Además, la 
juventud de hoy tiene, no tan sólo que enfrentarse a los cambios sin 
precedentes provocados por la explosión demográfica, la tecnología, la ciencia, 
las comunicaciones y las aspiraciones sexuales. 
El adolescente temprano sigue presentando la mayoría de los rasgos de la 
preadolescencia: agresividad, disminución de la dependencia paterna, mayor 
interacción social, etc. 
 38 
Es extremista, muestra una inestabilidad emocional marcada y una regresión a 
los hábitos de la niñez. En esta edad se observa un periodo de torpeza física, 
la cual es causada por crecimiento rápido y desmedido al que no está 
acostumbrado. 
No se esta quiero, realiza un actividad continua y desesperante. Estas 
expresiones corporales son la exteriorización de los impulsos internos que 
están en proceso de transformación. 
El adolescente busca al mismo tiempo depender y ser independiente. Tiene 
amigos de su misma edad que buscan su mutua compañía y no pueden ir 
separados a ninguna parte. Asimismo, forman, grupos cerrados entre ellos 
mismos debido a la necesidad de seguridad que tienen. Es muy importante 
para ellos, el ser aceptados por su propio grupo, y el temor a ser rechazados 
los lleva a copiar actitudes, a tener lenguaje distintivo y a seguir “la moda”. 
El joven alterna energía, entusiasmo y curiosidad intelectual, con apatía, 
indiferencia e inercia; oscila entre la euforia y la melancolía, el altruismo y la 
envidia, la bondad y la crueldad, la sumisión y la rebeldía. Es rudo con los 
demás pero muy delicado cuando se trata de sí mismo. Es apasionado en sus 
relaciones interpersonales. Pasa muchas horas soñando, es muy dado a las 
escenas dramáticas y con frecuencia se pone insolente. Vuelve a padecer 
temores nocturnos como parte normal de su desarrollo. 
Es la época en que colecciona toda clase de recuerdos: fotografías, autógrafos, 
diarios, etc. El baile y el teléfono cobran mucha importancia. Los padres y los 
maestros dejan de ser los seres ideales y pasan a ser blanco de lascriticas del 
mundo. 
Esta es la época en la que el joven inicia la búsqueda de su propia identidad. 
Se pregunta quién y qué es, cómo desea ser. Para contestarse ensaya una 
serie de conductas y se rebela a todo aquello que no permite decidir por sí 
mismo. Si el joven no logra superar esto puede caer en la confusión de su rol. 
Para que sea posible el avance hacia la edad adulta, tarde o temprano, el 
adolescente también trata de buscar su independencia mediante su abandono 
 39 
parcial de su relación afectiva con los padres. Esto trae como consecuencia 
que en el momento en que el joven tiene gran necesidad de ayuda, pierde un 
apoyo importante. Esto lo hace sentir desorientado puesto que su visión de sí 
mismo y del mundo estaba basada en la estabilidad de su relación con los 
padres. 
Al disminuir la influencia de las identificaciones paternas, emprende una 
reevaluación de los padres y de sus actitudes. Asimismo, busca otras figuras 
adultas que no amenacen “su independencia”. 
Por eso, esta es una época en la que el joven tiene vinculaciones y 
“enamoramientos platónicos” con maestros, artistas, entrenadores deportivos, 
etc. Con algunos de ellos, establece una relación genuina de amistad. En cada 
una de estas identificaciones se define mejor la individualidad, a través de los 
rasgos que parecen convenirle y de los que le parecen extraños. 
El adolescente es ambiguo en su separación de los padres y en su intento de 
romper los lazos de dependencia existentes. Necesita a sus padres con 
desesperación, anhela su afecto, atención, sin embargo se muestra reacio a 
asumir las responsabilidades que esta independencia genera. 
La separación de los padres produce episodios de depresión en el, que se 
compensan con sentimientos de euforia y exaltación. 
La conducta del joven adolescente es turbulenta, con momentos de 
negativismo y rebelión así como de buen humor y cooperación. La rebelión es 
predominantemente verbal en esta etapa. 
Las respuestas del adolescente a la pubertad son, en general, de preocupación 
por los siguientes puntos (Cmforty Comfort, 1980): 
Ψ Tamaño y posición de los genitales en el varón. 
Ψ Tamaño de los senos y la función de la menstruación en la mujer. 
Ψ Estatura. 
 40 
Ψ Peso. 
Ψ Acné. 
Ψ Acrecentamiento de los impulsos sexuales y agresivos que no sabe 
manejar. 
Ψ Comparación de sí mismo con sus amigos. 
Ψ La nueva conciencia que tiene de su cuerpo. 
Ψ Sentimientos bisexuales que lo confunden. 
Las necesidades más significativas del adolescente son: 
 Ψ Ser tomado en cuenta por la comunidad. 
 Ψ Tener la oportunidad de expresar sus nuevos sentimientos. 
Ψ Ejercitar sus crecimientos, capacidades y habilidades físicas e 
intelectuales. 
 Ψ Aprende a coordinar, controlar y expresar su estatura y vigor físico. 
Ψ Tener la oportunidad de experimentar nuevos roles y patrones de 
conducta. 
 Ψ Evaluar y experimentar nuevos valores e ideas. 
 Ψ Cometer errores y equivocarse. 
Ψ Establecer nuevas relaciones sociales con sus padres, maestros, 
compañeros de ambos sexos, desde el punto de vista de su nueva 
identidad en evolución. 
 Ψ Empezar a pensar acerca del futuro. 
 Ψ Prepararse para las metas y responsabilidades de los adultos. 
 41 
Durante la adolescencia aparece un incremento de los impulsos sexuales y 
agresivos en comparación con la etapa de latencia en la que estaban más o 
menos controlados; con el funcionamiento hormonal aparece todo un 
desequilibrio emocional. Todo esto se manifiesta en la actividad física, por lo 
que los deportes cobran una gran importancia, y, en cambio, el funcionamiento 
intelectual se estanca. 
De acuerdo Cohen, Kahn-Nathan, Tordjman y Verdoux (1990 b y c) el joven 
busca la descarga de su impulso sexual en la masturbación que vuelve a 
aparecer como parte normal del crecimiento y desarrollo psicosexual. Ella se 
acompaña, a menudo, de fantasías sexuales de todo tipo. 
El único mal que la masturbación puede causar es el de hacer sentir al joven 
culpable, lo cual le produciría ansiedad y estará en un círculo vicioso del cual 
será difícil salir. 
Los conflictos bisexuales son parte del desarrollo de la adolescencia. 
Pertenecen a una etapa de maduración en donde el adolescente esta probando 
su identidad sexual. 
Las conductas homosexuales son muy frecuentes durante esta etapa de la vida 
pues el adolescente se siente muy íntimamente ligado a “su grupo” y se pasa la 
mayor parte del tiempo con compañeros del mismo sexo. Juntos comentan, 
ensayan nuevos ademanes, modos de vestir, comparan experiencias, 
sentimientos y, entre todo esto, es probable que se vean involucrados en 
exploraciones físicas que los llevan a descubrir sensaciones placenteras 
desconocidas para ellos. Estas conductas homosexuales no son 
necesariamente preámbulos de homosexualidad. Sin embargo la actitud de los 
adultos con respecto a ellas, puede ser definitiva en el desarrollo psicosexual 
del joven. 
A medida que el adolescente comienza a afrontar, asimilar, e integrar, los 
cambios ocasionados por la pubertad, se vuelve de modo creciente hacia el 
otro sexo. A través de su fantasía, ha venido ensayando su conducta al 
respecto, las actividades compartidas con otros jóvenes del mismo sexo le han 
confirmado que la atracción y el deseo sexual son algo normal; el conocimiento 
 42 
de que el otro sexo tiene atracciones similares, reduce su timidez. Comienza a 
salir con miembros de otro sexo y, al final de la adolescencia temprana la 
heterosexualidad ya ha quedado establecida. 
 
 
 
 43 
CONCLUSIONES 
 
La educación es un proceso que permite la adquisición de conocimientos, 
experiencias costumbres y valores así como también, permite la reflexión, la 
acción y transformación del individuo y de su entorno. Es un proceso continuo, 
que dura toda la vida, se inicia desde el nacimiento, y es por ello que la familia, 
es el primer medio educativo de las personas. 
 
Es un proceso, que no siempre ocurre de un mismo modo, sino que tiene 
diferencias, de tal forma, que existe la educación formal, no formal, e informal, 
y es en esta última en que la familia educa a los seres que la integran. Sin la 
sistematización, total o parcial que requiere la educación formal y la no formal, 
los padres de familia, transmiten a sus hijos un legado de conocimientos, 
valores y costumbres, que frecuentemente este tipo de acciones no consideran 
que se está llevando a cabo, un proceso educativo, pasando “desapercibido”. 
 
 Se educa en todos los aspectos de la humanidad y, la sexualidad no es 
la excepción; así por ejemplo, los padres enseñan a sus hijos cómo deben 
comportarse los “niños”: activos, agresivos, fuertes, fuertes; y cómo las “niñas”: 
pasivas, amorosas y débiles. 
 
La educación de la sexualidad debe ser plena y abierta. No sólo debe enmarcar 
lo que son los aparatos reproductores, ya que la sexualidad es una serie de 
emociones y de comportamientos que en muchas ocasiones parece ser 
inevitable, el hecho de poder controlar las hormonas que se mueven en el 
interior de cada niño que va creciendo que va desarrollando un cuerpo el cual 
orgánicamente produce toda una serie de cambios y reacciones biológicas que 
son involuntarias a sus decisiones, psicológicas, ya que el niño reestructura su 
ideología respecto al origen de su vida, cómo es que nació, por qué su papá es 
su padre y por que tiene familiares que son sus abuelos, es todo un cambio en 
su forma de pensar y de sentirse, y que de momento pareciera ser que su vida 
da un cambio de 180 grados, ya no le gustan las mismas cosas de antes, ya no 
 44 
se siente a gusto con la misma gente y muy frecuentemente tiene una 
búsqueda de satisfacciones, una insatisfacción consigo mismo(a). 
 
Además de que la sexualidad es trasmitida erróneamente por los padres y 
profesores de las escuelas, enfocándola en valores referentes al acto sexual, 
considerándolo como un medio

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