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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA UNA PROPUESTA DE PREVENCIÓN EN EL ÁREA DE LENGUAJE T E S I N A Q U E P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E : L I C E N C I A D O E N P S I C O L O G Í A P R E S E N T A : F L O R I D A R I T O R O S A S DICTAMINADORES: LIC. JULIA CHIMAL PABLO MTRA. NORMA CONTRERAS GARCÍA LIC. MARIA DE LOS ANGELES HERRERA ROMERO TLALNEPANTLA, EDO. DE MÉXICO 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS “Porque no hay mejor herencia que el conocimiento, dedico este trabajo a dos seres excepcionales que hicieron de mi un ser servicial: MIS PADRES, quienes al permitirme llegar hasta esta meta, me demostraron una parte de su inmenso amor, LOS AMO” Flor R. R. “Saben” Un día escuche a un loco poeta que comparaba la vida con un viaje en tren y decía que era una comparación extremadamente interesante cuando es bien interpretada, entendiéndolo de esta manera: La vida al igual que el tren solo realiza un viaje, EL DE IDA, el cual esta lleno de embarques y desembarques con subidas y bajadas, pues cuando nacemos subimos al tren y encontramos a dos personas muy queridas que nos harán conocer el viaje hasta el fin, NUESTROS PADRES … , los cuales bajaran en alguna estación, realizando por ello un corto paseo, mientras HERMANOS, AMIGOS Y DE MÁS PERSONAS estarán con nosotros compartiendo alegrías y tristezas, por lo que al bajarse dejarán recuerdos imborrables, siguiendo el viaje lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. El gran misterio de este viaje es que no sabemos en que estación nos toca descender y cuando llegue ese momento, entonces nos separaremos de nuestros seres queridos pero con la esperanza de que en algún momento los volveremos a encontrar, quizás en la estación principal donde ellos tendrán la emoción de vernos llegar con mucha más experiencia de la que teníamos al iniciar el viaje y esto los hará felices por saber que HICIERON DE NOSOTROS UN SER SERVICIAL. Pero bajar del tren no es una representación de la muerte o el término de una historia No!!! Muchas veces bajamos del tren para darnos cuenta de lo que pasa afuera, para contemplar parte de un todo y así forjarse sueños y metas que se harán realidad. Hoy puedo decir que ese loco poeta tenía razón pues ahora me toca a mí, bajar del tren para crear un nuevo horizonte el cual se lo debo a DIOS por darme le don de la vida y en especial a mis PADRES y HERMANOS, porque juntos hemos creado esta historia que no tiene fin, ¡MIL GRACIAS!. Quiero agradecer de igual manera a AMISTADES y personas que conocieron de cerca esta historia en la que colaboraron poniendo un granito de buenos deseos y felicidad, porque en algún momento de este viaje nos toco compartir asientos muy cercanos y con quien sigo compartiendo un asiento muy especial LUISITO, gracias por creer en mí y ser totalmente incondicional i love baby. Además de mis familiares y amigos quiero agradecer a mis ASESORAS por su dedicación, el apoyo y la paciencia que me tuvieron en la creación de este sueño para hacerlo realidad, ¡MUCHAS GRACIAS!, porque son un ejemplo de mujer a seguir, LAS QUIERO y solo les puedo decir que DIOS LAS BENDIGA y que lo que han hecho por mí, SE LES MULTIPLIQUE EN DICHA Y FELICIDAD. INDICE Págs. Resumen 4 Introducción 5 Capítulo 1: Adquisición y retardo en el desarrollo de lenguaje 8 1.1-Definición y tipos de lenguaje 9 1.2-Desarrollo del lenguaje 13 1.3-El retardo en el desarrollo del lenguaje y las alteraciones de articulación 21 Capítulo 2: Evaluación e intervención en el área de articulación de lenguaje 34 2.1-Formas de evaluación (médica y psicopedagógica 34 2.2-Formas de intervención 47 Capítulo 3: La prevención del lenguaje 57 3.1-Definición 57 3.2- ¿Para qué prevenir los problemas en el desarrollo del lenguaje? 65 Capítulo 4: Propuesta de prevención en el área de articulación de lenguaje 69 Conclusiones 114 Bibliografía 117 Anexos 121 RESUMEN El propósito de la presente tesina fue “realizar una revisión teórica metodológica del lenguaje oral para desarrollar una propuesta de prevención en el área de articulación, para niños menores de cinco años”; desde una postura teórica interconductual. Está constituida por cuatro capítulos, en el primer capítulo se habla acerca de la adquisición y retardo en el desarrollo del lenguaje, en el segundo se expone lo referente a la evaluación (médica y psicopedagógica) e intervención en ésta área; en el tercero se señala la importancia de la prevención de las dificultades de articulación en el desarrollo del niño y finalmente en el cuarto capítulo se expone una propuesta de prevención en articulación de lenguaje para niños de sistema escolarizado y no escolarizado, menores de 5 años. Se trata de un trabajo donde se propone como alternativa la prevención primaria en las dificultades de lenguaje, pues a la fecha es una demanda social y teórica que se hace a todo profesionista como es el psicólogo, quien a través del diseño de nuevas estrategias de prevención podría contribuir a decrementar el alto índice de casos que actualmente se tiene. INTRODUCCIÓN A lo largo de la historia la comunicación ha cobrado auge por ser el intercambio de información compleja y abstracta que se utiliza como código simbólico (lenguaje), el cual se establece entre los individuos a través de la representación de símbolos para poder comunicarse por medio de diversos canales como el tacto, la mirada, los gestos faciales, movimientos corporales, la escritura y por medio de la voz (Hurlock, 1982), de los cuales históricamente el habla es el medio de comunicación más usual, pues la mayoría de las lenguas existen únicamente en forma hablada, (Fowler, Hodye, Krees & Trew, 1983). Luo y López (1999) señalan que a pesar de que en la interacción social es común comunicarse a través de la escritura y la palabra, el lenguaje oral es el medio de comunicación universal (González, 2002) por ser el código simbólico establecido entre las personas para expresarse verbalmente y dar origen al habla (Bautista, 1993). Autores como Castañedo (1997) y González (2002) mencionan que este tipo de lenguaje toma un alto significado dentro de la sociedad como papel decisivo en el desempeño de la inteligencia, la cual está en función de las primeras expresiones verbales del niño y su nivel de socialización. Es entonces que para que un individuo desarrolle su competencia comunicativa debe tener además de salud e integridad física, una estabilidad emocional, donde el medio pueda ofrecer estimulación y ajuste de acuerdo con las características y requerimientos de su nivel de desarrollo. Estudios realizados muestran que los niños que ingresana la escuela con pobres experiencias lingüísticas corren un alto riesgo de fracasar académicamente ya que la adquisición de la capacidad para leer y escribir en parte se desarrolla a partir de la exposición temprana en las interacciones madre e hijo (Salsa & Peralta, 2001). Visto de esta forma, los niños que no tienen un óptimo desarrollo lingüístico a temprana edad, se verán afectados en la inserción y la interacción social tanto en el plano escolarizado como en el no escolarizado. Pues cuando el niño no alcanza a desarrollar las habilidades lingüísticas en función de la etapa evolutiva del lenguaje en la que se encuentra de acuerdo a sus componentes (fonológico/fonético, morfosintáctico, semántico y pragmático) y a un aprendizaje que el niño al nacer no posee con sus semejantes; pero que poco a poco va aprendiendo, es probable que haya un retardo en el desarrollo del lenguaje, el cual se ve reflejado en diversas alteraciones del habla, entre ellas las de articulación (Luo & López, 1999), las cuales de acuerdo a Azcoaga, Bello, Citrinovitz, Derman, Frutos (1992) y Luo, López (1999) son notables alrededor de los 6 años, debido a que se cree que es la edad en la que el lenguaje de los niños alcanza su corrección articulatoria. Es así como surge la necesidad de evitar en lo posible el surgimiento de nuevos casos, pues estadísticas del INEGI (2000) (censo que se realiza cada 10 años) indican que el 31.70% de la población mexicana sufre de alteraciones en el lenguaje, cifras que han ido en aumento, pues en 1995 había una incidencia en torno al 10% en niños de edades comprendidas entre los 3 y 7 años y para 1997 se incremento este índice en un rango entre el 0.2% hasta un 13% (Valles, 1998) y para ello es importante hablar de la prevención, la cual es una forma de intervención que tiene como objetivo prever trastornos en el desarrollo del lenguaje, de tal forma que parece ser la mejor alternativa que actualmente se tiene para evitar el surgimiento de nuevos casos. A partir de este incremento de casos surge la necesidad de crear nuevas estrategias de intervención en dicha área, las cuales resultan convenientes ser dirigidas a nivel primario para tener un óptimo desarrollo lingüístico en la población infantil, siendo entonces que es así como surge la presente tesina, la cual tiene como objetivo “realizar una revisión teórico metodológica del lenguaje oral, para desarrollar una propuesta de prevención en el área de articulación para niños menores de 5 años”. Esta tesina está constituida por cuatro capítulos de los cuales, en el primero se citan algunas definiciones de lo que es el lenguaje y se habla acerca de la adquisición y el retardo en el desarrollo del mismo; en el segundo se toca el tema de evaluación (medico- psicopedagógica) e intervención en esta área, por lo que se expone una serie de instrumentos de evaluación; en el tercero se citan los diversos niveles de prevención que existen y algunos resultados de investigaciones realizadas dando paso al porqué de la importancia de prevenir las alteraciones de articulación en el desarrollo del niño finalmente en el cuarto capítulo se desarrolla una propuesta de prevención en articulación de lenguaje para niños de sistema no escolarizado y escolarizado (segundo año de preescolar). Por último se presentan las conclusiones. CAPÍTULO 1: ADQUISICIÓN Y RETARDO EN EL DESARROLLO DE LENGUAJE Theron, Paul y Bernard (1980) señalan que uno de los hechos más importantes en la historia de la humanidad lo constituye la adquisición del lenguaje por ser el soporte de la civilización a partir del cual la especie humana posibilitó el intercambio de estados afectivos, facilitó el intercambio de ideas y conocimientos, enriqueció la capacidad mental del hombre y dio paso al pensamiento permitiendo la posibilidad de conocer sin tener que vivir. Boada (1986) menciona que entre las características del lenguaje se encuentra la producción del verdadero diálogo, característica que hace claramente humana la conducta del hombre. La cual comienza a formar parte de la humanidad, desde el momento en el que el hombre expresa sus primeras palabras. Sin dejar de lado que existen otros modos de comunicarse como puede ser a través del lenguaje simbólico, gestual, corporal y escrito. Sin embargo cabe señalar que el lenguaje oral es quien constituye un aspecto esencial para el desarrollo integral del niño y posteriormente del adulto ya que se le vincula en gran medida, con un buen desarrollo del pensamiento, la memoria, la imaginación, la capacidad de aprender, de conocer el medio que le rodea y de aprender a transformarlo (Johnston & Johnston, 1992). En función a diversos autores el desarrollo del lenguaje es entendido de diferentes maneras, entre las cuales cabe citar las siguientes: Ribes y Harzem (1990) mencionan que considerando la complejidad de la gramática el desarrollo del lenguaje se da según Chomsky de forma innata. Es decir a partir de un input lingüístico donde el niño es capaz de generar oraciones bien estructuradas y que determina cual es la forma en que deben usarse y comprenderse. Skinner (1983) señala que el lenguaje se produce por simples mecanismos de condicionamiento al ser una conducta adquirida en un proceso gradual de condicionamiento responsivo reforzado. De esta manera el habla, la escritura y otros usos del lenguaje son formas de conductas, de entre las cuales la conducta verbal no es diferente en lo esencial de cualquier otra forma de conducta. La conducta verbal se aprende en términos de relaciones funcionales entre la conducta y los eventos ambientales, particularmente de sus consecuencias, donde el ambiente social es lo que refuerza cierta conducta. Ribes y Harzem, (1990) hacen mención de que el lenguaje es una conducta aprendida que se desarrolla a partir de contingencias en el condicionamiento operante donde se establece la dependencia condicional del estimulo y el reforzador respecto de las propiedades particulares del responder del organismo. Es decir en las interacciones que hay en la conducta verbal entre el organismo y el ambiente que se plantean como arreglos funcionales de las contingencias. Donde al ser así, resulta importante recuperar la noción de etapa(s) que se utiliza únicamente como herramienta analítica sin tener propiedad intrínseca alguna, ya sea como hipotética, analógica o simplemente como un dispositivo que nos ayude a comprender la forma en que la progresión de la topografía del lenguaje psicológico se relaciona con los cambios en las circunstancias del desarrollo (Kantor & Smith citados en Ribes & Harzem, 1990) Es entonces que aunado a lo anterior, en el presente capitulo se expondrá todo lo relacionado acerca de qué es lenguaje, cómo se va adquiriendo y cuáles son las dificultades que surgen dentro del proceso de adquisición. 1.1-Definición y tipos de lenguaje. A la fecha existen diversas maneras de definir lo que es el lenguaje porque las conceptualizaciones varían entre autores y disciplinas. En el caso de la psicología, al igual que en otras ramas, no se cuenta con una definición clara, precisa y universal. Sin embargo sí se puede señalar a más de un autor que plantea desde puntos muy diferentes y a veces semejantes lo que implica o se concibe como lenguaje. Entre algunos de ellos, se encuentran los siguientes: Wurst (1973 citado en Frostig, & Müller, 1986), Petty y Starkey s/f citados en Hendrick (1990), Sánchez, Canton y Sevilla (1997) plantean que el lenguaje es “un sistema de signos vocales que sirve para expresar ideas y sentimientos convencionales, a través de la representación simbólica entre significados y significantes efectuados en el pensamiento para ser socialmente compartidos…” pp.97, 77 y 67. Johnston y Johnston (1992) señalan que el lenguaje puede ser entendido como “un grupo organizado de relaciones simbólicas aceptadas por una comunidad parlante para representar y facilitar la comunicación…” p. 42. González (2003) menciona que el lenguaje es “aquel fenómeno o función inherente del hombre, que como auténtica propiedad de la especie le permite mediante signos y símbolos comunicarse con sí mismo y con los demás…” p. 1. Bautista (1993); Frostig, Müller (1986) y Hernández, (1997) dicen que el lenguaje al ser la razón fundamental por la que el hombre crea cultura mientras que los animales no, es concebido como “un sistema arbitrario de símbolos abstractos (hablados o escritos), reconocidos por un grupo de personas que sirve para comunicar pensamientos y sentimientos, a través de las capacidades auditiva y visual…” p. 45, 64 y 189. Al tratar de generalizar las ideas de los autores antes expuestos, en el presente capítulo, el lenguaje será entendido como la capacidad exclusiva del hombre para abstraer y generalizar los fenómenos de la realidad objetiva; tomando en cuenta los signos convencionales a través de los cuales puede expresar sus sentimientos y pensamientos. Entendiendo así que hay diversos tipos de lenguaje, entre ellos los siguientes: el lenguaje simbólico considerado como aquella forma de comunicación basada en diversas representaciones a partir de un objeto para transmitir un mensaje (un ejemplo de ello es cuando el niño usa la madera para representar un coche o un palito para representar una cuchara), el lenguaje gestual que consiste en toda serie de expresiones faciales que el ser humano usa para comunicar un mensaje a través de diversos estados de ánimo (como pueden ser sentimientos, emociones e intenciones subjetivas) y el lenguaje corporal que es aquel tipo de lenguaje que sirve para comunicar algo a través de señalamiento, movimientos y saludos, Goodwyn (2001) y Shaffer (2000). Sin embargo de acuerdo a Luo y López (1999) en la interacción social resulta más importante la palabra y la escritura, por ser la manera más usual de comunicarse y en relación al lenguaje oral, se cree que es el medio de comunicación universal. Es entonces que se da origen a dos tipos de lenguaje: el oral y el escrito, de los que se expondrá solamente al lenguaje oral, por ser considerado como el máximo medio de comunicación (González, 2002). Lenguaje Oral Morris y Blatt (1989) señalan que el lenguaje oral es el modo de comunicación y representación social más utilizado en la interacción humana por no necesitar de ser instruido, para su pronunciación de origen, entendiendo así que es el habla o forma externa del lenguaje quien depende del funcionamiento de los órganos fonoarticulatorios y la respiración que originan los sonidos articulados (llamados fonemas), que al combinarse dan origen a las palabras. Castañedo (1997) y González (2002) mencionan que este tipo de lenguaje (en primera instancia), toma un alto significado dentro de la sociedad como papel decisivo en el desempeño de la inteligencia, la cual está en función de las primeras expresiones verbales del niño y su nivel de socialización. Rondal y Bredart (1991) dicen que el lenguaje oral aparece como algo intrínseco en el ser humano e inseparable de la comunicación, cumpliendo dos funciones (citados en Bautista 1993): a) Función ideicorrepresentativa: se refiere a la representación de la realidad, creatividad, análisis de la información y conceptualización. b) Función interpersonal conativa: es el intercambio de información y regulación de conductas (propia – ajenas). Estas funciones implican las siguientes acciones: • Aprender a combinar fonemas, palabras y oraciones en secuencias comprensibles para los demás. • Conocer y compartir los significados elaborados socioculturalmente por una determinada comunidad lingüística. • Acceder al uso de las reglas gramaticales que estructuran convenientemente las relaciones de la forma – función en el lenguaje. A modo de “complementación”, cabe señalar que el lenguaje escrito se desarrolla después del lenguaje oral y depende de un previo aprendizaje, por lo que es necesario un entrenamiento especial para el análisis y síntesis de la palabra sonora y escrita; que se desarrolla a través de tres etapas según Dale (1992): • Elemental, implica fijar la atención en los elementos que componen las letras, en cómo deben coordinarse los movimientos y utilizar la pluma y el papel. • Literal, la atención debe ser fijada principalmente en el dibujo de las letras, mientras que la representación de sus elementos y la observación de las reglas técnicas se automatizan. • Escritura coordinada, la atención es fija principalmente en la unificación de las letras en la palabra, en conservar el aspecto regular y uniforme de las letras por su tamaño, inclinación, situación y distribución en el renglón. Para después escribir conforme a las reglas ortográficas. La forma más desarrollada de éste lenguaje, se alcanza cuando el sujeto puede exponer por escrito sus pensamientos de manera consecuente y coordinada. Bautista (1993) señala que a pesar de que la comunicación no se limita a ser solamente oral ni escrita, el lenguaje oral es el instrumento o medio de comunicación y representación por excelencia. Por lo que resulta importante hacer distinción entre lo que es la comunicación, el lenguaje y el habla, y para ello Hurlock (1982) menciona que la comunicación, es el intercambio de información que puede hacerse a través de diversos canales: como el tacto, la mirada, los gestos de la cara o movimientos del cuerpo y a través de la voz. De allí que cuando dos personas se comunican para transmitir información compleja y abstracta, se utiliza un código simbólico establecido; es decir, las ideas, los objetos o las acciones se representan mediante símbolos que ambos interlocutores deben conocer para que la comunicación sea eficaz. Este código simbólico es lo que se conoce con el nombre de lenguaje. Y la expresión verbal del lenguaje es lo que se llama habla, aquel sistema complejo mediante el cual se convierte una idea en un conjunto de sonidos que tienen significado para la persona que los escucha. De esta manera en la expresión oral del lenguaje, es decir, en el habla, intervienen complejos mecanismos mentales y físicos por lo que es importante que el desarrollo del niño en función de su lenguaje no se vea obstruido por verse retrasado de acuerdo a su edad cronológica. 1.2-Desarrollo del lenguaje. La adquisición y desarrollo del lenguaje puede ser explicado a través de diversas posturas teóricas, de las cuales el interconductismo es una de las que mayor auge tiene por basar sus principios en un aprendizaje que se produce por simples mecanismos de condicionamiento o también llamado mecanismo de contingencias ya que de acuerdo a Ribes y Harzem (1990) la definición de condicionamiento se basa en la dependencia o contingencia que hay entre una respuesta disponible en el organismo y el estimulo que la sigue. De esta manera para que la conducta lingüística se desarrolle en el niño, se necesita llevar a cabo un proceso interactivo de evolución conductual, donde es necesario considerar diversos elementos, entre ellos los siguientes: Condición biológica: engloba las limitaciones orgánicas que se dan en distintos órganos del niño, como pueden ser el oído o la lengua al ser mudo o presentar alguna alteración en los órganos que articulan los sonidos. Así mismo se tienen las limitaciones a nivel cerebral entre ellas las áreas de lóbulos frontal y temporal. Limitaciones que pueden ser congénitas o no y se pueden dar durante o después del nacimiento (Theron, Paul & Bernard, 1980). Ambiente de interacción: Ribes (1985) señalaque cada una de las formas de conducta o tipo de interacción del niño con su medio, asume diferentes niveles de complejidad a través de su desarrollo, por tanto cada forma particular de interacción va pasando por niveles de complejidad creciente. Entre los cuales, la primer interacción se da en la díada madre e hijo la cual comienza con miradas y caricias hasta llegar al juego donde se van adquiriendo poco a poco los patrones de interacción social que más tarde se ponen en practica en otro tipo de ambientes como el escolar y el familiar (con primos, tíos y abuelos) (citado en Guevara, Ortega & Plancarte, 2003). Estimulación: juega un papel determinante en el desarrollo de cualquier conducta aprendida como es el lenguaje. La cual se da o debería de darse no solo con el ambiente físico, sino también lingüísticamente ya que de ella depende en gran parte el desarrollo normal del lenguaje. Consiste en permitirle al niño un espacio de manipulación con objetos y verbalizaciones que van de ser simples a complejas (Heese, 1990). Aprendizaje: es la parte fundamental en la que de acuerdo al conductismo la conducta verbal es adquirida y desarrollada. Pues de acuerdo a la teoría de Skinner el aprendizaje del lenguaje se produce por simples mecanismos de condicionamiento. En un principio los niños simplemente imitan, para después asociar determinadas palabras a situaciones, objetos o acciones (Ribes & Harzem, 1990). El aprendizaje del vocabulario y de la gramática se hace por condicionamiento operante. La gente que se encuentra alrededor del niño recompensa la vocalización de enunciados correctos gramaticalmente, la presencia de nuevas palabras en el vocabulario, la formulación de preguntas y respuestas, y castiga con la desaprobación todas las formas del lenguaje incorrecto, como enunciados agramaticales y palabras obscenas. Luo y López (1999) indican que a pesar de no existir una explicación satisfactoria sobre la adquisición y desarrollo del lenguaje, sí se puede conocer una descripción convincente que permita determinar las habilidades lingüísticas de cada niño, en función de la etapa evolutiva del lenguaje en la que se encuentre de acuerdo a los componentes del lenguaje (fonológico/fonético, morfosintáctico, semántico y pragmático) y a un aprendizaje que el niño al nacer no posee con sus semejantes; pero que poco a poco va aprendiendo de sus mayores. La comunicación de los niños progresa a través de una serie de desarrollos jerárquicos de acuerdo a su edad. Donde los cambios más significativos se dan en los primeros años de vida que van desde el nacimiento hasta a aproximadamente los cuatro ó cinco años; edad en la que se cree es cuando el lenguaje del niño está bien establecido, aunque con dificultades en articulación y gramática para ser corregidas en los años siguientes y contar con un lenguaje bien definido en la adolescencia. Como lo mencionan González (2002), Hernández (1997) y Fitzgerald, Strommen, Mckinney (1981), al señalar que el lenguaje oral se desarrolla de acuerdo a la edad cronológica y su evolución puede ser de la siguiente manera: Del nacimiento a los 6 meses El menor se centra en cosas como el contacto visual, giros y expresiones cortas y reiteradas simples. Por medio de estos actos, comienza a formar conceptos de identidad y referencia de conexión con su madre, con quien constituye una díada de comunicación la cual se da a partir del llanto indiferenciado (señales de tipo general) y diferenciado (señales específicas). Aprende muchas cosas que se relacionan con el lenguaje, entre ellas mirar a los ojos a la madre y mantener un contacto interpersonal, hacer giros verbales con ella “cuando la madre habla – él habla” y formar un patrón para la primera conversación que inicia con la asociación del referente a las palabras que oye, en este proceso es donde ocurre una expansión y contracción fonémica llamada balbuceos (arrullos). De esta manera el niño aprende a producir las expresiones prosódicas que señalan las contrapartes vocales de la modalidad de las frases. Puede producir el imperativo de llorar, el declarativo de cu – cu. Comienzan a explorar los parámetros de su aparato vocal hasta aprender a producir vocales abiertas y diferenciar y formar consonantes. Produce sonidos halagadores y modifica el tiempo de comienzo de la voz, para producir sonidos con voz y sin ella. A este proceso se le denomina lalación, por ser la imitación de sí mismo. De los 6 a los 12 meses de edad A lo largo de este rango de edad, el niño puede contener expresiones más prolongadas pero todavía simples. Comienza la producción de por lo menos un par de expresiones de una palabra, encadenada u holística e inicia una nueva vía de desarrollo motivado por el deseo de codificar el significado en símbolos. Permitiendo así, un encadenamiento, a partir de la capacidad para producir el nombre de un objeto mientras está presente, como el vocabulario construido de palabras familiares, es decir su lenguaje se empieza a construir a través de la imitación de otros (ecolalia). Es aquí, donde el lenguaje comienza a pasar de simples balbuceos a un lenguaje mejor establecido que se caracteriza por la producción de palabras únicas, aunque aún pronunciadas de forma no muy clara. Es decir donde el lenguaje se va haciendo cada vez más complejo y empiezan a formarse las primeras de verbalizaciones de forma simple. De los 12 a los 18 meses de edad Aquí, el niño puede responder receptivamente a lo mucho que oye. Desarrolla expresiones de una palabra, encadenadas y holísticas, encajadas en la diversificada jerga de la edad. Pudiéndose notar expresiones sucesivas de una sola palabra, identificadas como dos palabras muy juntas que no constituyen una frase. En este momento parece centrarse en desarrollar sonidos vocales y continuar el proceso de diferenciación fonética, que da como resultado la aparición del inventario de consonantes. Existe una relación secuencial entre el lenguaje balbuceado y el lenguaje hablado que le sigue, pues pasa a tener un lenguaje más propio al esforzarse a emitir frases de una sola palabra (locución halofrástica). De los 18 a los 24 meses de edad El niño a esta edad tiene un comienzo en todas las áreas sensoriomotoras e inicia a formar esquemas que le ayudan a tratar de pronunciar los numerosos objetos materiales y acciones que ve en el medio ambiente que le rodea. Se auxilia del empleo de sustantivos, preposiciones, verbos y adjetivos que sirven como medio para desarrollar el lenguaje que está surgiendo. Comienza a tener experiencias lingüísticas que en consecuencia con la aparición de la formación simbólica, le ayudan a aprender un nuevo lenguaje. Su vocabulario comienza a ser producido a través de una o dos expresiones (locución telegráfica) para aproximarse a formar frases de una palabra corrida. Lo cual le permitirá que más tarde ordene la emisión de los elementos, donde la serie de palabras ocasionales será cambiada por la pronunciación de las primeras veinte palabras. De los 2 años a los 2 años ½ Hacia esta edad el niño ha completado el desarrollo sensoriomotor básico lo cual le permite formular símbolos que puede usar para transmitir información al tener ideas básicas de una conversación. Genera sentido el lugar de la información vieja y nueva en sus comunicaciones propias y ajenas. Se da cuenta de que las conversaciones tienen comienzos y finales. Es capaz de pronunciar algunas expresiones de dos o tres palabras como afirmaciones, aunque aún con dificultad en los significados exactos. En este período también comienza a generalizar los usos de los papeles semánticos, tales como sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios de tiempo y lugar. Aprende a hablar de existencia, no existencia,recurrencia y acción, posesión, situación y atributo. Presta atención lentamente al orden de las palabras y comprende la dicotomía sujeto – verbo y comienza el avance a expresiones de tres palabras para formar oraciones con núcleo básico, es decir el niño es capaz de emitir frases de muchas palabras. De los 2 años ½ a los 3 tres años A los dos años y medio, el niño comienza a construir un conocimiento lógico matemático y socioemocional, aprende de cerca los papeles sociales por medio del juego y modelado de papeles. Durante este tiempo puede expresar todas las modalidades en una forma verbal rudimentaria y puede expresar oraciones primitivas y comienza a elegir reglas de discurso. El niño hace sus primeros esfuerzos en el terreno de la sustitución de pronombres y coordinación de elementos. Comienza la pronunciación de frases con sustantivos elaborados que contienen adjetivos. El lenguaje comienza a convertirse en un recurso y el sistema de articulación continúa ampliándose hacia la forma adulta. De los 3 años a los 3 años ½ El niño hacia los tres años todavía no tiene un repertorio lingüístico bien formado, pero ha hecho un comienzo sustancial en la capacidad para simbolizar y usar el lenguaje que ahora es una herramienta funcional. Probablemente tenga un uso coherente de un orden aceptable de palabras para oraciones comunes y produzca todos los núcleos, las modalidades, algunas transformaciones y algunos nódulos elaborados, por lo menos en contextos simples. Comienza a saber cómo y cuándo usar estos elementos para posteriormente hacia los 3 años ½ empezar a resolver las mayores reglas fonológicas del lenguaje adulto y a organizar la producción personal del sistema fonético, aunque la producción real de algunos fonemas puede retardarse. De los 3 años ½ a los 4 años Surge un registro madre – niño y continua durante un lapso indefinido, generando estrategias más generales de aprendizaje en el lenguaje. Hacia esta época es probable que el niño tenga un amplio surtido de esquemas sensoriomotrices, los cuales le ayudarán a adquirir un funcionamiento simbólico y desarrollar el lenguaje. Ya que la combinación de todos estos elementos, más sus experiencias construyen el conocimiento socioemocional y lógico matemático. A los cuatro años de edad, el niño usa la estructura de lenguaje básico de su familia, todavía puede estar aprendiendo cómo usar la transformación y transmisión de bloqueo y probablemente no use la inclusión causal. De los cuatro años y medio a los cinco, puede ser un hablador maduro funcional en la gramática. Después de esta edad, el niño continúa puliendo y aumentando su inventario fonético. Gradualmente las reglas fonológicas primitivas previamente inducidas son reemplazadas por un sistema de reglas maduras. De esta manera aunque su fonología y articulación deben ser comprensibles, puede no ser así hasta los 6, 7 u 8 años, cuando finalmente se desarrolle todo el sistema fonético maduro. Nieto (1981) al igual que Johnston y Johnston (1992) señalan que el desarrollo del lenguaje ocurre paralelo al desarrollo psicomotor debido a que se trata de una evolución donde el lenguaje debe entenderse como un proceso integrado dentro del cual, resulta difícil establecer momentos claramente diferenciados y donde la variabilidad individual resulta evidente. Ya que el desarrollo “normal” del lenguaje depende de las características que se presentan en el niño de acuerdo a la edad cronológica. Donde corresponde al menor formar su propio vocabulario que va de 0 palabras a 2652 (a los seis años de edad) aproximadamente, como se muestra en el cuadro (1), de Smith tomado de Nieto (1981) donde se enfatiza en el número de palabras aproximadas que a cierta edad debe pronunciar el menor: Escala del desarrollo del vocabulario entre los ocho meses y los seis años de edad. Edad en años y meses. Número promedio de palabras. 0-8 0 0-10 1 1-0 3 1-3 19 1-6 22 1-9 118 2-0 272 2-6 446 3-0 896 3-6 1222 4-0 1540 4-6 1870 5-0 2072 5-6 2289 6-0 2562 Cuadro (1): muestra el promedio de palabras que el niño emite de acuerdo a la edad en años y meses. Cuando el desarrollo del lenguaje no se asemeja a lo ya citado, es probable que haya un retardo en el habla del niño, el cual se ve reflejado en diversas alteraciones como las de articulación. Ya que de acuerdo a Johnston y Johnston (1992) el lenguaje comienza a desarrollarse de manera normal con el primer llanto del bebé, auxiliándose de él para expresar sus necesidades de comunicación y empleándolo como su primer articulación bucal, pasando de tener articulaciones simples a otras más complejas, las cuáles surgen en el momento en que el lenguaje oral se vuelve una herramienta flexible, funcional e interpersonal (alrededor de los cuatro o cinco años de edad). 1.3-El retardo en el desarrollo del lenguaje y las alteraciones de articulación. Bautista (1993) y Valles (1998) señalan que el retardo en el desarrollo del lenguaje es un término genérico utilizado para englobar aquellos retardos en la aparición y/o desarrollo del lenguaje, sin que existan síntomas de déficits intelectuales, sensoriales o motrices. Se trata de niños cuyo proceso de adquisición y desarrollo del lenguaje no se realiza conforme a las etapas “normativas” que suelen establecerse para determinar los hitos del desarrollo lingüístico infantil. Dentro de este retraso se incluyen desde el retraso simple del lenguaje, hasta el mutismo, pasando por las disfasias. Las características que se presentan en los niños son: Aparición de las primeras palabras después de los 2 años. La unión de palabras no aparece hasta los 3 años. Vocabulario reducido a los 4 años. Desinterés comunicativo. La comprensión del lenguaje es superior a la expresión. Existe un importante desarrollo comunicativo del gesto. Inmadurez en la dominancia lateral. El retraso simple del lenguaje se da a través de diversos grados de severidad que tienen que ver con las dificultades presentadas en la articulación del lenguaje. Entendiendo como articulación aquellos sonidos del habla que se producen para formar las palabras del lenguaje, a través de la interrupción o modelación de los flujos de aire, vocalizados y no vocalizados, el movimiento de la lengua, los labios, la mandíbula inferior y el paladar así como los dientes que se usan para producir algunos sonidos específicos (Nieto, 1981). Las alteraciones o dificultades en la articulación de lenguaje también llamadas dislalias, de acuerdo a autores como Luo, López (1999) y Frostig, Müller (1986) se definen como la producción incorrecta de uno ó varios sonidos combinados, cualquiera que sea la causa que los genere. La dificultad consiste en pronunciar incorrectamente determinados fonemas o algunos grupos de ellos, especialmente los sinfones y otras agrupaciones consonánticas. Siendo evidentes las dificultades de omisión, distorsión ó sustitución de unos fonemas con otros. González (2002) y Valles (1998) señalan que éstas dificultades articulatorias se suelen dar en diversos trastornos del desarrollo, como la deficiencia mental, parálisis cerebral y otras alteraciones neurológicas. Pueden afectar a todos o parte de los fonemas de una lengua, siendo más frecuente que afecte más a unos que a otros. En el caso de la lengua castellana, son muy frecuentes las dificultades para pronunciar los fonemas /c/, /r/, /s/, existiendo así más de una clasificación de dificultades de articulación, como es la siguiente (Valles, 1998): Dislalia Evolutiva: son dificultades en la articulación que se manifiestan en edades tempranas (3-4 años) y son propias del desarrollo evolutivo de los niños: tienen un carácter fisiológico y forman parte del aprendizajenormal del lenguaje en su maduración con la edad. Su corrección depende del desarrollo integral del niño de acuerdo a su edad cronológica ya que a temprana edad el niño aprende por imitación las conductas verbales que observa en las personas que le rodean y es en ese intento reproductivo del lenguaje donde se producen acercamientos e inexactitudes en las palabras que quiere repetir. Las dificultades articulatorias con mayor grado de dificultad para su expresión son las relacionadas con el fonema / r /. Sin embargo resulta importante tomar consideraciones si a partir de los 6 años todavía persisten alteraciones en su lenguaje ya que a veces es necesaria la intervención logopédica. Dislalia Funcional: son las dificultades de articular las palabras correctamente por una incorrecta coordinación de los movimientos, que son necesarios para articular los fonemas. En este tipo de dislalia no existe ningún trastorno físico ni orgánico, solo existe una incapacidad funcional que está originada por una educación defectuosa del habla, por la presencia de modelos de imitación lingüísticamente incorrectos y falta de coordinación motora. Los errores típicos de articulación que se producen en este tipo de dificultad son los siguientes (Frostig & Müller, 1986): 1) Sustitución: se emite un sonido distinto (se reemplaza), ante la incapacidad de pronunciar el originario. Se articula otro en su lugar. La sustitución fonemática puede darse al principio, mitad o al final de la palabra. Es el error articulado más frecuente. 2) Omisión: se omiten fonemas, desapareciendo por completo de la palabra enunciada. Por ejemplo: “pado” en lugar de “prado”. Omitiendo incluso sílabas: “tevisión” por “televisión”. 3) Inversión: se cambia el orden de la secuencia en los fonemas, por ejemplo: “palto” por “plato”. 4) Distorsión: cuando la articulación del fonema no se realiza con suficiente nitidez y claridad, se aproxima al fonema correcto pero su emisión sonora no tiene suficiente definición. 5) Inserción o añadido: un sonido que no le corresponde a una palabra se añade, por ejemplo: “arradio” por “radio”. También pueden añadirse sonidos consonánticos. 6) Habla infantilizada: cuando la pronunciación de los fonemas adquiere un tono entre la distorsión y la ausencia de nitidez o sonoridad en la pronunciación, por lo que a veces más que una alteración podría tratarse de un estilo de habla, en ocasiones empleada por el niño para llamar la atención de los adultos. Las dislalias funcionales más frecuentes son las sustituciones y las distorsiones, y afectan a una o más consonantes. Cuando las dislalias son múltiples (afectación a numerosos fonemas) se les denomina hotentotismo (empleo sustitutivo y abusivo del fonema /t/). Además de existir los siguientes tipos de errores que se han tipificado de la siguiente manera (Azcoaga, Bello, Citrinovitz, Derman & Frutos, 1992): Sigmatismo: alteraciones en la articulación del fonema /s/. Lambdacismo: alteraciones en la articulación del fonema /l/. Rotacismo: alteraciones en la articulación del fonema /r/. Gammacismo: alteraciones en la articulación del fonema /c/, /g/, /k/ y /q/. Deltacismo: alteraciones en la articulación del fonema /d/, y /t/. Mitacismo: alteraciones en la articulación del fonema /m/. Rinoartria: alteraciones en la articulación del fonema /a/, /n/ y /ñ/. Betacismo: alteraciones en la articulación del fonema /b/. Ceceo: sustitución de la /s/ por /c-z/. Checheo: sustitución de la /s/ por la /ch/. Chuitismo: omisión del fonema /ch/. Chionismo: sustitución de la /r/ por la /l/. Epéntesis: adición de un fonema en la palabra. Ficismo: articulación defectuosa del fonema /f/. Hotentotismo: articulación defectuosa de todos los fonemas, sustituyéndolos por el fonema /t/. Jotacismo: articulación defectuosa del fonema /j/. Kappacismo: articulación defectuosa del fonema /k/. Mimación: empleo frecuente del sonido /m/ en palabras que no lo contienen. Mitacismo: articulación defectuosa del fonema /m/. Nunación: articulación defectuosa del fonema /n/. Ñunación: articulación defectuosa del fonema /ñ/. Picismo: articulación defectuosa del fonema /p/. Seseo: pronunciación de la /c-z/ como /s/. Tetatismo: articulación incorrecta del fonema /t/. Yeísmo: la /ll/ se articula como y. Iotacismo: imposibilidad de articular correctamente /x/y/g/. En general las dislalias más frecuentes son las que afectan a los fonemas correspondientes a las letras r, s, t, f, z, l, ch. Las vocales suelen estar intactas y se articulan sin mayores problemas. El grado de comprensión se ve mermado según la cantidad de fonemas incorrectos articulados. Dislalia Audiógena: se refiere a las dificultades que se atribuyen a una hipoacusia, es decir, a un déficit auditivo que dificulta el reconocimiento y la reproducción de aquellos sonidos que tienen cierta similitud fonética. El grado de dificultad varía de acuerdo a la gravedad de la hipoacusia. Las causas pueden ser muy variadas: desde factores hereditarios hasta simples procesos catarrales que desaparecen rápidamente. El primer indicador que alerta que se produce esta alteración, es el retraso anormal en la adquisición y el desarrollo del lenguaje; siendo el fonema /s/ el que generalmente resulta afectado por poseer más armónicos agudos (Bautista, 1993). Dislalia Orgánica: es la alteración de la articulación de fonemas debida a alteraciones orgánicas de los órganos periféricos del habla y su origen no es neurológico central sino malformaciones concretas, anomalías anatómicas, parálisis cerebrales y se les denomina también disglosias. Las cuales de acuerdo con Azcoaga, et al. (1992) dependen de la ubicación de la mala formación anatómica en los diferentes órganos del habla para ser denominadas correspondientemente: Disglosias labiales: es cuando existe una alteración de la forma, de la movilidad, de la fuerza o de la consistencia de los labios. Entre las alteraciones más frecuentes de disglosias labiales se encuentran las siguientes (Luo & López, 1999): Labio leporino: es una malformación congénita caracterizada por una fisura de mayor o menor amplitud del labio superior. De modo que los movimientos de los labios resultan dificultosos, sobre todo los que son para articular correctamente los fonemas /b/, /p/, /m/, /f/, /o/, /u/. Al ser un defecto natal, la intervención quirúrgica en los primeros días o semanas de después del nacimiento, permite su corrección. Labio leporino medio o central: es una malformación originada por la ausencia de la unión entre las dos partes nasales internas. Es bastante infrecuente y también tiene tratamiento quirúrgico. Frenillo labial superior hipertrófico: es un despliegue membranoso que impide o limita la movilidad del labio superior. También puede corregirse con intervención quirúrgica. Fisuras del labio inferior: es el mismo tipo de malformación labial que el labio leporino pero que afecta al labio inferior. Macrostomía: es un alargamiento de la hendidura bucal que puede estar asociada a la malformación de la oreja. Tiene tratamiento quirúrgico indicado para antes del inicio del habla. Parálisis facial: es ocasionado por un trauma obstétrico (fórceps o compresión contra los huesos pelvianos). Algunas afecciones otíticas o cuadros más graves asociados a la poliomielitis o difteria. Afecta una sola parte de la cara (unilateral) o a ambas partes (bilateral). En lo referido a la articulación, son los fonemas consonánticos /p/, /b/, /m/ los más afectados, aunque las vocales también quedan afectadas porque las mejillas no tienen suficiente tensión muscular y no existe el movimiento de protusión para la correcta emisión de los sonidos /a/, /u/ articulándolas de manera distorsionada. Neuralgia del trigémino: es una afectaciónal nervio debido a afecciones dentarias o sinusales. Heridas en los labios: debido a traumatismos. Disglosias maxilares: son trastornos de la articulación de fonemas que se dan cuando existen malformaciones en uno o ambos maxilares. Pueden ser de origen congénito o de desarrollo traumático. Los tipos de alteraciones descritas según Azcoaga, et al. (1992) son: Malformaciones del maxilar superior y de mandíbulas. Atresia muscular. Empequeñecimiento acentuado de la mandíbula. Progenie. Mandíbula inferior muy predominante. Anomalías dentarias: posición incorrecta. Disglosias linguales: son las alteraciones en la articulación de fonemas debidas a un trastorno orgánico de la lengua, donde de acuerdo a González (2002) algunas causas que pueden lesionar este órgano pueden ser: Frenillo lingual: es el desarrollo desproporcionado de la tela membranosa que se encuentra debajo de la lengua, la cual la mayoría de las veces provoca una articulación defectuosa e incluso la falta de ella. Anquiloglosia: ocasiona el rotacismo (ausencia de vibración al intentar emitir el fonema /rr/). Sin embargo, el rotacismo no siempre es causado por este tipo de lesión. Parálisis lingual: es la producida por la lesión del nervio hipogloso (unilateral y bilateral). Glosectomía: es la pérdida de la sustancia lingual por causas diversa como: quemaduras, mordeduras, amputaciones, traumatismos y cáncer. Macroglosia: es un aumento desmesurado de la lengua. Suele darse en niños con síndrome de down y en algunos casos de retraso mental. Tiene tratamiento quirúrgico. Disglosias palatinas: son alteraciones de la articulación de fonemas originadas por deformaciones del paladar óseo y del velo del paladar. Las clases de disglosias palatinas según Luo y López (1999) son las siguientes: Fisura palatina: es una malformación congénita en la que dos mitades del paladar no se unen en la línea media. Las causas que la originan pueden ser de carácter exógeno, como las enfermedades infecciosas, los accidentes y también endógeno, causa hereditaria. Paladar corto: esta malformación suele estar acompañada de otras como la debilidad muscular y fisura submucosa. En esta anomalía el paladar óseo no se une en la línea pero sí la mucosa que lo recubre. Su principal característica es que el niño presenta dificultad para soplar con fuerza ya que existe una fuga de aire nasal durante el habla (rinolalia). Paladar ojival: suele tener un carácter hereditario y afecta a la producción de los fonemas /l/, /d/, /t/. Disglosias nasales: en las disglosias nasales se da una resonancia que puede ser de dos tipos (González, 2002): Rinolalias cerradas: se les denomina también hiporrinolalia y su principal característica es que existe una alteración en los sonidos de algunos fonemas como /m/, /n/, /ñ/ los cuales son cambiados por /b/ o /d/. Rinolalias abiertas: llamadas también hiperrinolalias: consiste en un paso audible de aire a través de la nariz durante el habla, donde se produce una alteración del resonador nasal, como consecuencia de la comunicación continua entre la cavidad bucal y la nasal por insuficiencia velar, fisura submucosa o parálisis del velo paladar. En este tipo de alteración se le da resonancia solamente a las vocales y se le denomina rinofonía y entre las más frecuentes se encuentran las producidas con la emisión de los fonemas /p/, /t/, que son sustituidos por /m/, /n/ y los fonemas /s/, /r/ que suelen no ser pronunciados. Disglosias dentales: se refiere a las alteraciones que existen cuando hay malformación o pérdida de piezas dentarias, las cuales provocan dificultades para articular correctamente. Entre estas dificultades de articulación se encuentran las llamadas diastemas, mismas que son amplios espacios dentarios que producen diversas series de dislalias, donde se alteran los fonemas silbantes de la /s/, /z/ además de perder agudeza (Azcoaga, et al. 1992). Entre otros tipos de alteraciones también se encuentran las disartrias, las cuales consisten en un trastorno de la articulación en la palabra debido a una lesión en el Sistema Nervioso Central que afecta a la articulación de todos los fonemas en que interviene la zona lesionada. El caso más extenso es la anartría o incapacidad para articular los fonemas de la palabra. Y se puede presentar en alguno de los siguientes niveles según Bautista (1993): Disartria flácida: se produce a nivel de la neurona motriz inferior, generando dificultades en la fonación, resonancia y prosodia. Disartria espástica: se produce en la neurona motriz superior y sus principales manifestaciones están en la fonación, resonancia y prosodia. Disartria atáxica: se localiza en el cerebelo y sus principales manifestaciones son fonemas prolongados y se ve afectada la fonación, prosodia y articulación. Disartria hipocinética: se caracteriza por una afectación en el sistema extrapiramidal y sus alteraciones están en la fonación y en la prosodia. Disartria hipercinética: se localiza en el sistema extrapiramidal y las alteraciones lingüísticas están a nivel de fonación, resonancia, prosodia y articulación. A modo de complementación cabe citar otras de las dificultades que suelen darse en el retardo del desarrollo: Afasias: Son trastornos de origen cerebral en el que existe una dificultad o incapacidad para el lenguaje hablado o escrito sin que haya lesión en las vías auditivas ni motoras de la fonación; la expresión comprensión lingüística está en mayor o menor grado afectada. La afasia del desarrollo o disfasia (sea expresiva o receptiva), según Bautista (1993) podría estar delimitada por las características siguientes: Dificultades para la interpretación del lenguaje oral. Incoordinación dinámica general. Habla en jerga. Lenguaje telegráfico, ecolalia. En ocasiones, hemiplejia. A veces, hiperquinesia. El retardo verbal puede variar en función de la patología orgánica. Valles (1998) menciona que la siguiente clasificación de afasias puede explicar su origen: Afasia congénita: referida a la no aparición del lenguaje en niños que, a priori, no presentan otros síndromes. Se distinguen tres tipos de lesiones: Prenatales (malformaciones craneales, anomalías cromosomitas o cretinismo). Perinatales (anoxia). Postnatales (traumatismo o encefalitis). Afasia adquirida o infantil: es aquella que tiene lugar una vez que el lenguaje ya ha sido adquirido total o parcialmente. Independientemente de esta clasificación cabe citar otra donde se logran apreciar las distintas áreas del lenguaje más afectado (Luo & López, 1999): Afasia sensorial o receptiva: la lesión está en la zona de Wernicke. Los sujetos que la padecen no comprenden el significado de las palabras, aunque pueden hablar con dificultad. Afasia motora o expresiva: cuando la lesión está en la zona de Broca. En este caso, el sujeto comprende el significado de las palabras, pero no puede expresarse. Afasia mixta: se trata de una lesión más amplia que afecta tanto a las áreas motoras como receptivas del lenguaje. Mutismo: Es la desaparición total del lenguaje en forma repentina o progresiva que puede ser por un fuerte choque emocional de tipo histérico, por enfermedad laringea o de “unos días”. Se considera el mutismo electivo o selectivo que puede manifestarse en ciertas personas o en determinadas situaciones. Desde una perspectiva del contexto mental se da la siguiente clasificación ya que de acuerdo a Launay (1989) en el mutismo es imprescindible dicho contexto (citado en Bautista, 1993): Mutismo neurótico: en la mayoría de los casos se trata de un mutismo parcial o electivo con frecuencia asociado a otras manifestaciones. Si persiste más allá de los seis años crea importantes limitaciones tanto a nivel escolar comosocial. El mutismo total es excepcional. Mutismo psicótico: cuando el niño/a tiene entre tres y seis años su cuadro clínico se asemeja al del autismo. Puede estar ocasionado por un incidente febril o una separación temporal de su entorno habitual. Entre los seis años y la pubertad es difícil el comienzo de una evolución psicótica, más bien se trata de un problema de tipo psiquiátrico. Tartamudez: Es una alteración en el ritmo del habla y de la comunicación caracterizada por una serie de repeticiones o bloqueos espasmódicos durante la emisión del discurso. Se presenta como una alteración del lenguaje oral que afecta a la fluidez del habla y aparece delimitada por algunas de las características que la identifican (Luo & López, 1999). Nieto (1981) señala que la tartamudez es una alteración patológica de la comunicación más que del lenguaje ya que consiste en la falta de coordinación motriz de los órganos fonadores que se manifiestan en forma de espasmos que alteran el ritmo normal de la palabra articulada, en la mayoría de las veces se trata de una manifestación neurótica y se le ubica dentro del grupo de las disfemias. Ecolalia: es la imitación que hace el niño de los sonidos que escucha pronunciar a los demás, pero que no comprende. Comienza alrededor de los nueve a diez meses de edad y por ser la primera etapa del desarrollo del lenguaje, donde el niño empieza a reconocer y producir el fonema, en una forma que es común a los sonidos efectuados por sus padres y por él mismo se llega a confundir con la etapa final del desarrollo del lenguaje (Brain, 1976). Nieto (1981) menciona que dentro de la ecolalia el niño no logra delimitar y abstraer el contenido ideológico de las palabras al tratar de formar conceptos mentales donde surge la “invención” que consiste en una deformación de las palabras que el niño escucha por su falta de habilidad en la articulación. De esta manera la ecolalia se puede entender como una deficiencia en la articulación de lenguaje que surge a temprana edad, un ejemplo de ella es que al pedirle a un niño de 30 meses que repita una determinada palabra solo emita la última sílaba de la palabra que oye. Como se puede notar las alteraciones en el desarrollo del lenguaje son diversas y para ser consideradas como alteraciones, antes necesitan ser detectadas y evaluadas a través de un diagnóstico, el cual se da a partir de la realización de un proceso de evaluación, que puede ser a nivel medico ó psicopedagógico Ibáñez (2002) y Sánchez (1971). Una vez que se tiene conocimiento acerca de cómo se adquiere el lenguaje y cuáles son las dificultades que en su desarrollo se enfrentan cabe hacer mención de cómo se lleva acabo el proceso de evaluación e intervención y para ello es necesario retomar lo que en el segundo capítulo se expone. CAPÍTULO 2: EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN EN EL ÁREA DE ARTICULACIÓN DE LENGUAJE Las dificultades en el desarrollo son diagnosticadas a través de una valoración médica y psicopedagógica como lo menciona Bautista (1993) e Ibáñez (2002) al señalar que considerar ambas evaluaciones permite una atención completa. Atención que debe priorizar en la población infantil, pues es la que día a día reporta problemas de conducta y aprendizaje como resultado de las dificultades en el desarrollo del lenguaje (articulación) (Esquivel, Heredia & Lucio 1994), de tal modo que al ser así, el contenido del presente capítulo versará en este punto, evaluación e intervención de los problemas de articulación de lenguaje. 2.1-Formas de evaluación (médica y psicopedagógica). Antes de señalar en qué consiste la evaluación médica y psicopedagógica resulta importante partir de lo que se entiende por evaluación del lenguaje y para ello se cita lo siguiente: La evaluación del lenguaje es definida por Bautista (1993) y Luo, López (1999) como un proceso inseparable de la intervención, el cual debido a sus dificultades intrínsecas, y sus implicaciones educativas consiste en la toma de decisiones y adaptaciones cohesionadas entre diversos profesionales como el médico, el pedagogo y el psicólogo para dar origen a un diagnóstico, el cual da la pauta para pasar de la evaluación a la intervención. Gallardo y Gallego (1995) mencionan que la evaluación consta de varias partes secuenciales y específicas, entre ellas: Detección del problema. Evaluación inicial de las conductas problema. Recomendaciones para la intervención. Y sus principales características son: 1) Permite conocer qué elementos lingüísticos se adquieren en cada una de las etapas de desarrollo infantil. 2) Ayuda a determinar el nivel evolutivo de un niño, describiendo su conducta lingüística, y comparándola con la secuencia evolutiva. La evaluación para Sánchez (1971) tiene tres niveles fundamentales: a) La detección del problema lingüístico inicial. b) La valoración diagnosticada del lenguaje según el contexto. c) Las recomendaciones necesarias para la intervención. Es entonces que a partir de lo antes expuesto cabe citar a autores como Joseph, Stevens y King (1987) quienes mencionan que dentro del proceso de evaluación siempre es factible recurrir a otra fuente de información que le permita al profesional contar con más datos sobre el diagnóstico a dar y éstas pueden ser: La familia. Los test estandarizados y procedimientos no estandarizados. La observación sistemática en el centro escolar. De lo anterior se puede decir que la evaluación es un proceso que implica la toma de desición por parte del profesionista para dar un diagnóstico, del cual dependerá la intervención a nivel médico y psicopedagógico, como a continuación se muestra. Evaluación médica. Respecto a la evaluación médica, Nieto (1981) señala que consiste en la detección de causas biológicas que originan las dificultades en el desarrollo, entre ellas las del lenguaje. Es decir, se interpreta que la conducta de la persona puede estar alterada por factores de índole biológico, donde las clasificaciones de discapacidades son basadas en las características físicas y funcionales de los organismos (Ibáñez, 2002). De acuerdo a Frostig y Müller (1986) dentro del proceso de evaluación médica no se debe excluir la valoración funcional, la cual ayuda a detectar algunos aspectos funcionales sobre las alteraciones articulatorias, como puede ser la existencia de malformaciones orgánicas, lesiones en el Sistema Nervioso Central, o incoordinación de los órganos articulatorios, de tal modo que este tipo de evaluación la puede realizar desde un neurólogo ó psiconeurológo hasta un pediatra, pero generalmente quien la realiza es el fonoaudiólogo o logofoniatra, es decir un especialista que determina en qué medida una persona entiende y usa el lenguaje. Lo cual permite establecer las diferencias entre disglosias, disartrias y dislalias, siguiendo los diversos niveles fonéticos en los que de acuerdo a González (2002) las dificultades articulatorias se presentan en los niños, los cuales se ordenan entorno a cinco tipos de redes: Sustitución: ante la dificultad de articular un sonido determinado, el niño le sustituye por otro más asequible. Omisión: consiste en la omisión del fonema o sílaba que el sujeto no sabe pronunciar. Inserción o adición: consiste en introducir o articular una palabra, un sonido vocálico insistente en dicha palabra, que le sirve de muletilla para intentar salvar la dificultad que representa su producción. Distorsión: pueden definirse los sonidos distorsionados aproximados y definidos, como aquellos que nos derivan de una sustitución definida, y cuya incorrección se debe, por el contrario a una mutilación, falta de claridad, o un descuido que origina un sonido completo. Inversión:error que se produce cuando el sujeto cambia el orden de los sonidos de una palabra. Por lo tanto, retomando lo antes expuesto es necesario considerar que en la evaluación médica se debe evaluar a más de un factor biológico, esto es hacer una evaluación médica en el aparato fonoarticulatorio, el oído y otros trastornos biológicos, entre los que a continuación se citan los siguientes (Azcoaga, Bello, Citrinovitz, Derman y Frutos, 1992): Motricidad facial: se trata de valorar la funcionalidad que poseen los labios y la lengua, determinar cuál es su agilidad y flexibilidad así como los movimientos maxilares. Es importante observar el control voluntario u otros movimientos musculares que pongan de manifiesto anomalías o una adecuada funcionalidad. Dinámica respiratoria y de soplo: consiste en la evaluación de la inspiración y espiración, la capacidad de retención de aire en los pulmones, la fuerza y duración del soplo. Una evaluación rigurosa de estos aspectos requiere la utilización de un espirómetro. Para la determinación del tiempo en la espiración bucal puede realizarse cronometrando dicha conducta de soplo y comparándola. Ritmo: consiste en la evaluación del sentido rítmico asociado a la percepción temporal de los sonidos. Es importante determinar los conceptos de duración, intensidad y sucesión en los sonidos. Y para ello, se puede llevar a cabo mediante la reproducción gráfica y oral de las estructuras rítmicas. Habilidades de discriminación auditivo – fonéticas: antes de realizar esta evaluación, es importante descartar cualquier alteración auditiva a través de una audiometría. Y ya para evaluar ciertas habilidades se utiliza un listado de pares de sílabas y de palabras con cierta similitud fonética por ejemplo: bala – pala, cara – cada, etc. para determinar que sonidos son sustituidos por otros. Alteraciones orgánicas: consiste en observar los elementos anatómico - fisiológicos de los órganos, que intervienen en la articulación de los fonemas, valorando la forma, el tamaño y la coordinación entre ellos, así como su funcionamiento durante la emisión vocal. Aunque a veces no siempre existe relación directa entre el grado de anomalía estructural o funcional y las características del habla. Así, por ejemplo, una lengua deformada o una mala oclusión dental no necesariamente dan lugar a algún trastorno articulatorio, como las disglosias. Los aspectos a observar de acuerdo a Valles (1998) son los siguientes: Cavidad bucal. Tamaño. Forma. Existencia del paladar duro (fisura). Coloración del paladar blando. Posible hipertrofilia adenoide. Dientes Distemias. Maloclusión. Pérdida de piezas dentales. Erupción dentaria anómala. Cavidad nasal Rinolalia. Hipertrofias. Pólipos. Malformaciones. Lengua Tamaño. Configuración (en los casos de glosectomía). Presencia / ausencia de frenillo lingual. Velocidad y precisión de movimiento. Movimientos distónicos, rigidez y parálisis. Anquiloglosia. Macroglosia. Labios Parálisis facial. Labio leporino. Asimetría. Tono muscular. Praxias. Maxilares Traumatismo. Prognatismo. Progenismo. Dismorfias. Velo del paladar Cierre velofaríngeo. Expresiones faciales (contracción de las alas de la nariz). Así mismo, González (1989) dice que en la evaluación médica del lenguaje (articulación) se deben identificar tres movimientos que influyen sobre la base de relaciones que existe entre las acciones de los grupos de músculos agonistas y antagonistas: movimientos fijos, movimientos controlados y movimientos balísticos, donde la respiración es fundamental debido a que los sonidos del habla son el resultado de la modificación del aire que pasa desde los pulmones a través de los espacios laríngeos, faríngeos, orales y nasales; como son los sonidos consonánticos quienes por su emisión implican una obstrucción completa o parcial de la columna de aire saliente en alguna parte del pasaje vocal, de acuerdo a cuatro rubros clasificados de la siguiente manera: 1) Con el lugar de la obstrucción. Labio – labio (bilabial), formado por dos labios (p), (b), (m). Labio – diente (labiodental), formado por el labio inferior colocado contra los dientes superiores (f). Encía (alveolar), formado por la colocación de la lengua puesta contra el borde de la encía (t), (d), (n), (l), (s), (r), (rr). Paladar duro, frente o parte superior (palatal), formado por la parte anterior de la lengua colocada cerca del paladar duro (ch), (y), (ñ). Parte posterior del paladar blando (velar) formado por la parte posterior de la lengua colocada contra el paladar blando (k), (g), (x). 2) Con el grado de obstrucción: Bloqueo completo con la columna de aire al cerrar los labios o al colocar la lengua contra alguna parte del paladar (p), (b), (t), (d), (ch), (k), (g). Bloqueo incompleto del aliento, debido a la presencia de un pequeño canal entre los labios o entre la lengua y alguna parte del paladar para la emisión del sonido, o en el caso de las nasales, al descenso del paladar blando y la emisión del aliento vocalizado a través de la nariz. Orales: (f), (s), (x), (l), (r), (rr), (y). Nasales: (m), (n), (ñ). 3) De acuerdo con la forma de liberar la corriente vocal: Explosivas: (p), (b), (t), (d), (k), (g), (ch). Continuadas: (f), (l), (s), (r), (rr), (y), (x), (m), (n), (ñ). 4) De acuerdo a la acción de las cuerdas vocales: Consonantes sordas (o respiradas) en las que las cuerdas vocales no vibran: (p), (t), (ch), (k), (f), (s), (x). Consonantes sonoras en las que las cuerdas vocales vibran: (b), (d), (g), (l), (r), (rr), (y), (m), (n), (ñ). Por lo tanto, de todo lo antes mencionado se puede decir, que a partir de que se tiene un diagnóstico médico (existencia o ausencia de factores biológicos/ fisiológicos) es la pauta para realizar una evaluación psicopedagógica con la finalidad de poder hacer una evaluación completa independientemente de la severidad del caso. Esto, ya que cabe retomar la concepción de que la evaluación no es un proceso sencillo y por consiguiente se debe tener en cuenta la consideración o descartación de causas biológicas, a partir de las cuales la intervención es diferente. Evaluación Psicopedagógica. En función a lo qué es la evaluación psicopedagógica, varios autores coinciden con la idea de que este tipo de evaluación se refiere a la funcionalidad que tiene el lenguaje de acuerdo al aprendizaje en sus diversos contextos, entre ellos Luo y López (1999) e Ibáñez (2002), quienes mencionan que al ser así, le corresponde llevar a cabo esta evaluación a aquel profesionista que está en relación continua con la conducta y enseñanza del aprendizaje en el niño, como pueden ser: el psicólogo, el pedagogo o el psicopedagogo, así como un especialista en el lenguaje como un terapeuta de lenguaje o un logopeda quien previene, evalúa, diagnóstica y da tratamiento a las patologías del lenguaje (oral, escrito y gestual) manifestadas a través de trastornos en la voz, el habla, la comunicación y las funciones orofaciales. Para Valles (1998) la evaluación psicopedagógica es un proceso que implica una labor con puntos específicos que deben girar en torno a un objetivo, ya que a diferencia de la médica no se cuenta con una verdad absoluta, porque los resultados de una prueba se prestan a ser interpretados de diversa manera para los profesionistas. Este tipo de evaluación debe ser realizado lo más específico posible y para ello en cuestiones de dificultades en el lenguaje (articulación) los aspectos que deben evaluarse para su detección, son los que están relacionados con la articulación de los fonemas, para identificar los diferentes sonidos emitidos por el niño en las situaciones comunicativassiguientes: Lenguaje repetido: se realiza utilizando un listado de palabras en las que los sonidos a evaluar están situados en las distintas posiciones de la palabra inicial, intermedia o final. Y consiste en que el niño repita cada una de las palabras previamente pronunciadas por el evaluador. Lenguaje dirigido: se hace mediante la presentación de ilustraciones relativas a objetos familiares y conocidos, donde el niño debe decir el nombre de cada una de ellas. Pueden utilizarse colecciones de lotos fonéticos, lotos de acciones y cómics. Lenguaje espontáneo: se lleva a cabo mediante una conversación con el niño y también a través de la observación en situaciones de juego y de interacción con el otro. Con la finalidad de obtener información sobre los fonemas articulados incorrectamente en diferentes situaciones comunicativas. Incidencia en la escritura: es importante llevar a cabo esta evaluación, debido a que las dificultades articulatorias suelen tener una proyección negativa en la escritura, produciéndose errores de sustitución de grafemas cuando se escribe, especialmente en la escritura ideativa o de composición. Se puede emplear cualquier prueba de escritura. Así mismo González (2002) menciona que para tener datos más exactos del niño al ser evaluado, se deben considerar las siguientes fases: Estado de la expresión oral: consiste en realizar una exploración por medio de la conversación espontánea y evaluación de sus características. Tomando en cuenta la información que pudiera brindar la mamá o familiar acompañante y la información en expresión del niño, al motivarlo a hablar mediante el empleo de láminas ilustradas, haciéndole preguntas o mostrándole objetos para que los nombre. Evaluación del grado de comprensión: se realiza mediante la ejecución de órdenes, o comprensión de situaciones que se le muestran a niño mediante la presentación de láminas o tarjetas. Análisis de la pronunciación: se evalúa prestando atención a omisiones, distorsiones, sustituciones e inconstancia. Consiste en la evaluación de su capacidad, si la edad lo permite, de diferenciar sonidos similares. Exploración del ritmo y fluidez del lenguaje: se evalúa tomando en cuenta la lentitud o rapidez del niño con que se expresa, vacilaciones y tropiezos mediante una conversación con el otro. A esto cabe anexar que en una evaluación es importante prestar especial atención a la conducta del niño durante la prueba, su capacidad de atención y cooperación, y la dinámica de la relación con el familiar o acompañante. De tal modo que a partir de la exploración se puedan establecer las conclusiones y diagnóstico presuntivo, que ayudará a proponer la pauta de intervención. Aunado a lo anterior, también se tiene que las dificultades de lenguaje, pueden ser evaluadas a través de diversas pruebas, entre ellas, algunas de las que a continuación se mencionan (Bautista, 1993): Tests estandarizados: se refiere a los tests que han sido aplicados a un gran número de sujetos de distintas poblaciones y han demostrado su fiabilidad, por lo que poseen datos normativos que permiten realizar comparaciones según las puntuaciones de la escala y las equivalencias de edad en la evaluación individual. Los siguientes ejemplos de tests miden uno o varios aspectos de la conducta verbal, pero no existe ninguno que evalué todos a la vez (a pesar de ser pruebas estandarizadas no son sencillas de adquirir, ni siquiera como referencia completa, de ahí que algunos de estos tests se expongan sin/fecha). Test Illinois de aptitudes Psicolinguisticas (ITAP) de Kirk, Mc Carthy, y Kird, (1968), adaptación española de Ballesteros y Cordero (1984). Se trata de un test para evaluar las funciones cognitivas y lingüísticas de la comunicación. Es un modelo tridimensional que abarca tres procesos; receptivo, asociativo y expresivo, dos canales: auditivo verbal y visual motor y dos niveles de organización: representativo y automático. Se considera como la prueba estandarizada más completa. Desarrollo de la morfosintáxis en el niño (TSA) de Aguado (1989). Es un test que mide el desarrollo de la comprensión y expresión sintáctica en el niño de tres a siete años en períodos de tres meses. En comprensión: el niño debe realizar la tarea de señalar el dibujo correspondiente a una frase dada y en expresión: el niño repite la frase correspondiente al dibujo que se le señala eligiendo entre dos dadas. En niños con alteraciones suelen dar puntuaciones muy bajas y se tardan más de media hora en pasarlo. Test de vocabulario de imágenes Peabody (PPVT), de Duna (s/f). Consiste en que el niño elija y señale un dibujo de entre cuatro. Es un test de vocabulario de fácil aplicación, con amplia gama (2-16 años) y rápido, pues sólo se pasan los ítems correspondientes a cada edad cronológica. Prueba de lenguaje oral de Navarra (PLON), de Aguinaga, y cols. (s/f). Es un test de los más recientes y presenta varias ventajas que se especifican a continuación. a) Mide aspectos fonológicos, morfosintácticos, semánticos y pragmáticos, siendo uno de los pocos que a la fecha ofrece puntuación sobre el uso del lenguaje. b) Es un test de “screaning” (barrido) y rápido de pasar (entre 8-12 minutos por evaluado), por lo que es posible evaluar a una muestra completa en poco tiempo. c) Presenta tareas distintas para cada una de las edades. Prueba de lenguaje oral de Nieto (s/f). Es una prueba muy completa que mide el lenguaje gestual y oral en sus aspectos productivo y comprensivo, incluyendo integración fonemática, léxico y morfosintaxis. No está baremada en España y es laboriosa para pasarla. Escalas de desarrollo: permiten determinar el nivel evolutivo comparando la conducta lingüística del niño/a con las escalas. La información puede obtenerse por observación directa, de los padres o mediante la realización de una serie de tareas. Entre algunas de estas escalas, se encuentra la escala de Brunet –Lezine (1982), la cual evalúa el desarrollo psicomotor de la primera infancia de acuerdo a la edad cronológica. Tests no estandarizados: permiten mayor flexibilidad en su aplicación y pueden modificarse según las características requeridas por la población. Existen cuatro grupos: Producción verbal espontánea: es el procedimiento más completo para realizar la evaluación de las dimensiones del lenguaje y del proceso productivo. Consiste en recoger una muestra, transcribirla y analizarla. Producción verbal provocada: se usa cuando se requieren analizar aspectos del lenguaje que no aparecen normalmente en el habla espontánea. Consiste en incitar la producción verbal en el niño. Comprensión: consiste en pedirle al niño que señale, reconstruya y precise frases, para un mejor significado. Imitación provocada: proporciona información sobre la capacidad de procesamiento auditivo de las frases en ausencia del contexto y la capacidad de memoria. Permite establecer comparaciones entre imitación, comprensión y producción, necesarias para planear las estrategias de intervención. Observación conductual: forma parte de la evaluación del lenguaje en el niño con el fin de establecer los objetivos de intervención. Es un método que puede utilizarse en contextos naturales o estructurados. A partir de lo antes señalado cabe decir que la evaluación psicopedagógica es aquel proceso que involucra al profesionista psicólogo, pedagogo, psicopedagogo terapista del lenguaje o logopeda, a realizar una serie de pruebas dinámicas que en la mayoría de los casos es de papel y lápiz con la finalidad de detectar dificultades en el lenguaje del paciente. Por lo tanto, resulta importante mencionar que tanto la evaluación médica como psicopedagógica son indispensables debido a que autores como Bautista
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