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CONJUNTIVITIS FERIA CIENTIFICA

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UNIVERSIDAD CRISTIANA DE BOLIVIA 
   CARRERA DE MEDICINA 
 
 FERIA CIENTIFICA XXVIII 
 
 
 CONJUNTIVITIS
 
 
 ALUMNOS: Pedro José Costa de Souza 62235
 Carmen Eliane Ayala Ribera 60258
 Maria Fernanda Negrete Sandoval 60818
 Dayanna Soledad Teran Hoyos 59112
 Silvia Aira Teixeira Souza 60573 
 Luna pedraza pamela lizbeth 61604 
 Kattryni dos anjos pinto 59614
 Milton Javier Franco Urzagaste 60968
 Yesenia Alvarez Tomicha 60485 
 Brian Richard Aguilera C 55567.
DOCENTE: DR. ALBERTO QUINTEROS 
 ASIGNATURA: OFTALMOLOGIA 
 SEMESTRE: GESTIÓN II
 AÑO: 2022
INTRODUCCIÓN 
La conjuntiva es una membrana delgada, translúcida que recubre la parte anterior de la esclerótica y en el interior de los párpados. Tiene 2 partes, bulbar y palpebral. La porción bulbar comienza en el borde de la córnea y cubre la parte visible de la esclerótica; las líneas porción palpebral el interior de los párpados. La inflamación o infección de la conjuntiva se conoce como conjuntivitis y se caracteriza por dilatación de los vasos de la conjuntiva, lo que resulta en hiperemia y edema de la conjuntiva, típicamente con descarga asociada. Puede ser causada por los seguintes: Virus (muy contagiosos); Bacterias (muy contagiosas); Alérgenos como el polen (no contagiosos); Irritantes como el humo o el polvo (no contagiosos). 
La irritación conjuntival no alérgica puede ser el resultado de cuerpos extraños, viento, polvo, humo, gases, vapores químicos y otros tipos de polución ambiental, o a luz ultravioleta intensa de arcos eléctricos, lámparas solares y el reflejo de la nieve. La conjuntivitis suele ser aguda, aunque tanto en casos infecciosos como alérgicos puede ser crónica. Otras enfermedades que causan conjuntivitis crónica, se encuentran el ectropión, el entropión, la blefaritis y la dacriocistitis crónica. Cualquier causa de inflamación puede producir lagrimeo o secreción y dilatación vascular conjuntival difusa. La secreción puede hacer que los ojos se peguen por la noche. La secreción espesa puede enturbiar la visión, pero una vez que se elimina la secreción, no debe estar afectada la agudeza visual. 
Normalmente, el diagnóstico de conjuntivitis se basa en la anamnesis y el examen, que habitualmente incluye examen con lámpara de hendidura con tinción de fluoresceína de la córnea y, si se sospecha glaucoma, medición de la presión intraocular. Para evitar la transmisión de la infección a otros pacientes y al personal, es especialmente importante la desinfección meticulosa del equipo que toca el ojo después del examen de los pacientes que podrían tener conjuntivitis. Otros trastornos pueden producir ojo rojo. El dolor profundo en el ojo afectado cuando se hace brillar una luz en el ojo no afectado (fotofobia verdadera) no ocurre en la conjuntivitis no complicada y sugiere un trastorno de la córnea o de la uvea anterior. 
PROBLEMA 
La conjuntivitis es una enfermedad muy común, cada año aparecen millones de nuevos casos. Por lo tanto, es un problema de salud pública importante en todo el mundo, especialmente en países subdesarrollados como los países de nuestro continente..Una enfermedad fácilmente contagiosa que puede ser causada por varios agentes diferentes por sí sola es un problema, pero profundizaremos más en este problema, buscando datos principalmente de América Latina para poder observar la existencia de conjutivitis en países subdesarrollados, y ver si existe una posible asociación entre desarrollo, saneamiento básico, clase social, limpieza y enfermedad.
JUSTIFICACIÓN
Cada año se descubren miliones nuevos casos de conjuntivitis en todo el mundo. Las conjuntivitis, aunque en su mayor parte, se tratan con tranquilidad y sin dejar secuelas, pero puede haber casos más graves que dejen secuelas en el paciente. Por eso es tan necesario el conocimiento del conjuntivis a lo largo de nuestra carrera, una enfermedad donde la atención primaria és bien importante. Con un tratamiento adecuado y una enorme facilidad de realización, con solo saber identificar, diagnosticar y tratar se pueden salvar los pacientes de pasar por complicaciones. 
OBJETIVO GENERAL 
Determinar la prevalencia de conjuntivitis en la Latinoamérica, Santa Cruz – Bolivia, 2022. 
METODOLOGÍA 
Población y sitio de estudio 
Se incluirá em el estudio todas investigaciones científicas realizadas em universidades públicas y privadas, publicadas em revistas de alto impacto en latinoamérica. Haciendo uso de herramientas como “PUBMED” y “Scielo” para buscar estos articulos en lo sitio web. Se eligió extraer archivos de estos dos sitios web por agregar contenido de varios países, facilitando así nuestra labor de investigación, y principalmente por ser referentes em el ámbito académico médico. 
Procedimientos del estudio 
Usando "pubmed" y "scielo" buscaremos una variedad de artículos científicos que clasificamos como los más confiables, los mais recientes y que claro sean publicados por revistas de alguna parte de latinoaméerica. De esta selección 2 miembros de nuestro grupo filtrarán los mejores artículos para que sean la base de nuestro trabajo. Profundizaremos en los artículos que pasan por los dos análisis y desarrollaremos nuestro trabajo. Pudiendo así alcanzar el objetivo general que nos hemos planteado. 
MARCO TEORICO
 ¿QUE ÉS?
La conjuntivitis es una inflamación o una infección en la membrana transparente (conjuntiva) que recubre el párpado y la parte blanca del globo ocular. Cuando los pequeños vasos sanguíneos de la conjuntiva se inflaman, se hacen más visibles. Esto es lo que hace que la parte blanca del ojo se torne rojiza o de color rosa. La causa más frecuente de la conjuntivitis es una infección bacteriana o viral, una reacción alérgica o, en bebés, un conducto lagrimal parcialmente abierto. La mayoría de los pacientes con conjuntivitis son tratados inicialmente por los médicos de atención primaria en lugar de profesionales de la visión. Varios tipos de microorganismos pueden infectar la conjuntiva. Los más frecuentes son los virus, en particular los adenovirus. Las infecciones bacterianas son menos frecuentes. Ambas conjuntivitis, la bacteriana y la vírica, son muy contagiosas; pueden pasar con facilidad de una persona a otra, o de un ojo al otro. Algunos virus que causan síntomas en todo el cuerpo también pueden causar enrojecimiento e irritación en los ojos. Tales infecciones virales incluyen el sarampión, las paperas, la rubéola, la varicela, el Zika y algunos de los virus que causan síntomas similares a los del resfriado y la gripe. El SARS-CoV2 puede causar conjuntivitis. 
Las infecciones fúngicas son poco frecuentes y se producen sobre todo en personas que utilizan colirios a base de corticoesteroides durante mucho tiempo, o que sufren lesiones oculares causadas por materia orgánica, como plantas o desechos. Los recién nacidos son particularmente susceptibles a las infecciones oculares causadas por Chlamydia trachomatis o Neisseria gonorrhoeae, que adquieren por el contacto con microorganismos presentes en el canal del parto. 
La conjuntivitis de inclusión (conjuntivitis clamidial, paratracoma) es una forma de conjuntivitis causada por ciertas cepas de la bacteria Chlamydia trachomatis, y se mantiene durante un periodo especialmente largo; suele propagarse por contacto con las secreciones genitales de una persona que tenga una infección genital por clamidia. El tracoma (conjuntivitis granular), otro tipo de conjuntivitis causado por Chlamydia trachomatis, no es debido a una infección genital por clamidias.
La conjuntivitis gonocócica es la conjuntivitis causada por Neisseria gonorrhoeae ( gonorrea), una infección detransmisión sexual que también puede extenderse al ojo a través del contacto con secreciones genitales de una persona que sufra una infección genital por gonorrea.
CONJUNTIVITIS BACTERIANA
La conjuntivitis bacteriana aguda puede ser producida por numerosas bacterias. Los síntomas son hiperemia, lagrimeo, irritación y secreción. El diagnóstico es clínico. El tratamiento es con antibióticos tópicos, apoyado por antibioticoterapia sistémica en los casos graves. La mayoría de las conjuntivitis bacterianas son agudas; la conjuntivitis bacteriana crónica se debe a Chlamydia y rara vez a Moraxella. La conjuntivitis por clamidia incluye el tracoma y la conjuntivitis de inclusión del adulto o la conjuntivitis de inclusión neonatal. La conjuntivitis bacteriana suele ser causada por Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, especies de Haemophilus, Moraxella Catarrhalis o, menos frecuentemente, Chlamydia trachomatis. Neisseria gonorrhoeae produce conjuntivitis gonocócicas, que suelen ser el resultado del contacto sexual con una persona que tiene una infección genital. La oftalmía neonatal (conjuntivitis neonatal) se debe a una infección gonocócica o por clamidia de la madre. La conjuntivitis neonatal aparece en el 20 al 40% de los recién nacidos cuyo parto se produce a través de un canal del parto infectado. 
Los síntomas son normalmente unilaterales, pero a menudo se extienden al otro ojo en pocos días. La secreción típica es purulenta. Las conjuntivas bulbar y tarsal están intensamente hiperémicas y edematosas. Es típica la ausencia de hemorragias subconjuntivales petequiales, quemosis, fotofobia y adenopatías preauriculares. A menudo, el edema palpebral es moderado. En la conjuntivitis gonocócica del adulto, los síntomas aparecen en las 12 a 48 h de la exposición. Se produce edema palpebral grave, quemosis y una secreción purulenta abundante. Las complicaciones raras incluyen ulceración de la córnea, absceso, perforación, panoftalmitis y ceguera. La oftalmía neonatal secundaria a infección gonocócica suele presentarse entre los 2 y los 5 días del parto. En la oftalmía neonatal por clamidias, los síntomas se inician tras 5 a 14 días. Se produce una conjuntivitis papilar intensa bilateral con edema palpebral, quemosis y secreción mucopurulenta.
El diagnóstico de la conjuntivitis y la diferenciación entre la conjuntivitis bacteriana, viral y no infecciosa suele ser clínico. Deben obtenerse frotis y cultivos bacterianos si los síntomas son acusados, en los pacientes inmunosuprimidos, si fracasa el tratamiento inicial y en ojos vulnerables (p. ej., tras un trasplante de córnea, en el exoftalmos por enfermedad de Graves). Los frotis y raspados conjuntivales deben examinarse al microscopio y teñirse con el método de Gram para identificar bacterias y con el método de Giemsa para identificar los cuerpos de inclusión citoplasmáticos basófilos de las células epiteliales característicos de la conjuntivitis por clamidia.
Tratamiento de la conjuntivitis bacteriana aguda: Antibióticos (tópicos para todas las causas excepto gonocócica y por clamidias). La conjuntivitis bacteriana es muy contagiosa y deben seguirse medidas de control estándar. 
 Los pacientes deben: Usar desinfectante para manos y/o lavarse bien las manos después de tocar sus ojos o secreciones nasales ;Evitar el contacto con el ojo no infectado después de tocar el ojo infectado ;Evitar compartir toallas o almohadas; Evitar nadar en piscinas. 
Si no se sospecha una infección por gonococos ni por clamidia, la mayoría de los médicos tratan empíricamente con colirios de moxifluoxacina al 0,5% 3 veces al día durante 7 a 10 días u otra fluoroquinolona o trimetoprim/polimixina B 4 veces al día. Una mala respuesta clínica después de 2 a 3 días indica que la causa es una bacteria resistente, un virus o una alergia. Se deben realizar los cultivos y los estudios de sensibilidad (cuando no se realizaron antes); los resultados determinan el tratamiento subsiguiente.
Debido a la resistencia antimicrobiana y porque los pacientes con gonorrea a menudo tienen infección genital por Chlamydia, la conjuntivitis gonocócica en adultos requiere terapia dual con una dosis única de ceftriaxona 1 g IM más azitromicina 1 g por vía oral (en caso de alergia a la azitromicina o para tratar la coinfección esperada por Chlamydia se indica doxiciclina 100 mg por vía oral 2 veces al día durante 7 días). Ya no se recomienda la fluoroquinolona porque la resistencia actualmente es amplia. Puede utilizarse pomada oftálmica de bacitracina 500 U/g o ungüento oftálmico de gentamicina al 0,3% instilado en el ojo afectado cada 2 h además del tratamiento sistémico. También deben recibir tratamiento los compañeros sexuales. Los pacientes deben ser evaluados para otras infecciones de transmisión sexual y las autoridades locales de salud pública necesitan ser notificadas.
La oftalmía neonatal se previene con el uso sistemático de colirio de nitrato de plata o de eritromicina al nacer. Las infecciones que no responden requieren un tratamiento sistémico. En el caso de la infección gonocócica, se administra una sola dosis de ceftriaxona de 25 a 50 mg/kg IV o IM (sin exceder los 125 mg). La infección por clamidias se trata con 4 dosis diarias de 12,5 mg/kg de eritromicina por vía oral o IV 4 veces al día durante 14 días. También deben ser tratados los padres.
CONJUNTIVITIS DE INCLUSIÓN DEL ADULTO 
La conjuntivitis de inclusión del adulto es producida por la transmisión venérea de Chlamydia trachomatis. Los síntomas incluyen hiperemia unilateral crónica con secreción mucopurulenta. El diagnóstico es clínico. El tratamiento consiste en antibióticos sistémicos. La conjuntivitis de inclusión en adultos, que representa 1,8 a 5,6% de todos los casos de conjuntivitis aguda, es causada por los serotipos D a K de Chlamydia trachomatis. En la mayoría de los casos, se produce por contacto sexual con una persona con infección genital. Normalmente, los pacientes tienen un nuevo compañero sexual desde hace menos de 2 meses. Las infecciones genitales están presentes en hasta el 54% de los hombres y el 74% de las mujeres. Pocas veces, la conjuntivitis por inclusión del adulto se contrae por bañarse en piscinas con aguas contaminadas, incompletamente cloradas.
La conjuntivitis de inclusión del adulto tiene un período de incubación de 2 a 19 días. La mayoría de los pacientes tienen una secreción mucopurulenta unilateral. A menudo, la conjuntiva tarsal es más hiperémica que la conjuntiva bulbar. Característicamente hay una respuesta folicular tarsal pronunciada. En ocasiones, pueden aparecer opacidades y vascularización en la córnea superior. Puede haber adenopatías preauriculares en el lado del ojo afectado. A menudo, los síntomas están presentes durante muchas semanas o meses sin respuesta a los antibióticos tópicos. 
Diagnóstico de la conjuntivitis de inclusión del adulto 
La cronicidad (síntomas durante > 3 semanas), la secreción mucopurulenta, la intensa reacción folicular tarsal y la respuesta a los antibióticos tópicos distinguen la conjuntivitis de inclusión del adulto bacteriana. Deben obtenerse frotis, cultivos bacterianos y estudios para clamidias. Para detectar C. trachomatis se usan técnicas de tinción inmunofluorescentes, pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT, por sus siglas en inglés) y cultivos especiales. Deben obtenerse frotis y raspados conjuntivales destinados a examen microscópico y a tinciones de Gram para identificar bacterias, y Giemsa para identificar los cuerpos de inclusión basófilos en el citoplasma de las células epiteliales típicos de la conjuntivitis por clamidias. 
Tratamiento de la conjuntivitis de inclusión en el adulto
Azitromicina o doxiciclina por vía oral
La administración de azitromicina por vía oral en una única dosis de 1 g o bien doxicilina 100 mg por vía oral 2 veces al día o eritromicina 500 mg por vía oral 4 veces al día durante una semana curan la conjuntivitis y la infección genital concomitante. También requieren tratamiento los compañeros sexuales.CONJUNTIVITIS ALÉRGICA
La conjuntivitis alérgica es una inflamación conjuntival aguda, intermitente o crónica, causada normalmente por alérgenos aéreos. Sus síntomas incluyen prurito, lagrimeo, secreción e hiperemia conjuntival. El diagnóstico es clínico. El tratamiento consiste en antihistamínicos tópicos y estabilizadores del mastocito. 
La conjuntivitis alérgica se debe a una reacción de hipersensibilidad de tipo I frente a un antígeno específico.
La conjuntivitis alérgica estacional (conjuntivitis de la fiebre del heno) se debe a esporas de hongos o pólenes de árboles, hierbas o arbustos transmitidos por el aire. Tiende a alcanzar su pico en primavera, a final del verano o principio del otoño y desaparece durante los meses invernales, según el ciclo vital de la planta responsable.
La conjuntivitis alérgica perenne (conjuntivitis atópica, queratoconjuntivitis atópica) se debe a ácaros del polvo, caspa de animales u otros alérgenos no estacionales. Estos alérgenos, sobre todo en ambientes domésticos, tienden a causar síntomas durante todo el año. 
La queratoconjuntivitis vernal es un tipo más grave de conjuntivitis, de origen más posiblemente alérgico. Es más común en varones de entre 5 y 20 años con antecedentes de eccema, asma o alergias estacionales. La queratoconjuntivitis vernal reaparace típicamente cada primavera y se atenúa en el otoño y en invierno. Muchos niños superan la enfermedad a principios de la vida adulta. 
SÍNTOMAS Y SIGNOS
Los pacientes con conjuntivitis alérgica informan que tienen: Prurito ocular bilateral de leve a intenso; Hiperemia conjuntival; Fotosensibilidad (fotofobia en casos graves); Edema palpebral; Secreción acuosa o filante; Es habitual la rinitis concomitante. Muchos pacientes tienen otras enfermedades atópicas como eccema, rinitis alérgica o asma. 
Los hallazgos típicos consisten en edema e hiperemia conjuntival y, a menudo, una secreción. La conjuntiva bulbar puede verse translúcida, azulada y engrosada. Son comunes la quemosis y una dermoblefaritis característica con hiperemia, edema y liquenificación primero de la cara interna del párpado superior y luego del párpado inferior. El prurito crónico puede producir frotamiento palpebral crónico, hiperpigmentación periocular y dermatoblefaritis. 
Conjuntivitis estacional y perenne
En las personas con conjuntivits estacional y permanente, las papilas finas sobre la conjuntiva tarsal superior le brindan un aspecto aterciopelado. En las formas más graves, pueden aparecer grandes papilas en la conjuntiva tarsal, cicatrización conjuntival y neovascularización y cicatrización corneanas, con pérdida variable de la agudeza visual. 
Queratoconjuntivitis vernal
Normalmente, la conjuntiva palpebral del párpado superior está afectada, pero la conjuntiva bulbar a veces lo está. En la forma palpebral, aparecen papilas cuadradas, duras, aplanadas y muy compactas y de color rosa pálido o gris en adoquinado en la conjuntiva tarsal superior. Las conjuntiva bulbar no afectada tiene un color blanco lechoso. En la forma bulbar (límiba), la conjuntiva periquerática se vuelve hipertrofiada y grisácea. La secreción puede ser pegajosa y mucoide, y contiene numerosos eosinófilos.
En el 3 al 11% de los pacientes, se desarrolla una úlcera de cornea, que causa dolor y mayor fotofobia. Pueden observarse otros cambios corneanos (p. ej., placas centrales) y depósitos límbicos blancos de eosinófilos (puntos de Horner-Trantas). 
Diagnóstico de la conjuntivitis alérgica 
El diagnóstico de la conjuntivitis y la diferenciación entre la conjuntivitis bacteriana, viral y no infecciosa suele ser clínico. En la conjuntivitis alérgica, existen eosinófilos en los frotis conjuntivales, que pueden tomarse de la conjuntiva tarsal superior o inferior; sin embargo, rara vez están indicados. 
Tratamiento de la conjuntivitis alérgica
Evitar los alérgenos identificados, usar compresas frías y lágrimas artificiales pueden reducir los síntomas de la conjuntivitis alérgica; en ocasiones es útil la desensibilización de antígenos. Los colirios de antihistamínicos de venta libre (p. ej., quetotifeno) pueden ser eficaces en casos leves. Cuando estos fármacos son insuficientes, pueden usarse colirios de antihistamínicos que se venden bajo receta (p. ej., olopatadina, bepotastina, azelastina, cetirizina), estabilizadores de los mastocitos (p. ej., nedocromilo, cromoglicato) o antiinflamatorios no esteroideos (p. ej., ketorolaco) por separado o combinados. Los corticoides tópicos (p. ej., colirio de loteprednol, fluorometolona al 0,1%, acetato de prednisolona al 0,12 al 1% en gotas 3 veces al día) pueden ser útiles en los casos resistentes al tratamiento o cuando interesa un rápido alivio de los síntomas. Debido a que los corticosteroides tópicos pueden provocar un brote de infecciones de virus de herpes simple ocular latentes, con riesgo de ulceración y perforación y, en el uso prolongado, de glaucoma y cataratas, su administración debe ser iniciada y supervisada por un oftalmólogo. Pueden ser útiles las gotas de ciclosporina tópica. La pomada de corticosteroides o tacrolimús aplicada en la piel es muy eficaz en el tratamiento de la dermatitis atópica de los párpados. Los antihistamínicos orales (p. ej., fexofenadina, cetirizina o hidroxizina) pueden ser útiles, especialmente cuando los pacientes experimentan otros síntomas alérgicos (p. ej., rinorrea). 
La conjuntivitis alérgica estacional no suele requerir combinaciones de fármacos ni corticoides tópicos intermitentes.
Medidas sintomáticas; Antihistamínicos tópicosde venta libre, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, estabilizadores de los mastocitos o una combinación de ellos; Corticoides tópicos o ciclosporina para los casos resistentes al tratamiento; A veces, antihistamínicos por vía oral. 
CONJUNTIVITIS VIRAL 
La conjuntivitis viral es una infección conjuntival aguda extremadamente contagiosa que suele deberse a un adenovirus. Los síntomas incluyen irritación, fotofobia y secreción acuosa. El diagnóstico es clínico; a veces están indicados los cultivos virales o las pruebas inmunodiagnósticas. La infección es autolimitada, aunque en los casos graves a veces se requieren corticoides tópicos. 
La conjuntivitis puede asociarse con resfriado común y otro tipo de infecciones virales sistémicas (sobre todo el sarampión, pero también la varicela, la rubéola y la parotiditis). La conjuntivitis viral localizada sin manifestaciones sistémicas suele ser el resultado de adenovirus (hasta el 90% de las conjuntivitis virales) y a veces enterovirus o virus herpes simple (1,3 a 4,8% de las conjuntivitis virales).
La queratoconjuntivitis epidémica suele ser causada por los serotipos de adenovirus Ad 5, 8, 11, 13, 19 y 37, y tiende a producir una conjuntivitis grave. Los adenovirus también pueden identificarse por genotipos. El genotipo HAdV-D se asocia con conjuntivitis y HAdV-D53 y HAdV-D54 se asocian con queratoconjuntivitis epidémica. La fiebre faringoconjuntival suele deberse a los serotipos Ad 3, 4 y 7. Se han producido brotes epidémicos de conjuntivitis hemorrágica aguda, una conjuntivitis rara asociada a infección por enterovirus de tipo 70, en África y Asia. El virus Ébola y las infecciones por SARS-CoV-2 (que se asocian con las entidades altamente contagiosas y potencialmente letales fiebre hemorrágica del Ébola y COVID-19, respectivamente) pueden manifestarse con hiperemia conjuntival bilateral, lagrimeo y síntomas sistémicos. Se debe tener precaución y usar equipo de protección personal adecuado cuando se examinan pacientes con conjuntivitis, síntomas sistémicos y que viajaron a regiones de alto riesgo.
Signos y Síntomas 
Tras un período de incubación de entre 5 y 12 días, suele aparecer hiperemia conjuntival, secreción acuosa e irritación ocular en un ojo que rápidamente se transmiten al otro. Existen folículos en la conjuntiva palpebral. A menudo, hay una adenopatía dolorosa preauricular. Muchos pacientes han estado recientemente en contacto con personas con conjuntivitis o una infección reciente delas vías respiratorias. En la conjuntivitis adenoviral intensa, los pacientes pueden presentar fotofobia y sensación de cuerpo extraño debido a la afectación de la córnea. Puede aparecer una quemosis. Las seudomembranas de fibrina y células inflamatorias sobre la conjuntiva tarsal y la inflamación focal de la córnea pueden nublar la visión. Incluso tras la resolución de la conjuntivitis, pueden verse con la lámpara de hendidura opacidades subepiteliales residuales en la córnea (múltiples, numulares, con diámetro entre 0,5 y 1,0 mm) hasta durante 2 años. En ocasiones, las opacidades corneanas producen deterioro de la visión, y halos y destellos importantes.
Diagnóstico de la conjuntivitis viral 
El diagnóstico de conjuntivitis y la diferenciación entre las conjuntivitis bacteriana, viral y no infecciosa suelen ser clínicos; para obtener el virus son necesarios cultivos tisulares especiales, pero rara vez están indicados. Las pruebas de amplificación de ácidos nucleicos y otras pruebas de inmunodiagnóstico rápido que se realizan en el consultorio pueden ser útiles especialmente cuando la inflamación es grave y deben descartarse otros diagnósticos (p. ej., la celulitis orbitaria). Las características que pueden ayudar a diferenciar entre la conjuntivitis viral y bacteriana pueden incluir secreción ocular purulenta, presencia de adenopatía preauricular y, en la queratoconjuntivitis epidémica, quemosis. En los pacientes con fotofobia, se realiza una tinción con fluoresceína y se los examina con lámpara de hendidura. La queratoconjuntivitis epidémica puede producir tinción corneana punteada. Es muy rara la infección bacteriana secundaria tras la conjuntivitis viral. Sin embargo, si hay alguna sospecha de conjuntivitis bacteriana (p. ej., secreción purulenta), pueden ser útiles los cultivos u otros estudios. 
Tratamiento de la conjuntivitis viral 
La conjuntivitis viral es extremadamente contagiosa y deben tomarse las precauciones de transmisión. 
Para evitar la transmisión de la infección, los médicos deben:
· Se deben usar desinfectantes para las manos o lavarse las manos correctamente (cubrir por completo las manos con espuma, frotarlas durante al menos 20 s, enjuagar bien y cerrar el grifo con una toalla de papel)
· Desinfectar el equipo después de examinar a los pacientes 
Los pacientes deben hacer lo siguiente:
· Usar desinfectante para manos y/o lavarse bien las manos después de tocar sus ojos o secreciones nasales
· Evitar el contacto con el ojo no infectado después de tocar el ojo infectado
· Evitar compartir toallas o almohadas
· Evitar nadar en piscinas 
Hay que lavar la secreción de los ojos, que deben permanecer sin tapar. Los niños pequeños con conjuntivitis deben faltar el colegio para evitar la diseminación de la infección.
La conjuntivitis viral es autolimitada, y dura 1 semana en casos leves y hasta 3 en casos graves. Requiere sólo la aplicación de compresas frías para el alivio sintomático. Sin embargo, los pacientes con fotofobia intensa o deterioro de la visión pueden beneficiarse con los corticoides tópicos (p. ej., acetato de prednisolona al 1% 4 veces al día). Los corticoides suelen ser prescritos por un oftalmólogo. Debe excluirse previamente una queratitis herpética (mediante tinción con fluoresceína y examen con lámpara de hendidura), porque los corticosteroides pueden exacerbarla. Las gotas oculares tópicas de ciclosporina A son en general menos eficaces, pero son útiles si el uso de las gotas de corticosteroides está limitado por los efectos adversos.
 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 
La conjuntivitis es una enfermedad aún más común, y a pesar de ser en su mayoría de tratamiento sencillo, se necesita un buen diagnóstico para que su tratamiento según el tipo sea bien hecho. Con esto se pudo concluir que para nuestra carrera como médico de atención primaria es importante el conocimiento sobre la enfermedad para que podamos tratar y diagnosticar correctamente a nuestros pacientes. Se recomienda a todos los médicos y futuros médicos estudiar sobre la enfermedad.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 
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