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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL ESCUELA SUPERIOR DE MEDICINA SECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN LA PARTICIPACIÓN DE ENFERMERÍA EN LA GENERACIÓN DE EVENTOS ADVERSOS AL PACIENTE HOSPITALIZADO, DESDE LA PERSPECTIVA BIOÉTICA. Tesis que para obtener el grado de Maestro en Ciencias en Bioética Presenta: Lic. Enf. Rosa Ortiz Rivera. Directores de Tesis D. en C. Maria Asunción Álvarez del Río. M. en C. Ricardo Juan García Cavazos. México, D.F, mayo de 2007. RECONOCIMIENTOS. Ninguna labor académica es obra exclusiva del estudiante, ya que siempre hay detrás de él una serie de personas e instituciones que participan en el proceso de culminación de sus estudios. Es necesario, por consiguiente, otorgar el debido reconocimiento a todos ellos. En primer lugar, quiero reconocer y también agradecer al Comité Técnico de Prestaciones a Becarios Nacionales e Internacionales de la Secretaría Académica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), por haberme otorgado licencia de tiempo completo para dedicarme al estudio de la maestría. Es muy importante para la actualización de los profesores del IPN, la labor de este comité, ya que favorece que llevemos a cabo estudios, sin descuidar grupos u otras tareas de descarga académica. La confianza que depositan en nosotros es importante, ya que los beneficios no solamente serán hacia los alumnos que estudian en el instituto, sino para quienes sean receptores de sus servicios cuando apliquen los conocimientos adquiridos. Deseo también expresar mi agradecimiento a las autoridades de la Escuela Superior de Enfermería y Obstetricia del IPN (ESEO), ya que han dado su apoyo para que los profesores que en ella impartimos clases, incrementemos nuestros conocimientos. Enfermería tiene la característica particular de ser una profesión joven dentro del universo de la educación superior, por lo que es necesario que quienes inicialmente efectuamos estudios técnicos, nos hayamos nivelado primero al grado de licenciatura, como fue mi caso, y luego incursionemos en posgrado. La directora de la escuela, M. C. Elisa L. Parera González con su equipo más cercano de trabajo, y algunos profesores, han dado ejemplo de ello; al haber acudido y terminado la Maestría en Ciencias en Enfermería. Mi reconocimiento a las subdirectoras anteriores y actuales: Cristina Reyes R., Ma. Elena Martinez M., Angela González J., Silvia Cárdenas, Teresa Castro, y los jefes de departamento que laboran con ellas, cuya visión emprendedora ha sido parte importante en esta tarea impulsora. Su contribución es digna de ser reconocida, en el progreso de la enfermería politécnica y nacional. Además de ellas, ahora somos un amplio grupo de enfermeras, médicos, microbiólogos, psicólogos, pedagogos y otros profesionales que impartimos clases en la ESEO, en los últimos diez años hemos estudiado diplomados, maestrías, dentro y fuera del politécnico, para ofrecer un mejor nivel académico a los egresados. Pero nuestros esfuerzos no serían suficientes sin la amable recepción que nos han dado los profesores y personal de las escuelas donde hemos acudido a cumplir la meta que cada quien se ha propuesto. En mi caso, ha sido la Escuela Superior de Medicina (ESM) del IPN, la que me ha dado la formación y apoyo necesario, para lograr mi objetivo, de estudiar bioética. Mi reconocimiento a la dirección de la escuela a cargo del Dr. Carlos Castillo Henkel, y los diferentes departamentos que de alguna manera, también tuvieron alguna contribución. En particular, expreso mi reconocimiento al H. Colegio de Profesores de la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación (SEPI) de la escuela por haber iniciado la Maestría en Ciencias en Bioética en el politécnico, de la cual me tocó ser parte de la primera generación. Los coordinadores de la maestría, Dr. Onofre Rojo Asenjo, Dr. Nelson Álvarez L. y Dra. Ma. de la Luz Sevilla G., dieron todas las facilidades para que los alumnos cursáramos las asignaturas y lleváramos a cabo nuestra investigación. Al lado de ellos, los profesores de la sección de posgrado, los investigadores y varios otros profesores de la escuela y del instituto, y también los docentes invitados externos, tuvieron una participación fundamental para concluir la maestría. La presencia de egresados de posgrados de bioética de otras instituciones, maestros y doctores, ha sido importante para el perfeccionamiento en los contenidos y métodos apropiados en bioética. Un reconocimiento especial al Dr. Ricardo García Cavazos, médico genetista y profesor de la escuela en la SEPI, por haber aceptado participar en la dirección de esta tesis. En todo momento mostró su interés y apertura de criterio, ante la problemática específica de enfermería que he abordado en ella, desde una perspectiva bioética. Al Dr. Octaviano Domínguez Márquez, médico bioeticista y profesor de la maestría, mi reconocimiento por sus valiosas enseñanzas y su perseverancia en el saber en bioética, que generosamente transmite a las futuras generaciones. Esta tesis no hubiera sido sólidamente encauzada, sin la muy atinada dirección de la Dra. Asunción Álvarez del Río, psicóloga clínica y doctora en bioética, actualmente miembro del Consejo de la Comisión Nacional de Bioética. Gracias a su paciencia y tiempo dedicado a la lectura minuciosa de cada frase que yo escribía, este documento ha adquirido un toque más íntimo, para tratar de transmitir experiencias, observaciones e ideas propias, pertinentemente entrelazados con los conocimientos que adquirí, en los seminarios de investigación en la ESM, y en todas las asignaturas de la maestría. Cuando inició la dirección de la tesis, me instruyó para que el informe final no fuera solamente dirigido al personal clínico típico en los hospitales, ámbito en el que llevé a cabo la investigación. La bioética, es una interdisciplina que se ha conformado y nutrido de las aportaciones de diferentes profesionales interesados en los valores y principios aplicados a la promoción de la vida humana digna, además de médicos y enfermeras. En la bioética mexicana y en el resto del mundo, colaboran una amplia gama de científicos y expertos de las áreas de biología, medicina veterinaria, odontología, psicología, sociología, antropología, filosofía, derecho, nutrición, entre otros. Esta tesis, me señaló siempre la Dra. Álvarez, tiene que estar dirigida a todos ellos, porque forman parte del universo de bioeticistas, que afortunadamente, cada día crece más. Finalmente, un reconocimiento muy especial a todas las enfermeras y enfermeros con quienes en algún momento dialogué en torno a la problemática que abordo en la tesis, porque sin sus palabras, unas veces orales y otras escritas, no hubiera podido tratar los temas que me inquietaron. Cuando hace tiempo atendí pacientes hospitalizados, no sabía si lo que sucedía u observaba me generaba solamente inquietudes personales, o a quiénes más afectaban los hechos adversos. Gracias a mis compañeros profesores de la ESEO, a los alumnos y exalumnos, supe que no eran situaciones personales las que abordé en la tesis, sino que son problemas compartidos, frecuentes y humanos. La memoria que ellos conservan, hoy en día puede emerger, arropada por la bioética, un saber en que se conjugan las ciencias con las leyes y los valores, fórmula imprescindible para el cuidado y dignidad de la vida. Es justo también dar un reconocimiento, a quienes tuvieron participación importante, a quienes dan apoyo especialmente emocional y moral, con su compañía y ánimo incansable. Son los amigos con quienes se comentan los temas tratados, quienes refuerzan la idea de que lo que se investiga o estudia, es algo que vale la pena, y tendrá aplicación en algún momento. La familia es también parte importante sin cuyo apoyo, que no se limita a lo sentimental, sino que en ocasiones también es práctico, es digna de recibir un reconocimiento.En una palabra esta tesis no es una tarea individual, ya que se ha nutrido de muchas personas, y es por ello que expreso un profundo agradecimiento, y el deseo de que sus esfuerzos se vean compensados. INDICE GENERAL RECONOCIMIENTOS. GLOSARIO................................................................................................................ i RELACIÓN DE CASOS ........................................................................................ vi GRÁFICAS. ............................................................................................................viii RESUMEN .............................................................................................................. ix ABSTRACT ............................................................................................................ xi. INTRODUCCIÓN...................................................................................................... 1 JUSTIFICACIÓN .................................................................................................... 12 OBJETIVOS ........................................................................................................... 17 1.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS. El HOSPITAL Y LA MEDICINA. .................. 18 1.1 El hospital antiguo. ..................................................................................... 19 1.2 Los modernos hospitales............................................................................ 24 1.3 La clínica, atención personal al enfermo. ................................................... 28 1.4 La medicina alópata.................................................................................... 30 1.5 El modelo médico hegemónico................................................................... 33 1.5.1 Aspectos económicos del modelo médico hegemónico. .................. 35 1.5.2 Iatrogenia, un concepto tradicional. ................................................. 38 2.- LA FILOSOFÍA CUESTIONA EL ACTO HUMANO ......................................... 43 2.1 Categorías éticas en el pensamiento de Aristóteles. ................................. 44 2.2 Visión tomista de los actos morales y su actualidad.................................. 48 2.3 La herencia deontológica de Kant. ............................................................. 52 3.- EL RIESGO, ETERNO ACOMPAÑANTE DEL HOMBRE.. ............................ 55 3.1 Iatropatogenia............................................................................................ 59 3.2 Riesgo asistencial...................................................................................... 63 3.2.1 ¿Qué es un evento adverso?........................................................... 72 3.3 Los fatales accidentes de los pacientes en el hospital. ............................. 76 3.4 Presencias indeseables: los microorganismos y la infección. ................... 80 4.- EL ERROR Y LA ADVERSIDAD ¿SE PUEDEN EVITAR? ............................... 86 4.1 “Casi”error. ............................................................................................... 94 4.2 Error sin daño o sin evento adverso. ......................................................... 98 4.3 “Error” por imprudencia o acto inseguro. ................................................. 103 4.4 Error de medicación................................................................................. 107 4.5 Otras denominaciones al error. ............................................................... 115 4.6 Evento adverso sin error previo. .............................................................. 117 5.- EVENTOS ADVERSOS Y RESPONSABILIDAD PROFESIONAL. ................ 119 5.1 Impericia. ................................................................................................ 121 5.2 Negligencia. ........................................................................................... 133 5.2.1 Negligencia administrativa y error latente. .................................... 136 5.2.2 Negligencia en enfermería............................................................ 142 5.3 Mala práctica. .......................................................................................... 149 5.4 Dolo y actitud dolosa. .............................................................................. 157 6.- EN BUSCA DE SOLUCIONES........................................................................ 161 6.1 Las investigaciones y registros de los países industrializados. ............... 162 6.2 La Organización Mundial de la Salud actúa. ........................................... 167 6.2.1 La seguridad de los pacientes, prioridad internacional. ................. 168 6.2.2 Farmacovigilancia.......................................................................... 170 6.3 Acciones gubernamentales en México. ................................................... 171 6.4 Leyes y aspectos penales básicos. ......................................................... 174 6.5 Arbitraje médico....................................................................................... 179 6.6 Normatividad técnica. .............................................................................. 183 6.7 Los pacientes cuentan sus experiencias. ................................................ 185 7.- ENFERMERÍA COMO PRÁCTICA DEL CUIDADO. ....................................... 193 7.1 Ética del cuidado. .................................................................................... 194 7.2 Relación profesional de ayuda. ............................................................... 199 7.3 Valores éticos en enfermería. .................................................................. 201 7.4 Responsabilidad: un compromiso ético. .................................................. 204 7.5 Situación laboral de enfermería. .............................................................. 208 7.5.1 Causas extremas de estrés y crisis. .............................................. 215 8.- LA EXPERIENCIA DE EVENTOS ADVERSOS POR ENFERMERAS HACIA SUS PACIENTES. ENCUESTA EN HOSPITALES PÚBLICOS DEL DISTRITO FEDERAL. .................................................................................................................. 219 8.1 Metodología. ............................................................................................ 220 8.1.1 Selección de la muestra. ............................................................... 222 8.1.2 Cuestionario................................................................................... 226 8.2 Confidencialidad y consentimiento informado. ....................................... 230 8.3 Resultados............................................................................................... 234 8.3.1 Errores de medicación por enfermería detectados ........................ 239 8.3.2 Taxonomía de los eventos adversos captados.............................. 242 9.- APRENDIENDO DE LOS HECHOS............................................................... 243 9.1 Las escasas inconformidades oficiales................................................... 243 9.2 Responsables de ocasionar eventos. ..................................................... 245 9.3 Errores de medicación ¿son diferentes de impericia y negligencia? ..... 248 9.4 Negligencia, categoría poco reconocida................................................. 251 9.5 Pacientes fallecidos por los eventos adversos. ...................................... 254 9.6 La ética de los causantes y del personal testigo..................................... 255 9.7Sanciones y penas impuestas. ............................................................... 259 10.- PLANTEAMIENTOS RELEVANTES PARA DISCUSIÒN.............................. 261 10.1 Mala praxis, el enemigo a vencer. ........................................................ 266 10.2 Recomendaciones. ............................................................................... 268 CONCLUSIONES................................................................................................ 273 RECOMENDACIONES BIBLIOGRAFÍA ANEXOS. No. 1 - Cuestionario aplicado. No. 2 - Gráficas de resultados de la encuesta. i GLOSARIO 1.- ACCIDENTE.- Es el hecho súbito que ocasione daños a la salud y que se produzca por la concurrencia de situaciones potencialmente prevenibles (*concepto registrado en la NOM-017-SSA2-1994 para la Vigilancia Epidemiológica). 2.- AGENTE.- es la entidad biológica, física, química, psicológica o social, la cual en interacción con otros factores de riesgo del huésped y del ambiente, es capaz de causar daño a la salud. (* los conceptos señalados con el asterisco han sido consultados de la norma oficial mexicana para la vigilancia epidemiológica). 3.- ATENCIÓN MÉDICA.- conjunto de servicios que se proporcionan al individuo, con el fin de promover, proteger y restaurar la salud. (** conceptos tomados de la NOM- 168-SSA1-1998, del Expediente clínico). 4.- CASI ERRORES.- es un acto de comisión u omisión que pudo haber dañado al paciente, pero que no se ocurrió así. (Definición propuesta por el Institute of Medicine, cuyas siglas en inglés son IOM, en E.U.). 5.- CASO.- se denomina así al individuo de una población en particular que, en un tiempo definido, es sujeto de una enfermedad o evento bajo estudio o investigación (*). 6.- CAUSA RAÍZ.- es la razón fundamental de una falla o una situación donde ha ocurrido un desempeño, que no cumplió los requisitos esperados (*). 7.- DIMENSIÓN TÉCNICA DE LA CALIDAD DE LOS SERVICIOS.- es el atributo del proceso de prestación de servicios que consiste en ofrecer a los individuos los mayores beneficios con los menores riesgos, a partir del empleo de las mejores normas de la práctica profesional (en el glosario del Programa Nacional de Salud 2001-2006). ii 8.- EFECTO.- es el resultado de una causa, o el fin por el que se realiza una acción (*). 9.- ENFERMEDAD.- es la disfunción fisiológica, psicológica o social que presenta un individuo, la cual puede ser identificada y clasificada de acuerdo con signos, síntomas o estudios auxiliares de diagnóstico (*). 10.- ERROR MÉDICO.- es la falla en la consecución de un resultado en salud, o bien, el uso de un plan equivocado para alcanzar un objetivo. (Definición aceptada en México por la CONAMED, propuesta por el IOM). 11.- EVENTO.- es el suceso imprevisto y de cierta duración, que puede estar asociado o no a un riesgo para la salud (*). 12.- EVENTO ADVERSO.- es la situación indeseable que afecta seriamente en corto o largo plazo, la salud del paciente a causa del proceso de atención clínica y no por la evolución de su padecimiento (*). 13.- EXPERIENCIA ADVERSA.- cualquier ocurrencia médica desafortunada en un paciente o sujeto de investigación clínica a quien se le administró un medicamento, y que puede o no tener una relación causal con este tratamiento (***también se denomina evento adverso relacionado a medicamentos, según la NOM- 220-SSA 1- 2002, Instalación y operación de la farmacovigilancia). 14.- EXPEDIENTE CLÍNICO.- conjunto de documentos escritos, gráficos e imagenológicos o de cualquier otra índole, en los cuales el personal de salud deberá hacer los registros, anotaciones y certificaciones correspondientes a su intervención, con arreglo a disposiciones sanitarias (**). 15.- EXPOSICIÓN A RIESGO.- es la característica o condición que existe en el hombre, al estar en contacto con situaciones de riesgo (*). iii 16.- FARMACOVIGILANCIA.- es la ciencia que trata de recoger, vigilar, investigar y evaluar la información sobre los efectos de los medicamentos, productos biológicos, plantas medicinales y medicinas tradicionales, con el objetivo de identificar información acerca de nuevas reacciones adversas y prevenir daños en los pacientes (*** los conceptos señalados así, han sido tomados de la NOM para la farmacovigilancia). 17.- FACTOR DE RIESGO.- es el atributo o exposición de una persona, una población o el medio, que están asociados a una probabilidad mayor de aparición de un proceso patológico o de evolución específicamente desfavorable de ese proceso (*). 18.- HOSPITALIZACIÓN.- es el servicio de internamiento de pacientes para su diagnóstico, tratamiento o rehabilitación (**). 19.-INFECCIÓN NOSOCOMIAL.- es la multiplicación de un organismo parasitario dentro del cuerpo, que puede o no dar sintomatología, y que fue adquirido durante la hospitalización del paciente (de la NOM-’26-SSA2-1998 para la Vigilancia epidemiológica, prevención y control de las infecciones nosocomiales). 20.- LESIÓN POR CAUSA EXTERNA.- es todo daño físico producto de cualquier agente externo, que produce un cambio pasajero o permanente, en uno o varios de los tejidos u órganos producto de un hecho de presentación rápida, imprevista, no repetido (*). 21.- MEDICAMENTO.- es toda sustancia o mezcla de substancias de origen natural o sintético que tenga efecto terapéutico, preventivo y rehabilitatorio, que se presente en forma farmacéutica y se identifique como tal por su actividad farmacológica, características físicas, químicas y biológicas. Cuando un producto contenga nutrimentos será considerado como medicamento, siempre que se trate de un preparado que contenga de manera individual o asociada: vitaminas, minerales, electrólitos, aminoácidos o ácidos grasos, en concentraciones superiores a las de los alimentos naturales y además, se presente en alguna forma farmacéutica definida, y la indicación de uso contemple efectos terapéuticos, preventivos y rehabilitación (***). iv 22.- NEGLIGENCIA.- es la falta de cuidado, aplicación o exactitud de un hecho u omisión que perjudica a otro (*). Para Valle Cano, es también el incumplimiento de una obligación, conociéndola y teniendo los recursos necesarios para llevarla a cabo1. Moctezuma Barragán agrega, que la negligencia implica el descuido de precauciones y atenciones tenidas como necesarias.2 23.- PACIENTE.- es el beneficiario directo de la atención médica (**). La palabra proviene del latín pati que significa padecer, sufrir, soportar. Se utiliza específicamente para denominar a la persona enferma y/o con algún tratamiento. 24.- PERSONA EN RIESGO.- es aquélla susceptible, con ausencia de sintomatología, en la cual se verifica el antecedente de permanencia en áreas endémicas, o la presencia de otros factores de riesgo, y tiene cierta probabilidad de desarrollar una enfermedad específica durante un periodo definido (*). 25.- PROFESIONALES DE LA SALUD.- los profesionistas con título o certificado de especialización legalmente expedidos y registrados por las autoridades educativas competentes, que ejercen actividades profesionales para proveer cuidados a la salud en humanos (**). 26.- REACCIÓN ADVERSA.- es cualquier efecto perjudicial y no deseado que se presenta a las dosis empleadas en el hombre para la profilaxis, el diagnóstico, la terapéutica o la modificación de una función fisiológica (***). 27.- REACCIÓN ADEVERSA INESPERADA.- es una reacción adversa cuya naturaleza o severidad no está descrita en la literatura, ni en la información contenida en la etiqueta o en la información para prescribir, ni en la documentación presentada para su registro, además que no es posible inferirla de su actividad farmacológica (***). 28.- RIESGO.- es la probabilidad de ocurrencia para una enfermedad, un accidente o un evento dañino (*). 1 Valle-Cano Fernando. Percepciones acerca de la medicina y el derecho. Fac. de Medicina/ Instituto deInvestigaciones Jurídicas (UNAM) México. 2001 p. 142. 2 Moctezuma-Barragán Gonzalo (2000). Ibid. p. 127. v 29.-SOSPECHA DE REACCIÓN ADVERSA.- a cualquier manifestación clínica no deseada que dé inicio o apariencia de tener una relación causal con uno o más medicamentos (***). 30.- USUARIO.- es toda persona, paciente o no, que requiera y obtenga la prestación de servicios de atención médica (**). 31.- VALORACIÓN DE CAUSALIDAD.- es la metodología empleada para estimar la probabilidad de atribuir a un medicamento la reacción adversa observada. Ubica a las reacciones adversas en categorías probabilísticas (**). 32.- VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA.- es el estudio permanente y dinámico del estado de salud, así como de sus condicionantes, en la población (**). 33.- VULNERABILIDAD.- es la probabilidad de evitar o controlar un problema colectivo de salud, mediante acciones de intervención (**). 34.- SUSCEPTIBLE,- es la persona o animal que no posee suficiente resistencia contra un agente patógeno determinado, que le proteja contra la enfermedad, si llega a estar en contacto con el agente (**). vi RELACIÓN DE CASOS, CASOS APORTADOS POR ENFERMERAS, PARA EJEMPLIFICAR CATEGORÍAS EN EL MARCO CONCEPTUAL Caso Núm. 1.- Desconexión accidental de tubos de fluidoterapia. Caso Núm. 2.- Caída accidental de bebé de la camilla por convulsión intensa. Caso Núm. 3.- Laceración accidental en el brazo a paciente al movilizarla. Caso Núm. 4.- Error al puncionar a paciente con aguja cambiada en el equipo. Caso Núm. 5.- “Casi error” al evitarse inyectar insulina a paciente equivocada. Caso Núm. 6.-“Casi error” el evitase entregar dos recién nacidos confundidos. Caso Núm. 7.- “Casi error” al evitarse inyectar medicamento por vía equivocada. Caso Núm. 8.- Error de medicación al dar a dos pacientes grageas confundidas. Caso Núm. 9.- Error al entregar a dos mujeres sus recién nacidos cambiados. Caso Núm. 10.- Corte negligente de dedo de paciente al quitarle la fluidoterapia. Caso Núm. 11.- Error de medicación al inyectar suspensión que debía ser oral. Caso Núm. 12.- Error de medicación al favorecer el goteo rápido de solución. Caso Núm. 13.- Evento adverso a paciente sin error ni negligencia, por alergia. Caso Núm. 14.- Impericia por mal manejo de bomba para goteo lento venoso. Caso Núm. 15.- Impericia al inyectar dosis multiplicada de insulina. Caso Núm. 16.- Impericia al lesionar rama de nervio en inyección intramuscular. Caso Núm. 17.- Impericia al inyectar calcio en el glúteo, que debía ser por vena. Caso Núm. 18.-Negligencia de camillero al colocar a paciente sonda desprendida. Caso Núm. 19.- Negligencia por ausentismo durante fiestas navideñas. Caso Núm. 20.- Negligencia administrativa en el abastecimiento de gases. Caso Núm. 21.- Negligencia administrativa por extravío de radiografía con cáncer. vii Caso Núm. 22.- Negligencia de enfermería al no revisar una quimioterapia. Caso Núm. 23.- Negligencia de enfermería al desechar fragmento óseo en cirugía. Caso Num. 24.- Negligencia de enfermería al no reportar insulina inyectada. Caso Núm. 25.- Negligencia de enfermería al no evitar quemadura en cuna térmica. Caso Núm. 26.- Mala práctica de enfermería por sujeción contraindicada de bebé. Caso Núm. 27.- Mala práctica de enfermería al retirar indebidamente catéteres. Caso Núm. 28.- Mala práctica de enfermería al lavar con agua los tubos venosos. Caso Núm. 29.- Mala práctica de enfermería por falta de control de líquidos. Caso Núm. 30.- Evento centinela por desconexión de tubos de trasfusión y abundante pérdida de sangre. Caso Núm. 31.- Evento centinela por quemadura con líquido muy abundante o mal diluido, al hacerse la asepsia quirúrgica. viii GRÁFICAS DE RESULTADOS DE ENCUESTA A ENFERMERAS Gráfica 1.- Enfermeras que generaron eventos adversos al paciente, según género. Gráfica 2.- Enfermeras que generaron eventos adversos, según grupos de edad. Gráfica 3.- Enfermeras que generaron eventos adversos, según antigüedad laboral. Gráfica 4.- Enfermeras que generaron eventos adversos, según puesto laboral. Gráfica 5.- Enfermeras que generaron eventos adversos, según turno en que ocurrió. Gráfica 6.- Enfermeras que generaron eventos adversos, según nivel académico. Gráfica 7.- Pacientes afectados por eventos adversos de enfermería, según género. Gráfica 8.- Pacientes afectados por eventos adversos de enfermería, según edad. Gráfica 9.- Pacientes afectados por eventos adversos de enfermería, según causa de internamiento. Gráfica 10.- Pacientes afectados por eventos adversos de enfermería, según servicio del hospital donde ocurrió. Gráfica 11.- Pacientes afectados por eventos adversos de enfermería, según días de hospitalización previos al evento. Gráfica 12.- Pacientes afectados por eventos adversos de enfermería, según tipo de evento que les fue ocasionado. Gráfica 13.- Pacientes afectados por eventos adversos de enfermería, según resultado final del hecho. Gráfica 14.- Pacientes afectados por eventos adversos de enfermería, según testigos del hecho. Gráfica 15.- Enfermeras que generaron eventos adversos a sus pacientes, según actitud ética asumida posterior al hecho. Gráfica 16.- Enfermeras que generaron eventos adversos a sus pacientes, según tipo de sanción recibida por el hecho. Gráfica 17.- Enfermeras que generaron eventos adversos a sus pacientes, según alcance legal de la inconformidad del paciente. ix RESUMEN. Los pacientes hospitalizados no solamente pueden ser beneficiados, sino que en ocasiones resultan afectados involuntariamente, cuando no se cumplen los requisitos técnicos y éticos deseables al atenderlos Los autores pueden ser cualquier trabajador del hospital, pero a médicos y enfermeras corresponde prevenir cometer actos de mala práctica, que son específicos para sus competencias. Los médicos, a lo largo de la historia, han conocido y atendido el problema, pero en enfermería apenas se han dado los primeros pasos. La Organización Mundial de la Salud tiene conocimiento de lo frecuente que se cometen diversos tipos de eventos adversos a los pacientes, y ha propuesto acciones para controlar el problema, entre ellas, estudiar tales eventos para clasificarlos y aprender de ellos. El tipo de trastorno que más frecuentemente sucede es el denominado “error de medicación”, en cuyo proceso enfermería tiene la mayor parte de responsabilidad. Se confunde a los pacientes, las vías de aplicación de medicamentos o las dosis se multiplican en más de lo que debería darse. El Consejo Internacional de Enfermeras tiene en su página del espacio cibernético, la información correspondiente, y se ha detectado que el 10% de los pacientes hospitalizados son víctimas de algún tipo de evento adverso. En Estados Unidos, estudios epidemiológicos de estos casos, han conducido a la definición de muerte por causas hospitalarias, como la octava causa de muerte en sus estadísticas sanitarias. Estas abarcan a estas confusiones de medicamentos, pero también a otros trastornos como lesiones por caídas, infecciones adquiridas en el hospital, o errores en los diversos tratamientos que se aplican. Enfermería debe conocer su participación y su ámbito de responsabilidad, para mejorarla. Como profesional de la salud, también incurre en la llamada “mala práctica”, cuando sus acciones generan daños y no beneficios a los enfermos. En esta investigación se realizó una encuesta en tres hospitales generales de la Ciudad de México, para hacer una exploración de la frecuencia estadística y el tipo de eventos que más suceden a los pacientes internados, ocasionados por enfermeras. De 150 cuestionarios distribuidos, se recuperaron el 71%, y los datos revelaron que en todos ellos hubo alguna clase de evento adverso por enfermería que clasificar. El 53% correspondió a la incorrecta aplicación de medicamentos, seguidos en el 23% de daños, cuyos mecanismos fueron por lesiones al caer los pacientes, al rasparse o cuando se les hacen traumatismoscomo cortaduras, quemaduras, y otras. En el 26% de los casos aunque se cometieron pasos erróneos, no hubo trastornos al paciente. La comparación de testimonios captados durante años con los obtenidos a partir de esta encuesta, muestran que en esos hospitales también son frecuentes los errores de medicación, pero se detecta un uso frecuente de la palabra “error”, como si no se conocieran bien las otras categorías como la negligencia, impericia y dolo, que también generan mala práctica. x Se concluye que los eventos adversos por enfermería son más frecuentes de lo que se quejan oficialmente los pacientes, por lo que es necesario estudiarlos más. Para ello se recomienda seguir la estrategia que se ha iniciado ya en países industrializados. Esta consiste en abrir registros anónimos para que las enfermeras informen lo que les ocurre, sin exhibirse públicamente y proteger así su honor, como autoras no deliberadas de los trastornos. Esto permite saber lo que sucede y advertir a las demás enfermeras, para que aprendan de los errores que todas pueden cometer, en su responsabilidad de cargo y no sólo como actos individuales. El error puede ser moralmente excusable, pero constantemente se comete en combinación con la negligencia, que es omisión y descuido, o con el no saber lo que se hace, que es la impericia. El hospital sigue siendo una institución apreciada éticamente por la sociedad, ya que es donde los pacientes esperan la solución a sus enfermedades, pero las enfermeras no pueden hacerlo todo por sí solas. Deben contar con el apoyo de los familiares de los pacientes, de sus compañeras, de los médicos y las autoridades, en la atención de este problema que atañe a toda la sociedad. xi ABSTRACT Hospitalized patients may not only benefit from their stay, they can also be negatively affected, involuntarily, when the appropriate technical and ethical requirements in taking care of them are not fulfilled. Any hospital worker can be at fault but it is the responsibility of physicians and nurses to prevent malpractice from occurring. Throughout history physicians have been aware of the problem and have corrected it, but in nursing it is only now that initial steps are being taken to address the situation. The World Health Organization is aware of the high rate of different kinds of incidents adverse to the patient and has proposed actions to control the problem, among them studying such incidents to classify them and learn from them. The most common negative incident that occurs is the so-called “medication error,” in which nursing holds the greatest responsibility. Nurses confuse prescriptions, giving patients the wrong medication; methods to apply medication are switched or dosages are increased to more than they should be. On its webpage the International Council of Nurses offers information about the topic, and it has been found that 10% of hospitalized patients are prey to some kind of adverse situation. In the United States epidemiological studies of such incidents have led to the definition of death by in- hospital causes as the eighth cause of death in health statistics. Such incidents include switching medications, but also other adverse incidents such as falls, infections acquired while they stay at the hospital, or mistakes in different kinds of treatments. Nursing must be aware of its role and the breadth of its responsibility to improve the situation. As health professionals nurses also incur in what is known as “negligence” when actions cause harm rather than increase the welfare of the patient. During this investigation a survey was carried out in three general hospitals in Mexico City, to explore the statistical rate and kinds of incidents that most frequently occur involving hospitalized patients, caused by nurses. Of 150 questionnaires distributed, 71% were returned, and the information revealed that in all of them some kind of type of adverse incident related to nursing occurred. Of these 53% had to do with the incorrect application of medications; 23% of the cases were related to harmful incidents such as injuries sustained when patients fell, or scraped themselves or when they suffered injuries such as cuts, burns or others. In 26% of the cases, even though errors were committed, there were no negative consequences for the patient. A comparison of interviews with patients collected over a period of several years with those obtained in this survey, shows that in hospitals medication errors are also frequent, but the use of the word “error” is most prevalent, as if professionals were not fully aware of other categories such as negligence, lack of skill and deceitfulness, which also lead to malpractice. xii The conclusion is that negative incidents due to nursing are more common than what appears from official patient complaints, and therefore more study of them is needed. To this end it is recommended that a system already being implemented in industrialized nations be followed. This involves using anonymous records so that nurses can report on what has occurred to them, without having it made public, and thus protect their honor, as the involuntary perpetrators of medical problems. This would allow what is occurring to be known and furthermore to warn other nurses, so that they can learn from errors that anyone can commit, assume their responsibility, and the incidents be understood not just as individual actions. Human errors can be morally pardonable, but they are constantly being committed together with negligence, that is omission and carelessness, or with want of skill in the tasks being performed, or ignorance. Hospitals continue to be institutions that society views ethically as places where patients expect a solution to their illnesses, but nurses cannot achieve everything on their own. They need to the support of families of patients, their colleagues, physicians and the authorities, to address this problem that is of concern to all of society. 1 INTRODUCCIÓN. Hasta hace relativamente pocos años en los estudios de enfermería el tema del error profesional estaba ausente, ya que sólo se le mencionaba en las conversaciones personales. Sin embargo era probable que las enfermeras, aún desde su etapa de estudiantes en las prácticas de campo clínico o ya en el ejercicio laboral, se enfrentaran con esta realidad de manera fortuita, como fue mi caso. Con el paso del tiempo me doy cuenta de que la forma en que cada error sucede y sus consecuencias son muy variadas, desde los que pasan desapercibidos hasta los que provocan la muerte. Ello depende de muchos factores, entre ellos, de los órganos y funciones corporales que se vean involucrados, y de la magnitud del estímulo nocivo aplicado (medicamento, traumatismo, etc.). En el año de 1982, cuando yo era pasante de la carrera técnica de enfermería y cumplía mi servicio social en el área de Nefrología de un instituto de alta especialidad, en el turno matutino, participé (por supuesto que de manera involuntaria) en un acto profesional negligente en grupo. El personal de enfermería provocamos una hemólisis (destrucción de los glóbulos rojos) masiva a un paciente durante la hemodiálisis – extracción de los desechos tóxicos acumulados en la sangre, que es posible efectuar mediante un aparato electrónico con un líquido especial, hacia el que se hace llegar la sangre del enfermo—, reacción que yo desconocía que se podía producir3. Se trataba de un hombre joven (no tenía aun treinta años de edad), que se presentó para su sesión ambulatoria como lo hacía tres veces a la semana, como tratamiento sustitutivo ante la insuficiencia renal crónica que padecía. No había transcurrido mucho tiempo del inicio de la hemodiálisis, cuando empezó a manifestar trastornos respiratorios, 3 Los procedimientos de especialidad como la hemodiálisis no están incluidos en los programas de enseñanza de enfermería a nivel técnico, por lo que enesos años los alumnos los aprendíamos directamente en el hospital. Esa es una de las muchas razones por las que el tiempo de estudio de la carrera de enfermería se ha prolongado, y se ha hecho más completa en el nivel licenciatura. Actualmente incluso la Norma Oficial Mexicana NOM-171-SSA1-1998, Para la práctica de Hemodiálisis, exige que el personal que efectúa esa técnica reciba adiestramiento por un plazo no menor de un año, y un curso de hemodiálisis avalado por la Secretaría de Salud, la Secretaría de Educación Pública, por la Universidad Nacional Autónoma de México y por el Consejo Mexicano de Nefrología, A.C. 2 hipotensión arterial, palpitaciones y síntomas de evidente malestar general por falta de oxigenación. Se suscitó una situación de desestabilidad metabólica que tuvo que ser atendida de emergencia, de la que afortunadamente se recuperó, pero tuvo que quedarse hospitalizado unos días hasta su solución segura. Para ello se requirieron medicamentos, soluciones intravenosas y trasfusión sanguínea, es decir, factores que eran imprevistos para el paciente. Evidentemente, eso significó para él un desequilibrio en su enfermedad crónica como paciente ambulatorio, costos económicos inesperados, pero sobre todo, sufrimiento físico y moral. A consecuencia de ese error, tanto al personal del turno de noche, por haber tenido la responsabilidad de dejar preparado el riñón artificial4, como al personal del turno matutino porque éramos los encargados de instalarlo al paciente, la jefatura de enfermería nos levantó una amonestación escrita en el expediente laboral de cada uno. El hecho es que no se había vaciado el garrafón con solución dializante al agua, y nadie lo había notado, hasta que el paciente presentó los síntomas que se desencadenaron. En cuanto la sangre se puso en contacto con agua pura y no con la solución química que se requería, que también era incolora, se provocó la lisis o destrucción de los glóbulos rojos, por la presión del agua sobre ellos. Por fortuna en la actualidad la hemodiálisis se ha perfeccionado, y ya no requiere el contacto con agua ni la misma forma de preparación5. Los modernos aparatos utilizan soluciones prefabricadas y ya no se hace la misma intervención manual para elaborar la dilución, que es la que efectúa la diálisis en sí. Además, son más pequeños y tienen avanzados controles electrónicos. 4 Es el nombre con que se conocía entonces al dializador. En la unidad había cuatro aparatos para hemodiálisis extracorpórea, muy grandes, del tamaño de una lavadora casera de ropa, que al terminar de utilizarse en el turno vespertino eran aseados por el personal de guardia durante la noche, y ellos mismos los preparaban para hacer la hemodiálisis. También dejaban arregladas las camas y preparaban el instrumental y fármacos que se utilizaban para el procedimiento. El turno matutino recibía a los enfermos y efectuaba la técnica, que duraba cuatro horas, para que al paciente se le extrajeran los desechos químicos acumulados en la circulación sanguínea, por la falta de función renal. Es un trabajo en equipo que requiere la eficiencia de cada uno de los participantes, además de la colaboración del paciente, para que se tengan los resultados benéficos esperados. 5 El contacto directo de agua pura con la sangre es peligroso, ya que se producen cambios en las presiones y dilución de sustancias que esta última contiene, por lo que para intervenir dichas estructuras corporales es necesario el conocimiento de su anatomofisiología. Ello justifica el nacimiento reciente, de cada vez más especialidades en medicina y enfermería. 3 Fue un descubrimiento impactante saber que con las acciones que aprendemos a ejecutar las enfermeras tratando de ofrecer alivio a los pacientes, podemos causar daños de diversa índole y severidad, aunque ello no sea, de ninguna manera, la intención. Cuando ví por primera vez un evento adverso6 ocurrido a un paciente en el hospital, me pareció una situación seria, digna de atención y estudio. Fue por ello que empecé desde hace varios años, a poner interés a cuanto caso llegara a mi conocimiento; a recolectar información para saber hasta qué punto eran hechos que correspondían a enfermería, y qué particularidades tenían que los distinguieran del trabajo médico, con el fin de encontrar alguna manera en que se pudieran evitar. Los primeros testimonios me llegaron mediante conversaciones con colegas, por confidencias, y cuando empecé a dar clases en la escuela de enfermería, también por referencias de alumnos y maestros. Posteriormente encontré que algunos medios de comunicación reconocidos, aunque escasamente, han publicado algunos casos que han llegado al ámbito penal; por fortuna, hoy se pueden consultar revistas técnicas y libros especializados que tratan el tema. Revisando literatura científica me he dado cuenta que en la actualidad la comisión de errores ya no es algo tan oculto, sin embargo, los datos están muy dispersos, poco analizados, y no han llegado a ser parte de la bibliografía usual de enfermería. A lo largo de veinticinco años de trabajo en el área de enfermería, he reunido información acerca de errores sucedidos a enfermeras, comunicados por ellas mismas, y otros que se han publicado a partir de otras fuentes. Estos casos, según mi experiencia, requieren orden y ser estudiados académicamente, para contribuir a la solución de un problema. Es necesario tener profunda conciencia de que el primer afectado por los eventos adversos es el paciente, pero también deben advertir que tienen consecuencias en el personal que los lleva a cabo. 6 En esta tesis, utilizaré el concepto de evento adverso para referirme a cualquier suceso que ocurra dentro del hospital por el que se genere un daño al enfermo, en el que puede participar cualquier miembro del personal que labora en él, y no únicamente el equipo de salud. En el capítulo tres explico con amplitud el significado de este término, y en el cuatro y cinco, los diferentes tipos en que se clasifica. Algunas de estas categorías son error, impericia, negligencia y mala práctica, entre las más importantes. 4 Los actos ya pasados en los que cada quien haya sido protagonista o testigo, están guardados en la memoria de quienes participaron7. No obstante, considero que podrían tener alguna utilidad ética si se les da la oportunidad de expresarlos para analizarlos en su más justa y equilibrada dimensión, esto es, como actos humanos. De acuerdo con Mélich, “dar testimonio de la propia experiencia también supone dar testimonio de otro, de un ausente, porque siempre hay otros en las experiencias, (los que fueron nuestros pacientes, o alumnos), otros que padecen conjuntamente con nosotros nuestras acciones. No hay vida humana en soledad” 8. He elegido el hospital como escenario para estudiar los eventos adversos al enfermo, porque es el lugar donde se reúnen en abundancia tanto enfermeras como pacientes con objetivos comunes de dedicación a la recuperación de la salud. En el capítulo uno empiezo con una breve semblanza histórica del hospital, que considero indispensable para ubicarlo en el significado moral y el simbolismo cultural que esta institución ha consolidado con el paso del tiempo. El hospital es el ámbito donde se puede encontrar enfermeras que trabajan organizada e institucionalmente; también porque todo hospital es considerado por la sociedad como un recinto abierto a la disponibilidad de quien lo necesite. Pero además de eso, el hospital está sujeto a influencias agregadas a su misión terapéutica fundamental dadas por aspectos políticos y económicos, de los que ninguna obra humana está exenta. De estos elementos conformadores del hospital ligados a su misión clínica, trata también el capítulo uno. Los eventos adversos en la atención del enfermo son resultados negativos de situaciones humanas, por lo que es imprescindible buscar la fundamentación que losfilósofos han aportado, que nos permita aproximarnos a su entendimiento. Para ello ha sido muy útil la filosofía aristotélica y la tomista, que se han ocupado de desglosar éticamente el obrar humano, a partir de la libertad y voluntad con que éste se 7 Los casos de eventos adversos que me fueron comunicados hasta antes de esta tesis, los menciono para ejemplificar las diferentes categorías de lo que puede suceder al atender al paciente, y la variedad de personas que en ellos participan, además de enfermeras. Más adelante me referiré a la encuesta que realicé ex profeso, en esta investigación, con el objeto de conocer el problema, a partir de casos que aporten más datos que se puedan analizar. 8 Mélich, Joan-Carles. (2002) Filosofía de la finitud. Ed. Herder. Barcelona, p. 108. 5 emprende. El filósofo Emmanuel Kant no puede dejar de consultarse al tratar el tema del deber, porque éste se encuentra en la sustentación de los actos profesionales. El deber es una categoría ética que se relaciona con el compromiso moral que asume todo el que estudia y ejerce una profesión, de cumplir los objetivos benéficos que se propone la aplicación de sus conocimientos. La parte filosófica, que es inherente a la bioética para el análisis de cualquier tema desde su perspectiva, es el contenido del capítulo dos. Reconociendo que en la vida existe la imperfección por la presencia, en muchos casos inevitable, del peligro y del infortunio, es importante ubicar estas características en su dimensión antropológica y cultural. Existe la categoría de iatrogenia, un término tradicional muy difundido y arraigado entre médicos y enfermeras para referirse a las acciones perjudiciales hacia los pacientes, pero este significado no es exacto. Por ello es la primera categoría que analizo, revisando textos clásicos en el tema y también documentos recientes. Sin embargo, su conceptualización ha evolucionado. En los últimos años las instancias normativas han establecido nuevas categorías para denominar a las formas patológicas de la iatrogenia, y a otras maneras de trastornar a los pacientes. Se pretende con ello comprenderlas de manera más concreta y exenta de juicios históricos y culturales pasados. Estas categorías las desgloso y ejemplifico en el capítulo tres, en el que me refiero a fenómenos que los afectan durante la hospitalización, pero en los que ejercen influencia factores que no dependen únicamente del comportamiento humano. Es así como sucede en ciertos accidentes o infecciones. Las particularidades de cada evento son importantes, y por eso he agrupado a este tipo de eventos y los factores asociados que pueden tener mayor asociación causal en ellos, como se notará en los casos. El hombre es un ser imperfecto, ya que sus acciones están impregnadas de la posibilidad de error, desde cualquier perspectiva integral de observación y entendimiento. Medicina y enfermería, como tareas humanas, no están exentas de falibilidad, por lo que son también parte de los agentes que involuntariamente pueden generar perjuicios a sus pacientes. Esto significa que el daño que ocasionen con sus actos ya no es considerado solamente como un acontecimiento perverso donde se 6 deba buscar a quien culpar y castigar, antes que esforzarse por prevenir o remediar. Con estas reflexiones inicio el capítulo cuatro, en el cual me refiero a un tipo de eventos adversos que comparten una característica común: la de provenir de actos erróneos cuyos autores consideran que están haciéndolos bien. Sin embargo, al leer los testimonios, se percibe que a pesar de ese mecanismo común en ellos, están inmersos en una serie de factores que no condujeron al resultado esperado. Es por ello que los he dividido en temas en el capítulo, y he señalado algún aspecto que establezca una característica especial en cada uno, como se está haciendo en su clasificación actual. La atención que el tema está teniendo en los últimos años, permite conocer más de lo que se sabía de los eventos adversos en el pasado. Ahora sabemos que no son solamente las enfermeras o los médicos quienes dan origen a esos daños, y que hasta el personal que no proporciona atención clínica directa, --como quienes se encargan del traslado de pacientes, de abastecer al hospital de insumos o, en los laboratorios y gabinetes radiológicos—, pueden ser causantes de un evento que resulta adverso, y que nadie desearía. Sabemos también que debido a la multitud de agentes que pueden ser autores y las circunstancias en que los pacientes se encuentran, los mecanismos que influyen en el daño que se produzca al paciente pueden tener una amplia diversidad que llega, incluso, a superar la imaginación 9. Compartiendo mis inquietudes 9 Muchos casos podrían ilustrar las variedades de presentación de errores en situaciones que parecerían inverosímiles para el sentido común, de no ser por la seriedad de las personas que me aportaron sus testimonios. Enfermeras y estudiantes de enfermería, con la confianza de saber que son casos que se comentan con intenciones de conocer la realidad, me han compartido sus experiencias, como la del estudiante que al cambiar la ropa de cama de la madre mientras ella se había levantado a bañar, sin darse cuenta envolvió con las sábanas que iba a quitar, al recién nacido que dormía ahí. Fue así como el bebé accidentalmente llegó a la ropa sucia, y su llanto y movimientos fueron lo que permitió localizarlo y evitarle lesiones o que llegara a la lavadora. También llama la atención el caso del estudiante de medicina, que al ver que el monitor de una paciente que dormía no registraba latidos cardiacos, se lanzó a darle maniobras de reanimación cardiopulmonar con el intenso masaje torácico, pensando que estaba presentando un paro. El joven no había tenido el cuidado de verificar antes, clínicamente, si ella respiraba o tenía pulso, y lo único que había sucedido es que se habían desconectado los cables de los electrodos sobre el pecho, por eso no se registraba la señal en la pantalla. Este caso sucedió en un hospital particular, y los familiares que estaban fuera del cuarto, al ver la escena se escandalizaron y gritaron que el estudiante quería matar a la paciente. Es también increíble lo que le pasó a una enfermera, que llegó al lado de la cama de un paciente diciéndole “le traigo sus medicamentos”. Ella llevaba una charolita en la que también estaban los analgésicos, antibióticos, antihipertensivos por vía oral, que iba a dar después a los otros pacientes (no especificó cuántos eran ni de qué tipo). La colocó sobre el buró del paciente mientras se dirigió a la central de enfermeras del mismo piso, a contestar una llamada telefónica que en ese momento le avisaron que tenía. Cuando regresó, el paciente confiadamente se había tomado las pastillas de todos los demás ¡creyendo que solamente eran para él! Probablemente estaba muy distraído, los vasos no estaban etiquetados con los números de camas, y no se aclaró por qué el paciente pensó que todo lo que llevaba la enfermera eran únicamente sus medicamentos. Se le tuvo que aplicar un lavado gástrico inmediatamente para evitar la absorción, y gracias a ello se logró impedir trastornos que se desconoce qué grado hubieran alcanzado. Este último caso se 7 en torno al tema, en conversaciones informales pero también en sesiones académicas, es la manera real mediante la cual, durante años he reunido casos fiables y dignos de analizar con detenimiento. Escuchando y leyendo la variedad y complejidad de los casos que me han compartido enfermeras en las aulas, me he dado cuenta de la necesidad de tratarlos y clasificarlos técnicamente, pero también de definir las implicaciones éticas que no son las mismas en cada uno. Estos testimonios contribuyen a comprender el problema, debido al detalle y amplitud con que me fueron transmitidos. Proporcionan información imprescindible para identificar hechos, en los cuales, quienes intervienencomo generadores del evento adverso tienen niveles específicos de responsabilidad que asumir. El desglose de los eventos ha seguido una lógica que va desde los que pueden ser éticamente más comprensibles por la mayor dificultad para impedirlos, hasta los que no se evitaron por falta de voluntad. Con esto quiero decir que no todos los eventos adversos tienen los mismos antecedentes éticos, porque las acciones humanas no fueron igualmente previstas o concientizadas como para que el resultado fuera el idóneo. No todos los eventos han tenido esa especie de sorpresa o “ingenuidad” con que se actuó, ya que hay algunos en los que no se puede hablar de un error que, escudriñándolo con imparcialidad, pueda ser justificable. Son eventos adversos que podrían evitarse con un mejor desempeño técnico y ético, porque dependen en mayor medida de la dedicación, del esfuerzo en la precaución y atención de quien atiende al enfermo, o proporciona alguna clase de servicio en el hospital. A ellos me refiero en el capítulo cinco, en el que también trato el concepto de responsabilidad, con el que van íntimamente ligadas las conductas que dan lugar a este tipo de eventos. clasifica dentro del denominado tipo de “errores de medicación”, en el que quizá hubo corresponsabilidad del paciente y la enfermera en la forma como sucedió, y como se verá más adelante, este tipo de errores no son raros y tienen gran importancia por el riesgo que implican. Por fortuna todos estos casos sólo provocaron susto y horas de angustia mientras se descartaban daños por el evento, y aunque en ellos aparentemente no los hubo, realmente esto no se puede comprobar con toda certeza. Pienso que pudieron haberse presentado alteraciones internas a las que el cuerpo aplicó por sí solo mecanismos de compensación eficientes, gracias a los cuales no se apreciaron síntomas. 8 Sean errores o sean faltas de responsabilidad, al fenómeno de producir trastornos al paciente por personas que estudiaron académicamente y fueron entrenadas en la práctica (médicos y enfermeras), se denomina mala práctica. En los casos del capítulo cinco, hubo además de exceso de confianza y perceptible falta de cuidado, extremos en que sus autores llegaron en algunos casos a hacer acciones totalmente proscritas. La categoría de mala práctica tiene una enorme importancia, ya que es la que sintetiza que las acciones de quienes han estudiado una profesión para la salud que no se hicieron como debieron, y fueron causa de alteraciones, pero no es sencillo determinarla. Por esta razón, al finalizar este capítulo, incluyo un cuadro donde sintetizo todos los casos tratados en los tres capítulos que abarca la descripción de las categorías, que fueron treinta, desglosando lo que tuvieron de error, impericia o negligencia. En otro cuadro presento los casos donde se podría dictaminar como veredicto final, el que la o las enfermeras, hicieron mala práctica profesional. Considero que es un ejercicio útil para el conocimiento certero de lo que esta categoría significa, porque es la que finalmente corresponde a quienes nos hemos capacitado para dar un buen servicio por la salud. Es importante señalar, desde este momento, que al leer algunos casos clasificados como errores, inmediatamente pueden inducir al total desacuerdo en considerarlos como tales. La revisión detallada conduce a detectar una acción, una sola dentro de la serie que incluye un procedimiento en su totalidad, que haga pensar que el error no lo es tanto. Trataré se ser tan clara como mis experiencias, observaciones y la información que he recibido, me lo permitan para expresar el motivo por el que los eventos adversos se han clasificado en grupos definidos. Por estos aspectos delicados, en todos los capítulos efectuaré el análisis tan cuidadoso y completo, como lo exigen las situaciones humanas que trato. Como ya lo he señalado, en esta investigación me he propuesto abordar de manera detallada y específica el problema de los eventos adversos a los pacientes, 9 que las enfermeras10 pudieran ocasionar. No me ocupo de los eventos adversos efectuados por médicos, y los menciono cuando se requiere establecer su diferencia con el trabajo de enfermería11. De la misma manera, sólo hago referencia a eventos atribuibles a personas que no son enfermeras ni médicos, cuando es conveniente aclarar la participación de ellos. Las leyes y las normas que se refieren a la atención a la salud humana, desde las instancias internacionales hasta el marco normativo nacional, constituyen una referencia muy importante en la argumentación bioética de los servicios de salud. Se proponen la regulación de las instituciones, de sus procesos y de las relaciones sociales en su interior, con apego a los valores y principios éticos que tienen consenso en la sociedad. Por eso se van adecuando a las circunstancias cambiantes de la vida humana moderna, tratando de dar respuesta a las necesidades emergentes y establecer lo que es legal llevar a cabo . Cuando es necesario, médicos y enfermeras intervienen de manera instrumentalizada (utilizando jeringas, catéteres, entre muchos otros objetos) e invasiva12, los órganos y sistemas de los pacientes. Esto convierte a dichas acciones en el posible factor desencadenante de una situación nociva, que se puede prever para 10 Aunque cada vez se observa que más hombres se inscriben en las escuelas de enfermería, se percibe que sigue siendo mayoritario el género femenino, me parece importante aclarar que al referirme a “las enfermeras”, hago alusión a todos en conjunto con la consideración que merecen como grupo, y ahorrar así las especificidades de género. 11 Haré referencia a eventos atribuibles a personas que no son enfermeras (ni médicos), sólo cuando es conveniente determinar la participación de ellos. Los casos en que yo incurrí posteriormente al que ya mencioné en la introducción, fueron otros dos que están escritos en la tesis en los siguientes capítulos, en el tema correspondiente a su tipo. Los he incluido con todos sus detalles, pensando que tienen algo útil que ofrecer al conocimiento del problema que estudio. 12 La palabra “invasiva” se utiliza en la atención a la salud para referirse a la característica que tienen muchos procedimientos clínicos, que para su realización requieren penetrar los tejidos y órganos que naturalmente están cerrados al exterior. Para ello se abren accesos, desde los diminutos orificios con la aguja hipodérmica para inyectar, hasta la intervención quirúrgica de órganos a través de grandes incisiones. También se refiere a la penetración física y mecánica que se hace al cuerpo, utilizando instrumentos diseñados y preparados para su uso clínico, como los catéteres y sondas. Como resultado de su instalación, se producen cambios en las estructuras corporales, que no es lo que se quiere hacer pero que si no se recurre a estos métodos no es posible acercarse a las partes dañadas para repararlas. En las últimas décadas la medicina se ha estado esforzando por disminuir cada vez más esta manera de trabajar, su carácter invasivo, tanto desde los estudios diagnósticos como en el tratamiento que se prescribe, y hasta las operaciones en grandes cavidades; ejemplo de ello es la cirugía laparoscópica, --que se hace mediante un instrumento esterilizado, largo y delgado (endoscopio) que puede penetrar cavidades para visualizarlas internamente y llegar hasta la parte a intervenir—, sin que se hagan aberturas ni cortes excesivamente traumáticos de tejidos adyacentes. 10 tratar de evitarla13. Es, por lo tanto, imprescindible considerar factores como el marco jurídico que respalda la intervención del organismo, con la responsabilidad que ello implica. Cada país elabora sus leyes, reglamentos y códigos para su situación particular, conformando así una extensa y compleja instancia legal que considerar. Es por ello que en el capítulo seis elaboré una selección y comentariosen torno a las leyes, normas y códigos mexicanos e internacionales, que considero indispensables en el análisis del evento adverso al enfermo durante su atención. El marco legal depurado para el tema en estudio, debe ser parte imprescindible en su visón, desde la perspectiva bioética integral. Enfermería ocupa el lugar protagónico en este estudio por ser en la que he participado, el ámbito laboral que conozco, pero también porque es el grupo mayoritario del sector salud. Las enfermeras han sido formadas profesionalmente en un espíritu de colaboración y solidaridad hacia el paciente, en el alivio de su sufrimiento. Sin embargo, en las décadas más recientes se ha incrementado el riesgo de privilegiar la dimensión técnica, como claramente lo advierte Diego Gracia, si no se continúa desarrollando la fundamentación moral de la enfermería, a la par de los avances científicos que aplica. “El panorama de la bioética no estará completo hasta que no se acabe de desarrollar debidamente el tema de la ética de enfermería”14. El desglose de la situación profesional y laboral de la enfermería actual es el tema del capítulo siete, en el que explico los datos más destacados que permitan ubicar a la enfermería en el universo social. 13 En el caso en que me vi relacionada cuando empezaba mi ejercicio profesional, que referí al inicio de la introducción, la hemólisis no habría ocurrido si se hubiera verificado oportunamente que no se había diluido previamente el galón de solución dializante al recipiente del riñón artificial, que contenía 120 litros de agua corriente. Esta verificación se hacía utilizando un aparato pequeño de medición (osmómetro), en el que, después de colocarle una muestra de la solución, una aguja señalaba que el agua ya tenía las partículas químicas agregadas (y en qué proporción), que harían el proceso de diálisis (selección y extracción), de las sustancias acumuladas peligrosamente en la sangre del paciente. Con ello se evita que el paciente sufra estados de desequilibrio o intoxicación por no poder eliminar sus propios desechos urinarios, con lo que se logra una sustitución efectiva de una función vital deteriorada o extinguida. Esa verificación no se efectuó en aquella ocasión, y nadie se asumió como autor de la omisión, en una técnica que es efectuada casi en su totalidad por enfermeras de más experiencia que la de una principiante o pasante que inicia su servicio social, como era mi caso. 14 El bioeticista español contemporáneo Diego Gracia propone estas ideas en el prólogo del libro escrito por una enfermera, también española, Lidia Feito Grande, titulado Ética profesional de la enfermería. Filosofía de la enfermería como ética del cuidado. (P P C Editora y Distribuidora, Madrid, 2000) Este texto es una lectura indispensable en el establecimiento del vínculo bioética-enfermería, que comentaré ampliamente en el capítulo correspondiente. 11 Con el objeto de tener una aproximación a la incidencia del problema en nuestro contexto social con elementos determinados para tratar de conocer, he emprendido un estudio de tipo exploratorio. Elaboré y apliqué un cuestionario en el que las enfermeras con las que no hubiera yo tenido comunicación profesional previa. aceptaran contestarlo de manera individual y anónima. El objetivo era logar que narraran hechos verídicos lo más completos posible, acerca de eventos adversos al enfermo hospitalizado, que a ellas les constara. Traté de consultar a la mayor cantidad de enfermeras que permitiera el tiempo disponible para la captación de datos, para tener una idea del número y del tipo de eventos adversos que han ocurrido en los últimos años, en algunos hospitales públicos. En el capítulo ocho explico esta encuesta aplicada a enfermeras que trabajan en hospitales generales ubicados en la Ciudad de México, seleccionados por su accesibilidad e importancia sanitaria. En ese capítulo desgloso los resultados obtenidos, los ilustro con gráficas, y al final de la tesis presento el cuestionario como fue aplicado.En el capítulo nueve elaboro el análisis de los resultados obtenidos de este estudio, cotejándolos con las ideas fundamentales de los capítulos precedentes. A partir de las conclusiones a las que llegué, expondré propuestas que considero pueden ser útiles para dar atención a la situación de eventos adversos por enfermería y las conclusiones finales, que integrarán el capítulo diez. Las experiencias son una rica fuente de conocimiento que, si se queda reservada sólo para quienes las han vivido, las futuras generaciones, se pueden privar de elementos prácticos y objetivos de aprendizaje. Estoy segura que hay que rescatar la herencia ética que puedan transmitir las enfermeras que nos han antecedido. “Enfermeras antiguas”, fotografía obtenida del buscador de imágenes Google. 12 JUSTIFICACIÓN. En la misma medida en la que he herido, por mi acción, una vida aparentemente ajena, he herido mi propia vida; la vida en cuanto vida no se distingue de la vida; la vida herida surge frente a mí como destino. G.W.F. Hegel, en Escritos de juventud. La bioética como disciplina integradora del saber de las ciencias biológicas, de la salud y de las humanidades, tiene un campo fértil de trabajo en cuanto a los actos sanitarios se refiere. La misión que la bioética tiene directamente ante el cuidado enfermero, es reflexionar en el buen resultado que se obtiene a partir de las acciones del personal de salud, para ofrecer la atención humanística y digna que el paciente merece. Este imperativo ético durante su hospitalización, ante enfermería plantea su primer reto, en que, toda persona de las que se encuentran alrededor del paciente, no le agreguen alteraciones a la condición en la que llega. Por el contrario, se trata de demostrar la importancia de la dedicación y enfoque de precaución en la busqueda del alivio de los síntomas, por los que el paciente acude a solicitar el servicio. Esta intención de beneficio debe estar claramente interrelacionada con los objetivos administrativos de eficacia y calidad de toda la institución, que se observarán durante toda la estancia del paciente. Al emprender estudios de posgrado en bioética, me motivó gran interés el encontrar el tema (o los temas) en que el razonamiento y argumentación científica, filosófica y legal que caracterizan a esta disciplina, tienen las más impostergables aportaciones concretas en el campo de enfermería. Pienso que existen temas que hoy en día plantean los grandes dilemas que atraen la atención de las comunidades científicas, de los gobiernos, de los sectores legislativos, y también de la opinión 13 pública, porque son asuntos apropiados para el diálogo social abierto15. No obstante la actualidad e importancia de esos temas, no son directamente relativos al quehacer cotidiano de enfermería. Con esto quiero decir que no se debe perder de vista que lo esencial en esta profesión es su trabajo directo y constante al cuidado del enfermo16 a su cargo. Cuando en esta labor diaria se da lugar a un evento adverso, esta debe considerarse, a mi juicio, una situación en la que las tareas de enfermería requieren de la argumentación bioética, ya que es la disciplina que propone una valoración integral de la vida y de las acciones de las personas. Esta valoración es indispensable en todo momento, como cuando los pacientes se ponen en manos de las enfermeras en una actitud de confianza y esperanza en los conocimientos que ellas les van a aplicar, pero no hay un resultado terapéutico de ello como se esperaba. Al revisar la literatura en torno a los eventos adversos por enfermería, es notorio que los testimonios de las enfermeras no han sido utilizados como método de investigación de los eventos sucedidos, y es por eso que en este estudio, les he preguntado a ellas. Las conclusiones giran en torno a desmitificar el error en enfermería como un acto eminentemente punible y reprobable,que por lo mismo tiende a ser temido y ocultado. En lugar de eso, mi interés es mostrar su frecuencia, pero sobre todo, analizar su posibilidad de control. Desde hace algunos años en países desarrollados se han comenzado a estudiar detenidamente los errores en la atención al enfermo, empezando por su incidencia, lo que ha permitido cuantificar una gran cantidad de ellos. Sin embargo, muchos reportes manejan cifras globales que aumentan indiscriminadamente su magnitud, y los equiparan como si tuvieran más características semejantes de lo que en realidad tienen. Esto quiere decir que en muchas publicaciones se han sumado todo lo que les ocurre a los pacientes, 15 Con el concepto de dilemas en bioética me refiero a las profundas inquietudes humanas que plantean experiencias como la enfermedad terminal y la opción por la eutanasia, o la del embarazo, que se puede enfrentar a la posibilidad de elegir su interrupción, o las dificultades orgánicas para la concepción, embarazo y parto naturales, que han encontrado una solución en la reproducción asistida. Estos se han convertido en los grandes temas del cuestionamiento bioético, sin embargo, en enfermería no forman parte de sus tareas más frecuentes en la práctica, excepto como áreas especializadas en las que son una minoría de enfermeras las que laboran. 16 Feito-Grande, Lidia. (2000) Op. Cit. p. 30. La autora explica que “habitualmente se ha venido denominando enfermo al sujeto receptor de la asistencia sanitaria. Este término proviene del latín infirmus, que significa “débil”. Con él se designa a aquélla persona que padece una enfermedad, que tiene algún tipo de patología o deficiencia fisiológica por la que sufre malestares. 14 independientemente de quienes hayan sido los agentes principales para que el daño se originara. Es importante señalar esto último, ya que en las cifras totales se han equiparado actos erróneos con otros deliberados, pero evidentemente, estos últimos responden a motivaciones y mecanismos de acción diferentes a los primeros. No sólo quienes dan atención, sino los mismos pacientes se han descrito como autores de eventos adversos hacia sí mismos, --sin que esa fuera su intención—, como cuando deciden tomar más dosis de medicamentos de las que el médico indicó, o seguir el tratamiento por más tiempo del prescrito. Con la esperanza de prolongar su alivio y ante el desconocimiento de los efectos patógenos a los que se exponen, en vez de mejorar ejecutan acciones que podrían ser lo que los dañe. Hay pacientes que sin cuestionar aceptan lo que las enfermeras y médicos les ofrezcan, de la misma manera que otros desconfían y lo rechazan, aun en el hospital. La condición humana es imposible de encuadrar en límites y definiciones exactas. Mediante conversaciones informales y despreocupadas, algunos pacientes platican a sus interlocutores sus pensamientos, y la manera como aplican sus ideas en su vida, aunque se trate del tratamiento a su enfermedad o del control de sus trastornos crónicos17. Los analistas de los costos económicos y administrativos de los eventos adversos a los pacientes en el hospital, han cuantificado diversas situaciones como si fueran un mismo problema, por lo que considero indispensable desglosarlo para entender lo que concierne específicamente al evento adverso por enfermería18. 17 De esta manera directa y franca, también recibí la información de una mujer con una enfermedad crónica del sistema cardiovascular, que estando hospitalizada después de una operación que se le practicó, desconfiaba de que le dieran “tantas pastillas juntas, alrededor de cinco, en una sola toma”. Su solución era pedir a la enfermera cada vez que le llevaba los medicamentos, que se los dejara sobre su buró al alcance, para que ella se las tomara un poco después. Si la enfermera lo hacía, la paciente aprovechaba para esconderlas y tirarlas posteriormente, y de esta manera ella creía que se protegía de tomar tantos medicamentos, porque suponía que eso le haría daño, en vez de aliviarla. Esto sucedió en un hospital de seguridad social, en el Distrito Federal, donde muchos pacientes tienen un nivel educativo y socioeconómico regular. 18 Las cifras dadas por las instituciones mundiales como el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), están muy elevadas, en parte porque incluyen eventos adversos originados por todas las fuentes posibles. Por ejemplo, se sabe que aproximadamente el 77% de los casos reportados de utilización de medicamentos falsificados por los vendedores, o fabricados con calidad inferior a la normalizada se dan en los países en desarrollo, y estos hechos no se trata de actos erróneos o imputables a enfermería. Este dato se publica en la página del CIE, disponible en español: http://www.icn.ch/matters_ptsafetysp.htm , que se titula Seguridad de los pacientes. Hoja de datos de la Alianza Mundial de Profesiones de Salud. Comunicado de prensa del 29 de abril de 2002. En este tipo de daños a los pacientes están involucradas acciones fraudulentas de la industria y el comercio de los fármacos, que son ámbitos diferentes a los cuidados personales. No obstante, en las cifras globales se suman todo tipo de eventos independientemente del origen. Es, por lo 15 El interés administrativo fue en gran medida el motivo inicial que condujo al registro de los eventos adversos, como ha sucedido en Estados Unidos, donde las tasas estiman cantidades que parecen exorbitantes. Esta abundancia de casos ha conducido a definir la denominada muerte por causas hospitalarias19. La elevada incidencia de este fenómeno ocasiona, además, enormes gastos para solucionar los trastornos que sufren los pacientes. Este es un factor que preocupa, principalmente a las compañías aseguradoras, por las grandes cantidades de dinero que tienen que erogar. También han llamado la atención a los gobiernos e instancias normativas, las enormes cifras de dólares requeridos ante las imponderables pérdidas materiales que afectan a los hospitales y a las instituciones en general, para tratar de resolver los perjuicios ocasionados a los pacientes en quienes se han cometido los eventos adversos. Estos costos son debido a que las acciones correctivas involucran una variedad de necesidades, tales como más medicamentos o procedimientos terapéuticos diversos, que llegan incluso a requerir una o más cirugías. De este estudio he excluido acciones en contra de los pacientes que se hacen intencionalmente. He recibido testimonios de hechos como el abuso sexual, el robo de medicamentos y material del hospital u otras conductas inmorales y delictivas, cometidas dentro del hospital. Estos hechos, que aunque son graves, tienen connotaciones morales y humanas diferentes a las que se hacen de manera no deliberada. Estas últimas pueden ser producto de la prisa, del olvido, de la impericia no conciente, o incluso de la negligencia, pero, quienes las cometieron, nunca las hubieran querido hacer. Esto me conduce a plantear las siguientes preguntas: ¿De qué manera podría darse la participación de enfermería como agente causal de eventos adversos a sus pacientes? ¿Todas las acciones erróneas son generadoras de daños al enfermo? tanto, necesario que cada sector que participa en la atención a la salud revise sus procedimientos y los respalde con la ética correspondiente a su quehacer específico. 19 En un documento muy citado en el tema del evento adverso al paciente causado por el personal de salud, titulado en español Errar es humano, elaborado por el Instituto de Medicina (IOM por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, se han cuantificado números que pueden parecer exagerados. Se han reportado entre 50 000 a casi 100 000 muertes al año, de los pacientes internados en los hospitales de ese país, no por la causa que los condujo al internamiento, sino por eventos adversos ocasionados por alguien al atenderlo, médicos y enfermeras, principalmente. Los datos completos de este
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