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2009-PATRICIA-MENDEZ-MENDOZA

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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL 
SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADO 
CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES 
 
 
 
 
“LA DIRECCIÓN DE ESTUDIOS GEOGRÁFICOS Y CLIMATOLÓGICOS (1915-1934)” 
 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: 
MAESTRO EN CIENCIAS EN METODOLOGIA DE LA CIENCIA 
 
 
 
P R E S E N T A : 
 
MA. PATRICIA MÉNDEZ MENDOZA 
 
 
 
DIRECTORES: DR. HUMBERTO MONTEÓN GONZÁLEZ 
 M. EN C. GABRIELA MARÍA LUISA RIQUELME ALCANTAR 
 
 
 
 
MÉXICO, D.F., ENERO DE 2009. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 AGRADECIMIENTOS 
 
 
 
Al Instituto Politécnico Nacional por haberme permitido ser alumna de esta institución. 
 
Al Doctor Héctor Mendoza Vargas por su participación en el desarrollo de esta 
investigación. Agradezco la revisión meticulosa que hizo de la primera versión de la tesis. 
De igual forma al M. en C. Guillermo Aullet Bribiesca quien propuso el tema y aportó 
valiosas ideas que están plasmadas a lo largo de mi trabajo. No menos importantes fueron 
la aportaciones al contenido del presente trabajo del Dr. Ángel Bassols Batalla, el Dr. 
Ernesto Jauregui, la Dra. Patricia Gómez Rey y el Capitán Roberto Castillo Méndez. 
Agradezco también a la M. en C. Esperanza Verduzco Ríos por sus valiosos consejos. 
Especialmente a la Comisión Revisora. Los asesores de la tesis: el Dr. Humberto Monteón 
González, pieza clave del cierre de este ciclo profesional y la M. en C Gabriela Riquelme 
Alcantar responsable de la estructuración y cuidadosa revisión de la redacción final del 
trabajo. A los sinodales Dra. Georgina Isunza Visuet y al Dr. José Benjamín Méndez Bahena 
por sus valiosos comentarios y aportaciones a los contenidos de la investigación. A la Dra. 
Ma. del Pilar Longar Blanco por su fina atención para conmigo en el proceso de titulación. 
De igual forma estoy agradecida con el Dr. Luis Mauricio Rodríguez Salazar. 
Finalmente, no quiero dejar de mencionar el agradecimiento que tengo hacia una serie de 
profesionales que me brindaron su servicio y amabilidad a lo largo de tantos años... en 
muchas ocasiones resolvieron a través de un libro o documento las dudas que se me 
presentaron a lo largo de mi investigación. A todo el personal de la biblioteca del Instituto 
Mora, en especial, a Carlos Arellano, Miguel Ángel Jurado y Roberto Olivos. Del Instituto de 
Geografía a David Velázquez Mancilla. A Carlos Vidali y Guadalupe Lara Trejo de la 
Mapoteca Orozco y Berra y al personal de la biblioteca Mariano Bárcena. A todos ellos y al 
personal de otras instituciones a quien he dejado de mencionar por el escaso espacio en 
este papel ¡muchas gracias! 
 
 
 
 
 A MI HERMANO EL CAMPESINO 
 
 
 
Es cierto-me has preguntado-que los obreros de la ciudad, 
quieren despojarme de la tierra de esta hermosa tierra que 
yo amo, que me produce doradas espigas, ciertamente tras 
mucho trabajo, pero que, sin embargo me las produce? 
Ella me ha mantenido a mi padre y a mi abuelo y mis hijos 
hallarán en ella un poco de pan ¿Es decir que tu quieres 
desposeerme de esta tierra, arrojarme de mi cabaña y mi 
huerto? 
 
-No, hermano mío, no, es cierto. Puesto que es tuyo el 
suelo y eres tu quien lo cultiva, a ti sólo pertenecen sus 
mieses. Nadie tiene derecho, antes que tú, que haces 
crecer el pan, a comérselo en compañía de tu mujer y de 
tus hijos. Guarda tus campos con toda tranquilidad, 
conserva tu azadón y tu arado para remover la tierra 
endurecida, separa la semilla para fecundar el suelo. Nada 
existe más sagrado que tu labor. ¡Maldito mil veces quien 
intente quitarte ese suelo por ti fecundado! 
 
 
Elissé Reclus 
 
 
 
1
 
ÍNDICE 
 
 Página 
 
Índice de cuadros y figuras 4 
Glosario 6 
Resumen-abstract 10 
Introducción 11 
 
Capítulo I. La Geografía heredada 
 
1.1 Antecedentes 16 
1.2 La comunidad geográfica en el siglo XIX 22 
1.3 El proyecto geográfico del porfiriato 26 
1.4 Las instituciones geográficas del porfiriato 27 
1.4.1 La Comisión Geográfico-Exploradora 27 
1.4.2 La Comisión Geodésica Mexicana 29 
1.5 Los criterios en los métodos de trabajo 
 geográfico del siglo XIX 30 
1.5.1 Críticas a los métodos de trabajo utilizados por la Comisión 
 Geográfico-Exploradora 32 
 
Capítulo II. El gobierno posrevolucionario y su visión del territorio 
 
2.1 El nacionalismo como discurso político 34 
 del gobierno posrevolucionario 
2.2 La integración del territorio: la división del territorio, las 
 fronteras internacionales y el Mar Territorial 35 
2.3 La organización de la administración pública 
 bajo la visión nacionalista de Venustiano Carranza 44 
 
Capítulo III. La Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos 1915-1934 
 
3.1 La organización de la Dirección de Estudios 
 Geográficos y Climatológicos 51 
 
 
 
2
3.1.1 El presupuesto 53 
3.2 El personal 55 
3.3 El programa de trabajo 56 
3.4 Los métodos e instrumentos utilizados en el trabajo de campo 57 
 
Capítulo IV. Los trabajos geográficos 
4.1 Los trabajos técnico-científicos 62 
4.1.1 Las triangulaciones geodésicas nacionales 62 
4.1.2 La Dirección de Estudios Geográficos y su relación con 
 la iniciativa privada 64 
4.1.3 La delimitación espacial 65 
4.1.4 Los trabajos de precisión 66 
4.2 Los trabajos cartográficos 69 
4.2.1 Los métodos de producción cartográfica 69 
4.2.2 La producción cartográfica 73 
4.2.3 La organización de los trabajos cartográficos 83 
4.3 Los trabajos climatológicos 89 
4.3.1 La importancia de la Climatología para el gobierno 
 posrevolucionario 89 
4.3.2 Las tareas de carácter meteorológico: la previsión del tiempo 93 
4.3.3 Métodos de previsión del tiempo 95 
4.3.4 Los atlas climatológicos 97 
4.4 Los trabajos hidrológicos 99 
 
Capítulo V. Los resultados 
 
5.1 La profesionalización de la Geografía en el México 
 posrevolucionario 104 
5.2 La importancia de la Geografía en la administración de la ciencia 
 del gobierno de Carranza 107 
5.3 La visión del territorio de los gobiernos posrevolucionarios 
 a través de la Dirección de Estudios Geográficos y 
 Climatológicos (1915-1934) 110 
5.4 La Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos en 
 
 
 
3
 la construcción del conocimiento geográfico universal 112 
 
5.5 Las publicaciones de la Dirección de Estudios Geográficos 
 y Climatológicos 115 
5.6 Sus personajes 117 
5.7 La vinculación de la Dirección de Estudios Geográficos y 
 Climatológicos con el ámbito académico 119 
 
 Conclusiones 126 
 Bibliografía 133 
 Anexo 1. Pedro Celestino Sánchez y su trayectoria profesional 143 
 Anexo 2. Figuras 1-16 144-159 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4
 
 ÍNDICE DE CUADROS Y FIGURAS 
 
 
Listado de Cuadros Página 
 
1. Población censal 1900-1930 47 
2. Comparación del presupuesto asignado a las instituciones geográficas del 
 porfiriato con el destinado a la Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos 
 (1918)54 
3. Principales triangulaciones topográficas e hidrográficas realizadas por la 
 Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos (1915-1934) 63 
4. Área de los estados de la República (según datos comparativos de la Secretaría 
Fomento y la Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos) 71-72 
5. Cartas murales que publicó la Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos 78 
6. Cartas hidrográficas 81 
7. Ingenieros geógrafos egresados del Colegio de Minería y de la Escuela Nacional 
 de Ingenieros (1856-1917) 118 
 
 Relación de Figuras (Ver Anexo 2) 
 
 1. División territorial según la Constitución de 1917 144 
 2. Reformas a la división territorial de la Constitución de 1917 en 1931 145 
 3. Croquis des triangulations geodesiques de la Republique Mexicaine 
 1: 3 000 000 (1924) 146 
 4. Diagrama de la división de la Carta General de la República Mexicana a la 
 escala 1: 500 000, relacionada con la Carta del Mundo a la Millonésima 147 
 5. Carta General de la República Mexicana 1: 2 000 000 (1923) 148 
 6. Carta del estado de Aguascalientes 1: 100 000 (1933) 149 
 7. Carta altimétrica de la República Mexicana 1: 2 000 000 (1931) 150 
 8. Plano de la Ciudad de México 1: 20 000 (1929) 151 
 9. Lugares donde se observó la intensidad de la pesantez y anomalías 
 en milésimas de dina de la gravedad 1: 6 500 000 (1930) 152 
10. Carta esquemática de las operaciones geodésicas, astronómicas y 
 gravimétricas hechas en la República Mexicana 1: 2 000 000 (1931) 153 
11. Carta climatológica de la República Mexicana. Sin escala (1929) 154 
 
 
 
5
12. Observatorios y estaciones del Servicio Meterorológico, 1: 3 000 000 (1921) 155 
13. Observatorios y estaciones meteorológicas, termopluviométricas y 
 pluviométricas 1: 6 500 000. Sin Año 156 
14. Croquis de las cuencas principales de la República Mexicana 1: 6 500 000. 
 Sin Año 157 
15. Mapa orohidrográfico de la República Mexicana. Sin Escala (1928) 158 
16. Ubicación de plantas eléctricas en la República Mexicana 1: 5 000 000 (1929) 159 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6
GLOSARIO 
 
Aneroide. Del barómetro sin mercurio o fluido. 
 
Astronomía geodésica. Este tipo de trabajos tiene como propósito la determinación de las 
coordenadas geográficas de vértices geodésicos, en el mayor número posible, con el objeto de 
poder calcular las desviaciones de la vertical, por su comparación con las coordenadas geodésicas 
deducidas de la triangulación. 
 
Barómetro. Instrumento para medir la presión atmosférica. 
 
Carta o mapa topográfico. Que ilustra con precisión y en su posición geográfica, los rasgos 
planimétricos y del relieve de una porción de la Superficie Terrestre. Se distingue de un mapa 
(carta) planimétrico por la adición del relieve en forma mesurable. 
 
Carta o mapa a escala grande. A escala de 1: 75 000 o mayor, también llamado plano a escala 
grande. 
 
Carta o mapa a escala intermedia. Comúnmente a escala de 1: 200 000 a 1: 500 000 destinado 
para el planeamiento (E.U.). En la rama militar sirve para el planeamiento de operaciones 
estratégicas, incluyendo el movimiento, concentración y abastecimiento de las tropas. 
 
Carta o mapa a escala media. Escala mayor que 1: 600 000 y menor que 1: 75 000 (EU.); mapa o 
carta a escala mayor a 1: 500 000 y menor que 1: 100 000 (Brasil). Las publicaciones a 1: 100 000 
y 1: 50 000 (Argentina). 
 
Carta o mapa a (en) escala pequeña. Mapa o carta a escala de 1: 600 000 o más pequeña (E.U). 
En Argentina escala inferior a 1: 100 000. También se le llama mapa o carta a escala pequeña. 
 
Cartografía. El arte y ciencia de confeccionar una carta o mapa bajo ciertas normas, expresando 
gráficamente los rasgos físicos de la Tierra o de otros cuerpos celestes y todo aquello que 
constituya obra del hombre. 
 
Control terrestre. Punto o sistema de puntos en la Superficie de la Tierra cuyas posiciones han sido 
establecidas por levantamientos terrestres, referidos a la esfera celeste, al geoide, a un elipsoide 
 
 
 
7
de referencia dado, o aun falso origen. También denominado control de campo o apoyo terrestre. 
 
Coordenadas astronómicas: 1. Los valores que definen la posición de un punto en la Superficie de 
la Tierra o del geoide en el que se usa la dirección local de la gravedad como referencia. También 
denominada coordenadas geográficas; coordenadas gravimétricas. 2. Las coordenadas de un 
cuerpo celeste con respecto a un equinoccio dado. 
 
Curva de nivel. Línea imaginaria en el terreno cuyos puntos están a igual latitud sobre o bajo el 
nivel de una superficie de referencia, generalmente el nivel medio del mar. 
 
Escala. La relación entre la distancia en la fotografía, mapa, u otro gráfico con su distancia 
correspondiente en el terreno u otro gráfico. Las escalas se denominan según el tipo de gráfico en 
que aparecen, y la manera en que se expresan. 2. Una serie de marcas o graduaciones a 
intervalos precisos en un dispositivo o instrumento. 3. Medición por medio de una regla. 
 
Escala Numérica. Escala de un mapa (carta), expresada como fracción o razón que correlaciona la 
unidad de distancia en el mapa con la distancia que le corresponde en las mismas unidades en el 
terreno. También se le llama escala fraccionaria; escala natural. 
 
Fotogrametría. La ciencia de obtener mediciones digna de confianza por medio de fotografías. 
 
Fotogrametría aérea. Fotogrametría que utiliza fotografías aéreas. 
 
Fotogrametría terrestre. Fotogrametría que utiliza fotografías terrestres. 
 
Estereofotogrametría. Fotogrametría que utiliza equipo y métodos estereoscópicos. 
 
Heliótropo. Helióstato manual. 
 
Helióstato. Instrumento geodésico para hacer señales a distancia reflejando rayos de luz solar en 
dirección siempre fija. 
 
Hipsómetro. Termómetro para medir la altitud de un lugar. 
 
 
 
 
8
Invar. Una aleación de níquel y acero que posee un bajo coeficiente de dilatación terminal. Se 
emplea en la fabricación de alambres para medir bases geodésicas. 
 
Isanómala. Línea que une puntos de igual variación del valor normal. 
 
Isobara. Línea que en un mapa (carta) une todos los puntos de igual presión o constante. 
 
Isoterma. Línea que en un mapa (carta) une todos los puntos de igual temperatura. 
 
Isoyeta. Línea que en un mapa (carta) une todos los puntos de igual presión. 
 
Levantamiento. La acción u operación de hacer mediciones para determinar las posiciones 
relativas de puntos, en sobre, o debajo de la Superficie de la Tierra, también los resultados de tales 
operaciones; también una organización para efectuar levantamientos. 
 
Levantamiento fotogramétrico. Un levantamiento que emplea fotografías terrestres o aéreas. 
Levantamiento terrestre. Levantamiento por métodos terrestres, a diferencia del levantamiento 
 
Mareógrafo. Instrumento para medir las variaciones de las mareas. 
 
Planimetría. 1. La ciencia de medir superficies planas; mediciones horizontales 2. Todo lo que 
normalmente se representa en un mapa (carta) con excepción del relieve, es decir, los trabajos u 
obras del hombre y accidentes naturales tales como bosques y la hidrología. 
 
Plano. Impresión a escala grande, destinada a dar información particular y muy detallada. Por 
ejemplo: 1. Planos catastrales 2. Planos económicos locales 3. Planos base para el estudio socio-
económico de áreas urbanas. 4. Mapa que muestra solamente la información en dos dimensiones 
 
Proyección cartográfica. Procedimiento sistemático para producir todo o una parte de un cuerpo 
esférico tal como la Tierra sobre una hoja plana. Una proyección cartográfica se puede construir 
porcomputación analítica o se puede construir geométricamente. 
 
Proyección del Mapa (Carta) Internacional del Mundo. Para los mapas (cartas) preparadas antes 
de 1962, una proyección policónica modificada, con dos meridianos estándar a lo largo de los 
 
 
 
9
cuales la escala es exacta. La escala del mapa (carta) es de 1: 1 000 000; los meridianos 
geográficos se representan por líneas rectas que unen los puntos correspondientes en las líneas 
paralelas geográficas superiores e inferiores de la proyección que están divididas con precisión. 
Estas líneas que representan son paralelos son arcos de círculos, no concéntricos. También se 
llama proyección del mapa del mundo a la millonésima. En 1962, la proyección fue cambiada a la 
Cónica Conforme de Lambert. 
 
Proyección Transversa de Mercator. Proyección Cilíndrica Conforme, que en principio es 
equivalente a la proyección regular de marcador girada 90º en azimut. En esta proyección el 
Meridiano Central se representa por una línea recta, que corresponde a la recta que representa al 
Ecuador en la proyección regular de Mercator. Con excepción del Meridiano Central y el Ecuador, 
ni los meridianos geográficos ni los paralelos geodésicos se representan por líneas rectas. 
 
Teodolito. Instrumento topográfico para medir ángulos en sus planos respectivos. 
 
Topografía. 1. La configuración de la Superficie de la Tierra, que incluye su relieve, la posición de 
sus ríos y arroyos, caminos ciudades, etc. El conjunto de los accidentes naturales y físicos de la 
Tierra. Un determinado accidente tal como una montaña o un valle se denomina accidente 
topográfico. La topografía se subdivide en hipsografía (los aspectos del relieve), hidrografía (los 
accidentes relacionados con red de drenaje y las extensiones de agua), cultura (accidentes hechos 
por el hombre) y la vegetación. 
 
Triangulación. Método de levantamiento en el que las estaciones son puntos materializados en el 
terreno, localizados en los vértices de una cadena o red de triángulos. Los ángulos acimutales y 
verticales en cada vértice se miden por instrumento y los lados se obtienen por cálculo a partir de 
otros denominados lados base, cuyas larguras se obtienen por medición directa en el terreno, 
efectuadas con mucha precisión. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
10
Resumen 
 
Esta investigación analiza a través de la historia social de la ciencia una etapa de la Geografía 
mexicana vista a través de una institución de gran trascendencia en el periodo revolucionario: La 
Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos. La integración de esta dependencia en el 
proceso de institucionalización de la disciplina continuidades y rupturas. Describe también la visión 
del territorio de los gobiernos pos-revolucionarios en el periodo 1915-1934. 
Su programa de trabajo fue un pilar para el Estado mexicano, las tareas geográficas apoyaron al 
gobierno en la organización y administración del territorio mexicano. Esta institución también ayudó 
a resolver algunos problemas sociales de la Revolución Mexicana como la tenencia de la tierra y la 
productividad agrícola. En el campo científico, su planeación le permitió conducir sus actividades 
hacia algunas disciplinas de la ciencia como la Geodesia, la Astronomía y la Topografía. La 
Geografía encontró en esta oficina un espacio para su desarrollo científico, en especial, para la 
Cartografía, la Climatología y la Hidrología. 
Finalmente, hay una relación entre la institución y la academia a través de una comunidad de 
Geógrafos que genera nuevos conocimientos y que establece ligas con la Universidad por medio 
de la docencia. 
 
Abstract 
This research presents an analysis made through the science social history of a stage of the 
mexican Geography seen for the eyes of the Direction of Geographical and climatology Studies, an 
institution of great importance in the years after the revolution. This department joins the process of 
institutionalization of discipline, continuities and rupture. It also describes the vision of territory of 
post revolutionary governments in the period from 1915 to 1934. 
It science program was a basis for State Mexican, Geographical’s research and development goals 
would supported administrative and organization government land distribution tasks regarding 
Mexican Revolution movement’s agreement such farm individual property and national agriculture 
production. 
Then, land sciences like Geodesy, Astronomy and Topography were also guided thro their scientist 
activities. The Geography found a space in this office to it developed, in special for the cartography, 
climatology and hidrology. Finally, there is a relation between the institution and the academy, 
through of a community of geographers that generates new knowledge and establishes links with 
the University through teaching. 
 
 
 
 
 
 
11
INTRODUCCIÓN 
 
Los conocimientos geográficos se generaron desde mucho antes de la conquista con nuestros 
antiguos mexicanos, más tarde durante la colonización y en forma importante durante la vida 
independiente, pero si nos abocamos al proceso de institucionalización de la disciplina en un país 
joven como México, ésta es reciente. Se ubica en la segunda mitad del siglo XIX, si nos referimos: 
"a la práctica de una ciencia que desarrolla una metodología y un cuerpo de conocimientos sólidos 
que permite seguir estudios superiores y la consecuente profesionalización de sus actividades" 
(Moncada, 2003:15). 
 
La burocratización de la actividad geográfica fue en buena parte propiciada por la necesidad del 
Estado mexicano de organizar el territorio nacional hasta bien entrado el siglo XX, pero también 
influyó la ausencia de otros incentivos que propició el desarrollo de la disciplina como lo eran en 
otras regiones del mundo, la industria y el ejército. Una forma de promover la práctica geográfica 
por parte del gobierno ya fuera liberal, conservador o monárquico fue la creación de instituciones. 
Una prueba de ello fue la fundación, en 1833, de la primera institución geográfica en América 
Latina, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y más tarde en los años cincuenta del 
Ministerio de Fomento, en donde se inician formalmente las labores geográficas bajo el patrocinio 
estatal. La consolidación del Estado mexicano en 1867, primero con Juárez y luego con Lerdo de 
Tejada, trajo consigo el triunfo del sector liberal progresista, para este grupo el desarrollo científico 
era un factor primordial para el progreso material del país. Promover la ciencia a través de la 
creación de instituciones científicas fue un objetivo constante. Durante la breve monarquía de 
Maximiliano también se promovió el quehacer geográfico, la Comission Scientifique du Mexique 
realizó importantes trabajos en el área de las Ciencias de la Tierra, se formó la Comisión Científica 
de Pachuca donde participaron en su gobierno importantes estudiosos de la Geografía como el 
caso de Orozco y Berra quien contribuyó con varios trabajos. 
 
Pero sin lugar a dudas el periodo más propicio para el desenvolvimiento de la Geografía nacional 
en el siglo XIX, se encuentra durante la dictadura de Porfirio Díaz pues para su gobierno esta 
disciplina fue un arma fundamental para su proyecto político. La dependencia externa fue un 
elemento básico en la política económica del gobierno del porfiriato, de ahí que los trabajos 
geográficos fueran un elemento básico para promover las inversiones extranjeras. Por ello apoyó la 
invasión neocolonialista de varios países de Europa y, en especial de los Estados Unidos, quienes 
sin ningún miramiento saquearon los recursos naturales de México, como los agrícolas, mineros y 
especialmente el petróleo. Para los países imperialistas la información geográfica era un 
instrumento básico para realizar con éxito sus propósitos. Los estudios científico-técnicos eran 
 
 
 
12
necesidades inmediataspara poder cuantificar, extraer y saquear los recursos del país. De ahí la 
importancia de la realización de los trabajos topográficos, las exploraciones de la flora y de la 
fauna, la elaboración de cartografía y la obtención de datos de carácter astronómico y 
meteorológico. La respuesta del gobierno fue la creación de una infraestructura científica que al 
igual que pudiera apoyar su política interior en aspectos como el hacendario y la buena marcha de 
algunos sectores de la administración pública, también sirviera de apoyo a los intereses externos. 
Prueba de ello, fue la fundación ya en forma de instituciones geográficas que ya habían sido 
planeadas durante la instauración de la República como el Observatorio Meteorológico y el 
Observatorio Astronómico. También se crearon la Comisión Geográfico-Exploradora, la Comisión 
de Cartografía y la Comisión Geodésica Mexicana. 
 
Al arribar el siglo XX, la Revolución Mexicana generó grandes cambios sociales, económicos y 
políticos, el campo científico no fue la excepción. Desde un principio este movimiento se 
caracterizó por la preocupación de lograr que los hombres de ciencia mexicanos participaran 
activamente en la elaboración del conocimiento científico, superando así la aspiración porfiriana de 
estar simplemente al tanto del desarrollo de la ciencia en los países avanzados (Gortari, 1980). La 
ciencia fue un elemento que se consideró para la reconstrucción nacional. Bajo este propósito era 
importante para el Estado mexicano crear una infraestructura científica que pudiera organizar e 
integrar el territorio mexicano, cuantificar y cualificar los recursos naturales y humanos con que 
contaba el país. En este sentido las instituciones científicas jugaron un papel determinante en esta 
tarea nacional ¿pero qué función se le asignó a la Geografía con los diferentes gobiernos 
posrevolucionarios? ¿Cómo se organizaron los trabajos geográficos? ¿Qué tipo de trabajos se 
realizaron? ¿Qué papel jugó la Geografía en el ámbito académico? 
 
El objetivo general de esta investigación es abordar un periodo de la Geografía nacional vista a 
través del estudio de la Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos (1915-1934). Analizar 
su contexto, es decir, el papel que jugó esta dependencia gubernamental como arma política y 
social para el Estado mexicano. Ubicar a esta dependencia gubernamental dentro de las rupturas y 
continuidades de las instituciones geográficas mexicanas. Situar la trascendencia de los trabajos 
cartográficos, climatológicos e hidrológicos en el contexto científico nacional y en especial para el 
desarrollo de la Geografía. Finalmente se busca analizar la vinculación que se establece entre la 
Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos y el ámbito académico. Además de indagar 
sobre otras cuestiones: la contribución de esta dependencia a la especialización de varias 
disciplinas de la Ciencias de la Tierra y los nexos que de alguna u otra forma establecieron con la 
Geografía. Detectar cual fue la relación con los centros científicos internacionales y si se generó 
una ciencia autóctona. 
 
 
 
13
 
Se analiza el tema desde la perspectiva de la historia social de la ciencia ya que permite obtener 
una visión particular de la institución, pero a la vez general, en su contexto con la ciencia nacional y 
universal. El corte social que tiene esta perspectiva metodológica, permite analizar varias 
categorías: la circunstancia histórica en la que se desenvuelven las instituciones, sus 
transformaciones y su vínculo con la sociedad. Visualizar a la institución como un ente que se 
transforma, que cambia, que modifica su estructura constantemente, por razones de carácter 
científico y de orden social. La vinculación que el gobierno busca establecer entre las 
dependencias y sus proyectos nacionales. Finalmente también nos permite ir hacia el interior, 
desentrañar las repercusiones de las instituciones en la propia disciplina: las líneas de 
investigación que se desarrollan, sus personajes, la formación de una comunidad científica y su 
papel en el desenvolvimiento de la disciplina misma. 
 
Partiendo de estas premisas, en esta investigación se hace un análisis de un periodo de la historia 
de la Geografía visto través de una institución como la Dirección de Estudios Geográficos y 
Climatológicos (1915-1934). Se parte de que esta dependencia se integró al proceso de 
institucionalización de la Geografía iniciado a mediados del siglo XIX con la creación de la 
Secretaría de Fomento y la instauración de instituciones como la Comisión Geográfico-
Exploradora, el Servicio Meteorológico y la Comisión Geodésica Mexicana. Se intenta que este 
estudio refleje las continuidades y rupturas que se dan en el conocimiento geográfico en el primer 
tercio del siglo XX, los cambios y transformaciones del programa de trabajo de esta dependencia 
con relación a los métodos y técnicas utilizados en el siglo XIX. Su injerencia en el desarrollo de la 
disciplina marcado por una tendencia hacia la Geografía Física. Resaltar la formación de una 
comunidad de geógrafos que intenta generar una ciencia nacional, pero que no deja de 
influenciarse por la comunidad geográfica internacional a través de figuras como Emanuel de 
Martonne, Elissé Reclus, Alfred Wegener y Friederich Ratzel. No menos importante son los nexos 
de estos profesionales mexicanos con la Universidad a través de la docencia. 
 
Las fuentes de información que se utilizaron para realizar esta investigación fueron documentos 
oficiales hemerográficos y bibliográficos. Para el desarrollo del trabajo las fuentes bibliográficas 
consultadas fueron de dos tipos: publicaciones de la época o bien en estudios recientes que al 
tratar un tema en particular de alguna forma abordan el objeto de estudio. Las fuentes primarias 
que se consultaron fueron: el Boletín y las Memorias publicadas por la Secretaría de Agricultura y 
Fomento. Un hecho importante a destacar es que no hubo una sistematización en la publicación de 
estos documentos en el periodo de la investigación. Este inconveniente no resta la importancia de 
esta fuente por ser junto con las publicaciones de la Dirección de Estudios Geográficos y 
 
 
 
14
Climatológicas, el instrumento por excelencia en donde se publicaron los trabajos realizados por 
esta dependencia. Los trabajos de la Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos también 
encontraron acogida para su publicación en las Memorias o Boletines de la Sociedad Científica 
Antonio Alzate y en el Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, dos 
instituciones de gran trascendencia de la promoción editorial del conocimiento científico. También 
se consultaron El Diario de los Debates del Congreso Constituyente 1919-1917 y la obra los 
presidentes de México ante la nación: informes, manifiestos y documentos de 1821 a 1966. Es 
importante destacar la influencia en los contenidos del presente trabajo a través de las obras 
citadas en la bibliografía de los siguientes geógrafos: Ángel Bassols Batalla, Héctor Mendoza 
Vargas, Omar Moncada Maya, Luz María Azuela Bernal y Patricia Gómez Rey. Los últimos cuatro 
profesionales historiadores de la disciplina en el Instituto de Geografía. 
Los mapas que se adjuntan en el Anexo 2 del trabajo se digitalizaron en la "Mapoteca Manuel 
Orozco y Berra, Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, SAGARPA". Por el gran 
número de mapas que se manejan se creyó conveniente ubicarlos al final del trabajo en un anexo. 
Las figuras 5, 7 y 15 fueron construidas en 4 hojas, razón por la que al empalmarse en el software 
Microsoft Word, aparecen como imágenes desplazadas. 
 
El cuerpo de la tesis se divide en cinco apartados. En el primer capítulo se abordan los 
antecedentes: la herencia geográfica del siglo XIX, las premisas que rigen su actividad científica y 
su influencia en el desenvolvimiento de la Geografíadel siglo XX. Destaca la trascendencia de la 
formación de una comunidad científica para el desenvolvimiento de la labor geográfica y sus 
repercusiones en la formación y desarrollo de las instituciones. Subraya la importancia del Estado 
como principal promotor de la actividad geográfica sobre todo luego de la formación de la 
Secretaría de Fomento y de la creación de dos importantes instituciones creadas durante el 
porfiriato como la Comisión Geográfico-Exploradora y la Comisión Geodésica Mexicana. 
 
El capítulo II, analiza el contexto histórico-político en que se funda la Dirección de Estudios 
Geográficos y Climatológicos, es decir, el marco social en que se construye esta institución. 
Destaca su inscripción en el movimiento revolucionario y su papel en la corriente nacionalista. 
Resalta en especial, el papel que Venustiano Carranza y su secretario de Fomento Pastor Rouaix, 
le asignan a la Geografía. La importancia de las tareas geográficas para la reconstrucción nacional 
y la reordenación de la administración pública. 
 
En el capítulo III se toca el tema de la organización de la Dirección de Estudios Geográficos y 
Climatológicos. Se marcan los antecedentes de su fundación subrayando que es resultado de una 
reestructuración de las instituciones creadas durante la dictadura de Porfirio Díaz. Destaca la 
 
 
 
15
variación del presupuesto en relación con las instituciones del porfiriato y el comportamiento de los 
recursos asignados a esta institución en cada uno de los departamentos; las líneas que marcan su 
programa de trabajo. Los métodos de trabajo y las críticas que al respecto se derivan en la 
comunidad profesional. Las características del personal y su papel en el desarrollo de las tareas 
geográficas. 
 
En el cuarto capítulo se describen los trabajos que realizó esta dependencia. Destaca la 
participación del Estado mexicano como principal promotor de las tareas geográficas durante el 
periodo de 1915-1934. Señala la importancia de los trabajos científico-técnico para el programa 
posrevolucionario y su injerencia en el desenvolvimiento de diversas Ciencias de la Tierra. Los 
contrastes que hay en el desarrollo de las tareas geográficas, marcadas según el periodo por una 
especialización hacia cierta área de la Geografía según las convicciones e intereses 
gubernamentales. 
 
En el último apartado se analizan los resultados. Se destaca la trascendencia de esta institución en 
el desarrollo de la Geografía nacional y su contribución al conocimiento científico universal durante 
el periodo 1915-1934. Su papel en el proceso de profesionalización de la Geografía. Resalta la 
formación de una comunidad de geógrafos que no sólo contribuye a la investigación geográfica a 
través de las instituciones gubernamentales sino que también busca incidir en el ámbito 
académico. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16
CAPÍTULO I. LA GEOGRAFÍA HEREDADA 
1.1 Antecedentes 
 
En 1821 al adquirir el poder Agustín de Iturbide, México rompía su dependencia con España y con 
ello surgía una nueva administración del gobierno que reclamaba con apremio el impulso de los 
estudios geográficos. Los mapas, las estadísticas y la exploración del territorio eran actividades 
fundamentales con miras al conocimiento del territorio mexicano. Dos formas de trabajo se 
promovieron: uno basado en la descripción geográfica realizada por los estados y otro por medio 
de la ingeniería geográfica realizada por comisiones científicas dirigidas por eminentes hombres 
que trabajaron con base a los objetivos gubernamentales. La necesidad de crear un inventario de 
la riqueza de la nación propició que el nuevo gobierno procediera a la recopilación de datos 
geográficos y estadísticos, a través de los gobiernos estatales. Los datos eran presentados en 
forma de estadísticas o bien en mapas que informaban sobre el territorio, sus costumbres y sus 
recursos naturales. 
 
Los esfuerzos individuales estuvieron presentes en la construcción de la cartografía regional y 
estatal, en muchas ocasiones asociados a los objetivos de las comisiones científicas, o bien 
sujetos a sus propios intereses. Destacan especialmente los trabajos realizados por el Capitán 
español José María Narváez en el occidente mexicano. De esta zona que comprendía entidades 
como Aguascalientes, Colima, Jalisco, Sinaloa, Alta y Baja California y Nuevo México, Narváez 
realizó una serie de cartas urbanas e hidrográficas en la primera parte del siglo XIX. En estos 
trabajos se encuentra el primer antecedente de la utilización de los métodos astronómicos en la 
construcción de cartas geográficas. El ingeniero militar Tomás Ramón del Moral, en 1928, fue otro 
de los que impulsaron los trabajos topográficos principalmente aplicados al centro del país. En el 
mismo año construyó las cartas del Estado de México y del Distrito Federal. Al describir el método 
de trabajo, él maneja ya triangulaciones geodésicas, de cadenas de triángulos azimutales y de 
intersecciones y de relleno con poligonales levantadas a "rumbo y distancia". En opinión de Jorge 
Luis Tamayo (1962), Tomás Ramón del Moral podría ser considerado el primer ingeniero en 
México en introducir los métodos geodésicos. Con su obra Geodesia, realizó importantes aportes 
teóricos a la materia. Francisco Camargo fue otro cartógrafo que introdujo avances técnicos en la 
elaboración de los mapas. En 1831, elaboró la carta del estado de Querétaro apoyada en 46 
posiciones astronómicas determinadas especialmente por él. La comisión científica que se encargó 
de fijar los límites entre México y los Estados Unidos entre 1827-1834, bajo la dirección del General 
Manuel Mier y Terán, determinó varias posiciones astronómicas en Texas, Coahuila Tamaulipas y 
Nuevo León, que permitieron publicar los mapas de Tamaulipas en 1831 y la de Nuevo León en 
1853. 
 
 
 
17
 
Con el propósito de conocer y poder controlar mejor el territorio nacional, el Estado mexicano 
asignó a las instituciones que él mismo creó la realización de las siguientes tareas: 1) el 
reconocimiento de las fronteras internacionales, 2) de los litorales del Pacífico y del Atlántico y 3) 
de ciertas regiones del interior del territorio. Con esta finalidad partiría un contingente de ingenieros 
formado en buena parte por ex alumnos del antiguo Real Seminario de Minería que bajo el mando 
del General Pedro García Conde realizaron expediciones a ciertas áreas del país como el Istmo de 
Tehuantepec, la Sierra Gorda y la costa del departamento de Jalisco. 
 
Los estudios realizados en el Istmo de Tehuantepec obedecieron a la necesidad de abrir un canal 
o bien para establecer vías de comunicación interoceánica por tierra. Desde el período de la Nueva 
España, se elaboraron varios proyectos para abrir un canal en la región, en uno de ellos se 
argumentaba que con este hecho se tendría la ventaja de navegar por el río Coatzacoalcos. Sin 
embargo, nunca se tomaron cartas en el asunto y el tema pasó a segundo término. El interés por 
esta zona resurgió en la vida independiente, cuando por órdenes del gobierno federal, los 
ingenieros Juan Orbegoso y Tadeo Ortiz hicieron un reconocimiento de esta zona y con base a 
este trabajo recomendaron la construcción de un camino terrestre o ferroviario. Más tarde la idea 
de construir en el Istmo de Tehuantepec, un canal interoceánico propició el estudio particular de 
esa región, el mismo Tadeo Ortiz, sería comisionado para la realización de esta tarea. Como 
resultado de varios reconocimientos, en 1824 se elaboró un plano del Istmo, el cual fue publicado 
en el primer Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Al ser apoyado en 12 
posiciones astronómicas vendría a ser considerado uno de los primeros documentos de carácter 
científico. 
 
Era evidente que el interés por construir un paso que atravesara el continente americano rebasaba 
las fronteras nacionales. Desde el siglo XVI seidentificaron cuatro posibles rutas interoceánicas: 1) 
el Istmo de Tehuantepec; 2) el río San Juan y el lago de Nicaragua; 3) el Istmo de Panamá 4) el 
valle de Chagres también en este país. El aspecto económico fue un factor que favoreció en el 
siglo XIX el interés en este tema. El último tercio de este siglo fue el escenario de grandes 
transformaciones, los poderosos países coloniales comenzaron a debilitarse y cedieron su lugar a 
los intereses industriales y comerciales, con ello surgía una nueva política económica: el 
imperialismo. Para los países imperialistas como Inglaterra, Francia y un nuevo actor: los Estados 
Unidos, la ruta transistmica era estratégica para obtener materias primas de América. La 
importancia que esta vía tenía para los Estados Unidos se fundamentaba en varias ventajas que 
representaba para su economía: la cercanía a sus principales puertos en el Atlántico y en el 
Pacífico; la posibilidad de combinar la construcción de un ferrocarril y un canal; la explotación de 
 
 
 
18
riquezas naturales y la ventaja de mano de obra que brindaba la zona; la oportunidad de colonizar 
los territorios del Istmo y con ello mantener la hegemonía en la región (Duval, 2000). 
 
En los años cuarenta del siglo XIX se volvía a retomar con fuerza el tema del Istmo de 
Tehuantepec al considerar los beneficios que traería para México la unión de los dos océanos que 
lo limitaban: el Pacífico y el Atlántico. El 1º de marzo de 1842, Antonio López de Santa Anna otorgó 
por primera vez a un empresario mexicano llamado José Garay, la concesión para colonizar y abrir 
un paso en el Istmo mexicano. La necesidad de respaldar sus intereses impulsó a Garay a buscar 
socios extranjeros: la empresa Manning y Mackintosh, radicada en México y asociada con la 
compañía londinense de John Schneider. A pesar de no haberse entregado a esta asociación los 
derechos para construir el canal interoceánico este hecho marcaría la iniciativa para que años más 
tarde, otros tomaran derechos en la región. En 1850, Peter A. Hargous impulsó la formación de 
una compañía con ciudadanos de Nueva Orleans para respaldar sus privilegios en Tehuantepec, 
en la que desde luego José Garay era accionista, bajo este antecedente surgiría la compañía de 
Nueva Orleans, una empresa que por muchos años mantuvo injerencia en la zona. 
 
Estas acciones volvieron a generar un interés sobre esta región, se realizaron estudios de 
reconocimiento y se elaboró una cartografía del Istmo de Tehuantepec. En 1842 una comisión de 
ingenieros partiría a esta región y se ampliarían los estudios hacia el Océano Pacífico, al construir 
una triangulación de 49 vértices y medir una base de 19 930 metros. Los trabajos de esta comisión 
fueron suficientes para conocer la topografía del Istmo, la cual se hizo constar en un mapa de éste 
y del curso del Coatzacoalcos, así como de otros dos más que fueron publicados en el libro que 
lleva por título: Reconocimiento del Istmo de Tehuantepec, realizado durante los años de 1842-
1843. La compañía de Nueva Orleans, realizó nuevos reconocimientos con miras a construir un 
ferrocarril que uniera los puntos navegables de los ríos. Esta comisión dirigida por el General J.G. 
Barnard, aprovechó los estudios anteriormente realizados en la zona (Rojas, 1910). 
 
Otra tarea fundamental para la integración del territorio mexicano y su comunicación especialmente 
con Europa era el reconocimiento de las costas y mares, en particular del Golfo de México. A esto 
obedecieron las órdenes del primer presidente de México, Guadalupe Victoria de construir los 
mapas sobre esta temática: mandó imprimir el primer Atlas del Golfo de México y Mar Caribe al 
que se le daría por título Portulano de la América Septentrional. Este documento contenía 112 
cartas de navegación y un mapa general. A la publicación de este importante portulano se sumaba 
la impresión del Derrotero de las Islas Antillas de las Costas de Tierra Firme y de las del Seno 
mexicano corregido y aumentado con un apéndice sobre las corrientes del Océano Atlántico 
(Maldonado, 1968). 
 
 
 
19
 
Para el Estado mexicano resultó una preocupación constante el reconocimiento del Golfo y del 
Pacífico así como el de sus ríos interiores, el Alvarado, el Pánuco, el río Bravo del Norte, el 
Santiago y el Colorado para favorecer el tráfico de mercancías al interior de la República Mexicana, 
pero no lo fue menos la exploración y elaboración de los mapas de su territorio. Con estos 
objetivos se crearon dos instituciones gubernamentales, una civil y otra de carácter militar. En 1833 
el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, quien con el tiempo sería la primera sociedad 
geográfica en América y, más tarde, la Comisión de Estadística Militar en 1839. El Instituto 
Nacional de Geografía se creó por ley durante el gobierno interino de Gómez Farias constituido por 
los siguientes departamentos: el de Geografía, el de Estadística, otro de Observaciones 
Geográficas, Astronómicas y Meteorológicas y el último departamento de Adquisición de 
Materiales. Con esta dependencia se promovieron las exploraciones geográficas destinadas a 
compilar datos sobre posiciones geográficas, nomenclatura y características de regiones, parajes y 
poblaciones de México, como base de una nueva cartografía. Con la finalidad de crear la carta 
militar del país se creó la Comisión de Estadística Militar bajo el mando del General Juan N. 
Almonte durante el gobierno de Anastasio Bustamante. Los ingenieros militares se trasladaron a 
diferentes regiones del país, con el objetivo de obtener información geográfica del territorio y 
elaborar mapas de regiones estratégicas del país: Istmo de Tehuantepec 1823-1826, del entorno 
de la Ciudad de México y de la frontera noreste de México-Estados Unidos 1827-1829. Con la 
fundación de esta institución se transformaban las actividades del Instituto Nacional de Geografía y 
Estadística ya que a la Comisión de Estadística Militar también se le atribuyeron funciones para 
obtener datos geográficos y estadísticos. En el decreto que da origen a esta institución se hacía 
hincapié en que su Sección de Geografía se especializaría en trabajos dedicados a la construcción 
de la Carta General de la República, determinando las posiciones de la capital mexicana, el puerto 
de Veracruz, Acapulco, San Blas, Monterrey, de las Californias, así como de los volcanes y 
montañas de Orizaba y Perote. Su permanencia como institución se reafirma cuando en 1849 
durante el gobierno del General José María Salas, se decreta que esta dependencia permanecería 
vigente hasta la publicación de sus trabajos, en especial la construcción de la Carta General de la 
República y las Cartas de los Estados, el Diccionario Geográfico y la Estadística de la Nación. Esta 
situación cambia radicalmente cuando la visión civil vuelve a retomar fuerza en las voces de 
Gómez de la Cortina, Velásquez de León y Bustamante, quienes proponen que la Comisión de 
Estadística Militar se una con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística. Esta proposición es 
aceptada en abril de 1851 y como resultado de esto la Comisión de Estadística Militar da paso a la 
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. 
 
 
 
 
20
Una herramienta básica para el desenvolvimiento del Estado mexicano fue la construcción de la 
Carta General de la República Mexicana ya mencionada. Esta empresa se impulsó a través del 
Instituto Nacional de Estadística y Geografía, posteriormente denominada la Sociedad Mexicana 
de Geografía y Estadística. La construcción de la carta se inició bajo la dirección de Diego García 
Conde, jefe del Cuerpo de Ingenieros Militares y Tomas Ramón del Moral. Más tarde, en 1833 se le 
encomendó esta tarea a Ignacio Mora y Villamil quien construyó la Carta de la República Mexicana 
en la Proyección Transversa de Mercator. En 1841 el General Orbegoso hizo entrega de cuantos 
planos existían ensu poder a Pedro García Conde para que se terminara el trabajo; sin embargo, 
el bajo presupuesto de la institución y la inestabilidad política impidieron a la Sociedad Mexicana 
de Geografía y Estadística realizar un trabajo sistemático en este objetivo. 
 
La Carta General de la República fue concluida en 1850, su construcción llevó más de veinte años 
y en ella intervinieron diversos personajes, los avances se lograron según las circunstancias lo 
permitieron; su labor tropezó en muchas ocasiones con factores de índole social o científico. Los 
escasos medios financieros con que contaba la institución la obligaron a buscar el lugar más 
económico para publicarla. Esto ocasionó que este documento se sujetara a un intenso peregrinar. 
Primero se envió a los Estados Unidos de América y posteriormente a Europa. Finalmente las 
autoridades decidieron sacarle una copia a la misma escala y que uno de los jóvenes cartógrafos 
del Ministerio de Fomento, el ingeniero Antonio García Cubas la copiara, los interminables sucesos 
que se presentaron para su publicación, no impidieron que este documento fuera de gran utilidad 
en los momentos en que se formaba la Constitución de 1857, aún cuando era una copia, puesto 
que la carta original se hallaba en Nueva York. Esta carta geográfica fue vital por ser el documento 
oficial más veraz con el que contaba el Estado mexicano en ese momento. Nuevos 
acontecimientos políticos volvieron a turbar la paz en la República Mexicana, sobrevinieron nuevos 
problemas y por fin la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística acordó que no siendo ya 
oportuna su publicación fuese exhibida en la sala de sesiones y respectivamente en la biblioteca y 
en el archivo, el Atlas y el Portulano. El Atlas Geográfico estaba compuesto por 30 mapas y el 
Portulano por 16 mapas de los puertos del país. La Carta General, el Atlas y el Portulano 
construidas por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística representan la culminación de 
una serie de esfuerzos individuales y gubernamentales iniciados desde principios del siglo XIX, en 
vías del desarrollo de la Geografía nacional. Con ella se inició la construcción de la primera Carta 
General de la República realizada por mexicanos y de carácter científico. Representa una 
herramienta cartográfica para un territorio mexicano que en ese momento era prácticamente 
desconocido (IMSS, 1982). 
 
 
 
 
 
21
En 1848 un suceso histórico marcaría una nueva visión del territorio mexicano, la desmembración 
del territorio ante la guerra que sostuvo Estados Unidos contra México. Con este acontecimiento 
México perdía en virtud del tratado de Paz, firmado en Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848, 
a la Alta California, Nuevo México, Texas y fracciones de Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila; esto 
implicaba la posesión por parte de los Estados Unidos de más de la mitad del territorio mexicano. 
La demarcación de una nueva frontera demandaba la participación de personal especializado, es 
decir, del ingeniero geógrafo, sin embargo la escasez de este tipo de profesional obligaba que 
estas labores fueran realizadas por ingenieros militares y topógrafos. En 1853, al vender Santa 
Anna otra parte del territorio nacional por medio del tratado de la Mesilla o Gadsden se trazó una 
nueva línea fronteriza. Para ello, se formó una nueva comisión, el ingeniero Salazar Illaregui fue el 
responsable de los trabajos científicos, Francisco Jiménez en colaboración con Manuel Alemán 
dirigían la mayor de los trabajos astronómicos necesarios para obtener la latitud y longitud de los 
puntos que definían la frontera con los Estados Unidos. También participaron Agustín Díaz y su 
hermano Luis Díaz a quienes les correspondió gran parte del trabajo topográfico sobre el río Bravo 
adscrito a la Comisión Mexicana. Los trabajos de campo finalizaron en 1855 y durante 1856 y 
1857, las comisiones mexicana y estadounidense se reunieron para formar su cartografía en la 
ciudad de Washington: en total 58 mapas a tres diferentes escalas fueron el resultado final de los 
trabajos mencionados, dichos mapas constituyeron durante algún tiempo la mejor representación 
de las regiones señaladas (Tamayo, 2004). Es importante destacar que los trabajos realizados por 
la Comisión Mexicana de Límites con los Estados Unidos y más tarde por la Comisión de Límites 
con Guatemala, en 1882, son de gran trascendencia en el ámbito geográfico dados los métodos e 
instrumentos utilizados. 
 
La invasión de los Estados Unidos a México y con ello la pérdida de buena parte de su territorio, 
generó una gran inseguridad en el gobierno. El riesgo siempre patente de perder más territorio 
ante el interés manifiesto del país vecino, en especial por California y el Istmo de Tehuantepec lo 
remarcaba aún más. La respuesta de los científicos mexicanos fue un ferviente patriotismo, el cual 
les motivaba a luchar y defender su territorio y a un entusiasmo por conocer los recursos del país y 
buscar la forma de aprovecharlos. Para cada uno de los grupos beligerantes en su lucha por lograr 
el control del territorio mexicano era fundamental imponer su proyecto de nación. Luego de 
constantes enfrentamientos entre liberales y conservadores, los primeros asumieron el poder y con 
ello se impuso su visión liberal. Los liberales en los años cincuenta del siglo XIX, concibieron una 
idea de nación en términos de integración, desarrollo económico y soberanía nacional con la 
pretensión de hacer de México una nación moderna. En este proceso de reestructuración y 
modernización, el Estado mexicano fue un agente de primera importancia, manifestándose, entre 
otras cosas, con la expedición de las leyes de Reforma. Como respuesta, se creó el Ministerio de 
 
 
 
22
Fomento a quien se le encomendó entre otros objetivos, la dirección, la ejecución, el sostenimiento 
y el control de los trabajos geográficos (Parrés, 1940). En nuestra opinión, con la creación del 
Ministerio de Fomento en 1853, se encuentra el antecedente inmediato de la institucionalización de 
la Geografía oficial, basada en la utilización de métodos y técnicas avanzadas bajo objetivos 
gubernamentales, asociado a esfuerzos individuales de orden nacional que colaborarían en el 
desarrollo de este objetivo: Antonio García Cubas, Francisco Díaz Covarrubias, José Salazar 
Illaregui, Francisco Jiménez, Agustín Díaz, Manuel Orozco y Berra quienes realizarían una 
aportación importante de obras y mapas que caracterizan este periodo; estos seguirían el camino 
iniciado a principios de siglo por personajes de talla internacional que dejaron un gran legado en la 
Geografía nacional, tal es el caso de Alejandro de Humboldt. 
 
1.2 La comunidad geográfica en el siglo XIX 
 
En los albores del siglo XIX, los trabajos de Alejandro de Humboldt marcan la época de transición 
en la historia de la Geografía mexicana entre el período colonial y el de México independiente. Al 
arribar a México este personaje recorrió varios puntos del país con nuevos métodos e 
instrumentos. Resultado de esto fue la formación de su obra Ensayo político sobre el Reino de la 
Nueva España. Esta resumiría a grandes rasgos la Geografía y Estadística de la Nueva España. 
Esta edición estaba acompañada de un significativo Atlas de la Nueva España. A excepción de 
Yucatán esta carta abarcaba toda la República Mexicana incluyendo el territorio, que hacia el norte 
formaba la Nueva España. Para elaborar este mapa Humboldt aprovechó los materiales existentes 
en el país como el croquis del Valle de México que le obsequió José María Fagoaga, así como la 
carta formada por Luis Martín que aunque con muchas imperfecciones le fueron de gran utilidad. 
 
A mediados del siglo XIX, Antonio García Cubas continuaría con el legado de Humboldt, personaje 
que sería considerado por muchos, el padre de la Cartografía mexicana. Su contribución 
cartográfica fue abundante, publicó la Carta General de la RepúblicaMexicana en diversas 
ediciones. Para García Cubas, la carta formada, en 1850 por la Sociedad Mexicana de Geografía y 
Estadística presentaba grandes errores por eso, en su opinión, esta institución decidió no 
publicarla. En su primera edición de 1853, bajo la iniciativa de Lerdo de Tejada, las correcciones 
que hizo a esta carta fueron pocas. Para el autor era difícil compaginar la nueva información con la 
anterior que era imprecisa. Esto lo llevó a mejorar las nuevas ediciones, en especial la publicada 
en 1863. Esta contribución cartográfica fue el resultado de diez años de trabajo, misma que serviría 
más tarde a la carta elaborada por Orozco y Berra durante la intervención francesa. En este 
período Antonio García Cubas llevó a cabo variadas tareas ordenadas por el Ministerio de 
Fomento, entre otras, el levantamiento de planos topográficos en el estado de Hidalgo y en el Valle 
 
 
 
23
de México. Su trascendencia en el ámbito cultural radica en la promoción que realizó para la 
creación de la Sociedad Filarmónica Mexicana, antecedente inmediato del Conservatorio de 
Música. Pero sin lugar a dudas su obra más importante fue el Atlas Geográfico Histórico y 
Pintoresco de la República Mexicana que fue acompañada de un libro descriptivo en el cual 
sintetizó Geografía, Historia y Estadística del país. 
 
En el caso de Manuel Orozco y Berra, su participación más significativa se produce en un episodio 
dramático para la historia nacional: la intervención francesa. Napoleón III con miras a obtener 
materias primas y un mayor control de América ante el expansionismo de los Estados Unidos le 
impone a México al Emperador Maximiliano. Con el apoyo del grupo conservador mexicano que 
consentía esta decisión pues consideraba que la nación mexicana estaba todavía en una etapa de 
inmadurez política que le impedía gobernarse por sí misma. Para ellos traer la corona del 
extranjero para que decidiera los destinos del país no era mala idea política y económica. Ya en el 
poder de México, Maximiliano propuso que los hombres de ciencia mexicanos participaran en su 
proyecto de nación. Esto sin dejar de mencionar la invitación a un gran contingente de científicos 
franceses que llegaron al país como resultado de la formación de la Commissoon Scientifique du 
Mexique. El espíritu modernizador del emperador y su actitud favorable al progreso científico se 
manifestó ampliamente con la participación activa de los ingenieros mexicanos. Durante su gestión 
se retomaron algunos proyectos como el del Valle de México y el del Observatorio Meteorológico y 
Observatorio Astronómico. También en esta época se creó la Comisión Científica de Pachuca. 
Aceptar la invitación de colaborar en el gobierno de Maximiliano, le llevó a Orozco y Berra a ser 
considerado un traidor a la patria. Sin embargo, su acción no le exime del importante legado que 
proporcionó al desarrollo de la Geografía de la época. Este autor contribuye al estudio del pasado 
mexicano y a la configuración geohistórica del territorio. Su obra, el Diccionario Universal de 
Historia y de Geografía en 10 tomos integra las monografías histórico-geográficas de cada una de 
las entidades federativas. También publicó en cuatro tomos la Historia Antigua y de la Conquista 
de México donde dedicó varios capítulos a descifrar la configuración del territorio mexicano. El 
estudio sobre las lenguas mexicanas fue también auspiciado por el gobierno de Maximiliano, cuyo 
producto más significativo fue la Carta Etnográfica de la República Mexicana. Este mapa 
representa un legado para el estudio de la Geografía Cultural del país. Otra de sus participaciones 
para el Imperio de Maximiliano se refiere a la elaboración de un estudio más científico de la división 
territorial del país, dado el atraso tan significativo en el tema y de gran importancia para la 
organización y obtención de recursos económicos de México. 
 
Al respecto, el 10 de abril de 1865 se publicó el estatuto provisional del Imperio Mexicano, en el 
que se establecía la división del territorio nacional en 8 grandes divisiones militares y 50 
 
 
 
24
departamentos. Cada departamento en distritos y cada distrito en municipalidades. En la propuesta 
para el nuevo mapa político económico-administrativo territorial de México, se enmarca el deseo 
histórico de establecer una mayor precisión en la división territorial, búsqueda que se dio desde los 
inicios de la nueva nación mexicana y que se refleja principalmente en los decretos 
constitucionales de Apatzingán de 1824 y en la Constitución Mexicana de 1857 y en la lucha de los 
grupos en el poder por establecer una división federalista o centralista en el país. En esta 
propuesta se observa claramente la influencia de concepciones externas en el ámbito de la división 
territorial, especialmente la de procedencia francesa. La trascendencia de la obra de Manuel 
Orozco y Berra para una nueva división territorial mexicana es muy significativa. Con la publicación 
de la Carta Oficial del Imperio, en opinión de Ángel Bassols Batalla muestra su gran visión histórica 
y su contribución a la Geografía regional (Bassols, 1976). 
 
Francisco Díaz Covarrubias junto con su inseparable amigo y compañero de práctica profesional, 
el ingeniero Manuel Fernández Leal, fueron indudablemente los constructores de la ingeniería 
geográfica y de la ciencia mexicana de fines de siglo XIX. Las primeras tareas en la materia Díaz 
Covarrubias las realizó en 1857, cuando bajo al mando del Ministerio de Fomento, el ingeniero 
Manuel Siliceo formó una comisión para levantar la Carta Geográfica y Topográfica del Valle de 
México. En ella realizó la determinación de la posición geográfica de la Ciudad de México, en la 
que fue auxiliado con los instrumentos del pequeño observatorio de prácticas del Colegio de 
Minería; empleó novedosos métodos astronómicos y geodésicos en el país. También elaboró 
tablas de coordenadas geográficas para construir la proyección de la Carta de la República 
Mexicana y las tablas geodésicas calculadas para las latitudes de la República (Orozco y Berra, 
1881:350). 
 
La guerra de Reforma de esos años, no impidió a este ingeniero continuar con sus labores. A 
pesar de que aparentemente no se continuaron los trabajos de la Comisión del Valle de México, 
éste pudo publicar sus Tablas geodésicas calculadas para la República Mexicana bajo el auspicio 
del Ministerio de Fomento, en 1860. Afiliado al grupo liberal, con el triunfo de Benito Juárez, en 
1861, Díaz Covarrubias fue nombrado director de la Comisión del Valle de México cuya obra más 
significativa fue la medida de la base para la triangulación del Valle de México. Es trascendente 
mencionar aquí que para esta medida él mismo construyó los aparatos de medición. 
 
Al igual que su amor por la Ingeniería, la Astronomía también fue la pasión de Díaz Covarrubias en 
el tema fue el autor de incontables trabajos, entre otros, predijo dos eclipses: el primero, la 
visibilidad parcial de un eclipse de Sol, el 25 de marzo de 1857: "su predicción contrariaba la 
célebre autoridad del calendario de Galván que aseguraba que el fenómeno no sería visto en la 
 
 
 
25
capital" (Azuela, 2004: 251). En efecto si pudo verse desde la capital y su pronóstico ocurrió con 
apenas dos segundos de diferencia con respecto a sus cálculos. Este acontecimiento junto con el 
segundo que había de ocurrir el 18 de julio de 1860, le proporcionaba gran prestigio profesional. En 
1874, también organizó la primera expedición científica mexicana al extranjero con la finalidad de 
observar el tránsito de Venus por el disco solar. La participación mexicana en este evento daría 
prueba de la ilustración de los ingenieros mexicanos y contribuiría a su integración en la 
organización de la ciencia. La situación económica del país era precaria pero su relación con el 
poder lerdista, le permitieron asistir a Díaz Covarrubias a esteevento y concluirlo con gran éxito. 
Para el último tercio del siglo XIX, el prestigio profesional de este importante geógrafo mexicano le 
permitió influir en las decisiones gubernamentales y de la comunidad académica en bien del 
progreso de la ciencia mexicana. Su participación fue decisiva en la construcción de dos 
instituciones de gran trascendencia para la Geografía mexicana: el Observatorio Astronómico y el 
Observatorio Meteorológico. El primero sería instalado en Chapultepec en 1863; la creación de 
esta institución fue fundamental para el desarrollo del conocimiento geográfico, dada su 
importancia del avance de los métodos astronómicos para la elaboración de las cartas geográficas. 
En esos mismos años también propondría la creación de una red de observatorios meteorológicos 
en el país. La red sería, en su opinión, indispensable para el desarrollo de la Meteorología y por 
ello importante para el desenvolvimiento de actividades como la agricultura y la navegación. 
Nuevamente la situación de inestabilidad política del país, impidieron que se desarrollaran sus 
proyectos. También influiría el triunfo de Porfirio Díaz sobre Lerdo de Tejada, su incondicional 
apoyo político a este último le llevarían incluso al exilio diplomático. Sin embargo, su prestigio 
profesional le generaba consideraciones especiales, sus relaciones con la comunidad científica, le 
llevarían a Díaz Covarruvias a seguir influyendo en los destinos de la ciencia mexicana en su 
periodo de mayor auge de fines del siglo XIX. En febrero de 1878 partió Díaz Covarrubias a 
Guatemala como Ministro de México. Durante su estancia en ese país dirigió la Comisión de 
Límites Internacionales de México con Guatemala hasta el año de 1880. En la década siguiente 
viajó por Europa primero como delegado mexicano a diferentes congresos científicos y desde 
1886, como diplomático ya que fue designado cónsul en París cargo que desempeñaba cuando le 
sorprendió la muerte el 19 de marzo de 1889. 
 
Paradójicamente, sus proyectos de fomento y desarrollo de la práctica científica se materializaron 
durante el porfiriato. De hecho una de las primeras decisiones de Porfirio Díaz fue la reinstalación 
del Observatorio Astronómico Nacional que encomendó a Ángel Anguiano el 18 de diciembre de 
1876, dos meses después, el 8 de febrero de 1877 creó el Observatorio Meteorológico Central que 
sería el corazón de la red meteorológica que él mismo propusiera. Durante el porfiriato la 
organización de la ciencia mexicana había cambiado de manera radical, pues a partir de la 
 
 
 
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fundación de los observatorios que promoviera Díaz Covarrubias, se abrió un proceso de 
institucionalización de la ciencia que modificó irreversiblemente la práctica y el pensamiento 
científico de México (Azuela, 2004). 
 
1.3 El proyecto geográfico del porfiriato 
 
En 1877 nuevas condiciones político sociales dieron lugar a un ambiente de paz. Luego de su 
triunfo sobre Lerdo e Iglesias con la Revolución de Tuxtepec, los militares tomaban el poder con 
Porfirio Díaz. En plena Cámara de Diputados Díaz discutía su programa político. Dos objetivos se 
proponía: lograr la paz social y proteger a aquellos que controlaban las riquezas nacionales. Esta 
posición radica, según Arnaldo Córdova, en la unión de dos grandes necesidades de aquélla 
época: justificar el privilegio de la riqueza para que de su libre juego surgiera un país poderoso y, 
por otro lado, la urgencia de un régimen dictatorial y autoritario que pudiese llevar a término la gran 
obra de unificación nacional de que precisaba México (Córdova, 1984). La política económica de 
Díaz partía del reconocimiento abierto de la imposibilidad del desarrollo independiente de la 
economía mexicana. Era necesario llevar a cabo una intensa campaña para atraer el capital 
extranjero, esta actitud del gobierno nacional se vio apoyada por las condiciones geopolíticas 
internacionales marcada por la transición del capitalismo tardío al imperialismo, cuando se convirtió 
en ley fundamental del mundo capitalista, el saqueo y despojo sistemático de las materias primas, 
en especial de los productos agrícolas, los minerales y el petróleo de los países atrasados 
(Alperovich, et al., 1984 ). 
 
Bajo este orden de ideas, la Geografía era sin duda, un arma política para el proyecto de Porfirio 
Díaz tendiente a desarrollar el capitalismo en el país sobre la base de una dependencia económica 
externa. Las diversas fallas y la ausencia de una cartografía sistematizada y precisa llevó a varios 
errores en la administración pública. Por eso surgió en la mente de los dirigentes porfiristas la idea 
de que nada se haría de provecho en el progreso material de nuestro país sin la existencia de una 
carta geográfica nacional que permitiera hacer un estudio científico del territorio. Era preciso 
cambiar la escala de la producción cartográfica a una de alcance nacional y la implementación de 
un plan bien concebido y estudiado para el perfeccionamiento de la carta geográfica, en el que se 
diera principio a las exigencias de la ciencia de ese momento. 
 
Si se pretendía atraer las inversiones extranjeras e incluso las nacionales para el Estado mexicano 
era fundamental elaborar una carta precisa, que diera idea clara del territorio, de su extensión, de 
su orografía e hidrografía, sus puertos y vías de comunicación. Por otro lado fomentar el desarrollo 
de las actividades agrícolas e industriales requería de un programa de exploración del territorio 
 
 
 
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nacional que permitiría cuantificar y explotar los recursos naturales del país. Hacer una carta y con 
ella una exploración cuidadosa, metódica y con procedimientos científicos, era una doble 
necesidad que se imponía porque ¿Cómo pretender presentar a México al más insignificante 
interés mundial, si aún no podríamos mostrar una carta oficial, auténtica que diera idea clara del 
territorio, de su extensión, su sistema orográfico e hidrográfico, sus vías de comunicación? ¿Cómo 
pretender con probabilidades de éxito atraer el capital extranjero e interesar al propio, fomentar la 
agricultura y agregar nuevas industrias, sin hacer una seria exploración que diera elementos para 
estudiar las rocas, clasificar la fauna y flora, precisar siquiera superficialmente la distribución de 
nuestros recursos naturales? (Piña, 1909). 
 
Iniciar un programa de trabajo que apoyara la creación de la Carta General de la República 
Mexicana y la exploración del vasto territorio en grandes extensiones desconocido y en muchas 
otras no integradas tales como las regiones de los pueblos mayas del oriente de Yucatán o los 
pueblos indios de los estados fronterizos de Chihuahua y Sonora, basado en nuevos métodos de 
elaboración y presentación cartográfica era fundamental para el Estado. Por ello se hacia preciso 
la creación de centros de actividad científica que consagraran sus tareas a objetivos de utilidad 
práctica y de resultados inmediatos. 
 
1.4 Las instituciones geográficas del porfiriato 
1.4.1 La Comisión Geográfico-Exploradora 
 
Bajo la percepción gubernamental de fundar instituciones con resultados prácticos, el mismo 
presidente Porfirio Díaz encargó al ministro de Fomento, Vicente Riva Palacios la creación de 
varias instituciones de carácter geográfico. En atención a estas instrucciones, casi al mismo tiempo 
se formaron los observatorios Astronómico y Meteorológico. El primero, piedra angular de la 
Cartografía mexicana y el segundo básico para el estudio científico de la Climatología del país. Por 
su lado, Riva Palacio encomendó al ingeniero Agustín Díaz la organización de la Sección de 
Cartografía con el objeto de formar la Carta General de la República Mexicana utilizando los 
mapas que hasta ese momento se habían construido. De esta forma, la Sección de Cartografía 
procedió a examinar y a catalogar todas las cartas existentes en el Ministerio de Fomento. La 
confusión, divergenciay contradicciones que aparecieron en los datos numéricos provocó grandes 
dudas acerca de la información incluso de aquellas posiciones que provenían de autoridades en 
que se había tenido gran confianza. 
 
En 1877, poco después de la creación de la Sección de Cartografía nacía la Comisión Geográfico-
Exploradora, fundada con el objetivo de "levantar la Carta General de la República con toda la 
 
 
 
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exactitud científica y de explorar el territorio en los tres reinos: mineral, vegetal y animal” (Treviño, 
1974:7). Bajo estos lineamientos, la Comisión Geográfico-Exploradora contribuía al adelanto de la 
Geografía mexicana y con ella a dar a conocer los elementos de la riqueza con que contaba el 
país. Los trabajos consistían principalmente en la situación geográfica de los lugares, cálculo de la 
nivelación trigonométrica, cartas murales de diversos estados, registro del curso de innumerables 
ríos y la colección de ejemplares zoológicos, plantas y fósiles, entre otros. Aún cuando sus 
objetivos iniciales fueron la exploración, su preocupación se centró en el desarrollo de una 
cartografía básica de gran escala por medio de la cual el país cubriría sus necesidades inmediatas 
en la materia. 
 
El establecimiento de esta dependencia fue el resultado de la combinación de personal de las 
Secretarías de Guerra y Fomento, sin embargo, la coordinación del trabajo geográfico fue 
entregada a los militares en la persona de Agustín Díaz. Una serie de factores políticos, 
económicos y humanos influyeron en esta estratégica decisión del grupo en el poder. Para Héctor 
Mendoza Vargas (1993) varios aspectos merecen señalarse como causas de esta situación: la 
llegada de los militares al poder ejecutivo federal, una marcada ausencia de ingenieros geógrafos 
altamente especializados en disponibilidad dentro de la burocracia gubernamental y un limitado 
presupuesto que no permitiría la aplicación de métodos e instrumental de alta precisión, propios del 
ingeniero geógrafo, para el proyecto de la Carta General de la República Mexicana. 
 
La Comisión Geográfico-Exploradora quedó incluida dentro de la primera Sección de Fomento, con 
una serie de oficinas en donde cada departamento desarrollaba funciones específicas, siendo las 
principales las Secciones de Topografía, Astronomía, Dibujo y finalmente la Sección de Impresión. 
El incremento del presupuesto de esta comisión paso de poco menos de $ 20 mil en menos de tres 
años a cerca de $ 1 millón a mediados de 1880 (Piña, 1909). Al mejorar su situación económica 
permitió que se fundara en 1879 una nueva sección, la de Historia Natural, a cargo del ingeniero 
militar Fernando Ferrari Pérez. Esta sección abordaría el campo de las Ciencias Naturales en lo 
referente a recolección, clasificación, preparación y exposición de muestras mineralógicas, 
petrográficas, botánicas y zoológicas de todas las regiones de la República Mexicana en que 
operaba. Se realizaron varias exploraciones científicas especiales en Baja California y en las islas 
del Triángulo en Campeche. La gran cantidad de materiales acumulados durante sus 
exploraciones le permitió a Fernando Ferrari participar en forma exitosa obteniendo varios premios 
en una serie de exposiciones internacionales: Nueva Orleans (1884), Paris (1889) y Colombina de 
Chicago (1893). 
 
 
 
 
 
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En marzo de 1907, el Ministro de Fomento, Olegario Medina, por acuerdo del presidente de la 
República Mexicana y dadas las exigencias de la exploración de nuestro territorio reorganizó el 
Ministerio de Fomento, por lo que en julio de 1908 esta sección paso a formar parte de la Comisión 
Exploradora de la Flora y Fauna. Con esto adquirió atribuciones propias y un presupuesto 
independiente (Treviño, 1974). 
 
Un aspecto relevante de esta dependencia fue la integración de un Cuerpo del Estado Mayor 
dedicado a trabajos cartográficos y la realización de tareas de orden estratégico. La política agraria 
de Díaz generó grandes injusticias y desigualdades en la distribución de la tierra; varios pueblos 
indígenas fueron desplazados de sus tierras y de sus aguas. Entre ellos cabe destacar a los 
antiguos pueblos mayas y yaquis quienes se sublevaron ante esta situación. La rebelión de estos 
pueblos indígenas preocupó al presidente Porfirio Díaz por lo que no vaciló en echar mano de un 
número considerable de prestigiados ingenieros militares de la Comisión Geográfico-Exploradora 
para ir a Sonora y ocuparse del trazo, fraccionamiento y reparto de tierras entre dichos indígenas. 
El responsable de esta tarea, fue Agustín Díaz, a quién se le asignó, en 1887, el levantamiento de 
una carta geográfica del estado de Sonora con el fin de proyectar un reparto de tierras y construir 
canales de riego para la zona de los ríos, Mayo y Yaqui, ante la sublevación de sus indígenas. 
Lamentablemente estos fueron sometidos y el trabajo ya no se llevó a cabo (Tamayo, 2004). Con 
este mismo propósito un nuevo grupo de ingenieros marcharía al cantón veracruzano de Papantla 
para calmar la revuelta social. Con fines distintos se formaría más tarde el grupo que partió al río 
Colorado para registrar, estudiar y ayudar a la comisión de límites entre México y Estados Unidos. 
Por su parte la Sección del norte se ocuparía de levantar los estados de Nuevo León y Tamaulipas, 
además de las tareas propiamente topográficas encomendadas por el propio presidente se 
añadían las labores cartográficas e incluso las de orden científico, la Comisión de Sonora realizó la 
carta de Sonora, de la que habría de aparecer en varias fracciones a la cienmilésima (García, 
1975). 
 
1.4.2 La Comisión Geodésica Mexicana 
 
A finales del siglo XIX, era evidente que la administración pública requería de nuevos métodos 
científico-técnicos que ayudaran a la resolución de problemas de índole nacional, entre ellos, el 
hacendario. Era necesario entonces la creación de una institución que cumpliera con estos 
objetivos, luego de varias peticiones surgía por disposición del gobierno en el presupuesto de 
1897-1898 la Comisión Geodésica Mexicana. En mayo de 1898 se firmó el acuerdo presidencial 
que creaba este nuevo organismo científico, "adelantándose con este hecho a todas las naciones 
hispanas del continente" (Parrés, 1940:5). México para fines de siglo XIX, gozaba del privilegio de 
 
 
 
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ser el primer país de América Latina que iniciara la geodesia de su territorio. El objetivo de su 
creación no era inicialmente el apoyo a la producción cartográfica, para eso estaba la Comisión 
Geográfico-Exploradora, sino de ayudar al gobierno en la resolución de dos grandes problemas 
nacionales: la distribución de la tierra y la recaudación de la propiedad agraria. Los trabajos de 
catastro fiscal que se habían emprendido por el gobierno federal requerían de establecer puntos de 
referencia precisos para ligar los diversos trabajos parciales que sólo las operaciones geodésicas 
podían proporcionar convenientemente. 
 
La presión internacional fue, sin duda, un factor que influyó en la creación de la primera institución 
oficial en América Latina que incorporaba los trabajos geodésicos, la Comisión Geodésica 
Mexicana. En abril de 1898, México recibió la invitación por parte de la U.S Coast and Geodetic 
Survey para unirse con Canadá y los Estados Unidos en el proyecto de medir un arco de meridiano 
terrestre, con el fin de conocer la forma y dimensiones de la Tierra. Esta propuesta presionó al 
gobierno mexicano para apresurar la organización de esta institución cuya dirección quedaba a 
cargo del ingeniero Ángel Anguiano. En este acto el gobierno mexicano demostró su plena 
subordinación a los trabajos internacionales, aún cuando en opinión de su director el plan de 
trabajo de la Comisión Geodésica Mexicana no sólo respondía a un compromiso internacional, sino 
a objetivos nacionales más importantes y provechosos: el ensanchamiento de la carta geográfica 
(Anguiano,

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