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ORIGEN, DESARROLLO Y LEGADO DEL USO DE LAS ESPECIAS d ORIGIN, DEVELOPMENT AND LEGACY OF THE USE OF SPICES DIRECTORIO Universidad de Guadalajara Ricardo Villanueva Lomelí Rector General Héctor Raúl Solís Gadea Vicerrector Ejecutivo Guillermo Arturo Gómez Mata Secretario General Karla Alejandrina Planter Pérez Rectora del Centro Universitario de los Altos Antonio Ponce Rojo Secretario Académico de Cualtos Francisco Javier Romero Mena Secretario Administrativo de Cualtos Javier Eugenio García de Alba Verduzco Director de la División de Ciencias Agropecuarias e Ingenierías COECYTJAL Francisco Medina Gómez Director General Blanca Catalina Ramírez Hernández Centro Universitario de los Altos Universidad de Guadalajara 2020 ORIGEN, DESARROLLO Y LEGADO DEL USO DE LAS ESPECIAS d Origen, Desarrollo y Legado del Uso de las Especias/ Origin, Deve- lopment and Legacy of the Use of Spices es una publicación de la Universidad de Guadalajara Primera edición, 2020 D.R. Universidad de Guadalajara Av. Juárez 976 Col. Centro Guadalajara, Jalisco, 44100 ISBN: 978-607-547-904-0 Las características de esta edición son propiedad de la Universidad de Guadalajara Esta obra se realizó gracias al apoyo del Consejo Estatal de Cien- cia y Tecnología del Estado de Jalisco del (COECYTJAL) proyec- to 7366-2019. Sugerencia para citar esta obra: Ramírez Hernández, B.C. 2020. Origen, Desarrollo y Legado del Uso de las Especias/ Origin, Develop- ment and Legacy of the Use of Spices. Universidad de Guadalajara, Guadalajara. Versión online. Agradecimientos Agradezco a la Mtra. Karla A. Planter Pérez, rectora del Centro Universitario de los Altos, por su entusiasta y acertada visión para impulsar la academia; particularmente por el apoyo otorgado para el desarrollo de este proyecto que culminó en la publicación del presente documento. Al Dr. Javier Eugenio García de Alba Verduzco de la Universidad de Guadalajara (México) (CA-840) a quien agradez- co sus acertadas sugerencias al texto. Al Dr. José Luis Navarrete Heredia por la revisión de este documento. A Isa, Martín, Luis, Bere, Jorge, Pau, Marce, Rosy y Nor- ma por el apoyo y compañerismo. A la Mtra. Socorro Serrano Lobano y al Mtro. Francisco Javier Romero Mena, por el apoyo administrativo del proyecto COECYTJAL. Dedicatoria A mi esposo y a mis hijos que siempre están conmigo y yo con ellos. rr Contenido Origen, desarrollo y legado del uso de las especias Introducción ................................................................... 9 ¿Qué son las especias? .................................................. 11 ¿Cómo distinguir especie de especia? ....................... 23 Las especias son plantas .............................................. 25 De qué nos alimentamos ........................................ 31 La memoria del sabor o el origen de las especias ... 37 Especias, la herencia por escrito ............................... 49 Un viaje a las especias .............................................. 55 Economía y cultivo ..................................................... 61 Perspectiva sociocultural ......................................... 69 Algunas especias y hierbas aromáticas ...................... 75 Galería de imágenes/Image gallery ........................... 101 Origin, development and legacy of the use of spices Introduction ......................................................................... 103 What are spices? ................................................................. 105 Distinguish species from spice .......................................... 109 Spices are parts of plants .................................................... 111 What do we eat? .................................................................. 115 The memory of the flavor or, the origin of spices ........... 121 Blanca Catalina Ramírez Hernández 8 c Spices, a written inheritance ............................................. 129 A voyage throught spices ................................................... 133 Economy and cultivation ................................................... 137 Sociocultural perspective ................................................... 142 Some aromatic herbs and spices ....................................... 149 Images gallery ....................................................................... 91 Literatura citada y consultada/ Literature ....................... 163 Introducción Esta obra tiene como objetivo hacer un acercamiento al signifi- cado de las especias a lo largo de la historia del hombre con- templando aspectos antropológicos, biológicos, culturales e his- tóricos. Más allá del valor en la preparación de los alimentos, se refuerza el conocimiento desarrollado alrededor de estos impor- tantes recursos naturales, pues a través del tiempo han jugado un papel destacado en distintos ámbitos ya que sobresalen como esencia culinaria, notorio rol económico, como espacio ecológico y temporal, es decir, han sido un rasgo distintivo de los pueblos; las especies han acompañado al género humano en el proceso de la evolución social que va de la herencia tradicional a la globali- zación biocultural. En este documento comenzaré por definir qué es una especia, concepto que se ha manejado como sinónimo de condimento, por lo que se presenta una revisión de las definiciones que nos llevarán a reconocer la etimología, la biología de los especímenes hasta el perfil de aprovechamiento de la gastronomía de pobla- ciones y costumbres culturales en diferentes épocas. Asimismo, se ubicará a las especias dentro del reino vegetal, marcando la diferencia con otros elementos de origen mineral empleados en la cocina con propósitos de conservación, dar sabor a los alimen- tos e incluso digestivos. Es la propia naturaleza del hombre y su desarrollo evolutivo y social lo que nos obliga a considerar el importante papel que han tenido las especias dentro de la am- plia gama alimenticia de la cual, como especie humana, hemos tenido la disponibilidad y la opción de creatividad al generar ali- mentos que no existen integrados en la naturaleza. Pero surge la pregunta; ¿cómo es posible que la especie hu- mana dentro de las casi 300,000 especies vegetales solo hubiera elegido unas cuantas? Para responder esta pregunta se conside- Blanca Catalina Ramírez Hernández 10 c ran variantes históricas y presencia de ciertos elementos en los distintos escenarios ecológicos y culturales que nos han llevado a elegir a los elementos de acompañamiento culinario y su cultura. Igualmente, se describe de forma general especias destaca- das, que son considerados como bienes de gran impacto en la conservación y sabor que le confieren a los alimentos, se identi- fican los nombres comunes, el nombre científico, se menciona el origen y la distribución e información de su aprovechamiento, también se proporciona información botánica en un sentido am- plio. Cómo se integran las especias en la cultura y cuáles elemen- tos socioambientales y biológicos facilitaron su aprovechamien- to, son factores que se descubren en esta obra. ¿Qué son las especias? El término especia lo define la real academia española (del latín species) como una “sustancia aromática que sirve de condimento; también podemos mencionar que condimentar (del latín condi- mentum, de condire) es dar sazón a la comida, es decir el gusto y sabor que se percibe en los alimentos. Por su parte, el diccionario Oxford define el término especia como “sustancia o extracto vegetal que se añade en poca canti- dad a un alimento para darle más sabor o hacerlo más gustoso”, se añade a esta definición “Préstamo (s. XIII) del latín species ‘tipo, especie’, ‘aspecto, apariencia’ y ya en latín ‘artículo comer- cial, mercancía’. Del mismo origen especie (V.), parte del signifi- cado ‘artículo comercial, mercancía’, que evoluciona a ‘mercan- cía clasificada por especies’ y se especializa en la especia misma. De la familiaetimológica de aspecto (V.)”. Novo (1976) menciona que hacia 1263 los preciados condi- mentos no eran tan comunes en la Francia de entonces, y que su rareza era comparable a su cotización lo cual fue demostrado cuando el abad Saint Gilles en Languedoc se vio obligado a pe- dirle un favor al rey Luis el joven y para persuadirlo le obsequió especias, refiere que “el nombre de especias se conservó para de- signar con él los regalos que se hacían a los jueces” (conocidos como mordidas). Continúa su relato mencionando que según Alejandro Dumas (en su gran diccionario de cocina, escrito en 1869 y publicado en 1873, a tres años de su fallecimiento) refiere que “las facultades intelectuales parecieron elevarse, impulsadas por las especias, a una sobreexitación más prolongada, ¿debemos – se pregunta- a las especias el Ariosto, el Tasso, el Boccacio? ¿Les debemos las obras maestras del Tiziano? Me inclino a creerlo así. Ya he dicho que Leonardo Da Vinci, el Tontoretto, Paul Veronese, Baccio, Bardinello, Rafael y Guido Reni, eran gastrónomos dis- tinguidos”. En términos generales cuando nos referimos a una especia lo asociamos sin lugar a dudas a una incorporación en pequeñas cantidades, o tal vez en mayores proporciones, de partes de plan- tas que se agregan a platillos tradicionales o bien se reinventan https://es.wikipedia.org/wiki/Lat%C3%ADn Blanca Catalina Ramírez Hernández 12 c en nuevas combinaciones. Las especias son utilizadas para dar sabor, aroma, presentación, realzar o bien ocultar el sabor de los alimentos, pero también para preservarlos, como sinónimo se les designa condimento, sazón, aliño, inclusive, adobo o aderezo. Son estas singulares partes de plantas las que idealizan un plati- llo, dan interés alimenticio, y puede indentificar a una población, ya sea geográficamente o bien como un rasgo cultural. Mascareñas y Mascareñas (2012) mencionan un origen de esta palabra que “procede de species, nombre con el que a partir del siglo IV el filósofo llamado Macrobio denominó a las hierbas aromáticas y a las propias especias. Luego en el siglo XII quedó fijada en Francia la denominación “espice o espesse”. Estos auto- res, al igual que Turner (2018) concuerdan en que una especia no es una hierba (aromática), dado que propiamente las especias se distinguen porque provienen de partes de plantas tales como la corteza, la raíz, los capullos o bien estigmas florales, gomas, resinas, semillas, frutos, asimismo hacen una clara diferencia de los lugares provenientes de obtención, así mientras las hierbas pueden crecer en climas templado, las especies se desarrollan en los trópicos. Sin embargo, otras definiciones (Arizio y Curioni, 2014) aun- que en definitivamente concuerdan en que el origen es vegetal, incluyen a las hojas, además de las partes de plantas ya mencio- nadas, y añaden que se comercializan y consumen molidas o en forma de aceites esenciales y oleorresinas. Estos autores mencio- nan que La European Spices Asociation señala que las hierbas culinarias y especias son partes comestibles de plantas. La “In- ternational Organization of Spice Trade Association” (2013) lleva la definición de especia a un ámbito vegetal más amplio y es- pecifica que las especias son semillas secas, frutas, bayas, hojas, raíces o cortezas de plantas cultivadas como hierbas, arbustos, trepadoras y árboles, utilizados para realzar el sabor de los ali- mentos. Es decir que en todos los casos se recalca su origen vege- tal, involucra distintas partes de la planta cumpliendo funciones saborizantes y condimentarias, de conservación de los alimentos y aromáticas. De manera que estrictamente hablando para algunos autores una especia no es cualquier planta que le da algún sabor a los ali- mentos, sino que se le considera a las partes duras características de algunas cortezas o semillas, por ejemplo la canela que es parte de la corteza del árbol del género Cinnamomum, la mostaza (Si- napis alba L.) semilla que da ese característico sabor picante y que Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 13 c se ha popularizado en forma de aderezo, la semilla de cilantro (Coriandrum sativum L.), empleada para implementar ese sabor cítrico a carnes y pescados, así como aderezos o bien el clavo Syzygium aromaticum L. con diversos usos medicinales además de su aprovechamiento como especia. Sin embargo, este término se ha extendido a plantas aromá- ticas (por ejemplo romero, cilantro en su forma herbácea, pere- jil, albahaca), que en el mundo culinario son consideradas como hierbas, pero que popularmente para la población el término es- pecia puede agrupar de forma amplia a hierbas y condimentos en general. N om br e co m ún N om br e ci en - tífi co Pa rt e de la p la nt a de d on de es e xt ra íd a A ce ite s es en ci al es , s us ta nc ia a ct iv a Si tio d e de sa rr ol lo Je ng ib re , g en gi br e, aj en gi br e, je ng ib re du lc e, in gw er (a le - m án ), gi ng em br e (f ra nc és ), gi ng er (i ng lé s) Z in gi be r of fic in al e Es u n ri zo m a, e s de ci r un ta llo s ub te rr án eo H el la nd re no , c an fe no , c in eo l, ci tr al , y bo rn eo l zi ng ib er en o, z in gi be ro l, zi ng ib er en ol , β- bi sa bo le no , s es qu ip he lla nd re no (V en dr us co lo , 2 00 6) Bo sq ue s tr op ic al es a si át ic os (H ua ng , 2 00 5) . V ai ni lla , v an ill a (i ng lé s) , v an ili er (f ra nc és ), va ni lle (a le m án ), b au ni lh a (p or tu gu és ) V an ill a pl an ifo lia Es e l f ru to d e un a or qu íd ea , so n va in as a la rg ad as d e to na lid ad es e nt re v er de y ne gr o co n se m ill as n eg ra s qu e de sp id en e l c ar ac te rí st i- co o lo r su av e y pe rf um ad o La v ai ni lli na , r es po ns ab le d el s ab or y co lo ra ci ón (N eg is i e t a l., 2 00 9) . G lu co - va in ill in a Es u na o rq uí de a de c lim a cá lid o hú m ed o qu e se h a en co nt ra do en la S ie rr a M ad re d e O ax ac a, en la S el va L ac an do na e n C hi a- pa s y en e l s ur d e Q ui nt an a R oo . Ti en e su c en tr o de o ri ge n en M éx ic o (S ot o- A re na s, 2 00 6) C la vo , c la vo d e ol or , c la ve ro , g i- ro fli er (f ra nc és ), ge w ür zn el ke n- ba um (a le m án ) Sy zy gi um a ro m a- ti cu m Lo s cl av os s on e l c ap ul lo d e la fl or d el S yz yg iu m . L os pé ta lo s pl eg ad os c on lo s es - ta m br es , f or m an s u ca be za . D eb e se r re co gi do a m an o, an te s de q ue la fl or a br a. Eu ge no l, ac et at o de e ug en ilo y c ar io fi- le no (A gu ila r- G on zá le z, 2 01 3) Z on as tr op ic al es d e In do ne si a (A gu ila r- G on zá le z, 2 01 3) . C ua dr o 1. D es ar ro llo d e es pe ci as y h ie rb as a ro m át ic as . T ab le 1 . D ev el op m en t o f s pi ce s an d ar om at ic h er bs . C ál am o ar om át ic o. (c al am us , fl at gr oo t; m yr tle fl ag ; s w ee t fla g; s w ee tr oo t (i ng lé s) ; a co re cá la m e, a co re od or an t, a co re v ra i (f ra nc és ) K al m us (a le m án ); cá la m o (e sp añ ol ) (W ie rs em a & L eó n, 19 99 ) A co ru s ca la m us Se u til iz a el r iz om a (W ie rs em a & L eó n, 1 99 9) La r ut in a, q ue e s un o de lo s m ej or es an tio xi da nt es n at ur al es (M og ha dd as i M oh am m ad e t a l., 2 01 2) A si a te m pl ad a, In du a su bc on ti- ne ntal , C an ad á, U SA , (W ie rs em a & L eó n, 1 99 9) C eb ol la , c eb ol la ca be zo na , ce bo lla c om ún , ce bo lla e sp añ ol a, ce bo lla m at an ce ra , ce bo lla d e m ad ri d, ce bo lla p ap a, o ni on (i ng lé s) , o ig no n (f ra nc és ) (W ie rs em a & L eó n, 19 99 ) A lli um c ep a Ta llo b ul bo so s ub te rr án eo de c ol or m ar ró n, r oj o, v io le - ta o b la nc o; d e fo rm as d iv er - sa s, g lo bo so s, d ep ri m id os , di sc oi da le s. Q ue rc et in a, á ci do fe rú lic o, a ci do g ál i- co , á ci do p ro to ca te cu ic o, k ae m pf er ol (P ra ka sh , 2 00 7) A lic in a y la A lií na (C hu ng , 2 00 6) Pr ob ab le m en te n at iv a de A si a, pa rt ic ul ar m en te d el n or oe st e de In di a, B al uc hi st an (P ak is tá n) y A fg an is ta n (M eh ta , 2 01 7) A jo , g ar lic (i ng lé s) , ai l b la nc (f ra nc és ), al ho (p or tu gu és ) A lli um s at iv um So n lo s di en te s de l b ul bo si tu ad os e n la b as e de l t al lo (D ev ri m & D ur ak , 2 00 7) C om pu es to s or ga no su lf úr ic os (Z ak i, 20 16 ) A si a C en tr al (S ta ub , 2 01 7) C ua dr o 1. D es ar ro llo d e es pe ci as y h ie rb as a ro m át ic as . C on tin ua ci ón . M os ta za n eg ra , bl ac k m us ta rd (i ng lé s) , m ou ta rd e no ir e (f ra nc és ), sc hw ar ze r Se nf (a le m án ), m os ta rd a- pr et a (p or tu gu és ) B ra ss ic a ni gr a So n se m ill as Si ni ng ri na y g lu co ra fa ni na (N uc ha na rt , 2 00 2) Eu ra si a. (C O N A BI O , 2 00 9) A lc ap ar ra , ca pe r (i ng lé s) , câ pr ie r (f ra nc és ), K ap er ns tr au ch (a le m án ) C ap pa ri s sp in os a (S yn : C ap pa ri s ru pe st ri s Sm .) Se e m pl ea n lo s ca pu llo s de la s flo re s R ut in a, v ita m in a C , T oc of er ol es (v i- ta m in a E) lu te ín an y b et ac ar ot en os (N iz ar , 2 01 0) . Pe ct in as , s ap on in as , fl av on oi de s, e st e- ro le s, te rp en os (M oh am m ad , 2 01 9) N or te d e Á fr ic a, A si a te m p. In di a su bc on tin en ta l, M al es ia , A us tr al ia , E st e de E ur op a, S u- re st e de E ur op a, S ur oe st e de Eu ro pa , N or oe st e de l P ac ífi co , Su ro es te d el P ac ífi co , ( W ie rs em a & L eó n, 1 99 9) . P os ib le m en te or ig in ar io d e lo s tr óp ic os ( M o- ha m m ad , 2 01 9) C hi le , p im ie nt o, a jí, gu in di lla , pe pp er (i ng lé s) , po iv re r ou ge (f ra n- cé s) , ch ill ie s (a le m án ) G én er o C ap si cu m Se c on su m e el fr ut o fr es co o se co C ap sa ic in a, v ita m in as (A , C y B 6, β- ca ro te no , fl av on oi de s (P ér ez -C as ta - ñe da , 2 01 5) El c hi le e s na tiv o de la s zo - na s tr op ic al es d e A m ér ic a (L óp ez -R iq ue lm e, 2 00 3) C ua dr o 1. D es ar ro llo d e es pe ci as y h ie rb as a ro m át ic as . C on tin ua ci ón . C an el a, c an el a de C ei lá n, ci nn am om um (i n- gl és ), ca nn el ie r de C ey la n (f ra nc és ), zi m tb au m (a le - m án ) C in na m om um ve ru m (S yn : C in - na m om um a ey la - ni cu m B lu m e) Es u na c or te za C in am al de hí do , e ug en ol , b en zo at o de be nc ilo y li na lo l ( Sá nc he z- M ir an da , 20 13 ) O ri gi na ri o de C ei lá n, h oy S ri La nk a A za fr án , s af fr on (i ng lé s) , s af ra n A ça fr ao (p or tu - gu és ) (W ie rs em a & L eó n, 19 99 ). C ro cu s sa ti vu s So n lo s es tig m as d e la s flo re s Pi cr oc ro ci na , c ro ce tia , ( Sá nc he z- G ó- m ez , 2 00 9) , á ci do g ál ic o y pi ro ga lo l (M ag gi , 2 01 1) Ir an y C ac he m ir a (C ai ol a, 2 01 0) A za fr án b ol a D it ax is h et er an - th a Se m ill as H et er an tin a y di ta xi na (J ar am ill o- Fl o- re s, 2 00 8) Z on as s em iá ri da s de M éx ic o co n su el os a re no so s (M én de z- R o- bl es , 2 00 4) N ue z m os ca da , nu tm eg (i ng lé s) , no ix m us ca de (f ra nc és ), m os ca de ir a (p or tu - gu és ) M yr is ti ca fr a- gr an s (S yn . M yr is ti ca o ffi ci - na lis ) Se m ill as M ir is tic in a (7 5% ), gl ic ér id os d e lo s ác id os o le ic o y pá lm ic o. A ce ite e se nc ia l ( 8% -1 2% ): α- pi ne no , β- pi ne no , s ab in en o, m ir is tic in a o m i- ri st ic ol , e le m is ci na y c an tid ad es in fe - ri or es d e lim on en o, γ- te rp in en o, te rp in en -4 -o l, sa fr ol , et c. (G uí a de p la nt as m ed ic in al es d el M ag re b) A rc hi pi el ag o de la s M ol uc as , e n In do ne si a C ua dr o 1. D es ar ro llo d e es pe ci as y h ie rb as a ro m át ic as . C on tin ua ci ón . C om in o, c um in (i ng lé s) , c um in d e M al te (f ra nc és ), kr eu zk üm m el (a le - m án ), zi ra (i nd ú) (W ie rs em a & L eó n, 19 99 ) C um in um c ym i- nu m (S yn . C um i- nu m o do ru m ) Se m ill as Li m on en e, L in al oo l, eu ca lip to l, al fa -p in en o (G ac hk ar , 2 00 7) N at iv o de E gi pt o (M ad hu ri , 20 14 ) C úr cu m a, a za fr án in di o, tu rm er ic (i ng lé s) , y ü ch iu (c hi no ), ge lb w ur ze l (a le m án ), uk on (ja po né s) (W ie rs em a & L eó n, 19 99 ) C ur cu m a lo ng a (S yn . C ur cu m a do m es ti ca ) Es u n ri zo m a ca rn os o C ur cu m in oi de s (K at su ya m a, 2 00 9) O ri gi na ri a de L a In di a y la z on a m er id on al d e V ie tn am . S e de sa - rr ol la e n zo na s cá lid o- hú m ed as co n al ta p lu vi os id ad . ( Sa iz d e C os , 2 01 4) C ar da m om o, c ar - da m om (i ng lé s) , ca rd am om ie r (f ra n- cé s) , c ar da m om p- fla nz e (a le m án ) (W ie rs em a & L eó n, 19 99 ) E le tt ar ia c ar da - m om um So n va in as c on p eq ue ña s se m ill as A ce ta to d e te rp in eo l, eu ca lip to l, al - fa -t er pi ne ol , l in al oo l ( Si ng h, 2 00 7) Pr ov en ie nt e de lo s G ha ts o cc i- de nt al es d el s ur d e la In di a (K u- ri ak os e, 2 00 9) W as ab i W as ab ia ja po ni ca (S yn . E ut re m a ja po ni cu m E ut re m a w as ab i) R iz om a Su lfi ni lo , i so tio ci an at o de a lil o, g lic o- si do s fe ni lp ro pa no id es y g ly co si do s fla vo no id es (K im , 2 01 6) R eg io ne s m on ta ño sa s de Ja pó n co n ab un da nt es ll uv ia s (C ha d- w ic k, 1 99 2) C ua dr o 1. D es ar ro llo d e es pe ci as y h ie rb as a ro m át ic as . C on tin ua ci ón . En el do ; a ne to D ill (i ng lé s) , a ne th (f ra nc és ), en dr o (p or tu gu és ) A ne th um g ra ve o- le ns (S yn : A ne th um so w a) Se a pr ov ec ha n la s ho ja s y la s se m ill as C ar vo na, l im on en o, fe la nd re no , e ug e- no l, an et ol , c ar ve ol , c ar io fil en o, m ir is - tic in a (R ăd ul es cu , 2 01 0) O ri ge n pr ob ab le d e zo na s te m - pl ad as d e A si a (W ie rs em a & Le ón , 1 99 9) A pi o, c el er y (i n- gl és ), cé le ri (f ra n- cé s) , s ta ud en se lle - ri e (a le m án ) A pi um g ra ve ol en s Se u til iz an lo s ta llo s y la s ho ja s G lu có si do fl av ón ic o, fu ra no cu m ar in a, ap iín a (A l- A sm ar i, 20 17 ) Z on as te m pl ad as d e It al ia (F a- za l, 20 12 ) A je nj o ab si nt hi a, ab si nt io , e st afi at e , pr od ig io sa , h ie rb a m ae st ra (U N A M , 20 09 ) A rt em is a ab si th iu m L . Se u til iz an la s ho ja s y la s flo re s A bs in to l, po lif en ol es (á ci do c af éi co y cl or og én ic o, fl av on oi de s) (G ou d, 20 15 ) T oy un a, m ir te no l, m ir ce no , ac et at o tr an s- sa bi ni lo , 1 ,8 -c in eo l, ci s- ep ox yo ci m en o, a ce ta to d e ch ri sa n- te ni lo , s ab in en o, a ce ta to d e bo rn ilo , ar te m is ia k et on a, li na lo ol , l ac to na s, m on ot er pe tn os h id ro ca rb on ad os , l ac - to na s se sq ui te rp en as (B ai le n, 2 01 3) Su re st e de A si a, In di a y Sr i La nk a (F on ne gr a R ., 20 06 ) C ila nt ro , c ul an tr o, co ri an de r (i ng lé s) , co ri an dr e (f ra nc és ), ko ri an de r (a le m án ) C or ia nd ru m s a- ti vu m To da la p la nt a es c om es tib le pe ro g en er al m en te s e ut ili - za n la s ho ja s y se m ill as C or ia nd ro l, lim on en o, li na lo l, ge ri a- no l, bo rn eo l ( Le al -T or re s, 2 01 3) Pr ov en ie nt e de la r eg ió n m ed i- te rr án ea (L ea l- To rr es , 2 01 3) C ua dr o 1. D es ar ro llo d e es pe ci as y h ie rb as a ro m át ic as . C on tin ua ci ón . A ng él ic a, h ie rb a de l E sp ír itu S an to . an ge lic a (i ng lé s) , an ge liq ue (f ra n- cé s) , en ge lw ur z (a le - m án ) A ng el ic a ar ch an - ge lic a (S yn : A rc ha ng el i- ca o ffi ci na lis ) To da la p la nt a es c om es tib le . La s ho ja s y lo s ta llo s se c on - su m en fr es co s, la s ra íc es y la s se m ill as s e ut ili za n pa ra el ab or ar li co re s Fe la nd re no , c um ar in a, a ng el ic in a. A ci do a ng él ic o, fu ra no cu m ar in as (i m pe ra to ri na y b er ga pt en o) (N iv in s- ki en é, 2 00 3) Po si bl em en te S ir ia (B at h, 2 01 1) Pe re jil , p ar sl ey (i ng lé s) , p er si l (f ra nc és ), pe te rs ili e (a le m án ) P et ro se lin um cr is pu m To da s la s pa rt es d e la p la n- ta . A pí in a, lu te ol in a, a pi ge ni na y a lg un os gl uc ós id os ; d e ac ei te s es en ci al es a pi ol y m ir is tic in a (M oa ze di e t a l. 20 07 ) y (F on ne gr a y Ji m én ez , 2 00 7) R eg ió n m ed ite rr án ea (S id ra , 20 14 ) A ní s, a ni se (i ng lé s) , an is v er t ( fr an cé s) , er va -d oc e (p or tu - gu és ), an is (a le - m án ) P im pi ne lla a ni - su m Ta llo s, h oj as y s em ill as R ic o en tr an sa te no l ( 75 -9 0% ), es tig - m at er ol , fl av on oi de s, q ue rc itr oc id o, is oo ri en tin a, v ite xi na , G lu si do s, c ol i- na , á ci do m ál ic o, r es in a (D ia z- Fl or es y Lo pe z- Tr uj ill o, 2 01 1) N at iv a de l E st e M ed ite rr án eo y le S ur es te A si át ic o (K ar im za de h, 20 12 ) Ve rd ol ag a, p ur - sl an e (i ng lé s) , po ur pi er (f ra nc és ), be ld ro eg a (p or - tu gu és ), po rt ul ak (a le m án ) P or tu la ca o le ra ce a Ta nt o lo s ta llo s co m o la s ho - ja s y flo re s so n co m es tib le s. Pr es en ci a de a lc al oi de s, fe no le s y fla vo no id es (G uz m án e t a l., 2 01 7) . A un qu e es o ri gi na ri a de s ur d e Eu ro pa y O ri en te , s e de sa rr ol la co n éx ito e n A m ér ic a Es tr ag ón , dr ag - no ci llo , t ar ra go n (i ng lé s) , d ra go n (f ra nc és ), es tr ag on (a le m án ), es tr ag ão (p or tu gu és ) A rt em is ia d ra cu n- cu lu s H oj as 7 -m et ox ic um ar in a (W at an ab e et a l., 20 05 ) Su el os e ur op eo s ca ra ct er iz ad os po r se r de a m bi en te s se co s y so le ad os C ua dr o 1. D es ar ro llo d e es pe ci as y h ie rb as a ro m át ic as . C on tin ua ci ón . A ng él ic a, h ie rb a de l E sp ír itu S an to . an ge lic a (i ng lé s) , an ge liq ue (f ra n- cé s) , en ge lw ur z (a le - m án ) A ng el ic a ar ch an - ge lic a (S yn : A rc ha ng el i- ca o ffi ci na lis ) To da la p la nt a es c om es tib le . La s ho ja s y lo s ta llo s se c on - su m en fr es co s, la s ra íc es y la s se m ill as s e ut ili za n pa ra el ab or ar li co re s Fe la nd re no , c um ar in a, a ng el ic in a. A ci do a ng él ic o, fu ra no cu m ar in as (i m pe ra to ri na y b er ga pt en o) (N iv in s- ki en é, 2 00 3) Po si bl em en te S ir ia (B at h, 2 01 1) Pe re jil , p ar sl ey (i ng lé s) , p er si l (f ra nc és ), pe te rs ili e (a le m án ) P et ro se lin um cr is pu m To da s la s pa rt es d e la p la n- ta . A pí in a, lu te ol in a, a pi ge ni na y a lg un os gl uc ós id os ; d e ac ei te s es en ci al es a pi ol y m ir is tic in a (M oa ze di e t a l. 20 07 ) y (F on ne gr a y Ji m én ez , 2 00 7) R eg ió n m ed ite rr án ea (S id ra , 20 14 ) A ní s, a ni se (i ng lé s) , an is v er t ( fr an cé s) , er va -d oc e (p or tu - gu és ), an is (a le - m án ) P im pi ne lla a ni - su m Ta llo s, h oj as y s em ill as R ic o en tr an sa te no l ( 75 -9 0% ), es tig - m at er ol , fl av on oi de s, q ue rc itr oc id o, is oo ri en tin a, v ite xi na , G lu si do s, c ol i- na , á ci do m ál ic o, r es in a (D ia z- Fl or es y Lo pe z- Tr uj ill o, 2 01 1) N at iv a de l E st e M ed ite rr án eo y le S ur es te A si át ic o (K ar im za de h, 20 12 ) Ve rd ol ag a, p ur - sl an e (i ng lé s) , po ur pi er (f ra nc és ), be ld ro eg a (p or - tu gu és ), po rt ul ak (a le m án ) P or tu la ca o le ra ce a Ta nt o lo s ta llo s co m o la s ho - ja s y flo re s so n co m es tib le s. Pr es en ci a de a lc al oi de s, fe no le s y fla vo no id es (G uz m án e t a l., 2 01 7) . A un qu e es o ri gi na ri a de s ur d e Eu ro pa y O ri en te , s e de sa rr ol la co n éx ito e n A m ér ic a Es tr ag ón , dr ag - no ci llo , t ar ra go n (i ng lé s) , d ra go n (f ra nc és ), es tr ag on (a le m án ), es tr ag ão (p or tu gu és ) A rt em is ia d ra cu n- cu lu s H oj as 7 -m et ox ic um ar in a (W at an ab e et a l., 20 05 ) Su el os e ur op eos ca ra ct er iz ad os po r se r de a m bi en te s se co s y so le ad os Bo rr aj a, b or ag e (i ng lé s) , b ou rr ac he (f ra nc és ), bo re ts ch (a le m án ), bo ra ge m (p or tu gu és ) B or ag o of fic in al is Ta llo s, h oj as y fl or es Fl av on oi de s, a nt oc ia nó si do s, a la nt oí - na Pl an ta a nu al , p at io s ja rd in es te rr en os b al dí os R om er o, r os em ar y (i ng lé s) , r om ar in (f ra nc és ), ro sm ar in (a le m án ), al ec ri m (p or tu gu és ) R os m ar in us o ffi - ci na lis H oj as b et a -M yr ce no , ( +) -2 -B or na no ne , Eu ca ly pt ol y C ar yo ph yl le ne (M es ta nz a, 2 01 7) R eg io ne s te m pl ad as d el m ed i- te rr án eo A lb ah ac a, b as il (i n- gl és ), ba si lic (f ra n- cé s) , b as ili en kr au t (a le m án ), al fa va ca (p or tu gu és ) O ci m um b as ili - cu m H oj as Li m on en o, e ug en ol , m ir ce no , m et i- le ug en ol (J ui z et a l., 2 01 6) O ri gi na ri a de a m bi en te s tr op ic a- le s en Á fr ic a y su de st e as iá tic o, se d es ar ro lla c on fa ci lid ad e n am bi en te s tr op ic al es C ua dr o 1. D es ar ro llo d e es pe ci as y h ie rb as a ro m át ic as . C on tin ua ci ón . Blanca Catalina Ramírez Hernández 22 c aa ¿Cómo distinguir especie de especia? Hasta el momento hemos mencionado los términos especie y especia, ya hemos explicado lo que es una especia, pero y ¿el concepto de especie? Las especies son conjunto de organismos que comparten características similares entre sí, capaces de re- producirse y tener descendencia fértil. Esto nos lleva a identificar a las especies dentro de una clasificación jerárquica taxonómica. La clasificación botánica nos ha permitido identificar individuos con lo que comentaba unas líneas arriba: características similares entre sí y que pueden reproducirse y a la vez tener progenie. El famoso científico naturalista, zoólogo y botánico sueco Carl Nilsson Linnæus (1707-1778) y llamado el príncipe de los botáni- cos (Nozal, 2001) hizo una gran contribución a la humanidad ya que, al proponer un sistema de clasificación, vigente a la fecha, dio “orden” a la naturaleza. Linneo desde temprana edad mostró un marcado gusto por la botánica, pudiendo desarrollar sus es- tudios gracias a la preparación escolar en donde aprendió latín. Hacia 1735 publicó “Systema naturæ” a la que en años posteriores le siguieron otras obras. El sistema propuesto por este destacado científico consiste en la nomenclatura binomial refiriéndose un nombre para el género y otro para la especie. Así cada especie se compone de dos vocablos, el primero es el género (el cual abarca varias especies) y el segundo la especie, y nos sirve para identificar de forma universal a los miembros de una misma especie, generalmente escrito en latín; el género comienza con mayúscula y el resto se escribe con minúsculas y para diferenciarla del resto del texto se escribe con letra cursi- va. Por ejemplo, si consideramos los nombres comunes del clavo encontraremos cierta diversidad en la denominación acorde al idioma, clavo de olor, clavero, clove (inglés), spicchio (italiano) giroflier (francés), gewürznelkenbaum (alemán), sin embargo, el nombre científico es Syzygium aromaticum, lo que nos permite identificar plenamente a la especie sin caer en la confusión que nos pueda dar la variedad de los nombres oriundos de cada lu- gar. Otro ejemplo es el género Allium, del cual conocemos varias especies, destacando el ajo (Allium sativum) y la cebolla (Allium Blanca Catalina Ramírez Hernández 24 c cepa) como vemos pertenecen al mismo género, pero son diferen- tes especies. De esta manera todos los organismos se denominan con un nombre científico y se les distingue con el nombre de la especie y es la forma universal de identificarla. Las especias son plantas Entonces, las especias son partes de ciertas plantas como la corte- za, la raíz, el capullo de la flor, la flor misma, las semillas, tallos, que se aprovechan con la finalidad de dar sabor a los alimentos; confieren sabores, olores y colores agradables a los mismos y son empleadas en la industria de la perfumería o como plantas me- dicinales. Son las especias las que ayudaron al hombre a lo largo de la historia a preservar alimentos como la carne, a darles sazón y aroma, o bien ocultar sabores y olores fuertes o desagradables. El inicio del uso de las especias, si bien no tiene una fecha precisa, se cree que data de tiempos anteriores a nuestra era y podemos presumir que grupos primitivos de forma empírica hacían uso de las especias de forma ocasional, y probablemente de forma específica tras el uso y dominio del fuego. Sabemos que el humano ha pasado por un proceso que lo con- dujo de ser cazador y recolector, a productor de alimentos. Son justamente las especias las que sin ser un ingrediente protago- nista y de gran aporte nutricio han acompañado el consumo de algas, plantas, hongos y animales (vertebrados e invertebrados), así como subproductos de los mismos. En ese sentido, podemos considerar como una de las evidencias del aprovechamiento de especias el uso de determinadas ramas para la cocción y ahuma- do de alimentos. No estamos hablando de un ingrediente principal, es decir de gran abundancia, sino de una parte de la planta que se emplea generalmente en pequeñas porciones pero de gran aporte al pla- tillo, pudiendo quitarle el protagonismo al componente princi- pal, o denominándolo de forma característica y distintiva. Por otro lado, las plantas son organismos caracterizados por producir su propio alimento (autótrofos) a partir de la energía solar. Son las responsables del cambio de la atmósfera primitiva al invertir las proporciones de dióxido de carbono y oxígeno, este último como producto de la fotosíntesis y gracias al cual diferen- tes animales pudieron poblar la Tierra, incluyendo al humano. Blanca Catalina Ramírez Hernández 26 c El reino vegetal tiene sus ancestros en organismos que habitaban ambientes acuáticos, con una compo- sición atmosférica diferente. Una de las evidencias del surgimiento de las plantas terrestres (el fósil vegetal de la primitiva planta vascular Cooksonia, constituye la pri- mera evidencia que ubica la época en que aparecieron las plantas terrestres), indica que comenzaron a poblar el am- biente terrestre en el Silúrico, es decir 438-408 millones de años, aunque en el período Ordovícico, 505-438 millo- nes de años, existieron sus ancestros, y más aún las al- gas surgen hace 900´000,000 años en el Precámbrico (particularmente en el Neoproterozoi- co). La evolución de las plantas continuó y hacia el Carbonífero, 360 a 386 millones de años,los helechos contaban con una buena distribución, posteriormente en el Pérmico, 286-245 millones de años, las poblaciones de coníferas, junto con las de reptiles se extendieron. Y ya en la era Mesozoica, en el Triásico 245 a 210 millones de años, hacen su aparición las gimnospermas, que por definición es un grupo que considera a las plantas vasculares con semillas pero sin flores, lo que equivale al grupo parafilético (que tienen ancestro común pero no los mismos descendientes) de las espermatofitas y excluyendo al grupo de las angiospermas; aun- que existe una controversia acerca del clado o rama filogenética de ambos grupos. Las plantas con flores, las angiospermas, son un grupo surgi- do también en la era Mesozoica, pero en el Cretácico (que inició hace 145 millones de años y terminó hace 65.5/66 millones de años), presentando una auge en cuanto a la diversificación de especie en el periodo Terciario (era Cenozoica) denominado Pa- leógeno (66 millones de años hasta hace 28.1millones de años) y Neógeno (de hace 23 millones de años hasta hace 3.6 millones de años), y aunque presentaron desarrollo en diferentes latitudes Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 27 c fue el ecuador donde se registró (incluso a la fecha) una gran diversidad de especies con muy variados hábitos de crecimiento. Las angiospermas o plantas con flor son un amplio grupo dis- tribuido en el planeta con alrededor de 300,000 especies, ya que el resto de las plantas solo comprende cerca de 53,000 especies (Eguiarte et al., 2003). Es natural pensar que un grupo tan grande y tan ampliamen- te distribuido tenga gran importancia e impacto en el mundo; desde la definición de los componentes de un espacio ecológico, la coevolución con especies (los artrópodos por ejemplo se han integrado a relaciones que van desde la polinización, dependen- cia especie-específico de nichos, hasta aspectos de caprichosos fenómenos de mimetismo), alimentación, herramientas, protec- ción de una gran diversidad de especies ya sea de forma directa o indirecta, y por supuesto un invaluable material versátil para el desarrollo del ser humano. Además de cumplir una función primordial en el orden te- rrestre, pues el fenómeno de la fotosíntesis soporta casi todas las cadenas alimenticias, son los miembros del reino vegetal quienes han permitido la existencia de otros organismos (el fenómeno de la fotosíntesis cambió la composición atmosférica del Planeta al disminuir la cantidad de dióxido de carbono y aumentar la con- centración de oxígeno). Justamente la combinación de elementos para la combustión de troncos, ramas y el oxígeno permitió, con el ingenio de una humanidad cada vez más avanzada, el paulatino dominio del fuego, que tuvo un importante papel en el desarrollo del género humano; entre sus beneficios podemos mencionar la conserva- ción del calor, la iluminación, por supuesto en la cocción de ali- mentos, y una congregación social alrededor del mismo. De la misma manera las plantas, con sus muy diversas for- mas y componentes, nos han proporcionado una amplia gama de medicamentos (e.g. ácido acetil salicílico), perfumes (e.g. jaz- mín, vainilla), vestido (e.g. el algodón), material de construcción (e.g. madera de pino), herramientas y recipientes (e.g. bambú) y han sido motivo de espacios recreativos con la gran diversidad de especies de ornato. La industria de la construcción se ha vis- to beneficiada de las resistentes maderas proporcionadas por los árboles, la elaboración de muebles, de herramientas y enseres de almacenamiento y otros productos utilitarios, pero el que a dia- rio tenemos presente es el aprovechamiento como alimento. Blanca Catalina Ramírez Hernández 28 c Gracias al rasgo distintivo de elaborar su propio alimento, son organismos autótrofos, se denominan productores primarios y se caracterizan, precisamente, por su capacidad para fabricar glucosa (y moléculas complejas) a partir de la luz y de dióxido de carbono (CO2) más algunos componentes que toman del suelo, como el agua, nitrógeno, fósforo, potasio, entre otros. La fotosíntesis es probablemente el proceso bioquímico más importante de la biosfera, y esto se debe a que, como dijimos, a partir de elementos inorgánicos simples del ambiente (agua, minerales, CO2, luz) se producen moléculas orgánicas complejas que almacenan una gran cantidad de energía reductora. Poste- riormente esta energía producida por las plantas se va pasan- do de unos seres vivos a otros mediante redes tróficas para ser transformada en materia propia por los diferentes organismos, energía que es necesaria para las actividades realizadas por los seres vivos. Es importante resaltar que durante la fotosíntesis se libera oxígeno, que será utilizado en la respiración aerobia como oxidante; este gas ha jugado un papel importante en la evolu- ción de los actuales seres vivos que habitan la biosfera. Gracias a este proceso de fotosíntesis se originó el cambio producido en la atmósfera primitiva, que era anaerobia y reductora. Por otro lado, de la fotosíntesis depende también la energía almacenada en combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas natural. Pero si todas las plantas realizan fotosíntesis, ¿qué le da la ca- racterística tan particular a los aromas y sabores de las especias? El metabolismo de las plantas, que podemos definirlo como una serie de reacciones químicas que tienen lugar en las células para sintetizar sustancias complejas a partir de otras más simples, o bien para degradar esas sustancias complejas en sustancias más simples. Podemos identificar en las plantas dos tipos de metabo- lismo, el primario, que está relacionado con las funciones de la fotosíntesis y la respiración (es decir cómo se obtiene la energía y qué se hace con esa energía) y el metabolismo secundario, que permite sintetizar y almacenar compuestos que de forma natural y general les sirven para defensa y adaptación. Estos metabolitos secundarios son empleados por el género humano debido a que tienen una acción sobre el organismo, confiriéndoles diferentes valores y gracias a los cuales se les puede dar diversos usos y aplicaciones como medicamentos, insecticidas, herbicidas, per- fumes o colorantes, y por supuesto características distintivas de las especias. Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 29 c Partimos del principio de que todas son plantas, pero no to- das producen las mismas biomoléculas, así que si reflexionamos que tienen características diferentes (tomemos como ejemplos el perfumado olor del romero, el fuerte sabor del ajo, el distintivo sabor del clavo o el fragante sabor que deja al paladar la canela y la vainilla), podemos identificar que cada una tendrá productos del metabolismo secundario que hemos sabido aprovechar. Al- gunos de los principios activos que podemos mencionar que se encuentran en las especias son aceites esenciales, los alcaloides, los glucósidos o heterósidos y los taninos. Si partimos de que las especias son plantas, o partes de plan- tas, tendríamos que continuar definiendo la importancia de las mismas en nuestra historia. Blanca Catalina Ramírez Hernández 30 c ff De qué nos alimentamos La naturaleza del ser humano nos ha llevado a explorar espacios y probar nuevas fuentes de alimentos. Así en los albores de la hu- manidad el género humano tuvo que lidiar no solamente con el clima y sus enemigos naturales, también requirió buscar fuentes de agua y alimento, refugio, vestimenta y en su momento mate- rial para elaborar herramientas. Si bien los homínidos aparecen con un registro que data de hace 24 millones de años, lo cierto es que la línea que daría ori- gen al humano (con una clara separación evolutiva entre monos y homínidos) sucedió hace cinco millones de años. Basta el dato del registro de aparición del Australopithecus afarensis (4.5 millo- nes de años) no es sólo un antecedente en la historia de la evo- lución del hombre y de la humanidad misma, sino que está rela- cionada con un patrón de conducta asociado a la dieta, ya que la ingestión de carne se incrementó (Doval, 2005; Hueso, 2019). A partir de ese momento con el uso de herramientas y el ejercicio cultural, se da una dispersión por el planeta y comienza la evo- lución del humano, hasta donde conocemos, de manera lineal: el Homo habilis, Homo erectus, Homo sapiens y el Homo sapiens sapiens (Doval, 2005). En ese sentido, los estudios de la dieta del hombre primitivo pueden dar cuenta de la importancia de ingestión de proteínas de origen terrestre, por ejemplo la régimen de algunos grupos en el Mesolítico (que es el periodo de transición entre el Paleolíti- co y el Neolítico, y está datado aproximadamente entre 10,000 y 6,000 antes de nuestra era), pasó de consumir productos de ori- gen marino a una dieta que más bien estaba basada en vegetales y animales, productos consumidos gracias y en buena medida a la transición hacia la agricultura y a la ganadería(Salazar, 2016). En el éxito para la diseminación del Homo sapiens, y la exigencia de la supervivencia, contribuyó su condición de omnívoro. Es necesario hacer una reflexión a este idealizado estatus de omní- voro, dado que normalmente lo asociamos a la capacidad del ser humano, y de algunos otros animales de comer prácticamente lo que sea. Sin embargo, en el ser humano, y a pesar de la amplia Blanca Catalina Ramírez Hernández 32 c variedad de grupos biológicos de los cuales echamos mano para alimentarnos, en realidad no necesariamente significa que poda- mos comer cualquier cosa y en cualquier condición, exceptuando situaciones extremas y tolerancias o gustos poco frecuentes ya sea por una condición cultural o bien por una aceptación a nivel personal, existen ciertamente limitaciones. Por ejemplo, sabemos que en ciertas culturas de México el brote de los pinos se emplean con fines medicinales, pero no significa que se pueda consumir la planta entera, el tronco o las ramas; así el alto contenido de fibra o de estructuras lignificadas hace difícil su aprovechamiento con fines comestibles, de esta manera existen condiciones en general que hacen imposible su consumo, aún en cantidades ínfimas. Además de las fibras, nos enfrentamos a organismos o partes de los mismos con características astringentes, amargas, con espi- nas, tóxicas, alimentos crudos, en estado de descomposición. De tal forma que omnívoro no significa que coma literalmente de todo, sino que tiene una gran diversidad de opciones para ali- mentarse. Dartnell (2019) refiere que la transición de los homínidos ocu- rrió en África oriental, caracterizada por sabanas y praderas más bien secas; y aunque sería fácil pensar que su condición de bípe- do se dio en estos ecosistemas, este autor comenta la posibilidad (dadas las evidencias del entorno) de que en realidad comenzara a erguirse en sus extremidades posteriores en su vida en los ár- boles, pero que le sirvió para desplazarse en espacios abiertos y explorar con mayor facilidad rutas para la recolección y caza lo que pudo ampliar su menú, favoreciendo a su supervivencia su versátil capacidad de adaptación y el desarrollo de un cerebro más grande. Si bien el Australopithecus tenía un cerebro de 450 cm3, el Homo habilis tenía 600 cm3 (equivalente al cerebro de un chimpancé ac- tual), el H. erectus entre 800 y 1,200 cm3, lo que a esta altura evolu- tiva le había permitido vivir muy lejos del centro de origen de la humanidad, pues se desplazó rumbo a Asia al igual que el Homo sapiens con cráneo de 1,600 cm3, en donde esta característica le proporcionó además de una ventaja de evolutiva, un beneficio social. Bajo las nuevas condiciones ambientales y mayor biodiversi- dad tuvo mejores oportunidades para explorar un rango consi- derable de alimentos a lo largo del año (con la capacidad además de elaborar herramientas), pero también le permitió avanzar en la organización del trabajo. Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 33 c Miles de años de evolución permitieron que el H. sapiens se desarrollara en organizados grupos nómadas y convirtiéndose además en un hábil cazador y pescador; estas destrezas desarro- lladas en sociedad lo volvió más sedentario y aprendió también a cultivar sus propios alimentos y a domesticar animales: se desa- rrolló la agricultura y la ganadería. Dartnell (2019) comenta que los natufios pudieron ser la primera sociedad sedentaria (sin ne- cesariamente ser del todo agricultores o dominantes de animales cautivos), se han encontrado vestigios de la cultura natufiense (Neolítico) en estudios realizados en Tell Marj y en Jeftelik donde los molinos desgastados (González Urquijo, 2011) son evidencia del procesamiento de alimentos. El hecho de establecerse en un lugar (lo cual hizo de forma simultánea en diferentes partes del mundo) y además de las ca- racterísticas ya mencionadas facilitó al humano incrementar la ingestión de vegetales y cereales. Su almacenamiento para épo- cas de escasez permitió también ingeniar formas de procesarlos, conservarlos y mejorarlos nutricional y energéticamente. Para Vega (2013) esto ha originado que los humanos, una especie fun- damentalmente ahorrativa para las limitantes de alimento y con una respuesta metabólica adaptativa de ahorro, esté frente a una epidemia de obesidad como la que actualmente vivimos; hemos heredado y desarrollado todo un metabolismo evolucionado para almacenar energía en forma de grasa en el cuerpo. Retomando los alimentos que somos capaces de ingerir, y guardando proporciones culturales, ecológicas, de acceso y tem- porales, se encuentran los productos de origen animal, tales como mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces, –incluyendo músculos, órganos como el corazón o los riñones, la sangre, huevos de aves, de peces y de reptiles, cartílago, embriones, etcétera- artrópodos (en sus diferentes estadio de vida, como las larvas y huevecillos), moluscos, vegetales en todas sus modalidades, es decir frutos, flores, hojas, semillas, tallos, raíces, así como hongos, algas y por supuesto una gran variedad de bacterias (que no necesariamente se realiza de forma voluntaria) y que ayudan a procesos; algunas de ellas son consideradas como benéficas al tener la capacidad de modificar alimentos para obtener otros con características total- mente diferentes, la mayoría de ellos derivados de la leche tales como el yogurt, el queso o bien la mantequilla, cuya elaboración se realiza gracias a la presencia de bacterias como Lactobacillus, Streptococcus o Leuconostoc, ya que son las responsables de que la lactosa se transforme en ácido láctico durante el proceso de Blanca Catalina Ramírez Hernández 34 c fermentación. Además de elementos de la naturaleza que se incorporan a la alimentación desde la sal, producto prácticamente universal, hasta tierra para ciertas culturas. La geofagia es una práctica que incorpora complementos minerales presentes en la tierra que son esenciales o bien para contrarrestar moléculas potencialmente tóxicas (como las fitotoxinas como alcaloides, terpenos, entre otros). Browman (2004) describe cómo en los andes los habitan- tes incas incorporaron en la dieta minerales que presumiblemen- te contienen filosilicatos hidratados (esmécticas, caolinitas, clo- ritos e illitas). Estas tierras atenúan problemas gastrointestinales relacionados con fitotoxinas presentes en plantas como la sola- nina en las papas o bien la saponina en la quinoa, los habitantes andinos pudieron haber emulado el comportamiento de los ca- mélidos silvestres que lamían minerales. Si consideramos la inclusión de saborizantes en la prepara- ción de platillos, el acompañante serán las especias como vimos anteriormente, llamadas condimentos de forma amplia e inclu- yente a lo largo y ancho del mundo y de la historia de la huma- nidad. Al parecer tenemos una gran diversidad de alimentos a nues- tra disposición, si consideramos que el dato más aceptado por la comunidad científica indica que existen en la actualidad cerca de 8.7 millones de especies eucariotas en el mundo. A pesar de 250 años de clasificación taxonómica y más de 1.2 millones de especies ya catalogadas los resultados de estos autores sugieren que alrededor del 86% de las especies existentes en la Tierra y el 91% de las especies en el océano aún están pendientes de des- cripción (Mora et al. 2011), pero esto no significa, como vimos an- teriormente, que nos alimentamos de todo (Harris, 2012), como podemos ver es más bien reducida la cantidad de especies que hemos sido capaces de probar, menos aun de domesticar con la finalidad de preservar su cultivo perfeccionando fenotipos útiles para la alimentación. Si pensamos que el número de especies vegetales calculadas a la fecha asciende a 298,000, en contraste con 7.77 millones de animales, el cálculo de plantas que hemos utilizado a lo largo de nuestra historia como especias es muy pequeño, en general laspersonas podemos contar en general en nuestras cocinas no más de 20 especias de uso cotidiano, a pesar de que existen listados generales que superan las 200, sin considerar sus variantes y la gran cantidad que son conocidas únicamente de forma local o Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 35 c regional y que no han logrado traspasar las fronteras culturales como la lograda aceptación del ajo, cebolla, mostaza, e incluida dentro de la cocina característica de diferentes países. Por otro lado, los alimentos son tan necesarios y caprichosos como la naturaleza, la diversidad proviene de la zona geográfica, de la época de la que hablamos, pero sobre todo del uso cultural que se le da y que está plagado de prueba y error, usos y costum- bres, conocimientos y creencias, rituales y tabúes, enseñanzas y herencias, generaciones y pueblos. La base de la alimentación gira en torno a los alimentos de origen animal y vegetal (en relativa menor proporción algas y hongos) y podemos hablar desde la alimentación de subsistencia hasta los platillos que denotan lujo y poder, pero ¿qué hace en realidad a la comida tan distintiva? la ocasión, el tiempo, el espacio, los ingredientes y por supuesto el sazón de especias y condimentos. Blanca Catalina Ramírez Hernández 36 c gg La memoria del sabor o el origen de las especias Si bien los alimentos son una necesidad básica que la especie humana ha tenido que satisfacer, la conformación de platillos aceptados y replicados por una comunidad resulta no solo de la disponibilidad de los alimentos, para ello fue necesario el proce- so para la adquisición del valor de uso, el desarrollo del conoci- miento, del lenguaje y de la conformación de grupos y roles so- ciales dado que el pensamiento se desarrolla de forma colectiva. Es claro que la primera etapa de la humanidad se vivió a fuer- za de prueba y error. La búsqueda de agua y alimento segura- mente no siempre fue exitosa, recordemos que por ejemplo los árboles frutales no se encontraban a la distancia de un huerto cultivado, y que la disponibilidad de los mismos tenía que ver con una cuestión fenológica y del propio ecosistema explorado. De la misma forma, el hecho de observar lo que otros animales consumían animó a imitarlos (lo que no necesariamente signifi- có que el consumo fuera una conquista alimentaria), y a probar nuevas formas y sabores de productos vegetales, animales, algas y hongos. Pero, ¿en qué momento el humano comenzó a combinar ali- mentos y a condimentarlos? La historia de las especias tiene un inicio incierto que ha sido motivo de controversias, sin embargo algunos autores proponen que su utilización debió comenzar cuando los primeros poblado- res identificaron aromas, colores y sabores en ciertas plantas, en- contrando para ellas diversos usos. Por supuesto es fácil pensar que cuando se presentaban excedentes de comida, como la carne, no se podía mantener fresca todo el tiempo y hubo que recurrir a estrategias de conservación entre las que se puede mencionar el uso de las especias, pero que igualmente algunas de ellas fueron utilizadas para ocultar el sabor y olor de la carne en descomposi- ción. Sin embargo, estas pudieron ser prácticas que no parecen ser constantes para los primeros humanos. Pero el uso consistente Blanca Catalina Ramírez Hernández 38 c pudo generar no solo un proceso de comportamiento condicio- nado sino que paulatinamente fuera incrementando su valor cul- tural. En este proceso es probable que el fuego influyera en su apro- vechamiento. El dominio del fuego para la preparación de ali- mentos cambió los componentes químicos de los alimentos que como consecuencia cambiaron el sabor, el color, el aroma, lo cual sucedió en parte por la influencia del material con que se coci- naba y los aportes que hacía al resultado final. Ponce de León (2018) afirma que la biología humana pudo ser influenciada por el acceso a alimentos en los que la cocción eliminaba gérmenes y facilitaba la digestión. Cuando el hombre comenzó a emplear troncos y ramas de ciertas especies para la peparación de sus alimentos, los humos aromáticos surgían a partir de la combustión de los aceites esen- ciales que estas plantas poseían. Los primeros indicios se tienen en la edad de hierro y de bronce, cuando se empleaban las ce- nizas en la cocción de alimentos y el uso de hierbas aromáticas con fines medicinales, aplicando las mismas cenizas en heridas (Cameroni, 2012). El fuego, elemento hoy considerado como esencial para el consumo de gran cantidad de productos de la naturaleza, impli- có una forma de alimentación indiscutiblemente diferente. Pero la importancia del dominio del hombre sobre el fuego no solo se vio reflejado en la mera forma de cocinar los alimentos, sino en la forma de obtenerlos; por ejemplo la elaboración de armas que además de instrumentos de defensa, servían para la caza, o el proceso para mejor aprovechamiento de las partes de los anima- les de caza como pieles, huesos, entre otros. El conocimiento sobre el uso del fuego fue un gran paso para el desarrollo de la humanidad, el uso de este seguramente se transmitió de forma generacional, y le permitió llevar este cono- cimiento a otras latitudes y altitudes, consiguiendo un dominio persistente sobre lo que le rodeaba. La importancia del uso inten- cionado del fuego llevó a la humanidad a otro nivel, y es hasta la fecha un elemento cultural importante y una forma particular de relacionarnos con los alimentos. La incorporación de especias de forma regular tuvo que tener un impacto en la memoria simbólica, en el proceso hubo que es- tablecerse un uso persistente, continuo, habitual y transmitir este conocimiento, habilidades y prácticas de generación en genera- ción. La herencia práctica tambien incluyó la manera correcta de Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 39 c Figura 1. El fenómeno de migración del Homo sapiens tuvo consecuencias en el dominio y aprovechamiento de las plantas gracias a la agricultura. En este mapa se muestran los centros de origen y domesticación de especies (basado en la pro- puesta de Vavílov; Tefera, & Wannakrairoj, 2004). /Later, the phenomenon of mi- gration had consequences for the domination and exploitation of plants through agriculture. This map shows the centers of origin and domestication of species based on Vavílov’s proposal (Tefera and Wannakrairoj, 2004). identificar y colectar las especias, su posterior cultivo y la forma apropiada de almacenarlas. El logro anterior no ocurrió de ma- nera sistemática hasta el nacimiento de la agricultura. El paso del neandertal al sapiens (Harari, 2014) (Figura 1) sig- nificó abundancia de alimento, toda vez que la capacidad cogni- tiva (apropiación del conocimiento y la transmisión del mismo) permitió grupos organizacionales cada vez mayores. Evidencias arqueológicas cuentan de cómo la persecución y acorralamiento de manadas podía terminar en grandes cantidades de carne (se habla de toneladas), a las que era imposible consumir de inme- diato, por lo que se les daba un tratamiento de conservación. El ahumado es una técnica de conservación en la que la carne se expone al humo proporcionado por el fuego, adquiriendo con ello color, pero sobre todo sabor. Algunas maderas a lo largo de la historia han servido como especias para ahumar son el roble y el nogal, pero también podemos contar al mezquite, manzano, el propio cerezo, el guayabo y los cítricos, entre otros. Es evidente que la madera se usó como combustible, pero con seguridad notaron la diferencia de forma empírica entre las es- pecies empleadas consiguiendo así, con el paso del tiempo, un Blanca Catalina Ramírez Hernández 40 c sabor extra en los alimentos ahumados o cocinados con troncos y ramas. Cabe mencionar que en la actualidad, se reconoce que todavía una tercera parte de la población mundial para vivir de- pende de la cocina a base de leña, así como de esta forma decombustible para conservar el calor (Martí & Trassierra, 2006). Forné (2018) menciona que en el paleolítico especias como el ajo, el romero, el laurel, la cebolla, la hierbabuena y el tomillo eran utilizados con sal ahumada y la sal de remolacha, asimis- mo menciona algunos animales consumidos de manera regular como el antílope, el visón, el buey, la cabra, el caballo, el ciervo, el conejo, el cerdo, el jabalí, el reno, aves como la codorniz, la perdiz, el faisán, la gallina o la pintada común, de igual manera organismos acuáticos tales como el atún, la trucha, el salmón, las almejas, los caracoles, los mejillones y los cangrejos, así como ejemplares de otros grupos biológicos como setas, cerezas, higos, granadas, moras, y arándanos, de igual forma las peras, las man- zanas, las uvas, el apio y las zanahorias, también frutos secos como las avellanas, las castañas, las nueces y los frutos del pino piñonero. Es claro que comer no es una actividad/necesidad meramen- te humana, pero sí lo es la manera de hacerlo, ya que esto implica técnicas de recolección, cultivo, selección y domesticación cons- ciente, así como la forma de colectar, combinar, mezclar, cocinar, compartir y transmitir bajo un sistema que obedece a leyes bioló- gicas y sociales (Aguirre et al., 2010). Valenzuela (2011) menciona que nuestro genoma se formó casi en su totalidad en el período pre-agrícola, esta información genética ha sido hasta el momento suficiente para el desarrollo humano permitiendo enfrentar y adaptarnos a las diferentes condiciones y variaciones ambientales. Con toda seguridad el inicio de nuestra historia está plagada de grandes dificultades para sobrevivir. Para cuando el Homo sapiens surgió, sus antepasados evolu- tivos habían desarrollado una serie de estrategias anatómicas y fisiológicas como el crecimiento de la cavidad cerebral, el acorta- miento del intestino; la manipulación de objetos fue mejor gra- cias a que tenía mejor formados los huesos de la mano. La dismi- nución de los músculos involucrados en la masticación debido a la preparación de alimentos (Lopera, 2004), y las funciones ad- quiridas, le permitieron avanzar en la carrera evolutiva y en su capacidad de adaptarse a una alimentación dinámica y cambian- te, ya que pasó de etapas de herbivoría, a una dieta hiperproteica Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 41 c y nuevamente a incluir plantas en una dieta que contenía mayor cantidad de cereales. Al momento de asentarse en comunida- des caracterizadas por la domesticación de plantas y animales, su perfil genético ya estaba determinado; menciona Valenzuela (2011) que se había consolidado la insulino resistencia y con pro- babilidad la leptino resistencia. El tejido adiposo, que le sirvió para almacenar energía para los periodos de hambruna, derivó en un reservorio de los excedentes energéticos, que es para auto- res como Vega (2013) el origen de la consecuencia que hoy sufre la humanidad de un mal obesogénico. El humano desprovisto de grandes fortalezas físicas tuvo que valerse de otras habilidades para salir adelante y persistir como especie. En ese sentido podemos decir que la comunicación es una pieza clave para el progreso como especie y como grupo so- cial. El lenguaje, está relacionado con el aparato neural para la conducta lingüística, en ese contexto el tamaño del nervio que controla los músculos de la lengua se asocia la posibilidad de pronunciar sonidos del habla; Lopera (2004) explica que ese ner- vio pasa por el canal hipoglosal del cráneo que es casi dos veces más grande en el H. sapiens que en los simios, y hace al menos 300,000 años que alcanzó el tamaño que hoy tiene en la especie humana, esto significa que el lenguaje tiene al menos esta anti- güedad. Es justamente el lenguaje el nivel más elevado de comu- nicación, por encima de la función expresiva, función señal y de descripción, ya que el lenguaje implica la capacidad de razona- miento. Lo anterior hasta cierto punto podría estar relacionado con la conciencia de sí mismo, y se señala que la evidencia de esto se manifiesta hace 80,000 años, con los rituales de muerte y entierro. La capacidad de comunicarse por medio del lenguaje y la con- ciencia de sí mismo, entre otras ventajas adquiridas, influyeron para lograr una supervivencia que incluyó la forma de adquirir y consumir los alimentos que a la postre se reflejó en la agricultura, ganadería y gastronomía. Igualmente, estas habilidades y destrezas adquiridas fueron determinantes para la consolidación de núcleos sociales que die- ron paso a la domesticación de especies, lo que sucede en torno a los alimentos es un fenómeno que rebasa su necesidad de so- brevivir y perpetuar la especie; podemos afirmar que la comida juega un papel no sólo fisiológico, puesto que además de nutrir tiene un propósito social, ya que tiene una destacada función de agrupación con un marcado significado de conexión simbólico Blanca Catalina Ramírez Hernández 42 c y/o religiosa (Erice, 2016). Es justamente en un contexto social que se han ido incorpo- rando sabores otorgados por las especies a los platillos, desde los más sencillos hasta los más exóticos y elaborados. Otro de los factores que pudieron permitir el uso de nuevas formas de alimentos para la humanidad fue el acceso a otros or- ganismos gracias a la migración del Homo sapiens dese África a Europa y Asia, pero también la distribución al continente Ame- ricano por el estrecho de Bering, y desde Asia, Australia y de la melanesia, lo cual ocurrió con fechas que oscilan entre 40 y 15,000 años atrás (Cuenca, 2015). Estos fenómenos de migración han tenido consecuencias en el dominio y aprovechamiento de los diferentes grupos biológicos. Nocolai I. Vavílov, botánico ruso, tenía una teoría del origen y la domesticación de las especies, este sobresaliente genetista fue novedoso al combinar dos de las teorías más destacadas en la evolución de organismos: la teoría de Mendel sobre la herencia y la concepción de Darwin de evolución a partir de ancestros comunes. Su propuesta se basó en localizar los centros de origen y domesticación para lo cual se apoyó en “estudiar la relación de las plantas domesticadas con las formas silvestres, la distribución de la variación genética en sus poblaciones, así como el contexto ecológico en el que evolucionó esa variación, lo cual tendría rele- vancia para obtener mejores variedades cultivadas. Para Vavílov era necesario además incorporar evidencia lingüística, histórica, arqueológica y antropológica, pues reconocía que la intervención del trabajo humano fue clave en la evolución de los cultivos” (Oikos, 2020), así planteó al menos ocho centros de origen (Fig. 1; Cuadro 2). Casas y cols. (2016) mencionan al respecto que en estos sitios, llamados por otros autores región y no centros debi- do a su amplitud y carácter difuso particularmente en América, continúan estos autores argumentando que Mesoamérica y la Región Andina fueron centros primarios de domesticación, des- tacando entre los centros secundarios el nordeste de los Estados Unidos de América y la Amazonía, aunque esta última pudiera figurar como un centro primario de domesticación que influyó sobre otros centros primarios y secundarios del continente ame- ricano. Estos centros de origen y domesticación de especies están asociados a la transformación de los alimentos, si bien el fuego tenía cientos de años de haberse dominado, su uso en esta etapa facilitó la incorporación de forma regular alimentos al cocinar- Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 43 c Cuadro 2. Centros de origen y domesticación según Vavílov (adaptado de Krarup y Moreira, 1998)./Table 2. Centers of origin and domestica- tion according to Vavílov (adapted from Krarup and Moreira, 1998). Centro de origen y domesticación Especies A. China - Centro Chino 1. Soya (Glycine max) 2. Rábano (Raphanus sativus) 3. Nabo (Brassica rapa var. rapa) 4. Pak-choi(Brassica chinensis) 5. Repollo o col chino (Brassica pekinensis) 6. Cebollino japonés (Allium fistulosum) 7. Rakkyo (Allium chinense) 8. Pepino (Cucumis sativus) 9. Ñame (Dioscorea batatas) B. India – Centro In- do-Malayo a. Assam y Burma 1. Berenjena (Solanum melongena) 2. Pepino (Cucumis sativus) 3. Poroto mung (Phaseolus aureus) 4. Caupí (Vigna sinensis) 5. Taro (Colocasia esculenta) 6. Ñame (Dioscorea alata) b. Indochina y archipiélago malayo 1. Plátano (Musa paradisiaca) 2. Bread fruit (Artocarpus altilis) C. Asia Central - Centro Indo - Afga- nistano - Asia Cen- tral 1. Chícharo (Pisum sativum) 2. Haba (Vicia faba) 3. Poroto mung (Phaseolus aureus) 4. Mostaza (Brassica juncea) 5. Cebolla (Allium cepa) 6. Ajo (Allium sativum) 7. Espinaca (Spinacia oleracea) 8. Zanahoria (Daucus carota var. sativus) D. Cercano Orien- te - Centro Cercano Oriente 1. Lenteja (Lens culinaris) 2. Lupino (Lupinus albus) Blanca Catalina Ramírez Hernández 44 c E. Mediterráneo - Centro Mediterra- neo 1. Apio (Apium graveolens) 2. Espárrago (Asparagus officinalis) 3. Betarraga (Beta vulgaris var. crassa) 4. Nabo (Brassica rapa var. rapa) 5. Repollo o col (Brassica oleracea var. capitata) 6. Pastinaca (Pastinaca sativa) 7. Chícharo o arveja (Pisum sativum) 8. Ruibarbo (Rheum officinalis) F. Etiopía - Centro Abisinio 1. Okra (Abelmoschus esculentus) 2. Berro (Lepidium sativum) 3. Caupí (Vigna sinensis) G. México, Améri- ca Central - Centro México - América Central 1. Chile - Ají (Capsicum annuum) 2. Chilacayota (Cucurbita ficifolia) 3. Calabaza (Cucurbita moschata) 4. Camote (Ipomoea batatas) 5. Poroto o frijol lima (Phaseolus lunatus) 6. Frijol (Phaseolus vulgaris) 7. Maíz (Zea mays) H. Sudamérica - Centro Sudameri- cano a. Perú - Ecuador - Bolivia 1. Chile - ají (Capsicum annuum) 2. Zapallo (Cucurbita maxima) 3. Jitomate (Lycopersicon esculentum) 4. Poroto o frijol lima (Phaseolus lunatus) 5. Frijol/poroto común (Phaseolus vulgaris) 6. Capulí (Physalis peruviana) 7. Papa andina (Solanum andigenum) 8. Pepino fruta (Solanum muricatum) 9. Papa (Solanum tuberosum) (2n = 24) b. Chile 1. Papa (Solanum tuberosum) (2n = 48) c. Brasil - Paraguay 1. Mandioca (Manihot esculenta) Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 45 c los y hacerlos más digeribles, como el trigo, el arroz el maíz, las habas; se crearon nuevas formas de alimentación disminuyen- do muy probablemente el tiempo de digestión y la energía em- pleada para ello (Harari, 2014). Al igual que el uso del fuego fue transitorio (de pasivo a activo) el uso de las especias pudo ser de esta misma manera, aunque no contamos con una descrip- ción del instante mismo en que se comenzaron a usar con fines alimenticios, rituales o medicinales podemos presumir que anti- guas civilizaciones han dejado indicios de su aprovechamiento. La digestión fue un factor importante para continuar con la práctica de cocinar los alimentos, por ejemplo es más fácil mas- ticar carne o algunas plantas posterior a la cocción. Como pre- cedente podemos ejemplificar que después de un episodio de la quema de un espacio quedaban al descubierto animales (heri- dos, o ya cocinados), semillas y otras plantas. Seguramente el olor que despedían algunas plantas atrajo la atención del huma- no, lo que con probabilidad derivó en la práctica de inspeccionar un área quemada, lo que posiblemente ocasionó que en un mo- mento dado ciertas semillas, partes de ramas o plantas en gene- ral fueran incorporadas de forma intencional a los alimentos. El fuego, además, jugó un papel muy importante en la ruta de la domesticación de especies (y especias), tanto de anima- les como de vegetales. Simplemente la forma de controlar a los animales con el fuego, o bien favorecer especies vegetales que resistieran el paso del fuego así como aquellas que brindaban un mejor sabor y facilidad al cocinarlos. De la misma forma el fuego permitió emerger plantas que estaban a la sombra de es- tratos más altos en ecosistemas donde la trama vegetal impedía el desarrollo de plántulas que necesitaban espacio y sol, o bien la regeneración de las mismas. De hecho, seguramente fue ne- cesario aprender a controlar la intensidad del fuego, ya que los nutrimentos pueden perder su contenido al ocurrir la liberación de cenizas. El fuego también fue, y desde entonces, una práctica común para preparar un terreno para la siembra, pues eliminaba toda forma vegetal indeseable para esta actividad, pero al dejar des- provisto de materia vegetal la superficie en cuestión perdía hu- medad, pero también puede cambiar la composición de elemen- tos del suelo, ya que uno de los efectos negativos es la pérdida de nitrógeno y cambio de pH. El fuego enfatiza la presencia de las especias, libera sus olores y une el sabor de los componentes mayoritarios con las espe- Blanca Catalina Ramírez Hernández 46 c cias dando un resultado muy diferente de los ingredientes por separado. Esto mismo fue, seguramente, lo que experimentaron nuestros ancestros. Así el Papiro Ebers, un pergamino que es uno de los tratados médicos y de farmacopea conocidos de mayor antigüedad (1,500 años antes de nuestra era) menciona el anís, mostaza, azafrán y alcaravea o comino pardo (Carum carvi) como especias emplea- das para la elaboración de platillos. Este documento menciona especias nativas de Sureste de Asia y de la lejana China (canela y cassia) evidencia de que el comercio de especias era ya un hecho (Levitin y McMahon, 2003). Podemos mencionar al clavo como un claro ejemplo de uso y comercio destacado entre las antiguas civilizaciones, esta especia ya era conocida por griegos y romanos que a su vez los compra- ban a los chinos y a los árabes. Evidencia de esto se encuentra en los sepulcros antiguos egipcios, donde se encontraron momias con collares y brazaletes de clavos (Paredes, 1941). Asimismo, los egipcios cultivaban y usaban la cebolla, utilizada actualmente en prácticamente todo el mundo y es símbolo de la riqueza alimen- taria de pueblos enteros. Alejandro Magno mandaba importabar cebollas de Egipto con el convencimiento de que su consumo au- mentaba el valor de los soldados. Erice (2016) y Ríos (2016), mencionan que los griegos consu- mían una especia, una resina de olor nauseabundo, el silphium de Cyrene (especie endémica de lo que hoy es la costa de Libia y donde fundaron la ciudad de Cirene en honor a la ninfa del mis- mo nombre; y perteneciente al género Ferula de la familia Apia- ceae), hoy considerada como extinta por su sobreexplotación de poblaciones naturales debido a la importancia por sus usos me- dicinales, afrodisíaco, anticonceptivo y desde luego culinario. En la India, en el valle del Indo 1,800 años antes de nuestra era, además del consumo de cereales, se reporta que el azúcar de caña se empleaba como conservador de frutas (como por ejem- plo ciruelas, duraznos, moras, naranjas, peras y uvas, y cuyo ex- cedente pudo ser intercambiado por las preciadas especias con los árabes, se reporta que los indios eran conocedores del uso de especias como el jengibre y la mostaza (Montero, 2001), el azúcar era considerada un especia. Los Romanos tenían una importación activa desde África, Es- paña y Oriente, de canela, cardamomo, pimienta, jengibre, ador- midera, semillas de ajonjolí, semillas de rábano, miel de abejas, colorantes y otras especias y condimentos. Origen, desarrollo y legado del uso de las especias 47 c Hueso (2019) resume de una manera muy ilustrativa el paso de la humanidad y su dedicación al tiempo para sobrevivir y para culturizar; asimismo, revela el costo temporal que supuso el salto del homo cultural a la actualidad, revela este autor que si consideramos dos millones de años de historia, cuando el Homo erectus inició con el uso y dominio del fuego que significó un for- ma de desenvolverse en su paso por la Tierra. Se estima que en el historial de la humanidad el 97.5% del tiempo lo dedicó a la caza y a la recolección,
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