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Efeito do Modelo de Tratamento Residencial de Adicções

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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
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La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor 
ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la 
Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, 
esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos 
que posteriormente quiera darle a la misma. 
1 
 
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE SALUD 
MAESTRÍA EN SALUD PÚBLICA 
 
 
 
 
 
 
 
TESIS DE GRADO 
EFECTO DEL MODELO DE TRATAMIENTO RESIDENCIAL DE 
ADICCIONES DOCE PASOS EN LA SALUD MENTAL DE 
PERSONAS CON DROGODEPENDENCIA EN UN ESTADO DEL 
OCCIDENTE DE MÉXICO EN 2017-2018 
 
ALUMNA 
FRANCIA MARITZA LICEA SOLANO 
 
DIRECTORA 
 
DRA. MARÍA GUADALUPE LAURA BÁEZ BÁEZ 
 
 
 
CD. GUADALAJARA, JALISCO. DICIEMBRE 2018 
2 
 
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE SALUD 
MAESTRÍA EN SALUD PÚBLICA 
 
 
 
 
 
 
TESIS DE GRADO 
EFECTO DEL MODELO DE TRATAMIENTO RESIDENCIAL DE 
ADICCIONES DOCE PASOS EN LA SALUD MENTAL DE 
PERSONAS CON DROGODEPENDENCIA EN UN ESTADO DEL 
OCCIDENTE DE MÉXICO EN 2017-2018 
 
ALUMNA 
FRANCIA MARITZA LICEA SOLANO 
 
DIRECTORA 
DRA. MARÍA GUADALUPE LAURA BÁEZ BÁEZ 
 
CODIRECTOR 
DR. RUBÉN FLORES GONZÁLEZ 
 
LECTORES 
DR. AGUSTÍN LARA ESQUEDA 
DRA. IRENE CÓRDOVA JIMÉNEZ 
 
 
CD. GUADALAJARA, JALISCO. DICIEMBRE 2018 
 
3 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
Esta Tesis va dedicada a la memoria de mi mamá, la Dra. Argelia Solano. 
 
*Mi hermano Irving Licea. 
*Mis abuelos Antonio Solano y Eva Rodríguez. 
*Miguel Mayorga, Pily Sánchez, Daniel Preciado, Víctor Rosas, Roy Zúñiga, Miguel 
Arellano, Gracy Cervantes, Gloria Espinoza, Grissel Lomelí, Norma Elizondo, Vane 
Romero, Víctor Orozco, Lupita Ruiz-Sandoval, Rosalid Cano, Cristi Ortega y Meche M. 
*Profesoras(es) y mentoras(es): Dra. Laura Báez, Dra. Mary Orozco, Dr. Alfredo Celis, 
Dra. Irene Córdova, Dr. Rubén Flores (Sensei), Dr. Noé Alfaro (Padrino), Dr. Agustín 
Lara, Dra. Mónica López, Mtra. Angélica Lara, entre tantos más a quienes les doy mi 
eterno agradecimiento y admiración. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
RESUMEN 
Las adicciones son un grave problema de salud pública internacional, que suelen 
acompañarse de trastornos mentales y del comportamiento, complicando su curso y 
pronóstico. En México, según el Programa Sectorial de Salud 2013-2018, es necesario 
consolidar el proceso de regulación de establecimientos especializados en adicciones, 
para asegurar la calidad y seguridad en su atención. Además, del total de establecimientos 
en el Estado donde se llevó a cabo el estudio, sólo el 13.5% fueron reconocidos por el 
Consejo Nacional Contra las Adicciones en 2017, de los cuales, ninguno trabaja bajo el 
Modelo de Doce Pasos. Sumado a lo anterior, el 34% de los establecimientos no 
reconocidos presentaron “malas prácticas”. Por lo que el objetivo de esta investigación 
fue evaluar el efecto del Modelo de tratamiento residencial Doce Pasos sobre la salud 
mental de personas con drogodependencia. Siendo un estudio longitudinal, de corte 
cuasiexperimental, que consta de tres mediciones, y donde participaron 58 personas. Los 
instrumentos utilizados fueron: Test Mini Mental, Cuestionario sociodemográfico y de 
consumo, Inventario de Depresión (BECK:BDI), Inventario de Síntomas de Ansiedad 
(BECK:BAI) e Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI-2). Se analizaron 
los datos recabados a través de la prueba de Wilcoxon, donde se obtuvo que la depresión 
disminuyó de manera significativa entre la evaluación basal (o primera) y la segunda 
evaluación, sucediendo lo mismo con el nivel de ansiedad, variable en la que también se 
observó una disminución en la tercera evaluación comparado con la segunda. Mientras 
que la ira-estado disminuye conforme avanzan las evaluaciones, sin embargo, ningún dato 
logró significancia estadística. Por lo que se sugiere continuar con el estudio del 
tratamiento de adicciones, ya que representa una gran área de oportunidad para la 
investigación en México. 
 
 
 
 
 
 
5 
 
ABSTRACT 
Addictions are a serious problem of international public health, they use to be 
present along with other mental and behavioral disorders, complicating their course and 
prognosis. In Mexico, according to the Sectorial Program of Health 2013-2018, it is of 
great importance to consolidate the process of regulation of addictions specialized 
establishments, in order to ensure the quality and safety in their service. In addition, just 
13.5% from the total of establishments within the State, where this study took place, were 
recognized by the National Board Against Addictions in 2017, from which, none of them 
works under the Twelve Steps Model of Treatment. Furthermore, 34% from the total of 
the unrecognized establishments present “bad practices”. Thus, the objective of this 
investigation was to evaluate the effect of the Twelve Steps Residential Treatment Model 
on the mental health of people with drug dependency. This is a longitudinal and quasi-
experimental study, which consists of three evaluations, and had the participation of 58 
people. The tests and instruments used in this evaluation were: Social, Demographic and 
Drug Use Questionnaire, Mini-mental State Examination, Beck Depression Inventory 
(BECK:BDI), Beck Anxiety Inventory (BECK:BAI) and State-Trait Anger Expression 
Inventory (STAXI-2). Obtained information was analyzed through the Wilcoxon Text. 
Results were the following: depression and anxiety levels decreased significantly between 
the basal (or the first) evaluations, and the second evaluations, similarly, anxiety level 
decreased significantly in the third evaluation when compared to the second evaluation. 
Whereas, the level of anger-state decreased as the evaluations go on, but it did not obtain 
statistical significance. Therefore, it is suggested to continue with the study of addictions 
treatments, which represents a big opportunity of the research fields in Mexico. 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
ÍNDICE 
1. Introducción ………………………………………………………….……… 7 
2. Antecedentes ………………………………………………………………… 8 
3. Planteamiento del problema …………………………………………………. 10 
4. Justificación ……………………………………………………………......... 13 
5. Marco teórico ………………………………………………………………... 15 
6. Objetivos ……………………………………………………………….......... 29 
6.1 Objetivo general ……………………………………………………... 29 
6.1.1 Objetivos específicos ………………….…………………… 29 
7. Hipótesis ……………………………………………………………….......... 30 
8. Metodología …………………………………………………………………. 31 
8.1 Diseño de la investigación …………………………………………… 31 
8.2 Universo ……………………………………………………………... 31 
8.2.1 Unidades de observación …………………………………... 31 
8.2.2 Muestra ……………………………………………….......... 32 
8.2.2.1 Criterios de selección ……………………….......... 33 
8.3 Instrumentos ……………………………………………………......... 33 
8.4 Variables de estudio …………………………………………….......... 34 
8.5 Proceso para la obtención de la información ……………………......... 38 
8.6 Cronograma …………………………………………………….......... 45 
8.7 Consideraciones éticas ………………………………………….......... 47 
9. Resultados …………………………………………………………………… 54 
10. Discusión ……………………………………………………………………. 61 
10.1 Limitaciones ………………………………………………………... 66 
11. Conclusiones ………………………………………………………………… 67 
12. Recomendaciones …………………………………………………………… 68 
13. Referencias bibliográficas …………………………………………………… 69 
14. Anexos …………………………………………………………………......... 80 
 
 
 
 
7 
 
1. INTRODUCCIÓN 
El presente estudio intenta evaluar el impacto de recibir un tratamiento residencial 
para adicciones sobre algunos indicadores de la salud mental,como lo son los niveles de 
depresión, de ansiedad, y de la ira manifestada dentro del internamiento. 
Hay distintas investigaciones que explican el fenómeno de las adicciones, así como 
el impacto de los diferentes tipos de tratamiento en el cese del consumo, sin embargo, son 
pocas las que se enfocan en conocer lo que sucede dentro de los Centros de tratamiento, 
y de qué manera impacta sobre su conducta y, en general, sobre su salud mental. 
La salud mental es un concepto bastante amplio, el cual, la Organización Mundial de 
la Salud (OMS, 2013) intenta definir de la siguiente manera: “Estado de bienestar en el 
cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones 
normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer 
una contribución a su comunidad”. Por lo que sucede lo mismo que con el concepto de 
salud otorgado por la OMS, donde se describe un estado donde es difícil que algún 
individuo se encuentre, lo cual resultó difícil para la selección de variables que se 
incluyeran dentro de la investigación, además, por ello se realizó un estudio donde se 
evaluaran los niveles basales de depresión, ansiedad e ira, para poder comparar la 
diferencia con una evaluación posterior, y casi al término del mismo tratamiento 
residencial. 
En el Estado donde fue realizado el estudio, existen diversas instituciones dedicadas 
al tratamiento de adicciones, sin embargo, es muy bajo el porcentaje que cumplen lo 
criterios para ser reconocidos por la Comisión Nacional Contra las Adicciones 
(CONADIC), lo cual debe captar la atención de los dirigentes de Organismos reguladores, 
así como de la población en general, ya que los usuarios de estos tratamientos son 
personas que deben tener pleno goce de los Derechos Humanos, así como de los 
principios éticos que deben regir las intervenciones. 
Los resultados del estudio dan un acercamiento a las consecuencias de la situación 
que se vive dentro de estas instituciones, al menos en cuestión de salud mental, pero esto 
es sólo una pequeña parte de todo lo que debemos avanzar en conocimiento de la realidad 
y cambio de paradigmas sociales y culturales. 
 
8 
 
2. ANTECEDENTES 
Existen diferentes estudios relacionados al consumo de sustancias y su 
comorbilidad psiquiátrica, por ello, se ha incrementado el interés por conocer su 
prevalencia y buscar mejorar su diagnóstico y tratamiento (Becoña et al., 2007). 
Uno de los estudios que anteceden al presente es de corte transversal, con una 
muestra intencional de 306 usuarios de drogas estimulantes, divididos en un grupo de 
consumo de cristal/ice, y otro de cocaína/crack. En sus resultados se encontró que ambos 
grupos reportan niveles de severidad moderados en impulsividad, depresión y autoestima, 
por lo que no hay diferencias entre los grupos, lo que permitiría desarrollar alternativas 
similares de intervención (Jiménez, García y Balanzario, 2006). 
En un estudio de revisión bibliográfica se encontró que la depresión ha sido 
asociada a otras conductas como adicciones, suicidio y violencia. Se sabe de la presencia 
conjunta de trastornos depresivos y otros problemas de salud, como enfermedades del 
corazón, diabetes mellitus, hipertensión arterial, desnutrición, enfermedad de Parkinson, 
síndrome de intestino irritable, trastorno de ansiedad, suicidio e ideación suicida y 
complicaciones en el tratamiento de cáncer, entre otros (Wagner, González, Sánchez, 
García y Gallo, 2012), sin embargo estos resultados se enfocan en la comorbilidad de la 
depresión y no en la de las adicciones, que es la que compete a este estudio. 
El inicio y el mantenimiento de la conducta de consumo de sustancias, como el 
tabaco, están asociados a los efectos producidos por la dependencia física y a efectos 
sobre el estado de ánimo, sobre todo que es usado para aliviar las sensaciones de malestar 
producidas por la depresión, como una manera de “automedicación” (Urdapilleta et al., 
2010). En diversos estudios se ha concluido que existe una relación bidireccional entre la 
causa y el efecto de la depresión y el tabaquismo (Medina et al., 2006; Salín, Alcocer, 
Alejo, 2003; Pasco et al., 2008, Urdapilleta et al., 2010). 
En un Bachillerato Técnico de Yucatán, durante el ciclo escolar 2009-2010, se 
estudió a 208 estudiantes, de los cuales se identificaron los casos con depresión para 
relacionarlos con otras variables. De estas relaciones se obtuvo que el 36% tiene 
problemas con su consumo de alcohol, el 20% con el tabaco y el 7% con otras drogas. 
Por otro lado, de los casos sin depresión, el 1% tenía problemas con el consumo de 
alcohol, el 0.5% con tabaco, y el 0.5% con otras drogas. Por lo que es notoria la relación 
entre la presencia de depresión y el consumo de sustancias psicoactivas. Y, además de la 
9 
 
depresión, el consumo de sustancias fue asociado al divorcio de los padres, problemas en 
la escuela, antecedentes familiares de depresión y/o suicidio, acoso sexual, y 
discriminación por su orientación sexual (Zapata y Ordoñez, 2011). 
Existe un gran estudio realizado en Estados Unidos en 1994 llamado 
“Epidemiologic Catchment Area Study (ECA)”, que, a través de la aplicación de una 
entrevista estructurada a una muestra de 20,291 personas, considerando sujetos de la 
comunidad, instituciones de salud mental y prisiones, obtuvieron como resultados más 
relevantes que el 6.1% de la muestra presentó trastorno por consumo de drogas, y de este 
grupo, un 53.1% un trastorno dual. Donde la prevalencia de los trastornos del estado de 
ánimo fue de un 8.3%, mientras que los trastornos de ansiedad tuvieron un 14.6%. 
También, a través del estudio ECA, se conoce que los trastornos que permanecen a lo 
largo de la vida en comorbilidad con el consumo de sustancias son el trastorno antisocial 
de la personalidad con una prevalencia de 83.6%, el trastorno bipolar tipo I con el 60.7%, 
la esquizofrenia con el 47%, trastornos afectivos con un 32%, trastorno obsesivo 
compulsivo con el 32.8 %, y trastornos fóbicos con un 22.9% (National Institute of Mental 
Helth, 1994, citado en Becoña et al., 2007). 
 Otra de las variables asociadas al consumo de sustancias es el comportamiento 
antisocial. Se realizó un estudio para conocer si el consumo de marihuana, cocaína o 
metanfetaminas estaba asociado a un mayor número de actos antisociales, haciendo 
aplicación de instrumentos a una muestra de 40,029 estudiantes del nivel medio superior 
y superior. Dentro de sus resultados se muestra que los porcentajes más elevados de actos 
antisociales graves los tuvieron los usuarios regulares de metanfetaminas, conformados 
de un 26.9% hombres y un 24.7% mujeres (Razo et al., s.f.). 
En uno de los estudios que más se asemeja a las características del presente 
documento, es el elaborado por Marín, et al. (2013), donde estimaron la prevalencia de 
comorbilidad de los trastornos por consumo de sustancias con otros trastornos 
psiquiátricos en una muestra de hombres que se encontraban bajo tratamiento residencial 
es establecimientos de modalidad Ayuda Mutua al sur de la Ciudad de México. Dentro 
de sus resultados se encontró que el 75.72% cumplía con criterios diagnósticos para algún 
trastorno psiquiátrico comórbido, mostrándose como los de mayor prevalencia por orden: 
los trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador, los trastornos de 
ansiedad, ansiedad por separación, trastornos afectivos, trastornos por control de 
impulsos y, finalmente, los trastornos de la conducta alimentaria. 
10 
 
3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
Las adicciones son un grave problema de salud pública, ya que trae consigo 
consecuencias negativas a nivel individual, familiar, escolar, laboral, comunitario y 
social, además, que cada día se suman nuevas sustancias, patrones de consumo, modos y 
lugares de uso (Secretaría de Salud, 2009), y posee actualmente la atención ypreocupación prioritaria de varios países, por lo que se está empleando gran volumen de 
recursos y personal en su tratamiento y prevención (Secades y Fernández, 2001; 
CONADIC, 2012). 
 La patología dual en adicciones es bastante común, lo que complica el curso y 
pronóstico del trastorno adictivo. Existen algunas aseveraciones respecto al tema (Becoña 
et al., 2007): 
▪ En la práctica clínica de las drogodependencias las patologías duales representan un 
porcentaje considerable de la población que demanda los servicios. 
▪ En los servicios de salud mental, un 30-50% de los pacientes presentan un trastorno 
relacionado con el consumo de sustancias psicoactivas. 
▪ Existe una relación bidireccional como factores de riesgo entre trastorno por consumo 
de sustancias y otros trastornos mentales. 
▪ Y lo que es de suma importancia para este estudio, los usuarios con diagnóstico dual 
presentan mayor frecuencia de recaídas. 
Uno de los grupos de trastornos que ha sido asociado en mayor medida a las 
adicciones son los trastornos depresivos, los cuales se han convertido en un importante 
problema de salud pública, siendo responsables de una parte del sufrimiento, 
discapacidad y deterioro de la calidad de vida (Seijas, 2014), que no sólo se ha asociado 
al consumo de sustancias, sino a la violencia, sexo desprotegido, etc. la depresión ha 
aumentado en su prevalencia y se ha manifestado en edades más tempranas (Wagner et 
al., 2012). 
Existen bastantes estudios que hablan sobre el consumo de tabaco, alcohol y otras 
drogas, y su relación con depresión, tanto como factor causal como consecuencia, como 
es el caso durante el síndrome de abstinencia. Además, el consumo de sustancias 
psicoactivas tiene relación con otras situaciones negativas como las conductas 
antisociales, depresión, problemas familiares y escolares, entre otras (SISVEA, 2015; 
Razo et al., s.f.). 
11 
 
La ansiedad está relacionada con conductas de consumo de sustancias como alcohol, 
tabaco y otras drogas, ya que a través de ese consumo disminuyen el malestar y la 
activación fisiológica producidos por la ansiedad, sin embargo, estos consumos pueden 
hacerse cada vez más necesarios para aliviar los síntomas de ansiedad, o incluso para 
evitar el síndrome de abstinencia (Cano, Miguel, González e Iruarrizaga, 1994). 
En el año 2000, la OPS/OMS inició la evaluación del desempeño de las Funciones 
Esenciales de Salud Pública en las Américas, siendo la investigación, el desarrollo y la 
implementación de soluciones innovadoras en salud pública una de las funciones a las 
que se les evaluó su desempeño, la cual obtuvo la peor evaluación en la región de las 
Américas después de la función de garantizar la calidad de servicios de salud individuales 
y colectivos. Además, el sistema de información en salud mental es deficiente y requiere 
atención para poder mejorarlo de manera urgente (Organización de los Estados 
Americanos, 2013). 
Recientemente en el Estado donde se elaborará la investigación, la Comisión Nacional 
Contra las Adicciones (CONADIC) creó la Comisión Mixta para la Regulación de 
Establecimientos Residenciales en Adicciones con otras instituciones como la 
Procuraduría General de la República, Secretaría de la Defensa Nacional, sistema para el 
Desarrollo Integral de la Familia, Comisión de Derechos Humanos y Comisión Estatal 
para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COESPRIS). Esta regulación debe incluir 
mejoras en los modelos de tratamiento, ya sea en su diseño o en su aplicación (Secades y 
Fernández, 2001), siendo algunos de estos Modelos el de Doce Pasos, el Modelo de 
Comunidad Terapéutica y el Minnesota, de los cuales no se poseen pruebas suficientes 
para establecer su efectividad para el abandono de consumo y su impacto en los usuarios 
de sus servicios (Secretaría de Salud y Bienestar Social de Colima, 2016; Smith, Gates y 
Foxcroft, 2013). 
Por ello, las intervenciones en adicciones deberían ser evaluadas, y así determinar 
cómo funcionan, y la eficacia en la disminución o abandono del consumo, o reducción de 
los daños asociados al mismo (Organización de los Estados Americanos, 2013), lo que 
sugiere que, si el Modelo de tratamiento seleccionado para este estudio no ha sido 
evaluado en esta población, tampoco ha sido mejorado para ofrecer innovaciones o, al 
menos, no de manera fundamentada, es por ello que surge esta necesidad. 
En la revisión bibliográfica llevada a cabo, la depresión, ansiedad y las conductas 
violentas, así como otras alteraciones de la salud mental, son asociadas fuertemente con 
12 
 
el consumo de drogas, sin embargo, no existen datos suficientes y claros que indiquen el 
efecto que tienen las intervenciones del Modelo residencial de Doce Pasos ante la 
presencia de estos trastornos. 
Lo que nos lleva a la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuál es el efecto del 
Modelo de tratamiento residencial Doce Pasos en la salud mental de personas con 
drogodependencia en un Estado del Occidente de México en 2017-2018? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
13 
 
4. JUSTIFICACIÓN 
El presente proyecto de investigación pretende abordar un gran problema de Salud 
Pública tanto a nivel internacional, como nacional, que son las adicciones, agravándose 
por la presencia de patologías duales o alteraciones mentales, como la depresión, la 
ansiedad y la ira que es la principal detonadora de conductas violentas, existiendo 
distintas razones que le dan importancia a este tema, y se mencionan en este apartado. 
En los últimos años, el consumo problemático de drogas se ha ido transformando 
en un importante tema de la salud mental a nivel mundial con consecuencias en las áreas 
legal, económica, cultural, política, etc. (López, 2006), representando una preocupación 
cada vez mayor para el gobierno federal, los gobiernos estatales, los municipales y la 
población en general de nuestro país, por lo que se debe contar con los recursos necesarios 
para el tratamiento de adicciones, y así asegurar la calidad en los servicios mediante el 
establecimiento de condiciones y requisitos indispensables que regulen la prestación de 
estos (Secretaría de Salud, 2009). 
La investigación en materia de adicciones, según la NOM-028-SSA2-2009, para 
la prevención, tratamiento y control de las adicciones, tiene como objeto identificar 
grupos y factores de riesgo para orientar la toma de decisiones, también, promover el 
diseño e implementación de políticas en materia de adicciones, evaluar los modelos y 
programas preventivos, de tratamiento, rehabilitación y control, registrando ventajas y 
desventajas, así como sus repercusiones a nivel local y nacional (Secretaría de Salud, 
2009), ya que para mejorar su tratamiento se requiere una mayor comprensión de este 
fenómeno y la necesidad de una intervención integral, planteándose un fuerte reto para 
las autoridades en salud en el proceso de la búsqueda e implementación de estrategias y 
programas eficaces de promoción, prevención y tratamiento de las adicciones (Zapata, 
2009). 
Es necesario atender tanto los casos nuevos en adicciones a través de 
intervenciones preventivas, como los casos de consumo problemático a través de la 
intervención temprana, el tratamiento y el mantenimiento. Sin embargo, estas 
intervenciones requieren de evaluación, ya que existen estrategias y programas con 
buenas intenciones que posteriormente demuestran ser ineficaces o incluso perjudiciales. 
Esto debido a que las estrategias tácticas que emplean para amedrentar a los usuarios no 
son eficaces, además, los métodos de castigo o humillación también son ineficaces y 
14 
 
pueden tener un impacto negativo en la autoestima, lo que aumenta el riesgo de continuar 
el consumo de drogas (Organización de los Estados Americanos, 2013). 
Los trastornos de dependencia a sustancias se acompañan, en un porcentaje 
variable pero elevado, por otros trastornosmentales y del comportamiento, lo cual es 
determinante en la evolución y pronóstico, por lo que es requerido un abordaje terapéutico 
más complejo (Becoña et al., 2007). 
Las personas con trastornos mentales presentan tasas muy elevadas de 
discapacidad y mortalidad (Wagner et al., 2012), lo que representa un grave problema 
para el sistema de salud en México, sobre todo ante la presencia de patología dual ya que 
los afectados utilizan muy frecuentemente los servicios de salud, generando costos 
elevados (Becoña et al., 2007). 
Este proyecto se consideró viable ya que se identificaron claramente los escenarios 
donde podrán ser aplicados los instrumentos de medición, además se cuenta con el apoyo 
de Instituciones como la Coordinación Integral de Salud Mental, Accidentes y Adicciones 
de Colima (CISMAAC), Consejo Estatal Contra las Adicciones Colima (CECA), Centro 
Estatal de Prevención Social de Colima y el Departamento de Salud Pública del Centro 
Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara. Además, la 
investigadora principal cuenta con habilidades y conocimientos necesarios para el 
contacto e intervención con personas con dependencia a sustancias en tratamiento 
residencial. 
En 2017, el Estado donde se realizó la investigación cuenta con 37 centros de atienden 
problemas de adicciones, sin embargo, sólo 10 de ellos, que representan el 27%, cuentan 
con certificaciones de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (CONADIC) y de la 
Comisión de Derechos Humanos del Estado (CDHE) (Flores, 2017). Mientras que, en 
2016, CONADIC detectó “prácticas negativas” en 13 de estos centros de atención (Flores, 
2016). 
 
 
 
 
 
15 
 
5. MARCO TEÓRICO 
5.1 Salud mental 
La salud mental es definida por la OMS en 2013, como “un estado de bienestar en el 
cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones 
normales de la vida, trabajar de manera productiva, y es capaz de hacer una contribución 
a su comunidad”, concepto que se deriva de la definición del término “salud” de la misma 
OMS: “Estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia 
de enfermedad”, y se encuentra relacionada con la promoción del bienestar, la prevención 
de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las afectaciones por dichos 
trastornos (OMS, 2013). 
 
5.1.1 Depresión. 
Existe una diferencia entre el sentirse triste o melancólico por unos momentos o 
algunos días, a tener un trastorno depresivo, ya que este último interfiere con la vida diaria 
y el desempeño normal de las actividades, causando alteraciones tanto a quien lo padece 
como a sus personas significativas. La depresión es bastante común, pero es bastante 
grave, y la mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar, pero 
difícilmente son tratados, incluso no llegan a ser diagnosticados (Instituto Nacional de 
Salud Mental, 2009). En otra definición, la depresión es considerada una alteración 
patológica del estado del ánimo con un descenso del humor que termina en tristeza, que 
se acompaña de diversos síntomas y signos de tipo físico, emocional, cognitivo y 
conductual, alterando los ritmos vitales y persisten por un tiempo prolongado (mínimo 
dos semanas) (Seijas, 2014). 
La depresión se caracteriza por una serie de síntomas como sentimientos 
persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío, sentimientos de desesperanza y pesimismo, 
sentimientos de culpa, inutilidad, e impotencia, irritabilidad, inquietud, pérdida de interés 
en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, pérdida de apetito sexual, fatiga, 
falta de energía, dificultad para concentrarse y recordar detalles, dificultad para tomar 
decisiones, insomnio o dormir demasiado, comer excesivamente o perder el apetito, 
pensamientos o intentos de suicidio, dolores y malestares físicos persistentes (Instituto 
Nacional de Salud Mental, 2009). 
16 
 
Ya es sabido que la depresión está asociada a conductas suicidas, uso y abuso de 
sustancias (Zapata y Ordoñez, 2011), además, las personas con nivel bajo de educación 
en México tienen mayor riesgo de sufrir depresión (Encuesta Nacional de Epidemiología 
Psiquiátrica, 2001; 2002, citado en Wagner et al., 2012). 
 
5.1.2 Ansiedad. 
La ansiedad se da por la valoración de amenaza de una situación que se está 
viviendo y no percibe como suficientes sus estrategias de afrontamiento ante dicha 
situación para neutralizar la amenaza (Lazarus y Folkman, 1986, citado en Cano, Miguel, 
González e Iruarrizaga, 1994). Existen diferencias individuales en las manifestaciones de 
ansiedad, entre fisiológicas (fuertes reacciones autonómicas en el estómago, alta 
respuesta cardiovascular, afectaciones al sistema respiratorio o a la garganta) y respuestas 
de consumo (comer, sustancias), produciéndose un incremento de la necesidad de 
consumir, como de la ansiedad que se intenta controlar o quitar, y si se produce 
dependencia a la sustancia, la ansiedad será intensa en la fase de abstinencia (Cano, 
Miguel, González e Iruarrizaga, 1994). 
En ciertos sujetos, después de dosis elevadas de marihuana y cocaína se puede 
presentar ansiedad, estado de ánimo desagradable, síntomas paranoides, ataque de pánico 
y episodios psicóticos. Y los trastornos mentales asociados al consumo de marihuana son 
ansiedad y depresión, esquizofrenia y trastornos de la personalidad. Mientras que, en el 
síndrome de abstinencia tanto de cocaína como de marihuana, también se caracteriza por 
la presencia de ansiedad e inquietud. Dentro de los efectos crónicos de los inhalables se 
encuentran la irritación de vías respiratorias, ansiedad, depresión, pérdida de memoria, 
complicaciones por mal funcionamiento del hígado y los riñones, problemas de la vista y 
oído, dificultad para caminar, espasmos, daño neuronal, etc. (Angulo, et al., 2014). 
 
5.1.3 Ira. 
La ira se trata de una reacción emocional primaria que aparece cuando se es 
bloqueada la persecución de una meta o la satisfacción de una necesidad, además, cumple 
funciones adaptativas para el ser humano, como lo es la autodefensa, y la modificación 
de aspectos que nos disgustan, entre otros. La ira se compone, según Oliva, Hernández y 
Calleja (2010), por Ira Estado, que se refiere a la intensidad de los sentimientos de ira 
17 
 
y el grado en que el sujeto siente que está expresando su ira en un momento 
determinado, y por la Ira Rasgo, que se trata de la frecuencia con la que el sujeto 
experimenta sentimientos de ira a lo largo del tiempo. 
La violencia se ha convertido en parte de la sociedad, generando graves problemas 
en la salud pública (Klevens, 2005), ya que además de las lesiones físicas, existe el daño 
psicológico para el agresor, el agredido y los testigos, ya que pueden desarrollar estrés 
postraumático, ansiedad, depresión, sentimientos de vulnerabilidad, etc. (Guevara, 2009). 
La agresión puede ser física y verbal, y se pueden diferenciar dos tipos: la hostil, 
que consiste en tener un comportamiento agresivo de forma física o verbal básicamente 
motivado por sentimientos de ira, y la agresión instrumental, que intenta obstaculizar el 
logro de un objetivo, la cual no está motivada por la ira (Castaño, Restrepo y Uribe, 2014). 
Las causas de las conductas violentas son múltiples y bastante complejo para comprender, 
las teorías han abarcado factores neurobiológicos, psicológicos, sociales y culturales 
(Castaño, Restrepo y Uribe, 2014). 
 
 
5.2 Enfermedades crónicas no transmisibles 
 “Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), anteriormente 
conocidas como enfermedades crónicas degenerativas, son afecciones de larga 
duración con una progresión generalmente lenta, representan la causa de 
defunción más importante en el mundo, pues acaparan un 63% del número total 
de muertes anuales, matan a más de 36 millones de personas cada año y cerca del 
80% de las muertespor ECNT se concentran en los países de ingresos bajos y 
medios”. (OMS, 2013). 
 
“El año 2015 ha sido memorable por la decisión histórica adoptada por los 
líderes mundiales en dos reuniones internacionales de alto nivel: incluir en los 
nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible mundiales a las ECNT como un 
importante problema sanitario que no se abordó en los Objetivos de Desarrollo del 
Milenio, asimismo, en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada en 
la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (Nueva 
York, del 25 al 27 de Septiembre de 2015), se reconoce que estas enfermedades 
18 
 
constituyen un grave impedimento para el desarrollo sostenible y como parte de 
la Agenda, los Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a formular 
respuestas nacionales ambiciosas para la implementación general de la Agenda, y 
en particular de las siguientes metas (OMS, 2016): 
• 3.4: De aquí a 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por 
ECNT mediante su prevención y tratamiento, y promover la salud mental 
y el bienestar. 
• 3.5: Fortalecer la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias 
adictivas, incluido el uso indebido de estupefacientes y el consumo nocivo 
de alcohol. 
La salud pública se debate constantemente para contener las enfermedades 
infecciosas, modificar los comportamientos y modos de vida que van cambiando 
conforme a la época que vivimos y disponer de dinero suficiente para acometer 
estos y muchos otros problemas sanitarios”. 
 
A medida que la comunidad internacional entra en la era del desarrollo sostenible, 
el panorama sanitario mundial se conforma bajo la influencia de tres desastres de efecto 
retardado: el cambio climático, la ineficacia de cada vez más antimicrobianos principales, 
y el aumento de ECNT como principales causas de defunción en todo el mundo. Estos no 
son desastres naturales, son desastres generados por políticas que ponen los intereses 
económicos por encima de las preocupaciones por las vidas humanas y el planeta que las 
sustenta, de continuar así, estos desastres de efecto retardado llegarán finalmente a un 
punto de inflexión en el que el daño hecho será irreversible (OMS, 2016). 
 
Por lo que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible procura asegurar que 
estos y muchos otros desastres se puedan evitar, además, de orientar para transformar la 
manera en que funcionan el mundo y los sistemas internacionales que lo gobiernan. El 
propósito de la Agenda consiste en hacer frente, de manera integral e interactiva, a las 
causas profundas de los numerosos males que afectan al mundo, desde la degradante 
miseria de la pobreza hasta las consecuencias del terrorismo y la violencia (OMS, 2016). 
 
Los dirigentes mundiales están preocupados por el problema que representan las 
drogas en todo el mundo, así como por la necesidad de ampliar y equilibrar la respuesta 
mediante la adopción de un enfoque de salud pública, están preocupados por un sistema 
19 
 
humanitario abrumado que necesita reformas impostergables. Esta preocupación se 
refleja en la primera Cumbre Humanitaria Mundial que se celebró en Estambul, Turquía 
(OMS, 2016). 
La adicción se considera como una enfermedad crónica del cerebro, ya que 
modifica la estructura y funcionamiento del mismo, que se caracteriza por la búsqueda y 
consumo compulsivo de drogas, pese a las consecuencias negativas que pueda traer dicho 
consumo a la persona y a los que le rodean (National Institute on Drug Abuse, 2014). 
 
5.2.1 Adicciones. 
Como ya fue mencionado, la adicción, vista como enfermedad crónica, afecta a 
una persona, ésta ya no puede dejar de consumir sólo con la intención de hacerlo, ya que 
existen cambios cerebrales que llevan a la persona de un consumo voluntario a un 
consumo compulsivo, igual que otras enfermedades crónicas, la drogodependencia puede 
tratarse exitosamente como ECNT, y lograr la estabilidad del paciente, sin embargo, en 
caso de no tratarse, la enfermedad seguirá su curso degenerativo y mortal, por otro lado, 
también pueden presentarse recaídas, donde se debe ajustar el tratamiento para lograr el 
control del consumo. (National Institute on Drug Abuse, 2012). 
 
“México fortalecerá las estrategias para reducir enfermedades no transmisibles, 
como parte de la Agenda del Desarrollo Sostenible 2030, en septiembre de 2015, 
Pablo Kuri Morales, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, quien 
asistió en representación del Secretario José Narro Robles, y ante Margaret Chan, 
directora de la Organización Mundial de la Salud, ministros y representantes de 
alto nivel, precisó que la salud mental y el fortalecimiento de la prevención y el 
tratamiento del abuso de sustancias adictivas, incluyendo tabaco y alcohol, son 
políticas fundamentales para el logro de los objetivos para 2030”. (El Universal, 
24 de mayo 2016). 
 
Se considera adicción o dependencia, según la Secretaría de Salud (2009) al estado 
psicofísico causado por la interacción de la persona con un fármaco, alcohol, tabaco u 
otra droga, y se caracteriza por la modificación del comportamiento y otras reacciones 
que comprenden siempre un deseo e impulso incontrolable por consumir la sustancia de 
manera continua y periódica para experimentar los efectos psíquicos y/o evitar el malestar 
producido por la privación del consumo. 
20 
 
Las drogas de impacto en el país durante el 2008 se presentaron en el siguiente 
orden: marihuana, inhalables, alcohol, cocaína, metanfetaminas, tabaco, heroína, entre 
otras, mientras que en el 2014 el alcohol, la marihuana y las metanfetaminas ocuparon 
los tres primeros lugares en ese orden (SISVEA, 2008; 2014). 
 
5.2.1.1 Adicciones químicas. 
“En las Américas, el costo de las drogas ilícitas ha crecido extraordinariamente en 
los últimos años, pero con diferentes repercusiones sobre los países productores, 
consumidores y de tránsito. Para mitigar dichas repercusiones, en las políticas sobre 
drogas se debe abordar no solo la oferta sino también la reducción de la demanda y de 
los daños”, afirmaron varios expertos en una mesa redonda organizada por la 
Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) 
y la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la 
Organización de Estados Americanos (OEA) para observar el Día internacional de la 
Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas (26 de Junio) (OPS, 2012). 
“Aunque los trastornos debidos al consumo de sustancias son más prevalentes en 
los países desarrollados de las Américas, la carga de esos trastornos sobre la salud, 
en particular en cuanto a años de vida ajustados en función de la discapacidad, es 
desproporcionadamente alta en los países de ingresos bajos y medios”, afirmó el 
doctor Jon K. Andrus, Director Adjunto de la OPS. “Otras consecuencias 
desfavorables del tráfico y del consumo de drogas incluyen delincuencia, 
violencia, corrupción y violación de los derechos humanos”. (OPS, 2012). 
 
“La reducción de la demanda reviste prioridad para garantizar un planteamiento 
integral y equilibrado que permita resolver el problema mundial causado por las 
drogas, pues nos consta que el abuso es un problema social y sanitario que requiere 
un enfoque multisectorial e interdisciplinario”, dijo Álvaro Briones, Director de 
Políticas y Programas de Seguridad Multidimensional de la Secretaría de la OEA. 
(OPS, 2012). 
Según los cálculos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito 
(ONUDD), más de 40 millones de personas en las Américas (6,9% de la población de 15 
a 64 años de edad) habían usado cannabis hasta el 2006. Unos 10 millones habían 
consumido cocaína; 5,7 millones, estimulantes del tipo de la anfetamina; y 2,2 millones, 
21 
 
heroína. En los últimos años, la tendencia en las Américas ha sido el uso creciente de 
drogas del tipo dela anfetamina, debido a la disponibilidad de los precursores químicos 
necesarios para sintetizar las metanfetaminas. En América del Sur, el consumo de 
cannabis y de cocaína también va en aumento (OPS, 2012). Mientras que el reporte del 
Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (SISVEA) del año 2004 refiere 
que la droga de impacto número uno en Colima fue la metanfetamina con un 59.4%, 
mientras que para Jalisco fue la cocaína con un 56.6%. 
Las posibles consecuencias para la salud de ese consumo de drogas comprenden 
desde la infección por el VIH/SIDA y la hepatitis B y C (por inyección de drogas), hasta 
dependencia, sobredosis, suicidios y lesiones. El consumo ocasional de drogas puede 
también aumentar el riesgo de accidentes, lesiones y problemas interpersonales (OPS, 
2012). 
“El proceso mediante el cual una persona pasa desde una adicción activa hacia la 
recuperación sostenida, está en realidad basado en una toma de conciencia 
progresiva acerca del problema, y la necesidad de cambios que influyen en la 
motivación “. (Vallejos, Orbegoso y Capa, 2007). 
Las adicciones se caracterizan por una falta de control sobre la conducta del 
consumo de sustancias, sin embargo es relativo, ya que no es continua, pues la persona 
puede decidir no consumir la sustancia o consumirla en pequeñas cantidades, sin 
embargo, después de un período de tiempo suficientemente largo, o en ocasiones uno 
breve, se vuelve a presentar la conducta de consumo, ya sea la misma sustancia, u otra 
que utilice como sustituta, todo pese a la voluntad de la persona (López, 2006). 
Otra característica de las adicciones es que los intereses de la persona están 
influidos por su vínculo con la sustancia, ya que la sustancia comienza a tomar un lugar 
privilegiado en la psique de la persona, desde el nivel conductual, cognitivo, emocional 
y relacional, donde todo comienza a girar en torno de la obtención de la sustancia, o la 
expectativa del asociado, o la generación de las condiciones para su consumo (López, 
2006). Las drogas no son causantes directas de violencia, sino que estimulan la 
desinhibición en las personas (Jiménez, García y Balanzario, 2006). 
La adicción a las drogas ha alcanzado una gran importancia por su difusión, 
consecuencias sociales y sanitarias durante las últimas décadas. Es considerada un grave 
problema de salud pública debido a los graves problemas socio-sanitarios que trae 
consigo, como el coste que representa en términos de vidas, comorbilidad con patologías 
22 
 
somáticas y psiquiátricas, delitos contra la sociedad, descenso de la productividad laboral, 
conflictos familiares, por mencionar algunos (Martín y Lorenzo, 2009). 
Se considera una droga a un gran número de sustancias que cumplen con ciertas 
características: ser sustancias que alteraran o modifican una o varias funciones psíquicas 
del organismo vivo en la que se introduzcan, inducen a repetir su autoadministración por 
el placer que generan, el detener el consumo puede causar un gran malestar físico y 
psicológico, y no tienen un uso terapéutico. Existen drogas que son aceptadas socialmente 
y que su producción y venta están legalmente permitidos, y otras drogas que se encuentran 
sancionadas social y legalmente. También se habla que el consumo de la sustancia debe 
estar asociado con la existencia de una nocividad social para poder considerar dicha 
sustancia como una droga; esta nocividad social puede ser familiar (conflictos de relación, 
abandono de responsabilidades, etc.), laboral (disminución de rendimientos, incremento 
de la accidentabilidad, absentismo, etc.) y personal (deterioro socioeconómico, conductas 
de vagabundeo, actos delictivos, proselitismo hacia el consumo, etc.) (Martín y Lorenzo, 
2009). 
Dentro del consumo de drogas se pueden diferenciar tres grandes epatas, el uso, 
el abuso y la dependencia. Entendiendo al uso como el simple consumo de una sustancia 
sin que se produzcan consecuencias médicas, sociales, familiares, etc., considerando ser 
un consumo aislado, ocasional, sin tolerancia o dependencia. Mientras, el abuso es el 
consumo inadecuado en cantidad, frecuencia o finalidad. Y, finalmente, la dependencia, 
considerada el estado de intoxicación periódica o crónica producida por el consumo 
repetido de una droga natural o sintética y caracterizado por el deseo dominante para 
continuar tomando la droga y obtenerla por cualquier medio, la tendencia a incrementar 
la dosis, la dependencia física y psicológica, con síndrome de abstinencia cese del 
consumo de la droga, y con efectos nocivos para el individuo y para la sociedad (Martín 
y Lorenzo, 2009). 
Siguiendo en el tema, el abuso de sustancias es el uso no médico de sustancias, en 
general auto administradas, con el propósito de cambiar su humor, alterar la percepción 
de sí mismo o de su ambiente, experimentar nuevas sensaciones y aumentar la capacidad 
funcional del consumidor en situaciones sociales, por otro lado la dependencia es el 
estado psíquico, y en ocasiones físico que se caracteriza por modificaciones del 
comportamiento, como compulsiones para ingerir droga de forma continua o periódica 
para evitar los malestares del síndrome de abstinencia, y que según el CIE-10, se define 
23 
 
como el deseo intenso de consumo, disminución de la capacidad de control, abandono de 
otras actividades, dedicación de mucho tiempo al consumo, desarrollo de tolerancia a la 
sustancia, síndrome de abstinencia y persistencia en el consumo a pesar de los perjuicios 
(San Narciso, 1998). 
La dependencia se clasifica en dependencia psíquica y física. La psíquica se 
entiende como una condición causada por el placer y sensación de satisfacción debido al 
consumo de una droga, lo que motiva al sujeto a repetir su consumo para seguir 
experimentando placer o evitar el malestar, mientras que la dependencia física es 
entendida como un estado adaptativo caracterizado por la aparición de trastornos físicos 
intensos cuando se suspende la administración de la sustancia (San Narciso, 1998). 
El reconocer que se tiene el problema de adicciones es un proceso con bastante 
resistencia, así como la solicitud de ayuda o apoyo, ya que la persona con depresión está 
desmotivada y muchas veces ve con insignificancia cualquier intento de ayuda por parte 
de un tratante con sus problemas. Mientras que en las adicciones el proceso es más 
complejo aún, ya que la negación del problema se hace evidente, así como las 
consecuencias de su consumo en sus relaciones interpersonales (Seijas, 2014). 
 
5.2.1.2 Drogas químicas. 
Los efectos de las drogas son múltiples, dependiendo de factores como la pureza, 
la vía de administración, la dosis, frecuencia de consumo y otros factores circunstanciales 
como el entorno, lugar, la mezcla con otras sustancias, etc., así como de sus efectos sobre 
el sistema nervioso central, que pueden ser efecto depresor, estimulante o alucinógeno, 
dependiendo del tipo de sustancia (Jiménez, García y Balanzario, 2006). En las sustancias 
estimulantes, el craving, la paranoia y la depresión pueden ocurrir cuando se encuentran 
en abstinencia (Jiménez, García y Balanzario, 2006). 
El problema del consumo de drogas viene arraigado de la costumbre ancestral del 
abuso de alcohol y tabaco. En tanto a las drogas ilegales, los países productores y de 
tránsito se han convertido en consumidores también, como es el caso de nuestro país, 
produciendo un daño mayor a la salud y a la armonía social (CONADIC, 2012). El uso, 
abuso y dependencia de drogas ocasionan pérdidas incalculables en forma de años de vida 
saludable, baja productividad, ausentismo laboral, deserción escolar y sobreutilización de 
servicios de salud (CONADIC, 2012). 
24 
 
5.3 Tratamientos para adicciones 
Existen diferentes programas para el tratamiento de las adicciones, un programa 
bien estructurado deberá considerar sesiones periódicas y frecuentes de apoyo en lasprimeras semanas, ya que los síntomas del síndrome de abstinencia en este período son 
más intensos, sobre todo con técnicas con enfoque cognitivo-conductual, además, 
también es recomendado combinarlo con tratamiento farmacológico para tratar los 
síntomas de privación, y se debe estar atento a la aparición alteraciones del estado de 
ánimo o síntomas de ansiedad, para prescribir fármacos de apoyo cuando sea necesario. 
Por último, es importante llevar un seguimiento de 8 meses a 1 año, con citas periódicas 
para reforzar las razones para mantenerse en abstinencia mediante técnicas de enfoque 
cognitivo-conductuales, y así prevenir recaídas (Seijas, 2014). 
Para la Secretaria de Salud (2009), el tratamiento de adicciones se define como el 
conjunto de acciones que buscan conseguir la abstinencia o la reducción del consumo de 
sustancias psicoactivas, reducir riesgos y daños, e incrementar el bienestar biopsicosocial 
del usuario y su familia, y puede ser de modalidad residencial o no residencial. 
Existe el término de “Capital de Recuperación”, introducido por Grandfield y 
Cloud (1999; 2001), el cual se refiere a la cantidad y cualidad de recursos internos y del 
ambiente del individuo, en los cuales se apoya para mantener la recuperación del 
problema de adicción a las drogas (Zapata, 2009). 
Las Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (2008) mencionan 
que las áreas para incrementar el Capital de Recuperación y que son base para las 
intervenciones son: 
1. Asistencia y soporte en vivienda 
2. Acceso o continuidad en procesos educativos 
3. Atención a las necesidades en salud física y mental 
4. Posibilidad para el desarrollo de habilidades vocacionales y oportunidades de empleo 
5. Soporte y empoderamiento familiar 
6. Aprendizaje de actividades alternativas y utilización adecuada del tiempo libre 
7. Soporte legal 
8. Acompañamiento, apoyo de pares y grupos de apoyo 
9. Espacios y medios para el desarrollo espiritual 
 
25 
 
5.3.1 Tratamiento residencial. 
El objetivo de los Programas de Rehabilitación es obtener el máximo nivel de 
independencia de sus pacientes, tomando en cuenta sus capacidades y aspiraciones de 
vida. Ahora bien, la Rehabilitación que es una etapa de prevención de recaídas, donde se 
atiende a las necesidades de las personas que han concluido un programa de 
desintoxicación, o que, habiendo desarrollado dependencia, no presentan síntomas de 
privación que exijan que se sometan a la etapa anterior de tratamiento. Los programas de 
prevención de recaídas o de rehabilitación tienen por objeto cambiar el comportamiento 
de los pacientes para que puedan poner freno al deseo de consumir sustancias 
(CEDHSLP, 2011). 
Existen establecimientos especializados en adicciones, los cuales proporcionan 
servicios para la atención específica de personas en consumo perjudicial o adicción a 
sustancias psicoactivas, y pueden operar bajo un modelo de atención profesional, de 
ayuda mutua o mixto (Secretaría de Salud, 2009). 
El Modelo de ayuda mutua se caracteriza por ofrecer el servicio por adictos en 
recuperación, el Modelo profesional es el servicio que brindan profesionales de la salud, 
y el mixto, como su nombre lo indica, es una mezcla de ambos (Secretaría de Salud, 
2009). 
Hay programas de rehabilitación residencial a corto y a largo plazo. Los 
programas de corto plazo suelen incluir un plan de desintoxicación en la primera etapa y 
duran de 30 a 90 días. Los programas de largo plazo por lo general no comprenden la 
abstinencia con supervisión médica y duran de seis meses a un año (CEDHSLP, 2011). 
Los servicios de rehabilitación de modalidad residencial tienen varias 
características en común: vida comunitaria con otras personas con adicción en 
recuperación; asesoramiento individual y en grupo para prevenir recaídas; gestión de los 
casos en forma individual; desarrollo de la capacidad para enfrentarla vida cotidiana; 
formación y experiencia laboral; servicios de vivienda y reinstalación, y apoyo al 
postratamiento (CEDHSLP, 2011). 
Existen diferentes programas para el tratamiento de las adicciones, un programa 
bien estructurado deberá considerar sesiones periódicas y frecuentes de apoyo en las 
primeras semanas, ya que los síntomas del síndrome de abstinencia en este período son 
más intensos, sobre todo con técnicas con enfoque cognitivo-conductual, además, 
26 
 
también es recomendado combinarlo con tratamiento farmacológico para tratar los 
síntomas de privación, y se debe estar atento a la aparición alteraciones del estado de 
ánimo o síntomas de ansiedad, para prescribir fármacos de apoyo cuando sea necesario. 
Por último, es importante llevar un seguimiento de 8 meses a 1 año, con citas periódicas 
para reforzar las razones para mantenerse en abstinencia mediante técnicas de enfoque 
cognitivo-conductuales, y así prevenir recaídas (Seijas, 2014). 
Según la NOM-028-SSA2-2009, para la prevención, tratamiento y control de las 
adicciones, los establecimientos de modalidad residencial deben contar con un aviso de 
funcionamiento, registro como institución especializada ante CONADIC, programa 
general que abarque tratamiento médico, psicológico y social y esté aprobado por 
CONADIC, un reglamento interno, manuales técnico-administrativos, guía operativa de 
referencia y contrarreferencia, los usuarios deberán estar separados por grupo de edad y 
género, personal suficiente, capacitado y con formación específica en adicciones para 
llevar a cabo las funciones del establecimiento, el número de usuarios admitidos en los 
establecimientos dependerá de su capacidad, sin ser rebasado, no deben ser utilizados 
procedimientos que atenten contra la dignidad, así como la integridad física y mental del 
usuario (Secretaría de Salud, 2009). 
Como lo marca la NOM-028-SSA2-2009, el ingreso de los usuarios en 
establecimientos bajo modelo profesional o mixto podrá ser voluntario, involuntario u 
obligatorio, mientras que en el modelo de ayuda mutua debe ser meramente voluntario u 
obligatorio. El ingreso voluntario requiere de solicitud del usuario por escrito, expresando 
el motivo; el ingreso involuntario se presenta sólo si el usuario requiere atención urgente 
o representa un peligro grave e inmediato para sí mismo o los demás, y requiere de la 
indicación de un médico por escrito, la solicitud de un familiar responsable, tutor o 
representante legal también por escrito, y en caso de extrema urgencia, el usuario puede 
ingresar por indicación escrita del médico a cargo del establecimiento; y el ingreso 
obligatorio ocurre cuando lo solicita una autoridad legal y el usuario lo amerite según 
examen médico (Secretaría de Salud, 2009). 
 
 
 
 
 
27 
 
5.3.1.1 Modelo de Tratamiento Doce Pasos. 
Los Doce Pasos surgen a partir de la organización de Alcohólicos Anónimos 
(AA), la cual da inicio en 1935 en Ohio, después de una reunión entre Bill Wilson y Bob 
Smith, dos personas con dependencia al alcohol que se dieron cuenta que se podría tratar 
el alcoholismo en grupos bajo un modelo basado en los valores y la espiritualidad. En 
1953 publicaron el libro donde se establecían los Doce Pasos: The Twelve Steps and The 
Twelve Traditions, que pese a las actualizaciones que ha recibido, permanece su 
estructura básica (Doga, 2015; Bartholomew y Simpson, 2000). 
Desde entonces, distintas organizaciones de tratamiento ambulatorio han 
adoptado los Doce pasos como modelo de tratamiento, como es el caso de AL-ANON, 
AL-ATEEN, NARC-ANON, Codependientes anónimos, así como distintos 
establecimientos de tratamiento residencial para adicciones, y no sólo para la dependencia 
al alcohol, sino para toda clase de sustancia y/o conducta adictiva, además de ser un 
tratamiento para personas que se encuentren vinculadas con las personas que posean una 
dependencia (Doga, 2015; Bartholomew y Simpson, 2000). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28 
 
LosDoce Pasos, de manera textual, son los siguientes (Alcohólicos Anónimos, 
1939): 
1. “Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se 
habían vuelto ingobernables. 
2. Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría 
devolvernos el sano juicio. 
3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, 
como nosotros lo concebimos. 
4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos. 
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la 
naturaleza exacta de nuestros defectos. 
6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros 
defectos. 
7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos. 
8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y 
estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos. 
9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto 
cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros. 
10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos 
equivocábamos lo admitíamos inmediatamente. 
11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto 
consciente con Dios como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que 
nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para 
cumplirla. 
12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, 
tratamos de llevar el mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios 
en todos nuestros asuntos”. 
 
La metodología de este Modelo de tratamiento consiste en la guía de un “Padrino”, 
que es una persona que se encuentre en recuperación de su adicción bajo los Doce Pasos, 
y tenga un tiempo considerable en abstinencia (Doga, 2015). 
 
29 
 
6. OBJETIVOS 
 
6.1 Objetivo general 
Evaluar el efecto del Modelo de Tratamiento Residencial Doce Pasos sobre 
algunos indicadores de la salud mental (depresión, ansiedad e ira- estado) de personas 
con drogodependencia en un Estado del Occidente de México en 2017-2018. 
 
 6.1.1 Objetivos específicos. 
▪ Realizar diagnóstico inicial de los indicadores de salud mental: depresión, ansiedad e 
ira-estado, de las personas que hacen uso de los servicios de los establecimientos de 
tratamiento residencial de adicciones bajo Modelo de Doce Pasos al iniciarlo. 
▪ Medir los indicadores de salud mental: depresión, ansiedad e ira- estado, de las 
personas que hacen uso de los servicios de los establecimientos de tratamiento 
residencial de adicciones bajo Modelo de Doce Pasos en la mitad del rango entre la 
primera y la tercera evaluación. 
▪ Realizar una medición final de los indicadores de salud mental: depresión, ansiedad 
e ira- estado, de las personas que hacen uso de los servicios de los establecimientos 
de tratamiento residencial de adicciones bajo Modelo de Doce Pasos. 
▪ Analizar los resultados de las tres evaluaciones de los indicadores de salud mental: 
depresión, ansiedad e ira- estado, de las personas que hacen uso de los servicios de 
los establecimientos de tratamiento residencial de adicciones bajo Modelo de Doce 
Pasos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
30 
 
7. HIPÓTESIS 
7.1 Hipótesis de trabajo 
Las personas que hacen uso de los servicios de establecimientos de tratamiento 
residencial de adicciones bajo el Modelo de Doce Pasos en un Estado del Occidente de 
México en 2017-2018 disminuyen sus niveles de depresión, ansiedad e ira- estado a lo 
largo de su estancia. 
 
7.2 Hipótesis nula 
Las personas que hacen uso de los servicios de establecimientos de tratamiento 
residencial de adicciones bajo el Modelo de Doce Pasos en un Estado del Occidente de 
México en 2017-2018 no muestran diferencias en sus niveles de depresión, ansiedad e 
ira- estado a lo largo de su estancia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
31 
 
8. METODOLOGÍA 
8.1 Diseño del estudio 
El presente estudio es longitudinal, de corte cuasi experimental, entendiendo que 
este esquema de diseño se caracteriza por la asignación de los participantes de manera no 
aleatoria, ya que la exposición fue manipulada por la investigadora, en este caso se 
seleccionaron grupos ya constituidos que se encuentran cautivos. 
Dentro de los estudios cuasi experimentales, existe el tipo llamado 
“antes/después”, el cual establece una medición previa a la intervención y otra posterior 
(Segura, 2003), donde se incluye la presente investigación, sólo que ésta se constituyó de 
tres mediciones, siendo la otra a la mitad de la intervención. 
 
8.2 Universo 
Hombres adultos que hacen uso de los servicios de establecimientos de 
tratamiento residencial para adicciones, con un diagnóstico de trastorno mental y del 
comportamiento debido al consumo de sustancias psicotrópicas, con síndrome de 
dependencia, actualmente en abstinencia en un medio protegido (F10-19.21, CIE-10), en 
un Estado del Occidente de México. 
 
8.2.1 Unidades de observación. 
Grupo de estudio: Resultado de las tres evaluaciones de los niveles de depresión, 
ansiedad e ira-estado de hombres adultos que hacen uso de los servicios de 
establecimientos de tratamiento residencial para adicciones bajo Modelo Doce Pasos, y 
que cuentan con un diagnóstico de trastorno mental y del comportamiento debido al 
consumo de sustancias psicotrópicas, con síndrome de dependencia, actualmente en 
abstinencia en un medio protegido (F10-19.21, CIE-10). 
 
 
 
 
32 
 
8.2.2 Muestra. 
La muestra fue obtenida a través de un muestreo probabilístico aleatorio simple. 
Su tamaño quedó conformado por 58 participantes mayores de 18 años, con diagnóstico 
de trastorno mental y del comportamiento debido al consumo de sustancias psicotrópicas, 
con síndrome de dependencia, actualmente en abstinencia en un medio protegido (F10-
19.21, CIE-10) y bajo tratamiento residencial de adicciones en un Estado del Occidente 
de México. 
Se utilizó la fórmula para poblaciones mayores de 10,000 personas, ya que la 
población de usuarios internados a nivel nacional es de 56,670 (SISVEA, 2016), y 
actualmente no existen datos confiables de la cantidad de usuarios internados sólo en el 
Estado donde se realizó la investigación. 
 
 
n = Z2 * p * q 
 (E)2 * 1000 
 
 
 
n = 1.962 * 6.4 * -5.4 = 54 
 (.05)2 * 1000 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
33 
 
8.2.2.1 Criterios de selección. 
 
Criterios de inclusión Criterios de exclusión Criterios de 
eliminación 
• Usuarios de 
establecimientos de 
tratamiento residencial para 
adicciones varonil. 
 
• Adultos. 
 
• Diagnóstico de trastorno 
mental y del 
comportamiento debido al 
consumo de sustancias con 
síndrome de dependencia, 
actualmente en un medio 
protegido (F10-19.21, CIE-
10). 
 
• En tratamiento residencial 
bajo Modelo Doce Pasos 
dentro del Estado 
seleccionado del Occidente 
de México. 
 
• Residentes del Estado 
donde se realizó la 
investigación. 
 
• No residentes del 
Estado donde se 
realizó la 
investigación. 
 
• Diagnóstico de 
dependencia no 
química. 
 
• Diagnóstico de 
dependencia a 
heroína. 
 
• Con deterioro 
cognitivo leve, 
moderado o severo. 
 
• Comorbilidad 
psiquiátrica (aparte de 
depresión y 
ansiedad). 
• Deseen abandonar el 
estudio. 
 
• No responda por 
completo los 
instrumentos. 
 
• Pérdida de 
cuestionarios de 
alguna de las 
evaluaciones. 
 
 
8.3 Instrumentos 
• Test Mini Mental (ver anexo 1) 
• Cuestionario de datos sociodemográficos y de consumo (ver anexo 2) 
• Inventario de Depresión (BECK:BDI) (ver anexo 3) 
• Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK:BAI) (ver anexo 4) 
• Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI 2) (ver anexo 5). 
 
 
34 
 
8.4 Variables de estudio 
VARIABLE DEFINICIÓN 
CONCEPTUAL 
DEFINICIÓN 
OPERACIONAL/ 
 
ESCALA DE MEDICIÓN 
Depresión En la Teoría de la Depresión de 
Beck (1972) se define la 
depresióncomo una serie de 
concepciones negativas de sí 
mismo. Se menciona que lo que 
inicia y mantiene los síntomas 
depresivos es la activación de 
ciertos esquemas de pensamiento 
distorsionado que contribuyen a 
la manera negativa en que el indi-
viduo percibe, codifique e 
interprete la información sobre sí 
mismo, sobre el mundo y sobre el 
futuro, como la 
sobregeneralización, las 
inferencias arbitrarias, el 
pensamiento dicotómico, la 
abstracción selectiva y la 
personalización (Galindo, Rojas, 
Meneses, Aguilar, y Alvarado, 
2016; Álvarez et al., 2009). 
 
Nivel de Depresión: 
▪ Mínimo (0-9 puntos) 
▪ Leve (10-16 puntos) 
▪ Moderado (17-29 puntos) 
▪ Severo (30-63 puntos) 
 
 
Ansiedad En la Teoría de Beck sobre 
ansiedad menciona que la 
percepción del peligro y la 
subsecuente valoración de las 
capacidades de uno para 
enfrentarse a tal peligro, que 
tienen un valor obvio para la 
propia supervivencia, aparecen 
sesgadas en la dirección de una 
sobreestimación del grado de 
peligro asociado a las situaciones 
y de una subvaloración de las 
propias estrategias para 
afrontarlo (Beck et al., 1989). 
 
Nivel de Ansiedad: 
▪ Mínimo (0-5 puntos) 
▪ Leve (6-15 puntos) 
▪ Moderado (16-30 puntos) 
▪ Severo (31-63 puntos) 
 
 
Ira La ira se compone por (Oliva, 
Hernández y Calleja, 2010): 
 
Ira Estado: Intensidad de los 
sentimientos de ira y el grado 
en que el sujeto siente que está 
Nivel de Ira Estado: 
▪ Mínimo (15-18 puntos) 
▪ Leve (19-25 puntos) 
▪ Moderado (26-36 puntos) 
▪ Severo (37-60 puntos) 
 
 
35 
 
expresando su ira en un 
momento determinado. 
 
Ira Rasgo: Frecuencia con la 
que el sujeto experimenta 
sentimientos de ira a lo largo 
del tiempo. 
 
 
 
Deterioro 
cognitivo 
Deficiente orientación espacio-
temporal, la fijación de la 
memoria inmediata, la capacidad 
de concentración y cálculo, 
lenguaje y construcción espacial 
(Lobo et al., 2002). 
▪ Normal (30 puntos) 
▪ Déficit leve (29 – 24 puntos) 
▪ Deterioro cognitivo (menos de 
24 puntos). 
✓ Leve (23–19 puntos) 
✓ Moderado (18–14 puntos) 
✓ Grave (13–0 puntos) 
 
Edad Tiempo que ha vivido una 
persona u otro ser vivo contando 
desde su nacimiento 
(Universidad de Oxford, 2017). 
 
Número de años cumplidos: 
18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, >25. 
Etapa del ciclo 
vital (grupo de 
edad) 
Etapas que las personas 
atraviesan a lo largo de la vida 
(Rojas, Gómez y Pazos, 2014). 
Etapa del ciclo vital: 
• Adolescencia (12 – 20 años). 
• Adultez temprana (21 - 40 
años). 
• Adultez intermedia (41 - 60 
años). 
Escolaridad División de los niveles que 
conforman el Sistema Educativo 
Nacional. Estos son: básico, 
medio superior y superior 
(INEGI, 2010). 
 
• Sin estudios 
• Primaria trunca 
• Primaria terminada 
• Secundaria trunca 
• Secundaria terminada 
• Bachillerato general trunco 
• Bachillerato general terminado 
• Bachillerato técnico trunco 
• Bachillerato técnico terminado 
• Licenciatura 
 
Ocupación Tipo de trabajo, empleo, puesto u 
oficio que la población ocupada 
realizó en su trabajo principal en 
la semana de referencia (INEGI, 
2005) 
Sistema Nacional de Clasificación 
de Ocupaciones (SINCO) (INEGI, 
2011): 
1. Funcionarios directores y jefes. 
2. Profesionistas y técnicos. 
3. Trabajadores auxiliares en 
actividades administrativas. 
4. Comerciantes, empleados en 
ventas y agentes de ventas. 
5. Trabajadores en servicios 
personales y vigilancia. 
36 
 
6. Trabajadores en actividades 
agrícolas, ganaderas, 
forestales, caza y pesca. 
7. Trabajadores artesanales. 
8. Operadores de maquinaria 
industrial, ensambladores, 
choferes y conductores de 
transporte. 
9. Trabajadores en actividades 
elementales y de apoyo. 
Estado civil Condición de una persona según 
el registro civil en función de si 
tiene o no pareja y su situación 
legal respecto a esto. 
• Soltero (a) 
• Casado (a) 
• Viudo (a) 
• Divorciado (a) 
• Unión libre 
• Separado (a) 
 
Sustancia de 
inicio 
Primera droga consumida en la 
vida (SISVEA, 2016). 
• Tabaco (cigarrillos, tabaco de 
mascar, puros). 
• Alcohol (cerveza, vinos, 
licores). 
• Cannabis (marihuana, hierba, 
mota, hachis). 
• Cocaína (coca, crack). 
• Anfetamina (o tipos) 
(metanfetamina, ice, hielo, 
foco, éxtasis, speed). 
• Inhalables (pegamento, 
gasolina, pintura, disolvente 
para pintura). 
• Sedantes (diazepam, clona, 
alprazolam, flunitrazepam, 
midazolam). 
• Alucinógenos (LSD, ácidos, 
ketamina, hongos). 
• Opiáceos (heroína, morfina, 
metadona, buprenorfina, 
codeína) 
• Otros (especificar) 
 
Sustancia de 
impacto 
Droga que el usuario consume 
con más capacidad para 
producirle consecuencias 
negativas, tanto en el área de 
salud, familiar, legal o laboral, y 
que es el motivo principal de la 
demanda (SISVEA, 2016). 
▪ Tabaco (cigarrillos, tabaco de 
mascar, puros). 
▪ Alcohol (cerveza, vinos, 
licores). 
▪ Cannabis (marihuana, hierba, 
mota, hachis). 
▪ Cocaína (coca, crack). 
37 
 
▪ Anfetamina (o tipos) 
(metanfetamina, ice, hielo, 
foco, éxtasis, speed). 
▪ Inhalables (pegamento, 
gasolina, pintura, disolvente 
para pintura). 
▪ Sedantes (diazepam, clona, 
alprazolam, flunitrazepam, 
midazolam). 
▪ Alucinógenos (LSD, ácidos, 
ketamina, hongos). 
▪ Opiáceos (heroína, morfina, 
metadona, buprenorfina, 
codeína) 
▪ Otros (especificar) 
 
Poliusuario La persona consume dos o más 
drogas (SISVEA, 2016). 
▪ Sí 
▪ No 
 
Voluntariedad En el ingreso a establecimientos 
residenciales de manera 
voluntaria el usuario hace 
expreso el motivo; en el ingreso 
involuntario se presenta sólo si el 
usuario requiere atención urgente 
o representa un peligro grave e 
inmediato para sí mismo o los 
demás; y el ingreso obligatorio 
ocurre cuando lo solicita una 
autoridad legal y el usuario lo 
amerite según examen médico 
(Secretaría de Salud, 2009). 
▪ Voluntario 
▪ Involuntario 
▪ Obligatorio 
Modelo de 
tratamiento 
Doce Pasos 
Modelo de tratamiento grupal 
basado en valores y 
espiritualidad, a través de una 
guía que consta de doce pasos 
para conseguir la recuperación 
(Doga, 2015; Bartholomew y 
Simpson, 2000). 
Un guía, llamado “padrino”, 
acompaña a su “ahijado” en el 
camino del cumplimiento de los 
Doce Pasos para conseguir su 
recuperación de la adicción (Doga, 
2015; Bartholomew y Simpson, 
2000). 
 
 
 
 
 
38 
 
8.5 Proceso para la obtención de la información 
Para el levantamiento de información se necesitan seguir ciertos pasos, cuidando 
la metodología y los aspectos éticos, de los que se habla más adelante a detalle. Cabe 
mencionar que todos los instrumentos e intervenciones que se realizaron con los 
participantes y/o personal de los Centros de Rehabilitación fueron llevados a cabo por la 
investigadora principal y por otros Licenciados en Psicología que dominan la aplicación 
de instrumentos, así como el manejo de situaciones extraordinarias, como realizar 
contención emocional. 
1. Gestión para la aplicación de la investigación. 
Se solicitó autorización por escrito a los Establecimientos para tratamiento de 
adicciones para la aplicación de los instrumentos a los usuarios que cumplan con los 
criterios de inclusión, así como para revisar sus expedientes para obtener el nivel 
socioeconómico y la fecha de ingreso al tratamiento de cada uno de ellos. Además, se 
buscó la firma de la carta de consentimiento informado de los usuarios participantes, 
donde aceptan, bajo completo conocimiento del proceso, formar parte de los participantes 
en la de investigación (ver anexo 6). 
2. Aplicación de la prueba Mini Mental. 
Las respuestas que otorgue una persona que presenta deterioro cognitivo de 
cualquier nivel no pueden ser consideradas confiables, y las personas que cuenten con 
drogodependencia están expuestos a este tipo de deterioro debido a los efectos de las 
sustancias que utilizan. Por ello,es necesaria la aplicación de la prueba Mini Mental para 
descartar a todos los posibles participantes que tengan un deterioro cognitivo leve, 
moderado o severo (ver anexo 1). 
3. Aplicación de Cuestionario de datos sociodemográficos y de consumo. 
El Cuestionario de datos sociodemográficos y de consumo fue diseñado por la 
investigadora principal, con el fin de recabar información que se ha visto relacionada con 
las variables de estudio según los antecedentes presentados y será aplicado a los usuarios 
que obtengan resultado normal o con déficit leve en la prueba Mini Mental (ver anexo 2). 
 
 
39 
 
4. Aplicación de instrumentos. 
Los instrumentos serán administrados en el siguiente orden: Inventario de 
Depresión (BECK:BDI), Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK:BAI) e Inventario 
de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI 2), y en tres ocasiones distintas a lo largo de 
su tratamiento residencial: en rango de 10 a 15 días posteriores a su ingreso (tomando en 
cuenta que haya pasado el síndrome de abstinencia para evitar sesgos en la información 
(González y Romero, 2010; Secretaría de Salud, 2008; Martínez, Martín, Valero y 
Salguero, 2000; y Jiménez, 2000), a la mitad del tratamiento residencial y, por último, 
una medición de 10 a 15 días anteriores a su egreso (para evitar que sus respuestas estén 
influenciadas por el evento de egreso próximo) (ver figura 1). 
 
Figura 1. Línea del tiempo para la aplicación de instrumentos durante el tratamiento 
residencial. 
 
4.1 Aplicación del Inventario de Depresión (BECK: BDI). 
 El Inventario de Depresión (BECK: BDI) fue desarrollado por Aaron Temkin 
Beck y sus colaboradores en 1961, y estandarizado para población mexicana por Jurado, 
Villegas, Méndez, Rodríguez, Loperena y Varela en 1998, y desde entonces ha 
demostrado ser un instrumento válido y confiable para detectar la intensidad de la 
De 10 a 15 
días después 
de su ingreso
1°
evaluación
A la mitad del 
tratamiento
2°
evaluación 
De 10 a 15 
días antes de 
su egreso
3°
evaluación
40 
 
sintomatología depresiva (α= .87) (Galindo, Rojas, Meneses, Aguilar y Alvarado, 2016) 
(ver anexo 3). Se trata de un autoinforme compuesto de 21 reactivos, redactados a manera 
de afirmaciones, basados en los criterios diagnósticos de los Trastornos Depresivos del 
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), que abarca 21 
categorías (una por cada reactivo): 
1. Tristeza 
2. Pesimismo 
3. Fracaso 
4. Pérdida de placer 
5. Sentimiento de culpa 
6. Sentimiento de castigo 
7. Inconformidad con uno mismo 
8. Autocrítica 
9. Pensamientos o deseos suicidas 
10. Llanto 
11. Agitación 
12. Pérdida de interés 
13. Indecisión 
14. Desvalorización 
15. Pérdida de energía 
16. Cambios de hábitos de sueño 
17. Irritabilidad 
18. Cambios en el apetito 
19. Dificultad de concentración 
20. Cansancio o fatiga 
21. Pérdida de interés en el sexo 
 
41 
 
Cada reactivo tiene una escala de valoración que va de 0 a 3, donde al final se suman 
los puntajes asignados a las respuestas seleccionadas y se categorizan de la siguiente 
manera: 
 
Puntos Nivel de depresión 
0 – 9 Mínimo 
10 – 16 Leve 
17 – 29 Moderado 
30 – 63 Severo 
Tabla 1. Clasificación de niveles de Depresión según BECK: BDI. 
 
 
4.2 Aplicación del Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK: BAI). 
El Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK: BAI) fue desarrollado por Aaron 
Temkin Beck, Epstein, Brown y Steer en 1988, y fue estandarizado para población 
mexicana por Robles, Varela, Jurado y Páez en 2011, que tiene como objetivo determinar 
la severidad con que se presentan los síntomas y conductas (ver anexo 4). Consta de 21 
reactivos (Galindo, Benjet, Juárez, Rojas, Riveros, Aguilar, Álvarez y Alvarado, 2015), 
con una confiabilidad alta (α= .86), y que abarcan cuatro categorías: 
1. Subjetiva 
2. Neurofisiológica 
3. Autonómico 
4. Pánico 
 
Es una escala tipo Likert, en formato de autoinforme, con 4 opciones de respuesta: 
“poco o nada”, “más o menos”, “moderadamente”, “severamente”, con una valoración de 
0, 1, 2 y 3 respectivamente; al final se suman los puntos asignados de cada reactivo y se 
categorizan de la siguiente manera: 
 
42 
 
Puntos Nivel de ansiedad 
0 – 5 Mínimo 
6 – 15 Leve 
16 – 30 Moderado 
31 – 63 Severo 
Tabla 2. Clasificación de niveles de Ansiedad según BECK: BAI. 
 
 
4.3 Aplicación del Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI 2). 
El Inventario fue desarrollado por Spielberger, Johnson, Russell, Crane, Jacobs y 
Worden en 1985, con la finalidad de analizar la relación entre ira y salud. Posteriormente 
fue traducido al español por Miguel Tobal, Casado, Can-Vindel y Spielberger en 2001, 
para finalmente ser adaptado a población mexicana de adultos de 12 a 60 años por Oliva, 
Hernández y Calleja en 2010 (ver anexo 5). 
Consta de 49 reactivos, distribuidos en tres escalas, con un total de 9 factores la 
escala original, sin embargo, para la interpretación de los resultados de la escala adaptada 
a población mexicana se agruparon en 8 categorías: en lugar de expresión física y 
expresión verbal, se conjuntó en una sola categoría llamada ¨deseo de expresar ira¨. 
Se aplicará el cuestionario completo, sin embargo, para el cumplimiento de los 
objetivos de esta investigación, sólo se analizarán los resultados de la subescala Ira-
Estado, que corresponde a la que mide la intensidad de los sentimientos de ira y el grado 
en que el sujeto siente que está expresando su ira en un momento determinado (Oliva, 
Hernández y Calleja, 2010), esto debido a que se necesita saber el nivel de ira que 
presentan según la situación, es decir, durante su internamiento, y no la ira rasgo, que se 
refiere a una característica de su personalidad, que permanece en el tiempo. 
Es una escala tipo Likert con una valoración que va de “casi nunca”, “a veces”, “a 
menudo” y “casi siempre”, con una escala de valoración de 1 a 4, respectivamente. 
Posteriormente, se suman los puntos obtenidos del reactivo 1 al 15, que son los 
correspondientes a la subescala de ira-estado, y se clasifica según la siguiente tabla: 
 
43 
 
Puntos Nivel de ira estado 
15 - 18 Mínimo 
19 – 25 Leve 
26 – 36 Moderado 
37 – 60 Severo 
Tabla 3. Clasificación de niveles de Ira-Estado según STAXI 2. 
 
Cuenta con una confiabilidad de las escalas ira-estado, ira-rasgo, y expresión y 
control de .887, .86 y .733 respectivamente, demostrando que es un instrumento válido y 
confiable para ser aplicado en población mexicana (Oliva, Hernández y Calleja, 2010). 
 
 
5. Análisis estadístico de los datos. 
Se realizó mediante estadísticos descriptivos como frecuencias, media y mediana, 
así como el análisis de los datos mediante la prueba no paramétrica de Wilcoxon, con el 
apoyo del Libro Bioestadística (Celis y Labrada, 2014). 
 
44 
 
 
Figura 2. Esquema del proceso para la obtención de la información. 
 
OBTENCIÓN DE LA INFORMACIÓN
Firma de autorización de la investigación por parte 
de los Directivos de los Centros de Rehabilitación
Firmas de cartas de consentimiento de los 
participantes
Aplicación de Test Mini Mental
Aplicación del Cuestionario de datos 
sociodemográficos y consumo 
1° evaluación: 
Aplicación de la batería de pruebas (Escalas de 
Depresión, Ansiedad e Ira) 
2° evaluación:
Aplicación de la batería de pruebas (Escalas de 
Depresión, Ansiedad e Ira)
3° evaluación:
Aplicación de la batería de pruebas (Escalas de 
Depresión, Ansiedad e Ira)
Análisis estadístico mediante prueba de Wilcoxon
45 
 
8.6 Cronograma de actividades 
 
 
 
ACTIVIDAD 
A
g
o
st
o
 2
0
1
6
 
S
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