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Av. Hidalgo 935, Colonia Centro, C.P. 44100, Guadalajara, Jalisco, México bibliotecadigital@redudg.udg.mx - Tel. 31 34 22 77 ext. 11959 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA COORDINACIÓN GENERAL ACADÉMICA Coordinación de Bibliotecas Biblioteca Digital La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos que posteriormente quiera darle a la misma. 1 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE SALUD MAESTRÍA EN SALUD PÚBLICA TESIS DE GRADO EFECTO DEL MODELO DE TRATAMIENTO RESIDENCIAL DE ADICCIONES DOCE PASOS EN LA SALUD MENTAL DE PERSONAS CON DROGODEPENDENCIA EN UN ESTADO DEL OCCIDENTE DE MÉXICO EN 2017-2018 ALUMNA FRANCIA MARITZA LICEA SOLANO DIRECTORA DRA. MARÍA GUADALUPE LAURA BÁEZ BÁEZ CD. GUADALAJARA, JALISCO. DICIEMBRE 2018 2 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE SALUD MAESTRÍA EN SALUD PÚBLICA TESIS DE GRADO EFECTO DEL MODELO DE TRATAMIENTO RESIDENCIAL DE ADICCIONES DOCE PASOS EN LA SALUD MENTAL DE PERSONAS CON DROGODEPENDENCIA EN UN ESTADO DEL OCCIDENTE DE MÉXICO EN 2017-2018 ALUMNA FRANCIA MARITZA LICEA SOLANO DIRECTORA DRA. MARÍA GUADALUPE LAURA BÁEZ BÁEZ CODIRECTOR DR. RUBÉN FLORES GONZÁLEZ LECTORES DR. AGUSTÍN LARA ESQUEDA DRA. IRENE CÓRDOVA JIMÉNEZ CD. GUADALAJARA, JALISCO. DICIEMBRE 2018 3 AGRADECIMIENTOS Esta Tesis va dedicada a la memoria de mi mamá, la Dra. Argelia Solano. *Mi hermano Irving Licea. *Mis abuelos Antonio Solano y Eva Rodríguez. *Miguel Mayorga, Pily Sánchez, Daniel Preciado, Víctor Rosas, Roy Zúñiga, Miguel Arellano, Gracy Cervantes, Gloria Espinoza, Grissel Lomelí, Norma Elizondo, Vane Romero, Víctor Orozco, Lupita Ruiz-Sandoval, Rosalid Cano, Cristi Ortega y Meche M. *Profesoras(es) y mentoras(es): Dra. Laura Báez, Dra. Mary Orozco, Dr. Alfredo Celis, Dra. Irene Córdova, Dr. Rubén Flores (Sensei), Dr. Noé Alfaro (Padrino), Dr. Agustín Lara, Dra. Mónica López, Mtra. Angélica Lara, entre tantos más a quienes les doy mi eterno agradecimiento y admiración. 4 RESUMEN Las adicciones son un grave problema de salud pública internacional, que suelen acompañarse de trastornos mentales y del comportamiento, complicando su curso y pronóstico. En México, según el Programa Sectorial de Salud 2013-2018, es necesario consolidar el proceso de regulación de establecimientos especializados en adicciones, para asegurar la calidad y seguridad en su atención. Además, del total de establecimientos en el Estado donde se llevó a cabo el estudio, sólo el 13.5% fueron reconocidos por el Consejo Nacional Contra las Adicciones en 2017, de los cuales, ninguno trabaja bajo el Modelo de Doce Pasos. Sumado a lo anterior, el 34% de los establecimientos no reconocidos presentaron “malas prácticas”. Por lo que el objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto del Modelo de tratamiento residencial Doce Pasos sobre la salud mental de personas con drogodependencia. Siendo un estudio longitudinal, de corte cuasiexperimental, que consta de tres mediciones, y donde participaron 58 personas. Los instrumentos utilizados fueron: Test Mini Mental, Cuestionario sociodemográfico y de consumo, Inventario de Depresión (BECK:BDI), Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK:BAI) e Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI-2). Se analizaron los datos recabados a través de la prueba de Wilcoxon, donde se obtuvo que la depresión disminuyó de manera significativa entre la evaluación basal (o primera) y la segunda evaluación, sucediendo lo mismo con el nivel de ansiedad, variable en la que también se observó una disminución en la tercera evaluación comparado con la segunda. Mientras que la ira-estado disminuye conforme avanzan las evaluaciones, sin embargo, ningún dato logró significancia estadística. Por lo que se sugiere continuar con el estudio del tratamiento de adicciones, ya que representa una gran área de oportunidad para la investigación en México. 5 ABSTRACT Addictions are a serious problem of international public health, they use to be present along with other mental and behavioral disorders, complicating their course and prognosis. In Mexico, according to the Sectorial Program of Health 2013-2018, it is of great importance to consolidate the process of regulation of addictions specialized establishments, in order to ensure the quality and safety in their service. In addition, just 13.5% from the total of establishments within the State, where this study took place, were recognized by the National Board Against Addictions in 2017, from which, none of them works under the Twelve Steps Model of Treatment. Furthermore, 34% from the total of the unrecognized establishments present “bad practices”. Thus, the objective of this investigation was to evaluate the effect of the Twelve Steps Residential Treatment Model on the mental health of people with drug dependency. This is a longitudinal and quasi- experimental study, which consists of three evaluations, and had the participation of 58 people. The tests and instruments used in this evaluation were: Social, Demographic and Drug Use Questionnaire, Mini-mental State Examination, Beck Depression Inventory (BECK:BDI), Beck Anxiety Inventory (BECK:BAI) and State-Trait Anger Expression Inventory (STAXI-2). Obtained information was analyzed through the Wilcoxon Text. Results were the following: depression and anxiety levels decreased significantly between the basal (or the first) evaluations, and the second evaluations, similarly, anxiety level decreased significantly in the third evaluation when compared to the second evaluation. Whereas, the level of anger-state decreased as the evaluations go on, but it did not obtain statistical significance. Therefore, it is suggested to continue with the study of addictions treatments, which represents a big opportunity of the research fields in Mexico. 6 ÍNDICE 1. Introducción ………………………………………………………….……… 7 2. Antecedentes ………………………………………………………………… 8 3. Planteamiento del problema …………………………………………………. 10 4. Justificación ……………………………………………………………......... 13 5. Marco teórico ………………………………………………………………... 15 6. Objetivos ……………………………………………………………….......... 29 6.1 Objetivo general ……………………………………………………... 29 6.1.1 Objetivos específicos ………………….…………………… 29 7. Hipótesis ……………………………………………………………….......... 30 8. Metodología …………………………………………………………………. 31 8.1 Diseño de la investigación …………………………………………… 31 8.2 Universo ……………………………………………………………... 31 8.2.1 Unidades de observación …………………………………... 31 8.2.2 Muestra ……………………………………………….......... 32 8.2.2.1 Criterios de selección ……………………….......... 33 8.3 Instrumentos ……………………………………………………......... 33 8.4 Variables de estudio …………………………………………….......... 34 8.5 Proceso para la obtención de la información ……………………......... 38 8.6 Cronograma …………………………………………………….......... 45 8.7 Consideraciones éticas ………………………………………….......... 47 9. Resultados …………………………………………………………………… 54 10. Discusión ……………………………………………………………………. 61 10.1 Limitaciones ………………………………………………………... 66 11. Conclusiones ………………………………………………………………… 67 12. Recomendaciones …………………………………………………………… 68 13. Referencias bibliográficas …………………………………………………… 69 14. Anexos …………………………………………………………………......... 80 7 1. INTRODUCCIÓN El presente estudio intenta evaluar el impacto de recibir un tratamiento residencial para adicciones sobre algunos indicadores de la salud mental,como lo son los niveles de depresión, de ansiedad, y de la ira manifestada dentro del internamiento. Hay distintas investigaciones que explican el fenómeno de las adicciones, así como el impacto de los diferentes tipos de tratamiento en el cese del consumo, sin embargo, son pocas las que se enfocan en conocer lo que sucede dentro de los Centros de tratamiento, y de qué manera impacta sobre su conducta y, en general, sobre su salud mental. La salud mental es un concepto bastante amplio, el cual, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2013) intenta definir de la siguiente manera: “Estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. Por lo que sucede lo mismo que con el concepto de salud otorgado por la OMS, donde se describe un estado donde es difícil que algún individuo se encuentre, lo cual resultó difícil para la selección de variables que se incluyeran dentro de la investigación, además, por ello se realizó un estudio donde se evaluaran los niveles basales de depresión, ansiedad e ira, para poder comparar la diferencia con una evaluación posterior, y casi al término del mismo tratamiento residencial. En el Estado donde fue realizado el estudio, existen diversas instituciones dedicadas al tratamiento de adicciones, sin embargo, es muy bajo el porcentaje que cumplen lo criterios para ser reconocidos por la Comisión Nacional Contra las Adicciones (CONADIC), lo cual debe captar la atención de los dirigentes de Organismos reguladores, así como de la población en general, ya que los usuarios de estos tratamientos son personas que deben tener pleno goce de los Derechos Humanos, así como de los principios éticos que deben regir las intervenciones. Los resultados del estudio dan un acercamiento a las consecuencias de la situación que se vive dentro de estas instituciones, al menos en cuestión de salud mental, pero esto es sólo una pequeña parte de todo lo que debemos avanzar en conocimiento de la realidad y cambio de paradigmas sociales y culturales. 8 2. ANTECEDENTES Existen diferentes estudios relacionados al consumo de sustancias y su comorbilidad psiquiátrica, por ello, se ha incrementado el interés por conocer su prevalencia y buscar mejorar su diagnóstico y tratamiento (Becoña et al., 2007). Uno de los estudios que anteceden al presente es de corte transversal, con una muestra intencional de 306 usuarios de drogas estimulantes, divididos en un grupo de consumo de cristal/ice, y otro de cocaína/crack. En sus resultados se encontró que ambos grupos reportan niveles de severidad moderados en impulsividad, depresión y autoestima, por lo que no hay diferencias entre los grupos, lo que permitiría desarrollar alternativas similares de intervención (Jiménez, García y Balanzario, 2006). En un estudio de revisión bibliográfica se encontró que la depresión ha sido asociada a otras conductas como adicciones, suicidio y violencia. Se sabe de la presencia conjunta de trastornos depresivos y otros problemas de salud, como enfermedades del corazón, diabetes mellitus, hipertensión arterial, desnutrición, enfermedad de Parkinson, síndrome de intestino irritable, trastorno de ansiedad, suicidio e ideación suicida y complicaciones en el tratamiento de cáncer, entre otros (Wagner, González, Sánchez, García y Gallo, 2012), sin embargo estos resultados se enfocan en la comorbilidad de la depresión y no en la de las adicciones, que es la que compete a este estudio. El inicio y el mantenimiento de la conducta de consumo de sustancias, como el tabaco, están asociados a los efectos producidos por la dependencia física y a efectos sobre el estado de ánimo, sobre todo que es usado para aliviar las sensaciones de malestar producidas por la depresión, como una manera de “automedicación” (Urdapilleta et al., 2010). En diversos estudios se ha concluido que existe una relación bidireccional entre la causa y el efecto de la depresión y el tabaquismo (Medina et al., 2006; Salín, Alcocer, Alejo, 2003; Pasco et al., 2008, Urdapilleta et al., 2010). En un Bachillerato Técnico de Yucatán, durante el ciclo escolar 2009-2010, se estudió a 208 estudiantes, de los cuales se identificaron los casos con depresión para relacionarlos con otras variables. De estas relaciones se obtuvo que el 36% tiene problemas con su consumo de alcohol, el 20% con el tabaco y el 7% con otras drogas. Por otro lado, de los casos sin depresión, el 1% tenía problemas con el consumo de alcohol, el 0.5% con tabaco, y el 0.5% con otras drogas. Por lo que es notoria la relación entre la presencia de depresión y el consumo de sustancias psicoactivas. Y, además de la 9 depresión, el consumo de sustancias fue asociado al divorcio de los padres, problemas en la escuela, antecedentes familiares de depresión y/o suicidio, acoso sexual, y discriminación por su orientación sexual (Zapata y Ordoñez, 2011). Existe un gran estudio realizado en Estados Unidos en 1994 llamado “Epidemiologic Catchment Area Study (ECA)”, que, a través de la aplicación de una entrevista estructurada a una muestra de 20,291 personas, considerando sujetos de la comunidad, instituciones de salud mental y prisiones, obtuvieron como resultados más relevantes que el 6.1% de la muestra presentó trastorno por consumo de drogas, y de este grupo, un 53.1% un trastorno dual. Donde la prevalencia de los trastornos del estado de ánimo fue de un 8.3%, mientras que los trastornos de ansiedad tuvieron un 14.6%. También, a través del estudio ECA, se conoce que los trastornos que permanecen a lo largo de la vida en comorbilidad con el consumo de sustancias son el trastorno antisocial de la personalidad con una prevalencia de 83.6%, el trastorno bipolar tipo I con el 60.7%, la esquizofrenia con el 47%, trastornos afectivos con un 32%, trastorno obsesivo compulsivo con el 32.8 %, y trastornos fóbicos con un 22.9% (National Institute of Mental Helth, 1994, citado en Becoña et al., 2007). Otra de las variables asociadas al consumo de sustancias es el comportamiento antisocial. Se realizó un estudio para conocer si el consumo de marihuana, cocaína o metanfetaminas estaba asociado a un mayor número de actos antisociales, haciendo aplicación de instrumentos a una muestra de 40,029 estudiantes del nivel medio superior y superior. Dentro de sus resultados se muestra que los porcentajes más elevados de actos antisociales graves los tuvieron los usuarios regulares de metanfetaminas, conformados de un 26.9% hombres y un 24.7% mujeres (Razo et al., s.f.). En uno de los estudios que más se asemeja a las características del presente documento, es el elaborado por Marín, et al. (2013), donde estimaron la prevalencia de comorbilidad de los trastornos por consumo de sustancias con otros trastornos psiquiátricos en una muestra de hombres que se encontraban bajo tratamiento residencial es establecimientos de modalidad Ayuda Mutua al sur de la Ciudad de México. Dentro de sus resultados se encontró que el 75.72% cumplía con criterios diagnósticos para algún trastorno psiquiátrico comórbido, mostrándose como los de mayor prevalencia por orden: los trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador, los trastornos de ansiedad, ansiedad por separación, trastornos afectivos, trastornos por control de impulsos y, finalmente, los trastornos de la conducta alimentaria. 10 3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Las adicciones son un grave problema de salud pública, ya que trae consigo consecuencias negativas a nivel individual, familiar, escolar, laboral, comunitario y social, además, que cada día se suman nuevas sustancias, patrones de consumo, modos y lugares de uso (Secretaría de Salud, 2009), y posee actualmente la atención ypreocupación prioritaria de varios países, por lo que se está empleando gran volumen de recursos y personal en su tratamiento y prevención (Secades y Fernández, 2001; CONADIC, 2012). La patología dual en adicciones es bastante común, lo que complica el curso y pronóstico del trastorno adictivo. Existen algunas aseveraciones respecto al tema (Becoña et al., 2007): ▪ En la práctica clínica de las drogodependencias las patologías duales representan un porcentaje considerable de la población que demanda los servicios. ▪ En los servicios de salud mental, un 30-50% de los pacientes presentan un trastorno relacionado con el consumo de sustancias psicoactivas. ▪ Existe una relación bidireccional como factores de riesgo entre trastorno por consumo de sustancias y otros trastornos mentales. ▪ Y lo que es de suma importancia para este estudio, los usuarios con diagnóstico dual presentan mayor frecuencia de recaídas. Uno de los grupos de trastornos que ha sido asociado en mayor medida a las adicciones son los trastornos depresivos, los cuales se han convertido en un importante problema de salud pública, siendo responsables de una parte del sufrimiento, discapacidad y deterioro de la calidad de vida (Seijas, 2014), que no sólo se ha asociado al consumo de sustancias, sino a la violencia, sexo desprotegido, etc. la depresión ha aumentado en su prevalencia y se ha manifestado en edades más tempranas (Wagner et al., 2012). Existen bastantes estudios que hablan sobre el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, y su relación con depresión, tanto como factor causal como consecuencia, como es el caso durante el síndrome de abstinencia. Además, el consumo de sustancias psicoactivas tiene relación con otras situaciones negativas como las conductas antisociales, depresión, problemas familiares y escolares, entre otras (SISVEA, 2015; Razo et al., s.f.). 11 La ansiedad está relacionada con conductas de consumo de sustancias como alcohol, tabaco y otras drogas, ya que a través de ese consumo disminuyen el malestar y la activación fisiológica producidos por la ansiedad, sin embargo, estos consumos pueden hacerse cada vez más necesarios para aliviar los síntomas de ansiedad, o incluso para evitar el síndrome de abstinencia (Cano, Miguel, González e Iruarrizaga, 1994). En el año 2000, la OPS/OMS inició la evaluación del desempeño de las Funciones Esenciales de Salud Pública en las Américas, siendo la investigación, el desarrollo y la implementación de soluciones innovadoras en salud pública una de las funciones a las que se les evaluó su desempeño, la cual obtuvo la peor evaluación en la región de las Américas después de la función de garantizar la calidad de servicios de salud individuales y colectivos. Además, el sistema de información en salud mental es deficiente y requiere atención para poder mejorarlo de manera urgente (Organización de los Estados Americanos, 2013). Recientemente en el Estado donde se elaborará la investigación, la Comisión Nacional Contra las Adicciones (CONADIC) creó la Comisión Mixta para la Regulación de Establecimientos Residenciales en Adicciones con otras instituciones como la Procuraduría General de la República, Secretaría de la Defensa Nacional, sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, Comisión de Derechos Humanos y Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COESPRIS). Esta regulación debe incluir mejoras en los modelos de tratamiento, ya sea en su diseño o en su aplicación (Secades y Fernández, 2001), siendo algunos de estos Modelos el de Doce Pasos, el Modelo de Comunidad Terapéutica y el Minnesota, de los cuales no se poseen pruebas suficientes para establecer su efectividad para el abandono de consumo y su impacto en los usuarios de sus servicios (Secretaría de Salud y Bienestar Social de Colima, 2016; Smith, Gates y Foxcroft, 2013). Por ello, las intervenciones en adicciones deberían ser evaluadas, y así determinar cómo funcionan, y la eficacia en la disminución o abandono del consumo, o reducción de los daños asociados al mismo (Organización de los Estados Americanos, 2013), lo que sugiere que, si el Modelo de tratamiento seleccionado para este estudio no ha sido evaluado en esta población, tampoco ha sido mejorado para ofrecer innovaciones o, al menos, no de manera fundamentada, es por ello que surge esta necesidad. En la revisión bibliográfica llevada a cabo, la depresión, ansiedad y las conductas violentas, así como otras alteraciones de la salud mental, son asociadas fuertemente con 12 el consumo de drogas, sin embargo, no existen datos suficientes y claros que indiquen el efecto que tienen las intervenciones del Modelo residencial de Doce Pasos ante la presencia de estos trastornos. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuál es el efecto del Modelo de tratamiento residencial Doce Pasos en la salud mental de personas con drogodependencia en un Estado del Occidente de México en 2017-2018? 13 4. JUSTIFICACIÓN El presente proyecto de investigación pretende abordar un gran problema de Salud Pública tanto a nivel internacional, como nacional, que son las adicciones, agravándose por la presencia de patologías duales o alteraciones mentales, como la depresión, la ansiedad y la ira que es la principal detonadora de conductas violentas, existiendo distintas razones que le dan importancia a este tema, y se mencionan en este apartado. En los últimos años, el consumo problemático de drogas se ha ido transformando en un importante tema de la salud mental a nivel mundial con consecuencias en las áreas legal, económica, cultural, política, etc. (López, 2006), representando una preocupación cada vez mayor para el gobierno federal, los gobiernos estatales, los municipales y la población en general de nuestro país, por lo que se debe contar con los recursos necesarios para el tratamiento de adicciones, y así asegurar la calidad en los servicios mediante el establecimiento de condiciones y requisitos indispensables que regulen la prestación de estos (Secretaría de Salud, 2009). La investigación en materia de adicciones, según la NOM-028-SSA2-2009, para la prevención, tratamiento y control de las adicciones, tiene como objeto identificar grupos y factores de riesgo para orientar la toma de decisiones, también, promover el diseño e implementación de políticas en materia de adicciones, evaluar los modelos y programas preventivos, de tratamiento, rehabilitación y control, registrando ventajas y desventajas, así como sus repercusiones a nivel local y nacional (Secretaría de Salud, 2009), ya que para mejorar su tratamiento se requiere una mayor comprensión de este fenómeno y la necesidad de una intervención integral, planteándose un fuerte reto para las autoridades en salud en el proceso de la búsqueda e implementación de estrategias y programas eficaces de promoción, prevención y tratamiento de las adicciones (Zapata, 2009). Es necesario atender tanto los casos nuevos en adicciones a través de intervenciones preventivas, como los casos de consumo problemático a través de la intervención temprana, el tratamiento y el mantenimiento. Sin embargo, estas intervenciones requieren de evaluación, ya que existen estrategias y programas con buenas intenciones que posteriormente demuestran ser ineficaces o incluso perjudiciales. Esto debido a que las estrategias tácticas que emplean para amedrentar a los usuarios no son eficaces, además, los métodos de castigo o humillación también son ineficaces y 14 pueden tener un impacto negativo en la autoestima, lo que aumenta el riesgo de continuar el consumo de drogas (Organización de los Estados Americanos, 2013). Los trastornos de dependencia a sustancias se acompañan, en un porcentaje variable pero elevado, por otros trastornosmentales y del comportamiento, lo cual es determinante en la evolución y pronóstico, por lo que es requerido un abordaje terapéutico más complejo (Becoña et al., 2007). Las personas con trastornos mentales presentan tasas muy elevadas de discapacidad y mortalidad (Wagner et al., 2012), lo que representa un grave problema para el sistema de salud en México, sobre todo ante la presencia de patología dual ya que los afectados utilizan muy frecuentemente los servicios de salud, generando costos elevados (Becoña et al., 2007). Este proyecto se consideró viable ya que se identificaron claramente los escenarios donde podrán ser aplicados los instrumentos de medición, además se cuenta con el apoyo de Instituciones como la Coordinación Integral de Salud Mental, Accidentes y Adicciones de Colima (CISMAAC), Consejo Estatal Contra las Adicciones Colima (CECA), Centro Estatal de Prevención Social de Colima y el Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara. Además, la investigadora principal cuenta con habilidades y conocimientos necesarios para el contacto e intervención con personas con dependencia a sustancias en tratamiento residencial. En 2017, el Estado donde se realizó la investigación cuenta con 37 centros de atienden problemas de adicciones, sin embargo, sólo 10 de ellos, que representan el 27%, cuentan con certificaciones de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (CONADIC) y de la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CDHE) (Flores, 2017). Mientras que, en 2016, CONADIC detectó “prácticas negativas” en 13 de estos centros de atención (Flores, 2016). 15 5. MARCO TEÓRICO 5.1 Salud mental La salud mental es definida por la OMS en 2013, como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de manera productiva, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”, concepto que se deriva de la definición del término “salud” de la misma OMS: “Estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad”, y se encuentra relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las afectaciones por dichos trastornos (OMS, 2013). 5.1.1 Depresión. Existe una diferencia entre el sentirse triste o melancólico por unos momentos o algunos días, a tener un trastorno depresivo, ya que este último interfiere con la vida diaria y el desempeño normal de las actividades, causando alteraciones tanto a quien lo padece como a sus personas significativas. La depresión es bastante común, pero es bastante grave, y la mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar, pero difícilmente son tratados, incluso no llegan a ser diagnosticados (Instituto Nacional de Salud Mental, 2009). En otra definición, la depresión es considerada una alteración patológica del estado del ánimo con un descenso del humor que termina en tristeza, que se acompaña de diversos síntomas y signos de tipo físico, emocional, cognitivo y conductual, alterando los ritmos vitales y persisten por un tiempo prolongado (mínimo dos semanas) (Seijas, 2014). La depresión se caracteriza por una serie de síntomas como sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío, sentimientos de desesperanza y pesimismo, sentimientos de culpa, inutilidad, e impotencia, irritabilidad, inquietud, pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, pérdida de apetito sexual, fatiga, falta de energía, dificultad para concentrarse y recordar detalles, dificultad para tomar decisiones, insomnio o dormir demasiado, comer excesivamente o perder el apetito, pensamientos o intentos de suicidio, dolores y malestares físicos persistentes (Instituto Nacional de Salud Mental, 2009). 16 Ya es sabido que la depresión está asociada a conductas suicidas, uso y abuso de sustancias (Zapata y Ordoñez, 2011), además, las personas con nivel bajo de educación en México tienen mayor riesgo de sufrir depresión (Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, 2001; 2002, citado en Wagner et al., 2012). 5.1.2 Ansiedad. La ansiedad se da por la valoración de amenaza de una situación que se está viviendo y no percibe como suficientes sus estrategias de afrontamiento ante dicha situación para neutralizar la amenaza (Lazarus y Folkman, 1986, citado en Cano, Miguel, González e Iruarrizaga, 1994). Existen diferencias individuales en las manifestaciones de ansiedad, entre fisiológicas (fuertes reacciones autonómicas en el estómago, alta respuesta cardiovascular, afectaciones al sistema respiratorio o a la garganta) y respuestas de consumo (comer, sustancias), produciéndose un incremento de la necesidad de consumir, como de la ansiedad que se intenta controlar o quitar, y si se produce dependencia a la sustancia, la ansiedad será intensa en la fase de abstinencia (Cano, Miguel, González e Iruarrizaga, 1994). En ciertos sujetos, después de dosis elevadas de marihuana y cocaína se puede presentar ansiedad, estado de ánimo desagradable, síntomas paranoides, ataque de pánico y episodios psicóticos. Y los trastornos mentales asociados al consumo de marihuana son ansiedad y depresión, esquizofrenia y trastornos de la personalidad. Mientras que, en el síndrome de abstinencia tanto de cocaína como de marihuana, también se caracteriza por la presencia de ansiedad e inquietud. Dentro de los efectos crónicos de los inhalables se encuentran la irritación de vías respiratorias, ansiedad, depresión, pérdida de memoria, complicaciones por mal funcionamiento del hígado y los riñones, problemas de la vista y oído, dificultad para caminar, espasmos, daño neuronal, etc. (Angulo, et al., 2014). 5.1.3 Ira. La ira se trata de una reacción emocional primaria que aparece cuando se es bloqueada la persecución de una meta o la satisfacción de una necesidad, además, cumple funciones adaptativas para el ser humano, como lo es la autodefensa, y la modificación de aspectos que nos disgustan, entre otros. La ira se compone, según Oliva, Hernández y Calleja (2010), por Ira Estado, que se refiere a la intensidad de los sentimientos de ira 17 y el grado en que el sujeto siente que está expresando su ira en un momento determinado, y por la Ira Rasgo, que se trata de la frecuencia con la que el sujeto experimenta sentimientos de ira a lo largo del tiempo. La violencia se ha convertido en parte de la sociedad, generando graves problemas en la salud pública (Klevens, 2005), ya que además de las lesiones físicas, existe el daño psicológico para el agresor, el agredido y los testigos, ya que pueden desarrollar estrés postraumático, ansiedad, depresión, sentimientos de vulnerabilidad, etc. (Guevara, 2009). La agresión puede ser física y verbal, y se pueden diferenciar dos tipos: la hostil, que consiste en tener un comportamiento agresivo de forma física o verbal básicamente motivado por sentimientos de ira, y la agresión instrumental, que intenta obstaculizar el logro de un objetivo, la cual no está motivada por la ira (Castaño, Restrepo y Uribe, 2014). Las causas de las conductas violentas son múltiples y bastante complejo para comprender, las teorías han abarcado factores neurobiológicos, psicológicos, sociales y culturales (Castaño, Restrepo y Uribe, 2014). 5.2 Enfermedades crónicas no transmisibles “Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), anteriormente conocidas como enfermedades crónicas degenerativas, son afecciones de larga duración con una progresión generalmente lenta, representan la causa de defunción más importante en el mundo, pues acaparan un 63% del número total de muertes anuales, matan a más de 36 millones de personas cada año y cerca del 80% de las muertespor ECNT se concentran en los países de ingresos bajos y medios”. (OMS, 2013). “El año 2015 ha sido memorable por la decisión histórica adoptada por los líderes mundiales en dos reuniones internacionales de alto nivel: incluir en los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible mundiales a las ECNT como un importante problema sanitario que no se abordó en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, asimismo, en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (Nueva York, del 25 al 27 de Septiembre de 2015), se reconoce que estas enfermedades 18 constituyen un grave impedimento para el desarrollo sostenible y como parte de la Agenda, los Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a formular respuestas nacionales ambiciosas para la implementación general de la Agenda, y en particular de las siguientes metas (OMS, 2016): • 3.4: De aquí a 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por ECNT mediante su prevención y tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar. • 3.5: Fortalecer la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias adictivas, incluido el uso indebido de estupefacientes y el consumo nocivo de alcohol. La salud pública se debate constantemente para contener las enfermedades infecciosas, modificar los comportamientos y modos de vida que van cambiando conforme a la época que vivimos y disponer de dinero suficiente para acometer estos y muchos otros problemas sanitarios”. A medida que la comunidad internacional entra en la era del desarrollo sostenible, el panorama sanitario mundial se conforma bajo la influencia de tres desastres de efecto retardado: el cambio climático, la ineficacia de cada vez más antimicrobianos principales, y el aumento de ECNT como principales causas de defunción en todo el mundo. Estos no son desastres naturales, son desastres generados por políticas que ponen los intereses económicos por encima de las preocupaciones por las vidas humanas y el planeta que las sustenta, de continuar así, estos desastres de efecto retardado llegarán finalmente a un punto de inflexión en el que el daño hecho será irreversible (OMS, 2016). Por lo que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible procura asegurar que estos y muchos otros desastres se puedan evitar, además, de orientar para transformar la manera en que funcionan el mundo y los sistemas internacionales que lo gobiernan. El propósito de la Agenda consiste en hacer frente, de manera integral e interactiva, a las causas profundas de los numerosos males que afectan al mundo, desde la degradante miseria de la pobreza hasta las consecuencias del terrorismo y la violencia (OMS, 2016). Los dirigentes mundiales están preocupados por el problema que representan las drogas en todo el mundo, así como por la necesidad de ampliar y equilibrar la respuesta mediante la adopción de un enfoque de salud pública, están preocupados por un sistema 19 humanitario abrumado que necesita reformas impostergables. Esta preocupación se refleja en la primera Cumbre Humanitaria Mundial que se celebró en Estambul, Turquía (OMS, 2016). La adicción se considera como una enfermedad crónica del cerebro, ya que modifica la estructura y funcionamiento del mismo, que se caracteriza por la búsqueda y consumo compulsivo de drogas, pese a las consecuencias negativas que pueda traer dicho consumo a la persona y a los que le rodean (National Institute on Drug Abuse, 2014). 5.2.1 Adicciones. Como ya fue mencionado, la adicción, vista como enfermedad crónica, afecta a una persona, ésta ya no puede dejar de consumir sólo con la intención de hacerlo, ya que existen cambios cerebrales que llevan a la persona de un consumo voluntario a un consumo compulsivo, igual que otras enfermedades crónicas, la drogodependencia puede tratarse exitosamente como ECNT, y lograr la estabilidad del paciente, sin embargo, en caso de no tratarse, la enfermedad seguirá su curso degenerativo y mortal, por otro lado, también pueden presentarse recaídas, donde se debe ajustar el tratamiento para lograr el control del consumo. (National Institute on Drug Abuse, 2012). “México fortalecerá las estrategias para reducir enfermedades no transmisibles, como parte de la Agenda del Desarrollo Sostenible 2030, en septiembre de 2015, Pablo Kuri Morales, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, quien asistió en representación del Secretario José Narro Robles, y ante Margaret Chan, directora de la Organización Mundial de la Salud, ministros y representantes de alto nivel, precisó que la salud mental y el fortalecimiento de la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias adictivas, incluyendo tabaco y alcohol, son políticas fundamentales para el logro de los objetivos para 2030”. (El Universal, 24 de mayo 2016). Se considera adicción o dependencia, según la Secretaría de Salud (2009) al estado psicofísico causado por la interacción de la persona con un fármaco, alcohol, tabaco u otra droga, y se caracteriza por la modificación del comportamiento y otras reacciones que comprenden siempre un deseo e impulso incontrolable por consumir la sustancia de manera continua y periódica para experimentar los efectos psíquicos y/o evitar el malestar producido por la privación del consumo. 20 Las drogas de impacto en el país durante el 2008 se presentaron en el siguiente orden: marihuana, inhalables, alcohol, cocaína, metanfetaminas, tabaco, heroína, entre otras, mientras que en el 2014 el alcohol, la marihuana y las metanfetaminas ocuparon los tres primeros lugares en ese orden (SISVEA, 2008; 2014). 5.2.1.1 Adicciones químicas. “En las Américas, el costo de las drogas ilícitas ha crecido extraordinariamente en los últimos años, pero con diferentes repercusiones sobre los países productores, consumidores y de tránsito. Para mitigar dichas repercusiones, en las políticas sobre drogas se debe abordar no solo la oferta sino también la reducción de la demanda y de los daños”, afirmaron varios expertos en una mesa redonda organizada por la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de Estados Americanos (OEA) para observar el Día internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas (26 de Junio) (OPS, 2012). “Aunque los trastornos debidos al consumo de sustancias son más prevalentes en los países desarrollados de las Américas, la carga de esos trastornos sobre la salud, en particular en cuanto a años de vida ajustados en función de la discapacidad, es desproporcionadamente alta en los países de ingresos bajos y medios”, afirmó el doctor Jon K. Andrus, Director Adjunto de la OPS. “Otras consecuencias desfavorables del tráfico y del consumo de drogas incluyen delincuencia, violencia, corrupción y violación de los derechos humanos”. (OPS, 2012). “La reducción de la demanda reviste prioridad para garantizar un planteamiento integral y equilibrado que permita resolver el problema mundial causado por las drogas, pues nos consta que el abuso es un problema social y sanitario que requiere un enfoque multisectorial e interdisciplinario”, dijo Álvaro Briones, Director de Políticas y Programas de Seguridad Multidimensional de la Secretaría de la OEA. (OPS, 2012). Según los cálculos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), más de 40 millones de personas en las Américas (6,9% de la población de 15 a 64 años de edad) habían usado cannabis hasta el 2006. Unos 10 millones habían consumido cocaína; 5,7 millones, estimulantes del tipo de la anfetamina; y 2,2 millones, 21 heroína. En los últimos años, la tendencia en las Américas ha sido el uso creciente de drogas del tipo dela anfetamina, debido a la disponibilidad de los precursores químicos necesarios para sintetizar las metanfetaminas. En América del Sur, el consumo de cannabis y de cocaína también va en aumento (OPS, 2012). Mientras que el reporte del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (SISVEA) del año 2004 refiere que la droga de impacto número uno en Colima fue la metanfetamina con un 59.4%, mientras que para Jalisco fue la cocaína con un 56.6%. Las posibles consecuencias para la salud de ese consumo de drogas comprenden desde la infección por el VIH/SIDA y la hepatitis B y C (por inyección de drogas), hasta dependencia, sobredosis, suicidios y lesiones. El consumo ocasional de drogas puede también aumentar el riesgo de accidentes, lesiones y problemas interpersonales (OPS, 2012). “El proceso mediante el cual una persona pasa desde una adicción activa hacia la recuperación sostenida, está en realidad basado en una toma de conciencia progresiva acerca del problema, y la necesidad de cambios que influyen en la motivación “. (Vallejos, Orbegoso y Capa, 2007). Las adicciones se caracterizan por una falta de control sobre la conducta del consumo de sustancias, sin embargo es relativo, ya que no es continua, pues la persona puede decidir no consumir la sustancia o consumirla en pequeñas cantidades, sin embargo, después de un período de tiempo suficientemente largo, o en ocasiones uno breve, se vuelve a presentar la conducta de consumo, ya sea la misma sustancia, u otra que utilice como sustituta, todo pese a la voluntad de la persona (López, 2006). Otra característica de las adicciones es que los intereses de la persona están influidos por su vínculo con la sustancia, ya que la sustancia comienza a tomar un lugar privilegiado en la psique de la persona, desde el nivel conductual, cognitivo, emocional y relacional, donde todo comienza a girar en torno de la obtención de la sustancia, o la expectativa del asociado, o la generación de las condiciones para su consumo (López, 2006). Las drogas no son causantes directas de violencia, sino que estimulan la desinhibición en las personas (Jiménez, García y Balanzario, 2006). La adicción a las drogas ha alcanzado una gran importancia por su difusión, consecuencias sociales y sanitarias durante las últimas décadas. Es considerada un grave problema de salud pública debido a los graves problemas socio-sanitarios que trae consigo, como el coste que representa en términos de vidas, comorbilidad con patologías 22 somáticas y psiquiátricas, delitos contra la sociedad, descenso de la productividad laboral, conflictos familiares, por mencionar algunos (Martín y Lorenzo, 2009). Se considera una droga a un gran número de sustancias que cumplen con ciertas características: ser sustancias que alteraran o modifican una o varias funciones psíquicas del organismo vivo en la que se introduzcan, inducen a repetir su autoadministración por el placer que generan, el detener el consumo puede causar un gran malestar físico y psicológico, y no tienen un uso terapéutico. Existen drogas que son aceptadas socialmente y que su producción y venta están legalmente permitidos, y otras drogas que se encuentran sancionadas social y legalmente. También se habla que el consumo de la sustancia debe estar asociado con la existencia de una nocividad social para poder considerar dicha sustancia como una droga; esta nocividad social puede ser familiar (conflictos de relación, abandono de responsabilidades, etc.), laboral (disminución de rendimientos, incremento de la accidentabilidad, absentismo, etc.) y personal (deterioro socioeconómico, conductas de vagabundeo, actos delictivos, proselitismo hacia el consumo, etc.) (Martín y Lorenzo, 2009). Dentro del consumo de drogas se pueden diferenciar tres grandes epatas, el uso, el abuso y la dependencia. Entendiendo al uso como el simple consumo de una sustancia sin que se produzcan consecuencias médicas, sociales, familiares, etc., considerando ser un consumo aislado, ocasional, sin tolerancia o dependencia. Mientras, el abuso es el consumo inadecuado en cantidad, frecuencia o finalidad. Y, finalmente, la dependencia, considerada el estado de intoxicación periódica o crónica producida por el consumo repetido de una droga natural o sintética y caracterizado por el deseo dominante para continuar tomando la droga y obtenerla por cualquier medio, la tendencia a incrementar la dosis, la dependencia física y psicológica, con síndrome de abstinencia cese del consumo de la droga, y con efectos nocivos para el individuo y para la sociedad (Martín y Lorenzo, 2009). Siguiendo en el tema, el abuso de sustancias es el uso no médico de sustancias, en general auto administradas, con el propósito de cambiar su humor, alterar la percepción de sí mismo o de su ambiente, experimentar nuevas sensaciones y aumentar la capacidad funcional del consumidor en situaciones sociales, por otro lado la dependencia es el estado psíquico, y en ocasiones físico que se caracteriza por modificaciones del comportamiento, como compulsiones para ingerir droga de forma continua o periódica para evitar los malestares del síndrome de abstinencia, y que según el CIE-10, se define 23 como el deseo intenso de consumo, disminución de la capacidad de control, abandono de otras actividades, dedicación de mucho tiempo al consumo, desarrollo de tolerancia a la sustancia, síndrome de abstinencia y persistencia en el consumo a pesar de los perjuicios (San Narciso, 1998). La dependencia se clasifica en dependencia psíquica y física. La psíquica se entiende como una condición causada por el placer y sensación de satisfacción debido al consumo de una droga, lo que motiva al sujeto a repetir su consumo para seguir experimentando placer o evitar el malestar, mientras que la dependencia física es entendida como un estado adaptativo caracterizado por la aparición de trastornos físicos intensos cuando se suspende la administración de la sustancia (San Narciso, 1998). El reconocer que se tiene el problema de adicciones es un proceso con bastante resistencia, así como la solicitud de ayuda o apoyo, ya que la persona con depresión está desmotivada y muchas veces ve con insignificancia cualquier intento de ayuda por parte de un tratante con sus problemas. Mientras que en las adicciones el proceso es más complejo aún, ya que la negación del problema se hace evidente, así como las consecuencias de su consumo en sus relaciones interpersonales (Seijas, 2014). 5.2.1.2 Drogas químicas. Los efectos de las drogas son múltiples, dependiendo de factores como la pureza, la vía de administración, la dosis, frecuencia de consumo y otros factores circunstanciales como el entorno, lugar, la mezcla con otras sustancias, etc., así como de sus efectos sobre el sistema nervioso central, que pueden ser efecto depresor, estimulante o alucinógeno, dependiendo del tipo de sustancia (Jiménez, García y Balanzario, 2006). En las sustancias estimulantes, el craving, la paranoia y la depresión pueden ocurrir cuando se encuentran en abstinencia (Jiménez, García y Balanzario, 2006). El problema del consumo de drogas viene arraigado de la costumbre ancestral del abuso de alcohol y tabaco. En tanto a las drogas ilegales, los países productores y de tránsito se han convertido en consumidores también, como es el caso de nuestro país, produciendo un daño mayor a la salud y a la armonía social (CONADIC, 2012). El uso, abuso y dependencia de drogas ocasionan pérdidas incalculables en forma de años de vida saludable, baja productividad, ausentismo laboral, deserción escolar y sobreutilización de servicios de salud (CONADIC, 2012). 24 5.3 Tratamientos para adicciones Existen diferentes programas para el tratamiento de las adicciones, un programa bien estructurado deberá considerar sesiones periódicas y frecuentes de apoyo en lasprimeras semanas, ya que los síntomas del síndrome de abstinencia en este período son más intensos, sobre todo con técnicas con enfoque cognitivo-conductual, además, también es recomendado combinarlo con tratamiento farmacológico para tratar los síntomas de privación, y se debe estar atento a la aparición alteraciones del estado de ánimo o síntomas de ansiedad, para prescribir fármacos de apoyo cuando sea necesario. Por último, es importante llevar un seguimiento de 8 meses a 1 año, con citas periódicas para reforzar las razones para mantenerse en abstinencia mediante técnicas de enfoque cognitivo-conductuales, y así prevenir recaídas (Seijas, 2014). Para la Secretaria de Salud (2009), el tratamiento de adicciones se define como el conjunto de acciones que buscan conseguir la abstinencia o la reducción del consumo de sustancias psicoactivas, reducir riesgos y daños, e incrementar el bienestar biopsicosocial del usuario y su familia, y puede ser de modalidad residencial o no residencial. Existe el término de “Capital de Recuperación”, introducido por Grandfield y Cloud (1999; 2001), el cual se refiere a la cantidad y cualidad de recursos internos y del ambiente del individuo, en los cuales se apoya para mantener la recuperación del problema de adicción a las drogas (Zapata, 2009). Las Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (2008) mencionan que las áreas para incrementar el Capital de Recuperación y que son base para las intervenciones son: 1. Asistencia y soporte en vivienda 2. Acceso o continuidad en procesos educativos 3. Atención a las necesidades en salud física y mental 4. Posibilidad para el desarrollo de habilidades vocacionales y oportunidades de empleo 5. Soporte y empoderamiento familiar 6. Aprendizaje de actividades alternativas y utilización adecuada del tiempo libre 7. Soporte legal 8. Acompañamiento, apoyo de pares y grupos de apoyo 9. Espacios y medios para el desarrollo espiritual 25 5.3.1 Tratamiento residencial. El objetivo de los Programas de Rehabilitación es obtener el máximo nivel de independencia de sus pacientes, tomando en cuenta sus capacidades y aspiraciones de vida. Ahora bien, la Rehabilitación que es una etapa de prevención de recaídas, donde se atiende a las necesidades de las personas que han concluido un programa de desintoxicación, o que, habiendo desarrollado dependencia, no presentan síntomas de privación que exijan que se sometan a la etapa anterior de tratamiento. Los programas de prevención de recaídas o de rehabilitación tienen por objeto cambiar el comportamiento de los pacientes para que puedan poner freno al deseo de consumir sustancias (CEDHSLP, 2011). Existen establecimientos especializados en adicciones, los cuales proporcionan servicios para la atención específica de personas en consumo perjudicial o adicción a sustancias psicoactivas, y pueden operar bajo un modelo de atención profesional, de ayuda mutua o mixto (Secretaría de Salud, 2009). El Modelo de ayuda mutua se caracteriza por ofrecer el servicio por adictos en recuperación, el Modelo profesional es el servicio que brindan profesionales de la salud, y el mixto, como su nombre lo indica, es una mezcla de ambos (Secretaría de Salud, 2009). Hay programas de rehabilitación residencial a corto y a largo plazo. Los programas de corto plazo suelen incluir un plan de desintoxicación en la primera etapa y duran de 30 a 90 días. Los programas de largo plazo por lo general no comprenden la abstinencia con supervisión médica y duran de seis meses a un año (CEDHSLP, 2011). Los servicios de rehabilitación de modalidad residencial tienen varias características en común: vida comunitaria con otras personas con adicción en recuperación; asesoramiento individual y en grupo para prevenir recaídas; gestión de los casos en forma individual; desarrollo de la capacidad para enfrentarla vida cotidiana; formación y experiencia laboral; servicios de vivienda y reinstalación, y apoyo al postratamiento (CEDHSLP, 2011). Existen diferentes programas para el tratamiento de las adicciones, un programa bien estructurado deberá considerar sesiones periódicas y frecuentes de apoyo en las primeras semanas, ya que los síntomas del síndrome de abstinencia en este período son más intensos, sobre todo con técnicas con enfoque cognitivo-conductual, además, 26 también es recomendado combinarlo con tratamiento farmacológico para tratar los síntomas de privación, y se debe estar atento a la aparición alteraciones del estado de ánimo o síntomas de ansiedad, para prescribir fármacos de apoyo cuando sea necesario. Por último, es importante llevar un seguimiento de 8 meses a 1 año, con citas periódicas para reforzar las razones para mantenerse en abstinencia mediante técnicas de enfoque cognitivo-conductuales, y así prevenir recaídas (Seijas, 2014). Según la NOM-028-SSA2-2009, para la prevención, tratamiento y control de las adicciones, los establecimientos de modalidad residencial deben contar con un aviso de funcionamiento, registro como institución especializada ante CONADIC, programa general que abarque tratamiento médico, psicológico y social y esté aprobado por CONADIC, un reglamento interno, manuales técnico-administrativos, guía operativa de referencia y contrarreferencia, los usuarios deberán estar separados por grupo de edad y género, personal suficiente, capacitado y con formación específica en adicciones para llevar a cabo las funciones del establecimiento, el número de usuarios admitidos en los establecimientos dependerá de su capacidad, sin ser rebasado, no deben ser utilizados procedimientos que atenten contra la dignidad, así como la integridad física y mental del usuario (Secretaría de Salud, 2009). Como lo marca la NOM-028-SSA2-2009, el ingreso de los usuarios en establecimientos bajo modelo profesional o mixto podrá ser voluntario, involuntario u obligatorio, mientras que en el modelo de ayuda mutua debe ser meramente voluntario u obligatorio. El ingreso voluntario requiere de solicitud del usuario por escrito, expresando el motivo; el ingreso involuntario se presenta sólo si el usuario requiere atención urgente o representa un peligro grave e inmediato para sí mismo o los demás, y requiere de la indicación de un médico por escrito, la solicitud de un familiar responsable, tutor o representante legal también por escrito, y en caso de extrema urgencia, el usuario puede ingresar por indicación escrita del médico a cargo del establecimiento; y el ingreso obligatorio ocurre cuando lo solicita una autoridad legal y el usuario lo amerite según examen médico (Secretaría de Salud, 2009). 27 5.3.1.1 Modelo de Tratamiento Doce Pasos. Los Doce Pasos surgen a partir de la organización de Alcohólicos Anónimos (AA), la cual da inicio en 1935 en Ohio, después de una reunión entre Bill Wilson y Bob Smith, dos personas con dependencia al alcohol que se dieron cuenta que se podría tratar el alcoholismo en grupos bajo un modelo basado en los valores y la espiritualidad. En 1953 publicaron el libro donde se establecían los Doce Pasos: The Twelve Steps and The Twelve Traditions, que pese a las actualizaciones que ha recibido, permanece su estructura básica (Doga, 2015; Bartholomew y Simpson, 2000). Desde entonces, distintas organizaciones de tratamiento ambulatorio han adoptado los Doce pasos como modelo de tratamiento, como es el caso de AL-ANON, AL-ATEEN, NARC-ANON, Codependientes anónimos, así como distintos establecimientos de tratamiento residencial para adicciones, y no sólo para la dependencia al alcohol, sino para toda clase de sustancia y/o conducta adictiva, además de ser un tratamiento para personas que se encuentren vinculadas con las personas que posean una dependencia (Doga, 2015; Bartholomew y Simpson, 2000). 28 LosDoce Pasos, de manera textual, son los siguientes (Alcohólicos Anónimos, 1939): 1. “Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables. 2. Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio. 3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos. 4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos. 5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos. 6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos. 7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos. 8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos. 9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros. 10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente. 11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla. 12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos”. La metodología de este Modelo de tratamiento consiste en la guía de un “Padrino”, que es una persona que se encuentre en recuperación de su adicción bajo los Doce Pasos, y tenga un tiempo considerable en abstinencia (Doga, 2015). 29 6. OBJETIVOS 6.1 Objetivo general Evaluar el efecto del Modelo de Tratamiento Residencial Doce Pasos sobre algunos indicadores de la salud mental (depresión, ansiedad e ira- estado) de personas con drogodependencia en un Estado del Occidente de México en 2017-2018. 6.1.1 Objetivos específicos. ▪ Realizar diagnóstico inicial de los indicadores de salud mental: depresión, ansiedad e ira-estado, de las personas que hacen uso de los servicios de los establecimientos de tratamiento residencial de adicciones bajo Modelo de Doce Pasos al iniciarlo. ▪ Medir los indicadores de salud mental: depresión, ansiedad e ira- estado, de las personas que hacen uso de los servicios de los establecimientos de tratamiento residencial de adicciones bajo Modelo de Doce Pasos en la mitad del rango entre la primera y la tercera evaluación. ▪ Realizar una medición final de los indicadores de salud mental: depresión, ansiedad e ira- estado, de las personas que hacen uso de los servicios de los establecimientos de tratamiento residencial de adicciones bajo Modelo de Doce Pasos. ▪ Analizar los resultados de las tres evaluaciones de los indicadores de salud mental: depresión, ansiedad e ira- estado, de las personas que hacen uso de los servicios de los establecimientos de tratamiento residencial de adicciones bajo Modelo de Doce Pasos. 30 7. HIPÓTESIS 7.1 Hipótesis de trabajo Las personas que hacen uso de los servicios de establecimientos de tratamiento residencial de adicciones bajo el Modelo de Doce Pasos en un Estado del Occidente de México en 2017-2018 disminuyen sus niveles de depresión, ansiedad e ira- estado a lo largo de su estancia. 7.2 Hipótesis nula Las personas que hacen uso de los servicios de establecimientos de tratamiento residencial de adicciones bajo el Modelo de Doce Pasos en un Estado del Occidente de México en 2017-2018 no muestran diferencias en sus niveles de depresión, ansiedad e ira- estado a lo largo de su estancia. 31 8. METODOLOGÍA 8.1 Diseño del estudio El presente estudio es longitudinal, de corte cuasi experimental, entendiendo que este esquema de diseño se caracteriza por la asignación de los participantes de manera no aleatoria, ya que la exposición fue manipulada por la investigadora, en este caso se seleccionaron grupos ya constituidos que se encuentran cautivos. Dentro de los estudios cuasi experimentales, existe el tipo llamado “antes/después”, el cual establece una medición previa a la intervención y otra posterior (Segura, 2003), donde se incluye la presente investigación, sólo que ésta se constituyó de tres mediciones, siendo la otra a la mitad de la intervención. 8.2 Universo Hombres adultos que hacen uso de los servicios de establecimientos de tratamiento residencial para adicciones, con un diagnóstico de trastorno mental y del comportamiento debido al consumo de sustancias psicotrópicas, con síndrome de dependencia, actualmente en abstinencia en un medio protegido (F10-19.21, CIE-10), en un Estado del Occidente de México. 8.2.1 Unidades de observación. Grupo de estudio: Resultado de las tres evaluaciones de los niveles de depresión, ansiedad e ira-estado de hombres adultos que hacen uso de los servicios de establecimientos de tratamiento residencial para adicciones bajo Modelo Doce Pasos, y que cuentan con un diagnóstico de trastorno mental y del comportamiento debido al consumo de sustancias psicotrópicas, con síndrome de dependencia, actualmente en abstinencia en un medio protegido (F10-19.21, CIE-10). 32 8.2.2 Muestra. La muestra fue obtenida a través de un muestreo probabilístico aleatorio simple. Su tamaño quedó conformado por 58 participantes mayores de 18 años, con diagnóstico de trastorno mental y del comportamiento debido al consumo de sustancias psicotrópicas, con síndrome de dependencia, actualmente en abstinencia en un medio protegido (F10- 19.21, CIE-10) y bajo tratamiento residencial de adicciones en un Estado del Occidente de México. Se utilizó la fórmula para poblaciones mayores de 10,000 personas, ya que la población de usuarios internados a nivel nacional es de 56,670 (SISVEA, 2016), y actualmente no existen datos confiables de la cantidad de usuarios internados sólo en el Estado donde se realizó la investigación. n = Z2 * p * q (E)2 * 1000 n = 1.962 * 6.4 * -5.4 = 54 (.05)2 * 1000 33 8.2.2.1 Criterios de selección. Criterios de inclusión Criterios de exclusión Criterios de eliminación • Usuarios de establecimientos de tratamiento residencial para adicciones varonil. • Adultos. • Diagnóstico de trastorno mental y del comportamiento debido al consumo de sustancias con síndrome de dependencia, actualmente en un medio protegido (F10-19.21, CIE- 10). • En tratamiento residencial bajo Modelo Doce Pasos dentro del Estado seleccionado del Occidente de México. • Residentes del Estado donde se realizó la investigación. • No residentes del Estado donde se realizó la investigación. • Diagnóstico de dependencia no química. • Diagnóstico de dependencia a heroína. • Con deterioro cognitivo leve, moderado o severo. • Comorbilidad psiquiátrica (aparte de depresión y ansiedad). • Deseen abandonar el estudio. • No responda por completo los instrumentos. • Pérdida de cuestionarios de alguna de las evaluaciones. 8.3 Instrumentos • Test Mini Mental (ver anexo 1) • Cuestionario de datos sociodemográficos y de consumo (ver anexo 2) • Inventario de Depresión (BECK:BDI) (ver anexo 3) • Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK:BAI) (ver anexo 4) • Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI 2) (ver anexo 5). 34 8.4 Variables de estudio VARIABLE DEFINICIÓN CONCEPTUAL DEFINICIÓN OPERACIONAL/ ESCALA DE MEDICIÓN Depresión En la Teoría de la Depresión de Beck (1972) se define la depresióncomo una serie de concepciones negativas de sí mismo. Se menciona que lo que inicia y mantiene los síntomas depresivos es la activación de ciertos esquemas de pensamiento distorsionado que contribuyen a la manera negativa en que el indi- viduo percibe, codifique e interprete la información sobre sí mismo, sobre el mundo y sobre el futuro, como la sobregeneralización, las inferencias arbitrarias, el pensamiento dicotómico, la abstracción selectiva y la personalización (Galindo, Rojas, Meneses, Aguilar, y Alvarado, 2016; Álvarez et al., 2009). Nivel de Depresión: ▪ Mínimo (0-9 puntos) ▪ Leve (10-16 puntos) ▪ Moderado (17-29 puntos) ▪ Severo (30-63 puntos) Ansiedad En la Teoría de Beck sobre ansiedad menciona que la percepción del peligro y la subsecuente valoración de las capacidades de uno para enfrentarse a tal peligro, que tienen un valor obvio para la propia supervivencia, aparecen sesgadas en la dirección de una sobreestimación del grado de peligro asociado a las situaciones y de una subvaloración de las propias estrategias para afrontarlo (Beck et al., 1989). Nivel de Ansiedad: ▪ Mínimo (0-5 puntos) ▪ Leve (6-15 puntos) ▪ Moderado (16-30 puntos) ▪ Severo (31-63 puntos) Ira La ira se compone por (Oliva, Hernández y Calleja, 2010): Ira Estado: Intensidad de los sentimientos de ira y el grado en que el sujeto siente que está Nivel de Ira Estado: ▪ Mínimo (15-18 puntos) ▪ Leve (19-25 puntos) ▪ Moderado (26-36 puntos) ▪ Severo (37-60 puntos) 35 expresando su ira en un momento determinado. Ira Rasgo: Frecuencia con la que el sujeto experimenta sentimientos de ira a lo largo del tiempo. Deterioro cognitivo Deficiente orientación espacio- temporal, la fijación de la memoria inmediata, la capacidad de concentración y cálculo, lenguaje y construcción espacial (Lobo et al., 2002). ▪ Normal (30 puntos) ▪ Déficit leve (29 – 24 puntos) ▪ Deterioro cognitivo (menos de 24 puntos). ✓ Leve (23–19 puntos) ✓ Moderado (18–14 puntos) ✓ Grave (13–0 puntos) Edad Tiempo que ha vivido una persona u otro ser vivo contando desde su nacimiento (Universidad de Oxford, 2017). Número de años cumplidos: 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, >25. Etapa del ciclo vital (grupo de edad) Etapas que las personas atraviesan a lo largo de la vida (Rojas, Gómez y Pazos, 2014). Etapa del ciclo vital: • Adolescencia (12 – 20 años). • Adultez temprana (21 - 40 años). • Adultez intermedia (41 - 60 años). Escolaridad División de los niveles que conforman el Sistema Educativo Nacional. Estos son: básico, medio superior y superior (INEGI, 2010). • Sin estudios • Primaria trunca • Primaria terminada • Secundaria trunca • Secundaria terminada • Bachillerato general trunco • Bachillerato general terminado • Bachillerato técnico trunco • Bachillerato técnico terminado • Licenciatura Ocupación Tipo de trabajo, empleo, puesto u oficio que la población ocupada realizó en su trabajo principal en la semana de referencia (INEGI, 2005) Sistema Nacional de Clasificación de Ocupaciones (SINCO) (INEGI, 2011): 1. Funcionarios directores y jefes. 2. Profesionistas y técnicos. 3. Trabajadores auxiliares en actividades administrativas. 4. Comerciantes, empleados en ventas y agentes de ventas. 5. Trabajadores en servicios personales y vigilancia. 36 6. Trabajadores en actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca. 7. Trabajadores artesanales. 8. Operadores de maquinaria industrial, ensambladores, choferes y conductores de transporte. 9. Trabajadores en actividades elementales y de apoyo. Estado civil Condición de una persona según el registro civil en función de si tiene o no pareja y su situación legal respecto a esto. • Soltero (a) • Casado (a) • Viudo (a) • Divorciado (a) • Unión libre • Separado (a) Sustancia de inicio Primera droga consumida en la vida (SISVEA, 2016). • Tabaco (cigarrillos, tabaco de mascar, puros). • Alcohol (cerveza, vinos, licores). • Cannabis (marihuana, hierba, mota, hachis). • Cocaína (coca, crack). • Anfetamina (o tipos) (metanfetamina, ice, hielo, foco, éxtasis, speed). • Inhalables (pegamento, gasolina, pintura, disolvente para pintura). • Sedantes (diazepam, clona, alprazolam, flunitrazepam, midazolam). • Alucinógenos (LSD, ácidos, ketamina, hongos). • Opiáceos (heroína, morfina, metadona, buprenorfina, codeína) • Otros (especificar) Sustancia de impacto Droga que el usuario consume con más capacidad para producirle consecuencias negativas, tanto en el área de salud, familiar, legal o laboral, y que es el motivo principal de la demanda (SISVEA, 2016). ▪ Tabaco (cigarrillos, tabaco de mascar, puros). ▪ Alcohol (cerveza, vinos, licores). ▪ Cannabis (marihuana, hierba, mota, hachis). ▪ Cocaína (coca, crack). 37 ▪ Anfetamina (o tipos) (metanfetamina, ice, hielo, foco, éxtasis, speed). ▪ Inhalables (pegamento, gasolina, pintura, disolvente para pintura). ▪ Sedantes (diazepam, clona, alprazolam, flunitrazepam, midazolam). ▪ Alucinógenos (LSD, ácidos, ketamina, hongos). ▪ Opiáceos (heroína, morfina, metadona, buprenorfina, codeína) ▪ Otros (especificar) Poliusuario La persona consume dos o más drogas (SISVEA, 2016). ▪ Sí ▪ No Voluntariedad En el ingreso a establecimientos residenciales de manera voluntaria el usuario hace expreso el motivo; en el ingreso involuntario se presenta sólo si el usuario requiere atención urgente o representa un peligro grave e inmediato para sí mismo o los demás; y el ingreso obligatorio ocurre cuando lo solicita una autoridad legal y el usuario lo amerite según examen médico (Secretaría de Salud, 2009). ▪ Voluntario ▪ Involuntario ▪ Obligatorio Modelo de tratamiento Doce Pasos Modelo de tratamiento grupal basado en valores y espiritualidad, a través de una guía que consta de doce pasos para conseguir la recuperación (Doga, 2015; Bartholomew y Simpson, 2000). Un guía, llamado “padrino”, acompaña a su “ahijado” en el camino del cumplimiento de los Doce Pasos para conseguir su recuperación de la adicción (Doga, 2015; Bartholomew y Simpson, 2000). 38 8.5 Proceso para la obtención de la información Para el levantamiento de información se necesitan seguir ciertos pasos, cuidando la metodología y los aspectos éticos, de los que se habla más adelante a detalle. Cabe mencionar que todos los instrumentos e intervenciones que se realizaron con los participantes y/o personal de los Centros de Rehabilitación fueron llevados a cabo por la investigadora principal y por otros Licenciados en Psicología que dominan la aplicación de instrumentos, así como el manejo de situaciones extraordinarias, como realizar contención emocional. 1. Gestión para la aplicación de la investigación. Se solicitó autorización por escrito a los Establecimientos para tratamiento de adicciones para la aplicación de los instrumentos a los usuarios que cumplan con los criterios de inclusión, así como para revisar sus expedientes para obtener el nivel socioeconómico y la fecha de ingreso al tratamiento de cada uno de ellos. Además, se buscó la firma de la carta de consentimiento informado de los usuarios participantes, donde aceptan, bajo completo conocimiento del proceso, formar parte de los participantes en la de investigación (ver anexo 6). 2. Aplicación de la prueba Mini Mental. Las respuestas que otorgue una persona que presenta deterioro cognitivo de cualquier nivel no pueden ser consideradas confiables, y las personas que cuenten con drogodependencia están expuestos a este tipo de deterioro debido a los efectos de las sustancias que utilizan. Por ello,es necesaria la aplicación de la prueba Mini Mental para descartar a todos los posibles participantes que tengan un deterioro cognitivo leve, moderado o severo (ver anexo 1). 3. Aplicación de Cuestionario de datos sociodemográficos y de consumo. El Cuestionario de datos sociodemográficos y de consumo fue diseñado por la investigadora principal, con el fin de recabar información que se ha visto relacionada con las variables de estudio según los antecedentes presentados y será aplicado a los usuarios que obtengan resultado normal o con déficit leve en la prueba Mini Mental (ver anexo 2). 39 4. Aplicación de instrumentos. Los instrumentos serán administrados en el siguiente orden: Inventario de Depresión (BECK:BDI), Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK:BAI) e Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI 2), y en tres ocasiones distintas a lo largo de su tratamiento residencial: en rango de 10 a 15 días posteriores a su ingreso (tomando en cuenta que haya pasado el síndrome de abstinencia para evitar sesgos en la información (González y Romero, 2010; Secretaría de Salud, 2008; Martínez, Martín, Valero y Salguero, 2000; y Jiménez, 2000), a la mitad del tratamiento residencial y, por último, una medición de 10 a 15 días anteriores a su egreso (para evitar que sus respuestas estén influenciadas por el evento de egreso próximo) (ver figura 1). Figura 1. Línea del tiempo para la aplicación de instrumentos durante el tratamiento residencial. 4.1 Aplicación del Inventario de Depresión (BECK: BDI). El Inventario de Depresión (BECK: BDI) fue desarrollado por Aaron Temkin Beck y sus colaboradores en 1961, y estandarizado para población mexicana por Jurado, Villegas, Méndez, Rodríguez, Loperena y Varela en 1998, y desde entonces ha demostrado ser un instrumento válido y confiable para detectar la intensidad de la De 10 a 15 días después de su ingreso 1° evaluación A la mitad del tratamiento 2° evaluación De 10 a 15 días antes de su egreso 3° evaluación 40 sintomatología depresiva (α= .87) (Galindo, Rojas, Meneses, Aguilar y Alvarado, 2016) (ver anexo 3). Se trata de un autoinforme compuesto de 21 reactivos, redactados a manera de afirmaciones, basados en los criterios diagnósticos de los Trastornos Depresivos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), que abarca 21 categorías (una por cada reactivo): 1. Tristeza 2. Pesimismo 3. Fracaso 4. Pérdida de placer 5. Sentimiento de culpa 6. Sentimiento de castigo 7. Inconformidad con uno mismo 8. Autocrítica 9. Pensamientos o deseos suicidas 10. Llanto 11. Agitación 12. Pérdida de interés 13. Indecisión 14. Desvalorización 15. Pérdida de energía 16. Cambios de hábitos de sueño 17. Irritabilidad 18. Cambios en el apetito 19. Dificultad de concentración 20. Cansancio o fatiga 21. Pérdida de interés en el sexo 41 Cada reactivo tiene una escala de valoración que va de 0 a 3, donde al final se suman los puntajes asignados a las respuestas seleccionadas y se categorizan de la siguiente manera: Puntos Nivel de depresión 0 – 9 Mínimo 10 – 16 Leve 17 – 29 Moderado 30 – 63 Severo Tabla 1. Clasificación de niveles de Depresión según BECK: BDI. 4.2 Aplicación del Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK: BAI). El Inventario de Síntomas de Ansiedad (BECK: BAI) fue desarrollado por Aaron Temkin Beck, Epstein, Brown y Steer en 1988, y fue estandarizado para población mexicana por Robles, Varela, Jurado y Páez en 2011, que tiene como objetivo determinar la severidad con que se presentan los síntomas y conductas (ver anexo 4). Consta de 21 reactivos (Galindo, Benjet, Juárez, Rojas, Riveros, Aguilar, Álvarez y Alvarado, 2015), con una confiabilidad alta (α= .86), y que abarcan cuatro categorías: 1. Subjetiva 2. Neurofisiológica 3. Autonómico 4. Pánico Es una escala tipo Likert, en formato de autoinforme, con 4 opciones de respuesta: “poco o nada”, “más o menos”, “moderadamente”, “severamente”, con una valoración de 0, 1, 2 y 3 respectivamente; al final se suman los puntos asignados de cada reactivo y se categorizan de la siguiente manera: 42 Puntos Nivel de ansiedad 0 – 5 Mínimo 6 – 15 Leve 16 – 30 Moderado 31 – 63 Severo Tabla 2. Clasificación de niveles de Ansiedad según BECK: BAI. 4.3 Aplicación del Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo (STAXI 2). El Inventario fue desarrollado por Spielberger, Johnson, Russell, Crane, Jacobs y Worden en 1985, con la finalidad de analizar la relación entre ira y salud. Posteriormente fue traducido al español por Miguel Tobal, Casado, Can-Vindel y Spielberger en 2001, para finalmente ser adaptado a población mexicana de adultos de 12 a 60 años por Oliva, Hernández y Calleja en 2010 (ver anexo 5). Consta de 49 reactivos, distribuidos en tres escalas, con un total de 9 factores la escala original, sin embargo, para la interpretación de los resultados de la escala adaptada a población mexicana se agruparon en 8 categorías: en lugar de expresión física y expresión verbal, se conjuntó en una sola categoría llamada ¨deseo de expresar ira¨. Se aplicará el cuestionario completo, sin embargo, para el cumplimiento de los objetivos de esta investigación, sólo se analizarán los resultados de la subescala Ira- Estado, que corresponde a la que mide la intensidad de los sentimientos de ira y el grado en que el sujeto siente que está expresando su ira en un momento determinado (Oliva, Hernández y Calleja, 2010), esto debido a que se necesita saber el nivel de ira que presentan según la situación, es decir, durante su internamiento, y no la ira rasgo, que se refiere a una característica de su personalidad, que permanece en el tiempo. Es una escala tipo Likert con una valoración que va de “casi nunca”, “a veces”, “a menudo” y “casi siempre”, con una escala de valoración de 1 a 4, respectivamente. Posteriormente, se suman los puntos obtenidos del reactivo 1 al 15, que son los correspondientes a la subescala de ira-estado, y se clasifica según la siguiente tabla: 43 Puntos Nivel de ira estado 15 - 18 Mínimo 19 – 25 Leve 26 – 36 Moderado 37 – 60 Severo Tabla 3. Clasificación de niveles de Ira-Estado según STAXI 2. Cuenta con una confiabilidad de las escalas ira-estado, ira-rasgo, y expresión y control de .887, .86 y .733 respectivamente, demostrando que es un instrumento válido y confiable para ser aplicado en población mexicana (Oliva, Hernández y Calleja, 2010). 5. Análisis estadístico de los datos. Se realizó mediante estadísticos descriptivos como frecuencias, media y mediana, así como el análisis de los datos mediante la prueba no paramétrica de Wilcoxon, con el apoyo del Libro Bioestadística (Celis y Labrada, 2014). 44 Figura 2. Esquema del proceso para la obtención de la información. OBTENCIÓN DE LA INFORMACIÓN Firma de autorización de la investigación por parte de los Directivos de los Centros de Rehabilitación Firmas de cartas de consentimiento de los participantes Aplicación de Test Mini Mental Aplicación del Cuestionario de datos sociodemográficos y consumo 1° evaluación: Aplicación de la batería de pruebas (Escalas de Depresión, Ansiedad e Ira) 2° evaluación: Aplicación de la batería de pruebas (Escalas de Depresión, Ansiedad e Ira) 3° evaluación: Aplicación de la batería de pruebas (Escalas de Depresión, Ansiedad e Ira) Análisis estadístico mediante prueba de Wilcoxon 45 8.6 Cronograma de actividades ACTIVIDAD A g o st o 2 0 1 6 S ep ti em b re 2 0 1 6 O ct u b re 2 0 1 6 N o v ie m b re 2 0 1 6 D ic ie m b re 2 0 1 6 E n er o 2 0 1 7 F eb re ro 2 0 1 7 M ar zo 2 0 1 7 A b ri l 2 0 1 7 M ay o 2 0 1 7 Ju n io 2 0 1 7 Ju li o 2 0 1 7 A g o st o