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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS 
SUPERIORES DE MONTERREY 
 CAMPUS MONTERREY 
PROGRAMA DE GRADUADOS DE LA DIVISIÓN 
DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES 
 
 
 
 
 
 
 
DIÁLOGO Y ENCUENTRO HUMANO 
ENFOQUES ÉTICOS 
T E S I S 
Presentada como requisito parcial para obtener el grado académico de 
Maestría en Estudios Humanísticos 
con especialidad en Ética 
 
POR 
LILIANA GUADALUPE SUÁREZ TIJERINA 
 
Monterrey N.L. DICIEMBRE 200 
 2
 
 
 
 
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE 
ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY 
CAMPUS MONTERREY 
 
 
 
 
 
POR 
 
LILIANA GUADALUPE SUÁREZ TIJERINA 
 
 
 
 
 
 
DICIEMBRE 2007 
 3
 
 
 
 
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS 
SUPERIORES DE MONTERREY 
 
 
PROGRAMA DE GRADUADOS DE LA DIVISIÓN 
DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES 
 
 
Los miembros del comité de tesis recomendamos que la presente tesis de la 
Lic. Liliana Guadalupe Suárez Tijerina 
Sea aceptada como requisito parcial para obtener el grado académico de 
 
Maestría en Estudios Humanísticos con especialidad en 
Ética 
 
 
Comité de Tesis 
 
 
 
_____________________________ 
Dr. Rafael Modesto de Gasperín Gasperín 
Sinodal 
 
 
_____________________________ 
Dra. Martha Eugenia Sañudo Velázquez 
Sinodal 
 
 
____________________________ 
Dr. Kande Mutsaku Kamilamba 
Asesor 
 
 
 
 
______________________________ 
Dra. Blanca G. López Morales 
Directora de Programa de Maestría y 
Doctorado en Estudios Humanísticos 
 
 
 
 4
Diciembre de 2007 
 
 
 
 
 
DIÁLOGO Y ENCUENTRO HUMANO 
ENFOQUES ÉTICOS 
 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
 
 
MAESTRÍA EN ESTUDIOS HUMANÍSTICOS 
 CON ESPECIALIDAD EN ÉTICA 
 
 5
 
 
 
 
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE 
ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY 
CAMPUS MONTERREY 
 
 
 
 
 
 
POR 
 
 
LILIANA GUADALUPE SUÁREZ TIJERINA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 6
DICIEMBRE 2007 
 
A mis padres 
José Enrique Suárez y 
Elva Lilia Tijerina de Suárez 
…quienes me dieron la gracia de la vida, 
…y me enseñaron las bondades del diálogo. 
A mi esposo 
Clemente Gaitán Vigil 
…quien desde hace 25 años me acompaña 
en el camino de la vida y contribuye 
a encontrarle sentido y claridad a mi existencia 
A mis hijos 
Liliana María, 
José Alfredo y 
Clemente Carlos 
…a quienes debo la inspiración y motivo de existir, 
con mis mejores deseos 
para que se sientan envueltos en encuentros 
de comunicación existencial 
A mis maestros 
Dr. Kande Mutsaku Kamilamba 
Dr. Rafael Modesto de Gasperín Gasperín 
Dra. Martha Eugenia Sañudo Velásquez 
 
…quienes a través del encuentro académico 
me han guiado en la construcción de este texto 
sobre el encuentro humano 
 
 7
Índice 
 
Capítulo I 
 
1.1 
 
1.2 
 
1.3 
 
1.4 
 
1.5 
 
Capítulo II 
 
2.1 
 
2.2 
 
2.3 
 
Capítulo III 
 
3.1 
3.2 
 
Capítulo IV 
4,1 
 
4.2 
Introducción----------------------------------------------------------------------------- 
La naturaleza humana. Inferencia y Deducción. La ética del 
diálogo en los clásicos.------------------------------------------------------------- 
La mayéutica Socrática. Una interacción que produce conocimientos 
con un método que conduce al diálogo.------------------------------------------ 
La dialéctica platónica. El otro como complemento, como peldaño para 
la trascendencia.----------------------------------------------------------------------- 
La comunicación humana y el diálogo en Aristóteles. El otro como 
amistad.----------------------------------------------------------------------------------- 
El descubrimiento del bien en el encuentro con el otro criatura, en 
camino hacia el bien supremo: Dios en Tomás de Aquino.------------------ 
Las normas de convivencia en Kant. El otro como límite de las 
acciones.---------------------------------------------------------------------------------- 
El desencuentro como alternativa que distorsiona el mutuo 
beneficio de la interacción humana.-------------------------------------------- 
Las relaciones humanas primitivas generan miedo. El Leviatán de 
Hobbes como satisfactor del temor y de los acuerdos sociales en un 
encuentro contratado.------------------------------------------------------------------ 
La indiferencia que plantea Nietzsche como única opción entre los 
humanos.---------------------------------------------------------------------------------- 
La conquista del otro en Sartre. La dialéctica de la cosificación. La 
interacción para la aniquilación, para la conquista total del otro para la 
dominación para la apropiación.---------------------------------------------------- 
El encuentro. La ética del diálogo en los contemporáneos a partir 
 de la interacción humana.---------------------------------------------------------- 
 
La angustia de elegir mi encuentro con el otro en Kierkegaard.----------- 
 
Acción comunicativa y ética discursiva en mi encuentro con el otro en 
Habermas.------------------------------------------------------------------------------- 
 
La aclaración de la existencia y la comunión universal en los 
contemporáneos a partir de la interacción humana.---------------------- 
 
La comunicación existencial como única alternativa para la aclaración 
de la existencia en Karl Jaspers.----------------------------------------------------- 
 
La comunicación de las existencias para una comunión universal en 
Ignace Lepp.------------------------------------------------------------------------------- 
 
Conclusión------------------------------------------------------------------------------ 
Bibliografía------------------------------------------------------------------------------ 
Anexos------------------------------------------------------------------------------------ 
8
 
18 
 
19 
 
26 
 
32 
 
37 
 
41 
 
45 
 
46 
 
50 
 
53 
 
67 
67 
83 
 
109 
 
109 
 
131 
1641
169 
171 
 8
 
 
 
 
 
 
 
 
Introducción 
¿Qué sentido tiene el coexistir? 
¿Por qué está el otro frente a mí? ¿Cuál es la razón de estar los unos junto a 
los otros? ¿Cuáles son los propósitos de los comunicantes en el encuentro 
humano? ¿Han sido los mismos siempre o han cambiado a través del tiempo? 
¿Cuál es la realidad del encuentro humano? ¿Se necesita del otro para sobrevivir y 
trascender? ¿Es el otro un medio para conocer la realidad, saber cómo actuar 
frente a los demás, o establecer una relación con Dios? ¿Se requieren normas para 
convivir con el otro? ¿El diálogo exige alguna normatividad para realizarse? ¿Será 
posible identificar algunos aspectos o variables que normen la interacción humana? 
¿Habrá circunstancias que me hagan rechazar el encuentro humano? ¿Puede ser 
el otro tan indiferente que no me aporte nada? ¿Es alguien a quien hay que temer 
por el daño que te puede causar, que te puede utilizar, dominar o ignorar; o por el 
contrario, es alguien al que puedes dañar, utilizar, dominar o ignorar? ¿Las 
decisiones que tomo en mi encuentro con el otro, me pueden provocar angustia? 
¿Mi encuentro con el otro implica un compromiso? ¿Es el otro una oportunidad para 
argumentar y lograr un entendimiento humano? ¿De qué manera juega lo personal 
- individual puesto en comunicación con el otro? ¿Es posible que el otro pueda 
propiciar mi desarrollo intelectual, colaborar en la aclaración de mi existencia y 
 9
coadyuvar en el logro de una comunión universal? ¿Existen límites,niveles, riesgos 
en la relación dialógica? ¿Cuál es el telos, finalidad, de cada uno de los que 
intervienen en el diálogo? ¿De entrada, el encuentro humano trae como 
consecuencia un planteamiento ético o éste se genera en cada interacción 
dialógica? Todos estos cuestionamientos contribuyeron a llevar a cabo esta 
investigación, cuyo objetivo es analizar las perspectivas que hay sobre el encuentro 
humano, y con ello descubrir la relación que guardan con la postura del filósofo 
existencialista alemán Karl Jaspers. 
Para llevar a cabo este análisis, se tomaron en cuenta dos variables: la 
finalidad del encuentro humano que viene a ser el ¿para qué? del mismo, y el 
proceso que sigue, que es el ¿cómo? se lleva a cabo, qué factores intervienen y 
qué sucede en el transcurso de dicho encuentro. El primero dependerá del 
contexto y de la perspectiva. En cuanto al contexto, éste influye en la interpretación 
de cada uno de los pensadores analizados, que se sitúan desde la época clásica 
hasta la contemporánea; y en lo que respecta a la perspectiva de cada filósofo, 
además del contexto en que se desarrollaron, tendrá que ver la acepción que le den 
a los términos o palabras aquí utilizadas. Hay quienes consideran necesario el 
diálogo, y además de señalar sus ventajas, proponen estrategias y procesos para 
obtener el mayor beneficio en los interlocutores; sin embargo, también hay quienes 
no lo consideran así, porque a través del conocimiento y la observación de las 
conductas de los demás, y su manera de actuar, han descubierto cómo se 
manifiesta en la realidad cotidiana de los seres humanos; por lo cual, señalan 
desventajas, demostrando cómo impacta negativamente en el otro. Cabe señalar 
que, desde la antigüedad hasta la sociedad actual, pudieran hacerse presentes las 
dos perspectivas de encuentro humano. 
La segunda variable a tomar en cuenta, es la que se refiere al proceso que 
se sigue en dicho encuentro, y todo lo que participa en el mismo. Intervienen: los 
 10
componentes estructurales de la comunicación y los factores colaterales que 
pueden aparecer durante dicha interacción. En cuanto los componentes base que 
tienen que ver con la estructura, está todo lo relacionado con los seres humanos 
que se encuentran y dialogan: las características, pensamientos y puntos de vista 
de los que participan en el encuentro, los propósitos que tienen al comunicarse, el 
contexto y la forma de llevar a cabo el diálogo, la manera en que estructuran y dan 
el mensaje, el lenguaje que utilizan, el canal por el que lo envían(oral, impreso, 
electrónico), la fidelidad con la que se transmite el contenido del mensaje, es decir, 
la seguridad de que llegue completo, y sea interpretado de acuerdo al propósito del 
emisor, que es quien lo envía, además de la interpretación que le dan los 
receptores, así como los resultados obtenidos al darse el encuentro. 
En lo que respecta a los factores colaterales, están: las circunstancias en 
que se desenvuelve el encuentro, que dependerá de quién tenga la iniciativa, así 
como el grado de compromiso que hay entre los interlocutores, el entendimiento o 
la confusión que se ocasiona, lo que puede favorecer u obstaculizar dicho 
encuentro; por un lado, los que pueden coadyuvar en el encuentro como: 
congruencia entre el pensamiento y la forma de actuar, humildad, libertad, sabiduría 
incondicionalidad, benevolencia, igualdad, autenticidad, honestidad, transparencia, 
acuerdos, uso de normas, argumentación, apertura, soledad; y por otro lado, los 
que pueden ocasionar riesgos, y provocar interferencia como: soberbia, ignorancia, 
egoísmo, temor, omnipotencia, debilidad, dominio, manipulación, hipocresía, 
falsedad, conflicto, lucha, compasión, entre otros. 
De acuerdo a lo anterior, los criterios que guiarán los contenidos de este 
texto son: el encuentro humano, su finalidad y su proceso. Los autores fueron 
elegidos debido a que aportan ideas sobre el diálogo o encuentro humano. En 
cada capítulo, además de conocer la postura de los diversos filósofos, agrupados 
de acuerdo a su perspectiva en cuanto a la finalidad del encuentro humano, se 
 11
presenta una relación analógico-crítica, con respecto a las ideas de Karl Jaspers, 
quien enfatiza en la aclaración de la existencia como finalidad principal del 
encuentro humano. En el último capítulo se profundiza su propuesta filosófica, 
junto con otro pensador, Ignace Lepp, que coincide con él y continúa desarrollando 
las ideas de su antecesor. Por otra parte, cabe aclarar, que dada la diversidad de 
elementos que intervienen en este suceso, los filósofos aquí estudiados, además de 
aportar ideas sobre lo que para ellos tiene de finalidad el diálogo o encuentro 
humano, enfatizan también en uno o varios de los aspectos que intervienen en el 
proceso mismo: elementos estructurales de la comunicación, o aspectos colaterales 
que se pueden dar durante el encuentro humano. 
En el capítulo l, se analizan las perspectivas que sobre el encuentro humano 
hacen los filósofos clásicos como Sócrates, Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino y 
Kant, quienes se refieren a la naturaleza humana como fundamento de la ética del 
diálogo. En el capítulo ll, se presenta el enfoque del desencuentro como alternativa 
de la interacción humana, con las posturas de los filósofos contemporáneos: 
Hobbes, Sartre y Nietzsche, basados en la realidad observada por ellos. En el 
capítulo lll, se reflexiona sobre el encuentro como algo que trasciende la interacción 
humana, desde la perspectiva de otros pensadores contemporáneos que así lo 
plantean, como Kierkegaard, y Habermas. En el capítulo lV, se analiza el diálogo 
como instrumento para aclarar la existencia, y, como propósito de la interacción 
humana; también desde el pensamiento de otros filósofos contemporáneos como 
Karl Jaspers, de quien se analiza la propuesta que hace sobre la comunicación 
existencial, y del cual se hace el análisis analógico crítico, en esta investigación, y 
por último, Ignace Lepp, quien coincide y decide continuar con la propuesta hecha 
por su antecesor, Jaspers. 
Antes de profundizar en todos los cuestionamientos anteriores, es necesario 
definir básicamente este término. La Real Academia Española lo define como: “(Del 
 12
lat. dialŏgus, y este del gr. διάλογος). 1. m. Plática entre dos o más personas, que 
alternativamente manifiestan sus ideas o afectos. 2. m. Obra literaria, en prosa o en 
verso, en que se finge una plática o controversia entre dos o más personajes. 3. m. 
Discusión o trato en busca de avenencia…” (RAE) Para empezar, está claro que 
para que exista el diálogo tiene que haber por lo menos dos personas o 
interlocutores además de ideas o expresiones para intercambiar. Las raíces griegas 
conducen a entender este término como un intercambio de pensamientos: “dia”, que 
puede entenderse como: a través de; y “logos” que se interpretaría como palabra, 
pensamiento. Es un término contrario a un monólogo, en donde una sola persona 
expresa su discurso, sin esperar ni considerar un oyente o contraparte. 
Desde la mitad del siglo XX, en donde ocurre el desarrollo de la ciencia y la 
tecnología, especialmente aquella que soporta el medio de comunicación, se 
realizaron investigaciones sobre el comportamiento humano en la sociedad. Los 
medios masivos provocaron cambios en las relaciones humanas y se vio la 
necesidad de analizar el impacto de todo esto tanto en la producción como en el 
comercio y la política. Sociólogos, psicólogos y filósofos realizaron los primeros 
estudios sobre la comunicación. Es así como en los años 70’ se cultivan las 
Ciencias de la Comunicación, como una disciplina y como una profesión, cuyo uno 
de sus enfoques es el diálogo. Desde este punto de vista, esta actividad humana es 
sinónimo de comunicación interpersonal. David K. Berlo, cuya principal obra teórica 
ha sido traducida a la lengua españolacomo: “El proceso de la comunicación. 
Introducción a la teoría y a la práctica”, ha profundizado en lo referente al diálogo 
como proceso. Propone un diagrama en el que se detalla cada parte del mismo y 
todo lo que puede influir en él. 
 
“La comunicación aparece como un proceso reglado (no como un simple 
acto) que permite al ser humano negociar su posición en el entorno en el que 
 13
vive. De este modo, la comunicación es un valor de interlocución, de poder, 
de influencia, de control... La eficacia o ‘fidelidad’ de la comunicación, no 
obstante, está sujeta a estrategias y no produce resultados ciertos, sino que 
puede estar avocada al fracaso, generalmente por incompatibilidad entre el 
propósito de quien emite y la disposición de quien recibe” (Berlo, 23) 
 
Es oportuno atender el proceso que se lleva a cabo en el momento en que 
se da la interacción humana o diálogo. Comprender cómo las personas al 
comunicar sus ideas o pensamientos pueden incurrir en algún tipo de ruido que 
provoque conflictos, confusiones, debido a las diferentes interpretaciones. En el 
siguiente diagrama se puede observar la relación de los elementos que intervienen 
en el proceso comunicativo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SITUACIÓN COMUNICATIVA
Proceso de comunicaci ó n 
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N 
 
Intención 
Propósito 
Contexto 
Tono 
 
 
 
Idioma 
Semántica
Sintáxis 
Léxico 
 
 
 
 
¿Quién?
 
 
¿Cómo? 
 
¿Qué?
 
¿A través
de qué?
 
 
¿Interpreta
qué?
 
¿A 
quién? 
¿Qué 
respuesta
le da? 
 
RUIDO SEMÁNTICO: TIENE QUE VER MÁS CON EL CONTENIDO (IDEAS) 
CRITERIO SINTÁCTICO Y SEMÁNTICO 
 
RUIDO DE CANAL: TIENE QUE VER MÁS CON LA FORMA (SIGNOS 
LINGÜÍSTICOS) CRITERIO MORFOLÓGICO. 
 Fuente: David K. Berlo 
 
Oral
Escrito
 
 
 
 
 
 
 
 14
Para esclarecer este término desde el punto de vista filosófico se agrega su 
definición. De acuerdo al diccionario de Filosofía de Nicola Abbagnano. “Para 
buena parte del pensamiento antiguo hasta Aristóteles el D sic, (diálogo) no es 
solamente uno de los momentos en que puede expresarse el discurso filosófico sino 
su modo propio y privilegiado porque este discurso no es hecho por el filósofo a sí 
mismo ni lo encierra en sí mismo, sino que es un conversar, un discutir, un preguntar 
y responder entre personas asociadas en el común interés de la investigación. El 
carácter asociado de la investigación, tal como los griegos la concebían en el 
período clásico, encuentra su expresión natural en el D, (diálogo)”. Desde la 
antigüedad era considerado plural y no individual, es decir, no se limita a un 
monólogo sino que va más allá, es un intercambio de perspectivas. Al enfocarlo a la 
investigación se puede inferir que el objetivo era el descubrimiento y el 
esclarecimiento de la verdad. Por otra parte, al agregar la palabra discutir podemos 
suponer que en esa búsqueda había diversas posturas, que algunas veces pudieran 
haber sido opuestas, y que de alguna manera existía un interés común para llegar a 
un acuerdo. Es conveniente aclararle al lector, que en el transcurso de esta 
reflexión filosófica, se van a utilizar como sinónimos los siguientes términos: 
interacción, interacción, comunicación, intercambio, relación, como referencias a lo 
que implica el diálogo en el encuentro humano, destacando su aspecto ético y su 
trascendencia. 
Este recurso oral era preferido por Sócrates debido a la confianza de recibir 
respuesta inmediata y espontánea, a diferencia de los discursos escritos. También 
Platón decide continuar con este mismo recurso, por lo que sus discursos escritos 
conservan esa estructura. De acuerdo al diccionario de Filosofía de Nicola 
Abbagnano. “La desconfianza de Platón hacia los discursos escritos, por cuanto no 
responden a quien los interroga ni eligen a sus interlocutores; desconfianza que 
quizás había llevado a Sócrates a no escribir nada y a concentrar toda su actividad 
 15
en la conversación con amigos y discípulos y establece también la superioridad del 
D. (diálogo) como forma literaria, que intenta reproducir el giro de la conversación y, 
en general, de la investigación asociada. Fue, por cierto, este motivo el que indujo a 
Platón a mantenerse fiel a la forma dialogada en sus escritos y a rechazar la 
pretensión del tirano Dionisio de reducir su filosofía a la forma de un sumario 
(Epístola VII, 341b)”. (Abbagnano 322) Estos dos filósofos, Sócrates y Platón, 
valoraban al diálogo como tal, por la riqueza que proporcionaban las diferentes 
formas de pensar, y en aquél tiempo ya se tomaba en cuenta la tolerancia debido a 
las diferentes ideologías. “La exigencia del D. (diálogo) está presente, de modo más 
o menos claro, en todas las formas de la dialéctica y no se puede decir que esté 
nunca completamente ausente de la investigación filosófica, que más que ninguna 
otra procede por medio de la discusión de las tesis de los otros y de la polémica 
incesante entre las diferentes direcciones. Por lo demás, el principio del D. (diálogo) 
implica la tolerancia filosófica y religiosa en un sentido positivo y activo y, por lo 
tanto, no como tolerancia de la existencia de otros puntos de vista, sino como 
reconocimiento de su igual legitimidad y como buena voluntad de entender sus 
razones. En este sentido el principio del diálogo fue una adquisición fundamental 
que pasó del pensamiento griego al pensamiento moderno y que en la edad 
contemporánea conserva un valor normativo eminente”. (Abbagnano 322) 
Desde la ética también hay una definición, el diccionario de términos éticos de 
Blázquez Carmona y otros autores lo definen así: “Diálogo se compone del prefijo 
día que significa, en griego, “a través de”, y logos: “palabra”, forma de comunicación 
interpersonal o, como dijo Sócrates, el arte de la pregunta y la respuesta para llegar 
al saber verdadero. El hombre, ser dialógico y autónomo, por sí solo-piensa 
Sócrates- no descubrirá la verdad. Como dijo Machado: “… un corazón solitario no 
es un corazón”. Sólo al término del diálogo cada uno de los dialogantes establecerá 
sus criterios sobre lo que tiene por verdadero y bueno (intelectualismo moral). “De la 
 16
discusión sale la luz”, dice al respecto el adagio popular…” (Blázquez et. al. 154) 
Estas ideas confirman que el diálogo es un medio que se vale de la palabra, 
lenguaje, para transmitir e intercambiar pensamientos, con la finalidad de encontrar 
la verdad, la cual, desde la perspectiva de Sócrates no es posible descubrir por uno 
mismo, sino que se requiere del otro. Es necesario enfrentar las ideas para clarificar 
y alcanzar la objetividad. 
Este tema del Diálogo ha sido recurrente a lo largo de la historia, propuesto 
como el primer motivo y oportunidad del coexistir. Retomando las preguntas 
iniciales, el cuestionar por el papel que se debe asumir frente a la irremediable 
presencia del otro, es innegable el hecho de que el otro me exige entrar en 
comunicación sin posibilidad de evadirlo, como una exigencia de interacción 
dialógica y de coexistencia. El otro modela mi existir, se convierte en una 
contraparte de mi existencia siempre y cuando no me sea indiferente. Nacer en una 
comunidad de hablantes nos convierte en una comunidad de dialogantes. Esta 
situación de coexistencia y de obligada dialogicidad ha sido considerada por una 
diversidad de pensadores tal y como se verá en este trabajo. 
A continuación se analizará el fenómeno de la Comunicación Humana desde 
la perspectiva de la Filosofía y la Ética. Es un tema en el que otras disciplinas como 
la Psicología y la Sociología han profundizado, sin embargo, en esta ocasión 
pretende ser abordadoprincipalmente desde el campo de los Discursos Éticos. 
Aunque los autores que aparecen en este escrito, no destacaran de manera 
intencionada el encuentro humano, como una oportunidad para dar prioridad a la 
característica dialogante del ser humano, se refieren a los elementos de 
comunicación humana y a otros tipos de relación que implican la coexistencia. Y 
aunque los pensadores clásicos no hicieron énfasis en el término: existencia, 
coexistencia, más adelante sí lo incorporan los autores contemporáneos. El diálogo 
es una capacidad lingüística expresiva que el ser humano realiza por su propia 
 17
naturaleza, y a la vez es un medio porque le permite relacionarse con los demás 
para sobrevivir, pero también requiere de una habilidad que tiene que desarrollar 
para lograr el entendimiento humano; sin embargo, además de estas 
características, vale plantear las siguientes cuestiones: ¿será posible lograr algo 
más allá que la inmediatez del encuentro en un diálogo? ¿Es posible obtener en la 
comunicación la aclaración de la existencia, o a través de ella el sentido de la vida y 
la trascendencia? 
Se espera que al lector de esta reflexión filosófico-ética, en interacción con 
esta autora, no obstante el desfasamiento espacio-temporal, le sea posible escalar 
los estadios de la dialogicidad: el intercambio de ideas, la superación de las 
rupturas que este trabajo provoque, la generación de oportunidades para 
encontrarnos posteriormente y en el marco de la aclaración de estas afirmaciones, 
podamos conseguir mutuamente la aclaración de nuestro existir. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 18
Capítulo I La naturaleza humana. Inferencia y Deducción. La ética del 
diálogo en los clásicos. 
 
El diálogo ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia. Desde la 
antigüedad en el siglo IV a.C. ha sido tratado al intentar definir al hombre y su 
naturaleza. ¿Cuáles son las perspectivas de algunos filósofos clásicos? ¿Cuál es 
su aportación específica hacia este recurso? ¿Qué relación tienen con la propuesta 
de Karl Jaspers? A continuación se presentan las perspectivas de algunos 
pensadores clásicos que han recurrido a este tipo de interacción, y la relación que 
tienen con la propuesta de Karl Jaspers. 
Los autores se han seleccionado tomando en cuenta que sus textos en algún 
momento han tratado el tema del diálogo y su pensamiento permite analizar la 
influencia que han tenido en las ideas de un filósofo contemporáneo como Jaspers 
que basó su teoría en este recurso. Se iniciará con Sócrates (470/469-399 a.C.), 
quien demostró a través de toda su vida su congruencia con este tipo de interacción, 
y que utilizó un procedimiento basado en el diálogo para el desarrollo del 
conocimiento, con ello confirmó la utilidad y valor del mismo. Esto se pudo conocer 
gracias a los Diálogos de Platón (427-347 a.C.), que es el segundo filósofo a tratar, 
y que precisamente su estilo para escribir fue utilizando el recurso del diálogo, de 
ahí la importancia de conocer sus ideas al respecto. Posteriormente seguirá 
Aristóteles (384/383- 322 a.C.), otro importante filósofo griego que de igual forma 
dedica parte de su pensamiento al diálogo relacionándolo con la amistad. 
Continuaremos con Santo Tomás de Aquino (1225-1274), que es otro de los 
pensadores que dan su aportación a este recurso y quien lo relaciona con el camino 
para llegar a la Divinidad. Por último, se analizarán las ideas de Kant (1724-1804) 
que también ha tenido una gran influencia en la historia del pensamiento, quien 
relaciona la norma moral como plataforma del diálogo. En cada uno de estos 
 19
autores hay una aportación sobre la interacción, la cual tiene relación con la 
propuesta que hace Karl Jaspers sobre el mismo. Lo anterior obedece al 
descubrimiento del sentido que tiene el encuentro humano y el entrar en 
comunicación. Al parecer, al igual que ocurre con el conocimiento de la realidad, los 
avances de la ciencia y la tecnología han permitido que a partir del siglo XIX y hasta 
la actualidad, el tema del hombre tome mayor énfasis en el aspecto de la 
intercomunicación. 
 
1.1 La mayéutica Socrática. Una interacción que produce conocimientos con 
un método que conduce al diálogo. 
La finalidad que el encuentro humano tiene para Sócrates, es el alcanzar la 
sabiduría, y a la vez terminar con la ignorancia y los falsos conocimientos sobre lo 
moral. Propone un método para que se vayan construyendo los conceptos durante el 
proceso del diálogo. La aportación de Sócrates destaca en los siguientes aspectos: 
La Mayéutica como método para alcanzar la sabiduría. El uso de la ironía para 
demostrar la ignorancia y provocar la búsqueda del conocimiento. El desarrollo de 
las virtudes como la honestidad y la libertad para ser uno mismo. Como se puede 
ver, los elementos estructurales de la comunicación en el caso del pensamiento 
Socrático consisten en un emisor, que cuestiona, en este caso el mismo Sócrates, 
como mensaje un conocimiento a descubrir, como canal, las ondas sonoras por se 
un oral, y como receptor, una persona que intenta salir de su ignorancia. Por otra 
parte, en lo que respecta a los aspectos que benefician el encuentro, en este 
pensador, está la ironía, la cual propicia el surgimiento de un nuevo conocimiento, 
porque provoca que los receptores se den cuenta de lo que desconocen. Además de 
la humildad y la honestidad, las cuales también permiten avanzar hacia la sabiduría. 
Si uno con humildad reconoce que no sabe, y es honesto al expresarlo, podrá dar el 
 20
primer paso en la construcción de su conocimiento moral. En cuanto a los aspectos 
que obstruyen el proceso de diálogo, serían: la autosuficiencia que lo impide, y por 
consecuencia no logra darse la sabiduría; el temor y la ignorancia a lo desconocido, 
que no permite conocer el bien sublime de la inmortalidad del alma. 
Para Sócrates el diálogo es como un procedimiento para alcanzar los 
conocimientos morales y así la sabiduría. Lo ve como una estrategia o técnica para 
el descubrimiento de la verdad, lo que llama Mayéutica, que significa arte de dar a 
luz. A diferencia de lo que una partera hace, que es el ayudar a las mujeres a dar a 
luz a sus hijos, en este caso se trata de lograr que los hombres den a luz sus 
pensamientos. Considera que el ser humano por sí mismo no puede descubrirlos, 
requiere del otro y a través del arte de la pregunta y la respuesta puede acercarse a 
esos conocimientos. De aquí lo que hoy llamaríamos la didáctica Socrática en 
educación sería semejante a la técnica de la pregunta, estrategia que propicia el 
desarrollo de aprendizajes. A través de ese cuestionamiento, de esas preguntas y 
respuestas Sócrates lograba en sus discípulos el descubrimiento de la verdad. “El 
oficio de partear, tal como yo lo desempeño, se parece en todo lo demás al de las 
matronas, pero difiere en que yo lo ejerzo sobre los hombres y no sobre las mujeres, 
y en que asisten al alumbramiento, no los cuerpos, sino las almas. La gran ventaja 
es que me pone en estado de discernir, con seguridad si lo que el alma de un joven 
siente es un fantasma, una quimera o un fruto real”. (Platón, “Teetetes o de la 
ciencia”, Diálogos 424) 
Algo que llama la atención en este pensador es que generalmente era él 
quien hacía las preguntas sin dar ninguna respuesta, el argumento de trasfondo es 
que cada uno ya tenía los conocimientos obtenidos de manera previa, lo que hacía 
falta al respecto era dar a luz los conceptos, de ahí el nombre del método dialéctico. 
Por otra parte, no le era aceptable el que algún hombre se ostentara de tener 
 21
sabiduría, haciendo alusión a los Sofistas, Sócrates creía que el verdadero 
conocimiento, la verdadera sabiduría solamente podía obtenerse a partir de que 
apareciera un partero de ideas. A los que se ostentaban como sabios los increpaba 
con preguntas enfocadas a la raíz de los conocimientos,con ello no sólo deseaba, a 
través del interrogatorio: ironía, demostrar la ignorancia que continuamente se 
presentaba, lo cual provocaba que los demás le reclamaran. Sin embargo, se 
escudaba en que estaba capacitado para asistir y apoyar a otros, pero no para 
engendrar o producir. “El dios me impone el deber de ayudar a los demás a parir, y 
al mismo tiempo no permite que yo mismo produzca nada. Ésta es la causa de que 
no esté versado en la sabiduría y de que no pueda alabarme en ningún 
descubrimiento que sea una producción de mi alma”. (Platón, “Teetetes o de la 
ciencia”, Diálogos 424) 
A diferencia de los sofistas, cuyos pensamientos eran a veces contradictorios 
y transmitidos en forma retórica logrando envolver a los que escuchaban, Sócrates 
prefería que cada quien lo descubriera por sí mismo, y que estos conocimientos 
fueran congruentes con la práctica de la virtud, llevándolos como consecuencia a la 
felicidad. “El más sabio entre vosotros es aquél que reconoce como Sócrates que 
su sabiduría no es nada” (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 6) 
Lo que la posteridad ha conservado como palabra clave de la propuesta 
socrática, son aquellas sentencias del oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”. Y 
por otra parte la expresión clásica de Sócrates: “Yo sólo sé que no sé nada”. Estas 
sentencias sugieren que para adquirir conocimientos, el punto de partida es la 
humildad en el reconocimiento de los límites y al mismo tiempo, la apertura para 
empezar a recuperar las ideas que uno posee. Y esto se logra cuando además de 
estar dispuesto a aprender, uno se reconoce ignorante. Esto sería el punto de 
partida para estar en búsqueda de la verdad.”…porque hay muchos que creen 
 22
saberlo todo, aunque no sepan nada o casi nada”. (Platón, “Apología de Sócrates”, 
Diálogos 7) 
 
La ironía para demostrar la ignorancia y provocar la búsqueda del 
conocimiento. 
 
Se decía con anterioridad que el diálogo a la manera socrática implicaba el 
uso de algunas técnicas y métodos, que la ironía era el punto de partida para la 
construcción de los conocimientos, sobre todo morales. Además de apreciar las 
virtudes de humildad y honestidad como se refleja en las citas anteriores, Sócrates 
también cuestionaba a quienes aún estando vivos aseguraban saber lo que era la 
muerte, además de considerarla como algo negativo. 
En el pensamiento de Sócrates, de índole moral, tanto el tener conocimientos 
como posesión de un bien, evitando transmitirlos a los demás; como el darle lugar al 
temor y la ignorancia, eran catalogados como un mal, como un bloqueo que no 
permite el conocimiento del alma. El temor a la muerte, ignorando lo que sucede en 
ella, para Sócrates es no tener sabiduría. Es como asegurar algo que no se ha 
experimentado y que por lo tanto se desconoce. Una de las experiencias radicales 
del humano es la de la muerte, por ello, la solicitud socrática de no vencerse, de no 
aceptar como límite algún hecho del cual no se conoce. Darle un lugar a la muerte 
es ignorar el hecho de que después de ésta viene una trascendencia. El temor 
entonces impide y por ello es algo malo el conocer el bien sublime de la inmortalidad 
del alma. “Porque temer a la muerte, atenienses, no es otra cosa que creerse sabio 
sin serlo y creer conocer lo que no se sabe. En efecto, nadie conoce la muerte ni 
sabe si es el mayor de los bienes para el hombre .Sin embargo, se la teme, como si 
se supiese con certeza que es el mayor de todos los males. ¡Ah! ¿No es una 
 23
ignorancia vergonzante creer conocer una cosa que no se conoce? (Platón, 
“Apología de Sócrates”, Diálogos 13) 
 
El desarrollo de las virtudes como la libertad para ser uno mismo y la 
honestidad para ser confiable. 
Por otra parte, la personalidad de este filósofo tenía la característica de la 
autenticidad. Al parecer es uno de los personajes de la historia donde el pensar y el 
actuar se identifican. Éste parece ser el tema central de la apología de Sócrates. 
Frente a una acusación claramente difamatoria, Sócrates aprovecha la oportunidad 
del diálogo para remarcar el valor de sus ideas principales: valores morales, 
congruencia entre el pensamiento y las acciones, sabiduría con base en la 
moralidad, lo cual era razón suficiente para apostar la vida. Sócrates defendía su 
vocación, su doctrina, su pensamiento aún frente a la muerte. 
 
“ …me dijeseis: Sócrates, en nada estimamos la acusación de Anito y te 
declaramos absuelto, pero es a condición de que cesarás de filosofar y de hacer 
tus indagaciones acostumbradas, y si reincides, y llega a descubrirse, tú 
morirás; si me dieseis libertad bajo estas condiciones, os respondería sin dudar: 
Atenienses, os respeto y os amo ; pero obedeceré a Dios antes que a vosotros 
y, mientras yo viva, no cesaré de filosofar, dando os siempre consejos, volviendo 
a mi vida ordinaria …” (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 13) 
 
Para él lo principal era la virtud, entendida como conocimiento de los valores 
morales y el abandono de la ignorancia y la falsa sabiduría. Todas las limitaciones 
humanas provienen de la carencia de conocimientos, de la negación a proponer en 
un diálogo las ideas que uno tiene como propiedad. Lo único que tiene sentido en la 
 24
vida es alcanzar la virtud y por añadidura todo lo demás como la riqueza y todos los 
bienes se lograban como consecuencia. “…no me canso de deciros que la virtud no 
viene de las riquezas, sino, por el contrario, las riquezas vienen de la virtud y que es 
de aquí de donde nacen todos los demás bienes públicos y particulares.” (Platón, 
“Apología de Sócrates”, Diálogos 14) 
Si bien el uso de la palabra en su forma más elocuente, la retórica, ya era un 
cultivo de los hombres distinguidos de la Grecia antigua, recurso del cual se 
apropiaron los denominados Sofistas, entre ellos algunos interlocutores de Sócrates: 
Menón, Gorgias, Protágoras, Hipias, entre otros, la aportación socrática es el diálogo 
como un medio para producir sabiduría entre los interlocutores. Aquí cabe hacer un 
comparativo entre la retórica y la dialéctica, ambos mecanismos tienen una base 
común: el lenguaje. Mientras que en la retórica juega un papel importante aquél que 
tiene mayores habilidades en el uso de la lengua, mayor variedad semántica y léxica 
y en donde lo más importante es el lucimiento y la distinción de quien lo expresa, y 
que además, puede ser utilizada para fines de enseñanza y por tanto con 
posibilidades de venta, como lo hicieron los sofistas; la dialéctica, por otra parte, 
implica que los interlocutores estén en el mismo nivel semántico léxico a fin de que 
se dé la interacción de ideas. El diálogo socrático implica, si bien, un facilitador, 
provocador, una función de partero; el éxito consiste en la construcción de los 
conocimientos, la ilación de los términos en un discurso, el reconocimiento de un 
logro en el arribo, y la metacognición de los conocimientos, componentes de la 
sabiduría. El diálogo socrático no es un oficio ni una función social, sino una forma 
de interacción humana. 
 
“Jamás he tenido por oficio el enseñar y si ha habido algunos jóvenes o 
ancianos que han tenido deseo de verme a la obra y oír mis conversaciones, 
no les he negado esta satisfacción, porque como no es mercenario, mi oficio, 
 25
no rehuso el hablar, aun cuando con nada se retribuye, y estoy dispuesto 
siempre a espontanearme con ricos y pobres, dándoles toda anchura para 
que me pregunten y, si lo prefieren, para que me respondan a las cuestiones 
que yo suscite. (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 17) 
 
¿Qué relación guardan las ideas de Sócrates con respecto a las 
propuestas por Karl Jaspers? 
 
Los dos pensadores tienen elementos en común: coinciden en que el ser 
humano requiere del otro para dejar de ser ignorante y desarrollarse o alcanzar la 
sabiduría. Mientras que para Sócrates conocer es bueno e ignorares malo, y cree 
que sólo a través del diálogo se puede llegar a identificar el conocimiento 
considerado como válido, es decir, el alejarse de la ignorancia, para conseguir la 
sabiduría; para Jaspers también el conocimiento es valioso y cree que el único 
camino para clarificar la existencia es conociéndose a sí mismos a través del 
diálogo. También coinciden en que ambos utilizan la comunicación diálogo para 
interactuar con el otro humano y hacerle ver lo que le falta por conocer. Mientras 
que Sócrates propone el método de la Mayéutica, que por medio del 
cuestionamiento y de la ironía logra tumbar los falsos conocimientos basados en la 
ignorancia; Jaspers sugiere el proceso de la comunicación existencial para tumbar 
las firmezas que impiden interactuar en situaciones límite (pérdida de un ser querido, 
fracaso profesional, experiencias difíciles de superar) y que propician la 
trascendencia. Los dos distinguen formas de comunicación no aceptables, y 
también, en que señalan retos o amenazas que pueden distorsionar el encuentro 
humano. Mientras que Sócrates menciona a la ignorancia, la soberbia, la 
ostentación, la posesión del conocimiento; Jaspers dice: la autosuficiencia, 
cosificación (utilizar al otro como cosa, objeto) cree que mientras haya obstáculos 
 26
que impidan el encuentro con el otro, no podrán conocerse a sí mismos. Lo dice al 
inicio del apartado de su obra sobre comunicación existencial: “Yo sólo soy en 
comunicación con otro”. (Jaspers, Filosofía 452) Además también consideran al 
diálogo como un procedimiento y recurso valioso que permite conocer y que los 
hombres se conozcan. Mientras que para Sócrates, la finalidad que tiene el diálogo 
es conocer la verdad moral, sabiduría sobre el mundo que rodea al hombre; para 
Jaspers el fin de la comunicación es la aclaración de la existencia. Como se puede 
ver, la influencia que Sócrates tuvo en Jaspers es precisamente esa búsqueda de la 
sabiduría a través del diálogo, sin embargo, mientras que Sócrates se refería la 
sabiduría o búsqueda del conocimiento en general; Jaspers considera que así como 
hay que buscar conocer las cosas que nos rodean, también hay que conocerse uno 
mismo para aclarar su existencia, lo que él llamará y así denomina a una de sus 
obras: La verdad filosófica. 
Ambos pensadores Sócrates y Jaspers encuentran un elemento que va a 
marcar el punto de partida del encuentro humano: la ironía que para Sócrates es el 
equivalente a despojarse de los saberes mal construidos y del desconocimiento de 
las ignorancias, como cuando menciona el tema de la muerte; para Jaspers el 
abandono de ciertas firmezas o paradigmas, prejuicios provocados por el 
desconocimiento, afanes de posesión, identificación de las situaciones límite ante las 
adversidades de la vida, sirven para aceptar la necesidad de disponerse al otro que 
en la comunicación ayudará a la comprensión de los aspectos de la vida que 
parecen incomprensibles. 
 
1.2 La dialéctica platónica. El otro como complemento, como peldaño para la 
trascendencia. 
 27
Otro de los filósofos que también le dio importancia al diálogo fue Platón. De 
ahí que sus obras tengan como nota distintiva esta forma literaria. La finalidad que 
para él tiene el diálogo es: el conocimiento de la realidad que le rodea al hombre. Al 
igual que Sócrates, cree que el hombre no puede estar solo porque su naturaleza 
humana lo hace con una característica única. En cuanto al proceso y lo que ocurre 
en él, propone el método de la reminiscencia, que consiste en identificar, recordar. 
En lo que respecta a los elementos de la comunicación, dentro del modelo que 
propone, hay un emisor que dará el punto de partida para propiciar el recuerdo, 
como mensaje, un conocimiento a recordar, como canal, las ondas sonoras por ser 
oral, y como receptor, una persona que intenta salir de su ignorancia, recordando los 
conocimientos adquiridos antes, en una etapa inicial. 
Este pensador quiso reflejar en sus textos, los diálogos que le tocaba 
presenciar entre Sócrates y sus interlocutores. El contenido de los mismos 
demostraba cómo se producían las ideas y cómo iban surgiendo los conocimientos. 
A través del diálogo, el personaje Sócrates en conversación con los otros de su 
época, va mostrando los elementos clave de la teoría platónica: la teoría de las 
ideas, el conocimiento válido, la ciencia, la política, el lenguaje, el dualismo alma-
cuerpo. 
El rasgo principal que persiste en la teoría platónica sobre la naturaleza 
humana es que el hombre es irremisiblemente social. Concuerda con Sócrates en 
que la persona individual no es autosuficiente, pues tiene muchas necesidades que 
no puede satisfacer por sí sola. Platón tiene en cuenta esto en la imagen del Eros 
en la que señala: mi vacío es llenado por tu lleno. Quiere decir que de alguna 
manera uno es complemento de otro y habría que encontrar y reconocer a ese otro 
con el cual uno se identifica. Platón le encuentra una razón de ser a esto, una 
explicación, señala que se hace no sólo por necesidad de sobrevivencia sino por el 
 28
deseo de trascender, es decir, se busca ser identificado como seres únicos y 
auténticos para permanecer en aquellos con quienes se convive. Platón menciona: 
“No te sorprendas si todos los seres animados estiman tanto sus renuevos, porque 
la solicitud y el amor que les anima no tienen otro origen que la sed de inmortalidad” 
(Platón, El Banquete, Diálogos 526) 
Las ideas anteriores se refieren a cómo el hombre busca la trascendencia En 
Platón coincide de manera congruente la idea de la reminiscencia, es decir, el 
recuerdo del alma humana que conoce el mundo de las ideas, con la concepción de 
la inmortalidad del alma y de cómo la parte espiritual aspira a encontrarse con la 
realidad verdadera, de las ideas. Para Platón hay un deseo de superar la 
percepción de las cosas que se hacen presentes a través del tiempo y del espacio. 
Los humanos se esfuerzan por conocer la verdadera realidad y por trascender a 
través de su alma inmortal. La dialéctica es el medio más eficaz para trascender lo 
terrenal. 
Platón, en uno de sus diálogos llamado: Cratilo o del lenguaje describe uno 
que Sócrates tuvo con Hermógenes en el que se refleja el análisis que hicieron 
sobre las palabras y los nombres de las personas y cosas. La importancia de esta 
obra es fundamental para el diálogo; el significado de las palabras debe tener una 
base común: la claridad, la corrección y la referencia a una realidad comprensible 
por los hablantes. Lo interesante aquí es la reflexión que hacen los humanos en 
cuanto a las diversas perspectivas que se tienen de los objetos y aunque se coincida 
en características, cada grupo de personas las nombra diferente. En el discurso 
platónico la idea, concepto o término, va a determinar la percepción que los 
interlocutores tienen de su realidad. Desde aquí se podía ver la interculturalidad y 
cómo a través del diálogo se pueden intercambiar puntos de vista y al mismo tiempo 
lograr un crecimiento y acercamiento a la felicidad. 
 29
 
“Sócrates._ Luego, si todas las cosas no son para todos de la misma manera 
a la vez y siempre, y si cada objeto no es tampoco propiamente lo que parece 
a cada uno, no cabe la menor duda de que los seres tienen en sí mismos una 
esencia fija y estable, no existen con relación a nosotros, no dependen de 
nosotros, no varían a placer de nuestra manera de ver, sino que existen en sí 
mismos según la esencia que les es natural.” (Platón, “Cratilo o del lenguaje”, 
Diálogos 352) 
 
Hay otro momento en la doctrina socrática relativa tanto a la verdadera 
realidad como a la forma de tener acceso a ésta: la teoría de las ideas como 
realidad y el mito de la caverna como una analogía para tener conocimiento y 
comprensión de la ciencia. “--Ahora, continué, imagínate nuestra naturaleza, por lo 
que se refiere a la ciencia, y a laignorancia, mediante la siguiente escena. Imagina 
unos hombres en una habitación subterránea en forma de caverna con una gran 
abertura del lado de la luz”. (Platón, “El mito de la caverna”, Diálogos 155) 
 
El mito de la caverna es una alegoría, un relato mítico de ficción que ilustra el 
camino del alma ignorante hacia el descubrimiento de la verdadera realidad. El vivir 
en esta tierra sólo aporta el olvido, la pérdida de conocimientos que el alma había 
obtenido en momento previo a su nacimiento. La vida ordinaria en esta tierra se 
asemeja a la estancia de unos esclavos confinados en una caverna. El mito relata 
el proceso de descubrimiento de la verdadera realidad y al mismo tiempo la 
necesidad de educar al resto de los humanos en el redescubrimiento del mundo de 
las ideas con la verdadera realidad. El diálogo servirá para que el alma humana 
comience un recorrido de diferentes estados de conocimientos incompletos 
aparentes y no verdaderos: la experiencia particular, la opinión, el conocimiento de 
 30
los números como un estado más elevado hasta el grado máximo del 
descubrimiento del mundo de las ideas. El diálogo permite este logro de 
trascendencia. La interacción con el otro que ha descubierto la verdadera realidad 
es el único camino, la dialéctica para ir escalando los niveles que dejan atrás el 
mundo de las apariencias, de las sombras irreales o no reales en el cual el alma no 
puede permanecer porque ya ha conocido lo superior: el bien, la idea, la perfección. 
 
“La caverna subterránea es el mundo visible. El fuego que la ilumina, es la 
luz del sol. Este prisionero que sube a la región superior y contempla sus 
maravillas, es el alma que se eleva al mundo inteligible… …En todo caso, yo 
creo que en los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien, que 
percibimos con dificultad, pero que no podemos contemplar sin concluir que 
ella es la causa de todo lo bello y bueno que existe. Que en el mundo visible 
es ella la que produce la luz y el astro de la que procede”. (Platón, “El mito 
de la caverna”, Diálogos 157) 
 
La dialéctica platónica que con Sócrates fue una herramienta para el 
conocimiento de lo moral, en Platón se orienta al conocimiento de la perfección, de 
la composición humana de alma y cuerpo, de una inmortalidad que inició previa al 
nacimiento y que continuará más allá de la muerte. Mientras que en Sócrates una 
técnica distintiva es la ironía, lo propio de Platón es el recuerdo, que con el método 
de reminiscencia propuesto por él, y que consiste en recordar, si y sólo sí frente a 
un interlocutor. Como ya se ha señalado con anterioridad, los pensamientos de 
Sócrates y de Platón eran muy cercanos, de ahí, la relación de los métodos, de 
carácter cognitivo, que ambos proponen: La mayéutica procedimiento identificado 
con lo socrático, y la reminiscencia, forma de proceder asociada con lo platónico. 
Ambos métodos tienen la misma finalidad: el obtener conocimientos; en Sócrates, 
 31
los relacionados con lo moral; en Platón, los que tienen que ver con la realidad, la 
de las ideas, en contra parte con una aparente realidad: la del mundo terrenal o de 
las sombras de las ideas. En ambos métodos se reconocen conceptos que el alma 
identificó, antes de ligarse con el cuerpo: Sócrates, hace una analogía con el acto 
de parir o dar a luz. La Mayéutica Socrática se da en el marco de una relación 
dialéctica. Con la ayuda del otro dialogante, el interlocutor hace una búsqueda en 
su interior para generar lo que hay en él, y da a luz, es decir, deja salir esos 
conocimientos que son de índole moral. La reminiscencia platónica tiene como 
finalidad que el alma se vuelva a encontrar con las ideas ya vistas en una etapa 
previa al encarnarse. Lo anterior implica una dialéctica del alma con las apariencias 
de los objetos. El mito de la caverna ilustra cómo la verdadera realidad, el mundo 
de las ideas, se descubre haciendo un recorrido obligado por las diversas 
percepciones de las cosas: los sentidos, la opinión, el objeto matemático, hasta 
llegar al mundo de las ideas, pleno conocimiento de la realidad. Replanteando una 
expresión popular mexicana basada en una creencia que se tenía sobre las 
personas que se espantan, y que se creía que habían dejado el alma en algún lugar 
lejano. El “vente y no te quedes”, estaba asociado con un llamado del alma al 
interior, una exhortación. En dialéctica, la exigencia al alma del hombre es: “vente 
alma y no te quedes en el nivel de los sentidos, vente alma y no te quedes en la 
opinión, vente alma y no te quedes en objeto matemático, vente alma y llega a 
reconocer el mundo de las ideas, el mundo de la perfección que ilumina el mundo 
de las apariencias. En síntesis, ambos métodos Socrático y Platónico tienen un 
carácter cognitivo, uno enfocado a contenidos relacionados con los valores morales, 
el otro relacionado con el conocimiento de la realidad. Y ambos con un 
requerimiento de dialogicidad. 
 
 32
Si antes ya se reflexionaba sobre la relación entre Sócrates y Jaspers, 
cabe ahora la pregunta: ¿Cuál es la relación entre las ideas de Platón con las 
de Jaspers en torno a la comunicación humana? 
 
Lo que los pensamientos de Platón y Jaspers tienen en común, es en cuanto a 
la idea de búsqueda del conocimiento para trascender, el primero, en referencia a la 
realidad, para él hay una necesidad de ir superando la percepción de las cosas, y 
con ello acercarse al conocimiento de lo verdaderamente real. Para el segundo, se 
trata del conocimiento de sí mismo, también para lograr la trascendencia. Otra de 
las ideas en que coinciden es en la necesidad de dialogar con el otro para lograr 
desarrollar dicho conocimiento. Mientras que para Platón el diálogo es el único 
camino para tener acceso a la comprensión de la realidad, y por eso señala que el 
hombre no es autosuficiente, sino irremisiblemente social; para Jaspers la 
comunicación humana dialogal no está enfocada propiamente al conocimiento de la 
realidad, sino al de la manera de ser del hombre y de la comprensión de su 
existencia. Dice Jaspers: “Cuando todo lo que pretende validez y valor se me 
derrumba, quedan los hombres con los que estoy o puedo estar en comunicación y, 
con ellos, lo que para mí es el verdadero ser”. (Jaspers, Filosofía 521) Más allá de 
los conocimientos que se hayan obtenido y de los bienes que se hayan adquirido 
está el conocimiento que la persona tenga de su ser sí mismo. Atrás de todo logro 
académico y fortalezas que pudieran estar los reconocimientos, sin embargo, lo 
más importante para el hombre, es el conocerse a sí mismo. 
 
1.3 La comunicación humana y el diálogo en Aristóteles. El otro como amistad. 
Aristóteles es otro filósofo que de alguna manera le da importancia al diálogo, 
debido a que se enfoca a la virtud de la amistad. Este tipo de relación humana 
 33
necesariamente requiere de una comunicación y por lo tanto de este valioso recurso 
que se ha estado tratando a lo largo de este escrito. Y precisamente considera que 
el otro como un amigo es una experiencia vital para sobrevivir por sobre todas las 
demás cosas. Es en esto último que se puede encontrar lo que es la finalidad del 
diálogo para él, como lo confirma la siguiente cita, cuando señala que es lo mejor 
que se puede tener. “La amistad es una virtud o va acompañada de virtud y es 
además la cosa más necesaria en la vida, sin amigos nadie escogería vivir aunque 
tuviese todos los bienes restantes”. (Aristóteles, Ética de Nicomaquea 102) 
En cuanto a la variable proceso del encuentro humano, él le da un enfoque 
ético, el cual tiene que ver con el momento en que se da este encuentro, así como la 
forma como éste se presenta. No es gratis comprender el que Aristóteles exponga 
estas ideas en su obra de Ética a Nicómaco. El diálogo, la comunicación con el otro, 
es un asunto ético. En lo que respecta alos elementos estructurales de la 
comunicación, en el caso de Aristóteles, pueden son: El emisor que, en este caso, 
no se trata necesariamente de él mismo, como en Sócrates y Platón, sino que puede 
ser cualquier ser humano, que busque una relación de amistad. El mensaje sería la 
benevolencia, el amor. El canal serían las ondas sonoras, porque también se refiere 
a un diálogo oral o en presencia del otro, y el receptor, sería otro ser humano, que 
también desea su amistad. Cabe señalar aquí, que aunque en un encuentro humano 
o diálogo, lógicamente se requiera reciprocidad, para Aristóteles, también puede 
tratarse de una situación uniteral en que una persona , en un acto de benevolencia, 
actúe en apoyo al otro que lo puede estar necesitando, aún sin conocerlo. 
En cuanto a los aspectos que pueden beneficiar ese encuentro de amistad 
están: benevolencia, compromiso, amor, entrega, contacto, cercanía, tiempo, 
atención, cuidado, incondicionalidad, igualdad, equilibrio, mutuo afecto, aceptación y 
crecimiento, identificación, como se explica a continuación. La relación entre los 
humanos trae consigo el establecimiento de nexos que comprometen. Se puede ver 
 34
que para este pensador, la amistad implica compromiso y amor por eso señala que 
no es posible tener muchos amigos a la vez; éstos demandan entrega, contacto, 
cercanía para lo que se requiere de tiempo y atención. La relación de amistad 
necesita de cuidado por el otro, de una incondicionalidad permanente y de un trato 
de igualdad. Exactamente como lo propone en torno a la virtud: ni exceso ni 
carencia, sino el justo medio en un mutuo afecto, mutua aceptación y equidistante 
crecimiento. Además de las características que propone para lograr una virtuosa y 
perfecta amistad, también considera que generalmente surgen en personas que se 
identifican porque pertenecen a un mismo grupo o generación. En cuanto a los 
riesgos que pueden presentarse, serían, la necedad, la cobardía, la injusticia, la 
tacañería y avaricia que distorsionan la búsqueda del bien para el otro. 
De manera semejante a Sócrates y Platón, Aristóteles, al tratar el tema de la 
retórica lo relaciona estrechamente con la dialéctica. Las compara y señala que sus 
temáticas son familiares para todos y abarcan de todos los temas sin límite alguno. 
Retórica y dialéctica convergen según Aristóteles en el uso del lenguaje, en la 
correcta estructuración de las expresiones, en la lógica del discurso, en la precisión 
y claridad, en el uso de los términos, en el cumplimiento de la estructura lógica de 
las afirmaciones. Lo anterior lleva a identificar que en el contexto aristotélico el 
encuentro humano debe cumplir con normas de veracidad, corrección y coherencia 
lógica. “La retórica no es de ningún género definido sino que es como la dialéctica, 
que es útil es evidente y que su fin no es persuadir sino considerar los medios 
persuasivos para cada caso”. (Aristóteles, Retórica 118) 
Aristóteles le atribuye otra ventaja al diálogo, más allá del intercambio lógico 
de ideas es la oportunidad de proyectar en el otro comunicante la virtud de la 
benevolencia. El diálogo es una alternativa para despertar el amor de amistad hacia 
el otro. “A quienes de esta suerte desean bienes a otro, los llamamos benévolos si 
 35
no hay de parte del otro reciprocidad, pues cuando la benevolencia es 
correspondida, es ya amistad.” (Aristóteles, Ética Nicomaquea 103) 
Quien reflexione sobre la comunicación humana no puede evitar recurrir a la 
consulta sobre las ideas de Aristóteles el cual hace un estudio sobre ésta. De 
hecho, es referido por algunos autores de textos que tratan sobre los principios o 
fenómeno de la comunicación como David K. Berlo quien lo menciona en su texto: 
Este proceso que es descrito en su libro, fue el primer modelo de comunicación 
planteado por Aristóteles. El énfasis de su propuesta es de acuerdo a su sistema de 
pensamiento, el llegar a que se aclaren lógicamente las ideas que son puestas 
frente al comunicante. “En su retórica, Aristóteles dijo que tenemos que considerar 
tres componentes en la comunicación: el orador, el discurso y el auditorio”. (Berlo, 
23) 
 
Pero… ¿qué relación tiene el pensamiento de Aristóteles con las ideas 
de Karl Jaspers? 
 
Además de coincidir con Sócrates y Platón, Jaspers tiene mucho en común con 
Aristóteles. Aunque este último se refiere a la amistad, ésta necesariamente se 
logra a través de un encuentro con el otro. Por eso, se puede inferir que la idea es 
semejante. Todos estos pensadores plantean al diálogo, como una necesidad del 
ser humano. Mientras Aristóteles señala que el tener un amigo es la mayor de las 
virtudes, y la principal experiencia que se requiere para sobrevivir, Jaspers coincide 
con él en cuanto a esa relevancia que se le da al otro, porque lo ve como alguien 
que participa en la aclaración de la existencia, de ahí su importancia. En Aristóteles 
el diálogo propicia el conocimiento y la amistad, esta relación entendida como la 
superación de egoísmos y de posiciones extremas contra el otro como son el odio, 
como polo negativo y la dependencia y sobreprotección como exceso en el trato. En 
 36
este filósofo, el equilibrio entre el exceso y la carencia en las relaciones, se convierte 
en una posición virtuosa. En Jaspers el diálogo propicia la aclaración de la 
existencia, siempre y cuando los participantes superen los riesgos que trae una 
relación superficial, que él llama comunicación empírica, y busquen un encuentro 
humano que genere un compromiso mutuo con libertad y autenticidad. 
 Otro de los puntos que tienen en común es el entendimiento entre los 
interlocutores. Aristóteles agrega a ese proceso comunicativo un tinte ético. Señala 
que hay que imprimirle al encuentro humano dos condiciones: por un lado, el 
entendimiento, lógica de por medio, entre los interlocutores y, por otra parte, la 
relación, aspecto ético, que se produce entre los dialogantes, por eso su enfoque a 
la amistad como producto virtuoso de la comunicación. Jaspers habla de dos tipos 
de comunicación, una en la que se pudiera dar el entendimiento, pero para fines 
particulares y posiblemente basados en el egoísmo, o en un espacio en el que no se 
da el compromiso con el otro, donde puede aparecer el dominio o la sumisión, en el 
que no se da la autenticidad, sino la apariencia; y el otro tipo de comunicación cuya 
finalidad es la aclaración de la existencia como una trascendencia, a esto se debe 
que el entendimiento pueda darse de manera natural a través del proceso de 
aclaración de la existencia. El otro es alguien diferente, al que se acepta tal cual es, 
se le permite ser como quiere ser, y con el que se desea colaborar en su encuentro 
consigo mismo, y a la vez, se requiere para clarificar la propia existencia. 
Un elemento que pudiera parecer común entre las ideas de estos dos 
pensadores, es el de la benevolencia. Sin embargo, depende de la acepción que se 
le dé a esta palabra. Aristóteles agrega la benevolencia como parte de la relación 
entre los humanos. Considera que ésta debe ser una característica de cada 
individuo en lo particular; una virtud que debe conseguir, un comportamiento 
obligado para con el otro, una búsqueda de la perfección que obliga a cada individuo 
a sentir un compromiso semejante, el significado que le da a este término, abarca 
 37
también, aquella benevolencia que se da independientemente de si se conoce al 
otro o si se es correspondido. En cambio, para los propósitos de aclaración de la 
existencia según Jaspers, es imperativo el que la benevolencia sea una acción 
recíproca en dos que se conocen, y que han decidido comprometerse en una 
comunicación existencial, por estar frente al otro, por la necesidad de llegar a ser sí 
mismo, transparencia, libertad, autenticidad, evitando las opacidades, culpas y 
cosificaciones. En Jaspers, uno puedealcanzar la perfección al aclarar su 
existencia, si el otro contribuye con él y se dispone a lograrlo de igual manera, y 
viceversa. De ahí que considere que si la benevolencia no se da mutuamente entre 
dos seres que se conocen, y que han adquirido el compromiso de una comunicación 
existencial, puede quedarse solamente en un acto de bondad o filantrópico, lo cual 
puede estorbar para que se dé la transparencia y la autenticidad, y de esta manera 
podría convertirse en un obstáculo para aclarar la existencia. Ese amor o 
benevolencia, según Jaspers, puede impedir el descubrimiento de sí mismos para 
quienes participan en la comunicación. Por evitar lastimar al otro, es posible que no 
haya honestidad en el diálogo que se tiene con él, y con ello se evita que realmente 
se conozca como es, y aclare su existencia. 
 
1.4 El descubrimiento del bien en el encuentro con el otro- criatura, en camino 
hacia el bien supremo: Dios en Tomás de Aquino. 
 
Además de Sócrates, Platón y Aristóteles que le dieron su espacio al diálogo, 
Tomás de Aquino, lo contempla como parte de las características esenciales del ser 
humano. La finalidad del diálogo para Tomás de Aquino está enfocada al encuentro 
con Dios. Algunas de sus ideas sobre este tema del hombre en comunicación, 
encontradas en el texto de Ismael Quiles, llamado La esencia de la filosofía tomista, 
son: 
 38
“El hombre es el único, entre los seres del mundo, sensible, que es capaz de 
conocerse a sí mismo frente al mundo como un todo distinto. He aquí la 
característica propia de la unidad de la persona humana: es transparente a sí 
misma, tiene conciencia de sí misma, en otras palabras, es inteligente es 
espiritual… Sólo la persona puede comparar entre sí los diversos caminos que le 
pueden conducir a su fin (Dios)” (Quiles 312) 
 
En el pensamiento tomista la relación con el otro se fundamenta en la noción de 
bien. El bien supremo es Dios, pero también gozan de esta categoría las criaturas 
de Dios. Entrar en comunicación con el otro es un asunto ético, al igual que lo es el 
descubrir la presencia de Dios en la creación, se debe buscar esta manifestación en 
la criatura humana. Si para Tomás de Aquino la naturaleza humana provoca una 
tendencia hacia el bien, entonces entrar en comunicación con el otro humano es 
confirmar el camino de que cada uno de los hombres se dirige a Dios a la par que 
los demás. Como lo señala en el tomo II de su obra: Suma teológica. “La 
naturaleza común humana constituye pues el principio óntico de la moral; sólo 
mediante la razón superamos lo sensible en nosotros y llenamos un orden ideal” La 
persona se define por la relación. Tanto con Dios como para con los hombres. No es 
que la relación sea un fundamento de la naturaleza humana, sino que es ésta la que 
permite la relación. Lo que puede impedir la comunicación es el egoísmo provocado 
por un desorden del amor. “El amor desordenado de sí mismo es causa de todo 
pecado”. (Suma teológica, II, q 77, a.4, in c) 
Como se puede ver en las ideas anteriores, además de clarificar la finalidad que 
tiene el diálogo para este pensador, es posible identificar también lo referente a la 
variable proceso del encuentro humano y lo que se presenta durante el mismo. Los 
elementos de la comunicación que se dan en la dialogicidad propuesta por Tomas 
de Aquino, se presentan de manera semejante a lo que plantea Aristóteles, con la 
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variante de que en el. transcurrir de este proceso, se favorezca la relación de cada 
interlocutor con Dios. Los aspectos que favorecen el encuentro planteado por este 
filósofo, se concentran, se resumen en el amor. En cuanto a los factores de riesgo 
que se pueden presentar, están: el desorden del amor, el egoísmo que acarrea 
consecuencias negativas y rompe con toda la bondad esperada. 
 
¿Cuál es la relación entre el pensamiento de Tomás de Aquino y el 
pensamiento de Karl Jaspers? 
 
Santo Tomás de Aquino durante el siglo XIII d.C. propone tres características del 
ser humano. La subsistencia que se refiere a que se soporta a sí mismo en base a 
su inteligencia, voluntad y apetito. La singularidad que es lo que lo hace ser uno 
mismo. Y el principio de incomunicabilidad que consiste en que el decir: “no quiero” 
me permite ser autónomo. Esta última característica que propone se refiere a esa 
libertad que tiene el hombre para tomar decisiones y expresar lo que desea. No se 
trata de no comunicarse sino de autonomía e independencia. Aunque no se refiere 
directamente al término de diálogo como tal, sino a la relación entre los humanos, 
se puede inferir que cuando menciona lo referente a la autonomía, la afirmación se 
hace referente a un interlocutor. También tiene que ver con esa búsqueda de la 
verdad. Esto está muy relacionado con las otras dos características que menciona, 
subsistencia y singularidad, porque es a través de esa comunicación como puede 
encontrar su propia seguridad al conocer la verdad sobre sí mismo y lograr su 
originalidad. El conocerse y ser auténtico le permitirá a su vez ser autónomo para 
subsistir en base a sus capacidades. Desde la perspectiva de este pensador, es 
una oportunidad para que el intercambio entre los comunicantes se nivele de 
manera justa, es decir, la comunicación entre las personas, los pone en una 
situación común de ideas y de afanes. Esto también lo expone en su obra Suma 
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teológica I- II. “Hay principios éticos en la naturaleza humana, exactamente en la 
recta razón y en su natural recto uso; lo lleva consigo en su mismo ser; son patentes 
a todos los hombres y encierran una participación del valor y de la verdad de Dios”. 
 
Jaspers coincide con Tomás de Aquino en que el encuentro con el otro es un 
bien, toda proporción guardada, porque mientras que Tomas de Aquino se refiere a 
Dios, Jaspers se refiere al ser humano. Jaspers acepta que la máxima realización 
humana es tener una idea clara sobre su existencia. Esta finalidad es lo que le da 
sentido a todas las experiencias de encuentro con el otro, favorables o 
desfavorables, gratificantes o decepcionantes. Los encuentros aportan una 
oportunidad de descubrir los detalles propios del existir, como cuando señala: “La 
comunicación solamente existe allí donde una sostenida existencia empírica egoísta 
se presta a abrirse infinitamente, está vinculada con el otro”. (Jaspers, Filosofía 
486) 
Ambos coinciden en que el encuentro entre los humanos les arroja crecimiento 
personal y sobre todo espiritual al obtener como producto de la relación un progreso 
hacia el bien supremo en el caso de Aquino, y hacia la aclaración de la existencia 
en el caso de Jaspers. Sin embargo, Jaspers alcanza a distinguir que hay 
encuentros que no alcanzan a lograr su cometido, y son aquellos marcados por la 
indiferencia. Esto lo señala cuando dice que: “El huraño distanciamiento, 
conservado fríamente en todas las circunstancias, no abre nunca el camino de 
hombre a hombre”. (Jaspers 80) Así como cuando menciona otro de los peligros 
aún habiendo dado la oportunidad de relacionarse: “…Quien se sustrae de modo 
absoluto a la comunicación evitará al mismo tiempo, toda posibilidad de 
patentizarse […] Si ambos rompen el uno con el otro, entonces o bien se alejan 
como animales que ni siquiera se despiden, o bien conservan la distancia, en la 
comunidad del “no”, su posibilidad “. (Jaspers 488) Entre las posibilidades del 
 41
encuentro humano, según Jaspers, aparece una forma de evasión. Esta situación 
de no tomar en cuenta al otro, ignorándolo o con indiferencia, puede convertirse en 
un alejamiento definitivo, o bien, permanecer latente la posibilidad del encuentro, 
para que a la vuelta de los tiempos y ocurriendo la coincidencia, vuelvan a 
encontrarse. El “no” como posibilidad, no es un alejamiento definitivo. 
Encontrarse con el otro, y evitarlo alejándose de él hace perder toda oportunidad 
de conseguirel fruto esperado: develar el porqué y el para qué de la existencia. 
Para Jaspers el otro se convierte en un bien cuando le permite a uno aclarar su 
existencia. “…Si el otro rompe conmigo tengo que sufrirlo sin comprender la 
necesidad”. (Jaspers, Filosofía 488) 
 
1.5 Las normas de convivencia en Kant. El otro como límite de las acciones. 
 
Algunos filósofos como Kant aunque no tratan de manera directa el tema del 
diálogo como elemento de comunicación, se enfocan más a la intención del mismo. 
Profundizan en el “¿para qué? del diálogo. Le dan importancia a la posición que 
toma cada persona al comunicarse. Su perspectiva es hacia el aspecto moral del 
encuentro. Aquí se puede ver la finalidad que tiene el diálogo para él. 
Para Kant las categorías que permiten el conocimiento de los objetos están 
en los pensamientos, en el entendimiento. La realidad social se entiende en función 
de las manifestaciones que se dan en la naturaleza y las costumbres de los seres 
humanos. 
 
“Es un deber tanto hacia sí mismo como hacia los demás, impulsar el trato 
entre los hombres con sus perfecciones morales, no aislarse […] no 
precisamente para fomentar lo mejor del mundo como fin, sino sólo para 
cultivar la comunicación recíproca, los medios que indirectamente conducen a 
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ello, la amenidad en sociedad, el espíritu de conciliación, el amor y respeto 
mutuos (la afabilidad en el trato y el decoro), agregando de este modo la 
gentileza a la virtud; cosa que es incluso un deber de virtud”. (Kant, Metafísica 
de las costumbres 350) 
 
 En cuanto a la variable proceso de comunicación propone como criterio de 
acción el llamado Imperativo Categórico que dice que el hombre debe actuar 
teniendo como criterio de validez el hecho de que sus acciones puedan tener el 
carácter de universalidad, es decir, que todos los individuos puedan actuar de 
manera semejante; lo cual tiene que ver con el encuentro o relación con los demás. 
Esto nos lleva a la moralidad y ésta se aplica cuando uno se encuentra con el otro. 
El diálogo en este pensador es una oportunidad para practicar las normas de 
convivencia y por ende de moralidad. Para Kant es conveniente valorar y tomar en 
cuenta todo aquello que influya en el desarrollo del mismo, lo bueno o lo malo, las 
decisiones tomadas, la forma de entenderse, la iniciativa de los involucrados. 
 
“…el modo de enseñar dialógico cuando el maestro pregunta su razón o bien 
el catequético cuando pregunta únicamente a su memoria. Porque si alguien quiere 
preguntar algo a la razón de otro no puede hacerlo más que dialógicamente, es 
decir, de modo que el maestro y los discípulos se pregunten y respondan 
recíprocamente. El maestro preguntando dirige el curso del pensamiento de su 
discípulo […] el discípulo que descubre así que él mismo es capaz de pensar, da pie 
con las preguntas que plantea a su vez, para que el maestro mismo aprenda cómo 
tiene que preguntar bien”. (Kant, Metafísica de las costumbres 354) 
Si bien para Kant al hombre le obliga convivir con otros en sociedad, cada 
individuo llega con una carga de criterios, normas del deber, que determinan su 
relación con los demás. Cada persona siente la obligación de actuar en libertad, de 
 43
convivir con los demás, de expresar sus ideas, pero también de guardarse otras que 
lo pudieran poner en riesgo de conflicto de intereses. El conjunto de deberes está 
para que cada ser experimente la satisfacción de su cumplimiento y al mismo tiempo 
pruebe lo que se podría denominar como felicidad. El deber obliga a identificar la 
noción de felicidad de los demás, pero en franco respeto a la autonomía, cada cual 
debe asumir el logro de su compromiso moral y de su felicidad. “Por tanto, cuando 
se trata de la felicidad, de aquella que debe ser para mí un deber fomentar como un 
fin mío, entonces tiene que ser la felicidad de otros hombres, cuyo fin (permitido) 
hago yo con ello también mío. A cargo de ellos queda dictaminar lo que pueden 
considerar como su felicidad”. (Kant, Metafísica de las costumbres 240) 
En la propuesta dialógica de Kant y Jaspers existen una serie de similitudes: 
una sería la exigencia de libertad. En Kant la libertad es el factor determinante para 
asumir la noción del deber y de su correspondiente actuación ética; en Jaspers la 
libertad es una condición para entrar en diálogo con el otro y sólo así, madurando la 
participación en el proceso de comunicación, se pueda llegar a experimentar la 
comunicación existencial, es decir, la más grande posibilidad de conseguir la 
aclaración de la propia existencia. En Kant todo encuentro entonces es un asunto 
ético en razón de entrar en contacto con otras nociones del deber y de autonomía; 
en Jaspers, todo encuentro desencadena compromiso, mutuo cuidado de él sí 
mismo propio y el del otro, los cuales son asuntos de carácter ético. Y que ambos 
aclaren su propia existencia. Hay una diferencia en la forma de percibir el 
compromiso ético; mientras que en Kant aunque uno descubra su deber y se dé 
cuenta de que los demás lo han descubierto para sí mismos, dicha obligación vale 
para cada uno sin que alguno de los humanos se apropie de la responsabilidad de 
los demás. En Jaspers sucede de manera diferente, el compromiso de uno no deja 
de ser propio, pero incorpora el cuidado de que el otro asuma su compromiso, 
mantenga su independencia y vaya descubriendo su ser sí mismo de tal manera que 
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el desarrollo, crecimiento, la aclaración de la existencia no sea unilateral sino 
mutuamente responsable. 
 
Este análisis comparativo ha sido realizado con el afán de encontrar y hacer 
un recorrido doctrinal que pueda aportar sustento, referencias, explicaciones, 
contrapunto de la propuesta Jasperiana en torno al diálogo con el otro. Como 
podemos ver en cada una de estas perspectivas se encuentra una parte del 
trasfondo de la filosofía de Jaspers. Por un lado, lo que tiene que ver con la 
interacción humana y la necesidad de ésta que como seres humanos se tiene para 
sobrevivir. Por la propia naturaleza el ser humano es imprescindiblemente social. 
Por otro lado, los beneficios o fines que se pueden tener al interactuar con los 
demás. Desde un desarrollo intelectual como lo propone Sócrates, hasta un 
desarrollo espiritual como las ideas que presenta Tomás de Aquino. El diálogo 
puede involucrar a dos o más personas y para ello es conveniente recurrir a las 
normas de convivencia que propone Kant, para que se logre el entendimiento. 
Además, es un proceso que con el apoyo de la mayéutica de Sócrates permitiría 
alcanzar la sabiduría. Pues todo esto tan valioso que han dejado estos filósofos 
clásicos se puede encontrar de alguna manera, en el proceso de comunicación 
existencial que sugiere Karl Jaspers. 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Capítulo II El desencuentro como alternativa que distorsiona el mutuo 
beneficio de la interacción humana. 
 
Con la revisión de los autores del capítulo anterior se cumple una de las 
afirmaciones básicas de este estudio: El hombre ha sido puesto frente al otro para 
interactuar en términos de logro de conocimientos y de convivencia armoniosa. 
Pero también es posible que se dé la contraparte: el vivir en sociedad ciertamente 
permite interactuar, pero en esta alternancia pueden romperse fácilmente los fines 
de relaciones armoniosas y reorientar el encuentro humano hacia un beneficio 
personal, un sometimiento del más débil, o bien, una posesión de la voluntad del 
otro. Ciertamente la comunicación humana requiere el control de algunos 
elementos que distorsionen la posibilidad del mutuo crecimiento de los 
comunicantes. El deseo de ejercer el poder sin ninguna traba, el atractivo de 
conseguir los intereses propios por encima de los demás son motivos suficientes 
para aprovechar el encuentro humano en beneficio propio. 
En este apartado se analizarán algunas ideas referentes