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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY CAMPUS MONTERREY PROGRAMA DE GRADUADOS DE LA DIVISIÓN DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES DIÁLOGO Y ENCUENTRO HUMANO ENFOQUES ÉTICOS T E S I S Presentada como requisito parcial para obtener el grado académico de Maestría en Estudios Humanísticos con especialidad en Ética POR LILIANA GUADALUPE SUÁREZ TIJERINA Monterrey N.L. DICIEMBRE 200 2 INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY CAMPUS MONTERREY POR LILIANA GUADALUPE SUÁREZ TIJERINA DICIEMBRE 2007 3 INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY PROGRAMA DE GRADUADOS DE LA DIVISIÓN DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES Los miembros del comité de tesis recomendamos que la presente tesis de la Lic. Liliana Guadalupe Suárez Tijerina Sea aceptada como requisito parcial para obtener el grado académico de Maestría en Estudios Humanísticos con especialidad en Ética Comité de Tesis _____________________________ Dr. Rafael Modesto de Gasperín Gasperín Sinodal _____________________________ Dra. Martha Eugenia Sañudo Velázquez Sinodal ____________________________ Dr. Kande Mutsaku Kamilamba Asesor ______________________________ Dra. Blanca G. López Morales Directora de Programa de Maestría y Doctorado en Estudios Humanísticos 4 Diciembre de 2007 DIÁLOGO Y ENCUENTRO HUMANO ENFOQUES ÉTICOS T E S I S MAESTRÍA EN ESTUDIOS HUMANÍSTICOS CON ESPECIALIDAD EN ÉTICA 5 INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY CAMPUS MONTERREY POR LILIANA GUADALUPE SUÁREZ TIJERINA 6 DICIEMBRE 2007 A mis padres José Enrique Suárez y Elva Lilia Tijerina de Suárez …quienes me dieron la gracia de la vida, …y me enseñaron las bondades del diálogo. A mi esposo Clemente Gaitán Vigil …quien desde hace 25 años me acompaña en el camino de la vida y contribuye a encontrarle sentido y claridad a mi existencia A mis hijos Liliana María, José Alfredo y Clemente Carlos …a quienes debo la inspiración y motivo de existir, con mis mejores deseos para que se sientan envueltos en encuentros de comunicación existencial A mis maestros Dr. Kande Mutsaku Kamilamba Dr. Rafael Modesto de Gasperín Gasperín Dra. Martha Eugenia Sañudo Velásquez …quienes a través del encuentro académico me han guiado en la construcción de este texto sobre el encuentro humano 7 Índice Capítulo I 1.1 1.2 1.3 1.4 1.5 Capítulo II 2.1 2.2 2.3 Capítulo III 3.1 3.2 Capítulo IV 4,1 4.2 Introducción----------------------------------------------------------------------------- La naturaleza humana. Inferencia y Deducción. La ética del diálogo en los clásicos.------------------------------------------------------------- La mayéutica Socrática. Una interacción que produce conocimientos con un método que conduce al diálogo.------------------------------------------ La dialéctica platónica. El otro como complemento, como peldaño para la trascendencia.----------------------------------------------------------------------- La comunicación humana y el diálogo en Aristóteles. El otro como amistad.----------------------------------------------------------------------------------- El descubrimiento del bien en el encuentro con el otro criatura, en camino hacia el bien supremo: Dios en Tomás de Aquino.------------------ Las normas de convivencia en Kant. El otro como límite de las acciones.---------------------------------------------------------------------------------- El desencuentro como alternativa que distorsiona el mutuo beneficio de la interacción humana.-------------------------------------------- Las relaciones humanas primitivas generan miedo. El Leviatán de Hobbes como satisfactor del temor y de los acuerdos sociales en un encuentro contratado.------------------------------------------------------------------ La indiferencia que plantea Nietzsche como única opción entre los humanos.---------------------------------------------------------------------------------- La conquista del otro en Sartre. La dialéctica de la cosificación. La interacción para la aniquilación, para la conquista total del otro para la dominación para la apropiación.---------------------------------------------------- El encuentro. La ética del diálogo en los contemporáneos a partir de la interacción humana.---------------------------------------------------------- La angustia de elegir mi encuentro con el otro en Kierkegaard.----------- Acción comunicativa y ética discursiva en mi encuentro con el otro en Habermas.------------------------------------------------------------------------------- La aclaración de la existencia y la comunión universal en los contemporáneos a partir de la interacción humana.---------------------- La comunicación existencial como única alternativa para la aclaración de la existencia en Karl Jaspers.----------------------------------------------------- La comunicación de las existencias para una comunión universal en Ignace Lepp.------------------------------------------------------------------------------- Conclusión------------------------------------------------------------------------------ Bibliografía------------------------------------------------------------------------------ Anexos------------------------------------------------------------------------------------ 8 18 19 26 32 37 41 45 46 50 53 67 67 83 109 109 131 1641 169 171 8 Introducción ¿Qué sentido tiene el coexistir? ¿Por qué está el otro frente a mí? ¿Cuál es la razón de estar los unos junto a los otros? ¿Cuáles son los propósitos de los comunicantes en el encuentro humano? ¿Han sido los mismos siempre o han cambiado a través del tiempo? ¿Cuál es la realidad del encuentro humano? ¿Se necesita del otro para sobrevivir y trascender? ¿Es el otro un medio para conocer la realidad, saber cómo actuar frente a los demás, o establecer una relación con Dios? ¿Se requieren normas para convivir con el otro? ¿El diálogo exige alguna normatividad para realizarse? ¿Será posible identificar algunos aspectos o variables que normen la interacción humana? ¿Habrá circunstancias que me hagan rechazar el encuentro humano? ¿Puede ser el otro tan indiferente que no me aporte nada? ¿Es alguien a quien hay que temer por el daño que te puede causar, que te puede utilizar, dominar o ignorar; o por el contrario, es alguien al que puedes dañar, utilizar, dominar o ignorar? ¿Las decisiones que tomo en mi encuentro con el otro, me pueden provocar angustia? ¿Mi encuentro con el otro implica un compromiso? ¿Es el otro una oportunidad para argumentar y lograr un entendimiento humano? ¿De qué manera juega lo personal - individual puesto en comunicación con el otro? ¿Es posible que el otro pueda propiciar mi desarrollo intelectual, colaborar en la aclaración de mi existencia y 9 coadyuvar en el logro de una comunión universal? ¿Existen límites,niveles, riesgos en la relación dialógica? ¿Cuál es el telos, finalidad, de cada uno de los que intervienen en el diálogo? ¿De entrada, el encuentro humano trae como consecuencia un planteamiento ético o éste se genera en cada interacción dialógica? Todos estos cuestionamientos contribuyeron a llevar a cabo esta investigación, cuyo objetivo es analizar las perspectivas que hay sobre el encuentro humano, y con ello descubrir la relación que guardan con la postura del filósofo existencialista alemán Karl Jaspers. Para llevar a cabo este análisis, se tomaron en cuenta dos variables: la finalidad del encuentro humano que viene a ser el ¿para qué? del mismo, y el proceso que sigue, que es el ¿cómo? se lleva a cabo, qué factores intervienen y qué sucede en el transcurso de dicho encuentro. El primero dependerá del contexto y de la perspectiva. En cuanto al contexto, éste influye en la interpretación de cada uno de los pensadores analizados, que se sitúan desde la época clásica hasta la contemporánea; y en lo que respecta a la perspectiva de cada filósofo, además del contexto en que se desarrollaron, tendrá que ver la acepción que le den a los términos o palabras aquí utilizadas. Hay quienes consideran necesario el diálogo, y además de señalar sus ventajas, proponen estrategias y procesos para obtener el mayor beneficio en los interlocutores; sin embargo, también hay quienes no lo consideran así, porque a través del conocimiento y la observación de las conductas de los demás, y su manera de actuar, han descubierto cómo se manifiesta en la realidad cotidiana de los seres humanos; por lo cual, señalan desventajas, demostrando cómo impacta negativamente en el otro. Cabe señalar que, desde la antigüedad hasta la sociedad actual, pudieran hacerse presentes las dos perspectivas de encuentro humano. La segunda variable a tomar en cuenta, es la que se refiere al proceso que se sigue en dicho encuentro, y todo lo que participa en el mismo. Intervienen: los 10 componentes estructurales de la comunicación y los factores colaterales que pueden aparecer durante dicha interacción. En cuanto los componentes base que tienen que ver con la estructura, está todo lo relacionado con los seres humanos que se encuentran y dialogan: las características, pensamientos y puntos de vista de los que participan en el encuentro, los propósitos que tienen al comunicarse, el contexto y la forma de llevar a cabo el diálogo, la manera en que estructuran y dan el mensaje, el lenguaje que utilizan, el canal por el que lo envían(oral, impreso, electrónico), la fidelidad con la que se transmite el contenido del mensaje, es decir, la seguridad de que llegue completo, y sea interpretado de acuerdo al propósito del emisor, que es quien lo envía, además de la interpretación que le dan los receptores, así como los resultados obtenidos al darse el encuentro. En lo que respecta a los factores colaterales, están: las circunstancias en que se desenvuelve el encuentro, que dependerá de quién tenga la iniciativa, así como el grado de compromiso que hay entre los interlocutores, el entendimiento o la confusión que se ocasiona, lo que puede favorecer u obstaculizar dicho encuentro; por un lado, los que pueden coadyuvar en el encuentro como: congruencia entre el pensamiento y la forma de actuar, humildad, libertad, sabiduría incondicionalidad, benevolencia, igualdad, autenticidad, honestidad, transparencia, acuerdos, uso de normas, argumentación, apertura, soledad; y por otro lado, los que pueden ocasionar riesgos, y provocar interferencia como: soberbia, ignorancia, egoísmo, temor, omnipotencia, debilidad, dominio, manipulación, hipocresía, falsedad, conflicto, lucha, compasión, entre otros. De acuerdo a lo anterior, los criterios que guiarán los contenidos de este texto son: el encuentro humano, su finalidad y su proceso. Los autores fueron elegidos debido a que aportan ideas sobre el diálogo o encuentro humano. En cada capítulo, además de conocer la postura de los diversos filósofos, agrupados de acuerdo a su perspectiva en cuanto a la finalidad del encuentro humano, se 11 presenta una relación analógico-crítica, con respecto a las ideas de Karl Jaspers, quien enfatiza en la aclaración de la existencia como finalidad principal del encuentro humano. En el último capítulo se profundiza su propuesta filosófica, junto con otro pensador, Ignace Lepp, que coincide con él y continúa desarrollando las ideas de su antecesor. Por otra parte, cabe aclarar, que dada la diversidad de elementos que intervienen en este suceso, los filósofos aquí estudiados, además de aportar ideas sobre lo que para ellos tiene de finalidad el diálogo o encuentro humano, enfatizan también en uno o varios de los aspectos que intervienen en el proceso mismo: elementos estructurales de la comunicación, o aspectos colaterales que se pueden dar durante el encuentro humano. En el capítulo l, se analizan las perspectivas que sobre el encuentro humano hacen los filósofos clásicos como Sócrates, Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino y Kant, quienes se refieren a la naturaleza humana como fundamento de la ética del diálogo. En el capítulo ll, se presenta el enfoque del desencuentro como alternativa de la interacción humana, con las posturas de los filósofos contemporáneos: Hobbes, Sartre y Nietzsche, basados en la realidad observada por ellos. En el capítulo lll, se reflexiona sobre el encuentro como algo que trasciende la interacción humana, desde la perspectiva de otros pensadores contemporáneos que así lo plantean, como Kierkegaard, y Habermas. En el capítulo lV, se analiza el diálogo como instrumento para aclarar la existencia, y, como propósito de la interacción humana; también desde el pensamiento de otros filósofos contemporáneos como Karl Jaspers, de quien se analiza la propuesta que hace sobre la comunicación existencial, y del cual se hace el análisis analógico crítico, en esta investigación, y por último, Ignace Lepp, quien coincide y decide continuar con la propuesta hecha por su antecesor, Jaspers. Antes de profundizar en todos los cuestionamientos anteriores, es necesario definir básicamente este término. La Real Academia Española lo define como: “(Del 12 lat. dialŏgus, y este del gr. διάλογος). 1. m. Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos. 2. m. Obra literaria, en prosa o en verso, en que se finge una plática o controversia entre dos o más personajes. 3. m. Discusión o trato en busca de avenencia…” (RAE) Para empezar, está claro que para que exista el diálogo tiene que haber por lo menos dos personas o interlocutores además de ideas o expresiones para intercambiar. Las raíces griegas conducen a entender este término como un intercambio de pensamientos: “dia”, que puede entenderse como: a través de; y “logos” que se interpretaría como palabra, pensamiento. Es un término contrario a un monólogo, en donde una sola persona expresa su discurso, sin esperar ni considerar un oyente o contraparte. Desde la mitad del siglo XX, en donde ocurre el desarrollo de la ciencia y la tecnología, especialmente aquella que soporta el medio de comunicación, se realizaron investigaciones sobre el comportamiento humano en la sociedad. Los medios masivos provocaron cambios en las relaciones humanas y se vio la necesidad de analizar el impacto de todo esto tanto en la producción como en el comercio y la política. Sociólogos, psicólogos y filósofos realizaron los primeros estudios sobre la comunicación. Es así como en los años 70’ se cultivan las Ciencias de la Comunicación, como una disciplina y como una profesión, cuyo uno de sus enfoques es el diálogo. Desde este punto de vista, esta actividad humana es sinónimo de comunicación interpersonal. David K. Berlo, cuya principal obra teórica ha sido traducida a la lengua españolacomo: “El proceso de la comunicación. Introducción a la teoría y a la práctica”, ha profundizado en lo referente al diálogo como proceso. Propone un diagrama en el que se detalla cada parte del mismo y todo lo que puede influir en él. “La comunicación aparece como un proceso reglado (no como un simple acto) que permite al ser humano negociar su posición en el entorno en el que 13 vive. De este modo, la comunicación es un valor de interlocución, de poder, de influencia, de control... La eficacia o ‘fidelidad’ de la comunicación, no obstante, está sujeta a estrategias y no produce resultados ciertos, sino que puede estar avocada al fracaso, generalmente por incompatibilidad entre el propósito de quien emite y la disposición de quien recibe” (Berlo, 23) Es oportuno atender el proceso que se lleva a cabo en el momento en que se da la interacción humana o diálogo. Comprender cómo las personas al comunicar sus ideas o pensamientos pueden incurrir en algún tipo de ruido que provoque conflictos, confusiones, debido a las diferentes interpretaciones. En el siguiente diagrama se puede observar la relación de los elementos que intervienen en el proceso comunicativo. SITUACIÓN COMUNICATIVA Proceso de comunicaci ó n E M I S O R C O D I F I C A D O R M E N S A J E C A N A L D E C O D I F I C A D O R R E C E P T O R R E T R O A L I M E N T A C I Ó N Intención Propósito Contexto Tono Idioma Semántica Sintáxis Léxico ¿Quién? ¿Cómo? ¿Qué? ¿A través de qué? ¿Interpreta qué? ¿A quién? ¿Qué respuesta le da? RUIDO SEMÁNTICO: TIENE QUE VER MÁS CON EL CONTENIDO (IDEAS) CRITERIO SINTÁCTICO Y SEMÁNTICO RUIDO DE CANAL: TIENE QUE VER MÁS CON LA FORMA (SIGNOS LINGÜÍSTICOS) CRITERIO MORFOLÓGICO. Fuente: David K. Berlo Oral Escrito 14 Para esclarecer este término desde el punto de vista filosófico se agrega su definición. De acuerdo al diccionario de Filosofía de Nicola Abbagnano. “Para buena parte del pensamiento antiguo hasta Aristóteles el D sic, (diálogo) no es solamente uno de los momentos en que puede expresarse el discurso filosófico sino su modo propio y privilegiado porque este discurso no es hecho por el filósofo a sí mismo ni lo encierra en sí mismo, sino que es un conversar, un discutir, un preguntar y responder entre personas asociadas en el común interés de la investigación. El carácter asociado de la investigación, tal como los griegos la concebían en el período clásico, encuentra su expresión natural en el D, (diálogo)”. Desde la antigüedad era considerado plural y no individual, es decir, no se limita a un monólogo sino que va más allá, es un intercambio de perspectivas. Al enfocarlo a la investigación se puede inferir que el objetivo era el descubrimiento y el esclarecimiento de la verdad. Por otra parte, al agregar la palabra discutir podemos suponer que en esa búsqueda había diversas posturas, que algunas veces pudieran haber sido opuestas, y que de alguna manera existía un interés común para llegar a un acuerdo. Es conveniente aclararle al lector, que en el transcurso de esta reflexión filosófica, se van a utilizar como sinónimos los siguientes términos: interacción, interacción, comunicación, intercambio, relación, como referencias a lo que implica el diálogo en el encuentro humano, destacando su aspecto ético y su trascendencia. Este recurso oral era preferido por Sócrates debido a la confianza de recibir respuesta inmediata y espontánea, a diferencia de los discursos escritos. También Platón decide continuar con este mismo recurso, por lo que sus discursos escritos conservan esa estructura. De acuerdo al diccionario de Filosofía de Nicola Abbagnano. “La desconfianza de Platón hacia los discursos escritos, por cuanto no responden a quien los interroga ni eligen a sus interlocutores; desconfianza que quizás había llevado a Sócrates a no escribir nada y a concentrar toda su actividad 15 en la conversación con amigos y discípulos y establece también la superioridad del D. (diálogo) como forma literaria, que intenta reproducir el giro de la conversación y, en general, de la investigación asociada. Fue, por cierto, este motivo el que indujo a Platón a mantenerse fiel a la forma dialogada en sus escritos y a rechazar la pretensión del tirano Dionisio de reducir su filosofía a la forma de un sumario (Epístola VII, 341b)”. (Abbagnano 322) Estos dos filósofos, Sócrates y Platón, valoraban al diálogo como tal, por la riqueza que proporcionaban las diferentes formas de pensar, y en aquél tiempo ya se tomaba en cuenta la tolerancia debido a las diferentes ideologías. “La exigencia del D. (diálogo) está presente, de modo más o menos claro, en todas las formas de la dialéctica y no se puede decir que esté nunca completamente ausente de la investigación filosófica, que más que ninguna otra procede por medio de la discusión de las tesis de los otros y de la polémica incesante entre las diferentes direcciones. Por lo demás, el principio del D. (diálogo) implica la tolerancia filosófica y religiosa en un sentido positivo y activo y, por lo tanto, no como tolerancia de la existencia de otros puntos de vista, sino como reconocimiento de su igual legitimidad y como buena voluntad de entender sus razones. En este sentido el principio del diálogo fue una adquisición fundamental que pasó del pensamiento griego al pensamiento moderno y que en la edad contemporánea conserva un valor normativo eminente”. (Abbagnano 322) Desde la ética también hay una definición, el diccionario de términos éticos de Blázquez Carmona y otros autores lo definen así: “Diálogo se compone del prefijo día que significa, en griego, “a través de”, y logos: “palabra”, forma de comunicación interpersonal o, como dijo Sócrates, el arte de la pregunta y la respuesta para llegar al saber verdadero. El hombre, ser dialógico y autónomo, por sí solo-piensa Sócrates- no descubrirá la verdad. Como dijo Machado: “… un corazón solitario no es un corazón”. Sólo al término del diálogo cada uno de los dialogantes establecerá sus criterios sobre lo que tiene por verdadero y bueno (intelectualismo moral). “De la 16 discusión sale la luz”, dice al respecto el adagio popular…” (Blázquez et. al. 154) Estas ideas confirman que el diálogo es un medio que se vale de la palabra, lenguaje, para transmitir e intercambiar pensamientos, con la finalidad de encontrar la verdad, la cual, desde la perspectiva de Sócrates no es posible descubrir por uno mismo, sino que se requiere del otro. Es necesario enfrentar las ideas para clarificar y alcanzar la objetividad. Este tema del Diálogo ha sido recurrente a lo largo de la historia, propuesto como el primer motivo y oportunidad del coexistir. Retomando las preguntas iniciales, el cuestionar por el papel que se debe asumir frente a la irremediable presencia del otro, es innegable el hecho de que el otro me exige entrar en comunicación sin posibilidad de evadirlo, como una exigencia de interacción dialógica y de coexistencia. El otro modela mi existir, se convierte en una contraparte de mi existencia siempre y cuando no me sea indiferente. Nacer en una comunidad de hablantes nos convierte en una comunidad de dialogantes. Esta situación de coexistencia y de obligada dialogicidad ha sido considerada por una diversidad de pensadores tal y como se verá en este trabajo. A continuación se analizará el fenómeno de la Comunicación Humana desde la perspectiva de la Filosofía y la Ética. Es un tema en el que otras disciplinas como la Psicología y la Sociología han profundizado, sin embargo, en esta ocasión pretende ser abordadoprincipalmente desde el campo de los Discursos Éticos. Aunque los autores que aparecen en este escrito, no destacaran de manera intencionada el encuentro humano, como una oportunidad para dar prioridad a la característica dialogante del ser humano, se refieren a los elementos de comunicación humana y a otros tipos de relación que implican la coexistencia. Y aunque los pensadores clásicos no hicieron énfasis en el término: existencia, coexistencia, más adelante sí lo incorporan los autores contemporáneos. El diálogo es una capacidad lingüística expresiva que el ser humano realiza por su propia 17 naturaleza, y a la vez es un medio porque le permite relacionarse con los demás para sobrevivir, pero también requiere de una habilidad que tiene que desarrollar para lograr el entendimiento humano; sin embargo, además de estas características, vale plantear las siguientes cuestiones: ¿será posible lograr algo más allá que la inmediatez del encuentro en un diálogo? ¿Es posible obtener en la comunicación la aclaración de la existencia, o a través de ella el sentido de la vida y la trascendencia? Se espera que al lector de esta reflexión filosófico-ética, en interacción con esta autora, no obstante el desfasamiento espacio-temporal, le sea posible escalar los estadios de la dialogicidad: el intercambio de ideas, la superación de las rupturas que este trabajo provoque, la generación de oportunidades para encontrarnos posteriormente y en el marco de la aclaración de estas afirmaciones, podamos conseguir mutuamente la aclaración de nuestro existir. 18 Capítulo I La naturaleza humana. Inferencia y Deducción. La ética del diálogo en los clásicos. El diálogo ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia. Desde la antigüedad en el siglo IV a.C. ha sido tratado al intentar definir al hombre y su naturaleza. ¿Cuáles son las perspectivas de algunos filósofos clásicos? ¿Cuál es su aportación específica hacia este recurso? ¿Qué relación tienen con la propuesta de Karl Jaspers? A continuación se presentan las perspectivas de algunos pensadores clásicos que han recurrido a este tipo de interacción, y la relación que tienen con la propuesta de Karl Jaspers. Los autores se han seleccionado tomando en cuenta que sus textos en algún momento han tratado el tema del diálogo y su pensamiento permite analizar la influencia que han tenido en las ideas de un filósofo contemporáneo como Jaspers que basó su teoría en este recurso. Se iniciará con Sócrates (470/469-399 a.C.), quien demostró a través de toda su vida su congruencia con este tipo de interacción, y que utilizó un procedimiento basado en el diálogo para el desarrollo del conocimiento, con ello confirmó la utilidad y valor del mismo. Esto se pudo conocer gracias a los Diálogos de Platón (427-347 a.C.), que es el segundo filósofo a tratar, y que precisamente su estilo para escribir fue utilizando el recurso del diálogo, de ahí la importancia de conocer sus ideas al respecto. Posteriormente seguirá Aristóteles (384/383- 322 a.C.), otro importante filósofo griego que de igual forma dedica parte de su pensamiento al diálogo relacionándolo con la amistad. Continuaremos con Santo Tomás de Aquino (1225-1274), que es otro de los pensadores que dan su aportación a este recurso y quien lo relaciona con el camino para llegar a la Divinidad. Por último, se analizarán las ideas de Kant (1724-1804) que también ha tenido una gran influencia en la historia del pensamiento, quien relaciona la norma moral como plataforma del diálogo. En cada uno de estos 19 autores hay una aportación sobre la interacción, la cual tiene relación con la propuesta que hace Karl Jaspers sobre el mismo. Lo anterior obedece al descubrimiento del sentido que tiene el encuentro humano y el entrar en comunicación. Al parecer, al igual que ocurre con el conocimiento de la realidad, los avances de la ciencia y la tecnología han permitido que a partir del siglo XIX y hasta la actualidad, el tema del hombre tome mayor énfasis en el aspecto de la intercomunicación. 1.1 La mayéutica Socrática. Una interacción que produce conocimientos con un método que conduce al diálogo. La finalidad que el encuentro humano tiene para Sócrates, es el alcanzar la sabiduría, y a la vez terminar con la ignorancia y los falsos conocimientos sobre lo moral. Propone un método para que se vayan construyendo los conceptos durante el proceso del diálogo. La aportación de Sócrates destaca en los siguientes aspectos: La Mayéutica como método para alcanzar la sabiduría. El uso de la ironía para demostrar la ignorancia y provocar la búsqueda del conocimiento. El desarrollo de las virtudes como la honestidad y la libertad para ser uno mismo. Como se puede ver, los elementos estructurales de la comunicación en el caso del pensamiento Socrático consisten en un emisor, que cuestiona, en este caso el mismo Sócrates, como mensaje un conocimiento a descubrir, como canal, las ondas sonoras por se un oral, y como receptor, una persona que intenta salir de su ignorancia. Por otra parte, en lo que respecta a los aspectos que benefician el encuentro, en este pensador, está la ironía, la cual propicia el surgimiento de un nuevo conocimiento, porque provoca que los receptores se den cuenta de lo que desconocen. Además de la humildad y la honestidad, las cuales también permiten avanzar hacia la sabiduría. Si uno con humildad reconoce que no sabe, y es honesto al expresarlo, podrá dar el 20 primer paso en la construcción de su conocimiento moral. En cuanto a los aspectos que obstruyen el proceso de diálogo, serían: la autosuficiencia que lo impide, y por consecuencia no logra darse la sabiduría; el temor y la ignorancia a lo desconocido, que no permite conocer el bien sublime de la inmortalidad del alma. Para Sócrates el diálogo es como un procedimiento para alcanzar los conocimientos morales y así la sabiduría. Lo ve como una estrategia o técnica para el descubrimiento de la verdad, lo que llama Mayéutica, que significa arte de dar a luz. A diferencia de lo que una partera hace, que es el ayudar a las mujeres a dar a luz a sus hijos, en este caso se trata de lograr que los hombres den a luz sus pensamientos. Considera que el ser humano por sí mismo no puede descubrirlos, requiere del otro y a través del arte de la pregunta y la respuesta puede acercarse a esos conocimientos. De aquí lo que hoy llamaríamos la didáctica Socrática en educación sería semejante a la técnica de la pregunta, estrategia que propicia el desarrollo de aprendizajes. A través de ese cuestionamiento, de esas preguntas y respuestas Sócrates lograba en sus discípulos el descubrimiento de la verdad. “El oficio de partear, tal como yo lo desempeño, se parece en todo lo demás al de las matronas, pero difiere en que yo lo ejerzo sobre los hombres y no sobre las mujeres, y en que asisten al alumbramiento, no los cuerpos, sino las almas. La gran ventaja es que me pone en estado de discernir, con seguridad si lo que el alma de un joven siente es un fantasma, una quimera o un fruto real”. (Platón, “Teetetes o de la ciencia”, Diálogos 424) Algo que llama la atención en este pensador es que generalmente era él quien hacía las preguntas sin dar ninguna respuesta, el argumento de trasfondo es que cada uno ya tenía los conocimientos obtenidos de manera previa, lo que hacía falta al respecto era dar a luz los conceptos, de ahí el nombre del método dialéctico. Por otra parte, no le era aceptable el que algún hombre se ostentara de tener 21 sabiduría, haciendo alusión a los Sofistas, Sócrates creía que el verdadero conocimiento, la verdadera sabiduría solamente podía obtenerse a partir de que apareciera un partero de ideas. A los que se ostentaban como sabios los increpaba con preguntas enfocadas a la raíz de los conocimientos,con ello no sólo deseaba, a través del interrogatorio: ironía, demostrar la ignorancia que continuamente se presentaba, lo cual provocaba que los demás le reclamaran. Sin embargo, se escudaba en que estaba capacitado para asistir y apoyar a otros, pero no para engendrar o producir. “El dios me impone el deber de ayudar a los demás a parir, y al mismo tiempo no permite que yo mismo produzca nada. Ésta es la causa de que no esté versado en la sabiduría y de que no pueda alabarme en ningún descubrimiento que sea una producción de mi alma”. (Platón, “Teetetes o de la ciencia”, Diálogos 424) A diferencia de los sofistas, cuyos pensamientos eran a veces contradictorios y transmitidos en forma retórica logrando envolver a los que escuchaban, Sócrates prefería que cada quien lo descubriera por sí mismo, y que estos conocimientos fueran congruentes con la práctica de la virtud, llevándolos como consecuencia a la felicidad. “El más sabio entre vosotros es aquél que reconoce como Sócrates que su sabiduría no es nada” (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 6) Lo que la posteridad ha conservado como palabra clave de la propuesta socrática, son aquellas sentencias del oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”. Y por otra parte la expresión clásica de Sócrates: “Yo sólo sé que no sé nada”. Estas sentencias sugieren que para adquirir conocimientos, el punto de partida es la humildad en el reconocimiento de los límites y al mismo tiempo, la apertura para empezar a recuperar las ideas que uno posee. Y esto se logra cuando además de estar dispuesto a aprender, uno se reconoce ignorante. Esto sería el punto de partida para estar en búsqueda de la verdad.”…porque hay muchos que creen 22 saberlo todo, aunque no sepan nada o casi nada”. (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 7) La ironía para demostrar la ignorancia y provocar la búsqueda del conocimiento. Se decía con anterioridad que el diálogo a la manera socrática implicaba el uso de algunas técnicas y métodos, que la ironía era el punto de partida para la construcción de los conocimientos, sobre todo morales. Además de apreciar las virtudes de humildad y honestidad como se refleja en las citas anteriores, Sócrates también cuestionaba a quienes aún estando vivos aseguraban saber lo que era la muerte, además de considerarla como algo negativo. En el pensamiento de Sócrates, de índole moral, tanto el tener conocimientos como posesión de un bien, evitando transmitirlos a los demás; como el darle lugar al temor y la ignorancia, eran catalogados como un mal, como un bloqueo que no permite el conocimiento del alma. El temor a la muerte, ignorando lo que sucede en ella, para Sócrates es no tener sabiduría. Es como asegurar algo que no se ha experimentado y que por lo tanto se desconoce. Una de las experiencias radicales del humano es la de la muerte, por ello, la solicitud socrática de no vencerse, de no aceptar como límite algún hecho del cual no se conoce. Darle un lugar a la muerte es ignorar el hecho de que después de ésta viene una trascendencia. El temor entonces impide y por ello es algo malo el conocer el bien sublime de la inmortalidad del alma. “Porque temer a la muerte, atenienses, no es otra cosa que creerse sabio sin serlo y creer conocer lo que no se sabe. En efecto, nadie conoce la muerte ni sabe si es el mayor de los bienes para el hombre .Sin embargo, se la teme, como si se supiese con certeza que es el mayor de todos los males. ¡Ah! ¿No es una 23 ignorancia vergonzante creer conocer una cosa que no se conoce? (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 13) El desarrollo de las virtudes como la libertad para ser uno mismo y la honestidad para ser confiable. Por otra parte, la personalidad de este filósofo tenía la característica de la autenticidad. Al parecer es uno de los personajes de la historia donde el pensar y el actuar se identifican. Éste parece ser el tema central de la apología de Sócrates. Frente a una acusación claramente difamatoria, Sócrates aprovecha la oportunidad del diálogo para remarcar el valor de sus ideas principales: valores morales, congruencia entre el pensamiento y las acciones, sabiduría con base en la moralidad, lo cual era razón suficiente para apostar la vida. Sócrates defendía su vocación, su doctrina, su pensamiento aún frente a la muerte. “ …me dijeseis: Sócrates, en nada estimamos la acusación de Anito y te declaramos absuelto, pero es a condición de que cesarás de filosofar y de hacer tus indagaciones acostumbradas, y si reincides, y llega a descubrirse, tú morirás; si me dieseis libertad bajo estas condiciones, os respondería sin dudar: Atenienses, os respeto y os amo ; pero obedeceré a Dios antes que a vosotros y, mientras yo viva, no cesaré de filosofar, dando os siempre consejos, volviendo a mi vida ordinaria …” (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 13) Para él lo principal era la virtud, entendida como conocimiento de los valores morales y el abandono de la ignorancia y la falsa sabiduría. Todas las limitaciones humanas provienen de la carencia de conocimientos, de la negación a proponer en un diálogo las ideas que uno tiene como propiedad. Lo único que tiene sentido en la 24 vida es alcanzar la virtud y por añadidura todo lo demás como la riqueza y todos los bienes se lograban como consecuencia. “…no me canso de deciros que la virtud no viene de las riquezas, sino, por el contrario, las riquezas vienen de la virtud y que es de aquí de donde nacen todos los demás bienes públicos y particulares.” (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 14) Si bien el uso de la palabra en su forma más elocuente, la retórica, ya era un cultivo de los hombres distinguidos de la Grecia antigua, recurso del cual se apropiaron los denominados Sofistas, entre ellos algunos interlocutores de Sócrates: Menón, Gorgias, Protágoras, Hipias, entre otros, la aportación socrática es el diálogo como un medio para producir sabiduría entre los interlocutores. Aquí cabe hacer un comparativo entre la retórica y la dialéctica, ambos mecanismos tienen una base común: el lenguaje. Mientras que en la retórica juega un papel importante aquél que tiene mayores habilidades en el uso de la lengua, mayor variedad semántica y léxica y en donde lo más importante es el lucimiento y la distinción de quien lo expresa, y que además, puede ser utilizada para fines de enseñanza y por tanto con posibilidades de venta, como lo hicieron los sofistas; la dialéctica, por otra parte, implica que los interlocutores estén en el mismo nivel semántico léxico a fin de que se dé la interacción de ideas. El diálogo socrático implica, si bien, un facilitador, provocador, una función de partero; el éxito consiste en la construcción de los conocimientos, la ilación de los términos en un discurso, el reconocimiento de un logro en el arribo, y la metacognición de los conocimientos, componentes de la sabiduría. El diálogo socrático no es un oficio ni una función social, sino una forma de interacción humana. “Jamás he tenido por oficio el enseñar y si ha habido algunos jóvenes o ancianos que han tenido deseo de verme a la obra y oír mis conversaciones, no les he negado esta satisfacción, porque como no es mercenario, mi oficio, 25 no rehuso el hablar, aun cuando con nada se retribuye, y estoy dispuesto siempre a espontanearme con ricos y pobres, dándoles toda anchura para que me pregunten y, si lo prefieren, para que me respondan a las cuestiones que yo suscite. (Platón, “Apología de Sócrates”, Diálogos 17) ¿Qué relación guardan las ideas de Sócrates con respecto a las propuestas por Karl Jaspers? Los dos pensadores tienen elementos en común: coinciden en que el ser humano requiere del otro para dejar de ser ignorante y desarrollarse o alcanzar la sabiduría. Mientras que para Sócrates conocer es bueno e ignorares malo, y cree que sólo a través del diálogo se puede llegar a identificar el conocimiento considerado como válido, es decir, el alejarse de la ignorancia, para conseguir la sabiduría; para Jaspers también el conocimiento es valioso y cree que el único camino para clarificar la existencia es conociéndose a sí mismos a través del diálogo. También coinciden en que ambos utilizan la comunicación diálogo para interactuar con el otro humano y hacerle ver lo que le falta por conocer. Mientras que Sócrates propone el método de la Mayéutica, que por medio del cuestionamiento y de la ironía logra tumbar los falsos conocimientos basados en la ignorancia; Jaspers sugiere el proceso de la comunicación existencial para tumbar las firmezas que impiden interactuar en situaciones límite (pérdida de un ser querido, fracaso profesional, experiencias difíciles de superar) y que propician la trascendencia. Los dos distinguen formas de comunicación no aceptables, y también, en que señalan retos o amenazas que pueden distorsionar el encuentro humano. Mientras que Sócrates menciona a la ignorancia, la soberbia, la ostentación, la posesión del conocimiento; Jaspers dice: la autosuficiencia, cosificación (utilizar al otro como cosa, objeto) cree que mientras haya obstáculos 26 que impidan el encuentro con el otro, no podrán conocerse a sí mismos. Lo dice al inicio del apartado de su obra sobre comunicación existencial: “Yo sólo soy en comunicación con otro”. (Jaspers, Filosofía 452) Además también consideran al diálogo como un procedimiento y recurso valioso que permite conocer y que los hombres se conozcan. Mientras que para Sócrates, la finalidad que tiene el diálogo es conocer la verdad moral, sabiduría sobre el mundo que rodea al hombre; para Jaspers el fin de la comunicación es la aclaración de la existencia. Como se puede ver, la influencia que Sócrates tuvo en Jaspers es precisamente esa búsqueda de la sabiduría a través del diálogo, sin embargo, mientras que Sócrates se refería la sabiduría o búsqueda del conocimiento en general; Jaspers considera que así como hay que buscar conocer las cosas que nos rodean, también hay que conocerse uno mismo para aclarar su existencia, lo que él llamará y así denomina a una de sus obras: La verdad filosófica. Ambos pensadores Sócrates y Jaspers encuentran un elemento que va a marcar el punto de partida del encuentro humano: la ironía que para Sócrates es el equivalente a despojarse de los saberes mal construidos y del desconocimiento de las ignorancias, como cuando menciona el tema de la muerte; para Jaspers el abandono de ciertas firmezas o paradigmas, prejuicios provocados por el desconocimiento, afanes de posesión, identificación de las situaciones límite ante las adversidades de la vida, sirven para aceptar la necesidad de disponerse al otro que en la comunicación ayudará a la comprensión de los aspectos de la vida que parecen incomprensibles. 1.2 La dialéctica platónica. El otro como complemento, como peldaño para la trascendencia. 27 Otro de los filósofos que también le dio importancia al diálogo fue Platón. De ahí que sus obras tengan como nota distintiva esta forma literaria. La finalidad que para él tiene el diálogo es: el conocimiento de la realidad que le rodea al hombre. Al igual que Sócrates, cree que el hombre no puede estar solo porque su naturaleza humana lo hace con una característica única. En cuanto al proceso y lo que ocurre en él, propone el método de la reminiscencia, que consiste en identificar, recordar. En lo que respecta a los elementos de la comunicación, dentro del modelo que propone, hay un emisor que dará el punto de partida para propiciar el recuerdo, como mensaje, un conocimiento a recordar, como canal, las ondas sonoras por ser oral, y como receptor, una persona que intenta salir de su ignorancia, recordando los conocimientos adquiridos antes, en una etapa inicial. Este pensador quiso reflejar en sus textos, los diálogos que le tocaba presenciar entre Sócrates y sus interlocutores. El contenido de los mismos demostraba cómo se producían las ideas y cómo iban surgiendo los conocimientos. A través del diálogo, el personaje Sócrates en conversación con los otros de su época, va mostrando los elementos clave de la teoría platónica: la teoría de las ideas, el conocimiento válido, la ciencia, la política, el lenguaje, el dualismo alma- cuerpo. El rasgo principal que persiste en la teoría platónica sobre la naturaleza humana es que el hombre es irremisiblemente social. Concuerda con Sócrates en que la persona individual no es autosuficiente, pues tiene muchas necesidades que no puede satisfacer por sí sola. Platón tiene en cuenta esto en la imagen del Eros en la que señala: mi vacío es llenado por tu lleno. Quiere decir que de alguna manera uno es complemento de otro y habría que encontrar y reconocer a ese otro con el cual uno se identifica. Platón le encuentra una razón de ser a esto, una explicación, señala que se hace no sólo por necesidad de sobrevivencia sino por el 28 deseo de trascender, es decir, se busca ser identificado como seres únicos y auténticos para permanecer en aquellos con quienes se convive. Platón menciona: “No te sorprendas si todos los seres animados estiman tanto sus renuevos, porque la solicitud y el amor que les anima no tienen otro origen que la sed de inmortalidad” (Platón, El Banquete, Diálogos 526) Las ideas anteriores se refieren a cómo el hombre busca la trascendencia En Platón coincide de manera congruente la idea de la reminiscencia, es decir, el recuerdo del alma humana que conoce el mundo de las ideas, con la concepción de la inmortalidad del alma y de cómo la parte espiritual aspira a encontrarse con la realidad verdadera, de las ideas. Para Platón hay un deseo de superar la percepción de las cosas que se hacen presentes a través del tiempo y del espacio. Los humanos se esfuerzan por conocer la verdadera realidad y por trascender a través de su alma inmortal. La dialéctica es el medio más eficaz para trascender lo terrenal. Platón, en uno de sus diálogos llamado: Cratilo o del lenguaje describe uno que Sócrates tuvo con Hermógenes en el que se refleja el análisis que hicieron sobre las palabras y los nombres de las personas y cosas. La importancia de esta obra es fundamental para el diálogo; el significado de las palabras debe tener una base común: la claridad, la corrección y la referencia a una realidad comprensible por los hablantes. Lo interesante aquí es la reflexión que hacen los humanos en cuanto a las diversas perspectivas que se tienen de los objetos y aunque se coincida en características, cada grupo de personas las nombra diferente. En el discurso platónico la idea, concepto o término, va a determinar la percepción que los interlocutores tienen de su realidad. Desde aquí se podía ver la interculturalidad y cómo a través del diálogo se pueden intercambiar puntos de vista y al mismo tiempo lograr un crecimiento y acercamiento a la felicidad. 29 “Sócrates._ Luego, si todas las cosas no son para todos de la misma manera a la vez y siempre, y si cada objeto no es tampoco propiamente lo que parece a cada uno, no cabe la menor duda de que los seres tienen en sí mismos una esencia fija y estable, no existen con relación a nosotros, no dependen de nosotros, no varían a placer de nuestra manera de ver, sino que existen en sí mismos según la esencia que les es natural.” (Platón, “Cratilo o del lenguaje”, Diálogos 352) Hay otro momento en la doctrina socrática relativa tanto a la verdadera realidad como a la forma de tener acceso a ésta: la teoría de las ideas como realidad y el mito de la caverna como una analogía para tener conocimiento y comprensión de la ciencia. “--Ahora, continué, imagínate nuestra naturaleza, por lo que se refiere a la ciencia, y a laignorancia, mediante la siguiente escena. Imagina unos hombres en una habitación subterránea en forma de caverna con una gran abertura del lado de la luz”. (Platón, “El mito de la caverna”, Diálogos 155) El mito de la caverna es una alegoría, un relato mítico de ficción que ilustra el camino del alma ignorante hacia el descubrimiento de la verdadera realidad. El vivir en esta tierra sólo aporta el olvido, la pérdida de conocimientos que el alma había obtenido en momento previo a su nacimiento. La vida ordinaria en esta tierra se asemeja a la estancia de unos esclavos confinados en una caverna. El mito relata el proceso de descubrimiento de la verdadera realidad y al mismo tiempo la necesidad de educar al resto de los humanos en el redescubrimiento del mundo de las ideas con la verdadera realidad. El diálogo servirá para que el alma humana comience un recorrido de diferentes estados de conocimientos incompletos aparentes y no verdaderos: la experiencia particular, la opinión, el conocimiento de 30 los números como un estado más elevado hasta el grado máximo del descubrimiento del mundo de las ideas. El diálogo permite este logro de trascendencia. La interacción con el otro que ha descubierto la verdadera realidad es el único camino, la dialéctica para ir escalando los niveles que dejan atrás el mundo de las apariencias, de las sombras irreales o no reales en el cual el alma no puede permanecer porque ya ha conocido lo superior: el bien, la idea, la perfección. “La caverna subterránea es el mundo visible. El fuego que la ilumina, es la luz del sol. Este prisionero que sube a la región superior y contempla sus maravillas, es el alma que se eleva al mundo inteligible… …En todo caso, yo creo que en los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien, que percibimos con dificultad, pero que no podemos contemplar sin concluir que ella es la causa de todo lo bello y bueno que existe. Que en el mundo visible es ella la que produce la luz y el astro de la que procede”. (Platón, “El mito de la caverna”, Diálogos 157) La dialéctica platónica que con Sócrates fue una herramienta para el conocimiento de lo moral, en Platón se orienta al conocimiento de la perfección, de la composición humana de alma y cuerpo, de una inmortalidad que inició previa al nacimiento y que continuará más allá de la muerte. Mientras que en Sócrates una técnica distintiva es la ironía, lo propio de Platón es el recuerdo, que con el método de reminiscencia propuesto por él, y que consiste en recordar, si y sólo sí frente a un interlocutor. Como ya se ha señalado con anterioridad, los pensamientos de Sócrates y de Platón eran muy cercanos, de ahí, la relación de los métodos, de carácter cognitivo, que ambos proponen: La mayéutica procedimiento identificado con lo socrático, y la reminiscencia, forma de proceder asociada con lo platónico. Ambos métodos tienen la misma finalidad: el obtener conocimientos; en Sócrates, 31 los relacionados con lo moral; en Platón, los que tienen que ver con la realidad, la de las ideas, en contra parte con una aparente realidad: la del mundo terrenal o de las sombras de las ideas. En ambos métodos se reconocen conceptos que el alma identificó, antes de ligarse con el cuerpo: Sócrates, hace una analogía con el acto de parir o dar a luz. La Mayéutica Socrática se da en el marco de una relación dialéctica. Con la ayuda del otro dialogante, el interlocutor hace una búsqueda en su interior para generar lo que hay en él, y da a luz, es decir, deja salir esos conocimientos que son de índole moral. La reminiscencia platónica tiene como finalidad que el alma se vuelva a encontrar con las ideas ya vistas en una etapa previa al encarnarse. Lo anterior implica una dialéctica del alma con las apariencias de los objetos. El mito de la caverna ilustra cómo la verdadera realidad, el mundo de las ideas, se descubre haciendo un recorrido obligado por las diversas percepciones de las cosas: los sentidos, la opinión, el objeto matemático, hasta llegar al mundo de las ideas, pleno conocimiento de la realidad. Replanteando una expresión popular mexicana basada en una creencia que se tenía sobre las personas que se espantan, y que se creía que habían dejado el alma en algún lugar lejano. El “vente y no te quedes”, estaba asociado con un llamado del alma al interior, una exhortación. En dialéctica, la exigencia al alma del hombre es: “vente alma y no te quedes en el nivel de los sentidos, vente alma y no te quedes en la opinión, vente alma y no te quedes en objeto matemático, vente alma y llega a reconocer el mundo de las ideas, el mundo de la perfección que ilumina el mundo de las apariencias. En síntesis, ambos métodos Socrático y Platónico tienen un carácter cognitivo, uno enfocado a contenidos relacionados con los valores morales, el otro relacionado con el conocimiento de la realidad. Y ambos con un requerimiento de dialogicidad. 32 Si antes ya se reflexionaba sobre la relación entre Sócrates y Jaspers, cabe ahora la pregunta: ¿Cuál es la relación entre las ideas de Platón con las de Jaspers en torno a la comunicación humana? Lo que los pensamientos de Platón y Jaspers tienen en común, es en cuanto a la idea de búsqueda del conocimiento para trascender, el primero, en referencia a la realidad, para él hay una necesidad de ir superando la percepción de las cosas, y con ello acercarse al conocimiento de lo verdaderamente real. Para el segundo, se trata del conocimiento de sí mismo, también para lograr la trascendencia. Otra de las ideas en que coinciden es en la necesidad de dialogar con el otro para lograr desarrollar dicho conocimiento. Mientras que para Platón el diálogo es el único camino para tener acceso a la comprensión de la realidad, y por eso señala que el hombre no es autosuficiente, sino irremisiblemente social; para Jaspers la comunicación humana dialogal no está enfocada propiamente al conocimiento de la realidad, sino al de la manera de ser del hombre y de la comprensión de su existencia. Dice Jaspers: “Cuando todo lo que pretende validez y valor se me derrumba, quedan los hombres con los que estoy o puedo estar en comunicación y, con ellos, lo que para mí es el verdadero ser”. (Jaspers, Filosofía 521) Más allá de los conocimientos que se hayan obtenido y de los bienes que se hayan adquirido está el conocimiento que la persona tenga de su ser sí mismo. Atrás de todo logro académico y fortalezas que pudieran estar los reconocimientos, sin embargo, lo más importante para el hombre, es el conocerse a sí mismo. 1.3 La comunicación humana y el diálogo en Aristóteles. El otro como amistad. Aristóteles es otro filósofo que de alguna manera le da importancia al diálogo, debido a que se enfoca a la virtud de la amistad. Este tipo de relación humana 33 necesariamente requiere de una comunicación y por lo tanto de este valioso recurso que se ha estado tratando a lo largo de este escrito. Y precisamente considera que el otro como un amigo es una experiencia vital para sobrevivir por sobre todas las demás cosas. Es en esto último que se puede encontrar lo que es la finalidad del diálogo para él, como lo confirma la siguiente cita, cuando señala que es lo mejor que se puede tener. “La amistad es una virtud o va acompañada de virtud y es además la cosa más necesaria en la vida, sin amigos nadie escogería vivir aunque tuviese todos los bienes restantes”. (Aristóteles, Ética de Nicomaquea 102) En cuanto a la variable proceso del encuentro humano, él le da un enfoque ético, el cual tiene que ver con el momento en que se da este encuentro, así como la forma como éste se presenta. No es gratis comprender el que Aristóteles exponga estas ideas en su obra de Ética a Nicómaco. El diálogo, la comunicación con el otro, es un asunto ético. En lo que respecta alos elementos estructurales de la comunicación, en el caso de Aristóteles, pueden son: El emisor que, en este caso, no se trata necesariamente de él mismo, como en Sócrates y Platón, sino que puede ser cualquier ser humano, que busque una relación de amistad. El mensaje sería la benevolencia, el amor. El canal serían las ondas sonoras, porque también se refiere a un diálogo oral o en presencia del otro, y el receptor, sería otro ser humano, que también desea su amistad. Cabe señalar aquí, que aunque en un encuentro humano o diálogo, lógicamente se requiera reciprocidad, para Aristóteles, también puede tratarse de una situación uniteral en que una persona , en un acto de benevolencia, actúe en apoyo al otro que lo puede estar necesitando, aún sin conocerlo. En cuanto a los aspectos que pueden beneficiar ese encuentro de amistad están: benevolencia, compromiso, amor, entrega, contacto, cercanía, tiempo, atención, cuidado, incondicionalidad, igualdad, equilibrio, mutuo afecto, aceptación y crecimiento, identificación, como se explica a continuación. La relación entre los humanos trae consigo el establecimiento de nexos que comprometen. Se puede ver 34 que para este pensador, la amistad implica compromiso y amor por eso señala que no es posible tener muchos amigos a la vez; éstos demandan entrega, contacto, cercanía para lo que se requiere de tiempo y atención. La relación de amistad necesita de cuidado por el otro, de una incondicionalidad permanente y de un trato de igualdad. Exactamente como lo propone en torno a la virtud: ni exceso ni carencia, sino el justo medio en un mutuo afecto, mutua aceptación y equidistante crecimiento. Además de las características que propone para lograr una virtuosa y perfecta amistad, también considera que generalmente surgen en personas que se identifican porque pertenecen a un mismo grupo o generación. En cuanto a los riesgos que pueden presentarse, serían, la necedad, la cobardía, la injusticia, la tacañería y avaricia que distorsionan la búsqueda del bien para el otro. De manera semejante a Sócrates y Platón, Aristóteles, al tratar el tema de la retórica lo relaciona estrechamente con la dialéctica. Las compara y señala que sus temáticas son familiares para todos y abarcan de todos los temas sin límite alguno. Retórica y dialéctica convergen según Aristóteles en el uso del lenguaje, en la correcta estructuración de las expresiones, en la lógica del discurso, en la precisión y claridad, en el uso de los términos, en el cumplimiento de la estructura lógica de las afirmaciones. Lo anterior lleva a identificar que en el contexto aristotélico el encuentro humano debe cumplir con normas de veracidad, corrección y coherencia lógica. “La retórica no es de ningún género definido sino que es como la dialéctica, que es útil es evidente y que su fin no es persuadir sino considerar los medios persuasivos para cada caso”. (Aristóteles, Retórica 118) Aristóteles le atribuye otra ventaja al diálogo, más allá del intercambio lógico de ideas es la oportunidad de proyectar en el otro comunicante la virtud de la benevolencia. El diálogo es una alternativa para despertar el amor de amistad hacia el otro. “A quienes de esta suerte desean bienes a otro, los llamamos benévolos si 35 no hay de parte del otro reciprocidad, pues cuando la benevolencia es correspondida, es ya amistad.” (Aristóteles, Ética Nicomaquea 103) Quien reflexione sobre la comunicación humana no puede evitar recurrir a la consulta sobre las ideas de Aristóteles el cual hace un estudio sobre ésta. De hecho, es referido por algunos autores de textos que tratan sobre los principios o fenómeno de la comunicación como David K. Berlo quien lo menciona en su texto: Este proceso que es descrito en su libro, fue el primer modelo de comunicación planteado por Aristóteles. El énfasis de su propuesta es de acuerdo a su sistema de pensamiento, el llegar a que se aclaren lógicamente las ideas que son puestas frente al comunicante. “En su retórica, Aristóteles dijo que tenemos que considerar tres componentes en la comunicación: el orador, el discurso y el auditorio”. (Berlo, 23) Pero… ¿qué relación tiene el pensamiento de Aristóteles con las ideas de Karl Jaspers? Además de coincidir con Sócrates y Platón, Jaspers tiene mucho en común con Aristóteles. Aunque este último se refiere a la amistad, ésta necesariamente se logra a través de un encuentro con el otro. Por eso, se puede inferir que la idea es semejante. Todos estos pensadores plantean al diálogo, como una necesidad del ser humano. Mientras Aristóteles señala que el tener un amigo es la mayor de las virtudes, y la principal experiencia que se requiere para sobrevivir, Jaspers coincide con él en cuanto a esa relevancia que se le da al otro, porque lo ve como alguien que participa en la aclaración de la existencia, de ahí su importancia. En Aristóteles el diálogo propicia el conocimiento y la amistad, esta relación entendida como la superación de egoísmos y de posiciones extremas contra el otro como son el odio, como polo negativo y la dependencia y sobreprotección como exceso en el trato. En 36 este filósofo, el equilibrio entre el exceso y la carencia en las relaciones, se convierte en una posición virtuosa. En Jaspers el diálogo propicia la aclaración de la existencia, siempre y cuando los participantes superen los riesgos que trae una relación superficial, que él llama comunicación empírica, y busquen un encuentro humano que genere un compromiso mutuo con libertad y autenticidad. Otro de los puntos que tienen en común es el entendimiento entre los interlocutores. Aristóteles agrega a ese proceso comunicativo un tinte ético. Señala que hay que imprimirle al encuentro humano dos condiciones: por un lado, el entendimiento, lógica de por medio, entre los interlocutores y, por otra parte, la relación, aspecto ético, que se produce entre los dialogantes, por eso su enfoque a la amistad como producto virtuoso de la comunicación. Jaspers habla de dos tipos de comunicación, una en la que se pudiera dar el entendimiento, pero para fines particulares y posiblemente basados en el egoísmo, o en un espacio en el que no se da el compromiso con el otro, donde puede aparecer el dominio o la sumisión, en el que no se da la autenticidad, sino la apariencia; y el otro tipo de comunicación cuya finalidad es la aclaración de la existencia como una trascendencia, a esto se debe que el entendimiento pueda darse de manera natural a través del proceso de aclaración de la existencia. El otro es alguien diferente, al que se acepta tal cual es, se le permite ser como quiere ser, y con el que se desea colaborar en su encuentro consigo mismo, y a la vez, se requiere para clarificar la propia existencia. Un elemento que pudiera parecer común entre las ideas de estos dos pensadores, es el de la benevolencia. Sin embargo, depende de la acepción que se le dé a esta palabra. Aristóteles agrega la benevolencia como parte de la relación entre los humanos. Considera que ésta debe ser una característica de cada individuo en lo particular; una virtud que debe conseguir, un comportamiento obligado para con el otro, una búsqueda de la perfección que obliga a cada individuo a sentir un compromiso semejante, el significado que le da a este término, abarca 37 también, aquella benevolencia que se da independientemente de si se conoce al otro o si se es correspondido. En cambio, para los propósitos de aclaración de la existencia según Jaspers, es imperativo el que la benevolencia sea una acción recíproca en dos que se conocen, y que han decidido comprometerse en una comunicación existencial, por estar frente al otro, por la necesidad de llegar a ser sí mismo, transparencia, libertad, autenticidad, evitando las opacidades, culpas y cosificaciones. En Jaspers, uno puedealcanzar la perfección al aclarar su existencia, si el otro contribuye con él y se dispone a lograrlo de igual manera, y viceversa. De ahí que considere que si la benevolencia no se da mutuamente entre dos seres que se conocen, y que han adquirido el compromiso de una comunicación existencial, puede quedarse solamente en un acto de bondad o filantrópico, lo cual puede estorbar para que se dé la transparencia y la autenticidad, y de esta manera podría convertirse en un obstáculo para aclarar la existencia. Ese amor o benevolencia, según Jaspers, puede impedir el descubrimiento de sí mismos para quienes participan en la comunicación. Por evitar lastimar al otro, es posible que no haya honestidad en el diálogo que se tiene con él, y con ello se evita que realmente se conozca como es, y aclare su existencia. 1.4 El descubrimiento del bien en el encuentro con el otro- criatura, en camino hacia el bien supremo: Dios en Tomás de Aquino. Además de Sócrates, Platón y Aristóteles que le dieron su espacio al diálogo, Tomás de Aquino, lo contempla como parte de las características esenciales del ser humano. La finalidad del diálogo para Tomás de Aquino está enfocada al encuentro con Dios. Algunas de sus ideas sobre este tema del hombre en comunicación, encontradas en el texto de Ismael Quiles, llamado La esencia de la filosofía tomista, son: 38 “El hombre es el único, entre los seres del mundo, sensible, que es capaz de conocerse a sí mismo frente al mundo como un todo distinto. He aquí la característica propia de la unidad de la persona humana: es transparente a sí misma, tiene conciencia de sí misma, en otras palabras, es inteligente es espiritual… Sólo la persona puede comparar entre sí los diversos caminos que le pueden conducir a su fin (Dios)” (Quiles 312) En el pensamiento tomista la relación con el otro se fundamenta en la noción de bien. El bien supremo es Dios, pero también gozan de esta categoría las criaturas de Dios. Entrar en comunicación con el otro es un asunto ético, al igual que lo es el descubrir la presencia de Dios en la creación, se debe buscar esta manifestación en la criatura humana. Si para Tomás de Aquino la naturaleza humana provoca una tendencia hacia el bien, entonces entrar en comunicación con el otro humano es confirmar el camino de que cada uno de los hombres se dirige a Dios a la par que los demás. Como lo señala en el tomo II de su obra: Suma teológica. “La naturaleza común humana constituye pues el principio óntico de la moral; sólo mediante la razón superamos lo sensible en nosotros y llenamos un orden ideal” La persona se define por la relación. Tanto con Dios como para con los hombres. No es que la relación sea un fundamento de la naturaleza humana, sino que es ésta la que permite la relación. Lo que puede impedir la comunicación es el egoísmo provocado por un desorden del amor. “El amor desordenado de sí mismo es causa de todo pecado”. (Suma teológica, II, q 77, a.4, in c) Como se puede ver en las ideas anteriores, además de clarificar la finalidad que tiene el diálogo para este pensador, es posible identificar también lo referente a la variable proceso del encuentro humano y lo que se presenta durante el mismo. Los elementos de la comunicación que se dan en la dialogicidad propuesta por Tomas de Aquino, se presentan de manera semejante a lo que plantea Aristóteles, con la 39 variante de que en el. transcurrir de este proceso, se favorezca la relación de cada interlocutor con Dios. Los aspectos que favorecen el encuentro planteado por este filósofo, se concentran, se resumen en el amor. En cuanto a los factores de riesgo que se pueden presentar, están: el desorden del amor, el egoísmo que acarrea consecuencias negativas y rompe con toda la bondad esperada. ¿Cuál es la relación entre el pensamiento de Tomás de Aquino y el pensamiento de Karl Jaspers? Santo Tomás de Aquino durante el siglo XIII d.C. propone tres características del ser humano. La subsistencia que se refiere a que se soporta a sí mismo en base a su inteligencia, voluntad y apetito. La singularidad que es lo que lo hace ser uno mismo. Y el principio de incomunicabilidad que consiste en que el decir: “no quiero” me permite ser autónomo. Esta última característica que propone se refiere a esa libertad que tiene el hombre para tomar decisiones y expresar lo que desea. No se trata de no comunicarse sino de autonomía e independencia. Aunque no se refiere directamente al término de diálogo como tal, sino a la relación entre los humanos, se puede inferir que cuando menciona lo referente a la autonomía, la afirmación se hace referente a un interlocutor. También tiene que ver con esa búsqueda de la verdad. Esto está muy relacionado con las otras dos características que menciona, subsistencia y singularidad, porque es a través de esa comunicación como puede encontrar su propia seguridad al conocer la verdad sobre sí mismo y lograr su originalidad. El conocerse y ser auténtico le permitirá a su vez ser autónomo para subsistir en base a sus capacidades. Desde la perspectiva de este pensador, es una oportunidad para que el intercambio entre los comunicantes se nivele de manera justa, es decir, la comunicación entre las personas, los pone en una situación común de ideas y de afanes. Esto también lo expone en su obra Suma 40 teológica I- II. “Hay principios éticos en la naturaleza humana, exactamente en la recta razón y en su natural recto uso; lo lleva consigo en su mismo ser; son patentes a todos los hombres y encierran una participación del valor y de la verdad de Dios”. Jaspers coincide con Tomás de Aquino en que el encuentro con el otro es un bien, toda proporción guardada, porque mientras que Tomas de Aquino se refiere a Dios, Jaspers se refiere al ser humano. Jaspers acepta que la máxima realización humana es tener una idea clara sobre su existencia. Esta finalidad es lo que le da sentido a todas las experiencias de encuentro con el otro, favorables o desfavorables, gratificantes o decepcionantes. Los encuentros aportan una oportunidad de descubrir los detalles propios del existir, como cuando señala: “La comunicación solamente existe allí donde una sostenida existencia empírica egoísta se presta a abrirse infinitamente, está vinculada con el otro”. (Jaspers, Filosofía 486) Ambos coinciden en que el encuentro entre los humanos les arroja crecimiento personal y sobre todo espiritual al obtener como producto de la relación un progreso hacia el bien supremo en el caso de Aquino, y hacia la aclaración de la existencia en el caso de Jaspers. Sin embargo, Jaspers alcanza a distinguir que hay encuentros que no alcanzan a lograr su cometido, y son aquellos marcados por la indiferencia. Esto lo señala cuando dice que: “El huraño distanciamiento, conservado fríamente en todas las circunstancias, no abre nunca el camino de hombre a hombre”. (Jaspers 80) Así como cuando menciona otro de los peligros aún habiendo dado la oportunidad de relacionarse: “…Quien se sustrae de modo absoluto a la comunicación evitará al mismo tiempo, toda posibilidad de patentizarse […] Si ambos rompen el uno con el otro, entonces o bien se alejan como animales que ni siquiera se despiden, o bien conservan la distancia, en la comunidad del “no”, su posibilidad “. (Jaspers 488) Entre las posibilidades del 41 encuentro humano, según Jaspers, aparece una forma de evasión. Esta situación de no tomar en cuenta al otro, ignorándolo o con indiferencia, puede convertirse en un alejamiento definitivo, o bien, permanecer latente la posibilidad del encuentro, para que a la vuelta de los tiempos y ocurriendo la coincidencia, vuelvan a encontrarse. El “no” como posibilidad, no es un alejamiento definitivo. Encontrarse con el otro, y evitarlo alejándose de él hace perder toda oportunidad de conseguirel fruto esperado: develar el porqué y el para qué de la existencia. Para Jaspers el otro se convierte en un bien cuando le permite a uno aclarar su existencia. “…Si el otro rompe conmigo tengo que sufrirlo sin comprender la necesidad”. (Jaspers, Filosofía 488) 1.5 Las normas de convivencia en Kant. El otro como límite de las acciones. Algunos filósofos como Kant aunque no tratan de manera directa el tema del diálogo como elemento de comunicación, se enfocan más a la intención del mismo. Profundizan en el “¿para qué? del diálogo. Le dan importancia a la posición que toma cada persona al comunicarse. Su perspectiva es hacia el aspecto moral del encuentro. Aquí se puede ver la finalidad que tiene el diálogo para él. Para Kant las categorías que permiten el conocimiento de los objetos están en los pensamientos, en el entendimiento. La realidad social se entiende en función de las manifestaciones que se dan en la naturaleza y las costumbres de los seres humanos. “Es un deber tanto hacia sí mismo como hacia los demás, impulsar el trato entre los hombres con sus perfecciones morales, no aislarse […] no precisamente para fomentar lo mejor del mundo como fin, sino sólo para cultivar la comunicación recíproca, los medios que indirectamente conducen a 42 ello, la amenidad en sociedad, el espíritu de conciliación, el amor y respeto mutuos (la afabilidad en el trato y el decoro), agregando de este modo la gentileza a la virtud; cosa que es incluso un deber de virtud”. (Kant, Metafísica de las costumbres 350) En cuanto a la variable proceso de comunicación propone como criterio de acción el llamado Imperativo Categórico que dice que el hombre debe actuar teniendo como criterio de validez el hecho de que sus acciones puedan tener el carácter de universalidad, es decir, que todos los individuos puedan actuar de manera semejante; lo cual tiene que ver con el encuentro o relación con los demás. Esto nos lleva a la moralidad y ésta se aplica cuando uno se encuentra con el otro. El diálogo en este pensador es una oportunidad para practicar las normas de convivencia y por ende de moralidad. Para Kant es conveniente valorar y tomar en cuenta todo aquello que influya en el desarrollo del mismo, lo bueno o lo malo, las decisiones tomadas, la forma de entenderse, la iniciativa de los involucrados. “…el modo de enseñar dialógico cuando el maestro pregunta su razón o bien el catequético cuando pregunta únicamente a su memoria. Porque si alguien quiere preguntar algo a la razón de otro no puede hacerlo más que dialógicamente, es decir, de modo que el maestro y los discípulos se pregunten y respondan recíprocamente. El maestro preguntando dirige el curso del pensamiento de su discípulo […] el discípulo que descubre así que él mismo es capaz de pensar, da pie con las preguntas que plantea a su vez, para que el maestro mismo aprenda cómo tiene que preguntar bien”. (Kant, Metafísica de las costumbres 354) Si bien para Kant al hombre le obliga convivir con otros en sociedad, cada individuo llega con una carga de criterios, normas del deber, que determinan su relación con los demás. Cada persona siente la obligación de actuar en libertad, de 43 convivir con los demás, de expresar sus ideas, pero también de guardarse otras que lo pudieran poner en riesgo de conflicto de intereses. El conjunto de deberes está para que cada ser experimente la satisfacción de su cumplimiento y al mismo tiempo pruebe lo que se podría denominar como felicidad. El deber obliga a identificar la noción de felicidad de los demás, pero en franco respeto a la autonomía, cada cual debe asumir el logro de su compromiso moral y de su felicidad. “Por tanto, cuando se trata de la felicidad, de aquella que debe ser para mí un deber fomentar como un fin mío, entonces tiene que ser la felicidad de otros hombres, cuyo fin (permitido) hago yo con ello también mío. A cargo de ellos queda dictaminar lo que pueden considerar como su felicidad”. (Kant, Metafísica de las costumbres 240) En la propuesta dialógica de Kant y Jaspers existen una serie de similitudes: una sería la exigencia de libertad. En Kant la libertad es el factor determinante para asumir la noción del deber y de su correspondiente actuación ética; en Jaspers la libertad es una condición para entrar en diálogo con el otro y sólo así, madurando la participación en el proceso de comunicación, se pueda llegar a experimentar la comunicación existencial, es decir, la más grande posibilidad de conseguir la aclaración de la propia existencia. En Kant todo encuentro entonces es un asunto ético en razón de entrar en contacto con otras nociones del deber y de autonomía; en Jaspers, todo encuentro desencadena compromiso, mutuo cuidado de él sí mismo propio y el del otro, los cuales son asuntos de carácter ético. Y que ambos aclaren su propia existencia. Hay una diferencia en la forma de percibir el compromiso ético; mientras que en Kant aunque uno descubra su deber y se dé cuenta de que los demás lo han descubierto para sí mismos, dicha obligación vale para cada uno sin que alguno de los humanos se apropie de la responsabilidad de los demás. En Jaspers sucede de manera diferente, el compromiso de uno no deja de ser propio, pero incorpora el cuidado de que el otro asuma su compromiso, mantenga su independencia y vaya descubriendo su ser sí mismo de tal manera que 44 el desarrollo, crecimiento, la aclaración de la existencia no sea unilateral sino mutuamente responsable. Este análisis comparativo ha sido realizado con el afán de encontrar y hacer un recorrido doctrinal que pueda aportar sustento, referencias, explicaciones, contrapunto de la propuesta Jasperiana en torno al diálogo con el otro. Como podemos ver en cada una de estas perspectivas se encuentra una parte del trasfondo de la filosofía de Jaspers. Por un lado, lo que tiene que ver con la interacción humana y la necesidad de ésta que como seres humanos se tiene para sobrevivir. Por la propia naturaleza el ser humano es imprescindiblemente social. Por otro lado, los beneficios o fines que se pueden tener al interactuar con los demás. Desde un desarrollo intelectual como lo propone Sócrates, hasta un desarrollo espiritual como las ideas que presenta Tomás de Aquino. El diálogo puede involucrar a dos o más personas y para ello es conveniente recurrir a las normas de convivencia que propone Kant, para que se logre el entendimiento. Además, es un proceso que con el apoyo de la mayéutica de Sócrates permitiría alcanzar la sabiduría. Pues todo esto tan valioso que han dejado estos filósofos clásicos se puede encontrar de alguna manera, en el proceso de comunicación existencial que sugiere Karl Jaspers. 45 Capítulo II El desencuentro como alternativa que distorsiona el mutuo beneficio de la interacción humana. Con la revisión de los autores del capítulo anterior se cumple una de las afirmaciones básicas de este estudio: El hombre ha sido puesto frente al otro para interactuar en términos de logro de conocimientos y de convivencia armoniosa. Pero también es posible que se dé la contraparte: el vivir en sociedad ciertamente permite interactuar, pero en esta alternancia pueden romperse fácilmente los fines de relaciones armoniosas y reorientar el encuentro humano hacia un beneficio personal, un sometimiento del más débil, o bien, una posesión de la voluntad del otro. Ciertamente la comunicación humana requiere el control de algunos elementos que distorsionen la posibilidad del mutuo crecimiento de los comunicantes. El deseo de ejercer el poder sin ninguna traba, el atractivo de conseguir los intereses propios por encima de los demás son motivos suficientes para aprovechar el encuentro humano en beneficio propio. En este apartado se analizarán algunas ideas referentes