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Monterrey, Nuevo León a INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY P R E S E N T E . - Por medio de la presente hago constar que soy autor y titular de la obra denominada en los sucesivo LA OBRA, en virtud de lo cual autorizo a el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (EL INSTITUTO) para que efectúe la divulgación, publicación, comunicación pública, distribución, distribución pública, distribución electrónica y reproducción, así como la digitalización de la misma, con fines académicos o propios al objeto de EL INSTITUTO. El Instituto se compromete a respetar en todo momento mi autoría y a otorgarme el crédito correspondiente en todas las actividades mencionadas anteriormente de la obra. De la misma manera, manifiesto que el contenido académico, literario, la edición y en general cualquier parte de LA OBRA son de mi entera responsabilidad, por lo que deslindo a EL INSTITUTO por cualquier violación a los derechos de autor y/o propiedad intelectual y/o cualquier responsabilidad relacionada con la OBRA que cometa el suscrito frente a terceros. AUTOR (A) ii Hoja electrónica de firmas El trabajo que se presenta fue APROBADO POR UNANIMIDAD por el comité formado por los siguientes académicos: ___________________________ Mtra. María del Carmen Rosales Asesor tutor ___________________________ Dra. Ana Bertha Ibarra Gómez Asesor titular ________________________ Tercer miembro del Comité iii Universidad Virtual Escuela de Graduados en Educación Estrategias que propician la mejora de la inteligencia emocional y la autorregulación de la conducta, en alumnos de primaria con trastornos de déficit de atención. Tesis para obtener el grado de: Maestría en educación con acentuación en desarrollo cognitivo presenta: Jorge García Sánchez Asesor tutor: Mtra. María Del Carmen Rosales Asesor titular. Dra. Ana Bertha Ibarra Gómez Zamora, Michoacán, México Noviembre de 2012 iv Dedicatorias A Dios por permitirme realizar mi sueño. A mis padres (+) por su ejemplo de lucha y su Amor. A mi esposa por su ejemplo de trabajo y su forma de querer. A mi hija Erandeni Citlalli por llenarme el corazón con su cariño. v Agradecimientos: Al ITESM por brindarme la oportunidad de realizar mis estudios de postgrado. A mi asesora Mtra. María del Carmen Rosales y profesora titular Dra. Ana Bertha Ibarra Gómez por su orientación y apoyo incondicional, para concluir esta investigación. A los maestros que tuvieron que ver en mi formación durante la maestría A las escuelas primarias que permitieron la realización de esta investigación y a los alumnos participantes. vi Estrategias que propician la mejora de la inteligencia emocional y la autorregulación de la conducta en alumnos de primaria con trastorno de déficit de atención. Resumen El propósito de este trabajo fue conocer en qué medida el programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones, propician la manifestación de inteligencia emocional en niños que presentan TDA/TDAH y cursan del 1° al 3° de primaria. Fue una investigación cuantitativa y se utilizó un diseño experimental de tipo preprueba/postprueba con un solo grupo. La muestra fue no probabilística de 15 alumnos que tuvieran diagnóstico de TDA/TDAH de cuatro primarias oficiales de Michoacán. La revisión de la literatura fue sobre inteligencia emocional, educación emocional, TDA/TDAH. Los instrumentos que se utilizaron fueron la escala TMMS-24 y la escala de autovaloración de autocontrol de Kendall y Willcox (1979), (Self-Control Rating Scale: SCRS). Los resultados muestran que el programa implementado de educación emocional propició que los alumnos con TDA/TDAH manifestaran avances en su Inteligencia Emocional. La importancia del estudio fue proponer formar estudiantes con educación emocional como otra alternativa de atención a alumnos con TDA/TDAH. Además de incorporarla al currículo regular y beneficiar a toda la población escolar. Palabras claves: Autocontrol, autorregulación, impulsividad, regulación emocional. vii Índice Capítulo1. Planteamiento del problema 1.1 Marco contextual…………………………………………………………. 02 1.2 Antecedentes……………………………………………………………… 04 1.3 Planteamiento…………………………………………………………….. 06 1.4 Objetivos de la investigación…………………………………………….. 06 1.5 Hipótesis………………………………………………………………….. 07 1.6 Justificación ……………………………………………………………… 07 1.7 Limitaciones del estudio ………………………………………………… 13 1.8 Definición de términos …………………………………………………... 13 Capítulo 2. Revisión de literatura 2.1 Inteligencia emocional………………………………………………….. 18 2.2 Características de la inteligencia emocional…………………………… 20 2.2.1 Modelo de habilidad de Mayer y Salovey………………………. 23 2.3 Inteligencia emocional, autorregulación y su papel en el proceso de E-A 25 2.4 Trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad…………….. 36 2.5 Formas de evaluar la inteligencia emocional…………………………… 42 2.6 Estado del arte internacional…………………………………………… 44 Capítulo 3. Metodología 3.1 Descripción general del método ……………………………………… 61 3.2 Población, participantes y selección de la muestra…………………… 65 3.3 Instrumentos de recolección de datos………………………………… 66 3.4 Procedimientos en la aplicación de instrumentos……………………. 68 3.5 Estrategias de análisis de datos………………………………………. 71 Capítulo 4. Resultados 4.1 Resultados…………………………………………………………… 77 4.2 Análisis de datos……………………………………………….. 89 4.3 Confiabilidad y Validez……………………………………………… 96 viii Capítulo 5 Conclusiones 5.1 Resumen de hallazgos……………………………………………….. 100 5.2 Limitantes del estudio………………………………………………. 105 5.3 Formulación de recomendaciones……………………………………... 106 5.4 Nuevas preguntas de investigación……………………………………. 107 5.5 Implicaciones del estudio …………………………………………….. 107 Referencias …………………………………………………………………… 108 Apéndices Apéndice 1. Cuestionario TMMS-24……………………………………… 118 Apéndice 2.Escala SCRS…………………………………………………. 120 Apéndice 3. Cartas de consentimiento ……………………………………. 122 Apéndice 4. Fotografías del trabajo………………………………………. 126 Apéndice 5. Datos estadísticos…………………………………………… 129 Apéndice 6. Figuras………………………………………………………. 131 Apéndice 7. Programa de autorregulación……………………………….. 133 Currículum vitae…………………………………………………………….. 137 ix Introducción Un desafío que existe actualmente en las escuelas, es educar a sus alumnos tanto en el aspecto académico como en el emocional. Tradicionalmente, se ha favorecido el desarrollo de lo intelectual y se enfatiza el razonamiento. Se olvida el aspecto emocional, fundamental si se considera que lo vital en el ser humano son las emociones. Actualmente el mundo se enfrenta a nuevos retos en relación con situaciones de cambios sociales, violencia y problemas de convivencia. La escuela no es ajena a estas situaciones, pues influyen y afectan el aprendizaje de los alumnos. Por lo anterior en la escuela se observapoca motivación en los alumnos, aumento de comportamientos disruptivos, falta de interés por obtener logros y por el esfuerzo personal. Aunque estos sean atribuibles a cambios sociales, crisis de valores, disgregación del sistema familiar y a la influencia de los medios de comunicación, todos ellos son consecuencia de escaso conocimiento en el manejo de las emociones, es decir, de analfabetismo emocional. El objetivo del estudio fue identificar los niveles de inteligencia emocional a través de la aplicación de un programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones, en niños que presenten trastorno con déficit de atención y/o trastorno con déficit de atención con hiperactividad (TDA/TDAH) de 1º a 3° de educación primaria. La investigación cuantitativa se llevó a cabo en escuelas primarias oficiales de Zamora y Jacona, Michoacán. Participan 15 alumnos con x TDA/TDAH, de 7 a 11 años de edad. La tesis se integró por cinco capítulos y a continuación se describe su contenido. En el capítulo 1 se realizó el planteamiento del problema de investigación el cual fue: ¿En qué medida el programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones propicia la manifestación de la inteligencia emocional en niños que presenten TDA/TDAH de 1º a 3° de educación primaria? Se formula la hipótesis: La aplicación de las actividades del programa favorece en los alumnos con TDA/TDAH el desarrollo de la inteligencia emocional propiciando la autorregulación emocional. Se justifica la investigación porque se necesita enseñar a los alumnos a manejar de manera adecuada sus emociones, su autoestima y su autoconfianza, sobre todo en los alumnos con TDA/TDAH que vienen acarreando diversas dificultades cuando ingresan a la escuela primaria. Se describen las delimitaciones y limitaciones del estudio y se definen conceptos que se utilizaron a lo largo del estudio. En el capítulo 2 se incluyó el marco teórico. Se realizó la revisión de la literatura, para investigar teorías y trabajos de investigación que sirvieron de eje a la investigación. Los principios pedagógicos fueron de autores como: Fernández Berrocal, Extremera, Goleman. De manera general los autores señalan que la inteligencia emocional es la capacidad de expresar, razonar y manejar los propios sentimientos asertivamente, para relacionarse adecuadamente con los demás y consigo mismo. Se consideran los constructos de inteligencia emocional, trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad. Por último se hace una revisión de investigaciones nacionales e xi internacionales con relación a la inteligencia emocional y desarrollo de programas de educación emocional. En el capítulo 3 se explica el método utilizado en el estudio. Es una investigación con enfoque cuantitativo de tipo explicativo, porque busca establecer las causas por las que los alumnos son capaces o no de autorregular emociones. El diseño es experimental de tipo preprueba/postprueba. La muestra es no probabilística, integrada por 15 alumnos sujetos de estudio. Los instrumentos seleccionados para la recolección de datos fueron el TMMS-24 con 24 preguntas cerradas, escalamiento tipo Likert y puntos de corte para hombres y mujeres. También se aplicó la escala de autovaloración de autocontrol de Kendall y Willcox (1979) (Self-Control Rating Scale: SCRS). El procedimiento en la aplicación de los instrumentos y las estrategias para el análisis de los datos se realizó en cinco fases. En el capítulo 4 se describieron los resultados de la investigación de forma neutral, con el fin de dar respuesta a la pregunta de investigación y comprender el fenómeno en cuestión. Al utilizar el enfoque metodológico cuantitativo, se recogieron los datos obtenidos en los test aplicados a los alumnos y se analizaron a través de parámetros estadísticos descriptivos y se fundamentó la validez y confiabilidad de los instrumentos. Las medidas de tendencia central empleadas son: media, mediana y moda; medidas de dispersión como desviación estándar; medición de la confiabilidad del instrumento, correlación de Pearson y medida de valor porcentual. Los resultados se registran en tablas y gráficos presentados en los apéndices 5 y 6. xii En el capítulo 5 se dan las conclusiones de la investigación e interpretan los resultados con base en la pregunta de investigación, objetivos y la hipótesis planteada. Se registran las limitaciones del estudio y las recomendaciones pertinentes arribando a nuevas preguntas de investigación. La contribución de este estudio al campo de la educación es la aplicación de programas de educación emocional como una estrategia de atención para alumnos con TDA/TDAH. Con esta exploración se pretende incentivar la aplicación de programas de educación emocional por ser un pilar fundamental para transitar a un mundo de paz y desarrollo equilibrado para todos. Por último se espera que el presente trabajo permita resaltar la importancia de la educación emocional y lo que puede hacer en beneficio del alumnado y la sociedad. Asimismo que despierte el interés por continuar realizando investigaciones sobre inteligencia emocional y su aplicación en la educación, para que contribuyan al desarrollo armónico y mejor convivencia en México. 1 Capítulo 1. Planteamiento del problema El propósito del presente capítulo fue plantear el problema de investigación ¿en qué medida el programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones, propicia la manifestación de la inteligencia emocional en niños que presenten TDA/TDAH de 1º a 3° de educación primaria? Para lo cual se identificó el marco contextual donde se observa el problema, los antecedentes del problema, se especificó la problemática, los objetivos de investigación, la hipótesis, la justificación de la investigación, delimitantes y limitantes del estudio y por último definición de términos que se usaron a través de la investigación. Se reconoce que en la escuela tradicional, se consideraba que un niño era inteligente cuando dominaba las materias que estudiaba. Posteriormente se identificó al niño inteligente, que obtiene una puntuación elevada en los tests de inteligencia. En el siglo actual esta visión entra en crisis por dos razones, la inteligencia académica no es suficiente para alcanzar el éxito profesional y no garantiza el éxito en la solución de problemas de la vida. El coeficiente intelectual (CI), de las personas no contribuye al equilibrio emocional, ni a la salud mental (Fernández-Berrocal y Extremera, s. f.). Es así como la inteligencia emocional permite comprender, valorar y experimentar las emocionas en forma adecuada y se afirma que es de vital importancia incorporar al currículo escolar programas que la desarrollen en los alumnos. Más aún cuando se ven afectados por el trastorno de déficit de atención sin hiperactividad y con hiperactividad (TDA/TDAH). 2 1.1 Marco contextual El estudio se realizó en escuelas primarias oficiales y el problema surgió al observar en la práctica cotidiana, la necesidad de emprender un trabajo distinto con los alumnos con TDA/TDAH, enfocado en el manejo de sus emociones y su regulación emocional, dado que son aspectos que casi no trabaja la escuela, ni los padres de familia. Además resulta novedoso y puede ser una estrategia de aprendizaje valiosa, que se debe rescatar para aplicarse a todo el alumnado de las escuelas. Los niños que cursan el nivel de primaria, están en un momento de su vida en que ocurren cambios emocionales, sociales e intelectuales, que son la base de su manera de pensar y de comportarse en el futuro. Es a esas edades cuando el cerebro pasa por un momento de mayor desarrollo de sus diferentes funciones. Por lo tanto el presente estudio se enfocó en el TDA/TDAH en alumnosde tres escuelas oficiales de Zamora y una de Jacona, Michoacán, que cursaban de 1° a 3° de primaria. Regularmente cuando se detecta el TDA/TDAH es alrededor de los seis años cuando inicia sus estudios en la primaria, 6-9 años es el rango de mayor prevalencia. Por lo que en este periodo es más frecuente tener alumnos con la problemática (Cardo y Servera-Barcelo, 2005). Es cuando su sintomatología es más severa, pero también es cuando hay mayores posibilidades de revertir la situación al dar tratamiento oportuno. Aunado a los síntomas mostrados por los niños con este padecimiento, como la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad, desafortunadamente también presentan dificultades de aprendizaje. A pesar de que muchos tienen capacidad para acceder a los 3 contenidos escolares, no rinden lo suficiente en sus actividades escolares, tienen muchos problemas para acabar las tareas u obligaciones, tanto en casa como en la escuela. Además los que presentan hiperactividad, no siguen las normas o reglas de los juegos y se entrometen en las actividades de los demás y los molestan. Tienen serias dificultades de comportamiento, por lo que son rechazados tanto por compañeros como por maestros. También se mueven excesivamente, se les dificulta permanecer sentados y les gusta saltar o correr en lugares inapropiados. Los problemas de atención se muestran en estos niños al tener dificultan en focalizar y mantener el proceso de realizar tareas o durante el juego. Respecto a la impulsividad según Amador y Forns (2001), se aprecia en estos niños que tienden a responder antes de escuchar, hablan mucho e interrumpen reiteradamente y no esperan pacientemente su turno. Además los docentes tienen insuficiente información de lo que les sucede a los alumnos con este trastorno, son poco conscientes de su situación y poco identifican cómo intervenir para que aprendan. Por ende es común que los castiguen, los etiqueten de flojos o peleoneros, les brinden poca atención y en algunos casos terminen por expulsarlos. Todo lo anterior ocasiona que los alumnos con TDA/TDAH se sientan rechazados, poco valorados por sus compañeros y maestros. Muestren baja autoestima, se aíslan de los demás, y presentan dificultades al relacionarse con compañeros. Por lo tanto estos niños manifiestan desequilibrio en su inteligencia emocional, problemas en la autorregulación de su conducta e interrelaciones con los demás y estas circunstancias son las que más los dañan. 4 1.2 Antecedentes del problema En la época actual se observa un aumento en la incidencia del trastorno por déficit de atención (TDA/TDAH). Tal y como lo indica De la Peña (2000), su prevalencia se estima entre el 3% y el 4% en población abierta, la más elevada corresponde a niños con edad de 6 a 9 años equivalente al 8% y es uno de los trastornos de salud mental más frecuentes en la población pediátrica. De acuerdo con Ferrer (s. f.), se inicia el TDA/TDAH en la infancia, con una elevada prevalencia a nivel mundial (8%-12%). Al respecto Moore y Jefferson (2005) lo consideran un padecimiento frecuente y se observa del 3 al 7% de niños en edad escolar. Barkley (1998, citado por Pascual- Castroviejo 2009), hace una revisión de varios autores y afirma que la prevalencia oscila entre 17 y 20%. También Kadesjo y Gilbert, (citados por Pascual- Castroviejo (2008), estiman que se presenta en el 6% de todos los niños. Aunque Szatmari y Swason (citados por Pascual- Castroviejo, 2008), dan cifras amplias que van del 3 al 10 %. Puig y Balés, (2007), estiman que el porcentaje de menores afectados llega al 8%. Además, que en estudios recientes se deduce que al menos dos estudiantes de cada clase sufren TDA/TDAH. A medida que pasa el tiempo aumentan de manera importante las cifras de los padecimientos, a medida que disminuye la edad baja la prevalencia (Pascual- Castroviejo, 2008). También Cornejo y cols. (2005), indican una prevalencia de 15.86% en estudiantes de 4 a 17 años. Entonces, existen muchas probabilidades de que un docente se encuentre con un niño que presente las características, por lo tanto en la actualidad se considera que es un problema de salud pública. 5 Respecto a los déficits del TDA/TDAH del modelo de autorregulación de Barkley, Servera-Barcelo, (2005), se presenta en los niños una débil memoria de trabajo, un retraso o mal funcionamiento de la internalización del habla. Además de inmadurez en el control de la motivación, el afecto y la activación, su reconstitución está dañada y por último un reducido control motor. Significa que hay dificultades para desarrollar conductas orientadas a un objetivo, son poco organizados y poco creativos en sus actividades. No persisten en la tarea, ni controlan su conducta, carecen de una activación emocional adecuada. Son insensibles a su retroalimentación en el proceso de aprendizaje y su resultado y se ven afectados por aspectos irrelevantes en las tareas. Por lo tanto, de acuerdo con este modelo, no es que los niños no sepan qué hacer y cómo hacerlo, más bien, no saben cuándo hacerlo y dónde hacerlo. Por eso requieren una guía externa que los apoye a que identifiquen, comprendan y regulen estados emocionales de manera adecuada. De otro modo no lo hacen o lo hacen de manera desorganizada. Entonces, se requiere enfocar el trabajo en la autorregulación con estrategias que permitan el desarrollo de la inteligencia emocional, debido a que afecta diversas áreas y es la causante de muchos padecimientos del niño con TDA/TDAH, incluyendo los emocionales. Desafortunadamente en la actual educación, algunos profesores mexicanos expresan afirmaciones negativas y violentas a los pupilos sobre su mal desempeño en clase e inciden directamente en su autoestima y percepción emocional. Minan sus capacidades y posibilidades de aprender y de ser, debido a que la escuela en el siglo XX ha priorizado los aspectos intelectuales académicos y brinda menor atención a aspectos 6 emocionales y sociales. A todo esto se suman las pocas investigaciones en México sobre este tema, en particular del nivel de primaria. 1.3 Planteamiento del problema Los alumnos con TDA/TDAH vienen con diversas dificultades cuando ingresan a la escuela primaria. Carecen de autorregulación emocional y presentan autoestima baja y otras dificultades emocionales. Por ende les ocasionan conflictos en sus interrelaciones, falta de seguridad, aislamiento, ser criticados y etiquetados por los demás y principalmente bajo desempeño académico (Cubero, 2006). Al tomar en cuenta que los niños con TDA/TDAH presentan dificultades de autorregulación de sus emociones, cobra relevancia la necesidad de realizar y aplicar un programa que se base en la inteligencia emocional y dé solución a esta dificultad en los alumnos con este trastorno, por lo tanto, el problema que se definió fue ¿En qué medida el programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones, propicia la manifestación de la inteligencia emocional en niños que presenten TDA/TDAH de 1º a 3° de educación primaria? 1.4 Objetivo general Identificar los niveles de inteligencia emocional a través de la aplicación de un programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones, en niños que presenten TDA/TDAH de 1º a 3° de educación primaria. Objetivos específicos 7 1. Evaluar si existe diferencia del nivel de inteligencia emocional y autorregulación de emociones en alumnos hombres y mujeres con base en resultados de los pretests. 2. Analizar si existen mejoría y diferencias de la inteligencia emocional y autorregulación emocional en alumnos hombres y mujeres después de aplicar las estrategias de autorregulación emocional. 3. Determinar la dimensión de inteligencia emocional con mayor puntaje y si influye de manera importante en la autorregulaciónde emociones de alumnos hombres y mujeres. 1.5 Hipótesis Con base en el problema de investigación se elaboró la siguiente hipótesis: La aplicación de las actividades del programa favorecen en los alumnos con TDA/TDAH el desarrollo de la inteligencia emocional y propician la autorregulación emocional. 1.6 Justificación de la investigación Es evidente el movimiento que se ha generado en el interior de las escuelas para incorporar la educación de las emociones en ellas (Fernández-Berrocal y Ruiz, 2008). Se observa la preocupación de los docentes por cambiar las escuelas que se encuentran en crisis y con grandes dificultades por enfrentar los desafíos actuales de la sociedad. En este sentido Sotil y cols. (2008), opinan que la inteligencia emocional es necesaria para enfrentar las dificultades que se presentan en el diario vivir. A este respecto Fernández–Berrocal y Ruiz-Aranda, (2008), comentan que en el siglo XXI existe otra manera de ver la realidad y paulatinamente se ha tenido conciencia de la importancia en educación de los aspectos emocional y social, que 8 deben ser atendidos por la escuela y la sociedad. Las sociedades modernas no solo se interesan por tener mejores ingresos para el consumo material, también buscan que sus ciudadanos estén satisfechos con su vida, se basan en una nueva jerarquía de valores y de establecer relaciones. En los países desarrollados desde inicios del siglo implementan en la currícula escolar programas enfocados en propiciar el desarrollo emocional y social de los alumnos, pues era prioritario e ineludible efectuar el cambio en escuelas para afrontar los retos del mundo moderno. Al ver los resultados de varios estudios se constatan los beneficios que la inteligencia emocional puede brindar principalmente en las relaciones interpersonales, bienestar psicológico, rendimiento académico y el manejo de conductas disruptivas. La inteligencia emocional es un conjunto de habilidades que se pueden aprender, ser mejoradas con la educación y manifestarse de manera práctica (Ruiz-Aranda y cols., 2008). Es importante mencionar que depende más de la práctica que de la teoría, de que los alumnos las puedan incorporar a su repertorio de respuestas emocionales, hacerlas suyas (Fernández-Berrocal y Ruiz Aranda, 2008). Por lo tanto educar con inteligencia emocional se convierte en una tarea educativa indispensable que involucra a maestros, alumnos y padres de familia. En este sentido, debe considerarse en los programas el desarrollo de habilidades emocionales, para propiciar la capacidad de percibir emociones, comprender sentimientos y regular las emociones (Fernández- Berrocal y Ruiz Aranda, 2008). De acuerdo con Ruiz –Aranda y cols. (2008), se han elaborado principalmente en países desarrollados innumerables programas enfocados al desarrollo de 9 habilidades socioemocionales. Algunos programas no son evaluados por no incluir un diseño de valoración pretest, intervención, postest, que permita la comparación con otro tipo de programas. Por lo anterior en 1994 EUA llevó a cabo un encuentro patrocinado por el instituto Feltzer, grupo que introdujo el concepto de aprendizaje social y emocional, (SEL, social and emotional learning), como base en la identificación de problemas y necesidades de los estudiantes, consideran que son causados por los factores de riesgo emocional y social. La propuesta fue integrar y coordinar los programas SEL que se apliquen en las escuelas, basados en el concepto de inteligencia emocional desarrollado por Salovey y Mayer en 1990 (Ruiz-Aranda y cols., 2008). A su vez surge en España un movimiento educativo con interés en influir en el desarrollo socioemocional del currículum, actualmente conciben la educación integral como una necesidad, amén de darle solución a las dificultades que enfrenta el sistema educativo. Un ejemplo es que en marzo de 2007 crean el Observatorio Estatal de Convivencia Escolar, que busca fomentar en las escuelas principios de convivencia, aprender a relacionarse con los demás, tolerancia y respeto a las diferencias (Fernández-Berrocal, 2008). A partir del informe de la UNICEF sobre el bienestar de los menores, señala al gobierno de GRAN BRETAÑA entre los últimos lugares de los países desarrollados que propician el bienestar infantil. Así, en junio de 2007 surge una respuesta y crean la Secretaria de Estado para Niños, Escuelas y Familias. Buscan garantizar que los infantes crezcan seguros, sanos y con mejor educación e implementan diversas 10 estrategias. Una de ellas se enfoca en apoyar al movimiento nacional llamado Aspectos Sociales y Emocionales del Aprendizaje (SEAL), para nivel primaria y secundaria principalmente (Fernández-Berrocal, 2008). Es importante mencionar que algunos programas también manejan talleres para maestros, lo cual es fundamental para proporcionar estrategias y técnicas que incrementen conciencia en habilidades emocionales y aumenten su destreza al manifestarlas en clase y en lo personal. De esta forma un docente preparado tendrá mayor capacidad para educar y afrontar las contingencias que ocurren cotidianamente en el contexto educativo (Cabello y cols., 2010). En el informe Delors (UNESCO, 1998) fundamenta la educación del siglo XXI en cuatro pilares de la educación: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser, y aprender a convivir. Es este último pilar donde se hace hincapié en la educación emocional como componente indispensable para complementar al desarrollo cognitivo, además de prevenir problemáticas que tienen su origen en el aspecto emocional. Señala la importancia de aprender a convivir con los demás, lograr comprensión mutua, considerar el respeto y aceptación de las diferencias como personas, hacer patente el sentido de responsabilidad y solidaridad, aprender a trabajar conjuntamente en proyectos, al dar solución inteligentemente y de forma pacífica a los conflictos (Collell, J., y Escudé, 2003). Que a su vez, se complementa con los otros tres pilares, al aprender qué son las emociones, aprender a manifestarlas, y aprender a convivir con ellas. 11 Por lo tanto hay que enseñar a los alumnos a manejar de manera adecuada sus emociones, su autoestima y sobre todo su autoconfianza. Dado que cuando el niño llega al colegio tiene una sólida imagen de sí mismo, que continúa en desarrollo en el marco social. Con base en lo anterior, se considera que el docente al aplicar el programa de autorregulación emocional, permitirá al alumno ser autoconsciente de sus emociones, propiciar que identifique sus emociones y comprenda las causas que las producen y reconozca la diferencia entre lo que piensa, siente y manifiesta. También coadyuva a controlar emociones de manera adecuada, actuar con tolerancia a la frustración y mayor manejo de emociones negativas. Además de mejorar las relaciones interpersonales, al resolver conflictos y desarrollar habilidades de comunicación efectiva y convivir con destrezas sociales. Las actividades del programa tienen efecto directo en la autorregulación del educando, y permiten que los alumnos incrementen su competencia social, su aprendizaje y rendimiento académico. Los efectos del programa serán relevantes en alumnos con TDA/ TDAH, pues se pretende integrarlos a su grupo y entorno, para mejorar su actitud y desempeño escolar. Aunado a esto tiene la ventaja de proponer actividades que beneficien a todo un grupo. Al conjuntarse con otras estrategias de tipo cognitivo conductual utilizadas comúnmente en estos niños, es posible brindar una atención completa y pertinente. Regularmente el tipo de tratamiento que se emplea con los niños con TDA/TDAH es multimodal, el más recomendado por los especialistas. Se incluyen estrategias de tipo cognitivo conductual aplicadas por un psicólogo, dentro del aula por el docentes y 12 atención de un paidoneurólogoo de otros especialistas cuando el caso lo amerita. Así, se requiere de cierta preparación en la aplicación de estrategias cognitivo conductuales y un ambiente controlado principalmente en las actividades con enfoque conductista. Además de ser sistemáticos y constantes en las intervenciones que se hacen, por lo que resulta difícil su aplicación, en una escuela oficial (Rodríguez-Salinas y cols. 2006). Por lo anterior, se propone incorporar al currículo programas que consideren a la inteligencia emocional. Será más sencilla su aplicación en las escuelas y beneficia a todos los niños del grupo y no solo a los niños con TDA/ TDAH. Al respecto Girón (2004), llevó a cabo un estudio con alumnos con TDA/TDAH de secundaria oficial con el fin de mejorar su desempeño académico y desarrolló un programa de inteligencia emocional. En la evaluación final los resultados indican que se obtuvieron puntuaciones mejores en el nivel de competencia. Mostraron mayores habilidades de relación con sus iguales, más seguros de sus capacidades y emociones e integración a su grupo-clase. El 95% de los alumnos mejoraron su rendimiento académico. Cabe mencionar que son escasas las investigaciones de este aspecto, sobre todo con alumnos de primaria. Entonces, es importante generar mayor número de investigaciones sobre inteligencia emocional, es un tema, actual y de interés, pues se centra en la aplicación de estrategias para desarrollar inteligencia emocional a nivel primaria. En México son pocos los profesores de este nivel que propician estrategias para tal fin, y más aún si se trata de estudiantes con TDA/TDAH. Por lo tanto es trascendental el desarrollar programas de inteligencia emocional que se adapten al currículo. 13 La presente investigación es una propuesta que muestra el programa basado en el desarrollo de la inteligencia emocional y la autorregulación afectiva con estrategias que se integren al currículo y se aplican para todos los niños de un grupo. Propiciaría que no solo los profesionistas de los servicios psicopedagógicos trabajaran con estos niños, sino también los docentes. Al tomar en cuenta que no en todas las escuelas cuentan con estos servicios, el profesor pueda aplicar las estrategias y favorecer el desempeño de sus educandos, sobre todo los que tienen TDA/TDAH. 1.7 Delimitaciones y limitaciones Delimitaciones. Esta investigación fue factible realizarla, al contar con el apoyo del personal directivo y docente que integran las cuatro escuelas primarias públicas, turno matutino en Jacona y Zamora, Michoacán, ciudad donde radica el investigador. El tema fue Estrategias que propician la mejora de la inteligencia emocional y la autorregulación de la conducta en alumnos de primaria de trastornos con déficit de atención. El estudio se realizó de enero a noviembre de 2011. El enfoque de investigación fue cuantitativo, explicativo con diseño experimental de tipo preprueba/postprueba con un solo grupo. La variable independiente fue la aplicación del programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones, la variable dependiente fue la inteligencia emocional. La población fue un colectivo de 30 alumnos, que dentro de su escuela asistían al servicio de grupo integrado, con atención en el área de psicología. La muestra fue no probabilística de 15 alumnos que tuvieran diagnóstico de TDA/TDAH y que cursaran de 14 1° a 3° grado. Respecto a la validez externa, los resultados obtenidos no se pueden generalizar a otros grupos o contextos, por el tamaño de la muestra que es reducido, amén de que es una muestra no probabilística y tiene un valor limitado a la muestra y no a la población (Hernández, Fernández y Baptista, 2010). Se utilizaron dos instrumentos para la recolección de datos, el Trait Meta-Mood Scale (TMMS), que diseñó Fernández- Berrocal y Extremera y la escala de autovaloración de autocontrol de Kendall y Willcox. La confiabilidad y validez de los instrumentos se obtuvo estableciendo una correlación entre los test empleados en la investigación por medio de la prueba de Pearson. Limitaciones. Las limitaciones que se consideraron son: el cambio de alumnos a otra escuela, que haya terminado su tratamiento o que sean alumnos de nuevo ingreso. Así como la inasistencia de alumnos por días de suspensión oficial de labores dado el corto periodo de tiempo programado para realizar la investigación de campo. También por momento dentro del ciclo escolar, que es el periodo de diagnóstico, en que se realizan evaluaciones de alumnos de nuevo ingreso al área y entrevistas a sus padres, lo que ocupa tiempo. El aumento en la incidencia del TDA/TDAH en niños, llama la atención pues es uno de los trastornos de salud mental más frecuentes en la población pediátrica, por lo que se considera un problema de salud pública. Este trastorno comúnmente se detecta en niños con seis años, edad inicial de sus estudios de primaria (Barca y Muñoz, 1998). Sus principales síntomas son la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad, que ocasiona se presenten dificultades de aprendizaje, de comportamiento y emocionales. 15 Su influencia negativa tiene consecuencias en la baja autoestima, desequilibrio en habilidades sociales y poca autorregulación de conducta, complica el uso inadecuado de su inteligencia emocional. Por lo tanto el estudio se enfocó en identificar los niveles de inteligencia emocional a través de la aplicación de un programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones, en niños que presenten TDA/TDAH de 1º a 3er. grado de educación primaria, en escuelas oficiales de Zamora y Jacona, Michoacán. En el siguiente capítulo se abordará, la revisión de la literatura que fundamenta los conceptos y teorías de la inteligencia emocional y el TDA/TDAH, dando con ello sostén teórico a la investigación. 1.8 Definición de términos Autoestima. Refleja el grado de gusto que tenemos por ser quienes somos (Aguilar, 2000, p. 11). Autorregulación. La capacidad de los individuos para modificar su conducta en virtud de las demandas de situaciones específicas (Ato, González y Carranza, 2004, p. 70). Comorbilidad. Se aplica a la superposición de dos o más trastornos en la misma época de vida (Brown, 2003, p. 27). Currículo. Es el proyecto que determina los objetivos de la educación escolar, es decir, los aspectos del desarrollo y de la incorporación a la cultura que la escuela trata de promover y propone un plan de acción adecuado para la consecución de esos objetivos (Zabalza, 2009, p. 3). 16 Enfoque cognitivo conductual. Se centra en el hecho que las personas aprendemos unas de otras recurriendo a conceptos como aprendizaje por observación, imitación y modelado (Ormrod, 2004, p. 143). Estrategias. Habilidad para dirigir un asunto (García-Pelayo, 1992, p. 441). Hiperactividad. Es un estado de actividad excesiva (Wolman, 1987, p. 187). Impulsividad. Acto que constituye una respuesta inmediata, sin deliberación, ante la presentación de un estímulo (Wolman, 1987, p. 195). Tolerancia a la frustración. Es la capacidad de resistir situaciones adversas y superarlas. Comprendiendo nuevas perspectivas de los acontecimientos, aprendiendo a relacionarnos con nosotros y con los otros (Gallero, s. f., p. 2). Trastorno de conducta (TC). Término general que describe patrones de conducta desorganizada, perturbada y alterada (Wolman, 1987, p. 323). Trastorno desafiante oposicionista (TDO). Es un patrón recurrente de conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil, dirigido a los padres y a las figuras de autoridad (Ortiz, Giraldo y Palacio, 2008, p. 54). Regulación emocional. Supone el manejo de la emoción a favor de un mejor funcionamiento del individuo en una situación dada (Ato, González y Carranza, 2004, p. 70). 17 Capítulo2. Revisión de literatura Este capítulo tuvo el propósito de analizar literatura relacionada con la inteligencia emocional, y desarrollar un programa de autorregulación de conductas impulsivas y autoconocimiento de las emociones, en niños que presenten TDA/TDAH de 1º a 3° de educación primaria, con el fin de identificar los niveles de inteligencia emocional a través de su aplicación. Se registraron los resultados de la revisión de literatura sobre la inteligencia emocional, al tomar en cuenta la importancia de su manifestación cada día en las aulas. Además de considerar los beneficios que diversos estudios proporcionan en la aplicación de programas basados en inteligencia emocional. También se describió el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y sin ella, sus síntomas y repercusiones a nivel académico y de relación social que se presentan en este trastorno. Localización de artículos Se revisaron 40 artículos de publicaciones arbitradas. Se recuperaron 39 artículos en formato electrónico y ocho libros impresos. Se investigó información referente a la inteligencia emocional, la autorregulación y el trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad. Esto con el fin de conocer los fundamentos y analizar información sobre la inteligencia emocional en las aulas y cómo esta puede brindar una perspectiva diferente de atención a niños con trastornos de déficit de atención (TDA/TDAH). Los términos específicos de búsqueda fueron, “inteligencia emocional”, “trastorno por déficit de atención” y “autorregulación emocional”. Se encontró información sobre definición de conceptos principales como inteligencia emocional, autorregulación, 18 investigaciones respecto a su aplicación en el aula de programas de autorregulación e I.E. y modelos e instrumentos para medir la inteligencia emocional. Los artículos se buscaron en internet en la red académica http://redalyc.uaemex.mx, http://emotional.intelligence.uma.es/articulos.htm, en la biblioteca del CEDEPROM y en la biblioteca personal. 2.1. Inteligencia emocional La etimología de la palabra emoción significa “movimiento hacia fuera” (Valles y Valles, 2000, p.27). Choliz (2005, p.4) define la emoción como “una experiencia afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que supone una cualidad fenomenológica característica y que compromete tres sistemas de respuesta: cognitivo- subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo”. Es por lo tanto la emoción una excitación del organismo a la que se tiende a dar una respuesta, que incluye los tres sistemas de respuesta. Zaccagnini (citado por Gallardo (2007, p.146),quien da otro concepto de emoción distinto considerando que es una evaluación global de lo que deseamos, necesitamos, queremos y podemos hacer, mostrándonos nuestras perspectivas personales, por lo tanto la emoción es un conocimiento que comprende información sobre los medios de que disponemos, nuestra situación y motivación en un momento dado. El concepto de inteligencia emocional se ha definido de muchas maneras por distintos autores. Se mencionan algunas definiciones a continuación. 19 Fueron Salovey y Mayer (citados por Molero, Saiz y Esteban, 1998), quienes crearon el término de I.E. para referirse a un tipo de inteligencia social donde se pone de manifiesto la capacidad de la persona para comprender sus emociones y las de los demás, expresándolas de una forma que le favorezca a él y a su cultura. Goleman (citado por Castro s. f., p.5) define la competencia emocional “como la capacidad de expresar nuestros propios sentimientos del modo más adecuado y eficaz, posibilitando la colaboración en la consecución de un bien común”. También Goleman (2000) señala que la inteligencia emocional es el conjunto de talentos o capacidades organizadas que posee una persona, y determinan la forma de interactuar con el mundo y consigo mismo, a través de los sentimientos y las emociones. Martineau y Engelhart (citados por Valles y Valles, 2000, p. 90) definen la inteligencia emocional como “la capacidad de leer nuestros sentimientos, controlar nuestros impulsos, razonar, permanecer tranquilos y optimistas cuando no nos vemos confrontados a ciertas pruebas, y mantenernos a la escucha del otro”. Para Salovey y Mayer (citados por Valles y Valles, 2000, p.90), la inteligencia emocional es “un subconjunto de la inteligencia social, que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y las emociones propias, así como de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esa información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones”. Al tomar en cuenta el análisis anterior se considera que la inteligencia emocional es la capacidad de expresar, razonar y manejar nuestros sentimientos asertivamente, para relacionarnos adecuadamente con los demás y con uno mismo. 20 2.2 Características de la inteligencia emocional La inteligencia emocional es un campo de estudio que surgió en la década de los 90 como reacción al enfoque de inteligencias cognitivas. El cual tuvo varias críticas de los detractores de los tests de inteligencia tradicionales, al afirmar que para tener éxito en la vida se requiere algo más que un elevado C.I. Para ello es necesario desarrollar una serie de habilidades emocionales, que forman parte de las capacidades de conocimiento y control de las propias emociones. Se requiere integrar lo cognitivo, lo conductual y lo afectivo e interactuar de manera dinámica con la inteligencia racional (Madrid, 2000). Los últimos avances en el campo de la inteligencia se caracterizan por incorporar en su concepción la parte emotiva y afectiva de las personas. Explican cómo es que la razón y la emoción están ligadas, esto tiene que ver con la relación entre el lóbulo frontal y el sistema límbico, es lo que distingue a la inteligencia humana. Desde el punto de vista educativo implica abordar integralmente el trabajo de cuerpo y mente dirigiendo la atención a las emociones (Gallardo, 2007). Choliz (2005) comenta que la emoción tiene tres funciones: la adaptativa que prepara al organismo para ejecutar la conducta exigida por las condiciones del ambiente, movilizando la energía y dirigir la conducta a un objetivo. La función social que permite la aparición de conductas apropiadas que facilitan la interacción social. Pues al expresar las emociones se puede predecir el comportamiento relacionado con ellas. Lo que posibilita la comunicación de estados afectivos, que favorecen los vínculos sociales y las relaciones interpersonales. Así como, generar respuestas de evitación o confrontación. 21 La función motivacional, estrechamente relacionada con la emoción pues esta le da energía. Es muy importante tener presente que las emociones fueron creadas inicialmente para controlar automáticamente las respuestas en situaciones críticas. Posteriormente, la evolución humana les añadió sucesivos mecanismos de supervisión a las emociones que permiten reducirlas o inhibirlas (cerebro racional y cerebro ejecutivo). Estos mecanismos tienen velocidades de respuesta mucho más lentas (Goleman, 2000). El ser humano adquiere de sus antepasados un legado emocional que fue crucial para el desarrollo de la supervivencia a través de los tiempos. Tiene la capacidad de manejar distintas situaciones en su vida por medio del intelecto, de las emociones y mejor aún por una combinación de estas (Goleman, 2000). Este autor comenta que el desarrollo de las habilidades, como ser capaz de motivarse, persistir frente a decepciones, controlar el impulso, demorar la gratificación, regular el humor, mostrar empatía, abrigar esperanzas, evita que los trastornos emocionales disminuyan la habilidad de pensar, y es más poderoso que el coeficiente intelectual (C.I.).Su teoría se basa en cinco dimensiones elementales: Autoconciencia: implica reconocer los propios estadosde ánimo, los recursos y las intuiciones, también el conocer nuestras propias emociones y cómo nos afectan, cuáles son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles. Tiene que ver con la toma de conciencia del propio cuerpo y de sus señales de excitación. 22 Autocontrol: Por control emocional no se entiende cómo ahogar o reprimir las emociones. Sino regular, controlar o eventualmente modificar estados anímicos y sentimientos cuando son inconvenientes en una situación determinada. Debido a que todas las emociones son impulsos que llevan a actuar, se tiene que desarrollar la habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación, ya sea reacción negativa o positiva. Empatía: Es la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de las demás personas, poniéndose en su lugar, y responder correctamente a sus reacciones emocionales. Se anticipan a las necesidades de sus acompañantes. Saben identificar y aprovechan las oportunidades comunicativas que les ofrecen otras personas. Automotivación: Estar motivados por sentimientos de placer y de entusiasmo respecto a lo que se hace, conduce a logros, lo que influye en las capacidades y habilidades facilitándolas. Manejo de relaciones: Es aprender a interrelacionarse con las demás personas al respetar su espacio y aceptando a cada una como es, con sus defectos y sus virtudes. Recordar que los derechos propios terminan cuando comienzan los de las demás personas. Estas habilidades sociales ayudan a crecer como personas, respetando la forma de ser de las demás personas y sin dejar de ser uno mismo. Para este trabajo se consideran las dimensiones de autoconciencia, autocontrol y manejo de relaciones, principalmente. 23 2.2.1 El modelo de la habilidad de Mayer y Salovey. Fernández-Berrocal y Extremera (2006) comentan que la teoría de inteligencia emocional de Mayer y Salovey ha generado más publicaciones de investigación. El interés de la comunidad científica en ella se debe a que tiene una base teórica sólida, la novedad para medir la I.E. y que los datos empíricos encontrados están soportados por una evaluación sistemática realizada en diversos campos. Cabello y cols. (2010) afirman que el modelo de habilidad de Mayer y Salovey se enfoca en las habilidades mentales que emplean la información de nuestras emociones para acrecentar el proceso cognitivo. Además es considerada la inteligencia emocional en este modelo como una inteligencia genuina que utiliza adaptativamente las emociones, permitiendo a la persona solucionar problemas y amoldarse al mundo. También este modelo permite desarrollar investigaciones empíricas y programas de fácil aplicación, entrenamiento, seguimiento y evaluación. De acuerdo con Fernández-Barrocal y Extremera (2005), el modelo de Mayer y Salovey considera cuatro habilidades para conceptualizar la inteligencia emocional, que son: La percepción emocional: Es la habilidad de reconocer los propios sentimientos como los de los demás, el grado en que identificamos adecuadamente las emociones, poner atención para descodificar movimientos corporales, tonos de voz y expresiones faciales, las sensaciones fisiológicas y cognitivas que estas incluyen, y discriminar la honestidad y sinceridad de las emociones de los demás. 24 Facilitación o asimilación emocional: Es la habilidad de darse cuenta de los sentimientos al razonar o resolver un problema. Permite centrarse en lo verdaderamente importante, ya que las emociones influyen en el razonamiento y como se procesa la información, mejorando la creatividad. Comprensión emocional: Es la habilidad de organizar, categorizar y etiquetar las emociones, conocer las emociones secundarias, interpretar el significado de las emociones complejas, la aparición de sentimientos contradictorios, conocer las causas del estado emocional y las consecuencias de las acciones. Regulación emocional: Es la habilidad de regular las propias emociones y las ajenas, intensificando las positivas y regulando las negativas. También implica el estar abierto a cualquier tipo de sentimiento reflexionando en él para descartar lo que no sirva y aprovechar lo que es útil. Es la habilidad que utiliza los procesos emocionales más complejos porque lleva a la práctica estrategias de regulación consciente de las emociones. Estas cuatro habilidades están organizadas jerárquicamente, desde el nivel básico que es la percepción hasta el nivel más complejo, el manejo de las emociones (Fernández-Berrocal y Extremera, 2006). Este trabajo utiliza una prueba de inteligencia emocional basada en el mismo modelo, elaborada por los mismos autores, asimismo el programa considera las cuatro habilidades para el desarrollo de la inteligencia emocional. 2.3 La inteligencia emocional, la autorregulación y su papel en el proceso de enseñanza-aprendizaje 25 En el siglo XXI se busca no solo el consumo material, sino que la gente esté satisfecha con su vida. Se busca que las naciones como parte esencial de su progreso, atiendan con calidad a su población principalmente a sus niños. Al cuidar su salud, protección, seguridad material, educación, socialización y así brindar bienestar. Por lo tanto, en el presente es de suma importancia, incorporar la autorregulación y la inteligencia emocional, en la enseñanza y en el aprendizaje de los niños. Aunque estas teorías sobre la inteligencia emocional surgieron a finales del siglo pasado, actualmente existe mayor investigación al respecto. Socialmente se reclama y exige su integración al currículo regular. En esta época, con las tendencias educativas contemporáneas, se empieza lentamente a tomar conciencia de la educación de aspectos emocionales y sociales, que deben ser atendidos por la escuela y la sociedad. Como mencionan Zufiaurre y Albertín (2010), las emociones acompañan a los seres humanos en su proceso de crecimiento, por lo tanto se deberá trabajar en la escuela desde espacios disciplinares, cuidando las formas, momentos y circunstancias, a partir de contextos y situaciones cercanas al alumnado. De acuerdo con Goleman (2000), el incorporar programas que desarrollen la inteligencia emocional de la población escolar, tendrá como objetivo elevar la aptitud social y emocional de los educandos. Que sea parte de su educación regular, con la finalidad de desarrollar sus destrezas y habilidades en la regulación de estados emocionales. Fernández-Barrocal y Ruiz (2008) comentan sobre el movimiento que se genera en el interior de las escuelas para incorporar la educación de las emociones. Se 26 observa la preocupación de los docentes por cambiar los colegios que se encuentran en crisis y con grandes dificultades para enfrentar los desafíos actuales de la sociedad. Al respecto Sánchez (s. f.) plantea que, aunque algunos docentes han incorporado a sus aulas el aprendizaje emocional, existen pocos diseños ambiciosos en los que la inteligencia emocional haya sido integrada en el currículum escolar. Debido a que algunos educadores han implementado programas de inteligencia emocional basándose en divulgaciones que están, generalmente lejos de lo que se considera ciencia y sin conocer los modelos existentes. La autora recomienda los programas de habilidad por ser los más exitosos, pues permiten al alumno desarrollar la capacidad de tomar decisiones por sí mismos en su propio contexto. Generando en los estudiantes conocimientos emocionales y razonamiento emocional, permitiendo a los niños encontrar su propio camino para tomar buenas decisiones. Para esto también deben conocerse los objetivos que se buscan al implementar programas de educación emocional en la escuela que, de acuerdo con Guijo y cols. (2009, p.531), son: Detectar casos de pobre desempeño en el área emocional. Conocer las emociones y reconocerlas en las demás. Modular y gestionarlas emociones. Desarrollar resilencia. Adoptar una actitud positiva ante la vida. Prevenir conflictos interpersonales y conductas de riesgo. 27 La inteligencia emocional es necesaria para enfrentar adecuadamente las dificultades que se presentan en el diario vivir. De ahí que Bisquerra (s. f.) comente que la educación emocional es un proceso continuo y permanente, pues a lo largo de la vida se pueden desarrollar competencias emocionales. Por lo tanto se considera oportuno trabajar no solo con los alumnos, sino con los padres de familia y docentes para motivarlos en que se capaciten y apliquen la inteligencia emocional. Para propiciar actividades que brinden mayores niveles de satisfacción y de desarrollo personal. Por lo tanto hay que implementar programas que les enseñen a manejar adecuadamente sus emociones, su autoestima y sobre todo, su autoconfianza. Así el docente no deberá trabajar para el aquí y el ahora con los alumnos, sino para que en el futuro sean personas que se incorporen satisfactoriamente a la sociedad, a su vida personal y laboral (Sotil y cols., 2008). En este sentido Ruiz-Aranda y Fernández-Berrocal (2009) afirman que las escuelas que utilizan programas de aprendizaje emocional y social incrementan la calidad de las relaciones entre profesores y estudiantes reduciendo las conductas problema, a pesar de esto es fundamental contar con el apoyo amplio de las escuelas, para que puedan tener éxito; consideran también que el entorno familiar y social son aspectos que hay que tomar en cuenta, porque pueden llegar a obstaculizar el desarrollo de habilidades emocionales adecuadas, también la falta de capacitación de los docentes respecto a la inteligencia emocional es otro factor que entorpece el aprendizaje emocional, por lo tanto deben desarrollarse programas integrales que se apliquen en toda la currícula abarcando a padres de familia y maestros. 28 Al respecto Gutiérrez y Fernández (2009) comentan que se ha planteado innumerables veces que los profesores tengan una adecuada inteligencia emocional, mencionan que deben incluirse en su formación universitaria, competencias emocionales como una herramienta clave para producir ambientes de aprendizaje y de colaboración óptimos, y tengan elementos para favorecer el desarrollo emocional de sus educandos, afirmando que los maestros que poseen inteligencia emocional tienen la habilidad de ser capaces de enfrentar los problemas del medio académico en forma eficiente, estresándose menos y esto también influye en el evitar situaciones problemáticas propias de su labor docente. Por su parte Olmedo (2009) opina que cada vez son más los docentes que consideran que el capacitarse en inteligencia emocional es lo más acertado, deben ponerlo en práctica desde los primeros cursos escolares. Para lo cual se requiere de dedicación extra por parte del docente, permite flexibilidad en las aulas y que se hagan adecuaciones de acuerdo con las características de los alumnos y las habilidades de los maestros. Renom (2007) menciona la necesidad de considerar nuevos enfoques, con orientación integral, que ponderen tanto lo intelectual como lo emocional, con un actuar pedagógico que potencie la adquisición de competencias como el expresar emociones y sentimientos, buscar alternativas ante problemas, escuchar y respetar a los demás, estableciendo relaciones entre iguales. El atender a los conceptos que actualmente se muestran como modelos que se deben seguir socialmente, como el trabajo en equipo, la adaptabilidad y formación en aspectos de relación, respeto mutuo y potenciar la 29 iniciativa. Considerar que los alumnos deben asumir responsabilidades para asistir la iniciativa y habilidades de comunicación y aceptación. Para lograr el desarrollo de la inteligencia emocional en la escuela es indispensable contar con una premisa básica que es el clima optimista, este debe ser fomentado por el docente por medio de demostraciones de cariño y afecto incondicional, lograr con ello que el alumno perciba aceptación personal, además de que, al hacer alguna valoración pública, hay que destacar valores positivos, tanto particulares como grupales, plantear que los aspectos negativos tienen la posibilidad de ser solucionados con base en un plan. Las muestras de cariño no deben estar en disputa con la disciplina. Cuando un niño comente sobre algún problema, cualquiera que sea, es importante indagar en las emociones, comprenderlo y apoyarlo para que identifique esos sentimientos (Olmedo, 2009). También comenta respecto a la importancia de brindarle al alumno un mayor dominio del conocimiento, facilitación y comprensión de las emociones, para mejorar su autorregulación y manejo emocional. Este último aspecto debe fomentarse en la escuela a través de la motivación, con actividades que despierten la curiosidad del alumno y les planteen retos personales a corto plazo, al estimular la atención en los detalles que les permitan mejorar su tarea, destacar los avances y no las dificultades. Otro aspecto que es conveniente considerar es la resilencia, que es un concepto surgido en los 90, para referirse a la “capacidad que toda persona tiene para enfrentarse a la vida, sin hundirse, sino superándolo, e incluso siendo transformada por ellas”. (Oñate 30 y cols., 2009, p.557). Es a través de la educación de las emociones como se trabaja de manera preventiva, para construir resilencia, enseñando al educando a confrontar e integrar las situaciones adversas con todo el dolor que estas producen para transformarlas en algo positivo, adquirir mayor seguridad, autoestima y confianza. Para lo cual se requiere desarrollar la inteligencia emocional para lograrlo, pues es fundamental tener control y manejo de las emociones y destrezas sociales. En síntesis como indica Goleman (2000), hay que realizar una alfabetización emocional. De acuerdo con esto Sotil y cols. (2008), debe darse la relación entre la escuela y la inteligencia emocional, porque esto repercute en el clima de clase. Las relaciones interpersonales, la disciplina y lo vivido anteriormente en el rendimiento académico. De ahí la importancia de que el docente tenga del conocimiento sobre inteligencia emocional. Esto favorece la prevención de ciertas conductas en sus pupilos. Entonces, la escuela es un lugar para propiciar actividades donde se acrecienten esas capacidades. Se requiere que el alumno desarrolle sus competencias principalmente la emocional y la social. Castro (s. f., p.3) define la competencia como “un conjunto identificable y evaluable de conocimientos, actitudes, valores y habilidades relacionadas entre sí que permiten desempeños satisfactorios en situaciones reales”. Por otro lado Castro (s, f., p.7) define la competencia social como” un conjunto de habilidades, capacidades, destrezas, relacionadas a la conducta, que posibilitan que el niño, el adolescente o el adulto, mantenga relaciones positivas consigo mismo y con los otros y que afronte, de modo efectivo y adaptativo, las demandas de su entorno social”. 31 Por lo tanto, se debe brindar al alumno una formación que permita adquirir los conocimientos, habilidades, destrezas y valores necesarios, que impliquen aprendizajes de tres tipos, que están interrelacionados: conceptuales: “Son representaciones que se establecen entre objetos, hechos o símbolos” (Enciclopedia general de la educación 1999, p.324). Al respecto Castro (s. f., p.3) los define como los aprendizajes que se refieren a conceptos, que describen las características generales de un objeto y principios que describen relaciones entre fenómenos. Los contenidos procedimentales: es cuando se siguen ciertos pasos o una secuencia para resolver un problema o llegar a una meta. Castro (s. f., p.3). Actitudinales: es la predisposición a actuar de una determinada manera ante alguieno alguna situación, acontecimiento u objeto. (Enciclopedia general de la educación 1999, p. 326). Soto y Guzmán (2003) comentan que comprende la conciencia de uno mismo, la motivación y la autorregulación. De lo anterior expuesto se desprende que, para lograr implementar la enseñanza de estos contenidos en la escuela, se aprenden a través de la experiencia directa, por observación, aprendizaje verbal y feedback interpersonal. Por lo que se da mayor peso al desarrollo y uso de contenidos actitudinales, al propiciar posturas que se tienen con la persona misma, relaciones interpersonales y la relación con su medio, al manifestar su equilibrio emocional. Solamente en el aprendizaje verbal se utilizarán contenidos conceptuales, pues permiten entender ideas que requieren una estimación gradual. Ayudan a dar significado 32 a la información, proporcionan un apoyo para comprender hechos específicos al analizar la información sobre inteligencia emocional. Y en el procedimental para que planee acciones, analice y resuelva problemas buscando el equilibrio emocional. Es de notar que los alumnos que tienden a autorregular emociones experimentan sensación de autoeficacia. Esto es, confían que tendrán éxito, también propenden a autodeterminarse, además de no tener temor a buscar ayuda. Se inclinan a escoger aquellas actividades que les interesan, estableciendo sus objetivos a largo y corto plazo. Se crean un entorno en el que se pueden concentrar, se recuerdan a sí mismos la importancia de su trabajo, se autoimponen recompensas, controlando las emociones poco provechosas. Barkley, citado por Cardo y Servera-Barcelo, (2005, p.362), define la autorregulación “como una cadena de respuestas que da el individuo que altera la probabilidad de que ocurra una respuesta que normalmente sigue a un evento, y que además altera a largo plazo la probabilidad de sus consecuencias asociadas”. Siendo para él sinónimos los conceptos de autorregulación y autocontrol. Por lo tanto la autorregulación se centra más en el individuo que en el evento, no sucede después del evento, al dirigirse a metas a largo plazo requiere tener la capacidad de establecer una organización de la conducta y consolidarla a futuro, por lo que el tiempo es un factor importante siendo clave en la autorregulación, sobre todo de procesos automatizados, pero en ausencia esta demora en la respuesta no se da. 33 Para Renom (2007), la autorregulación emocional consiste en equilibrar la expresión de emociones y su control. Esto tiene que ver con la capacidad de hacer frente a los contratiempos. De la Fuente, Peralta y Sánchez, (2009) mencionan que en la autorregulación intervienen variables conductuales, afectivas y cognoscitivas. Basándose en el modelo de Brown describe siete pasos del proceso para desarrollar la autorregulación. El primero es la introducción de la información de diferentes fuentes para definir el comportamiento que se va a cambiar. El paso dos, la autoevaluación para ser consciente de su comportamiento problemático. En el paso tres, propensión al cambio al darse cuenta que su comportamiento no está de acuerdo con la norma y produce una reacción, que si es lo suficientemente fuerte, le lleva a buscar el cambio. En el paso cuatro, búsqueda de la información para reducir discrepancias. En el paso cinco planifica las actividades para llegar a la meta que se propone. El paso seis es la implementación de las actividades. Por último en el paso siete se valuará si es adecuada la planificación y si se consiguieron las metas. Fox y Calkins (2003) recalcan la importancia que tienen los factores externos para el desarrollo de la autorregulación emocional. A través de una revisión de diversas investigaciones comentan que la manera en que los cuidadores respondan al temperamento de los niños tiene consecuencias importantes en el desarrollo de la autorregulación en los menores y fundamenta su competencia social. 34 Además estos autores afirman que el niño depende de estos soportes externos, aunque todavía no haya desarrollado el proceso interno para el autocontrol. Varios estudios han encontrado la relación directa entre control negativo parental y prácticas severas de disciplina, con el desarrollo de problemas de conducta caracterizados por la carencia en la autorregulación emocional. Esto nos lleva a tener mayor conciencia de que las interacciones positivas con los padres son importantes para el desarrollo de competencias psicosociales. Mientras la carencia de interacciones positivas maternas son perjudiciales para el niño, ya que impiden el esfuerzo hacia la autodirección. En ese mismo tenor Palomera (2009) afirma que los niños aprenden a identificar las emociones con el apoyo de sus padres, quienes reflejan sus propias emociones, en respuestas verbales y actitudes que asumen, por lo que todo depende de cómo son comunicadas y en qué frecuencia, lo que influye en cómo expresan sus emociones y cómo las regulan. De ahí que el ambiente y contexto familiar en que se desarrolla el niño tenga un peso significativo en su desarrollo emocional y en “la maduración de las partes del cerebro encargadas de la conciencia y la regulación emocional” (Palomera, 2009, p. 459). Fox y Calkins (2003) consideran que el contexto cultural es otro factor externo que está implicado en la autorregulación emocional. La transmisión de reglas por la cultura puede afectar cuándo y cómo los niños aprenden a ocultar, enmascarar o controlar sus expresiones emocionales. También comentan que el trato con pares es otro factor externo importante que permite desarrollar el autocontrol en los niños, ya que los pares proporcionan condiciones para practicar las habilidades de autocontrol emocional. 35 Shapiro (1997, p.187) dice que “la capacidad de unirse a un grupo de pares del mismo sexo es el segundo pilar que un niño necesita para crear relaciones sociales sólidas”. Klimenko (2009, p.8), afirma: El principal objetivo de la educación dirigida a fomentar el desarrollo de los procesos de autorregulación en los estudiantes, tiene que centrarse en la creación de ambientes educativos donde las relaciones entre docente y alumnos serán mediatizadas por las actividades de estudio, que implican una constante utilización y explicitación de estrategias cognitivas y metacognitivas. Siendo relevante formar docentes mediadores, dispuestos a crear estrategias mediacionales dirigidas a orientar la actividad de los estudiantes. Así permita que logren desarrollar una adecuada autoconciencia, un autocontrol voluntario, una direccionalidad consciente y una apropiación de estrategias metacognitivas y orientación al logro. A este respecto Renom (2007) considera que las estrategias para trabajar la autorregulación deben ser flexibles, para adaptarlas a diferentes contextos y situaciones, que propicien la asimilación del concepto y desarrollen la confianza en la capacidad de regularse en los alumnos. En relación con lo anterior Ruiz-Aranda y Fernández-Berrocal (2009) mencionan que los hábitos de regulación emocional son difíciles de modificar, pues están arraigados a ciertos aspectos de la persona, por lo tanto para que se logre un impacto duradero los programas de educación emocional se deben trabajar con los alumnos por varios años. Con todo lo anterior observamos que en la autorregulación se tiene “la intención y capacidad de modificar los componentes de la experiencia emocional” (Company, Oberst, y Sánchez, 2012, p.7), para lo que se utilizan habilidades, estrategias y técnicas, empleándolas conjuntamente en distintos procedimientos para procesar la información, 36 planear acciones, llevándolas a la práctica, por lo tanto se vinculan con el alumno mismo, sus relaciones interpersonales y el comportamiento que tiene. Al considerar lo anterior, los contenidos que se acrecentarán sontanto actitudinales, descriptivos, como procedimentales, permiten ampliar las posibilidades del proceso para su aprendizaje. 2.4 Trastornos por déficit de atención sin y con hiperactividad El trastorno por déficit de atención sin y con hiperactividad (TDA/TDAH) es uno de los trastornos que con mayor frecuencia se observan en las escuelas y que tiene un fuerte impacto en la vida cotidiana del niño su entorno y su familia. Barkley (citado por Servera-Barcelo, 2005, p. 358), es quien define el TDAH como “un trastorno del desarrollo caracterizado por unos niveles evolutivamente inapropiados de problemas atencionales, sobreactividad e impulsividad”. Normalmente surgen en la primera infancia. Son de naturaleza relativamente crónica y no pueden explicarse por ningún déficit neurológico importante ni por otros de tipo sensorial, motor o del habla. Sin que tampoco se detecte retraso mental o trastornos emocionales graves. Estas dificultades guardan una gran relación con una dificultad para seguir las «conductas gobernadas por reglas» (CGR). También con problemas para mantener una forma de trabajo consistente a lo largo de períodos de tiempo más o menos largos. El TDA/TDAH comprende un patrón persistente de conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad, que se manifiestan en más de un contexto (escolar, familiar, etc.), interfiriendo de forma significativa en el rendimiento escolar o laboral y 37 en todo su entorno. Evidenciándose poco interés y esfuerzo a realizar tareas complejas, dificultad para inhibir respuestas impulsivas, tendencia a buscar gratificación inmediata, déficit para resolver problemas, planificar y controlar sus acciones y baja motivación intrínseca que se manifiestan en sus expectativas de fracaso y sentimiento de incapacidad. En los años de la enseñanza primaria, se acrecientan los problemas de atención y las conductas hiperactivas e impulsivas. Los niños con TDA/TDAH tienen muchas dificultades para concentrarse en el trabajo escolar y permanecer atentos, se levantan de su asiento e interrumpen las actividades de la clase, no acaban el trabajo y siguen con dificultad las instrucciones. Presentan dificultades de aprendizaje, a pesar de que muchos tienen la capacidad, no rinden lo suficiente en sus actividades escolares. Tienen muchos problemas para acabar las tareas u obligaciones, tanto en casa como en la escuela. También es frecuente que tengan problemas porque no siguen las normas o reglas de los juegos y se entrometen en las actividades de los demás y los molestan. Esto hace que sus compañeros los rechacen y que se incrementen los problemas de relación. Todo esto provoca en el niño con TDA/TDAH dificultades emocionales, presentándose baja autoestima, lo que provoca que no puedan desarrollar un concepto de sí mismos adecuado, que conduce a sentimientos falta de adecuación y depresión. Además se da inmadurez del comportamiento, emocional y en la interacción social. Ferrer (s. f.) comenta que solo una tercera parte de los niños con diagnóstico de TDAH cumple criterios diagnósticos en la edad adulta y entre el 30% y el 50% de los 38 niños afectados experimentan claras mejorías en muchos de los síntomas al crecer. El resto de los afectados en la infancia mostrarán síntomas del trastorno o problemas de adaptación en la edad adulta. Se trata de un diagnóstico que no es grave en sí mismo, pero que trae asociado un gran número de problemas y consecuencias que sí lo pueden ser. De ahí la importancia de que se realice un buen diagnóstico a tiempo y que se establezca un tratamiento adecuado para la persona afectada. Etiología. Pascual- Castroviejo (2008) afirma que se trata de un cuadro orgánico con deficiencias anatómico-biológicas que afecta algunas estructuras cerebrales. Serfontein (1998) comenta que este trastorno tiene una etiología genética, pues es hereditario y es más frecuente en la línea masculina familiar. Además de que estos niños tienen inmadurez neuronal en el área afectada del cerebro, lo que hace que se genere neurotransmisor insuficiente, reduciéndose la cantidad de neurotransmisores por lo que se rompe la trasmisión de mensajes del área afectada. Gabriel (2009) comenta que recientemente se ha realizado un estudio titulado "Compromising our Children", que demuestra que la exposición a productos químicos que se encuentran en la vida cotidiana, contribuye a aumentar la hiperactividad y el déficit de atención. Síntomas. Los síntomas definitorios del TDA/TDAH son: Falta de atención y de control de impulsos. Se trata de niños desordenados, descuidados, que no prestan atención en clase. Actividad motora excesiva. Cambian continuamente de tarea y presentan una actividad permanente e incontrolada, sin que vaya dirigida a un determinado objetivo o fin. 39 Tienen dificultades para permanecer quietos o sentados. Suelen responder precipitadamente, incluso antes de haber finalizado la formulación de las preguntas. Además se muestran impacientes y no son capaces de esperar su turno en las actividades en las que participan más individuos. Interrumpen las actividades o tareas de los compañeros y miembros de la familia. Pueden fácilmente sufrir accidentes y caídas debido a que sus conductas reflejan una escasa conciencia del peligro. Son desobedientes, parece que no oyen órdenes de los adultos y, por tanto, no cumplen con sus instrucciones. Plantean problemas de disciplina por incumplir o saltarse las normas establecidas. Su relación con los adultos se caracteriza por desinhibición, suelen tener problemas de relación social y pueden quedar aislados del grupo de iguales. Asimismo, dan muestras de déficits cognitivos y son frecuentes los retrasos en habilidades motoras y del lenguaje, así como las conductas antisociales y la carencia de autoestima. Además presentan otros síntomas asociados que no son menos importantes como dificultad en la coordinación motora, en la memoria a corto plazo principalmente de tipo auditivo, tienen una personalidad inflexible, son rutinarios, se resisten al cambio, presentan baja tolerancia a la frustración, dificultades en el sueño tanto insomnio como 40 hipersomnia, dificultades en el apetito, algunos son remilgosos y otros comen demasiado, presentan retraso en el lenguaje expresivo, en la articulación de palabras y en estructurar oraciones. Aunado a los problemas escolares y dificultades académicas en relación con la lectura y escritura, las matemáticas, procesos de pensamiento como entender, organizar y priorizar. Recordar conceptos y pensamientos en palabras similares. Además también se presenta comorbilidad con dificultades de conducta, problemas emocionales, de ansiedad y de relación social. Estos niños son propensos a percibir amenazas en su medio circundante actuando ya sea aislándose o intentando dominar, tienen baja autoestima, falta de confianza, no aprenden de experiencias pasadas, muestran cierta superficialidad en sus emociones y son poco confiados cuando se interrelacionan con sus compañeros. Muchas de estas dificultades por las que atraviesa el niño con déficit de atención son consecuencia de la falta de una adecuada autorregulación. A este respecto Amador y Forns (2001) hacen una descripción del modelo de Barkley (1997) el que sostiene que el déficit de la inhibición de la conducta influye en el deterioro del desarrollo de cuatro funciones neurofisiológicas, que son: memoria de trabajo no verbal, interiorización del lenguaje, autorregulación del afecto/motivación activación y reconstitución. El TDAH provoca retraso en la interiorización de las conductas dependientes de esta función, lo que altera la función de autorregulación que proporciona a la persona.
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