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Juan-Jose-Monrreal-Alanis

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PROTOCOLO DE TESIS DE POSTGRAGO 
 
“FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS A LESIÓN DE VÍA BILIAR EN 
PACIENTES CON COLECISTECTOMÍA CONVENCIONAL Y 
LAPAROSCÓPICA EN EL HOSPITAL METROPOLITANO DR. BERNARDO 
SEPÚLVEDA” 
 
Programa Multicéntrico de Residencias Médicas 
ITESM – SSNL 
Especialidad de Cirugía General 
 
Dr. Juan José Monrreal Alanís 
Residente del Departamento de Cirugía General. 
Programa Multicéntrico de Residencias Médicas. 
Escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey. 
Teléfono domicilio: 83838998 
Teléfono celular: 811 004 63 81 
Correo electrónico: dr.monrreal@gmail.com 
mailto:dr.monrreal@gmail.com
 
 
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FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS A LESIÓN DE VÍA BILIAR EN 
PACIENTES CON COLECISTECTOMÍA CONVENCIONAL Y 
LAPAROSCÓPICA EN EL HOSPITAL METROPOLITANO DR. BERNARDO 
SEPÚLVEDA 
 
Juan J. Monrreal-Alanís (1,2), José A. Díaz-Elizondo (2), José Pulido-
Rodríguez. (1), Eduardo Flores-Villalba (2). 
 
(1) Hospital Metropolitano “Dr. Bernardo Sepúlveda”. Secretaría de Salud del 
Estado de Nuevo León. Monterrey, Nuevo León. 
(2) Tecnológico de Monterrey. Tec Salud, Escuela de Medicina y Ciencias de la 
Salud. 
 
 
 
3 
 
INDICE 
 
Resumen 4-5 
Introducción 6-7 
Marco teórico 8-17 
Metodología 18,19 
Resultados 20-33 
Discusión 34-36 
Conclusiones 36 
Referencias 37-44 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
RESUMEN 
 
La lesión de vías biliares en una complicación muy seria que puede 
ocurrir durante una colecistectomía. Lo anterior se asocia a una mayor 
morbilidad y mortalidad en el postoperatorio así como una calidad de vida 
disminuida, especialmente cuando la lesión pasa desapercibida (1). 
El porcentaje mundial de lesión de la vía biliar es del 0.4%. 
La finalidad de éste estudio es demostrar la prevalencia de lesión de vía biliar 
en colecistectomías, así como encontrar los factores de riesgo relacionados de 
dicha patología, en el Hospital Metropolitano “Dr. Bernardo Sepulveda”. 
 Se analizaron 215 pacientes que fueron sometidos a 
colecistectomía en el departamento de Cirugía General del Hospital 
Metropolitano “Dr. Bernardo Sepúlveda”, durante el periodo de enero de 2012 a 
julio de 2012. 
La edad mínima fue de 15 años y la máxima de 88 años, con una media 
de 38 años y una desviación estándar de 14 años.04. 
La mayoría de los pacientes fue del sexo femenino, 92.6% (199) y 7.4% 
del sexo masculino (14). 
 La colecistolitiasis fue el diagnóstico de ingreso más frecuente, 
representando el 67.4% de los casos (145), colecistitis 21.4% (46), pancreatitis 
biliar resuelta 6% (13), coledocolitiasis 4.2% (9), pólipo vesicular 0.5% (1) y 
discinesia vesicular 0.5% (1). 
Se realizaron grupos dependiendo del grado académico del residente que 
realizó la cirugía: R2 8.8% (19), R3 72.6% (156), R4 13% (28), R5 1.9% (4), 
Médico externo 3.7% (8). 
 
 
5 
 
 
 Se encontró una lesión de la vía biliar St E3, la cual representó el 0.5% 
de los casos, la cual se reparó en un segundo tiempo después de la cirugía 
inicial con una derivación bilio-entérica. 
Se compararon variables con la lesión de la vía biliar, no siendo 
significativo estadísticamente por el tamaño de la muestra. Posteriormente se 
realizan dos grupos en donde se comparan sangrado mayor de 50 ml (si-no) y 
las siguientes variables: menor de 40 años (si-no), género (Masc-Fem) , IMC 
mayor de 25 (si-no), cualquier grado de inflamación de la vesícula biliar (si-
no), cirugía con duración mayor a 60 minutos (si-no) y rango de residentes 
(mayor r4-r5) y menor (r2 y r3), encontrando significancia estadística para las 
variables grado de inflamación (p 0.001), tiempo (p 0.009) . El grado del 
residente no se relacionó con mayor tasa de sangrado. 
Es importante conocer los factores de riesgo preoperatorios y 
transoperatorios para prevenir una lesión de la vía biliar. En nuestro hospital el 
rango de residente no se relacionó con mayor tasa de complicaciones. 
 
 
 
 
 
 
6 
 
INTROODUCCIÓN 
 
Los pacientes con lesión de la vía biliar se encuentran con un riesgo 
importante del desarrollo de complicaciones, que van desde el desarrollo de 
biliomas derivadas de figas biliares contenidas de pequeños conductos biliares, 
así como el desarrollo de abscesos intraabdominales, colangitis, cirrosis biliar, 
cirrosis biliar e hipertensión portal, estas últimas derivadas de la fuga u oclusión 
de un conducto biliar de mayor tamaño. (15). El desarrollo de una lesión de vía 
biliar implica un impacto negativo en la calidad de vida de dichos pacientes. 
(16). Esto no se limita a un incremento en la morbilidad y en la mortalidad, sino 
que también afecta la economía del paciente. La estancia hospitalaria 
relacionada a una lesión de la vía biliar es de 32 días (17). Según cifras 
estadounidenses el costo promedio en materia de cuidados de la salud de un 
paciente con lesión de las vías biliares en general es de 50,000 dólares. Así 
mismo, la lesión de la vía biliar iatrógena es una de las causas más frecuentes 
de demandas en el rubro de salud en dicho país, con un costo de 40-100 
millones de dólares anuales por dicho apartado. (18). 
En México, la colecistolitiasis constituye una de las enfermedades más 
comunes, y aunque no contamos con estadísticas que puedan generalizarse a 
nivel nacional algunos estudios arrojan una prevalencia global del 14% con un 
incremento hasta del 35% en pacientes ancianos, (6) lo cual coloca a nuestro 
país entre las 10 naciones con mayor número de casos.(7,8). 
Actualmente la colecistectomía laparoscópica es el estándar de oro en el 
tratamiento de la colecistolitiasis. La colecistectomía laparoscópica (CL) ha 
 
 
7 
 
demostrado tener grandes beneficios tales como una menor morbilidad, menor 
estancia hospitalaria, integración más rápida a las actividades cotidianas. (10) 
La frecuencia de lesiones iatrogénicas de la vía biliar ha aumentado, 
desde un rango de 0.1 a 0.2% durante la era de la colecistectomía abierta, a un 
0.4 % en la era de la colecistectomía laparoscópica, probablemente por la 
curva de aprendizaje en los inicios de la laparoscopía (11,12) lo cual repercute 
en el ámbito clínico, laboral, económico y legal. 
Existen pocos estudios en nuestro país acerca de la lesión de las vías 
biliares de manera iatrógena, la mayoría de los cuales son publicaciones del 
centro del país en hospitales de concentración y centros nacionales (21,60,61). 
No hay ninguna publicación en la región noreste en donde se refleje esta 
problemática tan importante, motivo por el cual la importancia de la realización 
del presente protocolo. 
En los hospitales de la zona norte de nuestro país, al igual que en la 
mayoría de los hospitales de México, la información epidemiológica, tanto de la 
litiasis biliar como de las complicaciones iatrogénicas asociadas a su 
tratamiento laparoscópico, no es suficiente como para poder compararla con 
otros estudios y tomar medidas preventivas 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
MARCO TEÓRICO 
La lesión iatrógena de la vía biliar representa cerca del 95% de todas las 
estenosis benignas del árbol biliar (14). Existen múltiples factores asociados 
con un riesgo incrementado de lesión de la vía biliar iatrogénica. La inflamación 
aguda o crónica alrededor de la vesícula biliar y del ligamento Hepato-duodenal 
puede aumentar la dificultad de un procedimiento quirúrgico. Otros factores 
como la obesidad, grasa en el ligamento hepatoduodenal, poca exposición y 
sangrado en el área quirúrgica también aumentan el riesgo de lesión iatrógena 
de la vía biliar. Factores de mal pronóstico también son: sexo masculino y 
larga duración de la sintomatología antes de la colecistectomía. Anomalías 
anatómicas de la vía biliar y dela vasculatura hepática también incrementan el 
riesgo. La causa más frecuente de lesión de vía biliar es la identificación 
errónea del conducto cístico en casos de anomalías de la inserción del 
conducto cístico en el conducto hepático común. Entre el 70-80% de todas las 
lesiones iatrogénicas de la vía biliar son consecuencia de una identificación 
errónea de la vía biliar antes de la colocación de “clips”, ligado y división de 
estructuras (13). 
La disección excesiva alrededor del conducto colédoco en la 
colecistectomía convencional puede conllevar a una estenosis por el daño del 
plexo pericoledociano (ramas terminales a las 3 y a las 9 del reloj). De acuerdo 
a la literatura, la lesión iatrogénica de la vía biliar distal se acompaña de un 
daño de las arterias axiales del colédoco (15%) y la lesión proximal se asocia 
usualmente a daño de la arteria hepática y de sus ramas (40-50%). 
La lesión de vías biliares continúa siendo una entidad poco común, con 
una incidencia reportada entre el 0.1 y 0.4% según las cifras mundiales (6). 
 
 
9 
 
Se ha hecho énfasis de manera continua a lo largo del tiempo en los 
mecanismos de reconocimiento de las lesiones para marcar la importancia de 
la prevención de dichas lesiones, así como disminuir la extensión de esta 
temida complicación (7). Este elevado estado de alerta y el nivel de experiencia 
en la colecistectomía han contribuido a la disminución progresiva de la 
incidencia de lesiones (8). 
Las consecuencias de una lesión de la vía biliar pueden ser 
devastadoras. La mortalidad en general de una lesión de la vía biliar es de 
hasta el 9% dependiendo del mecanismo de la lesión y de la existencia o 
ausencia de lesiones vasculares concomitantes (9).En los comienzos de la 
cirugía laparoscópica, Hunter et. al describieron algunas técnicas muy útil para 
reducir la tasa de incidencia de lesión de la vía biliar, tales como utilizar de 
rutina lente laparoscópico de 30 grados, tracción firme del fondo de la vesícula 
biliar para reducir la redundancia en el infundíbulo de la vesícula biliar y 
exponer mejor el conducto cístico, tracción lateral del infundíbulo de la vesícula 
biliar para colocar la vesícula biliar en una posición perpendicular al conducto 
colédoco, además de la utilización de rutina de la colangiografía 
transoperatoria, haciendo énfasis que si los pasos anteriores no proporcionan 
al cirujano una orientación anatómica adecuada, el procedimiento debe 
convertirse a colecistectomía abierta. (10). Las guías actuales de la Sociedad 
de Cirugía Europea (19), agregan algunos consejos clave para evitar dichas 
lesiones: 
La identificación visual del colédoco supraduodenal sin disecarlo. La 
disección debe comenzar en el peritoneo del infundíbulo de la vesícula biliar, 
no directamente en lo que se supone es el conducto cístico. La disección se 
 
 
10 
 
procede a realizar de manera alternativa hacia la porción lateral y medial de la 
vesícula biliar más allá del conducto cístico, con la alternativa de movilizar la 
bolsa de Hartmann con el grasper, sosteniéndolo en ambos lados (técnica de la 
bandera). La disección se puede lograr con cualquier instrumento dependiendo 
de la experiencia del cirujano. Para evitar el daño térmico el electrocauterio 
monopolar se debe de utilizar poco, y con descargas cortas (1 a 2 segundos). 
Se debe de prestar particular atención a no colocar algún instrumento 
con energía alterna activa cerca del árbol biliar para evitar lesión térmica. Se 
debe de separar por completo el infundíbulo. El siguiente paso es liberar el 
triángulo de Calot de grasa, pequeños vasos y linfáticos, exponiendo el 
conducto y la arteria cística. La vista crítica de Strasberg se completa cuando 
solo dos estructuras tubulares (el conducto y la arteria cística) son 
identificadas. El ganglio de Calot puede ser utilizado como referencia para 
identificar la arteria cística (19). En caso de no lograr la visión crítica de 
Strasberg: Reevaluar las estructuras anatómicas. Proceder a la disección con 
la vesícula biliar separada del lecho hepático. Realizar colangiografía 
transoperatoria o ultrasonido trasoperatorio en caso de alguna duda acerca de 
la anatomía. Considerar la técnica de fondo a cístico (o retrógrada). Considerar 
también la colecistectomía parcial en caso de inflamación importante y 
disección difícil. Considerar conversión.(19). 
En nuestro país la colecistectomía abierta sigue siendo un procedimiento 
habitual (74.8%). Los motivos de esto son variados, puede ser la falta de 
equipo laparoscópico, de entrenamiento en laparoscopia, o por los costos que 
este abordaje representa en algunos casos (20). En un estudio publicado en el 
2007 por Torres Cisneros et. al, al observar el número de colecistectomías, 
 
 
11 
 
abiertas o laparoscópicas, realizadas por los encuestados, resulta que en 
promedio el cirujano mexicano ha realizado 84 colecistectomías al año; 63 de 
forma abierta y 21 de forma laparoscópica. Al expresarlo por mes, se obtiene 7 
colecistectomías/ mes, número razonable considerando que la mitad del tiempo 
está dedicado a la práctica pública, donde el número de procedimientos es muy 
elevado y constante. (21). De acuerdo a los datos de la encuesta en relación a 
la colangiografía transoperatoria, en nuestro país se realiza de forma rutinaria 
en menos del 8% (21). Se ha observado en algunos estudios que cuando no se 
lleva a cabo rutinariamente el estudio de colangiografía transcística, el riesgo 
de lesión puede aumentar hasta 2.8 veces (22). 
El reconocimiento y diagnóstico adecuado de una lesión de la vía biliar 
tiene muchas ventajas y previene complicaciones serias , con altas tasas de 
éxito en su reparación. En 10-30 % de las veces, la lesión de un conducto biliar 
es reconocida al momento de la cirugía. La lesión es sospechada cuando hay 
salida de bilis, cuando se observa durante la colangiografía intraoperatoria. Una 
vez reconocida la lesión, el cirujano debe valorar la severidad del problema y 
buscar la existencia de lesiones vasculares concomitantes. La mayoría de los 
cirujanos tienen la posibilidad de reparar lesiones simples como fuga del 
muñón cístico, fuga del lecho hepático y laceraciones parciales de algún 
conducto biliar (23). 
Para lesiones más complejas, múltiples estudios han mostrado que una 
referencia temprana a un cirujano hepatobiliar con experiencia en dichas 
lesiones mejora el diagnóstico. Un retraso puede llevar a un incremento en la 
tasa de complicaciones después de la reparación definitiva y un 1.5 % de tasa 
de mortalidad (24). La tasa de éxito de la reparación en una primera instancia 
 
 
12 
 
de un cirujano hepato-biliar es superior a la de un cirujano general (79% vs 
27%). A pesar de estos valores, cerca del 87 % de las reparaciones en la 
actualidad son realizadas por un cirujano general. (25). Si la lesión fue 
realizada en un hospital que no tiene la capacidad para tratar estas lesiones, la 
colocación de un drenaje en el lecho hepático es el tratamiento de elección. Si 
el abordaje inicial es laparoscópico no es adecuado convertir a cirugía abierta 
para realizar alguna otra intervención diagnóstica o terapéutica. Una 
transferencia rápida a un centro especializado en tratar dichas lesiones 
previene retrasos en el manejo y disminuye la necesidad de reoperaciones. En 
un estudio publicado por Fisher et. al encontró que el 49% de las 
intervenciones realizadas inicialmente fueron inapropiadas. (26). 
 La mayoría de las lesiones no son reconocidas de manera 
intraoperatoria, y la mayoría de los pacientes son enviados a casa 
inmediatamente después o en las primeras 24 hrs. Pacientes que no presentan 
una recuperación en los primeros días de postoperatorio o que desarrollan 
dolor abdominal vago se les debe de descartar una lesión de la vía biliar. Los 
pacientes con obstrucción se presentan con dolor abdominal vago, anorexia,ictericia y elevación de las transaminasas. Por alguna razón que se desconoce, 
el neumoperitoneo por sí mismo puede ocasionar una elevación de las 
transaminasas de manera temporal así como hiperbilirrubinemia. Por lo 
anterior, los valores de exámenes de laboratorio elevados no es un factor 
predictor de una lesión posterior a una colecistectomía laparoscópica. (28) 
La colangiografía es el estándar de oro para la evaluación de las 
lesiones biliares. La colangiografía se puede realizar de manera percutánea 
 
 
13 
 
transhepática, por CPRE, o por colangioresonancia. Cuando la CPRE no es 
posible realizarse, se realiza una colangiografía percutánea transhepática. 
Hay muchos sistemas de clasificación propuestos para estandarizar la 
lesión de la vía biliar. Sin embargo, ninguna se acepta universalmente como 
estándar. La primera fue propuesta por Bismuth en 1982. Se diseñó para 
categorizar las estenosis secundarias a una lesión biliar de acuerdo con su 
localización anatómica. 
1: A más de 2 cm de la confluencia hepáticos 
2: A menos de 2 cm de la confluencia hepáticos 
3: Coincide con la confluencia 
4:Destrucción de la confluencia 
5: Afección de la rama hepática derecha o con el colédoco 
Tabla 1 
Posteriormente Strasberg propone una nueva clasificación que abarca 
las lesiones más frecuentemente encontradas en la laparoscopía, incluyendo 
lesiones parciales, fugas y lesiones completas. La clasificación de Strasberg 
incluye cinco variantes de lesión: 
A. Fuga del muñón del conducto cístico o fuga de un canalículo en el lecho 
hepático. 
B. Oclusión de una parte del árbol biliar, casi invariablemente un conducto 
hepático derecho aberrante 
C. Transección sin oclusión del conducto hepático derecho aberrante. 
D. Daño lateral a un conducto hepático mayor. 
E. Lesión circunferencial. Subdividida por la clasificación de Bismuth. 
Tabla 2 
 
 
14 
 
 
Tratamiento dependiendo del tipo de lesión según la clasificación de Strasberg. 
Lesiones tipo A: El tratamiento endoscópico (papilotomía y prótesis) en 
las fugas biliares del CC es muy eficiente, en cambio, si las fugas son más 
proximales el porcentaje de resolución del cuadro es inferior (49). 
Lesiones tipo B y C: No existe continuidad con la vía biliar principal por lo 
que el uso de prótesis no será efectiva. Si el conducto es pequeño, se puede 
ligar, evolucionando hacia una atrofia (53), o bien dando episodios de 
colangitis. Si es un conducto de mayor calibre (2 o más segmentos) se debería 
reconstruir mediante hepato-yeyuno anastomosis (H-Y). Con respecto a las 
resecciones hepáticas, hay que reservarla para el fallo de la H-Y previa o si hay 
sintomatología persistente (55). 
Lesiones tipo D: Pueden abordarse por: 1) Cierre primario con sutura 
absorbible y un drenaje subhepático. La colocación de una sonda T es 
opcional. 2) Anastomosis término-terminal: Su realización va a depender de 
una serie de factores como la presencia de los extremos proximales y distales 
intactos, similitud de diámetro entre los extremos, lesión menor de 1cm longitud 
y ausencia de tensión excesiva, signos de infección o inflamación. Las ventajas 
son la simplicidad y la preservación de la longitud de la vía biliar, pero 
aproximadamente un 50% sufre estenosis durante el seguimiento. Se describe 
un refuerzo mediante un parche de la vena umbilical y del tejido adiposo del 
ligamento redondo (46). 
3) Hepaticoyeyunostomía: es el método más utilizado y más seguro. La 
anastomosis bilio-entérica con la anastomosis latero-lateral es superior al 
 
 
15 
 
preservar mejor la vascularización, minimizar la disección detrás de los 
conductos (47). 
 
Lesiones tipo E: La hepático-yeyuno anastomosis es la técnica ideal 
para lesiones E1, E2 y E3. Para las lesiones E4 y E5 la anastomosis es 
técnicamente más demandante, especialmente cuando existe una interrupción 
amplia entre el conducto hepático derecho e izquierdo, y se extiende 
longitudinalmente la estenosis a un conducto sectorial. Generalmente se asocia 
a daño vascular, atrofia hepática, colangitis de repetición e intentos previos de 
reparación. En este contexto, se recomienda considerar la hepatectomía antes 
del trasplante (56). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16 
 
 
 
 
JUSTIFICACIÓN 
La colecistectomía es una cirugía que se realiza con mucha frecuencia. 
Las indicaciones para dicha cirugía generalmente se asocia a la presencia de 
litiasis vesicular y puede ser un procedimiento urgente o electivo, dependiendo 
de la severidad del problema. Dicho abordaje, ya sea abierto o laparoscópico, 
no es inocuo, y puede relacionarse a complicaciones, que generalmente son 
infrecuentes, y van desde infecciones de sitio quirúrgico, íleo postoperatorio, 
sangrado del lecho quirúrgico, neumonía, complicaciones cardiacas, lesión de 
vía biliar y muerte. La lesión de la via biliar tiene una incidencia que varía de 
0.1 a 0.4. La mortalidad global de una lesión de la vía biliar es de 0.06% en 
cirugía electiva y de un 6% en cirugía de urgencia (61). Hay pocos estudios en 
nuestro país que refleje dicha problemática y las publicaciones disponibles han 
sido elaboradas en hospitales de concentración del Distrito Federal. (21,60,61). 
Es de vital importancia identificar los factores de riesgo asociados a 
dichas cirugías, para poder posteriormente prevenir alguna complicación. 
La lesión de la vía biliar conlleva una elevada morbilidad y mortalidad, y se 
asocia a una importante cantidad de recursos financieros, debido a que se 
acompaña de estancia intrahospitalaria prolongada y múltiples intervenciones 
médicas y quirúrgicas. 
 No existe alguna publicación acerca de lo descrito en la región noreste, 
por lo cual se considera que tendrá un impacto social importante. 
 
 
 
17 
 
 
 
 
OBJETIVO PRIMARIO GENERAL 
 
Definir la incidencia de lesión de vía biliar en el Hospital Metropolitano “Dr. 
Bernardo Sepúlveda” en el año 2012. 
 
OBJETIVOS SECUNDARIOS 
 
- Identificar los factores de riesgo que predisponen a una lesión de vía 
biliar. 
- Analizar la mortalidad en casos de lesión de vía biliar. 
 
 
HIPÓTESIS 
 
En el Hospital Metropolitano “Dr. Bernardo Sepúlveda” la incidencia de 
lesiones de la vía biliar es mayor a lo reportado en la literatura. 
Hipótesis nula: En el Hospital Metropolitano “Dr. Bernardo Sepúlveda” la 
incidencia de lesiones de la vía biliar es menor a lo reportado en la literatura. 
Hipótesis alterna: En el Hospital Metropolitano “Dr. Bernardo Sepúlveda” 
La lesión de la vía biliar es igual a lo reportado en la literatura. 
 
 
 
 
18 
 
 
 
METODOLOGÍA 
 
LUGAR DONDE SE REALIZÓ EL ESTUDIO 
- Hospital Metropolitano “Bernardo Sepúlveda”. 
Ave. Adolfo López Mateos #4600. Colonia Bosques del Nogalar. CP 
66480. San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México. 
 
UNIVERSO, MUESTRA Y TAMAÑO DE LA MUESTRA 
- Pacientes con diagnóstico de colecistolitiasis, operados de manera 
convencional y laparoscópica recopilados de la base de datos del 
Hospital Metropolitano Dr. Bernardo Sepúlveda durante el año 2012. 
MÉTODOS DE SELECCIÓN DE LOS PARTICIPANTES. 
 
CRITERIOS DE INCLUSIÓN, EXCLUSIÓN Y SUSPENSIÓN DE LOS 
PARTICIPANTES 
 
INCLUSIÓN: 
- Pacientes de cualquier sexo, mayores de 15 años con diagnóstico de 
colecistitis, colecistolitiasis, pancreatitis biliar resuelta, discinecia 
vesicular. 
EXCLUSIÓN: 
- Pacientes con coledocolitiasis. 
 
 
19 
 
 
 
VARIABLES DEL ESTUDIO 
Las variable dependiente fue el presentar lesión de vía biliar (si-no), 
posteriormente se agregó cantidad de sangrado transquirúrgico mayor a 50 ml 
(si-no). 
Las variables independientes cualitativas fueron edad, género, diagnóstico 
de ingreso, tiempo de evolución con el padecimiento (mayor o menor a una 
semana) tipo de cirugía (urgente o electiva), técnica quirúrgica (abierta o 
laparoscópica) conversión, parámetros de ultrasonidocomo pared de vesícula 
biliar mayor a 3 mm, diagnóstico ultrasonográfico de hidrocolecisto, drenaje en 
lecho hepático y grado del residente. 
Las variables independientes cuantitativas fueron edad, IMC, los serie roja de 
la BH, glucosa, BT,BD, BI, Fosfatasa alcalina, GGT, TP,TTP, INR y duración de 
la cirugía en minutos. 
 
 TÉCNICAS DE ANÁLISIS ESTADÍSTICO 
 
 Se realizó una descripción de las variables, para aquellas categóricas se 
utilizó totales y porcentajes, mientras que para las continuas se expresan en 
medianas y rangos intercuartiles. 
Se realizó un análisis para evaluar las complicaciones y la mortalidad 
relacionada a la cirugía en función al año en que se encuentra el residente de 
cirugía. Se analizaron las variables dicotómicas utilizando una chi cuadrada, las 
categóricas con la U de Mann Withney. Se considera como significativa una 
 
 
20 
 
p<0.05. Se utilizó el programa SPSS versión 20. 
 
RESULTADOS 
 
Se analizaron 215 pacientes que fueron sometidos a colecistectomía en 
el departamento de Cirugía General del Hospital Metropolitano “Dr. Bernardo 
Sepúlveda”, durante el periodo de enero de 2012 a julio de 2012. 
La edad mínima fue de 15 años y la máxima de 88 años, con una media 
de 38 años y una desviación estándar de 14. Posteriormente se dividen las 
edades en dos grupos: Menores de 40 años y mayores de 40 años.04 
 
 
La mayoría de los pacientes fue del sexo femenino, 93.2% (192) y 6.79% 
del sexo masculino (14). 
 
 
 
 
21 
 
 La colecistolitiasis fue el diagnóstico de ingreso más frecuente, 
representando el 70.39% de los casos (145), colecistitis 22.33% (46), 
pancreatitis biliar resuelta 6.311% (13), pólipo vesicular 0.485% (1) y discinesia 
vesicular 0.485% 
 (1). 
 
 
 
 
 Se excluyeron de éste estudio los pacientes con diagnóstico de 
coledocolitiasis ya mencionados (9) debido a que a dichos pacientes 
posteriormente se les realizó una una exploración de las vías bilares 
convencional, Este tipo de patología y de intervenciones no son elementos 
considerados en este estudio. 
La estancia máxima fue de 32 días con una media de 1.44 días con una 
desviación estándar de 1. 
Los índices de masa corporal (IMC) de los pacientes estudiados 
oscilaron entre 17.3 y 48.8, con una media de 28.3 y desviación estándar de 5. 
Posteriormente se dividen en dos grupos, los pacientes con IMC mayor a 25 y 
con IMC menor a 25. 
 
 
22 
 
 
 
 
.2. 
Las comorbilidades de los pacientes se buscaron intencionadamente en caso 
de estar presentes, las más frecuentes fueron diabetes mellitus tipo 2 en un 
8.8% de los pacientes (14), hipertensión arterial sistémica en un 5.1% de los 
casos, y otros 1.4% (3). El 84.47% (174) de los pacientes no presentaba 
comorbildades. 
 
 
23 
 
 
 
 
En cuanto a las cirugías abdominales previas, el 85.1%(183) no las 
presentaba, y el restante 14.9 (32) sí presentaba. 
 
 
 
 
El tiempo de evolución con su diagnóstico inicial se dividió en dos 
grupos, los cuadros de menos de una semana y más de una semana; 
encontrando 14.08%(29) para el primer grupo, 85.92% (177) para el segundo 
grupo. grupo. 
 
 
24 
 
 
 
 
 
Las variables continuas se tomaron de los análisis de laboratorios que se 
encontraron en el expediente clínico de cada paciente antes de operarse. 
 
Variables 
Continuas 
 
 x Desv.Est. 
Hemoglobina 13.3 1.3 
Leucocitos 9.3 4.3 
Plaquetas 261.8 60.4 
Glucosa 98.7 31.4 
BT 0.7 1.1 
BD 0.3 0.7 
BI 0.4 0.4 
 
 
25 
 
Albumina 4.2 0.5 
TGO 42.6 78.3 
TGP 60.7 127.1 
FA 96.7 77.3 
GGT 70.1 137.2 
TP 13.4 1.2 
TTP 30.4 3.8 
INR 1.1 0.1 
 Tabla 3 
 Las cirugías realizadas con carácter de urgente representaron un 26.2% 
(54) y las electivas un 73.8% (152). 
 
 
La técnica laparoscópica se utilizó en un 78.3% (152) con una tasa de 
conversión del 0.5% (1), mientras que la técnica abierta en 26.2% (54). 
 
 
26 
 
 
 
 
 
 Posteriormente se analizaron datos ultrasonográficos, tales como la 
presencia de litos en vesícula biliar, pared de vesícula biliar engrosada, datos 
de hidrocolecisto, colédoco mayor de 6 mm y esteatosis hepática. Se encontró 
que el 95.5% de los pacientes presentaban litos en el interior de la vesícula 
biliar, 18.1% (39) de los pacientes presentaban pared engrosada, 9.2% (19) 
con datos de hidrocolecisto y 10.2% (22) con datos de esteatosis hepática. 
 
 
 
 
 
 
 
27 
 
 
 
 
 
 
Los hallazgos transoperatorios se agruparon en 6 grupos, siendo el más 
frecuente la colecistolitiasis sin datos de agudización en un 70.87%(154), el 
resto de los hallazgos fueron: colecistitis 14.56% (30), hidrocolecisto 4.85% 
(11), piocolecisto 5.82% (12), colecistitis con focos de gangrena 2.42% (5), 
vesícula biliar escleroatrófica 1.45% (3). 
 
 
28 
 
 
 
Se valoró la presencia de adherencias firmes a estructuras 
vecinas: Epiplón, duodeno, Sindrome de Mirizzi, encontrándose 
lo anterior en un 9.3% de los casos. 
 
 
 
 
(20). 
 Se realizó colangiografía transoperatoria en 9.3% (20). 
 
 
29 
 
 
 
El sangrado transquirúrgico más frecuente fue de 5 ml en un 74% (159), 
con una media de 32.69, mediana de 5, con un máximo de 600 ml, u una 
desviación estándar de 88.3 
 La duración de la cirugía en minutos la moda fue de 60, una media de 
87, mediana de 80, el tiempo mínimo de 25 y el máximo de 240, la desviación 
estándar de 38. 
 
 
 
 
2. 
 Se realizaron grupos dependiendo del grado académico del residente 
que realizó la cirugía: R2 8.8% (19), R3 72.6% (156), R4 13% (28), R5 1.9% 
(4), Médico externo 3.7% (8). 
 
 
30 
 
 
 
 
 
 Se encontró una lesión de la vía biliar Strasberg E3, la cual representó el 
0.5% de los casos, la cual se reparó en un segundo tiempo después de la 
cirugía inicial con una derivación bilio-entérica. 
 Posteriormente se realiza el análisis estadístico utilizando la U de Mann 
Withney para las variables cuantitativas discretas y continuas. 
La prueba de Chi cuadrada para las variables cualitativas nominales y 
ordinales. 
Se compararon las siguientes variables con la lesión de la vía biliar 
utilizando la prueba de chi cuadrada: 
Menor de 40 años (si-no) p 0.398 
Género(Masc-Fem) p 0.932 
IMC mayor de 25 (si-no) p 0.019 
Tiempo de evolución con diagnóstico p 0.859 
 
 
31 
 
de enfermedad litiásica biliar ( más de 
una semana: si-no) 
Cirugía urgente/electiva p 0.738 
Ultrasonido pared engrosada (si-no) p 0.816 
Ultrasonido hidrocolecisto (si-no) p 0.908 
Ultrasonido colédoco >6 mm (si-no) p 0.947 
Adherencias firmes de vesícula biliar 
a estructuras vecinas 
p 0.002 
Hallazgos transoperatorios p 0.032 
Ultrasonido esteatosis hepática (si-no) p 0.893 
Cualquier grado de inflamación de a 
vesícula biliar (si-no) 
p 0.291 
Colangiografía transoperatoria p 0.908 
Conversión p 0.995 
Sangrado mayor a 50 ml p 0.022 
Rango de residentes (mayor r4-r5) y 
menor (r2 y r3) 
p 0.194 
Tiempo de cirugía mayor a 60 minutos p 0.592 
Se identificó lesión durante la cirugía p 0.005 
Complicaciones postoperatioras p 0.995 
Estancia intrahospitalaria p 0.001 
COMPARATIVO CON LESIÓN DE LA VÍA BILIAR – Chi Cuadrada(tabla 4) 
 
 
Se comparan las variables ordinales o continuas con la prueba de Mann 
 
 
32 
 
Whitney: 
 
 
 
 
Mann Whitney vs. Lesión de vía biliar 
Menores de 40 
años 
0.398 
Peso 0.019 
Talla 0.369 
Hemoglobina 0.107 
Leucocitos 0.020 
Plaquetas 0.566 
Glucosa 0.696 
BT 0.990 
BD 0.689 
BI 0.592 
Albumina 0.790 
TGO 0.312 
TGP 0.439 
FA 0.859 
GGT 0.810 
TP 0.429 
TTP 0.234 
 
 
33 
 
INR 0.618 
Duración de la 
cirugía en minutos 
0.01 
Sangrado0.044 
COMPARATIVO CON LESIÓN DE LA VÍA BILIAR – Mann Whitney(tabla 5) 
 
En el análisis multivariante de las variables estadísticamente significativas los 
resultados son los siguientes. 
IMC mayor de 25 (si-no) p 0.094 
Peso p 0.019 
Leucocitos p 0.020 
Ultrasonido pared engrosada (si-no) p 0.630 
Adherencias firmes de vesícula biliar 
a estructuras vecinas 
p 0.002 
Hallazgos transoperatorios (cualquier 
grado de inflamación: si-no) 
p 0.006 
Sangrado mayor a 50 ml p 0.022 
COMPARATIVO CON LESIÓN DE LA VÍA BILIAR – Análisis Multivariante(tabla 4) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
34 
 
DISCUSIÓN 
La frecuencia de lesiones iatrogénicas de la vía biliar ha aumentado, 
desde un rango de 0.1 a 0.2% durante la era de la colecistectomía abierta, a un 
0.4 % en la época laparoscópica. (6). 
Se ha hecho énfasis de manera continua a lo largo del tiempo en los 
mecanismos de reconocimiento de las lesiones para marcar la importancia de 
la prevención de dichas lesiones, así como disminuir la extensión de esta 
temida complicación (7). Este elevado estado de alerta y el nivel de experiencia 
en la colecistectomía han contribuido a la disminución progresiva de la 
incidencia de lesiones (8). 
En el presente estudio sólo se encontró un evento de lesión de la vía 
biliar, que representó un 0.5%, lo que representa una prevalencia de dicha 
patología por dentro del rango de las cifras internacionales. Sin embargo se 
requiere una mayor muestra de pacientes enrolados, ya que en este estudio la 
muestra fue no tan amplia. 
Las consecuencias de una lesión de la vía biliar pueden ser 
devastadoras. La morbilidad en general de una lesión de la vía biliar es de 
hasta el 9% dependiendo del mecanismo de la lesión y de la existencia o 
ausencia de lesiones vasculares concomitantes (9). En nuestro Hospital no se 
presentaron defunciones derivadas de lesión de vía biliar. 
Existen múltiples técnicas para evitar una lesión de la vía biliar, entre 
ellas las descritas por Hunter et. al, el uso de colangiografía transoperatoria 
entre otras. Los factores de riesgo preoperatorios que se mencionan en la 
literatura son: sexo masculino, malformaciones congénitas, anomalías 
 
 
35 
 
anatómicas de la vía biliar, error de percepción cístico-colédoco y experiencia 
del cirujano (21-23). 
En el presente estudio se encontraron significativas las variables de 
índice de masa corporal en nuestro estudio se encontró la lesión en una 
paciente delgada con IMC inferior a 20. 
La cifra de leucocitos preoperatoria elevada se relacionó con la 
presencia de lesión de vía biliar en el análisis univariante, sin embargo en la 
literatura no hay estudios que sustenten este hecho. 
Los hallazgos transoperatorios con respecto al grado de inflamación de 
la vesícula biliar tuvo valor significativo (p: 0.006), según lo descrito en la 
literatura éste factor predispone a un mayor riesgo de lesión hasta tres veces 
más que cuando no la hay con una incidencia de 0.77-5% (23). 
El sangrado transoperatorio demostró ser un factor de riesgo para lesión 
de vía biliar, existen reportes acerca de que la lesión de estructuras vasculares 
vecinas al árbol biliar (la arteria hepática derecha es la más comúnmente 
lesionada) se asocia a mayor comorbilidad como sangrado profuso, lesión 
hepática, formación de abscesos, hemobilia y lesión de la vía biliar hasta en un 
32%, lo cual dificulta también la reconstrucción bilio-entérica por la 
desvascularización concomitante (64). 
Las adherencias firmes a estructuras vecinas fue otro factor que resultó 
ser significativo en el análisis estadístico. De acuerdo con un estudio publicado 
por Lawrence Way et. al, la inflamación, exceso de tejido conectivo y el 
infundíbulo adherido hacia el colédoco fue un factor de riesgo para las lesiones 
de la vía biliar en un 63% de sus pacientes (65). 
 
 
36 
 
Se identificó la lesión visualmente durante la cirugía en nuestro estudio, 
en contraste con el 34.5% de lesiones encontradas intraoperatoriamente según 
el estudio de Regoly-Me´rei et al.(63) . 
CONCLUSIÓN 
La incidencia de lesión de la vía biliar en nuestro hospital es similar a la 
reportada mundialmente. Existen factores de riesgo preoperatorios y 
transoperatorios que se deben de tomar en cuenta para prevenir una lesión de 
la vía biliar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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