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Fundamentação Ética do Parto Humanizado

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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY 
ESCUELA DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN 
CAMPUS MONTERREY 
 
 
 
 
LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICA DEL CONCEPTO DE PARTO 
HUMANIZADO 
 
TESIS PRESENTADA POR 
MARÍA JOSÉ MONTES HERNÁNDEZ 
 
PARA OBTENER EL GRADO DE 
DOCTORA EN ESTUDIOS HUMANÍSTICOS 
 
DICIEMBRE 2021 
TECNOLÓGICO DE MONTERREY 
 
LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICA DEL CONCEPTO DE PARTO 
HUMANIZADO 
 
Tesis presentada por 
María José Montes Hernández 
como uno de los requisitos para obtener el grado de 
Doctora en Estudios Humanísticos 
 
 
 
Comité de tesis: 
 Dra. Martha Eugenia Sañudo Velázquez - Tecnológico de Monterrey 
 Dr. José Carlos Vázquez Parra - Tecnológico de Monterrey 
 Dra. Ana Laura Santamaria Plascencia - Tecnológico de Monterrey 
 Dra. María del Pilar González Amarante - Tecnológico de Monterrey 
 Dr. Rolando Picos Bovio - Universidad Autónoma de Nuevo León 
 
 
 
 
 
Diciembre de 2021 
TECNOLÓGICO DE MONTERREY 
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey 
Escuela de Humanidades y Educación 
Los miembros del comité aquí citados certificamos que hemos leído la disertación doctoral 
presentada por María José Montes Hernández y consideramos que es adecuada en alcance y 
calidad como un requisito parcial para obtener el grado de Doctora en Estudios Humanísticos. 
 
 
 
Dra. Martha Eugenia Sañudos Velázquez Dr. Maximiliano Maza Pérez 
Tecnológico de Monterrey Director del Doctorado en Estudios Humanísticos 
Asesor principal Escuela de Humanidades y Educación 
 Tecnológico de Monterrey 
 
 
 
Dr. José Carlos Vázquez Parra Dr. Roberto Domínguez Cáceres 
Tecnológico de Monterrey Decano Asociado de Posgrados 
Coasesor Escuela de Humanidades y Educación 
 Tecnológico de Monterrey 
 
 
 
 
Dra. Ana Laura Santamaria Plascencia 
Tecnológico de Monterrey 
Miembro del comité 
 
 
 
 
Dra. María de Pilar González Amarante 
Tecnológico de Monterrey 
Miembro del comité 
 
 
 
 
Dr. Rolando Picos Bovio 
Universidad Nacional Autónoma de México 
Miembro externo del comité 
 
 
 
 
Formato de declaración de acuerdo para uso de obra 
 
Por medio del presente escrito, María José Montes Hernández (en lo sucesivo EL AUTOR) hace 
constar que es titular intelectual de la obra titulada LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICA DEL CONCEPTO DE 
PARTO HUMANIZADO (en lo sucesivo LA OBRA), en virtud de lo cual autoriza al Instituto Tecnológico 
y de Estudios Superiores de Monterrey (en lo sucesivo el ITESM) para que efectúe resguardo mediante 
copia digital o impresa para asegurar su conservación, preservación, accesibilidad, disponibilidad, 
visibilidad, divulgación, distribución, transmisión, reproducción o comunicación pública con fines 
académicos o propios al objeto de la institución y sin fines de lucro como parte del Repositorio Institucional 
del ITESM, ubicado en la siguiente dirección electrónica: http://repositorio.tec.mx/ EL AUTOR reconoce 
que al depositar su tesis en el repositorio, ésta quedará disponible y puesta a disposición con una licencia 
de recurso abierto a elección del autor. EL AUTOR reconoce que ha desarrollado LA OBRA en su totalidad 
de forma íntegra y consistente cuidando los derechos de autor y de atribución, reconociendo el trabajo 
intelectual de terceros. Esto incluye haber dado crédito a las contribuciones intelectuales de terceros que 
hayan participado como coautores, cuando los resultados corresponden a un trabajo colaborativo. De igual 
manera, EL AUTOR declara haber dado reconocimiento y crédito de autoría a cualquier parte de LA OBRA 
que haya sido previamente sometida, para obtener un grado académico, titulación y/o certificación en esta 
o cualquier otra universidad. Incluyendo la debida atribución a través de cita o referencia bibliográfica en 
LA OBRA a conceptos, escritos, imágenes y cualquier representación intelectual al consultar publicaciones 
académicas, científicas, culturales o artísticas de otros autores, así como la fuente de su obtención. EL 
AUTOR establece su deseo de conceder esta autorización de forma voluntaria y gratuita, y que de acuerdo 
a lo señalado en la Ley Federal del Derecho de Autor y la Ley de Propiedad Industrial, ITESM se 
compromete a respetar en todo momento la autoría y a otorgar el crédito correspondiente en todas las 
actividades mencionadas anteriormente de LA OBRA. De la misma manera, EL AUTOR manifiesta que el 
contenido académico, literario, la edición y en general cualquier parte LA OBRA presentada es de su entera 
responsabilidad, por lo que deslinda al ITESM por cualquier violación a los derechos de autor o propiedad 
intelectual o cualquier responsabilidad relacionada con LA OBRA frente a terceros. 
 
 
 
 _________________________________________ 
María José Montes Hernández 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Formato de declaración de vinculación de la tesis con PRONACE 
y ÁREA PRIORITARIA de la Escuela de Humanidades y Educación 
 
Por medio del presente escrito, María José Montes Hernández (en lo sucesivo EL AUTOR/LA 
AUTORA) hace constar que es titular intelectual de la obra titulada LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICA DEL 
CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO (en lo sucesivo LA OBRA) y que la misma está vinculada a los 
Programas Nacionales Estratégicos (PRONACES) del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología 
(CONACyT) a través de la Modalidad ÁREAS AFINES A LOS PRONACES – TEMAS 
PRIORITARIOS, Área de SEGURIDAD HUMANA, Tema de EDUCACIÓN PARA LA 
CIUDADANÍA Y LA PAZ, Subtema de EDUCACIÓN CENTRADA EN LA COMPRENSIÓN DE 
LA OTREDAD. 
 
Asimismo, LA AUTORA declara que LA OBRA se vincula al ÁREA ESTRATÉGICA de IGUALDAD 
DE GÉNERO de la Escuela de Humanidades y Educación (EHE) del Tecnológico de Monterrey a través 
de la LÍNEA DE GENERACIÓN Y APLICACIÓN DEL CONOCIMIENTO (LGAC) de ÉTICA. 
 
Ambas vinculaciones se explican con detalle en el cuerpo de LA OBRA. 
 
 
 
 
 _________________________________________ 
María José Montes Hernández 
 
 
0 
 
Doy gracias a Dios, a la energía suprema y universal, que me ha permitido conocer la vida 
y aprender de ella. Gracias por permitirme llegar a este punto y tener la capacidad de 
difundir con amor mis ideas. 
 Dedico esta tesis a mis padres y hermana: a mi mamá, María de Jesús, quién 
representa y encarna el amor infinito que hay entre dos personas. Ma, gracias por elegirme 
tu hija, por desearme y cuidarme desde mis primeros latidos, porque atravesamos un 
embarazo difícil, pero hemos aprendido a disfrutarnos en todo momento ¡Qué tal, 34 años 
después aquí estamos! Mi casa siguen siendo tus brazos. 
 La obstetricia ha estado también presente en mi vida desde pequeña con la imagen 
de mi papá, José Luis: de ti y contigo aprendí que lo más importante es el trato y la 
atención, encontrar las maneras de brindar la mejor respuesta posible. Las historias que 
cuentan de ti son tantas – incluso mi hermana quiere hacer un libro con ellas- y hablan de 
todas las vidas que tuviste y sentiste entre tus manos. 
 Cuando pienso en el lenguaje y la expresión, te pienso y reconozco la importancia 
de nombrar y reconocer a las personas que cuidan como tú, Lourdes. Lulú, hermana, dedico 
esta tesis a tus cuidados reconociendo en ti la precariedad a la que muchas mujeres se 
enfrentan, aludiendo a que el cuidar, sea cual sea la razón que lo motiva, necesita ser una 
acción compartida. 
 Agradezco a mis maestros y mentores: a la Dra. Martha Eugenia Sañudo Velázquez, 
por el cariño con que me ha transmitido y sembrado en mí la filosofía, por los paseos de 
reflexión en el parque, por las coincidencias, por dejarme ser parte de tu vida y de ese 
“linaje” de investigadores. Esta tesis inicia contigo, en tu antigua oficina, hablando de tu 
experiencia al ser madre. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
1 
 
 
 
 Al Dr. José Carlos Vázquez Parra, que se unió en el acompañamiento académico de 
esta tesis aportando estructuray sumándose a ser una mirada crítica en este proyecto. 
Gracias por su lectura atenta, por la rapidez y disponibilidad para consultarlo, por la 
empatía mostrada ante las dificultades que experimentamos. 
 A la Dra. Florina Arredondo Trapero, que conoció y confió en este proyecto desde 
su inicio: gracias por sus recomendaciones, por su lectura y cariño depositado hacia las 
mujeres parteras. 
 A la Dra. Ana Laura Santamaria, que ha sido testigo de mi paso a través de la 
escuela de humanidades: gracias por sus consejos, apoyo y acercamiento al arte, por 
brindarme perspectiva y moldear el pensamiento humanístico en una persona sin formación 
propiamente humanista. 
 Al Dr. Rolando Picos Bovio por su tiempo, lectura y aportaciones a este trabajo de 
investigación. 
 Al Dr. Rafael Gasperín Gasperín, antecesor de esta travesía, por ser parte del cultivo 
de esta semilla, por ser de mis primeros acercamientos al pensamiento ético en la escuela de 
medicina. 
 A la Dra. María del Pilar González Amarante: gracias por ser testigo de mi trabajo, 
por el acompañamiento en las distintas etapas académicas desde que era estudiante de 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
2 
 
medicina, hasta hoy. Gracias por poner en la mesa las humanidades médicas y por brindar 
la perspectiva social que es necesaria en el análisis. 
 A la Dra. Mary Ana Cordero Díaz: gracias por ser un referente en mi educación, al 
ser la primera a quién me dirigí con todas mis dudas para dirigirme hacia las humanidades. 
 Finalmente, agradezco profundamente al Tec de Monterrey, a la Escuela de 
Humanidades y Educación (EHE) y al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología 
(CONACYT) y al Dr. Maximiliano Maza Pérez director del programa de Estudios 
Humanísticos por la oportunidad recibida para realizar esta investigación y los estudios de 
posgrado correspondientes. 
 
[Dejaré un espacio en blanco, como ejercicio reflexivo, para poder, cuando esta tesis sea 
materializada en papel, agradecerte a ti lectora y lector de manera personal que estés aquí:] 
 
 
 
 
 
 
 
 
¡Gracias! 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
3 
 
Índice 
 
Introducción ............................................................................................................................ 4 
Capítulo 1. Reflexiones contextuales en torno al parto ........................................................ 20 
1.1 Claves para la comprensión de una práctica médica .................................................. 20 
1.2 Historia de la obstetricia en México ........................................................................... 24 
1.2.1 La obstetricia prehispánica ................................................................................... 26 
1.2.2 El parto en la Nueva España ................................................................................ 34 
1.2.3 El siglo XIX y la obstetricia ilustrada .................................................................. 44 
1.2.4 La obstetricia contemporánea............................................................................... 57 
Capítulo 2. La práctica médica en la atención del parto ....................................................... 74 
2.1 La deshumanización en la atención médica ................................................................ 74 
2.2 ¿Qué es la “humanización” del parto? ........................................................................ 84 
2.3 El humanismo y la deshumanización de la atención médica. ..................................... 88 
2.4 El proceso de humanización de las prácticas ............................................................ 104 
Capítulo 3. El parto humanizado en el marco del estudio de las emociones ...................... 110 
3.1 Perspectivas teóricas en torno al estudio de las emociones ...................................... 111 
3.1.1 Las teorías cognitivas de la emoción.................................................................. 114 
3.1.2 Las teorías no-cognitivas de la emoción ............................................................ 117 
3.1.3 La dualidad de las emociones............................................................................. 120 
3. 2 Los componentes evaluativos de la emoción ........................................................... 123 
3.2.1 Los sentimientos, las creencias y el mundo exterior .......................................... 125 
3.3 La teoría cognitiva de Nussbaum: elementos de la filosofía estoica ........................ 129 
3.4 Las emociones en la filosofía contemporánea .......................................................... 135 
3.4.1 La fundamentación racional de las emociones en la atención médica ............... 135 
Capítulo 4. Otros horizontes en la atención del parto. La partería y la labor de cuidados . 141 
4.1 El parto: entre la institucionalización y la no institucionalización ........................... 141 
4.2 ¿El cuidado o los cuidados? ...................................................................................... 146 
4.2.1 La labor de los cuidados ..................................................................................... 146 
4.2.2 La feminización de los cuidados y la división sexual del trabajo ...................... 151 
4.2.3 Vulnerabilidad, imaginación narrativa y compasión en los cuidados ................ 159 
4.3 La ética del cuidado para la humanización ............................................................... 164 
4.4 El despojo de la práctica ........................................................................................... 168 
4.4.1 Las formas de la partería .................................................................................... 172 
4.4.2 La partería en contexto ....................................................................................... 175 
4.4.3 La partería como resistencia: las casas de parto ................................................. 179 
4.4.4 La comunidad del parto, un entorno familiar ..................................................... 186 
Conclusiones ....................................................................................................................... 196 
Bibliografía ......................................................................................................................... 205 
 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
4 
 
La fundamentación ética del concepto de parto humanizado 
Introducción 
Remontándonos al inicio de la vida desde una perspectiva filosófica, el nacimiento es el 
inicio para establecer quién se es. Por esta razón, consideramos que el parto es el primer 
evento que permitirá un acercamiento moral de la persona con el mundo. El nacer es un 
acto de acompañamiento y amor, lo que, de lograrse así, brinda un sentido de pertenencia y 
facilita la transición de la vida intrauterina a la vida mundana. Para el recién nacido y la 
madre representa un salto hacia lo desconocido acompañado de la búsqueda de establecer y 
reconocer su lugar en el mundo. 
El nacimiento, por tanto, es un acontecimiento desconcertante, sumamente complejo 
y maravilloso. Nos recuerda la fragilidad del ser, nos muestra la vulnerabilidad encarnada 
en el rostro y cuerpo de la madre, nos llena de emociones, expectativas y anhelos. Es por 
esto que el inicio de la vida fuera del cuerpo materno requiere de confianza, seguridad y 
prudencia. 
Pensemos que al nacer nos desprendemos de la guarida que nos vio formarnos, 
constituirnos y definirnos. Salir al mundo es desgarrador, no hay duda, pero nos reconforta 
saber que hay algo más que nos une, que nos mueve a existir, un sentido de pertenencia, ya 
sea el latido de nuestra madre, el calor de su cuerpo o el alimento de su seno. 
La presencia de la madre, esa corporalidad que nos arropa, nos recuerda a la 
etimología de la palabra ethos, que, en griego, cuando se acentúa, significa guarida. 
Salimos y nos desprendemosde la guarida que nos vio crecer, nos expulsa al mundo, a 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
5 
 
buscar quiénes somos. Nacemos indefensos aún sin conocer nuestro camino, y a medida 
que interactuamos con nuestros semejantes aprendemos a observarnos a nosotros mismos. 
Dar a luz es entonces una metáfora que, en términos de apreciación de los 
fenómenos naturales que nos acompañan en la vida, representa la diversidad del nacer. El 
dar a luz es amanecer, es aurora, sin importar qué sucede alrededor, tal como en el parto, 
sin importar las nubes del paisaje, si es playa, montaña o monte, pues conocemos con 
certeza que el sol saldrá día a día. El dar a luz es la constante, lo que se modifica es lo que 
acompaña al paisaje: en el parto existe ese paralelismo. 
Aunque se trate de un evento universal, la manera de parir es única en cada cultura, 
y podemos coincidir en que aún en presencia de diferentes escenarios, teniendo en cuenta 
los aspectos sociales, económicos o ideológicos, el dar a luz marca la vida de las mujeres. 
De esta manera, el nacimiento constituye uno de los hechos más importantes dentro de la 
construcción de las sociedades contemporáneas. 
Así es como, reconociendo la importancia del nacimiento, analizaremos a partir de 
una perspectiva filosófica por qué existe una problemática en torno a la forma en la que se 
lleva a cabo el parto en México. A lo largo de esta tesis buscaremos presentar las razones 
éticas por las cuales consideramos que, ante esta problemática del parto, requerimos 
reflexionar acerca de las alternativas posibles, buscando plantear nuevos horizontes y 
significados en la atención médica del parto. 
De esta manera, empezamos por reconocer que esta problemática es visible gracias 
a la existencia del movimiento por la humanización del parto que surge en 1985 como 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
6 
 
respuesta a la crítica feminista que señaló cómo el parto se había convertido en un evento 
medicalizado, estandarizado, con prácticas rutinarias que mantenían a la mujer como una 
espectadora de un evento en el que ella debería ser, a todas luces, la protagonista. 
Esta preocupación por conocer y transformar las prácticas médicas ha hecho que en 
las últimas décadas se cuestione si las acciones del personal de salud han sido las más 
adecuadas. En esta revisión histórica observaremos el contexto en el cual la atención del 
parto se ha modificado paulatinamente, partiendo desde la atención del parto prehispánico, 
que presenta un acompañamiento estrecho, embebido en los cuidados y centrado en la 
escucha activa de las mujeres, hasta la necesidad actual de humanizar el parto ante la 
percepción de las madres de requerir una atención genérica, sistematizada y protocolizada. 
En este contexto histórico resalta la práctica de la partería, actualmente vista como 
una práctica alternativa y que, sin embargo, va más allá de ser solo una opción para algunas 
parturientas citadinas hoy en día. La práctica misma muestra en su fundamentación un 
paradigma de cambio, como la posibilidad de resignificar las prácticas médicas actuales a 
partir de las necesidades reales durante los cuidados en el parto. La participación de las 
mujeres parteras en la historia expone la integración del conocimiento del cuerpo, los 
cuidados, el reconocimiento de las emociones, dando lugar a ambientes seguros de 
atención. Estos elementos son piezas angulares en el desarrollo fisiológico del parto, de 
forma que el modelo de partería a través del tiempo ha mantenido su postura frente a 
permitir que sean las mujeres quienes expresen sus emociones y puedan decidir cómo, 
dónde y con quién parir. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
7 
 
Entre la efervescencia en torno al estudio de la salud y la ética médica, está el 
interés de atender el nacimiento. El parto es un proceso fisiológico complejo y, sin 
embargo, la narrativa actual se ha construido a través de la medicalización, una constante 
necesidad de racionalizar la atención y el uso incrementado de tecnología, lo que produce 
un exceso de intervenciones innecesarias. A raíz de esto se han podido identificar 
problemas que afectan directamente en la toma de decisiones por parte del equipo médico, 
evidenciando áreas de oportunidad en el personal de salud, lo que ha llevado a presentar 
conflictos con las mujeres usuarias en términos de libertad de elección y justicia. De esto se 
desprende la propuesta para considerar la “humanización” de las prácticas de atención, una 
noción que parte de una valoración reflexiva, un deseo expreso de retomar las cualidades 
que consideramos “humanas”. 
Algunos autores como Alasdair MacIntyre (1978) e Iván Illich (1975) han 
elaborado una crítica a la sociedad moderna, que ha acogido de manera ingenua las ventajas 
que prometía la industrialización y el progreso en la vida cotidiana. A nivel moral, 
MacIntyre señala la existencia de una crisis en la filosofía que es, a su parecer, consistente 
en la medicina en materia de ética médica desde 1980 y lo considera un síntoma del 
panorama general que se presenta. 
MacIntyre identifica en los problemas de la filosofía moral una serie de premisas 
que son claves para comprender las implicaciones de la modernidad en el desarrollo de la 
moralidad. El primer pensamiento clave es que no podemos hablar de una persona con 
capacidades morales desde un concepto abstracto, es decir, que cada persona o agente 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
8 
 
moral encarna un rol definido dependiendo de la actividad que desempeña y está 
determinado por las relaciones que se establecen a través de ese rol. En el campo médico y 
de la atención de parto, las personas morales son los médicos, las parteras, las educadoras 
perinatales, las doulas y otros actores que nombraremos la comunidad del parto. ¿Por qué 
es importante especificar que se habla de personas morales concretas? Las ideas de la 
modernidad giran en torno a concepciones abstractas que identifican a los agentes morales 
desde un presupuesto individual y racional que determina sus acciones a partir de la 
comprensión y el respeto hacia las reglas establecidas. Esto genera un problema porque, tal 
como lo menciona MacIntyre, tendríamos que posicionar en la toma de decisiones morales 
primero los bienes, por ejemplo, la salud de las madres, y luego los roles, como lo son los 
de la partera, el acompañante y el médico, para finalmente tomar acciones. Sin embargo, 
constantemente se busca resolver los dilemas que surgen en la atención médica tras 
establecer prioridades o reglas que regulen la toma de una decisión. La pregunta detrás de 
esta forma de razonar es “¿qué regla o principio debería de cumplirse en esta situación?”, 
cuando más bien debiera ser “¿qué papel tengo en este dilema y cuál es la relación que 
tengo ante esta situación?”. 
Las respuestas a estas preguntas y otras encrucijadas que surgen en la atención 
médica deberían, de acuerdo con lo que propone MacIntyre, ver la situación como parte de 
un todo, no partir de una parcialidad, y pensar en las personas morales como la suma de los 
roles que encarnan y las situaciones a las que moralmente se exponen. Es así como el autor 
crea un puente entre los problemas de la medicina contemporánea y los recursos con los 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
9 
 
que el personal de salud cuenta para poder solucionarlos, poniendo en evidencia que la 
tradición filosófica y la ética médica necesitan reformar los estatutos desde donde se 
posicionan (el modelo biomédico de atención). Su propuesta nos brinda una nueva lectura 
de Aristóteles, quien señala los roles del médico desde el concepto de la amistad como 
virtud aristotélica, mediante la cual la relación médico-paciente puede establecerse como 
amigos o como extraños, asunto que analizaremos más adelante en el Capítulo 2. 
Dentro de la filosofía moralhan surgido algunas personalidades que han criticado 
fuertemente con sus aportaciones la comprensión de la vida en el marco de la modernidad. 
Entre ellos está Illich, historiador y filósofo de la segunda mitad del siglo XX cuyas tesis 
son vigentes aún en el contexto global actual. Illich es referente importante de esta 
investigación por retratar en sus publicaciones las crisis mundiales existentes desde una 
mirada que contempla la situación de América Latina, pero sobre todo porque su crítica se 
hace desde Cuernavaca, Morelos, México donde fundó el Centro Intercultural de 
Documentación (CIDOC).1 
Fue a través del CIDOC que, fiel a su propuesta, comenzó a organizar seminarios 
para analizar los aspectos de la industrialización en la sociedad, tomando como puntos 
referentes la educación, la tecnología, la medicina y el transporte. A esta etapa de su obra se 
le atribuyen sus primeras publicaciones: La sociedad desescolarizada (1971), La 
convivencialidad (1973), Energía y equidad (1974) y Némesis médica (1975). Una de las 
 
1 Las observaciones que realizó entre 1971-1976 tienen un análisis profundo de las condiciones que 
actualmente reconocemos como Antropoceno. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
10 
 
particularidades de Illich es que su obra puede ser analizada en retrospectiva como una 
advertencia ante las crisis actuales (Beck, 2021). 
Con la ayuda de Némesis médica, La expropiación de la salud en 1975 critica el 
sistema de atención a la salud. La intuición de Illich hacia la modernidad y las acciones que 
se realizan lo llevan a plantear que la tecnología funciona como un “medio” para llevar a 
cabo “un fin”, que serían el florecimiento y la autonomía humanas, siguiendo una especie 
de imperativo categórico kantiano. La ideología de la modernidad asume la comprensión y 
dominación del mundo racional a través de la tecnología, pero esto lleva a un crecimiento 
desmedido y a la pérdida de este razonamiento, modificándose la visión de la tecnología ya 
no como un medio sino un fin en sí mismo. 
Apoyado en las figuras míticas griegas y el pensamiento Aristotélico2, Illich habla 
de un Némesis como una pasión que se inclina hacia la impartición de justicia (Fernández, 
2021). Pero no se trata de una justicia en términos distributivos, sino de una pasión que 
lleva a los seres humanos a cuestionar, incluso dudar de la justicia divina, lo que los 
motivaría a trabajar para lograr la justicia mediante la ley o en los tribunales, donde las 
acciones son exoneradas, perdonadas o castigadas. Es la única pasión, además de la 
confianza, que vincula explícitamente a lo divino, con la esperanza de que al ser reconocida 
por los dioses se obtenga una recompensa (Basil, 2021).3 
 
2 Aristóteles habla de Némesis en Retórica como una pasión asociada al comportamiento divino, entre la 
culpa y la envidia, un sentimiento de justicia o merecimiento, de castigo o de honra ante un acto. 
3 Aristóteles se refiere a esta pasión también a partir de las acciones de Antígona, de Sófocles, quien buscando 
honrar la muerte de su hermano desafía las leyes para darle un sepulcro digno. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
11 
 
Así, pues, al hablar de la justicia que vincula lo divino, Némesis puede ser 
interpretada como el deseo de que lo “bueno” sea recompensado y lo “malo” castigado de 
acuerdo con el valor de las acciones que se realizan. Illich la entiende como la venganza o 
castigo ante la transgresión de los límites o prohibiciones, en este caso producto de la 
industrialización de la sociedad. 
Al referirnos a la Némesis médica, el recurso utilizado es el mito del rey Tántalo, 
quien es invitado al Olimpo a compartir con los dioses. Durante su estancia, se ve tentado a 
robar la ambrosía de los dioses, logra su objetivo, se vuelve inmortal. Ante la desobediencia 
del rey, los dioses le condenan a pasar la inmortalidad en el Hades, donde es incapaz de 
satisfacer ninguna necesidad, ya que al encontrarse sediento o hambriento tanto los 
alimentos como el agua se alejan de él, dejándolo siempre penando, sin poder alcanzar lo 
que es ahora más preciado. Némesis no es más que las acciones desencadenadas por el 
hurto de Tántalo, tal como lo es la Némesis médica tras transgredir los límites entre la idea 
del progreso ilimitado y la autonomía de las personas frente a la salud y la enfermedad. 
Otra manera de hablar de la medicina moderna y la Némesis es a través del anhelo 
de la inmortalidad de Tántalo. Entre los fines de la medicina moderna está el 
perfeccionamiento de sus prácticas, buscar mediante la tecnología y la instrumentalización 
tener vidas más longevas justificadas por el deseo de progreso que, en el caso de la 
medicina, como lo menciona MacIntyre, implica enfrentarse a contradicciones morales. 
Esta es una manera enérgica de establecer un juicio crítico en torno a la pérdida de 
la autonomía de las personas en tres ámbitos de su día a día: la educación, el transporte y la 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
12 
 
salud. En lo que respecta a la salud, MacIntyre recurre al término “medicalización” de la 
vida para evidenciar la apropiación médica del nacimiento y la muerte, mientras condiciona 
la experiencia del dolor a un diagnóstico médico. Su argumento se extiende a criticar la 
consideración de la salud como un producto o una mercancía de consumo, lo que restringe 
la capacidad de la persona de procurar su salud por cuenta propia. Hay una dependencia del 
saber médico para dar razón a las manifestaciones del cuerpo, y a la búsqueda de medios 
para romper con esta dependencia MacIntyre la nombra como “expropiación” de la salud. 
Martha Nussbaum, otra gran crítica de las acciones contemporáneas que dejan lo 
humano en segundo plano, menciona que al cultivar la humanidad existe una mirada 
socrática de plantear la vida. Esto consiste en cuestionar las tradiciones morales que han 
permitido construir la racionalidad en la que se sustentan las acciones. Nuestra hipótesis 
precisamente apunta a que la causa de estos problemas es un exceso de confianza 
depositada en la racionalidad científica, al considerar exclusivamente el conocimiento 
científico como aceptable. Dicho de otro modo, requerimos poner en duda la 
fundamentación filosófica que respalda aquello que entendemos por una atención médica 
adecuada. 
Tan solo en México, en el año 2019,4 el INEGI reportó 2,092,214 de nacimientos, 
por lo que es necesario revalorar el papel de las madres como protagonistas en los cuidados 
alrededor del parto. Además, a decir de esta cifra y las características observadas en los 
 
4 De acuerdo con los últimos datos presentados por el INEGI en el 2020, en la estadística de nacimientos 
registrados se observa un descenso del 3.2% en comparación con el 2018. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
13 
 
nacimientos, el 88.9% se realizaron en un hospital o clínica, mientras que el 3.7% se 
llevaron a cabo en casa, lo cual habla del comportamiento actual de las prácticas.5 En este 
proceso, cuestionamos si las mujeres tienen un espacio seguro de atención, ya que es una 
etapa en la cual intervienen un sin fin de emociones que van desde la felicidad hasta la 
vulnerabilidad, incluso el miedo. 
Siguiendo la lectura de Martha Nussbaum, las emociones históricamente han sido 
concebidas como manifestaciones abstractas, juicios valorativos que se desarrollan desde el 
exterior de la persona (2011). Por tanto, de acuerdo con la tradición filosófica occidental, 
las emociones han sido relegadas a una dicotomía entre lo irracional y cognitivo, dejando a 
las emociones en el terreno de lo irracional y a la atención médica en el de lo racional. La 
interpretación de las emociones en el proceso de la práctica médica ha permanecido velada 
ante la presencia imponente de la racionalidad científica, que se asienta en elementos 
ideológicos y filosóficos de la modernidad. 
Nussbaum,haciendo referencia al pensamiento estoico, logra vislumbrar las 
emociones como un juicio valorativo, pero dentro de un proceso racional en donde existe 
un objeto, una intención y una aceptación de la realidad, lo que nos permite incorporar su 
propuesta al cuestionar la atención del parto: ¿qué lugar tienen las emociones en la 
atención?, ¿por qué su reconocimiento permitiría el acceso a la justicia?, ¿cómo incluir en 
los juicios científicos las emociones? 
 
5 Las cifras también incluyen como variables para lograr el 100% de la estadística las siguientes: No 
especificado, 5.7%; Otros, 1.1%. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
14 
 
Estas preguntas nos conducen a examinar cómo es la atención actual del parto, en 
tanto que los estudios señalan que el ambiente en el cual se desarrolla la atención médica en 
ocasiones no es el más favorable para permitir que las mujeres se sientan en confianza para 
externar su opinión e incluso cuestionar las decisiones que se toman respecto a sus cuerpos 
y sus embarazos. Este fenómeno, creemos, sucede en parte por relegar la presencia de las 
emociones en las acciones médicas e ignorar que indudablemente forman parte de la 
práctica humana, lo que trae como consecuencia la deshumanización del acto médico. 
El reto al que nos enfrentamos es la mejora de las experiencias de las mujeres 
durante el parto, poniendo en duda el sostén filosófico que tienen en la práctica las 
emociones, buscando elevar la racionalidad de las emociones a la misma complejidad que 
la racionalidad científica, empezando por señalar los problemas éticos que surgen del 
exceso de confianza en dicha racionalidad y que justifica la medicalización. 
De la mano del reconocimiento de las emociones en la fundamentación de la 
atención, al promover la atención del parto teniendo como protagonista central a la madre, 
podemos observar que existe resistencia por parte del equipo médico al objetar acerca del 
estado actual de la atención, lo que nos lleva inevitablemente a buscar comprender 
históricamente cómo se desarrolla la atención de la mujer y en qué momento de la historia 
se consolida la presencia del médico en la ciencia como una figura incuestionable de razón. 
Finalmente, al plantear la fundamentación ética en el concepto del parto 
humanizado será necesario también hablar de los cuidados, establecer las relaciones que 
académicamente se presentan entre la feminización, la precariedad y la naturalidad en 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
15 
 
relación con ellos. Todas estas características, al encontrarse en el acontecer del parto, 
muestran que en el proceso de humanizar una práctica requerimos de establecer nuevos 
significados y objetivos. El plantear nuevos horizontes en la atención del parto hace 
inevitable el hablar de la labor de las parteras en la prestación de cuidados, esto de la mano 
de la crítica y propuestas feministas sobre la atención, y ante la creciente necesidad de 
promover prácticas que ayuden a consolidar los cuidados como parte fundamental del 
desarrollo de comunidades, entre ellas la que aquí se propone como comunidad del parto. 
De acuerdo con los Programas Nacionales Específicos (PRONACES), esta tesis se 
encuentra inscrita en los temas prioritarios en el área de seguridad humana y de la 
educación para la ciudadanía y la paz por la búsqueda de la humanización de una práctica 
médica. En específico, se busca reconocer que el exceso de medicalización de una práctica 
ha contribuido a la normalización de la violencia obstétrica y cómo impacta en el análisis 
desde la otredad y la relación con la corporalidad y el género. 
Ante la complejidad de los problemas en el ámbito de la atención médica a la mujer, 
para hablar del parto y la seguridad humana en México es necesario afrontar de manera 
interdisciplinaria los problemas derivados de esta interacción. De esta manera, al incorporar 
elementos de la filosofía moral, buscamos una aproximación que nos permita plantear 
nuevos escenarios hacia la búsqueda de prácticas médicas más humanas y orientadas al 
desarrollo común de la paz. Como referencia mundial, la humanización del parto impacta 
en los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): salud y bienestar, igualdad de 
género, y paz, justicia e instituciones sólidas. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
16 
 
El incursionar en este tema desde la perspectiva de las humanidades permitirá 
reconocer las limitaciones de la práctica, así como los derechos que se pueden vulnerar al 
momento de la atención médica de la mujer. Así, pues, la fundamentación ética del 
concepto del parto humanizado nos remitirá a hablar de la violencia obstétrica como la 
manifestación más extrema que se presenta durante el nacimiento. La definición que 
adoptamos al referirnos a la violencia obstétrica es la siguiente: 
Se considera violencia obstétrica emocional cuando incluye regaños, amenazas, 
humillaciones, burlas, discriminación por la apariencia de la mujer, ningún respeto 
por las opiniones o conocimientos de la parturienta, omisión de información 
relacionada con procedimientos que se realizarán en su cuerpo, entre otras. Se 
considera física cuando se realizan prácticas invasivas que incluyen el suministro de 
medicamentos injustificados para la salud de las mujeres, episiotomías y rasurado 
púbico de rutina, uso de oxitocina para inducir el parto, enemas para evacuar, 
excesivo monitoreo fetal, uso de fórceps; o bien no se tiene respeto por los tiempos 
o requerimientos del parto biológico, se les niega a las madres alimento o bebida, se 
implementan cesáreas innecesarias, anticoncepción temporal o definitiva -sin 
consentimiento de la mujer-, y en casos extremos todo ello puede llevar a la muerte 
del o la bebé, o de la madre. En todos los casos un uso abusivo del poder es negar el 
acceso a la atención oportuna o condicionarla (Ramírez, 2016, p. XX). 
De acuerdo con esta definición, podemos considerar la incorporación del análisis de 
la violencia desde acciones emocionales y físicas, mencionando en sentido amplio que el 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
17 
 
reconocimiento y búsqueda de la seguridad humana abarca el reconocimiento de las 
diferencias y se manifiesta a través del cuerpo, vinculando así que la búsqueda del 
florecimiento humano requiere de un análisis con perspectiva de género. Es pertinente 
señalar además que, dentro del marco legal mexicano, la violencia obstétrica se encuentra 
tipificada como un delito penal solo en 9 entidades federativas: Chiapas, Hidalgo, Morelos, 
Guanajuato, Veracruz, Durango, Puebla, Nayarit y Estado de México, mientras que en 
Nuevo León y Ciudad de México se cuenta con las iniciativas legales aún en discusión. 
 Analizar la fundamentación ética del concepto del parto humanizado es un llamado 
a la comunidad a posicionarse ante los problemas existentes que inciden en el bienestar 
social, la sustentabilidad, y el desarrollo económico y cultural de México. La introducción 
de la noción de parto humanizado en el mundo académico es reciente, y se ha analizado 
desde diversos estudios contemplando los saberes antropológicos, sociales, del personal de 
salud, las atenciones de enfermería y las parteras. A pesar de esto, la comprensión de los 
elementos que se señalan como parto humanizado es variable, y va desde conceptualizar un 
parto en agua, solicitar analgesia epidural, parir en casa y tener libertad de movimiento, 
hasta tener acceso al acompañamiento de un conocido o familiar, incluso de un intérprete. 
A la par de este proceso de medicalización se encuentra el modelo de partería, que 
brinda un espacio de atención segura a través de los cuidados. En este mismo escenario, es 
necesario comprender los cuidados desde una visión crítica, con una perspectiva de género 
que nos ayude a reformular las prácticas que demandan un proceso de humanización, como 
lo es el parto.Lo que deseamos en esta tesis es enfocarnos en que la necesidad de 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
18 
 
“humanizar” una práctica es el resultado de las intervenciones ideológicas heredadas del 
pensamiento moderno en la salud, con las cuales se ha prestado gran interés al desarrollo 
tecnológico que ha llevado a la medicalización. De esta manera, los objetivos generales de 
esta tesis son los siguientes: 
1. Examinar los elementos históricos de la atención del parto en México y las 
implicaciones éticas que tienen en la atención del parto contemporáneo para 
otorgar un contexto situacional del parto. 
2. Aproximarnos a la comprensión de lo “humanizado” desde la filosofía moral, 
para sentar las bases que dentro de la sociedad moderna han llevado a un 
supuesto alejamiento y percepción de las prácticas médicas como 
“deshumanizadas” 
3. Establecer como parte del proceso de humanización la integración de las 
emociones bajo la fundamentación cognitiva-evaluativa de Martha Nussbaum, 
así como el rol que tienen las emociones en la atención del parto. 
4. Presentar los cuidados como actividades fundamentales en la atención del parto, 
presentes en el modelo de partería, fijando la atención en la comprensión de los 
cuidados con perspectiva de género. 
5. Proponer una noción propia de parto humanizado que contemple los bienes, las 
relaciones y los contextos específicos de las madres. 
Finalmente, esta tesis busca poner esta información a disposición de todos ya que, 
aunque está escrita con propósitos académicos, es también una autocrítica desde la posición 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
19 
 
del médico, que inicia con el cuestionamiento de las prácticas de la medicina de acuerdo 
con la racionalidad científica aprendida. Además, al ser el parto un evento universal, es un 
llamado al posicionamiento de todas las personas involucradas en la atención para devolver 
el protagonismo a las madres. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
20 
 
Capítulo 1. Reflexiones contextuales en torno al parto 
1.1 Claves para la comprensión de una práctica médica 
A lo largo de la historia de las civilizaciones, el parto se ha reconocido como un evento 
trascendental en la vida de las mujeres, ha adoptado diversos significados y se ha elaborado 
toda una narrativa propia alrededor de él. El parto representa la imagen de un proceso 
doloroso, pero también la de un acto de creación, aunque no siempre ha sido un acto 
individual, elegido o consciente. Un elemento constante de la historia ha sido la asociación 
del parto con el miedo, la angustia física y la muerte. Esta asociación es de esperarse 
cuando recordamos que la muerte por parto era sumamente común hasta hace poco tiempo, 
tanto así que aún en nuestros días la relación del número de muertes de parturientas sirve 
como índice para evaluar el desarrollo de un país. En el año 2000, los estados miembros de 
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se comprometieron a trabajar para lograr 
los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) el reducir para el 2015 un 75% la razón de 
mortalidad materna (Chávez, 2018). A partir de este deseo por disminuir la mortalidad, el 
parto ha tenido modificaciones importantes en su atención, lo que nos lleva a reflexionar 
también sobre los objetivos de la atención médica. 
Dentro de la narrativa del parto se han entremezclado teorías filosóficas y 
teológicas, desde las cuales se ha enseñado lo que las mujeres deberían de sentir y de hacer 
(Rich, 2019). De esta manera, el proceso biológico de traer al mundo a un nuevo ser cobra 
una dimensión netamente ética y política, porque la forma de comprender el parto revela las 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
21 
 
creencias implícitas de una comunidad y el lugar que juegan en dicha comunidad las 
mujeres, las personas cercanas a las parturientas y los bebés recién nacidos. 
Lo que queremos destacar en este capítulo es que el parto tiene implicaciones 
biológicas que se desarrollan en un contexto social que ha cambiado con el tiempo, y que 
estos cambios han traído a la práctica de la atención del parto problemas éticos que se 
concentran en la limitación de la libertad de elección de las madres. Ahora bien, la forma 
como entendemos hoy en día al parto es el resultado de las transformaciones que ha 
experimentado la sociedad y la medicina en conjunto. En México, específicamente, 
contamos con una historia antigua del parto, durante la época precolombina, la cual que 
ofrece luces a la forma en cómo la práctica ha evolucionado: en el sentido de evolución 
como cambio, no de evolución como mejora lineal y progresiva hacia algo más deseable o 
mejor. 
La historia del parto en México se documenta indirectamente a través de códices 
antiguos, gacetas médicas, publicaciones del registro civil, edictos, juicios y decretos que 
narran la transición de esta práctica desde las civilizaciones prehispánicas hasta la 
obstetricia moderna, que culminó con la instauración del Colegio Mexicano de Ginecología 
y Obstetricia de México en 1945 (Buelna, 2012). Asimismo, dedicaremos un espacio a 
describir a otras integrantes de la atención del parto en México, las parteras en sus múltiples 
representaciones y labores de cuidados que desempeñan. 
El análisis que a continuación ofrecemos de la historia de la obstetricia en México 
pretende mostrar tres elementos que determinan la atención actual del parto: la presencia de 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
22 
 
un modelo filosófico biomédico (Engel,1977; Freeman, 2014; Farre, 2017; Tonelli, 2019; 
Valles, 2020), la medicalización del parto (Illich, 1975; Barker, 1998; Conrad, 2005; De la 
Ravanal, 2018; Clesse et al., 2018; Busfield, 2017; Dij, 2016; Sala, 2020; Hidalgo-
Lopezsosa et al., 2021) y la existencia de la partería, que ha mostrado una gran resiliencia 
frente a la medicalización del parto (Kukla, 2016; Shaw,2013). 
 Acerca del modelo filosófico biomédico, se trata de un modelo que subraya las 
relaciones entre las ciencias biológicas y la medicina, con el cual señalamos que la atención 
del parto se presenta en un marco de referencia en donde existen presupuestos filosóficos 
como la incertidumbre epistemológica y el privilegio epistemológico (Tonelli, 2019), que 
caracterizan al parto como un acontecimiento que requiere toma de decisiones bajo 
condiciones complejas, mismo que esto ha determinado de manera contundente la 
sustitución de la práctica de las parteras por parte médicos obstetras que garantizan, al 
menos en teoría, mayor probabilidad de éxito durante el parto. Evadir la ambigüedad y la 
incertidumbre dentro del modelo biomédico ha implicado un aumento en el uso de recursos 
científicos y tecnológicos (Tonelli, 2019).6 El objetivo de evidenciar la interacción entre la 
biología y la medicina es llegar al punto en donde sea explícita la medicalización del parto 
(Ramírez, 2016, p. 17). 
 
6 El modelo biomédico es el modelo de atención dominante en la actualidad. Las bases de este modelo son el 
considerar la biología como la disciplina base. Esto hace considerar a la enfermedad como una modificación 
de las normas biológicas observables a través de manifestaciones somáticas. El modelo biomédico es un tanto 
reduccionista en el sentido de que no da espacio a la exploración de la enfermedad desde las dimensiones 
psicológicas o conductuales. Los fenómenos complejos se estudian desde principios biológicos, separando lo 
somático de lo mental. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
23 
 
Con respecto a la medicalización del parto, utilizaremos el concepto de 
“medicalización de la vida” propuesto por Illich en su libro Némesis médica: la 
expropiación de la salud (1975), donde explora los aspectos sociales, culturales y 
estructurales de la práctica médica. La noción de medicalización, en términos de Illich,es 
una crítica a las instituciones biomédicas que han ejercido poder a lo largo de los años 
sobre la forma de interpretar momentos de la vida como el nacer, el morir o la experiencia 
del dolor. Para Illich, estos tres momentos forman parte de la vida cotidiana, y es solamente 
a raíz de un exceso de intromisiones médicas que se han alienado hasta el punto de 
percibirse como ajenas a la vida (Illich, 1975). En particular, la crítica que realiza Illich a la 
medicalización de la vida coincide de manera paradigmática a la hora de analizar la 
atención médica actual del parto, en donde una práctica que antes era ordinaria y se 
realizaba en casa ahora requiere de la intervención de personal con conocimiento científico 
avalado. 
Finalmente, en este análisis histórico podremos concebir la presencia de la partería 
contemporánea como resistencia frente a la medicalización (Shaw, 2013; Ramírez 2016; 
Laako, 2016, 2018, 2021; Marín, 2019; Ramírez, 2019; Nove, 2018). La partería toma hoy 
en día el rol de reafirmar la singularidad de las mujeres parturientas. Los partos son un 
evento único de vida que resonará en las experiencias de la madre. Los nacimientos son 
totalmente impredecibles, no tienen una duración determinada, no pueden ser valorados 
como procesos idénticos o sistematizables, de manera que verlo como un proceso de mera 
manipulación obstétrica reduce esa experiencia singular a un análisis netamente racional e 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
24 
 
instrumentado. Con estas tres propuestas de análisis en mente (el modelo filosófico 
biomédico, la medicalización del parto y la partería como resistencia) será posible descubrir 
hitos en la historia del parto en México. 
1.2 Historia de la obstetricia en México 
Al plantear el análisis de la obstetricia en México nos encontramos con la necesidad de 
realizar una reconstrucción histórica en la que converjan aspectos en torno al cuerpo de la 
mujer, su sexualidad y el rol que tiene en la sociedad. Es por esto que extender la crítica del 
parto humanizado al análisis de los procesos y las acciones que fundamentan la atención 
medicalizada requiere de una deliberación que involucre la filosofía presente en el modelo 
biomédico de atención. 
La historia de la obstetricia tiene un comportamiento similar a la historia de la 
medicina académica, es decir, representa un conglomerado de acciones construidas de 
acuerdo con el pensamiento de cada época, incluyendo creencias que intentan ser objetivas, 
pero que albergan prejuicios que son con frecuencia percibidos como verdades absolutas 
que con el paso del tiempo se eliminan o se revalidan. Por tanto, si observamos en 
retrospectiva cómo se desarrolla la atención del parto en distintas épocas, encontraríamos 
prácticas que ahora pudiéramos considerar absurdas e injustificables.7 Un ejemplo claro es 
la libertad de elección de la postura para parir (Lugones, 2012), ya que de manera 
 
7 Un ejemplo de las prácticas que pueden presentarse como poco racionales son los antojos que presenta la 
mujer embarazada, en la literatura prehispánica y la literatura novohispana se aconseja el cumplirlos con el fin 
de no presentar complicaciones en el embarazo. Esta práctica es aceptada, aun cuando carece de fundamento 
científico, incluso señalando que es más fácil lograr cambios en la práctica sanitaria que en las creencias y 
actitudes. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
25 
 
convencional se utiliza el recostar a las mujeres sobre su espalda. La posición supina se ha 
asociado con mantener a las mujeres en un estado de pasividad y dependencia, mientras que 
existen estudios de corte científico y antropológico que muestran las ventajas de parir desde 
la posición más cómoda y/o adaptadas a las costumbres de las mujeres. Tal es el caso de la 
clínica IMSS en Hecelchakán, Campeche, que sustituyó el uso de camas hospitalarias por 
hamacas tradicionales en la región Maya, con las cuales las mujeres pueden mecerse, 
recostarse o usarlas como cuerdas de apoyo al ponerse de cuclillas, favoreciendo así que el 
bebé descienda por el canal vaginal y disminuya el dolor de la espalda baja. 
El estado de la medicina académica ha sido el resultado de diálogos, contradicciones, 
antagonismos, resignificaciones y asimilaciones de saberes diversos sobre el cuerpo y su 
patología, que en conjunto han estado presentes en el largo proceso de construcción de una 
forma de mirar y construir la medicina académica (Tuñón, 2008, p. 285). Conocer las 
características de la práctica obstétrica desde una perspectiva histórica permite contrastar 
los periodos donde la medicina convive muy de cerca con la herbolaria, la medicina 
tradicional (López, 1975), la religión o incluso con la magia. Se trata, pues, de tener en 
cuenta estas consideraciones para mostrar cómo la obstetricia, que se considera asentada en 
un pensamiento racional, no nota que se encuentra fundamentada también en suposiciones 
y prejuicios con apariencia de opinión “ilustrada”: 
(…) los médicos crearon una representación técnico-médica del cuerpo femenino 
que distaba de lo objetivo pues mostraron una imagen y una fisiología construidas, 
pautadas por la estandarización y la homogeneización de criterios diversos que no 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
26 
 
siempre resultaron de reflexiones científicas, sino que estuvieron cargados de juicios 
ideológicos sobre las mujeres promovidos por una cultura masculina, clasista y 
profundamente racista (Tuñón, 2008, p. 289). 
En esta descripción de Tuñón es imposible dejar pasar la exigencia de analizar el 
tema con perspectiva de género, es decir, se evidencia que la historia está construida desde 
la visión hegemónica del médico varón que impera hasta mediados del siglo XX y que es 
determinante para la gestación de la práctica de la obstetricia tal y como la conocemos. De 
manera que dicha visión masculina hegemónica está implícita en el análisis de la obstetricia 
en México, una visión que además es fundamental en la construcción de la identidad 
médica mexicana. 
Con este panorama en cuenta, el objetivo de este apartado es analizar cómo se 
construyó la obstetricia en México, quién realiza las actividades médicas en torno al parto y 
cómo influye dicha figura en el desarrollo de la práctica. Dentro de esta revisión 
proponemos los siguientes periodos, como guía para reconstruir los acontecimientos y al 
mismo tiempo señalar episodios en la historia mundial que tienen eco en el desarrollo de la 
obstetricia mexicana: la obstetricia prehispánica, la obstetricia Novohispana, el siglo XIX, 
la obstetricia ilustrada y el inicio de la obstetricia moderna. 
1.2.1 La obstetricia prehispánica 
La información primaria de la obstetricia prehispánica es escasa. Predominan las 
referencias secundarias como los apuntes obtenidos de Nicolás León, médico e historiador 
(1859-1929), quien redacta el libro La obstetricia en México. Notas bibliográficas, étnicas, 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
27 
 
históricas, documentales y críticas de los orígenes históricos hasta, el año 1910. Este 
recurso bibliográfico es producto de la inquietud del autor tras leer la Historia de la 
obstetricia de Jac Von Siebold y no encontrar referencias sobre México en sus anotaciones. 
La obstetricia en México (1910) reúne las historias en torno a la obstetricia de la Nueva 
España que recopiló durante 30 años. 
Para iniciar el análisis de las civilizaciones prehispánicas nos centraremos en la 
civilización Azteca y la reflexión que hace León sobre los pobladores conocidos en la 
Nueva España. León divide a los pobladores precolombinos en dos grupos: el grupo semi-
civilizado y el grupo de los bárbaros y errantes. Entre los grupos semi-civilizados clasifica 
también a los de “cultura mayor” y los de “cultura inferior”, de modo que a los aztecas los 
consideró dentro del grupo más desarrollado. Ademásde los apuntes de León, existen 
algunos registros de grupos del noroeste del país, en Sinaloa, documentados por los 
misioneros jesuitas, y que dentro de la clasificación de León se encontrarán en el grupo 
semi-civilizado. 
La primera generalización que se puede expresar del periodo prehispánico es la 
participación exclusiva de las mujeres en todo lo que involucra la atención del parto 
(Jaffary, 2017; Buelna, 2012). Esto es sumamente revelador al contrastarlo con la práctica 
actual, donde las labores de los cuidados han sido desplazadas casi en su totalidad hacia los 
médicos que hasta hace poco eran en su gran mayoría varones. León destaca de la atención 
de las parteras el amplio conocimiento que poseían en herbolaria y botánica, constituyendo 
los primeros esbozos de la farmacología ginecobstetra (León, 1910). 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
28 
 
La obstetricia prehispánica, conocida como temixiuliztli, proviene del náhuatl 
temosiuilistli, que se traduce al español como “embarazada” o “embarazo”. Gracias a la 
existencia esta palabra dentro de su vocabulario podemos inferir que el embarazo fue un 
evento importante por la necesidad de ser nombrado. Asimismo, el valor asignado al 
embarazo dentro de su cosmovisión se puede ejemplificar con Cihuacóatl, la primera mujer 
madre, una deidad cuyos embarazos fueron todos gemelares. El mito de Cihuacóatl sirve 
para establecer el origen de la obstetricia azteca (Rojas, 2014; León, 1910). 
El embarazo de la mujer tiene repercusiones importantes para la organización social 
en la que habita, por lo que el embarazo, a pesar de ser un evento privado, constituye 
también un evento político al ser un referente de la dinámica y la organización aztecas, para 
quienes la reproducción era muy importante al considerarla un proceso divino. En las 
creencias prehispánicas los dioses tenían una fuerte intercesión, como lo señala Rojas-
Granados: 
En la mitología náhuatl, los niños eran concebidos en el más alto de los cielos, al 
lado de los dioses creadores Ometecutli y Omecíhuatl y su hijo Quetzalcóatl, 
responsables éstos de enviar a los niños a la tierra, usando como vehículo a los 
padres terrenales. Con estas creencias los niños eran considerados divinos, recibidos 
con mucha formalidad y tratados con gran reverencia (2014). 
 La reproducción para los aztecas era de gran importancia en un plano espiritual al 
ser los niños una extensión de los dioses, y en un plano físico al contribuir con la 
preservación de la comunidad y la expansión del imperio. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
29 
 
La asistencia del embarazo y del parto estaba a cargo de las mujeres parteras, 
quienes fueron conocidas con nombres como ticita, tepalehuiani o temixihuiani,8 
ayudadoras de las parturientas que realizaban intervenciones y rituales en las mujeres 
embarazadas.9 Rojas-Granados (2014) menciona que el rol de la partera era de tal 
relevancia que la personalidad de la partera podía determinar el desarrollo del parto, por 
ejemplo: todo aspecto negativo en la atención por parte de la partera que denotara un 
exceso de confianza, poca humildad o soberbia, de acuerdo con la creencia, era castigado 
por los dioses con complicaciones en el parto. 
La partera era vista con admiración al ser una intermediaria entre las mujeres y las 
diosas para lograr un buen parto; por tanto, se encomiendan a las mujeres con las parteras 
para su buen fin. Los consejos e indicaciones dados por la partera reflejaban que el 
conocimiento que se transmite respecto al embarazo está basado en las experiencias previas 
e ideas concebidas desde la mitología azteca y sus tradiciones. 
Para algunas enfermedades había dioses respectivos. Para las mujeres en particular 
encontramos a Tzinteutl, diosa de las mujeres que estaban encinta; Centeotl, diosa de las 
yerbas medicinales; el Tlama, que era el médico; la Tlamatqui, la partera; la diosa Ixcuina, 
protectora de las parturientas. Además, a la mujer que moría en el primer parto le llamaban 
Cihuapipilte, y era tenida en la categoría de diosa (Rojas-Granados, 2014, p. 132). 
 
8 Se traduce al español como persona que ayuda a otro. 
9 Como el uso del temazcal que se ve representado en el Códice Magliabecchiano. 
 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
30 
 
Las labores de las parteras consistían en dirigir y mediar la relación entre los 
cuerpos de las mujeres y los dioses, por lo tanto, el parto constituía un evento en el cual la 
partera se encontraría presente desde días previos a su inicio. Para los aztecas, la medición 
de la duración del parto se daba a través del calendario lunar, y tras 10 lunas era esperado el 
nacimiento. La culminación del embarazo simbolizaba también una batalla que la mujer 
debía librar, por lo que se les otorgaban un escudo y lanzas para simbólicamente 
defenderse. 
Las mujeres parteras, como se ha mencionado, encarnan en este ritual de nacimiento 
un papel muy importante, al ser ellas las personas que son capaces de invocar los espíritus y 
comunicarse con las deidades, habilidades que solo los médicos y las parteras poseían. De 
esta manera podemos inferir que el nacimiento para los aztecas era un evento que fusionaba 
las prácticas tradicionales y el misticismo que involucra su cosmovisión (Jaffary, 2017). 
Los cuidados de las parteras se van realizando al tiempo que el parto progresa. En 
un inicio, se basan en el acompañamiento y la atención a las mujeres, quienes reciben en 
sus casas baños con hierbas medicinales, e incluyen también la preparación de 5 elementos 
esenciales para el recibimiento del bebé: copal, hierbas, tabaco, tierra y agua. La partera 
también realiza el reconocimiento físico de la posición del bebé en el vientre de la madre a 
través de la palpación10 (León, 1910). 
 
10 Las maniobras de palpación externa son una práctica que perdura en la obstetricia moderna, bajo el nombre 
de Maniobras de Leopold. Se encuentran numeradas en 4 maniobras que evalúan mediante la palpación la 
altura del fondo uterino, la posición fetal, la presentación y el encajamiento fetal (ver Preyer et al., 2019). 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
31 
 
Una vez iniciado el trabajo de parto, se le otorgaba a la madre una bebida preparada 
a base de Chihuapatli (Montanoa tormentosa)11 con el propósito de ayudar con las 
contracciones y facilitar la expulsión del bebé. La forma en la que se llevaba a cabo el parto 
era en una posición arrodillada, mientras la partera se encontraba al frente de la parturienta. 
En este proceso también se designaban roles, y la ayudante de la partera, a la que se le 
llama “tenedora”, se colocaba a espaldas de la mujer embarazada, siento así que tanto ella 
como la partera compartían la tarea de llevar a cabo la atención del parto (Alfaro, 2018; 
Jaffary, 2017; Rojas-Granados, 2014; Rodríguez, 2000; León,1910). Al momento del 
nacimiento, la partera se encargaba de recibir al recién nacido con un mensaje que, 
dependiendo del sexo, le otorgaba un compromiso para con el mundo. 
Le cortará el ombligo como lo mandan los dioses Yoaltecutli, que es el señor de la 
noche, y Yoaltícitl, que es la diosa de los baños; dirigiéndose específicamente a la 
niña le dice: las mujeres deberán ser como la ceniza que cubre el fuego del hogar, 
como el corazón dentro del cuerpo, no andarán fuera de la casa, se acostumbrarán a 
no salir de su hogar a ninguna parte, dicho esto cortaba el ombligo (Rojas-Granados, 
2014, p.134). 
Una vez finalizada la salida del recién nacido con la fase conocida como expulsión, 
la mujer tomaba otra posición en la cual permanecía recostada esperando la salida de la 
 
11 Los efectos estudiados de la Montanoa Tormentosa indican que puede existir relación con la ingesta y la 
liberación de oxitocina en las neuronas de los núcleos Hipotalámicos en modelos animales. Lo relevante en la 
información que puede ser obtenida de la MontanoaTormentosa es consolidar el conocimiento que contaban 
los aztecas en la herbolaria y la importancia de aplicarlo al momento del parto; indirectamente podríamos 
inferir, que el nacimiento fue una actividad bien estudiada y valorada. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
32 
 
placenta o cihuatlayelli,12 que se enterraba en un rincón de la casa tras una revisión de su 
integridad. Después de las primeras horas del parto, en esa habitación permanecían la 
madre y el recién nacido 4 días con fuego prendido, sin dejar que se apagase, ya que en el 
fuego se encontraba la sustancia de vida del bebé. Todo este ritual se realizaba en los partos 
que tenían una conclusión adecuada, pero en esta conceptualización del parto también 
estaba presente la posibilidad de presentar complicaciones. 
La apreciación de las complicaciones del parto, o de un parto difícil que incluso 
pudiera culminar en la muerte, era de total solemnidad. Cuando un parto tardaba más de lo 
esperado, las parteras se enfocaban en estar solas con las madres, hacían uso del temazcal 
para inducir la expulsión del recién nacido; en los casos más complejos, donde no se 
apreciaran avances, la partera y la madre permanecerían juntas venerando a las diosas del 
nacimiento. 
Si durante el parto se identificara que no hay forma de cambiar el curso, o el bebé se 
encontrara muerto, la partera podría ayudar a expulsar el cuerpo del bebé; si la 
madre muriese en el proceso, la partera podía solicitar permiso para extraerlo del 
útero post mortem de la madre mediante una técnica llamada embriotomía. La 
muerte de una mujer en el trabajo de parto se encuentra valorada como un gran 
sacrificio, se rendía homenaje a la mujer fallecida (Tovar-Rodríguez, 2013). 
 
12 Cihuatlayelli, se encuentra mencionado en el Gran Diccionario Náhuatl como pares de la muger que pare 
podemos traducirlo como partes de la mujer que pare o las entrañas de la mujer (Gran Diccionario Náhuatl, 
2012). 
 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
33 
 
En caso de fallecimiento, la mujer era lavada y vestida con ropajes nuevos y 
elegantes para inhumar. El cónyuge llevaba a cuestas a su mujer, acompañado de las 
parteras y ancianas armadas como guerreras, dando alaridos como voces de guerra, luego 
salían a su encuentro los jóvenes mancebos o Telpopochtin y peleaban con ellas para tomar 
el cuerpo de la mujer. El entierro de la mujer se hacía a la puesta de sol, después de ser 
adornada por la partera como diosa, quien le decía: 
Valiente mujer, os habéis esforzado y trabajado como valiente, habéis vencido, 
habéis hecho como vuestra madre la señora Cihuacoatl o Quilaztli, habéis usado de 
la rodela y de la espada como valiente y esforzada. Moristeis muerte muy honrosa y 
muy provechosa. ¿Quién recibe tan dichosa victoria como vos, porque habéis 
ganado con vuestra muerte la vida eterna, gozosa y deleitosa, con las diosas que se 
llaman Cihuapipiltin, diosas celestiales? Pues idos ahora y ser una de ellas (Rojas-
Granados, 2014, p.134). 
Conforme narramos la aproximación al parto en el contexto prehispánico, en 
particular el de los aztecas, podemos identificar un proceso “humanizado” del mismo, en 
donde las mujeres, a pesar de no ser consideradas parte de la esfera pública social, tenían la 
tarea asignada de ser portadoras y dadoras de vida, además de brindar atenciones a otras 
mujeres con sus habilidades y capacidades durante el parto. La partera tenía el 
reconocimiento y el respaldo para ejercer libremente su profesión, sus conocimientos eran 
bien recibidos, y era considerada de utilidad (Rodríguez, 2010). 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
34 
 
Sobresale además que las intervenciones en el parto requerían de herramientas muy 
precisas como el uso de un temazcal, además del amplio conocimiento de la herbolaria, 
como el uso de la Montanoa tormentosa, que sigue estando presente en la investigación 
contemporánea como ser un fármaco de acción central que estimula la producción 
hipotalámica de oxitocina13 (Lagunes-Merino, 2020). 
Finalmente, notemos que, en la mitología azteca, que cuenta con una gran variedad 
de dioses y diosas, la figura de las mujeres es visible y su posición es en igualdad en 
relación con las deidades masculinas. Todo este constructo simbólico con matices 
espirituales convierte al parto en un evento sublime. Las prácticas en torno al parto son 
mundanas, pero cargadas de elementos simbólicos: el objetivo no es directamente la 
intervención al momento de dar a luz, sino fungir como un apoyo para las mujeres y las 
comunidades para que los partos se desarrollen. A partir de todo lo antes narrado queda 
claro que las parteras fungían como una conexión entre el mundo y los dioses. 
1.2.2 El parto en la Nueva España 
Entre las etapas de la historia de lo que hoy es México, el segundo gran periodo 
corresponde a los años de dominio territorial y político colonial que recibe el nombre de 
Nueva España, que inicia tras la caída de México-Tenochtitlán en 1521 y termina con la 
proclamación de Independencia tres siglos después. “Tras la conquista del territorio azteca, 
 
13 La oxitocina es una hormona involucrada en el parto y la lactancia, y su función es la de ayudar a que el 
cuello uterino modifique su forma anatómica y se pueda llevar a cabo el parto vaginal. La oxitocina también 
se puede encontrar de manera sintética como fármaco y existe un gran debate acerca del uso de la oxitocina 
exógena, ya que sus propiedades de acción son potencializadas y pueden poner en riesgo el desarrollo del 
parto. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
35 
 
inicia dentro de la colonia el establecimiento de los españoles sobre los pueblos nativos: 
[…] el mundo mesoamericano vivió cambios radicales, pero también hubo permanencias y 
continuidades” (García, 2008, p. 126). Las continuidades se presentaron sobre todo en el 
dominio político, ya que la consolidación y control de los territorios se dio a través de los 
señoríos ya existentes. 
El dominio político de los conquistadores en un territorio de gran extensión 
territorial como lo fue la Nueva España fue a través de alianzas entre los pueblos 
originarios de cada región, por lo que las costumbres y prácticas existentes no fueron del 
todo abolidas, sino que se realizaban de manera clandestina y se incorporaban elementos de 
los conquistadores a consecuencia del mestizaje. 
 La recopilación histórica de la obstetricia durante este periodo se encuentra 
presente indirectamente en los documentos cotidianos que describen la dinámica 
poblacional de la época (Beltrán, 2014), mas no existe un apartado exclusivo que hable del 
embarazo o del parto.14 En la atención del embarazo y el parto se mantuvo la misma 
tendencia de continuar con las prácticas ya existentes más la incorporación de elementos 
que provenían del Viejo Mundo: “medical knowledge in New Spain tended to build upon, 
rather than bury, developments from the pre-Hispanic era” (Jaffary, 2017, p. 43). Es así 
 
14 La reconstrucción histórica realizada por la Dra. Nora E. Jaffary en el libro Reproduction and its 
Discontents in México se pudo consolidar gracias al estudio de primera mano del Archivo Histórico de la 
Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Archivo General de la Nación, el 
Archivo Histórico de la Ciudad de Oaxaca y la Wellcome Library en Londres. La calidad del análisis 
realizado hizo ganar a la autora el premio Wallace K. Ferguson otorgado por la Asociación Canadiense de 
Historia, así como la mención honorífica en Historia Mexicana de la asociación de Estudios Latinoamericanos 
en Canadá. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
36 
 
como inicia una época de cambios en la cual confluyen los saberes de la población azteca y 
los españoles, intercambio que se da también en el entendimiento del cuerpo de la mujer y 
las costumbres traídas por el pueblo europeo, entre las quedestaca la incorporación de 
herramientas para el parto como la silla de partos y la posición de litotomía15 (Lugones, 
2012). 
Respecto a la incorporación prácticas, una de las más significativas fue la de 
recostar a las mujeres, legitimada gracias a presupuestos que favorecen la atención desde la 
perspectiva del médico tratante, es decir, en un inicio su incorporación buscó facilitar la 
visibilidad para el espectador del parto, lo que con el tiempo se adoptó como posición 
recomendada al ser el médico una figura respetada y de autoridad. El problema consiste en 
que, fisiológicamente, el parto se puede beneficiar de las distintas posturas que permiten 
mejorar el espacio pélvico que formará el canal de parto, la fuerza que se puede ejercer a 
través de los músculos del suelo pélvico y, finalmente, el efecto de la gravedad en favor del 
descenso del bebé durante el trabajo de parto, que se dificulta al presentarse recostada la 
mujer en posición horizontal. 
Es por esto que durante la obstetricia prehispánica podemos asumir que, aunque 
fueran acompañados por el manto de las deidades, existía una consciencia corporal en 
relación con los procesos del parto, por lo que se sugería adoptar una postura donde las 
 
15 La posición de litotomía implica que la mujer se encuentre acostada sobre su espalda. También se conoce 
en términos médicos como decúbito supino o posición ginecológica. La adopción de esta posición se remonta 
anecdóticamente a 1663 con el rey Luis XIV cuando, bajo su deseo de estar presente en el parto, el médico 
Julien Clément decidió colocar a la mujer en esta posición en la cama para tener mejor visualización. 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
37 
 
madres se sintieran cómodas y era la partera quien adaptaba su atención para facilitar el 
parto. Eventualmente, en esta época será claro un cambio que consistirá en que el embarazo 
será considerado un evento fisiológico que, a diferencia de las creencias prehispánicas, no 
estará relacionado con los dioses, sino que será parte de la naturaleza humana (Rodríguez, 
2010). 
Desde la mirada del pueblo evangelizado a través de la religión católica, los rezos, 
las novenas, el portar símbolos y el uso de escapularios se volvió parte de los cuidados 
prenatales y durante los partos. En la época novohispana la influencia religiosa en el ámbito 
de la salud fue de suma importancia, pero también se mantienen otras prácticas 
prehispánicas como el uso de preparaciones herbolarias, el temazcal y los masajes o 
“sobadas” para “acomodar” al bebé en la posición adecuada dentro del vientre de la madre 
(Rodríguez, 2010; Jaffary, 2017). 
De los archivos bibliográficos existentes de esta época se puede deducir que, 
durante el periodo novohispano inicial, la atención del embarazo continúa siendo parte de 
lo cotidiano, aunque pasando casi desapercibida: se trata de cuidados que se otorgan en 
privado por las parteras y ayudantes, pues los partos son actos que carecen de relevancia en 
la esfera pública (Rodríguez, 2010; Jaffary, 2017). 
The absence of documentation about routine childbirth in the colonial record carries 
significance beyond the challenge it poses for the reconstruction of this history. It is 
also indicative of colonial mexicans’ attitudes towards childbirth. In the colonial 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
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period, birth was at once a private matter and an event so ubiquitous that it fell 
below the purview of state, medical, or public notice (Jaffary, 2017). 
Los partos, al implicar la intervención del cuerpo de las mujeres, son considerados 
ocultos, ajenos o desconocidos, y no tienen un apartado en el ámbito médico masculino. 
Las observaciones documentadas respecto al nacimiento, aunque se encuentran de manera 
ubicua, surgen de anécdotas, historias, mitos o costumbres, y no de un análisis científico o 
clínico. Se menciona que en términos generales las actitudes hacia los cuerpos femeninos y 
su papel reproductivo vagaban entre la ignorancia, el rechazo y el silencio (Tuñón, 2008), y 
lo que sucede en el embarazo y en el parto sigue siendo materia de las mujeres parteras. La 
presencia casi exclusiva del personal femenino se debió, entre otros aspectos, a la poca 
disponibilidad de médicos en la Nueva España, derivado del poco interés que existe hacia 
la salud de las mujeres. 
La poca existencia de médicos en la Nueva España a inicios del siglo XVII se debió 
a que los médicos activos eran originarios de la España peninsular y su atención se limitaba 
a Virreyes y personajes de la realeza. El tener acceso a aprender y ejercer la medicina 
requería además un acceso privilegiado al conocimiento: “Midwives remained active in 
Mexico because, until the late eighteenth century, physicians considered obstetrics a 
debased area of medicine, unworthy of their attention” (Jaffary, 2017, p. 47). Ante dicha 
perspectiva tenemos dos aspectos a considerar: el primero es la escasez de médicos dada la 
dificultad para poder acceder a la educación; el segundo es el abandono e incluso rechazo 
de la comunidad médica masculina hacia la obstetricia por considerarla indigna. Podemos 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
39 
 
por tanto plantear que la salud de la mujer no fue una de las prioridades de la medicina 
novohispana. 
En contraste con la enseñanza médica de ese tiempo, el modelo de la partería está 
basado en un conocimiento empírico, es decir, es una práctica de gran complejidad que 
hasta ese momento no requería de certificaciones: su valía residía en el desempeño de la 
partera y la satisfacción de las mujeres y familias de las usuarias. Ser partera era una 
posición privilegiada para las mujeres, quienes podían de esta manera formar parte de la 
vida pública, exclusiva hasta entonces para los varones. 
Una característica del modelo de partería de aquella época es la apertura del 
conocimiento y la diversidad racial de las parteras. Existen documentos que muestran la 
presencia de parteras de distintas castas, variedad que pudo significar una ventaja ya que 
había representación de las mujeres parteras en todos los niveles sociales, mismo que 
llevaría a las mujeres a elegir y confiar en parteras afines a sus costumbres (Jaffary, 2017, 
p. 51): 
Midwives practicing in colonial Mexico were most often women who had 
themselves experienced childbirth. […] All the midwives in this group were mature, 
with ages ranging from thirty to eighty years; the majority were women in their 
forties, fifties, and sixties. Many had learned their art from their own mothers 
(Jaffary, 2017 p. 54). 
La identidad que conocemos de las parteras se fue estableciendo con el paso de los 
años a través de la narrativa de los médicos, en la cual predomina una polarización entre la 
DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 
 
 
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partera india o de otra casta racializada, de clase baja y pocos recursos, y la partera de 
origen español peninsular o extranjera, de clase alta, letrada y con mayor poder adquisitivo. 
Sin embargo, la presencia pública de las parteras se encuentra solo asentada en documentos 
legales, donde testificaban o eran enjuiciadas por algún crimen. 
¿Por qué las mujeres en el parto y las parteras fueron poco a poco desplazadas por 
los médicos? Porque, hacia la mitad del siglo XVIII, algunos médicos comenzaban a 
mostrar interés en conocer y atender el embarazo, algo poco usual para la época. Estos 
médicos tenían ventajas por sobre las parteras ya que, al haber estudiado medicina, se 
encontraban calificados para la atención del parto, incluso sin antes haber atendido uno. El 
que los médicos tuvieran una certificación para atender los partos fue totalmente arbitrario, 
pues los relatos apuntan al desconocimiento de los médicos varones de los aspectos del 
embarazo, el parto y el puerperio. Por lo tanto, es claro que la incorporación de los médicos 
a las labores de parto no se dio por

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