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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY ESCUELA DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN CAMPUS MONTERREY LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICA DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO TESIS PRESENTADA POR MARÍA JOSÉ MONTES HERNÁNDEZ PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTORA EN ESTUDIOS HUMANÍSTICOS DICIEMBRE 2021 TECNOLÓGICO DE MONTERREY LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICA DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO Tesis presentada por María José Montes Hernández como uno de los requisitos para obtener el grado de Doctora en Estudios Humanísticos Comité de tesis: Dra. Martha Eugenia Sañudo Velázquez - Tecnológico de Monterrey Dr. José Carlos Vázquez Parra - Tecnológico de Monterrey Dra. Ana Laura Santamaria Plascencia - Tecnológico de Monterrey Dra. María del Pilar González Amarante - Tecnológico de Monterrey Dr. Rolando Picos Bovio - Universidad Autónoma de Nuevo León Diciembre de 2021 TECNOLÓGICO DE MONTERREY Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Escuela de Humanidades y Educación Los miembros del comité aquí citados certificamos que hemos leído la disertación doctoral presentada por María José Montes Hernández y consideramos que es adecuada en alcance y calidad como un requisito parcial para obtener el grado de Doctora en Estudios Humanísticos. Dra. Martha Eugenia Sañudos Velázquez Dr. Maximiliano Maza Pérez Tecnológico de Monterrey Director del Doctorado en Estudios Humanísticos Asesor principal Escuela de Humanidades y Educación Tecnológico de Monterrey Dr. José Carlos Vázquez Parra Dr. Roberto Domínguez Cáceres Tecnológico de Monterrey Decano Asociado de Posgrados Coasesor Escuela de Humanidades y Educación Tecnológico de Monterrey Dra. Ana Laura Santamaria Plascencia Tecnológico de Monterrey Miembro del comité Dra. María de Pilar González Amarante Tecnológico de Monterrey Miembro del comité Dr. Rolando Picos Bovio Universidad Nacional Autónoma de México Miembro externo del comité Formato de declaración de acuerdo para uso de obra Por medio del presente escrito, María José Montes Hernández (en lo sucesivo EL AUTOR) hace constar que es titular intelectual de la obra titulada LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICA DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO (en lo sucesivo LA OBRA), en virtud de lo cual autoriza al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (en lo sucesivo el ITESM) para que efectúe resguardo mediante copia digital o impresa para asegurar su conservación, preservación, accesibilidad, disponibilidad, visibilidad, divulgación, distribución, transmisión, reproducción o comunicación pública con fines académicos o propios al objeto de la institución y sin fines de lucro como parte del Repositorio Institucional del ITESM, ubicado en la siguiente dirección electrónica: http://repositorio.tec.mx/ EL AUTOR reconoce que al depositar su tesis en el repositorio, ésta quedará disponible y puesta a disposición con una licencia de recurso abierto a elección del autor. EL AUTOR reconoce que ha desarrollado LA OBRA en su totalidad de forma íntegra y consistente cuidando los derechos de autor y de atribución, reconociendo el trabajo intelectual de terceros. Esto incluye haber dado crédito a las contribuciones intelectuales de terceros que hayan participado como coautores, cuando los resultados corresponden a un trabajo colaborativo. De igual manera, EL AUTOR declara haber dado reconocimiento y crédito de autoría a cualquier parte de LA OBRA que haya sido previamente sometida, para obtener un grado académico, titulación y/o certificación en esta o cualquier otra universidad. Incluyendo la debida atribución a través de cita o referencia bibliográfica en LA OBRA a conceptos, escritos, imágenes y cualquier representación intelectual al consultar publicaciones académicas, científicas, culturales o artísticas de otros autores, así como la fuente de su obtención. EL AUTOR establece su deseo de conceder esta autorización de forma voluntaria y gratuita, y que de acuerdo a lo señalado en la Ley Federal del Derecho de Autor y la Ley de Propiedad Industrial, ITESM se compromete a respetar en todo momento la autoría y a otorgar el crédito correspondiente en todas las actividades mencionadas anteriormente de LA OBRA. De la misma manera, EL AUTOR manifiesta que el contenido académico, literario, la edición y en general cualquier parte LA OBRA presentada es de su entera responsabilidad, por lo que deslinda al ITESM por cualquier violación a los derechos de autor o propiedad intelectual o cualquier responsabilidad relacionada con LA OBRA frente a terceros. _________________________________________ María José Montes Hernández Formato de declaración de vinculación de la tesis con PRONACE y ÁREA PRIORITARIA de la Escuela de Humanidades y Educación Por medio del presente escrito, María José Montes Hernández (en lo sucesivo EL AUTOR/LA AUTORA) hace constar que es titular intelectual de la obra titulada LA FUNDAMENTACIÓN ÉTICA DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO (en lo sucesivo LA OBRA) y que la misma está vinculada a los Programas Nacionales Estratégicos (PRONACES) del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (CONACyT) a través de la Modalidad ÁREAS AFINES A LOS PRONACES – TEMAS PRIORITARIOS, Área de SEGURIDAD HUMANA, Tema de EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA Y LA PAZ, Subtema de EDUCACIÓN CENTRADA EN LA COMPRENSIÓN DE LA OTREDAD. Asimismo, LA AUTORA declara que LA OBRA se vincula al ÁREA ESTRATÉGICA de IGUALDAD DE GÉNERO de la Escuela de Humanidades y Educación (EHE) del Tecnológico de Monterrey a través de la LÍNEA DE GENERACIÓN Y APLICACIÓN DEL CONOCIMIENTO (LGAC) de ÉTICA. Ambas vinculaciones se explican con detalle en el cuerpo de LA OBRA. _________________________________________ María José Montes Hernández 0 Doy gracias a Dios, a la energía suprema y universal, que me ha permitido conocer la vida y aprender de ella. Gracias por permitirme llegar a este punto y tener la capacidad de difundir con amor mis ideas. Dedico esta tesis a mis padres y hermana: a mi mamá, María de Jesús, quién representa y encarna el amor infinito que hay entre dos personas. Ma, gracias por elegirme tu hija, por desearme y cuidarme desde mis primeros latidos, porque atravesamos un embarazo difícil, pero hemos aprendido a disfrutarnos en todo momento ¡Qué tal, 34 años después aquí estamos! Mi casa siguen siendo tus brazos. La obstetricia ha estado también presente en mi vida desde pequeña con la imagen de mi papá, José Luis: de ti y contigo aprendí que lo más importante es el trato y la atención, encontrar las maneras de brindar la mejor respuesta posible. Las historias que cuentan de ti son tantas – incluso mi hermana quiere hacer un libro con ellas- y hablan de todas las vidas que tuviste y sentiste entre tus manos. Cuando pienso en el lenguaje y la expresión, te pienso y reconozco la importancia de nombrar y reconocer a las personas que cuidan como tú, Lourdes. Lulú, hermana, dedico esta tesis a tus cuidados reconociendo en ti la precariedad a la que muchas mujeres se enfrentan, aludiendo a que el cuidar, sea cual sea la razón que lo motiva, necesita ser una acción compartida. Agradezco a mis maestros y mentores: a la Dra. Martha Eugenia Sañudo Velázquez, por el cariño con que me ha transmitido y sembrado en mí la filosofía, por los paseos de reflexión en el parque, por las coincidencias, por dejarme ser parte de tu vida y de ese “linaje” de investigadores. Esta tesis inicia contigo, en tu antigua oficina, hablando de tu experiencia al ser madre. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 1 Al Dr. José Carlos Vázquez Parra, que se unió en el acompañamiento académico de esta tesis aportando estructuray sumándose a ser una mirada crítica en este proyecto. Gracias por su lectura atenta, por la rapidez y disponibilidad para consultarlo, por la empatía mostrada ante las dificultades que experimentamos. A la Dra. Florina Arredondo Trapero, que conoció y confió en este proyecto desde su inicio: gracias por sus recomendaciones, por su lectura y cariño depositado hacia las mujeres parteras. A la Dra. Ana Laura Santamaria, que ha sido testigo de mi paso a través de la escuela de humanidades: gracias por sus consejos, apoyo y acercamiento al arte, por brindarme perspectiva y moldear el pensamiento humanístico en una persona sin formación propiamente humanista. Al Dr. Rolando Picos Bovio por su tiempo, lectura y aportaciones a este trabajo de investigación. Al Dr. Rafael Gasperín Gasperín, antecesor de esta travesía, por ser parte del cultivo de esta semilla, por ser de mis primeros acercamientos al pensamiento ético en la escuela de medicina. A la Dra. María del Pilar González Amarante: gracias por ser testigo de mi trabajo, por el acompañamiento en las distintas etapas académicas desde que era estudiante de DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 2 medicina, hasta hoy. Gracias por poner en la mesa las humanidades médicas y por brindar la perspectiva social que es necesaria en el análisis. A la Dra. Mary Ana Cordero Díaz: gracias por ser un referente en mi educación, al ser la primera a quién me dirigí con todas mis dudas para dirigirme hacia las humanidades. Finalmente, agradezco profundamente al Tec de Monterrey, a la Escuela de Humanidades y Educación (EHE) y al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y al Dr. Maximiliano Maza Pérez director del programa de Estudios Humanísticos por la oportunidad recibida para realizar esta investigación y los estudios de posgrado correspondientes. [Dejaré un espacio en blanco, como ejercicio reflexivo, para poder, cuando esta tesis sea materializada en papel, agradecerte a ti lectora y lector de manera personal que estés aquí:] ¡Gracias! DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 3 Índice Introducción ............................................................................................................................ 4 Capítulo 1. Reflexiones contextuales en torno al parto ........................................................ 20 1.1 Claves para la comprensión de una práctica médica .................................................. 20 1.2 Historia de la obstetricia en México ........................................................................... 24 1.2.1 La obstetricia prehispánica ................................................................................... 26 1.2.2 El parto en la Nueva España ................................................................................ 34 1.2.3 El siglo XIX y la obstetricia ilustrada .................................................................. 44 1.2.4 La obstetricia contemporánea............................................................................... 57 Capítulo 2. La práctica médica en la atención del parto ....................................................... 74 2.1 La deshumanización en la atención médica ................................................................ 74 2.2 ¿Qué es la “humanización” del parto? ........................................................................ 84 2.3 El humanismo y la deshumanización de la atención médica. ..................................... 88 2.4 El proceso de humanización de las prácticas ............................................................ 104 Capítulo 3. El parto humanizado en el marco del estudio de las emociones ...................... 110 3.1 Perspectivas teóricas en torno al estudio de las emociones ...................................... 111 3.1.1 Las teorías cognitivas de la emoción.................................................................. 114 3.1.2 Las teorías no-cognitivas de la emoción ............................................................ 117 3.1.3 La dualidad de las emociones............................................................................. 120 3. 2 Los componentes evaluativos de la emoción ........................................................... 123 3.2.1 Los sentimientos, las creencias y el mundo exterior .......................................... 125 3.3 La teoría cognitiva de Nussbaum: elementos de la filosofía estoica ........................ 129 3.4 Las emociones en la filosofía contemporánea .......................................................... 135 3.4.1 La fundamentación racional de las emociones en la atención médica ............... 135 Capítulo 4. Otros horizontes en la atención del parto. La partería y la labor de cuidados . 141 4.1 El parto: entre la institucionalización y la no institucionalización ........................... 141 4.2 ¿El cuidado o los cuidados? ...................................................................................... 146 4.2.1 La labor de los cuidados ..................................................................................... 146 4.2.2 La feminización de los cuidados y la división sexual del trabajo ...................... 151 4.2.3 Vulnerabilidad, imaginación narrativa y compasión en los cuidados ................ 159 4.3 La ética del cuidado para la humanización ............................................................... 164 4.4 El despojo de la práctica ........................................................................................... 168 4.4.1 Las formas de la partería .................................................................................... 172 4.4.2 La partería en contexto ....................................................................................... 175 4.4.3 La partería como resistencia: las casas de parto ................................................. 179 4.4.4 La comunidad del parto, un entorno familiar ..................................................... 186 Conclusiones ....................................................................................................................... 196 Bibliografía ......................................................................................................................... 205 DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 4 La fundamentación ética del concepto de parto humanizado Introducción Remontándonos al inicio de la vida desde una perspectiva filosófica, el nacimiento es el inicio para establecer quién se es. Por esta razón, consideramos que el parto es el primer evento que permitirá un acercamiento moral de la persona con el mundo. El nacer es un acto de acompañamiento y amor, lo que, de lograrse así, brinda un sentido de pertenencia y facilita la transición de la vida intrauterina a la vida mundana. Para el recién nacido y la madre representa un salto hacia lo desconocido acompañado de la búsqueda de establecer y reconocer su lugar en el mundo. El nacimiento, por tanto, es un acontecimiento desconcertante, sumamente complejo y maravilloso. Nos recuerda la fragilidad del ser, nos muestra la vulnerabilidad encarnada en el rostro y cuerpo de la madre, nos llena de emociones, expectativas y anhelos. Es por esto que el inicio de la vida fuera del cuerpo materno requiere de confianza, seguridad y prudencia. Pensemos que al nacer nos desprendemos de la guarida que nos vio formarnos, constituirnos y definirnos. Salir al mundo es desgarrador, no hay duda, pero nos reconforta saber que hay algo más que nos une, que nos mueve a existir, un sentido de pertenencia, ya sea el latido de nuestra madre, el calor de su cuerpo o el alimento de su seno. La presencia de la madre, esa corporalidad que nos arropa, nos recuerda a la etimología de la palabra ethos, que, en griego, cuando se acentúa, significa guarida. Salimos y nos desprendemosde la guarida que nos vio crecer, nos expulsa al mundo, a DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 5 buscar quiénes somos. Nacemos indefensos aún sin conocer nuestro camino, y a medida que interactuamos con nuestros semejantes aprendemos a observarnos a nosotros mismos. Dar a luz es entonces una metáfora que, en términos de apreciación de los fenómenos naturales que nos acompañan en la vida, representa la diversidad del nacer. El dar a luz es amanecer, es aurora, sin importar qué sucede alrededor, tal como en el parto, sin importar las nubes del paisaje, si es playa, montaña o monte, pues conocemos con certeza que el sol saldrá día a día. El dar a luz es la constante, lo que se modifica es lo que acompaña al paisaje: en el parto existe ese paralelismo. Aunque se trate de un evento universal, la manera de parir es única en cada cultura, y podemos coincidir en que aún en presencia de diferentes escenarios, teniendo en cuenta los aspectos sociales, económicos o ideológicos, el dar a luz marca la vida de las mujeres. De esta manera, el nacimiento constituye uno de los hechos más importantes dentro de la construcción de las sociedades contemporáneas. Así es como, reconociendo la importancia del nacimiento, analizaremos a partir de una perspectiva filosófica por qué existe una problemática en torno a la forma en la que se lleva a cabo el parto en México. A lo largo de esta tesis buscaremos presentar las razones éticas por las cuales consideramos que, ante esta problemática del parto, requerimos reflexionar acerca de las alternativas posibles, buscando plantear nuevos horizontes y significados en la atención médica del parto. De esta manera, empezamos por reconocer que esta problemática es visible gracias a la existencia del movimiento por la humanización del parto que surge en 1985 como DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 6 respuesta a la crítica feminista que señaló cómo el parto se había convertido en un evento medicalizado, estandarizado, con prácticas rutinarias que mantenían a la mujer como una espectadora de un evento en el que ella debería ser, a todas luces, la protagonista. Esta preocupación por conocer y transformar las prácticas médicas ha hecho que en las últimas décadas se cuestione si las acciones del personal de salud han sido las más adecuadas. En esta revisión histórica observaremos el contexto en el cual la atención del parto se ha modificado paulatinamente, partiendo desde la atención del parto prehispánico, que presenta un acompañamiento estrecho, embebido en los cuidados y centrado en la escucha activa de las mujeres, hasta la necesidad actual de humanizar el parto ante la percepción de las madres de requerir una atención genérica, sistematizada y protocolizada. En este contexto histórico resalta la práctica de la partería, actualmente vista como una práctica alternativa y que, sin embargo, va más allá de ser solo una opción para algunas parturientas citadinas hoy en día. La práctica misma muestra en su fundamentación un paradigma de cambio, como la posibilidad de resignificar las prácticas médicas actuales a partir de las necesidades reales durante los cuidados en el parto. La participación de las mujeres parteras en la historia expone la integración del conocimiento del cuerpo, los cuidados, el reconocimiento de las emociones, dando lugar a ambientes seguros de atención. Estos elementos son piezas angulares en el desarrollo fisiológico del parto, de forma que el modelo de partería a través del tiempo ha mantenido su postura frente a permitir que sean las mujeres quienes expresen sus emociones y puedan decidir cómo, dónde y con quién parir. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 7 Entre la efervescencia en torno al estudio de la salud y la ética médica, está el interés de atender el nacimiento. El parto es un proceso fisiológico complejo y, sin embargo, la narrativa actual se ha construido a través de la medicalización, una constante necesidad de racionalizar la atención y el uso incrementado de tecnología, lo que produce un exceso de intervenciones innecesarias. A raíz de esto se han podido identificar problemas que afectan directamente en la toma de decisiones por parte del equipo médico, evidenciando áreas de oportunidad en el personal de salud, lo que ha llevado a presentar conflictos con las mujeres usuarias en términos de libertad de elección y justicia. De esto se desprende la propuesta para considerar la “humanización” de las prácticas de atención, una noción que parte de una valoración reflexiva, un deseo expreso de retomar las cualidades que consideramos “humanas”. Algunos autores como Alasdair MacIntyre (1978) e Iván Illich (1975) han elaborado una crítica a la sociedad moderna, que ha acogido de manera ingenua las ventajas que prometía la industrialización y el progreso en la vida cotidiana. A nivel moral, MacIntyre señala la existencia de una crisis en la filosofía que es, a su parecer, consistente en la medicina en materia de ética médica desde 1980 y lo considera un síntoma del panorama general que se presenta. MacIntyre identifica en los problemas de la filosofía moral una serie de premisas que son claves para comprender las implicaciones de la modernidad en el desarrollo de la moralidad. El primer pensamiento clave es que no podemos hablar de una persona con capacidades morales desde un concepto abstracto, es decir, que cada persona o agente DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 8 moral encarna un rol definido dependiendo de la actividad que desempeña y está determinado por las relaciones que se establecen a través de ese rol. En el campo médico y de la atención de parto, las personas morales son los médicos, las parteras, las educadoras perinatales, las doulas y otros actores que nombraremos la comunidad del parto. ¿Por qué es importante especificar que se habla de personas morales concretas? Las ideas de la modernidad giran en torno a concepciones abstractas que identifican a los agentes morales desde un presupuesto individual y racional que determina sus acciones a partir de la comprensión y el respeto hacia las reglas establecidas. Esto genera un problema porque, tal como lo menciona MacIntyre, tendríamos que posicionar en la toma de decisiones morales primero los bienes, por ejemplo, la salud de las madres, y luego los roles, como lo son los de la partera, el acompañante y el médico, para finalmente tomar acciones. Sin embargo, constantemente se busca resolver los dilemas que surgen en la atención médica tras establecer prioridades o reglas que regulen la toma de una decisión. La pregunta detrás de esta forma de razonar es “¿qué regla o principio debería de cumplirse en esta situación?”, cuando más bien debiera ser “¿qué papel tengo en este dilema y cuál es la relación que tengo ante esta situación?”. Las respuestas a estas preguntas y otras encrucijadas que surgen en la atención médica deberían, de acuerdo con lo que propone MacIntyre, ver la situación como parte de un todo, no partir de una parcialidad, y pensar en las personas morales como la suma de los roles que encarnan y las situaciones a las que moralmente se exponen. Es así como el autor crea un puente entre los problemas de la medicina contemporánea y los recursos con los DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 9 que el personal de salud cuenta para poder solucionarlos, poniendo en evidencia que la tradición filosófica y la ética médica necesitan reformar los estatutos desde donde se posicionan (el modelo biomédico de atención). Su propuesta nos brinda una nueva lectura de Aristóteles, quien señala los roles del médico desde el concepto de la amistad como virtud aristotélica, mediante la cual la relación médico-paciente puede establecerse como amigos o como extraños, asunto que analizaremos más adelante en el Capítulo 2. Dentro de la filosofía moralhan surgido algunas personalidades que han criticado fuertemente con sus aportaciones la comprensión de la vida en el marco de la modernidad. Entre ellos está Illich, historiador y filósofo de la segunda mitad del siglo XX cuyas tesis son vigentes aún en el contexto global actual. Illich es referente importante de esta investigación por retratar en sus publicaciones las crisis mundiales existentes desde una mirada que contempla la situación de América Latina, pero sobre todo porque su crítica se hace desde Cuernavaca, Morelos, México donde fundó el Centro Intercultural de Documentación (CIDOC).1 Fue a través del CIDOC que, fiel a su propuesta, comenzó a organizar seminarios para analizar los aspectos de la industrialización en la sociedad, tomando como puntos referentes la educación, la tecnología, la medicina y el transporte. A esta etapa de su obra se le atribuyen sus primeras publicaciones: La sociedad desescolarizada (1971), La convivencialidad (1973), Energía y equidad (1974) y Némesis médica (1975). Una de las 1 Las observaciones que realizó entre 1971-1976 tienen un análisis profundo de las condiciones que actualmente reconocemos como Antropoceno. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 10 particularidades de Illich es que su obra puede ser analizada en retrospectiva como una advertencia ante las crisis actuales (Beck, 2021). Con la ayuda de Némesis médica, La expropiación de la salud en 1975 critica el sistema de atención a la salud. La intuición de Illich hacia la modernidad y las acciones que se realizan lo llevan a plantear que la tecnología funciona como un “medio” para llevar a cabo “un fin”, que serían el florecimiento y la autonomía humanas, siguiendo una especie de imperativo categórico kantiano. La ideología de la modernidad asume la comprensión y dominación del mundo racional a través de la tecnología, pero esto lleva a un crecimiento desmedido y a la pérdida de este razonamiento, modificándose la visión de la tecnología ya no como un medio sino un fin en sí mismo. Apoyado en las figuras míticas griegas y el pensamiento Aristotélico2, Illich habla de un Némesis como una pasión que se inclina hacia la impartición de justicia (Fernández, 2021). Pero no se trata de una justicia en términos distributivos, sino de una pasión que lleva a los seres humanos a cuestionar, incluso dudar de la justicia divina, lo que los motivaría a trabajar para lograr la justicia mediante la ley o en los tribunales, donde las acciones son exoneradas, perdonadas o castigadas. Es la única pasión, además de la confianza, que vincula explícitamente a lo divino, con la esperanza de que al ser reconocida por los dioses se obtenga una recompensa (Basil, 2021).3 2 Aristóteles habla de Némesis en Retórica como una pasión asociada al comportamiento divino, entre la culpa y la envidia, un sentimiento de justicia o merecimiento, de castigo o de honra ante un acto. 3 Aristóteles se refiere a esta pasión también a partir de las acciones de Antígona, de Sófocles, quien buscando honrar la muerte de su hermano desafía las leyes para darle un sepulcro digno. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 11 Así, pues, al hablar de la justicia que vincula lo divino, Némesis puede ser interpretada como el deseo de que lo “bueno” sea recompensado y lo “malo” castigado de acuerdo con el valor de las acciones que se realizan. Illich la entiende como la venganza o castigo ante la transgresión de los límites o prohibiciones, en este caso producto de la industrialización de la sociedad. Al referirnos a la Némesis médica, el recurso utilizado es el mito del rey Tántalo, quien es invitado al Olimpo a compartir con los dioses. Durante su estancia, se ve tentado a robar la ambrosía de los dioses, logra su objetivo, se vuelve inmortal. Ante la desobediencia del rey, los dioses le condenan a pasar la inmortalidad en el Hades, donde es incapaz de satisfacer ninguna necesidad, ya que al encontrarse sediento o hambriento tanto los alimentos como el agua se alejan de él, dejándolo siempre penando, sin poder alcanzar lo que es ahora más preciado. Némesis no es más que las acciones desencadenadas por el hurto de Tántalo, tal como lo es la Némesis médica tras transgredir los límites entre la idea del progreso ilimitado y la autonomía de las personas frente a la salud y la enfermedad. Otra manera de hablar de la medicina moderna y la Némesis es a través del anhelo de la inmortalidad de Tántalo. Entre los fines de la medicina moderna está el perfeccionamiento de sus prácticas, buscar mediante la tecnología y la instrumentalización tener vidas más longevas justificadas por el deseo de progreso que, en el caso de la medicina, como lo menciona MacIntyre, implica enfrentarse a contradicciones morales. Esta es una manera enérgica de establecer un juicio crítico en torno a la pérdida de la autonomía de las personas en tres ámbitos de su día a día: la educación, el transporte y la DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 12 salud. En lo que respecta a la salud, MacIntyre recurre al término “medicalización” de la vida para evidenciar la apropiación médica del nacimiento y la muerte, mientras condiciona la experiencia del dolor a un diagnóstico médico. Su argumento se extiende a criticar la consideración de la salud como un producto o una mercancía de consumo, lo que restringe la capacidad de la persona de procurar su salud por cuenta propia. Hay una dependencia del saber médico para dar razón a las manifestaciones del cuerpo, y a la búsqueda de medios para romper con esta dependencia MacIntyre la nombra como “expropiación” de la salud. Martha Nussbaum, otra gran crítica de las acciones contemporáneas que dejan lo humano en segundo plano, menciona que al cultivar la humanidad existe una mirada socrática de plantear la vida. Esto consiste en cuestionar las tradiciones morales que han permitido construir la racionalidad en la que se sustentan las acciones. Nuestra hipótesis precisamente apunta a que la causa de estos problemas es un exceso de confianza depositada en la racionalidad científica, al considerar exclusivamente el conocimiento científico como aceptable. Dicho de otro modo, requerimos poner en duda la fundamentación filosófica que respalda aquello que entendemos por una atención médica adecuada. Tan solo en México, en el año 2019,4 el INEGI reportó 2,092,214 de nacimientos, por lo que es necesario revalorar el papel de las madres como protagonistas en los cuidados alrededor del parto. Además, a decir de esta cifra y las características observadas en los 4 De acuerdo con los últimos datos presentados por el INEGI en el 2020, en la estadística de nacimientos registrados se observa un descenso del 3.2% en comparación con el 2018. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 13 nacimientos, el 88.9% se realizaron en un hospital o clínica, mientras que el 3.7% se llevaron a cabo en casa, lo cual habla del comportamiento actual de las prácticas.5 En este proceso, cuestionamos si las mujeres tienen un espacio seguro de atención, ya que es una etapa en la cual intervienen un sin fin de emociones que van desde la felicidad hasta la vulnerabilidad, incluso el miedo. Siguiendo la lectura de Martha Nussbaum, las emociones históricamente han sido concebidas como manifestaciones abstractas, juicios valorativos que se desarrollan desde el exterior de la persona (2011). Por tanto, de acuerdo con la tradición filosófica occidental, las emociones han sido relegadas a una dicotomía entre lo irracional y cognitivo, dejando a las emociones en el terreno de lo irracional y a la atención médica en el de lo racional. La interpretación de las emociones en el proceso de la práctica médica ha permanecido velada ante la presencia imponente de la racionalidad científica, que se asienta en elementos ideológicos y filosóficos de la modernidad. Nussbaum,haciendo referencia al pensamiento estoico, logra vislumbrar las emociones como un juicio valorativo, pero dentro de un proceso racional en donde existe un objeto, una intención y una aceptación de la realidad, lo que nos permite incorporar su propuesta al cuestionar la atención del parto: ¿qué lugar tienen las emociones en la atención?, ¿por qué su reconocimiento permitiría el acceso a la justicia?, ¿cómo incluir en los juicios científicos las emociones? 5 Las cifras también incluyen como variables para lograr el 100% de la estadística las siguientes: No especificado, 5.7%; Otros, 1.1%. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 14 Estas preguntas nos conducen a examinar cómo es la atención actual del parto, en tanto que los estudios señalan que el ambiente en el cual se desarrolla la atención médica en ocasiones no es el más favorable para permitir que las mujeres se sientan en confianza para externar su opinión e incluso cuestionar las decisiones que se toman respecto a sus cuerpos y sus embarazos. Este fenómeno, creemos, sucede en parte por relegar la presencia de las emociones en las acciones médicas e ignorar que indudablemente forman parte de la práctica humana, lo que trae como consecuencia la deshumanización del acto médico. El reto al que nos enfrentamos es la mejora de las experiencias de las mujeres durante el parto, poniendo en duda el sostén filosófico que tienen en la práctica las emociones, buscando elevar la racionalidad de las emociones a la misma complejidad que la racionalidad científica, empezando por señalar los problemas éticos que surgen del exceso de confianza en dicha racionalidad y que justifica la medicalización. De la mano del reconocimiento de las emociones en la fundamentación de la atención, al promover la atención del parto teniendo como protagonista central a la madre, podemos observar que existe resistencia por parte del equipo médico al objetar acerca del estado actual de la atención, lo que nos lleva inevitablemente a buscar comprender históricamente cómo se desarrolla la atención de la mujer y en qué momento de la historia se consolida la presencia del médico en la ciencia como una figura incuestionable de razón. Finalmente, al plantear la fundamentación ética en el concepto del parto humanizado será necesario también hablar de los cuidados, establecer las relaciones que académicamente se presentan entre la feminización, la precariedad y la naturalidad en DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 15 relación con ellos. Todas estas características, al encontrarse en el acontecer del parto, muestran que en el proceso de humanizar una práctica requerimos de establecer nuevos significados y objetivos. El plantear nuevos horizontes en la atención del parto hace inevitable el hablar de la labor de las parteras en la prestación de cuidados, esto de la mano de la crítica y propuestas feministas sobre la atención, y ante la creciente necesidad de promover prácticas que ayuden a consolidar los cuidados como parte fundamental del desarrollo de comunidades, entre ellas la que aquí se propone como comunidad del parto. De acuerdo con los Programas Nacionales Específicos (PRONACES), esta tesis se encuentra inscrita en los temas prioritarios en el área de seguridad humana y de la educación para la ciudadanía y la paz por la búsqueda de la humanización de una práctica médica. En específico, se busca reconocer que el exceso de medicalización de una práctica ha contribuido a la normalización de la violencia obstétrica y cómo impacta en el análisis desde la otredad y la relación con la corporalidad y el género. Ante la complejidad de los problemas en el ámbito de la atención médica a la mujer, para hablar del parto y la seguridad humana en México es necesario afrontar de manera interdisciplinaria los problemas derivados de esta interacción. De esta manera, al incorporar elementos de la filosofía moral, buscamos una aproximación que nos permita plantear nuevos escenarios hacia la búsqueda de prácticas médicas más humanas y orientadas al desarrollo común de la paz. Como referencia mundial, la humanización del parto impacta en los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): salud y bienestar, igualdad de género, y paz, justicia e instituciones sólidas. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 16 El incursionar en este tema desde la perspectiva de las humanidades permitirá reconocer las limitaciones de la práctica, así como los derechos que se pueden vulnerar al momento de la atención médica de la mujer. Así, pues, la fundamentación ética del concepto del parto humanizado nos remitirá a hablar de la violencia obstétrica como la manifestación más extrema que se presenta durante el nacimiento. La definición que adoptamos al referirnos a la violencia obstétrica es la siguiente: Se considera violencia obstétrica emocional cuando incluye regaños, amenazas, humillaciones, burlas, discriminación por la apariencia de la mujer, ningún respeto por las opiniones o conocimientos de la parturienta, omisión de información relacionada con procedimientos que se realizarán en su cuerpo, entre otras. Se considera física cuando se realizan prácticas invasivas que incluyen el suministro de medicamentos injustificados para la salud de las mujeres, episiotomías y rasurado púbico de rutina, uso de oxitocina para inducir el parto, enemas para evacuar, excesivo monitoreo fetal, uso de fórceps; o bien no se tiene respeto por los tiempos o requerimientos del parto biológico, se les niega a las madres alimento o bebida, se implementan cesáreas innecesarias, anticoncepción temporal o definitiva -sin consentimiento de la mujer-, y en casos extremos todo ello puede llevar a la muerte del o la bebé, o de la madre. En todos los casos un uso abusivo del poder es negar el acceso a la atención oportuna o condicionarla (Ramírez, 2016, p. XX). De acuerdo con esta definición, podemos considerar la incorporación del análisis de la violencia desde acciones emocionales y físicas, mencionando en sentido amplio que el DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 17 reconocimiento y búsqueda de la seguridad humana abarca el reconocimiento de las diferencias y se manifiesta a través del cuerpo, vinculando así que la búsqueda del florecimiento humano requiere de un análisis con perspectiva de género. Es pertinente señalar además que, dentro del marco legal mexicano, la violencia obstétrica se encuentra tipificada como un delito penal solo en 9 entidades federativas: Chiapas, Hidalgo, Morelos, Guanajuato, Veracruz, Durango, Puebla, Nayarit y Estado de México, mientras que en Nuevo León y Ciudad de México se cuenta con las iniciativas legales aún en discusión. Analizar la fundamentación ética del concepto del parto humanizado es un llamado a la comunidad a posicionarse ante los problemas existentes que inciden en el bienestar social, la sustentabilidad, y el desarrollo económico y cultural de México. La introducción de la noción de parto humanizado en el mundo académico es reciente, y se ha analizado desde diversos estudios contemplando los saberes antropológicos, sociales, del personal de salud, las atenciones de enfermería y las parteras. A pesar de esto, la comprensión de los elementos que se señalan como parto humanizado es variable, y va desde conceptualizar un parto en agua, solicitar analgesia epidural, parir en casa y tener libertad de movimiento, hasta tener acceso al acompañamiento de un conocido o familiar, incluso de un intérprete. A la par de este proceso de medicalización se encuentra el modelo de partería, que brinda un espacio de atención segura a través de los cuidados. En este mismo escenario, es necesario comprender los cuidados desde una visión crítica, con una perspectiva de género que nos ayude a reformular las prácticas que demandan un proceso de humanización, como lo es el parto.Lo que deseamos en esta tesis es enfocarnos en que la necesidad de DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 18 “humanizar” una práctica es el resultado de las intervenciones ideológicas heredadas del pensamiento moderno en la salud, con las cuales se ha prestado gran interés al desarrollo tecnológico que ha llevado a la medicalización. De esta manera, los objetivos generales de esta tesis son los siguientes: 1. Examinar los elementos históricos de la atención del parto en México y las implicaciones éticas que tienen en la atención del parto contemporáneo para otorgar un contexto situacional del parto. 2. Aproximarnos a la comprensión de lo “humanizado” desde la filosofía moral, para sentar las bases que dentro de la sociedad moderna han llevado a un supuesto alejamiento y percepción de las prácticas médicas como “deshumanizadas” 3. Establecer como parte del proceso de humanización la integración de las emociones bajo la fundamentación cognitiva-evaluativa de Martha Nussbaum, así como el rol que tienen las emociones en la atención del parto. 4. Presentar los cuidados como actividades fundamentales en la atención del parto, presentes en el modelo de partería, fijando la atención en la comprensión de los cuidados con perspectiva de género. 5. Proponer una noción propia de parto humanizado que contemple los bienes, las relaciones y los contextos específicos de las madres. Finalmente, esta tesis busca poner esta información a disposición de todos ya que, aunque está escrita con propósitos académicos, es también una autocrítica desde la posición DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 19 del médico, que inicia con el cuestionamiento de las prácticas de la medicina de acuerdo con la racionalidad científica aprendida. Además, al ser el parto un evento universal, es un llamado al posicionamiento de todas las personas involucradas en la atención para devolver el protagonismo a las madres. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 20 Capítulo 1. Reflexiones contextuales en torno al parto 1.1 Claves para la comprensión de una práctica médica A lo largo de la historia de las civilizaciones, el parto se ha reconocido como un evento trascendental en la vida de las mujeres, ha adoptado diversos significados y se ha elaborado toda una narrativa propia alrededor de él. El parto representa la imagen de un proceso doloroso, pero también la de un acto de creación, aunque no siempre ha sido un acto individual, elegido o consciente. Un elemento constante de la historia ha sido la asociación del parto con el miedo, la angustia física y la muerte. Esta asociación es de esperarse cuando recordamos que la muerte por parto era sumamente común hasta hace poco tiempo, tanto así que aún en nuestros días la relación del número de muertes de parturientas sirve como índice para evaluar el desarrollo de un país. En el año 2000, los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se comprometieron a trabajar para lograr los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) el reducir para el 2015 un 75% la razón de mortalidad materna (Chávez, 2018). A partir de este deseo por disminuir la mortalidad, el parto ha tenido modificaciones importantes en su atención, lo que nos lleva a reflexionar también sobre los objetivos de la atención médica. Dentro de la narrativa del parto se han entremezclado teorías filosóficas y teológicas, desde las cuales se ha enseñado lo que las mujeres deberían de sentir y de hacer (Rich, 2019). De esta manera, el proceso biológico de traer al mundo a un nuevo ser cobra una dimensión netamente ética y política, porque la forma de comprender el parto revela las DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 21 creencias implícitas de una comunidad y el lugar que juegan en dicha comunidad las mujeres, las personas cercanas a las parturientas y los bebés recién nacidos. Lo que queremos destacar en este capítulo es que el parto tiene implicaciones biológicas que se desarrollan en un contexto social que ha cambiado con el tiempo, y que estos cambios han traído a la práctica de la atención del parto problemas éticos que se concentran en la limitación de la libertad de elección de las madres. Ahora bien, la forma como entendemos hoy en día al parto es el resultado de las transformaciones que ha experimentado la sociedad y la medicina en conjunto. En México, específicamente, contamos con una historia antigua del parto, durante la época precolombina, la cual que ofrece luces a la forma en cómo la práctica ha evolucionado: en el sentido de evolución como cambio, no de evolución como mejora lineal y progresiva hacia algo más deseable o mejor. La historia del parto en México se documenta indirectamente a través de códices antiguos, gacetas médicas, publicaciones del registro civil, edictos, juicios y decretos que narran la transición de esta práctica desde las civilizaciones prehispánicas hasta la obstetricia moderna, que culminó con la instauración del Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia de México en 1945 (Buelna, 2012). Asimismo, dedicaremos un espacio a describir a otras integrantes de la atención del parto en México, las parteras en sus múltiples representaciones y labores de cuidados que desempeñan. El análisis que a continuación ofrecemos de la historia de la obstetricia en México pretende mostrar tres elementos que determinan la atención actual del parto: la presencia de DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 22 un modelo filosófico biomédico (Engel,1977; Freeman, 2014; Farre, 2017; Tonelli, 2019; Valles, 2020), la medicalización del parto (Illich, 1975; Barker, 1998; Conrad, 2005; De la Ravanal, 2018; Clesse et al., 2018; Busfield, 2017; Dij, 2016; Sala, 2020; Hidalgo- Lopezsosa et al., 2021) y la existencia de la partería, que ha mostrado una gran resiliencia frente a la medicalización del parto (Kukla, 2016; Shaw,2013). Acerca del modelo filosófico biomédico, se trata de un modelo que subraya las relaciones entre las ciencias biológicas y la medicina, con el cual señalamos que la atención del parto se presenta en un marco de referencia en donde existen presupuestos filosóficos como la incertidumbre epistemológica y el privilegio epistemológico (Tonelli, 2019), que caracterizan al parto como un acontecimiento que requiere toma de decisiones bajo condiciones complejas, mismo que esto ha determinado de manera contundente la sustitución de la práctica de las parteras por parte médicos obstetras que garantizan, al menos en teoría, mayor probabilidad de éxito durante el parto. Evadir la ambigüedad y la incertidumbre dentro del modelo biomédico ha implicado un aumento en el uso de recursos científicos y tecnológicos (Tonelli, 2019).6 El objetivo de evidenciar la interacción entre la biología y la medicina es llegar al punto en donde sea explícita la medicalización del parto (Ramírez, 2016, p. 17). 6 El modelo biomédico es el modelo de atención dominante en la actualidad. Las bases de este modelo son el considerar la biología como la disciplina base. Esto hace considerar a la enfermedad como una modificación de las normas biológicas observables a través de manifestaciones somáticas. El modelo biomédico es un tanto reduccionista en el sentido de que no da espacio a la exploración de la enfermedad desde las dimensiones psicológicas o conductuales. Los fenómenos complejos se estudian desde principios biológicos, separando lo somático de lo mental. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 23 Con respecto a la medicalización del parto, utilizaremos el concepto de “medicalización de la vida” propuesto por Illich en su libro Némesis médica: la expropiación de la salud (1975), donde explora los aspectos sociales, culturales y estructurales de la práctica médica. La noción de medicalización, en términos de Illich,es una crítica a las instituciones biomédicas que han ejercido poder a lo largo de los años sobre la forma de interpretar momentos de la vida como el nacer, el morir o la experiencia del dolor. Para Illich, estos tres momentos forman parte de la vida cotidiana, y es solamente a raíz de un exceso de intromisiones médicas que se han alienado hasta el punto de percibirse como ajenas a la vida (Illich, 1975). En particular, la crítica que realiza Illich a la medicalización de la vida coincide de manera paradigmática a la hora de analizar la atención médica actual del parto, en donde una práctica que antes era ordinaria y se realizaba en casa ahora requiere de la intervención de personal con conocimiento científico avalado. Finalmente, en este análisis histórico podremos concebir la presencia de la partería contemporánea como resistencia frente a la medicalización (Shaw, 2013; Ramírez 2016; Laako, 2016, 2018, 2021; Marín, 2019; Ramírez, 2019; Nove, 2018). La partería toma hoy en día el rol de reafirmar la singularidad de las mujeres parturientas. Los partos son un evento único de vida que resonará en las experiencias de la madre. Los nacimientos son totalmente impredecibles, no tienen una duración determinada, no pueden ser valorados como procesos idénticos o sistematizables, de manera que verlo como un proceso de mera manipulación obstétrica reduce esa experiencia singular a un análisis netamente racional e DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 24 instrumentado. Con estas tres propuestas de análisis en mente (el modelo filosófico biomédico, la medicalización del parto y la partería como resistencia) será posible descubrir hitos en la historia del parto en México. 1.2 Historia de la obstetricia en México Al plantear el análisis de la obstetricia en México nos encontramos con la necesidad de realizar una reconstrucción histórica en la que converjan aspectos en torno al cuerpo de la mujer, su sexualidad y el rol que tiene en la sociedad. Es por esto que extender la crítica del parto humanizado al análisis de los procesos y las acciones que fundamentan la atención medicalizada requiere de una deliberación que involucre la filosofía presente en el modelo biomédico de atención. La historia de la obstetricia tiene un comportamiento similar a la historia de la medicina académica, es decir, representa un conglomerado de acciones construidas de acuerdo con el pensamiento de cada época, incluyendo creencias que intentan ser objetivas, pero que albergan prejuicios que son con frecuencia percibidos como verdades absolutas que con el paso del tiempo se eliminan o se revalidan. Por tanto, si observamos en retrospectiva cómo se desarrolla la atención del parto en distintas épocas, encontraríamos prácticas que ahora pudiéramos considerar absurdas e injustificables.7 Un ejemplo claro es la libertad de elección de la postura para parir (Lugones, 2012), ya que de manera 7 Un ejemplo de las prácticas que pueden presentarse como poco racionales son los antojos que presenta la mujer embarazada, en la literatura prehispánica y la literatura novohispana se aconseja el cumplirlos con el fin de no presentar complicaciones en el embarazo. Esta práctica es aceptada, aun cuando carece de fundamento científico, incluso señalando que es más fácil lograr cambios en la práctica sanitaria que en las creencias y actitudes. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 25 convencional se utiliza el recostar a las mujeres sobre su espalda. La posición supina se ha asociado con mantener a las mujeres en un estado de pasividad y dependencia, mientras que existen estudios de corte científico y antropológico que muestran las ventajas de parir desde la posición más cómoda y/o adaptadas a las costumbres de las mujeres. Tal es el caso de la clínica IMSS en Hecelchakán, Campeche, que sustituyó el uso de camas hospitalarias por hamacas tradicionales en la región Maya, con las cuales las mujeres pueden mecerse, recostarse o usarlas como cuerdas de apoyo al ponerse de cuclillas, favoreciendo así que el bebé descienda por el canal vaginal y disminuya el dolor de la espalda baja. El estado de la medicina académica ha sido el resultado de diálogos, contradicciones, antagonismos, resignificaciones y asimilaciones de saberes diversos sobre el cuerpo y su patología, que en conjunto han estado presentes en el largo proceso de construcción de una forma de mirar y construir la medicina académica (Tuñón, 2008, p. 285). Conocer las características de la práctica obstétrica desde una perspectiva histórica permite contrastar los periodos donde la medicina convive muy de cerca con la herbolaria, la medicina tradicional (López, 1975), la religión o incluso con la magia. Se trata, pues, de tener en cuenta estas consideraciones para mostrar cómo la obstetricia, que se considera asentada en un pensamiento racional, no nota que se encuentra fundamentada también en suposiciones y prejuicios con apariencia de opinión “ilustrada”: (…) los médicos crearon una representación técnico-médica del cuerpo femenino que distaba de lo objetivo pues mostraron una imagen y una fisiología construidas, pautadas por la estandarización y la homogeneización de criterios diversos que no DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 26 siempre resultaron de reflexiones científicas, sino que estuvieron cargados de juicios ideológicos sobre las mujeres promovidos por una cultura masculina, clasista y profundamente racista (Tuñón, 2008, p. 289). En esta descripción de Tuñón es imposible dejar pasar la exigencia de analizar el tema con perspectiva de género, es decir, se evidencia que la historia está construida desde la visión hegemónica del médico varón que impera hasta mediados del siglo XX y que es determinante para la gestación de la práctica de la obstetricia tal y como la conocemos. De manera que dicha visión masculina hegemónica está implícita en el análisis de la obstetricia en México, una visión que además es fundamental en la construcción de la identidad médica mexicana. Con este panorama en cuenta, el objetivo de este apartado es analizar cómo se construyó la obstetricia en México, quién realiza las actividades médicas en torno al parto y cómo influye dicha figura en el desarrollo de la práctica. Dentro de esta revisión proponemos los siguientes periodos, como guía para reconstruir los acontecimientos y al mismo tiempo señalar episodios en la historia mundial que tienen eco en el desarrollo de la obstetricia mexicana: la obstetricia prehispánica, la obstetricia Novohispana, el siglo XIX, la obstetricia ilustrada y el inicio de la obstetricia moderna. 1.2.1 La obstetricia prehispánica La información primaria de la obstetricia prehispánica es escasa. Predominan las referencias secundarias como los apuntes obtenidos de Nicolás León, médico e historiador (1859-1929), quien redacta el libro La obstetricia en México. Notas bibliográficas, étnicas, DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 27 históricas, documentales y críticas de los orígenes históricos hasta, el año 1910. Este recurso bibliográfico es producto de la inquietud del autor tras leer la Historia de la obstetricia de Jac Von Siebold y no encontrar referencias sobre México en sus anotaciones. La obstetricia en México (1910) reúne las historias en torno a la obstetricia de la Nueva España que recopiló durante 30 años. Para iniciar el análisis de las civilizaciones prehispánicas nos centraremos en la civilización Azteca y la reflexión que hace León sobre los pobladores conocidos en la Nueva España. León divide a los pobladores precolombinos en dos grupos: el grupo semi- civilizado y el grupo de los bárbaros y errantes. Entre los grupos semi-civilizados clasifica también a los de “cultura mayor” y los de “cultura inferior”, de modo que a los aztecas los consideró dentro del grupo más desarrollado. Ademásde los apuntes de León, existen algunos registros de grupos del noroeste del país, en Sinaloa, documentados por los misioneros jesuitas, y que dentro de la clasificación de León se encontrarán en el grupo semi-civilizado. La primera generalización que se puede expresar del periodo prehispánico es la participación exclusiva de las mujeres en todo lo que involucra la atención del parto (Jaffary, 2017; Buelna, 2012). Esto es sumamente revelador al contrastarlo con la práctica actual, donde las labores de los cuidados han sido desplazadas casi en su totalidad hacia los médicos que hasta hace poco eran en su gran mayoría varones. León destaca de la atención de las parteras el amplio conocimiento que poseían en herbolaria y botánica, constituyendo los primeros esbozos de la farmacología ginecobstetra (León, 1910). DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 28 La obstetricia prehispánica, conocida como temixiuliztli, proviene del náhuatl temosiuilistli, que se traduce al español como “embarazada” o “embarazo”. Gracias a la existencia esta palabra dentro de su vocabulario podemos inferir que el embarazo fue un evento importante por la necesidad de ser nombrado. Asimismo, el valor asignado al embarazo dentro de su cosmovisión se puede ejemplificar con Cihuacóatl, la primera mujer madre, una deidad cuyos embarazos fueron todos gemelares. El mito de Cihuacóatl sirve para establecer el origen de la obstetricia azteca (Rojas, 2014; León, 1910). El embarazo de la mujer tiene repercusiones importantes para la organización social en la que habita, por lo que el embarazo, a pesar de ser un evento privado, constituye también un evento político al ser un referente de la dinámica y la organización aztecas, para quienes la reproducción era muy importante al considerarla un proceso divino. En las creencias prehispánicas los dioses tenían una fuerte intercesión, como lo señala Rojas- Granados: En la mitología náhuatl, los niños eran concebidos en el más alto de los cielos, al lado de los dioses creadores Ometecutli y Omecíhuatl y su hijo Quetzalcóatl, responsables éstos de enviar a los niños a la tierra, usando como vehículo a los padres terrenales. Con estas creencias los niños eran considerados divinos, recibidos con mucha formalidad y tratados con gran reverencia (2014). La reproducción para los aztecas era de gran importancia en un plano espiritual al ser los niños una extensión de los dioses, y en un plano físico al contribuir con la preservación de la comunidad y la expansión del imperio. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 29 La asistencia del embarazo y del parto estaba a cargo de las mujeres parteras, quienes fueron conocidas con nombres como ticita, tepalehuiani o temixihuiani,8 ayudadoras de las parturientas que realizaban intervenciones y rituales en las mujeres embarazadas.9 Rojas-Granados (2014) menciona que el rol de la partera era de tal relevancia que la personalidad de la partera podía determinar el desarrollo del parto, por ejemplo: todo aspecto negativo en la atención por parte de la partera que denotara un exceso de confianza, poca humildad o soberbia, de acuerdo con la creencia, era castigado por los dioses con complicaciones en el parto. La partera era vista con admiración al ser una intermediaria entre las mujeres y las diosas para lograr un buen parto; por tanto, se encomiendan a las mujeres con las parteras para su buen fin. Los consejos e indicaciones dados por la partera reflejaban que el conocimiento que se transmite respecto al embarazo está basado en las experiencias previas e ideas concebidas desde la mitología azteca y sus tradiciones. Para algunas enfermedades había dioses respectivos. Para las mujeres en particular encontramos a Tzinteutl, diosa de las mujeres que estaban encinta; Centeotl, diosa de las yerbas medicinales; el Tlama, que era el médico; la Tlamatqui, la partera; la diosa Ixcuina, protectora de las parturientas. Además, a la mujer que moría en el primer parto le llamaban Cihuapipilte, y era tenida en la categoría de diosa (Rojas-Granados, 2014, p. 132). 8 Se traduce al español como persona que ayuda a otro. 9 Como el uso del temazcal que se ve representado en el Códice Magliabecchiano. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 30 Las labores de las parteras consistían en dirigir y mediar la relación entre los cuerpos de las mujeres y los dioses, por lo tanto, el parto constituía un evento en el cual la partera se encontraría presente desde días previos a su inicio. Para los aztecas, la medición de la duración del parto se daba a través del calendario lunar, y tras 10 lunas era esperado el nacimiento. La culminación del embarazo simbolizaba también una batalla que la mujer debía librar, por lo que se les otorgaban un escudo y lanzas para simbólicamente defenderse. Las mujeres parteras, como se ha mencionado, encarnan en este ritual de nacimiento un papel muy importante, al ser ellas las personas que son capaces de invocar los espíritus y comunicarse con las deidades, habilidades que solo los médicos y las parteras poseían. De esta manera podemos inferir que el nacimiento para los aztecas era un evento que fusionaba las prácticas tradicionales y el misticismo que involucra su cosmovisión (Jaffary, 2017). Los cuidados de las parteras se van realizando al tiempo que el parto progresa. En un inicio, se basan en el acompañamiento y la atención a las mujeres, quienes reciben en sus casas baños con hierbas medicinales, e incluyen también la preparación de 5 elementos esenciales para el recibimiento del bebé: copal, hierbas, tabaco, tierra y agua. La partera también realiza el reconocimiento físico de la posición del bebé en el vientre de la madre a través de la palpación10 (León, 1910). 10 Las maniobras de palpación externa son una práctica que perdura en la obstetricia moderna, bajo el nombre de Maniobras de Leopold. Se encuentran numeradas en 4 maniobras que evalúan mediante la palpación la altura del fondo uterino, la posición fetal, la presentación y el encajamiento fetal (ver Preyer et al., 2019). DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 31 Una vez iniciado el trabajo de parto, se le otorgaba a la madre una bebida preparada a base de Chihuapatli (Montanoa tormentosa)11 con el propósito de ayudar con las contracciones y facilitar la expulsión del bebé. La forma en la que se llevaba a cabo el parto era en una posición arrodillada, mientras la partera se encontraba al frente de la parturienta. En este proceso también se designaban roles, y la ayudante de la partera, a la que se le llama “tenedora”, se colocaba a espaldas de la mujer embarazada, siento así que tanto ella como la partera compartían la tarea de llevar a cabo la atención del parto (Alfaro, 2018; Jaffary, 2017; Rojas-Granados, 2014; Rodríguez, 2000; León,1910). Al momento del nacimiento, la partera se encargaba de recibir al recién nacido con un mensaje que, dependiendo del sexo, le otorgaba un compromiso para con el mundo. Le cortará el ombligo como lo mandan los dioses Yoaltecutli, que es el señor de la noche, y Yoaltícitl, que es la diosa de los baños; dirigiéndose específicamente a la niña le dice: las mujeres deberán ser como la ceniza que cubre el fuego del hogar, como el corazón dentro del cuerpo, no andarán fuera de la casa, se acostumbrarán a no salir de su hogar a ninguna parte, dicho esto cortaba el ombligo (Rojas-Granados, 2014, p.134). Una vez finalizada la salida del recién nacido con la fase conocida como expulsión, la mujer tomaba otra posición en la cual permanecía recostada esperando la salida de la 11 Los efectos estudiados de la Montanoa Tormentosa indican que puede existir relación con la ingesta y la liberación de oxitocina en las neuronas de los núcleos Hipotalámicos en modelos animales. Lo relevante en la información que puede ser obtenida de la MontanoaTormentosa es consolidar el conocimiento que contaban los aztecas en la herbolaria y la importancia de aplicarlo al momento del parto; indirectamente podríamos inferir, que el nacimiento fue una actividad bien estudiada y valorada. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 32 placenta o cihuatlayelli,12 que se enterraba en un rincón de la casa tras una revisión de su integridad. Después de las primeras horas del parto, en esa habitación permanecían la madre y el recién nacido 4 días con fuego prendido, sin dejar que se apagase, ya que en el fuego se encontraba la sustancia de vida del bebé. Todo este ritual se realizaba en los partos que tenían una conclusión adecuada, pero en esta conceptualización del parto también estaba presente la posibilidad de presentar complicaciones. La apreciación de las complicaciones del parto, o de un parto difícil que incluso pudiera culminar en la muerte, era de total solemnidad. Cuando un parto tardaba más de lo esperado, las parteras se enfocaban en estar solas con las madres, hacían uso del temazcal para inducir la expulsión del recién nacido; en los casos más complejos, donde no se apreciaran avances, la partera y la madre permanecerían juntas venerando a las diosas del nacimiento. Si durante el parto se identificara que no hay forma de cambiar el curso, o el bebé se encontrara muerto, la partera podría ayudar a expulsar el cuerpo del bebé; si la madre muriese en el proceso, la partera podía solicitar permiso para extraerlo del útero post mortem de la madre mediante una técnica llamada embriotomía. La muerte de una mujer en el trabajo de parto se encuentra valorada como un gran sacrificio, se rendía homenaje a la mujer fallecida (Tovar-Rodríguez, 2013). 12 Cihuatlayelli, se encuentra mencionado en el Gran Diccionario Náhuatl como pares de la muger que pare podemos traducirlo como partes de la mujer que pare o las entrañas de la mujer (Gran Diccionario Náhuatl, 2012). DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 33 En caso de fallecimiento, la mujer era lavada y vestida con ropajes nuevos y elegantes para inhumar. El cónyuge llevaba a cuestas a su mujer, acompañado de las parteras y ancianas armadas como guerreras, dando alaridos como voces de guerra, luego salían a su encuentro los jóvenes mancebos o Telpopochtin y peleaban con ellas para tomar el cuerpo de la mujer. El entierro de la mujer se hacía a la puesta de sol, después de ser adornada por la partera como diosa, quien le decía: Valiente mujer, os habéis esforzado y trabajado como valiente, habéis vencido, habéis hecho como vuestra madre la señora Cihuacoatl o Quilaztli, habéis usado de la rodela y de la espada como valiente y esforzada. Moristeis muerte muy honrosa y muy provechosa. ¿Quién recibe tan dichosa victoria como vos, porque habéis ganado con vuestra muerte la vida eterna, gozosa y deleitosa, con las diosas que se llaman Cihuapipiltin, diosas celestiales? Pues idos ahora y ser una de ellas (Rojas- Granados, 2014, p.134). Conforme narramos la aproximación al parto en el contexto prehispánico, en particular el de los aztecas, podemos identificar un proceso “humanizado” del mismo, en donde las mujeres, a pesar de no ser consideradas parte de la esfera pública social, tenían la tarea asignada de ser portadoras y dadoras de vida, además de brindar atenciones a otras mujeres con sus habilidades y capacidades durante el parto. La partera tenía el reconocimiento y el respaldo para ejercer libremente su profesión, sus conocimientos eran bien recibidos, y era considerada de utilidad (Rodríguez, 2010). DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 34 Sobresale además que las intervenciones en el parto requerían de herramientas muy precisas como el uso de un temazcal, además del amplio conocimiento de la herbolaria, como el uso de la Montanoa tormentosa, que sigue estando presente en la investigación contemporánea como ser un fármaco de acción central que estimula la producción hipotalámica de oxitocina13 (Lagunes-Merino, 2020). Finalmente, notemos que, en la mitología azteca, que cuenta con una gran variedad de dioses y diosas, la figura de las mujeres es visible y su posición es en igualdad en relación con las deidades masculinas. Todo este constructo simbólico con matices espirituales convierte al parto en un evento sublime. Las prácticas en torno al parto son mundanas, pero cargadas de elementos simbólicos: el objetivo no es directamente la intervención al momento de dar a luz, sino fungir como un apoyo para las mujeres y las comunidades para que los partos se desarrollen. A partir de todo lo antes narrado queda claro que las parteras fungían como una conexión entre el mundo y los dioses. 1.2.2 El parto en la Nueva España Entre las etapas de la historia de lo que hoy es México, el segundo gran periodo corresponde a los años de dominio territorial y político colonial que recibe el nombre de Nueva España, que inicia tras la caída de México-Tenochtitlán en 1521 y termina con la proclamación de Independencia tres siglos después. “Tras la conquista del territorio azteca, 13 La oxitocina es una hormona involucrada en el parto y la lactancia, y su función es la de ayudar a que el cuello uterino modifique su forma anatómica y se pueda llevar a cabo el parto vaginal. La oxitocina también se puede encontrar de manera sintética como fármaco y existe un gran debate acerca del uso de la oxitocina exógena, ya que sus propiedades de acción son potencializadas y pueden poner en riesgo el desarrollo del parto. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 35 inicia dentro de la colonia el establecimiento de los españoles sobre los pueblos nativos: […] el mundo mesoamericano vivió cambios radicales, pero también hubo permanencias y continuidades” (García, 2008, p. 126). Las continuidades se presentaron sobre todo en el dominio político, ya que la consolidación y control de los territorios se dio a través de los señoríos ya existentes. El dominio político de los conquistadores en un territorio de gran extensión territorial como lo fue la Nueva España fue a través de alianzas entre los pueblos originarios de cada región, por lo que las costumbres y prácticas existentes no fueron del todo abolidas, sino que se realizaban de manera clandestina y se incorporaban elementos de los conquistadores a consecuencia del mestizaje. La recopilación histórica de la obstetricia durante este periodo se encuentra presente indirectamente en los documentos cotidianos que describen la dinámica poblacional de la época (Beltrán, 2014), mas no existe un apartado exclusivo que hable del embarazo o del parto.14 En la atención del embarazo y el parto se mantuvo la misma tendencia de continuar con las prácticas ya existentes más la incorporación de elementos que provenían del Viejo Mundo: “medical knowledge in New Spain tended to build upon, rather than bury, developments from the pre-Hispanic era” (Jaffary, 2017, p. 43). Es así 14 La reconstrucción histórica realizada por la Dra. Nora E. Jaffary en el libro Reproduction and its Discontents in México se pudo consolidar gracias al estudio de primera mano del Archivo Histórico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Archivo General de la Nación, el Archivo Histórico de la Ciudad de Oaxaca y la Wellcome Library en Londres. La calidad del análisis realizado hizo ganar a la autora el premio Wallace K. Ferguson otorgado por la Asociación Canadiense de Historia, así como la mención honorífica en Historia Mexicana de la asociación de Estudios Latinoamericanos en Canadá. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 36 como inicia una época de cambios en la cual confluyen los saberes de la población azteca y los españoles, intercambio que se da también en el entendimiento del cuerpo de la mujer y las costumbres traídas por el pueblo europeo, entre las quedestaca la incorporación de herramientas para el parto como la silla de partos y la posición de litotomía15 (Lugones, 2012). Respecto a la incorporación prácticas, una de las más significativas fue la de recostar a las mujeres, legitimada gracias a presupuestos que favorecen la atención desde la perspectiva del médico tratante, es decir, en un inicio su incorporación buscó facilitar la visibilidad para el espectador del parto, lo que con el tiempo se adoptó como posición recomendada al ser el médico una figura respetada y de autoridad. El problema consiste en que, fisiológicamente, el parto se puede beneficiar de las distintas posturas que permiten mejorar el espacio pélvico que formará el canal de parto, la fuerza que se puede ejercer a través de los músculos del suelo pélvico y, finalmente, el efecto de la gravedad en favor del descenso del bebé durante el trabajo de parto, que se dificulta al presentarse recostada la mujer en posición horizontal. Es por esto que durante la obstetricia prehispánica podemos asumir que, aunque fueran acompañados por el manto de las deidades, existía una consciencia corporal en relación con los procesos del parto, por lo que se sugería adoptar una postura donde las 15 La posición de litotomía implica que la mujer se encuentre acostada sobre su espalda. También se conoce en términos médicos como decúbito supino o posición ginecológica. La adopción de esta posición se remonta anecdóticamente a 1663 con el rey Luis XIV cuando, bajo su deseo de estar presente en el parto, el médico Julien Clément decidió colocar a la mujer en esta posición en la cama para tener mejor visualización. DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 37 madres se sintieran cómodas y era la partera quien adaptaba su atención para facilitar el parto. Eventualmente, en esta época será claro un cambio que consistirá en que el embarazo será considerado un evento fisiológico que, a diferencia de las creencias prehispánicas, no estará relacionado con los dioses, sino que será parte de la naturaleza humana (Rodríguez, 2010). Desde la mirada del pueblo evangelizado a través de la religión católica, los rezos, las novenas, el portar símbolos y el uso de escapularios se volvió parte de los cuidados prenatales y durante los partos. En la época novohispana la influencia religiosa en el ámbito de la salud fue de suma importancia, pero también se mantienen otras prácticas prehispánicas como el uso de preparaciones herbolarias, el temazcal y los masajes o “sobadas” para “acomodar” al bebé en la posición adecuada dentro del vientre de la madre (Rodríguez, 2010; Jaffary, 2017). De los archivos bibliográficos existentes de esta época se puede deducir que, durante el periodo novohispano inicial, la atención del embarazo continúa siendo parte de lo cotidiano, aunque pasando casi desapercibida: se trata de cuidados que se otorgan en privado por las parteras y ayudantes, pues los partos son actos que carecen de relevancia en la esfera pública (Rodríguez, 2010; Jaffary, 2017). The absence of documentation about routine childbirth in the colonial record carries significance beyond the challenge it poses for the reconstruction of this history. It is also indicative of colonial mexicans’ attitudes towards childbirth. In the colonial DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 38 period, birth was at once a private matter and an event so ubiquitous that it fell below the purview of state, medical, or public notice (Jaffary, 2017). Los partos, al implicar la intervención del cuerpo de las mujeres, son considerados ocultos, ajenos o desconocidos, y no tienen un apartado en el ámbito médico masculino. Las observaciones documentadas respecto al nacimiento, aunque se encuentran de manera ubicua, surgen de anécdotas, historias, mitos o costumbres, y no de un análisis científico o clínico. Se menciona que en términos generales las actitudes hacia los cuerpos femeninos y su papel reproductivo vagaban entre la ignorancia, el rechazo y el silencio (Tuñón, 2008), y lo que sucede en el embarazo y en el parto sigue siendo materia de las mujeres parteras. La presencia casi exclusiva del personal femenino se debió, entre otros aspectos, a la poca disponibilidad de médicos en la Nueva España, derivado del poco interés que existe hacia la salud de las mujeres. La poca existencia de médicos en la Nueva España a inicios del siglo XVII se debió a que los médicos activos eran originarios de la España peninsular y su atención se limitaba a Virreyes y personajes de la realeza. El tener acceso a aprender y ejercer la medicina requería además un acceso privilegiado al conocimiento: “Midwives remained active in Mexico because, until the late eighteenth century, physicians considered obstetrics a debased area of medicine, unworthy of their attention” (Jaffary, 2017, p. 47). Ante dicha perspectiva tenemos dos aspectos a considerar: el primero es la escasez de médicos dada la dificultad para poder acceder a la educación; el segundo es el abandono e incluso rechazo de la comunidad médica masculina hacia la obstetricia por considerarla indigna. Podemos DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 39 por tanto plantear que la salud de la mujer no fue una de las prioridades de la medicina novohispana. En contraste con la enseñanza médica de ese tiempo, el modelo de la partería está basado en un conocimiento empírico, es decir, es una práctica de gran complejidad que hasta ese momento no requería de certificaciones: su valía residía en el desempeño de la partera y la satisfacción de las mujeres y familias de las usuarias. Ser partera era una posición privilegiada para las mujeres, quienes podían de esta manera formar parte de la vida pública, exclusiva hasta entonces para los varones. Una característica del modelo de partería de aquella época es la apertura del conocimiento y la diversidad racial de las parteras. Existen documentos que muestran la presencia de parteras de distintas castas, variedad que pudo significar una ventaja ya que había representación de las mujeres parteras en todos los niveles sociales, mismo que llevaría a las mujeres a elegir y confiar en parteras afines a sus costumbres (Jaffary, 2017, p. 51): Midwives practicing in colonial Mexico were most often women who had themselves experienced childbirth. […] All the midwives in this group were mature, with ages ranging from thirty to eighty years; the majority were women in their forties, fifties, and sixties. Many had learned their art from their own mothers (Jaffary, 2017 p. 54). La identidad que conocemos de las parteras se fue estableciendo con el paso de los años a través de la narrativa de los médicos, en la cual predomina una polarización entre la DEL CONCEPTO DE PARTO HUMANIZADO 40 partera india o de otra casta racializada, de clase baja y pocos recursos, y la partera de origen español peninsular o extranjera, de clase alta, letrada y con mayor poder adquisitivo. Sin embargo, la presencia pública de las parteras se encuentra solo asentada en documentos legales, donde testificaban o eran enjuiciadas por algún crimen. ¿Por qué las mujeres en el parto y las parteras fueron poco a poco desplazadas por los médicos? Porque, hacia la mitad del siglo XVIII, algunos médicos comenzaban a mostrar interés en conocer y atender el embarazo, algo poco usual para la época. Estos médicos tenían ventajas por sobre las parteras ya que, al haber estudiado medicina, se encontraban calificados para la atención del parto, incluso sin antes haber atendido uno. El que los médicos tuvieran una certificación para atender los partos fue totalmente arbitrario, pues los relatos apuntan al desconocimiento de los médicos varones de los aspectos del embarazo, el parto y el puerperio. Por lo tanto, es claro que la incorporación de los médicos a las labores de parto no se dio por
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