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Jacobo no es un pobre diablo

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Jacobo no es un pobre diablo. 
Gabriele heiser. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Elda pone un huevo 
Una bonita mañana de primavera, Elda una hembra albatros estuvo 
esperando 2 años para poner un huevo el cual puso al anochecer. El 
huevo era maravilloso salpicado de manchas perduzas. 
Dieciséis días después salió un pequeño del cascaron. Elda y Tom se 
turnaban para incubar, esto era muy monótono, pero un día a eso 
del medio día se alzo temeroso un pico amarillo-marrón. Elda lo 
puso debajo de sus alas y cuando se seco dijo que era muy guapo 
aunque no tenía verdaderas plumas, sino estaba cubierto con un 
plumón tupido, su pico era liso, brillante y tenía ojos oscuros. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jacobo. 
 
Jacobo era un pájaro siempre hambriento pero sus padres pensaban 
que pronto el buscaría su alimento. Jacobo no batía sus alas y lo que 
más le gustaba era estar sentado apretado con Tom y Elda. Dormía 
mucho y a sus padres nunca les gritaba y espera con paciencia que 
llegaran. Su voz era cantarina y muy débil, y sus padres se dieron 
cuenta que Jacobo no era como los otros albatros. Sus padres le 
ponían peces delante del nido para que pudiera salir y estirarse. 
Jacobo se asustaba con el ruido de las olas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Los vecinos. 
 
Los vecinos le decían que le cantara la canción del albatros para que 
le dieran ganas de volar. Los vecinos le decían que estaba 
contrahecho y Elda no soportaba las miradas de los vecinos y se 
sentía contenta de que Jacobo no entendiera nada de lo que 
comentaban de él. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jacobo no vuela 
 
Los padres de Jacobo estaban triste por las conversaciones de los 
vecinos, pero igual siguieron algunos consejo de darle peces 
voladores y cantarle la canción del albatros. Tom le construyo una 
fortificación para que aprendiera a volar pero Jacobo se caía a la 
arena blanda y le parecía muy divertido. Elda ya pondría otro huevo 
y pensó que Jacobo ya podría volar con seguridad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jacobo tiene un hermano. 
 
Elda y Tom agrandaron el nido y pensaban que pronto Jacobo 
volaría. Después de unos días apareció algo oscuro y estropajoso, 
graznaba fuerte y estaba hambriento, había nacido Balten y Jacobo 
aun no sabía volar pero empezó a cantar tenía una voz suave y 
maravillosa y los vecinos lo iban a escuchar, sus padres se sentían 
orgullosos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jacobo y Balten. 
 
Cuando Jacobo y Balten no sabia caminar muy bien se quedaba 
sentados en su nido los dos se acurrucaban y soñaban, pero Balten 
pronto pronto empezó a corretear por la isla y a buscar aventuras. 
Jacobo salía contento detrás de Balten e inventaron muchos juegos 
como por ejemplo llenarse el pico de agua o llevar juncos o jugaban 
a perseguirse o pillarse. Blaten ayudaba a trepar a Jacobo auque no 
siempre estaban contentos pero no estaban mucho tiempo 
enfadados. Jacobo era el mejor en el juego de las piedras era muy 
ágil. Un día Balten voló unos metros sus padres lo miraban aliviados 
y Jacobo muy alegre. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Los ancianos. 
 
Los albatros informaron a los 6 ancianos que Jacobo no podía volar y 
bucear y que solo cantaba. Los 6 ancianos solucionaban los asuntos 
mas graves de los albatros, ellos decidían de quien eran las piedras 
los nidos, los peces. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Puede uno fiarse de ellos? 
 
Los ancianos aparecían juntos en orden y nunca lo cambiaban, al 
frente iba Vitus que era la más inteligente de la isla, luego Agata que 
era el segundo más viejo con una lengua afilada y pico puntiagudo 
era muy temido era la más vanidosa, teía una concha pulida en la 
que se miraba. El tercero era Vizen, el pensador que se comía un 
solo pez al día , detrás venia Hldegarda que era severa, detrás de 
ella veía Volcram que era presumido y orador y al final venia 
Valerius que era fuerte pero tenía problemas al oído por sus viajes a 
través de tempestades. Decían que Valerius y Volcram se comían los 
peces. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Peligro para Jacobo 
 
Los ancianos le anunciaros su visita a Tom y Elda ya que un pájaro 
que no vuela es una cosa que debían preocuparse y querían darle un 
consejo. Todos miraban a Jacobo que movía una concha marina. Le 
preguntaron por que no volaba pero se escondió. Los ancionos se 
fueron y luego informaran que sucederá con Jacobo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La decisión de los ancianos. 
 
 
Elda temblaba de miedo y Tom estaba taciturno. Hacia medio día los 
ancianos dijeron: JACOBO TIENE QUE VOLAR! Desde que existen los 
mares los albatros volamos y el que no vuela y bucea no tiene 
derecho de llamarse albatros. Los ancianos querían llevar a Jacobo a 
la roca mas alta y darle un empujón para que aprendiera a volar, 
Agata y Volcram agarraron a Jacobo por las alas y cuando lo iban a 
tirar Elda dijo que pararan que si lo tiraban moriría, Jacobo al borde 
del acantilado movía despacio la punta de sus alas pero el viento 
que acechaba le hacía feliz. Los seis le dieron un plazo de 1 año para 
que Jacobo aprendiera a volar, nadar y bucear. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Elda vuela hacia la India. 
 
Para Tom y Elda empezó una época difícil. 
Empezaron a averiguar por los animales más sabios del mundo y 
oyeron hablar del viejo elefante que vivía en la India entonces Elda 
comenzó su viaje mientras que Tom cuidaba de Jacobo y Balten. 
Elda viajo muchos días para encontrar a Govinda el elefante y 
cuando la vio se quedo impresionada por sus cuatro patas. Elda se 
asusto pero Govinda con voz amable le pregunto lo que le pasaba. 
Elda le conto de Jacobo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El consejo de Govinda. 
 
Govinda le dijo que los ancianos no tenían razón ya que Jacobo salió 
del huevo de un albatros. Govinda le dijo que Jacobo debía batir 
varias veces la alas para que se vuelvan fuertes, pero Elda le dijo que 
su comida la buscaba por sobre el mar y que no le servían mucho las 
patas para andar. Govinda también le explico que ellos no nacían 
por huevo y que andan enseguida y que si una cría era débil no 
podían protegerla ya que tienen muchos enemigos. Govinda le 
aconsejo consultar con la gran ballena Alma. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Un día con Jacobo. 
 
Por la mañana sus padres le traían peces y luego le cantaba la 
canción de los albatros, después hacían ejercicios con las alas. Con 
frecuencia se quedaba solo en su nido y le gustaba mirar las formas 
de las nubes y cuando escuchaba el llanto de un albatros pequeño lo 
cuidaba y jugaba con ellos hasta que aparecieran los padres. Lo mas 
bonito era oír su voz fina y timbrada que además los albatros de 
agrupaban a escuchar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Elda visita a la gran ballena. 
 
Elda fue a visitar a la gran ballena que vivía en el polo norte demoro 
varias semanas en un viaje muy peligroso y cuando Elda encontró a 
Alma le conto de Jacobo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Qué sabe Alma? 
 
Alma le dijo que tampoco le podía ayudar pero le dijo que debería 
enseñarle a Jacobo a nadar y bucear y que se meta al agua solo 
cuando esta no esté fría y no haya olas muy altas. También le dijo 
que consultaría con los delfines para ver si podían darle un consejo 
mejor pero los delfines tampoco la pudieron ayudar sin embargo le 
dieron el nombre de un hombre llamado Paul y que no debía 
temerle. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Klas 
 
Klas era un viejo albatros con mucha experiencia, en su juventud era 
admirado como buceador y volador. Klas miro a Jacobo y dijo que 
era un pájaro bondadoso y entrañable y que podría enseñarle a 
nadar pero no sabía si podría hacerlo volar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jacobo aprende a nadar 
 
Jacobo nada un rato todos los días y Klas lo alababacuando 
aprendía algo nuevo. Un día de verano el agua estaba muy 
agradable y Jacobo se agacho despacio sobre las olas las olas lo 
columpiaban y para el era una sensación muy agradable que 
empezó a cantar. Klas nada todos los días compitiendo con Jacobo y 
hace trampa para que Jacobo gane. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¡Jacobo bucea! 
 
Jacobo aprendió por fin a nadar aunque aun no buceaba ni volaba 
porque tenia que fortalecer su cuerpo. Jacobo no se podía estirar 
pero Klas tuvo una idea, le coloco a Jacobo debajo de las alas una 
concha marina grande que la debía mantener incluso cuando 
estuviera en el mar, los primeros días perdió las conchas hasta que 
Klas de coloco unas diminutas las cuales ya no necesitaría mas 
porque ya mantenía su cuerpo y sus alas firmes. Jacobo aprendió a 
bucear era un juego de niños para el. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Bajo el agua. 
 
Jacobo ya podía participar en los campeonatos de natación y buceo, 
pero rara vez ganaba Jacobo prefería soñar debajo del agua, le gusta 
el silencio, Jacobo había descubierto una vida nueva, podía ver los 
otros animales que vivían allí. Le gustaba cuando el mar estaba 
tranquilo entonces Jacobo cantaba sus canciones más bonitas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Elda vuela al océano pacifico. 
 
Elda y tom se alegraban de ver a Jacobo en el agua pero estaban 
preocupados porque aun no sabía volar. Elda pensaba que sería de 
Jacobo cuando no estuviera ella., algunos de los animales de la isla 
eran agresivos y existía mucha rivalidad, se preguntaba quien 
ayudaría a Jacobo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El hombre 
 
Elda encontró la isla donde vivía el hombre, al lado de un arroyo vio 
una choza y vio a un ser sin plumas y le pregunto por Paul, soy yo 
mismo le contesto. Elda le conto de Jacobo y Paul le respondió que 
la podía ayudar, le conto que los hombres tenían unas maquinas de 
hierro y que se podía sentar en una de ellas, pero Elda indignada le 
dijo que eso no era volar. Volar es cuando te acaricia el viento y las 
olas te rozan el pico. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La charla con Paul. 
 
Cuando Elda le pregunto qué es lo que hacían ellos cuando sus crías 
no andaban. Paul le explica los padres deben preocuparse y 
alimentar durante mucho tiempo a nuestros pequeños, también le 
dice que los albatros siempre saben lo que tienen que hacer y que el 
hombre tiene que aprender casi todo. Elda no entendió muy bien las 
palabras de Paul, pero le dio un consejo que le explicara a los 
ancianos que si un albatros anda, nada y bucea ya es un albatros. 
Elda sabia que el plazo se cumpliría y se sintió segura de una cosa 
que Jacobo no volaría nunca. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El plazo ha terminado. 
 
Cuando Elda llego al nido los ancianos ya habían acordado de 
juntarse en el acantilado. Jacobo tenía buen humor como todos los 
días, no sospechaba de su prueba. Tom y Elda pensaban como 
hacer cambiar de opinión a los ancianos. Balten lloraba. 
Volcram empezó hablar y dice que es el día de la prueba y que la 
esencia de un albatros es volar y nadar. Tom tomo la palabra y grito 
rabioso que todos sabían que Jacobo no sabía volar pero si que 
aprendió a bucear. El consejo dice que si un albatros no vuela no es 
un albatros y se ejecutara la decisión. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jacobo tiene amigos 
 
Elda grita y comienza a contar que ha viajado a la India y ha 
preguntado a Govinda el sabio y dice que Jacobo es un albatros, 
pero Agata dice que ellos deciden lo que vale en la isla. 
De la multitud salió Irlinda una de las hembras más respetadas y 
dice que cuando los jóvenes pelean el alza su voz y los pequeños lo 
escuchan. Los jóvenes dicen que no quieren que empujen a Jacobo 
uno de ellos le cuenta cuando Jacobo lo cuido cuando sus padres 
andaban de viaje. Unos padres también querían que Jacobo se 
quedara por que protegía a sus hijos. Pero los ancianos querían 
ejecutar su decisión, pero en ese momento de levanto un fuerte 
griterío y amenazaron a los ancianos. 
Al fin Jacobo estaba a salvo, tenía amigos. 
Agata y Volcram abandonaron la isla y ocuparon su lugar Irmila y 
Klas. Jacobo siguió en la isla, enseñaba a los pequeños a dar 
volteretas y nuevos juegos. Jacobo era feliz y Elda se dio cuenta que 
no era tan importante volar.

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