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Recuerde el alma dormida, a v i v e e l s e s o y d e s p i e r t e c o n t e m p l a n d o cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte t a n c a l l a n d o , cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, d a d o l o r ; c ó m o , a n u e s t r o p a r e c e r , cualquiera tiempo pasado fue mejor. Pues si vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado, s i j u z g a m o s s a b i a m e n t e , daremos lo no venido por pasado. N o s e e n g a ñ e n a d i e , n o , pensando que ha de durar lo que espera , más que duró lo que v io porque todo ha de pasar por tal manera. Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; a l l í v a n l o s s e ñ o r í o s derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos. Invocación: Dejo las invocaciones de los famosos poetas y oradores; no curo de sus ficciones, que traen yerbas secretas Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique sus sabores; A aquél sólo me encomiendo, aquél sólo invoco yo d e v e r d a d , que en este mundo viviendo el mundo no conoció su deidad. Este mundo es el camino para el otro, que es morada s i n p e s a r ; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada s i n e r r a r . P a r t i m o s c u a n d o n a c e m o s , andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; a s í q u e c u a n d o m o r i m o s descansamos. Este mundo bueno fue si bien usáramos de él c o m o d e b e m o s , porque, según nuestra fe, es para ganar aquél que a t endemos . Aun aquel hijo de Dios, p a r a s u b i r n o s a l c i e l o descendió a nacer acá entre nos, y a vivir en este suelo do murió. Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y co r r e mos , que en este mundo traidor, aun primero que muramos las perdamos: de ellas deshace la edad, de ellas casos desastrados que acaecen, de ellas, por su calidad, e n l o s m á s a l t o s e s t a d o s desfallecen. Decidme: la hermosura, la gentil frescura y tez de la cara, Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique e l co lo r y l a b lancura , cuando viene la vejez, ¿cuál se para? Las mañas y ligereza y la fuerza corporal d e j u v e n t u d , t o d o s e t o r n a g r a v e z a cuando llega al arrabal de senectud. Pues la sangre de los godos, y el linaje y la nobleza tan c rec ida , ¡por cuántas vías y modos se pierde su gran alteza e n e s t a v i d a ! Unos, por poco valer, ¡por cuán bajos y abatidos que los t i enen! otros que, por no tener, con oficios no debidos se mantienen. Los estados y riqueza que nos dejan a deshora, ¿quién lo duda? no les pidamos firmeza, pues son de una señora qu e s e mu d a . Que bienes son de Fortuna q u e r e v u e l v e n c o n s u r u e d a presurosa, la cual no puede ser una ni estar estable ni queda en una cosa. Pero digo que acompañen y lleguen hasta la huesa con su dueño: por eso nos engañen, pues se va la vida apriesa como sueño; y los deleites de acá s o n , e n q u e n o s d e l e i t a m o s , temporales, y los tormentos de allá, q u e p o r e l l o s e s p e r a m o s , eternales. Los placeres y dulzores Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique de esta vida trabajada que tenemos, no son sino corredores, y la muerte, la celada en que caemos. N o m i r a n d o n u e s t r o d a ñ o , corremos a rienda suelta s i n p a r a r ; desque vemos el engaño y queremos dar la vuelta, no hay lugar. Si fuese en nuestro poder h a c e r l a c a r a h e r m o s a c o r p o r a l , como podemos hacer e l a l m a t a n g l o r ï o s a , a n g e l i c a l , ¡ q u é d i l i g e n c i a t a n v i v a tuviéramos toda hora, y tan presta, e n c o m p o n e r l a c a t i v a , d e j á n d o n o s l a s e ñ o r a descompuesta! Esos reyes poderosos que vemos por escrituras ya pasadas , por casos tr istes, l lorosos, f u e r o n s u s b u e n a s v e n t u r a s trastornadas; así que no hay cosa fuerte, que a papas y emperadores y prelados, así los trata la muerte como a los pobres pastores de ganados. Dejemos a los troyanos, que sus males no los vimos n i s u s g l o r i a s ; d e j e mos a l o s r o ma no s , aunque oímos y leímos sus historias. No curemos de saber lo de aquel siglo pasado q u é f u e d e e l l o ; vengamos a lo de ayer, que también es olvidado como aquello. Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique ¿Qué se hizo el rey don Juan? Los infantes de Aragón ¿qué se h ic ie ron? ¿Qué fue de tanto galán, qué fue de tanta invención como trajeron? L a s j u s t a s y l o s t o r n e o s , paramentos, bordaduras y c i m e r a s , ¿fueron sino devaneos? ¿qué fueron sino verduras de las eras? ¿Qué se hicieron las damas, sus tocados, sus vestidos, s u s o l o r e s ? ¿Qué se hicieron las llamas de los fuegos encendidos d e a m a d o r e s ? ¿Qué se hizo aquel trovar, las músicas acordadas q u e t a ñ í a n ? ¿Qué se h izo aque l danzar , aquellas ropas chapadas que traían? Pues el otro, su heredero, d o n E n r i q u e , ¡ q u é p o d e r e s a l c a n z a b a ! ¡Cuán blando, cuán halaguero el mundo con sus placeres s e l e d a b a ! Mas verás cuán enemigo, cuán contrario, cuán cruel s e l e m o s t r ó ; habiéndole sido amigo, ¡cuán poco duró con él lo que le dio! Las dádivas desmedidas, los edi f ic ios rea les llenos de oro, las vajillas tan febridas, los enriques y reales del tesoro; los jaeces, los caballos de sus gentes y atavíos t a n s o b r a d o s , ¿dónde iremos a buscallos? ¿qué fueron sino rocíos de los prados? Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge ManriqueLibrodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique Pues su hermano el inocente, que en su vida sucesor s e l l a m ó , ¡qué corte tan excelente tuvo y cuánto gran señor l e s i g u i ó ! M as , como fuese mor t a l , metióle la muerte luego en su f ragua. ¡ O h , j u i c i o d i v i n a l , cuando más ard ía el fuego, echaste agua! Pues aquel gran Condes table, maestre que conocimos tan privado, no cumple que de él se hable, s i n o s ó l o q u e l o v i m o s dego l lado . Sus infinitos tesoros, sus villas y sus lugares, s u m a n d a r , ¿qué le fueron sino lloros? ¿Qué fueron sino pesares al dejar? Y l o s o t r o s d os h e r ma no s , maestres tan prosperados como r e yes , que a los grandes y medianos trajeron tan sojuzgados a s u s l e y e s ; aquella prosperidad que tan alta fue subida y e n s a l z a d a , ¿qué fue sino claridad que cuando más encendida fue amatada? Tantos duques excelentes, tantos marqueses y condes y v a r o n e s como vimos tan potentes, di, muerte, ¿dó los escondes y traspones? Y las sus claras hazañas que hicieron en las guerras y e n l a s p a c e s , cuando tú, cruda, te ensañas, con tu fuerza las atierras y deshaces. Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique Las huestes innumerables, los pendones, estandartes y banderas, los castillos impugnables, los muros y baluartes y barreras, la cava honda, chapada, o cualquier otro reparo, ¿qué aprovecha? que si tú vienes airada, todo lo pasas de claro con tu flecha. Aquél de buenos abr igo , amado por virtuoso de la gente, e l m a e s t r e d o n R o d r i g o Manrique, tanto famoso y tan valiente; sus hechos grandes y claros no cumple que los alabe, pues los vieron, ni los quiero hacer caros pues que el mundo todo sabe cuáles fueron. Amigo de sus amigos, ¡qué señor para criados y p a r i e n t e s ! ¡Qué enemigo de enemigos! ¡Qué maestro de esforzados y v a l i e n t e s ! ¡Qué seso para discretos! ¡Quégracia para donosos! ¡ Q u é r a z ó n ! ¡Cuán benigno a los sujetos! ¡A los bravos y dañosos, qué león! En ventura Octaviano; Julio César en vencer y batallar; en la v i r tud , Af r icano ; Aníbal en el saber y trabajar; en la bondad, un Trajano; Tito en liberalidad con alegría; en su brazo, Aurel iano; Marco Tulio en la verdad que prometía. Antonia Pío en clemencia; Marco Aurelio en igualdad d e l s e m b l a n t e ; A d r i a n o e n e l o c u e n c i a ; Teodosio en humanidad y b u e n t a l a n t e ; Aurelio Alejandro fue en disciplina y rigor de la guerra; un Cons tan t ino en l a f e , Camilo en el gran amor de su tierra. No dejó grandes tesoros, ni alcanzó muchas riquezas n i v a j i l l a s ; mas h izo guer ra a los moros , ganando sus fortalezas y sus villas; y en las l ides que venció , muchos moros y caballos se perdieron; y en este oficio ganó las rentas y los vasallos que le dieron. Pues por su honra y estado, en otros t iempos pasados, ¿ c ó m o s e h u b o ? Quedando desamparado, con hermanos y criados s e s o s t u v o . Después que hechos famosos hizo en esta misma guerra q u e h a c í a , hizo tratos tan honrosos que le dieron aún más tierra que tenía. Estas sus viejas historias que con su brazo pintó en juven tud , con otras nuevas victorias Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique ahora las renovó en senec tud. Por su grande habilidad, por méritos y ancianía b i e n g a s t a d a , alcanzó la dignidad de la gran Caballería de la Espada. Y s u s v i l l a s y s u s t i e r r a s ocupadas de tiranos l a s h a l l ó ; mas por cercos y por guerras y por fuerza de sus manos l a s c o b r ó . Pues nuestro rey natural, si de las obras que obró f u e s e r v i d o , dígalo el de Portugal y en Castilla quien siguió su partido. Después de puesta la vida tantas veces por su ley a l t a b l e r o ; después de tan bien servida l a c o r o n a d e s u r e y v e r d a d e r o : después de tanta hazaña a que no puede bas ta r cuenta cierta, en la su villa de Ocaña vino la muerte a llamar a su puerta, diciendo: «Buen caballero, dejad el mundo engañoso y s u h a l a g o ; vues t ro corazón de acero , muestre su esfuerzo famoso en este trago; y p u e s d e v i d a y s a l u d hicisteis tan poca cuenta p o r l a f a m a , esfuércese la virtud para sufrir esta afrenta que os llama. Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique No se os haga tan amarga la batalla temerosa q ue e s p e r á i s , pues otra vida más larga de la fama glorïosa a c á d e j á i s , ( a un qu e e s t a v id a d e h on o r tampoco no es eternal n i verdadera ) ; mas, con todo, es muy mejor q u e l a o t r a t e m p o r a l perecedera. El vivir que es perdurable n o s e g a n a c o n e s t a d o s mundanales, ni con vida deleitable e n q u e m o r a n l o s p e c a d o s i n f e r n a l e s ; mas los buenos r e l i g io sos gánanlo con oraciones y con lloros; los caballeros famosos, con trabajos y af licciones contra moros. Y pues vos, claro varón, tanta sangre derramasteis d e p a g a n o s , esperad el galardón que en este mundo ganasteis por las manos; y con esta confianza y con la fe tan entera q u e t e n é i s , partid con buena esperanza, q u e e s t a o t r a v i d a t e r c e r a ganaréis.» «No tengamos tiempo ya en esta vida mezquina por ta l modo, q u e m i v o l u n t a d e s t á conforme con la divina para todo; y consiento en mi morir con voluntad placentera, c lara y pura, que que re r hombre v iv i r cuando Dios quiere que muera es locura. Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique Oración: Tú, que por nues tra maldad, tomaste forma servil y bajo nombre; t ú , q u e a t u d i v i n i d a d juntas te cosa tan vi l como es el hombre; tú , que tan g randes to rmentos sufriste sin resistencia en tu persona, no por mis merecimientos, mas por tu sola clemencia me perdona.» Fin: Así, con tal entender, t o d o s s e n t i d o s h u m a n o s c o n s e r v a d o s , cercado de su mujer y de sus hijos y hermanos y cr iados , dio el alma a quien se la dio (en cual la dio en el cielo en su gloria), que aunque la v ida perd ió dejónos harto consuelo su memoria. Librodot Coplas por la muerte de su padre Jorge Manrique
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