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Vida de Lombroso-Gina Lombroso de Ferrero

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COnTEnIDO
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
dr. l. rafaEl MorEno g.
Palabras preliminares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
JoSé ángEl cEnicEroS
A los lectores mexicanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
gina loMbroSo
Dedicatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
 I. Familia. Infancia (1835-1849) . . . . . . . . . 27
 II. Paolo Marzolo (1849-1852) . . . . . . . . . . . 41
 III. Albores de juventud (1852-1854)
los primeros años de universidad. su 
primer amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
 IV. En la carrera (1855-1858)
Por qué se dio lombroso a la ciencia. 
En Viena. El estudio acerca 
del cretinismo. El doctorado . . . . . . . . . 57
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VIDa DE lOmbROsO
 V. Lombroso, soldado (1859-1866)
En la guerra. Oficial y profesor. 
De la Psiquiatría al delito y al genio . . . 63
 VI. El regreso a la vida civil (1866-1869)
Primeras desilusiones. la guerra de 1866. 
Descubrimientos clínicos. Causa y cura 
de la pelagra. muerte de marzolo . . . . . 75
 VII. Etapa decisiva en la vida de Lombroso
(1870-1871)
El matrimonio. Conclusión del concurso. 
Descubrimiento de la relación que existe 
entre el atavismo y el delito. 
nombramiento en Pesaro . . . . . . . . . . . 87
 VIII. Primeras luchas por la pelagra (1871-1874)
En Pesaro. manicomios criminales. 
Violentos ataques por la cuestión 
de la pelagra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
 IX. La gran tragedia (1875-1876)
Decisión de la Comisión del Instituto 
lombardo. la cátedra en Turín . . . . . . 117
 X. En Turín (1876-1878)
Primera edición de 
El hombre delincuente . . . . . . . . . . . . . . . 137
Lombroso30abril09.indb 8 5/7/09 9:59:13 PM
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COnTEnIDO
 XI. La instalación del laboratorio (1878-1880)
Genio y locura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
 XII. La Nueva Escuela de Antropología Criminal 
y de Derecho Penal (1878-1882)
la difusión de El hombre delincuente. 
los primeros partidarios en Italia, 
Europa y américa . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
 XIII. Época de oro (1882-1889)
batallas y triunfos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
 XIV. Nuevas grandes batallas (1889)
El nuevo Código. El Congreso de París . . . 175
 XV. Crisis externa y relámpagos 
de luz (1889-1891)
Crisis económica. Cátedra 
de Psiquiatría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
 XVI. Nuevos estudios. Nuevos consuelos
(1891-1893)
La mujer delincuente. El espiritismo. 
El Congreso de bruselas . . . . . . . . . . . . 191
 XVII. Días tranquilos (1893-1898)
Congreso de ginebra. nuevos estudios 
sobre delito y el genio. Viaje a moscú . . . 199
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VIDa DE lOmbROsO
 XVIII. Acontecimientos públicos y privados
(1898-1904)
Traslación del museo. Reacción política. 
Entrada de lombroso en el socialismo. . . 209
 XIX. Últimas desilusiones. Últimas alegrías
(1904-1906)
Desilusiones políticas. fiestas y triunfos . . . 223
 XX. Últimas amarguras. Últimos estudios
(1906-1909)
Hostilidad contra la pelagra. 
El espiritismo. la muerte . . . . . . . . . . . 233
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
Lombroso30abril09.indb 10 5/7/09 9:59:13 PM
gIna lOmbROsO DE fERRERO 
InsTITUTO naCIOnal DE CIEnCIas PEnalEs
vida dE loMbroSo
Lombroso30abril09.indb 5 5/7/09 9:59:13 PM
Traducción:
José silva
Universidad de Padua
Lombroso30abril09.indb 3 5/7/09 9:59:13 PM
DIRECTORIO
Eduardo MEdina Mora icaza
Procurador General de la República 
y Presidente de la H. Junta de Gobierno del inacipe
Juan MiguEl alcántara Soria
Subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la pgr 
 y Secretario Técnico de la H. Junta de Gobierno del inacipe
gErardo lavEaga
Director General
del Instituto Nacional de Ciencias Penales
álvaro vizcaíno zaMora
Secretario General Académico
rafaEl ruiz MEna
Secretario General 
de Profesionalización y Extensión
citlali Marroquín
Directora de Publicaciones
Lombroso30abril09.indb 4 5/7/09 9:59:13 PM
Primera edición, 2009
 
Edición y distribución a cargo del 
Instituto nacional de Ciencias Penales
magisterio nacional 113, Tlalpan
14000 méxico, D. f.
www.inacipe.gob.mx
publicaciones@inacipe.gob.mx
se prohíbe la reproducción parcial o total, 
sin importar el medio, de cualquier capítulo o información 
de esta obra, sin previa y expresa autorización del 
Instituto nacional de Ciencias Penales,
titular de todos los derechos
D. R. © 1940 Ediciones botas, méxico, 
biblioteca Criminalia, vol. i
D. R. © 2009 Para esta edición: 
Instituto nacional de Ciencias Penales
Isbn 978-970-768-093-7
Diseño de portada: Victor Hugo garrido soto
Impreso en México • Printed in Mexico
Lombroso30abril09.indb 6 5/7/09 9:59:13 PM
11
PRÓlOgO
me han presentado a un joven sabio desconocido (1869), 
llamado Dr. lombroso, que es una especie de tocado, un 
monomaniaco. me ha hablado de ciertos signos anató-
micos por los cuales puede reconocerse a los criminales, 
lo que sería muy cómodo para los jueces de instrucción.
Con estas palabras Emilio laveleye describe, es-
cueta pero certeramente, la personalidad de César 
lombroso, quien sólo siete años después de aquel 
encuentro suscitaría grandes controversias, merced a 
la aparición de su libro El hombre delincuente (1876), 
punto de partida de la antropología criminal: una 
nueva y prometedora ciencia, para algunos, y mera 
charlatanería o el sueño utópico de un ingenuo, para 
otros. lo cierto es que el psiquiatra italiano, doctora-
do en medicina por la Universidad de Pavía (1859), 
posteriormente prestigioso catedrático y director del 
manicomio de Pesaro, alcanzó celebridad mundial 
por sus estudios acerca de la genialidad, la locura y la 
delincuencia, en el marco de una teoría de sustento 
anatómico tan fascinante como discutible.
la primera biografía de este personaje, quien figura 
junto con el médico vienés franz Josef gall, el prefec-
to de la policía de París, alphonse bertillon, el odon-
Lombroso30abril09.indb 11 5/7/09 9:59:13 PM
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VIDa DE lOmbROsO
tólogo norteamericano Paul Revere y el científico 
inglés sir francis galton, entre otros ilustres pioneros 
de la criminología y la criminalística, fue escrita por 
su propia hija, gina lombroso de ferrero, y publica-
da en 1921 con el título Vita di Lombroso, resumen 
de un trabajo mucho más extenso: César Lombroso. 
Historia de la vida y de la obra (Turín, 1915).
Transcurridos 68 años desde que apareciera la prime-
ra edición mexicana, en traducción al castellano de José 
silva para la colección “biblioteca Criminalia” de la edi-
torial botas (1940), el Instituto nacional de Ciencias 
Penales (inacipE), siempre interesado en la divulgación 
de bibliografía selecta acerca de los temas científicos y 
humanísticos de su competencia, sean obras nacionales 
o extranjeras, reedita el texto ya clásico según la versión 
de editorial botas, tanto en virtud de su valor histórico 
como de la indiscutible relevancia de su protagonista, 
el famoso criminólogo italiano César lombroso, nacido 
en la ciudad de Verona el 6 de noviembre de 1835 y 
fallecido el 19 de octubre de 1909 en Turín.
El metro y la balanza eran sus herramientas de tra-
bajo. Pesaba y medía todo: la estatura, los brazos, las 
orejas, el cráneo. Estudiaba y examinaba meticulosa-
mente todo: ojos, tatuajes, argot, temperatura. Para 
él, en un principio, casi todo era anatomía. su obra 
es la de un naturalista, centrado en la observación di-
recta de los hechos. su cerebro estaba dispuesto para 
la observación. Tenía curiosidad por la naturaleza, la 
mirada analítica, la paciencia de piedra y amor inque-
brantable a la verdad.
Lombroso30abril09.indb 12 5/7/09 9:59:13 PM
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PRÓlOgO
En cierta ocasión, teniendo sobre la plancha el ca-
dáver de Vilella, viejo bandido calabrés, al hacer la 
disección del cráneo encontró unaanomalía insólita 
en el hombre actual, mas no así en las razas antiguas 
y en algunas especies animales: la foseta media de la 
cresta occipital.
Tal descubrimiento le sirvió de base para señalar 
que el criminal era un salvaje resucitado por un fe-
nómeno de atavismo. años después, atribuye también 
a la epilepsia la causa de la criminalidad, una vez ter-
minado el estudio de salvador misdea, que había co-
metido un crimen con una rapidez insólita, crueldad 
y multiplicidad de lesiones fuera de lo común y sin 
complicidad alguna.
finalmente, indica que la locura moral, perturba-
ción que recae sobre los sentimientos y deja intactas 
las facultades intelectuales, es otra de las causas de la 
delincuencia.
las fórmulas lombrosianas antes expuestas fueron 
englobadas por Paul Von nacke, distinguido crimi-
nalista alemán, en la teoría tríptica de la criminalidad, 
la que se resume en las siguientes conclusiones: el 
criminal propiamente dicho es nato; equiparable con 
el demente moral; con base epiléptica; explicable prin-
cipalmente por atavismo, y forma un tipo biológico y 
anatómico especial.
Como resultado de todas estas observaciones y ex-
periencias, César lombroso publicó El hombre delin-
cuente, su obra cumbre que, en un principio, consta-
ba de tres volúmenes. gina, su hija, quien dedicó lo 
Lombroso30abril09.indb 13 5/7/09 9:59:13 PM
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VIDa DE lOmbROsO
mejor de sus afanes y una buena parte de su vida a la 
exposición de la obra de su padre, la redujo a uno solo, 
conservando la parte fundamental de la doctrina lom-
brosiana, “sobre la que —según afirma mariano Ruiz 
funes— la acción del tiempo había proyectado ya la 
autoridad de lo imperecedero”. la primera edición 
apareció en 1876; la segunda en 1878; la tercera en 
1885; la cuarta en 1888; la quinta entre 1896 y 1897. 
así fue como el psiquiatra italiano abordó la naturale-
za del crimen desde la perspectiva de la antropología.
la teoría lombrosiana conoció el esplendor y el 
ocaso conforme se fueron realizando nuevos descu-
brimientos científicos. ahora bien, cuando fue anali-
zada fuera de su propia esfera, en otras áreas del cono-
cimiento y mediante procedimientos diferentes del 
método causal-explicativo, comenzó a cuestionarse 
con gran severidad hasta caer en el total descrédito, 
no sólo en perjuicio de su expositor sino de toda la 
antropología criminal.
la existencia de un delincuente nato no ha po-
dido demostrarse empíricamente; es decir, no hay 
hombres que constituyan unas especies generis huma-
ni como lombroso creyó. al morir éste, en 1909, la 
teoría lombrosiana se hallaba en la última fase de su 
desprestigio. sin embargo, a partir de 1912 comenzó, 
en buena parte, a reinvindicarse. así, tenemos que 
a. f. bronner, H. H. goddard, Edith l. spaulding, 
mauricio Parmelee y William Healy destacan, sin ser 
ortodoxos de la doctrina, la importancia de los facto-
res congénitos en el crimen. asimismo, se esmeran 
Lombroso30abril09.indb 14 5/7/09 9:59:13 PM
15
PRÓlOgO
en su defensa Vervaeck, el gran criminólogo belga, y 
el médico inglés de prisiones Charles goring, soste-
niendo que existen características mentales y morales 
de la persona normal que tienden al delito. También 
se manifiestan partidarios de las teorías del famoso 
“medico de Turín” Von Rohden, mezger y Evelio Ta-
vío, por mencionar algunos penalistas destacados.
Respecto a las causas o factores de la delincuencia 
han corrido y siguen corriendo ríos de tinta, porque 
cada estudioso del tema, como no podía ser menos en 
una cuestión tan compleja, tiene su propia versión.
En la actualidad, no se puede afirmar que la exis-
tencia de una tara hereditaria determine fatalmente 
la génesis del delito, puesto que lo que se hereda es la 
predisposición, no la enfermedad o criminalidad. En 
otras palabras, el crimen no puede definirse ni com-
prenderse exclusivamente como un hecho biológico, 
ya que se trata, ante todo, de un suceso jurídico, his-
tórico y cultural. El hombre, como afirma garcía an-
drade, no es sólo “herencia” sino “historia”.
Hoy la antropología criminal, con este u otro nom-
bre, se ha inscrito en el cuadro de las ciencias impere-
cederamente y junto a ella está el nombre de su fun-
dador, César lombroso, cuyo mérito perdurable no 
reside en sus opiniones acerca del delincuente, sino 
en que no se limitó a proponer teorías en torno al cri-
men desde su “mesa de gabinete”, sino que, antes de 
ello, realizó personalmente investigaciones empíricas 
respecto a una cantidad de delincuentes y convictos, 
de los que dedujo sus afirmaciones.
Lombroso30abril09.indb 15 5/7/09 9:59:13 PM
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VIDa DE lOmbROsO
Haber creado una ciencia nueva es el gran mérito 
de lombroso. Es verdad que el corpus que le dio está 
hoy superado y sólo perviven los chispazos del genio; 
pero esto no es motivo suficiente para negarle la pa-
ternidad de una ciencia, inédita hasta él, así como 
nadie arrebata a Hipócrates su calidad de padre de 
la medicina, no obstante que haya cambiado cuanto 
de ella dejó, desde la raíz hasta la frondosa copa. El 
genio suele equivocarse, pero sus errores son siempre 
fecundos, fuente de inspiración para las generaciones 
futuras.
dr. l. rafaEl MorEno g.
Abril de 2009
Lombroso30abril09.indb 16 5/7/09 9:59:14 PM
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PalabRas PRElImInaREs
la revista Criminalia —que me honro en dirigir—, 
de acuerdo con Ediciones botas, de méxico, ha de-
terminado publicar algunos libros cada año, con la 
finalidad de divulgar trabajos relacionados directa o 
indirectamente con los estudios penales y crimino-
lógicos.
Hemos creído conveniente iniciar esas publicacio-
nes con la traducción al español de Vita di Lombroso, 
escrita por su hija la señora gina lombroso, doctora 
en medicina y en letras.
Esta admirable mujer, desde niña, como compañe-
ra y colaboradora de su padre, presenció muy de cerca 
la tenaz y fecunda obra de investigación de lombro-
so, cuya vida de pensamiento y acción merece el ca-
li fi cativo de ejemplar, con un mérito singular que el 
aguafuerte de la crítica científica actual no puede 
disputarle: haber abierto una nueva ruta al pensa-
miento jurídico penal, con la tendencia por él inicia-
da de elevar al Derecho Penal, del silogismo apriorís-
tico a la amplitud fecunda de una Ciencia social.
nacida gina en Pavía el 5 de octubre de 1872, 
honorable señora de ferrero desde hace 39 años, llega 
a la plenitud de su vida con laureles legítimamente 
conquistados en las ciencias y en las letras, templada 
Lombroso30abril09.indb 17 5/7/09 9:59:14 PM
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VIDa DE lOmbROsO
el alma en la lucha y en el dolor, inclusive el de ver 
malogrado a su hijo leo cuando en él cosechaba ya 
frutos opimos del espíritu.
Reproduzco a continuación los datos más destaca-
dos de su biografía.
fue hija de César lombroso y nina Debenedetti, 
ambos judíos de raza pura. fue educada por sus padres 
con la mayor libertad de acción y de pensamiento.
a los seis años fue enviada a la escuela primaria. 
nadie en la familia daba importancia a los estudios 
y la niña mucho menos, sin embargo, llegó a querer 
mucho a su escuela, porque en ella encontraba una 
norma de conducta.
Terminada la escuela primaria, fue enviada a la es-
cuela profesional femenina. Una institutriz encontró a 
la niña tan inteligente, que insistió mucho con sus pa-
dres para que la mandaran a estudiar latín a un liceo.
Una compañera de escuela de su hermano tuvo el 
encargo de preparar a la niña para el grado de liceo 
inferior. Un año después, a la edad de 15 años, gina, 
que no amaba el estudio, aunque tuviera gran facilidad 
para aprender, entró al liceo superior con el propósito 
de estudiar medicina para poder ayudar a su padre, a 
quien adoraba. Pero una vez terminados los estudios 
en el liceo, no se atrevió a inscribirse en la facultad 
de medicina, donde no había entonces ninguna jo-
ven, y se dedicó al estudio de las letras. Terminados 
éstos, cuando ya se habían inscrito otras jóvenes en 
la facultad de medicina, se inscribió ella tambiény 
continuó sus estudios con gran entusiasmo.
Lombroso30abril09.indb 18 5/7/09 9:59:14 PM
PalabRas PRElImInaREs
19
Para obtener su título de medicina, publicó su te sis 
acerca de “las ventajas de la degeneración”, en la 
cual sostenía que no hay en la naturaleza lo que se 
lla ma degeneración o evolución, sino sólo una adapta-
ción que los hombres a su capricho definen de mane-
ras diferentes. antes había publicado varios es tudios 
de eco nomía política: “Investigaciones en un ba rrio de 
Turín”, “El analfabetismo en Italia”, “las leyes sobre 
huelgas”, “las leyes de protección a la mujer y de los 
niños”, una investigación acerca de “las causas popu-
lares”, etcétera.
su verdadera pasión eran la Economía Política y 
la filosofía.
En 1896, preocupada por la crisis económica tan 
grave que sufrió Italia, comenzó a reflexionar respecto 
a los peligros del maquinismo y a estudiar las leyes de 
In gla terra, donde nació el maquinismo, la historia 
de China y de américa, para comparar en el país en 
el cual el maquinismo fue rechazado con aquel donde 
llegó a su apogeo.
se casó en 1901 con guillermo ferrero y tuvo dos 
hijos; un niño, leo, nacido en 1903, y una hija, nina, 
nacida en 1910, a los cuales se consagró. su padre, 
César lombroso, murió en 1909 y gina se dedicó a 
reunir los escritos paternos, a corregir los libros en 
prensa y a juntar cartas y manuscritos. Reconstruyó, 
recogiendo los estudios de lombroso acerca de ena-
jenación mental, “El hombre enajenado”. Como el 
libro El hombre criminal estaba agotado, lo resumió 
en un volumen, según los deseos del editor; arregló 
Lombroso30abril09.indb 19 5/7/09 9:59:14 PM
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VIDa DE lOmbROsO
la reedición de La mujer criminal, recogió todos los 
documentos relativos a la vida de su padre y diferen-
tes estudios científicos, en un gran volumen titulado 
César Lombroso, estudio de su vida y de sus obras, que 
resumió después para una biblioteca popular, en un 
pequeño volumen, La vida de César Lombroso.
se ocupó, durante la guerra, en obras de benefi-
cencia y estuvo en contacto con las mujeres de su 
tiempo, por lo que se dio cuenta de que la mujer no 
se apreciaba debidamente a sí misma y hacía respon-
sable a la educación de las diferencias profesionales 
entre los dos sexos. Entonces escribió su libro Alma 
de mujer, donde fija los caracteres esenciales que dis-
tinguen a los hombres de las mujeres. Este libro tuvo 
gran resonancia en el mundo y fue traducido en 16 
idiomas.
Después escribió: La mujer frente a la vida, La mujer 
en la sociedad actual y Vidas de mujeres.
Cuando comenzó la crisis económica, gina lom-
broso encontró en ella la confirmación de sus estu-
dios contra el maquinismo, iniciados en 1896; reunió 
entonces estos estudios en un libro, La tragedia del 
progreso, publicado en 1929, que fue inmediatamente 
traducido al inglés, al español y al francés, con el tí-
tulo de El precio del maquinismo. Este libro dio lugar a 
muchas controversias y fue continuado en 1933 por 
otro, Retorno a la prosperidad.
En 1933, una inmensa tragedia cayó sobre su vida. 
su hijo leo murió en un accidente. Desde entonces, 
la madre se dedicó a recoger los estudios de su hijo. 
Lombroso30abril09.indb 20 5/7/09 9:59:14 PM
PalabRas PRElImInaREs
21
sus primeras notas, La eclosión de una vida, aparecie-
ron en 1936.
* * *
no quiero dejar de destacar en especial, una cuali-
dad de la señora de ferrero, que por sí sola hace de la 
autora de la biografía de lombroso, una figura respe-
table; me refiero a su serena devoción para los suyos 
y por la sociedad, y, en particular, por sus elevadas y 
bien orientadas enseñanzas feministas.
Es prueba de ello este libro acerca de su padre, que 
cautiva por su hondo sentido de persuasión.
gracias en nombre de los juristas mexicanos, por 
la autorización dada por la señora lombroso de ferre-
ro, para editar esta versión en español de la vida de 
César lombroso, con un prefacio escrito ex profeso 
para los lectores mexicanos.
gracias también al doctor José silva, quien ha sa-
bido conquistar gran simpatía en méxico, sobre todo 
en los centros universitarios, por el noble y desinte-
resado esfuerzo que significa esta traducción. 
Estamos seguros de la cordial acogida que los lecto-
res de habla hispana darán a este libro, que tiene gran 
actractivo por su calidad humana y sus amplias suges-
tiones para la historia del pensamiento científico.
JoSé ángEl cEnicEroS
México, abril de 1940
Lombroso30abril09.indb 21 5/7/09 9:59:14 PM
23
a lOs lECTOREs mEXICanOs
Esta obra es el resumen de un libro acerca de lombro-
so, compuesto aprovechando todos los documentos, 
ya sean privados, como el diario, las cartas autógrafas, 
cartas de amigos y resúmenes de sus cuadernos, ya sean 
públicos, como nombramientos, diplomas, artículos, 
informes en Congresos, libros, prólogos, dedicatorias, 
relaciones de Con gresos, investigaciones, polémicas, 
todos los cuales he podido reunir y estudiar.
De estos documentos, estudiados en el cuadro y en 
el tiempo a los cuales pertenecen, he tratado de des-
tacar la figura humana de mi padre. Como su vida re-
fleja las vibraciones de los tiempos en que vivió; como 
su vida estuvo llena al mismo tiempo de estudios y de 
acción, me he detenido en los lugares y en los tiem-
pos en que vivió y entre los hombres y los sucesos que 
obraron en él y en los cuales él tuvo influencia. me he 
dedicado a estudiar sus luchas para hacer triunfar sus 
ideas en los dominios de la psiquiatría, del crimen y 
de la psicología del genio, y sobre todo en su estudio 
acerca de la pelagra, que constituye el episodio más 
trágico y más hermoso de su vida.
Para no ser traicionada por mis sentimientos o por 
recuerdos infantiles o documentos demasiado parcia-
les, antes de publicar la edición italiana de este volu-
Lombroso30abril09.indb 23 5/7/09 9:59:14 PM
24
VIDa DE lOmbROsO
men, sometí cada página a la revisión de aquellos que 
conocieron mejor que yo los tiempos y las circunstan-
cias de que he hablado y que hasta donde fue posible 
tomaron parte en los mismos sucesos.
Discípula fiel de aquel que puso la verdad por en-
cima de los deberes humanos y divinos, he tratado 
de ser imparcial, de dejar que los hechos hablen de 
acuerdo con los documentos reunidos al final del vo-
lumen. Pero si el lector encuentra de vez en cuando 
un relámpago de ternura o de admiración, que me 
perdone, pensando que quien escribió estas páginas 
tra bajó, lloró y pensó desde su más tierna juventud, 
con el protagonista de esta historia, y que es su hija.
gina loMbroSo
Doctora en Letras y en Medicina
Lombroso30abril09.indb 24 5/7/09 9:59:14 PM
25
DEDICaTORIa
Este libro estaba destinado a ti, leo. a ti, que estabas 
entonces próximo a entrar en la vida, quise confiar la 
suerte de esta biografía en la edición italiana.
Pero tú ya no existes, hijo mío. En aquellas tierras 
mexicanas que encantaron tus últimos meses, hallas-
te la muerte.
a tu hermana nina Raditza, a su hijo leo, que ya 
lleva flores a tu tumba, a su bosilka y a tus primos En-
rico Carrara, nora Rossi y César lombroso, que conti-
núan velando sobre tu memoria y sobre la de Él, confío 
el recuerdo de tu abuelo y el tuyo. Y no sólo el recuer-
do, sino la tarea que el abuelo se había propuesto en 
beneficio de los hombres. nosotros, sus hijos, hemos 
procurado cumplir con esa tarea hasta lo último. leo 
la había continuado también. Haced lo mismo voso-
tros que tenéis en vuestras venas la misma sangre. no 
os dejéis cegar por los tiempos terribles en que vivi-
mos. no creáis en el triunfo de la fuerza sobre el amor 
y de la astucia sobre la rectitud. Como leo dice en sus 
Desesperaciones, a los altruistas toca la mejor parte de 
la vida. aun en los tiempos más sombríos, continuad 
sirviendo a la humanidad y el sol triunfará de las tem-
pestades acumuladas sobre vuestra vida, como triunfó 
de las que amenazaron a vuestro abuelo.
Lombroso30abril09.indb 25 5/7/09 9:59:14 PM
27
I. famIlIa. InfanCIa(1835-1849)
De la clase alta en la cual nació, consiguió 
lombroso la seguridad de sí mismo, el 
desprecio para la opinión pública, para la 
riqueza y los honores, que se encuentran 
sobre todo en los hijos de una estirpe que 
desde mucho tiempo no han debido jugar 
de astucia con los hombres pequeños, ni 
inclinar la cabeza frente a nadie.
César Lombroso nació en Verona el 6 de noviembre 
de 1835, de aarón lombroso y Céfora levi, los dos 
judíos de purísima estirpe. no nació por casualidad 
en Verona. Cuando su futura madre, una de aque-
llas pequeñas judías tímidas y ardientes como las que 
describe Walter scott en su Ivanhoe —en las cua-
les toda la idealidad, el ardor, la inteligencia de su 
raza han quedado intactas entre los cerrados muros 
de la casa bien defendida contra las fealdades exte-
riores—, estuvo en edad de casar, había declarado a 
sus padres que se casaría sólo en un país donde sus 
hijos pudieran aprovechar la instrucción pública, y 
ejercer profesiones liberales, lo que estaba prohibido 
a los judíos del Piamonte donde ella había nacido y 
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vida de lombroso
donde los judíos eran oprimidos con todo género de 
vejaciones.
los padres —ricos industriales y propietarios de 
Chieri, liberales, de sentimientos y de tradición—, 
los abuelos, que habían tomado parte en el gobierno 
de napoleón, y varios parientes que militaban en las 
filas mazzimianas, entre otros David levi —autor de 
Giordano Bruno— no obstaculizaron el deseo de su 
Céfora, a quien habían instruido en los más severos 
estudios clásicos y educado según una mezcla de rígi-
da moral judía y de ideas liberales a la Rousseau.
Por tanto le buscaron un esposo en el lombardo-
Veneto, que podía considerarse en 1830 no sólo co-
mo la región más rica y culta de Italia, sino también 
como la más libre, pues austria había respetado mu-
chas de las reformas excelentes llevadas por la Revo-
lución francesa; entre otras cosas, las escuelas eran 
laicas y los judíos se admitían para gozar de la ley 
común.
aarón lombroso —el novio escogido— era un jo-
ven culto, bueno, amable, generoso, pero muy tími-
do, muy religioso, indeciso, débil y muy apegado a 
las tradiciones conservadoras. Por su inteligencia y 
por su carácter, era inferior a la joven Céfora, y sobre 
todo lo había educado con principios muy distintos 
su padrastro Del grego, con el cual su mamá había 
casado una segunda vez. Pero en las tradiciones judías 
la situación social de la familia tiene casi la misma 
importancia que las cualidades personales del can-
didato, y la familia lombroso poseía un patrimonio 
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famIlIa. InfanCIa (1835-1849)
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conspicuo y era de ilustre ascendencia aarón lom-
broso, el último descendiente de una antigua familia 
de judíos españoles, emigrados a Túnez en tiempos de 
la persecución, que después pasó a liorna y a floren-
cia, donde uno de ellos, bisabuelo de aarón lombro-
so, presidente del Consejo del gran Duque de Tosca-
na, emigró a Venecia para publicar un comentario de 
la biblia.
la novia, acompañada por el recuerdo de los ami-
gos y hombres de letras, para los cuales la casa mater-
na era hospitalaria, se marchó a pequeñas jornadas 
(pues no había ferrocarriles) con sus padres, a Verona, 
y el 6 de septiembre de 1832 se celebró el casamiento: 
casamiento de familia a familia, más bien que de per-
sona a persona, pues los dos jóvenes nunca se habían 
visto.
* * *
aun cuando los dos jóvenes no se hubiesen conoci-
do, la unión fue dichosa por el amor ferviente y la 
armonía perfecta, que duraron inalterables hasta el 
último día. Hubo, es verdad, una nube en la persona 
de la suegra Pasqualina lattes del grego lombroso. 
Esta señora, nacida en 1764, educada en la alta so-
ciedad de Venecia antes de la Revolución francesa, 
aristócrata en el sentido tradicional de la palabra, 
ambiciosa, altanera, llena de prejuicios, atacada por 
el convencionalismo y la etiqueta, adoradora de la 
forma más que del fondo, estaba en contraste perfecto 
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vida de lombroso
con su nuera pequeña y tímida, ardiente de patrio-
tismo, que despreciaba el lujo y la etiqueta y que por 
su idealismo había pasado de un golpe de una pobre 
aldea piamontesa a la suntuosa y elegante Verona. 
no sólo una generación, sino un siglo entero y una 
revolución dividían a las dos mujeres.
Hasta que vivió Del grego y las riquezas fueron sufi-
cientes, los choques fueron soportables. la riqueza dis-
minuye los disgustos y la esposa estaba encantada de su 
nueva residencia. ninguna ciudad podría mejor ador-
mecer y calmar los dolores de un alma artista y culta.
fundada por los pueblos euganeos cerca de sus mon-
tes, ocupadas sucesivamente por los romanos, los em-
peradores de Occidente, los hunos, los godos, los lon-
gobardos, los francos, los octones, los scalígeros, hasta 
que se sometió espontáneamente a Venecia, con la 
cual cayó antes bajo la dominación de los franceses y 
después de los austriacos, Verona tiene en todo —en 
la arquitectura, las industrias, la cultura, las costum-
bres— huellas de cada uno de aquellos pueblos que 
los sucesores no pensaron demoler. no hay un pedazo 
de aquella tierra, llena de historia, que esté sin her-
mosura y sin recuerdos. a lo largo del adige, ahora 
protegido; a lo largo del adigetto, ahora enterrado; a 
los pies del panorama maravilloso del monte baldo, de 
san leonardo, de los montes Euganeos; en las co linas, 
las plazas, las calzadas, los planos, sobre las aguas; por 
todas partes los puentes, las basílicas, los tea tros, los 
circos, los templos, los monumentos, los pozos, re-
cuerdan a uno u otro de sus dominadores.
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famIlIa. InfanCIa (1835-1849)
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la joven esposa, en los primeros años pudo gozar 
todo el encanto de la risueña ciudad y de sus habitan-
tes, cultos e inteligentes como son casi siempre los de 
países agitados. la familia lombroso del grego, en el 
ápice de la riqueza y el lujo, vivía en un gran palacio, 
tenía quintas y reunía en recepciones y fiestas a la 
mejor sociedad de Verona.
En aquel gran palacio nacieron, sucesivamente: en 
1833, sansón Hércules; en 1834, Pasquetta; en 1835, 
Ezequías marco, llamado César; en 1837, otro hijo, 
Rómulo, y después Chiarina.
Pero en 1844, imprevistamente, Del grego murió. 
los lombroso, que estaban en Chieri, regresaron a 
Verona dejando a los abuelos maternos el pequeño 
César que era su preferido.
Chieri, donde el chico quedó algunos años, es una 
pequeña ciudad del Piamonte en una posición mara-
villosa. abierta sobre una larga llanura, sobre la cual 
sopla una brisa de monte seca y ligera, circundada 
por fértiles escaleras de colinas sobre las cuales se 
erigen palacios y castillos medievales, con el fondo 
lejano de los alpes. la casa de los abuelos era un 
verdadero puerto de mar, siempre lleno de parientes 
y amigos. Estaba en la calle principal, unida en el 
interior con otras casas donde vivía, según la cos-
tumbre patriarcal de aquella época, la parentela, y 
se abría por atrás sobre la campiña. Todos los parien-
tes, naturalmente, rodeaban al pequeño huésped que 
muy pronto fue su benjamín. El afecto y el gozo de 
aquellos años que recordó siempre como los más be-
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vida de lombroso
llos de su vida, fueron para él un capital inagotable 
en su porvenir.
mientras el niño estaba tranquilo y feliz en Chieri, 
su familia sufría desgracias muy graves. El abuelo Del 
grego había dejado una herencia difícil de liquidar. 
El padre, inepto, y no acostumbrado a negocios, com-
plicó siempre más las cosas. los parientes maternos 
se fueron de Chieri y pasaron seis meses en Verona 
para arreglar los asuntos; hubo desgracias exteriores: 
robos, incendios, inundaciones que absorbieron mu-
cho dinero. la familia tuvo que cambiar su existencia 
y se fue a vivir en una modesta casa de su propiedad.El nuevo ambiente mucho más modesto había en-
cantado al padre lombroso, que, obtenido un puesto 
en la sinagoga sefardita, era feliz viviendo quietamen-
te, estudiando y discutiendo los libros sagrados, sin 
tener que pasar por las tenazas de la etiqueta. Pero, por 
el contrario, la abuela estaba casi desesperada. ¿Có mo 
podía doña Pasqualina lattes lombroso del grego, 
que hasta entonces había adorado sólo el lujo y la 
etiqueta, renunciar a la servidumbre, a la vida lujosa, 
reducirse a un barrio vulgar donde vivían personas 
de pocos recursos que hasta entonces ella había des-
preciado? ¿Y sobre quién verter el dolor y la aspereza 
de su alma sino en la nuera que acusaba de haber de-
gradado a la familia? En realidad, con sus padres, la 
nuera había sido precisamente el ancla de salvación 
de la familia lombroso: a su sentido común, a su ac-
tividad, la familia debía el hecho de poder continuar 
una existencia seria y decente; pero la nuera debió, 
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famIlIa. InfanCIa (1835-1849)
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hasta la muerte de la suegra, tolerar sus reproches más 
atroces como una verdadera víctima expiatoria.
El retorno del pequeño César a ese ambiente no fue 
muy feliz. molestó al chico no encontrar su antiguo pa-
lacio, con el jardín y el pozo que eran para él los confi-
nes encantadores entre los cuales se había desarrollado 
su infancia: no le gustó verse ahogado en el corazón de 
la ciudad, entre calles estrechas; no le gustó abando-
nar la casa de los abuelos. Una larga molestia física, 
producida por la tenia, vino a entristecerlo aún más.
Cuando sanó, fue enviado a la escuela prima-
ria, don de se hizo mucho honor. lombroso recordó 
siempre como una de las grandes joyas en su vida, 
un pre mio —el libro Asno de oro, de apuleyo—, que 
había obtenido y las aclamaciones de cuando, chico, 
se dirigió hacia el palacio imperial para recibir una 
corona: primera y última corona de lauros que le dio 
su inteligencia.
Pero no fue lo mismo en las escuelas “de gramá-
tica”, que corresponden a nuestros liceos o escuelas 
preparatorias. aun cuando existen las calificaciones 
que comprueban que César lombroso estuvo entre 
los primeros de las clases, él mismo recordaba aque-
llos años como una pesadilla.
Yo creo que esto se debía al hecho de que no ha-
bía podido encontrar en la escuela un centro de las 
queridas amistades que tanto le habían consolado en 
Chieri.
no hizo amistad entonces sino con tres compañe-
ros. Y muy estrecha con cierto R., que tenía su edad, 
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vida de lombroso
joven rico, inteligente, alegre, en el cual lombroso 
concentró toda su sed de afecto.
solía pasear con él a lo largo del adige, llevando 
un lucrecio que leían en alta voz. Para no traer con-
sigo el libro, los dos amigos habían encontrado un 
escondrijo en un hueco de una roca. Un día el libro 
desapareció, lo buscaron inútilmente y después aban-
donaron las investi gaciones. Pero algunos meses más 
tarde, lombroso descubrió en una librería de viejo 
su libro y se dio cuenta de que R., su amigo, lo había 
robado y vendido.
fue éste —escribió lombroso en 1853, en una página de 
su diario, a propósito de otro robo del mismo amigo— el 
dolor más grande de mi vida. El libro valía pocas liras; 
no era, pues, la pérdida lo que me agitó; pero verme trai-
cionado por aquel amigo al cual yo no podía continuar 
queriendo (el corazón de lombroso era independiente 
de su razón), me dio agitación y desilusión tan grandes 
que me sentí mal por muchos meses.
Este episodio describe muy bien al muchacho de 
entonces, extremadamente sensible, apasionado, de-
licado, impulsivo, uno de aquellos jovencitos a los 
cuales se podría decir como del protagonista de la 
Cartuja de Parma: “Usted tiene demasiado fuego para 
las almas prosaicas; dedíquese al bello sexo; sólo las 
mujeres lo comprenderán.”
su primer cenáculo fue, efectivamente, de muje-
res: formado por su madre, su hermana y las amigas 
Lombroso30abril09.indb 34 5/7/09 9:59:14 PM
famIlIa. InfanCIa (1835-1849)
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de la madre. ¡Tan poco le basta a un alma llena de 
fervor!
animado por este humilde grupo, el jovencito (te-
nía 15 años) escribió, entre otras cosas, dos mono-
grafías: “Ensayo sobre el estudio de la historia de la 
República romana” y “Ensayos sobre la agricultura de 
Roma antigua”, publicadas en 1852, que pueden com-
pararse con las obras mayores escritas en edad madu-
ra, y que están escritas con un estilo vigoroso, una 
precisión de frases que después no se encuentra sino 
en sus conferencias de inauguración de cátedras.
Debemos recordar —escribe al terminar sus “Ensayos so-
bre el estudio de la República romana”— que al estudio 
de la historia romana debemos dirigir las investigaciones 
especiales. nunca se vio en el mundo más luminosa y 
constante síntesis política ni estudio que pueda ofrecer 
tantos materiales al mismo tiempo a la filosofía de la 
historia. Y hay más. algunos se sorprenden de que con 
tantos otros sublimes modelos sea tan grande todavía 
en Europa la veneración para las obras de los clásicos. 
¡Oh!, hasta el pedante lo siente sin entenderlo: no es 
tanto la magnificencia del estilo o la amplitud de los 
conocimientos lo que nos encanta, cuanto el conocer 
que ahí debemos encontrar el origen de nuestras leyes, 
nuestras ciencias, nuestra dominación: que su historia es 
continuada por nosotros y que para nosotros, italianos, 
es esa una historia nacional. Evidentemente, el estudio 
del hombre —en su incremento y desarrollo en el mun-
do— nos inducirá frecuentemente a tristes confesiones: 
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vida de lombroso
nos hará desear amargamente la serena amplitud de los 
estudios naturales. Pero ningún otro nos interesa más 
de cerca. También entre las más bellas o más grandiosas 
obras de la naturaleza buscamos ansiosamente los vesti-
gios mezquinos de la vida humana, y no hay, como decía 
Pagano, meditación más agradable y profunda que la re-
lativa a los orígenes, las obras y las facultades de esas en-
tidades de las cuales nosotros mismos somos un eslabón. 
Hay más aún: los grados de la civilización social están li-
mitados por la acumulación de los tesoros de tradiciones, 
de manera que el niño de nuestros días puede aprender 
lo que en muchos siglos aprendieron naciones enteras. 
sólo a la historia, podemos decir, se debe el maravilloso 
progreso de nuestra edad; pero cuán poco, y tal vez qué 
mal, se estudia, si se comparan sus ventajas inmensas y 
su absoluta necesidad. ¡Cuántas ideas mezquinas y cuán-
tos prejuicios! Con la diferen cia de que tenemos mucho 
material, no estamos muy lejos de historiadores simples 
y casi desconocidos. barrer estos prejuicios, enseñar, 
por decir así, las longitudes y las latitudes morales de 
las naciones, y, sobre todo, con síntesis de hechos rea-
les y positivos, libres de complacencias vulgares, hacer 
reflejar en el espacio la facultad y la esencia del espíritu 
humano. Es éste el fin de un estudio severo de la historia 
y particularmente de la romana: ésta, al enseñarnos con 
bacon “que el arma de la sociedad moderna es la inteli-
gencia”, nos enseña también la manera de emplearla.
Para entender cómo un joven de 15 años podía es-
cribir cosas tan serias, hay que pensar en el fermen-
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famIlIa. InfanCIa (1835-1849)
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to vivo de aquella época típica y sublime de nuestra 
vida nacional italiana, que de 1844 a 1850 culminó 
en todo su esplendor, obligando a los jóvenes, que por 
lo regular en aquella edad son distraídos, a ocuparse o 
preocuparse de las grandes cuestiones públicas.
En 1844 había tenido lugar el triste epílogo del com-
plot de los hermanos bandiera. Calabria no se había 
rebelado, pero Italia se había conmovido: en 1845, el 
libro de gioberti, Del primato morale e civile degli italiani, 
hizo gran ruido; en 1846, la elección del Papa mastai-
ferreti había excitado a los italianos hacia lalibertad y 
la independencia. Habían estallado en muchas partes 
insurrecciones: en la Romaña, en Calabria, sicilia y 
Piamonte. Con el año de 1848 una época nueva pareció 
nacer para Italia: Toscana, sicilia, nápoles se habían 
agitado pidiendo libertad, Constitución, fraternidad. 
El 25 de enero de 1848, fernando de borbón promete la 
Cons titución: el 4 de marzo Carlos alberto de savoya 
la concede al Piamonte. El 12 de febrero se constituyó 
en Roma el primer ministerio laico: en marzo de 1848 
toda Italia, con excepción del reino lombardo-Veneto, 
se encontraba organizada sobre bases liberales.
Pero también el lombardo-Veneto se estremecía. 
milán dio la alarma, se levantó y con sus solas fuer-
zas en cinco memorables jornadas expulsó al mariscal 
austriaco. Contemporánea, y tal vez independien-
temente, brescia, bérgamo, Peschiera, Treviso, casi 
todas las ciudades italianas pertenecientes al Imperio 
austriaco se levantaron y encerraron a los dominado-
res en la ciudad de Verona.
Lombroso30abril09.indb 37 5/7/09 9:59:14 PM
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vida de lombroso
Pío IX, desde lo alto de su solio, bendijo a la Italia 
renacida: escritores, músicos, poetas, cantaron la era 
nueva, el hecho nuevo de que los pueblos italianos 
por primera vez después de tantos siglos habían mez-
clado sus armas y su sangre unidos para expulsar al 
extranjero.
fue una llamarada a la cual siguió un periodo de 
desconsuelo, desastres, reacciones. Pero ¿qué hacer? 
las llamas de 1848 habían envuelto el alma simple 
del joven de 13 años y la sombría reacción nunca más 
podrá apagar su exaltación.
* * *
son estos los estudios, los lugares, el ambiente en 
que lombroso nació y pasó su primera juventud, casi 
debería decir su infancia: dos ciudades de provincia 
llenas de recuerdos históricos, de monumentos artísti-
cos, llenas de sol, con una suave brisa montañesa, cir-
cundadas por montes y colinas: dos familias que desde 
varias generaciones pertenecían a las clases elevadas, 
cultas y ricas, en las cuales las dos formas persistentes 
de la aristocracia, el idealismo y el formalismo, queda-
ban juntas en contacto y en contraste. Un ambiente 
familiar, culto y estudioso, donde las tradiciones judías 
estaban armoniosamente fundidas con las revolucio-
narias por una madre de inteligencia superior y de fe-
minidad idealista, que concentraba su inteligencia, su 
corazón, sus aspiraciones en el afecto para sus hijos.
Lombroso30abril09.indb 38 5/7/09 9:59:14 PM
famIlIa. InfanCIa (1835-1849)
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la belleza estética del ambiente en que se formó, 
produjo en lombroso la pasión para todo lo que es 
bello, lleno de sol y de bellezas naturales y artísticas, 
y la intolerancia para vivir, aunque fuera temporal-
mente, en países monótonos y antiestéticos.
El momento revolucionario en que vivió le produ-
jo el inmenso amor para la libertad, para toda forma 
de libertad, la fe férvida en el amor y el idealismo hu-
mano. Del conflicto entre su mamá y su abuela, esto 
es, entre el antiguo régimen y la Revolución francesa, 
conflicto al cual asistió día tras día, obtuvo el despre-
cio, casi diría el odio, para todo lo que es etiqueta, 
formalismo, convención, exhibición exterior, lujo, 
servidumbre, para todo lo que hay de trivial en la pa-
labra “aristocrático”.
De la alta categoría social en que nació, tuvo la se-
guridad de sí mismo, el desprecio de la opinión públi-
ca, de la riqueza y los honores que se encuentran, sobre 
todo, en los hijos de una raza que desde hace tiempo 
no están obligados a luchar por astucia con los hom-
bres pequeños y a inclinar la cabeza frente a nadie.
Del amor intenso que lo rodeó en su primera in-
fancia, del estoico idealismo de su madre que había 
sacrificado su felicidad para ensanchar el campo de 
reflexión y cultura de sus futuros hijos, tomó la fe se-
gura en lo bello y en lo bueno que los años y los acon-
tecimientos nunca después llegaron a destruir. Había 
visto lo que es el heroísmo desinteresado, sabía que la 
vida podía consentirlo: nunca se cansó de buscarlo y 
perseguirlo.
Lombroso30abril09.indb 39 5/7/09 9:59:15 PM
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II. PaOlO maRZOlO 
(1849-1852)
si es difícil conocer su propia naturaleza, 
más difícil es que sea comprendida y bien 
dirigida por otros.
aun Cuando los ensayos de que hemos hablado nos 
ofrezcan un espíritu singularmente maduro, el autor 
era todavía un adolescente.
En las Memorias de un médico psicólogo publicadas 
en 1863 se lee: “De mi existencia psicológica me di 
cuenta sólo en 1850.” Esta nota y otra parecida que se 
encuentran en su diario establecen indiscutiblemente 
en 1850 el momento en que el joven se hizo hombre. 
Tenía entonces 15 años.
El tránsito fue rápido. Como en los cuentos de 
hadas, se durmió un día niño y despertó hombre; o 
mejor, despertó tan niño y tan hombre como fue has-
ta el último día. si en la adolescencia ya poseía las 
cualidades de un escritor y la fuerza de penetración de 
un hombre maduro, conservó siempre la ingenuidad 
y el candor de un niño, la necesidad de expansión, 
de gozo, de pasión, que es propia de la adolescencia; 
el rápido tránsito del gozo excesivo a la melancolía 
Lombroso30abril09.indb 41 5/7/09 9:59:15 PM
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vida de lombroso
excesiva, la timidez y la audacia de los jóvenes inex-
pertos.
¿Cuál fue el beso que despertó pronto el alma dur-
miente del niño, que lo reveló a sí mismo? ¿Cuál fue 
el soplo que dio vida a la llama que debía arder en él 
toda su vida? El Diario no lo dice, pero su pasión, sus 
escritos, su existencia, todo lo revela: fue el encuen-
tro con Paolo marzolo, quien ejerció en el joven una 
influencia tan grande, que si hubiera, como en China, 
la costumbre de glorificar a los antepasados, tendría el 
derecho de ser recordado cerca de su madre.
Te sequor… inque tuis nunc
Fixa pedum pona pressis vestigia signis
Naturam rerum haud divina mente cohortum
Diffugiunt animi terrores,
escribió en 1850 sobre una fotografía del maestro.
¿Quién fue Paolo marzolo? Pocos entre los con-
temporáneos de lombroso todavía lo recuerdan; na-
die probablemente entre los hombres nuevos lo co-
noce: no tuvo honras y cargos en su vida, no tuvo 
monumentos después de su muerte. Una piedra muy 
sencilla recuerda su agitada existencia en el cemente-
rio de Pisa, donde enseñó en sus últimos años.
médico, filósofo, historiador, naturalista, filólo-
go eminente, nació en Padua de una familia noble 
y liberal, en 1812, poco antes de que comenzara la 
terrible contrarrevolución que debía conmover otra 
vez al mundo entero. 
Lombroso30abril09.indb 42 5/7/09 9:59:15 PM
Paolo marZolo (1849-1852)
43
Entró a los 14 años en la Universidad de Padua, 
con el alma llena de amor, poesía, ideal, y mientras 
conspiraba por las libertades de su país, mientras can-
taba en poesía la vida, el sol y la primavera, mientras 
estudiaba los antiguos poetas, concibió una idea de 
enorme importancia: reconstruir la historia del hom-
bre a través del análisis de la palabra.
Pero desgraciadamente, cuando el joven, apenas 
trazada esta gran obra, estaba saboreando los prime-
ros dulces frutos de la fama, cuando, comenzados los 
estudios naturales y de medicina, estaba encontran-
do los elementos complementarios de su concepción, 
imprevistamente murió su padre, dejando a la familia 
en las más graves condiciones.
nacido en la riqueza, lanzado por la fatalidad a 
una situación precaria, marzolo no tenía ni los de-
fectos ni las virtudes necesarias para adaptarse a la 
nueva situación a que lo había llevado la fortuna. la 
naturaleza y la educación materna lo habían hecho 
un estoico y las adversidades de la vida no podían 
llegar a transformarlo. a la rica clientela de Padua 
que un amigo de la familia le ofreció, prefirió un 
mezquino pueblo en el campo, donde podía encon-
trarse frente a los hombres que ahí viven lejos de 
todas las mentiras convencionales. En Trevigliano, 
solo, pobre, con la ayuda exclusiva del gran libro de 
la naturaleza, comenzó a escribir la obra concebida 
en la Universidad de Padua:traer del estudio de los 
idiomas las leyes universales idiomáticas y las de la 
historia.
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vida de lombroso
Pero en aquel pueblo, marzolo no podía publicar 
ni la Introducción a los monumentos históricos revelada 
por el análisis de la palabra, pues le eran necesarios los 
caracteres de todos los idiomas conocidos y de mu-
chos casi desconocidos. Por tanto, en 1848 pensó ir a 
Treviso para hacerla imprimir en Propaganda fide.
“Esta obra —escribe marzolo— se divide en dos 
partes: ‘la historia natural de los idiomas’ y ‘la histo-
ria revelada por razones etimológicas’”.
En “la historia natural de los idiomas”, marzolo 
quería comprobar que los idiomas nacen, se desarro-
llan y mueren por una transformación espontánea y 
continua. Debía dividirse en ocho tomos. se proponía 
en el primer tomo explicar el origen de los idiomas; 
en el segundo, el progreso del desarrollo de ellos, por 
la organización de las palabras; en el tercero, dar un 
ensayo de elementos comparativos eufónicos especia-
les de varias lenguas; en el cuarto, analizar y demos-
trar las relaciones de la palabra con el sentimiento y 
el pensamiento; en el quinto y sexto, hacer la historia 
natural de la gramática; en el séptimo, tratar la his-
toria de la escritura y la cronología de las palabras; 
en el octavo, fijar las derivaciones que dimanan de la 
historia natural de los idiomas.
Cuando se publicó el primer tomo —escribe Cecca-
rel—, algunos periódicos hablaron de él y lo elogiaron; 
pero él no estaba contento y rechazaba los elogios, por-
que los críticos no lo habían entendido. Un día leyó 
un artículo que demostraba comprensión de sus ideas y 
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Paolo marZolo (1849-1852)
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deseó conocer al autor. marzolo pensaba que debía ser 
un hombre experto en la ciencia, un pensador aislado 
que vivía en la oscuridad por condiciones accidentales 
o por la tristeza de los tiempos. El autor lo visitó poco 
después en Treviso: era un jovencito de 15 años, César 
lombroso. Quien había adivinado primero en Italia el 
genio de marzolo se le presentó con el afecto de un hijo 
y la veneración de un discípulo.
si se piensa que el joven todavía no estaba en la 
Universidad, que no había pasado por ninguna in-
fluencia, que vivía en una pequeña ciudad venecia-
na, separado del mundo, se entiende cómo maestro 
y discípulo se ligaron ardientemente y qué enorme 
influencia debe haber ejercido en el discípulo, toda-
vía no abierto a la vida, el filósofo de 40 años en el 
apogeo de sus fuerzas físicas, morales e intelectuales.
Por naturaleza, por raza y por educación, por sen-
timiento, maestro y discípulo eran muy distintos. 
Pero si las fisonomías y los temperamentos no coin-
cidían, si no coincidían afortunadamente el tiempo 
y las circunstancias en que habían vivido, coincidían 
por el contrario perfectamente en la naturaleza de su 
ingenio.
De cultura inmensa, de genio enorme, era marzolo 
uno de los genios que sólo ofrece Italia, tanto más 
generosos y desinteresados cuanto no esperan nada 
de la sociedad; tanto más audaces porque saben que de 
los poderosos nunca obtendrán piedad; tanto más in-
dividualistas porque ninguna escuela puede haberlos 
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vida de lombroso
forjado o dirigido, tanto más perfectos por ser inexo-
rablemente seleccionados en la lucha extenuante que 
deben sostener. Era un genio según el modelo ideal de 
foscolo en el cual las facultades de sentir fuertemente, 
de observar rápidamente, de imaginar nuevamente y 
aplicar exactamente, están reunidas y vigorosamente 
equilibradas en un mismo individuo, y obran de ma-
nera simultánea no ya por esfuerzo o regla, sino con la 
espontaneidad con que obra la naturaleza misma.
Idéntica era la índole del jovencito.
Como marzolo, tenía necesidad de emplear su 
aguda mirada en buscar no sólo una, sino todas las 
verdades que existen en la naturaleza; como marzolo, 
tenía aptitudes latentes de filósofo, historiador, natu-
ralista, poeta. ¿Qué habría sido su vida si se hubiera 
encontrado con los sabios analíticos de su época —y 
de todas— y cómo habría evitado el joven el peligro, 
si no hubiese encontrado a marzolo?
la influencia que el maestro ejerció en el discípulo 
fue triple; y en lugar de disminuir se acentuó siempre 
más con los años. Primero, abrió al joven, hasta en-
tonces sumergido en la lectura de los antiguos, en la 
poesía y en la historia, el gran libro de la naturaleza; 
le enseñó a observar todo, a dar importancia a todo, 
tanto a las voces de los niños como al pensamiento de 
los filósofos, a la transformación de una larva y a las 
muecas de un loco, al vuelo de un ave y al sueño de 
un enamorado; le mostró que no existe ninguna ley 
física ni moral sin analogías y expresiones en todo el 
mundo de la naturaleza, que ningún movimiento es 
Lombroso30abril09.indb 46 5/7/09 9:59:15 PM
Paolo marZolo (1849-1852)
47
aislado y accidental, y que en el mundo físico y psico-
lógico todo acto está provocado por una causa, toda 
forma se reúne a lo demás que existe en la naturaleza, 
en fin, que todo está en todo.
En segundo lugar, fue su guía seguro, sereno, capaz 
de ver en él y fuera de él, de abrirle los ojos ante las 
flores y las espinas que hubiera podido encontrar en 
su camino.
En tercer lugar, y fue lo más importante, le mostró 
que se pueden hacer grandes obras, siguiendo, en lu-
gar de combatir, la propia naturaleza y abandonándo-
se con confianza en los brazos de la verdad.
De estas influencias benéficas, lombroso fue cons-
ciente. El afecto y la admiración que tuvo luego para 
el maestro no disminuyó con los años y los transmitió 
a sus discípulos y a nosotros, hijos suyos, que sin em-
bargo nunca lo conocimos.
Lombroso30abril09.indb 47 5/7/09 9:59:15 PM
49
III. albOREs DE JUVEnTUD
(1852-1854)
Los primeros años de universidad. 
Su primer amor
Existen intelectos sublimes que tienen ne ce-
sidad del contacto ajeno para ser fecundos.
EL jovEnCito tenía 15 años cuando conoció a marzo-
lo. Pequeño, tímido, modesto, pero sanguíneo, fuerte, 
apasionado, impulsivo, sin preocupaciones económi-
cas ni ambiciones personales: ¡cómo le pareció lumi-
nosa en su primer despertar, la vida! ¡Cuán espléndi-
do el camino que se le abría adelante, cuando estaba 
lleno de ardor y ávido de beber todas las sensaciones 
que pueden ofrecer el sol, el amor, la amistad, el estu-
dio, la ciencia y la juventud!
El soplo de marzolo no despertó a un genio abstrac-
to, precozmente grave, encorvado sobre los papeles: 
despertó a un joven que tenía todas las debilidades y 
los entusiasmos, las pasiones y los desconsuelos que de-
berían tener los jóvenes: despertó un alma que anhela-
ba darse toda al ideal escogido y darse con el júbilo y la 
generosidad permitidas por sus fuerzas exuberantes.
Pero era aquel el año de 1850: dos años después 
de la Revolución que había conmovido el lombardo-
Lombroso30abril09.indb 49 5/7/09 9:59:15 PM
50
VIDa DE lOmbROsO
Veneto. las universidades están cerradas, los viajes 
obs ta cu lizados y frecuentemente prohibidos; y el mu-
cha cho debe quedar en Verona donde la reacción do-
minante hace la vida imposible a todo espíritu amplio.
afortunadamente había en Verona, y todavía exis-
te, una “sociedad literaria” que daba incremento a 
los estudios, con conferencias bien preparadas y, so-
bre todo, con una biblioteca magnífica donde esta-
ban reunidas las obras fundamentales de la cultura de 
aquella época.
Esta sociedad fue un refugio precioso para el joven 
que, sin embargo, nunca despreció los otros atractivos 
que ofrece la ciudad. El teatro tenía entonces impor-
tancia casi política; la sociedad filarmónica —el club 
elegante de la ciudad— que reunía a la juventud ale-
gre de Verona en fiestas, bailes, comedias en las cuales 
el joven lombroso tomaba parte de buena gana.
Pasaron así 1850, 1851, 1852, los años más terri-
bles de la reacción. En 1852, acabado elperiodo del 
terror, austria abrió otra vez las universidades y el 
joven corrió a Pavía para inscribirse en la facultad 
de medicina.
Escogió ésta no ciertamente por una particular 
simpatía para aquella ciencia. gustaba entonces mu-
cho más de las letras, la historia y la historia natural 
en las cuales había continuado ocupándose durante 
los años de espera forzosa, y comenzó un libro so-
bre los orígenes de la raza humana: Hombre blanco 
y hombre de color, en el que llegaba casi a las mismas 
conclusiones a las cuales más tarde llegó Darwin. su 
Lombroso30abril09.indb 50 5/7/09 9:59:15 PM
albOREs DE JUVEnTUD (1852-1854)
51
mamá deseaba que estudiara leyes para dedicarse a la 
carrera diplomática. Pero marzolo insistió en la medi-
cina, sobre todo para aumentar su cultura psicológica 
con el estudio de los enfermos mentales y para alejar 
al discípulo de la influencia de las escuelas filosóficas 
que él temía como destructoras del talento.
Otra consideración debe haber influido para que 
escogiera la medicina: el hecho de que estaba enton-
ces en aquella facultad, bartolomé Panizza, un verda-
dero genio que ponía en su asignatura, la anatomía, 
la misma pasión y altura de miras que marzolo había 
puesto en la lingüística. Pero estudiar letras, leyes, 
medicina, era poco para un autodidacta como lom-
broso que “quería aprender todo y saber todo” (Dia-
rio, 1853). lo importante para él después de aquellos 
años de estudios aislados y agitados era tener contac-
to con personas inteligentes a las cuales comunicar la 
cantidad de ideas que se agolpaban en su cerebro.
Ya dije que lo que más sufrió en Verona fue la au-
sencia de amigos. Indiferente a la gloria y a los ho-
nores, tenía una necesidad orgánica de afecto y ex-
pansión. apenas el joven en busca de nuevos afectos, 
tuvo la posibilidad de encontrarse con jóvenes, se dio 
a una verdadera orgía de amistades. Poetas, escrito-
res, artistas, estudiantes, profesores, quiere estudiar a 
todos los que conoce, con todos simpatiza y de todos 
ellos, en sus cartas y en su Diario, entre las “Obser-
vaciones psicológicas del mundo y del yo”, anota la 
fecha del primer encuentro y pone también algún ad-
jetivo entusiasta.
Lombroso30abril09.indb 51 5/7/09 9:59:15 PM
52
VIDa DE lOmbROsO
muy pocas de aquellas amistades tuvieron cierta 
duración. Desgraciadamente, el mundo no quiere 
saber nada de los hombres que están fuera de la me-
diocridad, aun cuando quieran sólo poder amar más 
que los otros. ¡Pero de real en la vida no hay sino el 
presente, y el presente era tan bello!
aun cuando después resultaran infieles, todos los 
compañeros que encontró, todos los jóvenes a los cua-
les confió más o menos prudentemente su ingenio y 
su afecto, fueron para él en aquel momento verdade-
ros amigos. Dieron ellos a su intelecto y a su corazón 
lo que él esperaba, la posibilidad de expansión libre, 
y fueron para él causa de júbilo inmenso, semilla de 
más vivas energías en aquel comienzo de vida uni-
versitaria.
Estoy ahora en milán —escribía a un amigo en 1853— 
en una situación feliz, de aquellas que más bien se sue-
ñan que se desean. sin molestias, sin centinelas, libre 
de detenerme donde quiero, de ir a donde me gusta, 
dueño total de mí mismo. gozo la compañía de jóvenes 
de corazón e intelecto tan bello que difícilmente ha-
bría podido encontrar en Venecia. no pasa día sin que 
yo pueda atraer con mis estudios a alguna de aquellas 
mentes vírgenes que tan raro es descubrir en los jóvenes. 
gozo además de tal abundancia de materiales para mis 
estudios, que sólo tengo la dificultad de escoger.
Dos de las amistades de aquella época deben te-
ner importancia particular en su vida: la de alfredo 
Lombroso30abril09.indb 52 5/7/09 9:59:15 PM
albOREs DE JUVEnTUD (1852-1854)
53
de maury, sociólogo, psicólogo y hombre culto de 
gran renombre que más tarde en circunstancias trá-
gicas pudo protegerlo, y la de Paolo mantegazza, unos 
cuantos años mayor, Paolo II, como por chiste se 
firmaba entonces para distinguirse de Paolo marzo-
lo. lombroso le tributaba un afecto tan efusivo que 
cuando en 1854 abandonó mantegazza Pavía, lom-
broso también la abandonó y se fue a la Universidad 
de Padua.
En Padua, lombroso no se encontró muy bien. la 
ciudad era más artística y atractiva que Pavía, pero el 
clima era igual, los profesores eran de menor valor y 
faltaba milán, tan cerca de Pavía, que podía presen-
tar un movimiento constante de hombres y cosas de 
las cuales el joven tenía necesidad.
a las melancolías exteriores de Padua se añadió 
otra causa que extinguió el entusiasmo del joven 
inexperto: la primera experiencia de la vida, el pri-
mer amor. al entrar en el mundo en la plenitud de 
su fuerza, pleno de fe y ardor para la vida, los amigos 
y todo lo que es bello, el joven no podía permanecer 
indiferente al amor.
“Hay una gran diferencia entre el afecto inspirado 
de pronto por la contemplación de una bonita cara de 
rubia y la teoría de un viejo filósofo. la diferencia que 
hay entre apariencia y realidad”, escribía en su diario 
hacia 1855.
basta haber estado una vez frente a una rara belleza fe-
menina, o haber oído una armonía de las más suaves o 
Lombroso30abril09.indb 53 5/7/09 9:59:15 PM
54
VIDa DE lOmbROsO
haber sufrido los dolores del tétanos […] para descubrir 
cuán limitada y escasa es la expresión de la palabra. se 
comprende entonces que el mejor canto de goethe so-
bre el amor, de leopardi sobre el dolor, no son sino una 
pintura respecto a la verdad.
Cuando el joven escribió esto ya debía estar ena-
morado de una de esas bellezas femeninas. Pero no era 
una cara bonita de rubia lo que lo había alejado de las 
teorías de los filósofos, sino una morena oriental, una 
lejana parienta suya, Eloísa Della Zara. la chica vivía 
en Padua con sus abuelos que él conocía; era judía, 
de 17 años, una suave cara de oriental con grandes 
ojos negros, el cuello blanco, el temperamento dul-
ce, alegre, amable. no creo que si el joven estudiante 
hubiera declarado su amor hubiera encontrado serias 
oposiciones. Pero lombroso, que mostró tal audacia 
en desafiar al mundo, es muy tímido: no sólo no abre 
su alma a la jovencita, sino que no se atreve a hacerle 
la corte.
Hay algunos que pasan por personas indelicadas 
por la excesiva delicadeza, tanta que tienen miedo de 
externar sus verdaderos sentimientos.
“frecuentemente quiero hacer una cosa y hago lo 
contrario: queriendo atraer, trato de huir, frecuente-
mente queriendo ocultar una cosa llego a expresarla 
más claramente” […] (Diario, 1855).
Pero algunas veces, aun cuando no se exprese, es-
pera ser entendido igualmente; pero se convence de 
que esto es una ilusión.
Lombroso30abril09.indb 54 5/7/09 9:59:15 PM
albOREs DE JUVEnTUD (1852-1854)
55
“En la pasión se interpreta y se cree interpretar el 
silencio, como en el delirio se leen las figuras en las 
tinieblas.”
“Jóvenes que quisieran hablar con una mujer no 
comienzan a hablar sino hasta que ésta ha salido de 
la pieza.”
Pero la timidez no es favorable a los enamorados. 
la jovencita no prestó ninguna atención al tímido 
estudiante tan reservado y el mismo año se compro-
metió muy tranquilamente con un joven con el cual 
se casó unos meses más tarde. El pobre enamorado 
que todavía no se había atrevido a declararse, deses-
perado, pensó en el suicidio.
Hay algunos casos —escribe en su Diario— en los cua-
les el placer y el amor de una mujer, de una determinada 
mujer, pueden tomar un carácter particular para el siste-
ma nervioso, como la música para el músico, de manera 
que el individuo no puede vivir sino de aquello, como 
otros no pueden comer si les falta un cierto alimento. Y 
entonces la locura y el suicidio se justifican.
“El suicidio es una cobardía”, dicen aquellos que no 
se sienten bastante cobardes para matarse. “sólo los co-
bardes creen que el suicidio es cobarde.” “me ocurrió en 
amor una derrota que me enciende llamas de desespe-
ración en el alma, pero sin obtener el placeragudo que 
da un gran dolor.”
De este periodo nos quedan varias cartas escritas y 
no enviadas a Eloísa. Después de la última, escrita el 
Lombroso30abril09.indb 55 5/7/09 9:59:15 PM
56
VIDa DE lOmbROsO
día de la boda y, naturalmente, no enviada, lombro-
so, para huir del recuer do, partió de Padua decidido 
a inscribirse en la Universidad de Viena. su herida 
se curó rápidamente: la tristeza no era orgánica en 
él, porque tenía un temperamento tan raro que podía 
olvidar inmediatamente los dolores y prolongar los 
placeres indefinidamente.
Eloísa no fue olvidada; pero su recuerdo, en el 
marco del pasado, en lugar de fuente de tormento se 
hizo una imagen consoladora, y pocos meses después 
lombroso habla de ella con afectuosa tranquilidad en 
su Diario.
Lombroso30abril09.indb 56 5/7/09 9:59:15 PM
57
IV. En la CaRRERa 
(1855-1858)
Por qué se dio Lombroso a la ciencia. 
En Viena. El estudio acerca del cretinismo. 
El doctorado
frente a la idea de poder salvar vidas hu-
manas, como una neblina al sol desapare-
cen las aspiraciones literarias y artísticas.
antEs de salir para Viena, el tímido enamorado había 
publicado un estudio acerca de “Un curioso fenóme-
no propio de los himenópteros”, en el cual, con inte-
resantes observaciones de las abejas y las hormigas, 
demuestra que el desarrollo de la inteligencia es con-
trario a la prolificidad. Había acabado también una 
monografía que se publicó un año después, “sobre la 
locura de Cardano”. Estos estudios, sin embargo, son 
muy inferiores en el estilo y la fuerza de la argumen-
tación a los “Ensayos sobre la historia de la República 
romana”, de que ya he hablado; y esto se comprende.
los cursos médicos de Pavía y Padua lo habían ale-
jado de los estudios literarios, pero no habían tenido 
la fuerza de ligarlo a ellos; abandonado el empirismo 
medieval, pero todavía no difundidos el microscopio 
y los análisis químicos, las escuelas de medicina se 
Lombroso30abril09.indb 57 5/7/09 9:59:15 PM
58
vida de lombroso
reducían en las universidades menores, como lo eran 
las de Pavía y Padua, a torneos oratorios que no po-
dían penetrar y absorber a un joven como lombro-
so, en el cual cierta confusión de ideas y de ideales 
se revela en su Diario bajo la forma de melancolía 
y de continuas quejas contra su propia decadencia, y 
en sus escritos de aquella época, de una inferioridad 
efectiva.
la Universidad de Viena, donde los profesores da-
ban clases verdaderas, introduciendo a sus discípulos 
en las clínicas y los hospitales, dejaban ver y actuar en 
los enfermos, sobre los cuales hacían con seriedad 
diagnósticos, prognosis, curas, debía ejercer una in-
fluencia decisiva en la vida de lombroso. Por primera 
vez tuvo la visión de que la medicina es una ciencia 
con valor intrínseco.
Por primera vez tuvo la revelación de que, estu-
diando, se podía dar remedio a muchas enfermedades, 
aun las mentales. Tuvo la visión de que los locos que 
había visto sin esperanza en los oscuros corredores de 
los hospitales de Pavía y Padua podrían ser curados, 
si se los estudiara y curara como en Viena. Decidió, 
pues, dar su vida para llegar a esto.
Esta idea lo exalta. Era una misión a la cual él ten-
día sin saberlo cuando en su Diario se desesperaba 
“por no ser bueno”, “por deber rehusarlo todo”, “por 
sentirse bajar”. El quería “hacer el bien”, “hacer el 
bien por el gusto de hacerlo”, como escribía en las 
cartas que no envió a Eloísa; pero hasta entonces no 
había tenido idea de lo que se podía hacer.
Lombroso30abril09.indb 58 5/7/09 9:59:15 PM
En la CaRRERa (1855-1858)
59
El ardor misionero de su raza, dormido en él has-
ta aquel día, se despertó, cálido y trepidante, en el 
momento en que entrevió su rumbo. se sintió como 
un hijo de los antiguos profetas para los cuales era 
indiferente estudiar o combatir para servir a la patria. 
Ya estaba soñando dar alivio a todos los locos, a todos 
los que sufren en su país. Una nueva exaltación lo 
invade, la misma que lo había hecho escribir cuando 
tenía 16 años, el estudio sobre Roma antigua, “cuan-
do creía que todos los goces del mundo estaban ence-
rrados en una moneda que recordaba los tiempos de 
los primeros pueblos de Roma”.
Él curaría las enfermedades mentales. sus notas, 
su diario, se llenan de observaciones, de esquemas de 
enfermos; ha encontrado su fin, la razón de su exis-
tencia: desde aquel día ya no conocerá la incertidum-
bre: las llagas a las cuales dar su tiempo no faltarán. 
se atreve a estudiar lo más grande: con todas sus fuer-
zas, que hasta entonces había desperdiciado en tantas 
direcciones, se pone a estudiar la llaga más horrible y 
más frecuente en la lombardía y la Venecia, la que 
atrae sobre aquellas regiones “el desprecio del extran-
jero”: el cretinismo.
abandona Viena para establecerse otra vez en Pa-
vía, que es el centro de la enfermedad con la cual él 
quiere acabar: se presenta a través de los campos, en 
todos los lugares donde hay un principio de la llaga 
que él quiere curar y en todos los pueblos donde le 
señalan un núcleo de cretinos.
Lombroso30abril09.indb 59 5/7/09 9:59:15 PM
60
vida de lombroso
* * *
El problema no es ni sencillo ni fácil.
El observador que se ocupa del fenómeno del cretinismo 
no tanto en la tranquilidad de un hospital, sino donde 
se produce, entre las chozas de la ciudad y de los pueblos 
lejanos —escribía lombroso en el prefacio a El cretinis-
mo en Lombardía, 1859—, sufre de un ansia particular. 
El alma y los ojos sufren por aquella atmósfera oscura, 
por aquellas calles sucias, por aquellas caras pálidas y 
torvas de los habitantes, por aquella horrible miseria 
que emana de todo; observa más tristemente aún aque-
lla nueva especie de hombres brutos que balbucen, se 
tiran al suelo entre sus apáticos parientes que presentan 
la afinidad de la sangre y de la enfermedad en los repug-
nantes caracteres de sus caras y de la voz. ¿Qué pasa, 
pues, cuando se comienza a interrogar a aquellos seres y 
a través del mezquino rayo de inteligencia que todavía 
luce en aquellos semblantes poco humanos se revelan 
las formas más innobles del egoísmo y de la maldad?
no son estos espectáculos que por el dolor den a 
uno el sentimiento de la compasión y tampoco de la 
indiferencia: nace en el alma un sentimiento al mismo 
tiempo pesado, preocupado y confuso en el cual tienen 
mucha parte las causas mismas que engendran el creti-
nismo; y este sentimiento acompaña a uno en sus in-
vestigaciones científicas, de manera que los hechos más 
claros vienen a contradecirse y escapan a la síntesis, 
Lombroso30abril09.indb 60 5/7/09 9:59:15 PM
En la CaRRERa (1855-1858)
61
transforman y oscurecen no sólo la esencia y las causas, 
sino la forma misma de la enfermedad; de manera que 
frecuentemente la fatiga del observador resulta ser no 
sólo ingrata, sino también inútil.
* * *
la fatiga no será inútil, pues al recorrer uno a uno 
todos los valles infestados por la terrible enfermedad, 
al examinar el aire, el agua, el suelo y los enfermos, él 
encontrará el origen lejano del cretinismo —el agua 
mala—, el inmediato —el bocio—, la cura —el yo-
do—, la profilaxis —buenos acueductos—, descubri-
mientos que se publicarán más tarde en los primeros 
meses de 1859.
las conclusiones a las cuales llegó el joven estu-
diante introdujeron una verdadera revolución en el 
campo de la Psiquiatría y de la Higiene. aun cuando 
no tenga otra ayuda más que sus ojos y su ingenio, es-
tas conclusiones no pudieron ser rebatidas por aque-
llas a las cuales llegaron más tarde sus enemigos y los 
que discutieron su obra apoyados en las ciencias físi-
cas, histológicas y químicas. las medidas descubiertas 
por lombroso, estudiante en 1859, adoptadas cinco 
años más tarde, mostraron su utilidad transformando 
en poblaciones activas e inteligentes las pobres tribus 
embrutecidas por el agua mala.
mientras comenzaba los estudios acerca del creti-
nismo, que duraron cuatro años, lombroso acabó en 
Lombroso30abril09.indb61 5/7/09 9:59:15 PM
62
vida de lombroso
la Universidad de Pavía un curso monográfico en el 
cual se ocupaba desde hace tiempo: “Influencias de la 
civilización sobre la locura, y de la locura sobre la ci-
vilización”, en el cual la Historia, la Psicología, la Psi-
quiatría y la lingüística sirvieron en forma muy curiosa 
para resolver el problema en parte teórico y en parte 
humanitario de la influencia de la civilización sobre 
la locura.
Este estudio en el cual la locura comenzó a ser es-
tudiada hasta su esencia concreta constituyó el últi-
mo puente de tránsito entre la ciencia teórica y la 
medicina práctica en las cuales él se había sumergido. 
Pero el tránsito no podía ocurrir bruscamente.
algunas veces, en los años siguientes, aun cuando 
tuviera mil ocupaciones, algún remordimiento le vie-
ne por haberse desterrado del paraíso terrenal de la 
literatura para vivir en un mundo lúgubre de vivos y 
de muertos. Pero el ardor de sus nuevos estudios es tan 
absorbente que no deja ni lugar a los remordimientos.
su actividad, efectivamente, ha aumentado mu-
chísimo: mientras estudia a los cretinos y escribe la 
monografía de que he hablado, había obtenido del 
buen doctor Zanini, director del Hospital de santa 
Eufemia en Pavía, el establecimiento de una pequeña 
sección de enfermos mentales, primer núcleo del in-
menso manicomio de Voghera que iba a crearse con 
base en su proyecto algunos años después cerca de 
Pavía. En esta época acaba sus estudios y el día 13 
de marzo de 1858 consigue el doctorado con pleno 
honor.
Lombroso30abril09.indb 62 5/7/09 9:59:15 PM
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V. lOmbROsO, sOlDaDO 
(1859-1866)
En la guerra. 
Oficial y profesor. 
De la Psiquiatría al delito y al genio
Tenía la costumbre de observar, razonar, y 
con estas dos brújulas el hombre siempre 
puede encontrar su rumbo aun cuando sea 
oscuro y desconocido.
dEspués de doctorarse, lombroso regresó a Verona 
efectuando, sin embargo, varios viajes a lombardía 
para acabar y completar sus estudios acerca del creti-
nismo. su país estaba entonces sacudido por terribles 
borrascas.
En el Piamonte la pasión liberal aumentaba cada 
día, apoyando a Cavour que había llegado al gobierno 
y trabajaba febrilmente para obtener la alianza de fran-
cia para ayudar al pequeño Piamonte a eliminar a aus-
tria de Italia. En los primeros días de mayo de 1859, las 
voces de guerra entre el Piamonte, aliado de francia, y 
austria, se hicieron insistentes. El Piamonte llamaba 
para aumentar sus ejércitos a los voluntarios italianos.
lombroso, sin hablar con sus padres, tomó consigo 
sólo sus libros más preciosos y marchó a milán donde 
Lombroso30abril09.indb 63 5/7/09 9:59:15 PM
64
VIDa DE lOmbROsO
presentó solicitud para ser admitido en el ejército ita-
liano, y después de pasar, el 19 de julio de 1859, otro 
examen de doctorado en génova, entró regularmen-
te en campaña.
la nueva vida era muy distinta de la que él ha-
bía abandonado. En guerra, bajo la tienda, en los 
hospitales, en los cuarteles, no había llagas de las 
cuales investigar el origen, y tampoco locos acerca 
de los cuales escribir la historia del hombre, sino 
miembros heridos que curar, medicinar y amputar; 
enfermos de tifoidea o de cólera; infecciones que se 
debían vencer con las escasas medicinas de un hos-
pital de campo.
lombroso no se desalentó: estaba acostumbrado a 
observar, a razonar, y con estas dos brújulas el hombre 
siempre puede encontrar su rumbo aun cuando sea 
oscuro y desconocido.
los microbios todavía no se conocían y él no los 
descubrió; pero cuando vio que después de las ampu-
taciones y de las curas venían infecciones más peli-
grosas que las heridas mismas, no dudó que la causa 
estaba en las vendas deshilachadas y las suprimió para 
sus enfermos, sustituyéndolas con algodón impregna-
do de alcohol, método antiséptico burdo que, sin em-
bargo, tuvo gran éxito en su hospital.
la campaña de 1859 duró pocos meses. Condeco-
rado con dos medallas por valor militar, quería reti-
rarse; sus superiores insistieron para que se quedara 
y él cedió. la guerra no podía decirse ya terminada; 
Verona y Venecia quedaban en poder de los austria-
Lombroso30abril09.indb 64 5/7/09 9:59:16 PM
lOmbROsO, sOlDaDO (1859-1866)
65
cos; Roma, con el Papa; la paz de Villafranca pareció 
a los italianos más bien que una paz un armisticio du-
rante el cual debían prepararse para otras batallas. En 
Turín, el partido de Cavour que quería continuar la 
guerra, triunfaba; parecía ser inminente la reanuda-
ción de las operaciones; era, pues, razonable que un 
joven que había entrado voluntariamente en el ejér-
cito, permaneciera todavía en él mientras los aconte-
cimientos estaban por desarrollarse.
aun cuando permanecía en la más completa libertad 
para la acción, la meditación y el estudio, lombroso no 
era inadaptado a la vida militar. Concienzudo hasta el 
escrúpulo, muy sociable, pero no orgulloso y ambicioso, 
tenía también gran fuerza de resistencia contra la fatiga 
y las epidemias; una facilidad increíble de dormir, estu-
diar, leer, pensar por cualquier periodo de tiempo, aun 
el más pequeño. las molestias de la disciplina, pues, 
estaban compensadas para él con la actividad que de-
bía desarrollar en los hospitales, por el placer de vivir 
en medio de jóvenes entusiastas y apasionados que te-
nían con él en común un ideal a lo menos: la patria. 
además, no debía disgustar a lombroso la alegría y la 
ligereza de los militares, pues en él la seriedad de los 
estudios nunca apagó la juvenil alegría. los cuadernos 
de notas de 1859-1862, que contienen su Diario, están 
llenos de observaciones graciosas y alegres, de burlas, 
de caricaturas, de anécdotas humorísticas. De este pe-
riodo nos queda hasta los estatutos de una sociedad por 
broma, que escribió en Calambria… contra las pulgas 
y los perros.
Lombroso30abril09.indb 65 5/7/09 9:59:16 PM
66
VIDa DE lOmbROsO
además, el hecho de permanecer en el ejército 
no significaba el abandono de sus queridos estudios: 
significaba sólo algún cambio. marzolo le había he-
cho ver cómo en los mezquinos dialectos de los cam-
pesinos en un pueblo, en lo que balbuce un niño se 
pueden descubrir las leyes que rigen la historia de la 
humanidad. además, le había enseñado a leer en el 
gran libro de la naturaleza, abierto siempre a todos 
en todo tiempo y en todo lugar. no podrán faltar, 
pues, en el ejército, los documentos para el discípulo 
de marzolo.
Desde el primer día en que entró en él, comen-
zó a observar las diferencias que imprimen las razas, 
el clima, el país, en los hombres pertenecientes a las 
diversas regiones de Italia, su distinta inmunidad res-
pecto de las enfermedades epidémicas y endémicas y 
sus distintas medidas antropológicas.
no son estos los únicos documentos que él recogió 
durante la guerra y su permanencia en los cuarteles; 
hay los sueños suyos y de un compañero, las sensa-
ciones distintas de los heridos de los dos campos que 
reunió y puso en relación con sus estudios anteriores 
en su monografía “fragmentos médico-psicológicos”.
aun cuando este título sea tan modesto, estos frag-
mentos son de las obras más importantes que debían 
salir de la pluma de lombroso, de las más originales y 
geniales. En ese estudio se manifiesta la necesidad de 
llegar al método experimental para el análisis de las 
locuras, y se establece la base fisiológica de las enfer-
medades mentales en relación con el concepto —que 
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lOmbROsO, sOlDaDO (1859-1866)
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se comprueba ampliamente con comparaciones en-
tre el sueño y los sueños, las visiones, la hipnosis, las 
alucinaciones— de que no existe psicopatía que no tenga 
analogía y relaciones con las alteraciones transitorias de la men-
te sana, es decir que no hay fenómeno patológico que 
no sea momentáneamente psicológico, ni fenómeno 
fisiológico que no pueda, al ser exagerado, convertirse 
en patológico. Conclusión muy audaz en su época, 
pues en París, Trousseau y Pidous escribieron

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