Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1 2 Esta traducción fue hecha sin fines de lucro. Es una traducción de fans para fans. Si el libro llega a tu país, apoya al autor comprándolo. También Puedes apoyar al autor con una reseña o siguiéndolo en las redes sociales y Ayudándolo a promocionar su libro. ¡Disfruta la lectura! 3 Nota Los autores (as) y editoriales también están en Wattpad. Las editoriales y ciertas autoras tienen demandados a usuarios que suben sus libros, ya que Wattpad es una página para subir tus propias historias. Al subir libros de un autor, se toma como plagio. Ciertas autoras han descubierto que traducimos sus libros porque están subidos a Wattpad, pidiendo en sus páginas de Facebook y grupos de fans las direcciones de los blogs de descarga, grupos y foros. ¡No subas nuestras traducciones a Wattpad! Es un gran problema que enfrentan y luchan todos los foros de traducciones. Más libros saldrán si se deja de invertir tiempo en este problema. También, por favor, NO subas CAPTURAS de los PDFs a las redes sociales y etiquetes a las autoras, no vayas a sus páginas a pedir la traducción de un libro cuando ninguna editorial lo ha hecho, no vayas a sus grupos y comentes que leíste sus libros ni subas las capturas de las portadas de la traducción, porque estas tienen el logo del foro. No continúes con ello, de lo contrario: ¡Te quedarás sin Wattpad, sin foros de traducción y sin sitios de descargas! 4 Staff Mel Wentworth Beluu Vane hearts Daniela Young Ana Avila NicoleM Lauu LR Val_17 Miry GPE Pachi Reed15 Beatrix Daniela Agrafojo Jadasa Nika trece Sandry Ivana Nnancy Mel Wentworth Mary Warner Mae MaJo Villa Kyda rihano Kath1517 Dannygonzal Adriana Jeyly Carstairs Indra Bells767 Julie Mel Wentworth Jadasa Miry GPE Vane hearts Daliam Laurita PI Dannygonzal Nnancy Itxi Vannia Sahara Val_17 Daniela Agrafojo Vane Black 5 Indice Sinopsis Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15 Capítulo 16 Capítulo 17 Capítulo 18 Capítulo 19 Capítulo 20 Capítulo 21 Capítulo 22 Capítulo 23 Capítulo 24 Capítulo 25 Capítulo 26 Capítulo 27 Epílogo Agradecimientos Pucked Over Sobre la autora 6 Sinopsis Miller “Buck” Butterson ha estado follando su paso por la vida desde que un disco le arregló los dientes frontales torcidos, y fue reclutado en NHL durante su primer año en la universidad. Después de cinco años bloqueando tiros en el hielo y anotándolos con conejitas de hockey a lo largo de Estados Unidos y partes de Canadá, Miller está listo para una novia. Una de verdad, no de la variedad de las conejitas. Una que lleve a citas y no salte a la cama después de cinco segundos de conversación. Miller piensa que encontró a esa mujer en la hermana de su compañero de equipo. Excepto que, a diferencia de Alex Waters, central, capitán del equipo y un buen tipo en todos los aspectos —que casualmente sale con su hermanastra— la reputacición de mujeriego de Miller está bien ganada, y no explotada fuera de proporción por los medios. Más allá de ese detalle menor, Miller no sabe nada sobre tener una novia. Pero está determinado a hacer que suceda. Lo que no tomó en consideración es la cantidad de tiempo y esfuerzo que requiere una relación, o que permitir constantemente que las conejitas se tomen selfies con él para subirlas en redes sociales no van a hacer que se gane puntos en el departamento de novios. Miller aprende —no tan rápìdamente— que si quiere hacer que Sunshine “Sunny” Waters se enamore de él, va a tener que hacer mucho más que mostrarle sus habilidades con el palo en la habitación. Pucked, #2 7 Tan borracho como se porta Traducido por Beluu & Vane hearts Corregido por Julie Estoy muy borracho. Borracho al punto de que Lance, mi compañero de equipo, tiene dos pares de ojos. —Voy a ir a casa. —En mi cabeza esas son las palabras que estoy diciendo, pero en realidad, creo que sale más como un gemido. Doy un paso inestable hacia la línea de taxis que esperan fuera del bar. Lance pone una mano en mi hombro, con su sonrisa descuidada. Está casi tan borracho como yo. —Tu auto está en mi casa, Butterson. Vuelve con nosotros. —Puedo pasar en la mañana. —Mis palabras salen juntas, pero parece entender. —Simplemente entra en la limo, hombre. —Lance mira a Randy, otro compañero de equipo y uno de mis amigos de la infancia más cercanos, buscando apoyo. —La entrenadora va a estar en lo de Lance a las diez y media, ¿recuerdas? —dice Randy—. Puedes salir rodando de la cama y caer a la pileta. —Y así no tendré que llamarte cincuenta veces para que levantes tu trasero —añade Lance. —¡Vuelve con nosotros, Buck! Una de las conejitas de hockey de Lance usa el apodo al que he respondido desde que era niño. Mi nombre verdadero es Miller. No me nombraron por una cerveza. Además, Buck Butterson suena mejor que Miller Butterson… demasiadas “er”. Las tres chicas, a las que Lance convenció de ir a su casa, se arreglan el cabello y el maquillaje entre ellas mientras debato sobre tomar malas decisiones. Lance sonríe, todo hijo de puta caliente, y me palmea en la espalda. —Vamos, hombre, vas a estar lejos por un par de semanas. Es la última oportunidad de estar de fiesta. 8 Murmuro algo que ni siquiera yo puedo entender y me reclino en la limusina para no tener que sostener mi propio peso. Los tragos fueron una mala idea. Había demasiados. Creo que pagué por ellos. Espero mientras las chicas entran a la limusina. Por muy borracho que esté, me quedan algunos modales. La última se inclina y su micro- minifalda se sube, dándome una vista completa de su castor desnudo antes de sentarse. Definitivamente no me voy a sentar al lado de ella. Lance me codea en el brazo. —Entra, Buck. —Tú primero. Son tus conejitas. Volver a lo de Lance no es un buen plan, pero ya dije que lo haría, y tiene razón en que dejé mi coche en su casa. Se encoge y se sostiene del marco de la puerta, asomando la cabeza. —¿En qué regazo me voy a sentar? —Se lanza dentro de la limusina. Las chicas chillan y luego se oyen risas. Pongo una mano en el pecho de Randy para detenerlo antes de que también entre. —No me dejes hacer nada estúpido, ¿está bien, hombre? —No te preocupes, Miller. Tomaré dos si tengo que hacerlo. — Guiña, pero habla en serio. Randy es una de las únicas personas que usan mi nombre verdadero, además de mi papá cuando se enoja. Creciendo en Chicago, él vivía en la misma calle que yo. Hemos jugado hockey juntos desde que los dos aprendimos a patinar. Cuando fuimos seleccionados para la NHL en el primer semestre de universidad, terminamos en equipos diferentes. Cinco años más tarde, estamos juntos de nuevo, dado que Randy se cambió a Chicago luego de que terminó la temporada. Estando fuera de temporada, le tomaron dos semanas mudarse. Es bueno tenerlo aquí. Nos hemos mantenido en contacto a través de los años; si alguien va a ayudarme a evitar joder las cosas, es él. Randy entra y se sienta entre dos de las chicas. Esto deja un banco libre para mí. Me deslizo y me estiro, ocupándolo entero. Lance ya tiene su brazo alrededor de la Muestra Castor, y su amiga en el medio parece no estar segura de qué hacer. Cuando se mueve para sentarse conmigo, Lance la abraza contra su costado y susurra algo en su oído. Sus ojos se abren y muerde su labio, pero se queda donde está. Volver a casa solo en un taxi habría sido la movida más inteligente. Así no tendría que estar enfrentando una tentación innecesaria. A veces es duro tomar las decisiones correctas, como alejarme de una situación en la que las conejitasinevitablemente van a ofrecer coño que voy a tener que rechazar. No es que no pueda vivir sin ello. Simplemente he estado eligiendo la alternativa durante los últimos cinco años. Y dejar el vicio ha sido mucho más difícil de lo que pensé. Lance y Muestra Castor se han movido hacia el rincón de la limusina. Estoy bastante seguro de que ya tiene su 9 mano dentro de su falda, a juzgar por la risa seguida de un gemido. Cierro mis ojos y me inclino contra el apoyabrazos. Estoy cansado. Y hambriento. Necesito pizza. Hurgo en mi bolsillo, buscando mi teléfono. Tengo mensajes: un par de mensajes y un correo de voz de mi hermana, Violet, y un par más de mi novia, Sunny. Bueno, es algo así como mi novia. Quiero que sea mi novia. Sunny es la razón por la que Randy, o quizá Lance, va a sacrificarse por el equipo mientras yo me quedo aquí, sentado solo. He estado haciendo todo lo que puedo para llevar las cosas en la dirección del noviazgo por los últimos meses, pero es difícil hacer que Sunny se quede. Es mucho peor que yo, pero no de forma puta. Sunny es lo opuesto de puta. No se ve tan fácilmente encantada por mí como la mayoría de las mujeres. En realidad, tengo que trabajar para conseguir que salga conmigo. No ayuda que su hermano, Alex Waters, sea uno de mis compañeros de equipo. También está comprometido con mi hermana, y es capitán del equipo. Waters me odia. Es complicado. La primera noche que vi a Sunny, consideré, por medio segundo, dormir con ella para vengarme de él. Soy un jugador, no un idiota. Además, Sunny no estaba interesada en desnudarse conmigo. En realidad, quería hablar. Y me gustaba. Así que en cambio le pedí su número. Eso fue hace unos meses. Todavía no quiere dormir conmigo. Todavía. Estoy esperando cambiar eso pronto. Intento leer mis mensajes, pero mi visión está borrosa y todas las palabras se mezclan; incluso peor de lo normal. No puedo usar la aplicación que pasa los mensajes de texto a voz aquí, como normalmente lo haría, porque la música está demasiado alta y todos oirían. Además, a veces los mensajes de mi hermana son asquerosos. No tiene filtro. Para nada. —Tengo hambre. ¿Alguien más tiene hambre? —grito sobre la música. Lance está demasiado ocupado succionando un rostro, pero Randy alza la mano. Las chicas a cada lado de él se encogen de hombros. La que está atascada en medio de todo luce como que preferiría estar en cualquier lugar menos aquí. Pongo a Siri y le pido que llame a mi pizzería favorita. Me lleva un par de intentos conseguir que haga lo que quiero, en parte porque estoy arrastrando las palabras y en parte porque la música interfiere. Por fin alguien la baja para que pueda hacer el pedido. —¿La dirección es cinco-dos-uno o dos-cinco-uno? —le pregunto a Randy cuando llegan a esa parte del proceso de pedido. —Cinco-dos-uno. —¿Estás seguro de que no es dos-cinco-uno? 10 Lance toma un respiro de succionar el rostro de la chica para solucionar mi problema. —¿Has estado en mi casa un millón de veces, y todavía no sabes bien la dirección? Le muestro el dedo del medio. —Soy disléxico y estoy borracho, pero gracias por ser un cabrón al respecto. —No debería haber dicho eso. No es algo de lo que generalmente hablo en frente de las conejitas. Es frustrante tener veintitrés años y no poder leer bien. Le doy al tipo de la pizza la dirección correcta. Luego finalizo la llamada y vuelvo a meter el teléfono en mi bolsillo. Diez minutos más tarde, estacionamos en el camino de Lance. Soy el primero en salir del auto, y prácticamente cayéndome, subo los escalones hasta su puerta. Utilizo el marco de la puerta para mantenerme de pie mientras espero a los demás. Debería saber el código para entrar a la casa, pero siempre lo olvido. Lance y Muestra Castor son los últimos en salir de la limusina. Fiel a su nombre, nos da a todos una vista de su castor, mi segunda del viaje en limusina, mientras se baja. Cuando sus pies golpean el suelo, Lance se para frente a ella, bloqueándola de nuestra vista. Se inclina para ajustar su falda, lo cual es amable. Cuando está de mal humor, deja que todas las chicas hagan el ridículo y se ríe sobre ello más tarde. A veces puede ser un idiota. Sus amigas se ríen y susurran, todas perras juzgando. Bueno, la que se hallaba al lado de Randy; la otra se ve incómoda. De las tres chicas que Randy y Lance eligieron esta noche, ella parece la más reservada. Quizá no está tan entusiasmada por compartir polla. —Eres el mejor, hombre. ¿Te lo he dicho últimamente? —le pregunto a Randy, mientras descanso mi cabeza en la puerta cerrada e intento golpear el timbre. No paro de errar. —Eso es lo que me dicen las chicas. Resoplo y apunto al timbre de nuevo, esta vez dándole. El tono es una línea de una película. No puedo recordar bien cuál, pero es divertido, por lo que sigo apretando hasta que Lance y Muestra Castor finalmente llegan a la puerta. Lance coloca el código. —No creo que ese sea un buen lugar para estar parado, Butterson. —Estoy bien. —Mis ojos están cerrados. Siento que la cama sería un buen lugar. A la mierda la pizza. No registro lo que dice hasta que la puerta cede. Levanto mis manos para aferrarme al marco, pero no soy lo suficientemente rápido. Caigo de cara en su pasillo de entrada. Su piso de madera no es algo suave para aterrizar. Gruño por el impacto, y una de las chicas se apura a ayudarme mientras Lance ríe a carcajadas. Le digo que estoy bien y me quedo allí por unos segundos antes de rodar a mi espalda. Veo de nuevo a Muestra Castor. Puedo ver debajo de su falda desde el suelo. Es como un sándwich 11 de carne suelta. He visto más castor en los últimos treinta minutos de lo que he visto desde que comencé a salir con Sunny. Randy extiende una mano para ayudarme a levantarme. Lo alejo. —Me quedaré aquí hasta que llegue la pizza, ¿está bien? —Eso podría tomar un rato. Vamos a ponerte en el sillón. —Tomo su mano, pero no hago ningún esfuerzo para ayudar con todo lo de pararme. Cuando está a punto de rendirse, tiro de su brazo y termina en el suelo conmigo. Lo pongo en una llave de cabeza. Lucha para liberarse, pero también se encuentra borracho, y tengo el elemento de la sorpresa. —Púdrete, idiota —me dice. —¡Oh, Dios mío! —grita una de las chicas mientras peleamos en el suelo como idiotas—. ¿En serio están peleando? ¿No deberías detenerlos? —Están bien. —Lance pone una mano en las espaldas bajas de las chicas—. Vamos. Tomemos unas bebidas y vayamos al jacuzzi. Randy me codea en el costado y lo dejo ir. Gira y se levanta, balanceándose mientras sigue a Lance y las conejitas. Toma un montón de trabajo levantar mi culo del piso, pero lo consigo. Camino deslizándome con mi hombro contra la pared para evitar caer de nuevo. Necesito agua, y esa bebida horrible que mi entrenadora, Natasha, me da cuando tengo resaca. Pero la cocina de Lance está demasiado lejos. Tropiezo en la enorme sala de estar hacia el sofá desocupado. Cuando mis rodillas golpean el brazo, caigo hacia adelante como un árbol. Mi puntería es mala, y estoy en ángulo, por lo que ruedo y golpeo mi cabeza contra la mesa de café. —¡Auch! ¡Mierda! —No hay suficiente espacio para que me ponga de espaldas, por lo que me quedo allí, encajado entre el sofá y la mesa de café. Lance ríe. —¿Estás bien, Butterson? —Hay un condón usado aquí abajo. —¿Ah, sí? ¿Me lo quieres alcanzar? —Estoy bastante seguro de que no lo haré. —Está cubierto de polvo, pero noto que es de color rojo, por lo que definitivamente lo obtuvo de mí. O tal vez soy yo el que lo utilizó. No tengo idea. Siempre ordeno el paquete de arco iris variado que viene con el envase grande de lubricante. Apodé a los condones según el color: el rojo es para polla diabólica, el verde es gigante verde, el azul es polla pitufo y el negro es martillo. No soy fan de los amarillos;se ve menos como un plátano maduro y más como si mi polla tuviera ictericia1. Mis favoritos personales son los que brillan en la oscuridad, ya que hacen que mi pene parezca una gran vara luminosa. 1 Cuando la piel se vuelve de color amarillo. 12 —¿Vas a tumbarte en el suelo o vienes fuera para pasar el rato en el jacuzzi? —Voy allí en pocos minutos. —Lo que tú digas, Butterson. Pero si te quedas dormido allí, no despertaré a tu culo. —Eso está bien. Miro tacones puntiagudos tambaleándose hacia las puertas del patio. —No tengo un traje de baño —dice Muestra Castor. Lance coloca un brazo alrededor de su cintura, instalando la mano en su culo. —¿Quién necesita trajes de baño? Música a todo volumen explota a través de la casa y por los altavoces de afuera. Oigo un lejano chapoteo y un grito. Alguien se lanzó a la piscina. Me acuesto con mi mejilla aplastada contra el suelo, mirando al polvoriento condón, deseando haber ido a casa en vez de venir aquí. Debo haberme quedado inconsciente de esa manera, porque lo siguiente que sé, es que está sonando el timbre. Me toma tres intentos levantarme. Luego, la puerta no se queda quieta, así que es difícil de llegar a ella. Le pago al chico de la pizza con mi tarjeta de crédito y tomo las cajas y seis latas de refresco. No me molesto en llamar a los otros chicos. Si conozco a Lance, tendrá a esas chicas en sus sostenes y ropa interior, a excepción de la que no llevaba ninguno. Llevo la pizza a la mesa de centro, abro una soda, y la tomo de un trago. Necesito hidratarme para no vomitar todo durante la sesión de entrenamiento de mañana. Agua sería mejor, pero ya estoy sentado. Antes de empezar a comer, me quito los pantalones. No me preocupa derramar comida; solo estoy cansado de usar pantalones vaqueros. También me gusta la libertad de estar sin ropa. Casi siempre estoy caliente, así que es agradable cuando puedo quitarme todo hasta lo esencial, que es a menudo nada. Ya que no estoy en mi propia casa, me quedo con los boxers y camiseta. Normalmente no uso ropa interior, pero los clubes son calientes. De lo contrario, hacen que mis bolas se peguen a mi pierna. Me pongo cómodo en el sofá. Es de cuero blanco, lo cual es una opción estúpida, pero da igual. Abro la caja de pizza, gimiendo ante la visión de queso derretido y montones de asombrosa carne. Cuando Sunny y yo ordenamos pizza, no hay ni siquiera queso. No come ninguna cosa con una cara o lo que viene de algo con una cara. No creo poder vivir sin vaca en mi vida, pero ese soy yo. Mientras saco un pedazo, el queso se aferra a sus hermanos como si le aterrorizara su destino. Me inclino sobre la caja; soy demasiado perezoso para ir a la cocina y conseguir un plato, y le doy un buen mordisco. Está caliente. Como caliente recién salida del horno, lo cual es una locura, porque claramente no está recién salida del horno. Si 13 estuviera menos borracho, podría haber prestado atención a la nube de vapor cuando arranqué el primer pedazo, pero estoy demasiado apresurado de poner comida en mi vientre. El queso se sumerge en mi paladar y las cuerdas se asientan en mi barbilla, quemando eso también. Se me cae la rodaja, la mitad de ella cayendo sobre el borde de la caja en la mesa de centro y la más reciente edición de las Noticias de Hockey. Abriendo otro refresco, tomo de un trago la mitad de la lata para refrescar mi boca. Apesto en la vida esta noche. Mientras espero que la pizza se enfríe, busco el control remoto. No está en la mesa de centro o debajo de la caja de pizza. Lo encuentro atrapado entre los cojines del sofá, junto con un par de bragas. Dejo esas donde están. Dos de la mañana no cuentan mucho en la forma de una programación de calidad. Aparte de infomerciales y porno, tengo que elegir entre lo destacado en deportes y comedias antiguas o el canal de videos musicales. Cambio de canal sin rumbo, haciendo una pausa en algo de mal porno. Dudo que vaya a tener la energía para masturbarme más tarde. Podría estar lo bastante borracho como para tener una polla impotente por whiskey, a pesar de que no bebo whisky. Lo dejo en el canal de vídeos de música y regreso a la pizza, que ahora está lo suficientemente fría como para comer. Devoro la mitad de la caja y me duermo en el sofá. La única razón por la que me despierto es porque suena mi teléfono. Está en mis pantalones, los cuales se hallan en el suelo cerca de seis metros de distancia, así que pierdo la llamada. Decido que prefiero dormir en una cama que en el sofá de Lance. He caído aquí bastantes veces desde que me intercambiaron a mitad de temporada como para tener una habitación que reclamo cuando me emborracho tanto para llevar mi culo a casa. No tengo idea de si Lance y Randy siguen fuera con las chicas. Si es así, hay una buena probabilidad de que la bañera de hidromasaje vaya a necesitar una seria limpieza mañana. Casi me tropiezo con mis pantalones en el camino al segundo piso. Los arrastro conmigo a la segunda planta y me estrello en el dormitorio de invitados. Cierro la puerta de una patada, saco mi camisa sobre mi cabeza, dejo caer mis boxers y caigo boca abajo en el colchón. La música todavía suena desde los altavoces externos, haciendo que vibre la casa entera. Ya no es pop; sino alguna cursi balada de amor de los años ochenta. Parece algo que le gustaría a Sunny. Pensar en ella hace que mi pene se excite, lo cual apesta porque no tengo la coordinación para hacer nada al respecto. Odio que no viva más cerca. Canadá no se halla tan lejos de Chicago, pero es suficiente distancia para hacer que todo esto de la cosa de salir sea mucho más difícil. Quiero llamarla. Sé que es una mala idea. Estoy borracho y debe estar dormida, teniendo en cuenta que son más de las dos de la mañana. 14 O tal vez ya son las cinco. No puedo leer el reloj. Mi filtro de lógica no funciona, así que tanteo mis pantalones. Están en el suelo. Casi me caigo de la cama tratando de conseguirlos. Saco el teléfono del bolsillo. La batería tiene nueve por ciento. Es suficiente para una llamada rápida. De todos modos, es probable que vaya al correo de voz. Como predije, suena cuatro veces, y sale su mensaje. —Has contactado a Sunshine Waters. Probablemente estoy ocupada limpiando mi chi, pero, cuando haya terminado, te llamaré. Recuerda, ¡el karma es tu amigo! Cuelgo sin dejar un mensaje y llamo de nuevo. Me recibe el correo de voz por segunda vez. Al tercer intento, contesta. —¿Hola? —Su voz está ronca por el sueño. Es similar a la forma en que suena cuando se corre. Solo he sido capaz de hacer eso con mis dedos hasta el momento. Sunny quiere llevar las cosas con calma. Debo lograr el control del disco antes de poder anotar mi tipo favorito de gol. —Hola, dulzura. ¿Te desperté? —Es una pregunta estúpida. Por supuesto que la desperté; llamé tres veces en el medio de la noche. —¿Miller? —Lo siento. Es tarde ¿no? —Me doy la vuelta sobre mi espalda, con los brazos y piernas abiertas, dejando que mis bolas respiren. El crujido de las sábanas se filtra a través del teléfono. Me imagino lo que podría estar usando basado en nuestras charlas nocturnas por Skype. Es una chica de camisetas holgadas y pantalones cortos. A veces usa una de esas camisas transparentes, así que es como si estuviera desnuda, pero no. Lamentablemente, siempre lleva un sujetador deportivo. Esas cosas son la peor invención en el mundo. Arruinan perfectamente un buen escote. —¿Qué hora es? —Uh. —Entrecierro los ojos al reloj de la mesilla de noche, como si eso fuera a hacer que sea más fácil leer los números. Soy mejor con relojes analógicos que digitales—. Bastante temprano. —¿En la mañana? —Sí. —¿Está todo bien? —Sí. Hay una larga pausa en la que ninguno de los dos habla. —¿Saliste con los chicos esta noche? —Sí.La suavidad de su voz es reemplazada con brusquedad. —¿Con quién? —Lo normal. Randy Ballistic y Lance Romero. Algunos de los otros chicos se presentaron más tarde. —¿Así que estás borracho? 15 Sabía que no debí haber llamado. Me gustaría tener a alguien cerca para dejar de hacer estupideces todo el tiempo. Al menos Randy mantuvo a las conejitas ocupadas y lejos de mí. La mayoría del tiempo Lance no es de mucha ayuda. Anima la mala toma de decisiones. —Tomé un par de copas. Quería escuchar tu voz. —Suena como una frase de coqueteo, pero no lo es. Realmente quiero oír su voz, incluso si eso me hace parecer un mandilón. Hace un poco de ruido, como si tal vez estuviera estirándose o tratando de ponerse cómoda. Eso va directo a mi polla, inflándose como un globo con helio. —Eso es dulce, Miller —dice con un suspiro. Me encanta que utilice mi nombre real en lugar de mi seudónimo—. Pero ¿no crees que sería mejor llamar cuando estés sobrio y no en el medio de la noche? Interrumpiste un buen sueño. —¿Qué clase de sueño? ¿Fue un sueño de sexo? —No te diré —Lo fue, ¿no? —No diré nada. —Será un millón de veces mejor cuando me dejes desnudarte en la vida real. —No te adelantes, Butterson. —Solo digo, cuando dejes que suceda, será mil millones de veces más impresionante. Suspira. —¿Dulzura? —Deberías dormir para sacar lo que sea que hayas tomado. ¿Todavía vendrás mañana? —Me vendría por ti ahora mismo, nena. Hay un golpe en la puerta. Oigo la voz de Randy seguida por una risita. Cubro el receptor, al menos eso creo, y grito—: ¡Estoy durmiendo! —¿Estás en casa? ¿Quién está contigo? —Estoy en la casa de Lance. Después de una inhalación aguda, pregunta—: ¿Permanecerás allí durante la noche? —Natasha vendrá en la mañana. —¿Quién? —Nuestra entrenadora. Estamos utilizando la piscina para ejercicios pliométricos. —Ya no sueno como que arrastro mucho las palabras ahora, así que puedo dejarla salir sin arruinarla—. Además, mi coche se encuentra aquí, y estoy siendo responsable por no conducir. 16 —¿Hay chicas allí ahora? —Lance invitó a algunas amigas. Estoy en la cama. —¿Cuántas amigas? —Algunas. —¿Alguna de ellas son tus amigas? —No, bebé. La única amiga que tengo en este momento es mi mano izquierda. Sigue un largo silencio. —¿Sunny? ¿Sigues ahí? —Estoy aquí. Sin embargo, debo irme. Es tarde. Tengo que enseñar yoga a primera hora en la mañana. —¿Segura que no quieres hablarme de ese sueño que tenías? Eso hace que suelte una sonrisa a medias. —Eres imposible. Deberías cerrar tu puerta. Buenas noches, Miller. Mi teléfono muere antes de que pueda responderle. No tengo un cargador a mano, y estoy demasiado cansado para ponerme la ropa de nuevo y buscar uno. En su lugar, cierro los ojos e imagino a Sunny en su bikini; esa es la menor cantidad de ropa con la que la he visto, y agarro mi polla algo dura. No tengo suficiente coordinación, poder en el cerebro o energía para mantener la imagen en mi cabeza y masturbarme, así que mantengo mi agarre con una mano y mi teléfono muerto en la otra. Luego jodidamente me desmayo. 17 Cara de polla Traducido por Adriana Corregido por Mel Wentworth Me duele la cabeza, y mi boca sabe a trasero. Intento no moverme, pero puedo escuchar la horrible música viniendo de alguna parte desde afuera de mi habitación, y está arruinando mi sueño. Abro un ojo y hago una mueca ante la brillantez que pasa a través de las cortinas. La primera cosa que noto es que no estoy en mi propia cama. Me toma un momento recordar que estoy en la casa de Lance. Tengo un muy vago recuerdo de un viaje en limusina y estar acostado en el piso de la sala de estar. Recuerdo un condón y un castor depilado y entro en pánico. El otro lado de la cama tamaño queen está vacía, así que tomo eso como una buena señal. Mi intenso caso de erección mañanera y mis bolas adoloridas también son unos sólidos indicadores de que no puse mi polla en ninguna parte donde no debía haberla puesto. Unos pocos meses atrás, la almohada sin usar habría sido ocupada por una muy satisfecha, muy bien usada conejita. Solía ser un perro. Probablemente todavía califico como uno, pero estoy trabajando en convertirme en un hombre reformado. No es tan fácil. Las mujeres quieren cabalgar mi polla todo el tiempo. No traer linduras a casa es como pasar por McDonald’s durante el campamento de entrenamiento: sabes que no puedes tenerlo porque no es parte del plan de alimentación, así que lo quieres aún más. En lugar de sexo, Sunny y yo nos mandamos mensajes de texto o hacemos video chats. Me gustan más esos, especialmente cuando es tarde por la noche. Ella pasa el rato en su cama, y yo puedo deleitarme mirándola mientras hablamos. Eventualmente, espero que nos graduemos más allá de la conversación a sexo por Skype. Ni siquiera hemos tenido sexo de verdad todavía, así que de ninguna maldita manera le voy a pedir tener sexo no real conmigo por medio de un video chat. Necesito pasar de la tercera base y todo el camino hacia home run primero. Hasta entonces, seguiré con las sesiones de pajas después de comérmela con los ojos por Skype. 18 Es frustrante, a pesar de que me gusta que no sea una zorra como las conejitas a las que me hallaba acostumbrado. Todo esto significa que mi polla ha estado sin uso durante los últimos meses. Nos hemos manoseado y besuqueado un poco, y ha tenido su mano en mis pantalones y viceversa, pero eso es todo. Es extraño. Nunca he tenido no sexo en la primera “cita”. Antes de Sunny, si necesitaba compañía, todo lo que tenía que hacer era sacar mi lista de contactos, ir hacia mis linduras, llamar a una, y esperar. Generalmente dicha dulzura llegaría entre media hora; las que usan demasiado maquillaje se toman más tiempo. Es casi como ordenar pizza. No importaría si sólo llegaba a casa de un entrenamiento o una práctica. Ni siquiera tenía que bañarme. Podía estar sudoroso y asqueroso, o comerme una condenada cabeza de ajo cruda, y ellas todavía vendrían y rebotarían en mi polla. Ahora que estoy intentando que Sunny sea mi novia, esa no es una opción, así que estoy atascado con mi mano. En teoría, si puedo estar sin comer alitas por unos pocos meses, debería ser capaz de estar sin sexo. Es mucho más duro en la práctica. Me quedo acostado en la cama que no es mía, intentando recordar el final de la noche. Tengo un presentimiento de que puede que haya llamado a Sunny borracho. Espero que no respondiera el teléfono. Reposiciono la almohada sobre mi cabeza para ahogar la mala música. Me estoy quedando dormido cuando alguien toca la puerta. — Natasha va a estar aquí en veinte minutos. Saca tu trasero de la cama, Butterson —grita Randy. Echo un vistazo desde debajo de la almohada y miro los números en el reloj, queriendo que dejen de moverse para poder leerlos. Son pasadas las nueve. La alarma de mi teléfono debió haber sonado hace media hora atrás. Generalmente presiono el botón de posponer un mínimo de cuatro veces todas las mañanas. Odio despertarme casi tanto como odio el pipi olor a espárragos. Y la música pop. Uno pocos minutos más tarde hay otro toque en mi puerta. — ¿Buck? Es una voz femenina esta vez. Es vagamente familiar. La ignoro. Otro toque. —Randy me dijo que necesitabas levantarte. Todavía no contesto. Hay susurros y risitas en el otro lado, seguido por el sonido de la manilla girándose. Está sin seguro. Estoy fuera de la cama en un segundo, golpeando mi hombro contra la puerta para mantenerla cerrada. Estoy desnudo. Con una madera mañanera. Y mi cabeza duele demasiado. Me deslizo hacia el suelo, presionando los talones de mis manos contra mis ojos. —Estoy despierto. Estaré abajo, como, en diez minutos. 19 Más risitas siguen y luego pasos mientras se mueven por el pasillo, gritando—: ¡Dice que está despierto!Todavía estoy sentado en el piso con la cabeza en mis manos durante varios minutos más tarde, cuando Randy llega tocando. —Si no estás allá abajo en ocho minutos, Natasha hará que hagas ejercicios suicidas. —Me gustaría verla intentarlo. Natasha ha sido mi entrenadora desde que me transfirieron de Miami a Chicago. Es rigurosa, pero increíble. Algunas veces la odio por eso. Las amenazas son suficientes como para hacerme levantar el trasero del suelo. Sin embargo, giro el seguro en caso de que alguien más decida que quiere entrar en la habitación. Reviso la mesita de noche en busca de mi celular, pero no está allí. No está en el suelo tampoco, así que paso la mano por el edredón para ver si accidentalmente lo traje a la cama conmigo. Lo encuentro debajo de la almohada. Lo llevo hacia al baño conmigo, presionando el botón así puedo ingresar la contraseña y revisar mis mensajes, pero la pantalla permanece en blanco. Mi batería debió haber muerto. Lo coloco en la parte de atrás del inodoro y levanto la tapa del asiento. Estoy duro, así que es casi imposible orinar. Si mi teléfono no estuviera muerto, sacaría una foto de Sunny y me encargaría de mi problema de esa manera. En cambio, tengo que usar mi imaginación. Esta mañana apesta peor de lo normal. Ya que no la he visto desnuda todavía, tengo que juntar imágenes de ella, en su mayoría inventarla desnuda en su bikini e imaginar cómo lucirían sus senos. Eventualmente me doy por vencido y tomo una de las revistas basuras del montón en el suelo y la abro. Aterriza en una sexy rubia con senos falsos. Esa servirá. Cuando estoy a punto de venirme, sujeto mi mano en la pared y dejo que mis canillas descansen contra el asiento del inodoro. Mis rodillas se desploman al final, y me falla la puntería, así que golpeo la parte de atrás de la tapa del inodoro. Toda la unidad tiembla con mi peso, y mi teléfono se mueve hacia delante. Soy muy lento como para atraparlo. Rebota fuera del asiento, y en lugar de aterrizar en el suelo, cae directamente en la taza. —¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! —Extiendo mi mano y lo agarro, sin importarme que estoy metiendo mi mano en el agua del inodoro y mi propia eyaculación. Sacudiéndolo, tomo la toalla más cercana y lo seco para limpiarlo. La batería ya estaba muerta, así que no tengo idea si lo he arruinado o no. Y por supuesto, ahí es cuando hay otro jodido toque en mi puerta. Camino hacia la habitación, sosteniendo el teléfono potencialmente arruinado en una toalla de mano. Abro la puerta de un tirón. —Amigo, ¿estás…? —Randy se detiene a mitad de la oración. 20 Hay una chica detrás de él. Luce vagamente familiar. Está usando el maquillaje de anoche y usando una camiseta de Randy demasiado grande, y posiblemente nada más. Sus ojos aterrizan debajo de mi cintura. —¡Ay, Dios mío! Estoy desnudo y todavía medio-duro después de mi sesión de masturbación. Me cubro la polla con la toalla de mano. Randy coloca una mano para cubrirle los ojos. Intenta alejarla para fisgonear, pero Randy tiene grandes manos, y es mucho más fuerte, incluso si está con una resaca de mierda. Ella señala en mi dirección a pesar de que no puede verme. — Tienes algo en tu… —Nena, ¿por qué no vas abajo y ves lo que las chicas están haciendo? —Pero… —Yo me encargo. —Le susurra algo al oído. Una de sus manos se desliza por debajo de la camisa. Aparto la mirada, porque no quiero ver tanto de ella como ha visto de mí. Se echa a reír y sale disparada por el pasillo, gritando—: ¡Vi la polla de Buck, y es enorme! —¿Es en serio, hombre? —Como si necesitara esta mierda. —Tú eres el que abres la puerta de esta manera. —Señala mi falta de vestimenta—. El mundo no es tu casillero, Miller. —¡Mi jodido teléfono cayó en el inodoro! —Le muestro la toalla de mano con mi teléfono todavía envuelto en ella. —¿Revisando Facebook en el cagadero de nuevo? —Ríete, imbécil. Todos mis contactos están allí. —¿Funciona? —La batería murió, así que no tengo idea. —Me lanza un bañador. —Ponte eso y tráelo abajo. Conseguiré una bolsa de arroz. —¿Qué demonios va hacer el arroz por mi teléfono? —Cálmate, amigo. Se supone que lo seca o algo así. Lo cargaremos y lo colocaremos en arroz. Con suerte, estará funcionando en un par de horas. Me coloco el traje, acomodo mi polla desinflada, y lo sigo hacia las escaleras. Randy no se ve casi tan maltratado por la vida como me siento yo esta mañana. Dos chicas, la que anunció el tamaño de mi polla a toda la casa, la llamaremos Gritadora de Polla, y otra que vagamente reconozco de anoche, están sentadas en la barra de desayuno con cafés. Otra holgazanea en el sofá de la sala de estar, tecleando en su teléfono. Las 21 chicas en la barra de desayunar me miran fijamente, luego bajan la mirada hacia sus tazas, sus hombros temblando de la risa. —¿Mostrando tus joyas de nuevo, eh, Miller? —dice Natasha, nuestra entrenadora, desde el otro lado de la cocina, enfocada en la fruta que está lanzando en la licuadora. Parece como si estuviera de buen humor, lo cual significa que nuestro entrenamiento va a ser extra doloroso hoy. —No a propósito. Tiene una mano en la cima de la licuadora y un dedo posicionado sobre el botón. Alza la mirada cuando presiona el botón de encendido. No tengo tiempo para cubrirme las orejas antes de que licue. Es como si una bomba estallara en mi cabeza. Los ojos de Natasha se agrandan por la sorpresa, y suelta una risotada, cayéndose al suelo. Estoy agradecido de que la licuadora deja de chirriar. La habitación está llena de risitas. —¿Qué mierda? ¿Todo el mundo está drogado? —Dijiste que te ibas a encargar de ello —le dice la Gritadora de Polla a Randy. Se encoje de hombros. —¿Encargarse de qué? —Estoy completamente confundido. La Gritadora de Polla sacude la cabeza y rueda los ojos. —Ve a verte en el espejo. Dejo caer el teléfono en la encimera y entro en el baño más cercano. En mi frente, con marcador negro, está una gran polla eyaculando. Incluso tiene vellos en las bolas. —¿Quién hizo esto? —No fui yo —grita Randy—. Ni siquiera puedo dibujar muñecos de palo. Echo una mano llena de jabón en mi palma y lo froto en mi frente, pero la tinta no se remueve. Salgo pisoteando del baño y grito—: ¡Prepárate para que te patee el trasero, Lance! ¡Si alguien tomó fotos voy a patearte en las bolas, puto hijo del hockey! Dos chicas en la esquina se ven como si estuvieran intentando decidir si deberían reírse o correr. Natasha todavía está en el suelo, y Randy tiene su mano encima de su boca. Lance abre la puerta corrediza que da hacia el patio y la piscina. — Eventualmente se quitará. —Tengo un jodido vuelo esta noche. No me van a dejar entrar en Canadá con una polla en mi frente. —¿Eso es esta noche? —pregunta Lance. —Sí, hombre. Ya te lo dije. —Al menos asumí que lo hice. 22 Natasha deja de reírse el tiempo suficiente como para preguntar— : ¿Vas a ver a Sunny? —¡No si no me puedo quitar esto! —Señalo la polla en mi frente. —¿Quién es Sunny? —pregunta la Gritadora de Polla. —La novia de Miller —dice Randy. —Pensé que su nombre era Buck. —Es un sobrenombre —respondo—. ¿Qué es esto? ¿Marcador permanente? ¿Cómo me saco esto? —Con limpiador de maquillaje podría funcionar —dice la del sofá. —¿Alguna de ustedes, chicas, tiene un poco de eso a la mano? Las dos en la barra de desayuno niegan con la cabeza. La callada en el sofá echa un vistazo. —¡Oh! ¡Tengo gel antibacterial! —Salta y sale corriendo. Un minuto más tarde regresa con tres pequeños frascos y palmea un taburete. Tomo asiento. Vierte un poco en su palma; huele a frutas. —¿Estás segura de que esto funcionará? —Vale la pena intentarlo. —Agarra una servilleta y la unta con el gel antibacterial—. Tiene alcohol. —Comienza a trabajar en mi frente—. Vaya, esta cosa es difícil de quitar. —Usa un pegote másgrande, y esta vez va hacia mis ojos. Arde como loco. —¡Ay! ¡Lo siento! Quizás será mejor si te acuestas. —Cuando termines de quitarte la polla, bebe esto y ven afuera. — Natasha coloca un vaso en la encimera, junto con dos analgésicos, y sale de la cocina. Randy lleva a Gritadora de Polla y a la otra en la barra de desayunar afuera con Natasha. Natasha está acostumbrada a esta mierda, incluyendo llegar cuando todavía hay sobras de la noche anterior vagando por la casa. La casa de soltero de Lance es una puerta giratoria de chicas y fiestas. Me acuesto en el suelo, a pesar de que el sofá está a menos de unos metros de distancia, y la chica callada se sienta a mi lado, cruzando las piernas. —Siento que, si vas a quitarme una polla de mi frente, debería saber tu nombre. Su risa es silenciada por sus labios presionados. —Soy Poppy. Lance es un verdadero bromista. —Síp. Así es él. Gracias por encargarte de la polla en mi cabeza. —No hay problema. —Frota un poco de pegajoso gel antibacterial en mi piel—. Kristi ha estado siguiendo su carrera desde que lo transfirieron. —¿Quién? 23 —La chica con la que estuvo anoche. —¿La que no llevaba ropa interior? —No voy a ser el que le diga que Lance pasa por las chicas como una prostituta pasa por clientes. —Esa es Kristi. Y no dormí con Lance cuando terminó. —Ah… —Lo siento. No sé por qué te dije eso. —Vierte un poco de gel antibacterial directamente en mi frente. No puedo ver su rostro, pero suena avergonzada. —Lance es divertido. No está interesado en una relación, ¿lo sabes? —Oh, lo sé. Fui a la secundaria con él; luego nos mudamos por unos pocos años. Solía molestarme todo el tiempo. De todas maneras, éramos niños. Él es diferente ahora. Pero, por otro lado, yo también, supongo. Sólo he conocido a Lance desde que fui transferido, así que no sé cómo era antes de que llegara a la NHL. Es un bastardo arrogante en los mejores casos ahora. —¿Sabe que se conocen? —No creo que siquiera me recuerde. Sería mejor si no le dijeras. Ustedes son buenos amigos, ¿cierto? No puedo decidir si es una acosadora, una admiradora o algo más. Tiene esta mirada en su rostro, parecida a la que pongo cuando no tengo permitido pedir alitas de pollo. Le doy un vago asentimiento en respuesta. —Ahora me vas a decir por qué no quieres que sepa que ustedes se conocen. —De ninguna manera. —Limpia mi frente más agresivamente—. Esto está aferrado realmente bien. —Voy a patear a Lance en la polla. —Es un gran dibujo. —Entonces, ¿cuál es la historia con él? —Nada. Es estúpido. —¿Fue, como, tu primer flechazo o algo así? ¿Quisiste que se tomaran de la mano y esa mierda? Toma un descanso de restregar mi piel, y uso la oportunidad para mirarla. Su cara está completamente roja, y su labio está entre sus dientes. Es linda, quizás incluso hermosa bajo el maquillaje de un día. Es exactamente como sería el tipo de Lance si se tomara un tiempo fuera de follar a todo el mundo con un coño: bajita con cabello rubio rojizo, pecas y suaves curvas. —¡Lo fue! Santa mierda. —No puedo creer que tenga razón—. ¿Cómo es que no te recuerda? —No fue de esa manera. Y eso fue diez años atrás. Se encontraba dos grados más arriba. Tengo una hermana mayor. Me auto invité a una 24 fiesta de secundaria y allí había, como, ese juego, ¿sabes? ¿Siete minutos en el Cielo o como sea que se llame? —Entierra su rostro en sus manos— . Oh, Dios mío. Esto es tan vergonzoso. Me voy a callar ahora. Me incorporo, totalmente interesado. Esto es como una de esas horribles comedias adolescentes, pero real. Me encanta esa mierda. — ¿Lo follaste? Deja caer sus manos. —¡Tenía doce años! —Cierto. Eso sería un poco puta, ¿cierto? Me golpea en el hombro. —¿Entonces te manoseó? —¡No! —¿De verdad? Habría dado mi bola derecha por manosear a una chica cuando tenía esa edad. No pude poner mis manos en un par de senos desnudos hasta que tuve dieciséis. —¿En serio? —Es verdad. —Hago un puño y golpeo mi corazón dos veces. —Vaya. Bueno, supongo que lo has compensado, ¿no es así? —Sí. Probablemente más de lo que necesitaba. Empuja mi hombro, y me acuesto en el suelo para que pueda terminar de quitar la estúpida polla. —Entonces, ¿te llaman Buck2 porque caminas desnudo todo el tiempo? —pregunta. —Nop. Tenía malos dientes cuando era niño. —Oh. Eso es cruel. —Los niños son idiotas. El sobrenombre se quedó, y después de un tiempo ya no me importó más. Mis dientes están perfectos ahora, pero ninguno de los frontales son de verdad. —¿Qué sucedió? —Recibí un disco en la cara jugando hockey callejero. Aspira una bocanada de aire. —Eso debió haber dolido. —Un montón de cosas duelen. Iban a ponerme aparatos, pero luego no tuvieron que hacerlo. Me colocaron estos implantes de titanio en su lugar. Te dan buena droga cuando te colocan estos desgraciados. De todas formas, el accidente arregló mis dientes al final, así que supongo que el dolor valió la pena. 2 Buck: una persona salvaje y loca. También significa conejo, por eso la referencia de los dientes. 25 —Eso es un montón de dolor por una linda sonrisa. Espero que uses un protector ahora. —Me limpia la frente una última vez—. Bien. Parece que estás libre de polla. Me siento. —Gracias por encargarte de eso. —No hay problema. Me pongo de pie y extiendo la mano para ayudarla a levantarse. —Eres bastante diferente de lo que pensé que serías. —¿Eso es bueno o malo? Me sonríe. —Es bueno. Eres agradable. Lance grita para que vaya afuera. Cuando Poppy no hace un movimiento para seguirme, me detengo. —¿No vienes? —Necesito usar el baño, lavar todas estas cosas de mis manos. Huelo como a ensalada de fruta. —De acuerdo. Te veo en un rato. —Tomo el batido que Natasha hizo, la bolsa de arroz con mi teléfono y el cargador y voy afuera, donde Lance y Randy ya están en la piscina. Conecto el teléfono cerca de la parrilla, verifico si está funcionando, no lo está, y me tomo el batido. Lance se ve como si está teniendo problemas en mantenerse al día. Sin embargo, Randy parece estar haciéndolo bien. Entro de un salto, hundiendo mi cabeza y frotando mis manos por mi rostro para lavarme el residuo de gel antibacterial y el olor a fruta artificial. —Te tomó bastante tiempo —dice Lance a través de respiraciones pesadas. —No gracias a ti, cara de polla. —Cállense, los dos. —Natasha sopla su silbato. Odio esa cosa—. Miller, haz suicidas en la parte menos profunda. Quiero veinte. Lance sonríe y me hace una señal de aprobación con los pulgares hacia arriba. Natasha lo señala. —Tú también, Lance Romance. Al menos, no estoy solo en el infierno esta mañana. 26 Todas las linduras en la casa Traducido por Daniela Young Corregido por Jadasa Después de media hora, me doy cuenta de que Poppy, la chica que sacó la polla de mi frente, no ha salido. Tal vez volvió a dormirse. No tengo tiempo para hacer preguntas; Natasha está enfurecida. Definitivamente se enojó con Lance, quien es el menos motivado de los tres. Sigue distraído por Muestra Castor, la chica que se tiró anoche. Él debe haber tenido un par de bikinis regados por la casa, porque ella está usando uno diminuto de color blanco que apenas le cubre algo Gritona de Polla está usando un sujetador rosa y pantaletas amarillas. Trato de no mirar a ninguna y me concentro en los ejercicios. Los ejercicios pliométricos son intensos en suelo seco; en agua y con resaca, son básicamente una tortura. Estamos en la tercera ronda de cardio cuando suena el timbre. Observo a Lance, quien está sentado en la esquina de la piscina, sin hacer lo que se supone que debe hacer. —¿Quién es? —Invite a algunas personas. —Codea suavemente a Muestra Castor y le pide que deje entrar a quienquiera que sea. Lance no invita a “algunas” personas. Noes su habitual forma de actuar a menos que sea para follar a una conejita, como anoche. Es sorprendente que estas chicas sigan aquí. Usualmente, a primera hora de la mañana, les llama un taxi y las despide. Muestra Castor debe haber sido muy divertida. —¿Dónde está tu amiga? —Le pregunto a Gritona de Polla. Levanta la vista de su teléfono y me mira raro. —Fue a abrir la puerta. —No. La otra. —Señalo mi frente. —La removedora de pollas. —¡Oh! ¿Poppy? No se sentía bien. Tomó un taxi a casa. —Y regresa a mirar su teléfono. Esta chica suena realmente como una amiga de mierda. 27 Natasha ya ha salido de la piscina, y está empacando sus cosas. Estoy seguro de que aún no terminamos, pero está claro que se ha rendido. Muestra Castor regresa con un par de chicos de mi equipo y algunas chicas que nunca he visto en mi vida, lo cual es bueno. Levanto una mano como saludo, luego agarro las pesas y bandas que no llegamos a usar. Lance se para, no para ayudar, sino para saludar a sus invitados. —Lo siento por lo de hoy. —Doblo todo como a Natasha le gusta y se lo entrego así puede guardarlo en su bolsa de lona. —Estuviste bien; los otros dos fueron el problema. No creo que funcionen bien estas sesiones en casa. —Hubiera funcionado si Lance se hubiera deshecho de las conejitas. Lance vive en las afueras de la ciudad en una enorme pieza de propiedad en una casa gigantesca. Tiene una sala de pesas completa y una pista en su patio trasero. Su piscina es genial. Y la bañera de hidromasaje es lo mejor después de un intenso entrenamiento. No la usaré hoy, ya que no tengo idea de lo que pasó ahí la noche anterior. Empezamos a programar las sesiones de entrenamiento aquí cuando el clima se puso cálido. De esa manera, no tendría que lidiar con todas las conejitas en el gimnasio. Desafortunadamente, Lance comenzó a traerlas aquí, a su casa. —Sí, bueno, no lo hizo, así que he terminado. —Natasha agarra su bolsa. —Lo lamento por él, ya sabes cómo se pone. Niega con la cabeza. Por alguna extraña razón, siento que hay algo más pasando entre ella y Lance de lo que me doy cuenta. Ha sido su entrenadora por dos años, así que sabe lo idiota que puede ser. Seducir chicas es una compulsión para él, y sé que Natasha no es una excepción. Se entiende. Está en buena forma, hasta yo puedo admitir que es sexy; lo cual haría que ella me pateara el trasero. Tiene que haber una línea de chicos queriendo tocar eso, Lance incluido. No creo sea el tipo de chica que caería por su mierda. Aunque nunca se sabe. La gente hace un montón de estupideces cuando el sexo está en ecuación. —Te vas por un par de semanas después de esto, ¿cierto? —me pregunta. —Sí, viajo a Toronto esta noche. Creo que mi vuelo es a las nueve o algo así. —Debería revisar eso cuando mi teléfono funcione de nuevo. Sus ojos se iluminan. —¿Emocionado por ver a Sunny? —¿Por qué estás tan interesada en mi vida sexual? Natasha se ríe. —Es tu falta de vida sexual en la que estoy interesada. ¿Se sigue resistiendo? Natasha sabe más de mi vida personal que la mayoría de gente. Me ha visto ir de conejita en conejita desde que me mude aquí y luego luchar 28 los últimos tres meses, sin obtener nada a cambio, mientras espero a que Sunny entre en razón. Cuando no respondo, me da una sonrisa cómplice. —Así que después de visitar a Sunny, irás a esa cosa del campamento, ¿Cierto? —Sí. Randy se reunirá conmigo en Toronto, y viajaremos juntos por carretera. —Se divertirán. No es el usual campamento de hockey, ¿o sí? —Quise cambiarlo este año, y está cerca de Sunny. —El que haya conseguido que Randy accediera a ir fue un gran logro. Le vendí toda “la experiencia de campamento” que solíamos tener cuando éramos niños. Además, tiene algunos amigos allí al haber jugado para Toronto durante su primer año. —Astuto. ¿Regresarás después de eso? ¿O tienes más cosas planeadas? —Tengo ideas para otro proyecto, pero es local, y voy a necesitar la ayuda de Vi. —Hablando de eso, ¿cómo está Violet? —Irritante. —Siendo la entrenadora del equipo, Natasha la ha visto un par de veces. —Es increíble que lidie contigo. —No sé de qué me hablas. Soy asombroso. —Le doy una sonrisa picarona. —Vi está bien. Ella y Waters se comprometieron. —Eso escuché. No suenas muy feliz por eso. —Lo que sea. Es decir, no han estado juntos mucho tiempo. Como, ¿seis meses? Se siente muy repentino, ¿sabes? —A veces cuando lo sabes, lo sabes. La primera vez que conocí a Sunny, supe que no era como las chicas con las que solía pasar mis noches. O mis mañanas. Aunque no creo que Natasha se refiera a eso. —Supongo. Es una chica grande, y puede tomar sus propias decisiones, pero si él vuelve a joderla, le romperé la cara. —Estoy segura de que haría lo mismo si lastimas a Sunny. —Cierto. Eso no va a pasar. Saco mi teléfono de la bolsa de arroz en la que Randy (o una de las chicas, lo cual es más que seguro) lo puso. Ha estado conectado todo este tiempo, pero aun no tengo nada excepto una pantalla en blanco. Natasha me manda un mensaje con algunas fechas de sesiones que tendré que revisar en casa, antes de irme al aeropuerto. Quiero llamar a Sunny y ponerme en contacto, pero nunca he sido bueno memorizando números, así que no me sé el suyo de memoria. De todas formas, es un día de semana, así que probablemente esté enseñando yoga o trabajando como voluntaria en un refugio de animales. 29 Natasha me da un abrazo y agita una mano hacia Randy, quien está flotando sobre su espalda en la piscina. Bueno, la mitad superior de su cuerpo lo está, gracias a la barra flotante, pero sus piernas están hundiéndose. Ella ni siquiera trata de mirar a Lance mientras pasa por su lado para marcharse a través de la casa, y está demasiado ocupado socializando como para notarlo. Meto mi teléfono de nuevo en la bolsa de arroz. Tendré que revisarlo de nuevo más tarde. No estoy seguro de cuánto tiempo tiene que secarse antes de que empiece a funcionar. Si en un par de horas sigo teniendo problemas, tendré que ir hasta la tienda de teléfonos. No me gusta no tener acceso a las personas cuando lo necesito. Espero que este campamento no sea tan remoto que no pueda tener señal. Eso joderá las cosas para mí. Confío en enviarle mensajes diarios a Sunny para que sepa que está en mi mente. De repente hay un cambio de música. Pasamos de rock, lo cual es nuestra forma de trabajar, a alguna basura pop dance. Lance mira alrededor del patio. —¿Dónde está Tash? —Se fue. —¿Qué? ¿Cuándo? —Hace un minuto. Salta y trota a través del concreto, frunciendo el ceño. Me pregunto cuál es el problema. A veces siento que todo el coqueteo que Natasha aguanta de Lance no es solo él siendo él. Que Lance la seduzca sería realmente jodido, ya que ella sabe exactamente con qué frecuencia deja que las conejitas coman su zanahoria. Randy nada hacia el borde de la piscina, y sale. —¿Qué fue eso? —No estoy seguro —digo, porque no lo estoy, y voy a mantener mi hipótesis para mí mismo. El timbre de Lance suena, y al igual que el perro de Pavlov, Randy va corriendo. Vuelve a los pocos minutos, cargando en su espalda a una de las chicas que acaban de llegar. Las otras tres están prácticamente tropezando sobre sí mismas por lograr estar a su lado. Hace un par de meses, cuando Vi y Waters estuvieron separados porque él, fue y sostengo que lo sigue siendo, un enorme idiota; le sugerí ir a una cita con Randy. A pesar de que es mi amigo, me alegro de que nunca sucediera. Reconozco a un par de estas chicas. Espero que mi pene no haya estado dentro de cualquiera de sus agujeros. Aunque hay una buena oportunidad de que lo haya estado. Randy no pierde el tiempo. Comienza a correr hacia el agua con la chica sobre su espalda. Sus ojos se abren como platos cuando se da cuenta de lo que va a hacer, y comienza a gritar y patalear. Élsujeta fuertemente sus piernas, por lo que no tiene una oportunidad en el infierno de librarse de esto. Le muerde el hombro cuando salta. Sonrío ante su horror absoluto. 30 Gritona de Polla tropieza con Muestra Coño, dirigiéndose a la casa. Las chicas nuevas lo notan y susurran entre sí. Es demasiado drama, demasiado temprano. No esperaba hoy a las conejitas, a pesar de que probablemente debería haberlo hecho. Lance no hace muy a menudo lo de relajarse. Por lo general, cuando Natasha viene, se queda un rato después del entrenamiento. Hacemos una barbacoa y nadamos, luego se va y planeamos nuestra noche. Lance siempre la acompaña a la puerta. Me imaginé que era educado o lo que sea, pero ahora no estoy tan seguro. —Esto debe ser una tortura —dice Lance a mi lado. Lo miro de reojo. Mientras me ocupaba explorando la escena, debe haber regresado afuera. —¿Qué quieres decir? —Bebo todo lo que queda de mi botella de agua. —Todas las chicas. —No es gran cosa. —Honestamente, pensé que sería mucho más difícil de lo que es. Aunque las conejitas son condenadamente difíciles de evitar, especialmente con amigos como Lance que llevan a cabo fiestas todo el tiempo. Cambio de tema. —¿Encontraste a Natasha? —Nah. Ya se había ido cuando entré. —Un tic debajo del ojo es el único signo de que he dado en el clavo—. Ya sabes, si desaparecieras con una de las conejitas por un tiempo, nadie diría nada. Me quito las gafas de sol y lo encaro con una mirada fría. —Mis bolas podrían estar tan jodidamente azules que parecería que fueron agarradas por un pitufo, y aun así no le haría eso a Sunny. Levanta sus manos en el aire. —Lo siento, hombre. No quise molestarte. Me imaginé... no lo sé. No puede ser fácil. Está en Canadá, y tú aquí. Las relaciones a larga distancia no funcionan realmente, ¿sabes? Dejo caer mis gafas de sol en su lugar. No quiero pensar en que lo nuestro no funcione, lo cual es una posibilidad real. No sé las estadísticas sobre las relaciones a larga distancia, pero estoy adivinando que no son muy buenas. Siendo realistas, si mi relación con Sunny va a ser a largo plazo, uno de nosotros tendrá que reubicarse. Puesto que mi trabajo siempre está sujeto a cambios, eso significaría que Sunny iría adónde voy, y necesitaría un trabajo que fuera fácil de hacer en cualquier lugar. Es algo en lo que ya he pensado antes, lo cual dice más de lo que estoy dispuesto a admitir acerca de lo que siento por ella. Atrapo una de las sillas de jardín flotantes y la echo al agua, saltando tras ella. Esta no es una conversación que quiera tener con Lance, no antes de ver a Sunny. A veces siento que todo esto se encuentra destinado a ser un fracaso desde el principio. 31 Debo de haberme quedado dormido en mi silla flotante; ya que de repente, estoy jodidamente despierto, y tengo que ir a orinar. Salir significaría lidiar con las conejitas. Nado hasta el borde y me impulso hacia afuera. En lugar de pasar a unas veinte de ellas para entrar en la casa, se han multiplicado mientras dormía la siesta, me dirijo a la casa de baño de la piscina. No hay nadie más aquí, gracias a Dios. Accidentalmente, me he topado con personas haciéndolo en más de una ocasión. Cuando salgo del cuarto de baño, una chica de aspecto familiar está esperando fuera de la puerta. —¡Buck! —Envuelve sus brazos alrededor de mi cuello. —Hola. —Le doy una palmadita en la espalda, plenamente consciente de que está usando nada más que un diminuto bikini de cuerdas, y no hay absolutamente ninguna parte trasera a la cosa. Puedo sentir sus tetas contra mi estómago. Hay demasiada piel. Mi polla quiere reaccionar. Pienso en gatitos muertos y animales atropellados en la carretera para impedir que se forme una erección. Eventualmente, me suelta y da un paso atrás. No es suficiente. Sigue demasiado cerca. Mantengo mis ojos en su cara y trato de no ver su escote. Me rompo el cerebro intentando recordar su nombre, algo más allá del habitual “Lindura” al que estoy acostumbrado. No tengo nada. —Ha pasado un tiempo —dice—. No te he visto en los bares. ¿Estás pasándola en un lugar nuevo estos días? —Su desesperación no es atractiva. —No he estado saliendo mucho. Resalta una cadera y hace pucheros. Sus labios son rojos como cerezas, o sangre, o el escroto de Satanás. —Que mal. Creo que algunas de nosotras vamos al club mañana por la noche. Deberías venir. —Saldré de la ciudad. Quizás en otro momento. —Salgo de su camino así puede entrar al baño—. Debería, eh... darte un poco de privacidad. El ventilador no funciona allí. Es algo estúpido de decir, pero me da igual. Necesito alejarme de esta chica casi desnuda con la que, evidentemente, tengo una breve historia. La dejo hacer lo suyo y regreso a la piscina. No está mejor. Unas pocas chicas han conseguido entrar en el agua. Dos de ellas están pegadas a Randy, sus cabellos recogidos en una cola de caballo. Más están perdiendo sus camisas y pantalones cortos, así que es piel, piel y más piel. Una chica me entrega una cerveza, y la tomo, ya que es algo educado de hacer. Sin ganas de volver a la piscina con todas las chicas medio desnudas allí, me dejo caer en una de las sillas en el patio. —¡Oh Dios mío! ¡Tú eres Buck Butterson! Pero tu verdadero nombre es Miller, ¿verdad? 32 Una morena curvilínea está de pie justo en frente de mí, y su amiga, una rubia delgada, se ve horrorizada. Me sorprende que conozca mi verdadero nombre. —Lo siento. No quiero sonar… Dios, no puedo… Eres increíble. Te amo. Quiero decir, eres un jugador impresionante. ¡Chicago ganó después de que fueras intercambiado! Y eso fue muy deshonesto por parte de Miami. No hiciste absolutamente nada mal. Los medios de comunicación pueden irse a la mierda. De todos modos, estuviste increíble durante las finales. Lo siento mucho. No creo que pueda detenerme. Sonrío. Es una verdadera fan, del tipo que realmente se emociona con el juego, y no solo con mi polla. —No hay problema. —Extiendo mi mano. La agarra y aprieta, sacudiéndola más de lo necesario. — Jessabelle. —Sus mejillas se tornan de un vibrante color rojo—. Pero mis amigos me llaman Jellie. —¿Al igual que la mantequilla de maní y jalea3? —Pero con “ie” al final. ¿Eso es raro? Probablemente lo es. ¿Está bien que te llame Miller? Sé que siempre usas Buck, pero si no te molesta… —No me molesta. Eres genial. Date un respiro. —Guau. Excelente. Impresionante. Eres tan rubio. Eres como un muñeco Ken en tamaño real, pero tu cabello no es plástico. ¿Quién es la chica que siempre publica cosas acerca de ti siendo un yeti? —Mira mis brazos—. No tienes tanto vello corporal. Maldita Vi y sus comentarios en Facebook. —Solo me convierto cuando hay luna yeti. —Cuando todo lo que consigo es una mirada en blanco, digo—: Mi hermana piensa que es hilarante publicar esas estupideces. Asiente como si entendiera. —Es divertida, ¿verdad? ¿Crees que podría sacarme una foto contigo? —Sí. Claro. —No considero su atuendo, está usando un par de pantalones cortos y la parte superior del bikini que apenas cubre sus pezones, o que sólo estoy usando un par de pantalones cortos de natación. Saca su teléfono del bolsillo trasero y se lo entrega a su amiga. Luego se deja caer en mi regazo y se envuelve alrededor mío. Antes de que pueda detenerla, la amiga de Jellie comienza a sacar fotografías. —¡Oye! ¡Espera! —Levanto mis manos en el aire, así no estoy tocándola en ninguna parte. Bueno, excepto donde me toca con toda su piel desnuda, que es un montón de lugares—. No puedes publicar esas. 3 Jalea es español para Jelly. 33 Su amiga deja de sacar fotos y, una vez más, parece que está por enterrarse en el cemento. Saco a Jellie de encima, tocando tan poco de ella como sea posible. —Tengo una novia. Mi regazo no es tu silla. —¡Oh! Oh,mierda. Pensé que era un rumor. Es decir, Dios. Nunca has tenido una novia, y pensé que quizás terminaron ya que en las últimas semanas no hubo fotografías de ustedes... —Se queda callada. —No terminamos. —¿Ni siquiera después de anoche? ¿Qué sabría ella sobre anoche? —Salí con los chicos. Tiene esta mirada extraña en su rostro. Niega con la cabeza. —Lo siento. Yo solo... eres un jugador impresionante. —Agarra el teléfono de su amiga y comienza a borrar las fotografías, o eso es lo que asumo que está haciendo. No quiero ser un idiota espeluznante y pararme por encima de su hombro para asegurarme de que elimine todas. —Es genial. Simplemente, no quiero problemas. ¿Sabes? —Por supuesto. Correcto. Claro. Dejo que su amiga saque otra, una imagen mucho menos problemática de nosotros de pie uno al lado del otro, con cierta torpeza, mientras sonreímos. —Bueno, si alguna vez rompen y buscas a alguien para hacerte sentir mejor, siempre puedes encontrarme en Facebook. Levanta su teléfono para que pueda ver su perfil. Su avatar es más que nada sus tetas. Debajo se muestra una imagen de ella sentada en el regazo de Lance. Hasta este punto me gustaba un poco, del tipo jugador a fan. Ahora, es solo otra conejita usándonos como sillas. 34 Mensajes de mierda, vigila tu culo Traducido por Ana Avila & Indra Corregido por Jadasa Veinte minutos más tarde, he abandonado la cerveza, y estoy bebiendo agua mineral, volteando hamburguesas en la parrilla. Este parece ser el lugar más seguro para pasar el rato, lejos de las conejitas yaciendo en la piscina, que están lo suficientemente borrachas como para dejar de proteger su cabello. Randy se acerca con mi teléfono. —Creo que necesitas revisar esto. —¿Está funcionando de nuevo? No servía hace una hora. Deja caer el móvil en mi palma. —Sí, hombre, lo encendí, y funciona bien. Tienes una tonelada de mensajes. Es posible que desees ver los detalles de tu vuelo, ya sabes, para asegurarte de que tienes la hora correcta. Esa fue probablemente la única cosa que olvidé hacer; encenderlo, pero me guardo eso para mí mismo porque no necesito verme como un idiota. Generalmente, cuento con Amber, mi Asistente Personal, para que envíe un millón de mensajes, la mayoría audios, y así no olvidar cosas importantes como vuelos, fechas y eventos. Pero dado que está lejos en algún viaje en el medio de la nada por las próximas dos semanas, no puedo contar con ella para que maneje mi vida, lo cual significa que tengo que hacerlo yo mismo. —Esa es una buena idea. —No me gusta la expresión de su rostro cuando le paso la espátula. Tecleo mi código; tiene razón acerca de los mensajes. Muchos de ellos son de Sunny. Algunos de Violet. Y hay mensajes de voz. Muchos. —Volveré en un rato. —Tómate tu tiempo. Tengo esto. Además, necesito un descanso de las conejitas. Es como temporada de apareamiento. Palmeo su espalda, pasando por la cocina, donde algunas de las conejitas están pasando el rato y me dirijo a las escaleras. Llego al dormitorio de invitados en el segundo piso y me encierro allí. Empiezo con los mensajes de voz. No tengo que leerlos, por lo que es más fácil lidiar con ellos. El primer mensaje es de Vi. Sostengo el 35 teléfono a treinta centímetros de distancia de mi oído, y todavía puedo escuchar sus gritos. Es gritona cuando está enojada. ¡Eres un maldito idiota! ¿Qué mierda es lo que te pasa? ¿Tienes alguna idea de la cantidad de mierda en la que te encuentras? Alex va a arrancarte los testículos, no es que importe ya que son del tamaño de las pasas, y tu polla solo se puede ver con un microscopio. Será mejor que me llames tan pronto como escuches esto. Estás jodido. Prepárate para la patada en el culo del siglo, ¡yeti bastardo! No tengo idea de por qué estoy en tantos problemas, pero imagino que mi mejor opción es escuchar algunos mensajes más antes de devolverle la llamada. La hora estampada en ese mensaje es de temprano esta mañana; las dos o las cinco. Estoy muy preocupado por lo que la hizo ponerse de esta manera como para procesar los números. El siguiente mensaje es de Sunny. Parece que es de hace una hora, si estoy en lo correcto sobre que son más de las dos de la tarde ahora. No puedo entender nada de lo dice porque es indescifrable. Las únicas palabras que capto son fotografías y conejitas. Mierda. Esto no puede ser bueno. Tiene que ser un malentendido. Dios sabe que he tenido suficiente de ello en los últimos meses. Parece que no puedo dejar de arruinar las cosas con ella, por mucho que lo intente. Ese ha sido el mayor obstáculo para el progreso con Sunny. La gente publica fotos todo el tiempo. A veces ni siquiera preguntan antes de soltar el flash. Es una locura. Hay dos mensajes de voz de mi asistente personal, pero pueden esperar. Necesito resolver primero este drama. Paso a los mensajes de texto. Es mucho más que un desafío leerlos. Siempre he sido un lector lento. Las únicas As que saqué en la escuela secundaria fueron en construcción y gimnasio. No es que no lograra captar lo que pasaba, simplemente me tomaba siete millones de veces más de tiempo leer lo mismo que todos los demás. Me hacía parecer estúpido. La gente asumía que, debido a que era un atleta, no podía ser inteligente también. Así que dejé de intentarlo. Ya que mi padre reclutaba para la Liga nacional de hockey y no tenía mamá, murió antes de que fuera lo suficientemente mayor como para conocerla realmente, los profesores tendían a ser indulgentes. Tuve tutores una vez que llegué a segundo año, especialmente después de que perdí mis dientes y falté a un montón de clases. Una vez que los nuevos dientes estuvieron listos y se arregló el problema de morder, las tutoras se hallaban más que dispuestas a ayudarme. Más a menudo que no, habría un “intercambio” de servicios. Me ayudarían a escribir mis ensayos, y yo trabajaría en perfeccionar el arte del orgasmo con ayuda de los dedos. Para el último año, había un montón de chicas 36 que buscaban ayudarme con mis trabajos escolares. Mis calificaciones no eran impresionantes, ni siquiera medianamente decentes, pero me las arreglé para obtener una beca de hockey para la universidad, eso era todo lo que importaba, ya que era lo único que quería hacer. Una vez que me reclutaron, no había suficiente tiempo para hacer todas mis tareas, incluso con cierta flexibilidad por parte de la universidad, por lo que la dejé. No tenía sentido esforzarme por un diploma que nunca usaría cuando iba a obtener mucho más dinero sin él. Tengo un sinfín de textos de Vi y Sunny, pero uno es de Waters. No suele mensajearme. El suyo es fácil de leer: ESTÁS JODIDAMENTE MUERTO, IMBÉCIL. Los de Violet y Sunny son más que un desafío. Parece que hay una gran cantidad de autocorrector y abreviaturas, lo cual es la peor cosa que jamás se haya inventado. Esto hace que las palabras sean más difíciles de descifrar. Abro la aplicación de mensajes de texto a voz y escucho, debido a que convierte los desvaríos de Violet en un idioma entendible. Es mucho más fácil de entender, incluso con todas las imprecisas palabras corregidas. ¿Por qué tenedor4 dejarías que alguien dibuje una muelle5 en tu cara? Pato Tenedor Maldita sea, Polla, jodida POLLA, no pato. El autocorrector puede chuparme el coágulo. Clítoris. Idiota. El siguiente montón de mensajes llegó varias horas después. El primero de ellos cuenta con una veintena de emojis con cara enojada adjuntos. ¡¡¡¡¡¡¿De verdad?!!!!!! ¡Estás desnudo! ¿Quién es esa chica? ¿Alguien te hizo una lobotomía? 4 En el original Fork, cuando ella en realidad quiso decir Fuck. 5 Dock, en el original. Palabra que podría confundirse con Duck (pato) o Dick (polla). 37 La pregunta es seguida por varias capturas de pantalla. La primeraes una de mí, dormido. No sería un gran problema si no estuviera, obviamente, desnudo; mi nalga izquierda es visible, y como si no tuviera una enorme polla dibujada en la frente. Lo peor es que una conejita de Lance, Muestra Coño, tiene los pulgares arriba mientras finge montarme por detrás. En serio voy a patear el culo de Lance. Algunas son de la noche anterior. Esas no se ven tan mal, yo con los chicos y unas conejitas tomándonos selfies. Pero la de hoy con la chica desnuda en su mayoría con su pequeño bikini sentada en mi regazo, es malditamente incriminatoria. ¿Dónde demonios estás? Será mejor que jodidamente me llames. Voy a ir a tu casa. Los dos últimos fueron enviados hace diez minutos. ¿Por qué no estás aquí? ¡Tienes que tomar un vuelo! Voy por ti. Mi teléfono suena cuando termino de escuchar los mensajes. Es Vi. Responderle es mejor que dejarla ir al correo de voz de nuevo. —Estoy en la puerta de entrada de Lance. Déjame entrar. —¿Qué? ¿Cómo sabías que estaba aquí? —Porque soy psíquica, e Instagram es mi oráculo. Ahora déjame entrar. En serio estás interfiriendo con mi cuota semanal de orgasmos en estos momentos. No tengo ningún interés en saber más sobre eso. Corro por las escaleras hasta la puerta principal. Antes de abrirla, le pregunto—: ¿Está Waters contigo? —¿Estás bromeando? Lo dejé en casa. No estoy interesada en reducir nuestra vida sexual a visitas conyugales. Además, es demasiado bonito para estar en prisión. Ellos probablemente harían que se intimide por su monstruosa polla. —Eso es más de lo que necesitaba… —No me importa lo que necesitas. Necesito que Alex no se moleste. Puedo verte a través de la maldita puerta. Ábrela. Violet es una persona pequeña. Quizás un poco más alta con tacones, pero compensa su falta de tamaño con una enorme 38 personalidad. Tengo la sensación de que estoy a punto de recibir el peor ataque verbal de mi vida. —¿Deberíamos afeitarte el vello corporal para que puedan hacer pelucas para los ancianos? —pregunta tan pronto como abro la puerta. —¿De qué estás hablando? —Después de que Alex te mate, puedo donar tu piel a la caridad. Y tal vez un poco de tus órganos más viables. Estoy bastante segura de que todo, excepto tu hígado, está bien. Ooooh, quizás puedan utilizar el micro pene para una cirugía de alargamiento de clítoris. —Esto no es divertido, Vi. —Creo que a los neurocirujanos les encantaría echar un vistazo dentro de tu cabeza, ya sabes, para la ciencia, para que puedan aprender más acerca de lo que sucede cuando yetis y humanos se juntan. Estoy a punto de cerrarle la puerta en la cara. Termina con el sarcasmo. —¿En qué demonios pensabas? Salgo y cierro la puerta detrás de mí. —No hice nada malo. —¿No hiciste nada malo? ¿En serio? ¿Siquiera viste las fotos que te envié hoy? No son ni siquiera las peores. ¿Qué sucede contigo? ¿Y por qué no contestabas el teléfono? ¿Tienes idea de qué tan culpable te hace parecer eso? También, ¿por qué no estás en el aeropuerto en este momento, tomando tu maldito vuelo? —No es hasta las nueve, y son como, las dos de la tarde. Tengo un montón de tiempo. —Son las cinco, no las dos. Y tu vuelo sale dentro de una hora. Lo perdiste. —Pero chequeé… —Aparentemente no. Jesús, Buck. ¿No es debido a esto que tienes una maldita asistente personal? Incluso tu agente me llamó esta mañana cuando nadie podía contactarse contigo. —Amber está de vacaciones. —Y también sabe lo malo que eres con las fechas. No me cabe en la cabeza que no haya puesto una alarma en tu teléfono, o llamado o algo así. —Mi teléfono me daba problemas. Pensé que tenía todo resuelto. Supongo que tengo los tiempos mezclados. Violet se frota la frente. El gigante diamante del tamaño de un mármol en su dedo anular brilla contra luz. Es increíblemente enorme. Exhala y levanta la mirada al cielo. Tiene gafas de sol, por lo que no puedo ver sus ojos. Traga un par de veces. Cuando habla, es en voz baja y muy tranquila. —Sé que confundir los números es un problema contigo, pero es Sunny, por el amor de Cristo. Debes estar por encima de esto. —Se quita los lentes. 39 Sus ojos parecen estar llenándose de lágrimas. Me pone nervioso. Puedo lidiar con el sarcasmo y la ira de Violet; pero cuando está emocional, no sé cómo lidiar con ello además de darle helado. —Sabes, si no estás interesado en esa relación, mejor te haces hombre y lo enfrentas en lugar de alejarla. No te tendré jodiendo mi vida sexual porque ella no esté interesada en tu minúsculo pene. —Mi pene no es minúsculo. Vuelve a estar enojada, gracias a Dios. —¿A quién puta le importa? Ese no es el punto. De todas formas, ¿por qué estás aquí? Lance es un imbécil. —Él no es… Una canción acerca de pavos reales empieza a sonar desde su bolsillo trasero. —Espera un segundo —contesta—. Si, aún está aquí. —Me mira y gira su dedo en el aire—. Voltéate. No discuto. Hago lo que me dice. —Está sin camiseta, y no veo ninguna marca de arañazos o chupetones a través de su espeso pelaje. —Hay una pausa. Puedo escuchar la voz apagada de Waters. Juzgando por su tono, no está muy feliz—. No. Absolutamente no. Ahí es donde dibujo la línea, Alex. No estoy interesada en necesitar terapia. —Presiona los labios y me mira fijamente—. ¿Vas a ponerte como Hulk?… ¿Estás seguro?… Está bien. — Me pasa el teléfono—. Alex quiere hablar contigo. Mi teléfono vibra con nuevos mensajes. Necesito llamar a Sunny. Más que eso, necesito reprogramar mi vuelo y llevar mi trasero al aeropuerto. Pero en cambio pongo el teléfono de Vi en mi oreja. —Butterson, si me das una de tus excusas de mierda voy a partir tus jodidas rodillas. Violet me está haciendo gestos con la mano. No puedo escuchar la pesada respiración de Waters, la vibración de mi teléfono y mirarla al mismo tiempo. —Si me partes las rodillas, estarás fuera de la temporada —digo. —Haré que Violet lo haga. Violet no es muy fuerte, de manera que eso no es una gran amenaza. De todas maneras, no le menciono esto a Waters. Ya está suficientemente enojado. En vez de eso, hago un sonido de incredulidad. Resulta que es casi tan malo como decir lo que estoy pensando. —¿Crees que esto es gracioso, Butterson? Mi hermana está llorando sobre jodidas fotos tuyas en las redes sociales y tus malditas putas del hockey… 40 —Me encontraba dormido. No sabía que dibujaron un pene en mi cara hasta esta mañana. Y esa chica cayó en mi regazo y empezó a tomar fotos. No hice nada malo. Exhala como Darth Vader. Cuando habla de nuevo, es mucho más suave. —Esta es tu última oportunidad, Butterson. Si no arreglas este desastre, voy a programar una reunión con el representante para decirle que eres un cáncer para el equipo y que necesitas ser intercambiado. Me molesta que Waters, de todas las personas, deje caer amenazas como esta. Sabe mejor que nadie como los medios tuercen las cosas. — Eso no es justo. —Lo que no es justo es que juegues con mi hermana y pienses que puedes salirte con la tuya. —Más o menos como jugaste con la mía. —Ni siquiera empieces conmigo. No tienes idea de lo que es hacer sacrificios por alguien más. Pon a Violet en el teléfono. —Tu novio es un imbécil —murmuro, regresándole el aparato. —Prometido —corrige, descartándome. Se voltea mientras tiene una discusión con Waters. Abro mi correo y busco mensajes de Amber. Anoche me envió uno con los detalles de mi vuelo. Lo abro y miro los números y letras nadando juntas en la pequeña pantalla. Bajo el horario del vuelo en su mensaje se encuentra todo mi calendario del mes. Todo está codificado por color, por lo que sé lo que significa sin tener que leerlo. Práctica está resaltado con color rojo (no hay ninguna este mes porque estamos fuera de temporada), entrenamiento en azul, días libres en rosado, días de viaje en lila, y tiempo con Sunny
Compartir