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Meditación para aceptar el miedo - Rebekah Borucki - axef38 Q

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Meditación para aceptar el miedo 
Rebekah Borucki 
 
Preparación/acerca de esta meditación 
 
Por fin estoy en un momento de mi vida en el que puedo decir que el 
miedo y yo nos llevamos bien, y doy gracias por ello. He perdido 
muchísimo de mi valioso tiempo evitando el miedo, enfrentándome a él y, 
en demasiadas ocasiones, sucumbiendo a él. No puedo negar que me 
gustaría recuperar como mínimo parte de ese tiempo. Podría haberme 
divertido mucho más si hubiera hecho las cosas que me asustaban en 
lugar de evitarlas y arrepentirme. Permití que el miedo me retuviera, y es 
una pena. Ahora me llevo al miedo conmigo y la verdad es que juntos nos 
lo pasamos bastante bien. 
Esta práctica se llama «meditación para aceptar el miedo», aunque quizá 
se trate de un título un tanto engañoso. En realidad es una meditación 
para aceptar que el miedo existe y que no pasa nada, porque el miedo no 
es más que algo imaginario, no eres tú, y no puede impedirte hacer nada a 
menos que tú lo permitas. Sin embargo, ese era un título demasiado largo 
para una meditación. El miedo está presente. Podemos pasar todo el 
tiempo que queramos diseccionándolo, estudiándolo o preguntándonos 
por qué está aquí. O podemos ahorrarnos ese tiempo y aceptar su 
existencia. Apuesto a que si estás leyendo esta meditación, es porque el 
miedo te está reteniendo en algún área de tu vida y estás listo para 
avanzar. No perdamos ni un segundo más. 
 
¿Cuándo? Al igual que los invitados sorpresa, el miedo tiende a 
presentarse sin avisar y en los momentos más inoportunos. Es como si el 
miedo pudiera oler que está a punto de suceder algo increíblemente 
importante en tu vida y reservara un asiento en primera fila. Justo en el 
centro. Y entonces te provoca desde allí. Plantea en tu mente escenarios 
absolutamente improbables, como la humillación total, un fracaso de 
proporciones épicas o incluso la muerte. Esto describe a la perfección el 
clásico miedo escénico. En este caso, el miedo es un impresentable y no 
tienes por qué aceptarlo si no quieres. Lo que sí debes aceptar es que 
tiene un propósito valioso porque, de lo contrario, te arriesgas a perder la 
calma y a que seas tú el que acabe pareciendo impresentable. Así que 
practica esta meditación antes de cualquier acontecimiento en el que 
anticipes una aparición sorpresa del miedo. Por otro lado, hay veces en las 
que quizá lleves tiempo enfrentándote a un tema o un proyecto en el que 
no puedes dejar de procrastinar y, por lo tanto, no avanzas. En este caso, 
el miedo está oculto. Cuando por fin se revela su verdadera identidad, el 
miedo puede enseñarte a reconocerlo y a eliminar bloqueos. Sin embargo, 
no es necesario que dediques mucho tiempo a descubrir el miedo o a 
averiguar qué intenta enseñarte. Con tan solo reconocer que hay algo que 
aprender puede ser suficiente. Practica esta meditación en momentos en 
que las dificultades o la procrastinación se prolonguen en el tiempo para 
dar al miedo espacio para revelarse. 
 
¿Dónde? Practica la aceptación del miedo en tu espacio de meditación 
preferido o allí donde estés cuando necesites realizar esta meditación. 
 
¿Postura? Adopta la postura fácil, con las manos apoyadas en las rodillas o 
los muslos con las palmas hacia arriba. Aunque se trata de una postura 
relajada, debes mantener la espalda erguida para que la energía circule 
con libertad desde la coronilla hasta el coxis. Asegúrate de eliminar 
cualquier tensión muscular porque esta puede interrumpir el flujo de 
energía. Abre y cierra los ojos cuando te lo indique. 
 
 
Tienes 4 minutos para entablar amistad con el miedo 
 
Hace mucho tiempo que el miedo forma parte de tu vida, y a veces ha 
impedido que experimentes todo lo bueno que la vida te está reservando. 
Transformemos el miedo para que deje de ser una carga que te lastra y se 
convierta en tu nuevo compañero de viaje. El miedo te acompañará en el 
camino, pero eres tú quien decide la ruta. 
 
1. Centra la atención en la respiración tal y como es en este momento. 
Observa detenidamente cómo son las inspiraciones y exhalaciones 
naturales. ¿Son rápidas o lentas, superficiales o profundas? Sigue 
observando tu respiración sin intentar cambiarla de ningún modo. 
2. Escanea tu cuerpo desde la coronilla hasta el coxis y luego baja por las 
piernas hasta los dedos de los pies. A medida que pasas por cada parte de 
tu cuerpo, libera cualquier tensión muscular que vayas encontrando. 
Hazlo inspirando profundamente y soltando la tensión muscular con 
grandes exhalaciones liberadoras. Concédete el tiempo suficiente (hasta 
diez ciclos de respiraciones) para poder escanear todo el cuerpo 
plenamente. 
3. Devuelve la atención a la respiración. Empieza practicando la 
respiración equilibrada e iguala la duración de cada exhalación con la de la 
inhalación que la ha precedido. Controlas tus pensamientos, tu respiración 
y tu conducta. El miedo no tiene ningún poder sobre ti. Estás a punto de 
lanzar al Universo el poderoso mensaje de que el miedo no te gobierna. 
Tú llevas el timón en este viaje. 
4. Lee el primer mantra. Después cierra los ojos (o desenfoca la mirada) y 
repítelo en las exhalaciones de cinco ciclos completos de respiración. Si te 
sientes cómodo, repite los mantras en voz alta. Cuando hayas terminado 
con el primero, pasa al segundo. 
 
Mantra 1 
Tengo miedo, pero no soy una persona miedosa. 
 
 Mantra 2 
El miedo es un maestro que trae ofrendas. Estoy abierto a las lecciones 
que me enseñe. 
 
5. Vuelve a la respiración equilibrada, centrando toda la atención en 
mantener el ritmo tranquilo. Te sientes a salvo, relajado y en paz. Confías 
en tu capacidad para mantener la calma y enfrentarte a su miedo. 
6. Prosigue con la respiración equilibrada durante tanto tiempo como te 
resulte cómodo. Cuando sientas que ha sido suficiente, abre los ojos y 
reincorpórate a tu jornada.

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