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Conf. OIE 2001 Curso: Salud Pública I Cuarta Parte Interfase humano-animal-ambiente Enfermedades emergentes Conf. OIE 2001 El Concepto “Una salud”, Como Integrador de la Interfase Humano-Animal- Ambiental, Frente a las Patologías Emergentes, Reemergentes y Transfronterizas. Edgardo R. Marcos Médico Veterinario – Doctor en Ciencias Veterinarias Instituto de Zoonosis Luis Pasteur (GCABA) Cátedra de Salud Pública - Facultad de Ciencias Veterinarias (UBA) Un Mundo, Una Salud El 29/9/04, en Manhattan, New York, se llevó a cabo un simposio organizado por la Sociedad de Conservación de la Fauna de los EEUU y por la Universidad Rockefeller; al cual asistieron expertos de salud y representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Allí se trataron los potenciales riesgos de las enfermedades compartidas entre humanos y animales -tanto domésticos como de fauna silvestre-, a través de una mirada internacional e interdisciplinaria. Sus conclusiones se conocen como “Los 12 principios de Manhattan” 1 ; en los que se fundamenta un método holístico para prevenir las enfermedades epidémicas y epizoóticas, respetando la integridad de los ecosistemas, en beneficio de los seres humanos, los animales domésticos y la biodiversidad del mundo entero. El corolario del simposio fue el concepto “Un Mundo, Una Salud”, como síntesis del pensamiento sanitario de esta época de globalización e interdependencia social, cultural y económica entre países. Como consecuencia de estas reuniones, OMS, OIE, FAO y UNICEF publicaron un documento conjunto en el año 2008 2 , en el que identificaron los factores que colaboran en la propagación de las enfermedades infecciosas, emergentes o reemergentes, capaces de afectar seres humanos, animales y ecosistemas: cambio climático; globalización; explosión demográfica; creciente urbanización; modificaciones de sistemas agropecuarios; incremento de las poblaciones animales; interacciones entre especies animales domésticas, silvestres, y sus respectivos depredadores y competidores; deforestación; alteración, funcionamiento y capacidad de recuperación de los ecosistemas; uso de la tierra; almacenamiento de agua e irrigación; y mundialización del comercio de animales y sus subproductos. Factores implicados en la difusión de enfermedades emergentes Es evidente que, en el marco de la globalización, la explosión demográfica y la expansión de la población humana, llevan implícita una mayor circulación de personas, bienes, alimentos, animales y sus subproductos, a una velocidad inimaginable años atrás. Los cruces de fronteras a consecuencia del comercio, turismo, catástrofes naturales o guerras, han alcanzado máximos históricos. Sumado a eso, las políticas que favorecen el libre comercio en muchas áreas del planeta, hace cada vez más difícil impedir la potencial circulación de agentes y la entrada de alguna enfermedad transfronteriza. La consecuencia de todo esto es que un brote de una enfermedad que involucre a humanos y a animales en una parte del planeta, puede rápidamente difundirse al resto de los países, en lapsos menores a los períodos de incubación de muchas de las patologías involucradas. La globalización ha provocado la aparición de nuevos patógenos (en general de origen zoonótico); la reemergencia de viejas enfermedades supuestamente controladas (tuberculosis); y la emergencia de enfermedades provenientes de países lejanos y Conf. OIE 2001 periféricos -las enfermedades transfronterizas-, que pueden ser zoonóticas (influenza aviar) o propias de los animales (virus de Schmallenberg), y transmitidas por vectores (mosquitos, garrapatas) o por reservorios (aves migratorias). El análisis de estas situaciones sanitarias que ponen en jaque a los sistemas de salud mundiales, debe contemplar además, las continuas y profundas modificaciones del ambiente, a causa de acciones antropogénicas. La destrucción del hábitat obliga a poblaciones humanas y animales, a hacinarse en zonas desfavorables para su desarrollo, o donde abundan las posibilidades de exposición a agentes infecciosos con los que no habían tenido contacto previo, y frente a la cual no tienen defensas. El cambio climático genera condiciones favorables para que se produzcan plagas y enfermedades de plantas y animales en nuevas regiones, y también está transformando sus vías de transmisión. Algunas de las transformaciones más espectaculares resultantes del cambio climático se observsn en las enfermedades transmitidas por artrópodos (mosquitos, garrapatas, pulgas y flebótomos) 3 . Ciertos factores propios de los agentes biológicos, como variabilidad y viabilidad, juegan un papel importantísimo a medida que se incrementan los contactos entre especies animales. Los agentes infecciosos pueden modificar o exaltar su virulencia y determinar un salto interespecie, desarrollando una enfermedad subsiguiente y diseminación en el nuevo hospedador al cual se han adaptado. La tasa de multiplicación de los agentes infecciosos, sumada a la plasticidad de su genoma, les permite sobrevivir a los cambios ambientales con alta eficiencia, incluyendo la adaptación a nuevos hospederos o la modificación de la virulencia de los agentes que flanquean la barrera entre especies. El fenómeno de la urbanización, tan creciente y desmedida como desorganizada y anárquica, produce entre una larga lista de problemas, un impacto notorio en la generación de desechos. Varias especies animales nativas pueden desaparecer durante los procesos de urbanización, pero los animales sinantrópicos (roedores, quirópteros, aves) se adaptan a los cambios y pueden aumentar sus poblaciones sin ser limitados por carecer de predadores naturales. Nuevos riesgos sanitarios surgen en espacios marginales modificados, con una mayor probabilidad de exposición directa e indirecta a enfermedades emergentes y zoonosis. No es novedad que un 60% de las enfermedades infecciosas humanas conocidas son de origen animal (provenientes de animales domésticos o salvajes), pero si que el 75% de las enfermedades humanas emergentes son de origen zoonótico, y están vinculadas a especies animales, tanto domésticas, de trabajo, de compañía, de deportes, productoras de alimentos, como silvestres, que actúan como reservorios de las mismas 4 . Este grupo de enfermedades tienen consecuencias en la interfase humano-animal-ambiental a diversos niveles, con transferencia de agentes entre especies, afectando la generación de recursos, las fuentes de alimentos, los compromisos comerciales, determinando perjuicios en el medio ambiente y contaminaciones, así como mayores riesgos para la salud. Una salud Según datos de la OMS, las enfermedades infectocontagiosas son la principal causa de mortalidad después de las enfermedades cardiovasculares y son causa de morbilidad alarmante, medida como años de vida perdidos por discapacidades (AVPD). A nivel mundial, las patologías emergentes y reemergentes contribuyen con el 30% del total AVPD anual 5 . Al evaluar las posibles consecuencias de las enfermedades emergentes, reemergentes y transfronterizas, debemos considerar diferentes áreas, tales como los daños en la salud Conf. OIE 2001 humana y animal; el impacto social por pérdidas económicas en la producción de alimentos y la posible pérdida de mercados externos e internos; la creación de barreras para-arancelarias para restringir el ingreso de determinadas mercancías de origen animal o vegetal; y erogaciones suplementarias para implementar programas de control o de erradicación 6 . Todo lo cual puede ser aplicado bajo unestricto criterio sanitarista, lo cual sería correcto, o por el contrario, ser utilizado como medida política de coerción para condicionar los crecimientos y desarrollos económicos de los países descentralizados productores de alimentos y materias primas, como la Argentina por ejemplo. En abril de 2010 OMS, FAO y OIE, emitieron el documento D-10855 distribuyendo responsabilidades y coordinación de actividades mundiales para abordar los riesgos sanitarios en la interfase humana-animal-ecosistémica 7 . A partir de este documento, comenzó a nivel mundial la tendencia a sintetizar aún más la consigna nacida en el simposio de Manhattan, quedando actualmente expresada en el concepto de “Una Salud” 8 . En realidad, y respetando los antecedentes históricos, este concepto no es novedoso. Ya en el siglo XIX, el médico y patólogo alemán Rudolf Virchow había expresado que “…no existen límites, ni líneas divisorias entre la medicina humana y la animal…” Esos principios fueron llevados adelante por su discípulo, el canadiense William Osler, de quien a su vez, tomó la idea James Steele y la instaló en EEUU, creando el área de la salud pública veterinaria en el CDC 9 . En 1968, Calvin W. Schwabe, epidemiólogo y parasitólogo veterinario, defendió el concepto de "Una Medicina" en su libro "Medicina Veterinaria y Salud Humana" 10 . Muchos agentes infecciosos no podrían explicar las diferencias existentes entre humanos y animales, pero sin embargo, los gobiernos, las instituciones académicas, los profesionales de la salud y las instituciones que se deberían ocupar de la misma, desde hace décadas crearon y mantienen compartimentos estancos entre ambas ramas de la misma ciencia médica, separando entre médicos humanos y médicos veterinarios y tabicando saberes, experiencias y soluciones. En los últimos años ha surgido una nueva disciplina denominada “medicina de la conservación” 11 , que se autodefine como la aplicación de la medicina para la conservación de los ecosistemas y de las especies silvestres. En realidad constituye un nuevo esfuerzo interdisciplinario para unificar los conocimientos de la salud humana y animal, tanto silvestre como de producción, en un contexto ecológico 12 . Teniendo en cuenta, entonces, que la mayoría de las enfermedades emergentes y reemergentes tiene un origen zoonótico y que, por lo tanto, pueden afectar tanto a humanos como a animales, las comunidades médicas y veterinarias deberían trabajar estrechamente y en contacto en aspectos tales como la clínica, la investigación y la salud pública. Con referencia a la salud pública, Kahn 13 destaca la importancia que adquiere la vigilancia epidemiológica en conjunto de casos humanos y animales de determinadas patologías, como por ejemplo influenza viral, encefalitis del Nilo Occidental y patógenos transmitidos por alimentos. Entre las múltiples miradas que desde el concepto de “Una Salud” se deben elaborar para colaborar en el entendimiento y el estudio de la cambiante realidad de las enfermedades propias de los animales y de las zoonosis, es fundamental sumar saberes acerca de la transmisión de patógenos a través de vectores y reservorios 14 . Enfermedades transmitidas por vectores Las alteraciones en la relación humano-vectores, a través de modificaciones del entorno ecológico, pueden alterar la díada enfermedad-hospedador susceptible. Dentro de las Conf. OIE 2001 patologías de mayor impacto en la actualidad de la salud mundial figuran varias enfermedades transmitidas por vectores. Una lista rápida pero no exhaustiva podría contener a las siguientes: leishmaniasis, fiebre amarilla, dengue, Usutu, Chikungunya, Valle del Rift, lengua azul, distintas encefalitis transmitidas por mosquitos (del Nilo Occidental, de Saint Louis, equinas del Este, del Oeste, venezolana, y japonesa) y enfermedades transmitidas por garrapatas (enfermedad de Lyme y otras borreliosis, rickettsiosis y babesiosis) 15 . Los agentes patógenos que las causan no necesitan, mayoritariamente, de hospedadores humanos para amplificarse, ya que lo hacen en animales, muchos de los cuales pertenecen a ambientes silvestres o aún no colonizados, que establecen ciclos animal- vector con serias implicancias para la salud o la producción de alimentos de origen animal. El éxito de la introducción y establecimiento de una enfermedad vectorial en una región dependerá de condiciones ambientales para el desarrollo del vector; y de la existencia de vectores competentes -infectados o no-, de hospedadores vertebrados susceptibles - infectados o no- y de patógenos asociados a un vector específico o a varios vectores. El aumento del movimiento de vectores puede ser un factor tan importante como el aumento en el movimiento humano, en cuanto a su contribución para la propagación mundial de enfermedades infecciosas. Los vectores generalmente se introducen en nuevas áreas a través de mecanismos muy variados: naturales, como vientos, o antropogénicos, como vehículos de transporte de personas o mercancías y sus contenedores. Los mosquitos también pueden utilizar como vehículo de transporte para sus huevos los neumáticos de automóviles, nuevos o usados, que están siendo transportados con fines de recauchutado o de otra índole 16 . No se pueden dejar de incluir a los factores climáticos y a sus modificaciones y alteraciones, en cualquier análisis que se haga sobre la transmisión de enfermedades por vectores. Tampoco obviar las acciones propias de las actividades y el desarrollo humano, que por descuido o impericia generan condiciones favorables para la difusión de enfermedades. Como por ejemplo ocurre en estos días con la leishmaniasis en la Argentina: esta zoonosis, endémica en áreas boscosas y selváticas, está mutando lenta pero progresivamente hacia escenarios periurbanos o directamente urbanos, debido al corrimiento de la frontera agrícola, especialmente la dedicada al cultivo de la soja, en desmedro de áreas tradicionalmente ganaderas de cría o llanamente arrasando bosques y selvas nativas. Esto, que de por sí ya constituiría un serio trastorno ecológico, tiene como plus sanitario, el poner en contacto a las personas con flebótomos propios de áreas silvestres (Lutzomias) infestados con el parásito causal (Leishmania). Además, el traslado de personas hacia las zonas de desmonte primero y de cultivo después, se realiza junto con sus animales domésticos, en particular caninos, que rápidamente se transforman en el reservorio ideal para el parásito y en un dador de proteínas sanguíneas para las hembras del vector. Este conjunto de variables es el que ha determinado que la leishmaniasis visceral, pasara de ser una enfermedad exótica en grandes centros urbanos a constituirse en un gravísimo problema de salud pública, cuyo destino final aún es desconocido, pues el vector va adquiriendo capacidades de sobrevida en distintas condiciones climáticas y ampliando día a día su zona de dispersión, con el consiguiente aumento del riesgo para personas y animales. Enfermedades transmitidas por reservorios Los roedores Conf. OIE 2001 Los roedores que conviven en forma sinantrópica, ya sea en forma urbana y periurbana o bajo condiciones rurales, pueden transportar una amplia gama de patógenos transmisibles a los humanos. En la actualidad se ha verificado una importante urbanización de roedores rurales, en parte debido al desarrollo de las ciudades y también por la mayor oferta de alimentación y refugio que eso conlleva. La presencia de estos reservorios en contacto estrecho con las personas genera una alarma acerca de los riesgos de transmisión de ciertas zoonosis propias de estas especies, como por ejemplo leptospirosis, salmonelosis, virus hemorrágicos – hantavirus, virus Junín- y ciertos parásitos; y de las que pueden diseminar sus propios ectoparásitos (pulgas). Hoy en día, los sitiosde resguardo, refugio y reproducción de los roedores en las ciudades y sus periferias, abarcan no solo viviendas particulares y edificios públicos, sino también plazas, parques, reservas ecológicas y corredores artificiales creados por la mano del hombre como vías férreas, canales y embalses de agua, túneles de subterráneos, cloacas, cañerías y cableado eléctrico. A estos tipos de guaridas perfectas, mayoritariamente antropogénicas, se le debe sumar la continua e inagotable oferta de alimentación que se le brinda a los roedores debido a las malas políticas de manejo de residuos, tanto urbanos como rurales, sean provenientes de viviendas, comercios o de industrias. La doble oferta, de lugares y alimentación, conlleva la multiplicación de especies de roedores y, consecuentemente, las posibilidades de transmisión de enfermedades. A las tradicionales especies urbanas (ratas pardas y negras, y ratón doméstico), se suman permanentemente especies rurales (colilargos) que van encontrando situaciones ecológicas favorables y son detectados en centros urbanos con capacidad de difundir agentes virales hemorrágicos zoonóticos como hantavirus 17 , por ejemplo. Los quirópteros En los últimos años, los quirópteros han sido implicados en numerosos eventos vinculados a las enfermedades emergentes, y son cada vez más reconocidos como importantes reservorios de patógenos, mayoritariamente virus, que pueden atravesar las barreras de las especies para infectar a humanos y otros mamíferos domésticos y salvajes. Los quirópteros son la segunda especie en número de géneros y especies, solo superados por los roedores, y son el orden más grande de los mamíferos en abundancia general. En algunas patologías, el papel de los murciélagos está bien establecido, especialmente como hospedadores de alpahvirus, flavirvirus, rhabdovirus y arenavirus. Se han aislado unos 66 virus diferentes en 74 especies de quirópteros 18 . Sin olvidar la permanente importancia de los quirópteros en la transmisión de la rabia, tanto de ciclo urbano (por murciélagos insectívoros) como rural (por murciélagos hematófagos), quizás uno de los eventos emergentes de mayor impacto en los últimos años es el virus de Nipah, cuyos hospedadores naturales son los “zorros voladores”, los murciélagos de mayor tamaño. Este virus causó importantes brotes de enfermedad en cerdos y humanos. Se ha hipotetizado que esta enfermedad fue, probablemente, el resultado de grandes cambios ecológicos y ambientales asociados a la deforestación y a la expansión de la cría de cerdos a nivel familiar, en asociación con la producción de árboles frutales. Los murciélagos poseen ciertas características que pueden maximizar su eficacia como reservorios de virus: alta diversidad de especies, larga vida, la capacidad de dispersión a larga distancia, tamaño de la colonia, comportamientos sociales y estructura de la población, el uso de letargo e hibernación, y la estructura espacial de la población. Conf. OIE 2001 Como sucede para todas las zoonosis, además de la presencia de un agente como causa necesaria, se requiere la existencia de un vínculo eficaz entre el hospedador natural y los sujetos susceptibles. Esos vínculos pueden ser el resultado de cambios antropogénicos o naturales, tanto para el agente, el hospedador o el ambiente. La evidencia disponible sugiere que algunos patógenos, particularmente los “nuevos” virus emergentes (como por ejemplo los virus Hendra y Nipah), son virus antiguos, bien adaptados a anfitriones naturales, en cuyas poblaciones han circulado durante mucho tiempo, permaneciendo confinados a estos hospedadores hasta que algún cambio (o una secuencia de cambios) precipitó su aparición. La deforestación de tierras agrícolas, la tala comercial y/o el desarrollo urbano, están generalizadas en muchos países, entre los cuales se cuenta la Argentina, y da por resultado la pérdida o abandono de sitios de descanso y la pérdida de hábitats de alimentación por parte de los murciélagos, y su puesta en contacto con otras especies mamíferas y con humanos. Las aves Las aves silvestres comparten con los humanos la capacidad de moverse rápidamente a través de grandes distancias. Durante los movimientos migratorios, se produce la transmisión de patógenos entre las aves portadores y sus crías, y entre aves de distintas especies, particularmente en los sitios de reposo y alimentación, donde se concentran y pueden presentar disminución de sus defensas a causa del estrés migratorio. En Argentina, y en la región sudamericana, existen cientos de humedales en las que las aves encuentran estaciones de alimentación y reposo; la abundancia y la diversidad de las mismas, pueden ayudar a evaluar el riesgo de introducción y difusión de enfermedades transmitidas por aves silvestres. Los ejemplos a nivel mundial de la aparición y diseminación de la influenza aviar y el virus del Nilo occidental, lo ratifican y explican el porqué se considera a las aves como elementos fundamentales para la epidemiología de estos virus. En su conjunto, miles de millones de aves viajan entre continentes dos veces al año en sólo unas pocas semanas. Durante estas migraciones anuales, las aves tienen el potencial de dispersión de los microorganismos que pueden ser peligrosos para humanos así como para la salud animal. Las aves son responsables de la amplia distribución geográfica de varios patógenos, incluyendo virus (del Nilo occidental, influenza A, Newcastle), bacterias (borrelias, micobacterias y salmonelas) y protozoarios (criptosporidios) 19 . Para los patógenos transmitidos a las aves por vectores, tal como el virus del Nilo Occidental y la mayoría de las encefalitis por arbovirus, las posibilidades de transmisión dependen tanto de la densidad de aves como de las capacidades de dispersión y los períodos de actividad de los vectores artrópodos. Otro factor a considerar como de alto riesgo de contagio de las enfermedades entre aves, y su probable difusión a otras especies mamíferas, es cuando las especies silvestres y las domésticas están involucradas. Los patos son aves acuáticas que tienen más probabilidades de entrar en contacto con aves de corral, sobre todo por la presencia de congéneres domésticos lo que puede inducir a los patos salvajes a hacer una escala, y compartir los patógenos facilitando la transmisión de enfermedades a otras especies domésticas como pollos o pavos domésticos, que son más propensos a tener contacto con aves granívoras. Los animales silvestres Este tipo de reservorios puede subdividirse entre la fauna de vida silvestre, que se mantiene en sus hábitats naturales y solo toma contacto con los humanos cuando éstos Conf. OIE 2001 invaden sus dominios, y los animales “exóticos” que son tomados como mascotas urbanas. En el caso de la fauna silvestre, lo primero a considerar es la diversidad de especies patógenas, dependiendo de las regiones y ambientes de las que se trate, conformando verdaderos pooles zoonóticos. Luego, se deben incorporar las interacciones humano- animal en esos ambientes, sean casuales o premeditadas. Un tercer factor, es la presión antropogénica sobre las poblaciones animales de vida libre, en particular en zonas de reciente aprovechamiento agrícola-ganadero, tras la deforestación o el desmonte de bosques y selvas naturales. Finalmente, no se puede olvidar en este marco los cambios sociales y de comportamiento en las poblaciones humanas, tanto a nivel urbano/periurbano, como rural. Muchas de las zoonosis emergentes son causadas por virus que provienen de un estrecho contacto entre humanos y/o animales domésticos con animales silvestres. Estos contactos merecen ser estudiados desde una mirada amplia y multidisciplinaria, incluyendo el conocimiento de la dinámica de los patógenos en los reservorios, el estudio de la biología poblacional de esosanimales, y los cambios recientes en la demografía y el comportamiento humano 20 . Todo esto en un ambiente que se modifica permanentemente desde lo climático y con el corrimiento de las fronteras agrícola- ganaderas en detrimento de áreas naturales. Además, al analizar el contacto humano- animal silvestre se deben tomar en consideración algunas conductas o modas humanas, que generan una mayor inserción de las personas en ambientes “salvajes” o sin colonizar, como el turismo aventura o los safaris de caza, con el consiguiente consumo de las presas obtenidas 21 . El caso de los animales exóticos incorporados como mascotas, sean anfibios, de caja, reptiles o pequeños mamíferos, también representa un riesgo para la salud, tanto de humanos como de animales, en lo referente a la transmisión de enfermedades. Muchos de los animales se adquieren en forma ilegal, en destinos lejanos a su futura residencia, y no suelen pasar por los controles sanitarios de fronteras, sean internas o externas. Por lo tanto, la posibilidad de introducir patógenos nuevos en áreas libres, a través de esta fauna, es muy alta. En ocasiones la mascota exótica tiene posibilidades de convivir, con mayor o menor grado de vínculo o contacto, con animales domésticos o de producción. Esta situación puede dar lugar a la selección de patógenos adaptados a nuevas especies animales, especialmente virus, con consecuencia inimaginables para el ambiente y la salud, de humanos y animales. La recombinación y la permutación de características patógenas entre agentes infecciosos y/o comensales se incrementan de manera exponencial, agravando las consecuencias del cuadro de transmisión de enfermedades. Comentarios finales Aceptando que las zoonosis son enfermedades de los animales que pueden infectar a humanos, y que el concepto “Una Salud” no admite más dilaciones en su aplicación, veterinarios, médicos, biólogos y funcionarios de salud pública deben trabajar más estrechamente para prevenir, controlar, y entender estas patologías. Esto es válido tanto para el ámbito de la salud individual, como para la salud de la comunidad. La notificación de los casos animales de enfermedades zoonóticas, debería transformarse en una herramienta de la vigilancia epizootiológica fundamental. En Argentina, si bien existe la Ley Nº 15.465, de notificación obligatoria de enfermedades, solo es posible para los veterinarios notificar dos enfermedades en animales: rabia y leishmaniasis visceral. Por lo que urge su actualización o la creación de una red de vigilancia Conf. OIE 2001 epizootiológica, que permita detectar y denunciar con oportunidad los casos animales de patologías que pueden afectar la salud publica. Bibliografía 1. Cook RA, Karesh, WB & Osofsky, Sa - Bronx, New York, USA - Field Programs Global Health Programs, Wildlife Conservation Society. www.oneworldonehealth.org/sept2004/owoh_sept04.html 2. Boletín nº 2. 2009, OIE http://www.oie.int/fileadmin/Home/esp/Publications_%26_Documentation/docs/pdf/Bu ll_2009-2-ESP.pdf 3. El cambio climático, las plagas y las enfermedades transfronterizas. Departamento de Gestión de Recursos Naturales y Medio Ambiente; Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación -FAO- 25-27 de febrero de 2008, Roma, Italia. ftp.fao.org/docrep/fao/010/i0142s/i0142s06.pdf 4. Jones KE, Patel NG, Levy MA, Storeygard A, Balk D Gittleman JL & Daszak P (2008) Global trends in emerging infectious diseases. Nature 451: 990-993 5 OMS. Informe sobre salud en el mundo. Cap 1 Salud mundial: retos actuales. 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La mayoría de estos casos están asociados con un impacto significativo en el comercio o la producción; muchos han tenido implicaciones para la sanidad. Una abrumadora mayoría de los países son partidarios de crear un sistema centralizado para coordinar informaciones y material didáctico que ayudarían a luchar contra estas enfermedades y a controlarlas a nivel internacional. 1. INTRODUCCIÓN Una enfermedad emergentese define como una enfermedad nueva, una nueva presentación de un problema antiguo con una enfermedad, o una enfermedad existente que aparece en una nueva área geográfica. El término se utilizó por primera vez al describir varias entidades nuevas en los humanos que salieron a la luz a principios de los años ochenta. El ejemplo más notable es el del síndrome de la inmunodeficiencia adquirida. Desde entonces, el número de enfermedades emergentes en el ser humano ha seguido aumentando, y se atribuyen a varios factores subyacentes inherentes a la civilización del siglo XX. Ahora bien, el número de enfermedades que han surgido en la población humana es bajo comparado con el número de enfermedades emergentes en los animales. Estos nuevos problemas están teniendo efectos pleiotrópicos: en las poblaciones animales, el medio ambiente y la salud de los humanos, tanto directa, por transferencia de agentes zoonósicos, como indirectamente, por los compromisos comerciales y la disminución de la disponibilidad de proteínas de origen animal. El propósito de este trabajo es dar una información general sobre enfermedades emergentes y valorar, gracias a las contribuciones de los Países Miembros, el impacto de dichas enfermedades animales emergentes en la sanidad y los animales, así como en el comercio. Se preparó un cuestionario que fue enviado a los 155 Países Miembros. 85 respondieron: Argelia, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Barbados, Benin, Botswana, Brasil, Canadá, Chad, Chile, Colombia, Côte-d‟Ivoire, Croacia, Cuba, Chipre, República Checa, Dinamarca, Egipto, El Salvador, Estonia, Finlandia, Ex-República Yugoslava de Macedonia, Alemania, Ghana, Grecia, Guatemala, Hungría, Islandia, India, Indonesia, Irán, Irlanda, Italia, Jordania, Kazajistán, Kenya, Kuwait, Kirguizistán, Lituania, Luxemburgo, Malawi, Malí, Malta, Isla Mauricio, Moldavia, Marruecos, Mozambique, Myanmar, Namibia, Conf. OIE 2001 Países Bajos, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Nigeria, Noruega, Omán, Pakistán, Panamá, Paraguay, Polonia, Portugal, Qatar, Rumania, Rusia, Suráfrica, Senegal, Eslovaquia, Eslovenia, España, Sri Lanka, Sudán, Suazilandia, Suecia, Suiza, Siria, Taipei China, Trinidad y Tobago, Turquía, Uganda, Reino Unido, Estados Unidos de Norteamérica, Vanuatu, Venezuela, y Vietnam. 2. CAUSAS DE LA EMERGENCIA DE ENFERMEDADES ANIMALES Varios factores inherentes subyacen en la sociedad moderna y son responsables del incremento de enfermedades animales emergentes: el notable aumento de movimientos de personas y animales, las modificaciones del medio ambiente, las enfermedades que franquean la barrera entre las especies y la transformación de la ganadería. A continuación comentamos cada uno de estos factores. El primer y más importante factor de aparición de enfermedades animales nuevas es la expansión de la población humana, con la mayor circulación de personas y animales que ello implica y que lleva a ecosistemas enteros, con su microflora y agentes patógenos potenciales a áreas y animales nuevos. Esta circulación de animales cargados con agentes patógenos es un problema bien conocido a lo largo de la historia, ya que se sabe que los ejércitos invasores de Genghis Khan, Atila y Napoleón Bonaparte llevaron la pleuroneumonía contagiosa bovina y la peste bovina a los territorios que conquistaron. La OIE se fundó en 1924 precisamente como respuesta a una propagación de la peste bovina por toda Europa después de la guerra. Por aquel entonces, se creía que si se informaba bien sobre la presencia de las enfermedades, los países vecinos podrían mantenerse libres de ellas, siempre y cuando se garantizara la seguridad de las fronteras. Y durante décadas se siguió pensando que los controles fronterizos propios del siglo XX eran una excelente línea de defensa contra las “enfermedades transfronterizas”. Pero ahora el comercio mundial ha alcanzado un nivel tal que el concepto de fronteras infranqueables ya no es tan fiable. El número de animales y productos de origen animal que cruzan las fronteras, ha alcanzado máximos históricos y la instauración del libre comercio por casi todo el planeta hace cada vez más difícil impedir la entrada de una enfermedad transfronteriza. No hay más que ver la cantidad de enfermedades de la Lista A que han “emergido” de manera y en sitios impredecibles en los cinco últimos años para darse cuenta de que el sistema dista de ser perfecto. Un segundo motivo de la emergencia de nuevas enfermedades animales tiene que ver con la modificación del medio ambiente. La destrucción del hábitat, que ha obligado a poblaciones animales a hacinarse en zonas incompatibles con su evolución o donde abundan las posibilidades de enfermedades nuevas, ha provocado problemas. La emergencia del virus Hendra, que afecta a los caballos, y de los virus Menangle y Nipah, que afectan a los suídos, se deben probablemente a los cambios de hábitat que han hecho que los zorros voladores vivan más cerca de los humanos y los animales domésticos (5). La modificación del medio ambiente puede dar lugar a la emergencia de un microbio tóxico, como Pfiesteria piscicida, un dinoflagelado causante de una elevada mortalidad piscícola y morbilidad humana, que se cree es debida a vertidos antrópicos en las aguas (1). También el clima puede hacer cambiar a poblaciones vectoras que así provocan la emergencia de una enfermedad. La reciente fiebre epizoótica del Valle del Rift en Africa oriental fue determinada parcialmente por el fenómeno de El Niño-Oscilación Sur que provocó abundantes precipitaciones y una multiplicación de las poblaciones de mosquitos vectores (6). El tercer factor subyacente en la emergencia de enfermedades animales es la mayor incidencia de enfermedades que franquean la barrera entre especies. A medida que se incrementan los contactos entre especies por diversas razones - trastornos Conf. OIE 2001 ecológicos, espectáculos, comercio, o eficiencia de la producción - los agentes de una especie pueden pasar a otra, con la enfermedad subsiguiente y diseminación en el nuevo hospedador. Dada la naturaleza de las poblaciones animales y el gran número de especies, abundan las oportunidades de que se realice esta transferencia en el mundo animal, y habrá más, ya que las especies son desplazadas y se hacinan en espacios naturales cada vez más reducidos. El moquillo en los leones del Serengeti es un ejemplo destacado de este fenómeno (3). Los virus de la influenza que pasan de poblaciones de aves silvestres o quizás de reservorios mamíferos a las aves de granja, constituyen un constante problema de emergencia de enfermedades (8). Mycobacterium bovis y su transferencia del ganado a los ciervos, para volver después desde los ciervos cautivos o alimentados en invierno, es un problema de sobra conocido para la regulación de las zonas donde pueden cohabitar unos y otros (9). El cuarto factor subyacente en la emergencia de enfermedades animales es la transformación tecnológica de la ganadería. La encefalopatía espongiforme bovina es un doloroso e impresionante ejemplo de cómo cambios aparentemente simples en las tecnologías agrarias pueden tener repercusiones profundas en la ganadería, la salud y la economía en general. La emergencia de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos se está atribuyendo, apoyándose en hechos o no, a la administración de antibióticos para estimular el crecimiento de los animales. La acuacultura y la repoblación fluvial para la pesca recreativa tampoco están exentos de emergencias patógenas. Streptococcus iniae, un organismo bacteriano descrito recientemente, ha estado asociado con la epizootia de meningitis en ejemplares de piscifactorías en la pasada década (7). La enfermedad del tambaleo, causada por Myxobolus cerebralis, se ha convertido en una des las principales amenazaspara la trucha arco iris salvaje en muchos ríos del oeste de EEUU, ya que ha habido transmisión de un área a otra al desplazar a peces infectados de los viveros (4). 3. LAS ENFERMEDADES EMERGENTES Y LA SALUD PÚBLICA La relación entre las enfermedades animales emergentes y la salud pública son tan obvias como confusas, sobre todo en el caso de las que provocan enfermedades tanto en los animales como en el hombre. Por ejemplo, Mycobacterium bovis, la rabia y la fiebre del Valle del Rift son claramente problemas tanto para la salud humana como para la sanidad animal. Sin embargo, las enfermedades suelen emerger en una población antes de ser identificadas como zoonosis. La encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y el virus Nipah son dos ejemplos señalados de esta posibilidad y de lo importante que no cesar ni el diálogo ni las investigaciones. En estos casos, los métodos de detección y control requieren un esfuerzo integrado y a ser posible conjunto entre veterinarios y médicos. Otra consecuencia, que se suele pasar por alto, de las enfermedades animales emergentes que afectan a la salud pública es su impacto en la economía o en la disponibilidad de proteínas de origen animal para el consumo. 4. IMPACTO DE LAS ENFERMEDADES EMERGENTES EN LA PRODUCCIÓN Y EL COMERCIO Todos los Países Miembros conocen bien el impacto en el comercio de las enfermedades tradicionalmente consideradas como “transfronterizas”. Cualquier país que exporte grandes cantidades de productos animales entiende lo devastadora que sería una emergencia inesperada de una enfermedad de la Lista A de la OIE. Hay numerosos estudios económicos sobre este tema que se basan tanto en casos hipotéticos como reales. Se estima que en una campaña de erradicación, los perjuicios económicos generados por la pérdida de ventas son aproximadamente diez veces el coste de despoblar y desinfectar (2). Pero se tiene menos experiencia y menos orientación para Conf. OIE 2001 las enfermedades animales “nuevas” en el mundo y que todavía no figuran en las Listas A y B. Y además, estas enfermedades “nuevas” a menudo emergen con implicaciones zoonósicas para la salud pública, lo que hace que, al tomarse medidas para proteger a los humanos y a las poblaciones naturales de animales, se restringen aún más las importaciones. 5. RESPUESTAS AL CUESTIONARIO Este estudio tenía como objetivo valorar los protocolos, opiniones y sugerencias de los Países Miembros relativos a las enfermedades animales emergentes y su impacto en y relaciones con el comercio y la sanidad. Se preparó un cuestionario con cinco partes: reconocimiento de enfermedades emergentes, notificación de enfermedades emergentes, impacto sobre la producción, el comercio y la sanidad, relaciones de las enfermedades animales emergentes con la sanidad y sugerencias de los Países Miembros sobre qué función debería tener la OIE respecto a dichas enfermedades animales. El cuestionario fue enviado a los 155 Países Miembros de la OIE. Se recibieron ochenta y cinco respuestas que a continuación resumimos. Parte 1 - Reconocimiento de las enfermedades animales emergentes Se preguntaba primero si el país dispone de una unidad especial para problemas sanitarios emergentes en los animales. La mayoría de los países respondió que el órgano regulador ordinario está siempre alerta por si surgen nuevas enfermedades. Prácticamente cada país depende de informaciones anecdóticas y ad hoc para la detección; aproximadamente la mitad organizan la vigilancia epidemiológica. La mayoría citaron actividades de investigación y/o extensión que implican enfermedades emergentes. También se preguntaba si se pensaba que la formación de los veterinarios recién diplomados en materia de enfermedades animales emergentes es suficiente. De los países con escuelas veterinarias, las respuestas quedaron aproximadamente igualadas: la mitad cree que la formación es suficiente y la mitad cree que la formación no es suficiente. Cabe señalar que estas respuestas también están equitativamente repartidas entre los países desarrollados y subdesarrollados, es decir, de los países desarrollados que tienen escuelas de veterinarios, más o menos la mitad creen que la formación no es suficiente. Lo mismo pasa en los países menos desarrollados que disponen de escuelas de veterinarios: la mitad más o menos opinan que la formación no es suficiente. Parte 2 - Notificación de las enfermedades animales emergentes Ochenta y uno de los 85 (95%) países declararon que preparan informes sobre situaciones de emergencia de enfermedades animales, generalmente de modo puntual, cuando se presenta la enfermedad. Es sorprendente que sólo un poco más de la mitad de los países que respondieron (47/85) usen medios electrónicos (e-mail o internet) para transmitir este tipo de información. De los que preparan informes, todos los difunden dentro del país y la mayoría informan a los países vecinos y también a la OIE. Algunos indicaron que hay otros medios de difusión global de la información, mediante organizaciones regionales como RADISCON1 y CARAPHIN2. Otros citaron también el uso de las publicaciones científicas y del sistema ProMED3, como medio de difusión amplia de la información sobre enfermedades emergentes. Parte 3 - Impacto de las enfermedades animales emergentes en la producción, el comercio y la sanidad Conf. OIE 2001 Sesenta y cinco de los 85 (76%) indicaron haber tenido al menos un problema con una enfermedad emergente en los cinco años anteriores; 20 declararon un problema de este tipo; 21 dijeron haber tenido dos; y 24 declararon tres. Por lo tanto, en los cinco últimos años, hubo un total de 134 situaciones de enfermedades emergentes en los países en cuestión. De estas 134, 101 estuvieron asociadas con un impacto económico significativo debido a las pérdidas de producción o a las perturbaciones comerciales. Respecto a las categorías de la OIE, estas 134 situaciones patógenas se reparten así: 65 fueron enfermedades de la Lista A; 41 de la Lista B; y 28 no figuran en las listas de la OIE. De los brotes de enfermedades de la Lista A, todos declararon un impacto significativo en el comercio y la producción animales. Sólo dos países declararon una asociación entre una enfermedad de la Lista A y la salud pública. Un país con un foco de fiebre del Valle del Rift dijo que había tenido un impacto negativo en la salud pública. Un país con un foco de fiebre aftosa contestó que la percepción por parte del público de la seguridad de la carne de vacuno dio lugar a una marcada disminución del consumo de proteínas. De los brotes de enfermedades de la Lista B, 30 sobre 41 se dijo que habían tenido un impacto significativamente negativo en el comercio o la producción. Varios brotes de enfermedades de la Lista B se asociaron con un impacto en la sanidad. Específicamente, brucelosis, tuberculosis bovina, encefalopatía espongiforme bovina, tularemia, rabia, encefalitis equina venezolana, encefalitis equina y muermo requirieron medidas sanitarias para ayudar a atajar el problema. Las enfermedades emergentes que no figuran en ninguna de las Listas OIE y el número de países que las mencionan son: salmonelosis (4), Escherichia coli (3), virus del oeste del Nilo (3), síndrome de desmedro postdestete (3), rinotraqueítis aviar (2), virus de la enfermedad de la frontera (1), botulismo (1), enfermedad debilitante crónica (1), lyssavirus de murciélagos australianos (1), virus Menangle (1), parvovirus del pato “muscovy” (1), fasciolosis (1), fascioloidiosis (1), enfermedad vírica equina no identificada (1), fiebre hemorrágica Crimea-Congo (1), infección vibriónica del camarón (1), trompa (1), y pasteurelosis bovina (1). En este último grupo de enfermedades no incluidas ni en la Lista A ni en la Lista B, casi todas estuvieron asociadas con impactosen el comercio y/o la sanidad. Siete de las 28 son problemas zoonóticos conocidos – salmonelosis, E. coli, virus del Nilo Occidental, botulismo, lyssavirus de murciélagos australianos, virus Menangle, y fiebre hemorrágica Crimea-Congo. Una octava enfermedad, la enfermedad crónica de desmedro, no está reconocida actualmente como transmisible al ser humano, pero su estrecha relación con la EEB hace que las medidas de salud pública sean ineludibles. Se pedían también comentarios sobre qué se considera ser el factor más importante para reducir al mínimo los daños causados por una enfermedad emergente. Setenta y ocho de los 85 países respondieron. De las 78 respuestas, 71 destacaron la importancia de la detección precoz y de una respuesta apropiada y rápida al problema, específicamente, formación y capacitación de los reguladores, eficiencia y exactitud del sistema de diagnóstico en laboratorio, y la capacidad de la Administración para ejecutar planes de emergencia. Las siete respuestas restantes decían que el principal factor para reducir los daños al mínimo es mejorar los controles en las fronteras. Parte 4 - Relación de las enfermedades animales emergentes con la sanidad Ochenta y uno de los 85 (95%) países disponen de algún tipo de mecanismo para notificar las enfermedades animales emergentes a grupos de salud pública. Dichos Conf. OIE 2001 mecanismos son muy variados, pero la mayoría de los países dijeron que los métodos más corrientemente utilizados son las comunicaciones regulares, impresas o electrónicas. Setenta y nueve de los 85 (92%) declararon recibir comunicaciones de las autoridades sanitarias sobre enfermedades emergentes en los humanos. Solamente dos países no cuenta con comunicaciones en ninguna dirección. Cuarenta y uno de los 85 (48%) países realizan ejercicios sobre las enfermedades emergentes (21 sólo ejercicios teóricos; 8 sólo ejercicios prácticos; 12 teóricos y prácticos). De estos 41 países, 23 hacen participar a funcionarios de sanidad en alguna fase del ejercicio. De los 85 países que contestaron, 18 (21%) sabían que se hacen ejercicios similares con enfermedades humanas emergentes. Sobre estos 18, 16 dijeron que los Servicios Veterinarios participan en los ejercicios, en general de modo activo. Cuarenta y cuatro de los 85 (52%) países contestaron que, en caso de que aparezca enfermedad animal emergente simultáneamente con un problema de salud pública debido al mismo agente etiológico, existe un plan definido de control. De estos 44, la mayoría declaran que son planes específicos por patógeno y relacionados con las enfermedades o los animales que son agentes zoonóticos conocidos, como brucelosis, tuberculosis, rabia, y más recientemente, EEB. Varios países dijeron que hay excelentes relaciones entre los servicios veterinarios y sanitarios para desarrollar nuevos planes al aparecer zoonosis emergentes. Dos países dicen que los servicios sanitarios y los veterinarios están completamente integrados en la misma estructura organizativa. Cuarenta de los 85 (47%) indicaron que los Servicios Veterinarios y las autoridades sanitarias comparten planes generales de emergencia. Parte 5 - Función de la OIE en las enfermedades animales emergentes Se pedía contestar con sí/no a la pregunta de si la OIE debería establecer un mecanismo específico para notificar enfermedades animales emergentes. Setenta y nueve de los 85 (93%) países contestaron „sí‟. De los que contestaron „no‟, las razones apuntadas fueron que ya hay mecanismos actualmente y que si se animara a los Países Miembros a notificar con mayor presteza, no se necesitaría un sistema nuevo. (Nota: El Artículo1.1.3.3.1.d del Código Zoosanitario Internacional– 2000 reza: ‘Notificación por telex, telegrama, fax o correo electrónico, dentro del plazo de 24 horas, de todos los sucesos siguientes: para las enfermedades de la Lista A, si hay alguna novedad que sea de importancia epidemiológica excepcional para otros países’) Sesenta y nueve países facilitaron sugerencias por escrito sobre la función de la OIE. Sesenta y cuatro de ellos alentaron a la OIE a participar en la coordinación de la asistencia técnica y la formación relativas a nuevas enfermedades emergentes. En concreto, se propuso que la OIE actúe como conducto o centro distribuidor de informaciones y que la evaluación de las pruebas de diagnóstico y las metodologías de control corra a cargo de sus Comisiones de Expertos y que se difundan normas provisionales. Una identificación rápida de los expertos técnicos contribuirá a paliar los daños causados por las enfermedades emergentes. Varios países indicaron que la OIE podría auspiciar y facilitar debates sobre las enfermedades nuevas y las respuestas apropiadas y que se debería establecer un servicio similar a ProMED. Otros añadieron que debe alentarse más activamente la notificación franca de enfermedades para que tal sistema funcione en condiciones. Otra sugerencia frecuente fue que la OIE podría asumir un papel más activo en la investigación en curso sobre enfermedades nuevas/emergentes elaborando listas de lo que se investiga sobre cada enfermedad en los Países Miembros. Las Conf. OIE 2001 Comisiones de Expertos de la OIE podrían así revisar esas listas, identificar las carencias y hacer recomendaciones para colmar las lagunas en la investigación. Algunos apuntaron una nota de cautela. Antes de que la OIE se implique en las cuestiones de enfermedades animales emergentes, deben sentarse las bases de un lenguaje común. Las interacciones en torno a estas cuestiones deben centrarse en compartir informaciones de manera útil y didáctica. Lo que no ocurrirá si los países temen que se les impongan restricciones comerciales. DISCUSIÓN El comercio mundial y las presiones que ejerce la exuberante población humana nos garantizan que seguirá habiendo enfermedades animales emergentes. Se ha demostrado que muchas de ellas tienen un impacto significativo sobre la producción, el comercio y la salud pública. Una detección precoz y respuestas prontas por parte de las autoridades son los medios más eficaces de reducir al mínimo sus devastadores efectos. Un mecanismo de notificación para que los países puedan ponerse al corriente y compartir información de modo oportuno y conjunto contribuiría mucho al control global de la propagación de estas enfermedades. Este mecanismo debe ser rápido, transparente y sin implicaciones punitivas. BIBLIOGRAFIA 1. Boesch D.F. (2000). - Measuring the health of the Chesapeake Bay: toward integration and prediction. Environ. Res., 82 (2), 134 142. 2. Brown C.C. & Slenning B.D. (1996). - Socioeconomic aspects of foreign animal diseases. J. Am. Vet. Med. Assoc., 208 (7), 1038 1040. 3. Carpenter M.S., Appel M.J., Roelke-Parker M.E., Munson L., Hofer H., East M. & O‟Brien S.J. (1998). - Genetic characterization of canine distemper virus in Serengeti carnivores. Vet. Immunol. Immunopathol., 65, 259 266. 4. Hedrick R.P., El-Matbouli M., Adkinson M.A. & MacConnell E. (1998). - Whirling disease: re-emergence among wild trout. Immunol. Rev., 166, 65 376. 5. Hooper P.T. (2000). - New fruit bat viruses affecting horses, pigs, and humans. In: Emerging Diseases of Animals, Brown C.C. & Bolin C., eds. ASM Press, Washington DC, USA, 85 100. 6. Linthicum K.J., Anyamba A., Tucker D.J., Kelley P.W., Myers M.F. & Peters C.J. (1999). - Climate and satellite indicators to forecast Rift Valley fever epidemics in Kenya. Science, 285, 397 400. 7. Perera R.S., Johnson M., Collins M., Lewis D.H. (1995). - Streptococcus iniae associated with mortality of Tilapia nilotica and T. aurea hybrids. J. Aquat. Anim. Health, 6, 282 286. 8. Swayne D.E. (2000). - Understanding the ecology and epidemiology of avian influenza viruses: Implications for zoonoticpotential. In: Emerging Diseases of Animals, Brown C.C. & Bolin C., eds. ASM Press, Washington DC, USA, 101 130. 9. Whipple D.L. & Palmer M.W. (2000). - Reemergence of tuberculosis in animals in the United States. In: Emerging Diseases of Animals, Brown C.C. & Bolin C., eds. ASM Press, Washington DC, USA, 281 300. Curso: Salud Pública I Quinta Parte Enfermedades exóticas Legislación OIE-Senasa ENFERMEDADES EXOTICAS ¿QUÉ ES UNA ENFERMEDAD EXOTICA? En su definición más estricta, una enfermedad exótica es aquella cuyo agente no está presente en el ambiente. También puede considerarse así a aquellas enfermedades que no se encuentran en un área y tiempo determinado; la que no se detectó oficialmente en un país o región; y puede referirse a un serotipo particular de un agente presente en ese país. Los criterios por los cuales se puede considerar que una enfermedad es exótica pueden ser: Luego de un estudio para determinar su situación epidemiológica, no se detectó oficialmente en un país o región. Luego de controlada, transcurrió tiempo suficiente (el reconocido por los especialistas en el tema, recomendado por los organismos internacionales y avalado con un análisis de situación) para considerara su erradicación. Un correcto análisis de riesgo indica que no se encuentra en el área. No se ha comprobado su presencia mediante diagnósticos d laboratorio de reconocimiento internacional. Otros conceptos que cada día cobran mayor relevancia son los de enfermedades emergentes y enfermedades transfronterizas. Enfermedades emergentes: son enfermedades nuevas o manifestaciones nuevas de enfermedades conocidas, pueden ser cambios en su presentación (incidencia, mortalidad) o en su distribución geográfica. Por ejemplo, fiebre del Ébola. Enfermedades transfronterizas: son aquellas con impacto significativo en la salud pública, la economía y el comercio y/o la seguridad alimentaria. Pueden ser de amplia difusión entre países y que requieren del esfuerzo internacional para combatirlas. Por ejemplo, Fiebre aftosa en el cono sur. Dentro de los factores que favorecen la emergencia y difusión transnacional de estas enfermedades se destacan el crecimiento demográfico y desarrollo económico (India, China y otros) con una mayor demanda de alimentos, especialmente, derivados animales. Las unidades productivas aumentaron su tamaño con poblaciones animales de menor variabilidad genética y, por tanto, menor resistencia a las enfermedades. Estos fenómenos también se relacionan con alteraciones ambientales globales, cambio climático llevando a modificaciones en la distribución y competencia de vectores y reservorios. Además, el creciente intercambio y comercio internacional es otro factor que contribuye a la difusión de las enfermedades. Durante los últimos años los países de América Latina, han realizado, actividades para mejorar sus defensas contra la introducción de Enfermedades Exóticas de los animales. Es por ello que distintas organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), se han esforzado para mantener una vigilancia de dichas enfermedades, despertando la conciencia y capacitando a organismos técnicos para la prevención de las mismas. Muchos países han quedado desprotegidos dado el incremento del intercambio comercial de animales vivos, material genético, productos y subproductos de origen animal. Además la velocidad de transporte internacional permite que muchas plagas animales pasen de un continente a otro en pocas horas, al eliminarse el aislamiento relativo de las barreras naturales. La situación se ve agravada por los numerosos pasajeros que introducen ilegalmente materiales de riesgo. Así también debemos considerar los desechos de aviones, barcos, y otros medios de transporte que ponen en riesgo la integridad sanitaria de una nación. Con el propósito de mantener a un país libre de enfermedades exóticas de los animales debe contarse con: - un sistema de vigilancia epidemiológica que garantice y avale el accionar de los organismos de sanidad animal - una permanente actualización de los avances científicos sobre las enfermedades - una evaluación del estatus sanitario nacional y mundial. - una política de riesgo mínimo o de riesgo calculado, con el correspondiente aval del indispensable análisis de riesgos para cada caso en particular. - un sistema multidisciplinario de detección de enfermedades animales - sistema legal apropiado - planes de emergencia sanitaria Además se requiere interactuar coordinadamente con los pa´ñises limítrofes, cuando se trata de un problema regional. POSIBLES CONSECUENCIAS 1. DAÑO EN LA SALUD ANIMAL No se considerará el daño por morbilidad y mortalidad en animales de interés zootécnico, que dependerá de la patogenicidad y virulencia del agente, sino también de animales de compañía y deporte, como así también el desequilibrio ecológico que puede resultar de verse afectada la fauna silvestre. 2. DAÑO EN LA SALUD HUMANA Algunas de las enfermedades exóticas son zoonosis implicando un alto riesgo para la salud humana. La aparición de la variante de Creutzfeldt-Jakob (más de 100 casos en el mundo), asociada con encefalopatía espongiforme bovina (BSE) o la epidemia de Nueva York, del virus del Oeste del Nilo, que produjo decenas de muerte en seres humanos, son sólo dos ejemplos de la importancia del tema. 3. IMPACTO SOCIAL Ante las pérdidas económicas que provoca la presencia de una enfermedad exótica, disminuyen las condiciones socio–económicas de la población afectada, pudiendo causar migraciones internas y desarraigo. También se incluye, el impacto que implica los temores por la salud pública sobre el consumo interno (ejemplo disminución del consumo de carne por BSE en Europa). 4. IMPACTO ECONOMICO Si el efecto de las enfermedades endémicas resultan en graves pérdidas para el sector, las enfermedades exóticas pueden resultar en un verdadero desastre nacional cuando logran introducirse en países libres de ellas, por ejemplo, el sacrificio de millones de aves en Asia por la gripe aviar. Además de los costos derivados directamente de las campañas (valor de los animales sacrificados por razones sanitarias) se le deben agregar los costos indirectos como, entre otros, los correspondientes a pérdidas en el comercio exterior, reducción de la productividad y producción, impacto en el mercado interno, pérdida del material genético PÉRDIDAS DE MERCADOS EXTERNOS VIGENTES Y POTENCIALES La aparición y posterior convivencia con una nueva enfermedad, implica de por sí, un gran costo económico, incluyendo las posibles pérdidas de mercados internacionales. En muchas ocasiones es muy difícil distinguir entre las restricciones puestas por protección contra enfermedades y las barreras paraarancelarias erigidas por razones políticas o económicas. En este último caso, la enfermedad solo sirve como pretexto para imponer barreras comerciales. Se denominan como “Barreras Comerciales no Arancelarias”. La ausencia de estas enfermedades permitiría evitar estos pretextos. Además puede resentirse otro tipo de comercio (Ej. el de granos) por temor de algunos países compradores, a que los productos estén contaminados por organismos causantes de enfermedades animales o de artrópodos transmisores de las mismas. COSTOS DERIVADOS DE LA APARICION DE LA ENFERMEDAD Y DE LA CONVIVENCIA CON LA MISMA El costo que implica que una enfermedad exótica, merced a fallas de las barreras de defensa, pueda convertirse en endémica se comprende al analizar el estudio teórico- económico realizado en EEUU con respecto a la Peste Porcina Africana (PPA) en forma hipotética, los mismos corresponden conlas cifras reales del costo que implicó la erradicación de PPA y Peste Porcina Clásica en Haití. En un pequeño brote, los costos de erradicación estimados ascenderían a aproximadamente U$S 7.000.000; en caso que la enfermedad se convirtiera en endémica el costo sería de U$S 300.000.000, en un programa de erradicación a 5 años. IMPACTO EN EL MERCADO INTERNO Producido por la caída de la oferta ante la disminución de la producción y de la demanda por tendencia de los consumidores a sustituir el producto que se cree peligroso. BARRERAS DE DEFENSA CONTRA ENFERMEDADES EXÓTICAS PRIMERA BARRERA DE DEFENSA PREVENCIÓN 1. SISTEMAS DE INFORMACIÓN ADECUADOS Y ÁGILES Información sobre la salud animal a nivel mundial(a través de la OIE) Procesamiento y análisis de la información. Distribución ágil y oportuna de la información. 2. NORMAS DE REGULACIÓN PARA AMPARAR LA IMPORTACIÓN DE ANIMALES, SU MATERIAL GENÉTICO, PRODUCTOS Y SUBPRODUCTOS. Estas normas contienen las exigencias sanitarias que deben cumplir y certificar oficialmente las autoridades veterinarias de los países que exporten estas mercancías a la República Argentina. Tales exigencias contemplan los siguientes aspectos: Análisis del estatus sanitario de los países que originan los intercambios comerciales. Análisis de riesgo. Directrices internacionales. Fluida comunicación entre los Servicios Oficiales de Sanidad Animal. 3. SERVICIOS DE CUARENTENA OFICIAL (DCA-SENASA) Elaboración y cumplimiento de la normativa (mencionado en “). Instalaciones fijas (lazaretos, predios cuarentenarios) de mediana y alta seguridad. Establecimientos para operaciones en la frontera, previamente inspeccionados y habilitados oficialmente para tal fin. Controles en pasos de fronteras. Colaboración de la Administración General de Aduanas. SEGUNDA BARRERA DE DEFENSA DETECCIÓN Si logra franquear la Primer Barrera, debe garantizarse el correcto funcionamiento del: 1. SISTEMA DE VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA Rápida sospecha clínica ante las enfermedades de dudoso diagnóstico y de todas las patologías en general sin confirmación de Laboratorio. Reporte inmediato a las autoridades cumpliendo con la normativa vigente. Técnicas de laboratorio oficiales que confirmen la enfermedad exótica rápidamente. Acceso ágil a laboratorios nacionales e internacionales de referencia. Requiere: a. Sensibilización del sector ganadero y de los Médicos Veterinarios oficiales y privados b. Cumplimiento de la Obligatoriedad de la Notificación. c. Sospecha crítica ante la presencia de enfermedades en terreno o de diagnóstico incierto en laboratorio. d. Confirmación de laboratorio por personal especializado. 2. LABORATORIO DE DIAGNÓSTICO Laboratorios oficiales de medicina y alta seguridad a nivel nacional. Sensibilización y Capacitación de profesionales de laboratorio oficiales y privados. Técnicas diagnósticas seguras, adecuadas y accesibles. TERCER BARRERA DE DEFENSA SISTEMA DE EMERGENCIA SANITARIA La creciente tendencia a la internacionalización y la globalización de las economías incrementa los intercambios comerciales con diversos países (MERCOSUR, acuerdos bilaterales) y con ello el ingreso de enfermedades exóticas. Si bien la Primera Barrera de Defensa contra el ingreso de las enfermedades exóticas y otras de importancia sanitaria, es la adopción de medidas de Cuarentena, ya establecidas por SENASA, el país debe estar preparado para dar una respuesta rápida y adecuada en caso que las enfermedades penetren esa primer barrera. Esta barrera de defensa, rápida, concreta y eficaz, se lleva a cabo mediante la organización de Equipos de Emergencia capacitados y entrenados permanentemente, para actuar en contingencias sanitarias que permiten la detección temprana de la enfermedad o el reconocimiento de situaciones de emergencia dadas por enfermedades existentes. Toda demora en el sistema definido, puede dificultar el control e imposibilitar la erradicación causando importantes pérdidas sanitarias y económicas.Este Equipo, debe estar formado por agentes que posean las siguientes características: a) Sensibilización para la captación de las circunstancias relacionadas con hechos de emergencia sanitaria. b) Capacitación científica, técnica y administrativa adecuada para un eficaz funcionamiento en situaciones de todo tipo. c) Adiestramiento permanente, mediante cursos, talleres, ejercicios de terreno y en gabinete, que garanticen un constante entrenamiento y agilidad en la capacidad de respuesta. d) Espíritu de cuerpo, para un accionar armónico, mediante la integración real, priorizando las relaciones humanas con humildad e inteligencia. El correcto y eficiente funcionamiento del equipo de emergencia, aumenta la confiabilidad de nuestros servicios sanitarios ante los Organismos Internacionales, permitiendo de este modo conservar y ampliar los mercados mundiales para nuestros productos agropecuarios. LEGISLACION SANITARIA En este capítulo se tratan las leyes 3.959 (de Policía Sanitaria Animal) y la 15.465 (de Enfermedades de Notificación Obligatoria), pero es preciso tener en cuenta que en aquellos casos en los que la actividad laboral lleve a actuar en territorios provinciales y/o municipales, es necesario informarse acerca de las leyes que solo rigen en sus respectivos ámbitos jurisdiccionales. Ley de Policía Sanitaria En el año 1900 se sanciona la Ley de Policía Sanitaria Animal Nº 4.155, promulgada en 1902. En 1906 se pone en vigencia el nuevo Reglamento de la Ley que es el que actualmente rige. A través de los años se fueron incorporando modificaciones mediante distintos decretos que incluyeron otras enfermedades que, por su importancia, deben ser combatidas por el estado. En diversos artículos de la ley, así como en el Decreto Reglamentario, se prevé el accionar del Estado en los controles sanitarios fronterizos y en el movimiento de ganado; y hasta la matanza de los animales enfermos o en riesgo de transmitir noxas de alta peligrosidad. Así en su art. 1º expresa que la defensa de los ganados en el territorio de la República contra la invasión de enfermedades contagiosas exóticas y la erradicación de las ya existentes en el país, se hará efectiva por el Poder Ejecutivo por los medios que esta Ley indica. Actualmente, este poder de policía sanitaria es responsabilidad del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. El SENASA mantiene un sistema cuarentenario capaz de garantizar las operaciones de exportación e importación a través de diversos métodos de prevención y control para evitar el ingreso de animales y sus productos potencialmente capaces de introducir noxas de riesgo para la salud humana y animal. La ley 3959 contiene una enumeración de las enfermedades de comunicación obligatoria. Diversas normativas posteriores, la fueron actualizando. La Resolución 422/2003, y complementarias, llevaron a que estas enfermedades se correspondan con las de la Lista establecida internacionalmente por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Esta obligatoriedad de denunciar, en forma inmediata, la presencia de enfermos o sospechosos de estarlo ante la autoridad sanitaria más próxima, alcanza a veterinarios, laboratoristas y toda otra persona propietaria o encargada de animales que, de cualquier manera los tengan al cuidado o asistencia. Por lo expresado, la acción del veterinario rural es muy importante para la detección y denuncia inmediata de las enfermedades con carácter obligatorio, ya que en ciertas regiones es el único profesional que llega al campo. Por ello, deberá compenetrarse de la legislación vigente para así poder actuar consecuentemente ante la presencia de estas enfermedades. Enlos artículos 60º y 61º se mencionan las penalidades de la ley que se impondrá a todo aquel que no denuncie las enfermedades o infrinja las disposiciones de la misma. ACTIVIDAD PRÁCTICA: para completar este texto realice la siguiente actividad: 1. Ingrese a la página web de la OIE en: www.oie.int 2. Busque en esta página la situación sanitaria de nuestro país para el año pasado y responda: ¿Cómo se encuentran clasificadas las enfermedades? http://www.oie.int/ ¿Cuáles podrían ser consideradas exóticas para la República Argentina? ¿Identifica alguna enfermedad que no sea de comunicación obligatoria? Identifique tres enfermedades endémicas. 3. Qué otra información considera usted valiosa que pueda ofrecer la página web de la OIE? LEY DE NOTIFICACION DE ENFERMEDADES TRANSMISIBLES N° 15.465 En numerosas oportunidades, durante el desarrollo de la actividad profesional, nos enfrentamos a situaciones que nos generan dudas: ¿Debemos denunciar un caso clínico, el diagnóstico de laboratorio o patológico que estamos observando? ¿Es esa enfermedad de comunicación obligatoria? ¿Si es así, ante quien debemos efectuar la denuncia? ¿Cómo, cuándo y en que plazos hacerlo? ¿Si no lo hacemos, que sucede? La participación del médico veterinario en actividades de salud pública crece día a día. Esto implica la necesidad de conocer cuales son las enfermedades de notificación obligatoria, en particular las enfermedades transmisibles zoonóticas. Se dispone de una Ley y dos Decretos Nacionales, que legislan sobre este tema. La Ley N° 15.465 sancionada en 1960 y los Decretos modificatorios de la misma son los N° 3.640 y 2.771, sancionados en 1964 y 1979, respectivamente. Un caso particular lo constituye la Rabia: cuenta con la Ley N° 22.953 que legisla sobre su prevención y control en el ámbito nacional y con la Ordenanza municipal N° 41.381, que tiene jurisdicción en la Ciudad de Buenos Aires y fija las normas para el control de la enfermedad, estableciendo el registro los profesionales veterinarios. ¿Qué enfermedad debemos notificar? En su art. 1°, la Ley 15.465 determina la obligatoriedad de la notificación en todo el territorio de la Nación de los “casos” de las enfermedades incluidas en esa ley. El Decreto 3.640/64 define en su art. 1° como caso de enfermedad de notificación a aquel confirmado clínicamente o por laboratorio, y agregan las definiciones de portador (“.... aquellos que alojen es su organismo gérmenes patógenos sin presentar síntomas clínicos .....”) y vector (“..... invertebrado que transmite esos gérmenes ....”). En el art. 2° de la Ley 15.465 se propone un ordenamiento de las enfermedades de notificación obligatoria en cuatro grupos, denominados A, B, C y D; siendo el D el reservado para las enfermedades exóticas y/o de etiología desconocida. En el art. 3° del Decreto 3.640/64 se especifican las definiciones para cada uno de los grupos. Así, en el grupo A se incluyen las enfermedades que son de notificación obligatoria para los organismos internacionales de salud pública en el lapso de 24 hs. En el grupo B se reúnen las “enfermedades de registro”, o sea aquellas que requieren la individualización de casos con datos personalizados. En el grupo C se unifican las enfermedades infecto – contagiosas comunes, de las que sólo interesa conocer el número total de casos para fines estadísticos. El grupo D se incluyen las exóticas. En el art. 1° del Decreto 2.771/79 se modifica la nómina y el agrupamiento de las enfermedades de notificación obligatoria marcadas por la Ley 15.465. A continuación se presentarán algunas de las enfermedades que figuran en este cuerpo legal con las que un veterinario puede enfrentarse durante el cumplimiento de sus actividades profesionales. Anexo del Decreto N° 2.771/79 Clasificación de enfermedad de notificación obligatoria (Ley N° 15.465) GRUPO A (de notificación inmediata por la vía rápida) Enfermedades objeto del Reglamento Sanitario Internacional A.1. Cólera A.2. Fiebre Amarilla A.2.a) urbana A.2.b) rurales o selváticas A.3. Peste A.3.a) humana A.3.b) en rodeos A.4 Viruela A.4.a) mayor A.4.b) menor (Alastrim) A.5. Tifus exantemático transmitido por piojos A.6. Fiebre recurrente transmitida por piojos GRUPO B (notificación caso por caso, Enfermedades de registro) B.10. Botulismo B.12. Enfermedad de Chagas – Mazza B.12.1. Aguda B.12.2. Crónica asintomática B.12.3. Crónica sintomática B.12.4. Crónica con cardiopatía B.14. Hidatidosis B.16. Paludismo B.18. Rabia B.18.1. Humana B.18.2. Personas mordidas o expuestas a contacto con animales sospechosos o rabiosos B.20. Tuberculosis B.20.1. pulmonar con baciloscopía positiva B.20.2. pulmonar sin baciloscopía o con baciloscopía negativa B.20.3. extrapulmonar B.20.4. meníngea B.22. Triquinosis B.23. Fiebre Hemorrágica Argentina B.24. Esquistosomiasis B.41. Leishamaniasis B.49. Psitacosis B.53. Tifus endémico murino transmitido por pulgas GRUPO C (notificación por número total de casos; con o sin discriminación por edad, sexo, u otras características) C.31. Brucelosis humana C.32. Carbunco humano C.40. Infecciones e intoxicaciones alimentarias C.40.1. a estafilococos (toxina estafilocócica) C.40.2. a salmonellas C.41. Leptospirosis C.44. Anquilostomiasis C.46. Envenenamiento por animales ponzoñosos C.46.1. ofidismo C.46.2. aracnoidismo C.50. Rabia animal GRUPO D (incluye enfermedades exóticas o desconocidas y aquellas conocidas y no incluidas en los grupos anteriores cuando se presentan en extensión inusitada o con caracteres de peculiar gravedad, alta mortalidad) GRUPO E (enfermedades no transmisibles. Notificación por número total de casos; con o sin discriminación por edad, sexo, u otras características) E.90. Intoxicación por pesticidas E.90.1. clorados E.90.2. fosforados E.90.3. otros tóxicos (especificar) ¿Quiénes deben efectuar la notificación En el art. 4° de la ley 15.465 se mencionan los profesionales de la salud que están obligados a efectuar la notificación. El apartado (b) de ese artículo hace mención específica a los médicos veterinarios como responsables de efectuar la comunicación cuando se trata de animales enfermos o portadores, o cuando se hubiera practicado un reconocimiento sobre los mismos o sus cadáveres. El apartado (c) extiende la obligatoriedad a los laboratoristas y anátomo– patólogos (ocupaciones que pueden ser desarrolladas por veterinarios) que hayan efectuado exámenes que comprueben o hagan sospechar alguna de estas enfermedades. En el Decreto N° 3.640/64 (art. 4°) se incorpora, para estas mismas profesiones, la obligatoriedad de comunicar la presencia de vectores, cuando su número y actividad haga temer la presencia de la aparición de enfermedades transmisibles. El listado de enfermedades presentado puede exceder lo que normalmente “llega” como caso a un profesional veterinario, pero es importante recordar que en determinadas circunstancias es el veterinario el único profesional capacitado para atender en problemas de salud, o aquel que suele tener más contacto con poblaciones rurales, por lo que debe tener presente estas enfermedades y los mecanismos adecuados para efectuar su notificación. ¿Cómo se debe efectuar la notificación En el articulado de la Ley 15.465 se especifica que la notificación deberá ser dirigida a la autoridad sanitaria más próxima (art. 6°), por escrito (art. 7°), y en forma inmediata, aún ante la
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