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Copyright @ 2015 – Todos los derechos reservados Portada Renato Klisman Repaso Mariza Miranda Janaina Rico Diagramación Amaral, Tatiana 1. Literatura brasileña. 2. Romance. Derechos de esta edición totalmente concedidos la editora Pandorga. ES Prohibida la copia del material contenido en ese ejemplar sin el consentimiento escrito de la editora. Ese libro es fruto de la imaginação del autor y ninguno de los personajes y acontecimientos citados en él tiene cualquier equivalente en la vida real. 2 Queridos lectores, No había como comenzar este libro sin antes agradecer a todos que llegaron hasta aquí conmigo. ES con mucho enorgullezco que, después de una inmensa lucha, presento el tercero y último libro de esta linda trilogia. Sé que la mayoría de vosotros me acompaña diariamente y a causa de eso conoce mi batalla. Para escribir un libro no basta sólo tener una buena idea. Yo sería muy leviana se creyera que sólo eso bastaba. Cuando escogí ser escritora, a pesar de creer que nadie escoge ser escritor y, sí, nace escritor, no creí que sería fácil, muy menos deseé que fuera. La lucha es árdua, real y muchas veces injusta, pero fue así que yo me descubrí. Entonces, por no ser una opción, me resta luchar para que al menos merezca la pena. Vosotros también saben que yo no escribo sola. Lo que sería de mis libros se dependieran sólo de mí? Estos pocos años como escritora descubrí que sola yo no soy nadie. Yo no quería ser sólo una escritora, quería ser la escritora, y por este motivo busco en todos mis trabajos mejorar en calidad sin nunca creer que ya hice el suficiente. Y es por el mismo motivo que hoy trabajo con un equipo que, así como yo, cree en mis libros y se esforza para aprimorá-los hasta el límite, para que podamos entregar el mejor cada uno de vosotros. Así, cuento hoy con cinco personas que se dedican a mi trabajo. Ya que llegamos hasta aquí, permitid que yo haga una observación. Ser escritor, capista, revisor ortográfico, revisor crítico, asesor de prensa y de marketing es una profesión así como abogado, médico, ingeniero, psicólogo, doméstica, ambulante, autónomo... Y todas ellas deben ser rentables, una vez que nada es más justo del que recibir el salario por sus esfuerzos. Concuerdan? Lo que sería de cada uno de estos profesionales si, al final del mes, descubrieran que no recibirían salario porque su trabajo fue pirateado? La pirataria es crimen. Quién distribuye, pide, o indica donde encontrar comete un crimen. La pirataria literaria mata un autor por día. Si no por la infindável tristeza de ver su trabajo desrespeitado y desvalorizado, entonces por la falta de recursos para aprimorá-lo. No se engañen con a 3 falsa demagogia. Si fuera interesante para los autores tengan sus obras distribuidas gratuitamente, ellos propios lo harían. La verdad es que cada vez que una obra vacía de esta forma, el autor deja de vender y, en el efecto cascada, deja de conseguir recursos, estímulo, respeto e interés. Usted lector, que valora aquel libro que tanto ama. Que admira aquel escritor increíble. Haga lo que es justo y correcto no permita que la obra sea pirateada. Denuncie. Busque el autor, la editora, la comisaría de informática, pero no deje que la historia que tanto lo hizo soñar sea destruida. Júntese a la esta lucha y diga no a la pirataria. Gracias! Tatiana Amaral 4 Para mi nueva guardia: Wilza Mary Medeiros, Allane Mágilla, Adriana Prado, Marcia Fráguas y Tatiana Cabral. Por estar a mi lado, aún en silencio. Por entender mi ausencia, aún estando cerca. Por fortalecerme con amor y por nunca permitir que yo desistiera. Cierro esta trilogia por vosotros y para vosotros! Gracias! 5 “Yo sabía que sería de aquella forma. Que él se magoaria al punto de no haber condiciones de perdón. Que yo entraba en un juego tan complicado y pesado cuánto lo que él hube establecido con Tanya. Que no permitía vuelta. Era lo aunque ser enterrada viva. Sufocante, medonho, aterrorizante. Porque yo sabía que en aquel momento nada más podría ser cambiado. Robert me odiaba y con eso conseguiría encajarse perfectamente en la segunda parte del plan. Era preciso ser fuerte, pero yo no era. Y sólo entendí eso en aquel instante.” 6 PRÓLOGO El sol casi no aparecía en aquella mañana fría y chuvosa. El mal tiempo si prolongaba y mucho se hablaba en una posible nevasca. Melissa no podía haber escogido un momento peor para volver, pero, llevándose en consideración su posición, el mejor a hacer era iniciar nuestra estrategia. Miré el reloj por la milésima vez confiriendo y confirmando el suyo retraso. La tensión no abandonaba mi cuerpo. Del lado de fuera de la limusine, adecuadamente comprada para recibirla como debería ser de aquel momento en delante, apreté mi casaco al cuerpo y encendí un cigarrillo. No dejé de más una vez desear abandonar aquella adicción. Quién sabe después que toda la locura acabara. Mi celular tocó en mi bolsillo. Carol. - Hola – intenté no ser gentil de la forma como me gustaría ser. Carol estaba infiltrada en el grupo C&H Medical Systems desde que yo acepté envolverme en aquella bagunça. Intentaba vanamente convencerme de que fue un error, sin embargo lo que yo no hacía por Melissa Simon? �����Ћ��������� Ella ya llegó – su voz demostraba impaciencia. �����Ћ��������� Pero aún no apareció. Estoy aguardando. �����Ћ��������� Si alguna cosa hubiera acontecido nodos seríamos los primeros a saber Dean – suspiré. Carol no merecía mi aflicción. �����Ћ��������� Sólo quiero que todo salga bien. Sólo eso. �����Ћ��������� Correcto. Acabé de ser informada de que ella está desembarcando. Buena suerte. Desconecté y volví mi atención para el inmenso navío mi frente. A principio no a reconocí. Un poco más alta, debido a los enormes saltos, un casaco de piel calentando y protegiendo su cuerpo. Óculos oscuros, cabellos rubios... Rubio definitivamente le caía bien. Batom rojo dejando sus labios aún más deseados. Aquella no era la Melissa que yo conocía. Cada paso dato soportando una pequeña bolsa de mano era milimétricamente calculado. Ella era otra mujer. La mujer que hube llevado tres meses ensaiando para ser. Sería posible? Sin desviar un único según la atención del que acontecía a su redor, Melissa se aproximó. Seria. Paró por segundos, que me parecieron interminables, después retiró los óculos y me encaró. Fue imposible no observar sus uñas perfectamente pintadas o las joias que ostentava. Melissa – no conseguí desviar el mirar. 7 Dean – y entonces ella sonrió. Aquella simple sonrisa suavizó su mirar y su expresión. Por un breve según ella volvió a ser la Melissa que yo tanto amé un día. Una mujer dulce, romántica, enamorada y apaixonante. La misma que había sido enterrada por las confusiones de Robert Carter. Como fue el viaje? Cansativa. Chicago está enregelante – y sus feições volvieron a endurecer. Otra vez ella se hizo aquella mujer fría, calculista y desprovida de sentimientos. Que exhalaba riqueza y luxuria. Una mezcla definitivamente peligrosa. Instintivamente pensé en Carol. Ella era fuerte y decidida, y me amaba como nunca fui amado antes, pero Melissa... Podemos entrar? – dos hombres debidamente escogidos para acompañarla en aquel viaje de vuelta al hogar, se aproximaron cargando maletas, ciertamente conteniendo parte de la farsa. Claro! – abrí la puerta dándole pasaje. Ella pasó por mí dejando su perfume en el aire. El mismo de siempre, dulce y simple, como su personalidad. Tal vez un indicio de que mantendría una mínima fracción del que realmente era. Quién sabe como un recordatorio, para que no se perdiera por el camino. Se acomodó y permaneció mirando para el frente. Estiré el aire frío dejándolo quemar en mis pulmones y entré acomodándome a su lado. Luego el coche ganó movimiento. Odio esta peruca – pero ella sonrió y yo imaginé lo cuánto se divertía actuando de aquella forma. ES sólo por un tiempo... Hasta mañana – fue categórica.Suspiré. Melissa estaba imposible desde que descubrió... Era difícil creer. Usted tiene certeza? Dean... Sólo quiero saber. Sé que pasó los últimos tres meses preparándose para esta batalla, pero preciso sepa si usted tiene certeza. Tengo! – ella me encaró decidida. Melissa hube cambiado mucho. Se hubo Hecho fuerte y determinada. Miel... Yo volví Dean. Voy a cumplir con el combinado. Por favor, no ahora. Yo prometí, no fue? No voy a dejarla sola – desvié el mirar y cerré la divisoria aislándonos. – Usted sabe que eso va a destruirlo, no sabe? Tiene conciencia de que será un golpe duro y que puede ser 8 irreversible? Yo tengo conciencia de todo. Voy a cumplir con el planeado. Melissa, él te ama. Robert no dejó de buscar por usted un único momento. Yo... Merda, Miel! Robert va a tener lo que siempre buscou. No fue él quien decidió que pasaría por cima de todo y de todos para llevar esta batalla adelante? No fue él quien no supo desistir antes de hacer todo un infierno? Usted está siendo dura. Acuérdese que... No pasé tres meses escondiéndome como una criminal para volver atrás porque no puedo machucá-lo. Esta guerra es real y Robert tendrá que soportarla. Todo bien. Vamos a seguir con el plan. Trajo el documento? Sí – ella abrió la pequeña bolsa y retiró de allá el papel que tanto ansiábamos. Déjeme verlo – cogí el documento y el escaneei con mío celular enviando el mensaje automáticamente para Carol. – Pronto, en segundos él será insertado en los archivos de Chicago y tendrá validez legal. Gracias – ella cogió firme en mi mano y por un segundo demostró inseguridad, rápidamente se recuperó. Entonces... bien venida al hogar, mi esposa. - Que seamos felices, mi marido. Y volvió a sonreír, de una manera diferente, que anulaba todo lo que yo conocía y podía esperar de Melissa Simon. 9 CAPÍTULO 1 Intenté mantener el foco en el que Bruno hablaba. Mi cabeza estaba uno caos desde que... Era difícil pensar en aquella realidad. De hecho, era sólo en el que yo pensaba. Como si mi vida ya no hubiera cargada el suficiente de momentos desesperadores, yo aún tenía que aprender a convivir con la falta que Melissa hacía. Suspiré pesadamente. Como yo estaba diciendo... – la voz de Bruno llenó mi mente robándome la atención. Encaré mi hermano y él parecía preocupado conmigo. Era muy difícil disfrazar la apatia. El peor de todo era que todos los participantes de aquella reunión conocían muy bien mi situación. Olívia, Nicole, Paul, Bruno y Tanya. Todos compartían mis secretos. Conocían los crímenes de la que aún se decía “mi esposa”, sabían de su chantagem con Melissa y el motivo de su desaparición. Por eso todos, con la salvedad de Tanya, hacían vista gruesa para mis actitudes. O la falta de ellas. Las estrategias implantadas alcanzaron los resultados esperados, por eso yo me gustaría anticipar lo que habíamos planeado para el segundo semestre. Creo que con las informaciones enviadas por los consultores de mercado este es el momento más adecuado... – Bruno continuaba hablando, sin embargo me perdí en el exacto momento en que él citó el cargo que sería de Melissa. Droga! Por qué yo no conseguía descubrir donde ella estaba? Nadie, nadie aún, conseguía encontrarla. Ni mismo Tanya, lo que me impedía de decidir se debería sentirme aliviado o preocupado. Claro que creí que la mejor estrategia para encontrar la mujer de mi vida era seguir rigurosamente todos los pasos de Tanya. Si ella había sido la culpable de aquel alejamiento, era de su interés cuidar para que permaneciera así. Sin embargo, ni mi esposa sabía del paradero de Melissa. Nadie sabía. Mi amante había desaparecido mientras yo dormía, conducido por mi desesperación. Lo que había acontecido? Como ella consiguió simplemente sumir. Dejar de existir. No había ningún lugar en el mundo en que Melissa Simon pudiera estar. Este no era el punto que más me preocupaba. Yo sabía que se durante todo este tiempo Tanya aún no hube conseguido colocar sus garras en 10 Melissa entonces estaba todo correcto con mi amante, sólo no entendía como Miel permanecía en silencio, aún ya teniendo se pasado tres meses. Ninguna carta, mensaje, señal de humo... Nada. Era como si ella nunca hubiera existido. Yo intentaba vanamente luchar contra la tristeza que me consumía por haber permitido que ella fuera aunque. Debería haber sido más fuerte. Haber mantenido Melissa a mi lado y cuidado de su seguridad. Yo sería prendido. Con certeza sería. Pero Tanya también. Y aunque supiera que se Melissa hubiera quedado, a esta altura el nombre de mi familia estaría en la lama, el mío equiparado a los peores pilantras de la historia de Chicago y el grupo, con certeza, no existiría más. Puta que pariu! Era un infierno y yo no enxergava ninguna salida. Tanya consiguió cercarme de todos los lados, aún sabiendo que yo también podría destruirla. Ella sabía que nada podría destruirme más del que mi calcanhar de Aquiles, Melissa Simon. Yo me enamoré y este amor me mató. Aún así. Aún sabiendo de todos los peligros, yo aún a quería allí, a mi lado, coge, mía, sólo mía. Como sentía su falta! En aquel instante mis ojos encontraron los que yo evitaba a cualquiera cuesto: Tanya. Ella percibió mi abatimiento y sonrió victoriosa. Mi gana era chafarla como a un insecto. “Todo su tiempo, Tanya. Todo su tiempo.” Existe el problema relacionado a los avances de las investigaciones con la energía nuclear – Paul interfirió destacando lo que estábamos enfrentando con los grupos de apoyo a las causas mundiales. – Deberíamos enfatizar en las investigaciones con las células-tronco y destacar los descubrimientos. Todos vosotros sabéis que nuestras máquinas quedan obsoletas en un parpadear de ojos. Estamos vendiendo y trabajando bien con los países subdesenvolvidos, a pesar de eso debemos tomar cuidado para que otra empresa no nos ultrapase. Por eso quiero adelantar los planes del segundo semestre. Esta es a hora más pertinente. Estamos en una excelente fase, con óptimos resultados en todos los sectores. Acabamos de contratar un grupo de jóvenes científicos que... Más una vez me perdí en la conversación. Melissa adoraría participar de esta nueva fase. El año nuevo, así como las nuevas inversiones, los mismos que ella había ayudado a planear, nos dejaban en estado de gloria. Sería perfecto, infelizmente no era. Nada más tenía gracia y valor. Principalmente porque yo sabía que mucho en breve la guerra, hasta entonces 11 aplazada, acontecería. No daría para esconder la suciedad debajo de la alfombra la vida toda. A la corta o a la larga, Tanya o yo, caeríamos, y el tombo haría una confusión imposible de ser ignorado. Y entonces? – miré para mi madre que me encaraba intentando disfrazar su piedad. Sentí odio. Si usted cree que es necesario... – yo no podría opinar. Poco había conseguido absorber de aquella reunión. Mi cabeza sólo conseguía trabajar en una forma de derrumbar Tanya y de encontrar Melissa. No sé como vamos a mantener nuestra posición si nuestro CEO anda más preocupado con sus necesidades particulares del que con el grupo – todos miraron para Tanya, que no se intimidó. – Hace dos meses yo vengo pidiendo el apoyo de vosotros para algo que va mucho además de los nuestros intereses personales. Robert perdió la capacidad de gestionar estas empresas. Él no tiene disposición, ni gana para administrar todo con pulso fuerte. Desde que Melissa desapareció de la faz de la Tierra... - Ya llega Tanya! Levanté recogiendo los papeles que utilicé para la reunión. Abgail levantó rápidamente para cogerlos de mis manos. Era imposible olhá- la sin sentir la pontada de tristeza por no ser Melissa allí. Abby volvió a trabajar así que mi novia sumió en el mundo. Ella insistió que estaba bien y que no podríamos arriesgarnos con una nueva secretaria. Acabé concordando, a fin de cuentas, estábamos en guerra, era mejor no correr riesgos. – El consejo está reunido y sesea de la gana de todos que yo me aleje del cargo... - No! – Olívia fue categórica, sin ni darse al trabajo de mirar para mi esposa. – Nuestra opinión continúa siendo la misma. Nadie mejor del que usted, mi hijo, para gestionar nuestros intereses. - Gracias! Ya que estamos decididos, agradezco a todos por la presencia. Bruno usted tiene mi aval para dar inicio al proyecto. Vamos para el almuerzo, volvemos en dos horas. Tanya me encaró y sus ojos decían muy más del que a serenidade que intentaban transparecer. Ella intentaba vanamente hacerme reaccionar a sus embestidas. Suyo más reciente plan era derrumbarme del cargo de CEO. Era una cretina! - Pedí su almuerzo – Abgail informó en voz baja mientras Olívia caminaba en mi dirección. – Va a ser más fácil despistá-la – parpadeó y salió. Sonríe. Abby era una óptima amiga. - Vamos a almorzar? – mi madre entrelaçou su brazo a mi y me estiró para fuera de la sala de reunión. 12 - Abgail ya providenciou mi almuerzo, Olívia. Tengo cosas importantes para resolver. Estas reuniones están atrasando mi trabajo – ella sonrió y acarició mi brazo. Usted adelgazó. Necesito conferir de cerca su alimentación. Por qué no viene a pasar un tiempo con su madre? – pasé la mano en los cabellos e intenté sonreír. Si Olívia supiera lo cuánto deseé poder simplemente pasar un tiempo con alguien que no deseara destruirme. Ya pasé de la edad de dar trabajo a la madre. Yo estoy cuidándome. ES sólo el ritmo acelerado del inicio del año. No se preocupe. Nicole con certeza va a adorar almorzar con usted. Sí. Ya combinamos. De cualquier forma, hoy a la noche yo quiero usted allá en casa. Usted sabe que... Robert? – Tanya se aproximó impidiendo mi madre de continuar la conversación. – Necesitamos acertar algunos detalles acerca de aquella donación. Con permiso – Olívia se despidió de mí sin mirar para Tanya. Ella no conseguía interaccionar más del que el necesario con mi esposa, aún chocada con todas las revelaciones. Al menos así yo sabía que mi madre estaría protegida de su influencia. Sobre lo que usted quiere conversar, Tanya? Pensé haber dejado claro que no apruebo y no aprobaré la donación mientras no haya un real recadastramento de estas instituciones. Usted aún no me entregó el culpable por el último desfalque. Aún tengo las pruebas y estoy sólo aguardando el descubrimiento del responsable para entregarlo a la policía. No puedo más admitir que situaciones como estas acontezcan. Yo te dijo. No sabemos como aconteció. No podemos simplemente parar con las donaciones porque alguien nos robó. Miré para Tanya dejando claro que ella no conseguiría engañarme. Ella me encaró de manera dura. Desde que Melissa y yo aceptamos sus chantagens y volví para casa que dividíamos, nos agredíamos en un enfrentamiento directo y claro. En verdad, yo ignoraba Tanya de todas las formas posibles. No había más la necesidad de fingir un relacionamiento, muy menos de tratarla con cortesia, como acontecía antes, cuando mi familia no sabía de la verdad. Sin embargo, dentro de la empresa era imposible fingir que ella no existía. Ella tampoco colaboraba mucho. Sus ataques eran constantes y certeiros. Ella intentaba desacreditarme. Cuestionaba mi capacidad profesional, alertaba sobre mi apatia, jugueteaba con la tristeza y se divertía con el sufrimiento que me asolaba. Yo la odiaba! - Los grupos van a caer sobre nuestras empresas sin ninguna piedad, Robert. Si usted no suaviza por un lado, no consigue encubrir lo 13 otro. No estamos haciendo nada de errado. Muchas propiedades fueron compradas con el dinero de este grupo, donadas para una institución teóricamente fantasma, y tras restauradas, con nuestro dinero, fueron vendidas con supervalorização. Y nadie consigue hallar un culpable. La persona se presentó con un proyecto. Había respaldo legal para todo lo que hicimos. Como podríamos prever que era una quadrilha? Muchas empresas están cayendo en el mismo golpe. Entonces necesitamos cambiar nuestras estrategias. Por el visto la forma como usted está gestionando su sector no es de más adecuada. Quién puede me garantizar que no existe un dedo suyo en esta podridão toda? Yo tenía casi certeza de que Tanya sabía que yo poseía las pruebas para incriminarla. Sin embargo, ella no actuaba porque creía que yo temía por Melissa. Yo realmente temí por mi novia, hasta certificarme de que ni aún mi esposa sería capaz de encontrarla. Si existía una hora en que yo podría actuar para destruir Tanya, era aquella. - Proviene que yo estoy envuelta en cada uno de sus tropeços, Robert. Presente para la comisión mi culpa – ella sonrió, pero sus ojos estaban raivosos. – Mientras usted no consigue nada, tenga en mente que yo aún soy la segunda mayor accionista y que su cargo no permite que impida mis proyectos. Proyectos estos que, de hecho, están salvando su piel, o usted prefiere tener los ambientalistas bombardeando cada uno de sus nuevas inversiones? Acuérdese, célula-tronco, clonación, nada de eso es bien acepto por la sociedad. La humanidad aún es un monte de primatas jugueteando de ser Dios. No se engañe. Dios no pierde su tiempo con avances científicos, y sí con proyectos que lo coloca por encima de todos. Él es un estrategista, así como yo. - O un CEO, así como yo. Su sonrisa se deshizo. Tanya me encaró por algunos segundos hasta que desistió. Voy a llevar el problema al consejo durante la segunda pauta. Si ellos no quered darme crédito, llevaré la situación a los grupos ambientalistas. Vamos a ver cuántos pasos usted consigue dar después que ellos sepan lo que está haciendo. Con permiso, Tanya. Yo tengo cosas más importantes a resolver del que oír sus amenazas. Dándole la espalda entré en mi sala, conocedora de que ella podría seguirme, si así deseara. Sin embargo Tanya dio el asunto por concluido. Derrotado, senté en mi silla y encaré el ordenador. 14 Nada más era seguro. Mi esposa no insistió en esconder que mientras yo me hundía en tristeza y depresión, ella actuaba, cercándome por doquier. La desaparición de Melissa había quitado mi suelo. Tardé días para volver a entender que necesitaba continuar, que Tanya no recularía y, principalmente, que no podría tener la mujer que yo amaba mientras aquel infierno no tuviera un fin. Todo lo que yo podía hacer entonces era vigilar y aguardar y fue lo que yo hice. Puedo traer su almuerzo? – miré para Abgail y fui tomado por una pontada de tristeza. No siento hambre – para disfrazar conecté el ordenador y accedí mi cuenta. Usted nunca tiene hambre, Robert. Aún así, es importante continuar – desistí de intentar mantener distancia de aquella realidad. Encostei en la silla y pasé las manos por los cabellos. - Yo sólo quería encontrar las malditas pruebas. Descubrir adónde Tanya las esconde. Si consiguiera neutralizar sus ataques yo pasaría por cima de ella como un rodillo compressor. - Yo sé. Yo también – ella me miró de una manera extraña. Había algo de diferente en mi secretaria, que estaba disfrazado por su habitual temperamento complacente. – Voy buscar su almuerzo. Abby salió de la sala volviendo rápidamente. Como de costumbre, sentó a mi frente para almorzar juntos. Encaré mi prato sin ninguna gana de alimentarme. Ella comió analizándome atentamente, como se quisiera incentivarme. Como está su relacionamiento con Adam? – ella sonrió. Adam es un cretino! Concuerdo. Él continúa creyendo que yo puedo ayudarlo a localizar Melissa, y Tanya continúa creyendo que yo soy manipulada por su marionete. ES bueno que ella continúe creyendo – Abby comió en silencio. Coloqué un poco de comida en la boca, más por la necesidad de permanecer fuerte del que por la gana. Abby, yo sé que ya te pregunté eso antes, pero... Yo no puedo ayudarte, Robert. Siento mucho! Correcto... Correcto – volví a comer, desesperado para encontrar alguna cosa que ocupara mi mente que no estuviera directamente conectada la Melissa. Ella va aaparecer. Yo sólo quedo preocupado. 15 Melissa no es ninguna niña frágil. Ella es más fuerte del que usted es capaz de imaginar. Yo sé. Aún así, no consigo dejar de preocuparme – Abby me miró pensativa. Su expresión llamó mi atención. Cuidado con sus expectativas – fue cómo uno lamento. Inmediatamente quedé en alerta. Lo que usted sabe que yo no sé Abgail? – ella se meneó incomodada, pero sonrió con inocencia. Sólo que Melissa es una persona complicada. Ella nunca es lo que esperamos que sea – el recuerdo del cuánto aquellas palabras eran verdaderas me hizo sonreír y a la vez quedar receoso. – Necesita de más alguna cosa? No. Gracias! Así que Abgail salió, cogí el teléfono y conecté para Tom. Pela primera vez en tres años yo no conseguía contacto con mi investigador particular. Lo que estaba aconteciendo? Intenté más una vez. Nada. Tom no daba señal de vida hace dos días. Yo nada sabía acerca de Tanya, de sus armações y principalmente de nuestra incansável búsqueda por Melissa Simon. Mi teléfono tocó. Sí? Sr. Carter, la Srta. Garcia está aquí con un archivo solicitado por el señor. Lo que debo hacer? Srta. Garcia? – quién diablos era la Srta. Garcia? Hum! La nueva asistente ejecutiva del Sr. Otaki – miré para fuera de la sala, visualizando la mujer en cuestión. Ella era alta, piel levemente bronzeada, cabellos rubios cortados en la altura de los hombros. Poseía un cuerpo escultural, aunque estuviera usando ropas ejecutivas. Su blusa blanca permitía que el volumen de los senos fuera apreciado por la fenda del decote discreto. Ella era deseable. Usaba óculos, lo que a dejaba aún más sensual. Instintivamente mi mente lanzó miles de imágenes de Melissa en aquella sala. Sus sonrisas, suyos mires, sus gestos tímidos y osados. Suspiré desviando el mirar. Sr. Carter? Mándela entre – desconecté antes que Abgail consiguiera me entupir de preguntas. La chica entró con pasos firmes de alguien que sabe lo que está haciendo. Era destemida. Sus ojos azules encontraron los míos. Puta que pariu! Como yo sentía la falta de Melissa. Sr. Carter, el informe solicitado – extendió la carpeta sin aguardar 16 por mí. Srta. Garcia – observé su reacción. Ella nada dijo, sólo me encaraba. – En que exactamente la senhorita trabaja? Sector de seguridad de la información, señor – sonríe. Mi idea acerca de las mujeres que componían tal sector no llegaba ni cerca del que la Srta. Garcia era. Consiguieron identificar algún fallo? – cogí el informe sin querer envolverme con él mientras la mujer estaba presente. El Sr. Otaki sería la persona más capacitada para informarlo, señor. La senhorita, no? – intenté ser intimidador, pero ella no pareció sorprendida ni temerosa. Con certeza, sí. Pero yo sigo órdenes y las que recibí del Sr. Otaki fueron claras. Yo doy las órdenes. Hábleme lo que encontró – ella suspiró pesadamente. Su ordenador continúa protegido, señor. Sólo eso? Sí, Sr. Carter. Identificamos diversas amenazas de invasión, además de una búsqueda minuciosa acerca de los documentos que el señor utiliza en las nubes, sin embargo el esquema aún es seguro. Entiendo. Y los demás ordenadores de la empresa? Todos sufrieron ataques. Los que no ofertaban riesgos fueron invadidos y utilizados como puerta de entrada. Conseguimos sanar los problemas y ninguna información vació. Los sectores de investigaciones, los proyectos... Nada. Todos los estudios e investigaciones continúan reservados y en la más perfecta seguridad. Inclusive los que sólo yo tengo acceso? Principalmente, señor. Ok. Gracias, Srta. Garcia. Eso es todo – ella sonrió y sus labios eran extremadamente convidativos. Tuve el cuidado de no mirarla más del que debería. “Melissa me mataría.” Mi teléfono volvió a tocar. La Srta. Garcia discretamente salió de mi sala. Sí? Hora del show! – Abby estaba más empolgada del que antes. Dejé el informe sobre la mesa, recogí mis pertenencias y salí de vuelve a la sala de reuniones. Olívia y Nicole ya aguardaban por mí, pero Tanya aún no había aparecido. Lo que ella estaría haciendo? 17 Paul y Bruno? Están llegando. Bruno fue coger un informe que Alexa olvidó de enviar – mi hermana estaba animada. Con certeza había engreído Olívia o Paul a hacer algunas de sus ganas. Vamos entrando. Necesito de la ayuda de vosotros para un problema. Tanya? – mi madre ya sabía que cuando yo me refería a un problema, con certeza estaba conectado mi esposa. Sí. El problema de las donaciones. No puedo liberar el presupuesto mientras no tenga certeza de que ella no colocará sus garras... Robert, yo pensé mucho sobre el asunto y tengo una idea, si usted esté en consonancia, es claro! Sí, Olívia. Lo que usted pensó? Si Tanya creer que usted no sospechosa de ella, quedará más a la gana para continuar con sus armações, entonces cuando esté creyendo que no conseguirá alcanzarla, usted tendrá pruebas suficientes para derrumbarla. Ella puede destruir nuestro patrimonio se tardemos mucho. No. El valor es irrisório. Tanya nunca haría una fortuna con el valor de las donaciones, hasta porque, ella está desviando sólo una parte, ya que necesita justificar sus acciones. No sé Olívia. Ella va a traer el asunto para la pauta. Déjela intentar. Nodos vamos a favorecerla. Usted irá a exigir que yo a acompañe de cerca, entonces tendremos todo lo que necesitamos. Ya corremos riesgos demás. No puedo colocarla en la línea de frente. Yo no corro riesgo. Voy a atrasar sólo un poco los planos de ella. Mientras eso usted se concentra en encontrar la seña y traer Melissa de vuelta – tocó en mi brazo con carinho. No quería colocar mi madre en aquella confusión, pero si yo quisiera acabar inmediatamente con aquella historia era mejor utilizar todas las armas. Correcto! Por favor, haya cuidado! Tanya llegó junto con Paul y Bruno. Ella estaba furiosa. Pasó por todos sin preocuparse en ser educada. Abby entró inmediatamente enseguida, acertando los últimos detalles. Vamos a comenzar inmediatamente con eso. Aún tengo cosas para resolver y no puedo perder muy tiempo. Paul usted... Un minuto – Tanya interfirió levantando y encarando la mía familia. - Yo me gustaría traer un problema y pedir al consejo que vote a mi favor – miró para mí y yo señalicé que continuara. Senté en mi silla, crucé las piernas y aguardé por su espectáculo. – Como todos saben fuimos víctima de una armação criminal... 18 Ella continuó hablando, utilizando toda su capacidad de persuasão para convencerlos. Tanya se expresaba de una manera fantástica. Ella era una líder nata y como tal, conducía fácilmente cualquier simple mortal a una guerra nuclear sólo para atender a sus caprichos. Era correcto de que ella conseguiría su objetivo, si no fuera por un único detalle: todos sabían que ella era la culpable. Por eso yo pido que voten por la liberação del presupuesto. El grupo puede sufrir un significativo impacto si las donaciones sean suspensas, como nuestro CEO pretende hacer. No es de nuestro interés trabar una lucha con... Fue cuando la puerta de la sala de reuniones se abrió. Miré curioso y irritado por ser interrumpidos, pero paré petrificado, sin creer en el que estaba viendo. Melissa estaba parada a la puerta. Mucho yo podría observar en aquella imagen, sin embargo no fue su rostro perfectamente maquiado, o su ropa alineada y visiblemente cara, muy menos las joias que ella ostentava que llamó mi atención. Sólo el hecho de ser Melissa mi frente. La mujer de mi vida, mi ángel salvador, la misma que yo había buscado desesperadamente por tres meses sin saber donde encontrarla, fue el suficiente para desarmarme. Melissa! – todos estaban tan espantados cuánto yo. Reunión del consejo sin mi presencia? No creo que eso sea posible – entonces me di cuenta. Aquel no era su sonrisa. Aquellos no eran sus gestos. Ella caminó lentamente sin mirarme una única vez. Sus pasos eran fuertes, decididos y llenos de confianza. Ella paró en laextremidad opuesta a mi y finalmente me encaró. La mayor accionista de este grupo no fue comunicada acerca de esta reunión. Anthony? – el hombre que la seguía se adelantó y entregó algunos papeles la Abgail que inmediatamente trató de distribuirlos. Continué paralizado, mirando aquella mujer tan familiar y a la vez tan extraña. Nada del que yo sentía conseguía ultrapasar las barreras que parecían suspensas entre nodos dos. Eso es un absurdo! – Tanya fue la primera a manifestarse. – Robert? Como usted explica? ES exactamente lo que vosotros estáis leyendo. Yo, Melissa, soy la mayor accionista del grupo C&D Medical Systems. Compré las acciones del Sr. Carter. Todas. Por eso declaro que esta reunión está concluida. Y que este deslice no vuelva a acontecer. Puta que pariu? Lo que yo hice? 19 CAPÍTULO 2 Robert me miró con emoción. Casi, por un segundo yo pensé en volver atrás. Pero necesitaba ser corajosa el suficiente para seguir enfrente. Aquel reencuentro no sería ni un poco desconfortável cerca del que aún tendríamos por el frente. Él tendría que ser fuerte. Yo necesitaba ser fuerte. Reunión del consejo sin mi presencia? No creo que eso sea posible – evité mirar en su dirección. Era difícil demás mantenerme firme delante de su mirar. Principalmente tras tanto tiempo. Sin embargo fue imposible permanecer distante de su presencia. Robert era como un ímã. - La mayor accionista del grupo no fue comunicada acerca de esta reunión. Anthony? Señalicé para que mi abogado cuidara de comunicar las novedades. Abby, como habíamos combinado, trató de ayudar. En aquel momento mi atención estaba toda vuelta para Tanya. Era el golpe que ella necesitaba llevar y lo que yo soñé y planeé por largos tres meses. Sonríe deliciada con su reacción. ES exactamente lo que vosotros estáis leyendo. Yo, Melissa, soy la mayor accionista del grupo C&H Medical Systems. Compré las acciones del Sr. Carter. Todas. Por eso declaro que esta reunión está concluida. Y que este deslice no vuelva a acontecer. Como? Miel? Usted... – Nicole levantó y caminó en mi dirección. Tuve el cuidado de mantenerme fría y distante. – Lo que está aconteciendo? Donde usted estuvo? Robert... – y entonces ella se dio cuenta que estaba en medio a un golpe. En instantes yo vi las emociones modifiquen en el rostro de aquella que había sido mi amiga. Ella miró para Olívia y para Robert y después para mí. Sus ojos llenos de lágrimas y dolor. Explique eso – habló aún incapaz de creer. Yo explico – Anthony tomó el frente mientras yo caminaba pela sala. Robert no quitaba los ojos de mí. – El Sr. Carter vendió sus acciones mi cliente. Todas cómo ya fue dicho. De esta forma, estamos asumiendo la dirección del grupo C&H Medical Systems, como es de derecho. Imposible! – Tanya esbravejou espantada demás para mantener la compostura. No. Vosotros recibisteis una copia del contrato de venta. Firmado por el Sr. Carter y por la Sra. Melissa – Anthony me miró con recelo, 20 tomando lo debido cuidado para no mencionar nada además de eso. Robert no puede vender las acciones de él. Yo soy la esposa. Yo tengo derecho sobre ellas. No con el pedido de divorcio datado anteriormente la firma del contrato – tomé la palabra sonriendo triunfante. – Yo soy la dueña de todo. Nuestro querido Robert Carter tuvo el cuidado de mantener en secreto nuestro acuerdo, pero ahora yo estoy de vuelta y ansiosa para volver al trabajo. Robert? – Olívia parecía chocada con mi revelación. Robert continuaba encarándome. Sus ojos eran un poco de todo: miedo, rabia, tristeza y saudade. Saudade! Yo no podría permitirme. Ella está hablando la verdad. Siento mucho! – desvió los ojos y se meneó desconfortável en su poltrona. Por qué usted hizo eso? Sin conversar con el consejo, conmigo que soy su hermano! Robert, yo pensé que sus planes eran Bruno estaba perdido. Incapaz de entender que, en aquel momento, Robert y yo no éramos aliados y sí enemigos. Tal vez más del que de Tanya. No es ningún secreto que yo y Robert éramos amantes hasta poco tiempo atrás. En el auge de su guerra con Tanya él me convenció a firmar este documento. Un poco antes del consejo aprobar las nuevas medidas, que lo impedirían de venderme sus acciones sin el consentimiento de vosotros. Entonces es todo una jugada, Robert? Vosotros actuasteis para impedirme de quedar con las acciones? – Tanya no escondía la rabia, Robert nada decía. Él me observaba, como un predador analizando su presa. Los demás se mantenían callados, acompañando lo que acontecía. En la correcta no sabían como comportarse, ya que todo podría ser más una de las armações del CEO del grupo. Esta venta no puede ser legal. Melissa no poseía recursos financieros para comprar acciones con el peso comercial de las del grupo – Tanya sacó el celular e iba a comenzar la discar para alguien cuando a interrumpí. - Existe una cuenta en mi nombre, adónde periódicamente un valor era depositado. Claro que vosotros podéis imaginar de donde este dinero salía. El hecho es que yo, de la noche a la mañana, pasé a tener muy dinero, lo aunque fue utilizado para la compraventa de las acciones. También tenemos una transacción bancaria que comprueba que el dinero salió de mi cuenta, con mi autorización y fue depositado en la del Sr. Robert Carter. Un valor justo, a pesar de alto. Todos miraron para Robert, que continuaba encarándome, sin reaccionar. Él suspiró oíblemente y se inclinó sobre la mesa. - Era para garantizar su seguridad – fue como si las demás personas no estuvieran allí. Él hablaba y miraba directamente para mí. Sus ojos 21 me quemaban. Fueron tres meses preparándome para aquel momento. Tres meses aprendiendo a ser indiferente, fría y calculista. Sin embargo mirando Robert, volviendo a sentir su presencia, todo se hacía muy más difícil del que fui capaz de prever. Bueno, garantizó. Gracias! – forcé una sonrisa diabólico. Era sólo lo que me faltaba. Esa... Desclassificada va a quedar con las sus acciones? Yo no voy a admitir. Voy a entrar con un recurso en la justicia para cancelar la venta. Usted no está en su juízo perfecto, Robert. Sólo puede ser eso. Como su esposa mandaré cerrarte. Cerrado o no, el contrato tiene valor legal, Tanya – ella me miró con odio. – Como usted misma dijo: esa fue la foda más cara que él ya tuvo – sonríe desafiadoramente. - Gracias a todos. Vamos remarcar esta reunión para mañana, aún horario, aún local. Anotó todo, Abgail? Sí. Anotado. Óptimo! Ahora por favor, volved al trabajo. Estamos en una fase excelente y las empresas no funcionan solas – me volqué rápidamente. – Tanya, Robert, en su sala... Mejor, en mi sala – sonríe triunfante dándoles la espalda. Caminé sin alterarme. Anthony me acompañó, aguardando del lado de fuera junto con Abgail. Tanya y Robert entraron juntos. Él parecía no sepa lo que esperar. Sus ojos eran especulativos. Buscavam por alguna señal. Nada decían. Ya su esposa caminó en mi dirección batiendo palmas. Un óptimo golpe, pero yo voy a probar en la justicia que vosotros dos tramaram este circo para quitar lo que es mío por derecho. Mi marido y la amante. Él dando el dinero que ella necesitaba para justificar las ventas de las acciones. Y de donde vino este dinero, Melissa? Eso usted tendrá que explicar al juez. Lo que será que la sociedad hará con esta información? Al contrario de usted, Tanya, a mí no me importa la opinión de la sociedad. Si no fuera de esta forma yo nunca aceptaría ser la amante – Robert colocó las manos en los bolsillos e inclinó la cabeza para el lado, analizando mis colocaciones. – Vamos al que interesa. Yo soy la nueva accionista mayoritaria, gústele usted de este hecho o no. Mi abogado está allá fuera y usted puede pedir para el suyo buscarlo para discutir la situación. En el momento yo quiero definir algunas reglas. Que reglas, chica? Usted enlouqueceu? Somos un grupo sólido, respetado y venerado en el mercado mundial. No va a serusted que va a llegar colocando orden en la casa. Existe un consejo y ninguna decisión puede ser tomada sin la aprobación de ellos. Si está pensando que conseguirá 22 alejarme está muy engañada. Yo soy la segunda mayor accionista, tengo derechos y puedas que a impide... Llega Tanya! Guarde su petulancia para quien aún tiene paciencia con usted – miré sugestivamente para Robert. - Quiero el responsable por el desvío de presupuesto en los proyectos de donaciones del grupo. No soy Robert y definitivamente no tengo motivos para temer sus amenazas. Quiero un culpable o a acusaré de desfalque. ES mejor pensar en una justificación aceptable – ella quedó chocada con mis palabras. Su boca se abrió para una respuesta, pero nada dijo. Robert estrechó los ojos. Puedo dar un jeito en eso – y la amenaza estaba allá. Era lo que yo necesitaba para actuar. - Tengo certeza que sí. Yo sé quién es usted y del que es capaz. Pero no voy me sujar con este juego imundo. Mi único objetivo es cuidar del que me pertenece. Si usted y Robert van digladiar por una merda de una seña, haced eso lejos de mis empresas – ella sonrió con ironia. Espero que usted esté bien satisfecho Robert. Su amante aún va a destruir todo pelo que luchó para mantener de pie. Ex amante – más una vez él me miró en choque. – Y por hablar en eso... Robert? Usted está dimitido. El quê? – hablaron a la vez. No puede hacer eso. Él es el CEO. El mejor gestor que ya tuvimos. Usted enlouqueceu. Que especie de golpe es ese? – Tanya permanecía alarmada. Sin entender hasta donde yo sería capaz de llegar. Melissa, yo puedo conversar con usted? – arqueei una ceja y crucé los brazos. – La sós – su mandíbula trincada indicaba que él estaba en su límite. ES una armação? Van a discutir ahora las reglas de esta brincadeira? Están pensando que van a engañarme con esta encenação? Yo no voy a caer en esta historia, Robert. Entendió? Vaya hondo, Melissa. Dimítalo. Ya está hecho – di la vuelta en la mesa y senté en su silla imponente. No está no! – él esbravejou. – Usted sumió por tres fodidos meses. Fue aunque sin ninguna señal de vida. Enlouqueceu-me, me torturó, me destruyó y vuelta de este jeito? Yo no te di las acciones. Fue sólo una maniobra para impedir que Tanya las alcanzara. Fue una forma de mantener mi promesa. Droga! Él finalmente explotó. Temí pelo que sería capaz de decir y principalmente por no saber hasta donde yo conseguiría ir. Pero el plan no era aquel? Robert no necesitaba estar destruido, humillado? No era este mi objetivo, o parte de él? Entonces por qué mi corazón no entraba en 23 acuerdo con mi mente y aceptaba que tendría que ser de aquella manera? Usted me dio el dinero? Droga, Melissa! Sí o no? – él me miró con rabia y frustração. Pasó las manos en los cabellos estirando el aire con fuerza. – Sí o no, Robert? Yo confié en usted. Y yo en usted. Por el visto las cosas no acontecieron como esperábamos, no es? Melissa... Usted me dio el dinero? Sí – silbó. Yo firmé la transferencia del valor? Firmé el contrato de compraventa y venta? No sea cínica – gruñió. – Usted sabe muy bien que yo hice eso porque creía que usted nunca tendría coraje de robarme. Y yo te robé? Hasta donde sé todo fue hecho en la más perfecta legalidad – entrelacei mis dedos. Merda! – gritó batiendo en la mesa. – No haga eso. No haga eso conmigo, Melissa. Yo... Droga! Lo que aconteció? Cuál es el motivo de eso todo? Yo no entiendo – dio dos pasos para tras, los ojos suplicantes y la autoconfiança totalmente sacudida. Usted me engañó, traicionó, humilló... Fue desonesto en diversos puntos. Usó mis sentimientos, mi confianza, me envolvió en esta suciedad que es su vida. Mintió! Usted transou con una chica de 17 años. Aquí – abrí los brazos indicando la sala. Fue imposible contener toda mi indignación. Yo estaba herida, magoada, irritada y con miedo. – Y tuvo a cara dura de decirme que yo fui la única a quebrar las reglas – ríe sarcásticamente. – La única? Hasta donde usted iría por esta seña, Robert? – a medida que yo hablaba él reculaba, invadido por los recuerdos y culpa. – Usted sabe que Tanya es la culpable por mi atentado y aún así la acobertou, por quê? Si yo era su vida, la persona que usted amaba. Como pudo? Está vengándose de mí? – su voz salió engasgada. – ES eso? Todo lo que yo hice por usted no fue el suficiente para probar mi amor? Amor? Yo casi morí por usted. Yo engañé, mentí, trapaceei. Fui lo que usted quería – levanté encarándolo con la misma intensidad que él me cobraba. – Lo que recibí en cambio? Una amenaza. Una loca psicopata intentando quitar mi vida. Ninguna oportunidad de que sus promesas se hicieran realidad. Este juego nunca tendrá un fin. Para vosotros dos, es claro. Para mí acabó. Estoy cogiendo lo que me pertenece y colocando la basura para 24 fuera. Tanya rió alto. En verdad ella gargalhou, pero Robert continuó encarándome, sin abandonar su ira, sin embargo dejando transparecer todo su dolor. Yo lo traicioné, así como él hizo conmigo muchas veces. Entonces por qué yo no conseguía placer con este hecho? Detesto admitir, pero usted va a necesitar del aval del consejo para dimitir Robert. Él tiene el control de las acciones de los demás miembros y apuesto que ninguno de ellos lo destituirá del cargo. Salvo si yo sea a favor – ella lo miró. Era fácil dejar que Tanya sintiera el poder en sus manos. Robert, de la misma forma de antes, sólo me observaba. – Yo seré contra, Melissa. Justicia sea hecha: Robert es nuestro mejor gestor y usted va a hundir el grupo más rápido del que las batidas de las alas de un beija-flor. Fingí pensar en el asunto. En verdad era fundamental que Robert estuviera por cerca. Formaba parte del plan la necesidad de mantenerlo bajo control. Pero yo bien sabía que Tanya no actuaría de forma tan coherente sin esperar nada en cambio. O ella veía en mí una aliada, lo que era óptimo, o apoyaría el marido en la tentativa de destruirme, lo que huiría un poco de mi objetivo. - Tiene razón. En los dos puntos presentados. No puedo negar que Robert Carter no es un profesional que pueda ser descartado – él bufou impaciente. – Ok. Robert está readmitido, sin embargo vamos a reformular su función. El quê? Yo tengo que participar activamente del que acontece en mis empresas. No puedo aceptar que vosotros dos continúen gestionando mis negocios dejándome de fuera. Lo que exactamente usted quiere Melissa? Quiere que yo continúe aquí dentro mirando usted usurpar de todo lo que es mío? Quiere que yo a ayude a gestionar lo que robó de mí? No cuente con eso. Quiere las empresas? Aprenda a administrarlas – Robert giró en retirada. Mi corazón aceleró. ES mejor usted no salir de esta sala – él paró delante de mi amenaza, volviendo a observarme. Lentamente, sosteniendo su mirar, senté y crucé las piernas. Mantuve la sonrisa en el rostro, a pesar de estar devastada por dentro. – Usted quiere aún destruir todo? Y su promesa? Y Maximus? – él suspiró y pasó las manos en los cabellos. Yo desistí de todo cuando necesité abrir mano de usted y ahora veo que nada mereció la pena. Todo lo que yo hice fue luchar para mantenerla alejada de esta merda. Yo no quería envolverla. No tuve otra elección, Melissa. Ahora usted está ahí. ES dueña de todo lo que yo luché arduamente para mantener. 25 Hasta entonces yo pensaba que Tanya había sido mi peor decepción. Mero engaño. Sentí sus palabras pesen en mi mente. Por un segundo creí que no conseguiría. Sin embargo era necesario. Yo necesitaba continuar. - La decepción muchas veces es necesaria para el aprendizado. Vea lo mi caso. Muchas veces pensé que la decepción me destruiría, sin embargo, en todos los momentos yo renasci de las cenizas, más fuerte y determinada – intenté colocar ironia en la voz, pero mis palabras sonaron tan verdaderas que me hicieron estremecer. – Usted va a superar – cogí el teléfono y disquei para mi más nueva secretaria.Sí? Puede entrar. Poco tiempo después Abby y Anthony entraron. Ambos sin jeito para vivenciar aquella situación. Robert miró rápidamente para Abgail, que desvió el mirar encarándome. - Abby, por favor, presente Anthony la Nicole. Diga que yo quiero que él conozca la empresa, todos los sectores, y que tiene carta blanca para cualquier cosa que necesite, además acceso a todo el material confidencial – ella hizo un gesto concordando. – Solicite una nueva mesa para esta sala, yo y el Sr. Carter vamos a trabajar juntos a partir de ahora. No preciso de un ordenador, traeré el mío. Usted irá a reportarse a nodos dos, a pesar de yo ser la autoridad máxima. Entendió? Ella miró para mí y después para Robert, que la miraba con atención. Abby desvió el mirar otra vez, demostrando timidez. Ella era aún muy cínica y disimulada. Pero este era nuestro acuerdo. Él no podría saber que nuestra secretaria formaba parte de mi grupo de aliados. Necesitaba hacerlo creer que aún podía confiar en la hermana de su esposa. - Como usted quiera. Tiene preferencia de local? Digo, para acomodar la mesa – miró para Robert de soslaio – hice una mueca pensando en el que saldría de mi boca. Si no fuera tan complicado yo podría reír. - Sr. Carter? El señor tiene alguna preferencia para el local de su nueva mesa? – él estrechó los ojos y abrió la boca para responder. Paró antes de permitirse contestar. Pasó las manos en los cabellos y negó con la cabeza. – Entonces quede la gana para escoger, Abgail. Desde que yo no necesite me acotovelar con nuestro CEO... – di de hombros. Más alguna cosa? - Abby demostraba ansiedad. No. En verdad acompañe la Sra. Carter. Yo necesito comenzar a trabajar. Sr. Carter colóqueme al corriente de todo lo que está aconteciendo – evité mirar directamente para él. 26 Se hizo un silencio embarazoso. Tanya permanecía de pie, me mirando con rabia. Robert parecía ansioso para estar solo conmigo. Yo estaba nerviosa y con miedo de este momento. Yo sería fuerte el suficiente? Lo que están esperando? – arqueei una ceja y crucé los brazos. �����Ћ��������� Con permiso – Tanya silbó saliendo luego enseguida. Abby y Anthony a acompañaron. En el mismo instante en que la puerta cerró yo sentí el peso de mis actitudes siendo cobrado por el mirar de mi ex-amante. Respiré fondo y levanté los ojos en su dirección. Robert estaba allá. Inmóvil. Cobrándome sin nada decir. La conexión aún existía con toda su fuerza. Él estaba más flaco, los cabellos más compridos y la barba por hacer. Aun así era la criatura más perfecta y fantástica que yo ya pude contemplar. Tragué en seco. Estaba sufocante. Aquella sala parecía minúscula para nodos dos y el tanto de sentimientos contenidos. - Yo preciso... – mi voz salió débil. Imposible de ser controlada. – Necesito ir al cuarto de baño – inmediatamente trilhei en dirección al cuarto de baño, cerrando la puerta atrás de mí. Conecté la torneira, pero me mantuve parada, mirando mi imagen en el espejo y repitiendo mentalmente que aquello todo era necesario. Fue cuando él abrió la puerta y entró, en el que entonces me pareció minúsculo cuarto de baño, mi corazón perdió una batida. 27 CAPÍT ULO 3 Miré, a través del largo espejo, para Robert Carter, lindo, imponente, otra vez seguro de sí. Él me encaró aguardando. Yo no conseguía respirar. Lo que acontecería? Lo que yo podría decir? Lo que él diría? Puta merda! - Puedo procesarlo por asedio, Sr. Carter – me volqué para encararlo directamente. Me forcé a mantener una sonrisa irónica en los labios. Él nada dijo. Sólo me observaba. – Lo que tiene para decir de tan importante que no podía esperar que yo dejara el sanitario? - Cuál es el juego, Melissa? – mantenía la voz baja. Desafiadora. - Juego? – ríe irónica. – Usted está intercambiando las personas, Robert – él dio un pequeño paso en mi dirección, mi cuerpo reaccionó con fuerza al sentir que él se aproximaría aún más. Merda! �����Ћ��������� Cuál es el problema? Lo que aconteció? – parecía más gentil, sin embargo suyo mirar de águila analizaba todos mis gestos. �����Ћ��������� Yo ya te dijo lo que aconteció? Lo que más necesita que yo explique? – reculé un poco quedando limitada por la bancada de la pia. Mi respiración estaba acelerada y necesité hacer un esfuerzo enorme para no gaguejar. Droga! No estaba en mis planes aquella aproximación. Era para él odiarme. Era para desear mi muerte. Entonces por qué él me miraba de manera tan suplicante? - Miel! – levantó la mano para tocarme. Aquel mínimo segundo pareció una eternidad. Todo el tiempo paró, el mundo dejó de girar, el sonido no existía más. Sólo Robert y yo, prendidos en aquel cuarto de baño sufocante, que en aquel momento valía toda a mi existencia. Todo porque él me tocaría. Después de tres míseros meses implorando para que no deseara tanto aquel instante, allá estaba yo, ansiosa para que él acortara la distancia y acariciara mi piel. Al aún tiempo, imploraba para que él no lo hiciera. Para que me dejara en paz y pudiera concluir el plan. Y entonces él me tocó. Fue como antes. Cerré los ojos. Mi cuerpo se encendió, la sangre corrió con fuerza en las venas, el aire quedó prendido en los pulmones. Era él. Robert estaba allá. Su piel en mi. Su toque caliente. Droga! Yo no podía! Yo no podía! Yo no podía! 28 �����Ћ��������� Sentí tanto su falta! – más un pequeño paso y su cuerpo estaba muy próximo. Él sussurrava. Su voz aveludada. Puta merda! Yo no podía! – Mire para mí! Respiré fondo forzando mi mente a aceptar que aquello era peligroso y que ceder sería estropear todo. Yo necesitaba entender, aceptar y continuar. Por mí, por Abby y por todos que fueron subjugados, humillados y destruidos a causa de aquel juego inescrupuloso, imundo e inhumano. Tenía que tener un fin. Porque nadie recomenza sin finalizar. No pueden existir restos, sobras, pendências. Todo necesitaba ser concluido. Abrí los ojos y encaré aquella iris ceniza, llena de amor y deseo. Era muy más bonito y perfecto del que mi mente conseguía retratar. Él aguardaba por mí. Sus ojos vagando entre mis labios y ojos. �����Ћ��������� Quite sus manos de mí – mi voz fraquejou. – Quite las manos de mí, Carter. �����Ћ��������� Por quê? Va a llevar todo de mí, actuar como si no valiera nada nuestra historia, negar que también pasó todos estos días ansiando para estar conmigo? Miel? Mire para mí! – cogió mi rostro con las dos manos forzándome a encararlo. – Yo amo usted! Y aquellas palabras forzaron mis barreras al límite. Cerré los ojos y pensé en todo mi sufrimiento. Todo lo que vivimos. Todas las lágrimas. Tanya. El coche me atropelando. Nicole alcanzada, extendida en el suelo... No! No! No! �����Ћ��������� Mire para mí – suplicou. – Miel, yo amo usted! Sólo... Sólo me diga que eso todo es un juego. Que usted está haciendo eso para intentar ayudarme a detener Tanya. Por favor! Melissa mire para mí. Miré para Robert determinada a continuar. �����Ћ��������� Yo odio usted, Robert Carter – mi voz no ayudaba mucho. No con él con las manos en mí. – Quite sus manos de mí. �����Ћ��������� No. Usted no me odia. Puede hasta estar intentando, Melissa, pero está fallando miserablemente – su voz continuaba aveludada. Una carícia para mis oídos, sentida en mi piel y acogida en mi corazón. Yo tenía que ser más fuerte. Entonces di una risada irónica. �����Ћ��������� Déjeme, Robert! Yo no amo más usted. De hecho, creo que nunca amé. Sólo entré en su juego y acabé dándome bien – él sonrió. Lentamente una mano dejó mi rostro y descendió para mi cuello. Mi piel correspondió a su toque. Puta merda! Era una disputa desleal. �����Ћ��������� Proviene – sussurrou aproximando sus labios de mis. – Proviene que usted no me ama. Hágame creer que todo no pasó de diversão – 29 roçou su nariz de mi quejo hasta mi oreja. – Diga que no sintió saudades – la voz ronca lanzaba llamas en mi cuerpo. Una invitación tentador a la perdición. Mientrasuna mano tocaba mi cuello, la otra descendió hasta mi cintura, deshaciendo los últimos centímetros que alejaban nuestros cuerpos. Estremecí visiblemente. Robert era fuerte demasiado en mí. Haberlo tan próximo era lo aunque rendirme. Que aceptar que yo era débil demás para aquella disputa. �����Ћ��������� ES sólo sexo, Robert – él sonrió de aquella forma única, que sólo él conseguía y solamente Robert Carter era capaz. Aquella sonrisa era mi perdición. �����Ћ��������� Entonces diga – su mano apretó mi cintura forzándome en su ereção. Puta merda! Como huir. – Diga que usted no me quiere más y yo acepto – sus labios roçaram mi cuello. Yo podía sentir la humedad en medio de mis piernas. Mi sexo latejando implorando por él. No! No! Merda! – Diga que no me ama, que fue todo hube mentido – llevó los labios en dirección a mis, parando a un milímetro de distancia. �����Ћ��������� Yo no amo usted – mi voz salió tan baja que fue casi imposible la oís. Él sonrió. �����Ћ��������� No? – roçou los labios en mis. Suspiré sintiendo un espasmo recorrer mi cuerpo. �����Ћ��������� No! – yo estaba rendida. Su mano me forzó un poco más. �����Ћ��������� Repita – a otra mano subió en mi nuca, posicionando mi rostro para su beso. �����Ћ��������� Yo... – estiré el aire. – Yo no amo usted – solté el aire aliviada por conseguir decir. Él me estiró a su encuentro, acariciando la base de mi espalda. �����Ћ��������� Vamos allá, Melissa. Usted puede hacer mejor del que eso – hijo de la puta! Él sabía que yo perdería. Sabía que mi cuerpo no aguantaría más. – Diga que no me ama. Su hálito caliente, sus labios deliciosos, sus manos imperativas. Yo no conseguiría más. - Yo... Yo no te amo... Y sus labios cubrieron los míos. Me tomaron con propiedad. Sentí aquel me gusta tan deseado, aquel calor tan soñado. Fue cómo atear fuego en un barril de pólvora. Y yo me vi rendida, entregue, sedienta por aquel hombre que destruiría todos mis planes. Su lengua tocó la mía, abriendo espacio en mi boca y forzándome a aceptarlo. Fue un beso fuerte, dominador, que no permitía rechaza. Y entonces él me abandonó, llevando los labios por mi cuerpo y explorando 30 con los dientes mi piel fervente. �����Ћ��������� Diga que no me ama – gruñió con la boca pegada a mi cuello. �����Ћ��������� Yo... - otra vez él me beijou con fuerza. Su mano firme en mi cabello, dictando sus reglas. Un beso feroz, saudoso, lleno de deseo. Involuntariamente me remexi en su ereção, causando un gemido extremadamente sexual que salió de su garganta. �����Ћ��������� Diga! – forzó mi rostro para tras, estirando mi cabello y se apossando de mi cuello. �����Ћ��������� Melissa? – la voz de Dean llenó el ambiente. Robert paró en el mismo segundo. Rápidamente nuestros ojos se encontraron. Él confuso y yo asustada. Era la mía deja. Yo necesitaba revertir aquel juego. �����Ћ��������� Yo no te amo más. Como yo dijo: es sólo sexo, Robert – y sonríe cínicamente. �����Ћ��������� Usted está ahí? – Dean batió en la puerta del cuarto de baño. Robert gruñió y cerró los ojos con fuerza. �����Ћ��������� Mi cuerpo reacciona a usted, pero es sólo lo que va a conseguir arrancar de mí. Yo no te amo más – él se alejó un poco y abrió los ojos encarándome cómo si no quisiera creer en el que oía. �����Ћ��������� Lo que Dean hace aquí? – sus manos me apretaron con más fuerza. �����Ћ���������Quite las manos de mí – fui más firme al lo sentís recular. Era necesario, yo repetía insistentemente, para que mi cuerpo entendiera. �����Ћ��������� Lo que. Ese. Idiota. Hace. Aquí? – Robert asumió otra personalidad. Otra que yo también conocía muy bien. Él estaba furioso y tomado por el ciúme. �����Ћ��������� Quite. Las. Manos. De. Mí – gruñí con rabia. La puerta abrió en un baque. Dean surgió de una manera increíble, digna de película de Hollywood. Robert enrijeceu y se alejó tomando mi frente. Una de sus manos continuaba en mí. �����Ћ��������� Quite las manos de ella su cretino! – Dean silbó. �����Ћ��������� Lo que usted hace aquí? Quién te dio permiso para invadir mi sala? �����Ћ��������� Mi sala! – él me lanzó un mirar que tendría me hecho recular se Dean no estuviera allá para apoyarme y dejarme más fuerte. �����Ћ��������� Yo mandé usted quitar las manos de ella, o no respondo por mí. �����Ћ��������� Venga a obligarme a hacer eso. Ellos se encararon y la tensión fue formándose como una niebla que ocupaba todo el cuarto de baño. Ellos eran grandes demás e impetuosos demás para ser comportados en aquel pequeño ambiente. Yo casi no conseguía respirar. Necesitaba evitar a cualquiera cuesto que ellos se 31 enfrentaran. �����Ћ��������� No necesita Dean. Robert sabe que no puede dar este paso – sonríe forzando el miedo a huir de mi cuerpo. �����Ћ��������� Él está a su lado en esta farsa? – Robert estrechó los ojos y su mano hizo más fuerza en mi cintura. �����Ћ��������� Mandé largar Melissa, su hijo de la puta! – Dean avanzó y yo entré enmedio dos evitando el peor. �����Ћ��������� Dean! No es necesario – pasé la mano en su peitoral y las dejé en su hombro. �����Ћ��������� Quede lejos de ella – Dean continuaba rígido, pronto para el combate. – No voy a avisar más, Robert Carter. �����Ћ��������� Y quién es usted para avisarme cualquier cosa? – Robert forzó. En el mismo instante mi corazón falló una batida. Era la hora de la verdad. Cerré los ojos aún de culo para él y dejé que mi cabeza encostasse en el pecho de Dean. �����Ћ��������� Yo? – él rió. – No contó a él? �����Ћ��������� Dean, no... �����Ћ��������� Contó? – yo sabía que aquello mataría Robert. Dean rió más una vez y pasó una de las manos en mi espalda. �����Ћ��������� Yo soy el marido de ella. Puta merda! Puta merda! Puta merda! - Usted... El quê? Quedamos en silencio por un segundo que duró una eternidad. Yo no quería mirarlo, pero, miserablemente, me forcé a volcar para encarar su dolor. Y fue terrible. Sentí las manos de Dean en mis hombros y sólo eso me impidió de recular. - Usted... Melissa? El rostro perfecto del hombre con quien yo había soñado un futuro feliz simplemente se contorceu en una mueca de dolor, angustia y tristeza. Sin que yo pudiera reaccionar él se lanzó contra mí, agarrándome con fuerza y me imprensando contra la pared al lado. No hubo tiempo para que Dean consiguiera librarme de las manos de Robert. �����Ћ��������� Usted casó? – gritó en furia. – Diga! Por el amor de Dios, Melissa! Diga! �����Ћ��������� Largue ella – Dean se forzó contra Robert que permanecía firme como una pared. �����Ћ��������� Diga! – continuó gritando, pero su voz era de desesperación, angustia... El más terrible pesadilla. �����Ћ��������� Yo voy a disparar – Dean amenazó y fue cuando me di cuenta de la arma en su mano. 32 �����Ћ��������� Dean, no! No! �����Ћ��������� Largue ella – amenazó. �����Ћ��������� Tire! – Robert mantenía las manos como garras en mis brazos. Mi cuerpo prendido contra la pared y sus ojos manteniendo los míos en su dolor. �����Ћ��������� Dean, él no va me machucar – hablé mirando directamente para Robert. – Él no va me machucar. Suélteme, Robert – mantuve la tranquila enfocando la atención en mi respiración. �����Ћ��������� Usted casó? Está casada con él? – era una acusación. Una cobro nítido. - Casé – él cerró los ojos con fuerza. – Dean tenía razón. Usted no sería capaz de hacerme feliz. Usted tiene Tanya y yo no tenía nadie Robert. �����Ћ��������� Usted me ama – la forma como él habló sonó como si yo estuviera cometiendo adulterio. Como si yo lo estuviera traicionando. Y no era eso aún lo que yo hacía? �����Ћ��������� No – respiré fondo. – Te amo, Robert. Yo amo el Dean. Siento mucho – mi voz era tranquila y serena como a de una madre enseñando a un hijo. Robert gimió con rabia y avanzó, pero cayó desmayado antes que yo pudiera reaccionar. Puta merda! Dean tiró. *** �����Ћ��������� Yo no voy aunque – las lágrimas corrían sin que yo consiguiera detenerlas.Dean me arrastraba para fuera de la sala intentado al máximo no me machucar. �����Ћ��������� Disculpe Melissa! Yo necesité llamar el Dean. Quedé tensa cuando vi Robert entrando en el cuarto de baño atrás de usted. �����Ћ��������� Por qué usted hizo eso? – continué ignorando Abby que ayudaba Dean a llevarme aunque. �����Ћ��������� Porque él iba te machucar – habló por la enésima vez, ya completamente impaciente. �����Ћ��������� Usted tiró en Robert! – casi grité. – Usted enlouqueceu? �����Ћ��������� Fue una descarga eléctrica, Melissa. Un choque para imobilizá-lo. Nada que vaya a matarlo. Él no iba a soltarte, de hecho, él iría te mate si yo no hubiera tirado. �����Ћ��������� Él no... Robert nunca... Droga, Dean! Necesito saber cómo él está! 33 �����Ћ��������� Abgail va a cuidar de todo. Ahora necesitamos ir, porque él inmediatamente va a despertar y no será muy fácil volver a encararte – entró en el ascensor, aún estirándome por el codo y con mi bolsa en la otra mano. – O matarme. Resumiendo, no va a ser nada fácil. Dejé que él me condujera. Mi cabeza estaba un perfecto caos. Por qué Robert avanzó de aquella forma? Yo estaba yendo lejos demasiado, creyendo muy en su autocontrol? Él me mataría? No. Él nunca sería capaz. �����Ћ���������Usted necesita ser más fuerte. Nodos ya sabíamos que él no aceptaría con facilidad, entonces por qué diablos aceptó quedar sola con él? �����Ћ��������� No acepté. Él fue atrás de mí en el cuarto de baño. Yo sólo necesitaba de espacio. Droga! �����Ћ��������� Ahora todo va a quedar peor. Quede preparada. Robert no dejará barato. �����Ћ��������� No necesitaba contar así. De hecho, ni necesitaba aparecer. Lo que dio en usted? Nodos combinamos. �����Ћ��������� Pues es. Nodos combinamos. Somos casados ahora, Melissa. Acuerde- si de eso. Y dé gracias a Dios que yo llegué a tiempo y lo impedí de hacer lo que bien quería con usted – quedé avergonzada mientras él me encaraba cobrando una postura más firme. - Él no me machucaria, Dean. �����Ћ���������Sé – bufou y sacó el celular hablando inmediatamente. Yo bien sabía quien estaba del otro lado de la conexión. - Quede de ojo en él – habló muy frío. – Claro que contamos que estamos casados – forcé mi mente a enfocar en aquella conversación. Robert estaba bien, así yo quería creer, y Dean tenía razón. Nodos necesitábamos seguir enfrente. Fue mi elección. – Ok! Encuentro usted en casa. �����Ћ��������� No sé como será a partir de ahora. Necesitamos quedar atentos a todos los pasos de él – volví a sentirme en el juego. A los pocos la conciencia fue ajustándose al que era necesario hacer. - Ya providenciei todo. Ahora es sólo aguardar y prepararse para mañana – él me miró cuando las puertas se abrieron revelando el garaje. Respiré fondo y acepté su mano en mi. Dean, antes tan frío y calculista, sonrió discretamente. – Va a quedar todo bien, querida. Yo estoy aquí. - Gracias! La peor parte de ser rica es necesitar usufructuar del dinero. Yo me sentí sucia, sin embargo era necesario sostener la imagen que mi posición exigía. Por eso fingí no me importar y entré en mi lujoso BMW plata, dejando mi marido conducir el vehículo. Lo de él estaba con uno de los 34 seguridades, un poco atrás de nodos dos. Otro factor que me incomodaba era el apartamento que estratégicamente escogemos para vivir. De hecho, la perfecta cobertura, en el mismo quarteirão en que Robert vivía con Tanya. Coincidencia? Definitivamente, esta palabra no existía en mis planes. La distancia de la cobertura donde mi ex-amante vivía con la loca psicótica de la esposa de él, formaba un perfecto paredão de cemento, con la diferencia que la mía quedaba para el norte y a de ellos para sur, o sea, estábamos de culo uno para el otro. De la misma forma que estaba nuestra vida. Circundados por otros edificios, tan lujosos cuánto el mío. Lo que me permitía construir un perfecto pasillo interligando- nos. Tanya y Robert no podían huir de mis vistas. Era necesario todos los tipos de artimanhas para mantenerlos bajo control. Descendemos del coche entregando las llaves para el manobrista y entramos en el edificio como una pareja enamorada. Sabíamos que en algún lugar había uno de los aliados de Tanya observándonos, y sabíamos exactamente donde él estaba, a pesar de fingir no tener conocimiento de su presencia. Por eso sonríe para mi marido y selei sus labios con un beso enamorado. Dean correspondió como yo esperaba y yo me sentí muerta por dentro. �����Ћ��������� Va a quedar todo bien – volvió a decir acariciando mi rostro. Y entramos en el ascensor, cada uno perdido en sus propios pensamientos. 35 CAPÍTULO 4 �����Ћ��������� Robert? Mi cabeza latejava y mi cuerpo entero dolía. Intenté abrir los ojos, pero cualquier feixe de luz que pasara por mis párpados, incomodaba insuportavelmente. Tengo conciencia de que hice una mueca de dolor. - Robert? Usted está bien? Abgail me llamaba de algún lugar que yo no conseguía identificar. “Merda! Melissa!” mis pensamientos me llevaban de vuelta a la realidad. Puta que pariu! Ella estaba casada. Puta que pariu! Puta que pariu! Mi nuca parecía haber sido alcanzada por una piedra. De hecho, por un torpedo. A los pocos la memoria volvía esclareciendo el ocurrido. Yo estaba enfurecido. Merda! Ella estaba casada y con aquel merdinha fodido. Yo no... Respirar se hizo una actividad extremadamente complicada. �����Ћ��������� Usted está bien? Robert? Quiebra conmigo! �����Ћ���������Mi cabeza – conseguí articular aquellas palabras. Levanté la mano, sintiendo mi cuerpo protestar y protegí los ojos. – Donde ellos... �����Ћ��������� Ellos ya fueron. Dean consiguió alcanzarte con una arma de choque. Usted quería machucar Melissa. �����Ћ��������� Que absurdo! Yo nunca la machucaria – forcé mi cuerpo para cima. Dolió, pero no más del que el dolor de mi realidad. – Puta que pariu Abby! Lo que aconteció? Ella sabía que yo no preguntaba de mi situación en aquel suelo del cuarto de baño, pero sí era una pregunta que comprendía muy más del que a pelea. Yo estaba perdido. Melissa volvió, fría, distante, raivosa, llena de mágoas y cobros. Ella había quitado todo de mí. Había me humillado y estaba casada con Dean. Era descripción perfecta del infierno. �����Ћ��������� Yo no sé Robert. No sé como explicar – encaré mía secretaria que me miraba con pena. Yo no necesitaba de aquel sentimiento. Siempre supo jugar. Fui fuerte, frío, calculista, desprovido de todo y cualquier sentimiento diferente del odio. Fui implacable en mi guerra con Tanya. Como Melissa consiguió me desestruturar tan rápido? Como ella pudo traicionar mi confianza de aquella forma? Como ella pudo traicionarme? Mi corazón pesaba, apretado, espremido por el dolor. Merda! Yo a amaba. Hice todo para merecerla, para ser digno de un amor que no existía más, o que tal vez nunca existió. Melissa mentía. Ella fue más cruel del que 36 Tanya cuando me hizo creer que había esperanza. Necesitaba aprender a odiarla, a colocarla en aquella guerra que tanto luché para alejarla, y principalmente, aceptar que debería chafarla sin piedad. Pero yo la amaba. - Robert? Levanté rápidamente cogiendo mi secretaria de sorpresa. Yo necesitaba de aire. Tenía que salir de aquel cuarto de baño sufocante, de aquella sala repleta del olor de la mujer que yo tanto amaba y que necesitaba quitar de mi vida. Necesita huir y callar todas las voces que gritaban en mi cabeza. - Para donde usted va? Abgail me acompañaba visiblemente preocupada. Anduve hasta lo ascensor sin me importar maleta, llaves, nada. Yo sólo quería salir dali el más rápido posible. �����Ћ��������� Robert? �����Ћ��������� Necesito de aire, Abgail! Y corrí por las escaleras sin que ella tuviera oportunidad de detenerme. Pasé por la recepción sin preocuparme con quien estuviera observándome y salí para la tarde chuvosa y fría. Pero ni el frío era capaz de hacerme olvidar de las palabras de ella “No.Te amo, Robert. Yo amo el Dean. Siento mucho”. Apreté los brazos en mi cuerpo como se pudiera impedirme de enlouquecer de vez. Anduve por las calles heladas y entré en el primer bar que encontré a, no sé cuántos metros de distancia de la empresa. �����Ћ��������� Uísque – dijo rispidamente. – La mejor botella que usted tenga – el garçom colocó el vaso y la botella delante de mí. Él entendió mi desesperación. Puta que pariu! Melissa era dueña de todas mis acciones. Las mismas que yo confié a ella en una tentativa de impedir Tanya de las conseguís. Sólo podía ser una brincadeira de muy malo me gusta. Bebí todo el contenido de un golpe sólo y me serví de más del líquido tan deseado que calentaba mi cuerpo. Ella estaba casada. Como pudo olvidar todo lo que vivimos? Y aquel hijo de la puta estaba con mi mujer, usufructuando de ella, tocándola. Puta merda! Yo no soportaría. Nadie podía tocar en Melissa. Ella era mía. Sólo mía. Bebí rápidamente y a medida que el dolor iba dominándome, la bebida hacía su trabajo. Entonces, después de dos botellas, de muchas palabras blasfemadas, de muy praguejar y lamentar por mi desdicha, dejé el sueño dominarme acostando mi cabeza sobre la mesa del bar. Aún oí, al lejos, una voz conocida y manos conduciéndome para casa. 37 *** - Robert? El cielo extremadamente azul brillaba un día lindo, caliente y colhedor. Yo estaba en un parque, sentado en el gramo y observando Melissa juguetear con un niño linda. Un niño. Él tenía mis cabellos, lisos, cayendo sobre a prueba, el color de la piel y los ojos eran de ella. Era un niño linda! Linda como nuestro hijo. Ellos rían y giraban y yo permanecía en paz sólo observándolos. Ella miró para mí, los ojos llenos de amor y sussurrou “yo te amo”, pero las palabras no llegaron hasta mí. Ellas si perdieron en el viento. - Robert? Despierte. Aquella voz aveludada, forzadamente cariñosa y llena de veneno no pertenecía la Melissa, pero sí a aquella que me tiró en aquel infierno. Tanya. Lo que ella hacía allí? - Despierte Robert! Necesitamos conversar. Abrí los ojos dándome cuenta de que todo no pasó de un sueño. A los pocos, mi corazón reconoció mi realidad, a la vez que mi organismo reconocía la ressaca figurada en la secura de mi boca, embrulho en el estómago y dolor de cabeza. Miré para Tanya inmediatamente después de entender que estaba en el cuarto de ella. Rápidamente percibí que estaba sin ropas. �����Ћ��������� Tanya. Usted... �����Ћ��������� No. Quede tranquilo. Ayer usted bebió hasta caer. Literalmente – y sonrió con delicadeza. Tanya estaba sin ropas, cubierta sólo con el lençol de seda que antes adornava su cama. �����Ћ��������� Lo que yo hago aquí? �����Ћ��������� Bruce te trajo. Usted estaba pésimo. Gritaba que necesitaba encontrarla. Melissa, yo presumo. Imaginé que había descubierto que ella está casada con Dean – cerré los ojos, enfurecido con aquella realidad. – Yo te entiendo – tocó en mi mano. Yo conocía muy bien Tanya para saber que ella no estaba allí conmigo por companheirismo. Mi esposa quería jugar, pero yo estaba preparado para más aquella partida? �����Ћ��������� Por qué está sin ropa? – intenté ganar tiempo. �����Ћ��������� Porque yo ya estaba preparada para dormir cuando Bruce llegó con usted. Sólo te desnudé y dejé que durmiera a mi lado – ella corou con aquella información. 38 �����Ћ���������Como Bruce supo donde encontrarme? – Bruce era uno de los perros de guardia de Tanya. Él siempre sabía donde encontrarme, desde que Melissa fue aunque. Volví a cerrar los ojos sintiendo el dolor que aquel recuerdo me causaba. – Por qué yo estoy aquí, Tanya? Lo que usted quiere? �����Ћ��������� Hum! Yo quiero muchas cosas, Robert – sus ojos vagaron pelo mi cuerpo dejándome desconfortável. – Pero... En el momento quiero definir como haremos. �����Ћ��������� Como haremos? �����Ћ��������� Sí. Melissa robó sus acciones. Ni consigo creer que uno hombre vivido como usted se dejó engañar por una putinha como Melissa Simon. �����Ћ���������Tanya! – advertí. Tanya no conocía Melissa. No sabía que para ella actúe de aquella forma alguna cosa de muy errada había acontecido. �����Ћ���������Ok. Ok – levantó las manos rindiéndose. – Sin el “putinha”. Mejor así? – no respondí. No podía responder. No había la más pequeña oportunidad de Tanya convencerme a jugar contra Melissa. – Necesitamos recuperar estas acciones. El más rápido posible. - La venta fue legal y la menos que Melissa endoso venderlas para mí, no tiene como – vi sus ojos brillen con la idea. – Y ella nunca vendería mis acciones a usted – yo no tenía tanta certeza. Estremecí con esta posibilidad. Melissa sería capaz? �����Ћ��������� Podemos quitar Melissa de un golpe por todas del juego – ella paró seria, observando mi reacción. Claro que para una mujer como Tanya, matar Melissa era su primera y principal opción. Yo no podía siquiera piense en esta posibilidad. No había ninguna forma de yo concordar en machucar mi amante... ex-amante, de libre y espontânea gana. Aún no conseguía entender los motivos de ella, aún así, no la vía como una enemiga. �����Ћ��������� Ella está casada, Robert. Robó lo que te pertenece y te humilló públicamente. Mostró para su familia lo cuánto usted es débil. Te destruyó de la peor manera posible. Melissa quebró su confianza. Llevo en consideración la hipótesis de que era aún un golpe. Ella era muy cínica. Aquella carinha de santa, de garotinha enamorada, deslumbrada por el jefe nunca me engañó. Melissa armó todo con Dean y consiguió lo que más deseaba, pulverizou usted – arqueou la ceja deleitada con el dolor que sus palabras me causó. �����Ћ��������� Y usted debe estar muy feliz con eso todo – ella sonrió con los ojos fijos en mí. - No. Yo podría estar, a fin de cuentas hoy usted no es más páreo 39 para nuestra disputa. Sin embargo, tengo rabia. Furiosa para ser más exacta. Melissa quitó este gostinho de mí. Ella quedó con las acciones que yo quería, venció el juego y te destruyó. Exactamente lo que yo quería hacer. No le parece injusto? Encaré Tanya sin creer en sus palabras. Ella era aún loca. - Y lo que usted quiere que yo haga? Melissa consiguió. Yo no tengo más las acciones, soy un mero empleado de la casa, no hay nada que yo pueda hacer. �����Ћ��������� No sea dramático. Usted aún tiene el control de las acciones de su familia y de las de Paul. �����Ћ��������� Que sumadas, son casi nada. �����Ћ��������� Pero, si añadiéramos mis acciones... – estremecí con aquella posibilidad. Si yo tuviera las acciones de Tanya, junto con las demás que yo ya controlaba, Melissa no tendría control sobre mi posición dentro de aquella empresa. Yo tenía hasta miedo de descubrir lo que Tanya pediría en cambio. �����Ћ��������� Y lo que usted gana con eso? �����Ћ���������Yo gano mucho. Sólo en saber que aquella putinha... Disculpe! – pero sonrió diabolicamente. – Sólo el hecho de saber que Melissa no tendrá todo el poder que pretende dentro de las empresas, ya me deja más animada. �����Ћ��������� Y? – ella sonrió más anchamente. �����Ћ��������� Quiero que usted concuerde en actuar conmigo para recuperar las suyas acciones, claro que después de destruir Melissa, yo tendré un precio a cobrar por mi ayuda. �����Ћ��������� Olvide. �����Ћ��������� Usted no tiene mucha elección. Yo voy a acabar con ella usted queriendo o no. Si concuerde, sus acciones vuelven para sus manos. De lo contrario, daré un jeito de las conseguís para mí, y usted sabe que mis métodos no son nada gentis. En aquel momento yo no tenía condiciones de batir de frente con Tanya, si lo hiciera ella pasaría por cima de mí y destruiría Melissa. Aún sabiendo que aceptar su ayuda era la mejor forma de reaver mis acciones, yo sentía que no soportaría causar cualquier daño a la mujer que amaba. Droga! Yo debería odiar Melissa. Debería desear su ruina, su muerte, sin embargo no conseguía. Pasé las manos por los cabellos y cerré los ojos.
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