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PULSE # 3 Por Deborah Bladon A todos los lectores. Sin ti, esto no sería posible. Gracias. sinopsis Jessica quería creer que Nathan había cambiado. El deseo lleno de promesas que hizo en la cama no es rival para la realidad de que ahora se sostiene en la palma de su mano. Sexo gobierna hombres como Nathan Moore. Ella sospechaba que, por lo experimentó y ahora no hay absolutamente no se puede negar. Ella sabe lo que es lo que hay que hacer. Él sabe que nunca había conocido a nadie como ella. Jessica trata de olvidar como el deseo de Nathan por la consume. Su necesidad compulsiva de poseer lo empuja de manera que cambiará a ambos para siempre. ¿En qué medida se Nathan Moore está dispuesto a ir a conseguir la única mujer que dice que no puede vivir sin él? Capítulo uno - Y u no - Y u no No puedo esperar a salir de esta ropa. - su voz es dulce y alta. Es probable que ya hermosa y ligera de ropa. Está sirviéndose una copa. Sé que eres. Bebe demasiado, se folla mucho, y él también importa. Miro hacia atrás en mi teléfono para el mensaje de texto que Rebecca me envió hace diez minutos. Ella convenció a la guardia de seguridad para llevarla al vestíbulo cuando ella le dijo que estaba enfermo, así que podría tener más tiempo en la habitación. ¿Quién sabía que tenía tales habilidades de actuación locos? ¿Quién sabía que en unos pocos minutos después de salir de Nathan se deslizaba a través de la puerta con otro de su puta pareja? Ahora, aquí estoy, atrapado en su habitación de hotel, mientras se prepara para coger a alguien. Grande, Jessica. ¿Qué va a hacer ahora, escondido debajo de la cama? Podría ser una opción si no iba a terminar con una conmoción cerebral colchón de pegarme en la cabeza cuando se está metiendo quién demonios le trajo aquí con él. No hay tiempo como el presente. Tomo una respiración profunda, tomó su teléfono, ajuste el dobladillo de mi vestido y salir por la puerta de la habitación. - ¿Qué carajo? Jessica? - no se necesita más de un segundo para que me vea. Él está de pie junto a la barra con una bebida en la mano, su chaqueta había sido. Un juego en un sábado por la noche? puto abogado. - Nate, ¿qué ocurre? - la morena junto a él agarra el brazo. Al menos toda la ropa están todavía en ella. Pantalones vaqueros y una camisa? ¿Dónde lo encontraste? En la farmacia, cuando era atraparla suministro mensual de quinientos condones? Que al menos sería suficiente? Creo mil a la seguridad. - Jessica ... - eso es todo. Nada más sale de su boca mentiroso, tramposo y bastardo. - Nate. - No te daré la satisfacción de decir su nombre a él le gusta. Sólo voy a seguir el ejemplo del condón oficial. - ¿No le gustaría presentarme a su amigo? - muy adulta para ti, Jessica. Quiero saber el siguiente paso de su larga cola, demuestra el grado de madurez que realmente son. - No soy su amigo ... yo ... - ella es el tartamudeo. Por supuesto que es. Doy un paso hacia ellos. - No soy amigo de él también. - Ofrezco. - Soy sólo una cogida al azar también. - Calla la boca. - rebota. Está molesto. Bueno, bien por él. - ¿Qué demonios haces aquí? - ¿Qué diablos estoy haciendo aquí? - parece como un buen punto de partida. - ¿Y tu? La última vez que lo comprobé, no se trata de Boston. La oscuridad está tirando de su brazo. - ¿Qué está pasando, Nate? - sus ojos están fijos en su rostro, pero sus ojos no se apartaban de la mina. - Te diré lo que está pasando. - Niego con su teléfono en el aire. Se cuelga precariamente entre el dedo índice y el pulgar. - Nate tiene unas pocas docenas de llamadas que debe regresar y unos pocos cientos de mensajes de texto que se deben leer, de todas las mujeres a las que está jodido. - Mierda. - su aliento se escapa mientras que parece agudo para su teléfono. - ¿Cómo demonios has entrado aquí? ¿Quién te dejó entrar? Alzo una ceja. Gracias a Dios Tomé esa oportunidad de tequila antes de subir aquí. Puedo sentir un pequeño zumbido corriendo a través de mí, eso y más enojado que nunca he sentido antes. - Como si eso cuestión. - Escupo de vuelta. - ¿Por qué demonios todavía tiene esta sala? - que era una pregunta estúpida. Esta linda morena de pie junto a ella es una de las muchas, muchas razones por qué mintió acerca de renunciar a su suite. - No vamos a hacerlo ahora. - su tono es seco y conciso. - ¿Estás hablando con ella o yo? - Hago un gesto con su dedo en el aire a cómo-se-llame, que tira el medio vaso vacío su mano Bourbon y se vacía con un sorbo. - Buen movimiento, amigo. Lo necesitará si usted consigue las hojas con que uno. - guiño hacia Nathan. Coge el vaso de ella y lo golpeó con un golpe seco en el bar. - Tu tienes que ir. - Con mucho gusto. - Me burlo. - Considere a salir. Él es tensa cuando sus helados ojos azules me miran. - No usted. No vas a ninguna parte. - No es serio? - Te reto. - No voy a estar aquí para ver que ustedes dos tienen sexo. Su rostro es inexpresivo cuando llega el bolsillo de sus pantalones para tomar un juego de llaves. - Tome esto. Ir a mi apartamento esta noche. La morena se los lleva casualmente como su segundo hogar. Ella ya estaba allí. Estaba dentro de su apartamento, al igual que yo. - ¿Qué hay de ... - su voz se arrastra cuando tres golpes de luz en la puerta. Es Rebecca. Ella vino a buscarme. Nathan da un paso pesado hacia la puerta, pero yo soy más rápido. Corro hacia el otro lado de la habitación y abre la puerta querer dejar esto aquí y este hombre y esta pesadilla detrás de mí. - Oye, eres Jessica, ¿verdad? Estoy Travis. - él está usando una gorra tirado sobre la frente. rizado cabello rubio se derrame por los lados. - Travis. - Me repetir su nombre porque no tengo ni idea de qué decir. ¿Quién es Travis y él está de pie en el hotel Nathan puerta de la suite con dos maletas en sus manos? - Vamos a la casa de Nate. - la morena dice detrás de mí. ¿Qué clase de extraño trío que me encontré? - Ella se ve exactamente igual que la imagen que me mostró en su teléfono. - Travis es un charlatán. ¿Qué imagen, el teléfono que? Me vuelvo a mirar a Nathan. Él sostiene una teléfono en la mano. Estoy sosteniendo el Me vuelvo a mirar a Nathan. Él sostiene una teléfono en la mano. Estoy sosteniendo el Me vuelvo a mirar a Nathan. Él sostiene una teléfono en la mano. Estoy sosteniendo el teléfono su en la mano. teléfono su en la mano. teléfono su en la mano. - Tomé esta foto de usted cuando estaba en el restaurante con sus compañeros. - sostiene el teléfono y hay una foto de mi perfil, hablando con Bryce. Parece que estoy dieciocho años de edad. Fue el día en que lo vi con su amigo, Ivy. - Pero este es el teléfono. - Niego con el teléfono en la mano. - No -. Me mira con una ceja levantada. - Este es mi teléfono. - Debemos ir querida. - la morena se está moviendo hacia la puerta, balanceándose ligeramente mientras se apresura por el suelo alfombrado. Obviamente, el Bourbon golpeó esta noche. - Soy Sandra, por cierto. - que se extiende su pequeña mano. - Soy la hermana de Nathan. capítulo Dos - V ou - V ou Podría me he parado en algún momento. Toma una pesada sorbo de la bebida que acaba de verter antes de finalmente darse la vuelta. - ¿Qué demonios estás haciendo en esta habitación? - ¿Qué? - me contesto. - ¿Por qué no me diga por qué todavía tiene esta sala? Me pasa a sentarse en el sofá. - Dame el nombre de la persona que le dejó entrar. - Usted está seriamente preocupado por que me dejan entrar en su coño precioso apartamento? - Eso es ridiculo. Estoy tan jodidamente por supuesto que no puedo entender. - ¿Por qué estás vestido así? - se inclina la barbilla hacia mí. - Usted fue allí abajo en el club, ¿verdad? Me tiemblan las piernas tanto que tengo que sentarse en el borde de la mesa de café. - No cambie el tema, Nathan. Sus ojos hasta mis piernas desnudas cruzadas. - Usted estaba allí buscando a alguien para tener relaciones sexuales? Queríacolarse aquí lo que podría utilizar mi habitación para coger con otra persona? Mi estómago se agita ante la sugerencia. - No haga eso. No haga eso. - No hacer qué? - su tono es seco y duro. - Me voy fuera de la ciudad y volver pronto para encontrarla, vestida así y con olor a tequila. ¿Qué debo pensar? - Usted? - examino mis pies. - ¿Qué se supone que pensar? ¿Qué coño se supone que tengo que pensar en ello? - extiendo mi brazo alrededor de la suite. - ¿Es eso? - teléfono flip me encontré en su cama. Hábilmente recoge y lo coloca en el muslo. - ¿Qué tiene? - ¿Qué es esto? - Estoy gritando y no le importa un comino si todo el mundo en el suelo escuchando a mí. - ¿Qué hay de explicar qué demonios está pasando? - He pagado la habitación por mes. - se pasa la mano por la cara. - Ya no es mi después del martes. - Dijiste que se rindió. - Puedo sentir la ira creciendo dentro de mí. Estoy tan cerca de la explosión. - No he cogido a nadie aquí, Jessica. - su tono es ácido. - Nadie ha estado en esa cama de usted. Me pregunto en ese momento, ¿cuántas mujeres él cogió esta sala antes que yo. ¿Cuántas de estas mujeres eran en ese teléfono en este momento, esperando su turno. - Y el teléfono? - No uso este teléfono a menudo. - añade - es un teléfono que solía usar en Boston. Tengo un nuevo número cuando me mudé aquí el año pasado. - ¿Qué? - Pocas veces Checa. - lo dice tan a la ligera, como para explicar todos los nombres, números y mensajes ilícitas que telefónicas. - Mi número es en ese teléfono. - Alzo mi voz aún más. - Sólo uno de Jessicas que tiene allí. ¿Cómo se puede mantener a todos abiertamente? Cierra los ojos por un momento, como si se pensara en lo que quiere decir. - Estás exagerando. Es necesario sentarse para que pueda explicar. - No me sentaré. - Me cuesta respirar. - No se puede explicar. - alcanzo el teléfono, pero él lo agarra antes incluso de acercarse a él. - Te lo explicaré. - él es tan arrogante y presumido. Que idiota. - Comience con de ayer notas de agradecimiento. Esta mujer no puede tener suficiente de su lengua. Él toma el teléfono y ejecutar el dedo por la pantalla delante de sus ojos para comprobar los mensajes. - Esta es Sarah. No jodas más de un año. Negué con la cabeza con la respuesta ilógica. - Nathan ayer no significa que hace un año. - Ella me daba las gracias por ayudarla con un vínculo jurídico. - se encoge de hombros, como si eso mágicamente hacerla comentario sobre su lenguaje desaparecer. - ¿Qué carajo su idioma tiene que ver con los problemas legales que? - Ella quería que yo la tiré de nuevo. De hecho, ella quería que yo coma, así que siguió hablando mi idioma, pero no he estado en ninguna parte cerca de ella en un largo tiempo. - sonríe en sus propias palabras. De hecho, él piensa que esto es divertido. - ¿Esperas que crea eso? - el pie comienza a golpear ligeramente. No hay manera de que está diciendo la verdad. Su cabeza fue probablemente enterrado entre sus muslos la noche anterior a su llegada a Boston. Su mandíbula tensa. - Es la verdad, Jessica. - Sin sentido. - escupí. Maldiciendo en voz baja, se encuentra con el dedo en la nueva pantalla del teléfono. Él llama a la ligera y la sala se llena con el sonido de un timbre del teléfono. Él está llamando a alguien, incluso en el medio de ella. Una voz de mujer fluye sobre el altavoz. - Nathan? ¿Y tu? - Soy yo. - su tono no se puede leer. - ¿Cómo está usted, Sarah? Eso. Comino.Eso. Comino. - Córnea. - se ríe. - ¿Estás en la ciudad? - No -. Dice con voz ronca. - ¿Cómo se resolvió que problema con su hermana? - ¿Qué? - la cogió con la guardia baja. Ella no va a ser parte de su reclamo. Él está a punto de fallar. - Sarah. - exuda duro. - El consejo que te di la semana pasada, ¿ha considerado? El silencio llena el aire y luego finalmente se habla de nuevo. - He hablado con ella para llamar a su amigo abogado. Él ha ayudado mucho. Gracias de nuevo por la organización de este para ella. Él levanta una ceja hacia mí. No contesto. Por lo que ayudó a uno de su compañero de mierda con todo esto? Todavía existe ese pequeño problema de la lengua en su cuerpo. - ¿Cuándo fue la última vez que tuvo relaciones sexuales Sarah? Prácticamente se queja. - ¿Quieres hacer esto ahora? Puedo ir en cualquier lugar. Sólo dime dónde. - ¿Cuándo fue la última vez que usted comió? - repite, atando cada palabra. - La última vez que tuvo relaciones sexuales? - ¿Cuántas veces puto necesito ser recordado que él cogió a la mujer a través de la línea? - Yo no sé. - la respiración durante unos segundos. - Fue antes del Día del Trabajo el año pasado, así que creo que hace poco más de un año? Se ignora su respuesta y mira directamente a mí. - ¿Quieres conocerme o no? - Puedo oír la anticipación en la voz. - No. - Tal vez mañana, entonces? - se pregunta en voz baja. - Nunca. - mira a la pantalla. - No conecte a mi oficina otra vez y olvidarse de ese número. - ¿Qué? - Olvide me conoció. - se termina la llamada con un rápido toque de su dedo pulgar. - ¿Feliz ahora? capítulo Tres - C HEGA. -- C HEGA. - ¿por qué demonios lo estaba haciendo? Ya había llamado tres mujeres y pidió a cada uno sobre la última vez que metió su pene en su interior. - No quiero escuchar nada más. - Me cree, no estoy teniendo sexo con alguien? - pregunta era un reto para mí. - Si usted no cree, voy a llamar a todas las mujeres de este teléfono. Tengo toda la noche. - ¿Por qué todavía tiene? - Me levanto y cruzo los brazos sobre el pecho. No deseo haber puesto ese vestido tan corto. Se endereza, por lo que está sentado en posición vertical, con el brazo casualmente arrojado sobre el respaldo del sofá, con las piernas cruzadas. Se ve tan a gusto. - Dije que rara vez lo miro. - Fue casi completamente cargada y se encontró cuando está conectado. - No voy a renunciar a ella. Me niego. Él piensa llamar a un puñado de cientos de mujeres y pregunte cuándo fue la última vez que las tomó, libera. No tan rápido, el Sr. Moore. - Así? - Así? - esta es su respuesta y se llama a sí mismo un abogado. - Si no se preocupan por cualquiera de estas mujeres y que no estaban planeando en dormir con ellos, ¿por qué mantener el teléfono? - Su número está en él. - habla como un cumplido. Es un recordatorio incómodo, desagradable y degradante que sólo soy una cogida al azar. Juro que casi físicamente retiro con el comentario. - ¿Por qué mi número no está en esto? - señalo a otro teléfono inteligente, que me mostró anteriormente, que tiene mi foto en ella. - Jessica. - la calma exterior que está tratando de mantener está derritiendo rápidamente. - Usted está tomando a mal. - Estoy tomando esto en serio. - Trato de mantener la compostura. Yo necesito. No puedo caer como una masa babear a sus pies. Me niego, incluso si todo dentro de mí está cayendo a pedazos. - Usted es la persona que entró en mi habitación. - la diversión sin pasar por el estado de tira de mi cólera. Extiendo mi mano hacia él. - Dame el teléfono. - ¿Qué? - acuna en su mano. - ¿Por qué? - Dame el maldito teléfono, Nathan. Se inclina hacia adelante para ofrecerme. - ¿Qué vas a hacer con él? - La pregunta me irrita aún más. - ¿Importa? - Me voy fuera de su alcance, arrastrando el dedo pulgar por la pantalla. - No, no importa ... Es sólo que ... - tartamudea cuando se mira a mi forma de tocar el dedo. - ¿Te comieron la lengua, Nate? - Miro hacia arriba desde su teléfono. - O tal vez una de esas mujeres tienen un idioma que no puede resistir? - No. - se burla. - Le dije que he terminado con ellos. - Rompiste conmigo también. - lanzo el teléfono a él, saltando a su pecho. - He eliminado mi número. - ¿Qué? - que ahora está de pie, con la voz ronca y aguda ira. - ¿Por qué? - ¿Por qué? - repito. ¿Me está pidiendo seriamente por qué no quería tener nada que ver con él nunca más?- Jessica. - da un paso hacia mí y mantener el equilibrio sobre mis talones, en un esfuerzo para salir de su alcance. Me agarra la barra, sosteniendo el borde para no perder el equilibrio de nuevo. - Déjame en paz. - cualquier barrera que me había planteado hasta ahora se ha perdido. Se derrumbó bajo la enorme cantidad de meiasverdades y realizaciones sobre el número de mujeres que en realidad dormía. - Estoy yendo para casa. - Me lo llevo. - en cualquier momento antes de esta noche, esto habría sido una oferta que iba a encontrar tan dulce y cautivador de él. Me hubiera saltado a la oportunidad de llevarte a mi casa, a mi cama. Niego con la cabeza. - No -. Es todo lo que puedo decir. Sólo tengo que salir de aquí. - No se puede simplemente dejar. - suplica. - Podemos hablar de ello. Levanto la mano mientras se acerca, advirtiéndole. - Me cansé. capítulo Cuatro - Y u no - Y u no Creo que solo despedido. - Rebecca vuelve el pelo mojado hacia atrás a medida que pasa el cepillo en ella. Mis labios se tuercen en un ceño fruncido. - ¿Qué debo hacer? - ¿Crees que todavía está durmiendo con todos ellos? - que casi se estremece visiblemente cuando se hace la pregunta. Encogimiento de hombros. - No sé y no me importa. - Oh, te importa, Jess. - plantea la cama y tirar la toalla que llevaba alrededor de su pelo en mi cesto de la ropa. - Yo no. - maqueta. No puedo, quiero decir. Cuando cogí el teléfono en la mano y leído todos estos mensajes, me sentí devastado. No puedo explicar que yo estaba enamorada de él. ¿Quién demonios se enamora de un hombre que conoció en un club, follando mujer en una habitación directamente encima de ella? Estoy muy avergonzado de admitir que yo estaba desarrollando sentimientos por el hombre sobre la prostituta de Manhattan. Corrección. Hombre sobre prostituta Boston y Manhattan. - Mentiroso. - se inclina hacia atrás en la cama. - Por lo que terminó con los mismos dedos? - No lo llames así. - yo lamento. No necesito el recordatorio constante de que Nathan me dio un orgasmo con los dedos en la primera noche que lo conocí. Mi destino estaba sellado a continuación. ¿Por qué incluso si Rebecca me dejó llegar a volver a ese club de la noche siguiente? - Todo esto es tu culpa. - ¿La culpa es mia? - ella sonríe. - ¿Cómo es mi culpa que su novio está tratando de batir el récord mundial de sexo? - Usted es el que me llevó a ese club. - No he jugado en su cama. Trabajó magia en ti. - ella se inclina sobre su hombro. - Usted está gastando demasiado tiempo lamentando su pérdida y su gran polla. - ¿Qué? - yo sonrío. - Volver al mercado. - que se basa en las rodillas y gire la mano sobre su cabeza como si estuviera haciendo un bucle en el aire. - Salir y encontrar un nuevo individuo. Una vez que tenga relaciones sexuales con él, los dedos serán un recuerdo lejano. - No es cómo funciona. - Me reí. Me abre una sonrisa. - Usted no sabrá hasta que lo intente. Cuando se tiene una noche libre, vamos a bailar y prometo no vamos a estar cerca de su club. * * * - Lo que está mal con usted, Jess? - dibujó dio unas palmaditas en el hombro mientras se dirigía a la salida de los empleados después de mi turno de noche. Me vuelvo a mirar brevemente. Es muy lindo y esponjoso de una manera tímida. ¿Por qué no me encontré con él antes de caer en la cama de Nathan esa noche? - Nada. Estoy bien. - Miento. Yo no era así. Había pasado casi una semana desde que había enfrentado en su Nathan habitación de hotel y él no vino a mí. ¿Por qué me importa? ¿Por qué quiero? No era como si quisiera volver a la cama con él. Sólo quería la satisfacción de saber que todavía me deseaba. - ¿Te sientes bien? - nunca es una buena pregunta para preguntar a una mujer. Obviamente, él cree que no se ven bien. - Seguro. - jurar? Usted necesita algo mejor que eso, Jessica. Es guapo, él está interesado y algo de tiempo con él podría ayudar a despejar su mente de Nathan. Sólo escucha a Rebecca. Vive un poco. Su rostro aparece en su totalidad cuando se da un paso atrás de mí. - Quiero besarte. No he oído eso, ¿verdad? - Dijiste que quieres besarme? Sus labios se deslizan a través de mi espalda. Sus manos saltar a empacar mi cara, inclinando la cabeza. Abro la boca y dejó escapar un pequeño gemido Gime en respuesta y me tira más apretado en su cuerpo. Ya ha excitado. Este hombre dulce, simple me quiere sólo con un beso. - Eres hermosa, Jess. - He oído las palabras como la sensación en los labios. - Yo no soy. - susurrar. Realmente no estoy. - Llévame a casa con usted. - es una aplicación que te corta la respiración no sólo el dolor en mi corazón, pero que ha consumido mi cuerpo desde la semana pasada. Quiero sentirlo. Quiero saber cómo estar con un hombre que no está tan centrado en tantos otros. Yo sólo quiero olvidar de Nathan. - Yo no puedo. - las palabras traicionan mi cuerpo. Yo puedo. Realmente puedo, quiero decir. Yo quiero. Se invierte en mí de nuevo y esta vez el beso se calienta, ansiosos y agresivos. Sus manos se deslizan sobre mi cuerpo, tocando mi culo, tirando de mí hacia él. Trato de no reaccionar a la sensación de que presiona contra mí. Su pene es tan difícil. Sería tan fácil simplemente le llevará de la mano y tirar de él en mi cama y mi cuerpo. - Pronto. - es una promesa en un beso. - Te llevaré a cenar el viernes y entonces decidiré. Paso mis manos hasta el pecho delgado, musculoso, agarrando el cuello de la chaqueta de cocina. - Es una cita. capítulo Cinco - Y xplique-- Y xplique- yo cómo puedo estar en Manhattan en menos de dos meses y tiene dos chicos calientes que llevan abajo en usted y todo lo que veo son los empollones del departamento de tecnología en el trabajo me persigue? - Caras de la tecnología tienen habilidades orales locos. - respuesta. - Debe comprobar. - Son sus pechos. - se une a sus pechos y mirando a su escote menos-que-suficiente. - Si tuviera sus pechos, estaría lejos de los hombres con un palo. - Si se lo puede permitir este apartamento. - consigo cuando estrechar mi mano alrededor de la habitación amplia. - Puede pagar por los pechos grandes. - No compraste estos. - ella asiente con la cabeza hacia mis pechos, que están en pantalla completa cuando en un sujetador de encaje de color rosa. - Es cierto, pero todo tiene un precio. - señalo a un vestido corto de color rojo, que ha colgado en su armario. - Tal vez esto? - Este no es su color. - ella salta de la cama. - El azul es mejor. - Azul será. - Tengo el cabestro vestido azul 1 resumen, me entrega delante de mí como la Azul será. - Tengo el cabestro vestido azul 1 resumen, me entrega delante de mí como la Azul será. - Tengo el cabestro vestido azul 1 resumen, me entrega delante de mí como la mirada en el espejo. - Es como, ¿verdad? 1 Vestido atado en el cuello. 1 Vestido atado en el cuello. Ella tira de mi pelo hacia atrás por encima del hombro, mientras que detrás de mí. - Se usa, Jess. Me vuelvo rápidamente. - Se usa? - De Drew. - levanta las cejas. - Se usa para olvidar los dedos. Yo fruncir el ceño ante la mención de su nombre, no sólo, sino de él. - Esto no tiene nada que ver con Nathan. - Tiene todo que ver con ello. - me corrige. - Tienes que tener el sabor de la misma distancia. Esta es su oportunidad. No lo estropees. * * * - Siempre se abre la puerta vestida así? No puedo responder. ¿Qué debo decir? Abrí la puerta sin comprobar quién era, porque estoy esperando para Drew para que me. - ¿Donde tu vas? - que pasa a través de mí y entrar en mi apartamento antes de que tuviera la oportunidad de detenerlo. - Nathan. - Yo digo su nombre sabiendo que perjudicará al salir de mis labios. Sé que va a estar contento de escuchar eso. - Jessica, ¿por qué lo estás usando? - es muy personal y difícil. Me siento agredido por su presencia. Siento expuestos. No quiero volver a verlo. Claro que no quiero verlo cuandoestoy usando un vestido de esa manera. - Tienes que ir. - mi voz es tan débil. - Tengo planes. - Ya estás teniendo sexo con alguien? - no hay duda en su tono de frustración. Comienzo a moverse hacia la puerta. Necesito que se vaya antes de Drew venir a buscarme. - No es de tu incumbencia. - Quiero que él cree en mis palabras. Mi vida ya no es su problema. En primer lugar, nunca lo que realmente era. Se agarra la muñeca en sus manos. - El infierno no es mi negocio. Yo no puedo hacer eso. No puedo tratar con él ahora. - Necesito estar dentro de ti, Jessica. - sus ojos se pierden más de mí. - Estoy sufriendo por ti. Dime cómo puedo solucionarlo. - Qué extrañas de tener sexo conmigo? - Me pregunto, no porque necesito saber la respuesta, pero lo necesito ella. Necesito confirmación de que él sólo me falta coger. - Más de lo que sentí algo en mi vida. - da un paso más cerca y me toca el hombro. - Pienso en cómo mi pene que se extiende cuando te estoy tirando. Pienso en su hermosa boca y cómo semen en su garganta. No me muevo. No consigo. ¿Por qué mis pies no están escuchando a mi cerebro? - Ya sabes lo que pienso, sobre todo, Jessica? - dedos saltan a mi muslo. - que pienso cuando estoy chupando su pequeño, hinchado clítoris dulce y fuerte se encuentra con la cara. - No -. Me pongo la mano. Por favor no. - No? - No -. Me trago el nudo en la garganta para que pueda encontrar mi voz de nuevo. - No digas eso. - Todo es cierto. - él se inclina y su respiración implica el cuello. - Te necesito, Jessica. Decir lo que tiene que hacer. Haré lo que sea. - Váyase. - Doy un paso atrás y mirar el suelo. - Sólo tienes que ir. - Yo no voy a ninguna parte. - su tono se mide y se calma. - Te di casi dos semanas para que venga a hablar conmigo y que no has venido. ¿Crees que voy a sentarse y esperar por siempre? Él me estaba esperando? - No debería haber esperado. - Quiero verdadera opinión. Yo quiero sonar como que no importa un comino si no vuelvo a hablar con él de nuevo. - ¿Qué otra cosa podía hacer? - que llega a tocarme otra vez y dar un paso atrás. Me estoy quedando sin espacio para evitarlo. - ¿Tiene una celda llena de mujeres haciendo cola para dormir contigo. - las palabras me asustan como dejar a mis propios labios. He intentado tan difícil no pensar en el teléfono y todos esos números. - Llame a uno de ellos, si tiene que venir. Él suspira profundamente antes de pasar la mano por la boca. - Tiré el teléfono. No tengo más. Mi corazón salta con la noticia, pero la alegría es sustituido pronto por la comprensión de que mi número nunca estuvo en su celda actual. Él me puso en contacto con todos los otros cientos de mujeres que follan. - ¿Por qué es mi número estaba allí? - Es complicado. - que se pasa la mano por el pelo, empujándolo hacia atrás de la frente. - Su número es aquí también. - él tira de un smartphone de bolsillo de sus pantalones vaqueros. - Puede comprobar. - se extiende el teléfono para mí. No he entendido. Yo no puedo. No puedo comenzar a invertir en ella de nuevo. - No importa. - Niego con la cabeza ligeramente tratando de disipar cualquier pensamiento de que esto realmente podría funcionar. - Hay que ir. - Jessica. - se inclina hacia delante hasta que sus labios se ciernen cerca de la mía. - Déjame hacer las cosas bien. - Tu no puedes. - tomar una respiración profunda. Tengo que calmarme. - No puedo hacer esto más. - ¿Porque no? - que cubre la mano con la suya. Me siento débil con el contacto. No puedo desearlo todavía. ¿Por qué mi cuerpo reacciona todavía? - Vi a ese teléfono. Vi todos esos nombres. - Estoy inmediatamente agredido por la ola de dolor que sentí cuando yo estaba pasando por su lista de contactos. - Yo era sólo uno de Jessicas. - levantar el dedo índice. - Apenas una. Jessica R. Eso es lo que soy para ti. - No es lo que eres. - la mano aprieta la mía. - Cristo, por favor. - Yo no soy nada. - las palabras suenan patético y lamentable. No quiero que ellos. Yo no quiero ser la chica que llora porque el chico no le dio toda la atención. Estábamos jodiendo solamente socios. Así es como empezó. Eso es todo lo que nunca fue a él. Su mirada se proyecta sobre la cara. - Lo eres todo. No sabes que? Estás jodido todo para mí. capítulo Seis - Y u no - Y u no Soy. - las palabras salir de mis labios antes de que tenga tiempo para moderar la emoción se está ejecutando a través de ellos. Ellos son verdaderas, pero no estoy. No estoy totalmente de acuerdo. - Jessica. - su cuerpo se tensa mientras examina la cara. - Ya sabes cómo me siento. Alzo las cejas en respuesta. Yo sé cómo se siente? Él? ¿Qué hay de lo que siento? - Sé que disfruta de la compañía de una gran cantidad de diferentes mujeres. Todo sobre el teléfono acaba de demostrar que a mí. - A la mierda el teléfono. - su voz suave me desgarró. Estoy furioso por dentro. Todo lo que había celebrado las últimas dos semanas se precipita a la superficie y que está de pie aquí actuando de manera tan tranquilo y sereno. Quiero llegar y se golpeó la cara sin afeitar. - ¿Cómo puede decir eso? - Me Rebato, pasé con todas las emociones. - Ya sabes lo que sentía? En cuanto a todos los nombres de estas mujeres? Todos esos mensajes? - Mátame si lo ha visto. - sus ojos me perforan. - Me pregunto cómo me sentiría si he encontrado un número de teléfono y mensajes llenos chicos hablando sobre cómo quieren follarte. Recogí alguna fuerza interior antes de hablar. - Nunca lo encontraría. Eso no es lo que soy. - las palabras tienen el propósito de tormento. Es por eso que dispararle. - No soy esa persona. - protege la boca con su mano, tan alejado algo. Tal vez una mueca o una mueca de dolor? Tal vez está siendo orgulloso de todos sus logros y dispuesto a abrir una sonrisa. - ¿Cuándo fue la última vez que dormiste con una mujer? - No quiero continuar esta discusión. Quiero que admitir finalmente que lo que dijo en la cama esa noche, yo era diferente, era sólo una cadena de despropósitos para convencerme de no tener relaciones sexuales con nadie más. - Justo antes de ir a Boston. - su tono es constante, y su mirada firme. - Cuando te cogí lentamente y vinisteis todo mi pene. Resistí el impulso de gemir allí mismo en el lugar. Dios, que era increíble. Había pensado en este momento todos los días desde que salió de su habitación de hotel hace dos semanas. - ¿Antes de eso? ¿Cuándo? - subrayo. Quiero que admitir simplemente estás saliendo con otras mujeres de todo este tiempo. - Era un día antes de eso, cuando aspirado mierda fuera de mí y me tiro todo mi semen en sus pechos hermosos y luego se montó mi pene hasta que llamó a mi nombre. Estoy tan emocionada. Mi cuerpo está dolorido por él. A pesar de que ha estado con muchas mujeres, todavía lo quiero. ¿Qué carajo está mal conmigo? - Antes de eso. - se inicia antes de dar un paso más cerca de mí. - Yo estaba en la mesa de la cocina de mi apartamento. Me apoyé en usted y empujó mi polla en su cuerpo tan dulce y tan apretado. No se podía aguantar más. Usted llegó casi al instante. Yo tenía. Yo me acuerdo. Me había ido a buscar un vaso de agua y estaba justo detrás de mí, sacarme, levantando el vestido y simplemente tomar mi. - ¿Cuándo fue la última vez que cogiste a alguien más? - miro abajo hacia arriba, y directamente a los ojos. - No me des una mierda. Dime cuándo. Veo un destello de pánico pase sobre ella y deja caer mi corazón. Por favor, no, como usted ha dicho todas esas hermosas cosas a mí en la cama. Por favor, no deja que sea ya. - Cuando Nathan. - subrayo. Sólo quiero saber. Sólo quiero superarlo. - Cassie. - cierra los ojos por un momento antes de abrir y mirando en la mía. - Fue con Cassie. capítulo Siete lo una mentira. Es unalo una mentira. Es una basura, justo en mi cara, mentira increíble. - Tú eres un mentiroso. - empujo mi dedo en su pecho y él no se mueve. - Ustedsabe que no es cierto. Se saca la mano con un movimiento rápido. - No me llames mentiroso. - que hierva. - Nunca, Jessica. - Tu eres. A. mentiroso. - escupir las palabras de uno en uno, dejando que salen de mi lengua con una gracia lánguida. - Un mentiroso jodido. - Usted no me conoce. - rebota. Es difícil, el tono petulante y lleno de ira. - Exactamente. - ataco. - Todo lo que sé sobre usted es que son muy buenos en la cama y has estado con más mujeres de las que puedo contar. Así que muchas mujeres que no pueden ni siquiera recordarlos todos. - está afilada con precisión y fue a darle un puñetazo. Él atravesó. Da un paso hacia atrás como si usted se lesionó físicamente. - Suficiente. - sus manos se liberan para escapar. - Suficiente? - el imitar. - Suficiente qué? Basta ya de tus mentiras sangrientas? ¿Por qué demonios no puedes dejarme en paz? Porque usted No se puede simplemente llamar a cualquier otro y follarla las migajas para que me olvides? Veo la expresión de lavar el dolor. La mano de ella salta en el aire como si fuera a agarrarme, pero su mandíbula apretarse y sus manos se congelan. - Jessica. - es casi un susurro. Puedo oír algo relacionado con su voz. No puedo decir lo que es. - Nathan, estamos muy lejos de haber terminado la misma. - Me muevo a la puerta, pero él está en mí antes de que tenga tiempo de reaccionar. - Jessica, por favor. - su voz se quiebra y una pequeña parte de mí se siente simpatía por él. Yo no puedo hacer eso. No puedo dejar que me afectara de esa manera. Es todo acerca de la acción. Lo único que me dijo es en la sombra de esa habitación de hotel lleno de bebidas alcohólicas y preservativos y desde ese teléfono. Ese maldito teléfono que estaba llena de un sinfín de apelaciones, rogándole que se arrastran de nuevo a sus camas. Todas estas mujeres, todo lo que el sexo. - Nunca olvidaré lo que vi ese teléfono. - cierro los ojos, como si se llevó todos los recuerdos de esos nombres, números y mensajes dolorosamente íntimas. - No puedo cambiar mi pasado. - sus ojos se estrechan. - ¿Me estás matando. Hay que dejar que me hace volver. - Volver? - Exhalo fuerte, mi pulso acelerado. - Volver a eso? - Paso mi mano sobre mi cuerpo. - No -. Su tono es frío, duro y calma. - De nuevo aquí. - se metió el dedo en el pecho. - Usted se sentía todo lo que yo era. No puedo responder. Tiene razón. Me estaba sintiendo todo lo que decía que era. Estaba enamorada de él a gran velocidad hasta que se topó con esa habitación de hotel y todo cambió. Un golpe sacudió sucesivamente. El momento no podría ser peor de Drew. Él me está esperando. Él está esperando para que me llevara a una cita de verdad. Él está esperando para llevarme a la cama tarde en la noche. Le ayudará a superar Nathan una vez por todas. - Necesito ... - Va a salir con él, ¿verdad? - me corta; su voz es equilibrada y moderada. - Es el chef, ¿verdad? Asiento con la cabeza. - dibujó me llamó ... bueno, él me llamó. - tartamudeo, incapaz de decir claramente que voy a una cita con otro hombre. - ¿Ha tenido relaciones sexuales con él? - No -. No debería haber contestado. Ese no es su problema. Cualquier cosa que hago con dibujó hoy no tiene nada que ver con Nathan. Excepto que tiene. Sólo voy a olvidar este encuentro me siento cuando Nathan me besa, cuando está dentro de mí y cuando dice cosas que me hacen creer que yo soy especial. - ¿Quieres? - la cuestión está lleno de dolor. No sólo para él sino también para mí. No ¿Quieres? - la cuestión está lleno de dolor. No sólo para él sino también para mí. No quiero dormir con Drew, Quiero decir. Quiero Nathan borrar de mi memoria todo lo que vi en esa quiero dormir con Drew, Quiero decir. Quiero Nathan borrar de mi memoria todo lo que vi en esa habitación, así que se puede sentir como que era hace dos semanas. Quiero flotar de nuevo a su cama y en sus brazos y sentir como si no existiera nada excepto nosotros. - ¡No me pida. Da un paso hacia mí hasta que su respiración está involucrando a mi frente. - Si te hubiera encontrado primero, no me jodas cualquiera de ellos. No utilice su cuerpo para volver a mí. capítulo Ocho - El para él - El para él chico que estaba en su apartamento es intensa. - dibujó toma un sorbo de la copa de vino delante de él. - Estaba en el club de la primera noche en que te vi. ¿Cuál es su problema? - Él es un abogado. - Me burlo. Nathan no quiere hablar ahora. Al abrir la puerta para recibir a Drew, Nathan pasó a su lado y no mirar hacia atrás. Se examina la cara como si tratara de leer entre líneas lo que estoy diciendo y sintiendo. - Ha tenido relaciones sexuales? Por supuesto que me pediría. ¿Por qué parece como si cada hombre en Manhattan conocía la vida sexual de otros hombres? - Algunas veces. - No veo ninguna razón para mentir. No es que importa en este momento. - Eso todavía sucede? ¿Por qué la inquisición es lo que quiero decir. Estamos en nuestra primera cita, disfrutando de una copa de vino antes de la cena y Nathan ya está estropear la noche para mí. - Se acabó. - Yo digo claramente. - ¿Qué estaba haciendo en su casa? - apunta la copa en mi dirección antes de tomar otro sorbo. - Sólo para hablar. - Sé que no debería estar molesto con las preguntas, pero lo estoy. Estamos a menos de veinte minutos de nuestra noche y que ya sabe demasiado sobre mi vida personal. - No comparto, Jess. - sus palabras están fuera de lugar. - Usted no comparte? - repito yo estaba esperando oído mal. ¿Quién se cree que es? La segunda venida de Nathan Moore? ¿Por qué estos hombres insisten en marcar su territorio antes de que yo sirvo a la entrada? - Si vamos a hacer eso. - las manos colgando sobre la mesa. - No se puede estar en torno a un tipo como él. Me siento insultado, no he terminado mi primera copa de vino y él estaba el que se establecen las reglas básicas. - Sólo vamos a cenar. - Usted sabe que yo quiero dormir contigo. - sexo. Los hombres en esta ciudad hacen que no sea nada vivo, respirar y hablar de sexo? - Tenía la esperanza de que pudiéramos ir para nuestra primera cena. - Digo una pequeña broma. - ¿Por qué estás siendo tan grave? - Mi última novia me cogió. - que toma el resto de su vino. - No voy por ese camino de nuevo. No quiero una mujer que no está listo para ser exclusiva. Mierda. Fue herido y ahora va a pagar el precio por ello, cuando todo lo que quería era utilizarlo para superar mi última relación. - No quiero nada serio. - me suelto. - Estoy en busca de un poco de diversión. - Diversión? - Sólo diversión. - Ofrezco. ¿Qué debo decirle? Quiero hacer que te corras en mí para que pueda ahuyentar a cada recuerdo que tengo de Nathan madera? - Busco más que diversión. No comparto. - que no modera su camino intenciones ninguno. No me sorprendería que cayó de rodillas y se quitó un anillo de compromiso de bolsillo ahora. - Lo siento, no lo hice. - Me estremezco cuando digo las palabras. ¿Cómo iba a saber? Me besó la otra noche como un hombre hambriento de mi cuerpo. Pensé que quería tener relaciones sexuales. Pensé pularíamos juntos en la cama, rodar un par de veces y me superar mi barrera de Nathan. - Si deja que se vaya, voy a estar esperando. - ni siquiera me mira. - No tengo hambre nunca más. - digo en un susurro sin aliento. Hace un gesto al camarero. - Yo te llevaré a casa. * * * - Él no te coger porque no quiere ser tu novia? - las palabras suenan tan ridículo cuando salen de la boca de Rebecca, como suenan en mi mente. - Yo creo. - encogimiento de hombros. - Fue humillante. - Voy a ser su novia. - ella me guiña el ojo. - Hell, voy a casar con él y tienen sus bebés, si se tiran conmigo. ¿Has visto los labios? Cristo, que me hacen llorar cada vez que los veo. - Cada vez que los vea? - Alzo una ceja. - ¿Cuántas veces has visto? - Sólo dos veces. - se levanta un dedo. - Esa primera vez en el club cuando se frota sobre ti yluego hace dos noches, después de que él te dejó. - Tenías tiempo para estudiar los labios? - Casi alta del río. - No diga que no se dio cuenta de ellos, Jess. - se inclina la cabeza hacia un lado. - A menos que usted todavía está pensando en los dedos. - Él estuvo aquí. - señalo el suelo de la vivienda. - Poco antes de Drew apareció. - De ninguna manera. - ni siquiera tratar de moderar el impacto en su voz. - ¿Que diablos? ¿Por qué? Me encojo de hombros ligeramente al mover la cabeza. - Tratando de convencerme de que él cambió. - Él nunca va a cambiar. - de repente se levanta de la silla. - Sin embargo, tenemos que cambiar. Vamos al club esta noche. - No -. Me siento cansado hasta los huesos, mi cambio de el día de hoy. Tomó toda la fuerza que tenía, evitar mirar a Drew durante ocho horas. Era tan lindo y quería que yo, tal vez debería ser exactamente lo que necesitaba para que pudiera conseguir lo que él necesitaba. Eso no fue justo, sin embargo. Yo sabía que, por supuesto, pero mi cuerpo tenía otras ideas. - Sí. - ella saca la mano entre las suyas. - Esta noche es la noche que los dedos se convierte en un recuerdo lejano. capítulo Nueve - H oye - H oye un momento en que entró en el club, y juro que sentí como si hubiera estado aguantando la respiración por siempre esperando. Me lo imaginaba. Me tomó dos copas y mi pulso está acelerado en los spritzers vodka 2. Mi Me lo imaginaba. Me tomó dos copas y mi pulso está acelerado en los spritzers vodka 2. Mi Me lo imaginaba. Me tomó dos copas y mi pulso está acelerado en los spritzers vodka 2. Mi cabello está húmedo a bailar. Mi vestido es tan apretado. No sé por qué he elegido esto. Es de corte negro, corto y muy bajo. Mis pechos son redondos, suaves y casi se derrama en la parte superior. Estoy haciendo todo lo posible para olvidar Nathan, todavía puedo escuchar su voz en mi cabeza diciendo las cosas que quería oírle decir. - Jessica. Estaba vacío hasta entonces. Su voz es tan suave, tan cerca. Por qué no puedo olvidarlo? ¿Por qué no puedo hacer todo lo posible para detener para que pueda seguir adelante y hacer como si nunca hubiera pasado? - Pienso en su cuerpo todo el tiempo. Él fue hecho para ser cogido solamente por mí. Cierro los ojos y siento una curva mano alrededor de mi cintura. Ella es fuerte, grande y está empujando el estómago. Estoy siendo arrastrado por un hombre. Puedo sentir su pecho. Él es muscular, grande y 2 Bebida que combina, en este caso, vodka, soda transparente y hielo. También se puede hacer con el vino blanco.2 Bebida que combina, en este caso, vodka, soda transparente y hielo. También se puede hacer con el vino blanco. mucho más alto que yo. Está emocionado. Puedo sentir su polla dura presionando contra mí desde atrás. Se me va a ayudar. Se me hará olvidar. Me vuelvo rápidamente y sus labios sobre los míos. Él es codicioso. Su beso es suave y sensual. Su lengua está fluyendo sobre la mía, con un toque cálido. Siento su mano en mi muslo. No parpadear. Yo quiero eso. Incluso en medio de un club lleno de gente, quiero esas manos sobre mí y me llevó hasta el límite, y me mostró lo mucho que quería. - Cristo, tengo que demostrar que. - su voz está en mi oído. - Ahora, Jessica. Los ojos abiertos. No puedo ver su rostro. Está enterrado en el cuello. - No por favor. - digo sin ningún significado. Yo quiero eso. Quiero sentir tu cuerpo. Quiero probar su piel y su entusiasmo. No me importa. Yo solo quiero. - Por aquí. - se trata de su mano alrededor de mi cintura. Tejemos entre la gente, las luces intermitentes, el bombeo de la música y el corazón acelerado. De repente nos encontramos en un pasillo con muchas puertas. Se abre una y entramos. La música es domesticado, la iluminación es escasa. - Comino. - sus palabras me muerden mientras sus manos tiran de mi vestido, avanzando a mis muslos. - Fuck que está tan caliente. Estoy en contra de la pared y él está de rodillas antes de que pueda reaccionar. Echo la cabeza hacia atrás y empujar las caderas hacia él. Tengo que decirle que deje. Lo necesito ... - Cristo, que son increíbles. - la lengua corre caliente en mis pliegues y me siento un gemido estirar la garganta. Es sólo sexo, Jessica. Que acaba de tomar. Eso es todo. - Lamba. - Exijo. - Lámame. - se sumerge y arrastra a su lengua a través de mi humedad, gimiendo en mi carne. - Ah, mierda, Jessica, a la mierda. Puse mis manos en su pelo, tirando de los hilos, guiando su boca en mi núcleo. - haga que se, Nathan. - Digo tu nombre en mis labios, lentamente, con cuidado, sabiendo que le estimule. Mueve la cabeza como un dedo se desliza dentro de mí. - Tómalo. - susurra. - Utilizar mí. Niego con las palabras y los sentimientos. Me tire de su cabello más fuerte, lo que significa que me consume. No me regocijo por tanto tiempo. He estado pensando en la boca durante varios días. No puedo dejar de pensar en ella. Nunca dejaré. - So. - vuelvo a ronronear. - Lick bien. Él asiente con entusiasmo y se remonta a mi clítoris. Se traza la lengua sobre él y tirar la cabeza hacia atrás. Nada parece tan bueno como este. Ni siquiera voy a sentir de esta manera. - Usted es tan caliente. - su voz es apenas audible. - Nunca voy a tener suficiente de ti. Su cuerpo es perfecto. No puedo esperar a deslizar mi polla en ti y follarte hasta que grites mi nombre. Yo alegría con la promesa de su polla hermosa, grande por dentro. Mi orgasmo es rápida y violenta. Mi cuerpo se sacude contra la pared y él. Se chupa, lame y fuerza hasta que me siento otro rollo clímax más lenta a través de mí. capítulo Diez - V ou es - V ou es un peso ligero. - dibuja su mano en la frente. - El médico dijo que me pesan un poco demasiado para mi altura. - encogimiento de hombros. - Pero me gusta la torta. Se ríe con tanta fuerza que la cabeza se deshace. - Usted es hilarante. Me sonrojo ante el elogio. - No soy un peso ligero. - ¿Cuántas bebidas tomó? - se ajusta la manta alrededor de mi cuerpo. - Tal vez dos? - Me trago. - Tal vez más? - Tal vez más. - me sonríe. - Tú necesitas dormir. Asiento con la cabeza. Yo necesito. Ya estoy sintiendo un dolor de cabeza, rodando hacia mí. - ¿Puedo preguntarte algo? Se mueve el vaso de agua que tiene para mí más cerca del borde de la mesa de noche para que pueda llegar a él. - Por supuesto. ¿Qué es? - Es sobre el club. - Tengo que preguntar. Esta pregunta fue casi goteaba de mi lengua desde que llegamos el taxi de regreso al apartamento. Esperé hasta que me puso en mi cama, antes de encontrar el valor de pedir. - ¿Que tiene? - se inclina la cabeza. - Creo que algo sucedió. - lo sentí. Yo sé que vine cuando me estaba lamiendo. Sé que era real. ¿Por qué todo parece tan vaga ahora? - ¿Como que? - la sonrisa en su cara no está ayudando. - Creo que hice algo. - es vago. Dios, esto es demasiado vaga. Estoy tan avergonzada. Yo debería decirlo. - ¿Alguna cosa? - no va a hacer que sea más fácil para mí. Tengo que explicar todo. - Yo ... yo ... - Mi cabeza está latiendo. Espero que la aspirina que me dio hace unos minutos coger este dolor de cabeza o no voy a ser capaz de arrastrar fuera de la cama mañana. - Algo pasó. - él lo dice en voz baja. Él debe saber que mi cabeza está a punto de explotar. - Con usted y yo? - contener la respiración esperando a que responda. Nunca vi su rostro. Me sentía. Fue mucho. - No -. Resulta la pequeña lámpara en la mesita de noche. - Yo no era yo, Jess. - Bryce. - Yo llamaré cuando él está caminando hacia la puerta. - Él estaba allí? - Él estaba allí. * * * - Jessica Roth. - repito. - Es Ross. Se Roth. - Puse mi lengua entre los dientes para mejorar el sonido. - Jessica Ross está aquí. Perra. ¿Por qué demonios no dirá mi nombre correcto? - Jessica. - que llama desde la puerta de su oficina. Maldigo en voz baja cuando camino por la recepcionista hacia Nathan. ¿Por qué se parezca más atractiva hoy endía? Su pelo se está cayendo sobre la frente, que no se ha afeitado. Cristo, estoy pensando en lo maravilloso que es cuando debería estar pensando en lo que le voy a preguntar si se caía sobre mí en el club? - Estás linda. - cierra la puerta detrás de mí. - ¿A qué debo el placer? Placer. Eso es una pista? Él está dando a entender que sacudió mi mundo en el club anoche? - Necesito preguntarle algo? - Me muevo para que se sentara en una de sus sillas de oficina. Me tiemblan las piernas, tengo que ganar un poco de presión emocional o perderá el control. - Cualquier cosa. - Se apoya en la mesa. Esto no está funcionando. Su ingle es el nivel de los ojos. - Es sólo que ... - jugar con un hilo suelto en la costura de mis pantalones vaqueros. ¿Cómo voy a llevarlo hasta él? - ¿Se siente mejor? - hay un toque de diversión en cuestión. - Mejor? - repito. - ¿Qué quieres decir? Se arrodilla lentamente, de modo que su cara está bien en mi nivel. No me muevo. Yo no puedo. Sus ojos azules helados están mirando directamente a los ojos. - Ya sabes lo que quiero decir. - Yo no. - No puedo mirarlo. Sus labios son tan perfectas. Son tan suaves y flexibles. Me pregunto si se utiliza bálsamo para los labios. Jessica, mierda. Enfoque. - Jessica. - se inclina hacia delante para agarrar los dos brazos de la silla, que me sostiene en su lugar. Miro hacia abajo. - ¿Qué? - No me he lavado la cara desde entonces. - la respiración flota sobre mi cuello. Es tan cerca de mí ahora. - ¿Desde cuando? - No puedo mirar hacia arriba. No voy. Su dedo se desliza suavemente sobre mi mandíbula mientras se inclina la cabeza hacia arriba hasta que nuestros labios casi se encuentran. - Desde que te vi en la cara anoche. Dos veces. Mi enganche aliento. - Eso fue real. - susurro. - Eso fue real. - se mueve, por lo que sus labios se ciernen sobre la mía. - Te comí allí mismo, en el club. Usted vino tan fuerte. Me deseabas tanto. - Yo no ... - lo que no lo hace, Jessica? ¿Tú no sabes? ¿No recuerdas? Usted no sabe cómo resistir ella? Bingo. Es eso. - ¿Por qué estaba allí? - Me miro en sus ojos. Fue allí buscando a alguien y me vio. Fue ahí en busca de una mujer a la mierda. Él estaba allí porque había renunciado a mí. Su boca retuerce un poco, pero sus ojos sin dejar de mirarme. - La seguí allí. Ceja sube. - No -. Niego con la cabeza. - Usted estaba allí buscando a alguien y me vio. Él se acerca aún más y yo estoy atrapado en el interior de sus brazos. Yo sólo puedo inclinarse hacia atrás en la silla. - Yo iba a su apartamento y vi que usted entra en un taxi con tus amigos. a darle seguimiento al club, vi moler todo sobre otros hombres. Te vi tratando de beber de distancia la memoria de mi toque y luego te llevo fuera de la pista para que se venga porque yo estaba herido a demostrar que durante días. Trago saliva. No puedo deshacerse del nudo en la parte posterior de la garganta. - Nathan, no puedo hacer eso. - No se puede escapar de mí. - sus labios apenas se tocan la mía. - Me rogabas a coger ese pequeño dulce cuerpo, apretado, hay en esa habitación. Usted se rascaban los pantalones. No se podía conseguir a mi bastón lo suficientemente rápido. Me sonrojo con palabras. No me acuerdo. Yo no sé. Lo hice? - No me acuerdo. - Confieso, sin aliento. No puedo pensar, y mucho menos respirar cuando está tan cerca de mí. - Por mucho que me quería coger allí mismo contra la pared. Por mucho que yo quería oír gritar mi nombre cuando mi pene estira sus límites, no podía hacerlo. - su lengua deslizarse lentamente sobre su labio inferior. - ¿Por qué? - Tengo que mantener, literalmente, en apretado en los brazos de la silla que me abrace y no coger mis manos alrededor de su cuello y besarlo. Él exuda y su dulce aliento corre por mi mejilla. - Cuando te follo, Jessica, cada vez que meto mi polla en usted, usted recordará que. Mi sexo se presiona con las palabras. Tengo que cerrar los ojos para dejar que los sentimientos ejecutar a través de mí. Juro que pude disfrutar simplemente escuchándolo hablar de cogerme. - ¿Quieres que te folle ahora? - los labios eludir la mina suavemente y mis ojos se abrieron. Está tan cerca. Sí, sí, por favor. - Nosotros no podemos. - dijo mi maldita boca. - ¿No podemos? - el dedo se extiende un camino a través de mi clavícula antes de sumergirse en mi escote. - Sea más específico. ¿Por qué no podemos? Alzo las manos para frotar la cara. Tal vez estoy de vuelta en mi cama y esto es una especie de resaca, sueño erótico. Aunque si ese fuera el caso, que me estaba diciendo que quiere que su pene en mi boca en este momento. - Daría cualquier cosa para deslizar mi polla entre esos labios rosados perfectos. - esperar. ¿Qué? - Nathan. - no es tanto una afirmación que una petición. - Tienes miedo. - susurra en mis labios. - Tienes miedo de que voy a lastimar. Asiento con la cabeza. Tengo miedo de eso. Tengo miedo de dejarlo ir hacia atrás y me coge, y no en el buen sentido. - ¿Recuerdas lo que te dije en el club anoche? - que dirige la punta de su dedo pulgar sobre los labios. - Sobre espere siempre para mí? - mi voz se quiebra. Repetí estas palabras en mi mente desde que oí. - Ellos son ciertas. Siempre te espero. - Usted dice cosas por el estilo, pero ... - mi voz. ¿Pero lo que? - No puedo tener sexo con nadie más. - sus palabras son abrasivas y audaz. - No va a suceder, Jessica. - No es serio. - empujo. Tengo que salir antes de que él me convenció de que no es para él más que un hombre detrás de un pedazo de culo. - Me refiero a que cada palabra. capítulo Once - Y ntão - Y ntão que está diciendo dedos es un hombre, una mujer ahora? - Rebecca me mira encima de la mesa en el restaurante lleno de gente que eligió a mi encuentro para el almuerzo. - Eso es lo que dice. - Trato de no parecer desalentador. Cuando salí de su oficina hace una hora, no dejaba de dar la vuelta y mirarlo. Ella toma un bocado del sandwich, preguntó. - Esto es delicioso. No tan bueno como lo que haces, pero el segundo mejor. Sonrío con la extraña cumplido. - No se trata tanto de lo que yo no entiendo. - Alerta para el corto. Esto ni siquiera comienza a cubrir lo confundido que estoy en ello. Tenía tantas preguntas, pero por el momento me empecé a preguntar, me gustaría ser reinvertido en la relación y su historia y la línea de las mujeres para las que ha pasado, el esfuerzo, simplemente no vale la pena. - Entonces él le atrapó en el club? - sus palabras se ahogaron mientras se mastica a través de otro bocado del sandwich. - ¿Qué? - Casi se me cae una cucharada estoy sosteniendo cerca de mi boca. - ¿Como usted sabe? - Lo vi tirando de usted a una de las habitaciones privadas. - dice ella tan indiferente como si se tratara de un hecho cotidiano en su mundo. Muevo la cabeza para aclarar la idea de rodillas de Nathan, con la cara hundida entre mis muslos. - Habitaciones privadas? - Los dedos no se rompió en su habitación privada, cereza? - el hecho de que varias personas se volvieron a mirar, se solidificaron mi primer pensamiento que se está hablando en voz muy alta. - Prácticamente grité. - señalo. - Nunca he estado en un quartou privada antes. - Nunca he oído hablar de una habitación privada antes. Siento que vivo en una cueva antes de aterrizar en Manhattan. - Todos los miembros del club tienen acceso. Las palabras me golpean con toda la fuerza de un bate de béisbol. - Miembros? - ¿Tiene alguna beneficios especiales, si usted es un miembro de ciertos clubes. - ella mira hacia abajo en el resto de su sándwich. Puedo decir que está teniendo un diálogo interno acerca de si o no devorarlo. - Tuvo que ser un miembro del club de entrar en esa habitación? - la gravedad de esta afirmación se hunde lentamente, pasando por encima de mi cerebro y la infiltración de mi corazón. - Se necesita una tarjeta de acceso. - ella toma su bolso de gran tamaño y empiezaa hurgar. - Ver. - su rostro se ilumina cuando se tira tres tarjetas separadas de su cartera. - Soy miembro de los tres. - Nathan tuvo que ser miembro para entrar en esa habitación anoche? - ¿Por qué estoy haciendo esta? Yo sé la respuesta. - Absolutamente. - ella coge el bocadillo. - Este club acaba de abrir. Aún no estoy incluso un miembro de la misma. * * * - ¿Por qué eres un idiota? - no es de extrañar la emoción. Por lo menos yo no creo que es eso. - Esa es una pregunta con trampa? - se abre sobre la puerta de su apartamento para que pueda pasar por ella. Exploro la habitación. La última vez que estuve aquí, me sentí seguro, adorada y especial. Ahora me siento como Jessica R de nuevo. - No es una pregunta con trampa. Eres un idiota. Se frota la sien con su dedo índice. - Jessica. ¿Quieres un trago? La pregunta parece totalmente erróneo. - Estoy con resaca. - Está bien. - que toca la punta de la nariz, antes de verter un vaso de whisky. - Así que usted piensa que soy un idiota? - Usted me llevó a una habitación privada anoche. - Voy a tirarme sobre ella sin un paracaídas. Bombas distancia, Jessica. Toma un sorbo del líquido pesado. - No me diga que no le gustaba. - la declaración de acompañamiento sonrisa me lleva al límite de mi ira. - Eso es irrelevante. Estamos hablando de la habitación privada. - Lo necesito para mantener la atención en algo que no sea el sexo durante veinte segundos. Se rasca la frente. - Jessica, ¿qué es? ¿Por qué tiene que decir mi nombre como ese? ¿Por qué no le dije que mi nombre era Jess? Si lo hubiera hecho, no lo tire tantos sentimientos cada vez que lo decía. - ¿Tiene una tarjeta para entrar en esa habitación, ¿verdad? Se estudia la cara. Su expresión es tan indiferente. No puedo leer en absoluto. - Yo sí tengo. - Nathan. - Siento que mis doblan las rodillas un poco, entonces bajar a una silla. - Nathan. - repito su nombre. - No -. Su voz es grave, el tono inflexible. - Jessica, no. No pienso así. - Piense qué? - Puedo sentir mi estómago anudado. - Tiene una clave. Él golpea el vidrio con un ruido sordo en el bar antes de detenerse frente a mí. - Jessica, escúchame. Quiero cubrir mis oídos. No quiero oír ni una SEEP mentira de su boca. - Me preguntaba si tenía la llave. - Es la verdad, eso es todo lo que vine a hacer. Yo sólo quería que reconocer que él tenía la llave, ya que toma la mujer allí para cogerlos, cuando estás en el club. Se mueve rápidamente a donde su chaqueta está colgando cerca de la puerta, en una percha. Miro en silencio mientras se recorre el bolsillo interior, tomando su cartera. - Necesito demostrar que eso. - Usted no tiene que demostrarme nada. - Me paro. Tengo que salir por la puerta y nunca mirar hacia atrás. No puedo seguir haciendo esto a mí. No puedo seguir dando vueltas hacia atrás, pensando que mágicamente se convierten en un ser humano decente. - Dios, esto es tan jodido. - su voz es casi irreconocible. Hay tanta emoción en estado puro en ella. - Jessica, espere. - No -. Voy a través de él y llegar al pomo de la puerta. - Yo voy. - Mira. - empuja una tarjeta-llave en la cara. Está tan cerca que mis ojos no pueden inscribirse nada más allá de los matices de la tarjeta azul y amarillo. - Tómalo. Basta con mirar. - Yo no quiero. - se enciende el pomo de la puerta. - Usted nunca va a cambiar. - Mira la carta maldita, Jessica. - su mano cubre la mía y tuerce la manija de la puerta trasera en su lugar. - No vas a ninguna parte hasta mirarlo. capítulo Doce - V Si ou - V Si ou Se unió al club de ayer? - Sintonicé mismo al detalle. Por qué se unió ayer? - Jessica, cogida, entiende por favor. - que está pidiendo. Su mano está tirando de mi camisa bar. - No puedo resistir. Yo, literalmente, casi el disfrute cuando entras en una habitación. Soy duro todo el tiempo cuando pienso en ti. - Ayer? - repito de nuevo. - Mierda. - se aleja de mí y empieza a caminar. - Esto va a sonar tan jodido. - ¿Qué? - Vine todos los días desde que está en la suite del hotel. Me masturbaba pensando en ti. - mueve la cabeza hacia mi cuerpo. - Estoy tan duro ahora, Jessica. No puedo controlar. Dime que entender eso. Niego con la cabeza. - No, no lo entiendo. Él inclina la cabeza y tira de la respiración pesada. Puedo ver su pecho se eleva bajo la tela de su camisa azul claro. Pequeñas gotas de sudor se reúnen en la frente. - Dime. - escupo. - Nathan, por ejemplo. - Su cuerpo es como una droga para mí. Cristo, es como si yo estoy tirando adicto a todo sobre ti. El olor de su piel, su gusto, el grado de tensión que eres cuando estás agarrando mi pene y yo estoy de bombeo en su interior. - se pasa la mano lentamente a lo largo del contorno de su erección. - Podría masturbarse ahora. En serio, me haces tan excitado. - El cuarto. - Quiero que explicar. Lo necesito. - Vas a odiarme. - su voz titubea con la confesión. - Va a salir de aquí si te digo. - Nathan. - mi voz se quiebra. Me dirá él cogió a alguien en esa habitación de ayer después de que me fui, porque estaba pensando en mí. Él se acerca por detrás, donde agacharse hacia abajo el brazo de una silla. - Vine a verla en su apartamento. Recuerdas que te dije eso? Asiento con la cabeza. - Me pasé todo el día en la cama antes de eso. acariciándome, pensar, disfrutar. Tenía que sacarla de mi sistema. No pude evitarlo. - ¿Que hiciste? - por qué es importante para mí? El teléfono no había pruebas suficientes de que no puede mantener su pene fuera de servicio durante más de unas pocas horas? - No sé cuántas veces he venido, pero no fue suficiente. - se pasa la mano por la cara. - Esto es tan jodido. Apoyo la cara entre las manos. Tengo que salir de aquí. Necesito terminar esto ahora. - Me dieron esta habitación en el club para que pudiera coger allí. - las palabras se derraman tan rápidamente y caen en otra pila torcida. - ¿Qué? - Jessica, por favor. - su voz es suave y templado. - No me odies por ello. - En eso tienes cuarto club a tener sexo conmigo? - Mis ojos se abrieron. Puedo sentir ellos. Estoy dispuesta a ir al club en ese momento. Tomado de nuevo a cuando estuvo a punto de agarrar mi cintura. Mi cuerpo sabía que era él. Mi cuerpo quería que él tanto como él quería. - Me hice miembro cuando estabas bailando. - él tira su cuerpo grande, entonces se coloca de nuevo. - Sólo quería puxálo a una habitación y caer en ti. Necesitaba sentir cerca de mí. No he sido capaz de concentrarse o pensar con claridad en las últimas semanas. - Usted sabía que iba a tener sexo conmigo allí? - Estoy tan sorprendida como excitado por epifanía. - Al salir de su apartamento que vestir, Jessica. - la respiración. - Casi me encontré allí en la calle. - Simplemente me fui allí para divertirse. Yo quería olvidar ... - No puedo confesar que a él. - ¿Quieres que me olvido? - no hay recubierto en cuestión sorpresa. Él sabe que es lo que he estado tratando de hacer durante semanas. - No puedo manejarlo. - Me pongo manos a la boca con la esperanza de detener la ola de emociones que siento. - No se puede hacer este tipo de cosas. - Jessica. - está justo al lado de mí ahora. - No puedo evitar lo que siento. - Es sólo sexo. - Quiero que lo vea. Lo necesito para ver que todo entre nosotros gira en torno al sexo. - Estás equivocado. - endurece su postura. Ofendí. Yo se de eso. - Estoy en lo correcto. - Me opongo. Miro su rostro. Hay un montón de emoción en sus ojos. No puedo leer todo. No puedo entender lo que está sintiendo. - Si era todo sobre el sexo, me habría planteado ese vestido tan ajustado, se deslizó mi polla en ti y follan duro hasta que grites y otra vez. Doy un paso hacia atrás por pura necesidad. Mi cuerpo me traiciona cuando es tan cruda y directa. Sé que mi respiración se incrementa. Puedo sentir mi pulso acelerado. - Ha tenido relaciones sexuales conmigo. - empujo hacia atrás. - Ustedme lamió ... - Quería escuchar de venir. Deseo que el sonido. Hay sonido sin más dulce en todo este mundo que ella cuando estás al borde de un orgasmo. Mataría a escucharlo. - el aliento antes del ejercicio continuar. - Yo sabía que la habitación, después de oír viene dos veces era todo lo que necesitaba. Yo no disfrutar. No le disparé mi semen entre esos labios perfectos. - Perezosamente dirige la punta de su dedo pulgar sobre los labios entreabiertos. - No necesito sentir deslizando mi polla dentro de ti. Entonces supe que el deseo, la adicción, esta interminable necesidad que tengo aquí ... - le golpea directamente sobre su duro pecho con el puño. - No se trata de mi pene. No se trata de mi necesidad. Es todo acerca de ti. capítulo Trece - V ou ya - V ou ya visto de nuevo, ¿verdad? - dibujó me da otra bandeja de zanahorias de pelar. Antes de nuestro encuentro casi torpe, me dijo que yo estaba recomendando a ser transferido a la preparación de postres. Mi negativa a ser exclusiva para él significaba que iba a limpiar la planta en el futuro previsible. Lanzo las conchas de la última tanda en la basura de la basura orgánica. - No vamos a hablar de ello. - no lo haremos. El simple hecho de que no puedo entender lo que está pasando con Nathan y yo, es suficiente para que deje de intentar explicar a alguien. - Usted sabe que él está siempre en los clubes, ¿verdad? - las palabras son para mí golpeado en la cara por completo. Que ataquen. No me volví a mirarlo. Yo no puedo. Ahora estoy seguro de que mi expresión es una mezcla de rabia y decepción. Me deslizo lentamente el pelador sobre la zanahoria. - Usted no sabe. - Lo vi en el club durante meses antes de saber que existe. - si su comentario es para molestarme, hizo un home run 3.molestarme, hizo un home run 3. 3 En el béisbol, home run (HR denotado) es un éxito en el que la masa es capaz de rodear todas las bases, terminando en base de 3 En el béisbol, home run (HR denotado) es un éxito en el que la masa es capaz de rodear todas las bases, terminando en base de operaciones y tomando nota de una carrera (junto con una carrera señalado para cada corredor que ya estaba en la base), sin error cometido por el equipo defensivo. El cuadrangular es uno de los aspectos más importantes de béisbol, y grandes bateadores de jonrones son generalmente los jugadores más populares entre los aficionados y también el mejor pagado de los equipos. http://pt.wikipedia.org/wiki/Rebatida http://pt.wikipedia.org/wiki/Corrida_(beisebol) http://pt.wikipedia.org/wiki/Corrimento_de_bases http://pt.wikipedia.org/wiki/Erro_(beisebol) - De Drew. - Me vuelvo y girar la zanahoria a pocos centímetros de su nariz. - ¿Cuál es su problema? Él la golpea y los dos nos observaba la caída al suelo. - Los tipos como que son malos para chicas como tú. Siento que estoy escuchando a mi padre la conversación antes de ir a la universidad. - Soy Siento que estoy escuchando a mi padre la conversación antes de ir a la universidad. - Soy Siento que estoy escuchando a mi padre la conversación antes de ir a la universidad. - Soy una niña grande. Puedo cuidar de mí mismo. Él sonríe. - Eres igual que el resto de ellos. - El resto de quién? - Mis ojos descansan brevemente en el pelador en la mano. Si no comienzo de llevarse bien con él, nunca voy a subir a la escalera interior en la cocina Axel NY. Regresa y pasa la mano delante de mi chaqueta de cocina. No dejo que darse cuenta de que la mano sigue siendo un toque más de lo debido, cerca de mis pechos. - Jess. Digo esto estrictamente como su amigo. Asiento con la cabeza. - ¿Qué es? - las zanahorias, por desgracia, no van a pelar-y me gustaría tomar un descanso en algún momento de este año, por lo que necesitará para escupir todo lo vil que cuelga con impaciencia en el borde de la lengua. - Usted parece realmente. - las fosas nasales abiertas ligeramente mientras se inclina muy cerca de mí. - Eres muy madura. Usted tiene esta aura gritar, quiero que me folles. Me aparto de él con tanta fuerza que casi caer de nuevo lavabo grande que me asignaron a trabajar. - No se puede decir estas cosas a mí. - Él le cogió porque su cuerpo se lo buscó. - su lengua deslizándose lentamente el labio inferior. - Estaba gritando lo mismo que a mí cuando bailamos esa noche y cuando tomamos una copa después de que consiguiera este trabajo para usted. Allí estaba él. La guinda del pastel de Drew. Él piensa que le debo, porque él me consiguió una entrevista. - Usted sabe que esto es totalmente inadecuado, ¿verdad? - miro hacia atrás donde el gerente de la cocina está de pie, mirando a nosotros. - Sé que una vez que se termine con usted y cambiar a otra nueva, te vienen arrastrándose de nuevo a mí. - No apostar por ella. - susurro en voz baja mientras me vuelvo. * * * - ¿Quién sabía que tenía que dibujó en él? - Rebecca dobla la esquina y casi tropieza con un hombre que camina rápidamente por Broadway. - Él es un sinvergüenza. - Saco mi pelo en la mano. El viento hoy en día no es lo que es fácil moverse por Manhattan a pie. Me encojo de hombros. - Es extraño. Juro que él tiene este problema interno con Nathan. Como si estuviera completamente molesto con él por algo más y se diseña en mí. Ella sigue en el camino. - ¿Cuándo se convierte el Dr. Phil 4Ella sigue en el camino. - ¿Cuándo se convierte el Dr. Phil 4 Me río en voz alta con la comparación. - No tengo un bigote. - empujo mis labios hacia fuera. - Usted debe encontrar un nuevo trabajo. - ella teje su camino a través de una multitud de niños en edad escolar caminando hacia nosotros. - De ninguna manera. - levanto mi voz para que se solape con el ruido del tráfico. - Necesito ese trabajo y que puede ir a la mierda. - Voy a mi oferta. Me puede coger. Estoy totalmente en este chef galleta dura, arrogante, idiota. 4 Phil McGraw es un psicólogo de los Estados Unidos, que se dio a conocer al público en general a participar en el programa de Oprah 4 Phil McGraw es un psicólogo de los Estados Unidos, que se dio a conocer al público en general a participar en el programa de Oprah Winfrey como consultor del comportamiento y las relaciones humanas. Se sabe que el Dr. Phil. capítulo Catorce - C Risto. - C Risto. Jessica. Jesús. - las palabras brotan de su boca y la mía. - Juro por Dios que pude disfrutar ahora. Me recuesto y pego mis caderas en su pene. Un pequeño gemido ondula a través de mi cuerpo. - Sólo que esta vez, Nathan. - Por supuesto, lo que la cogida que usted dice. - levanta sus brazos por encima de la cabeza para mantener el respaldo del sofá. La vista de sus dobla el bíceps mí sólo se acerca al límite. - Haces ejercicio. - No quiero decir en voz alta. Porque digo eso? - Sí. - abrir los párpados brevemente el aleteo en remojo en la vista de mi cuerpo desnudo. - Fuck me hace más fuerte. No necesito la persuasión. Empujo mi cuerpo hacia adelante y agarrar el sofá también. Me deslizo mis caderas hacia atrás y hacia delante a lo largo de ella, deslizando su polla en mí. - No puedo creer que sea tan bueno. - Creer. - sus manos saltar del sofá para mis muslos. - Eres tan húmeda. Cristo, tan mojada. - Usted sabe que vine aquí sólo para joder. - las palabras son en bruto y sin complejos. Ellos son ciertas. Después de escucharlo decirme por teléfono mientras se iba a cogerme si alguna vez tienen la oportunidad, llegué en un taxi y llamó a la puerta de su apartamento. Ahora, veinte minutos más tarde, estaba a punto de mi tercer orgasmo. - Me importa un comino de por qué ha venido aquí. - sonríe con los dientes apretados. Gimo cuando empuja el cuerpo hacia atrás para que pueda frotar la punta de su dedo pulgar sobre mi clítoris. - Es sólo por esta vez. - No es. - él empujó sus caderas hacia arriba del sofá en un círculo perezoso. - Estoy tan profunda ahora. - Tan profundo. - repito. - No puedo tener sexo contigo de nuevo. - Cállate,Jessica. - sus manos agarran la cabeza y tira de mis labios a los suyos. - Cierra la boca y me coge. Alzo las caderas al son del desafío. Empujo hacia abajo, duro y rápido y se queja tan fuerte, resonando a través de mí. Empujo hacia atrás y luego volver de nuevo apretando mi sexo alrededor. - Cristo, esto es mi cielo. - tira su cabeza hacia atrás en el sillón de nuevo, con los párpados cierre. Me recuesto, apoyando las manos sobre sus muslos poderosos como me deslizo mi cuerpo de nuevo en él. Me tire hacia arriba y luego me vuelven una y otra vez. - Voy a venir. - la respiración es poco más que un susurro. - me gusta tan fuerte, a la mierda. Hago una pausa mientras se tira con fuerza las caderas, empujando su cuerpo más profundamente en la mina. Un profundo y gutural gemido de él mientras se aferra firmemente en mí. - Por favor, Nathan. - Me agarro los hombros. - Era una vez. - Como el demonio. - me jala rápidamente, haciendo que el condón con facilidad hábil. - Se llega a ver que no se puede vivir sin él. Me aparto. - Vine. En dos ocasiones, por favor. Él agarra mi cuerpo con tanta facilidad, convirtiéndola, por lo que estoy de rodillas en el sofá. Siento que se deslice hasta el suelo de rodillas detrás de mí. - Te voy a comer hasta que llegue una y otra vez. - Nathan. - Por eso estoy fingiendo resistirse a él? Yo soy el que vino aquí para esto? Yo soy el que no podía dejar de pensar en esa noche en el club. - Me encanta este cuerpo. Yo te amo. - mete la lengua a mí tan pronto como la última palabra sale de sus labios. No dijo eso. No, no podía haber dicho eso. capítulo Quince - T en - T en seguro de que dijo eso? - He oído. Estoy seguro. - lanzo algunas verduras mixtas en un tazón. - Me dijo que me ama. Ella apunta a un paquete de tomate cherry. - Utilizar todos ellos. Me encantan estas pequeñas cosas. - Mira, esto es mi punto. - Me pivotar un cuchillo de grandes dimensiones en el aire. Ella baja miedo en broma. - Oye, cuidado. Este punto me puede matar. - Lo siento mucho. - Me reí. - Ver lo que amas los tomates pequeños. - lanzo una fiesta en un bol y lavar en agua fría. - Él me ama. - Él te ama como un tomate? - su giro cara con confusión. - Eso es raro, incluso para los dedos. - No -. Creo que la gracia. - Sólo dijo que en este momento. No se basa en la realidad. Es decir, usted no es un apasionado de los tomates. - Por qué estás tratando de convencerse de que no te quiere? Siento el peso de la pregunta me ponche. - Los hombres como él no caen en el amor. Simplemente no lo hacen. * * * - Esto no es una cita. - Siento la necesidad de calificar. Me mira sobre el vaso de vino. - Cristo, que está lleno de mierda últimamente. - Cierra la boca. - tomo un gran trago de mi propia taza antes de que me di cuenta de que es mejor reducir la velocidad. - No puedo beber mucho. - Debido a que va a terminar sentado en mi cara en el taxi en el camino de vuelta a mi casa? - levanta su vaso antes de tomar un sorbo. Me pongo mi mano sobre su boca para contener la risa. Probablemente tenía razón, sin embargo. - No, sólo quiero estar con una mente clara. Tenemos que hablar de algunas cosas. - Todavía tengo que pagar por ello, incluso si no está cumpliendo? - levanta una ceja broma. - Yo no me puedo dar el lujo de comer aquí. - Tú trabajas aquí. - No me puedo permitir el lujo de comer bocadillos con lo que me pagan. - miro hacia atrás hacia la cocina. No me molesté en comprobar el calendario para ver si a Drew estaba trabajando esta noche. Tengo la esperanza de que tomó la noche libre también. Yo no quiero tener que escuchar que me diga por qué no debería estar viendo Nathan. - ¿Qué es esto sino una fecha? - toma un bocado en ensalada muy caro que el camarero sólo hay que poner delante de él. - Dos personas, que son como amigos, hablando. - parece casi seguro para mí. - A continuación, hablar, amigo. - hace un gesto a mí con un tenedor. - ¿Por qué se toma a su hermana a la suite del hotel esa noche? - Quiero empezar desde el principio, o al menos el comienzo de cuando las cosas se vino abajo. - ¿Por qué tenemos que hablar de ello? - toma otro bocado de ensalada saludable. - Esto se hace cuando se está trabajando? Niego con la cabeza. - Me preparo las zanahorias que se encuentran en la ensalada. - Ellos son la mejor parte. - Usted fue a Boston y luego de repente que está de vuelta con su hermana. - no es ni siquiera una pregunta. Es una declaración deprimente. - ¿Por qué crees que te traje aquí? - Deja de ser un abogado. - Yo no puedo. - empuja el plato. - Esto tiene sabor suciedad. Sin embargo, no zanahorias. - ¿Por Nathan? - necesito saber. Más allá de ese breve intercambio en la habitación del hotel cuando pensaba que era su siguiente conquista, no he sabido nada de él desde entonces. Coge mi copa de vino después de tomar lo que queda de ella. - No puedo creer que tenga que decir esto. - Es la verdad, ¿verdad? - Siento que necesito hacer hincapié en eso. - Cristo, Jessica. - se inclina sobre la mesa para poner su mano sobre la mía. - No te miento. Entender esto, ¿de acuerdo? No contesto. Sólo quiero la respuesta. Alzo las cejas, expectante. - Los traje aquí para conocerla. - su voz es suave y de mal carácter. Es difícil distinguir cada palabra dentro de la concurrida tinnitus restaurante. - No, no diga eso. - Me aparto de la mesa. Por favor, no diga eso. Eso significa que he cogido más cosas de lo imaginado esa noche. Se inclina hacia atrás en la silla y pone sus manos sobre su cara antes de dejar escapar un profundo suspiro. - No podía dejar de hablar de ti. Sólo quería que supieran usted personalmente. - Por lo que los trajo de vuelta a Nueva York? - Traído. - dice con determinación, como si ese debería ser el final de la conversación. Me aparto el plato de ensalada de pie frente a mí. No tengo absolutamente ningún apetito. Se estudia su cara, tratando de Lelo. Hay tantas cosas por debajo de la superficie y no pueden localizar a ninguno de ellos. - Jessica. - que golpea ligeramente el dedo sobre la mesa. - Escúchame. Eso es todo lo que he estado haciendo toda la noche. Es todo lo que quiero hacer. Quiero oír hasta que oigo decir que me amas de nuevo. - Los llevé al hotel para que pudieran permanecer allí. - que llega a través de la mesa para empacar mi mano en la suya. - Yo iba a su apartamento para llevarla a casa conmigo esa noche. Pero entonces se hizo todo lo que de última hora y criminal invasión y todo se fue a la mierda. - Querías que conocer a su familia? - susurro la cuestión. - Necesitaba que conocer a mi familia. - hace un gesto al camarero llenó nuestras dos copas de vino vacías ahora. - ¿Por qué no me lo dijiste? - Me siento en la anticipación, esperando una respuesta, ya que el camarero vierte el vino lentamente. El zumbido de un teléfono celular rompe el silencio entre nosotros. Nathan mete la mano en el bolsillo de su traje para recuperar el teléfono. Ni siquiera mirar a la pantalla antes de silencio. - Estoy loco por ti. - empuja el teléfono hacia los lados antes de tomar mi mano de nuevo. - No sé cómo hacerlo de la manera correcta. - rizar su mano libre en el aire sobre nuestras cabezas. - Yo quería que mi hermana y Travis vi lo que veo en ti. Sencillo. No fue sencillo. Nada de esto era. Capítulo dieciséis - V me ou - V me ou Dijo que sólo permite tres hombres que fodessem. - su voz es baja y ronca. Asiento con la cabeza. - La cantidad de leña que aspirado? - se tira ligeramente de las raíces de mi pelo. - Cristo, desacelerar, Jessica. Ir. Con calma. Me apoyo sobre los talones y el paso la lengua por el gran canto de la cabeza de su pene. Lamo que, al oír que me estimulan. - ¿Quién iba a renunciar a eso? - se recuesta sobre el colchón con las dos manos todavía enclavado en mi pelo. - Nunca voy a dejar que esto continúe. Muevo la cabeza rápidamente,
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