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Kira Johns - Saga Satan_s Rebels MC 01 - Destroyed-1 - Manu FI

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(portada) 
 
2 
 
 
 
La recopilación, redacción y realización completa de este 
documento es total y directamente sin ánimo de lucro. Con esto no 
se intenta agraviar a los autores ni causar inconvenientes a las 
partes legales con derecho de autor. Por el contrario, intentamos 
divulgar su trabajo que de otro forma, a causa de la no publicación 
de los ejemplares en español, no podría llegar y queremos esparcir 
y difundir la lectura a todas las personas que sea posible. La 
dedicación y entrega que hace posible cada trabajo es gracias a las 
aportaciones y ayuda de todas lectoras. Con esto, no ganamos 
dinero ni tampoco lo pretendemos. Pero invitamos a nuestras 
lectoras a apoyar a los autores con la compra de ejemplares físico 
siempre que les sea posible. Este trabajo es únicamente por 
diversión y amor a la lectura; sin intención de perjudicar a nadie. 
 
 
3 
Staff 
Moderadora de traduccioón 
Agoss 
Traductoras 
Agoss Amélie. 
Pagan Moore Tannia 
Michelle M Dama 
Moderadora de Correcion 
Pagan Moore 
Correctoras 
Amélie Mechita 
Kari_VAL Debby 
Sapphire 
Revision Final 
Piiliy 
Diseñno 
Michelle M
 
4 
 
Indice 
Sinopsis 
Prólogo 
Capítulo 1 
Capítulo 2 
Capítulo 3 
Capítulo 4 
Capítulo 5 
Capítulo 6 
Capítulo 7 
Capítulo 8 
Capítulo 9 
Capítulo 10 
Capítulo 11 
Adelanto l ibro 2 
 
 
5 
Sinopsis 
Jade Moore no era una extraña en el tipo de vida de MC. Creció como la hija 
del presidente de los Satan's Rebels, sabía todo acerca de la familia y la lealtad. Su 
mundo se desmorona lentamente cuando no pierde solo a sus padres, sino que 
también a su hermano y mejor amigo. Su tío irrumpe en su vida, convirtiéndose en 
la familia que desesperadamente necesita. 
Pero ¿qué pasa cuando la única familia que te queda traiciona todo en lo que 
alguna vez creíste? 
Jade es arrastrada hacia el mundo de los Guerreros Condenados donde es 
encarcelada por cuatro agonizantes años. Golpeada y maltratada, desea la muerte, 
pero nunca llega. 
Reaper heredó el MC de su hermano, Halo, y hará lo que sea para mantener 
el club a salvo. Cualquier cosa, incluyendo entregarle su sobrina al club enemigo. 
Todo lo que tiene que hacer es convencer a su sobrino, Tank, y a su mejor amigo, 
Shadow, de que ella huyó. Fácil. Pero lo que Reaper nunca esperó de Tank y 
Shadow es que llegaran a casa buscando respuestas años después y que 
descubrieran la verdad. 
Tank y Shadow volvieron a su pueblo a investigar fondos perdidos. Es 
cuando comienzan la búsqueda de evidencia, que descubren el oscuro secreto que 
Reaper ha estado ocultando. Contando con la ayuda del club y el Sargento de 
Armas, Viper, van al rescate de Jade para llevarla a casa, donde pertenece. 
La reputación de Viper es bien conocida tanto dentro como fuera del MC. Es 
un asesino a sangre fría, incapaz de sentir algo excepto odio. Su lealtad está con 
Tank y el club. Hará lo que sea para traer a Jade a casa, incluso si significa cruzar 
las fronteras enemigas para salvarla. Lo que no espera es caer enamorado de ella. 
Este libro está dirigido para Adultos mayores de 18 debido a escenas 
gráficas que involucran sexo y violencia. Esta novela es el libro 1 de the Satan''s 
Rebels MC. 
 
6 
Proólogo 
 
Vida: la existencia de un individuo. 
Muerte: el fin permanente de la existencia de alguien. 
Nosotros existimos y luego dejamos de hacerlo. Parece tan simple. Claro. 
Solo tienes que leer alguna novela o película del tema. El bebé nace en una familia 
amorosa. Ellos la o lo adoran desde el primer día. Educan al bebé y eventualmente 
el bebé crece hasta ser un niño, aprendiendo las cosas básicas. Como hablar y luego 
caminar. Crece aún más, va a la escuela, y hace amigos. 
Aprende cosas nuevas. Todo el tiempo, sus padres están ahí para él, 
ofreciéndole apoyo. Luego el niño se convierte en adulto, va a la universidad, 
consigue un trabajo, y después se enamora. Se casa y tiene hijos propios. Cuidan a 
sus padres e inevitablemente los ven morir. 
Envejecen. Y luego, un día, también conocen su muerte, rodeado de aquellos 
que aman. 
Esa es la versión de un libro de hadas. La vida representada en cuentos y 
películas. La que llena mis sueños cada vez que me atrevo a cerrar mis ojos. La 
vida perfecta que la mayoría de las personas viven a diario. Sí, hay tragedias que 
entran en el juego, pero básicamente, la mayoría de las vidas no son tocadas por el 
mal. Solo en sus pesadillas atrapan un vistazo de mi vida. 
También nací en una familia amorosa. Sabía lo que era el amor. Tenía 
padres que me ponían primero, antes de sus propias necesidades. Vivía la vida 
soñada, la que aún sigo recordando. En la que mi madre tenía la cena lista 
esperándome después del colegio todos los días. Donde mi padre se sentaba en la 
primera fila de mis recitales. Los dos me apoyaban cada día. 
Pero mi vida comenzó a desmoronarse cuando tenía dieciséis. Ver a tu 
madre deteriorarse lentamente luego de haber sido diagnosticada con cáncer de 
mama causa un efecto en los que la rodean. Era tan joven, demasiado joven para 
 
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morir. Aun así, finalmente pasó. Su muerte tuvo un impacto en mí y en mi padre, 
más de lo que alguien notó. Nos desmoronamos. 
Papá comenzó a beber mucho. Era su manera de aliviar el dolor de perder al 
amor de su vida. Miré con impotencia como mi padre destruía su vida en menos 
de un año. Era incapaz de parar su muerte, y fui la que encontró su cuerpo. Murió 
por una sobredosis de pastillas y alcohol. Me encontraba completamente 
devastada, perdida sin ellos. En menos de un año, perdí a mis dos padres, 
quedándome sola. 
Bueno, no completamente sola. Estaba mi hermano, Tank. Tenía cinco años 
más que yo, e interpretó el papel de hermano mayor muy bien. Tenía el orgullo de 
intimidar a los chicos con los que quería salir en la secundaria. Pero no importaba 
lo que hiciera, era mi hermano, y lo amaba muchísimo. 
Y luego estaba el club. The Satan’s Rebels siempre le perteneció a mi familia. 
Siendo la hija del presidente del club, era familia para cada uno de los hermanos. Y 
cuando fui huérfana, fueron los que me acogieron. Tenía un techo sobre mi cabeza 
y comida en mí estómago. Pero un MC no es un lugar para que un niño crezca. 
Reaper, mi tío, tomó el lugar de mi padre como presidente del MC después 
de su muerte. Era algo bueno, por lo que podía ver. Siempre pensé en Reaper como 
un segundo padre. Formaba parte de la familia tanto como mis propios padres, lo 
amaba con cada fibra de mí ser. Y luego estaba Shadow, el hijo del Sargento de 
Armas. Shadow y yo crecimos juntos. Aunque fuera dos años mayor que yo, 
éramos los mejores amigos. Cuidábamos las espaldas del otro siempre, o al menos 
en mi mente lo hacíamos. Amaba a Shadow, y eso ha sido así desde que tenía seis 
años de edad. Podía confiar en él, no importaba la situación. Cuidaba mi espalda, 
asegurándose que nadie me molestara. Era como mi caballero con armadura 
brillante. 
Un año después de la muerte de mi padre, Tank fue transferido a Spokane, 
siendo nombrado el nuevo VP. Shadow y su padre eran los siguientes en irse. Mi 
corazón se encontraba roto, fui abandonada, pero entendía la vida del club. 
Prometí que nos mantendríamos en contacto, pero eso nunca pasó. En el momento 
en que se fueron, fui olvidada. 
Fui abandonada en un club manejado por mi tío, rodeada de personas que 
conocí durante toda mi vida, y lentamente las cosas cambiaron. La guerra en curso 
con el MC rival, los Condemned Warriors, era feroz. 
 
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Estar encerrada se convirtió en la norma. Rara vez me permitían salir del 
recinto. Lo odiaba y odiaba mi vida, pero amaba a los hombres que se encontraban 
alrededor mío. Eran todo lo que me quedaba. 
Los conflictos entre los dos clubs rivales llegaron al máximo unas pocas 
semanas después. La tensión adentro del club eraalta y sabía que la guerra era 
inevitable. No mentiré, me hallaba aterrorizada. Al haber estado en el club mi vida 
entera, sabía que sangre sería derramada y muchas vidas serían perdidas. Ningún 
club se rendiría. 
Y luego un día, todo acabó. No hubo más lucha. Ninguna vida fue perdida. 
Existía paz entre los dos clubs que se habían odiado durante toda mi vida. Las 
noticias se esparcieron rápidamente a través del recinto y me sentí más que 
aliviada al oír que finalmente todo acabó. 
Y luego todo llegó con un chillido alto. Mi vida cambió por siempre en 
cuestión de minutos. Dejé de existir. 
—¿Querías verme? —pregunté mientras entraba a la oficina de Reaper. La oficina 
que alguna vez fue de mi padre. 
Hizo señas para que tomara asiento en la silla delante de él, y lo hice sin vacilar. Las 
mujeres no eran bienvenidas allí a menos que estuvieran limpiando, y ese era un caso 
extraño. 
—Estoy seguro de que ya has oído que The Satan’s Rebels y The Condemned 
Warriors han llegado a un acuerdo. —Era una declaración, y no una pregunta. De todos 
modos asentí en acuerdo. 
—Dudo que supieses que mi hermano, tu padre, fuera la causa de toda esta dura 
experiencia. —Eso era nuevo para mí, y me pregunté que podría haber hecho mi padre para 
causarlo. Como si pudiese leer mi pensamiento, Reaper continuó—. Halo tenía una forma 
de molestar a la gente. The Warriors tenían una operación de tráfico de mujeres que tu 
padre paró. Digamos que eso causó mucho resentimiento y muchísimo dinero se perdió. 
Eso no sonaba como algo malo. 
—The Warriors han estado procurando venganza desde entonces, pero hasta hace 
unos meses, no tenían los números para entrar en una guerra contra nosotros. Eso cambió 
recientemente. 
Eso explicaba el encierro, y todos los cambios a los que el club se sometió. 
 
9 
—Con Halo muerto, vieron una oportunidad para tomar venganza. Con sus 
números y sin las conexiones de Halo no había forma de detenerlos. —Se detuvo un 
momento antes de continuar—. Tuve una reunión con su presidente la semana pasada. Mi 
prioridad es el club, ¿sabes eso, cierto? 
—Sí —contesté. 
—Sabía que lo harías. —Se paró y comenzó a pasearse detrás del pequeño espacio 
tras su escritorio. 
—Negociar con ellos no es una tarea fácil, especialmente bajo las circunstancias. 
Tuve que aceptar sus demandas. Querían continuar el negocio que habían puesto hacía 
unos años y fui incapaz de detenerlos. 
Me atraganté ante sus palabras. Había visto suficientes programas de televisión 
para saber lo que pasaba en ese tipo de negocios. 
—Les di mi palabra de hacer la vista gorda ante su negocio. Fue una decisión difícil, 
pero fue una que tuve que hacer por el club. —Asentí, no porque estuviese de acuerdo con 
su decisión, sino porque no sabía que decir. Los negocios del club eran solo eso. Negocios del 
club. Y no era un miembro de este. 
—Pensé que sería suficiente, pero querían más. —Se detiene y me mira con 
arrepentimiento. No entiendo a donde está yendo. ¿Qué más podrían querer? 
Camina más allá de mí y abre la puerta de la oficina. Dos motociclistas grandes 
entran, hombres que nunca he visto. Toman su lugar en lados opuestos de la puerta, manos 
detrás de sus espaldas, mientras Reaper se para frente a mí. 
—Querían un seguro, por decirlo así. —Asiente hacia los hombres que están detrás 
de mí y estos se paran a mi lado—. Lo siento, Jade. 
Se aleja y baja su cabeza mientras el hombre agarra mis brazos y me sacude para 
ponerme de pie. 
—¿Reaper? 
—Por favor no lo hagas más duro para mí. Esto es por el club, Jade. Eres lo que 
quieren. 
Lucho contra el agarre de los hombres, intentando liberarme. 
—¡¿Qué quieres decir con que me quieren?! —Demando—. ¡Reaper, contéstame! 
 
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—Me prometieron que no te venderían. Si te entrego a ellos, el club está a salvo. 
Eres solo una persona, Jade. 
—¡Soy tu maldita sobrina! —gruño—. ¿Solo me vas a entregar a ellos? ¡Me van a 
matar! 
Se gira para enfrentarme, sus ojos repentinamente fríos. 
—Haría cualquier cosa por el club Jade. Incluso si eso significa entregarte al diablo 
mismo. —Hace señas para que los hombres se vayan y luego se gira, como si nada estuviese 
pasando. 
Grito, muerdo, pateo, y me sacudo, intentando escapar de su agarre y esperando que 
alguien venga a rescatarme. Pero en lugar de eso, soy arrastrada fuera del complejo, mi 
hogar, dentro de una camioneta azul estacionada fuera donde soy atada y amordazada. Mi 
vida como la conocía está acabada. La Jade que alguna vez existió, desapareció. 
Peleé contra el deseo de llorar sabiendo que sería así por el resto de mi existencia, 
mientras espero por la muerte para terminar con mi tortura. 
 
11 
1 
 
Shadow 
—¡Te daré otra oportunidad para que respondas mi jodida pregunta! 
¿Dónde está ella? —La voz de Viper está ahora llena de ira, a diferencia de su 
anterior calma. Está acostumbrado a conseguir las respuestas de forma rápida y 
con Reaper, lo está teniendo más difícil. Le daré el puto crédito, no es un maldito 
maricón. Pero vamos a conseguir respuestas. Si coopera, morirá más rápido en 
lugar de soportar más de la tortura que sé que Viper está dispuesto a provocar. 
La navaja de Viper de desliza en un lado de la cara de Reaper, hiriendo su 
mejilla, dejando un lío de sangre. Normalmente no miro los interrogatorios de 
Viper, pero este es uno personal. 
Cuando viajamos de Spokane a Rockingham, fue para descubrir quién se 
encontraba detrás del lavado de dinero. Nunca esperamos encontrar la verdad que 
nos habían estado escondiendo a Tank y a mí por años. Jade, la chica con la que 
crecí, mi mejor amiga y niñera de Tank, no se escapó como Reaper nos hizo creer. 
Cuando saqueamos la oficina de Reaper, encontramos la prueba. 
Fotos, casi treinta, fechadas en los últimos cuatro años, la evidencia de que 
en lugar de estar viviendo su vida de ensueño se hallaba detenida en algún lugar, 
siendo brutalmente torturada. Cada imagen en su escritorio mostraba un retrato de 
la chica que significaba más para mí que mi propia vida, golpeada y 
ensangrentada. Las preguntas que necesitábamos responder eran dónde se 
encontraba, quien la tenía y si podríamos recuperarla. Ahí es donde Viper entró. 
La reputación de Viper era conocida fuera de los Rebeldes de Satán. Era un 
asesino, peligroso y brutal. Era uno de los pocos que sabían su pasado y cuan cruel 
podía ser, a pesar de eso no conocía los detalles. Desgarró la garganta de su propia 
madre cuando era un adolescente. No hubo remordimientos, no dudas. La asesinó. 
Una vez libre de la prisión, encontró el club y trabajó para conseguir su rango de 
Sargento de Armas, hacía las cosas a cualquier precio. 
 
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Tank se levantó, susurrando algo en el oído de Viper antes de pararse detrás 
de mí. Sus ojos se encontraban llenos de preocupación, reflejando la mía. Nada 
importaba en este punto excepto encontrarla, y sabía que instruyó a Viper a no 
mostrar misericordia. 
Viper se acercó a su mesa de instrumentos de tortura y agarró una jeringa. 
Echo un vistazo por encima del hombro a todos los hermanos que recubren la 
pared en la parte trasera del edificio. Todos ellos miraban directamente a su ex 
presidente, disgustados. Incluso los que no conocían a Jade habían dado la espalda 
al hombre por el que alguna vez hubieran muerto para proteger. Los engañó. 
Me volteo a la escena frente a mí. Viper quita la tapa de la aguja 
hipodérmica y agarra la barbilla de Reaper con dureza. 
—¡Será mejor que empieces a hablar hijo de puta! 
Reaper ha soportado un infierno esta noche, y no ha dado ni un gemido. 
Empezaba a preguntarme si el hijo de puta todavía tenía su lengua tan tranquila 
como había estado. La mayoría de hombres no podrían tolerar una onza del 
castigo que Viper se encontraba dando, pero Reaper se negaba a darnos una 
pulgada. 
Viper niega y veo ese brillo maligno pasar por su cara. En un instante, la 
aguja perfora el ojo de Reapery Viper empuja el émbolo, inyectando ácido en su 
cuenca. Finalmente, Reaper gime mientras el ácido empieza a carcomer el globo 
ocular. 
—¡Lo hice por el club! —grita. 
Viper retrocede, luciendo satisfecho. 
—¿Dónde está? —ordena. 
Reaper se calla, negándose a hablar. Negando, Viper agarra otro par de 
pinzas de la mesa, regresando hasta él. Lentamente, aprieta sus dedos y mandíbula 
con dureza. Los gritos de Reaper hacen eco a través de la antes silenciosa 
habitación mientras Viper rompe los huesos en cada dedo de su mano derecha. 
—¡Tuve que hacerlo! ¡Para mantener la paz! 
—¡¿Tuviste que hacer qué?! —Viper no le está dando un respiro mientras 
pasa a su mano izquierda. 
—¡Los Guerreros! —aúlla Reaper. 
 
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Las pinzas de Viper caen al suelo al instante que las palabras salen de la 
boca de Reaper. Se voltea, mirándonos a Tank y a mí con preocupación. Los 
Guerreros Condenados no eran nuestro único rival, pero si un grupo cruel y 
sádico. No daban consideración incluso a familiares. Todo el mundo era 
desechable. 
Tank caminó hacia adelante, con los puños apretados a sus lados. 
—¿Por qué? 
Reaper observa a Tank con una pizca de remordimiento mientras habla. 
—Seguridad. Tuve que mantener la paz. Mantener al club seguro. ¡Era la 
única manera! 
—¿Se la diste a ellos? 
—¡No tenía una elección! ¡Era eso o la guerra! Nos superan en número. ¡No 
podía correr el riesgo! 
Tank me miró y pude ver el miedo en sus ojos. 
—¡Termina con él! —ordenó Tank a Viper mientras salía de la habitación. Lo 
seguí, escuchando el eco de los gritos de Reaper en la noche. 
—¿Qué vamos a hacer? —pregunto mientras alcanzo a Tank. 
Cuando se voltea hacía mí, veo lágrimas en sus ojos. No está solo enfadado, 
está lleno de rabia. Jade es su única familia. Todo lo que tiene además del club. 
—La traeremos de vuelta. Iremos a la guerra. ¡Mataremos a cada uno de 
ellos, pero vendrá a casa! 
Asiento y sigo a Tank dentro del recinto, rezando en silencio porque ella 
siga viva para salvarla. 
Veinte minutos después, Viper entra a vernos a mí y a Tank sentados en el 
bar, tomando nuestro sexto chupito de Jack. Hemos estado yendo sobre todo lo 
que nos ha sido revelado, tratando de llegar a un plan. Entrar al recinto de los 
Guerreros no sería fácil. De hecho, sería francamente mortal. 
—Entonces, ¿cuál es la estrategia? —pregunta mientras agarra un vaso y 
pone un chupito. 
—Esa es la cuestión. Entrar en su recinto nos va a costar un montón de 
vidas. —Tank coge la botella y vierte el líquido ámbar en su vaso. 
 
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—No podemos solo entrar allí —agrego. 
—¿Qué si ellos invitan a uno de nosotros? —pregunta Viper, mirándonos. 
—Si, como que eso nunca va a pasar. —Me río 
—Tengo una idea. 
 
 
15 
Jade 
Aterrizo con un golpe seco en el suelo, mi cuerpo yaciendo en un montón 
estropeado. Con costras de sangre seca en la esquina de mi boca y nariz. Apenas 
puedo ver con mi ojo izquierdo que está bastante hinchado. Mi cuerpo quema por 
las ronchas en toda mi espalda y los abundantes moretones en mis piernas y torso. 
Mi castigo ha terminado después de lo que parece como semanas, pero solo ha 
sido un día. 
—¡Límpiate! —grita una voz. Volteo la cabeza ligeramente para que no 
pueda ver que por fin me he liberado de las ataduras. Es un rostro que veo a 
diario. Su cara esta mutilada con cicatrices, sus dientes son amarillentos y torcidos. 
Levanta su bota hacia atrás y me da una última patada en las costillas antes de 
girar y salir de la habitación. 
Después de varios minutos dolorosos, soy capaz de levantarme y 
arrastrarme al pequeño baño en la esquina donde debo lavarme. Me levanto sobre 
mis temblorosas piernas que amenazan con derrumbarse. Me las arreglo para 
permanecer de pie, mirando el reflejo en el espejo roto que cuelga sobre el 
fregadero. Esta vez fue peor que la anterior, me doy cuenta cuando veo la 
evidencia de su tortura. 
Después de limpiarme, me dirijo al solitario catre que se encuentra en medio 
de la habitación y me siento por primera vez en lo que parece una eternidad. 
Siento la familiar quemadura detrás de mis ojos, las lágrimas que amenazan, pero 
rápidamente las regreso. Ya no derramo lágrimas. Las dejé cuando me di cuenta de 
que nadie vendría por mí. 
Mi mirada cae en los bloques que conforman las paredes de mi celda. 
Marcas de conteo están ordenadamente dentro de cada rectángulo, representando 
cada día que he sido atrapada en este infierno. Cada marca constituye un mes, 
treinta días que he estado confinada, golpeada, violada y torturada entre estas 
cuatro paredes. Cuento los bloques. Cuarenta y siete han sido llenados. Mil 
cuatrocientos días. Ha pasado casi cuatro años desde que he llegado aquí. 
Me doy cuenta de que casi tengo veintiún años. Si mis cálculos son 
correctos, mi próximo cumpleaños es en un mes. Un momento de celebración para 
algunos, pero no para mí. Solo estoy existiendo, en este punto deseando la muerte. 
Pero aún no me dan esa satisfacción. Quieren que sufra, pero tengo que seguir con 
 
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vida. Si me matan, su trato con los Rebeldes de Satán no es válido. Así que voy a 
seguir viva, atormentada diariamente porque no me ajusto a sus demandas. No me 
convertiré en lo que quieren, un peón en su enfermo juego. 
Las palizas continuarán hasta que me rinda. No voy a mentir. He jugado su 
juego, fingiendo que estoy de su lado. No estoy del lado de nadie, más que del 
mío. No me importa si el Club cae en este punto. Lo único que importa es la 
supervivencia. Escapar. Y cada vez que gano un toque de su confianza, el 
verdadero yo emerge y me meto de nuevo en las profundidades del infierno. 
Cada vez, mi castigo es diferente. Esta, fui golpeada con un látigo. La última 
vez hicieron que colgara de cadenas durante una semana. Una vez, me golpearon y 
violaron en grupo hasta que sangraba por todos orificios. 
Agradecería estar viva, pero no lo estoy. Esto no es acerca de la vida, se trata 
sobre la supervivencia y escape, pero eso es solo un sueño. 
La realidad de mi situación es evidente. Nunca me dejarán ir y no me voy a 
someter. Cierro mis ojos y rezo a un Dios inexistente para ponerle fin a mi 
sufrimiento, pero al final nunca llegará. Aquello continuará hasta que no quede 
más que un cascarón vacío. Pero de alguna manera me niego a ceder, a rendirme. 
Sigo luchando, esperando un día ser libre. Que alguien me salve. Es lo único que 
me mantiene cuerda, soñar que un día habrá un feliz para siempre. 
 
 
17 
2 
 
 
Viper 
 
Entrar al complejo de Los Guerreros se siente mal en muchos niveles. Se lo 
que ellos representan y me mata estar en la misma sociedad que estos hombres. La 
vida no tiene valor para ellos. Todo se trata sobre el poderoso dólar. Sacrificarían a 
uno de ellos si se beneficiaran de aquello. Sin lealtad no hay hermandad. Los 
Rebeldes de Satán somos tan notorios. Estamos lejos de ser inocentes. Participar en 
actividades ilegales es parte como de cualquier otro MC. Pero nunca vamos a 
vender o intercambiar a una persona para obtener beneficios. Eso fue hasta que 
llegó Reaper al poder. Cuando la rivalidad con Los Guerreros llegó a su fin hace 
cuatro años, todo el mundo se encontraba agradecido sabiendo que sus seres 
queridos y familiares podrían estar tranquilos sin la amenaza. Que se encontraban 
a salvo. 
Nadie se molestó en preguntar cómo Reaper logró negociar con ellos. No 
hasta que nosotros llegamos a la ciudad. El dinero desaparecía dentro de la sección 
Rockingham y sabíamos que era un trabajo interior. Cuando Hawk contactó a 
Tank, ordenándole que investigara más, fue entonces cuando descubrimos el 
oscuro secreto que Reaper escondía. 
Se hacía de la vista gorda en su operación de tráfico de sexo a la cual Los 
Rebeldes De Satán le habían puesto fin hace muchos años. Reaper afirmó estar 
protegiendo al club, diciendo que con sus cifras, nos invadirían. 
Reaper se acobardó a sus demandas, algo que ningúnotro hermano hubiera 
defendido si hubiera sabido la verdad. Las cifras no importaban. Habríamos 
luchado y ganado, que es exactamente lo que planeamos hacer. Solo tenía un 
asunto que tratar primero. 
 
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Jade Bennett. Hermana de Tank e hija de nuestro ex-presidente, Halo. 
Sobrina de Reaper. Hace cuatro años, cuatro años, se reportó como fugitiva. Reaper 
fue quien llamó a Tank y le dijo que se había ido. 
Solamente desaparecido, deseando no saber nada más del club o de él. Tank 
se encontraba devastado, pero sabía que un día, recobraría el sentido y regresaría. 
Sabía que le seguía doliendo la muerte de sus padres. Lo que nadie se dio cuenta es 
que Jade no huyó. 
Justo antes de destripar a Reaper, finalmente conseguí la verdad de él. 
Entregó a Jade a los malditos Guerreros. Seguro de lo que había dicho. Para 
proteger al club. Tank se volvió loco cuando lo oyó. Sabiendo que su hermana se 
encontraba en manos de nuestro enemigo mortal no le sentó demasiado o a mí 
para el caso. Solo conocí a Halo una vez, varios años antes y sabía que su hija era 
parte importante del club como para cada jodido hermano. 
Entregarla a ellos fue el peor crimen que Reaper pudo haber cometido, y 
pagó con su vida. 
Sin Reaper, todo se redujo a la búsqueda de Jade y traerla a su casa donde 
ella pertenecía. Sabíamos que los Guerreros no la vendieron, que todavía se 
encontraba con ellos. Las fotografías de Reaper que escondí detrás de su escritorio, 
eran la prueba de que vivía. Pero hasta ahí terminó la buena noticia. Las fotos 
mostraban a una Jade mientras era torturada, golpeada, violada, quemada y 
cortada. Cada imagen de su cuerpo me atormentaba, viendo su cuerpo 
ensangrentado y amoratado. Sabía muy bien que se sentía ser objeto de abuso y no 
podía mantenerme al margen y no hacer nada mientras se le hacía lo mismo a uno 
de los nuestros. 
Tank me mostró las fotos de la infancia de su hermana. Era una chica 
hermosa, tan llena de vida. Con su cabello largo y castaño, las ondas le llegaban 
más allá de los hombros, enmarcando su rostro. Sus ojos eran esmeraldas gigantes, 
una ventana a su alma. Aunque obviamente era joven en las fotos, quizá dieciséis, 
todavía era una de las chicas más hermosa que había visto. 
Empujo esos sentimientos de mi cabeza. Tengo que concentrarme en mi 
misión. La infiltración a los Guerreros no fue una tarea fácil, pero lo conseguí. 
Unos encuentros casuales me permitieron la entrada al club. 
 
19 
Siendo votado sin haber sido prospecto era inaudito, pero salvando el culo 
del presidente en dos ocasiones distintas, que habían sido perfectamente creadas, 
se permitió saltarse la norma. Me habían parcheado en la noche anterior. 
Ahora estoy afuera de la celda que contiene a Jade, casi dos meses después 
de que ideé este plan. No tengo idea de qué esperar cuando abra la puerta, pero sé 
que va a cambiar mi vida para siempre. Simplemente no me doy cuenta del 
impacto que tendrá esta mujer en mi vida, en mi persona, hasta mucho más tarde. 
 
 
20 
Jade 
El sonido de la puerta abriéndose hace que me sobresalte. Me pongo en 
posición vertical, encogiéndome del dolor que irradia a través de mi espalda y el 
costado. Una cara desconocida entra e inmediatamente me empujo contra el marco 
de metal. No dice nada cuando cierra la puerta detrás de él y se dirige hacia mí. 
La costumbre es dura, e inmediatamente entro en modo defensivo. Está aquí 
para hacerme daño, igual que todos los demás. Esperaba unos días para sanar 
antes de aguantar más tortura, pero la suerte no está de mi lado. Desde hace 
mucho tiempo. 
—¿Jade? —susurra mi nombre, algo que ningún otro hombre hizo. Al 
escuchar su uso hace que me relaje, aunque sea brevemente. 
Asiento y espero, anticipando el golpe que inevitablemente vendrá. En 
cambio, el hombre se sienta en el borde de mi cama y me mira fijamente. Sus ojos 
están llenos de una emoción que no he visto en tanto tiempo, parece extraño. 
—No estoy aquí para hacerte daño —dice en voz baja. Su profunda voz es 
áspera y arenosa, pero de alguna manera relajante. Se sentó inmóvil, en silencio, 
durante unos minutos antes de que continúe—. Tank me envió. ¿Recuerdas a 
Tank? 
Tank. ¿Cómo podría olvidar a mi hermano? Pensé en él todos los días. En él, 
en Shadow, y en mi vida antes de que comenzará esta pesadilla 
—¿Tank te envió? —Mi voz es ronca, casi irreconocible. 
Reconoce mi pregunta con un gesto sencillo antes de continuar. 
—Voy a sacarte de aquí, nena. Lo prometo. Pero necesito jugar. ¿Me 
entiendes? 
Esperanza. De repente me lleno con esperanza. ¿Esto realmente está 
sucediendo o estoy soñando otra vez? Aprieto mis ojos y los abro de nuevo para 
verlo aún sentado allí. 
—¿Me vas a sacar de aquí? 
—Tienes que confiar en mí. ¿Puedes hacer eso por mí, nena? 
 
21 
Asiento con la cabeza en acuerdo, casi con entusiasmo, si es posible. 
¿Realmente está ocurriendo o es otra ilusión? 
—¿Cuándo? ¿Cuándo me puedes sacar de aquí? 
—No tengo la respuesta, pero pronto. Voy a sacarte de aquí de una u otra 
manera. —Veo la determinación en sus ojos. No puede estar fingiendo. Los ojos 
son la puerta del alma. Tengo que confiar en él. Voy a confiar en él. 
Cuando se levanta y se dirige a la puerta, dejándome sola, me lleno de 
esperanza renovada. Puede que no sea hoy o mañana. Puede que no ocurra 
durante semanas o meses, pero de alguna manera he creído en las palabras de este 
hombre sin nombre que me prometió liberarme de mi infierno. 
 
22 
3 
 
Viper 
Ha pasado casi una semana desde que le di la última actualización a Tank. 
Sé que está ansioso, así que hice unos arreglos para estar fuera de vista, el tiempo 
suficiente para realizar la llamada que necesitaba desesperadamente. Entré a la 
tienda y me dirigí a la parte de atrás, donde se encuentran los baños. Al entrar a la 
pequeña habitación, me alejo y empiezo a marcar. 
—¿Sí? 
—Hice contacto. Tenemos que movernos más tarde. 
—¿Cuán malo está? 
—Mal. —Mis palabras reflejan la angustia que sentí cuando puse los ojos 
con ella—. ¿Cuánto? 
—Una semana como máximo. Preferiblemente antes. 
—Mañana a las tres. Prepárate. —La línea se muere. Abro la parte posterior 
del dispositivo y saco la tarjeta sim, tirándola en el inodoro y limpiando el teléfono 
para tirarlo a la basura. 
Voy hacia la parte delantera de la tienda, deteniéndome solo para tomar un 
paquete de seis antes de dirigirme a la caja registradora. Con un paquete de 
cigarrillos y cerveza en mano, camino de regreso a la moto, y luego me dirijo hacia 
el recinto que temporalmente debo llamar casa. 
*** 
El club está inusualmente tranquilo mientras entré. Solo unas cuentas putas 
del club están en la sala principal, pero lo demás parece abandonado. 
 
23 
Caminando por el lúgubre pasillo hacia mi habitación, escucho gritos 
resonar por toda la casa. Se me cae la cerveza en el suelo y salgo corriendo en 
dirección a la habitación de Jade. 
Tan pronto como me acerco, la puerta se abre y Riff sale con una sonrisa de 
oreja a oreja. 
—Oye, Bandido, te has perdido toda la acción. —Todavía no puedo 
acostumbrarme a que me dieron ese nombre. Era Viper y siempre lo sería. 
—¿Qué pasa? —Intento echar un vistazo más allá de Riff. 
—La perra está pagando sus cuotas. Sirve el derecho al coño. —En otras 
palabras, Jade estaba siendo golpeada a juzgar por los ruidos provenientes de la 
habitación—. Hubiera destripado a la maldita perra si hubiera tomado un trozo de 
mi pene. 
Traté de tomarlo con calma, pero la rabia me llenó hasta la médula. He visto 
a Jade, colgando de las vigas del techo. Azotada por la espalda, mientas que otros 
la golpeaban con sus puños. La sangre acumulándose en sus pies. Por los golpes 
que recibía, era sorprendente que aún estuviera consiente, pero lo hacía. Jazz tenía 
un férreo control en la cara de ella, gruñéndole obscenidades. Hilos de sangre se 
escapaban de la comisurade sus labios mientras ella murmuraba—: Púdrete. 
Sé que no puedo esperar hasta que Tank me envié refuerzos. Mañana será 
demasiado tarde. No será capaz de soportar mucho más castigo. Tomo la decisión 
de hacer un movimiento ahora. Puede ser un error y ambos no saldríamos con 
vida, pero al ritmo en que estos hombres van, es poco probable que sobreviva más. 
Cuando Jazz levanta su puño atrás y se conecta con la mandíbula de ella, 
salto en acción. Engancho mi brazo alrededor del cuello de Riff, tirándolo por el 
pasillo. Tirando de mi acero, le rebano la garganta en un golpe fatal. Cae al suelo, 
con los ojos abiertos, la sangre fluyendo a través de sus dedos mientras agarra la 
herida abierta. 
Al entrar a la sala, veo a cinco hombres presentes. No dudé en sacar la 45 de 
la parte trasera de mis jeans y disparo a los cuatro en serie, sus cuerpos caen sin 
vida en el suelo, dejando a Blitz conmocionado detrás de Jade. 
Doy un paso hacia él, apuntando mi arma en su cabeza mientras toma la 
garganta de Jade. 
 
24 
—¡Suéltala o se muere! —ordena, la realización inunda sus ojos, ahora sabe 
por qué estoy aquí. 
Bajo mi arma al suelo, al ver la navaja presionada contra su piel, colocada en 
su yugular. Un desliz es todo lo que necesita para acabar con su vida y no puedo 
dejar que eso suceda. No solo por mi hermano, si no por ella. Ha sobrevivido a este 
tormento cerca de cuatro años. No voy a dejarla caer ahora. 
—¡¿Quién diablos eres tú?! —exige, su control sobre la navaja apretada 
blanquea sus nudillos. 
—¿Te diviertes golpeando a esta chica? Mírala, hombre. Ningún ser humano 
merece este tipo de trato. —Estoy haciendo tiempo, esperando la oportunidad de 
atacar. 
—Te he hecho una puta pregunta. ¿Quién diablos eres tú? 
Aprieta la navaja más profundo, una pizca de sangre comienza a correr 
hasta su clavícula. Mi tiempo es limitado. Tengo que actuar ahora o todo habrá 
terminado. 
—¿Realmente me estas preguntando eso? Porque pensé que lo habías 
descubierto cuando tomé a todos tus hombres. ¿Quién podría ser? —Doy un paso 
más cerca de él—. ¿Quién iba a venir aquí, convirtiéndome en uno de ustedes 
simplemente para llevármela? —Asiento hacia Jade—. ¿No crees que 
eventualmente nos daríamos cuenta? ¿O crees que todos somos tan débiles como 
Reaper? 
Sus ojos se abren en estado de shock. 
—Rebel —murmura, su dominio sobre la navaja vacila. Veo la oportunidad, 
tomando la .357 detrás y disparando de un solo tiro. La hoja cae al suelo mientras 
Blitz colapsa, la sangre goteando desde la herida en su frente. 
Sé que tengo que salir de aquí y rápido. No pierdo el tiempo agarrando la 
navaja a los pies de Jade y cortando las ataduras que tiene su cuerpo flotando sobre 
el suelo. Se deja caer en mis brazos, pareciendo sin vida. La bajo suavemente en el 
suelo y siento su pulso. Está ahí, pero es débil. 
Guardo la navaja que estoy usando, tirándome al piso antes de levantarme 
mi camisa y cuidadosamente colocándola sobre ella, cubriendo su desnudo cuerpo. 
La levanto sin esfuerzo en mis brazos y la llevo de la celda en la que la han 
 
25 
mantenido por años, haciendo caso omiso a las putas del club que están presentes 
mientras camino por la puerta principal del recinto hacia mi coche. La coloco con 
cuidado en el asiento trasero antes de salir de la casa club, sabiendo que solo he 
declarado la guerra. 
 
 
26 
Shadow 
Tank y yo llegamos al hospital en un tiempo récord, no haciendo caso de las 
leyes de tráfico. Cuando Tank recibió la llamada de Viper diciéndole que las cosas 
habían ido hacia el sur y se dirigían al hospital con Jade, los dos saltamos en 
nuestras motocicletas y estábamos en camino en lo que parecieron segundos. 
Tan pronto como pusimos un pie en la sala de emergencias, detectamos a 
Viper sentado afuera de la habitación con las manos en la cabeza. Nos miró, con 
sus ojos llenos de pesar, mientras nos acercábamos. 
—El doctor Phillips está ahí. Lo llamé antes que a ti —dice en voz baja. 
—¿Qué pasó? —Son las únicas palabras que puedo reunir cuando veo lo 
que lleva. 
—No podía esperar. Mañana iba a ser demasiado tarde. —Sus palabras 
están llenas de angustia. Se voltea hacia Tank—. Me dirigí al recinto después de 
colgarte. Un grupo de ellos la golpeaba y azotaba. 
—¡Mierda! 
—Tomé a seis de ellos, pero sabes que no solo declaré la guerra. Van a 
querer una retribución. 
—Shadow, llama a Maze. Él pondrá las cosas en marcha. ¡Quiero hasta el 
último Warrior eliminado! 
Asiento mientras saco mi teléfono de mi bolsillo y camino por el estrecho 
pasillo, marcando a Maze. Le doy cada detalle que sabemos hasta ahora y no hace 
falta decirlo, está furioso. Los Warriors pueden tener números, pero no tienen 
oportunidad. 
Cuando regreso, los dos están en silencio. Me uno a ellos en la única silla 
vacía fuera de la habitación de Jade, esperando al doctor Phillips con noticias sobre 
el estado de Jade. Me pregunto si ella será la misma. ¿La chica amorosa y divertida 
que conocí estaría presente o también tomaron eso de ella? 
 
 
 
27 
4 
 
Jade 
Me despierto con el sonido de susurros. Mi rostro y mi cuerpo están 
plagados de dolor y no puedo soportar otra paliza. Levanto la cabeza de la 
almohada que está debajo de mí, insegura de donde estoy. 
La última cosa que recuerdo es estar en esa habitación. Uno de los 
monstruos entró. La bilis se levanta en mi garganta cuando lo recuerdo tratando 
de forzarse en mi boca. Lo mordí y la peor paliza de mi vida siguió. Los otros 
monstruos se unieron a él, riendo mientras me torturaban. Recuerdo desear la 
muerte y después oír un disparo. Ahora estoy aquí, pero no estoy segura de dónde 
es aquí. 
Cierro los ojos cuando escucho de nuevo las voces. La habitación está poco 
iluminada y soy incapaz de distinguir quién está hablando. Hay familiaridad, 
voces que he escuchado antes, como un lejano sueño. No tienen malicia, pero 
todavía estoy plagada de miedo. 
Lentamente me muevo de lado y es entonces cuando me doy cuenta que 
estoy en un hospital y no en una cámara de tortura. Abro la boca para hablar, pero 
no puedo. El pánico desborda y acuchillo en la cama, tratando de escapar. 
Tres figuras oscuras vienen a mí e instintivamente me alejo, encogida en la 
esquina. 
Mi espalda choca bruscamente contra la pared detrás de mí y todo lo que 
siento es el dolor disparado a través de mí. Cierro mis ojos y me deslizo en el suelo, 
gimoteando. No más. No lo soporto más. 
Una solitaria figura de arrodilla frente a mí, sosteniéndome la mano 
mientras habla, su voz es familiar pero aún desconocida. 
 
28 
—Cálmate, niña. Nadie jamás te hará daño de nuevo. 
No creo en sus palabras y me hundo en una bola protectora, retirándome de 
su mano mientras se acerca. 
—Todavía está en estado de shock —dice otra voz. Una que conozco. Que he 
escuchado recientemente. El suave sonido venía del hombre que entró en ese 
infierno y prometió que me salvaría. Miro hacia arriba y lo reconozco 
inmediatamente. Realmente está aquí. Cumplió su palabra. 
Ni siquiera pienso en cómo levantar mis pies y me lanzó hacía él, 
envolviendo mis brazos alrededor de su cintura. Sus brazos me rodean 
suavemente y sé que estoy a salvo. Soy libre. Me sacó de allí. Las lágrimas por fin 
se libran mientras sollozo en su pecho. No dice nada al principio, ya que me 
sostiene cerca, me reconforta. Y luego susurra palabras que he estado pidiendo 
escuchar estos últimos cuatro años. 
—Ahora estás a salvo. Nunca dejaré que algo te suceda. 
 
 
29 
Viper 
La sostuve cerca, susurrando palabras reconfortantes mientras se aferra a mí 
como si fuera su sustento. No reconocía a Tank o a Shadow y puedo ver el dolor de 
ellos en sus ojos. Puedo entender el dolor que deben estar sintiendo. Jade es la 
hermana de Tank y solo puedo imaginar lo que sentía al verla en ese estado. 
Shadow no está mejor. Bien podía ser su hermano. Los dos crecieronjuntos y eran 
los mejores amigos. 
Se presionó contra mí, se relajó, algo que probablemente no ha sentido 
desde siempre. Así que la tengo cerca, prometiendo que siempre la protegeré 
porque lo prometí, siempre lo haré. Ha vivido en el infierno por cuatro años y voy 
a morir antes de permitir que cualquier daño venga a ella a partir de este 
momento. 
Finalmente soy capaz de regresarla a su cama, el agotamiento ha tomado su 
efecto. Ha sufrido más de lo que cualquier persona jamás debería soportar, sin 
embargo sigue viva. Sabía que las heridas físicas se curarían con el tiempo, pero las 
cicatrices mentales siempre la atormentarían. Solo desde mi breve encuentro con el 
club, tuve un vislumbre de la clase de violencia que sufrió. Era más fuerte que 
cualquier persona que he conocido, pero no iba a ser capaz de atravesar por esto 
sola. Me hice la promesa silenciosa de que estaría allí para ella. De alguna manera 
me gustaría ayudarla a sanar. Me gustaría ser su protector. 
Se quedó dormida agarrando mi brazo con fuerza. Nunca me sentí tan 
necesitado antes de ahora, no de esta manera. Como si fuera la razón de su 
existencia. Como si mi presencia mantendría a los demonios fuera. 
 
Tank abre la puerta y me hace una señal para que salga de la habitación. 
Cuando salgo, veo la fría mirada de Shadow que está a un lado del doctor Phillips. 
Me conforta saber que Jade está durmiendo profundamente y que lo necesitaba 
desesperadamente. 
—¿Cuál es el trato, doc? —pregunta Tank. 
 
30 
—No sé ni por dónde empezar. Esa chica ha pasado por el infierno. —Agita 
su cabeza en disgusto. Baja su voz en un susurro—. Los hijos de puta que le 
hicieron eso, ¿se encargaron de ellos? 
El doctor Phillips ha estado trabajando para el club desde hace casi treinta 
años. Sabe que cuando viene a asuntos del club, todo lo que tiene que hacer es 
barrer bajo la alfombra. Ha manejado puñaladas, heridas de bala, lo que sea para 
nosotros y nunca ha estado tan perturbado como parece ahora. 
—Algunos. Tendremos al resto pronto. 
—Toma a todos fuera. ¿Me oyes? Ninguno de esos hijos de puta debe tener 
el lujo de seguir respirando. —Tomó una profunda respiración antes de 
continuar—. En mis años de hacer esto nunca he visto tanta brutalidad. 
Visualmente pudimos ver el efecto que esto tenía sobre él. Era algo que 
ninguno de nosotros había visto antes. Todos asentimos, aceptando en silencio que 
los Warriors pagarían con sus vidas. 
—Jade fue brutalmente golpeada y las cicatrices que cubren su cuerpo, no 
son el primer encuentro. La mandíbula se le divide en dos lugares. La cerré con 
alambre para darle la oportunidad de sanar adecuadamente. Voy a ser capaz de 
removerlo en ocho semanas. 
>>Sorprendentemente, solo tiene pocas fracturas. Cuatro costillas, que se 
ataban y una fractura orbital en el hueso de su ojo izquierdo. Aparte de las 
fracturas, no hay otros huesos rotos, por lo menos no nuevos. Al parecer su brazo 
se encontraba roto antes. Alguien lo colocó por ella y se ha curado, pero no se ve 
más viejo que uno o dos años de edad. 
>>Tiene contusiones profundas sobre todo su cuerpo y obviamente un 
montón de dolor. Los escaneos no mostraron ninguna hemorragia interna, lo cual 
es bueno. —Se queda callado por un momento, como si estuviera reuniendo sus 
pensamientos—. Los latigazos en su espalda requirieron algunos puntos. Tiene un 
montón de cicatrices, algunas de ellas muy profundas. Yo… 
Baja la cabeza y toma unas cuantas respiraciones antes de continuar. 
—Tengo una hija de su edad —explica—. Ni siquiera puedo empezar a 
comprender por lo que ha pasado. —Nadie podía comprender la tortura que se 
había visto obligada a soportar, excepto yo—. Fue violada y casi puedo garantizar 
 
31 
que no es la primera vez. Tiene un montón de cicatrices que indican que ha sido 
repetitivo. Y hay mordeduras, que requieren puntos de satura, por todo su cuerpo. 
Puedo ver las lágrimas en los ojos de Tank mientras el médico habla. Sé que 
de alguna manera se culpa, pero todo esto cae en Reaper y los Warriors. Estoy 
lleno de rabia mientras el médico continua describiendo sus heridas. 
Antes de alejarse, añade una última observación. 
—Sabes, para alguien que ha pasado por todo lo que pasó, uno esperaría 
que estuviera llena de odio. Pero no lo hace. Fue amable y cortés todo el tiempo. 
Una hermosa joven con mucho para dar. 
Gira y nos deja a los tres de pie allí, sintiéndonos derrotados. 
—¿Crees que me pueda perdonar? —pregunta Tank, sin levantar la cabeza. 
Entiendo que se siente culpable, pero nadie sabía lo de Reaper había hecho hasta 
hace poco. 
—Esto no fue tu culpa. Lo que le hicieron, no fuiste parte de eso. Vamos a 
obtener venganza, para nosotros y para ella. Hasta el último Warrior pagará con 
sus vidas. Pero ahora, tiene que sanar. Has escuchado al doc. Por lo que pasó fue 
un infierno. 
Asiente, lo más probable para apaciguarme. Vendrá alrededor. Pero por 
ahora, toda su concentración, toda nuestra concentración, se centra en Jade. 
—La amo, hombre. Probablemente no lo sabe, pero la amo. Siempre. Si 
hubiera sabido…. 
—Puedes hablar sobre si hubiera. Sí, si hubieras sabido, todo esto se hubiera 
terminado antes de empezar. Pero no podemos regresar el tiempo. Solo podemos 
avanzar. Voy ayudarte en lo que pueda. 
Levantó la cabeza y me miró. 
—Ella fue hacia ti. Me encontraba de rodillas delante de ella. Te vio y corrió 
hacia ti. 
—Tank… —No quiero que lea más en esto de lo que debería. 
—Voy a necesitar que me ayudes. Ambos. —Miró a Shadow—. Confía en ti 
o no habría corrida hacia ti. Conozco a Jade, al menos solía conocerla y por algo 
que hiciste confía en ti. Ayúdala, Viper. Ayúdanos a ayudarla. 
 
32 
No sé qué decir. Que alguien ponga tanta confianza en mí me deja sin 
palabras. 
—Viper, tú y Shadow son mis hermanos a través del club, pero ambos son 
mis amigos, mi sangre fuera del club. Conozco tu pasado. Va necesitar tu fuerza 
para superar esto. 
Veo la mirada confusa en el rostro de Shadow. No sabe toda mi historia y no 
sé si alguna vez lo hará. Pero lo que dice Tank es verdad. He aprendido a lidiar con 
mis propios demonios con ayuda. Jade necesita a alguien para guiarla, para hacerle 
saber cómo hacerle frente a ellos. 
Interiormente tomo la decisión que haré lo que sea por esta chica. Para 
protegerla y mantenerla a salvo. Ayudarla a sanar y hacerlo de nuevo todo. Hago 
una promesa, de ahora en adelante, estaré ahí para ella. No podía cambiar mi 
pasado, pero si pudiera ayudar a alguien a tratar por su cuenta, tal vez valía la 
pena. Tal vez juntos, Jade y yo podíamos sanar mutuamente. 
Asiento con la cabeza en acuerdo. Tank me da una elevación de mentón 
antes de hacer su camino de regreso a la habitación de Jade y me deja solo con 
Shadow. El silencio entre nosotros es torpe, ninguno de los dos dice una palabra 
durante varios minutos. 
—Sé que Jade es como una hermana para ti, Shadow. Desearía haber estado 
allí antes —le dije. 
Asiente pero se niega a decir una palabra. En cambio me mira como si 
estuviera averiguando algo. 
—Necesito volver a Spokane en unos días —dice—, tienes que mantener un 
ojo en ella por mí. Asegúrate de que está a salvo. —Las palabras que salen de su 
boca están llenas de tormento. 
—Voy hacer mi mejor esfuerzo —le digo, sabiendo muy bien que voy hacer 
todo para protegerla. Ni siquiera conozco a esta chica, sin embargo, estoy 
dispuesto a dar mi vida por ella. 
De nuevo, asiente antes de entrar a la habitación de Jade. 
 
 
33 
5 
 
Jade 
Dos Meses Más Tarde… 
Mi vida parece tan surrealista. Es como si estuviera atrapada en un sueño. 
Un buen sueño, no una pesadilla. Estar de vuelta en el recinto fue aterrador para 
mí en un principio, solo porque era mi último recuerdo del lugar antes de ser 
arrastrada por los Warriors Condemned. Afortunadamente, Tank y Viper habían 
estado allí para mí y habían sido pacientesconmigo. No sé qué haría sin ellos. 
Nunca pensé que volvería a ver a Tank. Diablos, no estaba segura si alguna 
vez dejaría ese lugar. Pero ahora me encontraba a salvo. Tank trasformó una de las 
habitaciones del recinto y la hizo mía. A diferencia de las otras habitaciones, la mía 
fue pintada de un suave color melocotón, y había hecho todo lo de accesorios en 
las cortinas y edredones. Sé que tuvo ayuda en la selección, pero fue una de las 
cosas más amables que cualquiera pudo haber hecho. 
Viper ha sido mi compañero diario. No solo compró un televisor de pantalla 
plana muy grande para mí, que montó en la pared, sino que me compró un 
reproductor de Blu Ray y una enorme colección de películas. Puesto que he estado 
encerrada en mi habitación desde mi salida del hospital, quería que tuviera algo 
que hacer además de leer, que me apetecía mucho. 
Cada mañana, poco después de las nueve, Viper vino a mi habitación, 
trayéndome un batido, ya que no podía comer, se convirtió en mi comida de 
elección. Me sorprendió descubrir lo que hacía por mí. Había ido en línea y 
encontrado bastantes recetas, tratando de ofrecer una variedad hasta que volviera 
a comer. Habló conmigo, haciéndome sentir a gusto y pronto empecé a hablar con 
él más y más. No solo acerca de lo que pasó, sino de la vida en general. Comidas 
favoritas, música y películas. Cosas como esas. 
 
34 
Escucho el suave llamado a mi puerta y sé que es Viper. Está a solo unos 
minutos después de las nueve y justo a tiempo como siempre. 
—Buenos días, nena —reprende mientras pasa dentro, cerrando la puerta 
detrás de mí. 
—Buenos días —le digo a través de mis dientes apretados. 
Se ríe mientras viene a sentarse a mi lado de la cama. 
—Fresa —dice mientras me pasa un vaso con una pajita. Sé que no lo dice, 
pero estoy radiante. No tiene idea de lo mucho que esto significa para mí—. ¿Estás 
lista para el gran día? 
—¿El gran día? —Lo miro con confusión. 
—Tú cita. Estás consiguiendo que corten esos malditos cables hoy. —
Asiente hacia mí con una sonrisa. 
Lo olvidé por completo. Estuve contando los días hasta que pudiera hablar 
otra vez. Es decir, verdaderamente hablar. No mascullar entre dientes. Cuando 
podría reír, fruncir el ceño y sacar mi lengua. ¿Cómo mi cita se me pudo olvidar? 
Había una respuesta fácil a esta pregunta. Viper. Me mantuvo tan ocupada, que 
perdí la pista. 
—¿Me llevas? —pregunté, esperando que dijera que sí. 
—¿Quieres que te lleve? —Asiento con entusiasmo—. Muy bien, creo que 
puedo hacer eso —dice sonriendo. Tiene la más hermosa sonrisa. El tipo de sonrisa 
que llega a los ojos y hombre esos hoyuelos, me desmayo—. Sin embargo será 
mejor que muevas tu culo. Tu cita es a las diez. 
Salto fuera de la cama y camino hacía el vestidor, sacando una camiseta sin 
mangas y pantalones cortos antes de salir corriendo al baño para cambiarme 
rápidamente. Pongo mi rebelde cabello en una coleta desordenada antes de 
marchar de nuevo a la habitación donde ha estado esperándome. 
—¿Estás lista? —Se pone de pie y camina hacia mí, cuando asiento 
febrilmente. Se acerca a mí, une sus dedos con los míos antes de llevarme abajo y 
fuera del recinto. 
 
 
35 
—Buenos días, Jade. Viper. —El doctor Phillips entra a la habitación 
sonriéndome—. Parece que lo estás haciendo mucho mejor. 
Asiento en acuerdo. Todavía quedan restos de mis moretones, pero en 
general, se ven y se sienten mejor. 
—Si no te importa, solo quiero echar un vistazo a tu espalda y asegurarme 
de que todo se vea bien antes de extraer los cables. ¿Eso está bien? 
Una vez más asiento. Da un paso detrás de mí y lentamente levanta mi 
camisa, mis ojos siguen centrados en los de Viper. Veo sus ojos sonrientes 
oscurecerse. El doctor Phillips pasa las manos lentamente sobre algunos puntos 
que sufrieron el mayor daño. Luego baja mi camisa y viene hacia mí. 
—Has sanado muy bien. —Me sonríe, pero no llega a sus ojos. Todo lo que 
veo es lástima. 
Es lo mismo que veo en los ojos de Tank y cualquiera de los hermanos con 
los que estoy cerca. Incluso Shadow, antes de irse me miró con compasión. No 
quiero su lástima. Es por eso que me quedo sola, solo permitiendo a Viper en mi 
refugio. Nunca me mira con lástima. Me dice que soy fuerte y he superado tanto. 
Me anima y no siente pena por mí. 
—¿Estás lista para deshacerte de esos cables? —Su sonrisa ha regresado, del 
tipo real, haciéndome sentir más a gusto. 
—Sish —es lo que sale de mi boca cerrada y oigo a Viper reírse en la esquina 
de la habitación. Lo fulmino con la mirada y su sonrisa se ensancha. 
—¿Seguro de que no podemos dejarlos, doc? Tengo la sensación de que no 
podre callarla una vez que pueda hablar bien. —Se ríe de sus propias palabras y 
luego me guiña un ojo. 
No sé lo que tiene Viper, pero tenerlo cerca hace todos los días un buen día. 
Me hace sonreír, aunque no pueda verlo. Eso va a cambiar después de hoy. Me 
hace reír. Se ha convertido en más que un acompañante. Se ha convertido en mi 
amigo. La única persona de que dependo para todo. 
El doctor Phillips me pide que me haga hacia atrás y hago precisamente eso. 
Estoy ansiosa y emocionada. Después de treinta minutos, ha terminado y está 
ayudándome a sentarme. 
 
36 
—Ahora tu mandíbula va estar inflamada por un tiempo. Eso es normal. 
Pero no debes sentir ningún dolor. 
Asiento mientras abro y cierro la boca varias veces. Se siente tan 
condenadamente bien hacer algo tan simple. 
—Te vez como un pez retrasado —dice Viper, su cara seria por un momento 
antes de estallar en un ataque de risa. Me quito el zapato y se lo tiro a la cabeza. Lo 
atrapa antes de chocar contra su cráneo, riéndose a carcajadas—. ¿Ve lo que tengo 
que soportar? —Le sonríe al doctor Phillips. 
Mis labios se curvaron en una sonrisa, algo que no he hecho en tanto tiempo 
que se siente extraño. 
—Ahora eso es lo que llamo una maldita hermosura —dice Viper, con sus 
ojos clavados en mí. 
—Bueno, voy a dejar a Jade en tus manos —dice el doctor—. Hazme saber si 
alguno de ustedes necesita algo. —Sale de la habitación y salto de la mesa de 
revisión, con una sonrisa aún pegada a mi rostro. 
—¿Un pez retrasado? ¿En serio? —digo mientras doy un paso delante de 
Viper. 
—El pez retrasado más hermoso que he visto en mi vida —dice llegando 
más allá de mí, abriendo la puerta. Llega por mi mano, uniendo nuestros dedos 
antes de salir delante de mí, jalándome detrás de él para salir de la oficina del 
doctor. 
Cuando salimos, me siento como una nueva persona. Como estar 
empezando una nueva vida. 
—¿Lista para volver a casa, nena? 
Sacudo mi cabeza, mi sonrisa parece estar permanentemente fijada en mi 
rostro. 
—Quiero un helado —le digo. 
Veo un brillo en sus ojos ante mis palabras. 
—¿Helado, eh? Creo que puedo manejar eso. 
A los cinco minutos, estamos en camino. 
—¿Cuál es tu helado favorito? —pregunta, con sus ojos en la carretera. 
 
37 
—Vanilla con Reese´s —le digo. Babeaba ante el pensamiento. 
—Lo tienes, nena —dice mientras se detiene frente a una tienda de helados. 
Tengo mi cinturón de seguridad desabrochado antes de que tenga el coche en el 
estacionamiento—. Un poco ansiosa, ¿verdad? —Se ríe. 
Asiento con entusiasmo. Va ser bueno tener algo en el estómago además de 
batidos, caldos y jugos para cambiar. Entramos a la tienda y Viper hace señas hacia 
una mesa. Lo observo mientras camina al mostrador y ordena. Estoy encontrando 
más difícil mantener los ojos fuera de él, sobre todo porque hemos estado pasando 
tanto tiempo juntos. Sé que no tengo ninguna oportunidad con un tipo como él. Sé 
muy bien el tipo de persona que es. Crecí en esta vida. Es un motociclista y con los 
motociclistas vienen las putas del club. 
Estoy tan perdida en mis pensamientos, que incluso no noto a Viper 
poniendo mi helado frente a mí. 
—¿Estás bien, cariño? 
Levanto la mirada a su rostro y sonrisa preocupada. 
—Estoy bien —le digo. Por fuera lo estoy, peropor dentro, revivo esos 
cuatro años una y otra vez. Incluso en mis pesadillas, todo parece tan real. Los 
olores, los sonidos, el dolor es tan jodidamente real, es como si estuviera 
sucediendo de nuevo. 
Tardé casi una hora en terminar mi helado. Viper terminó mucho antes de 
que tomara mi última mordida. Masticar de nuevo fue más difícil de lo que 
imaginaba, pero lo hice y mi estómago se encontraba lleno. Era más feliz de lo que 
podía recordar. 
Limpiamos nuestro desorden y volvimos al club en silencio. 
 
 
38 
6 
 
Viper 
Me muevo y doy vueltas, sin poder dormir. Cada vez que cierro los ojos, 
veo a Jade. Ha invadido mis sueños cada noche desde la primera noche que la vi. 
Es la mujer más increíble que he conocido. 
Su risa resuena en mi mente y me siento. Era tan condenadamente 
contagiosa. Escuchar su dulce risita me hizo sentir cosas que nunca había sentido. 
Era confuso. He tenido mi parte de mujeres hermosas, pero nunca nadie como ella. 
Era realmente hermosa, sin siquiera intentarlo. 
Su pelo marrón oscuro cae en cascada en ondas por delante de su hombro. 
Profundamente, brillantes esmeraldas toman el lugar de sus ojos. Su piel es como 
la porcelana, lisa y suave al tacto. Su cuerpo está en forma, pero con curvas en 
todos los lugares correctos. Es perfecta en todos los sentidos, tanto por dentro 
como por fuera, y no podía sacarla de mi mente. 
Hemos conseguido estar cerca los últimos meses, gastando casi cada 
segundo despertando juntos. No he tenido ningún deseo de hacer otra cosa que 
estar con ella. Me hace reír, algo de lo que no estoy acostumbrado. Era como si 
fuera una persona diferente ahora con ella en mi vida. Me gustó el cambio. Sé que 
no cambió el verdadero yo, el asesino dentro de mí siempre estaría allí, pero con 
ella me encontraba a gusto. Hizo desaparecer a los demonios. Me hizo olvidar, 
algo que nunca había sido capaz de hacer antes de que entrara en mi vida. 
Me levanté de la cama, decidí que no iba a poder dormir esta noche. Caminé 
fuera de mi habitación y por el pasillo hacia la cocina. Paso por la habitación de 
Jade y me detengo, preguntándome si está dormida. Ligeramente, doy un toque en 
su puerta y no oigo nada. Me quedo inmóvil por unos minutos, esperando, antes 
de llegar a la conclusión de que no está despierta. Me aparto de su puerta y solo 
hago unos pasos cuando oigo un lloriqueo. El ruido distinto me detiene en seco y 
doy la vuelta. 
 
39 
Cuando escucho el ruido de nuevo, apoyo mi oreja en la puerta de su 
habitación. Todo está en silencio por varios minutos antes de escuchar el sonido 
otra vez, y me doy cuenta de que viene de su habitación, llamo de nuevo. 
Cuando de nuevo no responde, vacilo solo un momento antes de girar la 
manija de su puerta y abrirla. 
Su habitación está a oscuras, solo la luz de la luna la ilumina. Puedo 
distinguir su forma acostada en la cama, pero necesito unos minutos para que mis 
ojos se acostumbren antes de que pueda ver su rostro con claridad. Tiene los ojos 
fuertemente cerrados, su boca contorsionada en una expresión de dolor. Sus manos 
se aprietan en el edredón, y su cuerpo está rígido. Un gemido ocasional escapa de 
su boca, mientras se retuerce en la cama con dolor, y comienza a golpear la cama, 
como si estuviera tratando de escapar de la tortura que está ocurriendo en su 
mente. Solo puedo imaginar lo que está reviviendo y mi instinto es ayudarla. 
Me acerco a su lado y suavemente digo su nombre. No reacciona, da otro 
golpe. Cuando un gemido escapa de sus labios, me acerco, sacudiéndola 
suavemente. 
—Jade, bebé. ¡Despierta! —exijo. 
Sus ojos revolotean lentamente antes de que se derribe sobre la cama, sus 
ojos se ensanchan con miedo mientras escanea la habitación. 
—Bebé, tuviste una pesadilla. 
Cierra los ojos con frustración y se recuesta contra la cabecera. Estirándose, 
enciende la lámpara de la mesa de luz y se frota los ojos. 
—¿Quieres hablar de ello? —pregunto mientras me siento en el borde de la 
cama. 
Niega con la cabeza. Aún no ha hablado con nadie acerca de lo que tuvo que 
soportar. Sé de primera mano que lo que mantiene encerrado dentro de ella la está 
torturando, pero no es el momento de enfrentarla por ello. No todavía. 
Decido cambiar de tema, sabiendo que no va a renunciar a nada esta noche. 
—No podía dormir, así que iba a tomar un aperitivo. ¿Quieres algo? 
Levanta su rostro por lo que sus ojos se encuentran con los míos. 
—Helado —susurra. 
 
40 
—Tengo justo lo que necesitas. Estaré de vuelta —le digo antes de 
desaparecer de su habitación. 
Una vez que he hecho un tazón para los dos, me meto en la cama junto a 
ella, nuestros hombros tocándose. Le paso el tazón y la sonrisa que abarca su cara 
me hace reír. 
—¿El helado lo cura todo? 
—Sí. Sí, lo hace —responde antes de empujar una cucharada en su boca—. 
Esto está bueno. 
—Chispas con doble chocolate —explico—. Mi favorito. 
Asiente antes de llegar a la mesa de noche y agarrar el control remoto. 
Cuando pulsa el botón, el televisor vuelve a la vida. Explora a través de la 
programación, quedándose finalmente en una repetición de The Walking Dead1. 
—Me encanta esta serie —dice con la boca llena. 
—A mí también —admití—. No te pierdas ni un episodio. 
Asiente mientras vuelve su concentración a la escena en la pantalla. Nos 
sentamos en silencio por un largo tiempo antes de que su cabeza se pose en mi 
hombro. Me encanta la sensación de tenerla tan cerca. No quiero nada más que 
envolver mis brazos alrededor de ella y abrazarla fuerte, pero lucho contra el 
impulso de hacer precisamente eso. Pasaron veinte minutos antes de que me dé 
cuenta de que se ha dormido, su respiración rítmica es la única indicación. Sonrío 
mientras agarro su plato y lo coloco en la mesita de noche y luego hago lo que he 
querido hacer durante tanto tiempo. Envuelvo mi brazo alrededor de ella de 
manera protectora y la tiro hacia mí, su cara ahora está enterrada en mi pecho. 
Siento mis ojos pesados sintiendo su calor contra mí. Duermo profundamente por 
primera vez en mucho tiempo, con ella en mis brazos. 
 
 
1 The Walking Dead: es una serie de televisión dramática y de terror estadounidense creada y 
producida por Frank Darabont y basada en el cómic homónimo de Robert Kirkman. 
 
41 
7 
 
Jade 
Me siento en la barra y observo a la gente. El club está lleno, como siempre 
en una noche de viernes. Es la segunda vez que he puesto un pie en la sala 
principal durante una de las fiestas del club desde que llegué aquí hace siete 
meses. Tank se hallaba lejos de estar feliz la primera vez que me vio aquí. Todavía 
piensa en mí como una niña, como su pequeña hermanita. No puedo decir que 
odie la forma en que se siente, porque me gusta el hecho de que mi hermano me 
ame y quiera protegerme. Pero he madurado, lo he hecho durante un tiempo y soy 
totalmente capaz de tomar mis propias decisiones. 
Incluso Viper se encontraba preocupado por mi presencia en las fiestas. Y al 
igual que mi hermano lo puse en la línea. Diciéndole que se metiera en sus propios 
putos negocios y me enfurecí. Estaría mintiendo si les dijera que odiaba la atención 
que me daba. Me encantaba y cuando más tiempo pasaba con él, mis sentimientos 
se incrementaban. 
No era tonta. Sabía que solo era un flechazo. Tipos como Viper no tienen 
relaciones hasta que sean ancianos. Y a juzgar por lo que veía en este momento, 
aquello no sucedería en corto plazo. Dos putas del club se encontraban sobre él, y 
aunque traté de dejar que no me incomode, lo hizo. 
Le doy la espalda a la escena frente a mí, porque no quería ser testigo de lo 
que pasaba a continuación. Había visto lo suficiente durante la última fiesta para 
saber que en el club no eran tímidos acerca de tener sexo en público. 
Mi mente se desvió a la época de los Condemned Warriors. Lo hice un poco. 
Quería olvidar y eliminaresos pensamientos de mi mente, pero siempre lograban 
arrastrarse en mí, no importaba lo duro que tratará de luchar contra ellos. 
 
42 
—¿Vas a pasar el rato conmigo dulzura? —preguntó Trigger. Era uno de los 
nuevos prospectos del club. Tenía alrededor de mi edad y había estado viviendo 
en el recinto, nos habíamos llegado a conocer el uno al otro. 
—Supongo que sí —murmuro mientras pongo abajo lo último de mi 
cerveza. 
—¿Quieres otra? —pregunta, asintiendo hacia mi botella vacía. 
—No, no más cerveza —le digo—. Quiero un chupito. 
Sonríe y se da la vuelta, tomando una botella de vodka de la estantería y 
comienza a hacer mi trago favorito, un Kamikaze. Pone el vaso frente a mí y sonríe. 
Rápidamente la tomo y pido otra. Seis tragos más tarde me siento entumecida. Mi 
cabeza está nadando y de repente quiero bailar. 
Doy un paso fuera del taburete y miro alrededor. Viper sigue jugando billar 
con Tank y por supuesto hay cuatro putas que los rodean. Ruedo los ojos, 
agradecida que no estoy tan desesperada. Me acerco a Spike, quien está apoyado 
en la pared trasera mirándose tan aburrido como yo. 
—Oye Spike —le digo mientras me paro frente a él—. ¿Quieres bailar 
conmigo? 
Spike me mira como si me hubieran crecido dos cabezas antes de sonreír y 
asentir. 
—Claro, princesa. 
Alcanzo y tomo su mano, arrastrándolo hacia el centro de la habitación. Es 
cálido cuando más me muevo en la habitación. Quiero cerrar los ojos y dejar que la 
música fluya dentro de mí, disfrutando de la sensación. Las manos de Spike están 
en mis caderas mientras se muele en mi contra. Me muevo junto con él, empujando 
de regreso, me siento libre por primera vez en mucho tiempo. 
—¡Jade! —Escucho gritar a mi hermano detrás de mí y me giró a verlo, 
Viper está de pie junto a él, con el ceño fruncido—. ¿Qué demonios estás haciendo? 
—Ahora está frente a mí, con Viper como su sombra. Es cuando me doy cuenta 
que Spike ha desaparecido. 
—Bailando —empiezo—. Hasta que echaste fuera a mi pareja de baile. 
—¿Estas borracha? 
 
43 
—Sí, Tank. Estoy borracha, al igual que tú y cualquier otra persona aquí —le 
ruedo los ojos. 
—Maldita sea niña, no me gusta que estés aquí haciendo alarde a tu mierda. 
Difícilmente puedo disfrutar si tengo que mantener un ojo en ti. ¿Qué llevas 
puesto? 
Miro hacía mi pantalones cortos y camisera de tirantes que estoy usando y 
de repente estoy viendo rojo. 
—No necesito una niñera. Tengo veintiún putos años. ¡Y estoy usando un 
infierno más de ropa que las otras putas del club aquí! 
—No eres una puta del club, princesa. Nunca lo serás. ¿Por qué no vas a la 
cama o ver una película? 
Esto me jode. 
—¡No me digas que hacer, Miles! —grito. Odia cuando lo llamo por su 
verdadero nombre y la únicas veces que lo hago es en momentos como estos—. 
Tienes que dejarme vivir un poco e ir a mi habitación no va hacerlo. Quiero tener 
diversión. No la he tenido en años. Quiero emborracharme y bailar. ¡Eso es todo! 
—No quiero que nadie aquí tenga una idea errónea de ti. ¿Me entiendes, 
princesa? 
—Quieres decir que ningunos de tus hermanos tienen que pensar que estoy 
libre de jugar. Bueno, esa es mi decisión. Si quiero ir y cogerme a cada uno de los 
chicos en este cuarto, ¡lo voy hacer! —Ni siquiera sé por qué digo eso, el sexo es la 
cosa más lejana en mi mente. Tank insinuó que alguien me puede confundir con 
una puta del club. Cada puto hermano en el maldito lugar sabía quién era, así que 
no había ninguna duda. 
—Por encima de mi maldito cuerpo muerto —grita. He golpeado un nervio 
y no estoy segura si poder recuperarme después de aquello—. Eres mi hermana, ¡y 
vas hacer lo que digo! 
—Sí, Miles. Soy tu hermana, ¡no tu puta hija! Soy una mujer adulta. No 
tendrás que dictar todo lo que hago. Tienes que confiar en mí. Si puedes, bien. Si 
no puedes, ¡entonces es tiempo de que me vaya! 
Me giro sobre mis talones y marcho hacia la puerta, enojada. Doy un paso 
fuera y me dirijo hacia la parte trasera del edificio. Cuando llego a la zona abierta, 
 
44 
respiro en alivio de no encontrar a nadie. Me voy a unas de las mesas y me siento, 
poniendo mi cabeza contra la dura mesa. 
—¿Princesa? 
Levanto la cabeza y a su vez miro a Tank de pie detrás de mí, con los brazos 
cruzados, pero está haciendo todo lo posible por controlarse. 
—Solo déjame en paz, Tank. 
—Soy tu hermano. No puedo dejarte sola. 
Libero una respiración entrecortada, no sintiéndome en el estado de ánimo 
para una discusión, pero sé que no va pasar. 
—Solo quiero que me veas como una adulta. 
Deja escapar un suspiro antes de venir a sentarse a mi lado. 
—Jade, sé que eres una mujer adulta, pero siempre serás mi hermanita. No 
me importa si tienes ochenta años. Pero tienes razón. Tengo que dejarte vivir un 
poco. Y después de todo lo que has pasado, sé que lo necesitas. Simplemente 
quiero protegerte. 
—Tank, te agradezco todo lo que has hecho por mí. Y me encanta el hecho 
que quieras protegerme. Es una agradable sensación además de un pedazo de 
mierda. 
—Lo que te pasó, nunca debió haber pasado. ¡Nunca! —Su voz era áspera y 
en realidad podía sentir su ira. Libera un respiro antes de volver a hablar, esta vez 
casi en un susurro—. Jade, ni siquiera puedo empezar a decirte como me sentí 
cuando descubrí lo que Reaper te hizo. 
No sé qué más decirle. Sé que se culpa por todo, cuando no tenía nada que 
ver con él. 
—Lo siento. 
—No te disculpes por lo que esos jodidos monstruos te hicieron. Sé que no 
quieres hablar de ello. Pero puedo imaginar lo que pasaste. Mereces ser tratada 
como la princesa que eres y sé que algún día encontraras a tu príncipe. 
Sonrío ante sus palabras. 
—Un príncipe para la princesa motorista, ¿eh? 
 
45 
—Maldita sea cierto. Y ese será el hijo de puta más afortunado del mundo 
en tenerte a su lado. 
—Te amo, Tank. 
—Te amo, niña. Por siempre. —Se levanta y me mira, el amor por mi brilla 
en sus ojos—. No quiero que te vayas. Esta es tu casa y no creo que sea capaz de 
soportar perderte de nuevo. Así que voy a tratar de hacerlo mejor, pero dale a tu 
hermano un descanso de vez en cuando. 
—También voy a tratar. —Presiona sus labios sobre mi frente y camina de 
nuevo al club—. ¡Oye, Tank! —grito y me mira—. Podemos hacer algunas prácticas 
de tiro mañana. 
Lo observo mientras estalla en una enorme sonrisa. 
—Lo tienes, princesa. 
 
 
 
46 
Viper 
Estoy de vuelta a la diversión, viendo como Jade recoge la Magnum 357 de 
Tank y apunta hacia el blanco. 
—Esto será bueno. —Maze se ríe a mi lado. 
—¿Qué más tienes? —pregunta Jade mientras pone la pistola sobre la mesa. 
Tank sonríe de oreja a oreja mientras saca su calibre 45 de su espalda. 
—Prueba con esto, niñita. 
Una vez más, levanta la pistola en la mano y la mantiene al frente de ella, 
apuntando hacia el blanco. 
—Perfecto —dice antes de dejar el cartucho y recargar—. ¿Trae suficiente 
munición? 
Tank asiente a la bolsa, por detrás de ellos, cajas de municiones rebosando 
de ella. 
—Creo que tenemos suficiente. 
—Muy bien —dice mientras excava a través de la bolsa y saca una caja de 
munición 
—¿Crees que va a dejarlo caer? —pregunta Maze a mi lado. 
Me encojo de hombros, sin saber qué esperar. Jade me ha sorprendido en 
cada vuelta, así que no me sorprendería si ya se encontraba bastante familiarizada 
con el arte del tiro. 
Agarra las gafas y orejeras de la mesa y se las pone. Luce caliente como el 
infierno. Lleva un top negro ajustado que muestra cada maldita curva. Y luego 
están sus pantalones cortos. De jean y cortos. Piernas largas y grandes tetas. ¡Qué 
puta vista! 
—Poniéndote caliente —dice y sacudo la cabeza. Esta chica está a punto de 
enseñarnos a todos, estoy pensando 
Apunta hacia el blanco, los brazos extendidos. Maze está agachado, y espero 
que ni Tank ni Jade lo vean o va a conseguir un regaño. Justo cuando creo que va a 
apretar el gatillo, la voz deTank grita. 
 
47 
—¿Qué carajo, maricón? ¿Crees que mi hermana va a dispararte en el culo 
por error? 
Jade se da vuelta y mira a Maze que le sonríe mientras se encoge de 
hombros. Ella pone el arma en la mesa y se quita sus orejeras. 
—¡Tú! ¿Crees que porque soy una chica no puedo andar con los chicos 
grandes? 
—No he dicho una maldita cosa, Jade. 
—Sí —dice, todavía mirándolo—. Haz una apuesta. ¡Apuesto a que puedo 
disparar mejor que tú! 
Oh, mierda, esto se va a poner feo. 
—¿Te das cuenta de que soy un tirador? —Maze se levanta, cerniéndose 
sobre ella. 
Se encoge de hombros. 
—Oooh, ¿se supone que debo tener miedo? ¡Estoy malditamente temblando! 
Te diré algo, incluso dejo que elijas. Cinco pistolas, cualquier calibre. 
—¿Mi elección? ¡Listo! Diez disparos cada uno. La máxima puntuación 
gana. El perdedor hace la colada del ganador por un mes. 
—Trato. Y para que lo sepas Maze, me gusta que mis prendas delicadas sean 
lavadas a mano. —Se da vuelta hacia Tank que está sacudiendo la cabeza—. 
¿Quieres un poco de esto también? 
—No niña, creo que estoy muy bien siendo un espectador. ¿Aunque quizás 
Viper quiera unirse? —dice, mirando por encima en mi dirección. 
—¿Quieres un poco de esto? —pregunta, sonriendo. 
Oh, quiero algo de eso, definitivamente. 
—¿Otra apuesta? —le pregunto mientras me levanto y camino hacia ella. 
—Tu elección —dice, mordiéndose el labio inferior. 
—Está bien. Un disparo. Mi rifle. El más cercano a la diana gana. Tú eliges la 
apuesta. 
Contempla solo por un minuto. 
 
48 
—El perdedor cocina para el ganador por una semana completa. 
—Listo —le digo. Agarro mis orejeras y las pongo de nuevo. 
Vuelve su atención a Maze que tiene una mirada arrogante en su rostro. 
Tank está sacudiendo la cabeza de nuevo antes de poner sus orejeras de nuevo. 
—Muy bien, ¿listos? 
Maze desata su Magnum 357 primero y asiente. Diez disparos después, 
caminan hacia el blanco y trae de vuelta el blanco, dándoselo al Tank. —Dos 
decenas, cuatro nueves, dos ochos, uno de siete, y uno de cinco. Puntuación total 
de ochenta y cuatro. 
Maze sonríe mientras pasa su revólver a Jade. Lo toma de su mano y le saca 
la lengua. Carga y apunta, disparando seis tiros en serie. Vuelve a cargar cuatro 
balas más y rápidamente dispara. Tirando sus orejeras, se apresura hacia el blanco, 
volviendo con su blanco en la mano. 
—Ocho decenas y dos nueves. Puntuación de noventa y ocho. 
Maze agarra el blanco de las manos de Tank y frunce el ceño. 
—Suerte de principiante —murmura antes de agarrar la calibre 50 de su 
bolso. Esto va por cuatro rondas más y cuatro cañones más y sonrío ampliamente 
cuando Tank mira el último blanco—. Lo siento, hermano. ¡Supongo que estás en 
deber de lavandería! 
Maze está de mal humor, sacudiendo la cabeza con incredulidad. Jade 
maneja cada arma de fuego con precisión, como si hubiera nacido con una pistola 
en la mano. Infierno, con su padre siendo Halo, y su hermano siendo Tank, no me 
sorprende. 
—¿Qué se siente que una chica te pateé el culo? —pregunta Jade mientras se 
pone de pie en frente de Maze, con las manos en las caderas. 
—¿Dónde diablos has aprendido a disparar así? —pregunta con 
incredulidad. 
—Jade ha hecho competencia de tiro desde que tenía seis años. Cada 
maldita cosa que te puedas imaginar. Fue la mejor tiradora de lo mejor para el 
momento en que tenía diez años —explica Tank, riendo—. Solo porque sea una 
chica, no hay que subestimarla. Vas a perder cada maldito tiempo. 
 
49 
Maze sigue negando cuando me levanto y me acerco a un Jade radiante. 
—¿Estás lista para nuestra pequeña apuesta, nena? 
Asiente y me giro para sacar mi M40 de su caja. Sus ojos se abren cuando la 
ve. 
—¿Fuiste francotirador? 
Más bien como un asesino a sueldo, pero eso es una discusión para otro 
momento y lugar. Por hoy, francotirador será. 
—Puedes apostar tu dulce culo —le digo, sonriendo—. ¿Alguna vez 
disparaste una de estas? 
Niega. 
—He disparado la mayoría de los fusiles, pero nunca un M40. Esta es la 
primera que la he visto en persona. 
Dios, ¿podría enamorarme de esta mujer? No solo es jodidamente hermosa, sino 
conoce sus armas de fuego. 
—Te voy a dar una lección rápida antes de disparar. 
—No hay manera de que seré capaz de ganarte. ¿Qué tal un trato? 
—¿Oh sí? ¿Qué clase de trato? —Soy todo oídos en este momento. 
—Voy a admitirlo. Cocinar para ti por una semana completa, si me enseñas 
cómo usar eso. —Asiente hacia mi rifle y no puedo evitar la sonrisa consumiendo 
mi cara. 
—Tienes un trato, cariño. 
Tank y Maze nos dejan solos. Me paso una hora repasando los entresijos de 
la M40, incluso la historia detrás. Escucha cada palabra que digo, realmente 
cautivada. Nunca he conocido a alguien como ella. 
—Creo que eres lista, nena —le digo mientras ruedo a un lado, dejando que 
pase en el punto que acabo de dejar. Se ve emocionada mientras se pone en 
posición. Cuando aprieta el gatillo, su rostro se llena de vida. 
—¡Oh, hombre! ¡Esta jodidamente impresionante! —grita. 
Me siento y observo como dispara un par de rondas más antes de que se 
siente, su rostro radiante. 
 
50 
—Gracias por esto. No he tenido tanta diversión en un tiempo muy largo. 
—El placer es mío, nena. —Me siento allí mirándola fijamente durante 
varios minutos—. Entonces, ¿qué hay para cenar? —pregunto, sonriendo. 
—Mierda, ¡tengo que ir a la tienda! —dice mientras salta a sus pies. 
—Te llevaré a la tienda —ofrezco—. Pero esta noche, te encuentras fuera de 
la cocina. Te llevaré a cenar. 
La mirada de asombro en su rostro lo dice todo. 
—Me encantaría. 
Sonrío mientras hacemos nuestro camino de regreso al club, esta noche, mi 
plan entra en vigencia. Voy a conquistarla. Es perfecta para mí y ya no puedo 
negar mi atracción por ella. La quiero en mi cama y en mi vida. Quiero que sea mi 
mujer. 
 
 
 
 
 
51 
8 
 
Jade 
Me paro en frente del espejo, haciendo un rápido retoque de mi maquillaje. 
Me alejo un paso y me miro, casi no reconociendo a la persona que me miraba. 
Usualmente uso jeans o shorts y una camiseta sin mangas, pero esta noche voy por 
un look diferente. Esta noche, quiero llamar la atención. Estoy usando mi nueva 
compra, una mini falda de cuero con un top a juego. Mi cabello está suelto, 
fluyendo en olas pasando mis hombros. Mi maquillaje es perfecto, o al menos creo 
que lo es. Raramente uso, pero esta noche me decidí por un look abrumador. 
Después de un último vistazo al espejo, estoy lista. Salgo de mi habitación y 
me dirijo a la fiesta que está empezando en el piso de abajo. 
Entro en la habitación y mis ojos inmediatamente encuentran a Viper, 
lanzándose a la piscina con Tank. Aparentemente este es un ritual entre ellos. A 
cada fiesta que he ido durante los últimos dos meses, he visto a Viper y cada vez, 
allí es donde lo encuentro. Lo que ha sido más impactante es que no ha mostrado 
interés en ninguna de las putas del club. Y confía en mí, ha habido muchas 
lanzándose a él. 
Decido tomar un asiento en el bar, justo como siempre hago y mirar. Viper y 
yo hemos estado pasando mucho tiempo juntos, raramente estamos separados. Me 
ha llevado al cine y a cenar. Y luego estuvo la semana que tuve que cocinar para él. 
Era fácil de complacer. Creo que le pude haber servido comida para perro y habría 
estado feliz. Una vez en la semana, me lleva detrás de las instalaciones y 
practicamos tiro. Amo pasar tiempo con él. Creo que me he comenzado a enamorar 
duramente de él. 
—No estoy seguro de que me guste donde están tus ojos —dice Tank, 
sorprendiéndome. Ni siquiera lo vi acercarse. 
 
52 
—¿De qué hablas, Tank? —preguntó, pretendiendo inocencia. Debería saber 
que mi hermano nunca lo creería. 
—¿Tú y Viper tienen algo que necesito saber? —Me mira. 
—No estoy durmiendo con él si eso es lo que preguntas. 
Hace una mueca con mis palabras. Difícil para la mayoría de las hermanas 
para decirles

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