Logo Studenta

Heidi Rice - La Reina Inocente Del Desierto - Gabriel Solís

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

https://www.facebook.com/novelasgratis 
1 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
2 
 
 
 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
3 
Un acuerdo práctico… ¡Y un deseo innegable! 
El jeque Karim necesitaba una prometida para evitar que su tirano padre, el 
rey de Zafar, lo obligase a casarse por interés. Orla Calhoun necesitaba 
salvar el legendario criadero de caballos de su familia. La cláusula del 
contrato que establecía que no habría sexo entre ambos debería haber 
simplificado la situación, ¡si hubiesen sido capaces de contener la química 
que había entre ambos! 
Detrás de la reputación de niña rica de Orla había muchos años de duro 
trabajo y su mayor secreto: ¡era virgen! Eso nunca había sido un problema, 
hasta que surgió aquella intensa atracción entre Karim y ella. Atracción 
que sería ineludible cuando el deber hizo que Karim, y su futura esposa, 
tuviesen que volver a Zafar… 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
4 
Prólogo 
 
 
 
 
 
POR QUÉ no te buscas una esposa, hermano? Así, el viejo no te 
tendría que obligar a un matrimonio concertado. 
–No, gracias, hermano – respondió Karim Jamal Amari Khan, 
príncipe heredero de Zafar, en tono sarcástico, mientras le daba a su 
hermano Dane una patada por debajo de la mesa del café–. Nuestro padre 
no me puede obligar a nada. 
–El término padre es algo impreciso, ¿no piensas? –le respondió 
Dane sonriendo–. Teniendo en cuenta que lo único que ha hecho ha sido 
dejar embarazadas a nuestras madres. 
–Cierto, pero irrelevante –mintió Karim. 
Dado que él era el hermano mayor y el heredero al trono, había 
recibido algo más de atención por parte de su padre, incluidos los horribles 
veranos que se había visto obligado a pasar en Zafar después del suicidio 
de su madre. Veranos de los que Dane no sabía nada. 
–El caso es que no voy a casarme porque lo diga nuestro padre. Si 
quiere desheredarme, que lo haga. 
De hecho, a Karim le encantaba la idea. Solo tenía malos recuerdos 
del reino de Zafar, motivo por el que se había labrado su propio camino y, 
con treinta y dos años, había levantado ya un imperio multimillonario. De 
hecho, no había vuelto a Zafar desde que tenía dieciséis años. 
–Eso me dejaría a mí en la línea de fuego –replicó Dane, dejando de 
sonreír de repente–. Vaya, gracias, hermano. 
–Así es. 
Karim se echó a reír. Eso sería una buena lección para su padre, ya 
que Dane era un hombre imprudente e indisciplinado, al que le interesaba 
la herencia de su familia todavía menos que a él. Mientras que la madre de 
Karim, Cassandra Wainwright, había sido una joven aristócrata inglesa que 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
5 
había vuelto al Reino Unido con él después del divorcio y lo había 
mandado a varios internados disciplinarios, la de Dane, Kitty Jones, se 
había dedicado a vivir entre la jet set de Nueva York después del divorcio. 
Y no había puesto ningún límite a su hijo. Solo se llevaban cuatro años, 
pero Dane había rechazado la oferta de Karim de trabajar con él en Amari 
Corp y había montado su propia empresa hotelera cinco años antes, 
empresa que había tenido un sorprendente éxito. Porque si había algo que 
se le daba bien a Dane era organizar fiestas. 
–Tengo una información que tal vez te haga cambiar de opinión 
acerca de buscar esposa cuanto antes –anunció Dane con los ojos 
brillantes. 
Karim se sintió incómodo. No había nada que Dane disfrutase más 
que molestarlo, motivo por el que se había presentado en su mansión del 
barrio londinense de Belgravia a las ocho de la mañana y sin llamar antes, 
recién llegado de Nueva York. 
–¿Qué sabes? –inquirió Karim con impaciencia, decidiendo terminar 
con el juego. 
Necesitaba ponerse a trabajar y no tenía tiempo para juegos. 
–El viejo sabe que andas detrás del criadero de los Calhoun –anunció 
Dane como si acabase de ganar una carrera. 
–¿Cómo sabes tú eso? –le preguntó Karim. 
El tema era secreto. 
Michael Calhoun había fallecido un año antes, dejando su criadero y 
su centro de adiestramiento de caballos ahogado por las deudas. Habían 
vendido gran parte de los animales, pero Karim había descubierto varios 
días antes que el negocio iba a tener que entrar en liquidación voluntaria. Y 
estaba preparado a entrar a matar en cuanto saliese a subasta. 
–Me lo contó anoche en Tribeca una de las amantes de papá. Por eso 
he tomado el primer vuelo a Londres. Ambos sabemos que lo que quiere es 
ganarte la mano para obligarte a casarte. 
Karim juró entre dientes. 
–Me podrías haber llamado por teléfono –murmuró, sabiendo que lo 
más probable era que su hermano se hubiese presentado allí para verlo 
sudar en persona, pero no iba a darle ese placer–, pero gracias por el aviso. 
De no haber estado al corriente de las intenciones de su padre, habría 
perdido la subasta. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
6 
Y eso le habría dolido. Comprar aquel negocio representaba su 
oportunidad de entrar en el mundo de las carreras de caballos y hacerse un 
nombre en él, idea a la que llevaba tiempo dándole vueltas. Lo único que le 
gustaba hacer en Zafar era montar a caballo y adiestrar a los sementales 
árabes que el rey tenía allí. 
Pero se negaba a jugar el juego de su padre. El viejo bastardo ya 
había intentado manipularlo antes en el pasado, obligándolo a competir con 
él. A Karim no le había importado hasta entonces, de hecho, le había 
divertido buscar la manera de ganar a su padre y demostrarle que no le 
tenía miedo. Y, según su negocio había ido creciendo, le había sido más 
sencillo ganar. No obstante, los intentos de chantaje de su padre eran cada 
vez más desesperados y Karim se había dado cuenta de que eso estaba 
afectando a la economía de Zafar además de a la de su padre. Zafar había 
sido uno de los reinos más ricos de la región, pero estaba perdiendo relieve 
porque su padre se estaba gastando el dinero en medir fuerzas con él. Y, a 
pesar de que Karim no se sentía unido a su país natal, tampoco quería que 
sus habitantes se vieran castigados. Por eso había dejado de tener relación 
con su padre varios años atrás y había mantenido todas sus operaciones en 
secreto o se había retirado de ellas si su padre había mostrado algo de 
interés. Para ello, había tenido que dejar a un lado su orgullo, pero había 
sabido que la táctica funcionaba y, de hecho, hacía un año que su padre no 
había intentado ningún truco nuevo. 
–¿Por qué no aceptas el reto en esta ocasión? –le preguntó Dane–. En 
vez de tirar la toalla. 
–No me voy a casar para cerrar un trato –le respondió Karim, 
preguntándose si su hermano había perdido la cabeza. 
–¿Y si en realidad no te estuvieses casando? Podría ser un 
matrimonio de conveniencia –le sugirió su hermano–. Sería la venganza 
perfecta ante tanta manipulación. Si no te acuestas con ella, no podrás darle 
al viejo los herederos que tanto desea. 
–El principal motivo por el que no quiero casarme no tiene nada que 
ver con nuestro padre –le explicó Karim, molesto con las tonterías de su 
hermano–. Si no, sencillamente, que no quiero una esposa. 
Tenía relaciones esporádicas, pero no duraderas. 
–Aunque no fuese una esposa de verdad, tendría ciertas 
expectativas… Y me exigiría parte de mi tiempo. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
7 
Y no quería convertirse en una persona tan débil y frágil como su 
madre. 
La recordó con el rostro manchado por las lágrimas. La tristeza de su 
madre había marcado toda su niñez y no quería ser responsable de otra 
mujer que pudiese querer cosas que él no le podía dar. 
Por eso tenía en Kensington una agradable casa de cuatro 
dormitorios, a la que llevaba a la mujer con la que se estuviese acostando 
en ese momento, para poder ir a verla cuando le apeteciese, pero sin 
implicarse emocionalmente. Aunque la casa llevaba vacía un mes, o dos. 
Desde que había terminado con Alexandra cuando esta había empezado a 
hablar de tener una relación más seria. 
–Cómo eres –comentó su hermano.Y Karim pensó que, lo mismo que a su hermano le gustaba 
provocarlo, a él le gustaba provocar a su padre todavía más. 
–Dile a tu equipo de abogados que se ponga a redactar un contrato 
prenupcial –añadió Dane–. Y después solo tendrás que buscar a una mujer 
ambiciosa o lo suficientemente desesperada como para dejarse comprar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
8 
Capítulo 1 
 
 
 
 
 
ORLA, Orla, hay un helicóptero sobrevolando la granja. Gerry le 
acaba de dar permiso para aterrizar en el pasto trasero. Gerry dice que es 
él, el jeque que va a echarnos a todos a la calle. 
Orla Calhoun dejó un instante de limpiar el establo de Aderyn al oír 
gritar a su hermana Dervla. El semental la empujó y arrastró las pezuñas 
por el suelo. Ella apoyó una mano en su hocico para tranquilizarlo. Como 
casi todos los caballos de carreras retirados, Aderyn era bastante tranquilo 
y le gustaba tener compañía casi tanto como a ella, pero… 
–Shh, tranquilo, amigo, Dervla está estresada –le susurró antes de 
salir del establo. 
Cerró la puerta, se quitó los guantes y fulminó a su hermana con la 
mirada. 
–Por favor, Dervla, ¿cuántas veces te he dicho que no levantes la voz 
cuando estamos con los caballos? –la reprendió en un susurro–. Los asustas 
y alguien podría hacerse daño o, lo que es peor, el animal podría hacerse 
daño. 
Solo le quedaban seis caballos, pero cada uno de ellos era muy 
importante para ella, y seguía lamentando el haber tenido que separarse de 
aquellos que se había visto obligada a vender durante el último año. 
Tal vez aquel había sido el problema, que le habían importado más 
los animales en sí que el negocio. 
Y estaba a punto de perderlo todo. 
–Está bien, está bien –le contestó su hermana en voz baja, 
agarrándola del codo para sacarla de allí–, pero ¿qué vas a hacer con él? 
Orla oyó entonces el sonido del helicóptero mientras aterrizaba. 
Estaba lo suficientemente lejos para no molestar a los caballos, pero a ella 
había conseguido ponerla nerviosa. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
9 
–¿Estás segura de que es él? –preguntó–. Se supone que no iba a 
venir hasta el viernes. 
El administrador judicial había quedado con el príncipe Karim Jamal 
Amari Khan para enseñarle las instalaciones antes de la subasta del sábado. 
Aquella debía de ser una visita de alguno de sus súbditos. Tenía que serlo, 
sobre todo, porque Orla no se sentía preparada para recibir al príncipe. 
Bajó la vista a sus botas de trabajo y a sus vaqueros manchados, se 
dio cuenta de que la camisa sudada se le pegaba a los pechos. Llevaba 
despierta desde el amanecer. Había sacado a Aderyn a galopar y después 
había estado limpiando los establos porque habían tenido que despedir al 
último mozo un mes antes. 
–Gerry dice que ha hablado con él –murmuró Dervla–. ¡Es el 
príncipe quien pilota el helicóptero! Según Gerry, ha venido solo. 
La ansiedad que se había adueñado de su estómago desde que se 
había visto obligada a enfrentarse a lo inevitable dio otro giro de tuerca. 
Había planeado tener la casa impoluta y estar ella impecable cuando 
el príncipe llegase. Había querido tener buen aspecto ya que iba a pedir un 
enorme favor. 
–Mantenlo ocupado mientras me aseo un poco –le pidió Orla–. Y 
pídele a Maeve que me traiga mis mejores pantalones, ropa interior limpia 
y una blusa que planché ayer. 
Y, dicho aquello, corrió hacia el cuarto de baño que había en la parte 
trasera del establo, quitándose las botas a patadas y desabrochándose los 
pantalones vaqueros. Podría lavarse allí para quitarse el mal olor y 
cambiarse de ropa antes de salir a saludarlo. 
No iba a fingir que era una mujer sofisticada porque no lo había sido 
nunca. Jamás había encajado en los círculos de la alta sociedad que había 
frecuentado su padre. Había intentado hacerlo teniendo una relación con 
Patrick Quinn, pero había sido un desastre. 
«¿Qué esperabas, Orla? Los hombres tienen necesidades, Orla. Y tú 
eres más fría que un témpano de hielo». 
Todavía se estremeció al recordar las palabras de Patrick cinco años 
antes y recordó las náuseas que había sentido al verlo abrazado a Meghan 
O’Reilly en su propia fiesta de compromiso. Orla tiró los pantalones al 
lado del lavabo e ignoró la sensación de humillación que siempre 
acompañaba a aquellos recuerdos. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
10 
«No importa, por suerte, te has librado de él». 
Pero Patrick había tenido razón con respecto a una cosa: nunca se le 
había dado bien coquetear. Así que, tratar de impresionar a un jeque 
conquistador iba a requerirle algo de imaginación. Aunque hubiese tenido 
tiempo para prepararse. 
Si se ponía ropa limpia, al menos podría fingir que estaba tranquila y 
que controlaba la situación. Y lo necesitaba para intentar convencer a 
Karim Khan de que le permitiese quedarse allí. 
Este sabía cuál era su situación económica, que estaban obligadas a 
vender, así que Orla no tenía mucho poder de negociación. 
Había hecho una buena búsqueda por Internet acerca del príncipe la 
noche anterior y, al parecer, era rico, privilegiado y arrogante, un hombre 
acostumbrado a que se hiciese lo que él quería, que pensaba que podía 
hacerse con un legado familiar que a ellos les había costado diez 
generaciones levantar. Pero Orla no iba a permitir que el príncipe la echase 
tan fácilmente de un trabajo al que había dedicado toda su vida. 
Lo que necesitaba era tener la oportunidad de demostrarle que podía 
serle útil. Al fin y al cabo, llevaba cinco años gestionando el negocio, 
desde que había cumplido los diecisiete y su padre había caído en una 
depresión tras la muerte de su madre. 
Aunque no quería presentarse como una pobre huérfana desvalida. 
Había leído que el príncipe era de esos hombres que solo prestaba atención 
a las mujeres bellas y sofisticadas, con la manicura hecha, ropa de diseño y 
recién salidas de la peluquería. Una clase de mujer que ella no había sido 
nunca, ni siquiera cuando se había creído enamorada del hijo de los 
vecinos. 
Una vez en ropa interior, tomó la manguera que utilizaba para 
limpiar los aperos y abrió el grifo. Todo su cuerpo tembló bajo el chorro de 
agua gélida. Y ella juró en voz alta. 
¿Por qué había llegado Karim Khan cinco días antes de lo previsto? 
¿Sería para sorprenderla? 
Oyó que alguien se aclaraba la garganta a sus espaldas. 
–Supongo que es usted la señorita Calhoun –dijo una voz masculina 
a sus espaldas. 
Orla se giró bruscamente, salpicándolo todo de agua con la 
manguera. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
11 
Sintió calor en las mejillas y en el pecho. 
Enfrente de ella había un hombre muy alto con un hombro apoyado 
en la puerta del baño. A pesar de que su rostro estaba entre las sombras, lo 
reconoció de inmediato de las fotografías que había visto en Internet. 
Orla se cruzó de brazos para cubrirse el pecho, pero no pudo evitar 
sentirse humillada bajo su dura y fría mirada. 
¿En serio? No podía haber dado una peor imagen. ¿Y cómo era 
posible que el príncipe la hubiese encontrado allí? 
«Dervla, te voy a estrangular». 
–¿Señor… Khan? –preguntó, levantando la barbilla para intentar 
mostrar cierta dignidad a pesar de su aspecto–. No lo esperábamos hasta el 
viernes. ¿Y qué está haciendo en los establos? 
Iba vestido con unos pantalones vaqueros azules, un jersey de cuello 
redondo negro que se pegaba a su impresionantemente ancho pecho, y unas 
botas de piel también negras. Era muy moreno, con el pelo negro. A Orla 
le vino a la mente un malvado rey de un cuento que había leído de niña, un 
hombre cruel, frío y poderoso, pero también sorprendentemente guapo, 
para ser el villano de un libro infantil. Le había encantado aquel libro, lo 
había leído una y otra vez. Y en esos momentos se dio cuenta del motivo. 
–¿Qué estoy haciendo aquí? –le dijo él en tono sarcástico–. He 
venido a comprar su criadero, señorita Calhoun. Hoy. 
«¿Hoy?». 
Orla volvió a sentir pánico, pero entonces élavanzó hacia la luz y 
tomó una toalla que colgaba de una estaca de la pared. Y la mente se le 
quedó en blanco. 
«Es todavía más guapo que el rey del cuento», pensó. 
De repente, la vergüenza se convirtió en algo todavía más 
inquietante. 
Ya había sabido que Karim Khan era muy guapo. Había estudiado 
sus fotografías la noche anterior, lo había visto vestido de esmoquin, de 
traje, con el pelo perfectamente peinado, acompañado de modelos y 
actrices como si se tratasen de meros accesorios. 
Pero las fotografías no le hacían justicia. En persona y de cerca, y 
aunque no fuese vestido de manera tan elegante, era un hombre 
impresionante. El corazón de Orla dejó literalmente de latir mientras lo 
devoraba con la mirada, desde los sensuales labios, pasando por la fuerte 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
12 
mandíbula, las mejillas esculpidas y la nariz recta. Tenía una pequeña 
protuberancia en esta y una cicatriz encima del ojo izquierdo que 
estropeaban la perfecta simetría de su rostro, pero que solo conseguían que 
pareciese todavía más masculino y arrebatador. 
El calor de las mejillas se trasladó también a la sangre que corría por 
sus venas, a los pechos, que se le habían endurecido de repente. Orla cerró 
los brazos con fuerza para calmar un poco aquella sensación. Se sentía 
todavía más humillada que cuando se había encontrado a su prometido 
besándose con otra mujer en su fiesta de compromiso. Y eso que siempre 
había pensado que jamás viviría una situación peor. 
«Estabas equivocada». 
–Séquese –le dijo él, lanzándole la toalla. 
Orla la agarró con una mano y se obligó a respirar. Los ojos 
marrones claros del príncipe la miraron con impaciencia, cómo no. 
Se envolvió en la toalla mientras él la recorría con la mirada de arriba 
abajo, hasta llegar al charco de agua que se había formado a sus pies. 
–La veré en la casa dentro de quince minutos –añadió él, tratándola 
como si fuese una niña desobediente de diez años–. Necesito cerrar el trato 
hoy. 
A pesar de las dificultades de Orla para respirar, se sintió molesta. 
¿Quién pensaba aquel hombre que era para hablarle así? Porque 
fuese guapo y estuviese seco y completamente vestido no podía… 
Pero antes de que se le ocurriese una respuesta lo suficientemente 
indignada, antes de que se armase de valor para replicar, él se dio la media 
vuelta y se marchó por donde había llegado. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
13 
Capítulo 2 
 
 
 
 
 
SEÑOR Khan, siento haberle hecho esperar. ¿Le ha ofrecido Dervla 
algo de beber? 
Karim apartó la mirada de las verdes colinas que rodeaban la finca de 
los Calhoun y se giró hacia la muchacha a la que había visto veinte 
minutos antes en los establos. 
Se había puesto unos sencillos pantalones negros y una camisa 
blanca y tenía el pelo rojizo todavía húmedo. Al entrar en la luz del enorme 
salón, Karim se dio cuenta de que no iba maquillada. Todavía podría ver 
las pecas que cubrían su pálida piel, en las que ya se había fijado antes. 
Parecía muy joven y fresca, todavía más que cuando la había visto mojada. 
Apartó de su mente el recuerdo de sus tonificados muslos, de sus esbeltas 
piernas y de sus pechos túrgidos a través de la tela mojada del sujetador e 
intentó no sentir calor. 
Iba a necesitar una amante nueva, no podía reaccionar así ante una 
muchacha tan poco delicada. 
–No tengo tiempo para tomar nada –le respondió en tono 
impaciente–. Tengo una propuesta que hacerle, pero solo si la venta se 
realiza hoy. 
Era un buen plan, infalible y honesto. Karim no había tardado mucho 
tiempo en encontrar una solución mejor que dejar escapar aquel negocio, 
mejor que la que Dane le había sugerido esa misma mañana en Londres. 
Así que había pilotado el Puma él mismo para llegar allí lo antes posible y 
poner su plan en marcha. Solo había necesitado la advertencia de Dane 
para tomarle la delantera a su padre. 
También había querido ver la propiedad antes de realizar la oferta, 
pero, nada más entrar en los establos, había sabido que quería comprarlos, 
costase lo que costase, porque aquello era exactamente lo que había estado 
buscando. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
14 
–Lo comprendo, señor Khan, pero me temo que no voy a poder 
aceptar –le respondió ella–. El negocio está en liquidación, como ya sabe. 
Él asintió. 
–Pero todavía no se ha procedido a la subasta y, si he entendido bien, 
su hermana y usted han heredado la propiedad, ¿verdad? 
Había puesto a trabajar a su equipo de abogados mientras él 
sobrevolaba el mar de Irlanda, así que, en realidad, aquella era una 
pregunta retórica, pero la joven le sorprendió con una sorprendente 
franqueza. 
–Sí, pero también hemos heredado las deudas. La propiedad está 
hipotecada y ya no podemos hacer frente a los pagos de los intereses. 
Su hermana y ella se quedarían sin nada después de la venta, según 
los cálculos de Karim, porque su padre había hundido el negocio familiar 
con su adicción al juego, que había mantenido en secreto durante años. 
–Entiendo que quiera que bajemos el precio todavía más, pero ya es 
una buena oportunidad –continuó ella en tono orgulloso, que hizo que 
Karim pensase que tal vez no fuese tan joven como parecía. 
–No he venido aquí a regatear. He venido a ofrecerle la oportunidad 
de salir de esta sin deudas. 
–¿Cómo? –le preguntó ella en tono escéptico. 
Podía ser joven, pero no era inocente. 
–Saldaré todas sus deudas hoy, mediante una transferencia bancaria. 
Será una suma superior al valor del negocio, de unos cinco millones de 
euros más –le contestó él–. Así podrán venderme a mí la propiedad, 
inmediatamente después, por la cantidad de un euro, y los administradores 
podrán llevarse también su parte. 
Era un trato justo, que los favorecía a los dos. Ella y su hermana se 
librarían de las deudas de su padre y podrían comenzar una nueva vida. No 
tendrían casa, eso era cierto, pero dado que procedían de una buena 
familia, seguro que les salían oportunidades. Y era evidente que la chica 
era trabajadora, porque, si no, no se la habría encontrado así en el establo. 
Pero lo importante era que la propiedad no saldría a subasta y que su 
padre no tendría la oportunidad de pujar contra él. 
Ella lo miró con sorpresa. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
15 
–Entonces, ¿tenemos un trato? –le preguntó él, seguro de la 
respuesta. 
La joven tenía que saber que aquella era su única oportunidad para 
salir de la montaña de deudas en la que su padre le había dejado. 
–No –le contestó ella. 
–¿Perdone? –inquirió Karim, sorprendido por la testarudez de su 
expresión. 
–Yo… He dicho que no. No tenemos un trato. Tengo algo que 
pedirle. 
Él frunció el ceño. No podía estar hablando en serio. 
–Me parece que no lo ha entendido, señorita Calhoun. Esto no es una 
negociación. Es una oferta por tiempo limitado. Y, sin duda, la mejor 
oferta que va a recibir, con mucha diferencia. Si me marcho hoy de aquí 
sin ser el nuevo dueño de Calhoun, el negocio se subastará el sábado por 
mucho menos dinero del que yo le estoy ofreciendo. 
–Eso lo comprendo, pero usted necesita cerrar el trato hoy. Lo que 
significa que yo tengo cierto margen. ¿No quiere oír qué es lo que le quiero 
pedir? 
Estaba intentando parecer tranquila, pero tenía el escote colorado y 
eso hizo que Karim la recordase con menos ropa y toda mojada. Era una 
mujer enigmática en muchos aspectos… No habría imaginado 
encontrársela lavándose en el establo, sudada tras haber realizado un 
trabajo que tenía que haber estado haciendo un empleado. Lavándose con 
una manguera. Aunque, a juzgar por el estado de la casa: las alfombras 
desgastadas, los muebles viejos y la pintura desconchada, la familia 
Calhoun llevaba mucho tiempo con problemas económicos. ¿Cuántas 
personas seguirían trabajando allí? Él solo había visto a un hombre mayor 
llamado Gerry y al ama de llaves, también mayor, una tal Maeve, por el 
momento. 
–La escucho –le dijo él, sorprendiéndose a sí mismo conla decisión 
de oír al menos lo que la joven le quería decir. 
–Yo… quiero un trabajo. 
–¿Qué trabajo? –le preguntó él. 
Y entonces, sin saber por qué, recordó la ridícula sugerencia que 
Dane le había hecho unas horas antes. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
16 
«Solo tendrás que buscar a una mujer ambiciosa o lo suficientemente 
desesperada como para dejarse comprar». 
–Cualquier trabajo con el que pueda quedarme en la finca. Llevo 
cinco años ocupándome de todo. Conozco el mundo de las carreras y a los 
caballos, incluido todo lo que hay que saber de los que quedan aquí. 
Hizo una pausa y Karim vio tristeza y posiblemente vergüenza en su 
rostro. 
–Mi… mi padre dejó de trabajar con los caballos cuando mi madre 
falleció. Así que todos los éxitos de los últimos cinco años se deben al 
trabajo del equipo que he formado yo. Me gustaría tener la oportunidad de 
continuar trabajando aquí… 
Continuó hablando, dándole una lista de logros y éxitos, que podían 
ser ciertos o no, pero Karim ya solo la estaba escuchando a medias, 
mientras en su cabeza iba cobrando forma otra idea. 
Esa mañana, había desestimado la sugerencia de Dane de un falso 
matrimonio. Le había parecido demasiado excesiva y ridícula, pero los 
beneficios de mantener a su padre a raya y de llevar a una Calhoun 
agarrada del brazo cuando por fin entrase en el mundo de las carreras de 
caballos empezó a gustarle cada vez más. 
Además, aunque se trataba de todo lo opuesto a las mujeres que le 
gustaba tener en la cama, lo cierto era que se sentía atraído por ella. 
–¿Cuántos años tienes? –la interrumpió. 
–Veintidós. 
La respuesta lo alivió. No era una adolescente. 
Parecía joven e inexperta, pero a juzgar por cómo había reaccionado 
al verlo en los establos, no debía de ser del todo inocente. Mucho mejor. 
–Consideraré la idea de darle un puesto de trabajo aquí –le dijo–. Y 
pondré otro millón de euros más en el banco cuando se realice la venta. 
Pero, en estos momentos, tengo en mente otro puesto para usted. 
–Eso… Eso sería estupendo –le respondió ella, ruborizándose–. Sea 
cual sea el puesto, estoy segura de que podré desempeñarlo. Me adapto a 
las circunstancias. Sé que no me conoce, así que no me importará tener un 
periodo de prueba, siempre y cuando pueda seguir trabajando con nuestros 
caballos. 
Estaba desesperada por complacer, así que era perfecta. Salvo por… 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
17 
Karim estudió otra vez su cuerpo esbelto, la ropa masculina, la falta 
de maquillaje y el pelo salvaje que se le estaba empezando a rizar detrás de 
las orejas, y volvió a sentir aquella inexplicable atracción que ya lo había 
sorprendido en los establos. 
Aunque tal vez tuviese una sencilla explicación. Era guapa y su 
comportamiento torpe y candoroso la hacía muy distinta a las mujeres con 
las que él solía salir. La novedad se pasaría pronto, lo mismo que el 
inexplicable deseo que sentía por ella. Además, él se ocuparía de buscar 
una amante nueva en cuanto volviese a Londres. Con otra mujer en su 
cama, la atracción que sentía por aquella no tardaría en apagarse. 
–¿Qué puesto tiene en mente para mí, señor Khan? –le preguntó ella 
por fin. 
–Quiero que se convierta en mi prometida, señorita Calhoun. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
18 
Capítulo 3 
 
 
 
 
 
QUÉ HA dicho? –balbució Orla, sintiendo un intenso calor en el 
torso. 
¿Le acababa de pedir que se casase con él? No, no podía ser. Debía 
de haber tenido una alucinación. 
–He dicho que quiero que se convierta en mi prometida –le repitió él. 
Pero Orla siguió pensando que aquello no tenía sentido. 
¿Habría entrado en coma? ¿O estaría soñando? Tal vez no se hubiese 
despertado esa mañana, no hubiese pasado una hora galopando con Aderyn 
y cinco horas más limpiando los establos. Tal vez siguiese en el piso de 
arriba, en la cama, durmiendo y soñando con las imágenes que había 
encontrado de aquel hombre en Internet. 
–Yo… yo… –continuó, deseando poder pellizcarse para despertar–. 
¿Quiere casarse conmigo? ¡Pero si no me conoce! Ni siquiera hemos 
tenido una cita. 
«Ni nos hemos besado», pensó, porque en esos momentos parecía no 
poder pensar en otra cosa. 
Él arqueó las cejas y esbozó una sonrisa sarcástica. Y la miró de tal 
manera que Orla sintió calor por todo el cuerpo, sintió que se le aceleraba 
el pulso. 
–No deseo casarme con usted –le respondió él–. Ni tener una cita. 
Ella se sintió humillada. 
–Será un falso compromiso –continuó el príncipe–. Para el que 
firmaremos un contrato. Usted accederá a ir de mi brazo, y a actuar como 
si fuese mi futura y enamorada esposa en cualquier evento al que yo tenga 
que asistir, para que dé la impresión de que tenemos una relación real. 
Tendremos que aparecer juntos ante la prensa, y en las carreras, donde yo 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
19 
utilizaré sus contactos para abrirme paso en ese mundo… «¿Contactos? 
¿Qué contactos?». 
Orla no tenía contactos en el mundo de las carreras de caballos. 
Siempre se había dejado la piel trabajando entre bastidores, manteniendo la 
ficción de que el gran Michael Calhoun seguía conservando el legado de 
los Calhoun, mucho después de que este se hubiese hundido en la tristeza y 
en su adicción. Ella había trabajado codo con codo con los jinetes, con los 
entrenadores y con los directores de otros criaderos, pero no conocía a las 
personas más influyentes del negocio. Solo a los Quinn, los dueños del 
criadero vecino, que habían dejado de hablarle después de que se cancelase 
el compromiso con su hijo Patrick. 
A ella le había gustado permanecer en el anonimato y realizar el 
trabajo que le encantaba, con los caballos. La parte social nunca le había 
interesado y, además, no se le había dado bien. Patrick se lo había dicho 
muy claramente. 
Se mordió el labio inferior, sabiendo que no podía contarle la verdad 
a Karim Khan sin arriesgarse a que este retirase su extraña oferta. Oferta 
que ella estaba considerando porque estaba desesperada. 
–Cuando todo el mundo esté convencido de que el compromiso es 
real – continuó él sin rastro de emoción–, podrás hacer tu vida, siempre y 
cuando lo hagas con discreción. 
–¿Y cuánto tiempo sería? –le preguntó ella–. ¿Durante cuánto tiempo 
tendríamos que fingir que estamos enamorados? 
Él la miró y apretó la mandíbula al oírla hablar de amor. 
–Hasta que yo ya no necesite tener una prometida… –le respondió en 
tono sumamente arrogante. 
Por supuesto, las condiciones del acuerdo las pondría él. 
–Pero ¿para qué necesita una prometida? –le preguntó ella por 
curiosidad. 
¿Para qué necesitaba un hombre como él llegar a un acuerdo así? 
Orla entendía que el príncipe quisiese sentirse aceptado en el mundo de las 
carreras, pero lo cierto era que iba a conseguirlo comprando el criadero, no 
la necesitaba a ella. Ni aunque hubiese tenido esos contactos que él 
pensaba que tenía. El dinero era más importante que las herencias en aquel 
mundo, como en cualquier otro deporte. Y un hombre así podía tener a su 
lado a cualquier mujer que quisiera. ¿Por qué iba a pagarle a ella para que 
fingiese que estaba enamorada de él? Era una locura. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
20 
–Un falso compromiso, ¿no? –quiso aclarar Orla. 
–Voy a pagarle un millón de euros por hacer un trabajo, señorita 
Calhoun, precisamente para no tener que dar explicaciones. ¿Lo acepta o 
no? 
Ella pensó que debía decirle que no. No quería ser su falsa 
prometida. No podía comprarla. Además, no se le daría bien hacer ese 
papel. No obstante, no consiguió decirle que no, a pesar de saber que no 
estaba soñando, que aquello era real. 
–¿Y nos podríamos quedar Dervla y yo con la casa? ¿Si no nos 
quedásemos con el dinero? –preguntó. 
Aquel siempre había sido su hogar. Ella no necesitaba un millón de 
euros, solo necesitaba una oportunidad. 
Él miró a su alrededor, fijándose probablemente en la alfombra vieja, 
en los pocos mueblesque quedaban, que estaban demasiado viejos para 
venderlos, en la humedad que había en un rincón y en las manchas del 
papel de la pared, de los cuadros que habían tenido que vender mucho 
tiempo atrás para pagar las deudas de juego de su padre. 
Michael Calhoun había necesitado escapar del dolor provocado por 
la pérdida del amor de su vida, la madre de Orla. Por desgracia, esa válvula 
de escape había ido desgastándolo hasta dejar de él solo la sombra del 
hombre que había sido. Y la casa reflejaba eso. 
–Se puede quedar con la propiedad si lo desea, yo no la necesito, 
pero le exigiré que esté a mi disposición, que viaje para acompañarme a los 
actos que ya le he comentado. 
Ella sintió que se le encogía el estómago. Se dijo que aquello era solo 
un acuerdo comercial. No iba a implicarse emocionalmente. Aquel hombre 
no la quería a ella, solo quería su apellido, su herencia y, por algún motivo 
que ella desconocía, necesitaba una prometida. 
Se dijo que aquella era su oportunidad para conservar la casa 
familiar, para darle a su hermana un lugar en el que vivir mientras 
estudiaba. Porque Dervla podía ir y venir a Dublín todos los días desde allí. 
Por supuesto, si Khan se daba cuenta de que ella era una disléxica social y 
que era virgen, tal vez retirase la oferta. Pero ¿cómo iba a comportarse 
como una mujer enamorada cuando jamás había tenido un amante, mucho 
menos un hombre como aquel? 
No obstante, le respondió: 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
21 
–¿Cuándo quiere que empiece? 
Él sonrió. 
–Volverá conmigo a Londres esta noche y firmaremos el contrato 
mañana por la mañana, a primera hora. 
«Tan pronto». 
–Tengo que asistir a la fiesta que se celebra en el hotel The 
Chesterton mañana por la noche –continuó él–. Podemos anunciar nuestro 
compromiso y la venta del criadero al mismo tiempo. 
Ella parpadeó y tragó saliva para intentar contener el pánico. 
Por supuesto. A la fiesta del día siguiente asistirían todas las 
personas importantes del mundo de las carreras. Era el principal evento 
social que marcaba la mitad del calendario hípico en Europa. 
Ella solo había asistido en una ocasión anteriormente, con Patrick y 
con su padre, cinco años antes, y lo había odiado. Se había sentido 
expuesta e incómoda. ¿Podía sentirse peor presentándose allí como la 
prometida de Karim Khan? Sintió pánico, pero se obligó a respirar hondo. 
Una vez firmado el contrato, ya no podría cambiar de opinión. ¿O sí? 
Tendría que improvisar. Y cruzar los dedos para que el príncipe no se 
diese cuenta antes del día siguiente por la noche de que no era la persona 
adecuada para el papel que debía desempeñar. 
–Entonces, ¿trato hecho, señorita Calhoun? –le preguntó él en tono 
arrogante y autoritario, provocando con su mirada dorada que se le 
acelerase de nuevo el corazón–. Por cierto, ¿cómo se llama? 
La pregunta le pareció tan incongruente que estuvo a punto de 
echarse a reír. Aquel hombre le acababa de pedir que fingiese estar 
enamorada de él y ni siquiera sabía su nombre. 
–Orla –le respondió, sintiéndose como si acabase de montar a lomos 
de un enorme semental salvaje por primera vez, aterrada y eufórica al 
mismo tiempo. 
Dervla y ella conservarían la casa y ella podría continuar trabajando 
con los caballos. Lo único que tenía que hacer era mantenerse fuerte 
durante las siguientes semanas y meses, porque seguro que el príncipe no 
la querría mucho tiempo más, y confiar en que no se iba a romper el cuello, 
metafóricamente hablando. 
–Entonces, Orla, ¿qué me dices? –insistió él sin esforzarse en ocultar 
su impaciencia. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
22 
–Sí –le contestó con una firmeza y determinación que no sentía en 
realidad–. Trato hecho, señor Khan. 
–Llámame Karim –le dijo él, aunque sonó más a orden que a 
petición. 
El príncipe se sacó el teléfono del bolsillo y ella se dio cuenta de que 
ya no la necesitaba más. 
–Tienes media hora para hacer las maletas. No olvides el pasaporte –
le dijo con la vista clavada en la pantalla–. Haremos los papeles de la venta 
y el contrato relativo a nuestro compromiso cuando lleguemos a Londres. 
Volvió a mirarla a la cara. 
–Me gustaría echar otro vistazo a las caballerizas, así que nos 
veremos junto al Puma a las dos menos cuarto –añadió–. No me hagas 
esperar otra vez. 
Unos segundos después, sus pasos se perdían por el pasillo. 
Orla se quedó inmóvil en medio de la habitación y se abrazó con 
fuerza por la cintura, asustada. Se acercó a la ventana y miró las tierras que 
siempre habían sido su casa. El único lugar en el que se sentía segura, 
completa e importante. 
Lo que acababa de hacer era una locura. Aquel hombre tan arrogante, 
autoritario y abrumador ni siquiera le había contado para qué necesitaba 
una falsa prometida. Ni por qué se le había ocurrido elegirla a ella. 
Karim Khan, príncipe de Zafar, tenía todo el poder en aquella 
situación. 
Ella no estaba en posición de decidir y no quería arrepentirse de 
haber hecho un pacto con el diablo. Lo había hecho por Dervla, por los 
caballos y por su casa. 
Esa mañana, al despertar, no habría podido soñar con tener un futuro 
sin deudas y la oportunidad de continuar viviendo en el lugar que pensaba 
haber perdido. La vida había sido muy dura desde que su padre había 
fallecido en un accidente de coche un año antes, bueno, en realidad, desde 
hacía cinco años, cuando su madre había fallecido trágicamente mientras 
montaba a caballo. 
Su hermana y ella se merecían esa oportunidad. 
Lo único que tenía que hacer era encontrar el modo de demostrarle a 
todo el mundo que tenía lo que hacía falta para conquistar a un príncipe, a 
pesar de saber que no era verdad. Ni mucho menos. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
23 
Se dijo que aquello sería una aventura. 
Entonces, vio por la ventana al hombre alto e indomable al que iba a 
estar unida durante los siguientes meses y se le hizo un nudo en el 
estómago y sintió calor. 
Si ni siquiera había logrado convencer a Patrick de que podía ser una 
buena esposa, ¿cómo iba a fingir que estaba con un hombre cuya mera 
presencia le cortaba la respiración? Un hombre del que, además, no sabía 
casi nada, y lo que sabía le resultaba intimidante. 
«Orla Calhoun, ¿se puede saber qué es lo que acabas de hacer?». 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
24 
Capítulo 4 
 
 
 
 
 
SEÑORITA Calhoun, debe despertarse. El señor Khan desea verla. 
Orla parpadeó, despertando de un vívido sueño, y se encontró delante 
a una mujer que le sonreía. Se incorporó, notó las caras sábanas de algodón 
que la envolvían y se dio cuenta de que brillaba el sol. 
–Hola –dijo, siendo consciente de dónde estaba y de la decisión que 
había tomado el día anterior. 
Tras llegar a un acuerdo con Karim Khan, le había pedido a Dervla 
que se ocupase de los caballos mientras llegase el equipo contratado por él. 
Después, se habían subido al helicóptero y habían sobrevolado el mar de 
Irlanda, la campiña inglesa y los tejados de Londres antes de aterrizar en el 
helipuerto que había en el tejado de la mansión que Karim Khan tenía en 
Belgravia. 
Este casi no le había dirigido la palabra durante el viaje. Se había 
limitado a pilotar el helicóptero y a hablar con sus subordinados a través de 
los auriculares. Una vez en su casa, a Orla la habían llevado a su habitación 
y le habían servido la cena allí, después, se había metido en la cama y… 
–¿Es usted la señora Williams? –preguntó, intentando recordar el 
nombre de la mujer de la noche anterior. 
Era el ama de llaves de Khan, de eso estaba segura, aunque no se 
acordaba de mucho más, ya que le habían presentado a unas veinte 
personas antes de que llegase por fin a su habitación. 
Había soñado con él, con su intensa mirada. 
–Llámeme Edith, querida –le dijo la mujer mientras dejaba una 
bandeja con el desayuno junto a la ventana–. El señor Khan ha contratado a 
una estilista para que le compre ropa nueva,pero, mientras tanto, he hecho 
que laven y planchen la que traía anoche para la reunión de esta mañana. 
El ama de llaves sonrió. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
25 
–Espero que no le importe, pero no he encontrado ninguna otra cosa 
que me pareciese adecuada en su maleta. 
–Perfecto –le respondió Orla, recordando la humillante conversación 
que había mantenido con Khan antes de subirse al helicóptero en Kildare. 
–¿Traes ropa adecuada? –le había preguntado él. 
–No me has dado mucho tiempo para hacer la maleta –le había dicho 
ella, sin querer admitir que no tenía nada adecuado para el tipo de 
reuniones sociales a las que asistía él. 
Hacía años que no tenía dinero para comprarse ropa. Además, 
siempre llevaba botas, vaqueros y camisas para trabajar con los caballos. 
Así que lo que llevaba puesto era lo mejor que tenía. 
Él había asentido. Fin de la conversación. Y, evidentemente, había 
dado por hecho que no tenía ropa adecuada y que se la iba a comprar él. 
Orla intentó no sentirse todavía más humillada mientras salía de la 
cama y se ponía la bata de seda que Edith le había dejado a los pies. 
–Ya ha llegado el abogado para cerrar la venta –le dijo la otra mujer, 
sonriéndole de manera cariñosa y sencilla–. El señor Khan quiere verla lo 
antes posible en el piso de abajo. Está todavía más impaciente de lo 
habitual. Deben de estar ustedes muy enamorados. 
–Sí –murmuró Orla, intentando no ruborizarse. 
Así que el príncipe no había contado la verdad a sus empleados. 
–Por cierto, llámame Orla, por favor –añadió, acostumbrada a que los 
empleados de su familia la llamasen por su nombre. 
–Oh, no puedo hacer eso, señorita Calhoun. Al señor Khan no le 
parecería bien –le respondió el ama de llaves–. Al fin y al cabo, va a 
convertirse usted en la princesa de Zafar. 
Orla pensó que aquello era surrealista. 
–Tengo que marcharme –le dijo la mujer–. ¿Quiere que le mande a 
alguien para ayudarla a vestirse? 
–No, gracias, estoy bien –le respondió Orla. 
–¿Le puedo decir al príncipe que estará abajo en media hora? –le 
preguntó Edith. 
–Sí, por supuesto –le dijo Orla, aunque lo último que le apetecía era 
volver a verlo. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
26 
En cualquier caso, no tenía sentido posponer la reunión. 
Edith le sonrió antes de dejarla sola en la habitación. 
Ella se olvidó del desayuno y entró en el baño. Tenía un nudo en el 
estómago y no podía ni pensar en comer semejante despliegue de fruta 
fresca, bollos, pasteles, huevos y beicon que había sobre la mesa. 
 
Veinte minutos después, Orla bajó las escaleras y se encontró con un 
mayordomo que la llevó hasta el despacho de Khan. Una habitación grande 
y bonita, con vistas a los extensos jardines que rodeaban la mansión. 
El corazón se le desbocó al ver su poderosa silueta frente a la 
ventana. Iba vestido con unos pantalones de vestir grises oscuros y una 
camisa blanca remangada hasta los codos, dejando al descubierto la 
bronceada piel de los brazos. Su aspecto era exactamente el de lo que era: 
un príncipe mujeriego, rico, poderoso y muy seguro de sí mismo. 
«Corrección: un príncipe mujeriego, rico, poderoso, muy seguro de sí 
mismo y muy, muy sexy». 
–Orla, por fin –le dijo él. 
Y a ella se le aceleró el pulso todavía más al oírlo pronunciar su 
nombre y ver que atravesaba la habitación para saludarla, pero cuando 
tomó su mano y le rozó los nudillos con los labios, pensó que se iba a 
desmayar. 
Entonces, Orla se dio cuenta de que había otro hombre en el 
despacho. 
La farsa había comenzado y ella ya lo estaba haciendo mal. 
Aunque él había dejado de fruncir el ceño y la miraba más bien con 
algo parecido a escepticismo. 
«Actúa con naturalidad, se supone que sois amantes, idiota». 
–Te presento a Phillip Carstairs, el jefe de mi equipo de abogados, 
que ha traído unos documentos para que los firmes, Orla –añadió él. 
–Señorita Calhoun –la saludó el otro hombre con una sonrisa–. Me 
alegro mucho de conocerla por fin. Karim ya me ha contado que han tenido 
un flechazo. Mi mujer se va a quedar de piedra cuando se lo cuente –le dijo 
el abogado mientras le tendía la mano. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
27 
–Gracias, señor Carstairs –le respondió ella, tomando su mano e 
intentando parecer contenta, mientras se preguntaba qué le habría contado 
Khan a su abogado. 
–Sí, ha ocurrido todo muy deprisa –comentó, mirando con devoción 
al hombre que tenía al lado. 
Eso no le costó ningún esfuerzo. 
–¿Quieres que Phillip te lea el contrato de compraventa del criadero 
antes de firmarlo, Orla? –le preguntó él. 
–¿Es tal y como hablamos? –preguntó ella. 
–Por supuesto. 
–En ese caso, puedo firmarlo directamente –le dijo. 
Aunque pareciese extraño, confiaba en él. La naturaleza superficial 
de su relación le hacía pensar que el príncipe la veía como a otro de sus 
empleados. No había puesto pegas a ninguna de sus exigencias y, de 
hecho, había sido mucho más generoso de lo necesario. Era evidente que el 
dinero no era un problema para él. Y Orla tenía que ver aquella situación 
como un trabajo. Nada más. Un trabajo que quería hacer bien, ya que no 
podía arriesgarse a que el príncipe cambiase de opinión. 
Se dio cuenta de que su respuesta lo había complacido porque las 
arrugas que se habían formado en su frente al ver su reacción cuando le 
había tomado la mano habían desaparecido por completo. 
–Excelente. 
–Haremos llegar el contrato también a su hermana, a Kildare, para 
que lo firme. Aunque entiendo que también está de acuerdo con los 
términos, ¿verdad? –comentó Carstairs mientras le tendía un bolígrafo 
dorado. 
–Sí, así es –le respondió Orla. 
Dervla se había puesto muy contenta al saber que podrían quedarse 
en casa y sin deudas que saldar. 
Orla firmó con seguridad y pensó que las monjas que la habían 
educado se habrían sentido muy orgullosas de ella. 
Renunciar a su herencia no le resultó tan difícil como había 
imaginado. El criadero no era más que un negocio. Ella amaba a los 
caballos, a su hermana y a su casa. Y se sintió liberada al saber que se iba a 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
28 
librar de las deudas que llevaban acuciándolas durante tanto tiempo. 
Entonces, Carstairs le puso otro documento delante. 
–¿Quiere leerlo, señorita Calhoun? –le preguntó el abogado–. Es la 
traducción del documento redactado en zafarí tradicional del contrato de 
compromiso. Me temo que es un requisito legal en el país natal del señor 
Khan, para asegurar que se cumplen las tradiciones culturales y que se 
respetan y protegen los intereses económicos de Zafar. 
Orla asintió, hojeó el documento y empezó a ver borroso de repente. 
No necesitaba leerlo porque no iba a casarse con el príncipe. 
–Estupendo –dijo por fin. 
Khan apoyó la mano en la curva de su espalda y se la frotó 
distraídamente mientras firmaba el original primero. Luego le dio el 
bolígrafo, todavía caliente de sus dedos, y Carstairs le fue señalando los 
lugares en los que debía firmar. Orla sintió la mirada de Khan posada en 
ella, y su mano en la espalda como un peso muy pesado y controlador. 
Dudó que fuese consciente de lo que estaba haciendo, ya que la caricia era 
indiferente e impersonal, todo lo contrario que la sensación que estaba 
recorriendo su cuerpo. 
Así que firmó lo más rápidamente posible. Necesitaba terminar con 
aquello antes de que perdiese los nervios o, lo que era peor, hiciese algo 
que delatase no solo su falta de intimidad con Khan, sino su falta de 
costumbre de que un hombre la tocase. 
Con Patrick se había besado, por supuesto, pero entonces había sido 
solo una niña, ingenua y ansiosa, protegida y completamente inexperta. Y 
Patrick, que había tenido mucha más experiencia que ella, también había 
sido solo un muchacho, no un hombre como Khan, que conseguía que le 
ardiese la sangre en las venas con solo acariciarle la espalda. 
Por fin terminaron con el papeleo. 
Entonces, el abogado se echó a reír y murmuró: 
–Tal vez deberías besar a tu prometida,Karim. 
–Sí –le respondió este. 
Orla intentó controlar los temblores, por miedo a que el príncipe se 
diese cuenta, mientras él la hacía girar entre sus brazos y apoyaba las 
manos en sus caderas. La miró fijamente, con curiosidad. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
29 
¿Se habría dado cuenta de lo inexperta que era y de lo mucho que la 
afectaba su presencia? Orla esperó que no, aterrada por la idea de que 
cancelase el compromiso nada más empezar. 
Él llevó una mano a su cuello y Orla notó que las tenía ásperas, cosa 
que la sorprendió. Le acarició suavemente el hueco de la clavícula y la 
miró, hipnotizándola con sus ojos marrones salpicados de motas doradas. 
Luego inclinó la cabeza lentamente, dándole tiempo a Orla a oler la pasta 
de dientes en su aliento. Su dedo pulgar dejó de moverse y la presionó 
suavemente, atrapando los desesperados latidos de su pulso. 
De repente, Orla vio a uno de los mozos de cuadra de Calhoun 
acariciando a Cliona, una de las yeguas, para tranquilizarla antes de que 
Aderyn la montase. La idea la hizo estremecerse. 
Se puso rígida. Khan tuvo que sentirlo. 
Este la agarró con firmeza, pero con suavidad por la cadera y le 
susurró en voz muy baja. 
–Shh, Orla. Respira. 
Y por fin apoyó los labios en los suyos, con firmeza y autoridad. 
Ella sintió que una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo, sintió 
tal deseo que se olvidó de todo, salvo del olor, del sabor y de las caricias de 
sus labios. Notó su sólido pecho apoyado contra los de ella mientras la 
abrazaba. 
Apoyó las manos en su delgada cintura y se agarró a los pantalones 
grises como a un salvavidas mientras la fuerte sensación la sacudía por 
completo, mientras el corazón se le salía del pecho y se le bajaba al 
abdomen, latiendo con fuerza entre sus muslos. 
Notó la punta de su lengua entre los labios, pidiéndole permiso para 
entrar, y ella los separó de manera instintiva. Él dejó escapar un gemido 
triunfante a la vez que ella sollozaba en señal de rendición y se derretía 
contra su cuerpo. 
Sus lenguas se entrelazaron y Orla sintió que no podía desearlo más, 
supo que, fuese lo que fuese lo que quería de él, lo quería en ese momento. 
Él se apartó y la miró a los ojos. Le acarició las mejillas y le hizo 
levantar el rostro. Orla vio sorpresa en sus ojos mientras la estudiaba con la 
mirada, pero supo que lo que sentía no era comparable a la sensación que 
había sacudido su cuerpo. Tenía la respiración tan acelerada que pensó que 
los pulmones se le iban a salir del pecho. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
30 
Oyó que el abogado se aclaraba la garganta a sus espaldas y ambos 
se giraron hacia él. 
–Enhorabuena a los dos –comentó Phillip Carstairs sonriendo–. 
Deberíais empezar a planear la boda cuanto antes. 
Orla se ruborizó. 
Khan le soltó el rostro por fin y se giró hacia su abogado. 
–Gracias, Phil, ahora, tal vez te gustaría marcharte, para que mi 
prometida y yo podamos tener algo de intimidad. 
Carstairs recogió los papeles que Orla acababa de firmar y se 
despidió de ellos con una reverencia. 
–Que disfrutes de tu compromiso, Karim, aunque ya veo que vas a 
hacerlo. Haré que el contrato pase por el Consejo Rector de Zafar para que 
este informe a tu padre de la buena nueva. 
Orla sintió que Karim se ponía tenso a sus espaldas, antes de que 
Carstairs se despidiese por fin y se marchase. 
La puerta se cerró tras de él. 
–Yo también debería marcharme –murmuró Orla, demasiado 
consciente del rubor de sus mejillas y de la sensación de humedad entre los 
muslos. 
Por suerte, Khan parecía estar muy lejos de allí. Su expresión era 
tensa, de fastidio. 
Orla no sabía qué había causado su disgusto, pero antes de que le 
diese tiempo a escapar, él la agarró por la muñeca. 
–No tan pronto –le dijo–. Ese beso ha sido algo inesperado. 
–Yo… solo he intentado actuar de manera convincente –le dijo ella, 
sin lograr tan siquiera convencerse a sí misma de su mentira. 
Vio en los ojos de Khan que tampoco lo había convencido a él, ya 
que arqueó las cejas y la miró con intensidad. 
–Pues has hecho un trabajo excelente –añadió en tono burlón. 
Ella intentó apartar la mirada, pero él le puso un dedo debajo de la 
barbilla para obligarla a mirarlo. 
–Dime solo una cosa… ¿eres virgen? –le preguntó. 
Orla abrió mucho los ojos. ¿Cómo se había dado cuenta? 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
31 
–Porque, si lo eres –continuó él–, vamos a tener que anular nuestro 
trato. 
–No soy virgen –mintió ella, sacudiendo enérgicamente la cabeza–. 
He tenido varios amantes. Muchos. Yo… estuve prometida hace cinco 
años. 
No podía perder aquel acuerdo, quería quedarse en su casa, sin 
deudas, quería continuar trabajando con los caballos a los que adoraba, 
aunque todos aquellos motivos le parecieron superficiales e insignificantes 
en comparación con el deseo que sentía por él. 
–¿De verdad piensas que te habría besado así si lo fuera? –le 
preguntó. 
En el pasado había mentido fatal, pero durante los últimos cinco años 
había practicado bastante para convencer a todo el mundo de que su 
negocio no estaba luchando por mantenerse a flote. Y utilizó toda esa 
experiencia para convencer a Khan. 
Este continuó mirándola, sin intentar disimular el deseo que sentía 
por ella. 
–No, supongo que no –le respondió por fin. 
Sacudió la cabeza con suavidad, como intentando atar algún cabo 
suelto, y después le soltó la muñeca. 
Se metió las manos en los bolsillos de los pantalones y siguió 
mirándola. 
Ella se cruzó de brazos, sintiéndose expuesta y tímida, pero 
obligándose a no ser la primera que rompiese el contacto visual. Si quería 
convencerlo de que no era virgen, tenía que mostrarse fuerte, aunque sus 
hormonas siguiesen revolucionadas. Porque no se había sentido más 
insegura e inestable en toda su vida. 
No sabía qué le había ocurrido exactamente. Tal vez no tuviese 
mucha experiencia, pero nunca se había sentido así con un beso de Patrick. 
¿Cómo se le había podido olvidar quién era aquel hombre y que su 
acuerdo era solo una farsa? En cuanto sus labios la habían tocado, incluso 
antes, en cuanto la había mirado a los ojos, había tenido la sensación de 
que su cuerpo ya no le pertenecía, sino que era de él. 
Orla pensó que no podía permitir que aquello volviese a ocurrir, o 
perdería aquel acuerdo y se perdería ella también. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
32 
Aquello era solo un medio para lograr su objetivo para él. Un 
objetivo que Orla no sabía cuál era, pero por el que le pagaban. Le pagaban 
para que fuese su falsa prometida, hasta que él ya no necesitase sus 
servicios. 
Lo vio pasarse los dedos por el pelo, despeinándose. Y, por fin, 
asentir. 
–Te veré esta noche, a las siete –le dijo. 
Ella suspiró al darse cuenta de que se había creído la mentira. 
–Repasaremos la historia que he inventado para explicar nuestra 
relación de camino a la fiesta –añadió–. Para que no vuelvas a dudar. 
Era una reprimenda, pero a Orla no le importó. Asintió y se marchó. 
Corrió escaleras arriba hasta su habitación, pensando que no sabía si 
le preocupaba más que Khan pudiese anular su acuerdo, dejándolas a su 
hermana y a ella sin un techo bajo el que vivir, o la inexplicable reacción 
de su cuerpo ante un beso. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
33 
Capítulo 5 
 
 
 
 
 
ALTEZA, su prometida lo está esperando en el vestíbulo. 
Karim levantó la vista y vio a Muhammed, su mayordomo, en la 
puerta del despacho. 
«Su prometida». 
Las palabras retumbaron en su cabeza y, por desgracia, también en su 
bragueta, al recordar el beso que habían compartido esa mañana. Un beso 
que debía haber sido tan falso como todo lo relativo a aquel acuerdo. No 
obstante, la respuesta de Orla lo había sorprendido, aunque no tanto como 
la suya propia. El fresco dulzor de sus labios, oírla sollozar, el temblor de 
su cuerpo pegado al de él, sus dedos aferrándose a su camisa como si su 
vida dependiesede ello. Todo aquello junto había avivado una llama que 
había ido encendiéndose entre sus piernas desde el día anterior. 
Y eso era un problema. 
Había escogido a aquella mujer precisamente porque había esperado 
que el deseo se apagase muy pronto, pero se había equivocado. Porque, 
tras probarla, no había podido olvidar el efecto que había tenido en él. Ni el 
hecho de que deseaba más. Y eso le iba a causar complicaciones. 
Menos mal que no era tan inexperta como se había temido al 
principio. Desde que se habían besado, Karim había estado dándole vueltas 
al problema, y había decidido que tal vez debiesen cambiar los términos 
del contrato. En cualquier caso, necesitaba estar completamente seguro de 
que aquella atracción no se le iba de las manos. 
–Dile que llegaré en un momento –le contestó antes de guardarse el 
teléfono en el bolsillo del esmoquin. 
El evento de esa noche sería largo y aburrido. Los contactos de Orla 
le vendrían bien para entrar en aquel mundo. Además, sería una buena 
oportunidad para evaluar la volatilidad de sus reacciones ante aquella 
mujer. –Sí, Alteza –le respondió el mayordomo–. Y me gustaría volver a 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
34 
felicitarlo por su compromiso. Su prometida es encantadora. No tenía ni 
idea de que Michael Calhoun tuviese una hija tan bella. No me extraña que 
la tuviese escondida. 
Karim frunció el ceño y el mayordomo se inclinó ante él y 
desapareció. A pesar de que Orla parecía haberlo hechizado, no era 
precisamente una belleza. ¿O sí? ¿Y qué significaba eso de que su padre la 
había tenido escondida? Karim nunca había ido a las carreras y se preguntó 
si no debía haberse informado mejor antes de llevar a cabo aquella 
transacción. Lo cierto era que no solía tomar decisiones de manera tan 
repentina. Dicho eso, siempre se dejaba llevar por su instinto cuando surgía 
una oportunidad, y las circunstancias de Orla le habían parecido perfectas 
para lo que él tenía en mente. 
Se volvió a abrochar la chaqueta del esmoquin y vio, encima del 
escritorio, la caja de terciopelo con el anillo que le habían llevado esa 
mañana. La tomó y se quedó mirándola. El anillo lo había elegido una 
estilista. Se la metió en el bolsillo sin abrirla, tras dudarlo un instante. Al 
fin y al cabo, le daba igual cómo fuese el anillo, siempre y cuando le 
sirviese a Orla. 
Salió del despacho, atravesó el pasillo que conducía a la entrada 
principal y se quedó de piedra al verla de espaldas. Llevaba un vestido 
plateado, con un gran escote en la espalda, que brillaba bajo la luz de la 
lámpara de araña y le sentaba como un guante. Le habían recogido las 
ondas rojizas del pelo con horquillas salpicadas de diamantes que también 
brillaban bajo la luz. El moño era muy elegante, pero, al mismo tiempo, los 
mechones que caían sobre su nuca le hicieron pensar en la pasión con la 
que Orla le había devuelto el beso. 
De repente, Karim se quedó sin respiración, la deseó tanto que todo 
su cuerpo se puso tenso. Se metió las manos en los bolsillos para contener 
el impulso de bajarle los delicados tirantes del vestido y apoyar los labios 
en la curva de su cuello, y se quedó un momento allí. 
–Orla –murmuró. 
Y ella se giró. 
–¿Qué te has puesto? –inquirió sin poder evitarlo. 
Devoró con la mirada sus pechos, que se intuían a través del tentador 
escote del vestido. No llevaba sujetador. 
–No… ¿No te gusta? –le preguntó ella, abrazándose por la cintura, 
usando sus brazos como escudo ante sus ojos. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
35 
Él apartó la mirada de sus pechos y se dio cuenta de que se había 
ruborizado. Le habían maquillado los ojos en un tono ahumado y le habían 
puesto algo brillante en los labios que hacía que desease todavía más 
volverlos a besar. 
Pero, debajo del maquillaje, Karim se dio cuenta de que había 
vergüenza y deseo en su expresión. 
Se obligó a avanzar hacia ella, intentando controlar lo que sentía por 
el camino. Había visto a otras mujeres con vestidos con mucha menos tela 
en las fiestas a las que acudía y nunca le había parecido mal. 
¿Tendría aquello algo que ver con el hecho de que Orla fuese su 
prometida? Eso era una locura, porque el compromiso no era real. Y, 
aunque lo hubiese sido, él nunca había sido celoso. 
En realidad, el vestido no tenía nada malo, intentó convencerse. 
Estaba seguro de que estaba a la moda y de que había costado una fortuna. 
De hecho, cumplía el objetivo que él mismo le había pedido a la estilista: 
que realzase todas las virtudes de Orla. Por desgracia, no se había dado 
cuenta hasta entonces de que tenía tantas virtudes, ni de que no quería que 
nadie más disfrutase de ellas. 
–Está bien, Orla, el vestido está bien –consiguió responderle a pesar 
de que tenía un nudo en la garganta. 
«Demasiado bien». 
Le tocó el codo y ella se estremeció, recordándole la reacción que 
había tenido cuando la había tocado por primera vez esa mañana. 
Karim tuvo que contenerse de nuevo para no bajar los labios hacia la 
deliciosa curva de su cuello. 
–¿Estás seguro de que está bien el vestido, señor Khan? –le preguntó 
ella–. Si no te gusta, tal vez la estilista tenga otro… 
La vio morderse el labio inferior y se preguntó si realmente tenía la 
experiencia que la había asegurado tener el día anterior. No sabía por qué, 
pero su ingenuidad hacía que lo atrajese todavía más. 
–Me gusta –le repitió él–. Y, además, no te da tiempo a cambiarte. Y 
deja de llamarme señor Khan, me llamo Karim, Orla. 
La agarró del codo y salieron de la casa. Se dirigieron al coche que 
los estaba esperando y Karim deseó que aquella noche terminase cuanto 
antes porque necesitaba pensar. No iba a tomar más decisiones precipitadas 
en lo relativo a aquella mujer. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
36 
No sabía cuándo había sido la última vez que una mujer le había 
afectado de aquella manera. 
Abrió la puerta del descapotable que había decidido conducir él 
mismo esa noche y, mientras Orla subía a él, se dio cuenta de que el 
vestido tenía una abertura lateral que dejaba su pierna al descubierto. 
Juró en silencio y volvió a sentir calor en la bragueta. 
Cerró la puerta y, mientras se dirigía al asiento del conductor, decidió 
que al día siguiente despediría a la maldita estilista. 
 
Era evidente que el señor Khan, Karim, estaba enfadado con ella, y 
Orla no sabía qué había hecho mal. 
Había hecho todo lo que él le había pedido. El vestido la hacía 
sentirse expuesta y ridícula. Era la primera vez que se ponía algo tan 
revelador, y tan bonito. Pero la estilista había insistido en que era perfecto 
para ella y que convertiría a su prometido en su esclavo. Eso lo había dicho 
la estilista, no ella, sin saber, por supuesto, que su compromiso no era de 
verdad. Además, Orla sabía que Karim no sería su esclavo ni aunque 
bailase desnuda delante de él. 
Pero cuando se habían encontrado en el vestíbulo se había dado 
cuenta de que algo iba mal. 
Karim había estado tenso desde entonces y ella intentó pensar qué 
podía hacer para mejorar la situación. 
Nada más subirse al coche, Karim se metió la mano en el bolsillo y 
sacó de él una caja de terciopelo. 
–Ponte esto –le dijo, tendiéndosela. 
Ella la abrió y sintió que se le paraba la respiración al ver el anillo 
formado por varias bandas de oro rosa y blanco entrelazadas, salpicadas de 
diamantes y coronadas por una esmeralda. El color verde de esta le recordó 
a los campos de Kildare cuando les daba el sol al amanecer. 
–Es precioso –consiguió decirle. 
Y pensó en lo distinto que había sido aquel momento al momento en 
el que Patrick Quinn le había dado su anillo de compromiso. Cuando eso 
había ocurrido ella todavía había creído que Pat la amaba, porque había 
sido una niña ingenua, enamorada del amor, no una mujer adulta con un 
montón de deudas que no podía pagar. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
37 
Se le encogió el corazón al darse cuenta de que se había 
comprometido con un hombre por dinero. 
Tocó el anillo condedos temblorosos. De hecho, le temblaban tanto 
que fue incapaz de sacarlo de la caja. 
–Ven –le dijo él, tomando la caja y sacando el anillo–. Dame la 
mano. 
Ella le tendió la mano izquierda, demasiado consciente del calor de 
sus dedos, que la agarraron con fuerza para detener los temblores. 
–¿En qué dedo va? –le preguntó Karim. 
Ella lo miró a los ojos esperando verlo enfadado o frustrado, pero no 
supo descifrar su expresión. 
–En el anular –le respondió. 
Pero cuando Karim fue a ponérselo, ella dobló el dedo. 
–¿Ocurre algo? –le preguntó él sin dejar de mirarla a la cara. 
Orla se ruborizó mientras se preguntaba cómo sería que un hombre 
tan apasionado y poderoso como Karim Khan estuviese realmente 
enamorado de ella, que desease cuidarla y protegerla. 
–No, nada –le respondió. 
En realidad, no quería que aquella situación fuese real. No necesitaba 
que ningún hombre la cuidase ni la protegiese, mucho menos un hombre 
como aquel. 
Cerró la mano con fuerza y volvió a abrirla para permitir que le 
pusiese el anillo. Él le acarició el dedo anular con el pulgar y se lo puso. 
Después, le soltó la mano y ella echó de menos su calor. 
–Menos mal que te sirve –murmuró él con voz ronca. 
Los pequeños diamantes brillaron bajo la luz de una farola de la 
calle, exquisitos, pero etéreos. Orla volvió a cerrar la mano y la apoyó 
junto a la otra en su regazo, dolorosamente consciente del efecto que tenía 
el contacto con Karim y del peso de un anillo que en realidad no le 
pertenecía. 
Debía de haber costado una fortuna. La caja era de una de las 
joyerías más exclusivas de Londres. Tal vez el problema fuese la idea de 
poseer algo tan valioso, aunque fuese solo por un tiempo, no que Karim 
Khan se lo hubiese puesto en el dedo, ya que eso no tenía ningún 
significado. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
38 
–Lo cuidaré bien –comentó ella–. Hasta que te lo devuelva. 
–¿Para qué lo voy a querer yo? –le preguntó Karim en tono áspero. 
Y ella volvió a preguntarse si había hecho algo mal. 
Estudió su rostro anguloso bajo la luz de la farola. ¿Lo decía en 
serio? 
–¿No lo necesitarás cuando te comprometas de verdad? Ha debido de 
costarte una fortuna. 
Él dejó escapar una amarga carcajada, como si Orla hubiese dicho 
una estupidez. 
–Quédatelo. Lo ha elegido la estilista especialmente para ti, así que 
no creo que le sirva a otra mujer. 
Puso el coche en marcha. 
–Y cuando esto se haya terminado, no pretendo volver a pasar por 
ello. 
El comentario hizo que Orla se sintiese insegura. 
La suave brisa le rozó la piel. Ella cerró el puño todavía con más 
fuerza, decidida a ignorar el anillo y el nudo que se le había hecho en la 
garganta. 
«No se trata de ti, no es personal. El compromiso es un medio para 
conseguir un objetivo, y te lo ha dejado claro desde el principio». 
Pero el nudo del estómago siguió allí. 
Tener que pasar las siguientes horas fingiendo formar parte del 
extraño mundo de Karim Khan y haciendo el papel de su encantadora 
prometida le parecía, de repente, imposible. 
–Le he dicho a Phillip Carstairs y a mis abogados que nos conocimos 
cuando fui a visitar el criadero, y que mi decisión de saldar tus deudas fue 
debida a mis sentimientos por ti 
–¿Qué? –le preguntó ella, demasiado preocupada para escucharlo. 
–La historia de nuestro breve romance –le aclaró él–. No he dado 
muchos detalles, pero si alguien te pregunta, di sencillamente que ambos 
tenemos en común el amor por las carreras de caballos y… mucha 
química. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
39 
Karim la miró, atrapándola con su intensa mirada durante unos 
segundos antes de volver a clavar la vista en la carretera. No obstante, fue 
tiempo suficiente para avivar el calor en su interior. 
–Lo que, a juzgar por lo ocurrido esta mañana, no es ninguna 
mentira. 
Ella tragó saliva. 
No sabía por qué, pero saber que la respuesta de él también había 
sido genuina solo hacía que se sintiese más insegura. Y más nerviosa. 
–Eso no es precisamente la base de un matrimonio –comentó ella sin 
pensarlo. 
Él volvió a mirarla. 
–¿Qué has dicho? 
–Que eso no es la base de un matrimonio –repitió. 
Él arqueó las cejas mientras llegaban al semáforo que había en la 
esquina de Hyde Park. Las columnas corintias del Arco de Wellington, que 
estaba en el centro de la rotonda, y los caballos galopantes de la estatua de 
bronce que había encima resultaban especialmente imponentes desde 
abajo, pero no tanto como el silencio que se había hecho en el coche. A 
Orla se le aceleró el pulso y se le encogió el estómago todavía más. Volvió 
a sentir su rechazo, pero se negó a disculparse. Decidió que mostrarse 
tímida y reservada con Karim Khan no era lo mejor, porque eso solo le 
daba todavía más poder. Y hacía que ella se sintiese más inútil. Si quería 
sobrevivir a aquella noche sin dar ningún paso en falso, iba a necesitar su 
ayuda… No sus críticas. 
–No estoy de acuerdo –dijo él por fin, rompiendo el terrible silencio. 
La química fue el único elemento que hizo que mi padre se casase con sus 
cuatro esposas. 
¡Su padre se había casado cuatro veces! 
Eso la sorprendió y después le hizo sentir pena por él, ya que había 
escuchado amargura en su voz. Era normal que Karim tuviese una imagen 
tan negativa del amor y de las relaciones. 
–Más a mi favor –le respondió Orla. 
El semáforo se puso en verde y pasaron por debajo del arco. 
–¿Por qué? –le preguntó él, acelerando mientras giraba hacia 
Picadilly. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
40 
–Tal vez, si hubiese tenido en cuenta algo más que la química cuando 
escogía a sus esposas, no se habría casado cuatro veces. 
Orla se arrepintió de haber dicho aquello nada más hacerlo. 
Quiso morderse la lengua. ¿Por qué no podía estar callada? Ponerse a 
discutir con él no era su mejor opción. 
Y si el padre de Karim se había casado cuatro veces, no era problema 
suyo. 
Pero, para su sorpresa, él contestó: 
–Tienes razón. Aunque no en lo que a mi padre se refiere. 
–¿Por qué? –le preguntó Orla. 
Tal vez él no quisiese hablar de aquello, pero ella necesitaba saberlo 
si iba a tener que fingir que estaba enamorada. 
A pesar de que el matrimonio de sus padres había terminado de 
manera trágica, todavía recordaba la cercanía que había habido entre ellos 
siempre que habían estado juntos, las pequeñas caricias, las bromas, las 
miradas que se lanzaban cuando pensaban que nadie se daba cuenta, que 
proclamaban su amor mucho más que cualquier otra demostración de 
emoción o de deseo. 
Por lo que Karim le había contado, este no había conocido algo así, 
así que le tocaría a ella fingir aquella parte… Pero, para hacerlo, necesitaba 
saber más de él. 
Lo oyó suspirar como si la pregunta lo molestase y después 
respondió con impaciencia. 
–Mi padre se casó por dos motivos: la gratificación sexual y la 
producción de herederos varones. Solo dos de sus esposas consiguieron lo 
segundo: mi madre y la madre de mi hermano pequeño, Dane, pero mi 
padre se aburrió de ellas con los años y prescindió de su presencia. 
A ella le sorprendió que Karim describiese con un tono tan insulso y 
aburrido a un hombre que le parecía arrogante, un monstruo. Entonces, 
atravesaron Picadilly y las luces de neón iluminaron el rostro tenso de 
Karim. 
Y Orla se preguntó si de verdad no le afectaba el comportamiento de 
su padre, o si se le daba muy bien ocultarlo. 
–No parece muy buen marido… ni padre –comentó ella. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
41 
–No lo es –admitió Karim–, pero las únicas esposas que sufrieron 
fueron las que cometieron el error de creer que mi padre quería más. 
¿Incluía eso a su madre? 
–¿Y sus hijos? –preguntó Orla en voz baja. 
Él dejó escapar una fría carcajada. 
–Dane y yo hemos sobrevivido sin él. 
Karim parecía indiferente, casi divertido por la sugerencia de que un 
hijo pudiese necesitar a su padre. Y Orla sintió tristeza por él. No era de 
extrañar que viese las relaciones como meros negocios. Para ella, cualquierhijo merecía a un padre que se preocupase por él como persona, que no lo 
considerase solo un heredero. A pesar de lo mucho que había cambiado su 
padre tras la muerte de su madre, a pesar de que el juego había destruido 
sus vidas, su padre las había querido. ¿Cómo sería no haber sentido eso 
jamás? 
Se volvió a hacer el silencio. Entonces, a Orla se le ocurrió otra 
pregunta. 
–¿Y tú no tendrás que casarte y tener herederos algún día? 
–Eso es lo que piensa mi padre, yo, no. Su deseo de obligarme a 
hacerlo fue lo que motivó que te propusiese el trato que hemos firmado, 
por cierto. 
Ella se frotó los brazos a pesar de que no tenía frío. 
¿Así que ese era el motivo por el que necesitaba una falsa prometida? 
Para evitar que su padre lo obligase a casarse. Orla supuso que tenía 
sentido. Aunque eso hizo que todavía le diese más pena. Tener una 
relación tan disfuncional con tu padre, saber desde niño que solo estabas 
allí con un objetivo, no podía ser bueno para nadie. 
Pero mientras el coche se detenía en una pequeña rotonda y Karim le 
daba las llaves a un aparcacoches, Orla intentó no sentir pena por él y 
concentrarse en la tensión de su mandíbula. 
Por mucho que hubiese sufrido durante su niñez, Karim Khan no era 
una persona que inspirase lástima. 
Habían cortado la calle del hotel y habían colocado una alfombra roja 
sobre el suelo adoquinado. A ambos lados de esta había apostado un 
aluvión de fotógrafos. Karim la escoltó entre la multitud, apoyando una 
mano en su espalda desnuda y haciendo que la temperatura de su cuerpo 
volviese a aumentar. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
42 
Al entrar juntos en el hotel, a Orla se le hizo un nudo en el estómago 
de los nervios y se obligó a olvidarse de todo lo que había podido averiguar 
acerca de la niñez de Karim. 
Karim Khan no era un niño al que nadie quería, sino un hombre 
poderoso, carismático y extremadamente cínico. Y lo que lo hubiese 
convertido en la persona que era no importaba en esos momentos. Además, 
la relación que tenía con él no era real, por mucha química que hubiese 
entre los dos. Era solo un contrato y, para poder cumplir con su parte del 
trato y hacer creer a todo el mundo que era la clase de mujer con la que el 
príncipe de Zafar, Karim Khan, se quería casar, Orla iba a tener que llevar 
a cabo una actuación digna de un Óscar. 
Por desgracia, lo que sabía de Karim Khan no la ayudaba a realizar 
aquella tarea, solo hacía que se sintiese todavía más fuera de lugar. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
43 
Capítulo 6 
 
 
 
 
 
TE IMPORTARÍA que fuese al cuarto de baño, Karim? 
Al oír la pregunta que Orla había articulado en voz muy baja, Karim 
dejó de mirar al conocido jinete francés, ya retirado, con el que estaba 
hablando, y se giró hacia ella. 
A pesar de que intentaba que no se le notase, tenía la mirada cansada 
y los labios apretados. 
Llevaban más de cuatro horas en la recepción y Orla había 
desempeñado muy bien su papel. Karim la había notado nerviosa al 
principio, pero se había quedado impresionado ante su capacidad para 
hablar con considerable conocimiento de causa y su buen juicio acerca del 
mundo de las carreras de caballos. Aunque era evidente que no había 
socializado con los principales conocedores del sector, como él había dado 
de hecho en un principio, conocía bien el negocio. 
La velada había ido transcurriendo y no habían sido los 
conocimientos de Orla acerca de las carreras lo que lo había cautivado de 
ella, sino sus esfuerzos por fingir ser una mujer enamorada. Cualquier otra 
mujer se habría limitado a colgarse de su brazo y a mirarlo con admiración, 
pero ella incluso se había ruborizado cada vez que alguien la había 
felicitado por su compromiso, haciendo que la historia de su flechazo fuese 
mucho más creíble. 
De hecho, la farsa había empezado a resultar tan realista que Karim 
no había querido perderla de vista. 
Porque, si bien su compromiso no era real, la conexión física que 
había entre ambos era cada vez más tangible. 
Él nunca había sido celoso, mucho menos, con una mujer con la que 
ni siquiera se había acostado. 
Llevó una mano a la cintura de Orla, molesto de nuevo consigo 
mismo por no querer separarse de ella. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
44 
–Por supuesto –le respondió–. No tardaremos en marcharnos. 
Ella lo miró con cierta sorpresa. 
–Sí, Karim –le respondió–. Como quieras. 
Su actitud de sometimiento lo fastidió todavía más mientras la veía 
alejarse entre la multitud. ¿A dónde había ido a parar la mujer que lo había 
besado apasionadamente esa mañana, o que había discutido de manera tan 
persuasiva con él en el coche? Varios hombres la miraron al pasar y él 
sintió de nuevo algo parecido a celos. 
–Es usted un hombre muy paciente, señor Khan –comentó en tono 
irónico el jinete francés, de cuyo nombre Karim se había olvidado. 
–¿Por qué? –le preguntó él, sin apartar la mirada de Orla hasta verla 
desaparecer. 
–Si yo tuviese a una mujer así, querría tenerla en mi cama, en vez de 
pasarme horas permitiendo que otros hombres admirasen sus encantos. 
Karim se giró hacia el otro hombre, cuyo comentario avivó el calor y 
la frustración que llevaba toda la noche intentando controlar. 
–¿Qué ha dicho? –inquirió. 
–No se muestre tan indignado, señor –le respondió el otro hombre 
levantando ambas manos–. No pretendía ofender a su prometida. 
–Entonces, ¿qué es lo que pretendía? 
–Solo decirle que la señorita Calhoun es una mujer exquisita, no solo 
joven y bella, sino también inteligente y bien formada. Yo soy un viejo y 
tengo celos de usted, por tener tanta vida por delante junto a semejante 
mujer. 
Karim frunció el ceño, pero le dio las gracias, se excusó y se marchó, 
todavía furioso por los comentarios que acababa de escuchar. 
Su enfado aumentó al darse cuenta de que, en realidad, Orla no era 
suya. No obstante, se dijo que no quería compartirla con ningún otro 
hombre, así que, en cuanto volviese del cuarto de baño, se marcharían de 
allí. 
Después, tal vez pudiese calmarse lo suficiente como para descifrar 
cómo era posible que aquel falso compromiso hubiese podido complicar de 
semejante manera un sencillo acuerdo mercantil, conseguir que se le 
hiciese un nudo en el estómago y convertirlo en un hombre al que casi no 
podía reconocer, en menos de una noche. 
https://www.facebook.com/novelasgratis 
45 
–Orla, baila conmigo… 
A Orla no le dio tiempo ni a contestar cuando notó que una mano 
húmeda la agarraba por la muñeca y la hacía girarse hacia un rostro lleno 
de pecas que conocía muy bien. 
–¡Patrick! 
Se puso tensa y se echó hacia atrás mientras su ex—prometido 
apretaba su orondo vientre contra el de ella y la agarraba con la otra mano 
por la cintura mientras la hacía ir hacia la pista de baile. 
–Hola, Orla, estás para comerte… –añadió este, bajando la mirada 
lasciva hacia su escote. 
Ella intentó zafarse. 
–Patrick, suéltame, has bebido –le espetó ella, reconociendo el olor a 
cerveza y a whisky mezclado con el desagradable olor a sudor. 
Había visto a Patrick un rato antes entre la multitud y se había 
alegrado de que él no la hubiese visto a ella, y después ya no había vuelto a 
pensar en él, ya que había centrado todos sus esfuerzos en no cometer 
ningún error en su papel como prometida de Karim. 
Y no le había resultado nada sencillo. Karim había estado a su lado 
toda la noche, lo que había hecho que ella se sintiese aturdida. Había 
intentado hablar del sector con conocimiento de causa e inteligencia para 
convencerlo de que podía realizar el trabajo para el que la había contratado 
el día anterior, pero, según había ido avanzando la velada, le había 
resultado cada vez más difícil continuar hablando con coherencia. 
Habían bailado un par de veces, pero lo cierto era que ella no sabía 
bailar, llevaba cinco años sin asistir a una fiesta y no tenía el aplomo de 
aquel hombre que se sentía muy seguro de sí mismo.

Continuar navegando