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Saga Sea Breeze 6 - Abbi Glines - Avina Silona

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Sinopsis 
Jason está harto de vivir en la sombra de su hermano estrella de 
rock. Así que viaja a Sea Breeze, Alabama, en busca de un escape muy 
merecido y la oportunidad de deshacerse de la envidia. 
Encontrarse con la niña mala de la ciudad no era definitivamente el 
plan. Pero como el nuevo dúo goza de un poco de diversión en Alabama, 
Jason se entera de que a pesar de que Jax es el músico en la familia, él no 
es el único hermano que puede sacudir el mundo de alguien. 
 
 
 
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3 
STAFF 
Moderadoras 
Traductoras: 
Luz 
Correctoras: 
Ingrid Manning 
NicolePops 
Diseño 
Ingrid Manning 
Sarai 
Lectura Final 
Maleja12 
 
 
 
 
 
 
 
 
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traducidopor luz 
corregido por ingrid manning 
JESS 
Debería haberlo sabido mejor. Pero era una idiota. Todo lo que 
alguna vez había tomado de Hank fue un batir lamentable de sus pestañas 
y un puchero, y me tenia corriendo. Bueno, ya no. Yo lo había perdonado 
por convertirse en el papá del bebé de alguien. Pero había un límite que 
una chica podía perdonar. 
Hank Granger me había jodido por última vez. Yo no era un muñeco 
de felpa. Mi mamá me había enseñado a ser mejor que eso. Ya era hora 
de que dejará de permitir que nuestra historia jugara con mis emociones. Él 
no estaba nada cerca de ser un hombre de verdad. El muchacho que 
había crecido amando se había convertido en un bueno para nada. 
Nunca iba a establecerse, y yo estaba dejándolo pisotear mi corazón. 
Pensó que estacionar su camioneta proxeneta detrás del bar era 
inteligente. El chico debio creer que yo no sabría dónde buscar. Asno. Lo 
había encontrado, de acuerdo. Se suponía que saliéramos esta noche. Me 
había prometido una cena. Una cita real. Pero entonces había llamado 
hace dos horas y canceló, diciendo que no se sentía bien. Al ser la novia 
complaciente, había decidido hacerle un poco de sopa y llevársela. Gran 
 
 
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sorpresa que él no estaba allí. En realidad no. Creo que en el fondo sabía 
que estaba mintiendo. 
Salí de los árboles atravez de los que había caminado más de una 
milla, hacia oscuridad de la parte posterior al bar local, Live Bay. No quería 
que mi carro fuera visto aquí esta noche, así era más fácil correr a pie en la 
oscuridad si lo necesitaba para hacer una escapada rápida. 
Agarré el bate de béisbol que había tomado de mi primo Rock hace 
dos semanas, cuando tuve que ir a buscar a mamá al trabajo porque su 
coche no arrancaba. Las tres de la mañana fuera de un club de striptease 
no era exactamente seguro. Mamá tiene un arma, pero yo no tengo ni 
idea de cómo usarla. Cuando le pedí que me enseñara, ella se río y dijo 
que yo iba a terminar disparando a las bolas de Hank una noche en un 
ataque de rabia y se negó. No era que ella cuidará de Hank, era porque 
ella no me quería en la cárcel. 
Sintiendo el peso del bate en mis manos, sonreí. Este chico malo iba 
a hacer mucho daño. Luego estaba el cuchillo en mi bolsillo. El trabajo de 
pintura también se iba al infierno, y si tuviera tiempo, los cuatro neumáticos 
serían bajados. 
Mientras caminaba por el camión que Hank había mimado y tratado 
como un maldito bebé durante los últimos cuatro años, una sensación de 
poder corrió a través de mí. Él me había hecho daño una y otra vez. Esta 
vez yo iba a hacerle daño. Yo. No Rock. Yo. 
Comprobé el área oscura alrededor de mí y me aseguré de que no 
había nadie . El estallido del vidrio iba a hacer algo de ruido. No estaba 
segura de lo mucho que podía salirme con la mía antes de que alguien me 
atrapara. Con suerte, la banda local, Jackdown, mantendría a todos 
dentro entreteniendo lo suficiente como para que nadie se fuera pronto. 
 
 
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Reprimiendo el rugido de victoria podía sentir bombeando a través 
de mis venas, sostuve el bate hacia atrás, moví mis pies y me centré en la 
ventana de la puerta del lado del conductor. Iba a ser la primera en irse. 
Con toda la rabia y el dolor que me había consumido desde el primer 
momento que había encontrado al chico que amaba desde que tenía 
diez años de edad durmiendo a mí alrededor, levanté el bate. El 
pasamontañas que llevaba protegía mi cara. La risa burbujeando en mi 
pecho se liberó, y yo hice añicos todas las ventanas de su bonita 
camioneta. 
En lo alto de la venganza, metí la mano en mi bolsillo y saqué mi 
cuchillo y lo abrí. Me decidí a escribir unas palabras en el trabajo de 
pintura con mi afilada hoja, luego me agache para pinchar el neumático 
delantero. 
― ¡Hey!― Una voz profunda llamó, y me congele. No era Hank, pero 
era alguien. 
Cogí mi bate de regreso y saqué el cuchillo del neumático antes de 
romper en un sprint1 de nuevo en el bosque. Nunca me iba atrapar, pero 
todavía tenía que conseguir esta estúpida máscara fuera para poder ver. 
Correr contra un árbol y golpearme a mí misma no era exactamente un 
gran plan de escape. 
El sonido de pies golpeando el pavimento me hizo saber que estaba 
siendo perseguida. Bueno, mierda. No era lo que necesitaba. Estaba 
teniendo tanta diversión. Hank se merecía eso. Lo hacía. Él era una rata 
bastarda. Yo no queria ir a la cárcel por esto. Además, mi mamá se 
enojaría. 
― ¡Hey!― La voz profunda llamó de nuevo. ¿Qué esperaba que 
hiciera? ¿Parar y dejar que me atrape? No es posible. 
 
 
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Otras voces provenían de la distancia. Grandioso. Él estaba 
atrayendo una multitud. Me desvié del camino que había seguido antes y 
me dirigí más en el bosque. No tendría este refugio por mucho tiempo. 
Estaría saliendo por un camino de vuelta en unos metros más. No podía 
conseguir mi camioneta porque estaba fuera de la casa de mi mamá. 
Necesitaba a todos pensando que era donde yo estaba. Tenía que 
permanecer de pie y vencer a cualquiera. Maldición. 
No podía escuchar el sonido de los pies de nadie más que 
golpearán el suelo, así que los había perdido o eran talentosos en el arte 
del sigilo. Salí de la zona boscosa, me detuve en el lado de la carretera. 
Estaba desierta. 
Mirando hacia atrás, no vi a nadie. Hank podría saber quién vino a 
buscarlo, pero él no tendría ninguna prueba. Sonreí, tomé una respiración 
profunda. Ese sería el final para nosotros. Finalmente. Después de lo que 
había hecho, Hank nunca me lo perdonaría, así que no estaría tentada a 
salir corriendo de nuevo hacia él. Me odiaría ahora tanto como yo lo 
odiaba. 
― ¡JESS!― La voz familiar de Hank rugió. Gire alrededor, no podía 
verlo, pero podía oírlo corriendo por el bosque detrás de mí. Mierda. 
Mierda. Mierda. Había venido por mí. ¿Cómo me descubrió tan rápido? 
Presa del pánico, miré a mí alrededor para ver a donde podría correr para 
esconderme de él. No había nada más que millas y millas de carretera. No 
había casas, nada. 
Faros dieron la vuelta en la esquina, y yo hice lo único que podía 
pensar: corrí en medio de la carretera y comencé a agitar los brazos en el 
aire, todavía aferrándome al bate de Rock. 
El coche empezó a reducir la velocidad y bajó las luces brillantes. 
Gracias a Dios. 
 
 
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Espera… ¿era un Porsche? ¿Qué demonios? 
 
 
*** 
JASON 
Todo lo que podía ver era una chica vestida con ropa de color 
negro ajustada con un montón de pelo largo y rubio, y ella estaba de pie 
en medio de la carretera… sosteniendo un bate de béisbol. Sólo en 
Alabama ocurrían cosas como estas. Paré antes de que yo la golpeara, 
observé mientras corría hacia la puerta del lado del pasajero y llamó. La 
salvaje mirada de pánico en sus ojos podría haber sido preocupante si no 
fuera de un azul brillante claro, con gruesas pestañas negras. Presioné el 
botón de desbloqueo, y ella abrio la puerta y subió en el interior. 
― ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!― Exigió.Ni siquiera mirando en mi 
dirección. Sus ojos se centraron en algo afuera. Volví mi atención a un lado 
de la carretera, donde ella miraba con tanta intensidad. No había nada… 
Entonces un hombre irrumpió fuera del bosque con unamueca de enojo 
en su rostro y entendí. No es de extrañar que ella estuviera aterrorizada. El 
tipo era enorme y parecía a punto de asesinar a alguien. 
Cambié engranajes y me fui antes de que llegara más cerca. 
―Oh, Dios mío, gracias. Eso estuvo tan cerca ― Dejó escapar un 
suspiro de alivio y apoyó la cabeza en el reposacabezas. 
― ¿Debo llevarte a la estación de policía?― Pregunté, mirando 
hacia ella. ¿La había atacado antes de que ella estuviera libre? 
 
 
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―Definitivamente no. Ellos probablemente me buscarán en unos diez 
minutos. Necesito que me lleves a casa. Mamá me cubrirá, pero tengo que 
llegar rápido ―. 
¿La estarían buscando? ¿Su mamá la cubriría? ¿Qué? 
―No es como si tuviera alguna prueba. Lo único que se me cayó fue 
el pasamontañas, y fue una baratija que compré en Goodwill hace un par 
de Halloweens. No es algo que se pueda rastrear de nuevo a mí―. 
Reduje el Porsche mientras sus palabras comenzaron a hundirse. No 
sólo había salvado a una chica de ser atacada. Si he entendido bien este 
balbuceo, acababa de convertirme en el conductor del coche de 
escape. 
 
 
― ¿Por qué estás deteniéndote?, Tengo que llegar a mi mamá, 
como ahora. Ella está a sólo dos millas de aquí. Puedes ir hasta County 
Road Treinta y Cuatro y girar a la derecha, y luego toma alrededor de tres 
cuartos de milla a Orange Street y gira a la izquierda. Es la tercera casa a 
la derecha ―. 
Sacudiendo la cabeza, me estacioné a un lado de la carretera. 
―No iré más lejos hasta que me digas exactamente qué es de lo que te 
estoy ayudando a escapar ―. Miré hacia abajo a su bate de béisbol 
escondido entre sus piernas, y luego a su cara. Incluso en la oscuridad me 
di cuenta de que era una de esas ridículamente hermosas rubias sureñas. 
Era como si el Sur tuviera algún ingrediente especial para criarlas aquí. 
Dejó escapar un suspiro de frustración y parpadeó rápidamente, 
provocando lágrimas que llenaron sus ojos. Era buena. Muy buena. Esas 
lágrimas bonitas eran casi creíbles. 
 
 
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―Es una historia muy larga. Por el momento no te explicaré todo, 
seremos atrapados y yo pasaré la noche en la cárcel. Por favor, por favor, 
por favor, sólo llévame a mi casa. Estamos tan cerca ― suplicó. Sí, ella era 
un gran vistazo. Lástima que ella también fuera malas noticias. 
―Dime una cosa: ¿Por qué tienes un bate de béisbol? ― Necesitaba 
algo. Si hubiera dejado a alguien inconsciente allá atrás, entonces yo no 
podía ayudarla a que se fuera. Podrían estar heridos o muertos. 
Se pasó la mano por el pelo y se quejó. ―Bien, bien, bien. Pero 
entiende que se lo merecía―. 
Mierda. Había golpeado a alguien. 
―Quebré todas las ventanas de la camioneta de mi ex novio ―. 
― ¿Tu hiciste qué?― No podría haber oído correctamente. Eso no 
sucedía en la vida real. En las canciones country, sí. En la vida real, no hay 
manera. 
―Es un bastardo tramposo. Se lo merecía. Me lastimó, así que lo 
lastimé. Ahora por favor, créeme, y sácame de aquí ―. 
 
 
Me reí. No pude evitarlo. Esta fue la más divertida maldita cosa que 
había oído nunca. 
― ¿Por qué te estás riendo? ― 
Negué con la cabeza y me puse de nuevo en la carretera. ―Porque 
eso no es lo que esperaba oír ―. 
― ¿Qué esperabas que te dijera? Estoy llevando un bate ―. 
 
 
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Mire hacia ella. Sonreí. ―Pensé que habías golpeado a alguien con 
el bate―. 
Sus ojos se abrieron como platos, y luego se echó a reír. ― ¡No he 
golpeado a alguien con el bate! Que loco―. 
Quería señalar que romper ventanas del carro de su ex-novio y luego 
correr por el bosque en fuga por la noche era una locura. Pero no lo hice. 
Estaba bastante seguro de que no estaría de acuerdo. 
― Aquí, gira a la derecha―. Ella señaló hacia delante. No me 
molesté en poner en mi luz intermitente, ya que no había nadie que nos 
rodeará. ― ¿Entonces cual es tú nombre? Me pareces familiar por alguna 
razón, pero nadie que yo conozca por aquí conduce un Porsche ―. 
¿Le digo quién soy? Me gusta la privacidad que Sea Breeze, 
Alabama me ofrece. Tenía mucho que pensar en el próximo mes, y hacer 
amigos con los lugareños no estaba en mi agenda. Incluso si ella era 
jodidamente caliente. 
― No soy de por aquí. Sólo de visita ― Expliqué. Esa era la verdad. 
Me estaba alojando en la casa de playa de mi hermano decidiendo 
sobre mi próximo movimiento. 
―Pero te he visto antes. Sé que lo hice― dijo, inclinando la cabeza y 
estudiándome. 
Iba averiguarlo pronto. Mi hermano era Jax Stone. Se había 
convertido en una estrella de rock adolescente, pero ahora que él tenía 
veintidós años era un dios del rock. Lucíamos similar. Y a los medios de 
comunicación les encantaba seguirme cuando no podían llegar a Jax. 
 
 
 
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A pesar de que amaba a mi hermano, yo odiaba conseguir la 
atención. Todo el mundo me veía como una extensión de Jax. Nadie, ni 
siquiera a mis padres, les importaba quién era como persona. Todos 
querían que yo fuera quien ellos esperaban. 
―Este es un Porsche, ¿no es así? Nunca había visto uno en la vida 
real―. 
También era uno de los juguetes de mi hermano. Yo no tenía un 
coche aquí, por lo que termine utilizando uno de los cinco que tenía en su 
garaje. La casa en Sea Breeze era donde nuestros padres solían hacernos 
pasar los veranos mientras Jax estaba haciendo malabares con la fama a 
una edad temprana. Pero Jax ya no era un adolescente y la casa era suya 
ahora. Había cumplido veintidós el mes pasado. Y yo cumplí veinte el mes 
antes de eso. 
―Sí, es un Porsche― le contesté. 
―Gira aquí― Señaló una vez más hacia el camino delante de 
nosotros. Tomé la izquierda y luego llegué a la tercera casa a la izquierda. 
―Aquí es. Gracias a Dios no hay nadie aquí todavía. Me tengo que ir. 
Tienes que salir de aquí así nadie va a cuestionarte. Muchas gracias―. 
Abrió la puerta y luego me miró por última vez. ―Soy Jess, por cierto, 
y esta noche salvaste mi culo― Me guiñó un ojo y cerró la puerta antes de 
salir corriendo hacia la puerta principal. Su culo en esos jeans negros 
ajustados definitivamente valía la pena ser salvado. Era el culo más bonito 
que había visto nunca. 
Di marcha atrás en el coche y salí a la carretera. Ya era hora de que 
me dirigiera de nuevo a la isla privada donde estaba la casa de mi 
hermano. Esta noche no había resultado como lo había planeado, pero 
había sido muy muy entretenida. 
 
 
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El sonido de algo deslizándose por el asiento y golpeando la puerta 
me sorprendió, y miró por encima para ver el bate de béisbol. Lo olvidó. 
Miré de nuevo a su casa y sonreí para mis adentros. Yo estaba seguro de 
que ella lo recuperaría. No esta noche, pero pronto. 
1Aceleración repentina y poco duradera que hace un corredor para 
conseguir la máxima velocidad posible. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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2 
traducido por Luz 
corregido por NicolePops 
JESS 
Cerré la puerta de tela metálica detrás de mí antes de pensarlo, 
luego me volví para bloquearla. Sólo en caso de Hank decidiera tomar 
justicia por sus propias manos. No es que pensará que fuera tan estúpido. Él 
sabía que no debía joder con mi mamá. 
― ¿Eres tú, Jess?― Mamá llamó desde la cocina. 
Podría decirle lo que había hecho. Si los policías se presentaban, ella 
necesitaba tener su cara de juego puesta. ―Sí, soy yo, y podríamos tener 
algunos problemas― le contesté, caminando a través de la pequeña sala 
de estar y hacia a la cocina. La casa de cinco habitaciones en la que 
había crecido era de bloques de hormigón y no era nada especial, pero el 
alquiler era accesible. Ningún hombre tuvo que ayudarnos a conseguir las 
facturas pagadas. Mamá siempre se había ocupado de las cosas. 
― ¿Qué demonios has hecho ahora?― preguntó mama cuando 
entré en la cocina. Estaba de pie en la cafetera con un cigarrillo entre sus 
labios rojos. Su bata favorita de satén rosa chillon era todo lo que tenía 
puesto. Debia haber estado preparándosepara el trabajo y decidió parar 
y tomar un poco de café. 
 
 
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Saqué una de nuestras sillas de la cocina cubierta de vinilo y me 
senté. ― Golpeé la mierda fuera de la camioneta de Hank―. 
Mamá se sacó el cigarrillo de los labios. ― ¿Tu hiciste qué?― 
Preguntó. 
― Él estaba en Live Bay con esa puta con la que ha estado jugando. 
Me mintió de nuevo. Ya he terminado con él, y quería hacerle daño―. 
Mamá se deshizo de sus cenizas en el fregadero y, sacudiendo la 
cabeza, cogió una taza de café. Su largo cabello rubio era todavía 
hermoso, pero la cara que había sido sorprendente y hermosa ahora 
muestra las líneas duras de la vida. Yo estaba segura de que su 
tabaquismo no ayudó a las cosas tampoco. ― Mierda, chica. Tengo que ir 
a trabajar en una hora. ¿Qué pasa si los policías aparecen?―. 
 
No había pensado en eso. Sin coartada. Me encogí de hombros. ― 
Si ellos vienen, tal vez vengan antes de que te vayas―. 
Mamá tomó su café negro y se acercó para sentarse frente a mí. ― 
¿Al menos lo hiciste bien? Si tenemos que hacer frente a la policía, 
entonces es mejor que hayas hecho que valga la pena. No estoy de 
humor para esas mierdas aburridas esta noche―. 
Sonreí, pensando en lo bien que se había sentido al ver las ventanas 
de su bonita camioneta rotas. ― Sí, creo que lo hice bien―. 
Mamá asintió y se puso el cigarrillo en la boca, luego tomó un sorbo 
de su café. ―Es un estúpido, lamentable hijo de puta del que necesitas 
mantenerte alejada. Tú tienes una vida por delante, y que me aspen si al 
final resultas como yo. Hank ya jodio a una chica con la que no se va a 
casar. Claro que no quiero que seas su próxima víctima. Esta vida no es 
fácil, y lo sabes. Tienes la apariencia para comprarte una vida fuera de 
 
 
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esto. Tengo la intención de que lo hagas ― dijo mamá, recostándose en su 
silla y cruzando sus largas piernas. 
Esta fue una conversación que habíamos estado teniendo desde 
que tenía la edad suficiente para entender las cosas. Que fue desde que 
tenía nueve años. Cuando tu mamá es una stripper en la ciudad, tienes 
que aprender cosas mucho antes de lo que los otros niños. No hay tiempo 
para la inocencia. 
― Ya he terminado con Hank para siempre esta vez. Te lo prometo―, 
le aseguré. 
Mamá no se parecía haberme creido. No podía culparla. Esta cosa 
con Hank había estado sucediendo durante años. Realmente necesitaba 
dejarlo ir. Era un billete de ida a la vida que había visto a mi madre vivir. Por 
mucho que yo la respetaba por no apoyarse en un hombre para cuidar de 
nosotras, no quería esa vida. Sabía lo mucho que la odiaba. 
― Mi coche de escape era un Porsche―, le dije con una sonrisa. 
Todavía no podía superar ese coche… y el chico en el mismo. Camino 
fuera de mi alcance. Era tan adinerado que apestaba a ello. También me 
miró como si yo fuera un extraño pájaro con el que no sabía qué hacer. 
Probablemente había asustado al hombre hasta la muerte. Él no era de 
aquí. Él sólo estaba de visita y había vuelto a la mansión de la que 
provenía. 
 
― No se ven muchos Porsches por aquí― Mamá respondió con una 
mirada escéptica en su rostro. 
― No era un local. Me imagino que está de vacaciones en la isla. 
Parecía uno de esos―. 
 
 
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Mamá asintió. Ella sabía todo acerca de ese tipo. Me había 
advertido de dos clases de niños toda mi vida: los que, como Hank, que 
eran "nada más que lastimosa mierda", y luego chicos de la isla, que 
mamá dijo eran "sólo sexo y luego se iban". 
― No te preocupes por él, sin embargo. Estoy bastante segura de 
que él piensa que soy una loca ―, le aseguré. 
Mamá levantó las cejas y se inclinó sobre la mesa para mirarme. ― 
¿De verdad crees eso? No me creo que seas tan condenadamente 
ingenua. Es un hombre, bebé. Eso es todo lo que importa. Una mirada a ti, 
y volverá. Sólo ten cuidado ―. 
Había intentado atrapar a más de un adinerado local en Sea Breeze, 
pero nunca había sucedido. Marcus Hardy había estado en la mira desde 
que era una niña. Él era amigo de mi primo Rock, pero era diferente a 
nosotros. Vivía en una casa bastante grande en la playa. Pero nunca me 
vio como algo más que un momento de diversión. Cuando él puso sus ojos 
en Willow, nadie más tuvo una oportunidad. Ahora él estaba casado y 
tenía un niño y estaba completamente fuera de los límites. 
― Debería haberte empujado a ir a la universidad. Podrías haber 
conocido a alguien allí y salido de este lugar―. Ella lo dijo como si Sea 
Breeze fuera un mal lugar. No lo veo de la misma manera que ella. Me 
encanta la ciudad costera en la que había crecido. 
― No quiero irme―, le recordé. Había elegido ir a la universidad de 
la comunidad local. No quiero alejarme de esta ciudad o de mi mamá. 
Habíamos sido un equipo toda mi vida. 
Mamá suspiró y empujó su silla hacia atrás y se levantó. ― Lo sé, 
dulzura. Dejé que te quedarás porque me gusta tenerte aquí. Todavía no lo 
hace correcto. Encontrar a un hombre para conseguirte fuera de esta vida 
va a ser duro, y que me aspen si caes en la vida que he vivido―. 
 
 
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Empezaba a discutir cuando alguien golpeó la puerta. Mamá miró 
hacia la puerta principal, ahuecó su pelo, y apretó el escote de su bata de 
seda lo suficientemente bajo como para mostrar su impresionante escote. 
―Ve y entra en la ducha. Tengo esto, niña. No te preocupes por nada― 
dijo ella, deslizándose en un par de tacones rojos que sólo hizo aún más 
largas sus piernas. Sonreí, corrí al baño y encendí la ducha, pero mantuve 
mi oreja a la puerta. 
― Bueno, hola, Oficial Ben. Sabes que no soy el tipo de chica que 
trabaja a domicilio―, dijo en voz baja y sensual que la había oído usar un 
millón de veces. 
― Buenas noches, Starla. Odio molestarte antes de que tú, eh… ― Se 
aclaró la garganta y yo rodé mis ojos. Yo ya sabía que el buen viejo Oficial 
Ben era un habitual en Jugs, el club de striptease en las afueras de Sea 
Breeze. ―… vayas al trabajo. Pero creo que tengo una llamada acerca de 
Jess, y tengo que comprobar eso. ¿Está aquí? ― 
― No estoy segura de quien te llamó, Ben― dijo mamá, dejando su 
nombre enrollarse en su boca, como si estuviera a punto de desnudarse 
sólo para él ―pero mi niña ha estado aquí conmigo toda la noche. Ella 
está tomando una ducha ahora después de ayudarme a limpiar hoy. 
Puedes incluso comprobar el capó de su carro- esta frío. No ha conducido 
en todo el día―. Mamá hizo una pausa, y oí sus tacones haciendo click 
sobre el piso de madera mientras daba un paso hacia él. ― Y por mucho 
que me gusta la idea de verte caminando en mi ducha, yo no siento lo 
mismo, por verte interrumpir la ducha de mi niña―, dijo en un tono 
sugerente. 
Mi mamá era buena en esto. 
― Eh, eh, sí, puedo, uh, entender eso. Siento haberte molestado, 
Starla. Sólo tenía que comprobarlo. Sólo hubo una persona que la vio, y 
voy a asegurarme de revisar la camioneta antes de irme, para hacerles 
 
 
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saber que su defensa es segura―. Él tartamudeó todo, y yo me tape la 
boca para no reírme. Probablemente tenía una muy buena vista de las 
tetas de mamá en este momento. Ella las usaba para salirse con la suya 
con el sexo opuesto, y siempre funcionó. 
Él necesitaba verme para que pudiera comprobar que estaba en 
casa. Tiré mi camisa, agarré una toalla, y la envolví a mí alrededor antes de 
abrir una grieta de la puerta del baño. Los ojos de Ben se movieron de su 
mirada lujuriosa de mi mamá hacia mí cuando saqué la cabeza. 
― ¿Todo bien por ahí, mamá? Oí voces― grité, sonando tan 
inocente como pude. 
― Sí, niña. Está todo bien. El Oficial Ben solo esta de visita―, me 
respondió con una sonrisa mientras se volvía para mirarme. 
Cerré la puerta del baño justo cuando el Oficial Ben pidió disculpas 
por molestar a mamá otra vez. 
― Está bien, oficial. No haces más que tu trabajo y asi mantener 
nuestra pequeña ciudad segura. Duermo mejor por la noche sabiendo 
que tenemos valienteshombres dedicados como tú para cuidar de 
nosotros. Martha seguro que es una mujer afortunada de tener a un 
hombre tan trabajador como tú volviendo a casa con ella en la noche―. 
Tuve que poner los ojos. El hecho de que los hombres creían en estas 
cosas nunca dejó de sorprenderme. Ben tenía una panza de cerveza y 
una cabeza calva. Nada en él era valiente, y yo sabía cuánto de su dinero 
duramente ganado pasó a Jugs en varias noches a la semana, al ver a mi 
mamá y las otras mujeres allí bailando en nada más que diminutas tangas, 
no creía que Martha tenía suerte en absoluto. Tampoco lo hacía mi mamá. 
 
 
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― Sí, bueno…― Hizo una pausa, tragando con tanta fuerza que 
podía oírlo desde aquí. ― Me alegro de que te ayude a estar tranquila. 
Hago lo que puedo. ¿Tú, uh, vas a estar en el trabajo esta noche? ― 
― Me estoy poniendo toda guapa ahora. ¿Vienes a verme? Espero 
que lo hagas. Podría tener un baile especial de vuelta sólo para ti― Mamá 
respondió. 
Eso hizo que me dieran ganas de vomitar. La idea de que ella podía 
hacer eso sin vomitar en sus caras me dejó alucinada. Ella dijo que había 
aprendido hace mucho tiempo para apagar ese interruptor en su cabeza 
y recordar que mientras mejor actuaba, más dinero ella haría. 
― Voy a estar ahí―, dijo el Oficial Ben. ― Me he perdido la semana 
pasada debido a un incidente en la comisaría. He estado pensando en 
eso toda la semana―. 
― Me alegra saber que estaba en esa cabeza tuya― dijo ella 
dulcemente. 
― Siempre estás―, respondió Ben, y se aclaró la garganta cuando se 
dio cuenta de que estaba coqueteando abiertamente con mi casi 
desnuda madre en la puerta delantera. ― Tengo que irme ahora y 
hacerles saber que Jess no está involucrada―. 
―Hazlo, te veré más tarde ―, dijo mamá, y sus tacones hicieron clic 
mientras se apartó de la puerta. 
―Hasta más tarde ― Ben dijo, y la puerta se cerró. Oí el clic 
haciendo enganche en su lugar, y yo apagué la ducha y abrí la puerta. 
Todas las puertas de esta casa daban a la sala de estar. 
― Gracias― dije simplemente. 
 
 
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Mamá se encogió de hombros y agitó la mano. ― Sólo fue un alegre 
Ben. Es fácil de trabajar. Si hubiera sido David o Rooster, hubiera tenido que 
mostrar mucho más que escote y pierna para sacarlos de tu rastro―. 
Asentí con la cabeza, y la culpa de forzar mi mamá a coquetear con 
un policía casado para sacarme del apuro se asentó en mi estómago. ― 
Lo siento―, le dije. 
Mamá se detuvo antes de entrar en su habitación. ― No lo hagas. 
Alguien tenía que golpear la mierda de esa camioneta. Me alegro de que 
lo hicieras ― Entonces ella cerró la puerta de su dormitorio. 
Me quedé allí, y una sonrisa tiró de mis labios. No había tenido 
muchos novios en mi vida porque nadie me entendia o queria acercarse a 
mí. Pero mi mamá, ella realmente era mi mejor amiga. 
 
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JASON 
Dos días más tarde, todavía estaba pensando en la rubia dándole 
una paliza a una camioneta. Ella era otra cosa. Difícil de olvidar. Tenía su 
bate de béisbol de pie en un rincón de mi habitación, y estaba tratando 
de decidir qué hacer con él. Pensé en este momento que no necesitaba la 
evidencia sobre ella. 
Riéndome, sacudí la cabeza. Estaba ayudando a una chica a salir 
del vandalismo. Eso no es lo que yo hacia. Pero me hizo sonreír. Supongo 
que necesitaba un poco de acción en mi vida. Tenía la intención de darle 
un par de días más, y después, ir a ver si podía atraparla en casa. 
 
 
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Necesitaba regresarle su bate, y quería volver a verla. Era una buena 
excusa. 
Bajé las escaleras de la casa de verano de mi hermano justo cuando 
la puerta principal se abrió y Jax y su novia, Sadie, entraron. Sabía que 
vendrían para el fin de semana, y había estado esperándolos. 
Jax me miró y sonrió. ― Está a reventar tu fiesta―. 
― Tú me conoces, es salvaje. Espero que puedan manejar la 
situación―, le contesté. 
Jax sacudió la cabeza y se echó a reír. ―Sí, es tan triste que me 
gustaría que hubiera algo de verdad en eso―. 
Sadie pellizcó el brazo de Jax juguetonamente antes de caminar a 
darme un abrazo. ―Ignóralo. Creo que eres perfecto tal como eres. No 
hay necesidad de fiestas salvajes ―. 
La novia de mi hermano era hermosa, en el tipo que te hace girar la 
cabeza en el camino. Tenía el tipo de cuerpo y cara que se veía plasmada 
en portadas de revistas. Pero Sadie era de una pequeña ciudad de Sea 
Breeze y no quería tener nada que ver con el punto de mira. Le encantaba 
Jax y había aprendido a superar las personas que salpican su cara por 
todas partes en los medios de comunicación, pero antes de Jax no le 
gustaba llamar la atención sobre sí . Lo cual era imposible de evitar. La 
chica llamó la atención de todo el mundo cuando se fue. 
―Gracias, Sadie. Sabes que puedes dejar la vida de estrella de rock 
en cualquier momento que desees y venir a vivir la simple y ordinaria 
conmigo―, le dije, y guiñe un ojo a Jax, que ahora estaba con el ceño 
fruncido. 
―Manos fuera, hermano―, dijo, cogiendo el brazo de Sadie. ―No es 
divertido―. 
 
 
 A 
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Eso nunca dejó de divertirme. Jax nunca había tenido inseguridades. 
Incluso antes de que se hiciera famoso, él era el chico más seguro que 
conocía. Pero que un hombre mire a Sadie, basta para ponerse todo 
territorial. Se quiebra. 
―Basta, Jax. Estás haciendo el tonto ―, dijo Sadie, frunciendo el 
ceño ante él, haciendolo lucir de inmediato lamentable. Eso fue aún más 
divertido. 
― No te enojes ―, él dijo. 
Sadie me miró. ― ¿Estás preparado para un poco de compañía? 
Pensé que tendríamos una pequeña reunión esta noche. Quiero ver a 
todos, ya que estamos aquí sólo dos días, sería más fácil si tuviéramos a la 
banda aquí―.Ella sonrió hacia mí. 
Infierno, Sadie no era mía, pero era difícil decirle que no. Estaba 
bastante seguro de que si ella le sonreía a alguien, haría lo que fuera que 
estaba pidiendo. ―Claro―, le contesté. 
Jax puso los ojos en mí, como si no fuera un completo tonto cuando 
se trataba de ella. ¿Qué esperaba? era un hombre. ―Iré a asegurarme de 
que el personal de la cocina se prepare para los huéspedes adicionales― 
Jax dijo a Sadie mientras le dio un beso en la mejilla y se dirigió hacia la 
cocina. 
―Ya llamé y hablé con la señora María. Ella está preparada ―, Sadie 
dijo. La Sra. María hacía funcionar el personal y la cocina aquí. Una vez, 
Sadie había trabajado para la señora María, por lo que ella la conocía 
bien. Así fue como Jax había conocido Sadie. Ella le sirvió la cena una 
noche, y estoy bastante seguro de que cayó hundido. A pesar de que 
luchó con fuerza. 
 
 
 A 
24 
Jax se detuvo y se dio la vuelta para darle la sonrisa que revistas de 
todo el mundo etiquetaba como letalmente sexy. ―Entonces, ¿por qué no 
me ayudas a ir a mi habitación para desempacar? ―. 
Vi las mejillas de Sadie volverse rojas, y ella apretó los labios para no 
sonreír. ―Está bien, si necesitas ayuda. ― 
Jax se volvió hacia ella. ―Un montón de ayuda. No tienes idea de la 
cantidad de ayuda que necesito―. 
―O ustedes dos van a su habitación, o voy a tirar agua con hielo en 
los dos―, les dije. 
Sadie agachó la cabeza, y Jax simplemente me sonrió. ―Hasta 
luego―, dijo mientras sostenía la mano de Sadie y la llevó por las escaleras. 
Decidí ir a la playa y salir de esta casa por un tiempo era la mejor 
idea. No estoy seguro de cuánto "desempaquetar" esos dos tenían 
planeado hacer. 
 
* * * 
 
Cinco horas más tarde, las voces eran cada vez más fuertes en la 
planta baja mientras estaba en mi habitación, con vistas al patio 
delantero. Sabía que tenía que ir abajo. Jax me quería allí. Pero ellos no 
eran mis amigos. No es que no me gustaran ellos-lo hacían. Pero no los 
conocía muy bien . Luego estaba la cuestión de Preston Drake. 
El tipo no era un fan mío. Yo había intentado con todas mis fuerzas 
conseguir la atención de Amanda Hardy, sólo para perderla con Preston al 
final. Es difícilcompetir con los chicos malos con el pelo rubio surfista. No 
 
 
 A 
25 
era como si estuviera enamorado de Amanda. El amor no era algo que 
estaba buscando. Nunca. Ella era bonita y dulce. Eso me gustó . Era fácil 
con ella. 
Un golpe en mi puerta me sacó de mis pensamientos, y me volví 
para ver a mi hermano allí de pie con las manos en los bolsillos delanteros 
de sus vaqueros. ― ¿Estás pensando en esconderte aquí toda la noche?―. 
Lo había considerado. No estaba muy bien con la gente que no 
conocía. Estaba en la parte más tranquila. Jax era la personalidad en la 
familia. ―Yo iba a bajar en un minuto―. 
Jax levantó una ceja. ―Parece como si prefirieras estar en otro 
sitio―. 
Me encogí de hombros. ―No estoy loco por salir con gente que no lo 
conozco muy bien. Pero voy a hacerlo por Sadie―. 
Jax entró en la habitación. ―Si estás preocupado acerca de Preston, 
no lo estés. Él es realmente un hombre fácil de tratar―. 
Me reí. No había visto el lado que Preston tenía. ―Confía en mí, no es 
muy tolerante cuando se trata de Amanda―. 
―Tal vez no. Pero él la tiene. Han estado juntos el tiempo suficiente, 
ahora él se siente seguro. Estabas saliendo con la mujer de la que estaba 
enamorado. Puedo entender su momento de locura―. 
Jax lo hacía. Él se había ocupado de la misma cosa con Marcus 
Hardy. Eran amigos ahora. Debido a que Marcus estaba casado y tenía un 
niño, ya no representaba una amenaza para Jax. Amanda y Marcus son 
hermanos, y Marcus trabajó en la casa el mismo verano que Sadie. 
―Ya voy― le dije. ―Lo juro. Además, tengo hambre―. 
 
 
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―Bueno, porque sospecho que Sadie vendrá hasta aquí en los 
próximos cinco minutos si no llevas tu culo ahí . Está preocupada por ti 
sintiéndote excluido―. 
Me recordé que yo estaba haciendo esto por Sadie. ―Vamos―, le 
dije. 
Seguí a Jax a las escaleras y observé la multitud en el vestíbulo 
cuando Sadie abrió de nuevo la puerta para dejar entrar a más de sus 
amigos. 
Cuando yo había estado con Amanda en la boda de Marcus y 
Willow, había conocido a varios de ellos. Todos parecían muy agradables, 
pero Preston era uno de los suyos. No estaba seguro de lo bien que me 
iban a aceptar. Salí de Sea Breeze en buenas relaciones con todo el 
mundo después de la boda. Era fácil ver a quién Amanda quería. Yo ni 
siquiera traté de conquistarla. El corazón de la chica era, obviamente, 
propiedad de Preston. 
Marcus Hardy entró, sosteniendo a un bebé en una manta de color 
rojo y blanco, que parecía tener un elefante en él. Sadie gritó de alegría y 
abrazó a la esposa de Marcus, Willow, y luego extendió la mano para 
tomar el bebé de Marcus. Hace dos años esta escena no era algo que 
ninguno de ellos hubiera imaginado. Marcus se había decidido a llamar la 
atención de Sadie, pero no pudo competir con Jax. Pero entonces, nadie 
podía competir con mi hermano. Nunca me atrevería. 
―Yo lo tengo después de Sadie―, la voz de Amanda llamó justo 
cuando la vi entrar en la habitación. 
―Tú lo tienes todo el tiempo― Sadie le dijo, sonriéndole al bebé. 
―Ama a su tía Manda―, Amanda arrulló sobre el bebé. No había 
visto a Amanda después de la boda de Marcus y Willow. Su largo pelo 
 
 
 A 
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rubio colgaba suelto por la espalda, y ella llevaba una falda que dejaba 
ver sus piernas bronceadas. Preston se acercó por detrás y le puso una 
mano posesivamente en la cadera, y me congele. Esto podría ser una 
mala idea. 
―Te juro que está sobre ella― Jax susurró a mi lado. 
Asentí con la cabeza y empecé a bajar las escaleras hacia el grupo. 
No era que tubiera miedo de Preston simplemente no quiero pasar mi 
noche sintiéndome como el invitado no deseado. estaba bien con no 
presentarme a esta cosa. 
―Cage y Eva están llegando. Todavía se están acostumbrando a la 
vida con un bebé― Willow dijo a Sadie. 
―No puedo esperar a ver a Bliss― dijo Sadie con un suspiro feliz. 
¿Otro bebé? Maldita sea, este grupo se multiplica como conejos. 
―Ella es hermosa―, dijo Willow. ―No estoy bromeando. Es algo asi 
como, hey paren su camino. Sus pequeñas mejillas son tan gorditas, y sus 
ojos son como los de Cage. Eva no puede llevarla a cualquier lugar sin ser 
detenida por un millón de personas diciendo ooh y aah sobre ella―. Ella 
sonrió feliz. 
Llegamos al último escalón, y Sadie se dio cuenta. Ella sonrió 
brillantemente. No hice el contacto visual con Amanda o incluso mire en la 
dirección de Preston. En cambio me acerqué a estrechar la mano de 
Marcus y felicitarlo por el chico. 
―Me alegro de verte―, dijo Marcus, sonriéndome. 
―Igualmente. Parece que has añadido a otro miembro en la 
familia―, le contesté. ―Felicidades―. 
 
 
 A 
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―Gracias. Me mantiene despierto en la noche, pero estoy bien con 
eso. Es un buen momento para hablar de fútbol. Enseñarle temprano―. 
Me reí y me volví a Sadie, que sostenía al pequeño para mí. ―Jason, 
conoce a Eli Hardy―, dijo en una voz suave reservado para los bebés. 
―Encantado de conocerte, Eli―, le contesté. El chico sonrió y metió 
la mano en su boca. La pequeña pelusa de pelo en su cabeza era tan roja 
como la de su madre, pero el chico me recordaba a Marcus. Tal vez eran 
los ojos. 
―Estoy hambriento. ¿Nos vamos a quedar de pie y mirar a los bebés 
durante toda la noche, o hay comida aquí? ―, Una nueva voz dijo, alejo 
mi atención del bebé. Lo reconocí, pero no podía recordar su nombre. 
Tenía sus rastas recogidas en una cola de caballo. Tatuajes decoraban la 
mayoría de sus brazos, e incluso tenía uno que venía de su cuello. No lo 
mire el tiempo suficiente para averiguar de quién se trataba. Su labio fue 
traspasado, y cuando hablaba se podía ver el metal en la boca. 
―Tenemos un montón de comida, Dewayne―, Sadie respondió, 
sonriéndole como si él no fuera un tipo de culo aterrador. 
―Bueno―, dijo, caminando y deteniéndose para besar la cabeza 
de Eli, no era lo que yo esperaba que hiciera. ―Maldita sea, ese chico es 
lindo. Pero entonces, él se parece a su mamá―. 
Marcus simplemente se río entre dientes. 
Dewayne me miró y se detuvo. Su mirada se desvió de mí a donde 
sabía que Amanda y Preston estaban detrás . Una lenta sonrisa se extendió 
por su cara. ―Claro que sí. Esto debería ser una tonelada de mierda de 
diversión. Preston, ¿vas actuar bien con Jason? ― 
 
 
 A 
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Los ojos de Sadie se agrandaron, y todos se quedaron en silencio. 
Decidí que ahora era un buen momento para la vuelta y dirigirme a ellos y 
terminar con esto. 
Amanda estaba mirando a Dewayne como si estuviera a punto de 
hacer un movimiento hacia él, pero Preston tenía una sonrisa divertida en 
su rostro. ―Yo siempre actuó bien―, dijo Preston con un acento perezoso 
que quedo bien con su aspecto chico surfista. ―No tengo problema con 
Jason. Al menos ya no―. Dejó caer su brazo alrededor de la cintura de 
Amanda, dio un paso adelante, y tendió la mano hacia mí. ―Sin 
resentimientos―, dijo. 
El chico era difícil que no me gustara. Le estreché la mano. ―De 
ninguna manera―, le contesté. 
―Está bien― dijo, dando un paso atrás para poner su mano sobre 
Amanda. ― ¿Ves, imbécil? Todos estamos bien―, le dijo Preston a 
Dewayne. 
Dewayne simplemente se rió y negó con la cabeza. ― Claro que lo 
están―. 
― Está bien, Dewayne, no vayas provocando a todo el mundo. 
Estamos en la casa de los Stone―, dijo Marcus, tratando de sonar 
diplomático. 
Dewayne se encogió de hombros y miró a Marcus. ― Sólo tenia un 
poco de diversión―. 
La entrada se llenó de nuevo, esta vez con la enorme pared de 
ladrillo que era Rock. Una niña con una cabeza llena de rizos corrió 
alrededor de sus piernas, gritando el nombre de Preston. Me volví para ver 
a Preston agachándose y agarrarla justo cuando ella se arrojó en sus 
brazos. Rock y su esposa, Trisha, habían adoptado a la pequeña hermana 
 
 
 A 
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y a los hermanos de Preston cuando su madre falleció, por lo que este 
grupo de amigos se unió con más fuerza. 
― Te extrañé―,dijo la niña, la plantación de un chasquido sonoro 
beso en la mejilla de Preston. 
― Te extrañé, también―, respondió. 
― Lo siento llegamos tarde―, dijo Rock. ― Trisha estába trayendo a 
los niños después de la práctica de fútbol. Tuve que ir a buscar a Daysi. Jess 
la cuida en la casa mientras estábamos en la práctica de los chicos. 
Mi cabeza se giró en el nombre de Jess. El nombre de la chica que 
había rescatado de la otra noche. 
― ¿Estás dejando a Jess cuidar a Daisy?― Preguntó Willow, sonando 
sorprendida. 
Rock la miró y frunció el ceño. ―Ella es mi prima. Sé que no eres una 
fan de Jess, pero ella es buena con Daysi―. 
― Ella realmente no es tan mala, Low― Amanda elevó la voz. ―Yo 
sé que tienes una mala experiencia con ella, pero Jess es leal a una falla y 
ella ama a los niños―. Eso me puso aún más curioso. Si esta era la misma 
Jess que golpeó el infierno fuera de la camioneta de su novio, entonces 
podía entender la preocupación de Low. Ella no parece del tipo niñera. 
― Ella parece tan frívola―, dijo Willow, frunciendo el ceño. 
Dewayne volvió a entrar en la habitación con un puñado de papas 
fritas. ― Que estes preocupada porque Jess había puesto su culo sexy en 
Marcus. No quiere decir que ella es una chica mala. Sólo un poco 
equivocada a veces―. 
Amanda lanzó una mirada molesta a Dewayne. ― No hagas eso. Es 
noticia vieja―. 
 
 
 A 
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― No lo hagas, amigo―. La voz de Marcus sonaba suplicante. 
― Jess hace algunas cosas que no están bien pensadas, y ella es 
impulsiva, pero aun así es buena con Daisy―, dijo Rock a la defensiva. 
― Golpeó la camioneta de Hank la otra noche―, señaló Marcus. 
Este grupo acababa de ganar mi atención completa y total. No 
pude evitar una sonrisa. Tuve que frotar mi mano sobre mi boca para que 
nadie se diera cuenta. Estaban hablando de la rubia caliente que había 
ayudado a escapar. 
― ¿Ella hizo que? ― Sadie preguntó horrorizada y conmocionada. 
Willow suspiró y sacudió la cabeza. ― Su novio la estaba engañando, 
y ella tomó un bate o algo y le hizo añicos las ventanas de su camión y al 
parecer hizo algunas abolladuras en un lado antes de que ella se echará a 
correr―. 
Preston dejó escapar una risa divertida. ― Lo siento. Pero es divertido 
como el infierno. Cada vez que lo escucho, no puedo dejar de reír―. 
Rock negó con la cabeza. ― Chica loca. Hank se lo merecía, pero 
todavía no puedo creer que ella lo hizo. Aunque, está alegando que ella 
no lo hizo, y la única prueba es Hank diciendo que la vio correr y la 
persiguió. El dice que ella saltó en un Porsche y se fue. Esta justificación es 
una mentira. No hay nadie en la ciudad con un Porsche. Luego, cuando 
los policías llegaron a su casa, su mamá dijo que Jess había estado con 
ella todo el día y estaba en la ducha. El policía dijo que el capó de su 
camioneta estaba fresco, así que no podía discutir con Starla―. 
Sentí los ojos de Jax en mí, pero no me di la vuelta. Casi podía oír sus 
pensamientos. Sabía quién era dueño de un Porsche en Sea Breeze-él lo 
tenía. 
 
 
 A 
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― Conociendo a Hank, estaba borracho o drogado. Pero seguro 
que suena como algo que Jess haría. Nadie más tenía un motivo. Y todos 
sabemos que Starla probablemente entretiene a más de uno de los 
policías en Sea Breeze en Jugs―, dijo Preston, todavía divertido y sonriente. 
¿Jugs? ¿Qué hay en Jugs? No le pregunté. En cambio me quedé 
tranquilo. Por suerte, Jax nunca mencionó el Porsche que dejó aparcado 
en el garaje aquí. 
 
 
 
 
 
 
 A 
33 
3 
traducido por Luz 
corregido por Ingrid Manning 
 
 
JESS 
Yo había permanecido encerrada por una semana. Estaba cansada 
de estar en casa. Mantener la pequeña niña de Rock, Daisy May, a 
principios de esta semana había sido una distracción divertida, pero 
necesitaba un poco de acción. Pensando en Hank y toda la pérdida de 
tiempo simplemente me volvía loca. Era casi como si me estuvieran 
pidiendo terminar como mi mamá. No es que no amará a mi mamá, sólo 
sabía que su vida era dura. 
Además, por mucho que me gustaba vestirme para llamar la 
atención de un chico, no quiero volver a pensar que tenía que 
desnudarme a los hombres a fin de mes. Mi mamá parecía tomarlo con 
calma. Yo simplemente no creo que jamás podría. Me gustaba mi cuerpo 
muy bien. Sólo prefiero elegir con quién me quito la ropa. Calvos y gordos 
policías no van a conseguir pagar para verme desnuda. Que Dios me 
ayude. 
Deslicé mis pies en mis botas vaqueras rojas y tiré mi corta falda de 
cuero negro hacia abajo hasta que cubrió mis nalgas. Al parecer, el cuero 
 
 
 A 
34 
estaba de temporada. Me encanta el cuero, por lo que me siento feliz. 
Cogí una de mis camisetas de Jackdown. Iba a ir a escuchar a Krit y su 
banda esta noche en Live Bay. Krit amaba cuando yo llevaba una de las 
camisas de la banda. 
Krit también había amado cuando me la quité para él. Pero esos 
días habían terminado. Su hermana, Trisha, se casó con mi primo. Éramos 
familia ahora, aunque él prefiere decir que no cuenta. Además, Krit no iba 
a ser el hombre para salvarme de la vida de mi mamá. Él era como yo: 
nacido en una situación de clase baja y tratando de encontrar una salida. 
También disfrutamos de problemas sólo un poco demasiado. Los dos juntos 
habíamos demostrado ser peligrosos. 
Mamá ya se había ido a trabajar esta noche, así que fui a su 
habitación para rociar un poco de su Chanel en mi escote. Ella lo usa con 
moderación, y se suponía que yo no debía tocarlo. 
Cuando estaba segura de que estaba lista, agarré mis llaves del 
carro y abrí la puerta principal. En mi camino de entrada había una 
Hummer negra completamente podrido de dinero con las ventanas 
tintadas oscuras. ¿Quién demonios era ? Ese no era la típica Hummer. Era 
del tipo que era-un pedido especial. Cerré la puerta detrás de mí y caminé 
por las escaleras de dos bloques de cemento 
La puerta del conductor se abrió y salió el Sr. Porsche. En su mano 
estaba un bate de béisbol. El bate de béisbol de Rock. Oh, maldita sea, 
me había olvidado de él. Sonriendo de alivio porque Rock me hubiera 
matado si yo lo hubiera perdido, me acerqué a su encuentro a mitad de 
camino. 
―Se te olvidó algo―, dijo a modo de saludo. 
 
 
 A 
35 
―Gracias―, le respondí, tomándolo y lo pegué a mis espaldas por si 
alguien pasaba y me cogía con el bate de béisbol. Eso era lo último que 
necesitaba después de esta semana. 
― ¿Puedo confiar en ti con él? ¿O debería estar disponible para 
cualquier plan de escape? ― 
El Sr. Porsche tenía un hoyuelo en la mejilla derecha. No me había 
dado cuenta antes. ―Creo que voy a guardar mi bate. Es exceso de 
problemas―, le dije. 
―Es bueno saberlo. Hay historias de la paliza que le diste al camión 
por toda la ciudad esta semana― dijo con una mirada divertida. ― se 
habla de que tu vehículo de escape era un Porsche, y nadie le cree a 
Hank porque están diciendo que nadie tiene un Porsche por aquí, decidí 
que sería mejor conducir algo más si iba a venir ―. 
¿Cómo sabía eso? Sea Breeze era una ciudad pequeña, pero no era 
tan pequeño. Los locales no compartían ese tipo de cosas con la gente de 
verano. Tenía que conocer a alguien aquí. ― ¿Quién eres ? ―, Le 
pregunte. 
―Mi nombre es Jason―, contestó. 
Jason. Yo no conozco a ningún Jason. Aparte de Jason Condoy, que 
tuvo una sobredosis el año pasado. Incliné mi cabeza y lo estudié un 
minuto. ―Por lo tanto, Jason, ¿quién te conoce en Sea Breeze? Hubiera 
jurado que tenías propiedad fuera de la isla. El Porsche y todo lo que diste 
de distancia ―. 
Su sonrisa creció y su hoyuelo fue más profundo. Me gustó mucho su 
hoyuelo. ―Es mi secreto―, dijo simplemente. 
Miré hacia abajo a su ropa de diseñador y recordé que tipos como 
él estaban tan fuera de mi alcance. Yo estaba buscando un chico local 
 
 
 A 
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con cierto potencial. Eso era tan bueno como lo que iba a conseguir. Este 
chico parecía que encajaría a laperfección en Beverly Hills. ―Sí, bueno, 
gracias por esto y por la otra noche. Te lo agradezco―, le dije, decidiendo 
que la prolongación de esta conversación era inútil. 
― ¿Te diriges a alguna parte? ―, Preguntó. 
―Sí, voy a salir. Un amigo mío está en una banda―, le expliqué. 
Jason no hizo un movimiento para irse. ¿Qué estaba haciendo? 
― Están tocando en un bar― continué. 
― ¿conoces a alguien allí? ― 
Um… ¿Qué? ¿Estaba realmente a punto de pedir ir también? No. 
Tenía que estar leyendo esto mal. ― Uh, mis amigos estarán allí, estoy 
segura―. 
― ¿Pero ningún chico? ¿O es el amigo de la banda el chico? ― 
Me estaba preguntando si tenía una cita. Guau. Por primera vez en 
mi vida me sentí como pérdida para las palabras. Me quedé allí, 
torpemente mirándolo. 
― Está bien. De Verdad. No estés tan asustada. Nos vemos 
alrededor― dijo, luego se volvió y se echó a andar hacia su Hummer. 
Él se iba. Tenía que decir algo. ― No espera. Yo no estoy… No hay un 
chico. Yo sólo voy a escuchar a la banda y ver a unos amigos. Si quieres 
venir…― Mi voz se apagó, seguía teniendo dificultades para creer que él 
quería ser visto conmigo. 
Se detuvo y me miró. ― ¿Estás segura? ― 
 
 
 A 
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¡Sí! Me las arreglé para asentir con la cabeza y no actuar como un 
idiota. 
Su sonrisa estaba de vuelta. ― Voy a conducir―. 
Estabilizando mi respiracion, caminé hacia él y se dio cuenta de que 
todavía tenía el bate de béisbol en la mano. "Oh." Me detuve y me paré. 
― Tengo que poner esto lejos―. 
―Puedes ponerlo en el Hummer hasta que regresemos― dijo, 
acercándose a abrir la puerta para mí. 
Esta era la primera vez. Nadie había abierto una puerta del coche 
para mí. Nunca. 
― Gracias― le dije, mirando hacia él y decidiendo que podría 
acostumbrarme a esto. 
― ¿Por qué? ― Preguntó con una mirada confusa en su rostro. 
― Por abrir mi puerta― le contesté. 
Sus ojos se abrieron y él me miró un segundo, luego se inclinó hacia 
delante. ―Jess, si los chicos no abren la puerta para ti, entonces no vale la 
pena su tiempo. No hay necesidad de darme las gracias―. Entonces se 
echó hacia atrás y me tendió la mano para ayudarme a subirme en el 
Hummer. 
Estaba bastante segura de haber entendido la palabra "desmayarse" 
por fin. Puse mi mano en la suya, y la cerró más grande alrededor de la mía 
y me ayudó a levantarme. Era más alto que mi camioneta, pero mis 
piernas eran tan largas como las de mi mamá. Aun así, me gustó que me 
ayudara. 
Cuando me senté, me di cuenta de sus ojos en mis piernas antes de 
que él levantara la mirada para encontrarse con la mía. ―Lo siento― dijo 
 
 
 A 
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con un ligero rubor en su rostro. Luego cerró la puerta y tuve un momento 
para serenarme. 
¿Había visto alguna vez a un chico ruborizarse? Aparte de mi 
profesor de historia de secundaria con el que yo había tenido un flechazo 
y me había asegurado que lo supiera. Me sentí muy mal vestida. Mi 
pequeño vestuario atractivo parecía ahora… del tipo barato. Jason abrió 
la puerta del conductor y subió. Sus bíceps flexionados capturaron mi 
atención completa. Me preguntaba como lucían sus abdominales. 
― ¿A dónde vamos? ― Me preguntó mientras encendía del motor. 
―Se llama Live Bay―, le dije. ― ¿Has oído hablar de él? ― 
Jason sonrió. ―Claro―. 
 
JASON 
Esta fue probablemente una mala idea. Yo no estaba dispuesto a 
decirle a Jess quién era yo. De las historias que había oído hablar de Jess, 
yo sabía que era una pleitista. Tenía la intención de devolver el bate e 
irme. Aunque las cosas que el grupo había dicho sobre ella eran divertidas 
como el infierno, me dio la impresión de que una vez que ella supiera que 
mi hermano era Jax Stone, eso sería lo único que le importaría. Estaría en su 
radar, pero por todas las razones equivocadas. Y yo estaba aquí sólo por 
un mes para conseguir un poco de tiempo a solas antes de que la escuela 
empezara. 
Al verla salir de la casa en esa pequeña falda que apenas cubría su 
culo y su apretada camiseta me habían hecho olvidar exactamente por 
qué no había estado planeando seguir para llegar a conocerla mejor. 
Todas esas piernas me habían hecho débil. Rock había actuado tan 
 
 
 A 
39 
protector con ella cuando todo el mundo estaba hablando de Jess, y yo 
podía ver la preocupación en sus ojos cuando explicó sus acciones. Él 
sabía que ninguno de ellos se había dado la oportunidad de conocer a 
Jess. 
Quería conocer a Jess. Debido a que a la sexy a medio vestir, le 
gustaba usar su cuerpo para que los hombres la alabaran de rodillas, era 
muy muy caliente Necesitaba más, sin embargo. Estaba curioso. Eso era 
todo. 
― ¿has ido a Live Bay antes? ―, Preguntó. 
Miré a ella. ― Sí, una vez― admití. 
― Sorprendente. Normalmente, los isleños no llegan a nuestros 
lugares de reunión―. 
La forma en que dijo "los isleños " no sonaba atractivo. ― ¿Tienes 
algo en contra de la isla? ―, Le pregunté, divertido. 
Ella se encogió de hombros. ― En realidad no. Sólo es la realidad―. 
Ella tenía razón. Jax, sin embargo, había soplado fuera del agua. No 
sólo había salido de la isla, había perseguido a una muchacha y la hizo 
suya. ― ¿Alguna vez has estado en la isla? ―, Le pregunté. Giré en Live 
Bay, luego la miré. 
Negó con la cabeza. ― Nop―. Puso sus ojos en mí, y sus largas 
pestañas abanicaron sus altos pómulos. ― Los chicos de la isla no suelen 
invitar a chicas como yo a cenar―. 
Esa era una vergüenza. Los chicos de la isla no sabían cuán 
entretenida era Jess. ― Su pérdida― dije, abriendo mi puerta. Tenía que 
correr alrededor de la parte delantera de la Hummer para llegar a Jess 
antes de que ella saltara por su cuenta con esas botas puestas. 
 
 
 A 
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Ella arqueó las cejas. ― ¿Ayudas a las chicas a salir de los coches 
también? ― Preguntó. 
Maldita sea, ¿Con qué tipo de chicos había estado saliendo? 
Le tendí la mano, y ella la agarró antes de bajar. Su pecho se apretó 
contra el mío, y contuve el aliento. Sus tetas estaban no sólo en el lado 
generoso, también eran suaves. 
― Gracias―, dijo, sonriendo hacia mí con una mirada de 
complicidad en sus ojos. Iba a dejarla tener su diversión. Sabía que me 
gustaba la sensación de su pecho, y ella se mantenía allí misma para que 
yo mirara hacia abajo y ver de cerca y privado. 
Yo no iba a mirar, sin embargo. Ella esperaba que lo hiciera. Ya me 
había cogido mirando sus piernas. No iba a comerme con los ojos sus tetas, 
también. En cambio le guiñe un ojo y di un paso atrás. 
― ¿Lista? ― Le pregunté. 
El flash de decepción en sus ojos me hizo desear haber echado un 
vistazo. Yo no quiero que piense que no estaba atraído por ella. Ella puede 
ser coqueta, pero era una mujer y tenía sentimientos. 
― Claro―, dijo ella, con una sonrisa forzada y girando la cabeza en 
el interior. Empecé a agarrarla del brazo y asegurarle que su cuerpo era 
perfecto. Pero no lo hice. Tenía la sensación de que estaba acostumbrada 
a eso. Yo no quiero ser lo que ella estaba acostumbrada. Ella me vio 
diferente, y quería serlo. Quería destacar. 
¿Por qué? No estaba seguro. 
Tomé varias zancadas para mantenerme a la par con ella y asi llegar 
a la puerta antes que ella para que pudiera abrirla. Se detuvo y me miró 
 
 
 A 
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mientras estaba atrás y esperé a que caminara. Una pequeña sonrisa 
apareció en sus labios, y la coqueta Jess estaba de vuelta. 
La seguí por dentro. La música ya era fuerte y los cuerpos estaban 
reunidos más cerca del escenario. La banda no estaba tocando todavía, 
pero estaban cerca de la hora. 
Varios chicos gritaban saludos a Jess, quien saludó a ellos de regreso. 
Todos la conocían. Incluso el camarero, que le guiñó un ojo. Esto no era 
algo que me gustaría ser capaz de tratar. Me alegro de que estuviera 
siendo testigo esta noche. 
Vi varios ojos masculinos pasar de ella a mí. Todos preguntandose si 
yo estaba con ella. Podía sentirlo. No me moví a tocarla porque ella no era 
mía. Acabábamos devenir aquí juntos. 
― ¿Dónde encontraste a este, Jess? ― Una chica con rizos castaños 
oscuros y labios pintados de rosa brillante preguntó mientras me miraba 
con curiosidad abierta. Sus ojos recorrieron mi cuerpo lentamente. 
― Él está conmigo, Tiff. Vierte agua helada en ti misma y sigue 
adelante―, dijo Jess, alcanzó a agarrar mi brazo y me tiro más cerca de 
ella. 
Yo estaba tratando muy duro de no sonreír. 
― Cuando te canses de sus garras, ven a verme. Soy dulce como un 
gatito―, la otra chica dijo mientras Jess me llevó a través de la multitud. 
― ¿Amiga tuya? ― Le pregunte, divertido por la rigidez de los 
hombros de Jess. 
Se detuvo y me miró. ― Uh, no―, me espetó. ― Te destacas, isleño. 
Es todo sobre ti. Van a sacar los buscadores de oro―. 
― ¿Qué, no es por mi buen aspecto? ―, Le pregunté, burlándome. 
 
 
 A 
42 
Ella empezó a decir algo y se dio cuenta de la mirada divertida en 
mi cara y sus hombros se relajaron. ― Eres caliente, isleño. Te dare eso. Así 
que es todo el paquete. Sólo pégate cerca de mí porque Tiff es sólo una 
de muchas―. 
Asentí con la cabeza y ella me lanzó una sonrisa real. El tipo que hizo 
que sus ojos bailaran con diversión. ― Vamos. Mis amigos están por aquí ―, 
dijo. 
La seguí a través de la multitud. Me di cuenta de Rock primero. 
Estaba sentado en una mesa frente al escenario. A su lado estaba 
Dewayne. No habia señales de Preston o Amanda. Tomé una respiración 
fácil. Yo podría hacer frente a Rock y Dewayne. 
Aunque, estaba un poco nervioso acerca de cómo Rock 
reaccionaría a esto. no quiero molestar a ese tipo. 
Mi secreto de quién era se descubriría después de que Rock le diga 
a Jess. Ella ya me veía como un niño rico que estaba fuera de los barrios 
bajos. No estaba seguro de que si supiera que mi hermano era Jax Stone 
cambiaría mucho su opinión. Ella no sabía que había parecido importante 
para mí al principio, pero ahora no estaba seguro de que cambiaría como 
la mayoría de las chicas lo hicieron una vez que sabían. Estaba 
acostumbrado a que las chicas se vieran interesadas en mí en el momento 
en que se enteraban de quien era mi hermano. Tener a Jax como 
hermano normalmente me deja cualquier mujer que quisiera pero por 
todas las razones equivocadas. 
Lo sabría muy pronto. Si Jess comenzaba a actuar como uno de los 
fans locos de Jax y se ponía pegajosa, yo estaria fuera de aquí. Esta sería 
nuestra prueba. Realmente no quería que esta noche terminara. Y tenía 
esperanzas de que Jess no fuera un fan de Jax Stone 
 
 
 A 
43 
4 
traducido por Luz 
corregido por NicolePops 
 
JESS 
¿Cómo lo hizo? Una atractiva y divertida sonrisa de Jason y yo 
estaba completamente lista para abofetear a Tiff. Quería enhebrar mis 
dedos a través de él, pero no quería asustarlo. Él parecía estar esperando 
para que yo hiciera algo estúpido. O metiera la pata. No tenía que decir 
nada, lo pude ver en sus ojos. 
― El es mi primo Rock y uno de sus mejores amigos, Dewayne―, le 
dije, porque no quería que él pensará que sólo tenía amigos hombres. 
Incluso si eso era cierto, no sonaba bien. En realidad eran amigos de Rock. 
Había coqueteado con la mayoría de ellos y cabreado a todas sus 
mujeres. A excepción de la esposa de Rock, Trisha. Ella me quiso. Y luego, 
por supuesto, Amanda. Ella nunca me había juzgado o mirado por debajo 
de mí. En la escuela siempre había salido su manera de hablar conmigo y 
actuar como si fuéramos buenas amigas. Luego, hace poco más de un 
año había decidido tomar un viaje por el lado salvaje y vino a mí para 
recibir orientación. Nuestra amistad se había cimentado entonces. 
Los ojos de Rock se encontraron con los míos y sonrió, y luego 
cambiaron a Jason y su sonrisa se desvaneció. ¿Era porque era tan obvio 
que no era de por aquí? hubiera pensado que estaría feliz de verme con 
 
 
 A 
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alguien tan pulcro. En realidad, nadie más que a Hank debería haberle 
hecho sonreír. 
Rock se puso de pie, y me pregunté si debía intervenir frente a Jason. 
Antes de que pudiera decidir qué hacer, Jason se acercó a mi lado. ― 
Rock, Dewayne, es bueno verlos a los dos de nuevo―, dijo Jason con una 
facilidad familiar. Me quedé helada. 
Esto no tiene sentido. 
― Bueno, que me condenen―, dijo Dewayne con una carcajada.
 
El ceño fruncido de Rock se volvió hacia él. ― ¿Quieres explicarme 
esto? ―, le preguntó a Jason. 
― Soy el del Porsche―, respondió simplemente. 
Las cejas de Rock se dispararon, y él me miró, luego de nuevo a 
Jason. Se pasó una mano por la cabeza rapada. ― ¿Por qué no pensé en 
eso? ― Murmuró. 
Abrí la boca y estaba a punto de preguntarle qué demonios estaba 
pasando, cuando Dewayne soltó otra carcajada. ― ¡Hijo de puta! Eso no 
tiene precio. Y tú no dijiste una sola palabra sobre la otra noche―. 
¿La otra noche? Me volví a Jason, y me dio una sonrisa de disculpa. 
¿Sabía quién era yo? ¿Él estaba con Rock la otra noche? ¿Cómo? 
― Debería estar enojado por que que tú no dijiste nada, pero estoy 
un poco contento de que no lo hicieras―, dijo Rock. ― El Porsche ha sido 
lo único en esa historia que hace que Jess se vea inocente―. Volvió a 
sentarse en su banquillo. 
Finalmente encontré mi voz. ― ¿De qué están hablando? ― Le 
pregunté, golpeando mi mano sobre la mesa para llamar su atención. 
 
 
 A 
45 
Rock me miró como si estuviera loca, y luego se volvió a mirar a 
Jason. La pregunta de sus ojos sólo me confundió más. 
― Ella dejó el bate en mi coche. Lo llevé de regreso esta noche y 
despues terminamos aquí. Realmente no hemos hablado mucho más. Ni 
siquiera hemos llegado tan lejos como para conocer nuestros apellidos― 
Jason explicó a Rock, y luego me miró como si estuviera esperando que 
algo hiciera clic conmigo. 
― ¿Así que no sabías que era mi prima hasta la otra noche? ― 
Preguntó Rock. 
― No tenia ni idea―, respondió Jason. 
Rock suspiró y asintió con la cabeza hacia mí. ― Amigo, ella no va a 
tomar esto muy bien. Tendrías que haberle dicho antes de que ella entrara 
aquí contigo―. 
Estaba tratando de leer entre líneas. ― ¿Quién eres tú? ― Le 
pregunté. 
Jason abrió la boca, luego la cerró. ¿Qué tan difícil era que me 
dijera cómo conocía a Rock? 
― Conoce a Jason Stone, el único hermano de Jax Stone, cariño― 
Dewayne anunció en voz alta. 
― ¿En serio? ― Dijo Rock, mirando por encima a Dewayne. 
― ¿Qué? Le estaba tomando tiempo para jodidamente nunca 
decirlo. El suspenso me estaba matando―, respondió Dewayne. 
Yo, por el contrario, me quedé allí y me quedé mirando a Jason. 
¿Cómo no lo había visto? Se parecía tanto a Jax. Había visto a Jason en los 
tabloides y en la televisión con Jax. Él había sido visto con Star en los 
premios de la música. Todo el mundo había hablado acerca de Star 
 
 
 A 
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moviéndose de un hermano Stone al siguiente. Antes de eso, lo había visto 
en algunos tabloides con una niña de uno de los videos musicales más 
recientes de Jax. Habían estado muy calientes y fuertes en un club. No 
podía creer esto. 
― Debería haberte reconocido―, le dije. 
Jason se encogió de hombros. ― No soy Jax―. 
Aunque su tono era vacío de cualquier emoción, pude ver en sus 
ojos. Me estaba poniendo a prueba. No me había dicho quién era porque 
él cree que lo trataré de manera diferente. La verdad era que… 
probablemente tenía razón. 
Mi mamá no crio a una idiota. Claro, hay un montón de cosas en la 
vida que yo conocía. Al igual que el álgebra, por ejemplo. Me chupó en 
ello. Pero los hombres-Yo conocía a los hombres. Había estado viendo a mi 
madre manipularlos durante años. Jason quería ser normal. Bien. Iba a 
tratarlo como cualquier otro chico. 
― No, tú no eres Jax―, le contesté. Miré a Dewayne. ― Tráeme una 
cerveza, por favor―. 
No me perdí la forma en que la ceja perforada de Dewayne se 
levantó sorprendida. Nunca dije por favor. Al menos, no a él. Eso había sido 
por amor a Jason. 
― Es hora de bailar, isleño―, le dije, disparándolea Jason un guiño y 
caminando hacia la multitud, sin esperar a ver si me seguia. No tenía 
ninguna duda de que lo haría. 
De repente, un hombre se puso delante de mí y me agarró de las 
caderas. Era Will Fort, el mejor amigo de Hank. ― Hey, dulzura, ¿Viniste a 
verme? ― Preguntó. Sólo lo había utilizado, una vez para volver loco a 
Hank. No valió la pena. Will tenía demasiados tornillos sueltos. 
 
 
 A 
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― Sigue soñando, Fort―, le contesté, sacando sus manos de mis 
caderas con un empujón. Él se tambaleó hacia atrás y chocó con otra 
pareja. No era que yo fuera tan fuerte, era que ya estaba muy borracho. 
Él sólo se río a carcajadas. La diversión en su rostro me dio ganas de 
darle una bofetada. ― Puedo jugar rudo, dulzura. Hank dijo que es como 
te gusta― dijo Will arrastrando las palabras. 
Abrí la boca para decirle dónde iba a patearle las pelotas cuando 
una nueva mano se posó en mi cadera. Sorprendida, me di la vuelta para 
ver a Jason mirando a Will. Esto no lo esperaba, pero seguro que era un 
buen giro de los acontecimientos. Me sorprendió que incluso le importara. 
― Es probablemente mejor que des un paso atrás y la dejes en paz. 
Desde mi punto de vista, el bruto con el que ella planea pegarse va a 
dejarte arrugado en el suelo―. 
Will desvió la mirada a Jason, y pude ver la sorpresa en sus ojos. Era 
obvio que Jason no era uno de nosotros. Mentalmente me encogí. 
Necesitaba mantener a Jason lejos de Will antes de que dijera algo 
humillante. Normalmente, hacía bromas sobre mi mamá. 
― Vamos―, le dije a Jason, volviéndome hacia él y moviéndome 
entre la multitud. 
Jason fue de buena gana, pero sus ojos nunca dejaron a Will 
mientras retrocedía. Me gustó la racha de protección, pero la verdad era, 
que incluso borracho Will podría haber golpeado su culo. Los tipos como 
Jason no tenían las habilidades para asumir a un tipo que había crecido 
siendo golpeado por su padre hasta que tuvo edad suficiente para 
empezar a devolverle el golpe. 
― ¿Amigo tuyo? ― Jason preguntó finalmente cuando estuvimos lo 
suficientemente profundo en la multitud donde Will ya no estaba a la vista. 
 
 
 A 
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― Pueblo pequeño. Los lugareños se conocen entre sí―, le contesté, 
que no era del todo cierto. Pero yo no quería dar una lección de historia 
de mi vida a Jason. 
Había una buena oportunidad de que Will alertaría a Hank de mí 
estando aquí con un chico. Hank todavía no me había reclamado por 
golpear su camioneta, y yo no estaba de humor para enfrentarme a él. 
Especialmente con Jason aquí para verlo. 
― Esta fue una mala idea―, le dije. ― Tengo una mejor―. 
Jason no respondió, pero tenía curiosidad. 
― ¿Puedes nadar, isleño? ― 
Una sonrisa torcida tiró de sus labios. ― Sí―. 
― Bueno―, le contesté, agarrando su mano y tirando de él a través 
de los cuerpos hasta que estuvimos en la puerta. ― Conozco un lugar con 
mucho menos gente―. 
*** 
JASON 
Cuando Jess me había preguntado si podía nadar, no había previsto 
esto. Yo no era conocido por violar la ley. 
Vi como Jess subió a una puerta de hierro alta, y consideré la 
estupidez de lo que estaba a punto de hacer. Ella sabía que tenía una 
línea de visión directa hasta su falda, y estaba usando eso a su ventaja. 
Mirando hacia atrás a la casa de playa vacía, me preguntaba si esto era 
 
 
 A 
49 
una cosa común entre los lugareños. Esto, obviamente, no era su primera 
vez haciendo algo así. 
― ¿Vienes? ― Jess preguntó mientras tiró una pierna por encima de 
la valla y sonrió hacia mí. Yo no era de retractarme de un reto, pero nunca 
me había atrevido a escalar la cerca de una casa que no era la mía. ― 
No me defraudes―, dijo Jess, y comenzó su ascenso en el otro lado de la 
puerta. 
Eché un vistazo alrededor para asegurarme de que no estábamos 
llamando la atención antes de llegar y agarrarme del frío metal. El viaje fue 
mucho más fácil de lo que Jess había hecho que se viera, pero había 
estado usando una falda corta y botas. Lo cual, para ser honesto, fue el 
punto de venta para todo esto. Era difícil decir no a esas piernas. 
Cuando mis pies tocaron el suelo en el otro lado, me volví para ver a 
Jess de pie junto a la piscina, sumergiendo sus pies en el agua, llevaba un 
par de bragas en caliente color rosa que hicieron poco para cubrirla y un 
sujetador a juego. Levantó los ojos y me lanzó una sonrisa burlona. ― Ven 
por mí―, se burló antes de sumergirse en el agua. 
Ver esas tiras de color rosa de satén hizo tan poco para ocultar su 
cuerpo de súper modelo, estaba agradable y húmeda, fue todo el 
incentivo que necesitaba para desnudarme. Echando un vistazo a la casa 
en frente de nosotros, realmente esperaba que ella tuviera razón y este 
lugar fuera en realidad un alquiler que estaba vacío. 
Dejé caer mis pantalones vaqueros y camisa sobre la silla más 
cercana antes de volver a ver a Jess mirándome. La punta de su lengua se 
asomó mientras lamía el agua fuera de su labio inferior. 
Infierno. Esto podría valer el posible problema que podíamos 
enfrentar. La vi temblar y decidí que era probablemente mejor que me 
sumergiera. Necesitaba un poco de agua fría por el momento. 
 
 
 A 
50 
Cuando mi cabeza salió a la superficie, Jess estaba batiendo agua y 
sonriendo. ― Tengo que admitir, no pensé que fueras a hacerlo. Tenía 
miedo de que pudiera estar nadando sola ―, dijo, y luego se acercó a mí. 
― casi no lo hice―, le dije con sinceridad. 
Ella inclinó la cabeza y un largo mechón de pelo cayó sobre su 
hombro. ― ¿Qué te hizo cambiar de opinión? ― 
Miré hacia abajo en el agua. Las luces de la piscina iluminaban su 
cuerpo. Podría ser un caballero y mentir, pero decidí que Jess no era el tipo 
de chica que quería la respuesta apropiada. Quería la verdad. ― Esas 
bragas―, le contesté. 
Los ojos de Jess se ampliaron, y luego echó hacia atrás la cabeza y 
se río. No hubo burlas, actúo tímida. Fue refrescante. La muchacha sabía 
que ella era sexy como el infierno y le gustaba. Ella lo usó. 
Cuando volvió a mirarme, había un brillo perverso en sus ojos cuando 
se acercó a mí. El agua era sólo seis pies de profundidad, por lo que mis 
pies estaban todavía tocando el fondo con facilidad. La dejé hacer esto. 
Ella parecía estar segura de lo que estaba haciendo, y me gustó el 
espectáculo. 
― Normalmente, hago esto desnuda―, dijo en un susurro. 
― No me he quejado―. 
Ella puso sus manos sobre mis hombros para sostenerse. ― ¿Me 
quieres desnuda? Luego de terminar de desvestirse―. 
Por muy tentador que era, no estaba tomando el cebo. había 
tenido sexo sin sentido. Una sola noche con groupies no eran algo nuevo 
para mí. simplemente no queria que fuera asi con Jess. Algo estaba fuera 
de sus ojos. Claro, ella estaba arrojándose a mí con una invitación abierta, 
 
 
 A 
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pero había una súplica silenciosa allí, casi como si se me pidiera a gritos 
que no. 
Extendí la mano y le toqué el labio inferior. ― No esta noche―. 
Una pequeña mueca tocó sus labios mientras la inseguridad brilló en 
sus ojos. Ella no esperaba eso. ― ¿Has cambiado tu mente del barrio bajo? 
―, Preguntó ella mientras se empujaba lejos de mí y nadó de vuelta a 
donde ella no podía tocar el fondo. 
No me gusta el término "barrio bajo" o la forma en que había sonado 
saliendo de su boca. ― No te quedas corta, Jess―, le respondi. El impulso 
de ir tras ella y masturbarla en mis brazos para que yo pudiera besar esa 
mirada herida de su rostro era difícil de resistir. 
Dejó escapar una risa dura. ― Yo no juego juegos―. 
Sí, lo hacía. Su vida era un gran libro de jugadas. ― No tengo una 
chica desnuda si no tengo la intención de follarla―. 
Jess dejó de batir el agua un segundo y se llena la boca con agua 
antes de escupirla. ― No puedo creer que hayas dicho eso―. 
― ¿Qué? ¿La verdad? ― 
Ella negó con la cabeza. ― No. Yo solo… Tú pareces tan pulcro y 
educado. No esperaba que me consiguieras realmente desnuda, así que 
no fueuna gran sorpresa, pero dijiste 'mierda'―. 
Esta vez me reí. Ella realmente no tenía ni idea. ― No olvides quién 
soy. De Jax se puede asumir, pero nunca lo he hecho. Disfruto de su vida, 
incluso más de lo que él lo hace―. 
Jess estaba empezando a decir algo cuando luces rojas y azules 
iluminaron la oscuridad. Miró hacia la puerta que había subido al entrar 
 
 
 A 
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aquí, luego a mí. ―Es hora de correr― dijo, antes de nadar hasta el borde 
de la piscina y escalarla. 
Sólo tuvimos tiempo para tomar nuestra ropa antes de la policía en 
la puerta apuntará con su linterna en nuestras caras. ―.Jess, pensé que 
hablamos de esto―, dijo el policía en tono molesto antes de sacar un 
juego de llaves y abrir la puerta. 
Vi como el lenguaje corporal de Jess cambió al instante. Dejó caer 
su ropa a su lado y se acercó al policía cuando él entró. ―Pero tengo 
calor, Walt, y yo necesitaba refrescarme―. 
El policía suspiró y me miró. ―Apuesto a que estas caliente. Te dije 
que la próxima vez que tú hicieras esta mierda te llevaría―. 
Jess se acercó a él y tiró de la parte delantera de su camisa. ―Pero 
eso no sería nada divertido. Mamá está trabajando esta noche, y yo 
tendría que aguantar allí toda mojada hasta que ella venga a mí 
rescate―. 
Lo estaba trabajando. El policía se había olvidado de mi existencia 
mientras miraba hacia abajo a Jess en su ropa interior mojada. ―No 
deberías haberlo hecho…―. 
―Nadar, lo sé. Lo siento. Realmente lo hago. Pero tuve un baile todo 
sudoroso, y un baño nocturno sonaba tan bueno. soy una chica mala. 
Sabes que tengo momentos de debilidad―. 
Su mano ahora estaba tendida sobre su pecho cuando él tiró de su 
cuello. 
― ¿A quién tienes contigo? ―, preguntó, todavía sin apartar la 
mirada de ella. 
 
 
 A 
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―Él es inocente. Le rogué que viniera conmigo―. Ella le palmeó el 
pecho. ― ¿Por qué no lo dejas ir?, y entonces tú puedes llevarme si eso es 
lo que quieres―. 
Yo no estaba dejando al policía pervertido llevarla sin mí. Me gustó el 
hecho de que ella estaba tratando de sacarme de esto, pero el tipo era lo 
suficientemente mayor como para ser su padre. 
―Tengo que hacer algo para hacerte parar esto―, dijo, con los ojos 
mirando hacia abajo a su pecho. 
―Sólo déjalo ir. Si prometes darme una manta para que no se 
congele, voy a esperar en tu oficina hasta que mamá salga del trabajo―. 
Iba a tomar el cebo. ―Te vas y voy contigo―, le dije, señalándola 
con mi camisa y acercándome a estar detrás de ella. 
La cabeza del policía se movió y su mirada encontró la mía. El brillo 
lujurioso en sus ojos se volvió molestia real rápido. 
―Esta fue mi idea. Tú te quedas fuera de esto―, dijo Jess, 
extendiendo la mano para apretarme el brazo en un intento de hacerme 
callar. 
Bajé la vista hacia ella. ―Me brinqué esa puerta y me metí en esa 
piscina contigo por mi propia voluntad―. Sus ojos se abrieron como platos, 
pero ella no dijo nada más. 
―No pareces familiar―, el policía gruñó. 
Yo había frustrado sus planes y me hizo un enemigo. Sonriendo, 
levanté mis ojos para mirarlo a los suyos enojados. ―Jason Stone. Me voy a 
quedar en la isla en casa de mi hermano―. 
Normalmente, yo no uso el nombre de mi hermano como una 
manera de influir en las personas. Pero en este momento yo estaba muy 
 
 
 A 
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muy seguro de que era la única manera en que yo estaba consiguiendo 
que Jess no fuera arrastrada. 
El entendimiento iluminó los ojos del policía, y volvió a mirar a Jess, 
que seguía mirándome como si no pudiera creer lo que estaba haciendo. 
― ¿Me estás diciendo que eres el hermano de Jax Stone? ― 
― ¿Quieres mi identificación? ― Le pregunté, imitando su tono 
molesto de antes. 
Él negó con la cabeza y dio un paso atrás de Jess. ― No, eso no será 
necesario. Voy, eh, quiero que ustedes dos se vayan, pero sean inteligentes 
y manténganse alejados de aquí. Ella está llena de problemas―. 
Mi sangre se calentó y aprete el puño a mi lado. El hijo de puta la 
había estado jodiendo con sus ojos sólo unos segundos antes. Ahora él me 
estaba advirtiendo de ella. ― Soy un niño grande―, le contesté, 
disgustado. 
El policía se volvió para irse, pero se detuvo. ― Sigan adelante y 
consigan su ropa puesta. Luego salgan de aquí. Necesito cerrar aquí―. 
Traté de no mirar a Jess cuando ella movió su cuerpo mojado de 
nuevo en esa pequeña falda de cuero, pero maldita sea, era difícil. Ella tiró 
de su camisa de nuevo y me sonrió. La diversión en sus ojos hacía difícil no 
devolver la sonrisa. 
― Así que lo haces mucho―, le dije, una vez que tuve mi camisa de 
nuevo. 
Jess se encogió de hombros. ― Hago un montón de cosas―. 
No me perdí el tono de su voz. Ella estaba haciéndolo de nuevo. 
Lanzar el ansuelo por ahí para que lo cogiera. Normalmente, cuando una 
 
 
 A 
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chica luce como Jess no la rechazaba. Pero el vacío en sus ojos me 
molestó demasiado. Me gustaba cuando sus ojos brillaban de emoción. 
― Apuesto a que lo haces―, fue todo lo que dije en respuesta. 
Entonces me di la vuelta y me dirigí hacia la puerta privada. El policía 
estaba sentado en su coche, nos miró, y yo asentí hacia él al pasar. Una 
vez que llegué a la carretera, miré hacia atrás a Jess, que caminaba 
detrás de mí. Su mirada estaba fija en mi espalda. Estaba pensando. Yo la 
había confundido. Estaba por toda su cara. 
Sostuve su mano. ― Vamos―. 
Echó un vistazo a mi lado, luego a mí, y frunció el ceño. 
― Toma mi mano―, le dije. 
Ella arqueó las cejas. ― ¿Crees que no puedo cruzar una calle por mí 
misma? ―, Preguntó. El nerviosismo en su voz era difícil pasar por alto. 
Estaba dispuesta a ir fuera de mí. 
― Estoy seguro de que puedes. Pero tal vez yo no quiero. Toma mi 
mano, por favor―. No estaba seguro de por qué me estaba empujando a 
esto. No era como yo pensaba que iba a ser golpeada por un coche. Sólo 
quería tomarla de la mano. El aspecto perdido en sus ojos llegó a mí. Yo no 
la quería allí. 
― ¿Por qué? ―, Preguntó, dando un paso a mi lado. Su expresión 
escéptica me dijo más de lo que necesitaba saber. Jess no estaba 
acostumbrada a chicos haciendo pequeños gestos. Estaba acostumbrada 
a que la utilizarán. Me molestó más de lo que quería admitir. 
― Porque me gusta tenerte cerca―, le contesté, deseando no 
haberlo dicho exactamente así. Ella no necesitaba tener una idea 
equivocada. Lastimarla era algo que no iba a hacer, pero me aseguraré 
de enseñarle qué esperar de un hombre. 
 
 
 A 
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― Oh―, dijo ella, y luego bajó los ojos para mirar mi mano extendida. 
La observé mientras lentamente levantó la mano y la puso en la mía. 
― Eso no fue tan difícil, ¿verdad? ― Le pregunté con una sonrisa, 
para facilitar su expresión tensa. Jess podría ofrecer fácilmente su cuerpo 
para volverme loco, pero este simple toque la puso nerviosa e insegura. 
― No fue… bueno ―, respondió ella. 
Quería decir más, pero decidí no hacerlo. En su lugar apreté su mano 
suavemente, y luego nos lleve de vuelta a la playa al estacionamiento de 
Live Bay y el Hummer. Fue suficiente por esta noche. Necesitaba llevarla a 
casa. 
No dijimos mucho en el camino de regreso a su casa. Cuando nos 
detuvimos en el camino de entrada, por fin la miré. Ella había estado 
furtivamente asomándose en mí durante el corto viaje hasta aquí. ― Voy a 
tu puerta―, le dije, y luego salí y di la vuelta para abrir la puerta y ayudarla 
a salir. La camiseta que llevaba estaba todavía húmeda en su cuerpo, 
pero no me dejé disfrutar la forma en que se aferraba a sus muy generosas 
curvas. 
― Gracias―, susurró en voz baja. 
No le respondí. Sólo le acompañe hasta la puerta. Cuando llegamos 
allí, esperé mientras ella cogió la llave escondida por encima de la puerta, 
luego la abrió. Iba a pedirme que entrara. Necesitaba decir algo antes 
que ella, ya que rechazarla era mucho más difícil ahora que nos paramos 
frente a su casa. Tan cerca de su cama. 
― Pon tu número en mi teléfono―, le dije, entregándole

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