Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Johannes • a Teoría del Paid6s Estética 23 He aqul una breve introduc- ción al ámbito conceptual de la teorla estética de los colo- res, un libro que aclara los. conceptos no sólo por medio del resumen selectivo de las teorlas ya existentes, sino también a través de una slnte- sis de los fenómenos y efec- tos cromáticos más objetivos. En este sentido, hay que sub- rayar que las teorlas en cues- tión, muchas de ellas de ca- rácter bastante subjetivo, se disponen aqul a modo de es- quema con el fin de que poda- mos examinarlas conjunta- mente. Resulta de gran utili- dad, pues, que de una vez por todas el mundo de los colores pueda recurrir a una sistema- tización adecuada -funda- mentada básicamente en la revisión critica a través de la acción, asr como en ejerci- cios prácticos que ayudan enormemente a comprender ciertas nociones-, y que con ello se constate la gran impor- tancia de algunos nombres capitales de esta larga anda- dura: Goethe, Runge, Klee ... De este modo, el volumen acaba resultando válido tanto para el que se dedica a pintar .. como para el simple aficio- nado a la pintura, tanto para el profesor más avezado como para el estudiante m~ inex- perto. Johannes Pawlik (Bremen, 1923) estudió pintura y dibujo con Erich Heckel en la Acade- mia de Karlsruhe y actual- mente es profesor de Arte en su ciudad natal. www.pa idos.com 3 5 o 2 3 9 788449 302152 1 Triángulo cromárico. Hay que aplicar los co- lores iniciales a, b y c. Las flechas que se en - cuentran en un mismo campo indican los componemes de la mezcla . a, b y e pueden ser los colores básicos, pero no 1ienen por qué serlo. T,1hla m1't•I con sie1c colores in iciales. A la izquierda se '~ lo lb f c .1plic.1n. en n:rucal de arnh.1 ahajo, los colores iniciales B 1\ a (; ·\ha¡o se aplican, en hnmonral de izquierda a <le· rech.1. los colores iniciales /1 a 1 Así pues , en la serie \Tlll«1l puede fa ltar el primer co lor inicial (A), en la ho · n10111al d último (G). En las escalas tripartitas 1 a 21 ha1 411e aplicar ahora los colores mezclados. El ángulo izq111erdo de un campo tripartito (a) acoge siempre el co lor mezclado, en el que predomina el color que está a - - 2o 2b 2.c Sa Sb 3c la izqu1udu al margen. El ángulo derecho del campo tri - e partito (e) acoge siempre el color mezclado en el que predomina el color que está abajo al margen. El ángulo medio del campo tripartito (b) acoge siempre el color que contiene ambos colores extremos a partes iguales. V\ Nn obstante, hay que medir los porcentajes por sensa- ~ , ">lll''· no por cantidades de masa de color. $ 1 JL'llll'lo de una serie de colores iniciales: Amarillo cad- - mio claro (A), naran ja cadmio (B), rojo cadmio (C), púr- ~ D lto Ltb 'te So Sb Se 6a bb 6c pura puro (Ü), a7LII ultramar (E), verde heliogén (F), - verde permanenr (G). (De un surtido de colores acríli -< cos.) Al respecto el ejemplo para el campo tripartito - nº 8: Mezclas de E (azul ultramar) y B (na ranja cadmio). V\ 8a mucho azul ultramar, poco naranja(= azul grisáceo); l..l.l 8b color medio entre azu l ultramar y naranja (casi negro CJ. gnsaceo); Se mucho naranja , poco azul ultramar(= ma- o - 1ron) Surgen 21 escalas cromáticas con un total de 63 -J E ta tb te Sa Sb Se 9a 9b 9c 'ºª IOb fOc 1111cv.is wnalida<lcs y matices. o ~ l..l.l ,,I ~ - - F 1\ a llb lle 120 l2b 12c 130 ISb IS e l'to l~ b l'tc IS o ISb IS e 11 -- G 16a l6b l6c Ira ltb ltc IS a IS b IS e 19a f9b 19c 2.0a 2.0b 20c 2.lo 2\b 21c A 1 6 1 e 1 o 1 E 1 F SERf E DE COLORES f NfCfALE5 -~ , Láminas en color En la construcción y fabricación de las figuras ordenadoras originales para colores pictóricos se partió o bien de colores pictóricos o de los colores del espectro. De este modo, las figuras de colores pictóricos muestran una imagen sin refinar , con restos de barniz y forzosamente también pequeños errores. Sin embargo, en relación con su aplicabilidad práctica en un sistema de colores pictóricos este procedimiento es impecable. Las figuras «.ideales» orientadas a la contracromaticidad (Runge) y los sistemas sensoriales (Mun- sell , Hesselgren ; Richter / DI 6164) están construidos sin duda a partir de colores sustanciales; ocu- rre, sin embargo, que se eligieron en función de la tendencia dominante de llegar a figuras superficia- les y cuerpos cromáticos exactos, sin prestar atención a la calidad técnica pictórica. Las parejas de colores derivadas del espectro: amarillo-violeta azulado, púrpura-verde, cián-car- mesí, son tanto colores extremos básicos para los sistemas de impresión (Hickethier, Küppers) como también para el círculo de colores pictóricos de Goethe-Holzel (láminas 15, 16; 5). En la impresión in- dustrial estos sistemas son útiles porque los colores básicos existen, por así decirlo, como colores es- pectrales materializados, porque los órdenes seriales, planos y tridimensionales se construyen de hecho a partir de mezclas porcenruales y porque el impresor puede deducir los resultados de la impresión di- rectamente del sistema. Resulta completamente distinto cuando los colores del espectro se transfor- man en colores sustanciales de cobertura, y por tanto el círculo se construye a partir de colores pictó- ricos existentes y de las mezclas adecuadas. Aquí, las propiedades materiales de los colores de cobertura y su limitación numérica solamente permiten una aproximación a figuras exactas. Esto vale también para el barnizado con acuarelas sobre fondo blanco, aunque la distancia con las figuras de co- lores de impresión pueda mantenerse muy pequeña. Hay que pensar en el objetivo: los juegos de co- lores pictóricos están ahí en primer término para hacer realidad las concepciones gráficas artísticas. Lámina l . Círculo cromático de 12 partes según Ph. O . Runge. Carmín, violeta rojizo, violeta azulado, azul violáceo, azul ultramar, azul verdoso/ verde azulado, verde, verde amarillento, amarillo, naranja amarillento, naranja, cinabrio. En el centro, negro grisáceo como resultado de las siguientes mezclas: C + V, AU + NA, A +VA (diámetros); C + AU +A (triángulo); VA +V+ NA (contratriángulo). Entre verde y naranja un color ocre de claridad media logrado con AU + A + RV +A. El aspecto lo determina la parte de amarillo predominante. (Una mezcla de negro grisáceo y amarillo desplazaría la tonalidad a verde oliva; véase lámina 13 .) Los colores pictóricos de cera se tratan con aceite de trementina (véase texto cap. 3.2; fig. 1). Origen de las figuras ordenadoras Inicio Los dos por ues colores Juego de Colores sustanciales del especuo colores (de dibujo, pinrura, pictóricos barniz), papeles de colores Intención Cuerpos cromáticos Figuras ordenadoras Figuras de color y órdenes numéricos y visualizadoras para divmos fines para la práctica para la actividad artísticos y de impresión artística prácticos Medios y Círculo Círculo Círculo Círculo cromárico resultado cromático de cromático cromárico de ideal con colores colores de (Goethe/ colores complementarios impresión Holzell pictóricos, (Runge) normalizados, parejas como también de Transform. colores Sistemas sensoriales papeles de de los iniciales (Munsell; colores colores (Brooks); Hesselgren; Ricbter/ (Scbmincke del fig. 5 DIN 6164) HKS, Letraset espectro Pamone, etc.) en Círculo .Pentágono cromárico Ampliación a colores cromárico de de color activo• sistemas deun colores (Frieling), con los (cubo de sistema pictóricos cinco colores Hickethier, pictó· (Rungel; básicos: amarillo, romboedro de neo; lámina 1, rojo, violeta, azul, Küppe~); también fig. L verde. Base óprico- láminas 14, con papeles adiriva; pares de 15y16 de colores; Círculo de colores láminas cromárico compensatorios 2,3 y 5 exclusivamente de colores pictóricos fabricados (Klee, Burcbanz); fig. 4 o hay conua- Demro del sistema pictórico Si no se emplean los mismos dicción esencial empleado no hay conuad.icción medios para las figuras entre fundamentoentre los medios iniciales, ordenadoras y el uabajo físico, teoría, sistema la figura cromática y los resultados práctico, por regla general y aplicación práctica. prácncos desarrollados a partir habrá una conuad.icción Lo imponame para de la misma. Sólo hay una referencia mayor o menor enue el anista es si los indirecta a los fundamentos físicos la figura estaodarizada y el colores de impresión en el círculo cromático resultado práctico. El valor se aplican con una de este sistema estriba en su técnica adecuada imponancia general para al sistema d.istintaS áreas de aplicación Lámina 2. Espectro (según Goethe, 211-217, 224-247 ; la fig . 19 de la nota 8.2 muestra el correspondiente esquema en blanco y negro). A la izquierda, por encima del negro (= por debajo del blanco) aparecen cián y una ancha banda violeta azulada. Por encima del blanco (= por debajo del negro) aparecen carmesí y una ancha banda amarilla. Colores de la banda medza zzquzerda: Colores de la banda media derecha: carmesí, (amarillo), verde, violeta azulado. cián , (violeta azulado), púrpura, amarillo. La imagen se puede reducir, con bandas estrechas y la distancia correcta, a los tres colores destacados en cada lado (párrafos 216, 224). A la izquierda están los tres colores principales del espectro de Newton , a la derecha los tres colores básicos de Goethe, y cada línea incluye un par de colores totalmente complementario. A partir de estos seis colores del espectro, es decir, del espectro contiguo y gráfico, y de estos tres pares de complementarios, Goethe construyó su círculo cromático de seis partes. Llmina 3. Círculo cromático de seis partes según Goethe/Hiilzd (en Goethe el amarillo está a la izquierda, d cián a la derecha). Púrpura, carmesí, amarillo, verde, cián, violeta azulado. Construcción con papdes de colores (texto cap. 2.1; nota 13.3). Llmina 4. «Circulo diatónico» según Hiilzd (Hess, 20). Púrpura, carmesí, naranja , amarillo, verde, cián, azul ultramar, violeta azulado. Ceras (texto caps. 2.6 y 2.3 ; fig. 6). Lámina 5. «Círculo cromático» según Holzd (Hess, 20). Púrpura, carmín, carmesí, naranja , amarillo, verde amarillento, verde, verde azulado, cián, azul ultramar, violeta azulado, violeta rojizo. Ceras tratadas con aceite de trementina (texto caps. 2.6 y 3.3 ; fig. 7). La luminosidad de los colores dd espectro disminuye ya en las láminas 2 y 3, porque los colores de impresión no se aplican como barniz, sino que cubren el fondo de papd blanco. En d círculo cromático no son puros en sentido estricto ni d púrpura, ni d amarillo ni el cián ni los colores intermedios utilizados hechos con mezclas. Los más intensos son el carmesí y el naranja. Pero la imagen sin depurar facilita una impresión correcta con vistas al material empleado y por emplear. Umina 6. Círculo cromático con predominio de rojos y verdes , enturbiados en el interior; dispuestos por claridades. No hay relaciones complementarias. Témpera a la cola. (Texto cap. 3.4 ; fig. 8.) Uminas 8 y 9. Escalas a partir de tres parejas de colores complementarios: carmín + verde azulado, azul ultramar + naranja, amarillo + violeta azulado; anulación con negro grisáceo. En la escala de trece partes, debido a la mayor diferencia de claridad entre naranja y negro grisáceo, se da un tramo mayor entre estos colores. Ceras, colores de cobertura. (Texto cap. 5.) Umina 7. Rombo cromático. Mezclas de sólo tres colores iniciales: blanco, carnún, verde. El negro grisáceo de abajo se compone de carmín y verde. Ceras tratadas con disolvente. (Texto cap. 13. l.) Umina 10. «Estrella elemental o estrella de la totalidad del plano cromático», según Paul Klee (K.lee, 507) . Ceras tratadas. (Texto caps. 2.5 y 13.3; mezclas en la fig. 12.) Umina 11 . Estrella cromática con enturbiado indirecto de los tres colores iniciales carmín, amarillo y azul ultramar. Los colores amortiguados de los triángulos interiores por medio de parejas de colores secundarios: violeta azulado + naranja: «russeD> con carmín; naranja + verde; «citrin.» + amarillo; verde + violeta azulado; «verde oliva» con azul. (Texto cap. 14.3; fig. 13.) Lámina 12. <<Círculo longitudinal» de la esfera cromática. Enturbiados claros y oscuros de azul y naranja. Dentro, ceras sin mezclar; los azules son cualitativamente distintos y no tienen la claridad del anillo exterior (texto cap. 13 .l ; fig . 11 ). Lámina 13. Desplazamiento del tono de color. Amarillo+ negro: verde oliva. Enturbiado sensorial del amarillo con verde+ naranja: ocre («citrin») (texto caps. 8 y 14.3 ). - Lámina 14. Tres escalas cromáticas según el «uno por uno de los colores» de Alfred Hickethier. En la línea superior, amarillo y violeta azulado, en el centro púrpura/magenta y verde, abajo cián y carmesUrojo anaranjado. Hacia el centro los enturbiamientos oscuros y la anulación en negro, hacia fuera los aclaramientos (mediante reducción de las cantidades sobre fondo blanco). Con 9 se designa el nivel «plenamente saturado», con O el incoloro; los niveles intermedios 1 a 8 indican el grado de saturación en cada caso. El sistema funciona sin nombres de colores porque se basa en números de tres cifras; la primera cifra designa la parte de amarillo, la segunda la de rojo magenta y la tercera la parte de cián. Así, 1.000 niveles cromáticos (000 a 999) se determinan exactamente en sus porcentajes. Los distintos valores se pueden emplear en la práctica del impresor directamente como indicaciones establecidas de cantidad de color. Como cuerpo cromárico tridimensional, Hickethier eligió el cubo. En el orden simplificado se trabaja con la serie de cuatro cifras 0-3-6-9. Los tres colores básicos se anulan (999), igual que un color básico (por ejemplo, magenta 090) se anula con su color complementario (verde 909). Los aclaramientos se hacen en la impresión mediante punritos rericulares o, en la mezcla de sustancias precedente, mediante adición de blanco o incoloro. No es posible alcanzar niveles equidistantes mediante adición y sustracción de canridad igual; los saltos son especialmente llamarivos en los niveles hacia el blanco (000) y el negro (véase nota 12.l final) . 300 030 003 600 060 006 900. 090 009 933 393 339 966 696 669 999 999 999 699 969 996 399 939 993 099 909 990 066 606 660 033 303 330 Láminas 15 y 16. Romboedro de Küppers (giro axial de 180º) _ Arriba blanco, abajo negro; el eje del gris discurre a rravés del cuerpo. A un rercio del eje del gris por debajo del blanco está el rriángulo equilátero con los colores básicos «fenomenológicos» amarillo, magenta (púrpura), cián. Los colores secundarios («colores básicos de adición») azul violáceo (violeta azulado), verde, rojo anaranjado (carmesí) , están en las esquinas del triángulo alejado del negro en un rercio del eje del gris. Estos seis colores iniciales derivados de colores óptimos forman , con el negro y el blanco, los colores angulares del sisrema. El espacio cromático del romboedro lo penerran de manera uniforme y continuada los colores básicos. De los cortes perpendiculares por el eje del gris resultan «planos de rono de color>>. Los cortes paralelos a las superficies exreriores son «planos de saturación». Se obtienen «planos de claridacl» cuando se corta el romboedro en ángulo recto al eje del gris . Küppers divide el espacio cromático conrinuo (de forma similar a como lo hace Hickethier con su cubo) en 1.000 unidades , de forma que se puedan determinar los tonos y matices de color de manera cuantitativamenre exacra. También se determina con tres cifras la situación de una unidad cromática en el romboedro y por tanto su cualidad cromática, su intensidad y su claridad. Viceversa, el lugar de un pumo cromático determina con su combinación de cifras el porcentaje de los tres colores básicos sustantivos y por tanto el porcentaje a mezclar de un tono o matiz. Encomparación con la esfera, el romboedro es algo más difícil de imaginar, pero tiene a cambio una relación concreta con los fundamentos físicos ; representa mejor las disrancias y hace que las reglas de mezclado de los colores de impresión sean tamo objetualmente visibles como también comprensibles de manera numéricamente sencilla. Para los pintores interesados en la teoría, lo consecuente de la construcción, lo transparente de la regla, especialmente el definitivo orden estético del romboedro, tienen algo no sólo de fascinante. Aunque al principio no se aprecian las posibilidades de aplicabilidad práctica con colores pictóricos, no se puede excluir de antemano su utilidad. La comprensión del sistema puede influir en vías y resultados indirectos de la práctica arústica. Fuente: Harald Küppers, Farbe - Ursprung, Systematik, Anwendung, Munich, Callwey Verlag. Lámina 17. Contraste simultáneo. En cada uno de los cuatro pares de pequeños cuadrados de colores se trata del mismo color real. Las pequeñas superficies rojas, grises , verde amarillentas y rojo violetas están cortadas cada una de un trozo de papel coloreado. Contraste simultáneo significa que durante la contemplación (es decir, no de forma sucesiva) un velo cromático obvio invade el color que el ojo percibe. Esto se puede demostrar mediante comparaciones, situando los mismos colores sobre fondos distintos. Los colores iguales reales tienen diferente efecto óptico sobre los fondos de colores distintos, debido a una regla fisiológicamente fija: todo color, más o menos intenso, adopta algo del contracolor de su fondo. El contraste simultáneo es un contraste óptico complementario (Heimendahl, 126). Cuadrados rojos sobre blanco y negro. El rojo sobre negro parece más claro (y más grande) que el rojo sobre blanco. Cuadrados grises sobre verde y rojo. El gris sobre verde parece rojizo; el gris sobre rojo azulado- verdoso. Verde amarillento sobre naranja y azul. El verde amarillento sobre naranja parece más oscuro y se acerca ópticamente a un verde medio; el verde amarillento sobre azul parece sustancialmente más claro y más amarillento. Violeta rojizo sobre naranja y azul. El violeta rojizo sobre fondo naranja aparece a la vista algo más azul y considerablemente más oscuro; en cambio el violeta rojizo sobre fondo azul parece rojo y más claro. Lo que es fácil de ver en este esquema queda (a menudo) oculto al pintar, porque falta la posibilidad de comparar. Pero el efecto de contraste, básicamente, se produce. o se puede establecer si un color mezclado encaja o no en un punto de un cuadro mientras está en la paleta. Sólo cuando ha ocupado su lugar y la estructura cromática de la pintura ha alcanzado una cierta densidad es posible hacer una valoración. En casos muy concretos, se puede utilizar el contraste simultáneo para aumentar o suavizar las cualidades cromáticas y claridades (texto cap. 15.3 ). 18 19 Lámina 18. Contraste sucesivo. En el contraste sucesivo, la imagen óptica surge como contraste o contrafigura del color fijado. El ojo lleva la imagen contraria a otro punto cromático e influye sobre él durante un tiempo. Fijémonos en el puntito gris del centro de la tira amarilla horizontal (arriba , izquierda) durante algunos segundos y después desviemos la vista hacia el puntito gris situado entre las bandas verticales roja y verde. Con el cambio óptico veremos que una banda horizontal se tiende sobre el carmín y el verde azulado. El carmín se convierte en el centro, por el contracolor amarillo, en un carmín ligeramente violáceo; el verde azulado se transforma en un azul verdoso. También el azul ultramar repercute mediante su contracolor naranja: por encima y por debajo de la banda transversal aparente el carmín parece carmesí, y el verde azulado parece verde. En los bordes blancos se ven claramente los contrastes de amarillo y azul ultramar: arriba y abajo un pálido naranja amarillento, en el centro violeta azulado/ azul violáceo. Naturalmente, el efecro sucesivo también se produce a la inversa. (Texto cap. 15 .3 .) Es básicamente erróneo aislar, mirándolas fijamente , partes detertnínadas al valorar contextos cromáticos; con esto se influyen ópticamente en la contemplación, mediante contracolor, los colores sucesivos en el tiempo, y las afirmaciones que se hagan serán erróneas. Es dificil decir qué valor tendrán el contraste sucesivo y simultáneo en cada caso concreto. Podría establecerse que sin duda no obtendremos nada razonable si al pintar o contemplar la imagen simplemente se ignora ese contraste o se piensa continuamente en él, con mal entendida cautela. Lámina 19. Mezcla óptico-partitiva. Los puntos de la reócula negra se funden con el correspondiente color del fondo. El continuo movimiento de los ojos, la pequeñez de las partículas y/o una distancia adecuada condicionan la manifestación. El verde amarillento se refuerza en un verde medio ligeramente atenuado. El amarillo se convierte en un amarillo verdoso claro oliváceo y el rosa en un carmín grisáceo claro. Con el fondo blanco, la reócula de puntos forma la tira de gris. Los pinrores del neoimpresionismo han aplicado este principio con consecuencia artistica (puntillismo designa la forma de aplicación, divisionismo el principio de la disociación del color). En los cuadros de George Seurat, las partes se unen óptico-partitivamente en tonos cromáticos y valores tonales cerrados. En todo caso, por regla general predomina una relación de alternancia entre mezcla material (sustancial-sustractiva) y óptico-partitiva. (Texto cap. 15.2; nota 30.2 .) Lámina 20. Representación esquemática de los grupos de contraste. A la izquierda, de arriba abajo: contraste complementario, contraste caliente-frío , contraste claro-oscuro. A la derecha: contraste de distintos colores intensivos. (Texto caps. 5, 7, 9 y, especialmente, 11.) Paidé>s Est{·tica llhimo~ títtilo~ publicados I '). M. M. Honcayolo /.{/ ci11dt1tl 19. V. Kandinsky y F. Marc l'l.fi11ele azul 21 l.. Wittgl'llSlt'ill < >hsen 1(1cio11es sohre los colorl's 22. H. Amhl'im <.imsidl'racio11l's sohre la ed11caci<Í11 artíslia1 2.~. J 1'.1wlik Teoría tld color 24. V. Kandinsky /)e lo 1•s¡1irit11al e11 el m1e 2';. V. Kandinsky !'1111/0 y lí11ea sohrl' el ¡1/mw 2ú. J Costa /.a <'Slflll'llltÍ/i<"ll 27. N. l'olll'r <¿11é es 1111 dise1imlor 28. E. P:mobky Sohre d 1•stilo .~ 1. A. C. nanto /,{/ /1w1.~fi~1m1cirí11del111.~ar co1111í11 52. C. ( ;rl'enlwrg A11eyc11/111n1 5.~. P. llrnmli<·u y A. llarlll'I m amor al m1e .H. S. Dalí <.'m1a al>ierta a Sa/1rnlor I >ali .~';. V. Van Gogh <.(111as t1 '/l11~1 .~6. L. Shiner /.a i111'l'lldtí11 del m1e r. A. ( :. 1 >anto l'I a/J//.\11 de la ht'/leza .~8. ( ;_ llickit• PI círculo del arle 40. S. Mard1án <comp. l Rl'(lf / 1•irt11al e11 la est1•1iu1 y la teoría de las artes 41. M. Hothko berilos so/Jre arte ( ICJ34-/')6<)) ·Í2. F 11. < ;0111l>rid1 y otros Arte. ¡wn-.•¡1ci<i11 y realidad ·i.~. <l. Calahrt•st· l'l lr•11g11t1je dl'I arle I' 1 Johannes Pawlik TEORÍA DEL COLOR Título original: Thcorie dcr Farhe Publicado en alemán por DuMnnt, Colonia Traducción de Carlos Fortea Este libro se ha publicado con la subvención de INTER NATIONES, Honn Cubierta de Mario Eskenazi Quedan ri¡.:-uros~uncntc prohibidas, sin la autori.atción cscrila de los titulares dd «Copyright», bajo las san(ioncs cstahlt·,:illus <.·n ltts leyes, hi rcprodti<:citln ltllal o parcial de cs1;1 l1lm1 pt1r <.:ualquicr m(·tt1tfo o prtJCl-dimÍ<."nro, compn·nJiJ..1s la repro)!rnfic1 y t•l tr:uamicnlo inform:ítiw, y 1:1 dis1rihución d<" ejemplart•s d<" dla mC'diantl' ;1lq11ilc.·r tl prc?stam" p1.1hlicos. © 1969 by Verlag M. DuMont Schauberg, Colonia © 1979 by DuMont Buchverlag, Colonia ©de la traducción, Carlos Fortea © 1996 de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Av. Diagonal, 662-664 - 08034 Barcelona VlWW. paidos.comISBN: 978-84-493-0215-2 Depósito legal: B-33.081/2007 Impreso en Book Print Digital Bntanica, 176-J 78 - 08908 J;J lospitalet de Llobregat (Barcelona) Impreso en España - Printed in Spain SUMARIO Prólogo a la séptima edición 11 1. Expresiones. Denominación de los colores pictóricos. Carác- ter sustancial del color pictórico 15 l. Color puro y color atenuado (enturbiado). Escala cromá- tic a. 15 2. La palabra «color» 16 3. Tipo de color. 16 4. Mezcla de colores 16 5. Nombres de colores 17 6. Calidad del color o clase de color 17 7. Tono de color o clase <le color. Tonalidad, grado de color o matiz 17 8. Colores básicos (cuasibásicos). Colores iniciales. Colores secundarios. Colores del espectro 18 9. Claridad, claridad propia y valor tonal 20 10. Colores complementarios 20 11. Color real y óptico. Invasión . 21 12. Ámbito de parentesco 21 13. Colores de cobertura. 22 14. Colores de barnizado. 22 15. Pigmentos. Colorantes. Espesantes. Sistema de colores pie- tóricos 23 16. Denominaciones de los colores más importantes . 25 17. Carácter sustancial de los colores pictóricos . 26 7 2. Sobre teorías y círculos cromáticos. Breve resumen . 28 l. Goethe 28 2. Runge 31 3. Delacroix. Van Gogh. Chevreul. Seurat. Delaunay 31 4. Von Bezold. Itten 32 5. Klee . 33 6. Holzel 34 7. Goethe. Renner. Miescher 35 3. Círculos y escalas cromáticas como modelos de ordenación y de visión . 38 l. El círculo cromático del pintor 38 2. Círculo cromático de colores pictóricos. Círculo cromático de Ph. O. Runge. 39 3. Dos círculos cromáticos según Holzel 42 4. Un círculo cromático de doce partes con predominio rojo- verde. 43 5. Tablas mixtas. Escalas cromáticas 43 4. Alcance del color. Ámbito de parentesco de los colores . 45 5. Colores complementarios 48 6. El cromatismo como condición esencial. El tono cromático del color como propiedad específica . 51 7. Colores intensos-colores atenuados . 53 8. Desplazamientos de la clase de color (desplazamientos del tono, variaciones cualitativas) 55 9. Claridad del color. Claridad de las tonalidades atenuadas 58 10. Efecto emocional de los colores . 61 l. «Estados de ánimo». Energía psicofísica 61 2. Colores cálidos y fríos. 62 3. Efecto creador de espacios del color 64 8 11. Contrastes de color. Grupos principales contrapuestos 65 1. Contrastes de color según Holzel . 65 2. Clasificación 66 3. Grupos principales contrapuestos. 67 12. Sobre los distintos colores 70 l. Amarillo 70 2. Violeta 70 3. Carmín y púrpura. 71 4. Rojo medio 71 5. Cinabrio 72 6. Verde. 72 7. Azul 73 8. Carmesí y azul 74 9. Naranja 75 Resumen esquemático 76 13. Cuerpos cromáticos. La «estrella elemental», según Klee. Colores negro, blanco, gris . 77 1. La esfera cromática 77 2. La doble pirámide cromática 83 3. La «estrella elemental» 83 14. Los colores ocres y aceitunados. Los colores grises 85 1. Expresión y mezclas. Colores atenuados y enturbiados 85 2. Posición en el círculo cromático y en la esfera cromática. 87 3. Derivación mediante mezcla y asignación por cromatismo . 88 15. «Totalidad y armonía» 92 1. «Canon de la totalidad» y compensación en el gris 92 2. La mezcla en el ojo (mezcla óptico-partitiva). «Color colec- tivo» . 93 3. Reproducciones cromáticas e invasiones simultáneas (con- traste sucesivo y contraste simultáneo) 94 4. «Armonía»: diferentes conceptos. Las combinaciones de Goethe y Runge. Las «cantidades armónicas» de ltten. Las «armonías de tipos cromáticos básicos» de Renner 98 9 16. Sobre el color en la imagen . 105 1. «Peso» del color. Factores básicos, inflexiones, factores for- males . 105 2. Relación condicional de la composición . 105 3. «Colorido característico». Cantidad (tamaño superficial), conformación, posición 106 4. Conformación 110 5. Posición (ubicación del color en la imagen) 110 6. Clases de color (categorías del colorido) 112 Dos observaciones finales 115 Obra individual y clase de color 115 Teoría y praxis 116 Notas. Referencias, complementos, polémica . 118 Bibliografía 139 Índice de nombres 145 Índice analítico 149 10 PRÓLOGO A LA SÉPTIMA EDICIÓN Teoría del color es un libro pensado tanto para el artista, el profesor de arte, el estudiante y el alumno especializado como para todo aquel interesa- do que pinte, contemple pinturas y quiera obtener una visión de conjunto. La teoría estética del color, desgajada del muy amplio campo concep- tual del color, se refiere a la percepción sensorial de los fenómenos cromá- ticos y a las relaciones cromáticas «sensibles». Se puede limitar gradualmen- te a una teoría artística del color, después a una teoría pictórico-artística del color, y por último a una teoría pictórica del color de un determinado sistema pictórico. Además, hay formas de presentación teórico-artísticas, histórico-artísticas, didáctico-artísticas y práctico-artísticas (de fronteras fluidas) que desvían su atención, o hacia contextos mayores, o preferente- mente hacia reglas y normas en campos parciales. Esta introducción tiene que ver con la teoría artística del color que se limita a los colores en la pin- tura. Se trata solamente de una entre varias posibilidades de informar so- bre los ordenamientos sistemáticos, las reacciones, efectos y contrastes de los colores. El libro no aporta ni una nueva teoría ni indicaciones referen- tes a las figuras en color. Más bien recoge en forma de ponencia especiali- zada los principales conceptos-guía, sistemas y efectos. Un punto central lo ocupa la teoría del color <le Goethe. (Fue imprescindible publicar por separado la obra principal <le Goethe. El autor ha editado la Parte didácti- ca de la teoría del color de Goethe en un volumen de DuMont Dokumen- te, con nuevas láminas en color, y lo ha presentado como la base de sus- tentación de la reciente teoría estética del color.) Dado que hay distintas relaciones de contenido que se refieren a las mismas preguntas, será obligado repetir unas cuantas cosas establecidas. Indicaciones, complementos y fundamentos forman, junto con la polémi- ca, la parte de observaciones. 11 El color en la Naturaleza, en la Física, las invasiones luminosas y las posibles «formas de manifestación» de los colores, que interesan a los psi- cólogos, tienen que quedar fuera de nuestra consideración. Todo esto no carece de importancia para el pintor, pero una teoría vinculada directa- mente a la práctica pictórica debe fundamentarse en primer término en los pigmentos y sustancias pictóricas cromáticas, que siempre son limitadas en número y siempre de determinada condición material, (y en las leyes de la óptica fisiológica), y no en los 160 tonos de color distintos de los espectros. Los medios iniciales son aquí esencialmente los colores que se em- plean en las clases de arte de los colegios, y que están también ampliamen- te difundidos fuera de las clases de arte. Para las figuras y ejercicios se pue- den emplear pinturas al gouache, al óleo y a la témpera, de dispersión y ceras. Con acuarelas (y otras pinturas vidriadas) se pueden conseguir me- jores resultados en el sentido de colores ideales. El autor ha cedido por eso gustosamente al deseo, mil veces expresa- do, de hablar de los colores normalizados de impresión, porque muchos artistas incluyen, comprensiblemente, los sistemas y técnicas de impresión entre sus campos de interés más limitados, aunque ambas técnicas -pin- tura e impresión- se diferencian de manera fundamental. Cuando en algunos párrafos se diga que nosotros hacemos determinada cosa, se hace referencia con ello a la vinculación con el lector en el análisis crítico. La teoría del color exige la colaboración práctica. Muchas preguntas se responden mejor si uno mismo echa mano de pintura y pincel y no se conforma sólo con las láminas que figuran en el texto. Las figuras que ilus- tran los órdenes importantes y algunas relaciones representables esquemá- ticamente se han confeccionado con el mayorcuidado. Dado que los colo- res de imprenta están sometidos a otras condiciones que los pictóricos, no se pueden evitar pequeñas variaciones de las láminas originales respecto de los dibujos hechos por uno mismo (véase nota 13.3, fina)). A menudo las denominaciones de los colores sólo tienen sentido en re- lación con los nombres comerciales. La referencia a un fabricante no sig- nifica propaganda alguna, sino que debe facilitar la localización de de- terminadas calidades de color. El lector, por su parte, puede probar los productos que mejor le parezcan aunque no estén mencionados aquí. Como publicación complementaria, en 1981/1984 apareció la Práctica del color (a la que se hace referencia en este libro con el título abreviado 12 Práctica). Como esquema didáctico para la configuración gráfica, se remi- te en muchos lugares a la Teoría del color, cuya división por capítulos se conservó para facilitar el uso simultáneo de ambas obras y llenar de conte- nido los trabajos existentes. En la séptima edición se han mejorado y com- pletado partes del texto, además de adaptar términos esenciales a las ex- presiones empleadas en la Práctica del color. Por desgracia, los desacuerdos terminológicos de la bibliografía especializada siguen reper- cutiendo negativamente sobre la teoría del color artístico. El lector debe tener en cuenta las notas que señalan la diferente denominación, especial- mente la nota 30.2 de la lámina 19, y las Observaciones sobre las dificulta- des del lenguaje especializado de la Práctica del color. Para cuestiones referentes a materiales y procedimientos técnicos, se debe recurrir al libro Aprender a pintar (DuMont TB 30), editado por el autor con la colaboración de H. Leber, K. Nicolaus, W. Schmidt y E. Strassner. Para un mayor detalle acerca de referencias de autores y de páginas de las obras citadas entre paréntesis en los siguientes capítulos, véase el pri- mer párrafo de la bibliografía que se incluye al final del libro. 13 l. EXPRESIONES. DENOMINACIÓN DE LOS COLORES PICTÓRICOS. CARÁCTER SUSTANCIAL DEL COLOR PICTÓRICO Al contrario de lo que ocurre con la teoría física del color, que trabaja con conceptos asentados, en las teorías artísticas del color no hay un len- guaje conceptual unitario. Una misma palabra sirve para distintos concep- tos, y a veces se hace referencia a un hecho con distintas expresiones. (La causa puede estar en la contemplación de los cuadros.) Por tanto, es opor- tuno explicar primero algunas palabras y remitir a partes del texto al ha- cerlo. No se pretende aquí llevar a cabo una depuración de la terminolo- gía; se evitan las nuevas expresiones y se fundamenta brevemente la aceptación o el rechazo de las expresiones discutidas. 1. Color puro y color atenuado (enturbiado). Escala cromática Un color puro es un color pictórico muy intenso. La atenuación es la disminución de intensidad, el cambio de un co- lor puro en dirección a la ausencia de color (negro, gris, blanco). Un color puro puede perder su intensidad por atenuación con gris o con un co- lor complementario, por atenuación luminosa con blanco («enturbiado lu- minoso»), por atenuación oscurecedora con negro («enturbiado oscurece- dor»). Pero también en la mezcla de tonos de color puros vecinos se pue- den producir atenuaciones notables. Si atenuamos un color, lo enturbiamos. Sólo hablamos de un color que- brado cuando la atenuación se ha producido por mezcla con los colores complementarios. Paul Klee llama escala cromática a una serie de mezclas entre dos 15 colores, especialmente una serie de atenuación entre dos colores, por ejemplo rojo y verde, rojo y negro, o verde y naranja (Klee-Spiller, 91) (nota 1). 2. La palabra «color» La palabra color puede hacer referencia a distintas cosas, por ejemplo: a) color en general, b) como fenómeno cromático específico, c) clase de color, d) tipo de color, e) color sustancial, color pictórico, f) color del ob- jeto, g) color de manifestación (véase nota 4), h) color como elemento grá- fico. Con esto no se recogen aún todos los significados. 3. Tipo de color Llamado también especie del color. «Al contrario que el género azul, que abarca una gran cantidad de todos los tipos posibles de azul, el alcan- ce de un tipo ínfimo así no es mayor que el de un punto ideal... El tipo de color» (dentro de un cuerpo cromático construido sistemáticamente), «no tiene una esencia real, sino sólo ideal. Reales sólo son sus ejemplares» (Renner, 10 y sig.). La distinción de tipos de color o caracteres de color Otten, 17) es para el pintor la distinción más ajustada que puede hacer según la clase de color, claridad e intensidad. 4. Mezcla de colores 16 A. Mezcla y mixtura de colores pictóricos, mezclado material me- diante involucramiento de la masa de color pictórico (mezclado sustancial-sustractivo). B. Mezclado óptico-sustractivo mediante capas de color transparen- tes, como ocurre en colores vidriados, láminas de color y cristales coloreados, también al observar luz coloreada y objetos de color a través de cristales coloreados (Heimendahl, 100). C. Mezclado óptico-partitivo en la fusión de puntos de color y reti- culares (cap. 15.2; nota 2; Gerritsen, Farbe, 123). D. Mezclado óptico como inundación óptica en contrastes sucesivos y simultáneos (cap. 15 .3 ). (Tipos de mezcla: se ven con más detalle en Práctica, sistemática A lll.) 5. Nombres de colores Hay que distinguir entre: a) denominaciones debidas a su condición fenomenológica, en ejercicios de color y en la contemplación de imágenes; b) las denominaciones en los sistemas establecidos por pintores; c) deno- minaciones de fabricante, con o sin atención a la composición del color pictórico; d) denominaciones conforme a normas DIN; e) denominacio- nes sustanciales inequívocas de los colores pictóricos. Otros tipos de de- nominación se pueden dejar al margen. Es difícil o imposible entenderse si se equiparan las denominaciones sistemáticas o de fabricante -que coinciden con denominaciones adopta- das en función de la condición fenomenológica de un color- con los au- todenominados tonos de color. Hay coincidencias, pero, a igualdad de nombres de color, hay también diferencias cualitativas, y para los mismos tonos de color (y tonalidades), puede haber distintas denominaciones. 6. Calidad del color o clase de color Calidad del color es una determinada propiedad del mismo (rojo, ama- rillo, azul, verde) equiparable a la expresión precisa da.fe de color (cap. 6). Renner dice orientación del color (Renner, 27). Para Ph. O. Runge (Runge, 15), Goethe (519, 694) y Heimendahl (Heimendahl, 28, 90) es calidad del color; la expresión no hace pues referencia a un determinado nivel de in- tensidad o atenuación, ni a un determinado grado de color de un color (véase también nota 15). 7. Tono de color o clase de color. Tonalidad, grado de color o matiz A. La expresión tono de color significa por regla general clase de co- lor, propiedad del color (cromatismo) o calidad del color. Lo que se meo- 17 ciona, la clase de color cromáticamente pura del círculo cromático, se define mejor con la expresión clase de color. B. Si se distinguen dentro de una clase de color «ejemplares» atenua- dos, se habla de tonalidades, matices, niveles de intensidad o grados de co- lor (Küppers, Logik, 123 ), y se caracterizan con ello los niveles de atenua- ción, por regla general clara y oscura, en descripción comparativa. El grado de color es otra de las tres direcciones de expansión o «dimensio- nes» en las que se puede mover el color (cap. 7). 8. Colores básicos (cuasibásicos). Colores iniciales. Colores secundarios. Colores del espectro Colores básicos o primarios son los tres colores que el pintor <lebe tener como colores de partida y que no se pueden retrotraer a otros colores u ob- tener mediante mezcla. El pintor sabe, por experiencia y experimentación, cuándo se trata de una calidad de rojo, una calidad de azul y un amarillopleno. En la teoría de los colores artísticos hay esencialmente dos procedi- mientos para determinar los colores básicos: A. Selección a partir de colores preexistentes. Son posibles pequeñas desviaciones cualitativas en el rojo y el azul. Lo importante es que los tres colores sirvan para representar un sistema sencillo. Como colores básicos de la rejilla (según normas DIN), el rojo carmín, azul ultramar y amarillo sólo son adecuados de forma condicionada. Por regla general, pues, se tra- ta de colores cuasibásicos. A los colores intermedios -verde, naranja, violeta- obtenidos de la mezcla de los tres colores básicos, los llamamos colores secundarios. Su ca- rácter es sustancialmente menos vigoroso que el del rojo, azul o amarillo. En determinados sistemas cromáticos no hablamos de los tres colores básicos, sino mejor de seis colores iniciales, concretamente en los casos en que por la pérdida de intensidad de los niveles de verde, violeta y naranja han de existir un par de colores que representen el amarillo, el azul y el rojo, por ejemplo: 18 Amarillo cadmio claro/amarillo limón Azul heliógeno/ azul ultramar Púrpura puro/rojo cadmio (fig. 5). B. Determinación de los tres tonos de color según el procedimiento de Goethe (211-216). Hoy en día es más fácil que en tiempos de Goethe trans- formar los colores del espectro en colores sustanciales, porque los tonos de color de los colores básicos «fenomenológicos» de Goethe (Matthaei, 18), a saber: amarillo, púrpura y azul, se vuelven a encontrar en los colores de impresión de la impresión cuatricolor como amarillo, magenta y cián. (El cuarto color de impresión es el negro.) Los «colores de Newton» violeta, verde y rojo o bien se aplican como colores completos en el correspon- diente sistema calculatorio o visual o se obtienen mediante mezcla. Aquí -en la práctica de la impresión- son especialmente adecuados los siste- mas, porque falta la contraposición entre los colores ópticos del espectro y los colores básicos como colores sustanciales, y porque del sistema se pue- den deducir directamente resultados de impresión. Esto es completamen- te distinto en los colores pictóricos de cobertura (opacos). Si se trasladan los colores del espectro a colores pictóricos de cobertura, estos aparecen ligeramente enturbiados respecto a los primeros, porque los colores puros no se adecuan por regla general a las figuras a color y se han de mezclar. En los juegos de colores pictóricos, las propiedades técnicas tienen abso- luta prioridad frente a las posibilidades de construir círculos cromáticos u otras figuras ordenadoras (láminas 2 y 3; véase también nota 8.2). Son colores básicos para diseños de impresión, por ejemplo: los colo- res del sistema Küppers y los colores HKS y papeles en color de la firma Schmincke (láminas 2 y 3; véase nota 13 .3). Para una mejor comprensión, contrastaremos las denominaciones de los colores primarios y secundarios: Goethe Holze/ Técnica de impresión Schmincke HKS Púrpura Púrpura Magenta (rojo) Rojo 325 EURO, 327 DIN Verde Verde Verde Verde hojarasca 557 Amarillo Amarillo Amarillo Amarillo 203 EURO+ DIN Azul rojizo Violeta Azul violeta Violeta azulado 436 azulado Azul Cián (azul) Cián (azul) Azul 447 EURO, 448 DIN Rojo Rojo Rojo anaranjado Rojo geranio 313 amarillento subido 19 9. Claridad, claridad propia y valor tonal Hay que distinguir entre: a) la claridad propia o claridad específica del color puro, b) la claridad u oscuridad del color atenuado (el valor tonal de la tona- lidad de color). «Cuando queremos determinar el grado de claridad u oscuridad de un color, hablamos de su valor tonal o valeur.» Otten, 17). Hasta aquí es acep- table. Pero cuando ltten establece inmediatamente después: «Así, con esto denominamos el tono cromático», tenemos que contradecirle: porque gra- do de claridad y tono representan dos «dimensiones» distintas del color. Goethe dice: «Lo que hasta ahora se llamaba tono era un velo de un único color trazado sobre la imagen entera» (891). Friedlander llama tono al «grado de luz» del color (Friedlander, 37). Tono cromático, valor tonal, tono ... también valor cromático, grado de tono y expresiones similares, ¡no son en modo alguno equivalentes! Nun- ca equipararemos tono cromático y valor tonal; con la expresión valor to- nal, sí es que la utilizamos, nos referimos al grado de claridad u oscuridad de un color puro o turbio. En DIN 6164 se establecen con precisión ocho niveles de oscuridad y siete niveles de saturación. Su conocimiento carece de interés para la prác- tica pictórica. 1 O. Colores complementarios Son colores complementarios: A. Los colores compensatorios o redprocos, cuando aparecen en superfi- cies de color y se ofrecen al ojo como totalidad cromática. Se pueden funda- mentar fisiológicamente como colores recíprocos o contracolores (cap. 15 .3 ). Los llamamos contracolores, sobre todo cuando su contraposición en un círculo o cuerpo cromático es clara (láminas 4 y 5). B. Los colores que se anulan, cuando se mezclan entre sí en las partes correspondientes: se anulan recíprocamente hasta convertirse en gris os- 20 curo (gris negruzco o negro grisáceo), o --en colores transparentes-, en gris medio. Esta definición se diferencia de la de los físicos (nota 3 ). 11. Color real y óptico. Invasión El color real es el verdadero color, el color no modificado visible- mente por el ojo influido. Sin duda, tanto en la naturaleza como en con- textos cromáticos, es siempre únicamente un valor aproximativo. Las lá- minas 17 y 18 muestran de manera abstracta cómo puede modificarse el color real por razones ópticas y cómo la «fecha de sensaciones» de un co- lor (Renner, 8) depende de los colores vecinos. Aparece, como fenómeno específico, una invasión óptica simultánea o sucesiva. Esa invasión es es- casa y no perceptible cuando el color óptico casi coincide con el color real; esto ocurre allá donde los colores ordenados gráficamente contienen en sí la regla de totalidad o complementariedad (cap. 15) y se reafirman mutuamente. (Por supuesto, el ojo tiene que registrar el contexto en su observación y no se puede quedar fijo en un punto). Goethe dice de tales composiciones cromáticas autoestabilizadoras que el órgano visual perci- be la suma de su actividad como «realidad» (808), (nota 4 ). La valoración del color y de los contextos cromáticos requiere plena capacidad del aparato visual, luz diurna normal media y ninguna res- tricción -o ninguna anormal- del ángulo de visión: en pocas pala- bras, las condiciones en las que se pintan y se contemplan los cuadros. 12. Ámbito de parentesco Son usuales tamhién los términos ámbito cromático, familia de colores, género. Así, al hablar de verde se hace referencia o bien al verde medio es- table o a la familia de colores del verde, a la que pertenecen todos los to- nos o matices verdeamarillentos, verdeazulados, verde oliva, etc. Exten- sión cromática, véase cap. 4. 21 Nuestros colores de pintura son materiales pigmentados. Los procedi- mientos de trabajo y herramientas utilizadas para fabricarlos se deben mencionar siempre junto a las expresiones especializadas de las obras es- tándar de la tecnología (Doerner, Müller, Wehlte). 13. Colores de cobertura Los colores pictóricos de carácter superficial opaco recubren el fondo pictórico y son adecuados para pintar sobre ellos. Esto último tiene sus lí- mites, porque el riesgo de que se levanten las capas inferiores no es peque- ño. En los colores escolares D, según DIN 5021, la falta de fuerza de cober- tura se ve compensada por la ventaja de la posibilidad de pintar sobre ellos con acuarela. El azul ultramar y el rojo carmín tienden a la transparencia. Los colores de cobertura del artista son colores al gouache y los llama- dos colores a la témpera con goma arábiga y cola como espesante. Por re- gla general, no designamos como colores de cobertura a los colores de otros sistemas pictóricos, sinoque los denominamos según el espesante correspondiente, por ejemplo, témpera al huevo, colores de resina acrílica, colores al óleo, colores de resina de cera. 14. Colores de barnizado Los barnices, nombre originariamente aplicado a la capa de pintura transparente obtenida a partir del lapislázuli y un espesante, forman hoy en día lo que conocemos como coberturas transparentes. Como colores puros, los barnices son colores transparentes claros o transparentes oscuros. La claridad propia de estos colores se puede regular mediante una con- centración más o menos fuerte del pigmento, es decir, del material que da el color. Si se trabaja con colores puros, barnizando sobre fondo blanco, se hablará sin duda de aclaramiento, pero no (como en los colores de cober- tura) de enturbiamientos. Debido a su intensidad y claridad, a los barnices puros los podemos llamar colores transparentes. Son colores claros para barnizado, por ejemplo, el azul ultramar y de Prusia, el azul y el verde heliógeno, el púrpura puro, el garanza y el carmín. 22 El fabricante puede suministrarlos también al pintor como colores de co- bertura. Pero también se pueden convertir en barnices los pigmentos de cobertura (Müller, 35 y sig.). Del mismo modo, las pinturas al óleo, a la re- sina de cera, las ceras y colores de dispersión de resina artificial pueden elaborarse para barnices añadiendo los diluyentes adecuados. Natural- mente, se consiguen muy buenos efectos de barnizado con acuarelas artís- ticas sobre fondo blanco. 15. Pigmentos. Colorantes. Espesantes. Sistema de colores pictóricos Los pigmentos son los «colorantes, orgánicos o inorgánicos, de colores o no, prácticamente insolubles» en espesantes o disolventes. En cambio los colorantes la mayoría de las veces son de carácter orgá- nico, «solubles en disolventes o espesantes» (Müller, 18). Los pigmentos artificiales se fabrican fijando colorantes sobre partículas sustentadoras neutras (nota 5). El espesante produce adherencia al fondo pictórico; en colores de co- bertura, une además las partículas pigmentadoras. Sistema de colores pictóricos La expresión sistema cromático remite a una estructura ordenada de colores y puede hacer referencia a una figura plana, como un hexágono cromático o un círculo cromático, o a un cuerpo, como un romboedro cro- mático, una esfera cromática o un doble cono cromático. Los sistemas cromá- ticos son modelos de visión de la teoría cromática. En cambio, en la tecnología pictórica (enseñanza de materiales y técni- cas) se entiende por sistema de colores pictóricos un grupo de sustancias he- chas con determinados pigmentos y un espesante o mezcla de espesantes es- pecífico. Consecuentemente, hay también sistemas de colores de barnizado y sistemas de colores de impresión. El calificativo caracteriza, pues, juegos completos de color de similar destino: pintura artística, pintura de fachadas y paredes, impresión. También los auxiliares -disolventes y diluyentes, ma- teriales secos, emulgentes, irrigadores, conservantes y cortadores- pertene- cen técnicamente a sistemas pictóricos determinados. Pero la condición re- cíproca más importante es la del pigmento y el espesante; no se puede emplear cualquier pigmento con cualquier espesante y para cualquier fin. 23 Sistema de colores Espesante Tras el secado pictóricos Técnicas Témpera al huevo Acei~e de Resistente al agua acuosas huevo, albúmina (emulsión) Témpera a la Caseína, Resistente al agua caseína solución resinosa, aceite (emulsión) Témpera a la Cola de celulosa, No resistente celulosa aceite de lino al agua (emulsión) Colores de Cola de goma, No resistente cobertura dextrina, cola de al agua (gouache) celulosa Acuarelas Goma arábiga, Hidrosoluble dextrina, adragante Resina acrílica Dispersión de Resistente al agua plástico Técnicas no Óleo Aceites desecantes Después de acuosas Óleo resinoso Aceites desecantes, secarse, todas soluciones de estas películas resina natural y pictóricas son sintética resistentes al agua Pinturas de cera Cera de abejas, (en piezas) cera sintética Pinturas de Cera de abejas, resina de cera solución de Dammar (Véase un tratamiento detallado de los sistemas y técnicas de colores pictóricos en Malen lernen, DuMont Taschenbuch n. 30.) 24 16. Denominaciones de los colores más importantes Colores de cobertura Colores artísticos Col. artísticos DIN 5021 (acrílicos y óleos) (acuarelas)* Amarillo Amarillo puro claro Amarillo puro claro 1045,226 Cadmio oscuro** Cadmio 1028, 226 Naranja Naranja cadmio Naranja cadmio 227 Rojo cinabrio Rojo cadmio claro Rojo cadmio claro 1072, 349 Rojo cadmio oscuro Rojo cadmio oscuro 1074, 350 Carmín (Rojo quina***) Rosa puro 346 Violeta cobalto Violeta cobalto oscuro 1127, 489 Ultramar violeta Ultramar violeta 495 Azul ultramar Ultramar Ultramar finísimo 1135, 494 Azul cobalto Azul cobalto oscuro 1127,488 Azul de Prusia Azul heliógeno Azul heliógeno 1198, 484 Azul caolín Azul caolín 1121, 481 Verde azulado Verde cromóxido Verde puro heliógeno fogoso 1195 Verde cobalto 523 Verde cadmio y permanente Verde amarillento Verde cadmio claro Verde cromóxido opaco Verde cromóxido opaco 1153, 512 «Ocre» Ocre claro Ocre claro 1031, 656 Siena natural Siena natural 1039, 660 «Siena tostado» Siena tostado Siena tostado 1109, 661 25 Colores de cobertura Colores artísticos Col. artísticos DIN 5021 (acríltcos y óleos) (acuarelas)* Caput mortuum Caput mortuum 1052, 645 Sombra Sombra natural Sombra natural 1110, 667 Negro Negro óxido de hierro Azabache Azabache 1182, 780 Blanco Blanco Blanco 1007, 101 Blanco titán, blanco zinc * La primera cifra se refiere a los colores Lukas-Schoenfeld, la se- gunda a los de Schmincke-Horadam. ** El cadmio es nocivo para la salud. Con una correcta elaboración de los colores de cadmio, que en el área del rojo no son substituibles al ser muy resistentes a la luz, no hay reparo alguno. *** Rosa permanente, rosa puro, rosa púrpura, púrpura puro y otros nombres comerciales. Para la selección de los colores artísticos la buena resistencia a la luz fue un criterio esencial. En concreto sólo se examinaron el rosa puro y el verde permanente (Malen lernen, pág. 39). Los tipos de color y matices de las denominaciones paralelas divergen en parte entre sí, y los mismos tipos de color y matices pueden darse con distintos nom- bres y denominaciones adicionales (como claro, medio, oscuro). Los nombres de los colores de cobertura escolares son denominaciones de tipo de color y de matiz; no se indican aquí pigmentos ni grados de pureza de la luz (nota 6). 17. Carácter sustancial de los colores pictóricos «Todos los cuerpos tienen en cierto modo un color individual, por lo menos un color por géneros y especies; incluso los colores de las materias artificiales son distintos según la diferencia que haya entre ellos; la cochi- nilla se ve distinta sobre lino, sobre lana o sobre seda. Tafetán, atlas, ter- 26 ciopelo, aunque todos originarios de la seda, se designan ante el ojo de for- ma distinta ... » (nota de Goethe al «Ensayo de Diderot sobre la pintura», 13 3 ). Esto se repite escuetamente en la parte didáctica de la teoría de los colores: «Hay una gran diferencia entre tener ante los ojos seda teñida o lana. Cada forma de preparación y de tejido produce distintas divergen- cias. Hay que considerar aspereza, lisura, brillo» (874). Color es siempre color de algo; el color libre no existe en la pintura. Lo que Goethe estable- ce para materiales y, en general, vale especialmente para la textura, para la materialidad característica del color pictórico. Así, un determinado ma- rrón rojizo se distingue como terracota no sólo de un color «igual», sino que «el mismo» marrón rojizo muestra en los distintos sistemas pictóricos (de la tecnología) un carácter diferente en cada caso. Como los colores pictóricos son colores sustanciales, las discusionesteóricas basadas tan sólo en el papel coloreado (por ejemplo en el caso de Josef Albers) tienen un valor muy relativo. También en la descripción gráfica previa a la reproducción en color hay dificultades relativas a la textura. La reproducción falsea el original al disminuirlo (por regla genera]), modificar sus tonos y matices de color y cambiar su efecto de materialidad único por un aspecto general de color de impresión. A la reproducción le falta precisamente «la textura del cuer- po cromático, su brillo, su luminosidad, su lisura, aspereza, su grano, su empastado» (Friedlander, 179). Hay que distinguir la condición material que lleva consigo el color pic- tórico y el carácter sustancial que el color adopta en la imagen. Este último surge debido a la factura, la forma del barnizado y un eventual tratamien- to más extenso. La condición del fondo coadyuva de múltiples maneras. Distintas épocas han enfatizado con diferente fuerza el carácter mate- rial del color, pero también lo han valorado de forma distinta. La pintura moderna da a la masa de color toda clase de posibilidades. Las formacio- nes de «relieve» pueden ser tan fuertes como para modificar la intensidad y claridad del color. El carácter sustancial del color en la imagen forma parte del efecto indivisible que surge del conjunto (Friedlander, 179). 27 2. SOBRE TEORÍAS Y CÍRCULOS CROMÁTICOS. BREVE RESUMEN No es posible hablar aquí por extenso de los distintos sistemas. Los ór- denes de letras y números pueden ser valiosos para la práctica especializa- da y profesional, y no se puede renunciar a las determinaciones léxicas de los nombres y tipos de color en las ramas científicas e industriales. Los ór- denes cromáticos numéricos (por ejemplo, Prase, Hickethier, Küppers) no se pueden trasladar simplemente a los colores pictóricos de la escuela o el artista (nota 7). Las consideraciones sobre la condición del color se han dado en la An- tigüedad, en Leonardo y en Durero, y sobre su esencia y significado en la Edad Media. El punto de anclaje de la moderna teoría está en torno a 1800, determinado por dos nombres: Goethe y Runge. 1. Goethe Goethe concibió su trabajo «Sobre la teoría del color» -su obra más extensa- «como un fundamento de su existencia», «no como una humil- de contribución a la investigación o a la discusión científica» (Friedenthal, 485). Para evitar malentendidos, tenemos que «señalar con énfasis que la investigación natural de Goethe es, precisamente en la teoría del color, ciencia en el más estricto sentido del término» (Speiser, 221). La polémica de Goethe contra Newton puede parecernos absurda e injusta, porque una consideración orientada en última instancia al «efecto estético» del color (848) no puede contraponerse al conocimiento desde el punto de vista de las ciencias naturales. Viceversa, no se puede medir a Goethe por los parámetros de la óptica física. «La teoría del color de la óp- 28 tica física es por principio algo muy distinto de la teoría del color de Goethe, y toda controversia habrá de ser estéril de antemano si no tiene en cuenta los puntos de vista básicos de los contrarios y quiere amalgamar el uno con el otro» (Wohlbold, 7 y sig.). Goethe tenía razón desde el punto de vista fenomenológico (Matthaei, 15). Para comprender la posición del color en el círculo cromático de Goethe, hay que citar las frases más importantes de la introducción a la parte didáctica de la teoría del color. Goethe dice «que para la producción del color se requieren luz y tinieblas, claro y oscuro o, si se quiere usar una fórmula más general, luz y no luz. Ante todo nos surge de la luz un color al que llamamos amarillo, y otro de las tinieblas al que designamos con la pa- labra azul. Cuando los dos se mezclan, en su estado más puro, de tal for- ma que mantienen plenamente su equilibrio, producen un tercero al que llamamos verde. Pero cada uno de esos dos primeros colores puede pro- ducir en sí una nueva manifestación, al espesarse u oscurecerse. Reciben un aspecto rojizo que se puede elevar a un grado tan alto que apenas se reconoce ya en ellos el azul y el amarillo originarios ... La teoría elemental del color sólo tiene que ver con estos tres o seis colores, que se pueden encerrar fácilmente en un círculo». (El quinto color es el rojo amarillento, el sexto el azul rojizo.) En otra parte se dice: «También aquí podemos decir que un blanco que se oscurece, que se enturbia, se vuelve amarillo; el negro que se aclara se vuelve azul» (502). Goethe llama a esto «el estí- mulo de los colores». El ascenso hacia el rojo es en él una «autopenetra- ción». La «culminación» ... «tiene lugar con el ascenso creciente (517). El rojo, en el que no se pueden descubrir ni el amarillo ni el azul, representa el cenit» (523 ). La idea del «estímulo» y el «ascenso» del color no se puede contem- plar aislada de los ensayos prismáticos de los que surge el púrpura. Si se mira una franja negra sobre fondo blanco a través de un prisma, se forman los «colores goethianos» azul, púrpura y amarillo a partir de la «mezcla» de los dos espectros de los bordes (215, 216). Si se intercambian blanco y negro, se obtienen los «colores newtonianos» carmesí, verde y violeta azu- lado (Matthaei, 11). Cuando Goethe dice claramente que sólo conocemos «dos colores completamente puros», amarillo y azul, recalca asimismo que el púrpura como color pictórico no surge «por mezcla o unión, sino por fijación de 29 una corporalidad». «De ahí que el pintor tenga razones para asumir la existencia de tres colores básicos, en tanto que de ellos compone todos los demás» (705). Y en otro lugar dice (552): «En general tomamos ama- rillo, azul y rojo como colores puros, como colores básicos. Rojo y azul producirá violeta, rojo y amarillo naranja, amarillo y azul verde». El rojo puro es pues para Goethe por regla general púrpura (814), (véase también nota 20). Así, el círculo cromático de Goethe tiene el púrpura arriba, y el verde como mezcla de amarillo y azul abajo. En el sentido contrario a las agujas del reloj, la sucesión es: púrpura, azul rojizo (violeta azulado), azul (cián), verde, amarillo, rojo amarillento (carmesí). (Nota 8; láminas 2 y 3.) El artista señala especialmente seis logros de Goethe: Primero: el círculo cromático que acabamos de descubrir se convierte, como dice Goethe al pie de una lámina, en «un esquema sencillo, pero ple- namente suficiente para explicar la esencia general del color». Segundo: Goethe describe las manifestaciones producidas por con- traste simultáneo y sucesivo de forma tan enfática que en adelante se tie- nen en cuenta estos fenómenos. Tercero: también explica la mezcla «aparente» que pintores como Seurat y Signac convierten en principio de la estructura cromática de la imagen (cap. 15.2). Cuarto: Goethe describe el efecto elemental y «sensorial-moral» del color. Sus afirmaciones son fundamentales y en lo esencial las asumen ar- tistas y científicos (caps. 10.1 y 12). Quinto: él mismo extrae la consecuencia de estas observaciones y de- sarrolla la teoría de la «totalidad y armonía» y las «combinaciones caracte- rísticas» (cap. 15.4). Sexto: Goethe sienta, en el apartado dedicado al «colorido caracterís- tico», las bases de una combinatoria del color (cap. 16.3 ), (nota 9). Las afirmaciones sobre el círculo cromático, los colores de contraste fisio- lógico, la mezcla óptico-partitiva, la experiencia emocional del color, la teoría de la armonía y la teoría del colorido característico están estrechamente uni- das (758-901). 30 2. Runge Figura 1. Círculo cromático de Philipp Otto Runge. Carta a Goethe del 3 de julio de 1806 (Runge, 75). Junto a Goethe está el pintor Philipp Otto Runge (1777-1810), con su escrito sobre la «esfera cromática». Runge diseña un orden que hasta hoy se mantiene plenamente utilizable, válido y sobre todo claro. El triángulo cromático de Runge, que ya figura en la pirámide cromática de Lambert aparecidaen el año 1772, también domina en principio las modernas teo- rías como modelo inicial. En la figura de Runge el azul está arriba, el rojo a la izquierda y el amarillo a la derecha. Runge, que aspiraba a un orden ideal, tenía clara la adherencia del color a lo corporal. En una carta del pin- tor a Goethe de 3 de julio de 1806, carta que el poeta considera tan esti- mable que la añade como «apéndice» a su teoría del color, figura un trián- gulo trazado de mano del pintor en el que el rojo está arriba, el amarillo a la izquierda y el azul a la derecha, es decir, de forma diferente a la que so- lía. Esta disposición se aproxima al criterio de Goethe de la culminación en el púrpura (fig. 1 ). 3. Delacrotx. Van Gogh. Chevreul. Seurat. Delaunay Tras Goethe y Runge, es sobre todo Delacroix (1798-1863) quien se dedica a la teoría del color. Delacroix recalca al mismo tiempo en su trián- gulo cromático, con tres colores básicos y tres mixtos, las tres parejas prin- 31 cipales de los colores complementarios. La ampliación forma entonces el círculo cromático racional de doce partes (con la estrella cromática con- sistente en triángulos equiláteros). Van Gogh (185 3-1890) acoge estas teorías con el mayor interés. «Estas cosas que tienen relación con los colores complementarios, el contraste complementario y la mutua anulación de los colores complementarios, es- tas cuestiones son las primeras y las más importantes» (citado por Badt, Van Gogh, 43). De hecho, darán que hacer también en lo sucesivo y son hoy tan interesantes como antes para muchos pintores. En 1839, Chevreul dedica al contraste simultáneo, que Goethe reco- nocía como importante, un libro que los pintores franceses acogen con avidez. Georges Seurat (1859-1891) es el gran artista intelectual que cons- truye consecuentemente su pintura conforme a las leyes de la óptica fisio- lógica. También Robert Delaunay (1885-1941) aplica los conocimientos teóricos sobre la compensación cromática armónica en consonancia con sus intenciones artísticas, lo que le hace posible emplear de forma gráfica incluso los discos cromáticos como «discos simultáneos» (nota 1 O). 4. Von Bezold. Itten En 187 4 aparece la meritoria «Teoría del color en relación con el arte y la industria del arte», de Wilhelm von Bezold, que constituye un funda- mento esencial para los trabajos teóricos de Adolf Holzel (185 3-1934) y Johannes ltten (1888-1967). ltten desarrolla en su «Arte del color» (1961) una armonía que toma como base las leyes fisiológicas del contraste simultáneo y sucesivo y una «teoría constructiva del color» que se basa en el círculo cromático racio- nal. La teoría de los contrastes de color se remonta a Holzel. Sin duda ltten también toma en consideración las «armonías subjeti- vas», pero promueve una y otra vez una «normatividad objetiva» y rechaza la «situación sentimental condicionada subjetivamente» en los ejercicios y composiciones de armonía cromática Utten, 21, 24 y sigs.), (nota 11). Los tres colores básicos de Itten son un rojo medio, un azul medio, ele- gido o conseguido por mezcla de colores pictóricos, y un amarillo pleno, sin rastro de verde ni de rojo. Los tres colores secundarios se determinan entonces de manera sensitiva. 32 Todo proceder con colores pictóricos dados es por principio distinto del proceder de Goethe, que transforma los colores prismáticos en colores pictó- ricos. Las distintas vías condicionan las diferencias de tono entre los colores pictóricos básicos, por una parte, y los colores básicos «fenomenológicos» de Goethe, por otra (nota 12). 5. Klee Paul Klee (1879-1940), que durante su actividad docente en la Bauhaus desarrolló una teoría estrechamente vinculada a la actividad figu- rativa, confiesa abiertamente: «La teoría de Philipp Otto Runge ... me pa- rece la más próxima a nosotros, los pintores». El ejemplo de cálculo y los ejercicios de Klee siempre tienen en cuenta la movilidad y la vida del co- lor. El orden geométrico y el control aritmético están al servicio de la toma de conciencia de relaciones normativas que después se abandonan, de for- ma igualmente consciente, «para enriquecerse» (Klee-Spiller, 477). Al contrario que Runge, que contempla su sistema fijo, círculo cromá- tico y esfera cromática, «como una tabla general», a Klee lo que le impor- ta es la actividad del color. Así, en sus figuras explicativas -esencialmen- te triángulos y círculos- llaman la atención una y otra vez las flechas, que señalan movimientos en dirección perzferal y diametral y el giro diametral. Klee imagina el triángulo cromático como yacente. El triángulo es capaz de dar una información más clara que el círculo «sobre los cortes que lla- mamos movimiento diametral. Por ejemplo, el corte rojo-verde es muy ilustrativo como plomada sohre la parte verde. Esta plomada toca el pun- to de la indiferencia verde. Y este punto de la indiferencia verde es expli- cado nuevamente por los componentes verdes azul y amarillo que lo flan- quean. »Así que tenemos el movimiento de corte rojo-verde o el movimiento complementario. Y tenemos el movimiento circular azul amarillo o el mo- vimiento complementario». Estas posibilidades de movimiento también son válidas para los demás colores primarios y secundarios. Finalmente, los tres cortes complementarios se cortan a su vez en el famoso punto gris del centro del círculo o triángulo (Klee-Spiller, 496 y sig.; figs. 2 y 3 ). Un «escenario de las relaciones cromáticas» es la «estrella elemental o estrella de la totalidad del plano cromático» construida por Paul Klee, una 33 figura ordenadora de cinco caras de la que hablaremos más adelante. Klee también indica la «situación de los pigmentos» en relación con el círculo cromático ideal (figs. 12 y 4, lámina 10). 6. Holzel Holzel se basa esencialmente en Goethe. A partir de los tres colores primarios, púrpura, amarillo y azul ultramar, y de los tres colores secun- darios naranja, verde y violeta azulado, construye un círculo de seis partes del que nos ocuparemos más adelante al obtener los colores terciarios Rus- set, Citrin y Olive (cap. 14.3 ). En el círculo «diatónico» de ocho partes púrpura-verde y azul ultramar-naranja forman una cruz. Ilustrativo de la aproximación a Goethe es el círculo «cromático» de doce partes, con el desplazamiento de azul ultramar a naranja, cuyo lugar ocupan el cián y el contracolor carmesí. A todas luces, en los primeros años de la Bauhaus ltten se apoyaba todavía en esta figura de Holzel, introduciendo únicamen- te dos nuevos nombres: cinabrio en vez de carmesí, violeta púrpura en vez de violeta rojo (lámina de colores en Wingler, 59). (Fig. 13, láminas 4 y 5.) Figura 2. «Movimientos complementarios de corte» (movimientos complementarios) de los colores primarios, según Klee (Klee-Spiller, 498). 34 Figura 3. «Movimientos componenciales», componentes de los colores secundarios, según Klee (Klee-Spiller, 498). 7. Goethe. Renner. Miescher En distintas teorías, el verde pasa por ser un color básico equivalente. Goethe advirtió sin duda la importancia de este color «secundario». En las discusiones acerca de la nomenclatura dice: «En lo que se refiere a la ter- minología alemana, tiene la ventaja de que poseemos cuatro nombres mo- nosilábicos, que ya no recuerdan a su origen, a saber: amarillo, azul, rojo, verde. Representan sólo lo más general de los colores, la fuerza imaginati- va, sin remitir a nada específico. »Si queremos añadir otras dos denominaciones en cada espacio entre estas cuatro, tales como amarillo rojizo y rojo amarillento, azul rojizo y rojo azulado, verde amarillento y amarillo verdoso, verde azulado y azul verdo- so, expresaremos con la suficiente precisión los matices del círculo cromá- tico» (610, 611). Éste es un punto a tener en cuenta: junto al amarillo, el azul y el rojo, el verde se nombra en cuatro ocasiones. Un círculo cromático construido a partir de estos colores básicos y «sombreados» nos mostraríalas grandes áreas de parentesco del verde, por una parte, y del rojo y el naranja, por otra. 35 En un círculo cromático hecho a la acuarela por Goethe (Matthaei, Corpus, 138) están repartidos los tres colores básicos y los tres secunda- rios, apartándose de la habitual división de 60º, en seis segmentos anulares distintos. El rojo, situado arriba, ocupa unos 30º; la parte del círculo que se encuentra enfrente, con el verde, abarca 120º. El violeta, a la derecha del rojo, se extiende por el círculo unos 50º; el naranja, a la izquierda del rojo, necesita unos 45º. En el eje horizontal están, a la derecha, el azul, con unos 55º y a la izquierda, enfrente, el amarillo con unos 60º. En el eje ver- tical se podría sin duda aceptar el púrpura como color complementario al verde, pero el azul y el amarillo unidos horizontalmente no se anulan. Figura 4. «Situación de los pigmentos en relación con el círculo espectral», según Klee (Klee-Spiller, 510). Las amortiguaciones (12, 13, 14, 15, 16, 17) no se distinguen de los colores oscuros puros (2, 9). 1. Carmín, 2. garanza, 3. cinabrio (rojo cadmio), 4. naranja cadmio (complementado), 5. amarillo cadmio oscuro, 6. amarillo cadmio medio, 7. verde permanente, 8. azul cobalto, 9. azul de Prusia, 10. azul ultramar, 11. violeta cobalto, 12. caput mortuum, 13. rojo inglés, 14. sombra tostada, 15. Siena tostada, 16. sombra natural, 17. tierra verde. Esto último vale también para el círculo cromático de cuatro partes de Paul Renner. «El uso lingüístico distingue cuatro géneros de colores "co- loreados" puros: los rojos, los amarillos, los verdes y los azules» (Renner, 27). El verde aparece pues al mismo nivel y se dispone (de forma similar a 36 como lo hace Ostwald) en el mismo eje con los otros tres colores, de for- ma que el «paso de amarillo a rojo, de rojo a azul, de azul a verde y de ver- de a amarillo» designa una «modificación de noventa grados en la orienta- ción cromática». Renner considera correcto «demostrar las diferencias de la coloración en la tonalidad de claridad media completamente igual». En este modelo de representación, que suena arbitrario -no existe una realización del mismo-- han de desplazarse en consecuencia una parte de los colores pu- ros, los claros y los oscuros, desde la circunferencia y el círculo hacia arri- ba y abajo, a la tercera dimensión, porque los colores de máxima colora- ción presentan ahora distinta claridad. El físico Karl Miescher construyó, tras el cálculo experimental de los colores primigenios y medios, un círculo cromático de 24 partes con la ayuda <le una serie de observadores, colaboradores suyos ( 1948), con el eje vertical amarillo-azul y el eje horizontal verde-rojo. «En todo círculo de color hay cuatro colores brillantes destacados conforme a los sentimientos <le los espectadores. Se llaman colores primigenios, y distinguimos amari- llo primigenio, rojo primigenio, azul primigenio y verde primigenio». Los colores se encontraron mediante «entresacado», es decir, cada observador encuentra, al comparar tipos de color emparentados, un amarillo que no es ni verdoso ni rojizo al ojo, un rojo que no le resulta ni amarillento ni azu- lado, un azul que no le parece ni rojizo ni verdoso y un verde que no es ni azulado ni amarillento. El método es estrictamente fenomenológico. Los colores medios hallados del mismo modo son rojo amarillento, rojo azula- do, verde azulado y verde amarillento; a éstos se añaden los otros dieciséis colores intermedios puros (Miescher/Ríchter/Valberg, puntos 3 y 4). 37 3. CÍRCULOS Y ESCALAS CROMÁTICAS COMO MODELOS DE ORDENACIÓN Y DE VISIÓN 1. El círculo cromático del pintor El círculo cromático del pintor tiene poco que ver con una escala cro- mática espectral confeccionada (complementada por el púrpura); se cons- truye sólo por impresión óptica, sin conocimiento de los colores del es- pectro, y consta de los tres colores básicos o algunos colores iniciales, del alcance cromático de estos colores iniciales y de las áreas cromáticas (paren- tescos cromáticos). «Esta visión natural da como resultado algo distinto de la escala cro- mática del experimento del prisma: en sentido ascendente, los colores se ordenan desde el rojo más profundo hasta el verde pasando por el amari- llo, y más allá pasando por el azul hasta el violeta, en un círculo en el que el violeta y el rojo se encuentran en el púrpura; la vivencia se produce, pues, en un círculo cromático cerrado, sin principio ni fin. Contiene los colores básicos del mundo que aparece ante nuestros ojos. El reino cro- mático de nuestros ojos es un todo ordenado en sí mismo, un cosmos ce- rrado en sí» (Adolf Portmann). Esto es básicamente válido incluso para un círculo cuya imagen ideal está determinada por los colores prismáticos de Goethe, pero cuya verda- dera imagen se construye con los colores básicos «fenomenológicos» in- tensos o intensificados: púrpura, amarillo, cián. Las distintas vías de partida de los teóricos de la pintura apuntan ya a que para el área de la actividad artística o la enseñanza del arte no puede haber un modelo ordenador de validez general. Así pues la pregunta de cuál de los muchos sistemas posibles es el correcto no puede responderse, porque siempre depende de la intención perseguida. Las figuras ordena- 38 doras -círculo, triángulo o cuadrado, estrella, etc.- se construyen ¡según aquello que se quiera poner de manifiesto.' Cualquier pintor sabe que ni los círculos ni otras figuras geométricas representan todas las relaciones cro- máticas. Así pues, en lo sucesivo no se hará propaganda de ningún círculo normativo, sino que se reseñarán los contenidos de algunos círculos cro- máticos posibles. 2. Círculo cromático de colores pictóricos. Círculo cromático de Ph. O. Runge La primera figura que presentaremos es un círculo cromático que par- te estrictamente de un juego de colores pictóricos dado y en el que los co- lores hásicos se indican por medio de un par de colores; sólo en aras de la representación se podrían ohtener además, mediante mezcla, el amarillo medio, azul medio y rojo medio (fig. 5). Figura 5. Círculo cromático construido a partir de seis colores iniciales tomados de un surtido de pinturas acrílicas: amarillo puro claro, amarillo puro limón; azul heliógeno, azul ultramar; púrpura puro, rojo puro oscuro. Fuera, quedan los colores secundarios relativamente puros: verde, violeta azulado y naranja; dentro los enturbiamientos: oliva oscuro (2), violeta grisáceo (3) y marrón (1 ). El «color básico» se debe representar aquí por un par de colores en cada caso. 39 El círculo de Runge, descrito ya brevemente, se pinta con ceras y se am- plía con seis colores intermedios, pintando los colores hacia fuera con aceite de trementina rectificado, con lo que se hacen algo más transparen- tes y se varían las claridades propias, especialmente del carmín, los tonos violetas, el azul y el verde. En las puntas del triángulo equilátero situamos el carmín (arriba), el azul ultramar (derecha) y el amarillo (izquierda). Por regla general también se dan el naranja y el rojo cinabrio. Con estos colores intermedios cuidadosamente mezclados obtenemos la siguiente serie: carmín, violeta rojizo, azul violáceo, azul ultramar, azul verdoso/verde azulado, verde, verde amarillento, amarillo, naranja amari- llento, naranja, cinabrio. La capacidad de anulación de los pares de colo- res indicados por el trazado del diámetro es definitoria de los tonos de co- lor (lámina 1). En los colores de cobertura se hacen más visibles los enturbiados y oscurecimientos, especialmente en las mezclas de violeta y azul verdoso. Aquí, estas cualidades casi puras tienen que representarlas mejores ejem- plares. Aunque se puedan poner muchas objeciones al círculo cromático ra- cional de doce partes, al ser una construcción fácilmente abarcable de un vistazo muestra las parejas más importantes de colores complementarios, las relaciones
Compartir