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Oca-573-581

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EL PRONOMBRE SE EN NOMINATIVO 
Todos los gramáticos, sin excepo10n que yo sepa, al ha-
blar del pronombre reflexivo o recíproco se, lo presentan sin 
nominativo; así : 
Genitivo. . . . . . . . . . . . . . de sí. 
Da,tivo. . . . . . . . . . . . . . . a o para sí; se. 
Acusativo . . . . . . . . . . . . se; a sí. 
Ablativo. . . . . . . . . . . . . . de, en, por (etc.), sí; consigo. 
¿Realmente el pronombre se no tiene más que estos cua-
tro casos? 
Desde luego no puede ponerse en vocat~vo, por ser de 
tercera persona; pero nominativo tiene indiscutiblemente, a 
juicio mío, y es ya hora de no seguir sosteniendo lo contra-
rio en los 1libros de Gramática castellana. 
En e1 número segundo del BoLETÍN, habJando de los 
casos, indiqué los motivos tradicionales por qué en español sos-
teníamos ciertas rutinas, en que seguimos a los latinos, y 
por ello hablamos de los casos de cinco partes de la oración, 
como si nos .encontrásemos en la Roma de hace veinte siglos 
Y hablamos también, v. gr., de las voces en el verbo, aunque 
éste no varía en español más que en la voz que actúa, todo 
porque en latín amo, amas, amat, por ejemplo, es voz activa, 
y amor, amaris vel amare, amatur, expresan la voz pasiva. 
Pues por la misma clase de consideraciones, hasta cierto 
punto justificadas, ha venido sosteniéndose el error que pre-
tendo destruir. 
57f BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
Véase cualquier Tratado, extenso o compendioso, de Gra-
mática latina, y se ha,llará esta declinación : 
Sui, de sí. 
Singtúar y plural. 
_Genüi vo . . . . . . . . . . . su~. 
Dativo. . . . . . . . . . . . sibi. 
Acusativo.. . . . . . . . . se. 
Ablativo. . . . . . . . . . a se .. 
Y, como el latín ·en la cuestión de casos atiende tanto a 
'la forma, y no la tuvo sui para el caso nomúwtivo, nuestms 
gramáticos han negado -a se la función de sujeto. 
Pero ¿quizás el romance no se emancipó desde su in-
fan~ia de la ley de los casos! ¿Debe sorprendernos, por tan-
to, que, sin <!Jtenider a las formas latinas, ni a si la fom1a s~ 
sólo es de acusativo y ablativo en latín, la hayamos em-
pleado correctamente como ·sujeto? ¿No la empleamos e~ 
da.tivo, que en latín. es sibi? 
El castellano tomó los nombres del ablativo latino, y, 
nombra,¡tdo, los puso en nominativo. Es evidente que al 
nombrnr el pronombre se, le puso ya en nominativo. Los 
latinos nombraron el pronombre sui; mientras nosotros de-
cimos el pronombre se; siendo en este punto más lógicos 
que ellos, pues como toda idea debe tener nominativo para 
nombrarla., no procede denominar a un pronombre por su 
genitivo. 
Ni tiene la fuerza que darle se pretende el argumento 
de que en latín el pronombre personal de tercera persona no 
tiene nomin>aJtivo. 
Las formas de nuestros pronombres de tercera persona 
reconocen dos orígenes distintos: primero, el se o sui latino; 
segundo, el demosltrativo ille. 
Como precisamente el sui oarecía lcle -n.ominativo, el ·ro-
mance edhó mano del demostr.a~tivo, h<lleiéndole tomar, entre 
otras, las siguientes flexiones: 
ille, elle, lle, ie, je, ge, se, 
EL PRONOliDRE SE EN ::-óOMINATIVO 
todas las cuales se encuentran con frecuencia en las obras de 
nuestra literatura antigua. 
¿Qué de extraño tiene, pues, que tmyendo el se del ille, 
y siendo ille nomina.fivo en la Jengua ma~dre, su derivado 
fuese 1zo1niiza.t1:vo en el idioma castellano? 
E l prohombre se ha recibido el nombre de reflexivo o 
,-eflejo porque con f·recuencia denota que el mismo agente es 
paciente (Pedro se afeita solo); y también se le llama recífrro-
co por expresar reciprocidad en otras ocasiones (Luis y Emilio 
se t-u.tean). 
Siendo reflexivo o recípruco es natural que no sea agen-
te, sino paciente; mas de aquí no se infiere que este pronom-
bre no pueda ser agente y estar en nomina.Jtivo: hay que exa-
minar -con detenimiento la coa1pleji!clélid 'de funciones que en 
nuestro idioma desempeña; porque no ·todos los verbos pro-
nominados son reflexivos o reCíprocos. 
Analicemos algunos ejemplos, y veremos~yo creo verlo--
que el pronombre se ~jerce función de nom.inativo en muchas 
ocaswnes: 
"Érase un hombre a una nanz pegado, 
Émse una nariz supenla:ti•va. 
Érase una nariz sayón y escriba, 
Érase un peje espada muy barbado. 
Era un teloj de sol mal enc<lira:do." 
¿Qué oficio desempeña el se en estos versos de Quevedo? 
Para mí, el de sujeto nominativo. 
En efeoto: ¿puede sostenerse que el se refleja la afirma-
ción, la simple afirmación del verbo era, sobre "un hombre", 
sobre " una nariz" y sobre "un pez" ? N o acierto a compren-
derlo. 
Y o entiendo así los versos: 
Era él un hombre a una nanz pegado, 
Era ella una nariz superlativa. 
Era ella una nariz sayón y escriba. 
Era él un peje espada muy barbado, 
Era un reloj de sol mal encararlo. 
S76 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
Quevedo usó el se en nominativo, y no él, ella, porque el 
se significa algo indetermlna.do, sea del género y número que 
quiera, esto es, un stijeil:o indefini'do : se (ello, una. cosa de que 
va a hablar) era un hombre a una nariz pegado; se (otro 
sujeto sin detenninar) era una nariz superlativa; se (ídem) 
era una nariz sayón y escriba; se (ídem) era uri peje espada 
muy barbado. 
No encuentro otra explicación satisfactoria. 
Con el mismo oficio e.tnpleó nuestro inmortal Cervantes 
este pronombre en el diálogo entife Babieca y Rocinante : 
"A·ndad, señor, que estáis muy mal criado, 
Pues vuestra lengua de asno al amo ultraja. 
-Asno se es de la cuna a la m:orta}a. 
¿ Queréislo ver? Miradlo enamorado." 
Y aquí es pronombre detenninado: "asno él es (el amo)_ 
de la cuna a la mortaja." 
En eJ n1ísmo soneto podemos estudia-rle como pronombre 
indeterminado: 
"Porque nunca se co.rne, y se trabaja." 
¿Hay aquí reflexión? Curiosa resultaria. 
Es nominativo en los dos verbos: "porque nunca uno 
come, y uno trabaja". 
"Gloriosa es la muerte cuando se muere por la patria ." 
"Trabajosa es la digestión cuando se come con exceso." 
En lugat· del se, pongamos el pronombre inidelterminado 
uno, y dirá : 
"Gloriosa es la muerte cuando uno 1nue-re por la patria." 
"Trabajosa es la digesbión cuando uno come con exceso." 
¿Hay duda en el cl.l.so? 
Van1os a entr~tr en una habitación, despacho, etc., y, como 
es obligado en buena urbanidad, pr.eguntamos en la puerta: 
¿Se puede? o ¿se puede pasar! 
Esto es: ¿puede uno pasa,rt• ¿pu,edo yo pasad 
Ha sido elegido Fulano para presidir en el bienio el 
EL PRONOMBRE SE EN NOMINATIVO 
Ayuntamiento de la villa, y un amig-o le estrecha la mano di -
ciéndole: 
Se felicita al nuevo alcalde. 
Uno, un a:migo, este amigo felicita al nuevo alcalde. 
Se aprende mucho en los viajes. 
Uno, la gente, etc., aprende mucho en los viajes. 
En Madfi.d se vive cómodamente. 
Uno, cualquiera, el vecindario, la gente vive en Madrid 
cómodamente. 
Y el lector topwrá a calda paso ejemplos análogos. 
Mas, para .resolver con método este asumo, conviene exa-
minM ·qué oficio hace el se en cada una de la5 dases de verbos 
pronominados. 
Verbos pronominados, reflexivos o reflejos. Juan se lava, 
se viste, se peina. Aquí es acusativo (r). 
Pronomútados recíprocos. Antonio y Pedro se estiman, 
se ayudan, se maltrataron. AcusaJt:ivo (2 ). 
Propiam.ente pronominados. El reo se arrepintió; las gen-
tes se condolían de la desgracia; se fugaron tres presos del 
correccional; dígnese usted escuchar mi súplica; los labrado -
1'es se quejan de la escasez de cosechas y de la. exorbitancic~ 
de los impuestos. El se, acusativo de origen, pierde su indivi-
dualidad y forma parte integrante del verbo, como partícula 
indi·cativa de que la acción queda en el sujeto (3), concretando 
y singulé\Jrizando la significación idel verbo a la persona agente. 
Intransúivados. El orador se expresó con energía; aver~ 
~onzáronse todos ante aquel espectáculo; el público se indig· 
nó; los montes se estremecieron, y los edificios se cuar= 
tearon. Sucede como en la da se anterior: el se, acusativo de 
origen, que, como tal, impide que el verbo te11!ga otro,hace 
intransitivo a:1 verbo, formando parte integrante de él: es un 
índic·e de lo intransitivo. 
( l) Hay también reflexión ind irecta, con dativo: Juan sE lava las manos. 
(2) Reciprocidad indirecta: Antonio y Pedro SE hicieron mutuos regalos. 
(3) No de que se refleja. 
S78 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
Pasi·vos. La lealtad se estima por todos los hombres hon~ 
radas,· elogiábanse por el público la elocuencia y gallardía 
del tribuno. El verbo estima expresa la aa::ióu de un agente 
o nominativo singulél'r, como lo es el qúe ha de ser paciente; 
se, pronombre paciente, integra al verbo, indicando que éste 
pasa a la voz pasiva; es un verda!dero índice de voz pasiva. 
El verbo elogiaban expresa la: acción ele un nominativo pltt · 
ral, porque plural es el que ha de ser pareiente, y el sufijo se, 
índice de pasión, convierte en paéientes a elocuencia y ga~ 
JI ardía~ 
Resal:ta este oficio del se y de los pronombres me, te. 110s 
y os en la voz pasiva, ponieniclo en para11gón w1a ora{:ión la-
tina con su traducción castellana. Sí-rvanos de ejemplo el 
conocido verso de Fetlro, en su segunda parte: 
Ego prima1n tollo, nominor quia. leo. 
Des-compongamos e1 verbo en radical y sufijos. 
Nomin-o=r qui-a leo . 
Nomin, r:adica:l de ltolm~nare,· o, sufijo de la primera per-
sona ele singular en e1 presente de indicativo, en la voz ac-
tiva; r sufijo de la voz pasiva. 
Traduc,ción: 
Porque me llamo león. 
Descompongamos el verbo, y coloquemos por orden los 
sufijos. 
Porque Jlám-o-me león. 
Llam, radica:! de llamar,· o, sufijo de la primera persona 
de singular del presente de indicativo; me, sufi jo de la voz 
pasiva. 
Vese por este ej.emplo que no es sólo el pronombre se 
índice de la voz pasiva:: aquí lo es el me; y pueden serlo con 
éste y otros verbos los pronombres te, nos y os,· v. gr. : te 
abrasa·rás de calor e·n el camino,- nos ahogaremos de sed,· 
os helaríais de fr·ío al sereno. 
EL PRONO:I.IBRE SE EN NOMINATJVO 
De sujeto Í1-tdetermi1wdo ( 1 ). En buena cama, bien se 
duerme (bien uno duern1e, o bien duenme uno). En el tren 
correo se sale de Logroño a las tres y media de la tarde y 
se llega a Madrid a las ocho .Y media de la mañana (uno, 
la gente sale, llega). Se charla mucho m las tertulias (la 
gente <:harla). Se murmura por a-lú del gobernador (alguno, 
la gente murmura). Sin estudiar, no se aprende (no apren-
de ww, nadie, la gen.te). Se piensa siempre bie1~ de sí mismo 
(uno, piensa). Se habla espaiiol (alguien, persona .entendida. 
habla español). Si se atiende a la conversación, no se atien-
de a la lección (si uno a1tienlde, etc.). Por lince que se sea (que 
uno sea), no se aprecia diferencia de caso entre las oraciones 
"cuando se come con exceso" y "cuando uno come con ex-
ceso". 
¿ Insisüremos en que en todos esJt:os ejemplos el pronom-
bre se hace oficio de nominativo, de sujeto indeterminado? 
Pleonást,icos. Pedro se marcha; yo me quedo; nosotros 
nos vamos ahora; ·vosotros os iréis luego; tú te bromeas 
conmigo. El pronombre se tan1bién aquí se halla en nomina-
tivo. Y conviene advertir que, en estos verbos, van en nomi-
nativo asimismo las formas me, te, nos y os. N o puede, en 
efeoto, asignárseles el oficio de dativos ni acusativos: ¿qué 
sentido tend·ría Pedro marcha a sí mismo, yo quedo a mí, 
nosotros vamos a nosotros ahora., vosotros iréis a vosotros 
luego, tú bromeas a ti conmigo? 
Se nos argüirá nuevamente con tooos los tratados de 
Gramática, y diremos una vez más que ninguno, · que sepa-
mos, pone los pronombres me, te, se, nos y ós, sino en dati-
vo y acusativo. Pero no importa. ¿Qué Gramática ha puesto 
los pronombres yo y tú más que en el caso nominativo? Pues 
he aquí un ejemplo en abiativo: entre tú y yo no debe haber 
secretos. ¿N o se pone el pronombre lo, en la declinación de 
la tercera persona neutra, únicamente en éOCUSativo? V aya un 
ejemplo en nominativo: eso parece bueno, pero no lo es. Y 
si al preguntC~Jrnos ¿voy yo, vamos nosotros por el encargo?. 
contestamos vete, idos, ¿qué oficio, sino el de sujeto, hacen 
( 1) Llamados improplam4i1te impersonales. 
58o BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
los pronombres te y os? Porque ni una ni otra pala,bra son 
del verbo irse, sino de ir, significaooo ve tú, id vosotros. 
En los verbos. pleonásticos hay todavía otra razón a mi 
favor: cuando una palabra se hall<~~ repetida por pleonasmo, 
con la misma. o con distinta forma, [as dos idénticas o dis-
tirutas formas de esa voz se encuentran siempre en un mismo 
ca.So gramatical. Ejemplos: tú, tú lo has dicho; yo, yo te he 
oído; a mí me regaJaron un reloj; a vosotros os conviene 
salir de paseo todos los d-ías; a ti te quieren mucho·; a ellos 
los castigaron; por ella, por ella fué la cuestión. 
Bien usó Cervantes e:J. pronombre os en nominativo cuan-
do dijo en el prólogo ·de Ja segunda parte del Quijote: "Pues, 
hennano, le respondí yo, vos os podéis volver a vuestra 
China ... " 
La eufonía pide con frecuencia la Vairiación de forma en 
las repeticiones: sería cacofónico, v. gr., "vos vos podéis 
volver ... " 
Los pronombres personailes franceses tienen dos formas 
para el nominativo en singular, y el de tercera persona tam-
bién para el plur.a.l: je, moi; tu, toi; il, lui; ils, eux. La pri-
mera forma es exclusiva del ooso recto; la segunda va tam-
bién en los casos oblicuos. 
La Gramática francesa establece reglas para el uso si-
multáneo de las dos dicciones como sujeto. Uno de los casos 
es cuando se quiere dar más fuerza a la oraciól.]: "Tu ne veux 
pas le fa ire; eh bien, moi je le ferai"; ejemplo que pudiéra-
mos trak:lucir así:· Tú no quieres hacerlo ; pues bien, yo me 
lo haré. 
Lo que acabamos de ver respecto del fr:>ncés sucede aná-
logamente en el castellano. Nosotros tenemos yo, tú como 
formas exclusivas del nominativo (con 1igeras excepciones), 
y él y los plurales de las tres personas, para todos los casos 
en general ; mas en los verbos pronominados pleonásticos, esto 
es, para rlar más fuerza <también · a la oración, ponemos las 
formas me. te, se, nos y os en nomin<lltivo repetido: Yo me 
ap·uesto un duro a que hoy n.o llueve; tú eres capaz de jugar-
te la cam-isa; el emperador romano Maximino se comía. dia-
riamente 20 libras de carne y se bebía 40 ctwrtillos de vino; 
EL PRONOMBRE SE EN NOMINATIVO 581 
tropezaron los caballos, y entrambos nos caímos; vosotros no 
queréis moriros de tristeza. Salta a la vista que los pronombres 
me, te, se, nos y os son enfáticos, que pueden suprimirse sin 
alterar el sentido de las oraciones, y que este mismo sentido 
resulta repitienldo los nominativos o poniendo los cinco pro-
nombres del caso recto yo, tú, él, nosotros y vosotros. 
Pe!1done el lector si yo estoy equivocado. 
EsTEBAN OcA, 
Académlico correspondiente en Logroño.

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