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MetrioYeffer-2021-IntelectualesAlemanesWeimar

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Intelectuales alemanes durante el período de la República de Weimar: debates en 
torno a la función social del intelectual y la legitimidad cultural como un dilema 
político 1918-1933 
 
 
Yeffer Duvan Metrio Amaya 
 
 
Trabajo de grado presentado para optar al título de Historiador 
 
 
Asesora 
Shirley Tatiana Pérez Robles, Doctor (PhD) en Historia 
 
 
Universidad de Antioquia 
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas 
Historia 
Medellín, Antioquia, Colombia 
2021 
Cita nota al pie 
1 
 
Bibliografía 
 
Estilo Chicago 17 
(2017) 
Metrio Amaya, Yeffer Duvan. “Intelectuales alemanes durante el período de la 
República de Weimar: debates en torno a la función social del 
intelectual y la legitimidad cultural como un dilema político 1918-
1933”. Trabajo de grado profesional, Universidad de Antioquia, 2021. 
 
 
 
 
 
 
 
 
CRAI María Teresa Uribe (Facultad de Ciencias Sociales y Humanas) 
 
Repositorio Institucional: http://bibliotecadigital.udea.edu.co 
 
 
Universidad de Antioquia - www.udea.edu.co 
Rector: John Jairo Arboleda 
Decano/Director: John Mario Muñoz. 
Jefe departamento: Eugenia Pimienta. 
 
 
El contenido de esta obra corresponde al derecho de expresión de los autores y no compromete el pensamiento 
institucional de la Universidad de Antioquia ni desata su responsabilidad frente a terceros. Los autores asumen 
la responsabilidad por los derechos de autor y conexos. 
 
 
 
 
https://co.creativecommons.net/tipos-de-licencias/
https://co.creativecommons.net/tipos-de-licencias/
Agradecimientos 
 
 Los años formativos en la Universidad de Antioquia tendrán siempre una importancia 
especial para mi desarrollo como persona, allí encontré el horizonte indicado hacia el cual 
proyectar mis aspiraciones personales en tanto que estuve rodeado de una gran calidad de 
material humano, lo que es siempre un estímulo y un reconocimiento que vitalmente subyace 
a nuestra sociedad. En ese orden concluyo este proceso académico profundamente 
agradecido con el profesorado de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y al 
Departamento de Historia por su permanente disposición a formar profesionales con una alta 
calidad académica, solventada por una constante presencia del conocimiento sensible. 
Ofrezco mis sinceros reconocimientos, un gesto de aprecio y respeto a mi asesora 
Tatiana Pérez Robles quién de continuo me acompañó desde los semestres iniciales de mi 
carrera; sin su particular tacto al momento de compartir la enseñanza y su guía siempre 
adecuada para entender los complejos materiales teóricos que solventan nuestra actividad de 
historiar no habría sido posible para mi llegar hasta este punto en la construcción de mi 
monografía de grado. Al finalizar esta etapa inicial como estudiante no me queda más que 
disponer de mi formación y experiencias adquiridas para aportar a que la Historia presente 
sus servicios de continuo cuando los avatares del tiempo muestren sus dilemas, siempre 
oportunos y retadores. 
 
 
 
 
 
 
 
Tabla de Contenido 
Resumen ................................................................................................................................. 5 
Abstract ................................................................................................................................... 6 
Introducción ............................................................................................................................ 7 
Capítulo 1 ............................................................................................................................. 21 
El debate público en Weimar: una explosión vital con tono de modernidad ....................... 21 
Espacio berlinés y el síntoma de los nuevos tiempos ....................................................... 21 
Renovación y resistencia política por la defensa de la cultura ......................................... 32 
Capítulo 2 ............................................................................................................................. 47 
La función social del intelectual alemán bajo la sombra de la guerra .................................. 47 
¿Dónde ubicar al intelectual? Delimitación del concepto y diagnóstico del campo 
intelectual alemán ............................................................................................................. 48 
El intelectual hecho sujeto de debate: crítica y defunción ................................................ 53 
Radiografía literaria de las trincheras ............................................................................... 65 
Capítulo 3 ............................................................................................................................. 74 
Desarrollo intelectual contra la idea de democracia durante el período de Weimar ............ 74 
Democracia: claves y lineamientos del concepto para una historia intelectual ................ 74 
El rescate a una democracia carente de demócratas ......................................................... 77 
Justificar la contrarrevolución .......................................................................................... 86 
Conclusiones ......................................................................................................................... 99 
Bibliografía ......................................................................................................................... 102 
Fuentes primarias ............................................................................................................ 102 
Referencias bibliográficas .............................................................................................. 106 
 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 5 
 
Resumen 
 
Durante el período conocido como la República democrática de Weimar (1918/19 – 1933) la 
sociedad alemana experimentó una serie de vicisitudes que posibilitaron procesos de 
transformación sobre la cultura escrita, las artes, las representaciones populares y la alta política. 
A raíz de esto durante la década de los años 20 emergieron expresiones que se presentaron en 
respuesta a la caída del Reich alemán en lo que se desarrolló a modo de una turbulenta transición 
hacia un modelo de Estado liberal. Bajo la premisa del advenimiento del mundo moderno con 
todos sus agregados: la sociedad de masas, las vanguardias artísticas, la reorganización y demanda 
de los derechos sociales; en el siguiente estudio elaborado desde las herramientas teóricas y 
metodológicas de la Historia Intelectual se presenta una problematización sobre la participación 
discursiva de los intelectuales alemanes en torno a los debates políticos y culturales más relevantes 
del período conocido como la primer experiencia democrática alemana teniendo como eje el 
problema de la función social del pensamiento en tiempos de crisis. 
 
Palabras clave: intelectuales, Alemania, Weimar, democracia, cultura, debates, política. 
 
 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 6 
 
Abstract 
During the period known as the Weimar Democratic Republic (1918/19 - 1933), German society 
experienced a series of vicissitudes that made possible transformation processes on written culture, 
the arts, popular representations and high politics. As a result, during the decade of the 20s, 
expressions emerged were presented in response to the fall of the German Reich in what developed 
as a turbulent transition towards a liberal state model. Under the premise of the advent of the 
modern world with all its aggregates: mass society, artistic vanguards, reorganization and demand 
for social rights. In the following study prepared from the theoretical and methodological tools of 
Intellectual History, presented a problematization of the discursive participation of German 
intellectuals around the most relevant politicaland cultural debates of the period known as the first 
German democratic experience is presented, having as its axis the problem of the social function 
of thought in times of crisis. 
 
Keywords: intellectuals, Germany, Weimar, democracy, culture, debates, politics. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 7 
 
Introducción 
 
La siguiente investigación se realizó siguiendo las herramientas teóricas y metodológicas de la 
Historia Intelectual, una suerte de tipología investigativa que, caracterizada por la diversidad de 
herramientas y temáticas que aborda, debe considerarse como un campo de estudios heterogéneo1. 
Específicamente, se buscó generar un mapeo somero del campo intelectual alemán durante el 
período conocido como la República de Weimar para, de este modo, analizar los debates más 
relevantes que agudizaron la función social del intelectual y su relación con el régimen político2. 
En el camino, esta apertura del campo intelectual conllevó a diversas discusiones junto con la 
aparición de novedosas propuestas discursivas, incrustando así la actividad creativa en el escenario 
de lo político. 
Durante el período de entreguerras Alemania enseñó una naturaleza altamente volátil 
consecuencia de las múltiples confrontaciones políticas que, inicialmente, se manifestaron en los 
intentos revolucionarios de comienzos de década. Tanto la administración socialdemócrata y los 
sectores más reaccionarios de la derecha se dieron a la tarea de ejecutar sus agendas específicas en 
un escenario político que se levantó sobre una plataforma tensionada por fuerzas contrapuestas, 
por tanto, cualquier movimiento esencial en su base significó un aporte al éxito o fracaso del mismo 
modelo; la apertura democrática precipitó en Alemania el inicio de una época veloz de voces 
contrariadas que interactuaron. En consecuencia, se desplegó a lo largo de la sociedad alemana una 
sensación de vulnerabilidad, generando un clima de afectación cultural que imprimió una enorme 
herida en las estructuras mentales y trajo consigo un cuestionamiento al orden burgués expresado 
en un impulso vital por encontrar las coordenadas del futuro. 
 
1 Para Carlos Altamirano es sabido que “la historia intelectual se practica de muchos modos y que no hay, dentro de 
su ámbito, un lenguaje teórico o maneras de proceder que funcionen como modelos obligados ni para analizar sus 
objetos, ni para interpretarlos”. En “Ideas para un programa de Historia Intelectual”, Prismas, Revista de historia 
intelectual, no. 3, (1999): 203- 208. 
2 Siguiendo a Ringer Fritz, entendemos que es sumamente complejo estudiar un campo intelectual en su totalidad y 
por tanto la aplicación de una táctica de selección (sea cual sea) viene siendo más útil que la ausencia misma de tácticas, 
así que nos centramos en los textos dirigidos a la temática del intelectual y su función social, para luego observar las 
maneras en que estos se posicionaron políticamente frente al modelo republicano. En Fritz Ringer, “El campo 
intelectual, la historia intelectual y la sociología del conocimiento”, Prismas, Revista de historia intelectual no. 8 
(2004): 99- 121. 
 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 8 
 
Con esto en mente, nuestro objetivo principal fue analizar el debate político de los 
intelectuales alemanes durante la República de Weimar, lo que paralelamente permitió detectar las 
temáticas más sobresalientes dentro de la producción intelectual en el período, explicar los debates 
que se suscitaron en torno a la idea del “intelectual” y su función social y analizar de paso la crítica 
que los intelectuales realizaron al modelo político instalado en Weimar. La convulsión general 
proveída por el advenimiento de los tiempos modernos durante la década de 1920 fue el escenario 
donde la gestación de los intelectuales cobró una inusitada importancia: alimentó la imaginación 
finisecular de creadores y comentaristas, dando como resultado una gama de expresiones 
direccionadas a socorrer el edificio de la sociedad; de pie ante esa acelerada aparición de imágenes, 
sonidos, retóricas -e incluso, propuestas arquitectónicas-, la intelectualidad alemana participó 
asiduamente en la construcción de la personalidad característica de Weimar, logrando que algunos 
de sus representantes se posicionaran como voceros de las más diversas posturas políticas, muchas 
de ellas enfrentadas entre sí. 
A pesar de toda esta riqueza en términos investigativos, es pertinente señalar que los 
estudios más destacados sobre la Alemania de Weimar aparecieron tardíamente en el siglo XX 
dado que las escuelas occidentales se encontraban ocupadas en estudiar la culminación de la Guerra 
Fría, situación que orientó las preocupaciones historiográficas en razón de la lucha por la 
imposición de algún modelo hegemónico en un mundo polarizado, expresión y resultado de la 
Segunda Guerra mundial que se prolongaría hasta 19893. A partir de este punto inició una búsqueda 
raizal por descifrar las condiciones que impidieron a Alemania desarrollar un camino democrático 
en su intento de los años 20, el resultado, una serie de obras que presentan los aspectos generales 
de la República siguiendo un patrón narrativo similar: revolución, instauración, crisis y colapso4; 
la producción historiográfica de tal corte se ha permitido no sólo señalar al período de Weimar 
como uno donde la inestabilidad general es un ejemplo para entender de qué manera puede 
desarrollarse el proceso de transición a un modelo político moderno en sociedades de antiguo 
 
3 A despecho de las legítimas pugnas que ciertos sectores de la sociedad alemana sostuvieron para presentar la 
experiencia de Weimar en todos sus matices, entre 1960 y 1970 se impuso una visión historiográfica que observaba al 
nazismo como una prolongación inevitable de las estructuras políticas y culturales alemanas, otorgando así un aura de 
legitimidad a la intervención occidental en el espacio centroeuropeo. 
4 Baste echar una mirada a Stephen J. Lee, The Weimar Republic (London: Routledge, 1998) cuya intención es proveer 
al estudiante de múltiples fuentes que le permitan comprender el proceso orgánico de vida y muerte del período o, al 
texto de Eberhard Kolb, The Weimar Republic (London: Routledge, 1990), otro manual de eventualidades severamente 
consciente de las consecuencias que la existencia de Weimar tuvo en el ámbito internacional. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 9 
 
régimen5, también ha incentivado una suerte de historiografía revisionista con enfoque en las 
estructuras políticas de la República, allí, el debate gira en torno a si existió o no una interrupción 
al asentamiento del régimen democrático, además de intentar señalar de dónde provino 
exactamente. 
Entre estos estudios existen aquellos que anudan los períodos de Weimar y el Tercer Reich 
en un único proceso formativo nacional junto a posturas que pretenden demostrar una suerte de 
resistencia por parte de las fuerzas democráticas6. Hans Mommsen y Reinhard Künhl presentan en 
sus obras -si bien adscritas a la semántica del ascenso y la caída- argumentos sobre los alcances 
políticos que logró la institucionalidad durante el período de Weimar antes de ser repelidos por una 
ofensiva externa por parte de los sectores nacionalistas7. El abordaje cualitativo que pretende 
sopesar la perspectiva de la democracia fallida atacada desde fuera ha puesto en el telón una línea 
investigativa armada con instrumentos de teoría política, jurisprudencia y constitucionalismo, 
centrada en establecer continuidades desde la historia intelectual y política alemana8; en estas 
producciones, la “toma del poder” ejecutada por el nacionalsocialismo, se desdibuja al constatar 
fatalmente que fueron muchos los sectores de lasociedad alemana quienes participaron 
sistemáticamente en la insurrección contra la República9. 
 
5 Adquiriendo comúnmente ciertos adjetivos que esconden una fatalidad, aún en años recientes la línea que expone 
una debilidad congénita en Weimar continúa siendo argumentada, caso de Horst Möller, La República de Weimar, 
Una democracia Inacabada (Madrid: Papeles del tiempo, 2012). 
6 Los casos de Enzo Colloti, La Alemania nazi: desde la República de Weimar hasta la caída del Reich hitleriano 
(Madrid: Editorial Alianza, 1972) y Claude Klein, De los espartaquistas al nazismo: La República de Weimar 
(Barcelona: Península, 1970) anudan las tendencias caóticas de la estructura de Weimar con el ascenso Nazi; en 
contraste, textos como los de David F. Crew, Germans on Welfare, from Weimar to Hitler (New York: Oxford 
University Press, 1998) y Willian Smaldone, Confronting Hitler, Germans Social Democrats in defense of the Weimar 
Republic (United Kingdom: Lexington Books, 2009) resaltan a los actores auténticamente interesados en construir una 
sociedad democrática. 
7 Se trata de una línea que intenta explicar el fracaso de Weimar en razón de una ofensiva desplegada por sectores de 
derecha que desarrollaron múltiples estrategias de confrontación política con las instituciones democráticas tanto 
dentro como fuera de ellas. Se pueden ubicar aquí también a Reinhard Kuhnl, La República de Weimar: 
establecimiento, estructuras y destrucción de una democracia (Valencia: Edicions Alfons el Magnánim 1991) y Hans 
Mommsen, The Rise and Fall of Weimar Democracy (Chipped Hiil & London: University of North Carolina Press, 
1989). 
8 Quizá una de las obras más completas al respecto sea la de Joaquin Abellán, Nación y Nacionalismo en Alemania 
(Madrid: Tecnos, 1997) donde da por sentado que el problema del Estado-nacional alemán viene de 1815 cómo 
fenómeno de larga duración que se inserta en el pensamiento político desde mediados del siglo XIX. 
9 La múltiple participación de los sectores de la sociedad alemana en la consecución del nacionalsocialismo se estudia 
profundamente en la obra de Peter Fritzsche, De alemanes a Nazis 1914 -1933. Trad. Jorge Salvetti (Editorial Digital 
Titivillus, 2015). 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 10 
 
Dudas de carácter moral y político habitan en el fondo de tales propuestas: en un momento 
donde la literatura sobre el nazismo abundaba, Michael J. Thornton lo ejemplificó de manera 
pedagógica, a partir de la pregunta por los orígenes y la formación del nazismo el autor se remite 
a Weimar. Para él, muchos de los componentes de la sociedad de masas instaurada en el Tercer 
Reich venían en cultivo con la actitud ante la vida desarrollada por la cultura del período 
republicano10. Eric D. Weitz resume esta actitud como “la búsqueda de nuevas formas de expresión 
que se ajustasen a la algarabía de la vida moderna y la esperanza en las posibilidades que encerraba 
el futuro”11 y es que, a raíz de los estudios interdisciplinares y de la historia cultural, se ha 
observado que la irrupción de la modernidad en Weimar impactó profundamente las estructuras 
mentales de la sociedad, reflejado tanto en el socavamiento de los antiguos valores imperiales como 
en el anhelo vital por reordenar los sitios comunes del pasado, ambas tendencias al uso de las 
nuevas condiciones de existencia. 
Consecuentemente, la égida de los intelectuales durante Weimar se expresa en la 
historiografía en términos de malestar cultural: el libro coordinado por Anthony Phelan que, 
reuniendo una serie de artículos sobre estudios enfocados en distintos intelectuales alemanes de los 
años 20, lleva por título El dilema de Weimar, los intelectuales en la República de Weimar, tiene 
como pretensión resaltar que las profundas confusiones espirituales de los personajes influyentes 
en la cultura de Weimar fueron producto de una época que no ofrecía un claro destino para estos 
agentes sociales. En el artículo inicial La Edad de Oro o la Nada se lee: “En los años 
inmediatamente precedentes y posteriores a la Primera Guerra mundial, el sueño de un mundo 
alternativo a aquel en que las necesidades materiales eran incesantemente estimuladas y satisfechas 
inspiró a muchos miembros de la joven Intelligentsia de Alemania”12, lo que Phelan intenta ilustrar 
es que, dentro del estadio democrático, las relaciones entre el poder y la actividad intelectual se 
dinamizaron cuando estas aspiraciones por mundos posibles se enfrentaron al derrotero político 
institucional13. 
 
10 Michael J. Thornton, El Nazismo 1918- 1945 (Barcelona: Ediciones ORBIS S.A, 1985). 
11 Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar presagio y caída (Madrid: Turner, 2009) 295. 
12 Godfrey Carr, “La Edad de Oro o la Nada, algunos intelectuales alemanes y la idea del suicidio”, El Dilema de 
Weimar, Los Intelectuales en la república de Weimar, coord. Anthony Phelan (Valencia: EDICIONS ALFINS EL 
MAGNÁNIM, 1990). 138. 
13 “La separación del intelectual de la clase dominante no presuponía en modo alguno la forma que tomaría cualquier 
nueva alianza la brecha entre intelecto y poder […] planteaba de hecho la pregunta de cómo hallaría el intelecto una 
expresión en la acción” En Anthony Phelan, “El tema del intelectual, discusión y acción”. El Dilema de Weimar: Los 
intelectuales en la República de Weimar (Valencia: EDICIONS ALFONS EL MAGNÁNIM, 1990). 11-21. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 11 
 
En los estudios culturales, el tratamiento a los intelectuales de Weimar parte de las 
condiciones mentales resultantes de la catástrofe de la Gran Guerra y el advenimiento de la vida 
moderna para explicar la explosiva aparición de diversos movimientos sociales, pues “si la 
creatividad de la República de Weimar supuso un hito cultural y político, fue gracias a aquellos 
artistas plásticos, escritores y políticos que supieron desentrañar el sentido de la modernidad, 
algunos impulsándola por nuevos caminos, luminosos y emancipadores, y otros siguiendo derivas 
autoritarias, sanguinarias y terriblemente racistas.”14. La afirmación contenida aquí permite 
alivianar la carga de culpabilidades que la historiografía de final de siglo repartió entre a tal o cual 
bando activo durante Weimar, al abarcar un material más basto se delata un intrincado ágape donde 
fenómenos de extrema derecha interactúan con tendencias conservadoras y nuevas cosmovisiones 
altamente progresistas. 
A pesar de la mencionada conciliación historiográfica, con todo lo fascinante que sigue 
resultando la vida cultural de Weimar se ha tendido a presentar ciertas actividades intelectivas 
como un bestiario de entretenimientos varios, donde se subestima la seriedad de la posición política 
y la necesidad de participación de los intelectuales en la vida de la nación alemana; si bien existen 
ejercicios importantes, no todos ponen al intelectual en debate con sus pares de manera sistemática. 
Estudiar los debates que en materia política se construyeron desde la intelectualidad hace posible 
diseñar un modelo en el que se confronten las líneas discursivas más relevantes, lo que de paso 
conduce a trazar un perfil del intelectual alemán durante el período de Weimar basados en la 
cuestión por encontrar un lugar en la sociedad. Nos preguntamos entonces ¿Cuáles fueron los 
debates que los intelectuales alemanes generaron durante el periodo de Weimar? Y ¿tuvieron esta 
alguna incidencia en la percepción social de la república democrática? 
Tuvimos en cuenta que, como se ha mencionado, en la Alemania de los años 20 las 
elaboraciones discursivas de los intelectuales cobraron una inusitada importancia porque, por un 
lado, el deterioro de los valores aristocráticos que habían pervivido hasta la Primera Guerra 
Mundial significó para los representantes de la cultura la necesidad de redefinirsu papel en un 
entorno mucho más dinámico, confusamente urgido por encontrar nuevos sentidos entre el espíritu 
 
14 Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar presagio y caída. (Madrid: Turner, 2009) 15. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 12 
 
o la acción15 y, por otro, porque la presencia de posturas políticas experimentó una potenciación 
en consonancia con las posibilidades de participación inherentes al instituido modelo liberal16, lo 
que significó que los intelectuales en su proceso de resignificación buscaran tener algún producto 
de impacto sobre el cuerpo social. En resumen, encerrados entre una deuda con el pasado y las 
posibilidades de existencia del futuro, prolijos escritores se posicionaron a favor o en contra del 
proceso democrático en Alemania; algunos no pudieron evitar proponer algún tipo de sociedad 
utópica o incluso el final de la misma, no obstante, tuvieron siempre en común que buscaron ofrecer 
nuevos alcances interpretativos de la política para la sociedad. 
A través de diversos documentos: ensayos políticos, obras de publicación, artículos, cartas 
y conferencias que fueron el material primario (fuentes impresas) para decodificar aquí una porción 
del campo intelectual alemán, observamos que los intelectuales dieron a su capacidad creativa 
nuevos matices frente a su relación con el poder. Pertenecer a un campo altamente dinámico en 
una sociedad sumamente polarizada dio a los intelectuales el rigor necesario para considerarse 
promotores del pensamiento político, les resultó inevitable generar discursos que no estuvieran 
atravesados por la temática de la guerra, la finitud, la capacidad expansiva del arte, la decadencia 
occidental o las bondades de la Kultur alemana, todo esto a medida que las fuerzas políticas que 
definirían el futuro de la nación se hacían evidentes17. 
Particularmente, en los textos mencionados18 encontramos de resaltar los debates generales 
en torno al advenimiento de la modernidad, la función social del intelectual y la crítica al régimen 
 
15 Un tópico usual durante la Alemania Guillermina que se encarnó en el conflicto de “Geist” versus “Macht” o, 
“Espíritu” versus “Poder”, se prolongaría en la República de Weimar expresado en la necesidad de los intelectuales 
por superar el aislamiento orgánico que experimentaban ante el grueso de la sociedad, o, dicho de otro modo, de que 
la actividad intelectual encontrara también una expresión en la acción 
16 La conjunción temporal en Alemania del inaugurado régimen liberal democrático con la crisis del sistema de valores 
que precedió a la guerra permitió que las facultades del intelecto se desprendieran de sus antiguos nichos de 
enunciación, es por esta razón que los intelectuales del período, aunque acuñados bajo el mismo signo histórico, tenían 
diversas procedencias y percepciones de la sociedad. Para un bosquejo general puede ser consultado Robert Wohl, The 
Generation of 1914 (London: Harvard University Press, 1979). 
17 La Kultur alemana tuvo su construcción semántica en contraste con la idea de Zivilisation; fue una disputa semántica 
donde la totalidad de expresiones y logros que engloban la vida del hombre experimentó una apropiación nacional 
propiamente alemana como mecanismo de defensa ante la idea de una sociedad global amparada en el paradigma de 
la Europa Occidental. Para una génesis y desarrollo de ambos conceptos se recomienda el artículo de Juan Goberna 
Falque, “Terminología e ideología. Cinco interpretaciones de la antítesis conceptual alemana entre Kultur y Zivilisation 
durante la Primera guerra mundial”, Sociología Histórica no. 4 (2014): 221 – 250. 
18 Esta investigación fue desarrollada y redactada durante el periodo de pandemia por Covid-19, no obstante, mucho 
del material consultado venía siendo recopilado cuando los centros de investigación y bibliotecas continuaban en 
servicio. De todos modos, cabe resaltar que hemos analizado y construido el corpus general de esta tesis bajo 
condiciones de virtualidad donde el análisis digital de las fuentes fue preponderante. Muchas fueron extraídas de la 
sección Weimar Germany 1918/19 – 1933, 2018- 2021 del repositorio digital https://germanhistorydocs 
https://germanhistorydocs/
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 13 
 
democrático instalado; esta vía temática se justifica, inicialmente, en razón de que el dilema por la 
construcción de la sociedad a futuro fomentó cierto rechazo por aquellos hombres que solo 
habitaban en el escenario de las ideas, lugar de donde no se extraían materiales tan útiles como los 
que podían evidenciarse por los impactos de las ciencias aplicadas en el mundo material o el 
aparataje militar. Una problemática de tal talante ha sido susceptible de reencontrarse a lo largo de 
diferentes experiencias históricas incluyendo el caso latinoamericano: el antiintelectualismo como 
un fenómeno recurrente en los regímenes autoritarios y en los discursos por el poder ha de 
considerarse también dentro de los márgenes de un peligro para el desarrollo del pensamiento libre 
en las sociedades actuales, además, el mismo contexto colombiano ha enseñado que existe cierta 
incapacidad en los escenarios de distinción para dar cabida a los intelectuales que no estén 
necesariamente emparentados con la élite política, o que su obra no represente un aliciente 
adicional a las agendas nacionales específicas, denotando así un problema permanente en nuestra 
cultura y en nuestra política para definir adecuadamente el papel del intelectual. 
Afortunadamente, para generar una reflexión posible de considerarse en nuestro contexto, 
el pensamiento alemán no ha sido un aliado ajeno en el mundo hispanohablante de modo que el 
acceso a las fuentes, recursos bibliográficos y capital cultural -manifestado generalmente en la 
literatura- ha experimentado una amplia difusión en nuestras editoriales y claustros académicos, 
permitiendo un fácil acceso a una gama de obras y pensadores, que si bien algunos mayormente 
leídos en el siglo XX, siguen siendo representativos en tanto manifiestan una rica fuente de consulta 
para la apropiación intelectual. A lo largo de este proceso investigativo nos percatamos que 
personalidades de la talla de Thomas Mann, Robert Musil o Herman Hesse se emparentan 
discursivamente con autores de menor renombre que compartían las mismas preocupaciones, 
elementos discursivos e intereses19: la mayoría de ellos gozan de ediciones traducidas en diversos 
tipos de presentaciones que agrupan desde el ensayo político y filosófico hasta las conferencias 
impartidas en diferentes estancias durante el período de entreguerras. 
 
19 Existe dentro de la teoría del campo intelectual la noción de heterodoxia y ortodoxia como elementos dialécticos 
que modelan hábitos y discursos de sus integrantes. En el campo intelectual según Ringer Fritz “todos los sectores […] 
se ven profundamente afectados por la ortodoxia que predomina en él. Aún las posiciones más heterodoxas son 
configuradas en parte por su orientación más o menos deliberada hacia la ortodoxia que impugnan, Por esa razón, no 
es posible entender las opiniones disidentes al margen del campo intelectual en el que participan” En “El campo 
intelectual, la historia intelectual y la sociología del conocimiento”, Prismas, Revista de historia intelectual no. 8 
(2004): 102. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 14 
 
Elegimos esta diversidad de fuentes porque en ellas habita una porción del constructo 
específico y del síntoma psicológico general que experimentaron nuestros actores: entre el ensayo 
político, el poema o la novela autobiográfica de Weimar existe una relación profunda porqué la 
innovación y las líneas progresistas del arte fueron comunes a todo el período, la vanguardiacomo 
expresión contra hegemónica se vio en los movimientos literarios, artísticos, en la exploración de 
formas y también en el uso de estrategias afines a la cultura popular como el verso o el refrán que 
fueron llevados al lugar de la asamblea pública, del congreso y de las reuniones de partidos. Con 
ellas justificamos un esquema de síntesis de lo idéntico en aquello que puede aparecer en formas 
distintas, como justifica Paul Ricoeur cuando desarrolla el poder vivo de la metáfora para contener 
una semántica desde lo verbal20. 
No se trata de una pretensión metódica intentar agrupar espectros tan diversos del discurso 
intelectual, en su concepción del material investigativo Michael Foucault argumenta que la 
positividad de un discurso se encuentra definida en su unidad a través del tiempo, este denominado 
sistema discursivo se compone de líneas temáticas sustentadas en un a priori histórico que al ser 
examinado delata su unidad en el desorden, la discontinuidad y lo heterogéneo de las posiciones: 
considerar un compuesto discursivo en su totalidad implica observarlo bajo sus condiciones de 
posibilidad, es decir, como un sistema archivístico21. En este caso el archivo va más allá de ser una 
serie de documentos que reflejan un momento del pasado, se expresa a manera de un “sistema 
general de la formación y de la transformación de los enunciados”22, concebidos estos últimos, 
según su aparición, en las categorías de objetos y acontecimientos. 
Posicionados desde la perspectiva foucaultiana donde el discurso es un lugar de poder, si 
“en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida 
por cierto número de procedimientos que tienen como función conjurar sus poderes y peligros”23 
que fungen para legitimar relaciones de poder, y por ende, buscar persuadir socialmente las 
 
20 Paul Ricoeur habla de la existencia de la imaginación productiva como puente semántico entre las producciones 
diversas, lo que otorga un sentido al análisis de las imágenes y fenómenos verbales observados. En La metáfora viva 
(Madrid: Ediciones Cristiandad) 267. 
21 Foucault define los archivos como sistemas donde se instauran los enunciados a modo de acontecimientos, los 
elementos discursivos así concebido pasan a ser cosas, de este modo “el archivo es en primer lugar la ley de lo que 
puede ser dicho, el sistema que rige la aparición de los enunciados como acontecimientos singulares” En La 
arqueología del saber (Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2002) 219. 
22 Michael Foucault, La arqueología del saber (Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2002) 221. 
23 Foucault, El orden del discurso (México: Tusquets, 2013) 14. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 15 
 
prácticas políticas. Resulta justo ver en el intelectual un sujeto que manifiesta sus aspiraciones en 
el intercambio discursivo con sus pares, conteniendo por tanto una intencionalidad supuesta o 
expresa. Siguiendo a Di Pasquale, se acudió a documentos de diferente procedencia, discursos, 
locuciones de algunos parlamentarios del Reichstag, ensayos filosóficos y ensayos políticos que 
“nos puede dar la caracterización de los distintos lenguajes políticos utilizados y también otorgar 
ciertas nociones de cómo era el campo de producción”24. 
Así mismo, en términos sistemáticos, el lenguaje comprendido a modo de red común desde 
la cual se orienta el pensamiento otorga al investigador un marco ampliado de estudio en donde los 
documentos se conciben como testimonios de diferentes maneras en que se pudo decir bajo las 
mismas condiciones históricas, guardando así una estrecha relación con el entorno cultural del que 
emergen25. John Pocock señala que, para el historiador, un acercamiento investigativo bajo esta 
construcción teórica “consiste en aprender a leer y reconocer los diversos dialectos del discurso 
político que eran accesibles en la cultura y el momento que estudiamos: identificarlos cuando 
aparecen en el tejido lingüístico de cualquier texto dado y saber qué habrían posibilitado 
comúnmente proponer o “decir” a su autor”26. 
El escenario indicado donde aparecen los enunciados en el anteriormente denominado 
sistema discursivo o tejido lingüístico es el campo intelectual elaborado por Pierre Bourdieu, quien 
ha propuesto un modelo de relaciones dinámicas donde los elementos que componen la vida social 
divida en diferentes campos27, incluyendo el campo intelectual, participan asiduamente de un 
campo cultural más amplio y denotan los supuestos del inconsciente cultural específico de una 
sociedad; en ningún momento se trata de asumir un conglomerado de componentes dispersos, al 
contrario, dadas las condiciones de tiempo y espacio compartidas, el campo intelectual nutre y 
 
24 Mariano Di Pasquale “De la historia de las ideas a la nueva historia intelectual: Retrospectivas y perspectivas. Un 
mapeo de la cuestión”, UNIVERSUM Vol. I, no. 26 (2011): 90. 
25 Ante la tendencia por escindir las creaciones particulares del entorno general bajo la rúbrica de la individualidad, 
nos acogemos a una perspectiva que comprende la obra como producto de un contexto a un nivel considerable de sus 
cualidades, en palabras de Bourdieu “La temática y la manera propias de un creador participan siempre del tópico y la 
retórica, como un conjunto común de temas y de formas, que definen la tradición cultural de una sociedad y de una 
época” En Campo de poder, Campo intelectual, itinerario de un concepto. (Barcelona: Montressor, 2002) 46. 
26 John Pocock, “Historia Intelectual un estado del arte”, Prismas, Revista de historia intelectual, no. 5 (2001): 152. 
27 Dentro de las muchas propiedades de los campos, puede decirse que, en términos analíticos estos “se presentan para 
la aprehensión sincrónica como espacios estructurados de posiciones (o de puestos) cuyas propiedades dependen de su 
posición en dichos espacios y pueden analizarse en forma independiente de las características de sus ocupantes” En 
Pierre Bourdieu, Campo de poder, Campo intelectual, itinerario de un concepto (Barcelona: Montressor, 2002) 119. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 16 
 
almacena posiciones intelectuales diversas expresadas por sus agentes aunque, en términos de 
hegemonía “la estructura del campo intelectual mantiene una relación de interdependencia con una 
de las estructuras fundamentales del campo cultural, la de las obras culturales, jerarquizadas según 
su grado de legitimidad”28, en otras palabras, bajo la dinámica de legitimidad y legitimación, el 
campo intelectual “es una configuración o una red de relaciones. Sus elementos no sólo están 
relacionados entre sí de determinadas maneras; cada uno de ellos tiene asimismo un “peso” o 
autoridad específica, de manera que el campo es también una distribución de poder”29. 
Como se desarrolla más adelante, necesariamente emparentado con la idea de poder, el 
intelectual siendo agente de la cultura suele tener conciencia de lo político y lo social, además de 
una marcada orientación hacia la crítica de estos aspectos en un proceso de diálogo con sus 
interlocutores inmediatos, en palabras de Bourdieu: 
El intelectual está situado histórica y socialmente, en la medida en que forma parte de 
un campo intelectual, por referencia al cual su proyecto creador se define y se integra, 
en la medida, si se quiere, en que es contemporáneo de aquellos con quienes se 
comunica y a quienes se dirige con su obra, recurriendo implícitamente a todo un 
código que tiene en común con ellos -temas y problemas a la orden del día, formas de 
razonar, formas de percepción, etc. Sus elecciones intelectuales o artísticas más 
conscientes están siempre orientadas por su cultura y su gusto, interiorizaciones de la 
cultura objetiva de una sociedad, de una época o de una clase30. 
Trasla mecánica de complementariedad u oposición, se encuentra el argumento de las 
posiciones y relaciones de las ideas, en este orden, analizar una posición intelectual respecto a 
cualquier temática implica la posibilidad de trazar un mapa de líneas deliberadas con respecto a 
otras posiciones enunciadas dentro del campo. Entonces, el campo intelectual experimenta la 
influencia de los tópicos y avatares propios de la sociedad que le sustenta, aun así, está tan 
fuertemente condicionado bajo su propia lógica que los estímulos exteriores de los que es 
receptáculo sufren una suerte de refracción condicionada por las cualidades que le son propias. 
Estos materiales son refractados por la presencia del habitus, un esquema inconsciente de 
percepción y acción común propio de los integrantes de un conjunto (definido a veces grupo social, 
clase, comunidad etc.) Bourdieu define el habitus términos de un preconsciente cultural en su forma 
 
28 Bourdieu, 36. 
29 Fritz Ringer, “El campo intelectual, la historia intelectual y la sociología del conocimiento”, Prismas, Revista de 
historia intelectual no. 8 (2004): 99-121. 
30 Pierre Bourdieu, Campo de poder, Campo intelectual, itinerario de un concepto (Barcelona: Montressor, 2002) 41. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 17 
 
activa o, de manera específica como “sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, 
estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como 
principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden ser 
objetivamente adaptadas”31; modelado por el medio social y susceptible de transmisión, en el 
mundo moderno la vida del habitus subsiste por instituciones, prácticas y tradiciones que ocasionan 
patrones recurrentes de pensamiento32. 
En resumen, bajo la premisa de un habitus existente y en búsqueda de caracterizar una 
porción del campo intelectual alemán durante el período de Weimar, las producciones intelectuales 
fueron tomadas aquí como orientaciones implícitas, con facultades relacionales, que se ponen de 
relieve en periodos de crisis social o cognitiva, así “constituyen un sustrato permanente del 
pensamiento, una parte del preconsciente cultural y una fuente vital de las disposiciones cognitivas 
actuantes en el campo intelectual”33. Acogimos la perspectiva de que los campos intelectuales 
tienen una naturaleza particular (entidades complejas no reductibles a un cúmulo de individuos 
más allá de su presencia tangencial para su funcionamiento) argumento que implicó un estudio de 
las complicidades subyacentes en la creatividad individual de un enunciado que, a su vez, participó 
de un sistema discursivo, como observamos al ir perfilando los debates recurrentes en los textos. 
En el capítulo inicial limitamos esta área de alcance a las relaciones de la intelectualidad 
alemana con eje en la metrópolis industrial de Berlín como centro de producciones intelectivas: 
una descripción del ambiente cargante berlinés constituye la escenificación necesaria del lugar de 
interacción predilecto de una cosmopolita y asidua intelectualidad alemana en los años 20. Para 
un examen general de las temáticas a la orden del contexto, aquí, comprendimos los discursos a 
modo de mecanismos de interacción social dentro de la idea de una modernidad emergente y 
compartida, ya que “ubicados en contextos sociales, los participantes no son tan sólo 
hablantes/escribientes y oyentes/lectores, sino también actores sociales que actúan como miembros 
de grupos y culturas políticas”. A la larga, pasamos de la narrativa paisajística al análisis de textos 
que procuran una renovación o una resistencia política por la defensa de la cultura, a través de estos 
 
31 Bourdieu, El sentido práctico (Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2007) 86. 
32 Aunque situado a nivel preconsciente, puede generar creencias consientes. Es una disposición cognitiva, una 
tendencia a construir de cierta manera los objetos del conocimiento. Fritz Ringer, “El campo intelectual, la historia 
intelectual y la sociología del conocimiento”, Prismas, Revista de historia intelectual no. 8 (2004): 103. 
33 Fritz Ringer, “El campo intelectual, la historia intelectual y la sociología del conocimiento”, Prismas, Revista de 
historia intelectual no. 8 (2004): 111. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 18 
 
se posicionan nuestros intelectuales porque al ser objetos sociales que reflejan las representaciones 
de dichos actores “siempre recorren una intencionalidad, ya sea la legitimación de cierto orden 
político o la resistencia a un nuevo modelo social”34. La estrategia nos permitió ubicar temáticas 
relacionales dentro de esa sociedad alemana que acometió su propia modernidad. 
Los debates intelectuales se enseñaron bajo ciertos puntos comunes: una necesidad de 
proyección, la politización de las actividades artísticas, el afán por acometer empresas renovadoras 
frente a la incertidumbre de los tiempos modernos y la perspectiva de cultura como 
posicionamiento político. Con esta situación en mente logramos enseñar cómo algunos escritores 
dentro del campo se dieron a la tarea de cuestionar la legitimidad cultural de algunos discursos o 
esquemas históricos de formación intelectual, despertando también en otros escritores la intención 
de construir un nuevo orden social, una búsqueda por la revitalización de las formas y los 
argumentos subyacentes a la cultura de lo alemán en el mundo globalizado. Encontramos entonces 
a lo largo del primer capítulo las cuestiones y temáticas de mayor interés para los intelectuales 
alemanes de Weimar de cara a su sociedad, la aparición de las nuevas tendencias artísticas, los 
posicionamientos significativos de algunos creadores o comentaristas y la relación general de todo 
ello dentro de las discusiones que se abrirían paulatinamente en el campo, en especial, con el fin 
de explicar el marco conceptual desde donde se comenzó a cuestionar la función social del 
intelectual, sistema germinal en el que se ejecutó y al que se dirigió la defensa o crítica de la 
actividad intelectiva. 
El segundo capítulo pasa revista a la formación del concepto de intelectual, sus características 
y condiciones históricas de emergencia, tal rastreo nos permitió comprender cómo los intelectuales 
alemanes justificaron su participación en la vida política a través de sus creaciones discursivas, 
entregándonos de paso los materiales adecuados para la exploración de la idea del intelectual en su 
sociedad de principios de siglo. La relación sistemática entre los textos a través de una temática 
transversal al campo intelectual enseñó efectivamente que “los agentes actuantes en él, se traban 
en un conflicto recíproco. Compiten por el derecho a definir o codefinir lo que se considerará como 
intelectual establecido y culturalmente legitimado”35. Con todo, las particularidades relacionales 
se expresaron allí donde se sometió a escrutinio el concepto: se le dio prioridad a la presencia de 
 
34 Mariano Di Pasquale “De la historia de las ideas a la nueva historia intelectual: Retrospectivas y perspectivas. Un 
mapeo de la cuestión”, UNIVERSUM Vol. I no. 6, (2011): 88. 
35Fritz Ringer, “El campo intelectual, la historia intelectual y la sociología del conocimiento”, Prismas, Revista de 
historia intelectual no. 8 (2004): 100 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 19 
 
creencias, pensamientos y argumentos compartidos por ortodoxos y heterodoxos, a raíces comunes 
(por ejemplo la Ilustración o el Romanticismo) evidenciando esa capacidad de explicitar lo 
implícito a medida que nos contribuyen esclarecer los supuestos subyacentes de su campo, 
trascendiéndolos en virtud de la innovación intelectual36. 
En añadidura,para objetos de esta investigación fue completamente necesario realizar un 
pequeño abordaje de la experiencia bélica en la Primera Guerra Mundial como factor común a toda 
una generación de escritores, convirtiéndose en una temática central y en un impulso creativo que 
permitió la asunción de novedosas formas literarias de expresión y discusión en razón de que, para 
los intelectuales del período de Weimar, contemplar su posible erradicación social u observar las 
consecuencias objetivas de sus discursos subjetivos propició un despabilamiento desde el cual 
debieron presentar los alcances pragmáticos de su actividad literaria y así apropiarse su papel en 
defensa de la cultura nacional o de los valores humanistas que albergaban. 
Finalmente, la investigación comprendió un tercer momento donde la atención se centró 
principalmente en la categoría política de Democracia para observar cómo mediante una gran 
cantidad de discursos y escritos la juventud formada desentrañó la naturaleza de las instituciones 
políticas alemanas, se escenificó una gran puesta bajo sospecha de la nueva constitución de 
Weimar, y con ella, se desarrolló en simultáneo hasta 1933 una demolición sistemática de la 
democracia bajo la retórica de ser ésta un modelo profundamente anti alemán. Seguidamente se 
enseña que tal situación presentada a través de movimientos culturales fue uneje estructural 
condicionado en Weimar desde el cual el nacionalsocialismo implementó su proyecto político al 
gozar no sólo de apreciación, si no esencialmente de una capacidad para emular y digerir los 
contenidos que los intelectuales construyeron al enseñar su preocupación política. 
Frente a los métodos tradicionales de producción historiográfica, la Historia Intelectual 
propone modelos híbridos de investigación cuyo centro se encuentra en concebir las ideas, 
pensadores y corrientes intelectuales en consonancia con el contexto social donde surgen y se 
desarrollan37, natural consecuencia del movimiento paradigmático que ha experimentado la ciencia 
histórica desde mediados del siglo XX en aras de replantearse sus estrategias, alcances y objetos 
 
36 Ringer, “El campo intelectual”, 106. 
37 Esta noción es generada por Mario Martín Merino, ¿Qué es la Historia Intelectual? (junio, 2017) en 
https://www.researchgate.net/publication/327837871. Consultado (18/09/2020). 
https://www.researchgate.net/publication/327837871
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 20 
 
de estudio, de allí que en esta línea se de una marcada prioridad a “los aspectos significativos de la 
lingüística, de la hermenéutica y del universo fecundo del análisis de los grandes textos, la 
intención de los autores y el papel de los lectores”38 Es decir, «el discurso» en términos de su 
configuración, constituye aquí un aspecto central; común a todas las variedades de Historia 
Intelectual es “la atención privilegiada que se presta a las significaciones, se hable de ideas, 
representaciones o discursos, y al “trabajo” de esas significaciones en un área de alcance variable 
(una ciudad, un país o unidades espaciales más amplias) y en un tiempo histórico determinado”39. 
Una nota aclaratoria final debe resaltar que, si bien para el intelectual alemán buscar cierto 
lugar en la construcción política implicó tomar alguna postura frente a la cantidad de bandos 
surgidos de la apertura democrática, ciertamente el amparo de un partido político no fue necesario 
en la mayoría de los casos; aun así la aprobación discursiva de los intelectuales se movió por los 
filtros propios de los detractores y defensores de la República, teniendo consecuencias a veces 
inesperadas en los sectores reaccionarios. Al estudiar los debates que en materia política se 
construyeron desde la intelectualidad se verá si durante Weimar existió una base discursiva 
convencida de la conveniencia del modelo político democrático y liberal o, en contraste, dilucidar 
el carácter discursivo con que se argumentó desde la oposición. 
 
 
 
38 Juan Carlos Contreras, “Reflexiones sobre la historia intelectual”, Tiempo y Espacio Vol. XXXV, no. 68 (2017): 
152. 
39 Carlos Altamirano, “Sobre la historia intelectual”, Políticas de la Memoria no. 13 (2013): 160. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 21 
 
 
Capítulo 1 
El debate público en Weimar: una explosión vital con tono de modernidad 
 
Espacio berlinés y el síntoma de los nuevos tiempos 
 
Para entender la emergencia y rápida dispersión de los debates más profusos durante el 
período de Weimar se debe esclarecer inicialmente una radiografía del espacio en que circuló la 
libre opinión en Alemania, siendo naturalmente la metrópoli berlinesa el eje central a donde todos 
los discursos se dirigieron y permutaron40. Dado su inusitado cosmopolitismo justo en el corazón 
de Europa, es común encontrar una estrecha relación entre las evocaciones a Berlín con la sensación 
de asistencia a una modernidad que conflictuaba socialmente hacia todos los frentes41; así pues 
“Weimar fue Berlín, Berlín fue Weimar. Con sus cuatro millones de habitantes la capital era, con 
mucho, la ciudad más importante de Alemania […] una megalópolis que dejaba encantados y 
aterrados a propios y extraños, que actuaba como un imán o provocaba un sentimiento de 
rechazo”42. Evidencia de lo anteriormente mencionado la encontramos en crónicas de viajeros 
como el diplomático Británico Harold Nicolson que, tras sus recurrentes visitas a la metrópoli, 
diseccionó en un pequeño artículo de prensa el impasible carácter berlinés concluyendo no sin 
astucia que Berlín era “una chica con jersey, sin muchos polvos en la cara, Hölderlin en el bolsillo, 
 
40 El 31 de Julio de 1919 al ser aprobada en Weimar una nueva Constitución compuesta por 181 artículos se concretaron 
ciertas demandas de apertura democrática que venían en cocción durante las últimas décadas del Deutsche Reich. 
41 Entendemos por modernidad inicialmente un proceso histórico con raíces en la Europa del siglo XVII que se 
caracteriza por poner al hombre y su capacidad racional en el centro de los procesos sociales, políticos y económicos. 
En ella el aspecto material de la realidad se posiciona por sobre la visión religiosa del mundo, se da prioridad a la 
categoría del individuo mientras se dinamizan sus posibilidades de apropiación de la naturaleza, se desacralizan las 
representaciones colectivas y se da paso a la secularización. Contiene un sentido de paradigma y es posicionada 
usualmente entre la antípoda de las sociedades tradicionales versus las industriales. La modernidad ha sido estudiada 
desde diversos frentes académicos; para consultar profundamente el tema puede verse el trabajo de Quentin Skinner, 
Reinhart Koselleck o Krishan Kumar; para una perspectiva más cercana estúdiese a María Teresa Uribe “De la ética 
en los tiempos modernos o del retorno a las virtudes públicas” en Estudios Políticos no. 02, (1992): 7-25. Y finalmente, 
para una lectura del caso específico durante Weimar se recomienda José Ramón Díez Espinoza, “Sociedad de masas e 
integración política en la Alemania de Entreguerras”. En IH no. 27 (2007): 179-208. 
42 Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar presagio y caída (Madrid: Turner, 2009) 57. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 22 
 
muslos como los de Atalanta, una educación no digerida, un corazón casi demasiado dispuesto a 
simpatizar y una amplitud de miras que encanta a las represiones de uno con su veneno”43. 
Debido a un complejo sincretismo entre lo viejo y lo nuevo, el panorama general de tan 
curioso corpus se compuso de múltiples microcosmos, los escenarios predilectos para que los 
discursos orbitasen fueron el Café, los conciertos de Jazz, la ópera, el teatro y las exposiciones de 
arte; importantes hitosen la espacialidad berlinesa que encarnaron en sí mismos o fueron la 
materialización de un tópico trasversal a toda la década de 1920, a saber, la fricción entre nuevas 
formas de entender y ver el mundo con la tradición conservadora germana44. En la edición número 
13 de Das Werke (La Obra) se lee un artículo titulado El mundo nuevo donde se argumenta que 
“cada época exige su propia forma. Nuestra tarea consiste en dar una nueva forma a nuestro mundo 
por medios modernos. Sin embargo, la carga de nuestro conocimiento del pasado pesa sobre 
nosotros, y nuestras instituciones de educación superior traicionan la tragedia de los obstáculos 
esparcidos a lo largo de nuestro camino hacia lo nuevo”45. 
Al existir una visible parentela entre las emergentes condiciones técnicas de comunicación 
- expresadas en la radio, el cine, la fotografía y la propia arquitectura urbana- con la proliferación 
de nuevas tendencias artísticas, se hizo evidente en las publicaciones de la época que la 
preocupación por lo público implicó poner en tela de juicio ciertos lugares comunes: Alemania 
bajo la proyección berlinesa se convirtió en un resort de consumo y entretenimiento. Fue un modo 
 
43 Inicialmente publicada en inglés “Berlin is a girl in a pullover, not much powder on her face, Hölderlin in her pocket, 
thighs like those of Atalanta, an undigested education, a heart that is almost too ready to sympathize, and a breadth 
of view that charms one’s repressions from their poison”, Harold Nicolson, “The Charm of Berlin”, Der Querschnitt, 
no. 9 (1929): 14- 18. En adelante las traducciones del inglés correrán por mi cuenta. Para un fácil encuentro de las 
fuentes utilizadas se dejará su versión original; muchas de las fuentes de prensa usadas en este trabajo pueden 
encontrarse en Anton Kaes, Martín Jay, & Edward Dimendberg, The Weimar Republic Sourcebook (Berkeley & Los 
Angeles: Univertisty of California Press, 1994) O en el repositorio virtual German History in Documents an Images, 
sección Weimar 1918/19- 1933. 
44 En un comentario hecho por García Canclini sobre el modelo teórico del campo artístico en Bourdieu se nos señala 
que la capacidad de observar los movimientos del arte como productos de culturas nacionales se hace más débil en 
tanto se agudiza el proceso de globalización; tal apreciación recoge muy bien lo que el advenimiento de la modernidad 
en Weimar propuso progresivamente a los esquemas culturales de Alemania previos a la guerra. En La sociedad sin 
relato, antropología y estética de la inminencia (México: Katz Editores, 2011) 21. 
45 Traducido del inglés “Every epoch demands its own form. Our task is to lend new form to our world by modern 
means. However, the burden of our knowledge of the past weighs upon us, and our institutions of higher education 
betray the tragedy of obstacles strewn along our path to the new” extraída de Anton Kaes, Martín Jay, & Edward 
Dimendberg, The Weimar Republic Sourcebook (Berkeley & Los Angeles: Univertisty of California Press, 1994) 445-
448. Titulo original Hannes Meyer, “Die neue Welt”, Das Werk no. 13 (1926): 205-224. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 23 
 
de expiación para permitir el asentamiento de lo venidero46, potenciado y en directa proporción 
con el auge de los medios de comunicación que paulatinamente cumplieron una función vital en la 
transformación literaria, el público de Weimar acomodó sus comportamientos de consumo y 
receptividad a las posibilidades infinitas de reproducción del discurso. 
Mesmerizados por la experiencia estética permanente que fue la habitabilidad en Berlín, 
algunos intelectuales se atrincheraron en grupos cuyas intenciones de renovación fueron claras. 
Uno de los más emblemáticos fue el movimiento Bauhaus con su programa de modificación 
espacial amparado en un paradigma de nociones espirituales que buscaba, de paso, desarrollar un 
método novedoso de financiación a proyectos urbanísticos; en 1919 Bruno Taut hizo un llamado 
por la concentración de recursos intelectuales con el fin de materializar los tres propósitos de su 
agenda, a saber y de forma somera: un fondo público destinado a la obtención de materiales 
arquitectónicos, la creación de una base operacional a disposición de todos los arquitectos alemanes 
y un programa de concientización al público sobre la necesidad de entender que todo este 
simbolismo encaminaba a la sociedad hacia la consecución de un mejor futuro, en el argumento 
inicial rezó que: 
Un edificio es portador directo de valores espirituales, modelador de la sensibilidad del 
público en general que duerme hoy pero que despertará mañana. Sólo una revolución 
total en el ámbito de lo espiritual puede crear este edificio; sin embargo, esta 
revolución, este edificio, no ocurre por sí solo. Hay que buscar ambos: los arquitectos 
de hoy deben preparar el camino para este edificio. Sus esfuerzos hacia el futuro deben 
ser posibles y contar con el apoyo de fondos públicos47. 
El utopismo inserto en tales declaraciones estaba programáticamente anudado con la 
tendencia expresionista por las formas desmesuradas y lo desenfadado48, además, las ideas que 
 
46 Tenemos aquí también una suerte de consideración sobre el modus operandi del habitus y sus instituciones 
modélicas. Si bien es cierto que en modelo de Bourdieu los agentes no ajustan conscientemente sus aspiraciones dado 
que están escritas en las condiciones objetivas que permiten ejecutar sus actos, existe una afrenta predeterminada contra 
ciertos espacios de construcción de valores en la generación más joven de Weimar, dicho de otro modo; algunos 
jóvenes detectaron que se encontraban ante la posibilidad de enfrentarse a sistemas de representación adquiridos 
cuando estos se encontraban debilitados por las nuevas condiciones sociales. 
47 En el original “A building is the direct carrier of spiritual values, shaper of the sensibilities of the general public 
which slumbers today but will awake tomorrow. Only a total revolution in the realm of the spiritual can create this 
building; yet this revolution, this building, does not happen by itself. Both have to be sought—today’s architects must 
prepare the way for this edifice. Their efforts toward the future must be made possible and be supported by public 
funds”. Bruno Taut, Ein Architektur-Programm (Berlin: Arbeitsrat für Kunst, 1919). Extraída de C.C. Collins and 
George R. Collin The Architecture of Fantasy (New York: Praeger, 1962) 135-136. 
48 Fue un movimiento artístico fragmentado que inició a comienzos del siglo XX en Alemania y tuvo diferentes 
períodos de proliferación. Sus principios temáticos se alimentaron del imaginario industrial y evolucionista 
decimonónico siendo la muerte, la enfermedad y la miseria elementos comunes a todos los grupos que le compusieron. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 24 
 
componían el proyecto Bauhaus provenían de los debates culturales que en el grueso de Europa se 
sostenían y ayudaron a alimentar la imaginación alemana49. Su adecuada conjunción con la 
incertidumbre por el futuro y la certeza de que se encontraban en un momento coyuntural para la 
aplicación de formas de vida antes poco visibilizadas por la pesada indumentaria de la época 
guillermina, hizo percibir para estos grupos como posible la realización de numerosos proyectos 
cincelados en llamados literarios. No es gratuito que el mismo año de 1919 se conociera el panfleto 
del líder espiritual del movimiento, Walter Gropius quién, no exento de retórica wagneriana, 
persuadía “deseemos, concibamos y creemos juntos la nueva estructura del futuro, que abarcará la 
arquitectura, la escultura y la pintura en una unidad y que un día se elevará hacia el cielo de las 
manos de un millón de trabajadores como el símbolo de cristal de una nueva fe”50. 
Con todas sus extravagancias,no puede decirse que la atmosfera Berlinesa haya sido 
propiamente el resultado de un estado de abundancia general, en realidad los encantos que la gran 
ciudad generaba al espectador fueron el resultado de un vértigo inusitado por experimentar la vida 
en todas sus facetas y el producto de una enorme desigualdad social en la que interactuaban 
personas que se hallaban en la más remota miseria con grandes aristócratas, reliquias de la era 
imperial. Enormes debates sobre la idea de decadencia51 en la sociedad se centraron no sólo en los 
 
Para entender el concepto de expresionismo en sus propiedades filosóficas de fondo puede ser muy útil el trabajo de 
Alzira María Carvahlo Lima, Vitalismo y expresionismo estético (Tesis para el grado de doctor, Universidad 
Complutense de Madrid, 2006). 
49 La relación de este movimiento con fenómenos similares como en el Arts and Crats de gran Bretaña, además de ser 
un gran muestrario para entender el ambiente de renovación en el grueso de Europa. Por otro lado, los propios 
manifiestos expresionistas y muchas de sus obras poéticas se encontraban ampliamente emparentados con los modelos 
estéticos del futurismo italiano como puede apreciarse en tendencias del Dier Sturm (La tormenta, de 1910) o Die 
Silbergäule (Los corceles de plata, de 1919 a 1922). Se enseña en el trabajo de Philipp Bloom, La fractura, vida y 
cultura en Occidente 1918 – 1938 (Barcelona: Anagrama, 2015) 246. 
50 En el original “let us desire, conceive, and create the new structure of the future, which will embrace architecture 
and sculpture and painting in one unity and which will one day rise toward heaven from the hands of a million workers 
like the crystal symbol of a new faith”. Walter Gropius, Programm des Staatlichen Bauhauses in Weimar, (1919). La 
versión en inglés de éste panfleto puede hallarse en Hans Maria Wingler, Bauhaus. Weimar, Dessau, Berlin, Chicago 
(Cambridge: MIT Press, 1978) 31-33. 
51 Este es un tema verdaderamente espinoso que encuentra sus raíces en la época de la Ilustración. Aun así, el siglo 
XIX alemán produjo álgidos debates en torno a las ideas de personajes como Darwin o Spencer, se plantó la semilla 
para la percepción evolucionista que subyacía al nacionalsocialismo y se creó todo un circuito intelectual donde la 
antropología social y la biología celebraron sus bodas a costa del espíritu humanista del iluminismo. Algunas de las 
obras más emblemáticas que produjo este tópico en las estructuras mentales del siglo XX fueron la inaugural de 
Houston Chamberlain “Los fundamentos del siglo XX” en dos volúmenes de 1911 y 1912 respectivamente y, ya en el 
período que nos atañe, la famosa “Decadencia de Occidente” de Oswald Spengler también en dos volúmenes de 1918 
y 1923. Si quieren entenderse las propiedades históricas de este debate se recomienda leer Arthur Herman, La idea de 
la Decadencia en la Historia Occidental (Santiago de Chile: Ed. Andrés Bello, 1998). 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 25 
 
clubes nocturnos, sino especialmente en el afán por afirmarse en la no pertenencia a modelos 
anquilosados que generaron catástrofes como la guerra, así, la espacialidad berlinesa se convirtió 
en una apuesta también por lo privado; el conflicto bélico reconfiguró tanto la idea de la familia 
que la vivienda alemana pasó por una situación lamentable, de allí que las aspiraciones 
programáticas de movimientos como el Bauhaus no fueran nada descabelladas, dando pie “a que 
los reformistas pusieran en marcha importantes proyectos, en un momento en que contaban con 
respaldo político y disponían de medios económicos para hacerlo”52. 
De todas estas circunstancias parte el hecho de que recién inaugurada la República de 
Weimar, el derrotero hacia la experiencia y consecución de alguna agenda tuviera un poderoso 
aliado en la distribución de publicaciones periódicas como la revista y el periódico53 (objetos que 
circulaban en la ciudad buscando usualmente persuadir al lector a través del artículo de opinión) 
puesto que ganar adeptos en causas o posiciones específicas fue fundamental al momento de poner 
sobre la mesa los asuntos más candentes y es que, al llamar la atención de los emergentes partidos, 
esta deliberación podría tener algún reflejo en el ámbito político54. Tan enorme fue la cultura 
popular de lectura en Berlín que la circulación masiva de diarios fue un gran engranaje para darle 
sentido a la ciudad: anuncios, ilustraciones, pequeños dramas teatrales sobre la cotidianidad, sátira 
y creatividad poética significaron para el viandante berlinés un contacto profundo con el producto 
de muchos rostros que era su ciudad, de esta forma “la ciudad que adoptaba su forma en el diario 
de venta callejera era una composición desordenada de la mirada casual de los lectores y de los 
redactores”55, un collage de símbolos comunes que logró poner a sectores diversos a tono con las 
 
52 Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar presagio y caída (Madrid: Turner, 2009) 209. 
53 Durante la República de Weimar, Berlín presentó cantidades alarmantes en distribución de prensa, para mediados 
de década había treinta periódicos diferentes oficiales además de otros treinta o cuarenta periódicos de distrito. Las 
aproximaciones indican alrededor de tres millones de periódicos circulando en la ciudad diariamente. Puede verse en 
Bernhard Fulda, Press and Politics in the Weimar Republic (New York: University Oxford Press, 2009). 
54 En el Berlín de la República de Weimar existió una fricción permanente entre el libre intercambio de la información 
y la polarización política, el trato social podía verse restringido por la pertenencia o adscripción a alguna tendencia 
proliferante, progresista o conservadora, así “Los flujos de comunicación en el Berlín de la década de 1920 eran 
complejos y estaban muy fragmentados. Si un berlinés quería noticias sobre un tema en particular, la información que 
recibió dependía del tipo de red de comunicación en la que se movía”. En el original “Communication flows in 1920s 
Berlin were complex and heavily fragmented. If a Berliner wanted news on a particular subject, the information he 
received depended on the kind of communication network in which he moved”. Bernhard Fulda, Press and Politics in 
the Weimar Republic (New York: University Oxford Press, 2009) 18. 
55 Peter Fritzsche, Berlín hacia 1900: Prensa, Lectores y Vida Moderna (Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 
2008) 149. 
INTELECTUALES ALEMANES DURANTE LA REPÚBLICA DE WEIMAR… 26 
 
mismas discusiones, de allí que la revista, el periódico, el diario y el semanario fueran comúnmente 
usados por los intelectuales alemanes a medida que su campo se fue politizando. 
Las revistas, usualmente de producción mensual, tendieron a combinar un espacio donde se 
entrelazaban el entretenimiento y el debate, esta modalidad obtuvo gran aceptación a la vez que 
provocaba recelos en quienes pensaban que aquella era una suerte de amplificación para voces no 
propiamente insertas en la cultura del libro56; en particular, “los críticos señalaban la influencia 
negativa de los diarios populares, cuyo peligro radicaba en que tenían el mismo formato que los 
diarios respetables y estaban al alcance de los transeúntes”57; muchos de los sectores académicos 
observaban despectivamente el frenetismo por la lectura de diarios y revistas que se insertó en las 
clases burguesas y populares durante la década de 1920. Dentro de ese contexto, en octubre de 
1925, el escritor Edlef Köppen (quién cinco años más tarde publicaría la novela Parte de guerra) 
se dispuso a realizar una defensa del nuevo fenómeno literario atribuyendo que la revista era un 
Síntoma del tiempo presente, en su defensa resaltó: 
La marca de nuestra edad es la prisa, la prisa, el nerviosismo. La gente no tiene tiempo, 
de hecho, huye de la calmade la contemplación; se tambalean imprudentemente por 
las calles sin intención de agarrarse. El ritmo de la vida palpita brevemente y con 
fuerza: más… ¡más! La consecuencia es, en muchos aspectos, superficialidad. Esta 
prisa también aparece en áreas que por naturaleza realmente deben esperar más: los 
dominios del arte. 
El disfrute del arte presupone, junto con una captación intuitiva, un enfoque tranquilo 
y concentrado, una entrega, una liberación del yo para ser conducida más allá de las 
fronteras de lo palpable […] si hay algo en este momento que podría tomarse como un 
símbolo de esto, entonces es la aparición de todas las revistas que han estado inundando 
Alemania durante casi un año. Uno las encuentra en todas partes, en todas las librerías, 
incluso las buenas, en la mayoría de las salas de lectura, a menudo incluso en las más 
serias. Se esparcen como pestilencia. Un editor comenzó, unas pocas docenas lo 
siguieron y continúan haciendo lo mismo. La revista se ha convertido en un signo 
concentrado de nuestro tiempo58. 
 
56 La popularización de las revistas se expresa en las condiciones del público lector tanto que, para 1914, un tercio de 
la población berlinesa se encontraba suscrita al Morgenpost, publicado por Ullstein, al Lokal-Anzeiger, de Scherl, o al 
Berliner Tageblatt, editado por Mosse. Emblemáticas revistas de entre un total de seis mil quinientas revistas de gran 
circulación. En Peter Fritzsche, Berlín hacia 1900: Prensa, Lectores y Vida Moderna (Buenos Aires: Siglo Veintiuno 
Editores, 2008) 31. 
57 Peter Fritzsche, Berlín hacia 1900: Prensa, Lectores y Vida Moderna (Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 
2008) 66. 
58 Traducido del inglés “The mark of our age is haste, hurry, nervousness. People have no time, indeed they flee the 
calm of contemplation; they reel recklessly through the streets with no intention of catching hold. The rhythm of life 
pounds short and hard: further—further! The consequence is in many respects superficiality. This haste also appears 
in areas that by nature must really expect more: the domains of art/ The enjoyment of art presupposes, alongside an 
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El énfasis en la idea de aceleración como manera del inevitable ritmo al que la cultura escrita 
debería adaptarse si quería desplegar correctamente sus funciones sociales no fue producto de una 
mera percepción: tópicos del tipo sociedad de masas, modernidad o el acceso al mundo de la 
tecnología se fundamentaron en la capacidad sensorial que tuvo todo esto para manifestarse como 
una realidad. Debemos tener en cuenta que “Estamos exactamente en el punto en que las sociedades 
europeas empiezan a entrar en la era de las masas. La gente puede leer periódicos. Trabaja en 
grandes aglomeraciones y está expuesta a experiencias compartidas- en la escuela, en el ejército, 
al viajar en tren-. Así que tenemos grandes comunidades conscientes de sí mismas”59. 
Sencillamente Weimar fue una gran cuestión abierta, se definió por “el desasosiego de 
preguntarse qué significaba vivir en los tiempos modernos, la búsqueda de nuevas formas de 
expresión que se ajustasen a la algarabía de la vida moderna y la esperanza en las posibilidades que 
encerraba el futuro”60. Aun así, no puede decirse que todos los comentarios fuesen optimistas: la 
asistencia desenfrenada a espacios de dispersión propios de la metrópoli berlinesa tuvo sus 
detractores- y no de poco peso intelectual- para el mismo período en que se publicaron 
emblemáticas obras como La Montaña Mágica (Der Zauberberg, 1924) de Thomas Mann o Ser y 
Tiempo (Sein und Zeit, 1927) de Martin Heidegger, Siegfried Kracauer publicaba El ornamento de 
la masa (Ornament der Masse, 1927) un ensayo donde se relacionaba a la sociedad del espectáculo 
con los procesos técnicos del capitalismo industrial, a saber: el ritmo, la coordinación, los pasos 
del consumo representados a modo de un montaje en cadena que distanciaba a hombres y mujeres 
en el embelesamiento del deseo61. 
 
intuitive grasp, a tranquil and concentrated focus, a surrender, a release of the self to be conducted beyond the borders 
of the palpable. [...] And if there is one thing right now that could be taken to be symbolic of this, then it is the 
appearance of all the magazines that have been flooding Germany for just about a year. One finds them everywhere, 
in every bookstore, even the good ones, in most reading halls, often even in very serious ones. They are spreading like 
pestilence. One publisher started, a few dozen followed and continue to follow suit. The magazine has become a 
concentrated sign of our times”. Extraída de Anton Kaes, Martín Jay, & Edward Dimendberg, The Weimar Republic 
Sourcebook (Berkeley & Los Angeles: Univertisty of California Press, 1994) 644- 645. En el original Edlef Köppen, 
“Das Magazin als Zeichen der Zeit“, Der Hellweg no. 24 (1925): 456- 457. 
59 Tony Judt & Timothy Snyder, Pensar el siglo XX. Trad. Victoria Gordo del Rey (Buenos Aires: Taurus Historia, 
2012) 164. 
60 Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar presagio y caída (Madrid: Turner (2009) 295. 
61 Bajo un variopinto popurrí de especulación sicológica, biología y ante el inminente crecimiento del mercado sexual, 
la sexualidad y el cuerpo conocieron una profundidad temática que había sido evadida en décadas anteriores. El ideal 
de la mujer moderna en Alemania se conjugaba con una bajísima tasa de natalidad, independencia económica para 
estas tras los decesos masculinos en la guerra y la cultura del nudismo que se expandía por diversos círculos y 
asociaciones. En 1921 Sigmund Freud publica El malestar en la cultura e inaugura la relación sistemática, científica, 
entre modernidad y erotismo represivo. Algunas obras de referencia en torno a este debate pueden ser Mel Gordon, 
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Observamos una relación entre erotismo y modernidad cuya base fue la pérdida de 
naturalidad en el aspecto sexual reemplazada por el entretenimiento, por la presencia de un 
producto en serie o sistematización de los atributos humanos (temática que puede observarse en el 
hito cinematográfico del período Metrópolis dirigida por Fritz Lang). Es oportuno ahora 
ejemplificar este punto, en su crítica al espectáculo de las Tiller Girls- chicas que bailaban 
coordinadamente elevando sus piernas aleatoriamente y de modo insinuante en los clubes 
nocturnos- Kracauer comentó que “la postura de las chicas recuerda el movimiento acompasado 
de los pistones (de los motores de un barco, por ejemplo). No los ejecutan tanto con precisión 
militar como tratando de asemejarse al ideal de las máquinas”62. Analogías de tal tipo fueron 
comunes en círculos intelectuales que se resistían a abrazar la idea de un mundo donde todos eran 
componentes anónimos de la masa cuando la herencia del romanticismo alemán había rezado 
durante más de un siglo el papel esencial del genio creador en la construcción de la identidad del 
Volk63, es decir, el tema central fue la valorización de la individualidad al pasar de la idea romántica 
a la moderna: ahora era el Cabaret y no la relación con un grupo especializado quien reunía a las 
personas mientras la ópera se reproducida por radio, el Jazz era interpretado en los espacios de los 
blancos y el ensayo intelectual se presentaba en artículos de opinión semanales. 
En los puntos de la crítica intelectual hacia el síntoma de los nuevos tiempos se evidenció 
una mezcla entre el anhelo por lo viejo desde la comodidad que esto implicaba al escritor, y una 
verdadera desconfianza en la implementación de un modelo político y económico que se 
relacionaba con el occidente americano; la idea de americanismo resonó constantemente en la 
crítica intelectual sin que se tuviera una idea clara de a qué se refería; se aludió

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