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13-manual-mora-2020-EBOOK

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Mora
(Rubus glaucus Benth.)
Manual de recomendaciones técnicas para su
cultivo en el departamento de Cundinamarca
Martha Marina Bolaños Benavides
Mora
(Rubus glaucus Benth.)
Mora
(Rubus glaucus Benth.)
Manual de recomendaciones técnicas para su
cultivo en el departamento de Cundinamarca
Martha Marina Bolaños Benavides
William Andrés Cardona
María Cristina García Muñoz
Yimmy Alexander Zapata Narváez
Camilo Rubén Beltrán Acosta
Rodrigo Efrén Vásquez Romero
Erika Patricia Martínez Lemus
Juan Clímaco Hio
Nelly Carolina Ortega Flórez
Adriana Carolina Peña Holguín
Luis Gabriel Bautista Montealegre
Diego Alejandro López Melo
Mora (Rubus glaucus Benth.): Manual de recomendaciones técnicas para su cultivo en el
departamento de Cundinamarca / Martha Marina Bolaños Benavides, William Andrés Cardona,
María Cristina García Muñoz, Yimmy Alexander Zapata Narváez, Camilo Rubén Beltrán Acosta,
Rodrigo Efrén Vásquez Romero, Erika Patricia Martínez Lemus, Juan Clímaco Hio, Nelly Carolina
Ortega Flórez, Adriana Carolina Peña Holguín, Luis Gabriel Bautista Montealegre y Diego Alejandro
López Melo – Bogotá, D. C. : Corredor Tecnológico Agroindustrial, CTA-2, 2020.
90 páginas ; ilustraciones ; 24cm.
Incluye referencias bibliográficas.
ISBN-e: 978-958-794-364-1 ISBN obra impresa: 978-958-794-363-4
PALABRAS CLAVE: Manejo y conservación de suelos, Selección de semilla de mora, Manejo
eficiente de la fertilización integrada en mora, Manejo agronómico del cultivo de mora, Cosecha y
poscosecha del cultivo de mora, Costos de producción del cultivo de mora
CORREDOR TECNOLÓGICO AGROINDUSTRIAL CTA-2
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA, SEDE BOGOTÁ
Calle 44 N.º 45-67
Unidad Camilo Torres
Edificio 826 Bloque A-1
Oficina 101
Teléfono (57-1) 316 5000 Extensión 10248
Bogotá, D. C. Colombia
Código postal: 111321
Impreso en Bogotá, D.C., Colombia
Printed in Bogota, D.C., Colombia
PREPARACIÓN EDITORIAL
Mesa Editorial
Corredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2
GESTOR DE CONTENIDOS:
Luis Gabriel Bautista Montealegre
DISEÑO Y DESARROLLO CONTEXT:
Andrés Conrado Montoya Acosta
CITACIÓN SUGERIDA: Bolaños-Benavides, M., Cardona,
W., García-Muñoz, C., Zapata-Narváez, Y., Beltrán-
Acosta, C., Vásquez-Romero, R., Martínez-Lemus, E.,
Hio, J., Ortega-Flórez, N., Peña-Holguín, A., Bautista-
Montealegre, L. y López-Melo, D. (2020). Mora (Rubus
glaucus Benth.): Manual de recomendaciones técnicas
para su cultivo en el departamento de Cundinamarca.
Bogotá, D. C.: Corredor Tecnológico
Agroindustrial CTA-2.
CLÁUSULA DE RESPONSABILIDAD: CTA-2 no es
responsable de las opiniones e información contenidas
en el presente documento. Los autores se adjudican
exclusiva y plenamente la responsabilidad sobre su
contenido, ya sea propio o de terceros, declarando en
este último supuesto que cuentan con la autorización
de terceros para su publicación; adicionalmente, los
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Esta obra se distribuye con una licencia Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0 International (CC-BY-SA 4.0)
Se puede consultar en la dirección https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/deed.es
https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/deed.es
Dedicado a todas las personas
que trabajan la tierra
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Entidad Ejecutora:
Gobernación de Cundinamarca
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Gobernación de Cundinamarca
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Comité Técnico Científico
Corredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2
Gobernación de Cundinamarca
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Coordinación de Innovación Regional
Directora de proyecto
Ingritts Marcela García Niño
Supervisor
Diego Mauricio Salas Ramírez
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El Corredor Tecnológico Agroindustrial (CTA) es una estrategia de cooperación
entre Estado, sector productivo y academia, en la cual participan actores direc-
tivos del sector agropecuario y agroindustrial de Cundinamarca y Bogotá, D. C.,
con el fin de aunar esfuerzos en actividades de desarrollo y fortalecimiento de
la ciencia, la tecnología y la innovación. Sus capacidades están orientadas a la
formulación y ejecución de proyectos de carácter investigativo, que permitan
la transferencia tecnológica al sector agropecuario y agroindustrial.
El presente documento es resultado del Subproyecto “Investigación, desarrollo
y transferencia tecnológica en sistemas de producción de frutas (mora) en zonas
productoras representativas de Cundinamarca”, desarrollado en el marco del Co-
rredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2, Proyecto “Investigación, desarrollo y
transferencia tecnológica en el sector agropecuario y agroindustrial con el fin
de mejorar todo el departamento, Cundinamarca, Centro Oriente”, suscrito por
la Gobernación de Cundinamarca, a través de la Secretaría de Ciencia, Tecno-
logía e Innovación; la Alcaldía de Bogotá, a través de la Secretaría Distrital de
Desarrollo Económico; la Universidad Nacional de Colombia, y la Corporación
Colombiana de Investigación Agropecuaria (AGROSAVIA, antes Corpoica). El Co-
rredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2 es financiado con recursos del Fondo
de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías.
11
Contenido
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Diagnóstico del sistema productivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Generalidades del cultivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Producción y mercados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Materiales de siembra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Descripción botánica y ciclo del cultivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Edafoclimatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Temperatura y altitud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Suelos y precipitación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Manejo agronómico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Conservación de suelos y establecimiento del cultivo . . . . . . . . . . . . . 25
Manejo eficiente de la fertilización integrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Podas en el cultivo de mora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Manejo integrado de enfermedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Manejo integrado de insectos plaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Polinización dirigida en el cultivo de mora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
12
Cosecha y poscosecha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Cosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Poscosecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Costos de producción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
13
Introducción
El cultivo de mora (Rubus glaucus Benth.) es de gran importancia socioeconómica
en Colombia. Por esto elMinisterio de Agricultura y Desarrollo Rural tiene como
meta a 2020 incrementar el área cultivada a 18268 hectáreas (ha), la producción
a 193786 toneladas (t) y el rendimiento a 10,46 t/ha, respectivamente; mientras
que en el Plan Frutícola Nacional 2006-2026 (2006) se proyecta un incremento,
para 2026, del 94 % en el área cultivada, con una meta de aproximadamente
20600 ha (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, 2006).
No obstante lo anterior, el sector frutícola requiere superar ciertas brechas tec-
nológicas y organizacionales, entre las que sobresalen la baja capacitación de
los productores, así como el manejo deficiente de plagas y enfermedades, las
cuales tradicionalmente se han manejado mediante el uso excesivo de molécu-
las químicas, lo que genera una baja inocuidad del producto final (LKS, 2013).
En conjunto, dichos factores pueden llegar a causar hasta un 70 % de pérdidas
en producción (Ayala, Valenzuela y Bohórquez, 2013).
Actualmente, la demanda internacional de mora representa una oportunidad
gracias a la vigencia de los tratados de libre comercio con países de alto poder
adquisitivo, como Estados Unidos (Soto, 2013). Adicionalmente, a dicho mer-
cado se le suma el consumo en alimentos limpios provenientes de sistemas
productivos sostenibles (LKS, 2013), y la inocuidad de los productos finales es
un tema que requiere implementar estrategias de exportación direccionadas
por los entes gubernamentales. En este sentido, es necesario que las activida-
des agrícolas nacionales sean más productivas y competitivas, requiriendo para
INTRODUCCIÓN
14
ello la búsqueda, trasferencia y adopción de nuevas y mejores tecnologías de
producción (Ruíz y Piedrahita, 2012).
Considerando los planteamientos anteriores, en el marco del proyecto del Co-
rredor Tecnológico Agroindustrial CTA-2 y el Subproyecto “Investigación y desa-
rrollo tecnológico para los sistemas de producción de frutas (fresa y mora) en
zonas productoras representativas de Cundinamarca” (que en adelante se de-
nominará Subproyecto Fresa y Mora), se realizó la instalación de Parcelas de
Investigación Participativa Agropecuaria (PIPA), con el objetivo de mejorar los
niveles de competitividad y desarrollo de los productores de mora en zonas re-
presentativas del departamento. Se busca lograr esto mediante la investigación,
desarrollo (I+D) y transferencia tecnológica, haciendo especial énfasis en los
componentes de fertilización ymanejo de suelos de ladera, el manejo de cultivo
mediante Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), el uso de abejas en la polinización,
el manejo integrado de enfermedades y el diseño de soluciones tecnológicas de
cosecha y poscosecha.
Por otro lado, el desarrollo del Subproyecto Fresa y Mora permitió la elabora-
ción del presente manual, enfocado en las condiciones productivas del departa-
mento de Cundinamarca. Sin embargo, las recomendaciones incluidas pueden
ser validadas y adaptadas a otras zonas agroecológicas donde se desarrolle la
producción de este frutal.
15
Diagnóstico del sistema productivo
En el desarrollo del Subproyecto Fresa yMora, para el caso específico del cultivo
de mora (R. glaucus Benth.) el diagnóstico se realizó en los municipios de San
Bernardo, Pasca, Granada, Silvania y El Colegio (Cundinamarca), los cuales son
los principales productores de mora en el departamento.
En el marco del Subproyecto Fresa y Mora, en dichos municipios se realizó un
análisis del sistema productivo de mora con el fin de considerar las prácticas
de manejo de los cultivos implementadas por los productores, verificar la exis-
tencia de diferencias tecnologías locales y proponer opciones tecnológicas que
pudieran ser adoptadas por los moricultores en la zona de influencia del sub-
proyecto.
Según los resultados obtenidos en el diagnóstico, se pudo constatar que la pro-
ducción de mora en los municipios priorizados está en su mayoría en manos de
pequeños productores, quienes han tenido poco acceso a la educación formal.
Adicionalmente, en cuanto a asociatividad, los entrevistados aseguran pertene-
cer a alguna asociación municipal; no obstante, solo 49 % de ellos manifiesta
haber recibido asistencia técnica.
En cuanto a la edad de los cultivos y su establecimiento, más del 61 % de los agri-
cultores reportan cultivos con más de cinco años, mientras que el porcentaje
restante asegura contar con cultivos con edades de dos a cinco años. La propa-
gación de mora más empleada es de tipo sexual (55 %), la cual es llevada a cabo
mediante plántulas provenientes de viveros o fincas vecinas. Esto representa un
DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA PRODUCTIVO
16
riesgo sanitario, ya que solo el 29 % de los productores reportan realizar algún
tipo de tratamiento a las plántulas antes de realizar el trasplante a los lotes.
Las densidades de siembra empleadas por los moricultores en los municipios
abordados, están entre las 300 y las 2240 plantas por hectárea; este rango esmuy
amplio, lo que a la vez refleja el desconocimiento de las distancias de siembra,
en parte por la edad de los cultivos instalados. Mediante la información colec-
tada en las encuestas se pudo evidenciar el uso generalizado del tutorado de
espaldera sencilla, en el que generalmente se emplean postes de madera. Dicha
práctica puede considerarse inadecuada debido a la utilización de especies na-
tivas, razón por la cual los productores esperan alternativas, ya sea de nuevos
materiales o de nuevas especies que puedan ser utilizadas como materia prima
para el tutorado.
En lo que compete al manejo del suelo, fertilización y productividad, la topo-
grafía predominante en la zona moricultora es ondulada e inclinada; también
cuenta con suelos húmedos y buen drenaje natural, por lo que la mayoría de los
productores no reportan problemas de encharcamientos. Adicionalmente, se
encontró que la aplicación de fertilizantes más común es la edáfica, en la que
emplean fertilizantes químicos y, como principal aporte de materia orgánica,
residuos vegetales. El rendimiento promedio de acuerdo con los productores
de la región está en alrededor de 7,55 t/ha, valor considerado como bajo con
respecto al promedio de Cundinamarca y de la región del Sumapaz.
Los moricultores de Cundinamarca conocen los efectos positivos de las prácti-
cas de podas de formación y de mantenimiento, con las que realzan la vigorosi-
dad de las plantas y se eliminan ramas improductivas y secas, lo cual favorece
la absorción de luz por las ramas jóvenes. Sin embargo, cabe resaltar el bajo por-
centaje de productores que reportan haber adoptado dichas técnicas, así como
la desinfestación de herramientas para dichos procesos.
En el componente fitosanitario, los productores reportan enfermedades como
moho gris, mildeo polvoso y antracnosis. También se pudo evidenciar el uso
de moléculas químicas para el manejo de plagas, enfermedades y arvenses sin
algún tipo de registro de frecuencia, cantidades ni forma de aplicación por parte
de los productores.
17
Los productores desconocen el uso de abejas para el mejoramiento de la pro-
ducción y las condiciones para su establecimiento, pero se mostraron muy in-
teresados en la implementación de esta tecnología después de explicarles su
fundamento y aplicación.
La frecuencia de la recolección de frutos en los cinco municipios es, en prome-
dio, de dos veces por semana y se deja la selección de los frutos a la apreciación
del recolector,utilizando como indicador de la madurez el color de la fruta. Sin
embargo, la mezcla de frutos en estados de madurez desde el 2 al 5 es una
constante (Icontec, 1997). Por otro lado, se evidenciaron pérdidas de fruta a
causa del inadecuado manejo del producto, las falencias en las operaciones de
selección y limpieza, el uso de infraestructura inapropiada para las labores de
acondicionamiento, así como el uso de empaques inadecuados para el transpor-
te de la fruta.
Una vez realizado el diagnóstico, con el fin de ajustar y validar opciones tecnoló-
gicas que permitieran fomentar su uso por parte de los productores de mora, en
el marco del Subproyecto Fresa y Mora se formalizaron convenios con cuatro
productores para la instalación de igual número de PIPA en las veredas: Agua
Bonita, El Carmen, El Carmelo y Santa Marta, pertenecientes a los municipios
de Silvania, Pasca, El Colegio y San Bernardo, respectivamente.
Para la selección de las posibles fincas en donde se establecería cada PIPA se
tuvieron en cuenta aquellas ubicadas en sectores de fácil acceso, que debían
contar con cultivos establecidos hace menos de diez años, áreas de ¼ de hec-
tárea para el montaje de las parcelas, cultivos en producción que permitieran
establecer una estrategia de manejo integrado de plagas y enfermedades, así
como distancias de siembra adecuadas para ejecutar las diferentes actividades
sobre la plantación. Por otro lado, los productores seleccionados debían mani-
festar completa disposición y disponibilidad para implementar las tecnologías,
ser receptivos, permitir la realización de eventos de transferencia de tecnología
y pertenecer a alguna asociación de productores de mora.
19
Generalidades del cultivo
Producción y mercados
En Colombia, la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) reportó, para 2017, una
producción de 123175 t de fruto a partir de 13168 ha cosechadas (Ministerio
de Agricultura y Desarrollo Rural, 2018), lo que constituye un incremento con
respecto a los años anteriores. En este contexto, los departamentos que más
contribuyeron a la producción nacional en 2017 fueron Cundinamarca (33091 t),
Santander (27612 t) y Huila (7435 t) (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Ru-
ral, 2018).
A nivel municipal, en el departamento de Cundinamarca se destacan los munici-
pios de San Bernardo, Silvania, Arbeláez, Fusagasugá, Pasca, Quipile y El Colegio,
los cuales en conjunto reportaron para 2017 una producción de 29034 t (Minis-
terio de Agricultura y Desarrollo Rural, 2018). El municipio de San Bernardo fue
el que más área sembrada y cosechada reportó, con valores de 1000 ha y 990 ha,
respectivamente, mientras que el municipio de Quipile sobresale por alcanzar
un rendimiento de 14 t/ha a partir de 123 ha cosechadas.
En cuanto al comercio exterior para Colombia, la mora se encuentra en las par-
tidas arancelarias de frambuesas, zarzamoras y moras frambuesa, las cuales no
se cultivan extensivamente en el país, por lo que dichas exportaciones corres-
ponden exclusivamente a los frutos de mora. El mercado de exportación se
diversificó y pasó a un 50 % hacia Estados Unidos, un 18 % hacia las Antillas
GENERALIDADES DEL CULTIVO
20
Holandesas, un 13 % a España, un 6 % a Aruba, un 7 % a Panamá y un 6 % al
Reino Unido (ERS MIDAS CROPS, citado en Bautista-Montealegre, 2017).
Materiales de siembra
La mora (R. glaucus Benth.), pertenece a la familia Rosácea y su origen se con-
centra en los países de Ecuador y México. Inicialmente fue descrita por Karl
Theodor Hartweg, mientras que el primer reporte como género Rubus fue ela-
borado por George Bentham entre los años 1839 y 1857 (Bentham, citado por
Morales y Villegas, 2012).
En Colombia se reconocen alrededor de 44 especies de mora; de estas, nueve
son consideradas como comestibles y 35 como arvenses (Morales y Villegas,
2012). Dada la mezcla de dichos materiales, se han adelantado proyectos de ca-
racterizaciones morfológicas, agronómicas, moleculares y nutricionales, con el
fin de identificar materiales promisorios (Barrero, 2009) y vislumbrar la variabi-
lidad genética de especies de mora sembradas en el país (Marulanda, López y
Aguilar, 2007).
Descripción botánica y ciclo del cultivo
La planta de mora es de tipo arbustiva y perenne, de porte erecto a semierecto.
Presenta raíces superficiales que le permiten anclarse a profundidades entre
los 30 y los 50 cm y una corona en su base con gran número de tallos (Castro y
Cerdas, 2005); estos últimos son cilíndricos, lisos, con o sin espinas (Morales y
Villegas, 2012). Los tallos principales dan origen a tallos secundarios, que a su
vez forman tallos terciarios, donde se concentran las inflorescencias (Castro y
Cerdas, 2005) (Figura 1 a).
Generalmente, las hojas se encuentran dispuestas alternamente y se componen
por tres foliolos; son ovadas lanceoladas y presentan márgenes aserrados. Los
tejidos son de color verde en el haz y blanquecino en el envés (Figura 1 b);
no obstante, dichas características pueden variar de acuerdo con el material
sembrado (Franco y Giraldo, 1998; Castro y Cerdas, 2005; Morales y Villegas,
2012).
DESCRIPCIÓN BOTÁNICA Y CICLO DEL CULTIVO
21
Figura 1 Tallos (a) y hojas (b) de la planta de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Las flores son hermafroditas, cuentan con numerosos estambres y pistilos, pre-
sentan cinco pétalos de color blanco a violeta o rosado, y cáliz con cinco sépalos
de color verde (Castro y Cerdas, 2005; Morales y Villegas, 2012) (Figura 2 a). Por
su parte, el fruto es circular, cónico a elíptico, con tamaño variable y color rojo.
Está estructurado por la unión de drupas, las cuales contienen semillas cuneifor-
mes con superficie reticulada (Castro y Cerdas, 2005; Morales y Villegas, 2012)
(Figura 2 b).
Figura 2 Flores (a) y frutos (b) de la planta de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
En el ciclo fenológico de la mora se distinguen tres etapas: una reproductiva,
que inicia con la selección del material de propagación, ya sea sexual o asexual,
GENERALIDADES DEL CULTIVO
22
hasta la obtención de nuevas plántulas; una vegetativa, que va desde el tras-
plante definitivo en campo hasta el inicio de la floración; y una productiva, que
inicia con la floración y va hasta la madurez fisiológica de los frutos (Castro y
Cerdas, 2005). Esta última etapa se da aproximadamente entre los 8 y los 12 me-
ses después del trasplante; sin embargo, los tiempos de cada etapa dependen
en gran medida del tipo de material, de las condiciones edafoclimáticas y del
manejo agronómico dado al cultivo.
23
Edafoclimatología
Temperatura y altitud
El cultivo de mora se adapta a altitudes desde los 1200 hasta los 3500 msnm,
con un rango óptimo entre los 1800 y los 2400 msnm, temperaturas entre 11 y
18° C y humedad entre el 70 % y 80 %. Cuando las plantas se siembran en zonas
con características por fuera de los rangos mencionados se pueden presentar
problemas en la calidad de los frutos y el rendimiento del cultivo (Franco y
Giraldo, 1998; Morales y Villegas, 2012).
Suelos y precipitación
Desde el punto de vista edáfico, para un adecuado desarrollo del sistema radi-
cal y, en general, de las plantas, estas deben ser establecidas en suelos con pro-
fundidad efectiva de al menos 50 cm (Erazo, 1983), texturas francas con buen
drenaje, alto contenido de materia orgánica y pH entre 5,2 y 6,7, con un ópti-
mo de 5,7 (Franco y Giraldo, 1998; Morales y Villegas, 2012). Para el caso de los
requerimientos hídricos, el cultivo demanda de 1500 a 2500 milímetros al año
(Morales y Villegas, 2012). Sin embargo, cuando las plantas se establecen en zo-
nas de alta precipitación, el terreno debe contar con cierto grado de inclinación
para evitar encharcamientos; aun así, la humedad del suelo debe ser permanen-
te ya que la mora cuenta con fases de desarrollo, vegetativa y reproductiva, que
se presentan al mismo tiempo (Franco y Giraldo, 2002).
25
Manejo agronómico
Conservación de suelos y establecimiento del
cultivo
Preparación del terrenoLa preparación del terreno en busca de la conservación de suelos involucra un
arado con cincel y dos pases con discos (Figura 3). Se debe evitar la preparación
generalizada del suelo para disminuir la destrucción de macroagregados del mis-
mo. Por otro lado, se puede aplicar glifosato según la dosis recomendada por
el fabricante del producto; no obstante, la aplicación de este ingrediente activo
se recomienda solamente en la preparación del suelo, previamente al trazado
del lote, el establecimiento y la adecuación de los sitios de siembra.
Prácticas de conservación de suelos
En Colombia, los cultivos de mora se encuentran establecidos en su mayoría so-
bre terrenos con topografía de pendientes entre suaves y fuertes. Sin embargo,
para el caso específico de Cundinamarca, donde las precipitaciones son altas,
los cultivos se ubican en terrenos con pendientes superiores al 50 % para evitar
MANEJO AGRONÓMICO
26
Figura 3 Preparación mecánica del suelo para la siembra de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
encharcamientos. Adicionalmente, el manejo convencional del suelo en los sis-
temas de producción agrícola genera limitantes a corto, mediano y largo plazo;
y se afecta principalmente la estructura del suelo y su contenido de materia
orgánica (MO).
Con el fin de disminuir el efecto de la erosión en este tipo de terrenos, es nece-
sario implementar prácticas que la reduzcan y que incrementen los contenidos
de carbono orgánico en diferentes tamaños de agregados del suelo (sumideros
de carbono), disminuyan la emisión de carbono inorgánico (CH4) y que, en ge-
neral, contribuyan a la mitigación y adaptación frente al cambio climático y
la conservación del recurso suelo. De acuerdo con esto, las principales prácti-
cas implementadas se centran en: a) trazado mediante uso de curvas a nivel,
b) incorporación de materia orgánica, c) empleo de biofertilizantes y biocon-
troladores como micorrizas y Trichoderma, y d) manejo integrado de arvenses y
coberturas.
CONSERVACIÓN DE SUELOS Y ESTABLECIMIENTO DEL CULTIVO
27
Siembra en curvas a nivel
Es recomendable implementar la siembra en curvas a nivel en suelos con pen-
dientes inferiores al 15 % y cuando el área destinada para la siembra sea superior
a media hectárea, pues esto facilita las labores de mantenimiento del cultivo.
No obstante, la ejecución de la práctica depende de factores socioeconómicos.
La práctica se fundamenta en el trazo de los surcos del cultivo en contra de la
pendiente del terreno. Para llevarla a cabo, se pueden implementar herramien-
tas de construcción en la finca como el nivel tipo ‘A’, o agronivel.
Los materiales empleados para la construcción del agronivel incluyen:
a) Dos listones de madera de 2,5 m de largo por 5 cm de grosor, aproximada-
mente.
b) Una regla de madera de 1,3 m (travesaño).
c) Cinta métrica.
d) Dos estacas de 20-25 cm de alto y 5 cm de diámetro.
e) Un nivel de burbuja.
f) Tres clavos de 2 o 3 pulgadas.
g) Una cuerda fina o cabuya.
h) Lápiz.
i) Navaja.
j) Una piedra o botella con tapa para usarla como plomada.
Para armar el agronivel se deben clavar los dos listones largos con un clavo
ubicado a 10 cm de los extremos; se debe dejar la cabeza del clavo salida para
amarrar de allí la plomada (Figura 4 a). Luego, se amarra la cuerda al clavo y
se mide hasta el otro extremo de los listones; se toma la cuerda por la mitad y
con esta se marca a igual distancia en cada listón (Figura 4 a). Posteriormente, se
MANEJO AGRONÓMICO
28
clavan las dos estacas sobre el suelo a una distancia de 2,5 m entre sí (Figura 4 b)
y se colocan los extremos de los listones en cada estaca para guiar la apertura del
aparato (Figura 4 b). Finalmente, se procede a clavar el travesaño en las marcas
que se hicieron en los listones con la cuerda. Se amarra la plomada (hecha con
una botella plástica o una piedra) en la cabeza del clavo de tal manera que quede
ubicada por debajo del travesaño (Figura 4c).
Figura 4 a) Construcción del agronivel con dos listones de madera y cabeza del clavo salida.
b) Nivelación en suelo, mediante el uso de estacas. c) Uso de plomada con piedra.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Para calibrar el agronivel, este se ubica sobre dos estacas en un terreno inclinado
y se marcan los dos puntos donde las patas tocan el suelo. Después de esto, se
hace una marca sobre el travesaño en el punto donde lo cruza el hilo de la
plomada (Figura 5, Marca 1). Posteriormente se le da media vuelta al agronivel,
de tal manera que cada pata quede sobre la marca donde estaba la otra pata
anteriormente, y nuevamente se hace una marca con lápiz sobre el travesaño,
en el punto donde lo cruza el hilo (Figura 5, Marca 2). Finalmente, se mide
el centro entre la Marca 1 y la Marca 2 y se marca definitivamente sobre el
travesaño; este indicará el nivel a seguir para trazar las curvas (Figura 5, marca
roja en el dibujo de la derecha).
Una vez se tenga el agronivel construido y calibrado, para realizar el trazo en
curvas a nivel se ubica la herramienta en la parte más alta del terreno, y se
traza una línea recta imaginaria perpendicular a la pendiente, que representará
la líneamadre; sobre este surco se irán colocando las estacas. Semarca entonces
un punto inicial en el terreno y se apoya el agronivel sobre la línea del surco,
apoyando sus dos extremos de manera que la inclinación de la herramienta
CONSERVACIÓN DE SUELOS Y ESTABLECIMIENTO DEL CULTIVO
29
Figura 5 Calibración de nivel tipo ‘A’ o agronivel.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
marque 0° (la plomada debe pasar sobre la marca que se le hizo al travesaño). A
continuación, se rota la herramienta en forma de compás, siguiendo el sentido
del surco, y se apoya de nuevo el extremo en el punto donde la pendiente
marque 0°; se marca este punto con otra estaca (Figura 6 a). Se va repitiendo el
proceso a lo largo del surco, procurando ir en línea recta. Para trazar la siguiente
curva a nivel, se rota el agronivel 90°, en el sentido de la pendiente, y allí se
marca el inicio del siguiente surco, a lo largo del cual se repite todo el proceso,
y así hasta cubrir todo el terreno.
Figura 6 Trazado de curvas a nivel a través del terreno con la herramienta del agronivel.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
MANEJO AGRONÓMICO
30
Incorporación de materia orgánica
La materia orgánica (MO) es una fuente de nutrientes; promueve estructura y
retención de agua, y sirve como sustrato para organismos del suelo (Baldock
y Skjemstad, 2000); mejora la agregación del suelo, favorece el desarrollo de
raíces, los ciclos del agua y carbono, y la resistencia del suelo a la erosión (Kay,
1998). Teniendo en cuenta lo anterior, la materia orgánica une los agregados, a
la vez que puede estar protegida físicamente de la rápida descomposición. La
aplicación de materia orgánica contribuye a prevenir la erosión hídrica.
La materia orgánica puede ser suministrada mediante la aplicación de compost
estabilizado o de residuos orgánicos previamente compostados. Según Luna y
Bolaños (2007), el proceso de compostaje es la técnica biológica realizada en
condiciones particulares de humedad, aireación, temperatura, y bajo la acción
de ciertos microorganismos, para la transformación y estabilización de residuos
orgánicos biodegradables en un producto final llamado “compost”, que según
su contenido de nutrientes puede ser un abono de buena calidad.
La dosis que se debe aplicar dependerá del contenido de materia orgánica, que
se determina mediante análisis químico de suelo. La incorporación se puede
llevar a cabo durante la preparación del terreno, con lo cual se contribuye a la
reducción de la erosión hídrica en suelos de ladera. Sobre el suelo con cultivos
ya establecidos es recomendable la aplicación de 2 a 3 kg de compost comercial
o elaborado, cada tres a cuatro meses.
Uso de biofertilizantes
El concepto de biofertilizantes es muy amplio e involucra diversas fuentes mi-
crobiológicas; sin embargo, concretamentese puede referir a ellos como pro-
ductos que contienen microorganismos que, al inocularse, pueden convivir en
asocio o simbiosis con las plantas, contribuyendo a su vez con la nutrición y
protección de los cultivos (Vessey, 2003). Otros microorganismos empleados
como biofertilizantes son de vida libre; no obstante, también cumplen funcio-
nes benéficas sobre las plantas.
Dentro del grupo de biofertilizantes sobresalen los hongos formadores de mi-
corrizas arbusculares y el Trichoderma. Dichos microorganismos permiten la
CONSERVACIÓN DE SUELOS Y ESTABLECIMIENTO DEL CULTIVO
31
conservación del suelo mediante la unión temporal de agregados presentes en
el suelo por sus hifas (Tisdall y Oades, 1982); además, la unión de agregados
no solo es posible mediante estas hifas, sino que también es atribuida a la pro-
ducción de glomalina, una glicoproteína que actúa como sustancia cementante
entre los agregados. El uso de biofertilizantes puede llegar a incrementar sig-
nificativamente la producción de materia seca en plantas de mora de Castilla,
mientras que con la aplicación de micorrizas es posible reducir hasta en 50 % la
fertilización convencional que se aplica al cultivo.
Para la implementación de estos productos en su presentación comercial se
recomienda aplicar las micorrizas en los semilleros o viveros. Si no es posible
en estas fases del cultivo, puede ser durante el trasplante a campo, adicionando
entre 50 y 100 gramos por planta (Cardona y Bolaños-Benavides, 2019).
Para la aplicación de Trichoderma, se recomienda realizarla mediante la aspersión
sobre las plántulas listas para ser trasplantadas, ya que actúa como promotor
de crecimiento. Por su parte, la aplicación de micorrizas se recomienda durante
el ahoyado (Figura 7).
Figura 7 Aplicación de micorriza en suelo (a) y de Trichoderma (b) en plántulas de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Manejo de arvenses y coberturas
Las arvenses son plantas acompañantes de los cultivos y compiten con estos
por espacio, agua, luz y nutrientes, a la vez que pueden servir como hospede-
ros alternos de insectos plaga y microorganismos fitopatógenos, lo cual obliga
MANEJO AGRONÓMICO
32
a implementar estrategias de manejo para evitar un efecto negativo de estas
plantas sobre las plantaciones. La práctica de manejo más recomendada para
mantener el plato libre de arvenses es el control mecánico mediante machete o
guadaña; con esto se logra que las arvenses no superen alturas mayores a 15 cm
(Figura 8).
Figura 8 Control mecánico de arvenses con guadaña (a) y plateo para el manejo de arvenses (b) en el
cultivo de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Sin embargo, cuando se presentan altas precipitaciones y el manejo mecánico
no es viable para el control de especies de hoja ancha y gramíneas (Figura 9),
se recomienda recurrir al uso responsable de herbicidas postemergentes, sisté-
micos, no selectivos —como glifosato—, y de contacto —como paraquat en sus
dosis comerciales—, aplicándolos con fumigadora, con pantalla o selector de ar-
venses; de estamanera se favorecen las arvenses de porte bajo como golondrina
(Drymaria cordata [L.] Will), falso trébol (Oxalis corniculata L.), trébol (Trifolium re-
pens L.) y azulita (Veronica persica Poir.) [Franco y Giraldo, 2001].
Figura 9 Arvenses de hoja ancha (a) y gramíneas (b) en el cultivo de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
CONSERVACIÓN DE SUELOS Y ESTABLECIMIENTO DEL CULTIVO
33
Por otro lado, el uso de coberturas vivas o muertas en forma de mulch se pre-
senta como una alternativa eficiente para el manejo de arvenses debido a que
limita el crecimiento de estas y protege el suelo de la erosión. La implementa-
ción de cobertura o mulch que se logra con el manejo mecánico de arvenses en
el cultivo de mora sembrado en suelo de ladera, permite cubrir completamente
el suelo, evitando su pérdida.
Otra ventaja de las coberturas “muertas” es que, durante el proceso de descom-
posición de los residuos, se logra mejorar la retención de la humedad del suelo
y esto cobra mayor relevancia en épocas de bajas precipitaciones, ya que se
disminuye la evaporación del agua del suelo. Adicionalmente, por medio de la
acción de microorganismos y del ambiente, los residuos orgánicos se convier-
ten posteriormente en fuente de materia orgánica para el suelo y el cultivo.
Siembra
Para la siembra de las plántulas de mora, inicialmente se deben realizar hoyos
con dimensiones de 40 × 40 × 40 cm (Figura 10) y, según los resultados del aná-
lisis de suelo, siguiendo las recomendaciones de un ingeniero agrónomo o un
experto en el tema, se realiza la aplicación de un correctivo calcáreo al menos
un mes antes de la siembra (si se requiere).
Durante la siembra debe aplicarse la materia orgánica habilitada o de buena
calidad y la dosis dependerá del contenido de materia orgánica del suelo.
En cuanto a las distancias de siembra recomendadas para el cultivo, se requiere
tener en cuenta aspectos tales como la pendiente del lote, la humedad ambien-
tal, la fertilidad del suelo, así como los tipos de podas y tutorado que serán
empleados (Morales y Villegas, 2012).
De acuerdo con lo anterior, y según el tipo de trazado y arreglo del cultivo, se
pueden manejar distancias de 1,5 a 2,5 m entre plantas y 2 a 2,5 m entre surcos
(Franco y Giraldo, 2001; Morales y Villegas, 2012). Sin embargo, dadas las carac-
terísticas topográficas de las zonas productoras de mora del departamento de
Cundinamarca y el trazo de curvas a nivel recomendado para lotes con pendien-
tes de 15 %, las distancias recomendadas son de 2 a 2,5 m entre plantas y de
3 m entre surcos.
MANEJO AGRONÓMICO
34
La distancia adecuada entre plantas de mora permite la aireación, con lo cual
se puede contribuir al manejo de plagas y enfermedades.
Figura 10 (a) Ahoyado del terreno, (b) aplicación de materia orgánica y (c) siembra de plántula de
mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018); Cardona y Bolaños-Benavides (2019).
Tutorado
Debido al hábito de crecimiento rastrero que desarrollan las plantas de mo-
ra, se hace necesario instalar un sistema de tutorado para brindarles soporte,
y facilitar además la aireación y las labores culturales en las plantaciones. La
instalación del tutorado se recomienda hacerla entre el tercer y el cuarto mes
después de su siembra. Existen para ello los tipo “chiquero” o soporte con an-
damio de madera, la espaldera compuesta, la espaldera doble o de cama y la
espaldera en T (Franco y Giraldo, 2001; Morales y Villegas, 2012). De acuerdo
con la densidad de siembra, practicidad, costos y eficiencia de producción en el
departamento de Cundinamarca, se recomiendan los sistemas que se describen
a continuación:
Tutorado de espalda en T sencilla: para este sistema de tutorado se emplea
un poste cuadrado con dimensiones de 10 × 10 cm de ancho y 2,5 m de alto,
mientras que para la cruceta en T se utiliza una vara de 5 × 5 cm de ancho y de
80 cm de longitud. Adicionalmente, para fijar la T se requiere alambre liso n.º 14,
clavos de 5" y grapas de 1 ¼". Previa instalación de los postes, se recomienda
realizar la inmunización con aceite quemado de la superficie de la sección que
se enterrará a 60 cm de profundidad; esto con el fin de prolongar su vida útil y
proteger el poste de la humedad y el deterioro.
CONSERVACIÓN DE SUELOS Y ESTABLECIMIENTO DEL CULTIVO
35
La cruceta se debe ajustar a una distancia aproximada de entre 1,5 y 1,7 m del
suelo; se debe considerar de antemano la estatura de las personas que realiza-
rán las labores culturales y de cosecha en la plantación. Según la densidad de
población del cultivo, la distancia entre postes debe abarcar el espacio equiva-
lente a tres plantas; una vez dispuestos los tutores se tiende el alambre en los
extremos de las crucetas uniéndolos con las grapas. Finalmente, para asegurar
la tensión del alambre así como el soporte en los postes, más específicamente
de la primera y la última sección del tendido, se recomiendainstalar un pie de
amigo que ayude a soportar la tensión; ubicar dichos postes por lo menos a
tres metros de la primera planta, para facilitar la instalación del pie de amigo
(Figura 11).
Figura 11 Sistema de tutorado de espaldera en T sencilla.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Tutorado de cama con dos alambres: para su construcción se emplean postes
cuadrados de 10 × 10 cm de ancho y 2,5 m de alto, alambre liso n.º 14, clavos
de 5“, grapas de 1 ¼” y tensores de 3/8. Al igual que el tutorado de espaldera
en T sencilla, también es recomendable la instalación de un pie de amigo en los
extremos de los postes previamente inmunizados. Estos últimos se entierran
a una profundidad de 60 cm, y se ubica cada uno de los postes a 60 cm de
las plantas, con lo cual se logrará aproximadamente, al menos una distancia
de 1,2 m entre postes. Por otro lado, la distancia entre postes a lo largo de los
surcos debe abarcar alrededor de tres plantas; sin embargo, los postes ubicados
al interior de la línea del surco pueden ser más delgados.
MANEJO AGRONÓMICO
36
Desde los primeros postes se deben instalar los alambres a una altura de entre
1,5 y 1,7 m y posteriormente colocar los tensores de 3/8“. Seguido a esto, los
tensores son unidos al lado externo de los siguientes postes mediante una grapa
de 1 ¼,” para dar de esta manera cierta movilidad al tensor para facilitar su
ajuste y/o tensión. Es importante resaltar que los postes al final del surco deben
contar también con tensores para facilitar la distribución de la tensión sobre la
estructura (Figura 12).
Figura 12 Vista lateral (a) y vista semifrontal (b) del sistema de tutorado en cama.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Manejo eficiente de la fertilización integrada
Amenudo se escucha a los productores referirse a los términos “fertilización” y
“nutrición” como si se tratase de lo mismo; no obstante, es importante aclarar
que en realidad la fertilización se realiza sobre el suelo; cuando este es fertiliza-
do se desarrollan una serie de procesos en su interior, que finalmente permiten
que la planta obtenga los nutrientes necesarios para su crecimiento, lo cual con-
lleva a la nutrición de las plantas (Cardona y Bolaños-Benavides, 2019).
Todo plan de fertilización se basa en cuatro principios básicos:
a) El análisis de la fertilidad del suelo en el que se va a sembrar.
b) El conocimiento de la concentración de nutrientes en el tejido foliar.
c) El conocimiento de los requerimientos nutricionales del cultivo en sus dife-
rentes etapas fenológicas.
d) Diferenciar las etapas fenológicas de la especie sembrada.
MANEJO EFICIENTE DE LA FERTILIZACIÓN INTEGRADA
37
Los criterios para el análisis de la fertilidad del suelo, la concentración de nu-
trientes en el tejido foliar y los requerimientos nutricionales del cultivo en sus
diferentes etapas fenológicas, requieren de la asesoría de un ingeniero agróno-
mo quien, con su conocimiento y mediante los resultados de análisis de labora-
torio y referencias bibliográficas, puede interpretar los balances asociados a la
fertilización (Cardona y Bolaños-Benavides, 2019).
Por otro lado, las etapas fenológicas de la especie dependen del desarrollo de
cada cultivo y permiten identificar los momentos y el fraccionamiento de los
fertilizantes en busca de optimizar el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Adicionalmente, si algunos de los anteriores principios son desconocidos es
imposible hablar de un plan de fertilización, lo que se refiere finalmente a una
labor de fertilización empírica, la cual es ineficiente, poco práctica y que proba-
blemente incrementará los costos de producción (Cardona y Bolaños-Benavides,
2019).
Análisis de suelos
Como se comentó con anterioridad, el plan de fertilización debe iniciar a par-
tir de un análisis de suelo de las muestras colectadas en campo. Para hacer el
muestreo se debe contar con un mapa de la finca; barreno, pala o palín; mache-
te; cuchillo; balde; bolsas plásticas limpias; marcadores y papel para identificar
la(s) muestra(s). Cabe resaltar que las herramientas deben estar completamen-
te limpias para evitar la alteración de los resultados (Osorio y Ruiz, 2001) y se
deben seguir las siguientes recomendaciones:
Frecuencia de muestreo y delimitación de suelos: para cultivos establecidos,
se recomienda realizar el análisis de suelo cada dos años (Cardona y Bolaños-
Benavides, 2019). Para la toma de las muestras que serán enviadas al laboratorio,
se deben colectar aleatoriamente varias submuestras en los terrenos seleccio-
nados. Para tal fin, se realiza un recorrido en zigzag para tomar la submuestra y
cambiar de dirección de acuerdo con el tipo de suelo de la finca, la pendiente de
cada lote y el manejo dado al mismo; pues dichas condiciones influyen sobre las
características fisicoquímicas de los suelos, por lo cual los lotes se consideran
como la unidad de muestreo.
MANEJO AGRONÓMICO
38
Toma de submuestras: en cada sitio de muestreo se recomienda inicialmente
remover piedras, raíces gruesas, lombrices e insectos, al igual que las plantas y
vegetación superficial de un área de 40 × 40 cm. Seguido a esto, mediante un
barreno, se toma una muestra de 100 a 200 g de suelo a una profundidad de
30 cm (Cardona y Bolaños-Benavides, 2019).
Si se usa una pala, se recomienda realizar un hueco en forma de ‘V’ a una pro-
fundidad de 30 cm, para luego tomar del centro del hueco una porción de suelo
que será transferida a un balde. La cantidad de suelo a enviar al laboratorio
debe ser de un kilogramo y estará conformada a partir de 15 submuestras pre-
viamente mezcladas y seleccionadas mediante cuarteo diagonal (Cardona y Bo-
laños-Benavides, 2019).
Una vez seleccionada la muestra de suelo, ésta debe ser guardada en una bolsa
plástica limpia, que se debe cerrar y marcar con los datos básicos de la finca
y el propietario, para poder identificarla ante el laboratorio (Cardona y Bola-
ños-Benavides, 2019). Se debe tener presente que una muestra representa las
características de un terreno homogéneo y por ningún motivo se debe mezclar
con muestras de terrenos diferentes. La muestra debe ser mantenida a tempera-
tura ambiente y no puede ser expuesta al sol. En caso de que se encuentre muy
húmeda, se debe secar a la sombra y almacenarla máximo por un mes (Cardona
y Bolaños-Benavides, 2019).
Interpretación de análisis de suelo
Una vez los resultados de los análisis son entregados, se debe proceder a su
interpretación teniendo en cuenta los siguientes criterios:
pH:mide el grado de acidez de un suelo en una escala de 0 a 14 (Figura 13). El va-
lor de pH neutro es 7,mientras que los suelos ácidos y básicos presentan valores
por debajo y por encima de 7, respectivamente (Cardona y Bolaños-Benavides,
2019). En este contexto, la mayoría de las plantas cultivadas presentan unmejor
desarrollo en suelos con valores de pH cercanos a la neutralidad (7) [Garrido-
Valero, 1994].
MANEJO EFICIENTE DE LA FERTILIZACIÓN INTEGRADA
39
Figura 13 Escala de pH para la interpretación de resultados de análisis de suelos.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Para lograr regular la acidez del suelo, se recomienda la aplicación de enmien-
das calcáreas como el carbonato de calcio (CaCO3). No obstante, el manejo de
la acidez se debe plantear con criterio de mejoramiento integrado de la concen-
tración de bases (Ca + Mg) y de fósforo (P), para lo cual se recomienda el uso
combinado de materiales encalantes.
El cálculo de toneladas por hectárea (t/ha) de CaCO3 se efectúa teniendo en
cuenta que un miliequivalente (1 meq) de Al+3 en 100 g de suelo, se neutrali-
za con la aplicación de 400 kg/ha de calcio, el cual equivale a 1 t/ha de CaCO3
(Blanco, s.f.). Adicionalmente, es posible estimar las toneladas por hectárea de
CaCO3, asumiendo un porcentaje mínimo de aluminio tolerado por el cultivo
(se sugiere < 15 %) mediante la siguiente fórmula (Molina, 1998):
CaCO3 (t.ha−1) =
[1, 5 (saturación Al+3 existente – saturación Al+3 deseada) × CICE]100
Es preciso aclarar que los cálculos sobre las dosis de fertilizantes y enmiendas
para aplicar al suelo deben ser realizados por un ingeniero agrónomo y un téc-
nico calificado.
Conductividad Eléctrica (CE): es una medida indirecta de la cantidad de sales
que contiene un suelo (Garrido-Valero, 1994). En este sentido, los suelos que
MANEJO AGRONÓMICO
40
presentan altos valores de CE (mayores a 2 dS/m) dificultan el desarrollo de las
plantas.
Materia orgánica (MO %): equivale al porcentaje de restos orgánicos que se
encuentran descompuestos y los cuales pueden aumentar el contenido y dispo-
nibilidad de nutrientes en el suelo. Adicionalmente, su contendido favorece la
estructura del suelo disminuyendo el riesgo de erosión, promoviendo a la vez
el desarrollo de organismos benéficos (Garrido-Valero, 1994).
La materia orgánica se considera un indicador muy útil de la fertilidad del suelo.
Si su contenido en el suelo es bajo (clima frío: menor a 5 %; clima medio: menor
a 3 % y clima cálido: menor a 1,5 %), se recomienda aportar materia orgánica
al suelo periódicamente. Para ello se pueden emplear fertilizantes y enmiendas
orgánicas, fertilizantes órgano-minerales o ácidos húmicos y aminoácidos, entre
los cuales se destacan el compost, el lombricompost, los abonos verdes y los
residuos de cosecha.
Capacidad de intercambio catiónico (CIC): capacidad del suelo de retener los
nutrientes necesarios para las plantas sin que estos se laven o pierdan. Cuan-
to mayor sea la CIC, mayor será la fertilidad natural del suelo (Garrido-Valero,
1994), en caso contrario, mediante el aporte demateria orgánica se puede elevar
la CIC.
Saturación de bases: se refiere al porcentaje de cationes principales respecto
al valor de la CIC total (Garrido-Valero, 1994) y es utilizado para calcular la can-
tidad de cal necesaria para corregir la acidez de un suelo.
Concentracióndenutrientes en el suelo: finalmente, una vez se obtienen los re-
sultado del análisis de suelo, se requiere interpretar cada uno de los parámetros
analizados por el laboratorio, los cuales pueden ser expresados en diferentes
unidades de medida (ppm omg/kg, cmol(+)/kg). Para ello, se debe recurrir a una
escala general de interpretación, así como a otros factores y relaciones de bases
(Tabla 1).
Concentración de nutrientes
El análisis foliar es una herramienta complementaria al análisis de suelo, y es de
uso común en cultivos de flores y perennes como es el caso de la mora (Cardona
MANEJO EFICIENTE DE LA FERTILIZACIÓN INTEGRADA
41
Tabla 1 Escalas de interpretación de resultado de análisis químico de suelos.
Apreciación
MO %
P (ppm) Ca Mg K
Clima
Frio Medio Cálido Bray II Olsen cmol.kg % Sat cmol.kg % Sat cmol.kg % Sat
Muy bajo < 10 < 8 < 2 < 0,5 < 0,2
Bajo < 5 > 3 < 1,5 10-20 8-16 2-3 < 50 0,5-1,2 < 15 0,2-0,4 < 2
Medio 5-10 3-5 1,5-3 > 20-40 > 16-35 > 3-6 50-70 > 1,2-1,8 15-25 > 0,4-0,6 2-3
Alto > 10 > 5 < 3 > 40 > 35 > 6 > 70 > 1,8 > 25 > 0,6-1 > 3
Apreciación
Na CIC S Elementos menores CE
cmol.kg % Sat cmol.kg Ppm B Mn Cu Zn Fe (dS m-1)
Muy bajo <5 < 0,5
Bajo < 0,1 5-10 < 8 < 0,3 < 5 < 2 < 3 < 50 0,5-1
Medio 0,1-0,5 < 7 > 10-20 8-16 0,3-0,6 5-10 2-4 3-6 50-100 1-2
Alto > 0,5 > 15 > 20 > 16 > 0,6 > 10 > 4 > 6 < 100 > 2
Apreciación
Relaciones (balance de bases)
Apreciación
Diagnóstico de problemas de acidez
Ca/Mg Mg/K K/Mg Ca/K Ca+Mg/K pH Al (me) Al (%) ∑ Ca, Mg, K
Ideal 3-5 6-8 0,2-0,3 12-18 12-20 Alto > 4,5 > 2,5 > 30 < 5
K deficiente > 10 < 0,2 > 30 > 40 Medio 4,5-5,5 1-2,5 15-30 5-8
Mg deficiente > 10 < 6 > 0,3 Bajo 5,5-6,0 < 1 < 15 > 8-10
Ca deficiente Suelos magnésicos de relación Ca/Mg inversa Favorable 6,5-7,3 10-15
t/ha CaCO3
Control de acidez y mejoramiento químico integral
Combinación de materiales de encalado (t/ha) – Relación porcentual
Cal hidratada (40 %) Cal dolomita (45 %) Abono Paz del Río (15 %)
1 0,36 0,48 0,17
2 0,72 0,96 0,34
3 1,08 1,44 0,51
4 1,44 1,92 0,58
Fuente: Instituto Colombiano Agropecuario [ICA] (1992).
MANEJO AGRONÓMICO
42
y Bolaños-Benavides, 2019). En este sentido, tomar lamuestra de tejido foliar de
manera apropiada garantiza un diagnóstico acertado sobre el estado nutricional
de un cultivo; siempre y cuando se tengan en cuenta factores como la edad del
cultivo y la parte u órgano a muestrear (Castro y Gómez, 2010). De acuerdo
con esto último, se recomienda realizar el muestreo para el análisis foliar en el
cultivo de mora dos o tres semanas después de la cosecha principal, y tomar
para ello 50 hojas de la parte media del tallo o eje primario (Morales y Villegas,
2012).
Aunque los niveles adecuados de nutrientes en el tejido foliar para el cultivo de
mora aún no han sido determinados para las regiones productoras de Colombia,
actualmente existen valores de referencia que permiten analizar el estado nutri-
cional del cultivo, de tal forma que se identifiquen las deficiencias o desbalances
nutricionales y, de esta manera, conocer detalladamente cuáles elementos de-
ben ser incorporados en el plan de fertilización de manera prioritaria (Tabla 2,
Tabla 3 y Tabla 4).
Tabla 2 Niveles adecuados de nutrientes a nivel foliar para el cultivo de mora de Castilla.
Macronutriente % Micronutriente mg/kg
Nitrógeno (N) 2,2-4 Hierro (Fe) 50-200
Fósforo (P) 0,2-0,6 Manganeso (Mn) 25-300
Potasio (K) 1,1-3 Boro (B) 25-75
Calcio (Ca) 0,6-2 ,5 Cobre (Cu) 4-20
Magnesio (Mg) 0,25-0,8 Zinc (Zn) 15-100
Azufre (S) 0,2-0,3
Fuente: Castro y Cerdas (2005).
Requerimientos nutricionales de la mora
Mediante estudios adelantados por AGROSAVIA (antes Corpoica) desde el año
2014 sobre la estimación de los requerimientos nutricionales de la mora de
Castilla con espinas, durante las etapas de crecimiento vegetativo, reproducti-
vo y productivo, se lograron evidenciar las dosis de nitrógeno (N), fósforo (P),
potasio (K) y calcio (Ca) que permitieron mayor acumulación de materia seca,
concentración de nutrientes en tejido vegetal y, por consiguiente, la más alta
MANEJO EFICIENTE DE LA FERTILIZACIÓN INTEGRADA
43
Tabla 3 Interpretación de análisis foliares de macronutrientes en mora.
Interpretación
Macronutrientes (%)
N P K Ca Mg
Insuficiente < 1,75 < 0,20 < 1,00 < 0,50 < 0,25
Bajo 1,75-2,19 0,20-0,25 1,00-1,24 0,50-0,59 0,25-0,29
Normal 2,20-3,00 0,26-0,45 1,25-3,00 0,60-2,50 0,30-1,00
Alto 3,01-3,50 0,46-0,65 3,01-4,00 2,51-3,00 1,01-2,00
Excesivo > 3,50 > 0,65 > 4,00 > 3,00 > 2,00
Fuente: SBCS (2004).
Tabla 4 Interpretación de análisis foliares de micronutrientes en mora.
Interpretación
Micronutrientes (mg/kg)
B Cu Fe Mn Zn
Insuficiente < 25 < 3 < 30 < 20 < 12
Bajo 25-29 3-5 30-49 20-49 12-14
Normal 30-80 6-25 50-150 50-300 15-50
Alto 81-100 26-100 151-250 301-1000 51-300
Excesivo > 100 > 100 > 250 > 1000 > 300
Fuente: SBCS (2004).
absorción y producción. Con base en este estudio, Cardona y Bolaños-Benavi-
des (2019) encontraron que para la etapa vegetativa del cultivo de la mora se
requieren 83, 88, 36 y 54 kg/ha de N, P2O5, K2O y CaO, respectivamente. Estos
requerimientos se deben distribuir al momento del trasplante, y durante el pri-
mer, tercer, cuarto y quinto mes. Por su parte, para la etapa reproductiva del
cultivo de la mora, estos investigadores encontraron que se requieren 25, 17,
11 y 8 kg/ha de N, P2O5, K2O y CaO, distribuidos en dos fertilizaciones con un
mes de espaciamiento: 50 % de la dosis, según el plan de fertilización, se apli-
ca en etapa de yema reproductiva (mes 7), y el restante 50 % se aplica en la
fase de fruto cuajado, conocido como estado D2 (Grijalba et ál., 2010) (mes 8).
Finalmente, Cardona y Bolaños-Benavides (2019) encontraron que durante el
primer y segundo año productivo del cultivo de mora se requieren 344, 80, 640
y 530 kg/ha de N, P2O5, K2O y CaO, distribuidos cada dos meses.
MANEJO AGRONÓMICO
44
Etapa fenológica y aplicación de fertilizantes
La mora es una especie que puede presentar diferentes estados fenológicos
simultáneamente (crecimiento vegetativo, reproductivo y productivo), lo que
permite que exista producción durantetodo el año. Sin embargo, en el cultivo
se presentan tres etapas de desarrollo diferentes (Cárdenas, 2013):
Establecimiento del cultivo: etapa en la cual se obtiene una planta procedente
de la germinación de la semilla o propagación por acodo o estaca.
Crecimiento vegetativo: inicia cuando la planta es sembrada en campo hasta
antes de la primera producción e incluye el crecimiento reproductivo.
Etapa productiva: inicia aproximadamente ocho meses después del trasplante,
y se incrementa y estabiliza en el mes 18 (Bautista, 1977).
Con base en los requerimientos nutricionales y la fenología del cultivo, se de-
terminan las cantidades de diferentes fuentes fertilizantes por aplicar (princi-
palmente las químicas), donde se debe contar con información sobre fuentes
disponibles localmente, así como de la eficiencia del fertilizante, la cual depen-
de de su formulación y presentación. Generalmente, los cultivos de mora se
establecen en suelos con pendientes inclinadas y onduladas, haciendo necesa-
rio que la aplicación del fertilizante se haga en medialuna y/o cobertura. Se
debe realizar primero una deshierba, luego formar una medialuna de 5 a 10 cm
de profundidad y a 20 cm del tallo, aplicar el fertilizante y luego cubrirlo con
suelo (Artunduaga, 2010; Cardona, 2017). Este tipo de fertilización química se
debe complementar con biofertilizantes y fertilizantes orgánicos.
Fertilizantes orgánicos en el cultivo de mora
Los fertilizantes orgánicos se pueden comprar o fabricar a nivel de finca. Se
recomienda generalmente la aplicación de 1 a 4 kg de compost comercial o ela-
borado, cada tres a cuatro meses (Cardona y Bolaños-Benavides, 2019). Si los
abonos van a ser comprados, se deben adquirir a comercializadores que cum-
plan con las garantías de inocuidad y calidad.
Por otro lado, si los fertilizantes orgánicos serán fabricados en finca, a partir de
residuos de poda, es necesario considerar que: 1) el proceso de compostaje está
PODAS EN EL CULTIVO DE MORA
45
mediado por microorganismos y que se deben garantizar temperaturas óptimas
para un adecuado proceso de descomposición; 2) la fase mesófila alcanza tem-
peraturas de 45° C aproximadamente, mientras que la termófila debe alcanzar
los 70° C para que se dé un proceso de descomposición inocuo y 3) una vez fi-
nalice la etapa de enfriamiento (≤ 40° C), el material compostado no debe tener
malos olores (Figura 14).
Podas en el cultivo de mora
Las labores de poda se consideran indispensables en el cultivo de mora ya que
con ellas se logran renovar las ramas productivas; mejorar las relaciones entre la
oferta y demanda de fotoasimilados (Moreno-Medina, Casierra-Posada y Blanke,
2016); dar una arquitectura a las plantas que permita adelantar tareas agronómi-
cas; mejorar las condiciones de microclima en el cultivo; regular los periodos
de producción; mejorar la calidad de los frutos; influenciar positivamente el
equilibrio del crecimiento vegetativo y productivo; disminuir problemas fitosa-
nitarios y regular el número frutos por cada rama (Casierra-Posada y Fischer,
2012). Para la realización de dicha práctica se emplean comúnmente tijeras de
podar de mango corto y largo; serrucho y navaja curvos y navaja ancha.
Para adelantar cualquier tipo de poda en el cultivo de mora, se requiere tener
previo conocimiento sobre el tipo de tutorado empleado; la aireación requerida
por la planta; la nutrición de la planta para que esta no se vea afectada con
la poda; la cantidad y calidad de la producción; el área foliar necesaria para
sostener la producción; la cantidad de exposición solar en el follaje; el tipo de
poda a aplicar, y la inclinación y tipo de ramas con las que cuenta la planta.
De acuerdo con lo anterior, la mora desarrolla ramas látigo, ramas vegetativas o
machos, y ramas productivas o hembras. Las ramas látigo se caracterizan por ser
delgadas, crecer horizontalmente buscando el suelo y contar con muy pocas ho-
jas; por su parte las ramas vegetativas o machos son gruesas, cuentan con bastantes
espinas y presentan en su punta hojas cerradas; mientras que las ramas producti-
vas o hembras, son más gruesas que las ramas látigo, más delgadas que las ramas
macho, presentan crecimiento vertical y en su punta hojas abiertas (Franco y
Giraldo, 1998).
MANEJO AGRONÓMICO
46
Cubierta con
plástico negro
Aplicación de
melaza + EM + agua
Residuos de
poda + estiércol
Pila de compost
Aplicación de cal
Figura 14 Proceso para la elaboración de compost a partir de residuos de poda de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
PODAS EN EL CULTIVO DE MORA
47
Tipos de poda y época de corte
Las podas pueden ser llevadas a cabo en el momento que se detenga parcialmen-
te el desarrollo vegetativo; en época de baja precipitación, cuando se presente
agotamiento o disminución de crecimiento vegetativo; durante el crecimiento
vegetativo; o en cualquier época cuando es poda de mantenimiento o sanitaria
y/o según las fases de la luna.
• Poda de trasplante: se realiza cuando se ha maltratado el sistema radical o
foliar, para lo cual se hace necesario equilibrar las dos partes.
• Poda de formación: tipo de poda llevado a cabo en el vivero, en la planta
recién trasplantada o en el sitio definitivo según los requerimientos para el
tutorado.
• Poda de conducción: con ella se da formación de las ramas que constituyen
el armazón de acuerdo con el cultivar y forma deseada.
• Poda de fructificación: se lleva a cabo principalmente en ramas secundarias
o terciarias para regularizar y mejorar la fructificación; mantener el equili-
brio fisiológico de la planta según el número de hojas y los procesos de
floración.
• Poda de renovación: en este tipo de poda se cortan las ramas secundarias
que ya produjeron; para ello se eliminan ramas a lo largo de la rama primaria
y a su vez se corta totalmente la rama primaria hasta llegar a la cepa evitando
dejar tocones. Adicionalmente, se deben eliminar tallos por mal manejo o
envejecimiento, que puede ser parcial o total.
• Poda sanitaria o daños mecánicos: con esta poda se busca eliminar las ra-
mas débiles, enfermas, maltratadas o quebradas en cualquier lugar de la
planta.
Intensidad de poda
La intensidad de una poda hace referencia a la cantidad de vegetación que se
debe eliminar en la planta, la cual a la vez dependerá del objetivo final de la prác-
MANEJO AGRONÓMICO
48
tica. En este sentido, a continuación se describen las diferentes intensidades de
poda implementadas en el cultivo de mora:
• Ligera: entresacando alrededor del 10 % de la vegetación, se eliminan ramas
entrecruzadas, chupones y hojas bajeras en los primeros 20 a 30 cm.
• Normal: eliminación de aproximadamente 20 % a 30 % de la vegetación, se
cortan ramas largas, entrecruzadas, enfermas y/o chupones débiles; con esta
intensidad de poda se logra mantener la planta en equilibrio.
• Fuerte: intensidad empleada cuando se busca renovar la plantación; para
ello se corta de 40 a 50 % de la vegetación; se eliminan ramas largas, entre-
cruzadas, enfermas y/o chupones débiles, y el tallo primario o principal a
ras de madera para evitar los tocones.
• Muy fuerte: en esta intensidad de poda se elimina más de 50 % de la ve-
getación; con ello se busca renovar completamente la rama que produjo
(soqueo); eliminar los brotes largos que compiten con la planta vecina; faci-
litar la iluminación en el interior de la planta y cortar los tocones a ras de
madera cuando se han dejado.
Orden de la poda
Una vez definido el tipo de poda y su intensidad, se requiere seguir los siguien-
tes pasos para podar las plantas:
• Inicialmente se deben quitar ramas muertas, secas y rotas.
• Quitar ramas entrecruzadas.
• Supresión de 20 a 30 cm de los brotes secundarios desde la cepa que no
toque madera.
• Supresión de brotes secundarios débiles y los “fuetes” de ramas primarias.
• Despuntar en fase lunar menguante la rama primaria a nivel del alambre,
cuando presente yemas a este nivel.
PODAS EN EL CULTIVO DE MORA
49
• Supresión de yemas secundarias en exceso.• Eliminación de ramas primarias agotadas después de cosecha, de las secun-
darias o terciarias.
• Supresión de ramas primarias en exceso en plantas exuberantes.
Cuidados de la poda
En los cortes de ramas superiores a 2,5 cm de diámetro se recomienda utilizar
una pasta cicatrizante a base de un pegante o surfactante; pintura de vinilo so-
bre el corte o una pasta cicatrizante con hormona. Por otro lado, se recomienda:
• Hacer los cortes en bisel, lo más cercanos a la yema y sobre esta.
• En cortes gruesos cubrir con pasta o cera cicatrizante.
• Realizar la labor de poda en la época indicada.
• Desinfestar las herramientas cortantes (tijeras, navaja, cuchillo, serruchos,
etc.) con formol, hipoclorito de sodio o amonio cuaternario, de una planta
a otra.
• Realizar el corte de 0,5 a 2 cm de las yemas; los trozos largos debilitan el
crecimiento de las yemas y existe la tendencia a podrirse.
• Evitar desgarramientos de ramas; ramas largas y pesadas deben cortarse po-
co a poco, para disminuir su peso.
• Hacer cortes sin rasgar la corteza, usar tijeras bien afiladas y ajustadas.
• Aplicación de cicatrizantes después de efectuado el corte; se deben alisar
las heridas con una navaja y aplicar cicatrizante.
• Recolectar, picar y sacar del lote para hacer compost o quemar el material
podado.
MANEJO AGRONÓMICO
50
Manejo integrado de enfermedades
Lamayoría de las enfermedades son causadas por hongos y bacterias; sin embar-
go, también pueden ser causadas por otros agentes bióticos. El daño causado
por las enfermedades en las plantas se da por la síntesis y la utilización de nu-
trientes, minerales y agua; de tal forma que las plantas afectadas cambian de
apariencia y presentan disminución en la producción, si esta es comparada con
la de una planta sana.
El cultivo de mora en Colombia se ve afectado por diversas enfermedades que
pueden causar pérdidas superiores al 50 %, generan riesgos relacionados con
inocuidad y contaminación ambiental, así como limitación de la sostenibilidad
ambiental, económica y social. En este sentido, las enfermedades más limitan-
tes son el mildeo velloso causado por Peronospora sparsa; el mildeo polvoso cau-
sado porOidium sp.; la agalla de la corona producida por Agrobacterium tumefaciens;
la pudrición del fruto o moho gris generado por Botrytis cinerea; la marchitez y
pudrición de las raíces causado por el complejo de hongos Verticillium sp., Fusa-
rium sp. y Rosellinia sp., y la antracnosis causada por Colletotrichum spp. (Franco
y Giraldo, 2001; ICA, 2011). El moho gris, mildeo velloso y antracnosis pueden
presentarse de forma simultánea en el cultivo provocando pérdidas entre el
50 % y el 100 % (Tamayo, 2003).
Mediante actividades adelantadas por el Subproyecto Fresa y Mora en la zo-
na de influencia de este, se pudo determinar que las enfermedades de mayor
prevalencia en el departamento de Cundinamarca son el moho gris, el mildeo
velloso y la antracnosis. Acorde a lo anterior, dada la importancia de las enferme-
dades asociadas al cultivo de mora, a continuación se describen sus síntomas,
así como los criterios técnicos para la implementación de un manejo integrado.
También se incluyen aspectos relevantes de otras enfermedades para brindar
información que pueda ser empleada para su reconocimiento y manejo.
Mildeo velloso (Peronospora sparsa)
Descripción y síntomas: este hongo es un parásito obligado que fue reportado
inicialmente en Inglaterra por Berkeley en 1862 (Berkeley, citado por Álvarez-
MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES
51
Romero, García-Velasco, Mora-Herrera, González-Díaz y Salgado-Siclán, 2013).
Su desarrollo se ve favorecido durante el tiempo húmedo, con temperaturas
que oscilan entre los 18 y los 22° C y una humedad relativa superior al 80 %.
Cuando las plantas de mora se ven afectadas por el patógeno, las hojas ubica-
das en el tercio inferior desarrollan manchas de borde clorótico definido; la
formación de estructuras reproductivas se da en el envés de la lámina foliar,
acompañada de deformaciones y enrollamiento de las hojas (Figura 15). Si la en-
fermedad alcanza los frutos, en estos se puede observar inicialmente la pérdida
de brillo seguida de una maduración desuniforme, agrietamientos, deformacio-
nes, falta de llenado de las drupas, enrojecimiento prematuro y momificación
(Forero de La Rotta, 2001). Adicionalmente, en los tallos, ramas y pecíolos se
pueden observar coloraciones moradas sin bordes definidos, las cuales se tor-
nan más oscuras con el paso del tiempo. Seguido a esto se desarrollan pequeñas
ampollas de color blanquecino, las cuales contienen estructuras reproductivas
que le permiten al patógeno sobrevivir e iniciar nuevas infecciones (Figura 15).
Figura 15 Síntomas de Mildeo velloso en hojas (a y b) y tallo (c) de la planta de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Recomendaciones demanejo: aplicación preventiva de un bioplaguicida a base
de Trichoderma spp., que por competencia, antibiosis y parasitismo ejerce control
sobre el patógeno. También se recomienda la aspersión de extractos vegetales
MANEJO AGRONÓMICO
52
a base de ingredientes activos de alta concentración presentes en la planta Swin-
glea glutinosa, que inhiben la germinación de las esporas del patógeno, así como
la aspersión de un bioestimulante rico en glutatión, oligosacarinas y saponinas
que activan los mecanismos de defensa de las plantas. Adicionalmente, se re-
comienda eliminar las ramas que han fructificado y/o que son improductivas,
así como los tallos y ramas sintomáticos. De esta manera, se logra una mayor
aireación del cultivo y la reducción del inóculo del patógeno.
Con el aumento de las precipitaciones y la humedad relativa se acelera el desa-
rrollo de la enfermedad. Para detectar los primeros síntomas es necesario llevar
a cabo permanentemente un monitoreo sobre los cultivos en dichas épocas. En
este sentido, si al tomar tres tallos la incidencia en los foliolos supera el 50 %,
se debe recurrir al control químico mediante la aplicación de fungicidas a base
mandipropamida, azoxystrobin, propineb + fluopicolide, fosetil aluminio, ácido
fosforoso, dimetomorf, cymoxanil + propamocarb, metalaxyl, cymoxanil y pro-
ductos con ingredientes activos a base de cobre; y cumplir con las dosificaciones
y períodos de carencia, para buscar la inocuidad de los frutos (Saldarriaga-Car-
dona, Franco, Díaz-Diez y Múnera-Uribe, 2017).
Pudrición del fruto o moho gris (Botrytis cinerea)
Descripción y síntomas: B. cinerea es un parásito facultativo y sobrevive como
saprófito sobre los residuos orgánicos (Forero de La Rotta, 2001). Su ataque
sobre las plantas se ve favorecido por humedades relativas superiores al 85 %,
lluvias constantes y temperaturas de 10° C antes y/o durante el periodo de co-
secha (Botero, Franco, Castaño y Ramírez, 1999; Morales y Villegas, 2012). Los
síntomas de la enfermedad se pueden presentar en hojas y flores; sin embargo,
los frutos son los más vulnerables al ataque del patógeno. Inicialmente, sobre
los frutos se aprecia una apariencia acuosa; posteriormente se desarrolla una
masa de hifas y conidias de color marrón grisáceo, la cual puede cubrir todo el
tejido y causar la momificación y adherencia del fruto al pedúnculo y el racimo
[Figura 16] (Botero et ál., 1999; Morales y Villegas, 2012).
MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES
53
Figura 16 Síntomas de moho gris en frutos de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
Recomendacionesdemanejo: es indispensable implementar distancias de siem-
bra adecuadas y un sistema de tutorado que permita abrir la planta y facilitar
el paso del viento, para reducir la humedad. Igualmente, se recomienda reali-
zar constantemente podas de formación y saneamiento; manejo de arvenses en
las calles y platos; cosechas oportunas; eliminación y destrucción de las flores,
frutos y residuos con síntomas iniciales de la enfermedad; fertilización basada
en un análisis de suelo (ICA, 2011); y aplicaciones preventivas de bioplaguici-
das a base de Trichoderma spp.,así como de extractos vegetales a base de ingre-
dientes activos de alta concentración presentes en la planta Swinglea glutinosa.
Estos inhiben la germinación de esporas del patógeno cuando se presentan ba-
jas precipitaciones y la humedad se mantiene por debajo del 80 %. Sin embargo,
cuando el porcentaje de incidencia en frutos supere el 20 %, se debe iniciar con
aplicaciones de fungicidas de síntesis química que cuenten con registro ante el
ICA para su uso en este cultivo, con rotaciones de ingredientes activos como
thiram + pyrimetanil, fluoxastrobin, azoxystrobin.
MANEJO AGRONÓMICO
54
Antracnosis de la mora (Colletotrichum spp.)
Descripción y síntomas: en Colombia se han identificado a C. gloeosporioides,
C. acutatum y C. boninense como especies de Colletotrichum asociadas a antracnosis
en el cultivo de mora (Saldarriaga y Bernal, 2000; Marulanda et ál., 2007; Salda-
rriaga-Cardona, Castaño-Zapata y Arango-Isaza, 2008; Saldarriaga et ál., 2012;
Afanador, Álvarez y Mejía, 2009; Afanador, González, Gañán, Mejía, Cardona y
Álvarez, 2014). Este complejo de hongos es considerado como uno de los más
limitantes en la producción, ya que puede generar pérdidas hasta del 100 %
cuando no se aplican medidas preventivas (Saldarriaga-Cardona et ál., 2008).
De acuerdo con lo anterior, C. gloeosporioides se asocia en mayor grado a lesiones
en el tallo, a la vez que presenta una mayor tasa de crecimiento y alta patogeni-
cidad, mientras que C. acutatum se asocia a lesiones en brotes, botones florales
y frutos (Afanador, Álvarez y Gonzáles, 2010; Afanador et ál., 2014).
En ramas y tallos de mora, los síntomas se manifiestan por la presencia de man-
chas oscuras de color grisáceo, sobre las cuales se forman acérvulos y masas de
conidios de color salmón (Forero de La Rotta, Ávila y González, 2002; Tamayo,
2003). En los tallos principales, las lesiones se desarrollan alrededor de las es-
pinas, las cuales se rodean de manchas blancuzcas, acompañadas de diminutos
puntos negros (Tamayo, 2001) (Figura 17). Para el caso de brotes y botones flora-
les, la enfermedad se manifiesta por la generación de necrosis, ennegrecimien-
to y muerte de tejidos en forma descendente y progresiva (Figura 17); mientras
que en los frutos maduros se aprecia esporádicamente deshidratación, necrosis
y pudrición húmeda (Saldarriaga y Bernal, 2000; Botero et ál., 2002; Rueda, ci-
tado en Saldarriaga-Cardona et ál., 2017). La aparición de los síntomas y signos
de la enfermedad está influenciada por temperaturas entre los 20 y los 25° C,
una humedad relativa mayor al 76,34 % y una precipitación semanal acumulada
de 25 mm (Forero de La Rotta et ál., 2002).
Recomendaciones de manejo: para el manejo de la antracnosis en mora se re-
comiendan prácticas preventivas como la aplicación de Trichoderma spp., extrac-
tos vegetales a base de ingredientes activos de alta concentración presentes
en la planta Swinglea glutinosa y un bioestimulante rico en glutatión, oligosacari-
nas y saponinas. Adicionalmente, se recomienda la eliminación de ramas que
MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES
55
Figura 17 Síntomas de antracnosis en tallos (a y b) y brotes (c) de la planta de mora.
Fuente: Equipo CTA-2, Subproyecto Fresa y Mora (2018).
presenten gran afectación por el patógeno; recolección de los frutos maduros;
podas fitosanitarias; manejo de arvenses en las calles y platos; manejo de dis-
tancias de siembra, las cuales no deben ser inferiores a 2 m entre plantas y 3 m
entre calles (Franco y Giraldo, 1999, 2001; ICA, 2011; Morales y Villegas, 2012),
y un adecuado balance nutricional (Bautista-Montealegre, Bolaños-Benavides,
Argüelles-Cárdenas y Fischer, 2019). No obstante, con el aumento de las pre-
cipitaciones y la humedad relativa, se incrementa el ataque de la enfermedad,
para lo cual se deben intensificar los monitoreos y realizar la rotación de fun-
gicidas a base de difenoconazol, azoxystrobin, tebuconazol, trifloxystrobin y
cobres, entre otros (Saldarriaga-Cardona et ál., 2017).
Mildeo polvoso (Oidium sp.)
Descripción y síntomas: el agente causal del mildeo polvoso (Oidium sp.) es un
parásito obligado que produce micelio abundante sobre la cutícula de los teji-
dos (Forero de la Rotta, 2001). La enfermedad se desarrolla con baja humedad
e incrementa su severidad en zonas con alta nubosidad y temperatura media,
MANEJO AGRONÓMICO
56
esto debido al transporte de estructuras reproductivas por microgotas y el aero-
sol que se genera (ICA, 2011). La sintomatología acusada se puede observar en
hojas, peciolos, ramas jóvenes y frutos. En este sentido, en la superficie de las
hojas se aprecian parches cloróticos, deformaciones y enrollamientos, lo cual
puede ser confundido con el ataque de un virus fitopatógeno. Adicionalmente,
en el envés de la hoja se desarrolla un polvillo blancuzco, que retrasa el cre-
cimiento de brotes, y disminuye de esta manera la actividad fotosintética y el
área foliar (Forero de la Rotta, 2001). No obstante, las estructuras reproductivas
también pueden llegar a ser afectadas, lo cual ocasiona pérdidas de frutos que
no se podrán comercializar [Saldarriaga-Cardona et ál., 2017] (Figura 18).
Figura 18 Síntomas de mildeo polvoso en hojas (a y b) y frutos (c) de la planta de mora.
Fuente: Saldarriaga-Cardona et ál. (2017).
Recomendaciones demanejo: el manejo integrado de la enfermedad incluye la
correcta fertilización del cultivo, de acuerdo con los resultados del análisis de
suelos y los requerimientos nutricionales del cultivo. También podas sanitarias
y de mantenimiento y, en última instancia, la aplicación de productos quími-
cos a base de azufre, en rotación con productos con ingredientes activos como
hexaconazol, bupirimato, difenoconazol y sulfato cuprocálcico (ICA, 2011; Sal-
darriaga-Cardona et ál., 2017).
Agalla de la corona (Agrobacterium tumefaciens)
Descripción y síntomas: la enfermedad es causada por la bacteria A. tumefaciens;
que penetra la planta a través de heridas y causa tumores o agallas irregulares
en su cuello, y que pueden llegar desarrollarse en tejido aéreo. Las plantas afec-
tadas presentan enanismo, clorosis, marchitamiento, reducción de la calidad
MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES
57
de los frutos y, cuando el ataque es severo, la muerte de la planta (Forero de la
Rotta, 2001) (Figura 19).
Figura 19 Síntomas de agalla de la corona en tallo de mora.
Fuente: Saldarriaga-Cardona, citado en Bautista Montealegre (2017).
Recomendaciones demanejo: para el manejo de la enfermedad se recomiendan
medidas preventivas como la obtención de material de propagación sano, así
como evitar el movimiento de suelo contaminado; la desinfección permanente
de herramientas utilizando soluciones a partir de hipoclorito de sodio, yodo
agrícola o productos a base de amonios cuaternarios; el monitoreo permanente,
y la erradicación de plantas enfermas para dejar el sitio libre y aplicar sobre este
un desinfectante (ICA, 2011).
MANEJO AGRONÓMICO
58
Roya (Gerwasia lagerheimii [Magnus] Buriticá).
Descripción y síntomas: la enfermedad es causada por el hongo G. lagerheimii, el
cual es un parásito obligado, altamente especializado, ymuy difícil de reconocer
y controlar, ya que puede llegar a producir hasta cinco estructuras fructíferas
diferentes (estados), separadas en el tiempo y el espacio (Carris, Little y Stiles,
2015). En plantas afectadas, el hongo genera pústulas de color anaranjado sobre
los tejidos; en los tallos, el ataque puede producir agrietamientos, mientras que
en las flores y frutos se observa un polvo de color naranja (Figura 20).
Figura 20 Síntomas de roya en hojas (a) y tallos (b) de mora.
Fuente: Saldarriaga-Cardona, citado en Bautista Montealegre (2017).
Recomendaciones demanejo: la roya en el cultivo de mora se maneja mediante
prácticas de fertilización, de acuerdo con los resultados de análisis de suelo y
los requerimientos del cultivo. Se recomienda la limpieza de arvenses, princi-
palmente en la zona del plato, así como la realización de podas de ramas y hojas
afectadas, las cuales

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