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Gabriel Misas Arango Desarrollo económico y social en la. S I G L O X X f f UNIVERSIDAD Æ f NACIONAL '¿ J e # DE COLOMBIA------------------------ Sede Bogotá Facultad de Ciencias Económicas Autores Consuelo Corredor Al. Salomón Kahnanovitz Absalón Machado César Giraldo Gabriel Misas A rango Alberto Corchuelo Luis Bernardo Flórez Óscar Rodríguez Alvaro Balcázar Jesús Antonio Bejarano A ntonio Hernández Gamarra Ignacio Lozano E. Ricardo Bonilla jorge Iván González Darío Restrepo Clara Ramírez Alvaro Camacho Luis Jorge Garay César González Manuel Ancízar 1Ô12 - i 8 8 z Nació en Fontibón, Cundinamarca, el25 de diciembre de 1812y murió en Bogotá el21 de mayo de 1882. Se desempeñó como abo gado, parlamentario, periodista, profesor universitario, historia dor y escritor; fundó el periódico «El Neogranadino» y fue colabo rador de «El Correo», «El siglo», «El Liberal», «El Repertorio», «El museo» y «El Tiempo». Participó en la Expedición Corogràfica y fue el primer rec tor de la Universidad Nacional de Colombia entre 1868y 1871- Su seudónimo fue Alpha. Entre sus muchos escritos están los siguientes libros: Peregrinación de Alpha, Editoriales del Neogra nadino, Anarquía y Rojismo en la Nueva Granada, Vida del Ma riscal Sucre, Vida del Coronel Agustín Codazzi, Lecciones de Psi cología, Elencos de Física Particular, Deuda del Perú a la Nueva Granada, Instituto Caldas, Juicio de Responsabilidad y Apéndice al Texto Universitario de Derecho Internacional. Desarrollo económico y social en Colombia. Siglo X X Gabriel Misas Arango E D IT O R Desarrollo económico y social en Colombia. Siglo XX Cátedra Manuel Ancízar UNIVERSIDAD N ACIONAL DE COLOMBIA____________ Sede Bogotá Facultad de Ciencias Económicas UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Universidad N acional de C olom bia, 2001 Facultad de Ciencias Económ icas Autores Varios Prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin permiso escrito de la editorial. ISB N : 9 5 8 -7 0 1 -0 2 4 -8 Ed itor Gabriel Misas Arango C oord inación editorial Helena Gardeazábal Garzón D iseño General César Puertas C orrección de Estilo M aría Carolina M éndez Téllez D iagram ación Jairo Adalberto Acosta Tovar Preparación Editorial Universidad N acional de Colom bia E d i t o r i a l U n i b i b l o s D irector Luis Eduardo Vásquez Salamanca T eléfonos: 3 68 14 37/43 -T e lefax : 3 6 8 4 2 40 E-m ail: uniblios@dnic.edu.co Impreso en Colom bia Printed in C olom bia mailto:uniblios@dnic.edu.co Contenido 9 Presentación 1 5 La modernización inconclusa CO N SU ELO CO RREDO R M. 3 9 Las instituciones colombianas en el siglo XX SALOMÓN KALMANOVITZ 77 El café en Colombia a principios del siglo xx ABSALÓN MACHADO C. 9 9 Primera Administración López Pumarejo: la revolución en marcha CÉSAR GIRALDO I I I De la sustitución de importaciones a la apertura económica. La difícil consolidación industrial GABRIEL MISAS ARANGO 1 3 5 La inflación colombiana en el proceso de modernización ALBERTO CORCHUELO R. 147 Tendencias del ahorro, la inversión y el crecimiento en Colombia LUIS BERNARDO FLÓREZ ENCISO 2 . 0 3 La difícil consolidación de un Estado de Bienestar ÓSCAR RODRÍGUEZ SALAZAR 2 . 3 1 Las transformaciones agrícolas en la década de los noventa Al v a r o b a l c á z a r v . 2 5 1 Una política comercial de transición para la agricultura JESÜS ANTONIO BEJARANO 3 0 5 El estado de las finanzas públicas en Colombia a fines del siglo XX ANTONIO HERNANDEZ GAMARRA IGNACIO LOZANO E. 3 6 5 De la monoexportación a la di versificación: los retos del país RICARDO BONILLA GONZÁLEZ 3 9 9 Entre la sustitución de importaciones y la apertura JORGE IVÁN GONZÁLEZ 4 2 7 El mito de Sísifo o veinte años de pujanza descentralizadora DARÍO I. RESTREPO BOTERO 4 8 1 Desarrollo económico y social en el siglo XX, población e indicadores sociales CLARA RAMÍREZ GÓMEZ 5 1 5 Mesa Redonda: Perspectivas sobre desarrollo económico PARTICIPANTES: GABRIEL MISAS ARANGO, ÁLVARO CAMACHO, LUIS JORGE GARAY Y CÉSAR GONZÁLEZ Presentación D e s a r r o l l o e c o n ó m i c o y s o c i a l EN COLOM BIA. SIGLO X X Cuando la Facultad de Ciencias Económicas presentó, al Consejo de Sede, la candidatura para llevar a cabo la Cátedra Manuel Ancízar al finali zar el Siglo XX, tenía como propósito, de una parte, llevar a cabo un análisis crítico, un balance de los desarrollos que en materia económica y social al canzó el país a lo largo del siglo y, por otra, presentar a la comunidad acadé mica y a la sociedad en general la reflexión que sobre estos temas habían rea lizado los profesores e investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, desde diferentes campos de las ciencias sociales (la historia, la economía, la sociología, la política...) se abordaron los distintos tópicos. En general en los foros y seminarios que sobre el desarrollo económi co y social se llevan a cabo en el país predominan, de una parte, posiciones dogmáticas, centradas en una única visión del mundo y, por otra, son análi sis centrados en una concepción estrechamente disciplinaria. La Cátedra por el contrario, de acuerdo con el espíritu que orienta la Universidad Na cional, es pluralista, abierta al debate a la controversia. Donde los temas son debatidos desde diferentes enfoques de las ciencias sociales, yendo más allá del estrecho campo disciplinar. Como lo ha señalado R.O. Kehane “una comprensión más profunda de los hechos macroeconómicos solo será posi ble en la medida que se combinen argumentos económicos con el análisis de los conflictos de intereses y el ejercicio del poder”. El campo de las instituciones es estudiado desde dos ángulos diferen tes que se complementan en muchos aspectos. De una parte, la profesora Consuelo Corredor centra su análisis haciendo hincapié en las tensiones 9 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN EL SIGLO XX que se generan entre un proyecto de modernización sin modernidad y en los actores sociales en juego, lo que le permite construir una visión más es tructural de la crisis política y social que atraviesa la sociedad colombiana. De otra, el profesor Kalmanovitz, partiendo de las tesis de Douglas North, desarrolla su ponencia en torno a las relaciones entre instituciones y acumu lación de capital, señalando los procesos conflictivos de construcción de la Nación. La ausencia de una revolución democrática en la constitución de los estados en América Latina, es para Kalmanovitz, un factor central que explica en buena medida el ulterior derrotero de los países de América Lati na y particularmente el caso colombiano. El punto nodal de su análisis es la poca legitimidad alcanzada por el Estado, este último no ha logrado erigirse como el portavoz de los intereses generales de la nación. Los profesores A. Machado, C. Giraldo y M. Avella presentan, lo que podemos denominar las bases que permitieron el desarrollo capitalista de la segunda mitad del siglo XX. Machado muestra el papel jugado por el café en la ampliación del mercado interior y en la acumulación de capital y la confi guración de la infraestructura del país, igualmente, presenta cómo desde el inicio de la Federación de Cafeteros se establecen unas relaciones particula res con el Estado, se desarrolla una arquitectura institucional para el manejo de la política macroeconómica que tiene como eje central el mantenimien to del ingreso real de los cafeteros. Relación que dio lugar al desarrollo, avant la lettre, de la parafiscalidad, en la medida que los cafeteros consiguie ron que sus contribuciones al fisco fueran manejadas directamente por ellos y en su propio beneficio. Avella presentó, en el transcurso de la Cátedra1, la evolución del sistema monetario y financiero. Sistema que dio lugar, desde el inicio de los años veinte, a un sólido régimen de pagos, el cual resistió la crisis a comienzos de los años treinta, que permitióconsolidar la comercia lización de la cosecha cafetera y financiar el proceso de acumulación de ca pital en el sector manufacturero. Giraldo presenta las principales caracterís ticas de la República liberal, haciendo hincapié en la situación de crisis económica y social y como las reformas emprendidas pudieron sortear la di fícil situación que se vivía en la época. Señala, igualmente, el papel de la eli- te social que en términos generales se opuso a las políticas modernizadoras de López considerándolas, equivocadamente, como revolucionarias. I No se pudo incluir su intervención en este libro. 10 EL ESTADO DE LAS FINANZAS PÚBLICAS EN COLOMBIA A FINES DEL SIGLO XX Un tercer grupo de ponencias trató en extenso las características que asumió el proceso de sustitución de importaciones. Los profesores Misas, Corchuelo, Flórez, Rodríguez y Niño presentaron, respectivamente, sus análisis en torno a la industrialización, la inflación, la evolución macroe- conómica, la difícil consolidación de un Estado de bienestar y las caracte rísticas del proceso de urbanización. Misas presenta las características principales de un proceso de industrialización complementario al modelo agroexportador, centrado en el abastecimiento del mercado interior, alta mente protegido, de carácter oligopólico y generador de normas de produc ción propias, alejadas de las existentes a nivel internacional. Alberto Cor chuelo centra su análisis en la estabilidad económica observada a lo largo del siglo XX. Estabilidad que es, para el autor, el resultado de la estabilidad política y el conjunto de alianzas establecido entre la burguesía cafetera, la burguesía industrial y los terratenientes que excluyeron cualquier forma de populismo. A su turno Luis B. Flórez presenta un detallado análisis, de la evolución de las principales variables macroeconómicas a lo largo del últi mo medio siglo, que permite aprehender los ciclos por los que ha pasado la economía colombiana a lo largo de este período. Óscar Rodríguez presenta las tensiones generadas en torno a la creación de la seguridad social en me dio de la no generalización de la relación salarial. Los investigadores Balcázar, Bejarano, Bonilla, Hernández y Gonzá lez centran sus análisis en los fenómenos acontecidos en la década de los no venta. Balcázar y Bejarano analizan los efectos de la apertura sobre el sector agropecuario, el primero hace hincapié en la debilidad institucional del sec tor que le ha impedido una mejor articulación al mercado internacional y el segundo propone una política comercial agrícola que permita pasar de una agricultura altamente protegida a una agricultura que pueda articularse a un régimen internacional de comercio. Hernández centra su análisis en la incapacidad creciente del Estado para financiar sus gastos, haciendo hinca pié en la poca discrecionalidad que tienen las autoridades económicas para llevar a cabo reducciones en los niveles de gasto dada la predeterminación de gran parte del mismo, las transferencias a los entes territoriales tienen ca rácter constitucional y el pago de los intereses es un compromiso con los acreedores, independiente de la situación de las finanzas del gobierno. Bo nilla centra su ponencia en el estudio de la evolución de las exportaciones colombianas haciendo hincapié en su diversificación tanto por el tipo de bienes objeto de comercio como por el número de países con los cuales se comercia. El autor se interroga sobre la capacidad que se tiene en el país n DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN EL SIGLO XX para cumplir las metas de exportaciones consignadas en el actual plan de desarrollo. Darío Restrepo centra su análisis en una crítica muy fina a los fallidos intentos de la “corriente fiscalista” para lograr una mayor eficiencia en el uso de los recursos estatales. Los prejuicios que enmarcan esta corriente les impiden aprehender la naturaleza de la acción del Estado y las tensiones que atraviesan su quehacer . En consecuencia, las propuestas para manejar el proceso de descentralización han sido inadecuadas y repetitivas y, como lo señala Restrepo, su historia termina siendo el recuento de los fracasos del intento de “rehacer el Estado a imagen y semejanza de unos dictámenes de la eficiencia de mercado”. La investigadora Clara Ramírez analiza los indicadores de desarrollo social a lo largo de las últimas tres décadas, haciendo énfasis en la importan cia y magnitud que presentó la transición demográfica y la evolución de los índices de condiciones de vida. Finalmente, como culminación de la Cátedra Manuel Ancízar, los profesores A. Camacho. L. J. Garay, C. González y G. Misas debaten sobre las posibles evoluciones de la economía y la sociedad en la primera década del Siglo XXI. 11 Desarrollo económico y social en Colombia. Siglo XX Monitores de la Cátedra M anuel Ancízar Augusto Iván M ejía M aría Carolina Arguello R. Katherine Cartagena P. Tatiana Am ador O. Ana M aría Sánchez M aría Carolina Varela Edith Aristid Óscar Loaiza Eduardo Arias R. Natalia Arias La modernización inconclusa C O N S U E L O C O R R E D O R M A R T ÍN E Z Decana Facultad de Ciencias Económicas. Universidad Nacional de Colombia L/A M ODERNIZACIÓN INCONCLUSA. Colombia: una moderni zación a medias y una caricatura de modernidad”. Este no es un título for mal, vacío de contenido. Al contrario, sintetiza la tesis central, que en mi opinión contribuye a explicar la difícil situación por la que atraviesa la so ciedad colombiana. Los propósitos centrales de este trabajo son presentar el contexto de la crisis actual y la insuficiencia de los paradigmas para su interpretación; sustentar como alternativa de interpretación, el proceso de configuración de la sociedad moderna; y argumentar su pertinencia para el caso colom biano. E l c o n t e x t o d e l a c r i s i s y l a i n s u f i c i e n c i a d e l o s p a r a d i g m a s La crisis vivida a lo largo de los años ochenta, en la mayor parte de los países de América Latina llevó a muchos analistas a señalarla como una dé cada pérdida. Los hechos más destacados fueron el alto endeudamiento ex terno, continuos procesos de desindustrialización, crecimiento del desem pleo y de las actividades informales, crecimiento de la población en situación de pobreza. Estos y otros factores conllevaron la adopción de pla nes de ajuste orientados, principalmente, por organismos internacionales. En esa misma década, Colombia se destacó en el concierto latinoa mericano por su estabilidad económica y por sortear con relativo éxito las graves restricciones derivadas del endeudamiento externo y de la crisis fi nanciera doméstica. Esta estabilidad económica se perdió una década des DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX pués, y hoy se debate en la más profunda crisis económica, política y social del siglo. El solo enunciado llama la atención sobre dos aspectos importantes: por una parte, la insuficiencia de una explicación meramente económica, y por otra, las particularidades de cada uno de los procesos de desarrollo. Ra zones que invalidan las pretensiones de universalidad que postulan el dise ño de recetarios a aplicar sin tener en consideración las especificidades na cionales. Las teorías del desarrollo imperantes desde la posguerra, y vigentes hasta bien entrados los años setenta, identificaron crecimiento con desarro llo y progreso, entendidos como procesos unilineales e irreversibles. La cla ve de este tránsito se ubicó desde entonces, en la industrialización y de ahí la acogida al proceso de sustitución de importaciones seguido en la región, con la confianza de que la industrialización permitiría superar el subdesa- rrollo y aminorar la brecha con los países centrales. En efecto, se adelantó la sustitución de importaciones, se lograron procesos de industrialización, la ampliación del mercado, la monetización de la economía, la mayor diferenciación de lasrelaciones de trabajo, la ma yor división del mismo, una mayor integración al mercado mundial, y una mejora en las necesidades básicas, principalmente de la población asalaria da, entre otros logros. Sin embargo, a partir de los años setenta las cualidades asociadas a la idea de progreso se van revelando como su contrario: la discontinuidad, la reversibilidad y la incertidumbre anuncian el agotamiento del proceso de sustitución de importaciones, fundado en una estrategia desarrollista que privilegió la modernización económica. El proceso de salarización creciente se revierte, haciendo visibles y crecientes las actividades informales, y la vulnerabilidad de la economía a los cambios externos cobra nitidez. La creciente urbanización revela el caos, y los problemas cruciales de pobreza, desigualdad social y regional y de he terogeneidad estructural, lejos de haber sido solucionados, se muestran más complejos. Una de las formas privilegiadas para enfrentar la situación, fue acudir en forma creciente al endeudamiento con las condiciones del mercado in ternacional. No obstante, a comienzos de los años ochenta la crisis de la deuda mostró la imposibilidad de cumplir los compromisos, lo que se tra dujo en un menor margen de maniobra de los distintos gobiernos, que se vieron abocados a planes severos de ajuste y de reestructuración. 16 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA Este difícil camino fue el que dio la idea de la década perdida en América Latina, y conllevó las agresivas estrategias de reestructuración de las economías, que guiadas por el Consenso de Washington pretendieron relanzar el proceso de acumulación defendiendo las virtudes de los merca dos libres y sentenciando el fracaso de la intervención del Estado. Partiendo del hecho de que la crisis por la que atraviesa la sociedad colombiana desde los años ochenta y que se expresa en su forma más con tundente, como es la violencia, es el problema más apremiante en Colom bia, país en el que la idea de futuro pierde cada vez más sentido. El poder de dislocación que ha tenido este fenómeno, hace impres cindible una reflexión sobre las causas del resquebrajamiento del orden es tablecido, en busca de posibles soluciones, puesto que ya no se puede ocul tar ni esquivar la magnitud de la crisis que toca los más diversos ámbitos de la vida nacional. La temática no es ajena a la problemática del desarrollo. Las múltiples carencias que padecen importantes sectores de la sociedad colombiana no sólo con relación a unas mínimas condiciones materiales de sobrevivencia, sino también en cuanto a integración social y política, han hecho que la problemática del desarrollo mantenga su vigencia. Con la crisis, esta problemática se ha convertido en un verdadero de safío tanto para los sectores que ven amenazado su orden de privilegios, como para quienes aspiramos a un orden basado en una mayor justicia e igualdad. Analistas y políticos han señalado reiteradamente que la sociedad co lombiana ha sido escenario de profundas transformaciones y se hacen refe rencias múltiples desde la política, la sociología o la economía, pero en la mayor parte de estas perspectivas se ha subrayado un solo aspecto de la cri sis, centrando la atención especialmente en las instituciones, las clases so ciales o las estructuras económicas. La complejidad de la crisis en Colombia y la escalada de violencia de satada desde los primeros años del decenio de los ochenta, ha hecho eviden te la insuficiencia de estos análisis parciales para ofrecer una explicación que proporcione una visión integral del fenómeno. De ahí que el efecto positivo de esta compleja situación haya sido revitalizar la problemática del desarro llo en una perspectiva más amplia que los tradicionales estudios antes men cionados. En particular, la de los análisis económicos que privilegiaron el examen de las trabas al crecimiento, sin preguntarse por la apropiación de 17 DESARROLLO ECONOMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX los beneficios y los costos sociales del mismo, ni por el marco de las relacio nes de poder en el cual se daba. Las causas y consecuencias de la crisis son de orden económico, so cial, político, cultural e ideológico. Hasta un pasado reciente entre la mayor parte de los analistas colombianos, se privilegió el estudio del sistema eco nómico, para derivar de allí las consecuencias sociopolíticas. La compleji dad de la crisis ha mostrado la necesidad de examinar todas las instancias desde una perspectiva integral, y de ahí que sea insostenible confinar la pro blemática del desarrollo a una perspectiva meramente económica. Los ele mentos de orden sociopolítico explican la crisis al igual que los de orden económico y los estudios sobre la cultura y la ideología deben complemen tar la comprensión global de la sociedad. El propósito de la reflexión que sigue es contribuir al esclarecimiento de algunos de los factores estructurales y coyunturales que han propiciado la crisis en lo económico y lo sociopolítico en la historia reciente del país, re conociendo que para la comprensión total del fenómeno se requiere no solo el concurso de otras disciplinas como la antropología o la semiología, sino la profundización ulterior en la perspectiva de análisis que aquí se propone. Identificar los factores estructurales permite desvirtuar la idea general de que la crisis en Colombia se reduce al narcotráfico y la guerrilla. Además de su extrema simplificación, esta visión ignora por completo el proceso de constitución de esos actores y no se profundiza en el contexto que hizo posi ble su configuración y arraigo en el escenario nacional. Por otra parte, el esclarecimiento de los factores coyunturales, desvir túa la tesis, que desde un lado opuesto, sostiene que la crisis actual no es más que una prolongación de crisis anteriores, que no presenta características diferentes. Desde esta perspectiva, la violencia adquiere el carácter de fenó meno endémico en la sociedad colombiana, y llega, incluso, a afirmar, que se ha aprendido a convivir con aquélla. La generalización incontrolada de la violencia ha puesto al descubier to el equivocado diagnóstico sobre la crisis y los enormes costos que sin dis tinción está pagando la sociedad colombiana por el tratamiento inadecua do de la misma. La crisis actual no es reductible a la violencia. La violencia anida en la crisis y es la forma extrema de su expresión. Por consiguiente, lo que resulta imperativo, es identificar los factores que han precipitado al país a esta pro funda crisis y que han propiciado el uso de la fuerza como medio de resolu ción de los diversos conflictos individuales o colectivos, en la perspectiva de 18 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA construir un orden en el que se aminoren las desigualdades y los antagonis mos, y que en cualquier caso no se aborden a través del enfrentamiento vio lento. Para ofrecer una alternativa de interpretación es conveniente señalar unas pautas de orden metodológico. Cinco de ellas son particularmente re levantes: 1. Fijar la atención en las especificidades del proceso de desarrollo, en tanto resultado de la tensión e interacción de fuerzas económicas, so ciales y políticas. 2. Abordar la realidad como un contexto, es decir, como el producto de múltiples condiciones y actores en continuo movimiento. 3. Desentrañar las tensiones derivadas en ese proceso, las formas y los espacios de expresión de los conflictos que de ahí surgen, prestando atención a su diferente naturaleza para poder esclarecer vías de solu ción duradera. 4. Examinar simultáneamente los escenarios y los actores del proceso de desarrollo, en su devenir y en la crisis. 5. Otorgar un lugar de primer orden a lo político como proceso de constitución de sujetos en actores, e identificar el rol central del Esta do en la constitución de lo social. Destacar el papel del Estado en la problemática del desarrollo, conduce a superar el mito de la mano in visible -e l mercado— o lautopía de su destrucción. E l p r o c e s o d e c o n f i g u r a c i ó n d e l a SOCIED AD m o d e r n a La opción analítica elegida para abordar tan compleja problemática es el proceso de configuración de la Sociedad Moderna, entendida como un proceso histórico complejo de construcción del hombre como actor de su obra. En otros términos, el advenimiento de la sociedad moderna recoge un doble ideario: por un lado, la aspiración de transformar el entorno material y por otro, colocar al hombre como centro del mismo. El primer ideario alude a la Modernización y el segundo a la Modernidad. Por consiguiente la Modernización se refiere al proceso de apropia ción de la naturaleza por el hombre, con el fin de desarrollar las fuerzas pro ductivas y poder disponer de una mayor riqueza. La Modernidad se refiere a la apropiación del hombre de su propia naturaleza, lo que significa hacer de los individuos no solo sujetos transformadores de su entorno material, sino también, y principalmente, sujetos de su propia transformación. 19 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX Por su parte, el Modernismo se refiere a la ideología que acompaña estos procesos y que como tal, le otorga sentido a los mismos, es decir cons truye un imaginario. Esta diferenciación conceptual no surge de la necesidad de fragmen tar el análisis para aprehender la complejidad del objeto. Surge del hecho de que la modernización es un proceso indispensable para la modernidad, pero por sí misma no conduce a ella. Desde esta perspectiva los procesos sociales no son explicados por razo nes trascendentales o derivados de la dinámica de la evolución en el tiempo. No son ajenos a la organización económica, social y política. Es éste el caso de Colombia, donde hoy son los hombres los enjuiciados: los gobernantes, la clase política, los partidos políticos, las élites económicas, las Fuerzas Arma das, la Iglesia, los sectores de oposición y sus estrategias. En fin, tanto la So ciedad Civil como el Estado están comprometidos en el desorden. Esta opción analítica permite precisar la tesis central en torno de la cual se articula esta reflexión y que se puede enunciar como sigue: La crisis en que se debate la sociedad colombiana desde los años ochenta, es el resultado de un largo proceso de erosión del orden tradicional, inducida por las transforma ciones derivadas del proceso de modernización económica, que contrastan con el conservadurismo del sistema político y de la organización estatal. Las dificultades por hacer compatibles un proyecto de moderniza ción, que por definición comporta cambios en la organización social de la producción y en las expectativas y valores de la población, con la permanen cia de un proyecto político fundado en la exclusión e inmovilidad social, no puede menos que resultar profundamente conflictivo e inhibir, finalmente, la continuidad de los dos proyectos. La crisis actual de la sociedad colombiana es la expresión de la extre ma tensión resultante entre un proyecto de modernización económica aje no a un proyecto de modernidad. La razón central, que como hipótesis ex plica el curso seguido, es que el Modelo Liberal de Desarrollo ha sido el contexto que ha permitido el avance de la modernización económica y la contención de la modernidad. Es un modelo integrador de los intereses de las élites dominantes, pero profundamente desintegrador de los intereses sociales, que ha signifi cado la subordinación del Estado, minimizando su función de interpretar, gestionar y regular los intereses colectivos. De esta forma se comprenden las dificultades para configurar un espacio público en el que se puedan expre sar, confrontar y resolver los conflictos sociales. El Estado colombiano es un 20 LA MODERNIZACION INCONCLUSA Estado privatizado atrapado entre el liberalismo económico y el conserva durismo político. Con el fin de lograr los propósitos analíticos esta presentación se divi de en tres partes: En la primera, se sustenta la opción analítica y se argumenta su perti nencia para la comprensión de las sociedades latinoamericanas en general, y para la interpretación de la crisis colombiana en particular. En la segunda, se precisa el carácter de la modernización económica seguida en Colombia. Y en la tercera, se analiza la crisis desde los años ochenta, vista como el resul tado de los límites del modelo liberal de desarrollo. Pasemos ahora a preci sar los aspectos centrales contenidos en cada una de ellas, para sustentar su conveniencia y articulación: L a o p c i ó n a n a l í t i c a El examen de la modernización y la modernidad como procesos per mite apreciar, en el caso colombiano, un creciente divorcio entre ellos con enormes consecuencias. En efecto, la modernización económica se convir tió en el abece del progreso y en el paradigma a seguir por las distintas socie dades, con lo cual se alimentó la visión de que la modernización económica es una fase de transición de una sociedad atrasada a una sociedad moderna, un tránsito entre el subdesarrollo y el desarrollo. Esta reflexión destaca el papel del mercado y del Estado como funda mentos de la organización de la vida material y de la organización social y política respectivamente, en tanto su imposición se convirtió en un impera tivo para el desarrollo y expansión del capitalismo a escala mundial. El examen de las formas y consecuencias del tipo de inserción de América Latina en el mercado mundial, muestra cómo que se exportaron a ésta los productos finales -e l mercado y el Estado— sin importar la forma y el costo de producirlos. Así se fueron tejiendo las distintas realidades sociales, en un lento, conflictivo e inconcluso proceso de configuración republicana, afectando en forma desigual la organización social y política entre países, por cuanto las mutaciones dependen en lo fundamental del tipo de alianzas o relevo de los grupos en el poder, del carácter del proyecto de modernización imple- mentado y de la representación que acompañe ese proceso de cambio. La referencia a América Latina no va más allá de señalar algunos li ncamientos comunes a la región, cuyas especificidades sólo podrán esclare cerse con el estudio de cada país. 21 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX Sin embargo, lo que fue común en el proceso de modernización en América Latina, fue el predominio de la idea de que la modernización por sí misma conduciría a las transformaciones sociales y políticas propias de una sociedad moderna. Se identificó industrialización con modernización y se la concibió como un proceso gradual e irreversible. Por todo esto el discurso de la modernización encerró promesas e ilusiones de democracia política y de mayor autonomía en el ámbito internacional. La reversibilidad del proceso de modernización y los enormes costos sociales revelados en todas sus dimensiones y complejidad en la crisis desde los años ochenta, han fracturado la idea de progreso y han hecho que la de mocracia y la autonomía se mantengan como ideario, pero ya desencanta dos de las promesas de la modernización. A partir de esta referencia general de interpretación sobre la configu ración de las sociedades en América Latina, se examinan las características específicas de la inserción de Colombia en el mercado internacional, y más exactamente en la dinámica de la modernización económica. Tres interrogantes articulan la temática: a) ¿Cómo se configuró la tensión entre modernización y modernidad? b) ¿Cuál ha sido el contexto que ha hecho posible el relativo avance de la modernización y la contención de la modernidad? Y c) ¿Cuáles son sus principales implicaciones? Para responder estas preguntas, examinemos las características eco nómicas y políticas de la inserción en el mercado internacional que se dio a través del modelo primario exportador y prevaleció con nitidez hasta los años treinta del presente siglo. Dos características se destacan en este proceso en Colombia:su carác ter regional y el papel casi imperceptible del Estado. Características que no son ajenas a la precaria integración nacional dadas las dificultades de articu lación geográfica, económica y política. Factores de suma importancia para comprender, por qué las élites políticas organizadas en torno de los partidos Liberal y Conservador, y las élites económicas agroexportadoras e indus triales emergentes, coparon desde muy temprano los espacios económicos y políticos, e hicieron del principio liberal del respeto a la iniciativa privada un baluarte utilizado según su conveniencia para afianzar su hegemonía y dominación. Los numerosos poderes regionales y locales fueron desde en tonces, un obstáculo central para la formación de un Estado con capacidad para promover la configuración de una comunidad política, la cual requiere una subordinación relativa de los intereses y decisiones privadas a los inte reses y decisiones públicas. 11 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA De esta forma se va perfilando un modelo liberal de desarrollo que no se opone a la intervención del Estado, pero que le define una orientación y unos límites. El carácter liberal del proceso de modernización que se abrió paso desde los años treinta, fue avalado por el modernismo como ideología e hizo del desarrollismo la mejor política para la consecución de sus fines. El enorme costo se debe a su carácter profundamente discriminatorio, confi gurando amplias ‘masas de extras’ involucradas parcialmente como cons tructoras directas de las transformaciones económicas, pero excluidas de los beneficios resultantes. El sistema de dominación vigente apoya este orden y le confiere legitimidad a través del mantenimiento de los valores y la cultura política más propias de un orden tradicional. Así pues, el modelo liberal de desarrollo, afianzado en la temprana alianza entre los intereses agroexportadores e industriales y en la omnipre- sencia del bipartidismo en la vida política colombiana, se identifica como el contexto que hizo posible la estrategia de modernización, con un claro di vorcio de un proyecto de modernidad. E l c a r á c t e r d e l a m o d e r n i z a c i ó n ECO NÓ M ICA EN TRE 1930 Y 1980 Se eligió este período porque en los años treinta se dio el quiebre del modelo primario exportador en un contexto de crisis mundial y en los años setenta se hizo evidente el agotamiento del proceso de industrialización por sustitución de importaciones, que fue el que le otorgó la dinámica a la mo dernización económica. Se trata de poner de relieve las características específicas de este pro ceso, útiles para explicar sus modestos alcances y tempranas limitaciones. Esto nos permite precisar las distintas restricciones que se fueron consoli dando hasta convertirse en factores estructurales que han inhibido la conti nuidad de la modernización económica y dificultan aún más la búsqueda de la modernidad. El examen de la modernización en este período nos lleva a destacar tres aspectos fundamentales: la configuración del problema agrario, el desa rrollo industrial, y los alcances y límites de la modernización económica. El problema agrario En el examen del problema agrario, más que la dotación de recursos interesa examinar la forma como éstos están distribuidos, las estrategias de 23 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX modernización agropecuaria y su contribución a los desequilibrios sociales y regionales. La atención que se le dedica a este problema tiene un doble motivo: la modernización agropecuaria ha sido el fundamento y la restricción del de sarrollo industrial y en el problema agrario se sintetiza la tensión derivada de las transformaciones en la organización social de la producción y la con servación de las estructuras de propiedad y dominación, propias de un or den tradicional. Con relación a la distribución de recursos, el análisis permite corro borar que el proceso de modernización se llevó a cabo sin alterar en lo fun damental la estructura concentrada de la propiedad sobre la tierra, indu ciendo crecientes procesos de migración campo-ciudad y procesos caóticos de colonización. La estructura bimodal de la propiedad es un factor explicativo de primer orden, de la persistente heterogeneidad del agro colombiano, con nocivos efectos sobre la distribución del ingreso, la utilización de los re cursos, el tamaño del mercado y la inserción de la economía en el mercado internacional. Igualmente se aprecia la contribución del uso de la fuerza para la re composición de la tierra favorable a la gran propiedad, que alcanza un pun to alto en la intensa violencia de los años cuarenta y cincuenta, que poste riormente se repite en los primeros años de los setenta con un masivo proceso de invasión de tierras por núcleos campesinos en busca de una al ternativa de sobrevivencia, y que desde fines de los años ochenta se recrude ce el proceso violento de ocupación de tierras que en la actualidad se expre sa a través de enormes grupos de población desalojada y desplazada. Respecto a la estrategia de modernización se advierten dos caracterís ticas centrales: a) Que no obedeció a una estrategia deliberada de las élites económicas, sino que se derivó de la coyuntura externa y del tipo de crecimiento industrial seguido, lo cual explica el privilegio que se le otorgó a la agricultura comercial orientada principalmente hacia la exportación y a la provisión de materias primas industriales. b) El aporte de la política económica que por estar al servicio de los in tereses agroexportadores e industriales quedó condenada a un estre cho marco de corto plazo, y a satisfacer los diversos intereses no siempre compatibles, haciendo de la apertura y la regulación un problema de conveniencia, según se tratara de coyunturas adversas 2 . 4 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA o de auge. Los distintos sectores buscaban transferir las pérdidas de la fase baja del ciclo al Estado y usufructuar las bonanzas sin regula ción alguna. El desarrollo industrial El análisis permite diferenciar dos grandes períodos: el primero que va desde inicios del presente siglo hasta 1945 y el segundo, desde la segunda postguerra hasta 1975. D urante el prim er período la industria se fue abriendo paso de form a casi im perceptible, orientada principalm ente hacia la p roducción de bienes de consum o no durable (textiles, alim entos, bebidas y tabaco). Las condiciones externas favorables, la protección a este tipo de bie nes y el gran desarrollo de obras públicas -en especial en los años 20— fue ron factores que contribuyeron a la ampliación de la demanda y a las trans formaciones que ya se anunciaban en el sector agropecuario. En este período la inversión extranjera directa fue casi inexistente en la manufactu ra, no así en las actividades extractivas (petróleo) o de exportación agrícola, tales como cultivo de banano y comercialización de café. El segundo período se caracteriza por una gran dinámica económica favorecida por la coyuntura de posguerra, para profundizar el proceso de sustitución de importaciones que desde la crisis de los años treinta se venía insinuando. La definición del año final, 1975, obedece a la inflexión que experimenta la dinámica industrial basada en el proceso sustitutivo, que ex presa las dificultades del capital productivo para continuar su valorización. Del primer período se destacan tres aspectos significativos para la comprensión de la dinámica en el segundo período: • El papel de los capitales provenientes de la actividad exportadora que realizaron las primeras fusiones entre el capital comercial y bancario industrial, dando origen al capital financiero nacional. • La gran importancia que tuvo el café en la acumulación de capital. • La temprana tendencia a la concentración industrial. Estos elementos ayudan a comprender la formación temprana de la alianza entre los sectores agroexportadores e industriales, que está en la base del tipo demodernización seguida en Colombia. Esta alianza explica en parte porqué los partidos políticos no lideraron alternativas de política económica, ni se constituyeron en voceros de intereses específicos de uno u otro sector, desdibujando aún más las identidades partidarias con con 2-5 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX tenido doctrinario, y haciendo de la política económica una parcela de poder en manos de los distintos gremios del capital privado. Con relación a la concentración industrial, vale señalar que ella se dio no sólo en términos económicos sino también espaciales. El control de las fuentes de capital permitió la absorción temprana de otras industrias inci pientes (especialmente textiles y cerveza). La concentración regional de la industria se localizó en las cercanías a los puertos de exportación y princi palmente en torno del eje cafetero, al concentrar las mejores redes de comu nicación e importantes núcleos de población. El papel que cumplió la eco nomía cafetera en la ampliación de una base mercantil, fue un importante factor de compensación a las trabas impuestas por la concentración de la propiedad. De esta forma se reforzó la insularidad de amplias regiones del país, que quedaron totalmente marginadas de este proceso. Con relación al segundo período que comprende los años 1945 a 1975, se aprecia claramente que es el período en el que se configura la es tructura industrial apoyada en el proceso de sustitución de importacio nes, no en forma de un continuum, lo que permite diferenciar tres subpe- ríodos: • 1945-1958 la sustitución se centra en los bienes de consumo no du rable. • 1958-1968 el proceso sustitutivo avanza hacia algunos bienes inter medios y unos pocos de capital. • 1968-1975 la industria está en condiciones de exportar. Para los propósitos de este trabajo señalemos sólo que la prioridad otorgada inicialmente a la sustitución de bienes de consumo no durable y el consiguiente rezago en la producción de bienes intermedios y de capital, tuvo dos consecuencias de suma importancia para la marcha del proceso de modernización: una, su dependencia de la capacidad de importación ha ciendo de la restricción de divisas un problema recurrente; y dos, que la continuidad del proceso quedó restringida por limitarse a la demanda in terna de bienes de consumo, con fuertes repercusiones sobre la capacidad para generar empleo, el nivel de ingreso y la estructura de propiedad de los recursos. Esto explica que, desde sus inicios, las grandes firmas se consolidaran como unidades oligopólicas y que orientaran su producción a satisfacer la demanda de los estratos medios y altos de ingreso, con lo cual se reforzó la 16 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA estrechez del mercado limitando la diversificación del aparato productivo, el desarrollo tecnológico y la diversificación de exportaciones competitivas en el mercado internacional, factores que en forma conjunta se traducirían en un rápido agotamiento del proceso sustitutivo. Desde entonces se configuró un círculo vicioso que aún persiste: la industria no se expande porque el mercado interno es estrecho, y este últi mo limita la generación de empleo y la expansión de la demanda, lo que a su vez restringe el crecimiento industrial. Cada subperíodo señalado abarca un menor número de años, lo que da cuenta del progresivo agotamiento a pesar de la importante promoción a la diversificación de exportaciones que se adelantó en los últimos años, para darle salida al problema del tamaño del mercado y de la escasez de divisas. Aunque la diversificación fue importante, resultó de muy corta duración, y a la postre se confirmaría que ella se debió más a la expansión coyuntural del mercado internacional, que a una mayor competitividad deda, exporta ciones colombianas. Por otra parte, el fomento a la exportación agropecuaria significó en no pocos casos el desabastecimiento del mercado interno, con lo cual se presionó los precios generando el problema inflacionario, sumándose a las restricciones antes señaladas. A l c a n c e s y l í m i t e s d e l a m o d e r n i z a c i ó n e c o n ó m i c a Esta reflexión es indispensable para comprender la vulnerabilidad en que se encontraba la economía en el inicio de los años ochenta y que auna do a factores de orden externo e interno, harán de los dos últimos decenios un período de profunda crisis. Vista la economía en su conjunto, a lo largo del presente siglo se apre cian una serie de transformaciones importantes, no sólo con relación a la re composición sectorial sino también en términos de las características y ve locidad con que se operaron tales transformaciones. En efecto, los años 50 marcan un claro punto de inflexión: de una so ciedad básicamente agraria y rural, con un evidente retraso agrícola e indus trial respecto a otros países de América Latina, se abre paso un acelerado proceso de modernización económica, hasta mediados de los años setenta, a ritmos muy superiores a los observados en países similares: una mayor pérdida de la actividad agropecuaria en el PlB, un desarrollo industrial a rit mos mayores y un acelerado proceso de urbanización. 27 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX Sin embargo este dinámico proceso se agotó rápidamente, lo que hace del año 1975 un punto de quiebre, en el que dadas las dificultades en la valorización del capital se da inicio a un ciclo de acumulación especulati va, profundizando las restricciones a la actividad productiva y contribu yendo en forma importante al clima de inestabilidad social. Precisemos entonces las principales características del proceso: • En primer lugar, si bien se operó una reducción de la brecha entre las productividades agrícola e industrial, por el relativo avance de la pro ductividad agrícola, no fue menos importante el rezago de la produc tividad industrial lo que contribuyó a que en los años setenta se registrara una disminución en la tasa de rentabilidad industrial y un crecimiento negativo en los primeros años de los ochenta. • El paquete tecnológico adoptado en uno y otro sector, privilegió el uso del capital y de los insumos importados con lo cual se castigó el uso de la mano de obra, restringió la disponibilidad de capital e hizo del desempleo y de la restricción de divisas, problemas persistentes. • La prioridad que se le otorgó a la agricultura comercial en detrimento de la tradicional, hizo de la insuficiencia alimentaria un problema de primer orden por sus efectos sobre el deterioro de los salarios y la cali dad de vida, la reducción de la demanda potencial para otro tipo de bienes, lo cual desestimuló la producción, afectó el ahorro y la inver sión e indujo procesos inflacionarios. Adicionalmente, esa opción condujo a la distracción de divisas para atender las crecientes impor taciones para abastecer el mercado interno. • La creciente tendencia a la concentración hizo que la gran propiedad, la agricultura comercial y las firmas oligopólicas fueran las principa les beneficiarías de la modernización. En consecuencia, el enorme costo de este proceso ha sido la inserción precaria de importantes sectores de la población, y aun en algunos casos la exclusión, con graves consecuencias para la continuidad misma de la diná mica económica al significar importantes restricciones por el lado de la de manda de trabajo y de bienes y servicios, así como también en el orden so- ciopolítico. En efecto a lo largo del análisis se constata que estas profundas trans formaciones estuvieron atravesadas por intensos conflictos sociales, por cuanto el carácter concentrador del proceso marginó importantes sectores de la población de los beneficios del crecimiento. Marginalidad expresada 2 8 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA social y espacialmente configurando verdaderos contingentes de ‘masas de extras’ localizadas en la periferia de las ciudades y en regiones insulares eco nómica, social y políticamente. Sinduda, la concentración de los poderes y de los recursos de diversa índole, es la matriz del conflicto social en Colombia y es el terreno propicio para la constitución y arraigo de los actores, que en la década de los ochenta tuvieron un papel protagónico en la violencia. No olvidemos que durante este período de modernización, se confor man las organizaciones guerrilleras, en sus inicios como grupos de resistencia, pero que irán transitando hacia organizaciones políticas armadas en respuesta al carácter excluyente y desafiante del sistema político y gracias a una base so cial formada por esos importantes núcleos de población marginada. De lo dicho hasta el momento se aprecian las serias restricciones de capital para continuar su valorización con base en el proceso sustitutivo y la génesis del conflicto social en Colombia, que posteriormente se desatará en los años ochenta. Con relación a las restricciones de valorización del capital, se señaló anteriormente que la promoción a la diversificación de exporta ciones se planteó como una posible salida y que tuvo efectos de muy corta duración. Sin embargo, el buen comportamiento del sector externo en los pri meros años de los setenta y el auge que desde mediados del decenio se dio en los ingresos externos principalmente por la bonanza cafetera, así como por el incremento de los ingresos por servicios y transferencias, creó un am biente de liquidez, afianzando la idea de que se entraba en una senda expor tadora de largo alcance. La política económica al final de los setenta, transi tó hacia una mayor desregulación de la actividad económica, para afianzar la estrategia de promoción de exportaciones: reducción de los controles fi nancieros, altas dosis de devaluación, elevadas tasas de interés real, desmon te paulatino de los aranceles y del crédito dirigido, así como de los subsidios sobre bienes y servicios. De esta forma se facilitó y estimuló la acción simultánea de los grupos económicos en las instituciones financieras y en las empresas industriales, en un ciclo de expansión de actividades especulativas de compra y venta, que requieren grandes montos de recursos líquidos. Progresivamente, la posesión de liquidez se convirtió en el factor más rentable de la economía. Desde entonces se operó una recomposición sectorial en favor de los sectores financiero, de la construcción y de los servicios, sin ofrecer efectos multiplicadores de largo alcance dada la lógica especulativa imperante. La ig DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX ausencia de controles institucionales que alimentó ésta lógica y por consi guiente ésta recomposición, también hizo de estas actividades una presa fá cil para el blanqueo de dólares. Los capitales obtenidos en las actividades ilegales vinculadas a la pro ducción y tráfico de estupefacientes, reforzaron este ciclo y encontraron en la desregulación económica, el mejor escenario para su inserción en las más diversas actividades. En efecto, tal como se comprobaría años más tarde, el comportamiento ascendente de los ingresos por servicios y transferencias, se explicaría por su importante papel en el blanqueo de dinero procedente de las actividades del narcotráfico. Esto contribuye a explicar en parte por qué a comienzos de los años ochenta a pesar de la crisis de la deuda y de la recesión interna, Colombia, a diferencia de la mayor parte de países de América Latina, no registró tasas de crecimiento negativas en el PlB, ni entró en una crisis cambiaría y que los efectos del ajuste no fueran tan drásticos, puesto que la economía continua ba irrigándose con estos flujos ilegales de dinero. Si bien por entonces no se tenía conocimiento ni se sospechaba de la magnitud del negocio, lo que es claro es que al inicio de la década de los ochenta estos capitales ya tenían un importante grado de inserción en la ac tividad económica y se habían convertido en una fuente de ingresos para importantes sectores de población marginada, que encontraron en esta ac tividad una alternativa de sobrevivencia. Este es el escenario en Colombia al inicio de la década de los años ochenta, en el que ya estaban presentes los protagonistas de la escalada de violencia, y en el cual el clima macroeconómico no ofrecía ninguna solidez. L a c r i s i s d e s d e l o s a ñ o s o c h e n t a Finalmente, entramos a examinar la crisis, entendida como el resulta do de los límites del Modelo Liberal de Desarrollo, pues en ella lo que se pone de manifiesto es la imposibilidad de continuar haciendo compatible el avance del tipo de modernización seguida hasta entonces con el rezago de la organización social y política existente. En efecto, en la década de los ochenta se revela con intensidad la cri sis de orden social y político, agravada por las restricciones económicas de rivadas de factores estructurales y coyunturales. Así, los factores coyunturales tienen un peso explicativo en la crisis, no para explicar su origen, sino para ca racterizar sus manifestaciones y profundización. Tras ellos lo que se aprecia es 30 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA el peso acumulado de factores de orden estructural, que a lo largo de la histo ria se han ido configurando y cuya solución se ha ido postergando. A inicios de los años ochenta el escenario económico era claramente restrictivo: agotamiento del proceso sustitutivo, recesión agropecuaria e in dustrial, restricción de divisas -en particular por la caída en los precios del café- desempleo e inflación. Lo anterior en un ambiente de inestabilidad social y política en el cual sectores sociales tradicionalmente excluidos, tran sitan hacia actores sociales en demanda de atención a sus necesidades más sentidas. El tratamiento represivo que se le dio a estos conflictos —sobre todo en los primeros años de la década- promovió una degradación de las prácti cas en algunos organismos de seguridad del Estado, con lo cual las desapari ciones, torturas, allanamientos y asesinatos políticos, fueron el antecedente inmediato de la escalada de ‘guerra sucia’ que se desataba progresivamente en el país. A la par con el descrédito nacional e internacional del Gobierno, los grupos guerrilleros iban ganando capacidad ofensiva y presencia política. Esto explica que la bandera de la paz haya sido enarbolada desde los prime ros años de ese decenio, por parte de los sectores de oposición como tam bién de algunos sectores políticos vinculados al establecimiento. Desde en tonces las estrategias gubernamentales tienen que responder a un doble desafío: enfrentar la recesión económica y recuperar la estabilidad sociopo- lítica. Para este último análisis es conveniente diferenciar la década de los ochenta y la de los noventa, poniendo la atención en el diseño y ejecución de las estrategias económicas y sociopolíticas. L O S AÑOS OCHEN TA Desde inicios de la década se visualiza el contexto de crisis en el país, que hace imperativa una serie de reformas económicas y sociopolíticas que se van delineando a lo largo del decenio. Con relación a las estrategias económicas, es conveniente centrar la atención en la consistencia y alcances de la política económica para enfren tar las restricciones señaladas. Y en cuanto a las estrategias sociopolíticas, subrayar la formulación, articulación e implementación de la política orientada a los objetivos de integración de los sectores tradicionalmente ex cluidos. y DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX La primera mitad de la década estuvo marcada por serias restricciones de orden externo e interno. En lo externo, el cierre de los flujos de crédito, la elevación de los tipos de interés y las medidas proteccionistas adoptadas por los países centrales, hicieron del servicio de la deuda una creciente carga para la economía ya en recesión. En lo interno, se destaca el fin del ciclo es peculativo, que se tradujo en una crisis financiera (1982) que absorbió con siderables recursos públicos en unapolítica gubernamental de salvamento a las entidades en iliquidez o quiebra. La serie de reformas que se adelantan desde entonces, tienen claros antecedentes en el segundo lustro de los setenta, cuando se dieron los pri meros pasos en materia de liberalización, desregulación y cuestionamiento de las funciones del Estado. Este cambio de orientación estaba en conso nancia con los cambios internos y externos, en un escenario de crisis, en el que persistían los desequilibrios. De ahí que se abra paso la necesidad de en frentarlos con políticas de ajuste, incorporando explícitamente recomenda ciones de liberalización tendientes a romper las rigideces. Los programas de ajuste y estabilización incorporaron como ingrediente importante de la política macroeconómica una meta de déficit con respecto al PlB, presio nando la recomposición del gasto y el adelanto de reformas administrati vas. El criterio que se va imponiendo es la liberalización de los mercados como garantía de la adecuada asignación de los recursos, acompañada de la búsqueda de la eficiencia en el gasto público y con ella la readecuación del Estado. La restricción de recursos públicos condujo a castigar la inversión pú blica, en particular al gasto social, con lo cual la estrategia de integración orientada a objetivos sociopolíticos, se vio seriamente limitada. Esta última fue permanentemente cuestionada por la mayoría de las élites económicas y políticas y por algunos sectores de las Fuerzas Armadas. La estrategia de integración política se redujo entonces a la negocia ción con los actores más visibles del conflicto, la guerrilla, pero desprovista de las transformaciones necesarias para iniciar un camino de integración. La política ambigua del gobierno Belisario Betancur, entre la represión y el diálogo, tuvo por parte de sus interlocutores una respuesta no menos ambi gua, en la que al parecer primó la idea de hacer del diálogo una forma de ga nar la guerra. Igualmente ambiguo fue el tratamiento al narcotráfico cuyos actores van transitando de delincuentes económicos a delincuentes políticos, con mayor nitidez en el segundo lustro. Estos actores, con enormes recursos 32 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA de poder económico, buscaron espacios de reconocimiento social y políti co amenazando entonces la unidad de la clase política y de la organización estatal, ya fuertemente permeadas por los dineros e intereses del narcotrá fico. De esta forma se profundizó el fraccionamiento del poder y se desató una escalada de confrontaciones armadas sin precedentes en el país. L O S NOVENTA Los inicios de esta década marcan uno de los momentos más acucian tes en la historia reciente, por lo cual el gobierno se vio abocado a enfrentar la profunda inestabilidad sociopolítica y a implementar un cambio de rum bo en la estrategia económica, dado el agotamiento del camino seguido y los cambios en el contexto internacional. Una vez más se hace evidente el viejo problema de hacer compatibles la democracia económica y la demo cracia política. En materia económica se profundizó y aceleró el proceso de liberali- zación y desregulación, que como vimos tuvo sus inicios a mediados de los setenta y que durante el último período de la administración Barco ya pare cía perfilarse más claramente. Es así como se toman una serie de medidas dando inicio al proceso de apertura: liberalización del comercio exterior, re forma laboral, cambiaria, reforma al sistema financiero, a la infraestructura vial y de transporte, medidas que marcan también el inicio de la reorganiza ción estatal que se concretará en la estrategia de modernización del Estado. La aceleración de la apertura y la ruptura con el gradualismo como tradición en el manejo económico, junto con la errática política económi ca, se tradujo en enormes costos para la dinámica económica, ensombre ciendo aún más el panorama. Por su parte, el clima político es de mayor optimismo por el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente que se había gestado en el gobierno anterior, y que promulgará la Carta Política en Julio de 1991. Pero las con cepciones sobre las relaciones Estado, Economía y Sociedad propuestas en la estrategia económica y en la Constitución, desafortunadamente no son coincidentes. En efecto, la Carta Política ofrece una serie de aspectos positivos: un marco más apto para relegitimar al Estado y recobrar la credibilidad en las instituciones; en lo económico, sin sesgarse hacia un intervencionismo no le otorga al mercado un papel protagónico; en lo social, la política deja de ser residual y coloca al bienestar como el fin central del Estado y en materia 33 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX institucional establece la descentralización y la autonomía local en contra vía del lastre histórico del centralismo. En suma, en la Constitución es claro el papel central del Estado en el curso del desarrollo, mientras que desafortunadamente en la estrategia eco nómica se restringe su acción en favor del sector privado y se polariza la falsa dicotomía Estado-Mercado. A diferencia de la visión Republicana del Estado que inspira la Constitución, la estrategia de apertura extrema la vi sión liberal del Estado en la cual el ciudadano es externo a él, entre los dos media un contrato y éste debe defenderse del Estado para conservar su li bertad, por cuanto es el mercado el portador de los méritos en cuanto a li bertad, eficiencia y respeto al individualismo. El norte, en esta década, ha sido la estrategia de apertura económica, con el enorme costo de ignorar o subordinar los requerimientos que en materia de gobernabilidad son un imperativo para la resolución de la crisis y la construcción de una senda de desarrollo integral y sostenible. Es necesario reiterar que en Colombia, el Estado históricamente no se ha caracterizado por un excesivo intervencionismo, y más costosa ha sido su ausencia en la resolución de los conflictos, en la prestación de muchos bienes y servicios y en su escasa o nula presencia en amplias zonas del país. La llamada parainstitucionalidad no se ha dado por alta legislación e inter vención en los mercados, ni por inhibir la iniciativa privada. Al contrario, ha sido fruto de la incapacidad del Estado de regular los intereses privados en beneficio de los intereses colectivos, por la imposibilidad del aparato productivo de generar empleo, por la desintegración y reducido tamaño del mercado interno, por la baja competencia en el mercado internacional, en fin, por factores de orden estructural que han impedido socializar los bene ficios, los recursos y la riqueza. C o n s i d e r a c i o n e s f i n a l e s Si bien hoy es insostenible la tesis del proteccionismo como política de desarrollo, igualmente insostenible es la tesis del antiintervencionismo estatal si se quiere que la modernización económica apuntalada por la aper tura y la internacionalización, no profundice las disparidades y exclusión de amplios sectores de la población, al dejar a la lógica del mercado las elemen tales pero vitales decisiones de qué, cómo, para qué y para quién producir. Los espacios cedidos por el Estado, no siempre son copados por el mercado, pues mientras el primero debe tener ante todo una función social, el segundo se rige por el cálculo costo-beneficio. La disparidad entre costos 34 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA privados y costos sociales, sobre los que llamó la atención muy temprana mente Adam Smith, es justamente la que explica porqué el mercado por sí solo no puede asignar eficientemente los recursos. Es más aconsejable reconocer las potencialidades y limitaciones del Mercado y del Estado como formas de organización de la vida material y de la organización social, política y cultural. No se le puede atribuir a uno u otro una racionalidad superior, sino entender su distinta naturaleza, lógica, funciones y alcances diferentes. Es necesario construir un proyecto de integración y también un proyecto integrador. Ni el mercado ni el Estado, por sí solos tienen éxito en esta doble tarea. Dada la tendencia estructural a la desintegración social es indispensa ble una nueva forma de relacionamiento si se quiere que los propósitos de integración política no se frustren por la búsqueda de la integración al mer cado mundial. Los costos de la postergación de reformas orientadas a resolver la de sintegración y la exclusión de amplios sectores de la población y el trata miento inadecuado de la crisis, se aprecia con particular fuerza en los pro fundos desequilibrios sociales y regionales, que hoy son un verdadero reto a la legitimidad de la organización política y a la reconstrucción de la sosteni- bilidad económica. Este análisis nos permite corroborar, cómo el tipo de modernización económica seguida y el rezago de la organización social y política, profundi zaron la exclusión y la desigualdad, la marginalidad y la fragmentación local y regional. Igualmente se aprecia la subordinación de que ha sido objeto el Esta do por parte de las élites dominantes, lo que explica que su intervención haya reforzado estos desequilibrios. Cuatro aspectos básicos dan cuenta de las dimensiones de la diferen ciación y exclusión social, otorgándole énfasis a sus expresiones regionales: i) los niveles de pobreza, ii) el acceso a la educación, iii) las oportunidades laborales y iv) la infraestructura vial y de servicios públicos. Lo anterior permite comprender cómo las pronunciadas diferencias socioespaciales han hecho de las regiones más marginadas un importante escenario de conflictos sociales y de conflictos armados. Ellas han sido el principal teatro de operaciones de la guerrilla, de las actividades del narco tráfico y de la acción de los grupos de justicia privada. Importantes sectores encuentran en estos grupos una comunidad de intereses o una protección a 35 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX la represión, y en el narcotráfico, una alternativa de sobrevivencia al vincu larse a las actividades del negocio o nutrirse de los ingresos generados en él. Por supuesto que en uno y otro caso se sobreponen afiliaciones vo luntarias o impuestas, pues son comunidades que en medio del fuego cru zado son acusadas de ser base social de los distintos adversarios en conflicto. Este examen simultáneo de escenarios y actores como telón de fondo de la crisis y de la exacerbación de la violencia, quedaría incompleto sin una reflexión sobre las restricciones del régimen político, que de hecho han es tado presentes a lo largo de la historia del país. Se trata de analizar cómo las limitaciones del modelo liberal de desarrollo han reforzado las restricciones del régimen político colombiano, y a su vez, han sido reforzadas por éste. De tal forma se puede apreciar cómo las transformaciones inducidas por el proceso de modernización, han contribuido a la erosión del orden so cial tradicional, sin ofrecer una nueva organización social y política que las reconozca e integre, conduciendo a un creciente divorcio entre la sociedad civil y el Estado, y a una consiguiente pérdida de representatividad y legiti midad del sistema político. Tres aspectos centrales nos corroboran lo anterior. En primer lugar, la importancia que en la vida política colombiana han tenido el sectarismo y el clientelismo como mecanismos de adscripción y articulación política, mecanismos propios de sociedades tradicionales, que sustituyen la precarie dad del mercado y de la ciudadanía, como formas de cohesión de socieda des modernas. En segundo lugar, el contraste entre las transformaciones inducidas por la modernización que le restan eficacia a estos mecanismos, y el inmovi- lismo estatal y del sistema político, que a pesar de sus formas aparentemente modernas, persisten en las relaciones premodernas que no se corresponden con las mutaciones operadas en el orden social. Por último, la crisis de legitimidad del régimen político, derivada de esta disociación entre la organización social y política. La crisis de legitimi dad alude a la pérdida de representación y de credibilidad en el sistema polí tico por parte de las bases sociales en el cual se afianza. Se trata de una pérdi da progresiva de espacio como mediador y canalizador de las demandas políticas y sociales. Sin duda ésta es una de las caras más visibles de la crisis en los últimos años, y de ahí que en la actualidad el país se debata en buscar alternativas y espacios de diálogo y negociación para el desarme y el tránsito hacia vías ci viles de confrontación política, lo que pasa por la desactivación de los facto 36 LA MODERNIZACIÓN INCONCLUSA res inmediatos de la violencia, pero más allá, de los factores de la crisis, en una perspectiva de integración social, económica y política. En el análisis desarrollado se aprecia que las administraciones guber namentales en las dos últimas décadas han trazado distintas estrategias en tre la negociación y la represión, pero orientadas básicamente a enfrentar la violencia sin llegar a los factores reales de la crisis. Ello contribuye a explicar su corto alcance al pretender institucionalizar los conflictos sin remover los factores que están en la base de los mismos. A pesar de la gravedad del conflicto que vive la sociedad colombiana, hay una dosis de optimismo, por cuanto la crisis ha permitido la puesta en escena de las profundas contradicciones que la aquejan, y han contribuido a que ésta se reconozca mejor a sí misma y a que tenga una percepción más clara del orden que no se quiere, a pesar de que aún se debata en la incerti- dumbre del orden al que se aspira y de cómo lograrlo. Es deber de la acade mia contribuir a delinear este orden y poder construir entre todos, la socie dad que queremos. 37 Las instituciones colombianas en el siglo XX S A L O M Ó N K A L M A N O V IT Z 1 Profesor Titular Universidad Nacional de Colombia Codirector del Banco de la República L a s INSTITUCIONES CONSTITUYEN EL m ap a por donde circulan y se saldan rodos los intereses de una sociedad. Ellas son especialmente perti nentes para entender mejor los problemas del subdesarrollo pues apuntan a delinear los factores que rodean la acumulación de capital. En una cápsula, las instituciones son las reglas de juego de una socie dad: encausan o frenan el desarrollo económico siendo también un resulta do histórico o sea que “dependen del pasado” [North 1993, 95]. En el caso colombiano, al igual que en muchos países en desarrollo, podemos observar que surgen de procesos conflictivos de constitución de la nación en los cua les el Estado no ha logrado el monopolio de la fuerza ni de la fiscalidad (im posición de tributos), que en la concepción de Norbert Elias son condicio nes necesarias para la constitución del Estado moderno. Es el caso donde las instituciones no se validan, o sea que los compromisos públicos o la misma ley no siempre se cumplen porque no son ejercidos en la realidad, ya fuera por la ausencia de presión externa (policías y jueces) o porque las normas no están interiorizadas en los individuos. Además no hay suficientes balances y frenos entre los distintos poderes públicos que actúan en forma ineficiente [Haber et al. 1999]. Una peculiaridad de las instituciones colombianas es que muchos de los agentes no cumplen las reglas contenidas en ellas. La ley I El texto no refleja ninguna posición de la Ju n ta D irectiva del Ban co. Agradezco los com en tarios de Jo h n Sudarsky y de Jorge A rm ando Rodríguez. DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL EN COLOMBIA. SIGLO XX se acata pero no se cumple, el crimen no se castiga, el contrabando se tolera y las luces de los semáforos son interpretadas arbitrariamente por los con ductores. Este siglo que expira pronto podría constituir un punto de inflexión histórico para Colombia, como lo fuera el fin del siglo XIX que culminaba e iniciaba uno nuevo con una nación arruinada, con hiper-inflación, aislada del mundoy con la cruenta guerra civil que se extendería hasta 1903 y que nos entregó un país sin su rica provincia de Panamá. Culminada ésta, sin embargo, se generó un enorme cambio estructural que transformó un país de haciendas y campesinos en otro urbano e industrial. Unas instituciones políticas y legales centralizadas adquirieron nueva vida y apoyaron el desa rrollo capitalista que finalmente despegó para Colombia después de un si glo que prácticamente se perdió. Hubo compromisos del Estado de respe tar la oposición política, de no utilizar impuestos confiscatorios, de pagar sus deudas, y de no abusar del impuesto inflacionario, que sentaron las con diciones de confianza necesarias para desatar la acumulación privada de ca pital en el país. Después de casi un siglo de desarrollo capitalista constante y relativa mente exitoso, estamos de nuevo en medio de un conflicto civil largo y complejo, que se agrava por la ruptura de la convivencia política, un dete rioro de las instituciones sociales, económicas y legales que organizan la vida de los colombianos. Ese desarrollo no ha sido suficientemente profun do como para absorber totalmente a la población que está desempleada o subempleada. La hipótesis de este ensayo es que parte de la responsabilidad recae en las instituciones que, de una forma u otra, han frenado la acumula ción de capital y no han permitido hacer tal incorporación de mano de obra. El crecimiento del tráfico de drogas ha afectado negativamente a la economía y a las exportaciones legales y ha deteriorado aún más el sistema de justicia, ha subvertido los valores e incentivos públicos y ha financiado tanto a la subversión como al paramilitarismo, que han entrado a depredar en forma creciente a la producción de muchas regiones del país. A partir de los procesos de paz iniciados en los años ochenta y noven ta del siglo XX, el país ha pasado de ser organizado por una democracia clientelista a una un poco más participativa. Se ha progresado hacia una mayor democratización con los procesos de descentralización política, el voto de opinión ha ganando mucho espacio, igual que los movimientos cí vicos contra el voto clientelizado o comprado. El municipio se ha vuelto nuevamente la célula de la democracia y se ha logrado atar la tributación lo 40 LAS INSTITUCIONES COLOMBIANAS EN EL SIGLO XX cal con los beneficios de la inversión pública para los contribuyentes. La justicia se ha vuelto más accesible a la población aunque siguen acumulán dose millones de casos que nunca serán resueltos por los jueces. Las cortes superiores actúan sin considerar los efectos nocivos que tienen sus senten cias sobre el desarrollo económico y los incentivos de la sociedad, en parti cular el de cumplir con los contratos. El banco central ha adquirido un compromiso de disminuir progresivamente el impuesto inflacionario. La mayor parte de estos factores son un buen punto de partida para lograr al canzar una sociedad más democrática y menos injusta hacia el futuro. Un optimismo de mediano plazo nos sugeriría que hacia el 2005 el conflicto armado estaría resuelto, que los cultivos de coca y amapola esta rían controlados y que el país estaría desatando sus fuerzas productivas en un ambiente de mayores libertades públicas. Si este escenario se cumple, se ría importante que el proteccionismo no estrangulara el cambio técnico, que la tributación y el gasto público fueran compatibles con el rápido creci miento de la economía, que el despotismo con que actúan los grupos arma dos no penetre las instituciones colombianas hacia el futuro y que las cortes actúen para garantizar la seguridad jurídica y no repriman el desarrollo eco nómico. Lo que haré en este ensayo es exponer algo de la teoría de las institu ciones contemporánea, lo sustancial del legado histórico colombiano para luego referirme al Estado y la polis, al sistema legal en particular, para cul minar con algunos de los elementos de la estructura social que organizan las instituciones examinadas. T e o r í a d e l a s i n s t i t u c i o n e s La importancia de las instituciones en el desarrollo económico ha sido reconocida por varias vertientes sociológicas y económicas que subra yan que ellas constituyen las reglas del juego que orientan las acciones de los ciudadanos. Las instituciones garantizan los derechos de propiedad, gene ran la cooperación o el conflicto entre la población y permiten o impiden la depredación sobre la producción que pueden ejercer distintos grupos socia les, ya sea en forma lícita o ilícita [North 1993, Olson 1965, Fukuyama 1997]. Uno de los indicadores básicos del desarrollo económico es el pro ducto per cápita que refleja la acumulación de capital y la productividad en el uso de los factores, lo que a su vez depende de la educación a que tenga acceso la población. En el fondo de todo está la estructura institucional y las 41 DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL F.N COLOMBIA. SIGLO XX políticas públicas que autores como Hall y Jones han llamado la “infraes tructura social”. Las dos definen conjuntamente el medio económico en el cual los individuos acumulan destrezas e inteligencias, y las firmas acumu lan capital y producen bienes. La infraestructura social favorable a los altos rendimientos por trabajador es la que apoya actividades productivas, la ad quisición de destrezas, la invención y la transferencia de tecnología. Las políticas y acciones predatorias del excedente económico Dentro de las políticas predatorias que puede desplegar un gobierno está claramente una política monetaria expansionista que termina generan do inflaciones altas y no anticipadas que actúan como pesados impuestos a las rentas fijas, a los salarios de la población no sindicalizada, destruyen aho rros del público y licúan o reducen el valor real de los préstamos de los deu dores, entre ellos los del propio gobierno. Aquí denominaremos como im puesto inflacionario a este tipo de ingresos que surgen del exceso de emisión monetaria y que terminan pagando sin entender cómo los ciudadanos. Este tipo de incidentes inflacionarios destruye capital y son parecidos a las ex propiaciones o préstamos forzosos que solían hacer los monarcas europeos cuando no los controlaba un parlamento burgués, simplemente diluyendo la ley del contenido de oro y plata de las monedas. Para que el desarrollo económico sea rápido, el producto de las activi dades debe ser capturado mayoritariamente por los participantes en ellas. El aumento de la productividad debe manifestarse en bajas de precios para los consumidores, lo cual requiere que impere algún grado de competencia. Las instituciones -el monopolio de la fuerza del Estado, los sistemas de jus ticia y de valores- deben garantizar los derechos de propiedad de los pro ductores e impedir que sus excedentes o recursos sean capturados por otros agentes, por medio de acciones de sanción social o incluso con medidas de fuerza. Las desviaciones privadas son ejemplificadas por el robo, las invasio nes y la protección mafiosa -lo que coloquialmente llamamos vacunas- por la guerrilla y que el crimen organizado ha extendido exitosamente. Se trata de una situación que Haber et al. clasifican como de “inestabilidad débil, en la cual una sociedad percibe varios sistemas políticos compitiendo por la autoridad en la sociedad, lo que significa que varios agentes enfrentan dife rentes medios institucionales [...] donde falta control efectivo del gobierno central”. Esta categoría se compara con una inestabilidad fuerte cuando el sistema pierde su calidad de auto-validación y las fuerzas opuestas al gobier 42 LAS INSTITUCIONES COLOMBIANAS EN EL SIGLO XX no se tornan en amenazas creíbles a todo el sistema político, dejando sin efecto el contrato social subyacente. Las desviaciones de excedentes generadas por el Estado son las expro piaciones, la tributación confiscatoria y la corrupción. Buena parte del gas to público es desviado a favor de los contratistas
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