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Escuela primaria en Colombia. Fundamento del ideario de ciudadanía y nación 1886- 1904 Helia María Chivatá Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Facultad de Ciencias de la Educación Maestría en Educación Tunja 2021 2 Escuela primaria en Colombia. Fundamento del ideario de ciudadanía y nación 1886- 1904 Helia María Chivatá Trabajo de Grado para obtener el título de Magíster en Educación Dra. Nubia Cecilia Agudelo Cely Directora de tesis Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Facultad de Ciencias de la Educación Maestría en Educación Tunja 2021 3 Nota de aceptación ________________________________ ________________________________ ________________________________ ________________________________ ________________________________ ________________________________ Firma del presidente del Jurado ________________________________ Firma del Jurado1 ________________________________ Firma del Jurado2 Tunja, 2021 4 Dedicatoria A los profesores que a lo largo de la vida han contribuido a mi formación. A la familia por su apoyo y cariño. A Robinson por su amor y colaboración. 5 Agradecimientos Agradezco en primer lugar a la profesora Nubia Cecilia Agudelo Cely por su colaboración, dedicación, acompañamiento, paciencia y formación que han contribuido a mi transformación personal y profesional. A la familia por su ánimo, fortaleza y acompañamiento. A Robinson por ser el cómplice, amigo y compañero de vida. A todos los profesores de la maestría en Educación de la UPTC por su entrega y compromiso durante el proceso de formación. A mis compañeros de maestría, por la amistad ofrecida, ánimo, consejos, enseñanzas y apoyo en diferentes momentos. A mis compañeros de trabajo y estudiantes por su inspiración, colaboración, apoyo y fortaleza para seguir adelante. 6 Tabla de contenido Pág. Resumen ……………………………………………………………………………………...……8 Abstract…………………………………………..………………………………………………...9 Introducción ………………………………………………………………………..….…………10 Ideario de libertad, escuela y Estado confesional desde el conservadurismo ………….…….….36 Del porqué de las ideologías en la educación………………………………………..…….36 Limitar la libertad una propuesta desde el conservadurismo ……………………….…….38 Escuela y catolicismo, una necesidad para formar nuevos ciudadanos …………..……….42 Estado confesional principio y fin de la escuela ………………………….……………….49 La escuela primaria: regulación, características y funciones ………………………………...…...54 Dos visiones constitucionales sobre la educación 1863 y 1886, contradicciones y complementos…………………………………………………………………….………55 La enseñanza en la escuela primaria definiciones constitucionales 1886 …………..……..58 Hacia un modelo de Estado confesional definitivo: Concordato y educación……………..62 El “Plan Zerda” hacia la unificación del sistema educativa ………………………………65 La reforma educativa de Antonio José Uribe Gaviria un nuevo intento de modernizar la educación ………………………..…………………………….………............................71 Ciudadanía y nación una propuesta desde el Estado confesional para replicarse en la escuela……86 El ciudadano ideal desde el proyecto político regeneracionista……………..…..………..87 7 Ciudadanía y consolidación de un modelo Estado…………………………... ……...……94 Hacia una nación cristiana………………………………………………………...……100 La escuela formadora de identidad nacional ……………………………….……………108 Conclusiones………………………………………………………………………...……..……116 Bibliografía ………………………………………………………………………...……,,….…120 Lista de tablas Tabla 1. Modelo de ficha…………………………………………………………………………35 Tabla 2. Distribución escolar. ………………………………………………………………...….68 Tabla 3. Plan de estudio ……………………………………………………………………...…..77 Lista de gráficos Gráfico 1. Tasa de analfabetismo como porcentaje de la población……………………………..11 Gráfico 2. Número de establecimientos de primaria 1903-2000………………………………….12 Gráfico 3. Alumnos en educación secundaria total, pública y privada 1903-2000………………13 8 Resumen Este trabajo investigativo, tiene como propósito identificar la concepción de ciudadanía y el tipo de nación que se configuró entre 1886 y 1904, a partir del análisis e interpretación de la legislación emitida para la educación primaria, los documentos regulatorios provenientes del vaticano, y algunos textos de autores de la época. En el desarrollo de esta investigación se utilizó el método cualitativo, y el enfoque histórico-hermenéutico. Está organizada en tres partes: La primera, presenta, los idearios sobre los cuales se sustentó el proyecto conservador; la segunda expone las principales características de la educación primaria. La última, puntualiza los elementos bajo los cuales se dio la construcción de ciudadanía y nación. A lo largo de la investigación se evidencia, cómo el proyecto político conservador termina permeando la sociedad. Palabras clave: Instrucción pública, política educativa, ciudadanía, nación, idearios. 9 Abstract This investigative work, aims to identify the conception of citizenship and the type of nation that was configured between 1886 and 1904, based on the analysis and interpretation of the legislation issued for primary education, regulatory documents from the Vatican, and some texts by authors of the time. In the development of this research, the qualitative method was used, and the historical- hermeneutical approach. It is organized in four parts: The first, presents, the ideas on which the conservative project was based, the second sets out the main characteristics of primary education. The last one, specifies the elements under which the construction of citizenship and nation took place. Throughout the investigation it is evidenced, how the conservative political project ends up permeating society. Keywords: Public instruction, educational policy, citizenship, nation, ideals. 10 Introducción El trabajo de grado en la maestría, surgió del interés por indagar los cambios y transformaciones que tuvo el proyecto educativo colombiano a partir de la constitución de 1886, interés que se sustenta en varios aspectos: Uno, la investigación previa realizada como requisito para obtener el título de historiadora 1, Dos, la posibilidad de entender los cambios y transformaciones que se dieron en las políticas educativas en la segunda mitad del siglo XIX, Tres, el espacio que ofrece la Maestría en Educación UPTC para que estos proyectos se realicen como una posibilidad de entender el presente a partir de lo acontecido en el pasado. El presente trabajo es una reflexión, que busca entender cómo se dio la construcción de ciudadanía y nación en Colombia entre 1886 y 1904, a partir del análisis e interpretación de: la legislación emitida para la educación primaria, los documentos regulatorios provenientes del vaticano, y algunos textos de autores de la época, documentos que están relacionados o sustentan, la instauración del proyecto regeneracionista, la promulgación de la constitución de 1886, y la firma del concordato entre la Santa Sede y el gobierno colombiano en 1887. Con el estudio se pretende dar respuesta a la pregunta: ¿Qué concepción de ciudadanía y tipo de nación se quiso constituir en Colombia entre 1886 - 1904 y cuál fue el papel de la escuela, el Estado y la Iglesia en dicho proceso? Para la realización de la investigación se dio particular atención a los documentos oficiales y textos en general que estuvieran relacionados con la educación primaria, por ser está a la que asistía una capa relativamente amplia de la sociedad, aun apesar de que: primero la mayoría de la sociedad no veía en la escuela una posibilidad de ascenso social y de desarrollo, que terminaba limitando la asistencia de los niños a la escuela, segundo la situación económica y social y en 1 Ver tesis de pregrado: http://tangara.uis.edu.co/biblioweb/tesis/2009/131934.pdf http://tangara.uis.edu.co/biblioweb/tesis/2009/131934.pdf 11 particular por el hecho de ser familias numerosas, hacía que en la medida en que los hijos fueran creciendo y pudieran trabajar y aportar a la economía familiar lo debían hacer, lo cual terminaba por alejarlos de la escuela, tercero porque la escuela era una institución que respondía a unos interese particulares de los gobiernos de turno, convirtiéndose en eje fundamental de una disputa bipartidista en la cual muchas familias optaron por dejar a sus hijos sin estudios, a partir de lo planteado podríamos decir que si bien es de gran importancia el estudio de la educación básica, media, técnica y universitaria, en este caso el estudio se centrará en la educación primaria porque era a esta en donde a pesar de las dificultades asistía un mayor grupo de población, para sustentar esta afirmación se puede retomar algunas estadísticas de comienzos del siglo XX, que muestra la tasa de analfabetismo y los índices del número de establecimientos de educación primaria y de alumnos matriculados en educación secundaria. Gráfico 1 12 El gráfico representa el nivel de analfabetismo en algunos países de América, incluida Colombia, durante el siglo XX, evidenciando el poco avance que a nivel educativo tuvo el país a lo largo del siglo XIX. Tomado de la educación primaria y secundaria en Colombia en el siglo XX (p. 5), por Ramírez & Téllez, 2006, Revista Banco de la República. Gráfico 2 El gráfico muestra cómo se dio el crecimiento de las instituciones educativas de instrucción primaria en Colombia, a lo largo del siglo XX, que refleja un crecimiento lento durante la primera mitad del siglo, en comparación con la segunda mitad, situación que está estrechamente relacionada con el número de alumnos que pudieran asistir a dichas instituciones. Tomado de La educación primaria y secundaria en Colombia en el siglo XX (p. 19), por Ramírez & Téllez, 2006, Revista Banco de la República. 13 Gráfico 3 En este tercer gráfico se evidencia el poco número de alumnos que accedían a la educación secundaria en el siglo XX colombino, y como esto se empieza a mejorar a partir de los años 50 en donde, se da un aumento progresivo en el número de estudiantes que ingresan a instituciones públicas como privadas. Tomado de La educación primaria y secundaria en Colombia en el siglo XX (p. 22), por Ramírez & Téllez, 2006, Revista Banco de la República. De esta forma, este trabajo planteado desde la historia de la educación, permite por medio del análisis e interpretación de diversos tipos de fuentes, elaborar un discurso en que se vincula un periodo de tiempo, un espacio y un contexto social y político, que si bien ha sido analizado por varios investigadores lo han hecho a manera de estudios generalizados o de larga duración, la pretensión de este trabajo es mostrar el papel que cumplió la escuela en la formación de una nación y de una ciudadanía, con base en unos principios fundamentados en la Iglesia católica, en un periodo de tiempo corto, en el cual se presentaron una serie de cambios y transformaciones a nivel 14 político y social, que da cuenta de la estructura, funcionamiento y función de un modelo educativo, que permite comprender cómo desde las estructuras de poder, se moldea el pensamiento individual y colectivo, reflejados en la concepción de ciudadanía y tipo de nación que se quiso forjar. A partir del examen, análisis e interpretación de la legislación educativa, emanada para la escuela primaria y los diversos documentos promulgados por la Iglesia o por particulares entre 1886 y 1904, se pudo establecer que la educación se fundamentó en principios católicos, fue excluyente, desigual, y estuvo dirigida a lograr por un lado la reestructuración de la nación, apartándola de ideales liberales que se habían planteado en la constitución de 1863, y por otro, generar individuos temerosos de Dios, trabajadores y fieles servidores del Estado, de ello se puede inferir, que la participación de la Iglesia terminó determinado la identidad individual y colectiva , que terminó influyendo en la situación civil de los individuos y el control clerical de la educación, convirtiéndose en una “doctrina uniformizarte” y factor central en la construcción del Estado y de la Nación, a tal punto que a partir de la Regeneración se imponen elementos que en nuestros días siguen siendo parte de la sociedad y de nuestro “Estado- Nación” (Madrigal, 2012, p. 231). Mostrando con ello, que la escuela no fue exenta de principios ideológicos, que moldean la sociedad, de acuerdo con intereses particulares, de orden social, político y económico. Entendiendo la ideología, como el pensamiento de un grupo histórico social concreto, a partir de características, composición y estructura en un periodo de tiempo determinado (Mannheim, 1993, p.49) o como una estructura, sistema o trama de valores, creencias y principios que permiten comprender, la acción social y política de una sociedad determinada, dicho concepto se vincula estrechamente con el discurso educativo, en la medida en que la educación en sí misma es un fenómeno ideológico, donde las políticas educativas, se amparan en una visión particular de mundo y poder, que se proyecta a la sociedad, situación que se hace visible a lo largo de la historia, 15 donde diversos grupos políticos, han utilizado la educación para proyectar un modelo de organización social, política, económica, cultural y religiosa (Hernández, 2010, p. 135-136). De otra parte, con la consulta de varios autores que han trabajado el periodo desde diversos puntos de vista, tanto en el caso nacional como internacional, se logró entender, cómo el discurso planteado a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se inscribe dentro de un espacio y tiempo determinado, en procura de la defensa de un ideario que favorece la religión católica, que se materializó en la constitución de 1886, en el concordato de 1887 y en cada una de las leyes y decretos emitidos en la época, que se proyectan a través de la escuela y del púlpito. El trabajo lo integran tres capítulos. En el primero, se expone el ideario en que se sustentó, la propuesta política regeneracionista conservadora, en el periodo de tiempo estudiado. En primer lugar, se retoma el concepto de libertad, a través del cual se aprecia que, si bien el término estuvo presente, dentro de la misma normatividad legal, por el hecho del Estado haber dejado en manos de la Iglesia católica el manejo de la educación, a partir de la constitución de 1886, el principio de libertad estuvo limitado, a lo establecido por el dogma. En segundo lugar, se retoma el concepto de escuela católica, donde se ratifica el vínculo del gobierno y la Iglesia, que permite establecer unos preceptos y funciones para la escuela, que se vinculan estrechamente con la moralidad y el disciplinamiento. En tercer lugar, se retoma el concepto Estado confesional, el cual al igual que los dos anteriores es un principio que fue retomado por los principales líderes políticos, que tuvo como objeto instituir desde el Estado, un tipo de creencia, y con ella un tipo de ordenamiento que terminó regulando gran parte de las esferas de la sociedad. En el segundo capítulo, se expone lo relacionado con la organización de la instrucción primaria, las características principales de la misma, los principios en los cuales se fundamentó y los valores que a través de la misma se quiso establecer en la sociedad,destacándose 16 particularmente la implementación de un proyecto educativo confesional, dirigido por los líderes de la Iglesia católica, quienes convirtieron la religión en el elemento fundamental de organización social, que llevó a plantear una educación homogeneizadora, donde el Estado en compañía de la Iglesia, planteaban por medios de los planes de estudio y de los textos escolares lo que se debía enseñar, destacándose en particular la implementación de principios, morales, cívicos, patrióticos, y de productividad. En el tercer y último capítulo, se presenta una aproximación a los conceptos de ciudadanía y nación, desde el compendio de la normatividad legal vinculada con la educación primaria, encíclicas emitidas por el vaticano, y textos de autores de la época, en el cual se muestra el esfuerzo de los líderes políticos, por intentar construir estos dos principios desde una filosofía moralizante, vinculada a la idea de progreso y de unidad, que se forja desde la escuela, por medio de la implementación de valores cristianos, de sentimientos patriotas, directrices legales, imaginarios e ideas de desarrollo y progreso. A partir de lo expuesto, se puede concluir que, la concepción de ciudadanía y el tipo de nación, que se construyó entre 1886 y 1904, estuvo vinculado con el proyecto de edificar un Estado confesional, regido por los parámetros de la Iglesia católica, en el cual, la función de la escuela fue, civilizar y moldear al futuro ciudadano, y con ello conducir a la sociedad hacía unos procesos de recristianización y modernización. Así la construcción de ciudadanía y nación estuvo limitada a los planes de cada uno de los gobernantes, de la Iglesia y de las políticas estatales, quienes utilizaron la escuela como instrumento para llevar a cabo sus proyectos y políticas. Con el fin de dar claridad sobre la importancia de la escuela en la sociedad, nos remontaremos a los orígenes de la escuela moderna, para desde allí poder entender el propósito de la escuela en el siglo XIX. La escuela moderna nació como una “máquina de educar”; una 17 tecnología replicable y masiva para aculturar grandes capas de la población, similar a las máquinas tejedoras que empezaban a producir textiles en masa. Aunque no todas las pedagogías del siglo XIX coincidieron en la metáfora industrial o tecnológica para hablar de la escuela, sin embargo, todas comparten el hecho de concebirla como un artefacto o invención humana para dominar y encauzar la naturaleza infantil (Pineau, Dussel, Caruso, 2005, p. 22). Si miramos de manera particular la situación de la escuela en el continente, se puede evidenciar que, en América Latina, a finales del siglo XIX hubo una fuerte influencia de la Iglesia católica tanto en la sociedad como en el Estado, lo cual generó una decisiva implicación en la política educativa, en algunos países de esta región la Iglesia mantuvo un prestigio popular muy amplio, sobre todo en países como Guatemala, México, Ecuador y Colombia (Ossenbach, 1993, p.3). Dentro de ese proceso de participación de la Iglesia en la toma de decisiones del Estado, encontramos que, la recristianización y la implementación, de un sistema educativo católico moderno orientado, al control y dominio de la técnica, son expuestos como objetivos centrales, en particular en los gobiernos conservadores, que unidos a muchas congregaciones religiosas extranjeras, adoptaron el positivismo, orientado a la idea de orden y progreso, y relacionado con la función de instrucción y formación técnica y católica (Andrade, 2011, p. 157). En el caso del Estado Colombiano, de finales del siglo XIX se puede evidenciar dos puntos de vista frente a la educación; por un lado los liberales radicales evocaban la importancia de la implementación de una democracia social, laica y de libertades públicas: por otra parte, con la llegada del gobierno conservador, se dio inicio al periodo conocido como la Regeneración dirigida en primer momento por Rafael Núñez, esta se fundamentó en un nuevo modelo, basado en 18 principios básicos, tales como: la centralización política, la restricción de las libertades del sufragio, y la recristianización del país con la ayuda de la Iglesia católica (Andrade, 2011, p. 159). De esta manera la legislación educativa en Colombia se ha caracterizado por su promoción en Zig-zag, muchas veces en evidente retroceso; no tanto como parte de un replanteamiento, sino fundamentalmente, “como una respuesta a la heterogeneidad de los sectores de clases afectadas por la norma”, se habla de una legislación para toda la población, pero el alcance de la ley para cada grupo social avanzaba hasta donde el estado de las relaciones de clase lo permitía (Bonilla,1979, p. 80). Con base en lo anterior podríamos afirmar que en Colombia las reformas educativas se han llevado a cabo al mismo tiempo que se establecen las políticas de ajuste económico, las reformas de comienzos del siglo XX se basaron en la situación del país a finales del siglo XIX, y teniendo en cuenta los principios del partido conservador en el poder y de la Iglesia católica su principal aliada (Cifuentes & Camargo, 2016, p.30). A partir de esa alianza Iglesia Estado, surgió el Concordato por medio del cual, el Estado le otorgó a la Iglesia católica el control y monopolio de la enseñanza primaria y secundaria, por esta razón después de la firma del Concordato en 1887, la Iglesia fue la única facultada para escoger los libros de religión, y moral cristiana para todos los niveles de enseñanza, al igual que la facultada para suspender y denunciar ante las autoridades a todos los instructores o maestros que no respetaran la doctrina católica durante la realización de sus cursos de enseñanza. Así, la Iglesia concentró gran poder sobre los instructores y contenidos, con lo cual también estableció la idea de que sería prohibido todo tipo de enseñanza, literaria y científica, donde divulgaran ideas contrarias al dogma católico, al respeto, y la veneración debida a la Iglesia (Andrade, 2011, p. 162). 19 Basados en estos postulados podemos afirmar que dentro de la legislación educativa colombiana de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX se pueden apreciar dos postulados importantes, por un lado, se habla del no compromiso del Estado en la educación primaria y por el otro se impone una idea de progreso, pero definida y acomodada a los intereses del tradicionalismo bajo representación de la Iglesia católica (Bonilla, 1979, p. 81). Teniendo en cuenta lo expuesto hasta aquí, el propósito del presente trabajo es: primero: compilar la legislación relacionada con la educación primaria en Colombia entre 1986-1904; documentos emitidos por la Iglesia católica y textos de autores de la época. Segundo, identificar e interpretar los idearios, bajo los cuales se sustentó el proyecto político llevado a cabo durante el periodo de tiempo estudiado, y tercero, proponer aspectos debatibles sobre las concepciones de ciudadanía y nación. Partiendo de esto, surge la pregunta de investigación: ¿Qué concepción de ciudadanía y tipo de nación se quiso constituir en Colombia entre 1886 - 1904 y cuál fue el papel de la escuela, el Estado y la Iglesia en dicho proceso? A partir de esa pregunta de propuso un objetivo general que fue el de: Interpretar la concepción de ciudadanía y tipo de nación que se constituyó en Colombia, entre 1886 y 1904, y el papel que jugó la escuela, el Estado y la Iglesia católica en dicho proceso, que se apoyó a su vez en tres objetivos específicos 1. Identificar los idearios que sustentaron el proyecto político conservador, llevado a cabo en el periodo de tiempo estudiado. 2. Describir la organización, principios, fines y orientaciones de la educación primaria entre 1886 y 1904 y 3. Comprender la concepción de ciudadania y tipo de nación que se quiso forjar, desde el proyecto políticoconservador. Este trabajo de grado se hace por un interés particular por el tema que se deriva de: la realización de dos procesos de investigación previos en pregrado, y posgrado (especialización), que estuvieron vinculados con la instrucción, durante el periodo liberal radical, del desempeño de 20 mi labor como docente y la necesidad de construir una historia de la educación a través de la cual se pueda comprender el papel de la escuela a lo largo del tiempo, por ello en este investigación quise indagar por cómo desde la escuela se dio la construcción de ciudadanía y nación durante el periodo conocido en Colombia como de la regeneración 1886-1904. Con esta investigación, se busca aportar a la sociedad, un nuevo punto de vista, sobre la construcción de ciudadanía y nación, que permita entender con más facilidad, los proyectos políticos, sociales, económicos y educativos, que se dieron a lo largo de los siglos XIX y XX, y que ayudan a entender la situación actual del país, y que beneficia no sólo a la comunidad de investigadores en educación y en Historia, sino también a la comunidad que se interesa por comprender el presente a partir de los hechos del pasado. Con el propósito de contextualizar la temática aquí planteada, a continuación, se hará referencia a los diferentes estudios o investigaciones, que están relacionadas con el tema. Para empezar, tenemos que partir, que desde la ciencia histórica para entender un hecho, es necesario retomar los acontecimientos que lo antecedieron, para el caso y debido a que se va a estudiar el periodo comprendido entre 1886 y 1904, en Colombia o periodo conocido como de La Regeneración, y en particular los cambios generados por la constitución de 1886, es necesario retomar textos como Zuluaga y Ossenbach (2004), quienes, hacen una investigación en conjunto entre universidades iberoamericanas, con el cual, se desarrolló una historia comparada de la educación, con el fin de generar debate a través de la comparación de los procesos de cada uno de los países. En el caso particular de Colombia tenemos el texto de Bohórquez, (1956), quien hace un recorrido histórico, relacionado con el proceso evolutivo de la educación en Colombia. Dentro de este tipo de investigaciones, que retoma un largo periodo de tiempo, también está la investigación realizada por Cifuentes y Camargo (2016), quienes se encargaron de reseñar la historia de las 21 reformas educativas en Colombia, con el propósito de entender el sistema educativo que se ha construido en el país a lo largo de la historia; su proceso lo dividen en tres partes: en una primera hacen un recorrido que parte en 1819 y termina en 1902, en la segunda hacen un recorrido a lo largo del siglo XX, terminando en 1990, y en la tercera toman como punto de partida, la constitución de 1991 hasta el 2016. Cuando se hace referencia a textos relacionados con el periodo que antecedió la Regeneración podemos retomar entre otros, la investigación de Torrejano (2012), quien trata de identificar y explicar las características más sobresalientes, de la política pública educativa que orientó la enseñanza durante el periodo conocido como liberal radical en Colombia, en particular las justificaciones, de la decadencia del proyecto educativo de los liberales radicales, en donde el autor enfatiza que: La Iglesia católica no estaba dispuesta a perder el enorme espacio de injerencia social, ideológica y política que había establecido desde la época colonial. La Iglesia nunca estuvo lista para abandonar el papel de conductor social que le había permitido controlar a su antojo la mentalidad de la sociedad y cederlo plenamente a las instituciones estatales, por lo que resulta comprensible la ira “santa” que desencadenó el polémico artículo del Decreto Orgánico de Instrucción que le daba patente de corso a la libertad y a la tolerancia religiosa (p. 86). González (2015), también hace una reflexión de las implicaciones que tuvo en la sociedad la expedición del Decreto Orgánico de Instrucción Pública de 1870, en la medida en que señala que dicho proyecto fue diseñado, como una estrategia bastante ambiciosa de transformar, la cultura nacional, pero que la heterogeneidad de índole económico determinó en gran medida el rumbo de dicha reforma. 22 Retomando el período de estudio en particular, podemos mencionar la investigación realizada por Andrade (2011), que trata de mostrar el estrecho vínculo entre la religión, la política y educación en Colombia, en particular, la participación de diferentes comunidades religiosas, en el proceso de consolidación del régimen conservador durante la Regeneración. Explica como la recristianización y la implementación de un sistema educativo católico moderno encaminado al control y dominio de la técnica son expuestos como objetivos centrales de los gobiernos conservadores, en un contexto en el que se adopta un positivismo orientado a la idea de orden y progreso, pero relacionado con la función de instrucción y formación técnica y católica. También está la investigación llevada a cabo por Ramírez y Salazar (2007), donde muestran, la evolución de la educación primaria en Colombia durante el siglo XIX, y los factores que determinaron su desarrollo; analizan y exponen los posibles orígenes del fracaso y del lento progreso de la educación, durante este periodo, dentro de ellos plantea que la estructura económica del siglo XIX, rural y agrícola, no ofrecía los incentivos económicos necesarios para que ciertos sectores de la población, obtuvieran un mayor nivel de educación, debido a que este tipo de actividades no demandaba mano de obra calificada. De otra parte, la estructura social benefició solamente a una élite minoritaria, la cual podía acceder a un mejor nivel de educación. Para algunos sectores de la población, la educación no era vista como una posibilidad de ascenso social, por lo cual esta no constituía un mayor incentivo (p. 50). Para tratar de entender parte de lo que fue la educación en el siglo XX Agudelo (2018), describe los antecedentes y senderos, que permitieron generar los lineamientos, referentes a la educación en países de América Latina, y los compromisos de los diferentes gobiernos de turno, para lograr dichos propósitos, reflejados en las directrices de las diferentes políticas oficiales. También 23 podríamos mencionar la investigación de Ramírez y Téllez (2006), quienes analizan, la evolución de la educación primaria y secundaria en Colombia durante el siglo XX, desde una perspectiva de largo plazo. Se estudian las principales políticas educativas, así como los cambios institucionales y organizacionales que ocurrieron. Se analiza la financiación de la educación, el comportamiento de las principales variables educativas y se examina la evolución de la calidad de la educación en el país. Logrando concluir que la expansión de la educación, tanto primaria como secundaria a lo largo de la primera mitad del siglo XX fue muy lenta. Una vez identificados algunos de los autores que han trabajado el tema de la educación en Colombia, se hace necesario identificar los conceptos de nación, ciudadanía y política educativa en los que se sustenta esta investigación. Ernest Gellner (2008) hace una aproximación a la nación vinculada estrechamente con las formas organización social, y la cultura, establece que la cultura es el medio a través del cual se pueden realizar los vínculos sociales que caracterizan a una nación, por ello expone que “dos hombres pertenecen a la misma nación sí y sólo si comparten la misma cultura”, la idea de Gellner es que las naciones hacen al hombre, y que dicho proceso es producto de un reconocimiento como miembro de una misma comunidad, en la cual se comparte la cultura, los derechos y deberes, que él autor reconoce como un “elemento funcional al imperativo de la fluidez y movilidadde las sociedades modernas”, tras lo cual se puede concluir que de la relación del Estado y la cultura se da la formación de nación, la cual a su vez pasa por varios niveles de nacionalismo (p. 20). El nacionalismo presenta las siguientes características: centralización de poder, un entorno políticamente moral y un cuerpo de normas que todos los individuos deben cumplir. Sin embargo, no se puede hablar, que el Estado es una condición necesaria para que haya nación, pues han 24 surgido Estados sin la mediación de una nación, de la misma forma que se pueden encontrar distintas naciones al interior de un Estado. Para Hobsbawm (1991), la Nación es una invención muy reciente en la historia de la humanidad, que ha sido fruto de una serie de procesos históricos que se han dado en regiones, por esta razón se hace complejo explicar cómo se distingue una nación de otras entidades a “priori”. A partir de este proceso se ha convertido en un esfuerzo constante tratar de determinar, criterios objetivos de nacionalidad, o de intentar explicar por qué ciertos grupos se han convertido en naciones y otros no, “basándose en criterios únicos tales como la lengua, el territorio común, rasgos culturales o lo que fuera” (p. 18). Pero estas definiciones han fracasado, ya que sólo algunos miembros de las numerosas entidades encajan en tal definición y pueden calificarse como “naciones” así definiciones objetivas han fracasado por la obvia razón de que, como sólo algunos miembros de las numerosas entidades que encajan en tales definiciones pueden calificarse de “naciones” en un momento dado, siempre cabe encontrar excepciones. O bien, los casos que se ajustan a la definición evidentemente no son “naciones” (o no lo son todavía) no poseen aspiraciones nacionales o las “naciones” indudables no concuerdan con el criterio o la combinación de criterios. “El nacionalismo antecede a las naciones. Las naciones no construyen estados y nacionalismo, sino que ocurre al revés”. Así Nación y nacionalismo, para Hobsbawm (1991) son: Fenómenos duales, construidos esencialmente desde arriba, pero que no pueden entenderse a menos que se analicen desde abajo, esto es en términos de los supuestos, las esperanzas, las necesidades, los anhelos y los intereses de las personas normales y corrientes, que no son necesariamente nacionales y menos todavía nacionalistas (p. 18-19). 25 Azevedo (2015), afirma que el proceso de formación de las naciones, se relaciona con el afianzamiento o arraigo al suelo, el progreso que genera la tierra por medio de su explotación, el aumento de la población y los procesos de centralización política, todo esto se considera un fenómeno de gran importancia, que aún está presente y que sigue agitando al mundo, mediante los movimientos en ocasiones contradictorios de nacionalismos, en particular porque las naciones constituyen la materia prima de los Estados. König (1994), señala que al hacer referencia al término nacionalismo, se vislumbran varios momentos, por un lado, se vincula con la revolución francesa, en particular con los derechos del hombre y del ciudadano, luego se relaciona con la toma del poder por parte de la burguesía, el vínculo que se entabló entre democracia y nación. También está aquel nacionalismo, que se es visto como un soporte ideológico en las diferentes guerras de expansión del territorio, es decir la de justificar el imperialismo y el sometimiento de las minorías. A partir de ello, se habla de la imposibilidad de establecer un único concepto universalmente valido, y se hace más fácil subsumir, las múltiples facetas de la realidad histórica, en un concepto de validez general, “partiendo no de una nación en cuanto es, sino en cuanto se quiere que sea”, en otras palabras, partir de una idea o proyecto de nación (p. 27). Según Arango de Restrepo (2005), en Colombia la consolidación de la nación ha tenido un proceso de afianzamiento bastante largo y turbulento, en el cual siempre ha estado presente el conflicto, desde el siglo XIX, este se ha sustentado en dos filosofías, por un lado, la cultura de la cristiandad “fundamentada en una filosofía esencialista una sociología estamental y estática, una religión sólida y absoluta, y una moral heterónoma considerada universal, prescriptiva y totalizante”. De otro lado está, la cultura de la modernidad basada en una filosofía liberal, que reclama un sujeto libre, con unos ideales de progreso y desarrollo, alejados de la ideología religiosa. 26 Estas dos filosofías se sustentan en dos documentos del siglo XIX, que son: la constitución de Rionegro de 1863 y el Syllabus de Pio IX, en 1864. La constitución de 1863 buscaba una modernidad “totalmente liberal y autónoma, antropocéntrica, ordenada legalmente”, por otro lado, el Syllabus buscaba una nación "controlada, tradicional, teocéntrica bajo la tutela de la Iglesia” (p. 87). Esta idea se complementa con lo expuesto por Safford (1977), quien resalta que fue a partir de 1890, tras la gran influencia de los sacerdotes extranjeros que llegaron a Colombia dentro de los convenios establecidos con el Concordato de 1897, que se definieron los rasgos que debía tener la cultura política del país, se creó una corriente nacionalista conservadora, que se encargó de desarrollar una identidad nacional, dentro de una perspectiva “antiliberal y anti yanqui” e incluso se habla de que este tipo de nacionalismo, adquirió tintes anticapitalistas. Posteriormente y tras la pérdida de Panamá se fundamentó un nacionalismo ligado a la identidad de la corona española, entre ellos se hace una exaltación de la religión católica, la lengua de Castilla y la institucionalidad pública y privada erigida por los españoles durante la colonia. También se reivindicaron derechos estatales preeminentes sobre el subsuelo frente a las empresas extranjeras de la minería y el petróleo. Pero esto no fue suficiente, ni se logró sostener a lo largo del siglo XX, en particular por las relaciones con los Estados Unidos y la producción petrolera. Esta idea se complementa con la de Pérez (2011), quien relata, que en la obra de Miguel Antonio Caro, se ve proyectado un tradicionalismo católico, cuya misión era forjar una conciencia en la cual se defendía la lengua castellana, como una herencia valiosa de España; se presenta la lengua como el principio de identidad, que logra formar y transformar las colectividades, con ello se hace un llamado para que la nación se edifique a partir de los valores propios de la lengua, habla 27 de una continuidad de la historia nacional leída desde el valor esencial, simpático e implícito de la lengua castellana para los colombianos. El propósito acoger varios puntos de vistas frente a la concepción de nación, es poder descubrir cuál de estos estuvo más vinculado con el proyecto político llevado a cabo en Colombia entre 1886- 1904, y específicamente como este se quiso materializar desde la escuela primaria. Dentro del proyecto de investigación habrá una primera aproximación a la construcción de nación en el primer capítulo, que luego se aclara un poco más en el tercer capítulo. El concepto de ciudadanía al igual que el de nación también ha sido retomado por varios autores algunos de los cuales retomaremos en esta investigación, para Rosanvallon (1999), el concepto de ciudadanía se remota a1789, cuando se desarrolló la revolución francesa, tras la cual emergieron tres dimensiones por medio de las cuales se buscó construir la concepción de ciudadano, por un lado estaba la búsqueda de la igualdad, por otro, la reapropiación colectiva de la soberanía, en donde el pueblo fuera el eje fundamental y por último estaba la concepción de un ciudadano, que pudiera ser propietario, que pudiera sufragar, a partir de lo cual se podría afirmar, que con esta revolución se pretendía crear una sociedad de iguales. Para Lizcano (2012),se hace necesario hacer una distinción de los habitantes de un país, entre aquellos que tienen derechos políticos y quienes no, dentro de este último grupo estarían los menores de edad, en su caso los inmigrantes. Los primeros tendrían derechos políticos mientras que los segundos no. Propone a su vez que hay tres distinciones a la hora de referirse a los ciudadanos, por un lado, está la concepción ético-política, que hace relación con la madurez psicológica, en particular hace referencia a quienes participan de los asuntos públicos es decir en la toma de decisiones (activos). En segundo lugar, estaría el conjunto de ciudadanos en sentido amplio es decir los activos y pasivos, de acuerdo, básicamente, con el nivel cuantitativo de la 28 mencionada participación. Y la tercera distinción divide a los ciudadanos activos en gremiales e ideológicos, según sea la amplitud del interés que guíe su participación. König (1994), señala que el término ciudadano juega un papel preponderante después del proceso de independencia, como un elemento justificador de la separación de España, este término, se retoma como elemento integrador de una sociedad cuya formación “étnica era muy heterogénea”, el estatus de ciudadano implicaba, que la nueva vida política de la nación que estaba surgiendo, estaría marcada por la libertad y la igualdad, esto incluía a los grupos indígenas a quienes les fue reconocido el estatus de ciudadanos, el cual quedaba en duda, en la medida en que seguían siendo sometidos a la servidumbre. Por su parte, Muñoz (2015), sostiene que la aplicación de un modelo cívico de nación buscó homogeneizar a la población y crear una comunidad política basada en elementos comunes, como las instituciones, los deberes, los derechos y una cultura cívica compartida. Se habla de un proceso de homogeneización, como una construcción social, que para el caso colombiano se difundió con el ideal de “blanqueamiento ideológico”, en el cual se excluían y olvidaban aquellos grupos de población, que no eran aceptados según la visión del proyecto republicano, en el cual se intentó superar la heterogeneidad y producir una idea errada de un colectivo enlazado, lo que indudablemente llevó a una exclusión de unos por otros. La construcción de la ciudadanía, es un proceso que en el periodo estudiado está ligada a unos intereses políticos, en el que la escuela y la Iglesia juegan un papel determinante en su formación, pero también en su exclusión, la educación era considerada como uno de los medios a seguir para alcanzar el nivel de ciudadano, pero terminaba excluyendo a quienes por condiciones sociales, geográficas o de cualquier índole no pudieran acceder a la misma, en el caso de la Iglesia 29 por ser esta la encargada de regular la enseñanza en los centros de instrucción primaria, asociaba la concepción de buen ciudadano, con el cumplimiento de los principios cristianos. Finalmente, también se retoma el concepto de política educativa, a través del cual se busca entender el fin o propósito de las leyes, en este caso particular las que se vinculan con la educación primaria, para Azevedo (2015), al hacer referencia al sistema público de educación, como el sistema organizado, sostenido y dirigido por el Estado, se está construyendo una estrecha relación entre la organización de la instrucción pública con los sistemas y los regímenes políticos. Se evidencia el hecho de que no existe una política general que no traiga consigo, en forma implícita o explícita, una política educativa, y toda política de esta índole varía naturalmente en función de la política general. Se podría decir que es la clase o el grupo gobernante el que imprime carácter y da el tono a la política en general, por lo tanto, la política educativa es variable dentro de los límites prefijados por la realidad del poder; todo problema político de construcción o de reforma está sometido a dos condiciones: A) la realización de un proyecto político o programa de gobierno, y B) basarse en datos históricos, de evolución de la nación. De ahí que en la política educativa se pueden distinguir algunas perspectivas históricas que influyen en los proyectos nacionales, de igual forma se establecen algunas propuestas a largo plazo, teniendo como base elementos históricos, que varían dependiendo los programas de gobierno o los partidos políticos en el poder, lo que induce a que la escuela sea sometida constantemente a las exigencias sociales. Según Cifuentes y Camargo (2016), las reformas nacen de leyes nacionales y son impulsadas desde arriba por el Estado. Colombia no es la excepción, al igual que diversos países latinoamericanos, las reformas educativas se realizan al mismo tiempo que se llevan a cabo políticas de ajuste económico, lo cual hace que las políticas educativas sean bastante fluctuantes. 30 Safford y Palacios (1977), relatan que fue con la Constitución de 1886 y posteriormente con la firma del Concordato en 1887, como el clero quedó encargado de dirigir la administración del sistema educativo, de esta forma, el aula, los textos escolares, la prensa, el confesionario y el púlpito, se convirtieron en los elementos por medio de los cuales se inculcó en la población un sistema ideológico, y se impidió el laicismo. Para Quiceno (2003), entre 1876 y 1920 se diseñó y se construyó la nueva instrucción y la escuela pública en Colombia, a la cual se buscaba darle unidad, uniformidad y sistematicidad teniendo como fundamentos el método, la disciplina, identidad sobre el maestro, la inspección y los espacios, siendo las piezas centrales de esta construcción: el espacio social de la escuela, el aprendiz y la pedagogía. Por ello la escuela se hizo necesaria, cuando los líderes políticos y la sociedad se dieron cuenta que esta era el espacio propicio para generar y conservar el amor a la patria y legalizar el orden institucional que configuraría el Estado (Álvarez- Gallegos, 1995). Una vez identificados los soportes teóricos y conceptuales de la investigación se hace necesario formulan una metodología, que será entendida en tanto la manera cómo se enfocan los problemas, como la forma en que se busca las respuestas a los mismos. Esta investigación se enmarca en el paradigma cualitativo, con un enfoque histórico, dentro de un método histórico- hermenéutico. Podemos partir definiendo al investigador cualitativo, como aquel individuo que analiza los documentos públicos y oficiales. “estos materiales permiten comprender las perspectivas, los supuestos, las preocupaciones y actividades de quienes los producen” (Taylor & Bogdan, 2000, p. 149). Según Hernández-Sampieri, Fernández & Baptista (2014). Los estudios cualitativos permiten que a lo largo de la investigación se puedan desarrollar preguntas, para así poder identificar los interrogantes más importantes a resolver en la investigación, y que esos interrogantes 31 se perfeccionen y se les pueda dar respuesta. Este proceso de indagación es dinámico y resulta un proceso más bien circular en el que la secuencia no siempre es la misma, pues varía con cada estudio. Los estudios cualitativos permiten que las diferentes interpretaciones que hacen los individuos, a partir de su propia realidad, que es producto de la historia, “validada y transformada por los mismos sujetos”, sean analizadas y reconocidas, al ser contrastadas con evidencia documental o con datos suministrados por variadas fuentes (Bonilla & Rodríguez 2005, p 92). A través de las investigaciones cualitativas, se pretende entender y describir los fenómenos sociales, ya sea analizando las experiencias de los individuos o de la comunidad, las interacciones sociales, así como los textos que resultan de los procesos sociales, con los cuales se busca entender cómo los individuos construyen su estructura social, poderla describir y explicar (Flick, 2015, p. 16) Al hacer referenciaal enfoque se retoma las palabras de Ortiz (2015), quien lo presenta, como el elemento que permite orientar la metodología de la investigación, e indagar sobre la forma de abordar un tema, de plantear un problema, de desarrollar un proceso de investigación y de dar solución al interrogante o interrogantes o problema científico. “El enfoque incluye en sí los métodos, principios y orientaciones más generales del sistema investigativo sin reducirlos a acciones instrumentales y determinaciones operacionales, ni a teorías o concepciones formalizadas y matematizadas” (Camacho, Jordan & Contreras, 2015, p.41). Por su parte el enfoque histórico permite conocer las distintas etapas de los objetos o fenómenos en una sucesión cronológica, precisamente para conocer la evolución y el progreso de un objeto o de un fenómeno se hace necesario dar a conocer su historia, las etapas o procesos de desarrollo y las conexiones históricas fundamentales. 32 Cuando se hacer referencia al método, se podría decir que son las reglas que se deben tener en cuenta, en la medida en que regulan el desarrollo del trabajo de investigación: según Aróstegui, (1995) “el método científico no prescribe lo que hay que hacer, pero sí establece qué es lo que no se debe hacer” (p. 154) El método histórico por su parte lo que hace es “abordar de forma global todo el proceso de investigación social, desde el planteamiento del problema hasta la exposición de resultados” (Sáez-Rosenkranz, 2016, p.109). Dentro del método de las ciencias sociales se puede apreciar que: un evento social no está por fuera de la organización social más compleja, y no es sólo el estudio del comportamiento humano en particular, por esta razón dentro del método historiográfico se toma en cuenta la temporalidad, la historicidad, la particularidad de los fenómenos, así como sus generalidades, teniendo como referencia los documentos históricos, que se convierten en fuente de información por excelencia, que se puede complementar, con procesos comparativos entre fenómenos simultáneos, entre hechos anteriores y posteriores; lo que en principio hace que el método histórico sea esencialmente comparativo y globalizante, pero teniendo en cuenta que la historia es una visión del presente, en la cual no se hace posible conocer, todo el legado del pasado (Aróstegui, 1995). El método que se considerará en esta investigación es el método histórico hermenéutico, el cual establece, que se hace indispensable que en el estudio de las cuestiones históricas se analicen los sucesos, estos deben desglosarse o subdividirse, en todas sus posibles partes, con el propósito de facilitar el conocimiento de las posibles raíces “económicas, sociales, políticas, religiosas o etnográficas” y a partir de ese análisis se pueda generar la explicación de un hecho histórico (Delgado, 2010, p. 11). La intención de este método consiste en saber, establecer cuál es la versión verídica de los hechos, de las acciones humanas, y qué significado se debe aceptar o creer (Cerrón, 2019, p.10). Desde el método, la realidad se construye socialmente, lo que hace posible que no 33 haya una única realidad, “tangible, fragmentable, sobre la que la ciencia puede converger” (Ortiz, 2015, p. 17). Teniendo en cuenta el método histórico- Hermenéutico, que se ha retomado, se pretende hacer un tipo de investigación explicativa, según Aróstegui (1995), toda la explicación histórica parte de la existencia de un fenómeno social, que da origen a otro, la explicación histórica es más amplia que el mero «dar razón» de un suceso, de un hecho o de una situación que se da por la acción humana. Dar cuenta de por qué se producen movimientos no recurrentes, es naturalmente neurálgico de la explicación histórica y lo es también del cambio social. Es por eso por lo que se hace imprescindible explicar las acciones humanas, dentro del contexto, donde se producen. El desarrollo de una investigación se da por etapas que son entendidas como fases, que son aquellas que aportan un orden a la hora de actuar como profesionales, en esta investigación se procedió de la siguiente manera: lo primero que se hizo fue plantear un problema, para el caso se quiso indagar por la concepción de ciudadanía y tipo de nación que se quiso constituir en Colombia entre 1886 – 1904, y el papel que jugó en dicho proceso la escuela, el Estado y la Iglesia. Dentro de este proceso es de gran importancia analizar si es un tema relevante, y además, “también se debe averiguar si es posible llevar a buen término la investigación”, teniendo presente, los recursos con los que se cuenta, en este caso se estaría hablando de los documentos, o de las fuentes con las que se cuenta, si estas son suficientes y si son pertinentes; para a partir de ellos generar un trabajo investigativo original que contribuya al proceso de construcción del conocimiento (Cardoso, 2000). Una vez identificada una problemática, se procedió a formular unas hipótesis previas, que son el origen de la investigación, pues a partir de ellas se generan los problemas o el problema, luego a partir de estas cuestiones, se empieza la clasificación y definición, que va mostrando las 34 diversas realidades, que se pueden dar dentro del campo de estudio, posteriormente se realizó un proceso de validación o contrastación que es el momento de poner a prueba la hipótesis previa, y así poder “verificar si la explicación tentativa da cuenta de todos los hechos, si explica o no nuevos fenómenos” (Aróstegui, 1995, p.161). Dentro del proceso de investigación histórica, es de gran relevancia las fuentes, las cuales se identifican una vez se delimita el tema, porque “la información sobre la documentación de un problema es un paso subsiguiente, no el primero, en todo inicio de un proyecto de invest igación” (Aróstegui, 1995, p.189). Para el caso de esta investigación, lo que se hizo fue hacer la recolección de la información, con el fin de dar sustento a lo que se quería indagar, para ello se compilaron los documentos oficiales “pues éstos abren nuevas fuentes de comprensión” (Taylor & Bogdan, 2000, p.150). Para el caso se tuvo en cuenta la Constitución de 1886, las leyes y decretos que se promulgaron entre 1886 y 1904, relacionados con la educación primaria, los documentos emitidos por la Iglesia católica, y algunos textos de autores de la época. De igual forma se compiló un gran número de investigaciones y trabajos que se habían realizado relacionados con el tema, y que le pudieran dar soporte a la investigación. Para la realización del proyecto investigativo histórico se requiere la utilización de las fuentes, los historiadores hacen esa búsqueda documental principalmente en archivos y hemerotecas, pero en el caso educativo y en particular en esta investigación, se tomaron en cuenta las normativas que rigen los sistemas educativos, algunos documentos emanados de la Iglesia y textos escritos por autores de la época. A la hora de la clasificación de las fuentes a la tipología, existe una gran variedad, pero las que se utilizan más comúnmente es la posicional: “fuentes directas (o primarias) e indirectas (o secundarias). Es necesario verificar la capacidad de las fuentes 35 para entregar una información fiable y adecuada para explicar el fenómeno que se quiere resolver” (Sáez-Rosenkranz, 2016, p.110). Dentro del proceso de la investigación histórica, la documentación escrita que el historiador emplea, pertenece en cualquier caso, a dos grandes campos: documentación de archivo, documentación bibliográfica y hemerográfica, proceso que debe hacerse de una forma planeada, exhaustiva, buscando dar solución a la pregunta central de la investigación, donde esté acompañado de un “correcto y suficiente apoyo bibliográfico”, pues se hace imposible realizar un proyecto de investigación “sin conocimiento exhaustivo hasta, donde sea posible,del estado de la cuestión científica en un determinado campo temático y en un determinado momento” (Aróstegui, 1995, p. 205). Para la recolección de los documentos primarios y secundarios se elaboró un modelo de ficha documental o bibliográfica, teniendo en cuenta las normas APA, se utilizó una ficha para cada documento, en ella se consignó la categoría la subcategoría y una cita comentada o textual, sobre lo que se estaba investigando, de esta forma, se agilizó el proceso de redacción del documento final de la investigación. (ver tabla 1) Referencia bibliográfica según normas APA Categoría Subcategoría Comentario Tabla 1. Modelo de ficha. Elaboración propia Finalmente se procedió a realizar el proceso de redacción del documento final, con el fin de dar respuesta a la pregunta formulada al inició del proyecto, para dicho proceso se cruzó la información colectada, tanto de fuentes primarias como secundarias, la cual dio como producto final un texto estructurado en tres partes. 36 Ideario de libertad, escuela y Estado confesional desde el conservadurismo A lo largo de este capítulo, se pretende hacer un recorrido, que parte de explicar cómo la escuela y las políticas qué se generan alrededor de la misma, están enmarcadas en unos principios ideológicos, en particular se pretende exponer que principios regularon la educación y específicamente la educación primaria entre 1886 y 1904, centrándose particularmente en: uno, la idea de libertad, y de cómo esta fue acogida desde las políticas de los gobiernos conservadores, y particularmente vinculada con las directrices emanadas por la Iglesia católica; dos la justificación del porqué en la escuela se hacía necesario la aplicación de principios religiosos católicos, y de cómo estos estaban vinculados directamente con la idea de progreso, desarrollo y control social; tres, la construcción de un modelo de nación confesional, dispuesta desde la misma constitución y fundamentada en los documentos emanados por el papa, apartado en el cual se aprecia lo expuesto por Anthony Smith (citado por Muñoz, 2015 ) quien establece la posibilidad de: Un solapamiento entre dos modelos de nación, uno llamado “nación cívica” y otro que recibe el nombre de “nación étnica o genealógica”. El primero se refiere a las leyes, los derechos, el sistema de soberanía popular y representación colectiva; mientras que el segundo alude a un sistema de cohesión colectiva, fundamentado en referentes comunes, con una connotación de esencialidad que los articula y configura. El modelo de nación cívica está centrado en el Estado y se fundamenta en el ciudadano con derechos idénticos a todos los demás. En cambio, la nación étnica aboga por un sentimiento nacional. Uno y otro se hallan presentes en la construcción nacional (p. 189). Del porqué de las ideologías en la educación Para Hernández (2010), la educación y la ideología siempre has estado estrechamente vinculados, se podría decir entonces que es muy difícil concebir la educación como un elemento 37 neutral, entre otras cosas porque las políticas siempre se diseñan con un fin, un propósito y unos intereses de quienes manejan las líneas del poder, es por medio de la educación que se proyectan estos deseos a la sociedad, entonces la escuela se convierte en la institución encargada de realizar dicho proceso, de ahí, que es normal que cada gobierno según sus intereses y sus fines específicos, fomente por medio de la legislación un modelo de escuela (p. 135-137). Esta situación fue bastante visible a lo largo del siglo XIX colombiano, donde dependiendo del grupo político en el poder se entablaron unas políticas educativas, así, si quienes estaban en el poder eran liberales, se proponían políticas educativas similares a las que se estaban dando en países desarrollados de Europa, en donde se propendía por la búsqueda de las capacidades individuales y del desarrollo de la razón y la implementación de una educación gratuita, obligatoria y manejada por el Estado; mientras, que si quienes estaban en el poder eran conservadores, el modelo de educación que pretendían desarrollar estaba muy ligado a la conservación del statu quo y a los principios heredados de la colonia, regulados por la religión católica. Aunque muchas de esas creencias, convicciones o expectativas de los gobiernos de turno en muchos de los casos, no estaban fundamentadas en verdades científicas, sin embargo, generaban motivación, exacerbación de sentimientos, emociones e incluso pasiones, por medio de las cuales la sociedad en numerosos casos terminó justificando, aceptando y defendiendo dichas políticas incluso en casos en donde estas no les eran favorables. Las ideologías son elaboradas por un grupo de individuos que son también quienes las asumen y las imponen, se busca que las mismas tengan coherencia, generalidad y puedan llegar a convertirse en visiones o concepciones de la sociedad, en las mismas, se combinan elementos de la realidad y de la ficción, son un reflejo de la realidad social, se convierten en necesarias para la sociedad y para los individuos en la medida en que dan sentido a ciertos grupos sociales y al mismo 38 individuo, pues orientan sus actividades y su misma existencia al igual que mantienen los sistemas socioeconómicos, favorecen la estabilidad y con esta el desarrollo, “las ideologías son motores y puntos de partida para nuevas decisiones, actividades, actos para la imposición de valores y conductas; explican, justifican el orden vigente y la distribución del poder en la sociedad” (Kaplan, 2001, p. 23). De ahí que las ideologías terminan explicando y justificando el orden en cualquier tiempo, favoreciendo con ello el sistema de producción, distribución y en general de dominación ejercido. De esta forma, no se puede pensar las políticas educativas sin pensar a la par en un sentido ideológico y político, donde los principales dirigentes de la nación colombiana, tuvieron claro que la educación les permitiría actuar de manera oportuna y eficaz sobre los niños y jóvenes; a través de eso consolidar un sentido de identidad nacional, promulgar algunos valores, tradiciones, costumbres, hábitos propios de la cultura hispana, apoyado en instituciones como la Iglesia, para de esta forma, forjar en la sociedad valores cívicos relacionados con derechos y obligaciones fundamentados en principios como la libertad y la igualdad (Torrejano, 2012, p. 153). Limitar la libertad una propuesta desde el conservadurismo En la segunda mitad del siglo XIX, se dio en Colombia la conformación de los partidos políticos el Liberal y el Conservador, cada uno fundamentado en unos principios ideológicos retomados de Europa, dentro de dichos principios se discutía entre otras cosas el ideario de libertad, retomando el punto de vista conservador que fue el adoptado con la constitución de 1886, según los postulados de uno de sus principales ideólogos Miguel Antonio Caro, la libertad debía tener unos límites, basado en la idea que si el hombre tiene derecho a pensar, decir, y actuar y en general el hecho de tener libertad total de pensamiento y palabra podría traer consigo según su punto de vista el “vicio, la locura y el crimen. “La libertad absoluta envuelve la libertad del mal”. 39 Retomando los principios cristianos, los gobiernos tendrían el derecho de castigar en la medida en que en ellos descansa el deber de educar, obedeciendo principios divinos, y en la medida en que se gobernara a los hombres se estaría sirviendo a Dios, “autor y supremo legislador de la sociedad” situación por la que era criticado el liberalismo en la medida en que este separaba al hombre de Dios, según Caro este sistema al momento de castigar no lo podría hacer “como derecho, sino como fuerza superior” (Valderrama,1990, p. 159). Dentro del proyecto político de la regeneración, nose puede hablar de una libertad total, pues había restricciones para el comercio de armas, así como también en la libertad de prensa, ya que los ideólogos de este periodo consideraban que de esta manera, se garantizaba la permanencia del orden y control, que no sólo era ejercido por las autoridades competentes, sino también por la iglesia, por la misma sociedad, quienes se convertían de esa forma en un freno moral y en un punto de unión y armonía (Díaz, 2015, p. 78-79). León XIII en la Carta Encíclica Libertas de 1888, estableció que la libertad era un don dado por la naturaleza a los seres racionales, quienes por medio del libre albedrío eran responsables de cada una de sus acciones, dependiendo del camino que optaran, por ello, sustentado en ese libre albedrío se creó la necesidad de darle una “protección” a esa libertad, con el fin de hacer que todos los movimientos siempre se dirigieran hacia el bien y no al mal, fue así que se estipuló por medio de las leyes, lo que estaba permitido y lo que no, la ley es ese elemento regulador por medio del cual, el hombre busca la salvación o la condena dependiendo de sus actuaciones, que termina siendo básicamente una réplica de la ley eterna. Las leyes establecidas en la sociedad no son originarias en el Estado, ya que estas son anteriores a la misma sociedad, por tanto, su origen debía estar en la ley natural, específicamente en la ley eterna, de ahí que el propósito de los legisladores sería lograr por medio de unos métodos 40 de disciplinamiento común, es decir por medio de castigos a quienes no cumplan o desobedezcan, para de esta manera lograr una obediencia en la ciudadanía. Con base en lo anterior, la libertad sería entendida no como el cumplimiento de los caprichos individuales, pues esto generaría caos y podría terminar incluso con la misma disolución del Estado; la libertad era entendida entonces como la capacidad del individuo de cumplir los preceptos de la ley eterna, a través del cumplimiento de las leyes civiles. De esta forma el fin supremo de la libertad sería alcanzar la gloria eterna. (León XIII. Encíclica Libertas del 20 de junio de 1888, p.10). León XIII en la Carta Encíclica Libertas de 1888, también, hacía referencia a la libertad de culto, expresión, imprenta enseñanza y conciencia, frente a la libertad de culto, exponía que por el hecho de provenir de Dios se debería seguir el culto como el camino para alcanzar la salvación, que el Estado debía seguir el culto a Dios, porque de lo contrario se le estaría negando que fue Dios quien creó y organizó la sociedad, se justificaba que la religión era: sumamente provechosa para la libertad, porque coloca en Dios el origen primero del poder e impone con la máxima autoridad a los gobernantes la obligación de no olvidar sus deberes, de no mandar con injusticia o dureza y de gobernar a los pueblos con benignidad y con un amor casi paterno (León XIII. Encíclica Libertas del 20 de junio de 1888, p.12). Frente a la libertad de expresión y de imprenta la Encíclica Libertas, exponía que debía existir en la sociedad estos derechos, siempre y cuando se utilizaran para propagar en la misma, lo verdadero y lo virtuoso, pero si el uso de la libertad de expresión se utilizaba para exponer ideas contrarias a la moral, que pudieran perturbar el entendimiento humano debían ser reprimidas inmediatamente; los anteriores principios también eran aplicables cuando se hacía referencia, a la libertad de instrucción, allí se establecía que en los centros educativos se debía enseñar la verdad, 41 pues si se permitía que se enseñara cualquier teoría no aceptada por la iglesia, se estaría dando cabida a la perversión, esta posición se justificaba en que, la autoridad del maestro era bastante amplia, donde no todos los oyentes tenían la capacidad para discernir, y con ello, se podría generar ideas contrarias a las aceptadas por la iglesia, por tanto se señalaba que la única “verdad que se debía enseñar debía ser sólo de dos tipos: la natural y la sobrenatural”, las naturales, hacen referencia a la razón, moral, justicia, religión y la misma sociedad, las sobrenaturales se referían a elementos como la revelación, la encarnación, la fundación de la iglesia, estos elementos aclaran, no debían ser impedimento al desarrollo de la ciencia, siempre y cuando ese conocimiento científico proviniera de un “recto juicio y estuviera de acuerdo con el orden objetivo de las cosa y prestara gran servicio a la esclarecimiento de las verdades reveladas” ( León XIII. Encíclica Libertas del 20 de junio de 1888, p.15). Al referirse a la libertad de conciencia la Encíclica Libertas, determinó, que estaba en desacuerdo con aquel modelo de pensamiento, en donde dicha libertad era entendida como aquella decisión que toma cada individuo para dar o no dar culto a Dios, pero aceptaba aquella en donde el individuo siguiera la voluntad de Dios y sus mandamientos. De esta forma se aprecia la adopción de una libertad regulada y controlada de conformidad con los principios del dogma; donde la escuela en coordinación con el Estado y la Iglesia lo que hace es formar un individuo que se considere libre, pero bajo el modelo o principio de una libertad coercitiva, regulada por una estructura de poder vertical, generando con ello una sociedad temerosa, obediente y conformista, que terminó facilitando la promulgación de un sistema social autoritario, por un largo periodo de tiempo. 42 Escuela y catolicismo, una necesidad para formar nuevos ciudadanos Según lo planteado por Bonilla (1979), la escuela además de ser el centro de enseñanza es también donde se ejercen unos procesos de dominación ideológica, que se articulan previamente al sistema escolar, de una parte, por medio de los contenidos del saber que se transmiten en la escuela, que por lo general se articulan con unos objetivos o propósitos establecidos por los sistemas de poder de turno. De otro lado también se debe tener en cuenta, la forma como se “realiza la apropiación social del conocimiento en los diferentes sectores de la sociedad”, donde prácticamente cada clase social recibe la educación de acuerdo al lugar y al oficio que posiblemente va a desempeñar, según el entorno en el que se desenvuelve el aprendiz; de esta manera la escuela articula una serie de procesos sociales, políticos y económicos, que son los que determinan el modelo de enseñanza aprendizaje que se debe implementar (p. 78). Con el fin de entender de qué manera, quiénes y cómo se estableció el sistema educativo llevado a cabo en Colombia a partir de la constitución de 1886, es necesario remontarnos al periodo, en particular a las personas que llevaron a cabo el proceso de cambio sustentado en dicha constitución; para de esta manera entender los propósitos, que desde ese modelo educativo se plantean para la nación colombiana, en un primer momento retomaremos a Rafael Núñez, personaje, que empezó siendo un liberal, pero su pensamiento fue evolucionando hasta convertirse en un representante de la escuela de pensamiento “positivista” que tuvo gran influencia en toda América Latina a finales del siglo XIX, en particular seguía los principios establecidos por Herbert Spencer. “Núñez evidenciaba la influencia de Spencer especialmente en su preocupación por la sociedad como organismo complejo y en evolución que puede ser manipulado, pero cuya transformación es imposible de la noche a la mañana” (Bushnell, 1994, p. 196). 43 En la América Latina del siglo XIX, el pensamiento filosófico positivista de Comte y Spencer tuvo gran aceptación e influencia en aspectos políticos y educativos, este se convirtió en un referente en el periodo de regeneración que se dio en Colombia a partir de la constitución de 1886, donde se pretendió acoger modelos de naciones desarrolladas, para de esta manera “superar el estado de barbarie y alcanzarel ideal de civilización” (Guevara, 2015, p. 52). Las ideas spencerianas relacionadas con el libre cambio y el desarrollo industrial, eran bien vistas por algunos líderes políticos colombianos de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, quienes consideraban que el país debía ajustarse a las nuevas condiciones “sociales, culturales, políticas y económicas” donde debían apropiarse los saberes modernos, por ello se buscó una proyección fundamentada en los saberes y prácticas legitimados por la ciencia, sin embargo, había un continuo cuestionamiento por la capacidad de progreso de la población colombiana que generaba un doble horizonte de interpretación: De un lado el salto a la modernidad representada por la urbanización y el cese de las guerras civiles; y de otra la preocupación por la defectuosa constitución psíquica, moral y física de los colombianos como causa de los males sociales, intelectuales, económicos y políticos de la república. Dentro de este marco intelectual, la conformación de una nación moderna y civilizada. Con una población considerada bárbara, infantil y enferma, era una tarea poco menos que imposible; que a su vez genera la polémica sobre la degeneración de las razas de Colombia (Guevara, 2015, p. 58-59). Para Rafael Núñez la Iglesia católica, era considerada como parte integral del organismo social colombiano, que debía participar activamente, teniendo un gran poder e influencia en las decisiones que se debían tomar en la administración del Estado; Núñez creía que la Iglesia debía ser “usada de manera inteligente, para promover la moralidad y la disciplina social”. Unido a Núñez 44 igualmente estuvo Miguel Antonio Caro quien también fue uno de los grandes colaboradores en la elaboración de la constitución de 1886. Caro era un férreo defensor “de los valores tradicionales católicos y ferviente admirador de la herencia colonial española” (Bushnell, 1994, p. 198). Miguel Antonio Caro, combatió cualquier “idea que pusiera en peligro la unidad de la fe, la moral, la visión del hombre, la educación de un pueblo heredero de una tradición y llamado a apropiarse por la enseñanza y por la virtud de su Constitución”. Caro siempre muestra a lo largo de sus escritos la fidelidad a la fe, la iglesia, que, a la postre se convertiría en fidelidad al país, las raíces hispánicas, la lengua y la religión, pues en esencia para él “la moral católica le da forma a nuestra ciudadanía” (Caro, Conforti, Forero, López & Martínez, 2010, p. 3). El hecho, de que los dos principales ideólogos del periodo de la regeneración, Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, establecieran dentro de su proyecto político, encaminar la nación dentro de los principios de la religión católica, como se evidencia en la constitución de 1886, provocó que a finales del siglo XIX el sistema educativo fuera una proyección del sistema ideológico conservador, establecido en el poder, lo cual se evidencia en el decreto 0544 de 1888, donde se estableció que la educación debía ser organizada y dirigida de conformidad con los dogmas y la moral de la religión católica, el propósito al parecer, era forjar un tipo de ciudadano y de nación temerosa y respetuosa de los principios establecidos por dicha religión. Así se evidencia, que los líderes del movimiento de regeneración Núñez y Caro, lo que hicieron fue darle el poder del manejo de la educación de los niños y jóvenes a la Iglesia católica, de esta manera, promovieron principios de moralidad y disciplinamiento social, y alimentaron en la sociedad la idea de peligro, frente a la proliferación de principios liberales, laicos y ateos, que promulgaban la libertad, el racionalismo y la aplicación de métodos científico, dejando a un lado lo estipulado por la Biblia y promovido por la Iglesia. Hay que aclarar que estos temores provenían 45 del mismo vaticano, ya que el mismo papado declaraba que se debía estar en contra de modelos de pensamiento, como el empirismo y el positivismo (Comte y Spencer) pues se alegaba, que estos principios alejarían a la sociedad de los principios cristianos católicos (Torrejano, 2014, p. 161). Según lo establecido, por la Constitución de 1886 en el Artículo 41: la educación pública será organizada y dirigida en concordancia con la Religión Católica, dicho principio se sustentaba según Miguel Antonio Caro en la idea de que la “ignorancia era muerte para el alma”, por ello el mismo Jesús hablaba de la necesidad de la enseñanza, misión que fue acogida por la Iglesia católica, quien se había encargado, de llevar a todas las sociedades, con las cuales tenía vínculos, la educación y con ella la “civilización” por ello, era esta, quién definía, qué podría aprender la sociedad. Según Caro, la pretensión de la sociedad colombiana era, construir un vínculo Iglesia Estado, para de esta forma desterrar la ignorancia, pero siempre regidos por el temor a Dios (Valderrama,1990, p. 161). Para Rafael Núñez este artículo se derivó, de la preponderancia o influjo que había ejercido la Iglesia católica en la conciencia de la sociedad colombiana de la época, no se trataba de impedir el desarrollo del progreso de la ciencia, era encaminar ese desarrollo, pero teniendo en cuenta los principios y las opiniones de los principales líderes religiosos (Núñez, 1888, p.161). Para Durkheim (1982), la religión era algo eminentemente social, porque representa una realidad y un modelo de pensamiento colectivo, en donde por medio de los ritos se representaba las maneras de actuar de un determinado grupo, que estaba destinado a “suscitar mantener o rehacer” ciertas situaciones de esa comunidad. (p. 8). Tal parece qué dentro del pensamiento político de Caro, este postulado se aplicaba muy bien, en la medida en que, por medio de la educación religiosa católica, no sólo se hacía formación enfocada hacia el desarrollo económico de la sociedad, sino que además se hacía una educación enfocada a generar miedos o temores 46 relacionados estrechamente con la ideas implementadas por la religión de la condena eterna, o de la no salvación, o simplemente a ser señalado por la comunidad por el incumplimiento de las normas y parámetros reguladores, que eran muy similares entre los establecidos por la Iglesia como por el Estado, gracias a su trabajo mancomunado, en donde el propósito era generar un individuo que siguiera los principios religiosos y políticos de acuerdo con lo demarcado por los principales líderes de estas dos instituciones. De esta forma, se puede apreciar como la educación, es en esencia social, por ello el Estado no puede desinteresarse, por el contrario, la educación está sometida, de alguna manera a la acción de este, lo cual se evidencia, en los principios referentes a la razón, ciencia, ideas y sentimientos que se constituyen en la base o fundamento de la moral democrática, que buscaba impartir entre los aprendices, para desde allí, propagar las ideas que se desea hacer visibles (Durkheim, 1976, p. 106). De lo anteriormente expuesto, se puede concluir que, con la constitución de 1886, hay un establecimiento de límites entre las clases sociales, en los aspectos educativos, la de las élites estaba dirigida a la formación en artes y disciplinas liberales, mientras, que los sectores populares debían recibir formación vinculada, con trabajos técnicos y prácticos, por ello, si bien se planteó la necesidad de crear un sistema nacional, “era difícil pensar en una escuela homogénea, en la medida en que la enseñanza debía responder a fines diversos y opuestos” (Pinilla, 2015, p. 47). Con la Constitución de 1886, y posteriormente, con la firma del Concordato en el siguiente año, se aseguró un tipo de educación centrada en la religión católica, y en las prácticas piadosas que a esta atañían, se impusieron los textos con los cuales se debían impartir las enseñanzas de religión, filosofía y moral, se dio también
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