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1 ESMERALDAS, PARAMILITARISMO Y NARCOTRÁFICO, VIOLENCIAS QUE ORBITAN ALREDEDOR DEL MUNICIPIO DE SOMONDOCO – BOYACÁ 1992 A 2006. Por: OMAR ALEXANDER HERRERA BRAND Trabajo de grado para optar por el título de: MAGISTER EN HISTORIA Asesorado por: BLANCA ACUÑA RODRÍGUEZ Dra. en Historia UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN ESCUELA DE POSGRADOS MAESTRÍA EN HISTORIA TUNJA 2022 2 Agradecimientos A mí Mamá y hermano, que siempre fueron modelo de sacrificio y bondad infinita hacia los demás. A mí amada compañera de vida Adriana, que me cobijo con su ternura infinita en los momentos más difíciles de este proceso. A mi directora de tesis, profesora Blanca Acuña, que gracias a su invaluable guía esta investigación vio la luz. Infinitamente agradecido con mis informantes que le dieron vida a la historia por medio de sus relatos y son los verdaderos responsables del éxito que este trabajo pueda tener, siempre me sentiré profundamente honrado de haber sido el receptor de sus narraciones. Al sistema educativo público del cual soy hijo desde la infancia y siempre lo defenderé para que muchos otros tengan las mismas oportunidades que yo tuve. A la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, por permitirme la oportunidad de ser parte del programa de Maestría en Historia, fui muy feliz en cada seminario, en cada tutoría, en cada espacio que compartí con mis excelentes docentes y compañeros, gracias por todo el conocimiento, gracias por la alegría, gracias por todo. 3 CONTENIDOS Introducción……………………………………………………………………...……….5 Capítulo I: De lo nacional a lo local, contextualización de la explotación de esmeraldas, conflictos y caracterización de los territorios………………………………………………………………………...………26 1.1 Contexto histórico: Del occidente al oriente, antecedentes inmediatos de la explotación de esmeraldas y el clima social en la zona minera………………………………………………………………………….…...28 1.1.1 La primera guerra verde……………………………………………..….35 1.1.2 La segunda guerra verde……………………………………………..…42 1.2 Contexto regional y local, el Valle de Tenza y Somondoco.………..47 Capitulo II: Una breve reseña del surgimiento del fenómeno paramilitar en Colombia y la configuración del paramilitarismo que orbitó en la zona esmeraldera del oriente de Boyacá……………………………………………..…..54 2.1 El surgimiento del fenómeno paramilitar en Colombia…………………..54 2.1.1 El laboratorio paramilitar de Puerto Boyacá…………………………………………………………………….59 2.1.2 Etapas del fenómeno paramilitar……………………………………….62 2.2 El paramilitarismo en Casanare y Boyacá…………………………….65 2.2.1 Los masetos y carranceros……………………………………...68 2.2.2 Las autodefensas campesinas del Casanare……………..…..73 2.2.3 El bloque Centauros……………………………………….…….79 2.2.4 La guerra entre paramilitares…………………………...……....81 4 Capitulo III: La zona esmeraldera del oriente de Boyacá, centro de operaciones del “patriarca de las esmeraldas”, Víctor Manuel Quintero……………………………………………………………..…………………...88 3.1 Víctor Manuel Quintero, de Somondoco a las minas de Chivor……………………………………………………………………….…90 3.1.1 Crónica del despojo…………………..……………………….…92 3.2 Paramilitarismo verde esmeralda……………………..………………....105 Capitulo IV: Somondoco. La cotidianidad de la violencia y la inserción del narcotráfico……………………………………………………..….………………….119 4.1 Somondoco, la cotidianidad de la violencia………………………....123 4.2 El narcotráfico orbita alrededor de Somondoco…………………....144 Conclusiones…………………………………………………………………..………158 Bibliografía……………………………………………………………………..……...165 5 INTRODUCCIÓN Las zonas esmeralderas del departamento de Boyacá se han caracterizado por dos razones: la primera es por ser las mayores productoras de la piedra preciosa del país, y la segunda, por las particularidades sociales y de orden público que allí se presentan, siendo proporcional la relación entre riqueza y violencia. En el occidente de Boyacá, por ejemplo, confluyeron varios intereses particulares que usaron la violencia como método para mantener y perpetuar su poderío económico, político y hasta militar. Es en este sentido que el interés académico se ha concentrado en esta zona del departamento, intentando descifrar las características propias de estos fenómenos sociales. Esta investigación pretende estudiar la influencia que tuvo la presencia de los grupos armados ilegales en oriente de Boyacá entre 1992 y 2006 en la sociedad del municipio de Somondoco, quienes se dedicaban principalmente a la producción de esmeraldas en la región, pero por la presión ocasionada por estos nuevos actores sociales (Narcotraficantes y Paramilitares) debieron enfrentarse a la violencia y los cambios en las condiciones de vida que se generaron en la zona. Asimismo busca analizar los cambios que se generaron en la zona esmeraldera del oriente de Boyacá, con la presencia de grupos armados ilegales en la zona minera (específicamente en el municipio de Chivor), y como estos generaron cambios de manera directa o indirecta en la vida social en el municipio de Somondoco que es vecino a esta zona, en donde se impusieron nuevos criterios sociales orientados a un rápido lucro, logrando descomponer a sectores completos de la comunidad, que pudieron haber normalizado la violencia y la práctica de la misma como algo natural para la consecución de objetivos individuales y grupales. Para acercarnos a la comprensión de estos fenómenos sociales en esta zona productora de esmeraldas, fue necesario retomar los estudios que se han 6 desarrollado en el caso del occidente de Boyacá1, puesto que de la zona oriental son escasas las investigaciones que han abordado esta temática, es así que todas las luces se han enfocado en las guerras de las esmeraldas de Muzo, Coscuez, Borbur, Pauna, La Victoria, etc. de ahí que se abordaron investigaciones de carácter histórico, antropológico y de análisis sociológico, así como tesis de grado y documentos técnicos de estudios minerales, que referenciaban los conflictos sociales presentados en torno a la producción de esmeraldas del occidente de Boyacá. Entre los estudios antropológicos más importantes se resalta el de María Victoria Uribe, que en su texto Limpiar la tierra, Guerra y poder entre esmeralderos2, nos permite un acercamiento a la zona esmeraldera del occidente de Boyacá, teniendo en cuenta la configuración de la sociedad local a partir de la ausencia del Estado y el reemplazo que el capital privado hizo del mismo, tanto en infraestructura como en la violencia organizada. Esta investigación brindó ciertas luces que ayudaron a orientar la investigación en Somondoco, puesto que fue un punto de partida para analizar modelos de organización en esta zona esmeraldera. Por otro lado el texto de José García, y Myriam García, Acumulación de capitales, el marco detrás del conflicto en el Occidente de Boyacá3, que hace un acercamiento a la historia administrativa del manejo de las minas por parte del Estado y la posterior licitación de las mismas, a empresarios privados por la 1 El objetivo es referenciar los estudios que nos parecieron más relevantes en términos de contextualizar el conflicto de la zona minera del occidente de Boyacá, nos sirvió como pilares para la construcción del segundo, tercer y cuarto capítulo, remitirse a la bibliografía al final del documento. En este mismo sentido es necesario aclarar que el estudio realizado de los fenómenos ocurridos en la zona minera del occidente del departamento, tuvieron como propósito tomar como punto de partida las particularidades de esta zona, para analizarlas en la zona esmeraldera de Oriente de Boyacá. Asimismo en la construcción del primer capítulo que se ocupa de la zona occidental, nosbasamos exclusivamente en fuentes secundarias. 2 María Victoria Uribe, Limpiar la tierra: Guerra y poder entre esmeralderos. (Bogotá, Colombia: Cinep, 1992), https://doi.org/10.2307/2516953. 3 José Florentino García-Norato y Myriam Emilce García-Norato, «Acumulación de capitales, el marco detrás del conflicto en el Occidente de Boyacá», Revista De Investigación, Desarrollo E Innovación 9, n. o 2 (2019): 289–301, https://doi.org/10.19053/20278306.v9.n2.2019.9173. 7 incapacidad de ejercer control efectivo de las minas por parte del Banco de la República. Por esta misma línea, la investigadora Angie Menjura4, profundizó sobre el tema de como las multinacionales hicieron presencia analizando la configuración social en las zonas esmeralderas, donde el Estado tiene poca o nula presencia, afirmando que las familias que detentan el poder en estas zonas usan la violencia para defender sus intereses, sobrepasando la capacidad del Estado en términos de garantizar el monopolio de las armas. De esta forma se comenzaron a gestar las dos guerras esmeralderas: la primera de ellas, por la privatización de las minas y el enfrentamiento de los Molina, Murcia contra el ganso Ariza y la segunda entre Víctor Carranza y Luis Murcia “el pequinés”, por el control de las minas de Muzo y Coscuez. Respecto al trabajo que se realizó en Somondoco, estos dos trabajos sirvieron como base para analizar si en el oriente de Boyacá se presentaron fenómenos parecidos. La tesis de pregrado de Lorena Massiel Buitrago Moreno, titulada “De guerras y mujeres, la violencia del occidente de Boyacá, segunda guerra de las esmeraldas 1984 – 1990”5, realiza un trabajo interesante en términos de la construcción de un relato acerca de la segunda guerra verde esmeraldera, pero contextualizando históricamente a la zona minera del occidente de Boyacá, desde la explotación esmeraldera en épocas pre republicanas, pasando por el conflicto que se denominó la primera guerra verde. El enfoque que este trabajo da al relato de las mujeres víctimas del conflicto es valioso, puesto que permite una nueva perspectiva de un fenómeno que ha sido ampliamente estudiado. 4 Angie Gómez Menjura, «De las familias a las multinacionales: Estudio sobre la adaptación de compañías multinacionales al orden local de la zona esmeraldera» (Tesis de pregrado, facultad de ciencias políticas y relaciones internacionales, Pontificia Universidad Javeriana, 2018), 43. https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004. 5 Lorena Massiel Buitrago Moreno, “De guerras y mujeres, la violencia en el occidente de Boyacá, segunda guerra de las esmeraldas 1984-1990.” (Tunja, Universidad Pedagógica y tecnológica de Colombia, 2009). 8 En otro sentido, Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón6, abordan el tema desde los móviles que promueven la economía de guerra, la diferencia del rol entre la coca y las esmeraldas como principio y fin de la violencia, como factor promotor de la violencia y la violencia misma como protectora de este mismo factor. Este documento llamado “Órdenes subsidiarios: Coca, esmeraldas: la guerra y la paz”, fue un buen punto de partida para analizar las relaciones entre el narcotráfico, el paramilitarismo y la explotación de esmeraldas en nuestra zona de estudio. Petrit Baquero con su libro “La nueva guerra verde, ¿quiénes son los nuevos patrones de las esmeraldas en Colombia y por qué se siguen matando?”, realiza un ejercicio importante en términos de intentar ubicar las causas de las nuevas violencias emanadas del conflicto que suscita la búsqueda del monopolio en la extracción de las esmeraldas. En este sentido también es importante el aporte de Jorge Heredia con su tesis de grado titulada “La evolución del sistema político local en un contexto de privatización de la seguridad el caso del occidente de Boyacá”7, en la que afirma que la privatización de la seguridad, o formación de ejércitos privados no obedecieron a dinámicas ideológicas sino más bien a la necesidad de garantizar un control efectivo sobre zonas que representan un flujo de caudal económico fuerte para su propietario. Por otra parte, Carlos Páramo8 aborda el problema desde un análisis cultural de la vida del esmeraldero, tanto del patrón como Gilberto Molina, su relación con la comunidad y la visión que la misma tenia de éste, hasta la construcción social del pequeño guaquero que día a día busca encontrar la gema que lo catapulte a la fortuna. Este trabajo fue interesante porque permitió analizar que semejanzas pudo tener la zona oriental esmeraldera con el occidente de Boyacá, percibir si se 6 Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón, “Órdenes subsidiarios Coca, esmeraldas: la guerra y la paz”, Colombia Internacional 67 (2008): 102–29. 7 Jorge Heredia, “La evolución del sistema político local en un contexto de privatización de la seguridad el caso del occidente de Boyacá” (Bogotá, Colombia, Pontificia universidad javeriana, 2014). 8 Carlos Paramo, “El corrido del minero: hombres y guacas en el occidente de Boyacá”, Maguare, Universidad Nacional de Colombia 25, núm. 1 (2010): 25–109. 9 reprodujeron estos modelos de estructuras de carácter mafioso o de caciques locales, como se construyó su cultura e identidad y esto como incidió en la cotidianidad de la comunidad minera. Siguiendo por esta línea cultural, también se revisaron documentos como el artículo de Helí Valero titulado “El rio minero: matagente, ladrón y fantasmal”9, que con un lenguaje coloquial nos muestra las percepciones culturales que tienen los pobladores de la zona de occidente de Boyacá con el rio minero, un relato ameno pero que aporta pocos elementos de análisis a nuestra investigación que no centró su atención en estos aspectos de los imaginarios sociales. Asimismo extendimos la línea de búsqueda con documentos como “Memoria y enseñanza de la historia del narcotráfico y las guerras esmeralderas. El valor sociocultural del corrido prohibido”10, “Identidad boyacense: cultura popular, florklor y carranga (1960- 1980)”11 y “violencias simbólicas en la provincia de Márquez, departamento de Boyacá, Colombia”12, que centran su atención en la cultura y la música principalmente como dispositivos de la memoria, pero no en el análisis de las condiciones sociales de los esmeralderos y en los conflictos que en estas zonas se han generado. En este mismo sentido de análisis cultural de la región minera del occidente de Boyacá, encontramos el texto del profesor Javier Guerrero Baron, denominado “La maldición de furatena: historia y mito, amor y desamor en las guerras de las 9 Helí Valero, “El rio minero: matagente, ladrón y fantasmal”, Maguaré, núm. 22 (2008): 205–22. 10 Julián Alveiro Almonacid Buitrago y César Jesús Burgos Dávila, “Memoria y enseñanza de la historia del narcotráfico y las guerras esmeralderas. El valor sociocultural del corrido prohibido”, Historia y memoria, núm. 17 (el 14 de agosto de 2018): 91, https://doi.org/10.19053/20275137.n17.2018.7456. 11 Olga Yanet Acuña Rodríguez, Ruth Nayibe Cárdenas Soler, y Julio Aldemar Gómez Castañeda, “Identidad boyacense: cultura popular, floklor y carranga (1960-1980)”, Anuario de Historia Regional y de las Fronteras 24, núm. 1 (el 1 de abril de 2019): 35–56, https://doi.org/10.18273/revanu.v24n1-2019002. 12 Jhon Fredy Pérez-Rivera, “Violencias simbólicas en la provincia de Márquez, departamento de Boyacá, Colombia”, IUSTITIA, núm. 15 (el 13 de diciembre de 2018): 31–55, https://doi.org/10.15332/iust.v0i15.2085. 10 esmeraldas”13, es un documento interesante puesto que aborda el tema de la violencia en el occidente de Boyacá, desde una perspectiva cultural, teniendo en cuenta la visión de los propios habitantes deestas zonas, que veían el desangre de su territorio como algo intrínseco a la región, ya que detrás de las esmeraldas se esconden ambiciones y maldiciones que terminan desencadenando tragedias. En otro sentido, José Gustavo Lenis14 aborda la caracterización del guaquero, realizando una distinción entre el guaquero tradicional que defiende y reproduce su patrimonio, sus ritos y ceremonias y el no tradicional, acercándonos a las prácticas culturales de los mineros y de la comunidad alrededor de las minas, como se relacionan con ellas y como han creado un submundo especifico con las esmeraldas en el centro. Para el caso del oriente de Boyacá, este documento nos permitió hacer un paralelo en distintos aspectos respecto a la figura del guaquero de las minas de Chivor. En este mismo sentido nos acercamos al documento titulado “tras el corazón verde: los vaivenes del conflicto en la región esmeraldera de Colombia”15, el cual nos señala una relación de conflicto por la extracción de esmeraldas, involucrando a privados y el Estado siendo este último incapaz de pacificar la zona, amortiguando un poco la conflictividad con un modelo público- privado al finalizar la segunda guerra de las esmeraldas. Por otro lado, el texto de Johana Parra16 brinda ciertas orientaciones respecto a las formas de organización familiar en el occidente de Boyacá, de acuerdo a la producción de esmeraldas, explicando cómo se forjan las relaciones entre 13 Javier Guerrero Barón, “La maldición de Furatena: historia y mito, amor y desamor en las guerras de las esmeraldas.”, Pensamiento y acción, núm. 10 (2002): 122–30. 14 Gustavo Lenis, “De las guacas a las caletas: tradición y legalidad” (Tesis de maestría, Facultad de ciencias humanas, departamento de antropología, Universidad Nacional de Colombia, 2015). 15 Ralf Leiteritz y Manuel Riaño, “Tras el corazón verde: los vaivenes del conflicto en la región esmeraldera de Colombia”, en Diferentes recursos, conflictos diferentes: La economía política del conflicto armado y la criminalidad en las regiones de Colombia. (Bogotá D.C., Colombia: Ediciones Uniandes, 2018), https://doi.org/10.30778/2018.12. 16 Johanna Parra, “Familia poder y esmeraldas. Relaciones de género y estructura económica minera en el occidente de Boyacá, Colombia”, Instituto colombiano de antropología e historia 42 (2006): 15–53. 11 familiares, sus diferencias respecto a cuándo en la región la economía se centraba en labores agrícolas y como mutaron estas relaciones cuando inicio el boom minero. Brindando algunos elementos de análisis, respecto a la incidencia de las minas de Chivor en el Valle de Tenza. Entrando en el campo de estudio de las principales características de la producción de esmeraldas a nivel económico, encontramos el trabajo de German Alberto Amaya17, que hace un análisis de la producción de esmeraldas en el municipio de Muzo en el occidente de Boyacá. Esto lo realiza teniendo en cuenta las perspectivas económicas, políticas y sociales, en la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del XX. También accedimos a dos libros que realizan una caracterización de dos importantes patrones esmeralderos de Colombia, el primero de ellos fue Víctor Carranza18 que se configuro como el hombre más fuerte de la industria esmeraldera en el siglo XX, con todas sus luces y sombras. El segundo fue Víctor Manuel Quintero19, quien fue uno de los primeros grandes patrones y tuvo como principal base de operaciones el oriente de Boyacá, aunque también fue muy activo en el occidente junto a Carranza. Acercándonos a nuestra zona de estudio, encontramos a Nurys Silva20 que nos aproxima a un estudio de las condiciones sociales de los trabajadores del agro realizado en el municipio de Garagoa (Boyacá). Analizando como el joven busca 17 Germán Alberto Amaya Guío, “Producción de esmeraldas en Muzo-Boyacá durante el Radicalismo Colombiano. Siglo XIX”, Historia Y Espacio 2, núm. 27 (2006), https://doi.org/10.25100/hye.v2i27.4570. 18 Iván Cepeda Castro, Víctor Carranza alias “El Patron”, Primera edición (Cundinamarca, Colombia: Grijalbo, 2012). 19 Alfredo Serrano Zabala, Víctor Quintero el patriarca de las esmeraldas, 2a ed. (Bogotá, Colombia: Doral-Brickell, 2017). 20 Nurys Silva, “Los labradores del azar”, Maguaré, núm. 23 (2009): 471–509, http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/15049. Nurys Silva, “Jóvenes y oficios en la zona rural un análisis sobre formación de ciudadanías, progreso y cambio sociocultural entre los campesinos del Valle de Tenza” (Bogotá, Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 2012). 12 su salida de los espacios agrícolas, siendo atraídos por la idea del “dinero fácil”, que hace que se involucre en la vida de las minas o en la de los cultivos ilícitos, afectando también, en el área de influencia minera, la continuidad de los estudios formales de los jóvenes, ya que estos a veces prefieren desertar del sistema educativo para vincularse de lleno a las labores de explotación de esmeraldas, es así que tomamos este documento como base para entender si en Somondoco también se presentó este fenómeno. Continuando con el seguimiento de la zona, la tesis de grado de Greissy Perilla21 en la cual nos hace una breve caracterización sobre las distintas violencias ejercidas desde finales del siglo XIX hasta la violencia partidista, pero enfocándola a nivel nacional. Pero contrario al título de su trabajo, no ahonda acerca del fenómeno del paramilitarismo en el Valle de Tenza, pero permite visibilizar vacíos que pudieron ser llenados en esta investigación. En este punto decidimos acercarnos a literatura que nos acercara a nuestra zona de estudio, intentando buscar algún destello que nos permitiera encontrar una veta de información que pudiera ser productiva con nuestra investigación, en este sentido abordamos el informe “hidroeléctrica de Chivor, Colombia”22, con una carga demasiado técnica que no aporto luces para nuestro trabajo. Asimismo abordamos la tesis de pregrado titulada ”la conquista hidrosocial del Valle de Tenza”23, la cual nos brindó ciertos aportes acerca de cómo la construcción de la represa de Chivor afecto la vida campesina de las comunidades pertenecientes a la región. De igual manera, estudiamos el documento titulado “el desplazamiento forzado y el despojo de la tierra: efectos de un modelo capitalista de producción en 21 Greissy Perilla, «El silenciamiento del paramilitarismo en el Valle de Tenza» (Tesis de pregrado, Departamento de ciencias sociales, Universidad Pedagógica Nacional, 2015) 22 Gabriel Tobar Guzmán, “Hidroeléctrica de Chivor Colombia”, Informes de la construcción 30, núm. 290 (el 30 de mayo de 1977): 73–85, http://informesdelaconstruccion.revistas.csic.es/index.php/informesdelaconstruccion/article/view/26 71/2983. 23 Martha Correa, “La conquista hidrosocial del Valle de Tenza” (Bogotá, Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 2013). 13 Boyacá. Periodo 1997-2007”24, buscando datos acerca de un posible desplazamiento en la región minera del oriente del departamento, pero no se obtuvieron datos. Para finalizar con el rastreo bibliográfico de la región, encontramos la tesis de pregrado de Dora Monsalve titulada “La humanidad de las semillas sembradas en la santa tierra. La economía campesina en el Valle de Tenza”25, un excelente documento para obtener elementos de análisis de la composición sociocultural de la región, pero que lamentablemente no representó un aporte valioso a nuestra investigación. Finalmente accedimos a documentación de carácter técnico desde distintas dimensiones, tales como el ámbito comercial con títulos como “sector esmeraldero colombiano, factoresque afectan su competitividad internacional”26, en el cual hacen un análisis de las potencialidades comerciales y las limitantes que distintos factores podrían representar dificultades para tales fines. El documento “dimensiones del extractivismo minero en Colombia. Análisis de las racionalidades del gobierno durante la última década”27 presenta un informe técnico generalizado sobre la extracción de minerales, pero no se refiere directamente al sector de las esmeraldas, tal y como lo hace Avellaneda con “Aproximación a la historia ambiental de la minería en Boyacá”28 y “diagnóstico de la explotación de esmeraldas mediante minería artesanal y de pequeña escala en el municipio de 24 Winston González, “El desplazamiento forzado y el despojo de la tierra: efectos de un modelo capitalista de producción en Boyacá. Periodo 1997 – 2007”, Apuntes del cenes 28, núm. 47 (2009): 133–54. 25 Dora Nelly Monsalve, “La humanidad de las semillas sembrada en la santa tierra. La economía campesina en el Valle de Tenza.” (Bogotá, Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 2004). 26 María Jiménez y Montoya Daniela, “Sector esmeraldero colombiano. factores que afectan su competitividad internacional” (Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, 2014). 27 Irene Vélez Torres, “Dimensiones del extractivismo minero en Colombia. Análisis de las racionalidades de gobierno durante la última década.”, Análisis Político 27, núm. 82 (el 1 de septiembre de 2014): 45–57, https://doi.org/10.15446/anpol.v27n82.49283. 28 José Avellaneda, “Aproximación a la historia ambiental de la minería en Boyacá”, Halac, Belo Horizonte III (2013): 208–24. 14 Chivor”29, este último a pesar de tener un título bastante sugestivo en términos de proyectarse como una interesante veta de información, no nos proporcionó luces suficientes, ya que al tratarse de una tesis de la facultad de ingeniería, realizó un ejercicio técnico global sobre la caracterización geográfica y geológica de las minas de Chivor. Debido a la escasa información documental respecto a nuestra área de estudio30, fue necesario acceder a distintas fuentes primarias para poder avanzar en la investigación propuesta, dirigiéndonos a los archivos de la alcaldía, personería y del juzgado de Somondoco, en los cuales se analizaron documentos de distintas dependencias como la secretaria de gobierno, actas del concejo, oficios de despacho dirigidos a distintos entes locales y nacionales, informes de la inspección de policía, copias de folios de la Fiscalía General de la Nación, entre otros. Estos documentos nos dieron elementos de análisis desde varias perspectivas como los conflictos que se presentaron en la zona, las dinámicas sociales que se construyeron en el área de influencia minera. 29 Juan Yair Vaca y Daniel, “Diagnostico de la explotación de esmeraldas mediante minería artesanal y de pequeña escala en el municipio de Chivor.” (Bogotá, Universidad de la Salle, 2018). 30 Respecto al método histórico que nos pareció más eficaz para construir esta investigación, partió de una revisión bibliográfica sobre estudios realizados en torno a la producción esmeraldífera en Boyacá y la violencia de los años 80’s, para tener un contexto sobre la posible relación que se ha planteado entre estos dos fenómenos. Posteriormente, se abordó una recolección y análisis de fuentes primarias, especialmente de las normas mineras y la legislación colombiana, de igual manera se hizo revisión de la prensa local y nacional donde se referenciaba el conflicto que se presentó en la zona Esmeraldera de Oriente, para identificar los principales conflictos y su relación con la producción de esmeraldas en la zona de oriente, igualmente se recurrió a la recolección de relatos de los pobladores de Somondoco, quienes fueron actores directos e indirectos del conflicto y la violencia que se presentó entre 1996 y 2006 en esta zona y se confrontó con fuentes documentales halladas en el Archivo Municipal o Judicial. En una segunda etapa, fue necesario hacer una confrontación de fuentes para limpiar y dato y poder tener más seguridad sobre los efectos y hechos más notorios e influyentes en la zona. En una tercera etapa se inició a sintetizar y construir el texto histórico en donde se resaltan los aspectos más importantes sobre los cambios e influencia de la violencia y el paramilitarismo en la sociedad de Somondoco durante el periodo de estudio. 15 Como también nos apoyamos en la historia oral que nos permitió acceder a la memoria de los pobladores que fueron testigos directos tanto del proceso en las minas de Chivor como en el proceso que se vivió en Somondoco de 1992 a 2006. Otras de las estrategias usadas en la recolección de información para esta investigación, fueron las entrevistas realizadas a pobladores de la región del Valle de Tenza y especialmente de Somondoco; para esta actividad nos apoyamos en la metodología propuesta por la historiadora Isabelle Wiame y el sociólogo Daniel Bertaux que fueron retomados por Ronald Fraser31, en cuanto a la adopción de tres fases de recolección de testimonios para profundizar en la búsqueda de información por medio de la entrevista. La primera de ellas fue la fase exploratoria en la cual se realizaron recolección de datos por medio de entrevistas generales y también un rastreo bibliográfico y de prensa de la década del 90 y 2000; la segunda fase fue la analítica, siguiendo el hilo conductor de los temas más relevantes que se encontraron en la etapa anterior, realizando nuevas entrevistas, concentrándose en los hechos que nos parecieron más pertinentes; finalmente, en la tercera etapa denominada de saturación se repitieron en los diferentes testimonios las mismas ideas, los mismos hechos, los mismos lugares. Ya identificados los distintos hechos que actuaron como pilares en nuestra investigación, iniciaremos el rastreo en los distintos archivos: siendo estos los judiciales, de la alcaldía, de prensa, etc. Buscando verificarlos, sustentarlos e interpretarlos. De esta manera podemos afianzarnos, por medio de la repetición que varios actores de la comunidad hicieron y su contraste con fuentes escritas32. 31 Ronald Fraser, “La Historia Oral como historia desde abajo”, Ayer 12 (1993): 79–92. 32 En este sentido la investigadora Pilar Folguera afirma que “Las fuentes orales deben ser tratadas de igual forma que las fuentes escritas: debe admitirse la subjetividad implícita en ellas, y por ello deben realizarse las acotaciones necesarias para establecer su veracidad y verificarse de igual forma que los documentos escritos, a partir de la consulta de todas las fuentes de información al alcance de los historiadores: fuentes hemerográficas y bibliográficas, documentos privados y datos estadísticos”. Es en este sentido que se contrastaron los distintos testimonios con otras fuentes escritas, como las fuentes de prensa y los mismos archivos consultados, fortaleciendo así el corpus 16 Desde una perspectiva teórica que buscó involucrar a las voces desde abajo, nos pareció pertinente enfocar la investigación desde las nociones sociológicas de Max Weber y la historia social desde los planteamientos de Edward Palmer Thompson33, que la planteó como una visión desde abajo, como la interpretación de los sentires y los imaginarios del pueblo. Estos pueden ser frente a una coyuntura nacional, como consecuencia de una acción de opresión o como la búsqueda de una transformación real de su realidad inmediata34. Este planteamiento se circunscribe en que lo social no debe entenderse como algo inmóvil y cerrado, como la concepción que propone el marxismo clásico que entiende la conformación de la sociedad como un producto dependiente de lasuperestructura económica. Thompson rompe con este esquema, al proponer que el tema económico no debe ser el enfoque principal, puesto que deja de lado la cultura y las normas en los cuales se organiza el modo de producción. Este análisis cerrado, el cual es controvertido por el autor, se puede realizar para comprender los movimientos y fluctuaciones de arriba. Pero para analizar a los de abajo, es necesario cambiar el enfoque para facilitar la comprensión y por ende la transformación. argumental de nuestro relato histórico. Pilar Folguera, “Como se hace historia oral”, (Madrid, España: Eudema, 1994) 19. 33 Edward Palmer Thompson (1924-1993). Historiador británico, en su juventud militó en el partido comunista, lo que definió su línea de pensamiento política como un compromiso de vida. Durante el transcurso de la segunda guerra mundial, observo el surgimiento de movimientos populares, pero posteriormente, en plena guerra fría, comprendió que esta disputa entre potencias sofocaba cualquier intento de organización popular autentica. En 1956, con la invasión soviética a Hungría, rompió con el partido comunista y se convirtió en contradictor de la política exterior soviética, pero siguiendo con los postulados marxistas que lo definirían como sujeto político y como historiador. En 1963 escribió la formación de la clase obrera en Inglaterra, siendo esta una gran contribución para la historiografía social y para la comprensión de la historia desde abajo, realizando también un análisis de las clases sociales, alejadas de los postulados marxistas ortodoxos. María Concepción Martínez Omaña, «La Historia en Edward Palmer Thompson: aproximaciones a su obra y aportes a la historia de los de abajo», Convergencia Revista de Ciencias Sociales, n. o 10/11 (1996): 139-49, https://doi.org/10.29101/crcs.v0i10/11.9688. 34 Edward Thompson, Historia social y antropología, 1994. a ed. (México D.F: Instituto Mora, 1994), https://doi.org/10.1145/2505515.2507827. 17 Esta forma de comprender la estructura social brinda importantes insumos teóricos para la investigación, puesto que no podemos determinar que con el inicio de la explotación de esmeraldas se configuraron automáticamente las relaciones sociales entre comunidad-comunidad y comunidad-capitalista dueño del medio de producción, sino que la construcción de estas nuevas relaciones sociales, o relaciones de clase, van a estar mediadas por la cultura y esta misma se va a transformar para acoplarse a las nuevas realidades. Por esto mismo, para comprender que es una clase social, debemos acercarnos al texto La formación de la clase obrera en Inglaterra35, en el cual Thompson plantea que: “Por clase, entiendo un fenómeno histórico que unifica una serie de sucesos dispares y aparentemente desconectados, tanto por lo que se refiere a la materia prima de la experiencia, como a la conciencia. Y subrayo que se trata de un fenómeno histórico. No veo la clase como una “estructura” ni siquiera como una “categoría”, sino como algo que tiene lugar de hecho (y se puede demostrar que ha ocurrido) en las relaciones humanas”36 Este análisis de la concepción de clase, se aleja de los postulados marxistas tradicionales, que la ven como algo innato e inevitable mientras exista la explotación del hombre por el hombre. Thompson plantea las clases como interdependientes entre sí, no puede existir una sin la otra, o aparecer determinada clase de manera espontánea, es una relación intrínseca que depende de la “gente real en un contexto real”37 En este sentido, el autor nos propone que la clase solo existen cuando un grupo de sujetos, como resultado de una serie de experiencias comunes, reconocen 35 Edward Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, 1989. (Barcelona, España: Editorial Crítica, 1963). 13 36 Edward Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, 13. 37 Edward Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra. 14. 18 intereses similares y los diferencian con otro grupo de hombres que tienen intereses disimiles. Es aquí cuando Thompson plantea que hay dos momentos que estructuran la definición de clase. En primer lugar está la experiencia de clase que se enmarca por las relaciones de producción y en segundo lugar encontramos la conciencia de clase, que es demostrada por prácticas culturales. Estas pueden ser las tradiciones, los sistemas de valores, estructuras institucionales propias. El autor aclara que la existencia de una conciencia de clase no está determinada por la experiencia de clase, por lo tanto no se puede prever las condiciones de su surgimiento ni la composición de la misma. En el caso de la configuración social del municipio de Somondoco y la influencia que tuvo la producción de esmeraldas en cuanto a ser punto de encuentro de grupos armados ilegales, es ineludible acercarnos a esta definición, puesto que nos permite acercarnos a las prácticas sociales de los mineros, su sistema de valores en el ámbito privado y público, las relaciones que desarrollaron con los grandes esmeralderos, sus opuestos de clase. Para establecer, según Thompson, relaciones productivas concretas, es necesario en un primer lugar dar paso a las congruencias que permiten estructurar un sistema de normas básicas, mediante las cuales se realizan unos acuerdos mínimos y cada clase ocupa su lugar en el modo de producción, permitiendo la supervivencia. En segundo lugar se encuentra la contradicción que desnuda los conflictos inherentes a las formas de explotación y por último el cambio involuntario que se refiere a factores exógenos como adelantos tecnológicos, descubrimiento de nuevas vetas de esmeraldas, la incursión del paramilitarismo o el narcotráfico en las zonas de influencia que se piensan trabajar. Estos nuevos factores perturbaran el equilibrio de los modos de producción e inciden directamente en la esencia cultural de las clases afectadas38. 38 Thompson. 16. 19 Para comprender la conformación de estructuras sociales nuestra zona de investigación, debemos partir de nociones sociológicas que permitan abordar con mayor solidez los fenómenos sociales que se tejieron en torno a la explotación de esmeraldas en el municipio de Somondoco durante el periodo comprendido entre 1984 a 2006. Para abordar el estudio histórico, se ha retomado a Max Weber39, quien plantea un análisis que nos acercan a varios conceptos que están íntimamente ligados a esta investigación, como el de acción social, definido como la que el sujeto ejerce para incidir de manera consciente o inconsciente en otro u otros. Estas pueden ser acciones pasadas, presentes o futuras y están categorizadas de la siguiente manera: racional con arreglo a fines, que buscan objetivos en común previamente analizados y sopesados por los actores involucrados; Racional con arreglo a valores, determinada por la creencia consciente de una estructura moral, ética o religiosa que incide en la conducta común y la tradicional que está determinada por unas costumbres arraigadas40. Es importante iniciar con el análisis de este concepto y cuál fue su nivel de inserción en el espacio de estudio, para determinar teóricamente, cuáles fueron las motivaciones que impulsaron a sectores de la sociedad somondocana a organizarse en torno a la explotación de las esmeraldas y configurar así, una estructura definida de comunidad y sociedad. Para que esta acción social tenga efecto, debe existir la legitimidad que puede ser garantizada por la interiorización del individuo y esta puede estar determinada por varios factores. El primeroes por la entrega sentimental que es puramente afectiva. Seguido por el tipo racional con arreglo a valores, que es la creencia 39 Max Weber (1864-1920) fue un teórico alemán de la sociología moderna, que enfoco su trabajo en las cuestiones culturales que incidieron en los fenómenos históricos que determinaron la formación del capitalismo. De igual manera, su preocupación académica partía de comprender cuales son las condiciones que determinan las interacciones sociales y estas como configuran la sociedad. Realizando análisis desde la economía, las relaciones de poder, las instituciones, las formas de dominación, entre otras. 40 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 2002. a ed. (Madrid, España: Fondo de cultura económica, 1922) 20. 20 absoluta de su validez por los valores supremos que representan, sean estos estéticos, morales o de otro tipo. De carácter religioso que se fundamenta en la creencia de la existencia de un bien de salvación. También se puede dar de manera externa por la expectativa de las consecuencias o por intereses determinados. El orden de la legitimidad se determina en función del otorgamiento del mandato que se da por una autoridad considerada como legítima y el acatamiento que se tenga de la misma41. En este sentido, pretendemos identificar cuáles fueron las condiciones sociales e históricas que legitimaron las nuevas estructuras sociales que se tejieron en torno a la producción esmeraldera, delimitando las particularidades de la configuración de comunidad y sociedad. Estas se diferencian porque la primera se encuentra enmarcada en la acción social que es determinada por un sentimiento subjetivo para constituir un todo. Y la sociedad está establecida por intereses racionales con arreglo a valores o a fines, que configuran una unión de objetivos que desencadenan en un pacto intrínseco entre sujetos. Por otra parte, la Relación Social se divide en dos categorías; abierta y cerrada. Es abierta cuando esta no limita a nadie para participar y este en situación de formar parte de ella. Es cerrada cuando está limitada o condicionada por el sentido de acción. La delimitación de abierta o cerrada es determinada por el carácter tradicional, afectivo o racional con arreglo a fines42, como por ejemplo una pequeña elite con privilegios, una familia o una sociedad mutual. En el caso de los mineros somondocanos, se pretende comprender las relaciones sociales tanto en el ámbito privado, su familia, como en la esfera pública y su interacción con sus pares y superiores en distintos espacios de la comunidad. De igual manera, es necesario comprender estos intercambios sociales, sean abiertos o cerrados, desde la óptica del ejercicio del poder. 41 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 27. 42 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 27. 21 Este concepto es definido como “la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad43 y la dominación es entendida como la obediencia de un mandato y que este sea comprendido y ejecutado por un grupo de personas de forma rápida, casi automática. Ya con la construcción social, configurada por la formación de las estructuras encargadas de la producción de esmeraldas, el cuadro administrativo organizado por estas y la legitimidad intrínseca entre los patrones, mineros y comunidad en general, se constituyen formas de poder legítimo de carácter público y privado en la zona. Emanado desde los patrones, las empresas, el paramilitarismo y el estado. Por lo tanto confluyen fuerzas legales e ilegales que ejercen control sobre la sociedad. Esta se denomina asociación por dominación y se enmarca en la delimitación de un cuadro administrativo. En este caso existen distintos tipos: la primera es la política, cuando dentro de un espacio geográfico, existe una amenaza de coerción física por parte del cuadro administrativo, como las violencias de carácter privado (paramilitarismo, estructuras armadas de los patrones de las minas); el segundo es el estado que garantiza la coerción física y su monopolio legítimo de la violencia, en búsqueda de fortalecer y mantener los poderes gubernamentales. En este campo es necesario analizar la inserción estatal, desde el aparato legal y el posible ejercicio de la violencia para garantizar el cumplimiento de la normatividad de carácter minero. De acuerdo con Weber, la dominación sobre una sociedad se asegura y se vuelve efectiva cuando existe un cuadro administrativo que asegura el cumplimiento del mandato, ya sea esta por obediencia profunda hacia quien instaura el mandato o por arreglo a fines racionales, afectivos o tradicionales44. 43 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 43. 44 Weber. 170-197. 22 Entre los tres tipos de dominación legitima, delimitadas por el autor45, están: Racional, que se destaca por la creencia en la legalidad con la que se ejerce el mandato dentro de un grupo social; Tradicional, es la creencia de la costumbre que emana desde tiempos lejanos y por ende esto le da legitimidad al mandato; y por último la carismática, que se entrega al heroísmo y vocación de una persona para convertirse en líder de un grupo social para buscar el desarrollo conjunto. Para comprender las estructuras de poder en nuestra zona de estudio, es importante dirimir entre los tres tipos de dominación y definir cual tuvo mayor incidencia en las configuraciones sociales del municipio y por lo tanto analizar sus factores legitimadores. En este sentido, Weber sintetiza que: “Consiguientemente, entendemos aquí por "dominación" un estado de cosas por el cual una voluntad manifiesta ("mandato") del "dominador" o de los "dominadores" influye sobre los actos de otros (del "dominado" o de los "dominados"), de tal suerte que en un grado socialmente relevante estos actos tienen lugar como si los dominados hubieran adoptado por sí mismos y como máxima de su obrar el contenido del mandato ("obediencia")”46 Por esta razón el mandato es válido y por lo tanto la obediencia a los factores racionales como la conveniencia, la costumbre, convencimiento de la rectitud o por el miedo a las consecuencias de no seguirlo o cumplirlo. En el caso específico de la investigación que se va a realizar sobre la incidencia social que la explotación de esmeraldas tuvo en el municipio de Somondoco, es interesante acercar la lupa a la definición de dominación tradicional, concretamente al ámbito de dominación patriarcal. 45 Weber. 172. 46 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 699. 23 Esta es delimitada por la existencia de “un señor y unos vasallos”, esta relación se da por la costumbre y por la fidelidad que el súbdito le tiene al señor. El cuerpo administrativo depende directamente del señor, estos son familiares, parientes, amigos, funcionarios domésticos u otros elementos que estén ligados por vínculos de fidelidad. Para dar una mayor claridad al documento se dividió en cuatro capítulos; el primero de ellos se ocupa de las dinámicas del proceso de producción de esmeraldas en el occidente de Boyacá y el papel del Estado para ejercer control de las mismas, de igual manera se ocupa de cómo los particulares lograron acceder a las minas, construyendo un emporio local en el cual se transformaron en el verdadero poder por encima de las instituciones legalmente establecidas y que configuraron el origen de las conocidas guerras verdes que elevaron a la categoría dezares a varios empresarios de las esmeraldas en Colombia, como el caso del conocido Víctor Carranza Niño. El segundo capítulo traslada el foco investigativo a la región del oriente de Boyacá y el sur del Casanare, ocupándose del estudio del paramilitarismo en esta zona, contextualizando el fenómeno a nivel nacional e indagando acerca de la Autodefensas Campesinas del Casanare, el bloque Centauros y la cruenta guerra entre estos dos grupos paramilitares que azotó a los municipios de esta zona, de igual manera se ocupa de la influencia de algunos esmeralderos, en la conformación y presencia de grupos ilegales y especialmente de expresiones paramilitares en la zona esmeraldera del oriente boyacense. En el tercer capítulo, nos trasladamos a la zona esmeraldera del oriente boyacense, exactamente a la mina de Chivor, analizando un caso poco estudiado como el del máximo patrón esmeraldero de la zona, Víctor Manuel Quintero, apodado como el “patriarca de las esmeraldas”, cuya experiencia evidencia la presencia de los grupos paramilitares en la zona, ya que fue despojado de sus minas por el accionar de estos grupos. 24 En el último capítulo de esta investigación, se analiza como la presencia de grupos al margen de la ley, en este caso de los paramilitares en la zona, junto con el abandono estatal, incidieron en municipios satélites de la zona minera, en este caso Somondoco, en donde se evidencio un incremento de la violencia cotidiana de particulares, delincuencia organizada y la presencia del narcotráfico que se instaló en el municipio como epicentro de laboratorios de procesamiento de cocaína. Al final se encuentran las conclusiones que buscan dar luces sobre el alcance de la investigación y las posibilidades que puede brindar a otras investigaciones ya que esta es novedosa al ser el primer trabajo que se centra directamente en el tema de las relaciones entre la producción de esmeraldas, el paramilitarismo y el narcotráfico en el oriente de Boyacá. Como se planteó en líneas anteriores, los resultados de la investigación permiten referenciar la presencia del paramilitarismo, narcotráfico y conflicto social en esta zona esmeraldera del oriente de Boyacá, a partir de retomar las voces de los pobladores y analizar con detenimiento el caso del occidente para orientarnos respecto a los cambios y continuidades que se pudieron presentar en nuestra área de estudio. De igual manera se abordó de manera directa el fenómeno del paramilitarismo en la zona minera del oriente de Boyacá y el sur del Casanare, como base para futuras investigaciones. Pese a las limitaciones que supone un trabajo con un objeto de estudio poco investigado, se parte de algo etéreo, al no tener una base bibliográfica en la cual pararse, pero al mismo tiempo, pretende ser una plataforma para que distintos investigadores puedan encontrar algunos insumos básicos para profundizar en distintos enfoques que por las limitantes propias de esta investigación y en el marco de la pandemia en la cual nos tuvimos que mover para lograr concretar este trabajo. 25 En términos investigativos la región de influencia minera del oriente de Boyacá y en especial las minas de Chivor se encuentran en un estado virgen, por lo tanto cada capítulo busca abrir perspectivas de estudio que puedan impulsar a nuevos investigadores que pretendan ahondar en estos temas. Dejamos a disposición este trabajo, que puede ser usado como una plantilla por los académicos que decidan usarlo como una centelleante pepita verde que ilumina una veta rica en información, 26 Capítulo I: De lo nacional a lo local, contextualización de la explotación de esmeraldas, conflictos y caracterización de los territorios en Boyacá. Las esmeraldas en Colombia han formado un campo gravitatorio por el cual han orbitado distintas problemáticas sociales como el abandono estatal, la pobreza extrema, grandes capitales que han conformado verdaderos ejércitos privados, violencia extrema ante la mirada de un Estado incapaz de ejercer un control real dentro de estos territorios, etc. De esta manera se fueron configurando unas zonas turbulentas, que verían correr ríos de sangre y en cuyo lecho descansarían las ansiadas piedras preciosas. Debido a los altos índices de violencia y los picos que alcanzaron ribetes de verdaderas guerras, los intereses de distintos investigadores han recaído en la zona del occidente de Boyacá, epicentro de las llamadas guerras verdes, a las cuales nos referiremos más adelante. En Colombia las principales zonas de producción esmeraldera se encuentran ubicadas en el departamento de Boyacá, las cuales están divididas en dos: la zona occidental (Ver Figura No. 1) que tiene como limites los departamentos de Santander al norte, Cundinamarca al Sur y Antioquia al occidente; y esta la zona oriental que limita al nororiente con el Departamento del Casanare y al suroccidente con Cundinamarca. La Federación Nacional de Esmeraldas de Colombia (Fedesmeraldas) ha delimitado estas zonas en los llamados “cinturones”, en donde especifica cuáles son los municipios productores de esmeraldas47. 47 Los municipios que componen el cinturón occidental son: “Otanche, Muzo, Quípama, La Victoria, Pauna y Briceño en Boyacá; Florián, La Belleza, Albania y Tunungua en Santander y La Palma, Caparrapí, Yacopí y Topaipí en el departamento de Cundinamarca. Y el cinturón oriental incluye municipios de los departamentos de Boyacá y Cundinamarca, entre los cuales se encuentran: “Chivor, Gachalá, Ubalá, Gachetá, Gama y Junin”. Fedesmeraldas, “Estudio de caracterización del sector esmeraldífero así como de la cadena productiva colombiana de la esmeralda y la joyería: Informe fase II y III”, 2015, 108. German Reyes et al., “Memoria Geología del cinturon esmeraldifero occidental”, Informe de avance (Bogotá D.C., Colombia: Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas), 2006). 27 Teniendo en cuenta la importancia que ha tenido tradicionalmente la producción de esmeraldas en Boyacá, en este capítulo se abordan aspectos relevantes respecto a las transformaciones legislativas que tuvo la producción de esmeraldas durante el siglo XIX y primera parte del XX, intentando acercarnos a la concepción que el Estado tuvo sobre la explotación de las esmeraldas y el valor que le dio a este proceso. De igual manera explica los conflictos sociales desprendidos desde la acumulación de capitales alrededor de esta piedra preciosa, tomando como punto de partida la concentración de poder económico, político y hasta militar de grupos legales e ilegales, formando una especie de estados paralelos o paraestados, dejando entrever las limitaciones del Estado formal colombiano, para ejercer soberanía real en estos territorios, en donde la ley la imponía el patrón de las esmeraldas. Figura 1. Ubicación de municipios mineros en el occidente de Boyacá. Modificación propia a partir de imagen tomada de referencia de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Colombia_-_Boyaca_-_Somondoco.svg 28 El estudio de estos conflictos está centrado en la zona occidental del departamento de Boyacá, lamentablemente el lente académico no ha realizado el giro al cinturón oriental, por lo tanto, tomamos como base y punto de partida los trabajos realizados en el occidente, para luego poder explicar las particularidades de nuestra zona de estudio en capítulos posteriores. Finalmente, abordamos la zona del Valle de Tenza, partiendo de los pocos trabajos que se han publicado al respecto y que no se refieren al tema que estamos trabajando. Sin embargo, es importante realizar este ejercicio para contextualizarnos geográfica y socialmente en el territorio en el cual se desarrolla esta investigación. 1.1 Contexto histórico: Del occidente al oriente,antecedentes inmediatos de la explotación de esmeraldas y el clima social en la zona minera. Para comprender que sucedió en la zona minera del oriente del departamento de Boyacá, es necesario tomar como punto de partida los antecedentes inmediatos de la explotación de esmeraldas y las distintas transformaciones sociales que se evidenciaron en el occidente. Analizando procesos como los intentos que han tenido los distintos gobiernos para regularizar la producción de esmeraldas, las consecuencias reales que tuvieron estos intentos y sobretodo comprender como se formaron los grandes capitales privados de los empresarios de las esmeraldas y cuál fue su rol en las guerras verdes. Estas problemáticas se han mantenido constantes a lo largo de la historia, cambiando la forma, pero conservando las dificultades de fondo que desencadenaron épocas de terror y violencia. Al respecto, investigadores como María Victoria Uribe y Jesús Paniagua Pérez anotan que desde el periodo colonial, la corona española había intentado centralizar la producción con el objetivo de detener el contrabando de esmeraldas, nombrando superintendentes de minas y 29 contratando tasadores de piedras48. Pero aun así se sostenía el clima de ilegalidad, producto de la falta de organización de la corona para hacer presencia y maximizar los rendimientos de estas piedras preciosas, como también de la pobreza extrema a la que estaban sometidos los pobladores de las zonas mineras49. A pesar de los intentos de los administradores coloniales, que procuraron organizar la producción de las minas por medio de la subasta de arrendamiento de las minas para ser explotadas por particulares, no encontraron a nadie que hubiese querido hacerse cargo de este tema, por lo que terminaron abandonando las productivas minas en 179250. Ya en el siglo XIX, se observa un interés por la tenencia y posesión de las minas por parte de manos privadas, esto puede explicarse por el desconocimiento que se tenía sobre las riquezas naturales en el territorio nacional, por esto los que se enriquecían eran los gobiernos regionales en abierta tensión con el gobierno central por los beneficios económicos. En este sentido, German Alberto Amaya51, plantea que las guerras que se presentaron en del siglo XIX, más que por una contraposición ideológica entre liberales y conservadores, centralistas y federalistas o librecambistas y proteccionistas, buscaron el poder para promover intereses particulares de unas elites regionales, tal y como sucedió con los políticos del estado soberano de Boyacá que reclamaban la propiedad de las minas al gobierno central. En esta era de convulsión política y su subsecuente anormalidad normativa, se presentaron varios cambios legislativos respecto a la explotación de las 48 Jesús Paniagua, “Problemas en la extracción de perlas y esmeraldas en el Nuevo Reino de Granada: el informe de Pedro Puch (1766)”, Historia Caribe 8, núm. 23 (2013): 38. 187. 49 María Victoria Uribe, Limpiar la tierra: Guerra y poder entre esmeralderos, (Bogotá, Colombia: Cinep, 1992), https://doi.org/10.2307/2516953. 68. 50 Uribe. 90. 51 Amaya Guío, “Producción de esmeraldas en Muzo-Boyacá durante el Radicalismo Colombiano, Siglo XIX". Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (2006). 4. 30 esmeraldas. En 1858 el Estado Colombiano tomó posesión de las tierras baldías, incluyendo la propiedad de las minas de esmeraldas52, pero 5 años después, por la constitución de Rionegro, las minas se adjudicaron a particulares. El 14 de diciembre 1871 se expidió el decreto 1214, que reforzó la premisa de que las minas podrían ser explotadas libremente53, de igual manera podrían hacerlo en las minas que fuesen descubiertas, siempre y cuando no fuesen poseídas directamente por la república54. En este sentido el gobierno fue bastante claro en delimitar cuales eran las minas que pertenecían a la república55, las cuales eran las de Muzo56 Y Coscuez57. Finalmente, mediante el artículo 202 de la constitución política de 1886 se estableció que: “pertenecen a la república de Colombia…las minas de oro, de plata, de platino y de piedras preciosas que existan en el territorio nacional, sin perjuicio de los derechos que por leyes anteriores hayan adquirido los descubridores y explotadores sobre algunas de ellas”58. Por lo tanto se recalcó que las minas que pertenecían a los antiguos Estados Soberanos pasaban a 52 Constitución política para la Confederación Granadina. Capitulo II. De los bienes y cargas de la Confederación. Art 6. Son bienes de la Confederación; parágrafo 4, Las minas de esmeraldas y de sal gemma, estén o no en tierras baldías. 53 Según la investigadora Eylenth Pinilla y German Amaya Guio, la libre explotación de las esmeraldas por parte de particulares en las minas de Muzo, tuvo como consecuencia que las ganancias producidas por la minería de esmeraldas fueran centralizadas por algunas familias pertenecientes a la elite. Eylenth Andrea Pinilla Cañón, “Esmeraldas de Muzo y Coscuez en Colombia: Entre el periodo de explotación directa y el cese de actividades, 1933-1945.” (Morelia, Mexico, Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo, 2020). 65. Germán Alberto Amaya Guio, “Producción de Esmeraldas en Muzo Boyacá Durante el Radicalismo Colombiano. Siglo XIX”, Universidad Pedagógica y Tecnólogica de Colombia, 2006, 16.4. 54 En el caso de las minas de Somondoco, se especifica que estas fueron explotadas durante la colonia y que no se tiene noticias de ningún tipo de producción en ellas, por lo tanto se presume que están abandonadas y el gobierno no reclama posesión sobre ellas, entendiéndose que se podrían explotar de forma libre sin entrar en disputas con la república. De igual manera no se tiene registro de la actividad de explotación en estas minas, ya que como veremos en legislaciones posteriores, todo el aparato jurídico se enfoca en el occidente, para ser más específicos en las minas de Muzo, Coscuez y desde mediados del siglo XX, Peñas Blancas. 55 Presidencia de Colombia. Decreto 1214 de 1871 del 14 de diciembre. 56 Siendo estas: "San Antonio," "Jerena," "El Aguardiente," "Las ánimas," "El playon," "La isla," "Miguel Ruiz," "Jaramillo" y otras menos importantes. Art 2 del Decreto 1214/1871 del 14 de diciembre. 57 Siendo estas: "Coscuez", "San Márcos", "Doña Urraca", "La Guacamaya", "La Chapa", "Támbrias". Art 2 del Decreto 1214/1871 del 14 de diciembre. 58 Constitución política de Colombia de 1886. 31 manos del gobierno central, pero se respetaron los títulos que los particulares habían adquirido previamente sobre ellas. Durante la primera mitad del siglo XX, no existieron muchos cambios en materia legislativa, con el código de minas de 1887 se formalizaba el proceso de adjudicación de minas que no estuvieran tituladas, como minas abandonadas o que se encontraran en un terreno privado y estas no fueran explotadas, los interesados debían cumplir con una serie de requisitos legales para poder ser beneficiados, como estar constituidos en una sociedad legalmente formada. En el caso de las minas de Muzo, durante la década de 1920 se otorgaron contratos de explotación a firmas extranjeras, como a la Lonard Roserthal y Freres de Paris, pero por diversas complicaciones en el apartado legal, no se pudo llegar a buen puerto para finiquitar el proceso, clausurando la mina en 1927. Luego fue reabierta entre 1933 y 1938 realizando procesos de explotación directa buscando satisfacer las demandas del mercado internacional.59 En el año de 1938 se sumó otro trámite que fue el proceso de matrícula minera y este tenía como función, conservar la acreditación al Estado como propietario de la mina. A partir de este año, vuelven a ser clausuradas las minas de Muzo60.El 18 de mayo de 1940 se firmó el decreto 968 que creó el Ministerio de Minas y Petróleos, que en sus consideraciones preliminares manifestó el objetivo de organizar y coordinar la labor de los productores nacionales con el gobierno central, defender la riqueza minera y especializar la explotación de minas e hidrocarburos61. De igual manera en 1932 por medio del decreto 566, se había instaurado el modelo de concesión para explotar minerales y metales preciosos en los lechos de los ríos. Quince años más tarde en 1947, este modelo se expandió 59 Pinilla Cañón, “Esmeraldas de Muzo y Coscuez en Colombia: Entre el periodo de explotación directa y el cese de actividades, 1933-1945.” 66. 60 Pinilla Cañón. 66. 61 Presidencia de la república de Colombia. Decreto 968 de 1940, por el cual se crea el Ministerio de Minas y Petróleos y se modifica la organización del Ministerio de la Economía Nacional. 32 para cubrir a los metales no preciosos y sustancias minerales no metálicas, por lo tanto cubrió a las esmeraldas62. Para el caso de las minas ya existían desde el siglo XIX, los contratos de explotación y comercialización de esmeraldas, por lo tanto es una práctica que se continuó en el siglo XX. A mediados del siglo XX, el gobierno nacional en cabeza de Alberto Lleras Camargo, expidió la ley 145 de 1959 en la cual proclama que las minas de esmeraldas solo pueden ser explotadas mediante permiso otorgado por el gobierno, y este no será superior a 5 años, esto siempre y cuando el particular pudiese demostrar que era el propietario de la mina63. Aun así, el Estado se reserva el derecho de vender las esmeraldas que se produzcan en el país, esto quiere decir que así la explotación hubiese estado a cargo de un particular, por un permiso otorgado por el Estado, siempre y cuando hubiera demostrado propiedad sobre la mina, las esmeraldas extraídas debían ser consignadas en el Banco de la República, quien se encargaría de tasarlas, comprarlas o venderlas, en calidad de consignatario, si el banco las vende la distribución de la ganancia se distribuye de la siguiente manera: “…le corresponderá al Banco un dos y medio por ciento (2 ½%) por concepto de comisión, y el saldo se distribuirá así: el doce y medio por ciento (12 ½%) para la Nación; el doce y medio por ciento (12 ½%) para el Municipio donde se encuentren ubicados los yacimientos; y el setenta y cinco por 62 En este sentido, el interesado debía presentar una propuesta de concesión al ministerio de minas, luego el ministerio emitía una resolución en la que declaraba si admitía la propuesta. En el caso de haber varios oferentes, se privilegiaba al primer proponente, siempre y cuando su solicitud se ajustara a los requerimientos exigidos. Luego de superar estos procesos, se celebraba el contrato de concesión. Este modelo reafirmaba la propiedad del Estado sobre el recurso minero. Angelika Rettberg, Juan Felipe Ortiz, y Sandra Yañez, Legislando minas Breve recuento de la legislación minera en Colombia (1829-2001), Centro de estudios sobre desarrollo económico, Universidad de Los Andes (2014). 63 De igual manera esta ley orientó el procedimiento sobre terrenos privados, en donde se presumía que había un yacimiento de esmeraldas, pero el propietario dedicaba la superficie a otras labores, como la agrícola. En este caso el dueño del terreno no podría oponerse a la explotación de la mina, pero si cobraría una indemnización por los perjuicios que considerase afectan su producción. Si no se llegaba a una conciliación, el alcalde del municipio ordenaría a un perito hacer el avaluó de la zona afectada y fijaría un precio, que sería inapelable por alguna de las partes. Art 5 de la Ley 145/1959. 33 ciento (75%) restante, para el beneficiario del permiso”64. Acaparando de esta manera el comercio de estas piedras. De esta manera se le garantizó al particular el 75% de la ganancia que se obtuvo de la venta de la esmeralda, pero bajo la medida que el mismo Banco de la Republica establecía mediante la tasación que realizaba de la piedra. En este mismo decreto encontramos dos propuestas que buscaron acabar con la minería ilegal, la primera estuvo enfocada en convencer a los mineros ilegales a tomar la senda de la legalidad, vinculando su negocio con el Estado y este a su vez le brindaría amplia participación en las ganancias. Es así que la primera parte del articulado de esta ley, explicó los procesos de legalización de la propiedad que se debían llevar a cabo, la situación de los terrenos donde hubiese yacimientos pero que se encontraran bajo otro enfoque productivo que no necesariamente tenía que ver con la minería y por último se ofrece al productor privado tres cuartas partes de las ganancias totales. En la segunda parte, el articulado adquirió un tono amenazante, aclarando las penas a las que incurriría el que se atreviera a explotar las minas de manera ilegal, siéndole decomisadas las esmeraldas extraídas e incurriendo en una pena de seis meses a cinco años de prisión sin beneficio de libertad provisional. Un ejemplo de la zanahoria y el garrote en una ley de tan solo 19 artículos. El Banco de la Republica ya venía haciendo trabajos de explotación desde 1947, ejerciendo un control parcial sobre la minería clandestina e intentando modernizar los métodos productivos65, por lo tanto esta ley tenía como función reforzar esta presencia estatal y delimitar acciones punitivas sobre los que pretendieran explotar esmeraldas por fuera de estos lineamientos, tal y como se evidencia en el artículo 10 el cual plasmó las penas a prisión que tuviese quien incurriera en tales 64 Congreso nacional de Colombia. Ley 145/1959, Por la cual se dictan disposiciones sobre esmeraldas, articulo 7. 65 María Victoria Uribe, Limpiar la tierra, guerra y poder entre esmeralderos (Bogotá, Colombia: Cinep, 1992). 92. 34 actividades. De igual manera especificó que las esmeraldas que hubiesen sido explotadas sin permiso o fuesen encontradas de manera accidental, serían decomisadas por el Banco de la República. Este tipo de medidas, puso a una parte de la población que subsistía de la explotación de las esmeraldas al otro lado de la legalidad, de manera inconsulta y hasta arbitraria, sacando del negocio a familias y particulares que habían amasado alguna fortuna gracias al beneficio que les trajo esta gema, por lo tanto no claudicaron en sus esfuerzos por seguir siendo participes de estas millonarias ganancias. Normativamente el Banco de la Republica tendría todas las herramientas para controlar el mercado, pero la realidad material en el transcurso de la década del 60 mostraría que la explotación ilegal de particulares desbordaría el control del banco, así como la ausencia estatal en las zonas mineras. Esto se debió a varios factores, el primero de ellos es el abandono endémico al que el Estado ha sometido a esta región minera, desde la época colonial, transitando por el siglo XIX y ya en la mitad del siglo XX, los pobladores de estas zonas construyeron una realidad en la que la autoridad política, militar y moral recae en el patrón. Por lo tanto incomodó la presencia del Banco de la Republica, puesto que se asumió al Estado como un elemento foráneo, casi invasor que llegaba a quitarles las esmeraldas que les pertenecían a los originarios de estas tierras. En este sentido Carlos Paramo afirma que: “…los habitantes de la región suelen definir la zona como una que, a lo largo de su historia, nunca ha sido reconocida por el Estado en su proyecto de construcción de la nacionalidad y, antes bien, como una que ha mantenido una fuerte resistencia a sus formas administrativas y gubernamentales… ello se evidencia en: A) la autogestióny autofinanciación de la infraestructura pública de los municipios esmeralderos (carreteras, aeropuertos, escuelas, etc.); B) la reticencia a cualquier participación del Estado en la resolución de los conflictos armados en la zona -prefiriendo usualmente la mediación de la 35 Iglesia, personificada en el Arzobispado de Chiquinquirá- y C) el reconocimiento de la poca confianza que deposita el Estado en el manejo autónomo de las regalías producidas por la explotación minera.”66 Estas resistencias se acentuaron con el descubrimiento de las minas de Peñas Blancas de la zona minera de Muzo, que iniciaron una especie de fiebre verde en la zona, radicalizando al guaquero que justificaría su accionar mediante el lema de “la mina para el que la trabaja” e impidiendo la entrada a agentes del Banco de la Republica67. De esta manera, con una importante reserva de esmeraldas bajo la tierra, con un Estado incapaz de hacer cumplir las leyes que promulga, porque el Banco de la Republica no tuvo la capacidad de monopolizar la explotación de esmeraldas y hacer efectiva la ley 145 de 1959, y una población totalmente reacia a someterse a un Estado que consideran foráneo y hostil, que solo llegaba a sus tierras a quitarles sus riquezas, se abonó el camino para que los grandes esmeralderos se transformaran en el poder real de la región. Siendo la suma de estos factores la chispa que iniciaría la conflagración que incendiaria toda la zona esmeraldera del occidente de Boyacá y se generara allí un espacio de violencia permanente durante la segunda mitad del siglo XX, que ha sido conocido como la guerra de las esmeraldas, a la cual nos referiremos a continuación. 1.1.1 Primera guerra verde En marzo de 1961, en el corregimiento de San Pablo de Borbur, un trabajador de la hacienda Peñas Blancas, llamado Juvencio Morales, encontró en una cueva varias esmeraldas68. Estas piedras se caracterizaron por su gran calidad, 66 Carlos Paramo, “El corrido del minero: hombres y guacas en el occidente de boyacá”, Maguaré 25, núm. 1 (2011): 25–109. 36-37. 67 Paramo. 37. 68 Petrit Baquero, La nueva guerra verde: ¿quiénes son los nuevos patrones de las esmeraldas en Colombia y por qué se siguen matando? (Bogotá: Planeta, 2017). 18. 36 mostrando un color verde intenso con matices transparentes. El descubrimiento de la mina de Peñas Blancas potencio el mercado ilegal de explotación de esmeraldas, pasando del 15 al 57 por ciento69. La revelación de esta fuente de riqueza trajo consigo el recrudecimiento de la violencia, varios grupos y familias que se habían configurado alrededor de la riqueza generada por el mercado negro de las esmeraldas, comenzaron a disputarse el privilegio de explotación de esta nueva mina. Es en este nuevo escenario de ilegalidad, los grupos que más concentraron capital se convirtieron en un poder real dentro de la zona minera. Los pobladores de estos territorios veían como se producían inmensas fortunas por la riqueza que se escondía bajo la tierra, pero igual los nativos seguían condenados a la miseria. Podríamos decir que el occidente de Boyacá era un triste mendigo sentado sobre un trono de esmeraldas70, o como lo anotaría el Monseñor Juan Norberto Forero “el occidente de Boyacá es una región rica con gente pobre; básicamente, porque el negocio de las esmeraldas ha sido monopolizado por unos pocos”71. Esa era la triste realidad social de los pueblos mineros. En el transcurso de la década del 60 se habían configurado ciertos círculos con poder dentro de las zonas mineras, representados por sus patrones: Mario Moreras, Pablo Orjuela, Isauro Murcia, “Los Buches” Castillo, Parmenio Molina y Rafael Orjuela72. La falta de presencia estatal y los capitales que circulaban en la zona, producto de las ganancias de la comercialización de las esmeraldas, hicieron que los patrones se configuraran como un poder paralelo al Estado. De esta manera la gente de las zonas de influencia minera percibió a los 69 Baquero. 19. Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón, “Ordenes subsidiarios Coca, esmeraldas: la guerra y la paz”, Colombia Internacional 67 (2008): 102–29. 109. 70 Parafraseamos un dicho popular peruano dice que “el Perú es un mendigo sentado sobre un trono de oro”, esta frase fue atribuida al investigador italiano Giovanni Antonio Raimondi dell'Acqua, pero no hay registros de la misma en sus obras. 71 Jorge Heredia, “La evolución del sistema político local en un contexto de privatización de la seguridad el caso del occidente de Boyacá” (Tesis de pregrado, Facultad de ciencias políticas y relaciones internacionales, Pontificia Universidad Javeriana, 2014). 21. 72 Uribe, Limpiar la tierra, guerra y poder entre esmeralderos. 95. 37 esmeralderos como un poder real, al cual le debían obediencia y respeto, puesto que eran estos los que construían carreteras, colegios y otras obras de infraestructura, asimismo eran los que administraban el poder militar en la zona73. Una orden del patrón era una ley no escrita, pero aun así, se cumplía a cabalidad. Con la nueva fiebre verde, producto del descubrimiento y explotación de la productiva mina de peñas blancas, el grupo más poderoso74 que hacia presencia en la zona, conocido como “La Pesada”75, debió enfrentarse a rivales de peso, como es el caso de Mario Moreras Fajardo. En este contexto, “La Pesada” contrata al legendario bandolero Efraín González Téllez como jefe militar, para ejercer control violento en la zona esmeraldera. Durante cuatro años hizo presencia permanente en el territorio cometiendo masacres, homicidios selectivos y secuestros. Por estas acciones arrecio la persecución estatal en su contra, ya que secuestró al hijo de Martin “El gallino” Vargas, un rico terrateniente de Boyacá76. En 1965 asaltó una estación en la 73 Heredia, “La evolución del sistema político local en un contexto de privatización de la seguridad el caso del occidente de Boyacá”. 23. 74 Se puede entender que grupos como “La Pesada” se fueron fortaleciendo por la legitimidad que representaban sobre la población que dependía de los ingresos emanados por la explotación de las esmeraldas. Estos mismos que fueron ilegalizados por el Estado colombiano mediante la ley 145 de 1959. Estos grupos habían acumulado fortunas, convirtiéndose en patrones esmeralderos que detentaban su poder por la legitimidad que le otorgaron sus fortunas, sus acciones que buscaron reemplazar al Estado en muchos aspectos de la vida cotidiana construyendo carreteras, colegios y demás aportes a la infraestructura municipal. Hablamos del concepto de “legitimidad” desde la lectura que realizó Max Weber en términos de que esta no necesariamente se encuentra ligada a la “legalidad”, sino que también puede encontrarse por la tradición, en cuanto a la validez que otorga lo que siempre ha existido, como los guaqueros que siempre explotaron las minas sin intervención o regulación de un Estado que consideraban foráneo, asimismo en este contexto eran frecuentes los patrones que acumularon sus riquezas de manera tradicional que en este momento se transformó en formas ilegales. En este mismo sentido la legitimidad también se encuentra por lo que Weber denomina creencia afectiva que es la revelación del arquetipo de lo ejemplar o del deber ser. Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva. 30-31. 75 Esta era integrada por Isauro Murcia, Olmedo Murcia, Vidal Álvarez y Virgilio Ávila. María Victoria Uribe, Limpiar la tierra, guerra y poder entre esmeralderos. 98. 76 Efrain Gonzalez participo en enero de 1965 en el secuestro de uno de los hijos y un nieto de Martin “El Gallino” Vargas, que era parte de la elite Bogotana y quien había amasado una extensa fortuna
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