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Esmeraldas--paramilitarismo-y-narcotrafico-Somondoco

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1 
 
ESMERALDAS, PARAMILITARISMO Y NARCOTRÁFICO, VIOLENCIAS QUE 
ORBITAN ALREDEDOR DEL MUNICIPIO DE SOMONDOCO – BOYACÁ 1992 A 
2006. 
 
 
Por: 
OMAR ALEXANDER HERRERA BRAND 
 
 
 
 
 
 
 
Trabajo de grado para optar por el título de: 
MAGISTER EN HISTORIA 
 
 
 
 
 
Asesorado por: 
BLANCA ACUÑA RODRÍGUEZ 
Dra. en Historia 
 
 
 
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA 
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN 
ESCUELA DE POSGRADOS 
MAESTRÍA EN HISTORIA 
TUNJA 
2022 
2 
 
 
Agradecimientos 
 
 
A mí Mamá y hermano, que siempre fueron modelo de sacrificio y bondad infinita 
hacia los demás. 
A mí amada compañera de vida Adriana, que me cobijo con su ternura infinita en 
los momentos más difíciles de este proceso. 
A mi directora de tesis, profesora Blanca Acuña, que gracias a su invaluable guía 
esta investigación vio la luz. 
Infinitamente agradecido con mis informantes que le dieron vida a la historia por 
medio de sus relatos y son los verdaderos responsables del éxito que este trabajo 
pueda tener, siempre me sentiré profundamente honrado de haber sido el receptor 
de sus narraciones. 
Al sistema educativo público del cual soy hijo desde la infancia y siempre lo 
defenderé para que muchos otros tengan las mismas oportunidades que yo tuve. 
A la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, por permitirme la 
oportunidad de ser parte del programa de Maestría en Historia, fui muy feliz en 
cada seminario, en cada tutoría, en cada espacio que compartí con mis excelentes 
docentes y compañeros, gracias por todo el conocimiento, gracias por la alegría, 
gracias por todo. 
 
 
 
3 
 
CONTENIDOS 
Introducción……………………………………………………………………...……….5 
Capítulo I: De lo nacional a lo local, contextualización de la explotación de 
esmeraldas, conflictos y caracterización de los 
territorios………………………………………………………………………...………26 
1.1 Contexto histórico: Del occidente al oriente, antecedentes inmediatos 
de la explotación de esmeraldas y el clima social en la zona 
minera………………………………………………………………………….…...28 
1.1.1 La primera guerra verde……………………………………………..….35 
1.1.2 La segunda guerra verde……………………………………………..…42 
1.2 Contexto regional y local, el Valle de Tenza y Somondoco.………..47 
Capitulo II: Una breve reseña del surgimiento del fenómeno paramilitar en 
Colombia y la configuración del paramilitarismo que orbitó en la zona 
esmeraldera del oriente de Boyacá……………………………………………..…..54 
2.1 El surgimiento del fenómeno paramilitar en 
Colombia…………………..54 
2.1.1 El laboratorio paramilitar de Puerto 
Boyacá…………………………………………………………………….59 
2.1.2 Etapas del fenómeno paramilitar……………………………………….62 
2.2 El paramilitarismo en Casanare y Boyacá…………………………….65 
2.2.1 Los masetos y carranceros……………………………………...68 
2.2.2 Las autodefensas campesinas del Casanare……………..…..73 
2.2.3 El bloque Centauros……………………………………….…….79 
2.2.4 La guerra entre paramilitares…………………………...……....81 
4 
 
Capitulo III: La zona esmeraldera del oriente de Boyacá, centro de 
operaciones del “patriarca de las esmeraldas”, Víctor Manuel 
Quintero……………………………………………………………..…………………...88 
3.1 Víctor Manuel Quintero, de Somondoco a las minas de 
Chivor……………………………………………………………………….…90 
3.1.1 Crónica del despojo…………………..……………………….…92 
3.2 Paramilitarismo verde esmeralda……………………..………………....105 
Capitulo IV: Somondoco. La cotidianidad de la violencia y la inserción del 
narcotráfico……………………………………………………..….………………….119 
4.1 Somondoco, la cotidianidad de la violencia………………………....123 
4.2 El narcotráfico orbita alrededor de Somondoco…………………....144 
Conclusiones…………………………………………………………………..………158 
Bibliografía……………………………………………………………………..……...165 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
INTRODUCCIÓN 
Las zonas esmeralderas del departamento de Boyacá se han caracterizado por 
dos razones: la primera es por ser las mayores productoras de la piedra preciosa 
del país, y la segunda, por las particularidades sociales y de orden público que allí 
se presentan, siendo proporcional la relación entre riqueza y violencia. En el 
occidente de Boyacá, por ejemplo, confluyeron varios intereses particulares que 
usaron la violencia como método para mantener y perpetuar su poderío 
económico, político y hasta militar. Es en este sentido que el interés académico se 
ha concentrado en esta zona del departamento, intentando descifrar las 
características propias de estos fenómenos sociales. 
Esta investigación pretende estudiar la influencia que tuvo la presencia de los 
grupos armados ilegales en oriente de Boyacá entre 1992 y 2006 en la sociedad 
del municipio de Somondoco, quienes se dedicaban principalmente a la 
producción de esmeraldas en la región, pero por la presión ocasionada por estos 
nuevos actores sociales (Narcotraficantes y Paramilitares) debieron enfrentarse a 
la violencia y los cambios en las condiciones de vida que se generaron en la zona. 
Asimismo busca analizar los cambios que se generaron en la zona esmeraldera 
del oriente de Boyacá, con la presencia de grupos armados ilegales en la zona 
minera (específicamente en el municipio de Chivor), y como estos generaron 
cambios de manera directa o indirecta en la vida social en el municipio de 
Somondoco que es vecino a esta zona, en donde se impusieron nuevos criterios 
sociales orientados a un rápido lucro, logrando descomponer a sectores completos 
de la comunidad, que pudieron haber normalizado la violencia y la práctica de la 
misma como algo natural para la consecución de objetivos individuales y grupales. 
Para acercarnos a la comprensión de estos fenómenos sociales en esta zona 
productora de esmeraldas, fue necesario retomar los estudios que se han 
6 
 
desarrollado en el caso del occidente de Boyacá1, puesto que de la zona oriental 
son escasas las investigaciones que han abordado esta temática, es así que todas 
las luces se han enfocado en las guerras de las esmeraldas de Muzo, Coscuez, 
Borbur, Pauna, La Victoria, etc. de ahí que se abordaron investigaciones de 
carácter histórico, antropológico y de análisis sociológico, así como tesis de grado 
y documentos técnicos de estudios minerales, que referenciaban los conflictos 
sociales presentados en torno a la producción de esmeraldas del occidente de 
Boyacá. 
Entre los estudios antropológicos más importantes se resalta el de María Victoria 
Uribe, que en su texto Limpiar la tierra, Guerra y poder entre esmeralderos2, nos 
permite un acercamiento a la zona esmeraldera del occidente de Boyacá, teniendo 
en cuenta la configuración de la sociedad local a partir de la ausencia del Estado y 
el reemplazo que el capital privado hizo del mismo, tanto en infraestructura como 
en la violencia organizada. Esta investigación brindó ciertas luces que ayudaron a 
orientar la investigación en Somondoco, puesto que fue un punto de partida para 
analizar modelos de organización en esta zona esmeraldera. 
Por otro lado el texto de José García, y Myriam García, Acumulación de capitales, 
el marco detrás del conflicto en el Occidente de Boyacá3, que hace un 
acercamiento a la historia administrativa del manejo de las minas por parte del 
Estado y la posterior licitación de las mismas, a empresarios privados por la 
 
1
 El objetivo es referenciar los estudios que nos parecieron más relevantes en términos de 
contextualizar el conflicto de la zona minera del occidente de Boyacá, nos sirvió como pilares para 
la construcción del segundo, tercer y cuarto capítulo, remitirse a la bibliografía al final del 
documento. En este mismo sentido es necesario aclarar que el estudio realizado de los fenómenos 
ocurridos en la zona minera del occidente del departamento, tuvieron como propósito tomar como 
punto de partida las particularidades de esta zona, para analizarlas en la zona esmeraldera de 
Oriente de Boyacá. Asimismo en la construcción del primer capítulo que se ocupa de la zona 
occidental, nosbasamos exclusivamente en fuentes secundarias. 
2
 María Victoria Uribe, Limpiar la tierra: Guerra y poder entre esmeralderos. (Bogotá, Colombia: 
Cinep, 1992), https://doi.org/10.2307/2516953. 
3
 José Florentino García-Norato y Myriam Emilce García-Norato, «Acumulación de capitales, el 
marco detrás del conflicto en el Occidente de Boyacá», Revista De Investigación, Desarrollo E 
Innovación 9, n.
o
 2 (2019): 289–301, https://doi.org/10.19053/20278306.v9.n2.2019.9173. 
7 
 
incapacidad de ejercer control efectivo de las minas por parte del Banco de la 
República. Por esta misma línea, la investigadora Angie Menjura4, profundizó 
sobre el tema de como las multinacionales hicieron presencia analizando la 
configuración social en las zonas esmeralderas, donde el Estado tiene poca o nula 
presencia, afirmando que las familias que detentan el poder en estas zonas usan 
la violencia para defender sus intereses, sobrepasando la capacidad del Estado en 
términos de garantizar el monopolio de las armas. De esta forma se comenzaron a 
gestar las dos guerras esmeralderas: la primera de ellas, por la privatización de las 
minas y el enfrentamiento de los Molina, Murcia contra el ganso Ariza y la segunda 
entre Víctor Carranza y Luis Murcia “el pequinés”, por el control de las minas de 
Muzo y Coscuez. Respecto al trabajo que se realizó en Somondoco, estos dos 
trabajos sirvieron como base para analizar si en el oriente de Boyacá se 
presentaron fenómenos parecidos. 
La tesis de pregrado de Lorena Massiel Buitrago Moreno, titulada “De guerras y 
mujeres, la violencia del occidente de Boyacá, segunda guerra de las esmeraldas 
1984 – 1990”5, realiza un trabajo interesante en términos de la construcción de un 
relato acerca de la segunda guerra verde esmeraldera, pero contextualizando 
históricamente a la zona minera del occidente de Boyacá, desde la explotación 
esmeraldera en épocas pre republicanas, pasando por el conflicto que se 
denominó la primera guerra verde. El enfoque que este trabajo da al relato de las 
mujeres víctimas del conflicto es valioso, puesto que permite una nueva 
perspectiva de un fenómeno que ha sido ampliamente estudiado. 
 
4
 Angie Gómez Menjura, «De las familias a las multinacionales: Estudio sobre la adaptación de 
compañías multinacionales al orden local de la zona esmeraldera» (Tesis de pregrado, facultad de 
ciencias políticas y relaciones internacionales, Pontificia Universidad Javeriana, 2018), 43. 
https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004. 
5
 Lorena Massiel Buitrago Moreno, “De guerras y mujeres, la violencia en el occidente de Boyacá, 
segunda guerra de las esmeraldas 1984-1990.” (Tunja, Universidad Pedagógica y tecnológica de 
Colombia, 2009). 
8 
 
En otro sentido, Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón6, abordan el tema desde los 
móviles que promueven la economía de guerra, la diferencia del rol entre la coca y 
las esmeraldas como principio y fin de la violencia, como factor promotor de la 
violencia y la violencia misma como protectora de este mismo factor. Este 
documento llamado “Órdenes subsidiarios: Coca, esmeraldas: la guerra y la paz”, 
fue un buen punto de partida para analizar las relaciones entre el narcotráfico, el 
paramilitarismo y la explotación de esmeraldas en nuestra zona de estudio. 
Petrit Baquero con su libro “La nueva guerra verde, ¿quiénes son los nuevos 
patrones de las esmeraldas en Colombia y por qué se siguen matando?”, realiza 
un ejercicio importante en términos de intentar ubicar las causas de las nuevas 
violencias emanadas del conflicto que suscita la búsqueda del monopolio en la 
extracción de las esmeraldas. En este sentido también es importante el aporte de 
Jorge Heredia con su tesis de grado titulada “La evolución del sistema político 
local en un contexto de privatización de la seguridad el caso del occidente de 
Boyacá”7, en la que afirma que la privatización de la seguridad, o formación de 
ejércitos privados no obedecieron a dinámicas ideológicas sino más bien a la 
necesidad de garantizar un control efectivo sobre zonas que representan un flujo 
de caudal económico fuerte para su propietario. 
Por otra parte, Carlos Páramo8 aborda el problema desde un análisis cultural de la 
vida del esmeraldero, tanto del patrón como Gilberto Molina, su relación con la 
comunidad y la visión que la misma tenia de éste, hasta la construcción social del 
pequeño guaquero que día a día busca encontrar la gema que lo catapulte a la 
fortuna. Este trabajo fue interesante porque permitió analizar que semejanzas 
pudo tener la zona oriental esmeraldera con el occidente de Boyacá, percibir si se 
 
6
 Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón, “Órdenes subsidiarios Coca, esmeraldas: la guerra y la 
paz”, Colombia Internacional 67 (2008): 102–29. 
7
 Jorge Heredia, “La evolución del sistema político local en un contexto de privatización de la 
seguridad el caso del occidente de Boyacá” (Bogotá, Colombia, Pontificia universidad javeriana, 
2014). 
8
 Carlos Paramo, “El corrido del minero: hombres y guacas en el occidente de Boyacá”, Maguare, 
Universidad Nacional de Colombia 25, núm. 1 (2010): 25–109. 
9 
 
reprodujeron estos modelos de estructuras de carácter mafioso o de caciques 
locales, como se construyó su cultura e identidad y esto como incidió en la 
cotidianidad de la comunidad minera. 
Siguiendo por esta línea cultural, también se revisaron documentos como el 
artículo de Helí Valero titulado “El rio minero: matagente, ladrón y fantasmal”9, que 
con un lenguaje coloquial nos muestra las percepciones culturales que tienen los 
pobladores de la zona de occidente de Boyacá con el rio minero, un relato ameno 
pero que aporta pocos elementos de análisis a nuestra investigación que no centró 
su atención en estos aspectos de los imaginarios sociales. Asimismo extendimos 
la línea de búsqueda con documentos como “Memoria y enseñanza de la historia 
del narcotráfico y las guerras esmeralderas. El valor sociocultural del corrido 
prohibido”10, “Identidad boyacense: cultura popular, florklor y carranga (1960-
1980)”11 y “violencias simbólicas en la provincia de Márquez, departamento de 
Boyacá, Colombia”12, que centran su atención en la cultura y la música 
principalmente como dispositivos de la memoria, pero no en el análisis de las 
condiciones sociales de los esmeralderos y en los conflictos que en estas zonas 
se han generado. 
En este mismo sentido de análisis cultural de la región minera del occidente de 
Boyacá, encontramos el texto del profesor Javier Guerrero Baron, denominado “La 
maldición de furatena: historia y mito, amor y desamor en las guerras de las 
 
9
 Helí Valero, “El rio minero: matagente, ladrón y fantasmal”, Maguaré, núm. 22 (2008): 205–22. 
10
 Julián Alveiro Almonacid Buitrago y César Jesús Burgos Dávila, “Memoria y enseñanza de la 
historia del narcotráfico y las guerras esmeralderas. El valor sociocultural del corrido prohibido”, 
Historia y memoria, núm. 17 (el 14 de agosto de 2018): 91, 
https://doi.org/10.19053/20275137.n17.2018.7456. 
11
 Olga Yanet Acuña Rodríguez, Ruth Nayibe Cárdenas Soler, y Julio Aldemar Gómez Castañeda, 
“Identidad boyacense: cultura popular, floklor y carranga (1960-1980)”, Anuario de Historia 
Regional y de las Fronteras 24, núm. 1 (el 1 de abril de 2019): 35–56, 
https://doi.org/10.18273/revanu.v24n1-2019002. 
12
 Jhon Fredy Pérez-Rivera, “Violencias simbólicas en la provincia de Márquez, departamento de 
Boyacá, Colombia”, IUSTITIA, núm. 15 (el 13 de diciembre de 2018): 31–55, 
https://doi.org/10.15332/iust.v0i15.2085. 
10 
 
esmeraldas”13, es un documento interesante puesto que aborda el tema de la 
violencia en el occidente de Boyacá, desde una perspectiva cultural, teniendo en 
cuenta la visión de los propios habitantes deestas zonas, que veían el desangre 
de su territorio como algo intrínseco a la región, ya que detrás de las esmeraldas 
se esconden ambiciones y maldiciones que terminan desencadenando tragedias. 
 
En otro sentido, José Gustavo Lenis14 aborda la caracterización del guaquero, 
realizando una distinción entre el guaquero tradicional que defiende y reproduce 
su patrimonio, sus ritos y ceremonias y el no tradicional, acercándonos a las 
prácticas culturales de los mineros y de la comunidad alrededor de las minas, 
como se relacionan con ellas y como han creado un submundo especifico con las 
esmeraldas en el centro. Para el caso del oriente de Boyacá, este documento nos 
permitió hacer un paralelo en distintos aspectos respecto a la figura del guaquero 
de las minas de Chivor. En este mismo sentido nos acercamos al documento 
titulado “tras el corazón verde: los vaivenes del conflicto en la región esmeraldera 
de Colombia”15, el cual nos señala una relación de conflicto por la extracción de 
esmeraldas, involucrando a privados y el Estado siendo este último incapaz de 
pacificar la zona, amortiguando un poco la conflictividad con un modelo público-
privado al finalizar la segunda guerra de las esmeraldas. 
 
Por otro lado, el texto de Johana Parra16 brinda ciertas orientaciones respecto a 
las formas de organización familiar en el occidente de Boyacá, de acuerdo a la 
producción de esmeraldas, explicando cómo se forjan las relaciones entre 
 
13
 Javier Guerrero Barón, “La maldición de Furatena: historia y mito, amor y desamor en las guerras 
de las esmeraldas.”, Pensamiento y acción, núm. 10 (2002): 122–30. 
14
 Gustavo Lenis, “De las guacas a las caletas: tradición y legalidad” (Tesis de maestría, Facultad 
de ciencias humanas, departamento de antropología, Universidad Nacional de Colombia, 2015). 
15
 Ralf Leiteritz y Manuel Riaño, “Tras el corazón verde: los vaivenes del conflicto en la región 
esmeraldera de Colombia”, en Diferentes recursos, conflictos diferentes: La economía política del 
conflicto armado y la criminalidad en las regiones de Colombia. (Bogotá D.C., Colombia: Ediciones 
Uniandes, 2018), https://doi.org/10.30778/2018.12. 
16
 Johanna Parra, “Familia poder y esmeraldas. Relaciones de género y estructura económica 
minera en el occidente de Boyacá, Colombia”, Instituto colombiano de antropología e historia 42 
(2006): 15–53. 
11 
 
familiares, sus diferencias respecto a cuándo en la región la economía se centraba 
en labores agrícolas y como mutaron estas relaciones cuando inicio el boom 
minero. Brindando algunos elementos de análisis, respecto a la incidencia de las 
minas de Chivor en el Valle de Tenza. 
 
Entrando en el campo de estudio de las principales características de la 
producción de esmeraldas a nivel económico, encontramos el trabajo de German 
Alberto Amaya17, que hace un análisis de la producción de esmeraldas en el 
municipio de Muzo en el occidente de Boyacá. Esto lo realiza teniendo en cuenta 
las perspectivas económicas, políticas y sociales, en la segunda mitad del siglo 
XIX y primera mitad del XX. 
También accedimos a dos libros que realizan una caracterización de dos 
importantes patrones esmeralderos de Colombia, el primero de ellos fue Víctor 
Carranza18 que se configuro como el hombre más fuerte de la industria 
esmeraldera en el siglo XX, con todas sus luces y sombras. El segundo fue Víctor 
Manuel Quintero19, quien fue uno de los primeros grandes patrones y tuvo como 
principal base de operaciones el oriente de Boyacá, aunque también fue muy 
activo en el occidente junto a Carranza. 
Acercándonos a nuestra zona de estudio, encontramos a Nurys Silva20 que nos 
aproxima a un estudio de las condiciones sociales de los trabajadores del agro 
realizado en el municipio de Garagoa (Boyacá). Analizando como el joven busca 
 
17
 Germán Alberto Amaya Guío, “Producción de esmeraldas en Muzo-Boyacá durante el 
Radicalismo Colombiano. Siglo XIX”, Historia Y Espacio 2, núm. 27 (2006), 
https://doi.org/10.25100/hye.v2i27.4570. 
18
 Iván Cepeda Castro, Víctor Carranza alias “El Patron”, Primera edición (Cundinamarca, 
Colombia: Grijalbo, 2012). 
19
 Alfredo Serrano Zabala, Víctor Quintero el patriarca de las esmeraldas, 2a ed. (Bogotá, 
Colombia: Doral-Brickell, 2017). 
20
 Nurys Silva, “Los labradores del azar”, Maguaré, núm. 23 (2009): 471–509, 
http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/15049. Nurys Silva, “Jóvenes y 
oficios en la zona rural un análisis sobre formación de ciudadanías, progreso y cambio sociocultural 
entre los campesinos del Valle de Tenza” (Bogotá, Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 
2012). 
12 
 
su salida de los espacios agrícolas, siendo atraídos por la idea del “dinero fácil”, 
que hace que se involucre en la vida de las minas o en la de los cultivos ilícitos, 
afectando también, en el área de influencia minera, la continuidad de los estudios 
formales de los jóvenes, ya que estos a veces prefieren desertar del sistema 
educativo para vincularse de lleno a las labores de explotación de esmeraldas, es 
así que tomamos este documento como base para entender si en Somondoco 
también se presentó este fenómeno. 
Continuando con el seguimiento de la zona, la tesis de grado de Greissy Perilla21 
en la cual nos hace una breve caracterización sobre las distintas violencias 
ejercidas desde finales del siglo XIX hasta la violencia partidista, pero enfocándola 
a nivel nacional. Pero contrario al título de su trabajo, no ahonda acerca del 
fenómeno del paramilitarismo en el Valle de Tenza, pero permite visibilizar vacíos 
que pudieron ser llenados en esta investigación. 
En este punto decidimos acercarnos a literatura que nos acercara a nuestra zona 
de estudio, intentando buscar algún destello que nos permitiera encontrar una veta 
de información que pudiera ser productiva con nuestra investigación, en este 
sentido abordamos el informe “hidroeléctrica de Chivor, Colombia”22, con una 
carga demasiado técnica que no aporto luces para nuestro trabajo. Asimismo 
abordamos la tesis de pregrado titulada ”la conquista hidrosocial del Valle de 
Tenza”23, la cual nos brindó ciertos aportes acerca de cómo la construcción de la 
represa de Chivor afecto la vida campesina de las comunidades pertenecientes a 
la región. De igual manera, estudiamos el documento titulado “el desplazamiento 
forzado y el despojo de la tierra: efectos de un modelo capitalista de producción en 
 
21
 Greissy Perilla, «El silenciamiento del paramilitarismo en el Valle de Tenza» (Tesis de pregrado, 
Departamento de ciencias sociales, Universidad Pedagógica Nacional, 2015) 
22
 Gabriel Tobar Guzmán, “Hidroeléctrica de Chivor Colombia”, Informes de la construcción 30, 
núm. 290 (el 30 de mayo de 1977): 73–85, 
http://informesdelaconstruccion.revistas.csic.es/index.php/informesdelaconstruccion/article/view/26
71/2983. 
23
 Martha Correa, “La conquista hidrosocial del Valle de Tenza” (Bogotá, Colombia, Universidad 
Nacional de Colombia, 2013). 
13 
 
Boyacá. Periodo 1997-2007”24, buscando datos acerca de un posible 
desplazamiento en la región minera del oriente del departamento, pero no se 
obtuvieron datos. 
Para finalizar con el rastreo bibliográfico de la región, encontramos la tesis de 
pregrado de Dora Monsalve titulada “La humanidad de las semillas sembradas en 
la santa tierra. La economía campesina en el Valle de Tenza”25, un excelente 
documento para obtener elementos de análisis de la composición sociocultural de 
la región, pero que lamentablemente no representó un aporte valioso a nuestra 
investigación. 
Finalmente accedimos a documentación de carácter técnico desde distintas 
dimensiones, tales como el ámbito comercial con títulos como “sector esmeraldero 
colombiano, factoresque afectan su competitividad internacional”26, en el cual 
hacen un análisis de las potencialidades comerciales y las limitantes que distintos 
factores podrían representar dificultades para tales fines. El documento 
“dimensiones del extractivismo minero en Colombia. Análisis de las racionalidades 
del gobierno durante la última década”27 presenta un informe técnico generalizado 
sobre la extracción de minerales, pero no se refiere directamente al sector de las 
esmeraldas, tal y como lo hace Avellaneda con “Aproximación a la historia 
ambiental de la minería en Boyacá”28 y “diagnóstico de la explotación de 
esmeraldas mediante minería artesanal y de pequeña escala en el municipio de 
 
24
 Winston González, “El desplazamiento forzado y el despojo de la tierra: efectos de un modelo 
capitalista de producción en Boyacá. Periodo 1997 – 2007”, Apuntes del cenes 28, núm. 47 (2009): 
133–54. 
25
 Dora Nelly Monsalve, “La humanidad de las semillas sembrada en la santa tierra. La economía 
campesina en el Valle de Tenza.” (Bogotá, Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 2004). 
26
 María Jiménez y Montoya Daniela, “Sector esmeraldero colombiano. factores que afectan su 
competitividad internacional” (Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, 2014). 
27
 Irene Vélez Torres, “Dimensiones del extractivismo minero en Colombia. Análisis de las 
racionalidades de gobierno durante la última década.”, Análisis Político 27, núm. 82 (el 1 de 
septiembre de 2014): 45–57, https://doi.org/10.15446/anpol.v27n82.49283. 
28
 José Avellaneda, “Aproximación a la historia ambiental de la minería en Boyacá”, Halac, Belo 
Horizonte III (2013): 208–24. 
14 
 
Chivor”29, este último a pesar de tener un título bastante sugestivo en términos de 
proyectarse como una interesante veta de información, no nos proporcionó luces 
suficientes, ya que al tratarse de una tesis de la facultad de ingeniería, realizó un 
ejercicio técnico global sobre la caracterización geográfica y geológica de las 
minas de Chivor. 
Debido a la escasa información documental respecto a nuestra área de estudio30, 
fue necesario acceder a distintas fuentes primarias para poder avanzar en la 
investigación propuesta, dirigiéndonos a los archivos de la alcaldía, personería y 
del juzgado de Somondoco, en los cuales se analizaron documentos de distintas 
dependencias como la secretaria de gobierno, actas del concejo, oficios de 
despacho dirigidos a distintos entes locales y nacionales, informes de la 
inspección de policía, copias de folios de la Fiscalía General de la Nación, entre 
otros. Estos documentos nos dieron elementos de análisis desde varias 
perspectivas como los conflictos que se presentaron en la zona, las dinámicas 
sociales que se construyeron en el área de influencia minera. 
 
29
 Juan Yair Vaca y Daniel, “Diagnostico de la explotación de esmeraldas mediante minería 
artesanal y de pequeña escala en el municipio de Chivor.” (Bogotá, Universidad de la Salle, 2018). 
30
 Respecto al método histórico que nos pareció más eficaz para construir esta investigación, partió 
de una revisión bibliográfica sobre estudios realizados en torno a la producción esmeraldífera en 
Boyacá y la violencia de los años 80’s, para tener un contexto sobre la posible relación que se ha 
planteado entre estos dos fenómenos. Posteriormente, se abordó una recolección y análisis de 
fuentes primarias, especialmente de las normas mineras y la legislación colombiana, de igual 
manera se hizo revisión de la prensa local y nacional donde se referenciaba el conflicto que se 
presentó en la zona Esmeraldera de Oriente, para identificar los principales conflictos y su relación 
con la producción de esmeraldas en la zona de oriente, igualmente se recurrió a la recolección de 
relatos de los pobladores de Somondoco, quienes fueron actores directos e indirectos del conflicto 
y la violencia que se presentó entre 1996 y 2006 en esta zona y se confrontó con fuentes 
documentales halladas en el Archivo Municipal o Judicial. En una segunda etapa, fue necesario 
hacer una confrontación de fuentes para limpiar y dato y poder tener más seguridad sobre los 
efectos y hechos más notorios e influyentes en la zona. En una tercera etapa se inició a sintetizar y 
construir el texto histórico en donde se resaltan los aspectos más importantes sobre los cambios e 
influencia de la violencia y el paramilitarismo en la sociedad de Somondoco durante el periodo de 
estudio. 
 
15 
 
Como también nos apoyamos en la historia oral que nos permitió acceder a la 
memoria de los pobladores que fueron testigos directos tanto del proceso en las 
minas de Chivor como en el proceso que se vivió en Somondoco de 1992 a 2006. 
Otras de las estrategias usadas en la recolección de información para esta 
investigación, fueron las entrevistas realizadas a pobladores de la región del Valle 
de Tenza y especialmente de Somondoco; para esta actividad nos apoyamos en 
la metodología propuesta por la historiadora Isabelle Wiame y el sociólogo Daniel 
Bertaux que fueron retomados por Ronald Fraser31, en cuanto a la adopción de 
tres fases de recolección de testimonios para profundizar en la búsqueda de 
información por medio de la entrevista. La primera de ellas fue la fase exploratoria 
en la cual se realizaron recolección de datos por medio de entrevistas generales y 
también un rastreo bibliográfico y de prensa de la década del 90 y 2000; la 
segunda fase fue la analítica, siguiendo el hilo conductor de los temas más 
relevantes que se encontraron en la etapa anterior, realizando nuevas entrevistas, 
concentrándose en los hechos que nos parecieron más pertinentes; finalmente, en 
la tercera etapa denominada de saturación se repitieron en los diferentes 
testimonios las mismas ideas, los mismos hechos, los mismos lugares. 
Ya identificados los distintos hechos que actuaron como pilares en nuestra 
investigación, iniciaremos el rastreo en los distintos archivos: siendo estos los 
judiciales, de la alcaldía, de prensa, etc. Buscando verificarlos, sustentarlos e 
interpretarlos. De esta manera podemos afianzarnos, por medio de la repetición 
que varios actores de la comunidad hicieron y su contraste con fuentes escritas32. 
 
31
 Ronald Fraser, “La Historia Oral como historia desde abajo”, Ayer 12 (1993): 79–92. 
32
 En este sentido la investigadora Pilar Folguera afirma que “Las fuentes orales deben ser tratadas 
de igual forma que las fuentes escritas: debe admitirse la subjetividad implícita en ellas, y por ello 
deben realizarse las acotaciones necesarias para establecer su veracidad y verificarse de igual 
forma que los documentos escritos, a partir de la consulta de todas las fuentes de información al 
alcance de los historiadores: fuentes hemerográficas y bibliográficas, documentos privados y datos 
estadísticos”. Es en este sentido que se contrastaron los distintos testimonios con otras fuentes 
escritas, como las fuentes de prensa y los mismos archivos consultados, fortaleciendo así el corpus 
16 
 
Desde una perspectiva teórica que buscó involucrar a las voces desde abajo, nos 
pareció pertinente enfocar la investigación desde las nociones sociológicas de 
Max Weber y la historia social desde los planteamientos de Edward Palmer 
Thompson33, que la planteó como una visión desde abajo, como la interpretación 
de los sentires y los imaginarios del pueblo. Estos pueden ser frente a una 
coyuntura nacional, como consecuencia de una acción de opresión o como la 
búsqueda de una transformación real de su realidad inmediata34. 
Este planteamiento se circunscribe en que lo social no debe entenderse como algo 
inmóvil y cerrado, como la concepción que propone el marxismo clásico que 
entiende la conformación de la sociedad como un producto dependiente de lasuperestructura económica. Thompson rompe con este esquema, al proponer que 
el tema económico no debe ser el enfoque principal, puesto que deja de lado la 
cultura y las normas en los cuales se organiza el modo de producción. 
Este análisis cerrado, el cual es controvertido por el autor, se puede realizar para 
comprender los movimientos y fluctuaciones de arriba. Pero para analizar a los de 
abajo, es necesario cambiar el enfoque para facilitar la comprensión y por ende la 
transformación. 
 
argumental de nuestro relato histórico. Pilar Folguera, “Como se hace historia oral”, (Madrid, 
España: Eudema, 1994) 19. 
33
 Edward Palmer Thompson (1924-1993). Historiador británico, en su juventud militó en el partido 
comunista, lo que definió su línea de pensamiento política como un compromiso de vida. Durante 
el transcurso de la segunda guerra mundial, observo el surgimiento de movimientos populares, 
pero posteriormente, en plena guerra fría, comprendió que esta disputa entre potencias sofocaba 
cualquier intento de organización popular autentica. En 1956, con la invasión soviética a Hungría, 
rompió con el partido comunista y se convirtió en contradictor de la política exterior soviética, pero 
siguiendo con los postulados marxistas que lo definirían como sujeto político y como historiador. En 
1963 escribió la formación de la clase obrera en Inglaterra, siendo esta una gran contribución para 
la historiografía social y para la comprensión de la historia desde abajo, realizando también un 
análisis de las clases sociales, alejadas de los postulados marxistas ortodoxos. María Concepción 
Martínez Omaña, «La Historia en Edward Palmer Thompson: aproximaciones a su obra y aportes a 
la historia de los de abajo», Convergencia Revista de Ciencias Sociales, n.
o
 10/11 (1996): 139-49, 
https://doi.org/10.29101/crcs.v0i10/11.9688. 
34
 Edward Thompson, Historia social y antropología, 1994.
a
 ed. (México D.F: Instituto Mora, 1994), 
https://doi.org/10.1145/2505515.2507827. 
17 
 
Esta forma de comprender la estructura social brinda importantes insumos teóricos 
para la investigación, puesto que no podemos determinar que con el inicio de la 
explotación de esmeraldas se configuraron automáticamente las relaciones 
sociales entre comunidad-comunidad y comunidad-capitalista dueño del medio de 
producción, sino que la construcción de estas nuevas relaciones sociales, o 
relaciones de clase, van a estar mediadas por la cultura y esta misma se va a 
transformar para acoplarse a las nuevas realidades. 
Por esto mismo, para comprender que es una clase social, debemos acercarnos al 
texto La formación de la clase obrera en Inglaterra35, en el cual Thompson plantea 
que: 
“Por clase, entiendo un fenómeno histórico que unifica una serie de 
sucesos dispares y aparentemente desconectados, tanto por lo que se 
refiere a la materia prima de la experiencia, como a la conciencia. Y 
subrayo que se trata de un fenómeno histórico. No veo la clase como 
una “estructura” ni siquiera como una “categoría”, sino como algo que 
tiene lugar de hecho (y se puede demostrar que ha ocurrido) en las 
relaciones humanas”36 
Este análisis de la concepción de clase, se aleja de los postulados marxistas 
tradicionales, que la ven como algo innato e inevitable mientras exista la 
explotación del hombre por el hombre. Thompson plantea las clases como 
interdependientes entre sí, no puede existir una sin la otra, o aparecer 
determinada clase de manera espontánea, es una relación intrínseca que depende 
de la “gente real en un contexto real”37 
En este sentido, el autor nos propone que la clase solo existen cuando un grupo 
de sujetos, como resultado de una serie de experiencias comunes, reconocen 
 
35
 Edward Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, 1989. (Barcelona, España: 
Editorial Crítica, 1963). 13 
36
 Edward Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, 13. 
37
 Edward Thompson, La formación de la clase obrera en Inglaterra. 14. 
18 
 
intereses similares y los diferencian con otro grupo de hombres que tienen 
intereses disimiles. 
Es aquí cuando Thompson plantea que hay dos momentos que estructuran la 
definición de clase. En primer lugar está la experiencia de clase que se enmarca 
por las relaciones de producción y en segundo lugar encontramos la conciencia de 
clase, que es demostrada por prácticas culturales. Estas pueden ser las 
tradiciones, los sistemas de valores, estructuras institucionales propias. El autor 
aclara que la existencia de una conciencia de clase no está determinada por la 
experiencia de clase, por lo tanto no se puede prever las condiciones de su 
surgimiento ni la composición de la misma. 
En el caso de la configuración social del municipio de Somondoco y la influencia 
que tuvo la producción de esmeraldas en cuanto a ser punto de encuentro de 
grupos armados ilegales, es ineludible acercarnos a esta definición, puesto que 
nos permite acercarnos a las prácticas sociales de los mineros, su sistema de 
valores en el ámbito privado y público, las relaciones que desarrollaron con los 
grandes esmeralderos, sus opuestos de clase. 
Para establecer, según Thompson, relaciones productivas concretas, es necesario 
en un primer lugar dar paso a las congruencias que permiten estructurar un 
sistema de normas básicas, mediante las cuales se realizan unos acuerdos 
mínimos y cada clase ocupa su lugar en el modo de producción, permitiendo la 
supervivencia. En segundo lugar se encuentra la contradicción que desnuda los 
conflictos inherentes a las formas de explotación y por último el cambio 
involuntario que se refiere a factores exógenos como adelantos tecnológicos, 
descubrimiento de nuevas vetas de esmeraldas, la incursión del paramilitarismo o 
el narcotráfico en las zonas de influencia que se piensan trabajar. Estos nuevos 
factores perturbaran el equilibrio de los modos de producción e inciden 
directamente en la esencia cultural de las clases afectadas38. 
 
38
 Thompson. 16. 
19 
 
Para comprender la conformación de estructuras sociales nuestra zona de 
investigación, debemos partir de nociones sociológicas que permitan abordar con 
mayor solidez los fenómenos sociales que se tejieron en torno a la explotación de 
esmeraldas en el municipio de Somondoco durante el periodo comprendido entre 
1984 a 2006. 
Para abordar el estudio histórico, se ha retomado a Max Weber39, quien plantea un 
análisis que nos acercan a varios conceptos que están íntimamente ligados a esta 
investigación, como el de acción social, definido como la que el sujeto ejerce 
para incidir de manera consciente o inconsciente en otro u otros. Estas pueden ser 
acciones pasadas, presentes o futuras y están categorizadas de la siguiente 
manera: racional con arreglo a fines, que buscan objetivos en común previamente 
analizados y sopesados por los actores involucrados; Racional con arreglo a 
valores, determinada por la creencia consciente de una estructura moral, ética o 
religiosa que incide en la conducta común y la tradicional que está determinada 
por unas costumbres arraigadas40. 
Es importante iniciar con el análisis de este concepto y cuál fue su nivel de 
inserción en el espacio de estudio, para determinar teóricamente, cuáles fueron 
las motivaciones que impulsaron a sectores de la sociedad somondocana a 
organizarse en torno a la explotación de las esmeraldas y configurar así, una 
estructura definida de comunidad y sociedad. 
Para que esta acción social tenga efecto, debe existir la legitimidad que puede 
ser garantizada por la interiorización del individuo y esta puede estar determinada 
por varios factores. El primeroes por la entrega sentimental que es puramente 
afectiva. Seguido por el tipo racional con arreglo a valores, que es la creencia 
 
39
 Max Weber (1864-1920) fue un teórico alemán de la sociología moderna, que enfoco su trabajo 
en las cuestiones culturales que incidieron en los fenómenos históricos que determinaron la 
formación del capitalismo. De igual manera, su preocupación académica partía de comprender 
cuales son las condiciones que determinan las interacciones sociales y estas como configuran la 
sociedad. Realizando análisis desde la economía, las relaciones de poder, las instituciones, las 
formas de dominación, entre otras. 
40
 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 2002.
a
 ed. (Madrid, 
España: Fondo de cultura económica, 1922) 20. 
20 
 
absoluta de su validez por los valores supremos que representan, sean estos 
estéticos, morales o de otro tipo. De carácter religioso que se fundamenta en la 
creencia de la existencia de un bien de salvación. También se puede dar de 
manera externa por la expectativa de las consecuencias o por intereses 
determinados. El orden de la legitimidad se determina en función del otorgamiento 
del mandato que se da por una autoridad considerada como legítima y el 
acatamiento que se tenga de la misma41. 
En este sentido, pretendemos identificar cuáles fueron las condiciones sociales e 
históricas que legitimaron las nuevas estructuras sociales que se tejieron en torno 
a la producción esmeraldera, delimitando las particularidades de la configuración 
de comunidad y sociedad. Estas se diferencian porque la primera se encuentra 
enmarcada en la acción social que es determinada por un sentimiento subjetivo 
para constituir un todo. Y la sociedad está establecida por intereses racionales con 
arreglo a valores o a fines, que configuran una unión de objetivos que 
desencadenan en un pacto intrínseco entre sujetos. 
Por otra parte, la Relación Social se divide en dos categorías; abierta y cerrada. 
Es abierta cuando esta no limita a nadie para participar y este en situación de 
formar parte de ella. Es cerrada cuando está limitada o condicionada por el sentido 
de acción. La delimitación de abierta o cerrada es determinada por el carácter 
tradicional, afectivo o racional con arreglo a fines42, como por ejemplo una 
pequeña elite con privilegios, una familia o una sociedad mutual. 
En el caso de los mineros somondocanos, se pretende comprender las relaciones 
sociales tanto en el ámbito privado, su familia, como en la esfera pública y su 
interacción con sus pares y superiores en distintos espacios de la comunidad. De 
igual manera, es necesario comprender estos intercambios sociales, sean abiertos 
o cerrados, desde la óptica del ejercicio del poder. 
 
41
 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 27. 
42
 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 27. 
21 
 
Este concepto es definido como “la probabilidad de imponer la propia voluntad, 
dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el 
fundamento de esa probabilidad43 y la dominación es entendida como la 
obediencia de un mandato y que este sea comprendido y ejecutado por un grupo 
de personas de forma rápida, casi automática. 
Ya con la construcción social, configurada por la formación de las estructuras 
encargadas de la producción de esmeraldas, el cuadro administrativo organizado 
por estas y la legitimidad intrínseca entre los patrones, mineros y comunidad en 
general, se constituyen formas de poder legítimo de carácter público y privado en 
la zona. Emanado desde los patrones, las empresas, el paramilitarismo y el 
estado. Por lo tanto confluyen fuerzas legales e ilegales que ejercen control sobre 
la sociedad. 
Esta se denomina asociación por dominación y se enmarca en la delimitación de 
un cuadro administrativo. En este caso existen distintos tipos: la primera es la 
política, cuando dentro de un espacio geográfico, existe una amenaza de coerción 
física por parte del cuadro administrativo, como las violencias de carácter privado 
(paramilitarismo, estructuras armadas de los patrones de las minas); el segundo 
es el estado que garantiza la coerción física y su monopolio legítimo de la 
violencia, en búsqueda de fortalecer y mantener los poderes gubernamentales. En 
este campo es necesario analizar la inserción estatal, desde el aparato legal y el 
posible ejercicio de la violencia para garantizar el cumplimiento de la normatividad 
de carácter minero. 
De acuerdo con Weber, la dominación sobre una sociedad se asegura y se vuelve 
efectiva cuando existe un cuadro administrativo que asegura el cumplimiento del 
mandato, ya sea esta por obediencia profunda hacia quien instaura el mandato o 
por arreglo a fines racionales, afectivos o tradicionales44. 
 
43
 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 43. 
44
 Weber. 170-197. 
22 
 
Entre los tres tipos de dominación legitima, delimitadas por el autor45, están: 
Racional, que se destaca por la creencia en la legalidad con la que se ejerce el 
mandato dentro de un grupo social; Tradicional, es la creencia de la costumbre 
que emana desde tiempos lejanos y por ende esto le da legitimidad al mandato; y 
por último la carismática, que se entrega al heroísmo y vocación de una persona 
para convertirse en líder de un grupo social para buscar el desarrollo conjunto. 
Para comprender las estructuras de poder en nuestra zona de estudio, es 
importante dirimir entre los tres tipos de dominación y definir cual tuvo mayor 
incidencia en las configuraciones sociales del municipio y por lo tanto analizar sus 
factores legitimadores. 
En este sentido, Weber sintetiza que: 
“Consiguientemente, entendemos aquí por "dominación" un estado de 
cosas por el cual una voluntad manifiesta ("mandato") del "dominador" o 
de los "dominadores" influye sobre los actos de otros (del "dominado" o 
de los "dominados"), de tal suerte que en un grado socialmente 
relevante estos actos tienen lugar como si los dominados hubieran 
adoptado por sí mismos y como máxima de su obrar el contenido del 
mandato ("obediencia")”46 
Por esta razón el mandato es válido y por lo tanto la obediencia a los factores 
racionales como la conveniencia, la costumbre, convencimiento de la rectitud o por 
el miedo a las consecuencias de no seguirlo o cumplirlo. 
En el caso específico de la investigación que se va a realizar sobre la incidencia 
social que la explotación de esmeraldas tuvo en el municipio de Somondoco, es 
interesante acercar la lupa a la definición de dominación tradicional, 
concretamente al ámbito de dominación patriarcal. 
 
45
 Weber. 172. 
46
 Max Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva, 699. 
23 
 
Esta es delimitada por la existencia de “un señor y unos vasallos”, esta relación se 
da por la costumbre y por la fidelidad que el súbdito le tiene al señor. El cuerpo 
administrativo depende directamente del señor, estos son familiares, parientes, 
amigos, funcionarios domésticos u otros elementos que estén ligados por vínculos 
de fidelidad. 
Para dar una mayor claridad al documento se dividió en cuatro capítulos; el 
primero de ellos se ocupa de las dinámicas del proceso de producción de 
esmeraldas en el occidente de Boyacá y el papel del Estado para ejercer control 
de las mismas, de igual manera se ocupa de cómo los particulares lograron 
acceder a las minas, construyendo un emporio local en el cual se transformaron 
en el verdadero poder por encima de las instituciones legalmente establecidas y 
que configuraron el origen de las conocidas guerras verdes que elevaron a la 
categoría dezares a varios empresarios de las esmeraldas en Colombia, como el 
caso del conocido Víctor Carranza Niño. 
El segundo capítulo traslada el foco investigativo a la región del oriente de Boyacá 
y el sur del Casanare, ocupándose del estudio del paramilitarismo en esta zona, 
contextualizando el fenómeno a nivel nacional e indagando acerca de la 
Autodefensas Campesinas del Casanare, el bloque Centauros y la cruenta guerra 
entre estos dos grupos paramilitares que azotó a los municipios de esta zona, de 
igual manera se ocupa de la influencia de algunos esmeralderos, en la 
conformación y presencia de grupos ilegales y especialmente de expresiones 
paramilitares en la zona esmeraldera del oriente boyacense. 
En el tercer capítulo, nos trasladamos a la zona esmeraldera del oriente 
boyacense, exactamente a la mina de Chivor, analizando un caso poco estudiado 
como el del máximo patrón esmeraldero de la zona, Víctor Manuel Quintero, 
apodado como el “patriarca de las esmeraldas”, cuya experiencia evidencia la 
presencia de los grupos paramilitares en la zona, ya que fue despojado de sus 
minas por el accionar de estos grupos. 
24 
 
En el último capítulo de esta investigación, se analiza como la presencia de grupos 
al margen de la ley, en este caso de los paramilitares en la zona, junto con el 
abandono estatal, incidieron en municipios satélites de la zona minera, en este 
caso Somondoco, en donde se evidencio un incremento de la violencia cotidiana 
de particulares, delincuencia organizada y la presencia del narcotráfico que se 
instaló en el municipio como epicentro de laboratorios de procesamiento de 
cocaína. 
Al final se encuentran las conclusiones que buscan dar luces sobre el alcance de 
la investigación y las posibilidades que puede brindar a otras investigaciones ya 
que esta es novedosa al ser el primer trabajo que se centra directamente en el 
tema de las relaciones entre la producción de esmeraldas, el paramilitarismo y el 
narcotráfico en el oriente de Boyacá. 
Como se planteó en líneas anteriores, los resultados de la investigación permiten 
referenciar la presencia del paramilitarismo, narcotráfico y conflicto social en esta 
zona esmeraldera del oriente de Boyacá, a partir de retomar las voces de los 
pobladores y analizar con detenimiento el caso del occidente para orientarnos 
respecto a los cambios y continuidades que se pudieron presentar en nuestra área 
de estudio. De igual manera se abordó de manera directa el fenómeno del 
paramilitarismo en la zona minera del oriente de Boyacá y el sur del Casanare, 
como base para futuras investigaciones. 
Pese a las limitaciones que supone un trabajo con un objeto de estudio poco 
investigado, se parte de algo etéreo, al no tener una base bibliográfica en la cual 
pararse, pero al mismo tiempo, pretende ser una plataforma para que distintos 
investigadores puedan encontrar algunos insumos básicos para profundizar en 
distintos enfoques que por las limitantes propias de esta investigación y en el 
marco de la pandemia en la cual nos tuvimos que mover para lograr concretar este 
trabajo. 
25 
 
En términos investigativos la región de influencia minera del oriente de Boyacá y 
en especial las minas de Chivor se encuentran en un estado virgen, por lo tanto 
cada capítulo busca abrir perspectivas de estudio que puedan impulsar a nuevos 
investigadores que pretendan ahondar en estos temas. Dejamos a disposición 
este trabajo, que puede ser usado como una plantilla por los académicos que 
decidan usarlo como una centelleante pepita verde que ilumina una veta rica en 
información, 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
26 
 
Capítulo I: De lo nacional a lo local, contextualización de la explotación de 
esmeraldas, conflictos y caracterización de los territorios en Boyacá. 
Las esmeraldas en Colombia han formado un campo gravitatorio por el cual han 
orbitado distintas problemáticas sociales como el abandono estatal, la pobreza 
extrema, grandes capitales que han conformado verdaderos ejércitos privados, 
violencia extrema ante la mirada de un Estado incapaz de ejercer un control real 
dentro de estos territorios, etc. De esta manera se fueron configurando unas zonas 
turbulentas, que verían correr ríos de sangre y en cuyo lecho descansarían las 
ansiadas piedras preciosas. Debido a los altos índices de violencia y los picos que 
alcanzaron ribetes de verdaderas guerras, los intereses de distintos investigadores 
han recaído en la zona del occidente de Boyacá, epicentro de las llamadas 
guerras verdes, a las cuales nos referiremos más adelante. 
En Colombia las principales zonas de producción esmeraldera se encuentran 
ubicadas en el departamento de Boyacá, las cuales están divididas en dos: la 
zona occidental (Ver Figura No. 1) que tiene como limites los departamentos de 
Santander al norte, Cundinamarca al Sur y Antioquia al occidente; y esta la zona 
oriental que limita al nororiente con el Departamento del Casanare y al 
suroccidente con Cundinamarca. La Federación Nacional de Esmeraldas de 
Colombia (Fedesmeraldas) ha delimitado estas zonas en los llamados 
“cinturones”, en donde especifica cuáles son los municipios productores de 
esmeraldas47. 
 
47
 Los municipios que componen el cinturón occidental son: “Otanche, Muzo, Quípama, La Victoria, 
Pauna y Briceño en Boyacá; Florián, La Belleza, Albania y Tunungua en Santander y La Palma, 
Caparrapí, Yacopí y Topaipí en el departamento de Cundinamarca. Y el cinturón oriental incluye 
municipios de los departamentos de Boyacá y Cundinamarca, entre los cuales se encuentran: 
“Chivor, Gachalá, Ubalá, Gachetá, Gama y Junin”. Fedesmeraldas, “Estudio de caracterización del 
sector esmeraldífero así como de la cadena productiva colombiana de la esmeralda y la joyería: 
Informe fase II y III”, 2015, 108. German Reyes et al., “Memoria Geología del cinturon 
esmeraldifero occidental”, Informe de avance (Bogotá D.C., Colombia: Instituto Colombiano de 
Geología y Minería (Ingeominas), 2006). 
27 
 
Teniendo en cuenta la importancia que ha tenido tradicionalmente la producción 
de esmeraldas en Boyacá, en este capítulo se abordan aspectos relevantes 
respecto a las transformaciones legislativas que tuvo la producción de esmeraldas 
durante el siglo XIX y primera parte del XX, intentando acercarnos a la concepción 
que el Estado tuvo sobre la explotación de las esmeraldas y el valor que le dio a 
este proceso. De igual manera explica los conflictos sociales desprendidos desde 
la acumulación de capitales alrededor de esta piedra preciosa, tomando como 
punto de partida la concentración de poder económico, político y hasta militar de 
grupos legales e ilegales, formando una especie de estados paralelos o 
paraestados, dejando entrever las limitaciones del Estado formal colombiano, para 
ejercer soberanía real en estos territorios, en donde la ley la imponía el patrón de 
las esmeraldas. 
 
Figura 1. Ubicación de municipios mineros en el occidente de Boyacá. 
Modificación propia a partir de imagen tomada de referencia de 
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Colombia_-_Boyaca_-_Somondoco.svg 
28 
 
El estudio de estos conflictos está centrado en la zona occidental del 
departamento de Boyacá, lamentablemente el lente académico no ha realizado el 
giro al cinturón oriental, por lo tanto, tomamos como base y punto de partida los 
trabajos realizados en el occidente, para luego poder explicar las particularidades 
de nuestra zona de estudio en capítulos posteriores. 
Finalmente, abordamos la zona del Valle de Tenza, partiendo de los pocos 
trabajos que se han publicado al respecto y que no se refieren al tema que 
estamos trabajando. Sin embargo, es importante realizar este ejercicio para 
contextualizarnos geográfica y socialmente en el territorio en el cual se desarrolla 
esta investigación. 
1.1 Contexto histórico: Del occidente al oriente,antecedentes inmediatos de 
la explotación de esmeraldas y el clima social en la zona minera. 
Para comprender que sucedió en la zona minera del oriente del departamento de 
Boyacá, es necesario tomar como punto de partida los antecedentes inmediatos 
de la explotación de esmeraldas y las distintas transformaciones sociales que se 
evidenciaron en el occidente. Analizando procesos como los intentos que han 
tenido los distintos gobiernos para regularizar la producción de esmeraldas, las 
consecuencias reales que tuvieron estos intentos y sobretodo comprender como 
se formaron los grandes capitales privados de los empresarios de las esmeraldas 
y cuál fue su rol en las guerras verdes. 
Estas problemáticas se han mantenido constantes a lo largo de la historia, 
cambiando la forma, pero conservando las dificultades de fondo que 
desencadenaron épocas de terror y violencia. Al respecto, investigadores como 
María Victoria Uribe y Jesús Paniagua Pérez anotan que desde el periodo colonial, 
la corona española había intentado centralizar la producción con el objetivo de 
detener el contrabando de esmeraldas, nombrando superintendentes de minas y 
29 
 
contratando tasadores de piedras48. Pero aun así se sostenía el clima de 
ilegalidad, producto de la falta de organización de la corona para hacer presencia 
y maximizar los rendimientos de estas piedras preciosas, como también de la 
pobreza extrema a la que estaban sometidos los pobladores de las zonas 
mineras49. 
A pesar de los intentos de los administradores coloniales, que procuraron 
organizar la producción de las minas por medio de la subasta de arrendamiento de 
las minas para ser explotadas por particulares, no encontraron a nadie que 
hubiese querido hacerse cargo de este tema, por lo que terminaron abandonando 
las productivas minas en 179250. 
Ya en el siglo XIX, se observa un interés por la tenencia y posesión de las minas 
por parte de manos privadas, esto puede explicarse por el desconocimiento que 
se tenía sobre las riquezas naturales en el territorio nacional, por esto los que se 
enriquecían eran los gobiernos regionales en abierta tensión con el gobierno 
central por los beneficios económicos. En este sentido, German Alberto Amaya51, 
plantea que las guerras que se presentaron en del siglo XIX, más que por una 
contraposición ideológica entre liberales y conservadores, centralistas y 
federalistas o librecambistas y proteccionistas, buscaron el poder para promover 
intereses particulares de unas elites regionales, tal y como sucedió con los 
políticos del estado soberano de Boyacá que reclamaban la propiedad de las 
minas al gobierno central. 
En esta era de convulsión política y su subsecuente anormalidad normativa, se 
presentaron varios cambios legislativos respecto a la explotación de las 
 
48
 Jesús Paniagua, “Problemas en la extracción de perlas y esmeraldas en el Nuevo Reino de 
Granada: el informe de Pedro Puch (1766)”, Historia Caribe 8, núm. 23 (2013): 38. 187. 
49
 María Victoria Uribe, Limpiar la tierra: Guerra y poder entre esmeralderos, (Bogotá, Colombia: 
Cinep, 1992), https://doi.org/10.2307/2516953. 68. 
50
 Uribe. 90. 
51
 Amaya Guío, “Producción de esmeraldas en Muzo-Boyacá durante el Radicalismo Colombiano, 
Siglo XIX". Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (2006). 4. 
30 
 
esmeraldas. En 1858 el Estado Colombiano tomó posesión de las tierras baldías, 
incluyendo la propiedad de las minas de esmeraldas52, pero 5 años después, por 
la constitución de Rionegro, las minas se adjudicaron a particulares. El 14 de 
diciembre 1871 se expidió el decreto 1214, que reforzó la premisa de que las 
minas podrían ser explotadas libremente53, de igual manera podrían hacerlo en las 
minas que fuesen descubiertas, siempre y cuando no fuesen poseídas 
directamente por la república54. En este sentido el gobierno fue bastante claro en 
delimitar cuales eran las minas que pertenecían a la república55, las cuales eran 
las de Muzo56 Y Coscuez57. 
Finalmente, mediante el artículo 202 de la constitución política de 1886 se 
estableció que: “pertenecen a la república de Colombia…las minas de oro, de 
plata, de platino y de piedras preciosas que existan en el territorio nacional, sin 
perjuicio de los derechos que por leyes anteriores hayan adquirido los 
descubridores y explotadores sobre algunas de ellas”58. Por lo tanto se recalcó 
que las minas que pertenecían a los antiguos Estados Soberanos pasaban a 
 
52
 Constitución política para la Confederación Granadina. Capitulo II. De los bienes y cargas de la 
Confederación. Art 6. Son bienes de la Confederación; parágrafo 4, Las minas de esmeraldas y de 
sal gemma, estén o no en tierras baldías. 
53
 Según la investigadora Eylenth Pinilla y German Amaya Guio, la libre explotación de las 
esmeraldas por parte de particulares en las minas de Muzo, tuvo como consecuencia que las 
ganancias producidas por la minería de esmeraldas fueran centralizadas por algunas familias 
pertenecientes a la elite. Eylenth Andrea Pinilla Cañón, “Esmeraldas de Muzo y Coscuez en 
Colombia: Entre el periodo de explotación directa y el cese de actividades, 1933-1945.” (Morelia, 
Mexico, Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo, 2020). 65. Germán Alberto Amaya 
Guio, “Producción de Esmeraldas en Muzo Boyacá Durante el Radicalismo Colombiano. Siglo XIX”, 
Universidad Pedagógica y Tecnólogica de Colombia, 2006, 16.4. 
54
 En el caso de las minas de Somondoco, se especifica que estas fueron explotadas durante la 
colonia y que no se tiene noticias de ningún tipo de producción en ellas, por lo tanto se presume 
que están abandonadas y el gobierno no reclama posesión sobre ellas, entendiéndose que se 
podrían explotar de forma libre sin entrar en disputas con la república. De igual manera no se tiene 
registro de la actividad de explotación en estas minas, ya que como veremos en legislaciones 
posteriores, todo el aparato jurídico se enfoca en el occidente, para ser más específicos en las 
minas de Muzo, Coscuez y desde mediados del siglo XX, Peñas Blancas. 
55
 Presidencia de Colombia. Decreto 1214 de 1871 del 14 de diciembre. 
56
 Siendo estas: "San Antonio," "Jerena," "El Aguardiente," "Las ánimas," "El playon," "La isla," 
"Miguel Ruiz," "Jaramillo" y otras menos importantes. Art 2 del Decreto 1214/1871 del 14 de 
diciembre. 
57
 Siendo estas: "Coscuez", "San Márcos", "Doña Urraca", "La Guacamaya", "La Chapa", 
"Támbrias". Art 2 del Decreto 1214/1871 del 14 de diciembre. 
58
 Constitución política de Colombia de 1886. 
31 
 
manos del gobierno central, pero se respetaron los títulos que los particulares 
habían adquirido previamente sobre ellas. 
Durante la primera mitad del siglo XX, no existieron muchos cambios en materia 
legislativa, con el código de minas de 1887 se formalizaba el proceso de 
adjudicación de minas que no estuvieran tituladas, como minas abandonadas o 
que se encontraran en un terreno privado y estas no fueran explotadas, los 
interesados debían cumplir con una serie de requisitos legales para poder ser 
beneficiados, como estar constituidos en una sociedad legalmente formada. 
En el caso de las minas de Muzo, durante la década de 1920 se otorgaron 
contratos de explotación a firmas extranjeras, como a la Lonard Roserthal y Freres 
de Paris, pero por diversas complicaciones en el apartado legal, no se pudo llegar 
a buen puerto para finiquitar el proceso, clausurando la mina en 1927. Luego fue 
reabierta entre 1933 y 1938 realizando procesos de explotación directa buscando 
satisfacer las demandas del mercado internacional.59 
En el año de 1938 se sumó otro trámite que fue el proceso de matrícula minera y 
este tenía como función, conservar la acreditación al Estado como propietario de 
la mina. A partir de este año, vuelven a ser clausuradas las minas de Muzo60.El 
18 de mayo de 1940 se firmó el decreto 968 que creó el Ministerio de Minas y 
Petróleos, que en sus consideraciones preliminares manifestó el objetivo de 
organizar y coordinar la labor de los productores nacionales con el gobierno 
central, defender la riqueza minera y especializar la explotación de minas e 
hidrocarburos61. De igual manera en 1932 por medio del decreto 566, se había 
instaurado el modelo de concesión para explotar minerales y metales preciosos en 
los lechos de los ríos. Quince años más tarde en 1947, este modelo se expandió 
 
59
 Pinilla Cañón, “Esmeraldas de Muzo y Coscuez en Colombia: Entre el periodo de explotación 
directa y el cese de actividades, 1933-1945.” 66. 
60
 Pinilla Cañón. 66. 
61
 Presidencia de la república de Colombia. Decreto 968 de 1940, por el cual se crea el Ministerio 
de Minas y Petróleos y se modifica la organización del Ministerio de la Economía Nacional. 
32 
 
para cubrir a los metales no preciosos y sustancias minerales no metálicas, por lo 
tanto cubrió a las esmeraldas62. Para el caso de las minas ya existían desde el 
siglo XIX, los contratos de explotación y comercialización de esmeraldas, por lo 
tanto es una práctica que se continuó en el siglo XX. 
A mediados del siglo XX, el gobierno nacional en cabeza de Alberto Lleras 
Camargo, expidió la ley 145 de 1959 en la cual proclama que las minas de 
esmeraldas solo pueden ser explotadas mediante permiso otorgado por el 
gobierno, y este no será superior a 5 años, esto siempre y cuando el particular 
pudiese demostrar que era el propietario de la mina63. Aun así, el Estado se 
reserva el derecho de vender las esmeraldas que se produzcan en el país, esto 
quiere decir que así la explotación hubiese estado a cargo de un particular, por un 
permiso otorgado por el Estado, siempre y cuando hubiera demostrado propiedad 
sobre la mina, las esmeraldas extraídas debían ser consignadas en el Banco de la 
República, quien se encargaría de tasarlas, comprarlas o venderlas, en calidad de 
consignatario, si el banco las vende la distribución de la ganancia se distribuye de 
la siguiente manera: “…le corresponderá al Banco un dos y medio por ciento (2 
½%) por concepto de comisión, y el saldo se distribuirá así: el doce y medio por 
ciento (12 ½%) para la Nación; el doce y medio por ciento (12 ½%) para el 
Municipio donde se encuentren ubicados los yacimientos; y el setenta y cinco por 
 
62
 En este sentido, el interesado debía presentar una propuesta de concesión al ministerio de 
minas, luego el ministerio emitía una resolución en la que declaraba si admitía la propuesta. En el 
caso de haber varios oferentes, se privilegiaba al primer proponente, siempre y cuando su solicitud 
se ajustara a los requerimientos exigidos. Luego de superar estos procesos, se celebraba el 
contrato de concesión. Este modelo reafirmaba la propiedad del Estado sobre el recurso minero. 
Angelika Rettberg, Juan Felipe Ortiz, y Sandra Yañez, Legislando minas Breve recuento de la 
legislación minera en Colombia (1829-2001), Centro de estudios sobre desarrollo económico, 
Universidad de Los Andes (2014). 
63
 De igual manera esta ley orientó el procedimiento sobre terrenos privados, en donde se 
presumía que había un yacimiento de esmeraldas, pero el propietario dedicaba la superficie a otras 
labores, como la agrícola. En este caso el dueño del terreno no podría oponerse a la explotación 
de la mina, pero si cobraría una indemnización por los perjuicios que considerase afectan su 
producción. Si no se llegaba a una conciliación, el alcalde del municipio ordenaría a un perito hacer 
el avaluó de la zona afectada y fijaría un precio, que sería inapelable por alguna de las partes. Art 5 
de la Ley 145/1959. 
33 
 
ciento (75%) restante, para el beneficiario del permiso”64. Acaparando de esta 
manera el comercio de estas piedras. 
De esta manera se le garantizó al particular el 75% de la ganancia que se obtuvo 
de la venta de la esmeralda, pero bajo la medida que el mismo Banco de la 
Republica establecía mediante la tasación que realizaba de la piedra. En este 
mismo decreto encontramos dos propuestas que buscaron acabar con la minería 
ilegal, la primera estuvo enfocada en convencer a los mineros ilegales a tomar la 
senda de la legalidad, vinculando su negocio con el Estado y este a su vez le 
brindaría amplia participación en las ganancias. 
Es así que la primera parte del articulado de esta ley, explicó los procesos de 
legalización de la propiedad que se debían llevar a cabo, la situación de los 
terrenos donde hubiese yacimientos pero que se encontraran bajo otro enfoque 
productivo que no necesariamente tenía que ver con la minería y por último se 
ofrece al productor privado tres cuartas partes de las ganancias totales. En la 
segunda parte, el articulado adquirió un tono amenazante, aclarando las penas a 
las que incurriría el que se atreviera a explotar las minas de manera ilegal, 
siéndole decomisadas las esmeraldas extraídas e incurriendo en una pena de seis 
meses a cinco años de prisión sin beneficio de libertad provisional. Un ejemplo de 
la zanahoria y el garrote en una ley de tan solo 19 artículos. 
El Banco de la Republica ya venía haciendo trabajos de explotación desde 1947, 
ejerciendo un control parcial sobre la minería clandestina e intentando modernizar 
los métodos productivos65, por lo tanto esta ley tenía como función reforzar esta 
presencia estatal y delimitar acciones punitivas sobre los que pretendieran 
explotar esmeraldas por fuera de estos lineamientos, tal y como se evidencia en el 
artículo 10 el cual plasmó las penas a prisión que tuviese quien incurriera en tales 
 
64
 Congreso nacional de Colombia. Ley 145/1959, Por la cual se dictan disposiciones sobre 
esmeraldas, articulo 7. 
65
 María Victoria Uribe, Limpiar la tierra, guerra y poder entre esmeralderos (Bogotá, Colombia: 
Cinep, 1992). 92. 
34 
 
actividades. De igual manera especificó que las esmeraldas que hubiesen sido 
explotadas sin permiso o fuesen encontradas de manera accidental, serían 
decomisadas por el Banco de la República. Este tipo de medidas, puso a una 
parte de la población que subsistía de la explotación de las esmeraldas al otro 
lado de la legalidad, de manera inconsulta y hasta arbitraria, sacando del negocio 
a familias y particulares que habían amasado alguna fortuna gracias al beneficio 
que les trajo esta gema, por lo tanto no claudicaron en sus esfuerzos por seguir 
siendo participes de estas millonarias ganancias. 
Normativamente el Banco de la Republica tendría todas las herramientas para 
controlar el mercado, pero la realidad material en el transcurso de la década del 60 
mostraría que la explotación ilegal de particulares desbordaría el control del 
banco, así como la ausencia estatal en las zonas mineras. Esto se debió a varios 
factores, el primero de ellos es el abandono endémico al que el Estado ha 
sometido a esta región minera, desde la época colonial, transitando por el siglo 
XIX y ya en la mitad del siglo XX, los pobladores de estas zonas construyeron una 
realidad en la que la autoridad política, militar y moral recae en el patrón. 
Por lo tanto incomodó la presencia del Banco de la Republica, puesto que se 
asumió al Estado como un elemento foráneo, casi invasor que llegaba a quitarles 
las esmeraldas que les pertenecían a los originarios de estas tierras. En este 
sentido Carlos Paramo afirma que: 
“…los habitantes de la región suelen definir la zona como una que, a lo largo 
de su historia, nunca ha sido reconocida por el Estado en su proyecto de 
construcción de la nacionalidad y, antes bien, como una que ha mantenido 
una fuerte resistencia a sus formas administrativas y gubernamentales… ello 
se evidencia en: A) la autogestióny autofinanciación de la infraestructura 
pública de los municipios esmeralderos (carreteras, aeropuertos, escuelas, 
etc.); B) la reticencia a cualquier participación del Estado en la resolución de 
los conflictos armados en la zona -prefiriendo usualmente la mediación de la 
35 
 
Iglesia, personificada en el Arzobispado de Chiquinquirá- y C) el 
reconocimiento de la poca confianza que deposita el Estado en el manejo 
autónomo de las regalías producidas por la explotación minera.”66 
Estas resistencias se acentuaron con el descubrimiento de las minas de Peñas 
Blancas de la zona minera de Muzo, que iniciaron una especie de fiebre verde en 
la zona, radicalizando al guaquero que justificaría su accionar mediante el lema de 
“la mina para el que la trabaja” e impidiendo la entrada a agentes del Banco de la 
Republica67. 
De esta manera, con una importante reserva de esmeraldas bajo la tierra, con un 
Estado incapaz de hacer cumplir las leyes que promulga, porque el Banco de la 
Republica no tuvo la capacidad de monopolizar la explotación de esmeraldas y 
hacer efectiva la ley 145 de 1959, y una población totalmente reacia a someterse a 
un Estado que consideran foráneo y hostil, que solo llegaba a sus tierras a 
quitarles sus riquezas, se abonó el camino para que los grandes esmeralderos se 
transformaran en el poder real de la región. Siendo la suma de estos factores la 
chispa que iniciaría la conflagración que incendiaria toda la zona esmeraldera del 
occidente de Boyacá y se generara allí un espacio de violencia permanente 
durante la segunda mitad del siglo XX, que ha sido conocido como la guerra de las 
esmeraldas, a la cual nos referiremos a continuación. 
1.1.1 Primera guerra verde 
En marzo de 1961, en el corregimiento de San Pablo de Borbur, un trabajador de 
la hacienda Peñas Blancas, llamado Juvencio Morales, encontró en una cueva 
varias esmeraldas68. Estas piedras se caracterizaron por su gran calidad, 
 
66
 Carlos Paramo, “El corrido del minero: hombres y guacas en el occidente de boyacá”, Maguaré 
25, núm. 1 (2011): 25–109. 36-37. 
67
 Paramo. 37. 
68
 Petrit Baquero, La nueva guerra verde: ¿quiénes son los nuevos patrones de las esmeraldas en 
Colombia y por qué se siguen matando? (Bogotá: Planeta, 2017). 18. 
36 
 
mostrando un color verde intenso con matices transparentes. El descubrimiento de 
la mina de Peñas Blancas potencio el mercado ilegal de explotación de 
esmeraldas, pasando del 15 al 57 por ciento69. La revelación de esta fuente de 
riqueza trajo consigo el recrudecimiento de la violencia, varios grupos y familias 
que se habían configurado alrededor de la riqueza generada por el mercado negro 
de las esmeraldas, comenzaron a disputarse el privilegio de explotación de esta 
nueva mina. 
Es en este nuevo escenario de ilegalidad, los grupos que más concentraron capital 
se convirtieron en un poder real dentro de la zona minera. Los pobladores de 
estos territorios veían como se producían inmensas fortunas por la riqueza que se 
escondía bajo la tierra, pero igual los nativos seguían condenados a la miseria. 
Podríamos decir que el occidente de Boyacá era un triste mendigo sentado sobre 
un trono de esmeraldas70, o como lo anotaría el Monseñor Juan Norberto Forero 
“el occidente de Boyacá es una región rica con gente pobre; básicamente, porque 
el negocio de las esmeraldas ha sido monopolizado por unos pocos”71. Esa era la 
triste realidad social de los pueblos mineros. 
En el transcurso de la década del 60 se habían configurado ciertos círculos con 
poder dentro de las zonas mineras, representados por sus patrones: Mario 
Moreras, Pablo Orjuela, Isauro Murcia, “Los Buches” Castillo, Parmenio Molina y 
Rafael Orjuela72. La falta de presencia estatal y los capitales que circulaban en la 
zona, producto de las ganancias de la comercialización de las esmeraldas, 
hicieron que los patrones se configuraran como un poder paralelo al Estado. De 
esta manera la gente de las zonas de influencia minera percibió a los 
 
69
 Baquero. 19. Francisco Gutiérrez y Mauricio Barón, “Ordenes subsidiarios Coca, esmeraldas: la 
guerra y la paz”, Colombia Internacional 67 (2008): 102–29. 109. 
70
 Parafraseamos un dicho popular peruano dice que “el Perú es un mendigo sentado sobre un 
trono de oro”, esta frase fue atribuida al investigador italiano Giovanni Antonio Raimondi dell'Acqua, 
pero no hay registros de la misma en sus obras. 
71
 Jorge Heredia, “La evolución del sistema político local en un contexto de privatización de la 
seguridad el caso del occidente de Boyacá” (Tesis de pregrado, Facultad de ciencias políticas y 
relaciones internacionales, Pontificia Universidad Javeriana, 2014). 21. 
72
 Uribe, Limpiar la tierra, guerra y poder entre esmeralderos. 95. 
37 
 
esmeralderos como un poder real, al cual le debían obediencia y respeto, puesto 
que eran estos los que construían carreteras, colegios y otras obras de 
infraestructura, asimismo eran los que administraban el poder militar en la zona73. 
Una orden del patrón era una ley no escrita, pero aun así, se cumplía a cabalidad. 
Con la nueva fiebre verde, producto del descubrimiento y explotación de la 
productiva mina de peñas blancas, el grupo más poderoso74 que hacia presencia 
en la zona, conocido como “La Pesada”75, debió enfrentarse a rivales de peso, 
como es el caso de Mario Moreras Fajardo. 
En este contexto, “La Pesada” contrata al legendario bandolero Efraín González 
Téllez como jefe militar, para ejercer control violento en la zona esmeraldera. 
Durante cuatro años hizo presencia permanente en el territorio cometiendo 
masacres, homicidios selectivos y secuestros. Por estas acciones arrecio la 
persecución estatal en su contra, ya que secuestró al hijo de Martin “El gallino” 
Vargas, un rico terrateniente de Boyacá76. En 1965 asaltó una estación en la 
 
73
 Heredia, “La evolución del sistema político local en un contexto de privatización de la seguridad 
el caso del occidente de Boyacá”. 23. 
74
 Se puede entender que grupos como “La Pesada” se fueron fortaleciendo por la legitimidad que 
representaban sobre la población que dependía de los ingresos emanados por la explotación de 
las esmeraldas. Estos mismos que fueron ilegalizados por el Estado colombiano mediante la ley 
145 de 1959. Estos grupos habían acumulado fortunas, convirtiéndose en patrones esmeralderos 
que detentaban su poder por la legitimidad que le otorgaron sus fortunas, sus acciones que 
buscaron reemplazar al Estado en muchos aspectos de la vida cotidiana construyendo carreteras, 
colegios y demás aportes a la infraestructura municipal. Hablamos del concepto de “legitimidad” 
desde la lectura que realizó Max Weber en términos de que esta no necesariamente se encuentra 
ligada a la “legalidad”, sino que también puede encontrarse por la tradición, en cuanto a la validez 
que otorga lo que siempre ha existido, como los guaqueros que siempre explotaron las minas sin 
intervención o regulación de un Estado que consideraban foráneo, asimismo en este contexto eran 
frecuentes los patrones que acumularon sus riquezas de manera tradicional que en este momento 
se transformó en formas ilegales. En este mismo sentido la legitimidad también se encuentra por lo 
que Weber denomina creencia afectiva que es la revelación del arquetipo de lo ejemplar o del 
deber ser. Weber, Economía y sociedad, esbozo de sociología comprensiva. 30-31. 
75
 Esta era integrada por Isauro Murcia, Olmedo Murcia, Vidal Álvarez y Virgilio Ávila. María Victoria 
Uribe, Limpiar la tierra, guerra y poder entre esmeralderos. 98. 
76
 Efrain Gonzalez participo en enero de 1965 en el secuestro de uno de los hijos y un nieto de 
Martin “El Gallino” Vargas, que era parte de la elite Bogotana y quien había amasado una extensa 
fortuna

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