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Secuencia-Didactica--El-relato-de-aventura-Nivel-5A--Curso-1213

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RELATOS DE AVENTURAS
Clase de 5ºA
CEIP José María del Campo
Curso 2012-2013
2 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
Índice de textos y autores
¡CORRE WILLY, CORRE! Arias Hidalgo, Ramón.........................................................................3
EL DETECTIVE Y LOS CRIMINALES Benmasoud Gil, Ismael................................................6
EL SÓTANO MISTERIOSO Bentrika García-Contreras, Ismael.............................................10
EL VALOR DE LA VERDAD Calero Fernández, Aida...............................................................12
EL REGRESO A CASA Carballar Moreno, Andrea....................................................................15
LA MOMIA DEL FÚTBOL Correa Salas, Noel..........................................................................20
LA CUEVA DEL TESORO De Castro Fernández, Manuel........................................................23
EN BUSCA DEL FANTASMA González Carrasco, José.........................................................26
LA ATLÁNTIDA, UNA ISLA PERDIDA Laplaza Izaguirre, Miguel.........................................28
LOS BUSCADORES DE ESTATUILLAS López Fernández, Pedro......................................31
EL TESORO Medina Fernández, María Guojuan........................................................................34
LAS AVENTURAS DE LA CALLE Okhiria Nieto, Anthony Uyi ...............................................36
AVENTURAS DE RUGBY EN PARIS Pallatier Mesplede, Leo Lorenzo...............................40
LA PERSECUCIÓN Pavón Álvarez, Nicolás...............................................................................43
UN AMOR DESCONCERTADO EN BERLÍN Pino Castellano, Cristina.............................46
EL DESAFÍO Ramos Blanco, Álvaro.............................................................................................50
LA AVENTURA SOÑADA Rivera García, Juan.........................................................................53
LAS AVENTURAS DE LOS CUATRO Rubio Arcos, Cristian.................................................55
LA MANSIÓN ENCANTADA Sosa Corral, Alejandro..............................................................58
EL BOSQUE PERDIDO Van Lith Herrera, Celia........................................................................62
LOS NIÑOS DESAPARECIDOS Vargas Rivas, Carolina.......................................................66
¿HOGAR OLVIDADO...? Yera Cobo, Andrea.............................................................................69
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4 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
¡CORRE WILLY, CORRE!
Era el día de Navidad, Wil y toda su familia vestía de etiqueta
mientras celebraban el 2020 comiendo pavo relleno. Todos contaban chistes y se
reían, excepto Wil, tenía un mal presentimiento y para quitárselo de la cabeza
puso las noticias. Anunciaban una nueva cura para todas las enfermedades, pero
él no la quería, no se iba a inyectar nada, ¡le dan miedo las agujas!
Pasados tres años todos los que se inyectaban sufrían efectos secundarios,
se les caía el pelo, la piel se les ponía muy blanca, lloraban lágrimas de sangre y
lo peor de todo es su apetito. Tres años después todos los que son inyectados, o
como a mí me gusta llamarlos, los infectados, porque a eso no se puede decir
que hayan sido humanos como yo o Wil.
Yo pienso que él debe de estar contento por una parte y triste por otra;
contento porque no hay nadie en el mundo que le quite el desayuno de la
cafetería y triste porque no había ninguna cafetería. 
Wil visitó todas las casas en busca de alguien que quisiera ser su
compañero no el causante de su muerte, mientras decía:
- Hola ¿hay alguien? ¡Hoooooooooooooooolaaaaaaaaaa! 
Ya había estado en todas las casas de la ciudad. Y cuando estaba entrando
en la última casa, no era una casa, eso en mi pueblo es una mansión y ¿a que
nadie sabe cómo se lo tomo Wil?
-Oh dios mío ¿qué es esto? ¡si parece la casa de Justin Bieber cuando tenía
20 años!
Nada más entrar le saltaron dos infectados a la espalda, consiguió
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quitárselos de encima, sabiendo que ellos eran más ágiles que él. Corrió como
nunca lo hizo y saltó por la ventana. Cayó en la playa.
Se había hecho una brecha en la espinilla, y cada gota que caía a la arena
para un infectado, sonaba como para Wil cuando a la de la cafetería, se le caía la
bandeja con el café y los bollos y le entraban ganas de tirarse al suelo y empezar
a lamerlo.
Él observaba el horizonte para ver si venía un infectado miró delante para
no chocarse con nada y cundo volvió a mirar atrás todo estaba lleno de
infectados volvió a mirar hacia delante y de la nada apareció un todo-terreno se
abrió la puerta del coche y un brazo lo agarro por la parte de atrás de la camisa,
no sabía que era lo que le había salvado porque gracias a su falta de sangre el no
veía nada pero de todos modos estaba agradecido por salvarlo. 
Cuando despertó no sabía cómo pero estaba en su propia casa. Le había
salvado una mujer llamada Linda que era una mujer bajita ,con el pelo rizado, los
ojos marrones y morena, junto a su hijo que se llamaba Noel, que era clavado a
su madre pero mucho más delgado, no sabía por qué pero tenía un mal
presentimiento, como que se iba a arrepentir por haberles dejado habitar su casa,
así que tuvo una idea: echarlos de su casa.
-Fuera -así de claro se lo dijo.
-¿Por qué nos echas? -preguntó Linda mientras Noel se escondía detrás de
la puerta de Wil.
-¡Porque me pesaba cargar con mi propia carga, no voy a cargar con la
vuestra ahora! 
Linda dio un suspiro y golpeó la mesa. De repente unos golpes hacían
temblar el suelo. Wil dio un gran golpe en el suelo que hizo temblar toda la casa.
Paro de sonar y al cabo de diez segundos los golpes eran mucho más rápidos y
fuertes. Wil giró la cabeza y cogió el rifle y dijo:
-No bajaré solo sabiendo lo que me espera ahí abajo.
Linda miró a Wil con cara de preocupación. Los dos bajaron con miedo. Wil
sin pensar en su propia vida saltó apuntando hacia los dos lados, solo con el batir
de su chaqueta. Algo se asustó e hizo caer cuatro botellas de vino, los dos
subieron las escaleras de nuevo, cerraron la puerta con pestillo y empezaron a
poner muebles delante de la puerta y dieron un suspiro. Sonó el teléfono, Wil lo
cogió, pasaron diez minutos y fue cuando colgó y dijo:
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-Estáis salvados.
-¿Y tú no ? -dijo Linda sonriendo.
-No
-¿Por qué?
-Porque solo os buscan a vosotros.
Todos pusieron una cara triste y bajaron las cabezas. Wil rompió el silencio
de la sala.
-Corred.
Wil cogió una granada, salió por la puerta, mientras Linda y Noel se iban,
pero por todo el camino se preguntaban si Wil seguiría vivo o no. Yo sí lo sé
porque ¡soy, Wil!
Ramón Arias Hidalgo
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EL DETECTIVE Y LOS CRIMINALES
Inglaterra, año 2011,1 de diciembre. Era una noche muy fría, la niebla
rozaba la acera, en la calle Park nº 37, estaba la cárcel de mayor seguridad, con
más de 2000 presos. El encargado era Miguel “el temeroso”, era rubio, ojos azules,
musculoso, tenía tatuajes por todo el cuerpo y era muy listo. Un día Miguel se fue
un momento a su casa para ver a su mujer, Andrea, era regordeta y feilla, además
de marimandona, y lo más raro, tenía bigote.
-Hola Andrea, ¿qué tal? -dijo Miguel.
-Muy bien, ¿ y tú? -contestó con mal humor.
-Yo también estoy bien.
-¿Has traído el pan? -le preguntó la mujer.
-“Ups”, no, lo he olvidado -dijo con voz muy aguda.
-¿Cómo?, ¿No has traído el pan? - gritó Andrea.
Miguel se fue rápidamente a la prisión. Al día siguiente, no se olvidó de
comprar pan y zumo, y cuando regresó a la cárcel…¡paf! Todos los prisioneros se
escaparon, Miguel se volvió loco, se mordía las uñas. Cogió el teléfono, llamó al
detective John, de New York, E.U. y sus ayudantes de España.
-Empresadel detective John.
-¡Hola clara! Os necesito enseguida a ti y John.
-¿Que ha pasado? -dijo Clara gritando.
-Se han escapado todos los prisioneros.
-Estoy ahí en cinco minutos. Avisaré a John.
-¡Si estás en New York!
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-Soy la ayudante de un detective, tengo mis trucos.
-Ya, ya, haz lo que sea pero rápido.
Cinco minutos después, llamaron al timbre de la cárcel de mayor
seguridad. Miguel se fue abrir la puerta, y ahí estaban John, alto, castaño, con una
chaqueta de cuero, ojos castaños, soltero y siempre estaba fumando pipa y
siempre llevaba una pistola encima y Clara, ojos azules, rubia, camiseta corta,
pantalones cortos, pálida y muy dura. 
-Hola John, cuánto tiempo.
-Ni que lo digas ¡la cárcel a cambiado! Está muy chula.
-Y... hola, soy baja no invisible -dijo Clara.
-Hola Clara, sigues estando tan guapa como siempre.
-Qué te crees, que no se diferenciar el sarcasmo de la verdad -dijo como si
estuviera enfadada.
-Allá tú, te estás llamando fea.
-Oye, para el carro nene -dijo con voz de creída.
John intentó detener la pelea. Andrea y Miguel se pusieron de acuerdo y no
se iban a pelear más. Después revisaron las cámaras de seguridad para ver quien
era el culpable de todo. Vieron el vídeo pero no veían la cara del culpable, así que
ampliaron más el vídeo y vieron la cara; era una persona que nadie creía capaz
de liberar a todos los prisioneros. ¡Era Andrea!
-¿Pero por qué les has dado las llaves a Andrea? -preguntó Clara
extrañada.
Miguel respondió que no.
-¿Entonces como a podido liberar a los 300.387 prisioneros?
-Esperad que recuerde -dijo Miguel pensativo-. Las llaves y la tarjeta
estaban en la caja fuerte de la prisión, a lo mejor uno de los soldados me espiaba
mientras yo ponía la combinación.
-Llamaré al FBI -dijo John- y tú, Clara, llama al CNI, atraparemos a esos
criminales como sea, nosotros nos encargaremos de Andrea y del soldado que la
haya ayudado.
Dos horas después la policía seguía buscando a los criminales, mientras
Clara, John y Miguel se fueron a buscar a Andrea.
-Vamos a Nueva York -dijo John.
-¿Ahora?
-Sí, ahora.
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Cogieron el helicóptero privado de John; cinco minutos después estaban
en Nueva York, fueron a una cueva a las afueras, cuando llegaron era casi de
noche y estaba todo muy oscuro, a John le daba la sensación de que Andrea
estaba allí.
-Nos vamos a separar -dijo Clara-, tú por allí. Miguel, tú ven conmigo.
Después de unos diez minutos oyeron una voz ahogada que pedía ayuda.
Era la voz de Clara, estaba en peligro.
-La habrán secuestrado y le habrán tapado la boca -dijo Miguel.
-¿Y a qué esperamos? ¡Corre, vamos a salvarla! -dijo John.
Poco después vieron una casa cerca del bosque.
-Está lleno de sangre -dijo Miguel.
-¿El qué?
-La casa. Vamos a esperar que salga la señora o el señor “X”.
Se escondieron tras unos arbustos. Una hora después apareció una mujer
feilla, regordeta y con bigote, a Miguel le resultaba muy familiar, era Andrea.
Cuando la mujer se fue, John y Miguel entraron sin hacer ruido, porque ellos
sabían que había alguien vigilando, y así era, estaba Rafa Alto (dos metros) era
castaño y odiaba a todos los buenos. Él era malo y siempre estaba muy serio.
-Vaya, esto parece una mansión.
-Calla Miguel, silencio, por favor.
-Calla tú, ¡coge la pistola, es Rafa, unos de mis prisioneros!
John y Miguel cogieron rápidamente las pistolas, le dispararon los dos a la
vez, uno en cada pierna. Miguel cogió las esposas y lo detuvo. Al cabo de cinco
minutos John recibió la llamada del FBI Y de la CNI, le dijeron que ya habían
cogido a los 300.387 prisioneros pero les faltaba uno, John les dijo que él había
atrapado al que faltaba. 
Miguel había atrapado al soldado que había ayudado a Andrea a coger las
llaves y la tarjeta de la prisión, se llamaba Pablo y era un soldado inútil. Después
de detenerle Pablo pedía un abogado o sino no iba a decir ni una palabra. Miguel
aceptó y le pidió un abogado. Minutos después decidieron cuántos años de
prisión le iban a poner: 38 años.
John llamó a Miguel y le dijo que había localizado a Andrea, estaba en Las
Vegas. Los dos quedaron en una cafetería, después cogieron el coche y se fueron
a Las Vegas. En un bar vieron a Andrea y le dispararon en la pierna por
todos los delitos que había cometido. Al día siguiente la iban a decapitar, tal que
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así. Todos los bienes de Andrea fueron quemados y los millones fueron para
Miguel.
Al día siguiente obligaron a Andrea a subir a la terraza de un duodécimo
piso y justo cuando se estaba arrepintiendo de todo lo que había hecho, la tiraron
(en ese mismo instante). Miguel fue directamente hacía John y le preguntó dónde
estaba Clara. Le dijo que estaba de paseo por la calle Park, Miguel corrió
rápidamente en su busca y allí estaba ella, le miró a los ojos y se besaron.
Pasados tres años Miguel y Clara se casaron y vivieron juntos. Hasta que la
muerte los separe.
Ismael Benmasoud Gil
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EL SÓTANO MISTERIOSO
Unos niños de doce años estaban jugando al fútbol en el patio del instituto
cuando uno de los niños chutó muy fuerte y el balón salió fuera del campo. De
repente, pareció ¡como si hubiese atravesado la pared! Se acercaron al sitio y
vieron que la puerta del sótano estaba abierta. Entonces la empujaron
cuidadosamente y sin que la directora los viera, entraron. El sótano estaba oscuro,
había humo y olía raro, de pronto algo se movió entre las sombras de los
escombros y escucharon una voz.
Un hombre con barba negra, con una camiseta vieja, unos pantalones
sucios y rotos les dijo con un acento raro:
-¿Querrrrrreis probarrrrrrr de mi cachimba? -mientras se acercaba con la
pelota en una mano y la cachimba en otra.
Ellos se lo negaron con la cabeza, con los ojos muy abiertos e incapaces de
hablar del susto que tenían. Después cogieron el balón y se fueron corriendo, sin
atreverse a mirar atrás.
Al día siguiente se pusieron a hablar de que les había parecido simpático y
en el recreo hicieron como que se les volvía a caer el balón y fueron por él. Luego
de ir en busca de la pelota, encontraron al hombre y se pasaron con él hablando
como una media hora sin darse cuenta de que había sonado el timbre del final
del recreo. El hombre los tenía entusiasmados contándoles las historias que le
habían pasado en Rusia. Ya no escuchaban los ruidos de los niños gritando en el
patio (porque hacia mucho que había sonado el timbre) y se fueron para la clase.
El profesor les preguntó dónde habían estado y ellos le dijeron que se habían
quedado encerrados en el baño.
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Todos los recreos iban a verlo, el hombre fue ganándose su confianza. Un día hizo
como que le llamaban, después colgó, puso una cara triste y dijo que alguien de
su familia había fallecido en su país, Rusia. Les preguntó que si querían
acompañarle, ellos dijeron que sí porque el hombre les caía bien. Les dijo que
también les llevaría a ver un oso. 
Quedaron en la puerta del instituto el lunes a las doce de la noche. Se
escaparon de sus casas por las ventanas y juntos fueron a aquel sitio. Allí había
un coche negro. Montaron en él, dentro estaba el hombre fumando hierba, se
dirigieron hacia Rusia y los tres amigos se quedaron dormidos en el viaje. 
Se despertaron en un sitio oscuro y frío, era una cárcel, donde se oían las
gotas caer al suelo: “plic, plic, plic…” Pasaron horas, minutos, segundos, estaban
agobiados pero con un poco de intriga y tenían mucho miedo. Hasta el día
siguiente no vino el hombre diciendo con una sonrisa maliciosa:
–¡El desayuno!
Todos se pusieron en pie porque tenían hambre y vieron desilusionados
que era un trozo de pan y agua. Él se echó a reír y les dijo:
-Ha sido tan fácil como quitarrrrrrrle un carrrrrrrameloa un bebé.
Los niños pensaron que realmente les había engañado. Entonces encendió
una luz de color morado y pudieron ver que estaban en un sótano, con las
ventanas tapadas con maderas, el suelo estaba con charcos y olía mal, muy mal,
como a tubería de un váter. El hombre dijo antes de irse:
–¡Calladitos! ¡si no os sacarrrre el oso que os prrrrometi! ¡Jajajajajajajaja! 
Los niños obedecieron sus órdenes. Había un colchón sucio en una
esquina y se tumbaron, mantuvieron silencio, no sabían como salir. El hombre no
paraba de amenazarles, les decía que les iba a matar. Cuando se fue, se
tumbaron en un sucio colchón. Estaban agotados. Vieron una escotilla en el
techo. ¿Podrían escapar por ahí? Intentaron hacer como una escalera humana.
De repente, los niños escucharon al oso rugir, miraron para atrás y vieron una
gran puerta negra. El hombre pulsó un botón y la puerta se empezó a elevar. El
oso se lanzó hacia uno de los niños y…¡pum! 
Entonces el niño se despertó. Todo había sido un sueño, tenía abrazado su
osito de peluche. A la mañana siguiente, en el colegio, estaban jugando al fútbol,
uno chutó muy fuerte y la pelota desapareció misteriosamente.
Ismael Bentrika García-Contreras
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 13
EL VALOR DE LA VERDAD
Hugo tiene doce años, es rubio, alto, siempre lleva un chándal y es
hermano de Amanda. Amanda tiene trece años, es morena y tiene los ojos
marrones. Hugo y Amanda son los hijos de Carlos, un gran arqueólogo. Un día en
el colegio les mandaron de deberes conocer el trabajo de algunos de sus padres.
Eligieron el de su padre porque su madre era ama de casa.
Su padre era arqueólogo, trabajaba en el desierto del Sáhara y ellos vivían
en Estados Unidos. Cuando solo quedaba una semana para entregar el trabajo,
que valía toda la nota del curso, sonó el teléfono, era su padre. Este les dijo que le
habían cambiado de destino (del desierto del Sáhara al del Colorado) y ahora
podría vivir con su familia. Los niños se pusieron muy contentos porque estarían
con su padre y podrían hacer el trabajo.
Se fueron a donde trabajaba su padre y mientras les explicaba lo que hacía,
tocó algo duro, era un fósil muy raro, un animal nunca visto. Nicolás era el
compañero de Carlos, tenía el pelo castaño, los ojos azules, siempre llevaba un
amuleto de la suerte y tenía treinta y ocho años. Cuando se enteró que Carlos
había descubierto un fósil muy raro le robó el mérito y se lo dijo a la prensa. Carlos
era tan bueno que decidió no decírselo a la prensa y además si lo hacía,
seguramente no le creerían. Sólo lo sabían sus hijos y Nicolás. 
Cuando Carlos falleció, Hugo y Amanda querían decírselo a la prensa y
contar toda la verdad, pero era difícil que los creyeran. Al día siguiente, a Amanda
se le ocurrió una idea, con entusiasmo le dijo a su hermano:
-¡Hugo! Se me ha ocurrido algo, Nicolás tiene un criado, que se llama Jake,
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y en verano siempre le pregunta donde podría ir de vacaciones; podemos
sobornar a Jake para que se fuera en verano a una isla deshabitada, y cada año
podríamos ir a verle para ver si ya había cambiado de idea, sobre decirle a la
prensa la verdad.
-¡Vale!, es una buena idea -le dijo su hermano.
-Es un poco enrevesada la idea, pero está bien. 
Hugo y Amanda se fueron a casa de Nicolás e hicieron todo lo que se les
había ocurrido. Como era febrero, tuvieron que esperar unos meses para que
llegaran las vacaciones y cuando llegó junio, se fueron a la casa de Nicolás para
hablar con Jake y preguntarle si ya le había dicho que se fuera de vacaciones a
una isla deshabitada. Jake con una sonrisa en la cara (por que no le caía muy
bien Nicolás) dijo que sí, pero le había costado un poco porque no sabía el
nombre de la isla ni donde se encontraba.
Cuando llegó a la isla notó que olía a limpio, a tranquilidad y a paz. Solo
quería sobrevivir. Los primeros días aguantó porque tenía la reserva de comida
que le habían dejado Hugo y Amanda. Si no le hubiesen dejado nada no duraría
ni un mes. Pero se le iba acabando la comida, así que tuvo que coger fruta de
algunos árboles. En la isla había muchos árboles pero ningún animal, solo
papagayos, en ningún caso personas, aunque todavía no estaba seguro del todo.
-No están tan mal, saben a fresa, plátano y kiwi -pensó Nicolás y siguió
comiendo de esa fruta tan rara. Era marrón con pintitas verdes y moradas.
Cuando pasó un rato comiendo empezó a estornudar y a hincharse, se dio cuenta
de que era alérgico a esa fruta, dejó de comer y buscó otra.
Un día pensó que le tenía que poner un nombre a la isla. Se le
ocurrieron nombres como la Isla de Nicolás, la Isla Hermosa (porque era muy
bonita y tenía árboles muy especiales, con hojas de diferentes colores), la Isla de
los Papagayos, la Isla de la Vida… Pero pensó que era mejor no ponerle ningún
nombre.
Pasado un tiempo empezó a explorarla. Se preparó para la excursión
porque no sabía si había alguien o estaba deshabitada. Estuvo cuatro horas
andando, pero no descubrió nada nuevo y se rindió porque sabía que sería
imposible que hubiese alguien por allí.
Cuando pasó un año, Hugo y Amanda volvieron a la isla para seguir con el
plan. Llegaron y tuvieron que andar un poco para encontrarle. A los tres cuartos
de hora le encontraron, estaba hecho un desastre: tenía el pelo revuelto, mucha
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barba y parecía un animal. Hugo le preguntó:
-Nicolás ¿estás bien?, ¿te ha pasado algo?
-No estoy bien, llevadme a mi casa -le respondió Nicolás suplicándoles. 
-¿Has cambiado de idea y vas a decirle a la prensa toda la verdad? -le dijo
Amanda.
-¡Sí, sí, diré toda la verdad!
Hugo y Amanda, satisfechos y felices se abrazaron, pero su felicidad se
acabó pronto... ¡les habían robado el helicóptero para salir de allí! Se
desesperaron mucho. Nicolás les preguntó si tenían móviles. Ellos se alegraron
mucho de tenerlos, pero al descubrir que no tenían cobertura se desanimaron
otra vez. No sabían qué hacer, solo se les ocurría buscar en la isla alguna pista
para saber quien había sido y dónde estaba el helicóptero. Recorrieron toda la isla
y solo encontraron un pañuelo negro manchado de barro.
-¡Mirad, algo se mueve! -dijo entusiasmado Hugo.
Amanda se acercó al arbusto, lo apartó… ¡ahí estaba Jake!
-¿Qué haces aquí? -le preguntó Nicolás.
-Yo quería que tú no volvieses y por eso robé el helicóptero. 
-¿Dónde está el helicóptero? -le preguntó Amanda.
-Detrás de aquellos árboles.
Se montaron todos y se fueron a sus casas. Nicolás confesó y como a Jake
lo despidieron, montó una empresa de aviones y helicópteros.
Aida Calero Fernández
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EL REGRESO A CASA
Noelia era una niña muy divertida, fiel, alta y guapa. Tenía 11 años, le
encantaban las aventuras y tenía un perro llamado Yaqui, que era muy cariñoso y
muy juguetón. Noelia tenía un hermano que se llamaba Ignacio, era muy
cabezota pero muy buena persona y también le encantaban las aventuras. Tenía
trece años. Su padre se llamaba Manuel. Tenía cuarenta y cuatro años, era muy
inteligente y se dedicaba a la agricultura. Le gustaba mucho hacer excursiones y
dormir en camping. Vivían en una casa chiquitita, era de color marrón, estaba
hecha de madera y era muy acogedora.
Un día estaban en la “chiquitita” (que así le llamaban a su casa). Ya eran las
ocho en punto y el padre de Noelia siempre venía a esa hora, ni un minuto más
ni un minuto menos. Ignacio y Noelia esperaron hasta las nueve en punto y su
padre todavía no había llegado. Ellos empezaron a preocuparse. Noelia le dijo a
su hermano:
-Ignacio me estoy empezando a preocupar, vamos a coger las mochilas y
las tiendas de campaña y vamos al bosque a buscar a papa, y Yaqui que se vaya
a buscarlo por la ciudad.
Y así fue, cogieron las mochilas y las tiendasde campaña y Yaqui su perro
se fue a buscar al padre. Pasaron tres horas seguidas caminando y no habían
encontrado nada todavía, Noelia le dijo a su hermano:
-Ignacio no puedo más vamos a parar y vamos a ir a esa cueva de allí que
tiene sombra.
Ignacio cogió a su hermana en brazos. Noelia cogió su mochila y sacó una
botella de agua cuando escuchó un ruido. Se puso de pie y empezó a andar y
llegó hasta una extraña roca que era dorada y resbaladiza, detrás de la roca había
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 17
algo, ella alzó la vista y vio algo negro y extraño. Llamó corriendo a su hermano y
él le preguntó qué pasaba. Noelia dijo:
-Hay algo detrás de esa roca.
Su hermano se acercó y vio que era un niño que estaba muy asustado.
Ignacio acercó su botella de agua y se la ofreció al niño. Este la cogió
rápidamente y bebió mucha agua. Ignacio le pregunto cómo se llamaba y el niño
muy asustado le dijo:
-Me llamo Pablo y tengo diez años. Estoy perdido en esta cueva, llevo tres
días sin comer ni beber.
Ignacio le pregunto qué por qué estaba allí y Pablo le dijo:
-Estaba buscando mi pelota que se me cayó por aquí y me llevé dos horas
buscándola hasta que la encontré, pero se hizo de noche y no encontraba mi
casa y no sabía cómo salir de aquí.
-Tranquilo, mi hermana Noelia y yo te vamos a ayudar a encontrar tu casa.
-¿Y vosotros que hacéis aquí? 
Ignacio le respondió: -Estamos buscando a mi padre que no ha vuelto del
trabajo todavía.
-Os voy a ayudar a encontrar a vuestro padre y después vosotros me
ayudáis a mi. ¿Vale?
Ignacio dijo: - ¿Vale?
Ignacio y Pablo se fueron a buscar agua mientras que Noelia se quedó en
la cueva intentando hacer fuego. Noelia no se fiaba mucho de Pablo. Al día
siguiente se pusieron en marcha. Se separaron para encontrar al padre. Pablo se
fue por el norte, Noelia por el sur e Ignacio por el este. Pablo tenía un secreto, se
trataba de que le gustaba Noelia. 
Pablo iba por un sitio muy extraño, hacia frío y había mucha humedad.
Siguió andando y de repente se encontró con un acantilado enorme. No tenía
por dónde seguir, y no quiso volver hacia atrás porque le prometió a Noelia que
encontraría a su padre. Mientras tanto, Noelia iba por un sitio muy soleado y muy
bonito cogiendo frutas para Pablo y su hermano. Ignacio iba por la orilla de un
lago, sacó su cantimplora que llevaba en su maleta y la llenó de una deliciosa
agua para todos.
Pablo seguía sin saber que hacer, le temblaba todo el cuerpo. Se acercó a
la punta del acantilado para ver que había, muy asustado puso un pie adelante y
un pie hacia atrás, se asomó y de repente, un ruido espantoso le hizo caer al
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acantilado. Tuvo mucha suerte, antes de caerse se agarró a un palo, pero el palo
era demasiado fino; no tenía mucho tiempo. Con todas sus fuerzas empezó a
gritar: -¡Socorroooooo, socorrooooo, ayuda por favor! 
Ignacio y Noelia se encontraron mientras buscaban alimentos. Noelia tenía
un oído excelente y escuchó el grito de Pablo.
-Ignacio ¿has escuchado eso?
-Si lo he oído, creo que es Pablo ¡vamos!
Noelia e Ignacio fueron corriendo en busca de Pablo. Ignacio lo encontró y
Noelia preguntó: -¿Qué ha pasado Pablo?
-Pues mira, que yo iba en busca de tu padre y de repente me encontré este
acantilado enorme, me acerqué un poquito a la punta del acantilado para ver lo
que había y oí un grito espantoso, me asuste y me caí, pero tuve suerte porque
me agarré a este palo. Pero no aguantará mucho más.
Ignacio dijo: -Tranquilo te sacaremos de aquí.
Noelia cogió una liana, se abalanzó y no pudo llegar hasta Pablo. Noelia se
calló, pero antes de que se cayera Pablo le dio la mano. El palo crujió. Ignacio
estaba harto de pensar pero seguía sin conseguir alguna idea. No sabía que
hacer. Mientras tanto Pablo le dijo a Noelia:
-Noelia sé que de todas formas voy a morir.
Antes de que Noelia dijera una cosa, Pablo le dio un beso. Noelia no sabía
que decir. De repente a Ignacio se le ocurrió una idea: cogió muchas ramas y
hierbas, hizo unos nudos y pegó unas ramas con sabia de cactus y formó una
cuerda muy resistente. Lo malo es que no se podían agarrar los dos porque era
muy corta y no tenía más palos. Pablo le dijo a Noelia:
-Noelia que sepas que siempre te he querido.
Después Pablo cogió la cuerda y la mano de Noelia, él le puso la cuerda en
la mano de Noelia, ella se agarró pensando que él también venía. Pablo se tiró,
mientras Noelia decía: - ¡Nooooooooooo!
Ignacio subió a Noelia, después le dio un fuerte abrazo. Noelia fue
corriendo hasta la orilla del lago, hay estaba Pablo tirado en la arena muy herido.
Noelia corrió hasta él, le quitó la camiseta y pensó “¡Qué fuerte está, tiene unos
abdominales increíbles!” Le puso la mano en el pecho y sintió que su corazón
seguía latiendo.
Noelia llamó a su hermano y le contó que Pablo seguía vivo. Ignacio fue a
por hojas para quitarle la sangre y Noelia fue a por sabia de cactus para
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 19
desinfectarle las heridas. Dos horas después Ignacio cogió a Pablo en brazos y lo
llevó a un sitio de la selva muy cómodo y muy soleado. Pasados tres días Pablo
se recuperó. Ignacio fue a buscar frutas mientras Pablo y Noelia se quedaron
solos. Se quedaron un minuto mirándose mutuamente, Pablo dijo:
- Cada vez que te veo mi corazón vuelve a ser otro diferente, mucho más
nuevo, Noelia, te quiero mucho.
Noelia toda roja, con un sentimiento que ni siquiera podía expresar, le dio 
un gran beso a Pablo. Al día siguiente fueron todos juntos en busca del padre de 
Noelia y su hermano. Anduvieron tres horas seguidas, vieron una casa que daba 
escalofríos, entraron y encontraron una cosa muy espantosa. De repente vieron 
una puerta abriéndose y cerrándose sola. Noelia se asustó y abrazo a su hermano
y él la consoló. Después de un rato entraron en la casa y lo primero que vieron fue
unas escaleras enormes y escalofriantes. Subieron las escaleras y cada vez que 
pisaban los escalones se oían crujidos. Llegaron hasta una habitación, Ignacio 
abrió la puerta y lo primero que vieron fue una mujer sentada en una silla tocando
el piano, tenía el pelo moreno y muy largo, llevaba una túnica blanca. De repente 
dijo: -Se lo que estáis buscando. 
Y los niños preguntaron: -¿El qué? 
-Buscáis a vuestros padres . 
Los niños sorprendidos dijeron: -¿Cómo lo sabes? 
Y ella respondió: -Yo lo sé todo, pero esa no es la cuestión, la cuestión es 
que si queréis que os ayude a encontrar a vuestros padres ¿sí o no? 
Los niños muy contento dijeron: 
- ¡Pues claro! 
-Si queréis que os ayude tenéis que hacer un favor por mi ¿vale? 
Los niños contestaron: -Vale, ¿en qué consiste? 
-Tenéis que ir a la habitación 64 y coger una poción que es azul, lo malo es 
que hay un gato enorme vigilando la puerta, puede que tengáis suerte y esté 
dormido, bueno, ¿queréis hacer la misión?
Los niños dijeron que sí y se pusieron en marcha, pero al cabo de un rato
Ignacio cayó en una trampa. Noelia y Pablo le ofrecieron su ayuda pero él la negó
y dijo que siguieran ellos y no perdieran el tiempo. Noelia y Pablo le hicieron caso
y siguieron adelante. Pablo le dio a un botón rojo por curiosidad y salió una
cuerda gigante que lo ató. Él le dijo lo mismo que Ignacio, que siguiera adelante y
no perdiera el tiempo. Noelia le hizo caso y siguió hacia delante teniendo en
20 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
cuentalas trampas, hasta que por fin llegó a su destino, abrió la puerta muy
lentamente y efectivamente, como dijo la mujer, había un gato enorme pero
Noelia tuvo suerte porque el gato estaba dormido.
Intentó abrir la puerta sin que se despertara, cogió la poción pero tiró un
plato y el gato se despertó. Fue corriendo hacia la habitación de la mujer pero el
gato corría más que ella, vio una habitación abierta e hizo como que iba a entrar
pero no entró, así que el gato se lo creyó, entró en la habitación y cerró la puerta
con llave. 
Yendo hacia la habitación de la mujer cogió a Pablo y a Ignacio. Al cabo de
un rato llegaron hasta la mujer y le entregó la poción. La mujer a cambio le
entregó un mapa donde estaba marcada una cruz roja en un árbol. Los niños se
pusieron en camino y le dieron las gracias. Después de horas y horas seguidas
caminando llegaron hasta el árbol y ahí se encontraron dos hombres. Ignacio y
Noelia se dieron cuenta de que era su padre con Yaqui, su perro.
Fueron a darle un fuerte abrazo mientras Pablo muy triste estaba con la
cabeza agachada. El otro hombre que estaba al lado del padre de Noelia dijo:
-Pablo, ven hijo mío.
Pablo levantó la cabeza y miró bien a ese hombre y resultó que era su
padre. Fue corriendo a darle un fuerte abrazo. Todos estaban felices. Llegaron al
pueblo, Pablo e Ignacio se separaron, aunque les dio mucha pena. Mientras,
Noelia y Pablo fueron al mismo colegio y siguieron con su amor.
Andrea Carballar Moreno
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 21
LA MOMIA DEL FÚTBOL
En New York, en el año 2012 (el año en el que acababa el mundo), un niño
llamado Freki lleno de pecas, con 12 años y con ilusión por el fútbol que jugaba
en un equipo llamado los Red Socks (los calcetines rojos). Él era el portero.
Iban los últimos en liga hasta que vino un nuevo jugador, de repente
apareció un niño lleno de vendas y muy musculoso con pasión por el fútbol:
¡Momia! Momia les llevó hasta la cima de la liga, sólo quedaba la final, y faltaban
tres días para la grandiosa final, entonces Momia recibió una carta que decía:
 
Querido Momia: 27\3\2012
A tu padre y a mí nos han secuestrado, ven a ayudarnos por favor estamos muy
preocupados por ti y como me quedo sin papel, adiós.
Un beso tus queridos y secuestrados padres.
Al leerlo, a Momia, se le saltaron las lágrimas y se fue a casa de su amigo
Freki y dijo:-Freki, tío, tienes que ayudarme.
-¿Por qué Momia? ¿Te han vuelto a quitar el chocolate en el recreo?
-¡No tío!, fuera de bromas, han secuestrado a mis padres.
A Freki se le quedó la cara en blanco y entonces se pusieron a hacer las
maletas y se fueron a Egipto, entonces Momia dijo: -Freki quédate ahí, que voy a
hacer pis detrás de la Esfinge.
-Vale, te espero Momia.
Después de que Momia hiciera pis, se dio la vuelta y en vez de su amigo del
22 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
alma, vio una nota tirada en el suelo:
“Querido huerfanito”: 
Soy el que ha secuestrado a tus padres y como me gusta verte sufrir, despídete
de ese tal Freki.
Firmado: el Diamante Rojo
En ese momento se escuchó el viento frío y gritos ahogados, y de repente
se oyó una risa maligna. Entonces Momia corrió y corrió hasta que dijo: -No
encontraré su base y están muertos por mi culpa.
Entonces se tiró al suelo y se echó a llorar. Después de llorar más o menos
cinco minutos lanzó una piedra a un libro que había en el suelo y se abrió una
entrada que decía: “Base del Diamante Rojo entren y limpien los pies”.
Entonces dijo con aires de superioridad: -¡Qué fácil!
Nada más entrar vio láser infrarrojos. Lanzó una canica y se desconectó
todo y otra vez con aires de superioridad:
-¡Qué fácil!, creía que solo se desconectarían los láser.
Entonces anduvo, anduvo y anduvo hasta que encontró a sus padres
atados a una silla con cuchillos acercándose a la espalda lentamente y a Freki
cayendo lentamente a un cubo de ácido sulfúrico y entonces, de la nada,
apareció un chaval azul con la frente muy grande y dijo: -¡Por fin nos
encontramos, Momia! Pobre Freki, pobre Xavier, pobre Ashe, ¿no?
Momia se giró y le dio con una canica hasta dejarle inconsciente, desató a
todos y se fueron al partido. Todo parecía perfecto, pero entonces el avión que los
llevaba de vuelta a casa, se estrelló contra la Esfinge. A nadie le pasó nada,
excepto a Momia que se había roto la pierna y no podía jugar el partido. Al
estrellarse tuvieron que retrasar el partido y todo el mundo los esperaba. El
ambiente se quedó en blanco.
De repente aparecieron los dos héroes, uno al lado del otro como
hermanos. El público gritó y gritó hasta quedarse sin aliento. Ya contentos todo el
mundo empezó el partido sacando los diablos rojos, corrieron la banda hasta la
portería de los Red Socks donde el jugador con el dorsal 7 llamado Fiti marcó el
primer gol de chilena: -!Goooooooooool!
La emoción había terminado en los Red Socks. Todos tristes corrían ya sin
aliento. A los 12 minutos de partido sin pensarlo, el portero de los Red Socks cogió
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 23
y corrió con el balón, después de una parada, hasta llegar a su portería donde
antes de que pudiera tirar el numero 2 de los diablos rojos le lesionó. No tenían
portero y el banda izquierda llamado Noel, como hace dos años había sido
portero, sin pensarlo se puso.
El penalti lo tiraría Freki, todos callados en el campo y ese héroe mirando el
cielo donde estaban sus padres tiró un pelotazo y metió por toda la escuadra: !
Goooooooooool de los Red Socks 1-1!
Ya por los 88 minutos tiraron al suelo a Freki, quien aprovechó esa falta y
desde el centro del campo dejó al portero en el suelo, rebotó en el poste y de
cabeza el capitán del equipo llamado Ramón metió el mejor gol de la historia. Ya
en el final, el capitán levantó la copa y dijo: -Somos los Red Socks y no será
nuestra última copa.
En el autobús que les llevaba, en un acto de torpeza, al medio centro del
equipo llamado Pepe, se le cayó la copa y el autobús la partió.
Noel Correa Salas
24 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
LA CUEVA DEL TESORO
Zack era un hombre de pelo moreno, alto, tenía 28 años y trabajaba de
explorador. Vivía en una selva de Nepal, quería encontrar un tesoro que había en
una cueva. Rockat era un tipo malo, tenía 46 años, era rubio, alto y vivía en una
casa a las afueras de la selva. Cuando se enteró de que Zack quería encontrar el
tesoro salió a buscarlo.
Zack estaba muy nervioso porque tenía que caminar demasiado. Cuando
estaba preparado, salió de su casa y se puso en marcha hacia la cueva. A mitad
de camino se encontró con un montón de animales: arañas, monos serpientes,
loros etc. Frunciendo el ceño, sacó de su mochila una brújula que le regalaron sus
padres antes de morir, la brújula señalaba al norte, así que iba por buen camino.
Después de andar un buen trecho, se encontró con Rockat, su enemigo.
Zack, sorprendido al verlo, pensó que su aventura se complicaba. Rockat le
preguntó con voz de pocos amigos:
-¿A dónde vas?
-A la cueva Haklen, dicen que hay un tesoro.
-¡Eh! ¡Ahí es donde voy yo! ¿Acaso sabes que hay un tesoro? -preguntó
Rockat con cara de enfado.
-Pues claro que sí -contestó Zack, muy enfadado.
-De todas maneras te voy a impedir que encuentres el tesoro -increpó
Rockat.
-Eso ya lo veremos.
Zack se escondió en un matorral que olía muy desagradable, sacó de su
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 25
mochila una navaja vieja y mojada y se la enseñó a Rockat como si se la fuera a
clavar en el corazón, pero Rockat cogió la navaja y se la tiró al suelo. Entonces
Zack se enfadó y se abalanzó sobre Rockat, pero éste antes de que Zack le tirase
al suelo salió corriendo y llegó hasta un desierto. Cuando Zack llegó al desierto
sintió que la arena estaba muy caliente, vio a Rockat tirado en la arena, entonces
Zack le dijo a Rockat:
-Si quieresel tesoro tendrás que cansarte menos y ser más rápido.
Entonces Zack empezó a caminar a paso normal. Rockat se levantó y
empezó a correr, pero no alcanzó a Zack. Zack se paró, se dio la vuelta, se fue
donde estaba Rockat y le dijo:
- Aquí será tu fin.
- ¡No!
- ¿Ah no, y si te mato?
- No lo harás.
Entonces Rockat se levantó y salió corriendo pero se resbaló, Zack le
alcanzó, sacó una pistola de su mochila y ¡pum!, Zack mató a Rockat y siguió
corriendo. Cuando ya era de noche Zack acampó. Sacó de su mochila un saco
de dormir, se puso a comer un poco y después se durmió. 
Al día siguiente Zack empezó a caminar y por fin encontró la cueva, sacó su
mapa y comprobó que era la cueva Haklen. Después cogió su brújula para no
perderse, porque la cueva Haklen era la cueva más grande del mundo, y su
linterna, para ver por donde pisaba y se dispuso a entrar.
Cuando Zack entró en la cueva vio que pisaba barro, la cueva olía muy mal
y había muchos ruidos de cuando las gotas se caían al suelo. Costaba mucho
andar porque había muchos agujeros, pero merecía la pena porque allí había un
tesoro oculto. Mientras miraba su brújula se tropezó y se cayó al suelo, y se dio
cuenta de que se le rompió la brújula y empezó a llorar un poco porque recordó a
sus padres cuando se la regalaron.
Al rato se animó un poco pero pensó dónde tendría que ir para encontrar el
tesoro. Vio que había muchos caminos y cogió el del medio. Por el camino se
encontró con una serpiente y se asustó, pero no mucho, porque en cuanto la
enfocó con la linterna se metió por un agujero. Siguió andando, y casi se cae en
un agujero, pero en ese mismo momento se agarró a la pared, en unos agujeros
que parece que sirven para escalar. Vio que se terminaba el camino y se encontró
que en una esquina había una pala y pensó que el tesoro estaba cerca, entonces
26 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
cogió la pala y se puso a excavar. 
Cuando estaba excavando oyó la risa de alguien. Parecía estar muy cerca y
rápidamente se dio la vuelta. No había nadie, siguió excavando y por fin encontró
el tesoro, se llenó de alegría, pero cuando lo iba a abrir se acordó de la llave. Se
dio cuenta de que la cerradura del tesoro estaba rota, así que solo tuvo que hacer
un poco de esfuerzo y la abrió. Entonces dijo:
-¡Soy rico!, el tesoro está lleno de oro.
Al tiempo, le entro una enfermedad y tuvo que viajar a Londres. Le operaron
de emergencia y al mes volvió a su casa felizmente.
Manuel de Castro Fernández
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 27
EN BUSCA DEL FANTASMA
Hola amigos, soy Gabriel, tengo diez años, siempre llevo a mi perro Delta
conmigo a todas partes. Tengo gafas, mi comida preferida son los espaguetis, mi
deporte favorito es el fútbol. Estoy en una casa pasando el verano con mis padres.
Me gusta la casa porque tiene jardín, un patio muy grande, una piscina y está en
Ribadesella (Asturias).
Cuando íbamos a Asturias me levantaba a las 06:00 de la mañana.
Cogíamos el coche. Mi perro siempre se pone encima de mí y la mayoría de
veces me mareo y paramos en la gasolinera para repostar y desayunar.
Mi primo Rafa vive cerca de aquí, es alto tiene la misma edad que yo, le veo
solo en verano, tiene el pelo largo y le gustan mucho los macarrones con tomate. 
Cerca de aquí hay una casa muy antigua y abandonada. Dicen los vecinos
que hubo un fantasma y por eso la abandonaron. Mi primo y yo fuimos a visitarla
aunque nos daba un poco de miedo porque nos contaron que se oían ruidos
extraños y se veían luces que se movían lentamente detrás de los cristales. Pero
de todas maneras fuimos.
-¡Ya hemos llegado!
-La puerta está cerrada ¿cómo entramos?
-No sé.
-Vamos a dar una vuelta a la casa por si hay una ventana abierta.
-Vale.
Dimos unas vueltas a la casa por si hay una ventana rota para poder entrar
pero no había ninguna ventana.
28 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
-Qué raro, no hay nadie.
-Qué hacemos.
-No sé.
-¡Mira una nota!
-¿Qué pone?
-Dice que han secuestrado a tu ¡padre!
-¡Qué!
-¿Qué haremos?
-¿No sé? -contestó Gabriel.
Empezamos a buscar a mi padre por toda la casa, no lo encontramos. No
teníamos ni agua, ni comida, no teníamos nada. Salimos a buscar algo de comer.
Nos alejamos tanto de la casa que nos perdimos. Estábamos desesperados
porque se estaba haciendo de noche. Echaba de menos a mi padre pero no
sabía que podíamos hacer. De pronto mi perro Delta no estaba. Delta nunca se
separaba de mí, me sentía confuso. Totalmente agotado me quedé dormido sin
darme cuenta.
Me levanté, pero Rafa seguía dormido. Lo intente despertar. Por fin se
levantó, teníamos un hambre increíble. Nos dimos una vuelta con la intención de
encontrar comida. Encontramos un almendro y así pudimos saciar nuestro
apetito.
-¡Mira mi perro Delta! -dijo Gabriel.
-A lo mejor nos pude llevar con tu padre -contestó Rafa.
Le dije a Delta que buscara a mi padre. Con su olfato nos llevó a casa.
Abrimos la puerta y allí estaban mi padre, mi madre y los padres de Rafa. Estaban
atados con una cuerda. Rafa y yo los desatamos y felizmente nos dimos un
abrazo.
De pronto apareció la policía y nos contó que ya habían detenido al
fantasma y que resultó que no era un fantasma, se trataba de un hombre que se
hacía pasar por fantasma y se dedicaba a secuestrar a personas y pedir dinero a
cambio.
José González Carrasco
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 29
LA ATLÁNTIDA, UNA ISLA PERDIDA
Hola, me llamo Julio Verne, hace poco que empecé a escribir este libro, os
contaré todo lo que pasó.
Era una mañana en Nantes, donde vivía un tal Julio Verne, escritor, no muy
alto, veinticinco años, pelirrojo y en forma. Pero era un escritor sin aventuras que
escribir, es decir, estaba ansioso por vivir una de ellas.
Un día oyó hablar de una isla perdida, que salía cada cinco años y se
hundía cada diez. Uno de esos días fue al puerto de Marsella, en el mar
Mediterráneo. Esperaba a su amigo Bob, un pescador, para cogerle prestado su
barco.
Por cierto se me olvidó deciros que la isla se llamaba “La Atlántida”. Bueno
a lo que íbamos, Bob llegó. Era un hombre no muy alto, con un solo ojo,
corpulento, de unos sesenta años, pelo negro con canas y piel curtida por el sol y
la sal; y tuvieron esa aburrida conversación de cuando quieres que te presten
algo:
-Hola Bob, ¿cómo estás?
-Bien gracias.
-¿Has pescado algo?
-¡Qué va!
-He venido a pedirte prestado el barco de pesca.
Bob, algo contrariado, dijo que sí, pero que lo cuidara, porque la última vez
que se lo prestó, lo dejó hecho un desastre. Bob le preguntó que cuándo saldría
con el barco, y Julio le contestó:
30 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
-Mañana a las 6:00 de la mañana.
Al día siguiente se retrasó la salida porque tenía que terminar de guardar
las provisiones. Cuando llegó al puerto vio a Bob que le miraba con la frente
arrugada, parecía enfadado.
-Hola Bob.
Bob no respondió.
-No tienes derecho a enfadarte conmigo, no sabía que vendrías a
despedirme.
-¿Qué estabas haciendo?
-Estaba guardando las provisiones. Y ahora, ¿me dejas irme?
Julio se despidió y se marchó con su barco, pensando en su próximo
destino. Dos noches después, Julio recordó que se había traído unas hojas, una
pluma y tinta con las que empezó a escribir un relato de aventuras. Esa noche vio
que el agua estaba un poco movida, al poco rato se desató la tormenta, entonces
se aseguró de que la comida y los materiales de escribir estaban a buen recaudo.
Al mirar por la ventana vio que se acercaba un tornado, en ese momento, al
darse la vuelta, se dio un golpe seco y perdió el conocimiento. Cuando despertó
era de día y estaba sobre una tabla de madera a pocas brazadas de la orilla, a
donde llegó con facilidad.
Cuando empezó a fijarse en la isla, vio que había inundaciones, que estaba
totalmente al nivel del mar, rodeado de gaviotas. Todo estaba mojado y había un
fuerte olor a sal y algas. Al fijarseen el suelo, entre la arena, vio que había una
inmensa piedra medio enterrada donde ponía “Atlántida”. En ese momento oyó
unos pasos en la arena y las gaviotas salieron volando, de repente, sin saber
cómo, unas grandes y forzudas manos cogieron al muchacho. Intentó volverse
pero recibió un puñetazo. Al mirar desde el suelo vio a un hombre alto, rudo, sucio
de haber vivido allí, con una gran fuerza que se le notaba en sus anchos brazos.
-¿Quién eres? -dijo Julio, y con una voz profunda. El hombre le respondió:
-Soy Nemo, el capitán Nemo. Ya que has descubierto esta impresionante
isla deberás ahogarte con ella, porque no hay escapatoria para ti.
Julio entendió que Nemo tenía una forma de escapar, pero para poder
encontrarla, e irse, debería hacer caso a lo que decía Nemo.
-Tú te quedas conmigo para asegurarme de que no haces nada raro.
A la segunda noche, Nemo se durmió tras haber estado vigilando a Julio
todo el día. Julio descubrió que había algo que sobresalía del agua, corrió hacia
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 31
allí donde se encontraba una tecnología desconocida llamada submarino, que
reconoció por las grandes letras que tenía pintadas: “SUBMARINO”.
El agua estaba muy movida, y por eso a Julio le costaba nadar hacia el
submarino. Nemo se despertó por el ruido de las olas que rompían contra las
rocas e intentó ir a por él. Nemo tenía más facilidad al nadar que Julio por lo que
consiguió alcanzarle agarrándole de una pierna. Julio, con la otra pierna, le dio
una patada en la cara y lo dejó inconsciente. Por fin consiguió subir al submarino.
Abrió la cápsula donde se encontraban los mandos y se adentró en el mar
mientras veía a Nemo ahogarse.
Al llegar al puerto de Marsella, encontró a Bob y le dio un abrazo, dejándole
el submarino a cambio del barco que había sido destruido.
Después se fue a Nantes, donde comenzó a escribir en limpio los fragmentos
rotos y sucios de su relato de aventuras.
Miguel Laplaza Izaguirre
32 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
LOS BUSCADORES DE ESTATUILLAS
En un pueblo había un chico llamado Quique. Tenía ojos azules, cara
sonriente y vestía con un chándal de pantalones cortos de aventurero. Le
llamaban: “El buscador de estatuillas”.
Y estos son sus amigos, que tienen más o menos 20 años: Laura; con ojos
marrones, cara pensadora y vestida con una falda, camiseta Justin Beber y unas
gafas bien grandes: “La aconsejadora”. Robotiqui; un robot con ojos de hojalata,
cara metálica y vestido con ropa de acero: “El fuerte”. Emily; con ojos verde
botella, cara graciosa y vestida con un disfraz de carnaval.
Estaban en el aeropuerto para ir rumbo a la montaña: Los Pirineos.
Cuando se montaron en el avión, al rato empezó a pasar algo raro y el
avión descendió. ¡Había turbulencias! 
El motor se averió y cayeron en picado delante de una cueva. Todos los
pasajeros heridos salieron del avión y el copiloto estaba con la palanca clavada
en la pierna. Cogió el maletín de urgencias, mientras se curaba el copiloto.
Quique y sus amigos vieron una cueva delante del avión y se fueron a
explorarla. Era larga, estrecha y oscura. Notaron que les caían gotas de agua,
miraron asustados hacia arriba y vieron que había estalactitas. Estaba
anocheciendo y todavía no habían salido.
Tenían miedo pero…, vieron una puerta formada por rocas y tierra. Entraron
y se encontraron con una lumbre que se estaba apagando. ¡Estaban salvados!
Pero una cosa les pareció muy rara, estaban extrañados. Vieron unas huellas en
la tierra, miraron hacia todos los lados pero no vieron nada. ¿Estaría buscando lo
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 33
mismo que ellos? 
Decidieron coger un trozo de roca para cavar. Intentaban encontrar tres
estatuillas con forma cuadriculada como la de un barco, y encontraron una salida
que alguien había descubierto antes. De repente se encontraron con una de las
tres estatuillas.
Era de noche y todos pensaron: -¡menos mal que tenemos a Robotiqui!, él
nos dará alimentos. 
Laura tenía ganas de seguir buscando las otras dos estatuillas que faltaban
y Quique le dijo:
-Vamos a esperar a que amanezca.
Al rato, a la estatuilla se le iluminaron los ojos. Salió de la maleta, y saltó
encima de los cuatro amigos para avisarles de que la otra estatuilla estaba cerca
y la tenían que coger rápido, porque los malos estaban aproximándose. Eran tres
de unos treinta años. Tenían una de las estatuillas y querían conseguir otra más,
atacando a los cuatro. Pero no fue así, los amigos salieron antes, fueron entre
ramas, barro... y la consiguieron antes que los malos.
Les quedaba la tercera que estaba muy cerca de ellos. Siguieron a la
estatua. Que les llevaba al lugar donde estaba la siguiente. Pasaron por muchas
piedrecitas. Quique se cayó en un agujero, se agarró a una piedra que sobresalía,
pero la piedra poco a poco se iba saliendo y el chico se cayó dando vueltas en
una laguna subterránea. Hacía tanta calor que a Quique se le iba derramando
una gotita de sudor y el agua se evaporaba. Quique fue agarrándose a rocas para
subir arriba. Media hora más tarde ya estaba arriba. Le dio un abrazo a sus
amigos. Era un abrazo inseparable.
Después se fueron andando día y noche hasta que llegaron a la estación
de parapentes. Robotiqui se cayó porque un pájaro le estropeó el ala y vio todo
tipo de pájaros hasta que llegó al suelo. Se rompió en pedazos, sus amigos
bajaron a buscarlo pero no lo encontraron. Al día siguiente fueron otra vez a
buscarlo. Ya era demasiado tarde, se habían llevado las piezas de Robotiqui.
Quique dijo: 
-Pues tenemos que ir a buscar las piezas.
Vieron una tribu que tenían muchos artilugios y les preguntaron:
-¿Dónde habéis encontrado todas esas piezas? -y respondieron.
-¡Han caído del cielo!
Quique les preguntó si podían llevarse las piezas y respondieron los de la
34 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
tribu que sí, pero que a cambio curasen a una niña que estaba enferma. Y dijeron
que vale.
A los dos días siguientes se fueron y formaron a Robotiqui. Le tuvieron que
enseñar todo de principio a fin. Volvieron al aeropuerto y alquilaron una avioneta.
Llegaron a su pueblo tres días siguientes. Tranquilos, fueron a sus casas y
durmieron como nunca.
Pedro López Fernández
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 35
EL TESORO
Hace muchos años una familia se fue de viaje. Nicolás, el hijo mayor, tenía
10 años y le encantaba buscar tesoros. La familia se fue de viaje a primera hora
de la mañana. A la madre, Ivana, le encantaba viajar a diferentes partes del
mundo. Después de haber hecho todo el viaje, tras bajar del avión, se dieron
cuenta de que se habían equivocado de billetes y se dieron un gran susto. El
padre, Lucas, el hombre al que tanto le gustaba hablar dijo:
-Entonces, ¿dónde estamos?
-Estamos en una isla -dijo la hija pequeña, Lucía, a quien tanto le gustaba
jugar.
Lucía tenía 8 años, era bajita y tímida.
-¿Qué tal si buscamos un refugio? -dijo la madre.
Mientras todos se fueron a buscar un refugio, Nicolás fue a buscar y
encontró un tesoro.
-¡He encontrado un tesoro! -dijo gritando.
Cuando se enteraron que Nicolás había encontrado un tesoro, fueron
corriendo a buscarlo.
-¿Qué pasa? -dijo el padre, a quien además de gustarle hablar, era muy
alto, tenía el pelo castaño y unos preciosos ojos azules.
-¡He encontrado un tesoro! -gritó Nicolás; un niño simpático, alto y por
supuesto buscador de tesoros.
Al poco apareció un hombre bajito y feo que dijo:
-Soy Pedro, vengo a llevarme el tesoro.
A lo que respondió Ivana, la madre competitiva, bajita y alegre: 
36 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
-Pues si no me lo das te lo arrebataré.
Empezaron a pelear y mientras tanto Nicolás y Lucía maquinaron un plan;
pero Pedro ganó la pelea y se llevó el tesoro.
-Tenemos que ir tras él -gritó Lucía, la niña bajita de ojos marrones y rubia
igual que su madre.A lo lejos vieron que Pedro se metía en una cueva en el extremo de la isla,
y Lucas pensó: “¡qué mal hombre y qué egoísta!”
Tramaron un plan pero las dificultades para recuperar el tesoro eran muy
grandes. La cueva estaba rodeada de guardianes de día y de noche. Lo primero
que había que hacer era idear trampas y pensar en la forma más rápida para
recuperarlo. Se acercaron a la cueva y los ruidos que hicieron despertaron a los
malos que rápidamente cogieron sus armas para defender el enorme tesoro
robado. La pelea entre todos duró bastante tiempo, hasta que Nicolás, en un
intento desesperado por salvar sus vidas, gritó:
-¡Alto! Tengo una idea. ¿Por qué no compartimos el tesoro?
Todos se miraron y asintieron con sus cabezas a excepción del malo de
Pedro, que como era tan egoísta, y a la vez malo, no quería ni oír hablar de esa
idea. Así, en aquella preciosa isla de peces de colores y árboles frondosos de un
verde espectacular, aquellas gentes pelearon por aquel tesoro.
-Me llevaré el tesoro como sea -respondió el malo.
-No! Es nuestro tesoro -dijo Nicolás.
El tesoro olía a madera antigua. La pelea continuaba mientras que los dos
niños tramaban algo para que el malo no se quedara con el tesoro. Lucía, como
era tan lista, convenció al malo para que no se quedara con el tesoro. 
-Vale, me pensaré si podemos compartir el tesoro -dijo el malo.
Por la noche la familia estaba nerviosa, sin poder dormir pensando en el
tesoro. De madrugada, Nicolás se despertó y miró su reloj. La familia estaba
nerviosa y esperando la llegada de Pedro. Cuando llegó dijo:
-He pensado que el tesoro lo compartiremos. Como sé que vosotros habéis
encontrado el tesoro y yo estaba celoso y me habíais ofrecido compartirlo, por
eso os he dicho que sí.
-¡Bien! -contestó la familia.
Todos contentos abrieron el tesoro que contenía dinero y un montón de
oro.
María Guojuan Medina Fernández
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 37
LAS AVENTURAS DE LA CALLE
En un día nublado y a punto de llover, salieron del colegio dos amigos
llamados Alejandro y Manolito. Alejandro, acalorado y bastante cansado le dijo a
Manolito:
-Por fin fuera del cole, ¿no?
-Sí, pero… me pregunto que estará haciendo Smoke.
-Seguro que estará jugando a la consola, o haciendo los deberes. ¡Que
suerte tiene de no quedarse en el comedor!
-¡Oh, oh…! creo que está empezando a llover.
-¡Va!, la casa de Smoke estará a media manzana. ¡Vamos!
Los dos corrieron a toda prisa y consiguieron llegar a la casa de Big Smoke.
“Toc, toc, toc”. Los dos llamaron a la puerta.
-¡¿Hay alguien en casa?!
Alguien con un pasamontañas dijo:
-Por fin fuera del cole ¿no?
Los chicos no sabían quién era. Intentaron abrir la puerta, pero no se abrió.
Los dos amigos no pararon de gritar y seguían intentando abrir la puerta. El
encapuchado reconoció sus voces y les dijo:
-Tíos parad que soy Smoke, Big Smoke.
38 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
-¿Y que haces con un pasamontañas? -preguntó Alejandro.
-Es que estoy huyendo de la banda de Rubén. 
A lo lejos vieron a Rubén con un bate de beisball, y con una cara bastante
amenazadora. Se acercó y les dijo:
-¡Ya os tengo malditos renacuajos!
Los tres amigos se espantaron al verle tan enfadado con el bate en la
mano. Manolito tartamudeando y tan pálido como un vampiro le pregunta:
-O.., o.., o.. oye, ¿podemos hacer esto de otra forma? ¿No?
Rubén rojo como un tomate y con voz ronca les grita:
-¡Por que sois tan imbéciles, sobre todo tú!
-¿Quién? -pregunta Alejandro muy decidido. De repente Big Smoke, rápido
como una serpiente, dio un empujón a sus amigos fuera de la casa y exclamó:
-¡Lo siento, pero no quería que me pegaran! 
Big Smoke estaba triste y desolado pero a la vez un poco contento de que
no le hubieran pegado.
-¡Vamos! -grita Alejandro a Manolito mientras corren hacia las bicis. A los
cinco minutos, ya sudando, le pregunta Manolito a Alejandro:
-¿Alex, por qué dábamos vueltas?, y lo que mas importa… ¿¡Dónde
estamos!?
-Tranquilo, tranquilo vamos a la casa de Antonio.
-¡Qué! Tu estás loco… ¡Bueno vamos!
Los dos se dirigieron a la casa de Antonio, pero cuando creían que ya
estaban llegando, aparece Rubén por detrás de la casa y les grita:
-¡No! No entréis.
-¿Por qué? -le pregunta Manolito aturdido y en posición de escape.
-Yo de pequeño entré ahí y me amenazó con matarme, primero me lanzó
contra la pared y me puso una navaja en el cuello, menos mal que vinieron mis
amigos.
-Mentira cochina. -afirmó Alejandro mientras aparcaba su bici.
Manolito confuso le dice a Rubén:
-Por favor acompáñanos.
-Bueno… solo por esta vez.
Manolito, hurgándose la nariz, le preguntó a Rubén cómo salió de detrás de
la casa. Rubén lo ignoró como si hablara con la pared.
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 39
Los tres chicos entraron en la casa solo para buscar comida. Cada paso se
oía por culpa de las tablas de madera viejas y cuando entraron en la cocina se oía
el ruido de las ratas y decidieron ir al pasillo.
-Jo tío, huele a sobaco de anciano -dijo Alejandro con cara vomitiva.
-¡Qué va!, si no es tan malo. Un día escondí un yogur en mi cuarto, lo huelo
pero no lo veo.
-Eres un caso perdido. Por cierto, ¿dónde esta Rubén?
Los dos amigos corrieron al dormitorio, y se lo encontraron encadenado y
herido.
-Iros de aquí “echando leches”. -les dijo Rubén con voz floja y desolada.
La puerta de madera vieja y destartalada chirrió abriéndose lentamente.
Rubén les dijo que se escondiesen debajo de la cama y lo hicieron reptando
como una higuana. La puerta se abrió por completo y resultó ser un gato con
pelo sucio y enredado, que caminaba lentamente para subirse a la cómoda. En
ese momento se escuchó en la planta de abajo un ruido parecido al de una
motosierra y el gato con los pelos de punta, saltó por la ventana muy asustado.
-¡¡Maldita sea, desatadme rápido y salgamos de aquí!! -gritó Rubén
desesperado intentando romper las cadenas.
Alejandro, golpeando la cadena con una llave inglesa intentaba abrir las
cadenas.
Manolito, torpemente, salió de la casa, pero en el camino se encontró a
Antonio.
-Chico, no saldrás de aquí con vida.
-¡Anda ya!
Manolito hizo lo más valiente de su vida... ¡correr despavorido por toda la
casa casi abandonada! Gracias a su apreciable vista, encontró un agujero en el
que se metió y escapó de la casa buscando su bicicleta. Roxo, el perro de
Antonio, estaba dormido pero con el simple sonido de la cadena de la bicicleta
abriéndose se despertó.
-Oh dios... por favor perrito -dijo Manolito temiendo que el perro le causaría
heridas graves.
El roadbeiller se dirigía hacia él pero estaba atado. Manolito corrió con
todas sus fuerzas hacia la casa de Noelia, que era donde se reunían las chicas.
Mientras en la casa de Antonio:
-Bueno...si ese enano estaba arriba los otros también deberían de estar.
40 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
Antonio solamente se equipó con una escopeta de plomos, lo que en él es
muy raro. Subió por las escaleras lentamente y se escuchaba el crujido de los
escalones.
Noelia, Alba y Manolito llegaron a la casa de Antonio cuando él ya estaba
en la planta de arriba. Las chicas hicieron demasiado ruido abajo y Antonio no
tuvo más remedio que ver lo que pasaba en la planta de abajo.
Los chicos aprovecharon para subir y salvar a Rubén pues tenían unos
alicates bastantes fuertes para romper la fina cadena que retenía a Rubén. Todo
el grupo quemó la casa de Antonio con él dentro. Manolito fue corriendo a coger
el teléfono para llamar a la policía y en cuestión de segundos llegaron. Detuvieron
a Antonio y lle dieron las gracias a los chicos por haber atrapado a ese
delincuente.
Gracias a su inteligencia consiguieron llegar a sus respectivas casas.
Anthony Uyi Okhiria Nieto
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 41
AVENTURAS DE RUGBY EN PARIS
Nami, un niño de seis años, vivía en Mont-de-Marsan. Un día, se fue a una
tienda de deportes con su padre Françoisy su madre Sylvie. Nami vio un balón de
rugby, le entró ganas de probar este deporte y se apuntó a clases. Le gustó
mucho y se hizo buen jugador. Rápidamente, Nami quiso ser jugador de rugby
profesional, pero su padre no quería. Quería que fuese tenista .
-Debes de ser tenista -dijo François a su hijo.
-Tengo que ser jugador de rugby -respondió Nami.
-¡Sí eres demasiado flaco!
-¡No necesito ser fuerte para este puesto de media mélée, papá!
-¡Ah sí, pues demuéstramelo!
Se fueron los dos al campo de rugby . El padre se quedó pasmado y dijo:
-Vale, tu ganas. Me has convencido.
Así pasaron unos cuantos años. Cuando cumplió 19 años el entrenador Guy
Bonnifas le dijo:
-Nami, tu juegas muy bien al rugby, ¿te quieres venir a jugar a mi equipo?
Podrías ser profesional y además te podrían seleccionar en el equipo nacional.
Nami era pequeño y sus amigos se reían de él, porque de verdad era
pequeño. Pero aunque lo fuera, a él no le importaba porque se metía por
cualquier agujero en la defensa del equipo contrario. Cuando jugaba, siempre
llevaba un brazalete negro en honor a sus abuelos que murieron unos años antes.
Hizo partidos, partidos y partidos hasta que se clasificó para la copa del mundo
en el equipo nacional. Llegaron hasta la final contra Nueva Zelanda. Pero, un día
antes de la final, se perdió en París.
Nami, paseaba solo por las calles y se encontró con los padres del jugador
42 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
que no había sido seleccionado por su culpa. Porque Nami era mejor que él.
Esa gente lo quería matar para que su hijo tuviese la oportunidad de jugar
esta final. Este día, de repente lo cogieron y lo llevaron a un lugar misterioso y
escondido de la capital. Olía a ratas y se escuchaba el agua del río que se
chocaba contra la pared. Le agarraron una cosa a su pié, que no sabía lo que era.
-¡Soltadme! -grito Nami.
-Estamos muy cerca de la victoria -dijeron los malos.
-¡Y qué!
-¡Pues que queremos ganar! -dijo con una sonrisa malvada el malo.
Namí se dio cuenta que ganar para ellos era eliminarle, para que jugará la
final su hijo. También se dio cuenta que lo que le agarraron al pie eran, ¡pesas!
-¿Que me vais a hacer?
-Matarte.
-¿¡Como!?
-Agarraremos las pesas y te tiraremos al agua, así no soportarás el peso de
las pesas y te hundirás.
Y lo tiraron al agua. Al caer, Nami se agarró al borde pero Antoine, le pisó la
mano y Nami se cayó al agua. Él alucinó, ¡las pesas eran de madera! Nunca
había visto pesas de madera.
Pasó un barco y Nami escapó por poco a las hélices del barco. Intentó
nadar pero con las bolas de madera se le complicaba la cosa. Una vez fuera del
lugar misterioso, los malos, viendo que las pesas eran de madera, no lo dejaron
salir del río. Entonces Nami rompió un trozo de madera de las pesas y se lo lanzó
como si estuviera jugando a los bolos.
Logró escapar pero se quedó solo, sin nada que comer, y sin una sola
moneda. Mojado, desesperado y llorando vio un estadio y le volvió la esperanza,
pero era el estadio de Racing Metro.
Entonces, Nami continuó andando por la calle, y se encontró con un
hombre de unos 80 años, vestido de Ninja. El hombre no se veía muy bien por
culpa de la niebla. De repente salió de la niebla, preparado a luchar. Pero cuando
vio las cachas y los músculos de Namí, se fue corriendo, gritando:
-¡Ahhhhhhhh!
Namí suspiró y dijo:
-Todavía hay gente anormal en el mundo, pero que le vamos a hacer.
Pasó un grupo de gente, él corrió hacia ese grupo y se dio cuenta que
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 43
conocía a todos. ¡Aquí estaba su mejor amigo! Eran los jugadores de su equipo,
entrenando para la final. Se puso a correr y a entrenar con ellos. ¡Que alegría!
Por fin llegó la hora del partido. Namí estaba contentísimo. Empezó la final
en un estadio lleno hasta las banderas. Vincent Clerc, compañero de Nami hizo
desgraciadamente una falta y Nueva-Zelanda marcó 3 puntos. Algunos minutos
después, ¡cuidado! se escapa un jugador neozelandés y... ensayo, transformado
enseguida… 0 – 10. Al minuto 25, Nami se metió por un agujero y ¡ensayo de
Nami! 7-10. Justo antes antes del descanso, otro ensayo de Francia, de mano de
Trin-dhuc, pero Nami no lo transformó. 12-10. Fin de la primera parte.
En la segunda parte, metió un drop Nueva Zelanda: 12-13. Así perdió
Francia la final de la copa del Mundo. Como dice todo el mundo, gana él que se
divierte y sus padres le dijeron a Nami, consolándolo:
-No pasa nada, ganarás la próxima copa del mundo.
Leo Lorenzo Pallatier Mesplede
44 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
LA PERSECUCIÓN
 
 Unos amigos y yo fuimos de vacaciones a Miami Beach. ¡Uh perdón!, se
me olvidó presentarme: soy Nicolás y mis amigos son Alex, Marco y Uyi. Os los
describiré: Nicolás (o sea yo) soy bajito, de pelo castaño y con ojos marrones. Soy
rápido y mi piel es de color tostada. Alex es listo pero tonto, su pelo es castaño y
los ojos marrones. Uyi es fuerte y algo despistado, su pelo es moreno y sus ojos
marrones. Marco es bruto y tonto, no tiene delicadeza con nada pero es mi amigo.
Tenemos cada uno 12 años.
El escenario era cálido y muy habitable. El cielo azul, sin ninguna nube. La
arena está caliente y te duermes al instante, pero lo mejor es el mar caliente por
una parte y por otra fría. Después de bañarnos fuimos al hotel para secarnos y
ducharnos. Esa tarde nos había invitado una estrella de cine porque habíamos
ganado un concurso que echaban en la tele y el premio era conocer a la
superestrella Álvaro Ramos Blanco.
Llegó la hora y fuimos al restaurante “La Serpiente Floja”. 
Sin querer nuestros amigos tendrán que huir de la policía por un accidente
del ordenador. Nuestro archienemigo Jesús, ha vuelto y ha saboteado el
ordenador de la policía para que nos lleven a la cárcel y él sea el que conozca a
la estrella “Álvaro”. Nuestros amigos tendrán que irse dejándolo todo al Amazonas.
El Amazonas.
Nicolás, Alex, Marco y Uyi llegaron al Amazonas, ese lugar era húmedo y
poco conveniente y era muy triste, olía a animales muertos. 
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 45
Nicolás dijo ¿qué es eso que brilla? ¿oro? y Marco cegado por la avaricia se
metio en un templo de oro .
-¡No! -dijo Nicolás.
-¡Hay que rescatarlo! -dijo Uyi.
Y entonces los tres muchachos se metieron en el templo de oro.
-No se ve nada -dijo Alex.
-¡Encended la linterna! -dijo Uyi.
-¡Vale! -dijo Nicolás.
-Pues ya estas tardando -dijo Alex.
-No le quedan pilas -dijo Nicolás.
-Jope hermano -dijo Alex.
-Un momento creo que tengo otra en la mochila -dijo Uyi.
-¡Pues corre sácala! -dijo Nicolás.
-Vale ya, la saco pesado -dijo Uyi. 
-Oh, oh -dijo Alex. 
-Que pasa -dijo Nicolás.
-Hay unos ojos raros -dijo Marco.
-¡Ah! -gritaron los tres a la vez.
-Idiotas soy Marco.
La vuelta.
Los niños salen del Amazonas y se dirigen a New York para rencontrarse
con un amigo que puede ayudarlos. Al llegar a casa de su amigo Henry, les
preguntó el nombre y Nicolás descaradamente le dijo: ¡abre! Henry lo reconoció y
lo dejó entrar. 
-Qué pasa -dijo Henry.
-Venimos a pedir ayuda -dijo Alex.
-De qué tipo -dijo Henry.
-Porque nuestro archienemigo -dijo Uyi.
Y Henry le interrumpió: -Jesús ha vuelto ¿No?
-Si , ha vuelto.
-Creía que lo mandaste al inframundo.
-Y yo también amigo Henry -dijo Marco.
-¿Qué hacemos? -pregunto Alex.
-Hay que idear un plan.
46 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
-Cual -dijo Nicolás.
Marco y Alex dijeron a la vez lo pensaremos mientras comemos.
-Vale me parece bien -dijo Henry.
-Yo preparo la comida -dijo Nicolás.
Mientras Nicolás hace la comida los niños jugaban a la WII
-¡La comida! -dijo Nicolás.
-¿Qué hay de comer? -preguntó Alex.
-Hay macarrones a la carbonara -dijo Nicolás.
-Me he encantan -dijo Uyi.
-Bien -dijo Marco.
-Y de segundo -dijo Henry.
-Sorpresa -dijo Nicolás.
-Vamos a hacer barbacoa -dijo Uyi.
-Si -dijo Marco.
-Pues vamos a que estamos esperando -dijo Alex.
-Ahora a por Jesús -dijo Nicolás.
-Los chicosfueron a Miami Beach a por Jesús.
Los chicos vencieron a Jesús y se fueron a conocer a la estrella Álvaro
Ramos. 
Nicolás Pavón Álvarez
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 47
UN AMOR DESCONCERTADO EN BERLÍN
Al principio del año 1946, una pareja se dividió. Mila, la chica, tenía veintidós
años, tenía el pelo castaño y unos grandes ojos verdes que conquistarían a
cualquier persona y, con muchas posibilidades de triunfar en la vida. Mila,
siempre llevaba encima un colgante muy especial que le regaló su madre y que
venía de generación en generación.
Max, el chico, que también tenía veintidós años, tenía los ojos azules y una
sonrisa que conquistaba a todas las chicas de allí. Era leñador y tenía un buen
futuro en su vida.
Mila y Max, para avisarse de algo siempre se tocaban la ceja y eso les decía
que algo pasaba o que tenían que irse de algún lado a otro.
Fue en Berlín, cuando la ciudad se dividió en dos; Mila vivía en la parte oriental y,
Max, en la occidental. Mila, tenía un admirador secreto, que mataría a toda la
ciudad solo para enamorarla. Este era al mismo tiempo el aliado de Mainfhurer y
vivía con él en su palacio. Él se llamaba Lukas; era un joven inglés con demasiada
maldad en su mente y que nunca nada le salía mal; todo menos su amor hacia
Mila.
En aquellos tiempos Berlín era una ciudad de más de cien mil habitantes,
gente honrada y muy trabajadora y, hasta entonces, una ciudad muy alegre.
Ahora las cosas habían cambiado, tanto por el muro que había separado a las
familias y amigos, como por lo de Mainfhurer, el sobrino de Hitler que gobernaba
el país.
Un día, Mila salió a hacer la compra, pero algo pasaba, había algo raro. Al
48 CEIP José María del Campo. Curso 12-13
día siguiente Max fue al bosque a por leña, como todos los días. De repente Max
tuvo el mismo presentimiento que Mila, y no pudo retener esa ira que le venía.
Tres días después, Lukas pidió a Mainfhurer un día libre para ir a ver a Max.
Cuando llegó a casa de Max, llamó y dijo: -Soy Lukas, abridme si tenéis coraje.
Max abrió la puerta y dijo: -¿Qué haces aquí?
-Vengo a hablar contigo.
-¿De qué?
-De Mila.
-Está bien, pero no digas nada a nadie. Pasa, te prepararé un té.
Lukas entró y empezaron a hablar:
-Verás... -dijo Lukas.
-¡Déjalo ya! ¡Ve al grano!
-¡A mi nadie me habla así!
-Lo siento mucho; mira, quiero mucho a Mila y no quiero que le pase nada.
-Te entiendo, yo también la quiero.
-Toma el té.
-Gracias.
-Bueno, ¿qué es lo que querías?
-Verás, como ya te he dicho antes, yo también quiero a Mila, y quiero que la
dejes en paz.
Entonces Max se quedó asombrado y no supo que decir.
-Ah... Pero… ¿Porqué? -dijo Max.
-¡Porque la quiero y la quiero para mi!
-Mira, Mila es mi chica, es lo único que tengo, y lo único que tendré.
-Max déjalo ya, no sabes lo que haré si no me la das y te recuerdo que soy
Lukas, el aliado de Mainfhurer. Me voy y quedas advertido.
Max se quedó pensativo. A continuación, cuando Lukas se fue, salió
disparado a casa de Mila, pero como no podía pasar a la parte oriental, quedaron
en el único lugar en el que podían verse.
-Vale, ¿qué está pasando aquí? -preguntó Mila.
Max se lo contó todo y acordaron salir de Berlín. Una vez fuera, ambos
estaban preocupados por si su relación pudiese estropearse con todo lo que
estaba pasando, pero nunca se rindieron y siguieron intentándolo.
Cuando ya casi habían llegado a su destino, Mila se dio cuenta de que le
faltaba algo: su colgante. Volviendo a la casa a por él, oyeron un extraño ruido, un
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 49
ruido de mandíbula que solo Lukas sabía hacer. Ambos se asustaron porque
sabían que nadie más podía hacer ese ruido; y estando en lo cierto, Lukas les
sorprendió.
-¡Ah-ah-ah! mira a quien tenemos aquí… Max, te advertí de esto y no me has
hecho caso.
En ese momento se dieron cuenta de que Lukas tenía todo planeado y que
había robado el colgante. Entonces, dos hombres se escondieron detrás de una
planta e intentaron coger a Max por la espalda. Este intentó defenderse, pero no
pudo hacer nada.
-¡Mila, dile a Lukas que aceptas, que irás con él!
Pero Mila no le hizo caso e intentó salvarlo.
-No te molestes Mila, no vas a conseguir nada, llevo mucho tiempo
planeando esto y nadie me lo va a impedir. Si no quieres problemas, ven
conmigo.
-¡Nunca! -dijo Mila.
Unos minutos más tarde, llevaron a Mila y a Max a un sitio muy raro donde
los tuvieron retenidos varias horas; después de todo eso apareció Lukas diciendo:
-Esto es lo que haré con vosotros, os llevaré a mi campo de prisión donde
trabajaréis separados para la eternidad, u os mataré a los dos. Vosotros elegís,
pero no tardéis, y si no lo tendré que elegir yo. Veréis, también estaba pensando
en envenenar a Mainfhurer, porque…
-Preferimos trabajar en el campo de prisión -dijo Max interrumpiendo a
Lukas mientras que cerrando los ojos pensaba ya en su plan de huida.
Lukas aceptó su decisión, pero como estaba tan enfadado por su
interrupción, ordenó a sus hombres para que los llevasen a un lugar oscuro antes
de su larga y dura rutina. Entonces Mila miró a Max y ambos se tocaron la ceja .
-¡Ahora! -gritó Max corriendo hacia la salida.
Entonces dos hombres gigantes se abalanzaron hacia Mila sin dejarla
escapar. Max se dio cuenta y se fue corriendo hacia Mila, aunque nada salió bien.
De repente las luces se apagaron, y cuando se encendieron no había nadie
excepto Max y Mila; pero, eso no era lo peor, un gas oscuro y amarillento salía de
unos tubos en las paredes que poco a poco los durmió. 
Cuando se despertaron estaban en una celda. Se hacían preguntas como
que dónde estaban y cosas así. Se sentían mareados, no podían ni moverse; se
encontraban extraños, no se acordaban de nada; pero, sobretodo por el lugar en
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el que se encontraban: no les gustaba su celda, era diminuta, como de unos
cinco metros cuadrados y muy oscura. Entonces entró un rayo de luz por las rejas
de la ventana y vieron algo: a Lukas envenenando a Mainfhurer. Intentaron
impedirlo pero su cuerpo no se lo permitía. Y ahí fue cuando se dieron cuenta de
todo, del plan de Lukas. Empezaron a recordar cosas: el humo, el plan, ¡todo!
Después de un largo día, Lukas se acercó a la celda y les invitó a cenar.
Mientras comían observaron el líquido que estaba bebiendo Mainfhurer: era el
veneno. Este, cuando se empezó a sentir raro, se fue a la cama, mientras Lukas
intentaba no sonreír y se llevó a Max y a Mila al cuarto de Mainfhurer para que
vieran su cara de sufrimiento a la hora de partir. De repente, Mila vio un cuadro en
el que estaban ella, su padre y Mainfhurer. ¡Era Mathías! Mila recordó, y
comprendió; Mathías y Mainfhurer eran la misma persona. El mejor amigo de su
padre.
-¡Mathías! -dijo Mila.
Mainfhurer sorprendido pensó en la única persona que sabía su nombre y
preguntó:
-¿Quién eres tú realmente?
-Soy yo, Mila; Mathías créeme.
-Si de verdad eres Mila, ¿dónde está el colgante de tu madre? -dijo
Mainfhurer casi llorando.
Entonces Mila, sin pensarlo dos veces se lo quitó a Lukas del bolsillo.
-Aquí, aquí lo tengo -dijo Mila.
-¡No, no puede ser! He malgastado mi vida haciendo el mal todos estos
años -contestó Mainfhurer.
Durante unos minutos se quedó pensando en todo lo que había hecho, y se
arrepintió. Entonces Lukas quiso reaccionar a todo esto y gritó:
-¡Señor! ¡Mainfhurer!
-¡No! ¡Yo me llamo Mathías! y no, no volveré a ser como fui.
Más tarde, Mathías, a punto de morirse, ordenó destruir el muro y liberar a
todas las personas prisioneras por la traición de Lukas; y además, ordenó
encarcelarlo y por muchos años se quedó en prisión.
Cristina Pino Castellano
CEIP José María del Campo. Curso 12-13 51
EL DESAFÍO
Había una vez, hace tiempo, cuatro niños que eran muy amigos. Álvaro, el
más bajito, llevaba siempre ropa normal, era listo y poco atrevido; Sami,

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