Mahoma y los cuatro califas - Alfredo Sánchez(1)

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Los orígenes del Islam: Mahoma y los califas rashidun
Por: Alfredo Humberto Pérez Sánchez
Mahoma según la tradición islámica
Es el último profeta enviado de Dios antes del juicio final, el sello de los profetas que complementaría la religión querida por Dios, así lo menciona el sura 33, 40. En teoría, la ley islámica, la sharía no parece establecer una contraposición al cristianismo ni al judaísmo, tampoco pretende ser una religión nueva, sino la perfección de la única verdadera, monoteísta. En este aspecto, la misión de Mahoma era ecuménica, promover la unión entre las religiones abrahámicas. Por tanto, debían reconocerla judíos y cristianos. Sin embargo, ninguna de las dos reconoce a Mahoma y se oponen a él. 
El islam reconoce a una serie de profetas, entre los más sobresalientes a Abraham, Moisés y Jesús, siendo este último el predecesor de Mahoma, pero únicamente como profeta y no como Mesías o hijo de Dios. De hecho, desconoce su muerte en la cruz, se cree más bien que sólo desapareció y regresará en el fin de los tiempos como musulmán perfecto con derecho a ser rey de un reino mundial unido. 
A sus cuarenta años, mientras dormía dentro de una cueva del monte Hira, en los alrededores de la Meca, el arcángel Gabriel le revela mediante un sueño su destino como enviado de Dios, el arcángel Gabriel, según uno de sus biógrafos, Ibn Ishaq, despertó y lo vio en el cielo reiterando y completando el mensaje de su sueño. 
Se reconoce el año del 613 como en el que comenzó a predicar públicamente en la Meca.
Los habitantes de Yatrib, después Madinat al-nabí (La ciudad del Profeta) que después sería Medina, hacen que arbitre las disputas entre las tribus de Aws y Jazrach. En la situación en la que se encuentra el profeta acepta. 
La religión monoteísta afectaba directamente a los grupos mercantilistas, de la tribu qurayshi, en la región que aprovechaban la llegada de tribus beduinas en peregrinación rindiendo culto a las diosas existentes (al-Lât, al-Uzzâ y Manât), además, declaraba igualdad religiosa entre ricos, pobres, hombres ricos y esclavos, afectando el estatus de la sociedad. Entonces, Mahoma y los musulmanes fueron perseguidos.
Mahoma emigra entonces a Medina, haciendo también un llamado a los musulmanes que lo sigan.
Yatrib se dividió en varios bandos la mayoría de las tribus Aws y Jazrach aceptaron a Mahoma como líder. Los judíos no. Mahoma intentó acercarse a ellos, declaró la libertad de culto y adoptó algunas de sus costumbres, pero no lo logró, pocos se unieron. Ante constantes ataques, Mahoma termina con estos intentos y concesiones, rompió con ellos y los atacó diciendo que sólo habían recibido parte del libro sagrado, además habían agregado y eliminado partes a beneficio particular, incluso, recitándolo mal.
A partir de entonces Mahoma busca definir un nuevo cuerpo del culto, encaminado a restaurar el original abrahámico, que no fue idolatra, judío o cristiano; que al ser fundador, junto a su hijo Ismael, de la Kaaba, santuario de la Meca, debía ser recuperado para llevar a cabo ahí sus ritos de peregrinación. 
Tenía que. Cambió también su imagen de líder, ahora con mayor poder y autoridad, (legitimado en la palabra de Dios, quien lo ha enviado), comenzó a incitar la guerra contra los infieles, idea parecida a la cristiana de las cruzadas. A pesar de que los adeptos no estaban de acuerdo en un principio, mediante éstas se llevó a cabo la expansión territorial de la religión. Además, los musulmanes disponían de escasos recursos económicos puesto que todas las tierras de cultivo estaban en manos de las tribus judías. La solución entonces fueron las redadas o razias contra las caravanas de los qurayshí, coraixi. La primera razia fue la de Najla en diciembre del año 623, seguida de la batalla de Badr en marzo del 624.
En la primera regresó con un importante botín, la ciudad se indignó, pero tras recitar una asura, justificándose, y teniendo varios voluntarios para la batalla de Badr, parece que ya no había indignación.
En aquella batalla volvieron a salir victoriosos con mayores ganancias. (Aunque se trata de un simple ataque por sorpresa) teniendo Mahoma mayor aceptación tras cada victoria, aumentando su influencia y prestigio, le secundaba un ataque contra los judíos, incluso cuando eran derrotados los musulmanes. 
Después de la derrota en Badr, los coraixíes buscan vengarse con la batalla en Uhud contra los, siendo derrotados los musulmanes por supuesta avaricia y desobedecer unos de los arqueros que llevaba Mahoma. Tiempo después los grupos mercantiles se dan cuenta de los gastos que están realizando en esa guerra, perdiendo, además, dándose cuenta de que la religión no afectaban sus posiciones privilegiadas. Mahoma, por una visión decide peregrinar a la Meca, es interceptado por un campamento coraixí en Hudaybiyya, donde, debajo de un árbol llegan a un traro, Mahoma se comprometía a regresar a Medina sin cumplir la peregrinación. Por su parte, coraixies se comprometían a abandonar las hostilidades contra los musulmanes durante diez años. 
De nuevo en Medina emprendió una expedición contra los árabes vasallos de Bizancio, pero fue contenido en Muta. El auxilio que prestaron los coraxíes a los bekríes, enemigos de los juzraíes, que a su vez estaban aliados con los musulmanes, le dio pretexto para romper el trato de Hudaybiyya y marchar sobre La Meca en abril del año 629. Abu Sufyán, enviado a detenerle, se convirtió al Islam, y la ciudad no tuvo más remedio que ceder.
Poco tiempo después, Mahoma dirige su última expedición, la de Tabuk, que abre la ruta de Siria. Mahoma, (es reconocido definitivamente como Profeta, líder político y caudillo militar). Había triunfado. Muere en Medina de malaria el 8 de junio de 632 después de realizar un último peregrinaje, conocido como peregrinación de despedida a La Meca.
Según el pensamiento de los chiíes, el propio Mahoma había designado un sucesor antes de morir. Este sucesor era su yerno Ali ibn Abi Talib, casado con su hija Fátima. Ali y sus sucesores serían, pues, para los chiitas los legítimos califas.
Muchos musulmanes se rebelan contra este califato en el momento de su llegada al poder, después del asesinato de Uthman del que inmediatamente Alí es acusado de ser el inspirador. Alí vence a los rebeldes de Irak en la batalla del Camello cerca de Basora en el año 656. Muchos musulmanes se rebelan contra este califato en el momento de su llegada al poder, después del asesinato de Uthman del que inmediatamente Alí es acusado de ser el inspirador. Alí vence a los rebeldes de Irak en la batalla del Camello cerca de Basora en el año 656. 
En Siria, bajo la dirección del gobernador de Damasco, Muawiya, hijo de Abu Sufyan y primo de Uthman, nace una oposición feroz que fuerza a Alí a dejar Arabia para establecerse en Kufa. Los fieles de Alí y sus enemigos se enfrentan en la batalla de Siffin (657), en las orillas del Éufrates, en la ciudad Siria actual de Ar-Raqqa.
En un último intento, Alí fracasa en su propósito de reunir a sus antiguos partidarios y es asesinado con sus hijos en 661 por los jariyíes. Estos atentarán posteriormente contra Muawiya, pero logrará escapar.