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Cuando conocemos a nuestro narrador, Huck Finn, éste se encuentra en Missouri recibiendo lecciones de "cevilización" (civilización) que le imparten dos hermanas, una viuda sin nombre y una mujer llamada señorita Watson. Verás: Huck Finn se hizo con algo de dinero al final de Tom Sawyer, y se supone que ahora debe dejar de ser un niño de la calle y aprender a ser un caballero. Sin embargo, la vida del niño callejero no es fácil, y Huck pasa la mayor parte del tiempo evitando la hora del baño y complotándose con Tom para hacerles bromas a inocentes transeúntes, como Jim, el esclavo de la señorita Watson.
Cuando las antenitas de vinil de Huck empiezan a detectar la presencia den enemigo, decide dejarle todo su dinero al juez Thatcher, y lo hace justo a tiempo, ya que su padre, un bueno para nada, aparece de repente reclamando todo lo que tiene. Huck le dice que es una lástima que no fuera el día anterior, y al padre no se le ocurre otra cosa que secuestrarlo y llevárselo a vivir a una camioneta a orillas del río solo que sin la camioneta).
Si ser civilizado implica aceptar la esclavitud, ¡pues no cuenten conmigo! ¡Prefiero ser un aventurero "incivilizado"! ¡Hasta prontito!
Este nuevo giro inesperado no es del agrado de Huck, por lo que (lógicamente) finge su propia muerte y se esconde en una isla cercana, donde se encuentra con otro fugitivo: Jim, el esclavo, que se escapó para evitar ser vendido y trasladado al Sur y separado de su familia. Tras toparse con un cadáver, que Huck no ve, deciden formar un equipo y empezar lo que podría ser la primera película estadounidense centrada en un viaje por carretera, solo que en este caso a través del río Mississippi en lugar de la ruta interestatal I-90.
Como era de esperar, no faltan situaciones arriesgadas ni travesuras descabelladas, como cuando:
Huck se hace pasar por mujer para obtener cierta información.
Acaban por accidente en un barco de vapor naufragado lleno de ladrones.
Se separan un tiempo después de estar a punto de ahogarse.
Huck es acogido por los Grangerford, una familia adinerada envuelta en un conflicto sangriento con otra familia.
Se unen a unos artistas teatrales que estafan a todo el que se les cruce por el camino.
Se hacen pasar por Tom Sawyer.
Mientras, Huck sigue luchando con su conciencia: ¿está ayudando a un hombre inocente a escapar de la esclavitud, o simplemente está robando algo que le pertenece a la señorita Watson? Decide que lo correcto es ayudar a Jim a huir, aunque se vaya directo al "infierno" como castigo, pero, por desgracia para Jim, no es Huck el que tiene la última palabra: Jim vuelve a ser capturado y las cosas se ponen bien feas.
Pasado un tiempo, aparece Tom y se alía con Huck para liberar a Jim de la cabaña en la que lo tienen cautivo. Su elaborado plan acaba en el fracaso: Tom recibe un disparo y Huck se queda dormido esperando a un médico. Cuando despierta, la situación está fuera de control. Jim está a punto de ser ejecutado, cuando Tom anuncia que Jim le salvó la vida y que la señorita Watson, antes de morir dos meses antes, había concedido a Jim su tan ansiada libertad en su testamento. ¡Yuju!
Para cerrar la historia bien cerrada y que no queden cabos sueltos, al final descubrimos que el cadáver de la isla era el padre de Huck; además, éste todavía tiene todo el dinero que encontró al final de Tom Sawyer. ¿Habrá llegado la hora de descansar y empaparse un poco de esa civilización de la que tanto habla?
Para nada. En vez de eso, Huck se dirige al oeste en busca de más aventuras.