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EL PODER DE LA SANGRE DE CRISTO - Parte III.
Guillermo Decena
(...) 9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra (Apocalipsis 5:7-10). El libro del Apocalipsis es una revelación poderosa del cielo y describe proféticamente el desarrollo que el evangelio de Jesucristo tendrá sobre las naciones. En los versículos 8-10, la visión de Juan asegura que gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación será redimida por la sangre de Cristo; y además que asumirán su papel de intercesión, de oración y declara su posición que deben tener como creyentes, en tanto que ejercen su autoridad como reyes y sacerdotes, reinando «en Cristo» mientras están en la tierra. Además, revela que la guerra espiritual continuará hasta que «Los reinos del mundo vengan a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos». El poder de la Sangre de Cristo es reconocido en el Cielo como algo trascendental, que marca la historia de la salvación para la humanidad, y da poder a los hijos de Dios. ¡Cuánto más debemos hacerlo en la tierra! Pues la sangre fue derramada por su Iglesia que está en la tierra, para que reine y gobierne aquí y un día esté arriba en el cielo de Dios.
1-POR LA SANGRE PODEMOS HACER LA PAZ: 
Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. (Colosenses 1:20). El Señor trae la paz a la vida del creyente por medio de su sangre, con el propósito de reconciliarnos con su Padre, y para que seamos presentados ante Él, santos, sin mancha e irreprensibles. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado… (Colosenses 1:21-23). Es interesante el poder de la Sangre de Cristo que hace que podamos ser vistos por Dios sin pecados. Dios proveyó los medios para que todas las criaturas pudieran reconciliarse con él. Levítico 17:11 declara que no puede haber perdón sin derramamiento de sangre. Ya que el pecado quita la vida, se requiere que la vida pague las deudas del pecado. Es por esto que Jesucristo ofreció vida divina por medio de su sangre, para satisfacer todas las deudas del pecado de los seres humanos, y así restaurar la paz del pacto entre Dios y los hombres. De esta manera, entramos en un estado de amistad con Dios, donde nos pide que comamos de su carne y bebamos de su sangre en forma explícita con mucha reverencia y emoción. La paz con Dios nos hace vencedores ante los demonios que nos quieren quitar la paz y afligirnos. La sangre de Cristo detiene toda actividad demoníaca, que se quiere manifestar muchas veces generando contiendas, peleas, enojos, discusiones o produciendo pesadillas, malos pensamientos. La forma de detener todos estos sucesos es empezando a declarar el poder de la sangre de Cristo. Cuando usted comienza a declarar esa tremenda verdad, con fe, esto hace que se rompa toda la actividad demoníaca en su mente, en su cuerpo o en sus familias. El demonio quiere robarte tu paz, porque el diablo cree que las promesas que Dios te ha hecho son para cumplirse en tu vida, y eso le pone nervioso. Cree con fe en las promesas de Jesús y en el poder de su sangre.
2-LA SANGRE DE CRISTO NOS HACE APTOS: 
Y el Dios de paz que resucitó de los Muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno… (Hebreos 13:20-21). La sangre de Cristo hace apto al creyente para hacer Su voluntad, quitando o agregando aspectos en su vida que le permitirán crecer y ser edificado. ¿Quiénes somos nosotros para entrar en un pacto con Dios? Solo su sangre nos permite acceder a Él y a su Reino.
 3- LA SANGRE DE CRISTO ES SEÑAL DE UN NUEVO PACTO, 
Dios establece un nuevo pacto, con mejores promesas que el anterior y su mediador es Jesús (Hechos 12:24), quien se selló con sangre e hizo suficiente ese sacrificio, por lo cual somos partícipes y herederos de todas las bendiciones que vienen tras él. Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; No como el pacto que hice con sus padres… (Hebreos 8:8-10) Gloria a Dios, que por medio de la Sangre nos hace aptos para todo lo que nos pide, y nos introduce a portales dimensionales que no le es dado a cualquiera. La sangre de Jesús cambia nuestro mundo interior para poder escuchar su voz. 
 4. LA SANGRE DE JESÚS NOS DA VIDA: 
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros… (Juan 6:53-54) Muchos no interpretaron bien cuando Jesús dijo estas palabras por tener una mente carnal y no espiritual. Hoy en día podemos entender lo que Cristo dijo, pues a través de su sacrificio y su sangre hay vida verdadera y vida perdurable. A través de su sangre está la vida de Cristo en nosotros y esto debemos creerlo por fe. Cuando participamos de su carne y de su sangre, tenemos vida. La palabra “vida” se deriva del griego “Zoé”, que significa: vida como la tiene Dios, aquello que el Padre tiene en sí mismo y que Él dio al Hijo encarnado que tuviera. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; (Juan 5:26). En el libro de Levítico 17:11 lo dijo: la vida está en la sangre, cuando por fe comemos de su cuerpo y de su sangre lo que hacemos es recibir la vida de Jesús. Esta vida es la posesión presente y real del creyente debido a su relación con Cristo y que algún día se extenderá a la eternidad, garantizada por la resurrección de Cristo. “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. (1Juan 5:16) Evidentemente hay pecados que son de muerte, como fue el caso de Ananías y Safira, quienes murieron perteneciendo a la iglesia, cuyo pastor era Pedro. Esto es muy serio, y me hace recordar de la firme advertencia de Pablo que dice “cuán grande castigo tendrá el que pisoteare la sangre de Cristo” (Hebreos 10:29). Cuando uno analiza en contexto se refiere a los que pecan a propósito y no desean dejar el pecado y lo hacen voluntariamente sin arrepentirse. 
 5. LA SANGRE DE CRISTO NOS QUITA HERENCIAS FAMILIARES NEGATIVAS. 
La Biblia habla de herencias de iniquidad que se transmiten de generación en generación, pero que, si permanecemos firmes, podemos tener total victoria sobre ellas. Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata… (1Pedro 1:18-19). Fuimos redimidos de la vana manera de vivir heredada de los padres por medio de la sangre de Cristo. Podemos ser libres de herencias de maldición familiar, que traen tanta oposición en la vida del cristiano verdadero. La ilustración de esto es cuando después de atravesar el mar rojo, el pueblo de Israel ya estaba libre, pero, para la plena posesión de la promesa, tuvo que pelear contra muchísimos enemigos, externos y enemigos internos, los externos Dios mismo los vencía, pero los internos dependían de ellos. Así mismo, la sangre de Cristo nos da la autoridad para tener victoria contra muchos espíritus familiares, poder cortar cualquier lazo generacional de maldición, y así andar en plena libertad. La palabra de Dios nos da una senda para vencer totalmente al maligno, y es por medio del poder de la sangre de Cristo. 
Semana 13/03		3751 213118

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