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SEMBLANZA DE LA SALUD MENTAL ENMEXICO _______________ RAMÓN DE LA FUENTE, PROF.(1) _ De la Fuente R. Semblanza de la salud mental en México. Salud Publica Mex 1988; 30: 861·871 RESUMEN: En este articulo se presenta un panorama general de la salud mental en México: su evolución histórica desde la creación del Manicomio General; la epidemiología de /os padecimientos mentales; la situación de las instituciones asistenciales en el campo de la psiquiatria, y, finalmente, el estado actual de la infraestructura de recursos humanos. Palabras clave: salud mental, psiquiatría De la Fuente R. Mental health in Mexíco. Salud Publica Mex 1988; 30: 861-871 ABSTRACT: This paper presents a general view of mental health in Mexico: its historical evolution since the creation of the General Insane Asylum; the epidemiology of mental dis- eases; the present situation of the institutions dedicated to mental health, and, final/y, the situation of human resources in this area. Ktry words: mental health, psychiatry Solicitud de sobretiros: Or. Ramón de la Fuente, Instituto Mexicano de Psiquiatría, calzada México-Xochimilco 101, San Lorenzo Huipul- co,14370México, D.F. • Conferencia Magistral "Dr. Miguel E. Bustamante", Primeras Jornadas Académicas en Salud Pública, Instituto Nacional de Salud Pública, 27 de enero de 1988, México, D.F. (1) Profesor Titular de Psiquiatría, Facultad de Medicina, UNAM y Director General del Instituto Mexicano de Psiquiatría, México. NOVIEMBRE.DiCIEMBRE DE 1988, VOL. 30, No. 6 861 SEMBLANZA DE LA SALUD MENTAL EN MEXICO En nuestro país, la salud mentalde la población ha sido desa- tendida. Los recursos, siempre insuficientes, han sido usados para hacer frente a otros problemas de salud más apremiantes. Sin embargo, ni la es- casez de recursos, ni la magnitud de otras necesi- dades justifican esta desatención, ya que los desórdenes y las desviaciones mentales represen- tan grandes sufrimientos para las personas afectadas y sus familias, y una grave pérdida económica y social para el país. Las causas del abandono son comprensibles, pero no son acep- tables. Una causa, de carácter general e histórica, tie- ne que ver con la ignorancia, los temores y los prejuicios arraigados en nuestra cultura en rela- ción con los trastornos mentales y quienes los sufren. Otra es la opinión extendida, pero en buena parte injustificada, de que no se cuenta aún con los conocimien tos acerca de sus causas, que son indispensables para prevenirlos y corre- girlos. Una somera revisión histórica muestra que México se había adelantado a otros países de América en la obra pía de tomar bajo su custo- dia a los dementes que, mal alimentados y se- midesnudos, deambulaban por las calles o eran alojados en las cárceles, ya que el primer hospi- tal en América dedicado al cuidado de tales en- fermos, el hospital de San Hipólito, fue fundado en 1566 en esta ciudad por Bernardino Alvarez.i Desafortunadamente, la obra de este ilustre pre- cursor no influyó sustancialmente en la situación general, y hasta bien entrado el siglo pasado, los dementes continuaron, sin asistencia que mere- ciera tal nombre, guardados, en el mejor de los casos, en edificaciones improvisadas que surgían ahí donde había donantes compasivos. El cuida- do de los enfermos mentales no mejoró en México durante su primer siglo de vida independiente ni aun después de la secularización de las institu- ciones consagradas a la asistencia médica. En 1910 ocurrió un evento importante. Porfi- rio Díaz inauguró en terrenos de la hacienda de la Castañeda, el "Manicomio General". Su edifi- cación siguió el modelo arquitectónico de la épo- ca para esta clasede establecimientos. En realidad, la atención que durante décadas se prestó a los asilados en el manicomio de la Castañeda, al que hemos de recordar como la cuna de nuestra psi- quiatría pública, fue deficiente, pero no necesa- 862 riamente peor que en otros países. Se carecía entonces de conocimientos científicos, de recur- sos terapéuticos efectivos y se asumía que el de- terioro mental de los enfermos era consecuencia natural, inexorable, del avance de su enfermedad y no, como ahora sabernos, de su aislamiento y abandono. Hacia la misma época y en las dos décadas si- guientes, algunas instituciones privadas suplieron al Estado en su función de cuidar a los enfermos mentales y contribuyeron también a impulsar el desarrollo de la psiquiatría como una especiali- dad de la medicina en nuestro país.> Hacia 1935, con la introducción del coma in- su1ínico y las terapéuticas de choque, por prime- ra vez se pudo ofrecer tratamiento eficaz a una población de enfermos que vegetaban sin espe- ranza.e.s En 1933 y 1952, el escenario académico y científico de la psiquiatría en México fue ocupa- do por una reducida generación de médicos que se hizo notar por su dedicación a los desórdenes mentales y neurológicos: Manuel Guevara Oro- peza, Samuel Ramírez Moreno, Leopoldo Sala- zar Viniegra, Guillermo Dávila, Marín Ramos Contreras, Raúl González Enríquez, Edmundo Buentello, Alfonso Millán y Mario Fuentes fue- ron los primeros especialistas y quienes iniciaron la asistencia propiamente médica de los enfer- mos mentales en los escasos centros asistenciales públicos y privados dedicados a su cuidado, e instauraron la enseñanza formal de la neurología y la psiquiatría. Desde 1948, el Servicio de Psiquiatría del Hospital Español, primer servicio abierto de psi- quiatría en un hospital general, se convirtió en el sitio principal de enlace entre las psiquiatría y la medicina. Este servicio ha sido, desde sus inicios, un importante centro de adiestramiento y punto de partida de otros desarrollos. La década que se inició en 1950 fue rica en acontecimientos, tanto locales como generales, en el campo de la psiquiatría. En cuanto a los primeros, es de mencionarse que en 1952, siendo Raúl Fournier Villa Director de la Facultad de Medicina, se separaron los programas de ense- ñanza de la neurología y de la psiquiatría, hasta entonces unidos, lo cual facilitó el desarrollo de la psiquiatría como una disciplina independiente. Entre 1950 y 1960, el avance de la psicofar- macologfa tuvo importantes consecuencias en SALUD PUBLICA DE MEXICO cuanto a la atención de los enfermos mentales. En ese afio se empezaron a usar en la clínica nue- vos fármacos con propiedades no conocidas has- ta entonces como son el restaurar el contacto con la realidad y estabilizar el humor abatido o exaltado. Una consecuencia de este avance te- rapéutico fue un fuerte impulso al estudio del cerebro como sustrato de la mente y de la con- ducta. Otra consecuencia fue una mejor actitud hacia los enfermos mentales, que ya no fueron vistos como casos perdidos sino como personas con posibilidades de ser reintegradas a la socie- dad y por lo tanto merecedoras de mayor interés y de un trato más humano. Como en otros países, en el nuestro, los nuevos tratamientos estimula- ron la atención a los enfermos mentales como tarea de salud pública.r Un poco antes, en 1951, la entonces Escuela de Graduados de la Universidad Nacional Autó- noma de México (UNAM) estableció un curso de dos afias de duración, posteriormente ampliado a tres, para el adiestramiento clínico en psiquia- tría. Esto tuvo consecuencias significativas, por- que hasta entonces sólo dos caminos estaban abiertos para los jóvenes que se orientaban a la especialidad: uno, la asistencia regular a alguno de los pabellones del Manicomio General o de los sanatorios privados, donde la enseñanza era esporádica, y el otro, salir al ex tranjero a traba- jar como residentes en algún hospital psiquiátri- co. Una proporción importante de estos últimos optaban por permanecer en el extranjero. Justo reconocimiento merecen Raúl González Enríquez y Guillermo Dávila. El primero, por haber iniciado este curso universitario, y el se- gundo, por haber sido su profesor en jefe hasta su muerte en 1968, afio en el que me cupo el honor de sustituirlo. El curso de la Facultad de Medicina de la UNAM ha hecho posibleque muchos jóvenes, 623 de ellos, se formen en nuestra disciplina, y ha con- tribuido a mejorar el nivel asistencial y académi- co de las instituciones hospitalarias participantes en el programa. En 1971, la enseñanza se amplió con cursos de subespecialización en las áreas de psicoterapia médica, psiquiatría social y psiquia- tría infantil y de la adolescencia. Otro desarrollo importante ocurrió en 1955, cuando a iniciativa de Alfonso Millán, la Escuela de Medicina creó el Departamento de Psicología Médica y Salud Mental como parte de una refor- NOVIEMBRE·DlCIEMBRE DE 1988, VaL. 30, No. 6 DE LA FUENTE MUÑlZ, RAMON ma tendiente a dotar a la enseñanza de la medici- na de un contenido psicológico humanístico. La creación de este Departamento, que incluye un programa de salud mental para los estudiantes universitarios.i significó el reconocimiento aca- démico de que los datos, los conceptos y los mé- todos de la psicología, son necesarios para la formación general del médico. Entre 1960 y 1970, la entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia estableció una red de II hospitales, nueve de ellos hospitales-granja, en sustitución del ya abarrotado manicomio ge- neral.r Las nuevas instalaciones, aunque alejadas de los centros médicos y mal distribuidas en el territorio nacional, represen taran sin duda un paso hacia adelante. Desafortunadamente no han contado con los recursos económicos apropia- dos a sus necesidades. Sin embargo, es necesario hacer mención que en dos de estos hospitales: el que lleva el nombre de "Fray Bernardino Alva- rez" y otro, destinado a niños y adolescentes que lleva el nombre de "Juan N. Navarro", la asistencia de los enfermos alcanzó niveles acep- tables. No es ésta la ocasión para examinar la influen- cia del psicoanálisis en México. Como es general- mente reconocido, la huella que el psicoanálisis ha dejado en la cultura es profunda, y sus tesis generales y muchas de sus agudas observaciones han sido incorporadas a la psiquíatrfa clínica. Sin embargo, con algunas excepciones, los psico- analistas han restringido su trabajo a la práctica privada, se han mantenido alejados de los foros académicos y no han mostrado interés en el tra- bajo hospitalario ni en la salud mental pública. Por otra parte, las tesis metapsicológicas no han sido muy propicias para promover la investiga- ción científica. Es pertinente mencionar que des- de la segunda mitad del siglo, en otros países y en México en las dos últimas décadas, la corrien- te psicoanalítica se ha ramificado y fructifica en distintas formas de psicoterapia: psicoterapia de grupos, psicoterapia breve, psicoterapia fami- liar, etcétera. Desde 1977, el Centro de Estudios en Salud Mental y, desde 1980, el Instituto Mexicano de Psiquiatría, que le sustituyó, asumieron un papel destacado en la investigación científica de la psi- quiatría y la salud mental en México. Esta insti- tución ha nacido en una época en la cual se abren nuevas vistas y posibilidades para ahondar en el 863 SEMBLANZA DE LA SALUD MENTAL EN MEXICO estudio del sustrato neural y molecular de la mente humana y de los desórdenes mentales. En los últimos cuatro años, en el Instituto se han llevado a cabo 262 proyectos de investiga- ción en las áreas básicas, clínicas, epidemiológi- cas y sociales de la psiquiatría y la salud mental. Estos proyectos han generado 200 publicacio- nes, más del 40 por cien to de las cuales han aparecido en revistas internacionales Y las otras en las revistas mexicanas dedicadas a la especiali- dad. El Instituto tiene como una de sus tareas sus- tantivas la formación de personal especializado e investigadores en el campo. Esto se lleva a cabo mediante programas de especialización, maestría y doctorado. En la rama de las adicciones, los conocimien- tos y la experiencia acumulados en el Instituto Mexicano de Psiquiatría tuvieron como resulta- do la generación de programas nacionales en los que la Secretaría de Salud (SSA) ha congregado en un esfuerzo común las acciones de los secto- res público, social y privado. Un avance reciente es el establecimiento de las normas técnicas que deben regir el trato a los enfermos mentales en los distintos niveles de atención. Estas normas definen con claridad las condiciones y los procedimientos que garantizan el trato competente y humano de los enfermos mentales. Concluyo mi breve relato histórico haciendo referencia a un desarrollo que nos pone de cara con la situación actual. En la última década, los problemas de la salud mental han sido vistos por las autoridades de la salud pública en México a la luz de una nueva filosofía. Como en otras áreas de la medicina, en la sa- lud mental, el péndulo ha oscilado del interés en el individuo aislado, al interés en el grupo y la comunidad, y del énfasis en la curación al énfasis en la prevención y en la detección temprana. Es- tos cambios hoy consolidados revelan una con- ciencia más clara de las raíces y consecuencias sociales de la salud mental y sus perturbaciones. La salud mental, antes definida solamente co- mo ausencia de patología, es definida en forma más inclusiva, como la armonía y el bienestar de la persona en sus aspectos cognoscitivos, afecti- vos y conductuales, algo que abarca ámbitos más extensos de la vida individual y social. Por otra parte, el criterio de que la salud mental es inse- 864 parable de la salud integral ha conducido a poner el acento en la prestación de servicios de salud mental a través de la red de servicios de salud ge- neral en todos sus niveles, asignándosele enton- ces un papel en los programas de los centros de salud y los hospitales generales y en programas de orientación preventiva con la participación activa de la comunidad. ASPECTOS EPJDEMIOLOGICOS Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay actualmente cerca de 40 millones de personas que sufren o han sufrido padecimien- tos mentales severos. Cuando menos el doble de esta cifra son seriamente afectados por su depen- dencia a las drogas, los problemas relacionados con el alcoholismo, el retraso mental y los tras- tornos orgánicos del sistema nervioso. Las esti- maciones del número de personas que sufren enfermedades menos graves, pero en algún grado incapacitan tes, varían mucho, pero la cifra no es inferior a 200 millones de personas. Tanto en los países avanzados como en los países en vías de desarrollo.s entre el 30 y el 51 por ciento7.8del total de los pacientes que acuden a los servicios médicos padece alguna forma de trastorno men- tal. Por otra parte, hay motivos para pensar que la prevalencia de las enfermedades mentales ha- brá de aumentar, debido a la prolongación de la expectativa de vida, las probabilidades mayores de sobrevivir que hoy tienen los enfermos men- tales y la complejidad de la vida cotidiana y las tensiones que genera. Ni los tipos de desórdenes mentales que ocu- rren en nuestra población de cerca de 80 millo- nes de habitantes, ni la prevalencia de los que son más incapacitan tes, difieren sustancialmente de los que se identifican en otros países. Es posi- ble que el I por ciento del total de la población del país esté afectada en forma severa y que el 10 por ciento de los individuos lo llegue a estar en algún momento de su vida.é Se ha calculado que la prevalencia de enfermos psicóticos oscila entre 10.1 y 14 por I 000 habitantes en la po- blación mayor de 14 años. Se estima que aproxi- ximadamente 12 de cada I 000 personas sufren retraso mental, incluyendo 75 por ciento de ca- sos leves, lo que hace un total de alrededor de 900 000 personas. La proporción más elevada de SALUD PUBUCA DE MEXICO CUADRO I Enfermos crónicos hospitalizados. Secretaría de Salud, México, 1977 Diagnóstico No. % - Esquizofrenia 726 34 - Epilepsia 515 24 - Retardo mental 458 21 - Psicosis orgánica 248 12 - Demencia 60 3 - Farmacodependencia y 44 2 - Otros 83 -± 2 141 100 Fuente: Referencia 11 enfermos corresponde a las grandes psicosis fun- damentales: esquizofrenia y psicosis funcionales, seguidas de los desórdenes que sonconsecuencia de daño orgánico cerebral.v Los índices de pre- valencia de epilepsia tanto "idiopática" como "sintomática", oscilan entre 3 y 7.3 por ciento cifras más elevadas que las que se han dado a co- nocer en otros paísesie (cuadro I), . Las diversas formas de fannacodependencia son difíciles de cuantificar. Sin embargo, sabe- rnos que el consumo de mariguana y la inhala- ción de sustancias volátiles son las formas más frecuentes, seguidas del abuso de las anfetaminas y de otras drogas psica trópicas, particularmente drogas sedantes y tranquilizantesrs (cuadro I1). El consumo de sustancias psicodislépticas es bajo y tiende a decrecer.i+ El consumo de la co- caína también es límítado,u en tanto que las drogas "duras", como la heroína, causan vícti- mas sobre todo en las ciudades de la frontera norte!l,!6 (cuadro IIl). Las cifras de consumo en jóvenes no estudian- tes con poco o nulo contacto con la familia son superiores a las de los estudiantes, Entre los me- nores de 18 años que trabajan en la vía pública se ha encontrado una prevalencia del 22 por cien- to para el uso diario de sustancias inhalables. Se ha estimado que el S.7 por ciento de la po- blación mayor de 20 años padece de alcoholis- NOVlEMBRE·DICIEMBRE DE 1988, VOL. SO,No. 6 DE LA FUENTE, RAMON CUADRO 11 Uso de drogas en población general. Encuestas de hogares en siete ciudades, México Límite inferior Límite superior Mariguana 0.20% 6.7% Solventesfinhalables 0.01% 0.7% Alucinógenos 0.20% 1.1% Heroína 0.4% Cocaína 0.05% 1.6% Barbitúricos" 0.09% 4.7% Anfetamínas=' 0.28% 4.1% *Porcentajes de uso alguna vez en la vida "Uso sin prescripción médica Fuente: Referencias 12, 13 CUADRO 111 Cambios en la prevalencia de uso de drogas en la población estudiantil. México, 1976-1986 1976 1986 Disolventesfinhalab1es 0.8 4.4 Mariguana 1.6 3.2 Anfetaminas 2.0 3.5 Sedantes 1.2 0.9 Tranquilizantes 2.6 2.5 Alucinógenos 0.7 0.6 Cocaína 0.5 1.6 Heroína 0.3 0.5 Fuente: Referencia 14 865 SEMBLANZA DE LA SALUD MENTAL EN MEXICO mo, lo que representa una cifra aproximada de dos millones de mexicanos.!" como hay variacio- nes regionales de consumo importantes, el por- centaje de bebedores excesivos varia entre el l2!7 y el36 por ciento!8.!9 en la población masculina, y el 1 y el 6 por cient07.!8 en la femenina, yel grupo más afectado es el de hombres entre 30 y 50 años de edad." El patrón de consumo de bebidas alcohólicas de la población mexicana y particularmente la tendencia a beber grandes cantidades de alcohol por ocasión de consumo,w se asocia con un nú- mero excesivo de problemas personales, familia- res y sociales, cuya prevalencia se ha incrementado en los últimos años" (cuadro IV). CUADRON Alcoholismo y salud pública. México Tasa por 100 0000 Causa de mortalidad Orden habitantes - Cirrosishepática 4° 21.9 - Accidentes 5° 21.8 Fuente: Referencia 21 Es notable la participación del alcohól en di- versos actos de violencia. El abuso se ha asociado con el 17 por ciento de los eventos de tránsito,22 el 22 por ciento de los accidentes y traumatismos atendidos en salas de urgencias,23 el 38 por cien- to de los suicídíosw y el 49 por ciento de los ho- mícídíos> (cuadro V). Los cambios socioeconómicos y culturales bruscos que se originan en la migración de las fa- milias del campo a la ciudad trastornan los siste- mas tradicionales de apoyo social, debilitan los valores establecidos y favorecen el incremento de problemas psicosociales tales como el alcoho- lismo,2. la farrnacodependencias? y la delincuen- cia. El desempleo es sin duda uno de los factores determinantes de la violencia y la delincuencia. y las condiciones de la vida en las grandes urbes son deletáreas para la salud mental. Como la sa- lud general, la salud mental se imbrica en la tra- ma general de la vida de las poblaciones (cuadro VI). Otros estudios muestran que en México, siete de cada 100 niños sufren formas severas de des- nutrición y uno de cada cuatro, tienen deficien- cias nutricionales.29 Las consecuencias en el de- sarrollo tanto físico como mental son difíciles de cuantificar, pero sin duda son muy graves. Quienes sobreviven a estas deficiencias que se inician desde la gestación no se recuperan del todo aún cuando se alimenten bien durante las fases subsecuentes de su desarrollo. La incidencia y la prevalencia de otros tras- CUADROV Participación del alcohol en diversoseventos Hechos de tránsito, 17%en estado de ebriedad Reporte de las autoridades 22% Suicidio consumado Másde 10mg por 100 mi de alcohol en sangre 38% Accidentes y traumatismos Homicidio Auto-reporte Más de 10mg por 100 mi de alcohol en sangre. Autopsia 49% Fuente: Referencia 10, 19, 23, 25 866 SALUD PUBLICA DE MEXlCO CUADROVl Indicadores indirectos de la salud mental. México Tasas por 100 000 Causa de mortalidad habitantes - Homicidio 18 - Suicidio 1 Fuente: Referencias 21, 28 tomos psiquiátricos son difíciles de estimar. Al- gunos estudios sugieren que entre el 30 y el 51 por ciento?B.30 de los enfermos que acuden a cen- tros de salud y a la consulta externa de los hospi- tales padecen alguna alteración psiquiátrica que requiere atención (cuadro VII). Abundan los enfermos que se quejan de sínto- mas somáticos y como el tratamiento que reciben no es el adecuado, suelen convertirse en asiduos DE LA FUENTE, RAMON CUADRO VII Prevalencia de trastornos mentales en diferentes poblaciones de práctica médica, 18-64 años, México Hombres Mujeres Cen tro de Salud 43% 51% Hospital General 26% 36% Hospital de Tercer Nivel - 30% Criterios: Cuestionario General de Salud y Entrevis- ta Psiquiátrica Estandarizada de Goldberg. Fuente: Referencias 7.8,30 visitan tes de los servicios, absorben una propor- ción desmesurada del tiempo del personal médi- co y consumen muchos medicamentos que en realidad no necesítann (cuadro VIII). Unidad de medicina familiar CUADRO VIII Trastornos mentales en diferentes poblaciones. Práctica médica general, 18-64 años. México Neurosis Centro de salud comunitaria 10.0 19.0 Reacciones de adaptación Trastomos.de personalidad Psicosis afectivas Reacción aguda ante gran tensión Síndrome de dependencia al alcohol Psicosis y S.O.C. 24.0 11.0 5.0 5.0 0.8 10.0 0.4 2.0 0.3 0.60.6 Fuente: Referencia 8 NOVIEMBRE-DICIEMBRE DE 1988, VOL. SO, No. 6 867 SEMBLANZA DE LA SALUD MENTAL EN MEXICO ASPECTOS ASISTENCIALES Las instalaciones para la asistencia de los en- fermos con que se cuenta en el país son a todas luces insuficientes. Hay en México 16 hospitales especializados que disponen de 6 822 camas psi- quiátricas. El 57 por ciento de las camas psiquiá- tricas, en proporción de I por cada 5 453 habitantes, se localizan en el Distrito Federal y en los estados circunvecinos, mientras que en las regiones centro y sureste la relación es de I cama por 55 315 y 44 115 habitantes, respecti- vamente (cuadro IX). CUADRO IX Distribución de camas psiquiátricas en el territorio nacional. México Región No. de camas % Distrito Federal y estados circunvecinos 3882 57 Norte y centro 2390 35 Sur y sureste 550 __ 7 6822 100 Fuente: Dirección de Normas de Salud Mental, Rehabilita- ción y Asistencia Social, SSA, 1986 Noventa y seis hospitales generales cuentan por lo menos con servicios mínimos de consulta de psiquiatría y cinco de ellos cuentan con ca- mas para la hospitalización de enfermos psiquiá- tricos; 198 clínicas y centros de salud tienen consulta externa de psiquiatría. El Instituto de Salud Mental del DIF se ocupa de estudiar los problemas de salud mental de los niños en el contexto familiar. Todos estos servicios son cu- biertos por 602 médicos psiquiatras.s Nuestros hospitales adolecen de escasez de personal capacitado en relación con el número de pacientes y en varios de ellos los programas de rehabilitación y seguimiento son muy limi- tados. De ahí que muchos pacientes reingresen. Muchos otros abandonados por sus familiares, permanecen confinados por períodos de tiem- po innecesariamente prolongados. 868 Debido a lascondiciones insatisfactorias de los establecimientos donde se asiste a los enfer- mos mentales hospitalizados, a discrepancias teó- ricas en el campo y a una falta de información acerca de las posibilidades y las limitaciones de nuestros conocimientos y recursos técnicos, es frecuente que se critique a los psiquiatras desde distintas direcciones. Analizar la razón y la sinra- zón de estas críticas, me llevaría lejos. Me limita- ré a reconocer que ciertamente los enfermos mentales han sido descuidados y que los profe- sionales de la salud mental y particularmente los psiquiatras debemos pugnar más enérgicamente por la humanización de los hospitales psiquiátri- cos, enrolar en esta tarea a la comunidad y espe- cialmente a las familias de los enfermos, quienes deben asumir mayor responsabilidad en su cui- dado. Tratar a los pacientes psiquiátricos en clínicas de consulta ex terna y en servicios psiquiátricos en los hospitales generales, permite abordar a muchos de ellos, tal vez de un 60 a un 80 por ciento en forma eficaz, reduciendo el riesgo de que por negligencia y abandono se conviertan en enfermos crónicos. Algunos de los problemas más frecuentes con los que hay que contender (niños, adolescentes, pacientes seniles, alcohóli- cos, etc.), requieren programas especialmente diseñados. El número y localización de estos ser- vicios es muy inferior a la demanda previsible en cada sector. El que la responsabilidad del cuidado de los enfermos psiquiátricos tenga el mayor peso en el primer nivel de atención y quede a cargo del personal general de salud, con una mejor prepa- ración en el manejo de los problemas psicosocia- les, represen ta la única posibilidad previsible de extender la cobertura de estos aspectos de la salud a la población rural y a la población marginada. Muchos pacientes con distintos grados de pa- tología mental pueden ser tratados sin separarlos de sus familias si a ellas se les da apoyo y aseso- ramiento. En principio, la hospitalización de los enfermos mentales sólo está indicada cuando su estado y sus circunstancias hacen que su manejo en casa sea imposible. La utilización de la red general de salud para la prestación de servicios en el área de la psiquia- tría y la salud mental es comparablemente me- nos costosa, permite abordar los problemas en forma integrada a la medicina, lo cual tiene ven- SALUD PUBUCA DE MEXICO tajas técnicas y hace posible la mejor utilización de los recursos, pero es necesario vencer la resis- tencia inicial a este cambio de perspectiva. El cuidado y la promoción de la salud mental requiere, en forma imprescindible, de la partici- pación en los programas de los médicos, particu- larmente de los médicos generales y familiares, quienes establecen el primer contacto con los enfermos psiquiátricos y pueden manejar un nú- mero importante de casos, si tienen los conoci- mien tos y las actitudes adecuadas. RECURSOS HUMANOS Como en el caso de las instalaciones asisten- ciales, el personal especializado en el campo de la salud mental, médicos, psicólogos, enferme- ras, trabajadoras sociales y terapeutas ocupacio- nales, es escaso y está mal distribuído, dado que se concentra en las zonas urbanas. Por añadidu- ra, una proporción importante de quienes tienen adiestramiento están dedicados en forma exclusi- va a la práctica privada.s La Organización Mundial de la Salud reco- mienda una proporción mínima de cinco psi- quiatras por cada 100000 habitantes. Argentina cuenta con cuatro y Costa Rica con ocho por 100000 habitantese (cuadro X). CUADRO X Proporción comparativa de psiquiatras Argentina 4.1" Costa Rica 8.0" México loS" ·Tasa x 100 000 habitantes Fuente: Referencia 6 De acuerdo con datos del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM," en México hay 1 108 psiquiatras, es decir, algo más de 1.5 NOVIEMBRE-DICIEMBRE DE 1988, VOL. 30, No. 6 DE LA FUENTE. RAMON por 100 000 habitan tes, de los cuales en el Dis- trito Federal hay 621, y en el interior de la Re- pública 487; en Guadalajara 107; en Monterrey 58, y los 322 restantes en otras localidades.s Es claro que ni su número ni su distribución satisface las necesidades actuales. En lo que se refiere a las trabajadoras sociales psiquiátricas, el déficit es aún mayor, ya que no obstante un programa in- tensivo de adiestramiento que se lleva a cabo des- de hace 7 años, auspiciado por la UNAM, solamente se cuenta con 250 trabajadoras sociales con pre- paración especial en el campo de la salud mental. La escasez de personal en el área se muestra tam- bién en el número reducido de administradores competentes, enfermeras psiquiátricas y terapeu- tas ocupacionales. También son proporcionalmen- te pocos los psicólogos que trabajan en programas institucionales de salud mental. Cuando se habla de la escasez de recursos, se suele pensar que el problema se reduce a limitaciones financieras. En ningún campo como en el nuestro ha sido y es tan aparente que la escasez más grave es la fal- ta de personal capacitado e imbuído de una mís- tica de servicio (cuadro XI). CUADRO XI Recursos humanos para la salud mental en México, 1985 Psiquiatras I 108 Trabajadoras sociales psiquiátricas 250 Fuente: Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina, UNAM, 1985. CONSIDERACIONES FINALES La atención a los problemas de la salud men- tal pública ha experimentado en los úLtimos años cambios significativos en respuesta a los avances en el conocimiento y a las demandas de la socie- dad. Desde el punto de vista asistencial, el avance más importante en el campo de la salud mental pública ha sido el establecimiento de servicios 869 fOMBLANZA DE LA SALUD MENTAL EN MEXICO en centros de salud y hospitales generales de la Secretaría de Salud en el Distrito Federal y en algunas ciudades de la República. Estos servicios son insuficientes, pero señalan el camino a seguir y expresan un cambio profundo en la aproxima- ción a los problemas. Una apreciación de las necesidades presentes y futuras permite concluir que en el país se nece- sita un número mayor de psiquiatras generales y de subespecialistas en psiquiatría infantil, así co- mo de psicólogos clínicos, trabajadoras sociales psiquiátricas y enfermeras psiquátricas, y también de administradores y personal auxiliar compe- tente. Casi todo el personal que trabaja actual- mente con enfermos psiquiátricos en las instituciones públicas y privadas requiere mejo- rar su preparación técnica. Recientemente, la SSA ha hecho un esfuerzo por mejorar el cuidado de los enfermos mentales en lo que se refiere a su alojamiento, alimenta- ción y cuidados médicos y sociales, y en ellos se desarrollan algunos programas orientados a la rehabilitación integral de los enfermos psiquiá- tricos. Estos hospitales no han adquirido aún el rostro que muestre que su viejo espíritu de asilo ha sido sustituido por un espíritu humanista y re- habilitador. Por otra parte, hoy se reconoce la necesidad de contar con servicios de psiquiatría y salud mental en los hospitales generales y en los centros de salud con programas proyectados a la comunidad. Puede decirse que la pauta tradi- cional que tomó al hospital psiquiátrico como centro neural de la asistencia en el área de la sa- lud mental está siendo sustutuida por un modelo que intenta poner el acento en el abordaje de los problemas al nivel de la atención primaria de la salud. Un desarrollo de grandes consecuencias es la capacitación del médico general familiar para que pueda abordarlos en el primer nivel de aten- ción. La descentralización de los servicios, que deja la responsabilidad del cuidado de la salud en ma- nos de las autoridades estatales, está afectando la asistencia psiquiátrica en forma diferente en las distintas entidades. En tanto que en algunos hospi- tales psiquiátricos de los estados descentralizados se aprecia una mejoría de la calidad de atención a los enfermos, en otros parece haber empeora- do. El tiempo mostrara las consecuencias de estecambio impostergable de la asistencia médica. Merced al desarrollo de las neurociencias y del 870 afianzamiento de sus ligas con el resto de la me- dicina, la psiquiatría se ha convertido en una disciplina cada vez menos especulativa y más observante y experimental. Las ambiciosas teo- rías generales están siendo sustituidas por el in- terés en los métodos y en las hipótesis que pue- den conducir a conocimientos acumulables. Hoy en día, para dominar las bases científicas del campo de la salud mental, se requiere una mentalidad más abierta e inclusiva que en el pa- sado. En la etapa actual de desarrollo acelerado de la psiquiatría y la salud mental, es afortunado que nuestro país cuente ya con instituciones que hacen posible la investigación en niveles de exce- lencia. Hasta tiempos recientes, pocos científicos en nuestro medio mas traban in terés en la investi- gación de los problemas de la psiquiatría. Hoy en día, hay más científicos, sobre todo jóvenes científicos, que se acercan a nuestro campo co- mo lo atestigua el alto nivel de los trabajos que se llevan a cabo en el Instituto Mexicano de Psi- quiatría. Esto es afortunado porque la psiquia- tría no irá ya a la zaga del resto de la medicina. A mi juicio, el logro más importante de la psi- quiatría hacia el final del siglo que transcurre, ha sido reunir a la mente y al cuerpo a través de los métodos de investigación científica, estable- ciendo el sustrato neural de los desórdenes del pensamiento, del afecto y de la conducta y, lo que es más importante desde el punto de vista práctico, alterando favorablemente el curso de algunos de los desórdenes mentales más frecuen- tes. Nadie duda seriamente que la salud mental, en su sentido positivo, es un ideal cuyo logro no será posible sin que previamente desaparez- can las condiciones sociales y materiales deplo- . rabies en las que se desenvuelve la vida de una alta proporción de personas en nuestras pobla- ciones urbanas y rurales, pero la contemplación de las metas más ambiciosas y distantas no debe conducirnos al desprecio de logros más modestos y accesibles. No es difícil prever que se requerirán algunas décadas para darle al cuidado de la salud mental de las poblaciones, el alcance que debe tener. La información y la educación pueden contribuir a un cambio de criterios y de actitudes del público y de grupos específicos, acerca de la naturaleza de los trastornos y desviaciones mentales y de SALUD PUBLICA DE MEXlCO nuestras posibilidades y limitaciones para con- tender con ellas. En la empresa de cuidar y fomentar la salud mental de los mexicanos, estamos al principio de un largo camino. Se cuenta con criterios norma- tivos y con programas que pueden reproducirse y DE LA FlilNTE, RA.\lON ex tenderse hasta satisfacer las necesidades más urgentes del país, pero es necesario que se asigne a la salud mental un lugar más prominente. el que justamente le corresponde en el concierto de las tareas de la salud pública. REFERENCIAS 1. Muriel J. 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En la mayor parte de los casos la revisión la lleva a cabo alguno de los miembros del Comité Editorial. Sin embargo, frecuentemente los editores se ven obligados a solicitar los serviciosde revisores que no son miembros de dicho Comité. En esta ocasión quisiéramos hacer un público reconocimiento de la labor de las siguientes personas, que distrayéndose de su intensa labor profesional y sin ser miembros del Comité Editorial de Salud Pú- blica de México aceptaron colaborar con nosotros a lo largo de 1988. Or. Héctor Alvarez Morales Or. Luis Cabrera Coello Lic. Roberto Castro Pérez Lic. Carlos Cruz Rivero Ora. Lilia Ourán González Ora. Lourdes García García Or. Héctor Gómez Oantés Or. Francisco Hernández Orozco M. en C. Claudia Infante Castañeda Or. Ricardo Loewe Reyss Ora. Herlinda Madrigal Frischt Dr. Miguel Angel Montoya Or. Onofre Muñoz Hernández Or. Enrique Navarrete Cadena Ora. Rosa María Núñez Urquiza Or. Adolfo PérezMiravete Or. Samuel Poncede León Ora. Blanca Rico Dr. Juan Antonio Rull Rodrigo Ora. Margarita Salazar Flores Ora. Paz María Salazar Schettino Ora. Eisa Josefina Sartí Gutiérrez Ora. Patricia SuárezPérez 'Ora. Lourdes Tamayo Sánchez Or. Jorge Tay Zavala Or. Carlos ViescaTreviño 872 SALUD PUBLICA DE MEXICO
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