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Leo Nikolajewitsch Tolstoi Guerra y paz

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Leo Nikolajewitsch Tolstoi
Guerra y paz
La gran epopeya rusa
En más de 1.600 páginas, la novela épica de guerra de León Tolstói presenta el periodo
de 1805 a 1812 de las Guerras Napoleónicas desde el punto de vista de varios nobles
rusos. La gran cantidad de acciones, la multitud de personajes y el minucioso
procesamiento de los hechos históricos hacen de "Guerra y paz" la novela más importante
de León Tolstói y, al mismo tiempo, un clásico sin paralelo de la literatura universal. La
epopeya es, a la vez, una novela de aprendizaje, una novela histórica y una novela de
familia. Junto a personajes ficticios presenta a personalidades famosas como Napoleón y
el zar Alejandro I y revela claramente la comprensión histórica de Tolstói: el individuo no
tiene poder sobre su destino; la historia la forman muchos. En constantes cambios de
guerra y paz, asesinatos y amores, infortunios y alegrías, Tolstói impulsa sus complicados
hilos argumentales. De manera singular, la novela combina los destinos individuales
extraordinariamente detallados con los grandes acontecimientos históricos mundiales,
yuxtapone diferentes cosmovisiones y proporciona una imagen precisa de la sociedad de
la Rusia zarista a principios del siglo XIX.
Ideas fundamentales
Guerra y paz de Tolstói, una de las más grandes novelas de la literatura universal, es una
poderosa representación de Rusia durante las Guerras Napoleónicas (1805-1812).
La obra ha establecido estándares en muchos aspectos. Con una gran profusión de
detalles, la novela histórica de aprendizaje y de familia muestra una época importante de
Europa, en la que se combinan hábilmente los acontecimientos históricos con los destinos
individuales.
En alternancia rítmica de escenas de guerra y paz, el lector se entera de los
acontecimientos en el frente y en algunas familias rusas de Moscú y San Petersburgo.
La novela tiene un sinnúmero de actores. La atención se centra en el destino de las
familias Rostov y Bolkonski y la historia llena de vicisitudes de Pedro Bezukhov.
Andrés Bolkonski entra en el ejército y participa en las batallas de Austerlitz, Schöngraben
y Borodino, y en esta última, lo hieren y muere.
Nicolás Rostov, también soldado, sobrevive a la guerra. Tras la expulsión de Napoleón de
Moscú, se casa con María, la hermana de Andrés.
Pedro Bezukhov vive la guerra desde lejos. Tiene que superar varias crisis existenciales
hasta que, finalmente, se enamora de Natacha Rostov.
Tolstói proporciona descripciones detalladas de los campos de batalla y de las
discusiones sobre la situación y presenta a personajes históricos como el zar Alejandro I y
Napoleón.
Los hilos argumentales no están sincronizados ni organizados: fiel a su modelo histórico,
la novela de Tolstói se desarrolla caóticamente, como la guerra.
Junto a los acontecimientos históricos mundiales, el autor describe la búsqueda de la
felicidad y el equilibrio interno de los actores principales.
Resumen
Una velada distinguida
Junio de 1805. Nos encontramos en la casa de Ana Pavlovna Scherer, que ha invitado a
una velada a todos los que parecen tener rango y nombre en San Petersburgo. Uno de
los primeros invitados en llegar es el príncipe Basilio Kuraguin. La anfitriona conversa con
él sobre Napoleón, en quien reconoce al anticristo en persona. El príncipe piensa más
bien en su hijo Anatolio Kuraguin, que lleva una vida bulliciosa. Entre los demás invitados
se encuentran el joven príncipe Andrés Bolkonski con su esposa embarazada, la
“pequeña princesa” Lisa Bolkonskaia; Pedro Bezukhov, hijo ilegítimo del conde Bezukhov;
así como Hipólito y Elena Kuraguin, segundo hijo e hija del príncipe Basilio. Andrés está
visiblemente aburrido de su parlanchina esposa. Solo cuando aparece Pedro se ilumina
su rostro: ambos son viejos amigos y se unen en un canto de alabanza acerca de
Napoleón. Después de la fiesta, Pedro y Andrés pasan juntos la noche.
Día del santo
En la familia Rostov, madre e hija celebran el día de su santo. Durante la fiesta los
invitados hablan sobre una salvaje francachela en la que participó Pedro poco después de
la velada, mientras su padre, el conde Bezukhov se estaba muriendo.
“Rusia sola debe convertirse en la salvadora de Europa”.
La conversación de los adultos se ve interrumpida por los jóvenes, que entran en la
habitación con gran ruido: son la incontenible Natacha de 13 años y su hermano Nicolás
Rostov; el hijo de Ana Mikhailovna Dubretzkaia, Boris Dubretzko, y Sonia, de 16 años,
sobrina de la condesa Rostov. En la comida se habla de política y las reacciones de Rusia
ante el avance de Napoleón.
“El príncipe Bolkonski era un joven muy apuesto, bastante bajo de estatura, con un rostro
acentuado y algo seco”.
Mientras siguen festejando en casa de los Rostov, el conde Bezukhov, el padre de Pedro,
sufre en su mansión el sexto ataque de apoplejía. Pedro está visiblemente conmocionado
por el estado de su padre. Ana Mikhailovna, que había acudido presurosa, el príncipe
Basilio Kuraguin y Katicha, la sobrina del conde, entran en una discusión sobre la
herencia cuando de repente traen la noticia de la muerte del conde. Pedro es su único
heredero.
La partida
En la finca de la familia Bolkonski esperan ansiosamente el regreso de Andrés con su
esposa Lisa. El anciano príncipe Nicolás Andreievitch Bolkonski era muy severo, inclusive
con su hija menor María. Ella está contenta por la llegada de Andrés y, sobre todo, de
Lisa, que de inmediato le comunica los chismes y cotilleos más recientes de la ciudad.
Recién llegado, Andrés tiene que volver a empacar: abandona la finca al día siguiente
para irse al servicio militar.
Puentes en llamas
Austria, octubre de 1815. Andrés es un oficial adjunto del regimiento del general Kutúzov.
Los aliados austriacos han sufrido una grave derrota en Ulm contra el ejército de
Napoleón. Mientras tanto, Nicolás Rostov se encuentra como joven hacendado en el
escuadrón de Vaska Denisov frente a Braunau. El regimiento de Kutúzov inició su retirada
a Viena, seguido del escuadrón de Denisov. Aquí Nicolás vive el primer ataque de los
franceses: su espíritu combativo inicial se desvanece cuando observa el horizonte y ve
como en un collage las operaciones militares que se desarrollan delante. ¡Qué pronto
podría suceder que no volviera a ver nunca más este cielo! Finalmente, el escuadrón
logra cruzar el puente con pérdidas mínimas y quemarlo tras de sí. El general Kutúzov
atraviesa el Danubio con su ejército y derrota ahí a una división francesa. Andrés es
enviado a Brünn a darle la buena noticia al emperador de Austria. Después de una corta
estancia con el diplomático ruso Bilibin, por quien se entera de que, mientras tanto,
Napoleón ha conquistado Viena, Andrés regresa con su ejército. Se une al regimiento
bajo el mando del príncipe Bagration y participa en la batalla de Schöngraben, en la que
se logra una victoria bajo el liderazgo del capitán Tuchin.
Noticias del frente
Cambio de domicilio: Después de su herencia, Pedro se convierte repentinamente en el
soltero más codiciado de San Petersburgo. El príncipe Basilio Kuraguin urde hábilmente
una serie de festividades para poder reunir a Pedro y a su hija Elena. La evidente belleza
de Elena y su seductor escote seducen de tal manera a Pedro que la corteja y se casa
con ella. Mientras tanto, en la casa de los Rostov se alegran de recibir, después de mucho
tiempo, una carta de Nicolás desde el frente. Expresan consternación por sus heridas,
pero se alegran mucho más por su promoción. Le envían a Boris con una carta y dinero.
Ambos se encuentran en Olmutz y se cuentan sus experiencias de guerra. Cuando el zar
ruso Alejandro I visita el regimiento y elogia a los soldados, Nicolás se llena de
entusiasmo por su gobernante.
Austerlitz
Andrés participa en el consejo de guerra de la próxima batalla de Austerlitz. En su mente
desarrolla su propio plan de batalla y, en su interior, se siente llamado a morir por sus
soldados. Al amanecer los franceses atacan. El zar ruso, el emperador austriaco y sus
ejércitos se enfrentan a Napoleóny sus tropas en esta “batalla de los tres emperadores”.
Al final, los franceses salen victoriosos. Andrés es alcanzado y cae de su caballo. Cuando
recupera la conciencia, Napoleón, su antiguo héroe, está de pie directamente frente a él:
en comparación con el impresionante firmamento, Napoleón le parece ahora un pequeño
cómico insignificante, a pesar de que el vencedor se preocupa de una manera realmente
conmovedora de los cuidados de sus prisioneros.
El frente interno
Nicolás Rostov visita a su familia durante un permiso del frente y pasa el tiempo que sigue
en muchas fiestas y sociedades. Su padre da una gran fiesta en honor del príncipe
Bagration, en la que ocurre un escándalo entre Pedro y un tal Dolokhov que, por lo visto,
ha pretendido a la esposa de Pedro. Hay un duelo del que Pedro sale vencedor. Su
esposa Elena lo acusa de espiarla y Pedro asume las consecuencias de la aventura: le
traspasa a Elena la mitad de su fortuna, se separa de ella y sale para San Petersburgo.
“Mientras en casa de los Rostov se bailaba la sexta inglesa al son de unos músicos que
desafinaban debido al cansancio y los sirvientes y cocineros preparaban la cena, el conde
Bezukhov sufría el sexto ataque”.
En la finca de los Bolkonski, desde hace meses no han tenido noticias de Andrés y creen
que ya debe haber muerto. Su esposa Lisa está en trabajo de parto y poco después
aparece Andrés y le da ánimos. Ella muere en el parto y Andrés siente una profunda culpa
por ello. Bautizan al niño con el nombre de Nicolás como su abuelo.
Un nuevo comienzo para Pedro
Durante su viaje un anciano caballero se dirige a Pedro y lo involucra en una
conversación sobre Dios y el mundo. Pedro se siente aliviado y experimenta el deseo de
volver a empezar su resquebrajada vida. El anciano resulta ser un masón que introduce a
Pedro en la logia local de San Petersburgo. Después del ritual de iniciación, Pedro se
dirige a sus tierras del sur, donde quiere poner en práctica sus nuevos ideales de caridad.
Instruye a sus administradores para que construyan escuelas y hospitales. Sin embargo,
en su entusiasmo, le pasa inadvertido que sus administradores solo fingen cumplir sus
deseos. Nicolás Roscov regresa a su regimiento después de su permiso. A diferencia de
antes, ahora se siente aquí como en casa. Para su horror, tiene que ver cómo el zar
Alejandro y Napoleón se dan la mano con motivo de un alto al fuego. El gesto
desconcierta totalmente al soldado que –malentendiendo los caminos de la política– se
emborracha en consecuencia.
Años de relajamiento
Salto en el tiempo. La nueva alianza con Napoleón llega incluso tan lejos que el ejército
ruso acude en ayuda del antiguo archienemigo cuando Napoleón le declara de nuevo la
guerra a Austria en 1809. El príncipe Andrés pasó los últimos dos años en su finca, donde
pudo llevar a cabo felizmente las reformas que planificó Pedro, pero nunca realizó. En una
breve visita al conde Rostov, le llama la atención la guapa Natacha. Tras varias visitas,
Andrés le propone matrimonio, pero debe aplazarlo un año porque su padre lo obliga a
dar ese paso. Con gran pesar, Andrés y Natacha están de acuerdo. Durante ese tiempo
Pedro intensifica sus actividades con los masones. Mientras tanto, Nicolás es ascendido a
jefe de escuadrón en su regimiento de Pavlogrado y disfruta de sus nuevas funciones.
Pero un llamado de ayuda de su madre lo lleva a casa, donde debe encargarse de las
finanzas de la familia y participar en una emocionante cacería de lobos. Se acerca
Navidad y Natacha echa de menos a su amado. Para disgusto de sus padres, Nicolás
también se enamora de Sonia, la sobrina de la condesa. Tiene planes para casarse con
ella.
Un affaire fatal
Después de la muerte de su mentor, la logia masónica ya no tiene encanto para Pedro. Se
retira y regresa a Moscú, donde se vuelve alcohólico. En una visita a los Bolkonski, que
también están en la ciudad, encuentra a María de ánimo melancólico: se siente sola en
Moscú, está empezando a odiar a su severo padre y no puede aprobar la relación de
Andrés con Natacha. En una visita de las Rostov, casi hay una confrontación entre ella y
Natacha. Esta última comienza un affaire con Anatolio Kuraguin. Sin embargo, cuando
descubre que él ya está casado, rompe la relación y está con la moral por los suelos,
sobre todo porque su Andrés no puede perdonar esta infidelidad.
Guerra otra vez
El 12 de junio de 1812, las tropas de Napoleón cruzan las fronteras de Rusia y violan el
acuerdo de alto al fuego. Las negociaciones diplomáticas fracasan. La guerra empieza de
nuevo. Andrés, desilusionado por el affaire de Natacha, permite que lo transfieran al frente
occidental. Le envía a su padre una advertencia de que la finca podría resultar demasiado
peligrosa y que preferiría que se mudaran a Moscú. En el camino muere el anciano
príncipe Bolkonski. Nicolás aparece con sus camaradas y proporciona a la familia un
pasaje seguro a Moscú. Además, se enamora de María. Pedro se siente cada vez más
atraído por Natacha, visita a las tropas cerca de Borodino y se enfrenta por primera vez a
la realidad del campo de batalla.
La batalla de Borodino
En la víspera de la gran batalla de Borodino, Napoleón pasa revista a sus tropas y da
algunas órdenes, que no pueden ser ejecutadas más tarde debido a la confusión en el
campo de batalla. La batalla sumamente sangrienta termina en un empate: el ejército de
Napoleón es rechazado por las tropas comandadas por el general Kutúzov, pero el
ejército ruso es casi aniquilado. Andrés es alcanzado por un proyectil que lo hiere de
gravedad. Debido a la escasa fuerza del ejército, Kutúzov renuncia en Moscú y aconseja
la evacuación. Pedro fantasea con la idea de un atentado contra Napoleón. Mientras los
Rostov dejan Moscú junto con unos soldados, encuentran a Andrés gravemente herido.
Natacha se disculpa con él por su error y cuida al herido. Los franceses toman Moscú sin
mucha oposición; pero la ciudad se está incendiando. Pedro camina por las calles y salva
a una niña de las llamas y a una mujer de ser maltratada por los franceses. Por ello, los
franceses lo capturan y arrestan. María se encuentra con los Rostov y, junto con Natacha,
cuida a Andrés, que muere poco después debido a sus heridas.
La expulsión de Napoleón
Napoleón se pone cómodo en Moscú. Él y sus hombres disfrutan de la vida lujosa en la
ciudad medio derruida. No obstante, pronto, el ejército ruso, ya reforzado, los expulsa.
Pedro conoce el valor de la vida en el campo francés de prisioneros. Se encuentra a su
compañero de prisión Platón Karataiev, quien, con la manera en que acepta impasible su
propia muerte, provoca en él una especie de renacimiento de la fe, así que puede superar
los esfuerzos del regreso a Smolensko. Vaska Denisov, que había enviado con éxito a sus
tropas a una guerra de guerrillas contra los franceses, libera a Pedro. El ejército ruso logra
expulsar a los franceses del país. Pedro regresa a Moscú, donde se encuentra otra vez
con Natacha. Le propone matrimonio y ella acepta. Por razones financieras, Nicolás se
casa con María. Natacha y Pedro tienen tres hijos y están completamente absortos en su
vida doméstica.
Acerca del texto
Estructura y estilo
La obra monumental de Tolstói consta de 15 partes y un epílogo, que se subdividen en
innumerables capítulos más pequeños. No hay títulos ni un principio estructural
claramente identificable, excepto el cambio constante entre descripciones sumamente
detalladas de los escenarios bélicos y la vida social en Moscú y San Petersburgo. El
contraste de la vida y la muerte, la alegría y el dolor, la guerra y la paz determinan el ritmo
de la narración. Tolstói reúne una enorme cantidad de personajes que se presentan en
poco tiempo: una verdadera prueba para la memoria del lector. El curso de la acción
aparentemente sigue el principio aleatorio: se establecen relaciones y luego se rompen,
se libran batallas y se terminan riñas, se toman decisiones importantes y se revisan otra
vez. En el ritmo constante de la historia mundial, los protagonistasse convierten en
juguetes del destino que, según su filosofía, Tolstói mantiene siempre presente como una
gran fuerza que actúa en el fondo. Tolstói deja que sus tres protagonistas masculinos
(Pedro, Andrés y Nicolás) narran las batallas de Schöngraben, Austerlitz y Borodino y con
esta artimaña se libra de las presiones de una narración históricamente correcta.
Planteamientos de interpretación
A pesar de la grandiosidad de los acontecimientos externos, la novela siempre describe la
búsqueda personal de la armonía interna, los ideales morales y la felicidad. Este afán lo
expresan en particular los personajes contrastantes de Pedro y Andrés, que también
tienen los rasgos autobiográficos del autor. Mientras que Andrés es más bien un
intelectual, Pedro confía más en los sentimientos y los instintos. Representan, al mismo
tiempo, la diferencia común en la sociedad rusa de ese entonces entre los tradicionales
eslavófilos y los modernizadores de orientación occidental.
En varios capítulos Tolstói expone explicaciones de su comprensión de la historia que
recuerdan un poco la filosofía del espíritu universal de Hegel: Tolstói niega que la historia
esté determinada por personalidades heroicas individuales; más bien se lleva a cabo a
través de las acciones de muchas personas.
En consecuencia, los personajes políticos famosos de la novela aparecen como pálidos
modelos del mito que los rodea; en particular, Tolstói baja a Napoleón del pedestal de
“genio del arte de la guerra” y le da la forma de un hombre normal. Tampoco es el gran
diseñador de la historia, sino, indistintamente, su juguete.
En muchos casos, Tolstói revisa el ideal socrático de que la belleza física es el reflejo de
la grandeza interior. Detrás de máscaras de gente aparentemente hermosa a menudo se
ocultan almas viciosas (por ejemplo, Anatolio) y personas aparentemente insignificantes o
incluso desagradables resultan ser moralmente buenas (por ejemplo, Pedro).
Tolstói contrasta escenas de batallas con descripciones de la naturaleza que van más allá
de los acontecimientos actuales. Así, por ejemplo, Andrés percibe las operaciones
militares frente al horizonte inmensamente amplio como si estuvieran pasando en cámara
lenta y, de esa manera, comprende la nulidad de su propia existencia. Con sus
descripciones de la naturaleza Tolstói logra una “estética de la relativización”.
Antecedentes históricos
Rusia a principios del siglo XIX
Guerra y paz tiene lugar en el periodo lleno de vicisitudes y rico en acontecimientos de las
Guerras Napoleónicas a principios del siglo XIX. El punto de partida es 1805, cuando
Rusia se alió con Inglaterra, Austria y Suecia en contra de Napoleón. El 2 de diciembre de
ese año, Rusia y Austria fueron derrotadas en la llamada Batalla de los Tres Emperadores
en Austerlitz. Después de muchas otras derrotas de las diferentes coaliciones contra
Francia, el 7 de julio de 1807 se firmó la Paz de Tilsit. Rusia se declaró a favor del
bloqueo continental de Napoleón, que debía impedir cualquier comercio con barcos
británicos. Cuando en 1812 el zar Alejandro I deja de reconocer estas sanciones
comerciales, Napoleón inició la invasión de Rusia con su Grande Armée de 600 mil
hombres. Tolstói convirtió a la batalla de Borodino, quizá la más sangrienta del siglo XIX,
en el elemento central de la trama de su novela; en el enfrentamiento del ejército de
Napoleón y los soldados del mariscal de campo ruso Mijaíl Kutúzov murieron más de 70
mil hombres. Después de la batalla Napoleón logró la ocupación de Moscú, pero el
incendio de la ciudad, el invierno ruso, la escasez de alimentos y los ataques de la
guerrilla rusa finalmente lo obligaron a retirarse.
Después de las guerras de liberación comenzó un momento difícil para la sociedad rusa.
A pesar de las numerosas reformas el zar Alejandro I estaba firmemente convencido de
su gobierno autocrático. A más tardar a partir de 1819, su temor a una revolución provocó
medidas draconianas: una fuerte censura y una expansión del aparato policial. La
reacción de la nobleza ilustrada a las políticas represivas del zar estalló después de la
muerte de Alejandro en la Revuelta Decembrista de 1825, que tenía por objetivo la
transformación del imperio zarista en una república o en una monarquía constitucional. El
sucesor de Alejandro, Nicolás I, derrotó al levantamiento e hizo que algunos de los
participantes fueran condenados a muerte o enviados al exilio en Siberia. En un principio
Tolstói quería escribir una novela sobre esta revuelta decembrista, pero el material se fue
haciendo cada vez más extenso y, al final, se convirtió en la obra monumental Guerra y
paz.
Con esta novela Tolstói se muestra como un representante del realismo
(aproximadamente de 1830 a 1880) en la literatura rusa, que intentaba representar los
acontecimientos sociales y políticos de una manera realista, de ser posible, sin
exageración ni estilización. Los escritores rusos de esta escuela escribieron sobre temas
y problemas sociales y políticos candentes, porque pensaban que la literatura debía
describir la realidad de una manera no sentimental y porque estaban convencidos de que
las condiciones sociales tenían un gran impacto en las personas. A diferencia de
Dostoievski, que en su obra creaba, sobre todo, representaciones realistas y detalladas
de la psique humana, Tolstói ampliaba la visión de su narrador a la totalidad de una época
entera: Guerra y paz no se refiere tanto a destinos individuales o de constelaciones
dramáticas de personas, por lo que el lector difícilmente puede identificarse con un solo
personaje. En cambio, Tolstói describe el curso fatal de la historia como un todo contra
cuya despiadada fatalidad las personas individuales casi no podían defenderse.
El origen de Guerra y paz
En un principio Tolstói había planeado una obra completamente diferente, “Los
decembristas”, de la cual todavía se conserva un fragmento de 1860, que supuestamente
trataba de un oficial noble que participó en la Revuelta Decembrista de 1825 contra el zar,
por lo que fue enviado al exilio en Siberia y regresó 30 años después. Tolstói interrumpió
esta historia original después de tres capítulos y con Guerra y paz se dedicó por completo
a los acontecimientos antes, durante y después de las Guerras Napoleónicas. Tolstói
publicó su obra a partir de 1865 en la revista rusa Ruski Viéstnik (El mensajero ruso).
Debido a los grandes intervalos de tiempo en la publicación, Guerra y paz no se completó
hasta diciembre de 1869. Más tarde, Tolstói revisó el libro varias veces.
Historia de la influencia de la obra
Tolstói es uno de los autores más importantes y más leídos de la literatura universal,
especialmente por sus dos novelas Guerra y paz y Anna Karenina. Vladimir Nabokov
(1899-1977) consideraba Guerra y paz como la novela que convirtió a Tolstói en el “autor
más importante de la prosa rusa”. El propio autor le atribuía a la obra el rango de una
moderna Ilíada. Heinrich Böll dijo: “Pocas novelas de la literatura mundial son tan
adecuadas para enseñar a leer como Guerra y paz”. Y Thomas Mann elogió la habilidad
de Tolstói para llevar a cabo una novela tan voluminosa: “Él contaba con el formato del
siglo XIX, este gigante que soportaba cargas épicas, bajo las cuales se plegaría el género
mucho más delgado y de respiración más corta de la actualidad”. Serguéi Prokófiev
compuso en 1946 una ópera titulada Guerra y paz. La obra también se ha filmado varias
veces, entre otros, por King Vidor con Audrey Hepburn y Henry Fonda en los papeles
principales.
Sobre el autor
León Tolstói nació el 9 de septiembre de 1828 en Yásnaia Polaina en el seno de una
familia noble rusa. Perdió a sus padres a temprana edad y fue criado por una tía. Entre
1844 y 1847 asistió a la Universidad de Kazán, pero abandonó sus estudios de filología
oriental y derecho sin hacer examen. También desechó el plan original de ingresar en el
servicio diplomático. Inspirado por las ideas de Rousseau, intentó abolir el sistema de
servidumbre en su finca, pero no lo logró.Después de años de ocio y ante la acumulación
de deudas de juego, en 1851 se ofreció voluntariamente para el servicio militar. Participó
en las luchas en el Cáucaso y en la Guerra de Crimea. De 1856 en adelante realizó dos
viajes importantes a Europa. Después de su matrimonio con Sofía Andreyévna Behrs, de
18 años de edad y con quien tendría 13 hijos, se estableció en 1862 en su lugar de
nacimiento donde consiguió sus primeros pequeños éxitos literarios. A partir de 1869
Tolstói sufrió una grave crisis existencial, principalmente porque las contradicciones entre
la prosperidad de su vida y sus convicciones políticas le parecían indisolubles. Leyó a
Schopenhauer, lo que hizo aun más profunda su actitud pesimista. Su trabajo estuvo
caracterizado cada vez más por temas éticos y religiosos. Sus novelas Guerra y paz
(1868-1869) y Anna Karenina (1875-1877) también surgieron bajo estos signos. En 1901
rechazó el premio Nobel de literatura porque le parecía que cualquier tipo de organización
–incluso social y cultural– era sospechosa; ese mismo año, aceptó imperturbable la
excomunión de la iglesia ortodoxa rusa (se negaba, entre otras cosas, a reconocer la
Divina Trinidad). En noviembre de 1910 intentó escapar de su matrimonio cada vez más
destrozado mediante una fuga secreta y, en el futuro, quiso vivir solo y sin bienes. Ese
mismo mes, el 20 de noviembre de 1910, murió de neumonía en la estación de tren de
Astápovo.

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