Resumen de la nacionalización de los recursos energéticos - CARLOS ROMERO

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Resumen de la nacionalización de los recursos energéticos (1938)
La nacionalización de los recursos energéticos en México de 1938, también conocida como la ley petrolera de 1938, fue la primera ley nacional que declaró la propiedad por parte del estado mexicano de todos los recursos energéticos presentes en el territorio nacional. Esta ley se encuentra en el marco de la política energética de México, así como de la política geopolítica de la región. Fue promulgada el 18 de marzo de 1938 por el primer presidente mexicano de izquierda, Lázaro Cárdenas.
Esta ley tuvo como fin la nacionalización de los recursos energéticos, los cuales consideran hidrocarburos, carbón y energía nuclear, con la posibilidad de conquistar mayores recursos energéticos para el desarrollo de la economía mexicana. Esta ley fue el resultado de varias luchas que acontecieron durante la última presidencia de Plutarco Elías Calles, quien defendió su proyecto petrolero, el cual consistía en la constitución de empresas privadas encargadas de la explotación del petróleo.
Quien llevó a cabo esta ley fue el presidente Lázaro Cárdenas, quien la implementó para poder lograr una economía mexicana más estable, moderna y con una creciente independencia. Además de esto, el gobierno de Cárdenas vio la nacionalización como un medio para luchar contra el imperialismo que se encontraba presente en México. El objetivo principal de esta ley fue el de conseguir los recursos energéticos para el desarrollo de la economía mexicana, sin depender de yugos extranjeros.
Con la nacionalización, ocurrieron muchas consecuencias como el aumento del empleo nacional, la participación de los trabajadores en el proceso productivo y el incremento de los ingresos por impuestos. Esto permitió a México despegar en el ámbito económico, al tiempo que se mejoró la infraestructura, la salud y el bienestar de la población mexicana. Sin embargo, también se presentaron repercusiones negativas como la destrucción de los recursos naturales, la caída de la producción petrolera y el descenso de la rentabilidad del sector.
En conclusión, la nacionalización de los recursos energéticos en México de 1938 fue un importante paso en la historia de la nación, al otorgar mayor estabilidad en la economía nacional. Esta nacionalización permitió al Estado mexicano desarrollar una política energética independiente y retomar el control de los recursos energéticos del país para su desarrollo, beneficiando a los trabajadores mexicanos que buscaban una mejora en su calidad de vida. Esta ley marcó un punto de inflexión en la historia de México y abrió el camino para su modernización.